Economía Social vista desde el Trabajo Social -Un enfoque desde la transdiciplina-

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L a profesión del Trabajo So- cial se caracteriza por “el enfrentamiento de las de- sigualdades sociales, fortale- ciendo la autonomía, la partici- pación y el ejercicio de la ciuda- danía, en la defensa y conquista de los derechos humanos y de la justicia social”, según lo plantea la Definición de Trabajo Social, elaborada en el Workshop reali- zado en Río de Janeiro-Brasil en el año 2012. Esta propuesta pen- sada y discutida por el colectivo de profesionales del Trabajo So- cial Latinoamericano acompaña las grandes transformaciones lo- gradas en los últimos años por los gobiernos progresistas de la región. En este marco, la profesión está comprometida con la defen- sa de los intereses de los secto- res populares de la sociedad, quienes entre sus estrategias de sobrevivencia, buscan resolver Un enfoque hacia la inter-trans-disciplina Continúa en Pág. 2 DOMINGO 16 DE AGOSTO DE 2015 ENFOQUE “Economía Social vista desde el Trabajo Social

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La profesión del Trabajo So-cial se caracteriza por “elenfrentamiento de las de-

sigualdades sociales, fortale-ciendo la autonomía, la partici-pación y el ejercicio de la ciuda-danía, en la defensa y conquistade los derechos humanos y de lajusticia social”, según lo planteala Definición de Trabajo Social,elaborada en el Workshop reali-zado en Río de Janeiro-Brasil enel año 2012. Esta propuesta pen-sada y discutida por el colectivo

de profesionales del Trabajo So-cial Latinoamericano acompañalas grandes transformaciones lo-gradas en los últimos años porlos gobiernos progresistas de laregión.

En este marco, la profesiónestá comprometida con la defen-sa de los intereses de los secto-res populares de la sociedad,quienes entre sus estrategias desobrevivencia, buscan resolver

Un enfoque hacia la inter-trans-disciplina

Continúa en Pág. 2

DOMINGO 16 DE AGOSTO DE 2015

ENFOQUE

“Economía Social vistadesde el Trabajo Social

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2 DOMINGO 16 DE AGOSTO DE 2015 | PRIMERA EDICIÓN> enfoque

la reproducción cotidiana de suexistencia. Y aquí, entre las tantaslíneas que actualmente, desde elpropio Estado se implementan, seencuentra, como una de las al-ternativas que acompañan losprocesos de restitución de los de-rechos ciudadanos, la economíasocial y solidaria.

Así, se hace necesario revisaralgunas consideraciones en rela-ción a la economía social y sus di-ferentes demarcaciones, eco-nomía popular y solidaria, eco-nomía del trabajo, entre otras,puesto que si bien estamos ha-ciendo referencia a otra forma dever y entender la economía, esdecir otra economía, basada en elsustento del trabajo humano, elrespeto por el medio ambiente,etc. de acuerdo a las formas dis-cursivas en que se mencione, po-demos hablar de economía socialen términos generales o bien eneconomía social y solidaria, ha-ciendo mención a las estrategiasutilizadas por las grandes ma-yorías populares para lograr susubsistencia. Esto es, desde la in-serción en el mercado informalcon proyectos productivos, frutosde su experiencia y de la relacióncon otros emprendedores con loscuales llevan adelante sus tareasbasadas en lazos de solidaridady compromiso mutuo.

En este sentido, es que se reco-noce el carácter transdisciplinaren el abordaje de la economía so-cial, donde intervienen profesio-nales de distintas disciplinastanto de la economía, sociología,antropología y por supuesto el tra-bajo social, entre otras. Y bajoesta premisa es que se están de-sarrollando las primeras expe-riencias de trabajo articuladoentre docentes, graduados y estu-diantes de las carreras de Licen-ciatura en Trabajo Social y delProfesorado de Ciencias Econó-micas de la Facultad de Humani-dades y Ciencias Sociales, en elmarco del Proyecto de Investiga-ción denominado “La Relaciónentre el Trabajo Social y la Eco-nomía Social. Un espacio para eldesarrollo de nuevas estrategias”,dirigido por las docentes de la ca-rrera de Licenciatura en Traba-jo Social Mgter. María Elisa De-llacroce y Mgter. Norma BeatrizCuevas. En tanto que los inte-grantes del equipo son: la Mgter.Zulma G. Cuevas, el Lic. DanielRivas, la Lic. Belén Herrera y losprofesores en Ciencias Económi-cas Yanina Gohringer, Renzo Ro-driguez y Leo Batista, todos de laFacultad de Humanidades y Cien-cias Sociales de la Unam.

