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Recepcion
Discurso del Meacutetodojpg

DISCURSO DEL MEacuteTODO

RENEacute DESCARTES

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RENEacute DESCARTES

DISCURSO DELMEacuteTODO

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ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Discurso del Meacutetodo

Para bien dirigir la razoacuten y buscar la verdad en las ciencias

Si este discurso parece demasiado largo para leiacutedo de una vezpuede dividirse en seis partes en la primera se hallaraacuten diferentesconsideraciones acerca de las ciencias en la segunda las reglasprincipales del meacutetodo que el autor ha buscado en la terceraalgunas otras de moral que ha podido sacar de aquel meacutetodo enla cuarta las razones con que prueba la existencia de Dios y delalma humana que son los fundamentos de su metafiacutesica en laquinta el orden de las cuestiones de fiacutesica que ha investigado yen particular la explicacioacuten del movimiento del corazoacuten y de al-gunas otras dificultades que atantildeen a la medicina y tambieacuten ladiferencia que hay entre nuestra alma y la de los animales y en lauacuteltima las cosas que cree necesarias para llegar en la investiga-cioacuten de la naturaleza maacutes allaacute de donde eacutel ha llegado y las razo-nes que le han impulsado a escribir

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 2: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

DISCURSO DEL MEacuteTODO

RENEacute DESCARTES

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RENEacute DESCARTES

DISCURSO DELMEacuteTODO

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Discurso del Meacutetodo

Para bien dirigir la razoacuten y buscar la verdad en las ciencias

Si este discurso parece demasiado largo para leiacutedo de una vezpuede dividirse en seis partes en la primera se hallaraacuten diferentesconsideraciones acerca de las ciencias en la segunda las reglasprincipales del meacutetodo que el autor ha buscado en la terceraalgunas otras de moral que ha podido sacar de aquel meacutetodo enla cuarta las razones con que prueba la existencia de Dios y delalma humana que son los fundamentos de su metafiacutesica en laquinta el orden de las cuestiones de fiacutesica que ha investigado yen particular la explicacioacuten del movimiento del corazoacuten y de al-gunas otras dificultades que atantildeen a la medicina y tambieacuten ladiferencia que hay entre nuestra alma y la de los animales y en lauacuteltima las cosas que cree necesarias para llegar en la investiga-cioacuten de la naturaleza maacutes allaacute de donde eacutel ha llegado y las razo-nes que le han impulsado a escribir

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 3: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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RENEacute DESCARTES

DISCURSO DELMEacuteTODO

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ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Discurso del Meacutetodo

Para bien dirigir la razoacuten y buscar la verdad en las ciencias

Si este discurso parece demasiado largo para leiacutedo de una vezpuede dividirse en seis partes en la primera se hallaraacuten diferentesconsideraciones acerca de las ciencias en la segunda las reglasprincipales del meacutetodo que el autor ha buscado en la terceraalgunas otras de moral que ha podido sacar de aquel meacutetodo enla cuarta las razones con que prueba la existencia de Dios y delalma humana que son los fundamentos de su metafiacutesica en laquinta el orden de las cuestiones de fiacutesica que ha investigado yen particular la explicacioacuten del movimiento del corazoacuten y de al-gunas otras dificultades que atantildeen a la medicina y tambieacuten ladiferencia que hay entre nuestra alma y la de los animales y en lauacuteltima las cosas que cree necesarias para llegar en la investiga-cioacuten de la naturaleza maacutes allaacute de donde eacutel ha llegado y las razo-nes que le han impulsado a escribir

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 4: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

RENEacute DESCARTES

DISCURSO DELMEacuteTODO

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ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Discurso del Meacutetodo

Para bien dirigir la razoacuten y buscar la verdad en las ciencias

Si este discurso parece demasiado largo para leiacutedo de una vezpuede dividirse en seis partes en la primera se hallaraacuten diferentesconsideraciones acerca de las ciencias en la segunda las reglasprincipales del meacutetodo que el autor ha buscado en la terceraalgunas otras de moral que ha podido sacar de aquel meacutetodo enla cuarta las razones con que prueba la existencia de Dios y delalma humana que son los fundamentos de su metafiacutesica en laquinta el orden de las cuestiones de fiacutesica que ha investigado yen particular la explicacioacuten del movimiento del corazoacuten y de al-gunas otras dificultades que atantildeen a la medicina y tambieacuten ladiferencia que hay entre nuestra alma y la de los animales y en lauacuteltima las cosas que cree necesarias para llegar en la investiga-cioacuten de la naturaleza maacutes allaacute de donde eacutel ha llegado y las razo-nes que le han impulsado a escribir

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 5: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Discurso del Meacutetodo

Para bien dirigir la razoacuten y buscar la verdad en las ciencias

Si este discurso parece demasiado largo para leiacutedo de una vezpuede dividirse en seis partes en la primera se hallaraacuten diferentesconsideraciones acerca de las ciencias en la segunda las reglasprincipales del meacutetodo que el autor ha buscado en la terceraalgunas otras de moral que ha podido sacar de aquel meacutetodo enla cuarta las razones con que prueba la existencia de Dios y delalma humana que son los fundamentos de su metafiacutesica en laquinta el orden de las cuestiones de fiacutesica que ha investigado yen particular la explicacioacuten del movimiento del corazoacuten y de al-gunas otras dificultades que atantildeen a la medicina y tambieacuten ladiferencia que hay entre nuestra alma y la de los animales y en lauacuteltima las cosas que cree necesarias para llegar en la investiga-cioacuten de la naturaleza maacutes allaacute de donde eacutel ha llegado y las razo-nes que le han impulsado a escribir

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 6: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

Primera parte

El buen sentido es lo que mejor repartido estaacute entre todo elmundo pues cada cual piensa que posee tan buena provisioacuten deeacutel que aun los maacutes descontentadizos respecto a cualquier otracosa no suelen apetecer maacutes del que ya tienen En lo cual no esverosiacutemil que todos se engantildeen sino que maacutes bien esto demues-tra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falsoque es propiamente lo que llamamos buen sentido o razoacuten esnaturalmente igual en todos los hombres y por lo tanto que ladiversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos seanmaacutes razonables que otros sino tan soacutelo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y no consideramos lasmismas cosas No basta en efecto tener el ingenio bueno loprincipal es aplicarlo bien Las almas maacutes grandes son capaces delos mayores vicios como de las mayores virtudes y los que andanmuy despacio pueden llegar mucho maacutes lejos si van siempre porel camino recto que los que corren pero se apartan de eacutel

Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio maacutesperfecto que los ingenios comunes hasta he deseado muchasveces tener el pensamiento tan raacutepido o la imaginacioacuten tan claray distinta o la memoria tan amplia y presente como algunosotros Y no seacute de otras cualidades sino eacutesas que contribuyan a laperfeccioacuten del ingenio pues en lo que toca a la razoacuten o al sentidosiendo como es la uacutenica cosa que nos hace hombres y nos dis-tingue de los animales quiero creer que estaacute entera en cada unode nosotros y seguir en esto la comuacuten opinioacuten de los filoacutesofosque dicen que el maacutes o el menos es soacutelo de los accidentes mas no

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 7: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie

Pero sin temor puedo decir que creo que fue una gran ven-tura para miacute el haberme metido desde joven por ciertos caminosque me han llevado a ciertas consideraciones y maacuteximas con lasque he formado un meacutetodo en el cual pareacuteceme que tengo unmedio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlopoco a poco hasta el punto maacutes alto a que la mediocridad de miingenio y la brevedad de mi vida puedan permitirle llegar Puestales frutos he recogido ya de ese meacutetodo que aun cuando en eljuicio que sobre miacute mismo hago procuro siempre inclinarme dellado de la desconfianza mejor que del de la presuncioacuten y aunqueal mirar con aacutenimo filosoacutefico las distintas acciones y empresas delos hombres no hallo casi ninguna que no me parezca vana einuacutetil sin embargo no deja de producir en miacute una extremada sa-tisfaccioacuten el progreso que pienso haber realizado ya en la investi-gacioacuten de la verdad y concibo tales esperanzas para el porvenir que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres pura-mente hombres hay alguna que sea soacutelidamente buena e impor-tante me atrevo a creer que es la que yo he elegido por miacutea

Puede ser no obstante que me engantildee y acaso lo que me pa-rece oro puro y diamante fino no sea sino un poco de cobre y devidrio Seacute cuaacuten expuestos estamos a equivocar nos cuando denosotros mismos se trata y cuaacuten sospechosos deben sernos tam-bieacuten los juicios de los amigos que se pronuncian en nuestro fa-vor Pero me gustariacutea dar a conocer en el presente discurso elcamino que he seguido y representar en eacutel mi vida como en uncuadro para que cada cual pueda formar su juicio y asiacute tomandoluego conocimiento por el rumor puacuteblico de las opiniones emi-tidas sea este un nuevo medio de instruirme que antildeadireacute a losque acostumbro emplear

Mi propoacutesito pues no es el de ensentildear aquiacute el meacutetodo quecada cual ha de seguir para dirigir bien su razoacuten sino soacutelo expo-ner el modo como yo he procurado conducir la miacutea Los que semeten a dar preceptos deben de estimarse maacutes haacutebiles que aque-

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 8: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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llos a quienes los dan y son muy censurables si faltan en la cosamaacutes miacutenima Pero como yo no propongo este escrito sino a mo-do de historia o si preferiacutes de faacutebula en la que entre ejemplosque podraacuten imitarse iraacuten acaso otros tambieacuten que con razoacuten noseraacuten seguidos espero que tendraacute utilidad para algunos sin sernocivo para nadie y que todo el mundo agradeceraacute mi franqueza

Desde la nintildeez fui criado en el estudio de las letras y comome aseguraban que por medio de ellas se podiacutea adquirir un cono-cimiento claro y seguro de todo cuanto es uacutetil para la vida sentiacuteayo un viviacutesimo deseo de aprenderlas Pero tan pronto como hubeterminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingresoen el nuacutemero de los hombres doctos cambieacute por completo deopinioacuten Pues me embargaban tantas dudas y errores que mepareciacutea que procurando instruirme no habiacutea conseguido maacutesprovecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia Y sinembargo estaba en una de las maacutes famosas escuelas de Europa en donde pensaba yo que debiacutea haber hombres sabios si los hayen alguacuten lugar de la tierra Alliacute habiacutea aprendido todo lo que losdemaacutes aprendiacutean y no contento auacuten con las ciencias que nosensentildeaban recorriacute cuantos libros pudieron caer en mis manosreferentes a las ciencias que se consideran como las maacutes curiosasy raras Conociacutea ademaacutes los juicios que se haciacutean de mi personay no veiacutea que se me estimase en menos que a mis condisciacutepulosentre los cuales algunos habiacutea ya destinados a ocupar los puestosque dejaran vacantes nuestros maestros Por uacuteltimo pareciacuteamenuestro siglo tan floreciente y feacutertil en buenos ingenios comohaya sido cualquiera deacute los precedentes Por todo lo cual me to-maba la libertad de juzgar a los demaacutes por miacute mismo y de pensarque no habiacutea en el mundo doctrina alguna como la que se mehabiacutea prometido anteriormente

No dejaba por eso de estimar en mucho los ejercicios que sehacen en las escuelas Sabiacutea que las lenguas que en ellas se apren-den son necesarias para la inteligencia de los libros antiguos quela gentileza de las faacutebulas despierta el ingenio que las accionesmemorables que cuentan las historias lo elevan y que leiacutedas con

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 9: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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discrecioacuten ayudan a formar el juicio que la lectura de todos losbuenos libros es como una conversacioacuten con los mejores inge-nios de los pasados siglos que los han compuesto y hasta unaconversacioacuten estudiada en la que no nos descubren sino lo maacutesselecto de sus pensamientos que la elocuencia posee fuerzas ybellezas incomparables que la poesiacutea tiene delicadezas y suavida-des que arrebatan que en las matemaacuteticas hay sutiliacutesimas inven-ciones que pueden ser de mucho servicio tanto para satisfacer alos curiosos como para facilitar las artes todas y disminuir el tra-bajo de los hombres que los escritos que tratan de las costum-bres encierran varias ensentildeanzas y exhortaciones a la virtudtodas muy uacutetiles que la teologiacutea ensentildea a ganar el cielo que lafilosofiacutea proporciona medios para hablar con verosimilitud detodas las cosas y recomendarse a la admiracioacuten de los menos sa-bios que la jurisprudencia la medicina y demaacutes ciencias honran yenriquecen a quienes las cultivan y por uacuteltimo que es bien ha-berlas recorrido todas aun las maacutes supersticiosas y las maacutes falsaspara conocer su justo valor y no dejarse engantildear por ellas

