Edición Fogaril 4

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Decoración floral el día del Corpus. Plaza Mayor Festividad de San Cristóbal. Misa en la capilla de San Lorenzo Colaboran: DEPÓSITO LEGAL: HU.278/1.996 REEDICIÓN: MUSEO “CASA PACO” Nº 4 JULIO-AGOSTO 2007

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Decoración floral el día del Corpus. Plaza Mayor

Festividad de San Cristóbal. Misa en la capilla de San Lorenzo

Colaboran:

DEPÓSITO LEGAL: HU.278/1.996 REEDICIÓN: MUSEO “CASA PACO”

Nº 4

JULIO-AGOSTO 2007

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Asinas charram en Graus

Barball: adj. Se dice de la personas que tiene pocas luces. “Este mocé e un barball, pues no sabe lo que dice”. Barducal: Llugá con mucho bardo. Barro. “Cuan va llové se me va poné la güerta como una barducal”. Barraixá: adj. Barajá, mezcllá. “Dispués de triá las cartas tenín que barraixalas ven”. Barucas: adj. Charradó/charradera // Persona que, de tan movida, el quiere fé tot y no i llega. “Mira qu’en es de barucas: no paras!”. Barza: s. Zarza. “Con que ya no i vive denguno, é un barcero aquello”. Batalero: Cuan la ventana, puerta, o una casa están ubiertas del to. “Estaba batalero, per ixo han entrau tantas moscas”. Bateaguas: Paraguas. Batida: s. Lluvia repentina, abundante, impetuosa y de poca duración. “Ha caiu una batida que a refrescau un poquet”. Bazía: Cajón de madera que s’emplleaba pa masá el pan o el mondongo. “En una casa teniban una bazía que podaban mezclla carne pa fé setenta u ochenta llonganizas”. Barreño: Orinal. “Teniba la próstata tan gran que siempre teniba que está pegau al barreño”. Batallá: Trucá a als ramas de los árboles pa fé caé el fruto. “¡Qué mal batallá las oliveras, mos las va a estropeá todas”. Bazión: Arca de madera que s’emplleaba pa dá de comé a los cochíns. “¿Has encargáu al carpintero que te feiga un bazión?, el que tenín está proa rompiú”. Bastero: El que fá albarcas o aparejos llamados bastos. Batall: Esquilla gran. Bedell: Ternera. Bellón: Paquete de llana de l’asquilla. Ben: Bien. Benendebendevendé: Trabalenguas grausino que expresa que seguramente lo venden, con certeza. Bencejo: Cuerda pa sujetá un faixo. Berchero: Especie de empalizada pa resguardá las pllantas del frío. “M’he fecho un berchero en la güerta pa protegé del tiempo frío a las lechugas”. Berro: Macho. Berza: Acelga.