A continuación se reseñan al-gunos de los tópicos desarrolla-dos en esta tarea investigativa:

Un aspecto altamente positivo deresaltar es el hecho de articular

acciones propiciando una gestiónasociada entre la Universidad, lasONGs, y los diferentes organismosestatales nacionales y provincialesque se ocupan de la temática, dandoasí el marco institucional para quese puedan llevar adelante diferen-tes proyectos/actividades con las mu-jeres que participan de los progra-mas de microcréditos y cada una defamilias a las cuales pertenecen.

Estas acciones se enmarcan en lasáreas de Extensión y VoluntariadoUniversitario, así también desde lasprácticas pre profesionales de losalumnos de la carrera de Trabajo So-cial, brindando el acceso a espacios

de capacitación, la utilización de in-fraestructura y equipamiento paralas actividades, etc. Esto posibilita laoptimización de los recursos, que mu-chas veces son escasos, de cada unade las instituciones que forman partede esta articulación, puesto que laONG aporta su servicio a través dela ejecución de los proyectos, con losprofesionales que coordinan la tarea,el Estado facilita los recursos finan-cieros necesarios y la Universidadcontribuye con los saberes científi-cos que se ponen en juego en la pla-nificación del trabajo en conjunto,en la coordinación de las activida-des de los alumnos, en la evaluacióny seguimiento de las acciones, en in-fraestructura, etc.

Viene de Tapa

Trabajo en articulación ONG, Universidad y Estado

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Los pilares de la metodología cre-diticia aplicada en estos pro-

yectos (según los manuales de pro-cedimiento de los programas vi-gentes) se centran en acompañara los actores intervinientes paraque puedan alcanzar el desa-rrollo de la confianza en sí mis-mos y en sus grupos, el valor yel respeto por la palabra, la res-ponsabilidad compartida de losproyectos de trabajo, participación,mística, entre otros aspectos quehacen a los valores que sustentanla metodología.

En un primer momento de la in-vestigación la mirada se centró enlas “microemprendedoras”, deno-minando así a aquellas mujeresque se dedican a actividades pro-ductivas que le permiten obteneringresos para la subsistencia através de la comercialización de loque producen y, en muchos casos,las que se dedican a la compra y

venta deartículos varios. En su mayoría, nocuentan con trabajo estable y se ca-racterizan por su posición margi-nal respecto al mercado laboralformal. Ellas logran instalar el mi-croemprendimiento a través de larecepción de un pequeño créditootorgado en el marco de los pro-gramas de microcrédito.

Una vez que reciben el créditoy comienzan a trabajar en el em-

prendimiento se les van presen-tando numerosas dificultades,una de ellas es la escasa pre-paración para llevar adelanteel negocio, la comercializaciónde sus productos y la insufi-ciente contención que en-cuentran para resolver los pro-

blemas. Estas dificultades sonlas que guían el trabajo de los

equipos técnicos a cargo de los pro-gramas, que son responsables dela búsqueda de estrategias para iracompañando el proceso de estasmujeres. Dentro de las estrategias,pueden mencionarse la capacita-ción en gestión, comercialización,administración, marketing, etc.,como así también el asesoramien-to permanente y la articulación deacciones con diferentes institucio-nes públicas y privadas según lasdemandas que vayan apareciendo.

Caracterización de laAsociación DesarrolloHumano Integral y elEquipo Técnico

Trabajo Social y Microcréditos

Se visualiza al Trabajo Socialen una relación muy directa

con la línea de trabajo de mi-crocréditos, y así dan testimonioslos profesionales que tienen a sucargo la ejecución de los pro-gramas desde la ONG mencio-nada. El proceso llevado a caboen un lapso de casi diez años conlos mismos grupos poblaciona-les, permiten visualizar algunoscambios que son importantes anivel personal, familiar, comu-nitario y económico, que englo-ban el ejercicio de la ciuda-danía, la autonomía, lo socioe-ducativo, lo relacional y tenien-do como direccionalidad la de-fensa de los derechos humanos.

Así, puede decirse, que la pro-fesión del Trabajo Social, através de la puesta en marcha delos Programas como ser Banco

Popular de la Buena Fe y Con-sorcio de Gestión para el Desa-rrollo Local, se inserta, en el ám-bito de las relaciones entre su-jetos sociales y entre éstos y elEstado, debido a que estos pro-gramas se ejecutan en articula-ción entre organizaciones de lasociedad civil, que funcionancomo administradoras de recur-sos (ONGs; Fundaciones, Coope-rativas), las personas, que son su-jetos de derecho en torno a losbeneficios que otorgan los pro-gramas (pequeños montos de di-nero que van aumentando através del tiempo) y el Estado,que otorga los fondos para laoperatoria en general y aparececomo contralor de la ejecuciónde los mismos, en este caso,desde los Ministerios de Desa-rrollo Social de la Provincia y de

la Nación, desde las áreas es-pecíficas relacionadas a la eco-nomía social.