Pero creiacutea tambieacuten que ya habiacutea dedicado bastante tiempo alas lenguas e incluso a la lectura de los libros antiguos y a sushistorias y a sus faacutebulas Pues es casi lo mismo conversar congentes de otros siglos que viajar por extrantildeas tierras Bueno essaber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las delpropio con mejor acierto y no creer que todo lo que sea contra-rio a nuestras modas es ridiacuteculo y opuesto a la razoacuten como sue-len hacer los que no han visto nada Pero el que empleademasiado tiempo en viajar acaba por tornarse extranjero en supropio paiacutes y al que estudia con demasiada curiosidad lo que sehaciacutea en los siglos preteacuteritos ocuacuterrele de ordinario que permane-ce ignorante de lo que se practica en el presente Ademaacutes las faacute-bulas son causa de que imaginemos como posiblesacontecimientos que no lo son y aun las maacutes fieles historias su-puesto que no cambien ni aumenten el valor de las cosas parahacerlas maacutes dignas de ser leiacutedas omiten por lo menos casisiempre las circunstancias maacutes bajas y menos ilustres por lo cual

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 10: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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sucede que lo restante no aparece tal como es y que los que ajus-tan sus costumbres a los ejemplos que sacan de las historias seexponen a caer en las extravagancias de los paladines de nuestrasnovelas y a concebir designios a que no alcanzan sus fuerzas

Estimaba en mucho la elocuencia y era un enamorado de lapoesiacutea pero pensaba que una y otra son dotes del ingenio maacutesque frutos del estudio Los que tienen maacutes robusto razonar y di-gieren mejor sus pensamientos para hacerlos claros e inteligiblesson los maacutes capaces de llevar a los aacutenimos la persuasioacuten sobre loque proponen aunque hablen una peacutesima lengua y no hayanaprendido nunca retoacuterica y los que imaginan las maacutes agradablesinvenciones sabieacutendolas expresar con mayor ornato y suavidadseraacuten siempre los mejores poetas aun cuando desconozcan el artepoeacutetica

Gustaba sobre todo de las matemaacuteticas por la certeza y evi-dencia que poseen sus razones pero aun no advertiacutea cuaacutel era suverdadero uso y pensando que soacutelo para las artes mecaacutenicas ser-viacutean extrantildeaacutebame que siendo sus cimientos tan firmes y soacutelidosno se hubiese construido sobre ellos nada maacutes levantado Y encambio los escritos de los antiguos paganos referentes a las cos-tumbres comparaacutebalos con palacios muy soberbios y magniacuteficospero construidos sobre arena y barro levantan muy en alto lasvirtudes y las presentan como las cosas maacutes estimables que hay enel mundo pero no nos ensentildean bastante a conocerlas y muchasveces dan ese hermoso nombre a lo que no es sino insensibili-dad orgullo desesperacioacuten o parricidio

Profesaba una gran reverencia por nuestra teologiacutea y comocualquier otro pretendiacutea yo ganar el cielo Pero habiendo apren-dido como cosa muy cierta que el camino de la salvacioacuten estaacutetan abierto para los ignorantes como para los doctos y que lasverdades reveladas que allaacute conducen estaacuten muy por encima denuestra inteligencia nunca me hubiera atrevido a someterlas a laflaqueza de mis razonamientos pensando que para acometer laempresa de examinarlas y salir con bien de ella era preciso alguna

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 11: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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extraordinaria ayuda del cielo y ser por tanto algo maacutes quehombre

Nada direacute de la filosofiacutea sino que al ver que ha sido cultivadapor los maacutes excelentes ingenios que han vivido desde hace siglosy sin embargo nada hay en ella que no sea objeto de disputa ypor consiguiente dudoso no teniacutea yo la presuncioacuten de esperaracertar mejor que los demaacutes y considerando cuaacuten diversas pue-den ser las opiniones tocante a una misma materia sostenidastodas por gentes doctas aun cuando no puede ser verdadera maacutesque una sola reputaba casi por falso todo lo que no fuera maacutesque verosiacutemil

Y en cuanto a las demaacutes ciencias ya que toman sus principiosde la filosofiacutea pensaba yo que sobre tan endebles cimientos nopodiacutea haberse edificado nada soacutelido y ni el honor ni el provechoque prometen eran bastantes para invitarme a aprenderlas puesno me veiacutea gracias a Dios en tal condicioacuten que hubiese de hacerde la ciencia un oficio con que mejorar mi fortuna y aunque noprofesaba el desprecio de la gloria a lo ciacutenico sin embargo noestimaba en mucho aquella fama cuya adquisicioacuten soacutelo merced afalsos tiacutetulos puede lograrse Y por uacuteltimo en lo que toca a lasmalas doctrinas pensaba que ya conociacutea bastante bien su valorpara no dejarme burlar ni por las promesas de un alquimista nipor las predicciones de un astroacutelogo ni por los engantildeos de unmago ni por los artificios o la presuncioacuten de los que profesansaber maacutes de lo que saben

Asiacute pues tan pronto como estuve en edad de salir de la suje-cioacuten en que me teniacutean mis preceptores abandoneacute del todo elestudio de las letras y resuelto a no buscar otra ciencia que la quepudiera hallar en miacute mismo o en el gran libro del mundo empleeacuteel resto de mi juventud en viajar en ver cortes y ejeacutercitos en cul-tivar la sociedad de gentes de condiciones y humores diversos enrecoger varias experiencias en ponerme a miacute mismo a prueba enlos casos que la fortuna me deparaba y en hacer siempre talesreflexiones sobre las cosas que se me presentaban que pudierasacar alguacuten provecho de ellas Pues pareciacuteame que podiacutea hallar

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 12: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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mucha maacutes verdad en los razonamientos que cada uno hace acer-ca de los asuntos que le atantildeen expuesto a que el suceso vengaluego a castigarle si ha juzgado mal que en los que discurre unhombre de letras encerrado en su despacho acerca de especula-ciones que no producen efecto alguno y que no tienen para eacutelotras consecuencias sino que acaso sean tanto mayor motivopara envanecerle cuanto maacutes se aparten del sentido comuacutenpuesto que habraacute tenido que gastar maacutes ingenio y artificio en pro-curar hacerlas verosiacutemiles Y siempre sentiacutea un deseo extremadode aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro enmis actos y andar seguro por esta vida

Es cierto que mientras me limitaba a considerar las costum-bres de los otros hombres apenas hallaba cosa segura y firme yadvertiacutea casi tanta diversidad como antes en las opiniones de losfiloacutesofos De suerte que el mayor provecho que obteniacutea era queviendo varias cosas que a pesar de parecernos muy extravagantesy ridiacuteculas no dejan de ser admitidas comuacutenmente y aprobadaspor otros grandes pueblos aprendiacutea a no creer con demasiadafirmeza en lo que soacutelo el ejemplo y la costumbre me habiacutean per-suadido y asiacute me libraba poco a poco de muchos errores quepueden oscurecer nuestra luz natural y tornarnos menos aptospara escuchar la voz de la razoacuten Mas cuando hube pasado variosantildeos estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir al-guna experiencia resolviacuteme un diacutea a estudiar tambieacuten en miacute mis-mo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la eleccioacuten dela senda que debiacutea seguir lo cual me salioacute mucho mejor seguacutencreo que si no me hubiese nunca alejado de mi tierra y de mislibros

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 13: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Segunda parte

Hallaacutebame por entonces en Alemania adonde me llamara laocasioacuten de unas guerras que aun no han terminado y volviendode la coronacioacuten del Emperador hacia el ejeacutercito cogioacuteme el co-mienzo del invierno en un lugar en donde no encontrando con-versacioacuten alguna que me divirtiera y no teniendo tampoco porfortuna cuidados ni pasiones que perturbaran mi aacutenimo perma-neciacutea el diacutea entero solo y encerrado junto a una estufa con todala tranquilidad necesaria para entregarme a mis pensamientosEntre los cuales fue uno de los primeros el ocurriacuterseme conside-rar que muchas veces sucede que no hay tanta perfeccioacuten en lasobras compuestas de varios trozos y hechas por las manos demuchos maestros como en aquellas en que uno solo ha trabaja-do Asiacute vemos que los edificios que un solo arquitecto ha co-menzado y rematado suelen ser maacutes hermosos y mejorordenados que aquellos otros que varios han tratado de compo-ner y arreglar utilizando antiguos muros construidos para otrosfines Esas viejas ciudades que no fueron al principio sino aldeasy que con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes ur-bes estaacuten por lo comuacuten muy mal trazadas y acompasadas si lascomparamos con esas otras plazas regulares que un ingenierodisentildea seguacuten su fantasiacutea en una llanura y aunque considerandosus edificios uno por uno encontremos a menudo en ellos tanto omaacutes arte que en los de estas uacuteltimas ciudades nuevas sin embar-go viendo coacutemo estaacuten arreglados aquiacute uno grande allaacute otro pe-quentildeo y coacutemo hacen las calles curvas y desiguales diriacutease quemaacutes bien es la fortuna que la voluntad de unos hombres provistos

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 14: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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de razoacuten la que los ha dispuesto de esa suerte Y si se consideraque sin embargo siempre ha habido unos oficiales encargados decuidar de que los edificios de los particulares sirvan al ornato puacute-blico bien se reconoceraacute cuaacuten difiacutecil es hacer cumplidamente lascosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros Asiacute tambieacutenimaginaba yo que esos pueblos que fueron antantildeo medio salvajesy han ido civilizaacutendose poco a poco haciendo sus leyes conformeles iba obligando la incomodidad de los criacutemenes y peleas nopueden estar tan bien constituidos como los que desde que sejuntaron han venido observando las constituciones de alguacuten pru-dente legislador Como tambieacuten es muy cierto que el estado de laverdadera religioacuten cuyas ordenanzas Dios solo ha instituido debeestar incomparablemente mejor arreglado que todos los demaacutes Ypara hablar de las cosas humanas creo que si Esparta ha sidoantantildeo muy floreciente no fue por causa de la bondad de cadauna de sus leyes en particular que algunas eran muy extrantildeas yhasta contrarias a las buenas costumbres sino porque habiendosido inventadas por uno solo todas tendiacutean al mismo fin Y asiacutepenseacute yo que las ciencias de los libros por lo menos aquellas cu-yas razones son solo probables y carecen de demostraciones ha-bieacutendose compuesto y aumentado poco a poco con las opinionesde varias personas diferentes no son tan proacuteximas a la verdadcomo los simples razonamientos que un hombre de buen sentidopuede hacer naturalmente acerca de las cosas que se presentanY tambieacuten pensaba yo que como hemos sido todos nosotrosnintildeos antes de ser hombres y hemos tenido que dejarnos regirdurante mucho tiempo por nuestros apetitos y nuestros precepto-res que muchas veces eran contrarios unos a otros y ni unos niotros nos aconsejaban acaso siempre lo mejor es casi imposibleque sean nuestros juicios tan puros y tan soacutelidos como lo fueransi desde el momento de nacer tuvieacuteramos el uso pleno de nues-tra razoacuten y no hubieacuteramos sido nunca dirigidos maacutes que por eacutesta

Verdad es que no vemos que se derriben todas las casas deuna ciudad con el uacutenico propoacutesito de reconstruirlas en otra mane-ra y de hacer maacutes hermosas las calles pero vemos que muchos

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 15: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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particulares mandan echar abajo sus viviendas para reedificarlas ymuchas veces son forzados a ello cuando los edificios estaacuten enpeligro de caerse por no ser ya muy firmes los cimientos Antecuyo ejemplo llegueacute a persuadirme de que no seriacutea en verdadsensato que un particular se propusiera reformar un Estado cam-biaacutendolo todo desde los cimientos y derribaacutendolo para endere-zarlo ni aun siquiera reformar el cuerpo de las ciencias o el ordenestablecido en las escuelas para su ensentildeanza pero que por loque toca a las opiniones a que hasta entonces habiacutea dado mi creacute-dito no podiacutea yo hacer nada mejor que emprender de una vez lalabor de suprimirlas para sustituirlas luego por otras mejores opor las mismas cuando las hubiere ajustado al nivel de la razoacutenY tuve firmemente por cierto que por este medio conseguiriacuteadirigir mi vida mucho mejor que si me contentase con edificarsobre cimientos viejos y me apoyase solamente en los principiosque habiacutea aprendido siendo joven sin haber examinado nunca sieran o no verdaderos Pues si bien en esta empresa veiacutea variasdificultades no eran empero de las que no tienen remedio nipueden compararse con las que hay en la reforma de las menorescosas que atantildeen a lo puacuteblico Estos grandes cuerpos poliacuteticos esmuy difiacutecil levantarlos una vez que han sido derribados o aunsostenerlos en pie cuando se tambalean y sus caiacutedas son necesa-riamente muy duras Ademaacutes en lo tocante a sus imperfeccionessi las tienen ndashy soacutelo la diversidad que existe entre ellos basta paraasegurar que varios las tienenndash el uso las ha suavizado mucho sinduda y hasta ha evitado o corregido insensiblemente no pocas deentre ellas que con la prudencia no hubieran podido remediarsetan eficazmente y por uacuteltimo son casi siempre maacutes soportablesque lo seriacutea el cambiarlas como los caminos reales que serpen-tean por las montantildeas se hacen poco a poco tan llanos y coacutemo-dos por el mucho traacutensito que es muy preferible seguirlos queno meterse en acortar saltando por encima de las rocas y bajandohasta el fondo de las simas

