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    DOSTOIEVSKI Y LA CRISIS DE NUESTRO

    TIEMPO

    1

    fi .

    profesor Bollnow (Maguncia) ha dado una conferencia so-

    bre existencialismo en un ciclo organizado por la Sociedad Filo-

    sfica de Graz a finales de 1950. Entre los grandes pensadores eu-

    ropeos que, con anterioridad al existencialismo actual, se han

    planteado, desde el punto de vista existencialista, el problema de

    ser hombre, ha mencionado a Dostoievski.

    Y con razn.

    Porque, a fin de cuentas, Dostoievski no ha hecho, en esencia,

    otra cosa que plantearse continuamente la siguiente cuestin :

    Qu

    es el hombre, qu puede el hombre, el hombre carente de supues-

    tos, extramuros de sus supuestos civilizadores, sociales, histricos

    y

    de otros lmites semejantes?

    Qu es el hombre en un paisaje

    de mundo virgen por emplear un concepto de Stefan Zweig,

    el hombre ms all de las ltimas empalizadas fronterizas?

    Dostoievski ha avanzado, partiendo de los problemas existen-

    ciales por ejemplo, peculiaridades biolgicas rusas, problemas-

    de la crisis moral y espiritual de la intelectualidad rusa, etc. . ideo-

    lgicamente, hasta los problemas del ser, como lo atestiguan sus

    cartas y las disquisiciones contenidas en sus obras. Y con ello ha

    afrontado la cuestin del sentido metafsico de la vida humana, lo

    problemas

    hombre y Dios,

    actitudes de fe religiosa y de escepti-

    cismo, libre albedro humano, significacin metafsica del dolor;

    ha penetrado en los conceptos vida y ser, vida y pensamiento,

    tiempo y eternidad, hasta llegar a los linderos mismos de la exis-

    tencia : muerte y caducidad, nada.

    Pero no es el anlisis de la concepcin del mundo de Dostoievski

    el que ha de ocuparnos aqu; trtase ms bien de sealar que Dos-

    toievski ha previsto, con intuicin proftica, problemas esenciales

    y existenciales de nuestro ser espiritual, moral y social de hoy

    r

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    JO SEF MATL

    prediciendo todos sus efectos sobre el hombre y la configuracin

    de la sociedad humana. Ha columbrado, con ms de medio siglo

    de antelacin, los fenmenos de crisis que se han apoderado del

    hom bre, de la sociedad y de la cultura actuales. Fenm enos de

    crisis que .hasta los ltimos decenios especialmente hasta los l-

    timos treinta aos no se han manifestado con toda su virulencia

    y que hoy en da se nos presentan con la fuerza de su desnudez.

    Hoy ya no hay duda lo confirman la lite pensante de Euro-

    pa y del mundo y el torrente de bibliografa sobre el genial nove-

    lista ruso: Dostoievski no es slo el escritor ms representa-

    tivo de la Europa post-romntica del xix, sino adems pertenece a

    las figuras claves de la poca contempornea. Porque en sus per-

    sonajes principales ha pintado y analizado minuciosamente los

    movimientos espirituales de los siglos xrx y xx : el intelectualismo

    racionalista, el irracionalismo, el nihilismo, el atesmo, las nue-

    vas religiones sociales socialismo y liberalismo, con todas las

    consecuencias anmico-morales que han producido sobre el espritu

    del hombre.

    Dostoievski ha superado, como ya seal acertadamente el fil-

    sofo AloisDempf tanto al burgus Hegel como al proletario Fou-

    rier, para desembocar, como ms adelante Nietzsche, en el indivi-

    dualismo solipsista. Sin embargo, ha dado un paso ms, llegando

    a positivas soluciones de triunfo sobre el nihilismo. No piensa ya

    de forma racionalista, como Marx, Spencer, Comte y Tolstoi, ni

    de modo esteticista como Burckhardt y Nietzsche, sino profesa una

    ideologa nietafsico-religiosa, apocalptica, con enteriza plenitud

    de una personalidad pensante, volitiva, sensible y tambin doliente.

    Quiz comprendamos mejor lo que significa Dostoievski en la

    histo ria esp iritua l de los siglos XIX y XX y lo que representa pa ra

    la situacin espiritual de la hora presente y sus problemas funda-

    mentales, si trazamos un breve esquema del desarrollo y la gnesis

    de la valoracin y del influjo de Dostoievski tanto en Rusia como

    en Europa :

    Si partimos del concepto de comprensin en Dilthey (Com-

    prender es auto-representacin de la vida en nosotros mismos) y

    consideramos el acto de comprender como un acto de afinidad an-

    m ico-e spiritua l; si tomam os el concepto de vida del fisilogo ingls

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    DOSTO1EVSK.I V LA CBI SIS DE NU ES TR O TIEMPO

    Haldane: Vivir es una coordinacin activa; si trasladamos el

    concepto de UexkU sobre la seleccin activa del contorno al cam-

    po del espritu, veremos que los distintos grados del inters por

    Dostoievski y de sus efectos, con sus ocasionales desplazamientos

    del centro de gravedad (bien hacia lo humanitario-social-tico, bien

    hacia lo psicolgico y pato-psicolgico, bien hacia lo religioso-me-

    tafsico), ofrecen valiosos puntos de vista para nuestro tema.