Los microcréditos planteanuna forma particular de relacióncon los sujetos, dado que el di-nero que se otorga como benefi-cio, debe ser devuelto por el em-prendedor en tiempos estipula-dos y acordados con su grupo ycon el equipo técnico, es decirque la inversión económica quese realiza se recupera y permi-te desarrollar nuevos créditos,que van aumentando de acuer-do a las necesidades y el creci-miento de cada emprendedor enparticular. Todo esto revalorizaa la persona en cuanto tal, porsu palabra, su presencia y su ca-pacidad emprendedora para lle-var adelante, en relación conotros, su proyecto productivo.

• Los emprendimientos en el marco de los mi-crocréditos constituyen una parte de un pro-ceso que exige lineamientos políticos más abar-cativos que signifiquen, por ejemplo, conside-rar a la economía como más participativa y quenos compromete a un trabajo transdisciplina-rio a fin de construir estrategias que posibilitenun desarrollo sustentable de este tipo de acti-vidades.• Las características del mercado laboral actualexigen trabajadores cada vez más calificados,por lo cual esta propuesta posibilita potenciarlas propuestas de autoempleo, y es importan-te analizar en este sentido los obstáculos y po-sibilidades que se presentan en este aspecto.• Se visualizan políticas de desarrollo que acom-pañan este proceso, por ejemplo, la propues-ta de Monotributo Social, que cubrirían áreas desalud y previsión, y es importante analizar losalcances y limitaciones de esas políticas.• En este marco, se hace necesario trabajar ar-ticuladamente y, a partir del microcrédito, lasotras áreas que atienden cada aspecto de lavida cotidiana de los sujetos que participan deeste proyecto.

Posibilidades y límites

Mujeres Emprendedoras

La Asociación Civil DesarrolloHumano Integral (DesHIn) sur-

gió formalmente en 1999, a raíz delinterés de un grupo de trabajado-res sociales y estudiantes avanza-dos de la carrera que buscaban ge-nerar un espacio para el desarrollode proyectos que fueran surgiendosegún las áreas de interés de lascuales participaban cada uno de losmiembros.

Desde el año 2005, algunos miem-bros de la ONG comienzan a traba-jar con la cuestión específica de losmicrocréditos, por lo cual empiezana presentar propuestas en diversosorganismos y tienen la oportunidadde iniciar la tarea con el aporteeconómico de turistas extranjerosque visitaban la provincia de lamano de una de las personas que,en el año 2000, había viajado a Ban-gladesh a recibir la capacitación

sobre la metodología crediticia del“Grameen”, conocido mundial-mente como el Banco de los Pobres.A partir de ese momento surgenotras posibilidades con los progra-mas estatales que continúan vigen-tes hasta la actualidad.

Como estrategia institucional estaONG, ha definido no expandirse es-pacialmente en varios lugares, sinomás bien profundizar las accionesen los dos barrios de Posadas: Pro-sol II y la zona ubicada alrededorde la Capilla Medalla Milagrosa dela zona Oeste, con los que viene tra-bajando desde hace varios años.Esto se propone con el objeto de op-timizar los recursos disponibles yporque se considera oportuno tra-bajar varias temáticas que apare-cen conjuntamente con la tarea en-marcada en el proyecto de mi-crocréditos.

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Pobres, indigentes yexcluidos del paraíso

DOMINGO 28 DE JUNIO DE 2015

ENFOQUE

Pobres, indigentes yexcluidos del paraíso Pobres, indigentes yexcluidos del paraíso

Págs. 2 y 3

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2 DOMINGO 28 DE JUNIO DE 2015 | PRIMERA EDICIÓN> enfoque

Colaboración:Prof. Silvia Carvallo – Máster Beatriz Curtino

Cuando se habla de pobrezaescuchamos en los medios decomunicación polémicas in-

terminables, sea en debates políti-cos, en artículos periodísticos, endisertaciones de académicos o endiálogos entre gente común. Losparticipantes se envuelven en ejer-cicios de aclaración continua paraprecisar el sentido de sus dichos através de reiteradas de glosas o bu-cles metadiscursivos. La palabrapobreza se ha convertido en unagran bolsa significante -un hiperó-nimo- donde caben muchos térmi-nos que, ante un análisis más fino,son bien diferentes. La lista de tér-minos afines crea un glosario in-terminable: pobreza, indigencia, pri-vación, miseria, penuria, necesida-des básicas, desigualdad, vulnera-bilidad, padecimiento inaceptable,marginalidad, discriminación, es-tigmatización, exclusión, etc, etc.

