Ds 31 pueblo

36
El Patrimonio Histórico-Artístico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 1 Contreras . Contreras: foto aérea del “Fuerte San Carlos”. (Fuente: SITCYL) Félix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y María Luisa Menéndez.

description

informacion

Transcript of Ds 31 pueblo

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 1

    Contreras.

    Contreras: foto area del Fuerte San Carlos. (Fuente: SITCYL)

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 2

    ndice de Contreras Pgina ndice general 2 1.- Situacin 3 2.- Breves datos histricos 3 3.- Casco urbano, arquitectura popular y edificios auxiliares 7 4.- La arquitectura y arte mueble de funcin religiosa 11 5.- La cultura inmaterial: las tradiciones, celebraciones y trabajos 13 6.- Material grfico y planimetra aportados 21 7.- Bibliografa 21 Imgenes 25

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 3

    1.- Situacin.

    Tanto vengamos desde Burgos en direccin Soria como lo hagamos en sentido contrario desde Salas de los Infantes, una vez que hemos llegado a Barbadillo del Mercado, atravesaremos la poblacin en direccin del Arlanza al encuentro del puente que, en las cercanas de la enigmtica ermita de San Juan, atraviesa el ro junto al antiguo puente de ascendencia romana. Una vez en la ruta, recorridos algo ms de siete kilmetros, acompaados de la mole del monte Gayugar a la derecha y de los imponentes montes de Carazo, tienen como gua fuerte San Carlos, llegaremos al recoleto vallecillo donde se ubica la villa de Contreras. A partir de aqu se impone el paseo sosegado por el entorno para captar la belleza y singularidad de este pequeo oasis de tranquilidad y paz, plagado de leyendas e historia por cualquiera de los lugares hacia donde dirijamos la mirada. 2.- Breves datos histricos de la zona de la Demanda y poblacin de Contreras.

    El rea de la Demanda, a ambas vertientes de la Sierra de la Demanda, los Montes Distrcicos de las fuentes medievales, avena sus aguas a la cuenca del Duero y a la del Ebro. En la zona meridional nos movemos a caballo de los ros Arlanza, Pedroso y otros de menor entidad mientras que en la norte la red hidrogrfica la integran el Arlanzn y afluentes que avenan sus aguas hacia el Duero y el Oca y el Tirn que lo hacen hacia el Ebro. Las cumbres de la Demanda, con el San Milln, Mencilla, Trigaza o San Lorenzo marcan geogrficamente la zona central divisoria de vertientes, mientras que las sierras de Neila y la Campia, junto con la Demanda, individualizan el encajonado curso alto del Pedroso. Por el contrario montaas de menor porte como los Montes de Oca o las sierras de las Mamblas, Montes de Carazo o la Cervera significan el resto del territorio en el piedemonte de la gran sierra sin olvidar la atractiva sierra de Atapuerca. La paleontologa nos informa de la importante huella dejada por los dinosaurios y otras especies en zonas como La Loma, Cerro Gatn, Cabra o Fuerte San Carlos con restos seos de vertebrados y fsiles marinos o lacustres. En todo caso el hito ms importante de esta tierra, de compleja y quebrada orografa, es la evolucin que cientficamente hacemos arrancar en la sierra de Atapuerca, con el homo antecesor, y el largo proceso de la evolucin humana hasta llegar al homo sapiens sapiens en el paleoltico superior. Los restos prehistricos no slo de la sierra de Atapuerca sino repartidos por todo el territorio nos informan de que los asentamientos humanos tienen una larga secuencia desde el paleoltico medio hasta nuestros das. Nos deberemos perder de vista, segn nos indica la arqueologa que hay restos musterienses en la cueva de la ermita en San Pedro de Arlanza. Ya en el paleoltico superior encontramos algunos restos, de le etapa auriaciense, en el abrigo de La Acea de Lara, en el entorno de Atapuerca y en otras zonas. La etapa de mayor trascendencia por las transformaciones a que dio lugar fue el Neoltico del que conservamos diferentes manifestaciones que evidencian la tendencia a la sedentarizacin, al cultivo de algunos cereales y tal vez a la construccin y fabricacin de cermica. De este perodo prehistrico, en su etapa ms antigua, conservamos diferentes testigos en Jaramillo de la Fuente, Barbadillo del Mercado, La Acea, Pinilla de los Moros, Iglesiapinta y Tinieblas que son sobre todos lascas y hachas. Las muestras de una clara sedentarizacin las documentamos en

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 4

    Cubillejo, Jaramillo Quemado y Barbadillo del Mercado. Destacan ante todo el dolmen de Cubillejo, los de Atapuerca, Ibeas de Juarros y otros lugares. El Neoltico, Calcoltico, bronce o hierro lo documentamos en el Fuerte San Carlos, aunque necesita de una investigacin arqueolgica de mayor calado. Restos de calcoltico, con presencia de cermica, lo documentamos en el Rodadero, no lejos de la va romana que seguir existiendo en la etapa medieval, por encima de las Dos Hermanas. En la meseta y entorno es ms que probable que el asentamiento humano haya existido desde el Neoltico hasta la etapa de los castros. El castro es probablemente uno de los de mayor importancia de la zona con restos de posible fortificacin y algn indicio de viviendas en la zona meridional de la meseta del Fuerte. La llegada, asentamiento y difusin de la civilizacin romana tiene su expresin de mayor inters en la civitas Lara y numerosas villas alto y bajo imperiales que se reparten tanto en la zona de sur, valle del Arlanza y Pedroso, como en la norte en el entorno de Atapuerca, Arlanzn, Villafranca Montes de Oca y otros lugares como el valle de San Vicente. De esa etapa dan fe la inscripcin funeraria, los restos de la pequea fortificacin y la calzada, como pone de manifiesto la carta arqueolgica y el inventario ms reciente. Sabemos que desde Clunia Sulpicia parta una calzada que por Peacoba desembocaba en Silos y a travs del monte, pasando por las cercanas de las dos hermanas, atravesaba la poblacin y el trmino municipal de Contreras camino del puente romano de Barbadillo del Mercado desde donde se diriga al encuentro de la Civitas Lara. En nuestra poblacin tenemos restos alto y bajoimperiales en el Fuerte San Carlos y sobre todo destaca el asentamiento rural alto y bajoimperial del Alto de San Juan que parece estaba cercano a una granja. A lo anterior deberemos sumar la existencia de una estela, tipo Lara, que se conserva en la pared de la ermita de San Roque. Todo indica que est dedicada a un soldado de la legin VI, que proclamara como emperador a Galba, en la cerca ciudad de Clunia. A lo anterior hay que sumar la existencia de numerosos ncleos de poblacin que son el testimonio de las transformaciones habidas en este perodo. Destacamos al respecto los de Hortigela, La Revilla, Mambrillas, Mazariegos, Villaespasa, Jaramillo Quemado, San Milln de Lara, Quintanilla de las Vias y un largo etc. No se puede conocer el grado de romanizacin habido en esta tierra pero parece que fue bastante alto sin que ello signifique la desaparicin de algunas de sus seas de identidad precedentes. En la Alta Edad Media centros tan notables como Santa Mara de Lara, el monasterio de San Cosme y San Damin de Covarrubias y numerosas villae, nos indican que la transicin hacia el mundo medieval en esta tierra se hizo desde planteamientos de la baja romanidad. La cesura en la evolucin histrica impuesta por la desintegracin del reino visigodo y la consiguiente desarticulacin del territorio, hace que haya una vuelta a tiempos nunca olvidados del todo en lo que se refiere a la organizacin social, econmica y tal vez tambin poltica. Que esta tierra mantuvo su actividad, organizacin y formas de vida lo prueban los numerosos poblados altomedievales y las numerosas necrpolis existentes en toda la zona, teniendo especial significacin algunas de la zona ms escabrosa de la sierra. La Alta Edad Media nos brinda un nmero bastante elevado de restos de ncleos de poblacin, numerosos despoblados e importantes restos materiales como Santa Mara de Lara, San Milln de Lara, Rupelo, Piedrahita, Lara de los Infantes, San Pelayo de Arlanza, La Revilla, Barbadillo del Mercado, Amparo, Vizcanos, Barbadillo del Pez, Covarrubias Los restos materiales de la etapa medieval tienen una especial presencia en el Fuerte San Carlos con restos del poblado Torres de Carazo en su vertiente norte y sobre con la presencia de torre vigas en todo su permetro, restos de una torre viga cuadrangular, de varias murallas y los cimientos de lo que pudo ser un castillo o

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 5

    vivienda de mayor porte que el resto. En definitiva estamos seguramente ante el lugar al que se refiere la documentacin como Carao, que fuera cabeza de un alfoz e importante punto de referencia jurisdiccional hasta finales de la Edad Media. El nombre lo acabar de la fortaleza acabar por trasladarse a la poblacin de Carazo, en la zona noreste de la gran fortaleza natural de este complejo crstico. Pese a la importancia de este yacimiento en la villa se documentan algunos asentamientos como eremitorios en la zona del depsito de aguas y en el rea ms abrupta del camino hacia San Pedro de Arlanza, ambos de utilizacin alto y pleno medieval Ya a partir del siglo X o finales del IX empieza a acompaarnos la documentacin y por tanto la reconstruccin del pasado se hace tanto desde los documentos escritos como utilizando los cada ms importantes restos materiales. La villa de Contreras, a travs de la poblacin de Torres de Carazo y otros poblados, estuvo vinculada al alfoz de Carazo. Es igualmente importante la presin que ejercer el cercano monasterio de San Pedro de Arlanza para tratar de hacerse con el seoro y jurisdiccin de nuestra poblacin.