    Igual que la investigacin sobre Goethe ha acuado, al estudiar

    la influencia de Goethe en el mundo, el trmino madurez goethea-

    na del mismo modo que se habla en otros sectores del arte de la

    madurez beethoveniana o de la madurez de Miguel ngel, pode-

    mos hablar nosotros de la madurez de Dostoievski, aunque menos

    en un sentido esttico que en un sentido psico-tico, de concep&in

    del mundo; y en ocasiones tambin puede hablarse de una

    precur-

    sin dostoievskiana.

    Consideremos algunos hechos.

    Dostoievski es hijo de una poca de transicin; la actitud espi-

    ritual romntico-idealista hacia 1840 se ve sometida en Rusia,

    en los decenios siguientes, a una crtica radical, merced a los re-

    presentantes de Feuerbach, Strauss, etc., que enfocan los proble-

    mas con un criterio nuevo, realista, de crtica social, en parte con-

    secuencia del liberalismo, en parte del socialismo (es la llamada

    direccin naturalista acusadora Belinski, H ercen, etc. ); en-

    tonces se produjo el cambio de opinin en la intelectualidad rusa,

    de la que se adue la fe positivista en el progreso y en la ciencia,

    dominante durante el resto del siglo xix; toda esta posicin espi-

    ritual pasar a los tipos nihilistas dostoievskianos de Crimen y

    castigo, El idiota, Los endemoniados, Los hermanos Karamazov,

    penetrando hasta los ms recnditos recovecos del alma con todas

    sus consecuencias; todo este mundo ser sometido por Dostoievski

    a un anlisis vidente y a una crtica sagaz. Todo ello reflejar,

    como lo confirman los fenmenos de la evolucin de los ltimos

    lustros del xix y primeros del XX, un anlisis certero de la fe

    racionalista-positivista europea en el progreso, de sus religiones

    redentoras sociales y secularizadas liberalismo y socialismo,

    de la fe en la omnipotencia de la ciencia y del humanismo ateo

    y anticristiano.

    Mientras la novela primeriza de Dostoievski Pobre gente,

    1845

    fue recibida por la crtica radical con el mximo entusias-

    m o, como la realizacin literaria de estas nuevas tendencias socia-

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    J O S E F M A T L

    les 7 acusadoras, las novelas psicolgicas siguientes no fueron com-

    prendidas en su verdadero alcance y s, en cambio, calificadas por el

    portavoz de la crtica de estupidez neurastnica. Aunque es cierto

    que a

    Crimen y castigo

    se le dispens excelente acogida (1866), las

    obras maduras escritas en Alemania

    El idiota y Los endemonia-

    dos

    que representan la ruptura con los nihilistas (es decir, con

    los liberales), fueron violentamente rechazadas por la crtica que se

    llamaba progresista.

    Ya en este hecho podemos advertir el error de Belinski y de

    toda la crtica liberal del 60, que admiraba en Dostoievski solamen-

    te al moralizador social, sin conocer en l al representante de lo

    especficamente anmico-espiritual. No vieron lo absolutamente nue-

    vo en l: su psicoanlisis, su penetracin en los problemas, su exa-

    men perspicaz de todas las facetas, incluso las irracionales, de la

    existencia humana. No percibieron siquiera el tema fundamental

    de Dostoievski, que empez a madurar en l durante el ltimo

    perodo de su estancia en Alemania y que cristaliz definitivamen-

    te en su poca de creacin ms fecunda en Rusia, donde adquiri su

    forma final: la inquietud espiritual, la lucha del hombre contra

    Dios y por Dios, el tema, a fin de cuentas, del atesmo y de la fe.

    Precisamente por estos temas, igual que por su estilo peculiar

    de la tragedia novelstica polifnica, Dostoievski se destaca, como

    un solitario, entre el grupo de los grandes realistas rusos de su

    poca (Turgueniev, Tolstoi), as como entre el de los grandes rea-

    listas europeos (Balzac, Flaubert, Goncourt, Dickens, etc.). Andr

    Gide, que ha estudiado mucho y muy a fondo a Dostoievski, obser-

    v lo que sigue: Mientras la novela occidental europea trata de

    las relaciones sentimentales e intelectuales entre hombre y hom-

    bre ,

    Dostoievski trata de las relaciones del individuo hacia s mis-

    m o,

    o sea de su relacin con Dios.

    Aunque Dostoievski gozaba hacia el ao 70 de tanta estimacin

    en Rusia, por su actividad literaria, que se le llamaba la concien-

    cia de Rusia, como despus a Len Tolstoi, los epgonos del 80

    (Korolenko, Uspenski, Chejov) no siguen a Dostoievski, sino a

    Turgueniev y a Tolstoi.