Por todo esto no puedo en modo alguno aplaudir a esoshombres de caraacutecter inquieto y atropellado que sin ser llamados

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 16: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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ni por su alcurnia ni por su fortuna al manejo de los negociospuacuteblicos no dejan de hacer siempre en idea alguna reforma nue-va y si creyera que hay en este escrito la menor cosa que pudierahacerme sospechoso de semejante insensatez no hubiera con-sentido en su publicacioacuten Mis designios no han sido nunca otrosque tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobreun terreno que me pertenece a miacute solo Si habieacutendome gustadobastante mi obra os ensentildeo aquiacute el modelo no significa esto quequiera yo aconsejar a nadie que me imite Los que hayan recibidode Dios mejores y maacutes abundantes mercedes tendraacuten sin dudamaacutes levantados propoacutesitos pero mucho me temo que eacuteste miacuteono sea ya demasiado audaz para algunas personas Ya la meraresolucioacuten de deshacerse de todas las opiniones recibidas ante-riormente no es un ejemplo que todos deban seguir Y el mundose compone casi soacutelo de dos especies de ingenios a quienes esteejemplo no conviene en modo alguno y son a saber de los quecreyeacutendose maacutes haacutebiles de lo que son no pueden contener laprecipitacioacuten de sus juicios ni conservar la bastante paciencia paraconducir ordenadamente todos sus pensamientos por dondesucede que si una vez se hubiesen tomado la libertad de dudar delos principios que han recibido y de apartarse del camino comuacutennunca podraacuten mantenerse en la senda que hay que seguir para irmaacutes en derechura y permaneceraacuten extraviados toda su vida y deotros que poseyendo bastante razoacuten o modestia para juzgar queson menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso queotras personas de quienes pueden recibir instruccioacuten deben maacutesbien contentarse con seguir las opiniones de esas personas quebuscar por siacute mismos otras mejores

Y yo hubiera sido sin duda de esta uacuteltima especie de inge-nios si no hubiese tenido en mi vida maacutes que un solo maestro ono hubiese sabido cuaacuten diferentes han sido en todo tiempo lasopiniones de los maacutes doctos Mas habiendo aprendido en el co-legio que no se puede imaginar nada por extrantildeo e increiacuteble quesea que no haya sido dicho por alguno de los filoacutesofos y habien-do visto luego en mis viajes que no todos los que piensan de

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 17: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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modo contrario al nuestro son por ello baacuterbaros y salvajes sinoque muchos hacen tanto o maacutes uso que nosotros de la razoacuten yhabiendo considerado que un mismo hombre con su mismoingenio si se ha criado desde nintildeo entre franceses o alemanesllega a ser muy diferente de lo que seriacutea si hubiese vivido siempreentre chinos o caniacutebales y que hasta en las modas de nuestrostrajes lo que nos ha gustado hace diez antildeos y acaso vuelva agustarnos dentro de otros diez nos parece hoy extravagante yridiacuteculo de suerte que maacutes son la costumbre y el ejemplo los quenos persuaden que un conocimiento cierto y que sin embargola multitud de votos no es una prueba que valga para las verdadesalgo difiacuteciles de descubrir porque maacutes verosiacutemil es que un hom-bre solo deacute con ellas que no todo un pueblo no podiacutea yo elegir auna persona cuyas opiniones me parecieran preferibles a las delas demaacutes y me vi como obligado a emprender por miacute mismo latarea de conducirme

Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuri-dad resolviacute ir tan despacio y emplear tanta circunspeccioacuten entodo que a trueque de adelantar poco me guardariacutea al menosmuy bien de tropezar y caer E incluso no quise empezar a desha-cerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieronantantildeo deslizarse en mi creencia sin haber sido introducidas porla razoacuten hasta despueacutes de pasar buen tiempo dedicado al pro-yecto de la obra que iba a emprender buscando el verdaderomeacutetodo para llegar al conocimiento de todas las cosas de que miespiacuteritu fuera capaz

Habiacutea estudiado un poco cuando era maacutes joven de las partesde la filosofiacutea la loacutegica y de las matemaacuteticas el anaacutelisis de losgeoacutemetras y el aacutelgebra tres artes o ciencias que debiacutean al parecercontribuir algo a mi propoacutesito Pero cuando las examineacute hube denotar que en lo tocante a la loacutegica sus silogismos y la mayorparte de las demaacutes instrucciones que da maacutes sirven para explicara otros las cosas ya sabidas o incluso como el arte de Lulio parahablar sin juicio de las ignoradas que para aprenderlas Y si biencontiene en verdad muchos muy buenos y verdaderos precep-

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 18: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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tos hay sin embargo mezclados con ellos tantos otros nocivos osuperfluos que separarlos es casi tan difiacutecil como sacar una Dianao una Minerva de un bloque de maacutermol sin desbastar Luego enlo tocante al anaacutelisis de los antiguos y al aacutelgebra de los modernosaparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias queno parecen ser de ninguacuten uso el primero estaacute siempre tan cons-trentildeido a considerar las figuras que no puede ejercitar el enten-dimiento sin cansar grandemente la imaginacioacuten y en la segundatanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertascifras que han hecho de ella un arte confuso y oscuro buenopara enredar el ingenio en lugar de una ciencia que lo cultive Portodo lo cual penseacute que habiacutea que buscar alguacuten otro meacutetodo quejuntase las ventajas de esos tres excluyendo sus defectos

Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpaa los vicios siendo un Estado mucho mejor regido cuando haypocas pero muy estrictamente observadas asiacute tambieacuten en lugardel gran nuacutemero de preceptos que encierra la loacutegica creiacute que mebastariacutean los cuatro siguientes supuesto que tomase una firme yconstante resolucioacuten de no dejar de observarlos una vez siquiera

Fue el primero no admitir como verdadera cosa alguna co-mo no supiese con evidencia que lo es es decir evitar cuidado-samente la precipitacioacuten y la prevencioacuten y no comprender en misjuicios nada maacutes que lo que se presentase tan clara y distinta-mente a miacute espiacuteritu que no hubiese ninguna ocasioacuten de ponerloen duda

El segundo dividir cada una de las dificultades que examina-re en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su me-jor solucioacuten

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos em-pezando por los objetos maacutes simples y maacutes faacuteciles de conocerpara ir ascendiendo poco a poco gradualmente hasta el conoci-miento de los maacutes compuestos e incluso suponiendo un ordenentre los que no se preceden naturalmente

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 19: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Y el uacuteltimo hacer en todo unos recuentos tan integrales yunas revisiones tan generales que llegase a estar seguro de noomitir nada

Esas largas series de trabadas razones muy simples y faacutecilesque los geoacutemetras acostumbran emplear para llegar a sus maacutesdifiacuteciles demostraciones habiacuteanme dado ocasioacuten de imaginar quetodas las cosas de que el hombre puede adquirir conocimientose siguen unas a otras en igual manera y que con soacutelo abstenersede admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre elorden necesario para deducirlas unas de otras no puede haberninguna por lejos que se halle situada o por oculta que esteacute queno se llegue a alcanzar y descubrir Y no me canseacute mucho en bus-car por cuaacuteles era preciso comenzar pues ya sabiacutea que por lasmaacutes simples y faacuteciles de conocer y considerando que entre todoslos que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias soacutelolos matemaacuteticos han podido encontrar algunas demostracionesesto es algunas razones ciertas y evidentes no dudaba de quehabiacutea que empezar por las mismas que ellos han examinado auncuando no esperaba sacar de aquiacute ninguna otra utilidad sinoacostumbrar mi espiacuteritu a saciarse de verdades y a no contentarsecon falsas razones Mas no por eso concebiacute el propoacutesito de pro-curar aprender todas las ciencias particulares denominadas co-muacutenmente matemaacuteticas y viendo que aunque sus objetos sondiferentes todas sin embargo coinciden en que no consideransino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en lostales objetos penseacute que maacutes valiacutea limitarse a examinar esas pro-porciones en general suponieacutendolas solo en aquellos asuntos quesirviesen para hacerme maacutes faacutecil su conocimiento y hasta no su-jetaacutendolas a ellos de ninguna manera para poder despueacutes aplicar-las tanto maacutes libremente a todos los demaacutes a que pudieranconvenir Luego advertiacute que para conocerlas tendriacutea a veces ne-cesidad de considerar cada una de ellas en particular y otras ve-ces tan solo retener o comprender varias juntas y penseacute quepara considerarlas mejor en particular debiacutea suponerlas en liacuteneasporque no encontraba nada maacutes simple y que maacutes distintamente

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 20: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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pudiera yo representar a mi imaginacioacuten y mis sentidos pero quepara retener o comprender varias juntas era necesario que lasexplicase en algunas cifras las maacutes cortas que fuera posible yque por este medio tomaba lo mejor que hay en el anaacutelisis geo-meacutetrico y en el aacutelgebra y corregiacutea asiacute todos los defectos de unapor el otro

Y efectivamente me atrevo a decir que la exacta observacioacutende los pocos preceptos por miacute elegidos me dio tanta facilidadpara desenmarantildear todas las cuestiones de que tratan esas dosciencias que en dos o tres meses que empleeacute en examinarlas ha-biendo comenzado por las maacutes simples y generales y siendo cadaverdad que encontraba una regla que me serviacutea luego para en-contrar otras no soacutelo conseguiacute resolver varias cuestiones queantes habiacutea considerado como muy difiacuteciles sino que hasta meparecioacute tambieacuten hacia el final que incluso en las que ignorabapodriacutea determinar por queacute medios y hasta doacutende era posible re-solverlas En lo cual acaso no me acusareacuteis de excesiva vanidad siconsideraacuteis que supuesto que no hay sino una verdad en cadacosa el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella yque por ejemplo un nintildeo que sabe aritmeacutetica y hace una sumaconforme a las reglas puede estar seguro de haber hallado acercade la suma que examinaba todo cuanto el humano ingenio puedahallar porque al fin y al cabo el meacutetodo que ensena a seguir elorden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todasde lo que se busca contiene todo lo que confiere certidumbre alas reglas de la aritmeacutetica

Pero lo que maacutes contento me daba en este meacutetodo era quecon eacutel teniacutea la seguridad de emplear mi razoacuten en todo si no per-fectamente por lo menos lo mejor que fuera en mi poder Sincontar con que aplicaacutendolo sentiacutea que mi espiacuteritu se iba acos-tumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor clari-dad y distincioacuten y que no habieacutendolo sujetado a ninguna materiaparticular prometiacuteame aplicarlo con igual fruto a las dificultadesde las otras ciencias como lo habiacutea hecho a las del aacutelgebra Nopor eso me atreviacute a empezar luego a examinar todas las que se

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 21: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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presentaban pues eso mismo fuera contrario al orden que elmeacutetodo prescribe pero habiendo advertido que los principios delas ciencias teniacutean que estar todos tomados de la filosofiacutea en laque aun no hallaba ninguno que fuera cierto penseacute que ante todoera preciso procurar establecer algunos de esta clase y siendo estola cosa maacutes importante del mundo y en la que son maacutes de temerla precipitacioacuten y la prevencioacuten creiacute que no debiacutea acometer laempresa antes de haber llegado a maacutes madura edad que la deveintitreacutes antildeos que entonces teniacutea y de haber dedicado buenespacio de tiempo a prepararme desarraigando de mi espiacuteritutodas las malas opiniones a que habiacutea dado entrada antes de aqueltiempo haciendo tambieacuten acopio de experiencias varias que fue-ran despueacutes la materia de mis razonamientos y por uacuteltimo ejer-citaacutendome sin cesar en el meacutetodo que me habiacutea prescrito paraafianzarlo mejor en mi espiacuteritu

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 22: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Tercera parte

Por uacuteltimo como para empezar a reconstruir el alojamientoen donde uno habita no basta haberlo derribado y haber hechoacopio de materiales y de arquitectos o haberse ejercitado unomismo en la arquitectura y haber trazado ademaacutes cuidadosamenteel disentildeo del nuevo edificio sino que tambieacuten hay que proveersede alguna otra habitacioacuten en donde pasar coacutemodamente el tiem-po que dure el trabajo asiacute pues con el fin de no permanecerirresoluto en mis acciones mientras la razoacuten me obligaba a serloen mis juicios y no dejar de vivir desde luego con la mejor ven-tura que pudiese hube de arreglarme una moral provisional queno consistiacutea sino en tres o cuatro maacuteximas que con mucho gustovoy a comunicaros

La primera fue seguir las leyes y las costumbres de mi paiacutesconservando constantemente la religioacuten en que la gracia de Dioshizo que me instruyeran desde nintildeo rigieacutendome en todo lo de-maacutes por las opiniones maacutes moderadas y maacutes apartadas de todoexceso que fuesen comuacutenmente admitidas en la praacutectica por losmaacutes sensatos de aquellos con quienes tendriacutea que vivir Porquehabiendo comenzado ya a no contar para nada con las miacuteas pro-pias puesto que pensaba someterlas todas a un nuevo examenestaba seguro de que no podiacutea hacer nada mejor que seguir las delos maacutes sensatos Y aun cuando entre los persas y los chinos hayquizaacute hombres tan sensatos como entre nosotros pareciacuteame quelo maacutes uacutetil era acomodarme a aquellos con quienes tendriacutea quevivir y que para saber cuaacuteles eran sus verdaderas opiniones debiacuteafijarme maacutes bien en lo que haciacutean que en lo que deciacutean no soacutelo

