DON QUIJOTE DE LA MANCHA - deymerg.files.wordpress.com · reversos, entre las palabras y los actos;...

706
Miguel de Cervantes DON QUIJOTE DE LA MANCHA Edición, introducción y notas de JOSÉ LUIS PÉREZ LÓPEZ DON QUIJOTE DE LA MANCHA 3

Transcript of DON QUIJOTE DE LA MANCHA - deymerg.files.wordpress.com · reversos, entre las palabras y los actos;...

  • Miguel de Cervantes

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Edicin, introduccin y notas deJOS LUIS PREZ LPEZ

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 3

  • En un lugar de La Mancha

    En un lugar del ingenio

    En un lugar de la historia

    En un lugar de la biblioteca

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 7

    EEnn uunn lluuggaarr ddee LLaa MMaanncchhaa

    No quiso acordarse del nombre del pueblo o de la aldea, pero s de lainmensidad de un territorio que est lleno de lugares inolvidables. En cualquiercaso, esa imprecisin es una de las incertidumbres de las que est lleno elQuijote y a las que tan magistralmente se ha referido Carlos Fuentes, Presidentede Honor de la Conmemoracin del IV Centenario de la Primera Edicin queha organizado el Gobierno de Castilla-La Mancha: Todo es incierto en ElQuijote. Incierta la autora (). Nombre incierto (). Rocinante fue rocnantes. Dulcinea, la damisela ideal, es Aldonza, la campesina comn ().Lugares inciertos .

    En una nsula literaria es incierta tambin la lnea que separa la realidad dela ficcin, los rebaos de los ejrcitos. El cielo y la tierra que en la Mancha seunen en el horizonte, formando esa lnea imaginaria que separa a Rocinante deClavileo.

    La Mancha, ha escrito uno de nuestros mejores poetas, es un gran anchu-rn csmico. Cuando Jean Cocteau se encaram al cerro Calderico deConsuegra, entre el castillo y los molinos, exclam: por fin he visto el plane-ta, al divisar el inmenso espacio que se abra ante sus ojos desde ese miradordel universo.

    Algunos autores han querido explicar el escenario de las hazaas delQuijote como una irona ms de Cervantes. La Mancha sera la ausencia decualquier paisaje digno de un libro de caballeras. Una desmitificacin, unaextravagancia que hiciera sonreir a los seguidores de Amads de Gaula, Lisuartede Grecia, Florisel de Niquea, Felixmarte de Hircania o Florando de Inglaterra.

    Cuantas teoras han tratado de dilucidar las razones que movieron aCervantes para vincular el nombre del Quijote con el de la Mancha suenanincompletas, porque acaso los motivos no son del reino de la razn, sino queestriban, sin ms, en la genial intuicin de Cervantes que, partiendo de consi-derar a todo hombre hijo de su paisaje, vio en la sabana manchega, generosade cielo y luz, el mbito destinado a engendrar los delirios del ms noble e ide-alista de los locos.

    No es ste el medio escribi Azorn refirindose a la anchura manche-ga- en que han nacido y se han desarrollado las grandes voluntades, fuertes,poderosas, tremendas, pero solitarias, anrquicas, de aventureros, navegantes,conquistadores?

    En todo caso, como ocurre con tantos aspectos en la obra de Cervantes, larealidad acaba confundindose con la ficcin. Superndola, como en la vidamisma. Henry Levin ha desvelado la frmula magistral de Cervantes: No es nims ni menos que un reconocimiento de la diferencia entre los versos y losreversos, entre las palabras y los actos; en resumen, entre el artificio literario ylo real, que es la propia vida.

    Eladio Cabaero aludi a la llanura manchega como ese gran obrador desimultneas anchuras, una tierra de alta luz y ocho puntos cardinales. Los quemarcan las aspas de los molinos como una mgica rosa de los vientos.

    Esta tierra, este cielo, tienen, como la figura del Quijote, dimensin univer-sal: Quin que mire al cielo directamente no se olvida de trminos municipa-les, provinciales, regionales y nacionales, se desentiende de vallas, mojones y

  • MIGUEL DE CERVANTES8

    medianeras, dejndose llevar, desde el paisaje propio y la casa paterna, allhasta el horizonte sin fronteras, bajo la pura sensacin de fundirse en una solapatria universal?

    La Mancha es ancha y existe. La que conoci Cervantes y esta Castilla-LaMancha que es una regin de Espaa, un lugar de Europa, lejos del mar y lamontaa, pero muy cerca del firmamento. En el cielo limpio de la Mancha,como dijera otro gran habitante del territorio de la lengua espaola, se vemejor que desde ningn otro sitio tiritar, azules, los astros a lo lejos. Unaexperiencia que deberan tener todos los hombres.

    La Mancha se puede recorrer. No es una ficcin. Es una realidad en la quese puede penetrar aunque, bien es verdad que, por ejemplo, por ella transcu-rre un ro que nace en las Lagunas de Ruidera, que desaparece y que tiene ojos.Puede sorprender que en la cueva de Montesinos se desvele que, en realidad,el Guadiana es un escudero de Durantarte convertido en un ro por Merln?.Este encantamiento, y muchos otros ms, pueden conocerse en pleno sigloXXI.

    Tambin ahora, otra vez, como escribiera Len Felipe: Por la manchegallanura / se vuelve a ver la figura / de Don Quijote pasar

    Esta es una tierra de locos, con frecuencia perfectamente cuerdos, y unalocura de tierra. Una tierra que, entre todos, estamos convirtiendo en un sueoposible. En definitiva, como ha escrito Harold Bloom, quiz lo quijotesco seala modalidad literaria de una realidad absoluta, no de un sueo imposible, sinode un despertar de la mortalidad.

    EEnn uunn lluuggaarr ddeell iinnggeenniioo

    Alguien podra pensar que el hecho de que las empresas de Castilla-LaMancha estn entre las primeras de Espaa en inversin I + D es consecuenciade algn encantamiento de Urganda o de cualquier otra maga. Pero es frutodel trabajo y del esfuerzo de esta sociedad y de la confianza en s misma. Eseha sido el verdadero Blsamo de Fierabrs que nos ha curado de los males delabandono y del subdesarrollo: esta tierra, sus hombres y sus mujeres, han sabi-do convertir en un verdadero acelerador histrico la autonoma poltica, lacapacidad de decidir por nosotros mismos y de administrar nuestro propio pre-sente. Por eso, tenemos futuro.

    Tenemos fe en Castilla-La Mancha y en lo que est por llegar. En lo porve-nir. Porque no depende de un milagro, ni de nadie ajeno y distinto a nosotrosmismos. El futuro est en nuestras manos. Y en nuestro ingenio. Hoy ms quenunca, porque ahora el saber, el conocimiento, est en la base de las posibilida-des del progreso de los pueblos. En el siglo XXI, ms que en ninguna otra oca-sin, la materia prima ms importante de la que puede disponer un pueblo parasu desarrollo es su materia gris, la inteligencia de sus hombres y de sus mujeres,la educacin y la formacin de los jvenes y del conjunto de la sociedad.

    Esa es nuestra gran respuesta estratgica: relacionar la ii de ingeniosocon el desarrollo sostenible. La ii de ingenio con las eess de la iinvestigacin,de la iinnovacin, de la iinteligencia, de la iindustria aplicada, de la iinspiracin,de la iimaginacin creativa.

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 9

    Desde el momento mismo de su publicacin, y sin pausa a lo largo de vein-te generaciones, una marea de lectores se ha deleitado y conmovido con lasaventuras del ingenioso hidalgo, y miles de artistas e intelectuales han encon-trado en sus pginas una fuente de inspiracin para sus obras, porque donQuijote constituye un referente universal para todos los hombres, cualquieraque sea su origen y cultura.

    El extravagante hroe de la Mancha es arquetipo que transciende todas lasnacionalidades y fronteras y se erige en smbolo de la condicin humana, atra-pada entre la aplastante realidad y un alado afn de ideales inalcanzables.

    Como afirma Martn de Riquer: toda novela est montada, precisamente,en el contraste entre el ensueo caballeresco literario y la vida real. Y AmricoCastro seala: Si hay en Cervantes una preocupacin mxima, sera la deexpresar literariamente el contraste entre las imaginaciones extraordinarias yfantsticas y la experiencia comn y usual.

    Pero de lo que inicialmente Cervantes concibi como una risuea parodiade los libros de caballeras, su genio acab convirtiendo en una lcida ilustra-cin del hombre y sus aspiraciones de perfeccin en un mundo tristementeimperfecto. Como quera Stendhal, la novela de Cervantes es un espejo a lolargo del camino, pero un espejo donde se refleja, no ya la Espaa del XVI-XVII,sino el mundo entero en su desnudez mltiple y grandiosa. El trocar de ventaspor palacios es prestidigitacin de un alma que no se resigna a las groserasleyes del realismo, y el platnico amor por Dulcinea es el mismo, puro e ideal,que un da acabamos dejando atrs, si bien nunca conseguimos olvidar deltodo.

    Castilla-La Mancha, al conmemorar el IV Centenario de la Primera Edicindel Quijote, quiere emprender una gran aventura colectiva. La conquista delfuturo relacionando el desarrollo con el conocimiento. En nuestra tierra tene-mos un gran sentido comn, ese sentido de Sancho que le hace sabio, juezecunime y gobernador inteligente. Y tenemos la actividad vital, aventurera yensoadora del Quijote, que le hace recorrer rutas enderezando entuertos, tra-tando de conseguir un mundo mejor. Definitivamente, hemos dejado atrs laresignacin y la desconfianza paralizante, la mezquindad del ventero verdade-ro contrapunto del Quijote- que no se atreve a soar ni a intentar las aventu-ras. Ahora, los castellano-manchegos, no tenemos miedo de despegar, notenemos pnico a volar.

    EEnn uunn lluuggaarr ddee llaa hh iissttoorriiaa

    1605-2005. Cuatrocientos aos y ms vigencia que nunca. Porque es unclsico. Una obra maestra que ha vencido al tiempo incorporndose al bagajeinmortal de la humanidad (Qu viejo el peridico de ayer, que actual este libroescrito en 1605!). Es la diferencia entre lo que tiene slo inters inmediato, ins-tantneo y caduco, y lo que permanece en el tiempo.

    Sin embargo, hay que entender el Quijote en su poca, la decadencia espa-ola del siglo XVII, en pleno apogeo del irrealismo que corresponde a los plan-teamientos cada vez ms atrasados de la sociedad y de la economa espaolas,inadaptadas a un tiempo que cambiaba y en el que, como escribi Pierre Vilar,

  • MIGUEL DE CERVANTES10

    por posicin y coyuntura (no por religin o temperamento), la sociedad espa-ola del 1600, anttesis de la sociedad puritana, vuelve la espalda al ahorro y ala inversin. Seguramente una de las razones de la universalidad del Quijotese deba a que es un autntico libro espaol de 1605, que cobra todo su senti-do en el corazn de nuestra historia. Por eso, en l se puede gozar del densobrebaje de historia concreta que destila toda obra maestra.