    Fue ron los neo-romnticos, simbolistas y msticos de l siglo XX

    (Merejkovski y otros), los que se sintieron ms hondamente liga-

    dos a Dostoievski, penetrando lo irracional y lo religioso-metafsi-

    co de su obra. Adems, por la misma poca empez a orientarse

    la historia literaria especialmente hacia el anlisis de su concep-

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    DOSTOIEVSKI Y LA CBIS1S DE NUE STBO TIEMPO

    cin del mundo. Pero entonces los dos pensadores ms importantes

    que Rusia ha ofrecido a Europ a en el siglo XX Berdiaieff y so-

    bre todo el joven amigo de Dostoievski, Soloviev, volvieron a

    realzar una neo-ortodoxia de tipo religioso-filosfico, que, segn

    Berdiaieff se debe esencialmente a Dostoievski. Esta neo-ortodo-

    xia forma parte, con el renacimiento de Kierkegaard y el neo-to-

    mismo, de la trada de corrientes filosficas cristianas de nuestro

    tiempo. Aparte de esto, los emigrados rusos (Karsavin, Stepun,

    Frank, Chestov) descubrieron en esta poca a su Dostoievski, e

    introdujeron su propia concepcin del mundo en la interpretacin

    de Dostoievski.

    No es extrao que la crtica sovitica de los ltimos aos, a pe-

    sar de su pretendida incorporacin chauvinista de todo lo prece-

    dente al nuevo orden, se muestre ajena y aun opuesta a las metas

    sealadas por Dostoievski (vase, por ejemplo, la polmica en la

    Literaturnaja Gazeta [24-XII-1947] de Mosc). Esto es tanto ms

    significativo cuanto que nadie en el mundo ha dedicado una cr-

    tica tan proftica al nuevo sistema de la conduccin de hombres

    y de sus consecuencias la total esclavitud humana como Dos-

    toievski en

    Los endemoniados

    y en

    La leyenda del inquisidor ge-

    neral.

    Lase el discurso de Chigaliev en

    Los endemoniados

    sobre

    el orden social del futuro, el paraso terrenal del porvenir, cuando

    se explica, a base de las premisas naturales y que permiten un ra-

    zonamiento com pletamente lgico, lo que sigue : Nueve dcimas

    partes de la Humanidad deben ser privadas de la voluntad y con-

    vertidas, mediante la educacin conveniente, en rebaos; inte-

    rrumpe uno de los interlocutores : Yo, en cambio, a esas nueve

    dcimas partes, en lugar de conducirlas al paraso, las hara reven-

    tar, si es que no sirven para otra cosa, y dejara slo una mnima

    parte de gente culta, que pudiera vivir cmodamente de acuerdo

    con los princ ipios cientficos; a esto objeta Lip utin lo que sigue:.'

    Es igual de difcil decapitar a cien millones que transformar el

    mundo a fuerza de propaganda, o quiz ms difcil, sobre todo en

    Rusia. Huelga todo comentario.

    Y ahora la cuestin siguiente : Cmo reaccion el mundo in-

    telectual de Occidente, especialmente Alemania. Inglaterra y Fran-

    cia, frente al fenmeno Dostoievski?

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    DO STO IEVSK J Y LA CRISIS DE NUESTBO TIEMPO

    infinita plenitud de la vida anmico-espiritual de la filiacin divina

    (Sosima. Aliocha).

    Dostoievski haba sido plenamente descubierto, como psiclo-

    go,

    por el mundo intelectual burgus alemn y de Occidente, aun-

    que su genial caracterologa de la perversidad no fue estudiada mo-

    nogrficamente hasta despus de la segunda guerra mundial (1946)

    por Alois Dempf. Freud tuvo que apelar al testimonio de Dosto-

    ievski para sus teoras de los complejos reprimidos y otras del

    psicoanlisis. As se explica, por ejemplo, el complejo de los Ka-

    ramazov, derivado del problema del asesinato del padre. Sin em-

    bargo, Freud, como positivista, no lleg a comprender todo el pro-

    blema, ya que en los personajes de Dostoievski no se trataba slo

    de perturbaciones psicgenas o psicolgicas, sino de trastornos de

    la unidad vital de la personalidad, de la salvacin de toda la per-

    sonalidad, en la que los impulsos la libido slo son una parte

    del amor verdadero (amor a Dios y amor al prjimo). Cmo se

    queja Dimitri Karamazov, la personificacin del impulso ertico-

    hum ano , de la -belleza La belleza es algo terr ible . Terrible por

    indeterminada, indeterminada porque Dios slo nos brinda enig-

    mas...

    Demasiados enigmas oprimen al hombre en la tierra. Re-

    sulvelos como puedas y sal del agua sin m oja rte Belleza No

    soporto que un hombre de elevada espiritualidad y corazn empie-

    ce con el ideal de la Virgen y acabe en el ideal de Sodoma. Ms-

    espantoso es an que, con el ideal de Sodoma en el corazn, no

    se niegue el ideal de la Virgen, con el corazn inflamado por l

    como en los das de la inocente adolescencia. No, el hombre es

    demasiado amplio; yo lo estrechara ms... Lo que parece vergon-

    zoso al entendimiento, al corazn se le antoja belleza. Es que hay

    belleza en Sodoma? Precisamente en Sodoma es donde existe para

    la mayora de los humanos... Es horrible que la belleza no sea slo

    algo terrible, sino tambin misterioso. El demonio lucha con Dios,

    y el campo de batalla es el alma de los hombres.

    Hasta aqu la valoracin de Dostoievski en Alemania.

    Mucho despus encontr la Francia espiritual el camino que

    conduca al ms profundo y ms autntico Dostoievski, y preci-

    samente no hace mucho tiempo, gracias a Trojat y Henri de Lubac.

