Edición N° 48 - Iglesia Bautista La Verdad · Las cuatro razones que condenan al hombre al...

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Edición N° 48 “...dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1Pedro 2:21) Como obtener vida eterna La necesidad de arrepentimiento Las cuatro razones que condenan al hombre al infierno Aprendiendo a vivir como Cristo El discípulado de Cristo www.iglesiabautista.cl www.iglesiasbautistas.net www.segundavenida.net www.hallmarkbaptist.com

Transcript of Edición N° 48 - Iglesia Bautista La Verdad · Las cuatro razones que condenan al hombre al...

Edición N° 48

“...dejándonos ejemplo,para que sigáis sus pisadas”

(1Pedro 2:21)

Como obtener vidaeterna

La necesidad dearrepentimiento

Las cuatro razonesque condenan alhombre al infierno

Aprendiendo a vivircomo Cristo

El discípulado deCristo

www.iglesiabautista.clwww.iglesiasbautistas.netwww.segundavenida.netwww.hallmarkbaptist.com

Publicada por la Misión Bautista «LA VERDAD»Editor: Héctor Hernández OssesGráfica y Diagramación: Héctor Hernández OssesImpreso por: Industrias Gráficas 3f Santiago, ChileLecturas de prueba:Carmen Gloria Ardura VallejosGabriel Ferrada BrellenthinGonzalo Figueroa SanzanaDirección: España 131 Dpto. 302 Temuco - ChileFono: 45-983084 / Cel. 86368845E-mail: [email protected] publicación también es distribuida en U.S.A.para el pueblo de habla hispana.HALLMARK BAPTIST CHURCHP. O. Box 205, Simpsonville, S. C. 29681 - USAPhone: 864-288-4265, [email protected]

uestro texto de oro expresa las dos cosas quedebemos hacer para ser salvos.Primero debemos confesar a Cristo con una fegenuina. Debemos creer en su Nombre, pero este

creer debe ser más sustancial que simplemente reconocera Jesús como Salvador, porque incluso los demonios “creen,y tiemblan” (Santiago 2:19). Esta confesión debe ser unaexpresión genuina de nuestra fe, el fruto de una profundaconvicción personal del hecho que Jesucristo es soberanoen nuestras vidas.

Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí,niéguese a sí mismo” (Lc. 9:23). Esa es una máxima categóricaa la luz de la imagen trastocada que la gente tiene de Cristo.El evangelio no es para la complacencia personal, comomuchos suponen; sino que es un llamado a negarse a símismo. Cristo no es una especie de Santa Claus para estarsiempre proveyendo lo que deseemos; sino que al contrario,debemos ir a sus pies y clamar por perdón y misericordia.Si vamos a ir a Cristo debe ser sobre la base de suscondiciones, dispuestos a hacer su voluntad, no la nuestra.

El joven rico no estaba dispuesto a hacer la voluntadde Cristo cuando el Señor le pidió que se despojara de todassus riquezas: “Anda, vende todo lo que tienes, y dalo a lospobres, y ven, sígueme, tomando tu cruz” Mr.10:17-22).Nadie es salvo por deshacerse de sus posesiones. Cristosólo quería probar el grado de obediencia y compromisoque el joven tenía con El. Jesús pudo haberle pedido un sinfin de cosas distintas, pero Jesús escogió algo que El biensabía probaría su disposición a negarse así mismo. El jovenrico no pudo someterse al señorío de Cristo, y no confesóque Jesucristo era Señor y, lamentablemente, se fue tristey sin salvación.

Segundo, debemos creer con todo nuestro corazónque Dios resucitó a Jesucristo de los muertos. Creer en laresurrección implica creer que Cristo murió en la cruz, quees el Hijo de Dios, y que fue exaltado para reinar a la diestrade Dios en las alturas. Dios, el Padre, puso el sello deaprobación divina sobre la perfecta obra de Jesucristo. Laresurrección fue la validación suprema de su ministerio y desu persona.

Si creemos en Cristo y su obra en la cruz del Calvariocon todo nuestro corazón, somos justificados ante Dios ysi confesamos con nuestra boca, se confirma esa realidad.

“Que si confesares con tu boca que Jesús esel Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó

de los muertos, serás salvo. Porque con el corazónse cree para justicia, pero con la boca se

confiesa para salvación”(Romanos 10: 9-10)

COMOOBTENER

VIDAETERNA

n célebre personaje viajaba con paso firme por lapolvorienta ruta a Damasco. Su expresión era dura, ysu actitud irradiaba determinación y propósito. Ningunocon quienes viajaba sabía, pero en su corazón había

una tormenta de dudas, interrogantes, remordimiento, temores,y odio. Meditaba en la palabras de Esteban, el primer mártir:“Padre, perdonalos…” ¿Perdónalos? Yo, Saulo de Tarso necesitoperdón?

El lo sabía, como todos los hombres, muy en lo profundo,más allá de su orgullo. Su depresión dio lado a la contrición enla medida que evaluaba la predicación del evangelio de Esteban.Luego pudo ver al Cristo resucitado y glorificado; y Saulo, elperseguidor, llegó a ser Pablo el apóstol, el predicador delevangelio. El recibió el perdón de pecados, paso de muerteespiritual a vida espiritual. Estaba destinado al infierno y luegofue rescatado al cielo. Estaba perdido, pero luego fuegloriosamente salvado.

Más tarde pudo escribir: “Además os declaro, hermanos elevangelio…que Cristo murió por nuestros pecados, conformea las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercerdía…” (1Co.15:1,3,4). Después escribe: “[el evangelio] es poderde Dios para salvación a todo aquel que cree…” (Ro.1:16). Elevangelio había cambiado su vida y quería que todos tuvieranlo que él había encontrado.

