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Las ideas, afirmaciones y opiniones expresadas por los autores son de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente las del Centro de Formacin para la Integracin Regional (CEFIR).

"Condiciones de Competencia, Ajuste y Estabilidad en el Marco de la Integracin Regional"Las traducciones al castellano de las ponencias de Willem Molle, Brian Hindley, Klaus Gretschmann y Marc- Olivier Strauss-Kahn no han sido revisadas por los autores.

38Tabla de ContenidoWillem MOLLELa Necesidad de Coordinar la Poltica Macroeconmica en los Diversos Niveles de la Econmicap. 3Integracin

Jos Manuel QUIJANOPrioridades y Opciones para la Integracin Latinoamericanap. 11

Jorge GONZALEZ IZQUIERDOPrioridades y Opciones para la Integracin Latinoamericana: Una Aproximacinp. 22

Brian HINDLEYProcesos de Integracin Regional y Poltica Industrialp. 29

David DEACON y Francisco CABALLERO SANZIntegracin Econmica y Poltica de Defensa de la Competencia: Aspectos Tericos y Prcticosp. 37

Gabriel IBARRA PARDOPolticas de Competencia en los Procesos de Integracin Latinoamericanap. 49

Oscar BAJO RUBIO y Simn SOSVILLA RIVEROLa Poltica Fiscal en una Unin Monetaria: Una Perspectiva Europeap. 56

Alberto FAGET p. 63Problemas y Perspectivas para la Convergencia Fiscal en los Procesos de Integracin en Amrica Latina

Luis Alfredo ABUGATTAS p. 77Problemas y Perspectivas para la Convergencia Fiscal y Tributaria en los Procesos de Integracin en Amrica Latina: Perspectiva del Grupo Andino

Klaus GRETSCHMANNCooperacin Monetaria: Opciones de Regmenes Monetariosp. 83

Marc-Olivier STRAUSS-KAHNRequisitos y Consecuencias de la Coordinacin Monetaria para los Bancos Centralesp. 94

Willem MOLLEIntegracin Econmica y Equilibrio Regionalp. 104

Simon-Pierre NOTHOMBLa Poltica Social de la Comunidad Europea: La Perspectiva del Comit Econmico y Socialp. 114

Germn BULA ESCOBARDimensin Social y Regional de la Integracin en Amrica Latinap. 123

