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redes y territorios 1

Gabriel Dupuy

EL URBANISMO DE LAS REDESTeorías y métodos

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INSTITUTO DE GEOGRAFIA

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GABRIEL DUPUY

EL URBANISMO DE LAS REDESTEORÍAS Y MÉTODOS

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Redes y TerritoriosColección dirigida por:Al ben SerralOsaRafael Giménez Capdevila

Esta colección es una iniciativa conjunta del Instilut Catalil per al DesenvolupaIllenl delTranspon y Oi kos-Tau

Títulos publicados:

l. Gabriel DUPUY: El urballismo de las redes. Teorías y métodos.(ediciones en español y catalán)

Títulos en preparación:

1. Jaume FONT i GAROLERA: L'evolució de les xarxes de tml/sport {/ Ca!alllll)"a.

3. Jean HOURCi\DE: ¿Qué movilidad para II1w/al/a? Otra mirada a los tmllSportes.

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Gabriel Dupuye¡pjl:; Ü783

I

El urbanismo de las redesTeorías y métodos

Traducción de Rafael Giménez Capdevila

Prólogo y supervisión de la traducción de Albert Serratosa

Oikos-TauAPARTADO 5347 . 08080 BARCELONAVILASSAR DE MAR· BARCELONA

Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos

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Primera edición en español, marzo de 1999

TílUlo original: L'IIrbwJisme des résellux. Théories ellllélhodes© Armand Cúlin Éditcur, París 1992

Discilo de 1:1 cubierta: Rafael ArgelichFotografía de la cubierta: Albert Serratosa

ISBN H4-2H 1-0937-0Depósito Legal: B-14.454-1998

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De:rel:hos r~servados para todos los países

No se pcrmit~ la reproducción total o parcial de este libro,ni la compilación en un sistema informático.

ni 1.:1 transmisión ~n cualquier forma o por cualquier medio.ya sea electrónico. mecánico. por fotocopia,por registro o por otros medios,presentes y futuros. ni el préstamo. alquiler o cualquier aIra formade: c..:csión del uso del eje:mplar.sin el pc.:rmiso previo y por escritolit: los tilulares dd Copyright.

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Muntscrrat 12-14 - 08340 VilJssar de Mar (Barcelona)

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Indice1.-- •

Indice 5Prólogo 7Prefacio para la edición cspañola 11

Introducción 17

1. Las dificultades del urbanismo contemporáneo 231.1. La confusión de los urbanistas 231.2. Un urbanismo que ya no entiende la ciudad 29

2. El desarrollo de las redes en la ciudad 352.1. Multiplicación y extensión de las reJes 352.2. De la pedestrian cUya la networked cUy .44

3. El alcancc social de las redes 553.1. Los usuarios de las redes .553.2. Economía y territorio de las redes urbanas 62

4. La respuesta del urbanismo clásico 714.1. Contrasentido del mallado territorial 714.2. Zonificar y canalizar 82

5. Rehabilitación de las doctrinas urbanísticas favorables a las redes 935.1. De Cerda a Virilio: la topología de las redes 945.2. Circulación y comunicación: la cinética de las redes 1015.3. Redes adaptativas: la visi6n sistémica 1035.4. 1. Cerda, el urbanismo y las redes 1055.5. F.L. Wright: Broadacre CUy 1105.6. Un urbanista francés incomprendido: M.-F. Rouge y las redes 115

6. Las reJes para un nuevo urbanismo: elementos de teoría 1216.1. ReJ virtual, red real 1216.2. ¿La ciudad de los operadores de redes? 129

7. Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 1437.1. Análisis diacrónico de las redes 1437.2. Representación de las redes 1507.3. Evaluación de las redes 1587.4. Ayuda a la concepci6n de redes 1697.5. Semiología de las redes 174

8. Urbanismo de redes: estudios de casos 1818.1. Vía y ciudad 1828.2. Red suburbana 1868.3. Ciudad y comw1icaciones 191

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6 El urbanismo de las redes

Conclusión 195

Bibliografía oooo 20 1lm.lice onomástico 207lIllJice de figuras y tablas 213Vocabulario y acrónimos 215

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Prólogo

A lo largo del tiempo se ha eserito mueho sobre urbanismo, aunque no tantoeomo eorrespondeóa a este seetor de la actividad humana estreehamente ligado a laealidad de vida de miles de millones de personas. No obstante, la mayoóa de textostienen que ver con a~pectos sectoriales y sólo un número reducido de pensadores seha atrevido a abordar tratanlielllos globales. Muy pocos libros en la segunda mitaddel siglo XX, cuando la complejidad urbana ha resullado más conllictiva, puedenconsiderarse verdaderanlentc innovadores y de amplio espectro. Pues bien, entreestos raros ejemplares, el lector tiene en sus manos uno de los libros más destacadosescritos en los últimos cincuenta años.

Pese a las numerosas referencias a casos franceses, el análisis de ejemplos defoonación de redes en todo el mundo y a través de los siglos, aporta una dosisnotable de universalidad y le permite extraer conclusiones que han de traJlsfomlarlos métodos y los instrumentos de la planiJicación urbana y tenitorial. Tresaportaciones son especialmente relevantes:• De acuerdo con la Teoóa General de Sistemas, los di versos eomponentes de un

simple conjunto necesitan el complemento de unas relaciones para constituir unsistema. Toda ciudad, toda aglomeración urbana, metropolitana, regional oconlinental es por esencia un sistema y por lo tanto las relaciones no pueden serobviadas como se ha hecho y se hace en la mayoría de planes, obsesionados porla forma y los elementos estáticos.

• Las relaciones comportan intercambio de flujos de materia, de energía y deinformación y las redes de transportes y de servieios son los espacios-c<males quehacen posible la circulación de aquellos !lujos. Entender la finalidad primaria delas redes y los procesos de lixmaeión es una cuestión fundamental de laordenación del territorio.

• Las redes, que oeupan espacio, mueho espacio, han sido menospreciallas en losplanes urbanísticos, pese a que además de eanalizadoras de !lujos, son losprincipales estrueturadores del territorio y de la ciudad. De elJa~ dependerá laeficiencia del sistema y su capacidad de adaptación a una realidad tecnológica ysocialmente cambiante.

El grálico de evolueión de las redes en [-rancia (figura 0.1) es una aportaeit'lI1capital y constituye un paradigma de valor universal. La forma de representación,totalmente innovadora, eon el tiempo en las abeisas y el porcentaje de usuarios realessobre usuarios potenciales en las ordenadas, permite extraer lecciones definitivas: a)todas las redes siguen un proceso de evolución según una curva logística, con unprimer periodo de erecimiento lento (sólo los "marqueses" y los grandes potentadosson usuarios reales), Wl segundo periodo eon una fuerte aceleración (la masifieacillndel servicio), y un linallento hacia la saturación (el 95% de los usuarios potencialesacaba haciendo uso del servicio); b) cl inicio y cl linal son siempre iguales y lascurvas sólo dilieren en el tiempo neeesario para conseguir la extensit'lI1 masiva del

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Usuarios reales / Usuarios potenciales

100%

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80%

60%

40%

20%

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1850 60 70 80 90 1900 10 20 30 40 50 60 70 80 1990

figura 0.1. Evolución de las redes en Francia (1850-1990).(Fuente: Gabriel Dupuy: L'urballisme des réseaux, figura 7)

• Agua

• Saneamiento

• Transporte público

Gas

Electricidad

Automóviles

• Teléfono

Televisión

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Viaria f'cITtwiaria Fk'ctrica \ras

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Figura 0.2. Redes básicas del Mea Metropolitana de Barcelona en 1992.(fuente: Pla Territorial Metropolita de Barcelona, Generalitat de Catalunya)

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10 El urbanismo de la) redes

servicio; c) continuamente aparecen nuevos servicios con desfases de 20 a 30 años,en un proceso del que no se conoce el linal, que pide corredores espccíJicos eintegrados para no deteriorar el territorio. Para ilustrar este propósito con un ejemplomás cercano, este prólogo se acompaíia con un mapa del Arca Metropolitana deI3arcelona en el que se muestra el caos result,mte de la simple yuxtaposicióndescoordinada de redes bá3icas a través del tiempo (ligura 0.2).

Un segundo aspecto destacable, entre muchos otros que hacen del libro unaincitación constante, es la consecuencia de la extensión de las redes en ladiJl ri!Jueión del poder. La historia nos ha enseñado cómo aquélla ha tenido desdesiempre una base territorial (areolar, la llan1a Gabriel Dupuy). Parroquias,municipios, condados, reinos, vegueries, corregimientos, provincias, comarcas,comunidades autónomas, estados o w1Íones pluriestatales son di versas maneras dedelimitar el reparto del poder. Las redes rompen esta relativa claridad y lasresponsabilidades se reparten entre Wla multitud de agentes con potestad de grado yde ámbilll confusos. Hoy un alcalde, por poner un ejemplo, ubserva impotentecómo una línea eléctrica estatal, un tren de alta vchx:idad contineIllal, un gasoductointercontinental o una red telemática mundial atraviesan su municipio. Más profundotodavía, las grandes ciudades, los grandes estados, los grandes centros contemplancon destemplanza una nueva revolución copernicana. Ya no hay centros o, dicho deotra manera, cualquier lugar es central desde el momento en que las autopistas, laaviación y, por encima de todo, la telemática (telefonía móvil, Imernel. .. ) permitenrelaciones de todos con todos y además, en muchos casos, installláneas.

Hay que resaltar linalmente en este prólogo a la versión espaiiola de E1urbl/Ilismo de ll/s redes, el papel destacado que se otorga al ingeniero de caminoscatalán lldefons Cerda, cuya obra es la más cilada por Dupuy. No sólo considera aCerda comu el más completo tratadista del tema de las redes, sino el único en lahistoria mundial del urbanismo y dc los servicios técnicos que enlendió la necesidadde prever corredores de servicios. Dupuy t,lmbién reconoce el valm de Cerda alasociar el objetivo social de la ciudad igualitaria a la previsilín ineludible desde elprincipio de esquemas eDil/pieJos de redes, puesto que al linal éstas serán utilizadaspor tudos los ciudadanos, tanto en el centro como en las periferias. Así, se proponeuna calidad homogénea para lodos los espacios urb:lllos, COIllO lo demuestra elEnsanche de I3areelona, que todavía hoy, 15U aíios después de ser proyectado, esuna isla de orden en un caos metropolitano de redes improvisadas y yuxtapuestas sincoordinación ni ubjetivos sociales a largu plazo.

Este libro, producto de la perspicacia de Gabriel Dupuy y de un notableesfuerzo de investigación y análisis de una multiplicidad de casos para apoyar lateoría, debe convenirse en una guía indispensable para lus p!,UliJicadmes territorialesy urbanísticos, y una hcrramienta esencial para la mejora de los procesos deocupación y organización del suelo.

Albert Scrratosa

I3arcc!una, 25 de julio de 1996

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Prefacio para la edición española

Han pasado cinco años dcsde la publicación en francés de El urbanismo de [¡¡S

redes. No es ticmpo suJiciente para que los análisis, las posiciones y las idcasexpuestas en este libro hayan envejecido. En todo caso, las mantengo. Losnumerosos comentarios, a veces críticos, suscitados por la cdición francesa, me hanconvencido de que el libro había acertado. Espero que la edición espaJiola tendrá lamisma repercusión.

El libro termina con un conjunto de propuestas. El urbanismo de las redes meparece, en efecto, una vía posible (quizás la única) y deseable para una renovaciónde la acción urbanística. Sin embargo, para internarse más en esta vía, me parecíaentonces que debían ser desarrollados diferentes temas. He tenido la satisfacción deconstatar, durante los cinco mios transcurridos, progresos evidentes en los diversostemas, no sólo en Francia sino también en otros países. Me limitaré a sellalarlosbrevemente, con remisión a las principales publicaciones a que han dado lugar. Sólocitaré los libros, porque los artículos son demasiado numerosos.

De entrada me parecía necesario un desarrollo de la investigación histórica sobrelas redes. Recientemente, en Francia y en otros lugares, se han llevado a cabodiferentes trabajos de investigación sobre este tema. En Francia destaca la notabletesis doctoral del historiador Nain Oeltran sobre la red eléctrica de París (1878­1946), que debería ser publicada. En Estados Unidos, sobresale la importante obrade Clay MacShane sobre las redes viarias urbanas (MacShane, 1994). En España sehan publicado diversos estudios sobre la evolución de las redes, por ejemplotclefónicas (Capel, 1994a), eléctricas (Capel, 1994b), de gas (Arroyo, 1996). Los"urbanistas dc las redcs" harán bien en leer estos libros.

La representación grálica, la informática y la modelizaci{)Jl de las redesplanteaban problemas delicados a linales de los años 80. De hecho, la herranlientabásica expuesta en El urbanismo de las redes es un modelo basado en la tcoría degrafos. Aunque estc método es adecuado por lo que respecta a la propia red, esinsuJiciente para tomar en consideración su relación con el espacio urbmlo"ordinario" al que sirve. Por suerte, desde hace unos mios se dispone de otrométodo a partir de la geometría fractal, método que parece muy prometedor para elurbanismo de las redcs (Frankhauser, 1994; Oatly y Longlcy, 1994). La concepciónde las rcdes podría beneJiciarse de ello en un futuro inmediato.

La evaluación de las redes plantea al urbanismo, lo escribía en 1991, otroproblema. Se observan progresos principalmente por el lado de la geografía, de laecononúa y de la gestión. De hecho, se dominan las herramientas de evaluacióneconómica sobre todo para las redes de telecomunicaciones. Los resul tadosobtenidos en este sector permiten hacer un balance de las economías de escala (o deenvergadura), importantes para la oferta cuando una red se desarrolla, y los cfectosde club o de red (directos o indirectos) favorables por el lado de la demanda. Perolos trabajos relacionados con las redes de telccomunicacioncs han inspirado o

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12 J:"'[llrba"iJlIJo de las redes

estimulaJu las investigaciunes cn utros ámbitus: reJ eléctrica, curreos, transportecolectivo, etc. (Curien, 1992; riin, 1(94). Hay que citar también, para unaevaluación m:ts urbanística, el interesante estuJio Je hne Summcrton subre lasreJes Je calefacción urbana en Suecia (Summerlun, 1992).

La semiología de las reJes es indispensable para el urbanismo. Pese a laJiJicultad de los méludus en este campo, hay que reconoccr los valiosos esfuerzosJe arquitectos italianus (Pucci, 19<)6), franceses (Devillers y Riboulet, 1994), yutros.

Pero 1.'1 urbarlÍsmo Je las rcdes cs lambién una práctica scctorial, profesiunal. En1991, me lamentaba del "u1vidu" de las ductrinas y de lus proyectus de grandespersonaliJades que en su tiempo practicaron el urbanismo Je las rcJes. Esindispensable conocer las obras de estos urbanistas, como se conocen la Carta deAtenas y lus proyectos de Le Corbusier. Se ha hecho mucho hasla ahora, y nosfelicitamos JI.' ello, para rehabilitar y Olorgar a aquellas obras el lugar que lescorresponJe. La eJición reciente del ensayu de Melvin Webbcr escrito en 1964 yeJitado gracias a FraJ1l;oise Choay es un testimonio de ellu (Wcbber, 1996).

En 1991, evocaba sobre lodo la extraorJinaria pcrsonalidaJ de IIJcfuns Cerdaque, en mi opinión, puede considerarse como el fundador dd urbanismo de lasredes. !'ero cra nccesario hacer la historia prl'cisa y rigurosa Jc la ubra Je Cerda,para comprender la parte esencial JI.' los principios que, tudavía hoy, continúansienJo la base Jel urbanismo Je las reJes. Dcspués JI.' la eJición francesa JI.' milibro, el admirable trabaju realizado por Albert Serralllsa y su cquipo, a partir denuevos descubrimientos archi víSlicos, aporla elementus originales (Magrinya yTarragó, 1994; Serratusa, 1995; Soria y !'uig, 1(96).

Desde 1991, la ncccsid:ld dcl urbanismo de las redes aparece cada vcz m:tsclaramente en todo el munJu. La ciudad necesita una nueva Jcfinición (Rémy yVoye, 1(92): ¡:lwlJialización y metropulit:Uliz;¡ción son ténninos que particip:.ul Jeesla de1inición. La exlcnsión mundial de I:1 lelar:.ula JI.' ¡ntcmel refuerJ:a elinteITog:.ulle sobre las n:!aciones entre las redcs JI.' lc!ecomwlÍcaciones y [;¡ ciudad(Grall:.un y ~1arvin, 19<)6). !'cro c! fonnidable desarrollo Jc! automóvil, noJesmentidu hoy en lus países industrializaJos y muy probable en muchos países endesarrollu, afccta también en profundidad al espacio urb:Ulo. El automóvil, como elteléfono, y nds llxJavía que el ordenador, permite a cada indiviJuo Jibujar sus reJesy, m:ts allá, su territorio (Dupu)', 1(95). !'recis:.unente para responJer a este granrelo, presel'!::.':) por CerJa, el urb:.ulÍsta JI.' las reJes tiene su lugar en las ciuJaJes JI.'hoy. EspLTee.>s que este libro, y 10Jos los que acab:.um)s JI.' cilar (entre muchos11l:ts), pUCJ~:l contribuir a su consoliJación.

París, 8 JI.' sepliembre JI.' 19<)6

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Agradecinzielllos

Este libro es el resultado de dos componentes de nú actividad universitaria:investigación y enseñanza Debe mucho al medio en el que ejerzo mis actividades deinvestigación. En primer lugar al LaboralOire Tec/lIl iques, TerrilOires el Sociélés enconjunto, y más particulamlente a Vivian Claude y a kan-Mare arrner, que leyerony criticaron el manuscrito. Mis colegas de la agrupación de investigación Réseauxdel CNRS (Conseil Naliolllll pour la Recherche Sciellliflque) tanlbién me haninspirado mucho. En este libro eneonlrarán algunas de nueslras n:l1exionescolectivas.

El contenido de la obra recoge algunos de mis cursos. La redaeción se haenriquecido con las reacciones de mis estudiantes del Instituto de Urbanismo deParís en cursos de doctorado, de mis alumnos de la Ecole Natiollale des PO/liS elC/¡aussées, y también de los estudiantes de licenciatura del Instituto de Urbanismode la Universidad de Monlreal, donde rui profesor cuando redactaba la parte esencialde este libro durante el invierno de 1990.

La Universidad de París XII-Val de Mame me aportó en un momento decisivouna ayuda material que aprecié mucho.

finalmente, tengo un recuerdo especial para rran~oise Choay y PhilippcPinchemel que supieron dar, en un clima de gran conliarlza, sus consejos y suánimo.

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En este espacio-red, cuyas mallas están formadas por elconjunto de las vías de comunicación -terrestres, marítimas,aéreas, carreteras, así como cables eléctricos o telefónicos,· eincluso ondas hertzianas-, transportando personas, bienes(entre los que está la energía) e informaciones, se inscribenuestra realidad urbana. Ya no representa una unidadautónoma, un centro encastado en el canlpo circundante, sinouna zona de condensación especílica alrededor de puntos decruce -"enlaccs"- de las citadas vías de comunicación."Habitar" ya no designa aquí residir, sino -virtualmente oactualmente- comunicar (de lo que la circulación es el

aspecto mejor conocido). El ciudadano-residente es un"abonado" a estos puntos nodalcs del espacio-red; suresidencia, una "conexión" a esta red.

Georges-Hubcrt de Radkowski, "Le Crépuscule dessédentaires"

in L'Hollll7le de la Ville, J¡\NUS, 1967.

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Introducción

¿Todavía es necesario discutir acerca de la crisis del urbanismo'! ¿Se debe, unavez más, diagnosticar el malestar de los urbanistas'!

En una antigua publicación sobre los "juegos urbanos", esta especie desimulaciones lúdicas inventadas por los urball plalll/ers americanos de los allOS 60,expliqué como la profesión de urbanista neeesitaha una ideología propia queenmascarase su desorden l. Ahora bien, lo que era cierto en aquellos momentos paralos urbanistas de Estados Unidos, no lo era todavía para los franceses. En FrallCia,el urbanismo estaba en per1'cctas condiciones.

Desde entonces. en la mayoría de los países occidentales, los allálisisconvergen. Se ponen en duda el urballismo y la planilicación urbana. I.a crisis escrónica. cl malestar pennancnle. Pero el urballismo resiste. La crisis no es aún tallprofunda como para impedir la puhlicación de revistas, manuales y diccionarios quese aJluncian decididalncnte de "urballismo''2. Así pues, el urbanismo todavía essólido. Los consejos que se le prodigan pueden parecer curiosos: la orientacilínhacia la protección del patrimonio o del medio ambiente, la huida hacia laarquitectura y la monumentalidad, el hincapié puesto sohre la paI1icipacit'm delpúblico en las decisiones, ¿pueden todos juntos llegar a reconstruir un cucq)O dedoctrinas y prácticas coherente ante los desafíos de la ciudad l1loderna'l

Se puede dudar de ello. sobre todo porque, desde hace poco, se ha pl~ulteado

otro tema. Es evidente que nuestra sociedad se dirige hacia una evoluchín que da a lacomunicacilín ya sus técnicas un papel clave. A pesar de su imprecisión, cl ténninolluevas [ecllologías de COIIlL/lliCllCiÓI/ (NTC) aparece con fueo.a. Sugiere el leléfonomoderno y sus múltiples Jeri vadLls, cl ordenador y su capacidad de tratamiento

Dupuy G.. Plallijiculioll Ilrbaifll' el ilM%gie [{'chllocrm;qUl': le cas des jellx w-!Jaill.'i. tesisdOl'loral tlc]O ciclo. París. l1ni\'crsilé RCllé Descartes. 1973.

2 Sülo por cit~ la n:l..-iclllc actualidad frUIH...úfona: la revista Urf)(/l/isIIJlJ. los ll1:lnu;.lIcs de urbanisIlmde Lacazc 1.-P.. Al/ll ífltl);er sn \'j/ll', les e!loix du II/airl' ('fl IIwrih'l' d'llrlWflisll/l', París, EditiollSdu Monileur. 1')RR; Les M<'tIlOdes· de {'lIriJanixllle. París. PUF, 1990, Y de Guay P.-Y..¡II1rot/ucliofl a /'wbllfli:mlt:: (/pproc!les t/uioriljlil'J. iJlSlrUIIll'lIlJ e/ Crilh"('.f. Modul\) I:d., Mont.réJI.1997; f",terlin P., Choay F., Dictin1l11l1irl' di' ¡'ur!JalliJlI/l' el de l'alJlhJ(lgellleflr. París. PUF.198R; Trihillo!1 J.-F.. ¡:Ur!Jallisllll'. P;1ríS. La Découvcrlc. llJt)l: f\'lc:r1in P., !.'1U1Jall¡.\IIIl'. P;u·ís.PUF. 1')<) 1.

2

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1M EL urbwJi.rmo de las redes

inst~ul1(Uleo l.le la información, [as teleeomunicaciones y sus enormes caudales), lapalllalla electróniea y su función interrelacionadora. Las NTC aJCctan a nuestrardacilÍn con el tiempo, con d espacio, con los demás. Se pudo alinnar que creabanun universo particular, un espacio-tiempo propio, a punto de llegar a ser d únicosignilicanle del mundo moderno. La exageración no es el menor defecto dd discursoactual. No obstante, es evidente que la explosión de las NTC aJcctn a las relacionesdel hombre con el espacio, con el territorio. Las bases sobre las que se fundaba elurb~Ulismo se han, si no han sido socavadas, al menos se han sacudido. ¿Las NTCno signilican pues el fin de la ciudad, o por lo menos el lin de una cierta ciudad,justamente la que los urbanistas pretendían dominar con sus planes?

Ahora bien, a cstos interrogantes, a estas provocaciones, el urbanismo noresponde. No tiene nada que decir. ¿Incapacidad de comprender el hechotecnológico? Aunque existen algunos easos de miopía caracterizada, particularmentela dilicultad de percibir la verdadera medida del fel1límeno automovilístico, no sepuede decir que el urbanismo haya sido reacio hacia las evoluciones tecnológicas.Por no citar más que dos grandes nombres, Tony Gamier y más tarde Le Corbusier,comprendieron perfectamen1c la naturaleza profunda de las transformacionesteCllológicas que alCclaban a la industria, la sociedad y las ciudades que concebían.Las innovaciones en materia de medios de locomoción, de energía, decolllUlücaL:Íón, fueron percibidas muy pronto por los Cerda, Howard, Hénard,Challlbless o Wrighl.

l.a cuestión parece pues más fundamental: ¿no es el urbanismo, por sunaturaleza, incapaz de crear y de apropiarse de las herramientas in1clectuales que lepeflnitirían pensar la ciudad tal como es hoy, tal como proviene de evolucionespasadas y tal como se transforma para el futuro?

1:1 concepto de red permite centrar la cuestión al maxlIlIO. La red, comoconccpto y no como objeto, emerge progresivamCllte en b historia recien1c porqueplantea una nueva organización del espacio4• Traduce bien algunos tipos den:lacioncs espacio/tiempo/ infonllaciónlterritorio característicos de las sociedadesmodernas5.

Curiosamente, el urbanismo se ha mantenido al margen de esta evoluciónepistell1ohígica. La paradoja reside en su dclinición misma. Si hubiera pernlanecidoun ~U1e urbano que definiera la forma urbana en referencia a cánones estéticos unpoco fuera dd tiempo, se podría comprender que el urbanismo se contentaraborde~Uldo una interpretacilÍn espacial demasiado alejada de sus criterios. Perodespués de más de un siglo, según las mismas palabras de rranc;oise Choay, elurbanismo pretende conseguir un enli.lque global y cielllílico, crítico y rcllcxivo tle

3 Caud:.J.lcs que en 1'01.:0$ ailos SI.: han incrementado en proporciones considerables: dd orden de 1 a1000 cUi.llldu se pasa del teléfono c]¡1sico a la fibra óptica.

4 GuiJlcrmc 1\., Gt!Jlesc du cuncep! de réIeau: lerrifoire el génie en Europe de ['Ques!, 1760·1815,InstilUt fr.ul,,'ais d'urha(lism~. Lahllratoir~ de Théoric dcs Mutatiolls url>aincs. infurmc para elPli.ln urbain. París, cncm de 1988.

5 Dupuy (j. el al., Ról'UUX Ierriloriaw.:. Caen. ParJdigmc, 1988.

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Introducción 19

la ciudad6, ¿Cómo explicar que, salvo en raras excepciones, el pensamientourbanístico no consiga apropiarse (ni tan sólo articularse) dc la visión reticular que,poco a poco, se impone tanto entre economistas, sociólogos, t1l6sofos, como entreingenieros, arquitectos, e incluso el hombre de la calle? Con un estilo polénúco,Paul Virilio constata y dcline su campo: "Hoy, es más que probable que lo escncialde lo que se persiste en llamar urbanismo se compone/descompone por los sistemasde transferencia, de tránsito y de transmisiones, estas redes de transporte y detransITÚgración cuya conJiguración inmaterial renueva la de la organización catastral,la edificación de monumentos"7.

AIain Sarfati, arquitecto y planilicador de las periferias urbanas, percibe loscambios necesarios para el urbanismo: "Las periferias nos obligarán a pensar más entérminos de redes, circuitos, enlaces de manera más lineal y encabestrada, a escalasmuy diferentes, No podemos continuar ignorando los grandes canlbios de ladistribución, la comunicación, la informática, y son las periferias las que absorberánesta modernidad, de hecho ya sufren sus mayores efectos"S,

No obstante, se trata de excepciones. En general, el urbanismo esdesesperadamente mudo con relación al tema9. Kevin Lynch lo expresa de estamanera: "Sysrematic arrenrion ro rhe enrire mnge ofrhe dimeJlSiOtt is !acking"IO.

La incomprensi6n de la red por parte del urbanismo no es una cosa nueva. Elaliento ut6pico de los inicios del urbanismo habría podido predisponerlo a introducirlas visiones reticulares de un Graham Dell (para las telecomunicaciones) 11 o de unHenry Fonl (para la electricidad)I2, Pero no hay nada de eso.

y a lo largo de la historia, los contados urbanistas que se re ti rieron al conceplomoderno de red para repensar la ciudad, como I. Cerda, O, Wagner, F.L. Wright oM.-F. Rouge, han sido, al menos por lo que respecta a esta parte de su obra,

6 Choay F., L'Urbanisme: utopies el réa/i(és. une alll/wlogie. París. Le Scuil. 19ó5.7 Virilio P., L'Espace critique. París. Christian Dourgois. 1984.S Sarfati A., Actucl, n° especial. Almanach Danlieue, 1985.9 Communica/ion el dynol1lique urbaine. ADELS. informe para el Plan urhain, I<JX6.10 Lynch K., Good city form. MIT Press. Camhridge. Mass., 1987.11 "Se puede concehir 4UC los cahles lelefónicos puedan ir cntclTados. O hien suspendidos en el aire.

comunicando por conexiones COIl las viviendas. las casas de campo, las tiendas, las fábricas,etc .. uniéndolas por el cable principal a Ulla oficina central donde el hilo podría conectarse a lademanda, y estahlecer una comunicación enlre dos lugares cualquiera de la ciudad. Un plan comoéste, aunque actualmente es impracticahle, derivará, estoy seguro de cllo. de la inlIoducción delteléfono entre el púhlico. Creo incluso que en el fuluro. un conjunto de hilos unirán las ofidnasprincipales de la compaflía dc1tcléfono en diferentes ciudades y un hombre en una región del paíspodrá comunicar mediante lenguaje hablado con olro en un lugar diferente". Texto de Grah,unDel! de 1878, in Kingsburg l.E., Tite Telepltane and TclepllO/1e Excltanges. New York. 1972,citado por De Solla 1'001 1. (Ed.), The Social Impact of tite TelepllOne. MIT Press, Cambridge.Mass .. 1977.

12 CL lIngues T.P., "Visions of Elcclrilicalion and Social Change", in 1880-1980, un Sii!ded'éleccricicé dans le monde, Acles du premier Colloquc inlernatíonal d'hisloirc de l'élcclricilé.París. PUF. 1987.

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20 El urbanismo de las redes

ignoraúos, olviúados O marginados. ¿Quién podía imaginar que estos precursoresserían hoy por hoy los modelos a seguir por un urbanismo moderno'!

Sin embargo, ¿no ha llegado ya clmomento en que cI urbanismo se dote de losmedios intele~tuales que pcmülan pensar la ciudad no sólo cómo es, sino cómopucde y cómu uebcría ser'! ¿No convendría atribuirse los inslfumemos necesariospara aeluar sobrc un espacio que los geógrafos más perspicaces ven profunúamentetransformuúo por la organización reticular úe las activiúaúes humanas,!13

La explicación de la resistcncia del urbanismo a tcncr en cucnla la reú, lasrazones de la cxclusión úc la visión reticular por el enfoque urbanístico clásico, ¿hayque buscarlas sólo en cI pasauo, en los orígencs úel urb;ulÍsmo'! ¿No convenúríaimcrrogarse también por las condiciones presentes úe la práctica de los urbanistas'!

En el pasaúo encomramos las circunstancias en las que nació un pensamienLourbanístico: ulOpía salvaúora para las ciuúades inúustriales totalmente úominaúas porlas rclaciones úe proúucción fabril. Actualmente, cI urbanismo es el operador úe uncieno tipo de taritorialidad arcolar, la de la propiedad indiviúual o colectiva, públicao pri vada, pefll tamhién la de todos los límites, de todas las frollleras naturales oinstilucionaks donde ;UÜdllil múlliplcs poderes, pequeoos y granues, que las redespoúríllil subvenir.

Pcro el urh;Ulismo HO puede ignorar <.lurllille más tiempo las n;des como objctosni la red como colh:eplO. Ya no se trata sólo úe curar un malestar hui<.liw. Habríapeligro de mucne p;u'a cI urhllilismo si continuase negllildo los únicos enfOtjues quele pueden devolver un:Jlcgitimidad confurme a su vocación inicia!.

Por encima <.le loúO, las ciu<.la<.lcs son las protagonistas. ¿Se podrá aceplartodavía que los que lÍem:n responsabilida<.les en materia <.le legislación,reglllinentaciún, planilieación, gestión y que. por eso mismo, aetúllil sobre elespacio urblli1ll, descuiden, porque no las pueden entender, las InU1sformacionesesenciales <.le las aclividaúes y dc la vida urblli¡a'!

No se tr:Jta de una Jiscusión académica. I.as consecuencias en témlÍnos depoda. de dcsalwllo econlllnico, de exc!usiún social, son reales. Gérard I'remel, alllilalizar las inei<.lcncias urb;Ulísticas de la gestión de las redcs de agua y deslli¡e;unielllo de los municipios pertenecientes a los departamentos frlli¡CeSeS del(~arú, Val-d'0ist: e Yvelines. l[¡;ga J la siguienlt: conclusil>Il: "medilli¡le laimplllillaLión, l:.l.~ lransformaciones, los modos dt: gestión de las rt:des de agua ¿nosc instauran "nuevas h~ulalidades" (es decir, obligaciones hacia los monopolios deso[)erllilías loca[¡;s) haciéndos<: o deshaciéndos<: según las relaciones úe fuerLa,!,,14ElllmllilUcl N<3grier, en su eSlUdio sohr<: la implllillacilín de las r<:des de cahles,exlrae las mismas conc!usiones I5.

u Pilll:hcmc1 P. y G" /.u Face d~ la Terl't:. París,/\.. Col in. 198~, así L"omlJ Ch.IVal P., "L'Arenirde /tllllélrOp()/isUlion". ¡\1lI1al~s d~ Géngr:.lphi~. n" 550. nOV.-dic. }t)X9.

14 Prl'mc1 0 .. "fvbiu·isl.: d~s réscaux el unmin;Jlioll rlHU:l~n;". Eludes jtmdereJ. n<l 35, juniu <1.:1%7.

15 N~gricr E.. "'1l1C pulitics uf TC1Tiloriai NClWl)rk Policics: Tllc Examplc uf Vidcocom­II1uflk¡¡tiulI:-i Nctwurks inl:rancc". Fltu. 11'-' 1. prilllavcra tic 1<.NO.

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lnlroducción 21

Figura l. Computa City: ciudad conccbida para oplimi/.ar elcctrónicamentc. "cntiempo real", los diversos cambios de actividades de lus individuos dc una coou1I1itlad

de 100.000 personas. La utopía no transcendió las columnas dcldiario Arcl¡igr(/m.(Fuente: ArclligrOIll. Loudres. otuiio de 1964)

En el fondo, y hablando de territorios, parece que hay dos concepcionesopuestas. El urbanismo siempre ha privilegiado una territorialidad areolar, ddinidapor zonas, límites y fronteras, en cuyo seno se ejercen los poderes. /\ estaconcepción parece oponérseIc la de una territorialidad reticular, que va más allá delas zonilicaciones y las barreras, yen la que se ejercen otros poderes.

No se trata de negar poderes ni tipos de territorialidad areolar legítimos, sino dereconocer la existencia de otros poderes y de terriloria.lidaues reticulares. Por estohay que dotarse de los medios para pensar y analizar [as redes en y para un nuevourbanismo. Se deben promover las herramientas que permitan la aeci{lll dicaz sobrelo que ha llegado a ser lo urbano.

Rehabilitar las grandes utopías reticulares; saear el pensamiento urbanísticoreticular de su marginalidad; fundamentar mejor, de manera más tetÍriea, la nociónterritorial de red; favorecer en el debate urbanístico moderno UIlJ discusióncontradictoria sobre la territorialidad; presentar, explicar, desarrollar las helTamicnlasque pcmtitan tener en cuenta la "reticulíslica" dentro de la "urb.mística": este es elprograma ambicioso pero necesario que orienta este libro.

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1. Las dificultades del urbanismocontemporáneo

1.1. La confusión de los urbanistas

"Confusión", "imagen difusa", "crisis de identidad", "pérdida de la culturaurbanística": en un trabajo reciente sobre la fonnación en urbanisIllo, J.-e. Jagerestablece un juicio sin concesiones sobre el estado de la proksión de urb:Ulista enFrancial . Seóa necesario que los proksionales, conlinúa Jager, se entiendieran almenos sobre lo que, más allá de las ideologías y del mercado, encuadra todaintervención sobre la ordenación de la ciudad y uel territorio. Pero hoy por hoy faltaeste "núcleo" reOexivo que el aulor del infonne define como "la comprensión de losprocesos de formación, de reestructuración y de mutación del espacio".

Poco tiempo antes, un investigador especializado en sociología de lasinstiluciones y de las profesiones de la ordenación del territorio y del urbanisIllopublicaba un artículo con el título: "El desorden de los planificadores"!. ParaPeraldi, los planificadores de las ciudades han perdido desde 1975 su idealplanificador. Hasla esta fecha, el Estado había conseguido legitimar el principio deintervención pública en materia de programación urbana. La progresiva reliralla lidEstallo en provecho lIe los agentes privallos (sobre tollo en las Z¡\C") y los enteslocales (desde principios lIe los mios 80), ha provoeallo un vacío. Los urbanistasbuscan un nuevo paradigma, pero viven la situación actual como una crisis lIelurbanismo.

Confusión de la profesión, ausencia lIe reconocimiento lIel olicio: tollavía hayotros hechos sintomálicos. El urbanismo casi no atrae a los jóvC\1es aunque las

Jagcr J.-C., informe sohre L'Enseignemcllt de l'urbanismc. para el minislerio de I'Equipcmcnl.du Logcmcnl. des Transporls el de la Mer, dic. 1t)gt). El mayor interés dc este informe reside enque ha sido realizado después de numerosos cllcucnU'us con prnfcsionaks. polítiL:os.universitarios. y da una imagen bastante fid de la opinión dominante en la materia.

2 Peraldi M .. "Le Désarroi des aménageurs". Diaxona!. n° 74. ocl. l 'JR8.• N. del T. Zone d'Aménagemenl COIlcené (ZAC). opcraci6n urhanística cnn parlicipaciún (~

agentes privados.

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24 El urbanislIlo de las redes

0p0f[unidaues ue trabajo existen. Las fonnaciones en urbanismo y planificación,iniciaua.s en el período 1960-1970, entr,Ul ahora en compcleneia para reclutarestudiantes en un mercauo encogido. El uroanismo era anliguamelJle para losjóvenes, no la vía de una técnica especial, sino la de todas la.s generosidades. Estaimagen tambil:n se ha borrauo y los jóvenes que hoy se intmducen en la profesiónexigen tl:cniea. Pero, ¿qUl: técnica? El inllJrllle de J.-e. Jager, a continuación demedia docena ue otros estuuios, muestra las granues dificu!taJes que se preselJlan ala hora de definir una veruadera fOl1nación profesional, en ausencia de unpens,ullielltn urbanístico contemporáneo, ue una comprensión del heeho urbano y deuna definicilín teórica del lugar que ocupa el urbanismo práctico.

Otro síntoma, quizá todavía más impresionaJlle: la ausencia de grandesnombn:s, de personalidades fuertes que marquen la profesión. Cuando se trata deurbanismo en Francia no viene a la memoria ningún nomore. Para el gran púolico,inmediatamente se establece la confusil>Il entre uroanista y arquitecto, y en unaencuesta Ricardo Dolill probablemente reeogería numerosos votos. 1\ pesar de esto,el maeslro del Tuller de An¡ui/eclLlm tenuría ciertas dilicultades para hacersereconocer entre los urb:mistas franeeses.

1\ pesar de las apariencias, estaría equivoeado quien creyera que esta especie dedecadencia uel uroanismo es muy reciente y peeuliannente francesa.

I:n Francia, el malestar viene de lejos. Es verdad que ha sido enmascarauo porla fuer/.a intervencionista del Estado despul:s de la Segunda Guerra Mundial. Pero el,málisis histórico muestra las dilieultades hallada.s mucho :ultes para acreditar elurb:mismo ante e! público.

Jcan-I'ierre Gaudin destaca que el término "urbanismo" conoció una singularfortuna euando fue introducido en Francia a principios de siglo'. Sin emoargo, elnotable valor con el que fue acreditado se vio erosionado rápidamente en el períodoque separa las dos guerras mundiales. Se dieron cuenla de que la palabra podía"cubrir tanlo la expresión de una idealidad como e! detalle tl:CIlico de diferenlesmodos operalivos de intervcnciún". La confusión ha podidu fomentar duranle ciertotiempo los juegos corporativistas, pero, a la larga, según J.-l'. Gaudin, ha llevado"al agotamiento de cualquier credibilidad".

En L'HislOire de /a Frallce urbuille, Marce! Roncayolll prolonga esta rellexilÍncritiGUluO el propio ml:lOdo del urbanismo francés de mediados de siglo~. Si bien losurbanistas se benclici,m de entrada de un juicio favoraole, ya que el uro:mismo surgeinicialmell1e de principios de mden, de claridad, de ocllel.a, y se opone a losdeslÍrdenes del pasado, pronto serán incapaees de convenecr. "No sólo el h0I111igóno el dispositivo marginan a la Cilé radieuse, sino algo mucho más esencial: que tomapa.nido por el futuro; una anlicipacilÍn sobre Ia.s conductas sociales, que el habilaJlleno continna. Soore todo cuando se camoia de clientcla". No se puede ser más claro.

3 Gaudill J.-P., 1'edllloIJO/is, crües urbuilJes el ilJ1Iol'atioIJS IIIIl1licipa/(·s. París. PUF, }<Jgl).4 H.lHu,:<lyn!n f\.1., L'Hisloire tll- la Frwlcl- uriJail/e (c.:undusiún. Tomu V). hajo lo..! dircc.:c.:ión de Duby

G., París. Le Scuil, 19S5.

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Las dificu/lades del urbanismo contemporáneo

figura 2. Urbanismo de zoniricación y urhanismo de redes: dos concepcionesopuestas que el plan no pnede conciliar (CEUMT n" 109, jnnio de 19R9, Barcelona).

25

Lo que está en juego es cl principio mismo de la planificacilín cU~Uldo ésta ya nopuede basarse en una comprcnsión real y actual de la vida urhana.

La situación presente del urhanismo franeés es sin duda particulallnenle crítica,porque se ha beneficiado en cl período preeedente de un aumento de legitimidaddebido al apoyo dcl Estado. Por eso, hoy conserva la prclensión de unintervencionismo omnipotente, pretensión maniliestamente alejada de susposibilidades reales de acción, pero sobre todo de análisis de los prohlemasurbanos.

Aunque la crisis sea actualmente menos visible, cl urbanismo conoce también enolra~ partes cl mismo tipo de dilicultades. El urbanismo, o cl Ur!J1I1I Pll/lulillg5, cscriticado. Se le acusa a vcces de perderse en los detalles de un tecnicismosohreestimado, en lugar de promover un ideal. O incluso se le recrimina que sirva deideología, de coartada, a una soeiedad que no hace nada por n;ducir lasdesigualdades sociales.

Recurrir a estas críticas es frecuente, aunque la argumentación se modifica. Elejcmplo de Estados Unidos es particularmente aclaratorio. En 11)73, un urbanista"radica!", Murray I3ookchin, dedica un largo artículo a la desmitificación dcl CilyP/allllillg. Sobre bases marxistas, critica primero un p/wlIlillg que no tiene cl poderde planiticar porque cl espacio está estructurado fw¡damentalmen{e por la burguesía

5 No existe identidad. ni siquiera equivalencia entre el término "Urh<lllismo" y el término Ud)(lIlPlanning. En cada país. la historia ha definido los campos donde es legílillla la intervenció!l <.Clos poderes púhlicos sohre la ciudad. Además. en algunos países. los lé<.:nit:os ejcn.:en en elmarco de organizaciones profesionales muy fuertes. en otros 110. El Icctor comprenderá que aquíno se profunc..Ike en el análisis de estas diferencias 4ue no son esenci~les para el propósito <..le laohra.

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26 l:J urbanismo de las redes

y las fUl:rzas l:l:onomll:as. l'l:ro rdluYl: también d témlino cily, oponil:ndo laIlll:galúpoJis aIlIl:rkana actual a la ciudad gril:ga, a la ciudad dl: la l:dad ml:dia, atodas las ciudadl:s dl: la historia, l:n las qUl: Sl: inspiraría la ci/y dd Ci/y Plallllillg,pl:ro de las que las metrópolis americanas no han conservado nada6• Quince añosmás tarde, un historiador dd urbanismo, Robert FishmaIl, hace la misma críticasobre basl:s complelaIllenlC diferl:ntes7. "No plaIliJicada, no invl:stigada eimprevista, la nueva ciudad es actualmente una realidad". R. Pishman constata quelos urbaIlistas haIl dejado que se hiciera una ciudad bastante distinta dl: lo qUl: sepensabaH• La vieja metr6polis con su centro y su pcrifl:ria ha sido laIlZada a losmárgenes dl: la l:conomía y de la sociedad aIllericana, y todo esto con lainconsciencia de una ayuda pública ma~iva, iacompañada de medios inaudi tos dl:plaIlilicación urbaIla!

R. FishmaIl prl:cisa el contenido de las críticas dd urbaIlismo en EstadosUnidos. Subraya que las ciudadl:s ideall:s de los "padres" dd UrbaIlismo, Howard,Le Corbusier y Wright9, ticnen "su lugar en la práctica (y el inconscil:llte colectivo)del urbanismo". l'l:ro las críticas americana~ haIl atacado a los mismos principios deeste urbaIlismo. AuIOrl:S como Jane Jacobs en los aIIOS 60 o como Richard Senett(1970), se haIl opuesto a los principios urbaIlísticos por encontrarlos demasiadodl:pendientl:s de prl:supul:S[OS aIllIOpolúgicos estrl:chaInente ligados a la acción IIsicasobrl: la fonlla urbaIla. HaIl mostrado qUl: la realidad sociohígica y la expcril:nciavivida por los eiudadaIlOS Sl: acolllodaban mal a esqul:mas a la vez simplistas ylimiladores.

Finalmente, hay qUl: señalar la~ palabras de Marcel Roncayolo a propósito delurbanismo fraIlcés: "Fracasa el sueIlo orgulloso y totalitario de tralar la sociedad através dl: las fomlas espaciales. El graIl vudco de los aIIOS 70 es la conciencia deeste límite, d fin de la representación proyectada"IO.

Según Howelt naum, los urball p/allllers también tienen una crisis conceptual ll .

Sl: ha superado la visión exelusivaInente IIsica dl: la planiJicación urbaIla. Algunosse haIl comprometido con un UrbaIlismo más social, formulando l:n el marco UrbaIlOlos objetivos de igualdad de 0p0rlunidadl:s (para la~ minorías étnicas, la~ mujl:rl:s...)en dikrentes sectores (l:ducativo, saIlitario, cultura!...). Aparentemente, no haIltenido mucho éxito. l'or un lado, han abaI¡donado el fondo esencial dd urbaIlismo yrenunciado a una acción sobw d marco espacial dl: la ciudad. l'l:ro por d olIo, losp/w/Ilers no han conseguido convcnCl:r a los pobres, que siguen siendo los

6 Duukchin M.. 'The Mylh uf City Planning". Libéra¡ion. sel.-ucl. 1973.7 I'ishman R.. 'The Pus1-War American Suburb: a New Furm. a New Cily", in SchalTer D. (Ed.).

TH!(} Ccnluries o[AmericlJll Plwmillg, Londres, Manscll, 1988.8 Se hará una rct'erencia mús extensa sobre esta "nueva dudad" y los análisis dc Fishman en el

capítulu 6.9 A tus que ha dc<.lic<ldu una uhra: I'ishman R.. L'UlOpie arbainc aa XXc si"C/c. Druxcllcs,

Mardaga.1977.10 Runcayulu M.. op. cil.J1 Dawn Il.S., "Problems of Govcrnance anu the Professiún uf Planncrs: Lhe Planning prorcssiun

in lhe 19XO's", in Schaffer D.. op. rilo

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Las dificultades del urbanismo cOT1fl'mpnrátll'o 27

perdedores del juego urbano. Tampoco han sabido ganarse la simpatía de las clasesmedias asustadas por las tendencias redistributivas de la planilicación.

En Estados Unidos, como en Francia y un poco por doquier en Europaoccidental, el urbanismo es víctima de una crítiea ideológica general que pone en telade juicio la intervención pública en sus diferentes avatares. Sin embargo, estaexplicación generalizadora encuentra pronto sus límites. En Francia, por ejemplo, ladescentralización ha coincidido con una valoración de la acción municipal. Es más,el gesto arquitectónico o monumenlal, aUlorizado por los nuevos poderes de losentes locales parece encontrar en los ciudadanos un eco particularmente favorable.Así pues, habría una intervención pública buena y otra mala... y el urbanismo estaríadcllado malo.

Ante cstas delicadas cuestiones para el urbanismo que, como se ha subrayado,no son recientes, se han buseado respuestas en difen:nles vías. Del (/{/VOCIlCY

p/anning anlericano al ambienlalismo escandinavo, de la protección histórica a lasdiferentes formas de implicación de los hahitanles en los procesos de decisión, clabanico de doctrinas y prácticas profesionales es bastante extenso. Los resultadosson poco convincentes. Sin examinar todas las experiencias, todas ellas muyinteresantes, se insistirá en la orientación participativa. Ddi:ndida en Francia conconstancia por J.-P. Lacaze, ha encontrado igualmente seguidores en numerosospaíses l2 . Partiendo de las críticas formuladas en contra del urbanismo, la voluntadparticipativa eonsiste en reemplazar los principios generales y más o menosdogmáticos, que guían habitualmente la acción urbanística, por la expresión de lasvoluntades de los hahitantes o de los futuros habitantes. Sin hablar de lasoperaciones-coartada, las experiencias de participación demuestran los límites deesta orientación. Un escaso número de personas implicadas, dilicultades pordominar un lenguaje demasiado técnico, imposibilidad de conseguir tiempo paraestudiar los expedientes en profundidad, tendencias hacia cl aprovcchamienlopolítico, etc.: son algunos de los numerosos obstáculos y dificultades para losurbanistas que quieren promover la participación.

Si se va un poco más lejos en el análisis, parece que los problemas halladosprovienen del hecho de que los habitantes se sicnten extraJ10s en el campo delurbanismo. La misma mancra de plantear los temas, de delimitar el campo de acción,pareec excluir una participación numerosa y activa.

La elaboración de un plan de ocupación del suelo (POS) es un caso intcresante,porque la legislación ha buscado favorecer la participación del ciudadano. Algunosmunicipios han tomado cl relevo y han organizado alrededor de la elaboraciónconjunta EsladolEntc local una verdadera concertación con los hahitantes. Esbastante significativo que en cl medio urbano la elaboración de los POS sólomovilice a los propietarios, directamente interesados por los derechos de construiren los terrenos o edificios que poseen. La participación se reduce a menudll a unanegociación entre los poderes públicos y los propietarios sobre los derechos de uso

12 Se podrían citar los nombres de Turner, Alexandcr y de muchos mhanisla." italianos.

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2H El urbanismo ele las redes

dd sudo. ¿Y d ciudad~lll'! El ciudadilllO no puede implicarse como ta! en lafabricación de un documento de urbilllismo, quc si bien es cierto que le interesa, enc~nbio no tieoe la dimensión territorial adecuada. La vida dd ciudadano ya no estábásicillllente conligurada por d uso dd sudo sobre una parcela siluada en la zonaU2. El empleo, los empleos de la fillllilia no están situados en el mismo municipio l3 ;

como tampoco lo eslán la universidad, los institulOs, ni quizá las escudas primariasfrecuentadas por los niños. El eentro comercial, d hipennercado visitadosem~lalmcnt..: ..:stán ..:n otro lugar. El POS no trata d..: los trilllsportes, ddaparcamicnto. La eleclricidad, d alumbrado públieo, d gas, d agua, la recogida debasuras, el sane~lliento, d tdaono, la televisión, todo lo que, junIo al trabajo, hacela villa colidiillla de las familias de hoy, son prácticanlente ignorados por d POS, yasea porque se trata de servicios de nivd supra-municipal (este es a menudo d casodd trilllsporte colecti vo), ya sea porque se trata de servicios cuya "huella" sobre elsudo es insigniticilllle (televisión, alumbrado público, recogida de basuras), ya seaporque se trata de servicios municipales, pero ddibcradillnenle olvidados por d POSque los envía a hipotélicos "illlexos"l4, ya sea pm dos o tres úe estas razones a lavez, sin hablar, evidentemcnte, de los servicios privados, comercios, médicos,fannacéuticus, que d POS no tiene vocacilín de plillli licar y que sólo lrata muyindirect~llenle a través del uso del suelo.

¿Cómo sorprendcrse entonces de las dilicullades de hacer participar alciudadano en la elaboración de los plillles de ocupación del sucio y más aún en lasdecisiones llamadas de urbilllismo?

U fracaso relativo de la orientación, pese a todo inleligente y generosa, ddurbilllismo hacia la participación debe hacer rclkxionar.

La crisis dd urb~lÍsmo es seria y sin duda más profunda de lo que parece asimple visla. En efeclo, no se trala de constatar y criticar su patente ineJicacia a cortoplazo, en un contexto donde la inlervención del Eslado se pone en duda porcorrientes ideológicas liberales o neolib..:rales. No se trata de hacer el balilllce úe losfracasos dd urbilllÍsmo illlle los grupos de inl..:reses di versos. Y todavía menos decondenar la incapacidad dd urbanismo para mgillüzar la "gr~l ciudad" en los paísesen d..:sarrollo som..:tidos a lógicas nacionales e inlernacionales que la intervenciónpública no puede realmente alacar. Todo esto es t~l antiguo como d mismourbilllÍsmo, pero está bien aceptado y admilido por los urbanistas y por la opiniónpública. El urbilllÍsmo siempre ha comportado una parte de idealismo. La prácticaenseñaba a componerse con la realidad para oblener algunos resultados sobre elterreno.

El problema radica no tanlo en d hecho de que la ciudad se desarrolle conIra elurbanismo, como en el sentimiento de que la ciudad se desarrolla a! margen; y que elurb~lismo no sólo no domina sino que no entiende, no rcpresenta y no explicacorrectillnente esta evolución.

1J eL Lery 1\., TClTicr C., "Un Al:lif sur ucux lravaill~ hors de la colllmUIlC ou il résidc",l:'cOfwmic ('t Slati.'ililllll!. n° UW, 1<)~5.

14 eL por ejemplo lus Ancxus sanilariDs para cl agua y el sancamicnLo.

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Las dificultades del urbanismo cOfltempnrlÍneo

1.2. Un urbanismo que ya no entiende la ciudad

29

Esta incapacidad para comprender 1~IS evoluciones en curso tampoco estotalmente nucva. En un artículo p:uticulannenle brill~ulle, Mark Fosler da unejcmplo de ello ls. Se trata de un estudio histórico de las comunicaciones de losurbanistas americanos a diferentes congresos y a lírganos de prensa desde principiosde siglo hasta la Segunda Guerra Mundial. ¡,ClÍmo y porqué el alcance del fenómenoautomovilístico, que tenía que marcar delinitivamente las ciudades americanas apartir de los afíos 3D, no fue previsto, ni siquiera percibido por aquellos queprecisamente lo tenían que hacer? Esta es la pregunta a la que responde Mark Foster.

Como siempre, la realidad difícilmente se deja encerrar en un esquema deexplicación unidimensional. Foster recoge algunas declaraciones más o menosproféticas, o simplemente iluminadas, sobre el lugar que iba ocupando el automóvilen la vida urbana de los afíos 30. Más interesante es la tendencia general, razonable,que rechaza escuchar a los profetas o a los marginales. Mientras la industriaamericana del automóvil \"endía ya, justo antes de la crisis de 1929, más de 5millones de coches al afío, los urhanistas, según Foster, "Slí[o tenían una déhileonciencia, ya sea de b. e,·olución precaria del tr~U1vía o bien del conjunto de [asimplicaciones del triunfo del automóvil sobre el desarrollo urb~ulo futuro". LI autorestablece dos razones que explican esta miopía, cuyas consecuencias seránevidentemente muy perjudiciales para las ciudaoes americanas.

Por un laoo, la proksit'll1 oe ¡¡r!Jal/ Ji/(//l/lI:'r es -ya- víctima oe las oilicultadesde estatus, oc reconocimiento. Los ur!Jal/ Ji/(//I//en esl:Ul tentaoos por la rel1exilín alargo plazo sobre la evolución urhana (¿se debe favorecer una descelllralizacilÍn delas ciudades?), pero son arrastraoos por quienes los emplean, los entes locales,hacia la resolueilÍn de problemas a corto plazo, como la concepci(ín de pequellasactuacioncs viales. Duranle los afíos 20, b. comunidad de urbanistas no es capaz deescoger entre la vía de los "visionarios inspirados" y la de las "respuestaspragmáticas a los problemas reales". J.as preguntas pl:ullead:l'i por el desarrollo oelautomlÍvil suponorían un esfuerzo intelectual para analizar con·ectamenle elproblema, huir oc alirmaciones simplistas y responoer a los visionarios. En los afíos30, prevalecía la idea oe que el aulonll'lvil slÍlo constituiría un elemento oe ocio paralos ricos, mientras que el Ir:Ulvía sería el único meoio oc transporte oel oomicilio altrabajo para la gran mayoría oe la poblacilÍn. Era corriente cunsioerar que unurbanismo que insistiera sobrc el au[omóvil scría elitista porque ignoraría lasnecesidades oe las masas. Poner en duda cstas premisas habría requerido estuoiosscrios para los que los urbanistas de aquel tiempo no tenían meoios para afronl~lr.

Los visionarios oc la proks¡'·lIl no ayuoaban a progresar en esta oireccit'lIl. Nproponer ciudaoes oe ciencia liecilÍn, aoaptadas al aulllllllívil mediante lareestructuracilÍn tolal oc los centros gracias a entramados de autopistas oc seis

15 fostcr M., "Cily Plallllcrs ami tJrban Transporlalion: lhe American Response. 19CX]-1940".JOllmal 01 Urball Hi.HOI}". vol. 5. mayo de 1979.

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carriles cventualmente cubiertas por otras autopistas, pedían la supresión inmediatade los autobuses y tranvías. Lewis Mumford sabrá encontrar los argumentos paracondenar a estos extremistas, pero el urbanista americano ordinario sólo podíarechazar brutalmente cstos proyectos apelando simplemente a su irrealismo.

Otra causa de la miopía de los urbanistas sobre el fenómeno automóvil radica ensu focalización pronunciada sobre el tema del tranvía. Muy atentos a organizar mejorlos sistemas de transporte colectivo, de articular las nacientes líneas de autobús conlas del tranvía, de saber si la mejora del transporte colectivo ayudaría a favorecer oretrasar la descentralización, los planilicadores sólo telÚan ojos para el tranvía.Seguranlcnte tenían relaciones estrechas con los operadores de las redes. Estabanclaramente inl1uenciados por las únicas estadísticas fácilmente disponibles en laépoca en materia de desplazanlientos urbanos, es decir las que proporcionaban lascompaiiías de tranvías. Ahora bien, el discurso de los responsables del tranvía es,hasta 1935, tranquilizador. Deseando conservar sus rentas de situación, se esfuerzanen hacer creer que su tráJico continúa creciendo y que crecerá todavía más en elfuturo. Hay que esperar hasta 1935 y un eambio de orientación destinado a obtenerla Jinanciación de los poderes públicos para que se reconozca la crisis. Mientras, en1930, un responsable proclamaba alto y fuerte: "el transporte colectivo se convierteen una fuera cada día más importante para la conJiguración de la ciudad del futuro".

Se comprende que, en este clima, los urbanistas hayan tenido alguna diJiculladpara conseguir una perspectiva suJiciente para detenninar las evoluciones respectivasdel tranvía y del automóvil el uno respecto del otro, sobre la base de datosconvenientes.

Lo que vino después es suJicientemente conocido. El rápido declive deltransporte público en las ciudades americanas ha tenido consecuencias querepcrcuten duramente hasta nuestros días. Según Mark foster, las condiciones deeste declive existían ya antes de la Segunda Guerra Mundial, y se tendrían que haberanalizado. Así se habrían podido tomar algunas medidas a tiempo. Errores de estetipo sólo llevan a cuestionar el urbanismo, en la medida en que la ciudad se formó llimargen de sus preocupaciones de entonces.

No obstante, el caso estudiado por Mark foster, a pesar de su importanciahistórica, aparece como un caso particular y relativmnente aislado. Por otro lado, elautor seiiala los esfuerzos n:a1izados por los urball jllwlllers dcsde los inicios deltranvía para razonar en ténninos de sistema de transporte público integrado. Laprofesión había entendido rápidmnente que "en una ciudad moderna, los tranvíasson tan esenciales como las viviendas y los edificios donde la gellle trabaja. En todassus actividades sociales, y eeonómicas, la genle depende del servicio de trmlVÍa"16.

El problema plmlleado aetualmente no es la incapacidad pertllmlente y generaldel urbanismo para comprender las modificaciones que afeetan a la organización y ala actividad urbmla. La ciudad modema ha acumulado un conjuIllo detransfonnaciones tales que sin duda se puede hablar de una mutación. Por lo que

16 Turncr D., "'lbe FUlluamcnlals uf Transil Plal1lling [Uf Cilies". Prol.:ccdings of thc 14Lh NationalCunference un Cily Planning (Springfield. June 5-7,1922). cilado por Poster M., art. cil.

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Las dificultades del urbanismo coTltl'mporáfll'o 31

rcspecta a la importancia de esta mutación, parece que el urbanismo está, pero a otracscala, en la situación descrita por Mark Postcr.

Esta es la situación que algunos cmpiezan a dcnunciar, a partir de aspcctosparticulares, pcro que desemboca en una crítica más global.

Será suficiente evocar algunos de estos críticos actuales 17.

Un infonnc italiano propone una nueva concepción de la planilicación urbanabasada en los desarrollos recientes y previstos de la tclemátical8• Lo importante aquíradica más en la argumentación que en las propuestas concretas, sobre las que sevolverá en el capítulo 8.

El hincapié se pone deliberadamente en la abolicilín del tiempo decomunicación, la anulación del sentido de la distancia, realizadas por la telemática.No se trata, según los autores, de un simple avatar técnico o de un problcma dcmedida. Para ellos, la pcrcepción del tiempo inl1uye directamente en la conccpcióndel espacio y por lo tanto orienta su org:ll1izaeión. La ciudad sólo puede rel1ejar estanueva configuración del espacio-tiempo tal como sus habitantes la perciben cada vezmás. Debcría producirse pues "una transfoffilación profunda en la manera deconcebir, y por lo tanto de traducir lerrilorialmente, los sistemas de referenciaespacio-temporales utilizados hasta ahora. El análisis de la ciudad histórica nospuede ayudar a entender los parámetros de la correlación y sugiere así lasindicacioncs a nivel de los proyectos". Se ve la naturaleza del desalIo propuesto alurbanismo a partir de innovaciones tecnológicas que hoy ¡casi no parccen implicar alos urbanistas!

Según Howkins, los tOlvn-planners del Reino Unido deben hacer frcnte a undesafío parecido: "El urbanista a la antigua hablaba de zonilicación l'ísica, de balancede las ocupaciones, de las viviendas y los espacios libres, del l1ujo de trálico. Elurbanista TlOuveau·style [... J debe tomar en consideración la conliguración de lossistemas electrónicos y las redes locales así como el suministro de bandas defrecuencia para cada área urbana. El antiguo urbanista trataba de stocks y de l1ujosde vehículos. iLos poderes públicos de hoy en día deben hacer frente a los stocks ya los l1ujos de inl'ormación!"19

La crítica de Pishman desemboca en otro desafío, bien conocido del urbanismo,el de la centralidad2o• Pishman avanza que, para la gran mayoría de los americanos,los centros-ciudades de hecho han desaparecido de su vida cotidiana y de susexpericncias. El verdadero centro de la ciudad, para ellos, ya no está en algúnDOWTl/own, algún Mainstreet o algún CeJl/ral Business District, sino en cada unidadde residencia: "A partir de este punto de salida central, los miembros de la f:.unilia

17 OLTOS autores van en la misma dirección. Por ejemplo M;'H:Dougall G.. "Planning Theory:Constructing an Agenda fOf }tJ92". 11ürd Annual Conference of the AssociLltion of EuropcanSchools of "lanning. Tours. nov. 1989.

18 "La Cilla: Oallo spazio slorico allo spilZio tekmatico". Convegno Internazionalc. Bologna. febo1989.

19 lIowkins J., "Pulling Wires in lheir Social Place", in Duttoll W, el al., W¡red Cities. G.K.Hall. Boston, 1987.

20 Fishman R., arl. cil.

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32 El urbanismo de las redes

crean su propia ciudad sobre la base de los múhiples destinos donde pueden llegaren automóvil. Uno de los cónyugues puede trabajar en una zona residencial a dossalidas por la autopista; el aIro trabaja en un complejo de olicinas a cinco salidas enotra dirección. Los hijos toman el autobús para ir a diferentes escuelas de su distritoo bien toman su propio coehe para ir al local anexo de la uni versidad. Y la familiarealiza sus compras en diversos centros comerciales situados a lo largo de lasdiferentes autopistas. Todo lo que necesitan, desde los servicios médicos máscomplejos, hasta las frutas y legumbres, se puede encontrar a lo largo de lasautopistas. Una vez al wio, quizá por Navidad, van al eentro, pero no están allímucho rato". Fishmwl eXliende su razonamiento a las industrias manufactureras y alas empresas de servicios.

Hace hineapié en el automóvil y en la red de autopistas más que en lastelecomwlicaciones y la telemática. Pcro el mensaje existe porque aiCeta a lapoblación urbWla en su conjunto y en su vida cotidiana.

Ante esta imagen de un espacio-tiempo trastomado, de una centralidad que haestallado, de una infonnación omnipn::sente, de una ciudad compuesta al gusto decaua cual, ¡,qué puede responuer el urbanista'!

Para M.e. Gibelli, se pone en duda simultáneamente la actilud general delurbanismo y su particular utopía, "al mismo tiempo que su élica y su lenguagetémico coditicado y reductor tal y como ilustrWl daramente los documentos quetratwl ue las escalas ue los pl:U1OS, de normas, de zonilkación y no son capaces ueasumir la complejidad ue las nuevas palologías"21.

Un grwl especialista americwlll t.le la plwlijkación urbana, que desue hacetiempo ha sabiuo tomar la medida de las trwlslllnnaciones inducidas por los mediosde trwlspOI1e pero también por las redes de telecomunicaciones, hace notar por sulado: "El modelo de la ciuuad d{L~ica no parece haber peruiuo casi nada de suatractivo para los urbwlislas, los ingenieros de trw1sporte y los responsablespolíticos, incluso en aquellos casos en que menos se corresponde con las formas dela urbwüzación real... El mouelo conceptual se ha vuelto [no obstwlte] obsoleto...Sólo la imagen pcmlw1ece intacta. [Perol el poder de esta imagen es tan fuerte quecualquier otra no la ha substituiuo..."n

Decir que no se dispone ue las herramientas intelectua1cs para comprender ydominar el hecho urbwlo, o que no son adecuadas, es sin duda una erítica radical delurbwlismo. Si se rdiere a su vocación histúrica, tendría que ser una "uisciplina [... Jque se pretenue ciencia y teoría de la ciuuad, con carácler rdkxivo y crílico"2J. No

21 Gihelli M.C., "Urban I'Janning SU'olegies ami Tuuls In Cupe wilh Tcchlllllugicol anu Sodo­ECOlloJllic Clwngc in M.:lrolx)lilan Arcas". in OECD. Ur/;tUl De\'dopmcllf a1l(/ ImpaclS ofTec1l1w/ogi('(J/ Ecollomic alld Soc;o-[)clJlograp/lic C/tullges. Rcport nf an Expcrl Meeting. París.juniu de 19S5.

