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Efectos psicológicos manifestados en el fenómeno de la prisionalización en
mujeres: Una revisión sistemática
Jennifer Jazmín Ayala Garay
María Liceth Riveros García
Mg. Claudia Cáceres
Universidad Santo Tomás
Facultad de Posgrados
Especialización Psicología Jurídica y Forense
Tunja
2021
Efectos psicológicos manifestados en el fenómeno de la prisionalización en
mujeres: Una revisión sistemática
Resumen
La ocurrencia de trastornos mentales es siete veces mayor en población
privada de la libertad; en las mujeres existe una mayor incidencia de estrés
postraumático. Durante el ingreso a complejos penitenciarios se da el proceso de
adaptación al mismo, modificando conductas, valores y cogniciones, que derivará
o no a problemas en salud mental. El objetivo de la presente revisión fue analizar
los efectos de prisionalización sobre la salud mental de mujeres, evidenciados en
la literatura científica. Se seleccionaron 24 artículos que cumplían los criterios de
inclusión y exclusión determinados. Los resultados del análisis sistemático indica
que existen dos tendencias denominadas: 1) efectos psicológicos positivos como
la protección de los derechos de las mujeres dado que la mayoría permanecían en
condiciones desfavorables; 2) factores negativos como ansiedad, depresión y
estrés. Es importante resaltar que a la fecha hay pocas investigaciones del tema
en población femenina.
Palabras clave: efectos psicológicos, prisionalización, ansiedad, depresión,
estrés, mujeres.
Abstract
The occurrence of mental disorders is seven times higher in the population
deprived of liberty; in women there is a higher incidence of post-traumatic stress
disorder. During admission to penitentiary complexes there is a process of
adaptation to it, modifying behaviors, values and cognitions, which may or may not
lead to mental health problems. The aim of the present review was to analyze the
effects of prisonization on women's mental health evidenced in the scientific
literature. Twenty-four articles that met the determined inclusion and exclusion
criteria were selected. The results of the systematic analysis indicate that there are
two trends: 1) positive psychological effects such as the protection of women's
rights, given that most of them remained in unfavorable conditions; 2) negative
factors such as anxiety, depression and stress. It is important to highlight that to
date there is little research on the subject in the female population.
Key words: psychological effects, prisionalization, anxiety, depression,
stress, women.
Introducción
A partir de la década de los 60 y 70 en el mundo, los entes
gubernamentales y no gubernamentales han notado la importancia que tiene la
salud mental de las personas dado el incremento de afectación a nivel psicológico
y trastornos mentales desencadenados por diversas situaciones como pobreza,
guerras, desastres naturales, privación de la libertad y demás eventos que pueden
generar desajustes en el nivel de bienestar en las personas.
Se reconoce que la conducta delictiva femenina ocurre en mujeres quienes
pertenecen a un nivel socioeconómico bajo, inician su carrera delictiva de forma
tardía presentando menos índices de violencia, menos reincidencia y el delito más
frecuente por el cual son privadas de la libertad es el trafico de estupefacientes.
(Ruidíaz, 2011; Calvo, 2014; Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, 2019).
Durante la permanencia en los establecimientos penitenciarios, los
individuos, efectúan un proceso de adaptación denominado prisionalización en el
cual se manifiesta por la asimilación de conductas, valores y cogniciones de la
subcultura carcelaria (subcultura carcelaria) y no solo las normas y códigos
institucionales. Por tal razón se observa que el paso por la prisión acarrea
alteraciones a nivel psicológico (Romero, 2019)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ocurrencia de
trastornos mentales es siete veces mayor en población privada de la libertad y en
mujeres mayor incidencia de estrés postraumático. Contrario a esto y según
estudios encontrados se logran identificar efectos psicológicos derivados de este
fenómeno que causan un impacto positivo en la vida de mujeres privadas de la
libertad (Benavides et al., 2012; Fazel et al., 2009; Mojica et al., 2009; Avilés,
2018; Hernández y Lovelle, 2019; Castillo et al., 2019).
Planteamiento del Problema
La salud mental, definida por la OMS y el artículo 3 de la Ley 1616 de 2013,
es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la
ausencia de enfermedades o trastornos, además un estado dinámico individual
expresado en comportamientos e interacción con pares, en el que el individuo
utiliza recursos emocionales, cognitivos y mentales para así llevar a cabo sus
labores diarias y contribuir a la sociedad (Congreso de la Republica Colombia,
2013).
En relación a la incidencia de trastornos mentales, la OMS sostiene que es
siete veces mayor en población privada de la libertad, siendo en su mayoría
trastornos del afecto, cuatro o cinco trastornos comórbidos como: trastornos de
personalidad con abuso o dependencia de alcohol y drogas, altos niveles de
depresión mayor, trastornos de ansiedad, episodios maniacos, esquizofrenia y en
mujeres mayor incidencia de estrés postraumático (Benavides et al., 2012; Fazel
et al., 2009; Mojica et al., 2009).
Según el Institute for Crime and justice Policy Research, 2020 refiere sobre
el ingreso a complejos penitenciarios de hombres y mujeres a nivel mundial es de
más de 10 millones de personas; Estados Unidos y El Salvador encabezan la lista
por cada 100.000 habitantes, donde Estados Unidos en junio de 2020 llegó a 655
personas, el Salvador 590, en China, Rusia, Brasil y la India mas de 4 millones, en
Grecia y Países Bajos ha aumentado un 150%. En España 140 de cada 100.000
habitantes están recluidos, se han reportado 3.892 mujeres privadas de la libertad
en 2019, según reporte de World Prison Brief a nivel mundial, esto debido a los
delitos relacionados con drogas, los cuales son los mas comunes en la imputación
de cargos a las mujeres.