LA NECESIDAD DE COORDINAR LA POLITICA MACROECONOMICA EN LOS DIVERSOS NIVELES DE LA INTEGRACION ECONOMICAWillem MOLLEDirector del Netherlands Economic Institute, Rotterdam y Profesor Jean Monnet en la Universidad Erasmus, Rotterdam, PAISES BAJOS1. INTRODUCCIONLa creciente interdependencia entre los pases que participan en procesos de integracin limita la independencia de las polticas macro a nivel nacional. Se requiere la coordinacin de dichas polticas macro o al menos de una parte de ellas para recobrar instrumentos efectivos de influenciar la economa y mejorar los resultados de la integracin de los mercados.En el presente documento describiremos la anatoma del problema y los fundamentos tericos y la puesta en prctica de su solucin.Ciertos ejemplos de la experiencia de la Comunidad Europea (CE) permitirn ilustrar algunos puntos importantes.2. EL PROBLEMA2.1 Teora: la interdependencia creciente reduce la posibilidad de polticas independientesLa integracin de las economas nacionales sigue, en general, las siguientes etapas: Zona de Libre Comercio (ZLC) (liberalizacin interna del comercio de bienes), Unin Aduanera (UA) (que dispone adems de un Arancel Externo Comn (AEC)) y el Mercado Comn (MC) (que aade la libre movilidad interna de capitales y mano de obra). Tal integracin progresiva aumenta la especializacin de las economas participantes y refuerza el intercambio de bienes, servicios y factores de produccin. Como resultado, las economas respectivas se tornan crecientemente interdependientes, se intensifica la dependencia de cada pas de sus socios y se refuerza el impacto recproco de los acontecimientos que en ellos se producen. Interdependencia significa ms que apertura. Una economa abierta es dependiente del mundo externo, pero las pequeas economas abiertas no tienen necesariamente impacto sobre las economas de sus socios. Existe una dimensin adicional de la interdependencia estructural que se manifiesta en la vulnerabilidad a los "shocks" que son externos al grupo (por ejemplo, el "shock" del petrleo). La interdependencia tiene una estrecha relacin con el grado en el cual los Gobiernos pueden influenciar la economa a travs de las polticas presupuestaria (fiscal) y monetaria (cambiaria).Por ejemplo, una poltica presupuestaria que pretenda aumentar la produccin mediante un mayor gasto gubernamental podr ser inefectiva si el poder adquisitivo adicional se gasta en bienes importados en lugar de en bienes nacionales. Una poltica monetaria que restrinja la oferta monetaria para mantener baja la inflacin podr verse frustrada por los incrementos de los precios de los bienes importados como consecuencia de la inflacin producida por el alza de salarios en el pas socio (exportador). La interdependencia de las economas nacionales significa que es factible que los acontecimientos a escala nacional tengan efectos de derrame ("spillovers") en un pas asociado y que lo que acaece en cada uno de los pases repercute en los otros.Esa situacin impone severas restricciones a las polticas macroeconmica y monetaria nacionales, que se reflejan en una capacidad reducida para: controlar los instrumentos de poltica (tales como la oferta monetaria nacional bajo un rgimen de tipos de cambio fijos) influenciar los objetivos de poltica (tales como los niveles de produccin real, desempleo e inflacin) determinar el vnculo entre los objetivos y los instrumentos.Actualmente, quienes adoptan decisiones a nivel privado en los mercados financieros saben mucho acerca de la reducida efectividad de las polticas aplicadas en forma independiente. Por lo tanto, las autoridades pblicas tienen que realizar esfuerzos considerables para no perder credibilidad. Si fracasan, los agentes del sector privado continuarn respondiendo a las expectativas futuras de los tipos de cambio, independientemente de la intervencin de los poderes pblicos, eliminando de este modo el margen de maniobra de las autoridades oficiales. Ello refuerza la necesidad de que los pases asociados cooperen para recobrar colectivamente el control que perdieron individualmente.2.2 Un caso prctico: Francia 1981-83La propagacin internacional de las polticas depende de las instituciones existentes, tales como el rgimen cambiario, la existencia de controles al capital o las barreras comerciales, etctera. En la CE, donde las barreras al comercio y a los flujos de capital son escasas y los tipos de cambio estn estrechamente vinculados entre s, la diseminacin de las condiciones de competitividad y de demanda es muy vasta y, en consecuencia, es particularmente alta la necesidad de coordinacin. Sin embargo, no lo es en la misma medida para cada Estado Miembro (EM), puesto que la magnitud de los efectos de derrame en el plano internacional depende no slo del grado de integracin sino tambin de la dimensin de cada una de la economas. Tomemos como ejemplo las polticas macroeconmicas aplicadas en Francia entre 1981 y 1983. Tras su asuncin en 1981, el Gobierno de Frangois Mitterrand lanz un ambicioso plan de estmulo de la actividad econmica. Las medidas encaminadas a expandir el consumo en 1981-1982 permitieron un aumento de la tasa de crecimiento que pas del 0,2% en 1981 a un 1,8 en 19 No obstante, el programa se vio afectado por las polticas monetarias del Sistema Monetario Europeo (SME), en especial por las polticas macroeconmicas de Alemania y por el drenaje de los efectos de la poltica -lase "el impacto adicional sobre la demanda y el empleo"- a otros pases (Sachs y Wyplosz, 1986). Consecuentemente, Francia fue obligada a adoptar contramedidas restrictivas que representaron una reduccin del crecimiento equivalente a al menos un 3 al 4 % del Producto Bruto Interno (PBI).Dichas medidas de estmulo de la economa mediante la reactivacin de la demanda tuvieron, por lo tanto, efectos contraproducentes, debido a su aplicacin por Francia en forma aislada: en lugar de impulsar el crecimiento, el resultado final fue su declinacin neta.La suerte corrida por otras dos iniciativas francesas de estmulo de la economa lanzadas en 1974 y 1982 destaca la cruda realidad de que en Europa an los "pases grandes" deben someterse a restricciones externas (Albert y Ball, 1983).Francia, al igual que el Reino Unido en 1973, estim entonces que, tras el colapso del sistema de Bretton Woods, la introduccin de tipos de cambio flexibles ofrecera un alivio frente a las restricciones externas -es decir, una proteccin contra la cada sustancial del valor de la moneda. Ambos cometieron un error. El Reino Unido tuvo entonces que hacer frente a un dficit de su balanza de pagos superior al promedio de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE) en 4 puntos porcentuales y la aceleracin de su crecimiento en 1973 a 1,5 tuvo ms tarde una elevado precio que se reflej en 1978 en la reduccin de su tasa de crecimiento en una cifra no inferior a 6 puntos por debajo del promedio de los pases de la OCDE. Un examen ms detenido de lo que sucedi en Francia en el perodo 1981-83 deja claro que el abandono de la actuacin aislada en el plano macroeconmico fue de hecho promovido, aparte de por la generacin de equilibrios internos, por la prdida de la capacidad nacional para obrar autnomamente (Knoester, Kolodziejak y Muijzers, 1990, pgs. 24-27).Debera hacerse una distincin en cuanto a los componentes de esta prdida: Prdida de autonoma en el campo tcnico-econmico, derivada de una mayor apertura e interdependencia internacional de las economas, en las que las exigencias de competitividad, la situacin de la balanza de pagos o el tipo de cambio desempean un papel fundamental. Prdida de autonoma en el campo de la economa poltica. En caso de adoptar una accin aislada, una economa nacional sufre las restricciones que emanan de los compromisos asumidos en materia de poltica econmica, como es el caso de un acuerdo sobre el tipo de cambio (el SME) a fin de asegurar su estabilidad y la de los precios. La actitud poltica adoptada por Francia dej claro que con su adhesin al SME le haca considerarse indisolublemente vinculado a su condicin de miembro de la CE.3. LA SOLUCION3.1 Coordinacin a travs de institucionesEl enfoque tradicional de la integracin monetaria descrito en la seccin precedente no se adapta adecuadamente al estudio de la coordinacin macroeconmica, puesto que no tiene en cuenta las polticas de otros pases que son producto de reacciones. Pocos autores han ensayado la introduccin de este factor en el anlisis de los modelos macro internacionales (Cooper 1983).Empero, ha ido tornndose progresivamente claro que los modelos tradicionales en economa no son lo suficientemente ricos como para capturar las complejas interrelaciones que se tejen entre los agentes econmicos privados y pblicos y, en particular, el papel que desempean las expectativas y las reacciones de otros pases. Un nuevo enfoque basado en la teora del juego ha asumido la labor de dar cuenta de este fenmeno (Sachs 1980, Steinherr 1984, Buiter and Marston 1985, Hamada 1985).Se ha podido demostrar en todas las situaciones traducibles a esta teora que cuando la poltica de un pas afecta (directa o indirectamente) las variables que componen la funcin de bienestar de otro, es posible obtener mejores resultados mediante la cooperacin antes que recurriendo a actitudes no cooperativas (Fisher 1987). Si se asume este supuesto, cabe plantarse en la prctica la cooperacin es la excepcin en lugar de la regla. Steinherr (1984) ha descrito los siguientes motivos que, a su juicio, permiten un avance limitado en la coordinacin de polticas: Relaciones inciertas entre objetivos y polticas. Los "jugadores" creen en modelos diferentes del mundo real, como es el caso de los enfoques que oponen a monetaristas y keynesianos. Incluso si llegan a un acuerdo sobre un modelo bsico, la cuantificacin de los parmetros es muy difcil, dejando amplios mrgenes de error. Slo es posible introducir una coordinacin con xito si se pueden relegar apreciablemente los problemas conceptuales. Ausencia de mecanismos de compensacin. Si bajo una circunstancia de coordinacin, el pas A no empeora su situacin precedente mientras el pas B obtiene grandes beneficios, es poco factible que A la considere como positiva. Se pueden obtener mejores resultados cuando los pases que pierden u obtienen escasas ganancias de la cooperacin reciben algn tipo de transferencia financiera. De no existir mecanismos para canalizar los fondos, la cooperacin no podr llevarse a cabo. Ciertamente, si las ganancias y las prdidas derivadas de juegos consecutivos tendieran a compensarse, las transferencias no seran necesarias. Sin embargo, si no existe estabilidad institucional y, en consecuencia, no existe garanta alguna acerca de que el juego continuar, tampoco es factible que la cooperacin avance. El papel de los agentes internos. Los "jugadores" (Gobiernos) estn condicionados no slo por las estrategias de los dems jugadores, sino tambin por los parlamentos nacionales y por los grupos de presin. La necesidad de mantener el equilibrio interno puede dificultar la eleccin de la solucin ptima. En consecuencia, las polticas presupuestarias y de ingresos podrn ser ms difcil de definir que la poltica monetaria, en tanto esta ltima es ejecutada en gran medida por los Bancos Centrales, los cuales en la mayor parte de los pases disfrutan de una relativa independencia poltica. Alto costo de la coordinacin. Las negociaciones pueden ser prolongadas y las condiciones pueden verse alteradas durante su desarrollo. Teniendo en cuenta que las polticas ptimas no son consideradas factibles, la adopcin de objetivos y polticas de compromiso se torna necesaria, lo cual puede implicar costos superiores. En efecto, las funciones de bienestar son muy difciles de definir y el hecho de que un grupo acapare las ventajas en detrimento de otro plantea obstculos conceptuales, as como estadsticos. Complejidad. El juego es complejo inclusive para un grupo con un nmero limitado de miembros y aun cuando est circunscrito slo a uno o dos objetivos. La complejidad aumenta con el nmero de jugadores (ampliacin geogrfica) y el nmero de metas (extensin de los temas a tratar). Adicionalmente, la dificultad se incrementa con el aadido de objetivos con distintos horizontes temporales. Por lo tanto, la factibilidad de la coordinacin depende enormemente de la limitacin del nmero de objetivos.Un motivo ms puede ser mencionado: Falta de conciencia acerca de la prdida de autonoma. Los pases que tradicionalmente han seguido una poltica independiente tienden a persuadirse lentamente de que la mayor integracin internacional erosiona la efectividad de tales polticas.La conclusin que se puede extraer de lo anterior consiste en que el establecimiento de instituciones y de reglas comunes es una precondicin importante para la duracin y la efectividad de la coordinacin de polticas.3.2 Formas de coordinacinEs posible diferenciar entre varias formas de coordinacin poltica, conforme al grado en el que restringen a las polticas nacionales.El intercambio recproco de informacin sobre la evolucin nacional y las intenciones de poltica es la forma de coordinacin poltica menos limitativa entre pases. La informacin confiable, comparable y oportuna requiere un seguimiento y una prediccin conjunta de los acontecimientos en el corto y el mediano plazo. El intercambio de informacin es una necesidad bsica de la coordinacin y ha sido practicada durante largo tiempo y con beneficios mutuos en la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMl) y la CE. La informacin escasa o el conocimiento defectuoso acerca de cmo actan y reaccionan otros pases segn sus preferencias y prioridades econmicas y sociales son, en muchos casos, causa de serios desentendimientos y desacuerdos. Los errores de juicio sobre el comportamiento de los agentes privados y pblicos y, en particular, las incorrecciones en las previsiones pueden conducir a polticas internacionales ineficientes y equivocadas. No obstante, el anlisis de los vnculos internacionales y la elaboracin de proyecciones a corto y mediano plazo implican compartir una perspectiva comn y creble del autntico funcionamiento de las economas nacionales y de la transmisin internacional de los impulsos econmicos.El primer paso para conseguir poner coto a polticas con enfoques estrictamente nacionales es contar con orientaciones cualitativas someras que sustenten la ejecucin de las polticas monetarias y fiscales en pases que tengan metas, estructuras econmicas e instituciones similares y manejen instrumentos comunes. Entre pases pequeos y sus principales socios comerciales o sus vecinos dominantes puede habitualmente observarse una