DONDE SE PONE EL SOL

32

description

Libro de Poemas de Vicente Martin, ganador del primer premio del certamen literario de Lepe

Transcript of DONDE SE PONE EL SOL

Page 1: DONDE SE PONE EL SOL
Page 2: DONDE SE PONE EL SOL

IX Certamen Internacional de Poesía

Ciudad de Lepe

Page 3: DONDE SE PONE EL SOL

Ayuntamiento de Lepe. Archivo MunicipalAutor: Vicente Martín MartínPortada: Tomás ÁlvarezCoordina: Juana Otero PrietoI.S.B.N.: 978-84-934984-3-6Dep. Legal: H-199-2007Imprime: Imprenta Real, S.L.

Page 4: DONDE SE PONE EL SOL

JURADO

Dña. Ana LlácerD. Antonio de Padua Díaz

D. Julián Ávila

Page 5: DONDE SE PONE EL SOL

Donde se pone el sol

VICENTE MARTÍN MARTÍN

Page 6: DONDE SE PONE EL SOL

PRESENTACIÓN

¿Qué es poesía? ... Como ya preguntaba Bécquer en una de sus más famosas rimas, ésta ha sido una de las cuestiones más debatidas a la largo de la historia de la literatura. Pero independientemente de las definiciones que podamos encontrar, de la métrica y de los parámetros estéticos, la poesía es, ante todo, la manifestación de los sentimientos por medio de la palabra.

Y es precisamente la cercana expresión de las emociones lo que caracteriza la obra Donde se pone el sol de Vicente Martín Martín, ganadora del IX Certamen Internacional de Poesía ‘Ciudad de Lepe’, que organiza anualmente el Ayuntamiento de Lepe con el propósito de contribuir a la promoción de la creación poética y consolidándose como un concurso de reconocido prestigio en el panorama literario.

La obra que a continuación presentamos trata temas como el amor, los pensamientos, sueños y recuerdos desde una perspectiva intimista, transmitiendo dinamismo a través de su marcado ritmo y su correcta estructura, lo que se manifiesta en la fluidez de sus versos.

En este sentido, recomendamos la lectura de este libro, que como bien definió el jurado, “relata con soltura las sensaciones y percepciones cognitivas del autor” y que no les va a dejar impasibles, porque Donde se pone el sol es, sin duda, poesía.

Manuel Andrés González RiveraAlcalde de Lepe

Page 7: DONDE SE PONE EL SOL

Donde se pone el sol

Page 8: DONDE SE PONE EL SOL

Miras

y es un acto de fe cada mirada;

la certidumbre de vivir te asombra

con su deslumbramiento y su diaria

revelación y vives

la eternidad en cada

sílaba de amor, en cada cinta

de su sombrero azul y en cada tapia

donde se pone el sol, porque sabemos

que seguimos naciendo y que nos falta

tiempo para vivir.

(Luis Rosales)

Page 9: DONDE SE PONE EL SOL

IAhora sé que un olor es lo mismo que un recuerdo

y un recuerdo

igual que una evidencia;

y que un día, un minuto o un segundo

no pueden calcularse porque a veces

duran toda una vida.

Ahora sé por qué el aire siempre tiene

ese aroma a pinares

y por qué

habrá siempre en mi almohada

un temblor de azahares, algo así como si alguien

con los ojos naranjos

me estuviera nombrando en ese instante.

Page 10: DONDE SE PONE EL SOL

IIHas tenido un mal sueño y te levantas

frotándote los ojos,

te tomas un café, luego te asomas

con tu dolor de alcoba a la ventana

y ves cómo la calle está vacía:

no hay farolas, no ladra ningún perro,

no hay aristas de acero amagando en las esquinas,

los árboles del parque no hacen sombra

ni está esa mujer gorda que gritaba

groserías de azufre a los chavales.

Nada existe y el viento sólo mueve

marionetas que inventan cada tarde

su zoco artesanal de hipocresía.

Todo ha sido un mal sueño y ahora sabes

que las cosas no existen porque sí,

que la piedra no es piedra porque esconde

su aflicción de granito en las entrañas,

que no se hace de noche a mediodía

por taparse los ojos, ni amanece

porque alguien enciende una cerilla,

que no, que nada ocurre

siguiendo una costumbre y sin quererlo,

que las cosas empiezan a ser cosas

en el mismo momento en que tu voz,

decide que las nombra.