    Voge que, con su libro subre la novela rusa (1886), abri a los

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    JOSEF MATL

    franceses el mbito de las nuevas letras en Rusia, segua viendo

    en

    Crimen y castigo

    la' cima de la obra de Dostoievski, mientras

    calicaba Los hermanos Karamazov de historia interminable,

    llena de nieblas sombras, extravagancias imperdonables, llegando

    a considerarla como la obra ms floja 7 ms pesada de Dostoievski.

    Tambin en Francia se vio nicamente, durante mucho tiempo,

    al escritor de la vaga religin del sufrimiento con sus matices

    humanitarios, y pasan muchos aos antes de que se reconozca al

    psiclogo, al analtico de la personalidad hendida. Es significativo

    para la condicin intelectual de Francia el que, posteriormente,

    slo se editaran versiones adaptadas y abreviadas de las obras (por

    ejemplo, la de Los hermanos Karamazov, de Malprine-Kaminski,

    1930), en las cuales se prescinda de explayaciones, monlogos, di-

    logos, etc. Es decir, no se percibi que precisamente estos frag-

    mentos suprimidos constituan el nervio vital de la obra espiritual

    de Dostoievski. Por otra parte, todas las consecuencias crticas,

    derivadas de estas versiones abreviadas y adaptadas, eran falsas.

    No obstante, todas las personalidades literarias de alguna im-

    portancia, tanto en Francia como en Inglaterra, Espaa, Amri-

    ca, etc .. igual los realistas que los escritores fin-de-sicle (P au l

    Bourget, Leconte de Lisie, Duhamel, Marcel Proust, Lawrence,

    Osear Wilde, Huxley, Unamuno, Po Baroja, etc.), se nutrieron

    espiritual y estticamente de Dostoievski. El crtico ingls Maurice

    Barring hubo de constatar qu ningn otro, ni siquiera Shake-

    speare, haba revelado de un modo tan penetrante los altibajos del

    alma humana como Dostoievski, el ms grande psiclogo: todo

    ello nos prueba la fuerza magntica irradiada por el dostoievskismo

    en el rea del cosmos espiritual-artstico.

    Aunque entre los autores citados predomina la aficin crtico-

    literaria y literario-esttica, una persona como Gide tena perfecta

    consciencia de la significacin y grandeza histricas de Dostoievski;

    ms an despus de publicarse la obra de Henri de Lubac

    Le drame

    de l human isme athe una vez terminada la segunda guerra

    mundial, y en la que se reconoce que la gran significacin de

    Dostoievski resida en el hecho de haber desvelado el espritu puro,

    la profundidad espiritual del ser; pero al mismo tiempo no ha

    dejado desamparado al hombre frente a sus abismos, sino que. le

    ofreca una nueva dimensin, prefigurando as en cierto modo

    una nueva posibilidad humana, ya realizada por l: porque en

    Dostoievski se refleja la crisis del mundo moderno, el choque de

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    DOSTOIEVS I Y LA CBIS1S DE NUE STRO TIEMPO

    las posiciones espirituales hombre-Dios y Dios-hombre, formn-

    dose de todo ello aquella hybris,peripec ia proteica de nuestro

    tiempo, hecha cuerpo en Raskolnikov, Kirilov, Ivan Karamazov y

    otros.

    Todo esto por la razn siguiente: porque en Dostoievski

    est condensada toda la crisis del mundo moderno, llevada a la ex-

    presin ms pura, pero con indicacin de la va para una solu-

    cin vital.

    Con tres decenios de anterioridad, el telogo protestante Thurn-

    eysen, en su interpretacin del problema de Dostoievski que sigue

    siendo de lo mejor que puede leerse, a pesar de la inmensa can-

    tidad de bibliografa acumulada en torno al novelista, ya vio

    que Dostoievski, con su percepcin incomparable para todo aquello

    que flotaba en el ambiente, haba pintado la leyenda de este nues-

    tro tiempo europeo, con su anhelo mltiple, con su innmera in-

    quietud, con su profundo escepticismo, su tenacidad y su nostal-

    gia insatisfecha, una poca que, a pesar de su avance fabuloso en

    los rdenes de la civilizacin, de la tcnica y del intelectualismo,

    llegando casi a dominar el mundo y la naturaleza, se vea sin tre-

    gua desgraciada y atormentada por los espectros de la guerra y de

    la revolucin.

    Despus de las profundas conmociones, morales y espiritua-

    les,

    de la segunda guerra mundial, en medio de cuyas consecuen-

    cias inmediatas an nos hallamos, surge la cuestin de la proble-

    mtica religiosa y metafsica del mundo espiritual dostoievskiano,

    y se sita en el primer plano del inters y de sus efectos. No es,

    por tanto, ninguna casualidad el que en los ltimos aos, sobre

    todo los telogos, catlicos, protestantes, ortodoxos, como Guardini,

    Steinbchel, Henri de Lubac y otros se ocuparan de Dostoievski,

    y que tambin Alois Dempf llegara a la conclusin de que la raz

    ms ntima de toda la actitud vital de Dostoievski est determi-

    nada por la fe o por la incredulidad en la postura vital del hombre.

