Dossier de lectura para la familia.

#2: ABRIL 2016

Colegio Niño Jesús de Praga.

2016

-Año de la Misericordia-

-Año del Bicentenario de la Independencia Argentina-

Prevención: PEDICULOSIS

De los piojos nos cuidamos entre todos...

Este mes se celebra el Día de la Tierra.

Pensar en plural es la clave. Reflexionemos sobre lo maravilloso de vivir es este planeta. Cada uno de nosotros desde nuestros hogares, oficinas, barrios, en las plazas, en las calles, en las playas, debemos proteger el planeta con pequeñas acciones cotidianas, para asegurarles un mundo mejor a

las próximas generaciones.

En casa: anualmente se pueden ahorrar 75 mil litros de agua en el mundo, con sólo cerrar la canilla a la hora de afeitarse o cepillarse los dientes. Es cuestión de disciplina. Cuando lavemos el auto, usemos balde y trapo, no hay que baldear la manzana, hay que lavar el auto.

En la escuela: no arrojar papeles fuera de los cestos, y utilizar todos los materiales correctamente, con responsabilidad, sin derrocharlos.

En las oficinas: ahorrar papel. Imprimir sólo lo estrictamente necesario. No usar el A.A. ni la calefacción innecesariamente.

Espacios públicos: no arrojar residuos en la vía pública. No talar árboles. Llevar bolsitas para residuos cuando paseamos mascotas.

Hábitat: nuestros ríos son fuentes de vida y alimento. No arrojar basura en ellos. Cuidar las playas. Tener en cuenta que ningún animal silvestre es mascota: no comprar tortugas, peces, ardillas,

serpientes, tarántulas, etc. Ayudemos a los animales protegiéndolos en su lugar de origen, no existe justificación alguna para sacarlos del mismo. Tampoco existe motivo alguno para extraer plantas exóticas de sus hábitats.

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ESPIONAJE 2.0. Así es como internet logra saber todo sobre vos.

FELICITAS CARRIQUE. REVISTA RUMBOS.

Cada vez que publicamos una foto en Instagram, le damos me gusta a una serie o película en Facebook,

prendemos el GPS del celular para ubicar una calle, usamos un hashtag en Twitter, etiquetamos a un amigo en una

publicación o utilizamos un buscador para averiguar sobre un producto que nos interesa, decimos mucho más acerca

de nuestra vida de lo que nos imaginamos. Cuando usamos una computadora, vamos dejando un rastro, una suerte de

huella digital que permite construir nuestra identidad. Lo sorprendente es que gran parte de la información sobre

nosotros que circula en la web la entregamos voluntariamente, consciente o inconscientemente. En Internet

también figuran datos sobre nosotros que comparten otros como las fotos con amigos que suben ellos a las redes o

bases de datos, privadas o públicas, en las que figuramos como en un padrón electoral.

Desde Infobyte Security Research, la conferencia de seguridad informática más importante de Latinoamérica,

se explica que todo lo que publicamos en Internet se puede hallar y que no es tan complicado encontrar bases de

datos. “Que alguna persona obtenga tu domicilio o tus datos del padrón, es muy fácil: sólo hace falta saber navegar y

buscar páginas web”, se enfatiza.

“En las redes sociales hacemos todo lo que nos dijeron que no teníamos que hacer cuando éramos chicos”. Cuando

nos vamos de vacaciones, lo primero que hacemos es poner en Facebook que nos vamos a la costa o a dónde sea por

una cuestión de status social pero, en realidad, lo que estamos diciendo es que no vamos a estar en casa por 15 días”,

dicen los especialistas en seguridad informática y agregan: “¿Un secuestrador virtual o un ladrón qué tienen?

Internet, una guía y un poco de chamuyo”.

No es necesario que nuestra relación con internet acabe en extorsión, pero los ladrones no son los únicos

interesados en nuestros datos. Distintas empresas o compañías de Internet se nutren de los datos que vamos dejando

cuando usamos nuestros dispositivos personales para hacer enormes negocios publicitarios: EL PRODUCTO SOS

VOS.

Natalia Suazo, periodista especialista en comunicación digital, explica que el modelo de negocios de internet es

ofrecer servicios en apariencia gratuitos a cambio de datos personales que se procesan y se utilizan comercialmente. Las

empresas venden espacios de publicidad diferenciada en sus sitios en base a los datos que nosotros brindamos. De

esta forma las personas reciben material relevante para ellos, sin embargo, que los sitios nos muestren sólo aquella

información que es adecuada a nuestro perfil quiere decir que no recibimos otro tipo de información que otros sí

reciben.

“Cedemos nuestra información a estas empresas voluntariamente a cambio de un beneficio. El beneficio es,

por ejemplo, un descuento, una aplicación que te ayuda a ubicar una calle, un libro o algo gratuito o compartir algo

que querés”. “Cuando subimos una foto importa lo que uno escribe, la persona que etiqueta, los hashtags que usa, la

ubicación es tomada por geolocalización porque toda esa información construye un perfil comercial. Lo mismo sucede

con las aplicaciones que descargamos a nuestro celular.”

