Domèstica_¡en La Calle Como en Casa!

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    domèsticasecció a càrrec de Xavier Monteys, amb Eduard Callís i Anna Puigjaner

    Desde la ventana del AVE

    Un viaje en AVE desde Madrid a Barcelona permite ver algoque, aunque “conocemos”, no tiene la evidencia que la ven-tanilla del tren le con ere. Puede tardar más o menos desdeque se sale de Madrid y algo más si se sale de Barcelona,pues prácticamente todo el trayecto catalán está construido,pero hay un momento en el que el campo vacío (a la mane-ra de Rafael Sánchez Ferlosio: ¡campos y no paisaje!), sinconstrucciones, es el único protagonista. Nos llama enton-ces la atención que este fenómeno hace sentir incómodosa dos parejas algo mayores que viajan en el mismo vagón yno paran de criticar esta sólida y magní ca soledad comoalgo que, para ellos, es la muestra más evidente del retrasoespañol. Más tarde, nuevos comentarios nos harán saber atodos los viajeros que “ya se encuentran en casa”, porque alllegar las construcciones que lo invaden todo “ya no parecetan abandonado” y “ya no es tan desértico, ¿eh?”.

    Sin ánimo de contradecir a Le Corbusier cuando a r-maba que el avión dice la verdad y aun siendo cierto quela mirada desde el avión resulta esclarecedora y que invitaa comprender, la mirada desde el tren, cuando éste es rá-pido y nos hace ver la fragilidad de las cosas, alumbra otra

    verdad y es que desde aquí abajo, donde vivimos, esto se ve muy feo. La forma de crecer que hemos escogido enmuchos casos no está bien. Es paradójico que tengamosconciencia nacional pero no sepamos tener mejores ideasde conjunto en materia territorial. No pensamos bien elpaís como unidad, más bien lo hemos estropeado consi-derablemente en estos más de años de autogobierno.

    Rafael Sánchez Ferlosio:Vendrán más años malos y nos harán más ciegos (Barcelona: Destino, ).

    Le Corbusier: Aircraft (Londres: Studio, ).

    ¡En la calle como en casa!

    Des de la nestra de l’AVE

    Un viatge amb l’AVE de Madrid a Barcelona

    permet veure una cosa que, tot i que lasabem, no té l’evidència que li confereix lanestreta del tren. Pot trigar més o menysdes que se surt de Madrid i una mica més sise surt de Barcelona, ja que pràcticament totel trajecte català és construït, però hi ha unmoment en què el camp buit (a la manerade Rafael Sánchez Ferlosio: ¡campos y no paisaje! ), sense construccions, és l’únic pro-tagonista. Aleshores ens crida l’atenció queaquest fenomen incomoda dues parellesuna mica grans que viatgen al mateix vagó ino fan sinó criticar aquesta sòlida i magnícasolitud com una cosa que, per a ells, és lamostra més evident del retard espanyol. Méstard, nous comentaris ens faran saber a totsels viatgers que “ja es troben a casa”, perquèen arribar les construccions que ho envaei-xen tot “això ja no sembla tan abandonat” i“ja no és tan desèrtic, oi?”.

    Sense ànim de contradir Le Corbusier quanarmava que l’avió diu la veritat, i encaraque sigui cert que la mirada des de l’avióresulta esclaridora i que invita a comprendre,la mirada des del tren, si aquest és ràpid i ensfa veure la fragilitat de les coses, il·luminauna altra veritat i és que aquí baix, on vivim,això és ben lleig de veure. La manera de créi-xer que hem escollit en molts casos no estàbé. És paradoxal que tinguem conscièncianacional però que no sapiguem tenir millorsidees de conjunt en matèria territorial. Nopensem bé el país com a unitat; més aviatl’hem malmenat considerablement enaquests més de anys d’autogovern.

    Rafael Sánchez Ferlosio:Vendrán más añosmalos y nos harán más ciegos (Barcelona:Destino, ).

    Le Corbusier: Aircraft (Londres: Studio, ).

    Al carrer com a casa!

    From the window of the AVE

    A trip from Madrid to Barcelona on the AVE

    high-speed train allows one to see somethingthat, although “we know it”does not have theevidence that the train window confers uponit. It may take more or less time if one departsfrom Madrid and a little longer if one leaves fromBarcelona, as practically the entire Catalan partis built up, but there is a moment that the emptyelds (in Rafael Sánchez Ferlosio style: elds andnot countryside!), without constructions, are theonly protagonists. Then our attention is caughtby the fact that this makes two rather elderlycouples travelling in the same compartmentuncomfortable and they constantly criticise thissolid and magnicent solitude as somethingthat, for them, is the most evident sign of Span-ish backwardness. Later, further comments willinform the rest of us travellers that “they now feelat home”, because upon reaching the construc-tions that invade everything “it doesn’t look soabandoned”and “it’s not such a desert now, eh?”

    Without wanting to contradict Le Corbusierwhen he affirmed that the aircraft tells thetruth and although it is true that the viewfrom an aircraft is illuminating and invites youto understand, the view from the train, whenit moves fast and makes us see the fragility ofthings, illuminates another truth which is that,from down here, where we live, this all looks veryugly. The form of growth that we have chosen inmany cases is not nice. It is paradoxical that wehave a national conscience but that we do nothave any better ideas of overall integration interritorial matters. We are not good at thinkingof the country as a unit; rather, we have spoiled itin over years of self-government.

    Rafael Sánchez Ferlosio:Vendrán más años malos y nos harán más ciegos . Barcelona: Destino, .

    Le Corbusier: Aircraft . London: Studio, .

    The street, home from home!

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    Panorámicade los Monegros

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    Urbanizaciones y adosadas

    Más allá, pero no mucho, de la periferia de nuestras ciu-dades está el territorio de las urbanizaciones. Algunas ve-ces éstas son el medio por el que las ciudades se extiendenhasta tocarse. Si este fenómeno atrae hoy nuestro interéses porque estas urbanizaciones están hechas de viviendas.Este modelo de organización residencial permite, o másbien alienta, una arquitectura basada en el gusto indivi-dual y en el capricho (¿legítimo?) de sus propietarios. De

    vez en cuando algún fotógrafo alucinado recorre nuestrasurbanizaciones y construye reportajes con instantáneasque se asemejan a visiones de un bazar de todo a . Asíse forman conjuntos en que personajes tatuados, publi-cidad, escombros, macarras y chalets comparten cartel einvitan a contemplar el fenómeno como algo inevitable.

    En nuestro país, durante los años ochenta, a la urbani-zación (que casi siempre iba asociada a la palabra ilegal) sele unió el fenómeno de las viviendas adosadas para las quenunca la calle fue algo más que el lugar por el que se llegabaal garaje. De hecho hubieran podido llamarse “alineadas” sila calle hubiera sido el elemento que las vertebraba, perono fue así y el nombre “adosadas” daba la medida exactade unas viviendas en las que lo urbano quedaba reducido a

    dos vecinos y a la dependencia del centro comercial.Ambos clichés, la ciudad jardín y las adosadas, uno basa-do en la idea del parque residencial y el otro en la estanteríadel centro comercial, son exponentes de la capacidad (malaen este caso) que tienen las viviendas de formar entidadesde mayor rango. Hay otras entidades, algunas veces ex-ploradas de forma más festiva, para albergar conjuntos decasas de vacaciones o para buscar nuevas formas de organi-zación rural, que aquí nos gustaría repasar para ver el pesoque tiene en estas viviendas el espacio público que forman.En realidad, a la vista de los ejemplos escogidos, la expre-sión espacio público resulta estrecha para de nir lo que aca-ban formando las viviendas y sus accesos, hasta el punto deparecer que estos han sido ideados como extensiones de las

    viviendas o incluso como espacios casi “habitables”.Lo que aquí presentamos no es ciertamente una selec-

    ción exhaustiva y tiene, seguro, todos los errores de un tra-bajo realizado sin la seriedad que sin duda requeriría. Perotambién es lícita la conversación y no todo debe ser un dis-curso estructurado. Y en la conversación recurrimos a con-

    vocar imágenes de casos que, aunque no estén lo contrasta-dos que quisiéramos, sirven para dar forma a algunas ideas.Este es el propósito de lo que presentamos aquí y tambiénel tono de lo que reunimos, el de una conversación.

    En esta reunión recurrimos expresamente a algunosejemplos que, la mayor parte de las veces, o no son teni-dos en cuenta, o se consideran ejemplos no convenien-tes. También es el fruto de tratar de añadir al catálogode ejemplos que son una referencia para nuestro trabajo,aquellos que los que nos precedieron descartaron y querozan algunas veces el pintoresquismo o pertenecen a élpor completo. Tal vez ahora podamos recoger algunosfrutos de lo pintoresco sin que se nos espine la mano.