    Nosotros, los historiadores profesionales de la literatura, tene-

    mos que reconocer en justicia que estos telogos y filsofos com-

    prenden de un modo mucho ms autntico y esencial el problema

    de Dostoievski que los mismos literatos, aunque prescindan o slo

    rocen tangencialmente la faceta esttica. Esta faceta esttica, apar-

    te de las investigaciones rusas del ao 20, ha recibido vida nueva

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    DOSTOIEVSK.I Y LA CBISIS DE NUESTRO TIEMPO

    Cuarto. En el decurso de los tres ltimos decenios se percibi

    toda la importancia de la problemtica espiritual, tica y religiosa

    de Dostoievski, comprobndose tambin que en las angustias y cri-

    sis de nuestro tiempo es el mensajero preciso; que Dostoievski ha

    plasmado la epopeya del ser espiritual moderno, del hombre sur-

    gido del Renacimiento, que pertenece, por sus mritos espirituales

    y artsticos, igual que Hornero y Platn, que Virgilio y San Agus-

    tn, que Dante y Santo Toms de Aquino, que Shakespeare, Cer-

    vantes y Goethe, a los grandes educadores de la Humanidad, que

    gozan de significacin universal y perenne. Si Dostoievski, con

    enorme ambicin artstica, como consta por sus cartas, se ha im-

    puesto a s mismo la tarea vital (a la manera de Hornero, que con

    su Ilada haba modelado la vida espiritual y terrena de la anti-

    gedad) de convertirse en el poeta, el filsofo, el conductor de la

    humanidad post-cristiana. con su mensaje de juez sobre su tiempo

    y de profeta para el venidero, puede decirse que ha llevado a cabo

    su obra en lo esencial, aunque adolezca de lo fragmentario, como

    toda obra humana.

    Quinto. Las fases del desarrollo social y esp iritua l de fines

    del XIX y especialmente de nuestro siglo, en las que se producen

    la quiebra y la problematizacin de los fundamentos de nuestro

    ser y de nuestra voluntad espirituales, morales y sociales, sobre

    todo despus de la segunda guerra mundial, amenazando las bases

    de toda nuestra cultura occidental y de nuestra civilizacin, con

    prdida de ios conceptos como dice el ingls Woodwards

    security y stability, dichas fases, al buscar la respuesta a tantos

    problemas, encontraron la rplica adecuada en Dostoievski. En

    cambio, todas aquellas fases, en las que dominaba un orden estatal

    normativizado, autoritario por medio de un partido, como, por

    ejemplo, las diversas formas de fascismo o comunismo, rechazaban

    y siguen rechazando a Dostoievski.

    LA SITUACIN ACTUAL

    Hoy en da ha pasado a primer plano la problemtica religiosa

    de Dostoievski; es decir, su posicin ante el problema de la direc-

    cin de seres humanos segn principios cristianos o segn princi-

    pios anticristianos; interesa su actitud ante un sentido puramente

    terrenal o un sentido metafsico-religioso de los problemas.

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    DOSTOIEVSKI Y LA CRISIS DE NU ESTR O TIEMPO

    Dostoievski y Nietzsche juntos constituyen la crtica del racio-

    nalismo occidental, del humanismo, de la fe en el progreso con sus

    pueriles idilios futuristas. De sobra hemos experimentado adonde

    nos llevan estos idilios de los racionalistas, de los hombres que

    crean en el progreso cientfico todopoderoso; buena leccin la

    de los ltimos veinte aos: aejas sedes culturales reducidas a

    cenizas por las bombas, exterminio por hambre, por aniquilamien-

    to fsico de millones de seres, que con el juego demonaco-cnico

    del hombre-Dios han convertido al hombre en la fiera ms voraz

    contra el hombre.

    Dostoievski y Nietzsche juntos constituyen la oposicin contra

    el dominio de la ciencia, que se considera sucednea de la reli-

    gin y presunta salvadora del hombre mediante la aparente solu-

    cin de todos sus problemas, con sus pretendidas categoras fijas.

    Ambos desprecian la cultura de superficie de nuestro tiempo y

    pretenden escapar de sus mazmorras; ambos anuncian el choque

    de las fuerzas irracionales; ambos reconocen la tragedia de la exis-

    tencia humana y oponen a la tesis racionalista-utilitaria burguesa

    de la felicidad y la virtud (felicidad mejor que herosmo) la tesis

    de que el herosmo prevalece sobre cualquier ndole de felicidad.

    En ambos vive el amor a la vida, la mstica del vivir y la ms-

    tica de la tierra. Aliocha Karamazov dice a su hermano Ivn : Uno

    quiere amar con lo ms ntimo, con las entraas... Me alegro terri-

    blemente de que quieras vivir as. Creo que todos tienen que em-

    pezar en el mundo por amar la vida.

    Dice Ivn : Y amar la vida ms que el sentido de la vida?

    Responde Aliocha : Necesariamente. Hay que empezar a amar la

    vida antes de la lgica ; tiene que ser as necesariamente : antes

    de la lgica, pues slo entonces podr llegar a comprender el sen-

    tido de la vida.

    Y en El idiota leemos : La vida es lo nico que importa; todo

    gira en torno a la vida, en torno a descubrirla infinitamente, y no

    en torno al descubrimiento en s.