Facebook sabe nuestro sexo, edad, religión, nacionalidad, lo que nos gusta o lo que nos es

indiferente. Google sabe qué buscamos, cuándo lo buscamos, cómo lo buscamos, además de los datos que obtiene a

partir del sistema operativo Android, que en Argentina es utilizado por el 75 por ciento de los usuarios de

smartphones. “La empresa de publicidad más grande del mundo es Google, todos los servicios que construyó a su

alrededor, como gmail, son meramente una captura de datos para presentarle a anunciantes segmentos de población

para publicidad muy dirigida”. El negocio de Facebook es el mismo: “Vende publicidad bien segmentada y utiliza

como fachada la red social”.

Pero, ¿por qué aceptamos el uso indiscriminado de nuestros datos? El 75 por ciento de los jóvenes entre 13 y 25

años jamás leyó una política de privacidad completa. Por lo general, nadie lee los términos y condiciones de las

aplicaciones que descarga o de los sitios en los que navega. Hay ciertas condiciones que conocemos y aceptamos

conscientemente, pero también hay cláusulas que desconocemos. Cabe destacar que “tanto los buscadores como las

redes sociales en los Estados Unidos están obligadas a proporcionar los datos personales que recaban a requerimiento

del Gobierno de ese país, sin importar de dónde sean las personas titulares”.

“YO NO TENGO NADA QUE ESCONDER”

Nuestro uso de redes también puede afectar nuestra vida cotidiana. Federico Kirschbaum explica que lo que

subimos a las redes lo compartimos con grupos de personas completamente diferentes: amigos del colegio, del

trabajo, de la universidad, la familia, los vecinos y no nos damos cuenta del impacto que esto puede tener. “Lo que

uno publica en internet lo va a leer más gente de la que uno cree, es exponerse”.

“Una persona llama al trabajo y dice que no va a ir a trabajar porque se siente mal. Ese mismo día publica en

Facebook que está en un asado. Ese acto, prácticamente inofensivo, puede hacer que lo echen. Lo mismo sucede con

una persona que habla mal del jefe en Twitter y no es consciente de quien puede leerlo. Por más que uno crea que

sabe quién ve lo que comparte, si uno tiene más de 1.000 amigos en cualquier red social, no sabe realmente quiénes

son”.

“Hay que tener en cuenta que lo que se pone en internet queda en internet, no se puede cambiar, no se puede

borrar, no te podés arrepentir, podés borrar tu cuenta pero una vez que alguien sube una foto o dijiste algo, se copia

mil veces. Hay que pensar dos veces que es lo que vamos a publicar, quién lo va leer, porque lo va a leer si uno no

quiere que lo afecte en el futuro, ya que esa información puede permanecer flotando en el limbo de la web durante

muchísimo tiempo. En este sentido, la mejor herramienta que uno puede tener es el sentido común”.

A pesar de los peligros que puede ocasionar, la tecnología ocupa un lugar preponderante en nuestra sociedad.

No podemos vivir aislados de los dispositivos que nos conectan con los demás: es prácticamente imposible prescindir

del celular o de las herramientas que nos ofrece la tecnología. Pero, eso no quiere decir que tengamos que exponernos

a los peligros que eso conlleva. Es posible frenar la recolección de datos en internet con herramientas que permiten

restringir la información que brindamos voluntaria o involuntariamente.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

La comunicación es fundamental en nuestras vidas, no podemos vivir aislados de los dispositivos que nos

conectan con los demás: es prácticamente imposible prescindir del celular o de las herramientas que nos ofrece la

tecnología. Pero, eso no quiere decir que tengamos que ceder todos nuestros datos y exponernos a los peligros que eso

conlleva.

.Elegí que datos cedes y lee qué van a hacer con ellos.

.En cada red social hay herramientas de privacidad que

podes utilizar para limitar la información que ven los demás

y que reciben las empresas.

.Utiliza contraseñas seguras y diferentes para cada

servicio.

.Descargá un buen antivirus y mantenelo actualizado.

.Apagá el GPS de tu celular y prendelo únicamente si

necesitás buscar algo.

.Descargá solo las aplicaciones que realmente necesitás.

.No guardes tus datos en la nube.

.Borrá las cookies y utilizá Google en “modo incógnito”.

¡HACÉ LA PRUEBA!

Poné “zapatos” o “vuelos a Paris” en el buscador de Google. Luego, abrí Facebook y mirá el tipo de

publicidad que aparece. ¿Da miedo, no?

Si tenés Android, podés ver cuánta información tiene google sobre tu experiencia de navegación

en www.google.com/history con tu correo y contraseña de Gmail.