Y cuando dices agua, de repente,

aparece la lluvia, cuando invocas

al mar y a las estrellas es posible

Page 11: DONDE SE PONE EL SOL

dimensionar el tiempo, cuando hablas

de distancias, de lejanos países,

de archipiélagos, de ríos y montañas

estás pintando un mapa y si mencionas

horizonte, arboleda o melodía

alguien siente en las palmas de sus manos

un caliente aleteo de gorriones.

Sí,

te ha sido necesario este mal sueño

para aprender, al fin, que cada cosa

lo es

cuando se nombra.

Page 12: DONDE SE PONE EL SOL

III

Te estoy pensando y llueve,

como ahora

que digo pan y siento entre los brazos

una ternura abierta igual que un lecho

de gavillas de trigo.

Te estoy pensando agua y se me escurren

temblorosos los dedos por las islas

de tu cuerpo desnudo,

como ahora

cuando nombro la noche y se emborrachan

de tirsos de luciérnagas las lomas

y el mar danza pavanas para un sueño

de flautas,

carrillones

y laúdes.

Te estoy pensando y llueve,

como ahora,

un cardinal crepúsculo de acacias.

Page 13: DONDE SE PONE EL SOL

IVMe dormí,

y en los ojos llevaba la aridez

de un páramo sin nombre sucediéndose,

como una sombra a otras,

a sí mismo.

Soñé con un lugar donde la hiedra

se disolvía en agua, donde el musgo

crecía en los balcones que entreabrían

sus vitrales a un mar de madrugadas:

tenía

tanta sed que era preciso

poner toda la sangre en un latido,

era tal la ansiedad, tanto el anhelo

que de pronto crecían,

me crecieron,

como lluvia los brazos, y la noche

se iba haciendo de charcos y en las manos

flotaban los nenúfares.

Al despertarme,

alguien,

se había bebido el canto de los pájaros.

Page 14: DONDE SE PONE EL SOL

V

Me pregunto si el hombre, por el hecho

de tener más centímetros de sombra que el carrasco

o más viento o más nubes sin lluvia en los bolsillos

que una tarde

continua de verano,

si el hombre, porque sabe que en el cielo

no habrá números primos ni ecuaciones

de orquídeas y crepúsculos

tiene derecho a hablarle a las palomas

y al mar

y a las encinas

sin una cita previa,

sin una redención como si nunca

hubiéramos cortado el pescuezo a una calandria.

Y en caso afirmativo,

me pregunto de nuevo si es que el hombre,

los hombres y yo mismo,

no habremos olvidado, de no usarla,

definitivamente la vergüenza,

si no habremos perdido, o estaremos

desesperadamente,

perdiendo la memoria.

Page 15: DONDE SE PONE EL SOL

VIRegresar a la infancia es algo más

que pensarse unos padres adoptivos

o cambiarse de piel o caminar

descalzo entre la lluvia,

algo más

que ajustarse el reloj y retrasar

los hombres y los días.

Es volver al idioma que empleábamos

mucho antes de ser,

mucho antes incluso del lenguaje,

cuando el mar era mar y aún cabía

resumido en los ojos sin nombrarlo.

Regresar a la infancia es resistirnos

a ser un enunciado,

una formulación

de gente moralmente inadecuada.

Regresar a la infancia viene a ser

un acto de violencia,

una vulneración aunque se alegue

el derecho a morir en legítima defensa,

morir como un deshielo, como acaba

un sueño que se ha vuelto transitable.

Regresar a la infancia es enterrar

para siempre el futuro porque el tiempo

no tiene propiedad distributiva

y una equivocación no es un recuerdo

que pueda compartirse,

o dicho de otra forma, es más fiable

vivir muy pobremente, alimentarse

de los gestos más simples,

Page 16: DONDE SE PONE EL SOL

del sabor de las cosas más sencillas

y hacer un inventario de minucias

que puedas liquidar a cualquier precio.

Y es que el niño que fuimos no sabe de peajes,

no sabe de evidencias que terminan

muertas de incertidumbres,

no sabe por qué un llanto se llora casi siempre

en ropa de trabajo, por qué tienen

apellido científico los árboles,

sólo sabe que dos o tres

o cuatro golondrinas

inventan un verano.

