Éxito · Siete Poderosos Principios para el Éxito ... a impartir mis estudios los lunes por las...

ÉxitoIntegralComo alcanzar el éxito yla felicidad en nuestra vida yllenar todas las áreas de nuestro ser.

© 2008, Gustavo A. Quiñonez

Éxito IntegralPor Gustavo A. Quiñonez

© 2008, Gustavo A. Quiñonez

Publicado por Luluhttp://www.lulu.com

Este libro no puede ser reproducido,total o parcialmente, sin autorizaciónescrita del editor.

ISBN 978-1-4357-5608-3

Dedicado a mi esposa Ana Victoria,a mis hijos Valentina y Alejandro.Muchas gracias por el amor yla comprensión que he recibidode ustedes.

A mis padres;aunque los tengo lejossiempre los llevo en mi corazón.

6 • ÉXITO INTEGRAL

ÉXITO INTEGRAL • 7

ÍndicePrólogo ....................................................................................9

Introducción ............................................................................13

1. Siete Leyes Universales para el Éxito ................................................17

2. Siete Poderosos Principios para el Éxito .............................23

3. En búsqueda de la verdad ..................................................27

4. Tomando Acción ...............................................................35

5. Encontrando nuestro camino ............................................41

6. Solamente hazlo ................................................................47

7. Memorias ..........................................................................53

8. Cambiando nuestra forma de pensar .................................59

9. Todo es posible ..................................................................67

10. Solo necesita una visión clara ...........................................75

11. La felicidad está a su alcance ............................................81

Tarjeta “Mi Intensión” ...........................................................89

Bibliografía ............................................................................91


PrólogoA lo largo de mi vida adulta he estado en constante búsqueda de res-

puestas a muchas interrogantes. Aunque el camino no ha sido fácil,

en dicha búsqueda he ido poco a poco encontrando la luz. Esta per-

secución de respuestas me ha llevado a una nueva forma de pensar, en

la cual se han roto viejos paradigmas y mi visión ha sido ampliada.

En mi caso, aún no tengo 20, 30 ó 40 años estudiando este tema,

pero sí tengo la visión clara de crear conciencia en la comunidad

de habla hispana, y ser partícipe de un cambio. Estoy consciente de

que esta visión personal es el inicio de un efecto dominó. Durante la

época en que vivimos actualmente, la ciencia está demostrando va-

rios conceptos y realidades que los místicos han venido proclamando


desde la antigüedad.

Éste es mi primer libro, y en el mismo comparto un poco de la in-

formación a la cual he sido expuesto y la que ha impactado mi vida.

No he querido profundizar en algunos temas, porque deseo primero

crear conciencia en los lectores, para que en su interior experimen-

ten un nuevo despertar. Los seres humanos sentimos un llamado en

nuestro interior, porque nuestro espíritu necesita crecer y desarrollar-

se. Es nuestra responsabilidad atender ese llamado y estar en constan-

te crecimiento. Es primordial entender que el crecer y desarrollarse

es un proceso personal; no debemos utilizar la fuerza para que otros

nos sigan. Para muchas personas tales conocimientos no son nuevos,

pero para mí sí lo son.

En mi interior siempre ha existido una llama que me estimula a bus-

car más: llegar más lejos, hacer las cosas de una mejor manera. Creo

que esa búsqueda es natural en todo ser humano; sin embargo, mu-

chas personas dejan que esa búsqueda y ese deseo se apague: se su-

mergen en la monotonía y caen en la mediocridad y aburrimiento.

A finales del año 2006 mi posición no era nada alentadora y debí en-

frentarme a muchos problemas. Al verme sumido en ellos, un com-

pañero de trabajo de mi esposa se convirtió en el instrumento para

llevarme ante una nueva luz e introdujo a nuestras vidas una fuente

de información que ha venido a transformar nuestra existencia. Nos

dio nombres de libros, autores y películas. Desde ese momento, el


deseo de poder encontrar más luz ha sido algo constante. El dar a

conocer esa información en idioma español —ya que la mayoría del

material se encuentra en inglés— ha sido un nuevo reto y mi nueva

intención: el poder enseñar y llevar luz a otras personas. No cabe

duda que Dios tiene sus formas de trabajar y muchas veces no son

fáciles de entender.

Desde el mes de septiembre del 2007, mi intención de compartir

este conocimiento ha ido en aumento. Sin los recursos para hacerlo,

he ido caminando hacia mi misión y en ese caminar he atraído a

personas y a situaciones. El día 10 de octubre de ese mismo año, me

reuní con la Reverenda Shelly Downes, D.D., quien me permitió

usar las instalaciones de “The Tree of Life Center” en las que empecé

a impartir mis estudios los lunes por las noches.

Ésta es una parte del Email que me envió, cuando le agradecí por la

oportunidad de usar las instalaciones:

“Gustavo, ¡No tienes que agradecer! Recuerda que no hay accidentes.

La razón por la cual el Espíritu ha permitido que nos conozcamos

está muy clara para mí, y muy pronto lo será para ti, si no es que ya

la sabes. Los dos estamos haciendo un gran trabajo, y es necesario

hacerlo. Las personas están listas, y nosotros somos los maestros. Te

veo el lunes.

Bendiciones,

Shelly”


Introducción“Cuando la ciencia y la pasión se encuentran, los sueños se vuelven realidad”.James Arthur Ray

El ser humano está conformado por distintas áreas; no somos seres

físicos únicamente. Para alcanzar un éxito integral es necesario expe-

rimentar un crecimiento en las distintas áreas de nuestra personali-

dad. Me causó mucho impacto encontrar materiales que enseñaban

eso mismo que había estado en mi mente y su estudio me permitió

afianzar mis pensamientos.

Las áreas que se mencionan en el estudio de “La ciencia del éxito”, y


las que yo defino como “éxito integral”, son:

a) mental

b) espiritual

c) física

d) financiera

e) relaciones.

Durante varios años he estado buscando muchas respuestas; he

tratado de encontrar el porqué y el cómo funciona nuestra mente,

con el objetivo de obtener más respuestas de la vida. A lo largo de

mi existencia he tenido muchas ideas y proyectos, pero no siempre

funcionaron. En varias ocasiones culpé a personas, circunstancias o

factores externos porque los mismos no funcionaban, pero estaba

equivocado. Ahora que he tenido acceso a nueva información, logré

detectar el porqué de mis resultados, el porqué no alcancé siempre los

resultados deseados. Algo he entendido: los resultados obtenidos en

el pasado no garantizan que obtendremos los mismos resultados en

el futuro; nuestras ideas pasadas son las que nos han llevado a nues-

tro estado actual. Si cambiamos nuestros pensamientos y nuestras

acciones, cambiaremos nuestro futuro y esto nos permitirá alcanzar

nuestros sueños y conseguir los resultados deseados.

En poco tiempo he visto un cambio en mi vida, y sé que ese cambio

es apenas el comienzo. El poder compartir con ustedes los conoci-

mientos que he ido adquiriendo forma parte de mi intención; ésta

es una misión a la cual le he dedicado tiempos y esfuerzo. Como


resultado, muchas bendiciones han llegado a mi vida. He tenido el

gusto de conocer personas maravillosas con las cuales he compartido

muchas experiencias. Ahora sé que como individuos tenemos las lla-

ves para realizar nuestros sueños y compartiré con ustedes el cómo he

ido aplicando ese conocimiento en mi vida. En varias oportunidades,

al compartir con quienes hoy son mis maestros, percibo un nudo en

la garganta al escuchar sus historias y darme cuenta de que muchas

personas han iniciado con nada, y de la nada han transformado sus

vidas.

El conocer que hay métodos para alcanzar lo que deseamos una y

otra vez, el vivir un desarrollo integral que podemos aplicar en cual-

quier fase de nuestra vida, y que veremos cambios grandiosos, son

algunos de los frutos de mi nueva forma de pensar.

Un aspecto que quiero dejar claro es que mi nueva forma de percibir

la vida no constituye una religión o una secta; es una forma de pen-

sar que deseo se convierta en su nueva forma de vida. Sólo se necesita

voluntad y disciplina para poder albergar una idea, y caminar en esa

dirección, hasta obtener los resultados deseados. No se necesitan tí-

tulos universitarios para alcanzar el éxito y la felicidad.

El universo está gobernado por leyes precisas que nos afectan a todos,

incluso sin que tengamos conocimiento de esas leyes. Por ejemplo:

no necesitamos entender o conocer la ley de la gravedad, para evitar

caer de un edificio, ni tampoco depende si somos buenas personas


para evitar caer. Muchos no sabemos cómo funciona la electricidad,

pero sí gozamos de sus beneficios. De esta forma, si conocemos y

entendemos las leyes y principios naturales, podremos estar en armo-

nía con la naturaleza y con nosotros mismos, y alcanzar lo que tanto

anhelamos.

Lo animo a que juntos iniciemos el estudio y mejoramiento de nues-

tras vidas, para alcanzar nuestros sueños. Animémonos a alimentar

todas las áreas de nuestro ser.


1. Siete leyes universalespara el éxitoEs muy importante entender que no somos seres físicos únicamente.

Si pretendemos entender lo que nos rodea sólo por medio de

nuestros cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) estaríamos

limitando nuestras vidas. De ser así, ¿por qué pagar el recibo de

electricidad, si ésta no se puede ver? ¿Por qué al encender un radio

podemos escuchar diferentes estaciones? ¿Acaso hay personas en

el interior de la radio o de la televisión? Esto nos demuestra que

existe más que un cuerpo físico, que existe un universo más allá de

lo palpable.


Las leyes que voy a citar no surgieron de mi pensamiento; personas

estudiosas y exitosas las han estudiado y las aplican desde hace

mucho tiempo. Ahora que las he empezado a estudiar y practicar,

deseo compartirlas con ustedes. Es importante tomar en cuenta

que dichas leyes probablemente no son aceptadas por la mayoría de

personas, pero el que sean o no aceptadas no afecta o condiciona

su existencia. Lo que nos interesa es entenderlas y aplicarlas en

nuestras vidas, no importando nuestro credo, etnia, color, estatura,

etc. Todos los seres humanos somos afectados y regidos por estas

leyes naturales.

Los seres humanos tenemos derecho de ser felices y a alcanzar

el éxito. Es necesario entender cada una de las siete leyes, que

nos permitirán alinear nuestra visión y tener los resultados que

deseamos. Existen personas que no conocen ni entienden las

estas leyes, pero inconscientemente están alineadas con ellas y son

exitosas. Si logramos entenderlas, resultará fácil alcanzar las metas

que nos propongamos.

Una vez empecemos a aplicar estas siete leyes y principios naturales

del éxito, nuestros resultados serán fenomenales y la velocidad con

la que se producirán los cambios nos dejará perplejos. Imaginemos,

entonces, cómo sería nuestra vida si aplicáramos esas leyes en forma

consciente; ya no iríamos en contra de la corriente.

Éstas son las siete leyes universales para el éxito:


1. Ley de la perpetua transmutación de la energía

2. Ley de la vibración / Ley de la atracción

3. Ley de la relatividad

4. Ley de la polaridad

5. Ley del ritmo

6. Ley de la causa y el efecto

7. Ley del género

Una sencilla descripción de cada una de ayudará a entenderlas;

pero el hecho de ponerlas en práctica y alinearlas con nuestras

respectivas metas hará que siempre las tengamos presentes.

1. Ley de la perpetua transmutación de la energía

La energía está en constante cambio y movimiento; no se destruye,

sólo se transforma. Por más estático que algo parezca a nuestros

sentidos, está en constante movimiento. De igual forma, nuestro

cuerpo está en constante cambio. En cada momento hay células

que mueren y son reemplazadas por nuevas; nuestro cuerpo nunca

es el mismo, nunca vuelve a su estado “original”.

2. Ley de la vibración / Ley de la atracción

Todo lo que existe está en constante vibración, son ondas invisibles.

Los niveles de vibración varían: los objetos sólidos tienen vibraciones

más lentas, mientras que las ideas tienen una vibración más rápida y

pueden penetrar en los objetos sólidos, en el tiempo y en el espacio.

Cada idea es en realidad una vibración que afecta a nuestro cuerpo,


a nuestro ambiente y al cosmos, porque permanece y afecta todo

a nuestro alrededor. Lo que pensamos es lo que manifestamos con

las palabras. Está vibración o idea atrae a nosotros más de eso que

pensamos.

