Edición marzo 2013

36
BIOMA VIDA AL SUR DE LA TIERRA PASTEL DE CHOCLO En horno de barro LA QUEÑOA, ÁRBOL DE LAS ALTURAS Coska TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO R.N. Las Chinchillas REVISTA ISSN 0719-093X MARZO 2013

description

www.revistabioma.cl

Transcript of Edición marzo 2013

Page 1: Edición marzo 2013

BIOMAVIDA AL SUR DE LA TIERRA

PASTEL DE CHOCLO En horno de barroLA QUEÑOA, ÁRBOL DE LAS ALTURASCoska

TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEOR.N. Las Chinchillas

REVISTA

ISS

N 0

719-

093X

MARZO 2013

Page 2: Edición marzo 2013

BIOMAVIDA AL SUR DE LA TIERRA

REVISTA

02

Page 3: Edición marzo 2013

2206EN ESTA EDICIÓNTRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO

Al interior de la Reserva Nacional Las Chin-chillas, mientras caminamos por la ladera norte de una quebrada llamada el Cobre que es parte del sistema montañoso andino, el Sol arrecia agresiva-mente sin darnos tregua...

PASTEL DE CHOCLO EN HORNO DE BARRO

Es mediados de febrero y hace calor, mien-tras los árboles se mecen pasivamente con una re-frescante brisa que hace descender la sensación térmica, caminamos buscando leña para encender el horno de barro...

28LA QUEÑOA, ÁRBOL DE LAS ALTURAS

En la pequeña localidad de Coska a 25 ki-lómetros de Ollagüe, la comunidad quechua de Ollagüe, realizó una emotiva plantación del árbol nativo más emblemático de la zona altoandina de Chile y que crece a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar...

34EL PULSO DE LA NATURALEZA Es un espacio donde la vida toma un carác-ter interpretativo, las sensaciones y la percepción de todos los sentidos humanos adquieren protago-nismo.Textos de Mario A. Ortiz Lafferte.

Page 4: Edición marzo 2013

04

ww

w.R

evis

taB

iom

a.c

l

Page 5: Edición marzo 2013

EEDITORIAL

05

César Jopia QuiñonesDirector

Bienvenidos a esta nueva edición de Revista BIOMA

TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO

l zorro Culpeo es una especie andariega y como buen omnívoro es un maestro que sabe de técnicas de sobrevivencia como nadie, aun así esto no ha servido de mucho a la hora de mantener su especie con la salud poblacional que requiere cual-quier ser vivo para trascender en el tiempo.El Culpeo está en las listas rojas de conservación, por ello hemos hecho en esta edición hincapié para cono-cer su naturaleza, su espíritu y esen-cia como un representante valido de la vida salvaje de Chile.El hábitat del zorro nortino es un pai-saje que se caracteriza por su mono-tonía estética casi monocroma, pero es todo lo contrario, está impregna-do por una mística muy particular donde las estrellas parecen caer so-bre la tierra y el día brilla con el cielo más azul que jamás se ha visto y es el hogar de este escurridizo zorro. Hoy estamos seguros que este mag-nífico depredador siempre estuvo ahí, él nos encontró a nosotros -no al revés-, nos observó y estudió hasta que decidió que pudiéramos obser-varlo de cerca. Así es la naturaleza que buscamos, es ella quien decide cuando, como y donde mostrarse.

En la Reserva Nacional Las Chinchi-llas nos maravillamos con los detalles del paisaje agreste del norte chico, además de su flora y fauna tan es-pinosa y escurridiza, el norte y su intrincada geografía son en esencia un lugar hostil, a pesar de eso la vida ha sabido adaptarse crecer y desa-rrollarse en este entorno con éxito, pero la intervención antrópica como siempre causa estragos en los ecosis-temas resultando como principales victimas las especies nativas o endé-micas, llegando incluso al borde de la extinción.Grave, ¿verdad? Pero es una respon-sabilidad nuestra continuar con el cuidado y respeto por cada ser vivo por más insignificante que parezca, todo es parte de una gran sinfonía que al ser interpretadas todas las no-tas juntas dan este espectáculo del cual somos hoy testigos.