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 23: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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porque dada la corrupcioacuten de nuestras costumbres hay pocaspersonas que consientan en decir lo que creen sino tambieacuten por-que muchas lo ignoran pues el acto del pensamiento por el cualuno cree una cosa es diferente de aquel otro por el cual uno co-noce que la cree y por lo tanto muchas veces se encuentra aqueacutelsin eacuteste Y entre varias opiniones igualmente admitidas elegiacutea lasmaacutes moderadas no soacutelo porque son siempre las maacutes coacutemodaspara la praacutectica y verosiacutemilmente las mejores ya que todo excesosuele ser malo sino tambieacuten para alejarme menos del verdaderocamino en caso de error si habiendo elegido uno de los extre-mos fuese el otro el que debiera seguirse Y en particular consi-deraba yo como un exceso toda promesa por la cual se enajenauna parte de la propia libertad no que yo desaprobase las leyesque para poner remedio a la inconstancia de los espiacuteritus deacutebilespermiten cuando se tiene alguacuten designio bueno o incluso para laseguridad del comercio en designios indiferentes hacer votos ocontratos obligaacutendose a perseverancia pero como no veiacutea en elmundo cosa alguna que permaneciera siempre en ideacutentico estadoy como en lo que a miacute mismo se refiere esperaba perfeccionarmaacutes y maacutes mis juicios no empeorarlos hubiera yo creiacutedo cometeruna grave falta contra el buen sentido si por soacutelo el hecho deaprobar por entonces alguna cosa me obligara a tenerla tambieacutenpor buena maacutes tarde habiendo ella acaso dejado de serlo o ha-biendo yo dejado de estimarla como tal

Mi segunda maacutexima fue la de ser en mis acciones lo maacutes fir-me y resuelto que pudiera y seguir tan constante en las maacutes dudo-sas opiniones una vez determinado a ellas como si fuesenseguriacutesimas imitando en esto a los caminantes que extraviadospor alguacuten bosque no deben andar errantes dando vueltas por unay otra parte ni menos detenerse en un lugar sino caminar siem-pre lo maacutes derecho que puedan hacia un sitio fijo sin cambiar dedireccioacuten por leves razones aun cuando en un principio haya sidosoacutelo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo puesde este modo si no llegan precisamente adonde quieren ir por lomenos acabaraacuten por llegar a alguna parte en donde es de pensar

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 24: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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que estaraacuten mejor que no en medio del bosque Y asiacute puesto quemuchas veces las acciones de la vida no admiten demora es ver-dad muy cierta que si no estaacute en nuestro poder el discernir lasmejores opiniones debemos seguir las maacutes probables y aunqueno encontremos maacutes probabilidad en unas que en otras debe-mos no obstante decidirnos por algunas y considerarlas despueacutesno ya como dudosas en cuanto que se refieren a la praacutectica sinocomo muy verdaderas y muy ciertas porque la razoacuten que nos hadeterminado lo es Y esto fue bastante para librarme desde en-tonces de todos los arrepentimientos y remordimientos que sue-len agitar las consciencias de esos espiacuteritus endebles y vacilantesque se dejan ir inconstantes a practicar como buenas las cosas queluego juzgan malas

Mi tercera maacutexima fue procurar siempre vencerme a miacute mis-mo antes que a la fortuna y alterar mis deseos antes que el ordendel mundo y generalmente acostumbrarme a creer que nada hayque esteacute enteramente en nuestro poder sino nuestros propiospensamientos de suerte que despueacutes de haber obrado lo mejorque hemos podido en lo tocante a las cosas exteriores todo loque falla en el eacutexito es para nosotros absolutamente imposible Yesto soacutelo me pareciacutea bastante para apartarme en lo porvenir dedesear algo sin conseguirlo y tenerme asiacute contento pues comonuestra voluntad no se determina naturalmente a desear sino lascosas que nuestro entendimiento le representa en cierto modocomo posibles es claro que si todos los bienes que estaacuten fuera denosotros los consideramos como igualmente inasequibles a nues-tro poder no sentiremos pena alguna por carecer de los que pa-recen debidos a nuestro nacimiento cuando nos veamos privadosde ellos sin culpa nuestra como no la sentimos por no ser duentildeosde los reinos de la China o de Meacutejico y haciendo como sueledecirse de necesidad virtud no sentiremos mayores deseos deestar sanos estando enfermos o de estar libres estando encarce-lados que ahora sentimos de poseer cuerpos compuestos de ma-teria tan poco corruptible como el diamante o alas para volarcomo los paacutejaros Pero confieso que son precisos largos ejercicios

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 25: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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y reiteradas meditaciones para acostumbrarse a mirar todas lascosas por ese aacutengulo y creo que en esto consistiacutea principalmenteel secreto de aquellos filoacutesofos que pudieron antantildeo sustraerse alimperio de la fortuna y a pesar de los sufrimientos y la pobrezaentrar en competencia de ventura con los propios dioses Puesocupados sin descanso en considerar los liacutemites prescritos por lanaturaleza persuadiacuteanse tan perfectamente de que nada teniacutean ensu poder sino sus propios pensamientos que esto soacutelo era bas-tante a impedirles sentir afecto hacia otras cosas y disponiacutean deesos pensamientos tan absolutamente que teniacutean en esto ciertarazoacuten de estimarse maacutes ricos y poderosos y maacutes libres y biena-venturados que ningunos otros hombres los cuales no teniendoesta filosofiacutea no pueden por mucho que les hayan favorecido lanaturaleza y la fortuna disponer nunca como aquellos filoacutesofosde todo cuanto quieren

En fin como conclusioacuten de esta moral ocurrioacuteseme conside-rar una por una las diferentes ocupaciones a que los hombresdedican su vida para procurar elegir la mejor y sin querer decirnada de las de los demaacutes penseacute que no podiacutea hacer nada mejorque seguir en la misma que teniacutea es decir aplicar mi vida enteraal cultivo de mi razoacuten y adelantar cuanto pudiera en el conoci-miento de la verdad seguacuten el meacutetodo que me habiacutea prescritoTan extremado contento habiacutea sentido ya desde que empeceacute aservirme de ese meacutetodo que no creiacutea que pudiera recibirse otromaacutes suave e inocente en esta vida y descubriendo cada diacutea consu ayuda algunas verdades que me pareciacutean bastante importantesy generalmente ignoradas de los otros hombres la satisfaccioacutenque experimentaba llenaba tan cumplidamente mi espiacuteritu quetodo lo restante me era indiferente Ademaacutes las tres maacuteximasanteriores fundaacutebanse soacutelo en el propoacutesito que yo abrigaba decontinuar instruyeacutendome pues habiendo dado Dios a cada hom-bre alguna luz con que discernir lo verdadero de lo falso no hu-biera yo creiacutedo un solo momento que debiacutea contentarme con lasopiniones ajenas de no haberme propuesto usar de mi propiojuicio para examinarlas cuando fuera tiempo y no hubiera podido

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 26: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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librarme de escruacutepulos al seguirlas si no hubiese esperado apro-vechar todas las ocasiones para encontrar otras mejores dadocaso que las hubiese y por uacuteltimo no habriacutea sabido limitar misdeseos y estar contento si no hubiese seguido un camino pordonde al mismo tiempo que asegurarme la adquisicioacuten de todoslos conocimientos que yo pudiera pensaba tambieacuten por el mismomodo llegar a conocer todos los verdaderos bienes que estuviesenen mi poder pues no determinaacutendose nuestra voluntad a seguir oa evitar cosa alguna sino porque nuestro entendimiento se larepresenta como buena o mala basta juzgar bien para obrar bieny juzgar lo mejor que se pueda para obrar tambieacuten lo mejor quese pueda es decir para adquirir todas las virtudes y con ellascuantos bienes puedan lograrse y cuando uno tiene la certidum-bre de que ello es asiacute no puede por menos de estar contento

Habieacutendome pues afirmado en estas maacuteximas las cuales pu-se aparte juntamente con las verdades de la fe que siempre hansido las primeras en mi creencia penseacute que de todas mis otrasopiniones podiacutea libremente empezar a deshacerme y como espe-raba conseguirlo mejor conversando con los hombres que per-maneciendo por maacutes tiempo encerrado en el cuarto en dondehabiacutea meditado todos esos pensamientos proseguiacute mi viaje antesde que el invierno estuviera del todo terminado Y en los nueveantildeos siguientes no hice otra cosa sino andar de acaacute para allaacute porel mundo procurando ser maacutes bien espectador que actor en lascomedias que en eacutel se representan e instituyendo particularesreflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerlasospechosa y dar ocasioacuten a equivocarnos llegueacute a arrancar de miespiacuteritu en todo ese tiempo cuantos errores pudieron deslizarseanteriormente Y no es que imitara a los esceacutepticos que dudanpor soacutelo dudar y se las dan siempre de irresolutos por el contra-rio mi propoacutesito no era otro que afianzarme en la verdad apar-tando la tierra movediza y la arena para dar con la roca viva o laarcilla Lo cual a mi parecer conseguiacutea bastante bien tanto quetratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las propo-siciones que examinaba no mediante endebles conjeturas sino

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 27: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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por razonamientos claros y seguros no encontraba ninguna tandudosa que no pudiera sacar de ella alguna conclusioacuten bastantecierta aunque soacutelo fuese la de que no conteniacutea nada cierto Y asiacutecomo al derribar una casa vieja suelen guardarse los materialesque sirven para reconstruir la nueva asiacute tambieacuten al destruir todasaquellas mis opiniones que juzgaba infundadas haciacutea yo variasobservaciones y adquiriacutea experiencias que me han servido des-pueacutes para establecer otras maacutes ciertas Y ademaacutes seguiacutea ejercitaacuten-dome en el meacutetodo que me habiacutea prescrito pues sin contar conque cuidaba muy bien de conducir generalmente mis pensamien-tos seguacuten las citadas reglas dedicaba de cuando en cuando algu-nas horas a practicarlas particularmente en dificultades dematemaacuteticas o tambieacuten en algunas otras que podiacutea hacer casisemejantes a las de las matemaacuteticas desligaacutendolas de los princi-pios de las otras ciencias que no me pareciacutean bastante firmestodo esto puede verse en varias cuestiones que van explicadas eneste mismo volumen Y asiacute viviendo en apariencia como los queno tienen otra ocupacioacuten que la de pasar una vida suave e ino-cente y se ingenian en separar los placeres de los vicios y paragozar de su ocio sin hastiacuteo hacen uso de cuantas diversiones ho-nestas estaacuten a su alcance no dejaba yo de perseverar en mi pro-poacutesito y de sacar provecho para el conocimiento de la verdadmaacutes acaso que si me contentara con leer libros o frecuentar lastertulias literarias

Sin embargo transcurrieron esos nueve antildeos sin que tomarayo decisioacuten alguna tocante a las dificultades de que suelen dispu-tar los doctos y sin haber comenzado a buscar los cimientos deuna filosofiacutea maacutes cierta que la vulgar Y el ejemplo de varios ex-celentes ingenios que han intentado hacerlo sin a mi parecerconseguirlo me llevaba a imaginar en ello tanta dificultad que nome hubiera atrevido quizaacute a emprenderlo tan presto si no hubieravisto que algunos propalaban el rumor de que lo habiacutea llevado acabo No me es posible decir queacute fundamentos tendriacutean paraemitir tal opinioacuten y si en algo he contribuido a ella por mis di-chos debe de haber sido por haber confesado mi ignorancia con

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 28: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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maacutes candor que suelen hacerlo los que han estudiado un poco yacaso tambieacuten por haber dado a conocer las razones que teniacuteapara dudar de muchas cosas que los demaacutes consideran ciertasmas no porque me haya preciado de poseer doctrina alguna Perocomo tengo el corazoacuten bastante bien puesto para no querer queme tomen por otro distinto del que soy penseacute que era precisoprocurar por todos los medios hacerme digno de la reputacioacutenque me daban y hace ocho antildeos precisamente ese deseo me de-cidioacute a alejarme de todos los lugares en donde podiacutea tener algu-nos conocimientos y retirarme aquiacute en un paiacutes en donde la largaduracioacuten de la guerra ha sido causa de que se establezcan talesoacuterdenes que los ejeacutercitos que se mantienen parecen no servir sinopara que los hombres gocen de los frutos de la paz con tanta ma-yor seguridad y en donde en medio de la multitud de un granpueblo muy activo maacutes atento a sus propios negocios que curio-so de los ajenos he podido sin carecer de ninguna de las como-didades que hay en otras maacutes frecuentadas ciudades vivir tansolitario y retirado como en el maacutes lejano desierto

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 29: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