    La vida de Cervantes coincidi con los reinados de Carlos I, Felipe II y suhijo Felipe III. Del apogeo imperial cuando Gracin deca que la corona del reyde Espaa es la rbita del sol, hasta los sntomas, cada vez ms evidentes, deuna profunda decadencia. El declive que observara Quevedo desde la soledadde la Torre de Juan Abad, en pleno campo de Montiel que recorri DonQuijote: mir los muros de la patria ma, / si un tiempo fuertes, ya desmoro-nados

    Mucho se ha escrito sobre la influencia en la economa espaola de la lle-gada del oro y la plata de las Indias. Pero no hubo que esperar a los estudiosde Hamilton. Haba contemporneos clarividentes; otra vez Quevedo recordan-do que poderoso caballero es don Dinero: Nace en las Indias honrado, /dondeel mundo le acompaa; / viene a morir en Espaa, / y es en Gnova enterra-do.

    En 1600, contemporneo pues de Cervantes, Gonzlez de Cellrigo, hacael diagnstico de la influencia en la economa de tanta abundancia de metalespreciosos que haba conducido a una situacin irreal, ficticia: y el no avertomado suelo procede de que la riqueza ha andado y anda en el ayre, en pape-les y contractos, censos y letras de cambio, en la moneda, en la plata y en eloro; y no en bienes que fructifican y atrahen a s como ms dignos las riquezasde afuera, sustentando las de dentro. Y sintetiza formando una paradojaque hara las delicias de los conceptistas: el no haber dinero, oro ni plata, enEspaa, es por averlo, y el no ser rica es por serlo.

    Por cierto, que un lugar de la Mancha, cuyo nombre es Almagro, tienemucho que ver con los prstamos del rey, los papeles y contractos, censos yletras de cambio. Su porte seorial, su aire flamenco, sus encajes y su plaza,se relacionan directamente con los Fugger, los banqueros de Carlos V, que con-trolaron el azogue de Almadn y con l toda la produccin mundial de la plata,desde la capital del Campo de Calatrava.

    En 1600 se estaba notando en Espaa uno de los efectos de la primeramundializacin. Desde 1492, el orbe conocido dej de ser slo Europa y, para-djicamente, la Castilla que abri nuevos mundos era arrastrada por no asimi-lar sus consecuencias. Entonces, como hoy, hubo muchas voces contra la glo-balizacin, pero las carabelas de Coln no podan regresar. Ya se poda cruzarla mar ocano, aunque a algunos les diera miedo o no supieran adaptarse alnuevo mundo.

    Hoy estamos viviendo otra globalizacin y la respuesta no puede ser denuevo la inadaptacin, la marginalidad, la cuneta de la historia. Seguramentela respuesta adecuada no sea negar el hecho, sino saber aprovecharlo. Comodice Carlos Fuentes: ante todo, gobernanza local efectiva: poltica, porqueno hay globalidad que valga, sin localidad que sirva. Y, ya puestos, globali-cemos tambin, y sobre todo, otras cosas: los derechos humanos, por ejemplo.Y la educacin: tan slo una rebaja del uno por ciento en gastos militares en

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 11

    el mundo sera suficiente para sentar frente a un pizarrn a todos los nios delmundo.

    Castilla-La Mancha, una realidad poltica nueva que aspira a una gober-nanza local efectiva, no est dispuesta a quedarse en la va muerta de los pro-yectos que ya no tienen energa y, en la bsqueda del desarrollo sostenible,queremos encontrar la energa ms limpia y renovable de todas: la de los hom-bres y mujeres de nuestra tierra.

    Ahora, por primera vez, nosotros protagonizamos nuestra propia historia yeso nos llena de responsabilidad y esperanza. Construyamos un mundo mejor,edificando una Regin mejor. Seamos quijotes enderezando los entuertos denuestro entorno ms inmediato.

    EEnn uunn lluuggaarr ddee llaa bb iibb lliiootteeccaa

    Unas consideraciones sobre esta edicin. Soy consciente de que DonQuijote de la Mancha est en todas las casas. Como la Biblia. Forma parte denuestro imaginario vital y de nuestra educacin intelectual y sentimental. Todoel mundo tiene una determinada imagen del Quijote -y de Sancho,- mil vecesreproducidas de todas las maneras, en todos los formatos y sobre todos lossoportes.

    Sin duda, la influencia del Quijote en la literatura mundial, en la culturauniversal, es enorme y est muy estudiada. Tambin es grande su influenciapopular, en la vida cotidiana, en la concepcin del mundo y de la vida de losespaoles, en su vocabulario. Quijotismo es una acepcin en la lengua deCervantes y todo el mundo entiende lo que se quiere expresar cuando dealguien se dice que es un Quijote.

    Los centenarios tienen la ventaja del recordatorio y de la memoria. Del IIICentenario, celebrado en 1905, con la resaca de la Generacin del 98, ha que-dado relativamente poca cosa: una medalla conmemorativa, un discurso deValera en la Real Academia y una cierta produccin bibliogrfica.

    Nosotros tenemos la ambicin de que quede algo ms en Castilla-LaMancha con ocasin de un pretexto que debe servir para nuestra moderniza-cin, el incremento de nuestra riqueza, de nuestra cultura y de nuestra autoes-tima. Y debe servir tambin para que todos los castellano-manchegos tenganen su biblioteca, el paraso que nos desea Borges, otro gran habitante del terri-torio del Quijote, un ejemplar, usado por la relectura, de la gran obra deCervantes por la que nos conocemos mejor a nosotros mismos.

    Jos Mara Barreda FontesPresidente de Castilla-La Mancha

  • ________________

    1 Vase el libro de James Iffland en la Bibliografa esencial.2 Para la biografa de Cervantes, vase Jean Canavaggio, Cervantes [1986], Madrid,

    Espasa-Calpe, 1997. Para las restantes obras cervantinas vase el compendio deFranco Meregalli, Introduccin a Cervantes, Barcelona, Ariel, 1992.

    3 En el sentido del Diccionario acadmico: Poblacin pequea, menor que villa ymayor que aldea.

    IINNTTRROODDUUCCCCIINN

    EEddiicc iioonneess

    La primera edicin del Quijote lleva el nombre de El ingenioso hidalgodon Quijote de la Mancha, compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra, ao1605, en Madrid, por Juan de la Cuesta. Vndese en casa de Francisco deRobles, librero del rey nuestro seor.

    En 1615 se publica la segunda parte cervantina: Segunda parte delIngenioso caballero don Quijote de la Mancha, por Miguel de CervantesSaavedra, autor de su primera parte, ao 1615, en Madrid, por Juan de laCuesta. Vndese en casa de Francisco de Robles, librero del rey N.S.

    En 1614 se haba publicado el llamado Quijote falso de Avellaneda:Segundo tomo del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, compuestopor el licenciado Alonso Fernndez de Avellaneda, natural de la villa deTordesillas, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras.En Tarragona, en casa de Felipe Roberto, ao 1614.

    Existen, por tanto, tres Quijotes, tres obras distintas, cada una de las cua-les responde a una concepcin diferente de carcter esttico e ideolgico11.Centrndonos en la magna obra cervantina22, objeto de este estudio, estas sonsus caractersticas.

    EEll QQuuiijjoottee ddee 11660055

    Un hidalgo cincuentn de un lugar33 de la Mancha, Alonso Quijano, aquien sus paisanos llamaban el Bueno, pierde el juicio de leer libros de caballe-ras y decide imitar a los hroes cuyas hazaas vea escritas en dichos libros ydejar de ser hidalgo de aldea rocn, galgo, hurn, lanza y adarga para con-vertirse en caballero aventurero. Realiza un autntico ascenso social por sucuenta, y, sin tener derecho por su condicin de hidalgo a utilizar el don decaballero, l se lo pone delante de su nombre inventado y se hace llamar donQuijote de la Mancha. Se provee de armas antiguas y desiguales, propias y desus abuelos, se viste algunas piezas de una armadura arrumbada en un rincny tomada del orn, y se compone un equipo completo de caballero andante,haciendo de un morrin de alabardero celada de caballero con cartones depapeln, alambres y unas cintas verdes, de tal manera que, ms que de uncaballero armado como es debido, el efecto que produce es el de un hombredisfrazado, un personaje de carnaval que se mostrara as en todas las pocasdel ao. Encomendndose a su dama, Dulcinea del Toboso, en quien l habaidealizado a la campesina Aldonza Lorenzo, y montando en su desvencijado

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 13

  • caballo Rocinante se pone en marcha en busca de aventuras por los famososcampos de Montiel.

    Sale de su lugar y se desterritorializa (Iffland) transgrediendo unanorma no escrita de la sociedad aristocrtica estamental, que reservaba a cadamiembro del cuerpo social un lugar en el mismo: el labrador en sus pegujares,labrando la tierra; el hidalgo en su aldea, cazando con su hurn, atendiendo ala labranza de sus pocas yugadas de tierra y cumpliendo con sus obligacionesde cristiano; el caballero en la corte del rey, en el gobierno y en la milicia; el reyen el trono; los clrigos rezando. Por eso Alonso Quijano, al convertirse en donQuijote, esta cometiendo una autntica transgresin social para su poca, seest saliendo del papel que su sociedad le reserva como hidalgo de aldea.Adems, en su segunda salida se lleva con l a un labrador, Sancho Panza, queest dispuesto a dejar de serlo, a abandonar el campo y a no trabajar la tierra,y a convertirse en conde, duque, gobernador de una nsula, o incluso obispoen un qutame all esas pajas, aunque para ese ltimo cargo eclesisticotiene el impedimento, no poco grave, de estar casado con su Mari Gutirrez, oJuana Panza o Teresa Panza, que de todas estas maneras es denominada en ellibro la mujer de Sancho.

    Despus de recorrer nuestro hidalgo fatigosamente la alta Mancha, solita-rio en su primera salida, se tropieza con una venta, que l cree ser un castillo,donde es recibido por dos mozas del partido (rameras), la Tolosa y la Molinera.Vela sus armas y es armado caballero por un ventero bribn, antiguo pcaro delos de la playa de Sanlcar, a quien l confunde con el caballero seor del cas-tillo, el cual le despide recomendndole que para otra ocasin se provea dedinero y de camisas.

    Investido con el nuevo carisma de caballero novel, su primera hazaa con-siste en proteger a un muchacho, Andrs, a quien su amo, Juan Haldudo elrico, vecino del Quintanar, estaba azotando. Ms tarde encuentra a unos ricosmercaderes toledanos, a quienes manda que vayan a El Toboso a presentarsea Dulcinea. Al no obedecerle, arremete contra ellos y se cae del caballo. Unmozo de mulas, poco paciente, no soporta las bravatas que don Quijote les diri-ge desde el suelo y le rompe la lanza en las costillas. Malparado y maltrecho,es recogido por su vecino Pedro Alonso, a quien l confunde con Rodrigo deNarvez y con el Marqus de Mantua, personajes literarios de sus libros y delromancero. El buen labrador lo carga en su asno y lo devuelve a su aldea,donde es recibido por su sobrina, por el ama, por el cura Pero Prez y por elbarbero maese Nicols con alivio. Lo recogen y lo acuestan en su cama, mien-tras l sigue sumido en su delirio caballeresco. Estamos al final del captulo 5.

    En el captulo 6, el cura y el barbero mandan tapiar el aposento donde estla librera de don Quijote y hacen una hoguera en el corral a la que arrojan,ayudados diligentemente por el ama, los libros de caballeras y otras obras deotros gneros literarios que han causado la locura del hidalgo. Es un captulodel Cervantes historiador de la literatura con valiosos juicios sobre la narrativaespaola del siglo XVI.

