DOMINICOS DE AVRILLÉ: EL GREC (GRUPO DE REFLEXIÓN ENTRE CATÓLICOS), UNA HISTORIA OCULTA, AHORA...

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Dominicos de Avrillé- Le Sel de la Terre.

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  • DOMINICOS DE AVRILL: EL GREC (GRUPO DE REFLEXIN ENTRE CATLICOS).- UNA HISTORIA OCULTA, AHORA REVELADA.

    Por el hermano Marie-Dominique O.P.

    En Diciembre de 2011, el padre Michel Lelong, miembro de la sociedad de los Padres Blancos, public en las Nuevas Ediciones Latinas, una obra titulada Por la necesaria reconciliacin, con prefacio de dom ric de Lesquen OSB, sacerdote emrito de Randol (fundacin del monasterio de Fontgombault).

    Este libro de 159 pginas relata los trabajos del Grupo de Reflexin entre Catlicos (GREC), de 1998 a 2010, que hacen doce aos de encuentros discretos pero no secretos (pg. 29), algunas veces mensuales, entre los representantes de la jerarqua oficial, de los responsables de los institutos Ecclesia Dei, y de los miembros de la Fraternidad San Pio X. La finalidad: hablar sin enojarse de las cosas que nos enojan1 para favorecer la necesaria reconciliacin. Sin duda que habr que precisar lo que los responsables del GREC entienden por esta expresin.

    El origen del GREC: el sueo de un embajador. El GREC encuentra su origen en una nota redactada en 1995, unos meses antes de su muerte, por el seor Gilbert Prol, antiguo embajador de Francia frente al gobierno italiano. l tuvo la ocasin de encontrarse con Monseor Lefebvre en Roma y, cuando estaba en Pars, le gustaba ir a la misa de San Nicols de Chardonnet todos los domingos con su esposa (pg. 90).

    Pero dejmosle la palabra a la seora Prol:

    Como buen diplomtico, (mi marido) redact lo que se llama un texto de buenos oficios, donde se presenta el punto de vista de unos y de otros, buscando los puntos comunes, y que invitaba a cada uno a dar un primer paso hacia el otro. Es a partir de este texto que naci el GREC, una manera de continuar a hacer vivir a mi marido (pg. 90).

    Luego de los diversos encuentros relatados en la obra del P. Lelong (pgs. 21-25) se constituy un primer grupo de trabajo en el ao de 1998, que desemboc

  • en la organizacin de conferencias-debates sobre los puntos controvertidos actualmente en la Iglesia.

    Los participantes: una gama muy variada. Adems de la seora Prol, del P. de la Brosse O.P., del P. Lorans (FSSPX) y del P. Lelong, los principales animadores del GREC fueron, desde los primeros aos de su existencia:

    - El P. Barthe, quien tiene muchas relaciones en la Santa Sede y en la Iglesia de Francia, y nos ha ayudado mucho2:

    - El P. Vincent Ribeton, superior del Distrito de Francia de la Fraternidad San Pedro, que aporto una preciosa contribucin por su presencia en las reuniones, tanto por sus intervenciones como por sus escritos (pg.40);

    - P. Herv Hygonnet (FSSP): - Laicos como Paul Airiau, Jacques-Rgis du Cray, Luc Perrin, Philippe

    Pichot-Bravard, Jean Maurice Verdier. - Srita. Marie-Alix Doutrebente fue nombrada secretaria.

    Agreguemos, para completar la lista de los principales responsables que, el 18 de septiembre de 2004, fue creado, en el seno del GREC, un grupo teolgico del cual formaba parte el P. Charles Morerod O.P., profesor del Angelicum de Roma (pg. 57). Este religioso, ser una de las personas escogidas por Benedicto XVI para participar en las conversaciones doctrinales entre la Santa Sede y la FSSPX (pg. 48). El P. Morerod tiene toda la confianza de la Roma actual, pues l fue consagrado obispo poco tiempo despus. En todo caso, el vnculo entre el GREC y las conversaciones romanas de 2010-2011 est muy claro.

    En las reuniones del GREC participaron obispos de Francia, sacerdotes y laicos pertenecientes a la dicesis de Pars y a las dicesis de provincia, miembros de la FSSPX, de la FSSP, del Instituto Cristo Rey (pg. 27).

    Apoyaron esta iniciativa desde sus inicios, el P. du Chalard (FSSPX), cuyo apoyo fue tan discreto como atento (pg. 26); y dom ric de Lesquen (entonces P. de Randol), del cual sabemos el papel que desarroll con dom Grard durante su acercamiento del 8 de julio de 1988 con Roma3.

    En la nunciatura, el acogimiento reservado por Mons. Fortunato Baldelli fue caluroso. Lo mismo con su sucesor, Mos. Luigi Ventura (pg. 29-32).

  • La Conferencia episcopal de Francia fue informada. Despus de una visita de la seora Prol, del P. Lorans y del P. de la Brosse al cardenal Ricard, un obispo fue designado, por su pedido, para seguir los trabajos del GREC e informar de ellos a la Conferencia episcopal: Fue Mons. Breton, obispo de Aire y Dax. Cuando Mons. Vingt-Trois, arzobispo de Pars, sucedi al cardenal Ricard, el mismo grupo lo visit, prometindole mantenerlo informado regularmente (pg. 35).

    Entre los otros cardenales y obispos de Francia que apoyaron el GREC, citamos: el card. Barbarin, arzobispo de Lyon; Mons. Duval, arzobispo de Rouen; Mons. Aubertin, obispo de Chartres; Mons. Fort (Orlans) que vena frecuentemente a las reuniones; Mons. Delmas (Angers); Mons. Aubry (La Runion); Mons. Rey (Toulon); los padres Brouwet y Aillet antes y despus de su consagracin episcopal (pg. 41).