Pobreza e indigencia La mayoría de los diccionarios

definen pobreza como “falta, esca-sez” o bien, “necesidad, estrechez,carencia de lo necesario para el sus-tento de la vida” y en el dicciona-rio RAE, en la web, encontramos -entre otras acepciones no perti-nentes aquí -que pobre es: necesi-tado, que posee poco, no tiene lo ne-cesario para vivir. Pero hoy asisti-mos a un nuevo desplazamiento delsentido. Es pobre quien no puedeacceder al consumo de los bienesbásicos necesarios; es decir, no espobre porque no puede producir,sino porque no puede consumir enlos niveles aceptables requeridospor su espacio social de pertenen-cia.

Por otra parte, los trabajos es-tadísticos rotulan como “indigen-tes” a los sujetos pobres cuyos in-gresos no cubren la canasta básicaalimentaria. Es decir, que a la con-dición de pobreza (carencia o faltade... ) se suma la de indigencia (au-

sencia de lo necesario para vivir).La mirada tradicional y occidental,vincula pobreza con el hambre yello está institucionalizado en el Ob-jetivo de Desarrollo del Milenio(ODM) de la Organización de las Na-ciones Unidas (ONU) “reducir lapobreza y el hambre”.

La llamada línea de pobreza fuefijada inicialmente en muchos paí-ses con el objetivo de reflejar la no-ción de pobreza basada en el ham-bre. La actual noción de pobrezatrasciende el hambre y si bien semide a partir del ingreso se consi-dera otros consumos, todos aque-llos necesarios para cubrir las ne-cesidades mínimas en alimenta-ción, vestimenta, educación, salud,vivienda y recreación. A partir de1980 Argentina incorpora la medi-ción de la pobreza e indigencia poringresos y la metodología de Nece-sidades Básicas Insatisfechas - NBI,cuyo cálculo depende de condicio-nes de vivienda, educación y sani-dad. Se llama pobreza estructuralpor estar más allá de ingresos cir-cunstanciales.

Pobreza y estadísticas Sin dudas, las estadísticas cons-

truyen una realidad simbólica por-que surgen del tratamiento de datostomados del entorno social inme-diato. Se construyen con medicio-nes recortadas por indicadores ob-servables, para efectuar clasifica-ciones buscando regularidades ysobre todo, potencian su eficaciaocultando las heterogeneidades in-ternas. Se presentan como conjun-tos de enunciados objetivos e im-parciales, socialmente valorados;pero son “algo más que piezas sim-ples de información, están atrave-sadas por disputas y consensos,alianzas entre actores y rupturas,ideas e intereses sociales y políti-cos”. (Daniel, C., 2013, p.20). Son so-lamente aproximaciones que midencondiciones establecidas por con-

vención, borrando diferencias, cre-ando generalizaciones homoge-neizantes. Claro que, aun aplican-do estadísticas, no es sencillo de-terminar niveles de pobreza. Másaún cuando las estadísticas citadastienen dudosa credibilidad o bien,han sido manipuladas estratégica-mente para producir efectos de sen-tido previamente definidos.

No obstante para hablar de la po-breza, algunos políticos y analistaseconómicos validan sus argumen-tos o decisiones, apoyándose en lasestadísticas, abusan de las cifras ytablas que se presentan ante el legocomo reflejos fieles de la realidady a veces como “la realidadmisma”. Sus discursos juegan conel poder de persuasión de los nú-meros, bien conocido y estudiadopor la teoría de la argumentación.

Pobreza y vida dignaAmartya Sen, uno de los princi-

pales orientadores del enfoque delDesarrollo Humano del Programade las Naciones Unidas (PNUD),retoma la idea original de pobrezacomo falta de capacidad para pro-ducir o falta de potencialidades.Enfoca el análisis en la imposibili-dad de las personas pobres de al-canzar un mínimo de realizaciónvital por verse privadas de las ca-pacidades, posibilidades y dere-chos básicos; lo cual es incompati-ble con una vida digna.

Estas discriminaciones habilitanla discusión acerca de cuáles sonlas formas de pobreza más profun-das, llamadas absolutasy las no tanprofundas, llamadas relativas, queimplican escasez y no ausenciatotal. Obviamente, determinar elgrado de la carencia siempre de-pende del contexto social que co-bija al sujeto. El vocabulario espe-cializado se muestra extenso y ago-biante en sus variaciones léxicascomo queda expuesto en el libroPobreza: Un glosario internacional,de Clacso.

En general los estudios diferen-cian pobreza absoluta, relativa yfalta de desarrollo humano, enten-diendo el “desarrollo humano,como el proceso de ampliación delas opciones de las personas y delas capacidades (la diversidad decosas que se puede hacer o ser enla vida).