::!2 \Vchhcr M., "'111C Emcrging MClropulis: Trcnds and Trcpidaliolls", in Mohility lor MajorMr.:lropolilCIIl GroH'lh CClI1crs: 1\ NclV Chalh'llgej()r Public-Pri,'ulc Coopcralt'on. Prucccdings uf;,J. Workshop Confcrcncc. nov, }tJS5. U,S. D¡;p~u·t..IllCilt 01' Transportation. W;,J.shingtun D.C..1%5.

23 CllO;,J.Y F.. op. {'ir.

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Las dificultades del urbanismo cOlltl'mporáru'o

lo es o ya no lo es hoy. Menos, como hace notar r. Choay, porque ha sidotrabajado en su historia por las corrientcs ideológicas (culturalista, progresista, etc.)que por aparecer hoy fundamentalmente incapaz, dentro del cuerpo teórico ymetodológico que le es propio, para comprender y actuar sobre lo que ha llegado aser la ciudad contemporánea. A través de críticas muy recientes como las de ·Gibelli,Howkins, Webber o Fishman, pero también a partir de errores o experiencias másantiguas, como los que recuerda Foster, o de los esfuerzos realizados en el campode la participación del público, se deduce que el urbanismo razona al margen de loque realmente es la ciudad moderna para la gran mayoría de nuestroscontemporáneos. Maniliestamente el urbanismo todavía no ha tomado la medida delcanlbio que ha alcetado a la ciudad y la ha convertido, para la mayoría de sushabitantes y de sus aeti vidades, en la vida de cada día, en la ciudad de las redes.

3

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2. El desarrollo de las redes en laciudad

2.1. Multiplicación y extensión de las redes

La historia del desarrollo de la~ redes técnkas urbanas está en deuda eon loC1Tarr. Este historiador, apasionado por las relaciones entre ciudad y tecnología,estudió primero los sistemas de saneamiento. Después se interesó por los problemasde eliminación de residuos, por el telégrafo y más tarde por el conjunto deinfraestructuras. En una decena de años ha conseguido constiluir una verdaderaescucla de pensamiento en América del Norte en relación con investigadoreseuropeos, sobre todo franceses ¡. Ello pemúte disponer de una visión de conjuntodel tema, quizá todavía incompleta, pero muy aclaratoria.

Según la expresión de 10Cl Tarr, la gran ciudad occidental ha pasado en 150mlOS del estatus de pedeslrian cily al de nelworked city2. En un períodorelativamente corto en comparación con su historia, las ciudades se han dotado de loque hoy llanlamos redes: de transporte colectivo o individual, de comunicación, dealumbrado público, de energía eléctrica, de gas, de agua, de saneamiento, por citarsólo las más conocida~. Se ha asistido a la introducción progresiva pero continua deun conjunto de dispositivos basados en principios técnicos variados: por ejemplo, elagua potable circula por las redes bajo presión, la~ aguas residuales corren por las

Sólo hay que cilar los dos números dedicados especialmente. bajo la dirección de JoC1 Tarr. altema de la ciudad y la tecnología, en el Joul7UÚ oJ Urban History (vol. 5. n° 3. mayo 1979 yvol. 14, n° 1. nov. 1987), así como la ohra colectiva edilada ¡X" Joel Tarr y Gahriel Dupuy,Technology and ¡he Rise oJ ¡he NelWorked Ci¡y in Europe {Jfu/ America, Philadelphia, TempleUniversity Prcss, 1988. Finalmente, un artículo reciente pasa revista a la invcsligilción en estelema: Tarr J.-A.. Ruse M .. Konviz J.W., "Technological Networks and lhe American City:Sorne Historiographical Notes". Flux, nO 1, primavera de 1990.

2 Parece preferible no traducirlo. Si pedeJCrian city caracleriza bien una ciudad hecha para ir a pie,la expresión networked cify juega con la ambigilcdad del término nelwork. que tiene lasignificación general y abstracta de la palahra réseau en francés lo red ell español (N. del T.))pero sobre todo el significado de réJeall cáblé [red cablcada] (leledistrihución.telecomunicaciones).

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3G El urbanismo de las redes

alcantarillas. generalmente por gravedad. Los serVICIOS prestados al usuario sontambi<.'n eviúelllelllellte muy di versos, tanto en relación a la oferta (un servicio detranspone difiere por supuesto de un servicio de telecomunicación), como tambiénpor la variedad de los usos (d kw eléctrico puede servir para el alumbrado o paracalefacción). I.os moJos de gestión son igualmente heterogéneos. En Francia,habitualmente el agua es distribuída en las grandes ciudades por compañíasprivadas, el gas por una empresa nacional; el saneanlÍenlO es un servicio a menudosuntinistrado direClalllellle por entes públicos.

De hecho, la única característica común de los dispositivos introducidos en lasciudades en un siglo y medio, y agrupados bajo el término genérico de redestécnicas urbanas, es que funcionan permancntemente, gradas a una tecnologíaadecuada y a una organización colectiva controlada por el poder público, conservicios de transferencia y comwlÍcación repartidos en un gran número de puntosdel espacio urbano.

No se pretende decir que todo ello no existiera antes de 1850. Empresas devaciado de letrinas preeedieron la introducción de las redes de saneanúento,sualinistrando un servicio pennanenLC a todos los propictarios de edilicios, en clmarco de una organización privada, pero con tarifas, condiciones de trabajo, etc.,conmlladas por el seetor público. En este caso, la novedad fue un cambiotecnológico: la evacuación gravitatoria a través de la alcantarilla por una conientehidráulica. cambio que trajo una comp!cta implicación de los poderes públicos, unaobligación de conexión directa con las alcantarillas, ctc.3 En otros casos, el can1bioha consistido en cxtendcr a todos un servieio que ya existía, pero sólo en una zonalimiwda o para una categoría reducida de la población (por cjemplo el caso de latraílla de agua corrientc, del alumbrado público o del transporte con tracción asangre). Pero hay que notar, y después sc volverá a tratar, que las evolucionestecnológicas que substituyen el esfuerl.O humano (especialmente la marcha a pie ylas dikrentes variantes de transporte por pOrladores) por otras formas energéticas,han jugado generalmente W1 papel notable en la extensión de los servicios en redes alconjunto del espacio.

Esta extensión del servicio a muchísimos punlOs ha tenido como c!ecto directosolidarizar, en el sentido etimológico del término, los pWllOS servidos y, más allá,los ciudadanos que se ocneliciahan de este servicio, así como sus proveedores. Eltérnlino de red (igualmente en el sentido etimológico de red de pescar) traduce bieneste carácter lluevo del servicio: se podía, por ejemplo, oponer el servicio unifornlede la red de agua potable a todas las viviendas de Ulla ciudad a la provisión de aguasólo a partir de la fuellte púhlica.

Por la fUllción particular de la tecnología y a la vez por el paso a unaorganización tcnitorial más "solidaria" del servicio, la expresión redes léCllicl/surblllUls parece caracterizar hien la evolución de la peclesl ril/I/ a la I/envorked cil)'.

3 Dupuy G.. K.J1ücbcl G., AJsuiflir lu ~'illt..·. hie,. el aujourc!'}wi. París. Dunod, 1982.

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El desarrollo de las redes ellla ciudad 37

Lls historiadores, sobre todo los de las técnicas. se han interesado desde hacealgún tiempo por los des=ollos más espectaculares de las redes técnicas urbJJlas.La historia de los tranvías, dd metro y dd tdélt)l1o hJII sido objcto de muchostrabajos monográficos o comparati vos. Estos trabajos se fijan particularmcnte en elanálisis de la innovación, de las oricntaciolles de las técnicas, inl1uiLlas pordiferentes consideraciones económicas. sociales o polílicas4 • Se ha estudiado menoslos aspectos, nctan1enle menos eríticos, de la extcnsión y la generalizacilÍn de losdispositivos de servicio al conjunto de la ciudad. Sólo desde hace muy poco tiempose ha empezado a medir la impoI1JJlcia de eslC carácter general y acumulativo de lasmúltiples conexiones, abonos, ranJilicaciones que a lo largo dd tiempo hJI1constituido, en sentido figurado, una nueva arquitectura de la ciudad modemas. Elmomento de la toma Lle conciencia sobre este tema fue un coloquio organizado cn1983 bajo los auspicios dd CNRS (Centro Nacional para la Investigación CiCIltíJicafrancés) y la Nalio/U¡[ Sciellce Foulldalioll de Estados Unidos~. Desde entonces,diferentes corrientes de estudios intentJIl rdacionar d fenómeno destacado de lageneralización de las redes técrJicas con otros aspectos de la evolución urbana:morfología, cultura urbana...7 En esta vía se imentará progresar en los caflítulossiguientes por lo que respecla a las relaciones con d urbanismo.

Sin embargo, no es inútil en primer lugar mencionar brevemente las principalesetapas histórica~ de la constitución de la~ redes téCIlicas urbJJJas y resaltar loselementos que distinguen las diferentes redes. Existen rdaciones evidentes entreestas redes, que tienen que ver con las técnica~ utilizadas. Por ejl'mplo, elsaneanuento hidráulico depende estrechamcnte dd servicio de agua, el IrJI1SpOl1ecolectivo de las posibilidades energéticas, dd estado de la red vial y dd desarrollodd transporte individual. Otras rdaciones entrc las redes tiencn una base econúmica:competencia entre d gas y la electricidad, entre tr:msporte indi viduaJ y trJIlspoI1ecolectivo, etc. 1\ pesar de lodo, las redes se han desarrollado en un marco scctorialcondicionado por una dcliniciún de los servicios suministrados o bien de losproductos utilizados, por una situaciún cconúmica y financiera dada, y por losmodos de control específico de los poLleres públicos. De dio resulta que la historiade estas redes se presenta habitualmente separaLla scgún la~ catcgorías ljue l. Gükalp

4 CL TalT J., Dupuy G. (Ed.), op. cit.5 Algunos autores no resisten la lentación de la metáfora hiulógica y hahlan de sistema

circulatorio, de sislema nervioso y más generalmenle tic sislemal'ita/: I\usuhcl J.ll.. IIcflllan 1<­(Ed.), Cilíes mu/ tlreir Vilal S)'Stl'111S, blji'aHmcture. PasI. Presl'ul aJu/ Fu/ure.'. WashilJglon.National Academy Press. t988. M. Roncayoto habta de "metabolismo urhano". ({oncayol" M ..La Vi/le el ses lerritoires. París. Gallimard. 1990.

6 Dupuy G., Tan J. (Ed.), "Las Réseaux lechni4ues w-bains". Irs Arll/ales de la rec!l,.rc!le "riJa;"e.n° 23-24. jul.-dic. 1984.

7 Ver en parlicular c1lihro de Rosen C.M .. Tlle Limits nI POH'('r: Creal Fires (lud l/U' Pro('!'ss (~l

CUy GrQl....th in America. Nueva Yurk. Cambridge Univcrsily Prcss. 19H5; el de h<.:ksllll K.T..TlJe Cra1Jgrass FrofJlier. The Suburbcmi:aliofl ol lhe Ullile(/ Sta/cs. Nueva York. Oxfí.lrdUnivcrsity Prcss, 1985: el artkulo de Sics M.C., "Thc City Tr~msfollncd. Natun.:. Tcl'1mologyand lhe Suhurban Ideal, 1877-1917", lnumal nI UriJ"f/ HisIOI)'. vnl. 14, n" t. no\'. t '!~7.

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38 El urbanismo de las redes

llama Sectores-Redess. Se segUlra pues esta nomenclatura -transport.e. encrgía,comunicaciones. agua-saneamiento-- para evocar a continuación losaeontecimient.os que han marcado la hist.oria de las redes.

Hacia 1830 las primeras líneas de ómnibus (con !racción a sangre) surgieron enNantes y después en París, en el caso de I~rancia. pero también en Londres y enNueva York. Se !rata de afrontar important.es necesidades de desplazamientos que lamarcha a pie ya no puede satisfacer. teniendo en cuenta la localización de loses~blecimientos industriales donde !rabaja una parte cn:cicnte de los ciudadanos.

Estos ómnibus. que en su mayor parte circulan por calles sin asfaltar). sonlentos. poco prácticos y escasos. Aunque son caros. van abarrotados. De la familiaferroviaria, el tranvía. vehículo sobre ralles tirado por caballos. aporta una solucióntécnica al problema de la mala rodauura. El tral1Vía se extienue por las ciuuauesamericanas hacia 1850. pero sólo llega a las ciuuades europeas a partir ue 18701°.Hay que decir que las conuiciunes en Europa eran menos favorables que en EstadosUnidos. Las necesidades de desplazamientos. por lo menos al principio. son máslimitadas. porque las ciuuades europeas son más densas. Por otro lado, las murallasque subsisten bajo uiferentes formas en las ciudades europeas no facilitan talllo laimplall~ción de líneas como la !ranla abierta ue las ciuuaues uel otro lado delAtlántico.

A partir de 1870. el sistema del cab/e-car utiliza un motor central que recibe laenergía motriz mediante un cable móvil que circula por una ral1Ura bajo la calzada.La energía animal del tranvía se substituye pues por una encrgía mecánica. MuIadaptado a las calles sinuosas de las ciudades europeas, probablemente menosren~ble para sus promotores en Europa que en Es~dos Unidos. el CIIb/e-car queuaráeonEnado en el continente americano l l. Habrá que esperar a que se solucionen losproblemas técnicos ue uis!ribución y captación de energía para que el tranvía. a partirde entonces eléc!rico. se convierta en el medio incont.estable uel transporte de masas.Esta evolución se cumple a partir de 1890.

Inspirado en la t.ecnología ferroviaria y el progreso en el C~U11flO eléct.rico. elmetro permitirá, gracias a sus túneles. evit.ar los atascos de la superticie. El metroen!ra en Londres en 1863. en Nueva York en 1867, pero las redes en las grandescapit.ales se generalizan a partir de 189012.

8 Gükalp L. "EIl!mcnlS pour ¡'unalysc de l'impact social el lcmporcl des Ilouvcaux systcmcs ~cOJlununicalion"./nlormulion sur les Sciencl!s Sociales. n° 27, 2.1988.

9 M'-IcShanc e., "Transforming the Use of Urban Spacc: a Look al lhe Rcvolution in lhe Sl.rcclPavemenls. 1880- t924". Joumal o/ Urball Hislory. vuL 5, n° 3, mayu 1973.

10 MacKay J.P., Trall/lvays wul Trolleys: lhe Rise oJ Urball Mass TralLfporl in Europe,Princcntoll. Princclllun Ullivcrsity Prcss, 1~76. así C0I110, del n1ismo autor, "ComparalivcPerspectives un Transil in Emope anu lhe Unilcu Slales, 1850-1914", i" Tarr J. y Dupuy G.(EJ.), op. Cil. CL igualmente en ta misma uhra: SUlcliffc A., "Slrccl Transporl in Ule SecunJllalf uf lhe 19lh Cenlw'Y: Mechanizaliun DetayeJ?".

11 Salvo algunas implantaciones en Gran Dretaña, según SUh.:liffc 1\., ..u·l. dt.12 Chieagu (1892), BuJapcsl (1896), Boslun (1897). París (t900). P,u'a esle úllimu casu, ver

LaITuque D .• "Ecunomic Aspccls of Pub)ic Transil in lhe Parisian Arca, 1855-) 939". in Tan J.

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El desarrollo de las redes en la ciudlul 39

La tccnología del automóvil marca la evolución poslerior, bajo las dos formas:transporte individual y transporte colectivo por autobús.

Esta evolución, que tiene lugar a principios del siglo XX (sobre todo despuésde la Segunda Gucrra Mundial, pero con ritmos difcrcnlcs según los países), supusouna transformación considcrable dc las rcdes viales quc tuvicron quc scr adaptadas alas condicioncs particulares de la rodadura y dc la circulaciím de los vchículosautomóviles. De becho, esta transformación se ha llevado a eabo progrcsivamentc.Ya había sido preparada por una lenta adaplación al fuerte dcsarrollo del tráJico contracción a sangrc (bajo divcrsas formas), quc la~ nucvas tccnologías (tranvía, metro)no habían evidcntcmcntc suprimido13. En rcalidad, el automóvil hará percibir elconjunto de las calles "circulahles" como una vcrdadcra red técnica urbanaespecializada.

El sector de la cnergía se bencfició cn primcr lugar de la utilización dc la hulla.En la primera mitad del siglo XIX, el gas de hulla sc pudo tratar, dcpurar ytransformar cn gas ciudad dcstinado al alumbrado público. Animadas por su éxito cnel alumbrado urbano, las compañías dc gas buscan a continuación cxtcndcr sumcrcado a las aplicaciones domésticas, como la iluminación, pcro también en laeocina. Canlpaiias publicitarias particulannente eficaccs comportaron numerosasconcxiones particularcs, tal y como han dcmostrado los es!udios históricosrcalizados cn Francia y cn Estados Unidos. La cxtensión postcrior de la reddepcndcrá del contexto económico y especialmentc de la competencia dc otrasfonnas de cncrgía. como la elcctricidad.

La encrgía eléctrica, primcramcntc orientada, como la hulla, hacia lasneccsidadcs industrialcs, busca y encucntra otros mcrcados. En el campo delalumbrado público parccc que la lámpara dc arco pucdc rccmplazar al farol dc gas,cuyo enccndido causa tcmibles problcmas dc cxplotaci(llI a las compaJiías. Eltransporte colectivo incipicntc cncucntra cn la clectricidad una fucrza motrizpodcrosa y mucho mcjor adaptada al medio urbano de lo que nunca habría podidoser el vapor. Las compaíiías de trarlVías y dc mctros, dcspués de habcr cmpezadopor instalar sus propias fábricas de producción eléclrica, contratan con compaíiíaseléctricas indcpcndicntcs.

La clcctricidad sufrió durantc un tiempo la compelcncia del aire comprimido,especialmcntc en Francia. En París sc estableció una vcrdadcra rcd dc distribucióndc aire comprimido para múltiples usos industriales. artcsanalcs y domésticos 14.

y Dupuy G. (Ed.), op. cj¡.; y Collcreau A. o "L'Apparilion de l'urbanisme comme aclioncollccLive: l'agglomération parisictlllc au débul du sicdc", Soci%sie du travail. n° 4, oct-dic1969.

13 Parece que el dcsunollo dc la bicicleta lambi~n tiene un papel en esta adaptación.14 El aire comprimido suministraha. por ejemplo en los lalh:rcs. la fuerza necesaria para las

miÍquinas giratorias. A los abonados particulares, ;]portaha el impulso necesario par;] dfuncionamiento de rc10jes IlCUIn;.iticos. Esta red no ha desaparecido totalnH.:llte. Modificada,continúa sirviendo a un número imr0rtaIlte ele ahoIlaelos en París. el'. Poujol T., uDéveloppement de l'assainisseml!nl par déprc'ssion: tlfl n!seau urbain rClroll\·é. tesis ductoral dc laEcolc Nationalc des Ponl.; el Chaussécs. hajo la dirección de G. Dupuy. 1990.

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40 El urbanismo de las redes

Pl:ro la gran lkxibilidad ofrl:cida por la l:kctr1l:idad para múllipks usos imponepronto una wbl:rtura casi tOlal dd l:spacio urba.no por parll: dl: las rl:dl:s elél:tril:as I5 .

En panil:ular, a partir dl: la inwnl:Íón dl: la lámpara dl: inclIldl:scl:nl:Ía porEdison l:n 1878, la l:kctr1l:Ídad pl:nl:lra progrl:SiVall1l:ntel:n toúos los l:dilicios parala iluminación doméstica y rivaliza duraml:ntl: con d gas para las aplicacionl:s l:n elhogarl6•

El sl:clOr dl: las tl:kcomunical:Ílllll:S l:I1 ml:dio Urball0 conOCl: en 1840 dtdégralo como priml:ra innoval:Íón. Concl:bido para una ulilizal:Íón l:xtraurbaJ1a, elldégrafo enCUl:nlra aplical:ionl:s suJicientl:ml:nll: importalltl:S l:n las ciudaOl:s: lasinfonnal:ionl:s de la bolsa, los ml:nsajes dl: sl:guridad dl: los bombl:ws y dl: la policíajustilicallla inslalxión dl: rl:dl:s urballas l7•

En 1876, Akxalldl:r Grallam Ikll inwnta d leléfono. Limitado al principio porlas distalldas dl: trallsmisión, d tdéfono eneUl:nlra muchas posibilidadl:s deaplicadón en la ciudad. Las redes es desarrollaJ1 muy rápidamente, lo que obliga aintroducir progrl:sos en los sistemas de comunicación (lig. 3).

A partir dl: 1880, l:n la mayor parle de las grandes ciudadl:s, d teléfono esutilizado corril:nleml:ntl: por los comcrciantes, los protl:sionaks libl:raks, las c1asl:saltas y también, evidentl:mente, por los sl:rvicios de policía y de bomberos. Lageneralización del uso dd teléfono y la extl:l1sión de la red telclonica evoludonalldl:spués de forma diwrsa según los países. Los rl:sultados son fUl:rtl:mentecontrastados porqul: una rl:d de comunil:acionl:s l:xigl: una masa crítka y sedl:sarrolla conl:kctos de "avalalll:ha" muy Caral:ll:ríslims 1a•

Así, l:n Estados Unidos, en los alíos 3D, d porcl:Iltajl: úe conl:xionl:s ya espróximo al 50%19. En los paísl:s l:sl:alldinavos, la l:xtensión talllbién es muy rápida.En FrallCia, d rl:traso l:S consiúl:rableco y sólo se corrl:girá a partir de una políticavolunlarista iniciada en 1975.

El estuJio histórico de las rl:des teldónil:as l:S ddicado. En efecto, si bien esposibk conOCl:r las evoluciones dd número de abonados, es mucho más difícil tenl:runa idea de las llallladas y ditl:renciar las UrballaS dl: las inlerurbarlas. A ml:l1udoaparl:cm dudas l:n cuanto al carácter Urball0 dl: la rl:d técnica consliluiJa por línl:as

15 I1ugucs T.P., Nerworks 01 Power: ElectriJication in Weste171 Sacie/)', I3allimorc. 'l11c JuhnIlopkins Univcrsily Prcss, 19K3~ y para el caso parisiense. L'e I3dLrall A., "Création eldévcloppcmCl1l du réscau élcl:lriquc parisicn (lK7S-1~3l», inl'aris el ses réSC'alLC lIuissunce d'llnmadi! ele vil! urbaill: X/Xe-XXe silkles. ,Puhlicado bajo la di.rc,,:dón dc FraIH;ois Caron el al.,llihliulhi:yue hisluriyue de la Ville de Paris, 1990.

16 Ruse M.l!.. "Urhau Gas aud Eteclric SysleJl\S '"Id Sucial Change. 1900-1940". in TaIT J. YDupuy G .. op. cit.

17 TalT J.• Finhall T. y Guudman D., 'Tlle Cily aud lhe ToJegraph: Vrhan CUJl\Jl\unicaliuus iu lhePre-Tekphuue Era", Joumol ofUrbon HistOI)', vul. 14,u" t.uuv. ln7.

18 Curícn N. y Gcnsollcn M., Prévision de la del111llllle tú: téh;coI1lJllUllicutiofls: mélllOtles elmodeles. P,u'is, Eyrulles. t 989.

19 f'isher c.. ''Tuueh SUll1euue: lhe Telcphune Induslry Diseuvers Sueiauilily". Tec!lIl%¡;y (JJIdCulture. vul. 29, UO 1, enero 1988.

20 I3crLho e.. Té/¿grap!tes el téüíphones. de Va/m)' au micmprocl!Jsl'ur, París, Le Livrc dc Pochc,198 L

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El desarrollo de las redes eTl la ciudad 41

I'igura 3. Unos años después de su invcnción, el desarrollo explosivo dd teléfono enEstados Unidos. En esta época, por razones técnicas, las redes sólo eran urhanas.(I'uenle: Le T¿lépllOne ¡) la Bel/e F:pol/ue, DflIxellcs, El!. Lihro-Sciences, 1946)

teldónica~ que dejan una huclla lTsica cn la ciudad, pero cuya vocación principal noes un uso urbano21 , La evolución de los sistemas de conmutación (al principiomanuales, después electromccánicos, antes de ser electrónicos) es lo que sin dudamuestra mejor la "urbanidad" de las redes teldónicas22,

Abastecimiento de agua y sancamiento se h~m realizado paralelamentc en lahisloria de las ciudades modernas2J , La preocupación de los poderes públicos es lalucha contra las epidemias que diezman la población, La mejora de la calidad delagua consumida por los ciudadanos puede haccrse mediante la traída de aguapotable, pcro tanlbién evitando la contaminación dc la capa frcática dc donde lamayoría dc los habilantes todavía extrae el agua que bd)e. Hay quc hacer

21 Bertho e., op. ei!. y MJJtin J.-P., "I.'Analysc des réscaux en géographic. étudcs de ras", il1Dupuy G., el al., op. cit.

22 Dupuy G., "Un Téléphunc pOUl" la villc: l'cnjcu urhain des t,;cnlraux" Mé¡rojJo/iJ. n° 52~53. 2(1lrim. 1982.

23 Goubcrt J.-P.. La COTlquéle de ¡'eall, Paris, Roherl Larronl, 1%6, y dd mismo aulnr, '''111eDevelopmenlorWaler and Sewerage Syslems in France, t850,1950", iTl TalT J. Y Dupuy G.,op. cil.; Guillcnnc A., "The Gcncsis uf Walcr Supply. Distrihutiun. amI Scwcfi..lge Systcms inFrancc, 1800-1850", iTl Tarr J. y Dupuy G .. op. cit .. asi como Dupuy G. y Kllaehd G., 01'. cit.

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42 Ll wballúmo de las redes

rápidamente la evacuación de los residuos, sobre todo de los excrementos humanos.Otras preocupaciones se aHaden a la principal: limpiar las calles de los detritus quelas obstruyen constantemente, para facilitar la circulación y embellecer las ciudades;favorecer la higiene aumentando el consumo de agua per copito; resolver el problemadel vaciado de las fosas, que se tenía que hacer con demasiada frecuencia dcbido alincremento de la densidad de población y del uso de agua. Así pues, entre los siglosXIX y XX se tendrá que implantar un sistema completo de agua-saneamiento,empezando por las grandes metrópolis, más tarde las ciudades medias antes dellegar, en la tpoca actual, a la núnima aldea.

A principios del siglo XIX se concibió la red de alcantarillas de Londres, quesirve de modelo a otras ciudades. En París, se empieza por un invelllario de lasalca.ntarillas preexistentes. Pero pronto, jWlto con la traída de agua del canal delOurcq, se empieza a asegurar la limpieza hidráulica de las calles y la evacuación delos desperdicios hacia la red de alcantarillas. Este hecho se rcruerza y se extiende (37km en 1824, 130 km en 1850). Durallle el SeguIlJo Imperio, bajo la dirección deHaussmann y I3elgrand, se da la extensión más espectacular: 430 km de alcantarillasvisitablcs construidas entre 1850 y 1871. A partir de 1850, las aguas pluviales y lasdomtsticas provenientes de los edilicios se admiten en el alc.ullarillado. A partir de1894, los residuos humanos se evacúan legalmente a la red, que recibe el nombre delOu[-ú-l'égow'. Evidentemente, dUr<U1te la segunda mitad del siglo XIX el consumode agua había aumcntado debiJo a las numerosas fuentes públicas, pero sobre todopor el aumento de las conexiones particulares. El parisiense mcdio, que en 1880consumía 7 litros de agua por día, consume 40 en 1860. En 1914 se llega a los 100litros. Estos consumos de agua son la condición misma del correcto funcion<lluientodel sistema hidráulico que constituye el a1c<llllarillado.

Si París se benelició prioritariamente de los esfuerzos de los podcres públicos,este movimiento no se Jctiene en la capital. El suministro de agua se extiende pordoquier, por lo menos en las zonas densas. El saneamienlo, utiliz<llldo a menudoantiguas alc<llllarillas o bien ríos, se extiende a través de las conexiones de losedilicios hasta estos desagües.

Fuera de Fr<lllcia, las ciudades h<lll conocido historias .málogas, siendoparecidas las preocupaciones s'Ulitarias e higitnicas~4. Noobst<lllle, se debe destacarla importancia del suministro de agua para la lucha COlllra incendios, parliculanIlenteen América del Norte (lig. 4).

¿Qué características comunes se puedcn extraer de estas hislorias paralelas de laaparición de las redes de tr<lllSpOrle, energía, comunicaciones, agua y s<llle<llnientoen las ciudades? ¿Algunas semej<lllzas, algunas tendencias comunes pemútenelarilicar las difíciles relaciolles que el urbanismo tendrá con la extensión de lasredes?

• N, lit:! T. D¡,;sagüe di..l\~L'lo de las aguas evaL'uauas de ulla C'i,lsa. Lilcralmcrllc. todu i,l la i.1lcantiJrilla.~4 TalT J .• "Soworago and lho Dovdopmonlof lho Ndworkod Cily in lho Unitod Slalos, 1850­

FIJO", i1l Tan J. y Dul'uy G., op. cit., y Knad,d G.. "t lisloric..1Origins aJl(I DovcIopmonl uf aSoworago SyslOlll in a Gorm..n Cily. Diokfdd, 1850-t904", i1l Tarr J. y DlIpllY G.. op. cit.

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El desarrollo de Ins redes en la ciudad 43

Vermont

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• C<>aotr.octiocI .y"" 11901:> Cooa~ 1890-1197

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Figura 4, El óesarrollo de las redes óe agua en Nueva Inglaterra,(Fuente: Anderson L., "Pire and Descase: !he Devclopment or Water Supply Systems

in New England, 1870-1900", in Tarr J. y Dupuy G., op, cit,)

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44 El urbanismo de las redes

2.2. De la pedestriall cUya la lletworked cUy

En primer lugar, uno se queda sorprendido por la rapidez eon la que se haefectuado, para el conjwllo de los sectores, esta evolución. Las cifras, cuando estándisponibles, hablan por sí solas. Se ha visto lo que sucedió con las alcantarillasparisienses, con las redes telefónicas en Estados Unidos. Pero Jcan-Pierre Goubertseñala que en 1891, en Londrcs, el 57% de las casas ya estaban conecladas a la rcúde distribución de agua. En París, en 1884, el 64% de los edilicios estabanabonados a ella25 . En las grandes ciudades de Nueva Inglaterra, en 1900, el índicede conexión era alrcúcúor del 80%26. John MacKay rccuerda las cifrassorprendenles que miden la expansión dd tranvía: en ESlados Unidos, 6.000 millasde líneas en 1890, 12.000 tres mios más larde, 30.000 millas diez aJ10s más tarde;en Europa, a pesar de las resistencias mencionadas antes, la longitud de las líneas semultiplica por diez en 5 años (entre 1893 y 1898).

Un análisis comparativo del incremento del númcro de abonados a diversosservicios orgmJizados en redes en Chicago durante el período 1909-1919 muestra uncrecimiento muy importante (170%) dd número de contadores de gas instalados,aunque el número de concxiones era ya, en 1909, de 300.000. Para la electricidad yel teléfono, cuya instalación acababa de empezar en 1909 en Chicago, el índice esabsolutanlente espcctacular: ¡más dcl 4.000% en diez años!

En París, el número de farolas de gas públicas aumenta un 300% entre 1860 y1890.

En cuanlO a la vía pública, el kilomctraje de callcs asfaltadas se multiplicó portres entre 1880 y 1924 en las grandes ciudades americanas. Paralelanlente, lascstaúísticas de tráJico urbano disponi bies (sin distinguir tipos de vchículos) para elperíodo 1900-1930, muestran crecimienlos comprendidos cntre el 500 y el1.000%27.

Sc ha dicho que el desarrollo de las redes telefónicas en [-rancia se habíarctrasado. Este retraso permite bencficiarsc de estadíslicas mucho más prccisas sobreel riuno de crecimiento del parque lelclünico. Aquí sólo se dará infonnación relativaa las ciudades de más de 100.000 habilmltes. El índice de conexión a la redtdclünica pasó del 24% en 1974 al 89% en 1985. Así pucs en las grandesaglomeraciones urbanas se han producido extensiones extremamente rápidas, por lOmenos si se comparml con el índice de crecimiento de la población y con los ritmosde evolución de los espacios urbanizados.

Otra cllllstatación tiene que ver con el papel de la innovación técnica en laemcrgencia de las redes urbanas. Sin ceder a un detenninismo tecnológicocualquiera, hay que reconoccr el papel cminente de ciertos inventos. La hulla había

25 Goubert J-P., "Les Twis ages de la ptancle bteue", Géo. n° 112, junio de 1988.26 Anderson L.. "!'ire and Descase: lhe Devclopmenl of Water Supply Syslems in New Englalld,

1870-1900", in Tarr J. y Oupuy G., op. cit.27 MacShanc C., arl. cit.

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El desarrollo de las redes en la ciudad 45

permitido el nacimiento del gas, pero también la utilización generalizada de lamáquina de vapor, y después, gracias a la turbina, la producción de electricidad. Ladisponibilidad energética en el medio urbano bajo diferentes formas, primarias osecundarias, gas, vapor, electricidad, aire comprimido, hizo posible, o al menosfacilitó en gran medida, el desarrollo de las redes econónúcas de transporte colectivo(tranvía, cable-car, metro), de redes de distribución de agua, de alumbrado público,etc. El telégrafo y eltcléfono, aplicaciones de las eorrientes de baja tensión, han sidoinventos específicos, completados en el caso del teléfono gracias a los progresostécnicos de la conmutación. Un poco más tarde, el sistema téenico constituidoalrededor de los derivados del petróleo y del uso de los motores de combustióninterna pemüte la formidable expansión del automóvil, pero tanlbién del asfalto delas carreteras, de los autobuses, de los canJiones, de las motos, etc.

No hay deternúnismo porque algunas redes se habían establecido previamente ala innovación técruca: es el caso de los ónulibus. Pero el tranvía, incluso el detracción a sangre, debe sus primeros éxitos a la innovación del raH (nacido él mismode la industria minera), y su posterior expansión a la eleetricidad.

La organización de los servicios de limpieza ya existía antes de la aparición delalcantarillado. De hecho, la construcción de las redes de saneanJiento no aplicabaninguna innovación técniea radical. Pero la distribución del agua en todos los puntosde la ciudad, conducida gracias a potentes bombas de vapor, hizo posible elalcantarillado, cuyo principio, recordémoslo, es hidráulico. El período de génesis delas principales redes técnicas urbanas coincidió pues eon un período de desarrollos yaplicaciones técnicas, a menudo surgidos del campo industrial.

Este punto no se puede entender sin hacer relCrencia a otra constatación. Lasredes técnicas urbanas deben mucho a la iniciativa y a los intereses privados. Hoy,en Francia, la mayoría de las redes meneionadas hasta aquí son de servicio público.Esto lleva a imaginar que los poderes públicos han sido histórieamente los artesanosde su realización. De heeho, sea cual sea el país eonsiderado, la mayoría de las redesfueron ereadas por iniciativa de eompañías privadas que esperaban ocneficiarse delüs nuevos mercados para hacer negocio28. Así ha sido con los tranvías, los metros,el alumbrado público, la electricidad, el ga~, el teléfono, el telégrafo. El seetor delagua, que aetualmente en Estados Unidos está generalmente administrado por losentes locales mediaJ1le empresas públieas, al principio lo fonnaban compaiiíasprivadas. La adaptación de la vía pública a las ncccsidades de la circulación dc losautomóviles se hizo gracias a la intervención dc agentes privados, como la firmaMichelín en Francia29. El saneamiento parece ser la excepción a esta rcgla, aunquede hecho no lo es. La historia muestra la importancia de las iniciativas y de los

28 eL por ejempto Dupuy G., "Utilily Nelwnrks and Territllry in lhe Paris Region: lhe Case llfAndrésy", in Tarr J. y Dupuy G., op. cit.

29 Ribcill G., "Du Pncwnalíquc a la logisliquc muliere: A.ndré Michclin. prumolcur de larévoluLiun automohilc". Culture IecllflicJue. 11° 19. m;.u-zo de 1989.

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46 El urbanismo de las redes

intereses privados en el origen de las redes de saneamientoJo: Explotadonesagrícolas privadas que fundonan gracias a la fertilización por riego y que linandanen parle los sistemas de saneanlÍento; unidades privadas de fabricación de abonos apartir de los excrementos humanos concentrados, inidativas privadas que buscan larealización de un saneamiento especializado "por depresión" en [<rancia y sobre todoen Holanda.

Para el conjunto de las redes, al principio, la competencia fue la regla y elmonopolio la excepeión. Así, resultaron efectos costosos para la colectividad ynumerosas fusiones y absorciones para constituir conjuntos mayores con tendenciaal monopolio. Aquí no se tratarán las evoluciones posteriores que condujeron engeneral a una intervención de los poderes públicos. La "regulación" tenía susrazones: necesidad de controlar las tarifas, continuidad del servicio, mantenimientodel orden público, ausencia de discrinlÍnación, necesidad de planilicación,importancia de las extemalidades, intereses estratégicos, incluso en el sentido nlÍlitardel término. El servido público forjaba su doctrina en el campo de las redes. Peroesta marcada tendencia hacia el servicio público no debe hacer olvidar la propiedadesencialmente privada y la sumisión a las leyes de mercado que earacterizaron a lasprimeras redes urbanas.

Correlativamente, no se puede decir que las redes se hayan desarrolladoatendiendo a WJa pura lógica de las necesidades. Es verdad que la necesidad demejorar la higiene, de facilitar los transportes, de dar mejores condiciones de vida alas clases obrcras, fueron imperativos esenciales en la época de la creación de lasredes. La mayoría de las redes se aprovechó muy directanlente de esta política por loque respecta a la Iinanciaci6n y a la obtención de las autorizaciones necesarias para laconstrucción de las conducciones en o bajo las vías públicas. Pero siendo la lógicaecunónlÍca dominante, las redes se instalaron primero allá donde la demanda erasolvente. Incluso la naturaleza de los servicios prestados no respondía solanlente auna lógica de necesidades: el teléfono intentó extender su mercado hacia elteatrófonoJ1 ; las compañías de ga~ propusieron nuevos servicios intentando crearuna demanda que no existía32• Las compai'iías de electricidad suscitaron unademanda de alumbrado que sobrepasaba con creces las necesidades iniciales; laslíneas de transporte colectivo sacaron provecho de una movilidad latente paraincrementar su trálico. Incluso se podría establecer un inventario de los usos puestosde moda por instigación de las compañías concesionarias y que desaparecieronrápidamente por falta de verdaderas necesidades.

30 Tarr J .. "Scwerage and lhe Devclopment of the Nctworked Cily in lhe Uniled States. 1850­1930". in Tarr J. y Dupuy U., op. cir.; Tarr J. y Dupuy U., "Sewers and Cilies: franee and lIJeU.S. comparcd". Joumal oi l/U! Environmentai Engineering Divisiofl, Procccdillgs uf lhcAmerican Soeiely of Civil Engineers, n° 108, abril de 1982, y Poujol T., op. cit.

31 Transmisión telefónica de obras de tealro.32 Pur ejemplo, al poner gratuitamente a disposición de los abonados CUL'lIl;1.'i de gas que ¡han a

modificar las costumbres culinarias.

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El desarrollo de lns redes en la ciunad 47

AVIS AUX PROPf<IETAlkES

GASPILLAGE DE L'EAU ÉVITÉPAR LES COMPTEURS O'UPARTENENT

A''''' ItItON?/{

DE LA MAlSOR EYOUEM10t n 1.9t!l, nuu]"vlIl'fl 1'f.,'"f'Ill"n

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Ln conSllllllllatinn tlo ¡'onuosI dOVCIIU6 a fJi3ri!l

"une dos principJ.lcs chargasde la propriélé fonciérc.

Lo molif en esl dO au gospillagequl58 fail

chez le Locataire

Figura 5. La extensión de las redes chocó a menudo con intereses contrarios,especialmente los de la propiedad predial e inmobiliaria. En Francia, los propietarios

temían que el abastecimiento de agua a domicilio no incitara a sos inquilinos amalgastarla. El contador en el piso aportaba una solución al problema.

(Fuente: Le Journal des propriélaires, alrededor de 1900)

Hay que señalar igualmente que el desarrollo de las redes no será siempre bienrecibido por todos. Es sabido que, para el alcantarillado de París, los poderespúblicos tuvieron que luchar mucho tiempo contra los propictarios. De la mismamanera, estos últimos intentaron ralentizar la instalación de agua corricnte a susinquilinos (en la época no había individualización de los contadores) (lig. 5). Para eltransporte, parece igualmente aceptado que en las ciudades europeas los interesesprediales e inmobiliarios ralentizaron la difusión de las redes de tranvía Y. Stourdzéha demostrado cómo los notablcs locales bloquearon la· realización de redestelefónicas.

De forma gencral, los intereses expuestos, sobre todo los intcrescs prcdiales,bien asumidos por los entes localcs, tcníill1 tcndcncia a frenar y a querer controlar eldesarrollo de las redes. Este control tomará formas muy variada~, ya que tambiéntenía por objetivo establecer unos servicios públicos. El ca~o de la~ ciudadesitalianas a principios de siglo, citado por DonateIla Calabi, es particularmentesignilicativo. La instauración en esa época de un socialismo municipal condujo a lamunicipalización de la mayoría de las redes. Las autoridades locales pudieronentonces aprovcchar csta situación para ejercer una "regulación" simullánca de lasredes y de la urbanizaci6n, para evitar extensiones incontroladas del hábitat a causade la prolongación de las redes)).

33 La financiación municipal se apoyah<l en p3Itc en los beneficios extraídos de la explotación l~

las redes. Pero las rooes sólo podían ohlcner beneficios si dahan servicio a zonas bastantedensamente pohladas. CL Catani D., "1 servizi teeniei a rele e la questil>lle dcllamunieipalizzazinnc nelle eiUa ilaliane (1880-191 Or, in Moraehiello 1'. el al.. !'" Machille

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48 El u.rbanismo de las redes

Esto afecta a otro aspecto imponante y general para las redes: las relaciones conla edificación. Parece que la densidad del hábitat·y. más generalmente, de las áreasedificadas, ha sido una variable clave en el desarrollo de las redes. Tanto si la lógicahabía sido la del mercado o la de las necesidades, las redes encontraban primero sujustificación económica o social allá donde la densidad de ocupación del suelo eramáxima Sin embargo, esta atimlación es sobre todo válida para las zonas yaedilieadas. En efecto, pareció evidenlc para algunos que las redes eran susceptiblesde inducir a una urbanización nueva y crear nuevos valores prediales. Precisamentelos propietarios urbanos se querían prevenir contra este efecto. En Europa por lomenos. el control de los entes locales y la ausencia de coordinación de los"operadores" de servicios impidieron, en general, un desarrollo urbano "medianteredes". La correspondencia entre redes técnicas y densidad de edilicación fue fueney dio lugar más tarde a di versas formas de nonnalización, al relacionar construcciónde inmuebles y servicios a través de las redes.

¿Fue así por la estrecha dependencia mencionada del desarrollo de las redes conrelación a la densidad de ocupación del suelo? En todo caso, en una primera etapa,las redes no modifican demasiado la morfología urbana34 . Hilos, raíles y tuberías sesitúan sobre o bajo la calzada y no transfonnan el espacio privado edificado. Porotro lado, éste presenta una muy fuerte inercia a cualquier modificación exógena.

Christine Rosen35 incluso ha podido demostrar que, después de ser totalmentedestruidos por incendios, se reconstruían barrios enteros conservando la mismaestructura de antes, aunque las redes habrían permitido una organización totalmentediferente. El peso de la parcelación. el juego de intereses prediales eran en estoscasos claramente más fuertes que las facultades organizadoras de las redes.

Esta estabilidad de la morfología es muy notable teniendo en cuenta que elacceso a las diferentes redes instaladas antcrionnenle se acompaíiaba detransformaciones significativas en los modos de vida de los habitantes afectados. 1.11.. Peterson36 ha estudiado estas transfonnaciones ocurridas después de laintroducción de las redes de saneamienlo. M.1. Daunton ha analizado las mutacionesde la rclación espacio privado/espacio público en la ciudad victoriana, donde el gasllega a domicilio a finales del siglo XIX, mientras que el agua y cl saneanliento lohacen a principios del siglo XX37 Clay MacShane ha explicado los cambios en losusos y significaciones del espacio "público" que acompaJiaban el asfaltilllo de las

impt1.Jfetle: ArcJúlettura, progranulla, isJiluziolli. fiel XIX secolo, OITil:inu Ediziuni. 1979.Traducción francesa parcial de DaITJqué D.. "La Créatioll el la municipalisation des réscauxlechni4ues urhains en Italie (1880- I9 IO)"'. in Crollpe Réseullx, Cahier n° 6, nuv. 1986.

34 Cun la notahle cxccpdóll de París. dondt.: la aCl:idn de IIaussmantl l'rclclluía a la vez dar unserviciu a través de las redes y lransformar la morfulogía.

35 Rusell c., op. cit.36 Pclcrsun J. /1..., "'lbc lmpacl of Sanitary Rcfonn upon Amc.::ric.::a Urball PIaIllling 1840-1890",

10"mal oISocial HisIOIY, n° 13, uloou oe 1979.37 Dauntoll M.J .. HOl.lSe lUid HVlIle in ¡he VjclOriun Ci¡y: Workillg C/uss How,-jllg, 1850·/914,

¡.umlres, Eowaro Arnulo, 1983.

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El desarrollo de las redes en la ciudad 49

callcs y la aparición dd tranvía y dd aULOm6vil J8• Estudiada:; a lo largo de unperíodo de ticmpo suficiente, estas modificaciones parccen considerahles. Las redes,que casi no afectan a la ciudad dc "piedra", cambian sin embargo en profundidad lavida de los ciudadanos quc viven cn ellas y, más a largo plazo, induccn nucvos usosy significacioncs de ciertos espacios (patios, calles, aceras, áreas saneadas, etc.).

Los agentes de estas transformaciones casi no se preocupan del urhanismo ni delos urbanistas. No obstante, el urbanismo está en vías de definición a finales delsiglo XIX. Sus principios se aJimlan por doquier a principios dd siglo XX. Sepodría imaginar que los que promueven las nuevas redes buscan con los urbanistas,agentes también de la transformación urhana. líneas de fuerza comunes.

Pero las características generales de los desarrollos de las redes que se hanmencionado hacen comprender porqué este eneuentro era difícil. El peso de lastecnologías, d papel de los capitales privados, la necesaria sectorialización de lasnecesidades o del mercado, la ausencia de aeción directa sobre la morfología, todoello alejaba a los responsables de las compañías promotoras de redcs de los queelaboraban una doctrina urbanística con vocación de intervención púhlica, confinalidad social, globalizadora y sobre todo referida a la forma urhana y a la acciónsobre el espacio edificado.

El pensamiento dominante de los "inventores" de redes, a pane de su ba:;eeconómica, es de orden "maquinista". La red está pensada en principio yesencialmente como máquina para hacer circular /lujos: persona:;, agua, gas,electricidad, voz, señales, etc. ¡\] menos al principio, la L1imensión topológica, laorganización dd servicio en un espacio urbano considerado como un todo, sepercibe de manera absolutanlenlC secundaria. Por otro lado, el término red, que seha utilizado en este capítulo con sentido de ohjeto técnico, debe ser considerado conprudencia. A pane de esca~as excepciones citada:; más adelante, es mucho más tarLlecuando se toma conciencia de la realidad de un servicio y L1e un funcionamiento enred.

La utilización de fuentes múltiples, las posibilidaLles de substitución de estasfucnlCs por difcrentes tubería:; favor¡;ccrán este camhio de perspectiva. Mientra:;tanto, para los proyectista:; y los opcradores, la unidad es más bien la "línea". lean­Pierre Goubert muestra excclentemente como, para la L1isLribución de agua, las dosvisiones se hacen la competencia a principios dd siglo XIXJ9: La "línea", heredadade la antigüedad y rehabilitada hajo el antiguo régimen, consiste en llevar el aguadireclanlente a algunos lugares precisos, servidos por derivaciones independientesunas de otras. Se escoge como ccntro d punto más elevado y se acaba la tubería conuna fuente pública de tipo monumental, "reservada para las necesidades del pueblo",mientras que "un débil hilo de agua" alimenta "noche y día la fuente ddconcesionario privilegiado". El agua !luye continuamente, poco ahunLlanle, y lastuberías de derivación no constituyen un conjunto, y todavía menos una red. Lalínea sale dd lugar escogido para la fuente monumental y va a huscar un manantial.

38 MacShanc c., 3ft. cit.39 Goubcrt J-P., op. cil.

4

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50 E/urbanismo de las redes

Al contrario, cn una distribución por rcd, se destina e! agua a la mayoría, y sucaudal es relativamente importante; e! diseño jerarquizado de la red se calcula segúnlas necesidades que se estiman para los terminales: "fuentes Wallace, fuentespúblicas, W.c. públicos o bocas de incendios".

La concepción "en red" sólo prevalecerá tardíamente porque a los problemastécnicos (diJicultades para el cálculo del dimensionanúento de las tuberías) se añadenargumentos tinancieros: "Un sistema de distribución en línea consume un núnimo detubos de diámetro modesto; un sistema dispuesto en red multiplica las longitudes,las derivaciones, las ranúJicaciones y, porque transporta grandes volúmenes deagua. exige tuberías muy resistentes"40.

Lo núsmo pasa en e! alcantarillado para el que la "línea de alcantarilla", que llegaal río, se considerará durante mucho tiempo como la unidad adecuada desaneanúent041 • Las líneas telegráticas o telefónicas "punto a punto" (por lo tanto sinposibilidad de conmutación, es decir, sin funcionanúento en red) precedieron a lasredes de telecomunicaciones. El tranvía, hasta los años 20, se explota por líneas,igual que los metros. Sólo excepcionalmentc, y tan sólo en las fases de extensiónmasiva, se impone la concepción en red42. Hay que recordar de nuevo lasingularidad de! caso parisicnse donde, bajo la batuta de Haussmann, Be!grandexige, en la segunda mitad de! siglo XIX, una visión de conjunto de la red dealcantarillas y donde, a finales de! siglo XIX, el Consejo General del Sena haceprevalecer un verdadero proyecto de n:d para el metr043.

Los urbanistas, por su parte, no podían ignorar totalmente un fenómeno tanmasivo que modificaba en profundidad los modos de vida e incluso los usos de!espacio urbano, aunque en un primer momento no afectara a las fornlas urbanas.Hubo evidentemente algunas excepciones. Pero incluso la mencionada en el capítulo1 no representaba un desinterés de los urbanista, por las redes. Había ciertamenteuna atención abusiva por los efectos de las redes de tranvía, en el mismo momentoen que estallaba el uso de! automóvil.

De manera general, fueron muchos los urbanistas que tuvieron en cuenta en susproyectos y en sus escritos las nuevas posibilidades de higiene, servicio olocomoción ofrecidas por las redes. De Haussmarm a Le Corbusier, pasando porCerda, Hénard, Soria y Mala, Howard, Siue y Wright, los espacios de circulaciónde las pcrsonas y de los bienes, las conducciones para los !luidos, la energía,incluso la información, Jiguran en los planes de las ciudades. Pero muchosurbanistas consideran estos temas sobre todo desde un ángulo tecnológico. El puntode vista donúnante de los responsables de redes, que privilegian una concepciónlinútada y de circulación de !lujos, les reafirma en esta actitud. Preocupados por elbuen funcionanlÍento de estas máquinas conductoras de l1ujos, que la mayoría de

40 Goubcrl J.·P., op. cit.41 Dupuy G. y Kllacbcl G., op. cil.42 Se volverá a hablar de es Las excepciones. especialmente por lo que respccl.;j a la concepción <.C

red según algunos prccurson:s.43 Cuttcrcau A., arto cito

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El desarrollo de las redes en la ciudad

.....~ 1•• Dt. D••• ,;01:: 1: ~-rle;T';'L~ O'l'."i! ',"_ :KAI. ~.l- U,OlC!al:)•••. l:r:-o :'/olJ'~. nI TKI1 'ART TOlJ CAJI ~tt Ttll:

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51

Figura 6. Plug-in Cily: la ciudad conectada a la red. El sueño funcionalista llevado alextremo tecnológico. Sólo hay que enchufar o desenchufar edificios y equipamientospara hacer evolucionar la ciudad. La red se reduce a su función circulatoria. Plug-in

City se debe al genio inventor del grupo Arclligram.(Fuente: 77le Sunday Times Magazine, 20 de sepliembre de 19(4)

ellos estima necesarias en la ciuúaú moúerna, tendrán tendencia a recurrir a lostécnicos y a los ingenieros para tratar estos problemas, sin comprender toúa lasignificación social, la extensión espacial y el interés lCrritoriaJ estratégico de estasredes.

Retrospectívamenle, las razones úe esta estrecha visión úel fenómeno "redes"resultan más elaras. Por rápida que haya siúo, a escala úe la historia úe las ciuúades,la extensión de las reúes técnicas en conjunto ha afectado muy tarúíamCIIlC a la casitotaliúad de la población urbana.

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52 El urball~WIOde las redes

Aunque fallan estadísticas homogéneas sobre d tema, se puede representarverosínúlmmte la evolución en d tiempo de los índices de conexión a las diferentesredes mcdiante curvas logísticas (fig. 7). Los análisis de los historiadores presentan,en efecto, para la mayoría de las redes, una fase irucial más bien lenla y difícil,donde el público debe familiarizarse con el servicio y los costes para la empresa sonelevados. Después, más allá de una cierla masa crítica, se manifiestan los efectos delas redes (economías de escala por el lado de la oferla y el efecto de avalancha por dlado de la demanda)44. Cuanto más extensa es la red, más conexiones se solicitan.Hay pues una fase de crecinúento muy rápido, de la que nos hemos ocupado haslaahora. Después, progresivamente, hay saturación de la demanda. No se efectúantodas las conexiones posibles. Pernlanecen los indigentes que no pueden pagar elmírúmo requerido para la conexión; los irreductibles que, por diferentes razones,rechazan el servicio. Puede haber desconexiones y desabonos que, pese a sermarginales, impiden llegar a la totalidad de la población. Sobre todo, los costes deconexión de los últimos abonados son considerables porque la red se ha realizado enprimer lugar allá donde había la demanda más fuerte, allá donde era más fácil,menos costosa, etc.

Cada red tendría así su propia curva logística. Los parámetros dilieren, lasfechas de salida y las pendientes de la fase de crecinúento acelerado tanlbiéndilieren. Induso un mismo tipo de red presentará una evolución logística diferentede una ciudad a otra. Pero aquí nos interesaremos sólo por las tendencias,represellladas por d esquema antes mencionado, totalmente hipotético, peroinspirado en los ejemplus de las grandes ciudades francesas.

Este esquema, en la medida en que estadísticas precisas perrrútieran realirnlarlo,deja entender que el servicio total a la ciudad mediante un conjunto completo deredes es relativanlente reciellle. No es antes de 1950-1960 que, a la vista de losgráficos, se puede tener conciencia de esta nueva realidad de las ciudades. En elmomento en que, en Francia, nace el urbanismo como práctica profesional, es decirhacia 1910-1920, el índice de conexión es muy variable según las redes, desde unpequeño porcentaje hasta un 75-80%. Estas variaciones de los índices de conexiónde una red a otra se acentúan todavía más si se consideran ciudades de dimensionesdiferentes, y se refuerzan por efectos de substitución en d campo del transporteentre vehículos de dos ruedas, transporte colectivo y automóvil, en el can1po de laenergía entre gas y electricidad, después entre gas ciudad y gas natural, etc. Estasvariaciones, estas heterogeneidades impedían a la mayoría de los observadorescomprender inmediatan1ente la importancia del fenómeno, es decir la marcha hacia lapopularización y la generalización total. Habría sido necesario comprender el pasode la línea a la red. de la red para algunos a la red para todos, de la red para todos alas redes para todos. Pero la sola observación de la realidad a principios de siglo nodaba la dave de un análisis correcto. Se precisaba enlonces una cierta perspicacia

44 David P.. "Some Ncw Standards fUf thc ECOllomics of St<1ndardizalion in lhe InformaLion Age".in Dasgupla y Sligliz (Eds.). Eeonolllie T"eO/y UlUI Tee"rwlogy PoLiey. Cambridge UniversilyPrcss. 1987. P. David insiste particulanncntc sohre los c[c¡;lOS dehidos a la csLandardización.

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El desarrollo de las redes en la ciullad 53

% de conexión

20%

40%

60%

lOO%r------=-;~~~?-~?·~·· ~80% ,. •

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1850 60 70 80 90 1900 10 20 30 40 1950 60 70 80 1990

_Agua_ $nllcamicnlO

- Transpone colectivo-Gas

Elcctnód¡ldAutomóvilTeléfonoTelevisión

Figura 7. La extensión de las redes técnicas urbanas: esquema tendencia!.

para captar la mutación en curso. Sobre todo hacía falta -y eslo fue lo que faltómás- prever el porvenir sin dejarse llevar por el problema del mallado impuesto porel urbanismo de entonces. La mayoría de los urbanistas, tal y como se verá, no loconsiguieron. Hubo, por suerte, algunos hombres de excepción capaces de percibirmuy pronto las tendencias y proponer un urbanismo coherente con estas ideas.

A partir de los años 50 en francia, el fenómeno se vuelve mucho más claro.Con mucho retraso sobre la evolución en otros países, se rcfuerl:a desde inicios dclos años 60 por la motorización masiva, que da acceso (cntre otras) a las rcdcsurbanas45 dc circulación, por el desarrollo dc la telcvisión y, a partir dc los aíios SO,por la extensión muy rápida de la rcd telefónica.

Aparece así el caráctcr absolulamc11le inétlito del acccso gencralizado a las rcdcs.¿Hay que decir todavía redes urbanas? La e1cctricidad, el gas, el automóvil, elteléfono, a los que hay que aíiadir la televisión, hicieron eslallar los límites, enprincipio urbanos, de las redcs técnicas, al accntuar la impresión de scrvicio paratodos.

La significación social del fenómeno es tic un orden distinto al del suministrotécnico de un simple servicio loca!. La significación territorial cs, también,profundamente diferente, a causa dc la gencralización fuera del pcrímetro urbanotradicional. Las "rcl1es técnicas urbanas" se han convcrtido cn "redes" que participande nuevas implicaciones sociales y de nuevas terrilorialidadcs46•

45 El aCCC50 al automóvil marca. si se quiere. para esta red, clmomcnlo de la "conexión".46 A pesar de muchos análisis interesan les. la obra de Mcicr R.·L.. CroissDllce ur!Jajlll' el llu!OJic

des communiCalio1ls. París, PUf, 1972. cscrila. es ciertu. en 1962. no llega realmente acomprender las nuevas dimensiones del renómcno.

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54 El urbanismo de [lU redes

y aún es fáeil imaginar que la evolución no ha terminado. Incluso si la faseactual es paroxística porque hay conciencia de haberse generalizado una especie de"pertenencia a las redes", el proceso no parece acabado. Actualmente se constituyenotras redes. ¿Cuantos millones dc abonados tcndrá mañana el Mini/el cn Prancia o elAlex en Canadá? El dcsarrollo dc una red de trcncs de alta velocidad a nivel europeo,¿no signilica en el futuro una salida del transporte colectivo urbano de su marcohabitual para proyectarse hacia un territorio más amplio pero servido según lasmismas nonllas?

Sin ir más lejos en la prospectiva, se puede alirmar que hoyes indispensablecomprender la nueva signilicación de las redes como organización de la relación deuna sociedad con sus terrilorios.

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3. El alcance social de las redes

3.1. Los usuarios de las redes

Ubicuidad, instantaneidad, inmediatez de relaciones siempre pcnnitidas peroseleccionadas en el tiempo y en el espacio: este parece ser el nuevo ideal de lasredes. Más allá de sus fWlcionalidades, transportar Huidos, viajeros o señales, lasredes, a partir de allora onmipresentes en la ciudad, adquieren un valor comúnrelativo a este ideal.

Dos ejemplos harán el propósito más inteligible. Uno trata de la que sin duda esla red por excelencia, en este nuevo sentido, es dccir el teléfono. Aunque es muyreciente en Francia, esta red ha sido objeto de análisis sociológicos y antropológicossignificativos. El otro ejemplo se refiere, al contrario, a llila de las redes másantiguas, la que lleva el agua corriente a las viviendas. Se verá como la más simplefuncionalidad de la traída de agua está hoy probablemente revestida con unimaginario colectivo que la relaciona tanlbién con el ideal moderno de red.

El teléfono se ha convertido en llilOS cuantos años en un instrumento al alcancede todos, en la olicina, en la calle (por las cabinas públicas), y sobre todo en casa.La ubicuidad de la red es la regla. Es casi anomlal no poder ser localizado (ollamado) por teléfono. Sólo hay que observar los formidables esfuerzos técnico­económicos actualmente desplegados alrededor del paging, del radiotelétüno y delteléfono portátil para quedar convencido de ello.

Al inicio, se consideró que el teléfono era caro, reservado a los "negocios" y alas urgencias, fuente de chácharas inútiles. Pero muy rápidamente los usosinvalidaron esta reputación. Hoy, la red telefónica se percibe como un aceesoparticular a un universo que cada uno reconstruye para sí a partir de las llillnadas quepuede o quiere efectuar (o ser efectuadas hacia él por otroS)I. Los sociólogosinsisten acertadamente en la importancia de la automatización del teléfono~. Laauscncia de operador, gracias al encaminamiento automático de las llamadas, pemúle

1 De Solla Pool r. (Ed.). op. cíe.2 Pinaud C.. "Trans, Iuler. Como Paco pcOt abécédairc de la comlTIunication". in Dupuy G. el a/.,

op. cil.

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56 El urbanismo de las redes

la puesta en comunicación inmeJiata. Marcar el número es suficiente, en principio,para situar al inlerlocutor JeseaJo. Es pues el usuario quien pide Jircctamente lacomunicación, conJirmanJo así a caJa llamaJa el carácter inmediato Je la reJ.

Desde su invención, el teléfono ha llevado implícito el principio Je lainstantaneidaJ. La voz que escuchaba Walson, el asistente ,k Grallam Dell, era, paraél, la JeI inventor del teléfono en el mismo instante que hablaba. La caliJaJ mcdiocreJe las comunieaciones lelefónicas no ha afectaJo nunca esta percepción Je lainstantaneidaJ en la reJ. Hoy, las técnicas Je la e1eetrónica Jigital han trans[ormaJototalmente los moJos Je explotación de la reJ, pero el usuario no percibe ningunadifrrencia por lo que respecla a la instantanciJad de la transmisión. La percepción dela Jistancia ha estado a veces inf1uiJa por Jefectos en esta transmisión. Pero, ennuestros Jías, las Ji[erencias son Jespreciables y la "distancia lécnica" se Jiluye anteotras percepciones.

Los análisis convergen en el hccho Je que la reJ telefónica actual, accesible encualquier lugar, para comunicaciones inmediatas e inslantáncas, scgún la elección decaJa uno (al menos en un sentiJo), se reviste Je una signilicación muy particular. Sevuelvc espacio potcncial Je afirnlación Je una polcncia simbólica Je acceso almW1Jo. A partir de eslC pW1l0 de centraliJaJ, Je este lugar-base constituido por elaparato telefúnico, sobre todo en el dumicilio, se construye unterriturio nuevo sobreel que nuestro poder se ejen:e por las posibilidades de solicitar, aJministrar, obtenerinfornlaciones, u bien transmitirlas, pero tanlbién poner en escena a un interlocutor,establecer relaciones afectivas, elc. Los cstuJios antropológicos muestran unaJiscominuidad, un efeclo Je pareJ, más allá JeI lugar-base). Más lejos, existcn otrospuntos cuyo alcjamiento topológico mezcla las representaciones del espacio, lasconsiJeraciones afeclivas y... los constrcíiimientos tarifarios. A pesar Je lasJiscontinuiJaJcs y las punlualiJaJcs caracteríslicas Je la red, clteléfono parece crearun nuevo conjunto territorial, inmaterial, que da cohcsión a un cspacio viviJo, apartir Je ahora Jisperso, hasta el punto Je que se ha poJido sugerir que la reJconsLiluye "una nueva geografía personal habilada, un nuevo urb~Ulismo"4. En toJocaso, eslC nuevo len'itorio ya Liene sus reglas Je Jerecho. El imaginario colccLivohace caJa vez más Je la red telefónica un espacio territorial vital. ¿Cómo se viviríasin teléfono'! Sólo hay que evocar algunos (escasos) casos de incidellles que privanJe teléfono un barrio entero. En f-rancia, muy pronto, se tomaron meJidas por parteJe los pulieres públicos, con un consenso notable, para facilitar el acceso Je ciertascategorías Jc población (personas mayores, JisminuiJos... ) a la reJ, o bien paraexonerarla~ Je una parte de las cuotas.

En EstaJos UniJos, se llevó la cuestión ante las más alla~ autoriJaJes bajo unaforma particulannente impresionanle, la de un verJaJcro Jerecho a la reJ para toJos.En el contexto norteanlericano Je la Jesregulación del sector Je lastelecomunicaciones, los operaJores incrementaron las tarifas Je los abonos y

3 L.1mairc R., Le Tél¡¿phunc dt.:.."i ménagcs fran'iuis, gcnesc el fUlll'lions d'ull cspacc socialinunatérid. La Documclllatiun fran\"aisc, colección del ID¡\TE. ltJX7.

4 Domol P. y Cordesse A., Le 7i!lépllOlle dalls lilas se.\ lila/s, Le Parado u, Acles Sud. t98 J.

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El alcance socilJi de las redes 57

comunicaciones locales. Las eapas de población desfavorecidas, al no poder pagarlas facturas, fueron dadas de baja de oJicio. La cuestión era saber si se podía vivir enuna ciudad americana sin tener acceso a la red telefónica. Médicos, urgencias yauxilios diversos sólo se pueden movilizar mediante el teléfono. Gruposreivindicativos, relevados por políticos, exigieron, y linalmente obtuvieron, que lalegislación previera una liJelille, es decir, un acceso núnimo local para todos a la red,incluso en ca~o de no estar abonad05, En el fondo, el derecho, como pasa amenudo, reconoce {/ posleriori la realidad tcrritorial de una red de la que nadie puedeser excluido. El derecho a la conexión sucede al jus soli6•

Admitamos, dirá alguicn, que la red telelonica tenga a partir de a1lOra estasignificación, Pero, ¿y las otras redes técnicas por las que circulan l1ujos físicos?¿Qué relación hay entre la red de agua que, aparentemente, desde hace un siglo, notiene otra función que satisfacer necesidades básicas, y la simbólica eomwlieacionalde la red telefónica modema?