    Es el Padre Lorans, por la FSSPX, que era el enlace con Mons. Fellay (pg. 35).

    Por parte de Roma, fueron puestos al corriente: El Secretario de Estado desde 1998, luego el card. Castrilln Hoyos, presidente de la Comisin Episcopal Ecclesia Dei, el card. Ratzinger, entonces presidente de la Congregacin para la doctrina de la Fe, y numerosas personalidades en el Vaticano. Cuando el Cardenal Ratzinger accedi al Soberano Pontificado, el GREC pudo tener contacto directo con el papa (pg. 44-48).

    La finalidad del GREC: un peligroso equvoco. Cul es la finalidad de estas reuniones?

    Si se tratara solamente de tener estas conversaciones para tratar de hacer comprender a las autoridades de la Iglesia conciliar la necesidad de volver a la Tradicin para salvar las almas y al espritu catlico, es decir misionero, no podramos ms que alegrarnos.

    Desgraciadamente, desde el principio el GREC se comprometi en una va que no puede ser ms equvoca.

    En el prefacio de la obra, en efecto, dom de Lesquen desea que la accin emprendida obtenga precisamente que el acto calificado de cismtico por la Santa Sede en 1988 no se vuelva un cisma comprobado (pg. 12-13), agrega: el objetivo del GREC es la necesaria reconciliacin (pg. 15).

    De qu reconciliacin se trata?

  • Para un catlico, es clara: que la Santa Sede se reconcilie con las enseanzas de los papas y de los concilios anteriores al Vaticano II. Esta reconciliacin es necesaria, pues es el nico medio de salvar a la Iglesia y al mundo.

    El 20 de octubre de 2008, lejos de suplicar al Papa Benedicto XVI de aceptar culpar al Vaticano II, los responsables del GREC le enviaron una carta muy ambigua dando a entender que era la FSSPX quien estaba en una situacin anormal. Agradeciendo al papa por el motu proprio de 2007 sobre la misa tradicional4 y solicitando el levantamiento de las excomuniones de 1998, ellos concluyeron as:

    Esperando que esto ser para la Fraternidad San Pio X la ocasin de regularizar su situacin cannica y de poder manifestar as su voluntad de recuperar la plena comunin con el Santo Padre (pg. 52).

    El equvoco se define as: una frase (o una palabra) que tienen dos significados diferentes5. Aqu tenemos un perfecto ejemplo:

    -Visto del lado de las autoridades oficiales, la carta al Papa hace comprender que la finalidad ltima de los trabajos del GREC es el de hacer entrar a la FSSPX en el seno de la iglesia actual: se comprende el acogimiento generalmente favorable que esta iniciativa encontr en estas mismas autoridades.

    -Vista del lado tradicionalista, una interpretacin benvola pero superficial- hace comprender otra cosa: la carta al papa significa que la finalidad del GREC es de rehacer la unidad en la Iglesia, de encontrar finalmente la unin con la Santa Sede, de salir de esta situacin trgica y tan dolorosa que consiste a estar en oposicin con el jefe de la Iglesia.

    La teologa moral agrega que el equvoco que oculta la verdad, no puede ser empleado ms que en caso de necesidad o por una causa razonable6.

    Ahora bien, si hay un momento en donde la ocultacin de la verdad es ilcita y peligrosa, es cuando la fe est en juego. Cmo utilizar un equvoco haciendo creer a las autoridades que se desea entrar en plena comunin con ellas, cuando ellas mismas se obstinan en una va que conduce a la apostasa?

    Los representantes oficiosos de la Tradicin que firmaron esta carta junto a los otros miembros del GREC, olvidaron las advertencias de Mons. Lefebvre?

  • Roma ha perdido la fe. Roma est en la apostasa. [] No podemos tener confianza en esa gente. Ellos se han apartado de la Iglesia, ellos se han apartado de la Iglesia. Seguro, seguro, seguro7

    Cuando nos preguntan cundo habr un acuerdo con Roma, mi respuesta es simple: Cuando Roma vuelva a coronar a Nuestro Seor Jesucristo! No podemos estar de acuerdo con aquellos que han destronado a Nuestro Seor. El da que ellos reconozcan de nuevo a Nuestro Seor como rey de los pueblos y las naciones, no ser a nosotros a quienes ellos se reunirn, sino a la Iglesia catlica en la cual nosotros permanecemos8.

    Entonces, la cuestin cannica estar inmediatamente resuelta.

    Por supuesto que el GREC tena conciencia de los lmites de su accin:

    El GREC jams ha tenido como vocacin participar en ninguna negociacin. Su razn de ser es mucho ms humilde: se esfuerza en crear, por medio de encuentros y de discusiones regulares, un clima de benevolencia mutua, condicin previa indispensable para un acercamiento y a una reconciliacin cuyas modalidades y el calendario se nos escapan9.

    El mtodo del GREC

    Conferencias-debates y gestiones ante las autoridades Para hacer avanzar la necesaria reconciliacin, el GREC trabaj en dos direcciones:

    -La organizacin de conferencias-debates sobre los puntos controvertidos;

    -Las gestiones ante las autoridades.

    Todo se hace bajo una gran discrecin: Nosotros permanecamos discretos. Pero no queramos ser secretos (pg. 29). Se puede comprender que, para este asunto, era mejor apartar a los periodistas y evitar los debates en internet.

    Es cuando menos sorprendente que ninguna alusin a estos encuentros se haya hecho en el curso de los cuatro simposios de Pars sobre el concilio Vaticano II, que se llevaron a cabo del 2002 al 2005, reuniendo a sacerdotes de la Tradicin

  • del mundo entero. Estos simposios, completamente pblicos, se realizaron bajo el patronato de Mons. Fellay. Mientras que las sesiones de trabajo ponan bajo la luz la nocividad de los textos del concilio, las reuniones discretas y desconocidas de los participantes en los simposios se llevaban a cabo en la misma ciudad, relativizando los errores del Vaticano II y buscando abrir la va de un reconocimiento cannico de la Fraternidad.

