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"Pirincho" cárcamo

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EDICIÓN N

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1213 DE agosto WWW.MUTIS.CL

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edicion especial

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lasbellas artes

de losjaivasen exposición

NOVEDADES

Director: Juan Ignacio Cornejo K.

Equipo:Alfonso MuñozJorge LagásIgnacio OrregoDaniel Olivares

Eventos: Claudio Ibarra

Diseño:Soledad Búrquez

Marketing:Danitza Briceño

Contacto:[email protected]

Jefe Creativo:Rodrigo Ulloa

Fotos :Archivo de Los Jaivas,salvo donde se señale.(En vivo: Carlos Müller)

¿Han visto cuando uno tiene tiempo y se ins-tala en un lugar para celebrar algo hasta que las velas no ardan? Bueno, Los Jaivas eligieron tener todo este mes para un festejo especial de su medio siglo de actividad, que en realidad dura todo el año, pero en agosto se fueron con camas y petacas dentro del Museo Nacional de Bellas Artes. Nada de andarse con pequeñeces.Ahí se está desarrollando, desde el 1 de agosto y hasta el 31 del mismo mes, una exposición llamada Los Jaivas Medio Siglo, una completa muestra dispuesta en el hall principal y los balcones del recinto, que además le llevará actividades como conferencias y hasta música en vivo.Ahí se pueden encontrar fotos, discos, libros, cómics, trajes, instrumentos, premios y material audiovisual desde que partieron en 1963 como los High Bass. Entre los instrumentos destacan algunos de origen precolombino como el kakikultrun y hasta una quijada de burro, que han usado en presentaciones y grabaciones.El pintor René Olivares, radicado en Francia y autor de las portadas más emblemáticas de la agrupación como Alturas de Machu Picchu y Obras de Violeta Parra, se hace presente con

una selección de dibujos y pinturas originales.El plato fuerte de todo este encuentro es el masivo show gratuito que el grupo dará en el frontis del recinto, junto a importantes grupos históricos invitados. Esto es el 15 de agosto, que es la fecha del aniversario mismo de los 50 años. Ese día está instituido por la Corporación Cultural del Rock y el Cómic como el Día del Rock Chi-leno, precisamente en honor a Los Jaivas.Aparte de esa fecha, en lo que queda del mes tienen otra importante parada en vivo, su presencia en el Festival del Choclo de la ciudad de Arica, el 24 de agosto. El encuentro se desarrolla en el poblado de Poconchile de manera gratuita y tiene al cumpleañero conjunto como gran invitado.Como la mayor parte de su actividad se concentra en el Bellas Artes durante estas semanas, son esos dos shows los que tienen como fechas en vivo para este mes. La actividad intensa se retoma en septiembre, donde irán a Calama, Concepción (sinfónico), Viña del Mar, Frutillar, Malloco y una tripleta capitalina en el Municipal de Las Condes, entre otras citas que estiran la fiesta.

Volviendo a lo que estarán haciendo en el Museo, destaca el lanzamiento del libro Cancionero Ilustrado este mismo 13 de agosto, en cuyas páginas se reúnen 50 canciones clásicas de la banda con sus líricas, partituras y arreglos. Todo con dibujos y fotografías de René Olivares, principal artífice de esta obra.Resaltan también las charlas y foros con gente como Florcita Motuda, Miguel Barriga, Alfredo Lewin, Andrés Godoy y Fabio Salas, hablando de música chilena, rock y la importancia de Los Jaivas. Y la música en vivo que periódicamente estará a cargo de bandas como Julio Villalobos y los Psychotic Aliens, Alpargato, Coyote, De Carne y Madera, Millantún, Poozitunga, Armando Riguero y Quilín.A eso añada la proyección de documentales y una despedida del ciclo en que se podrá conversar con el grupo, el viernes 30 por la tardecilla. El cierre de todo es el sábado 31 a las 18:30 horas. Sabemos que uno siempre patea las cosas para el final, así que vayan con tiempo para disfrutar las cosas con calma y poder quebrarse de que ya fueron.

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Hablar de Los Jai-vas no nos cuesta nada. Es como hablar de la fami-lia. Los que com-ponemos Mutis hemos tenido la suerte de traba-jar o coincidir con el entorno del grupo desde hace años. Bah!

Pero si miren nuestro nombre. ¿Nece-sita más respaldo que ese?Que la historia de Los Jaivas cumpla medio siglo desde que se inició es emocionante, algo bonito que quisimos homenajear de la manera más simple y coherente con la proclama de la ban-da: #TodosJuntos por el mayor nombre que el rock chileno conoce. ¿Qué significa eso? Que no quisimos hacerlo solos. Es por ello que esa edición contiene aportes de Sergio “Pirincho” Cárcamo, Alfredo Lewin, Jorge Lira, Nano Stern y los siempre leales Jaivamigos. Coincidimos todos en el amor a la música de los viñama-rinos, desde distintas épocas y etapas de nuestras vidas. Revisamos el lado mágico y trágico de la historia con lo tres fundadores que sobreviven: Mario Mutis y los hermanos Eduardo y Claudio Parra. También hablamos con Juanita Parra, que es quien mejor puede referirse al espíritu de sobrevivencia Jaiva. Gabriel Parra y “Gato” Alquinta ya no están entre nosotros y todavía duele. Pero esa unidad que ambos crearon jun-to a Mario, Claudio y Eduardo sigue en pie, defendiendo su música y abriendo nuevos caminos día a día.Claro que nos gustaría que ellos es-tuviesen aquí. Claro que hubiéramos querido que el consuelo para la ausen-cia de “Gato” fuese la de Ankatu, que a comienzos de año se llevó consigo el apellido Alquinta de estos Jaivas (y vaya el recuerdo para su hermano Eloy), realidad tan extraña para cada uno de los que amamos a esta banda. La mú-sica sobrevive, siempre, y los hermanos Parra, Mutis, Juanita, Carlos Cabezas, “Pancho” Bosco y el (ya no tan) nuevo Alan Reale saben que a ojos del pue-blo esa música es más importante que cualquier fundamentalismo. En espe-cial en días de fiesta.Aquí estamos, #TodosJuntos por Los Jaivas, compartiendo recuerdos, anéc-dotas y creencias de esta institución que cumple 50 años andando y que por estos días demuestra que todavía calienta el corazón de los chilenos.