    Urbanitzacions i cases en lera

    Més enllà, però no gaire, de la perifèria deles nostres ciutats hi ha el territori de lesurbanitzacions. Algunes vegades aquest ésel mitjà pel qual les ciutats s’estenen ns quees toquen. Si aquest fenomen atreu avui elnostre interès és perquè aquestes urbanitza-cions són fetes d’habitatges. És un model d’or-ganització residencial que permet, o més aviatencoratja, una arquitectura basada en el gust

    individual i en el caprici (legítim?) dels seuspropietaris. De tant en tant, algun fotògrafal·lucinat recorre les nostres urbanitzacions iconstrueix reportatges amb instantànies ques’assemblen a visions d’un basar de tot a cent.Així es formen conjunts en què personatgestatuats, publicitat, runes, macarrons i xaletscomparteixen cartell i inviten a contemplar elfenomen com una cosa inevitable.

    Al nostre país, durant els anys vuitanta, a la ur-banització (que quasi sempre anava associadaa la paraulail·legal ) se li va afegir el fenomen deles cases en lera, per a les quals el carrer maino va passar de ser el lloc per on s’arribava algaratge. De fet, n’haurien pogut diralineades si el carrer hagués estat l’element que lesvertebrés, però no fou així i el nomadossades donava la mesura exacta d’uns habitatges enquè l’urbà quedava reduït a dos veïns i a ladependència del centre comercial.

    Tots dos clixés, la ciutat-jardí i les cases en -lera, l’un basat en la idea del parc residencial il’altre en el prestatge del centre comercial, sónexponents de la capacitat (de lamala capaci-tat, en aquest cas) que tenen els habitatges deformar entitats de rang més gran. Hi ha altresentitats, de vegades explorades d’una maneramés festiva, per allotjar conjunts de cases devacances o per cercar noves formes d’organit-zació rural, que ens agradaria repassar aquíper veure el pes que hi té, en aquests habitat-ges, l’espai públic que formen. En realitat, a lavista dels exemples triats, l ’expressióespai pú-blic és massa estreta per denir el que acabenformant els habitatges i els seus accessos, nsal punt que sembla que aquests darrers hanestat ideats com extensions dels habitatges ons i tot com espais quasi “habitables”.

    El que presentem aquí no és certament unaselecció exhaustiva i té, això és segur, tots elserrors d’un treball fet sense el rigor que real-ment seria exigible. Però la conversa també éslícita i no tot ha de ser discurs estructurat. I enla conversa invoquem imatges de casos que,encara que no estiguin tan contrastats comvoldríem, serveixen per donar forma a algunesidees. Aquest és el propòsit del que presen-tem aquí i també el to del que hi apleguem, eld’una conversa.

    En aquesta reunió recorrem expressament aalguns exemples que la majoria de vegadesno es tenen en compte, o bé es considerenpoc —o gens— convenients. També és elfruit de tractar d’afegir al catàleg d’exemplesque són una referència per al nostre treball,aquells casos que els que ens van precedirdescartaren i que algunes vegades freguen elpintoresquisme o bé hi encaixen de ple. Potserara puguem recollir alguns fruits del pintorescsense que se’ns punxi la mà.

    Estates and attached homes

    Beyond, but not far beyond, the peripheryof our towns is the territory of the estates.Sometimes these are the medium throughwhich towns expand until they touch. If thisphenomenon attracts our interest today it isbecause these estates are made up of homes.This residential organisation model allows, orrather fuels, an architecture based on individualtaste and the (legitimate?) whim of its owners.

    From time to time some fascinated photogra-pher tours our estates and produces reportswith instant snaps that look like views of a eurostore. Thus groups are formed where tattooedcharacters, advertising, trash, thugs and housesshare billboards and invite one to contemplatethe phenomenon as something inevitable.

    In our country, during the s, as well as thephenomenon of the estate (nearly always as-sociated with the word “illegal”), there was thephenomenon of attached homes for which thestreet was never anything more than the placeused to reach the garage. In fact, they couldhave been called “aligned” if the street hadbeen the element that structured them, but itwas not so and the name “attached” gave theexact measure of homes in which the urbanwas reduced to two neighbours and depend-ence on the shopping centre.

    Both clichés, the garden city and attachedhomes, one based on the idea of a residentialpark and the other on the shopping centreshelf, are exponents of the capacity (poor inthis case) that homes have of forming entitiesof a higher rank. There are other entities, some-times explored in a more festive way, to housegroups of holiday homes, or to seek new formsof rural organisation, which we would like to re-view here, to what importance the public spacethat these homes form has in them. In fact, inview of the examples chosen, the expression public space turns out to be rather narrow todene what the dwellings and their accessesend up forming, to the point of it seeming thatthey have been designed as extensions of thedwellings or even as almost “habitable” spaces.

    What we are presenting here is certainly notan exhaustive selection and it has, most prob-

    ably, all the errors of a job undertaken withoutthe seriousness that it certainly required. Butconversation is also permissible and not every-thing has to be a structured discourse. And inthe conversation we resort to calling up imagesof cases that, although we have not been ableto go as far as we wanted in checking them,serve to give form to some ideas. This is thepurpose of what we are presenting here andalso the tone of what we group together, thatof a conversation.

    In this grouping we resort expressly to someexamples that, on most occasions, are eithernot taken into account or are considered incon-venient examples. It is also the result of tryingto add to the catalogue of examples that are areference point for our work, those that peoplewho preceded us ruled out and that sometimesverge on picturesqueness or completelybelong to it. Perhaps now we can harvest somefruits from the picturesque without gettingthorns in our hands.

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    Escaleras, pero no plantas

    El caso de las viviendas escalonadas en Montbau, proyec-tadas por Joan Bosch i Agustí en , bien podría ser unejemplo realizado bajo la perspectiva de un poblado de

    vacaciones. Ayuda a esto su posición en la ladera boscosade Montbau, el color blanco de los volúmenes y la profu-sión de terrazas fruto del escalonamiento. Este conjuntode viviendas en dúplex parece querer explorar una dis-tancia más corta entre las unidades, ni tan dispersas comoen una ciudad jardín ni tan próximas como para acabarsiendo juzgadas como un solo edi cio, un bloque.

    Sin embargo, paradójicamente, este ejemplo sí lo es.Construidas por el Patronato Municipal de la Vivienda

    Escales, però no plantes

    El cas dels habitatges esglaonats a Montbau,projectats per Joan Bosch i Agustí el , bépodria ser un exemple fet sota la perspectivad’un poblat de vacances. Hi contribueix laseva posició al vessant boscós de Montbau, elcolor blanc dels volums i la profusió de terras-ses, fruit de l’esglaonament. Aquest conjuntde habitatges en dúplex sembla que vulguiexplorar una distància més curta entre les uni-tats: no tan disperses com en una ciutat jardí,ni tan properes com perquè acabin essent jutjades com un sol edici, com un bloc.

    Paradoxalment, però, sí que ho és. Construïtspel Patronat Municipal de l’Habitatge iacabats l’any , aquests habitatges són

    Stairs, but no storeys

    The case of the staggered dwellings inMontbau, designed by Joan Bosch i Agustíin , could well be an example producedunder the holiday village perspective. Thisis aided by its position on the wooded sideof Montbau, the white colour of its volumesand profusion of terraces as the result oftiers. This set of duplex homes seems towant to explore a shorter distance betweenunits, not as widely scattered as a garden citynor as close to each other as to be judged asa single building, a block.

    However, paradoxically, this example is just that. Built by the Barcelona MunicipalHousing Board and completed in , these

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    Conjunto de viviendas enMontbau, Barcelona Joan Bosch i Agustí,

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    dwellings are in reality one building, but onearranged over the mountainside. In this ex-ample, regularity and repetition prevail overpicturesqueness and uniqueness. But theregularity is inuenced by the form of theland, both in terms of its general arrange-ment in the form of a fan – as it occupies anangle of the mountainside that forces thealleyways to break up the linearity – andthe appearance of steps to overcome theslope, which end up forming a peculiar meshbetween themselves, the alleyways, and ofcourse, the houses.

    But probably the singularity of this groupinglies especially in the impression that thealleyways produce as they run underneaththe houses. Thus they form bridges that

    en realitat un edici, només que disposatsobre el vessant. Hi domina la regularitat ila repetició en lloc del pintoresc i el singular.Però la regularitat es veu matisada a causade la conguració del terreny, tant per ladisposició general en forma de ventall —jaque ocupen un angle del vessant que obligaque els passatges trenquin la seva linealitat—com per l’aparició d’escales per salvar elpendent. Tot plegat, s’acaba formant unamalla peculiar entre les escales, els passatgesi, naturalment, els habitatges.

    Probablement la singularitat d’aquestaagrupació, però, rau sobretot en la impressióque produeixen els passatges en discórrersota els habitatges. Es formen així uns pontsque són essencials per assimilar el conjunt a

    de Barcelona y nalizadas en , estas viviendas son enrealidad un edi cio, sólo que dispuesto sobre la ladera. Enéste domina la regularidad y la repetición en lugar de lopintoresco y lo singular. Pero la regularidad se ve matiza-da debido a la forma del terreno, tanto por la disposicióngeneral a modo de abanico —ya que ocupan un ángulode la ladera que obliga a que los pasajes quiebren su linea-lidad— como por la aparición de escaleras para salvar lapendiente, que acaban formando una malla peculiar en-tre éstas, los pasajes y, por supuesto, las viviendas.