Pierre Sansot responde a estas preguntas como etnólogo, más que comosociólogo, en un artículo de la revista Ur!J(lIIiSlIle7. Recuperando los mitos de Dianay de Narciso en dos polos extremos de los usos del agua urbana. Sansot opone laducha al baño. fusión del cuerpo y del agua. proceso de lenta purilicaciún, el bafioconserva hoy el símbolo de un inlimismo delicado. En efecto, cl bafio es concebibleen una autonomía del uso. Incluso, explica Sansol, no es imposible bafiarse en unatina en la que previanlente se ha vertido agua. El baIlO no hace pensar en la red. Laducha, al contrario, supone una rami licación que le asegura una presión suficiente.EslO "signilica que nosotros somos los socios, los tenllinales de una red que nosparece que utilizamos pcro que, de hecho, nos instituye como un segmento entreotros de la red". La ducha mediatiza alrededor de esta red un imaginario colectivohecho, él también, de sentido de la ubicuidad (porque nos sabemos "enchufados"),de la instantaneidad (o al menos de la rapidez expresada por el chorro un pocoagresivo de la ducha), de lo inmediato (yo escojo abrir cl grifo cuando quiero y mienlace con la red se a-;egura direClmlli'/lIe).

El dispositivo técnico de la red de dislribución de agua a presión a domiciliopuede pues producir una signilicación correspondiente a un nuevo espaciotopológico, el de los "socios" de la red según l'ierre SaI1S0t, con cl que cl abonadodel Servicio de aguas puede entrar en relación. El acercamiento con el teléfono

5 Coincidiendo con una dcsrcguladún del sector de la energía eléctrica en el Estado de Califomia.los grupos de consumidores cOllsiguieron 4uc la norma de la lildille se cxlcndicra al i.lbono a lared eléctrica. CL Andcl,on D.D.. Reglllarioll Po/irics QIuf Uecrric Uliliries. a Case Srudy illPolilical Ecollomy. Duston. Auburn ¡Iousc Puhlishiug Company. Inl.

6 Evocando el advenimiento de este derecho a la red. M. Guillot hahla de una "ttxl mínima (~

inscrci6n" en la socilX1ad w·banil. Guillol M., Nocion de róeau. carclC[l;/1S¡ÜjUCS des slrucllires

maill¿es: applicatiotl aux ri!seazv: de vil!es, in Dt!\'l!/OPPl'1IIf.!1l1 el se!1·ic(!s. París. I.P.D", IlJlJ l.N. del T. El autor hace un juego dc p;jlahras cnlrc la renta mínima de illscn.:ión y la roo mínimade inserción. cuyas sigla.'i. RMI. son coincidentes.

7 Sansol P.. "L'Eau", Ur/){lIlis/lle, un 201. mayo do [984.

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58 El urbanismo de laf redes

parece legítimo, incluso si las apreciaciones de Pierre Sansot merecen profundascomprobaciones.

Xavier 1,acoste ha podido realizar una encuesta sobre este tema en una ciudad,Rabat, donde la conexión a la red no es una adquisición de hace tiempo sino quepara muchos es un objetivo actual. Sus conclusiones corroboran las intuiciones dePierre Sansot: "La materialidad del acceso al agua potable -la red- no funcionasólo como relación física que une entre sí a todos los coneelados, sino tanlbién comorclación simbólica de pertenenda a Wla misma comunidad, a un mismo territorioorganizado: la ciudad del servicio, ciudad oJieial, ciudadlegal"8.

El alcantarillado podría merecer el mismo análisis. Los servicios municipales deToulouse, al no poder realizar el alcantarillado en algunos barrios, instalarondispositivos de saneamiento individuales de los que aseguran el mantenimientocompleto. El servicio prestado a los usuarios es rigurosamente idéntico al de la redde alcantarillas. Sin embargo, los habitanles afectados consideran que ésta sólopuede ser una sulución provisional y reelaman con insistencia su verdaderaconexión9. No se puede participar de la nueva urhanidad si no se es, entre utrascosas, socio del alcantarillado.

Se puede desarrollar la misma argumentacjón con respecto a otras redes 10.

Presente en todus los lugares habitados, la electricidad olreee las mismascaracterísticas. La red eléctrica no se compone solamente de un conjunto de hilos,sede de movimiento de electrones, ni tampoco, tal y como sugieren las facturas delas compañías eléctricas, de una máquina que sirve kWh. Por la multiplicidad deusos ahora posibles, a partir de una muy gran diversidad de fuentes (témlicasclásicas, nucleares, hidráulicas...), diseminadas en un espacio geográJico cada vezmás vasto, gracias a las técnicas de illlerconexión, la red eléclJica se muestra tambiéna lus abunados como una especie de territorio sobre el que disponen, compartidocon otros usuarios, de un derecho de conexión inmediato e instantáneo a la potenciaeléctrica disponible en un momento determinadu, allá donde se encuentre ll . Elinterruptor es el objeto baladí, pero signitieante, del poder territorial, la clave delacceso a la red-territorio.

En el canlpo del transporte, di ICrentes análisis eonlimwn igualmente esta nuevasigniJicación de las redes. "La red es un movimielllo de líneas materiales oinmateriales... Estas líneas no recortan como lo hacen las partes de terri torios, sinoque son unu". Partiendo de una observación de las redes de transporte colectivo, yespecialmente del metro, lean Dekindt muestra cómo la red técnica, caracterizada por

8 LUl'osle X., La Vil/e da service, tesis uut.:loral en urbanismo y phll1ifil'i.1cióll, haju la dirección ce\l. Coing, Universilé de Paris XII, enero de 1991.

9 ESludio realizadu para el P1an,w'hain por C. l3eyeler, LA'tTS, 1990.10 eL S\icglcr B" Aménager la déterrilorialiJation, séminairc "AménagcmcnlfMénagcmcnt <.b

Tcrritoircs". Ministcrc de I'E4uipcmcnl, Délégation ala Rechcn.:hc et a l'Innovation. marzo re1987.

11 El examcn del funcionamiento técnico de la red mucslra efectivamentc frecuenles cambios en lasfuentes de alimenlación. Los dispatching dehen operar día a día. y a veces en tiempo real. estoscamhios.

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El akance social de las redes 59

la maquinaria mecánica y eléctrica, ha sido en primer lugar dominante y ha impuestosus referencias en términos de cuadrícula y de "disciplina"12. Pero, para Dekindt, enel espacio de un siglo, la función de reticulación en nuestras socicdades haevolucionado considerablemente. La conciencia que se tiene de las redes ya no esesencialmente la de organización de áreas cxteriores a ellas, por ejemplo de servicioa una ciudad, sino una conciencia de la red por ella misma. De ello deduce la nuevasignificación de los ritos y protocolos de entrada a una red que se ha convertido enun territorio en si misma, el símbolo fundamental del nudo o del cruce donde unaregla que todos comprenden por sí mismos "reparte, distribuye, ordena [...] y fundapara el conjunto de las particularidades una unidad: la red". Se cree reencontrar en elmetro a los usuarios urbanos de la red hidráulica de Pierre Sansot y se encuentraigualmente el análisis de Michel Serres a propósito de la significación del enlace parala red vial l3 •

Por otro lado Richard Senett reconoce también, para deplorarlo, el carácterimprescindible de la red de transporte, a menudo concretizada hoy por la circulacióndel automóvil 14. Lo que él llama la "motilidad" ilimitada se considera ahora como underecho absoluto del individuo. No sólo se debe poder dar una vuelta por la ciudadpara verla, como hacen los turistas o algunos adolescentes "de pasada", sino ir de Aa B o de C a O, en resumen, hacer red con otros puntos además del que estamos. Sepernliten todos los destinos. Cualquier limitación, cualquier necesidad de cambiar demedio de locomoción, cualquier disminución de velocidad, provoca ansiedad,nerviosismo, cólera. Ubicuidad, instantaneidad, inmediatez se deben o!recerpcrn1anentemente a nuestras posibilidades de conexiones: el aUlomóvil es "laherranlienta lógica que nos pernlÍ te ejereer este derecho". La red de calles se debesometer a la regla y toma así una significación social y territorial superiorl5 .

A partir de un trabajo de diversos afíos, a la vez histórico y sociológico, elCentro de Sociología Económica y Polítiea también ha percibido las significacionesno funcionales de las redes de desplazanlÍelllos. Situándose en un nivel degeneralidad que incluye a priori todas las formas del transporte, T. Reggazola y J.­P. Desgoutte critican la posición clásica de los especialistas del transporle l6, quehace de la ciudad un dalo. Se supone que el ciudadano se desplaza en un espaciohomogéneo, territorio colectivo delimitado, separado del campo, tomando uno uotro modo de transporte. Ahora bien, eslos espacios homogéneos, estos territorios,

12 Dckindt J., "Notes sur la socialliJité des réscaux". AClions el recherclu:s sociales. n° 4. tlic.1986.

13 Scrrcs M.. Heniles /l. /"intelférenee, París. Ediliolls dc Minuil. 1972.14 Scncll R., Les Tyrallnies de l'imimité. París, Lc Scuil, 1979.15 EncucsLas recientes efectuadas por la RA1'1' a los usuarios de las redes de autohuses suhw·hanos.

confirman que este análisis no se refiere solamente al transporte individual. CL Dupuy G., "Versune théoric tcrritorialc des réscaux: une applkation au transport urbain". Anllales de Géographie.n° 538, 1987.

16 Rcggazola T., Desgoultc J.-P., "Chronil}ues de la pcndularilé". in Trallsports el soCh!lé, collol}ucdc Royaumonl, abril de 1978, Economica, 1979.

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estos sistemas locales, cstallaron allles dd siglo XIX bajo d efecto de laindustrialización. Los espacios en cuestión se han convenido cn "insignificantes ensí y para sí". El semido de los lugares sólo se encuentra, lentamente, en lasrelaciones con olros lugares, con olros puntos. Durante cl lranscurso dd siglo XIXse instala un sistema de interrdaciones que tiende, a lo largo dd siglo XX, aconstituir un nuevo territorio único, totalmente difcrente de los precedentes. Porejemplo, "d desplazamiento cotidiano no es un desplazamiento en un espaciohomogéneo, sino un doble desplazamiento espacial y temporal en d regislroimaginario". La red técnica que permite los desplazamientos tiene dos funciones biendiferentes, Memoria del pasado, al materializar y canalizar los l1ujos, la red estanlbién el inslrUmento aetual y colectivo de un éxodo general, cuyos objetivos noson necesariamente conocidos o conscientcs. Sc trata, en cierto sentido, dc una tomade posesión histórica de un nuevo territorio-red, cuyos límites ya no son los de laciudad, que Reggazola y Dcsgoutte imaginan que integra "algunas partes ddrecorrido de la Nacional 7, las áreas de servicio de las autopistas, las grandesestaciones de esquí y marinas, cte., con cl bien entendido que las tenninaciones deesta misma. red se subdividen en capilares hasta los caminos de tierra abiertos conbulldozers para pcffilÍtir el paso de las máquinas vendimiadoras en el monocultivovinícola illlensivo mecanizado".

En esta acepción del lransporte que privilegia, aunque sea de manera imaginaria,las relaciones espacio-temporales, la elección de dcstinos, el éxodo hacia puntosincluso muy alejados pero participando del mismo universo, se encuentran lossignilicanlcs fuertes asociados a las redcs: la ubicuidad virtual, incluso si, comopasa a mcnudo, las migraciones son pcndulares; lá inmediatez que permite, al menospotencialmente, a cada ciudadano ser actor, poder escoger los nudos de la red; lainstamaneidad, realizada imperfectamente por velocidades a menudo insuticientespero siempre crecientes.

Este imaginario de la red de transporte, este territorio nuevo y abstraeto, puedeinterpretarse también a través de los componanlÍentos cotidianos siempre y cuandose sepan descifrarI7. ¿Porqué los verdaderos marginados del melro son hoy los queno se mueven, los que hall escogido como domicilio algún andén de estación quehall territorializado y que ven pasar denlro de los lrenes a los que se mueven,expresión modema de la nOffilalidad de la red y quizá de la normalidad a secas?

Jacques 13cauchard multiplica estas observaciones sorprendentes por sual,'Udeza lM • A aquellos que sólo ven a una multitud caótica en un hipermercado clsábado, el autor de Trafics les descubre sutiles comportalnientos en red, con

I7 Los resullados de los estudios del lNRETS (IIlSliLut NaLiollal (lOur la Recherehe des Tralls(lOrtscllcur Sé<.:urité) examinando las migraciones colidianas a gran dislancia (J'rw'uiller iJ Paris, vivre¿¡ lOO kili, Les lIIigraflls SNCF efl grafle/e régiofl parisiefllle, INRETS, Nole d'infonnalion n° 27,dic. lt.)g3) así como la movilidad (L'AméLiorution de L'oJji-e de transpol1: de L'inducliofl direcle il/'apprefllÍssage ck la lIIobililé ¿¡ IOflgae tlÍJla/lCe, lllfmme INRETS n° 97. junio de 1989),confirman además las posiciones de T. Reggazula y J.-P. DesgoullC.

18 Bcaul:harll., "Trafic de massc el figures de la marginulilé", Quadl'l1Ii, n° G, invierno 88-89, ysobre todo, TmJies. Tuulouse. Eres. 1988,

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El alcance social de las redes 61

desplazamientos de un mostrador a otro, según la infornmción aportada por una listasostenida en el mango del cl/ddy, o bien por el reclamo de un productoespecialmente atractivo que hay que acompaJiar de otro producto que se encontraráen otro mostradur; siempre y cuando un familiar o un anligo encontrado casualmenteno indique tal "promoción" que justifique un desvío antes de pasar finalmente porcaja.

A partir de menús como éste, hechos de nuestra sociedad, captados en lugarescomo aeropuertos, escaleras mecánicas, carreteras, calles y plazas, Ikauchardmanifiesta la necesidad de una visión nueva del espacio urbano, dando su lugar a losnudos de las redes, a lus "rituales de acceso a los tráficos", que tienen la función delas puertas de las antiguas murallas de la ciudad.

Los sociólogos señalan justanlente que es lo "local", como nivel de análisis, loque se pone en cuestión por la. nueva significación de las redes.

Si el ánlbito "local" tradicional hacía referencia a la idea de cierre y deautonomía, la versión moderna del ámbito "local" -admitiendo que el término seatodavía accptable- tendría que comprenderse como una especie de unidad decorrelación, una "red abierta" que pone en correspondencia, engancha odesengancha según las oportunidades, combina relaciones a distancia y relaciones devecindad. Pero este esquema de una nueva sociología de formas de sociabilidad,bastante próximo del análisis de red de los especialistas anlericanosl 9, se debecompletar para tencr en cuenta el carácter pennaneJite de la oferta de relaciones através de las redes técnicas. De la misma manera que A. Touraine20, Paul Clavalmenciona antiguos ejemplos de estructuración "en red" de los inten.:ambiosmercantiles: "La estructuración en rcd es tan cierta en el lllundo tradicional comoahora; lo que ha cambiado es el lugar dado a las redes lécnicas"21. El ciudadanopuede sentirse verdaderanlente "usuario" porque hay infraestructuras y operadoresde redes de teléfono, de electricidad, de transporte, y por lo mismo las redespueden, a través de diversos comportamientos, como en lo imaginario, serterritorializadas. El territorio implica la duración. La red social se constituye porqueel individuo confiere a la vez un precio a la posibilidad de relacionarse y a lainseguridad de esta~ relaciones. Para que haya territorialidad es necesario que segarantiee una y otra; de aquí la importancia de los "derechos a las redes", de los"eslatus" de "usuarios" a la Sansot, que garanticen una permanencia suficiente.

19 CL por ejemplo DarUl F., Scale (uul Social Organiza/ion. Universilel Forlagel. 1978, yBoissevain J., "Nelwork "nalysis: a Reappraisal". Currcn/ Anl}¡ropolagy. junio de 1979. cuyosanálisis han sidu presentadus en Francia por Isaac Joscph.

20 Tourainc A., "Affaihlisscmcnt ou rcl.our de la ville", collfcrcnci:l al coluyuio Crise dI.! L'ur!Jain,Ju/ur de la vi/le, in Hul/clin du séminairc RATI', Univcrsité. Rcc}¡crc}¡c. ocl. 19~7.

21 Citado por Bakis 11. (bajo la dirección de), COIHlIlllniclllions el lerrilOires, La I)ocumentalionfmnyaise, colección dcllDA"lT:. 1990.

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62 }:;L urbanismo de lar redes

3.2. Economía y territorio de las redes urbanas

Subsiste la impresión de que, incluso si las redes proceden de un registrocomún, cada una de ellas, porque tiene por soporte la red témica, y porque tienecomo base un servicio funcional, conserva un sentido particular. ¿Cómo se opera lacombinación, el acercamiento, quizá imaginario, que reúne a las redes en una mismasignificación territorial? Pregunta importnnte y dilTcil sobre la que volveremos mástarde. Henry Dakis sugiere una pista interesante22. Cada ciudadano reconstruiría unterritorio-red donde él sería d centro, como se ha visto para d espacio telefónico.Pero se trataría de una red ÚIÚca apoyaua cn todas laS posibilidadcs dc relacionesofrecidas por las rcdes de transporte, de transfercncia, de comunicación que se hanpresentado hasta aquí. El territorio-red podría así combinar la prestación de losservicios necesarios para la vida urbana, de las relaciones sociales, de las relacionescon los centros de ocio o de los ccntros pcrsonales de intcrés. Se trataría de unterritorio "más efímero y más versátil" que otros, porque, a las virtualidadesinhcrentcs a cada red, se lliladen aquí las posibilidades que licne el individuo dehacer variar la combinación, la reconstrucci6n que opera según las evoluciones de supropia vida.

Hacer evidentes estas redes generalizadas e individuales plantca tenúblesproblemas de-método., Se trata sin embargo de una hipótesis de trabajo interesanteque se puede acercar a lo que Abraham Moles Ilanla un "mito dinámico"23. Estarecomposición de una red-territorio por el ciudadano, esta reconstitución de unaespeeie de eiudad de redes eentrada en su propio proyecto de vida, será d esbozo deun nuevo modelo de sociedad. Moles bautiza este modelo como "ciudad cableada"en un sentido que aclara la expresión Nmvorked City opuesta a PedeSlril/Tl City en elcomienzo del segundo capílulo. Aunque es especialista de la comunicación, A.Moles es consciente de que las redes qne participan del proyecto tcrritorial ddeiudadano aetual no son sólo las que la revolución de las telecomw1ieaciones y lainformática ha puesto hoy en escena, sino tanlbién las redes "clásicas". Además, lalista no queda cerrada e incluso proviene de una "diversidad conquistadora" queimplicará aspectos insospechados de la vida urbana. A. Moles va más lejos que H.I3akis y deja entender que la reconstrucción territorial que cada cual hace de la"ciudad eableada" a partir de estas diferentes redes respondería a un principioeconómico. El individuo no sería sólo organizador de su terrilorio-red, sería almismo tiempo el gestor en una economía generalizada, euyas reglas, por supuesto,todavía hay que precisar. En todo easo, el canlbio de perspectiva con relación a lahistoria del desarrollo de las redes técnicas urbanas es notable. Cilemos a A. Moles:"Lo que antes aparecía como comodidad de la existencia, provisión a donúcilio de

22 Dakis B., "Las Réscaux privés de téiécOllunullicatiolls: l'cxcmplc tk: b. n5scrvalion aéIicnnc",Netcom. vol. 3, n° 1, mayo de 1989.

23 Moles A., "La Cilé cahléc: ulle nouvc1k qualilé de vic"", Les Amw/es de la rl'cJwrche wvaine,n° 34. primavcra~vcranode 1lJK7.

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El alcwu:e social de las redes 63

servicios y productos -----<:uyos l1uidos constituían el ejemplo más fácil demencionar- se transfomla en un sistema de conexiones de cada una de las célulassociales con las fuentes de las redes, sin importar su especie, que quiere reducir elcoste generalizado de acceso a estos servicios"24. Según Moles, el molar de estecambio sería pues el crecimiento del coste generalizado de interacción en un espaciocon una ocupación dispersa, en una superficie cada vez mayor. La búsqueda de unagestión conveniente de las diferentes conexiones, en el espacio y en el tiempo,llevaría a estructurar un territorio que garantizase a la vez un marco de vida, unpaisaje de vida y un proyecto de vida. Estas hipótesis parecen confimlat!as poralgunas observaciones o encuestas, desgraciadamente todavía demasiado parciales.Un estudio sociológico sobre los migrantes de la región de Toulouse25, que habíandejado la ciudad-centro para instalarse a decenas de kilómetros en parcelas rurales,demostraba que no había en ellos conciencia de haber dejado la ciudad. Lasposibilidades de acccso en automóvil, el teléfono, el confort a~egurado por elequipamiento completo de las viviendas en redes "urbanas", daban a los habitantesel scntimiento que participaban tanto como antes del universo urbano, aunque teníanque modificar sus costumbres, es decir, si se quiere, reeomponer su propioterritorio, su propia ciudad. Algunas encuesta~ del Centro Cientílico y Técnico de laConstrucción, para analizar la percepeión del espacio de los habitantes según susexperiencias pasadas (migraciones, etc.), muestran igualmente la realidad de estarccombinación territorial alrededor de una base, con la única dilerencia de que no setrata siempre del alojanlÍento (fig. 8). Los resultados de los estudios del Centro deInvestigaeión sobre el Hábitat, por lo que respecta a la situacilm de la vivienda en laconstitución de territorios y de sistemas de movilidad, van en clmismo sentidu26.

La visión de A. Moles sugiere interesarse nu solamente por los ciudadanos ensus unidades residenciales, sus células sociales de base, sino también por los actoreseconómicos que son las empresas. Las redes técnicas conciernen, sobre todo hoy,por la disponibilidad de redes de comunicación, a muehas empresas. que dcbcnreestructurarse. No se trata tanlo de adaplar, con una estructura inaltcrada, mediosde transporte y de transmisión más rápidos, como reconsiderar la producción y ladistribución según estos medios27. Se ha visto a~í una generalización de nuevasrelaciones de suministro y de suocontratación, la expansión de la funeión logístiea,una tendencia a la producción "en tiempo real" o "justo a tiempo", es decir, sinstock, la búsqueda de una verdadera geslión de la transacción económica, sin hablarde transacciones financieras cuya importancia para la empresa es creciente. Dosestrategias aparecen frecuentemente, solas o asociadas: la desactivación y laramificación. En el primer ca~o, para la empresa se trata de concentrarse en la

24 Subrayado por el autor.25 Efectuado por M.-C. Jaillet dc la Univen,idad de Toulouse-Le Mirai! bajo la dirección de G.

Jalabcrl.26 Ilawnont A .. Wintersdorff r., "Mnbililé el espaces w-bains", CRH, 8i/an d'aclivilés 1986-1989,

PerJpeclives 1990-fC)93.27 Claval P., arto eit.

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64 El urbanismo de las redes

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Figura !lo Movilidad familiar y nueva lerritorialiLlaLl. "EI paLlre, Llespoés de llevar a sushijos a la escuela, llega a su trahajo; al meLlioLlía eSlá con su mujer, en el reSlaurallle LleI

celllro comercial LlonLle ella va a comprar; pllf la larLle los niños vuelvcn solos, y lafamilia se reúne al final Lle la jOfllaLla". Pero este esquema tollavía es muy simple,

pllfque s610 se utilizan las reLles Lle transporte y se trata Lle los LlesplazamicnlOscotiLlianos...

(Fuente: esquema extraíLlo Lle WalfllfLl R., Signpo.Hs !or ¡he Ceography Teaching,Longman, 19H 1; preselllaLlo y comelllaLlo in GuermonLl Y., "La poste el ses

territoires", BlIl/elin de 1'1REPP, octuhre Lle 1990)

gestión de un conjunto de relaciones, reduciendo los activos, es L1ecir la materialiLladL1e sus inversiones. L.' Gille cita el ejemplo L1e una wmpaíiía L1e taxis2M • Hasta hacePOClJ tiempo, una empresa de esta especie tenía como activos una nola L1e vehículosque explotaba para maximizar sus intereses,· manteruenLlo los vehículos en buenestallo L1e funcionamiento, asegurállLlose la L1isponibiliLlad L1e los wnLluctores, etc.Hoy, la empresa se n;L1uce a la explotación L1e una central radiotelefónica Esto essulicicnte para poner en contacto un cliellle, que pille un trayecto, con un prestatarioL1e transporte individualizado. La gestión de la reLl de comwlicaeión raLliolclcJOnicapemlÍte una proLlucción de transpone "tensa", incluso si la comp:.u-úa ha eediLlo susactivos, es L1ecir su parque de taxis, a conductores autónolllos, que a1lOra sonpropietarios L1e su vehículo y aliliaLlos a la reLl.

La ramilicación consiste para la empresa en extender las redes L1e infonnación(información que concierne el mercaLlo, la L1em:.uILla, los proveeLlores, cte.), que

28 GiBe L., "La Sociélé de cOl1soJnJl1;Jliun. naissancc d'un~ nnuvcllc écollomic", TelecomsMa¿;a:ine. n° 28. oel. 1989.

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El akance social de las redes 65

utilizaba "internamente", lo más lejos posible en sus actividades externas dondepueden tener un alcancc cstratégico. Se cita a menudo el ejcmplo de los sistemas dereserva de las compai'iías aéreas29. Después de haber realizado para sus propiasnecesidades sistemas de reserva infomlátieos solisticados, las compai'iías aéreas hanentendido que estos sistemas podían ranliliearse hacia otras compai'iías, hacia lasageneias ue viajes, los diversos agentes ue venta ue billetes, ete. Los beneliciosconseguidos gracias a la vcnta del servicio de gestión "tensa" de estas reservassobrepasan algunas veces los que daba la actividad tradicional del transportista. Secomprende por otro lado que la estrategia de ranlÍlieaeión pueda conducir a unadesactivación concomitante.

Estos ejemplos eseogiuos en el sector económico del transporte sonparticulamlente ilustrativos. Sobre todo, penlliten comprenuer cómo seetoresindustriales más clásicos (automóvil, productos manufacturauos)30, seetoresartesanales31 , también se pueden transformar profwldanlente por Wl fenómeno queotorga una fWlción estratégica a la puesta en relación ue múltiples lugares deproducción, de transfomlaeión, ete., en el espacio y en el ticmpo32. Ubicuidad,instantancidad, inmediatez ue relaciones siempre permitidas según las ueeisiones dela empresa, se ve que la signilieación ue las redes para los agentes eeonómicos seacerca a la que se ha eonstatado para los ciudadanos. Pero, a diferencia ue loseomportamientos inuividuales, múltiples, uiferenciados y procedentes ue numerosasconsiueraciones a parte ue las económicas, los nuevos mouelos de eomportamientode las empresa, pareeen surgir más claramente33.

En toJo caso, esta, evoluciones son sulieientemente signilieativas para conducira algunos economistas a preeonizar una nueva coneeptualización, propia del análisisde lo que llamamos "economía de redes"34. N eonstatar que la gestión de lasrelaciones está allOra en el centro ue la creación de valor, que es necesario para elanálisis conocer las relaciones empresas / elientes / proveedores / subcontratados,incluso y sobre touo si se trata ue relaciones entre eorresponsales geográlicamentealejados más que de relaeiones ue vecindau, sugieren la construeción ue nuevasherramientas ue análisis y de estadística, Estiman que los arquetipos sobre los que

29 Bakis JI.. arl. eit.30 Bcsson P.. Savy M., Yaleyrc A.. Vcltz P.. Geslion de productiotl el Iranspot1. Caen,

l'aradigmc, 1989; y Savy M.. VcllZ P.. "Le Transport par llux lcndus", Les CaJ¡icrsscienlijiques du transporl, nl' 19. 19X9.

31 Se cita a veces el caso de la prótesis dt:ntal fabricada en Singapur por un dentista de Frankfurtgracias a la movilización de las tclccomunicaciotll:s y del transporte aéreo.

32 Paché G.. "L'Organisation spaUalc de la firme: moJes de lransaction el lcchlloJogics d~

l'information". AliJe/ú'X oI/lllcrnational Geagrapltical Unjan, Commission on COIlununicalionsand Tclecornmunications Geograpby. Ginebra. 7-8 nov. 1989.

33 Castcl1s M.. The Infomw¡jorw/ Cily: Illj'Jl71l0ljon Teclmology. Economic Rej"trucrurillg G/k:.!

Url)(ln·Regionull'rocess, Oxford. Blaekwcll. 1989.34 Para un análisis de los cfedos de estas evuluciones en el eampJ de los transportes. ef. Fryhomg

M.. "Trallsports: les mille el une maniere d'innovcr". Poliriquc industrielle. n(> 19. primavera1990.

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66 l:'lurbunismo de las redes

reposa nuestra comprenslon intuitiva (.le la economía ya no son pertinentes paraanalizar la realidad. 1\lbert nressand apunta particularmCllte al paradigma de la"fáhriea" y al del "mercado", mientras que Christophe Tcrrier cuestiona losconceptos terriwria!cs corrientemente utilizados en estadística, como "región","unidad urh,ma" o "mercado de trabajo". Proponen cambiarlos por un concepto dered que pennita darse cuenta convenientemente de los comportamientos económicosde las empresas35 y de las familias36. 1\. nressand llega a una red detinida por unainfraestructura (redes técnicas de comunicación) y una "info-estructura" (reglas,normas y derecho que facilitan las anticipaciones de los actores) "que permite a losaclores que [... ] tienen acceso (a la red) estab!ccer entre algunos de ellos relacionesespecílicas generadoras de valor. La red debe dar a cada uno de sus miembros unmargen de iniciativa en el establccimienw de relaciones espccílicas con otrosmiembros de la red según unas arquitecturas que pueden evolucionar a la vez en eltiempo y según las aplicaciones"J7. C. Terrier, sugiere que la puesta enfuncionamiento de Wl nuevo mareo estadístico haría aparecer mejor los elementos deuna nueva territorialidad, cuando los fenómenos de que se trata ya no tienen lacoherencia espacial de proximidad geográlica a la que estaInos habiluados3M •

No se puede olvidar la estrecha correspomlencia entre estos aIlálisis que hacenreferencia a los agentes económicos y los que corresponden a los ciudadanosordinarios. El concepto de red-territorio que resulta de ello es de la mismanaturaleza. En primer lugar aparece el carácter esencial de la relación escogida(privilegiada con relación a la proximidad o al vccindario). Insiste en el hecho de quelas relaciones reposan en la existencia de una infraestructura que ascgura suposibilidad permanente. Subraya la importaIlCia de reglas de den:cho compartidaspor los "usuarios de la n:d". Para terminar, considera la variabilidad de las"arquitecturas" de conexiones ell:ctivamenlc realizadas en un momelllO del tiempopor los actores en la red. En estas condiciones, la red se convicrlt.: en el conceptopcninellle que fundanlenta el modelo de los com[X)fl¡unientos y, por aIlalogía, sepuede considerar como un suhstituto de los marcos territoriales clásicos del aIláJisissocio-eeonómieo.

En este punto, es útil mirar con perspeetiva la posih!c territorialidad de la red.e. RafTcstin, en su obra magistral, estab!cce que la red es, para un actor, un medio

35 Brcssand A., Disllcr e .. Niculaidis K.. "Vcrs une écunomic de réscaux", I'oliticjue illllus/r¡dle.invierno llJgy.

36 Tcrricr e., "Rcchcn.:hc U'UI1 espace de référcncc pour }'éconumic régionalc: U'UII CUllccpt (~

lcrriloirc aun conccpt dc réscau". Revue d'lconomic régionale el llrbaitle. nU 3. 1~H<).37 I3ressand A.• Disllcr e.. Niculaidis K.• ar1. ei1.3~ Estas prcol.:upaduncs se recogen en lus trahajos de Emanucl e., "Le Trasfonnaziullc rcccnti dcllc

rcti urbanc nella Padania cClllru-ul1.:wcnlalc", COllsiglio Nazionalc tkllc Riccn:hc, Progcltofinalizzalo Economía, Sultuprúgcuo 4. lA diJJiL'iione IerrilOriaie ddlo Sviluppo. Tema 8,Cuaderno 8, fcb. ¡t)}:St). Según encuestas muy dclallad~ sohre bjcrar4uía tIlo: los servicios en L.1S

dudaLlc..... de ulla región ilaliana. el aulur ha podido evidenciar la cxislcm.:ia dc ulla organizaciónrClil'uiar y lll) piramidalcumu lo 4uisicra la teoría dásica.

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EL aú:ance social de las redes 67

de produeción del territori039. Pone la red al lado de dos otros medios que son elpunto y el mallado. El punto es una nudosidad territorial, situada en el espacio por laposición del actor. "El punto es [... ] la expresión de todo ego individual ocolectivo". En todo lo que se ha evocado hasta aquí, los aetores se sitúanefectivamente en puntos que territorial izan: vivienda, por ejemplo, para el habitantede las ciudades, sede social o unidad de produeeión para la empresa, 1) también nudode comunicación (cf. el ejemplo de la compa.íiía de taxis). Otros puntos apareeencomo tales por los proyectos de puesta en relación: lugar de trabajo, taller delsubcontratado, o incluso el nudo de comunicación (por ejemplo una "lemJinal" detransporte colectivo, una estación, un aeropuerto...). En cambio, parcee que lasignificación actual de las redes vuelve a tomar en consideración'este otro medio deproducción territorial que es el mallado4o. En efecto, c1mallado pretende dividir ylimitar un espacio para expresar las áreas de ejercicio de poder. Se trata del tema delárea el que plantea un problema con relación a la red. En una interesante obra sobreel espacio en Japón, Augustin I3erque muestra a la vez la distinción y la oposición41 .La geografía ense.íia unos procesos que afectan al espacio en toda su superficie. Eslopasa en geografía física en relación con la erosión cólica, yen geografía hum,tila conlas teorías de campo42. El espacio entonces debe relerenciarse a un área o áreas en la(las) que se ejerecn los efectos en euestión. Se hablará pues de espacio areolar!.Areolar se opone a puntual, porque un área, espacio cominuo, no es sólo un encajede puntos. Pero sobre todo,· observa I3erque sobre la base de un análisiscomparativo Japón/Francia, areolar se opone a lineal. "Un espacio lineal seorganizaría medianle la dctinición de un cierto número de punlos de referencia y porla unión de estos puntos en red. I\llí se privilegiaría la circulación. Un espacioareolar se organizaría al contrario sin referencia previa. cada lugar en su contextosiendo por él mismo su razón de ser... El espacio lineal sería más bien extrínseC()o elespacio areolar más bien intrínseco".

39 Raffeslin c., POllr Ilne géographie till pOIlI'oir. París. LiLe". 1981.40 El concepto de "mallado", utilizado por C. Raffcstin a propósito <kl lcnitorill, ddlC distinp.uirsc

de la noción corriente de nxJ mallada. es dcór conectiva. Aquí. sólo se utilizará el término"mallado" en el sentido 4lJC le da Rarrcslin. El mallado lcnilorial es lamhién diJerclllc delténnino "cuadrícula" ulilizado para evocar la dominación y el conlrul u:->cg.urados por una red enun espacio. Alguno.s autores han propuesto en este último caso suhstituir "cuadrícula" (referido aun drunero) por "plcxajc". eL sohre esle tema un inlen.::¡Ullbio enlrc PielTc Riquct y RogcrDrunet en F..space géograplJiqae. n° 3 y 4. t lJM7.

41 Derque A.. Vivre ['espace all Japon, París. PUF. 19M2.42 Claval P., La logiqlle des villes. essai d'ar/Janologie, París. LiLe". 19M!.43 Hay que ver todavía lo delicado que es el uso del vocabulill"io" Midlcl de Ccrtcau eslah!Cce que

hay "espacio" desde yue se toman cn consideración unos veclores de direcd6n. llnas canlidades l~

velocidad y la variahle tiempo: "El espacio es un cruce de móviles"" Su delinición del "espacio"es pues próxima a la de red. Oponc por otro lado estc "espacio" al "lugar" Cll cl que luselementos son vecinos los unos al lado de los ol.ros. El "lugar" p;u'ccc pues pertenecer más bienal ámbito areolar. Aceptando que dc Ccl1eau oponc cJ "cspacio" y cl "lugar", IXU"t.X:cría dificil sise siguiera su terminología hablar de "espacio areolar..... lcrteau (óc) M .. "l\rLs dc rain;",L'invenrion du Quoridien. U,G.E. Col!. IO·tM. París. I'IXO.

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6H El urbanismo de las redes

Ahora bien, el mallado como proceso de territorialización tiende a unaorganización areolar. Como tal, se opone al tercer modo de producción de territorioenumerado por C. Raffestin, es decir, a la red. Siempre móvil e inacabada. la red esproteiforme y se adapta fácilmente a las variaciones espacio-temporales. Lo quecucma en las redes es la representación que uno se hace de los canúnos que uncnpWllOS, porque es ella la que realiza la estrategia de los actores. La multiplicidad delos canúnos establece la indetemünación del encaminamiento y la condición delpoder sobre el espacio. Ahora bien, observa todavía Raffeslin, la integración de lossistemas urbllilOS contemporáneos pri vilegia, evidentemente, este modo particular deconstitución territorial que es la red+l.

Tal como precisará el capítulo siguiente, la separación entre una realidad urbanacada vez más asentada sobre Wla territorialidad reticular y un urbanismohistóricamente marcado por una concepción areolar del espacio de las ciudades sólose podía profundizar.

La signilicación social de las redes parece pues emerger de su limciónconstitutiva de una nueva territorialidad urbana muy particular. Esta territorialidadreticular es compleja porque la constituyen una multitud de actores, que se hanvuclto solidarios medillilte redes técnicas infraeslIUctura!cs, y "usuarios", por supertcnencia a sistemas de gestión de las relaciones dentro de la red. La territorialidadpresenta tllillbién todas las características de los territorios en términos de dominio,de poder. Así, el sentido de las redes se enmarca bien en esta dimensión territorial.

Contrariamente, la cuestión del sentido en las redes conlinúa abierta. Para losactores económicos que son las empresas, la red es un medio de territorializar paragenerar valor (se entiende económico). ¿Pero qué es para los individuos, lasfamilias, los ciudadanos? ¿Hay que seguir a A. Moles CUllildo evoca una búsquedadel "coste generalizado núnimo" para la realización de las interacciones urbanas?¿Hay que recurrir como P. Sansot, el poeta-etnólogo, a algún mito que dé sentido yplacer a nuestros recorridos por las redes de distribución de agua o de transportecolectivo.5? ¿Hay que substituir un mito por otro, uno viejo por uno nuevo, y soñar,como 1'. Virilio, que el uso de las redes nos hace participar en cierta maravillosadisolución de lo que es real, algwla núlagrosa fusión del espacio y el tiempo?·6

Lo seguro, recuerda C. RalTcstin, es que la territorialidad humllila no puedepasar sin signos que le den sentido. La territorialidad reticular, también, debeencontrar sus signos. Una senúología de la red debe dar a conocer qué relaciónestablecer, en qué momento, con qué efecto buscado, estimado u odiado. En laterritorialidad areolar, la frontera, el límite, son signos que orden~U1, contienen yregulan el territorio. ¿Y para la red? A. Cauquelin da algunas indicaciones cuando

44 Raffcstin e.. "Rcpcrcs pour une théoric tic la tcrrilorialíté humaínc". in Dupuy G. el al., op. cit.Ver iguaulH::ntc los análisis t:onvcrgcntcs de Di Meo G .. PiuIle X., SlruclUres sociales elespaces, essais d'approche complexe des l~SpaCe.'i aeluds de la territorill/i¡é, 6c culloquc curopécnde géographic théoriquc el yuanlilalivc. Royaumolll, ocluhrc de 1~g9.

45 Sansol P., "TransporlS publics. U'ansporlS dc la villc". Transpon pl/blic, junio dc 1%9.46 Virilio P., op. cil.

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El alcance social de las redes

evoca, con la desaparición de los límites rronterizos, la multiplicación de las"pequeñas puertas" en la ciudad: barreras, cierres automáticos de estacionamientos yde garajes, o interronos; pero también una escritura de la ciudad de las redcs:carteles, nombres de calles o numcraciones47. Esta cuestión de los signos es unverdadero reto para el urbanismo. Hasta a1lOra había trabajado para un cierto tipo deterritorialidad rabricando signos adecuados. El ascenso de las redes y el scntidoterritorial que han adquirido obligan a hacer una revisión particulannenle difícil. Setendrá que incidir de nuevo en ello.

Ha llegado el momento, aIlinal de este capítulo, de calmar un poco los ardoresde algunas afirmaciones. El carácter masivo del éxito lle las relles, e! pape! singularde las telecomunicaciones, cuyo csquema runcional particular ha illvestillo llesignilicaciones nuevas las llemi~ "viejas" redes técnicas, han ellgellllrallo converosimilitull un nuevo tipo lle territorialillad urbana en proceso de rápidagcneralización. Con todo, esto no quiere sigllilicar que toda otra ronna deterritorialidad haya llesaparecido. Los puntos, las mallas lle C. Rarrcslin, o losespacios arcolares de A. l3erque no han perdillo toda la pertinencia. Agentes socialesy agentes econónúcos los utilizan para producir WlOS territorios que dominan, donlleviven "en su casa". Combinaciones sutiles lle los diversos modos de produccióntcrritorial conducen a sistemas territoriales tan complejos como la misma ciudad4~.

No se trata de negar la existencia de otras formas lle territorio que no sean las rcdes.Evidentemente, el alojamiento, el hábitat, eonstituycn una unidad con sus accesos,sus límites, sus fronteras, que no se pretende reducir a una territorialidad rclicular49 .

El barrio no ha desaparecido como territorio para todas las actividades y para todaslas personas que habitan en él. Encuestas y trabajos hechos en el marco deoperaciones de "desarrollo social" muestran que existen "cautivos" del barrio(inmigrados, personas sin coche...) para los que el pequei10 centro comcrcial y loslugares que lo rodean constituyen el único espacio social, e! único verdaderoterritorio más allá de la vivienlla5o• La práctica del urbanismo, entre aIras. nos

47 Cauquelin A., Cillévilles, UGE, 1979. y "Les Portes de la ville", conferencia en el seminarioVaie de communicaLion: espaces lrallsitijr. Monlpcllicr. marlO dc 19~7.

48 CL Roncayolo M., La Vil/e el ses lariloires. París, Gallimard. 1990.49 Incluso si el alujamicnlo aparece cada vez más inveslido de una [unción ue conccnu"aciún {~

terminales de redes, función que, a la larga. innuyc sobre su conccp.;ión misma (garaje. halio,cocina, locales "técnicos", ctc.). Pcro el estudio hislórico de M.J. Daunton sohre las ciudadesvictorianas ha demostrado que en aquella época se operó una rcccnlr;¡lizacil>1l <..Ic la vida socii1lsobre la familia y la vivienda, recenlri1lil.acilÍn muy favorccida por la llr.:gada de las n'xics ~distribución de gas, de agua y de saneamiento. eL Daulllon M.J., op. de., así como DaulllonM.J., "Public Place and Private Space: tbe Viclorian City and lbc Working Class llousebuld".in Frasee D., Sutcliffc A.. 771C !'ursuir oJ Urban Hislory. Londres. Edward Arnuld. 1981.

50 Cf. Merdrignac C.. Les Centres de proximilé: un nouvel efljeu pour les gestiormaires urbaifls. lecas d'Orgemont a Epirury.sur-Seine. memoria DEA. bajo la dirección de A. Fuul'Ilié. lnslilutd'orbanisme de Paris, sel. 1989.

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70 El urbani.wJO de las redes

recul:rda la imponancia dd territorio municipal, perfel:tamcnte arl:olar, para laaLlministración de los ciuLladanos. Se poLlrían mulliplil:ar los ejcmplossl.

La posición adoptada en esta obra no es ignorar cualquil:f otra realiLlaLl que nosea la red. Se trata simplemente de convencer de que una nucva forma deterritorialidad mediante la red llega a ser dominante en nuestras sociedades urbanas,forllla que d urbanismo generalmente no ha sabido reconocer hasta allOra.

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4. La respuesta del urbanismo clásico

4.1. Contrasentido del mallado territorial

¿El urbanismo de hoy ha entendido el sentido de las redes? Mientras que elterritorio urbano está cultivado por organizaciones reticulares que buscan nuevascoherencias a nuestras ciudades reventadas, los urbanistas continúan privilegiando lazonificación funcionalista, corren detrás de una centralidad que se les escapa yañoran no tcner influencia sobre la evolución urbana.

Yves Chalas ha analizado recientemente el imaginario de los planificadoresurbanos, de los profesionales de la ciudad l. En primer lugar ha encontrado, como sepuede imaginar, que el urbanista tiende a atribuir a lo "urbano" problemas quepueden tener sus orígenes y sus consecuencias en otros registros (políticos,económicos). Pero ha percibido igualmente en sus encuestados lo que lhulla"complejo de Noé". Cada uno tiene en la memoria la historia del arca en la que Noéquería hacer entrar a todos los que tenía que salvar del diluvio. El arca del urbanistatiene hoy por nombre "forma urbana". Esta fonlla urbana que hay que dibujar,realizar, construir, será el molde de una nueva sociedad. Importa pues que losciudadanos, sus prácticas, entren dentro de estos límites comunes que el plan deurbanismo tendrá el encargo dc hacer reconocer y respetar.

Este proceso del plan que fija, para una situación futura, está condenado afracasar en su intención de organizar el orden espacial y social adaptado a lascondiciones de la socicdad urbana contemporánca, scgún cxprcsa CharlesBachofen2. ¿Porqué un pronóstico como éste? Porque. continúa el autor, elurbanismo sólo se preocupa verdadcran1cnte del derccho, dc las condiciones de usodel suelo urbano. El urbanismo se revela por principio incapaz de exprcsar la fomlaurbana que, a pesar de todo, prctcnde definir. Ticne suficicnte al fijar por mcdio deuna zonificación lo quc los propictarios pueden hacer sobre cl terreno.

1 Chalas Y., "L'imaginairc aménageur ou le complcxc de Noé". [.es Annales de la rl'chercheurbaine. n° 42. primavera.verano de 1989.

2 Bachofcn e., "Projct urbain el urballismc". ponencia al seminario Urbanisml! eflfre forme,lechnique. sociélé el processlu: idées de ,-i/le. Clermonl·f-cmllld. marzo de 1988.

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72 El urbanismo de las redes

"Si analizáis los planes que se han estableciou oía tras oía, Plan oe Ocupaciónoel Suelu (POS), Zona oc Rcfunlla Cuncertaoa (ZAC) y otros barrios nuevus,eSlaréis obligaous a constatar que, en la mayoría oc los casos, se hace funciunalismusin saberlo y sin quererlu l . J. -P. Lacaze critica la práctica urbanística más corrienleque pasa necesarianlenle por la oelimitación estricla oc áreas afectadas por un tipodetemlinaou oc construcción, oc activioaoes, en el interior oe un perímetro urbanofijado con antelación. En rrancia, la ley que tooavía rige el urbanismu se llanJa oc"orientación preoial". Dispone unos oucumentos oc urbanismo que oebenestablecerse en el conjunto oel territuriu francés en términos oc planes oczoniJicación, a escalas oiversas, pero siempre basaoos en lus mismos principios.Desoe que se promulgó esta ley, los urbanistas se habituaron sin esfuerzo a elaborarlos nuevos oocumentos sulicitados, oemostranou así que éstus corresponoían a laimagen que se hacen oc su misión. Más taroe, salvo escasas críticas, cuma la de J.­p. Lacaze, no se vuelve oemasiaou a lus principius. La zonificación parece por otrolaou "inevitable en las ciudades oc urla cierta impurtancia" y, oc funlla general, seestima "que es oifícil planilicar el espacio sin practicar la zonificación"4.

VenlaoeraJnente, se tiene la sensación oc que la crítica oel urbaJlismo actual sebusca en numerosos registros a la vez, cosa qUt; lo oebilita aJlle hábitos bienestablecious, oc conocimielllos sólioos, de apoyus jurÍoicos oifícilmel1lecontestables. Algunos criticaJl el plan y lo oponen al proyecto. Olros laJllentan quese privilegie la propiedad. Otros finalmente atac:U1 a un funcionalismo estrecho. Sellega hasta contestar el deseo oc lus urbaJlÍstas oc poner en primer lugar untrataJuientu espacial oc lus problemas que se les plaJHeaJl.

Clauoe Lacuur consigue centrar la cliLica en el puntu esencial, es oecir, laincapacioad funoaJnental del urbanismo actual a tener en cuellla utros territurius aparte oc los que son humumurfus a las ZlInas que sabe definir5.

"Así, se recorta el territurio en funciones y en lugares oc problemas, oc lus quese oice que se pueoen resulver específic:unenle y que, aoemás, esta suma deuperaciunes oa una pulítica humugénea y cohereme. Funciunalizaciún y zonilicaciónse cunvienen en las palabras clave que substituyen a territorio, dánoule uncontenidu, una realioad, es oecir, una existencia... El métuoo quiere que tuoo pueoaser analizaoo en ténninos oc funciones-zonificaciones, y ambus elementus sercfUefl:an mutuaJllente".

Este métooo es extremaJnente peligroso purque lus territorios no sun primeroáreas geográlicas, y aún menus zonas. C. Lacour consioera que se oibujaJl y se

3 Lacazc J.-1'", "1.' urballislllc cXish:·l·il'!" . NO/H'd/e J'(!\'IlL' ,le la cOflHrue! ion. nU t5~ l6. dic. 19a t­enero 1982.

4 Danan Y.-M., Cumple rcnuu. Re\'IU! des re\'Ut'S tle l'urbanisme. ¡l'" 13. 10 l..rim. 1l)X2.5 Lacour e., "De l'amtSllagcmcnt du lcniloirc au dévcloppcmcul des tClTiluircs: cssai d.~

théurisation sur une notion vague: le lcrriloire". ¡JI Régiofl el WIlL:,wg(!mCfll du terriJvire,mélanges oj]i!rts uu Doyefl Lajugie par ses cul/eSlles, .H!.\' éteres el ses amis, Dordcaux. nri~rc,

t9&5.

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Úl respuesta dEl ur/Janislllo clásico 73

dcciden independientemente de estas limitaciones espaciales, por la puesta en juegode redes de relaciones.

Es evidente que esta críLica mayor es la que calilica mejor la ineptitud delurbanismo para tratar sobre la nueva significación territorial de las redes. Elurbanismo actual, a parte de excursiones más o menos afortwladas en los caminosque no provienen de su vocación, es el de los POS, de las ZAC y otros esquemasdircctores recientemente reacti vados. Incluso los temas más de moda, tecnopolos ytelepuertos por ejemplo, se encuentran asumidos por lila zonificación estricta que nodifiere demasiado de la de las antiguas zonas industriales.

Un caso todavía más notable es el de las platafomlas multimodales demercancías6• Se trata precisamente de un nudo de redes de comunicación logísticaque permite operar los transbordos de mercancías de lil modo a otro (por ejemplodel camión al ferrocarril o viceversa) utilizando de la mejor manera los Liempos enque la mercancía está almacenada para eventualmente hacerle transformaciones(embalaje, ete.). La plataforma mulLimodal ilustra perfectamente la función particularque un pliltO dcl espacio puede jugar en una organización económica en red lal ycomo ha sido presentado en el capítulo 3.

Ahora bien, aetualmente, los proyectos de plataformas mulLimodalcs son objeto,con muchos perjuicios para los futuros usuarios, de planes establecidos según losprincipios de zonilicación que ignoran su naturaleza misma de puntos de intercambiode flujos y de nudos de relación. La complejidad de las funciones que abrigan estasplatafonnas se niega por un método que pretende en primer lugar darles una fomlazonal a base de límites y de fronteras.

Esta situación no parece específica de Francia. Las prácticas de zonilicación,con diversos matices, figuran casi siempre en la panoplia del planilicador urbano,sea cual sea el país (cL lig. 9 A, B, C). Una encuesta realizada en 1986 en EstadosUnidos, a 6.400 miembros de la AmericIUl Plll1Ulillg Associlllioll, da una idea justade ello7• A la pregunta "¿En qué campo ejerce más'!", la respuesta "la zoniticación"8es mayoritaria, por delante del "desarrollo econlÍmico", la "vivienda" y la"composición urbana", mientras que el "transporte" llega en última posición. EnCanadá, la situación no parece demasiado diferente. En 1974 se anunciaba la muertedel zorúng9 . A pesar de haber conocido desde entonces algunas modulaciones, lazonilicación continúa marcando fuertemente el urbanismo de las ciudadescanadienses. Los países europeos tanlpoco se singularizan en este sentido. Dejando

6 Este ejemplo se debe a J.-L. Bernadel del Lahoratoire d'é<:onomie des lransporls de Lyon. Fuepresentado al Coloquio de geografía de los lransportes del Comité na!iona! de géographie. l.eHavre, nov. de 1989.

7 Verpract G., "Ncw American Planning Thcory: prcscntaliolls and transpositions", Ponencia altereer congreso anual de la Association oJ European Schools nJ Plarming. ToUfs. nov. de 1989.

8 Zoning and subdivision regulation. según los términos americanos utilizados en el cucslionario.9 Charles R.. Le Zonage au Québec. un lIIorl en sursis. Monlréai, Presses de I'université ce

MonlréaJ, 1974. Hay que notar que el término zonificación utilizado por R. Charles es latraducción literal del término americano zoning.

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74 El urbanismo de lar redes

de lado algunos casos excepcionales de desregulación, Gran Bretaña continúaconliando cnlos planes dc urbanismo y en sus zonas, igualljuc cnla antigua RFA.

~. .-,"-Fig. 9 A - FreclIclllación de los cincs.

Fig. 9 n-Frecuentación de equipamientos colectivos.

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La re"puesta del urbani;fnw clásico

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75

Fig. 9 C - Definición de las zonas a partir de la frecuentación de los eqllipamieI1los.Figura 9 A, D, C. Los métodos del mallado: para fabricar las zonas, que supuestamente

el urbanismo no puede eludir, se observa la frecuentacitín de los cquipamientos porparte de las familias. Se tratan los desplazamieI1los como unidades estadísticas

intercambiables. Se exeluye a priori la idea de una red constituida y "operada" por elagente "familia" que une entre ellos diferentes polos (domicilio, lugar de trabajo,

equipamieI1los diversos).(Fuente: "The Human Communíty", Ekislics vol. 20, n° 1 lO, agosto de 1965)

En todas partes un pensallÚento urbanístico parecido sostiene a la vez laformación de los urbanistas, las prácticas reglan1entarias y una plani licación más omenos adaptada a las especificidades jurídicas e institucionales nacionales. Pero es e!plan (o el esquema llamado de urbanismo) e! instrumento por excelencia, e! modo deconcepción y de representación privilegiado de esta "urbanística". Planesreguladores, planes directores, planes de ocupación de! sucio, planes de reforma.planes de urbanismo, son al mismo tiempo procesos reglamentarios y la fomladOllÚnante de pensar la ciudad en ténllinos urbanísticos. Se trata esencialmente derepresentar el espacio bajo forma de una partición de zonas contiguas biendelimitadas, donde cada zona tiene sus características propias: lipos de utilización de!suelo (industria, terciario. vivienda...), densidad de ocupación, equipamientos,espacios verdes, para e! presente y para el futuro. Cada zona posee así, para lafunción que se le designa, una autonomía En el interior de las zonas. e! espacio escontinuo. Las discontinuidades sólo aparecen en las fronteras de las zonas, debido ala existencia de límites separadores lineales, igualmente continuos. El conjunto delas zonas, también convenientemente delimitado por un perímetro. constituye e! áreaurbana. y se distingue, bien de otra área urbana contigua, bien de un espaciosupuestamente rural.

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76 1:.1ur!Janismo di! las redes

Hay pues, no solamente desfase sino una antinomia profunda. Estarepreselllación urbanística que, tal como notaba C. Lacour, ticI1lk a imponer supropia territorialidad, areolar según Ikrque, mallada según RalTcstin, en témJinos dezonas yuxtapuestas, de fronteras, de superl1cies e incluso de volúmenes, se opone ala mutación, no solamente funcional sino semiológica, provocada por cl desarrollode las redes. M. llassand utiliza palabras muy duras para calificar esta inercia:"Algunos ambientes de intelectuales y de profesionales de la organización delespacio hablan del fenómeno urbano como si todavía vivieran en el siglo XIX, o enel XV. Este desfase es particularmente evidente cuando analizan la realidad urbanacontemporánea en témJinos de ciudad y cuando proponen políticas que persiguenmás o menos explícitanlente "un renacimiento de la ciudad" o una "revitalización delas ciudades". Esta actitud no es sólo falsa, sino incluso peligrosa, porque la ciudadestá muerta. Sólo existen bajo la forma de mitos, de huellas, de sedimentos, pero entodo caso sólo en tanto que instituciones territoriales. Ahora bien, es muy arriesgadotomar opciones de futuro según organismos di funtos" 10. Desdc hace más de unsiglo, las redes de circulación, de energía y sobre IOdo de comunicación hanrecompuesto una ciudad donde los nudos cuentan [anto como las zonas, lasconexiones tanto o más que las fronteras, el tiempo [,ulIO o más que el espacio. Estanueva composición urb,ma orienta las prácticas cotidianas de los ciudadanos y da unsentido soci,ú global a la noción de red. ¿Cómo admitir que ésta continúe siendoignorada por el método urh<Ulístico'! ¿Cómo aceptar que una zonificación impongasistemáticillnente límites rígidos a la puesta en relación de un lugar con otro situadoen otra zona, con un PUlllO situado fuera Llel territorio municipal o fuera de unperímetro que se habrá declarado "urbilllo'''? ¿Cómo admitir que el urbanismo de hoyignore todavía sistemáticanlente esta calidad "de abonaLlo" a los "puntos nodales delespacio-red" que el antropólogo G.-H. de Radkowski reconocía ya en 1967 al"ciudadano-residente"?11 ¿Cómo no reaccionar cU<Uldo el pl<U1 de urbanismo hacecomo si ignorase las diversas redes de las que depende toda la actividad urbana yopone sus trabas zonaks a instalaciones nodales como los puntos de translerencia delas redes de transporte colectivo, los temlinales de las redes cableadas, lasplatafomlas multimodales? ¿Cómo no condenar la resistencia de esta urbanística enbusca de signos Lle toLla especie, de maLlemos monumentos, que expresarÍ<U1 larealidad de las nuevas territorialidades reticulares'! ¿Porqué las realizaciones de lasnuevas avenidas urbilllas o interurbanas encuentrilll tillltoS obstáculos cuando sucanlino pasa por la revisión de los planes de ocupación del suelo? ¿Porqué laseñalética se convierte rápidamente en un asunto de Estado, cuando hoy tendría queser simplemente una cuestión urbana por excelencia'!

CUillldo no hay contlicto directo, los aspectos reticulares se encuentranrelegados a Wla posición accesoria en la organización del trabajo de los urbanistas.El tiempo dedicado al urbanismo reglamentario, por lo tanto areolar, no se puedeaprovechar para un urbanismo reticular. Las redes pemlanecen pues, en el mejor de

10 Dassand M., "La Région orbaine el la sodélé progranunée", Polyrama. n° 57,1983.11 De Radkowski G.-tI., arl. eil.

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lA respuesta del urbanismo clósico 77

los casos, marginalcs en la misión de los urbanistas 12. No se puede admitir que seperpetúe la dominación del mallado sobre la red, cuya dimensión territorial debe serreconocida por el urbanismo. Más adelante se harán algunas propuestas en estesentido.

A pesar de no admitirlo, hay que intentar comprender el estado de hecho actual.No se trata de ninguna manera de una inercia profesional transitoria. Es su propiahistoria la que ha legado al urbanismo un método opuesto a la representaciónreticular. Antes de poder proponer las transformaciones profundas que se imponen,hay que comprender los factores históricos que han conducido a un urbanismo demallado.

Generalmente se sitúa el inicio del pensamiento urbanístico y del urbanismo en1850. De hecho, a partir de linales del siglo XVIII, aparecen rcl1cxiones sobre laciudad y sus transformaciones, que constituyen una especie de preurbanismo queserá el substrato de la doctrina subsiguiente. .

Antes del siglo XVIII, más bien se encuentran prácticas de arte urbano ytécnicas edilicias 13. Los equipamientos construidos o constituidos aquí o allá, vialesy saneamiento principalmente, no se pueden considerar propiamente redes. De todasmaneras, se combinan bien con el arte urbano. Su realización se justilica por razonesestéticas (valoración de las plazas por un conjunto de calles convergentes),económicas (facilitar la circulación de los suministros), sanitarias (favorecer lacirculación del aire o del agua). Los responsables de las ciudades la.~ tienen eneuenta. Citemos el ca.~o de Roma, donde el papado intenta mejorar la red vial parafacilitar las peregrinaciones entre los diferentes santuarios. Citemos lanlbién el casode Lisboa, totalmente reconstruida después del terremoto de 1755 según unacuadrícula de vías jerarquizada.~ que facilitan la circulación y al mismo tiempo laevacuación de las agua.~ pluviales por las alcantarillas. En París, durante el sigloXVIII, los ediles se preocupan de las alineaciones de los viales para disminuir losobstáculos de la.~ calles y de la traída de agua a partir de la.~ primeras bombas de loshermanos Parrier.

Aunque la eslética pemlanece en primer ténnino en la reforma de la ciudad, losdesarrollos iniciales de las redes técnicas se integran en ella fácilmente. La gravedadde los problemas urbanos, debidos en gran parte a la revolución industrial, daprogresivamente nacimiento a otra visión. Observando una situación dramática,buscando remedios a los males de la sociedad urbana, algunos autores construyenulOpía.~ comunitarias con vocación moral o sanitaria. Otros se aferran al espacio de laproducción, la fábrica, y a su corolario, la vivienda obrera. De los texlos, encueslas,experiencias de hombres como Richardson, Considérant, Cabet y Morris, se

12 Como lo nota P. Merlin: "El planificador debe, con pliotidad (subrayado por nosolros).inquietarse por la úisponihilidad del suelo en términos jurídicos. es dedr por Jo que respecta a supropiedad:en términos de su utilización actual y de las posibilidades de modificar su propiedad".Merlin P.. Choay F.. op. cit.

13 Cf. lIaroucl J.-L.. Histoire de l'urbanisllle. París. PUr. 1985.

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El urúanismo de las redes

despn:nde una primera imagen, un poco diluida, dc los principios del urbanismo14 .

Las cspecialidades dilleren, las personalidades también. Entre la visión utópica, laconcepción nonnativa, el análisis cienlÍlIco y la posición polémica, sin duda eradifícil establecer una síntesis. Pero, ti posteriori, se puede observar una focalizaciónsobre un modelo territorial preciso: Wl sistema cerrado en el que deben coexistir dosactores principales, la empresa industrial y sus empleados (lIg. 10). Los segundosestán subordinados a la primera, y tienen entre ellos relaciones de Lipo comunitario.El nuevo marco urbano debe mejorar eslns relaciones sociales sin ponerlasfllildamentalmente en duda.

En este marco, se considera la realización de redes técnicas: calefacción, agua,alcantarillado. Estas redes se inscriben estrictamente en el modelo territorial antescitado. El actor industrial, o un municipio que actúe en su lugar, presta servicios alos trabajadores facilitándoles el calor, el agua, el saneamiento, de la núsma maneraque se intenta alojar a los obreros en las mejores condiciones económicas. Laperspectiva de una evolución del sistema, de una extensión de las redes fuera delcírculo cerrado fábrica-vivienda está ausente. No se trataría tampoco de salir delsislema, de "pasar la frontera" para establecerse en otm lado: se rechaza la ideamisma de un afuera.

Este modelo territorial no implica la ausencia de lodo intercambio entre la ciudady el reslO del mundo. El cierre del sistema es forzosamente relatj vo. Pero losintercambios económicos, las exportaciones de bienes manufacturados, lasim[XJrtaeiones de materias primas, las relaciones comerciales, están pensadas fuerade la esfera del urbanismo, o más bien del preurbanismo que pretende actuar en elmarco urbano. Las reglas comunitarias rigen los inlercambios entre loshabitantes/trabajadores. Pero lo que podría parecerse a la comunicaciún no interesa,porque se supone que pertenece a la esfera privada. En fin, los intercambios sonlentos. El tiempo no cuenta realmente o por lo menos no al ritmo que se veráaparecer un [XJCO más tarde. Las mercancías se dcsplazan lenlanlente, las personasvan a pie. Los pmyectos y realizaciones del Familisterio de Guise l5 , de NewLanarck, de Pullmann y de Gary 16 ilustran bien la aplicación del modelo lerritorialque precede el advenimiento del urbanismo en la segunda mitad del siglo XIX.

Después de IgSO, el divorcio entre la ciudad antigua y la industria en expansiónse va acentuando. Christophe Dawson constata que ya no hay posibilidad de pensaren una ciudad bonita o conveniente como se imentaba hacer antes l7. Sólo hay una"colección fortuita de individuos" congregados por la industria y para la industria. Elideal comunitario de los preurbanislas se hace atlicos. El urbatlÍsmo toma el relevo(lig. 11). La doctrina urbanística se elabora bajo la inlluencia depersonalidades

14 Si se dejan dc lado los que, como Jcffcrson, Emcrsun o Thureau. rccha/..an la ciudad e iniciaránen ESladus Unidos una coniclllc anli-urbanisla.

15 Le FUlIlilislere Godill tl Guise,/Ulbiterl'uropie,l.cs E<litinl1s <le La Vilklle, I~H2.

16 Ran<lk P., El PensalllienlO urbanístico en los siglos X/X y XX, !luellns Aires, üikns, 1985.17 Dawsoll c., rile Dynalllics vJ World HülOty, La Salle, 111., Sug<lell, Sherwook & Ca, 1962.

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Ú1 respuesta del urbanismo clásico

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Figura 10. Saltaire, modelo de pueblo indu,trial eon>lfuido entre 1851 y 1876 enGran Bretaña por Sir Titus Sallo E, el iLleal del urbani,mo fabril: un ,btema territorial

cerrado y ordenado. Las rede, de comunicación alravie,an la ciudaLl, pero e,lánhechas para intercambios Icntos de mercancías. Lo, habitante,!a,alariaLlos encuentranen el mismo lugar, gracias a la induSlria, trabajo. vivienLla. servicio, y equipamiento,

diver,os.(Fuente: Cherry G.E., Cilies ami Plans: 71Ie S/wping of Urban Britain in tile 19th and

20th Centuries, LonLlon, E. AmolLl, 1988)

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Hospi!,Ls

I:.111r&allismo dt! las redes

figura 11. Una ciudad para la industria: el territorio urbano se define a partir de laorganización de la producción industrial, donde la vivienda, los equipamielllos y las

redes sólo son elemenlos que encuentran su lugar en un mallado funcional.(Fuente: Tony Garnicr, Une Cilé induslriel/e, élude pour lo curwruclion des villes.

París, Massin el Cie, 1917)

como Cerda, Sitte, Gamier, HowanJ, Le Corbusier. Las dilCrentes corrienles, yasensibles en el período preurbanístico precedente, encuentran sus continuidades entendencias como d anlfopo!ogismo, d culturalismo o el naturalismo, biendistinguidas por f. Choay1~.

Pero independientemente de la aportación de estas tendencias, el urbanismo hasido donúnado, durante toda su historia y hasta ahora, por la corriente progresista.Se puede caracterizar por los siguientes rasgos:• El urbanismo progresista deja de inserirse en una concepción global de la

sociedad. Se convierte en un asunto de especialistas y se profesional iza.• El urbanismo progresista se reliere a un funeionalismo estrecho (vivir, trabajar,

recrearse, circular) y encuentra su traducción espacial en la znniJicación. Hay quenotar que en principio la función circulación también se zoniJica y se separa ddconjunto urbano en d que se inserta.