    Nos asombramos tambin de que, durante doce aos de conferencias y de gestiones ante las autoridades de la iglesia conciliar, los superiores de las comunidades religiosas que trabajan con la Fraternidad San Pio X, hayan sido marginados y no hayan sido informados de lo que se haca, dado lo que estaba en juego.

    La obra del P. Lelong no tuvo ningn eco en los rganos oficiales de la FSSPX, ni siquiera para condenar o matizar las declaraciones del autor. Hace ya casi tres aos que apareci esta obra. Podemos suponer que las personas mencionadas en este libro no tienen nada que decir al respecto.

    Pero veamos cmo se desarrollan los trabajos del GREC.

    Las conferencias-debates Durante doce aos, numerosas conferencias-debates fueron organizadas sobre temas mayores: El ecumenismo, riesgo de apostasa o futuro de la Iglesia; El dilogo interreligioso, peligro o esperanza; Qu camino para la Iglesia?: proposiciones concretas para salir de una crisis (pg. 59); Es necesario revisar y/o interpretar ciertos pasajes del concilio Vaticano II? (pg. 64), etc.

    Procuraremos ver, un poco ms adelante, por qu estas conferencias resultaron en fracaso total.

    Notemos por el momento una observacin inquietante, de la cual dejamos su responsabilidad a su autor. Hablando de la conferencia-debate del 21 de enero de 2008 entre el P. Morerord O.P. y el P. Grgoire Clier (FSSPX) sobre el tema Vaticano II y los otros concilio ecumnicos: revisar y/o interpretar ciertos pasajes del concilio Vaticano II, el P. Lelong anota:

    Escuchando sus exposiciones, se pudo constatar que entre los dos telogos, las convergencias doctrinales y espirituales eran mucho ms numerosas y profundas que las divergencias existentes entre sus puntos de vista respectivos (pg. 64).

  • Hubiera habido la misma convergencia si Mons. Lefebvre se hubiera encontrado frente al P. Morerod, religioso completamente partidario del modernismo de Roma?

    Una impresionante actividad diplomtica. De forma paralela a estas discusiones, tuvo lugar una impresionante actividad diplomtica: obispos, nuncios, Secretario de Estado, Comisin Ecclesia Dei, eran tenidos al corriente de las actividades del GREC. A partir de la eleccin de Benedicto XVI, fue el papa en persona. De acuerdo al P. Lelong, la ascensin de Ratzinger al pontificado fue recibida por los animadores del GREC con una muy grande alegra y mucha esperanza, esperanza que no ser decepcionada sino colmada plenamente (pg. 48).

    Nadaban en plena utopa. Enviamos a nuestros lectores al estudio magistral de Mons. Tissier de Mallerais sobre La extraa teologa de Benedicto XVI10, as como al primer balance de su pontificado, publicado (con fotografas) por Le sel de la terre 84. En todo caso, esta confesin del P. Lelong es muy revelador del espritu que reinaba en el GREC, sobre todo bajo Benedicto XVI.

    Para entrar un poco ms en detalles, es en dos direcciones que la accin diplomtica del GREC se orient principalmente: el Papa y Mons. Fellay.

    +Intervenciones del GREC ante la Santa Sede

    Desde 1998, el P. Lelong haba escrito al Cardenal Sodano, Secretario de Estado, para informarle de la iniciativa del GREC, y sugerirle a la Santa Sede el levantamiento de la excomunin de los obispos de la Fraternidad con ocasin del jubileo del ao 2000. Es necesario citar por lo menos un extracto de esta carta, para ver en qu espritu se desarrollaron estas tratativas. Para el P. Lelong, eje motor del GREC, la finalidad era hacer aceptar el concilio Vaticano II por los tradicionalistas:

    Yo estoy profundamente apegado a las enseanzas del concilio Vaticano II, y me esfuerzo para hacrselo comprender a nuestros hermanos catlicos que han seguido a Mons. Lefebvre y sus sucesores. Con algunos amigos, hemos constituido en Pars un grupo de trabajo que se esfuerza para preparar el da en que todos los tradicionalistas podrn reencontrar su lugar en la Iglesia, en la obediencia al Santo Padre y bajo la autoridad de nuestros obispos. [] Es en este espritu, en una total fidelidad al

  • Soberano Pontfice y a las enseanzas del concilio Vaticano II, que en nombre de numerosos catlicos franceses, me permito pedirle, Seor Cardenal, si, en un gesto de caridad hacia nuestros hermanos, el Santo Padre pudiera levantar la excomunin que fue pronunciada en contra de los obispos consagrados irregularmente por Mons. Lefebvre (pg. 42-43).

    Esta carta fue iniciativa del P. Lelong o tuvo el acuerdo de los representantes oficiosos de la Tradicin en el seno del GREC? La obra no lo dice. En todo caso, el cardenal Sodano habiendo pedido signos de arrepentimiento (pg. 44) a las autoridades de la Fraternidad, las tratativas no tuvieron xito. En cuanto al levantamiento de las excomuniones, las cosas permanecieron as bajo el pontificado de Juan Pablo II.

    Sin embargo, a partir de la peregrinacin de la FSSPX a Roma por el jubileo del ao 2000, comenzaron a haber contactos frecuentes entre Mons. Fellay y el Cardenal Castrilln Hoyos, entonces presidente de la comisin Ecclesia Dei. El P. Lelong no dice una palabra al respecto.

    Sabemos que los sacerdotes de Campos (Brasil), invitados por la casa general de la Fraternidad a unirse a estas negociaciones, no resistieron a la seduccin romana. Fue un acuerdo lamentable, victoria para el cardenal Castrilln y prdida para el combate de la fe: Mons. Rifan concelebra ahora la nueva misa con fervor11.

