Distribucion de Ingresos en Argentina

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DISTRIBUCION DE INGRESOS EN ARGENTINA La distribución del ingreso en los 31 conglomerados urbanos distribuidos por todo el país de Argentina que son relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) registró un nuevo avance durante 2012, y se colocó en los mejores niveles desde 2003, informó ayer el organismo, que señaló que el Coeficiente de Gini –que mide la desigualdad del ingreso, teniendo a cero como el nivel de mayor igualdad y a uno como el de mayor desigualdad– quedó al término del cuarto trimestre de 2012 en 0,364 puntos, por debajo de 0,391 del período octubre-diciembre del 2011. La semana pasada, la presidenta Cristina Fernández había adelantado la información en torno a la mejora de la distribución del ingreso. En esa oportunidad, la jefa de Estado afirmó que, en el tema del ingreso per cápita, "hemos mejorado la muy buena performance que teníamos en octubre de 1974 (durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón) y que significa mejor distribución del ingreso y que fue en realidad una de las causas del golpe de 1976". Los datos oficiales indicaron que el 10% de la población con mejores remuneraciones concentró el 25,5% de los ingresos totales, similar nivel que en 2011, mientras que el 10% más pobre concentró el 1,6%, contra el 2,1% anterior. Así, los ingresos del 10% con mayor remuneración sumó $ 10.438,5 millones, mientras que en el caso del 10% con menos ingresos sumó $ 642,6 millones. De acuerdo con estos datos, el percentil 10 (que equivale al 10% de la población con menores ingresos) recibió en el cuarto trimestre de 2012 $ 1000 de remuneración mientras que el percentil 90 tuvo ingresos por $ 7 mil. En el mismo período de 2011, esos valores fueron $ 800 y $ 6800. De ahí que la relación entre el percentil 90 y el 10 sea de 7, una cifra inferior al 7,5 que resultaba en la misma relación en el cuarto trimestre de 2011. En materia de ingresos de la ocupación principal de las personas, el Indec indicó que en el cuarto trimestre del año pasado, en el caso de los profesionales, la mediana era de $ 5800, en tanto que los técnicos percibieron $ 4 mil, los cargos operativos $ 3500 y

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DISTRIBUCION DE INGRESOS EN ARGENTINA

La distribución del ingreso en los 31 conglomerados urbanos distribuidos por todo el país de Argentina que son relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) registró un nuevo avance durante 2012, y se colocó en los mejores niveles desde 2003, informó ayer el organismo, que señaló que el Coeficiente de Gini –que mide la desigualdad del ingreso, teniendo a cero como el nivel de mayor igualdad y a uno como el de mayor desigualdad– quedó al término del cuarto trimestre de 2012 en 0,364 puntos, por debajo de 0,391 del período octubre-diciembre del 2011.La semana pasada, la presidenta Cristina Fernández había adelantado la información en torno a la mejora de la distribución del ingreso. En esa oportunidad, la jefa de Estado afirmó que, en el tema del ingreso per cápita, "hemos mejorado la muy buena performance que teníamos en octubre de 1974 (durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón) y que significa mejor distribución del ingreso y que fue en realidad una de las causas del golpe de 1976".Los datos oficiales indicaron que el 10% de la población con mejores remuneraciones concentró el 25,5% de los ingresos totales, similar nivel que en 2011, mientras que el 10% más pobre concentró el 1,6%, contra el 2,1% anterior. Así, los ingresos del 10% con mayor remuneración sumó $ 10.438,5 millones, mientras que en el caso del 10% con menos ingresos sumó $ 642,6 millones.De acuerdo con estos datos, el percentil 10 (que equivale al 10% de la población con menores ingresos) recibió en el cuarto trimestre de 2012 $ 1000 de remuneración mientras que el percentil 90 tuvo ingresos por $ 7 mil. En el mismo período de 2011, esos valores fueron $ 800 y $ 6800.De ahí que la relación entre el percentil 90 y el 10 sea de 7, una cifra inferior al 7,5 que resultaba en la misma relación en el cuarto trimestre de 2011.En materia de ingresos de la ocupación principal de las personas, el Indec indicó que en el cuarto trimestre del año pasado, en el caso de los profesionales, la mediana era de $ 5800, en tanto que los técnicos percibieron $ 4 mil, los cargos operativos $ 3500 y los no calificados, $ 1800. Se considera mediana al ingreso medio de cada percentil.Un dato destacado es que la mediana de la ocupación principal de los varones es de $ 3900, mientras que la de las mujeres llega a $ 3 mil, un 30% menor. Al mismo tiempo, el promedio de horas trabajadas en la semana por los varones ascendió a 44 en el cuarto trimestre de 2012, mientras que en el caso de las mujeres sólo alcanzó a las 33 horas.El Indec también informó sobre la evolución de los ingresos de las familias. En ese sentido, indicó que la diferencia en el ingreso total entre el 10% de las familias con mayores ingresos y el 10% con los ingresos más bajos alcanzó su menor diferencia en los últimos 20 años, hasta las 12,6 veces, un nivel cuatro puntos por debajo del registro de 2011

La distribución del ingreso en Argentina en los últimos 20 años

La distribución del ingreso en la Argentina en los últimos 20 años ha sido muy cambiantes como consecuencia de los cambios políticos y económicos que fue teniendo el país.Para realizar este informe voy a tomar desde 1998 hasta finales del 2010 con el índice de Gini, los informes de SEL Consultores y los datos administrados por el INDEC, a pesar de que estos últimos son los oficiales los tomo como tercera opción, ya que desde que asumió

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Néstor Kirchner al gobierno los informes de este organismo han sido manipulados.El coeficiente de Gini mide la distribución del ingreso desde 0 que indica la perfecta igualdad, hasta 1 que marca la perfecta desigualdad. Este índice nos indica que la distribución en el ingreso fue empeorando: 0.48 en 1999, 0.50 en el 2001, llegando a la diferencia más alta en el 2002 de 0.53. A partir del 2003 el índice comenzó a bajar llegando a 0.499 en el 2006. Llama la atención que durante el 2008 el índice allá vuelto a subir a 0.502, ya que la economía y el empleo estaban creciendo. Esto indica que a pesar de una mejora en la economía el reparto entre las clases sociales fue más desigual.De a cuerdo a SEL Consultoras que toma la diferencia de ingresos entre el 10% de la población más rica y el 10% más pobre, podemos decir que durante el año 1998 el 10% de la población perteneciente al sector más rico tenía 34.7 veces más que el 10% más pobre.Esta brecha entre ricos y pobres se fue acentuando en los años siguientes como consecuencia de la inflación y de las políticas económicas desacertadas, llegando al vergonzoso número de 54 veces de diferencia del ingreso entre ricos y pobres en el año 2001 y 2003 (época de la devaluación).Durante el gobierno de Néstor Kirchner se logró achicar esta brecha hasta llegar a un diferencial de 28 veces, gracias al crecimiento del empleo, en los aumentos salariales, las políticas sociales y las de precios (entre las que se.

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DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 9:

El nuevo patrón de crecimiento y su impacto

sobre la estructura distributiva.

CIFRA - Centro de Investigación y Formación de la República Argentina

Coordinador: Eduardo Basualdo

Equipo de investigación: Nicolás Arceo, Mariana González y Nuria Mendizábal

Marzo de 2011

1

Documento de Trabajo Nº 9.

El nuevo patrón de crecimiento

y su impacto sobre la distribución del ingreso.