• El urbanismo progresista hace referencia a un individuo-tipo (y no a unacomunidad) para el cual las soluciones serán estandardizadas. Esto se obtiene poruna nivelación de las singularidades (incluidas las topográlieas). Sólo se

18 Choay r.. op. cit.

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La respuesta del urbanismo clásico 81

conservan las mínimas diferenciaciones funcionales y se construye sobre unespaeio homogéneo.

o Se condena la calle antigua porque simboliza el desorden.o La higiene está a partir de ahora menos ligada a la circulación (del agua, del aire)

que a la inmersión en un baño homogéneo de sol y de verdor.o Se hace más hincapié en el hábitat que en las relaciones y las comunicaciones.o No hay una verdadera visión evolutiva (en el sentido de la evolución de un

sistema vivo por ejemplo). La ciudad progresista se concibe para una eficacia sinfin según un modelo de reproducción y no de evolución.

o Las referencias estéticas son geométricas y singularmente cubistas u ortogonales.En buena Oled ida, las otras corrientes del urbanismo, al insistir en la

conservación de las ciudades existentes, en tener en cuenta la historia, la cultura, lasociología, en la rcconciliación de la ciudad con la naturaleza, se opondrán a estemodelo progresista desde el inicio. Se publican obras, por ejemplo CAn de bíitir lesvil/es, de C. Sitte, se proyectan utopías (Broadllcre City, de F.L. Wright). Inclusohabrá algunas realizaciones interesantes: Port-Sunlight, ciudad de seiscientoscoltages construidos según los cánones culturalistas para los obreros de la fábrica dejabón Lcver. En fin, no se debe subestimar la importancia del movilniento de lasciudades-jardín como resultado de los proyectos de Ebenezer Howard. Los efectosde estas tendencias contrarias al progresismo serán variables según los países, loscontextos y las culturas.

El Plan Voisitl establecido en 1925 por Le Corbusier para París fue criticado yfinalmente rechazado. Sin embargo, desde finales de los años 50, los urbanistasoficiales elaboran, según los principios progresistas, el Plan de urbanismo directorde París. Este plan, tenninado en 1962 y aprobado en 1967, preconiza larenovación, según los principios de la carta de Atenas, de por lo menos 7.000 de la~

10.000 hectáreas del París imm-muros.Retrospectivamente, resulta que el modclo progresista ha prevalecido

amplianlente en las realizaciones 19 allá donde se im¡xmía la creación de ciudades exnihilo, donde la urgencia de luchar contra el barraquismo exigía soluciones ma~ivas

y rápidas. Las corrientes humanistas o naturalistas temperaron el progresismo,aunque no aportaron soluciones alternativas, salvo escasa~ excepciones. Esto tieneque ver sin duda con el hecho de que el urbanismo progresista, contrarianlente a lastendencias preurbanísticas, es más que una teoría. Es una práctica.

A principios de siglo, se manifesta una necesidad de urbanistas. El urbanismoprogresista, que acepta el compronüso profesional y dota al urbanismo de un cuerpode doctrinas directamente útiles, tendrá pues una gran resonancia en la prácticaindividual primero, y más tarde en la práctica colectiva. El ejemplo de Tony Garnieren Lyon, demuestra lo que fue una práctica individual. El movimiento de los C1i\Mexplica como la doctrina y las experiencias pudieron ser en seguida colectivizadas anivel internacional para llegar a la cima de la Carta de Atenas en 1933. Por otro lado,

19 CL Merlin P. y Choay F., np. cit .. sohre lodo Jos arlículos "Formes urhaines" y "Pré­Urbanisrnc" .

6

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82 El urbanismo de las redes

la oposición entre las tendencias está lejos de ser tan radical como se ha llegado adecir. Le Corbusier se inspira en Siae para la idea de un paisaje arquitectural urbano(rechazando el urbanismo pintoresco). De la ciudad-jardín de Howard conserva elprincipio de una ciudad verde, de edificios (verticales, a dill:rencia del inventor delas Gl/rdl'fl Cilil's) implantados en un marco natural 20. Humanistas y naturalistasmaúzarán más que borrarán un cuadro progresista que inspira al urbanismohistórico. El principio de zoniJicación constituye por ejemplo un terreno deentendimiento.

4.2. Zonificar y canalizar

Las diferencias no radican tanlpocO principalmente en la cuestión de las redes,que se trata de manera análoga por ejemplo en E. Howard y en T. Garnier. Engeneral, los urbanistas "históricos" son sensibles a las posibilidades de la técnica,incluso si los progresistas, en una especie de acto de fe, la sobrevaloran. Elprogreso de la locomoción, del telégrafo, del alumbrado público, de la transmisiónde energía eléctrica, se reconoce desde el principio y se pone al servicio de lareforma de las ciudades.

El caso del ferrocarril es notable. Desde que se comprueban las posibilidadesdel ferrocarril, en los planes de urbanismo aparecen líneas ferroviarias. Cerda yaevoca la llegada de un ferrocarril eléctrico21 . Howard prevé en su modelo unconjulllo de líneas jerarquizadas y dill:renciadas (viajeros/mercancías).Concretamente, rodea su ciudad-jardín por una vía lerrea en círculo que la relacionadirectamente con el mundo exterior22 . Gamier dola la ciudad industrial de unaestación de donde sale una vía terrea "completamente recta, para pennilir el uso detrenes de alla velocidad"2J. Es verosímil también que a partir de aquí, muyprogresivamente, la velocidad del ferrocarril se convertirá en una nueva rell:renciapara los llujos de desplazamiento urbanos24.

Sin embargo, la inl1uencia sobre el urbanismo propiamente dicho es muylimitada. En Cerda el ferrocarril todavía es sólo una virtualidad; Gamier prevé ladisposición de mercados en la plaza de la estación pero no dice nada de lasconsecuencias urbanas de su línea de gnUl velocidad. Por lo que respecta a Howard,

20 Phillips P.A .. Modem Froru:e: n,eories oruJ Realilies o[ UdJorl Planning. 130ston. UniversityPress of Ameriea, t 987.

21 Cerda l., Teoría General de la Urbanizaóón. Madrid. 1867, rccdición t968.22 1I0ward E.. Garden Cilies ofTol/lorrow, Londres, Faber and Faber, t946.23 Garnier T.. Une Cité indU,rIrielle. Elude pour la cOflstruction des vil/es, París, Vinccnt. 1917.

J.-l'. !'rey insiste sobre el hecho de que la "Ciudad industrial" da en primer lugar unarepresentación de un modo de lrabajo. Cf. Frey J.-P., "L'i\rehiteele Tuny Garnier ell'urbanisliquc social-uémocratc". MilielLt. n° 11-12, oClubre de 1982. encro de 1tJ83.

2.$ Gükalp 1.. "Lcs Systcmes lcchnulugiyucs agrande échellc: les réseaux el Icur impaL:l". Armalesd" &\'anl. n° 3, 1%8.

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La respuesta dd urbanismo clásico 83

se puede dudar de que su concepcilÍn del urbanismo haya sido realmcnte inspiradapor la idea de la red. Lo contrario parcce más plausible. Sc h:J avanzado la hipútesisde que el círculo ferroviario que rodea la ciudad tenía um funciún de control y delimitación de la urbanización (lig. 12). Por lo que respecta al servicio a la ciudad deltransporte de mercancías. parece un pretexto que se yuxtapone a lo largo de 1::1 víaférrca, cn una prefiguración de l:l zonificaciún industrial modcrna, industrias de todaclase de las quc uno se interroga sobre lo que tendrían para intercanlhiarse (fig. 13).En todo caso. los acontccimientos posteriores demostraron que el ferrocarril tuvocomo único efecto la transfórmación de l:l ciudad-jardín en ciudad-dormitorio...

A medida que las nuevas redes técnicas irán apareciendo, serán integrad¡¡s en lasdiversas utopías, proyectos y planes de los urb:.l.I1istas. Muy valoradas por losprogresistas cn nombre de un modernismo triw1fante, serán aceptadas por los demásmientras mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos sin destruir el marcofísico y social preexistente. No se puede culpar al '..:rb:lI1ismo de tener una actitud (/priori antitécnica25. Arquitectos, gestores, historiadores convertidos en urbanistas,sin formación técnica previa. utilizan la~ tecnologías más avanzadas para laeoncepción de las nuevas urbanizaciones. Le Corbusier. por cjemplo. magnilica esta"conquista de los tiempos modernos: la luz eléclrica"26. Inmcdiatamente saca todaslas consecuencias con rel:!ción a l:J. ilunúnacilín de bs hahitaciones. la altura dc lospisos. las cconomías que cabe esperar. elc.

La toma en considcraciún de la~ redes por el urh:Jnismo nacicnte se hará segúndos modos principales: la yuxtaposiciún y la canalizacilín de los l1ujos. Según laimportancia atribuida a uno u otro problema, será sulicicnte prcver un serviciomediante una red yuxtapuesta. sin precisar el tipo de rclaciún de esta red con el usodel suelo. con las actividades urbanas. Así, Tony Garnier prevé simplemente que enla ciudad industrial. "con W1 azud en el cauce del torrente: una fábrica hidroeléclricadistrihuye la fuerza, la luz, la calefacciún a las fáhricas y a toda la ciudad"27. O biense estudia cuidadosamente la forma de contener los 11ujos que se supone que sonnccesarios pero perniciosos. en zonas dc circulacilm adecuadas. es decir. en"canales". Es la forn1a como Le Corhusier trala cl trálico automúvil y. antes de él.los urhanista~ ingleses de la época victoriana28 o los rcfonnadores sanitariosamericanos de finales del siglo XIX que proyectah~U1 un sistema integrauo decirculación del agua para sanear las ciudades2Q. Entonces se conciben sistema~ decanales como máquinas circulatorias para 11ujos ue inui viuuos, vehículos o 11uidosdiversos. Este planteamiento dual ue la canalizacilÍn y ue la yuxtaposicilínconcordará parliculanllente bien con los principios de la zonilieaciún. [.as relacionesentre las zonas podrán leerse en términos simples dc separación mediante límites

25 CL Dupuy G., UrlJanisme el techfliqlll'. clzroflique d'1l11 mariaxe de raiso11. París. CRU. 1978.26 Le Corbusier. Tlle Radiant City. Lonores. Faber ami Fahcr. 1%4 (t' eoición 1933).27 Garnicr T. o op. cil.28 CL el ensayo oc Daunlon M.l.. arl. cil.29 Pclcrson J.A. o arL l'il.

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El urbani,¡mo de las redes

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figura 12. La ciudad-jardín de lloward rodeada por una vía férrea de función incierta.En lodo caso, el ferrocarril no pretende hacer participar la ciudad-jardín en la

comunicación universal deseada por Cerda.(Fuente: lloward E., Carden Cilies 01 TUlIlurrolV. London, Faocr & Faber, 1946)

estrictos, bajo reserva de los "canales" o "tuberías" que asegurarán d núnimo decirculacioncs indispensables entre ellas.

En un estilo directo, la obra de Le Corbusier expresa estos principios: "Es [... ]ilusorio equipar los territorios fuera de las ciudades para acoger las nuevas funcionesde la próxima época maquinista... La vivienda y sus prolongaciones se inscriben enun límite que no se puede extender demasiado: la distancia". Pero al núsmo tiempo"d proyecto urbano de Le Corbusier parte del establecinúellto organizado de unsistema de circulación rápida, de la movilización de sudo para asegurar recorridosexpeditiVOS"30.

Es la visión de las "redes-tubería", de las "bombas de !lujo", mencionada porGeorges Amar y opuesta a la visión de la red territorial comentada antes31 • Puedeconcebirse que esta visión conduzca bastante fácilmenle a una división dd trabajo

30 I'erelman M., Urbs ex Machi"", Le Corbu,¡ier. Montreuil, Les Editions de la Passion, 1986.31 Amar G .. "PULU une nouvcllc conccplión des réscaux dans la villc", Quadel7li, n° 6, invierno

1988-1'>89.

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La respuesta del urbanismo e/ásico

entre el urbanista. encargado de la planilicación del espacio, de la zonilicación, de lafornla urbana, de la construcción, y el ingeniero o el técnico encargado dedimensionar convenientemente los canales y las tuberías y de asegurar su rcalización(fig, 14). Según el contexto, la frontera será más o menos estricta; podrá variar unpoco hacia un lado u otro, {lCro casi nunca se replanteará el principio de untratamiento separado. Eugcne Hénard ilustra el tratamiento inteligente de las redestécnicas por un urbanista32 . La atención que presta al conjunto de los flujos y sobretodo a la ordenación físiea de los "canales", a su inserción en el espacio público, alrespeto de la belleza de la ciudad, se distingue de las prácticas de algunosingenieros, al mismo tiempo que aleja a Hénard del progresismo urbanístico. Pero durbanista de este París de la época maquinista33 se atiene, no obstante, a una estrictadistinción de los elementos constitutivos de la ciudad, que para él son la calle y lacasa. Los ciudadanos habitan en las casas; los flujos circulan por las calles o bienpor debajo o por encima. Hay que diseñar y colocar lo mejor posible la maquinariapara no alterar la imagen de la ciudad. Toda signit1cación territorial de las redes paralos actores urbanos, individuales o colectivos (¡excepto el urbanista!) está ausente.

Puede intentarse una representación esquemática pero confornle a las ideasdominantes de los principios del urbanismo en la materia. En el esquema de la ligura15, poco importa la forma de las zonas, que aquí se han dibujado circulares34. 1.0

esencial está en la existencia de los límites impuestos a la ciudad misma y a lasgrandes funciones. La permeabilidad de los límites, asegurada por los "canales", esmuy reducida y todavía más por el hecho de que estos límites engloban zonas. Lamisma ciudad sólo está enlazada con el exterior mediante algunos escasos "canales",una carretera, una vía férrea, una ranlpa como en Hénard, un torrente como enGarnier.

¿Porqué esta visión particular del territorio urbano, que relega las redes a unafunción subalterna de técnica circulatoria, se impuso en el urbanismo naciente y semantuvo más tarde?

La respuesta a esta cuestión se debe buscar en la práctica urbanística. En efecto,los discursos instauradores del urbanismo raramente fueron los de pensadoresencerrados en su torre de marlil. Estaban en estrecha relación con los pedidosprofesionales de la época, euya naturaleza tuvo una inlluencia directa sobre ladoctrina urbanística. Jausscly eslableció un plan de reforma urbana para Barcelonaen 1903, Prost un plan para AllIberes en 1910. Muchos responden a encargos entodo el mundo. Algunos ya trabajaban desde hacía tiempo en ciudades francesas,como Tony Garnier en Lyon, esperando responder, después de 1919, a losprimeros encargos de planes de embellecimiento y extensión.

32 Sobre Hén¡¡rd y el urbanismo de regulari7Ación haussmanniann, ver Choay f .. "'Ibe ModcmCity: Planning in lhe 19th Cenlury. Planning and Cilies Series". General Edilor Collins G.R ..New York, Georges Braziller. 1969.

33 Según la expresión de Le Corhusicc.34 En referencia a Beauch¡¡rd J., op. cit., que opone la red al drculo.

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86 El ur!JullLmlO de las redes

l'igura 13. La vía férrea que rodea la zona industrial se supone que tendría quefavllrecer los intercambios entre las diversas actividades que esUin instaladas allí. ¿Peroqué intercambios, qué transacciones se pueden prever entre las fábricas de zapatos yel

establecimiento de mermeladas'}(Fuente, ¡bid. ng. 12)

Ahora bien, ¿cuales son los problemas concretos que encuentran íos téenicosdel urbanismo sobre el terreno'! Diversos estudios históricos rc1Crelltes a diferentespaíses pcmüten tener una idea bastante clara de esllJ. El urhanista, en su voluntad dereformar la ciudad, choca primeramente con intereses prediales e inmobiliarios.Querer construir, destruir, reconstruir según nuevas reglas, mcjor adaptadas a lavida industrial, al crecinúento de las ciudades, no es razonable cuando no se tienenni los edilicios ni lus terrenos. Este obstáculo está en todas partes. La resistencia sedi versilica según se trate de nomlalizar un barrio antiguo, encontrar terreno virgenpara nuevas construcciones, o según se atente o no contra el eelltro de la ciudad. Laresistencia tampoco es la misma según la estructura de la propiedad o de las alianzasque apoyan las instituciones política~. Pero la cucstión de los valores prediales einmobiliarius de los propietarios está siempre en el centro del conl1icto.

Desde 1875, la legislación prusiana ya preveía una ZlJnilicación provisional parala a1Cclación de los suelos agrícolas destinados a la ex((;nsión urhana)S, EstaZllnilieación funcional muy estricta juslilkaha la acción pública urhanística yclarilicaha sus reglas para los propietarios.

35 Gaudin J.·P.. "Le Zonjng ou la nuil transfiguré..:. 150 ans o'urhanisJllc". Cu/wrc [l'ChllitJIU!. n°fuera de serie. 1986.

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La respuesta del urlJanisl1w clásico 87

Last-minute confirmation: in the USA, a special committee is studyingpossible soJutions to the problem of automobile intersections. These sketcheslook as though they were taken fmm a biology textbook rather than fmm thehidebound results of the various Grands Prix de Rome.

Figura 14. Lc Corbusier aprecia todos estos modelos de intersecciones vialespropuestos por un comité de especialistas norteamericanos, porque ve en ellas

"soluciones perfectas" para el problema del trMico urbano. Según él: "El Iráfico esun río. Puede considerarse que obedece a las mismas reglas que los r(os ".(Fucnte: Le Corbusier, The Radianl Cily. raber & raber, London, 19(4)

[=:J Zona central

{','-,'I Zona residencial

[:::.'.j Zona rabril

Figura 15. El territorio de la ciudad visto por el urbanismo: representaciónesquemática.

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S8 El urbanismo de las redes

El éxito de la experiencia alemana se conoce rápidanlenlJ.: en Gran I3re taJ1a. Conla intención de construir viviendas en la periferia, en extensioncs urhanas enlazadasa los centros de las ciudades, los mWlicipios deben comprar terrcnos y por lo tantoluchar contra la cspeculación. El Plan de urbanismo inglés sc legaliza en 1909.PemlÍte "fijar la tranla de las callcs, designar las áreas afectadas únicamente para laresidencia o para la industria, reservar parcelas para los espacios verdes y lasconstrucciones públicas y fijar las densidades residenciales"36.

De hecho, parece cada vez más claro a los urbanistas que sólo una expropiaciónpor zonas autoriza un control de los precios de los solares y de las densidadesrazonables. Pero al mismo tiempo, permite llevar a caho una zoniJicación que seimpone "desde el punto de vista de la econonúa y de la higicne creando unidadesfuncionales"37. I3élgica, por estas razones, adopta pronto el principio del plan deurbanismo con zonificación. En Estados Unidos, experiencias posilivas como la deG.I3. Ford en Nueva York empujan en el mismo sentid038.

La adopción en hancia de una legislación sohre los planes de urbanismo,conforme a los principios de la zoniJicación, chocará con una rcsistencia más fuerteque en otros países. No solanlenlJ.: los terratenieIlles fruncen el ceJ1o, sino que lospequeJ10s propietarios inmobiliarios de los centros de las ciudades ven el riesgo deque sus rentas se resieIllan. Con las alianzas políticas locales y nacionales de laTercera República, los urbanistas no obtienen ningún reconocimielllo en términoslegales hasta 1919. Además, la aplicación será muy lenta, y retrasará la aparición deuna verdadera phUliJicación urbana hasta la Segunda Guerra Mundial39• Noobstante, en Francia aparecen los primeros planes de urbanismo poco después de laPrimera Guerra Mundial. Las medidas jurídicas que los acomp:ulan reposan en elprincipio de la zonificación.

Este principio ya no se cuestionará posterionnente40, y constituye el corazón dela ley de orientación predial (Loi d'Oriell11l1iolt FOl/ciere, LOr), que generalizóesquemas y planes de urb:ulÍsmo en \Odas las ciudades. La LOr supo combinar lapráctica del urbanismo ordinario con el tratamiento de los espacios de valor de usocomplejo, donde se pretendían importantes redistribuciones Jinancicras. En losplanes de ocupación del suelo (POS) se aJ1ade el procedimiento de las zonas dercfomla concertada (ZAC) para cubrir el conjwlto de las cuestioncs de urbanisIllo41 •

Tal como cscribió P. Merlin, el POS se adapta más bien al control de las densidades

36 Sutcliffe A., "La Naissance de I'urbanisme uflicicl en Grande·Detagne, 1900·1914", in "LesPremiers Urbanistes fram;ais etl'aet urbain, 1900·1930", In Exlemo, n° 11.

37 Smcls M., "La Rcconstruclion ct les <..Iébals a pmpos <.tu llouvcl urhanismc en llclgiyuc apres1914", in "Les Premiers Urbanistes fran~ais etl'aet urhain, 1900·1930", op. eie.

38 Gaudin J.·P., art. cil.39 "Los urhanistas deben demostrar su iJldcpcllucncia con relación a los intl:rcscs de la pmpicdad

prcdiaJ e inmobiliaria..... : CIJUUC V" "Le Chef d'orchcstre, UI1 cliché de l'clll.J:e-dcux-guenes".Les Anuales de la rechercJze urbairze. n" 44-45, oClubre de 1989,

40 Phillips P.A., op. eil.4t Veliz P., Les Plans t/'Oeellparion des Sois, París, Cupedith, 1975.

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La respuesta del urbanismo clásico H9

y de las superficies urbanizables, mientras que el PAZ Ylos planes de salvaguardase centran en el control de la fomla urbana42 • SDAU, POS, PAZ, planes desalvaguarda y de valoración, más o menos readaptados al contexto de ladescentralización, hacen perdurar así, en la práctica urbanística francesa de hoy, elprincipio de plan de zonilicación.

En los otros países occidentales se ha mantcnido la misma tradición y lasdiversas críticas sólo han conducido a enmiendas muy mcnores del dogma de lazonificación para los planes de urbanismo43•

El sistema de zonificación en vigor es más o menos refinado según los países.La combinación de la zonificación y del plan de urbanismo no es la misma enAmérica del Norte que cn Europa. El zorúllg anlericllilo comporta especilicidadesjurídicas. A pesar de estas diferencias, hay que destacar que la zonificación se rdierepor regla general a las tres categorías siguientes: barrios residenciales, barriosindustriales, centros de negocios y de intercanlbios, confonne al esquema territorialpresentado más arriba Para cada uno de los límites designa un dentro y un afuera,"pero sobre todo designa partes ligadas entre ellas, cuyas complcmentariedadesfuncionales sugieren la existencia de Wl todo: el territorio donde se administra lourbano". J.-P. Gaudin insiste, con razón, en la importancia de esta codilicación delos espacios que da al plan las "líneas con sentido". IX hecho, estas "líneas consentido" oponen clarllillente los territorios del plan de urbllilÍsmo con los territoriosde las redes, la zonilicación con la reticulación.

La gencralización de los planes de urbanismo zonilicados no es totalmenteindependiente del desarrollo de las redes. Parece que, en muchos casos, lazoniticación haya traducido una voluntad real de limitar o dc controlar el desarrollode las redes. A menudo los obstáculos prediales c inmobiliarios quc encontrabllil losurbanistas se habrían podido superar cfectivanlente con la rcalizaci<Ín de elementosdc infraestructura que asegurasen un servicio en los terrenos fácilmellle disponibles.Llevar el transporte, el agua y el saneanliento (la electricidad y el gas pueden"seguir" má~ fácilmente) pcmlitía una rcfonna urbana. En gcncral, cspecialmcnte cnFrancia, los entes locales no han hecho o no han querido hacer soportar, a través delimpuesto, a cicrtas capas de poblaci<Ín (propietarios inmobiliarios) el coste de lainfraestructura necesaria. La red parece a la vez demasiado cara, den¡¡L~iado

peligrosa por su capacidad de generalizaci<Ín e incontrolable44, Hay que encontrarpues perímetros y zonas, un mallado, evitando una urbanización "salvaje", con suséquito de reivindicadores que buscan inmediatanlente "obtener del ayuntamiento, engeneral sin recursos, el agua, el gas, la electricidad, las alcantarillas..."45

42 Merlin P., Choay r., op. eil.43 CL por ejemplo, pasa Estados Unidos. Babcock R., The looiog GUille, Madison. lbe

University of Wisconsin Press, 1966, y, pasa Canadá, los lrabajns de Chasles R., op. cit.44 CL Gaudin J.-P., "La Genese de ¡'urbanismo de plan et la queslion de la lIlodcrnisation

polilique", Revuefranr;aise de Seienees Politiques, vol. 39, nO 3.junio 19H9.45 Ruyer J. y Meyer J., extraídos de la revista UrbaflislIlc (hacia 1960, sin fecha).

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90 f:.l urbanismo de las redes

El primer manual francés de urbanismo (1915) ya indica la necesidad de unazonilicación para una programación con anticipación de las vías de comunicación46.

Más mklanlt:, d argumwto se rdorzará ha~ta que la zoniJicación pernlila organizarunas fases sistemáticas y, por lo tanto, un control en d tiempo y en el espacio de lasgastos de infraestructura47.

En Estados Unidos, los poderes públicos tanlbién parecen haber querido"domesticar" el desarrollo de las redes. CynUlia Ghorra-Gobin, al estudiar d caso deLos Angeles, indica que los planil1cadores quisieron evitar que las redes detransporlt: no fueran "susceptibles un día u otro de irradiar d conjunto del territorio".Inlt:ntaron, al contrario, utilizarlas como medios, entre otros, bajo su control, pararealizar una zonilicación conforme almoddo de la ciudad-jardín.

Es verosímil que, en los países europws, t:n particular en francia, unmecanismo parecido haya jugado y juegue todavía a favor del mrul!cnimiento ddmoddo de la centralidad. La zonilicación de los planes de urbrulÍsmo se puede poneral servicio de la deknsa de una zona de centralidad contra una explosión provocadapor un desarrollo poco controlable de las redes48 . Esta función de la zoniJicación eshoy visible allá donde las tendwcias centrífuga~ aparecen más fucrtcs.

Sc puedc encontrar cn la historia una verificación indirccta de una hipólesiscomo ésta. A Iinales del siglo XIX, en d momelllo de la ascensión dc las redestécnicas (trrulspone público, agua, gas, declricidad, alcrullarillas) en las ciudadesitalirulas, la~ políticas localcs se propusicron una municipalización (k las redesconstituidas inicialmente por la iniciativa privada49. El socialismo mUllicipalconsideraba que la rentabilidad de estos asuntos permitiría sanear la~ Iinanzaspúblicas y aligcrar la carga impositiva. La renlabilidad dc las rcdes suponía que sediera servicio sobre todo a los barrios con fuerte densiLiad pero pernlitía nodesamparar completanlente a las zonas periféricas. El control municipal dddesarrollo de las redes se encontró pues de acucrdo con un objctivo de urbanismofundanlcntal que asegura, gracias a un esquema radioconcéntrico, el mrul!cnimientode una verdadera centralidad. Mientras que en otros países se intentará alirmar (oconlinllar) la centralidad mediante un plan de urbanismo acompañado de unazorlÍlicación estricta, las ciudades de Italia llegaron a clla, al menos hasta los años30, gracias a una política municipal de planilicación de las redes. Se comprende que,por d hecho de la municipalización del conjunto de las redes, el caso it.a.liano seaexcepcional en esta época. Pero lanlbién se entiende porque, en otros países, lasciuLiades que no disponcn de esta fornlidable palanca de control dd urbrulismorecurrirán al plan de zonificación, oponiéndose por eslO mismo a la Liinámica de las

46 Es decir las redes técnicas dependientes del poclt.:r público.47 Gaudin J.-P.. "L~ Zoning ou la !luit Lransfiguréc. 150 ans d'urhanismc", art. cil.·n~ eL Dupuy G., Une Tec!lIJiljlle l/e pluTlijica!iVTJ Qll sen'ice de l'aUloll1o/;ile. les lIIodt..~Ies de trafie

¡¡,-hai", París. Copcdilh. 1975. ESlá claro que el fenómeno <.le la centralidad. por su complcji(lJd.no se puede dclinir sólo por el recurso al plan dc urbanismo. Pcro la comhinación del urhanismocomercial. de los Planes de salvaguardia, de las ZAC y de los POS, pesa sin duda muyinlc IIsamenle.

49 Calahi D.. arlo cil. Se han eSludiado particulanncntc Padua. VenJn:.1. Viccnza y Treviso.

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La respuesta del ur!JalJisnw clá'lico 91

redes. El caso general ha sido cl de la Iimitacilm estricta de la evolución de las rcdesa través de la zoniJicación. l.a exccpción es d caso italiano donde una planificacillllde las redes substituye provisionalmente a la zoniJicación urbanística.

AsÍ, por un conjunto de razones que van de la lucha contra el barraquismo a ladefensa de la centralidad, pasando por la consideración de la propiedad, elurbanismo ha elaborado y utilizado una herrantienta emblemática, la zoniJicación,que conduce hoya un completo contrasentido territoriaL Se ha podido calificar elZOllíllg americano de "enfcmledad infantil del urbanismo"50. Para la zoniJicación.habría que hablar de grave enfermedad congénita. Michel Bassand no va por malcamino cuando aJirma: "La ciudad y la villa clásica son los productos de sociedadespara las que la explotación de la tierra es la principal fuente de riqueza y poder: lasrelaciones sociales se elaboran dependiendo de la propiedad del suelo.Morfológican1ente, estas características se traducen mediante planes urbanísticos ymonumentos bien tipilicados"51. Estos planes, estos monumentos, estas fomlasurbanas siempre privilegiadas por un urbanismo sobre todo pendiente de lazonificación han excluido la red como estructura territorial. Toda la doctrinaurbanística se ha constituido así. Hay que buscar pues, en la historia de las ciudadesy del urbanismo, más allá de la ortodoxia, más allá de los doctrinarios oficiales, másallá de los profesionales reputados, para encontrar la noción y el sentido de la red.

50 Charles R., op. cit.51 Dassand M .. arl. eil.

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5. Rehabilitación de las doctrinasurbanísticas favorables a las redes

Dominado por una concepción mallada del territorio urbano, el urbanismo hadejado poco lugar a otras visiones. En particular, no se h<l podido propagardemasiado la idea de una organización territorial urbana en red, aunque parecepcrtinente para las ciudades de hoy.

Esto no quiere dccir que no haya aparecido en la historia del urbanismo. Se haexpresado, en diversas oca~iones, bajo formas variadas, teorías, utopías, y menosfrecuentemente en proyectos y realizaciones. Simplemente, esta~ expresiones se hanmarginado de diferentes manera~. A veces, sus autores han sido orgullosamenleignorados del mundo del urbanismo. En otras ocasiones han sido atacadosviolentamente. Algunos llegarán a censurar su propio discurso para acercarse a laortodoxia. En fin, más sutilmente, otros serán reconocidos, incluso santificados,por otros aspectos de sus obras, por LTíticas que descuidarán su contribución alestudio de las redes.

Hay que proceder pues a una verdadera relectura de estos autores, a unarehabilitación de sus obras por lo que respecta a este aspecto particular. Es evidenteque esta lectura debe hacerse a partir del presente, a partir de la noción modema dered 1, que trata primeran1ente de enriquecer la visión de la ciudad de hoy y no tiene lapretensión de un análisis propianlente histórico.

Dieho esto, se pueden tomar como punto de partida las tres dimensionesprincipales que caracterizan la signilicación moderna de las redes. La búsqueda delideal ubicuitario, la búsqueda de relaciones inmediatas evocan en principio unadimensión topológica de la red.

La referencia a una instantaneidad, la importancia de la homogeneidad en eltratall1iento temporal, el interés por W1a~ transferencias o unos tránsitos rápidos sin"pérdidas" o "rupturas de carga", conduce a introducir otra dimensión. Laapreeiación de la velocidad de las circulaciones en la red es relativa a una nueva

1 En un artículo publicado en 1967. un profesor dcllflstitul d'urbanisme de Paris. Gcorgcs IIubcrtde Radkowski. sugería analizar las investigaciones y las preocupaciones de urh;.mistils de la époc<.lcomo Auhert. Rolival. Buchanan. Dyckmann. Prucha y Tang dc.>dc el punto de vista de laconstitución de un "espacio-red". De Radkowski G.-II .. arto cil.

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94 El urbanismo de las redes

temporalidad. Aliado de su dimensión topológica, la red liene pues una dimensióncillética.

Finalmente, la idea de elección de relaciones, en el espacio y en el tiempo, eslámuy presente en la concepción actual de la red. Se admite que estas relacionessuponen una pcmlanencia del soporte, una larga duración de las infraestructuras. Encambio, la red tendría., idealmente, que poder adaptarse en todo momento a lasnecesidades de nuevas relaciones, en la medida en que son deseadas, escogidas, porlos actores. La dimensión adaptl/liva será también una característica importante de lared.

De Haussmann a Ri boud, y de Cerda a Hart, la marginalidad "reticuJística"2reúne una cohorte un poco curiosa] Se intentará no obstante comprendersuccsivan1ente las aportaciones esenciales de personalidades como Arturo Soria yMala, Edouard Chambless o Henry ford, según las tres dimensiones modema~ deredes urbanas: topología, cinética, adaptabilidad. Sc insistirá a continuación en lasvisiones de I. Cerda, EL. Wright y M.-F. Rouge. Los tres, innegablementeurbanistas, adoptaron una visión global de las redes (por oposición a las visionessectoriales, limitándose, por ejemplo, a las redes de transporte) Cll sus relacionescon d espacio urbano.

5.1. De Cerda a Virilio: la topología de las redes

La topología particular de la red, bien diferente del mallado apreciado por elurbanismo ortodoxo, aparece por primera vez de forma abrumadora CIl Cerda. Yaregresaremos a él, pero la misma concepción se encuentra en otros autores desdefinales del siglo XIX. La red asegura la puesta en relaci(m, la conexión máxima, aser posible directa y múltiple, entre unos puntos del espacio, independientemCllte desu localización y más allá de las diferentes barreras y límites. La red favorece así laapertura dd espacio urbano y la descentralización. Se trata de una extensiún espacialnecesariamente discontinua porque la red sólo une puntos. 1\. las discontinuidadeslineales del espacio creadas por las fronteras de los perímetros históricos,administrativos o urbanísticos, la red opone una discontinuidad intrínseca que borrade alguna manera el espaeio gcográlico fuera de los nudos y de los arcos, creandoun espacio particular de la red.

2 En francés rélisticJue. Se cXL'usar;Í este m::ologismo ulilizado ;j falla de un lérmino mejor.3 Toclavía más curiosamente, ningún escrito de los autores en cuestión cncucnlra lugar en la

antología dc textos presentada por fram;oisc Choay el 1965 bajo el lílUlu: L 'UrbulJisme, utopiesel réalilés, une G1l11wlogie. cosa que cunfirma de ulla cicI1a manera el ustraL'ismu lid que fueronvíctim<Js por partc de la urtudoxiJ W'baníslica. Por lo que reSpCl:la a I hiussmann, Cerda y Suria yMata (pero también lIénanl). se l'unsultará la notable obrJ publil.:ada posleriormente por lamisma aulura subre el urhanismo del siglu XIX. Choay F.. "The Mudern Cily: Planning in thc19th Cenlury, Planning and Cities Series". op. cil.

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Rehabilitación de las doctrinas urbanÍSticas favorables a los redc's 95

Haussmann no podría ser verdaderamente eonsiderado como un defensor de lared, en el sentido moderno dellérnlÍno. Todavía mantiene una posición ambigua porlo que respeeta a la topología de las redes. El prefeeto [gobernador] de París intentasuministrar agua potable en abundancia a las diferentes zonas de la ciudad, ciudadque percibe como un conjunto de fragmentos a unir. De la misma manera, quiereasegurar a un anlplio conjunlo de puntos de París el acceso a las alcantarillasmediante una red de saneamiento. Pero los línlÍtes topológicos de la redhaussmanniana aparecen muy pronto, tanto si se trata del agua, del saneamiento, delas vías públicas o del alumbrado público. Haussmann concibe una red estrictanlentejerarquizada, de la alcantarilla de inmueble al emisario, del acueducto a las tuberíasde servicio local. El vérticc donúna a la base, el centro a la periferia. Además, dentrodel objetivo haussmanniano de regularización, la red está bien delinúlada por lasfronteras administrativas de la ciudad, por las resistencias de la propiedadinmobiliaria. Hay un interior y un exterior!. Las fortificaciones fornlan el límite de laciudad, el lugar donde "París acababa"5.

En la núsma época, en Londres, un miembro del Parlamento, Joseph Paxton(1803-1865), actúa con el mismo espíritu proponiendo el plan de un "Sistemageneral de comunicaciones". Se trataba de un ferrocarril de circunvalacilín quc uniríalas diferentes estaciones de la capital. Este plan dará nacimiento a la red de metrolondinense. Esto fue en cierta forma para Londres el equivalente a la red vial deHaussmann para París6•

Arturo Soria y Mata, urbanista madrileño, propone en 1886 un proyecto deciudad lineal (fig. 16). AWlque el diseño muy simple de esta ciudad no evocairm1cdialan1ente la topología de la red moderna, el principio básico de la CiudadLineal es justamente el de la conexión máxima. El autor buscó ante todo responder ala pregunta que se plantea a~í: "En toda aglomeración [... ] el problema fundamental(... ] es el de la comunicación de las casas entre ellas"7. La opción lineal pretendeconducir todas las comunicaciones hacia un eje en el que se facilitaránenorrnemente8•

La Ciudad Lineal conoce un principio de realización en 1892. Un año mástarde. en Viena, Otto Wagner propone WI proyecto de ordenación basado también enuna topología moderna de red. Dominado por la idea de que los nuevos medios detransporte serán la clave de la evolución urbana futura, el proyecto de Wagner,

4 lIaussmann G., Méllloires. 1853-1870, Grands IravalLt de Paris. París. Durier, 1979.5 lIaussmann G., Méllloires 111, Grands lra\'Qllx de PariJ, París, Viclllr lIavard. 1893.6 Chadwick G.F.. The Works ofSir Joseph Pax/on, London, 111e ÁJchileclural Press, 1961.7 Soria y Mata A., La Cité linéaire. nouvelles architeclUres des villes. París. Eculc nalionaic des

hcaux-arts, 1984.8 El lema de la ciudad lineal ha inspirado a más de un urhanista. La visión de Soria y Mala. para

quien la opción lineal es la condición <..le una tipulogía reticular. es sin embargo muy particular.Se puede oponer por ejemplo a la de Mitiutin donde la ciudad lineal se mnsu-uye según elprincipio de la cadella ck montaje y queda sometida a la finalidad de la pnxlucc..:ión industrial.Miliutin N.A., SOlJgorod, Tlze Problelll of Building Socialis/ Cilies, Collins G.R., Camhridge,Mass., MIT, 1974.

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96 El urbanismo lte las redes

Figura 16. Realización de lus proyectos de A. Suria y Mata, La Ciudad Lineal deMadrid: 5,2 km de longitud por 460 m de anchura.

(Fuente: Soria y Mata A., La Cité Linéaire, Eeulc naLiunale slIpériellre des beaux arls,1984)

opuesto a los planes de urbanismo "clásicos", no considera deliberadanlente ningúnreparto a priori en el espacio geográfico de los elementos constitutivos de la ciudad.Se supone que industrias, residencias, oficinas, elc. se dispondrán sobre las redes,según una topología propia, sin ninguna referencia a las zonificacionesurbanísticas9.

Samuel Insull no era propianlente un urbanista10. Director de la Compa.i'iía deelectricidad Edison en Chicago hasta 1910, tanlpoco era un ingeniero. I3rillantesecretario de Edison, había sido puesto al frente de una pequerra compai'iía deelectricidad, lUla de las vcinte que servían a Chicago cntonces, con el objetivo dedesarrollarla aprovechando al máximo las posibilidades de la región. Lo consiguiópor encima de cualquier esperanza. En 1910, su sociedad es la proveedora única deenergía eléctrica de Chicago y la mayor empresa de electricidad del mundo. LaChicago Edison Company llega a ser incluso una especie de modelo que otrasmuchas ciudades del mundo se esfuerzan en imitar.

¿Cómo consigue Insull este resultado? Aplicando una concepción de redabsolutamente modema. I3usea conectar todo lo que pueda ser conectado mediantelíneas eléctricas. Las centrales de producción, sean las que sean, estáninterconectadas. La red sirve a todo lo que pueda tener nccesidad de electricidad: elalumbrado público, el metro, el tranvía, los industriales de toda especie, de los

9 Schurske c., Viwne, Jin de sicc/e, París, Le Seuil, 1984.10 lIughes 1'.1'., op. cit.

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Re!wbilieaóón de 1m doctrinas uriJanlstieasfavorables a Ins redes 97

tejarcs a los fabricantes de hielo, las oficinas, los particulares. Pronto se extiendemás allá de los límites de la coneesión inicial comprando y conectándose a las redesdc la competencia Cubre todo Chicago y pronto tanlbién los suburbios, las lejanasperiferias, la región. S. Insull tiene una estrategia topológica de la red, en la que laconexión generalizada se convierte en la condición primordial del desarrollo de suempresa.

El caso de Insull es doblemente interesante. Por un lado, no puede ser que unaestrategia como ésta no repercuta en la organización urbana. Vender la elcctricidadno es hacer urbanismo, pero, ante esta experiencia, hay que preguntarse sobre lasconsecuencias de la extensión de la red en términos de actividades econónúcas, detransporte, y también de desarrollo urbano. La estrategia de Insull desbordaba, entodos los sentidos del término, las tentativas (más bien tínúdas para la época, enChicago) del urbanismo de zonificación, reducía las posibilidades del controlmunicipal sobre la urbanización y el uso del suelo. Al cabo de un cierto tiempo,algunos lo entendieron. Intentaron acabar con Insull, y lo consiguieron, puesto quese fue en 1910.

Por otro lado, el caso de Chicago, aunque particular, es un arquetipo de lasconstituciones de nuevas redcs, electricidad, gas yagua sobre todo, pero tanlbiéntransporte, en otras ciudades del mundo. El desarrollo de las redes, recordado en elcapítulo 2, se hace a menudo por aplicación, más o menos consciente, de estemodelo topológico de una red conectando e interconectando tanto como puede, todolo que puede, creando su propio territorio por encima de las barreras administrativasque se le intentan oponer, con las consecuencias que se imaginan sobre la~

posibilidades de control urbanístico ll .

Invcntor ingenioso, Edgar Chambless construyó el proyecto de Roadlowfl en1910 alrededor de una línea de monorraíl l2. La ciudad es lineal, como la de Soria yMala. Detrás de este esquema simple se esconde una tipología reticular muy rica, yaque Chambless busca en primer lugar luchar contra el anonimato de la gran ciudadfacilitando la comunicación generalizada entre los habitantes. Cada cual debe poder,gracias al monorraíl, ponerse fácilmente en contacto con cualquiera, allá donde seencuentre localizado en el espaeio urbano.

En la misma época, un grupo de altos funcionarios promueve un proyectoparecido en el norte de Francia l3. Se trata de unir las tres ciudades de Lille, Roubaixy Tourcoing por un bulevar de tres ramales, de una anchura inusitada, que incluyecaminos para caballos y para bicicletas, calzadas, paseos, líneas de tranvía yalumbrado público. Aunque el proyecto tenga un cierto parecido con la Ciudad

Lineal, el objetivo no es en primer lugar predial. La red, reducida a los enlaces entretres ciudades. intenta "soldar" entre ellas Lille, Roubaix y Tourcoing. Según los

11 Dupuy G., "Ulilily Nelwork:s and Terrilory in lhe Patis Region: lhe Case of Andrésy". in TarrJ. y Dupuy G., op. cit.

12 CL el inlcresanlc análisis dcl proyccto dc Chamblcss in Randlc P., op. cit.13 Dcmangcon A., Wcrquin A.-C., "Lillc-Roubaix-Tnurcoing: les ingénicurs.l'Elat el les villcs: le

boulcvard du XXc siéclc", Les Annales de la reeherehe uriJaine, n° 38, junio-julio 1988.

7

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I:J urbanismo de las redes

ténninos mctafóricos de un cronista de la época, la red debe pcrmitir a Lille "poner lamallO sobre las dos ciudades tan vivas y llenas de porvenir de Roubaix y deToun:oing, cogerlas, impulsarlas en un movinúento de una intensidad totalmenteamericana, aproximarlas a la capital, soldarlas con ella"t4,

En ;)lras ciudades de rrancia aparecen en esta época proyectos del mismo tipo,basados en la misma visión topológica de la red. Así, en el campo del abastecimientode agua, el AyuntamieIllo de Nantes proyecta su red fuera de sus línútesmunicipales, y hace construir un monumental depósito en el pequeño mwúcipio deChantenay, donde se encuentra el punto culminante de la aglomeración nantesat5 . Elinterés del caso no es tanto por la tupograJIa como por la signilicación topológicadada a la actuación. La lógica expresiva de la red de Nantes, que debe poderconectar cada vez más puntos de la aglomeración, exige esta relaciónnutrimental conChantenay. Los obstáculos de la territorialidad municipal se tenían que barrer paraque se impusiera la topología. entonces más bien conquistadora, de la r\XI nantesa.El alcance, simbólico en este sentido, de la construcción del depósito se manifestaráen la monumentalidad del edilicio. El arquitecto Edouard Nizan y el ingenieroGaston Michel, trabajando para el Ayuntanliento de Nantes, realizan un compromisoentre la liJnaleza y el templo, punta avanzada de la red en el territorio municipal deChamenay, y garanlia visible de las múltiples conexiones pemlitidas a partir de aquelmomento.

Un poco más tarde, la posibilidad de transportar energía eléctrica a grandistancia inspira una ampliación geográJica del área servida por la red, sin eanlbiar lavisión topológica de conexión generalizada de lugares puntuales. En EstadosUnidos, en los alias 20, aparecen diversos proyectos con principios de realización.El Giml/ Pml'er Plal/ es un buen ejemplo de ellol6. Una línea eléctrica de alta energíatenía que unir el oeste de Pensilvania a su franja litoral alraVeSalldo la barreraapalachiana. El Oeste, país rico en minas de hulla, podía producir una energíaeléctrica económica. El Este, muy urbanizado y aetivo, telúa fuertes necesidades deconsumo. GilTnrd Pinchot, gobernador de Pensilvania en esta época, concibe unalínca que al mismo tiempo servirá el máximo de pequeñas ciudades y pueblos. Lared eléctrica deOc producir una verdadera desconcentración, oponiéndose así a lasfuerzas celmípetas nacidas del uso de máquinas de vapor para la producciónindustrial. La electricidad apona el desenclavanlÍento. Las bajas tarifas pernlitirán atodos, en cualquier pucblo apanado, utilizarla. Las mujeres obtendrán su Ocneliciopara el eonfon doméstil:o; los granjeros cleclrilicarán sus máquinas; los trabajadorespodrán permanecer en el pueblo, donde tendrán un modo de vida mucho mejor queen la gran ciudad. Para más adelante, Pinchot imagina una interconexióngeneralizada de las redes eléclricas que facilitaría la operación.

14 1.(1 ])él'i'che, may" de 1905.15 Pinsull n.. "N~nlcs. Challlcnay: l'installaliun du scrvicc d'cau conlrc I'i.ndépclx.lam::c

¡,;ommull..llc". in La Ban/ieue Oasis. Henri Sellier el les Cités-jardins. 190U-/940. Vinccnncs,Prcsscs univcrsitaircs dc Vinccnncs, 1987.

16 llllghes "LP., art. cil.

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Rehabilitación de lar; doctrinas urbanísticas favorables a las rL'des 99

Joseph K. Hart y Henry Ford participan de este mismo espíritu17, eon algunosmatices. Hart, historiador de las culturas, vislumbra Wl estallido de la ciudad enpequeñas comunidades que disfrutarán, gracias a la energía eléctrica, de una nuevalibertad intelectual. Para Hart, no se trala de una utopía, porque, gracias al GimllPower Plan, la fuerza eléctrica se puede distribuir a todos por igual, allá donde seencuentren. Henry Ford busca también descentralizar la industria, sobre todo laindustria del automóvil que conoce suficientemente. Tanlbién quiere dcsurbanizar laciudad en lo que tiene de nocivo para la vida de los obreros. El plan concebido porFord permitiría trabajar en el pueblo, es decir vivir allí, instalando en el campopequeñas unidades de producción bien conectadas a una fábrica prineipal cada vezmás reducida. La electricidad también se ve como el medio de este servicioubicuitario. Pero Ford imagina, contrariamente al Gimll Power Plan, obtener laenergía mediante obras hidráulicas, de manera que la producción de electricidad seríalocal. Hacia 1925 llegará a hacer construir algunos pantanos en Michigan, que lepermitirán realizar una parle de su proyecto.

La topología moderna de la red se impone aquí, gracias a la electricidad, porencima de la distribución fundacional campo/ciudad. I,a transgrcsión de los límitesde lo urbano replantea caracteres esenciales dc la ciudad: densidad y concentración.La red, por su visión topológica nueva, pone por así dccirlo en primera línca defuego un planteamiento del urbanismo fundanlentado en estos caractcres. Más tardese verá otra vez esta visión topológica, a la vez solidarizanle y abicrta, de la red,"conexionisla", por utilizar un témlÍno de actualidad.

En Francia, la mayoría de los urbanistas percibirán el dcsarrollo del automóvilcomo una amenaza para la ciudad, una marea que debe conlenerse. De Le Corbusiera las adaptaciones francesas del infornle Buehanan, la doctrina oficial se constituirá apartir de la concepeión canalizadora de la circulación, seguida por una eficazpromoción de los lranspones coleclivos. El mensaje de algunos urbanistasamericanos, al analizar de fomla más adecuada el fenómeno automóvil y exlracrconsecuencias urbanístieas originales, como Clarence Anhur Perry (1929), casi nose recibirá en eslC lado del Atlántico. No se escucha al urbanista-promotor JacquesRiboud, observador crítico de la suburbanización anlericana, cuando preconiza, enFrancia, en los años 60, el abandono del esquema radioconcéntrico en provecho delas ciudades arracimadas, servidas por una red de comunicación muy densa. Parailustrarlo, proponía subslituir la "palata", símbolo urbanístico cerrado de lazonificación urbana en los planes, por el racimo de uva~ en el que la red es primera eimpone una topología abierla. Enlre juicios y dolorcs de cabeza administrativos yaltercados con los urbanisla~ oliciales, a pesar del apoyo de P. Delouvrier, J.Riboud sólo llega a realizar expcricncias muy limitadas o truncadas l8• Será .necesarioesperar a los primeros alios 80 para que olras voces se dejen oir19. Bcrnard de La

17 lIughcs T.P .. art. cit.18 Riboud J.. La VilIe he"re"se. París. Edilinns.du Mnnilcur. 1931.19 No se citarán por supuesto las demandas pro4 dol1w que provienen de lus ámhitos

automovilísticos o viajes. Sin emhargo hay que mencionar por su interés histórico unJactum ~

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lOO El urbanismo de las redes

Rochcfoucauld presenta en L'Abofldaflcefoflciere20 y en otros artículos21 una nuevavisión que hace de la red vial la garantía de la accesibilidad generalizada enautomóvil. La idea ubicuitaria, la inmediatez, la mulliplicklad de las relacionespresiden esta demanda a favor de una extensión de la red vial. Aquí tmnbién debetransgredirse el recinto de lila ciudad que se había contenido, reconstituir lo urbanosin importar donde, fuera de esta ciudad, a lo largo de la red. Desde el momento enque los franceses adquieren cada vez más viviendas, hechas accesibles por el uso delautomóvil, la penuria de infracstructuras será un freno, un obstáeulo, al desarrollode este modo de vida nuevo que observamos. En efecto, sólo las carreteras,actuando, hacen los suelos edificables, y por lo tanto "urbanos"22.

Al cabo de poco, después de la televisión, con la conjunción de la infounática yde las telecomunicaciones, la red telefónica francesa se convierte en una de las másmodernas del mundo. Se dota de nuevos servicios en los que la pantalla, elautomatismo, el telemando, artificializan la comunicación, y permiten suinteractividad. Se empiezan a percibir las calidades propias de estas nuevas redes.Marc Guillaume ve en ellas una realización de un modelo de "contagio" que opone alde la "irradiación" propio de los medios de masas, prensa, radio y televisión. El"contagio" electrónico puede llegar a cada uno en cada instante allá donde seencuentre, en un senLido u otro23. La red de telecomunicaciones con diversosservicios telemáticos (entre los que M. Guillaume incluye la transmisión deimágenes de televisión de ¡úta delinición) está en vías de realizar el ideal de unatopología uhicuilaria, inmediata, transitiva y rellexiva, principio de una "nuevaurbanidad".

Es la misma idea que P. Virilio presenta en modo alegórico. Al anunciar el finde la densidad vertical y de las comunicaciones horizontales, del radioconcentrismo,del pri vilegio del centro sobre la periferia, predice el advenimiento del paso históricode la actividad a la interactividad24, la sucesión de lo "nodal" a lo "central", el"despliegue de una excentricidad generalizada, periferia sin fin, signo precursor dela superación de la founa urbána industrial"25.

1844, por lo tanto anterior al automóvil. que preconiza "una red en tudas las carreteras y entodos los municipios". Andricux P., Un Réseau sur toules les rGules el sur toUles lescom11lunes, chemins aviresse el travaux pub/ies, París, Cariliull, Gocry el Uwc Dalmol1l, 1844,reproducido in Flux, n° especial, junio 1989.

20 La Rochefoucauld (de) B., L'Abondancefonciere, París. Dunúd, 1982.21 CL por ejemplo La Rochefoucauld (de) B., "L'AuloI11obile ella vi!le", Melropolis, n° 37-38,

1978.22 La Rochcfoucauld (de) B., 01'. dt.23 Guillaumc M., "La Villc: nouvcaux modes d'cmploi". entrevista de G. Vignaux. grahada en

vídeo, RATP. 1988.24 Virilio P.. "Cilé rniroir, agonie", Les Arlflales de la reclzerche uriJai"", n° 34, junio-ju!. 1987.25 Virilio P., op. cito

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Rehabilitación de las doctrinas urbanísticasJal'orablq a las redes

5.2. Circulación y comunicación: la cinética de las redes

101

La segunda dimensión de la red, en relación con su sigrúlicación territorialmoderna, es cinética, La red define al unísono el espacio y el tiempo. Establece entrcellos una nueva relación basada en la circulación, el nujo, la velocidad, que tiende ala instantaneidad, al "tiempo real", según la expresión de los informáticos de hoy.

Esta noción de un tiempo de la red, diferente del tiempo del resto del mundo,medido diversamente, que se impone allá donde existe la red, progresa entre losurbanistas y los responsables de las obras públicas de las ciudades, a medida que elferrocarril y el telégrafo se desarrollan. Como señala lean Pierre Williot, laextensión del alumbrado eléctrico contribuye a esta mutación. El alumbrado llega aser instantáneo. Ya no hay tiempo de espera entre la exigencia de una ruptura de laoscuridad y el efecto de luz. La iluminación instantánea y simultánea en todos lospuntos unifica el espacio urban026. De hecho, toda la sociedad, la urbana primero,cambia a largo plazo su relación con el tiempo, de acuerdo con la generalización dela actividad industrial. Pero la red siempre estará por delante desde este punto devista. Es el nuevo territorio, regulado desde el principio por la nueva temporalidadde los flujos, la medida de la velocidad, y dominado por la signilicaci6n cinética.Haussmann, preocupado por facilitar las circulaciones en el París que rcordcna,todavía no atribuye a la red esta dimensi6n cinética que, poco después, será esencialen la teoría y el proyecto de Cerda. El prefecto de París sigue la tendencia de laépoca al concebir un sistema circulatorio cerrado y canalizado para el que importasobre todo el diseño de los canales y de sus juiciosos cruees27. No obstante, en1855, Joseph Paxton ya tenía en cuenta la dimensi6n cinética en su proyecto desistema de comunicación para Londres. La nueva red tenía que rebajar a 15 minutoscomo máximo el tiempo necesario para ir de un punto a otro en el interior de unperímetro definido por el nuevo cinturón ferroviari028.

También Soria y Mata razona explícitamente según el criterio cinético cuandoconcibe su Ciudad Linea!. "La lorma de una ciudad es o debe ser una fornladerivada de las necesidades de la locomoción... (ésta) será perfecta cuando la sumade los tiempos empleados para ir de cada casa a todas las demás sea múJima: este esel caso en las ciudades lineales"29. Es cierto que el esquema que concibió reposa porcompleto en fa contracción de la distancia pernlÍtida a lo largo del eje lineal en el quela circulación se acelera. La avenida de la ciudad lineal tiene 450 m de ancho, el ejelongitudinal comprende una línea de tranvía y una carretera de 40 m de anchodividida en siete carriles especializados según el tipo de circulaci6n, RotldLOwn hacíareferencia al mismo principio, con una cronología diferente, la del monorraíl de

26 Williol J,·P., "Nouvelle ville, nouvelle vie: croissaoce et role du réseau gazier parisien au XIXesiecle", in Paris el ses réseaux, op. cit.

27 Reynaud J.. Artículo "Villes". J:.'ncyclopédie no"velle (entre 1836 y 1843).28 Chadwick a.F., op. cit.29 Soria y Mala A.. op. cit.

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102 El urbanismo de las redes

Chambless. Este último también ponderó, en este nuevo n:gistro temporal, lacirculación por ella misma, el desplazamiento rápido como un Jin en sí mismo. Se hapodido reprochar a Row[¡owll no haber tratado convenientemente el problema de lasestaciones del monorraJ130. Sin duda este olvido no es fortuito. Las estaciones sonevidentemente necesarias para la subida y bajada de los viajeros. Pero cn la red delos desplazamientos constituyen una discontinuidad, una fuente de heterogeneidadque va contra la cinética implicada por la reticulación de las ciudades lineales.

Soria y Mata no se interesa sólo por el transporte. La dimensión cinética de lasredes aparece también en sus preocupaciones por facilitar el paso de todos los l1ujospor las tuberías de agua, los ferrocarriles económicos, los calles anchas y bienpavimentadas, los cables para la electricidad, el alumbrado público, la fuerza motriz,el teléfono y el teiégral·o. La circulación no es pues sólo la de las personas, sinotambién la de los bienes y los servicios, la energía, la información. Todo esto sedebe poder entregar con la rapidez necesaria de la ciudad moderna.

La voluntad de imponer un nuevo ritmo a las circulaciones, a lo largo de los ejesque utilizan, pero también en los cruces, en las "centrales", los conmutadores, losrepartidores, allá donde hay cambios de direcciún, substituciones de relaciones, esgeneral. Cerda y Hénard se apasionan por los cruces. Wagner desea que los"maravillosos medios de locomoción" modernos penetren por doquier en Viena "sinobstáculo". Insull hace fabricar convertidores capaces de transformar una corrienteeléctrica, que no soporta ninguna demora, de continua a alterna, para servir a laperiferia de Chicago. rord, Pinchot y Han juegan con las circulaciones hidráulicas yeléctricas para reducir los frenos a la vez económicos y temporales impuestos hastaentonces a la circulación de energía, frenos que eonJinan los lugares habitables porlos hombres alrededor de la gran industria. Los proyectos ya mencionados deChantenay para la red de agua de Nantes y del bulevar de Lille-Roubaix-Tourcoingcomportan igualmente esta dimensión cinética de la red capaz de asegurar lascirculaciones urbanas en un tiempo corto que se cuenta a partir de este momento,como observan Cerda y Wright, en minutos o en segundos (el tiempo del tranvíapara el transporte de personas, el de la transmisión de presión hidráulica para elagua). El automóvil y las telecomunicaciones refuerzan el fenómeno. Los referentesde velocidad canlbian31 . Jacques Ribaud escribe en 1971: "Lo que cuenta es eltiempo de recorrido y no la distancia"32. Tanlbién conseguirá, a costa de increíblesacrobacias linancieras, dotar de una línea telefónica a cada uno de los habitantes de"su" nueva ciudad, La Haie Bergerie, en una época en la que rrancia vive todavía enel régimen del "22 iJ ASI/ieres .... En último extremo, de una u ulra forma se niega el

30 Randlc P.. op. cit.31 Giikalp l.. arl. cil.32 Riboud J., op. cir.• N. del T. Esta expresión tiene el origen en un sketch del humorista Fcrnam.J Rcynaud. En un

locutorio público de París el protagonista íntcnla, infructuosamente, una comunicaciónt.elefónica con el número 22 de Asnicrcs. población cercana a París. Al lado, olros individuosobliencn sin dificulLades confercncias con Alemania o Estados Unidos. Cansado dc sus fracasos,el persunaje pide una comunicación cun Estados Unidos, y solidla a la op:radora americana 4uc

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Rehabilitación de la.'! doctrinas urbanística'!¡m'orahles a las rcdl.','i 103

tiempo de circulación. Se llega a olvidarlo en el automóvil al conectarse a redes mis"rápidas". Para B. de La Rochcfoucauld el automóvil sc convierte en "habiláculo enel que las horas perdidas en los embotellamientos se pasan "en casa" en eicrta fonna.escuchando la radio. ahora ya el teléfono, y pronto la televisión". Para P. Virilio.incluso se tendría que llcgar a desplazarse sin moverse. El vehícul() sería la imagende la pantalla del ordenador, transfom¡ándose en "tiempo real", es decir LTcando lailusión de un tiempo sin demora para la circulación33.

La red es siempre el lugar de estas mutaciones de la relación espacio!licmpo.Los progresos técnicos de la locomoción no son los únicos que se rcplantean. No estanto la velocidad pura del vehículo o de la señal, del cohete, del impulso o del rayoluminoso la que importa a los autores citados, sino la posibilidad de d¡sponer de estavelocidad en múltiples puntos del espacio, sin que su materialización tope con losobstáculos de bi furcaciones, enlaces, cte. La dimensi(ín cinética de la red estáfuertemente ligada a la dimensión topológica, tanto como la dimensión adaptalivaque se pasa a analizar a colllinuaeión.

5.3. Redes adaptativas: la visión sistémica

Una red capaz de adaptarse en el tiempo, de evolucionar para facilitar lasrelaciones que se han hecho necesarias por la voluntad de los agentes y lasmodificaciones del enlomo del sistema urbano: éste es el ideal, la pantalla sobre laque se proyecta la visión moderna de la red. Esta concepci(ín aparece en numerososautores, personalidades más o menos marginales del urbanismo histórico. por pocoque se relean con esta perspectiva.

Pese a estar ausente en Haussmann, para quien la ciudad se prevé y concibe deuna manera casi perfecta pero definitiva, y no siempre explícita en los escritos deCerda, la dimensión adaptativa de la red es la base de los proyectos de Soria y Mala.La Ciudad Lineal se presta a cualquier modificación de los patrones dedesplazamiento (por poco que se conecten al eje central). MediaJlle rami licaeionessuplementarias de las canalizaciones del eje lineal, permite también un desarrollo casiindefinido de la ciudad, conservando sus ventajas. Soria y Mata situaba susextremos en Cádiz y San Petersburgo o en Pekín y Bruselas. Mientras, imaginabaen Madrid una Ciudad Lineal de unos ochenta kilómetros. Sólo pudo realizar cineo,pero el principio era el de una posible adaptación a las necesidades de extellsióll.

O. Wagner tanlbién deseaba que las redes de transportc pudieran evolucionar enViena. Consideraba tanto los cambios en los medios de transporte como lasvoluntades de los centros urbanos de desarrollarse. La red tenía que scr pues

le ponga con el 22 de Asnicrcs. Es enlonces cuando por fin puede hahlar (:on el illtcrIocutllfdt=ado.

33 ViriJio P.• "La Machine á descendre le temps". Ubération. II (lcl. 19HH.

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104 ElurbanislJlo de las redes

doblemente adaptativa, desde el punto de vista de la tecnología y lksde el punto devista de la estructura urbana.

Dada la naturaleza particular de la red eléctrica, lnsull promueve una verdaderadoctrina de la adaptación y preconiza que se regule la red a diferentes escalastemporales. Adaptación casi instantánea de la oferta a la demanda: es el trabajo deldispatclzer, del que Insull codificará su función reguladora. Adaptación preventivapor extrapolación de series estadísticas: la red debe ser capaz de responder a la cargade un día dado del año, sobre la base de la experiencia de los afios precedentes, delas previsiones de temperatura, etc. Adaptación a más largo plazo a las variacionesen la naturakza de la demanda, primero pública (alumbrado), después tambiénindustrial, más tarde doméstica. A estas di versas adaptaciones temporales, la redañade una adaptación al espacio por extensión y diversilkación. Por otro lado laadaptabilidad espacial condiciona bastante la adaptabilidad temporal. Muchosconcesionarios de redes, después de Insull, obrarán en el mismo sentido.

E. Chambless, pero también los autores del proyecto Lille-Roubaix-Tourcoingya citado, conciben redes muy "permisivas". Todos los muvimientos son posiblesmediante la red. Creadora dc una nueva libertad, permite escoger cualquier relación acorto plazo y garantiza a la vez posibilidades de extensión, de ranú ficaciunes a largoplazo.

La operación de Chantenay también quiere facilitar una gran adaptabilidad de lared de traída de agua de Nantes. Establecer el depósito en Chantenay, el punto máselevado de la aglomeración nantesa, significa que la red podrá a la larga cubrir todaslas necesidades de ramificaciones susceptibles de manifestarse aquí o allá, sinnecesidad de un plan rígido.

El desarrollo de las redes eléctricas a gran escala, de la circulación automóvil, ymás recientemente de las telecomunicaciones, conduce a autores como Hart,Riboud, La Rochcfoucauld o Virilio a pensar cn su utilización de manera elaramenteadaptativa. Hart, pero tanlbién Pinchot y Ford, consideran la red como posibilidadde conexión al gusto de pequeñas comunidadcs antiguas o nuevas. 1. Riboud ve enel plan radioconcéntrico de las ciudades francesas, que sólo puede conducir "a lainestabilidad y al colapso", un factor de congestión, de bloqueo y de inadaptaciónfundamental. Las redes, todas las redes, le parecen la garantía de la elección dejada alos ciudadanos a corto plazo y sobre tudo de una adaptación a las transformacionesde la sociedad y de la economía a largo plazo. A propósito de estas redes detransporte, de energía, de agua, de comunicaciones escribe: "La expansión, todas lasexpansiones, las de las ciudades, la de la economía, la de la sociedad, debenapoyarse en las redes"34.El autor de L'Abol/dilllCe ¡ol/ciere, B. de LaRochcfoucauld, hace de la red vial una infraestructura permisiva, fuente de acceso anuevos espacios que el automovilista sabrá dcscubrir y aprovechar. Por lo querespecta a Virilio, su "ciudad", si todavía se puede hablar así, es la de la elección

34 Riboud J., Texto extraído del relalo de "La Huie Bergerie á VilIepreux - 1956-1%1", iTl La Villeheureuse,op. dI.

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Rehabilitación de las doctrinas urbanislicas fa\'orables a las redes 105

instantánea, siempre modificable. que dcfine por su multiplicidad un sistemaextremamente evolutivo.

