EducacióN PaRa La PaZ · Posicionar el tema de la paz institucional-mente y en la vida cotidiana....

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EDUCACIóN PARA LA PAZ CONCEPTOS Y PROPUESTAS PARA LA CONSTRUCCIóN DE LA PAZ

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EducacióN PaRa La PaZcoNcEPtos y PRoPuEstas PaRa La coNstRuccióN dE La PaZ

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Agradecemos a cada lector de esta publicación, que a través de sus acciones se vuelvan fieles promotores de la paz.

Colaboradores:Adda GarzaArmando EstradaCarlos GarzaConsuelo BañuelosDora TrujilloFabiola NahasGabriel OrdazHannia QuijanoHelke EnkerlinJosé DuarteMariela ManzanoNarcedalia LozanoOmar GutiérrezPaty BasavePaty de ObesoYuri Sánchez

ÍNdicE¿Qué es el Frente de Educación para la Paz y quiénes lo integran?

¿Qué entendemos por paz?

¿Por qué hablar de paz?

¿Cómo se construye la paz?

Dimensiones de la paz en nuestra práctica

¿Quién es responsable de educar para la paz?

¿Qué puedo hacer?

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Es un esfuerzo colectivo de organizaciones para el diálogo y la construcción de iniciativas encaminadas a la promoción de la paz.

ante la problemática de violencia y las pocas alternativas educativas que existen para su reducción, el Frente de Educación para la Paz pretende incidir en los procesos educativos para favorecer la instauración y promoción de una cultura de paz.

sus objetivos principales son: Posicionar el tema de la paz institucional-mente y en la vida cotidiana. Lograr que el tema de la paz forme parte de la agenda pública.

Para lograr los objetivos anteriores se re-quieren varios procesos que se enumeran a continuación:

1. Conformación del Frente:identificar un problema, definir los objetivos encaminados a la solución del mismo, y defi-nir también la identidad del frente de acuerdo con su finalidad.

2. Vinculación:Establecer relaciones con más actores inte-resados en la educación para la paz, con el fin de trabajar en conjunto y de manera estruc-turada para el logro de un fin común.

3. Observancia:Establecer un mecanismo de registro que ayude a evaluar en qué estatus se encuentra la educación para la paz en nuestro estado, así como verificar el cumplimiento puntual de las acciones acordadas para incrementar su promoción e implementación.

4. Reivindicación:Realizar acciones para evidenciar, difundir y demandar la educación para la paz, además de exigirla como un derecho.

5. Gestión:Realizar acciones para influir en los actores e instituciones encargados de tomar decisiones relacionadas con la paz, con el fin de unificar los criterios y conseguir nuestros objetivos.

¿Quiénes integran el frente? creeser Vía Educación Es.PE.RE

(Escuelas de Perdón y Reconciliación) Promoción de Paz Paz es… tejedoras de cambios La Paz comienza con los Niños centro Misionero universitario udEM Enlazando Esfuerzos conjuntos

¿Qué es el Frente de Educación para la Paz y quiénes lo integran?

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En 1996 el director de la uNEsco declara la paz como un derecho humano al afirmar que: “La paz duradera es premisa y requisito para el ejercicio de todos los derechos y deberes humanos. No la paz del silencio, de los hom-bres y mujeres silenciosos o silenciados. La paz de la libertad –y por tanto de leyes justas-, de la alegría, de la igualdad, de la solidaridad, donde todos los ciudadanos cuentan, conviven, comparten” (delors, 1996).

Entonces, si la paz es un derecho humano, no se puede renunciar al mismo. Nos co-rresponde a todos y a todas hacerlo valer, para nosotros, para quienes habitan nues-tro entorno, para todos los seres humanos sin distinción.

¿Qué entendemos por paz?

La paz es activa según se define a través de los siguientes manifiestos, comunicados y llamamientos: La paz es esencialmente el respeto a la vida. La paz es el bien más preciado de la hu-manidad.

La paz no es solo el término de los conflictos armados. La paz es un comportamiento. La paz es una adhesión profunda del ser humano a los principios de libertad, justicia, igualdad y solidaridad entre todos los seres humanos. La paz es también una asociación armonio-sa entre la humanidad y el medio ambiente. La paz está a nuestro alcance, así lo declara la uNEsco.

Entonces, la paz parece ser responsabilidad de todos los ciudadanos del planeta.

Si está claro que la paz es de todos y para todos, ¿por qué hay personas que no tienen acceso a la misma? Sabemos bien que aún existen mu-chas sociedades cuyos miembros no tienen acceso a algunos dere-chos humanos elementales como alimento, vivienda, salud o educa-ción; la paz no es la excepción.

de allí que gobiernos y todos los miembros de la sociedad civil debemos poner empeño para lograr que todos disfruten de estos derechos.

La paz personal o interior se logra cuando las personas tienen satisfechas sus necesida-des más básicas. ¿cómo pedirle paz interior a una persona que no ha comido, que está en-ferma y no ha sido atendida, o a alguien que duerme en la calle?

Los conflictos de la vida diaria o los sucesos violentos alteran esa paz personal. La buena noticia es que existen procesos que restable-cen esa paz perdida, los cuales van desde el trabajo interior, el perdón, la reflexión, hasta el aprender a resolver los conflictos de ma-nera pacífica.

La paz comunitaria se logra en la medida en que los miembros de la comunidad vivan una paz interior: con un corazón tranquilo tendrán las herramientas para una mejor convivencia y para fortalecer la paz en el entorno inmediato.

La paz social se logra cuando contamos con una paz personal o interior, una paz familiar y una paz comunitaria.

Encontramos muchas definiciones de paz aportadas por la psicología, la sociología, la fi-losofía, por las religiones y distintas espiritua-lidades; sin embargo, podemos decir que la paz es un estado de vida, un derecho que nos corresponde a todos y a todas. si logramos hacer de la paz algo cotidiano pondremos ci-mientos hondos y duraderos para nuestra vida y nuestra sociedad.

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8 9al vivir en paz con nosotros, con la familia, con los amigos, con la gente del barrio, de nuestra ciudad, de nuestro país, de nuestro mundo, vamos construyendo una cultura de paz. si promovemos una cultura de paz lo-graremos que perdure como lo ha hecho la cultura misma.

Es importante entender que la paz no se re-fiere exclusivamente a un ideal, a una emo-ción o a una percepción subjetiva, ya que el concepto de paz es inseparable del concep-to de justicia en todos los niveles: interna-cional, nacional, social e interpersonal. La paz es un proceso social por medio del cual se asegura una distribución más equitativa del poder, que se origina en, y subsiste de, la colaboración entre los miembros de una sociedad y no del dominio sobre los demás.

si al hablar de paz sólo hacemos énfasis en la ausencia de guerra, de violencia directa, esta-ríamos hablando de un concepto muy básico al que algunos teóricos llaman paz negativa. Ésta sólo se preocupa de restar y erradicar las manifestaciones de violencia, sin atender las causas detrás de ella. consiste, por ejemplo, en mantener el orden en un salón de clase mediante el control del maestro, sin desarro-llar en los niños capacidades de convivir sin violencia cuando no hay una “amenaza” de castigo. En resumen, esta idea de paz consiste en evitar la violencia directa negando los con-flictos o evitando su manifestación sin propo-ner acciones positivas y preventivas.

cuando en vez de violencia directa encontra-mos capacidades personales, patrones cultu-rales y condiciones sociales que favorecen el desarrollo y el bien común, estamos hablan-

do de una paz positiva. decimos que es paz positiva porque añade y suma las condiciones apropiadas para una convivencia pacífica, sustentable, basada en las propias personas. El paso de la paz negativa a la paz positiva im-plica el concepto de justicia social, en la que debe prevalecer la igualdad y la reciprocidad en las relaciones e interacciones, sobre todo en la distribución y control de los recursos de cualquier tipo: naturales, humanos, sociales, institucionales, etc.

Para abonar a la promoción de la paz positi-va en nuestra comunidad, las organizaciones del frente nos hemos dedicado a través de los años a diseñar, probar e implementar meto-dologías efectivas. Promovemos la equidad de género con talleres para mujeres, los de-rechos humanos a través del arte urbano en penales, tutelares y polígonos de alta violen-

cia y la resolución de conflictos de manera pacífica. Enseñamos a los niños que a través de la música pueden mejorar su autoestima y compartir valores.

también formamos grupos de ciudadanos en el perdón y la reconciliación y en valores cívicos para ejercer nuestros derechos y obli-gaciones. Hacemos llamados a través de los medios de comunicación a que participen con acciones positivas en su entorno. Finalmen-te, promovemos la solidaridad y el servicio con grupos de misioneros que comparten su tiempo para promover una cultura de paz. Es-tamos conscientes de que hay muchas otras organizaciones, colectivos y ciudadanos que tienen metodologías efectivas y por lo tanto seguimos buscando conjuntar esfuerzos.

Cultura de pazLa paz positiva debe entenderse como un proceso cultural. En este sentido, si la cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones que se cons-truyen y aprenden en una comunidad determinada -incluyendo costumbres, prácticas, códigos, normas y creen-cias-, entonces la cultura de paz es un proceso de aprendizaje colectivo. Este proceso cultural se basa en los valores de justicia, responsabilidad, libertad, cooperación, respeto y tolerancia, y tiende a incluir a todas las personas en la toma de decisiones para una distri-bución equitativa del poder.