    Pero probablemente la singularidad de esta agrupación

    estriba sobre todo en la impresión que producen los pa-sajes al discurrir debajo de las viviendas. Se forman así

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    Conjunto de viviendas protegidasen Torre Baró,Barcelona Josep Antoni Dols,Lluís Millet y Joan Antoni Páez, -

    A R X I U R E G E S A

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    unos puentes que son esenciales para asimilar el conjuntoa una peculiar urdimbre de escaleras, pasajes y casas. Siobservamos el conjunto estrictamente desde el punto de

    vista de la distribución funcional de las viviendas, pode-mos describirlo como una agrupación de habitacionesparalela a los pasajes y una agrupación de cocinas y salasde estar perpendicular a la pendiente y, por tanto, paralela

    a las escaleras.Para entender mejor esta singularidad podemos recu-rrir a otro ejemplo barcelonés construido unos añosmás tarde (en - ) en la ladera de Torre Baró, sobrela avenida de Vallbona. Un conjunto de ocho viviendasescalonadas arracimadas a lo largo de una escalera. Re-cuerdan a su manera un proyecto no realizado de Aman-cio Williams sobre, en aquel caso, una especie de topogra-fía inventada. Este conjunto, proyectado por Josep AntoniDols, Lluís Millet y Joan Antoni Páez, surge a partir de larealización del plan urbanístico para aquella parte de laciudad. La forma de la agrupación tenía su origen en laobservación del fenómeno de la autoconstrucción de vi-

    viendas en aquel barrio. Se trataba, por así decirlo, de ha-cer un proyecto a partir de una construcción no proyec-tada. Sistematizar una solución para poder ser repetida.Sin embargo, el tiempo ha cerrado el paso a esta solucióny se ha decantado por otras sin escaleras. Un elementode nitivamente satanizado en la actualidad.

    El caso de estas viviendas permite ver que lo singular deMontbau es la reunión de escaleras y pasajes. Estos, al que-dar cubiertos parcialmente en el punto en que las vivien-das superponen sus dos plantas, se domestican y acabansiendo en cierto modo una extensión del programa de lacasa. Precisamente en ese punto las casas tienen la escaleraque une las dos plantas, y en algunos casos éstas se hanreformado abriendo una nueva puerta de acceso al pasajeen ese lugar para dar un acceso directo a la planta baja.

    Tal vez no resulte sencillo describirlas, pero resultamuy evidente constatar que no es una ciudad ni tampocoun edi cio. Están a medio camino entre torre Valentina,

    en Sant Antoni de Calonge ( ), obra de José Anto-nio Coderch y Manuel Valls, y la Ciudad Blanca en Portd’Alcúdia, de Javier Sáenz de Oíza. Todos ellos, aunquecon diferencias, son casos que han explorado el territo-rio expresamente indeterminado del edi cio-ciudad, enel que tanto resultan visibles las unidades que lo integrancomo la estructura general que lo organiza y le da forma.Debe reconocerse en estos casos citados el papel que des-empeña la topografía, que permite recrear el concepto deestructura espacial de una forma que podríamos deno-minar “blanda”, ya que las pendientes hacen por sí solasel papel que en otros casos realizan estructuras de hormi-gón armado, mucho más costosas.

    El origen de muchas viviendas de este barrio era la sucesiva reparcelación haciala parte más elevada de la ladera. Los propietarios de estas largas y estrechasparcelas, una vez construida su vivienda, hacían una escalera y vendían la partetrasera de la parcela. El siguiente propietario hacía lo mismo y así sucesivamente.Los arquitectos en este caso aplicaron el mismo principio a estas viviendas.

    A estos dos conjuntos se les podrían también asimilar las viviendas de RolandSimounet en la localidad argelina de Djenan-el-Hasan de y el de la SiedlungHalen en Herrenschwanden de . Aunque ambos no son conjuntos devacaciones, son comparables simétricamente a torre Valentina y a la Ciudad Blanca.

    una ordidura peculiar d’escales, passatges icases. Si observem el conjunt estrictamentdes del punt de vista de la distribució funci-onal dels habitatges, podem descriure’l comuna agrupació d’habitacions paral·lela alspassatges i una agrupació de cuines i salesd’estar perpendicular al pendent i, per tant,paral·lela a les escales.

    Per entendre millor aquesta singularitat,podem recórrer a un altre exemple barceloníconstruït uns anys més tard, el - ,al vessant de Torre Baró sobre l’avingudade Vallbona. Un conjunt de habitatgesesglaonats i arraïmats al llarg d’una escala.A la seva manera recorden un projecte norealitzat d’Amancio Williams sobre, en aquellcas, una mena de topograa inventada.Aquest conjunt, projectat per Josep AntoniDols, Lluís Millet i Joan Antoni Páez, sorgeixa partir de la realització del pla urbanísticper a aquella part de la ciutat. La forma del’agrupació s’originava en l’observació delfenomen de l’autoconstrucció d’habitatgesen aquell barri. Es tractava, per dir-ho així,de fer un projecte a partir d’una construccióno projectada. Sistematitzar una solucióperquè pugui ser repetida. No obstant això,el temps ha barrat el pas a aquesta solució in’ha triat d’altres sense escales. Un element

    denitivament satanitzat en l’actualitat.El cas d’aquests habitatges permet veureque allò que fa singular Montbau és la reuniód’escales i passatges. Aquests, en quedarcoberts parcialment en el punt en què elshabitatges superposen les seves dues plantes,es domestiquen i acaben esdevenint d’algunamanera una extensió del programa de la casa.Precisament en aquest punt les cases tenenl’escala que uneix totes dues plantes i, en al-guns casos, s’han reformat per obrir una novaporta d’accés al passatge justament aquí perpermetre un accés directe a la planta baixa.

    Potser no sigui fàcil descriure-les, peròresulta ben evident constatar que no estracta d’una ciutat ni tampoc d’un edici.Són a mig camí entre la torre Valentina, aSant Antoni de Calonge ( ), obra de JoséAntonio Coderch i Manuel Valls, i la CiutatBlanca al Port d’Alcúdia, de Javier Sáenz deOíza. Tots plegats, encara que amb diferèn-cies, són casos que han explorat el territoriexpressament indeterminat de l’edici-ciutat,en el qual resulten visibles tant les unitatsque l’integren com l’estructura general quel’organitza i li dóna forma. Cal reconèixer, enels casos esmentats, el paper que hi té latopograa, que permet recrear el concepted’estructura espacial d’una manera que po-dríem anomenar “tova”, ja que els pendentsfan per ells mateixos el paper que en altrescasos fan estructures de formigó armat, moltmés costoses.

    L’origen de molts habitatges del barri era lareparcel·lació successiva cap a la part més elevadadel vessant. Els propietaris d’aquestes parcel·lesllargues i estretes, un cop construït el seu habitatge,hi feien una escala i venien la part del darrere de laparcel·la. El propietari següent feia el mateix i aixísuccessivament. Els arquitectes, en aquest cas, vanaplicar el mateix principi a aquests habitatges.

    A aquests dos conjunts podríem afegir-hi tambéels habitatges de Roland Simounet a la localitatalgeriana de Djenan-el-Hassan, del , i els de laSiedlung Halen a Herrenschwanden, del . Tot ique no són conjunts de vacances, són comparablessimètricament a la torre Valentina i a la Ciutat Blanca.

    are essential for assimilating the whole to apeculiar web of steps, alleyways and houses.If we observe the whole from the view-point of the functional distribution of thedwellings, we can describe it as a groupingof bedrooms parallel to the alleyways anda grouping of kitchens and living roomsperpendicular to the slope, and, therefore,parallel to the steps.

    To understand this singularity better, we canresort to another example in Barcelona, builtsome years later (in - ) on theTorre Baró hillside over the Vallbona avenue.A group of eight staggered dwellingsbunched along a stairway. In a way they arereminiscent of an unbuilt design by AmancioWilliams on, in that case, a kind of inventedtopography. This group, designed by JosepAntoni Dols, Lluís Millet and Joan AntoniPáez, emerged based on the urban masterplan for that part of the city. The grouping’sform had its origins in the observation ofthe self-construction phenomenon in thatneighbourhood. It was a case, one could say,of making a design based on a constructionwith no design. Systematising a solution sothat it could be repeated. However, time hasclosed off access to this solution and hasopted for others without steps. An element

    that is denitively demonised today.The case of these dwellings allows one tosee that the unique part of Montbau is themeeting of steps and alleyways. As theyare partially covered at the point where thehomes superimpose their two storeys uponthem, they are domesticated and end upbecoming a kind of extension of the houseprogramme. It is precisely at that point thatthe houses have a stairway connecting thetwo oors; in some cases they have beenrenovated, opening up a new access door tothe alleyway right in this place to give directaccess to the ground oor.

    Perhaps it is not easy to describe them, butit is very evident that this is neither a townnor a building. They are halfway betweenTorre Valentina, in Sant Antoni de Calonge( ), the work of José Antonio Coderchand Manuel Valls, and Ciudad Blanca in Portd’Alcúdia, by Javier Sáenz de Oíza. All ofthem, although with differences, are casesthat have explored the expressly indeter-minate territory of the building-city, whereboth the units that make it up and the gen-eral structure that organises it and gives itform are made plainly visible. The role playedby the topography in the cases mentionedshould be acknowledged, as it allows theconcept of spatial structure to be recreatedas a form that we could call “soft”, as theslopes themselves play the role that in othercases are performed by reinforced concretestructures, which are much more expensive.

