DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO - Parroquia

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Puedes seguir la transmisión de la Misa en este vínculo https://www.youtube.com/watch?v=dXpIcAF5a54 o también en https://lacuarentena.co/santa-misa/ DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO Parroquia Jesucristo Redentor https://www.parroquiajesucristoredentor.com/ https://www.acncolombia.org/

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Puedes seguir la transmisión de la Misa en este vínculo https://www.youtube.com/watch?v=dXpIcAF5a54 o también en https://lacuarentena.co/santa-misa/

DOMINGO XVI

DEL TIEMPO ORDINARIO

Parroquia Jesucristo

Redentor

https://www.parroquiajesucristoredentor.com/ https://www.acncolombia.org/

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SUGERENCIA INICIAL PARA PARTICIPAR MEJOR EN LA MISA ONLINE: 1. Mejor no escuches la Misa solo. Si puedes hazlo en familia o con alguno de tus hermanos o hijos. La unión hace la fuerza y te será más fácil concentrarte. 2. Cuida la escenografía: puedes poner una cruz o una imagen de la Virgen cerca de la TV, la tablet, o el computador. 3. … y el vestuario: vístete bien para la Misa. Deja la piyama para dormir y la sudadera para hacer deporte. 4. Sigue la Misa como si estuvieras en la parroquia: levántate para la lectura del Evangelio, ponte de rodillas para la Consagración, etc. Los gestos son importantes.

5. En el momento de la comunión, reza una comunión espiritual: te puede servir la que rezaba san Josemaría (Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y

devoción, con que te recibió tu Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos), u

otra. 6. No tengas prisa: la Misa tiene un valor increíble y precisamente en estos momentos hay muchas cosas por las que rezar. Quédate unos momentos después de la Misa para pedir a Dios por todos los difuntos, los enfermos, el personal sanitario y el Gobierno y por supuesto, por la Iglesia, por el Papa, nuestros obispos y la parroquia.

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DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Canción de Entrada

Vienen con alegría

Vienen con alegría, Señor, Cantando vienen con alegría, Señor, /Los que caminan por la vida, Señor, Sembrando tu paz y amor/ Vienen trayendo la esperanza A un mundo cargado de ansiedad, A un mundo que busca y que no alcanza Caminos de amor y de amistad. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan con la señal de la cruz, mientras el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, dice:

✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R/: Amén. Antífona de entrada Sal 53, 6. 8

Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario dando gracias a tu nombre, que es bueno.

Después el sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:

El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

Acto Penitencial

A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a los fieles, diciendo:

Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.

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Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos dicen en común la fórmula de la confesión general:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: Y, golpeándose el pecho, dicen: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Luego prosiguen: Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R/. Amén.

Canto Señor ten piedad

/Señor, oh, buen Señor Ten piedad de nosotros/ /Cristo, por amor, ten piedad de nosotros/ /Señor, oh, buen Señor, Ten piedad de nosotros/

En seguida, se canta el Gloria.

Gloria a Dios

Gloria a Dios en el cielo Y en la tierra paz A los hombres que ama el Señor

Por tu inmensa gloria te alabamos

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te bendecimos, te adoramos, Te glorificamos te damos gracias

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz A los hombres que ama el Señor

Señor Dios rey celestial, Dios Padre todo poderoso, Señor hijo único Jesucristo Señor Dios, cordero de Dios, Hijo del Padre

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz A los hombres que ama el Señor

Tú que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros, Tú que quitas el pecado del mundo atiende nuestras suplicas, Tú que estas sentado a la derecha del Padre ten piedad de nosotros.

Gloria a Dios en el cielo Y en la tierra paz A los hombres que ama el Señor

Porque solo tú eres santo, Solo tú Señor, Solo tú altísimo Jesucristo Con el Espíritu Santo En la Gloria de Dios Padre.

Gloria a Dios en el cielo Y en la tierra paz A los hombres que ama el Señor. Oración colecta MUÉSTRATE propicio con tus siervos, Señor, y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.

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PRIMERA LECTURA Sabiduría 12, 13. 16-19

Concedes el arrepentimiento a los pecadores Lectura del libro de la Sabiduría.

UERA de ti no hay otro Dios que cuide de todo, a quien tengas que demostrar que no juzgas injustamente.

Porque tu fuerza es el principio de la justicia y tu señorío sobre todo te hace ser indulgente con todos. Despliegas tu fuerza ante el que no cree en tu poder perfecto y confundes la osadía de los que lo conocen. Pero tú, dueño del poder, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha indulgencia, porque haces uso de tu poder cuando quieres. Actuando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano y diste a tus hijos una buena esperanza, pues concedes el arrepentimiento a los pecadores.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor Salmo responsorial

Sal 85, 5-6. 9-10. 15-16a (R/.: 5a) R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente V/. Porque Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende la voz de mi súplica. R/. V/. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios». R/. V/. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. R/.

FE

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SEGUNDA LECTURA

Rom 8, 26-27 El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

ERMANOS: El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues

nosotros no sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según, Dios. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor Aleluya Cf. Mt 11,25 R/. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya. V/. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, Porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R/. EVANGELIO

Mt 13, 24-43 Déjenlos crecer juntos hasta la siega

✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

N aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente Diciendo:

«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntan:

H

E

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"¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al recoger la cizaña, pueden arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y atenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero."» Les propuso otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina hasta que todo fermenta.» Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por el profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.» Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor.