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ante las situaciones de violencia que vivimos actualmente, a muchas personas les parece-ría que hablar de paz es algo romántico e in-genuo porque consideran a la paz como un es-tado pasivo, carente de fuerza, o bien como un ideal imposible de alcanzar. Nosotros y noso-tras tenemos otra perspectiva y consideramos que es urgente, viable y pertinente, por el bien de nuestro país, comenzar a pensar, hablar y actuar para la paz.

a continuación algunas ideas que justifican nuestra postura.

a lo largo de la historia, al ser humano le ha preocupado la violencia y en la mayoría de las sociedades se le ha considerado inde-seable. Pero en algunas de estas sociedades, en lugar de erradicar la violencia mediante acciones positivas, se le ha combatido con más violencia. Vemos que existen culturas y sociedades completas que la legitiman y re-producen. Para ellas, se trata de una forma habitual de convivencia.

Esto debe cambiar. Para corregir esta ma-nera de vivir y pensar tenemos que construir alternativas basadas en la paz. si entende-mos qué es la violencia, sus dimensiones y manifestaciones, podremos romper sus cír-culos. solo así seremos capaces de construir alternativas que no sean la misma violencia maquillada de paz.

antes de empezar debemos diferenciar la violencia del conflicto.

El conflicto es parte de la vida; se entiende como una contraposición de intereses, valores y necesida-des, y puede ser positivo si se re-suelve sin violencia. La violencia, en cambio, siempre se produce por un conflicto mal atendido.

desde la cultura de paz la violencia es en-tendida como “el abuso de poder que se da en las relaciones asimétricas donde existe un ‘arriba’ y un ‘abajo’, y el ‘arriba’ utiliza el poder de manera constante para abusar del ‘abajo’ y tomar el control”.

si analizamos esta definición entenderemos que la violencia puede tener muchas ma-nifestaciones pero todas tienen en común el abuso de poder: desde un golpe a un hijo hasta una guerra entre naciones. asimismo, esta definición nos da luz para ver que la vio-lencia va mucho más lejos que los golpes, los insultos e incluso los asesinatos, pues son solo el síntoma último de esta enfermedad de la sociedad.

imaginemos a la violencia como un iceberg flotando sobre el mar. una parte siempre es visible, incluso a la distancia. Bastará mirar

¿Por qué hablar de paz?

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en esa dirección para darse cuenta de su presencia. Quizás lo que vemos sobre la su-perficie nos parece enorme y, sin embargo, por debajo de la superficie del mar, oculto a nuestros ojos, se encuentra la mayor parte de ese enorme bloque de hielo flotante.

algo similar sucede con la violencia. sus ma-nifestaciones visibles (golpes, insultos, ame-nazas, robos, asesinatos, etc.) pueden pare-cer enormes y abrumadoras. Les llamamos violencia directa y es importante atenderlas, pero no será suficiente quedarse en ellas porque, al igual que el iceberg, lo más impor-tante y profundo no aparece a simple vista y, de no atenderse, la violencia directa volverá a surgir.

Para que una persona o grupo ejerza violen-cia directa necesita creer, pensar o sentir que es válido, aceptable y conveniente hacerlo. Es decir, para que una persona robe, dañe, mate o insulte, requiere una cultura que aporte una legitimidad al abuso de poder, es decir, que le dé permiso de hacerlo.

Esto es lo que llamamos violencia cultural refiriéndonos a las creencias, lenguajes, cos-tumbres, valores, prácticas, etc. que forman parte de una cultura y sin las cuales la violen-cia directa no tendría sustento.

un ejemplo de lo que estamos diciendo se da en las situaciones donde se permite que el hombre golpee a su esposa (violencia direc-

ta) porque cree que la mujer es su propiedad (creencias abusivas) y porque es algo que mu-chos hombres hacen (costumbres abusivas). El varón no dejará de hacerlo si no transfor-mamos las creencias y costumbres, es decir, si no cambiamos esa violencia cultural. Esta violencia no es visible superficialmente así como no es visible la masa sumergida del iceberg. Pero si nos esforzamos un poco po-dremos detectar estas formas de violencia en nuestro alrededor a diario. toda cultura se sostiene en estructuras so-ciales que no son otra cosa que las reglas del juego y constituyen la manera en que estamos organizados como sociedades, grupos, fami-lias, etc.

si estas estructuras están basadas en el abuso, si favorecen que unos tengan cen-tralizado todo el poder y otros carezcan de capacidad de decisión real y efectiva, dichas estructuras generarán condiciones para el abuso de unos sobre otros a través de hábi-tos de violencia cultural que terminarán por manifestarse como violencia directa.

Esta violencia cultural no se resolverá con acciones violentas y castigos sino reconstru-yendo la cultura y generando nuevas reglas (estructuras) que no estén fundamentadas en la violencia sino en la paz. de lo contrario ten-dremos un iceberg cada vez más ancho en su base que terminará por congelarnos, hundir-nos y ahogarnos.

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Por todo esto consideramos que educar para la paz es el proceso que nos ayudará a generar una cultura de paz orientada a incluir a todas las personas en la toma de decisiones para una distribución equitativa del poder.

Si decimos que la violencia es el ejercicio abusivo del poder, el cons-truir la paz comienza, entonces, por una distribución más democrática del poder.

Para lograr esto proponemos trabajar para la paz desde cuatro puntos postulados por los estudios de paz: democracia, desarrollo, de-rechos humanos y desarme.

Democracia, porque participar en la toma de decisiones equilibra el poder y reduce las posibilidades de abuso, sea dentro de una pareja, de una familia, de una comunidad, o de la sociedad en su conjunto.

Desarrollo, porque al satisfacer necesida-des básicas y crear condiciones de justicia las personas se integran creativamente y en un clima de paz.

Derechos Humanos, porque ignorarlos o despreciarlos constituye una violencia es-tructural y la ausencia de estos derechos fundamentales puede orillar a las personas al uso de la violencia directa para exigirlos.

Desarme, porque las sociedades cuya se-guridad y supervivencia dependen de la ven-ta, consumo, uso y/o presencia de armas, no permiten la participación democrática –puesto que resulta un riesgo participar-, no promueven el desarrollo sustentable –se apuesta al control- y terminarán violentando los derechos humanos de su población.

Proponemos hablar de una paz amplia y pro-funda, conscientes de que la violencia y los problemas derivados de ella son complejos.

La paz no es trivial. Sólo desde una transformación cultural po-dremos destruir desde su base y totalmente el iceberg de la violen-cia de nuestra sociedad, y cons-truir un orden elevado de justicia y paz.

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La paz y los elementos necesarios para la convivencia pacífica se puede aprender, jus-tamente porque no son valores innatos ni un objetivo imaginario, sino un esfuerzo perma-nente en el desarrollo integral de la perso-na. Por lo tanto, la paz es algo que tenemos que construir entre todos los seres humanos, comenzando por nosotros mismos, en el in-terior de cada uno, y luego en la convivencia familiar, comunitaria, social, nacional e inter-nacional. La paz requiere de una educación continua, de la práctica de valores éticos, y también de un esfuerzo por instaurar la jus-ticia social.

Educación para la pazLa paz, como ya se dijo, se construye desde adentro, desde el interior de las personas. su aprendizaje comienza desde la infancia en casa y posteriormente en la escuela. Para vi-vir en paz se requiere una actitud de calma y tranquilidad interior, así como un estado de ánimo en el que se alienta una visión abierta, propositiva y favorable de la vida. Lo que su-cede a nuestro alrededor nos puede influen-ciar y afectar, pero la clave para mantener la paz es la actitud que adoptemos ante la vida, de esto somos responsables cada uno.

La paz también debe construirse hacia afue-ra. Por ello es prioritario aprender a convivir pacíficamente, a resolver conflictos sin vio-lencia. Para lograrlo debemos comenzar a

trabajar en las dimensiones cognitiva, afecti-va y conductual de las personas; en ámbitos como el hogar, las escuelas y las organiza-ciones sociales.

El saber convivir es uno de los cuatro saberes fundamentales de la “educación del milenio”, la uNEsco considera que cualquier sistema educativo debe fortalecer este saber de for-ma prioritaria para lograr la supervivencia de la especie y su desarrollo sostenible (delors, 1996). El saber convivir se refiere a las habili-dades y a los valores asociados a la capacidad para desarrollar relaciones sociales no vio-lentas y cooperativas, en todos los espacios en donde nos corresponda interactuar, para la búsqueda del bien común.

Educar para la paz implica promo-ver entre nosotros y entre todas las personas una actitud crítica frente a situaciones de violencia, que nos mueva a resolver cons-tructivamente esos conflictos.

¿Cómo se construye la paz?

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18 19Valores éticosLos valores son convicciones profundas de los Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que nos encaminan a elegir una cosa sobre otra y a actuar de una cierta manera. Hay muchos tipos de valores, todos suelen llevar implícito un ‘deber ser’, un ideal. Lo que distingue a los valores éticos de otros valores es que implican un ‘deber hacer’, son una guía de comportamiento que nos exhorta a realizar la acción considerada correcta o justa.