Juan Ignacio Cornejo

mutis cl

LOS JAIVASmemorias de una vida mágicamemorias de una vida mágicamemorias de una vida mágicamemorias de una vida mágicamemorias de una vida mágicamemorias de una vida mágica

escriben:

"Pirincho" cárcamo

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discografía

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#todosjuntos

por el medio siglo

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POR j.l. fotos museo I.o.

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Al primero de Los Jaivas que conocí fue a Gabriel. Él era un Don Juan en Viña y muy popular por una burrita que tenía. La conservaba impecable y se paseaba por toda la ciudad. Por esos años, ya estaban armando los High Bass y yo tenía un grupo vocal que se llamaban los 4 Hits. El tema es que necesitábamos hacer una sesión de fotos y él nos prestó su burra para trasladarnos. Después me empezaron a invitar a sus tocatas en la “Toldilla”, que era un lugar que quedaba en la antigua playa Miramar y donde hacían shows de Jazz y música bailable. También los vi en una boite que quedaba en Caleta Abarca. Ahí me hice amigo de Eduardo, que ya escribía mucha poesía. Incluso editó un libro muy bueno que se llama La Puerta Giratoria.Al último que conocí fue al “Gato”, que era muy para aden-tro. Hablaba poco con él, tenía una volada más espiritual que me gustaba mucho. Me acuerdo que siempre decía que le daba lata tener los ojos azules. Él se sentía y quería ser un indoamericano más. Luego se pegó un viaje por la selva del norte de Perú y el sur de Ecuador. Ahí volvió distinto, más seguro de sí mismo y del cariño que sentía por esas raíces latinoamericanas. Mucho de eso se puede percibir en “Indio Hermano”.Volviendo atrás, me acuer-do también que acompañé a Gabriel al lugar donde aprendió a tocar batería, era un local de la calle Valparaíso que se llamaba Stuttgart. Había una banda estable donde iba a practicar todas las noches en el segundo piso. Ahí el “guatón de la tambora”, que era el apodo del “Choche” Salinas, le pasaba unas plumillas para que fuera acostumbrándose.Después me puse a trabajar en radio Minería por allá por el ‘68 ó ‘69. Recuerdo que después de haber sido echado un par de veces, volví el ‘71 para un festival de música de vanguardia. Un día llegó Eduardo con la primera cinta de ellos tocando, y yo llegué y la puse al aire. Eran 15 minutos de improvisación. Llamó gente, el gerente y al final me volvieron a despedir. Eso sí, estuve un mes afuera no más por poner a “esos hippies”.Después vino el lanzamiento del single de “Ayer Caché”, que tenía como lado B a “Todos Juntos”.Un día, cuando yo estaba en radio Valparaíso, llegó Claudio con una bandeja de berlines, de esos que me gustan a mí, con mermelada. Dentro de su timidez, se demoró más o menos una hora de contarme que ya tenía el disco con la portada que había hecho el Marcos Hughens (La Ventana) y que andaba trayendo el single de 45 rpm. Ahí me dice que él creía que era mejor “Todos Juntos”, porque la otra era más lenta. Así que la tiramos al aire nomás, mientras nos seguíamos comiendo los berlines. Así de informal fue la primera entrega de un single de Los Jaivas. Otro momento importante pasó el ‘75, cuando Mario se

vuelve a Chile por la salud de su hijo. Los Jai-vas ya estaban en Argentina y yo justo me ha-bía casado. Así que nos fuimos todos juntos a vivir a una casa que quedaba en 8 Norte.Nos pasába-mos todo el día jugando a las pelícu-las. Como había toque de queda y yo salía de la radio a la una de la mañana, tenía un salvoconducto. Igual todos en la casa esperaban que yo llegara para estar tranquilos, porque corrían balazos. Nos quedábamos como hasta las 5 de la

mañana con mi compadre.Luego los Jaivas se fueron a Francia y estuvimos en contacto vía cassette. So-bre todo Eduardo grababa contándome cosas. Entre