Page 6: Edición marzo 2013

06

Tras las huellasdel culpeo

Page 7: Edición marzo 2013

A Al interior de la Reserva Na-cional Las Chinchillas, mientras ca-minamos por la ladera norte de una quebrada llamada el Cobre que es parte del sistema montañoso andi-no, el Sol arrecia agresivamente sin darnos tregua, y sólo bajo las largas sombras del cactus de Copao (Euly-chnia acida) encontramos breves soplos de brisa que permiten bajar nuestra sensación térmica. En tan-to una lagartija de Plate (Liolaemus platei) nos observa desde una piedra como burlándose de la falta de adap-tabilidad a este agreste entorno.¿Nuestra misión? Encontrar y foto-grafiar a un zorro, el Culpeo (Lycalo-pex culpaeus) un depredador maes-tro que hace de los habitantes de esta reserva parte de su menú, sólo queremos conocerlo, él es una pieza clave en la cadena alimenticia local, su presencia y distribución geográfi-ca sólo se la debe a su astucia y adap-tabilidad, a pesar de que su estado de conservación se encuentra en las listas rojas. En esta quebrada hay un silencio ficticio, que no es real, pero es tan profundo que pareciera que es po-sible oír el paso de las nubes por el cielo nortino, sin embargo las aves rompen la silente monotonía del

del culpeo

Page 8: Edición marzo 2013

08

“...En esta quebrada hay un silencio ficticio, que no es real, pero es tan profundo que pareciera que es posible oír el paso de las nubes por el cielo nortino...”

Page 9: Edición marzo 2013

09

Page 10: Edición marzo 2013
Page 11: Edición marzo 2013

11

paisaje con sus cantos que pueden tener muchas intenciones distintas, unos podrían ser de alarma otros de apareo o simplemente para esparcir el rumor de que unos extraños cami-nan bajo el Sol.Más allá en el horizonte, en la lejana silueta de los estilizados cactus, un aguilucho común (Buteo polyoso-ma) se posa sobre sus espinas dando chillidos que hacen largos ecos por cada recodo de estos cerros, a su pa-reja que recolecta ramas secas para lo que suponemos es su nido en al-gún secreto lugar que escapa de nuestro alcance.La caminata continua en el pedrego-so sendero, y aparecen las huellas de un solitario zorro parece que fue sólo hace unas horas que pasó por ahí, además, se pueden ver varias mues-tras de fecas frescas esparcidas como pistas. Ascendemos hacia la gar-ganta más cerrada de esta profun-da quebrada, y una Tenca (Mimus thenca), que está posada en un espi-no (Acacia caven), agitada emite un sonido corto repetitivo, “algo anda por ahí…” exclama Boris con su agu-dizado oído, él es el guardaparques de Conaf que nos acompaña. “Ese sonido es de alarma… está avisando que anda un depredador”, nos que-damos quietos y en silencio por unos minutos esperando que sea nuestro zorro…

Page 12: Edición marzo 2013

La lagartija de Plate (Liolaemus platei) nos observa desde una piedra como burlándose de la falta de adaptabilidad a este agreste entorno.

Las Turcas (Pteroptochos megapodius) son otra especie habitante de la Reserva que ha sabido adaptarse ya que gracias a sus -aparentemente- desproporcionadas patas busca eficientemente su alimento escarbando en la tierra, además de convertirla en una corredora de excelencia. .

Page 13: Edición marzo 2013

13

Antes de proseguir con la búsqueda, nos detenemos más adelante a che-quear las trampas puestas el día an-terior en la ladera sur, para ver si hay Yacas (Thylamys elegans) o Chinchi-llas chilenas (Chinchilla lanigera) con el fin de hacer conteo y control esta-dístico de población, una labor que realizan periódicamente los guarda-parques de esta unidad, para nues-

tra sorpresa las trampas están “mar-cadas” con el fuerte olor de almizcle (orina) de zorro, en ellas hay un par de Lauchones orejudos de Darwin (Phyllotis darwinii) los que apresu-rados, al ser liberados, salen de sus pequeñas prisiones nocturnas para escabullirse en los tupidos matorra-les. Seguramente fueron acosados por este animal durante la noche, paradójicamente las trampas los pro-tegieron de ser devorados.Siempre tras las huellas de este astu-to depredador, continuamos reco-rriendo por estos valles que datan del Mesozoico, donde el viento sopla y parece silbar escurriéndose entre espinas de cactus y matorrales escle-rófilos. Y antes de que la decepción invada

Un Cachudito (Anairetes parulus) salta de rama en rama para no ser fotografiado.