Page 4: Distribucion de Ingresos en Argentina

Índice

Introducción. .................................................................................................................................. 2

1. La medición de la desigualdad................................................................................................... 2

2. La distribución del ingreso en América Latina............................................................................ 5

3. La distribución del ingreso en Argentina. ................................................................................... 9

3.1. Evolución de la distribución funcional del ingreso................................................................ 9

3.2. Distribución de los ingresos familiares y laborales. ........................................................... 13

3.2.1. Más de veinticinco años de aumento de la desigualdad. ......................................... 13

3.2.2. ¿Un cambio de tendencia? ...................................................................................... 17

Referencias bibliográficas. ........................................................................................................... 21

Page 5: Distribucion de Ingresos en Argentina

2

El nuevo patrón de crecimiento

y su impacto sobre la distribución del ingreso.

Introducción.

En este trabajo se pretende brindar una sucinta caracterización acerca de la evolución que

presentó la distribución del ingreso en nuestro país a lo largo de las últimas décadas. En

particular, se analiza el impacto que tuvo el nuevo patrón de crecimiento económico adoptado

tras el colapso del régimen de convertibilidad sobre la estructura distributiva. En definitiva, se

trata de determinar si las elevadas tasas de crecimiento alcanzadas en los últimos años

permitieron revertir casi tres décadas de aumento en la inequidad distributiva o, por el contrario,

continua vigente la estructura distributiva claramente regresiva que se instaló en nuestro país

desde el abandono del modelo sustitutivo de importaciones.

En base a estos objetivos, el presente documento se divide en tres secciones. En la primera, se

realiza un somero racconto de los distintos tipos de indicadores utilizados tradicionalmente para

medir el grado de desigualdad en la distribución del ingreso, a los cuales se recurre a lo largo del

Page 6: Distribucion de Ingresos en Argentina

trabajo. En la segunda sección, se evalúa la evolución que presentó la distribución del ingreso en

América Latina a lo largo de las últimas décadas. En particular, se pretende determinar si las

modificaciones acontecidas en la estructura distributiva en nuestro país fueron un fenómeno

privativo de la economía argentina o si, por el contrario, se verificaron con mayor o menor

intensidad en los distintos países de la región.

Finalmente, la tercera sección, referida a Argentina, se subdividió en dos sub-secciones. La

primera de ellas, se destinó a evaluar la evolución que presentó la distribución funcional del

ingreso a lo largo de las últimas décadas en nuestro país. Posteriormente, se analiza la

distribución que presentaron los ingresos laborales de los ocupados y los ingresos per cápita de

los hogares desde el abandono del modelo sustitutivo de importaciones a mediados de los años

setenta. Se debe señalar que en ambas secciones se analiza con particular interés la trayectoria

que registró la estructura distributiva en el marco del nuevo patrón de crecimiento adoptado tras

el colapso del régimen de convertibilidad.

1. La medición de la desigualdad.

Para medir el grado de desigualdad en la distribución del ingreso, en primer lugar, es necesario

determinar cuáles son los ingresos cuya distribución se va a analizar (el total del ingreso

nacional, los ingresos familiares, los individuales, los laborales y/o los provenientes de otras

fuentes, etc.). En segundo lugar, debe definirse cuál será el indicador a utilizar para esa

medición.

Un primer modo de estudiar la desigualdad consiste en determinar la distribución del ingreso

nacional entre el trabajo y el capital. Es decir, qué porcentaje del total del ingreso nacional queda

Page 7: Distribucion de Ingresos en Argentina

en manos de los trabajadores -por un lado- y qué porcentaje se apropian los capitalistas y

rentistas -por el otro-. En otras palabras, evalúa la retribución que percibe cada uno de los

factores en el proceso de producción (capital y trabajo) durante un período determinado. A esta

distribución de la denomina distribución funcional del ingreso.

3

Dentro de esta perspectiva, el indicador más difundido es la participación de la masa salarial en

el ingreso total. Permite conocer qué porción del ingreso nacional generado en un período dado

es apropiado por los trabajadores a partir de la percepción de su salario. Es un indicador que

considera a la clase asalariada como un conjunto, más o menos homogéneo, y la contrapone a

la clase capitalista. Esta perspectiva, y las estadísticas necesarias para construir este tipo de

indicadores, fue abandonada desde mediados de los años setenta y reemplazada por un

creciente interés en la distribución personal o familiar de los ingresos que se analiza a

continuación (Lindemboim, Graña y Kennedy, 2006).

1

Una segunda forma usual de medir la desigualdad consiste en identificar las diferencias de

ingresos entre los distintos individuos u hogares. Debido a limitaciones de las fuentes de

información que habitualmente se utilizan para este tipo de cálculos, los ingresos que se pueden

observar son fundamentalmente los que provienen del trabajo, de las jubilaciones, y de los

subsidios o planes sociales.

2 Por el contrario, no se captan adecuadamente los ingresos

originados en ganancias empresarias o rentas de cualquier tipo. De este modo, esta segunda

modalidad se concentra en captar la desigualdad de ingresos centralmente al interior de la clase

trabajadora.

Page 8: Distribucion de Ingresos en Argentina

Para cuantificar el grado de desigualdad en la distribución de este tipo de ingresos se utilizan,

mayormente, dos indicadores: la relación de ingresos promedio de distintos deciles (o quintiles),

y el índice de Gini.

El primero de estos indicadores requiere de la construcción de deciles o quintiles, para lo cual se

ordenan los hogares o individuos según su ingreso, de menor a mayor. Si se quieren formar

deciles, se los separa en diez grupos, cada uno de los cuales contenga la misma cantidad de

hogares o de personas. Si fueran hogares, el primer decil queda constituido por el 10% de los

que tengan menores ingresos; el segundo decil estaría formado por el 10% de los hogares que le

siguen en materia de ingreso. El décimo decil, por su parte, abarcaría al 10% más rico de los

hogares. Si la división se hace en cinco grupos, en lugar de diez, las agrupaciones resultantes se

denominan quintiles, y contienen cada uno el 20% de los hogares.

Una vez divididos los hogares –o la población– de este modo, pueden evaluarse diferentes

indicadores. Uno muy usual es el cociente entre los ingresos promedio de los deciles extremos,

el décimo en relación con el primero. Ello indicaría cuántas veces más elevados son los ingresos

del 10% más rico de los hogares respecto del 10% más pobre. Esto mismo puede hacerse

comparando el 20% superior (quinto quintil) con respecto al 20% más desfavorecido (primer

quintil). También puede analizarse qué proporción de la suma total de ingresos se apropia cada

uno de los deciles o quintiles en su conjunto; y puede verse cómo cambian dichas proporciones

a través del tiempo.

1 En Fabris (2002) y en Graña (2007) se plantean algunas posibles razones por las cuales dejaron de estar vigentes

las estadísticas sobre la participación de los asalariados en el ingreso nacional.

Page 9: Distribucion de Ingresos en Argentina

2 La información puede provenir de encuestas (encuestas a hogares, por ejemplo) o registros (registro de los

asalariados registrados del sistema previsional). En Argentina, la fuente habitual de consulta es la Encuesta

Permanente de Hogares, que el INDEC realiza en grandes aglomerados urbanos desde 1974.

4

Otro indicador muy utilizado de desigualdad o de concentración en la distribución del ingreso es

el coeficiente de Gini

3, que presenta algunas ventajas por sobre los indicadores anteriores.

Principalmente, no se concentra sólo en los ingresos (individuales o de los hogares) que se

ubican en las posiciones extremas, sino que considera toda la distribución de los ingresos; es

decir, hace uso de toda la información disponible. Además, permite resumir el grado de

desigualdad a través de un único indicador.

Para explicar de qué forma mide este índice la desigualdad, debe hacerse referencia a la

“distribución perfectamente equitativa” o “equidistribución”, esto es, una distribución que implica

que a cada parte de la población le corresponde una proporción del ingreso igual su peso en la

población total. Por ejemplo, el 1% de la población se apropia del 1% del ingreso total. La idea

central del índice de Gini consiste en comparar esta distribución ideal con la distribución efectiva

que presenta una sociedad en un determinado momento histórico. Cuanto mayor sea la distancia

entre ambas distribuciones (entre la efectiva y la ideal), mayor será el grado de concentración o

desigualdad.