3. Ley de la relatividad

No necesitamos comprender la Ley de la relatividad para entenderla;

lo que necesitamos es entender sus implicaciones. Esta ley nos dice

que todo es real cuando lo comparamos con algo más. Por ejemplo:

decimos que un objeto es caliente al compararlo con un objeto frío.

De lo contrario, ese objeto caliente sólo “sería…”, pero no habría

punto de comparación. Nuestros ingresos monetarios únicamente

“son…”, cuando los comparamos con los ingresos de alguien más,

éstos pueden ser más altos o más bajos que nuestros ingresos.

4. Ley de la polaridad

Nos enseña que nada puede existir sin un opuesto. Este libro tiene

una parte frontal y una parte trasera; tiene un lado izquierdo y un

lado derecho; también tiene una parte de arriba y una parte de abajo.

De manera que cada vez que usted considere que una situación en

su vida es muy mala, deténgase y busque el lado bueno; busque la

parte positiva para manifestarla en su vida.

5. Ley del ritmo

La idea principal es que todo en el universo tiene un tiempo y un

ritmo; todo tiene ciclos. La marea sube y baja, y ambas acciones


tienen un tiempo o ciclo. Las estaciones del año van y vienen… es

un ciclo invariable. Todo está en constante movimiento, todo está

en una danza armoniosa. Si algo se mece hacia la derecha, luego lo

hará hacia la izquierda. Cuando se comprende esta ley y se pone en

práctica, la toma de decisiones será más fácil y también será más

fácil el avanzar en dirección hacia las propias metas.

6. Ley de la causa y el efecto

Esta ley nos enseña que todo acontecimiento es efecto de otro

acontecimiento que lo causó; pero éste a su vez, será también la

causa del siguiente acontecimiento. Nos muestra que el universo

está en un constante ciclo sin final.

Varias religiones y filosofías hablan de esta ley:

• Lo que se siembra, es lo que se cosechará.

• Si invierte mucho, recibirá mucho.

• Lo que da, recibirá.

La expresión “Lo que piense es lo que manifestará” es un ejemplo

vívido de esta ley. Si no está contento con los resultados que está

obteniendo, cambie su forma de pensar, y como efecto cambiará

sus resultados. Por eso es importante que cada quien tenga claro:

¿Qué es lo que quiero? Si no lo tiene claro, no sabrá qué es lo

que está causando esos resultados insatisfactorios y tampoco sabrá

cómo cambiar sus acciones, para manifestar lo que desea.


7. Ley del género

Esta ley nos enseña que todo es “creado” o transformado. Todo

necesita de un período de incubación para poder manifestarse. Un

“nuevo” bebé necesita de un óvulo y de un espermatozoide y este

bebé tendrá que estar durante nueve meses en el vientre de su madre.

Todo cuanto existe en el universo está en constante movimiento y

creación. El éxito que usted desea ya existe; sólo necesita atraerlo, y

esperar a que se manifieste en su vida. Esta ley también le ayudará

a entender que somos seres espirituales en un cuerpo físico. Es así

cómo su éxito puede estar en la puerta; sólo es cuestión de tiempo

y esperar que se manifieste.

Como ya he mencionado las siete leyes universales para el éxito,

en el siguiente capítulo describiré los siete principios para el éxito.

Esos principios le ayudarán a iniciar su plan de acción y empezará

a atraer y manifestar grandes cambios en su vida.

Todos tenemos derecho a alcanzar el éxito, la felicidad y nuestros

más altos anhelos. El enfocarse en lo que “no” quiere lo aleja de la

forma de vida que desea. Cuando entienda las leyes y aprenda a

aplicarlas en su vida, comprenderá que no son las circunstancias

ni las situaciones las que lo atrapan de por vida en una posición:

nosotros somos los arquitectos de nuestro propio destino. Estas leyes

las podrá aplicar en todas las áreas de su vida, y una vez encuentre

la armonía, podrá alcanzar el “éxito integral”.


2. Siete poderosos principios para el éxitoYa expuse las siete leyes universales para el éxito; ahora expondré lo

que vendrá a ser el complemento y lo que permitirá alinearse más

fácilmente con esas leyes, para alcanzar el éxito integral.

Los siete poderosos principios para el éxito son:

1. El poder del entendimiento

2. El poder de los paradigmas

3. El poder de la visión

4. El poder de las asociaciones

5. El poder de dar


6. El poder de la gratitud

7. El poder de asumir la responsabilidad

Debe ver estos principios de poder como las acciones a tomar para

realizar los cambios en su vida, para poder alcanzar sus metas y sus

anhelos y, lo más importante: el éxito integral.

1. El poder del entendimiento

Consiste en entender las siete leyes universales, y la forma como

funcionan. Esto facilitará el alinearse con ellas, para acelerar el pro-

ceso de crecimiento en su vida. No necesita memorizarlas, ni saber

el detalle de su funcionamiento; sólo necesita intuir cómo funcio-

nan y cómo se aplican en su vida.

2. El poder de los paradigmas

Al hablar de paradigmas hablamos de creencias, valores, hábitos

y patrones de cómo se piensa. Los paradigmas determinan como

funciona su vida. Muchos de ellos han sido heredados de sus fa-

miliares, otros los aprendemos de nuestros maestros, de la religión

y de la sociedad en que vivimos. Lo bueno es que los paradigmas

pueden ser cambiados. La mente humana es poderosa y puede

cambiar los resultados, cuando cambia sus paradigmas; ese cam-

bio formará nuevos hábitos. Al ocurrir el cambio, nuestra mente,

tanto consciente como subconsciente ejecutará las nuevas órdenes

que reciba.


3. El poder de la visión

Este poder permitirá crear la vida de sus sueños, una vez tenga una

visión clara y precisa que incluya ser, hacer y tener. Es necesario

estimular su visión agregando emoción, fe y convicción. Visuali-

ce una imagen como si estuviera viviéndola a través de sus ojos;

hágalo con frecuencia y lo más vívido posible. Actúe cada día en

dirección de su nueva visión, y actúe cómo si esta visión ya hubiese

ocurrido.

4. El poder de las asociaciones

Nadie logra el éxito estando solo; es necesario realizar sociedades

con personas o negocios. Busque personas que admire y que le gus-

taría imitar porque tienen éxito en sus actividades. Trabaje en su

mente para evitar todo pensamiento de competencia. Replantee la

idea de que está creando, no compitiendo. Cuando el alumno está

listo, el maestro aparece.

5. El poder de dar

Recuerde el principio del boomerang: todo lo que damos, regresará

y con un poco más. Los que tienen éxito dan más del valor real del

producto o servicio que ofrecen, y ayudan de corazón. No ejecutan

una transacción en la cual intercambian o canjean; simplemente

contribuyen. Algo que le ayudará con el proceso de recibir lo que

desea es regalar lo que ya no usa: el ejecutarlo crea espacio para

recibir lo que necesita. La actitud de dar le ayudará a obtener abun-

dancia y a evitar el pensamiento de escasez.


6. El poder de la gratitud

Este poder cambiará la vibración de su cuerpo y atraerá, como un

gran imán, aquello que tanto desea. Debe enfocarse en lo bueno de

su posición actual, y que está mejorando constantemente; recuerde

que todo está en constante cambio. La fe verdadera consiste en

estar agradecido por aquello que aún espera que se manifieste en su

vida. El apreciar todo lo que recibimos y ser agradecido se volverá

un hábito y eso traerá la abundancia a su vida.

7. El poder de asumir la responsabilidad

Significa que asumirá la responsabilidad por los resultados que está

atrayendo a su vida. Usted tienes la última palabra para cambiar los

resultados que está obteniendo. Muévase siempre en dirección a sus

metas y a los resultados deseados; esto le ayudará a reconocer que

tiene el control de sus pensamientos y de todo aquello que desea

manifestar en su vida.


3. En búsquedade la verdad

Desde muy joven empecé la búsqueda de la verdad. Me pregun-

taba cuál era el propósito de la vida, de dónde venimos y a dónde

vamos. Crecí en una familia “normal”, con dos hermanas menores.

Fui criado bajo la religión católica, aunque era más por tradición,

pues hubo un tiempo en el cual recuerdo que ya no asistimos a

misa con la familia. Durante mi niñez, mis abuelos paternos vivían

con nosotros. Mi padre era quien trabajaba duro; recuerdo que en

ocasiones todo iba muy bien, porque tenía buenos trabajos, y en

ocasiones, la situación económica se tornaba un tanto difícil.

Durante mi niñez y juventud ingresé al “Club Gurkhas” (institu-


ción que pertenece al Opus Dei), en la que estudié el catecismo,

antes de hacer mi primera comunión. En ese club no sólo aprendí

algo de la doctrina católica, y en especial las doctrinas del Opus

Dei, sino también tuve oportunidad de jugar béisbol y hacer un

poco de montañismo. Mi vida espiritual no tuvo ningún cambio

hasta 1988; en ese año, un evento que vino a sacudir mi vida me

llevó a lo que sería mi primera crisis. Mi abuelo paterno, con quien

había compartido toda mi vida falleció, y mis creencias religiosas

no me daban las respuestas que necesitaba en ese momento.

En 1988 me peleé con Dios; le pregunté por qué se había llevado

a mi abuelo, y no logré encontrar respuestas. En esos momentos

desempolvé unos libros que habían estado escondidos en la librera

de mis abuelos (recuerdo que mi abuela no me permitía tocarlos

cuando yo era niño). Al morir mi abuelo, sólo encontré uno de esos

libros, y empecé a buscar más sobre su autor, Alan Kardec. Empe-

cé a estudiar espiritismo y espiritualismo. Recuerdo cómo la Ley de

la atracción funcionó, pues tuve la oportunidad de conocer muchas

personas y percibir su esencia, con tan sólo verlas.

Otro evento que recuerdo es que mi mejor amigo, a quien conozco

desde que teníamos cinco años de edad, al ver que yo me estaba

envolviendo en el espiritismo y lo oculto, me advirtió que existían

otras respuestas. La forma con la que mi amigo me explicaba no

me daba las respuestas lógicas que yo buscaba en una nueva visión

espiritual. Esta advertencia por parte de mi amigo no logró persua-


dirme de mi búsqueda, a pesar de que él me insistía en que no es-

taba caminando en la dirección correcta. No me criticaba, porque

sólo me quería ayudar.

La invitación que me hizo mi amigo para estudiar la Biblia no me

logró cautivar; la idea de hacer algo por miedo a algún castigo no

me logró convencer en lo más mínimo. Cuatro años después em-

pecé a estudiar una serie de libros llamada “La fe de Jesús”, invitado

por mi amiga Ana Victoria, quien actualmente es mi esposa.

Empecé a estudiar la doctrina de los Adventistas del Séptimo Día.

En un inicio, el aprender del amor de Jesús y el tener una visión

más “lógica” de la Biblia me cautivó. Me involucré con la institu-

ción y me hice miembro, pero cuando vi sus políticas y formas de

operar, se apagó la llama que se había iniciado en mí. Me di cuenta

de que, en lugar de acercarme a esa verdad o al Creador que mi

alma deseaba conocer para entablar una relación constante, cada

vez me alejaba más. Al tratar de ser moralista y hacer lo “bueno”,

mi vida espiritual estaba muriendo. Debí admitir que aquellos “lí-

deres” a mi alrededor no podían ayudarme. ¿Acaso ellos también

se sentían igual que yo, pero tenían miedo de cuestionar su propia

espiritualidad?

Ninguno de los sistemas y métodos que conocí me dio una respues-

ta o experiencia en la cual yo viera resultados que impactaran mi

ser y cambiaran mi vida. Todo cambio era algo superficial, y todos


trataban de cambiar la moral de las personas, pero no su esencia.

Todos afirmaban tener la verdad absoluta y criticaban a otras reli-

giones o sistemas de adoración. Yo lograba tener cambios durante

un tiempo y luego, estaba de regreso a lo habitual.

Nadie posee la verdad absoluta; el afirmar lo contrario es arrogan-

cia; el afirmar que tenemos toda la verdad es ignorancia. Los que

piensan que poseen la verdad absoluta y que tienen el monopolio

de la verdad acerca de Dios están en un error. Éste es uno de los

problemas que enfrentan muchas religiones, que afirman tener “la

verdad” y “el método” para la salvación, pero si vemos el estado

actual de la sociedad, nos damos cuenta de que han fracasado en

su mensaje.

