EL AÑO 1298 CON SUS PENAS Y ALEGRÍAS

FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO

~ 1 ~

Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

~ 2 ~

~ 3 ~

A MODO DE PRÓLOGO O PÓRTICO

DEL ROMÁNICO AL GÓTICO EN LA CATEDRAL DE BARCELONA

Y UN TERREMOTO EN ITALIA

El franciscano y obispo de Barcelona, Bernat Pelegrí (pontificado entre los años 1288-

1300), a primeros de mayo de este año 1298, junto con el rey Jaime II de Aragón,1 co-

locó la primera piedra en las obras que remodelarán la pequeña catedral románica2 de la

ciudad agrandándose y convirtiéndose en gótica. Las obras se prolongarán hasta 1450,

siendo del siglo XX la fachada y el cimborrio actuales. Fueron muchos los arquitectos o

maestros y operarios que se emplearon en las tareas de construcción. El culto se man-

tuvo siempre, sin interrupciones. E igualmente se mantuvo su advocación o título: de la

Santa Cruz y de Santa Eulalia de Barcelona.

Destaquemos también que, a durante la noche del 30 de noviembre y al clarear el día 1

de diciembre, se registró en la región italiana de Umbría un fuerte terremoto de 6,6 gra-

dos según la escala sismológica de Richter. Hubo muchos muertos, heridos y damnifi-

cados que lo perdieron todo. Resultaron muy dañados los lugares de Poggio Bustone,

Spoleto y Rieti.

Del conjunto de hechos y noticias en 1298, un año que también tuvo sus alegrías ade-

más de sus problemas, nos ocupamos a continuación, en los siguientes relatos.

1 Que en este año, a 15 de marzo. fundó el muy interesante monasterio cisterciense de Santa María en

Simat de Valldigna (Valencia), desamortizado, con exclaustración, en 1835.

2 Anteriormente basílica paleocristiana y visigoda.

~ 4 ~

~ 5 ~

AÑO 1298

~ 6 ~

REINO DE CASTILLA

DECISIONES REALES Y DE LAS CORTES

En enero de este año 1298, el rey Fernando IV de Castilla, teniendo 12 años de edad,

con las debidas actuaciones de sus regentes, su madre la reina María de Molina y el in-

fante Enrique,3 donó la villa gallega de Muros

4 al arzobispado compostelano de Santia-

go5 y la villa de Poza de la Sal,

6 con sus salinas, de realengo hasta la fecha, al magnate

Juan Rodríguez de Rojas.7

Hubo Cortes de Castilla en Valladolid, habiendo sido convocadas por el rey Fernando

IV, también mediante sus regentes. Destacó que el infante Enrique propuso –y ya era

reiterado al respecto– que Tarifa8 pudiera venderse al rey nazarí Muhammad II de Gra-

nada, pero tal propuesta fue rechazada. Acabaron estas Cortes con muy explícito apoyo

de los nobles al rey Fernando IV contra todas las pretensiones del infante Juan y del rey

Dionisio de Portugal.

3 Enrique el Senador, hijo del rey Fernando III el Santo y muerto en 1303.

4 Provincia de La Coruña.

5 Siendo arzobispo Rodrigo González (1286-1304).

6 Provincia de Burgos.

7 Gozándola su familia a perpetuidad y siendo marquesado a partir de 1530.

8 Provincia de Cádiz, muy histórica y destacada ciudad como sabemos.

~ 7 ~

GNIEZNO (REINO DE POLONIA)

MURIÓ MONJA LA PRINCESA YOLANDA

A 11 de junio de este año 1298, murió siendo monja la princesa Yolanda de Polonia,

de quien ahora se hace eco nuestro relato.9 Pasaba ya algo de los 60 años de edad y de

nacimiento era princesa húngara, nacida en Esztergom, hija del rey Bela IV de Hungría

(muerto en mayo de 1270) y de María Láscarina (muerta en agosto de 1270).

En 1256 fue dada en matrimonio al duque polaco de Gniezno Boleslao el Piadoso,

celebrándose la boda en Cracovia. Tuvieron dos hijas: Eduviges e Isabel. Eduviges con-

trajo matrimonio en 1293 con Vladislao I de Polonia.

Boleslao murió en 1279 y no tardó mucho Yolanda en desprenderse de sus bienes,

dándolos a sus parientes y a la Iglesia para los pobres. Se hizo monja tras morir su her-

mana la viuda Kinga, retirándose a la vida claustral en Gniezno, al convento que había

mandado construir su difunto esposo. Aquí murió y recibió sepultura.

9 Se trata de la Beata Yolanda de Polonia, beatificada en 1827 por el Papa León XII (1823-1829), ce-

lebrándose en el santoral el 15 de junio. A poco de su muerte y por su intercesión se produjeron algunos

milagros de curaciones junto a su sepultura. Fueron hermanas suyas Santa Kinga de Polonia (muerta en

1292 y conmemorada el 24 de julio) y Santa Margarita de Hungría (muerta en 1271 y conmemorada el 18

de enero). Las tres fueron sobrinas de Santa Isabel de Hungría (muerta en 1231 y conmemorada el 17 de

noviembre).

~ 8 ~

ARGELERS (REINO DE ARAGÓN)

FIRMADO UN TRATADO DE PAZ O CONCORDIA

ENTRE JAIME II DE MALLORCA Y JAIME II DE ARAGÓN

En fecha 29 de junio de este año 1298, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y

Pablo, en la villa de Argelers,10

fue firmado un Tratado de Paz o Concordia11

entre los

emparentados Jaime II de Mallorca12

y Jaime II de Aragón.13

Argelers, como otros terri-

torios, fue muy disputada desde que los reyes de Mallorca la tomaron en 1276, sin de-

sear devolverla al reino de Aragón.

Jaime II de Mallorca aceptó renovar su vasallaje al rey de Aragón según el acuerdo de

1279, algo contrario al testamento de su padre, a cambio de la paz y de recuperar su rei-

no. El Valle de Arán14

queda15

integrado en el reino de Mallorca mientras las partes que

se lo disputan (reino de Aragón y condado de Cominges, apoyado éste por el rey de

Francia) llegan a un acuerdo16

y Jaime II de Mallorca nombra gobernador del Valle a

Arnau de Sant Marçal,17

quien vuelve a aplicar la Carta de usos y costumbres que fue

10

Situada actualmente en territorio francés de los Pirineos Orientales en la región del Languedoc-Rose-

llón. Fue de los condes del Rosellón hasta finales del siglo XII, siendo legada entonces al conde de Bar-

celona, hasta que en los siglos XIII y XIV se consideró integrada en la Corona de Aragón. Posteriormente

y de manera más reciente a nosotros, habrá mucha historia que relatar en torno a este lugar, sin que ahora

tengamos por qué anticipar nada.

11

Realmente de poca duración.

12

Hijo de Jaime I de Aragón y de su esposa Violante de Hungría, reinando entre los años 1276-1311,

cuando murió.

13

Hijo de Pedro III de Aragón y de Constanza de Sicilia, reinando entre los años 1285-1327, cuando

murió.

14

En la actual provincia de Lérida.

15

Provisionalmente.

16

Duradero hasta 1313.

17

Que ejercerá como tal hasta 1307.

~ 9 ~

suspendida con la invasión francesa de hace unos años, como bien podemos recordar, de

los años 80.18

18

Se amplía este asunto hacia el final, en el epílogo I (aportación de Luis Tudela Villalonga, en e-Spania,

28 de octubre de 2017: Jaime II de Aragón y el reino de Mallorca: la etapa de conflictividad entre los

años 1291-1305).

~ 10 ~

BOSQUE DE CALLANDER EN LAS CERCANÍAS DE FALKIRK

(REINO DE ESCOCIA)

BATALLA PRO INDEPENDENCIA DE ESCOCESES CONTRA INGLESES

La batalla de Falkirk, pro independencia de escoceses contra ingleses, a 22 de julio de

este año 1298, martes, puede considerarse de mucha relevancia histórica. El ejército in-

glés, comandado por el rey Eduardo I, derrotó a las fuerzas escocesas al mando de Wi-

lliam Wallace.19

Sin embargo, el rey Eduardo I no pudo subyugar completamente a Es-

cocia porque su ejército había sido bastante debilitado por las tácticas de tierra quema-

da20

utilizadas por Wallace, previamente a la batalla.

Ateniéndonos a los antecedentes de esta contienda, recordemos lo que sigue. Eduardo

I de Inglaterra estaba en duradera campaña militar contra los franceses disputándoles la

región de Flandes y ya había sufrido una bien señalada derrota frente a los escoceses en

la batalla del puente de Stirling, a 11 de septiembre de 1297, como bien podemos re-

cordar. Después de aquello, Eduardo I de Inglaterra logró pactar una tregua con Felipe

IV de Francia, volviéndose luego a sus dominios ingleses en marzo de este año 1298,

dándose de inmediato a organizar un gran ejército que acometiera una segunda invasión

de Escocia. En los preliminares de la campaña Eduardo trasladó el centro del gobierno

inglés a la ciudad de York.21

El consejo de guerra que preparó los últimos detalles para

la invasión se tuvo en esta ciudad durante el mes de abril. Todos los magnates escoceses

fueron convocados por el rey inglés, pero ninguno de ellos se presentó, por lo cual fue-

ron señalados y condenados como traidores. Eduardo I ordenó entonces que su ejército

se reuniera en Roxburgh, frontera con Escocia, el día 25 de junio. Las fuerzas inglesas

que allí se juntaron fueron inmensas e impresionantes, formadas por 3.000 caballeros,

4.000 soldados de caballería ligera, 12.500 hombres de la infantería (incluyendo mu-

chos galeses armados con potentes y certeros arcos de largo alcance) y 500 mercenarios

gascones. Mientras las fuerzas de Wallace se componían tan sólo de 1.000 soldados de

caballería y no muchos más de 5.000 de infantería.

19

Cuya horrenda muerte será en 1305.

20

Tácticas militares que consisten en destruir absolutamente todo lo que pueda ser de utilidad al enemigo

cuando una fuerza avanza a través de un territorio o se retira de él.

21

Donde residió durante los siguientes seis años.

~ 11 ~

La marcha de los ingleses se dirigía al norte a comienzos de julio. Aunque las cosas

no iban bien para ellos. William Wallace, ostentando ahora el título de Guardián de Es-

cocia, había ordenado que se empleara la táctica de tierra quemada, negando así los ví-

veres a los invasores. Los escoceses cedieron terreno, alcanzando los ingleses unos pa-

rajes por donde jamás habían estado. Los víveres que había solicitado por mar el rey

Eduardo se retrasaron, debido al mal estado de las aguas y a los consiguientes proble-

mas de la navegación, de modo que, cuando los ingleses se adentraron hacia el centro de

Escocia, estaban hambrientos. Sobre todo andaba con mucho desánimo y baja de moral

la infantería galesa, tanto que se amotinó. Eduardo se enfrentó a la perspectiva de una

vergonzosa retirada.22

Mientras tanto, William Wallace se había apostado con mucha lu-

cidez o inteligencia en el bosque de Callander, cerca de Falkrik, estratégicamente a tan

sólo trece millas de distancia, para poder perseguir a los ingleses en su más que posible

retirada.

El ejército escocés, que al igual que en Stirling un año antes se compuso primordial-

mente de lanceros campesinos, se dispuso en cuatro grandes formaciones de erizo23

de

unos 2.000 lanceros cada una, siendo las largas lanzas de varios metros y dando forma a

una defensa aparentemente inexpugnable. Los huecos entre las formaciones escocesas

fueron completándose con arqueros portadores de arcos de corto alcance, y en la parte

trasera estaba la pequeña tropa de caballería, gente y animales procedentes del célebre y

aristocrático Clan Cumming y de algunos otros magnates escoceses.

