El Arte de La Ciudadanía III
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El Arte de la Ciudadanía (III).
(Ensayos sobre “El Arte de la Guerra” de Nicolás Maquiavelo)
Libro Segundo, preparación y organización de los ciudadanos.
No es un secreto que los países más exitosos tienen la característica de preparar a su
ciudadanía según los requerimientos que precisan en determinadas coyunturas, lo que
nos da a entender que las capacidades pueden llegar a ser más o menos apreciadas
dependiendo del momento en el que se vive.
Un tema tan trascendental no puede escapar de un encuentro tan fascinante como el que
narra Maquiavelo en su obra, más queda la duda; ¿Cómo es posible preparar al pueblo
de forma tal que todas las capacidades sean apreciadas al mismo tiempo que se dé
primacía a aquellas que resalten por su intensa necesidad en un momento especifico de
la historia?
Fabricio señala que es necesario conocer cómo es que los antiguos preparaban a sus
ejércitos, siendo equiparable el tema a como los antiguos preparaban a sus ciudadanos,
en este punto enfatiza en la imagen de los Romanos, quienes armaban a sus ejércitos
con el mejor equipo disponible, hecho que es similar entre sus ciudadanos, donde se
reconocía que es necesario que los habitantes cuenten con los medios necesarios para
subsistir, sobresaliendo así el alimento y el sustento.
Pues aquellos Estados que no saben alimentar a su pueblo y darle los medios necesarios
para vivir se verán disminuidos ante aquellos que si lo hagan, ya que más allá de toda
ideología están las necesidades básicas que son las mismas para todos los seres
humanos.
Si bien puede incluso resultar evidente tal hecho podemos denotar que a lo largo de
nuestra historia muchos líderes de Estado han optado por sus ideales por encima de la
sobrevivencia de su pueblo, lo que tarde o temprano los ha conducido al desastre, como
fue el caso de Alemania durante la segunda guerra mundial o mucho más atrás en el
tiempo con lo que aconteció durante los años previos a la revolución francesa.
Los modelos exitosos suelen ser emulados, hecho que Fabricio señala al poner como
ejemplo a los Alemanes durante la época de los Principados1, quienes fueron vistos como
un modelo de eficiencia tanto civil como militar, lo que nos pude hacer pensar que las
fuerzas armadas de los Estados serán tan efectivas como lo son sus sociedades civiles y
viceversa.
En comparación con la fuerzas bélicas de a pie, que fueron un elemento crucial en los
ejércitos antiguos, la educación de los más jóvenes representa una molesta piedra en el
camino para muchas sociedades dogmáticas, que aseveran que vale más la educación
universitaria así como muchos pensaron al respecto de la caballería en los ejércitos entre
la edad media y la edad moderna.
1 Fabricio señala el hecho de que una vez visto los éxitos de la sociedad alemana durante el tiempo de los principados, muchas sociedades europeas empezaron a emular sus actividades, tanto en el campo bélico como en el civil.
El problema posiblemente no es tanto el hecho de invertir mucho tiempo y dinero en la
educación inicial, sino que más bien lo que resulta todo un enigma es la manera en que
se debe educar a los infantes, ante lo que resalta la duda, que vale más; ¿La preparación
dogmática o la preparación práctica?
En la humilde y posiblemente ingenua opinión de quien escribe es mejor la educación
práctica, en la que se educa a los jóvenes en sentido de aquello que puede serles útil en
su vida futura y no así la educación dogmática que dirige sus esfuerzos a la manipulación
del pensamiento, ahogar la creatividad y destruir el pensamiento crítico.
Con esto no quiero decir que lo dogmático no tenga su lugar en la vida de las personas,
pero suele ser problemático cuando se encuentra con estilos de pensamiento que no se
acoplan a su configuración, anticuada en la mayoría de los casos, por lo que lo dogmático
puede llegar a poder trabas a la convivencia pacífica con aquellos que no piensan igual
que nosotros.
En la conversación que describo para ustedes resalta una y otra vez la imagen del
ciudadano fuerte, que es capaz de sortear los problemas que encuentra en su vida y no
solo la capacidad de resistir los golpes de la vida, sino que es capaz de eludirlos al estar
capacitado para anticiparse a las vicisitudes de la existencia.
¿Pero es suficiente la educación para preparar a una sociedad o es necesario que
también se la organice de manera que tal que funcione de manera óptima? Si bien los
partícipes de la fisura de ideas tienen diferentes visiones de cómo debe organizarse un
ejército y una sociedad, es un hecho que todos consideran que la organización es crucial
para el rendimiento efectivo de cualquier conglomerado humano.
Como menciona Fabrizio en una de sus intervenciones, sin duda los hombres feroces y
desordenados son mucho más débiles que los tímidos y ordenados; porque el orden
expulsa el miedo de los hombres, y el desorden amortigua su ferocidad2.
Otro de los detalles que beneficia la organización de la sociedad es que mediante ella se
puede aprovechar todos los talentos de los ciudadanos, sin importar que tan pequeños o
extraños puedan parecer, ya que del orden surge la identificación de todos los grupos
existentes dentro de la sociedad y su potencial beneficio para la misma, además de que
no es ningún misterio que aquellas aptitudes no apreciadas pueden fácilmente convertirse
en actividades perniciosas para el conglomerado, como ser la delincuencia, el hurto y la
estafa.
Christian Andres Gonzales Calla.
Politólogo.
2 Output. Pág. 61