ECCE HOMO

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“ECCE HOMO!” - PREDICACIÓN DEL VIERNES SANTO 2015 EN LA BASÍLICA DE SAN PEDRO 03 DE ABRIL DE 2015 Acabamos de escuchar la historia del proceso de Jesús frente a Pilato. Hay un momento sobre el que debemos detenernos.. “Pilato mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: ‘¡Salve, rey de los judíos!’, y lo abofeteaban. Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto rojo. Pilato les dijo: ¡Ecce homo! ¡Aquí tienen al hombre! (Jn 19, 1-5). Entre los numerosos cuadros que tienen por tema el Ecce Homo, hay uno que siempre me ha impresionado. Es del pintor flamenco del siglo XVI, Jan Mostaert, y se encuentra en la National Gallery de Londres. Trato de describirlo. Servirá para una mejor impresión en la mente del episodio, ya que el pintor describe fielmente con los colores los datos del relato evangélico, sobre todo el de Marco (Mc 15,16-20).

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Skip over navigationECCE HOMO! - Predicacin del Viernes Santo 2015 en la Baslica de San Pedro

03 de abril de 2015

Acabamos de escuchar la historia del proceso de Jess frente a Pilato. Hay un momento sobre el que debemos detenernos..Pilato mand entonces azotar a Jess. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercndose, le decan: Salve, rey de los judos!, y lo abofeteaban. Jess sali, llevando la corona de espinas y el manto rojo. Pilato les dijo: Ecce homo! Aqu tienen al hombre! (Jn 19, 1-5).Entre los numerosos cuadros que tienen por tema el Ecce Homo, hay uno que siempre me ha impresionado. Es del pintor flamenco del siglo XVI, Jan Mostaert, y se encuentra en la National Gallery de Londres. Trato de describirlo. Servir para una mejor impresin en la mente del episodio, ya que el pintor describe fielmente con los colores los datos del relato evanglico, sobre todo el de Marco (Mc 15,16-20).Jess tiene en la cabeza una corona de espinas. Un haz de arbustos espinosos que se encontraba en el patio, preparado quiz para encender el fuego, dio a los soldados la idea de esta cruel parodia de su realeza. De la cabeza de Jess descienden gotas de sangre. Tiene la boca medio abierta, como cuando cuesta respirar. Sobre los hombres ya tiene puesto el manto pesado y desgastado, ms parecido al estao que a una tela. Y son hombros atravesados recientemente por los golpes de la flagelacin! Tiene las muecas unidas por una cuerda gruesa; en una mano le han puesto una caa en forma de cetro y en la otra un haz de varas, burlndose de los smbolos de su realeza. Jess ya no puede ni mover un dedo, es el hombre reducido a la impotencia ms total, el prototipo de todos los esposados de la historia.Meditando sobre la Pasin, el filsofo Blaise Pascal escribi un da estas palabras: Cristo agoniza hasta el final del mundo: no hay que dormir durante este tiempo . Hay un sentido en el que estas palabras se aplican a la persona misma de Jess, es decir a la cabeza del cuerpo mstico, no solo a sus miembros. No, a pesar de que ahora est resucitado y vivo, sino precisamente porque est resucitado y vivo. Pero dejemos a parte este significado demasiado misteriosos para nosotros y hablemos del sentido ms seguro de estas palabras. Jess agoniza hasta el final del mundo en cada hombre y mujer sometido a sus mismos tormentos. Lo habis hecho a m! (Mt, 25, 40): esta palabra suya, no la ha dicho solo por los que creen en l; la ha dicho por cada hombre y mujer hambriento, desnudo, maltratado, encarcelado.Por una vez no pensamos en las llagas sociales, colectivas: el hambre, la pobreza, la injusticia, la explotacin de los dbiles. De estas se habla a menudo aunque si nunca suficiente, pero existe el riesgo de que se conviertan en abstracto. Categoras, no personas. Pensamos ms bien en el sufrimiento de los individuos, en las personas con un nombre y una identidad precisa; adems de las torturas decididas a sangre fra y realizadas voluntariamente, en este mismo momento, por seres humanos a otros seres humanos, incluso a nios.Cuntos Ecce homo en el mundo! Dios mo, cuntos Ecce homo! Cuntos prisioneros que se encuentran en las mismas condiciones de Jess en el pretorio de Pilato: solos, esposados, torturados, a merced de militares speros y llenos de odios, que se abandonan a todo tipo de crueldad fsica y psicolgica, divirtindose al ver sufrir. No hay que dormir, no hay que dejarles solos!La exclamacin Ecce homo! no se aplica solo a las vctimas, sino tambin a los verdugos. Quiere decir: de esto es capaz el hombre! Con temor y temblor, decimos tambin: de esto somos capaces los hombres! Qu lejos estamos de la marcha inagotable del homo sapiens, el hombre que, segn algunos, deba nacer de la muerte de Dios y tomar su lugar .