La distribución ideal (perfectamente equitativa) puede representarse a través de una recta de 45º

(recta de equidistribución) en un gráfico que relaciona en un eje la frecuencia acumulada del

ingreso y en otro la frecuencia acumulada de la población. Para representar la distribución

Page 10: Distribucion de Ingresos en Argentina

efectiva se grafica también la frecuencia acumulada del ingreso, tras ordenar a la población de

acuerdo con su ingreso, de menor a mayor, lo que se denomina como Curva de Lorenz.

Gráfico Nº 1. Representación gráfica del coeficiente de Gini.

La distancia entre la línea de equidistribución y la Curva de Lorenz (distribución efectiva del

ingreso), indica el grado de desigualdad. Cuanto mayor es el área entre dichas curvas mayor es

el grado de inequidad. En el Gráfico Nº 1, la superficie naranja representa el grado de

concentración o desigualdad en la distribución del ingreso. El valor mínimo que puede tomar esta

expresión es cero, que correspondería al caso de la equidistribución. El valor máximo (uno) se

alcanza cuando el total de la variable (el ingreso) se concentra sólo en una observación.

3

El coeficiente de Gini en un indicador de concentración elaborado por el estadístico italiano Corrado Gini. Si bien,

por lo general, se lo utiliza para medir la desigualdad en los ingresos puede utilizarse para evaluar cualquier tipo de

distribución.

Proporción acumulada de población

Proporción

acumulada de

ingresos

Page 11: Distribucion de Ingresos en Argentina

Recta de equidistribución

Curva de

Lorenz

5

2. La distribución del ingreso en América Latina.

Durante la última década, América Latina se caracterizó en general por una significativa

recuperación de la actividad económica, que ha permitido mitigar en cierta medida los efectos

regresivos que las políticas neoliberales habían tenido sobre sus indicadores sociales durante los

años noventa. El propósito de este apartado es analizar cómo ha impactado este proceso

específicamente sobre la distribución y concentración del ingreso en la región.

En esta línea, vale recordar que la desigual distribución de los ingresos ha sido un rasgo

sobresaliente de la estructura económica y social de América Latina a lo largo de su historia. La

situación distributiva empeoró considerablemente desde los años ochenta conduciendo a que la

región presente en la actualidad niveles de inequidad muy elevados en términos internacionales

(De Ferranti et al, 2004).

No obstante, durante la última década se ha producido un cambio. El significativo crecimiento

que experimentaron la inmensa mayoría de las economías latinoamericanas conjuntamente con

el desarrollo de programas sociales de envergadura en diversos países, posibilitaron una

modificación de la tendencia en materia distributiva.

4

Page 12: Distribucion de Ingresos en Argentina

Partiendo de este marco, en esta sección se evaluará en una primera instancia la distribución del

ingreso per cápita de los hogares en los distintos países latinoamericanos en la actualidad, para

posteriormente analizar la evolución que presentó el coeficiente de Gini a lo largo de las dos

últimas décadas. Dicho análisis se realizará con la información suministrada por la CEPAL, la

cual fue elaborada en base a las encuestas de hogares de 18 países.

5

Como se mencionó, los países latinoamericanos han presentado históricamente una estructura

distributiva claramente inequitativa. En base a la más reciente información disponible, se

constata que en el conjunto de América Latina el 40% de los hogares de menores recursos

percibe, en promedio, un 15% de los ingresos totales, a la vez que el 10% más rico concentra el

34% de los mismos (CEPAL, 2009).

Al evaluar la situación imperante en cada uno de los países que componen la región se observa

que Venezuela y Uruguay son los que presentan un mayor grado equidad, en tanto el 40% de los

hogares más pobres perciben alrededor del 20% de los ingresos totales per cápita y el 10% más

rico no sobrepasa el 27% (Gráfico N° 2). En contraposición, los países que presentan mayores

niveles de desigualdad son, por un lado, Bolivia, Honduras y República Dominicana, donde el

40% de los hogares más pobres perciben por debajo del 12% de los ingresos totales per cápita

de sus países; y, por otro, Brasil y Colombia, donde el 10% más rico concentra alrededor del

40% de dichos ingresos.

Page 13: Distribucion de Ingresos en Argentina

4 Más allá de las diferencias que presentan los programas sociales en los distintos países, tienen por objetivo común

contrarrestar la pobreza y la marginalidad que abarca a amplias franjas de población tras casi tres décadas de

políticas neoliberales.

5 Dichos países son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala,

Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

6

Gráfico Nº 2. Participación en el ingreso per cápita de los hogares según grupos de

hogares en distintos países de América Latina (últimos datos disponibles1).

(en porcentajes)

21,1

19,2

16,9

16,0

15,9

15,7

15,5

15,3

14,7

14,6

14,4

14,4

Page 14: Distribucion de Ingresos en Argentina

12,8

12,7

12,2

11,5

11,2

10,0

25,5

27,9

22,9

23,9

26,0

26,5

24,4

25,3

24,6

21,5

24,0

25,7

21,7

19,3

21,3

23,2

25,1

23,5

26,3

28,1

Page 15: Distribucion de Ingresos en Argentina

25,2

25,6

28,8

28,4

27,0

28,4

26,3

26,7

26,2

27,8

25,7

24,7

25,4

30,4

28,2

29,5

27,1

24,8

35,0

34,5

29,3

29,4

33,1

31,0

34,4

37,2

Page 16: Distribucion de Ingresos en Argentina

35,4

32,1

39,8

43,3

41,1

34,9

35,5

37,0

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Uruguay

Venezuela

Argentina(2)

México

El Salvador

Perú

Ecuador

Page 17: Distribucion de Ingresos en Argentina

Costa Rica

Paraguay

Chile

Nicaragua

Panamá

Guatemala

Brasil

Colombia

R. Dominic

Bolivia

Honduras

En porcentajes (%)

40% más pobre 30% 20% 10% más rico

Notas: (1) Corresponde a información de los años 2008 (Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay,

Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela); 2007 (Bolivia, Honduras); 2006 (Argentina, Chile, Guatemala);

2005 (Nicaragua y Colombia) y 2004 (El Salvador). (2) La información de Argentina corresponde al total urbano.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL (2009).

Si se realiza un análisis de mediano plazo, considerando el período 2002-2008, se observa que

la brecha de ingresos per cápita entre el quintil de hogares más rico y el más pobre ha tendido a

reducirse en catorce de los dieciocho países latinoamericanos (Gráfico Nº 3). Dentro de este

grupo, Venezuela y Nicaragua son quienes exhiben una mayor reducción de la desigualdad entre

Page 18: Distribucion de Ingresos en Argentina

los grupos extremos de la distribución del ingreso, presentando una disminución de más de tres

puntos porcentuales. A la vez, existe otro conjunto de países (Brasil, Bolivia, Paraguay, Panamá,

Perú, Argentina, Ecuador y Costa Rica) que presentan reducciones menos significativas en la

desigualdad. En el otro extremo, Guatemala, Honduras, República Dominicana y México dan

cuenta de un deterioro distributivo significativo, dado el incremento de la brecha entre el quintil

más rico y el más pobre. Esta disminución en la concentración del ingreso en la región se

confirma al analizar otros indicadores. En efecto, el coeficiente de Gini se redujo en promedio un

5% en el período mencionado (CEPAL, 2009).

7

Gráfico Nº 3. Relación del ingreso medio per cápita de los hogares entre el quintil más rico

y el quintil más pobre en distintos países de América Latina, Años 2002 y 2008.