La dimensión adaptativa de la red parece fmalmente hacer referencia a lasposibilidades de modificacioncs en la naturaleza o en la estructura de las relacionesofrecidas. A corto plazo, la red debe tender a proveer el uso del máximo derelaciones posibles en cada instante, siguiendo el modelo de la guía telefólÚca queindica a cada uno todas las conexiones posibles al instante con todos. A largo plazo,la red también debe poder tolerar adaptaciones morfológicas mayores, por creaciónde nuevos soportes de nuevas relaciones, por aparición en el espacio de nuevospuntos susceptibles de ser conectados. Para prolongar la analogía con la guíalelefólÚca, es indispensable que cada año figuren en la guía los nuevos números delos antiguos abonados que se han trasladado permutándose con otro abonado. Perola guía también debe incluir los nombres y los números de los nuevos abonados,nuevos puntos conectados por la red.

En la historia del urbanismo, tres personalidades hoy desaparecidas ilustranmejor esta visión moderna de la red, caracterizada por sus relaciones con la ciudadmediante una topología, una cinética y una adaptabilidad nuevas. Ildcfons Cerda,Frank Lloyd Wright, Maurice-rran<;ois Rouge, en épocas diferentes, pero de lamisma manera, dan a las redes una función deteillÚnante para la ciudad.Normalmente considerados como urbanistas -no es el caso de todos los que se hancitado hasta aquí- tienen una percepción global del urbanismo, al integrar en larespectiva rel1exión el conjunto de las redes técnicas disponibles en su época. Supensamiento merece pues que se presente con cierto detalle, sobre todo porque amenudo ha sido subestimado, incomprendido o traicionado por las corrientcsurbanísticas dominantes.

5.4. I. Cerda, el urbanismo y las redes

En 1854, un golpe de Estado lleva al poder en España a un gobierno libcral­progresista. La ciudad de Barcelona aprovecha la oportunidad para relanzar una viejareivindicación: la demolición de las murallas, que a1lOgaban a la ciudad, impedían suextensión y obligaban a una densificación del hábitat, muy rentable para unaburguesía de propietarios pero insoportable para las clases obreras. Un vezderrumbada la muralla, se imponía un plan de extensión. El Ayuntanúento convocaun concurso que gana el arquitecto Rovira y Trias con un plan clásico que prolongala antigua ciudad. En Madrid, el Ministerio de Obras Públicas había encargado conanterioridad a un ingelÚcro de canúnos la núsión de establccer un levalllanúenlotopográlico de las nuevas zonas abicnas a la urbaJúzacÍón alrededor de la ciudadcatalana Ildcfons Cerda (I815-1876) amplió su trabajo topográJico y elaboní unplan para la extcnsión, el Eixilmple. plan que Barcelona tendrá que adoptar en lugardel de Rovira y Trias. bajo la presión del poder central madrileI1o. Mientras elproyecto ganador se basaba sobre todo en el dibujo. el de Cerda se acompaJ'ia de unamonografía estadística de la clase obrera y una enorme memoria de tres volúmenes

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106 /:.1 urbanislllo ele las redes

titulada Teoría geneml de 1" urbaniwción. Reforllla y ell.\·(///c!le de Barcelonl/. Estaobra es el fundamento de la propuesta de CerdaJ5 .

La teoría de Cerda empieza por reClJnstruir toda la historia del hábitat humano.Ve la ciudad como la combinación necesaria del refugio y la circulación. Ladieotonúa fundanlental. representativa. de la naturaleza humana --de laterritorialidad humana se diría hoy- procede de la distinción movimienlo / estancia.Esta relación se encuentra en todas las escalas. En la ciudad, la manzanacorresponde a la n:sidencia, la calle al movimiento. La ciudad misma se ddine como"un rincón de habitabilidad en el gran sislema de la vialidad uni versal".

.según Cerda, este eoneeplO de vialidad expresa un imperativo absoluto: laposibilidad, siempre y en todas parles, de la movilidad, de la circulación, rápida,directa, sin límite. En esta lógica, la red no ocupa el primer lugar. Pero adquiere unaimportancia considerable como el medio más idóneo de organizar las vías urbanas(las que sirven a la ciudad, en el interior y en el exterior) para satisfacer el imperativode vialidad.

El sistema vial comporta un aspecto físico y malerial que Cerda, como buentopógrafo, no olvida. Pero su función esencial es olra. Dcbe proveer cn todas partesy a todos los vecinos un servicio de puesta en relacil)n, de "comunicatividad"J6 conla vialidad. La gran vialidad, que Cerda considera ClHno universal, debe poderpenetrar en lodas las partes de la eiudad, que tendría que ser "permeable" "por todoslos puntos de su periferia", y aponar los bendicios de la comwlÍcaeión con lahunuUlidad enlera hasta los úllimos "puntos terminales". El servicio de la movilidaddebe llevarse al domicilio de todos y tambi15n a todos los lalleres, almacenes y otroslugares de la actividad econónlÍca urbana. Cada vía urbana, al lencr por objelo lacomurúcatividad universal, debe presentar numerosos "nudos" de relaeiones conotras vías. Es por ello que, precisa Cerda, "todo sistema o combinación de vías sellama red vial".

El autor de la Teoría de la Urbaniwción estudia panicularmente la topología dela red. La jerarquía de las vías, la mulliplicaciC)J\ de los cruces, quieren facilitar loquc nuestros modernos especialistas llamarían "accesibilidad generalizada".

Como hoy (para Cerda, es decir a mediados del siglo pasado), "lOdo es1\l0vinlÍenlo, todo es expansión, todo es comunicatividad", diseiía una red abicrta,que permile conseguir lOdo lo quc los habilanles de la ciudad pueden obtenermedianle la puesta en relación con otros de cualquier pane del mundo, casi hasta elinfinito, dice Cerda. Por esta razón, calilica de "trascendentales" las vías principalesque cumplen esta función. Está claro que se debe rechazar todo lo que se opone aesta relación "necesaria, indispensable, la más esencial de la vida de cada localidad

35 Además de b vcrsiúll original de la Teoría gellcral tic la ur!xmizacióll. Reforma)' ensanche cl!Barcd01ul (MadIid 1867. Edición facsímil de Fabíáll Est~lpé. Institutu de Estudios fiscales.MiJdricJ 1068,3 vuls.) en el presente libro se hace rcfcn:m:ia a la oh!"a franee.sa puhlic:.Ida bajo ladirccción de F. Choay: lldc'lotlsO Cerda· In 11u!orie géll¿rcde de l'ur1JullisCllioll. prescnlada yauaplaua por Antonio Lóp"z ue Aberasluri. París. Le Seuil. 1979.

36 Según el propio término de Cerda.

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Rehabilitaci6n de las doctrina, urbanísticasJm'oraNes a las redes 107

con la vida de la humanidad entera". Cerda condena eon gran tinneza todos estosobstáculos. "El sistema de murallas, de fusus, de harreras)7, considcrado hastaahora como una nccesidad, perjudica a las comunicaciones de la urbe con la vialidaduniversal".

"No son mcnores los inconvenientes que ofrece la limitación del tiempo para lasentradas y salidas [de la ciudad], {oO.] porque en la época presente no sóloestamos acostumbrados, sino forzados a aprovechar para la expedición de losnegocios todas las horas del día y de la nuche, en que se presente cOYWlturafavorable, o la! vez necesidad de ejecutarlus o emprcnderlos. Desde que eltelégrafo eléctrico se ha puesto al servicio del individuo, CI tiempo no se calculapor días ni por horas, sino por minutos, por momentos; y todo ha de marchar alcompás de sus exigencias, y todo marcha por lo general, pues por esto al ladode los telégrafos hay los Icrrocarriles; en todo se advierte semejante annonía, entodo menos en cI funcionanncnto urbano con respecto al exterior, pues éste seencuentra interrumpido durante algunas horas de la noche"'.

La visión topollÍgica de la red presentada por Cerda se completa así con unadimensión cinética Un nuevo tiempo cuenta para la vida urbana: cs el tiempo de Ia.~

redes, del ferrocanil, del telégrafu, de los que el autor de la Teoría de laUrbanización ya ha manifestado su importancia, pero también de las otras redes quevendrán, capaces de a~egurar las comunicaciones rápidas. "El humbre en la callebusca cncontrar rápidamcnte el objeto para el que se ha movilizado". Por otro lado,Cerda incluye en el sistema vial todo lo que los ciudadanos deben disponer gracias ala movilidad universal: la aportación del agua potable, la evacuación dc los residuossólidos y líquidos, la circulación de los bienes, de la energía, de la información, etc.Alcantarillas, tuberías, cables, de dircrentes dimensiones, situados hasta unaprofundidad indefinida bajo la calle, deben pennitir alimcntar toda la ciudad confluidos de diversas naturalezas y eon electricidad.

La dimensilÍn adaptativa de la red existe igualmente en 1. Cerda, aunque nu latrata explícitamente. La adaptabilidad a largo plazo de la red es ilUlegable por elhecho de su relación con la vialidad universal. Todo lo que sc modifica en el exteriorde la ciudad (si todavía se puede hablar de exterior) entra necesarianlente en lacomunicacilÍn generalizada, y esto impliea adaptar la red, que es exaetamente lo quepropone haccr Cerda a partir de la~ redes viales inadaptadas de las ciudadesantiguas.

La adaptabilidad a corto plazo puede hacerse evidente por la fomla como Cerdatrata la cuestión de los cruces. Estos nudos de la red, que sirven para la distribucióntopológica del movimiento, son objeto de un análisis minucioso. Se considerantodos los tipos de movimientos, todas las posibilidades de escoger los enlaces y se

37 Incluyendo las barreras impuestas por razones fiscales. 1. Ccrd~ les rcc..:riminll yuc hagan la cilX.1aclimpermeable a la comunicación universal.

• N. del T. Cila textuat de la Teoría general de la u,.bani~aci61l, edición facsímil. op. cit.. vol. I.p.650.

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\08 El urúanismo de las redes

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intenta concebir los cruces lo más pcrnl1S1VOS posible, teniendo en cuenta esteobjetivo. "La diversidad de los medios de locomoción y de tracción, la diversidad delas direcciones, de las velocidades, de los destinos, toda esta multitud incalculablede cosas diferentes, tan heterogéneas, que circulan por la vía, requiere, para elinterés general, soluciones adecuadas al funcionamicnlO particular de cada uno desus elementos, según la naturaleza de cada movimiento".

Se está lejos de la canalización ciega de las circulaciones que más tarde predicaráel urbanismo progresista.

Para ordenar los cruces, se debe conseguir conciliar la habitabilidad y la vialidad(lig. 17 A, B). Evidentemente Cerda encuentra diJicultades en su tarea. Dedica a esteproblema numerosas páginas de la Teoría. Pero nunca renuncia a organizar unaverdadera red de circulación, porque está convencido de que sólo esta red puedehacer entrar a sus contemporáneos en el sistema de la comunicación uni versal.

La obra de Cerda es particulamlente interesante porque hace aparecer muypronto en la historia una concepción casi moderna de red. Uno puede sorprendersede esta precocidad. ¿Qué fuerzas animaron a Cerda en esta búsqueda de la nuevared? Se puede buscar una explicación por el lado del compromiso militante deCerda. Está preocupado por las cuestiones sociales, hasta al punto de hacer élmismo encuestas sobre las condiciones de vida de los obreros en Barcelona. Estásublevado por una situación que supone es la consecuencia de la inadaptación de laciudad catalana, encerrada en su recinto amurallado, a la vida contemporánea, a losnuevos medios de comwlicación que conoce (ferrocarriles, telégrafo) o imagina(tranvía eléctrico). Está convencido de que todo esto puede y debe cambiar. Se poneal servicio de esta causa a la que consagrará toda su vida. En este compromisourbanístico (se podría decir apostólico), la vialidad es el objetivo último, universal ytranscendental, según las mismas palabras de Cerda. La red es la obra a realizarlocalmente por este objetivo. Él impcdirá el divorcio de la ciudad con la modernidady dará al ciudadano su humanidad, su urbanidad.

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Figura 17. Afán de conciliar "hahitabilidad" y "vialidad" en Cerda: los famososcruces achallanados (Fotos: S. TarraglÍ).

1. Cerda ha sido prácticamente olvidado durante un siglo. Comentar las razonesde este olvido supera el marco de la presente obra. Cuando por fin se ha extraído laTeoría de la somhra, se ha visto en Cerda una especie de inventor del urbanismo, enel sentido moderno de la palabra. Se ha retenido el darnero del plan del t:ixal1lple,pero casi nadie ha hecho el esfuerzo de releer la Teoria y analizar los párrafos,bastante largos, dedicados a las redes. Incluso algunos han querido hacer de Cerdaun iniciador del urbanismo progresista38• En materia de redes, se habrá entendidoque una afirnlación como ésta es una traici(¡n al autor de la Teoria general de klurbanización. Cerda fue indiscutiblemente un precursor del urbanismo, pero sedistingue absolutamente de la mayoría de sus sucesores por una concepcióntotalmente original de la función de las redes en la ciudad. No hay que comparar aLe Corbusicr o a la carta de AJcna, con el pensamiento de CenJa, sino a losurbanista~, arquitectos, ingenicros, más o mcnos excluidos de la ortodoxia

38 Lópcz de Ahcrasturi A.: presenlación de la traducción fr.mccsa de la Teoría general de laurbanización. París. Le Seui! 1979.

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110 El urbanismo de las redes

urbanística, citados al principio de este capÍlulo. Cerda contribuyó con ellos, peromucho antes que ellos, a estabkcer el paradigma modemo de la red 39•

5.5. F.L. Wright: Broadacre City

Frank Lloyd Wright (1869-1959) es poco conocido en Europa, si no es comoarquitecto. Fue, de hecho, Wl gran creador de edilicios, casas y equipamientosdiversos. Su arquitectura se caracteriza por la búsqueda de un acuerdo profundo conla "naturaleza" y por W1 "organicismo" marcado. La "naturaleza" es lo que viene delinterior. La palabra "orgánico" designa lo que es integral. Sus pl:mes juegan a favorde proporciones espaciosas en el interior de los edificios, la importancia de latopografía, y sobre todo de un rechazo de toda tipología en provecho de una grandi versidad.

Se ha presentado a veces el urhanismo de Wright eomo una prolongación de suarquitectura. En realidad, su rellexión urhanística, aunque se articula con supensamiento arquitectónico, va mucho más lejos. En la cima de su carrera, Wrighttrahaja de 1931 a 1935 en un proyecto de utopía urbana. Al linal de este trahajo,presenta en el Rockefcller Center una maqueta en tres dimcnsiones de BrolldacreCily, la nueva ciudad que ha imaginad040 (lig. 18). Una ohra publicada en 1932explicita las opciones de Wright41 •

Hasta ellin de su vida continuará interesándose por el urhanismo, tal y como loatestigua otra obra, The Living Cily, publicada en 195842 .

flroadllcre Cily es literalmente una utopía predial. Como CenIa, Howard y Soriay Mata, Wright intenta c!iminar las consecuencias negativas sohre las ciudades de lapropiedad predi al, en particular la densidad demasiado alta de las ciudades.flrolldllcre Cily permite a la población urhana disponer por lo mcnos de un acre43 porpersona. Wrighl calculó que en 1939 ESlados Unidos disponía de un espaciogeográJico ampliamente suliciente para aplicar este principio: un solo Estado, Texas,habría sido sulieiente para acoger según la nonna de flroat!lIcre toda la poblaciónamericana. flroal!llcre dispersa en este espacio, prácticamente sin límite, la poblacióny la industria de las ciudades: casas familiares, fáhricas, olicinas, granjas, sedescentralizan tOlalmente, y se sitúan de manera que cada uno pueda disponer y

39 eL el estudio muy pertinente publicado :l parlir del uescubrimientu de Ccru¿¡ por Arluro Soria yPuig. El artículo estahlece interesantes conexiones entre el pensamienlo oc Cerda y el dc Soría yM;lla. Soria y Puig. A., "lIdcfullso CcnJá y su idea urhanística", Ho);ar y Arcjuitecwra, n° 69.t%7.

40 Fisllln:lll R.. arlo dt.41 Wrighl F.L., ¡-he Disappearillg Cily. New York, W.l'. I'ayson. 1932. eL igualmenle Wright

l'.L., Broaducre CiIy, Book Six oIun AlIlolJiograpily, Spring Green, \Vis.. 1943.42 Wright 1'.1.., rile Living Cil)', Ncw York. ¡lmizon I'ress. 1958.43 VII acre representa aproxilllaUWl1Ctltc media heclárea.

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Relwbililoá6n de las doctrinos Ilrbonf.f1icosjo\'Orables o ÚJs redes III

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Figura 18. Una vista aérea del proyecto de Bruatlacre dibujada por EL. Wrighl. Lasredes viales y de telecomunicaciones (se ven las antenas) se completan con enlacesaéreos servidos por helicópteros, cuyo diseño vanguardista se dcbe a la fantasía del

autor.(Fuente: The Masler Archilecl, CO/lversarions wilh Frank Lloyd Wrighl, Ed. by Patrick

J. Meehan, published by John Wiley & Sons, Inc. New York, 1984)

beneficiarse de la naturaleza, disfrutar del máximo de lihcrtad para actuar a sumanera.

La utopía de Wright no es la de Cahcl. No se trata de proponer a la pohlaciónurbana un repliegue en comunidades agrestes completamente autónomas. El retomoa la naturaleza, en el siglo XX, no se plantea sin el mantcninúento y el desarrollo detodas las comunicaciones necesarias de la sociedad urbana moderna. No es queWright aplique el imperativo productivista, corriente en el urbanismo progresista. Alcontrario, el autor de BrolldLlCre reehaza esta orientación y se sitúa en unaperspectiva más amplia de comunicación social generalizada.

El aislamiento de los habitantes y de las actividades de BroadLlcre está hechopara que pueda ser roto en cualquier momento. fran¡;oise Choay ha analizado lasignificación de Broluiacre desde este punlo de vista. "Cada uno está relacionado

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112 El urbanismo de las redes

con él en la totalidad del espacio, en el que todas las direcciones están igualmenteabiertas a su investigación"44.

La metáfora que guía la búsqueda de Wright en esta vía aparece en sus escritos:"[ ... ] el monstruo se esparce por el espacio [...] los miles de acres de un tejidocelular esparcido [... ] una red de venas y arterias que irradia en la oscuridad [... ]circulando allá abajo con un aullido amenazante y ensordecedor [... ] la actividadincesante a cuyas necesidades todo esto se conforma [...] este tejido conectado yreconectado e interconectado con un sistema nervioso eficaz y completo [... ] con losfilanlentos delicados para palpar el pulso de su propio organismo que reacciona conun impulso motriz, y por todo esto circula el Huido eléctrico de la vida de unhombre"45.

Conexión ubicuilaria, flujos vitales asegurados, regulación permanente, laimagen biológica que utiliza Wright restituye las tres dimensiones de la red moderna:topología, cinética, adaptabilidad.

Primeramente una red indclinida de autopistas crea Broac/acre. Una especie deparrilla de autopistas que se cruzan hacen accesible, en automóvil, cualquier unidad,agrícola, industrial o residencial. Hay que comprender la nueva naturaleza de estaaccesibilidad: como ha demostrado rishman, Broadacre no se inscribe en una lógicade suburbanización. Sus detractores no han entendido que Wright había medido loslímites de la periferia. Alargar las autopistas, a partir de una ciudad-centro, sólopodía conducir a una accesibilidad cada vez más degradada y a una periferia cada vezmás dependiente.

Según Wright, la función del automóvil en la sociedad moderna implica unadescentralización mucho más radical, disolviendo todas las fronteras tradicionalesque separan la ciudad del campo. La nueva ciudad no tiene ni centro, ni periferia. Ellugar de la comunicación social no es el centro, sino cada unidad en tanto que unidaa las otras por la parrilla de autopistas. Las áreas de cultura y comercio se encuentranen cada cruce de autopistas, asegurando de hecho una accesibilidad equivalente atodos, por lejos que se encuentren de la red. El Cemml Busilless Vislricl anlericanopierde su poder de atracción. Los nudos de las autopistas son, a partir de estemomento, localizaciones posibles para otros centros de negocios, pero el abanicomultidireccional ofrecido por la red impide que alguno de ellos llegue a serpredominante. Broat!acre es la ciudad de "todas partes y de ninguna parte", la utopíaen un nuevo semido del término. Contrarianlente a Howard que veía en el transporteun paliativo para mejorar la circulación en un tejido tradicional, r.L. Wrighl, comoSoria y Mata, imagina que los nuevos medios de locomoción, sobre lOdo elautomóvil, deben engendrar un tejido completamente diferente, que aharque unespacio ilinútado.

"El movinúenlo mecárúeo ligado al automóvil ditiere absolulanlente delmovinúento del hombre que se desplaza a pie o utiliza la tracción animal. El nuevopatrón de medida debe ser aplicado a una concepción general del espacio en una

44 Choay 1'., L'UrballislIle, mI/pies el réalilés. une anrilologie, París, Le Seuil. 1%5.45 Wright F.L., Tile FUlllre oJArcilitecllIre, New York. lIorizoll Press. t'>53.

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Rehabilitaci6n de las doctrinas ur!Janfsticas favorables a las redes 113

planificación de la ciudad nueva y de sus nuevas residencias"46. El nuevo patrón yano mide las dislancias, sino los tiempos en minutos y segundos.

"Imaginemos estas unidades funcionales integradas unas a otras de tal fornlaque cada ciudadano pueda, según su elección, disponer de todas las formas deproducción, distribución, transformación y ocio en un radio de diez a cuarentaminutos de su propia residencia. Y que pueda disponer de ellas en los plazos másbreves, mediante su coche, su avión personal o los transportes públicos"47.

Porque Wright no razona sólo según las posibilidades del automóvil. Es ciertoque asigna un papel particular al área de servicio. Primer "acto" de descentralizaciónde la ciudad, el área de servicio será un punto nodal de la nueva ciudad-red (fig. 19).Pero los aeródromos yel transporte aéreo, las estaciones y el ferrocarril, los puertosy los sleamers participan plenamente en el funcionanuento y la simbología deBroadacre. Todas las formas del transporte moderno y todas las formas detransmisión se movilizan para haccr de Broadacre un'a ciudad de la comunicación.EL. Wright, en sus últimos escritos, es muy sensible a la formidable generalizaciónde los medios de transporte y de transmisión, incluso fuera de lo que estradicionalmente urbano: "Hoy no conozco ningún pequeño agricultor que no poscaun automóvil, o dos... ninguno sin teléfono. Todos tienen una radio"48. Laspersonas, los bienes, la información han de circular o ser puestos al alcance segúnuna cinética y una topología que se puede, según la expresión de Wright, recoger enla fórn1Ula "en un instante y en todas partes". .

Por lo que respecta a la adaptabilidad del sistema, existe evidentemente enmuchas cscalas. La red de comunicaciones es concebida para dejar a los habitantes laelección de los puntos de destino y de los enlaces que hay que utilizar. La parrilla deautopistas, los aeródromos, la red telefónica, sólo son apoyos ofrecidos para las"conexioncs" de cada uno. A largo plazo, la posibilidad de extender las redes,conservando las potencialidades equi valen tes para todas las nuevas implantaciones,garantiza la adaptación a evoluciones diversas.

Wright, como Cerda, elaboró un esquema que da a las redes su lugar en laorganización de la ciudad. La significación que Wright confiere a estas redesprefigura exactamente la que el ciudadano, a Iinales del siglo XX, parece hacer suyay que se ha analizado más arriba49. No obstante, el autor de Broadacre no fuecomprendido. En Estados Unidos se le reprochó querer generalizar unasuburbanización en la que los urbanistas comenzaban a entrever todos losinconvenientes. En Europa, para los pocos que conocen su obra urbanística, pasasobre todo por ser un seguidor del antiurbanismo jcffersoniano. Es eierto queBroadacre tenía que facilitar las localizaciones residenciales en los lugares"naturalcs", pero la utopía de Wright es absolutanlente urbana. Sólo dispersa porqueal mismo tiempo solidariza gracias a las redes. Wright no sugería en absoluto el

46 Wright F.L., The Living City.op. cit.47 Wright F.L.. The FUlure ofArchitecrure. op. cit.48 Wrighl F.L.. The FUlure of Architecture, op. cir.49 Ver el Capítuto 3.

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114

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ElllrballislIJo de las redes

I'igura 19. El área de servicio no es hoy, como pensaba Wriglll, cl punto Illlda1 de laciudad moderna. No obstame, sus evoluciones recientes se acercan a algunas ideas del

aulOr de Broadacre y deberían llamar la atención de los urbanistas (roto: Elf­Aquilaine).

retomo a comunidades naturales, convencido como cstaba de que esta fomla de vidase había superado, Broadllcre propone una vida urbana. Simplemente, considerabaWright desde 1923, "la gran ciudad ya no es moderna... En la época de latransmisión eléctrica, del automóvil y del teléfono, la concentración urbana seconvierte en una congestión sin razón: es una maldición"so.

También se ha dicho que Wright había sido sensible al mensaje del ameneal/way o[ lifesl , lo cual es innegable. Esto no justifica que en este final del siglo XX,cuando las redes implican a todos los ciudadanos de la ciudad europea, se continúedesconociendo, en este lado del Atlántico, el pensamiento urbanístico de Wright. Estodavía menos aceptable que se le condene de forma perentoria como lo hace L.I3enevolo... que sólo reconoce a Broadllcre Wl vago interés como alegoría incitativa,porque "pensada como un programa concreto, Brolldllcre sólo puede conducir a la

so Wrigbl EL, Experimemi1lg wilh Huma1l Uves, Hollywood, Cal., Fine Arts Sociely, 1923.SI Randlc P., op. cir.

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Relwbilitadón de las doctrinas "rbanís/ica, Jal'orables a las redes 115

confusión y alimentar un sueño de evasión en la naturaleza, diametralmente opuestoa las tareas del urbanismo modemo"5~.

5.6. Un urbanista francés incomprendido: M.-F. Rouge ylas redes

El mismo año en que FL. Wright publicaha en Estados Unidos una de susúltimas obras, aparecía en París una recopilación de textos en homenaje alhistoriador Lucien foebvre. Historiadores, lingüistas, geógrafos, economistas,etnólogos, aportaron contrihuciones diversas. Sólo un urh:.mista, Maurice-foran<;oisRouge, tenía un lugar en la recopilación con un artículo titulado L'orgllnLwuion del'espace el/es résellux53 .

Nacido en 1899, de formación HEC (Eco/e des HIlUles Eludes de COllllllerce),M.-F. Rouge llega a urhanista en el 1tWilul d'Urbaf/isllle de Paris con una tesissohre Les perspeclives en urbanisme. Después de diversas actividades en el C¡U11PO

del turismo, cntra al servicio del Estado en 1942, cn la Dirección Central deUrbanismo. Ddensor acérrimo de la ordenación del territorio francesa y de unurhanismo respetuoso con los bienes púhlicos y el medio amhiente, M.-F. Rougeenseña también en la Éco/e Pmlique des HIlUles Eludes. ¡\ finales de los alios 60 eselegido vicepresidente de la Socielé Fmlll;aüe des Urbanisles.

lean Gohier, autor de su necrológica en la revista Urbanisllle "Ianlenla que sustrabajos no sean suJicientemente conocidos"54. Por lo que respecta a las redes, cs uneufemismo. El artículo de 1953, desgraciadamente el único que M.-F. Rougepublicó sobre el tema, fue tolalmenll: ignorado hasta 198855. Sin emhargo,demuestra una visión extraordinariamente perspicaz de las relaciones entre ciudad yred y merecería ser reproducido in eXlef/So.

Curiosamente, empieza con un error de apreciación histórica, frecuente enmUl:hos de los autores dentro del campo del urbanismo. M.-F. Rouge cree ser elprimero en descuhrir la "importancia extraordinaria" que "las redes de ferrocarril,vías navegables, l:arreteras, electricidad, teléfonos o de distrihución, han adquiridoen nuestra vida". Uno puede extraüarse de que M.-F. Rouge no evoque lapersonalidad de Uon Jaussely (1875-1933) que no podía ignorar. Este úllimo,fundador de la Eco/e des /¡aUles iludes urbaines, al mismo tiempo profesional yteórico, marcó fuertemente el urhanismo francés de principios de siglo. Jausselyatribuye una gral1 importancia al conjunto de las redes en el campo del urhanismo.Pero la perspectiva de Jaussely es, efectiValllente, diferente. Tal y como ha

52 Dcncvolo L., HiJ(oire de l'architecfUre I/lodern.e. París. Dunad. 1971),53 Rougc M.-r., "L'Organisation de l'cspal'c cl les réscaux", in l~\'e!ll(Jil de l'hüroire \!j¡'([JIfe,

hommagc a Lucicn Fcbvre. PalÍs. A. Col in. 1953.54 Gohicr J., "tuJicu á M"uricc-Fr""~llis RllUgC (lX99-t9XO)". Ur/Jani.fllle.lI° 1791lXO. 19X1.55 Este arlículo ha sido "redescuhierto" por P. SchclTer. cn el marco de los lrl.lbajos dd grupo d.::

ÍnvcstigacilSn CN RS "Réseaux".

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ItC> E/urbanismo de las redes

demostrado M. Trouyet, para Jaussely las redes no constituyen un principio deordenación56 Sólo son engranajes de la máquina económica urhana.

El principio de ordenación de Léon Jaussely, a diferencia de M.-F. Rouge, eseconómico. M.-F. Rouge constata por su parte que la vida urhana se ha vuellototalmeme dcpendiente de estas redes, en el sentido de una relación generalizada conel munuo, la vialidad uni versal de Cerua: "Se imagina alguien una vivicnda en laciudad sin calles, sin agua, sin saneamiento, sin gas, sin electricidad, sin teléfono,en una palabra sin touo lo que la adscribe a un inmenso equipamiento colecti1'0 y laune al mundo que la rodea, para aportarle, o darle, los múltiples servicios...". Másadelante, el autor precisa que hay que incluir en la lista de las redes las de ladistribución comercial, "sistemas de venta y de reparto de los productos" (lig. 20).I~inalmente, inuiea que la combinación de diferemes redes es a menudo máspertinente para asegurar un servicio concreto. En todo caso, Rouge reencuentra larelación habitabilidaLl/vialidau de Cerda: "la vivienda, que ha sido autosulicientedurallle mi!cnios, es cada vez más tributaria de un número inimerrumpidamentecreciente de redes". Lo que es verdad para la vida de los ciudadanos lo es tambiénpara la vida económica, que depende totalmente de las redes de energía y decomunicación.

Para entender la signilicación y el alcance real del fenómeno, hay que saber,escribe Rouge, más allá de la particularidad sectorial de cada red, "el dato generalestructural que representan, el carácter esencial común a todos los tipos .. .". En elresto del artÍCulo, M.-F. Rouge se esfuerl.a en úelinir este "csencial" de la red yencuentra las uimensiones principales topológicas, cinéticas y adaptativas yamencionadas.

La topología de la red aparece en la necesiuad de prestar servicio a múltiplespuntos, pero también en la importancia de grandes pumas nodales donde "redes dediferentes categorías tienen tendencia a apoyarse unas con otras", De hecho, la red,para Rouge, es un sistema que incluye los puntos singulares del espacio donde tomaapoyo. I.a red eléctrica, por ejemplo, no se limita a I'L~ líneas de transporte y dedistribución. Incluye presas, centrales ténnicas o hidráulicas, transformadores.Precisamente porque la rcd es un sistema podrá adaptarse, rcgularse. La red,concchida como un conjunto, pennite que "cada nueva parte no aporte sólo unaunidad más, sino que valoriza al conjunto". En cl caso de la electricidad, laregulación podrá jugar a nivel de la producción, del lr'Ulsporte (gracias a lainterconexión), del servicio, El modelo adaptativo aplicado por Insull a la redeléctrica de Chieago aparece aquí generalizado al conjunto de las red<.:s.

I.a dimensión cinética parece la menos presente en el pensamielllo dc Rougesobre las redcs. Por lo menos no cs explícita. M.-F Rouge hace evidentementereferencia al conjunto de las redes rápidas (transporte aéreo, electricidad, teléfono).Pero la cinética propia de estas redes le parece, en la época que lo escribía,adquirida. No percibe todavía los cambios que se prepar.ul por el hecho de la

56 Trouycl M.. 1..l1 Ville COlJlml! mud';lIc éeotlomitJllc c/UlIS la pl.'flsél' c/c ¡.éon l11usscly, memoria ll~

DEA dellnsLilul d'urballisme de Paris. bajo la direccilÍn de J.-l', !'rey. 1990.

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Rehabilitad6n de las doctrinas urbanística, fal'Orables a Ú¡s redes 117

Figura 20. Conexión entre una red comercial de dislribución de servicios y la reú vial:sorprendente actualidad de las visiones de un gran urbanista, Maurice-Fran<;ois ROllge

(Foto: G. DlIpuy).

difusión masiva de la televisión, del teléfono y de los progresos de las técnicas detratamiento y de transmisión de infomlaciones, cambios que progresivamentesugerirán una cinética nueva, llegando hasta el "tiempo real". Esto puede explicarque no hubiera sentido la necesidad de desarrollar este aspecto.

En cambio, el urbanista Rouge es absolutamente consciente de la nueva funciónterritorial de la red. En una época en la que el urbanismo progresista es dominador,entiende, como dirá más larde C. RalTestin, que "la huella del hombre" en el espacio"parece realizarse sobre tudo mediante redes". Consciente de las ventajas y de losriesgos "inmensos" que pueden resultar para la humanidad úe este nuevo estado decosas, estima que el urbanismo debe intervenir en la red y mediante la red paradominar, controlar, ordenar y coordinar los "mecanismos cada vcz más complicadosque intervicnen". Pero, por esto, concluye Rouge, el urbanismo necesita que seinstaure una nueva disciplina: "la organización del espacio", capaz de garantizar eneste campo las condiciones de una verdadera civilización; se podría aíiadir, sindefonnar el pensamiento del autor, de una verdadera urbmlidad.

¿Por qué un mensaje como éste no ha tenido ningún eco después de supublicación? Aparentemente, el artículo de M.-F. Rouge nunca fue citado mientrasvivía. Las páginas necrológicas dedicadas en 1981 por la revista Urba/lisllle a lamemoria de M.-r. Rouge, algún tiempo después de su muerte, no ponen de relieve

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1J8 E/urbanismo de las redes

este aspccto dc su pcnsamient057. Un interesante artículo tle su discípulo leanGohier trata de la "geonomía", tema predilecto dc Rouge, pero no menciona lasredes5g

. Se han propuesto algunas explicaciones59• Es verosími 1, en todo caso, quelos temas de Rouge podían difícilmente encontrar eco en una administración francesadividida en sectores encargados, uno de las carreteras, otro tlel saneamiento, eltercero del urbanismo, es decir de la concepción de una zoni licación de urbanizaciónrápida según la doctrina del urbanismo progresista. D; un lado el mallado de laszonas, del otro la canalización de los flujos a través de diversas luberías, imponíaneada una sus lógicas60, impcrn1eables a las consideraciones de Maurice-Pran<;oisRouge.

Rouge, Wright, Cerda y muchos más han tenido el inmenso mérito de constatary prever el crecimiento de las redes, cuando el proceso eSlaba todavía lejos dc suIinal. Incluso bastantes de eslos urbanistas entendieron, al menos en parte, la nuevasignilicación que lIegarian a tener estas redes para la sociedad urbana (lig. 21).Ahora es el momento de escuchar su mensaje.

El incremento de las redes es un hecho, su nueva signilicación territorial seimpone a lo largo del tiempo. El urbanismo no puede fundamentar sus doctrinas ysus prácticas en un pensamiento que descuida o rechaza esta realidad.

El urbanismo actual sufre por no comprender un mundo en el que quiere actuar.El problema prcdial es tanlbién una realidad para el urbanismo. Pero la úniea vía dela acción urbanística no es tan sólo la de la zonilicación. De Cerda a Wright pasandopor Soria y Mala Y Wagner, la lucha, contra la especulación, contra el obstáculopredial, ha sido tanlbién una preocupación mayor de los que han conseguido unavisión "reticulística". Algunos autores, como Gastan I3ardet, sensibles a laimportancia de las redes modernas lanto como la cultura y la historia de las ciudades,han dudado durante mucho tiempo61. La arrogancia de los "ingenieros, industrialesy capitalistas", realizadores de redes técnicas, y un afán de pragmatismo jurídico hanmantenido a estos profesionales en la vía de la zonilicación urbanística. Hay quesuperar esta actitud, un poco fría para la época, y admilir que una nueva vía se abre aun urbanismo renovado, la de las redes.

57 Gohier J., ar!. cil.5g Gohier Joo "Un Cours a I'EPlIE: la géonomie de Mamice-Fram;ois Rouge", Les Afina/es de In

recherche urbaine, n° 37.59 Dupuy G., "Préscnlation de l'artil.·lc de M.-f'. Rougc", Flux, n° especial, junio 1989.60 Incluso sus lógicas profesionales. como suhraya Jean Gohicr en una interesante nola dirigida al

autor de la presente obra. El entorno profesional de.: M.-F. Rougc en la Din:cción de Urbanismoveía con malos ojos la extt:nsión no técnica 4ue él d<.lba al término roo. 4uc tenía 4ue con~rvar

su significación estrecha de viales y redes de disl.rihución (VRD. Voirie el réscQlL\" el:!dislribulioll) y más precisamellte "Agua y Saneamiento". El resto, sobre todo el sentidoterritorial 4uc M.-F. Rougc daha a las redes. sólo era. para los ingenieros y urhanistas de laépoca. un discurso de "bunxrata sabelotodo" y una ampliación in<..'ollsidera<1a de la conccIXiónurbanística.

61 Bardet G .. L'Urbanisllle, París, PUF, 1947.

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Rehabilitación de Las doctrinas urbanlstiras fal'orables a Ins redes

TOPOLOGÍA CINÉ'I1CA ADAl'rJ'crn

HAUSSMANN @ a aPAX1DN e e aCERDÁ aHÉNARD • • a

SORIA Y MATA

WAGNER

INSULL

CIlAMBLESS aHART e a o

PINCIlOT a o

FORD Gl eWRIGl·rr

ROUGE G eRIBOUD oDE LA G eROCHEFOUCAtJl.n

VIRIUO a o

ll~

Hilos histúricos

rFERROCARRIL

rELECTRICIDAD

rAlJTOMÓVIL

r'Il;LI~FONO

(FRANCIA)

r'I1:LEMÁl1CA

Insistencia muy fuerte @ Insistencia fuerte a Insistencia media o débil

Figura 21. Insistencia en las llimensiolles topológica. cronológica y allaptaliva lle lasrelles,

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6. Las redes para un nuevo urbanismo:elementos de teoría

Redefinir la posición del urbanismo con relación a las redes no es simple.Décadas de incomprensión, de división de tareas, podrían hacer este proyectoveleidoso. Por lo tanto, hay que reconstruir, pero reconstruir sólidanlente.

Acabamos de presentar la actualidad del pensanlielllo de los precursores quefueron Soria y Mata o Wright. También hay que indicar claranlente el campo deacción actual del urbanismo en materia de redes. ¿En este canlpo el urbanista ticnetarea~ precisa~? ¿Con qué límites? ¿Con qué medios? ¿Porqué el modelo de la red­tubería no puede satisfacer al urbanismo moderno? No es suficiente conafirmaciones o juicios lapidarios. Hay que dar un rodeo teórico, que incluye unintento de del1nición de la red, para situar cada pieza en su lugar correspondiente.Después se presentarán las herramientas y se propondrán ejemplos de métodosactuales, que habrá que examinar desde esta nueva perspectiva. Hay experienciasreales, que no tienen la pureza del análisis teórico, ni la c1icacia de las herramientasmetodológicas, pero que se desmarcan suficientemente de la ortodoxia para ilustrarla visión "reticulística". En todo caso completarán el análisis teórico presentado eneste capítulo y los métodos propuestos en el capítulo siguiente.

6. l. Red vi rtual, red real

En la base de la nocitÍn de red hay que reconoecr la afinnación dc unadiversidad, de una heterogeneidad fundamelllal, en el tiempo y en el espacio. Comodice C. Raffestin, hay que comenzar identil1cando "puntos"l Estos puntos no sonen primer lugar puras abstracciones geométricas, sino que tienen un espesor social,geográfico, que hace de ellos "la expresitÍn de todo ego individual o colectivo".Pueblos, ciudades, capitales, mctrópolis, reconocidos por los geógrafos desde hacctiempo, viviendas, unidades residencialcs mcjor conocidas por los urbanistas, pcrotambién, porqué no, fábricas, prcsas y ccntrales eléctricas o estaciones depuradoras.Se trata en definitiva de "nudosidades tcrritorialcs, lugares de podcr y de referencia",

1 Raffcstin c., op. cil.

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122 1:" urbulli,wlO de las reelt:s

discontinuidades en el colIl inuulIl espacial o espacio-temporal. ESIOS punlos sondiversos, diferentes porque provienen de entidades difercntes, de voluntadesdiversas, de poderes distintos.

Sin este axioma de diversidad que plantea la exislencia de puntos o, si se quiere,de nudos, no puede haber red. Una planlación de abelos no es una red porque, alcontrario, postula la identidad de los árboles y de los lugares donde se han planlado.Por la misma razón, un sembrado no es una red.

En cambio, se entiende porqué precursores como Christaller y Lüsch se referíana esta noción. En primer lugar distinguían en el espacio regional unos puntos denivel o de función diferentes: aldeas, pueblos, burgos, ciudades, 11 prioridiferenciados y jerarquizados.

A continuación, a partir de los puntos evocados más arriba, hay que adnútir laexislencia de "proyectos transaccionales". ¿De qué se trata'? Al no ser el punto unaabstracción sino, según C. RalTestin, la expresión de un ego iúuividual o colectivo,es decir el lugar donde un aetor piensa su acción, puede convertirse en el origen deuna voluntad individual o colectiva de relación, de enlace potencial con olro punlo(es decir otro actor). Esto es lo que se denominará proyecto de transacción oproyecto transaccionaF. Así, el actor hace entrar el punto buscado por el proyectotransaccional en su terrilorio porque "el espacio se transforma en terrilorio por elobjetivo, la intencionaliuad del aclor. .. Los actores no s·~ encuentran cara a cara,sino que actúan y por lo tanto buscan establecer relaciones, realizar funciom:s,inJ1uenciarse, controlarse, prohibirse, permitirse, alejarse o aproximarse"3. Estasrelaciones se alimentan de las diferencias entre los puntos, y son múltiples para unactor determinado.

El conjunto de puntos y de proyectos evoluciona en el tiempo. En el curso ueesta evolución se delinen los unos con relación a los otros. El proyecto uetransacción no existe sin la diferencia, pero la uiferencia puede ueJinirse por elproyecto de relación. Hay, según la expresión de Georges Amar, deJiniciónrecursiva de la red, que implica simultáneamente singularidad (de los puntos) yregularidad (de la naturaleza de las relaciones entre los punlos)4.

Sólo se trata de proyectos, cuyas realizaciones suponen un poder: poder dehacer entrar otro lugar, otro punlo en el territorio uel actor, de eSlablecer la relacióndeseada, proyectada, en el espacio y en el tiempo. Ahora bien, (/ priori, el aclor noliene esle poder. Imaginemos que deseo conectar mi vivienda con una fuente siluadaa cierta distancia, para bcnclici,Ullle ue un agua fresca y pura para nú consumocotidiano. Esta fuente penenece al propielario del terreno en el que mana. ¿Cómo lotengo que convencer para que me autorice a sacar agua'! ¿Cómo asegurar

2 Ayuí se encuentran las nociones de interacción y de comullicacü'}!l a través de las tIue P. ClavaJilustra la lógica de las ciudades. CL Claval P.• op. cil.

3 Raffeslin c., op. cit.4 Amar G., "Essai de modélisation conccptllcllc d'un réscau uc dn.:ulaliun", in Dupuy G. el al.,

Réseaux ll'rrilOriQlu. Caen, Paradigmc, 19HX.

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teoria 123

regularmente el transporte del agua ha~ta mi vi vienda? ¿Cómo garantizar a largoplazo la pureza de la fuente?

Esta noción de proyecto Iransaccional debe relacionarse con la idea que /\..Cottereau había desarrollado para el urbanism05. Se veían diferentes actores,animados, con relación al espacio parisiense. por proyectos que ninguno de ellospodía realizar solo. El urbanismo aparecía entonces como la única posibilidadcolectiva de realización de proyectos individuales. Aquí también, es extra.iio que elpoder de un actor sea tal que pueda realizar él solo su o sus proyectustransaccionales. El caso de un prú1cipe de Oriente Mediu que obtuvo una conexiónprivada con la autopista /\. I3 (en Francia) para su residencia secundaria, acaparó nohace mucho las crónicas periudísticas. Sin duda, porque es un hecho excepcional.En general, es airo actor, colectivo esta vez, quien es capaz de concretar el proyectutransaccional por su propio poder. Pero el nuevo actor, que llamaremos "operador".no trabaja en beneficio de un solo proyecto. Reúne di versos proyectusIransaccionales, diversas demandas de puesta en relación entre ellos de diferentespuntos, gracias a una especie de delegación colectiva de poderes. Este conjunto deproycctos transaecionales será desde allOra considerado como la rcd de proyectostransaccionales (RPT).

La RPT presenta dos característieas esenciales. En primer lugar, por definición,proviene del deseo y de lo imaginario. Los actores desean e imaginan transacciones.sin referirse necesariamente a medios técnicos ni tanlpoco a una codificaci6n de estastransacciones. Nada impide pensar en una relación inmediata, instantánea, con elotro. ¿Porqué no imaginar que una fuente de agua pura está a mi alcance, que elamigo que deseo encontrar está cerca de nú, al10ra y aquí?

En segundo lugar, la RPT pertenece al campo de la virtualidad y no de larealidad. Lo que importa a los actores afectados es el conjunto de posibilidadesIransaccionales ofrecida~ por la RPT. Un punto detenninado tendría que estar enrelación con utro punto para una transacción hoy. pero también con otros puntospara otras transacciones que quizá serán útiles ma.iiana... o nunca. No es sólo unarelación que se proyecta. sino un conjunto de conexiones potenciales entre las que laselección se hará según el momento o las circunstancias. El ejemplo histórico de lasredes de transporte en las ciudades canadienses lo iluslra lllUY bien. Desde laaparición del transpurte colectivo, "todo el mundo quería un servicio confortable, decapacidad ilimitada, en todo instante. en todas las direcciones. y por un preciomínüno"6.

Los planificadores de la~ redes de comunicaeión encuentran esta noción de RPTbajo diversas denominaciones. Para el transporte urbano, se evoca la red de las"líneas de deseo". mientra~ que por lo que respecta al teléfllno, se habla de "malricesde afinidades"7.

5 Coltereau A .. arlo Cilo A. Collcrcau trata en eslc artículo el caso <.le la re<.l <.le rnelro <.le París.6 Annslrong G .• Nclles A.v.. Mallapo/y's MOlllelll. Ihe O,xatliSaliall 1lIu/ Regll/atiotl af

Caruuliall Vli/ities 1830-1930, l'hiladclphia. Temple Universily Press. 1986.7 eurien N., Gensollen M., op. cit.

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124

Estas dos caracleríslicas -imaginario y virtualidad- tienden a convertir la RPTen una red máxima. Uno imagina que el conjunlo de proyectos transaccionalesindividuales pueda conducir al conjunto de las conexiones "punto a punto". Desde elpwllO de vista de cada aclor, la red transaccional sería la red máximas. Yo quisieraestar conectado directamente a "mi" fuente de agua potable, pero mi vecino también,y el otro vecino, etc. Además, desearía (y los otros también) eslar asimismoconectado direclanlenle con todos mis vecinos para estar seguro de que cn caso deruptura de mi suministro, puedo contar con el sunúnistro de todos los demás. Talcomo señala C. Raffesún, "si no hubiera impedimentos, cada actor escogería la redmáxima con todas las relaciones más directas".

Todavía hay que precisar que este carácter máximo presenta siempre línútes queprovienen de la historia. La concepeión de un territorio basada en las posibilidadesde relaciones, de comunicación, de circulación, en "transacciones" entre "punlos",no úene nada de universal. Existen otras formas para constituir y marcar losterritorios mediante fronteras, delimitaciones, cuadrículas y, en el registro lemporal,cronologías que no provienen ni de la inslantaneidad, ni de la velocidad. Eslasformas incluso han sido predonúnanles en la historia dc las sociedades humanas. Sila conc~pción de una lerritorialidad transaccional parece emerger cada vez más ennuestras sociedades modernas, esto no excluye el mantenimiento de diversas huellaslerritoriales espacio-temporales a veces muy potentes9 . Estas otras formas deterritorialidad sicmpre restringen la RPT. Los proyectos de los actores nocontemplan, ni en lo imaginario ni en la virtualidad, todas las conexiones posiblesinmediatamente con todos los puntos. Las fronteras permanecen o aparecen aquí yallá, excluyendo algunos puntos, algunos períodos, algunos rilmos. Así, seimponen línútes entre los "a dentro" y los "a fuera", límites que las lransacciones noosan transgredir.

De ello se derivan reducciones de los mismos proyectos InUlsaecionales, en elabanico de posibilidades que despliegan. Como consecuencia, debe moderarse ellérmino "máximo" para la RPT. La red máxima no es la red inlinita y la RPT en lassociedades modemas se caracterizaría más bien, en un proceso evolulivo, por unatendencia maximaJista. I.a red que se acaba de dclinir puede ser llamada redvir(ual IO•

En fin, por el solo hecho de la construcción, la RI'T es una red territorial. EntanLO que proyecto colecti va de un conjunto de actores, es la expresión de una

S Este concepto de nx1 máxi.ma <.Jebe relacionarse con el de "sistema vectorial" utilizado pur JeanBouley. secrelario general de la Unión Internacional de f'eITOcalTiles. pal'a calificar lacxhorhilanlc demanda dirigida a las redes ferroviarias y yuc no pueden satisfacer. Punencia all.:oloyuio de la Asst.X:iatioll historiquc des Chcmins de fce, "Le Réscau dans l'univcrs fClToviairc",París, nov. 1989. in Revue d'hisloire des chelllins dejer, n° 2, primavera de 1990.

9 CL el caso de la n.xl de Eurovisión en la yuc las sobcranías nacionales frenan las modernasposibilidades de teledifusión europea: Dupuy G., "L'Eurovisiull uu le conllit du réseau el d;s

lcrriloircs", Nelcom. n° 1, Groupc d'Eludes de Géographie de la communkalion el <bilélécommunications. Comité nalional de Géographie, enero de l 9~7.

10 Tomando prestado un térmillo utilizado por G.-Il. de Radkowski, art. cilo

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teoría 125

territorialidad que el operador tendría que realizar. Pero, tal como scñala c.Raffestin, "intervienen diferentes restricciones técnicas, económicas, políticas ... Lared es un compromiso entre red máxima y medios a disposición y condicionesreales".

Este compromiso realizado por el operador a partir de lo imaginario y de lavirtualidad de la RPT es lo que materializa la red técnica.

Dos ejemplos ilustran este efecto de las restricciones citadas por C. Raffestin.En el primero, el operador, asinúlablc a los poderes públicos, hace prevalecer unalógica política. En el segundo, el operador es una empresa. Entonces, la lógicaeconóllÚca juega p!Cnanlente para linútar la red transaccional.

El predomiruo de la lógica política se encuentra en la concepción de la red dedistribución de agua de las ciudades romanas. Este caso fue expuesto por Vitruvio yrecogido en la obra de Jacques I30nnin sobre hidráulica urbanall . Los consumidoresurbanos romanos nunca estaban conectados directanlellle a la traída de agua potable.El agua, anteriormente almacenada, se repartía antes de ser distribuida entre losconsumidores, divididos en tres categorías: casas privadas, depósitos y fuentespúblicas, y termas. El reparto se hacía a partes iguales. Después. el agua sealmacenaba nuevamente antes de la distribución en tres depósitos que correspondíana cada tipo de usuario. Los eventuales excedentes del depósillJ "casas privadas" ydel depósito "termas" se enviaban al depósito "depósitos y fuentes públicas". Ixesta manera, la capacidad de almacenanúento no solamente constituía un límitematerial del consumo, sino que se aseguraba una prioridad de hecho en ladistribución para los usos públicos no concedidos (depósitos y fuentes), por delantede los consumidores privados (casas) o de los concesionarios (tcmJas).

Por supuesto esta concepción de la red, cuya realización era muy onerosa,traducía una voluntad política de los poderes públicos de limitar las desigualdades enel uso de un bien vital y escaso, cuyo suministro podía ser aleatorio.

En eamhio, la lógica económica prevalece en otros ejemplos. Se puede imaginarque una RPT formada por líneas de deseo entre seis polos urhanos (I1g. 22 A), paraser económicamente realizahle mediante una red pesada de transporte público, setenga que diseñar según el dibujo de la figura 22 n. Annstrong y Nelles evocan ladiferencia entre la red A y la red 13 a propósito del tranvía en las ciudadescanadienses del siglo pasado12•

Los dos casos precedentes se han escogido porque las limitaciones que seimponen a la red virtual (y por lo tmJto a los proyectos transaccionales) no sonvisiblemente de naturaleza léenica. En muchos otros casos las cosas son menosevidentes13, porque la técnica opera una especie de combinación de linúlaciones denaturalezas diversas, y es dillcil descifrar su composiciónl 4. Las redes modemas

11 Bonnin J .. L'Eau dans l'Anciquicé. París. Eyrolles. t984.12 Armstrong G., Ncllcs A.v .. op. cit.13 Clava] P., "Réscaux tcrritoriaux et enraciIlcmcIlt", CaJliers c/u groupe réseaux. n° 7. aoril 1987.14 Dupuy G .. Urbanisme etlechnic¡ue. chro"ú¡ue d'un mariage de raison. op. elr.

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126

A

1:"' urbanismo de {a\' redes

B

Figura 22. La reo simplilkaoa I3 sirve a los mismos pllIltos que 1\.

(transporte colectivo, agua, telecomunicaciones, energía, ete.) se encuentran amenudo en este caso.

Simplemente se citará el caso de las redes viales urbanas planilicadas en losaJ10s 60. La red transaccional estaba constituida por el conjunto de las "líneas dedeseo" que traducían los proyectos de desplazamientos urbanos de los habitantes. Lared técnica, después de un complejo proceso de modelización y de planilicación,tomaba la forma de la vía urbana moderna que conocemos lS . El paso de la red de las"lmeas de deseo" (RPT) a la red técnica sólo se puede comprender evidenciandonumerosas detertllinaciones combinadas y escondidas al mismo tiempo por losinstrumentos matemáticos de pl.ulilieación y de dimensionamiento utilizados.

De ello se deriva una especie de opacidad que conduce a atribuir a la operacióntécnica la responsabilidad linal del paso de la red transaccional a la red real.Probablemente por esta razón la denominación de "redes técnicas" se ha impuestotan fácilmente en Francia l6. Se puede admitir este término siempre y cuando se tengapresente que el sentido de la operación que hace pasar de la red de proyectostransaccionales, ideal, a la red real, nunca es puranlente técnico, sino que proviene,según C. Raffcstin, "de limitaciones técnicas, económicas y políticas". Para evitarcualquier ambigüedad, a partir de ahora se hablará de red real.

Así, se constituye una red que colectiviza, juega con la diversidad a la vez que launiformiza. Al principio, los puntos son diversos y los proycctos de transacciones,y por lo tanto de conexiones, son múltiples. Pcro la viabilidad del proyecto colectivoexigirá una homogeneización en la 16gica del actor encargado, cs decir el operadorde la rcd.

IS Dupuy G.. Une lecllflilJue de plllf/ijieaJivn au ,-en'iee de 1'1lUlvlllObile: les lIIadNes de IruJieurbajfl.op. cil.

ló En Estados Unidos, donde el t~nnino "técnica" (con el que rivaliza tec}¡t1%gy. más amplio,pero muy valurado) no tiene el mismo sentido, la opcr<.l.ci6n se cJlifica más hien por su rcsullJdoy se hahla dc redes de infracslructura (ifljrCJI.'sIruclllre 1/R1WOl'ks).

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leoría 127

¿Cuáles son las reglas que guían a este úlLimo? Se ha visto en los ejemplosprecedentes cómo uno u otro de los dos criterios, político o económico, podía serdeterminante. La historia contemporánea de las redes técnicas aporta explicacionesinteresantes sobre la manera cómo estos dos criterios sc combinan cn las redesmodemas 17• De hecho, si las reglas actuales de extensión de las redes provienen amcnudo de una opLimización bajo limitaciones, el peso del pasado, la herencia de lasredes existentes, juegan un papel destacado. A veces, la regla es simple. "Ningunacallejuela sin salida podrá tener más de 50 metros de longitud", ésta era la nonnaaplicada por los Servicios del Equipamiento del Oepartanlento del Nord (I'rancia)para las redes viales dc los polígonos. La historia de los palios insalubres explica clorigen e incluso la perpetuación de esta regla aplicada por cl operador. La RATP'estima, sobre la base de una larga experiencia cn la explotación de los autobusesparisienses, quc una línca de autobuses no debe tener una longitud superior a xkilómetros. Se impone pues esta restricción en el diseño de su red, incluso cuando laquiere recstructurarl8• La compañía parisiense de calefacción urbana aplica clsiguiente principio: sólo acepta conectar a la red a un nuevo abonado que contrateuna potencia instalada de P megavaLios, y esté situado a una distancia máxima de dmetros de la red, si P> Po y d < do. Po y do son umbrales fijados según el coste deconexión, el consumo supuesto del futuro usuario, la estruclura tarifaria de lacompañía, los gastos financieros soportados por la inversión, etc. Si bien el criterioeconómico parece dominante, el cálculo se apoya en cada etapa en hipólesis fuertesde otro orden: concesión del scrvicio público, bonilicación pública de los préstanlos,prohibición legal de vcnder electricidad, lo que impide la cogeneración y aumenta clcoste dc producción del calor. ..

Para otras redes, las reglas son menos explícitas y mucho más complejas. Noobstante, a menudo se puede extraer de ellas una lógica económica, moderada porobligaciones de servicio púhlico, todo cllo combinado con imperativos, Jatos ylimitaciones técnicos implícitos.

¿Qué ocurre con los proyectos transaccionales en la constitución de la red rcal'!Si bien, en su lógica, el operador no puede evitar proceder a una colecLivización y auna homogeneización de los proyectos individuales, esto no quiere decir que hayadisolución total, laminado de los proyectos transaccionales. La homogeneidad tendrásus límites, que son evidentemente límites de poder. El operador está subrogado ensu función por un compromiso de poderes donde un actor determinado, puntualpero poderoso, sabrá imponer una configuración de la red más favorable a sus

17 Jacobson c.. Kleppcr S.. Tarr J .. "L·Eau. 1"élcclricilé el la létévision par cáble aux USA: éludecomparalivc des modeles hisloriqucs de propriété ct de réglcmcntation", Cahil!rs du grollperéseaux. n° 3. nov. 1985; "Las Réseaux let'hniyues urbains". [-es Annales de la reclU'rcileurbaille. n° 23-24. jul.-dic. 1984; Dupuy G., Urhanisllle ellecilnü¡ue. cilroniljue '¡'unlllariage deraison. op. cil.N. del T. Régie Autonome des TmnsporLs Parisiens. empresa pública yuc explota las redes tCmetro y autobuses de París y cercanías.

18 Offner J.-M .. Sander A., "Las poiols-clés d'Aulremenl-llus: des lhéor¡es á la pratiyue". RATP­Réseau 2000. GDR Réseaux. septiemnre 1990.

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128 I::I urbanismo de las redes

proyeetos transaccionales. En cambio, otros proyectos transaccionales no se podrántener en cuenta en la constitución de la red técnica. Algunos puntos pennaneceránaparte de la red real pese a tener su lugar en la red virtual.

La sociedad de aguas que realiza mi proyecto de conexión con la fue lile de aguapotable construye una red que sirve a unos centenares de habitantes como yo. Porrazones fáciles de entender, la red no es la que querríamos. No hay conexionesdircctas entre todos los habitantes, sino más bien una red en fomla de árbol a partirde la fuente. Quizá se realizará por lo menos un "mallado" para mejorar la seguridaddel servicio en caso de ruptura de la canalización. Pero, por razones económicas, laempresa rechaza abastecer a un solicitante demasiado alejado. En cambio, seextiende la red a otros usuarios domésticos o industriales cuando se intuye que serángrandes consumidores.

La fuente inicial es entonces insuficiente, hay que sacar agua del río y combinarlos dos recursos según su disponibilidad relativa según las estaciones. Se debe tratarel agua para responder a las nomlas de higiene, y porque está cn las canalizaciones.El funcionamiento correcto de la red exige una normalización de la presión, etc. Seha pasado de la red de proyectos transaccionales a la red técnica. Pero en laoperación, unos actores han conseguido que la red real respete ciertos aspectos desus proyectos transaccionales: regularidad del suministro, caliuad del agua, servicioa pesar del alejamiento de un consumidor importante, ventajas tarifarias, etc.

El estudio de las n:des reales revela igualmente el "peso" de algunos de lospuntos de la red en su concepción general. Lus industriales consumidores de energíaeléctrica tienen un peso relativamellle fuerte en la configuración de la red EDr'. Lamaucja extreman1ellle compleja de las líneas de autobús de la RATI' en las cercaJúasde París es el resultado en gran parte de los poderes de ayuntamientos que, a lo largode la historia, impusieron además de las líneas iniciales algún otro servicioparticular, algún rodeo. Las neeesidades particulares condicionan las extensiones yel funcionamiento de las redes de agua potable en cualquier ciudad.

Estos ejemplos muestran que una red técnica no está nunca inmovilizada.CUaJldo unos aetores poderosos lo exigen, son posibles algunas adaptaciones. Peroa continuación hay que mencionar los límites de estas evoluciones. La reu técnicaorganizada por el actor colectivo parece a menudo acabada, osificada, porquecorresponde a la obtención de un compromiso difícil que el operauor no tiene interésen replaJltearse tan pronto.

La reu segrega su propia organización y se estandardiza para poder funcionar dela mejor manera de forma estable sobre una base colectiva y en un pcríodu largol~.

La diferencia entre red real y red virtual se aJirma en este proceso. En efecto, lared de proyectos traJlsaccionales, red imaginaria y virtual, conjunto de proyectosheterogéneos en el tiempo y cn el espacio, heteróclitos con relación a las normas de

" N. del T. Eleclricilé de f'rance, empresa pública yuc pnxluce y distrihuye la elec~'ieidad enPrancia.

I~ RibeiJl G.. "Le Dévcloppcmenl á la fran~aise des réseaux techuiyues". Métropolis, n° 73-74, 2"Lrim. 1986.

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leoría 129

la red técnica. eminentemente evolutiva, tendría que corresponder a múltiplesposibilidades. a facilidades inmediatas. a disponibilidades espacio-temporales. aenlaces de toda especie que responden a los objetivos diversos y cambiantes de losactores. Además. corno se ha dicho. es red territorial por construcción.Generalmente. la red real no puede respetar este modelo.

Al contrario, la red real parece a veces querer crear su propio territorio: eloperador intenta asegurarse el control espacio-temporal a partir de las líneas y losnudos de "su" red. Ahora bien, escribe C. Raffcstin, "el control del espacio y elcontrol en el espacio lo aseguran las redes", y añade "toda red es una imagen delpoder del o de los actores dominantes". En el paso de la red virtual a la red real, ladelegación del poder no es neutra: afecta a la territorialidad de la red. Hay diferenciay conflicto potencial entre la red territorial. que es la red virtual, y otra territorialidadque es susceptible de imponer la red real, vía su operador, en provecho del o de losactores que dominan su compromiso constitutivo y gestor. La distancia entre redvirtual y red real engendra pues tensiones. Estas tensiones conducen amodificaciones que afectan a los puntos. a las transacciones, al operador. Al lado dela definición recursiva de los puntos y de las relaciones vista más arriba. la dist¿Ulciared virtuallred real constituye un motor de evolución de la red. Puede esquematizarse(lig. 23) el conjunto de procesos que constituye y hace evolucionar la red.

PUNTOS ... ~

1 --SOPCRA= --.: REDlRANSACCIONES ...

Figura 23. Definición evolutiva de una red.

6.2. ¿La ciudad de los operadores de redes?

Si ahora tomamos un actor "puntual" particular, indi viduo, fanJilia,establecimiento industrial. la separación entre sus proyectos de transacci<Ín y la redreal aparece de manera diversa.

En un instante concreto, la~ redes efectivamente realizadas no asegur¿u¡ elconjunto de las transacciones proyectadas. Cada operador ha especializado su red.AllOra bien, un modo de transporte no es necesariamente substituible por otro; la redde telecomunicaciones sólo permite iniciar la transacción y no llevarla a cabo. Esmás, las redes reales son siempre insulicientes, inaeabada~, por lo que respecta a la~

relaciones deseada~. El actor particular, si tiende a realizar sus proyectos. tendrá que

9

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130 El urbanismo ele las redes

paliar estas deliciencias. ¿De qué manera? Principalmente aplicando el poder deorganización de que dispone para completar las redes reales que se le ofrecen.

El mecanismo es bastante complejo. Robert Fishman lo analiza de maneranotable. Después de haber estudiado extensamente la obra de EL. Wright, llega aconsiderar llroa{ú¡cre, ya no como alegoría o como utopía, sino como profecía20. Ennuestros días, avanza, llroa{ú¡cre ya existe y la mayoría de los americanos viven ahí.Se ha hecho sin planilieación, por las decisiones de millones de actores económicos,de familias, que han relocalizado sus actividades, sus lugares de vida, sus viviendasy que lo han reorganizado todo en redes. Los centros de las ciudades ya no tienendemasiada signilicación. Ya no se trata de suburbanización, porque esto implicabauna dependencia distante pero fuerte entre la periferia y el centro. La nueva ciudad,por lo menos en Estados Unidos, es otra cosa. Como en el plan de llro{/{ú¡cre, elverdadero centro no está en algún Cel/1m/ business dislricl, sino en cada unidad deresidencia. I'ishman ilustra con el tema de la autopista, tan apreciado por Wright,esta paradoja de una urbanización cuyo ccntro está en todas partes21 .

Para él, cada familia, cada unidad económica constituye su propia ciudad apartir de un punto central, llilÍdad residcncial, localización industrial... Esteurbanismo sui gel/eris consiste, para los aclores cn cuestión, en utilizar su poder deorganización, por muy reducido que sea, para realizar bajo fonna de redes elconjunto de sus proyectos transaccionales. Evidentemente, no pueden realizar lasinfraestructuras pcsadas y los servicios colectivos generales que asumen losoperadores precedentemente citados, y que serán calilicados de prilller l/ive/. Sóloson sus usuarios, o mejor, como se ha visto, "asociados". Pero a partir de aquítendrán que tcjer, con todos los medios a su aleance, las relaciones que acercarán larcalidad a la red virtual. Eshman observa que de esla mancra se construyen tresseries de redes que se podría calilicar de segundo l/ivef-2:• Las redes de producción, correspondientes si se quiere a las redes logísticas de la

empresa (proveedores, subcontralÍstas, clientcs...) a las que hay que asociar lasrelacioncs con el mercado de trabajo y todas las conexiones nccesarias para lainfoffilación de la empresa en el contexto mencionado pnr A. llressand23•

• Las redes de consumo. Estas redes, que Fishmanllama Ma//opo/is. son las de loscentros comerciales, de los circuitos de distribución, de las marcas y franquicias,que cada vez más pcnniten al consumidor ver una mercancía en un lugar,informarse de su precio en otro, comprarla en un tercero, sahiendo que se tratadel mismo producto, de la misma marca. Fishman incluye las actividades dc ocio.