    El pontificado de Benedicto XVI que manifiestamente aport una gran esperanza a los miembros del GREC, sobre todo despus del motu proprio sobre la misa tradicional, fue la ocasin de nuevas tratativas, esta vez ante el mismo papa. El 9 de julio de 2008, los animadores del GREC (pg. 49) le dirigieron al Papa la siguiente peticin:

    Le estamos muy reconocidos, Santsimo Padre, por esta decisin (del motu proprio) y queremos responder a vuestro llamado a la reconciliacin entre todos los catlicos, en el respeto a las legtimas diversidades existentes en el seno de la Iglesia. Somos muchos los que deseamos que la proposicin transmitida por el Cardenal Castrilln Hoyos a la FSSPX, tenga un resultado favorable, pues las cuestiones relativas al concilio Vaticano II interesan a toda la Iglesia. Deseamos tambin que las

  • excomuniones sean levantadas y que la FSSPX reencuentre su lugar en la Iglesia, en donde tiene tanto que aportar (pg. 49-50).

    Luego fue la famosa splica del 20 de octubre de 2008, donde los animadores del GREC deseaban que la FSSPX regularice su situacin cannica y manifieste su plena comunin con el Santo Padre, agregando:

    Nosotros pensamos que el levantamiento de las excomuniones pondra en marcha un proceso inevitable de acercamiento, con vistas a los acuerdos entre la Santa Sede y la FSSPX, o al menos acuerdos con una gran parte de los sacerdotes y los fieles de la mencionada Fraternidad12 (pg. 52).

    La splica parece haber obtenido su efecto, pues las excomuniones fueron levantadas a principios del ao 2009.

    +Intervenciones del GREC ante Mons. Fellay

    Un punto que parece haber preocupado a los responsables del GREC, fue el hacer cesar los ataques contra la Roma actual. Citemos al P. Lelong:

    Por el lado de los catlicos apegados a la tradicin13, como del lado de aquellos que reivindican el espritu del concilio, se expresan muy frecuentemente, con puntos de vista agresivos y polmicos que no contribuyen a suscitar el clima de sosiego y de confianza mutua necesaria en la bsqueda de una verdadera reconciliacin (pg. 33).

    Es necesario que la FSSPX comprenda que, si bien ella tiene mucho que aportar a la Iglesia de Roma, tambin tiene mucho que recibir. Por lo tanto es necesario que ella deje de rechazar en bloque el Vaticano II (pg. 85).

    En la carta a Benedicto XVI del 9 de julio de 2008, los responsables del GREC -y por lo tanto tambin los representantes oficiosos de la Tradicin?- quisieron tranquilizar al Papa sobre este punto:

  • Le pedimos a los responsables de esta Fraternidad que cesen las declaraciones y artculos polmicos que critican a la Santa Sede (pg. 50).

    El 20 de junio de 2008, el P. Lelong y algunos miembros del GREC le escribieron a Mons. Fellay:

    No teme usted que rechazando los llamados repetidos del Santo Padre y permitindose criticarlo de manera injusta y sistemtica, la Fraternidad llegue a tomar un camino que la conducir inevitablemente a separarse de la Santa Iglesia, como desgraciadamente ha sucedido en el curso de la historia? (pg. 39).

    La Roma ocupada no se preocupa de las discusiones acadmicas y amortiguadas entre telogos sobre el concilio Vaticano II. Ella las permite en el principio a las comunidades Ecclesia Dei. Esto da una impresin de apertura. Pero lo que la iglesia conciliar no puede soportar, es que sus escndalos sean denunciados: las reuniones ecumnicas de Ass, las visitas a las sinagogas y mezquitas, las falsas beatificaciones y canonizaciones, etc. Son sobretodo estos escndalos que, con el paso de los aos, hacen perder la fe a millones de almas en el mundo entero. Ahora bien, cuando la fe est en peligro, atacada por los lobos, es un deber para los pastores gritar para proteger el rebao. No hacerlo es un pecado grave respecto a la confesin de la fe, pues atacar la Roma actual destructora de la fe es necesaria para mantener las grandes verdades de la fe. Todos los esfuerzos de la iglesia conciliar desde las consagraciones de los obispos por Mons. Lefebvre en 1988, han sido para separar de la Tradicin a los grupos de sacerdotes, acordndoles la misa tradicional sin pedirles la aceptacin oficial del Vaticano II14. Roma conciliar saba que haciendo esto, ya nada tena que temer de estos grupos: tendran que callarse sobre el concilio y sobre los escndalos de la jerarqua, por temor de perder su reconocimiento cannico y ver que se les negara todo apostolado en las dicesis. Esto es lo que pas, desde que firmaron, en todas las comunidades Ecclesia Dei sin excepcin, y es su gran pecado ante la historia, ante la Iglesia universal y ante las almas.

    La Roma actual desea que la FSSPX se comprometa en esta va. Hay que comprender muy bien las tcnicas subversivas empleadas, especialmente desde hace dos siglos, por los enemigos de la Iglesia. Su gran maniobra para reducir una resistencia, es obtener en un primer tiempo que ya no se les ataque. Para

  • eso, se sirven de los catlicos liberales, sus mejores auxiliares, seducindolos prometindoles la paz con la condicin de que dejen de combatir. Al mismo tiempo, provocan anatemas contra aquellos que no se resignan a bajar las armas, es decir, los antiliberales, ridiculizndolos con toda clase de eptetos: hombres de celo amargo, integristas15, etc. El enemigo busca aislarlos de esta manera, para quitarles toda influencia. Enseguida l podr trabajar para dormir a la mayora del rebao y ganarlo lentamente a las nuevas ideas.

