Druida

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Druida Imagen de dos druidas. Grabado del siglo XIX basado en una ilustración de 1719 de Bernard de Montfaucon. [1] Los druidas fueron miembros de la clase sacerdotal en la Gran Bretaña, Galicia, Irlanda, la Galia (Francia), y po- siblemente otras partes de la Europa Céltica y la Galacia durante la Edad de Hierro, e incluso antes. No hay regis- tros escritos por los propios druidas y la única evidencia de la que se dispone son descripciones breves realizadas por los griegos, romanos y varios autores y artistas dis- persos, así como también algunas historias creadas poste- riormente, en el Medievo, por escritores irlandeses. [2] Se tiene evidencia arqueológica relativa a las prácticas reli- giosas en la Edad del Hierro, aunque “ningún artefacto o imagen desenterrado se ha podido asociar indudablemen- te con los antiguos druidas”. [3] Varios temas recurrentes sobre los druidas se presentan en un gran número de re- gistros greco-romanos, incluyendo los sacrificios huma- nos, su creencia en la reencarnación y su alto estatus social en los pueblos galos. Nada se sabe aún sobre sus prácti- cas de culto, excepto por el ritual del roble y el muérdago según la descripción de Plinio el Viejo. La referencia más antigua de la que se tiene conocimiento data del 200 a.C., aunque la descripción fehaciente más antigua proviene de Julio César en su escrito Comentarios sobre la guerra de las Galias (50 a.C.). Escritores greco- rromanos posteriores también describieron a los druidas, incluyendo a Cicerón, [4] Tácito [5] y Plinio el Viejo. [6] Tras la invasión de la Galia por el Imperio romano, el druidis- mo fue proscrito por el gobierno romano bajo el mandato de los emperadores Tiberio y Claudio en el siglo I d.C. y acabaría desapareciendo de los registros escritos alrede- dor del siglo II. Alrededor del año 750 la palabra “druida” aparece en un poema del monje irlandés Blathmac, quien escribió sobre Jesús diciendo que él fue “...mejor que un profeta, con más conocimientos que cualquier druida, un rey que fue obispo y un completo sabio”. [7] Los druidas también son mencionados en varios cuentos medievales de la Irlanda cristiana tales como Táin Bó Cúailnge, donde se les retrata ampliamente como hechiceros que se oponían a la llega- da del Cristianismo. [8] En el despertar del Renacimiento céltico en los siglos XVIII y XIX, grupos fraternales y neopaganos se fundaron basándose en ideas sobre los an- tiguos druidas en un movimiento que es conocido como neodruidismo. 1 Etimología Ilustración del siglo XIX donde se representa a un druida junto a un roble. La palabra druida proviene del latín druides, que a su vez fue considerada por los antiguos escritores romanos pro- veniente de la palabra nativa en céltico para esas figu- ras sacerdotales. [9][10][11] Otros textos romanos también emplean la forma druidae, mientras que el mismo tér- 1

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Celtic culture

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Druida

Imagen de dos druidas. Grabado del siglo XIX basado en unailustración de 1719 de Bernard de Montfaucon. [1]

Los druidas fueron miembros de la clase sacerdotal en laGran Bretaña, Galicia, Irlanda, la Galia (Francia), y po-siblemente otras partes de la Europa Céltica y la Galaciadurante la Edad de Hierro, e incluso antes. No hay regis-tros escritos por los propios druidas y la única evidenciade la que se dispone son descripciones breves realizadaspor los griegos, romanos y varios autores y artistas dis-persos, así como también algunas historias creadas poste-riormente, en el Medievo, por escritores irlandeses.[2] Setiene evidencia arqueológica relativa a las prácticas reli-giosas en la Edad del Hierro, aunque “ningún artefacto oimagen desenterrado se ha podido asociar indudablemen-te con los antiguos druidas”.[3] Varios temas recurrentessobre los druidas se presentan en un gran número de re-gistros greco-romanos, incluyendo los sacrificios huma-nos, su creencia en la reencarnación y su alto estatus socialen los pueblos galos. Nada se sabe aún sobre sus prácti-cas de culto, excepto por el ritual del roble y el muérdagosegún la descripción de Plinio el Viejo.La referencia más antigua de la que se tiene conocimientodata del 200 a.C., aunque la descripción fehaciente másantigua proviene de Julio César en su escrito Comentariossobre la guerra de las Galias (50 a.C.). Escritores greco-rromanos posteriores también describieron a los druidas,

incluyendo a Cicerón,[4] Tácito[5] y Plinio el Viejo.[6] Trasla invasión de la Galia por el Imperio romano, el druidis-mo fue proscrito por el gobierno romano bajo el mandatode los emperadores Tiberio y Claudio en el siglo I d.C. yacabaría desapareciendo de los registros escritos alrede-dor del siglo II.Alrededor del año 750 la palabra “druida” aparece en unpoema del monje irlandés Blathmac, quien escribió sobreJesús diciendo que él fue “...mejor que un profeta, conmás conocimientos que cualquier druida, un rey que fueobispo y un completo sabio”.[7] Los druidas también sonmencionados en varios cuentos medievales de la Irlandacristiana tales como Táin Bó Cúailnge, donde se les retrataampliamente como hechiceros que se oponían a la llega-da del Cristianismo.[8] En el despertar del Renacimientocéltico en los siglos XVIII y XIX, grupos fraternales yneopaganos se fundaron basándose en ideas sobre los an-tiguos druidas en un movimiento que es conocido comoneodruidismo.

1 Etimología

Ilustración del siglo XIX donde se representa a un druida juntoa un roble.

La palabra druida proviene del latín druides, que a su vezfue considerada por los antiguos escritores romanos pro-veniente de la palabra nativa en céltico para esas figu-ras sacerdotales.[9][10][11] Otros textos romanos tambiénemplean la forma druidae, mientras que el mismo tér-

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2 2 PRÁCTICAS Y DOCTRINAS

Los Druidas, representación fantástica de Neuville en el s. XIX.

mino fue usado por etnógrafos griegos como δρυΐδης(druidēs).[12][13][14] Aunque no han sobrevivido inscrip-ciones romanas o célticas que alberguen la morfología dela palabra,[9] ésta es cognada con el céltico insular tar-dío, irlandés antiguo, drui (druida, hechicero) y el galéstemprano dryw (vidente). Con base en todas las formasdisponibles, la palabra hipotética del protocelta puede serreconstruida como *dru-wid-s (pl.*druwides) que signifi-ca “el que conoce al roble”. Los dos elementos provienende las raíces protoindoeuropeas *deru.[lower-alpha 1]y *weid(ver)[15] El sentido de “conocedor del roble” (o “videntedel roble”) es confirmado por Plino el Viejo, quien en suHistoria Natural etimologiza al término como si provinie-ra del sustantivo griego δρύς (drus), “roble”[16] y del sufi-jo griego -ιδης (-idēs).[17] La palabra del moderno irlan-dés para roble es dair, y de ésta se derivan formas inglesaspara lugares, tales como Derry—Doire y Kildare—CillDara (literalmente “templo del roble”). Hay varias histo-rias de santos y héroes que versan sobre robles, y subsis-ten en la Irlanda rural algunas historias y supersticioneslocales (llamadas pishogues) sobre los árboles en gene-ral. Tanto la palabra irlandesa drui y como la galesa drywpudieran también referirse al pájaro cochín posiblementeasociando a éste con el ave del augurio en las tradicionesirlandesa y galesa. (Véase: Wren Day).[18]

2 Prácticas y doctrinas

De acuerdo con el historiador Ronald Hutton, “podemossaber virtualmente nada con certeza acerca de los anti-guos druidas, así que —aunque sin duda existieron —fungen más o menos como figuras legendarias”.[19] Sinembargo, las fuentes referidas por escritores antiguos ymedievales, junto a la evidencia arqueológica, pueden daruna idea de la forma en que desempeñaban su papel reli-gioso.