En Colombia los datos corresponden a 110.571 hombres representando el
93,1% y 8.198 mujeres el 6,9% de la población total recluida, en una proporción
una mujer por cada trece hombres. Los internos hombres y mujeres sindicados
son 39.515 el 33.3% de la población intramuros, 92% hombres y el 8% mujeres
(Institute for Crime and justice Policy Research, 2020; Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario, 2019).
En relación a la edad, a nivel global el grupo mayoritario dentro de las
cárceles corresponde al grupo de 36 – 49 años con un 45,4%, las edades de
reclusión según estudio refieren ser 33 años en España, 29 años en Estados
Unidos, 25 a 29 en Colombia (Ruidíaz, 2011; Calvo, 2014; Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario, 2019).
De manera proporcional al incremento de personas recluidas en complejos
penitenciarios, la afectación a nivel psicológico crece, cifras de suicidio, conductas
autolesivas y de trastornos mentales en ambientes carcelarios ha ido en aumento,
representado según reportes en Colombia 10 de cada 100 adultos de 18 a 44
años tiene algún problema de salud mental. Adicional a esto, la situación de
reclusión en un complejo penitenciario aumenta el riesgo de desencadenar
mencionado problema (Mojica et al, 2009).
Durante el ingreso a complejos penitenciarios se da el fenómeno de la
prisionalización, definido como aquel proceso de adaptación que usan los
individuos ante la permanencia en un establecimiento penitenciario, donde
modifican conductas, valores y cogniciones, esto dependiendo de estrategias de
afrontamiento individuales derivará o no a problemas en su salud mental (Avilés,
2018).
Formulación del Problema
Teniendo en cuenta lo revisado y según estadísticas actuales sobre los
trastornos mentales derivados de la privación de la libertad y el fenómeno de la
prisionalización, se plantea la pregunta ¿Cuáles son los efectos psicológicos que
presentan las mujeres debido al fenómeno de la prisionalización?
Justificación
Dado lo anterior y según la búsqueda previamente realizada, se encuentran
al menos 2219 artículos de investigaciones empíricas en bases de datos, con el fin
de identificar esta problemática en hombres, en bases de datos indexadas, en la
búsqueda de investigaciones empíricas de los efectos psicológicos de la
prisionalización en mujeres ese encuentran cerca de 1145 y alrededor de 50
revisiones o meta-análisis, a nivel general, por tal razón, se considera relevante
realizar una revisión de la literatura teórica y empírica sobre los efectos
psicológicos causados en las mujeres por el proceso de prisionalización, esto con
el fin de contribuir en la comprensión de dichos efectos y así ampliar el
conocimiento sobre la extensión de este fenómeno en la salud mental.
En efecto y según los datos emitidos por la OMS en relación a la
prevalencia de trastornos mentales en población privada de la libertad, se reitera
la relevancia de comprender los alcances del fenómeno de prisionalización sobre
la salud mental de las mujeres, orientada a obtener una atención psicológica
oportuna y de seguimiento durante y tras la permanencia en el centro de reclusión,
igualmente comprender los efectos psicológicos dados por el fenómeno de
prisionalización en las mujeres, de acuerdo a los altos niveles de depresión,
ansiedad y síntomas de trastorno de estrés postraumático, además de la adopción
de códigos de conducta carcelaria traducido en despersonalización (World Health
Organization, 2013; Edwards, 2008; Becerra et al., 2008; Andersen, 2004; Cohen
et al., 1985).
Por consiguiente, se busca enriquecer el dialogo entre el ámbito del
derecho, salud pública y la psicología, orientada en el fortalecimiento de procesos
de atención, promoción prevención y tratamiento de la salud mental en mujeres
quienes sufren los efectos de la prisionalización. Generando un impacto a nivel
social en proyectos gubernamentales y de políticas públicas promoviendo
orientación, seguimiento de problemas y déficits psicológicos de las de las mujeres
en prisión que influyen en su estadía y conducta en el centro penitenciario.
Objetivos
General
Analizar los efectos de prisionalización sobre la salud mental de mujeres,
evidenciados en la literatura científica.
Específicos
Identificar que efectos psicológicos se generan por la situación jurídica en
prisión.
Identificar acciones de intervención orientadas a la mitigación de los efectos
psicológicos derivados de la prisionalización en las mujeres.
Metodología
Tipo de estudio
Se realizó una revisión sistemática de la literatura científica orientada a
recoger, sistematizar y analizar la evidencia sobre los efectos psicológicos
manifestado por el fenómeno de la prisionalización en mujeres hasta el momento
reportados. Lo anterior, se sustenta desde lo planteado por Manterola et al. (2013)
referente a las revisiones sistemáticas como método para responder a la
necesidad de analizar el comportamiento de un fenómeno para una población
específica.
Diseño
Se realizó una revisión sistemática de la evidencia científica encontrada en
la literatura publicada en bases de datos elegidas, donde se exponen los efectos
psicológicos manifestado por el fenómeno de la prisionalización en mujeres
resultantes a partir de la sistematización de objetivos, método, resultados y
conclusiones
El tipo de estudio según el objetivo planteado para la presente investigación
es de tipo teórico encargada de analizar, sintetizar y reelaborar de manera
conceptual un tema en concreto, basada en revisiones de literatura científica para
examinar investigaciones empíricas existentes con el mismo fin (Martínez, 1989).
Población y muestra
La revisión sistemática se realizó con base a 24 artículos científicos que
estudiaron los efectos psicológicos manifestado por el fenómeno de la
prisionalización en mujeres.
Se usaron bases de datos como Science Direct, Web of Science y Google
Scholar donde se encontraron artículos teóricos y empíricos referentes al tema en
ingles y español que incluyeron los términos de búsqueda en español: “Efectos
psicológicos de la prisionalización”, “Efectos psicológicos generados por la
prisionalización”, “Efectos psicológicos generados por la prisionalización en
mujeres”, “Prisionalización y mujeres” y los correspondientes en inglés
“Psychological effects of imprisonment”, “Psychological effects generated by
imprisonment”, “Psychological effects generated by imprisonment in women”,
“Imprisonment AND women”, “Imprisonment NOT man”.