    En los aos 50, bajo el Papa Pio XII, haba miles de buenos sacerdotes, buenos religiosos, piadosos, de buena doctrina. Lleg el buen Papa Juan sugiriendo, al principio del concilio, de ya no lanzar anatemas, de ya no condenar el error, anatemizando solamente a los profetas de desgracias que en la Iglesia, siguiendo a los Papas antiliberales, fustigaban los errores modernos. La maniobra tuvo xito. Basta ver en lo que se ha convertido la Iglesia en el mundo entero16.

    Monseor Lefebvre se levant, tomando el estandarte del combate. Esta fue la fundacin de la FSSPX y de las obras de la Tradicin se extendieron como reguero de plvora en el mundo entero. Ya no estando Mons. Lefebvre, nosotros asistimos desde su muerte a las maniobras de la Roma modernista, aconsejada por la masonera, para reducir la nica resistencia organizada a la Revolucin mundial. La maniobra consiste en atacar especialmente a las autoridades superiores de la Fraternidad, en quienes detectaron ciertas debilidades pues los enemigos de la Iglesia son hbiles observadores. El libro del P. Lelong tiene el mrito de darnos luz, por lo menos en una parte, de esta operacin.

    Los resultados del GREC En 2010, cuando comenzaron las discusiones doctrinales en Roma, entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pio X, el GREC ces sus actividades, por lo menos las conferencias-debates17. Correos, conversaciones telefnicas, continuaron para avanzar la necesaria reconciliacin? Es muy posible. Cuando se comparte el mismo objetivo, no es de la noche a la maana que se cortan las relaciones y las amistades entabladas en el paso de los aos. Por otra parte, es muy peligroso mantener contactos con los herejes y la hereja modernista es la ms peligrosa a este respecto, pues ella no afirma claramente sus errores. Encontrndose frecuentemente, se termina por ligarse con amistad, relativizar lo que nos opone, ya no hablar de ello, hasta que se abandona el combate. Cuntos sacerdotes de la Tradicin cayeron por haber jugado este

  • juego imprudente, con buenas intenciones al principio. Para un tal apostolado, es necesario hombres fuertes como lo fue Mons. Lefebvre. Habiendo conocido a la Roma de Pio XI y Pio XII, no se dej impresionar por la Roma de Paulo VI o de Juan Pablo II. Incluso un obispo de la envergadura de Mons. Lefebvre estuvo a punto de caer en la trampa: firmando un protocolo de acuerdo el 5 de mayo de 1988. Pero se recobr heroicamente durante la noche y nos salv.

    Es tiempo de dar un balance de las actividades de esta agrupacin entre 1998 y 2010.

    El fracaso de las conferencias-debates Es impresionante ver, leyendo la obra del padre Lelong, que despus de doce aos de discusiones, no hubo cambio del lado de los conciliares, sabiendo todas las tendencias que existen en aquellos que reivindican el Vaticano II: Cada uno mantuvo sus posiciones18.

    Dom de Lesquen todava est persuadido de que las consagraciones episcopales de 1988 fueron un acto cismtico, pudiendo conducir a un cisma real (pg. 13).

    El P. Lelong es tan entusiasta por el ltimo concilio, que consagr un captulo entero de la obra a defenderlo sin ninguna reserva (Cap. IV, pgs. 71-87).

    Incluso los prejuicios ms groseros respecto a los tradicionalistas se mantuvieron intactos. As, relatando una entrevista de marzo de 2003 con el Cardenal Castrilln Hoyos, el P. Lelong escribe:

    Observamos que, en nuestro pas, las incomprensiones y tensiones entre el episcopado y la FSSPX, tenan frecuentemente motivaciones polticas, mucho ms que razones verdaderamente teolgicas. Esta observacin me pareci muy justa pues, en los aos 70, frecuentemente escuch de los obispos franceses reprochar a los catlicos apegados a la misa en latn el ser de extrema derecha (pgs. 44-45).

    Estar all despus de doce aos de reuniones, discusiones, conferencias-debates, tiene algo de desesperante.

    El P. Lelong replicar que la finalidad del GREC no era arreglar la cuestin doctrinal, cosa que solo puede hacer la autoridad. Cierto, pero sin tener la pretensin de resolver los problemas actuales con toda la tcnica de los

  • telogos, es difcil comprender que los sacerdotes, obispos, hablando de doctrina durante doce aos, no hayan avanzado ni un paso. Y cmo explicar que las discusiones que tuvieron lugar en 2010 y 2011 entre los telogos romanos y los de la FSSPX, dirigidos notablemente por stos ltimos, resultaran en el mismo fracaso?

    De dnde viene la imposibilidad de discutir sobre la crisis en la Iglesia?

    La primera causa, en el clero actual es, de manera general, una concepcin subjetiva y evolutiva de la verdad, proveniente de una formacin filosfica falseada.

    Cuando ya no se busca la verdad, no queda ms que el dilogo, para encontrar un modo de vivir juntos sin hacerse la guerra, llegar a cierta unidad respetuosa de nuestras divergencias. La palabra dilogo vuelve sin cesar en toda la obra:

    Cuando estamos en amistad, dice el P. Lelong, pienso frecuentemente en Gilbert Prol que, al participar activamente en el dilogo islmico-cristiano, tuvo la idea de este dilogo entre catlicos (pg. 27).

    Desde el Vaticano II, se habla mucho en la Iglesia del dilogo con los protestantes, los judos, los musulmanes, el Dalai Lama, y tambin con los ateos. Con los que no haba dilogo, eran los fieles apegados a la misa de San Pio V, etiquetados como integristas (pg. 60)19.

    La finalidad misma del coloquio parece lograda: los catlicos franceses, de sensibilidades diversas e incluso opuestas, han aceptado libremente el comprometerse con un dilogo que no prejuzga en nada una total reconciliacin dominio reservado a los superiores competentes- pero que abre la posibilidad, cuando llegue el da, que las instancias del dilogo se encuentren ante compaeros capaces de comprensin y respeto mutuo, ya no acantonados en oposiciones radicales20.

