DOMINGO CHICO Y SU GRANDEZA DE CORAZON

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EL DÍA, Tenerife, domingo, 1 de abril de 1984 LAS FIRMAS DEL SÉPTIMO DÍA Temas isleños Domingo Chico y su grandeza de corazón T AL y como corresponde a su siempre buena trayectoria, con justicia completa el Ayuntamiento de Güímar ha sabido premiar la ejemplar labor de don Domingo Chico. En acto sencillo, se ha sabido premiar al hombre de la bondad activa e in- fatigable, al de corazón derecho y sencillo, al que nunca ha traba-- jado en el vacío, aquello que atesora pasado, lo Don Domingo Chico —con cuya amistad me honra— ha si- do siempre un hombre dema- siado sencillo. Ese es su máxi- mo honor en el libro de recuer- dos, nostalgias y evocaciones de la vida. Hombre de corazón abierto y cordial, su generosa y noble bondad ha llegado a las entrañas de nuestras almas, al corazón de nuestros corazones. Magnífico profesional del Magisterio, Don Domingo ha enseñado —nos ha enseñado— que la mejor enseñanza moral, la única eficaz, es el ejemplo. A través de sus escritos, bien nos dice —bien nos enseña— que uno de los secretos del verda- dero hombre feliz es proceder siempre de manera que está de acuerdo con él mismo. El señor Chico —ejemplo de equilibrio en bien hacer, en limpia trayectoria humana y profesional— representa la am- plia gama intelectual y, siem- pre, en su más sencillo y mejor servicio. Su latir del corazón y.- la pluma se centra activamente en nuestra isla, en esas tierras del Sur que han vuelto a encon- trar la pérdida clave del agua. Este maestro ejemplar ateso- grandes verdades, atesoró aquel oro, lo acuñó y puso en circulación y, así, hace saltar del olvido de los libros aquellos buenos conocimientos a la san- gre, al alma de la juventud que bien ha forjado. Con el nombre de Domingo Chico —para siempre será don Domingo Chico— me llega otro que, también fue maestro, está ligado a lecturas de tiem- pos que fueron. Me refiero a Benjamín Afonso Padrón; am- bos me enseñaron —nos ense- ñaron— que poético, verdade- ramente poético, no es sino que ha vivido y viviendo venció ai dolor, lo que ha sufrido y su- friendo venció a la vida. Con ellos comprendimos —bien comprendimos— que nuestras mismas previsiones del porve- nir las vestimos con hermosura del pasado. Y es que con los buenos recuerdos construimos las esperanzas. Las ideas netas, limpias y puras —y hasta un poco picu- das, como bien decía Ángel Ga- vinet— tienen en este nuevo güimarero un defensor persis- tente. Domingo Chico ,-don Domingo Chico— rinde culto a la actualidad en breves y rápi- dos comentarios que, por su forma vivaz y plena, por su for- ma sencilla, todos llegan direc- tamente. En la buena prosa de Domin- go Chico, evocaciones, visiones que sacan la pequenez a flor de alma. En el acento, en el de sus escritos, añoranzas de buenos tiempos que pasaron, y, al pro- pio tiempo, la poesía de lo coti- diano, el buen arte de la vida diaria, la sencillez de las cosas que bien animan la espontánea sucesión de los días. La buena prosa de Domingo Chico ríos llega, siempre, con ráfagas de niñez, con olor a pan nuevo y frescos rumores del día. Domingo Chico —buen maes- tro que siempre ha marchado por la vida con la verdad como arma— bien nos ha enseñado que el ayer es un árbol de lar- gas ramas, árbol al que a su buena sombra nos tendemos para recordar, Con la injusta manía de los olvidos, la justa manía de los recuerdos y, así, Güímar —su Ayuntamiento— bien ha sabido premiar al hom- bre que en aquella tierra ha es- crito, escribe y escribirá, el buen libro de toda una vida. Con la tranquilidad del trigo que tiembla en la llanura con risa rubia, Domingo Chico ha vivido —vive y vivirá— la tem- blorosa pulsación de los cami- nos isleños. Siempre luz en su corazón y todo un buen eco de estrellas en su alma. Siempre escritos de su mano y su cora- zón —siempre maestro de digni- dad, de realidad, de elevación de espíritu— pues, quien escri- be con sangre del corazón, co- mo don Domingo, lo hace para siempre. Nuestro agradecimiento al hombre que en cada uno de sus escritos ha puesto toda el alma que vivía —que vive— al escri- birlos. Con él bien comprende- mos que no puede tener espe- ranzas quien no tenga recuer- dos; con él aprendimos a ir a los viejos rincones, a escudri- ñar la historia, a verdadera- mente vivir. Con las palabras de Pedro Guerra, las de Ernesto Salcedo y otras personas bien ligadas a Güímar —antiguos alumnos, presidente del Club de Leones, del Club Náutico, del Casino, etc.