Page 14: Edición marzo 2013

14

...Y antes de que la

decepción invada nuestro

entusiasmo, una mirada

se clava en la percepción de

nuestros sentidos más

sensibles...

Page 15: Edición marzo 2013

15

Page 16: Edición marzo 2013

Varios de los vecinos del lugar deciden emprender el vuelo al ver llegar al zo-rro, como la Diuca (Diuca diuca) la Tenca (Mimus thenca) y la Loica (Sturnella loyca).

Ellas, junto con otras especies de la avifauna local, son las que marcan mayor presencia en la R.N, Las Chinchillas y por cierto en toda la zona.

Page 17: Edición marzo 2013

El Culpeo es el zorro más grande de Chile, tiene una longitud de 48 cms hasta la cruz y 80 cms de alto. Habita desde Tarapacá hasta Magallanes.

Page 18: Edición marzo 2013

18

Bajo las largas sombras del cactus de Copao (Eulychnia acida) la flor de Quintral (Tristerix aphyllus) una planta parásita encuentra refugio.

Page 19: Edición marzo 2013

19

Fruto del cactus de Copao (Eulychnia acida).

Page 20: Edición marzo 2013

20

nuestro entusiasmo, una mirada se clava en la percepción de nuestros sentidos más sensibles, a unos diez o veinte metros entre las ramas de un arbusto esta nuestro Culpeo, un macho adulto con visible experiencia en este hábitat que analiza los movi-mientos que hacemos, tal vez siem-pre estuvo ahí con nosotros, escudri-ñando… estudiando detenidamente cada paso.Es un depredador astuto, un alqui-mista que se confabula con la natu-raleza usándola a su favor, que tiene un trato con la noche para asechar y actuar. Mientras se entrega tími-damente al sonido del obturador de nuestra cámara, se pasea de un lu-gar a otro como tratando de enten-dernos y concluimos en que este es su hábitat… no el nuestro...nosotros somos los depredadores…

BIOMA

El zorro colorado, uno de los nombres con el cuál también es conocido, es una especie solitaria, sólo se acerca a la hembra en los periodos de apareo. El macho se hace cargo de proveer el alimento a su familia y juntos enseñan a las crías a cazar de noche.

Page 21: Edición marzo 2013

Este es su hábitat… no el nuestro...nosotros somos los depredadores…

Page 22: Edición marzo 2013

Pastel de choclo

En horno de barro22

Page 23: Edición marzo 2013

E

23

Es mediados de febrero y hace calor, mientras los árboles se mecen pasivamente con una refrescante bri-sa que hace descender la sensación térmica, caminamos buscando leña para encender el horno de barro, y de esta manera preparar un delicio-so plato muy típico de nuestras tradi-cionales recetas como es el Pastel de Choclo.En tanto en la cocina se desgranan los Choclos amarillos como el oro y se pican las cebollas, las ramas de leña en el horno comienzan a que-marse expeliendo ese aroma ya im-

pregnado en el adobe, por pasadas recetas cocinadas en su ennegrecida cavidad, despertando el apetito anti-cipadamente de todos los comensa-les.El fuego reduce la leña poco a poco a brasas que blanquean el horno alcanzando la temperatura ideal, mientras en la cocina los granos de maiz se muelen hasta formar una pasta mezclada con albahaca y espe-cias para dejar cocer lentamente. El resto de los ingredientes que dan ese sabor inconfundible de este plato es-peran para participar de esta fiesta

l verano siempre trae consigo un sin fin de buenas experiencias culi-narias que son exclusivas de esta temporada estival.