El día 22 de julio la caballería inglesa, dividida en tres batallones, cayó finalmente de

lleno sobre el corazón o en medio de las fuerzas escocesas. El flanco izquierdo estuvo

comandado por Roger Bigod24

y el derecho por Anthony Berk, obispo de Durham,

mientras el rey Eduardo comandaba el centro, en la parte trasera de la vanguardia. Berk

intentó mantener la posición hasta que llegara el rey Eduardo, pero sus ansiosos caba-

22

Como le pasará a su hijo Eduardo II en su momento más de una vez, siendo su reinado de entre los

años 1307-1327.

23

Conocida y muy usual estrategia en el juego del ajedrez.

24

El V conde de Norfolk, cuya muerte será en diciembre de 1306. Es de recordar su heroico y famoso

altercado con el rey Eduardo I de Inglaterra en 1297, habiendo ocurrido que el monarca le ordenó luchar

contra Francia en Gascuña, mientras él, Eduardo, iría a Flandes. El conde afirmó que por el feudo de sus

tierras sólo estaba obligado para servir en ultramar en compañía del propio rey, a lo que Eduardo res-

pondió: “Por Dios, conde, o vas o cuelgas”, a lo que Bigod respondió: “Por el mismo juramento, oh rey,

ni iré ni colgaré”. El conde ganó la discusión y después de que Eduardo hubiera partido para Francia,

junto con Humphrey de Bohun, III conde de Hereford (muerto a 31 de diciembre de este año 1298),

Roger Bigod impidió la recaudación de contribuciones para la guerra y Eduardo tuvo que confirmar los

diplomas en 1297 y otra vez en 1301. El historiador William Stubbs consideraba a Bigod y a Bohun como

“hijos degenerados de padres poderosos; más grandes en sus oportunidades que en su patriotismo”.

El conde Bigod había hecho buenos servicios en el pasado para el monarca inglés. En agosto de 1282,

por ejemplo, relatos contemporáneos muestran a Bigod “yendo a Gales en el servicio del rey”. Durante

su ausencia en Irlanda, Bigod había enviado cartas designando a Reginald Lyvet y William Cadel para

actuar como su abogado en Inglaterra ese año. Reginald Lyvet era probablemente el hijo de Gilbert de

Lyvet, que fue Lord Alcalde de Dublín en varios mandatos a comienzos del siglo XIII, y era partidario de

William Marshall, conde de Pembroke (muerto en 1219).

~ 12 ~

lleros lo anularon y atacaron en tromba, de modo que el desorganizado batallón acabó

encerrado entre los dos flancos de la armada de Wallace. El terreno retumbó por las ga-

lopadas de los jinetes y sus caballos y los lanceros escoceses se prepararon para el im-

pacto. La visión de este hecho fue demasiado para la caballería escocesa que dio media

vuelta y se fue del campo de batalla. Pero las formaciones escocesas se mantuvieron fir-

mes, asimilando el shock del impacto. Los caballeros ingleses no se impresionaron por

el bosque de lanzas y fueron pronto empalados. Un gran número de caballos fueron ani-

quilados debajo de sus jinetes. Eduardo llegó a tiempo para presenciar el desconcierto

de su caballería y rápidamente pudo restaurar la disciplina. Se ordenó la retirada de la

caballería y Eduardo se preparó para emplearse en la táctica que le había otorgado la

victoria contra los galeses cuando la batalla de Maes Moydog en 1295.

A pesar de salir bien parada de la lucha contra los caballeros ingleses, la formación de

falange escocesa fue aislada y bloqueada dentro de la estática formación defensiva. El

rey Eduardo juntó entonces a sus arqueros con los de los otros batallones y atacó de

forma despiadada mediante incesantes lluvias de flechas contra la defensa escocesa. Los

escoceses ahora no tenían donde esconderse o donde poder esquivar las flechas, ya que

estaban totalmente parados en su nueva posición, facilitando eso que los arqueros in-

gleses dieran de lleno en el blanco de sus objetivos. Los escoceses fueron destrozados.

Perdieron éstos la batalla mucho antes de que cayera la primera andanada de flechas,

cuando la caballería no respondió a los ataques y esperó a que los magnates les ordena-

ran hacerlo. Fueron muchos los muertos, incluido Macduff (Clan Macduff), que gober-

naba la histórica región de Fife. Los supervivientes, incluido William Wallace, huyeron

lo mejor y más rápidamente que pudieron, siendo ésta la primera gran victoria de los ar-

queros ingleses en batalla campal.

Podemos resumir o concluir diciendo que Falkirk fe para Inglaterra una victoria que

podría conllevar gérmenes de futuras derrotas. La arrogancia y la indisciplina de los ca-

balleros habían sido potencialmente desastrosas. La guerra estaba llegando a ser un mu-

griento negocio profesional. La batalla de Dunbar en 1296 había sido la última gran vic-

toria de la caballería medieval sin apoyo de arqueros ni infantería. La bravura no fue

sustituida por organización ni por disciplina. Por encima de todo, la habilidad para co-

mandar de forma efectiva ejercía una importancia decisiva. A Eduardo I le sucedió eso

en Falkirk y, sin embargo, salió victorioso por sus arqueros, pero habrá que ver qué su-

cederá en el futuro…

Mientras Falkirk fue una batalla más sangrienta que Dunbar, resultó ser considerable-

mente menos decisiva. Aunque la credibilidad de Wallace había sido destruida, el terri-

torio escocés no fue conquistado gracias a su táctica de tierra quemada. El ejército de

Eduardo I, debilitado por el hambre y la enfermedad, no estaba en disposición de consi-

derarse armado para continuar la campaña. El rey ordenó retirarse hacia Carlisle, donde

esperó a que se recuperara la tropa de cara a realizar una renovada campaña. Pero mu-

chos desertaron, incluyendo una gran parte del contingente de Berk desde Durham.

Eduardo intentó prevenir las deserciones mediante promesas de otorgar tierras escocesas

a quienes se quedaran, pero sólo accedieron a ello unos pocos y entre muchas disputas.

Eduardo tuvo que despedir a gran parte de su ejército, aunque él mismo se quedó en la

frontera hasta finales del año 1298, con el sinsabor de las deslealtades.

~ 13 ~

Primera fase de la batalla. Carga de la caballería inglesa, rechazada

Segunda fase. Ataque de los arqueros galeses contra la formación escocesa

~ 14 ~

William Wallace

~ 15 ~

GÖLLHEIM (UN LUGAR DE ALEMANIA CERCA DEL RIN, de WORMS Y DE ESPIRA)

MURIÓ COMBATIENDO EL CONDE ADOLFO DE NASSAU,

REY DE ALEMANIA O DE ROMANOS

Como es sabido y reiteramos en estos momentos, se están sucediendo en esta época

incesantes luchas entre diversos contrincantes por el dominio del Sacro Imperio Roma-

no Germánico, bastante fragmentado por cierto. Aquí damos cuenta de la batalla de

Göllheim, un lugar de Alemania cerca del Rin, de Worms y de Espira. Esta batalla ocu-

rrió el 2 de julio de este año 1298 y enfrentó al Habsburgo Alberto I25

y al conde Adolfo

de Nassau, rey de Alemania, muerto en este combate, teniendo 48 años de edad. Tam-

bién fue margrave de Turingia.

Tras la muerte del rey alemán Rodolfo I de Habsburgo en Espira, cuando transcurría

el mes de julio de 1291, su hijo Alberto parecía que habría de ser el sucesor seguro al

trono de Alemania. Sin embargo, la apariencia grotesca de Alberto (que incluía el tener

una cuenca ocular vacía, de ahí que se apodara el Tuerto) y sus malos modales le cos-

taron el trono. Cuando la Dieta imperial se reunió en Francfort del Meno al año si-

guiente, decidieron los electores descartar a Alberto y nombrar en su lugar al conde

Adolfo de Nassau, con quien tenían parentesco los electores y caía bien por su agrado.

Pasaba, no obstante, que Alberto parecía estar de acuerdo, pero en realidad estaba dis-

conforme, siempre conjurando y conspirando contra Adolfo. Éste fue depuesto por los

electores, pero fue Adolfo quien lo mató en Göllheim, como estamos contando. Mejor

aún podemos relatar que, habiendo comenzado el enfrentamiento o combate armado,

Alberto cabalgó por entre los numerosos combatientes hasta plantarse justo delante de

Adolfo. Anteriormente Adolfo había perdido su yelmo, así que recibió a Alberto con ca-

ra descubierta. Intercambiaron entre ellos muy duras palabras, hasta que Alberto hirió a

Adolfo en el mentón, forzándolo a descabalgar y masacrándolo con toda crueldad. Al-

berto mató a Adolfo con una daga y se volvió a incorporar completamente empapado de

la sangre de Adolfo. Fue un combate muy sangriento.26

Alberto I de Habsburgo fue finalmente elegido rey de Alemania. Consta que sus elec-

tores tenían miedo, razones de más para temerse lo peor. Se corrió la voz de una com-

25

Cuya muerte será en 1308.

26

Así al menos se difundió y recogieron las crónicas.

~ 16 ~

paración, la de asemejar a Alberto con el rey bíblico Roboam, por decir a menudo al

pueblo un cruel aviso: “Mi padre os castigó con fusta, pero yo os castigaré con escor-

piones”. Ya contaremos, de todos modos, como solemos decir, el desenvolverse de su

gobierno.

Adolfo de Nassau fue realmente un gobernante débil, que reinó por lo malo que era

Alberto. Nunca se dignó coronarlo un Papa, lo que le habría asegurado el trono impe-

rial. Recibió sepultura en la catedral de Espira, con el acompañamiento de sus familia-

res en torno a su viuda, de nombre Imagina de Isenburg-Limburg. Fueron hijos: Enri-

que,27

Ruperto,28

Gerlach I de Nassau,29

Adolfo,30

Walram, Adelheid,31

Imagina32

y Ma-

tilde.33

27

Muerto siendo menor.

28

Muerto a finales de 1304, casado con Agnes, una hija de Wenceslao II de Bohemia.

29

Nacido en 1281 y muerto en 1361, habiendo abdicado en 1344.

30

Nacido en 1292 y muerto en 1294.

31

Muerta en 1338 siendo abadesa.

32

Muerta muy joven.

33

Muerta en 1323, casada con Rodolfo I, duque de la Alta Baviera y conde Palatino del Rin, muerto en

1319.

~ 17 ~

REINO DE ARMENIA CILICIA

MUERTE DEL REY THOROS III

Se informa en este breve relato de cómo murió, a 23 de julio de este año 1298, el rey

Thoros (Teodoro) III de Armenia Cilicia, con 27 años de edad, habiendo sido asesinado

en la cárcel, siendo el quinto año de su reinado. Fueron sus padres el rey León II de Ar-

menia34

y Keran de Lampron.35

Su hermano Haiton II, para hacerse franciscano, abdicó a su favor en 1293, aunque

Thoros le llamó en 1295 y de algún modo compartieron el trono. Ambos llevaron a su

hermana Rita36

a Constantinopla para que se casara con Miguel IX Paleólogo37

en 1296,

pero ambos fueron encarcelados por su hermano Sempad, que usurpó el trono armenio

mientras tanto.

Thoros estuvo casado dos veces, habiéndolo sido en primeras nupcias con Margarita

de Lusignan, en 1288, siendo Margarita hija del rey Hugo III de Chipre, muerto en

1284. Hijo de este matrimonio es León, ciertamente destinado al trono, si cesa la usur-

pación de Sempad.38

34

A veces numerado como León III, reinante entre los años 1270-1289, año de su muerte, siendo suce-

dido por su hijo Haiton II, renunciante al trono en dos ocasiones y franciscano, muriendo en 1307.