ÍNDICE

- Inolvidables grausinos: Tonón de Baldomera, por Tomás Castillón

- Textos en grausino: Un maestro ejemplar, por Luisón de Fierro

- Grausinos de ayer: Los Linés, por El Sastre Barasona

- Historias: Aniversario del Centro Deportivo Gradense

- Cocinán con “El fogaril”: Morcilla

- Folclore: Melodías populares de Ribagorza, por Mariano Pascual

- Enchugaldriú: El güiti

- Cosas nuestras: La reivindicación de Mosqueta, por José Ignacio Mariñosa

- Personajes ribagorzanos: Andrés Burrel Sopena

- Tradiciones: La Cardelina, por Luisón de Fierro

- Cosas nuestras: Un recuerdo de cine, por José Antonio Betato

- Asínas charram en Graus

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Inolvidables grausinos Tonón de Baldomera Antonio López Santolaria nace en Hostafranchs (Barcelona) en 1.904. Pocos meses dispués, la familia se traslladaría a Graus, on viviría casi permanenterme, salván unos años de aprendizaje en Barcelona on va acabá la mili. En su vida, Tonón, faría un poco de tó: mecánico, chofer d'autobús, camionero, taxista, carpintero... Fue, también, gerente de la Compañía de Transportes Altoaragonesa y, por último, empleado de la Compañía Hilaturas del Ésera. En 1.928 se va casá con María Monclús, la entrañable María Baldomera, gran mullé que va sabé llevalo con sabia mano izquierda, temblán gaitas cuan ñ'habeba que felo. En la magistral semblanza que va fé de nuestro personaje, Juan Arenas, mos hablla de Tonón como la "esencia" de Graus. Yo suscribo esto y añadiría lo de "esencia apasionada". Baldomera teniba una personalidá desbordante y le sacaba to'l chugo a la vida. Me´n acordo del obradó de Casa Paco dinle a mi pare: -¡Que chiretada me va fé anoche María, nino! Me'n va cascá media docena y, como no me veyeba farto, tamé va fé pasá bella fuente crespillos. Lo veigo, tamé, llegán a la Pllaza, pa la Fiesta, de pie en la barrera. Sacán aquel inmenso troncho y empezán a mallá el retablláu de su buen amigo Carlóns con saña, provocán l'entusiamo de la chen que pediba sin pará a la banda: ¡Campanera, Campanera! ¿Y qué di de las juergas y lifaras de la botigueta? Pa San Joaquín eba obligáu pasá po allí a probá el poncho y la torta que te serviba con deligencia y aquella sonrisa sardónica. Pero detrás d'estas pequeñas vanidades humanas, estaba el hombre cabal, sensible, amigo de sus amigos y mordaz cuan feba falta. Baldomera, como el inolvidable Vicente Pallás, llevaba a Graus grabáu en el corazón con lletras mayúsculas. Eba su pasión. La defensa y revitalización de nuestras tradicions van sé el norte de su vida. L'actual baile de las cintas, con lletra adaptada de la polca "La Grausina", "A esperá la gaita", acto esencial, desapareciú tras la Guerra, y que él con un grupo de amigos se va encargá de revivilo en el año 1.946. Y, además, su tesonera lucha por conservá los Dances, los Cabezudos y sus queridas Albadas. Tó ixo define una personalidá entusiasta, entregada y generosa que el pueblo de Graus va sabé

Cuasi to las veces mos posaba lo mesmo ¡Qué disillusión!, con los llitóns que llevaban no ñ’habeba prous dinés pa pagá la entrada que costaba dos pesetas. En ixe caso ¡patas pa qué tos quiero!, pues tocaba corré a buscar más llitóns o si teniban alguna perreta, complletá pa pagá la entrada. Entonces mos posaban más contentos que unas pascuas ¡L’heban conseguiú! Onque ahora tos paezca raro ixo, a nusotros mos vá tocá felo muchas veces. Y con este sacrificio ¡qué ben mos sabeba la película!

El cine… continúa L’anterió eba una manera de podé í al cine. Ahora tos voy a contá otra que tamé ban praticá muchas veces. Cuan aún iban a l’escuela me’n acordo que toz llevaban una cartereta en la pocha pa posá cromos y ¡entradas de cine! Como tos he expllicáu eban tiempos d’escasez de perras, pero no de imaginación y astucia, d’illusión e interés po las cosas, d’ixo mon sobraba, ñ’habeba pa pará un tren. En este caso no ñ’hay qu’emplleá la fuerza ni el peligro de rompete la esquena al caete d’un árbol, sólo teniban que fé un poqué d’artesanía. El lunes iban on tiraban las entradas que cortaban el domingo- me’n acordo del llugá, en el bago entre el cine gran y casa Fortuño, antes de fé l’almacén. Dispués, los trozos los triaban por los colós y los chuntaban, peganlos pa que coincidisen las lletras, y de ixa manera complletaban la entrada. Con la cartereta llena d’entradas de toz los colós y con más nervios que un flan, al domingo siguiente mon iban a la puerta del cine pa mirá de qué coló eban ixe día y esfurigán en la cartereta, mos feban contentos si en teniban alguna d’ixe coló. Pa entrá tenibas qu’esperá a que ñ’habese mucha chen, asinas el portero Ricarte no teniba tiempo de mirá ben las entradas.