esas, una vez que Rosco (una especie de roadie que apareció en el primer afiche de Los Jaivas) se encontró en Londres con Ringo Starr. Le pasó un afiche del show invitándolo, a ver si podía ir. Finalmente no pasó, pero al menos tuvimos un momento Beatle. También me mandaban tocatas que yo ponía en la radio y los jefes ya no me miraban tan feo.El ’88 vi a Gabriel por última vez en el show del Santa Laura. Antes, ya habían tocado en el Caupolicán y era muy divertido, porque había mucha efervescencia. Incluso vi hasta un par de muletas volar, la gente se tiraba volando del segundo piso y se agarraba de las cortinas. Era una locura.El tema es que, nuevamente me habían invitado a presentarlos en el estadio de la Unión Española, y como era de costumbre, me ponía de acuerdo con Gabriel para los finales. Mi misión era pararlo cuando se iban en alguna volada o se subía mucha gente. Fui a dar la vuelta por atrás del escenario y el público se puso a tirar cosas a los Carabineros. De un minuto para otro me vi afuera del estadio, parado sin poder entrar, las rejas cerradas, así que me fui choreado no más. No me pude despedir de los cabros ni mucho menos de Gabriel. En menos de una semana, me toca hacer un reemplazo en la radio Minería de Santiago y justo llega uno de los periodistas con un teletipo con la muerte de Gabriel. No tuve ni un minuto para reaccionar y ya estaba al aire. Después vinieron los comen-tarios y contactos para ampliar. Fue una horrible coincidencia.

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recuerdos de mis amigos

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#todosjuntos

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PORPOR jorge liraPOR#todosjuntosgabriel vive

Me costó pero al final encontré en San Diego la biografía de Los Jaivas, Los caminos que se abren, de Freddy Stock. Quería el libro para poder leerlo en mis vacaciones de invierno en Antofagasta, de donde soy.Era julio. Amigos, salidas, playa, de-sierto y música. Los Jaivas, por cierto. Acostumbro leer sobre música escu-chando esa música. Al emprender el viaje de vuelta, el libro iba avanzado. Una vez sentado en el avión, sólo dejé a mano el libro y el iPod.Cuando ya se podía, abrí el libro, puse mi iPod y comencé a leer. Recuerdo que ya iba en la etapa posterior a Al-turas de Machu Picchu con unos Jaivas volcados a la realización de espectácu-los que dejaran huella. En eso, ya volá-bamos a oscuras y sentía la presencia

de ciertos destellos de luz a mi lado. Venían de afuera. De pronto, los des-tellos comenzaron a ser más brillantes.Mientras, leía acerca del viaje de Ga-briel Parra a Perú para organizar un show grande, que repercutiera tanto como lo había sido Alturas.Me decidí a mirar qué pasaba afuera, en la cordillera de los Andes. Fijé la vista en unas nubes que cubrían una de sus cumbres. Y allí estaba el ori-gen de los destellos. Un espectáculo que nunca imaginé ver. Una tormenta eléctrica de grandes dimensiones ocu-rriendo a mi izquierda en uno de las cimas de la cordillera. Explosiones en miniatura. Como si alguien estuviera allí tomando fotos con un flash muy potente. Una imagen que nunca olvi-dé. Y mientras eso ocurría, yo seguía

leyendo Los caminos que se abren. Hasta que vino un quiebre en el texto: la muerte de Gabriel. Un trágico acci-dente automovilístico en Perú. Al otro día, 4 de la tarde, salí al patio de la radio y como muchas veces, me encontré con mi amigo Sergio “Pi-rincho” Cárcamo. Hablamos de fút-bol, y de mi especial viaje de regreso, leyendo el libro sobre Los Jaivas y la hermosa postal de una tormenta eléc-trica sobre la cordillera de los Andes.“Y lo más especial, ‘Pirincho’, fue que justo estaba leyendo el capítulo sobre la muerte de Gabriel…”, dije. “Pirincho” me mira profundo y me dice: “Gabriel murió en una tor-menta eléctrica…”. Gabriel Parra vive en las alturas de la cordillera de los Andes. Lo sé. Lo vi.

Aprendizajeinconcluso

Juanita dice que recién en Arrebol sintió que había enca-jado en el proceso creativo, que por fin hablaba el mismo lenguaje que los cuatro funda-dores. “Nos habíamos enten-dido. Estábamos contentos, pensaba que ahora empeza-ba otra historia, otro impulso. Hasta que vino el fallecimien-to de ‘Gato’. Tras su muerte ni siquiera hemos tratado de ir a un taller”, lamenta.

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POR J. ignacio cornejo

La segunda generación de Los Jaivas parte en Juanita Parra, un caso extraordinario de cómo el legado familiar perdura por sobre todo. ¿Cómo fue el camino recorrido en su aprendizaje y cómo es el que queda por recorrer?

la heredera

JUANITA,

De la actual formación de Los Jaivas, aparte de Mario Mu-tis y Claudio Parra, sólo una persona compartió procesos creativos con el grupo. Es Juanita Parra, hace rato aceptada como una más en la postal y casi tan querida como “los históricos”. Heredó el puesto del padre, pero la suya es una historia que va más allá de ocupar el espacio de Gabriel.“Sí, Gabriel me involucró en el grupo mucho antes de ser la baterista. Primero me pidió que fuera la iluminadora del grupo”. Así se inicia el tranco de Juanita en el mapa Jaiva, in-dependiente de las vivencias propias de haber sido parte de la comunidad prácticamente desde que tiene uso de razón. Puede parecer forzado, pero ella siempre supo que estaría cerca de Gabriel. Él le consiguió un trabajo en una empre-sa relacionada al aspecto técnico del espectáculo para que aprendiese de iluminación. “Nunca me rebelé. No tenía contra qué rebelarme en realidad, ante una familia como la mía que traspasaba todo tipo de barreras. Era punk, esa era mi rebelión”, se acuerda ahora y ríe de la buena gana contando anécdotas de sus días punketas. A pesar de ese trabajo, Juanita se enteró tarde de lo im-portante que era la banda en la que participaba su padre. “Por suerte fue así”, declara aliviada. “Porque ahora soy una persona súper simple y veo también lo que significa en mi propia hija. Ella ve todo lo que genera la mamá y este grupo donde toca. Tuvo unas reacciones que me asustaron y ahí me di cuenta que yo no viví eso”. Tras la muerte de Gabriel, su preparación es parte de la

