Dossier de prensa AL ACECHO de Noemí Sabugal
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Dossier de Prensaxxxi premio de novela felipe trigo
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En marzo de 1936 Madrid es una ciudad convulsa tras la reciente victoria en las elecciones del Frente Popular. En un cntrico callejn aparece una nia de catorce aos estrangulada, cuyo cadver muestra un decoro inusual: un lazo perfecto en el cabello, las manos cruzadas sobre el pecho, el vestido bien estirado sobre las piernas rgidas. Y no ser la ltima.
Julin Fierro, inspector del cuerpo de Investigacin y Vigilancia, se enfrentar a estos casos de asesinato en una ciudad crispada, donde los atentados y enfrentamientos son el preludio de un inminente golpe militar.
Al acecho es una novela sobre el compromiso con los otros y la desercin egosta, sobre pesadillas y secretos, sobre el hombre al acecho del hombre. Todo en un Madrid que se disuelve, que no es real, y en el que la sospecha es una flor salvaje que prende en cualquier suelo.
Noem Sabugal (Santa Luca de Gordn, Len, 1979) es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado para distintos medios de comunicacin como el diario El Mundo, El Mundo-La Crnica de Len y Diario de Len, el semanario Intervi y los Servicios Informativos de la cadena Ser. En 2005 su labor fue reconocida con el Premio de Periodismo de Castilla y Len Francisco de Cosso, modalidad de prensa, por el reportaje De cruce de caminos a cruce de culturas, sobre la inmigracin en el barrio leons del Crucero. Su primera novela, El asesinato de Scrates, fue finalista del XI Premio de Novela Fernando Quiones. Con Al acecho, su segunda obra, ha conseguido la XXXI edicin del Premio de Novela Felipe Trigo.
Noem SabugalAl acechoxxxi Premio de novela FeliPe Trigo
15,40 x 23,00 cm432 pginasCartonISBN 978-84-9877-828-1Cdigo 2962568
20,00
ISBN 978-84-9877-844-1
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Por qu Al acecho?
El ttulo surge del libro de Miguel Hernndez El hombre acecha y se abre con unos versos de su Cancin primera que creo que resumen muy bien el contenido de la novela. He regresado al tigre./ Aparta, o te destrozo. / Hoy el amor es muerte,/ y el hombre acecha al hombre. Esta es una novela de hombres al acecho, de violencia (regresamos al tigre, al animal) de amor y de muerte.
La novela se sita en los meses previos al comienzo de la Guerra Civil, en un Madrid que se disuelve, que no es real. Por qu?
Porque todo parece una pesadilla, y lo pareci entonces. Y eso que nadie era consciente de que empezaba una guerra civil que durara tres aos y que dara lugar a una dictadura interminable. Madrid era una ciudad llena de hombres con pistolas en los bol-sillos, de atentados diarios, de chicos amontonados el depsito de cadveres. Podamos haberlo arreglado, pero no, vinieron unos iluminados que haban perdido sus privilegios e iniciaron un golpe de estado que llen de sangre el pas.
Lo ms duro en una novela as es el trabajo de documentacin?
No. El trabajo de documentacin requiere mucho tiempo, pero las dudas vienen a la hora llevar eso al papel. Quera una novela en la que se pudiera sentir que sus personajes somos nosotros, que sirva para que nos interroguemos acerca de qu habramos hecho en esos momentos tan difciles y por qu. Ofrezco preguntas, no respuestas. La documentacin es parte de una estructura, si la novela no est viva no sirve de nada.
Qu utiliz para documentarse?
A los historiadores: Gabriel Jackson, Paul Preston, Payne. Hay magnficos ensayos sobre la Repblica y la Guerra Civil y ah el novelista nunca debe competir en cuanto a informacin y an-lisis. Quien quiera saber sobre la poca debe leerlos a ellos. La novela ayuda a transmitir eso, a insuflarle vida, humanidad, a ser una mirilla por la que atisbar una pequea parte de lo que ocurri. Tambin le novelas como San Camilo, 1936, de Cela y La llama, de Arturo Barea, que es un testimonio personal de primer orden. Pero mi principal fuente de documentacin fue-ron los peridicos de la poca, que la Biblioteca Nacional tiene digitalizados en su hemeroteca. Sobre todo El Sol. Los lea cada da que escriba y as saba qu pelculas estaban en el cine, los sucesos, hasta si llova o no. En ellos encontr datos que no haba visto en ningn sitio. Era como estar en Madrid y leer lo que habra ledo mi bisabuelo.