La palabra pobreza se haconvertido en una granbolsa significante dondecaben muchos términosque, ante un análisis másfino, son bien diferentes;por ejemplo indigencia,privación, miseria, penu-ria, necesidades básicas,desigualdad, vulnerabili-dad, padecimiento inacep-table, marginalidad, dis-criminación, estigmatiza-ción, exclusión, etc.

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Pero, cuando las personas y/o gru-pos familiares se encuentran en estasituación de vida limitada a la merasubsistencia, que implica un patrónde privaciones sumamente pesado,negación continua de opciones yoportunidades, y en la mayoría delos casos, padecimientos y penuriasinaceptables, poco hay que aclarar.Como dice Amartya Sen en unafrase que hemos recogido por sucontundencia: “Hay un núcleo irre-ductible de privación absoluta ennuestra idea de la pobreza, que tra-

duce manifestaciones de indigen-cia, desnutrición y penuria visibleen un diagnóstico de pobreza, sintener que indagar primero la esce-na relativa”. (Sen, 1978).

Por supuesto, se reconoce “aque-llos que viven en la extrema pobre-za y la escasez se encuentran entrelos más vulnerables” (Informe delDesarrollo Humano, 2014:2). El con-cepto de vulnerabilidad como lapo-sibilidad de deterioro de las capa-cidades y opciones de las personasse incorpora en el Informe del De-sarrollo Humano de 2014, con unaespecial atención a lo se denominavulnerabilidad estructural, resul-tante de condiciones externas delindividuo, limitando capacidades yposibilidades de revertir sus con-diciones de vida.

Pobreza y desigualdadEl tema de la pobreza desde sus

múltiples enfoques conduce a latemática de la desigualdad y desdeeste lugar, a las incidencias direc-tas de la concentración de la rique-za sobre los niveles y tipos de po-breza, a las consecuencias que lasgeneran, así como a las dificultadesde su erradicación. La desigualdadcada vez más acentuada a nivel glo-bal, con un proceso creciente de di-ferenciación entre los que más ymenos tienen, se constituye en una

de las barreras no sólo parala erradicación de la po-breza sino además en unfactor que potencia el con-flicto social.

Pero ¿es “peligrosa” ladesigualdad para una so-ciedad? En su libro “Dañoscolaterales” Bauman (2011)se refiere a esta cuestión

aclarando que pocas veces la desi-gualdad o brecha existente entrelos segmentos altos y bajos de la po-blación, es considerada como un in-dicador relevante en las medicio-nes que se realizan para diagnosti-car la situación general de una so-ciedad. La amplitud de la brechano es considerada como criteriopara evaluar la acción de los go-biernos, por lo tanto sigue teniendovalidez el “promediar para arriba”considerando como criterio no cues-tionado, el ingreso promedio o la ri-queza media de sus miembros.

A partir de un muestreo de indi-cadores combinados, el Programade las Naciones Unidas para el De-sarrollo PNUD- calcula anualmen-te desde 1990 el Índice de Desarro-llo Humano -IDH- clasificando a lospaíses en función del mismo. A par-tir del 2014, coincidente con la cre-ciente preocupación por la desi-gualdad que numerosos estudiosy mediciones a nivel mundial

dan cuenta, se calcula el Índicede Desarrollo Humano ajustadopor Desigualdad (IDHD), consi-derando la desigualdad ensalud, educación e ingreso.

La misma PNUD analiza lastendencias globales en cuanto adesarrollo, aunque hay progre-so continuo, reconoce que siguepersistiendo población en con-diciones desfavorables, y se pre-gunta, en el mismo informe delIDH 2014: “¿de quién es la pros-peridad que estamos observan-do?”, teniendo en cuenta comose distribuyen las mejoras rela-tivas de bienestar entre indivi-duos, comunidades y países. Seremarca así la necesidad de vermás allá de los promedios.

Pobreza y exclusiónEsta cuestión de la pobreza ex-

trema no deja lugar para otra re-flexión que no conduzca a la ideade exclusión. El sentido del prefijoex - corresponde a los que están“afuera”, en este caso fuera del sis-tema social, no integrados social-mente, sin protección de ningúntipo. Son pobres que no producen,ni siquiera tienen capacidad paraproducir, quedan afuera del mode-lo de consumo dando origen a unanueva clase de “desclasados”, clasemarginal o subclase convertida enla categoría que reúne a todos losque no cumplen ninguna funciónsocial.

Ante el pasaje del capitalismo deproducción al capitalismo del con-sumo se hace necesario repensar lapobreza, su reproducción, sus cau-sas, y la consecuente subjetividadde los individuos sobre su condiciónde vida desde una perspectiva di-

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•La desigualdad cada vezmás acentuada a nivelglobal, con un procesocreciente de diferencia-ción entre los que más ymenos tienen, se constitu-ye en una de las barrerasno sólo para la erradica-ción de la pobreza sinoademás en un factor quepotencia el conflicto so-cial.