Page 17: DONDE SE PONE EL SOL

VIIAl principio era el agua...

y en la niebla

ni siquiera un rumor de golondrina

ni el ligero temblor de una luciérnaga

perturbaba su sed de transparencia.

Al principio era el agua

y por el agua

llegó en bronce la voz a las campanas

y se erigieron torres, se erigieron

alminares tan blancos que la noche

contrajo matrimonio con el alba.

Y nacieron los árboles, los ríos y los lagos

y era el mar y la vida del color de los niños,

como un árbol de niño, como arroyo

de inocencia prohibida que buscaba

cómo estrenar un beso en el candor

azul de cada lago.

Era el día primero.

Y al segundo

se fue haciendo la tarde y con las sombras

se fueron los zorzales

y se oía

vagamente a lo lejos el aullido

larguísimo de un lobo.

Al principio era el al agua,

cristalina,

igual que el manantial de una mañana

recién iluminada, pero el tiempo

la convirtió en herida y ahora tiene

cicatrices de sal y sinuosas

veredas con cipreses.

Page 18: DONDE SE PONE EL SOL

VIIIAlguno de estos días

-no sé cuándo-

va a venir el camión de las mudanzas:

preguntarán por mí,

decidles… cualquier cosa, por ejemplo,

que ya no vivo aquí

o que no estoy

o que hace algunos meses que habéis visto

bajadas las persianas o mejor

decidles que me he muerto,

sí,

decidles que hace un año que estoy muerto,

que estaba tan cansado de estos muebles,

tan harto de estas sillas de anea, del olor

a rancio de estos libros

que me corté las venas con un verso.

Y si insisten, abridles;

dejad

que se lo lleven todo:

¡no sé de qué les sirva un corazón embalsamado

y lleno de dioptrías!

Page 19: DONDE SE PONE EL SOL

IX¿Qué he de hacer yo en tu fiesta?

Yo soy danza de estío y aunque lleve

manuscrita en el pecho una ternura

de abrazos infinitos, aunque tenga

la frente coronada de manzanos,

mi corazón es agua

mi corazón es viento, así que, dime,

¿qué he de hacer yo en tu fiesta?

Ni tú me esperarás, ni yo he de ir

allá donde ya he sido sombra o cuerpo,

allá donde ya fuiste surco o cauce.

Ni yo te esperaré, ni has de venir

acá donde los pájaros desnudan

el aire de la tarde y en el cielo

no quedan trayectorias.

Déjame que sea niebla ligera en los caminos,

déjame que sea nube,

que sea lluvia y me empujen

los tres vientos del sur hacia un lugar

donde el tiempo me nazca de las manos.

Podría suceder,

podría suceder que al reflejarse

una estrella en un charco alguna noche

te dijeras tú misma:

yo conozco esos ojos, yo recuerdo

el sabor a eucalipto de esos labios.

Page 20: DONDE SE PONE EL SOL

XY ahora voy a mentir,

voy a mentir

con toda la verdad sobre las manos.

Estoy mintiendo adrede cuando digo

que escucho cómo late el corazón

y estoy despierto:

hay veces

que un latido no es más que un sobresalto

o el goteo de un llanto intermitente.

Y si afirmo que en este mismo instante,

que en este mismo verso

estoy mirando a un pájaro o escucho

el clamor de una isla en un incendio,

también estoy mintiendo como miento al decir

que tengo un corazón que ríe y llora,

un corazón que sangra, que palpita

y que a veces un beso,

sencillamente un beso lo desborda.

Es muy fácil “vivir”,

es muy fácil vivir porque la vida

sucede simplemente,

sucede por inercia, porque un día

una canción de cuna te saca del olvido

y te enseña a escribir

y a caminar

y decir buenas tardes

y a mentir,

sobre todo a mentir

porque cada mentira es una prórroga

Page 21: DONDE SE PONE EL SOL

para tenerse en pié, cada mentira

es como una indulgencia, como un pase pernocta

o como un niño,

como un niño con risa de trigales

reflejado en un charco.

Lo difícil

es llegar a admitir que el corazón,

mi corazón

o el tuyo,

aunque siga latiendo todavía,

aunque siga habitado,

sólo sostiene a un muerto.

Page 22: DONDE SE PONE EL SOL

XIQuizás resulte extraño que a mi edad

no necesite agenda

ni reloj

ni tenga en mi escritorio un calendario.