Page 24: Edición marzo 2013
Page 25: Edición marzo 2013

Cada paso en el proceso no está excento de nobleza y dedicación, desde el pelado de los choclos a los pequeños detalles que acompañarán el almuerzo, como el agua caliente lista para una “agüita perra” para despúes.

Page 26: Edición marzo 2013
Page 27: Edición marzo 2013

Minutos más tarde en el interior del horno la magia se produce, la tempe-ratura, los aliños, los ingredientes y el choclo hacen lo suyo, el viento que corre esparce la noticia que el pastel esta “doradito” y listo para llevar a la mesa.Estos sabores están íntimamente re-lacionados con uno de los rituales de mesa más significativos en nuestras sociedades latinoamericanas: el al-muerzo, especialmente el vinculado con el espíritu gregario que une a los grupos familiares en las zonas rura-les.El choclo por ser un producto de la tierra toma un sabor muy “nues-tro”, preparado con variadas recetas como la famosa Humita en su tan ca-

racterística presentación, servida en sus propias hojas.La poesía se produce en el paladar, ciertamente ni mil palabras dejarán a la imaginación entender lo que el sabor de estar ahí entrega, explorar los sentidos gustativos es sin duda una verdadera aventura para todos nosotros.

BIOMA

Page 28: Edición marzo 2013

LA QUEÑOAEl árbol de las alturas

Page 29: Edición marzo 2013

LA QUEÑOAEl árbol de las alturas

Page 30: Edición marzo 2013

E En la pequeña localidad de Coska a 25 kilómetros de Ollagüe, la comunidad quechua de Ollagüe, realizó una emotiva plantación del árbol nativo más emblemático de la zona altoandina de Chile y que crece a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar: la Queñoa de las Alturas. La actividad consistió en una plan-tación realizada por la Comunidad Quechua de Ollagüe y la Corpora-ción Nacional Forestal, CONAF, y que forma parte de la ejecución de un proyecto de Manejo de Bosques de Preservación, adjudicado por la comunidad en el marco de la aplica-ción de instrumentos de fomento de la Ley de Bosque Nativo.La comunidad de Ollagüe, postuló en el año 2012 al proceso de con-curso de proyectos de la Ley Bosque Nativo, cuyo objetivo es fomentar acciones de fomento en materias de preservación y manejo de las forma-ciones boscosas y xerofíticas del país. La iniciativa presentada por la co-munidad quechua, busca recuperar zonas, a través del enriquecimiento ecológico de esta especie nativa, ha-ciéndose parte también, de la labor de conservarla. Esta es la primera actividad de plantación masiva en la región que será bonificada por la Ley de Bosque Nativo.El proyecto para el año 2013 con-templa la plantación de 100 indivi-duos en áreas de distribución natural de esta especie, en una superficie de 4 hectáreas de bosque nativo degra-dado. Por su parte, CONAF cumple el rol de asesorar técnicamente cada una de las actividades contempladas en el Plan de Manejo de Preserva-

Page 31: Edición marzo 2013
Page 32: Edición marzo 2013

ción, además de capacitar a la comu-nidad en materias de mantención de esta importante plantación para la región.La Presidenta de la Comunidad de Ollagüe, Sra. Elizabet Urrelo, mani-festó estar “muy agradecida por el apoyo de CONAF a nuestra comu-nidad que desea preservar la Que-ñoa, del árbol que significa mucho para nosotros y nuestros ancestros, porque no en todos lados se da la Queñoa. Para nosotros es importan-

te que esta especie no desaparezca, porque embellece nuestro pueblo y enriquece la tradición autóctona de la zona, y porque a futuro podemos convertir esto en un centro turístico”.La localidad de Coska fue el lugar de plantación escogido por la comuni-dad quechua y como parte de su tra-dición ancestral, en agradecimiento, los lugareños realizaron un Pago a la Tierra. Este será el punto de partida de futuras actividades de enriqueci-miento ecológico y plantación suple-