THE END

José Antonio Betato Espuña

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Un recuerdo de cine Correban los años sesenta y las pochas de los pantalons las teniban más vacías de dinés qu’el “banco” el fogaril. Esto viene a colación de los recuerdos que voy a contatos en este escrito. Pa que los de mi edá tos acordez y los d’ahora tos enterez de las chugarretas que ñ’habeba que fé pa podé í al cine algún domingo qu’otro. Como podez imaginá, en ixa época no ñ’habeba perras en las casas pa damos como ñ’hay ahora, y mos teniban qu’espabilá y dale vueltas al tozuelo p’acabá ín al cine. ¡Cualquiera se perdeba una película del Oeste u de romanos! Así empezaba l’aventura: Graus, un domingo cualquiera del otoño, dispués de comé y con una bolseta en la pocha y un caixón replleto d’llusions, mon iban pa la Virgen, y en llitoneros que ñ’habeba por tó l’entorno (el qu’estaba chunto a la predicadera de San Vicente Ferrer l’han cortáu), trepaban po’l tronco p’arriba como l’héroe de la selva, Tarzán, pa í cogén los frutos redondos y negros d’este árbol llamáus llitóns, muy apreciáus en ixa época. Cuan teniban la bolseta llena d’este fruto, esgreñáus y puercos como focíns, ixafegán po’l cansancio, mon iban drechos en busca del siño Antonio “el turronero”, que con su ornamentáu carro de llamíns que pareceba un supermercáu, se posaba chunto al cine. Astí, el susodicho mos los compraba pa revendelos a la chen qu’iba al cine.

Antonio “el turronero” en los porches de la Plaza Mayor

reconocé, nombranle Repatán Mayor en 1.969, poco después del hito mas trascendental de nuestro folclore: La concesión de la "Espiga de oro" al Grupo de Dances y Albadas de Graus en los festivales manchegos de Alcázar de S. Juan. En 1.974 se le va nombrá "altoaragonés del año" po'l Centro Aragonés de Barcelona. La entrega del galardón, al que se va sumá Radio Huesca, se va fé en el Ayuntamiento de Graus, pos la enfermedá ya había fecho mella en él. Pero si por algo será recordáu nuestro personaje, é por su faceta de poeta. Tonón preparaba cada año con mimo su escrito pa'l Llibré y prou ben sabeba que sus ocurrencias eban la comidilla de las casas de Graus pa La Fiesta. Su poesía, casi siempre estructurada en forma de romance, é recia, cáustica e ingeniosa, pero teñida de unas tiernas gotas de nostalgia. A través de su personaje fetiche, ixe Juanón, algo focín y atolondráu, mos va fé una lluminosa disección de las miserias de su pueblo, con un gracejo insuperable. Yo tiengo fijación por su poema "El nieto de Juanón" que acaba con estos entrañables versos:

Yo daría media vida

si mi agüelo estase aquí, que al no seguí sus consejos

de pena se va morí. Antonio López, nuestro Tonón de Baldomera, mos dejaría el 16 de noviembre de 1.977. Graus, naturalmente le va dedicá un gran homenaje. En el momento de su sepultura sonaron las notas de la gaita y su albada favorita:

Mis padres fueron de Graus, mi mujer en Graus nació. Si mis hijos son grausinos que quieres que sea yo.

Tomás Castillón

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Un maestro ejemplar Más que un maestro…

Mi padre, 1.894-1.958

Tamé, como mi agüelo i los zinco ermanos, ba tení la suerte de

podé í a l’ascuela en la suya niñez. No por bicios como mi agüelo, por sé el más chicot de seis

ermanos, sino porque los tienpos ya eban otros, unque el podé asistí a l’ascuela el tiempo reglamentario eba un privilegio.

Al salí del parvulario con unos seis años, mos contaba a nusotros sus fillos, que ya saeba leé i escribí unas fechas mui conmemoratibas. Eban el año 1.900, prenzipio de un siglo i una nueba era.

Ba pasá el tiempo, de l’ascuela anda el final, con un solo maestro, D. Miguel Dieste, que llebaba allgo más de 120 niños, como siempre, de mal dominá.

Antonces, t’o los crios temiban al maestro, tanto miedo como respeto, pos con tantos, ñaeba momentos qu’estaba muchos días en una rabieta contínua.