35

Muerta en 1285.

36

Cuya muerte será en 1333.

37

Reinante con Andrónico II entre los años 1294-1320. Miguel muere en 1320 y Andrónico en 1332.

38

Será rey León III de Armenia Cilicia entre los años 1303-1307, cuando muere asesinado por un mon-

gol junto a su tío Haiton II.

~ 18 ~

GÉNOVA

MURIÓ EL HAGIÓGRAFO JACOPO DA VARAZZE

(SANTIAGO DE LA VORÁGINE)

El célebre hagiógrafo Jacopo da Varazze39

o della Voragine, dominico desde 1244 y

arzobispo de Génova,40

murió a mediados de julio de este año 1298,41

a la edad de 68

años.42

Poco antes de su muerte había ordenado que el dinero que se destinaba a sus fu-

nerales no se gastara, sino que se diera a los pobres. Compuso La leyenda dorada, cele-

bérrima obra hagiográfica, inspiradora indiscutible de la iconografía tanto pictórica co-

mo escultórica de quienes encarnan la santidad en la Iglesia Católica.43

Jacopo fue docente de Sagrada Escritura y Teología en todas sus ramas desde 1252,

influyendo mucho y bien entre los dominicos, además de haber destacado como exce-

lente predicador recorriendo muchos lugares.44

Fue elegido provincial de Lombardía en

1267, manteniéndose en este cargo hasta 1286, pasando a ser definidor dominico de di-

cha provincia. Representó a su provincia en los Capítulos de Lucca (1288) y Ferrara

(1290), cuando el Papa Nicolás IV (1288-1292) le encargó pedir la destitución del polé-

mico Munio de Zamora, Maestro General de la Orden de Predicadores, resultando de-

puesto por bula pontificia fechada a 12 de abril de 1291.

El episcopado genovés le llegó en 1286, tras la muerte del arzobispo del lugar Carlos

Bernard, siendo nombrado para sucederle. Como se negó en principio a aceptar el nom-

bramiento, alegando sus razones o motivos, el cargo recayó, en 1288, por decisión del

Papa Nicolás IV, en Obizzo Fieschi, patriarca latino de Antioquía. Fue en ese año cuan-

do la ciudad de Génova envió a Santiago de la Vorágine ante el Papa para que éste le-

vantara la excomunión que aún pesaba contra los genoveses por haber prestado apoyo a

los sicilianos contrarios al rey Carlos II de Nápoles. Mientras ocurrían estos hechos,

murió Obizzo Fieschi y el Papa renombró a Santiago por segunda vez arzobispo de

Génova, siendo aceptado el nombramiento sin problemas en esta ocasión. Era ya el año

39

Municipio italiano situado en la región de Liguria.

40

De pontificado entre los años 1292-1298.

41

O tal vez en 1299.

42

Fue beatificado en 1816 por el Papa Pío VII (1800-1823).

43

Ir a epílogo II.

44

Destacadamente por todo el norte de Italia.

~ 19 ~

1292 y el Papa Nicolás IV le llamó a Roma para encargarse con solemnidad de su con-

sagración episcopal. Pero el pontífice enfermó gravemente por entonces y murió sin que

pudiera hacerse cargo de la consagración. Fueron los cardenales reunidos en complicado

y prolongado cónclave, como bien sabemos,45

quienes se hicieron cargo de la consagra-

ción.

Durante su ministerio en el arzobispado genovés, como a lo largo de toda su vida reli-

giosa y eclesiástica, Santiago de la Vorágine se distinguió por su labor de paz, esfor-

zándose en la reconciliación entre güelfos y gibelinos, con gran logro en enero de 1295.

Fue un excelente diplomático. También participó como legado pontificio en la acertada

mediación ejercida sobre los conflictos entre Génova y Venecia, haciendo cuanto pu-

do.46

Beato Santiago de la Vorágine, O. P.

45

Resultando elegido Celestino V.

46

Sobre esos conflictos, conocidos como Guerra de Curzola, ir a epílogo III.

~ 20 ~

CASTELL DE BRIGNOLES

MURIÓ EL OBISPO LUIS DE TOULOUSE

En fecha 19 de agosto de este año 1298 murió en el castell (castillo) de Brignoles, en

la provenzal y franca Occitania, el obispo Luis de Toulouse.47

Tenía 24 años de edad.

Era hijo del monarca napolitano Carlos II de Anjou48

y de su consorte María de Hun-

gría,49

hija del rey Esteban V de Hungría50

y de Isabel la Cumana.51

Repasemos su bio-

grafía recordando en primer lugar que ocupó la sede episcopal de Toulouse desde los úl-

timos días de diciembre de 1296, siendo franciscano. Desde niño se mostró muy piado-

so y devoto, distinguiéndose por su caridad para con los enfermos, incluso lavando él

mismo a los leprosos. Hubo un tiempo en el que enfermó, pero se repuso y sanó.

Cuando el rey Alfonso III de Aragón (1285-1291)52

liberó de su prisión a su padre,53

Luis fue enviado anteriormente, en 1287, como huésped y en plan rehén, a Barcelona,

acompañándoles también sus dos hermanos, Roberto54

y Ramón Berenguer.55

Finalmen-

te fueron liberados de su medio cautiverio por el rey Jaime II de Aragón, siendo la con-

dición que el aragonés se casara con Blanca, hermana de ellos.56

Fruto de las conversa-

ciones o tratado de Anagni, durante el verano, la boda se celebró el día 29 de octubre de

1295. En Anagni se propuso también que el joven Luis se casara con Violante de Ara-

47

Conocido también como Luis de Anjou, está canonizado como San Luis de Toulouse, celebrándose en

el santoral católico el 19 de agosto. Luego, al término de esta noticia, diremos por qué murió en el castillo

de Brignoles.

48

Poseedor también de otros títulos, entre ellos el de conde de Provenza y Forcalquier, ocurriendo su

muerte en 1309.

49

Que muere en 1323.

50

Muerto en 1272.

51

Muerta en 1290.

52

Muerto en 1291.

53

A 29 de octubre de 1288.

54

Futuro rey Roberto I de Nápoles y conde de Provenza entre los años 1309-1343.

55

En Barcelona convivieron a veces con Jacques Duèze, futuro Papa (en Aviñón) Juan XXII (1316-

1334).

56

Blanca de Anjou o de Nápoles, muerta en 1310.

~ 21 ~

gón, hermana de Jaime II, pero él se negó a la boda, alegando su vocación religiosa y

sacerdotal. Tras esto murió Carlos Martel de Anjou, en agosto de 1295, lo que fue un

cierto revés para Luis, pues era primogénito varón y heredero del reino napolitano, así

como también del reino de Hungría, del todo pretendido por Carlos Martel. Pero Luis

renunció a reinar, empezando por ceder el trono napolitano a favor de su hermano Ro-

berto, cuando no había hecho más que empezar el año 1296. De otra parte, su madre y

reina María de Hungría movió todos los hilos e influencias haciendo que su nieto e hijo

de Carlos Martel, Carlos Roberto,57

fuese reconocido como heredero reclamante del tro-

no húngaro y croata. Luis profesó con sus votos de fraile franciscano en el convento ro-

mano de Ara Coeli.58

Recibió la ordenación sacerdotal en Nápoles el 20 de mayo de

1296. Pasó pronto a Roma y el Papa Bonifacio VIII lo nombró obispo de Toulouse.

Tuvo tiempo, aunque no mucho, para reformar y disciplinar con bondad a su clero,

predicando y sobre todo testimoniando la vida sacerdotal dando buen ejemplo apostó-

lico. Cada día acogía en su casa a 25 pobres o enfermos, haciéndose cargo de ellos y

cuidándolos personalmente.

El hecho de morir en Brignoles se debió a que enfermó gravemente allí, cuando regre-

saba del peregrino viaje a Roma para la canonización de su pariente el rey San Luis de

Francia (Luis IX). Murió sacramental y santamente, tras una breve agonía de tan sólo

unos días.59

57

Cuya muerte será en 1342.

58

Histórico lugar medieval y anteriormente de los cultos romanos paganos, que se convirtió en monas-

terio benedictino, tal vez ya en el siglo VI, pasando posteriormente a ser convento franciscano. En 1886,

tras no pocas vicisitudes, fue demolido para que pudiera construirse el Monumento a Víctor Manuel II.

Por ese tiempo se construyó, cerca de la escalinata que allí se halla, un convento franciscano más pequeño

y sencillo.

59

De él o por su intercesión se contaron enseguida muchos milagros, sobre todo de curaciones y de aten-

ción a los más necesitados. Fue canonizado en 1317 por el Papa Juan XXII (1316-1334).

~ 22 ~

Obispo y franciscano San Luis de Toulouse

~ 23 ~

ISLA DE CURZOLA (EN EL MAR ADRIÁTICO)

BATALLA DERROTANDO LOS GENOVESES A LOS VENECIANOS

Y DE CÓMO SE SUICIDÓ EL ALMIRANTE ANDREA DANDOLO

Pisa, Génova y Venecia se disputan los mares del Mediterráneo, las vías o rutas co-

merciales por los mismos. La disputa es tensa, conflictiva, ocurriendo al respecto, a 9 de

septiembre de este año 1298, la batalla de Curzola,60

derrotando en ella los genoveses a

los venecianos.61

Los venecianos iban guiados por el almirante Andrea Dandolo, hijo del dogo o dux

Giovanni Dandolo.62

El mando de los genoveses lo tuvo Lamba Doria.63

Aunque los ge-

noveses eran menores en número, tuvieron viento favorable que les ayudó a que fueran

rodeados los venecianos. Las embarcaciones de éstos estaban tan juntas que el incendio

de una de ellas se propagó rápidamente y, finalizada la batalla, habían perdido 65 de las

95 en total que tenían. Los venecianos sufrieron gran desastre, entre barcos hundidos y

capturados. Miles de venecianos resultaron muertos o heridos, siendo muchos los pri-

sioneros, uno de ellos el mismo Andrea Dandolo, que se suicidó golpeándose la cabeza

contra un mástil cercano.64

Fueron 5.000 los prisioneros venecianos.

60

En los mares que se hallan al sur de Dalmacia. Isla cercana a la península adriática de Sabbioncello o

Pelješac, en Croacia.

61

Puede leerse para completar esto el epílogo III.

62

Muerto en 1289.

63

Excelente marino. Muerto en 1323.

64

Según se contó y se difundió luego.

~ 24 ~

ASÍS (REGIÓN ITALIANA DE UMBRÍA)

MURIÓ COMO FRAILE FRANCISCANO GUIDO I DE MONTEFELTRO

A 29 de septiembre de este año 1298, en Asís (región italiana de Umbría), murió co-

mo fraile franciscano Guido I de Montefeltro,65

viejo condotiero,66

valioso militar y po-

lítico, señor del condado de Montefeltro, gibelino.67

Se distinguió por las empresas mi-

litares que condujo en Romaña (Italia central). Desde 1268 hasta que se hizo fraile fue

diputado senador de Roma. Al morir ahora tenía 75 años de edad.68

Se sabe de él que fue creciendo con poca salud, más bien enfermizo y endeble, pero

siempre sorprendió por su fortaleza y resistencia, cualidades que no aparentaba. Con 26

años de edad era ya jefe consumado y experimentado con varias formaciones militares

de gibelinos en ciudades como Faenza69

y Forlì.70

Estuvo casado con Manentessa (muerta en 1289), de quien tuvo cinco hijos: Federico

(heredero principal), Ugolino, Leccio y Corrado.