    The origin of many homes in this neighbourhoodwas the successive reparcelling towards the highestpart of the hillside. The owners of these long, narrowplots, once their house was nished, built stairs andsold off the back of the land. The next owner woulddo the same and so on. Architects in this case appliedthe same principle to these homes.

    Similar to these two groups are also the homes byRoland Simounet in the Algerian locality of Djenan-el-Hasan from and that of Siedlung Halen inHerrenschwanden from . Neither is a holidaycomplex, but they are symmetrically comparable toTorre Valentina and Ciudad Blanca.

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    Calles, nudos y tapias

    Las viviendas en Gimenells (Lérida, - ) de LluísDomènech, Ramon Maria Puig, Lauri Sabater y JaumeSanmartí, son otro buen ejemplo de lo que aquí nos intere-sa. Las seis casas se agrupan dejando entre ellas lo que po-dríamos considerar un nudo, una especie de jación de unespacio común a partir del cual imaginar una organización.Tal vez sea este el caso más claro de con menos edi cioshacer más. Parte del acierto consiste en volcar a este nudotodas las puertas, tanto las de las viviendas como las de los

    huertos encerrados en sus tapias. Al observar la planta deuna de estas agrupaciones vemos que, para el conjunto, re-sultan tan decisivas las tapias como las casas. Las tapias per-miten identi car a primera vista tres guras partidas por lamitad y luego, acercándose al punto central, identi camoslas viviendas, que aparecen como una distribución más por-menorizada dentro del recinto de cada huerto. Aun siendointeresante la planta, lo mejor de la propuesta es el caminode esta urbanización. De hecho, las plantas bajas, con susformas acha anadas que acabarán repercutiendo en la for-ma de disponer los asientos frente al hogar de cada casa, sonel resultado de haber querido realizar un camino “nudoso”.

    La maqueta del proyecto original, en el que la agrupaciónera mucho más ambiciosa que las seis casas construidas,nos muestra un conjunto organizado a lo largo del camino

    al que van dando los grupos de seis casas, que permanecenseparados unos de otros a través de los huertos cerrados

    Carrers, nusos i tàpies

    Els habitatges a Gimenells (Segrià, - ),de Lluís Domènech, Ramon Maria Puig, LauriSabater i Jaume Sanmartí, són un altre bonexemple del que ens interessa aquí. Les siscases s’agrupen deixant entre elles el quepodríem considerar un nus, una mena de xa-ció d’un espai comú a partir del qual podemimaginar una organització. Potser aquest ésel cas més clar de com fer més amb menysedicis. Una part de l’encert consisteix a bol-car totes les portes a aquest nus, tant les delshabitatges com les dels horts tancats per les

    tàpies. En observar la planta d’una d’aquestesagrupacions veiem que, per al conjunt, resul-ten tan decisives les tàpies com les cases. Lestàpies permeten identicar a primera vistatres gures partides per la meitat i després, enacostar-nos al punt central, identiquem elshabitatges, que apareixen com una distribu-ció més detallada dins el recinte de cada hort.Tot i que la planta és interessant, el millor dela proposta és el camí d’aquesta urbanització.De fet, les plantes baixes, amb les seves for-mes aixamfranades —que acaben repercutinten la manera de disposar els seients davantla llar de foc de cada casa—, són el resultatd’haver volgut fer-hi un camí “nuós”.

    La maqueta del projecte original, en quèl’agrupació era molt més ambiciosa que nopas les sis cases nalment construïdes, ensmostra un conjunt organitzat al llarg del camíal qual van donant els grups de sis cases, queromanen separats els uns dels altres a travésdels horts tancats per tàpies que formen recin-

    Streets, hub and walls

    The homes in Gimenells (Lérida, - )by Lluís Domènech, Ramon Maria Puig, LauriSabater and Jaume Sanmartí, are anothergood example of what interests us here. Thesix houses are grouped leaving betweenthem what we could consider a hub, a kindof xation of a common space from whichto imagine an organisation. Perhaps this isthe clearest case of doing more with lessbuildings. Part of its success lies in makingall the doors face this hub, the doors of thehouses themselves and those of the allot-

    ment walls. When observing the layout ofone of these groupings we see that, for thewhole group, the walls are as decisive as thehouses. The walls allow one to identify at rstglance three gures split in half and then,approaching the central point, we identifythe dwellings, which appear as a moredetailed distribution within the limits of eachallotment. Although the layout is interest-ing, the best part of the proposal is the roadthrough this estate. In fact, the ground oorswith their bevelled forms that will end up in-uencing the way seats are arranged in frontof the replace of each house, are the resultof having wanted to produce a “hubby” road.

    The maquette of the original project,in which the grouping was much moreambitious than the six houses built, showsus a group organised along the road withgroups of six houses off it, separated fromeach other via the allotments closed offby walls forming bevelled plots divided by

    q

    Maqueta del cuarto proyecto de José Antonio Coderch yManuel Valls para laurbanización de TorreValentina en Sant Antoni de Calonge,Girona.

    q

    Proyecto de edicio deviviendas escalonadascon corredor centralde Amancio Williams

    t

    Sección transversal dela “Ciudad blanca” delarquitecto Sáenz deOíza en Port d’Alcúdia,Mallorca.

    t

    Vista del conjunto ha-

    bitacional construidoen por RolandSimounet en lalocalidad argelina deDjenan-el-Hasan.

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    por tapias formando recintos acha anados divididos porsu diagonal. Estos se colocan de forma alternada, de talmodo que unas veces el camino tiene un ensanchamientoa la derecha y otras a la izquierda. Un camino formado portapias y casas de dos plantas y desde el que se dejan verlos tejados, mucho más inclinados de lo que es usual, con-

    riéndole un aspecto pintoresco que contrasta con el aireilustrado que evocan las esquinas acha anadas de las tapias.El uso del cha án es especialmente llamativo, ya que tantosirve para dar forma al nudo sobre el camino y embocaradecuadamente las puertas de los huertos, como para dul-ci car el encuentro de las tapias con el campo.

    El dibujo de este camino con sus nudos es lo que per-mite establecer una relación con los dibujos de distintosaglomerados rurales proyectados por Alison y Peter Smi-thson en los años cincuenta. En aquellos proyectos, parti-cularmente en los llamados Galleon cottages, Fold houses y Close houses, son los dibujos de los caminos lo querealmente da estructura a las agrupaciones. Los proyectospresentados son una de las primeras manifestaciones dela crítica a la urbanística CIAM y a algunas de las lagu-

    Dirk van den Heuvel y Max Risselada, Alison y Peter Smithson: de la Casa delFuturo a la casa de hoy . Barcelona: COAC/Polígrafa, .

    Los tres proyectos citados formaban parte de las cinco propuestas que losSmithson presentaron en el X Congreso del CIAM que tuvo lugar en Dubrovniken . Eran soluciones de vivienda adaptadas a las características concretasde un lugar.

    tes aixamfranats dividits per la seva diagonal.Aquests es col·loquen de manera alternada, demanera que unes vegades el camí s’eixamplacap a la dreta i unes altres cap a l’esquerra. Uncamí format per tàpies i cases de dues plantes ides del qual es deixen veure les teulades, moltmés inclinades del que és usual, la qual cosa elsdóna un aspecte pintoresc que contrasta ambl’aire il·lustrat que evoquen les cantonadesaixamfranades de les tàpies. L’ús del xamfràcrida especialment l’atenció, ja que tant serveixper donar forma al nus sobre el camí i embocaradequadament les portes dels horts, com perendolcir la trobada de les tàpies amb el camp.

    El dibuix d’aquest camí amb els seus nusos ésel que permet d’establir una relació amb elsdibuixos de diferents aglomerats rurals pro- jectats per Alison i Peter Smithson els anys cin-quanta. En aquells projectes, particularmentels anomenats Galleon cottages ,Fold houses iClose houses , allò que realment estructurales agrupacions són els dibuixos dels camins.Els projectes presentats constitueixen una deles primeres manifestacions de la crítica a laurbanística dels CIAM i a algunes de les seves

    Dirk van den Heuvel i Max Risselada, Alison y PeterSmithson: de la Casa del Futuro a la casa de hoy Barcelona: COAC/Polígrafa, .

    Els tres projectes esmentats formaven part de lescinc propostes que els Smithson van presentar al XCongrés del CIAM que va tenir lloc a Dubrovnik l’any

    . Eren solucions d’habitatge adaptades a les

    their diagonal. These are placed in alternatefashion, in such a way that sometimes theroad is built out to the right and others tothe left. A road formed by walls and two-storey houses from which the roofs, muchsteeper than usual, can be seen, giving it apicturesque appearance that contrasts withthe enlightened air evoked by the bevelledcorners of the walls. The use of the bevelledcorner is especially striking, as it serves bothto give form to the hub on the road and tosuitably direct the doors of the allotments, asthough to sweeten the meeting of the wallswith the countryside.