2.1 Rol social y formación

Una de las pocas cuestiones en las que coinciden las fuen-tes grecorromanas e irlandesas acerca de los druidas esque éstos jugaban un papel importante en la sociedad cel-ta. Julio César, en su descripción sobre la sociedad gala,señalaba que los druidas eran uno de los dos grupos re-ligiosos más importantes (junto a los nobles) y eran res-ponsables de organizar el culto, los sacrificios, la adivina-ción u oráculo y los procedimientos judiciales.[20] Tam-bién afirmó que estaban exentos del servicio militar y delpago de impuestos, y tenían el poder para excomulgar alos miembros de la comunidad de los festivales religiosos,ocasionando con ello la proscripción. Otros dos escrito-res clásicos, Diodoro Sículo y Estrabón, afirmaron que losdruidas eran temidos con tal grado de respeto que podíandetener una batalla si se paraban entre dos ejércitos.[21]

Fue PomponioMela[22]el primer autor que manifestó quela instrucción de los druidas era secreta, y era llevada acabo en las cuevas y los bosques. La tradición druídicaconsistía en una gran cantidad de versos que se aprendíande memoria, y Julio César resaltó que se podía tardar másde veinte años en completar la formación. No hay ningunaevidencia histórica, de la época del auge del druidismo,que sugiera la profesión druida no fuera reservada paralos varones,[23] aunque se considera que varias referen-cias legendarias, como el mito de Ceridwen insinúan laposibilidad de druidas femeninos. Lo que se sabe sobrela enseñanza a los novicios druidas es pura conjetura: dela literatura oral, no se conoce con certeza que haya so-brevivido algún verso antiguo, ni siquiera bajo la formade traducción. Toda la formación druida era de carácteroral, aunque César indica[24] que los galos, para cuestio-nes ordinarias, tenían un lenguaje escrito en el que usa-ban caracteres griegos. En esto probablemente se basó enescritores antiguos, ya que en el tiempo de César, los es-critos galos se habían trasladado de la escritura griega ala latina.

2.2 Filosofía

Alejandro Polímata se refirió a los druidas como filósofosy consideró como pitagórica su doctrina de la inmortali-dad del alma y de la reencarnación o metempsícosis.

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2.4 Sacrificios 3

La doctrina pitagórica prevalece entre losgalos que enseñan que las almas de los hom-bres son inmortales, y que después de un núme-ro determinado de años ellas entrarán en otrocuerpo

Julio César escribió:

Respecto a sus enseñanzas propiamen-te dichas, el objetivo principal de toda suinstrucción es, en su opinión, imbuir a susestudiantes con una creencia firme en laindestructibilidad del alma, la cual, de acuerdocon sus creencias, simplemente pasa de uninquilino a otro tras la muerte; solamente poresta doctrina, que roba a la muerte todos sustemores, puede desarrollarse la forma máselevada de valentía humana. Secundarias a esteprincipio fundamental, ellos sostienen variasdisertaciones y discusiones sobre astronomía,sobre la extensión y distribución geográfica delglobo, sobre las diferentes ramas de la filosofíanatural y sobre varios problemas relacionadoscon la religión.Julio César, De Bello Gallico, VI, 13

Diódoro Sículo, en el año 36 a.C., describió cómo losdruidas seguían la “doctrina pitagórica” de que las al-mas humanas “son inmortales y después de un nú-mero de años determinado ellas comienzan una vidanueva en un cuerpo nuevo”.[25] En 1928, el folcloris-ta Donald A. Mackenzie especuló que los druidas ha-brían sido misioneros budistas enviados por el rey indúAshoka.[26]Ya otros han invocado semejanzas comunesindoeuropeas.[27]César describió la doctrina del ancestrooriginal de la tribu, a quién se refirió como Dispater o“padre” Hades.

2.3 Rito del Muérdago

Plinio el Viejo describió detalladamente un ritual druidaconcerniente al roble y al muérdago:

Tras haber preparado los sacrificios y losbanquetes bajo los árboles traen dos toros blan-cos cuyos cuernos han sido vendados. En su tú-nica blanca, un druida sube el árbol para cortarel muérdago con su hoz de oro, otros vestidosde la misma manera lo reciben. Después matana los animales de sacrificio y rezan para que eldios les recompense esta ofrenda con sus dotes.

2.4 Sacrificios

Los escritores grecorromanos hicieron con frecuencia re-ferencia a los druidas como practicantes de sacrificios hu-

Una ilustración de 1753 del “hombre de mimbre”, la forma deejecución que usaban los druidas para el sacrificio humano, se-gún Julio César.

manos, por lo que los consideraban bárbaros.[28]Los re-portes acerca de los sacrificios druídicos se encuentranen los trabajos de Marco Anneo Lucano, Julio César,Suetonio y Cicerón.[29] César señaló que el sacrificio sehacía principalmente con criminales, pero algunas vecestambién se utilizaba a inocentes. Éstos eran quemados vi-vos dentro de un gran muñeco de madera, ahora cono-cido como el hombre de mimbre. Una descripción dife-rente, proveniente del manuscrito Commenta Bernensia,del siglo X, afirma que los sacrificios para las deidadesTeutates, Esus y Taranis se realizaban, respectivamente,a través del ahogamiento, del ahorcamiento y del fuego.(Ver:Muerte tripartita)Diodoro Sículo aseveró que, para que un sacrificio fue-ra aceptado por los dioses celtas, tenía que ser realizadopor un druida, pues éstos eran los intermediarios entrelas personas y los dioses. Sículo observó la importanciade los profetas en el ritual druida:

Esos hombres predicen el futuro observan-do el viento y los cantos de las aves y por mediodel sacrificio de animales sagrados: todas laspeticiones de la sociedad están bajo su auto-ridad... y en cuestiones muy importantes ellospreparan una víctima humana; al hundir unadaga en su pecho, observando la dirección quedesfallece, en que se convulsionan sus extremi-dades y en que brota su sangre, ellos son capa-

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4 3 FUENTES SOBRE EL DRUIDISMO

ces de leer el futuro.