18,1

27,3

36,9

44,2

25,7

25,8

19,3

20,6

16,8

17,0

19,5

20,2

Page 19: Distribucion de Ingresos en Argentina

10,2

9,7

18,6

26,2

31,5

18,4

18,8

14,4

15,5

13,2

13,5

15,7

16,3

9,6

25,4

32,5

23,9

19,3

26,3

20,7

15,5

28,5

16,0

27,8

0

5

Page 20: Distribucion de Ingresos en Argentina

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Venezuela

Nicaragua

Brasil

Bolivia

Paraguay

Panamá

Perú

Argentina

Ecuador

Costa Rica

Chile

El Salvador

Uruguay

Colombia

México

R. Dominic

Honduras

Page 21: Distribucion de Ingresos en Argentina

Guatemala

2002(1)

2008(2)

Notas: (1)

Corresponde a información de los años 2002 (Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador,

Guatemala, Honduras, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela); 2001 (Brasil, El Salvador,

Nicaragua, Paraguay y Perú); 2000 (Chile) y 2004 (Ecuador). (2) Corresponde a información de los años 2008

(Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela); 2007

(Bolivia, Honduras); 2006 (Argentina, Chile, Guatemala); 2005 (Nicaragua y Colombia) y 2004 (El Salvador).

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL (2009).

Ahora bien, si se analiza la evolución de la concentración del ingreso en la región en las últimas

décadas, en términos generales se observa que la década del noventa ha implicado un proceso

de incremento de la desigualdad distributiva en la mayoría de los países, situación parcialmente

revertida en los últimos diez años. En efecto, entre 1990 y 1995 el coeficiente de Gini del ingreso

per cápita familiar correspondiente al promedio latinoamericano ascendió un 2,4%, lo que indica

un empeoramiento distributivo. Esto se explica por el proceso de concentración del ingreso

sufrido por once países de la región a lo largo de los años noventa: Paraguay, Ecuador, Bolivia,

Costa Rica, Colombia, Argentina, Venezuela, Brasil, Chile, México y Nicaragua. Por el contrario,

sólo cinco países presentaron una mejoría en su equidad distributiva: Uruguay, El Salvador,

Honduras, Panamá y Guatemala (Gráfico Nº4).

Page 22: Distribucion de Ingresos en Argentina

No obstante, vale advertir que en la última década muchos países han presentado una tendencia

divergente a la observada en el período anterior. En efecto, doce países iniciaron un proceso de

reducción de la desigualdad (Venezuela, Perú, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Chile, Paraguay,

Panamá, Bolivia, México, Argentina y El Salvador), determinando un descenso de 4,3% del

coeficiente de Gini correspondiente al promedio latinoamericano. En cambio, países como

8

(Uruguay, Colombia, R. Dominicana, Honduras y Guatemala) han visto incrementada su

desigualdad distributiva en el último período.

Gráfico Nº 4. Variación del coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las

personas en distintos países de América Latina(1),

1990(2)

/1999(3)

y 1999/2008(4)

.

(variación porcentual del coeficiente de Gini)

-8,9%

-8,3%

-5,8%

-3,8%

0,2%

0,6%

1,1%

2,1%

Page 23: Distribucion de Ingresos en Argentina

2,4%

5,7%

7,6%

7,7%

8,0%

10,8%

14,1%

26,4%

1,4%

-1,5%

2,8%

-6,6%

4,5%

-8,7%

-4,5%

-6,8%

-7,2%

-4,3%

-17,3%

-3,7%

2,1%

0,0%

-5,0%

-8,7%

-6,7%

-12,7%

Page 24: Distribucion de Ingresos en Argentina

2,4%

-10,6%

-25% -15% -5% 5% 15% 25%

Uruguay*

El Salvador*

Honduras

Panamá*

Guatemala

Nicaragua

México

Chile

Brasil

Promedio

Venezuela

Argentina*

Colombia

Costa Rica

Bolivia

Ecuador*

Paraguay

Perú

R. Dominicana

1999/2008

1990/1999

Page 25: Distribucion de Ingresos en Argentina

Notas: (1) Incluye a las personas sin ingresos; (2) Corresponde a información de los años 1989 (Bolivia, Guatemala

y México); 1990 (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Paraguay, Uruguay, Venezuela); 1991

(Colombia, Panamá), 1993 (Nicaragua) y 1995 (El Salvador) (no hay datos correspondientes a Peru y R.

Dominicana); (3) Corresponde a información de los años 1997 (Bolivia); 1998 (Chile, Guatemala, México,

Nicaragua), 1999 (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá, Paraguay,

Perú, Uruguay, Venezuela) y 2002 (República Dominicana); (4) Corresponde a información de los años 2008 (Brasil,

Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela); 2007 (Bolivia,

Honduras); 2006 (Argentina, Chile, Guatemala); 2005 (Nicaragua y Colombia) y 2004 (El Salvador); (*) Datos

correspondientes al total urbano.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL (2009).

De este modo, en términos generales, se observa que América Latina ha presentando ciertas

mejorías en la equidad distributiva a lo largo de los últimos diez años, aunque existe cierta

heterogeneidad entre los países que debe ser considerada. No obstante, debe advertirse que

estos resultados no demuestran una reversión de la desigualdad estructural que caracteriza a la

región, ya que continúa siendo una de las más altas del mundo.

En el caso particular de Argentina, se observa que si bien se encuentra entre los países que han

reducido la desigualdad en la distribución del ingreso durante la última década, en la actualidad

se verifican mayores niveles de desigualdad que a comienzos de la década de 1990. En efecto,

Page 26: Distribucion de Ingresos en Argentina

9

el coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas era en el año 2006 un 3,6%

más elevado que el verificado a comienzos de la década del noventa cuando nuestro país se

encontraba aún en el marco de la crisis hiperinflacionaria. En las próximas secciones, se analiza

detalladamente la evolución que presentó la distribución del ingreso en nuestro país, así como

una breve caracterización acerca de sus causas.

3. La distribución del ingreso en Argentina.

3.1. Evolución de la distribución funcional del ingreso.

Una mirada histórica permite reconstruir la evolución de la distribución funcional del ingreso en

Argentina, relacionándola con los cambios que se han sucedido en el mercado de trabajo. Si

bien no es posible contar con una única serie comparable a lo largo del tiempo, puede obtenerse

un panorama aproximado, como el que se presenta en el Gráfico Nº 5, en el que se establecen

niveles mínimos y máximos entre los cuales habría oscilado la participación de la masa salarial

en el valor agregado.

La participación de los asalariados alcanzó su máximo histórico hacia el año 1954 y, luego de

descender, volvió a alcanzar niveles similares en 1974. Desde entonces, la tendencia ha sido, –

con grandes oscilaciones–, decreciente, con niveles muy bajos durante la última dictadura militar,

así como durante la crisis hiperinflacionaria de la década de 1980. Si bien los años noventa

representan una recuperación relativa respecto de la década anterior6, tras los primeros años del

decenio la proporción del producto en manos de los asalariados volvió a descender

sostenidamente. Teniendo en cuenta este panorama de largo plazo, en lo que sigue el análisis

Page 27: Distribucion de Ingresos en Argentina

se centrará en los últimos quince años buscando comparar, particularmente, la evolución de la

participación de la masa salarial en el producto durante la vigencia del régimen de convertibilidad

y tras el colapso del mismo.

Como se mencionó, en Argentina la medición de la distribución funcional del ingreso fue dejada

de lado a partir de mediados de la década de 1970. Recién en 2006 volvió a disponerse de

estadísticas al respecto, a partir de la publicación de la Cuenta de Generación del Ingreso para el

período 1993-2005. Sin embargo, la publicación volvió a discontinuarse al poco tiempo, una vez

intervenido el INDEC. Por ello, en lo que sigue, se presenta una estimación propia, cuyos

supuestos se especifican en el recuadro “Participación de los asalariados en el producto:

Metodología de estimación”, al final de esta sección.