Recuerdo una carta que me escribió mi amigo, Estuardo Imeri, en

la que me llamaba “buscador de la verdad”. En ella me brindaba

su percepción y me invitaba a que lo acompañara, ya que él había

encontrado otra luz. Pero ahora entiendo algo: el que busca siem-

pre está en un constante aprendizaje, en un constante crecimiento.

Nuestro sistema educativo enseña que la persona, una vez termina

y obtiene un título, es un “experto” en su área. Pero dicho conoci-

miento resulta obsoleto unos años después, ya que nuevos métodos

y nuevas teorías aparecen cada día. Imagínese un médico que no se

actualiza y no conoce nuevos tratamientos ni nuevos medicamentos;

en igual forma, un abogado tiene que saber nuevas leyes, enmiendas

y cambios jurídicos. Esto se aplica a cualquier profesión: no importa


el oficio que usted desempeñe, siempre habrá nuevas formas de ha-

cer las cosas.

Algo muy común en las personas es que, desde niños, han sido

entrenados a obedecer y asignar nombres. Cuando ponemos una

etiqueta a alguien o a algo afirmamos que “lo conocemos”, aunque

no hayamos tenido una experiencia personal que nos confirme qu

poseemos ese conocimiento que afirmamos tener. A todos nos han

dicho seguramente que el fuego quema, y que no debemos poner la

mano o el dedo en la llama, pero no es hasta que experimentamos

nuestra primera quemadura que “sabemos” en carne propia lo que

esto significa quemarse.

A través de los años, hemos ido formando nuestro “sistema total

de creencias”. Muchas de esas creencias han sido inculcadas por

nuestros padres, maestros, líderes religiosos o por nuestro entorno.

El problema surge cuando consideramos que dichas creencias son

verdades, aunque no tengamos referencias o una experiencia per-

sonal que las confirme. Es como el ejemplo del fuego. Es de suma

importancia, entonces, analizar lo que “creemos” y ver qué puede

ser confirmado por una experiencia personal y qué ha sido un “re-

galo” de aquellas personas que ejercen o ejercían autoridad sobre

nosotros.

El cuestionar nuestro “sistema total de creencias” no será cómodo,

pero usted se acostumbrará a la incomodidad. Siéntase cómodo


con la incomodidad. Los beneficios de vivir experiencias que con-

firmen lo que creemos será algo muy poderoso en nuestra vida,

comparado con aquello que creemos, ya sea por costumbre o por

tradición. Muchas personas no hacen algo por “el qué dirán”, o

porque es “malo”, de acuerdo a aquello que creen creer. Debido al

“sistema total de creencias”, durante mis años de adolescencia crecí

muy introvertido: no me sentía cómodo con lo que proyectaba, no

estaba satisfecho con lo que creía, etc. Eso me llevó a ser una per-

sona extremadamente reservada y a creer que mientras menos per-

sonas hubiese a mi alrededor, mejor. Sólo algunos elegidos gozaban

de mi amistad. Constantemente juzgaba y criticaba todo aquello

que yo “creía” ilógico o tonto. No fue sino hasta que empecé a cues-

tionar mi “sistema total de creencias” que descubrí la máscara que

me servía de protección para no ser lastimado, y que utilizaba para

encubrir todas aquellas imperfecciones y estupideces que venía co-

metiendo una y otra vez. Ese “sistema total de creencias” me estaba

haciendo miserable a mí y a todos los que me rodeaban.

Tropecé varias veces con los mismos errores, pero al empezar a vi-

sualizar todo bajo una nueva luz, empecé un proceso de sanación

interior. El proceso ha sido lento, pero ha venido a desarrollar nue-

vos rasgos de personalidad en mí. Hoy no busco ser más inteligen-

te, pese a que muchas personas que me conocen opinan que lo soy;

mi deseo es llegar a ser sabio, a utilizar mis dones y cualidades para

buscar mi crecimiento y ayudar a aquellos que me rodean.


Recuerdo que las primeras veces que oí que nuestros resultados son

una proyección de lo que somos dentro, me impactó muchísimo, y

a la vez sentí rabia contra mí mismo, al entender que mis fallas en el

interior eran la causa de todo lo que sucedía en mi exterior. Aquello

era igual que estar frente a un espejo que revelaba todas las arrugas

y cicatrices de mi interior, de mi alma. Y me di cuenta de que el

querer usar la máscara de iluminado era lo que me estaba causando

más y más infelicidad.

Toda solución empieza adentro de nosotros; toda enfermedad es

resultado de no estar en armonía con nuestro Creador. El estar des-

conectados de esa fuente, el creer que somos seres “independientes”

hace que actuemos cada vez más alejados de la verdad. Todos aque-

llos problemas y pruebas nos sirven como escalones para seguir su-

biendo hacia nuestro entendimiento y conocimiento de la verdad.

El problema es que muchas veces nos sentamos en el escalón en

que vamos y nos preguntamos “¿por qué me sigue pasando lo mis-

mo?” La razón para que nos siga pasando lo mismo es porque no

aprendemos la lección y no seguimos creciendo; entonces la vida se

encarga de enviarnos la misma lección para que despertemos.

Si no aprendemos de nuestros errores, es como subir una escalera

y al llegar al final, encontrarnos con que la apoyamos en la pared

equivocada.


4. Tomando acciónEl entender las leyes y los principios es tan sólo el inicio de un

proceso. Muchos son los interesados, pero muy pocos son los que

atenderán el llamado interior de estudiar y cambiar su vida.

Es muy común el observar que las personas escuchan consejos, asis-

ten a seminarios y cursos, pero muy pocas aplican lo que han apren-

dido o deciden profundizar su conocimiento en el tema que están

estudiando, para luego disfrutar de los resultados del cambio. Esta

realidad la constaté, después de asistir a un curso impartido por mi

maestro James A. Ray. Al finalizar la actividad, los que asistimos

nos organizamos en grupos de seis o siete personas. El propósito

de los grupos era realizar una teleconferencia semanal, para darnos


apoyo y alcanzar los objetivos personales que nos habíamos plan-

teado. A cada grupo se nos asignó una persona para que estuviera

con nosotros durante algunas de las llamadas telefónicas y para que

nos acompañara y nos apoyara en las actividades.

Los asistentes afirmaron que participarían en las llamadas y que

harían “todo” lo que fuese necesario para alcanzar sus metas. Una

semana después, cuando llegó la primera teleconferencia, solamen-

te cuatro de las siete personas que tenía nuestro grupo estuvimos

presentes en la llamada. En más de una ocasión estuve solo con

otra persona. Muchos de los ejercicios que se debían hacer eran

sencillos. Frecuentemente las personas decían “no tengo tiempo” o

“estos ejercicios me parecen bobos”. Muchos se dejaron llevar por la

idea de que los ejercicios eran muy sencillos y no tomaron acción.

Este curso los dejó en la misma situación y sin una esperanza. Y

siguen con la misma frustración y los mismos resultados no desea-

dos. Ésta es la moraleja de la historia: no todos están dispuestos a

tomar acción.

Recuerdo el consejo de James, cuando nos dijo: “Tendrán oposición,

pues hemos sido enseñados bajo un sistema que nos condena a la me-

diocridad. Este sistema hará todo lo necesario para mantenerlos en la

misma situación en que se encuentran actualmente, es decir, condena-

dos a permanecer en la mediocridad.”

Cinco semanas después de haber regresado del curso tuve la opor-


tunidad de hablar unos minutos en persona con James, y le comen-

té lo que estaba haciendo y mi deseo de asistir a “Quántum Leap”,

otro de los cursos que él imparte, me pidió que siguiera con el

trabajo duro y con el estudio constante. “Es un gusto verte, espero

que sigas con el trabajo y el estudio necesario. Te veo pronto”, fue

lo último que me dijo.

El tomar acción es un principio que podrá cambiar los resulta-

dos para alcanzar lo que desea. Muchas personas nos desanimamos

constantemente, pues en nuestra sociedad actual todo es “instan-

táneo”. El microondas ha hecho que se caliente la comida en se-

gundos o minutos; el celular y el correo electrónico nos ponen en

contacto al instante con otras personas. Esos resultados rápidos son

los que en muchos casos desaniman a las personas que no desean

realizar esfuerzos, pero sí quieren obtener resultados rápidos y sa-

tisfactorios.

Cada vez deseamos resultados más y más rápidos y mejores cosas,

aunque muchas veces no tenemos tiempo de asimilar y disfrutar

lo que está pasando a nuestro alrededor. En varias oportunidades

culpamos a las personas o a las circunstancias por nuestros proble-

mas y no tomamos responsabilidad ni acción para cambiar nuestros

resultados. La velocidad a la que opera la sociedad actual hace que

se pierda el enfoque y el objetivo primordial del ser humano: el ser

feliz y desarrollarse. Muchas personas están ansiosas por obtener

posesiones y empiezan a amar al dinero y usar a las personas. Con el


dinero conseguimos más oportunidades y más comodidades, pero

no nos garantiza la felicidad. Por eso: amemos a las personas y use-

mos el dinero.

Si seguimos ejecutando lo mismo que hemos venido haciendo du-

rante los últimos tres o cinco años, tendremos exactamente los mis-

mos resultados que hemos venido obteniendo, una y otra vez. En

cambio, si hacemos las cosas de una forma diferente, obtendremos

resultados diferentes. Es más, no tenemos nada que perder al cam-

biar, porque al fin y al cabo no estamos obteniendo los resultados

que deseamos. Si nos comprometemos a tomar acción, tenemos fe

y fuerza de voluntad para obtener lo que deseamos, lo lograremos.

Algunas personas al escuchar esto pensarán que es una locura, por-

que están operando bajo el mismo sistema que la sociedad está vi-

viendo. Viven sin tener un plan para su vida y se dejan llevar por

las circunstancias; para justificar sus fracasos culpan a la situación

económica, a sus padres, a sus jefes, a la falta de oportunidades,

etc. Culpan a cuantos se encuentran en su entorno, sin asumir su

responsabilidad ni tomar acción para cambiar los resultados.

La vida nos enseña día a día; si no entendemos la primera vez,

volveremos a recibir la lección en repetidas ocasiones. El no aceptar

esas lecciones traerá estrés, frustración e infelicidad a nuestras vidas.

Con el pasar del tiempo, la vida nos mostrará por qué algunos he-

chos negativos han sido necesarios para que maduremos y alcance-


mos nuestros sueños. Recuerdo haber escuchado que Walt Disney

se declaró en bancarrota más de cinco veces, y que 320 bancos le

negaron el financiamiento para sus proyectos. Lo más importante

es que Walt Disney no se dio por vencido, siempre continuó to-

mando acción y finalmente logró sus objetivos.

Muchas veces, como resultado de esta sociedad de consumo (que

nos vende la idea del éxito instantáneo), queremos cosechar la glo-

ria sin siquiera haber ensuciado el uniforme. Algunos tratan de co-

piar a alguien que está obteniendo “buenos” resultados y se frustran

porque no están haciendo lo que les gusta y tampoco alcanzan a

sobresalir en eso que tan sólo están “tratando” de copiar.

Al observar a personas que han dejado huella en la historia vemos

que en varios casos, ellas tuvieron numerosas dificultades y las cir-

cunstancias probablemente no fueron las mejores, pero nunca des-

mayaron. Siempre tomaron acción y se dirigieron hacia su objetivo,

hacia a su meta, y mostraron pasión al hacerlo.

Cada día encontraremos dificultades y problemas; pero estos retos

son los que nos afirman que estamos en el proceso de crecimiento.

Lo único normal que existe es el cambio. Nunca volveremos a los

“viejos buenos tiempos”. Recordemos que la frase “tiempos glorio-

sos” es sólo una ilusión, y mientras más nos quedemos pensando

en esos tiempos, más desperdiciamos nuestros días, nuestro aquí y

ahora. La vida es muy valiosa y corta y a la vez muy frágil, como


para desperdiciar el tiempo y lamentarnos por el ayer.

Algunos individuos no se mueven hacia su objetivo porque no sa-

ben cuál es. Muy pocos logran sobrepasar los “malos tiempos” o

las adversidades, porque no saben a dónde van. Entonces se dejan

llevar por las circunstancias y al correr de los años se dan cuenta que

están en una situación poco alentadora.