coordinacin de polticas casi automtica. A menudo existe una estrecha dependencia y la poltica monetaria es determinada por el pas ms grande, formndose una explcita o "cuasi" unin monetaria.Una forma ms ambiciosa de coordinacin poltica puede implicar la programacin comn de acciones ya planificadas en algunos pases y aplicadas conjuntamente con la finalidad de mejorar la eficacia de medidas aisladas o de evitar restricciones de la balanza de pagos. Esta modalidad ms ambiciosa de coordinacin an no requiere una limitacin del ejercicio de la soberana nacional, aunque podra tener efectos beneficiosos en ciertas circunstancias. Un ejemplo de ello lo constituira una reduccin conjunta de las tasas de inters por los Bancos Centrales.La fijacin de compromisos cuantitativos asociados a objetivos comunes es la forma paradigmtica, si bien tambin la ms inusual, de coordinacin discrecional sobre una base multilateral, implicando un esfuerzo de cooperacin entre los pases que comprende la negociacin de los instrumentos a emplear en materia de poltica macroeconmica. Esta modalidad intensiva y muy ardua de coordinacin poltica fue ensayada en algunas ocasiones, tales como el programa para una expansin diferenciada, pero coordinada, propuesta en la "cumbre" del G-7 celebrada en Bonn en julio de 1978 y el acuerdo firmado por los ministros de Finanzas tambin del G-7 en febrero de 1987 en Pars (el Acuerdo del Louvre), resultante de la declaracin emitida al trmino de la "cumbre" celebrada en Tokio en mayo de 1986.La regla general es que cuanto mayor sea la forma de integracin, mayor ser la coordinacin llevada a cabo mediante los instrumentos ms exigentes y mayor ser la cantidad de reglas e instituciones puestas al servicio de la facilitacin del proceso.La coordinacin de polticas se ocupa primordialmente de la formulacin y la ejecucin de polticas discrecionales, incluso cuando ello sea realizado como parte de un proceso ya en marcha. Pero la coordinacin de decisiones econmicas puede tambin comprender el establecimiento de reglas, lo cual ha sido considerado recientemente como el enfoque ms adecuado para conducir una poltica macroeconmica. La creacin de normas puede ser un enfoque til para la gestin coordinada de las intervenciones cambiarias (como ha sido el caso del sistema de Bretton Woods y lo es en el SME) o en la ejecucin de polticas monetarias basadas en objetivos monetarios. Un mecanismo de coordinacin de polticas requiere que se halle un equilibrio con la toma discrecional de decisiones con la finalidad de ajustar el empleo eficaz de las reglas a las emergencias inesperadas, particularmente en un marco institucional que involucra a mltiples pases. El establecimiento de reglas en sistemas que implican estrategias de cooperacin puede aplicarse tambin a las decisiones estructuralmente ms centradas en la oferta y ms orientadas a la reforma, de modo de mejorar el funcionamiento y la flexibilidad de las economas. Por ejemplo, las reglas podran ser empleadas para abolir la utilizacin perjudicial de ciertos instrumentos, como las restricciones cuantitativas al comercio y otras medidas no arancelarias (como en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros Y Comercio (GATT)) o para suprimir reglamentaciones financieras que afectan la operatoria bancaria internacional, sentando las bases para una competencia leal. Un objetivo ms ambicioso sera coordinar las polticas de mediano plazo en materia de reforma tributaria e incentivos impositivos para tornar ms compatibles los indicadores de ahorro e inversin de los pases industriales y promover la asignacin ms eficiente del capital .Las reglas comunes complementan y, a la vez, operan como un sustituto de la coordinacin implicando restricciones para quienes formulan las polticas a nivel nacional. Sin embargo, es dudoso que la aplicacin de slidas normas internacionales, como lo fue el clsico patrn oro, sea ms sencilla que el empleo de reglas nacionales.3.3 Eleccin de objetivosSi la coordinacin de polticas se lleva a efecto mediante instrumentos escasamente gravosos, como puede serlo el intercambio de informacin, es posible perseguir una amplio espectro de objetivos de poltica. No obstante, la coordinacin de polticas suele precisar instrumentos ms exigentes y se circunscribe generalmente a una serie de objetivos esenciales.Cules son esos objetivos? Estabilidad de los tipos de cambio. Esta primera meta se deriva de un objetivo superior consistente en crear condiciones estables para el funcionamiento eficiente de los mercados. Un primer paso puede ser el intercambio de informacin; el siguiente, el establecimiento de un rgimen de fluctuacin indicativo; un paso adicional, la creacin de un mecanismo (por ejemplo, el SME) que pueda eventualmente conducir a una Unin Econmica y Monetaria (UEM). Alineamiento de las tasas de inflacin. Esta segunda meta se deriva de la primera: de hecho, se ha demostrado que, en el largo plazo, el tipo de cambio debe amoldarse a los diferenciales de inflacin entre dos pases. Las polticas monetaria (oferta) y presupuestaria deben ser puestas al servicio de este objetivo para lo cual deben ser objeto de coordinacin. Durante las etapas intermedias que median entre una zona de libre comercio y una unin econmica y monetaria, los Gobiernos gradualmente reducen la flexibilidad en la utilizacin de una combinacin de instrumentos para cumplir con los objetivos de poltica que se han planteado. Pero, de todos modos, la coordinacin implica un crecimiento de la oferta monetaria ms uniforme en el largo plazo (que se convertira en un objetivo intermedio). Los denominados objetivos intermedios, que a menudo son restricciones, pueden ser definidos para estructurar el proceso de coordinacin de polticas. Estos objetivos son: balanza de cuenta corriente (deuda externa) balanza del sector pblico (prstamos del Gobierno) tasas de inters participacin estatal en el PBI.Adems, se deberan tomar en cuenta variables tales como nivel de empleo y desempleo y los trminos de intercambio.Nuevamente, el entorno institucional es muy importante, tanto para la eficiencia del proceso de coordinacin como para la eficacia de sus resultados (credibilidad de los mercados).3.4 Coordinacin de la poltica fiscalLa poltica fiscal tiene tres dimensiones: el nivel de gasto fiscal, los ingresos presupuestarios y el dficit del sector pblico. Slo dos de ellas son independientes: el dficit pblico est determinado por el nivel de las tasas impositivas y la dimensin del gasto pblico. En tanto la armonizacin de las tasas tributarias tiene efectos del lado de la oferta (y, en consecuencia, pueden ser objeto de armonizacin), no aparece como uno de los aspectos convenientes para coordinar. Por consiguiente, se deja slo un grado de libertad: sin perder la generalidad, el debate se centra en los dficit.Si los Pases Miembros (PM) llegan a acuerdo sobre un objetivo comn de tasa de inflacin, automticamente restringen su libertad en el establecimiento de su dficit fiscal, aunque conservando un margen considerable de eleccin. Ello responde, en primer lugar, a que se deja la composicin de los ingresos y de los gastos en gran medida sin afectar y en segundo lugar, a que el dficit fiscal es slo uno de los aspectos de la base monetaria. Por lo tanto, no se requiere la coordinacin de las diversas dimensiones de la poltica fiscal para aspirar a la convergencia de las tasas de inflacin. Por el contrario, s se hace necesaria para lograr la compatibilidad de las balanzas de pagos a largo plazo. Tambin existen consideraciones a hacer en lo que respecta a la asignacin de recursos (el posible desplazamiento de la inversin privada), pero stas son menos estrictamente una materia de preocupacin comn.La visin antes expuesta es otra forma de enfocar el dficit presupuestario estructural (tambin llamado dficit del pleno empleo). Los pases sin pleno empleo deberan procurar dejar operar a los estabilizadores automticos y, en ciertas circunstancias, proporcionar estmulos fiscales adicionales. En consecuencia, no se debera forzar a pases con distintos niveles de empleo a tener dficit presupuestarios similares. Tampoco es necesario o deseable imponer un dficit presupuestario uniforme de pleno empleo en todos los pases. Desde una perspectiva de largo plazo en la transferencia de recursos de pases con altos niveles de ingresos hacia otros con niveles de renta baja, las metas presupuestarias de pleno empleo de los primeros podran ser vistos como excedentes. De este modo, es posible acompasar en forma armnica las metas de convergencia de largo plazo y los objetivos del ciclo comercial de corto plazo.Por consiguiente, no es necesario ni deseable -para no referirse a su viabilidad - por razones de principio coordinar el gasto presupuestario o las variaciones de corto plazo del dficit fiscal. Sin embargo, cuando el ciclo comercial afecta de modo similar a los pases miembros (en un sentido cualitativo), entonces el estmulo o en su caso la restriccin de la poltica fiscal se beneficiarn de la coordinacin, tal como se desprende de la experiencia. Por ejemplo, si el anlisis de la situacin real sugiriera la necesidad de una poltica fiscal expansiva, dicha expansin debera ser coordinada en aras de lograr una mxima eficacia. Los multiplicadores fiscales de una accin concertada son definitivamente mayores y las restricciones de balanza de pagos menos severas que una expansin fiscal descoordinada.4. ESTUDIO DE CASO: EL REGIMEN DE LA CE4.1 La etapa inicial: el Tratado de RomaEl Tratado de Roma, fundamento jurdico de la CE, no es muy explcito acerca de la integracin macroeconmica y monetaria de Europa. El Tratado slo prev cierta integracin rudimentaria en este campo, diseada para facilitar el funcionamiento adecuado del MC de bienes, servicios y factores de produccin (Artculo 105). Los objetivos generales iniciales de la CE en materia de poltica econmica y monetaria (Artculo 100 de la CEE) consistan en garantizar: el equilibrio de la balanza de pagos global confianza en la moneda teniendo una atencin particular en un alto nivel de empleo, y un nivel de precios estable.Para lograr dichos objetivos, se mencionaba el empleo de tres instrumentos: la coordinacin de las polticas econmicas nacionales (Artculo 105), particularmente de las polticas cclicas (Artculo 103). estabilizacin de los tipos de cambio (Artculo 107.1). asistencia crediticia en caso de problemas de balanza de pagos.Durante los aos 50 fueron preconizadas en diversas ocasiones ideas ms avanzadas acerca de una unin econmica y monetaria, pero ganaron muy poco apoyo poltico como para dejar una marca en el Tratado de Roma.El Tratado de la CEE no prev un papel para la CE en materia de poltica monetaria, pero tampoco la prohbe explcitamente, salvo en lo que concierne a un instrumento de poltica macroeconmica: la poltica presupuestaria. El Artculo 199 de la CEE estipula explcitamente que los gastos y los ingresos de la CE deben estar equilibrados cada ao. En caso de que los recursos comunitarios no cubrieran las necesidades, los EM tendran que proporcionar los fondos; la CE no puede, a diferencia de sus EM, recaudar dinero mediante impuestos ni financiar sus gastos tomando prstamos en el mercado de capitales.El hecho de que el Tratado fuera tan cauteloso en el otorgamiento de poderes en materia de poltica monetaria y econmica a la CE puede explicarse, en parte, por las condiciones econmicas imperantes en dicho perodo: el sistema de Bretton Woods de tipos de cambio fijos funcionaba sin dificultades y las economas europeas se hallaban en una etapa de crecimiento econmico a largo plazo, por lo cual toda la atencin se centr en las polticas de corto y mediano plazo.4.2 Los medios: instituciones e instrumentosEl marco institucional establecido por el Tratado consisti en la coordinacin de diversos aspectos de la formulacin de polticas por parte de varios pases. A fin de promover la coordinacin de las polticas de los EM en el campo monetario se estableci un Comit Monetario con funciones de asesoramiento (Artculo 105). Dicho Comit se compona con representantes de los Gobiernos (ministros de Finanzas), los Bancos Centrales y la Comisin. Su funcin era el examen de la situacin monetaria, financiera y de balanza de pagos en los pases miembros y del sistema internacional de pagos. El Comit presentaba regularmente sus conclusiones y sugerencias de accin a la Comisin y al Consejo. Poco tiempo despus, este Comit se evidenci inadecuado para enfrentar los problemas emergentes y ello oblig a establecer dos nuevos Comits.En 1960 se cre el Comit sobre Tendencias Econmicas de Corto Plazo, encargado de velar por un funcionamiento adecuado de la poltica macroeconmica, al que siguieron en 1964 el Comit de Poltica Presupuestaria y el Comit de Poltica Econmica de Mediano Plazo, todos ellos integrados por representantes de los EM y de la Comisin. Ms adelante, los tres Comits se fusionaron en un nuevo Comit de Poltica Econmica, con el objeto de fortalecer la coordinacin de diversos aspectos de la poltica econmica (incluidos los asuntos monetarios). El trabajo de estos tres Comits fue continuado por tres nuevos subcomits.Dado que la poltica monetaria es conducida en forma parcialmente independiente de los Gobiernos por los Bancos Centrales, la actividad del Comit Monetario no fue suficiente y, en consecuencia, en 1964 se cre un Grupo de Gobernadores de los Bancos Centrales, que se reuna regularmente en Basilea, la sede del Banco de Pagos Internacionales, conjuntamente con el Consejo de Gobernadores del Banco. La Comisin Europea participaba como observadora. El Grupo se ocupaba de los temas que son habitualmente de responsabilidad de los Bancos Centrales, en particular en lo que concierne a crditos, moneda y mercados de cambio. Asimismo, sus miembros intercambiaban informacin sobre las medidas ms importantes adoptadas o planeadas por los Bancos Centrales.En sus diversas reuniones, los diferentes Comits y sus grupos de trabajo deliberaron sobre temas muy importantes, permitiendo un mejor entendimiento de las motivaciones y de las restricciones de cada uno, lo que llev a una coordinacin de hecho.4.3 El objetivo: la unin econmica y monetariaA medida que la integracin europea fue avanzando, se formularon varias propuestas encaminadas de la realizacin de una UEM. La experiencia recogida por el sistema de coordinacin previsto en el Tratado haba mostrado varias carencias y se requeran esfuerzos adicionales para enfrentar los problemas futuros. En la "cumbre" de La Haya de 1969, los Jefes de Estado y de Gobierno de la CE acordaron, en principio, la creacin de una UEM y solicitaron a la Comisin