Cuan n’on podaba más llamaba a la mullé (su esposa) que bibiba en la parte d’enzima i ben fuerte gritaba: ¡María, María! Baixa una palangana.

Daba más bofetadas anda que le saliba sangre de las narices, i Dª María los llababa i acariziaba con güenas pallabras.

Un domingo, salín de misa, ban be que D. Miguel llebaba la capa ronpida i desgastada, pues antonzes un maestro escuela no podaba renobá la ropa como ese queriú, pos además, teniba tres u cuatro fillos. Los crios pronto se ban da cuenta de la capa de D. Miguel i le ban posá por mote, “capa rota”.

Como siempre, los críos que menos acudiban a l’ascuela, así como los suyos padres, que ben poco les importaba.

Enteráu D. Miguel po los suyos fillos i chen de güena fe, len ban comunicá con güena intenzión.

Una tarde, antes de salí pa casa, D. Miguel les dize: Mañana traez toz un plliego de papel i una pllumeta nueba, que

tenín lliteratura mui importante. Toz los críos en casa ban pedí tres perretas pa lo que teniban

que fé en l’ascuela. A la mañana siguiente, el maestro D. Miguel ba destapá la

pizarra corrén dos sábanas biejas i remendadas, dinles…

Estaba la hermosa cardelina Cantando alegremente en su balcón En sus trinos dulcemente llamaba A su amigo y vecino el ruiseñor. (bis)

Despierta que la mañana es muy bella

No seas perezoso y holgazán Disfrutemos con canto y armonía Este día que acaba de empezar. (bis)

Y el ruiseñor, y el ruiseñor, Le responde, le responde Le responde con amor.

Hermosa cardelina que amadrugas Con los primeros rayos de sol

Tu canción es un dulce despertar Que agradezco de todo corazón.

(bis)

El tiempo voy pasando alegremente Oyendo la dulzura de tu voz

Con los tonos tan claros y variados que al oírlos me llenan de ilusión.

(bis)

¡Qué hermoso balcón, que hermoso balcón entre rosas y claveles cardelina y ruiseñor!

Canción muy difundida especialmente en Aragón, y

concretamente en la parte de la antigua Ribagorza. Adaptándole muchísimas letras, especialmente de amor,

debido a sus dulces trinos, que se entrelazan con el ruiseñor, sobre todo, donde la vegetación es frondosa, como ríos, barrancos o fuentes.

Luisón de Fierro

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La Cardelina

Copiazme veinte veces lo que ñai escribiú. Unos lo ban fé ben i rápidos, otros to’l tiempo de cllase,

muchos sin recreo en to la semana. A otros, unos pocos, Dª María los ba tení que atendé con la palangana.

Mi padre mo lo contaba con nostalgia, ixe gran recuerdo. Mi agüelo tamé mos contaba cosas de l’ascuela en las noches de

l’inbierno, alrededó del fogaril. Asinas se lleeba en la pizarra

Esta capa que me tapa, tan pobre y raida está, sólo porque se ve…

se reconoce… que es capa.

La chaqueta y los calzones, también los llevo zurzidos. La camisa y el sombrero… parecen ser de un mendigo.

Los calcetines con tomateras,

así, mi pobre ato, solamente se…

donde me aprieta el zapato.

Rico al ver al pobre, no alardes tus riquezas. Pobre el ver al rico…

maldigas de tus miserias.

Tanto el rico, con sus riquezas, y el pobre, con sus miserias, desnudos como han nacido… han de volver a la tierra.

P.D.: En la Imprenta Gambón nunca s’eba bendiú tanto

material escolar… en un solo día.