    Lo anterior podra ser el argumento de una novella corta a la italiana, deun cuento largo sobre la figura de un loco, semejante, por ejemplo, a la nove-la ejemplar cervantina de El licenciado Vidriera. Y probablemente fuera as,quiz el primer impulso del Quijote fuera esta historia corta. El argumento coin-

    MIGUEL DE CERVANTES14

  • cide con un annimo Entrems de los romances (en el que se satiriza al escri-tor Lope de Vega), del cual, segn Menndez Pidal44, habra recibido Cervantesla idea inicial de su obra. Pero las ltimas investigaciones (Murillo)55 parecenrefrendar que el Entrems es posterior al Quijote y se habra inspirado en l.

    Una vez recobrado de su primera salida, se provee de camisas y de dinero,y busca la ayuda de un escudero, su vecino Sancho Panza, un rstico labradory hombre de bien, si es que ese ttulo se puede dar al que es pobre, diceCervantes, al que permite acompaarle en una caballera tan inadecuada paraun escudero andante como es un asno. En el fondo Sancho, bobo y socarrnal mismo tiempo, est encantado con irse de su casa a la aventura y perder devista por un poco tiempo a su mujer, de la que ms adelante dir que, si bienes verdad que no es muy mala, tampoco es que sea muy buena. Con la crea-cin de la figura de Sancho surge la principal aportacin de Cervantes a lanovela moderna: el dilogo. Los parlamentos entre el caballero y el escudero,llenos de sorpresas humorsticas, a causa de las situaciones y de las prevarica-ciones idiomticas de Sancho, son un recurso permanente de comicidad: arre-meta don Quijote y hable Sancho Panza, dir un personaje de la Segundaparte.

    Y se reanudan las aventuras en esta segunda salida de don Quijote. Sesuceden la de los molinos de viento (cap. 8), la de los frailes benitos y la del viz-cano. En este momento se interrumpe la historia porque el autor (Cervantes)dice que el texto de donde nos enteramos que estaba tomando la historia nocontina (fallesi el escripto, dira Berceo).

    Pero un da, paseando el autor en Toledo por el Alcan (el barrio de losmercaderes que estaba pegado a la Catedral), encontr en la tienda de unsedero unos papeles escritos en caracteres arbigos. Se los hizo traducir por unmorisco aljamiado de los que por entonces todava vivan en la ciudad. Resultser la historia de don Quijote, obra de un tal Cide Hamete Benengeli (o sea, elSeor Hamete de Toledo, casi coincidente con el ttulo de una obra teatral deLope de Vega, El Hamete de Toledo, ya que Benengeli, significa berenjenero,el mote que se daba a los toledanos), que reanudaba la historia truncada unpoco antes, la cual entonces ya puede continuar con la victoria de don Quijotesobre el gallardo vizcano. A partir de aqu Cervantes es slo el segundo autor,porque l esta tomando la historia de don Quijote de este historiador arbigo.

    Reanudada la historia, se encuentran con unos pastores a los que donQuijote dirige el discurso de la Edad de Oro (cap. 11). En este punto se sita laprimera historia intercalada, la de Marcela y Grisstomo, en la que don Quijotedefiende razonablemente el derecho de la joven Marcela a no amar a quien laama, aunque se hubiera suicidado por ella. Es el mundo de las novelas pasto-riles, de La Galatea cervantina de 1585, donde se plantean los casos de amoren abstracto, pero es el primer momento en que Cervantes se da cuenta de quesu loco don Quijote, puede ser algo ms que un loco para hacer rer a base delas confusiones de la realidad, de las payasadas y de los palos.

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 15

    ________________

    4 Ramn Menndez Pidal, Un aspecto en la elaboracin del Quijote, en DeCervantes y Lope de Vega, Madrid, Espasa-Calpe, 1958, pp. 9-60.

    5 Luis Andrs Murillo, Cervantes y el Entrems de los romances, en Actas del VIIICongreso de la Asociacin Internacional de Hispanistas, eds. A. D. Kossoff et al.,Madrid, Istmo, 1986, II, pp. 353-7.

  • Los cuales sin embargo no terminan: se sucede la aventura con unos yan-geses conductores de unas yeguas, con las que al malhadado Rocinante, enla nica ocasin en que tiene un pensamiento no casto, se le ocurre la malaidea de refocilarse. Las consecuencias son de nuevo el apedreamiento de caba-llo, asno, caballero y escudero. Como pueden, llegan a una venta donde donQuijote fabrica el blsamo de Fierabrs (que Sancho llama del Feo Blas), paracurar las heridas. Despus de ser aporreados por un arriero, por Maritornes ypor un cuadrillero de la Santa Hermandad, Sancho termina siendo manteadopor quererse ir sin pagar de la venta.

    Con alivio se alejan de la misma y se suceden la aventura de los rebaosde ovejas que toma don Quijote por ejrcitos (cap. 18), la del cuerpo muerto,el episodio de los batanes, el de la rica ganancia del yelmo de Mambrino y elde la liberacin de los galeotes (cap. 22).

    Este es uno de los momentos de inflexin ms importante de la Primeraparte. Don Quijote concede la libertad a una cadena de presos, condenados aremar en las galeras del rey, que iban conducidos por cuadrilleros de la SantaHermandad. El ms bellaco de los galeotes es Gins de Pasamonte, que estescribiendo la historia de su vida como una novela picaresca, en el queCervantes reflej al escritor, y compaero suyo en Lepanto, Gernimo dePassamonte.

    El episodio tiene graves consecuencias para caballero y escudero porquesern perseguidos por la Santa Hermandad. Sancho sugiere a don Quijote quese aparten de los caminos y se refugien en Sierra Morena, y as lo hacen.Estamos en el captulo 23, la novela no terminar hasta el captulo 52, las aven-turas lineales que les suceden a los protagonistas sern ya escasas. Pero a par-tir de este punto se intercalan relatos adyacentes a la accin principal, uno delos cuales, la novela de El curioso impertinente (caps. 33-35), es una novelaexenta, la cual simplemente lee en voz alta uno de los personajes. Cervantesest aprovechando para su Don Quijote novellas, relatos cortos, previamen-te escritos. Los otros relatos tienen una cierta relacin con la accin principal,y Cervantes consigue la unidad en la diversidad, que era uno de los requisitosms difcil de conseguir en una narracin extensa, en prosa o en verso, comolo ejemplifica la Jerusaln conquistada de Lope de Vega, una epopeya que seconvirti en una obra fracasada precisamente por este defecto esencial de faltade unidad.

    Reanudando nuestro argumento, don Quijote, imitando a Amads deGaula (que se retir a hacer penitencia a la Pea Pobre con el nombre deBeltenebrs al ser rechazado por Oriana), decide quedarse entre los riscos deSierra Morena en pelota (en pellote) y haciendo extravagancias, y manda aSancho a llevar un mensaje a Dulcinea. Este se dirige a El Toboso, pero en elcamino se encuentra con el cura y el barbero de la aldea de don Quijote quehaban salido en su busca, los cuales le convencen para que les conduzca adon-de ha quedado el hidalgo. En medio de la narracin se haban intercalado losrelatos cruzados de dos parejas: Cardenio y Luscinda, Dorotea y don Fernando,en las que el raro inventor que era Cervantes consigue la proeza de mante-ner en tensin unas historias que continuamente se retoman y se abandonan.Es la novela barroca. Juntos todos estos personajes, fingen que la bella e inge-

    MIGUEL DE CERVANTES16

  • niosa Dorotea es la reina Micomicona, y consiguen sacar a don Quijote de entrelos riscos de la Sierra.

    Con el cual llegan de nuevo a la venta de Juan Palomeque (caps. 32-46),cuyo nombre hemos conocido, donde se suceden nuevos episodios: el de lospellejos de vino, un nuevo discurso de don Quijote sobre las armas y las letras,la disputa baciylmica con el barbero a quien caballero y escudero haban des-pojado de su baca de azfar en los captulos anteriores. Y nuevas novelas inter-caladas: ahora la Historia del cautivo, llena de recuerdos cervantinos de su cau-tiverio en Argel, la cual se entrelaza con la Historia del oidor y de su hija, quea su vez nos lleva a la Historia del mozo de mulas.

    Fingen un encantamiento de don Quijote y lo encierran en una jaula en laque es conducido, en un carro tirado por bueyes, por el cura y el barbero hastasu casa. En el camino encuentran a un cannigo toledano que viaja acompa-ado de su comitiva, como un prncipe de la Iglesia que es (caps. 47-50). Conl mantendrn una sabrosa conversacin de teora literaria sucesivamente elcura y don Quijote, en la que Cervantes expuso su teora literaria sobre la nove-la, las comedias y el poema heroico.

    Y as, despus de despedirse del cannigo, el cura y el barbero devuelvena don Quijote y a Sancho (despus de intercalar una ltima Historia de Leandra)a su casa.

    Cervantes dej abierta la posibilidad de una continuacin de su obra, indi-cando que en su tercera salida don Quijote fue a Zaragoza. Pero al mismo tiem-po invent la existencia de unos pedantescos y latinados acadmicos de laArgamasilla, que hacan el epitafio de don Quijote como si este hubiera muer-to. Los acadmicos argamasillescos satirizan a los personajes del Quijote, queno salen bien parados de la stira. Son alusiones en clave contra enemigos lite-rarios de Cervantes (Lope de Vega y sus seguidores, probablemente) al igualque los poemas y el prlogo de los textos preliminares de esta Primera parte.

    Entre esta Primera y la Segunda parte del Quijote cervantino se public elllamado Quijote de Avellaneda (1614). El autor o los autores (Avellaneda es unpseudnimo) de esta obra literariamente estimable realizaron una autnticacorreccin del modelo cervantino (un loco entreverado con intervalos lci-dos, don Quijote, que recorre Espaa queriendo imponer por la fuerza su pro-pia justicia, atacando frailes y liberando galeotes; y un tonto-listo, SanchoPanza, dispuesto a cambiar de clase social y a ser gobernador o conde). Paraneutralizar a estos personajes, socialmente transgresores, Avellaneda los lleval sitio que la sociedad aristocrtica estamental reservaba para ellos: el locodebe estar recluido en el manicomio donde sus actos y sus palabras no consti-tuyan ningn peligro, y as ingresaron a don Quijote en el hospital de locos msfamoso de la poca, el Nuncio de Toledo; el tonto-listo debe ir a la corte, perono como conde u obispo o gobernador, sino como bufn eutraplico paraentretener a los caballeros de buen gusto en sus diversiones palatinas, comolos bufones de los cuadros de Velzquez.

    Pero Cervantes no les permiti a sus enemigos literarios la adulteracin desus personajes y, en su Segunda parte, reincidi en su modelo transgresor: sudon Quijote nunca ir al manicomio, sino que, una vez cumplida su misin,recuperar la razn y morir pacficamente en su cama.

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 17

  • EEll QQuu iijjoottee ddee 11661155

    La accin de la Segunda parte del Quijote comienza cronolgicamente unmes despus de la segunda vuelta de don Quijote a su casa. Hasta el captulo7 slo hay dilogo: de don Quijote con el cura y el barbero, de don Quijote conSancho, de este con su mujer. Aparece un nuevo personaje que cobrar granimportancia en la accin, el bachiller Sansn Carrasco, el trastulo (bufn) de lasescuelas salmantinas, un personaje carnavalesco y burln, como lo son los cha-tos y carirredondos, dice Cervantes.