la elaboracin de propuestas concretas para su efectiva realizacin.La materializacin de esa propuesta se incluy en el informe "La realizacin en etapas de la UEM de la CE", presentado en 1970 por un Comit presidido por Werner. El Informe Werner, aprobado por el Consejo en 1971 inclua un ambicioso calendario y prevea la culminacin de la UEM en 1980. Muy pronto, el plan Werner prob ser slo una ilusin. El desorden monetario de mediados de los aos 70 dificult la obtencin del apoyo poltico necesario y condujo a que se formularan propuestas alternativas menos ambiciosas (ver la prxima seccin), concentradas en la estabilizacin de los tipos de cambios.Sin embargo, rpidamente se hizo evidente el costo de la no-Europa tanto a nivel micro como macroeconmico (Albert y Ball 1983). Se hizo evidente en reiteradas circunstancias que tanto para los pases pequeos como para los grandes de la CE las polticas macro y las polticas monetarias haban perdido eficacia (ver la seccin II.2). La sensibilidad poltica hizo difcil extraer la conclusin obvia de este estado de situacin, en la que slo una formulacin coherente de polticas a nivel comunitario permitira a los socios recobrar colectivamente el control que individualmente todos haban perdido. La creciente toma de conciencia de los efectos negativos de la ausencia de cooperacin macroeconmica y monetaria persuadi progresivamente a los crculos acadmicos, de negocios y polticos de la necesidad urgente de avanzar hacia la UEM.En un perodo en el que los economistas estaban abiertamente divididos sobre las ventajas de una Unin Monetaria como el mejor camino para lograr una estabilidad monetaria basada en un sistema de tipos de cambio flotantes, tres estadistas asumieron la responsabilidad de superar la situacin de estancamiento. Giscard, Schmidt y Jenkins, apoyados por economistas como Clappier, Schulman y Emerson preconizaron la creacin del SME como medio para estabilizar los tipos de cambio, que fue aplicado con xito.Durante un tiempo, el SME enfrent muchas crticas en cuanto a su modo de funcionamiento y despert mucho escepticismo sobre sus posibilidades de xito. Gradualmente, a la luz de la experiencia prctica, creci entre los economistas la conviccin de que el SME tena grandes ventajas. No obstante, stas no estaban a la altura de las que podan obtenerse a travs de una UEM.Aos ms tarde, en 1989, se elabor un nuevo plan para la realizacin de la UEM que fue aceptado unnimemente por un Comit presidido por el Presidente de la Comisin, Jacques Delors, e integrado por miembros de la Comisin, los Gobernadores de los Bancos Centrales nacionales y varios expertos independientes. La comunidad de negocios le brind fuerte apoyo, plenamente consciente de las desventajas del desorden monetario.El Plan Delors fue la base de las negociaciones llevadas a cabo en Maastricht sobre aquellas partes del Tratado de la Unin Europea que se refieren a la UEM. Los aspectos principales acordados en el Tratado son: la transicin gradual; es decir, la realizacin de la UEM en etapas condiciones de acceso para los pases: no es exigible que todos los pases se adhieran a la vez y algunos pases tienen el derecho de no hacerlo (Reino Unido).El enfoque por etapas prev lo siguiente:Tercera etapa. Los tipos de cambio entre los pases participantes sern irrevocablemente fijos. El Banco Central Europeo (BCE) ser puesto en funcionamiento y ser el responsable de emitir la nueva moneda europea. El perodo de transicin hacia esta etapa estar condicionada al desenvolvimiento de cada una de las economas nacionales y al cumplimiento por los pases de la CE de los cinco criterios de convergencia (Artculo 109 j): tipo de inflacin no superior en un 1,5 % a la media de las tres tasas de inflacin ms bajas en la UEM tasas de inters de largo plazo que no superen en un 2 % las tasas de inters de los tres pases que tengan las tasas de inflacin ms bajas no devaluacin de la moneda en los dos aos precedentes a la adhesin a la Unin dficit presupuestarios que no excedan el 3 % del PBI deuda pblica que no exceda el 60 % del PBI.5. CONCLUSIONESLa creciente interdependencia entre los pases que participan en un proceso de integracin limita la independencia de las polticas macro a nivel nacional. Se requiere la coordinacin de al menos una parte de ellas para recobrar medios efectivos para influir en la economa y mejorar los resultados de la integracin de los mercados. Es necesario subrayar algunos aspectos claves relacionados con ello: Cuanto mayor es el grado de interdependencia, mayor es la necesidad de perseguir dos objetivos claves: la estabilidad de los tipos de cambio y la convergencia de la tasas de inflacin. Los instrumentos empleados para el logro de la coordinacin podrn ser tanto tenues como exigentes; cuanto mayor sea la entidad de los objetivos, mayor ser la necesidad de recurrir a los instrumentos ms estrictos. Los instrumentos de poltica pueden ser utilizados de manera diversificada por los agentes nacionales, decidiendo cada uno la combinacin ptima de acuerdo a la perspectiva nacional en congruencia con las metas acordadas en la Unin. La CE ofrece un buen ejemplo de un programa para la coordinacin de las polticas macro.BIBLIOGRAFIA MOLLE, W.1990 Economics of European Integration (Theory, Practice, Policy), Dartmouth, Aldershot (segunda edicin, en prensa)STEINHERR, A.1991 Some basic issues in P. v.d. Bempt (ed.), European Monetary System; towards more convergence and closer integration, Acco, Leuven, pgs. 37-50.WEGNER, M.1987 Scope and limits of international policy coordination, World Economy, vol. 10, pgs. 283-305.PRIORIDADES Y OPCIONES PARA LA INTEGRACION LATINOAMERICANAJos Manuel QUIJANOConsultor; Ex-director del Instituto de Economa, Universidad de la Repblica, Montevideo, URUGUAY1. EL NUEVO EMPUJE INTEGRACIONISTAAsistimos a un renovado esfuerzo de integracin en Amrica Latina. Luego de treinta aos de experiencia, que por lo general se juzga con severidad crtica, y donde la caracterstica ms marcada ha sido la bsqueda de la aproximacin comercial simultnea entre un gran nmero de pases, en la actualidad proliferan los acuerdos bilaterales y la subregionalizacin. Se trata, quizs, de un abordaje ms realista y que, con diversa intensidad segn los acuerdos y los momentos, ha procurado superar una visin nuevamente "comercialista" de la integracin.Al Grupo Andino y al Mercado Comn Centroamericano (MCCA) se sumaron, en pocos aos, el MERCOSUR, el Grupo de los Tres (Mxico, Colombia y Venezuela) y los acuerdos bilaterales Chile-Mxico, Argentina-Chile, Mxico-MCCA, y tantos otros ms. Si en 1960 la integracin se inspir tanto en la necesidad de extender el mercado interno, sugerida por la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), como en el "efecto demostracin" que ejerci el Tratado de Roma, en la actualidad el empuje parece provenir de distintas causas.En la rbita poltica la recuperacin de la democracia durante los aos ochenta, en varios pases latinoamericanos fue, sin duda, un acicate para la aproximacin entre los gobiernos. Por su parte, en el mbito econmico y de las relaciones internacionales, al menos cuatro causas pueden ser mencionadas:a) El incremento del proteccionismo de los pases desarrollados, bajo la forma de las restricciones no arancelarias, que ha tenido doble efecto: un nmero cada vez ms amplio de productos ha quedado sometido a alguna modalidad neoproteccionista y, adems, esta prctica es ms severa para los flujos Sur- Norte que para los Norte-Norte (Anderson & Humpage 1983; Page 1983; Boonekamp 1987: Laird & Nogus 1989; Laird & Yeats 1989).b) En segundo lugar, es notorio el debilitamiento del dilogo Norte-Sur, as como de algunas instituciones que lo propiciaban, al tiempo que el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) ha tomado renovado protagonismo con la introduccin, en la ltima ronda, de "temas nuevos" (servicios, propiedad intelectual, etctera) que, tal como han sido planteados, podran modificar las relaciones entre los pases desarrollados y subdesarrollados.c) En tercer lugar, la conformacin de bloques econmicos en Europa, en Amrica del Norte y en el Sudeste asitico, que muestran una dinmica ms intensa, al interior de los mismos, de los flujos comerciales, as como la concentracin de la Inversin Extranjera Directa (IED) entre los pases desarrollados, plantea una nueva realidad. Hay un "componente exclusin", que afecta a los pases subdesarrollados con distinta intensidad, y que obliga a nuevas aproximaciones Sur-Sur.d) A las tres causas anteriores se agrega una cuarta, que amenaza distanciar a los pases menos desarrollados de los centrales: la revolucin tecnolgica que transforma a los servicios y, por su intermedio, a los dems sectores productivos, que obliga a construir ventajas comparativas dinmicas, que modifica la estructura industrial y el tamao ptimo de la planta, etctera. Un reto de esta naturaleza, se piensa, se aborda con ms probabilidades de xito si se conjuntan esfuerzos, sobre todo entre pases de mediano desarrollo y con cierta "acumulacin tecnolgica" en el pasado.Este nuevo empuje integracionista, cuyas causas hemos mencionado en prrafos anteriores, se construye parcialmente a partir de la experiencia de las dcadas anteriores. As, sus rasgos ms destacados son: Aproximacin entre pocos pases en lugar del esfuerzo integracionista entre muchos, pues en este ltimo caso se vuelve difcil la toma de decisiones, en parte por la heterogeneidad de los participantes. Metas ambiciosas y en plazos breves, destinadas a dejar "hechos consumados", pero que, al mismo tiempo, permiten abrigar dudas acerca de su viabilidad. Cambios de nfasis, sobre todo en el acuerdo Argentina-Brasil, sobre la marcha: en una primera etapa (1986-90) con protocolos que van mucho ms all de una mera aproximacin comercial pues procuran el desarrollo conjunto de sectores industriales, el abordaje en comn de los aspectos cientficos-tecnolgicos, etctera; en una segunda etapa (1990-93), con un nfasis ms marcado hacia la liberalizacin del comercio de bienes, tanto entre los pases que acuerdan como entre stos y el resto del mundo. Eliminacin del tratamiento especial para los Pases de Menor Desarrollo Relativo (PMDR), que fue de relevancia tanto en los acuerdos regionales globales como en los bilaterales signados en dcadas pasadas. Tampoco se introduce una diferenciacin -que no tiene por qu ser la de PMDR- entre economas grandes y pequeas, con sus respectivas exigencias especficas en cuanto al desarrollo. Menor relevancia de las instituciones permanentes de la integracin que se juzgan pesadas, burocrticas, costosas y de escasos resultados. Por consiguiente, una apuesta mayor a las reuniones de cpula (Presidentes, Ministros, etctera) para destrabar las situaciones.Expuestas las principales causas del empuje integracionista del presente as como reseados sus rasgos ms caractersticos, abordaremos, a continuacin, el "estado de la situacin" regional, desde una ptica predominantemente comercial y cuantitativa, y pasaremos despus a considerar las prioridades y las opciones.2. ESTADO DE SITUACIONSi se mira un perodo largo (diez aos o ms), los once pases de la regin que componen la Asociacin Latinoamericana de Integracin (ALADI) han vivido importantes cambios y, adems, presentan distintos desempeos. En los treinta aos que van desde la creacin de la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) hasta el presente, quizs el hecho ms destacable es el incremento de la gravitacin de Brasil y Mxico al tiempo que la tercera economa grande, Argentina, fue perdiendo posiciones progresivamente.En veinte aos el Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil, que significaba 28% del regional (once pases de ALADI) en 1970, pas a representar el 40%; en el mismo lapso la formacin bruta de capital fijo de Brasil pas de 29,5% al 41,9% de la total; y las exportaciones brasileas del 21,7% al 33,6%. Este es un primer hecho destacable cuando se intenta una aproximacin a la integracin regional en los aos noventa. Ser preciso abundar, desde distintos ngulos, en este hecho para poder apreciarlo en su verdadera magnitud.2.1 Posicionamiento y eficienciaAnte todo, resulta de utilidad detenerse en las exportaciones regionales hacia los pases de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE). Ms que describir las dificultades, que son conocidas (proteccionismo para arancelario; acuerdos limitativos como el Multifibras, etctera), puede focalizarse el anlisis en el desempeo.Un trabajo de CEPAL (Fajnzylber 1991), que contempla el perodo 1979-88, introduce dos conceptos para el anlisis: posicionamiento y eficiencia. Se entiende que un pas mejora su posicionamiento cuando ingresa al mercado de la OCDE con bienes dinmicos en el comercio internacional: empeora su posicionamiento en el caso inverso. A su vez, un pas mejora la eficiencia cuando sus exportaciones en un determinado rubro toman participacin en la importacin de la OCDE de ese rubro. Y la empeora en el caso inverso.El Cuadro 1, donde se sintetizan las conclusiones, muestra que Mxico y Repblica Dominicana (I) mejoran tanto el posicionamiento como la eficiencia. Sin duda, sobre todo en el caso de Mxico, esto es reflejo de una nueva realidad regional, que luego se plasmara en el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (NAFTA), una de cuyas caractersticas es la recepcin de IED para producir bienes con destino al mercado de Estados Unidos (EEUU) y Canad.El mismo cuadro muestra que cuatro pases -Brasil, Costa Rica, Chile y Uruguay- han aumentado su eficiencia pero con dbil posicionamiento porque predominan en sus ventas a la OCDE los rubros no dinmicos.La situacin de Paraguay y Ecuador (III) es de mal posicionamiento en cuanto al dinamismo de los rubros y de dbil eficiencia. La de los dems pases (IV) es "de retirada" pues agregan al mal posicionamiento la baja eficiencia. En el perodo considerado, por consiguiente, Argentina, Bolivia, Colombia, Per y Venezuela tropezaron con serias dificultades para penetrar al mercado de la OCDE.An cuando este ejercicio pueda merecer ciertos cuestionamientos (por ejemplo, su resultado puede variar segn la seleccin de rubros y, tambin, segn el criterio de clasificacin de los dinmicos y no dinmicos), puede considerarse que contribuye a apreciar la situacin del comercio exportador de la regin y los problemas que, a nivel muy agregado, conlleva.Cuadro 1. AMERICA LATINA Posicionamiento y eficiencia respecto al mercado de OCDE (1979-88).IIncremento de eficiencia y mejoramientoen pi>-HW[jrunltl)lr']. Mnitd R. DmimcLiriaTJTnijrtTncTUo de etipenma lijl dbil posicionaimento. Brasi] Costa Sica Chile Uruguay