— que, al abrir las entrañas de los recuerdos, con la niñez de gozo tranquilo, bien descu- brieron la sombra del maestro, don Domingo Chico, cuyo ejem- plo protegió, protege y protege- rá, tanta niñez, pequenez y ju- ventud. Versos de Pedro Gue- rra y prosa de Ernesto Salcedo fueron las pabras cálidas, bien sentidas que, con las obras ci- tadas, dieron el espaldarazo de güimarero a este gran tinerfeño que a todos nos honra. Para don Domingo Chico, para su buena tierra natal de Fasnia y la adoptiva --para to- da nuestra tierra tinerfeña— el afecto y cariño de quienes bien liemos conocido su siempre buen y bien hacer, toda la grandeza de su corazón, Juan A. Padrón Albornoz De domingo a domingo Alfonso Chiscano, un chicharrero de exportación T ENERIFE es una tierra que, desde siempre, suele exportar su mejor producción, incluso en materia humana, y aquí, como ocurre con los plátanos y los tamates, quedamos los peores. Durante los días de la semana que pasó, tuve ocasión de tratar íntimamente a un chicharrero de exportación y de excep- ción que anda hace muchos años por Estados Unidos. Allí se afincó, allí creó su fa- milia, allí trabaja y allí se ha ganado una fama que puede decirse es mundial. Me refiero a Alfonso Chiscano, que si bien «ejerce» de chicharrero en Nor- teamérica, al revés de otros muchos, aquí no «ejerce» de americano. Al contrario, al contacto de la isla, parece re- cuperar en un instante los mu- chos años de ausencia y echa mano, para expresarse, a un lenguaje entre toscalero y del Cabo, donde el taco, natural- mente, está presente con fre- cuencia. Alfonso Chiscano, después de cursar el bachillerato en el viejo Instituto de la Plaza Ire- neo González, marchó a Barce- lona a estudiar Medicina cuan- do tenía diecisiete años. Ya apenas tuvo contacto con Tene- rife, donde vivían y viven su padre y su hermano Rufino, que es farmacéutico. Obtuvo una beca del Cabildo y eso ño lo puede olvidar. Es médico por- que el Cabildo lo becó y, para pagar esa deuda, espontánea- mente, ha vuelto a su tierra pa- ra contribuir aquí a crear un equipo de cirugía cardiovascu- lar, precisamente en el estable- cimiento del Cabildo, en el Hos- pital Insular. Mi encuentro con Alfonso Chiscano fue hace un par de sá- bados. Ya quedó reflejado en las páginas de EL DÍA. Fue cuando Rafael Arteaga, en nombre de un nutrido grupo de amigos del que formo parte, le impuso el «chicharro de oro». Conozco a su padre, don Rufi- no, porque, cuando era un jo- vencillo en el Frente de Juven- tudes, me dio clase de Radiote- legrafía, y conozco a su herma- no porque, en aquellos tiempos, chó pronto y se hizo un hombre fuera de la isla. Así se lo dije y, desde entonces, me consideró un amigo de siempre. Me llegó al alma su afecto y su confian- za, pero no me extrañó porque Alfonso Chiscano me dijo que lo que se echa de menos en Esta- dos Unidos es un amigo y que él tiene muy pocos allá, sin que esto quiera decir que no conoz- ca a mucha gente y que esa gente se porte cordialmente con su persona. Alfonso Chiscano volvió a Tenerife, después de una larga ausencia, con ocasión del I Congreso Mundial de la Emi- gración Canaria. Y entonces protagonizó una anécdota: apareció vestido de «mago» a una reunión. Explicó luego que, de joven, había querido vestir el traje típico para participar en aquellas fiestas regionales de su tiempo, pero que nunca tuvo dinero para comprarse el traje. Ahora se desquitó. Y pi- dió perdón a los compañeros de Congreso. Es muy propio de su carác- ter alegre, optimista y sin inhi- biciones. Dice que todas las in- hibiciones las perdió en Usa. A allá se marchó poco después de terminar la carrera en Barcelo- na. No sigo al pie de la letra su trayectoria porque mi compa- ñera Beatriz de Arespacochaga hizo una magnífica entrevista a Alfonso Chiscano que ayer pu- blicó este periódico. Y yo no quiero aquí destacar la perso- nalidad del científico sino la del ser humano. En Norteamérica, primero en Houston y después en San Antonio de Tejas, que es ciudad fundada por canarios, ha veni- do trabajando intensamente. Tuvo —dice— un largo aprendi- Alfonso Chiscano, entre el opti- mismo, el taco y la advertencia allí no rige el tanto tienes, tanto vales, sino el trabajo, la forma- ción, lo que uno es capaz de ha- cer. Antes de estabilizarse, Al- fonso Chiscano pasó por varias Universidades y trabajó con ce- lebridades de la Cirugía y de la Medicina. Ahora, además de dirigir un equipo de quince es- pecialistas en San Antonio, es profesor de la Escuela de Medi- cina de la Universidad de esa ciudad, que es la penúltima que se ha creado en Estados Uni- dos. Alfonso Chiscano no emplea ni una sola palabra técnica cuando habla con un profano en la