6 Es importante resaltar que, dado que la serie de Graña (2007) surge del empalme de distintas series construidas a

partir de fuentes diversas, pueden existir diferencias de nivel que se deban a razones de cambios metodológicos. El

alto nivel de la participación de los asalariados a inicios de la década de 1990 obedecería en parte a estas razones.

Page 28: Distribucion de Ingresos en Argentina

10

Gráfico Nº 5. Participación de la masa salarial en el Producto Interno Bruto (PIB) a precios

corrientes, 1935-2005 (en porcentajes).

31,5

42,4

24,7

24,1

38,7

30,8

23,5

35,6

34,7

40,5

47,9

46,7

43,7

38,5

20

25

30

35

40

45

50

1935

Page 29: Distribucion de Ingresos en Argentina

1938

1941

1944

1947

1950

1953

1956

1959

1962

1965

1968

1971

1974

1977

1980

1983

1986

1989

1992

1995

1998

2001

2004

Mínimo Máximo

Fuente: Graña (2007).

Page 30: Distribucion de Ingresos en Argentina

El Gráfico Nº 6 da cuenta de los cambios que ha sufrido la participación de los trabajadores

asalariados en el ingreso nacional a partir de 1993, tanto en momentos de recesión y crisis como

en las fases de recuperación y crecimiento. El deterioro resulta claro durante la década de 1990,

aunque con algunas oscilaciones. Entre 1993 y 1997 se verificaron altas tasas de crecimiento

económico (con la excepción de 1995), a la par que la remuneración a los asalariados perdió

participación respecto del valor agregado. Es decir que las ganancias y las rentas se

incrementaron a un ritmo incluso mayor que el del aumento del producto. Luego de la caída

acumulada hasta 1997, la participación de los asalariados tuvo una mejora relativa al año

siguiente, aunque en los últimos años de la década se volvió a observar una disminución. Esta

disminución no resultó de mayor magnitud debido a que la economía estaba en crisis, de modo

que el valor agregado se achicaba al mismo tiempo que se reducía la tasa de empleo y se

deterioraban los salarios reales.

7

7 Cabe destacar que la serie oficial de la CGI muestra un incremento en 2001; aunque según la estimación propia la

participación de la masa salarial se habría reducido en dicho año.

11

Gráfico Nº 6. Participación de la masa salarial en el Valor Agregado Bruto (VAB) a precios

corrientes, 1993-2009 (en porcentajes).

44,7

37,1

40,7 40,5

Page 31: Distribucion de Ingresos en Argentina

42,1

34,3

36,1

41,5

42,9

43,6

39,4

38,3

36,4

35,3

36,7

38,8

31,4 31,3

35,4

39,1 38,9

41,2

40,0

38,5

41,1

38,3

42,8

33,7

38,5

25

30

35

Page 32: Distribucion de Ingresos en Argentina

40

45

50

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Remuneración del trabajo asalariado/VAB (CGI)

Remuneración del trabajo asalariado/VAB (estimación propia)

Fuente: CGI: Cuenta de Generación del Ingreso, Dirección Nacional de Cuentas Nacionales-INDEC.

Con respecto a la estimación propia consultar el recuadro metodológico al final de esta sección.

Page 33: Distribucion de Ingresos en Argentina

Con la crisis final del régimen de convertibilidad y la devaluación de la moneda, los asalariados

perdieron varios puntos en la distribución del ingreso nacional. De acuerdo con estimaciones

propias, en el año 2001 la masa salarial representaba el 38,5% del valor agregado bruto y al año

siguiente se había reducido al 31,4%. La contrapartida fue un incremento en las ganancias

empresarias, que en muchos sectores alcanzaron niveles extraordinarios que se mantendrían en

los años sucesivos.

A partir de 2003, la generación de puestos de trabajo resultó muy intensa. El Gráfico Nº 7 da

cuenta de este proceso, que implicó que el total de puestos creciera casi 40% entre 2002 y 2009.

Esta fuerte creación de empleo junto con una recuperación relativa de los salarios permitió que la

participación de los asalariados sobre el valor agregado volviera a incrementarse. Recién en el

año 2006 la proporción volvió a ser casi la misma que en 2000; es decir, que fueron necesarios

cuatro años para recuperar lo que se perdió sólo en uno (entre 2001 y 2002).

12

Gráfico Nº 7. Evolución del número de puestos de trabajo asalariados, registrados y no

registrados, 1993-2009 (en número índice base 1993=100).

100 99

108

Page 34: Distribucion de Ingresos en Argentina

114

115

113

110

96

100

104 104 104

101

93

97

106

114

100 99

108

121

129

133

129

124

125

139

143

147

125

118

108

Page 35: Distribucion de Ingresos en Argentina

102

143

141

134

147

138

126

117

135

80

90

100

110

120

130

140

150

160

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

Page 36: Distribucion de Ingresos en Argentina

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Total puestos de trabajo asalariados

Asalariados registrados

Asalariados no registrados

Nota: Consultar el recuadro metodológico al final de esta sección.

En los años que siguieron a 2006 la participación de los asalariados quedó prácticamente

estancada. Los puestos de trabajo asalariados tuvieron incrementos muy limitados, al tiempo que

también fueron reducidos los aumentos salariales.

8 En el año 2009, si bien vuelve a observarse

una mejora significativa en esta participación, cabe señalar que ello obedece en parte al hecho

de que la economía atravesó ese año por una recesión, consecuencia del impacto de la crisis

internacional. Es decir, que la masa salarial resulta mayor pero en relación con un valor

agregado deprimido.

En síntesis, la distribución funcional del ingreso ha mostrado en la posconvertibilidad una mejora

Page 37: Distribucion de Ingresos en Argentina

significativa respecto de la situación vigente en 2002. Sin embargo, dado el deterioro persistente

durante los años noventa, la participación de la masa salarial en el ingreso total aún no habría

alcanzado los niveles de los primeros años de la convertibilidad. Debe señalarse, además, que el

aumento de la participación de los asalariados se desaceleró desde 2007. Es preciso que la

economía vuelva a incrementar el ritmo de creación de empleo y de mejoras en los salarios para

que dicha participación pueda continuar elevándose.

8 En el año 2007 incluso se observó una disminución en el salario real promedio.

13

Participación de los asalariados en el producto: Metodología de estimación

Dado que no es posible contar con información que llegue hasta el presente, se reconstruyó la

serie de la distribución funcional del ingreso, utilizando para ello diferentes fuentes públicas de

información. Esta reconstrucción implicó hacer algunas modificaciones en relación con los datos

publicados por INDEC, que se detallan a continuación:

1. El total de puestos de trabajo se tomó de la CGI hasta 2007 (último dato disponible). A partir

de entonces se estimó aplicando la variación en el número de ocupados que surge de aplicar la

tasa de empleo de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC sobre las

proyecciones de población de este mismo organismo.

2. La distribución de los puestos de trabajo según categoría ocupacional (asalariados

Page 38: Distribucion de Ingresos en Argentina

registrados, asalariados no registrados, no asalariados) se tomó de la EPH-INDEC. Se

excluyeron del cálculo los planes de empleo, tal como se hace en la CGI. Dado que la EPH sufrió

un cambio metodológico en el año 2003, pasando de ser una encuesta puntual a una encuesta

continua, las series anteriores y posteriores a dicho año debieron ser empalmadas. Para el

empalme se utilizaron los cocientes entre la variable correspondiente estimada en el segundo

trimestre de 2003 (EPH continua) y en mayo de 2003 (EPH puntual).