    La primera referencia documental relativa a Contreras la encontramos en un documento de San Pedro de Arlanza, del 16 de diciembre del ao 982, en que se dice in confinio Cobas Contrarias, a la hora de marcar unos lmites. En todo caso la situacin de nuestra poblacin va vinculada a la imponente fortaleza cuyo seoro detentaron inicialmente los condes soberanos y con posterioridad las familias ms poderosas como los Nuo lvarez, Gonzalo Nez, Nez de Lara y, finalmente, los Fernndez de Velasco. Contreras se ver envuelta en las intrigas y lucha por el poder entre los magnates, el poderoso monasterio de San Pedro de Arlanza, Santo Domingo de Silos y el Infantado de Covarrubias. Vemos como en nuestra tierra se consolidan varios alfoces, siendo particularmente sealado el de Lara pero sin olvidar los de Barbadillo, Tabladillo y Carazo entre otros. Asimismo se empieza a consolidar un cada vez ms poderoso poder seorial de la mano de los condes y ms tarde del poder regio. Pero es igualmente importante la presencia de seoros eclesisticos como el infantado de Covarrubias, el monasterio de San Pedro de Arlanza y el emergente poder de San Sebastin de Silos o la cada vez ms importante presencia de la organizacin episcopal, incipiente en estos momentos. Nuestra villa estar vinculada a este alfoz hasta finales del siglo XIV aunque resulte complicado definir su situacin jurisdiccional.

    El Becerro de las Behetras, ao 1352, nos indica que Contreras era en ese momento un condominio de seoro: solariego y de abadengo, de Pedro Fernndez de Velasco y del abad de Arlanza respectivamente. Por esa recopilacin hacendstica sabemos en ese momento era un lugar de abadengo del monasterio de Arlanza y de Ramn Flrez, Sancho Prez de Contreras, Gil Fernndez Aedillo y Gonzalo Ruyz de Aguilar. La Baja Edad Media, como hemos visto supone un proceso de creciente seorializacin, es un momento de importantes cambios y de la consolidacin de las merindades menores de Santo Domingo de Silos, Castrogeriz o Candemu que tienen relacin con nuestra tierra y con nuestra villa de Contreras. La modernidad nos aportar un caudal informativo muy superior y por tanto la reconstruccin del pasado tendr muchos ms elementos y se ajustar con mayor fidelidad a lo que entendemos fue esta tierra. En el censo de 1591-1594, la poblacin de Contreras aparece entre los territorios conocidos como las tierras del Condestable y dentro del mbito denominado como Santo Domingo de Silos con sus arrabales. Esta constatacin es la confirmacin del proceso de expansin de los Fernndez de Velasco en estas tierras que se consolida y ampla cuando esta familia adquiere en el s. XV los derechos jurisdiccionales del seoro de Silos. Al mismo tiempo ello expresa con

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 6

    claridad como el alfoz de Carazo, al menos una parte, acab bajo el dominio de los duques de Fras mientras la otra parte se acabara integrando en la ciudad de Burgos. Esa circunstancia sucedi el ao 1255, momento en que, al lado de Barbadillo del Mercado, pasan a la jurisdiccin de la ciudad de Burgos Ahedo y La Revilla. La modernidad nos aporta un notable caudal informativo a travs de los libros parroquiales, existentes con una cierta regularidad desde finales del siglo XVI o desde la primeras dcadas del XVII; los libros de tazmas, matrcula o de fbrica, nos aportarn una importante documentacin para poder reconstruir la evolucin de la poblacin de Contreras, los oficios y las actividades a que se dedican sus habitantes y las reformas y cambios habidos en los templos parroquiales y ermitas. A finales del siglos XVI, a travs de la informacin que nos aporta del censo de 1591-94, sabemos que la poblacin de Contreras formaba parte de las tierras del Condestable, la tercera de las circunscripciones en que se divida la provincia de Burgos. Conocemos que adems estaba incardinada dentro de Santo Domingo de Silos con sus arrabales, entre los que encontramos Solarana, Carazo, Villanueva erca de Carazo, Ortigela y Cascaxares. Era un lugar de seoro compartido entre el Condestable y el monasterio de San Pedro de Arlanza Es de la mayor significacin para conocer la situacin de Contreras, sus fuentes econmicas, las actividades y los oficios, el catastro de la Ensenada elaborado el ao 1752. El cuestionario y las respuestas abordan los elementos ms sealados de cada poblacin. Importa ante todo el Libro Mayor de la Raz o el libro de personal. Conocemos as el nmero de casas, las habitadas o deshabitadas; las tenadas, los pajares o los corrales; la existencia o no de panadera; si haba molinos, cuntos eran y la propiedad de los mismos; los telares; cmo funcionaban las tabernas; si haba o no escuela, mdico, boticario; a qu partido pertenecan Tenemos noticias sobre la agricultura, la propiedad de la tierra y el tipo de cultivo. En suma, para un mejor conocimiento de nuestra poblacin ser esta la fuente de mayor importancia juntamente con los libros de las parroquias. Encontramos asimismo datos en el informe emitido por la intendencia de Burgos en 1785 a peticin del ministro de Estado, conde de Floridablanca: nuestra poblacin se incardinaba dentro del partido de Can de Mu en la Jurisdiccin de Salas de los Infantes y se la clasificaba como lugar de seoro, pues todava lo compartan el condestable y el monasterio de San Pedro de Arlanza. A partir de las reformas puestas en marcha por las Cortes de Cdiz, continuadas a partir de 1821, comienza a fraguarse la primera divisin provincial que se consolida en 1833. Diez aos ms tarde, en 1843, se generaliza el rgimen municipal. Contreras adquirir ahora la independencia jurdica y empezar funcionar como ayuntamiento constitucional, ya desvinculado jurdicamente de la dependencia seorial precedente y formando parte del partido de Salas de los Infantes al que sigue vinculado en la actualidad. El liberal Pascual Madoz, en su obra Diccionario Geogrfico-estadstico de Espaa y sus posesiones de ultramar, que publicara entre 1845 y 1850, nos aporta datos interesantes de muestra poblacin en la mediana del siglo XIX: en ese momento tena una poblacin de 67 vecinos y 320 personas, 100 casas habitadas, una escuela para niosetc. Respecto a las caractersticas de su terreno lo califica de montuoso, escabroso y de mediana calidad aunque tiene tambin montes pobladsimos Tal vez por ello a los productos agrcola-ganaderos habituales (trigo, comua, cebada, ganado vacuno, lanaretc) se suma la caza de jabales, venados, lobos, raposos, perdices, liebres y conejos, todo en abundancia. Entre los cultivos figuran tambin el lino y el camo, muy habituales en muchos ncleos de poblacin, que se transformaran all mismo para uso propio en industrias domsticas. Como recurso fuera de lo comn, que segn l ya no se explota en ese momento, cita una mina de carbn de piedra. Es

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 7

    igualmente importante que la riqueza alcanzara la no despreciable cantidad de 1.021.820 reales, de los que la base imponible eran 84.614 que apartaban una contribucin de 5.027. El presupuesto del ayuntamiento ascenda a 4.400 reales de los que pagaban al secretario 200. Era uno de los ayuntamientos mejor dotados del partido de Salas en ese momento. 3.- Casco urbano: arquitectura popular y edificios auxiliares.

    El primer elemento que llama nuestra atencin en la visita a este lugar es el valle definido por las estribaciones de los montes Gayugar, Fuerte San Carlos y los montes que cierran el acceso hacia el valle el ro Arlanza en su zona oeste. Todos son relieves notables pero sin lugar a dudas es el Fuerte San Carlos el que siempre ha tenido algo especial y ha alimentado todo tipo de relatos fantsticos. Reproducimos, por ejemplo, los datos que de l da Madoz en su Diccionario : una elevadsima pea de figura cuadrilonga, de legua de circunferencia y con un llano grande arriba, donde en tiempo de los sarracenos hubo un fuerte y en cuyo punto existen todava vestigios de una sinagoga [sic] y de tres atalayas.

    El ncleo urbano se ubica en la zona ms llana donde confluyen varios arroyos y las tradicionales vas de comunicacin documentadas desde poca romana. El actual ncleo urbano conserva an parte de la trama medieval pese a que la fbrica de la mayor parte del casero actual se levant desde el siglo XVII -hay alguna casa con fecha de esa centuria- y sobre todo en los siglos XIX y XX. El casco urbano presenta una planimetra (ver foto area y plano) que nos responde a una tipologa concreta sino que ms bien parece que ha ido evolucionando sin tener un orden o hito que lo defina siendo por tanto un tanto anrquico en su estructura. Es un ncleo ms concentrado que lo contrario, que define un tringulo de lados desiguales, muy estirado hacia la zona por donde se toman los caminos hacia Silos o hacia Carazo. Las calles siguen un rumbo errtico sin que tengan un punto de partida predeterminado que marque y defina al conjunto. La arquitectura de este ncleo de poblacin se integra, segn la clasificacin de Graca Grinda, en la subcomarca de Carazo dentro de la comarca de la Sierra de la Demanda, bien que con rasgos de la comarca de las Tierras de Lerma con la que tiene contactos. De ah que convivan la construccin de piedra con la de entramado o emplenta. Estamos en un ncleo agrcola y ganadero, ms lo segundo; por ello los tipos edificatorios ms habituales son las pequeas manzanas con agrupaciones muy simples y sin patios interiores aunque a veces haya huertos y prados agregados a la edificacin (manzana / arpop 13 / arpop 14 / calle 1) Es frecuente que las edificaciones destinadas al ganado lanar no tanto las del ganado vacuno- estn claramente separadas de las viviendas dentro del ncleo de poblacin (auxiliares 2 / tenadas.pueblo). De todos modos, tal y como analizaremos ms adelante, fuera del casco urbano est un interesantsimo conjunto de tenadas. En Contreras hay muchas casas que, aunque reformadas y en uso, conservan en lo esencial sus volmenes originales (arpop 13 / arpop 10). Vemos as que el alzado ms habitual es el de planta y piso, a veces con doblado (calle 1 / calle 2 / calle 3 / arpop 14 / arpop 2), tanto en construcciones integramente de piedra como en las que conjugan piedra en el primer piso y emplenta en lo dems En las construcciones de piedra vemos tanto arenisca como caliza, con predominio de la primera, en muros de mampostera en los que la piedra, de muy diversos tamaos pero preferentemente bastante pequea, se puede mezclar con cascotes, todo ello cohesionado y revocado con