Se tiene evidencia arqueológica de la Europa occiden-tal que ha sido ampliamente utilizada para respaldar laidea de que los celtas de la edad de hierro realizabansacrificios humanos. Se han encontrado sepulturas ma-sivas en un contexto ritual fechadas en este periodo enlo que fue la Galia, en Gournay-sur-Arode y Ribermont-sur-Ancre, en lo que habría sido la región de dominaciónbelga. El arqueólogo excavador de esos sitios, Jean LouisBrunaux, interpretó estas sepulturas como áreas de sa-crificios humanos realizados en devoción a algún dios dela guerra,[30][31] aunque este punto de vista fue critica-do por el arqueólogo Martin Brown, quien cree que loscuerpos pudieron ser los de honrosos guerreros, enterra-dos en un santuario, en vez de los supuestos sacrificios.[32]Varios historiadores han cuestionado si los escritores clá-sicos grecorromanos son atinados en sus afirmaciones. J.Rives comentó que era “ambiguo” si los druidas habríanrealizado esos sacrificios, ya que los griegos y romanoseran conocidos por proyectar como rasgos bárbaros loque ellos veían en los extranjeros incluyendo no sólo a losdruidas sino también a los hebreos y cristianos también,confirmando así su “superioridad cultural” en sus propiasmentes.[33] En una opinión similar Ronald Hutton sinte-tiza la evidencia declarando que “las fuentes griegas y ro-manas del druidismo no son, como las hemos recibido,de la suficiente calidad para formar una decisión clara yfinal de si los sacrificios humanos fueron, de hecho, par-te de su sistema de creencias”.[34] Peter Berresford Ellis,un nacionalista celta que escribió el libro “Los Druidas”(1994), creyó que éstos eran los equivalentes a la castabrahamánica en la India, y consideró que las acusacionesde sacrificios humanos permanecían sin ser probadas,[35]mientras que la experta en literatura medieval galesa e ir-landesa, Nora Chadwick, quien pensaba que los druidaseran grandes filósofos, defendió fervientemente la idea deque no estaban involucrados en los sacrificios humanos yque dichas acusaciones eran propaganda imperialista deRoma.[36]

3 Fuentes sobre el Druidismo

3.1 Registros griegos y romanos

Los registro más antiguos de los druidas provienen dedos textos griegos de alrededor del año 300 a.C.: unofue una historia de la filosofía escrita por Sotión deAlejandría, y el otro, un estudio de la magia que fueatribuido incorrectamente a Aristóteles. Éstos mencio-nan la existencia de druidas o sabios pertenecientes alos keltois (celtas) y galatias (gálatas o galos).[37] Am-bos textos están perdidos hoy en día, pero fueron cita-dos en el segundo siglo de nuestra era en la obra Vi-tae de Diógenes Laercio.[38]Subsecuentes textos griegosy romanos del siglo III a.C. hacen referencia a “filóso-

fos bárbaros”,[39]posiblemente, en referencia a los drui-das galos.

3.1.1 Julio César

Julio César, general romano y posterior dictador, quien escribióuno de los textos más antiguos y completos en que se describe alos druidas.[37]

El primer texto conocido que de hecho describe a losdruidas es el citado texto de Julio César, Comentarios so-bre la guerra de las Galias, en su libro VI, el cual ha-bría sido publicado en las décadas de los 50 o 40 antesde nuestra era. César, quién había sido un general que in-tento conquistar la Galia y Gran Bretaña, describió a losdruidas como los que se ocupaban de “el culto divino,la adecuada realización de los sacrificios, públicos o pri-vados, y la interpretación de preguntas rituales.” Aseverótambién, que jugaban parte importante de la sociedad ga-la, siendo una de las dos clases más respetadas junto a loséquites (que significa “jinetes” la cual ha sido interpre-tada comúnmente como referida a los guerreros) y queellos desempeñaban la función de jueces. César aseveróque ellos reconocían la autoridad de un único líder, el cualpodía mandar hasta su muerte, siendo entonces un suce-

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3.1 Registros griegos y romanos 5

sor elegido a través del voto o del duelo. También resaltóque se reunían anualmente en un lugar sagrado en la re-gión dominada por la tribu de los carnutos, en la Galia,pues ellos veían a la Gran Bretaña como el centro de losestudios druidas, y es por eso que no se encontraron en-tre las tribus germánicas al este del Rin. De acuerdo conCésar, varios jóvenes eran formados para ser druidas, du-rante ese tiempo tenían que aprender de memoria todo lorelacionado al culto. También señaló que su principal en-señanza consistía en que “las almas no perecen, pues des-pués de la muerte pasan de uno a otro”. Los druidas tam-bién estarían interesados en “las estrellas y sus movimien-tos, el tamaño de la Tierra y el cosmos, el mundo natural,y los poderes de las divinidades”, indicando que ellos nosólo se veían involucrados en los aspectos comunes de lareligión, tales como teología o cosmología, sino tambiénen la astronomía. César también sostuvo que ellos eranlos “administradores” durante los rituales de sacrificioshumanos, para los cuáles generalmente utilizaban a cri-minales, y que el método consistía en quemarlos dentrodel hombre de mimbre.A pesar de haber tenido una experiencia de primera manocon los galos, y asimismo con los druidas, los escritos deCésar han sido ampliamente criticados por historiadoresmodernos debido a su poca fiabilidad. Una cuestión quehan planteado historiadores como Fustel de Coulanges[40]y Ronald Hutton es que, mientras César describió a losdruidas con un poder significativo dentro de los galos, es-te no los mencionó dentro de las anotaciones sobre susconquistas. Tampoco lo hizo Aulo Hircio, quien conti-nuó el registro de César de la campaña en las galias tras lamuerte de éste último. Hutton creía que César había ma-nipulado la idea de los druidas para que aparecieran antelos lectores romanos, tanto civilizados (siendo instruidosy piadosos), como bárbaros (realizando sacrificios huma-nos) y, por lo tanto, representando tanto “una sociedadque valía la pena agregar al Imperio Romano” así comouna que requería ser civilizada con la ley y los valoresromanos, justificando así sus guerras de conquista.[41]

Sean Dunham ha sugerido que César simplemente habíatomado las funciones religiosas de los senadores romanosy la habría aplicado a los druidas.[42] Daphne Nash con-sidera que “no es improbable” que él “exagerara enorme-mente” tanto el sistema centralizados del liderazgo druidacomo su conexión con la Gran Bretaña.[43] Otros historia-dores han aceptado la posibilidad de que las anotacionesde César sean más acertadas. Norman J. DeWitt conje-turó que la descripción sobre el rol de los druidas pudie-ra informar sobre una tradición idealizada, basada en lasociedad del siglo II a.C., antes de que la confederaciónpangálica liderada por los arvernos fuera rota en el 121a.C., seguida de las invasiones de teutones y cimbrios, envez de la desmoralizada y desunida Galia del tiempo deCésar.[44] John Creighton ha especulado que en la GranBretaña, la influencia social de los druidas estaba en de-clive a mediados del primer siglo a.C., en conflicto conlas nuevas estructuras de poder emergentes incorporadas

en los caciques[45] Otros académicos ven en la conquis-ta romana misma la principal razón de la declinación deldruidismo.[46]