Mucho se ha hablado en nuestra época de una crisis o ‘pérdida de valores’, pero en realidad los valores no se pierden, ya que no es posi-ble vivir sin ellos. Lo que sí puede suceder es que sean transformados, cambiados por otros, descalificados o pervertidos. Los valores y su jerarquía varían con el tiempo. surgen con un

“La educación para la paz no debe ser una educación para volver a la gente más pacífica, sino para volverla capaz de examinar la estructura económica y social en cuanto a estructura violenta” (yudkin y Pascual, 2006).

una educación que sea consciente y cuyo objetivo sea superar lo que la uNEsco llama ‘violencia educativa sistémica’ (au-toritarismo, intolerancia, inequidad, cas-tigos corporales, discriminación, sesgos, etiquetas, evaluaciones que no conside-ran la diversidad cultural, impersonalis-mo y hacinamiento en las aulas, fomento de rasgos antidemocráticos y agresivos).

La promoción del autoconocimiento, con el fin de modificar de raíz creencias y ac-titudes violentas heredadas y arraigadas inconscientemente.

La práctica de la escucha respetuosa y empática, que lleve a la comprensión y aceptación de que los otros son diferentes y únicos.

La educación emocional: saber reconocer, expresar y manejar adecuada y pacífica-mente las emociones.

El énfasis en el desarrollo de actitudes y habilidades de socialización (equipos de trabajo, toma de decisiones grupales, ac-tividades que promuevan la cooperación).

El aprendizaje teórico y vivencial de habili-dades para resolver conflictos, los cuales son parte de la convivencia.

El aprendizaje de una comunicación clara, asertiva y eficaz.

El diálogo y la argumentación con funda-mentos basados en la razón, como vía pri-vilegiada para la negociación.

El fomento de los valores éticos fundamen-tales como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la tolerancia, la compren-sión, entre otros.

El respeto a la libre expresión de ideas, tra-diciones culturales y creencias, a través de la promoción de las diferentes culturas.

La espiritualidad, ya sea que se desprenda de alguna religión institucional o no.

El perdón y la reconciliación.

La práctica de ejercicios que cultiven la con-centración y la conciencia de uno mismo, como meditación, manejo de la respiración consciente, tai chi, yoga, etc.

La práctica del deporte, como medio para promover el trabajo en equipo y el compa-ñerismo.

El fomento de las artes, favoreciendo la sen-sibilidad y la expresión estética y artística.

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significado especial en las diferentes culturas y cambian a lo largo de la vida, porque están relacionados con los intereses y necesidades individuales; también pueden entrar en con-flicto entre sí y surge la necesidad de tomar decisiones complejas.

La educación para la paz parte de valores mínimos indispensables para la convivencia no violenta; son mínimos porque buscan que tengamos las condiciones básicas de justicia. sabemos que existen valores “máximos” de felicidad pero estos varían de una persona a otra: no todos tenemos la misma idea de feli-cidad, de amor, de amistad, de belleza. incluso podemos tener concepciones diametralmente opuestas; por ello, sería muy violento tratar de imponer a otros nuestras ideas de belleza, fe-licidad o amor.

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Existen algunas herramientas que nos enseñan a lograr lo anterior:

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sin embargo, requerimos unos “mínimos” que sí podamos acordar, demandar y exigirnos mutuamente, como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la responsabilidad, la honestidad, la igualdad, la inclusión y la justicia. Estos va-lores “mínimos” son valores éticos y universa-les. a través de la historia se han considerado prioritarios para saber vivir bien, y son esen-ciales para una convivencia humana armo-niosa y pacífica. Es posible que su significado e importancia relativa varíen en un tiempo y espacio dado, pero existe un consenso de que son necesarios y valiosos en otros los contex-tos sociales.

Pongamos un ejemplo: yo no puedo obligar a mi vecino a que comparta mi ideal de belleza y pinte su casa del color que yo prefiero, ni tam-poco puedo pedir que alguien más lo obligue. sin embargo, sí puedo y debo exigirle que no violente a su familia y puedo demandar que al-guien más (las autoridades, el Estado) lo obli-gue a ello.

La educación para la paz no parte de buenas intenciones ni de educar filantrópicamente: parte desde una perspectiva de derecho y de educar para que las personas vivan y exijan sus derechos.

Para un mejor resultado en esta pedagogía para la paz, tenemos que incluir el perdón y la reconciliación, que si bien no son propia-mente valores éticos, han sido reconocidos por su valor terapéutico y sanador tanto en el ámbito personal como en el interpersonal. su aplicación es indispensable en la resolu-ción de conflictos. incluso existe un movi-miento para elevarlos al nivel de derechos humanos fundamentales.

La ética puede enseñarse teóricamente pero eso no garantiza que se practiquen los valo-res. Éstos se encuentran relacionados muy estrechamente con nuestras creencias y con nuestras emociones. Más que enseñarse, los valores se viven, se inspiran y se conta-gian. Por tanto, los niños y jóvenes aprenden del ejemplo de sus padres, maestros y líde-res sociales; concretamente, aprenden los valores de sus actitudes, conductas y con-gruencia mucho más que de los discursos.

“Las palabras mueven pero el ejemplo arrastra”.

Justicia socialEs muy conocida la máxima “no hay paz sin justicia”, y se refiere al hecho innegable de que para lograr una convivencia pacífica se requiere respetar los derechos humanos fundamentales. Entre ellos se encuentran el derecho al desarrollo, a una vida digna que provea lo fundamental para vivir con un bienestar básico en lo que respecta a ali-mentación, salud, vivienda, vestido y servi-cios sociales (art. 25 de la declaración uni-versal de los derechos Humanos de la oNu). asimismo, debemos incluir el derecho de todo ser humano a la no discriminación, a la educación, al trabajo, “a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y cultu-rales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad” (art. 22). La pobreza y la desigualdad socioeconómica

atentan contra la paz porque no permiten un acceso equitativo al desarrollo y, por lo mismo, generan conflictos y enfrentamien-tos, así como también odio, resentimiento y violencia social.

El Estado es el primer responsable de ins-taurar y hacer respetar los derechos huma-nos, pero la justicia social es un deber ético de todos los ciudadanos. Este deber nos lla-ma a cooperar, en la medida de nuestras po-sibilidades, en la promoción de un desarrollo basado en la corresponsabilidad, la ayuda mutua, la preocupación y la acción solidaria por los más pobres, excluidos y vulnerables.

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CreeSerhttp://creeser.org.mx Área: Convivencia noviolenta

La violencia surge de conflictos mal atendi-dos y la única manera de solucionarlos será mediante alternativas creativas que apunten a construir una cultura de paz.

debemos entender primero que el conflicto es un choque entre intereses contrapues-tos de personas, grupos e incluso naciones, los cuales perciben que existen entre ellos objetivos incompatibles, recompensas in-suficientes e incluso, a la hora de realizar sus metas, interferencias del otro. Así, los conflictos son parte de la vida y son inevi-tables, pero conflicto no es sinónimo de violencia, de hecho, no es necesaria y se puede evitar. Para resolver los conflictos sin violencia se requiere de una serie de habilidades que como personas, familias o grupos sociales podemos buscar y desarro-llar. El problema no radica en tener conflic-tos sino en cómo resolverlos.

En la mayoría de los conflictos que se con-vierten en violencia los involucrados buscan resolver la situación poniendo como princi-pal objetivo la satisfacción de los deseos, por encima de las necesidades. Esto provoca que uno o ambos no logren satisfacer sus caren-cias. de esta manera, se van construyendo relaciones de poder basadas en el abuso en la sumisión o en la apatía en las que ambas partes pierden o ganan a costa de la otra.

Sin embargo, existe la posibilidad de construir relaciones basadas en la cooperación. En ellas se busca que ambas partes ganen, pero se requiere que los involucrados se centren en la satisfacción de nece-sidades por encima de los deseos, y tengan la disposición de ceder en estos últimos.

Dimensiones de la paz en nuestra práctica

desde nuestra experiencia como organiza-ción, la capacidad de resolver conflictos sin violencia desde una perspectiva de ganar-ganar, puede desarrollarse desde la infancia y en todas las etapas de la vida a través de la educación: si educamos en el conflicto, edu-camos para la paz.

Por ello los proyectos que como creeser a.B.P. llevamos a cabo se basan en el desa-rrollo de habilidades de convivencia no vio-lenta, que permitan construir ambientes de paz a partir de la vivencia plena y responsa-ble de los conflictos. dichas habilidades son: expresión emocional, reconocer deseos y ne-cesidades, reconocer y tolerar la diversidad, desarrollar sentido de pertenencia, dialogar, elaborar acuerdos y colaborar para el bien común, entre otros.

Estos son algunos de los proyectos que de-sarrollamos:

Zona norte de Monterrey “Escuela sin Violencia”: desarrollo de habi-

lidades sociales en las niñas y los niños en escuelas primarias públicas, asegurando su participación en procesos de paz y dismuni-ción de la violencia. “comunipaz” implementación de estrate-

gias informativas y lúdico- formativas que aseguren recursos comunitarios que favo-rezcan el ejercicio de los derechos de niñas y niñas que viven en situaciones de riesgo y vulnerabilidad.

“Pazarte” implementación de estrategias artísticas para el desarrollo de competencias noviolentas en las y los jóvenes generando espacios comunitarios de inclusión para el ejercicio de sus derechos e intereses. “constructoras de Paz” implementación de

estrategias educativas que propicien el análi-sis y la reflexión de las mujeres para la dismi-nución de la violencia de género “diplomado en cultura de paz: una respues-

ta a la violencia escolar” : Formación de do-centes para generar habilidades sociales y alternativas de convivencia en la comunidad educativa.

