Año 1612: momento de deliberación… Juez: estamos aquí reunidos para deliberar ante las acusaciones de Orazio

Gentileschi en contra de Agostino Tassi. Señor Gentileschi ¿Cual es su testimonio?

Orazio: Agostino Tassi desfloró a mi hija Artemisia y la forzó a realizar actos carnales en repetidas ocasiones, actos que me causaron graves perjuicios a mí, Orazio Gentileschi, pintor y ciudadano de Roma, el humilde demandante… en tanto que ahora…ya no podré vender su talento pictórico a un precio demasiado alto…

Juez: Señor Tassi, ¿cuál es su testimonio? Agostino: Jamás me he atrevido a violentar a esta zitella… -(Mirando a

Artemisia)- ¡Artemisia!: sabes que mis sentimientos hacia ti son sinceros. ¡Yo te amo y jamás me atrevería a deshonrarte! -(mirando a los presentes)- ¡No soy el autor del crimen del que se me acusa!

Juez: Señorita Gentileschi… Orazio: Señor Juez, ¡mi hija sólo tiene quince años! ¿En qué podría contribuir? Agostino: ¡Su hija tiene 19 años señor Gentileschi! ¡Está usted faltando a la

verdad! Juez: ¡Orden, orden! Señorita Gentileschi, háganos el favor de informarnos su

versión de los hechos… Artemisia -(con voz quebrada y temblorosa)- : Él…Él… ¡Él prometió que se

casaría conmigo! Juez: Está bien. Yo pondré fin a esta querella. Veremos quién esta diciendo la

verdad… Junten las palmas de esta mujer…-(Espera la acción-) ¡Bien!, ahora separen sus dedos y rodéenlos con la sibille… -(Dirigiéndose a Artemisia con voz inquisidora)- Señorita, se da cuenta que sólo pretendemos saber que es lo que realmente sucedió…

Artemisia: ¡Yo no soy la mujer que ustedes alegan! ¡Mi corazón es puro y la bondad lo engalana!

Juez: ¡Aprieten esa sibille sin vacilar! ¡No podrá mentir bajo dolor! Artemisia: ¡Ay! ¡Ay! ¡Deténganse por el amor de Dios! Orazio: ¡Hija, confiesa! ¡Salva tu honor y el de nuestra familia! -(con voz triste)-

…Además si dañan tus manos ya no podrás volver a pintar… Artemisia -(suspira profundamente y exclama entre lágrimas-): Esta bien señor

Juez, le diré lo que quier escuchar: este hombre agravió mi cuerpo y mi alma. Yo me encontraba pintando cuando él invadió mi habitación y me violó. Intenté resistirme y fue en vano… ¡Pero luego prometió que me desposaría!... Yo le creí y acabé por enamorarme de él. ¡Pero ahora sé que todo es mentira! (dirigiéndose a Agostino): ¡He sabido que tienes una esposa en Florencia! ¡Sé también que la haz violado como a mí antes de casarte con ella y que luego la engañaste con su propia hermana!…

Juez: ¿Eso es verdad señor Tassi? Agostino: Ehhhh…Ehhhhh… Juez: ¡Su titubeo confirma las acusaciones! Condenen a este hombre a un año

de cárcel. Retírenle la sibille a Artemisia Gentileschi.

Inés Kaplún