    The drawing of this road with its hubs allowsa relationship to be established with thedrawings of different rural clusters designedby Alison and Peter Smithson in the s.In those designs, especially the so-calledGalleon cottages, Fold houses and Closehouses, it is the drawings of the roadsthat really give structure to the groupings.The designs presented are one of the rstmanifestations of criticism of CIAM urban

    Dirk van den Heuvel and Max Risselada, Alison yPeter Smithson: de la Casa del Futuro a la casa dehoy . Barcelona: COAC/Polígrafa, .

    The three projects mentioned formed part of theve proposals that the Smithson presented at the

    th CIAM Congress which took place in Dubrovnikin . They were solutions for homes adapted to aplace’s specic characteristics.

    9

    Unidad de viviendas para una coloniaagrícola en SantaMaria de Gimenells,construida porLluís Domènech,Ramon Maria Puig,Lauri Sabater y JaumeSanmartí entre y

    L L U Í S D O M È N E C H

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    nas de ésta —la más signi cativa: la calle—. Aunque estosejemplos puedan constatar y poner en evidencia los as-pectos más crudos de la ciudad vertical y la rue intérieure lecorbusieriana (de hecho, ellos llamaban a unos de estosproyectos village unité ), no son más que un re ejo de launité d’habitation y ponen de mani esto que la arquitec-tura moderna, sobre todo, “contamina” con una forma de

    ver. Por eso no hay marcha atrás. Una vez visto el proble-ma así, la calle del pueblo ya es un elemento estructural, aligual que los muros, tan presentes en estas propuestas.

    Pero de hecho, aun siendo esto importante, no lo estodo. La cuestión sigue siendo si esa calle estructural, quepermite ahora vislumbrar aquellas casas como un sólidoconjunto capaz de ser visto como unidad, pertenece a lacasa, a lo individual, o a la ciudad, a lo colectivo. Domesti-car la calle sería un posible punto de partida que ya hemossugerido aquí en alguna ocasión. ¿Cuántas veces hemosiniciado la explicación de un proyecto recurriendo pri-mero al emplazamiento para luego describir las plantas?¿Estamos seguros de que es ese el orden lógico? ¿Quieredecir que tenemos que pensarlo en ese orden? Este es elpunto en el que requerimos una re exión.

    No se trata sólo de reclamar algo así como una disolu-ción de los límites entre el espacio interior de las vivien-

    “¿Y si las piezas de una vivienda están situadas en un local discontinuo?”,en Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme , núm. , págs. - .

    llacunes, la més signicativa de les quals seriael carrer. Tot i que aquests exemples podenconstatar i fer palesos els aspectes més crus dela ciutat vertical i larue intérieure lecorbusieri-ana (de fet, un d’aquests projectes l’anome-naven village unité ), no són sinó un reex delaunité d’habitation i posen de manifest quel’arquitectura moderna, sobretot, “contamina”amb una forma de veure. Per això no hi hamarxa enrere. Un cop vist el problema així, elcarrer del poble ja és un element estructural,de la mateixa manera que ho són els murs, tanpresents en aquestes propostes.

    De fet, però, tot i la seva importància, aixòno és tot. La qüestió continua essent siaquest carrer estructural, que ara permetalbirar aquelles cases com un conjunt sòlidcapaç de ser vist com una unitat, pertany ala casa, a l’individual, o bé a la ciutat, al col-lectiu. Domesticar el carrer seria un possiblepunt de partida que ja hem suggerit aquíalguna vegada. Quants cops hem començatl’explicació d’un projecte recorrent primera l’emplaçament per descriure després lesplantes? Estem segurs que aquest és l’ordrelògic? Vol dir això que l’hem de pensar enaquest ordre? Aquest és el punt en quèrequerim una reexió.

    “I si les peces d’un habitatge estan situadesen un local discontinu?”, a Quaderns d’Arquitectura iUrbanisme , núm. , pàg. - .

    planning and some of its shortfalls, themost signicant: the street. Although theseexamples may conrm and place in evidencethe harshest aspects of the vertical city andthe Le Corbusier-stylerue intérieure (in fact,they called one of these projects villageunité ), they are no more than a reection ofthe Unité d’habitation and show that modernarchitecture, above all, “contaminates” as aform of seeing. For this reason there is no go-ing back. Once the problem has been seenthus, the village street is already a structuralelement, like the walls, so present in theseproposals.

    But in fact, although important, this is noteverything. The question remains whetherthat structural street, that allows those hous-es to be glimpsed as a solid group capable ofbeing seen as a unit, belongs to the house,to the individual, or to the town, to thecollective. Domesticating the street wouldbe a possible starting point that we havealready suggested here on some occasion. How many times have we started explaininga project by resorting rst to the site thendescribing the layouts? Are we sure this isthe logical order? Does it mean we have tothink about it in that order? That is the pointupon which we require a reection.

    “What if the rooms of a dwelling are situated in adiscontinuous building?” Quaderns d’Arquitectura iUrbanisme , no. , pages - .

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    Tres imágenes del pro- yecto Close houses presentado por Alison& Peter Smithson junto con otras cuatro propuestas en el XCongreso del CIAMque tuvo lugar enDubrovnik en

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    das y el espacio de acceso, la calle o como se le quiera

    llamar. Más que una disolución, se trata de extender lomás posible la esfera doméstica hacia la calle. Trabajarla calle como un espacio susceptible de ser domesticado.Para que la calle pueda ser observada de esta forma de-ben ocurrir distintas cosas. Siempre es difícil de enumerar,pero a riesgo de equivocarse, podemos señalar algunasque favorecen un uso doméstico de la calle.

    Obviamente una es que tenga techo. En algunos de es-tos ejemplos esto ocurre parcialmente, ya sea en forma depuentes como en Montbau o formando rincones cubier-tos como en Gimenells. En las propuestas de los Smithsonla calle llega a techarse totalmente hasta convertirse enuna especie de espacio colectivo que dota de estructura alconjunto, como hemos dicho. En esta misma línea, otrasacciones serían introducir tramos de nidos por tapias ymuros, como en Gimenells; hacer que la calle algunas ve-ces sea un ambiguo recinto; darle forma de manera distin-ta a la que adopta la calle-sendero en el parque.

    Otra cosa que debe ocurrir es lo que podríamos llamaruna desaceleración de la calle, inventando obstáculosque inviten a fraccionar y quebrar los tramos de la calle oformando rincones que introduzcan ambigüedades parafavorecer usos no sólo de tránsito, sino de reposo. Puedentomarse como ejemplo algunas de las modi caciones queSir Edwin Lutyens emprendió en algunas casas y castillos.Al ver aquellos proyectos, sus plantas, nos llama la aten-ción que la obra ha consistido en poner en lugar de sacar.Observar el vestíbulo, por ejemplo, nos puede dar unaidea de en qué consiste el trabajo. Una sala libre y diáfanase convierte en dos y una de ellas queda “estropeada”, se-gún el sentido práctico corriente, por la aparición de tres

    columnas con sus arcos y pilastras correspondientes.También es importante el material cuando forma las

    fachadas y la calzada, como en las cocheras de Sarrià deJosé Antonio Coderch. El espacio libre parece un nega-tivo de los edi cios (así lo dibujó Coderch), estirando lacasa hasta el límite de la carretera ¡Ya estamos en casa alpisar la acera!

    Ante la duda, debe evitarse abordar el diseño de la callepor bandas, como en las barcelonesas calles Enric Gra-nados o, peor aún, Rambla de Prat, en las que la calle seconvierte en una sucesión de bandas especializadas: pea-tones, alcorques, automóviles, estacionamiento de motos,papeleras y basuras neumáticas, bancos, etc. Aunquepueda parecer sarcástico, ante estos ejemplos uno tiene laimpresión de que es mejor emplear el lema de los mari-

    nes, “adaptarse e improvisar”, que “proyectar”. Dar formaa la calle es igual que dar forma a la casa. Es mejor dejar

    No es tracta només de reclamar una cosa aixícom una dissolució dels límits entre l’espaiinterior dels habitatges i l’espai d’accés, elcarrer o com se’n vulgui dir. Més que no pasuna dissolució, es tracta d’estendre al màximl’esfera domèstica cap al carrer. Treballarel carrer com un espai susceptible de serdomesticat. Perquè el carrer pugui ser ob-servat d’aquesta manera, han de passar unesquantes coses. Sempre fan de mal enumerar,però tot i el r isc d’equivocar-nos, podemassenyalar-ne algunes que afavoreixen un úsdomèstic del carrer.

    Òbviament, una és que tingui sostre. Enalguns d’aquests exemples això ja passaparcialment, tant en forma de ponts coma Montbau o formant racons coberts coma Gimenells. A les propostes dels Smithson,el carrer s’arriba a ensostrar totalment nsque esdevé una mena d’espai col·lectiu quedota el conjunt d’estructura, com ja hem

    dit. En aquesta mateixa línia, introduir tramsdenits per tàpies i murs, com a Gimenells,fa que de vegades el carrer sigui un recinteambigu. Se li dóna forma d’una maneradiferent al carrer-sender d’un parc.