• La red personal se constituye por el conjunto de "puntos" de los que depende lavida personal. Para una familia con niños, esta red cslá orienlada hacia laeducación: guarderías, escuelas, actividades divcrsas de los niños situadas en

20 Físhman R., art. cito21 Flshman R.. arl. cil. CL capíluJo l.22 Fishman R.. "MClropclis Unbuund: '11,0 Now Cily of lho Twcnliolh Conlury", Flux, n° 1,

primavera 1990.23 Ver capÍlulú 4.

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teoria 131

lugares variados... pero en todos los easos, incluye a los amigos de los padres, lafamilia próxima, etc. .

Cada una de estas tres series de redcs tiene su propia lógica espacial. Lasescuelas primarias se disponen en los barrios según la población en edad escolarpara ser accesibles a pie. Los centros comerciales se implantan según la red decarreteras y de zonas de clientela (fig. 24). Las oficinas se instalan en los nudos delas redcs viales o de transporte colecti va.

La familia urbana, al utilizar todos los medios de comunicación puestos a sudisposición por los operadores del primer nivel "debe hacer ella misma lasconexiones necesarias entre los tres tipos de red (del·segundo nivel) para diseñareste complejo esquema de conexiones multidireccionales que constituye la ciudad decada uno" (fig. 25). Fishman añade que la nueva ciudad no tiene ni centro, niperiferia, ni frontera definida, ni distinción clara entre zonas residenciales,industriales y comcrciales. Tanlpoco tiene una estructura característica que ladistinga del caos que algunos quieren ver en ella: es una estructura de red que sepuede calificar de tercer nivel.

Aunquc quizá la visión teórica de rishman subestima el peso rcmanente de loscentros, sobre todo para las ciudades europeas24 , aclara la articulación entre la~

funciones de operador de redes de primer, segundo y tercer nivel en la organizaciónurbana contemporánea. Es interesante notar que la visión de I'ishman y laarticulación en tres niveles que se puede deducir de ella se acercan a ciertasconsideraciones muy anteriores de Gustavo Giovannoni (1873-1943) reveladas enFrancia por r. ChOay25.

Estas consideraciones se encuentran tanlbién en las ideas de M. l3onetti26 y laspuntualizaciones de A. Moles a propósito de la calidad de vida en la ciudad cableada,calidad que cada vez más asegura el "sistema de conexiones de cada una de lascélulas sociales con las fuentes de las redes''27. Esta ciudad-red particular, esteesquema complejo que realiza de la mejor manera la red virtual, para un actor y apartir de un punto determinados, fmalmente lo construye él mismo, jugando dealguna manera la función de un operador de tercer nivel.

¿Cómo situar el urbanismo con n:lación a esta nueva visión de la ciudad'!Cuando los prineipios fundadores de la antigua ciudad, de la ciudad burguesa, de laurbanización industrial, dejan paso a la conexión urbana, ¿todavía hay lugar para unurbanismo que ya no sería, en lodo caso no sólo, de mallado, sino de retieulacíón'!Adaptar el método al cambio de la forma urbana y al desarrollo de las nuevas

24 Y también en cierta medida para Estados Unidos, según Goldficld D.R., '''Ibe Fulurc ofMclropoJilan Region". in Scba/fer D., op. cit.

25 Giovannoni G., Vecchie Gua, edi/izja nuova, Torino, Nuova Antologia. 1981 y Choay F., "Laville invivahle", lA' Débal, n° 60, Gallimard, mayo-agosto 1990.

26 Bonelti M., "Le Réscau de communication el la rccomposition de I'espace urbain",comunicación al simpusiwn internacional Communicalion el organisalion sociale. IntcmationalGeographicalUnion, Ginebra, CSTD, nov. 19H9.

27 Moles A., art. cit.

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132 El urbanismo de las redes

SORnE N" 7

sr-QUE'"LAUWO"'E(II.AGHY

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CHANTEMURKUQM CUlS1NElOCATElCLAUOE MAX1MEtCOIFFEUAILA POSTE(COMPIOJR OANCAIREIINFLORESCENCE(FlEURISTEjELECTHOMENAGER

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figura 24. Versión francesa de Mallopolis. Las lógicas espaciales de las grandescadenas comerciales tejen progresivamente redes de consumo que se apoyan en las

redes de infraestructura vial.(Fuente: Frailee Soir, Spécial Publicité "Árt de Vivre")

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lAS redes para un nuevo urbanismo: elementos de leor{a 133

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Red vialRed o" lranspol1c coleclivoRed telefónicaclc.

Figura 25. Los tres niveles de operadores de redes que (re)organizan el espaciourbano.

tecnologías de comunicación, ¿no cs un desatIo estratégico para el urhanismo? seinterroga un profesor italiano, crítico del urbanismo tradicional28.

Inmediatamente se plantea el problema de la legitimidad de una intervenciónurhanística El modelo teórico que se acaba de presentar parece ser suficiente. I.osdiferentes niveles de operadores parecen cumplir funciones qUl~ se podrían imaginarcomo propia~ del urbanista. Algunas regulaciones parecen poder suhstituir a laintervención urhanístiea

Así pues, ¿la plaza ya está ocupada? ¿Al urbanista sólo le queda replegarsetembloroso en doctrinas de mallado y prácticas de zonilkación cada vez máscontestables e inoperantes? La respuesta es que la planificación urbanística esperfectamente legítima en el campo de las redes. La argumentación es ahundante yfuerte. Pueden destacarse los puntus esenciales:

28 Gibclli M.C.. arl. cil.

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134 El urbanismo de las redes

l. El modelo teórico precedente deja pendieme la cuestión de las territorialidadesareolares, que, a pesar de las redes, se mantienen a diferentes escalas sohre hasesjurídicas, históricas y culturales. Es necesario que la organización en reúes, en lostres niveles indicados anteriormente, se las componga con estas territorialidades queel urbanismo, como se ha visto, ha reconocido desde hace tiempo. El urbanismopuede ser el arte de estas composiciones, el urbanista d artesano de estoscompromisos. Además, esta función ya se ha ejercido, parcialmente, sectorialmenteo puntualmente, en el urbanismo antiguo o contemporáneo. Cerda conseguíaconciliar la habitabilidad, es dccir el terrilorio del refugio humano, con la vialidaduniversal. Hénard se esforzaba por extender redes viales dicaces en una ciudad de laque no replanteaba el territorio. La metodología de los esquemas directores deordenación y de urbanismo instaurados en Francia por la ley de orieIllación predial,preveía idas y vueltas entre líneas de deseo, previsiones de trálico, esquemas de redvial y zonificación urbanística29.

En las ciudades nuevas, los urbanistas inventaron combinaciones interesantespara dilCrentes tipos de redes y mallados. Más cerca de nosotros, los planes decirculación3o, e incluso los planes de desplazamientos urhanos31 , tenían que buscarcompromisos de esta índole en relación con los planes de ocupación del sudo. Eldesarrollo de las redes cahleadas de teledistribución parece poder abolir algunascompartimentaciones y facilitar estudios de ordenación imenllunicipales.

El sector del saneamiento es hoy un campo privilegiado de esla clase debúsqueda, t.¡ue tienden a hacer de las redes de evacuación de las aguas pluvialeselementos de recomposición y de valoración de algunos espacios urhanos32 .

2. En gran medida, lo que se ha analizado para el prilller nivel de operadores sepuede transponer a los segundo y tercer niveles33. En cada uno de los tres niveles,los operadores de redes presentan límites en su papel, límites cuyas consecuenciaspueden ser perjudiciales para la colectividad urhana cn su conjunto o hien en algunasde sus partes34.

29 Merlin P., La PlaniJica/ion du lransporl urbuin, París, Masson, 1984.30 faivre d'i\rcier B., Offl1er J.-M .. Bieber A.. "Les Plans de circulatiol1, évulution d'une pmcédUl"

tcchllil¡uc". infonne de investigación. Instilut de rcchcn.:hc des lrunsporls, n° 45, octubre 1979.31 Lassave P., L'E.\périence des plans de d"plucen"nts urbuins (1983·1986), CETUR,juliul 1987.32 "La Villc cll'cau". ge refU.:onlre de la Fédéralion naJionale des agellCt'S d'urbanüme, Nantes. oel.

1987.33 Por ejemplo. a nivel del hogar. se puede considerar la multimotorizacióll. la duplicación de la

línea telefónica. o la multiplicación de los aparalos de televisi6n. como un esfuerzo del opcrador­hogar para adaptar su red real a la red virlual de los proyectos de transacción de la micro­colectividad que representa. Cf. de Gournay e .. ¡:Errance cOIlIIlIIl1licu(iorllll'Lie: 'ville. mobilité etcommllnication. Plan urhain. ARTE. París, 19X1). Un punto de visla como éste yuizá tendría4ue poder renovar las rellexiones sobre la domótica.

34 ..... La riYUCI.il de las ciudades continuará hasada en la cantidad y la calidad de lo yuc hacenaccesible. Las ciudades serán pues cada vez más densas: pero con las nuevas tecnologías recomunicación. la densidad se expresará bajo nuevas formas. en particular por hl densidad y lacalidad de las redes... Ahora bien, los resullados de las redes dependen de la imponancia de losnudos. de la finura del mallado. de la calidad de las conexiones". Aschcr r.. "Vers un w-banisme

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de teorfa 135

El operador de primer nivel tiende implacahlemente a especializar, a sectorializarsu red 35. Una compañía (o un scrvicio) de aguas considcra que debe suministraragua potable. El carácter comunieacional, informativo, simbólico del agua que llegaal grifo o a la fuente se le escapa. aunque. tal como sospecha P. Sansot.probablemente es importante en el imaginario social urbano. La división deltransporte en modos separados, con tecnologías y fonnas de explotación muydiferentes, también ilustra esta limitación, mientras que el ciudadano se preocupa porlos desplazamientos, o las eomunieaciones, en su conjunto.

Esta sectorialización incluso llega a dejar de lado grupos enteros de solicitudes odeseos sociales para los que no hay verdaderamente operador de primer nivel. Ladificultad de introducir redes fiables y accesibles de telescguridad para los enfermoso las personas mayores es un ejemplo de ello. El incremento del consumo de aguamineral, de una forma que corresponde más al mercado que a la red, muestra unacarencia para asumir una demanda social por [os operadores de redes de distribuciónde agua36•

En el segundo nivel se imponen lógicas económicas o adminislrativa~ a menudounidimensionales. Las implantaciones de centros comerciales se deciden según lared de earreteras. El acceso mediante transporte colectivo. vehículos de dos ruedas,a pie, es verdaderamente problemático. La programación cscolar pri vilegia, según elcaso, la marcha a pie o la recogida en autocar. En cambio, desprecia, por lo menosen Francia, casi totalmente las posibilidades ofrecidas por las redes detelecomunicaciones. Se podrían multiplicar los ejemplos de esta índole, quemuestran cómo las lógicas de los operadores de segundo nivel están lejos de haher"pensado, organizado o proyectado sus redes de forma coherente e intcncional paraun uso social"37. Ciertanlente, como dice Christian DevilIers, hay que "domesticarestas lógicas sectoriales y aplicarlas a esta finalidad de uso y no de producción o degestión"38.

3. El modelo del operador del primer nivel no excluye los riesgos deperversión. La imagen de la red de servicio público, muy fuerte en la culturafrancesa, parece tranquilizadora desde este punto de vista, porque parece garantizarun tratamicnto equitativo de cada ciudadano, de cada actor puntual. El a[X)litismo esaquí riguroso. Los aspectos económicos se contienen y los técnicos se moderan porun humanismo de buen gusto.

Sin embargo, el operador dispone de un gran poder, a pesar de que sea unpoder delegado. En esta delegación, algunos actores "pesan" más que otros. ¿Qué

stratégiquc, décisionncl el hcurisliquc", comunicación al Coluquio Metropolis. Mclhournc.1990.

35 Es una de las fonnas de la "lógica seclurial" criticada por Christian Devillcrs. "De la lugi4ue <1:secleur au prajel urbain", in "Furmes urbaines". Vil/es enparalli!le. n° 12-13. nov. 1988.

36 Se puede tratar de carencias transitorias. Las socicdades distribuidoras eJe ugua en las ciudadcs yareflex.ionan sobre el lema. En pocos años. podrían aparecer nuevos opcrJdores cn estc"segmento". Pero a menudo hay una gran inercia.

37 Dcvillers c.. ar1. ci1.38 ¡bid.

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13G 1::/ urbaf/ismo de las redes

operador no tiene su servicio especializado para el tratamiento de los "abonadosespeciales", de las "grandes cuentas", de los "grandes c1icnles",! Además, latendencia a cristalizar la red, a hacerla rígida, a osilicarla, a1redcdur de técnicas bienduminadas, de compromisos difíciles de renegociar, es absolutamenle inherellle a lafunción del uperador.

Los ejemplos de perversiones de esta especie abundan por doquier, y algunosse han analizado de fOffila precisa. Así, se ha podido descubrir cómo una red detraída de agua a Sousse (Túnez) podía, bajo cobertura de suluciones téclÚcasadecuadas y de gestión rigurosa, ponerse al servicio del sector turístico endetrimelllo del sector horlícola y de los eiudadanos ordinarios39. Un estudio de la redde transporte de la bailía de San r-rancisco, el BART, demostró cómo la concepciónde la red se había oriclllado de manera que favorecía las sedes de algunas empresasen detrimento de otras necesidades socialmenle más urgentes4D.

Igualmeme, en el campo de la eleetricidad, los debates californianos registradospor Douglas D. Anderson resallan los cfecLOs sobre los más desprotegidos demedidas, aparentemente neutras, decididas por el operador4 l . Se tralaba en este easode aplicar a una compañía de electricidad un principiu de talilicación al costemarginal. A priori guiado por una imención de buena gestión, el operador secomportaba favoreciendo a los usuarios importantes con relación a los que sóloconsumían lo estrictamente necesario (personas mayores, parados... ). El estudiomostraba que, si se hubiera seguido la política pn:vista, estos últimos habrían vistosu eonexión suprimida, por no poder pagar la faetura.

I.as redes de telecomunicaciones y de teledifusión prcsentan casos análogos. EnQuebec, donde las redes eableadas de televisión forman parle de las redes urbanasbásicas, todos los abonados se eneUentran con la obligación de acepLar un nuevoservicio42, acompañado evidelllemente de una tarilicación más elevada, bajo pena detener que renuneiar a su ahono.

M.-r-. Rouge presentió este riesgo e incitó a prevenirlo "ante el crecimiell10 y laproliferación de las redes telllaculares, con los inmensos bendicios y los riesgos nomenos grandes que aportan a la humanidad, ante los mecanismos cada vez máscomplicados que comportan"43. Rouge deseaba que la nueva disciplina de "laorganización del espacio" fuera capaz de controlar riesgos de esta especie.

Este tema tanlbién llama la ateneión de Gastun Bardet, urhwlÍsta profundamenteconsciente de la importancia de los intereambios, preocupado por ordenar redes ynudos. Le pareee que en materia de red, la léclÚca pasa demasiado rápidamente por

39 Soughir R., /,'Enjea de ["eaa iI Soasse. la prodaclion sociale d'lm déjicil, tesis doctor"! de 3°ciclo, Instilut d'urlJallislllc de Paris, Univcrsité París XII. 19~4.

40 Whitt l.A., UrblUl l:"Jiles wuJ Mass Transp0rTation, lIJe DialeClics o/ POH'l'r. Prim.:cton,Princcton Universily Prcss. IlJK2.

41 Anderson D.D., op. cil.42 Cun vocación dCIX>rtivu, llamada "Red de lus dcporlcs".43 Rlluge M.-F.. arl. cil.

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Las redes para un nuevo urbanismo: elementos de leorfa 137

delante del urbanismo, que petrilica unas opciones que inmediatamcnte resultanreductoras y discutibles (metro, alcanlarillado...)44.

Michel Bassand y Pierre Rossel rccuperan esta crítica al denunciar la pretensiónde W1a "estrategia tecnocrática de gestión de los flujos" para expresar el "bien comúny general"45.

Claude Neuschwander ha explicado en W1 artículo su temor de que el crecientepapel de las redes en la ordenación territorial intervenga según W1a "estructurajerárquica" más que según "la estruetura biológica" que sería auténticamente la de lared46• De heeho, subraya que las rigideces político-administrativas francesasactuarán siempre en la lógiea de los operadores en favor de una jerarquización.

Perversión política, perversión económica, perversión técrúea de la red a nivelde los operadores, los riesgos son reales y no se tendrían que dejar que pasaran a lacolectividad.

El urbanismo tiene así, en el campo de las redes, una doble lcgitinúdad: primerohistórica, porque verdaderos urbanistas han otorgado a láS redes W1 lugar principalen su concepción de la ciudad desde el nacimiento del pensamiento urbanístico hastahoy. El hecho de que este a~pecto de las obras de Cerda o de Wright haya sidoencubierto por otra corriente urbanística no quita nada a la agudeza y a la pertinenciade sus análisis y propuestas. T-egitimidad social igualmente, porque la realización delas redes que, de Jacto, organizan la ciudad moderna, pide una intervención alservicio de la colectividad para regular y controlar a los operadores. Todavía quedala cuestión del lugar de la intervención: ¿dónde situar la acción del urbanismo sobrelas redes? Lo que se ha expuesto hasta allOra sugiere respuestas que hay queexplicitar a continuación.

En primer lugar, es seguro que el urbanismo debe intervenir en los procesos "deoperación" de la~ redes. Evidentemente se trata del punto erucial. Actuar al margende estos procesos, en un canlpo diferente del de los operadores, cerrado yrestringido por el principio del mallado, condena, como se ha visto, al urbanismo apermanecer al margen de la vida urbana, de la ciudad moderna. La~ di visiones deltrabajo como la que se adoptó én Francia durante los conllictos de la AGHTM47 omá~ tarde, son inadmisibles, mientras la ciudad se eonstruye bajo nuestros ojos porla conjunción de los actores-operadores sobre las redes en los diferentes nivelesanalizados má~ arriba.

44 Bardct G., op. cit. Curiosamente, esta posición también fue, después dé la experiencia de lacreación de Ccrgy-Pontoise. la de Deman! Hirsch. Este ingcniero de caminos, después de haherdirigido la construcci6n dc la nucva ciudad, hahía aprcndidl> a desconfiar de la rigidez de las redestécnicas ante las necesarias evoluciones de la w·bunización. En este sentido, fustigahaparticularmente la calefacción urbana. I1irsdl D., L'lnvention d'ufle ville flOuvelle, París, Prcssesde rEcole Nationale des \'onts el Chaussécs, 1990.

45 Bassand M., Rossel\' .. "Métropoles et réseaux", Espaces el sociétés, n" 57-58. 1989.46 Neuschwander e., "Villes el réscaux". Allernalives éCOfW11liques. diciemhre 1988.47 ef. Claudc V., "L'Association générale dc..'i hygiénistcs et lcchnicicns municipaux: écolc cúou

lobby, 1905-1930", ARDU. Paris VIII, informe para el Plan W'hain, julio 1987.

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t3H E/uruanismo de las redes

El urbanismo no podIÍa situarse en el tercer nivel, aquel en el que, segúnFishman, se l:nC'.lentra la familia urbana wnstruyendu su propia ciudad-red. Seancuales sean las tentaciunes de lus urbanistas al respl:cto, es demasiadu tarde paravul ver atrás.

El fWlciunalismu de las zonas ha intentadu reeluir al ciudadano en Wlaterritorialidad areolar que, por el hechu de la generalización de las redes y de lasignificación que han adquiridu, ya nu es aceptable. Cumu dice Fishman, millonesde individuos, de familias, de actures eeonómicus han vencido este cereu utilizandolas redes a su manera, elaborandu Wl nuevo espacio de conexiones más allá delmallado mWlicipal, administrativo u urbanístico. Estus micropotkres de ordenacióndel tiempo y del espacio que crean para cada WlU la nueva urbanidad no puedenreplantearse.

En el fundo, lu que se trata aquí es la verdadera participación del ciudadano enel urbanismo. Se ha dicho que esta generosa corriente del urbanismo encontraba suslímites en Wl desinterés del público. ¿No es verosímil que los ciudadanos se apartende una participación que se les otorga sobre temas connotados por la doctrina delmallado porque su participación real en el urbanismo se encuentra en otro lado?Radica en la elaboración por cada actur, individual o colcctivo, por cada familia, deuna combinación de redes que, en el espacio y en el tiempo, le unen al mundo ycompunen, como supone Fishman, su propia ciudad48•

La participación pemJite a cada cual habilar en un lugar y trabajar en utro, beberagua mineral o del grifo según el momento en vez de la del puzo, estar infurmado,hablar cun los amigos situados en cualquier lugar de la ciudad o fuera, estar"asociado" con Wl acceso casi instantáneo a una sociedad urbana múltiple yubicuitaria, todo estu en Wl territorio propio que se ha cunstituido por las conexionesmultidireeeiunales de redes en diferentes capas.

Se ¡xx.lIÍa aJinnar que' el advenimientu de las redes ha hecho perderirremediablemente en el urbanismo profesional una parte de su poder de ordenación,en provechu de Wl verdadero urbanismo individual. Mal conucido, empírico, esteúltimo no deja de ser una realidad, y toda intervención urbanística prufesiunalizadaurientada hacia las redes lu debe tener en euenta a partir de allUra.

El segundo nivel "de operación" de las redes (producción, cunsumo, educación,relaciones personales) corresponde bastante bien a algunas formas elásieas de laintervención urbanística. Las parrillas de equipanúento intentaban definir, según unprincipio areolar, reglas de acceso a los diferentes servicios necesarios a lo queFishman lIanla la "vida personal". Las zonas industriales y las zonas de actividades

4l:S Si es así, el desinterés detectado por Y. Chalas para una participación sohre lemas como laseiialética urbana o la on.l~nación de un cruce [Xxiría cnconlrar una explicación. Este desinterésprovendría esencialmente del hecho de que se ha promovido liJ participación de los vecinos. en elmarco dd malladu del urbanismo tradicional. mientras que los usuarios dc las redes, fuertementeimplicados, no están, en el sl'ntido fuerte del término. localizahles en estc mallado. Por 4uercrpermanecer cn los límitcs del mallado de la zona y dcl barrio, comu escribe Y. Chalas, se <.k.x.h.~

yuc los habitantes sólo dan importancia a la satisfuc..'ción en la vía pública de la "necesidadnalural de sus apreciados compaileros caninos". CL Chalas Y.. ar1. cil.

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Las redes para un nUR\'O urbanismo: elementos de ¡eOrra 139

querrían la exclusiva de la~ implantaciones de establecimientos produclivos. Elllamado urbanismo comercial imenla igualmente actuar sobre la lógica espacial de I,L~

cadenas de distribución.Aquí también está claro que el urbanismo ha perdido (o no ho ha sabido ganar,

según los casos) una parte del poder de ordenación que la doctrina del mallado creíapoder atribuirle. Los actores económicos sobre todo, pero tanlbién otros como clsector de la educación49, han adquirido cn la realidad urbana de hoy podcr deorganización y de ordenación. Pueden aplicar lógicas fuerles, propias de sus redes,sin entrar en los planes rígidos que les parecen inadaptados. En [-rancia, lautilización extremanlente fiexible de los proccdimentos de las ZAC y la legislaciónmuy particular del urbanismo comercial, son testimonios, entre otros, de cste nucvoequilibrio de podercs.

Volver atrás para dar al urbanismo un dOl1Únio directo sobre las redes deproducción, de consumo, del sector doméstico, tanlbién parece excluido en estecaso. En canlbio, en este nivel, la intervención urbanística es posible, porque yaexiste y podría desarrollarse y ganar en eficacia, siempre y cuando acepte entenderlas lógicas de la~ redes de los diferentes actores, sin instalarse en posicionesinsostenibles de mallado. Concretamcnte, esto pasa por un reconocimiento dcl papelde los nudos esenciales de estas redes como tales. Estos nudos son generalmenlelugares de intert"aces, de inlerC¡lmunicaciones o de inlerconexiones que ningúnopcrador de segundo nivel domina verdaderamenle él solo. Teniendo en cuenla suimportancia., su significación para la colectividad urbana, el urbanismo dcbe aportara su ordenación una atención muy particular. Se puede pensar en los nudosportuarios50 o aeroportuarios, en las centrales de mercancías o la~ estacionesmultimodales, y en los telepuertos51 • El urbanismo dcbe encontrar en ellos un canlpode acción considcrable en contaclo con las nuevas territorialidades. La demandaexiste y se manificsta cada vez más. Es necesario, sin embargo, que los métodosadoptados sean adecuados y que se eviten los errores comctidos en el caso de la~

centrales multimodales de mercllilcías, mencionados en el capítulo 4. La ubicacillllde una eslación, de una ccntral dc mercancías, de un telepuerlo, de una lenninal decualquier red, o incluso de un gran centro comercial, no es de entrada un ·problemade zonilicación. Es una cuestión de buena conexión de redes, de valoración del nudoconsiderado con relación a las diferentes redes, de combinación de diferentesterrilOrialidades lineales y areolares. Si los urbanistas pueden aportar en este canlposoluciones originales, su poder de intervención, en relacillll estrecha con losoperadores, será reconocido.

49 Se puede [lCnsar, para el caso francés, en el ejemplo de las escuelas privadas.50 cr. Chalinc C., Eva/uarion comparalil'e de réaménagement des jroms jluviaux el pOf1uain's en

aire mécropo/itaine. Plan urhain. Lcdalor. Instilut d'Urbanismc <..Ic Paris, Univcrsilé de Paris XlI.t989.

51 eL por ejemplu Dézerl D., "De la ZALA á J'Aémville: une nnuvellc révolulion Icchnulugi4uc",Cahias du CREPlF, n° 27, junio 1989.

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140 E/urbanismo de las redes

nnall1\CIlte, el papel Jel urbanista con n:lación a los operaJores Jel JJ11l11er¡til'el, responsables Je la implalllación Je las reJes lécnicas urbanas, es a la veznecesario y posible. En un país como l:rancia, pero esto es cierto poco o mucho paraotros países, hay tratlición Je illlervención pública en materia Je reJes urbanas. Aveces, las aUloriJaJes locales realizan y gestionan ellas mismas la reJ. A veces,Jelegan a agentes privaJos su realización o su gestión o toJo junto, conservanJo unJerecho Je observación, Je reglamenlación... El problema no es pues aquí el Je laintervl'Ilción Jel urbanismo, sino el Je la extrema sectorialización y Je la Ji visión Jdlrabajo que, históricamente, ha alcj aJo el urbanismo Je estos temas. Se Jebe atlmitirque el urballismo pueJe intervenir en toJos los lugares JonJe se elabOrall las reJesreales, para favorecer la consiJeraCÍón Je las reJes virtuales, para facililar lasarticulaciones con los otros niveles Je operaJores, y para mejorar la consiJeraciónglobal Je las reJes técnicas caJa vez que la colectiviJaJ encuentra ventajas en ellas.

Hay sin JuJa Jiversos lugares d.:: intervención posible. El más eviJente es d Je(:¡ autoriJad local habitual, que ejerce una responsabiliJaJ territorial areolar. Seconocen las "entajas y los límites de eslas intervenciones. La mayor Jilicultad tieneque ver con el papel oel urb:U1ista con relación a las reJes orgallizaJas a una escalamuy oi ferente. Es el caso sobre toJo Je Jos reoes muy importalltes: teléfono yelectriciJaJ. Pero talnbién se plalllea d lcma Je la reJ oe carreteras. Peler Hall haocmostrado muy bicn cómo se constituyó en menos de un siglo un verJaderosistema automóvil, a partir oe Wla tecnología arteSalla1 ulilizaJa por aJicionaJos, enuna reJ Je vías inaJaptaJas52 . En el primer nivel doperaJur de la red Je carretcrasha sabiJo cncontrar los mcJios linancieros y técnicos para aear una red transitable.En d segundo nivel se hall implalllado en toJo el territorio reJes Je áreas oescrvicio, después restaurantcs, hotdes y tienJas concebidos para d acceso Jdautomóvil. Finalmente cn el tercer nivel, los automovilistas han estableciJo susreJcs de usuarios. Ahora bien, toJo esto no pooría estar encerrado en los límitesmunicipales. Está daro que la intervención Jd urballÍsla debe interesarsenecesarialncnle por estas. reJes, para no perJer toJa posibiliJaJ de articulación conlos otros niveles Je operación.

La función Jd urbanista talllbién puede Jelinirse tal como lo hace J. fiemis apropósito Je la ingeniería urballa53 . Anle situaciones críticas en los serviciospúblicos urballOs viviJas por los usuarios (complejidaJ, ausencia Je comprensiónde los acontecimientos y de las posibiliJades reales ofreciJas... ), puede resultarnecesario un nivel superior Je coorJinación de las reJes, en una perspectivasisténlÍca (evolutiva y adapwiva). Las autoridaJes ltx:ales actuales no parccen tener,

5~ !Iall 1' .. VdJWI De\'e/oplllelll luulllllpacls 01 Tecllllological. EcooolII;c (uul Socio-clelllograp"ieC"allges, Reporl úf an Expen Meeting, París. OCDE, 1987.

53 Bernis, J., "Cún la ingeniería urba'na eúmú prelextú", CEUMT, n° 109, mayú-juniú 1989.

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Las reder para un nllel'O u.rbanismo: elemcntor de teoría 141

según Bemis y menos en los países latinos (sic), la autoridad y la superJicil:necesarias. Por ello, quizá sería útil otra inslancia54 .

Hay que prever también el ca~o en que la intervención urbanística se sitúa deentrada en el territorio de una red, aunque haya· el peligro de tratar, a partir dealgunos hechos, las relaciones con otras redes, otros territorios, por ejemplo unsector de la periferia, un municipio, una zona urbanizable,. cte. En este caso, elurbanismo se hace con el operador y a través suyo, porque la acción urbanística estáen cierta manera integrada en la concepción yen la evolución de la red.

Así se encuentran definidos los lugares y las posibilidades de intervención delurbanismo en el campo de las redes qt.t: constituyen el tejido de la ciudad moderna.Todavía hay que precisar sus métodos y fWlCionimiento, sabiendo que siempre seránecesario ddinir y actuar sobre los nudos, las relaciones, las conexiones, lusprocesos de regulaci6n, según criterios topológi<:os, cinéticos y adaplali vos.

54 Sobre este punto y referente a Francia. ver Martinand C., Le Géllie urbaill. Informe al minisleriode I'Equipcrncnl, du I.ogcmcnl. de I'Aménagcmcnl <.Iu TCITiluire el des Transpurts. París. LaDocurnentatiun fr",,~·aisC. 1986.

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7. Métodos y herramientas para unurbanismo de redes

El enfoque a través de las redes supone evidentemmte un método original yunas herramientas con las que el urbanismo no se había dotado hasta a1lOra. Tomarprestados directamente los métodos del ingeniero, concebidos para eldimensionamiento de las "redes-tuberías", sería un error. No se trata de corregir dcontrasentido del mallado por el sin sentido de la tubería. No obstante, desde haceunos años se aplican nuevos métodos adaptados que pemlilen vislumbrar el futurocon optimismo.

7.1. Análisis diacrónico de las redes

Al principio de este libro se ha insistido mucho sobre la historia de las redestécnicas urbanas. Para el urbanismo de hoy, d conocimiento del pasado de una redde agua, de transporte o de electricidad no es un suplemento cultural. Lasintervenciones posibles del urbanismo suponen una comprensión en profundidad dela naturaleza de estas redes, de su lugar en la ciudad. Ahora bien, estas redes tienenun doble carácter: proveedores de servicios ubieuitarios, instantáneos, simultáneos,inmediatos según unas arquitectura, evolutivas, y al mismo tiempo se inscriben enuna pemlaneneia, garantía de los "asociados" urbanos. Una infraestructura de reda,egura esta pennanencia, soporte de servicios más móviles.

Esta infraestructura es importante para el urbrulÍsta porque condiciona a corto ymedio plazo los servicios que la red puede suministrar. Sin embargo, lainfraestructura no debe considerarse como un elemento predeterminado, queestructura dclinitivamente las partes dd urbanismo. La infraestructura evolucionatanlbién, pero según un ritmo diferente, a largo plazo, según sus propias leyes.

El análisis diacrónico se interesa por estas leyes de evolución. Trullo si seexpresan en térnlÍnos cuantitativos o cualitativos, como si parecen determinista, oprobabilistas, como si son globales o parciales, su conocimiento es siemprc unacondición previa necesaria para la intervención del urbrulÍsmo de las redes. En elfondo, se trata de efectuar el tipo de encuesta sobre la geografía, sobre la paredaciónque efectuarían (o que tendrían que haber efectuado) los urbanistas desde la visióntradicional. Según la visión teórica presentada en d capítulo rultCrior, se pucde

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144 1:'[ urbanismo de las redes

precisar en qué la historia de las redes interesa particularmente al urhanisla. El pasode la red máxima, de todas las conexiones posibles entre puntos uc! espacio, a la redde proyectus transaccionales, a la red virtual y más adc!amc a la red real es e! aspectocrucial que define la función de! uperadur en la cunstitución de un nuevo territoriourbano y, por lu tanto, el dc! urbanismo de las redes. Se ha uicho que la histuriaexplicaba porqué la red virtual no era la red máxima. De hecho, marcajes territurialesanteriores, la existencia previa de otras redes, reducen las posibilidades consideradaspur la red virtual. Se mencionará por ejemplo el caso dc la red de agua de Nantes yaevocadu en el capítulu 5. Habríanlus puJidu imaginar que la ciudad de Nantes nocunsiguiera implantar su cabeza de red en e! mwJicipio de Challlenay. Estu habríaexcluidu a la larga tuJa veleidad de extender, incluso virtualmente, la red dcdistribución hacia los barrius de Nanles menos c1evadus que Chantenayl.

El análisis diacrónico permite dilucidar estas diticultades territoriales que alectana la estructura de la red vinual que el operador debe a~umir. También hace posibledescifrar las diferentes diticultades que transfurman, vía el operador, la red virtualen red real. El papel de lus datos económicos, de la~ posibilidades tecnológicas, delas dificultades jurídicas y de las vuluntades polítieas aparece mucho mejor en e!análisis históricu que en un estado actual de la red dunde todo eslll está cristalizado yparece inclusu naturalizado.

finalmente, e! análisis diacnínico aclara el proceso recursivo de extensión de lared a nuevos puntus, de aparici(HI de nueva~ conexiones, etc. En efecto, las reglasque tiene el operador para gestiunar las tensiones, a~egurar las regulacionesnecesarias desarrollandu o transformandu l:.t red, sólo pueden aparecer en períodossuficientemente largos.

Como se ve, este método no consiste en realizar un estudio histórico integral de1:l historia de 1:ls redes. Fl urbanista nu es un historiador. Intentará apoyarse entrabajos histúrieos euandu existan. Pero en el caso contrario, se circunscribirá a lusaspectos principales mencionados más arriba.

Seguidamente se citar(m di versos ejemplos que corresponden a situacionesdiferentes pero donde un análisis diacrónico aporta elementos indispensables para lainlerveneiún del urbanismo de 1:ls redes.

1" ejeJllplo: AlIlílisis hislórico de ItI cOllslill/ció" de !/I/{/ red

Para el estudio "Vía y ciudad", que se presentará en conjunto en el capítulosiguiente, G. Dubois-Taine utilizó trabajos históricos ya disponibles sobre 1:l redfr:lllcesa de carreteras. Eslos estudios mostraban en particular que 1:ls gr:mdes víasque en el curso de la historia han estructurado el paisaje francés son de dos tiposbien diferentes: las vías de eresta y las vías de valle. Las vías de crestas y dealtiplanos, herencia del período romano y, después, de Colbert, a menudu setrazarun siguiendo las fronteras municipales. Son rectilíneas y con parcelasi:npon:Ulles (más de 5.000 m~) en lus m(¡rgem:s. I.as vías de valles unen pueblus.

1 Por lo m~nos hJsta la llegada (11: t~cnic<Ci de humheo más polcnlcs.

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Métodos y herramienlas para lltl urballisnw de redes 145

Son sinuosa~, estrecha~ y en sus m{¡rgenes se encuentran parcelas daranlen!emenores.

Ahora bien, en el contexto de la intervención de G. Dubois-Taine (rcfonna delos ejes viales a las entradas/salidas de las grandes ciudades), la distinción erafundamental. Las vías de altiplanos, debido al gran tam~10 de la~ parcelas, atraen ala periferia urbana grandes operadores de redes económicas (segulldo nivel:comercios, actividades industriales). Las vías de valle se prestan m{¡s bien aimplantaciones de garajes y de artesaflÍa. La articulación entre el operador de la redvial (de primer nivel) y los operadores de la red econónúca (segundo Ilivel) para laadccuación de los "enlaces" se tenía que efectuar de forma diferente si se trataba devías de cresta o de val le.

2" ejemplo: Leyes cualllilalivas de evolución de las redes

Se han observado numerosas tentativas de modelización de la evolución de lasredes. Desgraciadamente, son pocas las que han tenidó éxito y están a disposicióndel urbanista. Esto se debe entre otras causas a la dilicultad de recoger muchísimosdatos para "alimentar" convenientemenle modelos que nI) sean demasiadosimplistas. A menudo hay que contentarse con extrapolaciones y postular porejemplo, como se ha heeho en el capítulo 2, eurvas logísticas para caraeterizar laextensión de las redes en períodos largos.

Sin embargo, se han llevado a cabo algunos trabajos. Seííalemos el modelo dedifusión establecido por 1.. Anderson para las redes de agua en Nueva Inglaterra(período 1870-1900)1. William Garrison hace notar i¡,'Ualmenlc que .se ha podidoesUiblccer un modelo de ramales para la historia del ferrocarril en Irlanda l . Elprincipio del modelo era muy simple: a partir de un estado detemúnado de la red, elprimer nuevo tramo a construir era el que unía la gran ciudad mi~ próxima quetodavía no estuviera comunicada. Unas reglas adicionales formuladas en términoscuantitativos precisan la noción de "gran ciudad" y las eondiciones de la rea1izaci<Índe tranlOs enlre los nudos ya eomunicados pero que no poseen todavía enlacesdirectos. OlrO ejemplo propuesto por Garrison es el de un modelo de la red desaneanúento del condado de Allegheny en Pensilvania, donde la ley cuantitativa dedesarrollo de la red renejaba simplemente el interés político de conseguir larealizaci<Ín de iuna única gran estaci<Ín de tratanlÍento! También en el campo delsaneamiento, pero para las aguas pluviales, S. Thibau!t, utilizando ·Ia tcoríamalemática de los objetos fractales, consigui6 establecer un modelo morfol<Ígico deextensión de la~ redes, que aplicó con éxito a los munieipios del área metropolitanade l,yon4 .

2 Anderson 1... art. dt.3 Garrison W.L., "Nctworks: Rcminisl'cncc and Lcssons", Flux, n° 1. primavera 1990.4 Thihault S., Modélisalion 11I01pl1O-follctionnelle des résea/U" d'assaillissenu'nt urbaill a l'aide cfu

concepl de dimension/raclale, tesis doctoral de Eslado, lnstitul naliana! ocs sdcnl'cs appliyuécsde Lyon y Université Claude Dernard. LYlln!. 1'187.

10

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146 1:.'/ urbani:nllo di! las redes

El inlerés de estos modelos para el urbanismo de las redes es perceptible.Sabiendo que deben utilizarse con las precauciones necesarias, no obstante penllitenenmarcar la intervención del urbanista con relación a la de los operadores de redes.

3" ejemplo: Lógicas de evolución de las redes

A falta de modelo cuantitativo. el conocimiento de las 16gicas que intervienen enla constitución de una red puede ser muy útil para la actuación del urbanista.

El casp del metro regional de París (Réseau express régiollal. RER) esilustrativo. En efecto. esta red es en cicrta manera Wla red de segundo grado porqueha sido realizada por interconexión de líneas del operador nacional (SNCr) y delíneas del operador regional (RATP) (algunas nuevas, otras más antiguas). Lasrelaciones con el urbanismo son evidentes pero difíciles de espcciJicar si se quiererazonar. no sobre el impaelD de una línea o de una estación, sino sobre el impactodel RER considerado globalmente en ta.l1l0 que red.

Un estudio recie.l1le. que trata sobre las diferentes decisiones que acompafíaronel desarrollo del RER desde su primera línea hasta hoy. ha pennititlo evidenciar undesarrollo según dos lógieas5. Estas dos lógicas. una de las cuales está sobre todoapoyada por la RATP y la otra por la SNCF. se distinguen, a veces se oponen. peroacaban combinándose para disefíar la red RER que se conoce. Cada una de ellascorrcsponde a un sentido diferente del ténnino interconexión, que cada uno de losoperadores había interpretado a su manera desde el principio y a lo largo delproceso. SimpliJicando, se puede decir que la intcrconexión signillcaba para laRATP una posibilidad técnica de hacer circular trenes dc nueva concepción porlíneas de la RATI' Y de la SNCf con buenos enlaces con la red de metro ÍllIra­lIIuros. Para la SNCF. interconexión signilicaba esencialmellle las uniones tle dosen dos. a través de París. del conjunto de líneas de cercanías con origen en lasestaciones terminales (estación del Nord, estación de Lyon... ).

Si alguien se interesa por los nuevos proyectos previstos actualmente y por susrelaciones con el urbanismo. tendrá que leerlos según estas dos lógicas difermtes.En panicular. si la lógica de relacionar las líneas de cercanías no ofrece demasiadasnuevas posibilidades de urbanización en la periferia más próxima (los alrededores delas estaciones están construidos desde hace mucho tiempo). en cambio olreceimponantes posibilidades en la periferia lejana. Sin embargo, estas posibilidadessólo se pueden realizar si se asegura la explotación de la red en una verdaderaperspectiva RER según la lógica RATP. que hace entrar. gracias al materialadaptado. la lejana periferia en una concepeión urbana de la red (además. con elenlace con el metro parisiense). Un estudio realizado por el /lIslitut d'wllélUlgelllelllel d'urbwlÍsllle de lü régioll I/e-de-France exploró en una perspectiva similar lasposibilidades tle urbanización ofrecidas en la región parisiense por las redesferroviarias. La distinción de diversas "generaciones de illlerconexión" es en este

5 Dupuy G.. Gcly C. y Offller J.-M., "RER el illlercullllexiulls: les verlus d'ulI réseau hyhride",Flux, 11" 2. utuñu 1990.

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Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 147

caso aclaratoria. El proyecto de enlace entre las líneas de cercanía~ con origen en laestación del Est y las de Saínt Lazare (EOLE), en curso de realización, y que tendráprevisiblemente efectos urbanísticos considerables, se inscribe en esta línea depensamient06•

4° ejemplo: Análisis diacrónico del co1ljulllo de las redes urbanas

Como se ha visto, la vida urbana no depende de un solo tipo de red sino de unconjunto. Cada operador es responsable de. "su" red, pero el urbanismo debeinteresarse a menudo por diversas redes. Esto sucede cuando el hábitat se desarrollafuera de las norma~ de conexión a las diferentes redes o en una situaci6n crítica deuna parte de la ciudad por lo que respecta al suministro de diferentes servicios enredes. Esta última situación se observó en las grandes ciudades norteamericanas(sobre todo las del nordeste) hacia finaleS de los años 70, y dio lugar a toda unacorriente de estudios históricos que tenían que haeer evidentes las causas de ladegradación de las diversas infraestructuras de redes (carreteras, puentes, agua,saneamiento, etc.)1. Estos análisis se focalizaron en las causas generales de ·lasituación de crisis y pusicron de maniJiesto tres aspectos fundamentales: en primcrlugar una buena parte de las infracstructuras de las partes centrales de las ciudadesafectada~ por la crisis tienen más de un siglo. Los responsables apenas habíantomado conciencia de ello anteriormente. Después, importantes movimientos depoblación, de los centros de las ciudades hacia los suburbs, dd nordeste dd paíshacia el sudoeste. habían vaciado al menos parcialmente unas zona~ centrales quepara los poderes políticos ya no representaban la misma importancia que antes.Finalmente, la crisis jiscal subsiguieIlle hacía muy difícil para los ayuntamientos lamovilización de recursos para inversiones a largo plazo.

Aquí se tiene un ejemplo interesante de análisis histórico aplicado, no al estudiode una sola red, sino más bien del conjunto de las redes necesari,l~ para la vidaurbana, y efectuada desde una perspectiva de intervención.

El caso de I3uenos Aires exigía el mismo tipo de análisis. La capital deArgentina, gigantesca metrópolis de más de 10 millones de habitantes, sufre unasituación crítica. Una gran parte de la población establecida en la periferia nodispone de todas las conexiones a las redes. Al mismo tiempo, la parte central su fredisfunciones importantes en las redes de agua, electricidad, tdéfono, alcantarillado ytransporte. Los expertos franceses solicitados para diferentes intervencionespuntuales, sobre todo de urbanismo (restauración/renovación del barrio de LaI3occa), tenían dilicullades para evaluar el alcance rcal de su intervención. Parecía

6 Dcmcy P.. "Du hon usagc de l'intcrconncxiun: vcrs (~cs inlcrconncxions úe Ucllxicmcgénéralion"./,(·s Cahiers de "IAURIF, n° 8(>. julio 1988.

7 Dupuy G .• "La Crise des inl"raslruclures aux EtaLs-tJnis", in Lcfevre c., llody-Gendrot S .. l.csVilles des EtalJ-UniJ, París. Massun. ltJ8X; Gakcnheuncr R., "'111e Plighl of funclkanInfraslrudurc: whal Rcasuns fur lhc Ncgkl't". i1l Tcrny G .. Prud'hummc R.. l.e FillQ1IC('111elltdes équipements publics di' demaill.P~lrís.Et.ullomica. 1')86.

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t4H 1:.'/ ur/Jlllli.mlO de las redes

ncn;sario haccr un estudio diacnínico de la evolución (o de la ausencia de evolución)de 1:Is diferentes reLies cn relación con la urbani/.ación Lie Buenos Aires.

Los llleLiios empleaLios fueron absolutamente irrisorios al lado Lie los que sehabían utilizaLio para el estudio histórico Lie las redes en las ciuLiades de EstadosUnidos. Sin embargo, meLiiante1:l movilización de todas las fuentes disponibles,con trabajos Lie segunda mano, proceLiiendo a análisis clínicos y puntuales (un barriosin servicio, una situación catastróJica en un pUIllO de la red), fue posible obtener unp~morama bastante claro de la situación Lie las reLies, de sus causas, y Lie aportar unprimer diagnóslicoM•

La visión diacrónica ponía en eviLiencia dos pcríoLios. En una primera etapa(hasta alreLieLior de 1930), la ciudad, Liensa y limitaLia geográJicamente, se habíabenc1iciaLio Lie un contexto económico muy favorable (puerto Lie exportación de LaPampa). Operadores públicos y sobre toLio privaLios, gracias a capitales estranjeros,habían realizaLio equipamientos infraeslructurales de reLies muy notables, con latecnología más avanzada de la época y generosamente LiimensionaLios (lig. 26). Enuna segunLia etapa, después de la crisis de 1929, Argentina observaba la retiraLia delos capitales es~anjeros y la nacionalización Lie la mayoría Lie las redes de BuenosAires. La inmigración cOlllinuaba y comportaba una extensión urbana considerable,primero en "Liedos de guante" a lo largo de los ejes Lid tran vía, Liespués en "manchade aceite" por la generalización del transporte por autobús.

ToLio pasaba como si una poblacilín Lios veces m:L~ importante, repartida en unasuperlicie mucho más extensa, tuviera que organizarse para vivir con el stoek deequipamientos en redes realizaLio ames de 1930. En estas condiciones, podíasorprender que la capital argentina todavía pudiera jugar su papd y funcionar lamayor parte dd tiempo en condiciones más o menos convenientes.

Esta cuestión nos llevaba a una visión un poco diferCJIte de las redes enconjwllo. Parece en efecto que esta situación soportable, aunque degradada, es elresultado ue tres fenómenos que tanlbién llarl interveniuo a largo plazo. Por unaparte, la capaciuau y la caliuaLi de las redes creadas antes ue 1930, bien uiseñadas,generosamente dimensionauas, se han pouiuo explotar a fonuo, durante uecenios,sin inversiones import~ulles, pero con prácticas de reparación y mantenimientonotables. bte es el caso especialmente de las redes ue agua y ue metro. Por otrolado, se observa la utilización ue numerosos paliativos para substituir un I"allo de unared por alguna solución. Por ejemplo, durante mucho tiempo, las carencias ue losconmutadores de la red telefónica fueron paliadas medi<ulle la instalación de líneasdirectas "piratas". Pero a menudo 'estos paliativos result¡ul de la aplicacilÍn devcruaderas sinergias de redes. I.a ausencia de servicio de agua potable fue paliaLia

8 Dupuy G. el al.. l.a Crise des rése<ULt d'inJinslrllClUre.; le cas de [Juellos Aires, LATrS, París.1087 (lradUt.:dón castellana: ÚIS redt:'s de servicios urbanos de Buenos Aires. Problemas yailemaf¡vas. Paradigmc, Ca~ll, 19(2). Estl obra se completó <.kspués COIl el artículo de GuigoD., "Lcechcs in "lllC Eleclrical N~twork: '!lle Crisis in the Buenos Ai.res Suburh" Flux, n° 1,primavera 1990, sohrc la red de cIeclJil,:idad y se prolonga actualmente ",'on una invesligaciónsuhre la red telefónica.

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Métodos y herramientas para un urbanismo de redes 149

mediante pozos equipados corr bombas eléclricas9 • El trazado insuticicnle de la redde metro ha sido progresivamente compensado por un gran número de líneas deautobús que conectan directamente la periferia lejana con el centro de la ciudad.

El análisis diacrónico efectuado en este caso del conjunto de las redes urbanasha permitido entender estos fenómenos de sinergia y ha llamado la atenciún sobre elimportante papel de las redes eléclricas y telefónicas con relatión a cualtlu¡erintervención de urbanismo de las redes en Duenos Aires.

Quien vc mcjor, Trabaja mcjor...y Ulude J\1á.l'!

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Figura 26. La visión histórica es necesaria para el urbanismo de las redes. La aClUalcrisis de las redes de infraestruclUra en Buenos Aires se explica, en buena parte, por la

retirada de los capitales europeos en los años 30. Aquí se puede ver un anuncio de1942 editado por la compañía de electricidad, todavía calincada "de italo-argentina".

(Fuente: Boletín de Obras Sanilarias de la Nación, n° 57, año VI, marzo de 1942)

9 El análisis había demostrado igualmente que el operador público encargado de la red de aguapotable había adoptado una estrategia de estancamiento de la red. Contrario a una veldaderaLarificación del consumo, no fX>díiJ cxlracr los recursos. nccesarios pariJ una polítici.1 d:ramificaciones, Al mismo liempo. rechazaha reconocer las práctica.o;; informales (hombaseléctricas), incluso colcctivas o Sofislic'-Idas. mrullenicndo la ilusi6n de un plan de desanollo d:la red, plan que siempre se retrasaba.

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150

7.2. Representación de las redes

/:..1 urbanislIlo de Las redes

"A partir de ahora, ya no vivimos en una ciudad regida por esquemas deaxialidad, formada por una jerarquía de espacios caracterizados (las avenidas, lasplazas, las calles, etc.) sino que vivimos en un grafo. Circulamos por un mapa... latotalidad del hecho metropolitano sólo se podrá concebir, proyectar, ordenar yequipar a través de un planteamiento abstracto..." Gcorges Teyssot plantea elproblema en un artículo sobre las representaciones de la mctrópolis 1o. ¿Oc quémodos de representación dispone hoy el urbanista para tener en cuenta la realidad delas diversas conexiones que forman la ciudad de las redes?

El mapa es una primera respuesta. Desde hace tiempo, las rcdes h:.ul encontradolugar en los mapas y aportan para algunos usos y en algunas condiciones unarepresentación satisfactoria ll . Nada ha substituido verdader:.unente la ayuda delmapa de carreteras para el automovilista que emprende un largo viaje por tierraspoco conocidas. Verdadero pionero y apóstol de la utilización automovilística de larcd dc carreteras en francia, André Michelin había, desde 1906, coditicado larcpresentación adecuada l2• La representación en el espacio de dos dimensiones dauna imagen familiar de la topología de la red de carreteras. El grosor de la línea,combinado con el color, da una· idea de la cinética pennitida por la red. Sólo laadaptabilidad cstá mal representada.

Precisamente es uno de las datos del problema. El mapa de carreteras representaconvenientemente lo que donúna el operador de la red de carreteras, geometría,homogeneidad; no pretende representar las posibilidades que ofrece el sistema decarreteras al ciudadano para construir la arquitectura de su propia red, según lainterpretación de fishman. G. Teyssot pone de m:.uliliesto la diticultad: "En NuevaYork, sólo se nos da un instante para decidir entre una "Van Wyck EXl'WY" y un"Jnterboro PKWY", antes que aquella salida no nos precipite para siempre hacia undestino desconocido o no deseado. En cambio, si nos convertimos en un habitantede la periferia o cOn/muler, recorremos nuestro canlino cotidiano, y el vértigodesaparece".

La reprcsentación cartográlka aporta necesariamente una visión geometnca yfija de la red. Con muchas dilicultades consigue hacer tigurar la densidad de redesmúltiples, la import:.ulcia de los nudos de interconexión y, dc forma más general,todos los elementos susceptibles de adaptar las redes a los usos de los numerososoperadores evocados en el capítulo anterior. Para seguir con la red de carreteras, esnotorio que el mapa de carreteras, representación ideal para los grandes recorridosautomovilísticos, renuncia o vacila cu:.uldo se trata de representar las redes viales

10 TcySSUl G .. "La Métropolc mise en rcpréscntation. urbanismc: la villc entre ¡muge el projct",eah;ers da CCI, n° 5. Edilions du Conl{e Pompidou. París, 1988.

11 Sleinberg J .. lIusser J., Cal1ograph;e dynalllÍtlue applicalJle á 1'C11llérlllgemerll. París, SEDES,1988.

12 RibeiU G., "Du I'neumaliyue á la lugisliyue roulii:re: André Michelín, promuleur de lar¿volutíon aUlomobilc", art. Ót.

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Métodos y herramientas para un urbanismD de redes 151

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YEAR

LOAD ATTIMEOFSYSTEMMAxIMUM

STOCK YARDSANO PACKING COSo

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K.W.LOAD

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ICE MANUFACT1}RERSCEMENT WORKS

ANO MISCELLANEOUS

I'igura 27. Representación de la red eléctrica de Olicago vista por S. Insull. Loimp0rLante era visualizar la diversidad de las necesidades de los consumidores

conectados a la red.(Fuente: I1ugues, '1'.1'., op. Cit.)

urbanas. El problema no es sólo de eseala, sino de naturaleza de la inlllnllacitÍn. Enla ciudad, los usos de la red no se pueden representar mcdiante una geomctría o unatopología rígidas. Las posibilidades de aparcamiento, los semáforos tic señaliza<:Íón/regulación, las restricciones más o menos temporales para circular son determinantespero eminentemente evolotivas. Esto se combina con el carácter evolutivo de lasredes de proyectos transaccionales de los ciudadanos para hacer la tarea imposible ala cartografía ordinaria. Algunos estudios teóricos han deIllostratlo la naturaleza deestos línútes13, límites que se imponen también a los operadores de redes de losdiferentes niveles y. por lo tanto. al urbanista.

Los operadores de redes técnicas han buscado sus propias soluciones en I~L,

representaciones especializadas, adaptadas a diferentes tareas, de concepción o ticexplotación. !I. menudo se renuncia a representar el conjunto de la, características dela red; no se busca representar la totalidad de la red, sino sólo la parte necesaria para

13 Akicnna.n L., Représentations graphiques des réseaux.. memoria de DEA "Transpllrl" hajo ladirección de J.-M. Offner, &ole Nationale des Punts el Chaussées. 19RR: y también Offner J.­M., "La Représentation graphi4ue des réscaux: oulil hcuristiquc ou innovation de gcstionT.Fl"x. n° 2. otoño 1990.

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152 El urbanismo ele las redes

ell:jl:l:ucilÍn de una tarl:a lktl:nninada. Así, para ayudar a la concepci6n de una red sepuede encontrar un esquema funcional simplilicado que a menudo no se presenta nicomo un mapa, ni siquiera bajo la fomla de un grafo, dejando implícita la funciónterritorial de la red. En este sentido se puede recordar el esquema utilizado por Insullpara construir la red eléctrica de Chicago (lig. 27).

1,a realizacilÍn de trabajos en la red física necesitará recurrir a planos que situenlos diversos equipamientos de las redes con sus características simplilicadas(canalización de tal diámetro, compuerta de tal género, línea de tantos voltios,transformador de tal género... situados en tal lugar, a tal profundidad bajo lacalle...). Realizados a mano, antes estos planos se aclualizab~Ul laboriosamente. Hoyes el ean1po por excekncia de los sistemas de información geográliea que, gracias ala ayuda de la informática, 110recen en el mercado (lig. 28 Y29).

Estas representaciones aportadas por la infomlática se prestan a los cambios deescala necesarios para tencr cn cuenta la topología de la red. En cambio se el(eluyenla mayor parte de las características cinéticas y adaplativa~, que sólo sonverdaderamente útiks al operador para las tareas de el(plolación de la rcd. Seencontrará entonces en el centro de gestión un cuadro sinóptico depurado quevisualiza los enlaces y puntos-clave de la rcd para facilitar una comprensión rápidade las situaciones de alerta. Pero esta representación, claramente insulicicnte, debecompletarse en pantallas infonnáticas, constituidas en tiempo real a la demanda, poresquematizaciones parciales (posici6n de una señal, apertura o cierre de unacompuerta, etc.), por datos cifrados, o por imágenes lijas o animadas (estado de lacirculaci6n en un cruce por ejemplo). Finalmcnte, para la comwlicación con elusuario, que, como se ha dicho, es generalmenlc limitada, se proponen a mcnudoesquematizaciones muy simplilieadas según los principios mencionados más arriba,y más estáticas que dinámicas, del mapa de carreteras (lig. 30 y 31).

Se manifesta una tendencia para representar, ya no la red (o algunos de susaspectos), sino sus efectos para los usuarios. Áreas bien sl:rvidas por una red, zonasde sombra, curvas de isoaccesibilidad mediante una red o un conjunto de redes: losefectos de la conel(idad, de la conectividad, de la homogeneidad de la red sc puedenrepresentar claramente en un mapa evidenci;Uldo las importantes consecuencias de latopología, de la cinética y dc la adaptabilidad de la red 14. Pero esta especie derepresenlacilÍn es de un uso delicado. Supone, en efecto, que se privilegie unadilll'~'lsilÍn particular de los efectos de la red: un indicador de calidad del servicio, untiempo de acecso, ctc. Esta sclcccilÍn se acomoda mal a la variedad de los usos de lasredes señalada más arriba. Adl:más, una cartografía de sus efectos hará aparecernecesariamente espacios más favorecidos que otros según la dimensión escogida, dedonde se derivan Lis presunciones de iniquidad poco favorables a una comunicaciónserena con los usuarios. Por estas razones, este tipo de rl:presentación se reservamás bien para los métodos de evaluacilÍn o de concepción de I~l~ redes, de los que setratará más adelante.

l~ Slcinhcrg J., lIusscr J., op. cif.

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Métodos y herramientar para un urbanismo de redes 153

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Reseau dá¡¡ártemental

Sommei

Construction

Sémantique

Ob/ets complexes

Ob/ets éléroentaires

Géométrie

Figura 28. Representación de una red vial utilizada por el lnslillll Géograp!liqueNalional francés para la elaboración de un sistema de información geográfica. Se

intenta representar la red mediante un esquema lógico generativo.(fuente: Salgc, F., A Geograp/¡ic Dala Model Based 011 HRDS Canee/JlS: l/re IGN of

Carlograpflic Dala Base Model, París, IGN, 1989)

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154

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El urbanismo de las rl!des

Figura 2'). Plano de redes apllrtadas por sistemas de información lm:alizados. Sepllede llbservar la riqlleza y precisión de la infllrmación gráriea suministrada para

representar SÓlll la mlJfflllllgía de las redes.(Fuente: ARCINFO MJ\I'S 1987. ES!'! Redlands, Cal., 1988)

Ante eslC abanico de herramientas de representación, ¿el urbanista de las redesencuentra los instrumentos adecuados para su intervención'!

Se habrá entendido que, si bien puede ayudarse a veces <:on representacionesutilizadas por los operadores, el urbanista debe disponer de herramientas mejoradaptadas a su misión: toma en consideración, aUllllue sea simpliJieada, del conjuntode las dimensiones pertinentes de la red; liguración de las relaciones entre elterritorio de la red y las otras territorialidades (entradas/salidas de la red, tenninales,nudos, relaciones con otras redes); representaciones tan análogas <:omo sea posiblede las diferentes redes. Estos son los imperativos que hay que respetar.

Las investigaciones en este campo, no exentas de un cierto empirismo, hanconducido a la noción de "red polar". Enunciada por Georges Amar y Nikolas

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Métodos y herramienta'i para un urbani.mw de redes 155

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• . !.' ." , ... ...... ;' . , :;; j

Represenlacillnes tle las retles para el público en general.Figura 30. Retl tic metro y ferrocarriles tic cercanías tle Tokill.

(Fuente: Bullelin d'in!orllllllionJ arclIileclurales, suplcmento al n° 133, octubre tic1989)

Stathopoulos, y aplicada a las redes de autobús 15, la dctinición de la "red polar"parece poder aplicarse a diferentes tipos de redes.

La red polar es una representación de la red destinada principalmente a la fase deconcepción. En este sentido puede ser útil tanto para el opcrador como para elurbanista. Se trata de una representación simpliJ1cada de la red, donde la rcducción

. se hace según el principio de la búsqueda de un esquema internledio entre la redvirtual y la red real. La representación se compone de un conjunto de puntos queson, bien nudos importantes internos a la red (desde el punto de vista de los /lujos,de las opciones de arquitectura de redes de uso, etc.), o bien polos parcial ototalmente externos a la red, lugares que presentan un gran interés en la relación(virtual o real) de la red con otras territorialidades (territorios areolares, otrosterritorios reticulares). Los puntos se pueden unir por arcos-enlaces que, si seasocian, forman caminos. .

15 Amar G., Slalhopoulos N.. "Les Résc<3;uX a organisalioll polairc". Calziers scientifh/Iles dutransport, n" 15-16.1987.

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156 El urbanismo de las redes

G..,""'~. e

Figura 31. Retl tic melro tic MOlllreal.(Fuente: Sociélé tic transpon tic la Communaulé urbaine tic Momréal, 1(90)

Los puntos y los arcos tienen aLIibutos. Por ejemplo, se podrá distinguir unajerarquía de los puntos (simplilicando: los puntos-clave y los dcmás). Los arcos (olos caminos) serán portadores de atributos más o menos precisos y numerosos. Nospodernos contentar con un aLIibuto booliano que exprese, corno en un grafoordinario, la existencia o no de una conexión enLIe dos puntos. Pero nomlalmente sele aiiadirán atributos característicos de la cinética o de la adaptabilidad de la red.Según los aLIibutos escogidos, la rcd polar se pucde en cierta manera "declinar" dediferentes formas, intennedias enLIe la red virtual y la red real. El interés de estarepresentación es que conserva un gralismo simple (eompletado por licheros dcatributos más o menos importantes). Así pues facilita el LIabajo de búsqueda devariantes en la concepción de redes reales mejor articuladas a las redes virtuales, enla concepción de redes de primer nivel mejor articuladas a las redes dcl segundo ytercer nivel, y en la búsqueda de compromisos entre redes técnicas y territorialidadesareolares.

El ejemplo propuesto por N. StaUlOpoulos, que ha comprobado estarepresentación a escala real en la región parisiense, es el de una red de autobuses 16•

16 Stathopoulos N .. Pour une COflCl'ptiofl lelTiIorja/e des résealü: motiNes COllCl'pluelS. aspectsslralégiljUeS el Gil/ils d'aide iJ la d¿ósiofl. Le projet "AWreUl('flt Bus" de la RA TP. tesis docloralbajo la dirección de n. Roy. Université Paris 1X·Dallphine, 1990.

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Métodos y herramientas para un urbanismn de redes 157

Fichier Edite Variante Calcule Imprime Compare

Figura 32. Representación mediante llna red polar de una red de transporte eolectivo.(pueBle: Stathopou1os N., 01'. cit.)

La representación se ha limitado a una veintena de puntos (o polos) escogidos segúnsu importancia en el tejido urbano de la periferia, su importancia para la red deautobuses misma O su importancia para la conexión con otras redes (RER). Para losarcos de conexiones, asociados de manera que formen líneas. se ha tenido en cuentaun atributo de frecuencia (representado grálicamcnte por el espesor de la línea)diversificado gracias a un lichera que distingue para cada línea las frecuenciasdurante cinco períodos del día (punta y valle de la mañana, punta de la tarde, valle dela tarde y de la noche) (fig. 32).

El mismo tipo de representación podría utilizarse para las redes de cable, agua,saneamiento, distribución de correo, elc. A continuación se presentará otro ejemplode representación mcdiante la red polar relativo a la distribución de energía eléctrica.

El modelo PRAO "Planificación de las redes asistida por ordenador" de EDFpermite comparar diferentes estrategias de desarrollo de una red de distribucióneléctrica sobre la base de los costes de inversión para el operador y de las pérdidas

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158 El urbanismo de laf redes

de energía debiuas al rdativo subuimensionamicnto ue la reu l7. En caua dapa (uehecho uespués de un alio simulauo), d oruenauor detenllina la nueva red, tenicnuoen cuenta la aparición ue nuevas neeesiuaues: incremento ue los consumos, nuevaurbanización e implantación ue activiuades. Detecta igualmente las restricciones queaparecen y que impiuen a la reu cumplir su función. Una función de optimizaciónmulticriterio ud esquema ue explotación ue la reu permite imentar diminar lasrestricciones sin invertir en la red. Si esto no es suficiente, se Lleben proponerinversiones. Se proceue así por iteraciones hasta que, en un plazo concreto, sepueuan comparar los costes resultantes ue las uiferentes estrategias probauas. Losesquemas ue la ligura 33 A, n, e muestran la reu inicial y una primera visualizaciónde las hipótesis de previsión de demanda, y después la comparación tres alios mástarde de las reues corresponuientes a uos estrategias.

La represcntación visualizaua por los uos últimos esquemas es la que sirve ueapoyo a las uecisiones estratégicas en d estuuio ue la reu. Es una representación uetipo reu polar, análoga a la ue Amar y Stathopoulos. Aparecen los puntos uealimentación ue la reu y los puntos ue conexión (zonas ue hábitat, zonas ueactividaues, etc.). Estos puntos y los arcos que representan líneas déctricas tienencomo más importante los atrihutos que el ordenauor utiliza para facilitar la tarea ueconceptor ue la reu.

7.3. Evaluación de las redes

Al igual que para la representacilín, cada operauor ue red técnica dabora suspropias normas en materia ue servicio. Así la uuración necesaria para obtener unacomunicación tdcllínica o el porcentaje de llamauas que llegan efectivamente a suuesLinatario, constituyen indicadores que evalúan la efcctiviuad ue la reu tdefónica.Inuil:auores anillogos miuen los cortes ue la alimentación eléctrica o las bajadas uepresión ue agua para evaluar otras reues.