Recordemos que en nuestro mundo todo es energía, y que la ener-

gía está en constante movimiento y cambio. No esperemos que los

viejos tiempos vuelvan. Necesitamos tomar ventaja de ese cambio

constante y crecer.


5. Encontrando nuestro camino

Es muy común que expresemos todo aquello que nos molesta, o

todo aquello que no queremos en nuestra vida. Se nos va la vida

en contar historias de por qué nosotros no podemos hacer algo, o

de lo malo que el destino ha sido con nosotros. Hemos llegado a

pensar que si tan sólo hubiésemos vivido en otras circunstancias,

todo sería muy diferente, que si tuviésemos más dinero… pero,

¿cuánto es más?

El verdadero problema es que no sabemos con exactitud lo que

deseamos. Es como estar vagando por la vida, teniendo un traba-

jo que nos hace miserables, nos altera la presión arterial y nos ha


causado esa molesta úlcera. Es como que decidiéramos ir de viaje

sin saber nuestro destino: simplemente salimos y dejamos que la

vida nos lleve por donde sea que las circunstancias lo indiquen. Es

importante que reconozcamos nuestro camino; pero lo más impor-

tante es que ese conocimiento nos brinde paz y nos llene de vida

y de realización. Muchos se dedican a una determinada profesión

u oficio por la “seguridad económica” que ésta puedan brindarles.

El actuar de esa forma nos lleva a no sobresalir en ese oficio o esa

profesión y ser uno más del montón, ser mediocre. El mundo está

lleno de personas que han vendido su camino por dinero, “por co-

modidad” y, lamentablemente… no son felices.

El establecer lo que deseamos y perseguirlo, sin importar los obs-

táculos y sin importar las circunstancias o el tiempo que nos lleve,

nos dará la chispa necesaria para mantener viva la esperanza y los

deseos de vivir. No nos dejaremos vencer por factores externos,

pues en nuestra mente y en nuestro corazón sabemos muy bien que

estamos en búsqueda de nuestro camino.

Las personas se preguntan: ¿Por qué Bill Gates tiene varios millones

de dólares? Entonces, para lograr lo mismo, desean dedicarse a la

computación, pues piensan que allí ésta la plata. Bill Gates inició

la empresa Microsoft décadas atrás y su visión era hacer software.

Muchas compañías diseñaban computadoras, pero nadie hacia

programas para esas computadoras. No es una casualidad que Bill

Gates haya ganado millones de dólares: él ha perseguido siempre su


pasión, su visión, su sueño. Por esa pasión abandonó sus estudios

en la universidad de Harvard y, contra todas las apuestas, persiguió

su sueño y encontró su camino. El dinero fue resultado secundario

después de alcanzar su sueño.

En ningún momento estoy diciendo que sea fácil alcanzar un sueño,

pero al igual que Bill Gates, hay personas que han logrado grandes

objetivos, porque han trabajado constantemente para encontrar su

camino. El caso se repite una y otra vez; pero uno de los factores

comunes es que esas personas siempre deciden seguir lo que les dicta

su corazón.

En la búsqueda de nuestro camino, la vida nos dará lecciones que

posiblemente no entenderemos en el momento que se nos presen-

tan, pero nos ayudarán en el futuro. Si en su día no las aprendimos,

aparecerán una y otra vez ante nosotros, hasta que las entendamos.

Es necesario comprender que la vida es muy corta como para estar

haciendo lo que no deseamos. Muchas personas se pasan la vida en

un trabajo que no les gusta, por miedo a perder una entrada econó-

mica; desperdician su potencial y se llenan de frustraciones.

Las personas que están dispuestas a luchar por sus metas y cons-

tantemente buscan su camino no aceptan que otros tomen las de-

cisiones por ellos; que decidan cuánto será lo que ganarán y lo que

pueden o no hacer con sus vidas. Muchos de los límites u obstácu-

los que pensamos que hay en nuestro camino nosotros los hemos


construido. Culpamos a nuestros padres, a nuestro jefe, a nuestros

hijos, a la economía, al entorno… la lista puede ser interminable,

por nuestros fracasos.

Steven R. Covey, en su libro “El octavo hábito”, define el encontrar

nuestro camino como escuchar la música que llevamos dentro, y no

morir sin compartirla con otros; dice que debemos compartir ese

don interior con otros. El camino tendrá sus retos, pero esos retos

nos van a ir formando, y al caminar creceremos como personas.

Recordemos que ser “normal” o uno más del montón nos condena

a ser una oveja más del rebaño. Se dice que no llegamos a usar ni

un 10% de nuestra capacidad, si es que usamos algo. Dejemos a un

lado las excusas y aceptemos el reto de escalar y desarrollar nuestro

potencial, siempre buscando nuestro camino.

Estamos frente a un universo de posibilidades y tenemos la opción

de buscar nuestro camino y disfrutar al máximo de este proceso.

El siempre buscar expandir nuestros horizontes y defender nuestro

camino es algo que sólo la persona con espíritu guerrero está dis-

puesto a llevar a cabo. El pensar ¿cómo? no es la pregunta que nos

enciende y motiva a seguir; lo que debemos preguntarnos es ¿por

qué? Esa pregunta nos dará más de una razón para estar en la lucha

y en la búsqueda constante.

Saber el porqué suceden los hechos nos dará la fuerza necesaria en

esos momentos de duda o adversidad; nos proporcionará la pasión


que nos hace ir hacia arriba, hacia debajo, hacia los lados o a través

de los obstáculos, no desmayar y hacer todo lo que se nos ocurra

para seguir adelante. Recuerdo que en un evento al que asistí se nos

explicó esta realidad con un juego. El mismo consistía en que cin-

cuenta de los asistentes tendrían que pasar al escenario de una for-

ma única y no se permitía repetir lo que alguien ya hubiese hecho

antes. Las personas caminaron, corrieron, bailaron tango, usaron

muletas, etc. En ese momento, la creatividad entró a funcionar y las

personas lograron su propósito. De esta misma forma lo suelen ha-

cer los guerreros en la vida real. Muchos se sientan a lamentarse que

alguien ya se “robó” su acto, mientras otros improvisan y siguen

adelante. ¿Cómo deseamos buscar nuestro camino? ¿O alguien más

tomará o tomó las decisiones por nosotros?

Recordemos que aquello que estamos buscando también nos está

buscando a nosotros; recordemos la Ley de la atracción. El hecho

de que muchas personas no la entiendan no significa que no sea

una ley natural. Como lo dije antes: muchos no conocemos cómo

funciona la electricidad, pero sí disfrutamos de sus beneficios.

Si no estamos felices con los resultados que estamos obteniendo,

¿no será que ya es hora de cambiar? En el fondo, nosotros somos

los que estamos causando esos resultados insatisfactorios. Debe-

mos cambiar aquellos patrones de conducta que nos han venido

afectando a lo largo de nuestra vida. Imaginemos que un barco

está navegando y el capitán se da cuenta de que está fuera de cur-


so. Él tomaría la decisión de corregir el timón y regresar a la ruta

original que lo llevará al destino deseado. ¿No creen que eso es lo

que debemos que hacer cuando nuestros resultados no son los que

deseamos?

Es importante escribir lo que se desea, para poder observar los cam-

bios a lo largo del tiempo. No se deje llevar por ideas que lo desvían

de su camino, que lo aparten de caminar en dirección hacia sus me-

tas. Lo invito a que tome acción y hacer las correcciones necesaria

en su vida, para retomar la ruta, para encontrar el camino que lo

llevará a su felicidad.


6. Solamente hazloEn ese mismo evento, en febrero de 2008 recuerdo haber hecho la

pregunta: “James, ¿qué puedo hacer? Toda mi vida he luchado, he

hecho muchos sacrificios, tengo grandes ideas y trato e intento salir

adelante, y no lo consigo. ¿Qué puedo hacer?” La respuesta que escu-

ché, en un inicio, no la entendí. “Gustavo, trata de poner tus brazos

hacia abajo”, Yo ya los tenía abajo y le miré desconcertado. Una vez

más, James me dijo: “No Gustavo, intenta poner tus manos hacia

abajo, ¿entiendes? El tratar no existe, es una ilusión. O decides hacer

algo o simplemente no lo haces. Tratar es decir “no lo pienso hacer”, o

“sé que no lo lograré”. Es decirlo de una forma no tan aparente, nos

podemos justificar delante de los demás por nuestros fracasos; luego,

tendremos una buena historia para culpar a las personas, a las circuns-


tancias, a los eventos por nuestros fracasos.

Si observamos a aquellas personas que han logrado sobresalir, nos

encontraremos con que ellos han luchado contra cualquier adversi-

dad y han modificado su estrategia: avanzando directo, por detrás,

por los lados o a través de aquello que aparenta “bloquearles”. Mu-

chos de nosotros simplemente decimos “esto no está funcionando”

o “parece que es imposible” y no luchamos. Cuando James me dijo

esto, fue como que me quitara una venda de los ojos.

Recordemos que todo es energía, y que todo lo que deseamos ya

existe; sólo tenemos que saber atraerlo para que se manifieste en

nuestra vida. Lo que sucede es que hemos sido “entrenados” por un

sistema que se ha encargado de mantenernos a todos en la medio-

cridad. Nos encargamos de decir, juzgar y dar opiniones acerca de

asuntos de otras personas; malgastamos energía y tiempo en asuntos

que no nos conciernen y atraemos una y otra vez todo aquello que

no queremos.

El solo hecho de tener una gran idea, una inquietud, ese deseo de

luchar, significa que dentro de nosotros está ese potencial para lo-

grar nuestras metas. Es nuestro subconsciente hablando, tratando

de despertarnos; por eso no pierda el tiempo y levántese. Recor-

demos que el ambiente que nos rodea hará todo lo que esté a su

alcance para mantenernos exactamente donde estamos, frustrados

y descontentos. El libro “Piense y hágase rico”, de Napoleón Hill,


cuenta la historia de Henry Ford en el momento en que inventaba

el motor de ocho cilindros el V8. Aunque muchos le decían que

era algo imposible, él no se dejó influenciar por las personas que

le rodeaban. Recordemos que la mayoría de personas hará todo lo

posible para que sigamos en la misma posición. Vivimos en una

sociedad que se siente cómoda con lo conocido: esto nos hace ser

personas de costumbres y de hábitos y por eso vamos cayendo en

la mediocridad.

En muchos casos nuestros límites son únicamente mentales, son los

prejuicios que hemos adquirido y que nos condenan a tener siem-

pre los mismos resultados, a siempre “intentar”, pero nunca tomar

acción y movernos hacia nuestra meta. Con frecuencia nos dejamos

llevar por consejos de personas que jamás han tenido experiencia al-

guna con lo que deseamos hacer, y ellas nos aseguran que la realidad

es exactamente como la describen. ¿Cuántas veces hemos dejado

de hacer algo o simplemente dejamos de perseguir nuestro sueño,

porque otras personas nos han dicho que no se podía lograr o alcan-

zar? ¿Acaso estas personas han obtenido los resultados que nosotros

queremos en nuestras vidas? ¿Qué nivel de autoridad ejercen sobre

nuestras vidas y por qué permitimos que no nos dejen movernos en

búsqueda de nuestro objetivo?

Debemos ser como un misil teledirigido; ahí es donde está la clave

de nuestro fracaso o de nuestro éxito. Para que el misil llegue a com-

pletar su misión, deberá ir haciendo ajustes en el aire, hasta llegar


al objetivo. Si hay una desviación del curso debido al viento o a

una montaña, por ejemplo, el misil hará movimientos para esquivar

todo aquello que lo aleja de impactar en el blanco (nuestro objeti-

vo). Lamentablemente, muchas veces no usamos ese misil y, por lo

mismo, nunca alcanzamos ningún objetivo. Hace algún tiempo, yo

me escudaba en factores externos, y dejé de realizar cosas que quería

hacer. Pero ahora que entiendo cómo funcionan las leyes universales

para el éxito y cómo nos afectan, comprendo que la vida es sabia

y nos enseña una y otra vez, hasta que aprendemos la lección que

necesitamos.