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 8

    mortero de cal. Este revoco puede no ocultar la mampostera base (manzana / muro) o ser ms grueso, cubrir por completo la piedra y enrasar el muro; en este ltimo caso no es raro que se le d un acabado blanco con cal (arpop 1 / arpop 10 / arpop 15). Cuando se conjuga el muro de piedra con el de emplenta para exteriores, el primero ocupa la primera planta. El de emplenta utiliza a menudo maderas de enebro o sabina y el relleno puede ser de cascotes y piedra menuda o de adobes (arpop 1 / arpop 12 / entramado / emplenta 1), aunque el uso de estos ltimos es ms habitual en los muros medianeros (muro 4 / interior) Los tejados pueden ser tanto a dos como a cuatro aguas (arpop 9), con soluciones tambin ms indefinidas entre uno y otro tipo cuando se trata de cubrir una manzana no muy regular desde el punto de vista geomtrico. Es frecuente encontrar, en las casas extremas de una manzana, la solucin del cuchillo que achaflana en sentido trasversal el vrtice de la cubierta a dos aguas (muro ). Esta frmula se emplea tambin en algunas construcciones auxiliares integradas en el pueblo, que pueden haber sido anteriormente viviendas (auxiliar 3). En las construcciones de emplenta no es raro encontrar aleros de madera muy volados sobre canes de factura generalmente muy sencilla (entramado / arpop 10...) Pero el predominio corresponde claramente a los aleros de tejas superpuestas o tejaroces (tejaroz / alzado 1) La localidad que estamos analizando nos ofrece un repertorio muy interesante de ventanas. En los muros de emplenta las originales suelen ser de pequeo tamao, de forma cuadrada y enmarcarse con madera por sus cuatro lados (entramado). En los muros de mampostera los tipos van desde unos diminutos vanos, cercanos a las saeteras (entramado / muro / arpop 12) , hasta los balcones, pasando por la ventana de forma cuadrada o ligeramente rectangular encuadrada sillares ptreos. Los ventanucos que citamos en primer lugar son un rasgo de indudable arcasmo, interesante de encontrar an. En el polo opuesto situaramos los balcones, varios en esta localidad, con interesantes barandillas de hierro forjado de mayor o menor antigedad (manzana / balcn 1 / alzado 4) , excepto uno de ellos que es de madera (balcn madera). El que se ve en la foto balcn 1 lleva su dintel adovelado con una fecha, 1931, que nos puede dar una idea de la cronologa de otros similares. Finalmente las ventanas encuadradas con sillares se nos presentan de dos maneras: con stos vistos con la piedra en su coloracin natural y en ocasiones con varios sillares ms bajo el inferior del vano buscando unos determinados efectos estticos en el alzado del muro (alzado 1 / ventana 1); o con todo el contorno ptreo del vano blanqueado con cal buscando una mayor luminosidad (arpop 13 / arpop 16). Respecto a las portadas, son todas adinteladas excepto una de una construccin especial, una casona de la que luego hablaremos. En las construcciones auxiliares lo habitual es que las jambas y el dintel o slo este ltimo sean de madera; lo mismo ocurre en algunos muros de mampostera de piedra menuda y cascotes (entramado / auxiliar / arpop 16). Tambin estn presentes los dinteles ptreos de arenisca en algn caso con un segundo dintel de descarga (alzado 1). Algunos de estos vanos conservan an su cerramiento original a base de grandes portalones de dos hojas con un pequeo cuartern en una de ellas (en las construcciones auxiliares) (auxiliar / auxiliares 2 /emplenta 4) y de portadas de un solo batiente con amplio cuartern (alzado 1). No hay ninguna especialmente destacada por sus herrajes aunque alguna s conserva todava un cerrojo de tipo pasador con llave (cerrojo). La estructura interna de la casa suele estar formada por una serie de pies derechos de madera, en esta localidad muy a menudo el enebro o la sabina, sobre los que descansan las vigas; ellas son luego las que soportan, trasversalmente las viguetas

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 9

    sobre las que se levanta el piso superior y en su caso el doblado. Este esqueleto de madera se aprecia exteriormente en aquellas casas que han perdido el revoco de su mampostera o que posiblemente nunca lo tuvieron como ocurre en las construcciones auxiliares (auxiliares 2 / muro). Se aprecia tambin interiormente puesto que los muros medianeros entre las casas adosadas y los tabiques de compartimentacin interna de las viviendas solan ser de entramado de madera con relleno de adobe (muro 4 / interior) ; incluso es las ms antiguas (algo ya muy difcil de encontrar aunque alguna localidad nos depare una sorpresa) era algo tan simple como un encestado de ramas revocado con barro. El piso inferior normalmente tena un pequeo zagun desde el que se acceda a las estancias delanteras que muchas veces no solan ser vivideras sino tener funciones de pequeo taller de trabajo, almacn de productos agrcolas o para guardar aperos, leaetc. A veces esta funcin en las viviendas serranas la cumpla una pequea edificacin que suele recibir el nombre de casito o casillo, adjunta a la vivienda como un volumen diferenciado de ella mucho ms pequeo, tal y como lo vemos todava en alguna casa de Contreras (arpop 10). Al fondo de la planta baja solan estar las cuadras del ganado vacuno o caballar que se empleaba en las tareas de labranza. En el centro la escalera con los primeros escalones de piedra, resguardada y defendida mediante una puerta. En la planta superior la estancia principal era la cocina que, como en todas las arquitecturas de montaa, jugaba aqu un papel trascendente. Es esta una estancia amplia de planta cuadrada o cuadrangular en la que se inscribe un octgono que sirve de apeo a la chimenea de campa de base circular. El hogar puede estar en el centro o adosado a uno de los muros, con un elemento de madera giratorio sobre el que coloca el allaro llar del que cuelgan algunos recipientes. En los muros suele haber adosados bancos con alto respaldo y una mesa plegable. La chimenea tradicional es de encestado con palos verticales y un cuidado entramado de mimbres recubierto de arcilla. Por el exterior est recubierta de tejas imbricadas. Reproducimos por su inters las descripciones de Torres Balbs: La cocina es siempre lo ms esencial (.) a dos metros y medio del suelo colocnse unos cargaderos que convierten la planta cuadrada en octogonal, levantndose sobre ellos la campana, cnica, que cubre totalmente la cocina, no tiene ms luz que la que entra por la parte superior de la chimenea a travs de su copete de tablas. El ingreso a estas cocinas queda siempre cortado por un tabique que hace de biombo y sirve al mismo tiempo que para evitar la entrada directa del aire, de apoyo al hogar. En ellas suele estar el horno; la perezosa, mesa plegable a la pared; el burro o soporte giratorio para tener la caldera; los escaosetc. Para construir la chimenea se toman unas colondas (palos verticales) y se entrelazan con cestera de ramas flexibles (bardas y bardones) de enebro o de sabina; se recubre exteriormente de un escamado de trozos de teja, rematando con un copete calado de madera. El resto del espacio poda estar organizado en salas con las correspondientes alcobas o con otro tipo de compartimentaciones dando lugar a espacios de uso verstil. S era muy frecuente que en el fondo de la casa, sobre las cuadras, se reservara un espacio para almacenar hierba o paja, que se verta directamente sobre la cuadra eliminando en una parte el suelo-techo que las separaba; desde el exterior sola introducirse a travs de una puerta en altura que recibe el nombre de bocarn o butrn (auxiliares 2 / emplenta 1). Cuando haba desvn sola ser difano, sin ninguna compartimentacin. En esta localidad hay una edificacin singular que podemos casi calificar de palacete, en un estado ruinoso pero que an conserva rasgos de su porte especial. Es un volumen constructivo de formas cbicas cuyos elementos diferenciadores del resto de las edificaciones son su portada configurada por un arco de medio punto, su escudo con

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 10

    inscripcin bajo l y su alero moldurado de piedra. Ha sido dividida, se le han abierto portadas nuevas, se le han tapiado vanos, pese a lo cual todava es posible imaginar sus trazas originales (casa noble / casa noble 1 / escudo 3 y 4 / data escudo). La inscripcin bajo el escudo, realizada con muy buena letra, aunque en parte ilegible por su deterioro, nos aporta una fecha: 1779. Como en la mayor parte de los cascos urbanos, en Contreras, junto a las viviendas, encontramos edificios que convenimos en llamar auxiliares. Ya hemos hecho referencia a los casitos o casillos puesto que alguno se conserva todava en esta localidad. Los que ms propiamente podemos llamar tenadas o apriscos son los que vemos en los extremos noroeste y sudeste del ncleo urbano, aunque hoy ya no se utilicen en muchos casos para sus fines originales (tenadas.pueblo). Este tipo de construccin tiene muros de piedra, sin revoco, una sola altura, puerta de notables dimensiones, con doble hoja y sendos ventanucos a ambos lados. La cubierta es a dos aguas y a veces hay un pequeo doblado para almacenar paja, hierba o lo necesario para atender al ganado (auxiliar / auxiliares 2). De todas las maneras las tenadas ms sealadas se encuentran repartidas por la mayor parte del trmino municipal; destacan las de Valcrcel, la de la Cueva del Gato, las del Campo Reboyales, las de Valdelacasa y el grupo conocido como de la Cuesta de Carazo, en las cercanas del antiguo poblado medieval de Torres de Carazo (planos / fotos areas / tenadas 2, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 12). Ese elevado nmero nos habla de la importancia que tuvo la ganadera ovina en nuestra poblacin. Estos apriscos aparecen ya citados en los documentos medievales de los monasterios de San Pedro de Arlanza y Santo Domingo de Silos y en la de los Condestables. Un edificio documentado, como en la mayor parte de las localidades serranas, es la fragua a la que se asocia o est cerca del potro. La fragua se compone de un fuelle, hogar para calentar el hierro, yunque y un piln de agua para templar las herramientas o utensilios reparados o elaborados. El potro es una sencilla estructura de madera, de uso pblico, preparada para herrar los animales de uso, bien para el trabajo o para el transporte. Tambin encontremos hornos y horneras, de propiedad pblica y privada. Es un edificio habitual en todos las poblaciones, generalmente de planta cuadrada, con un horno fabricado de adobe en forma cnica, colocado sobre una plataforma de piedra. Le acompaan la artesa o artesas donde se prepara la masa, un banco para depositar la masa preparada para cocer y las palas. Tambin hay un espacio para ubicar la lea que se utiliza para calentar el horno. La boca del horno, donde se enciende inicialmente el fuego, comunica con una chimenea para la salida de humos. Es un edificios que tiene habitualmente cubierta a cuarto aguas porque suele ser una construccin exenta y de planta cuadrada. Informaciones orales nos hablan de la existencia de ellos en Contreras pero no han llegado a nuestros das. Otro de los elementos habituales son las fuentes. En el manantial hay una estructura de piedra o cemento que sirve para la recogida del agua. A veces se canaliza hacia unos caos que acaban por depositar el agua en un piln. Es muy frecuente que la fuente se vea cubierta por una estructura de piedra rematada en bveda de medio can con remate a dos aguas, la fuente que denominamos de tipo romano. No queda rastro en Contreras de este tipo de fuentes aunque de algn tipo tuvo que haberlas puesto que es una localidad cuyos habitantes no recuerdan haber odo hablar a sus antepasados de problemas con el agua. Madoz en su Diccionario, como en tantos otros pueblos de esta zona, dice de ste que en el campo nacen varias fuentes cuyas aguas son muy saludables y exquisitas; entre aquellas hay una de agua sulfrea que tiene su origen al