    En su obra magistral Iota Unum, Romano Amerio dedica todo un captulo al dilogo (captulo XVI)21:

  • Este trmino es totalmente desconocido e inusitado en la doctrina antes del concilio Vaticano II (pg. 296). () El dilogo, dicen ahora, no tiene como finalidad la refutacin del error ni la conversin del interlocutor22.

    El papa Benedicto XVI, en su ltimo discurso de Navidad a la Curia, antes de su lamentable dimisin, dijo claramente cul es la concepcin del dilogo para la iglesia conciliar:

    -El dilogo no tiene como finalidad la conversin sino la comprensin. En esto se distingue de la Evangelizacin, de la misin.

    -En este dilogo, las dos partes permanecen conscientemente en el interior de su identidad, que no cuestionan ni para ellas mismas ni para los otros23.

    El GREC se sita resueltamente en esta perspectiva. El P. Lelong, hablando de la fundacin de este grupo de reflexin, escribe:

    Quedaba por precisar la mejor manera de realizar este hermoso proyecto, asociando a l a catlicos pertenecientes a corrientes de pensamiento muy diversas pero que comparten nuestra preocupacin de contribuir a la unidad de la Iglesia en el respeto de las legtimas diversidades (pg. 25).

    Hasta dnde es legtima la diversidad? El P. Lelong da la solucin:

    Despus del motu proprio del Santo Padre de julio de 2007, se puede esperar que el antiguo y el nuevo rito no solamente van a cohabitar, sino a enriquecerse mutuamente, como lo desea Benedicto XVI (pg. 82).

    Es necesario que la FSSPX comprenda que, si ella tiene mucho que aportar a la Iglesia de Roma, ella tambin tiene mucho que recibir. Por lo tanto es necesario que ella cese de rechazar en bloque el Vaticano II y que ella acepte sus grandes orientaciones interpretndolas como lo propone hoy el Santo Padre (pg. 85).

    El P. Barthe piensa que esta cohabitacin de los contrarios puede hacer regresar poco a poco las autoridades de la Iglesia a la Tradicin:

    Igualmente que, desde el punto de vista litrgico, el motu proprio dice: la misa tradicional jams fue abolida, llegaremos a

  • una situacin en donde se dir: la doctrina anterior al Concilio, sobre los puntos controvertidos, jams fue abolida. Se puede seguir la doctrina extraordinaria. Y as como la liturgia extraordinaria atrae hacia ella la liturgia ordinaria, as se puede desear que la doctrina extraordinaria atraer a la doctrina ordinaria (pg. 121).

    Queremos gritar sufficit!

    Cul es la parte respectiva de las presiones romanas y del GREC en la evolucin del pensamiento de Mons. Fellay? Es difcil de decir. Ambos tuvieron ciertamente su influencia. En todo caso, el espritu del GREC se encuentra perfectamente en la Declaracin Doctrinal de Monseor Fellay enviada al Cardenal Levada el 15 de abril de 2012 para comprometer a todos los catlicos fieles (que lo ignoraban) en un acuerdo prctico con la Roma conciliar:

    La completa Tradicin de la fe catlica debe ser el criterio y la gua para la comprensin de las enseanzas del Concilio Vaticano II, el cual a su vez, ilumina es decir profundiza y explica ulteriormente- ciertos aspectos de la vida y de la doctrina de la Iglesia, implcitamente presentes en ella, y an no formulados conceptualmente (n 4).

    Nosotros declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los Sacramentos celebrados con la intencin de hacer lo que hace la Iglesia segn los ritos indicados en las ediciones tpicas del Misal romano y de los Rituales de los Sacramentos legtimamente promulgados por los papas Paulo VI y Juan Pablo II (n 7).

    Esta Declaracin Doctrinal jams fue retractada por Monseor Fellay. Fue simplemente retirada con motivo de que desgraciadamente, en el contexto actual de la Fraternidad, ella no pasar24.

    Monseor Fellay debera saber que el compromiso con el error jams har la unidad.

    Para la Iglesia, el primer principio de unidad es la fe:

    Jess quiso que la unidad de la fe existiese en su Iglesia; pues la fe es el primero de todos los vnculos que unen al hombre con Dios, y a ella es a la que debemos el nombre de fieles. () La Iglesia nada ha deseado con tanto ardor ni procurado con tanto

  • esfuerzo cmo conservar del modo ms perfecto la integridad de la fe25.

    Un dilogo, donde una parte de los interlocutores no busca la verdad sino al contrario, una unin fuera de la enseanza infalible de la Iglesia, no puede ser ms que un fracaso. Y quien pierde es la Iglesia y la Fe.

    En estas condiciones, se comprende que despus de doce aos de discusiones a veces mensuales- los interlocutores conciliares de los representantes oficiosos de la Fraternidad, permanecieron en sus posiciones.

    Una diplomacia peligrosa, y una fragilizacin de la Tradicin. Si el GREC se limit a las discusiones que no obtuvieron resultados, podremos decir con mucha razn que se perdi el tiempo, y que la hora de la restauracin de la Iglesia no ha llegado.

    Pero poner en movimiento a todas las autoridades de la Iglesia hacindoles pensar que la FSSPX desea una regularizacin cannica y estar en plena comunin con la Santa Sede, hay algo ms peligroso en una hora en que la iglesia conciliar contina su cada en la apostasa?

    Esto fue completamente opuesto a las resoluciones que la misma Fraternidad tom en su captulo general de 2006:

    Los contactos que la Fraternidad mantiene episdicamente con las autoridades romanas, tienen como nico objeto ayudarlas a recuperar la Tradicin que la Iglesia no puede renegar sin perder su identidad, y no la bsqueda de una ventaja para ella misma, o de llegar a un imposible acuerdo puramente prctica. El da en que la Tradicin recupere todos sus derechos, el problema de la reconciliacin no tendr razn de ser y la Iglesia encontrar una nueva juventud26.