3.1.2 Cicerón, Diódoro Sículo, Estrabón y Tácito

No sería sólo César, sino otros escritores grecorromanoslos que posteriormente comentarían sobre los druidas ysus prácticas, aunque ninguno de ellos daría tantos de-talles como él. Marco Tulio Cicerón, contemporáneo deCésar, señaló que él conoció a un druida galo, Diviciaco,quien fue miembro de la tribu de los heduos. Diviciacosupuestamente conocería mucho acerca del mundo natu-ral y realizaría adivinación a través del augurio.[4]Si Di-viciaco fue genuinamente un druida puede, sin embar-go, ser disputado, pues César, que también lo conoció, yescribió sobre él, nombrándolo Diviciacus, nombre quesuena más gálico (y así presumiblemente más auténtico),nunca se refirió a él como un druida y, asimismo, lo pre-sentó como un líder político y militar.[47]

Otro escritor clásico que describió a los druidas, no mu-cho tiempo después, fue Diódoro Sículo, quien publicósu descripción en su Bibliotheca historicae en el 36 a.C.Junto a los druidas o, drouidas cómo el los llamaba, a loscuales veía como filósofos y teólogos, Sículo también re-saltó cómo en la sociedad celta había poetas y cantantes,a los cuales llamó bardous o bardos.[25] Ésta idea fue am-pliada por Estrabón, quien escribió en los años 20s a.C., yseñaló que entre los galos, había tres tipos de figuras ho-norables: los poetas y cantantes conocidos como bardoi,los teólogos y especialistas en el mundo natural conocidoscomo o'vatei’s, y los druidas, quienes estudiaban la “filo-sofía moral”.[48]Sin embargo, la exactitud de estos escri-tores ha sido cuestionada, Ronald Hutton ha indicado que“Todo lo que podemos concluir es que no tenemos cono-cimiento seguro de las fuentes utilizadas por ninguno deesos autores para hacer sus comentarios sobre los drui-das, y asimismo de sus fechas, su contexto geográfico osu exactitud”.[49]

Tácito, senador e historiador romano, describió cómocuando el ejército romano, dirigido por Cayo SuetonioPaulino, atacó la isla de Mona (Anglesey, en Gales), loslegionarios se asombraron al desembarcar por la apari-ción de una banda de druidas, los cuales, con las manoslevantadas hacia el cielo, vertieron lentamente terriblesmaldiciones sobre las cabezas de los invasores. Tácitoafirmó que ello “aterrorizó a nuestros soldados que nun-ca habían visto algo así...” De acuerdo con el historiador,sin embargo, el coraje de los romanos, pronto superó esostemores; los bretones fueron puestos en retirada, y las ar-boledas sagradas de Mona fueron taladas.[50] Tácito estambién la única fuente primaria que brinda registros delos druidas en la Gran Bretaña, pero mantiene un pun-to de vista hostil, viéndolos como salvajes ignorantes.[51]Mientras tanto, Robert Hutton, señala que “no hay evi-dencia de que Tácito haya usado reportes de testigos ocu-lares” y pone en duda la fiabilidad de las descripciones de

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6 3 FUENTES SOBRE EL DRUIDISMO

Tácito.[52]

3.2 Registros irlandeses y galeses

Durante la Edad Media, después de que Irlanda y Galesfueran cristianizados, los druidas aparecieron en ciertonúmero de fuente escritas, principalmente cuentos e his-torias tales como Táin Bó Cúailnge, pero también en lashagiografías de varios santos. Todas éstas fueron escri-tas por monjes cristianos, quienes, de acuerdo con Ro-nald Hutton: “no han sido solamente hostiles con el an-tiguo paganismo, sino de hecho, ignorantes de él” y poreso no pueden ser particularmente confiables, pero al mis-mo tiempo, podrían proveer pistas sobre las prácticas deldruidismo en Irlanda, y en menor medida, en Gales.[53]

3.2.1 Literatura y derecho irlandés

Los pasajes irlandeses que se refieren a los druidas enfuentes vernáculas fueron “más numerosos que en todoslos textos clásicos” de los griegos y romanos, y pintan unimagen un tanto diferente de ellos. En la literatura irlan-desa los druidas —nombrado como drui, draoi, drua ydrai— son hechiceros con poderes sobrenaturales, queson respetados en la sociedad, particularmente por su ha-bilidad de realizar adivinación. Ellos pueden lanzar he-chizos y convertir a la gente en animales o piedras, o mal-decir los cultivos del pueblo para que se arruinen. Al mis-mo tiempo, el término druida es utilizado a veces para re-ferirse a cualquier figura que utilice magia, por ejemplo,en el Ciclo feniano, son nombrados como druidas tantogigantes como guerreros cuando estos lanzan un hechizo,a pesar de que generalmente no se les refiere como tales;como Ronald Hutton señaló, en la literatura irlandesa me-dieval, “la categoría de druida es muy porosa.”[54]

Cuando los druidas son retratados en las primeras sagasirlandesas y en el conjunto de vidas de santos en el pasadoprecristiano de la isla, se les confiere comúnmente un es-tatus social alto. La evidencia de los códigos legales, quefueron escritos en los siglos VII y VIII, sugieren que con lallegada del cristianismo el papel de druida en la sociedadirlandesa se redujo rápidamente a la de brujo que podríaser consultado para realizar hechizos o practicar sanaciónmágica y, en consecuencia, su prestigio declinó.[55] Deacuerdo con el Bretha Crólige, uno de los primeros trata-dos legales, la atención a los enfermos debida a un druida,satírico y bandido (díberg), no es más que la debida a unbóaire (un liberto ordinario). El Uraicecht Becc (Primerpequeño), otro texto legal, da a los druidas un lugar entrelos los dóer-nemed o clases profesionales de que depen-dían de un patrón, junto a los obreros, herreros y artistas,en oposición a los fili (poetas), que solamente disfrutabandel estatus de “nemed” libre.[56]

3.2.2 Literatura galesa

Mientras que en las fuentes irlandesas los druidas son ca-racterizados prominentemente, se encuentran raramenteen sus contrapartes galesas. A diferencia de los textos ir-landeses, dryw, el término galés observado comúnmentepara nombrar a los druidas, es utilizado para referirse so-lamente a profetas y no a brujos o sacerdotes paganos.Hutton ha señalado que hay dos explicaciones para el usodel término en Gales: el primero es que éste término fueun sobreviviente de la era precristiana, cuando los drywhabrían sido sacerdotes antiguos, mientas que la segundaexplicación es que los galeses habían tomado prestado eltérmino de los irlandeses, como sucedió en el inglés (elcual utiliza los términos dry y drycraeft para referirse amagos y a la magia respectivamente; muy probablemen-te, influenciado por los términos del irlandés).[57]

3.3 Arqueología

Corona del “Guerrero de Deal” usada posiblemente por druidas.Museo Británico. [58]