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 11

    pie de una mina de carbn de piedra, en la actualidad abandonada a la falda de una cuesta al norte del lugar, en el trmino denominado Prado del Fresno. Hoy da en esta localidad, como ocurre en muchas otras, las fuentes del casco urbano no corresponden en muchos casos con las antiguas sino que forman parte de la conduccin general de agua de la localidad (fuente). Los lavaderos suelen tener una pileta, de piedra o cemento, inclinada hacia el interior, por donde corre el agua. A veces estn cubiertos con tejado a dos aguas. Habitualmente el lavadero se hace junto a una fuente o manantial. Otro de los edificios habituales en la mayor parte de las poblaciones es el molino. Los encontramos en los cauces de los ros, casi siempre fuera del casco urbano y en ocasiones muy alejados de la poblacin. Unos son comunales, del municipio y de uso alternativo de los vecinos pero tambin los hay privados. Algunos de ellos acabaron transformados en pequeas centrales hidroelctricas para abastecer de luz a las poblaciones cercanas. En Contreras el nico que hemos documentado, visto y situado, est ubicado en las cercanas del conocido como arroyo del zcalo, que se nutre de varias fuentes que nacen al pie del Fuerte San Carlos, en el camino de salida hacia Silos y Carazo. Es de tipo rodezno, est en buen y ha sido utilizados hasta la dcada de los setenta del siglo pasado. Lo normal es que la construccin sea de pequeas dimensiones, de planta cuadrada o rectangular, con muros de piedra, mampostera y sillares en los ngulos, con cubierta a dos aguas. En el piso se coloca la herramienta y las diferentes muelas, mientras que el mecanismo movido por el agua, con las aspas se coloca debajo. El molino va precedido de un caz, de mayor o menor longitud, con una embocadura y cada de agua sobre el rodezno. El de Contreras lleva inscrita en uno de los sillares de las jambas de la puerta la fecha de 1910? (Molino 1, 2, 3 / data molino / caz) 4.- La arquitectura de funcin religiosa. La iglesia parroquial, bajo la advocacin de la Asuncin de Nuestra Seora, es una de las construccin de mayor calidad formal de la aldea de Contreras. Est situada en la zona sudeste del casco urbano, junto a la antigua va de comunicacin ya camino de Silos y Carazo. En el conjunto del casco urbano ocupa un espacio singular, definido por el antiguo cementerio con su correspondiente pretil, en parte desparecido, lo que le aisla del resto y lo convierte en una fbrica exenta. El templo actual es una construccin de planta de saln, con tres naves separadas y comunicadas mediante pilares de seccin circular; los arcos, tanto formeros como fajones y triunfal, son apuntados, algunos de recuerdos ojivales (ver croquis). En el conjunto se significan dos volmenes de forma especial: la cabecera de planta cuadrangular y el tramo de los pies sobre el que se levanta la torre. Se aprecia en la fbrica que la sacrista, adosada al muro norte del bside y la antigua capilla bautismal, adosada el muro sur de la torre, son los aadidos ms recientes. Los muros son de piedra, sillarejo u mampostera con cadenas de sillares en los ngulos. Las cubiertas tanto de las naves, como del presbiterio y espacio bajo la torre son de bveda de crucera, terceletes en la mayor parte de los casos y de combados en la cabecera y el segundo tramo de las naves laterales Al exterior, en los ngulos de la cabecera y naves laterales, vemos que la fbrica se refuerza con pilares prismticos, lo mismo que en la torre. Son diferentes los que vemos en el primer tramo de la nave del evangelio. La torre se levanta a los pies del templo. En planta es un cuerpo saliente del templo como sucede con la cabecera, de planta rectangular y alzado en dos cuerpos. El

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 12

    inferior es liso y macizo mientras que en el superior abre doble tronera en cada cara con arcos de medio punto que sirven para cobijar las campanas. La portada se abre en el primer tramo de la nave de la epstola. Es un sencillo arco de triunfo con vano formado por un arco de medio punto enmarcado por pilastras cajeadas y rematado en frontn triangular y entablamento. Unos pequeos casetones son la nica ornamentacin que presenta. Segn reza una inscripcin es una obra realizada en la dcada de los sesenta del siglo XIX el ao 1860 figura en el arquitrabe-, pese a que presenta formas claramente neoclsicas. La iglesia presenta un proceso constructivo que se prolonga en el tiempo, Hay una parte de la nave norte y de la cabecera que tiene claros elementos del mundo tardogtico. A la primitiva edificacin gtica se aadi la mayor parte de la actual fbrica, de formas que tambin podemos denominar gticas pero ya propias del siglo XVI por el tipo de pilares y bvedas. Hay otra etapa de obras posterior en la que se aade la actual torre y parte de la nave norte que parece ser realiz en el siglo XVIII, momento en que se adosa la sacrista y la capilla bautismal. La obra ltima es la de la actual portada, al menos la reforma de la misma, ya ejecutada en el siglo XIX dentro de las pautas neoclsicas. La iglesia estuvo inicialmente pintada y encalada en todo el interior pero una reforma reciente he eliminado todos esos testigos del pasado. Arte mueble. Otro de los elementos significados en esta templo es el arte mueble, sobre todo los cinco retablos que se adosan a los muros del bside y de las naves laterales. El primero de ellos, adosado al muro norte del primero tramo de la nave del evangelio, es una estructura de madera policromada que consta de banco con tres netos, dos cuerpos, tres calles y se remata en un sencillo tico. Tiene columnas estriadas y helicoidales, un total de ocho, que van enmarcando los diferentes espacios. El conjunto de la fbrica responde en su estructura y formas al mundo clasicista postridentino de finales del siglo XVI o de las primeras dcadas de la siguiente centuria (retablo 1). De las diferentes imgenes que vemos en las hornacinas, unas parecen haber sido hechas al mismo tiempo que la fbrica y otras se han ido recolocando. El segundo es un sencillo lienzo, con marco, que representa la escena de las nimas. La pintura y el marco hablan un lenguaje propio de finales del siglos XVII o comienzos del XVIII. Adosado en el muro este de la nave del evangelio est el retablo del Santo Cristo. Es una estructura de madera dorada que consta de banco, dos cuerpos, una calle y remate (retablo 4). La gran hornacina central, trilobulada, aparece enmarcada por cuatro columnas estriadas de trazas y formas barrocas. La talla de Cristo Crucificado es de madera policromada de trazas y formas gticas pero nos parece realizado ya en el siglo XVI. El retablo mayor se adosada al muro este de la cabecera (retablo 3). Es una estructura de madera dorada que consta de banco, con tres netos y sagrario con expositor en el centro, un cuerpo, tres calles y tico. Seis columnas churriguerescas, ornamentadas con pmpanos enmarcan las tres hornacinas que cobijan las correspondientes imgenes: San Blas y Santa Eulalia en la laterales y en la central la Virgen con el Nio, talla sedente de trazas tardorromnicas. En el tico vemos una talla de Cristo crucificado de formas y trazas barrocas. En el banco leemos : SE DORO ESTE RETABLO A HONOR Y GLORIA DE DIOS Y DE N SRA DEL MORAL. AO DE 1737, SIENDO CURA DON MIGUEL DE ARRIBAS Y DON JOSEPH ZUMEL Y CE LO HIZO. La fbrica es una obra

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 13

    barroca, de trazas y formas churriguerescas que muy bien pudiera datarse a finales del siglo XVII, pero se complet con el dorado en la fecha que hemos recogido. El quinto retablo se adosa al muro, tramo segundo, de la nave de la epstola (retablo 5). Es una obra que consta de banco, un cuerpo, tres calles y tico. Cuatro columnas estriadas y con rocalla rococ enmarcan las hornacinas. La obra presentan formas barrocas, ya rococ y algunos indicios de lo que ser el mundo neoclsico. Deseamos completar esta visin panormica de la iglesia parroquial de Contreras con una mencin especial a la pila bautismal. En la actualidad est situada en el segundo tramo de la nave de la epstola, fuera de la capilla bautismal en que estuvo con anterioridad. El traslado ha supuesto una recomposicin recuperando parte de las gradas que anteriormente estaban enterradas. Es una gran copa que en su parte superior tiene una cenefa ornamenta con entrelazo de mimbres formando figuras romboidales y flores inscritas en ellas, mientras en la inferior son las flores de lis el elemento ornamental (foto). El pie, de forma cuadrangular, presenta arquillos arcos de medio punto inscritos con racimos en los ngulos. Se trata una pila bautismal de trazas y formas romnicas que podemos datar a finales del siglo XII. Las medidas son de 97 cms. de dimetro por 92,5 de altura. Ermita de San Roque. En el casco urbano se conserva la ermita de San Roque. Es una edificio de planta de saln, como muros de sillarejo, portada abierta al medioda y cabecera recta. La cubierta de armazn de madera, parhilera (ver croquis). Al muro este s adosa un sencillo retablo de madera policromada que consta de banco, un cuerpo, una calle y remate. En la hornija, enmarcada por sendas columnas de trazas barrocas, se coloca la imagen del santo patrono, San Roque. Las trazas y formas del retablo hablan un lenguaje barroco, de la primera mitad del siglo XVIII, pero concepcin muy popular. 5.- El mundo de la cultura inmaterial.