Luisón de Fierro

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Grausinos de ayer: Los Linés

En las poblaciones con un amplio pasado histórico, cuesta entender como se han ido modificando los nombres de algunos lugares, adaptándose en cada momento a circunstancias o situaciones diferentes, y siempre por alguna razón concreta. El Portal de Linés, que siempre fue la puerta norte de entrada a la población, ha tenido a lo largo de los tiempos diferentes nombres antes de llegar al actual. En la edad media se le conocía como El Portal de Vilarig (ó Vilarix) lógicamente porque la primera casa que se encuentra al acceder a la calle Benasque, fue la casa de Bernardo de Vilarig. El Señor de Vilarig fue un capitán que se distinguió en la defensa de la Ribagorza cuando la invasión del Conde de Foix en 1.396. El conde de Ribagorza, estimando sus meritos, lo nombró Gobernador del Condado, cargo que desempeñó cumplidamente. También por la confianza que le dispensaba, representó al Conde en el Compromiso de Caspe, en el que aquel, era uno de los pretendientes. Aunque el fogaje de 1.495 no cita en Graus ningún personaje con este apellido, en la fachada de la casa todavía campea un escudo con sus armas y con la inscripción:”Casal Solariego de Vilarig–1.648.” Como otros nombres, también se le conoció como Puerta del Hospital: El Hospital e Iglesia de San Lorente fueron edificados en 1.405 como obra pía del patricio local Bernardo de Benasc y su mujer Elisenda, según aparece en un documento conservado en el Archivo Municipal. Por su situación en la salida del camino que conducía hacia el norte, también se le ha llamado Puerta o Portal de Benasque o Benàs y finalmente, debido a nuestro personaje “Grausino de Ayer”, como Portal de Linés. El nombre de Linés, proviene de una familia de este nombre que se instaló en el último tercio del siglo XVIII en la casa nº 3 de la calle Benasque. Esta familia era oriunda de Naval donde ya consta este apellido en el citado censo de 1.495, pasando con los años a emparentar con la antigua “Casa Naya” de la misma población.

Resulta particularmente destacable el entorno nada favorable y los tiempos de grandes penurias en que Andrés desarrolló su trabajo fotográfico. Su inquietud, curiosidad y facilidad para la correspondencia le permitieron mantenerse al día de las novedades del mercado fotográfico, contrastando sus experiencias con otros practicantes del entonces selecto arte fotográfico, aún estando alejado de los circuitos profesionales y teniendo limitaciones técnicas. Los numerosos catálogos fotográficos y cinematográficos que conservó, acentúan la firmeza de esa vocación, que fue apagándose con la edad, desconociéndose obras fotográficas con posterioridad a 1.925. Murió en 1.956.

Romeros en la ermita de las Ventosas (Benabarre). 19 de abril de 1.907

La Fototeca Provincial de Huesca guarda copia del archivo fotográfico de Andrés Burrel, compuesto por placas de cristal y positivos de distintos formatos entre los que se encuentran también obras de mosén José Salinas Portaspana, cura de Calasanz con el que mantuvo una estrecha relación. En esas imágenes, fotografío su entorno más cercano, con numerosos retratos, fotografías colectivas, lugares de la comarca como el propio Torres, Graus, Benabarre u otros puntos de la Baja Ribagorza, así como festividades y acontecimientos de su pueblo natal. La colección total es de 209 fotos en placas de cristal de 9 x 12 cm. y positivos de papel. Es el fotógrafo asentado en el Alto Aragón más antiguo del que se conserva su archivo. La familia conserva en su estado original la tienda, así como útiles de trabajo y objetos personales de Andrés.

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Personajes ribagorzanos Andrés Burrel Sopena

Nació en Torres del Obispo en 1.874. Comerciante, ebanista y relojero, fueron algunas de las ocupaciones que desempeñó durante su vida, pero sobre todo, su dato más importante fue el de ser uno de los pioneros en la fotografía altoaragonesa. Persona inquieta y muy activa, amante de las plantas, apicultor, gran escritor,… así lo recuerda su familia.

Andrés heredó el gen emprendedor de una saga de comerciantes que ha mantenido su dedicación hasta la actualidad, representada en el propio Torres con el establecimiento de Casa El Mariano. Su abuelo había vivido en París antes de fundar a mediados del siglo XIX un comercio familiar como desafío a los dos núcleos comerciales más importantes, Graus y Benabarre. Su padre, ejerció un gran influjo sobre su hijo, consolidando el negocio familiar. Destacó además por la realización de forma artesana de laúdes y guitarras, que mezclaba con su afición histórica de la población en la obra posteriormente editada de Historia de Torres del Obispo, en 1.899.