Cuarta parte

No seacute si debo hablaros de las primeras meditaciones que hicealliacute pues son tan metafiacutesicas y tan fuera de lo comuacuten que quizaacuteno gusten a todo el mundo Sin embargo para que se pueda apre-ciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes meveo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexionesTiempo ha que habiacutea advertido que en lo tocante a las costum-bres es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy in-ciertas como si fueran indudables y esto se ha dicho ya en laparte anterior pero deseando yo en esta ocasioacuten ocuparme tansoacutelo de indagar la verdad penseacute que debiacutea hacer lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudieraimaginar la menor duda con el fin de ver si despueacutes de hechoesto no quedariacutea en mi creencia algo que fuera enteramente in-dudable Asiacute puesto que los sentidos nos engantildean a las vecesquise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellosnos la presentan en la imaginacioacuten y puesto que hay hombresque yerran al razonar aun acerca de los maacutes simples asuntos degeometriacutea y cometen paralogismos juzgueacute que yo estaba tanexpuesto al error como otro cualquiera y rechaceacute como falsastodas las razones que anteriormente habiacutea tenido por demostrati-vas y en fin considerando que todos los pensamientos que nosvienen estando despiertos pueden tambieacuten ocurriacutersenos duranteel suentildeo sin que ninguno entonces sea verdadero resolviacute fingirque todas las cosas que hasta entonces habiacutean entrado en miespiacuteritu no eran maacutes verdaderas que las ilusiones de mis suentildeosPero advertiacute luego que queriendo yo pensar de esa suerte que

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 30: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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todo es falso era necesario que yo que lo pensaba fuese algunacosa y observando que esta verdad laquoyo pienso luego soyraquo eratan firme y segura que las maacutes extravagantes suposiciones de losesceacutepticos no son capaces de conmoverla juzgueacute que podiacutea reci-birla sin escruacutepulo como el primer principio de la filosofiacutea queandaba buscando

Examineacute despueacutes atentamente lo que yo era y viendo quepodiacutea fingir que no teniacutea cuerpo alguno y que no habiacutea mundo nilugar alguno en el que yo me encontrase pero que no podiacutea fingirpor ello que yo no fuese sino al contrario por lo mismo que pen-saba en dudar de la verdad de las otras cosas se seguiacutea muy ciertay evidentemente que yo era mientras que con soacutelo dejar de pen-sar aunque todo lo demaacutes que habiacutea imaginado fuese verdad noteniacutea ya razoacuten alguna para creer que yo era conociacute por ello queyo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar yque no necesita para ser de lugar alguno ni depende de cosaalguna material de suerte que este yo es decir el alma por la cualyo soy lo que soy es enteramente distinta del cuerpo y hasta maacutesfaacutecil de conocer que eacuteste y aunque el cuerpo no fuese el alma nodejariacutea de ser cuanto es

Despueacutes de esto considereacute en general lo que se requiere enuna proposicioacuten para que sea verdadera y cierta pues ya que aca-baba de hallar una que sabiacutea que lo era penseacute que debiacutea sabertambieacuten en queacute consiste esa certeza Y habiendo notado que en laproposicioacuten laquoyo pienso luego soyraquo no hay nada que me asegureque digo verdad sino que veo muy claramente que para pensar espreciso ser juzgueacute que podiacutea admitir esta regla general que lascosas que concebimos muy clara y distintamente son todas ver-daderas pero que soacutelo hay alguna dificultad en notar cuaacuteles sonlas que concebimos distintamente

Despueacutes de lo cual hube de reflexionar que puesto que yodudaba no era mi ser enteramente perfecto pues veiacutea claramenteque hay maacutes perfeccioacuten en conocer que en dudar y se me ocurrioacuteentonces indagar por doacutende habiacutea yo aprendido a pensar en algomaacutes perfecto que yo y conociacute evidentemente que debiacutea de ser

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 31: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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por alguna naturaleza que fuese efectivamente maacutes perfecta Enlo que se refiere a los pensamientos que en miacute estaban de variascosas exteriores a miacute como son el cielo la tierra la luz el calor yotros muchos no me preocupaba mucho el saber de doacutende pro-cediacutean porque no viendo en esas cosas nada que me pareciesehacerlas superiores a miacute podiacutea creer que si eran verdaderas eranunas dependencias de mi naturaleza en cuanto que eacutesta poseealguna perfeccioacuten y si no lo eran procediacutean de la nada es decirestaban en miacute porque hay en miacute alguacuten defecto Pero no podiacuteasuceder otro tanto con la idea de un ser maacutes perfecto que mi serpues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procedie-se de la nada y como no hay menor repugnancia en pensar que lomaacutes perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos per-fecto que en pensar que de nada provenga algo no podiacutea tampo-co proceder de miacute mismo de suerte que soacutelo quedaba quehubiese sido puesta en miacute por una naturaleza verdaderamentemaacutes perfecta que yo soy y poseedora inclusive de todas las per-fecciones de que yo pudiera tener idea esto es para explicarlo enuna palabra por Dios A esto antildeadiacute que supuesto que yo conociacuteaalgunas perfecciones que me faltaban no era yo el uacutenico ser queexistiese (aquiacute si lo permitiacutes hareacute uso libremente de los teacuterminosde la escuela) sino que era absolutamente necesario que hubiesealguacuten otro ser maacutes perfecto de quien yo dependiese y de quienhubiese adquirido todo cuanto yo poseiacutea pues si yo fuera solo eindependiente de cualquier otro ser de tal suerte que de miacute mis-mo procediese lo poco en que participaba del ser perfecto hu-biera podido tener por miacute mismo tambieacuten por ideacutentica razoacutentodo lo demaacutes que yo sabiacutea faltarme y ser por lo tanto yo infi-nito eterno inmutable omnisciente omnipotente y en fin po-seer todas las perfecciones que podiacutea advertir en Dios Pues envirtud de los razonamientos que acabo de hacer para conocer lanaturaleza de Dios hasta donde la miacutea es capaz de conocerlabastaacutebame considerar todas las cosas de que hallara en miacute mismoalguna idea y ver si era o no perfeccioacuten el poseerlas y estaba se-guro de que ninguna de las que indicaban alguna imperfeccioacuten

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 32: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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estaacute en Dios pero todas las demaacutes siacute estaacuten en eacutel asiacute veiacutea que laduda la inconstancia la tristeza y otras cosas semejantes no pue-den estar en Dios puesto que mucho me holgara yo de vermelibre de ellas Ademaacutes teniacutea yo ideas de varias cosas sensibles ycorporales pues aun suponiendo que sontildeaba y que todo cuantoveiacutea e imaginaba era falso no podiacutea negar sin embargo que esasideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento Mas ha-biendo ya conocido en miacute muy claramente que la naturaleza inte-ligente es distinta de la corporal y considerando que todacomposicioacuten denota dependencia y que la dependencia es mani-fiestamente un defecto juzgaba por ello que no podiacutea ser unaperfeccioacuten en Dios el componerse de esas dos naturalezas y quepor consiguiente Dios no era compuesto en cambio si en elmundo habiacutea cuerpos o bien algunas inteligencias u otras natu-ralezas que no fuesen del todo perfectas su ser debiacutea dependerdel poder divino hasta el punto de no poder subsistir sin eacutel unsolo instante

Quise indagar luego otras verdades y habieacutendome propuestoel objeto de los geoacutemetras que concebiacutea yo como un cuerpocontinuo o un espacio infinitamente extenso en longitud anchuray altura o profundidad divisible en varias partes que pueden tenervarias figuras y magnitudes y ser movidas o trasladadas en todoslos sentidos pues los geoacutemetras suponen todo eso en su objetorepaseacute algunas de sus maacutes simples demostraciones y habiendoadvertido que esa gran certeza que todo el mundo atribuye a estasdemostraciones se funda tan soacutelo en que se conciben con evi-dencia seguacuten la regla antes dicha advertiacute tambieacuten que no habiacuteanada en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto puespor ejemplo yo veiacutea bien que si suponemos un triaacutengulo es ne-cesario que los tres aacutengulos sean iguales a dos rectos pero nadaveiacutea que me asegurase que en el mundo hay triaacutengulo alguno encambio si volviacutea a examinar la idea que yo teniacutea de un ser per-fecto encontraba que la existencia estaacute comprendida en ella delmismo modo que en la idea de un triaacutengulo estaacute comprendido elque sus tres aacutengulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfe-

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 33: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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ra el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro yhasta con maacutes evidencia auacuten y que por consiguiente tan ciertoes por lo menos que Dios que es ese ser perfecto es o existecomo lo pueda ser una demostracioacuten de geometriacutea

Pero si hay algunos que estaacuten persuadidos de que es difiacutecilconocer lo que sea Dios y aun lo que sea el alma es porque nolevantan nunca su espiacuteritu por encima de las cosas sensibles yestaacuten tan acostumbrados a considerarlo todo con la imaginacioacutenndashque es un modo de pensar particular para las cosas materialesndashque lo que no es imaginable les parece ininteligible Lo cual estaacutebastante manifiesto en la maacutexima que los mismos filoacutesofos ad-miten como verdadera en las escuelas y que dice que nada hay enel entendimiento que no haya estado antes en el sentido en don-de sin embargo es cierto que nunca han estado las ideas de Diosy del alma y me parece que los que quieren hacer uso de su ima-ginacioacuten para comprender esas ideas son como los que para oiacuterlos sonidos u oler los olores quisieran emplear los ojos y aun hayesta diferencia entre aqueacutellos y eacutestos que el sentido de la vista nonos asegura menos de la verdad de sus objetos que el olfato y eloiacutedo de los suyos mientras que ni la imaginacioacuten ni los sentidospueden asegurarnos nunca cosa alguna como no intervenga elentendimiento

En fin si aun hay hombres a quienes las razones que he pre-sentado no han convencido bastante de la existencia de Dios ydel alma quiero que sepan que todas las demaacutes cosas que acasocrean maacutes seguras como son que tienen un cuerpo que hay as-tros y una tierra y otras semejantes son sin embargo menosciertas pues si bien tenemos una seguridad moral de esas cosastan grande que parece que a menos de ser un extravagante nopuede nadie ponerlas en duda sin embargo cuando se trata deuna certidumbre metafiacutesica no se puede negar a no ser perdien-do la razoacuten que no sea bastante motivo para no estar totalmenteseguro el haber notado que podemos de la misma manera imagi-nar en suentildeos que tenemos otro cuerpo y que vemos otros astrosy otra tierra sin que ello sea asiacute Pues iquestcoacutemo sabremos que los

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 34: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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pensamientos que se nos ocurren durante el suentildeo son falsos yque no lo son los que tenemos despiertos si muchas veces sucedeque aqueacutellos no son menos vivos y expresos que eacutestos Y pormucho que estudien los mejores ingenios no creo que puedandar ninguna razoacuten bastante a levantar esa duda como no presu-pongan la existencia de Dios Pues en primer lugar esa mismaregla que antes he tomado a saber que las cosas que concebimosmuy clara y distintamente son todas verdaderas esa misma reglarecibe su certeza soacutelo de que Dios es o existe y de que es un serperfecto y de que todo lo que estaacute en nosotros proviene de eacutel dedonde se sigue que siendo nuestras ideas o nociones cuando sonclaras y distintas cosas reales y procedentes de Dios no puedenpor menos de ser tambieacuten en ese respecto verdaderas De suerteque si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran false-dad es porque hay en ellas algo confuso y oscuro y en este res-pecto participan de la nada es decir que si estaacuten asiacute confusas ennosotros es porque no somos totalmente perfectos Y es evi-dente que no hay menos repugnancia en admitir que la falsedad oimperfeccioacuten proceda como tal de Dios mismo que en admitirque la verdad o la perfeccioacuten procede de la nada Mas si no supieacute-ramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero provienede un ser perfecto e infinito entonces por claras y distintas quenuestras ideas fuesen no habriacutea razoacuten alguna que nos aseguraseque tienen la perfeccioacuten de ser verdaderas

Asiacute pues habieacutendonos el conocimiento de Dios y del almatestimoniado la certeza de esa regla resulta bien faacutecil conocer quelos ensuentildeos que imaginamos dormidos no deben en maneraalguna hacernos dudar de la verdad de los pensamientos quetenemos despiertos Pues si ocurriese que en suentildeo tuviera unapersona una idea muy clara y distinta como por ejemplo queinventase un geoacutemetra una demostracioacuten nueva no seriacutea ellomotivo para impedirle ser verdadera y en cuanto al error maacutescorriente en muchos suentildeos que consiste en representarnos va-rios objetos del mismo modo como nos los representan los senti-dos exteriores no debe importarnos que nos deacute ocasioacuten de