    Una altra cosa que ha de succeir és el quepodríem dir-ne una desacceleració del carrer,inventant obstacles que invitin a fraccionar itrencar els trams del carrer o formant raconsque introdueixin ambigüitats per afavorirusos no tan sols de trànsit, sinó de repòs.Podem agafar com a exemple algunes de lesmodicacions que Sir Edwin Lutyens va feren algunes cases i castells. En veure aquellsprojectes, les seves plantes, ens crida l’aten-ció que l’obra ha consistit a posar en lloc detreure. Si observem el vestíbul, per exemple,podem tenir una idea de quina mena detreball és aquest. Una sala lliure i diàfana esconverteix en dues, una de les quals queda

    “espatllada”, segons el sentit pràctic corrent,per l’aparició de tres columnes amb els seusarcs i pilastres corresponents.

    També és important el material quan formales façanes i la calçada, com a les cotxeres deSarrià de José Antonio Coderch. L’espai lliuresembla un negatiu dels edicis (així el dibuixàCoderch), estirant la casa ns al límit de lacarretera. Ja som a casa en trepitjar la vorera!

    Davant del dubte, s’ha d’evitar abordar eldisseny del carrer per bandes, com al carrerd’Enric Granados, a Barcelona, o, encarapitjor, la Rambla de Prat, on el carrer esdevéuna successió de bandes especialitzades:vianants, escocells, cotxes, aparcament demotos, papereres i escombraries pneumàti-ques, bancs, etc. Encara que pugui semblarsarcàstic, davant d’aquests exemples hom téla impressió que seria millor emprar el lemadels marines, “adaptar-se i improvisar”, queno pas “projectar”. Donar forma al carrer és

    It is not a case of demanding somethinglike dissolution of the limits between theinterior space of the homes and the accessspace, the street or whatever you want tocall it. More than dissolution, it is a case ofextending the domestic sphere towards thestreet as far as possible. Working the street asa space capable of being domesticated. Sothat the street can be observed in this way,different things must happen. It is alwaysdifficult to list, but at the risk of making amistake, we can point out some that favour adomestic use of the street.

    Obviously one is that it should have a roof.In some of these examples, this occurspartially, whether in the form of bridges asin Montbau or forming covered corners as inGimenells. In the proposals by the Smithsonsthe street is nearly totally covered to thepoint of becoming a kind of collective spacethat gives the whole a structure, as we said.

    Along the same lines, introducing sectionsdened by different kinds of walls, as inGimenells; making the street an ambiguousenclosure at times; giving it form in a differ-ent way to the path-road in the park.

    Another thing that must happen is what wecould call a deceleration of the street, invent-ing obstacles that invite one to fragment andbreak up street sections or forming cornersthat introduce ambiguities to favour usesnot only for traffic but for rest. As an exampleone can take some of the modications thatSir Edwin Lutyens undertook in some housesand castles. On seeing those designs andlayouts, our attention is caught by the factthat the work has consisted of putting inrather than taking out. Observing the lobby,for example, can give us an idea of whatthe work consists of. A free and open roombecomes two and one of them is “ruined”according to the practical current sense, bythe appearance of three columns with theircorresponding arches and pilasters.

    The material is also important, when it formsthe façades and the road surface, as in theSarrià train sheds by José Antonio Coderch.The free space seems to be a negative of thebuildings (Coderch drew it that way), pullingthe house to the limit of the road. We are athome as soon as we tread on the pavement!

    If in doubt, one should avoid tackling thedesign of the road in bands, as in Barcelona’sEnric Granados or even worse, Rambla dePrat, where the street becomes a succes-sion of specialised bands: pedestrians, treepits, cars, motorbikes, bins and pneumaticrubbish collection points, benches, etc.Although it may seem sarcastic given theseexamples, one has the impression that it isbest to employ the marines’ slogan “adaptand improvise” than “plan and design”. Giving

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    Reformas efectuadasa partir de laagregación por elarquitecto Sir EdwinLutyens en el castillode Lambay, ubicadoen la isla irlandesa denombre homónimo.En la planta se grafíanen negro las partesreformadas.

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    ciertas ambigüedades que caer en la excesiva funcionali-

    dad; cuando la especializamos la estamos as xiando. Elcaso de la ciudad holandesa de Drachten, que suprimióen un punto especialmente con ictivo todas las señalesde trá co, y que está siendo imitado ahora en aquel paísy en otros municipios europeos bajo el lema “ Unsafe issafe” (lo inseguro es seguro), es un aviso en la direcciónadecuada. Lo inde nido es más útil.

    Poblados de vacaciones

    Uno de los géneros en los que más abundante es el empleode este tipo de recursos en la calle es probablemente el delos conjuntos de vacaciones. ¿Por qué lo que es acertadopara estos no lo es para la primera residencia? FranciscoJ. Barba Corsini, recientemente fallecido en Barcelona,dejó un ejemplo de poblado de vacaciones en Binibeca(Menorca), construido y proyectado entre y ,sobre el que resulta interesante detenerse. Nunca fue to-mado en consideración y siempre fue tenido por un merofolclorismo. Pero lo cierto es que resulta un ejemplo deorganización que, de haberse imitado algo más, y sobretodo si se hubiera desarrollado en nuevas ocasiones, tal

    vez habría sido interesante. Abandonando este modelono hemos hecho ningún favor a una manera inteligentede plani car la residencia para el tiempo libre en un paíscuyo producto interior bruto depende seriamente del tu-rismo; sin embargo, nuestro modelo de construcción parael ocio permitirá dentro de un tiempo que otros paísesque no han apostado por el modelo balear hayan realiza-do, sin hacer nada, la mayor inversión en materia turísticade su historia.

    ¿En qué consisten los valores de Binibeca? Evidente-

    mente está el enclave y la forma de ocuparlo, llevando laedi cación justo al borde del agua, lo que re eja una ideade la costa que hoy ya no tenemos. Pero probablementeel más destacado sea su compacidad, que se expresa en laescasa funcionalidad de sus calles y en la profusión de pa-sos cubiertos, de rincones poco prácticos desde el puntode vista de la vialidad pero útiles desde el de sacar pro-

    vecho a la distribución de las viviendas y de la presenciade escaleras que aportan un elemento más en esta mezclade calles y casas. Las casas, muy pequeñas y compactas,exiguas más bien, son las que hacen posible esta formaurbana. Recuerdan mucho el conjunto de casas de vaca-ciones construido por Nicolau M. Rubió i Tudurí en losaños treinta en Alcanada, en la bahía de Alcudia, en elque encontramos prácticamente las mismas condiciones

    y un repertorio formal parecido al de Binibeca.Otro caso, el del Club Med, construido en los años se-

    igual que donar forma a la casa. És millordeixar algunes ambigüitats que no pasapostar per la funcionalitat excessiva; quanl’especialitzem, l’estem asxiant. El cas dela ciutat holandesa de Drachten, que en unpunt especialment conictiu va suprimir totsels senyals de trànsit, i que ara s’està imitanten aquell país i d’altres municipis europeussota el lema “Unsafe is safe ” (l’insegur éssegur), és un avís en la direcció adient. L’in-denit és més útil.

    Poblats de vacances

    Un dels gèneres en què més abunda l’úsd’aquesta mena de recursos al carrer ésprobablement el dels conjunts de vacances.Per què el que és encertat per a aquests con- junts no ho és per a la primera residència?Francisco J. Barba Corsini, mort no fa gaire aBarcelona, va deixar un exemple de poblatde vacances a Binibeca (Menorca), construïti projectat entre el i el , sobre elqual resulta interessant aturar-nos. Mai no vaser pres en consideració i sempre fou tingutper un mer folklorisme. En realitat, però, ésun exemple d’organització que, si s’haguésimitat una mica més i, sobretot, si s’haguésdesenvolupat altres vegades, potser hauriaestat interessant. L’abandó d’aquest modelno ha fet cap favor a una manera intel·ligentde planicar la residència per al temps lliureen un país amb un producte interior brutque depèn tant del turisme. No obstant això,el nostre model de construcció per al lleurepermetrà, d’aquí a un temps, que altrespaïsos que no han apostat pel model balearhagin realitzat, sense fer res, la més gran in-versió en matèria turística de la seva història.

    En què consisteixen els valors de Binibeca?Evidentment hi ha l’enclavament i la manerad’ocupar-lo, fent que l’edicació arribi just a

    la vora de l’aigua, la qual cosa reecteix unaidea de la costa que avui ja no tenim. Proba-blement, però, el que en destaca més és lacompacitat, que s’expressa en la poca funcio-nalitat dels seus carrers i en la profusió depassos coberts, de racons poc pràctics desdel punt de vista de la vialitat, però útils pertreure prot a la distribució dels habitatgesi de la presència d’escales que aporten unelement més en aquesta barreja de carrersi cases. Les cases, molt petites i compactes,més aviat exigües, són les que fan possibleaquesta forma urbana. Recorden molt elconjunt de cases de vacances construït perNicolau M. Rubió i Tudurí els anys trenta aAlcanada, a la badia d’Alcúdia, on trobempràcticament les mateixes condicions i unrepertori formal semblant al de Binibeca.