leyenda ya. 5 años con “Gato” de tutor, preparando un regreso que ella veía con desconfianza. Al comienzo dudaba si iba a ser aceptada por los fans, pero el tiempo terminó deshaciendo aquella interrogante.¿Y cómo fue trabajar con los tíos? Juanita ríe y aflora la memoria de su primer concierto con el grupo en Francia:

“Empecé a agradecer y hablar de mis tíos, que gracias a ellos y todo eso, y resulta que ‘Gato’ esta-ba súper ofendido porque yo lo excluía. Pero él no

había entendido que para mi también era un tío”. Ya más en serio, declara una admiración absoluta. “Ha sido increíble. Todo lo que sé lo aprendí de ellos”, sentencia. La segunda generación pareció ganar protagonismo mientras estuvo Ankatu Alquinta, pero el hijo de “Gato” ya no está. “¿Sabes lo que pasa? Que Ankatu no creció con nosotros. No vivió nunca en la comunidad. Sus padres se separaron acá en Chile, entonces no creció con eso. Y optó por otro camino”, explica. Esta celebración y la exposición en el Bellas Artes siguen entregando inspiración a la baterista. “Vi una partitura que dice ‘Los Caminos que se abren… Los Jaivas los toman’. Y eso lo escribió mi papá en 1970”.Juanita Parra se siente 100% Jaiva, pero deja el futuro de la banda en manos de los tíos. “Mario y Claudio son los únicos que tienen derecho a bajar el telón. No corresponde que yo interfiera en eso. El día que no estén, yo no me voy a subir a un escenario a decir que esos son Los Jaivas”, concluye.

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PORPOR

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PORPOR jorge lira

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los

JAIVASmemoria de los históricos

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A esta altura, parece estar todo dicho. Y en todas partes. Los Jaivas cumplen 50 años de carrera y su historia – por fin – está siendo con-tada una y otra vez para quién quiera enterarse. “Estamos en el Museo de Bellas Artes, que es el lugar más sagrado del arte aquí en Chile. Y con una exposición que más enci-ma muestra al rock nacional. No me diga nada más”, me dice Mario Mutis. Y tiene razón. En el Bellas Artes hacen de anfitrio-nes y la gente se les acerca tímida para tomarse una foto con alguno. Y nunca te van a decir que no. “Re-cién nomás un guardia me decía que nunca había visto un flujo tan alto de gente en el museo. Y llevamos una semana nomás”, se enorgullece Eduardo Parra. Y más tarde se emociona con lo que ha visto en “las nuevas generaciones, quienes más se emocionan ante estos años vividos y expuestos en Bellas Artes. Todos quieren llevar un recuerdo y es por eso que cada persona desea llevarse una, dos, tres fotos con nosotros. Es mucho el cariño recibido”.Más encima, la exposición no deja de crecer. Este mismo día hay una nueva vitrina con más premios en exhibición, galvanos, Antorchas y Gaviotas del Festival de Viña, obsequios de distintas ciudades en todo el mundo. “Todo esto en realidad es de Claudio, él siempre guardó todo”, sincera Eduardo. Por lo mismo, Claudio está detrás de cada detalle, al tanto de cada charla, pendiente de que cada ítem esté bien expuesto. Cuenta que “recién ahora he podido descansar un poco. Los ensayos para la presentación del aniversario van a ser días antes, no queda otra”.

EL nacimientoEstamos con lo tres sobrevivientes, los tres fundadores que son los llamados a hacer la revisión en serio de este proceso, y eso es una gran cosa. He tenido la oportunidad de compartir con Los Jaivas en múltiples ocasiones en los últimos años, pero esta vez el contexto arma la conversación sin ayudas. “Ya, qué me vai a preguntar ahora” se ríe Mutis de entrada, pero tiene claro lo que nos reúne. Partimos recordando los días en que los tres hermanos Parra, “Gato” y él empezaron a consolidar la visión de que se dedicarían a la música. “Primero nos dedicábamos a tocar nomás, a hacer bailar a la gente, éramos todos estudiantes. La búsqueda del propio camino nos puso un poco más serios, pero no teníamos gran interés en ser profesionales. Fue un proceso, de El Volantín, “Todos Juntos”, el “Mira Niñita”, el “Indio Hermano” y recién ahí sentimos que teníamos algo”, rememora el bajista.