Baborigame, Chihuahua “Escuela sostenible”: adquisición de habi-

lidades técnicas y organizativas para la aten-ción de necesidades de seguridad alimen-taria de alumnos mestizos e indígenas de secundaria y sus familias.

En el 2011, creeser trabajó con casi 4,000 ni-ños y niñas, jóvenes, mujeres y docentes para construir una cultura de paz. te invitamos a compartir este trabajo trascendente, acom-pañando un proceso de vida que nos permite creer en un futuro esperanzador.

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calidad educativa, educación ciudadana, política educativa y responsabilidad social. Nuestros enfoque en educación ciudadana consiste en formación para la búsqueda y generación de progreso que eleve la calidad de vida de las personas, garantice el bien-estar social y la convivencia pacífica; de allí nuestro fuerte compromiso con el tema de la paz.

Para fortalecer la calidad educativa, en Vía Educación: Realizamos estrategias enfocadas princi-palmente en la capacitación docente. Llevamos a cabo evaluación e implemen-tación de programas y proyectos sociales-educativos. Brindamos aportaciones significativas al di-seño curricular de planes y programas de estudio de la sEP. ofrecemos asesoría educativa en temas como la prevención y el tratamiento de la violencia. Promocionamos las competencias ciuda-danas, el desarrollo social sustentable y la participación ciudadana.

todo lo anterior se realiza utilizando estrate-gias congruentes con una pedagogía actual, innovadora, enfocada a involucrar al estudian-te y al docente en la construcción de su propio aprendizaje. Mediante una metodología parti-cipativa, niños, niñas, jóvenes y adultos llevan a cabo proyectos que les ayudan a desarrollar capacidades ciudadanas y democráticas.

Este trabajo es realizado en la ciudad de Monterrey, así como en los esrados de chia-pas, Guerrero y yucatán, principalmente en áreas de alta marginalidad social. con todo esto pretendemos ampliar las oportunidades educativas para generar el desarrollo de ca-pacidades y reducir la brecha de desigualdad.

Vía Educaciónhttp://viaeducation.org Área: Educación en ciudadanía

Vía Educación a.c. es una asociación civil que busca mejorar la calidad de vida de las personas promoviendo el desarrollo so-cial sustentable a través de la educación. Nuestra misión es generar oportunidades para dicho desarrollo a través del diseño, implementación y evaluación de estrate-gias educativas en cuatro líneas de acción:

En Vía Educación consideramos que la educación es el princi-pal medio por el que se puede avanzar hacia una democracia de ciudadanía que va más allá del aspecto electoral. Por lo tan-to, tenemos el compromiso de educar a las personas para que tomen decisiones en función del bien común y la justicia.

El desarrollo social sustentable es respon-sabilidad de todos. creemos que es posible lograrlo y que cada persona puede ser un agente de cambio, de allí que nuestra visión consiste en formar una ciudadanía activa y organizada que sea capaz de modificar positi-vamente su entorno.

si deseas desarrollar competencias ciuda-danas que generen mejores ambientes para vivir, oportunidades de convivencia y he-rramientas de prevención, puedes crear un círculo ciudadano en tu empresa, colonia o parroquia. Para unirte a esta iniciativa, te in-vitamos a entrar a viaeducation.org/circulos-ciudadanos

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Por lo anterior nuestra metodología le apues-ta a terapias grupales, primero porque cree-mos fuertemente en la eficacia de los proce-sos de grupo, y segundo, porque en un país en donde el trauma individual y colectivo es-tán cada vez más presentes, se requieren es-pacios de reconocimiento y acompañamiento como alternativa para superar dichos trau-mas y la desesperanza aprendida. se trata de un proceso a largo plazo que busca crear nuevos valores de comportamiento ciudada-no y de cultura de convivencia. intentamos superar el “ojo por ojo”, es decir, la venganza.

Las Es.PE.RE. son un aporte para el capital social, construyen instancias de mediación que funcionan como filtros para los procesos de violencia, y contribuyen a prevenirla. Las Es.PE.RE. responden efectivamente a estas preguntas: ¿cómo manejar la rabia y el miedo que deja la violencia? ¿cómo transformar los odios y rencores? ¿cómo transformar la me-moria trágica de las ofensas? ¿cómo generar lenguajes de futuro y superar los lenguajes

de pasado? En resumen, ¿cómo abrirse a los procesos de perdón y reconciliación? al dar respuesta a estas interrogantes, la labor de Es.PE.RE. ha tenido impactos importantes en centros de inserción social, instituciones educativas, organizaciones de iniciativa públi-ca, privada y de asistencia social, parroquias y comunidades.

Recibimos apoyo teórico y metodológico so-bre el perdón y la reconciliación por parte del institute of Forgiveness en la universidad de Wisconsin en los Estados unidos. además, las universidades de Harvard y de Virginia commonwealth nos ofrecen valiosos mate-riales que han sido adaptados a la realidad latinoamericana.

El esquema que se ha propuesto para orien-tar el trabajo del perdón y la reconciliación se estructura en cuatro niveles: Nivel cognitivo Nivel emocional Nivel conductual Nivel espiritual

Para facilitar el aprendizaje del método se han diseñado diez módulos que se realizan en dos etapas, entre las cuales se da un mes o dos de descanso. La primera etapa se dedica al proceso de perdón (seis módu-los) y la segunda al proceso de reconcilia-ción (cuatro módulos).

La palabra “escuela” expresa la necesidad de un proceso, de un método y de unos conteni-dos. se refiere también al proceso de com-partir la sabiduría colectiva que se genera cuando las personas intencionadamente se reúnen en la búsqueda de objetivos comunes.

La Fundación para la Reconciliación asumió el reto de proponer diseños para la supera-ción de las heridas causadas por las agre-siones a través del modelo de las Escuelas de Perdón y Reconciliación (Es.PE.RE.). con esto busca promover e instaurar una cultu-ra política del perdón y la reconciliación. Las Es.PE.RE. son grupos de personas que deci-den vivir una experiencia fuerte de sanación de las heridas (rabia, rencor, odio, venganza) causadas por la violencia y los conflictos dia-rios de la vida. son personas que desde su espiritualidad quieren abrirse al perdón y a la reconciliación como paso obligado para la reconstrucción individual, familiar y social, y el restablecimiento de la paz en el barrio, en la ciudad y en el país.

ES.PE.RE. (Escuelas de Perdón y Reconciliación)http://www.cclm.org.mx Área: Perdón y reconciliación

En México la representación de las Es.PE.RE. está a cargo del centro cultural Loyola de Monterrey a.c. desde el año 2004, y ha extendido su labor y compromiso a ciudad Juárez, chih.; torreón, saltillo y Monclova, coah.; Edo. de México; Guadalajara, Jal.; León, Gto.; México d.F. y área metropolita-na; Morelia, Mich.; La Paz, B.c.s.; Mazat-lán, sin. y oaxaca, oax.

En septiembre de 2006 la Fundación para la Reconciliación recibió la Mención de Honor Premio Educación para la Paz por sus apor-tes prácticos y de impacto en la creación de una cultura de convivencia y paz. Espera-mos seguir compartiendo estos aportes con las comunidades en las que trabaja-mos, para contribuir a la creación de una cultura de paz en México.

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manos, tales como el respeto, la justicia y la solidaridad. Nuestro objetivo es crear una cultura de integración en la que todas las personas puedan sentirse dignas, por lo que nuestra misión es ayudar de manera directa a quienes viven una privación de la libertad, así como a jóvenes hombres y mujeres que han caído en el mundo de las drogas. Es tam-bién parte de nuestra misión dar apoyo a las familias de dichos jóvenes y a personas que habitan en zonas de alto riesgo y de mucha violencia.

Nuestra tarea es llegar a empode-rar a quienes habitan las cárceles, pasan por procesos de rehabilita-ción o viven en situación de violen-cia, porque estamos convencidos de que si se les brindan herramien-tas para que vivan de manera po-sitiva y constructiva, podrán hacer valer sus derechos humanos. De esta manera contribuimos a la for-mación de una cultura de respeto a los derechos humanos.

Nuestros programas se basan en los docu-mentos “El derecho a la educación de las personas privadas de libertad” y “un enfo-que de la educación para todos basado en

los derechos humanos”, ambos elaborados por la organización de las Naciones unidas. Estos documentos responden a acciones que se desprenden del Pacto internacional sobre derechos económicos, sociales y culturales, mismo que reconoce a la libertad, a la justicia y a la paz como derechos inherentes a todo ser humano. de esta manera, nuestro objeto social se vincula de forma directa con el tema de educación para la paz.

Promoción de Paz lleva programas que pro-mueven el cumplimiento y ejercicio de estos derechos a centros penitenciarios, centros de internamiento para adolescentes, centros de rehabilitación de adicciones para perso-nas de escasos recursos, y colonias localiza-das en zonas de violencia y pobreza.