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 35: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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desconfiar de la verdad de esas tales ideas porque tambieacuten pue-den los sentidos engantildearnos con frecuencia durante la vigiliacomo los que tienen ictericia lo ven todo amarillo o como losastros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen mucho maacutes pe-quentildeos de lo que son Pues en uacuteltimo teacutermino despiertos odormidos no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evi-dencia de la razoacuten Y noacutetese bien que digo de la razoacuten no de laimaginacioacuten ni de los sentidos como asimismo porque veamos elsol muy claramente no debemos por ello juzgar que sea del ta-mantildeo que le vemos y muy bien podemos imaginar distintamenteuna cabeza de leoacuten pegada al cuerpo de una cabra sin que poreso haya que concluir que en el mundo existe la quimera pues larazoacuten no nos dice que lo que asiacute vemos o imaginamos sea verda-dero pero nos dice que todas nuestras ideas o nociones debentener alguacuten fundamento de verdad pues no fuera posible queDios que es todo perfecto y verdadero las pusiera sin eso ennosotros y puesto que nuestros razonamientos nunca son tanevidentes y tan enteros cuando sontildeamos que cuando estamosdespiertos si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas yexpresivas y hasta maacutes en el suentildeo que en la vigilia por eso nosdice la razoacuten que no pudiendo ser verdaderos todos nuestrospensamientos porque no somos totalmente perfectos deberaacuteinfaliblemente hallarse la verdad maacutes bien en los que pensemosestando despiertos que en los que tengamos estando dormidos

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 36: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

Quinta parte

Mucho me agradariacutea proseguir y exponer aquiacute el encadena-miento de las otras verdades que deduje de esas primeras perocomo para ello seriacutea necesario que hablase ahora de varias cues-tiones que controvierten los doctos con quienes no deseo indis-ponerme creo que mejor seraacute que me abstenga y me limite adecir en general cuaacuteles son para dejar que otros maacutes sabios juz-guen si seriacutea uacutetil o no que el puacuteblico recibiese maacutes amplia y dete-nida informacioacuten Siempre he permanecido firme en la resolucioacutenque tomeacute de no suponer ninguacuten otro principio que el que me haservido para demostrar la existencia de Dios y del alma y de norecibir cosa alguna por verdadera que no me pareciese maacutes claray maacutes cierta que las demostraciones de los geoacutemetras y sin em-bargo me atrevo a decir que no soacutelo he encontrado la manera desatisfacerme en poco tiempo en punto a las principales dificulta-des que suelen tratarse en la filosofiacutea sino que tambieacuten he notadociertas leyes que Dios ha establecido en la naturaleza y cuyas no-ciones ha impreso en nuestras almas de tal suerte que si reflexio-namos sobre ellas con bastante detenimiento no podremos dudarde que se cumplen exactamente en todo cuanto hay o se hace enel mundo Considerando luego la serie de esas leyes me pareceque he descubierto varias verdades maacutes uacutetiles y maacutes importantesque todo lo que anteriormente habiacutea aprendido o incluso espera-do aprender

Mas habiendo procurado explicar las principales de entre ellasen un tratado que por algunas consideraciones no puedo publi-car lo mejor seraacute para darlas a conocer que diga aquiacute sumaria-

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 37: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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mente lo que ese tratado contiene Propuacuteseme poner en eacutel todocuando yo creiacutea saber antes de escribirlo acerca de la naturalezade las cosas materiales Pero asiacute como los pintores no pudiendorepresentar igualmente bien en un cuadro liso todas las diferen-tes caras de un objeto soacutelido eligen una de las principales quevuelven hacia la luz y representan las demaacutes en la sombra esdecir tales como pueden verse cuando se mira a la principal asiacutetambieacuten temiendo yo no poder poner en mi discurso todo lo quehabiacutea en mi pensamiento hube de limitarme a explicar muy am-pliamente mi concepcioacuten de la luz luego con esta ocasioacuten antildeadiacutealgo acerca del sol y de las estrellas fijas porque casi toda la luzviene de esos cuerpos de los cielos que la transmiten de los pla-netas de los cometas y de la tierra que la reflejan y en particularde todos los cuerpos que hay sobre la tierra que son o colorea-dos o transparentes o luminosos y por uacuteltimo del hombre quees el espectador Y para dar un poco de sombra a todas esas cosasy poder declarar con maacutes libertad mis juicios sin la obligacioacuten deseguir o de refutar las opiniones recibidas entre los doctos resolviacuteabandonar este mundo nuestro a sus disputas y hablar soacutelo de loque ocurririacutea en otro mundo nuevo si Dios crease ahora en losespacios imaginarios bastante materia para componerlo y agitan-do diversamente y sin orden las varias partes de esa materia foacuter-mase un caos tan confuso como puedan fingirlo los poetas sinhacer luego otra cosa que prestar su ordinario concurso a la natu-raleza dejaacutendola obrar seguacuten las leyes por eacutel establecidas Asiacuteprimeramente describiacute esa materia y trateacute de representarla de talsuerte que no hay a mi parecer nada maacutes claro e inteligible ex-cepto lo que antes hemos dicho de Dios y del alma pues hastasupuse expresamente que no hay en ella ninguna de esas formas ocualidades de que disputan las escuelas ni en general ninguna otracosa cuyo conocimiento no sea tan natural a nuestras almas queno se pueda ni siquiera fingir que se ignora Hice ver ademaacutescuales eran las leyes de la naturaleza y sin fundar mis razones enninguacuten otro principio que las infinitas perfecciones de Dios trateacutede demostrar todas aqueacutellas sobre las que pudiera haber alguna

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 38: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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duda y procureacute probar que son tales que aun cuando Dios hu-biese creado varios mundos no podriacutea haber uno en donde no seobservaran cumplidamente Despueacutes de esto mostreacute coacutemo lamayor parte de la materia de ese caos debiacutea a consecuencia deesas leyes disponerse y arreglarse de cierta manera que la haciacuteasemejante a nuestros cielos coacutemo entretanto algunas de suspartes habiacutean de componer una tierra y algunas otras planetas ycometas y algunas otras un sol y estrellas fijas Y aquiacute exten-dieacutendome sobre el tema de la luz expliqueacute por lo menudo cuaacutelera la que debiacutea haber en el sol y en las estrellas y coacutemo desde alliacuteatravesaba en un instante los espacios inmensos de los cielos ycoacutemo se reflejaba desde los planetas y los cometas hacia la tierraAntildeadiacute tambieacuten algunas cosas acerca de la sustancia la situacioacutenlos movimientos y todas las varias cualidades de esos cielos y esosastros de suerte que pensaba haber dicho lo bastante para que seconociera que nada se observa en los de este mundo que nodeba o al menos no pueda parecer en un todo semejante a los deese otro mundo que yo describiacutea De ahiacute paseacute a hablar particu-larmente de la tierra expliqueacute coacutemo aun habiendo supuesto ex-presamente que el Creador no dio ninguacuten peso a la materia deque estaacute compuesta no por eso dejaban todas sus partes de diri-girse exactamente hacia su centro coacutemo habiendo agua y aire ensu superficie la disposicioacuten de los cielos y de los astros princi-palmente de la luna debiacutea causar un flujo y reflujo semejante entodas sus circunstancias al que se observa en nuestros mares yademaacutes una cierta corriente tanto del agua como del aire que vade Levante a Poniente como la que se observa tambieacuten entre lostroacutepicos coacutemo las montantildeas los mares las fuentes y los riacuteos po-diacutean formarse naturalmente y los metales producirse en las mi-nas y las plantas crecer en los campos y en general engendrarsetodos esos cuerpos llamados mezclas o compuestos Y entre otrascosas no conociendo yo despueacutes de los astros nada en el mundoque produzca luz sino el fuego me esforceacute por dar claramente aentender cuanto a la naturaleza de eacuteste pertenece coacutemo se pro-duce coacutemo se alimenta coacutemo a veces da calor sin luz y otras luz

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 39: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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sin calor coacutemo puede prestar varios colores a varios cuerpos yvarias otras cualidades coacutemo funde unos y endurece otros coacutemopuede consumirlos casi todos o convertirlos en cenizas y humoy por uacuteltimo coacutemo de esas cenizas por soacutelo la violencia de suaccioacuten forma vidrio pues esta transmutacioacuten de las cenizas envidrio parecieacutendome tan admirable como ninguna otra de las queocurren en la naturaleza tuve especial agrado en describirla

Sin embargo de todas esas cosas no queriacutea yo inferir que estemundo nuestro haya sido creado de la manera que yo explicabaporque es mucho maacutes verosiacutemil que desde el comienzo Dios lopuso tal y como debiacutea ser Pero es cierto ndashy esta opinioacuten es co-muacutenmente admitida entre los teoacutelogosndash que la accioacuten por la cualDios lo conserva es la misma que la accioacuten por la cual lo ha crea-do de suerte que aun cuando no le hubiese dado en un principiootra forma que la del caos con haber establecido las leyes de lanaturaleza y haberle prestado su concurso para obrar como ellaacostumbra puede creerse sin menoscabo del milagro de la crea-cioacuten que todas las cosas que son puramente materiales habriacuteanpodido con el tiempo llegar a ser como ahora las vemos y sunaturaleza es mucho maacutes faacutecil de concebir cuando se ven nacerpoco a poco de esa manera que cuando se consideran ya hechasdel todo

De la descripcioacuten de los cuerpos inanimados y de las plantaspaseacute a la de los animales y particularmente a la de los hombresMas no teniendo auacuten bastante conocimiento para hablar de elloscon el mismo estilo que de los demaacutes seres es decir demostran-do los efectos por las causas y haciendo ver de queacute semillas y enqueacute manera debe producirlos la naturaleza me limiteacute a suponerque Dios formoacute el cuerpo de un hombre enteramente igual a unode los nuestros tanto en la figura exterior de sus miembros comoen la interior conformacioacuten de sus oacuterganos sin componerlo deotra materia que la que yo habiacutea descrito anteriormente y sin darleal principio alma alguna razonable ni otra cosa que sirviera dealma vegetativa o sensitiva sino excitando en su corazoacuten uno deesos fuegos sin luz ya explicados por miacute y que yo concebiacutea de

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 40: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado antes deestar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando sedejan fermentar con su hollejo pues examinando las funcionesque a consecuencia de ello podiacutea haber en ese cuerpo hallabaque eran exactamente las mismas que pueden realizarse en noso-tros sin que pensemos en ellas y por consiguiente sin que con-tribuya en nada nuestra alma es decir esa parte distinta delcuerpo de la que se ha dicho anteriormente que su naturaleza essoacutelo pensar y siendo esas funciones las mismas todas puede de-cirse que los animales desprovistos de razoacuten son semejantes anosotros pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerponinguna de las que dependen del pensamiento que son por tantolas uacutenicas que nos pertenecen en cuanto hombres pero eacutesas lasencontraba yo luego suponiendo que Dios creoacute un alma razona-ble y la antildeadioacute al cuerpo de cierta manera que yo describiacutea

Pero para que pueda verse el modo como estaba tratada estamateria voy a poner aquiacute la explicacioacuten del movimiento del cora-zoacuten y de las arterias que siendo el primero y maacutes general que seobserva en los animales serviraacute para que se juzgue luego faacutecil-mente lo que deba pensarse de todos los demaacutes Y para que seamaacutes faacutecil de comprender lo que voy a decir deseariacutea que los queno estaacuten versados en anatomiacutea se tomen el trabajo antes de leeresto de mandar cortar en su presencia el corazoacuten de alguacuten animalgrande que tenga pulmones pues en un todo se parece bastanteal del hombre y que vean las dos caacutemaras o concavidades quehay en eacutel primero la que estaacute en el lado derecho a la que van aparar dos tubos muy anchos a saber la vena cava que es el prin-cipal receptaacuteculo de la sangre y como el tronco del aacuterbol cuyasramas son las demaacutes venas del cuerpo y la vena arteriosa cuyonombre estaacute mal puesto porque es en realidad una arteria quesale del corazoacuten y se divide luego en varias ramas que van a re-partirse por los pulmones en todos los sentidos segundo la queestaacute en el lado izquierdo a la que van a parar del mismo mododos tubos tan anchos o maacutes que los anteriores a saber la arteriavenosa cuyo nombre estaacute tambieacuten mal puesto porque no es sino