El romanticismo (e incertidumbre) de la primera etapa discográfi-ca del grupo se estampa en las palabras de Claudio: “éramos muy puristas nosotros, estábamos contra el negocio. Entonces en esta búsqueda de la pureza, no queríamos grabar. No se podía grabar, era

casi como prostituirse. Es que cómo gra-bar algo que era efímero. Hasta que nos dimos cuenta que estábamos perdiendo todo lo que hacíamos”. Lo que hoy nos parece tan inevitable, a comienzos de los setenta era bastante ex-traño. “Que “Todos Juntos” haya aparecido en las radios fue algo milagroso”, destaca

Mario. La primera decisión en serio, según lo sienten hoy, fue la ida a Argentina. “Eso era quemar las naves. Tomamos conciencia de que éra-mos nosotros, que teníamos que vivir nuestra propia vida”, revive Mutis.

lecciones de la vida mágicaCuando Los Jaivas cumplían 10 años de historia, vino el golpe militar. Para las Bodas de Plata, sufrieron la muerte de Gabriel Parra. Y en la previa de sus 40 años, falleció “Gato” Alquinta. Hay una huella trágica que ha acompañado al grupo y hace todavía más épica su sobrevivencia. En ese contexto, ¿es este un aniversario feliz?“Me parece un aniversario muy feliz”, responde Eduardo Parra. El feste-jo les ha permitido encontrarse con amigos de todas sus etapas y ese es un factor importante, eso se nota mientras recorremos cada rincón del museo. “El pueblo de Chile tiene más que claro que nuestra carrera no fue fácil ni regalada. ¡Como sea, pero aquí estamos!”, celebra. Mario prefiere aterrizar el tópico. Él entiende la vida de la banda como la de cualquier persona: “todos tienen momentos felices y otros terribles, muertes de seres queridos, enfermedades, apretones económicos”. Mira serio, piensa, toma su café expreso y pasamos a lo siguiente. Curiosamente, entre los tres sobrevivientes se encuentran los dos fundado-res que con el tiempo han debido apartarse del lote en algún motivo. Mutis tuvo dos salidas, pero sostiene que “siempre pertenecí a Los Jaivas, nunca me fui. Hice pausas, nada más”. Y Eduardo, que por motivos de salud lleva varios años fuera de los escenarios pero recuerda que desde mucho tiempo atrás “yo le decía a Claudio que iba a servir mucho más abajo del escenario que arriba. Sí extraño los viajes, el encuentro con la gente”.Eduardo Parra se ha preocupado de extender las redes de Los Jaivas más allá de la música, muy en la línea de lo que vemos estos días en el Bellas Artes. Pintura, poesía, literatura y danza siempre estuvieron presentes en su devenir, así como la preocupación por dar espacio a la actividad en regiones. “De ahí la actual idea de Revista de Los Jaivas – Una voz

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En el frontis del Museo de Bellas Artes se realizará el Concierto del Medio Siglo. Las actividades comienzan a las 3 de la tarde y además de Los Jaivas como plato principal, se presentarán Inti Illimani Histórico, Con-greso, Flor Motuda, Los Tres, Chancho en Piedra, Joe Vasconcellos, Juana Fé y Saiko.

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de las regiones y el Sello Parra”, explica Eduardo, que supervisa todo desde Francia. Es raro pillar a Eduardo en Chile. “Me quedo hasta fi-nes de octubre”, me dice bajando una escalera. ¿Va a participar del concierto del 15 de agosto? “Todavía no sé, no hemos ensayado, podría ser algo pero no tan pro-tagónico”, contesta. Su hermano Claudio luego explica que “todavía hay que definir el repertorio, tampoco va a ser tan extenso porque hay hartos artistas invitados y no es mucho el tiempo que se autorizó para el concierto”.Después de la sesión de fotos, Claudio se dirige al salón Blanco del museo para participar de una nueva presen-tación. Mario no para de moverse, lo encuentro a la ca-rrera y pasará un rato antes de que volvamos a conversar. Eduardo se despide amistosamente y nos agradece por hacernos parte de esta celebración desde este rincón. Para el final, deja una última reflexión: “la magia entre los fundadores ha sido la amistad. Éra-mos unos niños. Los cinco fuimos hermanos y eso marcó nuestras existencias”.

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¡UNA COLECCIÓN IMPRESCINDIBLE!

Tres libros ilustrados de recopilación biográfica, visual y poética de la extensa trayectoria musical del

grupo chileno Los Jaivas.

Sólo tres Jaivas han vivido los cincuenta años de historia de la banda, ya sea des-de dentro o con alguna pausa, pero siem-pre estando ligados al trabajo conjunto. Nos encontramos con ellos no para que nos cuenten la historia, sino simplemente para recrear la magia.

POR J.ignacio cornejoPORPORPORPORPORPORPOR

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Hubo un tiempo que fue hermoso… y lo fue de verdad. En rigor fue grandioso. Todos aquellos momentos que se nos grabaron de niños en nuestra memoria fueron recuerdos creados por el filtro de nuestra propia ino-cencia y reducida experiencia. Éramos tan impresionables. A principios de los años ‘80 tuve la impresión, la de un niño, que Los Jaivas eran una banda que había llegado de otro planeta, aunque sabia que ese lugar se llamaba Francia y estaba en Europa. Era mi encuentro con la “grandilocuencia”. A toda escala. Los Jaivas llegaron al Festival de Viña en 1983 y ahí es-tábamos todos pegados frente a la TV ante la expectativa de ver en vivo -¡y cuán parecido sonaban Los Jaivas a lo que se escuchaba en la radio!- a la banda que había instalado al menos cuatro singles exitosos con dos discos en cosa de un año: Alturas de Machu Picchu y Aconcagua. Ahí estábamos todos nosotros, con nuestra propia mirada que hacía frente a la versión oficial de aquellas cosas tales como discos de oro, éxito internacional o relevancia artís-tica. Nada sabíamos, nada importaba. Lo que veíamos en la pantalla era a un grupo que nos impresionó hasta la médula con una destreza instrumental soberbia con “Corre que te Pillo”, que se dejó escuchar aquella noche de febrero del 83 entre “Mambo de Machaguay” y “Desde un Barrial”.Nos contuvimos y procuramos no olvidar aquella música hasta llegada la vuelta al colegio. Muchos comentába-