“salas para la Paz”: son espacios localiza-dos estratégicamente en zonas de alto ries-go, en los que se atiende de manera parti-cular a adolescentes y adultos que vivan las consecuencias de la violencia en cualquiera de sus formas y que quieran ponerle un alto a

las acciones que la provocan. “Herramientas de Vida”: programa basado

en técnicas de desarrollo humano y dere-chos humanos. En él se brindan diversos ta-lleres, cursos y clubs en los que se imparte una formación que abarca todas las áreas de crecimiento personal, y en la que se busca que las personas tomen conciencia de los valores humanos. “arte urbano”: programa que utiliza estra-

tegias novedosas como la educación musical, el hip hop, el grafiti y la música popular para atraer la atención de jóvenes, adolescentes, niños, niñas y sus familias, y se incide en su crecimiento personal y comunitario. asimismo se utilizan otros recursos como

la terapia de juego, terapia de baile, terapia ocupacional, cine de discusión, teatro social, círculos de lecturas, reforzamiento escolar y acompañamiento personal.

La responsabilidad de darle seguimiento a casi cuarenta programas en los que se atien-den a más de 10,000 personas nos compro-meten a seguir día a día promoviendo la paz.

Promoción de Pazhttp://www.promociondepaz.org.mx Área: Derechos humanos

Promover la paz es promover los derechos humanos.

Los derechos humanos garantizan una vida digna para todas las personas; se cuentan entre estos derechos la libertad, la justicia y la igualdad de oportunidades que todo ser humano debe poseer por el simple hecho de existir. también forman parte de los derechos humanos el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda y al bienestar individual y social.

Los derechos humanos protegen la vivencia de los valores esenciales de todos y todas en lo personal y en comunidad, pertenecen a to-dos los hombres y las mujeres, nadie puede renunciar a ellos, y el esfuerzo por promover-los y defenderlos no depende de condiciones políticas determinadas. Es decir, sin importar que exista un índice bajo o alto de violencia en una sociedad, la promoción de los derechos humanos debe realizarse en todo momento.

La paz es un derecho humanoQuienes trabajamos en Promoción de Paz, a.B.P. nos dedicamos a promover entre los grupos más vulnerables de la sociedad los valores que fundamentan los derechos hu-

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y agente de cambio de su propia vida. Para esto ponemos en sus manos una herramien-ta central a la que llamamos identidad na-rrativa (recuperación y re-significación de su historia personal). En nuestra sociedad per-siste un fuerte machismo, que es promovido inconscientemente por las mismas mujeres, quienes son las principales educadoras de los hijos en el hogar y, por tanto, replicadoras del modelo patriarcal que tanto las perjudica.

tenemos claro que quien educa a un hombre, educa a un individuo, en tanto que quien edu-ca a una mujer está educando a toda una fa-milia. Por ello, nuestro objetivo se vincula de manera muy importante con la paz. Mientras exista opresión, discriminación y violencia hacia el sexo femenino; mientras las mujeres sigan como víctimas de la violencia y especta-doras pasivas en la vida social, se atenta con-tra los derechos humanos básicos, contra la democracia y contra la justicia social.

No puede haber verdadera paz mientras se continúe excluyendo a más de la mitad de la pobla-ción del derecho a una vida digna y libre de violencia, y del acceso equitativo a las oportunidades en el ámbito privado y público.

Tejedoras de Cambioshttp://tejedorasdecambios.org Área: Equidad de género

tejedoras de cambios, a.c. es una organiza-ción que se dedica a abrir espacios de desa-rrollo humano para mujeres adultas, con el objetivo de propiciar una transformación per-sonal que impacte a las familias y a la socie-dad. trabaja por la equidad de género, busca el empoderamiento femenino y crear redes de mujeres comprometidas en sororidad (her-mandad femenina). todo lo anterior lo lleva a cabo mediante la práctica de un feminismo in-cluyente y participativo, generador de nuevas actitudes y promotor de valores sociales.

Nuestra labor es eminentemente educativa y no asistencialista, pues buscamos que la mujer se convierta en autora, actriz principal

Nuestra labor educativa se concentra en acti-vidades tales como:

diseño e impartición de cursos y talleres en el área de desarrollo humano; algunos de ellos son:

“El guión de mi vida” “Manejo de emociones y conflictos” “Educación para la paz” “cultura ciudadana” “Ética y valores” “diplomado tejedoras de vida”

Promoción de círculos de lectura con temas de crecimiento personal. cine-club. Lotería educativa (especialmente creada y diseñada por nosotras). desayunos-conferencia con temas cultura-les y formativos. apoyo con servicio social gratuito a mu-jeres en situación de vulnerabilidad o ex-clusión (principalmente a través del curso sello “El guión de mi vida” y de la “Lotería de tejedoras”).

capacitación continua de las facilitadoras, quienes replican los diversos cursos que nuestra asociación ofrece.

Los principales logros que hemos tenido como asociación durante tres años de labor son los siguientes:

La atención a un sector de la sociedad que ha sido descuidado en el plano educativo: las mujeres adultas, cuya energía y po-der transformador se desperdicia a causa de depresiones, problemas psico-sociales como la ludopatía, y muchas otras enferme-dades psicosomáticas.

Estar respaldadas por una investigación teórica y haber diseñado, implementado y continuar mejorando una metodología poco empleada, basada en el manejo de la identi-dad narrativa, que nos ha demostrado avan-ces muy relevantes en el empoderamiento femenino.

La creación de cursos y talleres originales, que ayudan tanto a la estimulación de las neuronas como a la moderación y control de las hormonas. Estos cursos y talleres se basan en las técnicas del grupo de creci-miento y las dinámicas vivenciales; buscan ante todo un aprendizaje significativo y auto-transformador.

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La Paz Comienza con los Niñoshttp://lapaz.org.mx Área: Arte y música para la paz

La Paz comienza con los Niños a.c. (LPcN) busca la construcción de una cultura de paz a través de talleres de arte, ciencia y deporte. comenzó a implementarse en el año 2000 en casas hogar del estado de Nuevo León y ha llegado a tener presencia en 18 instituciones entre casas hogar, escuelas primarias y se-cundarias públicas de bajos recursos econó-micos, y centros comunitarios pertenecientes a polígonos de pobreza en Nuevo León. Ha apoyado a 11,721 niños y jóvenes provenien-tes de una situación de maltrato, abandono, pobreza u orfandad con la ayuda de 3,217 vo-luntarios y prestadores de servicio social co-munitario de diversas universidades de Nue-vo León.

LPcN toma los principios y el modelo pro-puesto por H. B. danesh, quien define a la paz como “un estado psicológico, social, polí-tico, ético y espiritual con su expresión en las

áreas de la vida humana intrapersonal, inter-personal, intergrupal, internacional y global” (danesh, 2006); asimismo considera que la paz es la principal expresión de una visión mundial basada en la unidad. debido a que la educación formal o informal es el prin-cipal vehículo de transferencia y formación de nuestra visión del mundo, según danesh, esta tiene un impacto enorme en la presen-cia o en la ausencia de una proclividad hacia la violencia en cada nueva generación (2006).

La sociedad debe aspirar a una vi-sión del mundo basada en la uni-dad, donde exista una conciencia de la unidad en la diversidad y se tenga como objetivo la creación de una civilización de paz.

En nuestra organización tenemos como ta-rea la implementación del programa integral “Educación para la paz en México”, basado en la unidad, en los valores universales y su prác-tica en todos los niveles. Este programa inició

con un piloto en diversas escuelas primarias y secundarias en el estado de Nuevo León.

otra de nuestras actividades es la promoción de una cultura de paz en los niños de diferen-tes casas hogar a través de distintos talleres que se imparten: Música: guitarra, flauta, canto, piano teatro danza: jazz, ballet, folclore oratoria y declamación artes plásticas, pintura, escultura Liderazgo deportes: fútbol, tae kwon do, béisbol, básquetbol

idiomas apoyo escolar ciencias: matemáticas y física recreativa

al final de cada semestre organizamos un “concierto por la Paz”, en el que los niños que participaron en los talleres muestran el fruto de sus esfuerzos a la comunidad. Esto ha dado increíbles resultados en los niños, mismos que se manifiestan particularmente en la mejora de su autoestima y confianza, y en la asimilación de los valores que promueve la fundación. Llevamos a cabo también un día del deporte, en el que los niños celebran la amistad, la salud y el deporte; en este evento reunimos a todas las casas hogar participan-tes de los talleres.

a través de estas acciones dedicamos un poco de nuestro tiempo y todo nuestro amor a los niños para ayudarles a crecer sanos y a tener una actitud positiva ante la vida.

Por otro lado, contribuimos en la elabora-ción de talleres con la temática “unidad en la diversidad”, que ayudan a los estudiantes de diferentes preparatorias a tomar concien-cia sobre la importancia de la tolerancia y el respeto a los demás. una prioridad de LPcN es la creación de un fondo de becas de estu-dio para nivel preparatoria y carreras técnicas. además, logramos otorgar becas a niños pro-digio en danza, música y tae kwon do.

Buscamos alianzas con los gobiernos, los or-ganismos internacionales, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunica-ción, la iglesia, las empresas, las escuelas; así como los líderes políticos, religiosos, in-telectuales y sociales en el Estado, en la so-ciedad y a nivel interpersonal e intrapersonal. dichas alianzas tendrán como objetivo contri-buir a que se instaure en nuestro país el tipo de educación que promovemos.

LPcN ha sido reconocida por su labor con múltiples premios locales, nacionales e in-ternacionales.