    De manera general podemos decir que todo el argumento de estaSegunda parte se resume en la tercera salida de don Quijote y Sancho. SansnCarrasco, para curar a don Quijote de su locura, le anima a que haga una ter-cera salida, con el fin de derrotarlo y obligarle, bajo juramento de caballero, aquedarse definitivamente en su casa y a no salir ms por esos mundos.

    En el captulo 5 hay un sabroso coloquio entre Sancho y su esposa en elque este trata de convencerla de las ventajas de ser escudero de un caballeroandante. Despus caballero y escudero salen de nuevo en busca de aventuras.Antes de empezarlas don Quijote desea ver a Dulcinea y se encamina a ElToboso (cap. 9), pero Sancho inventa un encantamiento haciendo creer a donQuijote que Dulcinea es una labradora a quien encuentran en el camino mon-tada en una borriquilla (cap. 10). Don Quijote est abrumado por la transfor-macin de su dama, verdaderamente poco agraciada pero gil como un alco-tn, y agobia a Sancho preguntndole si est seguro de que la labradora es lamisma que l ha visto en El Toboso en la Primera parte de la obra. Sancho, pilla-do en su mentira, no se atreve a acabar de mentir del todo y termina recono-ciendo a don Quijote que l slo la haba visto de odas.

    Luego acontece el encuentro con el caballero de los espejos y el escuderode las narices (caps. 12-15). El primero no es otro que Sansn Carrasco que,siguiendo su plan, va tras don Quijote para derrotarlo; el escudero es el tam-bin paisano Tom Cecial, que va disfrazado con unas narices de carnaval des-mesuradas que tienen aterrorizado a Sancho. Se enfrentan, pero Sansn esderrotado, con lo que su plan se va al garete y don Quijote queda reforzado ensu designio de seguir haciendo caballeras andantescas.

    Despus acontece la aventura con los leones y el encuentro con elCaballero del verde gabn, que les invita cortsmente a su casa, donde les aga-saja. Este se llama don Diego de Miranda, y es un hidalgo de pueblo que llevauna vida moderada, semejante a como sera la de Alonso Quijano el Bueno sisu mente no estuviera sacudida por la quimera caballeresca. No parece que donQuijote est de acuerdo con esa vida pacfica de don Diego, que adems tieneun hijo poeta, el cual lee sus versos a un estusiasmado don Quijote que no cesade alabarlos.

    Ms tarde asisten a las bodas del rico Camacho (caps. 20-21), un breve epi-sodio intercalado que ya no tiene el carcter de los de la primera parte. Losnuevos episodios estn ms entretejidos con el hilo principal de la historia, detal manera que no se perciben como ajenos. Es un fragmento semipastoril queplantea otro caso de amor. El rico Camacho va a casarse con Quiteria, peroesta ama al pobre Basilio y es amada por l. Basilio finge su suicidio y pide antesde morir como ltima voluntad que le casen con Quiteria. Camacho no est de

    MIGUEL DE CERVANTES18

  • acuerdo, pero no se atreve a contradecir la opinin de los asistentes, compa-decidos del falso moribundo. Una vez casados, descubren el engao y los bur-lados quieren vengarse del burlador, pero don Quijote lo defiende y defiendelos derechos del amor verdadero con razones convincentes para todos menospara Sancho, que ve algunas ventajas en que la muchacha se case conCamacho y as participe de sus riquezas y de la buena mesa de la boda, a laque l rinde entusiasmado tributo.

    Continan las aventuras del caballero con el descenso a la cueva deMontesinos (cap. 22), que est muy cercana a las Lagunas de Ruidera, dondedon Quijote se ratifica, mediante una revelacin soada de Merln, en el encan-tamiento de Dulcinea, lo cual le mantiene en permanente angustia hasta elfinal del libro. Luego sucede la aventura del rebuzno y el encuentro en unaventa con maese Pedro y su retablo. Este no es otro que el bellaco Ginesillo dePasamonte de la Primera parte, que recorre la Mancha de Aragn disfrazadode gitano con un parche en un ojo. Lleva un mono adivino al hombro y repre-senta en un retablo de tteres el romance de Gaiferos y Melisendra. Cuando losmoros estn a punto de capturar a los fugados amantes en la representacin,don Quijote arremete con su espada y hace trizas el teatrillo de Gins. Estamosen el captulo 28.

    En el siguiente, la accin da un salto de lugar, desde La Mancha de Aragnal ro Ebro. El plan trazado al final de la Primera parte, la asistencia a las justasde Zaragoza, se debe cumplir. Despus de la aventura del barco encantado delEbro, la ilustre pareja se encuentra con una no menos ilustre duquesa que vieneen hbito de cazadora.

    Comienza ahora un extenso episodio que va desde el captulo 30 al 57, elepisodio de los duques. El ambiente rural en el que hasta entonces se ha des-arrollado la vida de los hroes llega por primera vez a una autntica corte pala-tina, aunque todo sea un fingimiento de los duques que toman a don Quijotey Sancho como bufones para entretenerse. Son los duques nobles eutraplicos,propios de su poca. Se consideraba correcto que los caballeros de buengusto utilizaran a locos no furiosos, bobos, enanos (vanse Las Meninas, deVelzquez), deficientes y bufones para el entretenimiento de la corte. Pormucho que repugne a la sensibilidad actual, no cabe negar la gracia de un locopara el entretenimiento. Un mayordomo se encargar de organizar las diversio-nes de los duques y fingirn la aventura de la condesa Trifaldi o de la dueaDolorida, el vuelo de Clavileo, la profeca del mago Merln, que crea un temaque reaparecer continuamente hasta el final: Dulcinea est encantada y paradesencantarla Merln propone la nica solucin de que Sancho debe recibir tresmil trescientos azotes. Este est abrumado, pero todos, sobre todo donQuijote, le apremian y, despus de muchas protestas, consigue la prerrogativade que se los dar l mismo, aunque el socarrn, cuando por fin decide drse-los cobrndolos a buen precio, se los dar en las cortezas de los rboles.

    Por primera vez van a separarse don Quijote y Sancho, porque este va a sernombrado gobernador de la nsula anhelada: la nsula Barataria. El libro se con-vierte en un autntico Carnaval: Sancho es recibido en la nsula con grandesmuestras de entusiasmo, aunque sus sbditos estn asombrados de la peque-ez y la gordura del nuevo gobernador. El gobierno tiene tambin sus sinsabo-res porque un medico infernal, licenciado por Osuna, don Pedro Recio de

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 19

  • Agero, natural de Tirteafuera, vela por la salud del gobernador y no le dejaprobar ningn plato en medio de retahlas de aforismos mdicos en latn maca-rrnico. Sancho acta con prudencia repartiendo justicia entre sus sbditos conmucho sentido comn, pero las burlas a que le someten le convencen de sufalta de idoneidad para el gobierno, de tal manera que lo abandona, pero, al ira reunirse con don Quijote, l y su jumento se precipitan en una fosa. Es unaalegora de las cadas de prncipes y de la rueda de la Fortuna.

    Mientras tanto don Quijote recibe de noche en su aposento la visita de unadama. l la confunde con la hija del seor del castillo que viene a disfrutar delos encantos del caballero y no sabe cmo salir del apuro, porque tampoco estmuy seguro de la idoneidad de su ropa interior para una aventura amorosa;pero resulta ser una atribulada duea de venerables tocas, doa Rodrguez,que es tan simple que cree que de verdad don Quijote es un desfacedor deagravios y viene a que le desfaga uno a ella: su hija, la joven Rodrguez, hasido seducida y abandonada y est en un avanzado estado de preez. El ofen-sor no quiere casarse con ella. Es el momento en que don Quijote ayude a unamenesterosa. Se produce el desafo, pero los duques hacen que, en lugar delofensor, que se ha fugado, luche contra don Quijote el lacayo Tosilos y que estelo venza. Pero el simptico Tosilos ve a la joven y preada Rodrguez y se ena-mora de ella, con lo que se deja derrotar por don Quijote para que lo casen conla muchacha. Despus conoceremos que los duques se han vengado de Tosilospor no obedecerlos y le han degradado de lacayo a cartero.

    Los acontecimientos histricos de la Espaa contempornea son reflejadospor Cervantes en esta Segunda parte con mayor profusin que en la primera,como sucede con la expulsin de los moriscos, que se produjo mediante sen-dos decretos reales de 1609 y de 1613. As, Sancho se encuentra con el tende-ro de su pueblo, Ricote el morisco (cap. 54), que est vestido de peregrinoacompaado de unos alemanotes; ha tenido que salir del pas por la expulsiny ha ido a Alemania, pero ahora ha regresado para volverse a ir con su familiay con un tesoro que ha dejado escondido. Su salvoconducto para caminar porEspaa son unos huesos de jamn y una enorme bota de vino, prueba de suno pertenencia a la raza maldita. La actitud de Cervantes ante el problema noparece ser la oficial, porque hace decir a Ricote: Dondequiera que estamos,lloramos por Espaa. Se expresa una solidaridad con el pueblo expulso, ya queCervantes destaca slo los aspectos humanos del desarraigo. La historia se rea-nudar, mas tarde en Barcelona, donde aparece la hija de Ricote, la bella moris-ca Ana Flix, y un joven cristiano de su pueblo, don Gaspar Gregorio que, ena-morado de la joven, ha preferido salir con ella al exilio superando las barrerastnicas y religiosas, aunque Ana Flix, al contrario que su padre Ricote, se habavuelto previamente cristiana.

    Reunidos de nuevo caballero y escudero deciden abandonar a los duquesno sin recibir antes don Quijote la visita de Altisidora que finge estar enamora-da de l. Cervantes no permite que se queden en la corte palatina de losduques como bufones eutraplicos y les da la libertad:

    Cuando don Quijote se vio en la campaa rasa, libre y desembaraza-do de los requiebros de Altisidora, le pareci que estaba en su centro y que

    MIGUEL DE CERVANTES20

  • los espritus se le renovaban para proseguir de nuevo el asumpto de suscaballeras, y volvindose a Sancho le dijo:

    La libertad, Sancho, es uno de los ms preciosos dones que a loshombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros queencierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad as como por la honra sepuede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayormal que puede venir a los hombres (II. 58).

    Se ponen en camino y les ocurre despus un encuentro con unos toros,que atropellan a don Quijote (cap. 58). Llegan a una venta donde el caballerose entera de que existe impresa una segunda parte sobre un falso don Quijote(cap. 59). Para desmentir al autor apcrifo y dejarlo por embustero, don Quijotedecide no ir a Zaragoza y se encaminan a Barcelona. Cervantes incorporar msadelante a su novela al personaje de don lvaro Tarfe, creacin del Quijote deAvellaneda.

    En el captulo siguiente se encuentran con un autntico hroe, ante el cualla figura de don Quijote palidece, el cataln Roque Guinart (Rocaguinarda), unpersonaje histrico, un bandolero que por entonces asolaba Catalua. Se inter-cala aqu el episodio de Claudia Jernima y Vicente, otro caso de amor, enel que la protagonista mata por celos infundados a su amado.

    Don Quijote llega a Barcelona con un salvoconducto de Rocaguinarda y alles acogido por don Antonio Moreno, que le muestra la cabeza encantada(caps. 61-62). Visitan la que se ha identificado como imprenta barcelonesa deSebastin de Cormellas donde se est imprimiendo el falso Quijote deAvellaneda, y asiste en la playa de Barcelona a la captura de un bergantn pira-ta. Es el momento en el que se reanuda la historia de la morisca Ana Flix.