materia como es mi caso. A veces, hasta se pasa, llaman- do a las arterias «cañerías». Se le escapa, eso sí, algún término americano, que se .apresura a traducir. Hay que pensar que este médico se pasa muchos años sin hablar una sola pala- bra de castellano. Ni siquiera en su casa. Ni su mujer ni sus dos «muchachos» —así llama a sus hijos a la manera venezola- na— hablan español. Pero yo me pregunto, y no se lo digo, cómo se las arreglará para sol- tarse allá los tacos que pronun- IA ASISTENCIA SANITARIA NUEVAS DIMENSIONES EN NUESTRA PROVINCIA José Luis Alonso Santae- lla, Director de Compañías de Asistencia Médico-Sani- tarias, con una gran trayec- toria profesional en este tipo de actividades, apoyado por un grupo de profesionales de la Medicina, se ha hecho cargo de la entidad «UNION PREVISORA», S.A. Asisten- cia Sanitaria, que viene fun- cionando en Tenerife y pro- vincia desde 1950, la. cual ha logrado expansionarse, estando situada entre las primeras firmas del ramo. El Sr. Alonso Santaella, actual Director de «UNION PREVISORA», S.A. f nos ma- nifiesta que su gran preocu- pación es lograr que la ima- gen de esta Entidad alcance las mayores cotas del mer- cado. Además nos dice: «Mi intención, al hacerme cargo de «UNION PREVISORA», S.A, Asistencia Sanitaria, ha sido la de ofrecer a nuestros asegurados unos servicios nuevos, modernos, capaces de hacer sentir entre ellos que la entidad sea «su Com- pañía», que cualquier cues- tión que quieran plantear en beneficio de unas mejores condiciones de servicio, lo puedan hacer con absoluta libertad, teniendo la seguri- dad que van a ser oídas. En definitiva, nos sigue dicien- do, que se sientan de verdad asegurados, contando, por supuesto, con el respaldo de un cuadro médico de autén- tica garantía». El Director de «UNION PREVISORA», S.A. Asisten- cia Médica nos comenta la oferta que en su toma de po- sesión, el día de Enero del presente año, hizo a sus ase- gurados a través de una pri- mera circular y ha sido co- rroborada en una segunda del mes de Marzo, donde les comunicaba la culminación de los proyectos que se ofre- cían, tales como nuevas ofi- cinas de la Dirección Pro- vincial, ubicadas en el nú- mero 4-2° piso de la Plaza de Weyler, donde se hallan instalados, además de éstas, un GABINETE OFTALMO- LÓGICO, MEDICINA GENE- RAL Y A.T.S. Igualmente, nos indica que se ha adquirido en la C/. Castro, 5-4°, unos modernos consultorios, dotados de los más sofisticados adelantos y en los que se encuentran a disposición de los asegura- dos, los servicios de GINE- COLOGÍA, ECOGRAFIAS, REUMATOLOGIA, MEDICI- NA GENERAL, RADIOLO- GÍA Y ELECTROCARDIO- GRAFÍA. Asimismo, nos comenta que, de acuerdo con la im- portancia del número de asegurados existentes en la zona de La Cuesta, se han adquirido unos locales en la C/. Abreu y Valdés, 9, en los cuales se han instalado los servicios de MEDICINA GE- NERAL, RADIOLOGÍA, Y A.T.S. En estos momentos se está dotando para CENTRO DE URGENCIAS. Otra de las grandes preo- cupaciones del Sr. Alonso Santaella era poder ofrecer a sus asegurados un amplio cuadro médico, cuestión es- ta de la que se encuentra muy optimista al observar la evolución, de forma favo- rable, que está teniendo el actual cuadro de facultati- vos. De acuerdo con las nece- sidades de «UNION PREVI- SORA», S. A. Asistencia Médica, el Sr. Alonso Santaella nos apunta su gran inquietud por conse guir la última de sus prome- sas y que hoy se puede ha- blar de casi una realidad, ya que en los momentos pre- vios a esta entrevista, venía de colocar la primera pie- dra, acompañado de uno de sus socios, de lo que será en breve la CLÍNICA DE UR- GENCIAS en esta Capital, También nos comenta su Director, como tema muy importante para sus asegu- rados, que se dispone de DELEGACIONES Y ENTI- DADES COLABORADORAS en todo el territorio nacio- nal, donde pueden recibir las asistencia urgente en ca- so de desplazamiento, para lo cual y con una simple TARJETA DE DESPLAZA- DOS podrán utilizar la asis- tencia en cualquier punto de la geografía española. El Sr. Alonso Santaella termina diciéndonos que por todos estos motivos se encuentra muy satisfecho y con la intención de seguir luchando para, de esta for- ma, poder ofrecer el mejor servicio a los actuales y fu- turos asegurados y así con- vertir su empresa «UNION PREVISORA», S.A. Asisten- cia Médica en una compa- ñía modelo. «Reconocemos las inquie- tudes del Sr. Alonso Santae- lla», fueron las manifesta- ciones de un grupo de ase- gurados que se encontraban en aquel instante en las de- pendencias de la Compañía, al preguntarles por la evolu- ción de la misma.