Hizo las paces con la Santa Sede durante los años ochenta y en 1294, siendo Papa Ce-

lestino V, obtuvo gran perdonanza de todas sus condenas anteriores. En Forlì, con gran

arrepentimiento por su pasado sanguinario, lleno de cruentas y complejas vicisitudes,

dio muestras de conversión. El 17 de noviembre de 1296 tomó el hábito franciscano y

dio comienzo su vida conventual en Asís, donde vivió hasta su muerte.71

65

Il Vecchio (el Viejo) de apodo.

66

Destacado y eficaz organizador de mercenarios al servicio de las ciudades-estados italianas.

67

En la zona italiana de Urbino y Rímini, hacia el mar Adriático.

68

Siendo San Leo, provincia italiana de Rímini, su lugar de nacimiento, en 1223.

69

Al nordeste de Italia. Ciudad célebre por su cerámica.

70

Famosa por su campanario románico en la iglesia de San Mercuriale. En 1263 recibió Guido el título

condal de Ghiaggiolo, por el que después obtendría el derecho de ciudadanía forlinesa, con señorío güelfo

que le otorgó el Papa Bonifacio VIII.

71

De él se hicieron eco el cronista italiano Giovanni Villani (1275-1348) y Dante Alighieri (1265-1321)

en su Divina Comedia: Infierno, octavo círculo, canto XXVII, donde son castigados los consejeros de

fraude.

~ 25 ~

NARBONA (REINO DE FRANCIA)

MURIÓ PETRUS IOANNIS OLIVI

Murió Petrus Ioannis Olivi, franciscano, en la occitana ciudad de Narbona, al sur de

Francia, teniendo 50 años de edad.72

Se hizo franciscano en Béziers y realizó en la Uni-

versidad de París sus estudios de filosofía y teología. Ejerció la docencia entre los fran-

ciscanos en diversos lugares. Fue célebre o muy reconocida su observancia religiosa,

incluida la típica y radical pobreza franciscana.

Sus tesis teológicas fueron consideradas algo sospechosas entre los superiores de la

Orden franciscana. Los escritos que había publicado fueron examinados por Girolamo

Masci73

y por Bonagratia de Bérgamo.74

Dichos escritos fueron condenados como hete-

rodoxos en 1278, aunque después fueron rehabilitados, en 1289. Como director espiri-

tual y consejero de almas, murió con reconocida celebridad, resultando ser de respetable

recuerdo.

En resumen, digamos del fraile Petrus que su obra filosófica y teológica podrá desta-

carse como influyente desde la conocida como escuela franciscana parisina,75

resaltán-

dose que denota también elementos de la muy discutible filosofía-espiritualidad de Joa-

quín de Fiore,76

muy de esta centuria como bien sabemos. En su pensamiento77

rechaza

la teoría del alma como forma del cuerpo y propone una nueva idea de cómo ésta se una

al cuerpo. Asume la tesis franciscana de que en el alma humana hay una especie de ma-

teria que pueda conocerse como materia espiritual, la cual posee, según él, una forma

sensitiva y una forma intelectiva. La primera sería la que se une al cuerpo al modo de

forma. De este modo, haciendo de una parte de la materia del alma sólo lo que se une al

72

Habiendo nacido durante el año 1248 en la francesa y occitana población Sérignan.

73

Luego Papa Nicolás IV (1288-1292).

74

Franciscano de gran peso e influencia, cuya muerte será en 1340.

75

Existiendo también la inglesa de Oxford y la italiana de Bolonia.

76

Muerto en 1202.

77

Ciertamente de más agustinismo que tomismo.

~ 26 ~

cuerpo se salvaría más fácilmente la inmortalidad del alma y consecuentemente su liber-

tad. Cosa harto discutible.78

He aquí algunas de sus obras:

Expositio seu Lectura in Sacram Scripturam.79

Opera de Perfectione Evangelica et Franciscana.

Opera ascetica-mystica.

Quaestiones in secundum librum Sententiarum.

Lectura super Apocalypsim.80

78

Esta teoría, junto a otras de discípulos o seguidores de este franciscano, será condenada en el concilio

de Vienne (Francia) en 1311-1312. También fue harto discutible su eclesiología, al menos en algunos

aspectos incluso esenciales.

79

Más bien en postilla, acotación o glosa.

80

Más conocida como Postilla super Apocalypsim, obra póstumamente condenada por el Papa Juan

XXII (1316-1334).

~ 27 ~

ROMA (ESTADOS PONTIFICIOS)

MURIÓ EL CÉLEBRE MÉDICO Y DIPLOMÁTICO JUAN DE PROCIDA

Giovanni da Procida,81

célebre médico y diplomático, murió en este año 1298, a sus

88 años de edad, estando aún muy activo y relacionado con muchas cortes europeas.

Enfermó durante uno de sus viajes, estando en Roma, donde le sobrevino el óbito.

Había nacido en Salerno y allí estudio medicina, en la célebre, universitaria y bien co-

nocida Schola Medica del lugar, la Campania italiana. Fue catedrático y afamado mé-

dico allí. Llamó la atención del patrón o patrocinador principal del prestigioso centro sa-

lernitano, el emperador Federico II Hohenstaufen,82

quien le nombró su médico perso-

nal. También fue médico particular del cardenal Juan Orsini, quien luego fue Papa Ni-

colás III entre los años 1277-1280.

Además de sus reconocidos saberes como médico, de mucho acierto práctico, fue afa-

mado por su inteligencia aguda y pragmática, de excelente valía diplomática, bien desa-

rrollada en la cortesana y burocrática Sicilia de los Hohenstaufen. Ciertamente influyó

en sus cargos el proceder noble de su ascendencia, como hijo de Juan y Clemenza, em-

parentados con los señores de Procida.

Además de médico personal de Federico II Hohenstaufen, fue también asesor y con-

sejero a su servicio, confiándole Federico la educación de su hijo Manfredo,83

a quien

prestó su cercanía y ayuda cuando fue derrotado y muerto en la batalla de Benevento

(26 de febrero de 1266).84

En ese mismo año 1266 viajó Juan a Viterbo, donde arregló

el matrimonio de su hija con el güelfo napolitano Bartolomé Caracciolo para luego ser-

vir al ejército siciliano. Marchó a Venecia después de la batalla de Tagliacozzo (agosto

de 1288), cuando Carlos I de Anjou derrotó al Hohenstaufen Conradino, a quien Juan

había apoyado. Le fueron confiscados sus bienes y propiedades por parte de Carlos I de

Anjou. Su mujer y su hija fueron maltratadas85

por los franceses, quienes también asesi-

naron a uno de sus hijos.

81

Juan de Procida (que se pronuncia Prócida, con acento en la o), siendo Procida una isla italiana del

entorno napolitano.

82

Muerto en 1250, precisamente atendido por Juan de Procida.

83

Cuya madre fue Blanca Lancia, muerta en 1233.

84

Batalla en la que vencieron los angevinos, Carlos I de Anjou, como bien sabemos y podemos recordar.

85

Tal vez vejadas y violadas también.

~ 28 ~

Se cuenta que Juan se encontraba de incógnito en Nápoles el 29 de octubre de 1268

cuando Conradino fue decapitado y allí recogió el guantelete que el joven Hohenstaufen

echó a la multitud antes de su ejecución. Al año siguiente86

estuvo en Alemania tratando

de organizar una renovada invasión Hohenstaufen en Sicilia. Se tienen noticias de cómo

Juan protagonizó mucha conspiración favorable a los Hohenstaufen, con apoyos de

Constantinopla y Génova, contra los angevinos y sus aliados Estados Pontificios. Más

tarde, en los años 1279-1280, contribuyó a la agitación de los sicilianos contrarios a los

franceses y favorables a los aragoneses del rey Pedro III,87

intentando también ganarse

el apoyo bizantino de Miguel VIII Paleólogo.88

Pero éste rechazó ayudar al rey aragonés

sin la aprobación pontificia, por lo que Juan fue a centrarse en Roma, ganándose allí el

plácet del Papa Nicolás III temeroso del poder angevino al sur de sus territorios. Juan de

Procida regresó entonces a Barcelona, acercando las ventajas bizantinas y genovesas a

las deseosas ambiciones de Aragón sobre Sicilia.

Mediante las secretas actuaciones diplomáticas que puso en juego Juan, está claro que

se sentaron las bases para las Vísperas Sicilianas en 1282, asegurándose el territorio bi-

zantino y la conquista siciliana por parte del rey Pedro III de Aragón. Este monarca

nombró a Juan gran canciller suyo en Sicilia, a 2 de febrero de 1283, mientras los ara-

goneses se entrecruzaban en guerra con los franceses.

86

O tal vez en 1270.

87

Muerto en 1285.

88

Muerto en 1282.

~ 29 ~

Dibujo de Michele Parascandolo (1893) que representa a Juan de Procida

(conservándose en la iglesia salernitana de San Mateo)

~ 30 ~

BOLONIA (ITALIA – SACRO IMPERIO

ROMANO GERMÁNICO)

MURIÓ TEODORICO DE BORGOGNONI

El óbito de Teodorico de Borgognoni, relevante eclesiástico dominico y médico ciru-

jano de reconocida fama, murió en Bolonia (Italia – Sacro Imperio Romano Germáni-

co), a 24 de diciembre de este año 1298,89

a la longeva edad de 92 años.90

Había sido hijo y discípulo del célebre médico Ugo Borgognoni, estudiando medicina

en la Universidad de Bolonia, mientras se fue haciendo igualmente fraile dominico, or-

denándose en el sacerdocio. Fue obispo de Bitonto91

en 1262 y de Cervia92

en 1270.

Además de ejercer sus deberes religiosos y pastorales como obispo, se dedicó con éxito

a la cirugía, siendo favorecido en su amplia labor por mucha gente pudiente que le co-

noció. También le ayudaron los romanos pontífices.

Destaquemos como obra suya la publicación de Cyrurgia, sobre cirugía médica, un

tratado sistemático y muy completo presentado en cuatro volúmenes. Rompió su autor

con esta obra muchas prácticas quirúrgicas tradicionales dadas por obsoletas, que venían

siendo transmitidas desde los antiguos griegos y por parte de los cirujanos musulmanes.

Borgognoni se significó enfatizando lo importante y científico que es fundarse en la

experiencia y en la experimentación, en la observación y no tanto en argumentaciones

teóricas o sólo provenientes de fuentes antiguas, con sus referencias de autoridad que no

tienen por qué serlo. Por ejemplo, insistió en que la práctica de fomentar el desarrollo

del pus en las heridas, transmitida desde Galeno y de la medicina árabe o islámica, fuera

mejor sustituida por un enfoque más antiséptico, con la herida limpiada y luego sutura-

da para promover la curación. Los vendajes debían ser previamente empapados en vino

como una forma o procedimiento desinfectante. También promovió en la cirugía el uso

de los productos propiamente anestésicos. Una esponja empapada en una solución di-

suelta de opio, mandrágora, cicuta, jugo de morera, hiedra y otras sustancias se sostuvo

89

Según parece, aunque tal vez pudiera ser que hubiera muerto en 1296.

90

Habiendo nacido en Lucca (Italia), en 1206.

91

Hacia la costa del mar Adriático en la Apulia (Italia).

92

En la región italiana de Emilia-Romaña.

~ 31 ~

bajo la nariz del paciente para inducir la inconsciencia. Además de sus trabajos quirúr-

gicos, Borgognoni compuso y publicó también importantes textos sobre medicina vete-

rinaria, muy particularmente referentes a la cetrería.

