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Figura 24. El Diablo. El dios, los dioses y las imgenes sagradas de undeterminado estadio de desarrollo terminan convirtindose en los demonios,los diablos, los demiurgos y los dioses menospreciados del siguiente. En miopinin, sta es la ley suprema del desarrollo mitolgico (y no slo de lporque el mismo principio parece tambin aplicarse a cualquier otra acetadel desarrollo psicolgico!. El "ec"o es que lo que resulta natural yapropiado para un determinado estadio termina transormndose en algoarcaico, regresivo y pueril para el estadio siguiente. Es por ello que,contemplado desde el estadio superior, el estadio inerior #que una ve$

uera respetado y "asta venerado% es a"ora considerado como algodespreciable, algo en contra de lo cual "ay que luc"ar, algo a lo que "ayque terminar so&u$gando.

'o debera e)tra*arnos, pues, que la imagen clsica del Diablo que nospresenta la mitologa tarda de +ccidente (gura 24! constituya unarepresentacin casi perecta del tin. Destaquemos, en primer lugar, que setrata de una imagen claramente tinica, una imagen mitad animal y mitad"umana, en la que el acento est puesto en el aspecto animal. De "ec"o, setrata de una imagen asombrosamente parecida al -ec"icero de rois Fr/res.

0omo acabamos de mencionar, el desarrollo natural implica que la antiguaimagen de este -ec"icero, del dios supremo de los ca$adores tinicos,termine convirtindose, para el ego mental, en la encarnacin misma deldemonio. -ay que subrayar tambin, en segundo lugar, que esta guraincluye tambin una representacin correcta de la serpiente urobricapropia de este estadio, una serpiente que tan slo "a evolucionado a travsde los tres niveles ineriores #alimento, se)o y poder% lo cual esperectamente tinico. En tercer lugar, por 1ltimo, tambin debemosdestacar su evidente "ermaroditismo, un vestigio de la gura de la ran3adre. a serpiente, pues, suele ser la representacin del demonio,mientras que el in constituye la personicacin de 5atn, porque incluye

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tanto a la serpiente urobrica como a los aspectos ineriores de lanaturale$a "umana (se)ualidad, emocionalidad y magia!.

Desde un punto de vista ideal, los estadios ineriores deberantransormarse, ser trascendidos y terminar integrndose en los estadios

superiores. 6ero, para que puedan aparecer las motivaciones eidenticaciones supraordenadas, los estadios superiores deben sostener unaluc"a #una luc"a, en ocasiones muy violenta% con los niveles ineriores.7"ora bien, esta luc"a puede ser tan encarni$ada, como creo que ocurri en+ccidente, que no slo ocasione dierenciacin y trascendencia sinoasimismo represin y disociacin. +riente tambin desarroll el ego mental,tambin luc" en contra del urboros y del tin (como ilustra, por e&emplo,la victoria de 8ndra sobre 9itra!, pero la batalla no termin en disociacin yrepresin sino en dierenciacin y transormacin. Es por ello que todos losvie&os mitos orientales de la ran 3adre, de la serpiente y del tin,

terminaron siendo subsumidos e integrados en la mitologa nueva ysuperior. Es cierto que los antiguos dioses y diosas ueron consideradoscomo demonios o como imgenes de dioses menores, pero el "ec"o es quesu e)istencia ue reconocida y puesta al servicio (en ocasiones, en orma deatributos! de la imagen de un Dios superior. 0iertamente, pues, +rientetambin tiene sus imgenes diablicas pero no se las adora en y por smismas sino que son consideradas como maniestaciones ineriores de laDivinidad, como verdaderos protectores del D"arma (camino!.

7s pues, la gran disociacin entre el ego y el cuerpo%tin que tuvo lugar en+ccidente ue la verdadera causa de que el tin (escindido a"ora de la

conciencia! alcan$ara proporciones tan amena$adoras (como la de 5atn! yasumiera un signicado tan denitiva y absolutamente maligno. +ccidenteteme a 5atn porque 5atn personica al cuerpo%tin. 7 n de cuentas, eldesarrollo e)ige luc"ar contra los impulsos obsesivos que tienden a restituiruna conciencia e)clusivamente corporal pero, cuando se acosa de maneraimplacable al tin%5atn, se lo termina convirtiendo necesariamente en un:mal;, en un verdadero obstculo para la emergencia de las estructurassuperiores. +ccidente, en suma, olvid la m)ima que recomienda :dar alDiablo lo que le corresponde;. Es por ello que 5atn no terminintegrndose en la nueva mitologa de los Dioses 5olares (como tampoco lo

ue la ran 3adre! y algo parecido ocurri con la alienacin del cuerpollevada a cabo por el ego "eroico. :Dar al Diablo lo que le corresponde;signica reconocer que el tin cumple con una uncin concreta yapropiada, una uncin que, cuando es desempe*ada adecuadamente y demanera no obsesiva, sirve a la reproduccin del nivel prnico del compuesto"umano individual. El tin disociado, por consiguiente, se e)presa tanto enel desenreno obsesivo, por una parte, como en el puritanismo represivo y elbloqueo de la vida, por la otra, cuyas maniestaciones ms evidentes(aunque ciertamente no las 1nicas! son el sabbat" (gura 2

tin disociado se maniesta en el "edonismo, en la se)ualidad genitalobsesiva, en las perversiones, en el esteticismo e)clusivo, en el predominio

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del principio de placer y en el sentimentalismo, por una parte, y en el"iperintelectualismo, la mentalidad esqui$oide, la abstraccin estril, la"istoria divorciada de la naturale$a y el ego aterrori$ado ante el cuerpo, porla otra.

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