Como la historiadora Jane Webster declaró “personali-dades druidas... son poco probables de ser identificadasarqueológicamente”,[59] punto de vista que ha secundadoRonald Hutton, quien declaró que ““ningún artefacto oimagen desenterrado se ha podido asociar indudablemen-te con los antiguos druidas”.[3] Mientras que A.P. Fitzpa-trick, en el estudio de lo que creía sería el simbolismoastral de las espadas de la Edad de Hierro, ha expresadodificultades para relacionar algún material cultural, inclu-so el Calendario de Coligny, con la cultura druida.[60]Noobstante, algunos arqueólogos han intentado ligar descu-brimientos fehacientes con registros escritos de los drui-das, por ejemplo, la arqueóloga Anne Ross relacionó loque ella cree ser la evidencia de sacrificios humanos en lasociedad pagana celta —como el cuerpo momificado delhombre de Lindow— con los registros grecorromanos desacrificios humanos oficiados por los druidas.[61][62]

En una excavación en Deal, condado de Kent (Inglaterra),fue descubierto el “guerrero de Deal”, un hombre ente-rrado alrededor del 200-150 a.C., con una espada y es-cudo, y llevando puesta una corona, demasiado delgadapara ser un casco. La corona es de bronce, tiene una ban-da ancha alrededor de la cabeza y una delgada franja que

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4.3 Historiografía y hagiografía cristianas 7

cruza la parte superior de la cabeza. Fue usada sin nin-gún tipo de relleno debajo de ella, pues restos de cabellofueron encontrados en el metal. La forma de la corona essimilar a las que fueron vistas en imágenes de sacerdo-tes romano-británicos varios siglos después, dando lugara especulaciones entre los arqueólogos de que ese hombrepudo haber sido un druida.[63]

4 Recepción histórica del druidis-mo

4.1 Prohibición y declinación durante ladominación romana

Durante la Guerra de las Galias entre el 58 y el 51 a.C.,el ejército romano, dirigido por Julio César, conquistó lamayoría de los cacicazgos tribales de la Galia, y fueronanexados como parte del Imperio Romano. De acuerdocon los registros llevados a cabo en los siglos posteriores,los nuevos gobernantes de la Galia Romana introdujeronmedidas para librar de druidas a la región. Según Plinioel Viejo, fue el emperador Tiberio (del año 14 al 37 d.C.)quien introdujo leyes prohibiendo, no solo a los druidas,sino también a otros adivinos y curanderos, acción quefue aplaudida por Plinio, creyendo que ello terminaría losacrificios humanos en la Galia.[64] Una descripción untanto diferente sobre los ataques legales de Roma hacia eldruidismo fue hecha por Suetonio, escrita en el segundosiglo de nuestra era, donde él señala que Augusto, el pri-mer emperador romano (cuyo mandato fue del 27 a.C. al14 d.C.), había decretado que que nadie que fuera druidapodría ostentar la ciudadanía romana, y esto fue seguidode una ley expedida por el posterior emperador Claudio(del 41 al 54 d.C.) el cual “suprimió completamente” alos druidas prohibiendo sus prácticas religiosas.[65]

4.2 Posible sobrevivencia tardía del drui-dismo insular

La mayor evidencia de la tradición druida en las islas bri-tánicas es el cognado independiente del céltico *druwid-en el céltico insular: el irlandés antiguo druídecht sobre-vive con el significado de “mágico” y el galés dryw con elsignificado de “vidente”.Mientras los druidas como casta sacerdotal fueron extin-tos con la cristianización de Gales, concluida a finales delsiglo VII, los oficios de bardo y de “vidente” subsistieronen el Gales medieval del siglo XIII.El profesor de clásicos, Philip Freeman, discute una re-ferencia tardía sobre el término dryades, que traduce co-mo druidesas, en un escrito del “cuarto siglo a.C. enuna colección de biografías imperiales conocida como laHistoria Augusta, la cual contiene tres pasajes cortos queinvolucran a mujeres galas llamadas “dryades” (“druide-

sas”). Él señala que “en todos ellos, las mujeres pudieranno ser herederas directas de los druidas que supuestamen-te habrían sido extintos por los romanos pero, en todo ca-so, muestran que la función druídica de profecía continuóentre los nativos de la galia romana”.[66] Sin embargo, laHistoria Augusta es interpretada frecuentemente por aca-démicos como una obra en gran medida satírica, y esosdetalles pudieron haber sido introducidos de un modo có-mico. Adicionalmente, las druidesas son mencionadas enla mitología irlandesa tardía, incluyendo la leyenda delguerrero Fionn mac Cumhaill, quien es levantado por eldruida Bodhmall y una mujer sabia,[67][68] de acuerdo conlaMacgnímartha Finn, historia del siglo XII, pertenecien-te al Círculo feniano.

4.3 Historiografía y hagiografía cristianas

La historia de Vortigern, como fue descrita por Nennio,provee una de las pocas luces sobre la supervivencia drui-da en la Gran Bretaña después de la conquista romana:desafortunadamente, se reconoce que Nennio mezcla he-chos y leyenda de tal modo que actualmente no es po-sible reconocer la verdad que se encuentra en su texto.El escribió que, después de haber sido excomulgado porGermán de Auxerre, el líder británico Vortigern invitó adoce druidas para que le ayudasen.En las vidas de santos y mártires, los druidas son repre-sentados como magos y adivinos. En la vita de Columbade Adomnán, dos de ellos fungen como tutores de las hi-jas de Lóegaire mac Néill, el Gran rey de Irlanda, a lallegada de San Patricio. Son representados tratando deimpedir el progreso de San Patricio y San Columba pro-duciendo nubes y niebla. Antes de la batalla de Culdrem-ne (en el 561) un druida hizo un hechizo llamado airbedrtad alrededor de uno de los ejércitos, pero el signifi-cado preciso de ese término no es claro, se presume quepudiera referirse a un escudo de protección. Los druidasirlandeses parecen haber tenido una tonsura peculiar. Lapalabra drui es usada siempre para traducir el latín ma-gus y, en un pasaje, San Columba habla de Cristo comosu druida. De igual modo, una hagiografía de San Beunodeclara que cuando el murió tuvo una visión de “todos lossantos y druidas”.La Vita de Martín de Tours, escrita por Sulpicio Severo,relata comoMartín se topó con un funeral campesino, lle-vando el cuerpo en unmanto funerario, el cual SanMartínconfundió con algún ritual druida de sacrificio, “debido aque era la costumbre de los campesinos galos, en su ho-rrible locura, cargar a través de los campos las imágenesde demonios cubiertas con un velo blanco”. Así Martíndetuvo la procesión levantando su cruz pectoral y: “des-pués de esto, las pobres criaturas debieron, al principio,ponerse rígidas como piedras. Posteriormente, como, contoda la fuerza posible, intentaron moverse, pero no fue-ron capaces de dar un paso más, comenzaron a girar dela manera más ridícula, hasta que, no siendo capaces desostener el peso, soltaron el cuerpo sin vida.” Al descubrir

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8 4 RECEPCIÓN HISTÓRICA DEL DRUIDISMO

su error, Martín de nuevo levantó su mano para dejarlosproseguir: “así” señala el hagiógrafo, “él, mientras le pla-cía, los obligó a permanecer quietos y, cuando consideróque era bueno, les permitió retirarse”.[69]