Dondequiera que el evangelio ha sido creído, ha habido gentesalvada del pecado y del infierno por Jesucristo. Su vida perfecta,su muerte en la cruz por nuestros pecados y su resurrecciónde la muerte lo hizo Salvador. Ningún otro puede salvar delpecado, y sólo aquellos que lo buscan pueden encontrarlo. Eldijo: “y al que mí viene, no le echo fuera” (Jn.6:37).

Todos hemos pecado; por lo tanto, todos necesitamos unSalvador. Cristo vino a rescatar a las almas perdidas: “Cristo Jesúsvino al mundo para salvar a los pecadores…” (1Ti.1:15). Suinmenso amor debiera mover a todos al arrepentimiento depecados y a confia r en El como Salvador. El, por amor, hamostrado su disposición a salvar. El, por su resurrección, hamostrado su poder para salvar. El ha confirmado su amor ypoder pa ra que la fe de todos se cimente en un sólidofundamento. Sólo debes en humildad arrepentirte de tus pecados,y clamar salvación por la fe en su Nombre,y serás salvo, renacido de nuevo, ypreservado para vida eterna en el cielo: “Sioyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestroscorazones…” (He.3:7,8). “He aquí ahora eltiempo aceptable; he aquí ahora el día desalvación” (2Co.6:2).

Willard A. RamseyBaptist Pastor

Hallmark Baptist Church

Editorial

ULa Verdad Acerca de la Salvación

ste es uno de los llamados más explícitosal arrepentimiento que Jesucristo hayahecho a los hombres durante su ministerioterrenal. Un lenguaje directo, frontal, sinrebaja de estándares para mostrar la

urgente necesidad de arrepentimiento, sin el cual,es imposible que alcancemos misericordia parasalvación. En la fuerza de sus palabras podemosver la verdadera dimensión del problema moraly legal que afecta al hombre, y que el llamadoevangélico contemporáneo de “aceptar a Jesús”no soluciona. La salvación, como lo establece elNuevo Testamento, demanda condicionesespecíficas para la reconciliación entre Dios y elhombre: 1) Arrepentimiento para el perdón depecados y 2) fe para salvación del alma (Mr.1:15;Hch.2:38; He.10:39).

MAL INTERPRETANDO LA SITUACIONEl contexto de nuestro texto bíblico registra

dos tragedias recientemente acaecidas en aquellaépoca. La primera, una crueldad de parte delgobernador Poncio Pilato al mezclar la sangre deciertos individuos con los sacrificios que ofrecíana Dios; y el otro, un accidente de construcciónque le costo la vida a dieciocho personas aldesplomarse una torre sobre ellos.

La opinión pública concordaba con la ideaque estas cosas les habían pasado a esta genteporque eran más pecadores que otros, pero nadapodía estar más lejos de la verdad que esta idea.El Señor interviene dilucidando completamentela errada noción popular de estos sucesos. Suspalabras son precisas para establecer que todospecamos, estamos destituidos de la gloria deDios (Ro .3 :23) , y que neces i tamosarrepentimiento. Las razones de por qué estaspersonas murieron así es un misterio que sólose revelara en el juicio final, y a nosotros no noscompete emitir juicios arbitrarios en presencia

Lucas 13:1-5

E

En la fuerza de las palabras de Jesús podemos ver la verdaderadimensión del problema moral y legal que afecta al hombre, y queel llamado evangélico contemporáneo de “aceptar a Jesús” no soluciona.

HECTOR HERNANDEZ OSSES

Continúa en pág.11

Juan 8:21-30

E“21Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis,pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy,vosotros no podéis venir. 22Decían entonces losjudíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: Adonde yo voy, vosotros no podéis venir? 23Y les dijo:Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotrossois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24Poreso os dije que moriréis en vuestros pecados; porquesi no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.25Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? EntoncesJesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho.26Muchas cosas tengo que decir y juzgar devosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo,lo que he oído de él, esto hablo al mundo. 27Perono entendieron que les hablaba del Padre. 28Lesdijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijodel Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y quenada hago por mí mismo, sino que según me enseñóel Padre, así hablo. 29Porque el que me envió,conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porqueyo hago siempre lo que le agrada. 30Hablando élestas cosas, muchos creyeron en él”.

ste pasaje bíblico ilustra las cuatro razones quecondenan al hombre al infierno, y lo paradójicodel caso es que todo el discurso dado por Cristo

no fue predicado en un antro del vicio e inmoralidad, sinoque fue un sermón dirigido a la élite espiritual de Israelque se reunía en el templo de Dios (Jn.8:20).

PRIMERA RAZON: CREERSE JUSTO DELANTE DEDIOS

“¿Acaso se matará a sí mismo, que dice: A donde yovoy, vosotros no podéis venir? (v.22).

Estos líderes judíos se creían más justos que Cristo,porque cuando el Señor les menciona la muerte comienzana burlarse de El. El suicidio era una de los pecados másgraves en el judaismo, así que el sarcasmo se puedeparafrasear de esta manera: Nosotros no te podremosacompañar al lugar donde tú vas si cometes suicidio, puesnosotros vamos al seno de Abraham, nuestro padre. Elloscreían que por ser hijos de Abraham, el padre de la fe,quedaban eximidos de la necesidad de arrepentimiento yexonerados de toda culpa (Jn.8:39). Ellos habían construidoun sistema de salvación por obras y creían satisfacer elestándar de Dios por la obediencia a su tradición (Mr.7:13).

El Señor, en otro lugar de las Escrituras, les ilustravívidamente el error de creerse justos delante de Dios, alrelatarles la parábola del fariseo y el publicano, dondecondena la justicia de la que hace alarde el fariseo, y justificaal publicano por reconocer su culpa y su necesidad deperdón (Lc.18:9-14).

Juan 8:21-30

Héctor Hernández Osses

LAS CUATRO RAZONES QUECONDENAN AL HOMBRE AL INFIERNO

SEGUNDA RAZON:AMAR LAS COSAS DEL MUNDO

“Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotrossois de este mundo, yo no soy de este mundo” (8:23).