Quizás resulte extraño que no sepa

qué mar se ceñirá mañana a mis orillas

o en qué segundo exacto la noche se hará múltiple

como un verbo callado.

Pues no. No me interesa

saber cuántos minutos de muerte tiene un año

ni en qué fracción de lunes se escribe una agonía,

nunca llevé por cuenta las hojas que el otoño

fue dejando caer sin mi permiso,

no quiero conocer qué va a ocurrir mañana,

quiero, sí,

quiero que ocurran cosas, que sucedan

amaneceres claros, alamedas

a ciegas y carámbanos

como caricias tiernas colgadas de los árboles,

no me importa saber la hora exacta

en que van a estallar los gorriones,

pero quiero escucharlos cuando canten.

No sé por qué ese empeño en que no siga

la vida su secuencia de sorpresas,

por qué esa exactitud, ese tener

contados los latidos o estudiado

cuánto mide un temblor o adónde llega

la longitud de un sueño.

No. A mí no me preocupa

Page 23: DONDE SE PONE EL SOL

perder el autobús o que no existan

trenes de cercanías, no me importa

llegar tarde al verano o que me encuentren

desnudo los inviernos, no me importa

saber si hoy es domingo o cuánta equis

ha habido en la quiniela,

si a la hora en que escribo

funcionan los cajeros automáticos,

si a las diez menos cuarto, como anoche,

jugarán sin pijama las estrellas.

De verdad,

no me importa

llegar tarde al café o a aquella cita

que os concedí hace tiempo

ni siquiera, os lo juro, me desvela

que llegado el momento se me olvide

la fecha mi entierro y os encuentre,

cuando caiga en la cuenta,

con cara de fastidio y herrumbrosas

vuestras manos de pésame.

Page 24: DONDE SE PONE EL SOL

XIIVamos a imaginarnos que el presente

no hubiera comenzado,

que es como un violín que está a la espera

de un palpitar de frutas y este sol

-tan lujuria de marzo-

o el temblor de una hoja o el calor

de tu nombre en mi mano o este trozo

de cielo que nos mira

no nos perteneciera.

Vamos a imaginarnos que ahora somos

sucesos de un futuro y que no tiene

ventanas nuestro cuerpo;

vamos a imaginarnos que algún día

vamos a ser caminos,

piedras,

charcos,

caminos y senderos transitados,

piedras para tallar,

charcos donde las nubes justifiquen

su vocación de océanos.

Y voy a imaginarme que hasta entonces,

mientras seamos posibles, unas horas

antes de que los labios se llenen de ciudades,

puedo llamarte hermano sin que nadie

me mire de soslayo.

Page 25: DONDE SE PONE EL SOL

XIIIComo si de repente ya no hubiera

lugar para el asombro y un trasiego

de días y de noches

se llevara consigo hasta el penúltimo

atisbo de sorpresa

-sólo el paso fugaz de una muchacha

que no sabe de fechas

deja, de cuando en cuando, que en los ojos

anide un sobresalto-,

como si todo fuera estrictamente

la natural secuela, el desenlace

de una gravitación que nos precede,

exactamente así

somos formas autómatas,

personas que vivimos de memoria,

que besamos y amamos de memoria,

que callamos y hablamos de memoria,

reímos y lloramos de memoria,

difamamos, odiamos, condenamos,

loamos y aplaudimos de memoria,

individuos, en fin, que cualquier día

moriremos también,

perdida para siempre la memoria,

como se han muerto todos,

por costumbre,

sin sorpresa ninguna y de memoria.

Page 26: DONDE SE PONE EL SOL

XIVDime sinceramente

si no hubo alguna vez que preguntaste

qué hacías tú vestido con el rostro,

la soledad silvestre

y las hormigas

del nombre que te dieron.

Dime sinceramente cuántas veces

rompiste en mil añicos los espejos

por sugerirte apenas si tú eras

una eventualidad o un accidente

idéntico a ti mismo.

Sinceramente

dime

si no te levantaste una mañana

apuñalando al mar y maldiciendo

ser tú y haber nacido

hombre y no chopo negro,

aquí, en esta ciudad, en esta plaza

donde crecen en círculo

como aguamares brunos los cipreses.

Sinceramente dime si no es cierto

que hubieras deseado no tener

ojos ni corazón, ya que no sabes

por quién ni para qué

estás llorando.