Criterios de Inclusión
Para esta revisión narrativa se incluyeron artículos de texto completo en
inglés y español, de revistas indexadas, de investigación teórica y empírica que
aborden el tema de los efectos psicológicos generados por la prisionalización en
mujeres. No se limitó a una ventana de tiempo por los escasos artículos
encontrados.
Criterios de exclusión
Se excluyeron fuentes informales como revistas, periódicos, redes sociales,
conferencias, artículos del tema de los efectos psicológicos generados por la
prisionalización en hombres y adolescentes.
Protocolo de selección y categorización de las fuentes
Se elaboró una Matriz o rejilla en Excel que permitió registrar cada uno de
los artículos escogidos por las investigadoras según criterios de inclusión y
exclusión, la información sobre: tipo de documento, términos de búsqueda,
referencia de autores, base de datos, objetivo de investigación, metodología,
instrumentos, efectos psicológicos asociados a la prisionalización, intervención
psicológica para la mitigación de efectos de prisionalización y resultados.
Los artículos serán escogidos de bases de datos con el propósito de
obtener información con calidad investigativa y metodológica. Para minimizar los
sesgos que se puedan llegar a realizar durante el estudio, se tendrán en cuenta el
Manual de Revisiones Sistemáticas de la Colaboración Cochrane quienes
identifican los sesgos de selección, ejecución, mortalidad diferencial y detección,
aspectos importantes frente a la valoración de la calidad metodológica de los
estudios (Higgins y Green, 2011).
na e reali a a la s e a ini ial e in orma i n, dos investigadores
seleccionaron las entes on ase en el mplimiento e los riterios e in l si n
y a excluir. Posteriormente, se reali el mismo pro e imiento e sele i n on
base en la lectura del texto completo de las fuentes.
Figura 1
1145 Registros o cita identificados
en la búsqueda
1121 Numero total de artículos descartados a causa del incumplimiento de los criterios
24 Numero total de trabajos incluidos en
la revisión narrativa
10 Documentos seleccionados en
Google Scholar
5 Documentos seleccionados en
Science Direct
7 Documentos seleccionados en Web
of Science
2 Documentos seleccionados de
revisiones sistemáticas
Marco teórico
Efectos Psicológicos y Prisionalización en mujeres
Los efectos psicológicos, son todas aquellas reacciones fisiológicas,
cognitivas y conductuales que se crean en las personas en el momento en que
entran en contacto con estímulos siendo percibidos por medio de la visión, oído,
olfato, tacto y gusto, estos estímulos cohabitan en diversos ambientes como:
educativos, laborales, formativos, familiares, hospitales, prisiones, entre otros; en
ámbitos de prisión, la manifestación de los efectos psicológicos que padecen los
internos e internas dentro de un ambiente carcelario, son causados por los
estímulos allí presentes e igualmente influye el tiempo de permanencia en una
institución penitenciaria, donde cada uno adopta una regla de conducta, hábitos,
costumbres, cultura y de valores de la cárcel, así como una disminución en el
repertorio conductual individual, denominado esto como prisionalización (Barlow,
2011; Prinz, 2008; González, 2001; Pérez y Redondo, 1991).
La privación de la libertad es uno de las consecuencias del encarcelamiento
y afecta de igual manera áreas de la persona como: la emocional, afectiva,
cognitiva, conductual, física y social. Las investigaciones han demostrado como la
estancia en prisión ha generado un estrés crónico en los reclusos, dado que
experimentan bajo control personal, incapacidad de escape a eventos estresantes
y carecen de redes de apoyo social. Adicionalmente, se reporta aumento de
estrés, ansiedad y depresión como síntomas característicos del encarcelamiento
(Edwards, 2008; Becerra et al., 2008; Andersen, 2004; Cohen et al., 1985).
En el momento de ingreso a la cárcel a nivel general, se pone en marcha el
fenómeno denominado prisionalización en el interno, caracterizado por la
asimilación de hábitos, costumbres y cultura de la prisión. Como consecuencia la
persona que ingresa a prisión adopta un código de conducta y valores de la
subcultura carcelaria, esta adaptación estará mediada por factores como la
personalidad del recluso, madurez personal, capacidad intelectual, reincidencia,
duración de la estancia en prisión, número de condenas que ha recibido y tipo de
delitos. Estudios refieren que, a los dos meses tras el ingreso a prisión, el proceso
de prisionalización es evidente, iniciando con la adquisición de la jerga carcelaria,
aumento de la sintomatología de ansiedad, depresión, desesperanza y mayor
riesgo de suicidio (Becerra et al., 2008; Bermúdez et al., 2006).
Continuando con lo anterior, se sustenta la prisionalización como un
proceso lineal de adaptación del interno a la subcultura carcelaria en la que esta
directamente relacionada con el tiempo de permanencia. Así pues, condenas de
mayor tiempo darán como resultado un índice mas alto de prisionalización, lo cual
predice una afectación en la reinserción social (Clemer, 1958).
Por otro lado, se plantea la prisionalización como un proceso de adaptación
no lineal, en contraposición con Clemer, el sujeto alcanza el mayor punto de
adaptación o adherencia subcultural hacia la mita del encarcelamiento dado que
se encuentra entre dos extremos: el temor y la angustia que genera el ingreso y la
ansiedad marcada por la salida de la cárcel, entonces esto hará que a medida que
la permanencia sea menor el individuo presente menos adhesión a la subcultura,
ello determina que la mayor adaptación se observe en la mitad de la condena
(Wheeler, 1961).