Cristo los condena no por habitar en el mundo,sino por dejarse influenciar por él y por Satanás, quienlo controla (Jn.8:44). El mundo [kosmos], en su actualconfiguración, es un sistema controlado por el diablo(1Jn.5:19; Mt.13:22; Lc.16:8). Un kosmos dominadopor el materialismo, humanismo y la avaricia queresiste a Dios y su verdad en todos sus frentes. Poreso Juan nos exhorta a no amar al mundo: “No améisal mundo, ni las cosas que están en el mundo. Sialguno ama al mundo, el amor del Padre no está enél” (1Jn.2:15).

Si el amor del Padre no está en nosotros, jamásidentificaremos la persona de Jesucristo por lo que Elverdaderamente es, el hijo de Dios. Por eso los judíosestaban sordos a su llamado y ciegos a las evidencias(Jn.3:19,20).

Santiago nos hace la misma recomendación:“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad delmundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigode Dios” (Stgo.4:4).

TERCERA RAZON:INCREDULIDAD HACIA CRISTO

“Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados;porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecadosmoriréis” (8:24).

Este es el factor determinante que define eldestino eterno del hombre. Dios, por la sola fe enCristo, nos libra de la ira venidera: “El que cree en elHijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en elHijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobreél” (Jn.3:36).

El Señor es enfático al establecer que sólo enEl hay esperanza de vida eterna, no hay nada ni nadieaparte de El que pueda salvar de la condenación delinfierno: “…nadie viene al padre sino por mí” (Jn.14:6b).“En ningún otro hay salvación; porque no hay otronombre bajo el cielo, dado a los hombres, en quepodamos ser salvo” (Hch.4:12). “Porque hay un soloDios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,Jesucristo hombre” (1Ti.2:5).

CUARTA RAZON:RECHAZO DE EVIDENCIA INEQUIVOCA EINCUESTIONABLE

“Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Entonces Jesúsles dijo: Lo que desde el principio os he dicho” (8:25).

¿Tú quién eres? ¡Insólita pregunta! Por másde tres años había estado en su medio haciendosanidades, señales y milagros jamás hechos porhombre alguno y hablando Palabras jamás oídas pornadie, y ahí estaban ellos, preguntándole: ¿Tú quiéneres? Dos capítulos antes Jesús había alimentado amás de cinco mil personas, había transformado elagua en vino y ellos habían escuchado una voz delcielo que decía: “…Este es mi Hijo amado, en quientengo complacencia” (Mt.3:17), pero aún no podíancreer que Jesús era el Cristo. Bien decían algunos:“El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que lasque éste hace?” (Jn.7:31). Hasta un ciego denacimiento pudo identificar al Señor, y ellos no podíanhacerlo: “Nosotros sabemos que Dios ha hablado aMoisés; pero respecto a ése, no sabemos de dóndesea. Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lomaravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, ya mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oyea los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios,y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio nose ha oído decir que alguno abriese los ojos a unoque nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nadapodría hacer” (Jn.9:29-33).

El testimonio de este ciego deja al descubiertola incredulidad maligna de estos líderes y deja a todoslos que no pueden [o no quieren] identificar a Cristocomo el Hijo de Dios sin excusa y expuestos aexperimentar la ira de Dios. El razonamiento del ciegofue este: Sólo Dios puede dar vista a un ciego denacimiento, Jesús me abrió los ojos, entonces Jesúsdebe venir de Dios. Al ciego le costó muy poco tiempopercatarse de quién era Jesús, pero cuando laincredulidad maligna investiga un milagro, nuncareconoce los hechos, rechaza la evidencia objetiva talcomo ocurre con en el caso de la sanidad del ciego.

¿Tú quién eres? Ellos jamás iban a poderidentificar a Cristo como el Mesías, porque les estabavelado por su propia dureza de corazón, ellos resistieronla evidencia hasta el final, y por eso se perdieron:

“Para juicio he venido yo a este mundo; paraque los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.Entonces algunos de los fariseos que estaban con él,al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos tambiénciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, notendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos,vuestro pecado permanece” (Jn.9:39-41).

No hay nada más triste que cuando el Señordesahucia espiritualmente a alguien por causa de supropia terquedad. Si el “pecado permanece” el juicioes inevitable: “Por eso os dije que moriréis en vuestrospecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestrospecados moriréis” (v.24).

Cosa fácil es irse al infierno: 1) Confía en tupropia justicia, 2) ama al mundo, 3) no creas en Cristo,como el Hijo de Dios, 4) rechaza evidencia irrefutable,pero también cosa fácil es irse al cielo: “Hablando élestas cosas, muchos creyeron en él” (Jn.8:30).

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome sucruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo

el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mr.8:34,35).

EL

DEDISCIPULADO

Cristo

n estas palabras Cristo NO nos está di-ciendo como llegar a ser cristianos, nique negarse a sí mismo, llevar su cruz y seguirle sea una condición para salvación,

sino que el Señor está estableciendo los requisitosnecesarios para el discipulado cristiano. Para lasalvación del alma, Cristo simplemente demandaque nos arrepintamos de nuestros pecados ycreamos en El.

Nadie se hace soldado por usar ropamilitar, por portar un arma, o por desfilar en laplaza pública; uno se hace soldado cuando seincorpora al ejército y comienza a ser disciplinadopor sus superiores y entrenado en las arduastareas militares; lo mismo ocurre con eldiscipulado cristiano. Uno no se hace discípulodel Señor, porque simpatiza con la causa cristianao porque da limosna, sino que uno se hacediscípulo cuando empieza a vivir en obedienciaa los mandamientos de Aquel que lo tomó porsoldado.