IIIDbil incremento de eficiencia que no neutraliza mal nii-jitiiiiiiiiieito Paraguay EcuadorIVMal po5itioTiTTiii:ntn y bi^j L-frticjicia. ite tirada Argentina Tleilivia Colombia Per Venezuela

Fuente: Elaborado con datos de CEPAL, Revista Nro.44.2.2 Desempeo exportador globalPrestemos ahora atencin al desempeo exportador global de los pases de la regin. Para tal fin se elabor un ejercicio, que se presenta en el Cuadro 2, con las siguientes caractersticas: se contempl un perodo de veinte aos (1970-90); se tomaron, en las dos puntas, las exportaciones en dlares corrientes; se desagregaron las exportaciones segn que se destinaran a la regin (once pases de ALADI) o al resto del mundo; se consider las veces que se multiplicaban las exportaciones en el perodo.Se contempla (I) que tres pases (Brasil, Ecuador y Paraguay) multiplican ms de diez veces sus exportaciones tanto a la regin como al resto del mundo. Debe tenerse en cuenta que Ecuador vive, en el perodo, su ingreso a un "boom" petrolero y que Paraguay, que parta de niveles muy deprimidos, recuper algo del terreno que lo distanciaba de otros pases de Amrica Latina.Cuadro 2. PAISES DE LA REGION. DESEMPEO EXPORTADOR(Veces que se multiplicaron las exportaciones, en dlares corrientes, entre dos puntas: (1970-90).111