3. El salario promedio por puesto de trabajo de los asalariados registrados se tomó de los datos

publicados por la Dirección Nacional de Programación Macroeconómica de la Secretaría de

Política Económica del Ministerio de Economía sobre el procesamiento de los datos del SIJyP

(SIPA desde 2008). Al salario bruto medio se le sumó el porcentaje de aportes patronales

realizados en cada año. La fuente en este último caso fue el Ministerio de Trabajo, Empleo y

Seguridad Social.

4. El salario promedio por puesto de trabajo de los asalariados no registrados se tomó de EPH.

Se empalmaron las series continua y puntual, tal como se explicó más arriba.

5. Finalmente, a partir de 2007 se realizó una corrección sobre el Valor Agregado Bruto (VAB) a

precios corrientes. En efecto, los datos oficiales estarían subestimando la evolución del VAB a

precios corrientes dado que desde ese año han tendido a subestimar los incrementos en el nivel

general de precios. Para corregir este efecto, se tomó la diferencia entre la tasa de variación del

Índice de Precios Implícitos del VAB y la del IPC-7 provincias.

3.2. Distribución de los ingresos familiares y laborales.

3.2.1. Más de veinticinco años de aumento de la desigualdad.

Page 39: Distribucion de Ingresos en Argentina

Como se mencionó anteriormente, la estructura distributiva empeoró sistemáticamente a lo largo

de la valorización financiera (1976-2001), exacerbándose el grado de desigualdad en los

períodos de crisis y reduciéndose sólo parcialmente en las fases de recuperación económica. De

esta forma, cada una de las crisis que acompañaron a la economía argentina en aquellos años

determinaron un nuevo umbral distributivo claramente más regresivo que el existente en el

período previo.

14

En el Gráfico Nº 8 se puede observar la evolución del coeficiente de Gini de los ingresos

laborales de la población ocupada. A finales del modelo sustitutivo de importaciones los ingresos

laborales en nuestro país presentaban un nivel de desigualdad relativamente bajo, el cual se

había mantenido relativamente estable desde inicios de los años sesenta.

9 Sin embargo, el

nuevo patrón de acumulación instaurado por la dictadura militar a mediados de los años setenta

condujo a un persistente incremento en la inequidad distributiva en los ingresos de la población

ocupada.

La sensible contracción que experimentaron los salarios reales desde mediados de la década de

1970 fue acompañada por una creciente heterogeneidad en las remuneraciones de los

ocupados, producto del mayor poder de negociación de los asalariados más calificados, así

como por la posibilidad de los trabajadores por cuenta propia de ajustar sus ingresos ante la

elevación en el ritmo de variación de los precios. Dicha tendencia prevaleció a lo largo de los

años ochenta, conduciendo a que en 1986, el año de más alto crecimiento de dicha década, el

nivel de desigualdad en los ingresos laborales fuera significativamente más elevado que el

existente en 1974. Estas tendencias se profundizaron en los años finales del decenio, signados,

Page 40: Distribucion de Ingresos en Argentina

por la hiperinflación, la caída de los salarios reales y una crisis económica, social y política de

magnitud.

Gráfico Nº 8. Coeficiente de Gini del ingreso de la ocupación principal de los ocupados en

el Gran Buenos Aires y en el total de aglomerados urbanos, 1974-2003.

0,309

0,374

0,356

0,351

0,386

0,408

0,441

0,378

0,371

0,359

0,363

0,365

0,383

0,382

0,379

0,407

0,395

0,406

0,424

0,434

0,480

Page 41: Distribucion de Ingresos en Argentina

0,20

0,25

0,30

0,35

0,40

0,45

0,50

1974

1980

1982

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

Page 42: Distribucion de Ingresos en Argentina

2002

II-2003

Total de aglomerados urbanos GBA

Hiperinflación

Desocupación de

dos dígitos

Crisis del

"Tequila"

Crisis de la

convertibilidad

Inicio dictadura

militar

Nota: No se dispone de información para estimar el coeficiente de Gini en el conjunto de los aglomerados urbanos

para la totalidad de los años que median entre 1974 y 1986. Se empalmaron las series puntual y continua de la EPH

en base a información del primer trimestre del 2003. Por último, desde el año 2000 se excluye entre los ocupados a

los beneficiarios de los planes de empleo.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

9 Altimir y Beccaria (1999).

15

A inicios de la década de 1990, la rápida recuperación económica y la estabilización de los

precios posibilitó una disminución temporaria en el grado de desigualdad. Aún así, su nivel

Page 43: Distribucion de Ingresos en Argentina

quedó por encima del existente a mediados de los años ochenta. Es decir, si bien se redujo tras

la crisis hiperinflacionaria, la reducción no fue tan significativa como para retornar a los valores

prevalecientes con anterioridad a la crisis. Es más, a lo largo de esta década, nuevamente la

tendencia fue ascendente, constituyéndose la desocupación en un factor clave de este

desempeño.

En efecto, durante el régimen de convertibilidad, la apertura comercial y financiera provocaron un

proceso de desmantelamiento de la estructura productiva, que se caracterizó por el

desplazamiento de la producción local por productos de origen externo y la reducción en los

requerimientos de fuerza de trabajo. Esto provocó una deficiente generación de empleo y niveles

persistentemente elevados de desocupación, proceso que se profundizó aún más durante las

sucesivas crisis. Dada esta situación de elevado y creciente desempleo, los trabajadores de

menores calificaciones se vieron sometidos a una mayor competencia por sus puestos de

trabajo, proceso que derivó en una sensible contracción de sus remuneraciones. Por el contrario,

los ocupados de más altas calificaciones, quienes se hallaban en una posición de mayor

fortaleza relativa en la negociación con sus empleadores, resultaron menos perjudicados. De

esta forma, el alto desempleo de los años noventa incidió en el aumento de la desigualdad en las

remuneraciones de la población ocupada.

Tras el colapso del régimen de convertibilidad a finales del 2001 la situación se agravó aún más.

La devaluación de la moneda y la fuerte contracción del ritmo de actividad económica impactaron

sensiblemente sobre los ingresos del conjunto de la población ocupada, pero con particular

intensidad sobre los trabajadores de menores recursos. Se debe recordar que los precios

tuvieron un alza considerable en tanto que los salarios nominales prácticamente no variaron ante

la debilidad que exhibía la clase trabajadora en el marco de un nivel de desocupación que

superaba el 20% de la población económicamente activa. De todas formas, la crisis por su

Page 44: Distribucion de Ingresos en Argentina

magnitud afectó a la inmensa mayoría de la clase trabajadora, de otro modo, el aumento en el

grado de inequidad hubiera sido aún mayor.

La desigualdad presente en las remuneraciones de la población ocupada, medida a través del

coeficiente de Gini, alcanzó a su máximo valor a inicios del año 2003, siendo el coeficiente de

Gini un 55,6% más elevado que el prevaleciente en 1974.

10

Hasta aquí se reseñó la evolución de la desigualdad entre los ingresos de los ocupados. Como

es de esperar, esta creciente desigualdad se tradujo también en un ascendente nivel de

inequidad en los ingresos de los hogares, ya que los mismos se constituyen, principalmente, a

partir de los ingresos derivados del trabajo. Sin embargo, la evolución de los ingresos familiares

no resulta idéntica a la de los ingresos provenientes del trabajo, ya que existen otras fuentes de

ingresos11 y, asimismo, otros factores influyen también en el grado de desigualdad en los

ingresos de los hogares, como por ejemplo el nivel de empleo en los mismos.

10 Para el cálculo del coeficiente de Gini, se excluyó a los ocupados que se desempeñaban en el programa para

Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (PJJHD) y otros similares.

11 En las encuestas a hogares, como la EPH, los ingresos que mejor se captan son los laborales, los provenientes

de jubilaciones y pensiones y los derivados de planes sociales. En cambio, existe un muy elevado nivel de

subdeclaración respecto de otros ingresos, como las rentas y ganancias.