    Esta firme resolucin debi, normalmente, detener las tratativas diplomticas del GREC a partir del 2006. No lo hizo.

    Entonces, mientras que en el mundo entero la Tradicin continuaba viviendo y desarrollndose en la paz, creyndose protegida por las decisiones de las ms altas instancias de la Fraternidad, un grupo informal compuesto de personalidades tradicionalistas y conciliares, continuaba discretamente a

  • preparar la va a un acuerdo prctico con la Roma de tendencia neo-modernista y neo-protestante27.

    El resultado es la Tradicin ha estado al borde de la catstrofe en junio de 2012: el levantamiento de las excomuniones en 2009, que puso en marcha un proceso inevitable de acercamiento en vista de acuerdos entre la Santa Sede y la FSSPX, como lo predijeron los animadores del GREC en su carta al papa28. Mons. Tissier de Mallerais comentar:

    Tengamos confianza en la Santsima Virgen que nos ha preservado de un muy mal paso, es verdad. Este ao, Ella nos preserv de este mal paso, Ella no quiso esta historia de los acuerdos: a saber, que furamos a Roma a someternos a las autoridades conciliares. Ciertamente que ellos son la autoridad en la Iglesia, el papa es papa, sucesor de Pedro, pero tambin es el representante de este sistema de Iglesia que cubre la Iglesia, que paraliza la Iglesia, que envenena la Iglesia, es lo que llamamos la iglesia conciliar por comodidad de lenguaje. No es otra Iglesia, es otro tipo de Iglesia, es una nueva religin que ha penetrado en la Iglesia catlica, sostenida por el papa y toda la jerarqua, todos los obispos, salvo excepciones rarsimas.

    Cmo quieren, queridos fieles, que nos sometamos a tal jerarqua? Hubiera sido imposible colaborar, hubiera sido una colaboracin de pacotilla, una mentira. Jams hubiramos colaborado y hubiramos sido perseguidos sin cesar, amenazados por los obispos y por Roma. Cmo quieren sobrevivir bajo tales condiciones?29

    Sin embargo, la Tradicin termin debilitada.

    Es difcil decir qu parte exacta tuvo el GREC en la evolucin de la Tradicin desde 1998. En todo caso, no podemos dejar de relacionar los llamados reiterados de esta agrupacin a cesar los ataques contra Roma, y el hecho constatado por todos- de la prdida del espritu de combate de la Tradicin. Por lo menos de manera general. El ejemplo emblemtico es el boletn de DICI, rgano oficial de la Casa General de la Fraternidad. Dirigido por el P. Lorans, uno de los principales animadores del GREC, DICI se aplica en mostrar siempre lo que es menos malo en el papa y se calla los escndalos que hacen perder la

  • fe. Las quejas y reclamaciones continuas a Monseor Fellay, provenientes de las autoridades de la Fraternidad, sacerdotes, fieles, jams han tenido efecto alguno. Tal pertinacia nos da la evidencia de un cambio de orientacin.

    En la conferencia citada ms arriba, Mons. Tissier lanz la seal de alarma:

    Mons. Lefebvre transmiti lo que recibi. Toda la herencia del P. Le Floch30, del Seminario, toda su experiencia, las transmiti en la Fraternidad, y esto seguir con la condicin de que continuemos con el mismo espritu de combate. No se trata de bajar las armas en plena batalla; no iremos a buscar un armisticio cuando la guerra est en su peor momento, con Ass III o IV, con la beatificacin de un falso beato el papa Juan Pablo II- una cosa falsa, una falsa beatificacin y la exigencia recordada sin cesar por Benedicto XVI de aceptar el concilio y las reformas, y el magisterio posterior del concilio.

    La voz de Mons. Tissier, eco de la de Mons. Lefebvre, parece haberse perdido en el desierto. No pensemos que sin consecuencias.

    Las primeras generaciones construyeron la Tradicin a punta de espada. Las nuevas generaciones recibieron todo sin tener que combatir: capillas, escuelas, seminarios, casas religiosas, etc. Estn dormidas en un confort burgus. Como recin lo escribi un editorialista:

    La inmensa mayora de los fieles de nuestras capillas no se forman, no leen, no se preocupan ms que episdicamente, del provenir de su familia y de sus hijos. La asistencia a misa a la cual llegan tarde muy frecuentemente- constituye para ellos el mximo que pueden consentir para su salvacin. Algunos agregan el rezo del Rosario diario, los ms fervorosos el Rosario completo. Algunos liberarn su consciencia firmando una peticin o arriesgndose en alguna manifestacin, pero es todo. No les hable de un trabajo de fondo, del estudio por ejemplo- de la masonera y su papel en el estado actual de una sociedad que se descristianiza. Evoque con ellos las races de la descomposicin de la Iglesia convertida en conciliar, o de la

  • crisis que afecta gravemente a la Tradicin ahora mismo, y les importa muy poco, los tiene sin cuidado.

    Habra que agregar la inmodestia en el vestir cada vez mayor en numerosas capillas, la disminucin de fieles que asisten a los ejercicios espirituales, y como consecuencia la insuficiencia del nmero de vocaciones, etc.

    Hay por supuesto, felices y edificantes excepciones, pero no numerosas para dar un soplo de fervor al conjunto.