Uno de las más grandes confusiones enlas iglesias es porque la gente confunde lasantificación con la justificación. Se le pide a lagente que se comporte como cristiano, cuandoen realidad nunca han sido convertidos. ¿Quéesposa le plancha una camisa sucia al marido?La ropa debe primero estar limpia antes de serplanchada. De la misma forma, nuestros pecadosprimero deben ser limpiados antes de militar enel ejército de Jesucristo. Necesitamos un nuevonacimiento antes de ser un soldado de la cruz.Necesitamos ser una nueva criatura para poderhacer florecer un nuevo carácter, y para conseguiresta militancia evangélica, primero necesitamosarrepentirnos de nuestros pecados.

El Señor, en este pasaje, establece trescondiciones para ser un discípulo suyo; tres

marcas distintivas para ser un soldado de Cristo,y estas son: 1) Negarse a sí mismo, 2) cargar sucruz, y 3) seguirlo.

EL VERDADERO CRISTIANO SE NIEGA A SIMISMO

Este llamado no es una opción, sino unexpreso mandamiento. No se tiene elección eneste asunto. Si se confiesa haber recibido a Cristocomo Señor y Salvador, entonces uno debe negarsea sí mismo. El llamado es a someterse a su señoríoy declararle la guerra al antiguo ego. ¡Negarse así mismo! ¿Qué significa? Antes de entenderlodebemos primero ver que es lo que NO significa.No significa que debemos negar nuestra identidady existencia individual. Tampoco significa unainvitación a ser marionetas o robots dejando delado nuestra libertad y voluntad. El Señor tambiénañade: “…Porque todo el que quiera salvar suvida, la perderá; y todo el que pierda su vida porcausa de mí y del evangelio, la salvará” (v.35).Entonces ¿qué significa perder su vida o negarsea sí mismo? Básicamente es una rendición yentrega del “yo” con todos sus deseos y anhelospara ponerlos a los pies de Cristo y orientar lamente y objetivos a su pura complacencia yvoluntad. Negarse a sí mismo es ineluctablementeuna elección entre negar a Jesucristo comotu absoluto Dios o negarse a sí mismo.

EHéctor Hernández Osses

La primera negación que experimentamoses al momento de la conversión. El individuo seconvierte en cristiano al reconocer a Cristo comoSeñor, Salvador, y Maestro. El creyente debeabandonar su confianza y esperanza en suspropios dones, logros, y recursos. Uno debeahora confiar que Cristo proveerá en el peregrinarcristiano para toda circunstancia de la vida. Lapersona debe caminar todos los días de su vidacon la siguiente máxima en mente: “Es necesarioque él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30).

EL VERDADERO CRISTIANO TOMA SU CRUZ

¿Qué es lo que el Señor quiere decir aquí?La cruz era un símbolo oprobio en el primersiglo, especialmente para un judío. Simbolizabala opresión Romana, la maldición, la crueldad,la deshumanización y la vergüenza. Esta era partedel aparato represivo usado por Roma parasubyugar a los pueblos. Sesenta años antes queCristo pronunciara estas palabras, un generalRomano, Marco Licinio Craso, había derrotadoa un esclavo rebelde llamado Espartaco y lo habíacrucificado junto a seis mil seguidores en la ViaApia entre Roma y Capua. Luego Nerón crucificóy quemó a cristianos acusados de incendiarRoma.

Preciso es mencionar que esto no es lacruz de la redención, hay una sola cruz redentora,una sola obra de redención consumada, y es lade Cristo. Lo único que los redimidoscontribuyeron a esa cruz fueron sus pecados.Nuestras cruces no son cruces redentoras.Nuestras cruces no son los “aguijones en la carne”que menciona Pablo (1Co.12:7); es decir, nuestrasdificultades cotidianas, como las enfermedades,problemas, debilidades y tragedias que vienen anuestras vidas en esta creación que gime y estacon dolores de parto. Estos son sufrimientos deltiempo presente y además no somos diferentesde nuestros vecinos en este aspecto. Nuestrostrabajos mal remunerados o el patrón déspotano es nuestra cruz. No debemos dignificarnuestros problemas con el título de “la cruz deCristo”.

Cristo recibió el Gólgota por lo que dijoe hizo, del mismo modo, nosotros cargamos sucruz si hacemos lo que el hizo y decimoslo que el dijo. La cruz es específicamentelo que nos pasa por seguir a Cristo, y estáen directa proporción con nuestradedicación y fidelidad a El.

En Marcos 8:34-35, el Señor estáhablando de la completa lealtad que losdiscípulos debían tener hacia El. Ellosdebían seguirlo hasta la muerte de cruzsi era necesario. Llevar la cruz significabaser condenado por el resto de la sociedad,

ser despojado de sus derechos, y conducidos allugar de ejecución. En otras palabras, el Señornos está diciendo: “Vengan en pos de mí y asumanque van a morir”. Este es el distintivo cristiano,por esto Pablo nos dice: “Por causa de ti somosmuertos todo el tiempo” (Ro.8:36), pero junto aeste estigma también está la gloriosa promesade la vida eterna: “…y todo el que pierda su vidapor causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mr.8:35), que hace que nuestro sacrificio por Cristocomparativamente palidezca ante tan grandeoferta de salvación: “Pues tengo por cierto quelas aflicciones del tiempo presente no soncomparables con la gloria venidera que ennosotros ha de manifestarse” (Ro.8:18).

EL VERDADERO CRISTIANO LO SIGUE

Este es el tercer constituyente del discípulode Cristo. Por supuesto, que este llamado no serefería a simplemente caminar tras El en suslargos viajes en Israel. Seguir a Cristo es reconocerel señorío y la soberanía de Cristo; El es nuestroRey, nuestro Dios, nuestro Salvador. Somosllamados a un ferviente y devoto servicio.