mos cuán conmovidos estábamos de que hubiese música como la de Los Jaivas y cuán masivo era. No se podía creer. No poníamos rótulo, ni la sobre-analizábamos. No decíamos música afro, latino, amerindia, rockera ni siquiera chilena… decíamos “Los Jaivas”. Cantábamos. Hacíamos la mímica de la batería heroica de Parra, las teclas de los otros Parra o la guitarra elocuente y la voz tenor del “Gato” Alquinta. Éramos la generación que le había dado la bienvenida en masa a una banda que ni sabíamos porque se habían ido. No sabíamos de su historia, solo bastó la música, el canto, el ritmo y la escenografía de aquel festival que se nos antojaba lo más grande del mundo.Vivíamos en una dictadura, se hablaba de crímenes y atentados, de estado de sitio y toque de queda, sin em-bargo nada ni nadie nos impedía salir lejos de casa a vagar con arrogancia e inocencia. De esa misma manera divagábamos en nuestras cabezas de forma que nada nos impidió sacar nuestras primeras conclusiones a partir de Los Jaivas: el folklore profundizaba en lo poético y musical de manera que ni imaginábamos. Estábamos listos para el siguiente paso, hermanar a los que seríamos habitantes de la misma historia que esta-ba por venir cuando nos convertimos en adolescentes pronto y en adultos mucho después. Nosotros, Todos Juntos. Ahí si había un destino común.

el descubrimiento PORPOR alfredo lewinPOR#todosjuntos

“Era Eduardo Alquinta, a quien desde un primer mo-mento comenzamos a llamar “Gato”, porque así lo ha-bían decidido sus compañeros de curso en el liceo. En su casa cultivaba la música que su padre practicaba en guitarra interpretando muchas canciones del folclore chileno y argentino. En la casa de “Gato” se escucha-ba también la música clásica y el jazz del que Sonia, su hermana mayor, era fanática”. (Eduardo Parra)

“Hubo un viaje de “Gato” al final de la época de High Bass. Se fue a dedo sin destino, hasta donde pudiera llegar sin plata nomás, y llegó a Colombia. Él se abu-rrió de lo que estábamos haciendo y seguimos tocando sin él ese tiempo. A los meses, en la casa nos tocó la puerta y vimos a es persona de pelo largo, a pata pela-da. “Gato” había cambiado”. (Claudio Parra)

“Cuando vivíamos en Chile, las primeras familias que compartimos una misma casa fueron la de “Gato” y la mía. Cada uno tenía su Verónica y cada familia contaba ya con herederos. De parte de “Gato” y Verónica Ross, habían nacido Ankatu y Eloy. Por mi parte, Verónica Fernández me había hecho padre de Blanca Flor. Desde aquel momento, intuitivamente, se pensó en que éramos una comunidad”. (Eduardo Parra)

“Cuando murió, yo quería parar, no sentía que debiésemos seguir. Pero ahora entiendo que el “Gato” Alquinta y su presencia son permanentes, lo podemos ver cada vez que subimos al escenario. Eso no va a cam-biar, así se mueran todos Los Jaivas, él es imborrable”.

(Mario Mutis)

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eduardo alquinta:un hombre llamado "gato"eduardo alquinta:un hombre llamado "gato"eduardo alquinta:un hombre llamado "gato"

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1971el volantín

1973la ventana

1975 el índio

1977 canción del sur

1979 sueños de américa

También se le conoce como Todos Juntos porque contiene aquel clási-co, además de “Mira Niñita”. Por lo mismo, uno creería que sólo en-contrará canciones redondas y fun-damentales; sin embargo, todavía se descubre la inocencia de los prim-eros años en “Marcha al Interior del Espíritu” o “Ayer Caché”.

Antes de dejar Argentina, Los Jai-vas lanzan un trabajo dominado por sonidos acústicos pero que igualmente cuenta con aportes de la tecnología (como el moog de Eduardo Parra). La formación con Pájaro Canzani y Alberto Ledo fir-ma bellezas de la talla de “La Vida Mágica, Ay Sí!” y “En tus Horas”.

Grabado para publicarse en 1974, este injustamente subvalo-rado elepé fue el primer álbum que el grupo trabajó luego de su salida de Chile el ’73, en colabo-ración con el brasileño Manduka. Como el título lo aventura, esta es una representación de los dis-tintos colores de Latinoamérica.

1981 / alturas demacchu picchu

1982 aconcagua

1984 violeta parra

1989 si tú no estás

1992 palomita blanca

La perla de un catálogo envidi-able. No solamente es el disco más laureado de Los Jaivas; Alturas tiene pocos contendores a la hora de revisar los mejores capítulos discográficos de la música popular chilena. El rock y Neruda unidos con un sentido musical hasta el momento inimaginable.