    a) Algunos de los ritos del ciclo vital. Uno de los elementos existentes en toda el rea estudiada son las celebraciones y festejos que tienen relacin con el ciclo vital, con frecuencia envueltas en tradiciones religiosas ms o menos recientes que buscan darles un valor cristiano o catlico. El primero de los hechos que tiene un tratamiento especial es el nacimiento y bautismo. Al muchacho recin nacido, y en tiempos modernos, se le inscriba en el registro de la iglesia y cristianaba al da siguiente de haber nacido. El nio, vestido con una indumentaria propia de la ceremonia, era llevado a la iglesia por los padrinos. A la puerta sala a recibirlo el sacerdote, quien haca los rezos y gestos adecuados, segn el ritual catlico-romano, para exorcizar al pequeo. Con posterioridad, con unos cirios encendidos portados por los padrinos, era introducido en la iglesia y en pequea procesin se dirigan hasta el baptisterio. Una vez all haca el pertinente interrogatorio a los padrinos sobre sus intenciones y las obligaciones que contraan, para concluir preguntndoles sobre su deseo de bautizar al pequeo, con el Vis baptizare?, a lo que los padrinos deban responder Volo. Haca -lo sigue haciendo- el signo de la cruz con los leos en el pecho, espalda y cabeza del infante, para luego derramar agua sobre su cabeza haciendo la seal de la cruz imponindole al mismo tiempo el nombre; finalmente tocaba la cabeza del recin bautizado con un gorro o pao blanco. Viene

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 14

    luego la recogida de los datos por escrito en el correspondiente libro en presencia de los padrinos. La fiesta popular viene a continuacin pues a la salida de la iglesia era frecuente que los padrinos lanzaran a los asistentes regalos, dulces era lo habitual, como expresin de alegra y celebracin comunitaria. Dado que con frecuencia los bautismos solan ser los domingos o en algunas fiestas, la asistencia de los habitantes del pueblo era lo normal y por tanto esta fiestas popular, ms bien de la gente menuda, tena mucho arraigo.

    La madre no asista al bautizo pues lo normal era que la mujer, cuando daba a luz, guardara lo que se denomina cuarentena. Durante cuarenta das la mujer tender a desaparecer de la vida pblica, bien para recuperarse o a la espera de ser nuevamente recibida por la comunidad en una ceremonia religiosa. El da sealado, la mujer con su retoo en brazos, acudir a la iglesia con una vela y un pan o similar. A la puerta saldr a recibirla el sacerdote que encender la vela, bendecir a la madre y al nio y les introducir en el templo. En el momento del ofertorio, la madre acudir con su hijo, la ofrenda y la vela encendida, siendo recibidos en ese momento por la comunidad mediante unos rezos y ceremonia apropiada. Por su parte la mujer, despus del parto, permanecer en cama unos ocho das, siendo alimentada con caldos de pollo y chocolate. Su incorporacin al trabajo de la casa e incluso del campo no tardar mucho en producirse. El noviazgo y la boda son otros momentos importantes en las comunidades rurales de la Sierra de la Demanda. Hasta tiempos relativamente recientes los matrimonios se concertaban entre los familiares, padres u otros ascendientes. A partir de ese momento se vean los novios en determinadas circunstancias y festejos pblicos. Haba en todo caso una peticin de mano y de recepcin oficial del novio en la nueva familia, la de la novia. Una vez que haba transcurrido un tiempo prudencial, que se aproximaba al ao o a veces ms, se proceda a los acuerdos y transacciones entre las familias. La boda iba precedida de las amonestaciones, tres en total, que lea el sacerdote en la iglesia en la misa principal. Adems de leer los nombres de los futuros esposos preguntaba a los presentes si haba algn impedimento para que el matrimonio se pudiera celebrar. La ltima de las amonestaciones tena lugar una semana antes del enlace matrimonial. La boda propiamente dicha tena dos partes diferentes: la ceremonia religiosa y los festejos del convite. El segundo lo preparaban ambas familias con todo cuidado. Haba una comida que a veces se prolongaba durante tres o ms das y casi siempre se acompaaba de msica: tamboril, gaita, a veces rabel, acorden o instrumentos de viento. La msica acompaaba a los novios desde su casa a la iglesia, ante todo a la novia, y luego amenizaba la comida y el baile posterior. La ceremonia religiosa, habitualmente con misa, se ajustaba al ritual catlico romano. Los invitados eran habitualmente los allegados de los novios, algunos familiares lejanos, a veces el cura, el secretario y el sacristn. El otro componente del ciclo vital, que cerraba el ciclo de la vida, era la muerte y lo que le acompaaba. La muerte de un vecino se anunciaba mediante repiques de campana diferentes segn se tratara de un hombre, una mujer o de un infante. Haba un velatorio durante el que los familiares invitaban a comida, una concreta para la ocasin, a los que acudan a expresar sus condolenciass. El sepelio era ms bien una demostracin de camaradera de cara a los vivos por lo que participaba toda la comunidad. De un lado los cofrades, compaeros de cofrada del finado, que tenan obligacin de asistir y portar cirios, bajo pena de multa caso de ausentarse. De otro estaba la poblacin en general que por solidaridad acompaaba a los

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 15

    familiares en ese terrible trance. En las poblaciones de menor entidad el cura, acompaado de los monaguillos y sacristn, acuda a la casa del velatorio a recoger el cadver para conducirlo, entre rezos y cnticos a la iglesia. Una vez recibido en ella se oficiaba la misa de difuntos, con mayor o menor solemnidad segn la riqueza o importancia social del finado. Una vez concluida, en procesin precedida por la cruz y los ciriales, se llevaban al muerto al cementerio. Antes de depositar el cadver en la tierra se rezaba o cantaba un responso. Hasta mediados del siglo pasado la costumbre era llevar el difundo con un simple sudario, colocado sobre unas parihuelas y as depositarlo directamente en la tumba. En algunas localidades era frecuente una comida en casa del difunto a la que asistan ante todo los familiares que haban venido de lejos o de pueblos cercanos. Pero con frecuencia tambin participaban en ella otras personas de la localidad. Era un gape de gran significacin, de acogida y de recuerdo al finado. Era frecuente que los familiares, adems de las misas de entrada y salida, tuvieran una sepultura en el templo. All se colocaba un pequeo mantel blanco, con velas o velones y en ocasiones con ofrendas denominadas en algunos lugares bodigos. Al concluir la misa el sacerdote iba a rezar un responso, recibiendo a cambio una ofrenda, en tiempos ms recientes en dinero pero con anterioridad en especie. Los familiares guardaban luto, muy riguroso, al menos un ao. Era costumbre en algunas localidades que durante la misa dominical se colocaran en primera fila al lado de los velones.

    b) Fiestas, tradiciones, costumbres

    La cultura inmaterial, para algunos el mundo del folklor, forma parte de la memoria colectiva. Las tradiciones, festejos, decires, usos, canciones y un largo etc. forman parte de un mundo ancestral que no resulta fcil recuperar. Todo ello tiene que ver con la vida misma, las creencias, la cultura y la manera de sentir y expresarse. Por conviccin, uso, costumbre o tradicin, las gentes del lugar participaban en los distintos momentos del ao litrgico lo que siempre se ha interpretado como expresin de religiosidad. Sea cierto o no, la verdad es que muchas fiestas tienen un aadido o sobrepuesto religioso a tradiciones mucho ms antiguas que acabaron por ser anuladas en parte por las supuesta creencias o celebraciones religiosas. Se puede afirmar que todas las fiestas y celebraciones presentaban casi siempre un contenido, al menos en lo formal, religioso. Incluso en esta tierra se celebraban las Navidades y Reyes. En muchas localidades tiene especial relieve los Inocentes y las inocentadas. A veces, como en Barbadillo Herreros, se haca una representacin del nacimiento ante el portal con personajes como el ganadero , los pastores, zagales, el mayoral, el rabadn y un coro. Para la ocasin existen los correspondientes textos. Hasta fechas muy recientes -en algunas poblaciones an subsiste- la vida de las gentes se rega y ordenaba por los toques de la campanas o campanas: los toques de oracin al comienzo y final del da-, el toque de medioda, el redoble de los muertos u otros acontecimientos. Las gentes de cada poblacin conocan el significado de los distintos toques por la forma de ejecutarlos. Es muy frecuente en casi todas las poblaciones el Tente nublo, tente t, que Dios puede ms que t que se ejecutaba para ahuyentar la tormentas. De las fiestas populares de esta tierra destacamos las marzas, cantadas con variantes en la puesta en escena, la noche ltima de febrero que es el paso a marzo, con todo el valor simblico que hay detrs. Tambin se celebra en muchos lugares Santa

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 16

    gueda, con cnticos, toque de campanas, peticin de recompensa y con posterioridad celebrando una merienda entre los mozos. Otra sealada es el pingar el mayo, hecho que tena lugar el domingo primero del mes bien con el esbelto tronco de un rbol que conceda el ayuntamiento. Los sanjuanes tenan relacin con la fiesta del solsticio. En la mayor parte de los pueblos se celebraba de forma especial el ciclo de la Pascua Mayor. Daba comienzo la Semana Santa con la procesin de Ramos. Los ramos llevados a la procesin, bendecidos, se colocaban luego en los balcones, ventanas u otros lugares para protegerlos de cualquier mal. Tradicionalmente se celebraban la procesin del mandato (Jueves Santo), los oficios de tinieblas (Viernes Santo); este ltimo da eran muy tradicionales las carracas u otros instrumentos de madera para anunciar los festejos. La celebracin de las tinieblas, ya al atardecer, adems de los rezos y las canciones populares, se haca con fuertes golpes y produciendo un ruido notable con diferentes objetos, entre los que destacaban las susodichas carracas. El Domingo de Resurreccin completaba la Semana Santa con la procesin del encuentro, comn a muchas poblaciones.