16

El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar muestra una tendencia ascendente entre

Page 45: Distribucion de Ingresos en Argentina

1974 y 2003 (Gráfico Nº 9). En general, el nivel de desigualdad resulta más elevado que en el

caso de los ingresos laborales y tiene oscilaciones menos marcadas, aunque, de todas formas,

presenta una trayectoria histórica similar.

Efectivamente, en primer lugar se debe señalar el considerable incremento en la desigualdad en

el ingreso de los hogares que tuvo lugar a lo largo de la dictadura militar, ya observado en la

distribución de los ingresos laborales. Durante la década de 1980 la inequidad entre los ingresos

familiares no sólo aumentó por la ampliación de las brechas entre los ingresos laborales.

Influyeron, además, el incremento de la desocupación y de la subocupación12 y la mayor

proporción de empleos no registrados, que afectaron en mayor medida a los hogares de

menores ingresos.

13 Estos factores se vieron exacerbados durante la crisis hiperinflacionaria de

finales de esa década, de modo que en 1989 el coeficiente de Gini registró un sensible aumento.

Gráfico Nº 9. Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar en el Gran Buenos Aires y

en el total de aglomerados urbanos, 1974-2003.

0,363

0,398

0,437

0,422

0,456

0,446

0,532

0,472

0,477

Page 46: Distribucion de Ingresos en Argentina

0,462

0,463

0,485

0,494

0,502

0,497

0,507

0,494

0,511

0,522

0,525

0,527

0,20

0,25

0,30

0,35

0,40

0,45

0,50

0,55

1974

1980

1982

1986

1987

1988

Page 47: Distribucion de Ingresos en Argentina

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

II-2003

GBA Total de aglomerados urbanos

Nota: No se dispone de información para estimar el coeficiente de Gini en el conjunto de los aglomerados urbanos

para la totalidad de los años que median entre 1974 y 1986. Se empalmaron las series puntual y continua de la EPH

en base a información del primer trimestre del 2003.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

Page 48: Distribucion de Ingresos en Argentina

12 De acuerdo con las mediciones de la EPH, en octubre de 1982 la desocupación afectaba al 4,6% de la población

activa mientras que la subocupación ascendía al 6,4%. En el mismo mes de 1989, la desocupación llegaba al 7,1%

y la subocupación al 8,6%.

13 Para una discusión acerca de los factores asociados con la evolución de la desigualdad se puede consultar Altimir

y Beccaria (1999) y Beccaria y González (2005).

17

Si bien en 1990 este coeficiente volvió a disminuir, su valor quedó por encima del prevaleciente

en la década pasada. Posteriormente, luego de un período de cierta estabilidad –e incluso leve

disminución– de este indicador, volvió a ascender de forma sostenida a partir de 1994,

precisamente cuando la desocupación comenzaba a mostrarse como un problema neurálgico del

régimen de convertibilidad.

Este comportamiento obedece a varias causas. Por un lado, se observa que la tasa de empleo

tuvo una reducción mayor entre los miembros de los hogares de menores ingresos, entre los

cuales resultó más elevada tanto la tasa de desocupación como la de subocupación.

14 Por otro

lado, el mayor nivel de ocupaciones no registradas afectó también con mayor intensidad a estos

hogares. Asimismo, como ya se mencionó, los ingresos laborales se volvieron más heterogéneos

a lo largo de este período.

La persistente tendencia al incremento en la desigualdad continuó durante la crisis final del

régimen de convertibilidad, como consecuencia de la contracción del nivel de actividad y la

elevación del desempleo. Se debe señalar que el aumento en la inequidad hubiera sido mayor,

de no haberse implementado el Programa Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, ya que el

Page 49: Distribucion de Ingresos en Argentina

mismo benefició directamente a los hogares de menores recursos. En efecto, en respuesta a las

graves consecuencias sociales que estaba provocando la crisis económica, en mayo del 2002 se

implementó el Programa para Jefas y Jefes de Hogar desocupados, que llegó a cubrir en dicho

año a casi dos millones de beneficiarios, a través de un subsidio de $150 por hogar.

En suma, a lo largo de más de veinticinco años, el deterioro en el mercado laboral estuvo

asociado con un mayor grado de inequidad en la distribución del ingreso, tanto entre los

ocupados como entre los hogares en general. No sólo se ensancharon las distancias entre

quienes más y menos ganan en sus ocupaciones, sino que paralelamente la mayor

desocupación y subocupación, así como el deterioro en la calidad del empleo, afectaron en

mayor medida a los hogares de los estratos más bajos. Todo ello sustentó una tendencia al

incremento en la desigualdad, que además se vio exacerbada en los diversos períodos de crisis

económica. Desde 2003, en cambio, la trayectoria comenzó a revertirse, proceso que se analiza

en detalle en la próxima sección.

3.2.2. ¿Un cambio de tendencia?

Tras llegar a máximos valores históricos, el nivel de desigualdad ha mostrado una tendencia

decreciente en el marco de uno de los períodos de mayor crecimiento económico de la historia

argentina.

Desde 2003 se observó una reducción en el nivel de desigualdad en la distribución de los

ingresos de los ocupados, al tiempo que se incrementaba el empleo y aumentaban relativamente

más los ingresos de los trabajadores de menores calificaciones. Este proceso resultó potenciado

o, al menos, acelerado por la política oficial de ingresos en los primeros años de la

Page 50: Distribucion de Ingresos en Argentina

posconvertibilidad que contribuyó a aumentar relativamente más los ingresos de los trabajadores

de menores salarios. Se trata, fundamentalmente, de los incrementos de suma fija por decreto

implementados en diversas oportunidades entre 2002 y 2005, y del aumento del salario mínimo ,

14 La tasa de desocupación, que era del 6,3% en octubre de 1990, alcanzó el 17,7% en el mismo mes de 2000 (en

1995 y 1996 había alcanzado niveles incluso superiores). La tasa de subocupación se incrementó de 8,9% a 14,6%

en el mismo período.

18

vital y móvil desde una base de $250 en julio de 2003 hasta $800 en noviembre de 2006. Si bien

estas medidas se aplicaron exclusivamente sobre los salarios de los trabajadores registrados, la

experiencia ha demostrado que las mismas repercuten también indirectamente sobre el conjunto

de los ocupados.

El proceso de disminución de la desigualdad en el ingreso de los ocupados pareció estabilizarse

entre finales de los años 2005 y 2007 (Gráfico N° 10). En tanto, en 2008 se observó una nueva

reducción en la desigualdad, aunque no debe olvidarse que estos datos elaborados por el

INDEC han sido cuestionados y resultan poco confiables desde la intervención del instituto en el

año 2007.

En los dos últimos años, es decir entre 2008 y 2010, se volvió a verificar un leve incremento en la

inequidad, a pesar de la recuperación de la economía y del empleo tras el impacto de la crisis

internacional. El aumento en el ritmo de variación de los precios seguramente ha impactado

diferencialmente entre los distintos estratos de trabajadores, estando los trabajadores registrados

en una posición más ventajosa para negociar incrementos en sus remuneraciones nominales.

Page 51: Distribucion de Ingresos en Argentina

Gráfico Nº 10. Coeficiente de Gini del ingreso de la ocupación principal de los ocupados

en el Gran Buenos Aires y en el total de aglomerados urbanos, 2003-2010.