Ilustración anatómica del siglo XIII que muestra la circulación sanguínea

~ 32 ~

EPÍLOGO I

JAIME II DE ARAGÓN Y EL REINO DE MALLORCA:

LA ETAPA DE CONFLICTIVIDAD ENTRE LOS AÑOS 1291-1305

Jaime II el Justo ha pasado a la historia como uno de los soberanos más importantes

de la Corona de Aragón, tal y como reconoce la historiografía actual. La gran mayoría

de historiadores cree que este monarca luchó por el engrandecimiento político de su rei-

no durante los 36 años de su reinado y que consiguió que después de su muerte, la Co-

rona de Aragón se convirtiera en una potencia poderosa y respetada en el Mediterráneo

occidental.

Si hay que destacar algún aspecto de su mandato es precisamente el de su política

exterior. Jaime II tuvo siempre muy preciso conocimiento de la situación política inter-

nacional a través de la numerosa correspondencia epistolar desplegada con las cortes

europeas de la época. Este soberano desarrolló una intensa actividad diplomática y mi-

litar en el exterior con la idea de conseguir una mayor proyección política y económica

de la Corona en los circuitos internacionales. La política exterior es el ámbito en el que

Jaime II mostró su verdadera personalidad. En determinados momentos fue prudente y

conciliador, virtudes que le permitieron resolver de una forma pacífica algunos de los

conflictos diplomáticos que tuvo que atender. En cambio, actuó en otras circunstancias

de manera decidida contra quienes consideraba que podían perjudicar sus intereses. Co-

mo resultado de su gestión, Jaime II disfrutó de un gran prestigio internacional en su

tiempo, y así ha quedado constatado en los reiterados elogios que le dedicaron emisarios

y políticos de varios estados o diversas soberanías.

Al igual que ocurrió con otros países, las relaciones diplomáticas de Jaime II con la

Corte (mallorquina) de Perpiñán variaron según la situación histórica, las necesidades

de su pueblo y la personalidad de los dirigentes que gobernaban el reino de Mallor-

ca. Un estado mantenía con otro etapas de estabilidad política en la que ambos convi-

vían de forma pacífica, promovían los intercambios e incluso actuaban conjuntamente

contra enemigos comunes; períodos de inestabilidad en los que se limitaban o reducían

las transacciones económicas como consecuencia de ciertos incidentes navales o terres-

tres; y fases de conflictividad en que rompían las relaciones diplomáticas y dirimían sus

diferencias políticas y económicas en conflictos armados. Estas tres fases eran cíclicas y

siempre seguían un mismo orden; tras una contienda las relaciones diplomáticas entre

ambos países solían normalizarse, mientras que el tráfico de una fase de estabilidad a

una bélica solía ir precedida de un corto o largo período de inestabilidad con un cambio

significativo en las relaciones políticas, económicas y diplomáticas.

Las tres fases, estabilidad, inestabilidad y conflictividad, definen el estado de las rela-

ciones diplomáticas y económicas entre el reino de Aragón y el reino de Mallorca. A lo

largo del reinado de Jaime II de Aragón, ambos reinos pasarán por estas tres etapas. De

este modo, se puede distinguir una etapa de conflictividad que comienza con anterio-

ridad a la subida al trono de Jaime II de Aragón en 1291 y que finaliza hacia el año

1305, una fase de estabilidad que se desarrolla entre 1306 y 1317, y una etapa de ines-

~ 33 ~

tabilidad o tensión que se inicia en 1318 y que concluye con la muerte del rey aragonés

en 1327.

El período de conflictividad entre los reinos de Aragón y de Mallorca estuvo motiva-

do por dos contiendas, correspondientes a las Vísperas Sicilianas y a la cuestión de la

lezda. Ambas contiendas tuvieron distintas causas políticas y económicas, pero finali-

zaron de la misma manera: el reino de Aragón se aseguró la mediatización política sobre

el reino de Mallorca.

El conflicto internacional de las Vísperas Sicilianas

Jaime II de Aragón, secundogénito de Pedro III el Grande, llegó al trono aragonés en

1291, después de la muerte de su hermano Alfonso III. A diferencia de otros soberanos

que lo habían precedido, ya tenía una amplia experiencia política como mandatario. Du-

rante seis años había gobernado Sicilia, en circunstancias políticas muy difíciles. Desde

1282 la Corona de Aragón se encontraba en guerra contra el reino de Francia y contra

los Anjou por el control de esa isla. Su padre, Pedro III el Grande, aprovechando la

expulsión de los gobernantes franceses por el pueblo siciliano, había emprendido su

gran proyecto de expansión mediterránea, invadiendo y ocupando la gran isla del mar

Tirreno. A partir del último cuarto del siglo XIII, los aragoneses dieron muchísima im-

portancia a Sicilia, a pesar de que las operaciones comerciales catalanas eran todavía

muy poco significativas en los puertos de aquellos antiguos sículos que eran los sicilia-

nos, debido a la primacía toscana y genovesa por el Mediterráneo. Sicilia podía favore-

cer un proceso de repoblación nobiliario, en un momento en que había remitido la ex-

pansión militar catalana y aragonesa en la Península Ibérica, y además estaba emplazada

en una zona estratégica. Conectaba ambas cuencas del Mediterráneo y era una de las

plazas que facilitaba el desplazamiento de los barcos catalanes ampliamente en Levante.

El conflicto de las Vísperas Sicilianas había comenzado en Sicilia, la conocida tam-

bién como Trinacria, pero se extendió rápidamente a otras áreas o territorios del Medi-

terráneo occidental, siendo uno de esos territorios el reino de Mallorca. Cuando el ara-

gonés Jaime II subió al poder, el reino de Aragón se encontraba en guerra contra la ma-

llorquina Corte de Perpiñán. Seis años antes de su subida al poder, Alfonso III de Ara-

gón, a instancias de su padre Pedro III, había ocupado las Islas de Mallorca e Ibiza sin

encontrar más que una mínima resistencia. Pedro III castigaba así a Jaime II de Mallor-

ca por colaborar con el bando francés en su intento de liberarse de la mediatización po-

lítica y económica ejercida por Aragón. El monarca aragonés también había decidido

ocupar el archipiélago balear por razones de orden estratégico. Pedro III consideraba

que el dominio de las Baleares permitiría garantizar la comunicación marítima entre los

territorios catalanes y sicilianos. Los almirantes se podrían dirigir rápidamente a Sicilia

a defenderla en caso de una intervención naval de los angevinos, mientras que el co-

mercio exterior catalán y aragonés dispondría de una escala imprescindible para navegar

en el Mediterráneo, tanto en su parte oriental como en la occidental. En el archipiélago

balear, los mercaderes catalanes también podrían recuperar la posición privilegiada que

habían perdido a favor de los genoveses, una vez que los nuevos gobernantes favore-

cieran sus intereses. La importancia que la monarquía catalana concedía al territorio in-

~ 34 ~

sular de Baleares se puso de manifiesto cuando Alfonso III el Liberal, ya como rey de la

Corona de Aragón, emprendió en enero de 1287 la conquista de Menorca, que permane-

cía aún en poder de los almohades o sus herederos. La anexión de Menorca eliminaba la

piratería musulmana que era otra de las preocupaciones que tenía la monarquía catalana-

aragonesa al emprender los desplazamientos marítimos de sus barcos.

A lo largo de los siguientes años, Jaime II de Mallorca obstaculizó las vías de sumi-

nistro hacia Cataluña desde los territorios de allende los Pirineos, con intenciones de

presionar internacionalmente contra Aragón y para forzar convenientes vías diplomá-

ticas. Algunos estados occidentales, principalmente las ciudades marítimas del norte de

Italia, consideraban que la Corona de Aragón había alcanzado un excesivo poder en el

Mediterráneo al controlar algunas de las principales islas, y pretendían que los rivales

llegaran a una solución diplomática que restituyese el equilibrio existente en Occidente

antes de las Vísperas Sicilianas.

Alfonso III el Liberal inició las negociaciones sobre los dos territorios que la Corona

de Aragón había anexionado, un poco antes de la proclamación de Jaime II el Justo co-

mo nuevo soberano en el año 1291. Después de nueve años de conflicto, algunas clases

sociales catalanas querían que sus dirigentes políticos llegaran a algún tipo de acuerdo,

ya que la guerra les estaba ocasionando numerosos perjuicios económicos. La burguesía

catalana tenía dificultades para competir en varios mercados debido a la contienda, y re-

clamaba una mayor seguridad en el Mediterráneo occidental, ahora que había empezado

a penetrar en los mercados orientales. Por su parte, la nobleza aragonesa, que se había

establecido en Sicilia durante las famosas Vísperas, deseaba la paz para poder explotar

sus propiedades inmobiliarias y gestionar los negocios.

El rey aragonés mantuvo los contactos diplomáticos con Felipe IV el Hermoso, sobe-

rano de Francia, y con la Santa Sede, principales valedores de los angevinos. Alfonso III

Estaba dispuesto a devolver Sicilia a los Anjou, pese a la oposición de su hermano,

siempre y cuando las autoridades angevinas aseguraran el tráfico de las embarcaciones

catalanas por la zona, condición que consideraba irrenunciable. Sus súbditos debían dis-

poner de un paso seguro entre las dos cuencas del Mediterráneo.

En cambio, Alfonso III no quería renunciar a controlar las islas Baleares. En 1279, su

padre, Pedro III, había obligado a Jaime II de Mallorca a firmar un tratado especificando

que éste administraba los territorios mallorquines no como soberano sino como vasallo

suyo. El Tratado de Perpiñán había determinado que el reino de Mallorca dejara de exis-

tir como un estado plenamente independiente y quedara reducido a un conjunto de te-

rritorios con una amplia autonomía política en el seno de la Corona de Aragón.

Para los dirigentes de la Corona aragonesa existían argumentos jurídicos muy claros

para que continuara el espíritu del tratado de Perpiñán. Pedro III no había ocupado un

territorio aprovechando la rebelión del pueblo contra los dirigentes, como había ocurri-

do en Trinacria (Sicilia), sino que había tenido que intervenir en las Islas Baleares debi-

do a la traición de su vasallo, quien había ayudado a los franceses. Alfonso III sólo rein-

tegraría el archipiélago balear a Jaime II de Mallorca si se mantenía la misma situación

jurídica que existía con anterioridad a la anexión, ya que de lo contrario se estaría fa-

voreciendo la persona que había roto las relaciones feudales vasalláticas. Contrariamen-

te, Jaime II de Mallorca pretendía la devolución de las islas Baleares sin condicio-

~ 35 ~

nes. No reconocía el tratado de Perpiñán que, según él, había tenido que firmar a la fuer-

za, y confiaba en que la comunidad internacional considerase el emplearlo como una

agresión. Debido a la complejidad de este caso, Alfonso III tenía la intención de someter

el problema a un arbitraje si persistía el problema político, al objeto de que se llegara a

una solución satisfactoria para ambas partes.

Después de varias reuniones, Alfonso III suscribió el tratado de Tarascón, en el año

1291. En virtud de este tratado, el rey aragonés se desprendía formalmente de Sicilia

devolviéndola a los Anjou. Pero la cuestión balear no se pudo resolver satisfactoria-

mente. Alfonso se negó a separar el archipiélago balear del resto de territorios catalanes

y aragoneses mientras Jaime II de Mallorca no continuara como feudatario. Únicamente

aceptó que la Santa Sede actuara como árbitro en las futuras negociaciones.