    En el captulo 64 es vencido don Quijote en la playa de Barcelona, porSansn Carrasco, ahora disfrazado bajo el nombre de El Caballero de la BlancaLuna, el cual le obliga a volver a su aldea y a renunciar durante un ao a susveleidades caballerescas. Pero Sansn no logra que don Quijote reconozca queDulcinea no es la mujer mas hermosa de la tierra. Ella es la ms hermosa y l elcaballero ms desdichado por no haber sabido defender, con la fuerza de subrazo, su verdad.

    Apenado, deprimido y desnudo de sus armas, emprende el regreso a sutierra y piensa entonces en hacerse pastor (cap. 67): son los dos ideales delRenacimiento fracasados, la caballera andante y el mundo feliz de la Arcadia.Pasa de nuevo por el palacio de los duques donde le siguen haciendo burlas, acosta de Sancho y de sus azotes.

    Antes de llegar a su pueblo, siente tristes presagios. Se siente enfermo yagotado, al borde de la muerte. Pero antes de morir, recupera la razn, se con-vierte en Alonso Quijano el Bueno, hace su testamento y muere. Cervantesfinaliza lanzando una ltima invectiva a sus enemigos literarios, que lanzaroncontra l el Quijote de Avellaneda: Tate, tate, folloncicos.

    LLaa lleenngguuaa yy eell eessttiilloo ddeell QQuuiijjoottee

    El Quijote es una obra en la cual se encierra el ideal de estilo delRenacimiento que ya se expres en los primeros escritores de este movimien-

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 21

  • to literario, Garcilaso de la Vega y Juan de Valds: huir de la afectacin. Laafectacin es el vicio vitando, el que hay que evitar. Y Cervantes, un hombredel Renacimiento que escribe en pleno Barroco, lo expres con total claridadcuando Maese Pedro recomienda al muchacho que est relatando el romancede Gaiferos y Melisendra, escenificado en el retablo de su nombre, que huyade ella: Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectacin es mala(II. 26).

    Por eso la lengua del Quijote es una lengua culta que se expresa con totalnaturalidad y claridad. Cervantes nos cont la historia de don Quijote con unalengua literaria cercana al habla. Su ideal de estilo se muestra a travs de laspalabras de Sansn Carrasco:

    Eso no respondi Sansn; porque es tan clara, que no haycosa que dificultar en ella; los nios la manosean, los mozos la leen, loshombres la entienden y los viejos la celebran, y, finalmente, es tan trilladay tan leda, y tan sabida de todo genero de gentes, que apenas han vistoalgn rocn flaco, cuando dicen: All va Rocinante, y los que ms se handado a su letura son los pajes. No hay antecmara de seor, donde no sehalle un Don Quijote; unos le toman, si otros le dejan; estos le embisten yaquellos le piden; finalmente, la tal historia es del ms gustoso y menosperjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto; porque en todaella no se descubre, ni por semejas, una palabra deshonesta, ni un pensa-miento menos que catlico (II. 3).

    Por eso vemos en Cervantes lo que para la mirada neoclsica y preceptistadel estupendo por otros motivos Clemencn eran descuidos y desalios de suprosa y no es sino el reflejo del habla cotidiana que entra a raudales en ella: lafrase escribo como hablo sigue siendo el ideal cervantino, como dijo en oca-sin memorable Juan de Valds. As, Cervantes pudo escribir con total tranqui-lidad: [El cura] pidi las llaves a la sobrina del aposento, porque as es comohabla la gente, sin preocuparse de si el sintagma del aposento depende sintc-ticamente y debera ir detrs de las llaves o de la sobrina. Los lectores sabenque los aposentos no tienen sobrinas pero s llaves, y eso basta para captar elsentido de la frase.

    Mencin especial merece el uso de la fabla arcaizante que emplea donQuijote en los episodios en que quiere imitar el habla medieval de los caballe-ros andantes. Por ejemplo cuando se dirige en su primera aventura a las mozasdel partido la Tolosa y la Molinera les dice: Non fuyan las vuestras mercedesni teman desaguisado alguno, ca a la orden de caballera que profeso non tocani atae facerle a ninguno, cuanto ms a tan altas doncellas como vuestras pre-sencias demuestran (I. 2). Los personajes que interactan con don Quijoteemplean tambin la fabla, de manera irnica, para darle la replica al caballe-ro, como en este caso Juan Haldudo el Rico, el vecino del Quintanar: Llamad,seor Andrs, ahora deca el labrador al desfacedor de agravios; veriscomo no desface aqueste, aunque creo que no est acabado de hacer, porqueme viene gana de desollaros vivo como vos temades (I. 4). Se caracteriza estemodo de hablar por el empleo de f en lugar de h: fuyan, desfacedor, desfecho,ferido; utiliza non en lugar de no: non fuyan, non fuyis; palabras anticuadas

    MIGUEL DE CERVANTES22

  • como ca, ana, desaguisado, aqueste; duplicacin de determinantes: las vues-tras mercedes; etc.

    Las prevaricaciones idiomticas de Sancho son una fuente continua decomicidad. Y sirven para poner de relieve la enorme distancia entre la condi-cin de villano del personaje y su deseo de ascenso social. Don Quijote le estprometiendo que, cuando l sea rey o emperador, le har conde, lo cual noarredra al escudero:

    Sea par Dios dijo Sancho; que yo cristiano viejo soy, y para serconde esto me basta.

    Y aun te sobra dijo don Quijote; y cuando no lo fueras, no hacanada al caso, porque siendo yo el rey, bien te puedo dar nobleza, sin quela compres ni me sirvas con nada. Porque en hacindote conde, ctate ahcaballero, y digan lo que dijeren, que a buena fe que te han de llamarseora, mal que les pese.

    Y montas que no sabra yo autorizar el litado! dijo Sancho.Dictado has de decir, que no litado dijo su amo.Sea ans respondi Sancho Panza (I. 21).

    La lengua de la poca de Cervantes tiene algunas peculiaridades que el lec-tor debe conocer antes de adentrarse en la lectura del libro, peculiaridades quehemos respetado en esta edicin. As, en el nivel fnico, se produca un afloja-miento en la pronunciacin de los grupos consonnticos cultos procedentes dellatn: decan correcin por correccin, juridicin por jurisdiccin, aflicin porafliccin, efeto por efecto, retor por rector, solenes por solemnes, aceto poracepto, exceto por excepto, perfeta, por perfecta, etc. La x es un fonema cultolatino, que nunca se ha pronunciado en espaol plenamente como [ks], sinoque su pronunciacin se afloja es [s] en la poca de Cervantes, por lo que man-tenemos la grafa s en palabras con x: estraa, estremado. Sin embargo, en lalengua escrita, tambin se produca lo contrario, podan escribir con grupos cul-tos consonantes que ahora se han reducido, por lo que mantenemos la grafade los pocos casos en que esto se produce: asumpto por asunto. En la actuali-dad el artculo la se cambia por el delante de un nombre femenino que empie-ce por a tnica (el hacha afilada, el aula tercera); en la poca de Cervantes estefenmeno ocurra incluso delante de a tona: el ayuda, el albarda. Se produc-an tambin vacilaciones en las vocales tonas de una palabra que cambiabande timbre: recebido, invidia, metad, mesmo, por recibido, envidia, mitad,mismo. Se producen tambin asimilaciones consonnticas entre la r del infini-tivo y la l del pronombre personal encltico: olle por orle, y comunicallo, dalle,honralle, festejalle, regocijalle. A veces se empleaba tambin la paragoge o eparaggica, como arcasmo: felice por feliz.

    En el nivel morfosintctico se producan tambin peculiaridades, como lautilizacin del pronombre personal encltico en la lengua escrita acompaandoa verbos: conocile por le conoc, y admireme, alegreme, diole, preguntole, que,de acuerdo con la reforma ortogrfica acadmica de 1999, no acentuamos. Seconservaban las terminaciones medievales en -ades, -edes, -ides, de la segun-da persona del plural de las formas personales de los verbos: pudiredes, hici-

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 23

  • rades, entendirades, veredes y formas tambin arcaicas, como rompido porroto, trjole por trjole.

    En el nivel lxico-semntico es necesario destacar que a veces el pronom-bre personal de tercera persona l, ellos, se emplea en lugar del de segundapersona t, vosotros. As, comenzando por l significa comenzando por ti; tam-bin le volver a l significa tambin te volver a ti; ah lo podrn ver ellos equi-vale a ah lo podris ver vosotros. Aparecen tambin giros que tienen un senti-do ahora inusual; as, en la aventura del vizcano, don Quijote justifica el espa-dazo que le ha dado al pobre vizcano y dice: puesto que me lo tena bienmerecido, lo cual significa: aunque, para m, l lo tena bien merecido.

    Al final de esta Introduccin incluimos un Glosario, que podr ser consul-tado por el lector para aclarar el significado de algunos trminos y expresionesa las que no podemos alcanzar con las notas.

    UUnnaass ppaallaabbrraass ffiinnaalleess

    Cervantes era un hombre culto y verdaderamente sabio. Frente a la opi-nin de toda una tradicin critica que se inicia con su coetneo el toledanoToms Tamayo de Vargas, que en su Junta de libros dijo de l: Ingenio, aun-que lego, el ms festivo de Espaa, Amrico Castro66 demostr la cultura, ver-daderamente humanstica y profunda, que atesoraba Cervantes. Pero Tamayo,que era uno de los adversarios de Cervantes y que formaba parte de un crcu-lo de escritores eruditos que se agrupaban alrededor de Lope de Vega, tuvoxito en su caracterizacin cervantina. La idea interesada de un Cervantes inge-nio lego (o sea, inculto, ajeno al mundo universitario) se extendi casi sin dis-cusin, y an hoy la escuchamos repetida por crticos y no crticos ms omenos despistados. Lo que ocurra en su poca es que Cervantes estaba encontra de la presuncin, de la pedantera y de la erudicin superficial queempedraba los escritos de sus rivales de citas en latn, de falsa erudicin,sacada de catlogos de citas, de officinas y polyantheas, y se burl de ellos enel Prlogo de la Primera parte y en otros momentos de su obra. Les dio la bata-lla a sus eruditos rivales y logr hacer triunfar lo que es un logro de la moder-nidad: la defensa de la verdad en la Historia y de la verosimilitud en laLiteratura. Todo ello frente a los disparates de que estaban llenos, no slo loslibros de caballeras estos eran la excusa, sino parte de la literatura contem-pornea (las comedias, los poemas heroicos, algunas novelas) y los propioslibros de Historia que por entonces estaban siendo escritos por los falsificado-res de la Historia que se inventaban los llamados falsos cronicones (endefensa de los cuales sali el propio Tamayo de Vargas). Con Cervantes nacela novela moderna, que tiene como principal logro la conquista de la verosimi-litud, la imitacin aristotlica de la verdad, en suma, nace la novela realistade ambiente contemporneo.