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Temas isleños", 1984/04/01

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EL DÍA, Tenerife, domingo, 1 de abril de 1984 LAS FIRMAS DEL SÉPTIMO DÍA

Temas isleños

Domingo Chico y sugrandeza de corazón

T AL y como corresponde a su siempre buena trayectoria, conjusticia completa el Ayuntamiento de Güímar ha sabidopremiar la ejemplar labor de don Domingo Chico. En acto

sencillo, se ha sabido premiar al hombre de la bondad activa e in-fatigable, al de corazón derecho y sencillo, al que nunca ha traba--jado en el vacío,

aquello que atesora pasado, loDon Domingo Chico —con

cuya amistad me honra— ha si-do siempre un hombre dema-siado sencillo. Ese es su máxi-mo honor en el libro de recuer-dos, nostalgias y evocacionesde la vida. Hombre de corazónabierto y cordial, su generosa ynoble bondad ha llegado a lasentrañas de nuestras almas, alcorazón de nuestros corazones.

Magnífico profesional delMagisterio, Don Domingo haenseñado —nos ha enseñado—que la mejor enseñanza moral,la única eficaz, es el ejemplo. Através de sus escritos, bien nosdice —bien nos enseña— queuno de los secretos del verda-dero hombre feliz es procedersiempre de manera que está deacuerdo con él mismo.

El señor Chico —ejemplo deequilibrio en bien hacer, enlimpia trayectoria humana yprofesional— representa la am-plia gama intelectual y, siem-pre, en su más sencillo y mejorservicio. Su latir del corazón y.-la pluma se centra activamenteen nuestra isla, en esas tierrasdel Sur que han vuelto a encon-trar la pérdida clave del agua.

Este maestro ejemplar ateso-ró grandes verdades, atesoróaquel oro, lo acuñó y puso encirculación y, así, hace saltardel olvido de los libros aquellosbuenos conocimientos a la san-gre, al alma de la juventud quebien ha forjado.

Con el nombre de DomingoChico —para mí siempre serádon Domingo Chico— me llegaotro que, también fue maestro,está ligado a lecturas de tiem-pos que fueron. Me refiero aBenjamín Afonso Padrón; am-bos me enseñaron —nos ense-ñaron— que poético, verdade-ramente poético, no es sino

que ha vivido y viviendo vencióai dolor, lo que ha sufrido y su-friendo venció a la vida. Conellos comprendimos —biencomprendimos— que nuestrasmismas previsiones del porve-nir las vestimos con hermosuradel pasado. Y es que con losbuenos recuerdos construimoslas esperanzas.