    En la mayor parte de las poblaciones de la zona de la Demanda se celebraban otras festividades de cierto sabor popular como las Candelas, el da de la Purificacin en que se bendeca a las mujeres que haban dado a luz hasta esa fecha. Por Santa Isabel en muchos lugares se engalanaba la portada de la parroquia y las casas de las novias, las enramadas. Tambin han tenido gran arraigo popular las celebraciones del Corpus, la Ascensin y la Virgen del Carmen. En todo caso las ms populares y anheladas fueron y siguen siendo las fiestas mayores que se celebran en diferentes fechas predominando las de la Virgen y San Roque. Tambin tiene mucho predicamento la fiesta de accin de gracias, con la advocacin de alguna Virgen o santa: Santa Luca en Hacinas, Virgen del Sol en Carazo, Costana en Barbadillo de Herreros En la actualidad las fiestas mayores que no se celebraban en el verano se han cambiado para hacerlas coincidir con la presencia de mayor nmero de gente, los veraneantes, en su mayor parte originarios del pueblo. Tendremos ocasin de ir viendo en cada lugar lo que ha sucedido y cules fueron las fiestas patronales y las de mayor arraigo. En las tradiciones populares tambin se celebraba de forma especial la memoria de los difuntos, sobre todo con una especial significacin la noche de Todos los Santos, con el toque de campanas o de difuntos. Los mozos rezaban el rosario y luego se reunan a cenar. El da de difuntos se reparta el galacho a los asistentes o mozos animeros que eran unas ofrendas en la iglesia. En Navidades se peda el aguinaldo.

    Se celebraba San Blas, cuyo bculo se pasaba por las gargantas para sanar los problemas o evitarlos. Las romeras son muy frecuentes destacando entre todas la de Valpeoso (Villaespasa y Jaramillo Quemado), Santa Luca (Hacinas), Santa Julita, San Juan de Ortega, Las Navas, Nuestra Seora de Mamblas y las advocaciones locales de cada poblacin. Por San Marcos, 25 de abril, se bendecan los campos y ya casi en junio tenan lugar las letanas. Los nios celebraban sus fiestas de carnaval, las carnestolendas, el jueves de todos, que los nios y nias pedan por las casas con unas canciones adecuadas a la situacin, con pequeas variantes segn la poblacin. En la mayor parte de los pueblos se celebraban estas fiestas, disfrazndose y con alguna frecuencia con la presencia de la vaca romera y la tarasca. Hay otras tradiciones como la de los gallos con variantes segn la localidad pero con un tronco comn. En los carnavales se acostumbraba, por parte de los ms acomodados de las poblaciones, a vestir traje antiguo, con usos y formas particulares en cada lugar. Ese traje consista en calzn y chaqueta cortos adornados con botones o monedas de plata, medias de lana, abarcas y sombrero de fieltro. De esa guisa contemplan la aventura de

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 17

    matar el gallo suspendido de una cuerda con los ojos vendados. En muchas poblaciones de nuestra zona la costumbre de matar el gallo, colgado de las patas de una cuerda se sola celebrar tambin el da de San Juan. En este caso los mozos a caballo trataban de descabezarlos con la mano premiando a quien lograra tres cabezas. Una costumbre popular bastante arraigada eran las rondas de los mozos. Estos iban acompaados de algn personaje de mayor o menor significacin. En Barbadillo de Herreros a este personaje de aspecto grotesco le llamaban cachidiablo. Vesta traje de colores a manera de payaso: verde, rojo y naranja. La cabeza la cubra y embelleca y en las piernas y brazos llevaba cascabeles que haca sonar a ritmo a compasado o todo lo contrario. Su misin era dirigir la danza y formar el corro y sacuda con el bastn que llevaba a quienes se acercaban. Es igualmente importante la danza guerrera, conocida como de los palos. Los danzantes chocaban los palos al ritmo de la msica.

    Se celebraban de forma especial los acontecimientos ms trascendentes de la vida (el nacimiento -bautismo-, la boda y la muerte) como ya hemos visto anteriormente. De la misma manera se hacan presentes, bajo signo religioso, los hechos ms importantes del ao en cada comunidad con variantes segn se dedicara a la agricultura, ganaderaetc. El Catastro de la Ensenada del siglo XVIII -ao 1752- se hace eco con frecuencia de todo ello. El ciclo vegetativo es el que significan muchas de las celebraciones religiosas que se distribuyen de un forma ordenada siguiendo el calendario litrgico. Es algo muy similar a lo que veremos sucede en la mayor parte de las poblaciones de la zona, a ambas vertientes de la Demanda, bien que con algunas variantes no significativas. No hemos pretendido otra cosa que ofrecer una breve informacin de algunas fiestas, tradiciones y costumbres, la mayor parte de ellas en pasado, pues en la actualidad la escasez de poblacin y otros cambios han ido hacindolas desaparecer quedando nicamente el recuerdo.

    Una de las leyendas de esta poblacin tiene relacin con la mitologa creada en

    torno a la imponente mole del Fuerte San Carlos. Esa mtica montaa guarda en la meseta superior restos de un castro, muros del mismo, cinco torres viga, las cimientos de una potente fortaleza bajo medieval, recuerdo de la fortaleza islmica y cristiana de tiempos precedentes, cuya tenencia tuvieron los condes, monarcas, los Nez de Lara y los Fernndez de Velasco ms tarde. Segn la leyenda le result complicado tomarla a Fernn Gonzlez, que lo consigui con un estratagema facilitada por la informacin de un musulmana que fue sorprendida cogiendo agua en una fuente existente en la empinada ladera norte. Esa fuente se denomina en la actualidad fuente de la mora, en recuerdo, segn la leyenda, de la toma facilitada a los cristianos por esa mujer.

    c) Canciones. El cancionero popular burgals es amplio y ha tenido una feliz resurreccin a travs de la monumental obra de Miguel Manzano, que de alguna manera recupera las tradiciones, las inmortaliza en el pentagrama y se hace eco de los trabajos precedentes, sobre todo de Federico Olmeda, Agapito Marazuela, Manuel Garca Matos, Domingo Jergueta y tanto otros. La obra susodicha nos ha servido para recoger algunas de las canciones, vinculadas a diferentes tradiciones, usos y costumbre de esta tierra. Canciones de Ronda (del reinado). Estamos ante unas canciones en las que el texto y la msica, nosotros no la transcribimos aparecen muy compenetrados. En este caso hace referencia a una

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 18

    tradicin muy extendida que eran las rondas del reinado, que se hacan desde San Andrs hasta Enero, en Villanueva de Carazo, Carazo, Hacinas, Contreras y muchas otras poblaciones de la Demanda. Es un tipo de letra y meloda muy repetitiva. Con frecuencia detrs de ellas hay un gran lirismo. La ronda puede expresar el sentir del rondador hacia una determinada moza, lo hace cuando tiene la seguridad de ser correspondido por miedo al ridculo o a los decires. Pero tambin puede ser una cancin mucho ms genrica en la que no haya nada personal hacia la moza a la que se ronda. La ronda puede ser la de polica, que se hace dando un paseo por las calles y no slo frente a una casa concreta, como la anterior. Unas veces las rondas son individuales, de un grupo de mozos, que con ocasin de fiestas o tradiciones, se dedican a rondar. En suele estar con alguna frecuencia la del cortejo, pero puede haber tambin chanzas o bromas. Unas las cantan todos a coro por la calle y otras son solos de la persona que ronda a su moza.. Cuando las rondas son colectiva, los textos estn codificados y son siempre los mismos que todos conocen. UN ejemplo caracterstico de esta ronda colectiva, es la del reinado a que aludimos con anterioridad. En este caso haba una junta, con varios cargos, siendo el mayordomo el principal, que se encargaban de organizar las rondas y de velar porque todos cumplieran las normas y se recitasen las canciones establecidas. Hacia la Inmaculada se nombraba el rey y la reina, con frecuencia una pareja casada que no tuviera hijos. Al mismo tiempo se elega al alcalde de mozos o mayordomo, dos contadores, dos cachivarros que iban pidiendo por las casas, un cocinero y un alguacil. A las puertas de las casas cantaban siendo la cancin adecuada a la condicin de la casa bien hubiera mozas, viudos, viejo, casados jvenes etc. Los normal es que cada ao se compusieran nuevas canciones y los vecinos solan dar vino, morcillas u otros alimentos para que luego lo festejaran los mozos o no tan mozos. Tambin se elega guardador del rey y de la reina. El de la reina la deba seguir a todas partes para que no le arrebataran el pauelo y el del rey tambin para que guardar la bandera acreditativa de su reinado.. Cuando alguien conseguir arrebatar el pauelo o la bandera, el guardador deba pagar media cntara d vino para el resto de los mozos. Se cantaba fundamentalmente en tres ocasiones: Noche Buena, Noche Vieja y la noche de Reyes. Todos los mozos deban cantar una cancin independientemente de la voz que tuviera. Era una buena ocasin para gastar bromas. Una vea concluido el reinado, el da 23 de Enero, San Ildefonso, se rifaba la bandera. Cada ao los mozos deban costear una nueva. Esta celebracin solan coincidir con las fiestas de los quintos que acostumbraban a tener fiesta y baile todos los domingos y fiestas desde el 8 de diciembre. En Santo Domingo de Silos a las fiestas tradicionales se una la de Santo Domingo, el 20 de diciembre. Tambin se poda cantar, en da sin especial significacin si as lo decida la junta de mozos. Como dijimos con anterioridad es esta una trdicin con sus cnticos, letras y rondas que se extenda por la mayor parte de los pueblos de la Demanda. Es una forma de celebrar las fiestas navideas que en ocasiones, como en Carazo y otros se acompaaban de fiestas patronales, la de Santa Eugenia el da 29 de diciembre. Las rondas iban acompaadas de instrumentos musicales, que con frecuencia se reduca a instrumentos de percusin que permitan el mantenimiento de un ritmo. Uno de ellos era el conocido como tambor de mozos que era de uso exclusivo de los hombres. Utilizan tambin almireces, botellas, cajas o redobles, a veces dulzaineros, tringulos, tarrauelas de madera, carracas o cualquier instrumento que sirviera para hacer ruido y mantener el ritmo vivo de las canciones. Las rondas son las del reinado, en el tiempo navideo, de las marzas, del mayo, San Juan y San Pedro como tnica dominante. A veces como en Castrillo de la Reina, en Carazo y otros pueblos se