Recuerdo que cuando yo tenía cinco años, mi padre y yo nos pro-

pusimos escalar el volcán de Pacaya, que está ubicado cerca de la

capital de mi país. Ese día, yo tenía muchas ideas en mi cabeza,

pero la principal era al llegar a la cumbre, sentarme a comer. A los

pocos minutos de haber empezado a escalar, empecé a preguntar:

¿Ya llegamos, papá? ¡Tengo hambre! … Y así preguntaba a cada dos

minutos, hasta que desesperé a mi padre y me bajó cargado en sus

hombros, pues yo estaba muy cansado, y me llevó a comer. Ese día

no llegué a la cumbre del volcán, porque el comer era más impor-

tante para mí. No fue sino hasta unos años más tarde, que subí por

primera vez a un volcán y disfruté de una experiencia que me llenó

el espíritu de satisfacción. Comprobé que el esfuerzo de dar cada

paso nos acerca más a la cumbre. ¿Cuántas veces dejamos por un

lado nuestros sueños y nos conformamos con la vida que tenemos,

sabiendo que eso no nos llena? Nos preguntamos ¿para que soñar?


Nuestros hábitos siempre querrán tomar el control. ¿Por qué buscar

algo difícil y a lo mejor imposible? Esa mentalidad mediocre nos

condena a seguir en el mismo lugar, aunque algo sí está garanti-

zado: conforme el tiempo pasa, seguiremos en la misma posición

con unas pocas excepciones; tendremos más edad y estaremos más

frustrados.

El llegar a la cumbre y el alcanzar nuestro sueño se lleva a cabo

dando un paso a la vez. Recordemos el eslogan usado por Nike:

“Solamente hazlo” (Just do it!). En ocasiones podremos correr y en

otras nos sentiremos cansados y desganados; caminemos lento, pero

siempre busquemos la cumbre. Esta determinación es la que marca

la diferencia entre dos personas. Con frecuencia pensamos que te-

nemos todo el tiempo del mundo por delante, pero recordemos que

la vida es corta y no la tenemos comprada. Es mejor hacer lo posible

por alcanzar nuestros sueños que vivir los sueños que alguien más

nos ha dado.

Para alcanzar nuestro objetivo, necesitamos incrementar nuestro ni-

vel de energía, pues es la falta de energía lo que nos aleja de nuestros

sueños. Nuestro nivel de energía empezará a subir mientras nuestra

atención esté fija en nuestro objetivo. La energía fluirá hacia donde

pongamos nuestra atención. La falta de visión drena nuestra ener-

gía, por lo que vivimos cansados, sin fuerzas para nada.

Recordemos que todo proyecto necesitará de un tiempo de gesta-


ción, así que manos a la obra, y no nos desanimemos por lo que

otros piensen. Lo que ellos piensan es el resultado de la conciencia

colectiva, no es el producto de sus propias experiencias. Es por eso

que tendemos a juzgar a las personas o a los temas que no conoce-

mos, y a defendemos nuestras posiciones, sin importar si podemos

demostrar su validez.

Tomamos el tiempo como si lo tuviéramos comprado y no le damos

el valor necesario. Podemos hacer dos cosas con nuestro tiempo:

gastarlo o invertirlo. El que gastamos no regresará y no nos será de

ninguna ayuda para alcanzar la vida y felicidad que queremos. El

tiempo que invertimos en mejorar nuestra salud, crear o mejorar

nuestras relaciones con familiares y amigos, nos ayuda a crecer y

desarrollarnos para ser felices y alcanzar el éxito integral.

Invierta el tiempo en todo aquello que lo lleve o lo ayude a alcanzar

sus objetivos, sus sueños, sus metas. Y recuerde: la pasión es un fac-

tor clave para poder alcanzarlos.


7. MemoriasEn general, pasamos la vida utilizando nuestra memoria de hechos

vividos y ésta es la razón por la cual muchas veces tenemos miedo

de vivir experiencias nuevas o de repetir algo en lo cual ya hemos

fallado en el pasado. Estas memorias vienen a definir nuestro des-

tino, y muchas veces son las responsables de nuestra infelicidad.

Algunas de estas memorias no son necesariamente eventos tristes

en nuestra vida, pero el pensar en ella se ha vuelto hábitos. Son me-

morias que residen en nuestro subconsciente y se han convertido

en hábitos difíciles de romper.

Algunas de esas memorias nos marcan desde niños. Cuando ob-

servamos a un bebé, comprobamos que es inocente y que no sabe


hacer otra cosa más que sonreír y gozar de la vida, si sus necesidades

básicas están cubiertas. Esa realidad, cambia cuando en su mente

empiezan a existir memorias de los eventos que han ido sucediendo

en su vida. Conforme estas memorias empiezan a ser almacenadas

en nuestra mente, allí empezamos a nombrar cosas, experiencias,

personas. Nos volvemos muy hábiles y rápidos para hablar de todo

aquello que está en nuestra memoria. Frecuentemente, las personas

adultas no actúan en determinada situación, porque la memoria les

dice: “no lo podrás lograrlo; siempre que lo intentas, fracasarás”.

Esa voz interior nos puede hacer realmente infelices si no aprende-

mos a callarla, a borrar esas memorias negativas y a empezar a recibir

inspiración y crecer cómo es nuestro deseo.

Recuerdo que el hablar en público o frente a mis compañeros de

secundaria me resultaba incómodo; el no sentirme merecedor de

ser escuchado y el sentirme inferior, hizo que mi timidez creciera,

y a su vez que mis memorias negativas también crecieran y fueran

apagando mis inspiraciones y mis deseos de crecer. Esas memorias

negativas hicieron que me refugiara en la música, y pensé que siendo

“diferente” y no relacionándome con el mundo exterior, me pondría

a salvo. Por un tiempo esa situación funcionó, pero el deseo de

buscar la verdad me demostró que no es esa la solución. He aprendi-

do técnicas para borrar esas memorias negativas y para empezar un

verdadero cambio.

Ahora comprendo que soy diferente; pero mi cuerpo, mis posesio-


nes, mis actividades no definen quien soy. Eso sólo es algo tem-

poral, porque nuestro “ser”, va más allá de esas características que

queremos que nos definan. Las memorias que han venido almace-

nándose por mucho tiempo empiezan a operar en nuestra mente

subconsciente y poco a poco toman el control de nuestra vida. Es

por eso que podemos tener toda la intención de cambiar algo que

no nos gusta de nosotros, pero las memorias negativas se han in-

crustado en nuestro subconsciente, haciendo que los hábitos y las

creencias dicten nuestro destino. Son como los documentos mi-

nimizados en nuestra computadora: no están en la pantalla, pero

están activos en la memoria.

Una vez empezamos a limpiar esas memorias, podemos empezar a

plantar nuevos pensamientos, nuevos hábitos, y es cuando las cosas

empiezan a cambiar. Es varias ocasiones recibimos inspiración o

nuevas ideas de algo que nos gustaría hacer; el problema es que per-

demos el tiempo al pensar que no lo podremos lograr, porque nues-

tra memoria se encarga de desanimarnos. Esta inspiración deja de

llegar a nuestra mente cuando tomamos la decisión de no actuar y

seguimos viviendo lo habitual, lo rutinario.

Las memorias son ideas que se van transmitiendo de generación

en generación, y van desde el escoger el lugar en donde vivir has-

ta escoger el lugar donde trabajar. Una voz interior se encarga de

querer despertarnos, de decirnos que tenemos la opción de romper

con los patrones que limitan nuestras vidas. Recuerde el ejemplo


del documento que está minimizado en nuestra computadora: aún

está siendo procesado en la computadora. De la misma forma está

nuestro subconsciente con todas las memorias: aún procesa todas

esas viejas ideas y limitaciones. Debemos cerrar los documentos

para que no estén activos; debemos borrar esas memorias de nues-

tra mente. Cada día debemos enfrentarnos con situaciones nuevas,

pero nuestras memorias son las barreras mentales que nos paralizan

para no actuar en forma positiva.

El proceso de borrar y sanar esas memorias puede llevar bastante

tiempo y puede ser incómodo; sin embargo, el sentirse cómodo con

la incomodidad es algo a lo que nos debemos acostumbrar. Este

proceso puede parecer que nunca termina, pues cuando sanamos

una fase, aparece otra, como si estuviéramos pelando las capas de

una cebolla. Pero cuando manejamos el proceso, la sanación y el

borrar estas memorias es más rápido y fácil.

Son varias las fuentes que utilizan el concepto de “guerreros”; una

de ellas es el autor Carlos Castañeda. El “guerrero” siempre luchará

contra esas memorias que desean mantenerlo atrapado. El “guerre-

ro” mira en todo lo que ocurre a su alrededor una oportunidad de

crecimiento, mientras que las personas comunes los miran como

productos de su buena o de su mala suerte.

Varios autores y maestros opinan que una vez se inicia el despertar

de conciencia, no hay marcha atrás; nunca volveremos a ser cómo


éramos antes. Recordemos que todo está en un constante cambio.

Cuando borramos nuestras memorias negativas personales, al mis-

mo tiempo borramos las memorias negativas del grupo social que

nos rodea, es decir la conciencia colectiva. Las memorias, tanto las

personales como las sociales, trabajan en el subconsciente durante

24 horas diarias, los 7 días de la semana, y nos dictan las acciones

a tomar.

Veamos acá un ejemplo práctico: ¿Alguna vez se ha sentido incómodo

rodeado de otras personas adultas? ¿Ha visto cómo se relacionan los

niños? A los adultos nuestras memorias no nos permiten relacionar-

nos sin máscaras y sin barreras; aparentamos no ver a las personas y

evitamos relacionarnos. Los niños hacen lo contrario: juegan sin usar

barreras ni máscaras y son muy buenos para relacionarse. Cuando no-

sotros los adultos los introducimos en el arte de nombrar y etiquetar

cosas, personas, y circunstancias, ellos cambian su forma de actuar,

porque empiezan a almacenar memorias negativas. Este ciclo se repite

una y otra vez, en cada generación.

Lo temas que menciono en este libro son únicamente una intro-

ducción a los mismos. En algunos casos menciono mis experiencias

y los cambios que he venido experimentando a través del estudio

de esos temas. El material que existe sobre esta temática es extenso;

pero la clave no está en su estudio, sino en nuestro deseo de hacer

cambios y mejorar nuestra vida.


A continuación nombro algunas de las técnicas utilizadas para borrar

nuestras memorias. Técnica EFT (Emotional Freedom Techniques)

y técnicas de liberación emocional, creadas por Gary Craig. Existe

también el Ho’oponopono, que es un sistema hawaiano creado por

Morrnah Nalamaku Simeona. El Ho’oponopono fue aplicado por

Ihaleakala Hew Len, Ph.D. para curar enfermos mentales, en un

hospital en el que recluían a los convictos por crímenes violentos

y que presentaban algún problema mental. Puede encontrar más

información sobre estas técnicas en el libro “Zero Limits, por Joe

Vitale y Ihaleakala Hew Len, Ph.D.”.

Recuerde que las memorias negativas pueden bloquear todas las

áreas de nuestra vida: física, mental, espiritual, financiera y nues-

tras relaciones personales. Son innumerables las personas a las que

les pasa por su mente que no merecen o que no pueden tener más

dinero o que siempre será gordas o que nunca podrán aprender

algo, pues son torpes. La lista anterior es enorme; lo importante es

entender que hay opciones para lograr un cambio.

La vida se nos pasa mientras estamos entretenidos haciendo pla-

nes, sin actuar. Muchas veces no vivimos el momento, el ahora.

Nuestras memorias nos hacen pensar que tenemos todo el tiempo

del mundo por delante. Recuerde que necesita tomar acción para

empezar un cambio en su vida, ahora.


8. Cambiando nuestraforma de pensarTodos los sueños y todos los proyectos empiezan con una idea, con

un pensamiento. Por ello es primordial cambiar nuestra forma de

pensar, para alcanzar lo que deseamos. Si seguimos pensando igual

y actuando de la misma forma, seguiremos obteniendo los mismos

resultados, una y otra vez.

Debemos tomar en cuenta que cada vez que pensamos algo, esa

idea o pensamiento es una semilla que germinará y se manifestará

posteriormente. Es por eso que, si seguimos pensando de la misma

forma a lo largo de los años, seguiremos obteniendo, atrayendo y

manifestando exactamente los mismos resultados. No es que exista


algún tipo de favoritismo mágico que provoque que el haber naci-

do del otro lado de la ciudad haga que tengamos suerte.