Las ideas netas, limpias ypuras —y hasta un poco picu-das, como bien decía Ángel Ga-vinet— tienen en este nuevogüimarero un defensor persis-tente. Domingo Chico ,-donDomingo Chico— rinde culto ala actualidad en breves y rápi-dos comentarios que, por suforma vivaz y plena, por su for-ma sencilla, todos llegan direc-tamente.

En la buena prosa de Domin-go Chico, evocaciones, visionesque sacan la pequenez a flor dealma. En el acento, en el de susescritos, añoranzas de buenostiempos que pasaron, y, al pro-pio tiempo, la poesía de lo coti-diano, el buen arte de la vidadiaria, la sencillez de las cosasque bien animan la espontáneasucesión de los días.

La buena prosa de DomingoChico ríos llega, siempre, conráfagas de niñez, con olor apan nuevo y frescos rumoresdel día.

Domingo Chico —buen maes-tro que siempre ha marchadopor la vida con la verdad comoarma— bien nos ha enseñadoque el ayer es un árbol de lar-gas ramas, árbol al que a subuena sombra nos tendemospara recordar, Con la injustamanía de los olvidos, la justamanía de los recuerdos y, así,Güímar —su Ayuntamiento—bien ha sabido premiar al hom-bre que en aquella tierra ha es-

crito, escribe y escribirá, elbuen libro de toda una vida.

Con la tranquilidad del trigoque tiembla en la llanura conrisa rubia, Domingo Chico havivido —vive y vivirá— la tem-blorosa pulsación de los cami-nos isleños. Siempre luz en sucorazón y todo un buen eco deestrellas en su alma. Siempreescritos de su mano y su cora-zón —siempre maestro de digni-dad, de realidad, de elevaciónde espíritu— pues, quien escri-be con sangre del corazón, co-mo don Domingo, lo hace parasiempre.

Nuestro agradecimiento alhombre que en cada uno de susescritos ha puesto toda el almaque vivía —que vive— al escri-birlos. Con él bien comprende-mos que no puede tener espe-ranzas quien no tenga recuer-dos; con él aprendimos a ir alos viejos rincones, a escudri-ñar la historia, a verdadera-mente vivir.

Con las palabras de PedroGuerra, las de Ernesto Salcedoy otras personas bien ligadas aGüímar —antiguos alumnos,presidente del Club de Leones,del Club Náutico, del Casino,etc.— que, al abrir las entrañasde los recuerdos, con la niñezde gozo tranquilo, bien descu-brieron la sombra del maestro,don Domingo Chico, cuyo ejem-plo protegió, protege y protege-rá, tanta niñez, pequenez y ju-ventud. Versos de Pedro Gue-rra y prosa de Ernesto Salcedofueron las pabras cálidas, biensentidas que, con las obras ci-tadas, dieron el espaldarazo degüimarero a este gran tinerfeñoque a todos nos honra.

Para don Domingo Chico,para su buena tierra natal deFasnia y la adoptiva --para to-da nuestra tierra tinerfeña— elafecto y cariño de quienes bienliemos conocido su siemprebuen y bien hacer, toda lagrandeza de su corazón,

Juan A. PadrónAlbornoz

De domingo a domingo

Alfonso Chiscano, un chicharrero deexportación

TENERIFE es una tierra que, desde siempre, suele exportarsu mejor producción, incluso en materia humana, y aquí,como ocurre con los plátanos y los tamates, quedamos los

peores. Durante los días de la semana que pasó, tuve ocasión detratar íntimamente a un chicharrero de exportación y de excep-ción que anda hace muchos años por Estados Unidos.

Allí se afincó, allí creó su fa-milia, allí trabaja y allí se haganado una fama que puededecirse es mundial. Me refieroa Alfonso Chiscano, que si bien«ejerce» de chicharrero en Nor-teamérica, al revés de otrosmuchos, aquí no «ejerce» deamericano. Al contrario, alcontacto de la isla, parece re-cuperar en un instante los mu-chos años de ausencia y echamano, para expresarse, a unlenguaje entre toscalero y delCabo, donde el taco, natural-mente, está presente con fre-cuencia.