0,480

0,457

0,443

0,433

0,426

0,435

0,396

0,402

0,406

0,475

0,459

0,443

0,433

0,439

0,426

0,403

0,402

0,410

0,20

0,25

0,30

0,35

Page 52: Distribucion de Ingresos en Argentina

0,40

0,45

0,50

II-2003

IV-2003

IV-2004

IV-2005

IV-2006

IV-2007

IV-2008

IV-2009

II-2010

GBA Total de aglomerados urbanos

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

Sin embargo, en una visión del conjunto de la etapa se observa que la disminución en la

desigualdad durante la posconvertibilidad ha sido muy limitada. En efecto, a pesar del

extraordinario crecimiento de la economía argentina desde 2003, el coeficiente de Gini de los

ingresos laborales de los ocupados se redujo hasta niveles similares a los prevalecientes a

mediados de la década del noventa.

19

En el caso del Gran Buenos Aires, en donde se dispone de una serie de datos de plazo más

largo, puede observarse que la inequidad en los ingresos de los trabajadores es todavía muy

superior a la existente a inicios de la década del noventa. Si bien en la actualidad la tasa de

Page 53: Distribucion de Ingresos en Argentina

desocupación es sustantivamente menor que entonces, continúa observándose una alta

diferenciación en los salarios y la calidad de los empleos. Una diferencia fundamental, como es

sabido, es la que se establece entre los asalariados registrados y el resto de los trabajadores.

Gráfico Nº 11. Evolución del coeficiente de Gini del ingreso de la ocupación principal de

los ocupados en el Gran Buenos Aires y total de aglomerados urbanos, 1974-2010.

0,30

0,32

0,34

0,36

0,38

0,40

0,42

0,44

0,46

0,48

0,50

1974

1980

1982

1986

1987

1988

1989

1990

Page 54: Distribucion de Ingresos en Argentina

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

II-2003

IV-2003

IV-2004

IV-2005

IV-2006

IV-2007

IV-2008

IV-2009

II-2010

GBA

Total de aglomerados urbanos

Nota: No se dispone de información para estimar el coeficiente de Gini en el conjunto de los aglomerados urbanos

Page 55: Distribucion de Ingresos en Argentina

para la totalidad de los años que median entre 1974 y 1986. Se empalmaron las series puntual y continua de la EPH

en base a información del primer trimestre del 2003.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

La distribución de los ingresos familiares evidencia también una disminución en el grado de

desigualdad desde el año 2003. Como se puede observar en el Gráfico Nº 12, el coeficiente de

Gini del ingreso per cápita familiar de los hogares se redujo desde ese año, aunque dicho

proceso se concentró en el período que va hasta finales de 2005, ya que en 2006 hubo incluso

un aumento temporal en la desigualdad. En cambio, entre 2008 y 2010 –ya en base a la

información cuestionada del INDEC– el nivel de inequidad mostró, a diferencia de los ingresos

laborales, un descenso, pero muy leve.

El retroceso en la desigualdad en los ingresos familiares en este período fue mayor que en el

caso de los ingresos laborales, ya que se encuentra en la actualidad en niveles cercanos a los

prevalecientes a comienzos de la década del noventa (Gráfico Nº 13). Sin embargo, ello no

implica que se haya registrado un descenso de la inequidad mucho más significativo que en el

caso de los ingresos de los ocupados durante la posconvertibilidad, sino que no se había

20

verificado un incremento tan sensible en la desigualdad de los ingresos familiares durante la

vigencia del régimen de convertibilidad.

Gráfico Nº 12. Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de los hogares en el Gran

Buenos Aires y en el total de los aglomerados urbanos, 2003-2010.

Page 56: Distribucion de Ingresos en Argentina

0,555

0,569

0,509

0,484

0,508

0,489

0,458

0,463

0,457

0,543

0,524

0,494

0,482

0,492

0,476

0,468

0,460

0,461

0,20

0,25

0,30

0,35

0,40

0,45

0,50

0,55

Page 57: Distribucion de Ingresos en Argentina

0,60

II-2003

IV-2003

IV-2004

IV-2005

IV-2006

IV-2007

IV-2008

IV-2009

II-2010

GBA Total de aglomerados urbanos

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

En suma, si bien durante la posconvertibilidad ocurrió un descenso importante en el nivel de

desigualdad, tanto entre los ingresos de los ocupados como en los ingresos familiares, dicha

disminución no resultó suficiente para revertir el largo deterioro distributivo que tuvo lugar en el

país desde el abandono del modelo sustitutivo de importaciones a mediados de los años setenta.

Más aún, tampoco alcanzó para retrotraer la desigualdad al nivel que tenía a inicios de la década

del noventa.

En los años más recientes, no se observan disminuciones marcadas en la inequidad de los

ingresos familiares. Por el contrario, el nivel permanece prácticamente invariable. La

implementación de la Asignación Universal por Hijo no ha permitido modificar esta situación, al

menos según los datos disponibles hasta el segundo trimestre de 2010, cuando esta asignación

Page 58: Distribucion de Ingresos en Argentina

ya alcanzaba a alrededor de 3,5 millones de menores de 18 años.

15 En el caso de los ingresos

laborales, la desigualdad ha tendido a elevarse levemente desde 2008.

15 Sobre el alcance de esta política y sus efectos sobre la pobreza, la indigencia y la desigualdad puede consultarse

CIFRA (2010).

21

Gráfico Nº 13. Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de los hogares en el gran

Buenos Aires y en el total aglomerados urbanos, 1974-2010.

0,30

0,35

0,40

0,45

0,50

0,55

0,60

1974

1980

1982

1986

1987

Page 59: Distribucion de Ingresos en Argentina

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

II-2003

IV-2003

IV-2004

IV-2005

IV-2006

IV-2007

IV-2008

IV-2009

II-2010

GBA

Total de aglomerados urbanos

Page 60: Distribucion de Ingresos en Argentina

Nota: No se dispone de información para estimar el coeficiente de Gini en el conjunto de los aglomerados urbanos

para la totalidad de los años que median entre 1974 y 1986. Se empalmaron las series puntual y continua de la EPH

en base a información del primer trimestre del 2003.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares-INDEC.

Esta situación de estancamiento en los niveles de inequidad hace pensar que es necesario

realizar esfuerzos adicionales por lograr su reducción. En ese sentido las políticas públicas

redistributivas pueden jugar un papel compensador, elevando los ingresos de aquellos hogares

más desprotegidos. Sin embargo, una modificación radical en el grado de desigualdad implica la

consolidación de un patrón de crecimiento, en particular, un funcionamiento del mercado de

trabajo que tienda a reducir las desigualdades, no a ampliarlas. Sólo en una economía que

genere puestos de trabajo con un ritmo suficiente para mantener la desocupación en niveles

bajos puede lograrse una mayor equidad distributiva que se mantenga en el tiempo.

Referencias bibliográficas.

Altimir, Oscar y Luis Beccaria (1999) “Distribución del ingreso en la Argentina”, Serie Reformas

Económicas Nº 40, CEPAL.

Beccaria, Luis y Mariana González (2005) “Impactos de la dinámica del mercado de trabajo

sobre la distribución del ingreso y la pobreza”, presentado en las Cuartas Jornadas sobre

Page 61: Distribucion de Ingresos en Argentina

Mercado de Trabajo y Equidad en Argentina, Universidad Nacional de General Sarmiento.

CEPAL (2009) “Pobreza y desigualdad en el contexto de la crisis económica”, en Panorama

social de América Latina 2009.

22

CIFRA (2010), “La asignación universal por hijo. A un año de su implementación”, Documento de

trabajo Nº 7, Buenos Aires.

De Ferranti, David, Guillermo Perry, Francisco Ferreira y Michael Walton (2004) “Inequality in

Latin America and the Caribbean. Breaking with History?”, Banco Mundial, Washington.

Fabris, Julio (2002) “Estimación de la distribución del ingreso. El abandono de la distribución

funcional”, en VIII Jornadas de Epistemología de las Ciencias Económicas, Facultad de

Ciencias Económicas, UBA, octubre.

Page 62: Distribucion de Ingresos en Argentina