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Universidad de Monterrey (Misiones UDEM)Área: solidaridad y servicio

La universidad de Monterrey es una institución de educación superior de inspiración católica fundada en 1969 por cinco congregaciones religiosas y un grupo de ciudadanos compro-

metidos, cuyo interés fue poner al alcance de los jóvenes un modelo educativo centrado en la formación integral de la persona, sustenta-do en la excelencia académica y orientado a la promoción del servicio a los demás como for-ma de alcanzar la trascendencia.

En el contexto de violencia por el que hoy atravesamos, la udEM, a través de los grupos

y proyectos de Misiones, busca, entre otras cosas, promover la educación para la paz. Creemos que educar para la paz es también hacerlo para la justicia, la convivencia, la aceptación de las diferencias; la solidari-dad, el servicio, y la resolución creativa y no violenta de los conflictos, siempre con la mirada puesta en el respeto y cuidado de la vida en todas sus manifestaciones.

La educación para la paz busca desarrollar habilidades sociales en la comunidad y favo-recer así una convivencia sin violencia. Estas destrezas se traducen en formas concretas de interacción tanto en las relaciones inter-personales como en grupos más amplios.

Podemos decir que una persona con habili-dades sociales desarrolladas es capaz, en-tre otras cosas, de propiciar el equilibrio del poder, y de generar ambientes de diálogo, democráticos y equitativos. Esto lo logra a través de su capacidad de analizar y proble-matizar la realidad; de poner en evidencia la injusticia y la violencia en cualquiera de sus formas, pero al mismo tiempo, desarrollar ideas creativas que atiendan las causas de dicha problemática. Estamos hablando de personas con capacidad para crear ambien-tes de paz positiva.

al promover el desarrollo de habilidades so-ciales, pretendemos encontrar una forma

concreta de llevar a la práctica los valores que dan sustento a las formas de conviven-cia pacífica. de esa manera podremos darnos cuenta de qué tanto se avanza en el proceso formativo de quienes participan en la cons-trucción de una cultura de paz.

En Misiones udEM durante un par de dé-cadas hemos acompañado a comunidades campesinas e indígenas de México y de otros países. En este proceso hemos sido testigos de los efectos de la violencia estructural que genera pobreza e inequidad, así como de la violencia cultural que sufren nuestros her-manos del campo al migrar a la ciudad y ser discriminados. aunado a esto, y quizá como consecuencia, vemos que la violencia direc-ta se extiende por todo el territorio nacional y más allá de sus fronteras.

El proceso de maduración de Misiones udEM, con 20 años de experiencia, la Visión 2020 de la udEM y el fuerte deseo de responder a los desafíos que nos presenta la realidad son elementos que nos han colocado en el pro-ceso de constituirnos como centro Misionero universitario (cMu), para lo que nos hemos planteado las siguientes misión y visión:

MISIÓNEl centro Misionero universitario, mediante encuentros entre los misioneros con las co-munidades desfavorecidas y la formación en

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el servicio solidario-educativo, comparte la fe y la vida, y propicia la conciencia crítica para la construcción de una sociedad más justa desde la propuesta de Jesucristo.

VISIÓNEl centro Misionero universitario es recono-cido a nivel nacional e internacional como for-mador de misioneras/os para la intervención comunitaria en proyectos que promuevan la transformación social, la justicia, la sosteni-bilidad, así como la cultura de paz y no violen-cia, vinculándose en red con organismos que trabajen por el mismo fin.

Para alcanzar esta visión, hemos diseñado un Plan de Formación que se sostiene en un eje rector y cuatro pilares. El eje rector y trans-versal es la Educación para la Paz; los cuatro pilares son: trascendencia, interculturalidad, Educación Popular y transformación social sostenible. cada una de estas columnas con-templa algunas habilidades sociales que sir-

“Prácticas de Buen Vecino” es un proyecto derivado de la primera encuesta de cultura ciudadana realizada en Monterrey. a raíz de este estudio se formó la Mesa de cultura ciu-dadana que se encarga de buscar proyectos que mejoren la regulación social entre los ciudadanos. Promover aquellos comporta-mientos que caracterizan a los buenos veci-nos es el primer paso para mejorar la rela-ción entre ciudadanos.

“ciudadano Ejemplar” es un proyecto en el que se reconoce a aquellos ciudadanos que tienen un fuerte compromiso con la sociedad y que son un ejemplo a seguir. Lo que logra-mos como sociedad a través del reconoci-miento de ciudadanos Ejemplares, es:1. Promover una cultura de reconocimiento

positivo.2. Establecer modelos de comportamiento

positivo.3. Reconocer a quien merece ser reconocido.

Para participar en estas y otras iniciativas puedes consultar www.pazes.org.

Paz es…http://pazes.org Área: participación ciudadana

Paz es… es una organización dedicada a la generación, promoción, apoyo y colaboración en acciones positivas a favor de la paz a tra-vés de la participación ciudadana.

Para lograr la paz es necesario que los ciu-dadanos vivamos en un ambiente de convi-vencia y regulación sana con el estado, con otros ciudadanos y con nosotros mismos. La única manera de lograrlo es buscando que to-dos los ciudadanos gocen plenamente de sus derechos y cumplan con sus obligaciones.

La participación ciudadana está al alcance de todos, pero a veces las personas no encuen-tran formas concretas de involucrarse. Paz es… ofrece las siguientes oportunidades de participación directa y sencilla:

El “Foro de compromiso ciudadano” es un espacio trimestral que ofrecemos junto con el cciNLac para que las organizaciones de la sociedad civil, la iniciativa privada y las insti-tuciones públicas tengan un espacio para el intercambio de ideas y la sinergia.

ven de orientación en el diseño de las mate-rias, diplomados y programas que ofrecemos.

con lo anterior, manifestamos nuestro firme propósito de trabajar con mayor énfasis por la construcción de la paz y la no violencia, prin-cipalmente a través de la formación que se ofrecerá a los misioneros/as y mediante la in-tervención que se lleve a cabo en las distintas comunidades en las que colaboremos.

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Educación: Estamos respaldando económi-camente a la Fundación La Paz comienza con los Niños, para la implementación del programa integral “Educación para la paz en México”, el cual está basado en la uni-dad, en los valores universales y su práctica en todos los niveles. consiste en permear la cultura de paz desde un punto de vista transversal durante el horario escolar desde preescolar hasta secundaria. Este programa inició con un piloto en diversas escuelas pri-marias y secundarias públicas y privadas en el estado de Nuevo León en marzo de 2012.

Estamos conscientes de que si deseamos que estas redes entre asociaciones e indi-viduos se mantengan sólidas es necesario un pegamento muy eficiente que se llama unidad y que tiene como consecuencia la paz. sin embargo, el concepto de “cultura de paz” no se promueve o inculca en las escue-las como parte del currículum educativo. Lo común más bien es que, si se habla de ella o se promueve, sea en actividades extracurricu-lares. Generalmente de la paz solo hablamos cuando hay caos, violencia o guerra. de allí ra-dica la importancia que Enlazando Esfuerzos conjuntos le da a la promoción de una cultura de paz desde un punto de vista integral, dentro de los modelos educativos y formativos, des-

Enlazando Esfuerzos Conjuntoshttp://www.enlazandoesfuerzos.org Área: Redes para la paz

Enlazando Esfuerzos conjuntos, a.c. es una fundación de segundo piso que promueve la unidad, la suma, la conjunción de esfuerzos. Busca la creación de un mundo sustentable, enlazar recursos, mentes, voluntades y cora-zones. se esfuerza por crear redes de contac-tos que sirvan para unir a las asociaciones, comunidades e individuos entre sí. Basa su auto sustentabilidad en su innovador modelo de recaudación de fondos el cual promueve el empoderamiento integral del individuo.

se trata de modelos integrales que en el lar-go plazo impactan en la dinámica familiar y social. Gracias a estos modelos se desarro-llará en los individuos la idea de que la paz es la unidad en la diversidad, y que es más constructivo llegar a acuerdos y soluciones pacíficas.

Vemos al ser humano en su dimensión inte-gral en cuanto individuo independiente pero también como miembro de una comunidad en la que participa y se desarrolla. Por ello nuestra aproximación a la dimensión de la paz la realizamos desde diferentes frentes:

de el inicio de la educación preescolar hasta la universidad, y en el diálogo con la sociedad. Política y leyes: en alianza con otras asocia-ciones civiles impulsamos leyes y reformas constitucionales que promuevan y faciliten la implementación de la cultura de paz en la sociedad en el ámbito educativo.

En la asociación hemos emprendido acciones para elevar a rango constitucional la cultura de paz en el artículo 3º constitucional, iniciativa de ley que ya se encuentra en evaluación ante la cámara de diputados del gobierno federal.

Enlazando Esfuerzos conjuntos forma parte del primer consejo Nacional de organiza-ciones de cultura de Paz, así como de la co-misión Nacional para la cultura de Paz y la No Violencia en México. también participa en

diversas acciones que tienen como objetivo permear la cultura de paz en la sociedad ac-tual. Por ejemplo, forma parte del comité or-ganizador de la segunda cumbre Mundial de la Paz que se llevará a cabo en Puerto Vallar-ta en el año 2012; además, apoya y promueve conferencias en toda la República Mexicana en un proyecto sin precedentes denominado “un minuto por México”.