Si bien estas meuiuas son inuispensahks para los operaumes, rcsponuen mal osólo ue forma inuirecta a la uemanua uel urb:ll1ismo ue las redes. En efecto, en laperspectiva presentada a lo largo de esta obra. la evaluación tendría que centrarse enla capacidad de la red. o mejm del conjunto de redes, para construir un nuevoterritorio urbano que se acerque a un ideal de ubicuiuad, Lle instant¡Uleidad y deinmediatez. Dcbe hacerse hincapié sobre todo en las características topológicas,cinéticas y adaptativas que van en este sentido, porque la diferenciación de las redesy aun más de sus resultados técnicos sólo interviene secundari:ullente. En todos loscasos uebe aparecer el carácter equitativo de la constitución uel nuevo tcrritorio y lardación con las Llcmás territorialidades.

17 Mil'hon R. el al. "PRAO. Planifil'aliun d~s réseaux assisléc par ordinalcur", conferellcia en lajornada Représl'fl1u[iofl graphújue des réseaw.:, GDR Réscaux, abril de ltJXt).

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Métodos y herram;enlar para un urhanismn di! rt'des 159

existen les l ....

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runas de aetivit1adcs exislentes .:: ..;~yroye.ctadas J~X"~··

A: PRAO - Hipótesis de previsión de demanda,

NUEV A CENTRA 1.

Nuevas salidas

~ .

....."o __--

B: PRAO - Estrategia I - Esquema de explotación año 3,

00-Nuevas,,,hd;¡s

t'o'0_-----' P\

\.---/

C: PRAO - Estrategia 11 - Esquema de explotación año 3,Figura 33, Representación mediante una red polar según el modelo I'RAO,

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160 El urbanismo dc las redes

La evaluación econonut:a de las n.:des podría apareeer eomo una vía aconsiderar. ¿La red no es válida para la utilidad que, globalmenLe, aporta a eadauno,!l~ De heeho, las investigaciones llevadas a cabo en los últimos aííos en Franciay en otros países con relación a la larilieaeión óptima de las redes han demostradolodas las diliculiades empíricas y teórieas cn las que tropieza esla visión l9. Enparticular, los modelos establecidos en el campo de las lelecomw1icaciones tienen elméritD de enseñar la gran complejidad de W1a función de utilidad que tuviera encuenla las redes vinuales2o. La evaluación mediante limciones de costes esigualmente dclicada: la estimación de los "efeetos de red" y de eeonomías espeeíJicasque pueden derivarse de ellos, supondría que se dispone de numerosos puntos decomparación y de largas series estadísticas. El earácter monopolista de las redes ylas insufieiencias estadísticas han frenado hasta allOra las investigaciones en estamateria.

iy de hecho aquí sólo se trata de economía de W1a red I La combinación denumerosas redes plantea problemas todavía más temibles. Hace más de un cuarto desiglo, un economista, René LachGne, dedicó una parte de su tesis doctoral a estacuestión21 . Partía de una hipótesis particularmente interesaJlle para el urbanismo:"[ ... ] en la ciudad, la función de las redes, que consiste en poner a disposición delos agentes una eapacidad de conexión, y no sólo una capacidad de trálico, llega aser timdamemal" y proponía "buscar la evolución del valor aííadido en una ciudadsegún un mlllnent022 instantáneo que integre espccialmeme el valor unitario de lasredes que llegan a la ciudad". Desgraciadamente, estos trabajos2J no parecen habertenido continuidad.

Así pues el urbanismo debe buscar otros instrumentos de evaluación.Principalmente se encucntran en los índices topológicos derivados de la teoría degrafos, que, combinados con índices de resultado cinético, aportan evaluaciones entérminos de accesibilidad. Sobre este tema existe abundante literatura, que el lector

1M En el c¡..\Inpn <.Id I.r;jnsporl~ urhano, se propuso un modelo de cslc tipu: Kucníg G.. 17uJorieéCOTWl1Iil¡ue de l'acc(Jssibilicé urbain.t!,lnstitut de fC(,;hcn:hc des transports. París. llJ73.

19 Ver por ejemplo Dcryckc P.-H .. Gannon F., "Distam.:c el. cuUl", de lransporl: lJuclqucs réllcxionssur h.::s polili4UCS de réum:lion de la congcsliun urhainc". Rel'llc c/'écOflOmie n.·gionale el wfJuine,n° 2, 1990.

20 Curicn N.. GcnsolIcn M .. op. cit.21 Lachcne R.. "Cuntrihuliun al'analysc de I'espare économi4ue", Revue MEFRA,n° 6,1965.22 El "momento" en un punto de una red es par'-l R. Lachcne un ínoiL"e de notblidad que combina las

distancia..'i de este punto con los diferentes nuJos de la red. El autor deline igualmente un centrode la red. cOITespondicnlc al "momento" máximo. Este ínl!il.'c le permite medir lasmlX1ificaciones aportadas por la red en un espaciu "natural""

23 Afurtunadamente localizados por Philippc Pinchernel junto a lus de P. DuwTi~n:s publicadus en1950 en lus AflflalcS des Porlls el Chaussées. trahajos tlue proponían un método para ladeterminación óplima dc Ulla red de vías de cumunicadón (l:i.l11·etera y fenol:<.lnil). Nu se tralabade urhanismo sino de valorar culturaJmcnte un "país nuevo" (Africa Negra). el'. DowTicres M.,"Essai d\Stude économi4ue des vuics de conununication en pays neu 1"" , Arlllales des POfl!S el

C}wuHées. n° 1, 2.3,4.1950.

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Métodos y herramienta.'i para un urbanismo de redes 161

puede consultar24. Será suficiente ilustrar. a partir de cuatro ejemplos reciellles.algunas utilizaciones de estos métodos en el eOlllexto urbano25 .

El primer caso se reliere a la evaluación de los efectos del proyecto PasslIl/le enMilán. Se trata de una infraestructura ferroviaria nueva que pcrnlite atravesarrápidamcnLc Milán para facilitar las comunicaciones a escala metropolitana yregional. El proyecto se aeompai'ía de normas para la urbanización de zonasafectadas por el recorrido del Passallle. Hay pues planificación conjunta de la rcd dctransporte y dc la urbanización, y combinación de visiones dc urbanismo reticular yareolar. La orientación gencral del proyecto es provocar efcctos de acumulaciónalrededor de unos nudos que se convierLcn en polos, más que Wla redistribuciónexLcndida dc las fiJIlciones de centralidad urbana a lo largo de los cjes de transporte.

El análisis consisLc en comparar la red actual y la red futura (después de larealización del Pllssallle) desde el punto de vista de indicadores topológicoscaracterísticos de la fornla de la red y de la nodalidad26 •

Los indicadores morfológicos cuantilican esencialmente la conectividad de lared (número de conexiones alternativas, número dc circuitos posibles), yel diámetro(cantina mínimo nccesario para llegar a los dos nuuos más alejauos). Losindicadores de nodaliuad caracterizan las posibiliuaues de acceso (por el númeromínimo de arcos) de un nudo a todos los uemás.

Los resultados muestran que el PlIssallle mejora notablemente la forma de la reu:se incrementa la conecti vidad y se reuuee cl diámetro. Pero los resultauos másinteresantes afectan a los nudos. Con relación a una eseala jerárquica de nodaliuadestablecida anleriornlente al PlIssilllle. la realización del proyecto aportaría sensiblesmodilicaciones, que aparecen en el esquema de la figura 3427. La jerarquía ue losnudos de la parte central queua c1aranlente transformaua. Algunos nudos muyperiféricos ven mejorada su posición. Sobre touo algunos nudos intermedios, eomoSaronno y Monza. se posicionan en el interior de la jerarquía de los nudos de laparte central.

La autora del estudio llega a la conclusión, entre otras, que conviene desarrollarparticularmente la caliuad de las conexiones (frecuencia, capaciuad) hacia los nuuosperiféricos o semipcriféricos susceptibles de auquirir mejores posiciones en lajerarquía, y hacer de estos nudos veruaderos polos al consentir en ellos in versionesestratégicas (actividaues terciarias, centros ue investigaciún, equipamientosdiversos) tenienuo en cuenta quc se encuentran disponibles en estos lugares terrenos

24 Especialmente Ilaggell P .. Chmlcy R.J .. Nl'rworks Analysis in Gcograpliy. Londres. I\rnllld,1969; Taaffe E.J.. Gauthicr 11.1 .. lr. Gl'ography of Transporrlllion. Englcwuud Cliffs. N .J ..Prentice Hall. 1973; Ciceri M.F.. Marchand D.. RimfJerl S.. iTllroducrinn aI'allalysl' dl' /'l'space.París, Masson. 1977; Dupuy G .. Systhlles. réseau.'x et territoi,.es. París. Prcsscs de I'EcoleNationa1e des Ponls el Chaussécs. 19H5.

25 Hay que señalar. en efecto. que la mayuría de los inclicadores en cuestión se han construidoinicialmente para aplicaciolles a escala dc tClTilorins más amplios.

26 Morctti A., "Un nouvcau réscau Oc transpnrt fondé sur le métru: elTclo; généraux sur ledévcloppcmcnt urbain el. crrcts locaux sur l'ol:cupation c.lu sol". Flux. n° 2, otoño de ]lJt)O.

27 OlfO ejemplo de aplicación de la rcprcscnladón hajo forma dc red fX)Iar.

11

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162 El urbanismo de fcL') redes

que provienen de antiguas estaciones o de zonas industriales adyacentesabandonadas.

En este caso se ve el interés. en términos de urbanismo. de un análisisrclativanlentc simple que trata la topología de la red, análisis realizado con ayuda deindicadores clásicos de morfi.Jlogía y de nodalidad, derivados de la teoría de grafos yvisualizado por una representación en red polar.

RED GEOMÉTRICACONSIDERADA

,,,,,,,,,\,

\,,,,,,,,,,,'

"¡orlar..

o Posición enlajcrarquía allles de laintroducción dd Pas,wJJte

':~:; Posición clllajerarquía despu¿s de laI -- ~, introducción dd }'/lsswlfe'... __ / Nudos l]UL' lIlL'¡nrall

J..en"o

"

J."di

"

o Nudos de área urbana lIlil~lllasaNudos periféncos

- Arcos insertados en el proyecto Pa.~.wl/t/'

--. Arcos no involucrados en el proyecto PUDan/e- Arcos inchudos en la red considerada

Figura 34. Efectos del proyecto Passante sobre la nodalidad de la rcd ferroviaria deMilán.

(Fuente: Moretli A., "Un nouveau réseau de transpon fondé sur le métro: elTetsgénéraux sur le développcment urbain et ellets locaux sur l'occupation du sol", Flux,

n". 2, otoño de 1990)

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Métodos y herramientas para un ur1Jafli.ffllo de n-des

c........ ud. 10 kmL

A- Distancia al nuLlo más alcjaLlo.

I Ei.~·To_

;r;r Ej. del Uob<.um EltTI_~

163

13- ÁccesihiliLlaú lIlcúia al reSlO Lle la reLl.

Eje del Uobrc:gatZona de impacto apreciable

E3 Umite zona impactoEje TraMveru.!

Idem.

E::3 Idem.Eje del Congosl - Tos.sas

Idem.

E3 l<km.

c- Proyeelos Lle infraestructura vial enCataluña.

D- Evaluación Lle la mejora Lle la reLl vialproúuciúa por los Lliferenles proyectos:

impactos úe los proyectos.Figura 35. Evaluación úe los resullaLlos Lle la reLl viat en Cataluña.

(Fuente: Ilerce Vallejo. M., art. cit.)

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164 J~'t urbanismo de las redes

; ~¡¡ el campo de las earreleras, Manuel Heree Vallejo presenta un caso aplieado aCalallJüa" (lig. 35). A diferencia del easo precedente, e! m~todo utilizado no seCUlllell!a sólo en abordar la dimensión tupológica de la red, sino que se interesa porsu dn~tic¡¡.

A parl.ir de un esquema simplilicado de la red de earreteras (de! tipo red polar),se dell.:rmina en primer lugar un centro geográJico de! espacio irrigado por la red. Se!rata ud PWllO que se encuentra a la distancia mínima, vía la red, de! punto másalejado de lUda la n:d. Alrededor de este punto central (que es próximo al centrogeográJico de Cataluüa, según la delinición e!ásiea) se establecen curvas deisodistancia (vía la red vial) al nudo más alejado de la red. Se obtiene así el mapa Ade la ligura 35.

l'ero e! criterio de la distancia no es suliciente para evaluar la red según elobjetivo úe! estudio. Se tr,!ta en efecto de eomparar tres proyectos lle infraestructuravial que prelenden una reorganización temtorial de Cataluiía. El criterio de laaccesibilidad aporrada por estas mejoras de la red a los agentes económicos y a losusuarios es entonces esencial.

Por esltl se establecen a continuación curvas de isoaccesihilidad, para lo que seha estimado el tiempo medio necesario a partir de cada punlo para acceder a losdenÜ'; PUllWS vía la red vial por el camino más cono. En estas condiciones, lavelocidaJ posihle en cada tramo se convicrte en fundamental. Esta dependecvid<:nte¡ll<:nte d<: las cara<:lerísticas d<: la vía (anchura, p<:ndiente, discfio dd trazado,il1ler:;ecciolles, puntos dc congestión, etc.). Así cs como se trata rcalmente la cin~tica

lk la red. quc se muestra cn el mapa 13 de la ¡¡gura 35.¡.a comparación de ambos mapas muestra cn panicular cómo las realizaciones

viafcs en Cataluüa han desplazado, desde el punto de vista de la accesibilidad, eleemm de gravcdad hacia la costa, en detrimento de ciudades pequeiías o medias enproceso de marginación (sohre todo en las zonas montaiiosas del none y delsudocste).

l.os pmyeelU3 de infraestructuras dehen evaluarse con relación a <:sta situación,y a las mejoras que las transformaciones de la red son susceptihles de aponarle. Setralaha de tres proye<:tos, bastante amhiciosos, que se ilustran en el mapa C de laligura 35. Tienen en común que pretenden reducir los efeclus de! relicve sohre laswlIlunicaciolles, pero ta1ilhi~n que permiten velocidades y regularidades de trayeetoconsiderablemente mejores. Para cada uno de lus proyectns se calculó e! impactosohre la accesibilidad en cada punto dcllCrritorio (de hecho en cada nudo de la red).l.a lllt:dia sobre e! conjunto hace aparecer las mejoras que liguran en la tahla 1:

Estos resullados puel1en precisarse con una cartogral'ía que hace aparecer lasáreas de impacto de los proyectos y visualiza las posibilidades que ufrecería porejemplo la t:oIllbinacil>l1 de proyectos de dos en dos. En el mapa D de la ligura 35,en lugar Je rt:pre3emar e! conjunto de curvas de isoaceesibilidad (análogas a las del

'2X Ih.'n:c Valk:jo M., "La utilización de indicadures topológicos en el uni.Ílisis de redes <.Ccllmunical·Hm~s. Ensayo subre la nx.I de caneleras de Calaluiia", DOCLUIfCnIS d'AllilJisi(;l'llgrajica. Univcrsital Autünoma de Dan.:clona. Dcllalcna. 1983.

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MélOdos y herramientas para un urbanislIlo de redes iG:;

mapa 13) tal como quedarían modilicadas por cada proyecto o combinaciún tleproyectos, que habria hecho ilegible el mapa, súlo se han representado las áreas queobtienen, gracias a los proyectos, una variación positiva de la accesihilidad relativa.

Mejora media de la accesihilidadProyecto I 0.88%Proyecto JI 2,04%Proyecto II! 1,71%

Tabla 1

La combinación de las dimensiones topológicas y cinéticas de la red en laordenación dclterTItorio es una aportación signilicativa En un trabajo realizado porla RATI' en el sector sudeste de la periferia próxima de la conurbación de París, N.Stalhopoulos compara diversas variantes de red de transporte colectivo en has~ aindicadores que tienen en cuenta la topología de la red, su cinética y las posibilidadesadaptativas ofrecidas por algunas conJlguraciones de las líneas. Por lo que respecta ala topología, se utilizan los indicadores clásicos de conectividad. 1-<1 cinética seobtiene simplemente mediante un indicador del número de correspondenciasnecesarias para efectuar caminos determinados en la rcd. En efecto, las encuestashechas a los usuarios mostraron que toda correspondencia entre dos línea~ deautobús era un inconvenienle29. La duración equivalente de una correspondencia, talcomo se percibe psicológicamente, siempre es mayor que el tiempo perdido por I~L~

irregularidades de velocidad. El númcro dc correspondencias necesarias en lostrayectos en autobús es pues, en este caso, una buena medida tk laheterogeneidad/homogeneidad de la red. Por lo que respecta a la adaptahilidad surgeuna dificultad. Unos nudos de correspondencia, unidos a los demás punlos de la redpor numerosas conexiones, facilitan al usuario la adaptación de la red aconfiguraciones de trayectos múltiples. a imagen de la práctica de los habituales delmetro parisiense. La eonsideracilín de la existencia de estos nudos es puesimportante para evaluar positivamente la adaptabilidad de la red. Pcro al misllloticmpo, los nudos exigen correspnndencia~ y, por lo tanto, desde el punto dc vistade la cinética de la red serán evaluados negativamente. Ya que la evaluacillll de la r.:dentra en un proceso de concepción (presentado más adelanle) con la inlCllciún deresolver el problema colocando sensatarnCllle unos puntos-clave que facilitell laseorrespondencia~ (ver capítulo 8), N. Stat]¡opoulos no busca cn esta etapa arbitrarentre la~ dos dimensiones de la red. Presenta para cada variante resultados utilizahlesen ambas perspectivas: comparación de varianles y concepción de la rcd reallinal.

29 Es importante. para definir indicadores de cva.1uacil.,ín de este tipu, referirse a encuestaS. Ladificultad y el coste de estas encuestas no dehen ser un obstáculo. A falta dc encuestas al'lplias.unos sondeos mi'i supcrfil:ialcs pueden permitir. según el grado de aproxilllat:iúll en que !lOSencontremos. valiúar un indicadur. A falta de encuestas cspcdfl(;us. se plll.xkn cXlrapol.uencuestas generales. En fin. c~la vez más. Jos métodos de CIl(ucsla sohrc las "preferellciasconsLaladas" pueden úar. a UI1 coste razonable. resultados significativos.

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166 El urbanismo de las redes

En la t1gura 36 se reproduce la pamalla presentada por el ordenador tras loscálculos efectuados sobre una variame de redJo. En ella encontramos los ekmentosnecesarios para cumparar la variante cun ntras.

Los métodos de evaluación presentados hasta aquí implican a una reddctemúnaJaJ1 . La agregación o combinación de diversas redes que corresponden adiferentes sectores (transportes, telecomunicaciones, electricidad...) esevidentemente mucho más difícil. El paso por la eeononúa parece, como se hadicho, obligatorio, al menos por ahora Las investigaciones y la práctica se orientanpues más bien hacia herranúcntas de evaluación que presenten, como la red polarpara la representación, con relación a las diferentes redes, una homogencidadsuficiente para ser utilizadas simultáneamente por el urbanista. Los casos que seacaban de presentar demuestran los progresos en este sentido.

Hay que señalar tanlbién la posibilidad que la evaluación de una red se extiendaimplícitamente a redes compkmentarias, generalmente en el mismo sector. Elestudio de la RATP conduce principalmente a una evaluación de la red de autobuses.Sin embargo, la evaluación de una variante puede tener en cuema las conexionesentre la red de autohuses, la red de metro regional (RER) y la red ferroviaria decercanías (SNCr) en algunus polus. De la misma manera, en la representación de lared polar, subyacente a la evaluaci6n, implícitamente se tienen en cuenta las redes dedesplazamientos a pie que completan sicmpre la utilización del transp()fte colectivo.No obstante, esta integración de las redes está aquí implícita. Por esto hay queseñalar al menos un ejemplo de evaluaci6n que trate explícitamente de lacombinación de dos redes. En su tesis doctoral sobre el abastecimicnto de aguapotable en las ciudades del Africa Negra, Alain Morel a L'Huissier tuvo quecomparar dos témlinos de una altemati vaJ2 • Para llevar el agua pnlable al donúciliode todos los habitantes de estas ciudades, incluso a la gran masa de los más pobres,los organismos internacionales preconizaron Wla política de conexiones justificadaspor objetivos sociales. Se trata de extender las redes según una estructuraarborescente constituida por canalizaciones concebidas y dimensiunadas de maneramuy económica. Esta política nu tuvu todu el éxito esperadu. En cambiu, sedesarrollaron sistemas altemati vos donde el agua se redistrihuía medianteporteadores a partir de fuentes cokctivas o bien a partir de una conexi6n donúciliariaexplotada a títulu comercial por su titular. Alain Morel aL'Huissier compara las dosredes, una normalizada y otra compuesta, ya que tiene una parte canalizada y unaparte temlinal cunstituida por la red de lus itinerarius de los porteadores. AlIado de

30 Olfa pantalla yuc no se presenta aquí muestra los indicadores lupulügiL·us.31 También se hahría podido puncr el ejemplo de las redes de tranvía. La cuestión de la evaluación

se !rata a partir del caso de Poznan (Polonia) por POlrykowski M. Y Taylur Z., Ceogr<!fTa delTransporll'. Barcetona. Ariel, 1984.

32 Murel aL'Iluissier A., Eco/lomic de la distribulion "'eau aux populalj()fj,\' urbairu:!s ii Jaiblere\'i!1lU dans les pays en dé\'eloppcmefll, tesis uoclomI dc Ciencias y Tél:nicas dd Ambicntc hJjola dircl:ción de G. Dupuy. Úcolc Nationalc des PunL'i et Chaussécs. 1990.

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Métodos y herramientas para un ur!JanislIUJ de redes 167

criterios. econ6micos, la tesis prescnta como criterio de comparaci{m lascaracterísLicas de conectividad y homogencidad de la red.

Correspondance :Liaisons directes IsaLiaisons avec une correspondance 242Liaisons avec plus d'une correspondance 35

LYlJH

".IUAV

Nodal He :Nb groupes

HA 9HL 7

L.ARA PAD J.7PAC 7P8<Pts) 19PB<Cses) 16

U.TRIAGE

Plus pet it112

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~

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2229S63S

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T t1AURCHAt1PI

A

t1ESLV SUO

II'Mp'i:¡·UijC'lwae Fu'l;ijJu'"@I'4A.i41fi.

copie 3

NA = Número de arcosNL = Número de líneas (asociaciún de arcos recorridos por un mismo autobús)PAD = Número de polos accesibles directamentePAC = Número de polos accesibles con un transbordoPB (Ptes) = Número de autobuses por hora en las horas puntaPB (Cses) = Número de autobuses por hora en las horas valle

El número de grupos corresponde al númcro de valores diferentcs quc ticne en cuentael indicador. Por ejemplo, a partir de uno de los nudos (polo) de la red, se determinael número de otros nudos (polos) accesibles directamente (sin correspondencia). Estoes el PAD. Este indicador varía según el nudo considerado, de 2 (el menor) a 22 (elmayor), tomando para el conjunto de los nudos 17 valores diferentes.

Figura 36. Evaluación de variantes de redes de autobús.(Puente: Stathopoulos, N., op. cit.)

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/~'l uri}(lfli,\"IIlO de lar redes

----T-~ ----l--~-

I (b)(a) I

Io pumo de r~\'cnl~l

__ _ red de: dbtnbuciOIlt'OIlCXlOll~'" rClhslribuli ~'as

(a) I V13J': por fallllha

lb) dlvc;rS3s familia::. sc:rvidas sun:Sl\·amcn(c

/1.- Red de redistribución de vecindad. 13- Red de distribución por porteadores.

-- - -'----

TI

\ ,\

\ , ,\ .......... .".

- -~- - --:'ilIi17----'\

conexiones Jlternatívas de la

r~d redis{ributi\'~1

COIll;XIOlh,;:,\ rcdistributivas

habituales

c- Red de redistribución con conexiones alternali vas.Figura 37. Red de redistribución de agua potable.

(Fuente: A. More! a L'IIuissier, o[J. cit.)

El autor concluye en primer lugar que la red compuesta presenta unaproductividad claramente más déhil que la red canalizada. En elCcto, las redes deredistribución de vecindad o de porteadores transporti.Ul ci.Ultidades casi cien vecesmenores que las de las redes canalizadas. La comhinación de los dos tipos de redestiene pues una productividad intermedia, menor que la de las reúes úe úistribuciónclásicas.

Por otra parte, y correlativi.Ul1ente, el precio de venta del agua al consumidortinal de la red compuesta es mucho más elevado que para una red úe úistribucióncanalizada. No obsti.Ulle, A. Morel a L'Huissier preconiza cl desarrollo úe reúescompuestas en las ciuúades que toúavÍa no están ahastecidas. Esta toma de posiciónresulta úe! hecho de que, a esta primera valoración econónlÍca úesJ"avorablc de la redcompuesta, hay que añadir una evaluación sohre las características topológicas,cinéticas y adaptativas de la red, evaluación que es muy positiva. En efecto, el autor

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Mélodos y herramienlas para un w'/Jani.wUJ de rrc/('s 169

muestra que la conectividad de las redes eompuestas es potencialmente mucho m:i~

elevada que la de las redes canalil.adas (fig. 37 A, I3, e).Demuestra igualmente que en situaciones donde las redes c¡malil.adas funeionan

de forma irregular (cones. bajadas de presión accidentales o crónicas en horas punlao en períodos dc sequía), la red compuesta pcrnJite, durante un períodosuficientemente largo, a~egurar una mejor disponibilidad en el tiempo y en elespacio.

EsUls cualidadcs de la rcd compuesta, que la evaluación de A. Morel aL' Huissier ha evidenciado, explican que se recurra cada vez con más frecuencia aestos sistemas, a pesar de su débil productividad y su elevado precio para losconsumidores.

7.4. Ayuda a la concepción de redes

La concepción de las redes debe considerarse como un proccso en el que elurbanista puede jugar un papel importante. En el paso de la red virtual a la red real,de la RPT a la rcd técnica, se imponen rcsuicciones de diversa naturalcl.a. Endiferentes momentos del proccso intcrvienen diversos agentcs. El urbanismo debctcner su lugar a lo largo de este proceso.

Hay algunos momcntos privilegiados de inlervención, como la elaboración dcproyectos de redes (o de partes de rcdes), la elección entre difercntes opciones, o lainstalación sobre cltcrreno dc un detcrminado equipamiento de la red)).

Las herranJientas de representachín y evaluación descritas hasta aquí sc prcst¡U1particulam1cnte a estas intcrveneioncs. Sin embargo, no es inútil mostrar en casosconcretos cómo opcra la dinámica de la conccpción de una rcd. Se han escogido dosejemplos ilustrativos. Uno hace referencia a la fase del proceso dirigida a "generar"variantes del proyecto. Otro muestra la aportación de los métodos prcscntadosantcriormcnte para progresar en la mejora de un proyecto de red.

El primer ejemplo explica la delenllinaciím dc un pl¡u¡ de red telemática en unagran ciudad fr<U1cesa)4. El objetivo general consiste en dotar a un conjunto deservicios municipales en redes de un sistema telemático único, capaz de soportar através del tiempo. en buenas condiciones técnicas y económicas, sus desarrullos

33 La cuestión <k la concepci6n de los puntos de anclaje de las redes en el espacio: terminales,Cabc7...as de redes. ctc., es importan le. Esta cOllcepl.:iün cs propia. en principio, mi'i de laarquiLcctura que del urbanismo. Pcro estos equipamientos tamhién son en el paisaje urhano lossignos sensihles de la red. Esle tema se ahordará más atlcl:mle a propósito de la semiología de lasredes.

34 FréroL A., LatcITasse J.. Rowe r.. 1'éltJtransmisJiofl el gestion de l'espace wbai,,: lfudropérateurs pour quels rrseaux?, IOcllles jow·nées inlcrnationalcs de l'IDATE. Acles.MonLpellier, l10viernhrc dc 19HM. Se pueden enconLrar ejemplos parecidos en otros países. el'. enparticular Schüllc G., AU.fwirkuflgen des lechnoloNisc.:hl'n llIuf sozioc/eJ1lographiscJu'll lJ'llflddsaufdie Stadtcntwickiung, BunJesrep"btik DelllschlanJ. NalillIlaien Berichl Zllm OECD-l'rojckl.DundcsforschungsanslalL mr Lalldeskundc uno R;,¡uJn;Jrdnullg. 30111l. agosto de 1989.

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t70 l~'l urbanismo de las redes

esperados en todo el espacio urbano. Hay, más allá de este objetivo, una demandasocial animada por el ideal ubicuitario, instantáneo e inmediato ya sdialado. Losservicios en cues!illl1 son:• caldai;ción;• agua;• saneamiento;• circulación;• ascensores;• relaciones intranlUnicipalcs (las oficinas municipales estún repartidas en diferentes

edilicios);• hospitales (relaciones entre diversos eSlablecimiel1los hospitalarios de la misma

ciudad);• información (mobiliario de información).

Anteriormente al proyecto de rcd telemática Ulllca, cada serVtCIO habíaconstituido su propio sistema de infornlación al utilizar, cuando era necesario, eloperador de telecomunicaciones (titular del monopolio de telecomunicaciones fueradel dominio privado). ¿Cómo iniciar el proceso de com:epción de la red telemática?En principio se tuvo que proceder a un replanteamiento de todas las necesidades detransmisión que emanaban de los diferemes servicios. Para hacerlo, fue necesariauna encucsta que hizo vcr, por ejemplo, que el ayuntamiento era responsable de1.200 plantas caldactoras dispcrsas por el territorio municipal. El telemando deestas plantas exige cada día la transmisión hacia una olicina cemral de un volumende información de 100 octetos para caJa comunicación. El control de la circulaeiónnecesita 2.000 puntos de captación en la red vial y 90 cámaras de televisión en lospuntos neurálgicos. Cada punto de captación debe comunicar a una olieina central30 octetos cada segundo, núentras las eámaras transmiten las imágenescontinuamente. Se podría continuar este análisis para los otros servicios. El conjuntode estos datos muestra una dispersión muy grande de los puntos terminales (esto esdebido a la variedad de los servicios implicados) pero tambi~n una dispersión de loscentros receptores de las infonnaciones (centros de gestión de los diferentesservicios). Además existe tambi~n una gran variedad de los volúmenes detransmisión necesarios (desde la orden simple de extinción de una planta ealcfactorahasta la transmisión de imágenes animadas continuas para la drculacillIl).

Los que concibieron la red telemátiea procedieron en primer lugar a reagrupar encuatro tipos las necesidades de transmisión y a una vemilación de las estacionesterminales según estos tipos:

Estaciones lenninales ['ll1r tino de lransmisiún NúmeroPuntos de televigilancia 2.400Pumos de teleges!ión 2.400Telcinfonllática 230Televideocomunícaciún 170

Tabla 2. Número de estaciones lefllunales por l1pOS de transmlslún para la explotaciónde las reJes técnicas urbanas.

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Métodos)' herramientaf para un urbanismo de redes 171

A continuaci6n sc rcalizó una cartografía dc las cstacioncs tcnninalcs por tipocon una cuadrícula común, quc pcnnitió visualizar la dcnsidad de Ia.~ neccsidadcs dctransmisión que emanan de diferentes cuadrados dc la cuadrícula. A partir de aquí,se ¡xxIían plantear económicamente unas agrupaciones de información, a transmitirsegún las tecnologías de concentración disponibles y la oferta de transmisión deloperador público de telecomunicaciones. La figura 38 muestra un ejemplo deposibilidad ofrecida por la red especializada ASTARTE de France-Télécom.

UsuaIiu

JJüül(TRANSPAC) tu

I

. Estacióncentral

Red públi"" (ASTARTE),

Usuario,,~ ---.....-<-1---'1---">-----0--1\

IAoopl..wr

supraftSnico

EstacióntcnninaJ

Aparatotclcfónioo

Figura 38. Ejemplo de arquitectura de red telemática que utiliza la red ASTAR·Il:.

El problema de la agrupación no Liene una solución única. Según los l1ujos deinformación, la localizaci("m de las eSlaciones tenninales y cClltralcs y la.~

posihilidades ofrecida.~ por la red pública, la concentraci6n puede ser más o menosimportante, continua o periódica y situada más o menos an'iha o ahajo.Aparentemcnte existe toda una comhinaloria dc posibi lidades, pero el critcrioeconómico y los criterios de resultados (fiabilidad) excluyen a algunas de ellas. Losdiseñadores de la red llegaron a.~í a proponer 6 escenarios de reúcs lelemálica.~,

cuyas diferencias raúican especialmente en el reparto entre la parte de transmisión yde tratamiento úe las infonnaciones efectuada en la sccción "privada" (es decir, aquí,municipal) úe la red y cn la sccción púhlica (es decir en el canlpo del monopolio deloperador de telecomunicaciones).

La concepción de la reú progresa después por comparación de los escenarios:comparación cuantitativa (costes de inversión y gastos de funcionamiento) ycomparación cualitativa (liabilidaú, disponibilidad, conli.lft de explotación,posibilidades úe evolución posterior...).

El problema de concepción úe reú planteaúo aquí era particulannente dclicaúoporque no cxistían demasiaúos principios para guiar la generacilín úe soluciones ode variantes en un canl¡X) totalmente nuevo. En gencral, esta parte úel proceso eSláfuertemente úirigiúa por los análisis diacrónicos previos úelallados al principio úeeste capítulo.

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172 El urbclIIi"'JIlo de la'i redes

El otm ejemplo que se presentará es, de nuevo, el de la intervención para unarl~estrucluración de la red de autobuses de la regiún parisiense)5. En este caso, apartir de una representación en red polar de las líneas de autobuses actuales, que secompleta con la deJinición de puntos-ciave, se utiliza un programa de ayuda a laconcepción -RETIS- en un micro ordenador corriente. Paniendo dc la red aClu.al,el diseñador tendrá la posibilidad, mediante un diálogo interactivo visualizado en lapantalla del ordenador, de modificar el esquema, lliiadiendo o quitando arcos, líneas,nudos, incrcmentando o disminuyendo las frecuencias, etc. Para toda nueva varianteconstituida de esta mllilera, el programa calcula unos indicadores de evaluacióncomo los mencionados más arriba. Los indicadores se visualizan y permiten aldiseñador hacer una comparación fácil de la varillilte que acaba de elaborar con la olas varilliltes preccdentes.

Entonces existe la posibilidad de intentar mejorar la red con relación adeteflllinados indicadores, procurando evitar la degradación de otro indicador.RETIS es un programa de concepción de red que trabaja "con medios constantes".OC una varillille a otra, necesarianlente hay una redistribuci6n de los medios: lacreaci6n de un nuevo arco de servicio se debe acompaJiar de la suprcsi6n de otro, ode una disminucilm de frecuencia... Para escapar a esta restricción, la RATI' haconstruido un nuevo programa, ETER, que ekctúa para cualquier nueva variante loscálculos de coste suplementario que implica. Esto equi vale a aJiadir al conjunto deindicadores característicos de las calidades territoriales de la red, los indicadoreseeon6micos, particularmente útiles para el operador.

En la figura 39 (A, 13) se encuentran las visualizaciones de la variante inicial yde la variante tinal de la red. I.as palllallas seleccionadas muestran paniculamlente lamcjora de la rcd desde el punto de vista dc dos indicadorcs:• los punlos que tienen una conexi6n directa con la estación de Choisy (polo muy

illlportllilte del sector);• la frecuencia de los autobuses en horas valle en el polo metro-Prefectura (estaci6n

de la red de metro).Está claro que los demás indicadores se pueden, a voluntad, visualizar de la

misma manera.Para concluir, se señalará que la mayoría de los operadores de redes técnicas

utilizllil herramientas infonlláticas de ayuda a la concepcilm. Es el caso de PRAO enel ellillpo de la distribución eléctrica. Sin embargo, para el urblliJislllo importasituarse sulicientemente aniba en el proceso de concepción y particulamlente allídonde la fomla y las características de la red tienen consecuencias territorialesdireclas. RETlS fue construido con esta 6ptica, excl uyendo los cálculos sofisticadosy los refinamientos, por lo que respecta a las caractcrísticas técnicas de equipllillientoo de explotaci6n, llilles que se establezca una variante estructural. AClualmentc elprograma RETIS se desarrolla para una aplicación a diversos tipos de redes.

35 Stalhnpoulns N., op. cil.

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Métodos y herramientas para un urhanismo de redes 173

sm.nr;q!1m

m:m:mm:;1J[ll%ZBlJ'm ¡ ¡

<o .. 1 <o .. I

A- Copia 1: Variante inicial. B- Copia 2: Varianle final.

17.:50· Pas!>~ de bus <Cr«Jses) pov,,- PflEF 11ETRO (11AR/iEFt1'1 / I'IAROEBUT>o o o oo o o on n" "

1:5.00

12.:50

10.00

8•

g•

oo

•g•

7.'"

¡;;Op¡¡;; 6

C- Copia 6: Comparación úe las frecucncias úe los autobuses cn un nuúu úe la reúentre variante final (a la izquierúa) y variante inicial (a la úerecha).

Figura 39. Utilización úel programa ;nteractivu gráricu RETIS para la cuncepci6u úereúes.

(Fucntc: Stalhupuulus N., op. cit.)

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174

7.5. Semiología de las redes

1:.1 urúanismo de las redes

El nUl:VO urbanismo (kbl: tomar muy en serio la cuestión de los signos,vehículos del sentido de las redes. La materializadón, la inscripdón espacial de laconexión urbana es urla necesidad urgente. Cuando la localización de una sucursalde una cadena de supermercados se convierte en un asunto nacional porque hay quemantenl:r un sector pcriJerico abil:rto a las rl:des econónúcas de la modernidad;cuando. ante el desastre de un transporte l1uvial económicamente aniquilado, elayuntamiento de Conl1ans-Sainte-Honorine propone reaJinnar la vivienda de losmarineros en sus barcazas mediante conexiones con las redes dl: agua y deelectricidad, para "llilirlos a la dudad", no Sl: pUl:dl: eludir el pmbkma del sentido yde los signos de l:sta conexión.

Es a1taml:nte sintomático que muchas voces, procl:dl:ntcs de disciplinas ysensibilidades diferentes, planteen el tema en ténninos práctic,ullente análogos. R.fishman invita a reencontrar en las propuestas de Wrighl y en las primerasconcepciones de las nuevas ciudades un paisaje que dé sentido a lo que muchos venhoy como una ciudad caótica, p,ús'Ue que crearía I!le p!ll.\'lic Jorm oI II genuilledel/lOcracy36. En Francia, A. Sarl"ati predica de la misma manera con modemasmetáforas de la periferia de l,l~ redes37• P. Virilio, M. I3assillld y G. Dubois-TaineVilll en el mismo sentido. P. y G. Pinchemel piensan que el pais,ue, aquí el paisajeurbano, es tillnbién una milllera de generar sent.ido"". F. Choay se inquiet.a por ladesaparición de los signos ligados al nacimiento de una nueva civilidad urbana(como el mobiliario de las calles haussmalUlÍanas en París: billlCOS, columnasMorris, fuentes Wallace, faroles, refugios. rejas ... ), signos que no k parecen quesean substituidos por el signilicado de ninguna nueva urbilllÍdad39

El urbilllismo de las redes no podría esqui var esta cuestión. ¿Alguien podríacontentarse concibiendo redes limcionalmente adaptadas a la demanda implícita delos ciudadillllls modernos, sin observar de una u otra milllera que esta concepción esuna obra voluntaria, que tiene un alcance y un signilicado sociaks'! SÜ¡ embargo,todavía es difícil dar aquí unas herramientas o unos métodos. Se trata mi~ bien depistas, de búsquedas, dl: orientaciones.

36 Fishman R", "'1'111": Post·War American Suburb: a Ncw Fonn. a Ncw Cily". art. cit.37 Mcadc M.o I3oudoll P., Cunan M., Alain Sm/ati. París, EJitions du Monilcur. 1990.38 Pinchcmcl P. el G., op. dI. Ver igualmente Rimhcrt S.. (;L'fWJC {/'Ull pay.wge suburbllin: la

ballljefle risith:mjdle c/u JlllJ eJe StraslJourg. Association dcs publkalinlls pr~s ks Universilé:i d:Slrasbourg. n. el.

J9 Chnay 1:., "Ven; un nouveau stalut des signes de la ville". Rcvuc de l'Acad15mic des scicoccsmorales ct puliliqucs. 19~8.

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Métodos y herramientas para un urbaniSflw de redes 175

- -

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B'lEI~~J.!!~ J;- LE CENTR&;;'-k.

. a:;ounER,5 ES1 ce:úPÉ Fl'-R tA. ROTONDE DE. "M'ORATlON I:l'NS LAQJEllE

-, SE D€.VER.SE.NT LEs EAUX OC "TRaS RJGOLES Et-KAISS.~~ ........:_.5)+l~1J'ITCEAuD'f.Pl~_E, l'EAU NOUSTRJElLE ET ~~~Ill"4!f'"~ ~TRQl.:) FORTE.S Q'UNUKlQUES Rfa::».'~E 1!J,1X~-_-~ 'EN' REUEF ORNANT CHACUNE D'EuES. LA QU'iTJtlEM(lIllIH

- R)RTE DONNE. SlR LE f:AS5lN DE. l'ARSENAL CEST LA-- PORTE DU RETOUR. AU R...fUVE". ET EN EFftT.C'EST .eteN

-:.A1N.S1 QUE LES CIDSE:S SE ~NT DANS LA RrAUTI: JII~PARlSt-OO TOuTE.S LE5 EAUX,APRE5- TRAJTEMENT RETCoRNt. .A LA 5dNE.- - !'1M5 i-E MONUMENT FIGmE. ESS€NTIEll..EMENT ­LE PWS t:.THéRE DU OCLE Cf t:EAO TERRESTRE CBlJI DEL'~TI

COI A ~E(HEUE GEQGRAPH1Ql,E SE fWT A AIoRr(R t>fS Ftt.~· ~II'JI~CES l..N:S Ert:lf;S MERS ETQJI R.EAUSt k:1 ARnfk:IEll.EHE.N11~rT tJNE-C0N:3V\NTE EM.A.NA.T\C'toI DE \lA.PfUR AU MlIJfU D€S AAMfs U L:E..5PlA'lfAlIONS llU SQU"IOL .

. EN saJ5-5QL LA ROTDNt::f. E:5T Rf.J.Jff NJX.5AU.fS [ESMACI-l.INh.S ET A tENSEM&..E. CES 1N5r,..U-"ijON5 ·SOl.JTfRRJ,IN'E5 INTERf.5SN'.ITLESERYlCE DES EGcots SlTUE A PROXltálTt.

Figura 40. Proyecto de monumento que simboliza el ciclo del agua en la ciudad.(Fuente: Auben, J., "Le Square des égouliers", L'ivre de Pierres, op. cit.)

La historia aporta algunas indicaciones. Las manzanas achal1anadas de lacuadrícula Cerda marcan todavía, después de 140 años, el plano de I3arceloIla·. Sonel resultado de las pacientes investigaciones del aulor de la Teoría general de laurbanización para conciliar los impcrativos de la vivienda y del movimiento. EnBarcelona, todavía hoy, a pesar de las múltiples transformaciones, la red estápresente en la plástica de la construcción.

El depósito de agua dc Chantenay ya comportaba una fucrte simbología.Templo del agua potable y de sus beneficios para la dudad, se mostraba tambiéncomo bastión, lugar avanzado de la conquista territorial de la red de Nantes sobre unmunicipio periférico4o• En I3ucnos Aires, el castillo de Caballito, construido en

• N. del T. Recientemente, y en el marco de la Muestra Cerda organizada por el Dcparlamcnt ti:Política TeITitorial i ühees Púhliyucs de la Gcncralitat de CataJunya. se ha cditado una obracolectiva al respecto: Scrratllsa 1\.. (coord.), ,\'emiorica de l 'Eixilfllple C'erdiJ., Barcelona, Proa.t995.

40 Piosnn D., art. cil.

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176 Elurbani,wlO tle las redes

1915, verdadero palacio del agua, expresa lodavía hoya la ve/. la polencia de la redy de la ci udad.

¿Se dene pues poner al día un nuevo monumelllalismo ue: las re:des?Imaginación no falta, como atestiguan los dibujos de: J. Aube:n para 1II0numelllOS alagua y a las alcantarillas41 (lig. 40). ¿Esto signiJica, COlllO de:ja eIJlende:r C.Devillers, eonJiar a cada re:d técnica (o de otro tipo) la carga de sumonumentalidad'!42 (1ig 41).

i\.I contrario, ¿hay que considerar, como sugiere F. Chuay, que tantu para lasredes como para las comunidade:s urbanas en ge:ne:ral, los signus construidos queaseguranan el arraigo local están de:saparecie:ndo y pierdc:n su función, exce:pto losmonumentos históricos y algunas señales arquitee:turales?43 Algunos indiciosactuale:s apuman en este sentido. El proyectu LASER de red de autupistas urbanassubterráneas de París se ha acompa.iiadu de numerosos esludios funcionales. Perono se ha propuesto ningún proyecto monumental para las eIJlradas y salidas de lostúneles a la superficie.

¿Se trata de aplicar los principios de un Le Corbusicr, reduciendu la red a sufunción cire:ulatoria'! "Una ciudad es cfectivamellle: una biología. Se dice justamentede un hombre que e:s Wlluho dige:stivu: entrada, salida. A la e:lllrada o a la salida ddtubo, no hay ni iglesia ni palacio. ¡Paso libre:! Condición fundamental de una ciudad:ser atravesada, irrigada, alimcntada, de pUllla a punta: ¡Iibn:! No añadamosacome:cimÍe:lllus de naturaleza plástica a e:sta necesidad de: orden biohígico". Quizá lametr6polis de las re:des no depende sólo de "un método abstracto, que subn:pase dmundo de la experiencia sensible, de lo visible, de: lu táctil, de: lo audiblc, de: loobjetivu, en resumen, de: lo que constituye el conjunto de: los datos fundame:ntales dela estética c1ásica"44. Salvo que los signos de las re:des ya sólo se puedan leer enotras escalas del espacio (y quizá también del tíc:mpo). Es lo que parecesobreentende:r Fishman cU¡Uldo aboga por la búsqueda de un nuevo paisaje: urbano.Es también la vía e:n la que: se inici¡Ul proyectos que pre:te:nden la mejor percepción dela presencia de ciudade:s en la red de aUlopistas45 . Para b nueva ciudad de Melun­Sénart (cerca de París), a la que se: decidi6 que le convenía (¿todavía'!) un cemro, d

41 Auhcrl J" "Le S4uarc ues ¿goulic.rs", L'jl,Te de pit!rres. nU 2, París. I\crolandc, 197&.-12 "C;'HJa ohjeto. c:Jd;.¡ roo de ohjdos ticn~ tendencia a identificarse ",'un UIl munumentu: es esta la

fuente de 1;.. mOllumcnlaliu:H.l. Yo defino un Il1UIlUllll:lllU urbano comu un ohjeto en una red.Huy. todos los supecmcn.:aJos sun monumcntos. L.1s gr..uIJcs redes infracstructw'ales sc hancunvcnid0 en nueslros grandes munUll1entos. comu poc ejcmplu las aUlllpislas urbanas. Cada nx.lse puede pensar en su gluhalidad. cs la oc1illít.:ión JI.: una red, Ulla furma estralégica". Dcvillcrse., art. cito

43 Choay F.. "Vcrs un nouyeau slalul dcs signcs dans la yillc". art. t'iL

44 Tcyssot G .. arl. cil.45 Sompairac A.. "Lcs Nouvcllcs aircs", in "Aménagcmcllt: COllst.rUU·C pour lc l.ransporl", Cl1hicrs

c/u Celo It 6. 1989. Pero ulla Jlll)(1Wnenlalidad vcnucular ha pn.:cedido a estas búStlucdasorganizadas. eL Wcihsm:.lnll 1I.. Sc.;hmidt-Drüll1ll1cI 1I .. MO/uter Am Hig/m'l1Y, Die Arclzitekturder "/.eiC/li'Il. Firckc Vcrlag, Frankfun am Main. 1%3. Langdlln 1' .. Orallge Raofs, ClodellArclll's: TII(' ArchiteclUre ofAlIwrice.,m Clwi" ResIaurl1lll.\". Ncw Yurk. A.A. KnoIX. IlJXó; LuyeJ., Svus les arches de A-tacDUllald's. París. Editions Michel LafuIl. 1t)~~.

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Métodos y herrwllientas para UfJ urbanismo de redes 177

análisis dc los proycctos también hacc aparccer esta tendencia. Al lado de proyectosvoluntariarnentc retrógrados a base de puertas, bastidas, plazas o avcnidascirculares, diversa~ propuesta~, entre cllas las dc los dos equipos ganadores ddconcurso, buscan expresar, mediante el juego de los llenos y de los vacíos, de loconstruido y de los espacios libres, a una escala inusitada, una especie dc nodalidad,de condensación de las redes que configurarán la nueva ciudad46.

Sin embargo, Michel de Certeau intenta llevar a los urbanistas dc las rcdes haciaotra pista. Al constatar, como otros, la desagregación o la pérdida de sentido dc losantiguos signos de lo urbano, ve d indicio de una adaptación modernizadora de lasociedad, de acuerdo con la conquista de nuevas libertades. El patrimonio urbanotendría que dejar dc considcrarsc como estático. Pensada sobre un modelogenerativo, la crcación dc signos correspondería, a partir dc ahora, a los "anistascotidianos de las maneras de habitar"47. Si se extrapola un poco, se imagina quepodía corresponder a los ciudadanos ordinarios, a los operadores del tercer nivel, ladefinición de estos nuevos signos de las redes que aquellos combinan para generarla ciudad contemporánea, su ciudad. Quizá se trata de otra utopía, pero contiene unaclara indicación para d urbanista profesional. Primeramcnte, como geslosemiológico, hay que reconocer las redes en su historia, tal como se ha dicho alinicio de este capítulo. Hay que comprender la red virtual sin llegar a la red técnica,considerando las voluntades de transacción que mediatiza, pero lambién, comojustamente menciona G. Dubois-Taine, los "circuitos reales" y la función de losoperadores en estos circuitos4x. Un trabajo debido a dos arquiteclOs ilustra bien estepropósit049. Se tralaba de reconsiderar el acceso a la vivienda como leoninal de lared vial para el habitante motorizado. Ellin de la gran mayoría de los ciudadanos esefcctivanlente llegar, aunque sea ocasionalmente, a su vivienda desde la red vialutilizada para circular en automóvil. La secuencia que lleva de la carrelera alestacionamiento, del estacionamienLo al a~censor, del ascensor al rcllano es muy amenudo particularmente pesada porque nada no signilica e1aranlente en qué tcrritoriouno se encuentra, a qué transición atenerse. Después de analizar d problema y suscausas (en particular el hecho de que la~ entradas de los edilicios se conciben parapeatones y no para "habitantes motorizados"), los autores de! estudio proponen unmétodo para la marcación de la~ secuencias que unen la "leoninal-vivicnda" a la redvial. Los resultados ciertanlC1lte son limitados, pero e! ejemplo vale por laperspectiva adoptada. Aceptar la consideración de la vivienda como un punto de una

46 Sompairac 1\.., Uue LoXilJllR des forres? Notes sur le cun<:ours intcrnalional d'an.:hitcl'turc el

d'urbanismc de Mclun-Sénarl. 1987: "Urbanismc: la vil1c entre imagc eL pwjet", Cahil'rs daCCI, n° 5, 19X8.

47 Ccrlcau (de) M.. op. cil.48 Dubois.Tainc G .. Rencotllres Voie ef villt! y Les Boulevards urbaills: li.fl exemple d'urbllllüme

"umagé. INRETS, 1989. Las ideas de G. Duhuis-Tainc se pueden relacionar útilmcnte COIl

trabajos un poco más antiguos de Vcnturi. CL Venluri R.. llmwn D.S., Izenuur S ..L'Enseignement de l.as Vegas. I3ruxcllcs. Mardaga. 1977.

49 Bres A., Mariollc B .. CHabiranf motorisé. Plan Conslrul:tion eL J\n.:hilcl:lure, colc(,xiúnRcchcrches. !tJX9.

12

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178 E/urblllli.wlO c/e las redes

red abre nuevas vías en materia de semiología. El urbanismo tendrá que auoptar estetipo ue método, y extenuerlo a las uemás reues.

Cuanuo se han identificado estas redes que eonfonnan la ciudad, es menor elriesgo de equivocarse de signos. Los signos son los del pouer, de los poderes:poderes de los agentes territoriales en busca de transacciones vía la red,mieropoderes de los ciudadanos, macropoderes de los operauores de redes. De lamisma manera que las parrillas expresaban la ciudad de Haussmann, los cruces conrotondas, las antenas parabólicas, los periódicos electrónicos, las farolas, así comouna ventana iluminada, un césped verde porque está bien regauo, pueuen significarla ciuuad de las reues. Pero en esta materia, el urbanismo debe aprenuer a mandar, yno a dejarse llevar. Hoy, en Francia y por doquier, los ayuntamientos todavíaencargan "ciudad" en Wl sentido que no tiene demasiado que ver con la ciudad de lasreues. Se trata "de evocar sin ambigücl!ad las formas más comúnmente admitidascomo di~tintivas del tejido urbano, formas que generan efeclO de CiUlÚU!,50,mediante edilicios, plazoletas, línútes y zonas. El urbanismo de las redes tambiéndebe ser capaz (y mucho más legítiman1ente), a falta de disponer de los métouos ytée¡úcas que le pemútirían actuar directamente, ue encargar a artistas la prouucciónde los signos de la nueva urbanidad. Los erilerios para orientar los proyectos yjuzgar su pertinencia existen, y se han precisado a lo largo de este libro. Losejemplos disponibles permiten redactar los pliegos de condiciones sin impeuir que laexpresión anística se manilieste, tllillo si se trata ue uecoradores. arquitectos,paisajistas o publicitarios.

Aquí no se tiene evidcntemente la pretensiún de limitar a algunas recelas labúsqueda de una semiología para el urba.nismo de las redes. El uebate, como se havisto, está abierto. Y no se cerrará por el hecho ue proponer uos pistas ueinvestigación.

En principio. hacer legible para touos el significauo ue las reues es cieI1~Ullente

inscribir, materializar, manifestar lo que, a largo plazo, soliuariza a los "socios" deestas reues. En este sentiuo, el tratlli1úento plástico de la reu vial es ejemplar."CUllilUO en una ciuuad se sustituye W1a calzada auoquinaua o un cllilúno de lierrapor una carretera pavimentada, no súlo se cambia un color, se trastorna la dinámicade la visión y la conciencia de la ciudad... La cinta perfcetllinente lisa e impernleabledel asfalto hace resbalar el ojo, patinar la mirada, y la proyecta hacia la leja.nía , haciael horizontc"SI. Pero la red vial, además de su función de circulación, escondenumcrosas otras redes técnicas, que sirven a todos los ciudadllilOs, ricos o pobres, atodos los pWllOS ue actividad. al centro y a las periferias, hasta lasperiurba.nizaciones más lejanas. Se ha ridiculizado "el urlxulismo del boruillo de

50 Evcno C.. "La Stratégic du visible: imprcssions de voyagc aMontpcllicr. urbanismc: la villecntre Ímagc el projct". Ca/ziers du cel. n° 5,1988, El autor evoca en parlil-ular las ohras de R.Buril!.

51 Tournicr M., Des Clef'i t'l des seITures. Editions du Chcnc, 1989.

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Métodos y herramientas para un urhaflis"w de redes 179

figura 41. Confiar a cada red la carga de su monumentalidad, ¿es encontrar el senlidode las redes'! ¿Este transformador eléctrico de la I1aie l3ergerie, transformado en

monumento a la energía" significa la conexión urbana, realidad de la ciudad moderna'!(Folo: G. Dupuy.)

acera". Quizá se debe, a nivel simhÍllico, replantear este juicio un poco precipitado ytratar la red vial desde esta pcrspccliva52.

El sentido de las redes tamhién es la posibilidad de la conexión, de lainterrelación a corto plazo, ineluso al instante. Los puntos de conexiÍln tendrían queestar pues particularmente cargados de senüdo53. Este es el caso de las estaciones y,más generalmente, de las grandes tenninales de las redes de transporte interurbano.Pero los puntos de interconexión de la red eléctrica, las centrales telefónicas, lascabezas de redes cableadas, habitualmente están escondidos. ¿Sería sulicienteenseñarlos, decorarlos, monumentalizarlos? Probablemente no54. La "conectividad"

52 ¡Esto no significa que sea necesario ir hacia un ··w·hallismu de las harreras de seguridad"!53 Es lo que demuestra el artículo dc Qfrner J.-M., "Le Tramway Saint-Dcnis-Ilohigny. enl.re

réseaux et territoires", RTS, n° 29, marzo 1991. La misma línea de tranvía con sus paradas, susterminales y sus corres¡xmdencias sc puede "Icer" y comprender en difefCntes sentidos según elterritorio con que se la quiera relacionar. Según lus casos. los puntos de conexión se tratarán (k!manera diferente.

54 CL para el caso de los nudos de aUlopistas el análisis matizado de Dcsportes M .. "!Iisloire de-;na:uds autoroutjcrs". Jornada Qlld pass,} pOllr Les réscwU"? GDR Réscaux. París. enero IlJ<J1.

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I~O El ur!JunislJIo de las redes

Figura 42. Multiplicidad de earteles, de direecioues, de posibilidades: ¿siguos legiblesdel urbanismo de las redes? (Foto: G. Dupuy.)

sin duLla se debe dar a conoeer de otra manera, verosímilmente por la in [unnación,sobre todo visual. La señaléLiea, el anuncio o el cartel evocan sin duda más lasposibilidades de concxión (Iue el soporte físico quc cjerce la función concctiva a lared. Seguranlcnte, la panUJIla electrónica interacLiva expresa mejor, en Liempo real, elsenLido moderno de la reJ. ¿Se Liene que relcer con este espíritu la aparente anarquía,la sobreabundancia, la acumulación de información, de señalización, de anunciosoliciales o comerciales que quizá se har¡ condenado dema~iado de prisa o solanlentetolerado como un mal necesario? (lig. 42).

iBordillos de acera y anuncios publicilaIios I ¿Son estos los signos sensibles dela p/l/stic lurlll 01 genuine tlelllocracy, los nuevos monumentos de la conexiónurbana, las marcas signilicaI1tes del nuevo urbaIlÍsmo? Aquí no hay ni búsqueda deparadoja ni volul1lad de escarnio. Simplemente, el sentiJo no se decreta. Todas lasvías están abienas para buscar la expresión de una sl:miótica de las redes, parapresentar los signos inteligibles de la conexión urbar¡a.

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8. Urbanismo de redes: estudios decasos

El urbanismo de las redes dispone de herramientas, o por lo menos de métodos,para representar, evaluar y concebir las redes. Pero la puesta en práctica de susleorías y de sus mélodos en un proyecto real supone cada vez escoger. decisionesque evidenlemente dependen del contexto. Intentar una codilicacilÍn no tcndríademasiado sentido. Por ello, en esle capítulo se ha preferido aducir algunos estudiosdc casos especialmente signilicativos.

Se podrían presentar en primer lugar métodos particulannente innovadorcs porlo que respecta a las redes con vocación tradicionalmente no urhana: autopistas ovías férrea~ interurhanas, "aerociudades". En estos tres campos es fácil encontrarproyectos. Tamhién es cierlo que políticas como el desarrollo de la red Téléte/, conla difusión de millones de lernlÍnales Minitel domésticos. tienen posteriormenteefectos sobre las posihilidades que se ofrecen a los operadores de tercer nivefl. Sinllegar a ver por la pantalla del Minite/ "la telefactura del consumo eléctrico en tiemporeal" presentada en la utopía de las "Cróniea~ llIuxianas". los servicios detelecompra, las infonnaciones, la reserva de entradas y hilletes que pennilc estetenninal doméstico facilitan mucho, para quienes dispongan de él, la organil.aci(lll delas redes de tercer rlivef2.

Ha parecido preferihle, para situar mejor la acci(ll1 urh:lIlístiea, presentar casosde actuaciones, a escala urhana, correspondientes al prilller y segundo niveles deintervención preferencial del urhanismo. Un de los casos corresponde a unaintervención en el segundo nivel, el de las lógicas espaciales de las redes, enparticular de las redes de consumo. 1.0 llamaremos "Vía y ciudad", cn refcrcncia alprograma en el que fue presentado'. El segundo ca~o proviene de una intervención

Vcrlaquc e., "Les Espaccs du millilcl'·. in Dakis B .. InJo"'llafinn el organisa/jon spariale. Cacn,Paradigmc. 1988.

2 Por aLTo lado, la política activa de conexión telefónica llevada a caho en los úlLimos 15 aous enFrancia también se podría analizar tlcsdc este punto de vista. Las encuestas hCl.:has subre lasrelaciones entre transporte y telecomunicaciones hacen suponer efectos de esle tipo. eL ClaisseG .. Rowc F., "Le Téléphonc en queslion: 4ucslions sur la cOJ11l11unication", ColoquioCommunicarion and Data C011lmuniCalion. París. mayo 1987.

3 Dubois-Tainc G.. Rencontres \'oie el ville. marzo 19X9. arto dL y [.es Bouh'\"ard<¡ ur1Jai'I!i: unexelllple d·urbanislIle lIlanag¿. INRETS. 1989. doc. cil.

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182

OTAN.6TAN-TrAnslolrt 44OTAN. .5NCFOAlJTRE~ ~O oln So

1:..'1 urbanislllo tic las redes

C-dre da. VO

OVo.

fl.u/lllrlJ.

Figura 43. Los planes de desplazamientos urbanos constituycn un mélOdo originalpara tcncr cn cueIlla la función de las redes en la ciudad. Este plano scñala los nudos

de conexión entre diversas redes de lranspone de la aglomeración de NaIlles.(Fuente: LTxpérience des }J/JU. 1983-1986, CETUR, julio de 1987)

en el primer nivel, el del operadur de red de transporte púhlico. Lu llamaremus "Redsuburhana"4. Finalmente, el últimu casu se propone articular el segul/do y el tercernivel en un proyecto de red de telecomwlÍcaciunes para suministrar serviciusurbanus. Aquí lu hemos rebautizadu "Ciudad y cumwlÍcaciunes".

8.1. Vía y ciudad

La intervenci6n "Vía y ciudad" prelende la rcfumla de lus ejes viales en lasentradas/salidas de las grandes ciudades. El desarrollu hislórico de muchas grandesciudades francesas se ha hecho según un esqucma llamado "cn dedos de guarlle" o"en estrella" a lu largo de las carreteras nacionales. AClualmente, se manifiestaalrededor de estos ejcs una vitalidad económica particular que las instituciones

4 A falLa de alfa dcnominaci6n. El nombre de la operación se Illodificó con el tiempo segúnimperativos diversos. desde "Schéma d¡recreur de ¡'ojFe" ¡Es4uema du"clllr de la oferla] hasta"Aurremenl Bus" ¡Otra furma de bus]. pasando por "Secleur pilole" ¡Sector piloto]. ele.

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Urbanismo de redes: estudios de casos 183

locales ven con satisfacción. El Estado, operador encargado de la red vial nacional,debe intervenir para arreglar los .accesos cuando las diversas implantaciones lopermiten. Además, en estos ejes se encuentran a menudo problemas agudos deseguridad vial5.

A lo largo c;: estas vías se concretan los efectos de lógicas muy fuertes decircuitos económicos. Las redes de producción (alta tecnología, centroslogísticos...), en el sentido de Fishman, intentan implantar nudos cerea de lasintersecciones entre carreteras nacionales y autopistas. Las redes de eonsumo actúande la misma manera en relación a los hipermercados o los grandes hoteles, o seconforman en situarse a lo largo de las carreteras nacionales, en la periferia urbana,por lo que respecta a otros comercios, garajes y servicios diversos.

Genevieve Dubois-Taine organiza su metodo de urbanismo alrededor de estosoperadores del segundo nivel. La intervención consiste en artieular este nivel con losdos otros estratos de operadores de redes. En el primer nivel se encuentra sobre todoel Estado, operador de la red nacional de carreteras, pero a menudo también losentes locales que operan en la red secundaria6. AdeIlli~, pueden encontrarseimplicadas otras redes técnicas: saneanüento (drenaje de los aparcanlientos, de losterrenos urbanizables), electricidad y alumbrado público. A propósito de unaintervención análoga en la Nacional 7 entre Orly y Evry, otro urbanista, A. Sarfati.llega a movilizar incluso redes de radio local7•

En el tercer nivel se eneuentran en particular los ciudadanos/clientes/usuariosque, por referencia a las lógicas de la red de eonsumo, repcsentan la "demanda". el"mereado". De hecho, como se ha visto, estos aelores son microopcradores de suspropias redes. Por sus comportamientos de cireulación, de consumo, muydependientes del automóvil y de la infoffi1ación (publicidad), en una ciudad a partirde al10ra abierta, en un "mundo libcral, difuso, ligado al automóvil"R, inscriben en elespacio y cn el tiempo las redes características de nuevos modos de vida urbanos.En este nivel cxiste, en relación con los otros dos niveles, la demanda de másfacilidad para el operador: legibilidad, información, seguridad, fiabilidad ... Sarfaliemile por ejemplo la idea de que el automovilista consumidor debe poder detenerse y

5 En estas aglomeraciones. el 40% de los accidentes se producen en estas grandes vías.6 G. Dubois-Tainc da mucha importancia a la dcmandil propia de los entes locales. De hecho. en el

contexto francés de la descent.ralización, los municipios ~rirériL:us vc.::lan por marcar sulerrilorio. La combinaci6n de este tipo de tcnilorialidad. a priori areolar. y la de la red.constituye como se ha dicho una parle importante del trabajo del urbanista, incluso si las ru..lc..'\son primordiales en su acción. Para aligerar la presentación. J4uí no se ha desanullado esteaspeclo de la cuestión.

7 La radio local transmite infonnacioncs parliculares, localizadas. a los aUlomovilislas quecirculan por el eje vial reformado. Ce. Sarfali 1\.. "L'Amél1agemel1t de la RN 7". el1trevista el1france-Culture, programa PeJ1llis de COflslruire, 30/1 1189. L.I '.\l'dón de A. Sarfati se insL'l'ihi{)al principio en el marco de la operación "Danlieue 89".

8 Dubois-Taine G., Renconlres voie el ville, art. cil.

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lH4 /::1 urbanismo de las redes

tener tiempo de escogerY• Se enlrevén las posibles contradicciones con losimperativos de nujos continuos, que podrían ser los de la organización vial clásica.

Lo que propone G. Dubois-Taine es verdaderamellle urbanismo. 1\1 anicular losdiferentes lIiveles de operadores de redes alrededor de las lógicas económicas fuenesque dinamizan sus lugares de intevención, quiere realizar "la ciudad illlersticial", opor lo menos "una parte de ciudad". La articulación consiste efectivamente engestionar lo mejor posible las demandas de implantaciones de actividades y deacceso a los grandes ejes viales en un sentido que concilie los compor1amentosreales de los ciudadanos y los imperativos de los operadores de las redes técnicas.

El resultado es lo que G. Dubois-Taine llama una "avenida urbana", es deciruna realidad morfológica y semiológica propia de la ciudad de hoy en día, porque vaunida al reconocimiento de la conexión urbana.

El método "Vía y ciudad" se basa en una metodología precisa resumida en latabla de la Iigura 44, que a continuación se comentará brevemellle.