Es común encontrarnos con personas que piensen que ellas son

lo que hacen, son las posesiones que tienen o la etnia o cultura

a la que pertenecen, y piensan que eso los define. Usaremos un

ejemplo para entender cómo acelerar el proceso de cambio de pen-

samientos: imagínense que la totalidad de lo que hemos aprendido

desde niños equivale a tener un vaso lleno de agua. Si tratamos de

poner más líquido en el vaso, tendremos que hacerle espacio, por lo

que tendremos que vaciar el vaso. De igual forma, debemos aceptar

que nuestras ideas actuales no nos están ayudando a alcanzar nues-

tras metas, pues de ser así ya las hubiésemos alcanzado; tendremos

que vaciar un poco nuestro pensamiento, para que ingresen en él,

elementos nuevos. Tendremos que borrar nuestros prejuicios y re-

programar nuestra mente, para empezar a caminar en dirección de

una nueva vida y obtener los sueños que tanto deseamos.

El saber cómo funciona la mente humana es algo que nos ayudará

a ajustar nuestros pensamientos. Necesita saber que nuestra mente

piensa en imágenes. Cuando imaginamos una casa, la imagen de

nuestra casa viene a nuestra mente; cuando nos preguntan sobre

una persona, la imagen del rostro de esa persona viene a nuestra

mente. Entender esto nos ayudará a seguir adelante con nuestros

nuevos pensamientos, a cambiar nuestros hábitos y a tener nuevos

paradigmas.


1. PENSAMIENTOS

MENTE ASTRAL / CELESTIAL(Fuente de Energía)

MENTE CONSCIENTE

MENTE SUBCONSCIENTE

CUERPO FISICO

PLANO TERRENAL

2. SENTIMIENTOS

3. ACCIONES

Dividiremos nuestra mente en cinco áreas. La mente no se localiza

únicamente en nuestro cerebro; la misma está inmersa en cada cé-

lula de nuestro cuerpo. El cerebro es el instrumento utilizado por

nuestra mente para operar nuestro cuerpo físico y para enviar las

señales y los impulsos necesarios para que éste funcione.

Las cinco áreas de nuestra mente son:

1. Mente astral/celestial

2. Mente consciente

3. Mente subconsciente

4. Cuerpo físico

5. Plano terrenal.


La información de éste diagrama está basada en el desarrollado por

el Dr. Thurman Fleet (1895-1983).

Entender cómo funciona nuestra mente es fundamental para cam-

biar nuestra manera de pensar y para no perder de vista el objetivo

que tenemos en mente.

1. Mente astral/celestial

Es ese poder más allá de nosotros que controla todo cuanto existe:

es luz o energía para los científicos y Dios para los creyentes. No

importa el nombre que le demos; eso no afecta en nada su existen-

cia o su omnipotente poder. Recordemos que siempre existe algo

en nuestro interior que nos habla de su existencia, un sentimiento

que nos indica que venimos de algo más grande y poderoso que

nosotros; que somos un campo de energía operando dentro de otro

campo energético más grande.

2. Mente consciente

Es la parte de nuestro yo que da una orden: acá es donde una idea o

un deseo empieza a manifestarse; acá es donde nace la idea. El he-

cho de que tenemos una idea o una inquietud es porque tenemos la

capacidad de atraerla y manifestarla en nuestra vida. Lo importante

es entender que no importan los mejores deseos o las mejores ideas;

la mente consciente sólo envía la señal, pero no tiene la capaci-

dad de ejecutarla. Quien realmente ejecutará la orden será la mente

subconsciente. Es por eso que no basta con tener mucha voluntad


y trabajar muy duro, para poder alcanzar lo que deseamos.

3. Mente subconsciente

Es la que, literalmente, ejecuta nuestras acciones. En ocasiones su-

cede que no importa cuán duro trabajemos, los resultados siguen

siendo los mismos. Es aquí donde los hábitos, creencias y limitacio-

nes han sido programadas desde niños; también acá se almacenan

todas las creencias de lo que podemos hacer y alcanzar. Recordemos

cuando aprendimos a manejar una bicicleta o un auto; al inicio la

actividad requería mucha atención y los nervios nos traicionaban

con frecuencia; teníamos miedo de caer o de cometer un error y su-

frir un accidente. Cuando fuimos ganando confianza por medio de

la práctica, el conducir se volvió una actividad natural y cotidiana

y no requirió mayor atención ni esfuerzo alguno: nuestro subcons-

ciente tomó el mando y ejecutó. El aprendizaje quedó grabado en

el subconsciente y no fue necesario preocuparnos más.

El subconsciente es la parte de nuestro yo que se encarga de respirar,

hacer palpitar el corazón y digerir la comida; trabaja las 24 horas

del día y siempre está alerta. Es por eso que es el subconsciente en

donde tenemos que reprogramar nuestra mente y cambiar nuestra

forma de pensar, para que nuestras acciones y resultados cambien.

Los resultados actuales no definen quién somos, sino quién éramos

y cómo pensábamos en el pasado. En el momento que nuestros

pensamientos cambien, nuestros hábitos empiezan a cambiar y las

acciones y resultados empezarán a ser diferentes.


Es importante entender que en el subconsciente almacenamos

años de programación que hemos adquirido de nuestros familiares,

maestros, entidades sociales y religiosas. Toda información alma-

cenada en nuestro subconsciente está llena de emociones y senti-

mientos. De cada una de estas experiencias se guarda información;

queda el registro de si esta experiencia ha sido placentera o dolo-

rosa. Nuestro subconsciente actuará para evitar el dolor y seguir el

patrón conocido, aunque muchas veces sea contrario a lo que la

mente consciente desea hacer o alcanzar. Con esta información es

más fácil comprender por qué muchas veces regresamos a nuestras

viejas costumbres.

4. Cuerpo físico

Es el vehículo por el cual alcanzamos resultados físicos. Es acá don-

de el subconsciente empieza a manifestar los resultados o la falta de

los mismos. No importa la idea o el pensamiento que se tenga: algo

se está procesando y algo se manifestará tarde o temprano; es sólo

cuestión es de esperar el período de incubación.

5. Plano terrenal

A pesar de que somos seres espirituales, tenemos un cuerpo físico

que es el vehículo en el plano terrenal, donde vivimos y nos desa-

rrollamos. Muchas personas se desesperan por la falta de resultados

en este plano: la falta de dinero en la cuenta del banco, el tener

sobrepeso, el padecer una enfermedad. Es común que dejamos que

los resultados actuales, producto de los pensamientos del pasado,


nos mantengan en la mediocridad. No hacemos las cosas porque

tenemos grabados los resultados obtenidos en el plano físico.

Una nueva forma de pensar nos cambiará, pues toda limitación que

exista en nuestra mente desaparecerá. La zona de confort en la que

operamos se ampliará cada día. El temor al fracaso o el temor a la

crítica ira desapareciendo. Recordemos que todos, en algún punto

de nuestra vida, hemos dado nuestra opinión sobre algo o alguien

que muchas veces no conocemos, que tenemos la respuesta a los

problemas de otras personas y que podemos cambiar y resolver sus

vidas. Pero al regresar a nuestra realidad, a nuestra vida, tenemos

temor al fracaso, al rechazo, a la crítica, y esos temores no nos per-

miten seguir adelante. ¿Cuántas personas conocemos que se levan-

tan todos los días y van a trabajar en algo que no les gusta? Traba-

jan donde no se sienten apreciados, trabajan donde no se sienten

realizados y van únicamente por recibir “el cheque”, aunque por

dentro sientan que no vale la pena la vida que llevan. ¿Eso le suena

familiar? Espero que éste no sea su caso.

La razón por la que no alcanzamos nuestros deseos es porque nuestra

mente nos limita. Por ello es indispensable que cambiemos nuestra

forma de pensar; esto se hace reprogramando nuestra mente sub-

consciente. Más adelante, en el capítulo “Sólo necesita una visión

clara” explicaré una técnica con la que se puede reprogramar la men-

te subconsciente, para empezar a cambiar sus resultados y alcanzar

su felicidad.


9. Todo es posibleUna realidad difícil de entender es que todo es posible. Cuando lo-

gramos traspasar el límite que nosotros mismos nos hemos puesto,

podremos alcanzar lo que nos propongamos, aun lo que nos parez-

ca imposible. Desde niños se nos ha programado con un sistema

basado en limitaciones, donde se nos enseña a ser mediocres. Es

por eso que las limitaciones no nos dejan ser felices y las circuns-

tancias y otras personas dictan nuestro destino.

El psicólogo Morris Massey afirma que nuestros principales valores

están grabados en nuestra mente desde los trece años, y rara vez o

casi nunca, los cambiamos. El estar ante un “evento con significado

emocional”, como Massey lo llama --algo que desploma nuestro


mundo y nos pone a buscar una nueva visión--, nos saca de lo

habitual. Recordemos que el ritual de lo cotidiano y lo habitual es

lo que nos mantiene obteniendo los mismos resultados. A pesar de

que dichos resultados no nos gustan, la comodidad de conocer lo

que está sucediendo nos da un sentido de seguridad y estabilidad.

En los últimos tres años he experimentado muchos cambios en mi

vida, los cuales han afectado todas las áreas de mi existencia. Debi-

do a los altos niveles de estrés que sufrí después haber emigrado a

los Estados Unidos, desarrollé una enfermedad de la piel conocida

como Vitiligo. Ésta consiste en que la piel pierde la pigmentación

y mancha el rostro, las manos y los brazos. A lo anterior se agregó

el hecho de haber trabajado durante varios meses en proyectos con

los clientes equivocados, lo que me llevó a una crisis financiera.

Esos hechos parecía una pesadilla. Me ha llevado mucho tiempo

entender que todo eso “yo” mismo lo atraje a mi vida. Recuerdo el

encuentro que tuve con James A. Ray en enero de 2008, cuando

hablamos un par de minutos y él me dijo: “Es tiempo que pongas

atención y veas lo que el universo quiere enseñarte. Es hora de ha-

cer cambios y ajustes en tu vida, y que tomes acción”.

Siempre tuve el deseo de escribir y publicar un libro, para manifes-

tar mis vivencias. Una de las personas que trabaja junto a James A.

Ray, Sheryl Stern me inyectó energía y retomé el proyecto de este

libro, que había empezado durante el último trimestre de 2007.

Sheryl me inspiró y empecé a escribir de nuevo. Mi intención al


narrar experiencias personales no es la de impresionar a los lecto-

res, sino la de convencerlos de que en verdad “todo es posible”. Es

imprescindible tener una visión clara del sitio al que se desea llegar,

para poder alcanzarlo. No importa que en el momento en que se

decida alcanzar el sitio, no se tengan los recursos necesarios para

logarlo.

Cuando nos disponemos a viajar o a dirigirnos a nuestro trabajo,

en nuestra mente tenemos clara la idea del lugar a donde deseamos

llegar. Imaginémonos que nos dirigimos a un lugar cuya ubicación

desconocemos. En algunas ocasiones he vivido esa experiencia, y

déjenme decirles que ha sido algo frustrante. Escuchar que alguien

que “tampoco” sabe a donde dirigirse nos diga: “Es en ésta direc-

ción”, y luego nos diga: “No, perdón, es para el otro lado”. Nos

encontrarnos con la triste realidad de que estamos perdiendo tiem-

po, energía y recursos. Es múltiples ocasiones pedimos consejo a

personas que no tienen experiencia o pedimos consejo a alguien

para buscar su aprobación y bendición. Y una vez la recibimos, nos

internamos en un terreno desconocido. Vivimos sin darnos cuenta,

eventos y circunstancias y cuando reaccionamos, si es que lo ha-

cemos, nos percatamos de que el tiempo ha volado, que los años

pasaron y nuestra frustración ha crecido.

En menos de seis años me encontré ante la misma situación, que-

brado financiera y espiritualmente, lo que me llevó a mí y a mi

familia a pasar incomodidades y muchas penas. Hoy, al hacer una


retrospectiva de mi vida, comprendo algunos hechos que me pre-

pararon para estar hoy aquí, escribiendo. Déjenme agregar que el

“miedo al fracaso” es lo que mantiene a muchas personas paraliza-

das en la mediocridad. Los errores en la vida son los que nos ense-

ñan y nos hacen hacer ajustes para encontrar soluciones. Muchas

veces nos dejamos llevar por lo que nuestros cinco sentidos logran

percibir: eso lo hacen también los animales, que viven de acuerdo a

sus instintos, pero los seres humanos nos jactamos de ser “raciona-

les” y superiores a los animales.