    Un altre cas, el del Club Med, construït elsanys seixanta sobre el cap de Creus, ambel qual no hem sabut què fer i que tancelebrada ha estat la seva desaparició per

    form to the street is the same as giving formto the house. It is better to have certain am-biguities than excessive functionality, whenwe specialise we asphyxiate. The case of theDutch town of Drachten, which suppressedall traffic signs at an especially conictivepoint, and is being imitated now in thatcountry and other European municipalities,under the slogan “Unsafe is safe” , is a warningin the right direction. The undened is moreuseful.

    Holiday villages

    One of the genres where use of this type ofresources in the street is most abundant isprobably holiday complexes. Why is it thatwhat seems right for these does not seemso for main residences? Francisco José BarbaCorsini, who died recently in Barcelona, leftan example of a holiday village in Binibeca,designed and built between and ,which it is interesting to study. It was nevertaken seriously but always as a mere frivolity.Yet it turns out to be an example of organisa-tion that, had it been more imitated, andabove all developed on further occasions,would perhaps have been very interesting.By abandoning this model we have doneno favours to intelligent free-time residenceplanning in a country whose gross nationalproduct depends seriously on tourism;however, our model for leisure constructionwill shortly allow other countries that havenot opted for the Balearics model to havemade, without doing anything, the greatestinvestment in tourism in their history.

    What are the values of Binibeca? Evidentlythe place and how it is occupied, takingthe buildings up to the water’s edge, whichreects an idea of a coast that we no longerhave today. But probably the most promi-

    nent aspect is its compactness, expressedin the limited functionality of its streets andthe profusion of covered passageways, ofcorners that are not very practical from aroad-use perspective but useful for makingthe most of the distribution of the homesand the presence of stairways which contrib-ute a further element to this hotchpotch ofstreets and houses. The houses, very smalland compact, tiny in fact, are what make thisurban form possible. They are reminiscentof the holiday homes built by Nicolau M.Rubió i Tudurí in the s at Alcanada, onthe bay of Alcudia, where we nd practicallythe same conditions and a formal repertoireextremely similar to that of Binibeca.

    Another case, that of the Club Med, built inthe s at Cap de Creus, which we didn’tknow what to do with, and whose disappear-ance has been so celebrated by some, wasalso a singular case that furthermore offeredimages of great beauty that brought to mind

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    Dibujo de José Antonio Coderch deun hipotético espacioentre edicios delconjunto residencialde las cocheras deSarrià, en Barcelona

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    senta sobre el cabo de Creus, con el cual no hemos sabidoqué hacer y cuya desaparición ha sido tan celebrada poralgunos, era también un caso singular que además pro-

    curaba imágenes de gran belleza que traían a la memorialos grabados de Orozco o las pinturas de Diego Riveraque retrataban algunos pueblos mexicanos. El Club Medera lo que podríamos llamar un hotel disperso, una agru-pación de habitaciones entre las rocas; los espacios libreseran simplemente dejados al azar y las rocas hacían elresto. Y es adecuado traerlo a esta reunión de ejemplospara ver que el valor de Binibeca estriba precisamente enlo que tiene de poblado, de urbano, por decirlo de algúnmodo, mientras que el Club Med debe verse más desde elpunto de vista de una intervención paisajista que urbana.Sencillamente en él no hay calles. En este punto resultaparecido al pequeño condominio a base de “villas Savo-yes” propuesto por Le Corbusier en Argentina para Vic-toria Ocampo. Lo que une a las villas no es una calle; es elsendero de un parque.

    Más próximo resulta el caso de las viviendas para un club

    alguns, era també un cas singular que, a més,procurava imatges d’una gran bellesa queduien a la memòria els gravats d’Orozco oles pintures de Diego Rivera que retratavenalguns pobles mexicans. El Club Med era elque podríem dir-ne un hotel dispers o unaagrupació d’habitacions entre les roques;els espais lliures eren simplement deixatsa l’atzar i les roques feien la resta. És adientdur-lo a aquest aplec d ’exemples per veureque el valor de Binibeca rau precisament enallò que té de poblat, d’urbà, per dir-ho d’al-guna manera, mentre que el Club Med s’hade veure més des del punt de vista d’unaintervenció paisatgista que no pas urbana.Senzillament no hi ha carrers. En aquest puntresulta semblant al petit condomini a basede “vil·les Savoyes” proposat per Le Corbusiera Argentina per a Victoria Ocampo. El queuneix les vil·les no és un carrer; és el senderd’un parc.

    Més proper resulta el cas dels habitatges pera un club de golf proposats per Josep Fusesi Joan Maria Viader a Caldes de Malavella el

    . Aquí els habitatges formen, juntamentamb les tàpies dels jardins, un carrer amb al-

    the prints of Orozco or the paintings of DiegoRivera that portrayed Mexican villages. TheClub Med was what we could call a scatteredhotel, a set of rooms among the rocks; thefree spaces were simply left to chance andthe rocks did the rest. And it is appropriate tobring it to this group of examples to see thatthe value of Binibeca lies precisely in its vil-lage or urban aspect, one could say, while theClub Med must be seen more as a landscapeintervention than an urban one. Simply put,it had no streets. In this aspect it is similar tothe small condominium at the base of “VillasSavoyes” proposed by Le Corbusier in Argen-tina for Victoria Ocampo. What links the villasis not a street; it is the path of a park.

    A closer example is the case of the homesfor a golf club proposed by Josep Fuses andJoan Maria Viader in Caldes de Malavellain . Here the homes, and their gardenwalls, form a street with ramications and asquare. While in some of these examples thehomes seem to obey an idea conceived inadvance where a key decisive role is played

    by how they are organised together withthe access, in this example the houses are

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    Poblado de vaca-ciones construidoentre y porFrancisco Juan BarbaCorsini en Binibeca,Menorca

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    Conjunto de casas devacaciones construido

    por Nicolau M. Rubiói Tudurí en los años en Alcanada, en labahía de Alcudia,Mallorca.

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    de golf propuestas por Josep Fuses y Joan Maria Viader enCaldes de Malavella en . Aquí las viviendas forman, junto con las tapias de los jardines, una calle con algunas

    rami caciones y una plaza. Mientras que en algunos deestos ejemplos las viviendas parecen obedecer a una ideaconcebida a priori y en la que juega un papel decisivo laforma en la que se organizarán éstas conjuntamente con elacceso, en este ejemplo las casas son objetivamente lo quelas calles han querido que sean y las tapias que encierransus pequeños jardines toman la forma más convenientepara la modelación de la calle. Lo que parece diseñarse esla calle; es ese espacio el que parece condicionar todo elresto. Probablemente esto ocurre porque la calle no es to-mada sólo como un acceso, ni siquiera el término espaciourbano lo de ne con exactitud, sino que es un espacio más,tanto como lo es el que encierran las tapias.

    Pero en este caso, a diferencia de Gimenells, la subordi-nación al espacio calle es tal que ni siquiera las viviendasse repiten ni forman ningún conjunto reconocible que serepita. Tampoco es como Binibeca, sobre todo por la exis-

    gunes ramicacions i una plaça. Mentre queen alguns d’aquests exemples sembla queels habitatges obeeixin a una idea concebu-da a priori i en la qual té un paper decisiu lamanera en què s’organitzen conjuntamentamb l’accés, en aquest cas les cases són ob- jectivament el que els carrers han volgut quesiguin i les tàpies que tanquen els seus petits jardins agafen la forma més convenient per ala modelació del carrer. El que sembla que esdissenyi és el carrer; és aquest espai el quesembla condicionar tota la resta. Proba-blement això passa perquè el carrer no esconsidera tan sols com un accés, ni tan solsel terme espai urbà el deneix amb exactitud,sinó que és un espai més, tant com ho és elque tanquen les tàpies.

    En aquest cas, però, a diferència de Gime-nells, la subordinació a l’espai carrer és talque ni tan sols els habitatges es repeteixenni formen cap conjunt recognoscible que esrepeteixi. Tampoc és com Binibeca, sobretotper l’existència de tàpies que tanquen hortso jardins, ja que no és un poblat de pesca-

    dors. El carrer forma nusos sense llei aparenti obre cruïlles amb l’únic propòsit d’obrir més

    objectively what the streets have wantedthem to be and the walls that enclose theirsmall gardens take on the most convenientform for modelling the street. What seems todesign itself is the street; that space seemsto condition all the rest. Probably this occursbecause the street is not taken only as an ac-cess, not even the term urban space denesit exactly, but it is another space, as is whatits walls enclose.

    But in this case, unlike in Gimenells, subordi-nation to the street space is such that eventhe dwellings do not repeat themselves orform any recognisable group that repeatsitself. Nor is it like Binibeca, mainly due to theexistence of the walls closing off the allot-ments or gardens, as it is not a shing village.The street forms hubs without any apparentlaw and opens up crossroads with the onlypurpose of opening more views than access-es. It is not structural, in the sense of makingthe whole comprehensible and accessible, asMontbau is. Its role is more akin to the scriptthat governs a lm sequence.

    The case of Caldes de Malavella houses

    q

    Pequeño condomi-nio a base de “villas

    Savoyes” propuesto por Le Corbusier en Ar-gentina para VictoriaOcampo.

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    Poblado de vacacio-nes para el Club Medconstruido entre y en el cabo deCreus, Cadaqués, Gi-rona. Fue proyectado por Pelayo Martínez y Jean Weiler. Actualmente estácerrado y ya hanempezado las obrasde demolición.