En relación a lo mencionado, según datos la percepción de los internos
sobre la salud es valorada ligeramente por debajo de la población en general, el
65,7% de los internos perciben su salud peor que cuando se encontraban en
libertad, ya que se encuentran expuestos a dos enfermedades de alta prevalencia
en el medio penitenciario: Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Virus
Hepatitis C (VHC), donde se observó que el 19,6% de los internos dieron positivo
en la prueba de VHC y el 8,2% positivo para VIH, esto relacionado con el consumo
de drogas vía intravenosa (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones,
2017).
Según revisiones sistemáticas en relación a los efectos psicológicos
durante el tiempo de privación de la libertad, a nivel general se encontró que las
personas que estaban cumpliendo una condena, presentaban alteraciones en la
autoimagen, disminución en la autoestima, pérdida de la autonomía y autocontrol,
alteraciones en el estado del ánimo, ansiedad y depresión, de manera más severa
en mujeres. Por lo tanto, se confirma que la privación de la libertad genera
alteraciones en los internos, que no se manifiestan únicamente durante el
cumplimiento de la condena, sino que algunas de ellas persisten y otras nuevas
aparecen tras la reincorporación a la sociedad (Hernández y Lovelle, 2019).
Según antecedentes empíricos se encontraron estudios que se inclinan por
dos tendencias denominadas: efectos psicológicos positivos y negativos. Sobre los
efectos psicológicos negativos, al menos el 25,6% de los internos e internas tiene
diagnóstico de trastorno mental sin adicción asociada, el 49,6% de los internos e
internas, presenta varios diagnósticos de psicopatología asociada a dependencia
de sustancias y el 50,4% de la población reclusa no presenta diagnóstico
relacionado con la salud mental. La prevalencia de sintomatología
psicológica/psiquiátrica en mujeres se refleja en 51,7% depresión, 47% ansiedad,
48% problemas cognitivos (atención, memoria y concentración), 11,9%
alucinaciones, 10,8% trastorno de control de impulsos, 10,2% trastorno de
personalidad, 36,7% trastorno de la ingesta de alimentos, 29,6% Intentos de
suicidio, 27,9% autolesiones y el 10,6% otro diagnóstico sin definir (Secretaria
General de Instituciones Penitenciarias, 2018).
A diferencia de lo anterior, se han encontrado efectos psicológicos que
generan bienestar en las personas privadas de la libertad, dado que algunas
mujeres que vivían en situación de pobreza, victimización o exclusión social, la
privación de la libertad podría presentar efectos benéficos generando protección
antes esas adversidades (Hernández y Lovelle, 2019).
Así pues, se han encontrado otros aspectos positivos como el mecanismo
de adaptación, estrategias de afrontamiento, modificación en el significado de la
familia, fortalecimiento de vínculos familiares, afectivos y filtro de relaciones
interpersonales que implican un factor de riesgo y vulnerabilidad, además aumento
de la práctica religiosa como un método de esperanza. También la implicación en
el área laboral y educativa, generando sensación de superación personal y
reconocimiento de habilidades y recursos de resistencia generalizados en la
personalidad, que se descubren y fortalecen en el establecimiento de reclusión por
parte de los internos e internas. Esto motivado por los beneficios que el sistema de
justicia ha generado ante determinadas conductas de los internos, como los
permisos de salida, reducción del tiempo de condena, aumento de numero de
visitas, llamadas, entre otros (Castillo et al., 2019).
Y en Colombia, esto se evidencia en diversos estudios donde se observa
prevalencia de trastornos de ansiedad en el 39.1% de la población carcelaria,
fobia social 12,6%, estrés postraumático 15,2%, trastorno de ansiedad
generalizada 14,3% y el 60,9% no presentó trastorno relacionado. Además, se
encontró alto grado de violencia en la convivencia de las internas, alto grado de
ansiedad, grado intermedio de depresión, autonomía en nivel inferior, además
presentaron evitación cognitiva y emocional, negación, reacción agresiva,
resolución de problemas y estrategias de afrontamiento nivel medio y creencias
religiosas nivel superior (Hurtado y Ossa, 2019; Ramírez et al., 2016).
Específicamente en las mujeres se ha observado una mayor incidencia y
severidad en el impacto a nivel psicológico en relación a los hombres, esto
relacionado con el sentido de vulnerabilidad previa derivada de experiencias de
victimización y exclusión en la comunidad con la que muchas mujeres ingresan a
prisión, pérdida de la intimidad, alteraciones en la autoestima, falta de control
sobre la propia vida y ausencia de expectativas; alteraciones en la memoria,
atención y el aprendizaje; algunos reportaron síntomas de estrés postraumático
como temor, desesperanza u horror intenso, evitación persistente a estímulos
asociados al trauma, pensamientos de catastrofización y generalización en
relación a las ideas de estigmatización que tenían sus familiares de ellos (Escaff et
al., 2013; Hernández y Lovelle, 2019).
Sumado a esto, la literatura refiere algunos factores antecedentes para la
comisión de un delito en las mujeres como: infancia carente de oportunidades y
afecto, crecer en ambientes que vulneraron sus derechos, familias extensas,
desestructuradas y con antecedentes penales y/o toxicológicos, violencia de
género, violencia sexual; además extrema pobreza y desigualdad, bajo nivel
educativo, entornos familiares y sociales altamente conflictivas, desempleadas o
con empleos informales, motivándolas a trabajar en trafico de drogas con el fin de
mantener a su familia o coaccionadas por la familia o pareja (Ruidíaz, 2011; Calvo,
2014; Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, 2019; Asociación Pro Derechos
Humanos de Andalucía, 2020).
De igual manera, tras las medidas tomadas por los tribunales de justicia
según la imputación de cargos, son llevadas a prisión donde están expuestas a
diversos estímulos que posibilitan la adquisición de síntomas predictores de
trastornos mentales o el deterioro de los mismos si presentan alguno de base, ya
que de la misma manera que ha ido incrementando la población penitenciaria de
igual manera lo ha hecho la prevalencia de personas con trastornos mentales,
llegando afectar 9 de cada 10 internos (Asociación Pro Derechos Humanos de
Andalucía, 2020).