Es necesario un despertar de conciencia para alcanzar nuestros más

grandes sueños. Para poder empezar a movernos en esa dirección

es importante incrementar nuestros niveles de energía. Si deseamos

aprender un poco más de la importancia de los niveles de energía

y cómo ésta influencia en nuestras vidas y en nuestro entorno, los

invito a leer “El poder contra la fuerza, los determinantes ocultos del

comportamiento humano”, escrito por David R. Hawkins, M.D.,

Ph.D.

El tener una actitud de agradecimiento hacia las personas y hacia

los objetos que tenemos en nuestra vida nos dará la oportunidad de

subir nuestro nivel de energía y atraer más experiencias positivas. La

forma de pensar de nuestra sociedad actual está basada en el consu-

mo: siempre queremos más, mejores cosas y que todo esto sea rápido.

Lo triste es que muy rara vez nos tomamos un poco de tiempo para

meditar y dar gracias por lo que tenemos y por lo que somos.


¿Queremos conocer un denominador común con métodos y téc-

nicas para mejorar el desarrollo personal? Aquí está: toda solución

y acción a tomar se encuentra dentro de nosotros, no afuera de

nosotros. El aprender a tomar la responsabilidad de nuestras ac-

ciones es importante para poder hacer “todo” lo que queremos. La

respuesta siempre está allí. ¿Cuántas veces nos encontramos con

que llega el fin de mes y el pago que recibiremos es insuficiente para

cubrir nuestras necesidades y la preocupación que hemos sentido

con algunos días de anticipación se vuelve una realidad? ¿O qué

pasa con aquellas personas que desean bajar de peso y por más die-

ta y ejercicio que ejecutan, se enfocan únicamente en el peso extra

que sigue allí y en las llantitas que “no” desaparecen? El luchar y el

poner fuerza en contra de algo nos baja nuestros niveles de energía.

El querer controlar a alguien o a una determinada situación, ejer-

ciendo “fuerza”, hará que no logremos lo que buscamos, o que se

nos vaya de nuestras manos.

Al inicio de este libro expliqué cómo conocí a la Reverenda She-

lly Downes, D.D. Ahora, mientras escribo esto, veo cómo todo

se desenrolla delante de mí. Mi deseo es brindar luz a personas en

Latinoamérica y escribir en español. Desde finales de 2006 he esta-

do buscando sin cesar el incremento de mi nivel de conciencia. El

saber aplicar nuestros conocimientos nos dará sabiduría.

Es nuestra responsabilidad el cambiar y el poder impactar a la hu-

manidad en el corto tiempo que tenemos de vida; ya basta de excu-


sas y echarle la culpa a terceras personas o a las circunstancias que

nos rodean. Al escribir estas líneas lo hago con el firme deseo de que

quien las lee escuche ese llamado y establezcan la conexión que le

pondrá en contacto con el Creador. No importa el nombre que le

demos al Creador, lo importante es escuchar su llamado. No hablo

de volverse religiosos, porque no tengo la intención ni la autoridad

para hacerlo (por cierto, nadie la tiene). Estoy hablando de esa rela-

ción, ese contacto personal que solamente cada ser humano pueden

alcanzar con el Creador. No nos reunamos para hablar acerca del

Creador, reunámonos para hablar con el Creador mismo.

El problema de nosotros, los adultos, es que empezamos a racio-

nalizar lo que nos sucede en nuestro diario vivir. Y allí perdemos el

encanto de que “todo es posible“. Es increíble la cantidad de nega-

tividad que tenemos en nuestro diálogo interior y con otras perso-

nas, a lo largo del día, por querer racionalizar lo que nos sucede.

Es común manejar la idea de que nosotros “somos lo que hacemos

o lo que tenemos“ y dejamos que todo esto defina quienes “so-

mos”, pero nunca alcanzamos un nivel de conciencia de nosotros

mismos. Déjenme compartir la historia de Bob Proctor, uno de los

más reconocidos autores y maestros de desarrollo personal. Cuando

Proctor narra su historia, cuenta que hace más de 40 años trabajaba

como bombero y ganaba únicamente US$4,000 anuales. Además,

agrega, que en ese momento tenía una deuda de US$6,000. Cuan-

do transcurría un día cualquiera, una persona le habló y le dijo


que quería compartir un secreto con él, porque según su opinión,

Proctor era la persona “más miserable” que había conocido en su

vida. Le pidió que escribiera en una tarjeta de papel lo que quería

lograr o poseer, pero que redactara en tiempo presente. Él escribió

que deseaba tener US$25,000 en el término de 10 años. El tex-

to decía así: “Yo estoy feliz y agradecido con Dios, porque tengo

US$25,000 en mi posesión“. Ahora déjeme continuar con lo que

Proctor hizo para lograrlo su deseo: todos los días, uno tras otro,

leyó la tarjeta cuantas veces pudo, un mínimo de dos veces al día:

una al levantarse y otra al acostarse. Leía la tarjeta mientras estaba

sentado en el baño, cuando estaba parado en el tráfico, en un eleva-

dor… El hacer una acción tan sencilla como la descrita, tuvo como

resultado el que en un año generara US$175,000, y en el segundo

año un poco más de un millón de dólares. Es lo mismo que Jack

Canfield, autor de “Sopa de pollo para el alma”, hizo para pasar de

ganar US$8,000 anuales, a US$92,000 en un año

Usé el ejemplo de dinero, porque el mismo motivará a más de al-

guno a imitar el ejercicio de Proctor. Esta técnica ha sido utilizada

en varios campos. Napoleón Hill cuenta la historia de uno de sus

hijos, que nació sin orejas y a quien los médicos pronosticaron que

sería sordomudo durante toda su vida, debido a ese problema. Na-

poleón Hill se negó a aceptar el diagnóstico y le decía una y otra vez

a su hijo que él podía oír y hacer cuanto deseara. Conforme el niño

fue creciendo, se dieron cuenta de que sí podía oír, pues se ponía

cerca del fonógrafo, a escuchar música. Hill sabía que el niño oía,


pero no sabía cuál era su nivel de audición. El niño asistió a una

escuela regular y, al ser adulto, asistió a la universidad. Luego, una

compañía se interesó en inventar un aparato para que él pudiera

escuchar el 100% de los sonidos que lo rodeaban.

Si estamos dispuestos a aceptar el reto, créanme que muchos “mila-

gros” empezarán a ocurrir en sus vidas. Recordemos que todo empie-

za en nuestro interior: cambiando lo que tenemos dentro, cambiare-

mos lo que hay afuera.

Ejemplo de tarjeta.


10. Sólo necesitauna visión claraReitero que debemos tener una visión clara de lo que queremos

lograr. En el capítulo anterior hablamos de que todo es posible.

No se preocupe si no tiene la respuesta a la pregunta ¿cómo lo voy

a lograr? Los métodos y los pasos a seguir se irán encontrando en el

camino. Recuerde que todo inventor no sabía el cómo, pero sí tenía

la visión clara de lo que quería inventar.

El tener una visión no es algo que se nos enseña en la escuela, en la

universidad, en iglesia o en los grupos sociales en los que compar-

timos. Desde pequeños aprendemos a tener prejuicios y a saber lo

que “no” queremos lograr, pero no se nos enseña cómo tener una


visión clara y precisa de lo que sí queremos lograr. El tener una vi-

sión clara de lo que deseamos lograr y escribirlo en una tarjeta es el

inicio del proceso creador; el guardarlo en la mente no es suficien-

te. El hecho de escribirlo en un papel y en tiempo presente envía

una señal a nuestro subconsciente. Y es allí, en el subconsciente,

donde recibimos la señal de lo que queremos. Cuando estamos

“alertas”, captamos cualquier oportunidad que aparece en nuestra

vida, como de manera “milagrosa”. Por eso es importante repro-

gramar nuestra mente subconsciente. El leer la tarjeta diariamente,

reforzará nuestra visión y atraerá el objetivo.

La visión clara nos empuja en la dirección deseada. La razón por

que muchas veces no alcanzamos lo que deseamos es por la caren-

cia de una visión clara. La mayor parte de nuestra vida nos pasamos

reaccionando ante situaciones y circunstancias, sin importar la di-

rección en la que nos movemos. Es diferente reaccionar ante una

situación furtiva, que movernos bajo una inspiración basada en una

visión clara de lo que deseamos tener o alcanzar.

Déjeme agregar esta anécdota, para reforzar la idea de tener una

visión clara: Joe Vitale, autor, hipnoterapeuta y metafísico, durante

una entrevista en la radio, respondió en esta forma a una persona

que le preguntó sobre cuán específica debía ser la visión de su auto

nuevo: “Bueno, si no tiene la marca y modelo del auto, enfóquese

en las funciones o características que desea en ese auto. Que el auto

funcione bien, pues puede ser un auto que no funcione, pero sería


“nuevo” para usted. Desea que tenga capacidad de transportar dos,

cinco o más personas...”

Ahora hablemos un poco de algunos ejercicios de visualización.

Esto será la clave de cómo atraer esa visión clara a nuestras vidas. El

escribir nuestra visión clara en una tarjeta es el paso número uno.

El siguiente paso es destinar, al menos dos veces al día, de diez a

treinta minutos para imaginar nuestra visión como si estuviéramos

viéndola en una película. Esas acciones lograrán plantar la nueva

semilla en nuestra mente subconsciente. Es necesario ejecutar esta

estrategia al menos durante tres semanas, para poder grabarla vi-

sión clara en la mente subconsciente, hasta que se convierta en un

hábito. El crear nuevos hábitos cambiará nuestros resultados. Se ha

comprobado que para que una actividad se convierta en hábito se

necesita realizarla al menos durante 21 días.

Es esencial no compartir nuestra visión con personas que no es-

tén en armonía con nuestros nuevos pensamientos, ya que harán

comentarios negativos sobre nuestra nueva visión. Esas personas

posiblemente no tienen mala intención, pero sus comentarios ne-

gativos acerca de nuestra nueva postura ante la vida sembrarán la

duda en nuestra mente, y eso anulará todo el esfuerzo que estamos

haciendo por crear y atraer esa visión clara.

Es indudable que nos preguntaremos ¿Cuán rápido obtendré resul-

tados? Y ese es el momento en entra en acción la Ley del género:


todo necesita un tiempo para poderse crear, un período de gesta-

ción. Usemos el ejemplo de la construcción de una casa nueva.

Llevará cierto tiempo el armar los cimientos, luego, se empezarán

a levantarse las paredes, para luego colocar el techo. El techo será

el último paso; no es posible colocarlo al inicio de la construcción.

Recordemos que siempre estamos creando algo en nuestra vida; el

proceso creativo nunca descansa; siempre estamos creando nuestros

más grandes sueños o nuestras más horribles pesadillas.

Una de las razones por las que actualmente cada día surgen nuevas

enfermedades en nuestra sociedad es porque la medicina se ha en-

focado en estudiar la enfermedad y como combatirla y no estudia

la medicina preventiva, que tendría que ser su visión clara. Algunas

religiones se enfocan en el “pecado”, lo que provoca que las perso-

nas operen dentro un sistema represivo, para no ser castigadas y

consumidas por el fuego eterno; está claro que la visión está mal

enfocada. Nuestra visión debe incluir no sólo el avance de nuestra

conciencia, sino la de nuestro entorno; con ello contribuiremos al

avance de la conciencia colectiva.

Mencionaré como ejemplo de nuevo a Bill Gates, uno de los hom-

bres más ricos del mundo. Desde un inicio él visualizó una empresa

que desarrollaría software, incluso cuando nadie conocía lo que esa

palabra significaba. Gates fue el pionero del concepto software. A

pesar de que luchó contra todas las apuestas, ahora goza de los fru-

tos de sus esfuerzos, porque caminó tras es esa visión clara.


Si desean obtener más información sobre visiones claras, les sugiero

que lean el libro “Piense y hágase rico”, escrito por Napoleón Hill.

No dejen que el título les haga pensar que se habla únicamente de

cómo hacer dinero. En la obra Hill comparte las experiencias de

cómo crear riqueza en nuestras vidas, pero en todos los aspectos,

no sólo bajo el punto de vista monetario. Varios de los principios

que Hill expone ampliamente son antiguos y simples y los ha man-

tenido en secreto dentro de pequeños grupos.