    MIGUEL DE CERVANTES24

    ________________

    6 Vid. Bibliografa esencial.

  • LLaa pprreesseennttee eeddiicciinn

    El texto de la presente edicin est basado en la de Rodolfo Schevill yAdolfo Bonilla77, reproduccin crtica del texto de las ediciones prncipes de1605 y 1615, el cual sometemos a una profunda reelaboracin de carcterortogrfico, adaptndolo al pblico mayoritario al que esta edicin va dirigida.En esa adaptacin hemos tenido en cuenta en ocasiones las lecciones de la tra-dicin crtica textual diferentes de la de Schevill-Bonilla. El texto est escrito deacuerdo con las ltimas normas ortogrficas acadmicas88, pero respetamos laspeculiaridades lingsticas de la poca de Cervantes de las que hemos habladoms arriba.

    Dadas las exigencias editoriales (dar un texto del Quijote en un solo volu-men), las notas al texto son pocas y tienen la mayora un carcter orientativo,favorecedor de la lectura. Tal escasez puede suplirse con el Glosario que seincluye al final de esta Introduccin y con la Bibliografa esencial, para saberms, de ediciones y estudios, que tambin aparece a continuacin, donde ellector interesado podr ampliar sus conocimientos.

    BBiibblliiooggrraaffaa eesseenncciiaall

    Incluimos a continuacin algunos libros en los que el desocupado lectoro el muy ocupado en sus ratos de recreacin, que no siempre ha de estar elarco armado, como dijo Cervantes podr encontrar respuesta a sus pregun-tas. Es una seleccin mnima, en la que recogemos algunos de los libros queconsideramos fundamentales para estudiar y enfocar la magna obra cervanti-na. Sin duda no estn todos los que son. Si se echa de menos algn estudio,en la edicin del Quijote de Murillo y en la dirigida por Rico, que se citan a con-tinuacin, el lector podr encontrar una amplia bibliografa, actualizada hastala fecha de ambas ediciones. Igualmente recomendamos la visita a laBiblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante,www.cervantesvirtual.com, y a los enlaces que en ella aparecen.

    Ediciones:

    Cervantes Saavedra, Miguel de, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de laMancha, Edicin IV Centenario, adornada con 356 grabados de GustavoDor, enteramente comentada por Clemencn y precedida de un estudio cr-tico de Luis Astrana Marn, ms un ndice resumen de los ilustradores y

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 25

    ________________

    7 Rodolfo Schevill y Adolfo Bonilla, Obras completas de Miguel de CervantesSaavedra, Madrid, Imp. de Bernardo Rodrguez, Grficas Reunidas, 1914-1941, 18v.; El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, Grficas Reunidas, 4 v.: I, 1928;II, 1931; III, 1935; IV: 1941. Tomamos el texto de Schevill tal como aparece en laBiblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (www.cer-vantesvirtual.com), a la que agradecemos las facilidades que nos ha dado para dis-poner del mismo.

    8 Real Academia Espaola, Ortografa de la Lengua Espaola, edicin revisada por lasAcademias de la Lengua Espaola, Madrid, Espasa, 1999.

  • comentadores del Quijote por Justo Garca Morales, Valencia, EditorialAlfredo Ortells, 2001.

    Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, edicin de Luis AndrsMurillo, Madrid, Clsicos Castalia, 1978, 3 v.; III: Bibliografa fundamental,hasta la fecha de publicacin.

    Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, edicin de John Jay Allen,Madrid, Ctedra (Letras Hispnicas), 1994, 2 v.

    Cervantes, Miguel de, Obra completa, ed. Florencio Sevilla Arroyo y AntonioRey Hazas, Madrid, Alianza Editorial, 1995-1998 (21 v. con los textos en dis-quete).

    Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, edicin del InstitutoCervantes dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Instituto Cervantes-Crtica,1998, 2 v. Incluye, en el segundo volumen, una bibliografa bastante comple-ta sobre la obra.

    Fernndez de Avellaneda, Alonso, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de laMancha, ed. Luis Gmez Canseco, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000.

    Estudios:

    Castro, Amrico, El pensamiento de Cervantes [1025], Barcelona, Crtica,1987.

    De Riquer, Martn, Para leer a Cervantes, Barcelona, Acantilado, 2003. Eisenberg, Daniel, La interpretacin cervantina del Quijote, Madrid, Compaa

    Literaria, 1995 Gilman, Stephen, Cervantes y Avellaneda. Estudio de una imitacin, Mxico,

    El Colegio de Mxico, 1951. Iffland, James, De fiestas y aguafiestas: risa, locura e ideologa en Cervantes y

    Avellaneda, Universidad de Navarra.- Madrid: Iberoamericana; Frankfurt amMain: Vervuert, 1999.

    Montero Reguera, Jos, El Quijote y la crtica contempornea, Alcal deHenares, Centro de Estudios Cervantinos, 1997.

    Redondo, Augustin, Otra manera de leer el Quijote, Madrid, Castalia, 1997. Riley, Edward C., Teora de la novela en Cervantes, Madrid, Taurus, 1989. Riley, Eward C., Introduccin al Quijote, Barcelona, Crtica, 2000.

    MIGUEL DE CERVANTES26

  • GGLLOOSSAARR IIOO

    a o por dicha: por ventura, por casualidad.abernuncio: de ab renuntio: renuncio a ello.acaso: casualmente.adarva: asombra.adems o a dems: en demasa, sumamente, con exceso; pensativo a dems:

    muy pensativo.a deshora: a la hora menos pensada, de pronto, de improviso.agora: ahora.ana: pronto.l: otra cosa.allombre: al hombre.ans: as.apriesa: aprisa.asisten: estn.astroso: desastrado.atender: esperar.aunque ms: por ms que.avenir: suceder.

    bene quidem: muy bien, de acuerdo.buclica (la): la comida.

    ca: porque.cayo, caya: caigo, caiga.catar: mirar.cena: escena.coima: muchacha, del rabe.cohonda (que Dios): que Dios confundacontinuar: frecuentar.correrse: avergonzarse.curar: cuidar.

    defendan: prohiban.dl, dellos: de l, de ellos.de espacio: despacio.de industria: adrede.designio: plan.despus ac: desde entonces hasta ahora.despus que: desde que.deste: de este.distinto natural: instinto natural.duecho: ducho, experto.

    esotro: ese otro.

    fisga: burla, broma.

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 27

  • harbar: hacer algo deprisa, de manera chapucera.harn: perezoso.hoto: confianza, favor, proteccin.husped: el que hospeda, y tambin el que recibe hospedaje.

    lanternas: linternas.leyenda: lectura.luego: inmediatamente, en seguida; el que luego da, da dos veces.

    maestro: mdico.maguer: aunque.mancebo: mozo, joven.mimbresele: acurdesele.maza: mala; en expresiones como Mir en hora maza, Mirad en hora

    mala.

    norabuena: en hora buena.

    oslo (mi): mi mujer.omecillo: enemistad, contienda, ria.otro da: al otro da, al da siguiente.

    parecer: aparecer.pensar jumentos: dar pienso a jumentos.pero: sino; a veces sin embargo, como italianismo.pltica: prctica.presentar: regalar.prometer: permitir.proprio: propio.puesto que: aunque, dado que.puridad: secreto.

    recordar: despertar; como en Jorge Manrique: Recuerde el alma dormida.relasos: relapsos, reincidentes.respetos: respectos.retrete: habitacin retirada, retirata.roballa: secuestrarla.

    saludes (las): los saludos.sandio (palabra de acentuacin llana): tonto, memo, de sandez.se parecen: aparecen.suceso: xito.sujeto: tema.suso: arriba.

    tal vez: alguna vez, a veces, tal o cual vez.tamaa: tan magna, tan grande.tanto cuanto: algn tanto, algn poco.

    MIGUEL DE CERVANTES28

  • todava dan gusto: siempre dan gusto.trayo: traigo.trastulo: burln, bufn.trujeres: trajeres.

    uno... otro: una cosa... otra cosa; uno pensaba don Quijote y otro el de losEspejos.

    vais, vamos: vayis, vayamos.vegadas: veces.va, vamos: vea, veamos.voac: vuestra merced, usted.volver: a veces significa traducir; volver por: defender, salir en defensa de.

    DON QUIJOTE DE LA MANCHA 29

  • EELL IINNGGEENN IIOOSSOO HHIIDDAALLGGOO DDOONN QQUU IIJJOOTTEE DDEE LLAA MMAANNCCHHAA

    ((11660055))

    CCoommppuueessttoo PPoorr MMiigguueell ddee CCeerrvvaanntteess SSaaaavveeddrraa

    TASA

    Yo, Juan Gallo de Andrada, escribano de Cmara del Rey nuestro seor,de los que residen en su Consejo, certifico y doy fe: que, habiendo visto por losseores dl un libro intitulado El ingenioso hidalgo de la Mancha, compuestopor Miguel de Cervantes Saavedra, tasaron cada pliego del dicho libro a tresmaraveds y medio, el cual tiene ochenta y tres pliegos, que al dicho preciomonta el dicho libro doscientos y noventa maraveds y medio, en que se ha devender en papel, y dieron licencia para que a este precio se pueda vender; ymandaron que esta tasa se ponga al principio del dicho libro, y no se puedavender sin ella. Y para que dello conste, di la presente en Valladolid, a veintedas del mes de deciembre de mil y seiscientos y cuatro aos.

    Juan Gallo de Andrada

    TESTIMONIO DE LAS ERRATAS

    Este libro no tiene cosa digna de notar que no corresponda a su original.En testimonio de lo haber correcto di esta fe en el Colegio de la Madre de Diosde los Telogos de la Universidad de Alcal, en primero de diciembre de 1604aos.

    El Licenciado Francisco Murcia de la Llana

    EL REY

    Por cuanto por parte de vos, Miguel de Cervantes, nos fue fecha relacinque habades compuesto un libro intitulado El ingenioso hidalgo de la Mancha,el cual os haba costado mucho trabajo y era muy til y provechoso, y nospedistes y suplicastes os mandsemos dar licencia y facultad para le poderimprimir y previlegio por el tiempo que fusemos servidos o como la nuestramerced fuese, lo cual visto por los del nuestro Consejo, por cuanto en el dicho

  • MIGUEL DE CERVANTES34

    libro se hicieron las diligencias que la premtica ltimamente por ns fechasobre la impresin de los libros dispone, fue acordado que debamos mandardar esta nuestra cdula para vos en la dicha razn, y ns tuvmoslo por bien.Por la cual, por os hacer bien y merced, os damos licencia y facultad para quevos, o la persona que vuestro poder hubiere y no otra alguna, podis imprimirel dicho libro intitulado El ingenioso hidalgo de la Mancha, que de suso se hacemencin, en todos estos nuestros reinos de Castilla por tiempo y espacio dediez aos, que corran y se cuenten desde el dicho da de la data desta nuestracedula; so pena que la persona, o personas, que sin tener vuestro poder loimprimiere o vendiere, o hiciere imprimir o vender, por el mesmo caso pierdala impresin que hiciere, con los moldes y aparejos della, y ms, incurra en penade cincuenta mil maraveds cada vez que lo contrario hiciere. La cual dichapena sea la tercia parte para la persona que lo acusare, y la otra tercia partepara nuestra Cmara, y la otra tercia parte para el juez que lo sentenciare. Contanto que todas las veces que hubiredes de hacer imprimir el dicho librodurante el tiempo de los dichos diez aos, le traigis al nuestro Consejo, jun-tamente con el original que en l fue visto, que va rubricado cada plana y fir-mado al fin dl de Juan Gallo de Andrada, nuestro escribano de Cmara, de losque en l residen, para saber si la dicha impresin est conforme el original; otraigis fe en publica forma de cmo por corretor nombrado por nuestro man-dado se vio y corrigi la dicha impresin por el original y se imprimi conformea l, y quedan impresas las erratas por l apuntadas para cada un libro de losque as fueren impresos, para que se tase el precio que por cada volumenhubiredes de haber. Y mandamos al impresor que as imprimiere el dicholibro, no imprima el principio ni el primer pliego dl, ni entregue ms de un sololibro, con el original, al autor o persona a cuya costa lo imprimiere, ni otro algu-no, para efeto de la dicha correcin y tasa, hasta que antes y primero el dicholibro est corregido y tasado por los del nuestro Consejo; y estando hecho, yno de otra manera, pueda imprimir el dicho principio y primer pliego, y sucesi-vamente ponga esta nuestra cdula y la aprobacin, tasa y erratas, so pena decaer e incurrir en las penas contenidas en las leyes y premticas destos nuestrosreinos. Y mandamos a los del nuestro Consejo, y a otras cualesquier justiciasdellos, guarden y cumplan esta nuestra cdula y lo en ella contenido. Fecha enValladolid, a veinte y seis das del mes de setiembre de mil y seiscientos y cua-tro aos.