Artículo elaborado en el marco del pro-yecto “La pobreza en Misiones. Entre lasestadísticas y la casuística” 2014-2016.Secretaría de Investigación y Postgrado,Facultad de Humanidades y Ciencias So-ciales. Unam - Programa de Incentivosa la Investigación. Ministerio de Educa-ción.

Resumen técnico del proyecto:El proyecto analiza estadísticas ofi-

ciales sobre pobreza y su aplicación enla provincia de Misiones, tomando comoejes aspectos relacionados con esferasmetodológico-descriptivas y discursivas.

La metodología es cualitativa, con aná-lisis de discursos sociales, entrevistas

profundas e historias de vida. El estudiopormenorizado de los aportes y límitesde las estadísticas oficiales se comple-mentará con las representaciones y re-sonancias de lo “dicho” y lo “silencia-do”. Se propone un recorrido dialógicoentre estadísticas y análisis de casos, apartir del develamiento de redes inter-

discursivas por las que fluyen o resue-nan, los datos, las valoraciones que im-plican y los discursos por medio de loscuales los sujetos representan “su rea-lidad”.

Equipo constituido por: Directora: Curtino, Beatriz - beatriz-

[email protected]: Carvallo, Silvia - carva-

[email protected]

Investigadores:Bulloni, Carolina; Ibarra, Zulma; Korol,

Sebastian; Muguerza, María Eva; Rivas,Alicia; Rivas, Roxana; Simón, Gustavo.

ferente. Los pobres, cada vezmás en el margen y criminali-zados, terminan siendo víctimasde las decisiones que toman al-gunos sectores de la población,los que detentan el poder y queafirman “no es posible haceruna tortilla sin romper huevos”

atribuyéndose la ca-pacidad de tomarlas decisiones decómo hacer la torti-lla, qué huevos rom-per y quienes hande comerla.

Este capitalismode consumo creatensión entre laética del trabajo y laética del consumo,

genera conflictos entre cuáles yqué posibilidades hay en deter-minados sectores de desarrollarcapacidades para vivir en liber-tad, para alcanzar el desarrollo hu-mano. Amartya Sen (2000) ha cen-trado sus propuestas para erradi-car la pobreza en las “capacida-des” que cada persona disponepara convertir sus derechos en li-bertadesreales, considerando quela principal fuente de privaciónde libertad es la pobreza.

Hoy, todo conduce a “encapsu-lar” el segmento más pobre en lacategoría denominada “clase mar-ginal”, que queda fuera de toda ti-pología de sectores o clases socia-les. Esto implica su “no pertenen-cia” a la sociedad, su carácter deexcluidos. Dice Bauman “la clasemarginal puede estar “en” la so-ciedad pero claramente no es “de”la sociedad: no contribuye a nadade lo que la sociedad necesita parasu supervivencia y su bienestar,de hecho, la sociedad estaríamejor sin ella”. Ante la exclusióndel sistema y de las formas de vida

del mundo moderno, lospobres, como ironiza

Saskia Sassen (Re-vista Ñ 26/05/2015),son los expulsadosdel shopping, delcentro comercial, losexcluidos del paraí-so.

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DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2015

ENFOQUE

MURALLALos vecinos de Posadas hemos

descubierto, no sin estupor eintriga, que nuestro habitual

pasaje hacia el puente internacionalestá vedado por una masa de ce-mento que no sólo impide el pasosino también cancela la vista de ac-

ceso al bello puente y su conexióncon la otra orilla. Estamos sorpren-didos, atribulados y por qué no vio-lentados por la emergencia de esteintempestivo muro que desafía o des-conoce nuestras memoriosas cos-tumbres de constantes intercambioscomerciales, vecinales y afectivos connuestros hermanos paraguayos.Cuando las estrategiasgeopolíticas del a s

cancillerías y los tratados de altonivel se proponen avanzar hacia una“integración” de países a través delMercosur, nosotros los de por aquínomás, sonreímos con displi-cencia porque Posa-das y Encar-na-

Sigue en pág. 2

Colaboración:Ana CamblongEscritora

Producción fotográfica: O. Ibarra/J.C. Marchak

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ción, han estado integradasdesde hace mucho por el merohecho de cohabitar y compartiruna intensa vida cotidiana. Su-brayo entonces, antes de enca-rar otros perfiles del asunto con-vocante, esta “continuidad ve-cinal” que nos concierne, quemodela nuestra idiosincrasiacompartida y entreteje vínculosafectivos de historias muy anti-guas.