Ahora bien, este discipulado obviamentetrae consigo sufrimientos por su causa. Así comoEl fue “un varón de dolores, experimentado enquebranto” (Is.53:3). Así nosotros tambiéndebemos soportar gozosos las pruebas que lleganen la vida, porque no sólo nos es concedido quecreamos en El, sino que también padezcamospor El (Fil.1:29). Las tribulaciones por causa delevangelio son una constante en la vida del cristianoy no debemos pensar que estas pruebas sonalguna cosa extraña en nuestras vidas, porquesabemos que para esto estamos puestos (1P.4:12;1Ts.3:3).

El peso de gloria del llamado cristiano,es sólo sopesable o dimensionable por Aquel quellama, pues Cristo sabe todas las cosas: “No meelegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí avosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéisfruto, y vuestro fruto permanezca”. ¡Cuán gloriosoes el llamado cristiano y bien vale la pena perderlotodo por poder conocer mejor a Cristo!

“Y ciertamente, aun estimo todas lascosas como pérdida por la excelencia del

conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor,por amor del cual lo he perdido todo, ylo tengo por basura, para ganar a Cristo,y ser hallado en él, no teniendo mi propiajusticia, que es por la ley, sino la que espor la fe de Cristo, la justicia que es deDios por la fe; a fin de conocerle, y elpoder de su resurrección, y la participaciónde sus padecimientos, llegando a sersemejante a él en su muerte” (Filipenses3:8-10).

Héctor Hernández O.Pastor BautistaTemuco - Chile

ifícil es seguir los pasos de Cristo sinconocer los principios directrices que loguiaban. El apóstol Pablo se refiere a

ellos cuando escribió: “Haya, pues, en vosotroseste sentir [esta mentalidad] que hubo tambiénen Cristo Jesús” (Fil.2:5).

La palabra griega froneite, “estamentalidad”; viene de fronema y que significamarco de pensamiento, voluntad, o mente. Eltrasfondo de la palabra también tiene elsignificado de diafragma, el área cerca delcorazón. Este significado sugiere el área delcuerpo humano donde se asientan lossentimientos más íntimos y recónditos, donderesiden las convicciones más profundas delcorazón. La expresión fronema también tienela connotación de actitud; la actitud de Cristoera el fruto de sus más profundas convicciones,de su obsesión por cumplir la voluntaddel Padre. Debido a este fronema “sehumilló a sí mismo, haciéndoseobediente hasta la muerte…” (ver.8). Suspalabras, sus hechos, y toda supersonalidad nacían de este principiodirectriz de vida, de este fronema.

El andar de Jesús establece unpatrón que parecería confuso alobservador casual, pero si observamoscuidadosamente el comportamiento de

Cristo, comprenderíamos que si no captamoslo que movía el corazón de Cristo, nos seríaimposible dar cumplimiento a los mandamientosde Dios “como yo os he hecho” (Jn.13:15).

Consideremos por ejemplo, su actuaren diferentes ocasiones, cuando interactuabacon otros:Primera ocasión: Cristo restaura la oreja deMalco (Lc.22:15; Jn.18:10).Segunda ocasión: Cristo increpa a los escribasy fariseos llamándolos serpientes y generaciónde víboras por la hostilidad en su contra (Mt.23).Tercera ocasión: Cristo perdona a la mujeracongojada sorprendida en adulterio (Jn.8:2-11).Cuarta ocasión: Cristo expulsa a los mercaderesdel templo en un acto de celo y enojo (Mt.21:12).Quinta ocasión: Cristo es confrontado y

responde con un gran discurso (Mt.21:23-24).Sexta ocasión: Cristo es nuevamenteconfrontado, pero esta vez no responde niuna sola palabra (Mt.27:14).

Seguir a Cristo no significa seguir unpatrón legalista de conducta. Cuando Cristodijo a sus discípulos, después de lavar suspies: “Porque ejemplo os he dado, paraque como yo os he hecho, vosotros tambiénhagáis” (Jn.13:15). El identificó una acción

D

APRENDIENDOA VIVIR COMO

William C. HawkinsPastor Bautista

Hallmark Baptist Church

específica para una situación específica quenacía de su patrón de vida, de su fronema. Unono sigue el ejemplo de Cristo con lavarle lospies a otros, porque uno debe comprender queesa acción encajaba sólo en ese contexto y erael resultado de un patrón de vida consistente.Sólo cuando identifiquemos el motivo que loimpulsaba a hacer estas cosas, comprenderemossu carácter y sus actitudes en cualquiersituación.

El fue amable y tierno con la mujeracongojada sorprendida en adulterio y conMalco, cuando Pedro le cortó la oreja, pero encambio fue agresivo con los mercaderes queprofanaban el templo y con los fariseos que noobedecían la verdad. Difícil sería reaccionar dela misma manera, si no operamos con el mismomarco de pensamiento de Cristo.

Tratar de imitar las reacciones del Señor,sin imitar el marco de pensamiento que lo movíaa actuar así, invita al desastre. En la actualidad,es común ver a algunos pretendiendo ser, eternay universalmente, tiernos y dulces que hasta seunen al diablo y sus ángeles; y otros, que sontan legalistas que siempre están en guerra concasi todo el mundo. Ambos reclaman imitar aCristo y ambos yerran casi la mitad del tiempo.

Debemos cuidadosamente mirar lasacciones, las palabras, y hasta incluso debemosprestar atención al silencio de Cristo. Debemosbuscar en la persona de Cristo la clave paracomprender lo perfecto de su carácter eidentificar qué es lo que produce esta vidaejemplar.

LA INTENCION DEL CORAZON DE CRISTONuestro Señor Jesucristo tenía el más

puro y claro de los motivos para asegurarseque pudiéramos identificarlo. Constantementese le escuchaba decir: “¿No sabíais que en losnegocios de mi Padre me es necesario estar?(Lc.2:49). “Deja ahora, porque así conviene quecumplamos toda justicia” (Mr.3:15). “…pero nosea como yo quiero, sino como tú” (Mt.26:39).“Mi comida es que haga la voluntad del que meenvió, y que acabe su obra” (Jn.4:34). “…nobusco mi voluntad, sino la voluntad del que meenvió, la del Padre” (Jn.5:30). El autor deHebreos reflexiona acerca de la vida de Cristo,diciendo: “El cual es fiel al que le constituyó”(He.3:2).