Meses después, moría Alfonso III sin descendencia, justo cuando intentaba normalizar

las relaciones diplomáticas con los antiguos enemigos. La prematura desaparición del

rey colocó a Jaime II el Justo al frente de la Corona de Aragón. El nuevo soberano tenía

ideas políticas diferentes a las de su hermano. Sus ideas estaban más en consonancia

con el pensamiento de su padre. La estancia en Sicilia como gobernante durante los

Vísperas hizo que analizara el conflicto desde otra perspectiva. Para él, determinados

ejes eran fundamentales, como el papel clave de la Corona de Aragón en el Medite-

rráneo, el control político sobre las principales islas occidentales, y la importancia de los

intercambios con otros territorios, aspectos que pretendía defender en política exterior.

Sicilia tenía una notable importancia estratégica para Jaime II de Aragón. En sus puer-

tos atracaban los barcos mallorquines y valencianos que provenían del archipiélago ba-

lear, las embarcaciones genovesas y catalanas llenas de productos orientales, y las naves

pisanas y florentinas cargadas con tejidos franceses y flamencos. Todos ellos proporcio-

naban importantes beneficios en las aduanas e incrementaban la prosperidad económica

del territorio. A lo largo de su mandato en Trinacria o Sicilia había otorgado varias fran-

quicias en determinados comercios exteriores europeos y él mismo había realizado al-

gunas operaciones comerciales en su propio beneficio; se había asociado con un noble

genovés para vender metales, especies y tejidos en Constantinopla, y sus agentes habían

vendido sal sarda en Palermo y negociado en Túnez.

Respecto al archipiélago balear, Jaume II de Aragón también le concedía un valor

extraordinario, no sólo por su privilegiada situación geográfica. Las islas Baleares se de-

bían constituir no sólo en una escala segura y en lugar de tránsito para los barcos cata-

lanes, sino también en un lugar en que la Corona de Aragón pudiera ejercer la media-

tización política y económica. En este sentido, defendía, al igual que su hermano, los

derechos que la Corona de Aragón había logrado con el tratado de Perpiñán. De este

modo, el comercio exterior catalán mantendría su privilegiada posición en el mercado

mallorquín, y la monarquía catalana continuaría disponiendo de un colaborador muy va-

lioso que podría proporcionarle recursos financieros, barcos y armas en aquellos con-

flictos en los que la Corona catalana-aragonesa estuviera implicada, bien para reforzar

su presencia política y económica, bien para continuar su expansión territorial y/o co-

mercial.

Jaime II no era partidario de disminuir la presencia catalana en el Mediterráneo occi-

dental. La entrega de Sicilia y de las islas Baleares suponía debilitar la posición política

~ 36 ~

y económica de la Corona de Aragón en beneficio de otros competidores europeos. De

ahí que él no quisiera asumir los compromisos políticos a los que había llegado Alfonso

III, y se desvinculara de cualquier acuerdo firmado por su antecesor. Se negó a rendir

Sicilia y, al igual que su hermano, declaró que las islas Baleares eran inalienables, con

independencia de lo que pudiera decir la Santa Sede.

Los contendientes se volvieron a aprestar nuevamente para la guerra, debido a la ne-

gativa del soberano catalán-aragonés. Jaime II de Mallorca empezó a preparar las hues-

tes a la espera de que los defensores de su causa desarrollaran una nueva estrategia para

derrotar a la Corona de Aragón. El reino de Francia y la Casa de Anjou, vista la impo-

sibilidad de recuperar Sicilia mediante acuerdos diplomáticos o con sus fuerzas, inicia-

ron la búsqueda de nuevos partidarios. A partir de 1291, los angevinos solicitaron ayuda

a los genoveses para hacer un frente común contra los catalanes. Génova, convertida en

el estado más próspero del Mediterráneo a finales del siglo XIII, podía inclinar definiti-

vamente la victoria hacia uno de los dos contendientes con su poderosa flota.

El Común genovés se mantuvo finalmente neutral, debido al fracaso de la doble ne-

gociación con insulares y angevinos. Jaime II de Aragón también contribuyó a incre-

mentar las dudas de los dirigentes ligures (genoveses), diseñando una estrategia en la

que se comprometería a dar un trato preferente a aquellos genoveses que intercambiaran

comercio o negocios en las tierras catalanas. Sin el apoyo de Génova, los angevinos y el

reino de Francia no tenían suficiente capacidad militar para derrotar a la Corona de Ara-

gón. A pesar de este triunfo diplomático, el soberano aragonés se encontró con los

mismos problemas que su hermano Alfonso para ganar la guerra y garantizar el dominio

en Sicilia. La flota angevina, pese a que fuera netamente inferior a la catalana, seguía

causando estragos en las rutas de aprovisionamiento en Sicilia. La contestación social

era cada vez más importante dentro de la Corona. Los gastos de la guerra eran muy altos

y el pueblo catalán, que estaba sufriendo las consecuencias de un incremento de la pre-

sión fiscal, reclamaba el fin de las hostilidades. Además, habían aumentado las quejas

de algunos estamentos sociales. El comercio exterior catalán quería una mayor seguri-

dad marítima en el Tirreno y en las rutas que cruzaban las islas Baleares para poder na-

vegar en los mercados asiáticos y atlánticos, recientemente abiertos. De otro lado, una

parte de la nobleza aragonesa también manifestaba su malestar por no haber podido ser

compensada adecuadamente en Sicilia.

En 1293, Jaime II de Aragón entendió que sería imposible o dificilísimo ganar la gue-

rra. El cansancio de los contendientes ya se hacía patente y la presión diplomática de la

Santa Sede y de los genoveses contra la Corona de Aragón era muy intensa. El monarca

aragonés se mostró con un talante mucho más conciliador tras analizar y considerar la

realidad de la situación política internacional. Optó por una nueva estrategia. Como hizo

a lo largo de muchas fases de su reinado, pretendía utilizar la diplomacia en beneficio de

los intereses catalanes y aragoneses. Sobre el tratado de Tarascón, que no había valo-

rado del todo inicialmente, fue considerándolo como teniendo algunos aspectos positi-

vos para la Corona de Aragón. Sin embargo, no eran suficientes. Jaime II manifestó que

abandonaría definitivamente Sicilia si le compensaban con territorios y dinero.

Ese mismo año se decretó la suspensión de hostilidades y se iniciaron las negociacio-

nes. El Papa Bonifacio VIII, como mediador de las partes, diseñó un acuerdo de paz que

~ 37 ~

pudiera contentar a todos los contendientes que habían participado en las Vísperas Sici-

lianas. Finalmente, en junio de 1295, los monarcas de Aragón y Francia finalizaban las

reuniones con un acuerdo, precisamente cuando los comercios exteriores mallorquines y

catalanes empezaban a intensificar nuevamente su presencia en los mercados más im-

portantes debido a la disminución de la inseguridad marítima a la Mediterráneo central.

En virtud de este acuerdo firmado en la localidad italiana de Anagni, Jaime II de Ara-

gón se comprometía a evacuar Sicilia, pasando a manos de los angevinos, a cambio de

la infeudación de Cerdeña, una tierra que hasta entonces no había tenido ningún papel

específico durante la guerra y que estaba bajo la tutela pontificia. En cambio, la cuestión

de las islas Baleares no se resolvió rápidamente. Jaume II condicionaba la devolución

del archipiélago al regreso del Valle de Arán que estaba en manos de los france-

ses. Además, el rey catalán exigía que Jaime II de Mallorca ratificara el tratado de Per-

piñán, manteniendo así las mismas condiciones políticas existentes desde la etapa de Pe-

dro III el Grande.

Jaime II de Aragón demostró su inteligencia y diplomacia, imponiendo sus tesis en

Anagni. Un número importante de historiadores coincide en señalar que la Corona de

Aragón salió beneficiada con el tratado. La nación emergía como una de las potencias

más poderosas en Occidente después de las Vísperas Sicilianas. Había incrementado su

influencia política con la isla de Cerdeña, la cual podía tener un valor estratégico supe-

rior en aquellos momentos a Sicilia, debido a su posición geográfica equidistante con

las islas Baleares, norte de África, Cataluña y las ciudades-estados italianas. En cambio,

Sicilia estaba situada en el extremo del Mediterráneo occidental, y por lo tanto, estaba

demasiado alejada de los territorios catalanes, especialmente si la Corona aragonesa no

disponía de otras escalas intermedias que pudiera controlar. Su lejanía podía constituir

una dificultad notable en caso de que los efectivos militares catalanes tuvieran que des-

plazar a la isla para combatir, o los barcos comerciales quisieran navegar por el Medite-

rráneo occidental, teniendo únicamente los puertos tirrénicos como lugares seguros para

poder atracar.

Jaime II de Aragón valoraba la importancia de Cerdeña. Desde esta isla se podía ejer-

cer un mayor control de las actividades militares y mercantiles de los franceses, pisanos

y, especialmente, de los genoveses que se habían convertido gradualmente en los princi-

pales competidores por el Mediterráneo. O. Schena también ha puesto de manifiesto que

la isla ofrecía interesantes perspectivas económicas a los aragoneses, siendo una tierra

que tenía una rica producción cerealística, sal y minas de plata. Además, la Corona de

Aragón se aseguraba un ruta alternativa a Levante, en el supuesto de que los barcos

catalanes no pudieran transitar por las islas Baleares y por Sicilia. Los catalanes podían

navegar por los puertos sardos y desde allí dirigirse a las pequeñas islas que la Corona

aragonesa controlaba y que estaban próximas a las costas norteafricanas, si los angevi-

nos no les permitían atracar en los puertos sicilianos. Como se puede constatar, la de-

cisión de permutar Cerdeña por Sicilia no ponía en peligro la continuidad de la

expansión catalana por el Mediterráneo. Todo lo contrario. Como comenta A. Riera, la

nueva isla se constituyó en una plataforma indispensable para afianzar la proyección co-

mercial ultramarina y la presencia política y naval catalana en la cuenca occidental del

Mare Nostrum.

~ 38 ~

La Corona de Aragón consiguió otras ventajas políticas con el fin negociado de las

Vísperas Sicilianas. La monarquía aragonesa continuó ejerciendo la mediatización polí-

tica sobre el reino de Mallorca. Días después de la firma del tratado de Anagni, Jaime II

de Mallorca tuvo que ratificar el tratado de Perpiñán, confiriéndole validez internacio-

nal. Al ratificarlo ante los representantes de otras potencias, el monarca mallorquín ya

no podía alegar que lo había tenido que firmar a la fuerza como había ocurrido en 1279.

Esta decisión podía acarrear consecuencias políticas graves para la Corte de Perpi-

ñán. En un futuro, la Corona de Aragón podía actuar contra el reino de Mallorca sin que

ningún otro estado la ayudara, si demostraba que sus soberanos habían roto sus obliga-

ciones como vasallos. Jaime II de Aragón había conseguido lo que se proponía. Seguía

conservando en su favor los territorios mallorquines, y había impuesto unas condiciones

que garantizaban que la Corte de Perpiñán no interferiría en un futuro las actuaciones

políticas y económicas en el Mediterráneo occidental, ni promovería iniciativas que pu-

dieran perjudicar los intereses catalanes bajo pena de importantes represalias.

A pesar de la ratificación del tratado de infeudación, el rey aragonés tardó en devolver

las islas Baleares a Jaime II de Mallorca, debido al conflicto suscitado con Francia por

la cuestión del valle de Arán y la negativa del pueblo siciliano a la imposición de un go-

bierno angevino. Finalmente, en 1298, el soberano mallorquín recuperó el archipiélago

balear, incluida Menorca, un año después de que Jaime II recibiera Cerdeña desde la

Santa Sede. Jaime II de Mallorca tuvo que prestar nuevamente homenaje a su sobrino.