Teniendo en cuenta lo descrito por la OMS sobre salud mental, donde
señala: “To as las personas on trastornos mentales tienen ere ho a re i ir
atención y tratamiento de calidad a través de unos servicios adecuados de salud
mental, además garantizar protección frente a discriminación o tratamiento
inh mano” (Worl Health Organi ation, 2013).
En relación a la atención en salud mental en las instituciones penitenciarias,
según datos en Colombia, las personas privadas de la libertad padecen de
negligencia estatal carcelaria, ya que no garantizan la protección de sus derechos,
siendo definido el ambiente carcelario como un ambiente de violencia,
discriminación y corrupción (Ariza et al., 2015; Sánchez, 2018).
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario garantizar un
acompañamiento psicológico a las mujeres, ya que el 21.6% de las internas han
solicitado atención psicológica y en 11.8% no la recibió; la exclusión-marginación
prevalece en personas de género femenino, además en personas quienes
padecen enfermedad física y mental y aquellos con antecedente de privación de la
libertad; siendo las mujeres más susceptibles de padecer trastornos mentales u
otras enfermedades físicas, la exclusión puede aumentar de forma exponencial la
incidencia de los mismos; esto debido a que un gran número de mujeres que
cumplen condena en prisión han sufrido exclusión social antes y después de su
entrada (World Health Organization, 2013).
Resultados
Para la presente investigación y tras la búsqueda en bases de datos
previamente elegidas; se revisaron 1145 documentos encontrados en diferentes
bases de datos Science Direct, Web of Science y Google Scholar, quedando 24
cumpliendo los criterios seleccionados; entre ellos, 20 artículos y 4 tesis. En
relación al año de publicación y siendo un tema tan poco estudiado, se
encontraron artículos en su mayoría desde año 2016 en adelante, lo cual indica es
un tema en investigación reciente y poco estudiado en población femenina. El
idioma de los artículos en su mayoría fue en ingles y español, 10 artículos de
investigación cuantitativas, 12 cualitativos y 2 estudios mixtos (ver figura 2).
Figura 2. Tipos de estudio
Los instrumentos o técnicas de evaluación utilizadas en los artículos
revisados fueron para estudios cuantitativos fueron: Entrevista Neuropsiquiatrica
Internacional (MINI), Escala de estilos y estrategias de afrontamiento (E3A),
Escala de estrategias de coping modificada (EEC-M), Inventario Breve de
50%
42%
8%
Cualitativo Cuantitativo Mixto
Síntomas (BSI-18), Evaluación de A apta i n a la Prisi n y Ajuste Psi ol gi o de
internos en Centros Penitenciarios, Cuestionario de Salud SF-36, Perfil e
Inventario de Personalidad (PPG-IPG), Escala para medir prisionización, Escala
de estrategias de coping modificada (EEC-M), Inventario de depresión de Beck
BDI – II, Cuestionario de ansiedad estado - Rasgo (STAI-II), Escalas de Bienestar
Psicológico, Inventario IPDE de personalidad, Escala de acontecimientos vitales
estresantes, Escala de Estrés percibido (EEP), Inventario breve de síntomas (BSI-
18), Cuestionario de personalidad Big Five (BFQ), Escala de Resiliencia 14 ítems
(RS-14), Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS), Escala para el
Trastorno de Estrés Postraumático Administrada por el Clínico (CAPS-2), Lista de
verificación de síntomas de trauma - 40 (TSC-40), Escala de Autoestima de
Rosenberg, Prueba de Evaluación de Abuso de Drogas (DAST-10) y para estudios
cualitativos: Entrevista semiestructurada, Cuestionarios (nivel de agresividad,
riesgo de suicidio, frases incompletas, historias de vida), Historia clínica,
percepción de la salud física y emocional.
Teniendo en cuenta la literatura científica y objetivos a estudio, se identificó
que el 4% de los artículos registraron efectos psicológicos que producen bienestar
a las mujeres y el 96% de los artículos manifestaron efectos psicológicos que
generan dificultad en las áreas de ajuste de cada una de las mujeres privadas de
la libertad, como se observa en la figura 3.
Sobre los efectos positivos se encontraron: valorar la familia, reencuentro y
acercamiento a la misma, valorar las cosas de la vida como: la comida, el tiempo,
la libertad, las personas, su individualidad, alcanzar metas personales y el
reconocimiento del apoyo de recursos personales y sociales que permiten la
resiliencia psicológica.
Figura 3 efectos psicológicos que producen bienestar a las mujeres
Los efectos que causan dificultad: tal como se indica en la figura 4,
trastornos de ansiedad 26%, angustia 2%, depresión 11%, estrés 15%,
sentimiento de culpa y soledad 2%, abuso de sustancias y alcohol 6%, trastorno
de estado de ánimo 4%, despersonalización 11%, trastorno de adaptación 6% y
deterioro de autoestima e identidad 6% y conductas autolesivas, ideación e intento
suicida 4%.
Figura 4. Manifestaciones psicológicas de las mujeres en prisión.
4%
96%
Efectos que generan bienestar
Efectos que generan dificultad
Trastorno de Ansiedad
26%
Angustia 2%
Depresión 11%
Estrés 15%
Sentimiento de culpa y soledad
2%
Abuso de sustancias
6%
Trastorno del estado de ánimo
4%
Desperson alización
11%
Trastorno de adaptación
6%
Deterioro de autoestima e
identidad 6%
Pérdida del rol familiar
7%
Conductas autolesivas, Ideación e
intento suicida
4%
En relación a los efectos psicológicos que se generan por la situación
jurídica en prisión, se halló: ansiedad 16%, baja autoestima 4%, falta de control
sobre su propia vida 16%, pérdida de control sobre la fertilidad 4%, la pérdida de
relaciones con los hijos 8%, conductas autolesivas, ideación e intento suicida 16%,
síntomas de depresión 24% y claustrofobia 4% (ver figura 5).