Cristo creía que lo más importante enla vida era hacer lo que el Padre le mandaba(Juan 14:31). El sabía que su Padre estaballevando a cabo un maravilloso plan en su reino.Jesús hizo de este plan su objetivo primario, yno se detuvo hasta darle cumplimiento. Eldeterminó morir en sacrificio, porque El sabíay se gozaba en lo que la cruz produciría

(Jn.3:16). El resolvió que su vida se orientaríaen función de ese propósito.

Dios daba, El siempre da, y sigue dando.El dio salvación, da dones, da consuelo, gozo,paz; y finalmente da la victoria sobre la muerte.Cristo vino a dar, y su vida comunicó esta actitudy su muerte voluntaria dio cumpli-miento a eseobjetivo.

En consecuencia, cuando el plan de Diosfue malévolamente perturbado por los fariseoso vergonzosamente ignorado por los mercaderesdel templo, su celo se dejo sentir por loimportante de la naturaleza de su obra. Elcentro de su amor estaba siendo atacado. Noobstante, el propósito de Dios era proveer graciay misericordia al perdido, al de corazón humildey al quebrantado, Cristo era el epítome de lagracia y la misericordia, cuando entraba encontacto con ellos.

Estas acciones surgían espontáneamentede su principio motriz de vida. El quería agradaral Padre. Y para que nosotros nos orientemosa servir a otros, como Cristo lo hizo, tambiéndebemos abrazar el deseo de querer complaceral Padre. El Padre da y se complace en dar.Cristo dio, y se complació en dar, tanto que sedio a sí mismo. Si queremos complacer a Dios,entonces debemos dar y debemos complacernosen ello: “Sed, pues, imitadores de Dios comohijos amados. Y andad en amor, como tambiénCristo nos amó, y se entregó a sí mismo pornosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olorfragante” (Ef.5:1,2).

Cuando la gente a quienes ministramosreciben las cosas que Dios nos ha mandadodarles, nos gozamos, pero sólo podremosdisfrutarlo si tenemos la motivación del corazónde Cristo. ¡Ven! Las cosas en las cuales nosgozamos nos dicen lo que verdaderamenteamamos.

¿CUAL DEBERIA SER LA INTENCION DELCORAZON EN LAS COSAS QUE SERELACIONAN A LA VIDA?

Las Escrituras nos enseñan lo siguiente:“Porque cual es su pensamiento en su corazón,tal es él” (Pr.23:7). Este pasaje habla de lasintenciones, de los motivos del corazón delhombre, y su conducta surge de estos principiosque atesora. La forma en que pensamosdetermina la forma en que actuamos, yfinalmente moldea nuestra personalidad.Nuestra personalidad se puede evaluar por losprincipios que guían nuestra vida. Por ejemplo:Si alguien cree que la condición física es la clavepara la felicidad y el éxito, fervorosamente seorganizará para ejercitarse, comer bien,informarse, estudiar, y monitorear su cuerpocuando se ejercita. Este tema estará en el tapete

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de sus conversaciones, e influenciará a aquelloscon quienes comparte al ver la pasión quedesborda en su comportamiento.

Otros no se preocupan mucho de sucondición física, y creen que la limpieza y elaseo es lo más importante. Otros podrían estarcontrolados por el principio de vida que la clavede la felicidad es la popularidad. Otros se midena sí mismos por su estado financiero, y su gozoestá en que cada año mejora su posicióneconómicaz. Todos tienen su fronema.

La gente que no tiene fronema operabajo el principio de vida que no vale la penaemocionarse por algo; y así como el hombreque controla su fronema deportista y se gozaen una baja de peso, el defensor de los estoicos“no esfuerzo” se gozará del hecho que no tienecontentamiento con nada. Incluso en este últimocaso se puede apreciar que el marco depensamiento hacia la vida define que es lo quele da gozo.

Puesto que nuestro fronema básico nacedel principio de lo que más amamos, esto definelo que somos y cómo actuamos. Puesto que lapersonalidad del hombre surge de su fronemade vida, el hombre que sigue a Cristo, tambiéndebe poseer el fronema de Cristo: Haya, pues,en vosotros este sentir [esta mentalidad].

LA CLAVE PARA TENER UN CARACTERCOMO EL DE CRISTO

Esta verdad básica es esencial paranuestro entendimiento de la conducta humanay para cualquier esfuerzo de intentar modificarla personalidad. La intención del corazón enlas cosas de la vida es el caballo que tira lacarreta [personalidad]. No se puede tirar lacarreta sin la ayuda del caballo. No es maravillaque haya tantos cristianos tratando de ser másamistosos, más generosos, más humildes, másamables, más osados en la verdad, y queconstantemente retroceden. El “caballo” delfronema de vida ha llevado el carro de la“personalidad” por la misma senda tanto tiempoque las huellas son profundas. Muchos handesarrollado un patrón de vida muy parecidoa las rutas del lechero que aprendían los caballosen tiempos antiguos.

La mayoría de los libros, charlas, yconferencias nos dicen lo que está mal connuestra personalidad (y concordamos), ytambién nos dicen cómo nuestra personalidadpodría cambiar (y también concordamos), perocuando las conferencias y las charlas terminan,y cuando cerramos los libros; aún tenemos losmismos patrones de conducta y básicamentela misma personalidad.

Estos líderes nos instan a imitar labondad de Cristo, su generosidad, su osadía

para testificar, y su infalible forma de amar ycomunicar amor, pero una mera imitaciónsuperficial no funciona. La cosa es que debemoshacer la motivación de Cristo algo nuestro.Hemos puesto primero la carreta antes que elcaballo y los resultados son frustrantes en elmejor de los casos. Cristo hablaba de suprincipio de vida cuando dijo: “Llevad mi yugosobre vosotros, y aprended de mí” (Mt.11:29).Si no nos ponemos su yugo, el carro de nuestrapersonalidad no va a seguir la senda o patrónde su personalidad.