    A la hora que escribimos este artculo, no sabemos si un acuerdo prctico de la FSSPX con la Roma modernista se har en un futuro ms o menos prximo. Pero el simple hecho de ya no denunciar los escndalos de Roma, o de hacerlo tmidamente y bajo la presin de los fieles y de sacerdotes inquietos, evitando atacar nominalmente al papa, hace que la Fraternidad se parezca cada vez ms a las comunidades Ecclesia Dei que han abandonado el combate de la fe. Cuando el espritu de estas comunidades se adquiera plenamente, un acuerdo prctico con la Roma actual no plantear ningn problema a nadie. La nueva orientacin de la Casa general de la Fraternidad habr destruido la obra de Mons. Lefebvre. El enemigo habr vencido.

    La Providencia, suscitar un pequeo resto para continuar el combate y salvar lo que puede ser salvado?

    1 La expresin es del P. de La Brosse O.P., prior del convento de la Anunciacin en Pars que encontr esta feliz frmula para definir nuestra accin, dice el P. Lelong (pg. 56). 2 P. Lelong, entrevista sobre el GREC en Radio Courtoisie, el jueves 19 de abril de 2012. 3 Entrevista con el P. Aulagnier (pg. 104). 4 Las desventuras de los Franciscanos de la Inmaculada, a quienes se les ha prohibido la celebracin de la misa tradicional, contra la letra misma de este famoso motu proprio, deberan moderar el entusiasmo. Estos acontecimientos muestran lo que valen los favores acordados por aqullos a quienes Mons. Lefebvre llamaba los asesinos de la fe (Carta al padre prior de Avrill del 7 de enero de 1991, publicada en Le Sel de la Terre n 0, pg. 4). 5 Aequivocatio est verbum quod significat duas res diversas, dice el P. Prmmer O.P. (Manuale Theologiae Moralis Friburgi Brisg., Herder, 1961, tomo 2, n 171). 6 Aequivocatio est occultatio veritatis in necessitate vel ex rationabili causa (P. Plummer O.P. Manuale Theologiae Moralis, ibid. N 172) 7 Mons. Lefebvre, Conferencia a los sacerdotes en Ecne por el retiro sacerdotal, 1 de septiembre de 1987. Monseor Lefebvre deca esto comentando la entrevista que tuvo el 14 de julio de 1987 con el cardenal Ratzinger. 8 Mons. Lefebvre, Conferencia a los seminaristas de Flavigny, diciembre de 1988. 9 Entrevista con M. Philippe Pichot Bravard (pg. 144).

  • 10 Mons. Tissier de Mallerais, La extraa teologa de Benedicto XVI, en las editions du Sel, en Le Sel de la terre 69. 11 El sitio de internet La Porte latine, del distrito de Francia de la FSSPX, public en enero de 2012 dos fotografas de Mons. Rifn concelebrando con el cardenal Bergoglio el 28 de mayo de 2011. 12 Los animadores del GREC ya pensaban que no los seguira todo el mundo. 13 La palabra fue impresa con una t minscula en la obra. 14 Recordemos el acuerdo de Barroux. Dom Grard haba obtenido garantas generosamente acordadas por el Cardenal Ratzinger: Que ninguna contrapartida doctrinal o litrgica sea exigida de nosotros y que ningn silencio se imponga a nuestra predicacin anti-modernista. Conocemos lo que pas despus. 15 Es caracterstico, en la crisis que atraviesa actualmente la Tradicin, de escuchar tratar como sedevacantistas o como hombres de espritu cismtico, que no tienen fe en la Iglesia, a aquellos que continan manteniendo el discurso de Mons. Lefebvre, oponindose a los acuerdos prcticos sin acuerdo doctrinal con la Roma actual. 16 No hemos hecho ms que condensar en pocas lneas, el excelente artculo de Adrien Loubier las vas de la reduccin, publicado en el Boletn del occidente cristiano de junio de 1991. 17 Es lo que la seora Prol afirm en su entrevista en Radio Courtoisie (13 de abril de 2012) 18 P. Lelong, entrevista sobre el GREC en Radio Courtoisie. 19 Intervencin de la seora Huguette Prol durante la conferencia-debate del 26 de abril de 2007. 20 Carta del P. de la Brosse O.P. al Cardenal Castrilln Hoyos, del 6 de enero de 2004. 21 Romano Amerio, Iota Unum, Pars, NEL, 1987, pg. 301. 22 Esto lo dice La instruccin para el dilogo, publicada el 28 de agosto de 1968 por el Secretariado para los no-creyentes (Nota 7, pg. 301, del libro Iota Unum). 23 Benedicto XVI, Discurso a la Curia, 21 de diciembre de 2012, La Documentation Catholique, 20 de enero de 2013, n 2504, pg. 55. 24 Carta de Mons. Fellay al papa Benedicto XVI, de fecha 17 de junio de 2012. 25 Len XIII, encclica Satis Cognitum del 29 de junio de 1896. 26 El captulo general retom aqu los trminos de la carta de Mons. Lefebvre al papa Juan Pablo II, del 2 de junio de 1988. 27 Mons. Lefebvre, Declaracin del 21 de noviembre de 1974. 28 Carta del 20 de octubre de 2008, citada ms arriba. 29 Mons. Tissier de Mallerais, Conferencia en Gastines, 16 de septiembre de 2012. 30 El P. Le Floch fue el director del Seminario Francs de Roma donde Mons. Lefebvre realiz sus estudios sacerdotales y donde se nutri de la enseanza de los papas, especialmente contra los errores modernos.

    DOMINICOS DE AVRILL: EL GREC (GRUPO DE REFLEXIN ENTRE CATLICOS).- UNA HISTORIA OCULTA, AHORA REVELADA.El origen del GREC: el sueo de un embajador.Los participantes: una gama muy variada.La finalidad del GREC: un peligroso equvoco.El mtodo del GRECConferencias-debates y gestiones ante las autoridadesLas conferencias-debatesUna impresionante actividad diplomtica.

    Los resultados del GRECEl fracaso de las conferencias-debatesUna diplomacia peligrosa, y una fragilizacin de la Tradicin.