En la era de oro del conjunto, Aconcagua es algo así como “un disco de canciones” más que un viaje musical. Y si de canciones se trata, acá hay puros pesos pesa-dos: “Aconcagua”, “Desde un barrial”, “Debajo de las Higueras” y la versión definitiva del “Mambo de Machaguay”. Entretenidísimo.

La expresión total del lenguaje de Los Jaivas llegó para versio-nar a Violeta Parra. En torno a canciones de una guitarra y una melodía vocal, el quinteto con-struyó un mundo de desiertos, jar-dines, bosques, ciudades y océanos. No crea que es un disco de covers: no hay nada más Jaiva que esto.

La única manera de tributar la muerte de Gabriel Parra era a través de la música. Las canciones de Si tú no estás suenan apretadas, algo tensas, y es una fotografía honesta del momento. Con-tiene, de paso, las últimas pistas de batería que Gabriel registró, en “Aguamarina” y “Pájaro Errante”.

19 años demoró en aparecer esta banda sonora hecha el año del golpe militar para la película del mismo nombre de Raúl Ruiz. El single “Dónde estabas tú” nos re-cordó a Los Jaivas juguetones de su primera era, aunque hay mar-cas del Chile de 1973 e incluso improvisaciones a la vieja usanza.

1995 hijos de la tierra

1997 / trilogía: el reencuentro

1999 mamalluca

2001 arrebol

2004la vorágine

Discos de regreso hay muchos en la historia del rock chileno, ningu-no tan refrescante como este. Los Jaivas entran con todo a los 90, estrenan a Juanita Parra en batería y suman el último gran clásico de su cancionero. Tremenda intro-ducción del grupo a una nueva generación hambrienta de música.

Una carrera llena de amigos y lo-gros alcanzados en colectivo llevan a Los Jaivas a re-versionar clásicos propios y ajenos con la ayuda de Eduardo Gatti, Congreso, Los Tres, León Gieco y muchos más. Las interpretaciones de “Los Mo-mentos” y “Valparaíso” pasaron a ser de escucha obligatoria.

La inspiración llegó en Vicuña, como un llamado de Gabriela Mistral. Eduardo Parra escribió un poemario en una sola noche y así nació esta obra que, además, tiene coros y orquesta sinfónica de acompañamiento. Es proba-blemente el mayor atrevimiento de la inteligencia Jaiva.

Se iba a llamar Chile, pero fue cam-biado a Arrebol para evitar malen-tendidos. El último álbum de es-tudio de Los Jaivas agrupa grandes canciones (“Arrebol”, “Todos Americanos”), resabios de su his-toria (“Milonga Carcelaria”) y un último bloque de cuecas, ejercicio hasta ese momento inédito.

¿Qué camino recorrieron Los Jaivas desde sus primeras im-provisaciones hasta llegar a su len-guaje musical que hoy les hace tan reconocibles? En esta colección de 5 volúmenes se puede identifi-car el progreso. La prehistoria de la mayor referencia rockera criolla es un volón de aquellos.

la história discográfica de los jaivas

CATALOGO

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PORPOR alfredo lewinla história discográfica de los jaivas

CATALOGO

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El primer álbum del grupo captura sus primitivos ensayos de canciones, que no son otra cosa que “redonde-os” de improvisaciones, sin mucha búsqueda de estribillos ni formatos convencionales. Líricamente es lo más rebelde y menos poético que ofrecieron en su carrera. Y hay cierto romanticismo en eso.

La salida de Mario Mutis coin-cide con las sesiones de un ál-bum fundamental. “Pregón Para Iluminarse”, “La Conquistada” y “Un Mar de Gente” son todos himnos del primer álbum en que el lenguaje Jaiva está plenamente desarrollado y se desborda en cada nota que tocaron. Fundamental.

Once discos de estudio, una banda sonora, un álbum en colaboración con Manduka, otro de re-versiones y la antología de la génesis de su sonido con-forman el cuerpo de trabajo del grupo a la hora de publicaciones “oficiales”.

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PORPOR j. ignacio cornejoPOR

#todosjuntos

Conocí a Los Jaivas por error. Cumplía cator-ce años y todo mi ser vibraba de emoción al saber que, justo en la noche de mi cumplea-ños, iría al concierto de Deep Purple. Desde mi punto de vista adolescente, los rockeros de los 70 personalizaban la máxima expresión de la libertad humana. Pero nada sería como me lo imaginaba. Por razones de seguridad, a un día del show, la productora anunció que se suspendía el concierto, suspendiendo tam-bién mi sueño de rock and roll. Ante mi tremenda decepción, mi madre y mi hermano decidieron invitarme a otro concierto. Justo ese día, en el Teatro Ba-quedano, Los Jaivas tocarían íntegramente el Alturas de Machu Picchu. Fui sin ninguna expectativa, más bien a regañadientes y aún triste por lo sucedido. Pero lo que vi durante esas dos horas cambiaría mi vida radical-

mente. Y me convertiría de golpe en un ferviente seguidor de la banda más mágica que conocí. Y de paso me abriría el camino hacia el tesoro de la música latinoamericana.Verlos tocar no era asistir a un concierto, sino más bien formar parte de un ritual, en donde se conjugaban las fuerzas de la naturaleza mis-ma, convertidas en música. El “Gato” Alquin-ta, aparte de ser el frontman más carismático que jamás he visto, era un verdadero chamán que conducía los andares de sus compañeros y de todos nosotros por ese mundo intangible de espíritus y vientos primordiales. Recuerdo el día de su muerte con total claridad. Cuando anunciaron por la tele que había partido, lloré desolado. Durante los primeros años de mi amor por Los Jaivas pude ir a verlos muchas veces, más de 20, sin duda, y en varias de esas