Es maravilloso que este principio de vidanos ponga en armonía con el Dios Todopoderosode las Escrituras. Si no fuera por el poder, lasabiduría, y la gracia de Dios, nos perderíamospara siempre. Si no fuera por su providenciacesaríamos de existir, y si no fuera por su amorno tendríamos nada de lo que ahora tenemos.El deseo de servir y complacer a tal Ser deberíallenar nuestros corazones de agradecimiento ygenuina humildad. Sólo desde esta perspectivapodríamos ser mansos y humildes como fueJesucristo.

Una persona sabia debería abrazar elfronema de Cristo y sólo así podría estarconciente de si sus acciones y personalidad sonconsistentes con el plan de Dios. El maratonistaprofesional se sentiría inquieto si seis semanasantes de la carrera no estuviera haciendo 120kilometros por semana como mínimo. Esto esporque él tiene su mente puesta en un objetivo,y evalúa, medita, planea, y busca alcanzar elpatrón que podría hacerle llegar al objetivo.

De igual manera, un cristiano que se hacomprometido a complacer a Dios y ser usadopara dar cumplimiento a sus planes y no testificade Cristo se va a sentir vacío, inútil, y fuera delugar. El hará planes y perseguirá ese patrónde vida para hacer lo que Dios desea. No se vaa sentir cómodo despreciando las cosas quedice la Palabra de Dios, concerniente a suconducta, palabras, temperamento, o susrelaciones en la iglesia. No hay aspectos ennuestras vidas que queden ajenas de la influenciadel principio de vida establecido por Cristo.

La intención del corazón de Cristo debeser también la nuestra; esto nos guiará asociabilizar con el mundo y así poder comunicarel evangelio. Este marco de pensamiento noshará sensibles a la forma en que nos mostremoscuando tratemos con lo demás. Esto nosestimulará a llevar el evangelio adelante.

Saldremos con un genuino interés quecontrastará con aquellos que sólo salen atestificar por obligación. Cuando Cristo dijo:“Mi comida es que haga la voluntad del que meenvió”, El estaba hablando del motivo centralque lo impulsaba. El vivía para comer esa

de tragedias, accidentes, o calamidades. Si salimosilesos de eventuales vicisitudes, no es porquesomos mejores o menos pecadores que otros,sino porque así lo dispuso la soberana voluntaddel Señor.

EL PROBLEMA LEGALEl llamado al arrepentimiento que nos

hace el Hijo de Dios se vincula al grave problemalegal que enfrentan los seres humanos y que serelaciona con la ley de Dios. Dios promulgó unaley que indefectiblemente trae castigo al infractorde ella, y la Biblia es enfática al recordarnos quetodos hemos transgredido la ley de Dios, en unpunto o en otro: “Porque cualquiera que guardaretoda la ley, pero ofendiere en un punto, se haceculpable de todos” (Stgo.2:10). El castigo poruna ley desobedecida es muerte espiritual(Ro.6:23), separación de Dios por la eternidad;pero la misericordia de Dios nos rescata de estacondenación por la fe en Cristo, quien clavó enla cruz el acta de los decretos en contra nuestra:“Y a vosotros, estando muertos en pecados y enla incircuncisión de vuestra carne, os dio vidajuntamente con él, perdonándoos todos lospecados, anulando el acta de los decretos quehabía contra nosotros, que nos era contraria,quitándola de en medio y clavándola en la cruz”(Col.2:13,14).

Cristo cumplió la ley por ti, por mí, portodos nosotros, y por la fe en su Nombre, Diosnos exime de toda culpa y pecado y nos libra dela ira del juicio venidero. Cristo cumplió la leyde Dios íntegramente y este hecho satisfizojudicialmente a Dios en su calidad de juez,capacitándolo para mostrar misericordia alpecador, si se arrepiente y cree en el evangeliode su amado Hijo (Ro 3:24-26; Is.53:11).

El problema legal del hombre quedaresuelto por la obediencia a la ley de Dios de unsólo hombre, y por la fe en este hombre,

Jesucristo, tenemos el perdón de pecados y lavida eterna.

EL PROBLEMA MORALAsí como pesaba sobre el hombre un

problema legal, así también pesaba sobre él unproblema moral de más larga data. La caída delhombre en Adán, trajo consigo un grave problemaen el carácter del ser humano. El hombre habíacorrompido su estado de perfección original y elpecado trajo consigo un problema moral quedestruyó la comunión y lo distanció de su Creador:“Pero vuestras iniquidades han hecho divisiónentre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecadoshan hecho ocultar de vosotros su rostro para nooír” (Is.59:2; Ro.5:8).

Maravillosamente, la cruz de Cristotambién resuelve el problema moral del hombre.Dios, por la fe en su Hijo, constituye al creyenteen una nueva criatura: “Mas a todos los que lerecibieron, a los que creen en su nombre, les diopotestad de ser hechos hijos de Dios; los cualesno son engendrados de sangre, ni de voluntadde carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”(Jn.1:12,13).

A esta transformación o regeneraciónespiritual, el apóstol Juan la llama “nuevonacimiento” (Jn.3:3-5); Pablo la denomina “unanueva creación” (5:17; Gá.6:15), y Pedro la llama“naturaleza divina” (2P.1:4).

El nuevo nac imiento restaura ,posicionalmente, al hombre a su estado original,es más, lo eleva a una posición aún más exaltadaque la que tuvo Adán antes de la caída, por cuantoexalta al autor de la redención, Cristo. En Cristohemos nacido de nuevo y hemos sido adoptadoscomo hijos de Dios y coherederos con Cristo(Ro.8:17). Dios nos hizo espiritualmente a imageny semejanza de su Hijo (Ro.8:29); y nos ha dadola mente de Cristo (1Co.2:16), resolviendo deuna vez y para siempre el problema moral.