Figura 5. Efectos psicológicos que se generan por la situación jurídica en
prisión
Sobre las acciones de intervención orientadas a la mitigación de los efectos
psicológicos derivados de la prisionalización en las mujeres, en Alemania
aconsejan realizar un diagnóstico psicopatológico al inicio del encarcelamiento
para filtrar a los detenidos que se beneficiarían de una formación social, con el fin
de mejorar su competencia para resolver problemas, fortalecer sus habilidades
4
2
4
1 1
2
6
1
4
sociales y mejorar su calidad de vida fuera de la institución penal (Schildbach et
al., 2018).
En cuanto al estudio observado en Cárceles inglesas, inusualmente, los
datos destacaron muchas experiencias positivas de apoyo dentro prisión. Sin
embargo, hubo cierta incoherencia en el tratamiento y el apoyo ofrecidos a la
mujer y expresan que es necesario un entendimiento más claro sus necesidades y
apoyo constante y adecuado (Caulfield, 2016).
En España, teniendo en cuanta la finalidad resocializadora, se encamina a
preparar su vuelta a la vida libre en las mejores condiciones para ejercitar
socialmente su libertad. Teniendo la necesidad de contar con la cooperación de
las ciencias de la conducta para establecer el tratamiento reformador más apto
para la personalidad de cada penado, aun así, existe la carencia sanitaria del
sistema penitenciario y en la atención de las dolencias de las mujeres y la
humillación de que son objeto en los encuentros sexuales con sus parejas dentro
de la prisión. Piden por la introducción de cambios en el sistema de servicios
sociales y penitenciarios, que logren la mejora en la calidad de vida de las mujeres
(Altamirano, 2013; ).
En cuanto a Ecuador, se realizan talleres de habilidades sociales, planes
terapéuticos basados en las necesidades de la población e implementación de
actividades, que les permita mejorar las condiciones de la vida mientras cumplen
la condena (Fuertes, 2020).
De igual manera, se menciona New Jersey, que los modelos terapéuticos
que todavía se basan en las necesidades de los hombres, surgen de un modelo
médico individual que no atiende adecuadamente a las mujeres. Los defensores
de los programas orientados a las mujeres creen que el trato es más exitoso
cuando se enfoca en las relaciones con otras personas y ofrece formas de
manejar la vida con éxito, durante y después del encarcelamiento, manteniendo
intactas estas relaciones (Walker, 2011).
En cuanto a Chile, las mujeres reclusas reciben capacitación laboral,
trabajo remunerado en la cárcel, escuela penal, taller o intervención psicosocial,
actividades deportivas y actividades artístico-culturales (Sanhueza et al., 2018)
En México una de las principales recomendaciones es la necesidad de
crear conciencia en los familiares de las mujeres reclusas sobre la importancia de
promover y mantener un contacto continuo con ellas, ya que este tipo de apoyo
suele ser de gran beneficio para su bienestar físico y emocional (Galván, 2006).
Se identificó que en Colombia el Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario (INPEC) se lleva a cabo la realización de diferentes actividades
funcionales que les permita la utilidad de las respectivas habilidades,
potencializando las mismas y abordando respectivamente los efectos que se dan a
partir de la privación de la libertad y establecer lazos que indiquen el
relacionamiento, como visitas de amigos, familiares, recibir cartas y/o
comunicación telefónica y un apoyo subjetivo que hace referencia a la percepción
que la persona tiene en relación al apoyo recibido y la manera en que éste se
evalúa o se valora. Además, cuentan con un instrumento psicométrico: Validación
integral de Condenados (IVIC) empleado para definir variables de riesgo del
interno, entre ellas el efecto de prisionalización y junto con el consejo de
evaluación y tratamiento del centro carcelario, se observa, cuantifica y analizar las
necesidades de cada interno. Adicional se creó un equipo interdisciplinar de 8
áreas (seguridad, custodia, antropología, psicología, derecho, terapia ocupacional,
trabajo social y educación), encargados de velar por la resocialización y
satisfactoria adaptación del interno al medio penitenciario (Ramírez y Rueda,
2016).
Discusión
En el presente estudio se realizó una revisión sistemática sobre lo efectos
psicológicos manifestados por el fenómeno de prisionalización en mujeres
privadas de la libertad, referidos en la literatura científica en bases de datos
seleccionadas; se definen los efectos psicológicos como todas aquellas
reacciones fisiológicas, cognitivas y conductuales que se establecen en las
personas a partir del contacto con estímulos percibidos por medio de los órganos
de los sentidos (Barlow, 2011) y el fenómeno de la prisionalización caracterizado
por la asimilación de hábitos, costumbres y cultura de la prisión. Como
consecuencia la persona que ingresa a prisión adopta un código de conducta y
valores de la subcultura carcelaria (Becerra et al., 2008).
Según Escaff et al. (2013) las mujeres privadas de la libertad presentan
mayor incidencia y severidad en el impacto a nivel psicológico en relación a los
hombres, esto relacionado con el sentido de vulnerabilidad producida por
experiencias de victimización y exclusión previas.
Partiendo de lo anterior se analizaron los resultados de cada uno de los
artículos considerando dos unidades de análisis: efectos psicológicos y
prisionalización, se identificó que el 4% de los artículos revisados registraron
efectos psicológicos que producen un estado de bienestar en las mujeres, tales
como: valorar la familia, reencuentro y acercamiento a la misma, valorar las cosas
de la vida como: la comida, el tiempo, la libertad, las personas, su individualidad,
alcanzar metas personales y el reconocimiento del apoyo de recursos personales
y sociales que permiten la resiliencia psicológica.