4.4 Romanticismo y resurgimiento mo-derno

Ilustración ficticia de “Un Archi-druida y su hábito judicial”, to-mado de Las vestimentas originales de los habitantes de las IslasBritánicas por S.R. Meyrick y C.H. Smith (1815) la lúnula dora-da es copiada de la Edad de Bronce irlandesa.[lower-alpha 2]

Desde el siglo XVIII, Inglaterra y Gales experimentaronun resurgimiento en el interés sobre los druidas. John Au-brey (1626-1697) habría sido el primer escritor modernoque vinculó Stonehenge y otros monumentos megalíticoscon los druidas; debido a que las opiniones de Aubrey fue-ron confinadas a sus cuadernos, la primera audiencia am-plia para esta idea fueron los lectores deWilliam Stukeley(1687-1765). John Toland (1670-1722) dio forma a lasideas sobre los druidas que estuvieron vigentes durante lamayor parte de los siglos XVIII y XIX. Toland fundó enLondres la Orden del AntiguoDruida la cual existió desde1717 hasta su división en dos grupos en 1964. La ordennunca usó (y continúa sin usar) el título de “archi-druida”para ningún miembro, pero se le imputa retrospectiva-mente a William Blake el haber sido su “jefe electo” (delos archi-druidas) de 1799 a 1827, sin corroboración enlos numerosos escritos de Blake o entre los investigadoresmodernos sobre Blake. John Toland estaba fascinado porlas teoría sobre Stonehenge de Aubrey, y escribió su pro-pio libro acerca del monumento sin dar crédito a Aubrey.El papel de los bardos en el Gales del siglo X había sido

“Los Druidas”, por el pintor francés Alexandre Cabanel (1823-1890)

establecido por Hywed Dda y por eso fue que durante elsiglo XVIII emergió la idea de que los druidas habríansido sus predecesores.[70]

La idea del siglo XIX, de que bajo la presión cultural ymilitar de Roma, los druidas constituyeron el núcleo deresistencia entre los galos en el primer siglo antes de nues-tra era, se formó debido a la lectura acrítica del episodiohistórico de la Guerra de las Galias. Esta idea fue exa-minada y desechada hasta después de la Segunda GuerraMundial,[71] aunque sigue vigente en la historia popular.Los druidas comenzaron a figurar de manera impor-tante en la cultura popular con la primera llegadadel Romanticismo. La novela Les Martyris (1809) deChateaubriand, narra el amor fallido entre una sacerdotisadruida y un soldado romano; aunque la idea de Chateau-briand era el triunfo del cristianismo sobre los druidas pa-ganos, la temática continuó dando frutos. La ópera proveeun barómetro de la cultura popular europea bien informa-da a principios del siglo XIX: en 1817 Giovanni Pacinillevó al escenario a los druidas en la ciudad de Triestecon una ópera acerca de una druidesa, La Sacerdotessad'Irminsul cuyo libreto fue elaborado por Felice Roma-ni. Para su libreto, Romani reutilizó algunos de los tras-fondos pseudodruídicos para dar color al clásico conflictoteatral entre el amor y el deber. La historia era similar a lade Medea, como había sido recientemente representadapara una popular obra parisina de Alexandre Soumet: la

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4.5 Investigación contemporánea 9

diva aria de Norma, “Casta Diva”, es la diosa de la Luna,siendo venerada en la “arboleda de la estatua de Irmin”.La ópera más famosa sobre druidas, Norma, de VicenzoBellini, fue un fiasco en La Scala, cuando se estrenó undía después de la navidad de 1831; pero en 1833 fue todoun éxito en Londres.

Retrato de Giulia Grisi, caracterizada como “Norma” (1844).

Una figura central del romanticismo neodruida del sigloXIX fue el galés EdwardWilliams, mejor conocido comoIolo Morganwg. Sus escritos, publicados póstumamentecomo Los manuscritos de Iolo (1849) y Barddas (1862),no son considerados verosímiles por los investigadorescontemporáneos. Williams declaraba haber recolectadoel conocimiento antiguo en una “comunidad de bardosde las islas británicas” que él había organizado. Variosinvestigadores consideran que todo o parte del trabajo deWilliams es una fabricación, y supuestamente varios delos documentos en que se basa son de su propia inven-ción, pero una gran parte de su trabajo ha sido recopi-lado de fuentes meso-paganas que llegan a provenir dehasta el año 600 de nuestra era. A pesar de ello, es impo-sible separar las fuentes originales del trabajo fabricadoy, mientras que trozos y porciones de el Bardass todavíase encuentran en algunos trabajos neodruídicos, los do-cumentos son considerados irrelevantes por la mayoría delos investigadores serios.T.D. Kendrick disipó, en su obra de 1927, el aura pseu-dohistórica que se le había acumulado a los druidas,[72]estableciendo que “se han escrito una cantidad prodigio-sa de tonterías acerca del druidismo”;[73] sin embargo, elneodruidismo ha seguido dando forma a la percepciónpública de los druidas históricos. El Museo Británico es

contundente:

Los druidas modernos no tienen conexióndirecta con los druidas de la Edad de Hie-rro. Varias de las ideas populares acerca delos druidas se fundamentan en malentendidos yconceptos erróneos de estudiosos de hace 200años. Esas ideas han sido superadas por los des-cubrimientos y estudios más recientes.[74]

Varias corrientes del druidismo contemporáneo son unacontinuación del resurgimiento del siglo XVIII y así esque en buena parte se estructuran sobre escritos produci-dos en ese siglo y también por fuentes y teóricos de segun-da mano. Algunos son monoteístas. Otros, como el grupodruida más grande en el mundo, la Orden de los bardos,ovatos y druidas, se basan en un amplio rango de recursospara sus enseñanzas. Miembros de los grupos neodrui-das pueden ser neopaganos, ocultistas, reconstruccionis-tas, cristianos o espiritualistas de cualquier tipo.

4.5 Investigación contemporánea

Nuevas formas de crítica filológica y métodos arqueoló-gicos fueron desarrollados en el siglo XX, permitiendouna mayor asertividad en el entendimiento del pasado,varios arqueólogos e historiadores publicaron libros so-bre los druidas y llegaron a sus propias conclusiones. Elarqueólogo Stuart Piggott, autor de Los druidas (1968),dio crédito a las fuentes grecorromanas y consideró quelos druidas eran una clase sacerdotal bárbara y salvajeque realizaba sacrificios humanos.[75] Este punto de vis-ta fue ampliamente respaldado por la arqueóloga AnneRoos, autora de La pagana Gran Bretaña celta (1967) yLa vida y muerte de un príncipe druida (1989), aunqueella creía que los druidas eran esencialmente sacerdotestribales, teniendo más en común con los chamanes de lassociedades tribales que con los filósofos clásicos.[76] Elpunto de vista de Ross fue ampliamente aceptado porotros dos arqueólogos destacados que escribieron sobrela materia, Miranda Aldhouse-Green[77] —autora de Losdioses celtas (1986) Explorando el mundo de los druidas(1997) y Los druidas de César: historia de un sacerdocioantiguo (2010) —y Barry Cunliffe, autor de Las comuni-dades de la edad de hierro en la Gran Bretaña (1991) yLos antiguos celtas (1997)[78]

5 Cultura popular contemporánea

• Uno de los druidas más conocidos en la cultura po-pular es Panoramix, del célebre cómic Astérix, crea-ción de René Goscinny y Albert Uderzo. Viste unatúnica blanca y porta una hoz de oro. Es, de hecho,gracias a una poción mágica preparada por Panora-mix, que los aldeanos de la villa de Astérix poseen

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10 7 NOTAS Y REFERENCIAS

Neodruidas recibiendo al Sol en 2005.

una fuerza sobrehumana que les permite resistir a lainvasión romana.