Ms de H)vcvf a laruminni reiil ildMenos de 10 vecesla regin y ms de 10

tlUlld y totalal resto dul mundo

PasesRRMTPasej RMT

TWI10,311.411,3Mxico 9,423,122,0

fecuadorU.lM,J14,0

Paiagii ay19,016,917,7

TlfIV

Mhk de 10 a la reginy menos deMenos de 10 vetesa la rcijin, al tcd

10 al resto del mundoJel m unda y total

lasesRKMTRRM1

BtiHviti18,52,13.7Argentina 7,2fi.5fih6

Uruguay22/JSt7,2CttJombia 7,1B,98,7

Chile 6.70,76,7

Pti 6,62l93J

Venezuela 8,35,35,4

Fuente: Elaborado con datos de ALADI: Estructura y evolucin del Comercio Regional.Un slo pas (Mxico) multiplica ms de diez veces sus exportaciones al resto del mundo y menos de diez veces a la regin (II). Por su parte, dos pases pequeos (Bolivia y Uruguay) muestran dbil desempeo exportador hacia el resto del mundo, pero fuerte respecto a la regin (III). Por ltimo, el resto de los pases contemplados (Argentina, Colombia, Chile, Per y Venezuela) multiplican por menos de diez tanto sus exportaciones a la regin como al resto del mundo.La situacin descrita en el Cuadro 2 se refleja, parcialmente, en el Cuadro 3, donde se muestra cunto significa el comercio intrarregional en el comercio total de los pases considerados. Para tal fin se sumaron las exportaciones de la regin (Xr) y las importaciones desde la regin (Mr) y el resultado se dividi entre las exportaciones totales (Xt) ms las importaciones totales (Mt).En el ao 1990, tres economas pequeas (Bolivia, Paraguay y Uruguay) muestran un intercambio intrarregional que significa ms del 40% de su intercambio total. El fenmeno es menos pronunciado, pero tambin significativo, en algunas economas medianas. En el caso de las economas grandes (Mxico y Brasil) el comercio intrarregional es de menor significacin en el total.Cuadro 3. AMERICA LATINA(Participacin del Comercio intrarregional en el comercio total) (Xr+Mr/Xt+Mt) 1990 (promedio 1987-90).T40% o ms Eoima Paraguay Uruguay11ontru 20 y 30% Argentina Peri Chile

niIV

entre JO y 5%ments di; 10%

- Ecuador- V(fne^u(fU '

- Colombia- Mxico

- Bj'usil

Fuente: Elaborado con datos de ALADI: Estructura y Evolucin del Comercio Regional.Si se observa el fenmeno en el tiempo puede comprobarse que, en los veinte aos que transcurren entre 1970 y 1990, las economas pequeas incrementan su comercio intrarregional, las medianas tambin lo hacen, aunque en menor medida, y en las grandes Brasil mantiene una participacin estable de comercio intrarregional y Mxico, asociado a un esquema de integracin distinto, la disminuye levemente. Lo expuesto sugiere que la regin asiste a un proceso de convergencia comercial a lo largo de dos dcadas. Cuatro factores parecen haber contribuido a este fenmeno: el proteccionismo de los pases de la OCDE; el potencial creciente de los pases grandes (Brasil) para proveer con una oferta exportable diversificada a la regin; los acuerdos subregionales y bilaterales; las negociaciones multilaterales en el mbito de ALADI.2.3 Las manufacturasEste estado de situacin no sera completo si se dejara de lado al sector industrial y a las exportaciones manufactureras. Como es sabido, y como se ver ms adelante, los rubros dinmicos en el comercio internacional son, predominantemente, manufacturas y, en particular, las que incorporan materias primas no agropecuarias.Tomando un perodo de casi cuarenta aos (1950-1986) se comprueba que la produccin en el sector industrial es trece veces mayor en Brasil entre las dos puntas; que es entre seis y diez veces mayor en Mxico, Colombia y Venezuela; entre cuatro y cinco veces mayor en Per y Paraguay; y apenas dos a tres veces mayor en Argentina, Chile y Uruguay.Cuadro 4. AMERICA LATINA.Crecimiento del sector industrial (1950-1986)I1:1 vasos mayor - JlrsufilIIenrre 0 y LO veces mayor Mxico Venezuela Colombia

iilIV

4 a 5 vim:ch muyor2 a i vetas mayar

- Ppn'i- Argentina

- Paraguay- Chile

- Uruguay j

Fuente: Elaborado con datos de CEPAL/ONUDI: Perfiles Industriales de Amrica Latina, 1987.Lo expuesto en el Cuadro 4 tiene parcialmente su reflejo en la balanza manufacturera de los pases de la regin. Tomando el balance manufacturero consolidado para cinco aos (1985-90) -segn la clasificacin de ALADI por categora de productos- resulta que Brasil es superavitario con la regin y el resto del mundo. Es de notar que los supervits -en uno y otro mbito- son significativos. Dos pases (Mxico y Argentina) tienen importantes dficits con el resto del mundo y leve supervit con la regin. Un pas, Uruguay, tiene dficit manufacturero con la regin pero supervit con el resto del mundo. Los dems pases presentan dficit tanto con la regin como con el resto del mundo.Las cifras sugieren que, en el intercambio de manufacturas, las economas grandes, y muy particularmente Brasil, tienden a abastecer a las economas medianas y pequeas de la regin. La convergencia comercial, detectada en el apartado 2.2, parece tener un contenido manufacturero importante.Cuadro 5. AMERICA LATINA. BALANZA MANUFACTURERAConsolidado 1985-89 (millones de dlares)iPases con supervit manufacturero con la regU>n y cm\ d resio deJ mundo.Pases R "RMTirasil +7074 +0628UPases cot supervit nutnuacCiicecn loji la regin y dficit con el resto del mundo.Ph?;cm R RMArgi^ntintt -48.1 -7S48 M*ko (*) 1-476 -12193

IIIPases -cut dcft-it TTiaTiufarturcrii tnjn U regin y supervit con el resto del inundoPask R RMUruguay -3 ti! 1-421IVPhscm iti dllil rngnuWctufuru ton 1* regin y dficit con el resto del inundo.Paises R RM Colombia (*) -J:1S -874 Chile (*) -1336 -720+Paraguay -739 -656 VenOTclat31) -MS4 -2W5 Per (+) -y 67 -3729