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 19

    ajustaba la msica desde la Inmaculada hasta despus de Navidad. En Contreras el reinado duraba desde Navidad hasta Reyes. Este festejo, con unas grandes similitudes era comn a la mayora de los pueblos de la Demanda. Con alguna frecuencia los nios tambin celebraban el reinado, con unos rituales, preparativos y formas muy similares a los de los mozos, pero estos lo celebraban en los carnavales como suceda en Cabezn de la Sierra.

    d) Algunos de los trabajos y actividades. Dado que en la mayor parte de las poblaciones la ocupacin principal fue durante mucho tiempo la agricultura, un instrumento tradicional es el arado. Hasta la dcada de los cincuenta del siglo pasado, con algunas variantes, se utiliz masivamente el conocido como arado romano. El trabajo de la tierra con el arado se haca con bueyes, vacas serranas y en ocasiones con burros, machos o mulas y a veces con caballos. Otro de los instrumentos de trabajo y acarreo era el carro. Este vehculo, tirado por bueyes o mulas, presentaba pocas diferencias entre unas zonas y otras. La mayor diferenciacin estaba en las carretas madereras, de ruedas ms pequeas, mucho ms estrechas que los carros de uso local, tiro ms largo y casi sin cartolas. El sistema de tiro y la manera uncir a los animales era muy similar. De una forma se unca a los bueyes y vacas y de otra diferente a las caballeras. La siega de cereales se haca masivamente a mano con la hoz. Por el contrario para la siega de hierba se utilizaba el dalle o guadaa. Lo segado se recoga en gavillas, atadas con vencejos de centeno o con cuerdas. Se apilaban luego en los tresnales, que tenan forma piramidal. As preparados se proceda al transporte desde la tierra a la era para la trilla. La siega tena lugar desde finales de julio hasta finales de agosto e incluso primeros das de septiembre. La trilla era otra de las actividades principales del ao. Para ello se utilizaba el trillo. Era una estructura de madera con piedras cortantes en la su parte inferior. Tirado por bueyes, vacas, mulos o burros, dando vueltas y guiado por una persona se acababa por separar y triturar la paja del grano. Con posterioridad haba que beldar. Esta tarea se haca bien a mano con horcas y palas o mediante beldadoras movidas a mano. As se separaba el grano de la paja. Un trabajo habitual en algunas localidades era la realizacin del carbn vegetal. Habitualmente se utilizaba la encina, donde no la haba tambin a veces se utiliz el roble. Tenemos noticia de que se haca en Hortigela, Jaramillo de la Fuente, Tinieblas, Iglesiapinta, Ura, Retuerta, Quintanalara Esta actividad era un trabajo colectivo, habitualmente de familia, en el que las mujeres tenan unas tareas y otras los hombres. Unas veces se haca a las afueras de las poblaciones y en otras en pleno bosque. La primera tarea era la corta de la lea y la limpieza de las ramas pequeas hasta dejar los palos que deban servir para hacer el carbn. Esta tarea se llevaba a cabo en el otoo e invierno. Una vez que est la lea, viene la preparacin del tmulo para hacer la coccin. Desde una base que lo levanta del suelo se prepara una estructura que se cubre de piedras y barro dejando respiraderos laterales y el ms importante y trascendente en la parte superior, denominado ojo o cocota, por donde se irn introduciendo los palos, lea de encina habitualmente, para ir rellenando el interior. Una vez encendido se ir consumiendo a fuego lento. Para impedir que se queme se controla, incluso se echa agua si no funciona correctamente y adems el proceso de la hurga, introduciendo ms palos hasta rellenar lo ms posible se ralentiza y controla la coccin. La labor suele durante entre quince y treinta das. La tarea final es la de tirar

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 20

    el horno, recoger el carbn vegetal y con posterioridad llevarlo a los puntos de venta o consumo. En muchas de las localidades de la zona de la Demanda tenemos noticias tanto por la informacin de las gentes del lugar como por los topnimos del cultivo de camo y del lino. Ello dio lugar al trabajo de los tejedores, en los correspondientes telares. Rara era la localidad que no tena uno o varios telares cuya produccin se destinaba al consumo local. De esa actividad quedan algunos telares, de trabajo completamente manual. En algunos lugares hay asimismo noticia de la existencia de batanes para dar apresto a estos tejidos: en Vizcanos, San Clemente del Valle, Garganchn, Covarrubias, Salas de los Infantes y Pradoluengo. Otra actividad era el trabajo de la lana. Esta actividad era propia de las mujeres y se haca casi exclusivamente para el consumo familiar. Una vez lavada y cardada la lana se proceda al hilado que se haca bien con la rueca y el huso o a veces se utilizada el carro movido con el pie. Era frecuente que este trabajo, esencialmente femenino, se hiciera en compaa de otras mujeres, en los denominados hilorios, o en las amplias cocinas de campana al amor de la lumbre. Los instrumentos (huso, rueca, carda y el carro), los encontramos en todas la localidades. En la zona de Pradoluengo, la transformacin de la lana y de otros productos, dieron lugar a una actividad industrial desde la Edad Media. Ello acab en la conformacin de una industria textil que ha llegado hasta nuestros das. De todas las maneras no es lo habitual. Los talleres de carpintera u otras actividades, eran frecuentes en muchas localidades. Trabajaban muebles, tablas, arados, carros, bolos del juego, escobas, cestos. Otro trabajo era el de los canteros y albailes. Los primeros se dedicaban a la construccin y al trabajo de la piedra. Lo normal es que el cantero, al menos algunos, fueran algo ms que picapedreros y en su actividad tuviera que ver con la carpintera. Por ello no es infrecuente que junto al trabajo de la piedra hiciera labores de carpintero, no necesariamente de ebanista. Era normal que el cantero llevara a cabo todos los trabajos de la construccin y por tanto hiciera al mismo tiempo de albail, montando toda la estructura interna de las viviendas: maderamen, tabiques, suelos, enlucidos y el acabado de las cocinas y otras estancias de la casa. El herrero con su fragua era quien recompona las rejas de los arados o las haca de nuevo cuo. Tambin fabricaba clavos y los herrajes que necesitaban los carros o carretas, el aro de hierro para las ruedas de stas, las cerraduras, las llaves, los cuchillos, las herraduras de los animales, las hoces, las guadaas o dalles y todo un sin fin de utensilios de uso frecuente entre las comunidades agrcolas o ganaderas de estas tierras. Slo en algunos lugares, como Barbadillo de Herreros, esta actividad adquiri un mayor porte y acab por convertir a algunas ferreras o ferrones en industrias que abastecan de hierro a mercados muy lejanos. En esto caso la actividad del trabajo del hierro y la existencia de las herreras y fraguas est ya documentado desde la poca medieval en toda la zona No es infrecuente que encontremos en muchas localidades el topnimo tejera. Es con frecuencia el indicio y la evidencia de donde estuvo ubicada esta actividad. No est en todas las localidades pero este trabajo se suele dar donde hay arcilla apropiada para modelar y cocer las tejas curvas y algunos ladrillos. Lo ms habitual es que esta actividad se dedicara al consumo local pero en algunos lugares llega a tratarse de una actividad mucho ms amplia e industrial para abastecer a un rea ms amplia. Asociado a la tejera estaba el cacharrero, que solan vender su producto no slo en la localidad que los realizaba sino en un rea bastante amplia.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 21

    Tambin hay campaneros, actividad que requera un horno y un taller especializado, relojeros, que atendan, a partir del siglo XVIII, los relojes de los iglesias o ayuntamientos que existan en la mayor parte de las localidades. 6.- Material grfico y planimetra aportados. Fotografas: Generales del municipio.

    Casas ms representativas. Templo. Croquis: Croquis del conjunto y foto area. Croquis del templo parroquial y de otros edificios religiosos. Total: 80 imgenes. 7.- Bibliografa. AA.VV. (2002) Enciclopedia del romnico en Castilla y Len. Burgos. Caja Duero, Salamanca. Cuatro vol. AA.VV. (1992) Historia de Burgos III. Edad Moderna (2). Caja de Burgos, Burgos. (1999) Historia de Burgos III. Edad Moderna (3). Caja de Burgos, Burgos. ABASOLO ALVAREZ. J. A. (1975) Comunicaciones en la poca romana en la provincia de Burgos. Diput. De Burgos, Burgos.

    (1978) Las vas romanas de Clunia. Diput. De Burgos, Burgos. ABASOLO, J. A. y GARCIA ROZAS, M. R. (1980) Carta Arqueolgica de la provincia de Burgos: partido judicial de Salas de los Infantes. Diput. De Burgos, Burgos. ALVAREZ BORGE, I. (1987) Feudalismo castellano y el libro Becerro de las Behetras: la Merindad de Burgos. Len.

    (1990) Estructura social y organizacin territorial en la Castilla la Vieja Meridional. Los territorios entre el Arlanzn y el Duero, siglos X al XIV. I Jornadas Burgalesas de Historia. Burgos, pp. 705 y siguientes.