* * *Ciertamente, los cristianos no son las nicas vctimas de la violencia homicida que hay en el mundo, pero no se puede ignorar que en muchos pases ellos son las vctimas designadas y ms frecuentes. Jess dijo un da a sus discpulos: Llegar la hora en que los mismos que les den muerte pensarn que tributan culto a Dios (Jn 16, 2). Quiz nunca estas palabras han encontrado, en la historia, un cumplimiento tan puntual como hoy.Un obispo del siglo III, Dionisio de Alejandra, nos dej el testimonio de una Pascua celebrada por los cristianos durante la feroz persecucin del emperador romano Decio: Nos exiliaron y, solos entre todos, fuimos perseguido y asesinados. Pero tambin entonces celebramos la Pascua. Todo lugar donde se sufra se converta para nosotros en un lugar para celebrar la fiesta: ya fuera un campo, un desierto, un barco, una posada, una prisin. Los mrtires perfectos celebraron la fiestas pascuales ms esplndidas, al ser admitidos a la fiesta celestial . Ser as para muchos cristianos tambin la Pascua de este ao, el 2015 despus de Cristo.Ha habido alguno que ha tenido la valenta de denunciar, en la prensa laica, la inquietante indiferencia de las instituciones mundiales y de la opinin pblica frente a todo esto, recordando a qu ha llevado tal indiferencia en el pasado . Corremos el riesgo de ser todos, instituciones y personas del mundo occidental, el Pilato que se lava las manos.A nosotros, sin embargo, en este da no se nos consiente hacer ninguna denuncia. Traicionaramos el misterio que estamos celebrando. Jess muri gritando: Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34). Esta oracin no es simplemente murmurada en voz baja; se grita para que se oiga bien. Es ms, no es ni siquiera una oracin, es una peticin perentoria, hecha con la autoridad que le viene del ser el Hijo: Padre, perdnalos! Y ya que l mismo ha dicho que el Padre escuchaba cada una de sus oraciones (Jn 11, 42), debemos creer que ha escuchado tambin esta ltima oracin de la cruz, y que por tanto los que crucificaron a Cristo han sido perdonados por Dios (por supuesto, no sin antes haber tenido, de alguna manera, un arrepentimiento) y estn con l en el paraso, testimoniando por la eternidad hasta donde ha sido capaz de llegar el amor de Dios.La ignorancia se verificaba, de por s, exclusivamente en los soldados. Pero la oracin de Jess no se limita a ellos. La grandeza divina de su perdn consiste en que es ofrecida tambin a sus ms encarnizados enemigos. Justamente en favor de ellos aduce la disculpa de la ignorancia. Aunque hayan obrado con astucia y malicia, en realidad no saban lo que hacan, no pensaban que estaban poniendo en la cruz a un hombre que era realmente el Mesas e Hijo de Dios! En lugar de acusar a sus adversarios o de perdonar confiando al Padre Celeste la tarea de vengarlo, l los defiende.Su ejemplo propone a los discpulos una generosidad infinita. Perdonar con su misma grandeza de nimo no puede comportar simplemente una actitud negativa, con la que se renuncia a querer el mal para quien hace el mal; tiene que entenderse en cambio como una voluntad positiva de hacerles el bien, como mnimo con una oracin hacia Dios, en favor de ellos. Rezad por aquellos que os persiguen (Mt 5, 44). Este perdn no puede encontrar ni siquiera una consolacin en la esperanza de un castigo divino. Tiene que estar inspirado por una caridad que perdona al prjimo, sin cerrar entretanto los ojos delante a la verdad, mas bien intentando detener a los malvados de manera que no hagan ms mal a los otros y a si mismos.Nos viene ganas de decir: Seor, nos pides lo imposible!. Nos respondera: Lo s, pero yo he muerto para poder dar lo que os pido. No os he dado solo el mandamiento de perdonar y tampoco solo un ejemplo heroico de perdn; con mi muerte os he procurado la gracia que os vuelve capaces de perdonar. Yo no he dejado al mundo solo una enseanza sobre la misericordia, como han hecho muchos otros. Yo soy tambin Dios y desde mi muerte he hecho partir para vosotros ros de misericordia. De ellos pueden llenarse las manos en el ao jubilar de la misericordia que est a punto de abrirse.* * *Entonces -dir alguno- seguir a Cristo es un volverse pasivo hacia la derrota y la muerte? Al contrario! Tengan coraje, l le dijo a sus apstoles antes de ir hacia la Pasin: Yo he vencido al mundo (Jn 16, 33). Cristo ha vencido al mundo, venciendo el mal del mundo. La victoria definitiva del bien sobre el mal, que se manifestar al final de los tiempos, ya vino, de derecho y de hecho, sobre la cruz de Cristo. Ahora -deca- es el juicio de este mundo. (Jn 12, 31). Desde aqul da el mal pierde; y ms pierde cuanto ms parece triunfar. Est ya juzgado y condenado en ltima instancia, con una sentencia inapelable.Jess le ha ganado a la violencia no oponiendo a esa una violencia ms grande, pero sufrindola y poniendo al desnudo toda su injusticia y su inutilidad. Ha inaugurado un nuevo gnero de victoria que san Agustn ha encerrado en tres palabras: Victor quia victima Vencedor porque