(*) Perodo 1985-88Fuente: Elaborado con datos de ALADI: Estructura y evolucin del Comercio regional.El cuadro muestra la situacin previa al Acta de Buenos Aires (6 de julio de 1990) y la firma del MERCOSUR (26 de marzo de 1991). Desde entonces, y sobre todo a partir del "Plan de Convertibilidad" argentino, se registra la tendencia al incremento del dficit manufacturero argentino y uruguayo con Brasil, al tiempo que las exportaciones de ambos pases hacia el vecino del norte tienden, a su vez, a "primarizarse". La reduccin de aranceles intrarregionales y el rezago del tipo de cambio real en Argentina y Uruguay han provocado serias distorsiones en los flujos comerciales del MERCOSUR, al punto que las cmaras industriales de los dos pases han solicitado a los gobiernos que se suspenda o postergue la aplicacin del cronograma de desgravacin arancelaria.La situacin que se menciona, para Argentina y Uruguay, caracterstica del perodo 1991-93, no es comparable (si bien presenta algunas similitudes) con la de Espaa o Mxico. En los cuatro casos se registra ingreso de capitales y rezago del tipo de cambio real. No obstante, la diferencia ms notoria se presenta en el destino de los capitales que ingresan: ms orientados a la IED en Mxico y Espaa; con ms componente de volatilidad en Argentina y Uruguay. El arrastre de la inversin que provoca la regionalizacin parece de distinta intensidad en Mxico y Espaa, respecto a Argentina y Uruguay.2.4 Algunas conclusionesDe todo lo expuesto puede concluirse: Salvo Mxico, inserto en un esquema de integracin nuevo, distinto al regional latinoamericano, ninguno de los pases contemplados ha logrado simultneamente posicionamiento y eficiencia en su penetracin del mercado de la OCDE. Los desempeos exportadores, abordados cuantitativamente y analizados en un perodo de dos dcadas, muestran el fuerte empuje brasileo hacia la regin y el resto del mundo; el buen desempeo exportador hacia la regin de las economas pequeas; y el moderado comportamiento de las economas intermedias. La regin asiste, en veinte aos, a un proceso de convergencia comercial, muy intenso en el caso de las economas pequeas y ms moderado, pero tambin significativo, en las economas medianas. Esta convergencia tiene un importante contenido manufacturero en tanto las economas grandes (y sobre todo Brasil), con dificultades para ingresar con bienes dinmicos en la OCDE, se han ido convirtiendo en abastecedoras regionales. La regin se ha hecho ms heterognea. Incluso al interior de acuerdos subregionales, como el MERCOSUR, la heterogeneidad entre los cuatro pases ha sido creciente, lo que sin duda constituye una dificultad para los esfuerzos conjuntos (coordinar polticas, fijar un arancel externo comn, etctera) inherentes a un proceso de integracin. El efecto de arrastre de la regionalizacin parece haber tenido, en el caso del MERCOSUR y por el momento, escasa influencia sobre la inversin en la Argentina y Uruguay. Es posible que la inestabilidad subregional (y en particular brasilea), as como las dudas acerca de la viabilidad del proyecto hayan incidido sobre las expectativas de quienes toman decisiones de inversin. Esta situacin contrasta con la de Mxico y Espaa. Desde el punto de vista de la nueva teora del Comercio internacional es la semejanza entre dos economas (grado similar de desarrollo industrial, nivel educativo y calificacin de la mano de obra parecido, etctera) lo que alimenta, en doble va, el comercio de manufacturas del mismo gnero, (comercio intraindustrial) y, por lo tanto, las impulsa hacia la integracin. La heterogeneidad, por el contrario, no contribuye a la integracin o, a lo sumo, fomenta el intercambio inter-industrial (tops de lana por computadoras) o intersectorial (trigo por automviles).3. PRIORIDADES Y OPCIONESLa integracin, tal como est concebida en los aos noventa, tiende a acentuar la competitividad con el resto del mundo. Se habla de "integracin competitiva". Como tal, debera apuntar a aprovechar las ampliaciones de mercado para producir con ms eficiencia y fomentar una insercin dinmica (o en rubros dinmicos) en el mercado internacional. Diversos estudios sobre el mercado internacional han permitido clasificar los productos en "dinmicos", "estancados" o "en retroceso" (Rosales O., 1990). En un perodo largo, los primeros ganan participacin en el comercio internacional, los segundos la mantienen y los terceros la pierden. En general, los productos dinmicos corresponden a la industria y a los servicios. Y, en cuanto a los industriales, se trata predominantemente del procesamiento de materias primas no agropecuarias, con alto contenido tecnolgico y fruto de una mano de obra calificada o altamente calificada.3.1 Los nuevos pases industrializados latinoamericanosPuede sostenerse que la prioridad de un proyecto de integracin, en los aos noventa, consiste en impulsar la creacin y consolidacin de los Nuevos Pases Industrializados (NPI) latinoamericanos. En el extremo, puede sostenerse que la "integracin competitiva" se podr ver plasmada y ser exitosa, si contribuye a ese objetivo. En caso contrario sera, tan slo, una nueva frustracin para la regin. A partir de esta prioridad bsica se derivan opciones y, tambin, pautas para el manejo de instrumentos de poltica econmica.Una primera gran opcin consiste en escoger el "anclaje" que permita avanzar hacia la industrializacin dinmica de Amrica Latina, o, lo que es similar, hacia la construccin de ventajas comparativas dinmicas. Esquematizando, se dira que hay dos modelos posibles: el espaol-mexicano, por un lado, y el endgeno, por el otro.El primero implica la asociacin a espacios regionalizados ms amplios (EEUU-Canad, en un caso, la Comunidad Europea (CE), en el otro) que, a partir de "competitividad de localizacin" (por ejemplo, mano de obra ms barata) atrae IED para fabricar bienes o generar servicios que se destinarn al espacio ampliado. Este modelo tiene claras limitaciones, como empieza a verse en Espaa y en Mxico. No obstante, la industria automotriz mexicana, por ejemplo, vivi una fundamental transformacin desde que comenz a fabricar unidades para el conjunto de Amrica del Norte y no slo para Mxico: exigencias de calidad, rigor en el control del producto, puntualidad en las entregas, etctera, tienen el efecto de diseminar una nueva cultura industrial sobre la sociedad. El "anclaje de regionalizacin ampliada", como podramos denominar a este modelo, es, sin embargo, de aplicacin limitada y est, hasta cierto punto, gobernado por la ubicacin geogrfica.En el segundo modelo, de "anclaje ms endgeno" -que podra inspirarse en algunas experiencias del sudeste asitico donde la presencia de la IED es ms limitada que en el caso anterior- la expansin y consolidacin de una clase empresarial nacional se vuelve imprescindible y la generacin y transferencia de tecnologa ocupa un lugar clave en la estrategia nacional o subregional. El "anclaje endgeno", por lo dems, suele estar asociado a formas de concentracin y centralizacin del capital muy intensas, al estilo de los grupos financieros (Keiretsu o Chaebol), que racionalizan inversiones, alcanzan umbrales para proyectos tecnolgicos, y disponen de fuerte poder de ventas y negociacin. Una pregunta de rigor es hasta qu punto este modelo es reproducible en Amrica Latina, una regin con especificidades en las relaciones capital-trabajo, con vicios histricos en los vnculos entre el gobierno y las empresas, clases empresariales relativamente dbiles y con una penetracin de IED mucho ms intensa (y antigua) que en algunos pases del sudeste asitico.A nivel de hiptesis puede sugerirse que esta opcin, que est sobre todo planteada para el MERCOSUR (donde se rene la mayor concentracin industrial de Amrica del Sur), no admite quizs planteamientos extremos y exige una cuidadosa combinacin de los dos anclajes, el de regionalizacin ampliada y el endgeno. O, si se quiere, de un objetivo de "anclaje endgeno" bien estructurado que habilite, a posteriori, una adecuada negociacin para la regionalizacin ampliada. Desde esta perspectiva, el "cuatro ms uno" podra percibirse como un acuerdo prematuro, centrado en deuda oficial, inversin y libre comercio, pero con exclusin -por desacuerdo entre las partes del MERCOSUR y de stas con EEUU- del tema bsico: la transferencia de tecnologa.3.2 La instrumentacin de polticaEn este contexto, varios aspectos adquieren especial relevancia, desde el punto de vista de la instrumentacin de la poltica econmica. De ellos, hay tres sobre los cuales quisiramos poner el acento: la poltica industrial; el margen de preferencia intrarregional; y la coordinacin de polticas macroeconmicas.Es de notar que ciertas medidas de poltica econmica que estn en vigencia, como la apertura comercial importadora y unilateral hacia el resto del mundo, suelen afectar los tres aspectos mencionados ms arriba. En la medida que la apertura importadora reduce a niveles bajos los aranceles, y elimina las barreras no arancelarias, permite que las fluctuaciones del tipo de cambio tengan un efecto creciente sobre los flujos de comercio; por lo dems, reducen el margen de preferencia intrazona cuando el avance de la integracin requiere, precisamente, que ste sea cierto, previsible y selectivo (Porta 1991); asimismo, priva a la poltica industrial de uno de sus instrumentos ms valiosos: la selectividad en cuanto a lo que se adquiere en el extranjero. Ms an, el debilitamiento paulatino de diversos instrumentos que incentivan a las exportaciones (varios de ellos reducidos o eliminados, por razones fiscales, en algunos pases del MERCOSUR) combinado con una apertura importadora unilateral, reduce sensiblemente los mrgenes para realizar poltica industrial.No se argumenta aqu a favor de las prcticas arancelarias del pasado, generadas por presiones sucesivas y, por lo tanto, excesivas y redundantes. En tal sentido, racionalizar las normas arancelarias resulta necesario. No obstante, una aproximacin ms cuidadosa al tema de la apertura muestra que, en el concierto internacional, la misma puede tener distinto contenido. Desde la apertura exportadora (a la japonesa); la apertura exportadora con gradualismo importador (a la europea); hasta la apertura unilateral a las importaciones desde el resto del mundo, tal como practican en este momento varios pases latinoamericanos. Puede sugerirse que esta ltima modalidad no logra compatibilizarse adecuadamente con un proyecto de integracin, mxime cuando los integrantes de un mismo proyecto subregional practican aperturas importadoras con ritmos y selectividades distintos. En el caso del MERCOSUR, por ejemplo, Argentina modific once veces entre octubre de 1989 y abril de 1991, los aranceles mximos y mnimos. Por fin, el arancel promedio nominal qued fijado, desde entonces, en 9,8%. Por su parte, Brasil ha fijado como meta, para 1994, un arancel promedio nominal de 14%.A modo de resumen, la "integracin competitiva", en reas subregionales, debe tender a: La definicin precisa, y que otorgue un horizonte previsible, de los mrgenes de preferencia intrarregional, lo cual depende de la secuencia de la desgravacin arancelaria entre los socios; de la poltica de apertura importadora de cada socio respecto a terceros; del establecimiento de un Arancel Externo Comn (AEC); del acuerdo entre los socios para recurrir, cuando sea pertinente, a la aplicacin de Barreras No Arancelarias (BNA). La definicin comn del instrumental de poltica econmica -por difcil que parezca ese objetivo, sobre todo porque el inters de los pases grandes en la coordinacin no es idntico al de las economas pequeas- que aminore los desequilibrios bsicos, en el orden macro, de forma que se reduzcan las fluctuaciones cambiarias. Es un hecho que los flujos de comercio intrarregional estn muy gobernados por los niveles de actividad; tambin lo es, sin embargo, que salvo en los casos de ventajas absolutas de comercio y en los del comercio administrado (intra-firma), en los dems las fluctuaciones cambiarias afectan seriamente las corrientes de comercio (Lucngeli 1992) como resulta evidente, en la actualidad, en los casos de Argentina y Uruguay, por un lado, y de Brasil, por el otro. La implementacin de instrumentos de poltica industrial, con ciertos objetivos en comn, que fomente el comercio intraindustrial, que apunte a desarrollar economas de escala, que impulse especializaciones segn las particularidades de los respectivos asociados y que aliente proyectos de inversin comunes. Para tal fin, los esfuerzos tecnolgicos conjuntos, tanto para generar como para transferir, adquieren especial relevancia.Se trata, en definitiva, de procurar que la subregin no reproduzca, a su interior, las modalidades tradicionales de comercio inter-industrial o, incluso, inter-sectorial. Que los pases que integran una subregin (sin perjuicio de sus requerimientos en atencin al tamao de cada pas, al desarrollo de su clase empresarial, a su cultura industrial previa, etctera) avancen, en conjunto, hacia la categora de NPI. Entonces "la integracin competitiva" habr cobrado sentido.REFERENCIASALADI1991a "Incentivos a las exportaciones aplicados por los pases miembros". SEC/DI.399/ Montevideo. 1991b "Aladi frente a los desafos del presente". SEC/EST.65/ Montevideo.ANDERSON G. y HUMPAGE O.1983 "El nuevo proteccionismo". Economic Review, Banco de la Reserva Federal. Cleveland.BALDINELLI E.1991 "Armonizacin de polticas crediticias, fiscales y de promocin de exportaciones". 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Sin embargo, signos alentadores surgieron a finales de los ochenta y, sobre todo en la presente dcada donde los diferentes esquemas de integracin estn tratando de adecuarse a la nueva realidad econmica emergente que nos enrumba hacia un nuevo siglo, en el que la globalizacin de las relaciones econmicas y financieras del mundo, y la eficiencia y competencia sern sus caractersticas ms saltantes. No habr cabida para proteccionismos desmesurados y menos para la autarqua.El propsito del presente documento es analizar dentro de la perspectiva descrita, las opciones y prioridades que tendra la integracin latinoamericana.1. ALGUNOS ANTECEDENTESEn Amrica Latina, la idea de integracin econmica se plasm como una forma de complementar la estrategia de desarrollo que en la dcada de los aos cincuenta empez a tomar cuerpo en la regin, vale decir, de traspasar el estmulo al crecimiento y desarrollo econmico desde fuera de las fronteras de los pases.La Gran Depresin de los aos treinta mostr a la regin la inviabilidad a largo plazo del modelo exportador primario como esquema de desarrollo, ya que si bien las exportaciones de materias primas jugaron un rol importante en el financiamiento de las primeras etapas del desarrollo, basarse exclusivamente en su aumento continuo llevara a una probable cada en los ingresos dada la inelasticidad de su demanda y la amenaza constante del cambio tecnolgico que podra inducir la sustitucin en el uso.Esto llev hacia un replanteamiento del esquema de desarrollo con el objeto de encontrar un nuevo estilo que redujese o eliminase esa vulnerabilidad frente al exterior al mismo tiempo que en atencin al desarrollo poltico alcanzado, se tom conciencia del problema de la pobreza, de la desigual distribucin del ingreso y de la riqueza, de las limitaciones del empleo productivo y del atraso tecnolgico. Se buscaba trasladar el estmulo del crecimiento hacia las fronteras nacionales. Se consider entonces a la industria como el sector que permitira a los gobiernos adquirir cierto grado de autonoma en el diseo y manejo de su poltica interna, a la vez que generar suficientes economas externas para solucionar gran parte de los problemas mencionados. El aislamiento y escasez provocados por la Segunda Guerra Mundial estimularon este proceso.Surgi as el llamado modelo de sustitucin de importaciones. Se instrument una poltica de proteccin a la produccin interna de altos niveles arancelarios y/o prohibicin para las importaciones de bienes de consumo final; y de bajos niveles o liberacin completa a la importacin de bienes intermedios y de capital. En el aspecto financiero se concedi crdito a tasas de inters subsidiadas y en lo fiscal se estableci un sistema de estmulos tributarios a la inversin y/o reinversin. El precio de la energa se fij, en la mayora de los casos, a niveles subsidiados que no reflejaban su costo de oportunidad, en tanto que la legislacin social y laboral encareca el costo de la mano de obra.Como resultado, la industria naci y creci en base al mercado interno. El sistema de proteccin e incentivos descrito hizo ms rentable a ojos del empresario vender en el mercado interno que tratar de