Alfonso Chiscano, despuésde cursar el bachillerato en elviejo Instituto de la Plaza Ire-neo González, marchó a Barce-lona a estudiar Medicina cuan-do tenía diecisiete años. Yaapenas tuvo contacto con Tene-rife, donde vivían y viven supadre y su hermano Rufino,que es farmacéutico. Obtuvouna beca del Cabildo y eso ño lopuede olvidar. Es médico por-que el Cabildo lo becó y, parapagar esa deuda, espontánea-mente, ha vuelto a su tierra pa-ra contribuir aquí a crear unequipo de cirugía cardiovascu-lar, precisamente en el estable-cimiento del Cabildo, en el Hos-pital Insular.

Mi encuentro con AlfonsoChiscano fue hace un par de sá-bados. Ya quedó reflejado enlas páginas de EL DÍA. Fuecuando Rafael Arteaga, ennombre de un nutrido grupo deamigos del que formo parte, leimpuso el «chicharro de oro».Conozco a su padre, don Rufi-no, porque, cuando era un jo-vencillo en el Frente de Juven-tudes, me dio clase de Radiote-legrafía, y conozco a su herma-no porque, en aquellos tiempos,

chó pronto y se hizo un hombrefuera de la isla. Así se lo dije y,desde entonces, me consideróun amigo de siempre. Me llegóal alma su afecto y su confian-za, pero no me extrañó porqueAlfonso Chiscano me dijo que loque se echa de menos en Esta-dos Unidos es un amigo y que éltiene muy pocos allá, sin queesto quiera decir que no conoz-ca a mucha gente y que esagente se porte cordialmentecon su persona.

Alfonso Chiscano volvió aTenerife, después de una largaausencia, con ocasión del ICongreso Mundial de la Emi-gración Canaria. Y entoncesprotagonizó una anécdota:apareció vestido de «mago» auna reunión. Explicó luego que,de joven, había querido vestirel traje típico para participaren aquellas fiestas regionalesde su tiempo, pero que nuncatuvo dinero para comprarse eltraje. Ahora se desquitó. Y pi-dió perdón a los compañeros deCongreso.

Es muy propio de su carác-ter alegre, optimista y sin inhi-biciones. Dice que todas las in-hibiciones las perdió en Usa. Aallá se marchó poco después determinar la carrera en Barcelo-na. No sigo al pie de la letra sutrayectoria porque mi compa-ñera Beatriz de Arespacochagahizo una magnífica entrevista aAlfonso Chiscano que ayer pu-blicó este periódico. Y yo noquiero aquí destacar la perso-nalidad del científico sino ladel ser humano.

En Norteamérica, primeroen Houston y después en SanAntonio de Tejas, que es ciudadfundada por canarios, ha veni-do trabajando intensamente.Tuvo —dice— un largo aprendi-

Alfonso Chiscano, entre el opti-mismo, el taco y la advertencia

allí no rige el tanto tienes, tantovales, sino el trabajo, la forma-ción, lo que uno es capaz de ha-cer. Antes de estabilizarse, Al-fonso Chiscano pasó por variasUniversidades y trabajó con ce-lebridades de la Cirugía y de laMedicina. Ahora, además dedirigir un equipo de quince es-pecialistas en San Antonio, esprofesor de la Escuela de Medi-cina de la Universidad de esaciudad, que es la penúltima quese ha creado en Estados Uni-dos.

Alfonso Chiscano no empleani una sola palabra técnicacuando habla con un profanoen la materia como es mi caso.A veces, hasta se pasa, llaman-do a las arterias «cañerías». Sele escapa, eso sí, algún términoamericano, que se .apresura atraducir. Hay que pensar queeste médico se pasa muchosaños sin hablar una sola pala-bra de castellano. Ni siquieraen su casa. Ni su mujer ni susdos «muchachos» —así llama asus hijos a la manera venezola-na— hablan español. Pero yome pregunto, y no se lo digo,cómo se las arreglará para sol-tarse allá los tacos que pronun-

IA ASISTENCIA SANITARIANUEVAS DIMENSIONES

EN NUESTRA PROVINCIA

José Luis Alonso Santae-lla, Director de Compañíasde Asistencia Médico-Sani-tarias, con una gran trayec-toria profesional en este tipode actividades, apoyado porun grupo de profesionalesde la Medicina, se ha hechocargo de la entidad «UNIONPREVISORA», S.A. Asisten-cia Sanitaria, que viene fun-cionando en Tenerife y pro-vincia desde 1950, la. cualha logrado expansionarse,estando situada entre lasprimeras firmas del ramo.