¿Acaso es que vivir, esta cordura

que te lleva a la muerte es algo más

que una simulación

o un fingimiento?

Page 27: DONDE SE PONE EL SOL

XVAhora sé que respiro y que la vida

es más que una costumbre, mucho más

que un suceso o un milagro

de gorjeos y auroras inasibles.

Ahora sé que respiro y se me escapa

un olor a geranios por la sangre,

ahora sé que me estoy volviendo cauce,

que soy fruta nocturna,

que me siento

vigilia repetida en un abrazo

cada vez que la tarde se despide

en barcos color sepia.

He perdido la fe en las amapolas

y estoy buscando a un hombre,

estoy buscando a un hombre que no lleve

franquicias en los párpados,

a un hombre

que no lleve hipotecas de eucaliptos

ni mentidas las islas de los labios.

Estoy buscando a un hombre que no sea

un guión aprendido o un rimero

de verbos en desuso…

…a un hombre que me diga

si una gota de lluvia también tiembla

y respira

y ha perdido también su desnudez

en la luz mortecina de un eclipse.

Page 28: DONDE SE PONE EL SOL

XVI¿Queréis saber por qué cuando camino

miro a ninguna parte,

por qué escucho a la gente cuando habla,

cuando dice y resulta que no dice,

cuando insulta

y yo guardo silencio, por qué llevo

las manos casi siempre en los bolsillos

o por qué hace tiempo que en mis ojos

no hay señales de llanto?

Os lo voy a decir: es que no quiero

saber de qué color es la agonía

de los muertos que nacen,

de qué enferma el dolor, de qué me acusa

la mirada de un niño.

Porque estoy tan cansado de hablar que ya hay palabras

que vuelven a mis labios sin que tenga

consciencia de haber dicho, que hay palabras

que incluso me delatan y yo sé

que nunca he pronunciado.

Porque temo

que llegue ese momento en que no sabes

de qué sirven las manos, si es que sirven

de algo y me suceda

-como suele ocurrir cuando se acaba

viviendo de memoria-

que las vaya

perdiendo poco a poco, cayéndoseme a plazos

o una tarde de requiem me las deje

a orillas de una lágrima,

olvidadas.

Page 29: DONDE SE PONE EL SOL

XVIILlegado este momento me doy cuenta

de que nada ha cambiado, de que todo

está en el mismo sitio,

las puertas, las ventanas, los estantes

atestados de libros, el jarrón

con espigas de trigo, como si alguien

se hubiera preocupado de clavar

el tiempo en las paredes.

Y aquí estamos, los mismos, los que andábamos

con las manos de púlpito y los labios

parados a las doce, los que íbamos

plantando margaritas en los charcos

y ensayábamos besos circulares

y caricias de nube entre la lluvia

como si una mirada o un deseo

fueran un adulterio.

Ninguno hemos crecido hasta la altura

de un maizal en agosto,

ninguno hemos dejado en los arcenes

el silencio sobrante o las maletas

que no nos pertenecen, mantenemos

los ojos de la infancia,

los sueños de la infancia,

las prisas,

las urgencias de la infancia

y nadie nos ha dicho todavía

que la vida precisa aprendizaje,

que se aprende a llorar, que ni siquiera

la angustia y el dolor son gratuitos.

Page 30: DONDE SE PONE EL SOL

XVIII¿Recordáis?

Aunque no hubiera parques se llenaban

de gritos los estanques,

aunque no hubiera árboles hervían

las tardes de gorriones

y aunque no hubiera sol ni hubiera aire

estallaban de luz las mariposas.

Y es que nada ha cambiado,

es que estamos

a jueves, a mañana de jueves y hay colegio

y esta tarde es abril y cogeremos

agrillas en las lindes y manojos

de berros en las fuentes.

Pero todo está igual, exactamente

todo en el mismo sitio,

las puertas, las ventanas, los estantes

atestados de libros, el jarrón

con espigas de trigo,

y vosotros

y yo

y el asombro de niño que nos lleva,

cuando llega la noche, a nuestra infancia.

Page 31: DONDE SE PONE EL SOL

Se terminó de imprimir el día 17

de mayo de 2007, festividad de

San Pascual Bailón, siendo

alcalde de Lepe Manuel

Andrés González

Rivera

LAUS DEO

Page 32: DONDE SE PONE EL SOL