oportunidades pude compartir con ellos. Recuerdo una vez, después de un concierto en el Municipal de Viña, que el “Gato” sa-lió a compartir una vez terminado el show y estuvimos cantando juntos “Mira Niñi-ta” con una guitarra chica que yo cargaba por esos días. No la solté más y mi sonrisa duró días... ¡No imaginaba por esos días que años más tarde tocaríamos juntos!Los Jaivas han logrado, como ninguna otra banda en Chile, desarrollar un sonido pro-pio, que mezcla la irreverencia y rebeldía del rock con la profundidad espiritual de la cosmovisión americana. A punta de viajes, de vida en comunidad, de experimentación y de años de vida mágica, Los Jaivas han construído una historia hermosa, que nos deja un legado tremendo en el que po-demos vibrar por siempre y todos juntos.

web

www.revistadelosjaivas.comEsta es algo así como “la otra pá-gina oficial” del grupo. A cargo de Eduardo Parra, en este espacio Los Jaivas exponen y recomien-dan nuevos artistas y diversas actividades culturales.

El recomendado esta edición es:

un ritual dela naturaleza

PORPOR nano sternPOR#todosjuntos

Pamela Urbina, jaivamiga y autora del libro Los Jaivas 50 Años de Historia.

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Pamela, primero que todo sería bueno que le contá-ramos a la gente quiénes son los Jaivamigos.

“La comunidad Jaivamigos nació el 2002 con el objetivo de preservar el legado de Los Jaivas. Existen admiradores, fanáticos, coleccionistas, amigos del grupo, etcétera. Esto creció exponencialmente cuando falleció Gato. Ese fue el momento en que llegué yo. Fue una especie de terapia el compartir la tristeza por la muerte de Gato”.“Los Jaivas se enteraron de nuestra existencia y nos invi-taron a trabajar con ellos en la celebración del Cuarente-nario (2004) en Viña del Mar. Ese fue el primer acercami-ento y desde allí establecimos estrechos lazos con ellos”.

¿De dónde viene la iniciativa por escribir este libro?¿Siempre fue pensado para coincidir con los 50 años del grupo?

“La génesis del libro fue mi tesis para la carrera de periodis-mo. Hice una investigación que comenzó el 2004 en rela-ción a cómo la música de Los Jaivas ha influenciado a otras corrientes artísticas. Existe cine, danza, literatura, escultura, arquitectura, teatro, entre otros, que han creado en base a la inspiración que la música de Los Jaivas les producía. Es un fenómeno que no he advertido con otros grupos chilenos. Posteriormente, surgió el interés por hacer un libro, que además de abarcar su historia desde niños hasta hoy”.“Siempre estuve escribiendo, entrevistando y preparán-dolo, hasta que surgió el interés de Ediciones B en pu-blicarlo. Nunca tuve la pretensión de que coincidiera en

la celebración de los 50 años. El año pasado alguien me lo planteó y consideré que era una gran idea. Siento un gran orgullo que mi libro esté inserto en las actividades del Medio Siglo de la banda”.

¿Qué tiene este libro como elemento distintivo respecto del que escribió Freddy Stock, Los Ca-minos que se Abren?

“El libro de Freddy fue una especie de columna vertebral para re-escribir la historia. Tuve el privilegio de contar con el apoyo y colaboración del grupo y su círculo más cercano. Desde el comienzo ellos han participado en este proceso. Me entregaron datos, fechas, lugares, anécdotas, etc. Toda esta etapa fue afianzando la confianza”. “El libro, además, se complementa con archivos de prensa de cada etapa que vivieron desde que se convirtieron en High Bass. Desde que fueron considerados “pájaros raros” hasta la rendición de los especialistas en Argentina y el vir-tuosismo destacado con que la prensa europea los elogió”.

Sabemos que el libro ofrece también fotografías in-éditas de la historia del grupo, ¿no?

“El material fotográfico sin duda es íntimo y fueron ellos quienes lo proporcionaron. El archivo de Los Jaivas es vasto y hay tanto que ver. Podrían hacerse decenas de libros con el material que celosamente han guardado. Recuerdo que estuvimos todo un día seleccionando, es-caneando y decidiendo qué fotos eran las más apropia-das. Es fácil engolosinarse”.

¿Hay algún capítulo o pasaje del libro que quieras recomendar en especial?

“Considero que todo el libro es revelador. Es cierto que hay etapas que son más conocidas. En este libro hay tes-timonios de la banda, de sus compañeras, amigos, soni-distas, admiradores, otros músicos, periodistas y los cre-adores de otras corrientes artísticas. Se conoce la historia fundamentalmente por los integrantes de la banda, no se había dado a conocer la perspectiva relevante de las compañeras, por ejemplo. Los Jaivas tenían un proyecto en común, en cambio, las compañeras no. Fue un grupo de mujeres que tuvieron que subsistir con los hijos y or-ganizarse para constituir la comunidad. Fueron un eje importante para el proyecto soñado por el grupo”.

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