LA NECESIDAD DE ARREPENTIMIENTO / Continuación de pág. 3

“comida”.Si vamos a ser seguidores de Cristo,

debemos hacernos serias preguntas y nodescansar hasta que tengamos buenasrespuestas. ¿Nos gozamos en las cosas quedeberíamos gozarnos? ¿Actuamos comorepresentantes del Creador del universo y elúnico Salvador de la raza humana? ¿Son losmotivos que impulsan a Cristo los nuestros?

Se nos ha ordenado que sigamos a Cristo,pero aquellos que le imitan deben asegurarseque no sólo memoricen respuesta livianas oimiten sólo un aspecto de su personalidad. Enrealidad, debemos escuchar a Cristocuidadosamente y observarlo detenidamente enacción en las Escrituras para identificar su

patrón de vida. Si encontramos la base de estepatrón, el motivo que gobierna su vida, y luegoadoptamos su personalidad, seremosverdaderamente personas diferentes, tandiferentes que virtualmente nada quedará sinser tocado. Hace una gran diferencia el comonos vemos, como hablemos, como noscomportemos en nuestras vidas cotidianas,como manejemos nuestras posesiones, nuestrasrelaciones con nuestros seres queridos, nuestrosentretenimientos, nuestras finanzas, nuestrasconversaciones, y nuestra vida de oración, ynuestro futuro. Y que se pueda decir de nosotros,para su gloria, que andamos “como El anduvo”(1Jn.2:6).

THE NATURE OF THE NEW TESTAMENT

CHURCH ON EARTH

When we consider what Jesus had in mind when He said “Iwill my church,” surely these four qualities are not far off the mark.What has greater visibility than a well defined city set on a hill ora candle on a candlestick? What is more central to the messageof Christ than truth? What has greater power of persuasion thanunity in truth?

There was nothing more urgent in the mind of Christ as Heprayed on the night before He faced the cross – there is nothingmore urgent still – than that His assemblies should be visibleunified around the truth of His word, that “the world may believe.”

Those four principles, when biblically understood, challengethe most elementary ecclesiological errors of our day. They debunkthe ancient “universal invisible” church or “mystical body” theoryas well as the massive market-driven strategy of today, clearingthe way for Jesus’s final challenge to the churches – unity in truth.

Some remarkable day His churches will accept the challenge,and soon “the earth shall be full of the knowledge of the Lord, asthe waters cover the sea.”

Several years ago, I read Willard Ramsey’s book, The Natureof the New Testament Church on Earth. It has become one of myfavorites on the subject of the local, New Testament Church.Recently, we had the oportunity to meet and spend a few hourstogether. I found Willard to be an interesting, well informed brotherin Christ. Over lunch I discovered I was talking to a real “rocketscientist” (he was an engineer with a NASA subcontractor in theearly days of the space programs)... Dr. Bill Monroe

Former President of theBaptist Bible Fellowship International

MILLENNIUM III PUBLISHERS

er Cristo-céntrico significa pen- sar y vivir en función de la volun-tad de Cristo en todos los aspectos dela vida, como lo enseña y ejemplificael Señor Jesucristo en los evangeliosy el resto del Nuevo Testamento, detal forma que en todo tenga el Señorla preeminencia (Col.1:18). Ser Cristo-céntrico es aunar esfuerzos para tratarde incluir toda la doctrina bíblica, todolo que Cristo nos ha mandado(Mt.28:20), todo el consejo de Dios(Hechos 20:27); no intentar excluir todolo que puede ser controversial, paraunirnos cómodamente en lo quenosotros subjetivamente juzguemoscomo “esencial”.

uchos se preguntan por qué el evangelismo se ha deterioradohasta este extremo. Por qué se predicael evangelio en todas partes y por todoslos medios de comunicación y es comohablarle al viento, nadie pareceescuchar. La población en su mayoríaestá completamente indiferente alllamado del evangelio y las cosas deDios. ¿Qué pasa? ¿Acaso el evangelioha perdido su poder (Ro. 1:16) o loscristianos están haciendo las cosasmal? Si se analizan las causas deldeterioro del evangelismo y el desordeny la división cristiana se va a llegar ala conclusión que se debe a tresrazones cardinales que operan porefecto domino: 1). Una conversióndeficiente, 2). Un mensaje deficiente,y 3). Una visión de iglesia deficiente.

l concepto que tengamos de nuestros origenes definirá nues-tra visión de mundo. Si no sabemosde dónde procedemos, jamáscomprenderemos la naturalezahumana, el propósito fundamental denuestra existencia, y lo que es máscrítico, lo que el futuro nos depara. Dios, en el Génesis, establece,en el más preciso y conciso de loslenguajes que El es el creador de lamateria y el autor y sustentador de lavida en todas sus formas, nos revelael origen del universo y nos explica lafascinante realidad que somos hechosa su imagen y semejanza. Somosentonces seres racionales, inteligentes,y moralmente responsables ante El,nuestro Creador.

M

E

S

LA PREEMINENCIA DE CRISTO

LA CREACION DE DIOS

RETOMANDO EL CAMINO DE DIOS

Willard A. RamseyBy

Porque de él, y por él, y para él, son todas lascosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

“En el principio creó Dios loscielos y la tierra” (Génesis 1:1).

“Vosotros sois la sal de la tierra”(Mateo 5:13).

¡More than a book, a masterpiece of its kind! Clever andsharply written like no other book on the theme of the church. Itilluminates the mind, stirs the conscience, incites the heart of thetruth seeker, and inspires the obedient heart to implement Christ’svision of the church.

It deals with every single use of the word ekklesia and handlesthe church as a unique part of the Kingdom of God. This bookdistinguishes between the Church of Jesus Christ and that whichsome have called the universal church.

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