    BARRN GARCA, A. (1998) Le poca dorada de la platera burgalesa (1400-1600. Excma. Diputacin de Burgos, Burgos, son dos tomos. BILBAO LPEZ, G. (1996) Iconografa de las pilas bautismales. Ed. La Olmeda. Burgos. DEZ VZQUEZ, F. Et alii (1999) Rutas para descubrir. La Sierra de la Demanda. mbito viajero. Valladolid. ESCALONA MONGE, J. (1995) Transformaciones sociales y organizacin del espacio en el alfoz de Lara en la Alta Edad Media. Tesis doctoral indita, defendida en septiembre de 1995 en la Universidad Complutense de Madrid. pgs. 455-462 Es el trabajo ms completo, documentado y novedoso que se haya realizado hasta el presente sobre este perodo histrico del entorno histrico de Santo Domingo de Silos, pues hace un planteamiento general desde la Edad del Hierro hasta el siglo XI.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 22

    Anlisis de las estructuras territoriales del sudeste del Condado de Castilla: perspectivas de investigacin. I Jornadas Burgalesas de Historia, Burgos (1990), pg. 541-555. Algunos problemas relativos a la gnesis de la estructuras territoriales de la Castilla Altomedieval. II Jornadas burgalesas de Historia, Burgos (1991) pg.489-506. Problema metodolgicos en el estudio de los centros de culto como elemento estructural del poblamiento. III Jornadas burgalesas de Historia, Burgos (1992), pg. 573-599. Sociedad y territorio en la Alta Edad Media Castellana. La formacin del Alfoz de Lara. BAR Internacional Series 1079, Oxford (2002). pica, crnicas y genealogas. En torno a la historicidad de la Leyenda de los Infantes de Lara. Cahiers de Lingistique Mdivale, 23 (2000), pg. 113-176. Lucha poltica y escritura: falsedad y autenticidad documental en el conflicto entre el monasterio de Santo Domingo y el burgo de Silos (ss. XIII-XIV). XIV Semana de Estudios Medievales, Njera 2003, Actas, IER, pg. 205-252.

    ESCALONA,J. et alii De la crtica diplomtica a la ideologa poltica. Los diplomas fundacionales de San Pedro de Arlanza y la construccin de una identidad para la Castilla Medieval. VI Congreso Internacional de Historia de la Cultura Escrita, vol. 2, Alcal de Henares (2002) pg. 159-206. ESTEPA DIEZ, Carlos (2005) Las Behetras castellanas. JCyL, Salamanca, dos tomos. FEROTIN, M. (1897) Recueil des chartes de lAbbaye de Silos. Ernest Leroux, Pars. GARCIA GRINDA, J. L. (1988) Arquitectura popular de Burgos. Crtica y teora de la arquitectura popular. Tipos y caracterizacin de la arquitectura rural autctona castellano-leonesa: el caso burgals. Dip. de Burgos, Burgos. GARRIDO GARRIDO, J. M (1983) Documentacin de la catedral de Burgos (804-1183). Fuentes Medievales castellano Leonesas, 13. (1983) Documentacin de la catedral de Burgos (1182-1222). Fuentes Medievales castellano leonesas, 14. HERGUETA Y MARTN, D. (1934) Folklore burgals. Diputacin de Burgos, Burgos, edicin facsmil. ILARDIA GLLIGO, M. (1989) "Silos y el romnico burgals". Actas del simposio El romnico en Silos, Burgos, pg. 397-428.

    (1990) "La escultura monumental romnica en la provincia de Burgos. Partidos judiciales de Villarcayo, Miranda de Ebro, Briviesca, y Burgos". I Jornadas burgalesas de Historia, Burgos, pg. 591-602. (1994) "La cultura de la Plena Edad Media (ss. XI al XIII): el arte romnico en el centro y norte de la provincia de Burgos". III Jornadas burgalesas de Historia, Burgos, pg. 503-526. (1995) Aproximacin al romnico burgals: la escuela de la Bureba. Estudios de Arte. Homenaje al Profesor Martn Gonzlez. U. Valladolid, Valladolid, 167-172. (2002) El romnico Burgals (siglos XI -XII): entre la tradicin, las nuevas formas y el lenguaje propio. Enciclopedia del romnico en Castilla y Len. Burgos. CER y Caja Duero, Salamanca T. I, pg. 73-131.

    MADOZ, P. (1845-1850) Diccionario Geogrfico-estadstico de Espaa y sus posesiones de ultramar. Madrid, nosotros hemos utilizado la edicin facsmil, mbito S.A, Valladolid (1984), T. II, Burgos. MANZANO ALONSO, M. (2001) Cancionero popular de Burgos. Dip. de Burgos, Madrid. Son varios tomos a nosotros nos importan ahora los I y II.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 23

    MARTINEZ DIEZ, G. (1981) Libro becerro de las Behetras. Len, 3 volmenes. (1982) Fueros locales en el territorio de la provincia de Burgos. Burgos.

    (1987) Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblacin. JCYL, Valladolid, 172-173.

    PALOMERO ARAGN, F. (1989). La escultura monumental romnica en la provincia de Burgos. Partidos judiciales de Aranda, Lerma y Salas de los Infantes. U. Complutense, Madrid

    (1993) "Tres monumentos romnicos burgaleses relacionados con las rutas jacobeas". Las artes en los Caminos de Santiago. Universidad de Oviedo, 169-232. (1994) "La cultura de la Plena Edad Media (ss. XI al XIII): la escultura monumental romnica en la zona meridional burgalesa". III Jornadas burgalesas de Historia, Burgos, 526-552. (1999) Algunas formas de la cultura rural castellana en poca cidiana: el mundo romnico de la sierra burgalesa. IX centenario de la muerte del Cid. El campeador. Ayuntamiento de Burgos, Burgos , pg. 43-80. (2000) Rutas para descubrir: El arte de la Sierra de la Demanda. mbito, Valladolid. (2002) El primer romnico castellano: entre los usos tardoantiguos y las nuevas formas constructivas. Enciclopedia del romnico en Castilla y Len. Burgos. CER y Caja Duero, Salamanca T. I, pg. 39-71. Acerca de la leyenda, la pica, historia y las formas en los primeros pasos del arte castellano (siglos VI-XI). Universidad de Burgos-Ayuntamiento de Medina de Pomar (en prensa). (2003) El lenguaje romnico en la Sierra de la Demanda. VIII Jornadas de Arte y Patrimonio Regional, Logroo pg. 109-210.

    PALOMERO, F. e ILARDIA, M. (1991-1992) Rutas del romnico burgals. Edic. Berceo, Burgos, , 4 tomos.

    (1995) El arte romnico burgals. Un lenguaje plstico medieval actual. Edic. Lancia, Len. (1996) Una vanguardia artstica medieval. Un recorrido por el conjunto de la catedral de Burgos. Ed. mbito, Valladolid.

    PALOMERO, F.et alii. (1996-97) "El monasterio de San Milln de Lara (Burgos). Notas para el replanteamiento de su trayectoria evolutiva en los siglos X-XI. Annals de l'Institut d'Estudis Gironins, vol. XXXVIII, Girona, pg. 1361-1382.

    (1999) Silos: Un recorrido por su proceso constructivo. Historia, Arte y cultura. Caja Burgos, Burgos. (2001) La catedral de Burgos: un vanguardia artstica medieval. Encuentro, Madrid.

    PAYO HERNANZ, Ren-Jess El retablo en Burgos y su comarca durante los siglos XVII y XVIII. Diput. De Burgos, Burgos (1997), 2 tomos. REPRESA FERNNDEZ, D. de Silos (2005) Etnografa en los archivos. Sociedad y cultura en Santo Domingo de Silos , 1800-1960. JCyL. Salamanca. REYES TELLEZ, Francisco (1991) Poblacin y sociedad en el valle del Duero, Duratn y Riaza en la Alta Edad Media, siglos VI al XI: aspectos Arqueolgicos. Tesis doctoral indita, Universidad Complutense de Madrid, abril de 1991.

    (1990) Arqueologa medieval burgalesa: estado de la cuestin. I. Jornadas burgalesas de Historia. Burgos, pg. 177-229.

    (1991) Arqueologa y cultura material de Burgos en la Alta Edad Media. II

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 24

    SERRANO, L. (1907) El cartulario del Infantado de Covarrubias. Cuesta, Valladolid, T. II. (1925) Cartulario de San Pedro de Arlanza, antiguo monasterio benedictino. Aldecoa, Burgos. (1935) El obispado de Burgos y la Castilla primitiva desde el siglo V al XIII. Madrid 3 vols. ZABALZA DUQUE, M. Coleccin diplomtica de los Condes de Castilla. Edicin y comentario de los documentos de los condes Fernn Gonzlez, Garca Fernndez, Sancho Garca y Garca Snchez. J.C y L, Salamanca (1998).

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 25

    Imgenes de

    Contreras.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 26

    Conteras: foto area. (Fuente: SITCYL).

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 27

    Conteras: foto area, tenadas. (Fuente: SITCYL).

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 28

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 29

    Contreras: iglesia parroquial.

    Contreras: iglesia parroquial, naves.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorNegro

    AdministradorRojo

    AdministradorBlanco

    AdministradorBlanco

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 30

    Contreras: iglesia parroquial, nave central.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorBlanco

    AdministradorBlanco

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 31

    Contreras: iglesia pila bautismal.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorNegro

    AdministradorBlanco

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 32

    Contreras: arquitectura popular.

    Contreras: arquitectura popular, manzana de casas.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorNegro

    AdministradorAmarillo

    AdministradorRojo

    AdministradorBlanco

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 33

    Contreras: arquitectura popular, manzana de casas.

    Contreras: arquitectura popular, muro de emplenta.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorBlanco

    AdministradorBlanco

    AdministradorAmarillo

    AdministradorAmarillo

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 34

    Contreras: arquitectura popular, edificio auxiliar.

    Contreras: arquitectura popular, tenada de Valdelacasa.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorRojo

    AdministradorNegro

    AdministradorAmarillo

    AdministradorAmarillo

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 35

    Contreras: arquitectura popular, tenadas de Valcarcel.

    Contreras: arquitectura popular, molino.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorNegro

    AdministradorNegro

    AdministradorVerde

    AdministradorAmarillo

  • El Patrimonio Histrico-Artstico y Cultural en la Sierra de la Demanda. 36

    Contreras: monumento moderno de la plaza San Andrs.

    Flix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y Mara Luisa Menndez.

    AdministradorBlanco

    AdministradorBlanco

    ndice de Contreras1.- Situacin.2.- Breves datos histricos de la zona de la Demanda y poblacin de Contreras.3.- Casco urbano: arquitectura popular y edificios auxiliares.4.- La arquitectura de funcin religiosa.5.- El mundo de la cultura inmaterial.6.- Material grfico y planimetra aportados.7.- Bibliografa.Imgenes de Contreras.