    Este conjunto esobjeto de estudio porla arquitecta SílviaMusquera, que hacomisariado una ex- posición itinerante pordiferentes sedes delCOAC titulada “ClubMed. Cap de Creus.Una intervenció enel paisatge dels anys

    seixanta”.

    A H C O A C D E M A R C A C I Ó D E G I R O N A

    . F O N S P E L A Y O M A R T Í N E Z P A R I C I O

    A H C O A C D E M A R C A C I Ó D E G I R O N A

    . F O N S P E L A Y O M A R T Í N E Z P A R I C I O

    A H C O A C D E M A R C A C I Ó D E G I R O N A

    . F O N S P E L A Y O M A R T Í N E Z P A R I C I O

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    tencia de tapias que encierran huertos o jardines, ya queno es un poblado de pescadores. La calle forma nudos sinley aparente y abre encrucijadas con el único propósito deabrir más vistas que accesos. No es estructural, en el sen-tido de hacer comprensible y accesible el conjunto, comolo es Montbau. Su papel es más parecido al guión que rigeuna secuencia cinematográ ca.

    El caso de las viviendas en Caldes de Malavella es, porsu actualidad, el más oportuno para acabar con algunasconsideraciones. Una muy obvia es que proyectamos losaccesos y proyectamos la calle como si fueran un espaciomás. Este espacio se concibe desde parámetros muy pocofuncionales; es más bien lo pintoresco aquello que pare-ce guiar su forma. Esto explica la formalización a travésde cruces, en los que las esquinas y la masa edi cada sa-len al paso, di cultando la vista en en lada. Parece estarconcebido añadiendo obstáculos en lugar de sacarlos osimpli carlos.

    Este mismo espíritu parece impregnar la forma de con-cebir el espacio de la calle de algunos de los proyectos queaquí nos ocupan. Nos traen a la memoria los comentariosy las fotografías de las casas de Vézelay que tanto atrajeronla atención de Le Corbusier después de que éste conocierala población gracias a Jean Badovici y a Ferdinand Léger.La fotografía de las casas reformadas por Badovici desdela calle sugiere la unidad tantas veces reclamada por LeCorbusier. Una unidad que en este caso se extiende desdeel material y acaba fundiendo casa, acceso y calle. Aunque

    vistes que accessos. No és estructural, enel sentit de fer comprensible i accessible elconjunt, com ho és Montbau. El seu paperés més semblant al guió que regeix unaseqüència cinematogràca.

    Per la seva actualitat, el cas dels habitatgesa Caldes de Malavella és el més oportú peracabar amb algunes consideracions. Unade ben òbvia és que projectem els accessosi projectem el carrer com si fossin un espaimés. Aquest espai es concep des de parà-metres ben poc funcionals; allò que semblaque en guiï la forma és més aviat el pintoresc.Això explica la formalització a través decruïlles, en què les cantonades i la massaedicada surten a l’encontre, dicultant lavista en enlada. Sembla que s’ha concebutafegint-hi obstacles en lloc de treure’ls osimplicar-los.

    Sembla també que aquest mateix esperitimpregna la manera de concebre l’espai delcarrer d’alguns dels projectes que aquí ensocupen. Ens recorden els comentaris i lesfotograes de les cases de Vézelay que tantvan atreure l’atenció de Le Corbusier desprésque va conèixer aquesta població gràcies aJean Badovici i Ferdinand Léger. La fotograade les cases reformades per Badovici des delcarrer suggereix la unitat tantes vegades re-clamada per Le Corbusier. Una unitat que, enaquest cas, s’estén des del material i acabafonent la casa, l’accés i el carrer. Encara queresulti molt parcial, podem esmentar l’exem-ple de la casa Bofarull als Pallaresos. La casa,la seva posició respecte al carrer, els safarejos

    is, because of their newness, the mostopportune for nishing off with some con-siderations. One very obvious one is that wedesign the accesses and we design the streetas if they were just another space. This spaceis conceived from parameters that are notvery functional; it is rather the picturesquethat seems to guide its form. This explainsthe formalisation through crossroads, wherecorners and built mass come out to meeteach other, making the row view difficult. I tseems to be conceived by adding obstaclesrather than taking them out or simplifyingthem.

    This same spirit seems to impregnate theway of conceiving the street space in someprojects concerning us here. They bringto mind the comments and photographsof the homes of Vézelay that so attractedthe attention of Le Corbusier after he rstdiscovered the village thanks to Jean Bado-vici and Ferdinand Léger. The photographof houses reformed by Badovici from thestreet suggests the unity so often called forby Le Corbusier. A unity that in this case isextended from the material and ends up fus-ing the house, access and street. Althoughit is very partial, we can cite the example ofCasa Bofarull at Els Pallaresos. The house, itsposition with respect to the street, the wash-ing areas on the other side and the barn atthe end of it make the street seem to be ledby these constructions and it is difficult notto think of it as just another element in thisgroup. In fact, the house is on its two sides.More than separate the buildings it seems

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    Poblado de vacacio-nes para PGA GolfCaldes en Caldes deMalavella, Girona.La propuesta de los ar-quitectos Fuses-Viaderresultó ganadora deun concurso de ideasconvocado por laempresa y fallado en

    F U S E S

    V I A D E R A R Q U I T E C T E S

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    resulte muy parcial, podemos citar el ejemplo de la casaBofarull en Els Pallaresos. La casa, su posición respecto ala calle, los lavaderos al otro lado y la era al nal de ésta,hacen que la calle parezca conducida por estas edi cacio-nes y es difícil no pensar en ella como un elemento másde este conjunto. De hecho, la casa está en sus dos lados.Más que separar los edi cios parece unirlos y acabar for-mando parte de sus espacios. Por expresarlo de un modosencillo, para dibujar el proyecto de Jujol debe incluirseforzosamente la calle, una calle que acaba por convertirseen el zaguán de la casa y a la que los arcos cruzados sobreel lavadero dan su silueta.

    De todo esto destaca una cosa y es la cuestión del pro-yecto. En Caldes de Malavella —y en cierto sentido en Bi-nibeca—, si existe un proyecto éste no es en el sentido quele otorgamos habitualmente. Existe un objetivo, pero losproyectistas probablemente no querrían tener el dibujo

    nal. Existe un proyecto, pero a condición de que se vayaconstruyendo de tal modo que cada paso condicione elsiguiente, sucesivamente, sin plani cación. Aceptar quela colocación de cada pieza deja menos margen a la colo-cación de la siguiente. Como en el ajedrez, donde la parti-da se condiciona por el primer movimiento, pero no estáproyectada. En de nitiva, tal vez el mejor proyecto seaaquel en el que no hay lugar para el project manager . s

    Xavier MonteysAbril de

    a l’altra banda i l’era al nal, tot plegat fa queel carrer sembli conduït per aquestes edica-cions i és difícil no pensar-hi com un elementmés del conjunt; de fet, la casa és a banda ibanda del carrer. Més que no pas separar elsedicis sembla que els uneix i que acaba for-mant part dels seus espais. Per expressar-hod’una manera senzilla, dibuixar el projectede Jujol ha d’incloure forçosament el carrer,un carrer que acaba esdevenint el vestíbulde la casa i al qual els arcs creuats sobre elsafareig donen la seva silueta.

    De tot plegat destaca una cosa i és la qüestiódel projecte. A Caldes de Malavella i, en uncert sentit, a Binibeca, si hi ha un projecteno és en el sentit que li atorguem habitual-ment. Hi ha un objectiu, però els projectistesprobablement no voldrien tenir-ne el dibuixnal. Hi ha un projecte, però a condicióque es vagi construint de tal manera quecada pas condicioni el següent, successi-vament, sense planicació. Acceptar que lacol·locació de cada peça deixa menys margea la col·locació de la següent. Com als escacs,on el primer moviment condiciona la partida,tot i que no està projectada. En denitiva,potser el millor projecte és aquell en el qualno hi ha lloc per al project manager . s

    Xavier MonteysAbril de

    Traduït per Jordi Palou

    to unite them and end up forming part oftheir spaces. To express it in a much simplerway, to draw the Jujol project the street mustobligatorily be included, a street that endsup becoming the entranceway to the houseand to which the arches crossing over thewashing area give their silhouette.

    From all this, one thing stands out and itis the question of the design project. InCaldes de Malavella and in a certain sensein Binibeca, if a project exists this is not inthe sense that we usually attach to it. Anobjective exists, but the designers probablywouldn’t want to have the nal drawing. Aproject exists, but on the condition that itis constructed so that each step conditionsthe next, successively, without planning. Ac-cepting that the placing of each piece leavesa margin for placing the next. Like in chess,where the game is conditioned by the rstmove, but is not planned. In short, perhapsthe best project is that where there is noplace for the project manager. s

    Xavier MonteysApril of Translated by Debbie Smirthwaite

    u

    Vista desde la calle delas casas reformadas por Jean Badovici en

    en la localidadfrancesa de Vézelay

    0

    Vista del conjunto deedicios que formanla casa Bofarull en ElsPallaresos, Tarragona