Una visión clara hará que aprovechemos el tiempo. Según algunos

estudios realizados en Estados Unidos, el promedio que la televi-

sión permanece encendida en los hogares es de siete horas al día.

Eso equivale a 106 días del año, casi una tercera parte del mismo. Y,

seguramente durante ese tiempo no se ven canales educativos. Este

dato nos indica el tiempo diario desperdiciado y como la sociedad

vive sin una visión clara. Esa es una de las razones por las que nu-

merosos grupos de población, sobre todo de jóvenes, operan en su

vida sin visión, sin misión y sin dirección.

La sed de inspiración es increíble, tanto en los jóvenes como en los

adultos, pero la falta de líderes capaces de inspirar y dar una nueva

visión, es obvia. Los invito para que sean parte del cambio, para

que tomemos la responsabilidad de nuestra vida y actuemos con

una visión clara que nos oriente.


11. La felicidad estáa su alcanceLa idea que nos vende la sociedad actual, reforzada por lo que

vemos en las producciones de Hollywood, es que el dinero da la fe-

licidad. Pero bajo otra óptica, observamos que algunos de los ricos

y famosos viven deprimidos y en la búsqueda de la salida, llegan al

punto de atentar contra su vida.

¿Acaso no es difícil de creer que una persona que tiene millones

en el banco, posee la casa soñada y goza de fama y de admiración

y aun así no es feliz? La clave de la felicidad es mantenerse co-

nectados con nuestro Creador, a esa fuente que brinda todo lo

necesario a los pájaros, a las plantas. Como seres humanos nunca


sabemos cuándo o cuánto es suficiente lo que hemos logrado. Se

nos ha programado mediante hábitos de competencia: alguien tie-

ne que ganar y los demás tienen que perder. Esto envía a nuestro

subconsciente el mensaje de que vivimos con limitaciones, que no

hay suficiente para todos, pero eso no es verdad. Alguien tal vez

se pregunta: ¿Y qué hay con el medio ambiente? El pensamiento

competitivo es el que nos ha llevado a este punto de contami-

nación ambiental; el buscar ganancias económicas, sin importar

quién se vea afectado.

En la actualidad no he ganado millones, pero he aprendido a dis-

frutar de pequeñas cosas y compartir tiempo junto a mis hijos. Ir

a la playa a jugar en el agua con mi hija Valentina y con mi hijo

Alejandro es algo que me inspira. El poder ir a tomar una taza de

chocolate con mi esposa Ana Victoria, o el salir a caminar, nos

renueva.

No son los regalos costosos o los viajes exóticos los que dan vida a

una relación, ya sea con sus cónyuges o con sus hijos. Es el darle

valor a esas pequeñas cosas, el decir “te amo” y dedicarles tiempo.

El tiempo es uno de los tesoros que poseemos pero muchas veces

no sabemos valorarlo. Recuerde que con el tiempo podemos hacer

dos cosas: invertirlo o gastarlo.

Muchas veces “gastamos” tiempo tratando de cambiar algo que

está fuera de nuestro alcance o buscando culpables de nuestra in-


felicidad. Muy pocas veces invertimos tiempo en aquellas cosas

que agregarán valor a nuestra vida, que nutrirán nuestra alma y a

quienes nos rodean. Les sugiero que lean el libro “El monje que

vendió su Ferrari” escrito por Robin S. Sharma. La obra es una

fábula espiritual moderna que habla de aspectos que muchas veces

tomamos a la ligera.

Es importante trabajar en las cinco áreas que menciono en el ini-

cio del libro. En el pasado busqué la riqueza económica, descuidé a

mi familia, le di lugar a los conflictos y estuve a punto de perder no

sólo lo económico, sino lo que realmente tiene valor en mi vida.

Debemos estar agradecidos con Dios, por la vida; el Creador nos

mantiene enfocados, al saber que el tiempo no lo tenemos com-

prado. Únicamente tenemos el aquí y el ahora para ser felices. Si

logramos aplicar esa realidad en nuestro día a día, sentiremos cómo

crea un impacto positivo en nuestro entorno.

Algunos adultos ven el grueso de la billetera de alguien, para deci-

dir si ese alguien puede ser nuestro amigo. Los niños son inocentes,

se conectan con las personas sin importar nada de lo económico,

hasta que los intoxicamos y entrenamos; entonces ellos aprenden

a vivir con prejuicios. Yo lo he experimentado con mi hijo Ale-

jandro: cuando paseamos por el parque, empieza a jugar con un

niño que ve por primera y juegan durante una hora. Al llegar al

auto, me dice ¿Viste papi, a mi nuevo mejor amigo? Entender y


creer que llevar una vida simple es la clave de nuestra felicidad tal

vez no sea algo común; es por eso que muchas personas buscan la

felicidad durante toda su vida y no se percatan de que esa felicidad

está delante de ellos.

Los elementos necesarios para ser feliz están dentro de usted, no

afuera de usted; así que no es necesario correr tras la felicidad con

el pensamiento de que la encontrará afuera de su ser. No es necesa-

rio cambiar a las personas que nos rodean; el cambio debe iniciarse

en nosotros. Recordemos que todo inicia como una idea. La Ley

de la polaridad nos dice que todo lo “malo” que pasa en nuestra

vida debe tener algo “bueno”.

No existen las “casualidades”; ahora veo cómo todo lo que sucede

ante nuestros ojos tienen una finalidad. En ocasiones no presta-

mos atención a las lecciones que la vida quiere mostrarnos y no

tenemos gratitud hacia ella. Es necesario estar atento y alerta, para

poder identificar las oportunidades que se presenten delante de

nosotros. No dejen que una posición económica o evento definan

quienes son, o si pueden o no ser felices.

El miedo al fracaso es lo que nos frena para seguir adelante. Las

personas que han alcanzado sus sueños y la felicidad se han en-

frentado con adversidades; han visto el tener un error o un fracaso

como una lección que enseñó y pulió su personalidad y las preparó

para ser mejores seres humanos. Lo más importante es tener claro


que la riqueza económica no significa felicidad. Podemos ir tras el

dinero y ser ricos en el aspecto económico, pero eso no significa

que seamos felices realmente.

Al encontrarnos ante una adversidad, debemos analizar el impac-

to positivo que la misma tiene en nuestra vida. Recuerdo haber

escuchado la entrevista hecha al Dr. Alfredo Quiñónez-Hinojosa,

durante la que contó sus experiencias de indocumentado en los Es-

tados Unidos, y la forma cómo se convirtió en uno de los mejores

neurocirujanos del país. En la televisión mostraron fotografías de

una casa rodante donde Dr. Quiñónez vivió y que fue su primera

mansión en Estados Unidos. Contó también cómo un familiar,

para que no se lastimara al no alcanzar sus sueños, le decía que

no aprendiera inglés. El entrevistado concluyó en que es esencial

enfocarse en lo positivo de cada experiencia, no en lo negativo. Me

impactó el ver que su rostro estaba lleno de vida y sus ojos refleja-

ban el brillo que se aprecia en las personas que están inspiradas.

Quiero finalizar esta pequeña obra con la afirmación de que la felici-

dad está a nuestro alcance. No se necesitan millones para alcanzarla,

pero sí es necesario tener la decisión de abrazarla. El aceptar nuestra

humanidad es primordial, y al hablar de humanidad me refiero a los

sentimientos, al espíritu que nos une con todos los demás seres huma-

nos, ese regalo que todos hemos recibido de nuestro Creador. El solo

hecho de tener un nuevo día en el cual podemos respirar y ver la luz

del sol, ya es un milagro.


No digo que los problemas desaparecerán con el cambio de nuestra

forma de ser y de pensar; estoy hablando de que nosotros somos

co-creadores de nuestra vida y que nosotros tomamos las decisio-

nes sobre lo hacemos en todas las situaciones que vivimos. El título

“Éxito integral” trata de cómo todo en nuestra vida es una parte

integral de otra mayor y de cómo nosotros podemos afectar a los

demás. De la misma forma que nuestro entorno nos afecta, tene-

mos responsabilidad de impactar nuestra vida y la de otros.

La paz empieza en nuestro corazón. Si tenemos paz en nuestro

interior, la compartiremos en nuestro hogar con la familia y nues-

tra familia la compartirá con nuestra comunidad. La comunidad

afectará a nuestra ciudad, nuestra ciudad afectará a nuestro país, y

nuestro país afectará a otros países.

Espero haber creado un poco de conciencia y haber despertado la

inquietud de moverse adelante, de buscar un despertar de concien-

cia y que todos alcancemos el “éxito integral” que merecemos. Re-

cordemos: el universo siempre está en expansión pues el Creador

nunca descansa, el Creador nunca duerme.

“Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la Tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se ador-mecerá ni dormirá el que guarda a Israel” Salmo 121:2-4


Que alcancemos el bienestar y la felicidad en nuestras vidas es mi

intención y mi visión para cada uno de nosotros. Nunca desma-

yen; siempre sigan avanzando y creciendo.


Tarjetas de IntenciónRecorte y escriba su nueva intención en la tarjeta y siga las instrucciones en las páginas 73 y 74. Recuerde tomar tiempo para leerla, al levantarse y antes de dormirse. Es importante que haga el ejercicio imaginando lo que escribió de la misma forma como mira una película; pero en este caso tome en cuenta que usted es el protagonista de la película.


BibliografíaComo un Hombre Piensa Asi es Su VidaPor James Allen

El Secreto (The Secret)Por Rhonda Byrne

La Siete Leyes Espirituales Del ÉxitoPor Deepak Chopra

The 7 Habits of Highly Effective PeoplePor Stephen R. Covey

The 8th Habit:From Effectiveness to GreatnessPor Stephen R. Covey

There’s a Spiritual Solution to Every ProblemPor Wayne W. Dyer


Change Your Thoughts - Change Your Life:Living the Wisdom of the TaoPor Wayne W. Dyer

The Keys to Higher AwarenessPor Wayne W. Dyer

Everyday WisdomPor Wayne W. Dyer

Getting in the Gap:Making Conscious Contact with God Through Meditation(Book with CD)Por Wayne W. Dyer

El Poder De La IntenciónPor Wayne W. Dyer

El hombre en busca del sentido ultimo/Man’s Search for Ultimate Meaning:El Analisis Existencial Y La Conciencia Espiritual Del Ser Humano Por Viktor E. Frankl

Blink:Inteligencia intuitiva, Por que sabemos la sabemos la verdad en dos segundos (Blink: The Power of Thinking Without Thinking)Por Malcolm Gladwell

El Punto Clave(The Tipping Point. How Little Things Can Make a Big Difference)Por Malcolm Gladwell

El Poder Contra La FuerzaPor David Hawkins


PsicociberneticaPor Maxwell Maltz

Way of the Peaceful Warrior:A Book That Changes LivesPor Dan Millman

No Ordinary Moments:A Peaceful Warrior’s Guide to Daily LifePor Dan Millman

El Poder De La Mente SubconscientePor Joseph Murphy

The Science of Success:How to Attract Prosperity and Create Harmonic Wealth Through Proven PrinciplesPor James Authur Ray

Harmonic Wealth:The Secret of Attracting the Life You WantPor James Arthur Ray

Practical Spirituality:How to Use Spiritual Power to Create Tangible ResultsPor James Arthur Ray

The Million Dollar Mindset:How to Harness Your Internal Force to Live the Lifestyle You DeservePor James Arthur Ray

El Monje Que Vendio Su FerrariPor Robin S. Sharma

La llave/ The KeyPor Joe Vitale


Zero Limits:The Secret Hawaiian System for Wealth, Health, Peace, and MorePor Joe Vitale y Ihaleakala Hew Len, Ph.D

Conversaciones con Dios 1,2,3Por Neale Donald Walsch

La Ciencia de Hacerse Rico / The Science of Getting RichPor Wallace D. Wattles

The Four Agreements:A Practical Guide to Personal Freedom, A Toltec Wisdom BookPor Don Miguel Ruiz

The Mastery of Love:A Practical Guide to the Art of Relationship (Toltec Wisdom Book)Por Don Miguel Ruiz

Éxito · Siete Poderosos Principios para el Éxito ... a impartir mis estudios los lunes por las...

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