    Y si nos planteamos ahora la cuestin: Qu nos dice Dosto-

    ievski a propsto de la crisis espiritual de nuestro tiempo?,

    podra

    surgir inmediatamente una objecin bsica contra la validez de

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    JOSEF MVTL

    sus juicios : Dostoievski es un artista; por tanto, sus conocimien-

    tos, juicios y valoraciones, convertidos en expresin por l dentro

    del marco de la obra artstica, slo tienen sentido y significacin

    en funcin del organismo de la obra artstica en s, y no pueden,

    en consecuencia, extraerse en cierto modo como elementos esteri-

    lizados.

    Digamos algo acerca de esta posible objecin. Todo poeta real-

    mente importante, todo autntico artista, que no se limita a refle-

    jar problemas de existencia, sino de esencia o de ser, tales como

    hombre y destino, hombre y Dios, es, al propio tiempo, un fil-

    sofo. Todo mito importante encierra en s una filosofa. Es slo

    el medio para representarla. Lo que el filsofo desarrolla en tra-

    tados abstractos y en proposiciones lgicas, el escritor lo objetiva

    a travs de seres vivientes, con sus acciones y destinos. En los di-

    bujos de Miguel ngel como ha observado certeramente Sedl-

    mayr> se descubre la concepcin del mundo del Buonarotti, con

    su grandeza y servidumbre humanas, su vuelo prometeico y su

    cada, lo mismo que en la Novena sinfona se nos revela la con-

    cepcin del mundo de Beethoven.

    Dostoievski es un idelogo de tipo muy peculiar l mismo

    dice en una carta a Strajov: No me importa tanto la novela como

    la idea, y da forma a la vida casi microscpica de la idea en

    el hombre. No es el autor de novelas de tesis en el sentido occi-

    dental de este gnero; sus novelas no son tesis, sino ms bien pro-

    blemas que soluciones. Es, como han demostrado los ms recien-

    tes ruslogos (Bachtin, Grossmann) a travs de sus investigaciones

    de la potica especfica de Dostoievski, el creador de un nuevo tipo

    de tragedia novelesca: la novela polifnica, frente a la novela euro-

    pea de desarrollo y configuracin monofnicos.

    Dostoievski, un vidente del espritu, igual que Tolstoi, llamado

    vidente de la carne, parte, en su forma expresiva visionaria e

    intuitiva, no especulativa, del hombre y no del problema, desarro-

    llando sus ideas al pasar, tal vez en un encuentro fingido (por ejem-

    plo, la visin del demonio de Ivn Karamazov) o en el monlogo

    o en la disputa.

    Dostoievski no es un emprico de lo espiritual ni un pensador

    mturalista, sino un realista trascendente y mstico. El resultado

    final de su anlisis perforador del hombre es la comprobacin de

    esa relacin sinttica de todo lo humano con el punto de evasin

    -situado ms all de toda realidad psicolgica, dice Thuneysen.

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    DOSTOIEVSK I Y LA CBISIS DE NUE STBO TIEMPO

    Dostoievski, al dar vida a la efectividad de las ideas en el vivir

    del hombre todos sos personajes nos resultan comprensibles cuan-

    do empiezan a hablar o reflexionar sobre algn problema, y al

    usar de la novela

    polifnica,

    que posee la facilidad de trasladar a

    1? polifona los procesos de ideas ms encontrados de la humani-

    dad moderna en toda su pluriversalidad, nos ofrece un panorama

    de la problemtica espiritual de los ltimos siglos desde Rousseau;

    en ella toman cuerpo la posicin testa y la atea (Sosima y Alio-

    cha de una parte, y de otra Ivn Karamazov, Stavrogin, Kirilov,

    Verchovenski), la actitud racionalista o la irracionalista, la huma-

    nitaria y la anti-humana, la disonancia entre la energtica cultu-

    ra l , cientfica y econmica y el amor o la capacidad de bondad,

    repercutiendo en nuestros actos y en nuestra proyeccin racional.

    Y Dostoievski acert a ofrecer una crtica de las corrientes es-

    pirituales modernas, de la ciencia moderna y de la filosofa, por-

    que segn consta por sus cartas y por su evolucin espiritual

    nunca dej de interesarse po r todos los problem as filosficos : se

    ocupaba de Kant y Hegel, de Saint Simn y Fourier, de las ideas

    del liberalismo y del humanismo positivista, a menudo discutiendo

    afirmaciones de estos pensadores.

    Si acudimos a los planteamientos de problemas por Dostoievski,

    con todo el peso de su significacin, en cierto modo formativa para

    nuestra situacin espiritual, tenemos que tener en cuenta, en pri-

    mer lugar, que Dostoievski vive en

    todos

    sus personajes. Hay que

    huir de hermosear y de santificar a Dostoievski, como acon-

    tece a menudo, identificndolo con figuras semejantes a Cristo,

    como la del prncipe Michkin, o la de Aliocha, o de So-

    sima. Dostoievski no ha escrito ninguna teodicea, sino ms bien

    una

    satanodicea.