Enlazando Esfuerzos Conjuntos procura así llamar la atención de toda la sociedad para que despier-te de su indiferencia y reconozca que la consecución de la paz para nuestro país depende de la partici-pación de todos los mexicanos.

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Organización Contacto

creeserFabiola Nahas

omar Gutiérrez

[email protected]

[email protected]

Enlazando EsfuerzosHannia Quijano

Rosario Villanueva

[email protected]

[email protected]

centro cultural Loyola

de Monterrey a.c.Es.PE.RE. [email protected]

La Paz comienza con los Niños adda Garza [email protected]

Misiones udEM yuri sánchez [email protected]

Paz Es carlos Garza [email protected]

Promoción de Pazconsuelo Bañuelos

Gabriel ordaz

[email protected]

[email protected]

tejedoras de cambios Patricia Basave [email protected]

Vía Educación armando Estrada [email protected]

Datos de contacto

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La educación para la paz es una responsabilidad que todos los seres humanos debemos asumir a nivel personal, social, local e inter-nacional (Arranz, 1996 y Vidanes, 2007).

La educación para la paz es el resultado de una visión del mundo fundada en la paz en todos los aspectos de la vida: sobreviven-cia y seguridad, formación de la identidad, establecimiento de relaciones, procesos de aprendizaje, metas profesionales, construc-ción social, liderazgo y gobierno (danesh y clarke-Habibi, 2007).

En la actualidad existen diversos agentes socializadores, como las familias, las insti-tuciones educativas, las organizaciones de la sociedad civil, las iglesias y grupos religiosos, la iniciativa privada, los medios de comuni-cación y el gobierno. todos ellos tienen una firme responsabilidad de educar en y para la paz. Si todos cumplimos con esta responsa-bilidad – cada uno de acuerdo a sus diversos roles – construiremos un nuevo modelo de convivencia más sano y equitativo, sin mani-festaciones de violencia.

Las familiasLa primera institución que ejerce influencia en el tema de educación para la paz es la fa-milia, los padres y madres de familia son los

primeros en ofrecer modelos de convivencia. La educación para la paz se pondrá en prácti-ca si en la familia hay respeto, se valora a las personas por su propia dignidad, se establece un vínculo afectivo y se favorece el desarro-llo y la maduración personal de los hijos/as a través de la presencia y la influencia de los modelos distintos y complementarios del pa-dre y la madre. La familia es también trans-misora del patrimonio cultural, promotora del bien común y de los derechos de hombres y mujeres, y por tanto, el primer núcleo de so-lidaridad dentro de la sociedad.

Instituciones educativasLas instituciones educativas se encargan de promover el crecimiento emocional, afectivo, académico, cultural y social de las personas. Las escuelas no sólo transmiten conoci-mientos académicos, también son un espa-cio para propiciar los valores, la construc-ción y fortalecimiento de habilidades para la resolución pacífica de conflictos. como segunda instancia socializadora, son un es-cenario para prevenir las discriminaciones y los prejuicios, y un espacio respetuoso de aprendizaje mutuo. Las instituciones educa-tivas son el ámbito en el que los estudiantes viven la traducción de sus valores y habilida-des en una formación integral de la perso-nalidad. de ahí que éstas se conviertan en fuertes responsables de la educación para la paz, con el fin de aunar y coordinar esfuerzos

¿Quién es responsable de educar para la paz?

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para hacer posible la convivencia pacífica de todos los ciudadanos, así como la prevención y erradicación de la violencia.

Organizaciones de la sociedad civilEstas organizaciones tienen el potencial creativo y la libertad para ser las cataliza-doras de grandes cambios. El papel de las organizaciones de la sociedad civil en la pro-moción de la educación para la paz se centra en la incidencia pública propositiva y crítica de estos temas. se enfocan en el intercambio de experiencias, la formación, actualización permanente y producción de conocimiento en dicha área, por lo cual tienen la oportunidad de generar sinergias, apoyo y solidaridad en-tre los integrantes de otras organizaciones. asimismo, participan en la producción de metodologías educativas, de debate de enfo-ques, la construcción de pensamientos, y la promoción de una cultura de paz y de dere-chos humanos.

Iglesias y grupos religiososEstas instituciones tienen un papel funda-mental en la promoción de una cultura de paz, ya que sin importar el credo que promulguen, todas las religiones contienen un sistema de valores fundamental y compartido, además invitan constantemente a las personas cre-yentes, así como a gente de buena voluntad, a hacer propia la causa de la paz. Esto con el objetivo de contribuir en la preservación de

los valores, asegurando así a las sociedades un mundo mejor. de igual forma exhortan a las personas a reflexionar, a la luz de la razón y de la fe, sobre los principios de un buen ciu-dadano, y actuar acorde a ellos.

La iniciativa privadacomo principales generadoras de riqueza económica y empleadoras de gran parte de la población, las empresas tienen una respon-sabilidad dual hacia la paz. con sus emplea-dos y colaboradores, tienen la oportunidad de fomentar una cultura de paz en sus ope-raciones y relaciones internas del día a día. también tienen la obligación de respetarlos, de forma que no violenten sus derechos, sino que se conviertan en un ámbito de desarrollo integral. adicionalmente, tienen la responsa-bilidad de tomar en cuenta al ambiente que los rodea, a través del cual generan sus in-gresos. Esto empieza con un uso responsable y sostenible de los recursos naturales, para asegurar el acceso equitativo y su continua existencia. también deben tomar en cuenta a los habitantes de su entorno, pues aunque no sean accionistas o empleados de la em-presa, su entorno y vida diaria son afectados por ella.

Los medios de comunicaciónLos medios de comunicación tienen una gran influencia en una cultura de paz ya que pue-den democratizar la información, compartir

el conocimiento, ampliar el acceso a las per-sonas en lugares lejanos y comunicar lo que es la paz, sus principios y formas de promo-verla. Nuestros esquemas de convivencia y paz son producto de nuestras relaciones en el gran campo de la comunicación. Es allí donde el ejercicio de la comunicación tiene un efec-to directo sobre la paz. La importancia que tienen los medios de comunicación es que pueden por un lado evidenciar prácticas violentas, pero por el otro, promover la paz en todas sus manifestaciones (Rojas, 2006, p. 117). Por lo tanto, los medios de comuni-cación tienen la responsabilidad de tomar en cuenta los principios de una cultura de paz en la elaboración de todos sus contenidos. Mu-chas veces, cambiar algunas palabras o imá-genes puede modificar radicalmente el tono de un mensaje, evitando el sesgo, la discrimi-nación o la exaltación de la violencia.

Los gobiernosLos gobiernos tienen la responsabilidad de mantener muchas de las condiciones básicas para la convivencia pacífica, así como de pro-porcionar algunos de sus elementos esencia-les. Ejemplos de esto son el mantenimiento de la seguridad pública, la transparencia y rendición de cuentas, el respeto irrestricto de los derechos humanos, el mantenimiento de la democracia, la equidad, la no discrimina-ción, la educación ciudadana y el combate a la pobreza. Estos son elementos básicos para

la justicia social, a su vez un prerrequisito para la paz. Esto representa un desafío para muchos gobiernos, pero también una oportu-nidad de integrar prácticas pacíficas a todas sus acciones. un reto importante que tienen los gobiernos en el tema de educación para la paz es posicionarlo como un enfoque trans-versal con incidencia en las normatividades y en la organización de las instituciones públi-cas, así como en todas las políticas que sur-jan de ellas.

Fundamentalmente, debemos recordar que la paz se puede construir desde el interior de cada persona en los diversos roles que desempeña en su vida; puede construirse de adentro hacia afuera con un esfuerzo perso-nal consciente y continuo, practicando el diá-logo, la escucha empática, la negociación y la concordia, se puede lograr el establecimien-to de una paz común que permee en todas direcciones. Construir la paz es, pues, una tarea urgente y cotidiana de todos/as. des-de nuestras circunstancias personales, des-de nuestros distintos roles, cada cual puede aportar su “granito de arena” para edificar día a día una convivencia pacífica y un mundo más justo, inclusivo y armonioso.

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¿Qué puedo hacer?

dentro de cada una de las instituciones y colectivos que conforman la sociedad, hay individuos que también tienen responsa-bilidad por educar para la paz. La mayoría de nosotros formamos parte de más de un círculo, tenemos roles en nuestras familias,

empleos, grupos de amigos, o formamos parte de una escuela. desde cada uno de es-tos roles y desde nuestra propia experiencia, hay acciones concretas que podemos tomar para fomentar una cultura de paz en el día a día. Éstas son sólo algunas de ellas.

En mi familiaComo madre o padre de familia

Promuevo que se respete, se atienda y se escuche a cada uno de los miembros de mi hogar. Mi tarea es que todos en mi familia conozcamos nuestros derechos y obliga-ciones, así como facilitar su cumplimiento por el bien de todos.

Enseño con el ejemplo porque sé que no existe otra figura de mayor influencia para los hijos que sus padres. Por lo tanto, al no ser violento mis hijos e hijas aprenderán a no serlo, aunque sean invitados por otros.

Educo a mis hijos e hijas tomando en cuen-ta sus diferencias. sus necesidades e in-tereses no serán iguales, por lo que debo respetar su individualidad.

creo en el diálogo como herramienta de solución de conflictos dentro de mi familia, lo utilizo y lo propicio constantemente con mi cónyuge, mis hijos y entre ellos mismos.