Según Castillo, Merchán, Quintana y Acevedo (2019) la estancia en prisión
genera efectos positivos como tener tiempo para reevaluar sobre el concepto y
valor por la familia, valorar las cosas de la vida que ahora no tiene como: libertad,
autonomía, decisión, elección, entre otros. Y el reconocimiento de recursos
personales y sociales que permiten una mejor adaptación a prisión (Sygit et al.
2017).
En contraste con lo anterior Hernández y Lovelle (2019) aseguran que la
privación de la libertad en las mujeres que vivían en condiciones de pobreza,
victimización o exclusión social, genera protección ante la situación de su vida
diaria. De igual manera Castillo et al. (2019) refiere que algunas mujeres privadas
de la libertad le dan un mayor valor a su familia y a los vínculos, mejoran la
elección de sus amigos disminuyendo los factores de riesgo, aumentan o se
preocupan más por su práctica religiosa, quienes trabajan y/o estudian encuentran
un método de superación personal, logrando reconocer sus fortalezas y
habilidades; además encuentran motivadores para mejorar su conducta, potenciar
habilidades y fortalezas durante su permanencia en el centro penitenciario como
los permisos de salida, reducción del tiempo de condena, aumento de número de
visitas y llamadas.
En contraposición a lo anterior, el 96% de los artículos manifestaron efectos
psicológicos que generan dificultad en las áreas de ajuste de cada una de las
mujeres privadas de la libertad, los principales efectos psicológicos presentes son
trastornos de ansiedad, angustia, depresión, estrés, sentimiento de culpa y
soledad, abuso de sustancias y alcohol, despersonalización, trastorno de
adaptación y deterioro de autoestima e identidad y conductas autolesivas, ideación
e intento suicida. Con el paso del tiempo se desarrolla problemas de
afrontamiento, pérdida de contacto con miembros de la familia, poder, autonomía y
dificultad en cuestiones de confianza, privacidad e intimidad.
Según Agboola (2017) las reclusas suelen sentir los efectos del
encarcelamiento incluso después de salir de la cárcel como síntomas de
depresión, agobio, desempleo, estigma y discriminación. Así mismo, se identificó
un comportamiento ofensivo en las mujeres en su hogar y claustrofobia.
Igualmente, se reportaron síntomas de ansiedad y se manifestó que la situación
de encierro carcelario había traído consigo deseos de venganza y agresividad. De
igual manera, afirmaron que la cárcel le había producido desequilibrios mentales e
intento suicida. Afirmando así, que se presenta un fuerte impacto en la salud
mental en y tras el encarcelamiento (De Miguel, 2014).
Referente a estos hallazgos autores como Edwards (2008), Becerra et al.
(2008), Andersen (2004) y Cohen et al. (1985) refieren que la privación de la
libertad genera estrés crónico debido al poco control personal, no poder escapar
de eventos estresantes y la carencia de redes de apoyo, generando así estrés,
ansiedad y depresión, así mismo quienes tenían a cargo la familia, perciben la
pérdida del rol familiar, vergüenza, distorsiones afectivas, sentimientos de odio y
resentimiento. De igual manera Hernández y Lovelle (2019) aseguran que mujeres
que estaba cumpliendo una condena, presentaban alteraciones en la autoimagen,
disminución de la autoestima, pérdida de la autonomía, ansiedad, estrés y
depresión, pero que además estos síntomas y dificultades persisten incluso tras la
salida de la institución penitenciaria.
Según Escaff et al. (2013), Hernández y Lovelle (2019) y McCall et al.
(2018) algunas manifestaciones psicológicas en la misma población son: pérdida
de la intimidad, alteraciones en la autoestima, falta de control sobre la propia vida
y ausencia de expectativas; alteraciones en la memoria, atención y el aprendizaje;
algunos reportaron síntomas de estrés postraumático como temor, desesperanza
u horror intenso, evitación persistente a estímulos asociados al trauma,
pensamientos de catastrofización y generalización en relación a las ideas de
estigmatización que tenían sus familiares de ellos.
En relación a los efectos psicológicos que se generan por la situación
jurídica en prisión, se obtuvo que una vez que se legaliza las capturas y se dicta
medidas de aseguramiento, inicia consigo el proceso de adaptación y asimilación
de los códigos, conductas y valores por los que está compuesta la subcultura
carcelaria, el nivel de ansiedad emocional es significativo y determinado por las
estrategias de afrontamiento de cada interno, la exposición a la realidad carcelaria
genera despersonalización, perdida de intimidad causado por la convivencia con
mas internos (Ospina y Bedoya, 2019).
Las personas privadas de la libertad viven inmersas en un mundo de
prejuicios sociales, lo que genera falta de control sobre su vida, llevándolo a
decidir cual va a ser su actitud respecto a su situación carcelaria, actitud de
rebeldía, queja, sumisión, aceptación, lucha o superación, permitiendo al interno
superar sus fuertes limitaciones personales. Cada una de las expectativas en
relación con la propia vida están conectadas con el fin del retorno a la vida libre.
La imposibilidad de actuar con libertad provoca que la ansiedad vivida se sostenga
en el tiempo y se incrementa con la amenaza real de prolongar su
encarcelamiento (Echeverri, 2010).
Por otro lado, la mujer en condiciones de vigilancia intensa especialmente
de aquellas que cumplen condenas de cadena perpetua, sufre la pérdida de
control sobre la fertilidad y la pérdida de relaciones con los hijos, además de estar
expuesta a constantes pensamientos suicidas (Crewe et al., 2017). Cabe
mencionar y según Caulfield (2016) las mujeres que experimentaron problemas de
salud mental en prisión habían experimentado también estos problemas en el
pasado, de igual forma, varias mujeres informaron haber experimentado primero
problemas emocionales y de salud mental sólo después de ingresar en prisión.
Esto demuestra el impacto significativo que el ingreso a la prisión puede tener
sobre la salud de la mujer.