El Sr. Alonso Santaella,actual Director de «UNIONPREVISORA», S.A.f nos ma-nifiesta que su gran preocu-pación es lograr que la ima-gen de esta Entidad alcancelas mayores cotas del mer-cado. Además nos dice: «Miintención, al hacerme cargode «UNION PREVISORA»,S.A, Asistencia Sanitaria, hasido la de ofrecer a nuestrosasegurados unos serviciosnuevos, modernos, capacesde hacer sentir entre ellosque la entidad sea «su Com-pañía», que cualquier cues-tión que quieran plantear enbeneficio de unas mejorescondiciones de servicio, lopuedan hacer con absolutalibertad, teniendo la seguri-dad que van a ser oídas. Endefinitiva, nos sigue dicien-do, que se sientan de verdadasegurados, contando, porsupuesto, con el respaldo deun cuadro médico de autén-tica garantía».

El Director de «UNIONPREVISORA», S.A. Asisten-cia Médica nos comenta laoferta que en su toma de po-sesión, el día 1° de Enero delpresente año, hizo a sus ase-gurados a través de una pri-

mera circular y ha sido co-rroborada en una segundadel mes de Marzo, donde lescomunicaba la culminaciónde los proyectos que se ofre-cían, tales como nuevas ofi-cinas de la Dirección Pro-vincial, ubicadas en el nú-mero 4-2° piso de la Plazade Weyler, donde se hallaninstalados, además de éstas,un GABINETE OFTALMO-LÓGICO, MEDICINA GENE-RAL Y A.T.S.

Igualmente, nos indicaque se ha adquirido en la C/.Castro, 5-4°, unos modernosconsultorios, dotados de losmás sofisticados adelantos yen los que se encuentran adisposición de los asegura-dos, los servicios de GINE-COLOGÍA, ECOGRAFIAS,REUMATOLOGIA, MEDICI-NA GENERAL, RADIOLO-GÍA Y ELECTROCARDIO-GRAFÍA.

Asimismo, nos comentaque, de acuerdo con la im-portancia del número deasegurados existentes en lazona de La Cuesta, se hanadquirido unos locales en laC/. Abreu y Valdés, 9, en loscuales se han instalado losservicios de MEDICINA GE-NERAL, RADIOLOGÍA, YA.T.S. En estos momentos seestá dotando para CENTRODE URGENCIAS.

Otra de las grandes preo-cupaciones del Sr. AlonsoSantaella era poder ofrecera sus asegurados un ampliocuadro médico, cuestión es-ta de la que se encuentramuy optimista al observarla evolución, de forma favo-rable, que está teniendo elactual cuadro de facultati-vos.

De acuerdo con las nece-

sidades de «UNION PREVI-SORA», S. A.

Asistencia Médica, el Sr.Alonso Santaella nos apuntasu gran inquietud por conseguir la última de sus prome-sas y que hoy se puede ha-blar de casi una realidad, yaque en los momentos pre-vios a esta entrevista, veníade colocar la primera pie-dra, acompañado de uno desus socios, de lo que será enbreve la CLÍNICA DE UR-GENCIAS en esta Capital,

También nos comenta suDirector, como tema muyimportante para sus asegu-rados, que se dispone deDELEGACIONES Y ENTI-DADES COLABORADORASen todo el territorio nacio-nal, donde pueden recibirlas asistencia urgente en ca-so de desplazamiento, paralo cual y con una simpleTARJETA DE DESPLAZA-DOS podrán utilizar la asis-tencia en cualquier punto dela geografía española.

El Sr. Alonso Santaellatermina diciéndonos quepor todos estos motivos seencuentra muy satisfecho ycon la intención de seguirluchando para, de esta for-ma, poder ofrecer el mejorservicio a los actuales y fu-turos asegurados y así con-vertir su empresa «UNIONPREVISORA», S.A. Asisten-cia Médica en una compa-ñía modelo.

«Reconocemos las inquie-tudes del Sr. Alonso Santae-lla», fueron las manifesta-ciones de un grupo de ase-gurados que se encontrabanen aquel instante en las de-pendencias de la Compañía,al preguntarles por la evolu-ción de la misma.