Page 33: Edición marzo 2013

mentaria que podría realizarse en el área de distribución de la Queñoa de Altura en la Región de Antofagasta, abarcando la comunidad de Calama y Ollagüe en la Cuenca superior del Río Loa.El Director Regional de CONAF, Ri-cardo Moyano, expresó que “la par-ticipación de la comunidad en pro-yectos de Ley de Bosque Nativo, es trascendental para la recuperación de las especies nativas de la zona. Por lo tanto, estoy muy contento de

que CONAF apoye esta iniciativa, sobre todo con esta especie que se encuentra en Categoría de Conser-vación Vulnerable y que crece en lugares muy apartados. Esta es una experiencia única y muy significativa que se da a más de 4 mil metros de altura”.

Texto: Janett Sofía Martinez A.Periodista CONAFFotografías: CONAF

33

Page 34: Edición marzo 2013

seguridad de su madriguera, debajo del Guayacán, levantando en la prisa una pequeña nube de polvo. Tras la huída vino un silencio sepulcral, era como que el mundo se había dete-nido.... Casi de inmediato tuve el primer atisbo de lo que sucedía, una enor-me y silenciosa sombra se deslizó por el suelo, en dirección a la pérgola en donde yo me encontraba y desapa-reció fundiéndose con la sombra de la techumbre... ... reapareciendo en el lado opuesto de la estructura, si-guiendo un rumbo que parecía im-perturbable.... Rápidamente me dirigí hasta el borde de la techumbre, para buscar en el cielo al dueño de tan misterio-sa sombra ... ... desde allí pude ver a una hermosa águila sobrevolando el sector a muy baja altura, mientras se alejaba, su sombra brincaba entre los relieves del suelo y las formas irregu-lares de los arbustos semisecos del faldeo aledaño......Sorpresivamente el lento y majes-tuoso planeo, se convirtió en una ver-

Una sombra misteriosa

... Era una tarde tranquila de verano, en el último reducto de las Chinchi-llas, ya no quedaban visitantes, los compañeros de trabajo se habían ido, y aún cuando la tarde estaba bien avanzada, una leve brisa tibia acentuaba el calor, trayendo hasta mis sentidos, el aroma leñoso de los arbustos maduros, que ya habían tornado el paisaje grisáceo.... Pese al calor, me entregue a la ta-rea de saborear una taza de te, a la sombra de la pérgola, frente al abre-vadero que le habíamos construido a la fauna silvestre. Ha esa hora la pequeña poza de agua, ubicada a nivel del suelo, se encontraba llena de aves, de diferentes especies, inclu-yendo dos roedores de hábito diur-no, que compartían el agua con las aves, sin ningún problema.... Repentinamente, todos los comen-sales del abrevadero desaparecie-ron simultáneamente, algunas aves se escondieron entre los arbustos, y otras volaron lo mas lejos posible, mientras que los roedores cola de pincel, corrieron velozmente hacia la

Page 35: Edición marzo 2013

tiginosa caída en picada, el fantástico rapaz en el último segundo antes de llegar al suelo, giró su cuerpo levan-tando la cabeza y el pecho hacia el cielo, desplegando sus patas hacia abajo, hasta estrellar sus poderosas garras en las ramas quebradizas de una mata de Incienso. En ese decisi-vo momento, el estrepitoso crujido de las ramas al quebrarse, se fundió con el dramático e inconfundible gri-to de un conejo que, al parecer, en el último momento, había buscado inútil refugio en el frágil arbusto.

...Con una rara mezcla de sorpresa, compasión y admiración, vi elevarse a esta poderosa ave, batiendo sus enormes alas con admirable destre-za, llevándose en sus garras a su pre-sa y una buena parte del follaje del arbusto, que ante el inmenso des-pliegue de poder de este rapaz, no pudo ofrecer protección, a tan infor-tunada criatura que ya tenía sellado su destino.

ILU

STRA

CIÓ

N: C

ésar

Jo

pia

Q.

BIOMA

35

Page 36: Edición marzo 2013

Para explorar... para descubrir... para conservar...

www.revistabioma.cl

MARZO 2013