Retrato de Andrés A estas herencias sumó Andrés la afición a la fotografía, quizás

animada por la contemplación de los daguerrotipos que su abuelo había comprado en París. Se inició pronto en este arte, perfeccionando su técnica en Barcelona, adonde se trasladó para aprender el oficio de relojero. En 1.902 se casó con Ana Mª Feliú, con la que tuvo ocho descendientes.

La primera referencia encontrada del apellido Linés en Graus, aparece en un testimonio notarial que forma parte del proceso judicial presentado contra los curtidores y en los que figuran en una citación fechada en 1.774 Joseph Linés Naya y Antonio Magíster. Es muy posible que en esa fecha Josef y Antonio ya hubieran emparentado, porque la heredera de la casa y protagonista de nuestra historia, nace en 1.777 y es Josepha Linés Magíster, hija de Joseph y de Josepha Magíster, y posiblemente por edad hermana de Antonio. De la familia, en esos primeros años se tienen pocas noticias y no sabemos como Joseph vino a parar a Graus. Seguramente tenía alguna relación con el comercio, posiblemente de pieles, actividad importante en Graus durante esos años. Por este motivo, al no tener hijos varones, buscan un marido para la heredera Josepha, que conozca el negocio. Josepha casa con Mariano Sazatornil de “Casa el Botiguero” de Tierrantona, alrededor de 1.799, quien introduce en Graus este nuevo apellido. Entretanto, Mariano hace venir en diferentes momentos a alguno de sus hermanos para ayudarle en el negocio. Primero Ana, que aparece en 1.803. Después Manuel que está en Graus en 1.815. En 1.817 fallece Joseph Linés. Los años van pasando. La familia crece muy despacio. Parece que la bendición de los hijos tarda en llegar. Finalmente, en 1.817 sobreviven cuatro: Escolástica, Mariano, Josef y Vicente. Algunos de ellos, pasado el tiempo iniciaran diversas sagas que también formaran parte de los “Grausinos de Ayer”. A Josefa no se le conoce ningún otro hermano. En los “Cumplimientos Pascuales” de esa época, una de las pocas fuentes documentales fiables que nos han llegado, no aparece ningún varón en Graus con los apellidos Linés-Magister, de forma que una sola generación, es suficiente para crear un topónimo que ha perdurado hasta nuestros días. La familia continuó ocupando la misma casa y regentando la misma tienda hasta bien entrado el siglo XX. No obstante los herederos hacia cerca de cien años que no llevaban el apellido, pero la tienda y la casa continuó conociéndose como “Casa Linés” y a la Puerta todavía se le conoce como el “Portal de Linés”.

El Sastre Barasona

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Historias de cosas nuestras Centro Deportivo Gradense

Desde los primeros momentos de su composición, el equipo de

fútbol del C.D.G., aglutinó a toda la juventud gradense junto a este popular deporte, programando encuentros con otras ciudades provinciales como Barbastro, Huesca, Monzón,…

De pie: del Mesón, Clemente, del Mesón, Panadero, Aventín y Allué.

Agachados: Pascualón Latorre, desconocido, desconocido. Sentados: Maguda, Arturo Vilas, José del Pedro.

hundido. No te ha dicho adiós porque te quiere mucho y despedirse de ti le causa mucha tristeza.

Creo que mis palabras sirvieron de consuelo a Marieta, que ese era el nombre de la desesperada, y se dirigió a su casa.

Yo, que no la conocía de nada, la seguí de lejos hasta que la vi desaparecer en un portal del Barrichós.

A los pocos días recibió por la gatera de la puerta una entrañable carta de su madre en la que le explicaba los motivos de su desaparición de este mundo y la paz y felicidad que disfrutaba. ¡Con gran pesar de su corazón había tenido que responder a la llamada y dejar en este mundo a sus dos seres queridos!