    Yo el ReyPor mandado del Rey nuestro seor,

    Juan de Amezqueta

    AL DUQUE DE BJAR,MARQUS DE GIBRALEN, CONDE DE BENALCAZAR Y BAARES,

    VIZCONDE DE LA PUEBLA DE ALCOCER, SEOR DE LAS VILLAS DE CAPILLA,CURIEL Y BURGUILLOS

    En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a todasuerte de libros, como prncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes,mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjeras del

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 35

    vulgo, he determinado de sacar a luz al Ingenioso hidalgo don Quijote de laMancha, al abrigo del clarsimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con elacatamiento que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente ensu proteccin para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso orna-mento de elegancia y erudicin de que suelen andar vestidas las obras que secomponen en las casas de los hombres que saben, ose parecer seguramente enel juicio de algunos que, no continindose en los limites de su ignorancia, sue-len condenar con ms rigor y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendolos ojos la prudencia de Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fo que no des-dear la cortedad de tan humilde servicio.

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 37

    PPRRLLOOGGOO

    Desocupado lector: sin juramento me podrs creer que quisiera que estelibro, como hijo del entendimiento, fuera el ms hermoso, el ms gallardo yms discreto que pudiera imaginarse; pero no he podido yo contravenir alorden de naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante. Y as, qupodr engendrar el estril y mal cultivado ingenio mo, sino la historia de unhijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca ima-ginados de otro alguno, bien como quien se engendr en una crcel, dondetoda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habita-cin? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad delos cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espritu, son grande partepara que las musas ms estriles se muestren fecundas y ofrezcan partos almundo que le colmen de maravilla y de contento. Acontece tener un padre unhijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en losojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y lascuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezcopadre, soy padrastro de don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso,ni suplicarte, casi con las lgrimas en los ojos, como otros hacen, lector carsi-mo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres supariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedro como elms pintado, y ests en tu casa, donde eres seor de ella como el rey de susalcabalas, y sabes lo que comnmente se dice, que debajo de mi manto al reymato. Todo lo cual te exenta y hace libre de todo respeto y obligacin, y as,puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que tecalumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres de ella.

    Slo quisiera drtela monda y desnuda, sin el ornato de prlogo ni de lainnumerabilidad y catlogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogiosque al principio de los libros suelen ponerse. Porque te s decir, que, aunqueme cost algn trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer estaprefacin que vas leyendo. Muchas veces tom la pluma para escribirle, ymuchas la dej por no saber lo que escribira; y estando una suspenso, con elpapel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la meji-lla pensando lo que dira, entr a deshora un amigo mo gracioso y bien enten-dido, el cual, vindome tan imaginativo, me pregunt la causa y, no encu-brindosela yo, le dije que pensaba en el prlogo que haba de hacer a la his-toria de don Quijote y que me tena de suerte que ni quera hacerle ni menossacar a luz las hazaas de tan noble caballero.

    Porque, cmo queris vos que no me tenga confuso el qu dir el anti-guo legislador que llaman vulgo, cuando vea que, al cabo de tantos aos comoha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis aos acuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invencin, mengua-da de estilo, pobre de conceptos y falta de toda erudicin y doctrina, sin aco-taciones en las mrgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo queestn otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentenciasde Aristteles, de Platn y de toda la caterva de filsofos que admiran a losleyentes y tienen a sus autores por hombres ledos, eruditos y elocuentes?Pues qu, cuando citan la Divina Escritura, no dirn sino que son unos Santos

  • MIGUEL DE CERVANTES38

    Tomases y otros doctores de la Iglesia, guardando en esto un decoro tan inge-nioso que en un rengln han pintado un enamorado distrado y en otro hacenun sermoncico cristiano que es un contento y un regalo orle o leerle! De todoesto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qu acotar en el margen ni quanotar en el fin ni menos s qu autores sigo en l, para ponerlos al principio,como hacen todos, por las letras del A B C, comenzando en Aristteles y aca-bando en Xenofonte y en Zoilo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pin-tor el otro. Tambin ha de carecer mi libro de sonetos al principio, a lo menosde sonetos cuyos autores sean duques, marqueses, condes, obispos, damas opoetas celebrrimos. Aunque si yo los pidiese a dos o tres oficiales amigos, yos que me los daran, y tales que no les igualasen los de aquellos que tienenms nombre en nuestra Espaa. En fin, seor y amigo mo prosegu, yodetermino que el seor don Quijote se quede sepultado en sus archivos en laMancha hasta que el cielo depare quien le adorne de tantas cosas como le fal-tan, porque yo me hallo incapaz de remediarlas por mi insuficiencia y pocasletras, y porque naturalmente soy poltrn y perezoso de andarme buscandoautores que digan lo que yo me s decir sin ellos. De aqu nace la suspensiny elevamiento, amigo, en que me hallastes, bastante causa para ponerme enella la que de mi habis odo.

    Oyendo lo cual, mi amigo, dndose una palmada en la frente y disparan-do en una carga de risa, me dijo:

    Por Dios, hermano, que ahora me acabo de desengaar de un engaoen que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco, en el cualsiempre os he tenido por discreto y prudente en todas vuestras acciones. Peroahora veo que estis tan lejos de serlo como lo est el cielo de la tierra. Cmoque es posible que cosas de tan poco momento y tan fciles de remediar pue-dan tener fuerzas de suspender y absortar un ingenio tan maduro como elvuestro y tan hecho a romper y atropellar por otras dificultades mayores? A lafe, esto no nace de falta de habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de dis-curso. Queris ver si es verdad lo que digo? Pues estadme atento y veriscomo en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras dificultades y reme-dio todas las faltas que decs que os suspenden y acobardan para dejar de sacara la luz del mundo la historia de vuestro famoso don Quijote, luz y espejo detoda la caballera andante.

    Decid le repliqu yo, oyendo lo que me deca: de qu modo pen-sis llenar el vaco de mi temor y reducir a claridad el caos de mi confusin?

    A lo cual l dijo:Lo primero, en que reparis de los sonetos, epigramas o elogios que os

    faltan para el principio, y que sean de personajes graves y de ttulo, se puederemediar en que vos mismo tomis algn trabajo en hacerlos, y despus lospodis bautizar y poner el nombre que quisiredes, ahijndolos al Preste Juande las Indias o al Emperador de Trapisonda, de quien yo s que hay noticia quefueron famosos poetas, y, cuando no lo hayan sido y hubiere algunos pedan-tes y bachilleres que por detrs os muerdan y murmuren de esta verdad, no seos d dos maravedes, porque, ya que os averigen la mentira, no os han decortar la mano con que lo escribistes. En lo de citar en las mrgenes los librosy autores de donde sacredes las sentencias y dichos que pusiredes en vues-tra historia, no hay ms sino hacer de manera que vengan a pelo algunas sen-

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 39

    tencias o latines que vos sepis de memoria, o, a lo menos, que os cuestenpoco trabajo el buscarle, como ser poner, tratando de libertad y cautiverio:

    Non bene pro toto libertas venditur auro11;

    y luego en el margen citar a Horacio, o a quien lo dijo. Si tratredes del poderde la muerte, acudir luego con

    Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernasregumque turres22.

    Si de la amistad y amor que Dios manda que se tenga al enemigo, entrarosluego al punto por la Escritura Divina, que lo podis hacer con tantico de curio-sidad, y decir las palabras, por lo menos, del mismo Dios: Ego autem dico vobis:diligite inimicos vestros33. Si tratredes de malos pensamientos, acudid con elEvangelio: De corde exeunt cogitationes malae44. Si de la instabilidad de los ami-gos, ah est Catn, que os dar su dstico:

    Donec eris felix, multos numerabis amicos. Tempora si fuerint nubila, solus eris.55

    Y con estos latinicos y otros tales os tendrn siquiera por gramtico, que elserlo no es de poca honra y provecho el da de hoy. En lo que toca al poneranotaciones al fin del libro, seguramente lo podis hacer de esta manera: sinombris algn gigante en vuestro libro, hacedle que sea el gigante Golas, ycon solo esto, que os costar casi nada, tenis una grande anotacin, puespodis poner: El gigante Golas, o Goliat, fue un filisteo a quien el pastorDavid mat de una gran pedrada en el valle de Terebinto, segn se cuenta enel libro de los Reyes, en el captulo que vos hallredes que se escribe. Trasesto, para mostraros hombre erudito en letras humanas y cosmgrafo, hacedde modo como en vuestra historia se nombre el ro Tajo, y vereisos luego conotra famosa anotacin, poniendo: El ro Tajo fue as dicho por un Rey de lasEspaas; tiene su nacimiento en tal lugar y muere en el mar Ocano, besandolos muros de la famosa ciudad de Lisboa, y es opinin que tiene las arenas deoro, etc.. Si tratredes de ladrones, yo os dir la historia de Caco, que la s decoro; si de mujeres rameras, ah est el Obispo de Mondoedo, que os presta-r a Lamia, Laida y Flora, cuya anotacin os dar gran crdito; si de crueles,Ovidio os entregar a Medea; si de encantadores y hechiceras, Homero tiene aCalipso, y Virgilio a Circe; si de capitanes valerosos, el mismo Julio Csar osprestar a s mismo en sus Comentarios, y Plutarco os dar mil Alejandros. Sitratredes de amores, con dos onzas que sepis de la lengua toscana, toparis

    ________________

    1 La libertad no se vende por todo el oro del mundo.2 La plida muerte golpea con pie semejante las cabaas de los pobres y los pala-

    cios de los reyes.3 Y yo os digo: amad a vuestros enemigos.4 Del corazn salen los malos pensamientos.5 Mientras seas rico tendrs muchos amigos, pero si los tiempos se nublan, estars

    solo.