• El cómic Sláine, que está basado en la cultura celta,recoge a la figura del druida cómo un sacerdote, asícómo bastantes elementos que tradicionalmente seatribuyen a los druidas, cómo realizar sus cultos enarboledas o el caldero.

• En el juego Dungeons & Dragons aparece la figu-ra del druida, con funciones semejantes a las de unmago.

• En los videojuegos World of Warcraft, Diablo II:Lord of Destruction, Praetorians y Tibia los druidasson personajes o clases jugables.

• Generalmente en juegos de rol y universos de fanta-sía, los druidas son una variante del mago ordinario,orientada a los poderes de la naturaleza.

6 Véase también• Mitología celta

• Vergobreto

• Adoración a los árboles

• Neodruidismo

7 Notas y referencias[1] Proto-IE *deru-, un cognado con el inglés tree, es la pala-

bra para “roble”, aunque la raíz tiene un amplio desplieguede significados relacionados con “ser firme, sólido, inque-brantable” (de ahí, por ejemplo, true en inglés). The Ame-rican Heritage Dictionary of the English Language. FourthEdition, 2000 Indo-European Roots: deru-.

[2] Sobreviven 9 lúnulas, 7 en el Museo Nacional de Irlanda,todas fechadas en la Edad de Bronce tardía, 800-700 a.C.Wallace, Patrick F., O'Floinn, Raghnall eds. Treasures ofthe National Museum of Ireland: Irish Antiquities, 2002,

Gill &Macmillan, Dublin, ISBN 0-7171-2829-6, pp. 88–89, 100–101.

7.1 Referencias

[1] Antiquitas explanatione et schematibus illustrata vol. ii,part ii, libro v. (p. 436). Montfaucon asegura que él es-tá reproduciendo un bajo relieve encontrado en Autun.

[2] Hutton, 2009, p. 1.

[3] Hutton, 2009, p. 23.

[4] Cicero 44. I.XVI.90.

[5] Tacitus. XIV.30.

[6] Pliny c.78. XVI.249.

[7] MacMathúna, Liam (1999) “Irish Perceptions of the Cos-mos” Celtica, vol. 23 (1999), 174–187 (p. 181).

[8] Hutton, 2009, pp. 32-37.

[9] Piggott, 1968, p. 89.

[10] Druides, Charlton T. Lewis, Charles Short, A Latin Dic-tionary, on Perseus project.

[11] Caroline aan de Wiel, “druids [3] the word”, in Celtic Cul-ture.

[12] Δρουίδης, Henry George Liddell, Robert Scott, A Greek-English Lexicon, on Perseus

[13] Pokorny’s Indogermanisches etymologisches Wörterbuch,ver también American Heritage Dictionary (4th ed.),Δρυίδης.

[14] Δρουίδης

[15] The American Heritage Dictionary of the English Langua-ge: Fourth Edition, 2000 Indo-European Roots: weid-.

[16] δρῦς, Henry George Liddell, Robert Scott, A Greek-English Lexicon, on Perseus project.

[17] List of ancient Greek words ending in -ιδης, on Perseus.

[18] Veáse Brian Ó Cuív, “Some Gaelic traditions about thewren”. Éigse 18 (1980): pp. 43-66.

[19] Hutton, 2007, p. XI.

[20] Julio César. De bello gallico. VI.13–18.

[21] Hutton, 2007, pp. 44–45.

[22] Pomponio Mela iii.2.18–19.

[23] Hutton, 1991, p. 171.

[24] De bello gallico VI.14.3

[25] Diódoro Sículo. Bibliotheca historicae. V.21-22.

[26] Donald A.Mackenzie, Buddhism in pre-Christian Britain(1928:21).

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7.1 Referencias 11

[27] Isaac Bonewits, Bonewits’s Essential Guide to Druidism,Citadel, 2006.

[28] John Daniel, The Philosophy of Ancient Britain, Kessin-ger Publishing, LLC (May 23, 2010), ISBN 978-1-161-37874-0.

[29] Marco Anneo Lucano, Pharsalia i.450-58; Caesar, Debello gallico vi.16, 17.3-5; Suetonio, Claudio 25; Cice-rón, Pro Font. 31; Cicero, De Rep. 9 (15);citado despuéspor Norman J. DeWitt, “The Druids and Romanization”Transactions and Proceedings of the American Philologi-cal Association 69 (1938:319-332) p. 321, note 4.

[30] Brunaux, Jean-Louis (2001). “Gallic Blood Rites” en Ar-chaeology 54.2.

[31] Brunaux, Jean-Louis (2002). “Le Santuaire gaulois deGournay-sur-Aronde” en Bulletin 56 of the Archaeo-logical and Historical Company of Boulounge-Conchy-Hainvillers.

[32] Hutton, 2007, pp. 133-134.

[33] Rives, J. (1995). “Human Sacrifice among Pagans andChristians” en Journal of Roman Studies, p. 85.

[34] Hutton, 2009, pp. 4-5, 17.

[35] Ellis, 1994.

[36] Chadwick, 1966, pp. XVIII, 28, 91.

[37] Hutton, 2009, p. 2.

[38] Diógenes Laercio. Vitae. Introducción, sección 1.

[39] Veinte referencias son presentadas de forma tabular porJane Webster, “At the End of the World: Druidic and Ot-her Revitalization Movements in Post-Conquest Gaul andBritain” Britannia 30 (1999:1–20):2–4.

[40] de Coulanges, Fustel (1891). La Gaule romaine. Paris. Pa-ge 03.

[41] Hutton, 2009, pp. 4–5.

[42] Dunham, Sean B. (1995). “Caesar’s Perception of GallicSocial Structures” in Celtic Chiefdom, Celtic State (Eds:Bettina Arnold and D. Blair Gibson). Cambridge: Cam-bridge University Press; aprobado por Maier, Bernhard(2003). The Celts. Edinburgh: Edinburgh University Press.Pp. 65–66.

[43] Nash, Daphne (1976). “Reconstructing Posidonius’s Cel-tic Ethnography” in Britannia 7. Page 126.

[44] DeWitt 1938:324f.

[45] Creighton, “Visions of power: imagery and symbols in La-te Iron Age Britain” Britannia 26 (1995: pp. 285–301; es-pecially p. 296f).

[46] e.g. Jane Webster, en “At the End of the World: Druidicand Other Revitalization Movements in Post-ConquestGaul and Britain” Britannia 30 (1999: pp. 1–20 y biblio-grafía completa).