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 41: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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una vena que viene de los pulmones en donde estaacute dividida envarias ramas entremezcladas con las de la vena arteriosa y con lasdel conducto llamado cantildeo del pulmoacuten por donde entra el aire dela respiracioacuten y la gran arteria que sale del corazoacuten y distribuyesus ramas por todo el cuerpo Tambieacuten quisiera yo que vieran conmucho cuidado los once pellejillos que como otras tantas puerte-citas abren y cierran los cuatro orificios que hay en esas dos con-cavidades a saber tres a la entrada de la vena cava en dondeestaacuten tan bien dispuestos que no pueden en manera alguna impe-dir que la sangre entre en la concavidad derecha del corazoacuten y sinembargo impiden muy exactamente que pueda salir tres a la en-trada de la vena arteriosa los cuales estaacuten dispuestos en modocontrario y permiten que la sangre que hay en esta concavidadpase a los pulmones pero no que la que estaacute en los pulmonesvuelva a entrar en esa concavidad dos a la entrada de la arteriavenosa los cuales dejan correr la sangre desde los pulmones hastala concavidad izquierda del corazoacuten pero se oponen a que vayaen sentido contrario y tres a la entrada de la gran arteria quepermiten que la sangre salga del corazoacuten pero le impiden quevuelva a entrar Y del nuacutemero de estos pellejos no hay que buscarotra razoacuten sino que el orificio de la arteria venosa siendo ovala-do a causa del sitio en donde se halla puede cerrarse coacutemoda-mente con dos mientras que los otros siendo circulares puedencerrarse mejor con tres Quisiera yo ademaacutes que considerasenque la gran arteria y la vena arteriosa estaacuten hechas de una compo-sicioacuten mucho maacutes dura y maacutes firme que la arteria venosa y la venacava y que estas dos uacuteltimas se ensanchan antes de entrar en elcorazoacuten formando como dos bolsas llamadas orejas del corazoacutencompuestas de una carne semejante a la de eacuteste y que siemprehay maacutes calor en el corazoacuten que en ninguacuten otro sitio del cuerpoy por uacuteltimo que este calor es capaz de hacer que si entran algu-nas gotas de sangre en sus concavidades se inflen muy luego y sedilaten como ocurre generalmente a todos los liacutequidos cuandocaen gota a gota en alguacuten vaso muy caldeado

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 42: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Dicho esto basta antildeadir para explicar el movimiento del co-razoacuten que cuando las concavidades no estaacuten llenas de sangreentra necesariamente sangre de la vena cava en la de la derecha yde la arteria venosa en la de la izquierda tanto maacutes cuanto queestos dos vasos estaacuten siempre llenos y sus orificios que miranhacia el corazoacuten no pueden por entonces estar tapados pero tanpronto como de ese modo han entrado dos gotas de sangre unaen cada concavidad estas gotas que por fuerza son muy gruesasporque los orificios por donde entran son muy anchos y los vasosde donde vienen estaacuten muy llenos de sangre se expanden y dila-tan a causa del calor en que caen por donde sucede que hinchantodo el corazoacuten y empujan y cierran las cinco puertecillas queestaacuten a la entrada de los dos vasos de donde vienen impidiendoque baje maacutes sangre al corazoacuten y continuacutean dilataacutendose cada vezmaacutes con lo que empujan y abren las otras seis puertecillas queestaacuten a la entrada de los otros dos vasos por los cuales salen en-tonces produciendo asiacute una hinchazoacuten en todas las ramas de lavena arteriosa y de la gran arteria casi al mismo tiempo que en elcorazoacuten eacuteste se desinfla muy luego como asimismo sus arteriasporque la sangre que ha entrado en ellas se enfriacutea y las seis puer-tecillas vuelven a cerrarse y las cinco de la vena cava y de la arte-ria venosa vuelven a abrirse dando paso a otras dos gotas desangre que a su vez hinchan el corazoacuten y las arterias como ante-riormente Y porque la sangre antes de entrar en el corazoacuten pasapor esas dos bolsas llamadas orejas de ahiacute viene que el movi-miento de eacutestas sea contrario al de aqueacutel y que eacutestas se desinflencuando aqueacutel se infla Por lo demaacutes para que los que no conocenla fuerza de las demostraciones matemaacuteticas y no tienen costum-bre de distinguir las razones verdaderas de las verosiacutemiles no seaventuren a negar esto que digo sin examinarlo he de advertirlesque el movimiento que acabo de explicar se sigue necesariamentede la sola disposicioacuten de los oacuterganos que estaacuten a la vista en elcorazoacuten y del calor que con los dedos puede sentirse en estaviacutescera y de la naturaleza de la sangre que por experiencia puede

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 43: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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conocerse como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerzade la situacioacuten y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas

Pero si se pregunta coacutemo la sangre de las venas no se acabaal entrar asiacute continuamente en el corazoacuten y coacutemo las arterias nose llenan demasiadamente puesto que toda la que pasa por elcorazoacuten viene a ellas no necesito contestar otra cosa que lo queya ha escrito un meacutedico de Inglaterra a quien hay que reconocerel meacuterito de haber abierto brecha en este punto y de ser el prime-ro que ha ensentildeado que hay en las extremidades de las arteriasvarios pequentildeos corredores por donde la sangre que llega delcorazoacuten pasa a las ramillas extremas de las venas y de aquiacute vuelveluego al corazoacuten de suerte que el curso de la sangre es una circu-lacioacuten perpetua Y esto lo prueba muy bien por medio de la expe-riencia ordinaria de los cirujanos quienes habiendo atado elbrazo con mediana fuerza por encima del sitio en donde abren lavena hacen que la sangre salga maacutes abundante que si no hubiesenatado el brazo y ocurririacutea todo lo contrario si lo ataran maacutes abajoentre la mano y la herida o si lo ataran con mucha fuerza porencima Porque es claro que la atadura hecha con mediana fuerzapuede impedir que la sangre que hay en el brazo vuelva al cora-zoacuten por las venas pero no que acuda nueva sangre por las arte-rias porque eacutestas van por debajo de las venas y siendo suspellejos maacutes duros son menos faacuteciles de oprimir y tambieacuten por-que la sangre que viene del corazoacuten tiende con maacutes fuerza a pasarpor las arterias hacia la mano que no a volver de la mano hacia elcorazoacuten por las venas y puesto que la sangre sale del brazo porel corte que se ha hecho en una de las venas es necesario quehaya algunos pasos por la parte debajo de la atadura es decirhacia las extremidades del brazo por donde la sangre pueda venirde las arterias Tambieacuten prueba muy satisfactoriamente lo quedice del curso de la sangre por la existencia de ciertos pellejosque estaacuten de tal modo dispuestos en diferentes lugares a lo largode las venas que no permiten que la sangre vaya desde el centrodel cuerpo a las extremidades y siacute soacutelo que vuelva de las extremi-dades al centro y ademaacutes la experiencia demuestra que toda la

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 44: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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sangre que hay en el cuerpo puede salir en poco tiempo por unasola arteria que se haya cortado aun cuando habieacutendose atado laarteria muy cerca del corazoacuten se haya hecho el corte entre eacuteste yla atadura de tal suerte que no haya ocasioacuten de imaginar que lasangre vertida pueda venir de otra parte

Pero hay otras muchas cosas que dan fe de que la verdaderacausa de ese movimiento de la sangre es la que he dicho comoson primeramente la diferencia que se nota entre la que sale de lasvenas y la que sale de las arterias diferencia que no puede venirsino de que habieacutendose rarificado y como destilado la sangre alpasar por el corazoacuten es maacutes sutil y maacutes viva y maacutes caliente ensaliendo de este es decir estando en las arterias que no pocoantes de entrar o sea estando en las venas Y si bien se mira severaacute que esa diferencia no aparece del todo sino cerca del corazoacuteny no tanto en los lugares maacutes lejanos ademaacutes la dureza del pe-llejo de que estaacuten hechas la vena arteriosa y la gran arteria esbuena prueba de que la sangre las golpea con maacutes fuerza que a lasvenas Y iquestcoacutemo explicar que la concavidad izquierda del corazoacuteny la gran arteria sean maacutes amplias y anchas que la concavidadderecha y la vena arteriosa sino porque la sangre de la arteriavenosa que antes de pasar por el corazoacuten no ha estado maacutes queen los pulmones es maacutes sutil y se expande mejor y maacutes faacutecil-mente que la que viene inmediatamente de la vena cava iquestY queacutees lo que los meacutedicos pueden averiguar al tomar el pulso si no esque seguacuten que la sangre cambie de naturaleza puede el calor delcorazoacuten distenderla con maacutes o menos fuerza y maacutes o menos ve-locidad Y si inquirimos coacutemo este calor se comunica a los demaacutesmiembros habremos de convenir en que es por medio de la san-gre que al pasar por el corazoacuten se calienta y se reparte luego portodo el cuerpo de donde sucede que si quitamos sangre de unaparte quitaacutemosle asimismo el calor y aun cuando el corazoacuten es-tuviese ardiendo como un hierro candente no bastariacutea a calentarlos pies y las manos como lo hace si no les enviase de continuosangre nueva Tambieacuten por esto se conoce que el uso verdaderode la respiracioacuten es introducir en el pulmoacuten aire fresco bastante a

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 45: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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conseguir que la sangre que viene de la concavidad derecha delcorazoacuten en donde ha sido dilatada y como cambiada en vaporesse espese y se convierta de nuevo en sangre antes de volver a laconcavidad izquierda sin lo cual no pudiera ser apta a servir dealimento al fuego que hay en la dicha concavidad y una confir-macioacuten de esto es que vemos que los animales que no tienenpulmones poseen una sola concavidad en el corazoacuten y que losnintildeos que estando en el seno materno no pueden usar de lospulmones tienen un orificio por donde pasa sangre de la venacava a la concavidad izquierda del corazoacuten y un conducto pordonde va de la vena arteriosa a la gran arteria sin pasar por elpulmoacuten Ademaacutes iquestcoacutemo podriacutea hacerse la coccioacuten de los ali-mentos en el estoacutemago si el corazoacuten no enviase calor a esta viacutes-cera por medio de las arterias antildeadieacutendole algunas de las maacutessuaves partes de la sangre que ayudan a disolver las viandas Y laaccioacuten que convierte en sangre el jugo de esas viandas iquestno esfaacutecil de conocer si se considera que al pasar una y otra vez por elcorazoacuten se destila quizaacute maacutes de cien o doscientas veces cada diacuteaY para explicar la nutricioacuten y la produccioacuten de los varios humoresque hay en el cuerpo iquestqueacute necesidad hay de otra cosa sino decirque la fuerza con que la sangre al dilatarse pasa del corazoacuten a lasextremidades de las arterias es causa de que algunas de sus partesse detienen entre las partes de los miembros en donde se hallantomando el lugar de otras que expulsan y que seguacuten la situacioacuteno la figura o la pequentildeez de los poros que encuentran van unas aalojarse en ciertos lugares y otras en ciertos otros del mismo mo-do como hacen las cribas que por estar agujereadas de diferentemodo sirven para separar unos de otros los granos de varios ta-mantildeos Y por uacuteltimo lo que hay de maacutes notable en todo esto esla generacioacuten de los espiacuteritus animales que son como un sutiliacutesi-mo viento o maacutes bien como una puriacutesima y viviacutesima llama lacual asciende de continuo muy abundante desde el corazoacuten alcerebro y se corre luego por los nervios a los muacutesculos y pone enmovimiento todos los miembros y para explicar coacutemo las partesde la sangre maacutes agitadas y penetrantes van hacia el cerebro maacutes

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 46: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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bien que a otro lugar cualquiera no es necesario imaginar otracausa sino que las arterias que las conducen son las que salen delcorazoacuten en liacutenea maacutes recta y seguacuten las reglas mecaacutenicas que sonlas mismas que las de la naturaleza cuando varias cosas tiendenjuntas a moverse hacia un mismo lado sin que haya espacio bas-tante para recibirlas todas como ocurre a las partes de la sangreque salen de la concavidad izquierda del corazoacuten y tienden todashacia el cerebro las maacutes fuertes deben dar de lado a las maacutes en-debles y menos agitadas y por lo tanto ser las uacutenicas que lleguen

Habiacutea yo explicado con bastante detenimiento todas estascosas en el tratado que tuve el propoacutesito de publicar Y despueacuteshabiacutea mostrado cuaacutel debe ser la faacutebrica de los nervios y de losmuacutesculos del cuerpo humano para conseguir que los espiacuteritusanimales estando dentro tengan fuerza bastante a mover losmiembros como vemos que las cabezas poco despueacutes de corta-das aun se mueven y muerden la tierra sin embargo de que ya noestaacuten animadas cuaacuteles cambios deben verificarse en el cerebropara causar la vigilia el suentildeo y los ensuentildeos coacutemo la luz lossonidos los olores los sabores el calor y demaacutes cualidades de losobjetos exteriores pueden imprimir en el cerebro varias ideas pormedio de los sentidos coacutemo tambieacuten pueden enviar alliacute las suyasel hambre la sed y otras pasiones interiores queacute deba entendersepor el sentido comuacuten en el cual son recibidas esas ideas queacute porla memoria que las conserva y queacute por la fantasiacutea que puedecambiarlas diversamente y componer otras nuevas y tambieacutenpuede por ideacutentica manera distribuir los espiacuteritus animales en losmuacutesculos y poner en movimiento los miembros del cuerpo aco-modaacutendolos a los objetos que se presentan a los sentidos y a laspasiones interiores en tantos varios modos cuantos movimientospuede hacer nuestro cuerpo sin que la voluntad los guiacutee lo cualno pareceraacute de ninguna manera extrantildeo a los que sabiendocuaacutentos autoacutematas o maacutequinas semovientes puede construir laindustria humana sin emplear sino poquiacutesimas piezas en compa-racioacuten de la gran muchedumbre de huesos muacutesculos nerviosarterias venas y demaacutes partes que hay en el cuerpo de un animal