  • MIGUEL DE CERVANTES40

    con Len Hebreo, que os hincha las medidas. Y si no queris andaros por tie-rras extraas, en vuestra casa tenis a Fonseca, Del amor de Dios, donde secifra todo lo que vos y el ms ingenioso acertare a desear en tal materia. Enresolucin, no hay ms sino que vos procuris nombrar estos nombres o tocarestas historias en la vuestra, que aqu he dicho, y dejadme a m el cargo deponer las anotaciones y acotaciones, que yo os voto a tal de llenaros las mr-genes y de gastar cuatro pliegos en el fin del libro. Vengamos ahora a la cita-cin de los autores que los otros libros tienen, que en el vuestro os faltan. Elremedio que esto tiene es muy fcil, porque no habis de hacer otra cosa quebuscar un libro que los acote todos, desde la A hasta la Z, como vos decs. Puesese mismo abecedario pondris vos en vuestro libro; que, puesto que a la clarase vea la mentira, por la poca necesidad que vos tenades de aprovecharos deellos, no importa nada, y quiz alguno habr tan simple que crea que de todosos habis aprovechado en la simple y sencilla historia vuestra. Y, cuando nosirva de otra cosa, por lo menos servir aquel largo catlogo de autores a darde improviso autoridad al libro. Y ms, que no habr quien se ponga a averi-guar si los seguistes o no los seguistes, no yndole nada en ello. Cuanto msque, si bien caigo en la cuenta, este vuestro libro no tiene necesidad de nin-guna cosa de aquellas que vos decs que le falta, porque todo l es una invec-tiva contra los libros de caballeras, de quien nunca se acord Aristteles ni dijonada San Basilio ni alcanz Cicern. Ni caen debajo de la cuenta de sus fabu-losos disparates las puntualidades de la verdad ni las observaciones de la astro-loga, ni le son de importancia las medidas geomtricas ni la confutacin de losargumentos de quien se sirve la retrica, ni tiene para qu predicar a ningunomezclando lo humano con lo divino, que es un gnero de mezcla de quien nose ha de vestir ningn cristiano entendimiento. Slo tiene que aprovecharse dela imitacin en lo que fuere escribiendo; que, cuanto ella fuere ms perfecta,tanto mejor ser lo que se escribiere. Y pues sta vuestra escritura no mira ams que a deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tie-nen los libros de caballeras, no hay para qu andis mendigando sentencias defilsofos, consejos de la Divina Escritura, fbulas de poetas, oraciones de ret-ricos, milagros de santos, sino procurar que a la llana, con palabras significan-tes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oracin y periodo sonoro y festi-vo; pintando en todo lo que alcanzredes y fuere posible vuestra intencin,dando a entender vuestros conceptos sin intrincarlos y oscurecerlos. Procuradtambin que, leyendo vuestra historia, el melanclico se mueva a risa, el risue-o la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invencin,el grave no la desprecie ni el prudente deje de alabarla. En efecto, llevad la mirapuesta a derribar la mquina mal fundada de estos caballerescos libros, abo-rrecidos de tantos y alabados de muchos ms; que, si esto alcanzsedes, nohabrades alcanzado poco.

    Con silencio grande estuve escuchando lo que mi amigo me deca, y de talmanera se imprimieron en m sus razones que, sin ponerlas en disputa, lasaprob por buenas, y de ellas mismas quise hacer este prlogo; en el cual vers,lector suave, la discrecin de mi amigo, la buena ventura ma en hallar en tiem-po tan necesitado tal consejero, y el alivio tuyo en hallar tan sincera y tan sinrevueltas la historia del famoso don Quijote de la Mancha, de quien hay opi-nin por todos los habitadores del distrito del campo de Montiel, que fue el

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 41

    ms casto enamorado y el ms valiente caballero que de muchos aos a estaparte se vio en aquellos contornos. Yo no quiero encarecerte el servicio que tehago en darte a conocer tan noble y tan honrado caballero; pero quiero queme agradezcas el conocimiento que tendrs del famoso Sancho Panza, su escu-dero, en quien, a mi parecer, te doy cifradas todas las gracias escuderiles queen la caterva de los libros vanos de caballeras estn esparcidas. Y con esto,Dios te d salud, y a m no olvide. Vale66.

    ________________

    6 Adis.

  • MIGUEL DE CERVANTES42

    AALL LLIIBBRROO DDEE DDOONN QQUUIIJJOOTTEE DDEE LLAA MMAANNCCHHAA

    URGANDA LA DESCONOCIDA

    Si de llegarte a los bue-, libro, fueres con letu-, no te dir el boquirru- que no pones bien los de-. Mas si el pan no se te cue- por ir a manos de idio-, vers, de manos a bo-, aun no dar una en el cla-; si bien se comen las ma- por mostrar que son curio-.

    Y, pues la espiriencia ense- que el que a buen rbol se arri- buena sombra le cobi-, en Bjar tu buena estre- un rbol real te ofre- que da prncipes por fru-, en el cual floreci un du- que es nuevo Alejandro Ma-; llega a su sombra: que a osa- favorece la fortu-.

    De un noble hidalgo manche- contars las aventu-, a quien ociosas letu- trastornaron la cabe-. Damas, armas, caballe- le provocaron de mo- que, cual Orlando furio-, templado a lo enamora-, alcanz a fuerza de bra- a Dulcinea del Tobo-.

    No indiscretos hierogli- estampes en el escu-; que, cuando es todo figu-, con ruines puntos se envi-. Si en la direccin te humi-, no dir mofante algu-: Qu don lvaro de Lu-, qu Anbal el de Carta-, qu rey Francisco en Espa- se queja de la fortu-!

    Pues al cielo no le plu- que salieses tan ladi- como el negro Juan Lati-, hablar latines rehu-.

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 43

    No me despuntes de agu-, ni me alegues con fil-; porque torciendo la bo-, dir el que entiende la le-, no un palmo de las ore-: Para que conmigo flo-?

    No te metas en dibu-, ni en saber vidas aje-; que en lo que no va ni vie- pasar de largo es cordu-. Que suelen en caperu- darles a los que grace-; mas t qumate las ce- solo en cobrar buena fa-; que el que imprime neceda- dalas a censo perpe-.

    Advierte que es desati-, siendo de vidrio el teja-, tomar piedras en las ma- para tirar al veci-. Deja que el hombre de jui- en las obras que compo- se vaya con pies de plo-; que el que saca a luz pape- para entretener donce-, escribe a tontas y a lo-.

    AMADS DE GAULAA DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Soneto

    T, que imitaste la llorosa vida que tuve, ausente y desdeado, sobre el gran ribazo de la Pea Pobre, de alegre a penitencia reducida;

    t, a quien los ojos dieron la bebida de abundante licor, aunque salobre, y, alzndote la plata, estao y cobre, te dio la tierra en tierra la comida;

    vive seguro de que eternamente, en tanto al menos que en la cuarta esfera sus caballos aguije el rubio Apolo,

    tendrs claro renombre de valiente, tu patria ser en todas la primera, tu sabio autor, al mundo nico y solo.

  • MIGUEL DE CERVANTES44

    DON BELIANS DE GRECIAA DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Soneto

    Romp, cort, aboll, y dije, y hice ms que en el orbe caballero andante; fui diestro, fui valiente, fui arrogante; mil agravios vengu, cien mil deshice.

    Hazaas di a la fama que eternice; fui comedido y regalado amante; fue enano para mi todo gigante, y al duelo en cualquier punto satisfice.

    Tuve a mis pies postrada la Fortuna, y trajo del copete mi cordura a la calva ocasin al estricote.

    Mas, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, oh, gran Quijote!

    LA SEORA ORIANAA DULCINEA DEL TOBOSO

    Soneto

    Oh, quin tuviera, hermosa Dulcinea, por ms comodidad y ms reposo, a Miraflores puesto en el Toboso, y trocara sus Londres con tu aldea!

    Oh, quin de tus deseos y librea alma y cuerpo adornara, y del famoso caballero, que hiciste venturoso, mirara alguna desigual pelea!

    Oh, quin tan castamente se escapara del seor Amads, como t hiciste del comedido hidalgo don Quijote!

    Que as envidiada fuera y no envidiara, y fuera alegre el tiempo que fue triste, y gozara los gustos sin escote.

    GANDALN, ESCUDERO DE AMADS DE GAULA,A SANCHO PANZA, ESCUDERO DE DON QUIJOTE

    Soneto

    Salve, varn famoso, a quien Fortuna, cuando en el trato escuderil te puso, tan blanda y cuerdamente lo dispuso, que lo pasaste sin desgracia alguna.

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 45

    Ya la azada o la hoz poco repugna al andante ejercicio; ya est en uso la llaneza escudera, con que acuso al soberbio que intenta hollar la luna.

    Envidio a tu jumento y a tu nombre, y a tus alforjas igualmente envidio, que mostraron tu cuerda providencia.

    Salve otra vez, oh, Sancho! tan buen hombre, que a slo t nuestro espaol Ovidio con buzcorona te hace reverencia.

    DEL DONOSO, POETA ENTREVERADOA SANCHO PANZA Y ROCINANTE

    Soy Sancho Panza, escude- del manchego don Quijo-; puse pies en polvoro- por vivir a lo discre-; que el tcito Villadie- toda su razn de esta- cifr en una retira-, segn siente Celesti-, libro, en mi opinin, divi-, si encubriera ms lo huma-.

    A ROCINANTE

    Soy Rocinante el famo-, bisnieto del gran Babie-; por pecados de flaque- fui a poder de un don Quijo-. Parejas corr a lo flo-, mas por ua de caba- no se me escap ceba-; que esto saqu a Lazari- cuando, para hurtar el vi- al ciego, le di la pa-.

    ORLANDO FURIOSOA DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Soneto

    Si no eres par, tampoco le has tenido; que par pudieras ser entre mil pares, ni puede haberle donde t te hallares, invito vencedor, jams vencido.

  • MIGUEL DE CERVANTES46

    Orlando soy, Quijote, que, perdido por Anglica, vi remotos mares, ofreciendo a la fama en sus altares aquel valor que respet el olvido.

    No puedo ser tu igual, que este decoro se debe a tus proezas y a tu fama, puesto que, como yo, perdiste el seso.

    Mas serlo has mo, si al soberbio moro y cita fiero domas, que hoy nos llama iguales en amor con mal suceso.

    EL CABALLERO DEL FEBOA DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Soneto

    A vuestra espada no igual la ma, Febo espaol, curioso cortesano, ni a la alta gloria de valor mi mano, que rayo fue do nace y muere el da.

    Imperios despreci; la monarqua que me ofreci el Oriente rojo en vano dej, por ver el rostro soberano de Claridiana, aurora hermosa ma.

    Amela por milagro nico y raro, y, ausente en su desgracia, el propio infierno temi mi brazo, que dom su rabia.

    Mas vos, godo Quijote, ilustre y claro, por Dulcinea sois al mundo eterno, y ella por vos famosa, honesta y sabia.

    DE SOLISDNA DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    Soneto

    Maguer, seor Quijote, que sandeces vos tengan el cerbelo derrumbado, nunca seris de alguno reprochado por home de obras viles y soeces.

    Sern vuesas fazaas los joeces, pues tuertos desfaciendo habis andado, siendo vegadas mil apaleado por follones cautivos y raheces.

    Y si la vuesa linda Dulcinea desaguisado contra vos comete, ni a vuesas cuitas muestra buen talante,

  • DON QUIJOTE DE LA MANCHA 47

    en tal desmn, vueso conorte sea que Sancho Panza fue mal alcagete, necio l, dura ella, y vos no amante.

    DILOGO ENTRE BABIECAY ROCINANTE

    Soneto

    B. Cmo estis, Rocinante, tan delgado? R. Porque nunca se come, y se trabaja. B. Pues qu es de la cebada y de la pa