La cuestión de la lezda balear (1299-1305)

Con el final de las guerras que conllevaron las Vísperas Sicilianas, la tensión dismi-

nuyó considerablemente en el Mediterráneo occidental. Las guerras que habían asolado

esta cuenca marítima se desplazaron gradualmente hacia la otra cuenca, donde las po-

tencias europeas combatieron por el control de las principales franquicias orientales.

Aprovechando el incremento de la seguridad marítima en Occidente, Jaime II de Ara-

gón siguió impulsando la estrategia política que más beneficiaba a la Corona de Aragón.

El rey aragonés buscaba favorecer los intercambios comerciales de sus súbditos en las

principales plazas occidentales, ya que proporcionaban numerosos ingresos a la monar-

quía. Sin embargo, tampoco dejaba de impulsar aquellas reformas estructurales que ne-

cesitaban los sectores agrícola e industrial para paliar los efectos de una crisis económi-

ca cuyos síntomas empezaban a mostrarse.

En la práctica, los gobernantes de otros países ribereños també desarrollaron estrate-

gias similares a la de Jaime II de Aragón, el cual provocó ciertos momentos de insegu-

ridad marítima en el Mediterráneo occidental. Los comerciantes incrementaron su pre-

sencia en determinadas plazas, rivalizando entre ellos para aumentar los beneficios que

habían disminuido debido a la guerra. Como resultado de esta competencia, varios Es-

tados lucharon para consolidar las posiciones comerciales de sus súbditos. Hubo riva-

lidades en el trasladarse los mercados.

La Corona de Aragón tampoco pudo normalizar las relaciones diplomáticas con el rei-

no de Mallorca tras el tratado de Argelers. Su período de acercamiento político duró po-

co. Jaime II de Mallorca impulsó varias medidas que colisionaron con los intereses

~ 39 ~

comerciales catalanes en el Mediterráneo a partir de 1302, el mismo año que se firmaba

el tratado de Caltabellota que ponía fin al conflicto suscitado en Sicilia entre los ange-

vinos y los sicilianos por el control del gobierno.

Apenas el rey mallorquín tomó posesión de las islas Baleares, puso en marcha un pro-

grama de carácter interno que tenía como objetivo modernizar las estructuras económi-

cas de los territorios que controlaba, para dotarlos de suficientes recursos financieros.

Con este programa, la Corte de Perpiñán también buscaba una mayor autosuficiencia e

independencia respecto a la Corona de Aragón. Con el nuevo siglo (el XIV), Jaime II de

Mallorca era consciente de que la supervivencia del reino de Mallorca como sólo sería

estatalmente posible si se reducía su dependencia económica y política respecto a las

naciones más poderosas de la zona.

El rey mallorquín promovió algunas iniciativas que propiciaron el malestar del sector

terciario catalán y que forzaron la intervención de Jaime II de Aragón. Como resultado

de las intensas negociaciones llevadas a cabo con Abu-l-Baqa Halid, sultán de Bugía

(Argelia), el reino de Mallorca instauró el primer consulado en dicha localidad nortea-

fricana, pretendiendo potenciar y a la vez defender la actividad comercial de los mallor-

quines o baleares en el Magreb.

Con la apertura de un consulado en Bugía, el cónsul catalán, que hasta entonces era el

representante en suelo extranjero de todos los catalanes, incluidos los mallorquines, de-

jaba de defender a los ciudadanos de la Corte de Perpiñán ante la administración lo-

cal. La decisión del soberano mallorquín también tenía otras consecuencias negativas

para la Corona de Aragón. Jaime II de Aragón ya no podía percibir una parte de las

cantidades monetarias que los mallorquines abonaban a las aduanas de Bugía y que le

correspondían como defensor de los intereses comerciales del reino de Mallorca. Al

mismo tiempo, el comercio exterior catalán-aragonés tendría más dificultades para con-

trolar las actividades de los hombres de negocios insulares en las ciudades norteafri-

canas. Con el establecimiento de un cónsul mallorquín, la burguesía balear podría llevar

a cabo aquellas operaciones comerciales que más la beneficiaran sin necesidad de rendir

cuentas a los representantes catalanes.

Jaime II de Aragón y la burguesía catalana trataron de diseñar una estrategia común

para impedir la gradual implantación de consulados mallorquines. Ahora bien, la solu-

ción no era fácil. Jaime II de Mallorca había impulsado esta iniciativa, pero los gober-

nantes magrebíes habían dado la autorización para que se pusiera en funcionamiento. El

soberano aragonés podría haber actuado contra los mallorquines, pero sus represalias no

impedirían que continuaran funcionando los consulados, mientras estos gobernantes lo

consideraran oportuno. Tampoco podía combatir contra los sultanatos norteafricanos sin

poner en peligro las actividades comerciales de sus súbditos. Jaime II de Aragón optó

finalmente por realizar una ofensiva diplomática a cada una de las plazas en las que los

mallorquines estaban estableciendo consulados. Los resultados fueron decepcionantes.

Los dirigentes magrebíes no prohibieron los consulados, en parte porque les interesaba

que los mercaderes isleños continuaran negociando en sus plazas, dado su importante

volumen comercial en el Magreb oriental e Ifriquiya. En los siguientes años, la Corte de

Perpiñán siguió implantando consulados en el norte de África y otros lugares del Me-

diterráneo.

~ 40 ~

En cambio, la Corona de Aragón impuso sus criterios en el reino de Mallorca respecto

a la lezda balear, en parte porque afectaba mucho más seriamente su economía. En el

año 1302, Jaime II de Mallorca estableció un arancel sobre aquellas mercancías extrain-

sulares que gozaban de una cierta inmunidad fiscal, e incrementó la tarifa aduanera vi-

gente que grababa los artículos importados o exportados por aquellos hombres de nego-

cios que no tenían la ciudadanía mallorquina. La monarquía mallorquina quería recau-

dar importantes cuantías monetarias, aprovechando que los barcos extranjeros empe-

zaban a navegar regularmente por el Mediterráneo occidental después de los Víspe-

ras. Así, podía amortizar en parte los elevados gastos de la larga contienda mediterrá-

nea, y pagar los costes que suponían la reordenación y la repoblación de la parte fo-

ránea, impulsada desde 1300 mediante las correspondientes Ordenanzas. La reforma de

la lezda también tenía otros efectos particularmente beneficiosos para los sectores pri-

mario y secundario balear: creaba barreras aduaneras que protegían los bienes agrícolas

y los artículos manufacturados locales.

La reforma de la lezda balear perjudicó principalmente el comercio exterior catalán.

Hasta entonces, la burguesía catalana había disfrutado de exenciones arancelarias en el

archipiélago balear. La implantación de la nueva lezda limitaba su preeminencia econó-

mica en las islas, desde el momento en que la equiparaba fiscalmente a otros comercios

exteriores extranjeros. Perdía las ventajas de poder ofrecer las mercancías en este terri-

torio a precios más asequibles que otros sectores terciarios y de importar aquellos bienes

que los comerciantes mallorquines compraban a diferentes mercados en condiciones

más favorables. Además, la lezda encarecería los desplazamientos de sus mercancías a

otras regiones y en el área del Mediterráneo oriental, precisamente cuando las embarca-

ciones catalanas comenzaban a transitar regularmente por el Tirreno. Después de la paz

de Caltabellota, la Corona de Aragón no tardaría en ejercer la mediatización política

sobre la Corte siciliana. En los inicios del siglo XIV, los catalanes controlaban las prin-

cipales escalas marítimas que facilitaban la navegación entre ambas cuencas del Medite-

rráneo mediante diversas fórmulas políticas y jurídicas, y la cuestión de la lezda podía

ser un obstáculo serio en su intento de asegurar su situación financiera y posición di-

plomática en el tablero internacional.

La burguesía catalana quiso resolver rápidamente el problema de la lezda balear, mu-

cho más urgente e importante que el asunto planteado por Jaime II de Mallorca en el

puerto (hoy francés) de Colliure en su momento. A finales del siglo XIII, la monarquía

mallorquina ya había efectuado algunas reformas fiscales a la lezda de Colliure, refor-

mas que habían provocado un cierto malestar en el seno del sector comercial catalán. La

Corona de Aragón había protestado ante Jaime II de Mallorca, pero no había adoptado

ninguna represalia contra él, en parte porque también debía solucionar el problema fis-

cal suscitado con los navegantes comerciando por el Golfo de León.

La burguesía catalana era partidaria de un boicot comercial contra los mallorqui-

nes. Jaime II de Aragón prefería inicialmente agotar todas las vías diplomáticas, mien-

tras trataba de resolver otras cuestiones importantes, como el conflicto con los castella-

nos por el dominio del reino de Murcia y el endurecimiento de las exigencias arancela-

rias de los del Languedoc. Tras la negativa de Jaime II de Mallorca a cambiar de estrate-

gia política, las principales ciudades catalanas, en especial Barcelona, pasaron a la ac-

~ 41 ~

ción. Durante un año, los barcos catalanes bloquearon el comercio insular con perma-

nentes ataques corsarios contra las embarcaciones mallorquinas, impidiendo que los

mercaderes extranjeros pudieran trasladar bienes desde Cataluña al archipiélago. Este

veto antibalear resultó muy efectivo, a pesar de que la Corte de Perpiñán hubiera fir-

mado tratados de amistad con las repúblicas italianas. En agosto de 1305, Jaume II de

Mallorca dejó en suspenso la lezda. El monarca mallorquín no había podido actuar de

forma independiente, como deseaba. La Corona de Aragón había actuado nuevamente

contra el reino de Mallorca cuando las disposiciones emitidas por sus gobernantes eran

incompatibles con sus intereses, y muy especialmente con los de la burguesía catalana.

Después de este fracaso, el reino de Mallorca iniciaría un proceso de normalización

diplomática con la Corona de Aragón. Desde la segunda mitad de 1305, se constata un

cambio de política por parte de la Corte de Perpiñán. La monarquía mallorquina mejoró

su relación con la catalana-aragonesa, sólo obstaculizada por algunos momentos de ten-

sión debido a la reforma de la lezda balear, que no se resolverían hasta su abrogación en

1308. Jaime II de Mallorca efectuó un acercamiento a su tío, vista la imposibilidad de

poder imponer sus criterios fiscales a la Corona de Aragón y una vez impulsadas las

principales reformas estructurales que necesitaba la economía mallorquina. Esta estrate-

gia, continuada a partir del 1311 por el rey Sancho I de Mallorca, su hijo y sucesor entre

los años 1311-1324, perseguía aumentar los intercambios entre ambos territorios, hacer

un frente común contra aquellos enemigos que trataran de limitar los negocios de sus

ciudadanos, y contar con la protección de un Estado poderoso como era la Corona de

Aragón en el Mediterráneo, un Estado que conseguía reducciones y exenciones arance-

larias para todos los catalanes, y que podía facilitar a la burguesía mallorquina la pene-

tración comercial en los mercados más importantes. De esta forma, el reino de Mallorca

tuvo una cierta estabilidad diplomática durante una década, el período más próspero de

su historia.

~ 42 ~

EPÍLOGO II

LA LEYENDA DORADA Y LA FLOS SANCTORUM

El Beato Santiago de la Vorágine, O. P., comenzó a escribir la Legenda aurea o Le-

yenda dorada en 1250, siendo el año del primer manuscrito aparecido el de 1260. La

tarea duró hasta 1280. En algunas de sus primeras ediciones, la Legenda aurea (o Le-

yenda áurea) se tituló Lombardica Historia, originándose con ese título la falsa idea de

que pudiera tratarse de dos trabajos distintos, ya que de la Vorágine dedica el segundo y

último capítulo de su obra, a la vida del Papa Pelagio II (579-590), incluyendo un resu-

men de la historia de los lombardos, hasta 1250. También se tituló Legenda Sanctorum

(Lecturas sobre los Santos).