vctima . Fue vindolo morir as, que el centurin romano exclam: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios! (Mc 15,39). Los otros se preguntaban que significaba el fuerte grito que Jess emiti muriendo (Mc 15,37). l que era experto en combatientes y combates, reconoci en seguida que era un grito de victoria .El problema de la violencia nos acecha, nos escandaliza, hoy que esta ha inventado formas nuevas y horribles de crueldad y de barbarie. Nosotros los cristianos reaccionamos horrorizados a la idea que se pueda matar en nombre de Dios. Alguno entretanto objeta: pero la Biblia no est ella misma llena de violencia? Dios no es llamado el Seor de los ejrcitos? No le es atribuida la orden de enviar al exterminio ciudades enteras? No es l quien ordena en la Ley mosaica numerosos casos de pena de muerte?Si se hubiera dirigido a Jess durante su vida, la misma objecin, l habra respondido lo que respondi sobre el divorcio: Por la dureza de vuestro corazn Moiss les ha permitido de repudiar a vuestras esposas, pero en el principio no era as (Mt 19, 8). Tambin a propsito de la violencia al principio no era as. El primer captulo del Gnesis nos presenta un mundo en el que no es ni siquiera pensable la violencia, ni entre los humanos, ni entre los hombres y los animales. Ni siquiera para vengar la muerte de Abel, o sea ni para castigar a un asesino, es lcito asesinar (Jn 4, 15).El genuino pensamiento de Dios est expresado por el mandamiento No asesinar, ms que por las excepciones hechas a esto en la Ley, que son concesiones a la dureza del corazn y a las costumbres de los hombres. La violencia, despus del pecado hace parte lamentablemente de la vida y el Antiguo Testamento, que refleja la vida y que tiene que servir a la vida, busca al menos con su legislacin y con la pena de muerte, canalizar y contener a la violencia para que no degenere en arbitrio personal y no se destruyan mutuamente .Pablo habla de un tiempo caracterizado por la tolerancia de Dios (Rm 3, 25). Dios tolera la violencia como tolera la poligamia, el divorcio y otras cosas, pero viene educando al pueblo hacia un tiempo en el que su plan originario ser recapitulado y puesto nuevamente en honor, como para una nueva creacin. Este tiempo ha llegado con Jess que, en el monte proclama: Habis odo que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente; pero yo os digo no resistis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrcele tambin la otra Habis odo que se dijo: Amars a tu prjimo y odiars a tu enemigo; pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen (Mt 5, 38-39; 43-44).El verdadero Discurso de la montaa que ha cambiado el mundo no es entretanto el que Jess pronunci un da en una colina de Galilea, sino aquel que proclama ahora, silenciosamente desde la cruz. En el Calvario l pronuncia un definitivo no! a la violencia, oponiendo a ella no simplemente la no-violencia, sino an ms el perdn, la mansedumbre y el amor. Si habr an violencia esta no podr, ni siquiera remotamente, invocar a Dios y valerse de su autoridad. Hacerlo significa hacer retroceder la idea de Dios a situaciones primitivas y groseras, superadas por la conciencia religiosa y civil de la humanidad.* * *Los verdaderos mrtires de Cristo no mueren con los puos cerrados, sino con las manos unidas. Hemos visto tantos ejemplos. Es Dios quien a los 21 cristianos cptos asesinados por el ISIS en Libia el 22 de febrero pasado, les ha dado la fuerza de morir bajo los golpes, murmurando el nombre de Jess. Y tambin nosotros recemos:Seor Jesucristo te pedimos por nuestros hermanos en la fe perseguidos, y por todos los Ecce homo que hay en este momento en la faz de la tierra, cristianos y no cristianos. Mara, a los pies de la cruz tu te has unido al Hijo y has murmurado detrs de l: Padre perdnalos!: aydanos a vencer el mal con el bien, no solo en el escenario grande del mundo, sino tambin en la vida cotidiana, dentro de las mismas paredes de nuestra casa. Tu que sufriendo con el Hijo tuyo que mora en la cruz, has cooperado de una manera toda especial a la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad , inspira a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo pensamientos de paz, de misericordia y de perdn. Que as sea.Traduccion de Zenit1.Blaise Pascal, El mistero de Jess (Pensamientos, ed. Brunschvicg, n. 553).2.F. Nietzsche, La gaya ciencia, III, 125.3.Dionisio de Alejandra, en Eusebio, Historia eclesistica, VII, 22, 4.4.Ernesto Galli della Loggia, La indiferencia que mata, en Corriere della sera 28 de julio de 2014, p. 1.5.S. Agustn, Confesiones, X, 43.6.Cfr. F. Topping An impossible God.7.Cfr. R. Girard, Des choses caches depuis la fondation du monde, 1978.8.Lumen gentium, n. 61.Copyright 2011, Padre Raniero Cantalamessa. Tutti i diritti riservati. Una realizzazione Ergobit.Expand nextpreviousClosePrevious0/0Next