Es evidente el interés para el urbanista de una cultura histórica, política,económica, técnica, que pcnnite "leer", en el sentido fuene de "descifrar", unasredes a todos los lIiveles, y comprender las lógicas de lus diversos operadores. Porejemplo, como se ha visto en el capítulo anterior, G. Dubois-Taine destaca lanecesidad de distinguir la función de las "vías de valle" y la de las "vías de cresta".Lus dos tipos de vías, por el becho de la estructura parcelaria de los terrenos que lasredean, no atraen las implantaciones de las mismas actividades.

A este aspecto "cultural" se wiadirá la necesidad de una cultura urbanísticapropiwllente "reliculística". En la operación "Vía y ciudad", la inspiración de lasavenidas haussmanniwlas de Rouen, Lyon o N,U1les es patenle. Pero seguramente elurbanista LaJllbién tendría que conocer la historia del I30ulevard de Lille-Roubaix­Tourcoing mencionado en el capítulo 6, los proyectos de Suria y Mata, sin omitirreferencias a 1. Cerda y a FL. Wrighl. No se trata sólo de un acto de reverencia alos precursores, sino de una búsqueda de creatividad con relación a modelos a vecesideales, pero siempre pertinentes.

Se notará cómo esta cuestión "cultural", previa a la metodología, esindispensable cuando se trata de ir hasta al tinal del proyecto asumiendo susemiología. El bulevar urbano no es sólo un conjunto de conexiones técnico­funcionales entre redes. El proyecto quiere hacer un "trozo de ciudad que vuelva adar un sentido a la ciudad". El urbwJista, según Genevil:ve Dubois-Taine, debecontribuir a detenllinar el sentido que se quiere dar a la urbanización en cuestión."Este sentido se produce gracias a unos materiales, unas formas, unos objetos que,en conjunto, constituyen el vocabulario. Este vocabulario declinado dará el tono y lahomogeneidad del conjunto de la vía. Unos elementos de heterogeneidad pemütirán

y Sarfali A. arL ciL

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Urbanismo de redes: eslUllios de casos

euLTURA

HERRAMIENTAS METODOLOGfA

H· ca rT'pl"00ar bs dinarTllSmos

E - tráficos económicos y poIllicos

RR · deliniruna trarm. vial

Ajerarquizada.

MIE - definir la lunción de la vla

N - urbanismo

T · definir las secuencias y susA

- semiología vocacionesS

y -1 radueir eIproyect o en- economía

objetos: definirlas formas,los

M objelos y los malerialesETO

· no hacer un Pfoy ecto paraD loda la vla: eslablecerunaO TOMAR EN carta de las vocaciones de los

L CUENTA ELesp acios (sec uen cias y

O cruces)TIEMPO

G -el reglamenlodelPOS y lasf parcelaciones perrrien

A construir poco a poco estasvlas en ellerrpo

Figura 44. Métouo "Vía y ciuuau": principios mClouo!<·'l!icos.(Foente: Genevieve Dubois-Taine, INRETS, marl.O ue 1'JS'J)

185

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lX6 Elllr!JanislHo de las redes

rcfof/.ar el senlido, o bien dislinguir las seeuencias (y los cruces) entre ellas"IO. Peromás allá del sentidu del objeto "bulevar", hay que revelar sentillos más nuevos delbulevar en las reLles, las "nuevas urbanidades" que eontienen las vías por urbanizar.Sólo una inversión "eultural" seria pcmlite tratar esta difícil cuestión que tiene quever con el sentido Lle las redes opuesto al contrasentido del mallado (y al no sentidode las luberías)11.

La metodología propuesta precisa justamente las relaciones entre el urbanismoreticular y los proccdimentos clásicos (zonilicación, plan de ocupación del suelo,etc.)12. Hay que comprender que en la intervención "Vía y ciudad", el mallado ya noes lo primordial. Los proccdimentos del POS, o de parcelación por ejemplo, estánsubordinados a los imperativos de ordenación de red. CUillldo están implicadosdiversos mWlÍcipios, que es lo más general, la operación da lugar al eSlablccinlientode una propuesta internlunicipal que precise las intervenciones que deben realizarseen los diferentes espacios y los "vocabularios" que pernlitilll la gestión de estosespacios en el tiempo sin desnaturalizar su sentido. Los POS o zonilieaciones sólointervienen como pliegos de prescripciones, como medio para llevar a cabo elproyecto de bulevar urbilllo.

Ya existen algunas realizaciones, al menos parciales, de "Vía y ciudad", yatestiguan, por su éxito, la pertinencia de los principios adoptados, así como el rigorde la metodología seguida1J.

8.2. Red suburbana

El segundo ejemplo que se ha escogiLlo para ilustrar los nucvos métodos de unurbilllismo consciente de las redes es la intervención "Red suburbana" de la RI\Tp14.Se preparó mediante una estralegia delinida al principio de los illlos 80, el Esquemadirector de la oferta (EDO)15. 1\1 constatar las evoluciones de los desplazamientos enla región parisiense y el nuevo contexto instilucional lierivalio tIc las leyes dedescentralización, así como la dilicullad de continuar una política extensiva de lasredes rígidas, la RI\TI' apuesla por una reorganización de la red que oLOrgue unaimportancia relevante a la periferia y a una red de autobuses reeslruclurada. La

10 Duhois-Tainc G .. Reflcofllres voie el ville, arl. cil.11 CL capílulus 3 y 4.12 El términu "urhanismo" utilizadu en la tabla (fig. 44) se Jebe entender en sentido restringido. Es

d conjunto del métudo "Vía y cjut!i.Id" lo yuc dchc considerarse como un métoou de urhanismoen el sentido extenso dcllérminú.

13 En Chambray-It::s-Tours yen Narhonnc. CL Dubois-Taillc G.• Retlcotl!res voie el viUe. arto cH.14 lIiJ,Y yue scñiJ,J.u- que esle lluevo método de la RATP se ha acompaibdo de una importante

invcrsión inleleclual. Bajo la dirección de Louis Guicyssc. el seminario Crise de ['urbaill, JUlarde la ville y cl programa "Réscau 2000" han ap011ado muchus clementos úliles para laintefvcnci6n "Red suhw·hana".

15 Schcner f.. "L'Aulobus en hanlielle. une nOllvclle conceptivo du réscall RATP". Les Anllales dela recherc/u' urbaitlt'. n° 39. primavcra 19~HL

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Urbanismo de redes: estullios de ca'iOS lH7

constatación cuantitativa que motivó el EDü era impresionante: incremento muyconsiderable de los desplazamientos periferia-periferia (del 45% en I'J6'J a más del65% en 1983), disminución muy espectacular de la part.c correspondiente al motivodomicilio-trabajo (50% en 1969,25% en 1983) en bcnelicio de los desplazamientos"otros motivos". Por lo que respecta a la oferta, las líneas suburbanas de autobúshabían formado a lo largo del tiempo una madeja espesa y enmaraíiada, incapaz deser reconocida y utilizada intensivament.c por la demanda: ISO Iínea~ con más de 500misiones diferentes, a menudo deficientes desde el punLO de vista de las amplitudesy de las frecuencias y sin posibilidad real de correspondencia entre ellas.

La AATP introduce nuevos principios de ordenación reconociendo la"irreductible multiplicidad de los modos de circulación", la "diversilicación de losusos", "la het.crogeneidad de los t.crritorios urbanos" 16. que, en cierta manera,condenan la concepción de las redes-tuberías. En primer lugar, la reestructuración dela red de autobuses se· debe efectuar globalment.c, y no línea por línea. Laorganización comercial, la explotación, la morfología y el funcionamiento de la reddeben organizarse a partir de un mismo movimiento para responder mejor a lademanda Primeramente se delinen punlos notablcs (sueesivanlente llamados polos,puntos-clave... ), donde el funcionamiento de la ciudad, es decir de la periferia, searticula de forma privilegiada al de la red. Estos punlos serán tanlbién nudos fuertesde la red, es decir lugares de correspondencia. La red se construye a continuación apartir de estos puntos. La imrxJrtancia del canlbio con relacillll a las prácticasanteriores es clara, ya que la línea de autobús era históricamente la uniuauconstitutiva ue la reu. La idea de conexión substituye al principio ue circulación. Seconvierte en prioritaria y conduce a hacer hincapié en:• "la retieulaeión y la "conexiuau" ue los terrilorios;• la transconexión ue los sistemas ue transrxJrte;• los usos conectivos de la red"17

La intervención se sitúa pues, en este caso, en el "¡I'¡>I 1, el ud operador ue lared de transporte colectivo. Esta intervención prelenue, mi~ allá de la mejora de la~

líneas de autobús, facilitar la creación, en un espacio periférico considerado hastaaquí eomo inuiferenciauo, ue una nueva territorialiuau reticular. Por ello, se hacensurgir primero nooosiuaucs tcrriloriales a partir ue las euales la red suministrará"conexidad", coneetiviuad, hllIllogeneiuau e isotropía. En otra~ palabras, eloperador tiende a aeerearse lo máximo a la red virtual.

Si la intervención se produce elarament.c en el ,,¡vel 1, la cita anterior Jejaent.cnder que también intentará tener en cuenta una reticulación lerritorial externa alsistema de transporte y los usos conectivos de la reu por parle de los usuarios. Sepuede consiuerar que la reticulación tcrritorial ext.cma remite a una articulación delnivel 2, mientras que los usos conectivos provienen dararnente del ,,¡ve! 3. Estesegundo a~pecto salurá pri vilegiado en el métouo "Red suburbana". La arliculacióncon las lógicas en red de las implarllaciones comercialcs o de los lugares ue trabajo

16 Amar G.. "Pour une nuuvcllc conccplion des réscaux OUIlS la villc". a11. cil.17 ¡bid.

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188 E/urbanismo de las redes

sólo s~ tratará de forma global (en particular la elección de los punlos-clave). Lanueva concepeión de "Red suburbana" debe favorecer al máximo la constilución,para los operadores-familias, de la~ conexiones necesarias para la nueva vida urbanade la periferia.El método seguido por la RATP comprende diversas etapas:• búsqueda de pwllos-clavc;• concepción de la red (líneas, servicios, correspondencias);• encuestas;• proyeclos;• realizaciones.

Este mélodo se puso a prueba en un seetor periférico, lomado como lest, antesde extenderlo a otros sectores y, después, al conjwllo de la periferia. Los aspectosmetodológicos de este sistema, llanlado en este caso AutreJllelll bus l0tra forma debus], se comentarán a partir de la experiencia del sector-test.

La búsqueda de los pWllos-dave combinó un análisis de la polarización debidoa las implantaciones de cmpleos, consumo y equipamientos úi versos, con unanálisis de las convergencias de l1ujos, así como con el saber empírico, valioso, delos operadores lB La nueva red te¡úa que realizarse a partir de la antigua,prácticamente con los mismos medios. Esta fuerte restriccilll1. sólo un poco rclajadaal final, condujo a opciones delicadas. Mejorar las fn:cuencias, la amplitud, larapidez de un servicio entre dos puillos-elave, sólo se poúía hacer aceptando unadegradación en otro lugar o la supresión de otro scrvieio. Para facilitar estasopeiones en el futuro, se elaboró el programa interactivo grálico RETIS, presentadoen el capítulo anterior, que pemule comprobar rápidamentc las mejora~ de la redobtenidas gracias a una u otra transferencia de medios.

El luncapié puesto en la articulación eon el nivel 3 llevó a la IV\TI' a detectarmediante encuestas las reacciones de los usuarios aJlle los nucvos proyectos deordenación. Al tratarse de una moúilieación estructural, las encuesta~ presentandificultadcs específicas y por ello fueron objeto de un importante esfuerzometodológico. En partieular, las encuestas parecen ralilicar la preferencia paraopciones de red que privilegien conectividad y homogeneidad de las conexiones, endetrimento de la "conexidad" propiamente dicha. Esto es particularmente interesantepor lo que respecta a la articulación del nivel 1 con el nivel 3.La fase de proyccto fue marcada por negociaciones internas en la RATP, relativas ala reorganización de la explotación de las líneas, teniendo en cuenta los cambios parael personal, mediante acciones de preparación comercial y un trabajo intenso sobre laconcepción de los puntos-clave, de los que el esquema de la lig. 45 A puede dar unaidea. Era en efecto necesario hacer de estos puntos lugares cómodos decorrespondencia, de conexión, situados en el espacio urbano y vinculados con él,pero diferenciándose de él y presentando una cierta autonomía con relación a esteespacio; linalmente hacer unos lugares precisos y localizables, dando a la red una

18 En el futuro, esle u·abajo p<Kltia sistemalizarse con el apoyo del modelo EVARIST, modelodesagregado de simulaóón de lus desplazamientos. en L'w'su de realización en b RATP.

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Urbanisl/w de redes: estudios de casos 189

BUS---7 LA MARQUESINA Y LA INFORMACiÓN

J- CORRESPONDENCIAS2- PLANO DE LA RED3- HORARIOS4- TARlrAS5- PLANO DEL BARRIO

/,,/

(,. DISTRIDl!ID<}~r)3ILI_ETES7· YIDEOBUS8· POSTE-SEÑALÉ"IlCO9- NOMBRE DE LA PARADAP- PUBLICIDAD

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BUS---7

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T-LAYABOS1- TELÉroNof- F1JENTEbl- BUZÓNp- PAPELERA

LA MARQUESINA Y LOS SERVICIOS PÚBUCOS

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I'ig. 45 A

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!lFigura 45. A, 13. Méwdo Red Suhurbaua "Aulremenl !lus". Anteproyecto y

realización de "pumos clave". El "pumo clave" no es solamenlC la conexión lIelIiversas líneas de aUlohús, sino también la posible conexiúnlle los viajeros con

lIiferentes relles: información, agua, ele.(FOlO: RATP)

IJUI1LOS CUlTCSpOllocncia

te p"r:Jill husEst~ll.:iún

simpleEstación simple

+COlTCSp. bus

CUll'CSp.

metroCon'esp.

Illetro+hus

PUlllos­

clave

Polo

+...I

Cumplejo <i: intercamhio

tffijA:;;:; cspal..:iu local internu

A n II = ospClCill loc:J1 exlerno., e ;:; cspilCio lrJ.l1slm:aJ inlcmoe D J) = ospClCill 1J":JIlSlllc:J1 exlemll

Esp~il1 intr.:mu :;;:; csp3Ciu ¡>mpiu d.:1 puntu te nxiEsp<1i:iu cxlcl1lu ;:; haniu. "',Olla d: vCt.'illlWLocal ;;; relativu al cspal:iu propio y al lnuriuTransllH:al ::::;; rdativo a }.L'i lr:Ulsat:ciollcs no locales

rigura 46. Ayulla a la generación lIe punlos lIe rell. Ensayo lIe tipología.(Fue me: Amar G., l'euy A., Les Poillls de réseall: dll poilll ,/"arrel all cOlllplexec/'éc:/¡allge. Slrmégies el collcepls, Nota lIe rellexilÍn prospecliva, RATI', 1989)

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Urbanismo de redes: eslUdios de cosos 191

nueva signilicación para una nueva territorialidad (lIg. 45).A partir del trabajo de un grupo de urbanistas, la RATP convocó un concurso y

seleccionó a un proyectista para diseñar estos puntos-clave. Hay que nolar, a partede la opción de diferenciar los puntos-clave respecto a las paradas de autobústradicionales l9, una preocupación de tratar el punlo-clave en relación con otras redespara contribuir al universo de conexiones del 1/ivel 3: redes de infonllación(señalética, videobús), de telecomunicaciones (teléfono), de agua y saneamiento(fuentes y WC), de alumbrado público, de servicio postal (buzones), etc. (lig. 46).

La implantación evidenció las relaciones más o menos difíciles entre la nuevaterritorialidad urbana aportada por la red y otra~ territorialidades de tipo areolar.Hubo duras negociaciones sobre la modificación de los servicios de autobús, sobreeventuales reajustes tarifarios, sobre la ubicación de los puntos-clave!o. finalmenle,se llegó a compromisos y, unos meses más tarde, la nueva red con sus pWllos-clavefuncionaba en el sector test, aparentemente con cierto éxi to en términos de imagen yde trálico, y se preparaba su extensión a otros sectores.

8.3. Ciudad y comunicaciones

El tercer caso que se expondrá, llamado "Ciudad y cOlllunicaciones" es unproyecto relativo al área metropolitana de Nápoles!l, que procede del Departamentode Planilicación y Ciencia del Territorio de la Universidad de Nápolcs. Pretende "uncambio radical en la fonlla de comunicar, al transportar infonllaciones más quebienes, mercancías y personas. y librar al bombre de la atadura de las proximidadesespaciales que hasta ahora han condicionado profundamenle tanto la arquitecluracomo el urbanismo". Aunque sus promotores no lo admiten, encuentra ciertamentesu inspiración en expcriencias japonesa~ anteriores. En Japón, en erecto, aprincipios de los afíos 80 vieron la luz una serie de planes y proyectos en el Illarcode una política nacional de infomlatización: plan TelelOpia (I983), plan NyulllediaKomyu1/iti (1985) e /Jl/elligel/l Cily (1986)22. Sesenta y siete ciudades eslab~Ul

implicadas en el plan TeleLOpia, 64 en el Nyumedia KOIII)'U1tili y 36 en el /I/Ielligl'lllCily, sin hablar de la~ 24 zonas ya dellnida~ por el plan TecllllOpolis alllerior. Elplan Telelopia ha sido sin duda el más signillcativo por su voluntad de abordar el

19 E incluso con relación al medio urbano tic la periferia (l."olor, forma. ctc.).20 Orrner J.-M., Sander A., op. dI.21 Pappa R., Gargulio C., "Innovalions lCl:hnolugiqucs el ll'ans[onnalions lcrriloriaJcs.

L'cxpérimcntation sur l'ain.~ mélropolili.lnC de Naplcs". ponem:ia al coloquio Vil/es ,,1

communications. Lyon, mayo 1989. eL igualmenle en ilaliano la obra yue sirve de hase alproyecto: Deguinol C. (a eW'a di), La Cillii Cab/ala. CNR, Univcrsilá degli Sludi di Na¡mli.Na¡x)li. Giannini Edilore. 1989.

22 Piorunski R.. Teletnpia. la vil/e el les systemes d'illformatinn au Japon. UTII 200 l. Délegaliollala rccherche el aI'innovalion. minislcrc de I'Eyuipcmcnt. du LngcIllclll. des Transporls el de laMer. 1989.

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UrbanisffUJ de redes: esIudios de caws IX7

constatación cuantitativa que motivó el EDO era impresionante: incremento muyconsiderable de los desplazamientos perileria-periferia (del 45% en 1%9 a más del65% en 1983), disminución muy espectacular de la parte correspondiellle al motivodOITÚcilio-trabajo (50% en 1969,25% en 1983) en beneJicio de los desplazamientos"otros motivos". Por lo que respecta a la oferta, las líneas suburbanas de autobúshabían formado a lo largo del tiempo una madeja espesa y enmaraíiada, incapaz deser reconocida y utilizada intensivamente por la demanda: 150 líneas con más de 500misiones diferentes, a menudo deficientes desde el punto de vista de las amplitudesy de las frecuencias y sin posibilidad real de correspondencia entre ellas.

La RJ\TP introduce nuevos principios de ordenación reconociendo la"irreductible multiplicidad de los modos de circulación", la "diversilicaeión de losusos", "la heterogeneidad de los territorios urbanos"16. que, en cierta manera,condenan la concepción de las redes-tuberías. En primer lugar, la reestructuración dela red de autobuses se· debe efectuar globalmente, y no línea por línea. Laorganización comercial, la explotación, la morfología y el fWlcionamiento de la reddeben organizarse a partir de un mismo movimiento para respooder mejor a lademanda Primeramente se detinen punlOS notables (sueesi vanlente llamados polos,puntos-clave...), donde el funcionamiento de la ciudad, es decir de la periferia, searticula de forma privilegiada al de la red. Estos puntos serán tanü)i~n nudos fuertesde la red, cs decir lugares de correspondencia. La red se construye a continuación apartir de estos puntos. La importancia de! eanlbio con rclación a las prácticasanteriorcs es clara, ya que la línea de autobús era histlírieamente la unidadconstitutiva de la red. La idea de conexión substituye al principio de circulación. Seconvicrte en prioritaria y conduce a hacer hincapi~ en:" "la reticulación y la "conexidad" de los territorios;• la transconexión de los sistemas de lnUlSporte;"los usos conectivos de la red"17.

La intervención se sitúa pues, en este caso, en e! nivel J. el del operador de lared de transporte colectivo. Esta intervención pretende, más allá de la mejora de laslíncas de autobús, facilitar la creación, en un espacio perif~rico considerado hastaaquí como indiferenciado, de una nueva territorialidad reticular. Por ello, se hacensurgir primero nodosidades territoriales a partir de la.s cuales la red suministrará"conexidad", conectividad, homogeneidad e isotropía. En otra.s palahras, eloperador tiende a acercarse lo máximo a la red virtual.

Si la intervención se produce claranlente en el nivel J, la cita anterior dejaentender que tamhi~n intentará tener en cuenta una relÍculación territorial externa alsistema de transporte y los usos conectivos de la red por palle de los usuarios. Sepuede considerar que la reticulación territorial externa remite a una articulacilín delnivel 2, ITÚentras que los usos conectivos provienen claralllente del nivel 3. Estesegundo aspecto saldrá privilegiado en el m~t()do "Red suburhana". La articulacióncon las lógicas en red de Ia.s implalltaeiones comerciales o de los lugares de trabajo

16 Amar G .. "Pour unc l10uveJlc cOIH.:cpliotl dcs réscaux uans la villc", iUt. t:iL17 ¡bid.

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188 h1 urbanismo de lWi recies

sólo se tratará de forma global (en partieular la eleeción de los puntos-clave). Lanueva concepción de "Red suburbana" deoc favorecer al máximo la constitución,para los operadores-fanJilias. de las conexiones necesarias para la nueva vida urbanade la perifáiaEl método seguido por la RATP comprende diversas etapas:• búsqueda de PW1tos-elave;• concepción de la red (líneas. servicios. correspondencias);• encuestas;• proyectos;• realizaciones.

EsIC método se puso a prueba en un sector periférico. tomado como test. antesde extenderlo a otros sectores y. después, al conjunto de la periferia. Los aspectosmetodológicos de este sistema llamado en esIC caso AUlrel1lenl úus [Otra forma debus]. se comentarán a partir de la experiencia del sector-test.

La búsqueda de los pWllos-clave combinó un análisis de la polarización debidoa las implanlaciones de empleos. consumo y equipamientos diversos. con unanálisis de las convergencias de l1ujos. así como con el saber empírico. valioso. delos operadores l8. La nueva red te¡úa que realizarse a partir de la antigua.prácticamenle con los mismos medios. Esla fuerte restricción. sólo un poco relajadaal linal. condujo a opciones delicadas. Mejorar las frecuencias. la amplitud, larapidez de un servicio entre dos puillos-clave. sólo se podía hucer aceptundo unadegradación en otro lugar o la supresión de otro servicio. Para facilitar estasopciones en el fuluro. se elaburó el programa inleraclivo grálico RETIS. presentadoen el capÍlulo anterior. que pemulC comprobar rápidamente las mejom~ de la redobtenidas gracias a una u otra transferencia de medios.

El hincapié pueslo en la articulación con el nivel 3 llevó a la RATI' a detcctarmediallle encuestas las reacciones de los usuarios anle los nuevos proyectos deordenación. ¡\J tratarse de una modilicación estructural. las encuestas prcsenlandilicultades especíJicas y por ello fueron objeto de un importante esfucrzometodológico. En particular. las encueslas parecen ratilicar la preferencia paraopeiones de red que privilegien conectividad y homogeneidad de las conexiones. endetrimenlo de la "conexidad" propiamente dicha. Esto es particularmente interesantepor lo que respecta a la articulación del nivel 1 con elllivel 3.La fasc de proyecto fue marcada por negociaciones intcmas en la RATP. reluti vas ala reorganización de la explotación de las líneas. teniendo en cuenta los cambios parael personal. mediante acciones de preparación comercial y un trabajo intenso sobre laconcepción de los punlos-clave. de los que el esquema de la Hg. 45 A puede dar unaidea. Era en efecto necesario hacer de estos puntos lugares cómodos decorrespondcncia. de conexión. situados en el espacio urblU10 y vinculados con él,pero diferenciándose de él y presentando una cierta autonomía con relación a esteespacio; linalmente hacer unos lugares precisos y ltx:alil.ables. dando a la red W1a

18 En el fuluro. esle o'abajo 1")(1Iia sistematizarse eun el apuyo del mudelu EV J\RIST. mudelodesagregado de simuladón de los dcsplazamicnlos, en t:W·so de realización en la RATI>.

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Urbanismo de redes: estwiios de casos 1X9

BUS~ lA MARQUESINA Y LA INFORMACIÓN

"-"­

"----~g

1- CORRESPONDENCIAS2- PlANO DE LA RED3- HORARIOS4- TARIFAS5- PLANO DEL BARRIO

BUS~

T-LAYABOS1- TELÉFONOf- FUENTEbl- BUZÓNp- PAPELERA

6- DlSIRm,-!lIX)~E)3IU_ETES7- YIDEOBUSR- POSTE-SEÑALÚ'nCO9- NOMBRE DE LA PARADAP- PUBLICIDAD

LA MARQUESINA Y LOS SERVICIOS púnucos

oT

rig. 45 A

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190 }~'l urbanismo de las redes

BFigura 45. A, B. MélOdo Red Suhurbana "AUlremenl llus". AnteproyeclO y

realización de "puntos clave". El "punlo clave" no es solamente la conexión dediversas líneas de autobús, sino también la posible conexión de los viajeros con

diferenLCs redes: información, agua, elc.(Foto: RATI')

llUIllos COITC3pontbnda,~ par<ll.1l bus

Est<.U.:iónsimple

Estociún simple+concsp. bus

CUITCSp.

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tffijA = csJxu:io Im:a1 irllcrno

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e D D = esp""iu traJlsluc.u eXlemu

Espar.:io intcmo = csp:.u.:iu plUpiu ,1:1 punlo ~ n.xlEspociu cxlemu ;;;; bi.Ul1U. i'.olla c.i: vCl'in<.W1.l.X.:a1 = rcialivo al espacio pmpiu y al b~l'iu

TrallslOt.;a1 = rdaLivu a I;,t'i lr~uls'll:ciollcs no lm:ales

Figura 46. Ayuda a la generación de puntos de red. Ensayo de lipología.(Fuenle: Amar G., l'eny A., Les Poinls de rt'seall: du poillI d'urrél l/U col/lplexe¡f'éc!lange. Slralégies el concepls, Nota de reJ1exión prospeeliva. RATI', 1989)

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Urbanismo de redes: esllUlios de casos 191

nueva significación para una nueva territorialidad (fig. 45).A parlir del trahajo de un grupo de urhanistas. la RATI' convocó un concurso y

seleccionó a un proyectista para diseñar estos puntos-clave. Hay que notar, a pal1ede la opción de diferenciar los puntos-clave respecto a las paradas de autohústradicionales l9• una preocupación de tratar el punto-clave en relación con otras redespara contribuir al universo de conexiones del nivel 3: rcdes de infonnación(señalética, videohús). de telecomunicaciones (teléfono). de agua y saneamiento(fuentes y WC). de alumbrado púhlico. de servicio postal (huzones), etc. (lig. 46).

La implantación evidenció las relaciones más o menos difíciles entre la nuevaterritorialidad urhana aportada por la red y olras territorialidades de tipo areolar.Hubo duras negociaciones sobre la modilicación de los scrvicios de autobús, sobn:eventuales reajustes tarifarios, sobre la ubicación de los puntos-clave2o• finalmente,se llegó a compromisos y, unos meses más tarde, la nueva red con sus puntos-clavefuncionaba en el sector test, aparentemente con cierto éxito en términos de imagen yde tráfico, y se prcparaba su extensión a otros sectores.

8.3. Ciudad y comunicaciones

El tercer caso que se expondrá. llaluado "Ciudad y comunicaciones" es unproyecto relativo al área metropolitana de Nápoles21 , que procede del DepaJ1amentode Planificación y Ciencia del Territorio de la Universidad de Nápoles. Pretende "uncambio radical en la fonna de comunicar, al trallSportar infonnaeiones más quebienes. mercancías y personas. y lihrar al homhre de la aladura de las proximidadesespaciales que hasta a1lOra hall condicionado profundamente tallto la arquitccturacomo el urbalúsmo". Aunque sus promotores no lo admiten, encuentra ciertalnentesu inspiración en experiencias japonesas anteriores. En Japón, en efecto, aprincipios de los allos 80 vieron la luz una serie de plalleS y proyectos en el marcode una política nacional de infomlatización: plan TeletoJliil (1983). plall NyulIletliuKomyuniti (1985) e llltelligellt City (1986)22. Sesenta y siete ciudades eslah~U1

implicadas en el plall TeletoJliu, 64 en el NyulI/edia KOlI/yulliti y 36 en ellJl/elligeJl/City. sin hablar de las 24 zonas ya definidas por el plan TeclulOJlolis anterior. Elplan TelelOJliil ha sido sin duda el más siglúficaLÍvo por su voluntad de abordar el

19 E incluso con relación al medio urbano de la periferia (color, fonna. clc.).20 Orrn~r J.-M .. SanJcr A., op. cil.21 Pappa R., Gargulio C., "lnnovations lcc..:hnologiyues el lransformalions lcrritoriales.

L'cx.périrnclltation sur l'aire métropulitane de Naplcs", poncncia al col011uio ViJles elcOl1lmunicalions, Lyon, mayu 1989. CL igualmcntc en italiano la ubra quc sirve de hasc alprnyeclo: Deguinol C. (a cW'a di), La Cilla Cablala, CNR, Universilá degli Sludi di Napoti.Napoli. Giannini Editare. 1989.

22 Piorunski R.. Teletopia. la ville el les sysli'mes d'irifal'mutian ua Japan. UTlI 20tH. Délegationala rccherche el aI'innovalion. minislcre de I'Equipcmcnt.. du Lngemenl. des Transports et dc li.1Mer. 1989.

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In J:.J Ilr/JufliJlllO de las redes

conjulllo dc posibilidad~s d~ articulación d~ las r~des d~ cOlllunicaeión con laciudad.

Es inl~r~sallle destaear qu~ la inspiración del plan d~ TelelOpill, y por lo tantot.ambi~n la del proyccto napolitano, recupera las pr~ocupacion~s iniciales delurbarlismo: "R~valorizar la r~sidencia ~n las zonas p~rif~rieas, dándoles las mismasfacilidad~s tJu~ en los centros urbanos, apar~ce ~ntonces como un antídoto posiblecontra el alza vertiginosa de los precios crcada por la presión predial, y contra ladegradación de las condiciones de vida y de transport.e" (lig. 47). Si la experienciadel telepuerto de Nueva York t.ambi~n pudo constituir una fuente de inspiración, hayque subrayar la originalidad de la política japonesa que intenta reducir la desigualdadante el acceso a la información. El proyecto napolit:ulO presenta de entrada el mismoobjetivo de equidad y tiende a distinguirse de las "dinámicas de mereado" que seencuentran en otros proyect.os de redes t.e1emáticas para los s~rvicios urbanos23 . D:hecho, "Ciudad y comunicacion~s" int~nta distanciarse d~ las lógi~as habituales delos operadores de redes t~cnicas (nivel 1) y de las lógicas de los op~radores de redeseconómicas o administrati vas de nivel 2. Para hacerlo, el proy~cto preconiza laconstitución d~ una "Agencia para la promoción y el desarrollo de la t.elemática",organismo público tJue tiene como "misión promover, orientar, asistir y controlartodas las iniciativas de difusión de la telemática en cuallJuier campo de actividad". LaAgencia tendrá como primer objetivo orientar la creación de la red decomunicacioncs para tJu~ contribuya a la r~habilitaciún tk los compon~ntes

dcscalificados del territorio mctropolitano d~ Nápol~s. Por esto se ha hecho unimportante trabajo de análisis sobre Ia.~ carencias de las principales funcionesurbanas tJue corn:spondm a los niveles 1 (transporte), 2 (salud, educación, justicia,scrvicios a las empresas, sistema productivo, ocio, bienes culturales) o 3 (vivienda,residencia y movilidad). Esla.~ carencias resullan generalmente de una falta deeliei~ncia de los sistema.~ o redes de produeciónJconsumo de los servicios urbanos.Algunas de la.~ herramientas de represelllaciún y de evaluaci(lll propuestas más arribapermit~n diagnosli~ar el dl:eto de las ear~ncias. 1\ partir tle atJuí, se ell:etúanpr~visiones de localización de las nuevas funeiones urbanas, cuyo r~sultado es unnu~vo estado de previsión tI~ carencias (el etJuipo encargado del proyecto teme que~stas se acentúen d~bido a las t~nd~ncias a la polarizaciún d~ las actividades ~n zonasde fuerte densidad de usuarios "rcntables"). 1:ntonc~s se intenta concebir la redt.e1~m{¡tica como eompensadora de las carencias de funciones urbanas y de lasdesigualtlades t.erritoriales, portJue ~sta r~d "repr~senla... los ej~s tle mayoraccesibilitlad de comunicación del tejido d~ implantación. En el interior de camposespaciales hOlllog~neos, representan ~llugar de los puntos m{¡s acc~sibles con t.odaslas consecuencias so~io-funcionales que eslll comporta".

La elecciún del trazado d~ los principal~s puntos d~ entradalsalida y másg~n~rallll~nte d~ la arquitectura de la red, proviene de un proc~so de concepción que

23 Por ejemplo, el inlcrcs:.lIllc esludio de Wriglcy N., /nfOJ1nalioll l'ecJmology ami Health CareS(:r\'i('e~·. I'rnjt!ct on Urban Impuca ol TI..'c1l1lulogicaI (JIul Socio Dl'JIlographic Chunge, DECDGmup un Urban AffaiJs, lJnivcrsily of Walcs, Cardifr, lJK, octubre t ~~O.

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Urbanismo de redes: escu.dios de ca'iOS t93

Figura 47. La telemática al servicio de las periferias: Ulla forma posible lIel urhanismolIe las relles. (1'010: G. Dupuy.)

implica 13 fases, entre las que se encuentran los análisis diacr{micos, unaidentificación de las nuevas tendencias en materia de redes de proyectostransaccionales, la dctinición de "la eslructura espacio-funcional" capaz decompensar las carencias diagnosticadas y, linalmente, sobre la base dc un métodoparccido al que se ha prcsentado más arriba, la definición de la arquilcctura de la redLclemática mctropolitana primaria24 .

El plan propuesto por "Ciudad y comunicacioncs" se tendría que acnmpaiiar dcmodelos de gestión de las funciones urbanas, teniendo en cuenta las evaluaciones dela aportación de la red telemática con relación a los servicios suministrados por lasdemás redes. Se trata de "superar los d~ficils de gestión observados y prever unosmodelos de gestión óptimos para caJa una de las acti vidades consideradas parareducir costes, reducir las cuencas de uso físico, disminuir los espacios necesariospara los edificios y mejorar la calidad del servicio". La lisla de la tabla 3 da una ideade los critcrios empleados en esta fase del estudio.

24 E~;ta definición llcvó a rctener liJ transmisión mcdii.Hllc fihras üpticas para la red prillli.u·ia.

'3

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1')4

Análisis de los modelos de gesliónde las funciones urhanas

• ciclo de servicio• encargado del servicio• usuarios del servicio• indicadores de "cJ1ciencia"• indicadores de "eJicacia"• costes del servicio• "cuencas" de uso y de distancia• nivel de accesibilidad• aptitud interior del edi licio• espacios físicos necesarios

1~1 urbanismo de [as Tedes

Tabla 3. Caraclerísllcas L1e gestión L1e las funciones urbanas en el plan "CiuLlaLl ycomunicaciones" L1e Nápoles.

De hecho, la operación napolitana "Ciudad y comunicaciones", que hay queconsiderar más como un plan que como un proyecto, pretende una intervención deurhanismo a nivel J (la creación o la reeslructuración de la red telemática) paracorregir los efectos del desarrollo "natural" de las redes de Jlivel 2, consideradosperniciosos. El análisis del nivel 3 es muy sucinto, la parte esencial del trabajo deevaluaciónliene que ver con e! nivel 2, llúentras que la acción se alinm cn e! nivelJ. Sin embargo, es cierto que, más allá de! trabajo de concepción de la redtelemática, la creación de la Agencia ad lioc y la aplicación de modelos de gestión delas funciones urbanas, aunque controladas por el operador de la rcd (nivel J) tendránsus efectos sobre e! nivel 2. De rebote, tambi¡;n hay que esperar efectos sohre elnivel 3, pero hay que observar que la articulación directa del nivel J y del nivel 3.que en Francia es efectiva en la red Télétel, no se ha previsto en el plan napolitano.

"víA y CIUDAD" "RED SU13UR13ANA" "CIUDAD YCOMUNICACIONES"

l' .a t t ..,.,o ,

3 3 3

l' ~ t t,2 o 2 ,

2

/ / .- L .-1 1

1: Nivel Operadores dc redes técnicas2: Nivel Ol~radorcsdc redes prooucción-consumo...3: Nivel Operadores red ··familia.s"

Nivel eJe inlcrvcndün privilegiadoArlit.:ulación privilegiada

Figura 4R. Comparación L1e los métoLlos "Vía y ciuLlaLl", "ReLl suhurhana", "CiuLlaLly comunicacioncs".

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Conclusión

1. Cerda había intuido el dilema de la nueva ciudad. Sometida a las atraccionesantagonistas de los dos polos de la habitabilidad y de la vialidad, a partir de entonceshabría que ofrecer a los ciudadanos una territorialidad compleja Cerda esperaba quesu !Coría de la urbanización daría los medios para otorgar una función más destacadaa la vialidad universal, transformando la vieja ciudad en "urbe".

Cerda ha sido poco escuchado. El urbanismo se ha instituido según otrosprincipios. Demasiado a menudo, ha descuidado el desarrollo de las redes, y sobretodo, más recientemenle, ha ignorado su significación profunda, la conexiónurbana. Para curar las llagas de la ciudad industrial, se ha situado en un marcoteórico y práctico cerrado, estático, centrado en la forma, los límites, launiccntralidad y la zoniJicación. Las murallas, los rccintos, las concesiones, queCerda deseaba ver bien abiertos a las comunicaciones y a las diversas conexiones, schan rccstahlecido bajo la forma de zonilicaciones di versas que se oponen alreconocimiento de las redes. La malla de la zona daba la ilusión de un controlterritorial. Al sentido dc las redes se opuso el contrasentido dclmallado.

Igual que a Cerda, tampoco se escuchó a los que, en el desarrollo dc lasprimeras rcdes, percibieron los nuevos principios de la comunicación, de lacirculación y de la conexión urbana. Sc generalizó una doclrina urbanística,dominada más tarde por el progresismo, más o menos miligada por el culluralismo.Los arquitectos jugaban evidenlemente un papel relevante en este escenario. Losgeómetras y los vayers [oficiales encargados de las vías púhlicas], hábiles tejedoresde tramas urbanas, y los ingenieros, c1icaces calculadores de redes-tuherías, teníanasignados otros papeles. Los intereses prediales, las soberanías políticas y lasfuerLas conservadoras sacaban evidentemente provecho de ello.

Este urbanismo es el que no ha entendido la importancia de la~ redes. Comoescribía J. Riboud rderiéndose a Francia, "uno de los errores más funeslos, quetodavía dura, del urbanismo, ha sido [...1 descuidar lo que conslituye el granprogreso de nuestra época, a saber, los medios de transportar no sólo las personas ylas mercancías, sino también la energía, el agua, los sonidos y las imágenes"l. Elurbanismo no ha entendido la generación y la generalización de las relaciones queaseguran en una relación espacio/tiempo complelamente nueva la circulación de las

I Riboud J.. op. cit.

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196 l~'l. wball¡.\'I1w tI!' las redes

personas, los bienes, las informaciones punto a punto, hasta el extremo de que laconcxión a la red, la conexión urbana, adquiere el sentido de una urlnuJidad nueva.Este urbanismo, olvidadizo dc lo que haee la vida de los hombres, la actividadeconómica, en una palabra la ciudad de hoy, se declara en crisis y se preguntaporqué.

¿Se debe pues, como algunos están tentados, rechazar en bloque el urbanismo'!Los críticos de la acción pública, los defensores de un libcralismo desaloradoestarían dispuestos a apoderarse del argumento para condenar irrevocablemente laacción urbanística La conelusión de este libro está en el extremo opuesto. Hay quehacer el urbanismo más fuerte, más eficaz, al servicio de la colcctividad urbana. Poresto, hay que canlbiar sus premisas. El péndulo se ha decantado demasiado por ellado del mallado. Debe volverse a la realidad de la reticulaciónlcrritorial.

¿Para qué redes'! Actores económicos, administraciones y poderes técnicos yaoperan en redes según sus propias lógicas. Sobre todo, cada UIlO de nosotros se haconvertido poco o mucho en el artes'ano experimentado de sus redes de conexiones,realidad urbana individual y original. La conexión urbana contemporánea es, dehecho, un urbanismo sui generis que hay que admitir. El urbanismo debe encontrarsu nueva dclinición en el conjunto de lodos esLOS "operadores", cerca de ellos,comprcndiendo sus lógicas pero también sus dilicullades y sobre todo sus límites, yno contra ellos o lejos de ellos.

La situación francesa actual podría hacer dudar del realismo de un proyectocomo éste. La descentralización ha dado a cada ayuntamiento, a cada alcalde, unalegitimidad de la quc el poder urbanístico parece ser el emblema. ¿Se puede pensarentonces en un urbanismo que trascienda el mallado territorial, mientras que simplesproyectos intermunicipales se encallan un poco por doquier'!

No obstante, en las árcas urbanas de cierta importancia, ya se dibuja un futurodiferente. Algunos alcaldes quieren trabajar para su municipio realizando un "trozode ciudad". La elección delténnino traduce bien el sentimiento de los límites de unaacción mWlÍcipal sobre el hecho urbano. Y por otra parte, en un solo y mismomunicipio, el "trozo de eiudad" puede provenir de signilicaeiones múlliples: rclimnade Wla plaza próxima al centro tradicional por un arquitecto con talento, puracomposición morfológica, excluyendo toda idea de red, de transacción, deconexión, incluso de movimiento o de relación funciona!, por un lado; por otro,reorganización de un espacio periférico con el objetivo de facilitar los movimientos,las conexiones, que se empalmen a las grandes redes de producción, dedistribución, de la vía pública, de información, dar un sentido a esta nueva vidaurbana difusa propia de las redes; delinición de polos de excelencia, siendo cada unode estos polos "wla red donde se ponen en serie unos lugares, de tal manera quecualquier parte del área urbana está asociada al centro, e.luÍ en cl centro"!; sin contarun proyecto de recuperación de una autopista para tr:lllsfomlarla en bulevar urbano,la renovación, gracias a múltiples fuentes, estanques, etc., de la red de agua en

2 Evello e .. art. cilo

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Conclusi6n 197

cualquier parte de la ciudad, o incluso la construcción de una red de cableultramoderna cuyo trazado intenta rehabilitar, al menos simbólicamente, una zonahasta entonccs marginaP. Todo esto se hace al mismo tiempo, en el misIl\omunicipio. Visiblemente, en Francia se busca un nuevo urbanismo, a veces deforma retrógrada, pero a menudo por el buen canlino, el de la conexión urbana. Elurbanismo encuentra entonces métodos del tipo "Red suburbana", "Vía y ciudad","Ciudad y comunicaciones", inspirados por la toma en consideración de las redes.Cómo imaginar que un sentinliento estrecho de la municipalidad se erija durantetiempo en el obstáculo de esta búsqueda de la verdadera ciudad en la que lospolíticos encuentran su auténtica responsabilidad edilicia En materia de transportecolectivo, redes de agua, redes de cable, urbanismo comercial, se han encontradosalidas que seguramente se ampliarán en un futuro muy próximo, para abrir caminoa una concepción urbanística global.

Con esta nueva concepción urbanística aparece un marco teórico, que en partese ha encontrado en los aislados y excluidos del urbanismo ortodoxo. Lo elaboraninvestigadores y profesionales modcrnos, más numcrosos de lo que se supone, a losque falta sobre todo la conciencia dc su númcro y dc convergencia. Las hcrranlienlasse afilan con la~ nuevas expericneias. "Vía y ciudad", "Red suburbana", "Ciudad ycomunicaciones", son prototipos. Se encontrarían otros en f'rancia y por doquier,que sería necesario recuperar de su olvido. En efecto, demasiado a menudo cstasprácticas nueva~ todavía son tildadas de un carácter paraurbllilÍstico. ¿Porqué G.Dubois-Taine y A. Sarfati, en f'rancia, todavía han de esconder su urbllilisIl\ointeligente bajo los oropeles de la seguridad vial,!4 ¿Porqué los urbanistas "oficiales"ignoran "Red 2000", tal Ycomo ignoraban el pensanliento de M.-f'. Rouge en 1950y como guerreaban contra J. Riboud en 1970'! ¿Porqué no se toman más serillillenteel plan telemátieo de Nápolcs o la TelelOpul japonesa'! ¿Qué esperan para reconocerla conexión urbana y habilitar el urblli1ismo que nccesita'! ¿Qué esperan también parareconocer un urbanismo de las redes en casos donde se combinan, por necesidad,con el otro?

El territorio de las redes, si debe ser de al10ra en adelante la ba~e del urbanismomoderno, no es, no puede ser sólo el territorio urbano. La habitabilidad, según eltérmino de Cerda, no ha desaparecido, sino que establece un territorio propio en lasunidades residenciales en y alrededor de la vi vienda. Los inlereses prediales, lasherencias patrimoniales y los valores ligados a las fronteras municipales, delimitanotros territorios según principios de mallado y no de reticulación. Evidenlemenle.

3 Se hahrá reconocido el e",o de MOlllpellier con la mbanización del espacio I'ihll (m'4oileclo R.Mcicr), una operación "Vía y ciudad", el proyecto de creación <.le una nueva aulopisl<.ldesdohlando la A9. y la recoperación del b'aZa<lo aelual entre Velldargoes y Sainl-Jcall-<le-Védas.la conexión por fibra óplica de La Paillade a Allligone de la red de cahle. Todavía hay muchosmás proyectos. Sohre este caso ver Ehcno e .. ¡bid.

4 Cf. entrevista citada de A. Sarf<)ti en Franee-Culture: L'amélU1geml!nl de la RN 7.

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19H 1:'[ wbanj,\'IJlO de las redes

debe negociarse con los aclores que represenlan estos intereses o estos valores5.

Tanlbién sobre esta cuestión, los urbanistas del pasadu, Cerua y Bardel, no secallarun. Sus lecciones lodavía son válidas, pero importa igualmente saber remnocerla consideración de la territorialidad reticular en acciones de urbanismo moderno,mejor conocidas bajo otra faceta. A veces existe el compromiso de los imperativosde las redes con otros principios de urbanismo. La ordenación de las cuencas deretención de aguas pluviales es un buen ejemplo, así como In orgallizat:ión de lamezcla peatones/automóviles en algunas vías urbanas. También puede habersustitución, es decir utilización de las redes para controlar la urbanización, mantenersu zonificación, favorecer la densidad, o bien, a la inversa, utilización de la fonnaurbana, de la zonificación, de la planificación espacial para entrar en las redes,imponerse a ellas, marcar su lerrilorio: tanlo si se piensa, p:lfa esle último caso, enrenovar las estaciones de ferrocarril en las grandes ciudades, convertir lostelepuertos en "zonas de Ielecomunicaciones avanzadas", elc.

figura 49. En el cruce de las redes, ¿existen nuevas imágenes significativas de laconexión urbana? El urbanismo de las redes debe aprender a jugar con la

infraestructura (el lranvía de !long Kong) pero también con lo que significa para elciudadano y para la ciudad contemporánea. Para expresar el sentido de las redes, ¿la

imagen debe substituir al monumento? (Foto: P. Dupuy).

5 El artÍculú contunden le de Y. Ti.1nguy. "Scrviludcs en résci.lux el propriélé lluidc", jn Un Droilinviolable el sacré: la propriété. París. ADEf. 1991, da ulla buena idca de la ímporLancia de unancgocia<.:ión de este tipo.

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Conclusión 199

Finalmente, y sobre todo, es necesario que el nuevo urbanismo accptc el reto dela semiología dc las redes (lig. 49). Todos los que han entendido el sentido de la.conexión para la ciudad contemporánea lo esúmulan.

El problema no es sencillo. Los recintos de las viejas ciudades habíanadquirido, a lo largo de la historia, una significación clara. Incluso despu~s de sudestrucción, sus vcstigios más o menos monumenlalizados hablan toJavía de laciudad en el scnúdo del lugar de reunión al lado de un poder protector. El malladourbanísúco ha sabido delinútar espacios conúnuos, diferenciados, cuya visUl a~rea

evoca la distribución funcional, la ordenación, la urbanización. Desde tierra, lasformas urbanas, arquitecturales o monumentales recuerdan las di visiones y lospoderes que las impusieron. En las ciudades europeas, la centralidad se expresa confuerza en la densidad del espacio construido y la monunlentalidad de equipanúentospúblicos simbólicos6 .

¿Quid de la conexión urbana? Sólo se corregirá el eontrasenúdo del mallado sise dota al urbanismo de una semiología de red: ¿según qu~ granláúca, qu~ carta, qu~principios? Las investigacioncs, las experiencias actuales son prometedoras, pero elesfuerzo que debe realizarse es consideraolc.

6 Incluidas las ciud<ldcs nuevas. que buscaron una centralidad alrededor ocl/ónUlI. del ágora y olra...'ipiaua. eL OstroweL"iky s., 1:lmagiuaire halüseur: les \filies f1OtH'elles fronfaises. París.Méridicns. 1')83.

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Bibliografía

Este libro ha tomado prestado de diferentes campos, de diferentes disciplinas,de numerosos autores. El índice onomástico posterior es un testigo de estospréstamos. La bibliografía no tiene porque ser un repertorio de ello. La que siguepretende más bien recordar algunas referencias esenciales y hacer estos textosaccesibles. Por lo tanto, se han privilegiado las obras publicadas, fácilmentedisponibles. Los artículos sólo se citan si no hay Olra alternativa. f'inalmellle, la lisIase ha limitado a los escritos que hacen referencia direeta al tema tratado en nurbanismo de las redes.

La bibliografía citada en la edición francesa, de 1991, ha sido actualizada por elpropio autor (cf. prefacio), con nuevas rcferencia~ que se incluyen aquí.

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Indice onomástico

Akierman, 151Alexander, 27Amar, 84; 122; 154; 155; 158; 187; 190;

201Anderson 0.0., 57; 136Anderson L., 43; 44; 145Andrieux, 100Armslrong. 123; 125; 201Arroyo, 11; 20 IAscber,134Aubert A., 93Auoerl J., 175; 176Ausuoel,37

Bahcock.89Bachofen, 71Bakis, 61; 62; 65; 18\; 201Balligand. 70Barde~ 118; 136; 137; 198Barraqué. 48Barth,61Bassand, 76; 91; 137; 174; 201BaLly, 11; 201Baum,26Beauchard, 60; 61 ; 85; 201Beguinot. 191; 20 IBelgrand, 42; 50Bell, 19; 40; 56Bellran, 11; 40Benevolo, 114; 115Bemadet, 73Bemey, 147Bemis, 140; 201Berqne, 67; 69; 76Bertho, 40; 41Besson, 20 1; 65Beyeler,58Bieher, 134Blin, 12; 202

Body-Gendro~ 147Bolill, 24; 178noissevain, 61Bunelti, 131Bonnin, 125Bookchin, 25; 26Bumot, 56; 202Buudun, 174; 204Bouley, 124BowTieres, 160Bres. 177Bressand, 66; 130; 202Brown, 177; 205Drunet. 67Duchanan, 93; 99

Cabet, 77; 1I 1Calabi. 47; 90; 202Capel. 11; 202Caron, 40; 202Castells. 65Cauquclin. 68; 69Cerda, 12; 18; 19; 50; 80; 82; 84; 94; 101;

102; 103; 105; 106; 107; 108; 109; 110;113; 116; 118; 119; 134; 137; 175; 184;195; 197; 202; 204

Cerleau (de), 67; 177Chadwick,95; 101Chalas, 138Chalas, 71; 138Chaline, 139Chamhless. 18; 94; 97; 102; 104; 119Charles, 73; 89; 91Cherry,79Choay, 12; 13; 17; 18; 19; 32; 33; 77; 80;

81; 85; 89; 94; 106; 11\; 112; 131; 174;176; 202; 204

Chorley, 161; 203Chrislaller, 122

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208

Cit'eri, 161; 202

Claisse, 181

Claude, 13; 88; 137

Claval, 20; 61; 63; 67; 122; 125; 202

Coing, 58

Conan, 174; 204

Considérant, 77

Cordessc, 56; 202

Cotlereau, 39; 50; 123

Curien, 12; 40; 123; 160; 202

D,man,72

Dasgupta, 52

Daunton, 48; 69; 83

David,52

Dawson,78De Solla Pool, 19; 55

Dekindt, 58; 59; 202

Dclouvricr, 99

Delllangeon. 97; 202

Derycke, 1(,0

Dcsgoultc. 59; 60

Desportes, 179

Devillers, 12; 135; 176; 202

Dézert, 139; 202

Di Meo, 68

Disller, 66; 202Dubois-Taine, 144; 145; 174; 177; 181;

183; 184; 185; 186; 197; 203

Duhy,24

Dupuy, 12; 17; 18; 35; 36; 37; 38; 39; 40;

41; 42; 43; 44; 45; 46; 50; 55; 59; 68;

83; 90; 97; 117; 118; 122; 124; 125;

126; 127; 14(,; 147; 148; 161; 166; 179;

180; 193; 203; 205

Dutlon. 31

Dycklllann. 93

Edison, 40; 96

ElllanueI. 66

Emcrson.7H

Eveno, 178; 196

Faivrc d'An.:icr. 134

1~1 urbanisJIlo de las redt!s

Fehvre. 115

Finholt, 40

Fisher. 40

Fishrnan. 26; 31; 33; 110; 112; 130; 131;138; 150; 174; 176; 183; 203

Ford G.B., 88

Ford Il., 19; 94; 99; 102; 104; 119

Foster. 29; 30; 31; 33Fuurnié, 69

Frankhauser. 11; 203

Fraser, 69

Frémont.70Frérot, 169

hey, 82; 116

Frybourg, 65

Gakenheimer, 147

Gannon, 160

Gargulio, 19 I

Garnier, 18; 80; 81; 82; 83; 85

GaJTislll1. 145Gaudin, 24; 86; 8X; X<J; <JO; 203

Gauthier. 161

Gely, 146

Gensolkn, 40; 123; 160; 202

Gerbner. 203

GhoITa·Gohin. ~O

Gihelli. 32; 33; 133

Gille, 64

Giov<1lllloni. 131Gohier, 115; ¡18

Güblp, 38; 82; 102

Goldficlcl, 131

Goodlllan,40

Gotunann, 203

GlJubert, 41; 44; 4<J; 50

Gow'nay (del, 134

Grahalll. 12; 203

Gmss, 203

Guay, 17

Guennond, 64

Guieysse, IX6; 203

Guigo. 148

Guillaurne, 100

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Indires

Guillenne. 18; 41Guillol. 57

Haggell. 161; 203Hall. 140; 203Harouel.77lIarl. 94; 99; 102; 104; 119Baumonl. 63Haussmann. 42; 48; 50; 94; 95; 101; 103;

119;178;203Hénard. 18; 50; 85; 94; 102; 119; 134; 203Hcrce. 163; 1G4lIennan.37lIirsch, 137Howard, 18; 26; 50; 80; 81; 82; 84; 110;

112Howkins, 31; 331Iughes. 19; 40; 96; 98; 99; 151; 203Husser. 150; 152

¡nsull. 96; 97; 102; 104; 116; 119; 151; 152!zenour, 177; 205

Jackson.37Jacobs,26Jacobson, 127Jager, 23; 24Jaillel, 63Jalabert. 63Jaossely. 85; 115; 116Jcfferson.78Joseph. 61

Kingsburg. 19Kleppcr. 127KnaeheL 3(,; 41; 42; 50Koenig. J60Knnviz. 35

La Rochefoucauld (de). lOO; 103; 104; 119;203

Lacaze. 17; 27; 72; 203Lachene. 160Lacosle.58

209

Lacuur, 72; 76

Langdun, 176Larroque.38Lassave, 134l....ah~ITassc. 169

Lauraire. 56; 203Le Curhusier, 12; 18; 26; 50; 80; 81; 82;

83; 84; 85; 87; 99; 109; 176Lcfevre. 147Lery.28LungJey. 11; 201López de Aherasluri, 106; 109Lüsch, 122Luve. 176Lynch. 19

MacDuugall. 31MacKay, 38; 44

MaeShane. 11; 38; 44; 48; 49; 204Magrinya. 12; 204MaquaJ'l, 70MaJ'chand. 161: 202Marlín. 41Martinand. 141; 204Marvin, 12; 203Meade, 174; 204Mechan. 111Meier R.. 197Meier R,-I.., 53Mela. 204Melody, 203Merdrignac, 69Merlin. 17; 77; 81; 88; 89; 134; 204Mellun. 202Meyer,89MieheL 98Miehelin. 45; 150Mil'hon, 158Miliulin, 95MuJes, 131; 204; 62; 63; 68Muraehiello, 47; 202Morcl a l.'lIuissier, 166; 1CJ8; 1()9

Morelli. 161; 162; 204Murfis.77

Page 207: DUPUY_El urbanismo y las redes.pdf

210

Mumfnru. 30

N~gricr. 20Nelles, 123; 125; 201Neuschwauder, 137

NiClllaiuis, 202

Nizan,98

Offner, 13; 127; 134; 146; 151; 179; 191;

204

Osuowclsky, 199; 204

Paché.65

Pal'pa. 191

Paxton. 95; 101; 119

Peny, 190

Pcralui.23

Pcrclman. 84

Pcn·icr.77

Perry.99Petersnn, 48; 83

Phillil's. 82; 88

Pinauu. 55

Pincheme!. 13; 20; 160; 174; 204Pinchol.98; 102; 104; 119

Pinson. 98; 175

Piolle. 68

Piorunski, 191

Potrykowski. 166

Pnujn!. 39; 46

Preme!. 20

Prost. 85Prueha. 93

Pruu'homme. 147

Pucci. 12; 204

Radkowski (de), 15; 76; 93; 124

Raffcstin. 66; 67; 68; (,9; 7(,; 117; 121; 122;

124; 12S; 12(,; 129; 204

Ramlle. 78; 97; 102; 114Reggaznla. 59; (,0

Rémy. 12; 204

Reynaud. 101

Riheill. 4S; 128; 150

El urbanismo de las n/des

Rihoud. 94; 99; 102; 104; 119; 19S; 197;

204

Rihoulcl. 12; 202

Richardson. 77Rimherl. 202; 204

Ri4uel.67

Rnncayol0. 24; 26; 37; 69; 204

Rose. 3S; 40

Rosen. 37; 48

Rosscl. 137; 201

Rolival, 93

Rouge, 19; 94; lOS; 115; 11(,; 117; 118;119; 13(,; 197; 204

Rovira y Trias. 105Rowe. 1(,9; 181

Rny, 1%

Rnyer. 89

Salge. IS3

Salt, 79

Sander. 127; 191

Sansol. 57; S8; S9; 61; 68; I3S; 204

Sarfati. 19; 174; 183; 184; 197; 204

Savy. 6S; 201SchaITer.26; 131

Schel1'Cr. 115; 186

Schmidl-ilrümme!. 176

Schorske. 96Schülle, 1(,9; 204

Sellier.98

Senell. 26; 59

SeITatosa. 12; 17S; 204

Senes. 59

Sies, 37

Sine, SO; 80; 81; 82

Smel>i. 88Soml'airac. 17(,; 177

Suria y Mata, SO; ')4; ')5; 96; 97; 101; 102;

103; 110; 112; 118; 11'); 121; 184;204

Soria y Puig. 12; 110; 204Soughir. ]3(,

Slalhopoulos. ISS; 1%; 157; IS8; 165; 167;

172; 173; 201

Sleinherg. ISO; 152; 202

Page 208: DUPUY_El urbanismo y las redes.pdf

hu/ices

Sticglcr. 58Stiglíz. 52Slourdzé.47Summerton. 12; 205Sulclíffe. 38; 69; 88

Taaffc. 161Tang. 93Tanguy. 198; 205Tarr. 35; 37; 38; 40;41; 42; 43; 44; 45; 46;

97; 127; 203; 205Tarragó. 12; 109;204Taylor.166Terny. 147Terrier. 28; 66Teyssot, 150; 176Thihaull. 145Thoreau,78Touraine, 61Tournier, 178Trevisiol. 205Trihillon. 17; 205Trouye~ 116Turner. 27; 30

211

Valeyrc. 65; 201Veltl., 65; 88; 201Venluri. 177: 205Verlaque.181Verpracl. 73Vignaux. 100Virilio. 19: 68; 100; 103; 104: 119; 174:

205Vitruvio. 125Voye, 12; 204

Wagncr. 19; 95; 102; 103; 118; 119; 205Walford.64WaL,on.56Wchhcr. 12; 32; 33; 205Wcihsm<lllll. 176Wcrquin. 97; 202Whitt. 136

Williol. 10 1Winlcrsuorrr. 63

Wrighl. 18; 19; 26; 50: 81; 94; 102; 105;110; 111: 112; 113; 114: 115; 118: 119;121; 130; 137; 174; 184; 205

Wriglcy. 192

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Indice de figuras y tablas

1. Compuler City: Archigram 212. Urbanismo de zonificación y urbanismo de redes 253. La explosión de las redes telefónicas en las ciudades norteamericanas .414. El desarrollo de las redes de agua en Nueva Inglaterra .435. Los propielarios frenan el desarrollo de la red: los contadores y la lucha

contra el derroche del agua en los pisos con inquilinos .476. Plug·in City: la ciudad conectada a la red 517. La extensión de las redes técnicas urbanas: esquema tendeneial 538. Movilidad familiar y nueva territorialidad 649. Los métodos del mallado 74-75lO. Saltaire, el urbanismo fabril.. 7911. Una ciudad para la industria, de Tony Garnier 8012. La ciudad·jardín de Howard 8413. La vía terrea en la ciudad-jardín 8614. Le Corbusier y los modelos de intersecciones viales 8715. El territorio de la ciudad visto por el urbanismo: representación

esquemática 8716. A. Socia y Mata, La Ciudad Li/leal de Madrid 9617. Los cruces acha11anados de I. Cerda 108-1 0918. Broadacre de f.L. Wright: vista aérea 11 t19. La nueva área de servicio 11420. Red comercial y red vial: actualidad de las visiones de M.-f. Rouge 11721. ¿Cómo vieron las rcdes los precursores? ¡ 1922. Dibujo económico de una red de transporte 12623. Definición evolutiva de una red 12924. Versión francesa de Mallopolis 13225. Los tres niveles de operadores de redes que (re)organizan el espacio

urbano 13326. La visión histórica en el urbanismo de las redes: el caso de Buenos Aires 14927. Representación esquemática del operador: la red eléctrica de Chicago vista

por S. Insull. 15128. Representación de una red vial mediante un sistema de infornlación

geográfica 15329. Representación gráfica sunúnistrada de la morfología de las redes: el

ejemplo de ARCINfO 15430. Red de metro y ferrocarriles dc cercanías de Tokio: representación para el

usuario 15531. Red de metro de Montreal: representación para el usuario 15632. Represcntación mediante una red polar de una red de transporte colectivo 157

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214 El urbunismo dc la'! redes

33. Representación mediante una red polar de una red eléctrica: clmodelo1'1<1\0 159

34. Evaluación dd proyeclo PaSSWl/e de Milán 16235. Evaluación de los resultados de la red vial en Cataluña 163Tabla L Evaluación de los resultados de la red vial en Calaluiia 16536. Evaluación de variantes de redes de autobús 16737. Comparación de redes de redistribución de agua potable 168

Tabla 2. Arquitectura de una red telemática 17038. Arquitectura de una red telemática 17139. Utilización del programa interactivo grálico RETIS para la concepción de

redes 17340. Proyecto de monumento que simboliza el ciclo del agua en la ciudad 1754 L Monumento a la em:rgía eléctrica: la Haie 13crgeric 17942. Legibilidad paradójica del urbanismo de las redes: señalizacioncs y

carteles en las entrades y salidas dc las ciudadcs 18043. l.as inlCfconexiones cntrc rcdcs de transporte en el área metropolitana de

Nantes 18244. Mélodo "Vía y ciudad": principios metodológicos 18545. Método Red Suburbana: anteproyecto y realización de "puntos clave" . 189-19046. Ensayo de tipología de puntos de red 19047. La tclemática al servicio de las periferias: una forma posible del urbanismo

de las redes 193Tabla 3. Modelos de gestión de las funciones urbanas para una red de

telccomunicaciones 19448. Comparación de los métodos "Vía y ciudad", "Red suburbana", "Ciudad

. . " 194YcomUlllcaClllnes .49.1nfracslructura y superestructura: imágenes del urbanismo de las redes 198

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Vocabulario y acrónimos

Algunas definiciones útiles para la comprensión de este libro.

Areolar. (adj) Calidad de un espacio que presenta numerosas divisiones.Conectividad. (1) Calidad y cantidad de las conexiones.Conexidad. (1) Relación que hay entre dos eosas conexas.EDF. Eleelrieité de Franee. Empresa pública que produce y distribuye la electricidad

en Francia.Legibilidad. (1) Calidad de legible. Posibilidad de interpretar; comprensibilidad.Malla. (1) Cualquiera de las oberturas cuadradas o rombales formadas por los hilos

de una red.Mallado. (m) Conjunto de mallas. En este libro se utiliza en el sentido de

zonificación.NTC. Nuevas tecnologías de comwlicación.Operador (de red). (m) Agenlc encargado de la explotación de una red.POS. Plan de Ocupación del Suelo. Figura jurídica de urbanismo en Fr'Ulcia,

equivalente al Plan Gencral de Ordenación Urbana previsto en Espaíia por la [.eydel Suelo de 1956.

Predial. (adj) Relativo a la propiedad del suelo, al predio o posesión inmueble.RATP. Régie AUlol/ome des Tral/spons PariJiel/s. Empresa pública que explota las

redes de metro y autobuses de París y sus cercanías.RER. Réseau express régiol/al. Metro regional de París y sus cercanías.Reticu1ación. (O Transformación en red.Reticular. (adj) Que tiene figura de red. Relativo o perteneciente a las redes.Reticulística. (O Conjunto de conocimientos sobre las redes.Señalética. (1) Actividad semiótica de los organismos con relación a las seíialcs.SNCF. Soeiélé Natiol/ale des Chel1lil/s deJer Frmu;ais. Empresa pública que

explota la red ferroviaria nacional en Francia.Red. (1) Conjunto de líneas, vías de comunicación, conductores eléctricos,

carlalizaciones, ctc. quc prestan servicio en una misma unidad geográfica, quedependen de la misma compaíiía. Conjunto de cosas o de personas enlazadasentre ellas.

ZAC. Zona de Rcfomla Concertada. Figura jurídica de urb'Ulismo en Francia.Zonificación. Clasificación del espacio en zonas scgún usos y densidades.