[47] Hutton, 2009, p. 5.

[48] Estrabón. Geographica. IV.4.4–5.

[49] Hutton, 2009, p. 10.

[50] Tacito. 14.30.

[51] Rutherford, 1978, p. 45.

[52] Hutton, 2007, pp. 3–5.

[53] Hutton, 1991, p. 148.

[54] Hutton, 2009, pp. 32-33.

[55] Kelly, A Guide to Early Irish Law, pp. 59-60.

[56] Kelly, A Guide to Early Irish Law, p. 60.

[57] Hutton, 2009, p. 47.

[58] Skull and crown of the 'Deal Warrior', British Museum.

[59] Webster 1999:6.

[60] Fitzpatrick, A.P. (1996). «Night and Day: the symbolismof astral signs on Late Iron Age anthropomorphic shortswords». Proceedings of the Prehistoric Society 62: 373–98.

[61] Anne Ross (1986). “Lindow Man and the Celtic tradi-tion”, in Lindow Man; The Body in the Bog (eds: I.M.Stead, J.B. Bourke and D. Brothwell), pp. 162-69.

[62] Anne Ross and Don Robins (1989) The Life and Death ofa Druid Prince.

[63] British Museum Highlights Cráneo y corona del “Guerre-ro de Deal”.

[64] Plinio. XXX.13.

[65] Suetonio. Claudio. XXV.5.

[66] Freeman, Phillip,War, Women & Druids: Eyewitness Re-ports and Early Accounts, University of Texas Press, ISBN978-0-292-72545-4, pp. 49-50.

[67] Jones, Mary. “The Boyhood Deeds of Fionn mac Cum-haill”. From maryjones.us. Retrieved July 22, 2008.

[68] Parkes, “Fosterage, Kinship, & Legend”, Cambridge Uni-versity Press, Comparative Studies in Society and History(2004), 46: pp. 587-615.

[69] Hagiography.

[70] “Ancient druids of Wales”, National Museum of Wales.

[71] Norman J. DeWitt, “The Druids and Romanization”Transactions and Proceedings of the American Philologi-cal Association 69 (1938:319-332): “Pocos historiadoresahora creen que los druidas, en tanto corporación, consti-tuyeron un elemento efectivo anti romano durante el pe-riodo de la conquista de César y en el periodo inicial de laGalia romana;” su revisión de las fuentes literarias aparen-temente contradictorias refuerza la conclusión indicada.

[72] T.D. Kendrick, The Druids: A Study in Keltic Prehistory(London: Methuen) 1927.

[73] Kendrick 1927:viii.

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12 8 ENLACES EXTERNOS

[74] «Explore/». The British Museum. Consultado el 2 de di-ciembre de 2007.

[75] Piggott, 1968, pp. 92–98.

[76] Ross, 1967, pp. 52–56.

[77] Aldhouse-Green, 1997, pp. 31–33.

[78] Cunliffe, 2005, pp. 518–520.

7.2 Fuentes clásicas• Cicerón (44 a.C.). De divinatione (en latín).• Plinio el Viejo (78 d.C.). Naturalis Historia (en la-tín).

• Tácito (Siglo II d.C.). Annales (en latín).

7.3 Bibliografía• Aldhouse-Green, Miranda (1997). Exploring theWorld of the Druids (en inglés). Londres: Thamesand Hudson.

• Chadwick, Nora (1966). The Druids (en inglés).Londres: University of Wales Press.

• Cunliffe, Barry (2005). Iron Age Communities inBritain: An account of England, Scotland and Wa-les from the seventh century BC until the RomanConquest (en inglés) (4ª edición). Londres y NuevaYork: Constable.

• Ellis, Peter (1991). The Druids (en inglés) (Londresedición). Londres y Nueva York: Constable.

• Hutton, Ronald (1991). The Pagan Religions of theAncient British Isles: Their Nature and Legacy (eninglés). Oxford: Blackwell. ISBN 0-631-18946-7.

• — (2007). The Druids (en inglés). Londres: Ham-bledon Continuum.

• — (2009). Blood and Mistletoe: The History of theDruids in Britain (en inglés). New Haven: Yale Uni-versity Press. ISBN 0-300-14485-7.

• Rutherford, Ward (1978). The Druids and their He-ritage (en inglés). Londres: Gordon & Cremonesi.ISBN 978-0-86033-067-7.

• Ross, Anne (1967). Pagan Celtic Britain (en inglés).Londres: Routledge.

• Piggott, Stuart (1968). The Druids (en inglés). Lon-dres: Thames and Hudson.

8 Enlaces externos

• Wikimedia Commons alberga contenido multi-media sobre los druidas. Commons

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9 Origen del texto y las imágenes, colaboradores y licencias

9.1 Texto• Druida Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Druida?oldid=86255232 Colaboradores: Joseaperez, Sabbut, Lourdes Cardenal, Sanbec,Tony Rotondas, Dodo, Truor, SimónK, Zorak, Arciei, Cinabrium, Loco085, Robotico, Ecemaml, LeonardoRob0t, Sark, Druida~eswiki,Cmx, Taichi, Rembiapo pohyiete (bot), RobotQuistnix, Francosrodriguez, Caiserbot, Dibujon, Yrbot, Baifito, BOT-Superzerocool, Fla-Bot, Aukicha, BOTijo, YurikBot, Icvav, Lin linao, KnightRider, Lord Feldarth, Morris2003, CEM-bot, Man77, Mister, Cabreranews,Dorieo, Thijs!bot, Xabier, Coincazo, Yeza, Ángel Luis Alfaro, Chiganer, Mpeinadopa, JAnDbot, Azedarac, Lecuona, CommonsDelinker,TXiKiBoT, Netito777, Rei-bot, Chabbot, Pólux, Delphidius, VolkovBot, Madith, EBRO30, BlackBeast, Tatvs, Muro Bot, Patricioigle-sias, BotMultichill, Zeyrus, Gerakibot, SieBot, PaintBot, Bigsus-bot, LTB, Elfodelbosque, Mutari, DragonBot, Rhiannonartecelta, Kintaro,Nicolino, Camilo, AVBOT, Miltonpatiño, Acadimag, Volnig, Diegusjaimes, MelancholieBot, Aelfarh, InflaBOT, Madalberta, Luckas-bot, SirWalter, Ptbotgourou, Vampiro81, Bonnot, Saripsa, Pacomeflo, DSisyphBot, ArthurBot, Diogeneselcinico42, Xqbot, Ricardogpn,Kingpowl, Arianrhod~eswiki, Lucifer2000, TiriBOT, MAfotBOT, Halfdrag, Omerta-ve, PatruBOT, Emporio2012, DEagleBot, Coleguito,Grillitus, JackieBot, Diamondland, Robert201101, Bozteresa, JABO, ChicaSSexi, Orden Druida de México, MetroBot, Invadibot, Biblio-filotranstornado, Elvisor, Ralgisbot, Jairo 2003 15, Jorgealejandroven89, Addbot, Laura7946, Jockø, Adripokev y Anónimos: 93

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