exportar. Adems, la dimensin de este mercado aunado al hecho que el proceso mismo permiti el aislamiento tecnolgico del exterior impidi el uso de las ventajas comparativas, de la especializacin y de economas de escala, derivando en una estructura de costos poco competitiva a nivel internacional. La agricultura y las exportaciones fueron los grandes discriminados. Con el correr del tiempo la estrechez del mercado interno se convirti en la limitante principal para el desarrollo del proceso de sustitucin de importaciones hacia fases ms complejas. Surgi entonces la alternativa de la integracin que, a travs de sus fases primarias de desarrollo, permitira expandir el mercado interno. La creacin de zonas de libre comercio, uniones aduaneras, etc. responda a esa concepcin.Sin embargo, la esencia del modelo de desarrollo imperante en aquel entonces, la sustitucin de importaciones, se traslad a los esquemas de integracin de tal forma que estos fueron vistos como un mecanismo de creacin de unidades econmicas mayores que permitiesen reducir costos y as posibilitar la implementacin de la estrategia, pero en este caso a escalas subregional y/o regionales.Diversos factores atentaron contra el xito de la estrategia de integracin adoptada produciendo un rpido debilitamiento de los diferentes esfuerzos de integracin hasta llegar a su estancamiento y, en algunos casos, retroceso (1). Entre ellos, se pueden mencionar los diferentes grados de desarrollo alcanzados por los pases del rea; sus diferentes y a veces opuestas polticas econmicas (2); los intentos de dejar de lado mecanismos fundamentales de mercado en la asignacin de recursos, como fue el caso del GRAN; las ineficiencias propias del proteccionismo que hacan percibir los costos del proceso mayores que sus beneficios; la crisis financiera y recesiva que azot la regin en los aos ochenta y que llev a muchos pases a abandonar compromisos ya adquiridos en el marco de la integracin; el abandono, al comienzo gradual pero luego masivo, de la estrategia de sustitucin de importaciones por una estrategia de apertura al exterior, basada en el mercado y en la eficiencia a niveles internacionales, etctera.No obstante ello, la voluntad poltica de la mayora de los gobiernos de la regin siempre estuvo al lado de la integracin, motivando que a continuacin de cada crisis se dieran reuniones incluso al ms alto nivel poltico (presidentes) donde se reafirmaba el deseo de la integracin y la firme voluntad de proseguir en el esfuerzo de construirla. No cabe duda que a pesar de sus defectos, las instituciones rectoras de dichos procesos jugaron un rol importante.A finales de la dcada de los ochenta qued claro que no se poda seguir insistiendo en esquemas de integracin que diesen la espalda a la nueva realidad internacional que emerga y seguir aplicando el esquema original proteccionista de sustitucin de importaciones. Los primeros en percibir esta imposibilidad fueron los propios pases con la lgica consecuencia de, posteriormente, traspasarla al mbito de la integracin. Los reclamos para encontrar una estrategia alternativa de integracin no tardaron en escucharse.2. OPCIONES Y PRIORIDADESLa cercana del siglo XXI encuentra al mundo en un proceso de globalizacin de las relaciones econmicas y financieras entre pases y de construccin y/o reafirmacin de la economa de mercado como el orden econmico encargado de resolver las cuestiones econmicas bsicas de toda sociedad, vale decir, qu, cmo y para quin se produce? A nivel de los pases en desarrollo, sobre todo en Latinoamrica, ello ha provocado la implementacin de procesos de ajuste a nivel de estabilizacin y/o de reformas estructurales e institucionales, buscando reconvertir las estructuras econmicas y las instituciones en una economa donde la competencia, la eficiencia, la libertad de elegir y el intercambio fluido con el resto del mundo constituyen sus caractersticas principales.Sin embargo, no conviene perder de vista el hecho de la conformacin de grandes bloques de influencia econmica [Comunidad Econmica Europea (CEE), Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (NAFTA), por ejemplo] y la tendencia al intercambio entre ellos, de forma tal que el futuro mediato no ser el adecuado para la existencia de "llaneros solitarios" que quieran sacar provecho en forma unilateral de intercambio internacional. De tal manera que la disyuntiva de integrarse con el resto del mundo o con un grupo de pases "como yo" ha perdido relevancia ya que de acuerdo a las nuevas tendencias (mercado) que soplan a lo largo y ancho del mundo, es posible integrarse eficientemente con el resto del orbe a travs de una integracin que privilegie un rea geogrfica ms pequea.Pero, la nueva estrategia de integracin tiene que ser integral y, en lo econmico-comercial someterse a criterios de eficiencia y competencia. No podemos seguir pensando en proteccionismos inconvenientes que incrementan los costos de desviacin de comercio.Es un hecho que en la regin tienden tambin a surgir bloques de integracin. Por un lado Mercado Comn del Sur (MERCOSUR), por otro el GRAN, el Grupo de los Tres (G-3), y englobando a todos ellos ALADI.Adems est el MCCA y la Comunidad del Caribe (CARICOM). Y a nivel bilateral, se ha notado una creciente actividad negociadora.Con contadas excepciones, el denominador comn de todos estos esfuerzos de integracin ha sido el haber centrado su actividad en el campo del intercambio comercial. Por ello, es necesario continuar trabajando para profundizar ms el proceso y los beneficios de la creacin de comercio ya que el potencial que ofrece el mercado ampliado es muy grande y hasta la fecha slo se ha hecho uso de l en una pequea proporcin. Pero esto plantea la disyuntiva de si conviene lograrlo a travs del bilateralismo o del multilateralismo. Considero que esta contradiccin ha disminuido en grado apreciable en la medida que los acuerdos multilaterales adopten una proteccin comn frente a terceros bastante baja (no superior al 20% por ejemplo) y de muy escasa, o nula, dispersin. De esta manera, los acuerdos multilaterales harn sentir con mayor fuerza sus ventajas y beneficios netos (3). Si se siguiera por la senda de la negociacin bilateral debido, quiz, a que los pases se rehusasen a soltar el manejo de algunos instrumentos de poltica econmica (aranceles por ejemplo) o que la armonizacin de polticas, sobre todo las de fomento a las exportaciones, no pasen de ser una buena intencin, debiera procurarse que los acuerdos bilaterales sigan con la prctica de trabajar en funcin de rebajas arancelarias comunes y abandonen la de hacerlo item por item.Es preciso sealar, sin embargo, que gran parte de la discusin sobre integracin privilegia el aspecto del intercambio comercial, llegando en algunos casos hasta hacerlos sinnimos. Pienso que ello es un error. El concepto de integracin va mucho ms all. La integracin no slo abarca el intercambio comercial sino tambin el aspecto financiero, econmico, poltico e incluso integracin fsica.En el campo de la integracin financiera hay mucho que hacer. La experiencia del GRAN y, en menor medida de la ALADI, confirman la apreciacin inicial que en este campo se pueden obtener avances muy significativos que refuercen los logros en materia comercial y as ir consolidando progresivamente la integracin.El libre movimiento de capitales en la regin es tan importante como el libre movimiento de bienes y servicios. Por varias razones. Primero, porque permitira distribuir mejor los acervos de capital entre pases con la consiguiente ganancia de eficiencia y bienestar. Segundo, reducira en algn grado el incentivo a la fuga de capitales fuera de la regin. Tercero, fomentara el rpido desarrollo de los mercados de capitales. Cuarto, fomentara la mayor captacin de inversin directa extranjera y viabilizara la inversin conjunta.Sin embargo, la pregunta relevante es: cmo se puede lograr esa mayor integracin financiera?. Una posibilidad es creando una nueva categora de capital regional por la cual el capital de los diferentes pases tendran similar tratamiento al otorgado a los capitales nacionales. Para ello, habra que lograr acuerdos regionales en el espritu de la Decisin 169 del Acuerdo de Cartagena y sus similares, aun cuando en forma unilateral existen pases que ya estn otorgando el tratamiento de igualdad al capital extranjero (caso Per) dando as un buen primer paso en la direccin requerida. Otra accin a considerar es seguir apoyando a entidades como la Corporacin Andina de Fomento (CAF), el Fondo Latinoamericano de Reserva (FLAR) y otras que puedan crearse en ese estilo al amparo de otros grupos de integracin ya que sus respectivas experiencias han sido alentadoras y, en verdad, se convirtieron en verdaderos motores de la integracin financiera y monetaria dentro de sus respectivos mbitos geogrficos. Una tercera lnea de accin es aprovechar mejor lo que ya tenemos instituido en el sentido de alentar la cooperacin e interconexin de varios esquemas de financiamiento intrarregional como los mecanismos multilaterales de pago (Sistema Compensatorio Multilateral de Pagos del Caribe; Sistema de Compensacin de Saldos y Crditos Recprocos de la ALADI, Cmara de Compensacin Centroamericana); los mecanismos de saldos de comercio y de balanza de pagos (Acuerdo de Santo Domingo, Fondo Centroamericano de Estabilizacin Monetaria); financiamiento y seguro de crdito de exportaciones [Sistema Andino de Financiamiento del Comercio (SAFICO), Banco Latinoamericano de Exportaciones, etctera); financiamiento de proyectos (CAF, Banco Centroamericano de Integracin Econmica, Banco de Desarrollo del Caribe, etctera).Otra de las reas poco explotadas es la referente al fortalecimiento del poder negociador de Amrica Latina en varios respectos. Primero, ante los problemas del comercio internacional, el creciente proteccionismo y las polticas de subsidios a la produccin y exportacin, es importante actuar en forma conjunta ya sea en los foros establecidos [Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) por ejemplo] o en escalas ms reducidas como acuerdos subregionales, para poder responder en forma simtrica a las acciones recibidas. Segundo, frente a la accin de los diferentes bloques econmicos que a nivel mundial se estn formando ya que va a ser muy difcil concitar su atencin como pases individuales. Tercero, frente al problema de la deuda externa, ste quiz sea el aspecto donde mayores avances se han realizado, caso del Grupo de Ro. Si observamos, los acreedores s actan como grupo ejerciendo su poder sobre los pases, caso de las instituciones financieras multilaterales [Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID)], el Club de Pars (gobiernos), los bancos privados que se agrupan y buscan un lder que encabeza todas las negociaciones. En cambio, en la mayora de los casos, nuestros pases entran a negociar la solucin al problema de su deuda externa, en forma aislada. Deberamos aprender de ese comportamiento, respetando eso s las particularidades de cada caso por lo que, la accin conjunta debe darse ms en el nivel poltico, acuerdos generales y dejar a la negociacin bilateral los detalles especficos.El caso NAFTA merece un acpite aparte. Sin lugar a dudas, ese acuerdo representa un gran potencial de expansin de comercio a los pases de la regin, expansin que como es sabido comporta profundas transformaciones en las estructuras internas y posibles ganancias de bienestar. Sin embargo, se exigen dos requisitos bsicos: a) economas estabilizadas; y b) economas plenas de mercado, con todos los matices que ello conlleva y que no es necesario discutir aqu. Estos requisitos ponen fuertes condicionamientos a la mayora de los pases de la regin por lo que considero que su expansin por Latinoamrica llevar algn tiempo todava. De los resultados de las negociaciones con Mxico, depender mucho su probable extensin sobre todo por Amrica del Sur. Chile, sera el prximo candidato.En conclusin, sin descuidar el aspecto comercial, considero que los esfuerzos de integracin a nivel regional deben poner un nfasis decidido en otros aspectos de la integracin y cooperacin entre pases, vale decir, el financiero - monetario, el de la accin conjunta en el contexto internacional, el econmico.3. MANEJO MACROECONOMICOTodo proceso de integracin econmica supone la emergencia de una gama de problemas que varan en naturaleza e intensidad segn se vayan alcanzando formas ms avanzadas de integracin, ocupando un lugar preferente aquellos que se derivan de la divergencia entre las polticas econmicas internas de cada uno de los pases participantes, ya sean de orden monetario, cambiario, fiscal. Surge entonces la necesidad de armonizar o coordinar tales polticas especialmente cuando ya se ha alcanzado grados apreciables de libertad en el movimiento de bienes, servicios y capitales, y se cuenta con una poltica comercial comn frente a terceros.La necesaria coordinacin en el diseo y ejecucin de polticas macroeconmicas supone dos niveles de accin: crear el marco institucional que viabilice dicha coordinacin; y establecer las pautas o lineamientos de la coordinacin.A continuacin, me concentrar en el segundo nivel.4. ASPECTOS FISCALESLa poltica fiscal ejerce gran influencia sobre el comportamiento de variables mayormente de naturaleza real en el corto y largo plazo. Incide tanto sobre aspectos del gasto agregado de una economa como en la oferta agregada. Por consiguiente, divergencias en la poltica fiscal de los Pases Miembros (PM) causarn serios impedimentos al avance del proceso de integracin.Por el lado del gasto agregado importa mucho la existencia o no de dficit pblicos (tamao) y la forma cmo se financian, ya que ello influir en la evolucin de variables tan importantes como la inflacin, tasa de inters, tipo de cambio o reservas internacionales si el primero es fijo, produccin y empleo, deuda externa y/o interna, todas ellas variables cruciales para la buena marcha de un proceso de integracin. Resulta evidente que esfuerzos de coordinacin en este respecto tendrn que considerar la fijacin de lmites mximos a los dficit pblicos de los pases, la prohibicin de financiarlos con crditos provenientes de los Bancos Centrales, el establecimiento de lmites a la deuda pblica respecto del Producto Bruto Interno (PBI), entre otros. Como se observa, esto no es fcil de conseguir dado que ello implica renunciar a gran parte de la poltica econmica instrumentada tradicionalmente en la regin.Por el lado de la oferta agregada, las polticas tributaria y de incentivos, al igual que los precios pblicos son importantes de armonizar ya que afecta apreciablemente el movimiento de bienes, servicios, capitales y factores entre pases. Por ejemplo, una poltica de subsidio a las exportaciones o a ciertos precios pblicos claves como el combustible, conceden ventaja a los productores que los reciben de tal forma que el mayor grado de "competitividad" que puedan exhibir podra no reflejar factores reales sino artificiales, producto de una poltica econmica deliberada. Ello causara una competencia desleal entre productores y una errada asignacin de recursos. La coordinacin de polticas tendra que considerar la sujecin a las normas delGATT en materia de devolucin de impuestos, la eliminacin de subsidios a precios pblicos claves, evitar la doble tributacin, eliminacin de los llamados "impuestos antitcnicos" que por necesidad fiscal a veces se imponen, etctera.5. ASPECTOS MONETARIOS - CAMBIARIOSEs de sobra conocido el impacto de la poltica monetaria sobre el comportamiento de la economa. En el largo plazo condiciona mayormente el comportamiento de variables nominales (notablemente precios y tasa de inters) en tanto que en el corto plazo afecta tambin a variables de naturaleza real.Si la economa es pequea y abierta al exterior, cobra importancia una nueva variable, el tipo de cambio, que en su dimensin nominal afecta precios (tasa de inters) y en su dimensin real a la asignacin de recursos y al gasto entre los sectores transables y no transables de la economa. El rgimen cambiario a elegir resulta entonces decisivo para la estabilidad macroeconmica del sistema y, en consecuencia, para los avances en materia de integracin con otros pases.La poltica monetaria en este contexto no puede ser desligada de la cambiaria ya que ambas se convierten en algo as como las dos caras de una misma moneda. Una determina el curso de la otra.Si el tipo de cambio es fijo, la cantidad de dinero se vuelve endgena y la poltica monetaria se convierte en poltica crediticia. Si el rgimen cambiario es uno de tipo de cambio flexible, la cantidad de dinero recupera su naturaleza exgena y la poltica monetaria se convierte en