Dicho esto, registro que losmedios masivos han tomado eltema y han puesto en circula-ción diversas facetas de la cues-tión. Por un lado, se señalan losperjuicios comerciales, la pér-dida de ventas, de alquileres, deempleos y de movimientos enlas arterias adyacentes. Tam-bién se ha planteado el trata-miento discriminativo a la“gente de a pie” que se ve com-pelida a realizar tremendos einútiles rodeos. Por otra parte,se han presentado argumenta-ciones jurídicas que con va-riados enfoques denuncian elproblemático emplazamientode este ostensivo obstáculo alejercicio efectivo de derechosciviles y ciudadanos. Los va-riados aspectos que se quie-ran examinar, convergen y de-sembocan en una batería deinterrogaciones políticas:¿Quién ha tomado esta deci-sión? ¿Qué jurisdicción sehace cargo de esta “obra dearte”? ¿Quién o quiénes sonlos autores? ¿Cómo se ensam-bla la responsabilidad sobe-rana provincial y municipalcon los mandatos nacionales?¿Es esto un nuevo ninguneo anuestra dignidad federal? Hay,qué duda cabe, una “gestiónpolítica” que debería dar ex-plicaciones y justificaciónacerca de tal opción porquelos vecinos se lo merecen yporque la enormidad del es-perpento se instala al menos,como un “estorbo” o una “in-terferencia” en la dinámica denuestra acostumbrada convi-vencia vecinal.

Cada cual hará su análisis,ponderación y comentariodesde su tarea, desde su lugary desde su conveniencia; así, talvez los agentes de migracionesencuentren que ese muro faci-lita su trabajo; tal vez las fuer-zas armadas de custodia fronte-riza (gendarmería y prefectura),consideren que la medida re-sulta útil para los controles; talvez el diseño y la ingeniería deobra, hayan resuelto esta cons-trucción ciclópea como res-puesta a solicitudes de distintossectores. Todas son conjeturasy dudas, lucubraciones que nosabemos si se ajustan a las ver-daderas motivaciones, si son vá-lidas, si tienen sustento. Tam-poco sabemos si al decidir ta-

maño emprendimiento, se pensóen los habitantes de esta vecin-dad, ¿nos tuvieron en cuenta?¿Existimos para los funciona-rios de instituciones estatales?Mis comentarios no pretendendiscutir las razones, quizá co-rrectamente aducidas y funda-das desde diferentes estamen-tos, simplemente necesito com-prender por qué nos ocurreesto, en mi condición de vecina,vieja-vecina de Posadas. Asi-mismo, me parece pertinentehacer algunas consideracionesdesde mi perspectiva profesio-nal en el campo de la Semióti-ca, disciplina que estudia lassignificaciones y los sentidos delas acciones humanas, dema-siado humanas.

De arranque estaré pues, in-

terrogando: ¿Qué significacio-nes podrían surgir de la pre-sencia de esta muralla? Y másaún, yendo al fondo de la cues-tión, pregunto: ¿Qué sentidotendrá esto? Las respuestas e

interpretaciones pueden ser in-terminables o infinitas pero almenos bosquejaré algunas apro-ximaciones para que los lecto-res lo tomen como disparadoresde sus propias opiniones y re-flexiones, no para coincidir nipara avenirse a mis propuestas,sino para decir lo propio: cuan-to más plural sea nuestra inte-racción, mayor será la riquezade nuestras posibilidades decompartir.

La memoria colectiva trae deinmediato la constatación feha-ciente de que las “murallas”existieron desde los alboreshistóricos y su significación másrotunda e inequívoca es la dediferenciación y resguardo deun territorio determinado. Lasencontramos en culturas anti-

quísimas y de todos los tiempos,pero podemos recordar el em-blema inigualable de la “mura-lla China”, monumento del es-fuerzo titánico, soberbio e inú-til, una lección material acercade los desaforados intentos delhombre por dividir, apropiarsey mandar, dejando fuera a “losotros”.

Esta maniobra antropológicay semiótica de la especie hu-mana se viene repitiendo una yotra vez con insensato fervor ycon ancestrales exigencias,tanto en los imperios, como enel barrio, en la propia casacomo en las demás distribucio-nes socioculturales; las frasescomunes lo manifiestan de milmaneras, p.e. “no pises más micasa”, “este es mi lugar”, “aquí,

No se trata de estimularuna guerrita, ingenua ypor qué no de mala fe,“muralla sí” o “murallano”, como si en estaepisódica y descontex-tualizada polémica es-tuviéramos resolviendoalgo principal.

Viene de Tapa

Page 9: Economía Social vista desde el Trabajo Social -Un enfoque desde la transdiciplina-

en este barrio, mandamos noso-tros” y un extenso etcétera. Hoymismo, los dominios y los demo-nios territoriales de la política,nos muestran y demuestran queel sentido primario de las mar-caciones tiene plena vigencia.