¡Si supierais lo que me costó que alguien me diera unas cuartillas y unos sobres! - Para que quieres tú papel y sobres si no sabes escribir y no tienes a quien hacerlo, me decían…

Puntualmente recibió varias cartas con las maravillosas experiencias y vivencias relatadas por su madre. En ellas encontró el aliento y la fuerza necesaria para conformarse y seguir su vida. No se extrañó en absoluto cuando un buen día dejó de recibirlas. Su madre estaba muy lejos; tan lejos que era prácticamente imposible que pudiera llegarle el correo…

José Ignacio Mariñosa Asensio

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La reivindicación de Mosqueta

Con esta carta desde el más Allá (Que como podéis apreciar existir, existe) quiero rehabilitar mi nombre, o al menos el apodo con el que me conocisteis hace ya más de cuarenta años.

No pretendo que éste sea un alegato para recordaros las diferencias sociales que siempre ha habido. Podría contaros una historia real, la mía, que a más de uno le quitaría el sueño. El cómo llegué a la miseria más absoluta y a recluirme en este pueblo es tan desagradable que voy a omitirlo por completo. Como podréis suponer no tuve niñez, ni juventud y mi madurez, muchos de vosotros la conocisteis; asumiendo el papel de tonto del pueblo para risa y escarnio de la niñez y juventud grausina.

Ahora desde la lejanía observo con ilusión como se me recuerda junto con mi primo Manrique en el museo etnológico de Casa Paco. Muchos son los visitantes que se paran y sonríen delante de nuestras fotografías y se acuerdan de las veces que nos llamaban con nuestros apodos y nosotros corríamos tras ellos.

Quiero que sepáis que todas las acciones que en aquellos momentos llevaba a cabo, incluso las que parecían violentas (lanzamiento de alguna piedra después de recibir vuestros insultos) eran para reforzar la imagen que de mí se tenía. Jamás hubo maldad y resentimiento en mis acciones; y si alguno piensa que no fue así, pido públicas disculpas.

Siempre necesité un poco de cariño y comprensión y eso no me lo supisteis dar. No quería compasión ni limosnas. Me hubiera hecho muy feliz el que me escucharais y atendierais.

Quiero contaros una bonita historia que seguro que nadie conoce y que realmente me sucedió.

Era una calurosa tarde de verano y yo iba haciendo mi ronda vespertina para ver si encontraba un alma caritativa que me diera algo para una de mis frugales cenas. En medio de la muralla me encontré a una niña llorando a moco tendido. Tan desesperada estaba aquella moceta que no tendría más de siete años, que le pregunté qué le pasaba y me contestó sin reconocerme: - Mi madre murió la semana pasada y como mi padre está tan triste, vengo aquí para llorar mi pena y que él no me vea…

Yo la miré fijamente y le contesté muy convencido: - Tu madre no ha muerto para ti, simplemente se ha ido a un

largo viaje. Te está viendo en estos momentos y no quiere que sufras tanto por ella. Desea que consueles y ayudes a tu padre que está muy

Desde sus primeras alineaciones, el C.D.G. ya contó con

jugadores que fueron muy reconocidos por los aficionados, y que todavía perduran en la mente de los más mayores.

De pie: Mariano de Mur, Jesús Clemente, José María Auset, Joserón del Pedro, Luisón el Aceitero, José de Mur, Ignacio de Mur, y Molíns.

Sentados: Jesús Gracia, José Aventín y Julián Martínez.

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Cocinán con “El fogaril” Morcilla

Cosas qu’emplleaz: - budillos de tocino - sangre de tocino - arroz - cebolla - grasa de tocino - almendras o piñones - pimenta, nuez moscada, azúcar y sal É un embutiú que se feba tamé pa la matanza del tocino en to las casas de la Ribagorza. Se llimpian ben llimpios los budillos con aigua y vinagre, pa que pierda el oló. Se mezcllan con el arroz los chicharros de grasa del tocino, la sangre del tocino, la cebolla y toz los ingredientes, fen un maseta. Dispués se pasa a embutí toda esa masa en los budillos de forma que no esté preta, y se hierve aproximadamente un cuarto de hora. Mientras está en el agua hirviendo se puncha la morcilla pa vé que no salga la sangre y así conocé si están ben fechas. Una vez hervidas se dejan enfriá en una vacieta extendidas y se tapan con un paño pa que mantengan el caló. Al enfriase se colgan en la cocina.