R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Sigue el Credo

Credo Niceno Constantinopolitano. Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;

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que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan. y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén

Después se hace la oración universal u oración de los fieles. Canto de Ofertorio Te presentamos el vino y el pan Bendito seas por siempre señor Bendito seas señor Por este pan que nos diste Fruto de la tierra y del trabajo de los hombres Te presentamos el vino y el pan Bendito seas por siempre señor Bendito seas señor El vino tú nos lo diste Fruto de la tierra y del trabajo de los hombres Te presentamos el vino y el pan Bendito seas por siempre señor Oración sobre las ofrendas

OH, Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único

los diferentes sacrificios de la ley antigua, recibe la ofrenda de tus fieles siervos y santifica estos dones como bendijiste los de Abel,

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para que la oblación que ofrece cada uno de nosotros en alabanza de tu gloria, beneficie a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio

V/. El Señor esté con ustedes. R/. Y con tu Espíritu

V/. Levantemos el corazón. R/. Lo tenemos levantado hacia Señor

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/.Es Justo y necesario

EN verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Santo Santo, Santo Santo es el Señor Dios del universo. Llenos están el cielo Y la tierra de su Gloria Hosanna. /Hosanna, Hosanna, Hosanna en el cielo/ Bendito el que viene En Nombre del Señor. Hosanna en el cielo, Hosanna.

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El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

[CONCELEBRANTE PRINCIPAL]

SANTO eres en verdad, Padre,

y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Todos se arrodillan en casa. El sacerdote junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

[CONCELEBRANTES] Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y sobre el cáliz conjuntamente, diciendo: de manera que se conviertan

en el Cuerpo y ✠ la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, Junta las manos. que nos mandó celebrar estos Misterios. Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO,

QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión. Después prosigue: Del mismo modo, acabada la cena, Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:

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Se inclina un poco. TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,

PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión. Luego dice:

[CONCELEBRANTE PRINCIPAL] Este es el Misterio de la fe.

Y todos, desde casa, prosiguen, aclamando: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

Después los sacerdotes, con las manos extendidas, dicen: [CONCELEBRANTES] Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad; para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

[CONCELEBRANTE PRIMERO] Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y los mártires, y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.

Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero.

Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: al tu servidor, el papa Francisco, a nuestro Obispo Luis José, al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos de esta familia que has congregado en tu presencia.

En el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal.

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Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. A nuestros hermanos difuntos, y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,

Junta las manos. por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.

Luego eleva al cielo el pan y el vino y dice la doxología o glorificación de Dios:

[CONCELEBRANTES] Por Cristo, con Él y en Él, A Ti Dios Padre Omnipotente en la unidad del Espíritu Santo todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. R/. Amén Antífona de comunión O bien: Ap 3, 20 Mira, estoy a la puerta y llamo, dice el Señor. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza: Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Solo el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue diciendo: Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado

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y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Junta las manos. El pueblo concluye la oración aclamando: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor. Rito de la paz Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta: Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz les dejo, mi paz les doy»; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén.

El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo y juntando las manos, añade: La paz del Señor esté siempre con ustedes. El pueblo responde: Y con tu espíritu. Luego, el sacerdote añade: En el Espíritu de Cristo resucitado, dense fraternalmente la paz. Y todos intercambian un gesto de paz, de comunión y de caridad. Fracción del pan Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y pone una partícula dentro del cáliz, diciendo en secreto: El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,

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unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna. Mientras tanto, se canta: Cordero Cordero de Dios que quitas /El pecado del mundo/ Ten piedad, Señor, Ten piedad, De nosotros y danos la paz. Comunión

A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, hacia el pueblo, dice con voz clara:

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y, juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El sacerdote, hacia el altar, dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.

Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.

Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo. Canto de Comunión Cuando me ves Letra y Música: Angélica María

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Cuando te miro En ti encuentro el descanso, En tu hallo la paz, En ti olvido el temor. Cuando me ves Descubro el misterio De hacerte pequeño Para lograr mi amor. Y descubro que en tu Cuerpo Esta el abrigo Que refugia mi ser Y compruebo que en tu Sangre está el alivio Que refresca mi sed Yo te amo, en ti me puedo refugiar, Yo te amo, a mi lado siempre tú estás, Yo te amo y te entrego mi corazón, Yo te amo, a tus pies encuentro mi paz Finalizada la comunión, el sacerdote, el diácono, o el acólito, purifica la patena sobre el cáliz y también el cáliz.

Mientras hace la purificación, el sacerdote dice en secreto:

Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el alimento que acabamos de tomar, y que el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.

Comunión Espiritual: Terminado el canto de comunión, cada familia puede hacer desde su casa la comunión espiritual.

Yo quisiera Señor recibirte, con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tú Santísima Madre. Con el Espíritu y el fervor de los Santos (3 veces).

y luego las aspiraciones de San Ignacio de Loyola.

Alma de Cristo Santifícame, Cuerpo de Cristo, sálvame Sangre de Cristo, embriágame Agua del Costado de Cristo, lávame Pasión de Cristo, confórtame ¡Oh buen Jesús!, óyeme Dentro de tus llagas, escóndeme No permitas que me aparte de Ti Del enemigo malo, defiéndeme

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A la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, Para que con tus ángeles y tus santos te alabe y te bendiga por los siglos de los siglos. R/. Amén

Oración después de la comunión

ASISTE, Señor, a tu pueblo

y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:

El Señor esté con ustedes R/. Y con tu espíritu.

El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:

La bendición de Dios todopoderoso,

Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,

descienda sobre ustedes. R/. Amén. Canto de Salida

Celestial Princesa

Bendita sea tu pureza Y eternamente lo sea, Pues todo un Dios se recrea En tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Oh, Virgen Sagrada María, Yo te ofrezco en este día Alma, vida y corazón. Mírame con compasión, No me dejes, Madre mía. Amén.