En los conflictos entre mis hijas o hijos ac-túo como facilitador del diálogo, sin tomar partido o ponerme del lado de alguien. Es-toy consciente de que no sólo se trata de arreglar un problema sino de enseñarles a resolverlos por su cuenta sin violencia.

al aplicar una sanción o castigo a mis hijos o hijas me aseguro de que ésta sea: educa-tiva (que le permita reflexionar y aprender), restaurativa (que se enfoque a reparar los posibles daños causados), viable (que sí pueda realizarse) y justa (proporcional al daño causado). Evitaré en todo momento aplicar castigos basados en el dolor físico o emocional.

al premiar a mis hijos e hijas por su buen comportamiento lo hago con halagos y no con regalos o juguetes. además, les hago ver que el mejor premio cuando se relacio-nan de manera respetuosa con los demás es tener un ambiente de paz y cordialidad.

Procuro resolver cada conflicto con la per-sona indicada, sin cobrarle la factura a mi familia. Los problemas del trabajo se deben quedar en la chamba y resolverse allá.

tengo en mente que ser padre o madre es una tarea difícil que conlleva mucha paciencia por lo que evito los abusos y emociones negativas al tratar a mis hijos e hijas. antes de regañarlos o llamarles la atención debo calmarme si estoy de mal humor o muy cansado.

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En mi escuelaComo docente tengo presente que la mayoría de mis estu-diantes pasan mucho tiempo conmigo por lo que procuro ser un ejemplo de noviolen-cia para ellos.

aunque el contexto comunitario de mis alumnos y alumnas sea hostil, procuro que el salón sea un lugar donde mis estudian-tes puedan sentirse seguros, aceptados y respetados, teniendo en mente que nadie puede actuar pacíficamente si no conoce primero un ambiente de paz.

al impartir mis clases, tomo en cuenta que mi labor incluye formar buenos ciudada-nos, no sólo profesionistas.

ayudo a mis estudiantes a desarrollar normas de convivencia que respondan a problemas reales de situaciones cotidia-nas. también acordamos las sanciones o consecuencias por romper las normas de

manera conjunta para que ellos puedan aprender a regularse mutuamente.

involucro a madres y padres en actividades propositivas, con ejemplos y recomenda-ciones prácticas, en lugar de sólo llamarles para darles quejas de sus hijos o hijas.

Respeto la individualidad y el ritmo de aprendizaje de cada estudiante de manera que la competencia sea con ellos mismos, no con sus compañeros o compañeras.

No tolero situaciones de violencia en el gru-po, ya que al hacerlo estaré dando permiso de que esto siga ocurriendo. del mismo modo, no permito bromas humillantes, cuando al-guien sufre ya no es broma, es abuso.

conozco los derechos y responsabilidades tanto míos como los de mis estudiantes. Propicio en clase maneras de practicarlos

y enfatizo la importancia del cumplimiento y el respeto a ellos.

Como niños y niñas No participo en bromas o insultos humi-llantes que se hagan sobre mis compañe-ros o compañeras.

cuando veo que alguien recibe algún insulto o es agredido, se lo digo a un adulto respon-sable. Esto no me hace chismoso, sino que me hace ser solidario con los demás.

sé que todos tenemos derechos aunque seamos diferentes. cuando yo respeto los derechos de los demás ayudo a que respe-ten los míos. intento conocer los derechos de todos, para que nuestra comunidad ten-ga un ambiente de paz.

Como jóvenes soy consciente de que la violencia empieza de manera sutil y se puede salir de control en cualquier momento, por lo tanto me manten-go atento a cualquier manifestación de vio-lencia con mis amistades o mi pareja.

si me siento incómodo o incómoda con la manera en que me tratan, hago lo posible por salirme de la situación o acudo a pedir ayuda.

soy un ejemplo para mis amigos y amigas al no festejar bromas humillantes o partici-par en situaciones de violencia.

conozco mis derechos y soy consciente de que todos los tenemos, aunque seamos di-ferentes. Evito el uso de la violencia para que mis derechos sean respetados, pero sí exijo de manera pacífica que se cumplan.

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En mi comunidadComo vecino denuncio ante las autoridades situaciones que ponen en riesgo la seguridad de mi fa-milia y mis vecinos.

Participo en la junta de vecinos de manera pacífica y resuelvo situaciones que afectan a mi colonia.

Procuro estacionarme en lugares que no molesten a mis vecinos, cuidando que mis invitados también lo hagan.

Respeto y controlo el ruido que se genera en mi casa, evitando molestias a mis veci-nos, especialmente de noche.

ayudo a mantener en buen estado los espa-cios públicos y disfruto de ellos.

convivo con mis vecinos, los saludo y les doy un trato amable en todo momento.

En organizaciones de la sociedad civilComo activista social soy solidaria/o con mis compañeros y com-pañeras activistas, aunque su organización se enfoque en otras poblaciones o áreas.

intento que mis actitudes y acciones sean un ejemplo de convivencia pacífica, basada en el diálogo y la colaboración. Propicio el sentido de la solidaridad al interior y al ex-terior de mi organización.

soy incluyente y no descalifico las ideas de otros. Entiendo que tenemos derecho a ser diferentes.

trabajo generosamente por el bien común e invito a los demás actores de la sociedad a colaborar activamente hacia ese fin.

Vivo y aliento el principio de la subsidiarie-dad, es decir, ayudando desde la trinchera de la sociedad, complementando y auxi-liando a la acción del Estado.

En las iglesias y grupos religiososComo líder religioso Promuevo el respeto a la diversidad en to-das sus formas, incluyendo la diversidad de credos.

No tolero la violencia en ninguna de sus formas, utilizo mi posición de liderazgo para evidenciarla y desnaturalizarla.

No permito que en nombre de la fe se lasti-me, humille o discrimine a persona alguna.

apoyo a las personas que sufren violencia y se acercan a mí. No justifico dicha violencia ni culpo a las víctimas.

Como creyente Respeto las creencias de los demás. todos tenemos derecho a elegir nuestra religión o encontrar espiritualidad de modos distintos.

utilizo mi fe como inspiración para ser me-jor persona y no para discriminar o humi-llar a otros.

todas las religiones y credos nos piden que amemos a los que nos rodean y seamos ca-ritativos. En mi vida diaria sigo estos prin-cipios, de otro modo estaría siendo incon-gruente con mis propias creencias.

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En mi trabajoComo jefe Respeto la vida personal de mis empleadas y empleados y el tiempo necesario para sus familias o amistades, trato de equilibrarlo con las demandas laborales.

Procuro ejercer un liderazgo asertivo y abierto que aliente el crecimiento de mis empleados y empleadas, así como un am-biente de trabajo propicio para el desarro-llo personal y colectivo.

Muestro con ejemplos un comportamiento ético que estimule la justicia, la colabora-ción y la solidaridad.

ante cualquier conflicto promuevo el diálo-go. No tomo partido, sin embargo propicio la negociación y ofrezco la intervención de un tercero – un profesional – cuando sea necesario.

Como trabajador o profesionista soy respetuoso con todos mis colabora-dores y compañeras, los ayudo cuando es posible y colaboro con ellos de buen humor.

No hablo mal de mis compañeros o compa-ñeras de trabajo ni obstaculizo su trabajo.

Procuro un ambiente sano en mi área de trabajo, fomentando y apoyando las rela-ciones respetuosas y colaborativas. En nin-gún momento permitiré el acoso y lo de-nunciaré cuando vea que sucede.

Favorezco el diálogo como herramienta para resolver los conflictos en lugar de los gritos, amenazas o chismes. Esto me permite sor-tear y enfrentar conflictos a tiempo.

integró a los “nuevos” de manera cordial así como también doy su lugar a los “an-tiguos”. compartimos los conocimientos y experiencias con el objetivo de que todos seamos parte de un mismo equipo.

En los medios de comunicaciónComo comunicador La comunicación es un derecho humano, a través de mi trabajo intento garantizar que este derecho se ejerza.

No sólo me limito a denunciar la violencia, intento hacer visibles las acciones a favor de la paz para que la ciudadanía las conozca.

al denunciar actos de violencia, respeto a las víctimas y a sus familias.

En mi labor periodística, fomento una cultu-ra de buen trato y de respeto a la diversidad.

El entretenimiento no tiene porque ser agresivo. No humillo a mis invitados ni a mi audiencia.

En los gobiernosComo servidor público Facilito a la ciudadanía el acceso a sus de-rechos para generar bienestar social.

No dejo que me presionen para participar en acciones que lesionen los derechos de la ciudadanía, aún y cuando conozco a per-sonas que sí lo hacen.

Me capacito constantemente, ya que al tener un mejor desempeño la ciudadanía gana. comparto información con mis com-pañeros y compañeras de trabajo de mane-ra que podamos otorgar un mejor servicio.

No utilizo mi puesto para obtener concesio-nes de ningún tipo, ni de la ciudadanía ni de mi equipo de trabajo. del mismo modo, cum-plo con mis funciones independientemente de inclinaciones partidistas o campañas.

integro acciones que promuevan en la ciu-dadanía una cultura de paz, así como tam-bién las promuevo en mi área de trabajo y con otras dependencias en cuanto esté a mi alcance.

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