    Tena consciencia sobrada del carcter feroz del

    hombre aunque feroz con una chispa divina: conoca lo de-

    monaco-destructor que habita en los recovecos del alma huma-

    na, con toda9 las pasiones, libido (Rogochin, Dimitri Karamazov),

    superbia, avaritia, etc. No fue en vida el burgus cumplidor re-

    cordemos tan slo su apasionada tragedia amorosa con la estu-

    diante Suslova en Pars o su irreprimible vicio por el juego;

    no fue tampoco un cristiano piadoso, aunque, despus de sus vi-

    vencias en Siberia, volviera a encontrar a travs de la Biblia la

    senda hacia un cristianismo positivo. Slo tras una vida llena de

    luchas internas y de dudas, ante todo de dudas religiosas, pudo

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    JOSBF MATL

    hallar la luz y la madura claridad, despus de haber consumido en

    s mismo las tinieblas y los equvocos. Tambin en este sentido

    era Dostoievski un hombre moderno.

    Pero digamos algo ms acerca de la cuestin:, Qu significa

    Dostoievski para la crisis de nuestro tiempo?

    El hecho de que

    nos hallamos ante un momento de crisis y de transicin, sin com-

    paracin posible con ningn otro momento de la historia de los

    ltimos tres milenios, lo han constatado en el transcurso de los

    ltimos decenios los ms perspicaces pensadores y diagnosticado-

    res de nuestra poca: Huizinga, Jaspers, Hans Zehrer y Alfred

    Weber. No es menester, por tanto, insistir nuevamente en este

    punto.

    Se comprende que en el medio europeo-alemn, al pasar por

    las ms hondas conmociones de todo orden, sacricando toda suer-

    te de seguridades y valoraciones, se percibiera con ms intensi-

    dad que en otras latitudes esta crisis que recorre el mundo de

    punta a punta.

    Se habla del fin del hombre actual, de un retorno a la situa-

    cin existente en el

    ao 1

    de nuestra historia. Alfred Weber ha-

    bla del fin del caballero feudal, que ha formado incansablemen-

    te , con renovacin dinmica-espiritual y social- estructuradora, el

    mundo moderno, derivado de un impulso activo y hegemnico,

    que se inspira en la imagen y en el destino de Grecia y de Roma,

    aunque incorporndose la sntesis y la discusin, por sus instintos,

    de vina actitud cristiana y antifeudal, con lo que se defini el des-

    tino de Occidente.

    Es evidente que no son slo los sistemas social y econmico y

    el orden estatal de Europa los que empiezan a vacilar, sino los

    de todo el mundo. Ya despus de la primera guerra mundial, pero

    mucho ms an despus de la segunda, se ha planteado el proble-

    ma de toda la configuracin mundial, conmocionndose y estando

    en perodo de disolucin o, al menos, de transformacin, los ele-

    mentos vitales espirituales y ticos en los que se basaba hasta ahora

    el mundo, ya sean estos elementos la idea de la libre personali-

    dad, ya la de la justicia social, de los derechos del hombre, del

    progreso, de la Humanidad, de la democracia o del socialismo.

    Las antiguas normas vacilan en todo el mundo. Alfred Weber

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    JO SEF MATL

    -glo XV entre descubrimien tos, conqu istas e im pe rio s; la del hom -

    bre que se cree libre, igual y fraterno al menos desde hace dos

    siglos, desde que Rousseau tuvo la ilusin de serlo; el hombre

    que se cree en posesin de la verdad y que tiene la voluntad de

    llevarla a cabo, este esquema humano es errneo.

    Oostoievski era, de acuerdo con su vida apasionada, sentimen-

    tal e intuitiva, que determinaba su pensamiento, su tica, su re-

    ligin, un enemigo radical del racionalismo. Rechazaba el pen-

    sar metdico, la reglamentacin racionalista y la igualacin; la

    ilusin de un paraso terrenal forjado a base de razn y de cien-

    cia, la ilusin del palacio de cristal, del universo racionalista, del

    individuo au tnom o o del burgus capitalista y libe ra l; de la

    torre de Babel socialista y comunista con sus ednicas promesas.

    Se rebel contra la ciega mecnica de las leyes naturales de la

    indiferente grande dame Naturaleza (Taine), que hoy o maana

    podr aplastar al hombre como el pliegue de una chaqueta aplas-

    ta a una hormiga. Se rebel contra la pretensin de totalidad de

    la ciencia positivista, que aspiraba a resolver todos los problemas,

    y contra el dom inio de la evidencia ra ciona lista: Dos po r dos

    es igual a cuatro, lo cual es ciertamente bello y algo estupendo,

    aunque a veces conviene no despreciar el que dos por dos pueda

    ser igual a cinco, dice el hombre de Dostoievski. 0 en otro lu-

    ga r leemos : C aballeros, les ju ro que el saber demasiado es una

    enferme dad, un a autntica y verdadera enfermedad.

    Porque para Dostoievski la vida es irracional, y frente a to-

    das sus contradicciones fracasa la lgica. Pero la magnitud ms

    irracional, inaprehensible y poderosa, es Dios. La sublevacin del

    espritu que se cree autnomo es por ello el tema fundamental de

    Dostoievski.

    Por lo que atae a la crtica que hace Dostoievski de la pre-

    tensin de totalidad de la evidencia racionalista y la expansin

    de la misma en la era moderna del positivismo con una efectiva

    pretensin total hacia la vida orgnica, la espiritual y la moral,

    la esfera del deber ser, hay que decir simplemente que la evolu-

    cin espiritual de este medio siglo pasado ha venido a dar la razn

    al genial novelista ruso.