Estos hallazgos se corroboran por estudios como el de Hernández y Lovelle
(2019) quienes aseguran que la privación de la libertad genera alteraciones en las
internas, que no se manifiestan únicamente durante el cumplimiento de la
condena, sino que algunas de ellas persisten y otras nuevas aparecen tras la
reincorporación a la sociedad. Adicional a esto, según la Asociación Pro Derechos
Humanos de Andalucía (2020) las medidas tomadas por los tribunales de justicia
según la imputación de cargos, las mujeres son llevadas a prisión donde están
expuestas a diversos estímulos que posibilitan la adquisición de síntomas
predictores de trastornos mentales o el deterioro de los mismos si presentan
alguno de base, llegando afectar 9 de cada 10 internas.
Con respecto a las acciones de intervención orientadas a la mitigación de
los efectos psicológicos derivados de la prisionalización en las mujeres, en
México, Ecuador, Colombia, Chile, Alemania una de las principales
recomendaciones es la necesidad de crear conciencia en los familiares de las
mujeres reclusas sobre la importancia de promover y mantener un contacto
continuo con ellas, ya que este tipo de apoyo suele ser de gran beneficio para su
bienestar físico y emocional, por medio de visitas de familiares y amigos, cartas
y/o comunicación telefónica. Elaboración de talleres de habilidades sociales,
planes terapéuticos basados en las necesidades de la población e implementación
de actividades que les permita mejorar las condiciones de la vida mientras
cumplen la condena. Adicionalmente, cuentan con programas de capacitación
laboral, trabajo remunerado en la cárcel, escuela penal, taller o intervención
psicosocial, actividades deportivas y actividades artístico-culturales. Asi mismo se
cuenta con sitios de tratamiento que incluyen programas residenciales, lugares de
reunion de alcoholicos anonimos y narcoticos (Ghaddar, 2016; Doreen, 2017;
Schildbach et al., 2018; Ospina et al., 2018; Ospina et al., 2019; Fuentes, 2020 y
Herrera, 2010).
Esto respon ien o a lo señala o por la OMS “To as las personas on
trastornos mentales tienen derecho a recibir atención y tratamiento de calidad a
través de unos servicios adecuados de salud mental, además garantizar
prote i n rente a is rimina i n o tratamiento inh mano”. Además, se alerta
sobre la necesidad de garantizar un acompañamiento psicológico a las mujeres,
ya que el 21.6% de las internas han solicitado atención psicológica y el 11.8% no
la recibió (World Health Organization, 2013). Y según Shah et al. (2011) indican
que existe la necesidad de que tanto los investigadores como los responsables
políticos examinen la salud de estos grupos dentro y fuera de la prisión como la
atencion de seguimiento clínico y psicológico del centro de rehabilitación.
En España, centrándose en la resocialización, las intervenciones se
encaminan en preparar su vuelta a la vida libre en las mejores condiciones para
ejercitar socialmente su libertad. Colombia y Chile en su mayoría nunca reciben
asesoría jurídica, lo que confirma la vulnerabilidad de este colectivo penitenciario
que requiere mayor atención, generando mayor ansiedad en los internos, no se
presta la atención pertinente para las problemáticas presentes en el contexto
penitenciario. Existe escasa capacidad del sistema penitenciario para acoger sus
necesidades, dado que no cuenta con intervenciones especializadas en salud
física, mental, ni ginecológica (Sanhueza et al., 2018; Cajamarca et al., 2015).
De igual forma Cárceles inglesas, se reporta incoherencia en el tratamiento
y el apoyo ofrecidos a la mujer y expresan que es necesario un entendimiento más
claro de las necesidades de las mujeres y un apoyo constante y adecuado. En
New Jersey, los modelos terapéuticos que aún se basan en las necesidades de
los hombres, surgen de un modelo médico individual que no atiende
adecuadamente a las mujeres. Los defensores de los programas orientados a las
mujeres creen que el trato es más exitoso cuando se enfoca en las relaciones con
otras personas y ofrece formas de manejar la vida con éxito, tanto durante como
después del encarcelamiento, manteniendo intactas estas relaciones. Hacen un
llamado a los servicios sociales para que tomen conciencia de la precaria situación
en que se encuentran las mujeres privadas de la libertad, la cual requiere una
respuesta articulada desde los grupos de asistencia social y apoyo a mujeres
(Caulfield, 2016; Altamirano, 2013; Walker, 2011).
Conclusiones
En la exploración de la literatura científica revisada se logro evidenciar que
existen pocas investigaciones sobre los efectos psicológicos manifestados en el
fenómeno de la prisionalización en población femenina.
Según la revisión se analizo que existen dos tendencias en relación a los
efectos psicológicos ya que algunas mujeres manifiestan efectos que producen
bienestar en su vida, pero en su mayoría se encontraron efectos psicológicos que
producían un desajuste en sus áreas personales.
Como se pudo evidenciar en los resultados, los principales efectos
psicológicos manifestados por el fenómeno de prisionalización fueron ansiedad,
estrés, depresión, despersonalización, y abuso de sustancias.
Los efectos psicológicos por la situación jurídica se evidencian como
depresión, ansiedad, falta de control sobre la vida, conductas autolesivas, ideación
o intento suicida, despersonalización, pérdida de la relación con sus hijos, baja
autoestima, pérdida de la etapa de fertilidad, claustrofobia y baja autoestima.
Se evidenció en relación al mecanismo de intervención en salud mental,
que existen programas establecidos para el tratamiento de problemas de salud
mental en los centros penitenciarios pero dichos programas no se ponen en
práctica, dado que según las revisiones las mujeres manifestaron no haber
recibido un tratamiento eficaz.
Se recomienda, realizar investigaciones en población femenina con el fin de
analizar los efectos psicológicos producidos por la privación de la libertad y la
aplicación de los programas de intervención en salud mental en mujeres dentro de
los establecimientos penitenciarios como lo recomienda la OMS.
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