Los muros separan, cobijan,excluyen/incluyen, determinanespacios diferenciados en losque se ejerce el poder de alguieno de algunos sobre los habitan-tes del lugar señalizado y sim-bolizado. Así podríamos tomarotro ejemplo muy ilustrativo: las“ciudades amuralladas”, en laEdad Media, destinadas a de-fender militar y políticamentelas posesiones, jerarquías y po-deres feudales. Esta estrategia,efectiva y adecuada en aquellostiempos, se supone que hoy re-sulta anacrónica, pero sobretodo, resulta bastante inocua ycasi estrafalaria. El “Muro deBerlín” se levantó como un co-loso duro y cruel de la posgue-rra y cayó como un Goliat venci-do, ícono de una nueva era. Enlo que va del siglo XXI, quienquiera vigilar sus fronteras, uti-liza radares y sofisticados dis-positivos electrónicos, antes querobustas paredes. Se podráargüir que los cercos, tabiques yhasta murallas, se siguen cons-truyendo defensivamente en loslímites del Primer Mundo; escierto, pero como se separan yse cuidan de nosotros, no pare-ce atinado tomar su ejemplo, ¿noes así? Por otra parte, se suponeque pretendemos proteger nues-

tros límites del contrabando, delnarcotráfico, de los malvivien-tes, mas no de nuestros vecinosafincados, “habitantes-de-fron-tera”.

Al parecer “no está bueno”(como se dice ahora), vivir en una“ciudad amurallada” cual si ri-giera un orden feudal… ¿o acasoes así? ¿O acaso, padecemos to-davía algunas condiciones me-dievales y no nos dimos cuenta?(“No se dio en cuenta, mismo”,acota nuestro modismo colo-quial). Exagero la interpretación,

por supuesto, sin otra finalidadque poner en relieve lo siguien-te: más allá de las funciones asig-nadas a este “enigmático muro”,su faraónica contundencia pro-voca una rara incomodidad ur-bana para la mirada contem-poránea, se podría decir que nosresulta un tanto anticuado.

En efecto, la velocidad y el vér-tigo del dinamismo que caracte-riza las culturas complejas, ci-bernéticas y globalizadas, lla-madas “culturas líquidas”, nosinvolucran en un ritmo de época

en el que los flujos comunicati-vos solicitan la mayor agilidad yflexibilidad posible en los in-tercambios. Por esta vía, pare-ciera que nuestra estrategia polí-tica, comunicacional, económi-ca y hasta estética, respecto dela ciudad que tenemos “aquí en-frente” tendría que orientarsehacia la apertura, la integracióny una fluidez cada vez más fácilde transitar y simple de resolver.Estimo que deberíamos aspirara formar un “nodo integrado” deambas ciudades como un verda-dero “corazón del Mercosur”,compartiendo de manera inteli-gente y fraterna una “ubicaciónde borde” que podría convertir-se en un “centro estratégico” en-samblado, dinámico, de ida yvuelta, potenciando nuestras al-ternativas de crecimiento de ma-nera integral.

La “muralla” en esta circuns-tancia, no es más que una anéc-dota, pero no pierde en su con-creta desmesura la “pesadezsimbólica” de una actitud quesigue sin comprender la real in-tegración latinoamericana. Conesto me gustaría indicar que noes la “presión globalizante” a laque quiero obedecer y seguir,por el contrario, intento consi-derar nuestra propia experien-cia de vida, nuestro propio posi-cionamiento “local” respecto delresto del mundo. No se trata deestimular una guerrita, ingenuay por qué no de mala fe, “mura-lla sí” o “muralla no”, como si enesta episódica y descontextuali-

zada polémica estuviéramos re-solviendo algo principal. Se tratamás bien de pensar “entre nos”,es decir incluyendo en la con-versación a “los de enfrente”,una estrategia conjunta que nospotencie y nos fortalezca res-pecto de los “centros poderosos”

que nos tienen a maltraer y nosvienen perjudicando histórica-mente desde hace demasiadotiempo.

Estimados “vecinos de poraquí nomás” (Posadas y Encar-nación juntas), tendríamos queponer de una buena vez las neu-ronas en movimiento y el cuer-pito ubicado en su espacio de su-pervivencia para diseñar planesbien integrados y con miras a ha-cernos fuertes en estos bordesdel mapa: hacer de la fronteraun “bastión” que no necesita“murallas”, sino inteligencia yposicionamiento político sobe-rano.

Los muros separan, co-bijan, excluyen/inclu-yen, determinan espa-cios diferenciados enlos que se ejerce elpoder de alguien o dealgunos sobre los habi-tantes del lugar señali-zado y simbolizado.

3PRIMERA EDICIÓN | DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2015 enfoque <

Producción fotográfica: O. Ibarra/J.C. Marchak