    No es slo que la revolucin dentro de las ciencias naturales

    haya destruido o al menos limitado muchsimo el racionalismo,

    mostrando que las categoras euclidianas, por ejemplo, son cada

    vez ms insuficientes para las ciencias naturales; no es slo que

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    DOSTOIEVSKI Y LA CRISIS DE NUESTBO TIEMPO

    se viera limitado el pensamiento determinista y mecanicista a la

    esfera de la fsica inorgn ica y q ue cientficos de primer, orden com o

    Planck tuvieran que reconocer la existencia de hechos no cognos-

    cibles metafsicos para la ciencia, como, por ejemplo; el hecho

    Dios,

    sino que tambin en las ciencias de la vida orgnica el pen-

    samiento mecanicista de causalidad fu sustituido de un modo

    creciente por un pensamiento formal teleolgico y finalista: fij-

    monos tan slo en la teora de la mutacin y la regulacin (o n

    la proposicin acuada por la nueva biologa: la creacin es en

    nosotros continua).

    Y en las ciencias del espritu y en la sociologa se abandon el

    sistema positivista que vena aplicando, a imitacin del sistema

    usado por las ciencias naturales, reconocindose la auto-legalidad

    de las ciencias del entendimiento, y se prescindi de las catego-

    ras

    causa

    y

    efecto

    en favor de las categoras

    comp render, sentido,

    finalidad y forma. Pensem os solam ente en el estado de la antro-

    pologa moderna, con lo que supone el nuevo concepto de am-

    biente, y adems en el nuevo y bien estructurado concepto de

    cultura, por ejemplo, en Sorokiri, que abandona la idea ele-

    mental de dicho concepto. En este aspecto la crtica de Dostoievski

    ha sido incluso superada por la realidad del desarrollo ulterior.

    Tambin est fuera de toda duda que la fe en el progreso, esa

    fe optimista, a pesar de las nuevas conquistas de la tcnica y de

    la ciencia, se nos ha borrado con las experiencias y vivencias de

    una dcada de era atmica.

    La crtica de Do stoievsk i de la tica naturalista-po sitivista del

    util itarismo

    el hombre slo obra segn su conveniencia),

    y la tesis

    dostoievskiana de que el hombre prefiere obrar contra s mismo

    antes que contra su libertad, y que el hombre slo necesita vo-

    luntad autnoma, cueste lo que costare tal autonoma, son hechos

    que ha venido a confirmar nuestra propia experiencia.

    Dostoievski ha reconocido que la imagen del yo y de la exis-

    tencia del hombre libre occidental, arrastrado por las corrientes

    liberales y positivistas y su progresivo desasimiento de las races

    trascendentales originarias confesadas o no, slo poda aca-

    bar consecuentemente en el relativismo y en el nihi l ismo, culmi-

    nando en el asesinato y en el suicidio (Ra sko lniko v: Soy y o

    Napolen o un piojo?), en la esclavizacin cnica, total i taria, del

    hombre por el hombre, o en la

    masificacin,

    con las dobles per-

    sonalidades que ya surgen hoy en el aparato mecanizado de la

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    J O S B P M A T L

    civilizacin y de la cultura, o en la singularidad individualista.

    Singularidad o soledad que empieza ya a experimentarse boy como

    la trgica situacin del intelectual: o convertirse en manager en

    el aparato de civilizacin y de cultura o ser simplemente un mr-

    tir o un solitario.

    Y el nmero de solitarios aumenta sin cesar.

    Tal vez tenga razn Zehrer cuando babla de las tres ideas do-

    minantes del mundo de hoy: socialismo, existencialismo y cristia-

    nismo. En el socialismo y el existencialismo ve las ideas que se

    baten en retirada o que al menos luchan para protegerse, pero

    n sus batallas cree ver tambin el preludio de la gran lucba por

    el cristianismo.

    Qu ofrece Dostoievski, en fin, como solucin y meta?

    Hay que rechazar la soberbia dominante para refugiarse en la

    humildad, en la consciencia de la condicin de criatura que es

    caracterstica del ser hombre, en la cultura del corazn.

    Dostoievski, como observ ya certeramente Andr Gide, im-

    prime a su desvalorizacin evanglica del entendimiento el acento

    de un mensaje redentor proclamado por los nios, las mujeres del

    pueblo, los ignorantes, los incultos, el hombre prximo a la Na-

    turaleza, por todos aquellos, en fin, a los que el saber no ba pri-

    vado an de la lozana originalidad, en los que vive an el enten-

    dimiento original, el entendimiento del corazn (prncipe Michkin).

    Y la ltima palabra de Dostoievski es un s a la vida (final de

    Crimen y castigo, Dimitri Karamazov tambin hacia el final), un

    s a la vida a pesar de ser consciente, en lo ms hondo, del ca-

    rcter trgico de nuestra existencia humana, un s a la vida,

    a pesar del compromiso y de la responsabilidad totales que cul-

    minan en esta frase :

    Todos nosotros tenemos la culpa de todo.

    DR. JOSEF MATL