Al acecho tiene tambin una trama negra, un protagonista que es inspector de Polica.
S, Julin Fierro, que es inspector del Cuerpo de Investigacin y Vigilancia. Es el espritu que habit para vivir esos meses. La no-vela comienza con la investigacin del asesinato de una nia en un momento en el que que los asesinatos polticos eran siempre ms importantes, porque no parecan tener fin (y no lo tuvieron). Es un tipo descredo, que ha sufrido, al que le gustara mirar para otro lado y no ver lo que est pasando. Pero eso no es posible.
No parece un personaje muy positivo.
Yo no escribo hagiografas. Fierro tiene sus cosas buenas, y le ten-go un cierto cario, pero otras veces se comporta como un cana-lla. Es un hombre que trata de protegerse para que no le hagan dao y por eso a veces muerde antes de ser mordido.
Ha dicho en alguna ocasin que sus personajes femeninos suelen ser ms nobles.
S, al menos de momento. Ellas suelen ser ms honestas y ms rea-listas tambin. Hay un momento en la novela en la que se habla de las madres madrileas y su miedo ante aquellos juegos tardos de sus hijos. Mujeres ajenas a doctrinas, se dice, pero que saben bien que hay lugares de los que no se vuelve. Quines dirigen los pases, quines han hecho las guerras? No es tan sencillo como decir que viene de defectos que pertenecen slo a los hombres; pero tampoco la tortilla se ha dado la vuelta para saber cmo ira al revs o, mejor an, con un poder compartido.
Por eso escribe aquello de la dialctica de los puos y las pistolas haba atrado a otros, ansiosos de actos viriles y falsamente heroicos, jvenes colmados de seminales fantasas, glorias espermticas.
S, por eso. Es en el pasaje en el que se describe la detencin de Jos Antonio Primo de Rivera. De ah, y de otros lados, vienen los chavales de gatillo fcil. No hay nada como tener una pistola y sentir que las vidas de los otros no tienen ningn valor. Pum y se acab. Por eso todas las guerras son sucias, se rebozan con pa-labras como patriotismo y similares y no son ms que arrogancia y humillacin.
La presidenta del jurado del premio Felipe Trigo, Inmaculada Chacn, ha dicho que esta obra tiene un estilo muy firme, muy bien dibujado
Y le agradezco esa valoracin. Realmente es mucho ms compleja que la anterior, no slo por la labor de documentacin sino tam-bin por cmo est escrita. Hay un narrador omnisciente pero tambin una primera persona; se produce una mezcla entre es-cenas en presente y en pasado y tenemos dos situaciones que van unidas y que son tan importantes la una como la otra: la investiga-cin del caso del inspector Fierro y la convulsa situacin del pas.
En la novela se reproducen noticias de peridicos de la poca, incluso recortes de publicidad.
Como yo lea los diarios cada da, me pareci interesante dar al lector la misma oportunidad. Pero metindolos en la historia. Es decir, que cuando aparece un peridico es porque un personaje lo est leyendo. Incluso hay un curioso anuncio, muy reproducido en las revistas femeninas del ao 36, sobre un aparato para el endurecimiento de los pechos. Para que se vea cmo cambi el cuento despus; imagnese un anuncio as en la Espaa franquista. Perdimos cuarenta aos de libertad y los ganamos en mojigatera hipcrita y cosas an peores, claro.
La portada del libro tambin tiene una historia.
S, es una foto que encontr en el Archivo Rojo de Madrid durante el proceso de documentacin de la novela. Son dos nias escondidas en un albaal y mirando hacia el cielo, hacia un supuesto ataque areo. Puede que la foto sea posada, no lo sabemos, en todo caso se utiliz en algunos carteles contra los bombardeos de civiles en Madrid, que comenzaron ya en agosto del 36. As que es una foto hecha en los primeros meses de la guerra y es perfecta para ilustrarla: dos nias acechadas y tan asustadas como las que mueren en la novela. La foto est firmada por Manuel Albero y Francisco Segovia. Durante la Repblica haban trabajado como fotgrafos deportivos; con la guerra pasarn a retratar el horror. Un smbolo de cmo cambiaron las vidas de los espaoles. Con la dictadura franquista fueron depu-rados y se les prohibi trabajar de periodistas. No s qu pas con ellos despus.
Sabugal: Todas las guerras no son ms que arrogancia y humillacin
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