Enchugaldriú El güiti

El güiti eba un carretón que feban con tres cojinetes que conseguiban de los tallés mecánicos, y madera que pediban a los carpinteros del llugá. Se feba la armadura de madera pa que servise de plataforma pa podé está sentáu. Por abaixo de la plataforma se meteban los tres cojinetes que feban de ruedas, uno debán y dos detrás. Una madera se posaba de timón en la rueda de debán pa podé dirigí el improvisáu auto. Con ixo traeban las chocas pa fé las fugueras pa San José y tamé pa fé carreras po las cuestas del pueblo, como la del Pino o por la bajada del puente. ¡Mos divertiban mucho!

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Melodías populares de Ribagorza 1ª parte

Luis Mariano Pascual Mur

Me atrevo aquí a comentar un trabajo que realizó mi buen

amigo José Antonio González Serena, profesor de Etnomusicología del Conservatorio Superior de Música de Aragón, visitando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en su sede de Barcelona, para consultar y estudiar las Misiones de investigación que Arcadio de Larrea realizó para el Instituto Nacional de Folklore en 1947 por la tierras de Ribagorza, en concreto la número 28.

Arcadio Larrea visitó muchos pueblos, hablando con sus gentes y grabando a sus músicos. Realizó entrevistas en Benasque, Las Paúles, Cerler, Campo, Formigales, Foradada del Toscar, Tierrantona y Graus.

Le contaron que la gente aprendía las canciones de otros niños, de sus mayores y de los gaiteros que las tocaban en los pueblos, o sea, transmisión oral, el mayor camino utilizado por la humanidad para su desarrollo. Entrevistó entre otros a José Saludas Masané, de 88 años en 1947, carpintero, que había tocado guitarra y violín. Aprendió las canciones en su pueblo y en los de los alrededores donde iba a tocar. También a Desiderio Solano Lapieza, de 62 años, músico de Tierrantona. Como curiosidad nombra a una sirvienta de San Juan de Plan en Graus.

Pero el personaje de sus entrevistas que más nos interesa para el folklore grausino es Joaquín Mazana Ciutad, de 74 años, ciego, gaitero y cantor. Nació en Aguilar del Campo (en realidad se llama Aguilar a secas y está encima de la sierra de Santaliestra) y aprendió las tonadas en Graus, de sus mayores.

De Arcadio Larrea es la fotografía en la que se ve a Joaquín Mazana sentado tocando la trompa y de la que oyó las partituras que después escribió. En Graus recogió varias piezas de las que tenemos la partitura de alguna de ellas conteniendo curiosidades:

• De La Llega, en la que anota: [Igual, pero con la variación del Mi b en pasaje descendente y becuadro ascendente].

• El Baile de las Cintas, la [Polka Vieja]. • Y la Mojiganga. Interesantísima la descripción de la forma de

bailarla y el uso de castañuelas y “coberteras” (coberteres en Fraga

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y broqueles en Monegros). También dice “gaita y dulzaina”, señal inequívoca del uso de gaitas de boto y trompas, llamando dulzaina a la trompa que oyó y fotografió a Joaquín Mazana Ciutad “El ciego”.

• Sobre la Albada dice: Se canta a las mozas en la víspera de la fiesta.

• También anota esta “Canción de mecer”, que debemos entender como una nana pero que se parece inequívocamente a una albada, en un época en la cual la albada tenía distintas variaciones y no estaba fosilizada como la actual.

En relación con otras localidades significativas de Ribagorza sigue diciendo: CERLER: Bailan el “ball” como el de Benasque y el “ball de les dones” y también el “ball plá”. Lo tocan indistintamente con las anteriores [Se trata de la variante del villancico “Noi de la Mare” que tanto se usa por la zona]. Consta de tres figuras.

1. Mozos y mozas por parejas, a cada vuelta la moza adelanta un bailador hasta que ha pasado por todos [como el Ball de Castejón actual].

2. Los bailadores cogen del brazo a las bailadoras. 3. Bailan frente a frente, ellos de espaldas al sentido del giro.