La obra en total93

se compone de 177 capítulos (o bien 182, según algunos estudio-

sos). Está dividido en cinco apartados, acordes con el año litúrgico de entonces: Ad-

viento-Navidad, Navidad-Septuagésima, Septuagésima-Pascua, Pascua-Octava de Pen-

tecostés y Octava de Pentecostés-Adviento.

Con acierto no podemos evaluar la Leyenda áurea como un documento histórico ape-

gado a la narración de hechos reales, pues el objetivo principal de Santiago de la Vo-

rágine, como de otros hagiógrafos medievales, no fue el de redactar biografías fidedig-

nas, ni componer tratados científicos para eruditos o intelectuales, sino libros o relatos

devocionales para la gente común o piadosa, gente convencidísima de la divina y pater-

nal omnipotencia, de la inquebrantable providencia de Dios, gente que deseaba alcanzar

una vida virtuosa y santa. La Leyenda áurea ofrecía ejemplos y modelos de santidad,

según los mejores hijos e hijas de la Iglesia a quienes rezar e imitar.

La Leyenda áurea tuvo la intención de favorecer o potenciar la religiosidad popular, y

cumplió ese propósito, si bien (o para mal) a costa de la verosimilitud y de la fidelidad

histórica, como denunciaron los humanistas (Juan Luis Vives –1492-1540– o el domi-

nico Melchor Cano –1509-1560–, entre otros). De todos modos, hemos de tener en

cuenta o considerar que el sentido histórico que tenían los medievales era muy distinto

del sentido moderno o que tenemos nosotros actualmente. De muchas historias contadas

por los medievales no hay fuentes que se comprueben, aunque el autor se esfuerce en ci-

tar y mencionar repetidamente a los autores en los que supuestamente se basa o funda-

menta; pero no hay en sus obras ningún sentido crítico sobre los hechos, acumulados de

forma heterogénea y sin discernimiento alguno, de modo que incluso es posible encon-

trar alusiones a hechos mezclados de unas u otras vidas, sin que falten historias tomando

sus datos de textos apócrifos o incluso fantasiosos.

Con todo, el prestigio y divulgación de la Leyenda áurea fueron extraordinarios, de in-

mensa repercusión entre los artistas, que utilizaron sus narraciones para pintar y esculpir

escenas devotas a lo largo de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Las edicio-

93

Que puede leerse en ediciones de hoy en día y a nuestro alcance.

~ 43 ~

nes fueron mue favorecidas por la invención de la imprenta hacia mediados del siglo

XV.

La redacción más original había sido hecha en latín, recogiendo lecturas sobre unos

180 santos y mártires, también a raíz de los Evangelios y de los escritos apócrifos. Se

nombran como fuentes a San Jerónimo,94

Casiano,95

San Agustín de Hipona,96

San Gre-

gorio de Tours,97

Vicente de Beauvais,98

etc. La Leyenda no es ajena a etimologías fan-

tásticas, al modo semejante que compusiera en su tiempo San Isidoro de Sevilla.99

Con

Santiago de la Vorágine se popularizaron mucho algunos relatos martiriales, tales como

el desollamiento del Apóstol San Bartolomé, el asaeteo del Mártir San Sebastián, el

combate de San Jorge de Capadocia con el dragón, etc. Del mismo modo que la pro-

gresiva elaboración de las biblias pictóricas en las catedrales, la Legenda fue elaborada

como una herramienta para difundir la fe por medio de imágenes vívidas, más cercanas

a la experiencia del vulgo en esos tiempos que las dificultosas narraciones bíblicas po-

pularmente más inaccesibles.

Hubo derivaciones posteriores o contemporáneas del tipo Flos Sanctorum, en latín.

Podemos señalar dos etapas o épocas distintas, la pre-tridentina (medieval-renacentista)

y la pos-tridentina (a raíz del Concilio de Trento concluido en 1563). Ya iremos viendo

ediciones y publicaciones, si Dios quiere, según avancemos en este nuestro Cronicón.

94

Muerto en 420.

95

San Juan Casiano, muerto hacia el año 435.

96

Muerto en 430.

97

Muerto en 594.

98

Muerto en 1264.

99

Muerto en 636.

~ 44 ~

EPÍLOGO III

LA GUERRA DE CURZOLA

Curzola es una isla croata que se halla en el mar Adriático y allí hubo entre 1295 y

1299 una serie de cuatro conflictos históricos, siendo uno de ellos el de la batalla de

Curzola, enfrentándose las repúblicas de Génova y de Venecia disputándose el control

comercial en las rutas del mar Mediterráneo, tanto occidentales como orientales.

La tensión vino causada en gran parte por los impedimentos comerciales que siguie-

ron a la caída de San Juan de Acre en 1291. Génova y Venecia se vieron muy perjudi-

cadas por ese hecho. Rota una tregua entre ambas repúblicas, fueron barcos genoveses

los que hostigaron primero a mercaderes venecianos que navegaban por el mar Egeo. La

tensión por el hostigamiento genovés subió sobre todo en 1295 y Venecia se declaró en

guerra contra Génova. Emergieron viejas y solapadas cuestiones. El empeoramiento de

las relaciones entre bizantinos y venecianos que se rompieron cuando la cuarta cruzada

(1198-1204) contribuyó a que los bizantinos se pusieran de parte de los genoveses.

Mientras los venecianos dominaban bastante bien por los mares Egeo y Negro, lo geno-

veses dominaban y hasta se imponían por el mar Adriático, venciendo a los venecianos

en la batalla de Curzola, a 9 de septiembre de 1298, habiendo nueva tregua al año si-

guiente.

Así pues, la caída de Acre en 1291, que supuso victoria musulmana decisiva y el final

por completo del reino cruzado de Jerusalén, dañó mucho sobre sus intereses a los vene-

cianos. No sólo en sus intereses sino también moral y militarmente, quedando muy re-

sentida la Europa Occidental. Una tragedia. Venecia perdió muchísimo. Era la desapari-

ción de una importantísima ruta que transfería la seda y las especias orientales hacia Eu-

ropa mediante los venecianos.

~ 45 ~

Perder Acre fue algo particularmente trágico para Venecia, pues allí tenía mucha y

significativa población. Hubo una crisis global de comercio, porque los cada vez más

imperiales dominios musulmanes empezaron a cerrar las rutas tradicionales. En conse-

cuencia, incapaz de competir con Génova, que podía mantener sus colonias en Azov o

Novorosíisk y Crimea, la economía de Venecia quedó muy perjudicada. Génova pudo

controlar y bloquear el comercio veneciano en el Bósforo y en los accesos al mar Negro.

Hubo destacados ataques genoveses contra venecianos en el mar Egeo y en la vene-

ciana isla de Creta, no menos que en el cuartel veneciano persistente en Constantinopla

(año 1295), con los bizantinos apoyando a los genoveses.

La guerra fue transcurriendo por sus tensos y bélicos derroteros. Venecia organizó una

flota de guerra compuesta por 40 galeras. Capitaneadas por Roger Morosini, navegaron

a Constantinopla justo después de la declaración de guerra e intentando romper el blo-

queo genovés. Pronto se hicieron con el Cuerno de Oro, el puerto interior de Constan-

tinopla, e intentaron tomar enseguida la ciudad apuntando a todas las naves genovesas y

bizantinas o griegas que se movían por allí. Andrónico II Paleólogo (1282-1328), ha-

ciendo memoria de la cuarta cruzada y estando temeroso de perder de nuevo la ciudad,

hizo pronto la paz con Venecia, liberando a todos los venecianos y devolviéndoles todo

lo que tenían confiscado. Siguió luego otra flota que preparó Venecia continuando el

conflicto, siendo capitán esta vez Giovanni Soranzo. El objetivo de esta flota era inten-

tar romper el poder genovés en el Bósforo y lograr el acceso de vía libre al mar Negro.

Soranzo tuvo éxito. Consiguió romper el bloqueo y llegar a ese mar penetrando hasta

Crimea, capturando el puerto grande de Caffa (Feodosia).

Con todo, los genoveses seguían empeñados en vencer a los venecianos. Desde su po-

sición dominante en el mar Egeo empezaron a lanzar varias redadas de navegaciones

exitosas en el mar Adriático, dañando severamente las líneas de abastecimiento vene-

cianas. Finalmente, en 1298, los genoveses se enfrentaron decisivamente a los venecia-

nos presentándole batalla en la costa de Curzola, donde la flota genovesa consiguió una

victoria clara, hundiendo 65 de los 95 barcos venecianos, matando a 9.000 venecianos y

capturando a 5.000, siendo uno de ellos el célebre Marco Polo.100

Éste, con la ayuda de

Rustichello de Pisa,101

un cronista o literato que estaba con él, escribió luego en cauti-

verio el libro de sus Viajes, que constituye una muy encomiable documentación carto-

gráfica.

Aún así no se desanimaron los venecianos. En poco tiempo pudieron organizar una

nueva flota de 100 galeras, lo que impresionó a los genoveses, que no se lo esperaban.

Esto produjo en 1299, a 25 de mayo, que genoveses y venecianos firmaran en Milán un

tratado o acuerdo de paz, aunque resultó muy inestable o de mucha desconfianza mutua,

del todo indecisa. Pero Venecia pudo seguir comerciando, con tolerancia y vigilancia de

los genoveses. Por así decir, hubo empate.

100

Que muere el 8 de enero de 1324.

101

No se conoce la fecha de su muerte.

~ 46 ~

ÍNDICE

A modo de prólogo o pórtico

Del románico al gótico en la catedral de Barcelona y un terremoto en Italia pág. 3

Reino de Castilla

Decisiones reales y de las cortes …………………………………………… pág. 6

Gniezno (reino de Polonia)

Murió monja la princesa Yolanda …………………………………………. pág. 7

Argelers (reino de Aragón)

Firmado un tratado de paz y concordia entre Jaime II de Mallorca y Jaime

II de Aragón ………………………………………………………………… pág. 8

Bosque de Callander en las cercanías de Falkirk (reino de Escocia)

Batalla pro independencia de escoceses contra ingleses ………………….. pág. 10

Göllheim (un lugar de Alemania cerca del Rin, de Worms y de Espira)

Murió combatiendo el conde Adolfo de Nassau, rey de Alemania o de

Romanos ……………………………………………………………………. pág. 15

Reino de Armenia Cilicia

Muerte del rey Thoros III ………………………………………………….. pág. 17

Génova

Murió el hagiógrafo Jacopo da Varrazze (Santiago de la Vorágine) ……... pág. 19

Castell de Brignoles

Murió el obispo Luis de Toulouse ………………………………………… pág. 20

Isla de Curzola (en el mar Adriático)

Batalla derrotando los genoveses a los venecianos y de cómo se suicidó el

almirante Andrea Dandolo ………………………………………………… pág. 23

Asís (región italiana de Umbría)

Murió como fraile franciscano Guido I de Montefeltro …………………... pág. 24

Narbona (reino de Francia)

Murió Petrus Ioannis Olivi ………………………………………………… pág. 25

Roma (Estados Pontificios)

Murió el célebre médico y diplomático Juan de Prócida …………………. pág. 27

~ 47 ~

Bolonia (Italia – Sacro Imperio Romano Germánico)

Murió Teodorico de Borgognani ………………………………………….. pág. 30

Epílogo I

Jaime II de Aragón y el reino de Mallorca: la etapa de conflictividad entre

los años 1292-1305 ………………………………………………………… pág. 32

Epílogo II

La Leyenda dorada y la Flos Sanctorum ………………………………….. pág. 43

Epílogo III

La Guerra de Curzola ………………………………………………………. pág. 45