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 47: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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consideren este cuerpo como una maacutequina que por ser hecha demanos de Dios estaacute incomparablemente mejor ordenada y poseemovimientos maacutes admirables que ninguna otra de las que puedaninventar los hombres Y aquiacute me extendiacute particularmente hacien-do ver que si hubiese maacutequinas tales que tuviesen los oacuterganos yfigura exterior de un mono o de otro cualquiera animal despro-visto de razoacuten no habriacutea medio alguno que nos permitiera cono-cer que no son en todo de igual naturaleza que esos animalesmientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos eimitasen nuestras acciones cuanto fuere moralmente posiblesiempre tendriacuteamos dos medios muy ciertos para reconocer queno por eso son hombres verdaderos y es el primero que nuncapodriacutean hacer uso de palabras ni otros signos componieacutendoloscomo hacemos nosotros para declarar nuestros pensamientos alos demaacutes pues si bien se puede concebir que una maacutequina esteacutede tal modo hecha que profiera palabras y hasta que las profieraa propoacutesito de acciones corporales que causen alguna alteracioacutenen sus oacuterganos como verbi gratia si se la toca en una parte quepregunte lo que se quiere decirle y si en otra que grite que se lehace dantildeo y otras cosas por el mismo estilo sin embargo no seconcibe que ordene en varios modos las palabras para contestar alsentido de todo lo que en su presencia se diga como pueden ha-cerlo aun los maacutes estuacutepidos de entre los hombres y es el segundoque aun cuando hicieran varias cosas tan bien y acaso mejor queninguno de nosotros no dejariacutean de fallar en otras por donde sedescubririacutea que no obran por conocimiento sino soacutelo por la dis-posicioacuten de sus oacuterganos pues mientras que la razoacuten es un ins-trumento universal que puede servir en todas las coyunturas esosoacuterganos en cambio necesitan una particular disposicioacuten paracada accioacuten particular por donde sucede que es moralmente im-posible que haya tantas y tan varias disposiciones en una maacutequi-na que puedan hacerla obrar en todas las ocurrencias de la vidade la manera como la razoacuten nos hace obrar a nosotros Ahorabien por esos dos medios puede conocerse tambieacuten la diferenciaque hay entre los hombres y los brutos pues es cosa muy de no-

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 48: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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tar que no hay hombre por estuacutepido y embobado que esteacute sinexceptuar los locos que no sea capaz de arreglar un conjunto devarias palabras y componer un discurso que deacute a entender suspensamientos y por el contrario no hay animal por perfecto yfelizmente dotado que sea que pueda hacer otro tanto Lo cualno sucede porque a los animales les falten oacuterganos pues vemosque las urracas y los loros pueden proferir como nosotros pala-bras y sin embargo no pueden como nosotros hablar es decirdar fe de que piensan lo que dicen en cambio los hombres quehabiendo nacido sordos y mudos estaacuten privados de los oacuterganosque a los otros sirven para hablar suelen inventar por siacute mismosunos signos por donde se declaran a los que viviendo con elloshan conseguido aprender su lengua Y esto no soacutelo prueba que lasbestias tienen menos razoacuten que los hombres sino que no tienenninguna pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar ysupuesto que se advierten desigualdades entre los animales de unamisma especie como entre los hombres siendo unos maacutes faacutecilesde adiestrar que otros no es de creer que un mono o un loro quefuese de los maacutes perfectos en su especie no igualara a un nintildeo delos maacutes estuacutepidos o por lo menos a un nintildeo cuyo cerebro estu-viera turbado si no fuera que su alma es de naturaleza totalmentediferente de la nuestra Y no deben confundirse las palabras conlos movimientos naturales que delatan las pasiones los cualespueden ser imitados por las maacutequinas tan bien como por los ani-males ni debe pensarse como pensaron algunos antiguos que lasbestias hablan aunque nosotros no comprendemos su lenguapues si eso fuera verdad puesto que poseen varios oacuterganos pare-cidos a los nuestros podriacutean darse a entender de nosotros comode sus semejantes Es tambieacuten muy notable cosa que aun cuandohay varios animales que demuestran maacutes industria que nosotrosen algunas de sus acciones sin embargo vemos que esos mismosno demuestran ninguna en muchas otras de suerte que eso quehacen mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio pues enese caso tendriacutean maacutes que ninguno de nosotros y hariacutean mejorque nosotros todas las demaacutes cosas sino maacutes bien prueba que no

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 49: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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tienen ninguno y que es la naturaleza la que en ellos obra por ladisposicioacuten de sus oacuterganos como vemos que un reloj compuestosoacutelo de ruedas y resortes puede contar las horas y medir el tiem-po maacutes exactamente que nosotros con toda nuestra prudencia

Despueacutes de todo esto habiacutea yo descrito el alma razonable ymostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia dela materia como las otras cosas de que he hablado sino que ha deser expresamente creada y no basta que esteacute alojada en el cuerpohumano como un piloto en su naviacuteo a no ser acaso para moversus miembros sino que es necesario que esteacute junta y unida alcuerpo maacutes estrechamente para tener sentimientos y apetitossemejantes a los nuestros y componer asiacute un hombre verdaderoPor lo demaacutes me he extendido aquiacute un tanto sobre el tema delalma porque es de los maacutes importantes que despueacutes del error delos que niegan a Dios error que pienso haber refutado bastante-mente en lo que precede no hay nada que maacutes aparte a los espiacute-ritus endebles del recto camino de la virtud que el imaginar queel alma de los animales es de la misma naturaleza que la nuestra yque por consiguiente nada hemos de temer ni esperar tras estavida como nada temen ni esperan las moscas y las hormigasmientras que si sabemos cuaacuten diferentes somos de los animalesentenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestraalma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo ypor consiguiente que no estaacute atenida a morir con eacutel y puesto queno vemos otras causas que la destruyan nos inclinaremos natu-ralmente a juzgar que es inmortal

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 50: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Sexta parte

Hace ya tres antildeos que llegueacute al teacutermino del tratado en dondeestaacuten todas esas cosas y empezaba a revisarlo para entregarlo a laimprenta cuando supe que unas personas a quienes profeso defe-rencia y cuya autoridad no es menos poderosa sobre mis accionesque mi propia razoacuten sobre mis pensamientos habiacutean reprobadouna opinioacuten de fiacutesica publicada poco antes por otro no quierodecir que yo fuera de esa opinioacuten sino soacutelo que nada habiacutea nota-do en ella antes de verla asiacute censurada que me pareciese perjudi-cial ni para la religioacuten ni para el Estado y por tanto nada que mehubiese impedido escribirla de habeacutermela persuadido la razoacutenEsto me hizo temer no fuera a haber alguna tambieacuten entre lasmiacuteas en la que me hubiese engantildeado no obstante el muy grancuidado que siempre he tenido de no admitir en mi creencia nin-guna opinioacuten nueva que no esteacute fundada en certiacutesimas demostra-ciones y de no escribir ninguna que pudiere venir en menoscabode alguien Y esto fue bastante a mudar la resolucioacuten que habiacuteatomado de publicar aquel tratado pues aun cuando las razonesque me empujaron a tomar antes esa resolucioacuten fueron muyfuertes sin embargo mi inclinacioacuten natural que me ha llevadosiempre a odiar el oficio de hacer libros me proporcionoacute en se-guida otras para excusarme Y tales son esas razones de una y deotra parte que no soacutelo me interesa a miacute decirlas aquiacute sino queacaso tambieacuten interese al puacuteblico conocerlas

Nunca he atribuido gran valor a las cosas que provienen demi espiacuteritu y mientras no he recogido del meacutetodo que uso otrofruto sino el hallar la solucioacuten de algunas dificultades pertene-

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 51: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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cientes a las ciencias especulativas o el llevar adelante el arreglode mis costumbres en conformidad con las razones que ese meacute-todo me ensentildeaba no me he creiacutedo obligado a escribir nada Puesen lo tocante a las costumbres es tanto lo que cada uno abundaen su propio sentido que podriacutean contarse tantos reformadorescomo hay hombres si a todo el mundo y no soacutelo a los que Diosha establecido soberanos de sus pueblos o a los que han recibidode eacutel la gracia y el celo suficientes para ser profetas le fuera per-mitido dedicarse a modificarlas en algo y en cuanto a mis espe-culaciones aunque eran muy de mi gusto he creiacutedo que losdemaacutes tendriacutean otras tambieacuten que acaso les gustaran maacutes Perotan pronto como hube adquirido algunas nociones generales de lafiacutesica y comenzado a ponerlas a prueba en varias dificultades par-ticulares notando entonces cuaacuten lejos pueden llevarnos y cuaacutendiferentes son de los principios que se han usado hasta ahora creiacuteque conservarlas ocultas era grandiacutesimo pecado que infringiacutea laley que nos obliga a procurar el bien general de todos los hom-bres en cuanto ello esteacute en nuestro poder Pues esas nociones mehan ensentildeado que es posible llegar a conocimientos muy uacutetilespara la vida y que en lugar de la filosofiacutea especulativa ensentildeadaen las escuelas es posible encontrar una praacutectica por medio de lacual conociendo la fuerza y las acciones del fuego del agua delaire de los astros de los cielos y de todos los demaacutes cuerpos quenos rodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos podriacuteamos aprovecharlas del mismo mo-do en todos los usos a que sean propias y de esa suerte hacernoscomo duentildeos y poseedores de la naturaleza Lo cual es muy dedesear no soacutelo por la invencioacuten de una infinidad de artificios quenos permitiriacutean gozar sin ninguacuten trabajo de los frutos de la tierray de todas las comodidades que hay en ella sino tambieacuten princi-palmente por la conservacioacuten de la salud que es sin duda el pri-mer bien y el fundamento de los otros bienes de esta vida porqueel espiacuteritu mismo depende tanto del temperamento y de la dispo-sicioacuten de los oacuterganos del cuerpo que si es posible encontrar al-guacuten medio para hacer que los hombres sean comuacutenmente maacutes

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 52: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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sabios y maacutes haacutebiles que han sido hasta aquiacute creo que es en lamedicina en donde hay que buscarlo Verdad es que la que ahorase usa contiene pocas cosas de tan notable utilidad pero sin queesto sea querer despreciarla tengo por cierto que no hay nadie niaun los que han hecho de ella su profesioacuten que no confiese quecuanto se sabe en esa ciencia no es casi nada comparado con loque queda por averiguar y que podriacuteamos librarnos de una infini-dad de enfermedades tanto del cuerpo como del espiacuteritu y hastaquizaacute de la debilidad que la vejez nos trae si tuvieacuteramos bastanteconocimiento de sus causas y de todos los remedios de que lanaturaleza nos ha provisto Y como yo habiacutea concebido el desig-nio de emplear mi vida entera en la investigacioacuten de tan necesariaciencia y como habiacutea encontrado un camino que me pareciacutea quesiguieacutendolo se debe infaliblemente dar con ella a no ser que loimpida la brevedad de la vida o la falta de experiencias juzgabaque no hay mejor remedio contra esos dos obstaacuteculos sino co-municar fielmente al puacuteblico lo poco que hubiera encontrado einvitar a los buenos ingenios a que traten de seguir adelante con-tribuyendo cada cual seguacuten su inclinacioacuten y sus fuerzas a lasexperiencias que habriacutea que hacer y comunicando asimismo alpuacuteblico todo cuanto averiguaran con el fin de que empezandolos uacuteltimos por donde hayan terminado sus predecesores y jun-tando asiacute las vidas y los trabajos de varios llegaacutesemos todos jun-tos mucho maacutes allaacute de donde puede llegar uno en particular

Y aun observeacute en lo referente a las experiencias que sontanto maacutes necesarias cuanto maacutes se ha adelantado en el conoci-miento pues al principio es preferible usar de las que se presen-tan por siacute mismas a nuestros sentidos y que no podemos ignorarpor poca reflexioacuten que hagamos que buscar otras maacutes raras yestudiadas y la razoacuten de esto es que esas maacutes raras nos engantildeanmuchas veces si no sabemos ya las causas de las otras maacutes co-munes y que las circunstancias de que dependen son casi siempretan particulares y tan pequentildeas que es muy difiacutecil notarlas Peroel orden que he llevado en esto ha sido el siguiente primero heprocurado hallar en general los principios o primeras causas de

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 53: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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todo lo que en el mundo es o puede ser sin considerar para esteefecto nada maacutes que Dios solo que lo ha creado ni sacarlas deotro origen sino de ciertas semillas de verdades que estaacuten natu-ralmente en nuestras almas despueacutes he examinado cuaacuteles sean losprimeros y maacutes ordinarios efectos que de esas causas puedenderivarse y me parece que por tales medios he encontrado unoscielos unos astros una tierra y hasta en la tierra agua aire fue-go minerales y otras cosas que siendo las maacutes comunes de todasy las maacutes simples son tambieacuten las maacutes faacuteciles de conocer Luegocuando quise descender a las maacutes particulares presentaacuteronsemetantas y tan varias que no he creiacutedo que fuese posible al espiacuterituhumano distinguir las formas o especies de cuerpos que estaacuten enla tierra de muchiacutesimas otras que pudieran estar en ella si la vo-luntad de Dios hubiere sido ponerlas y por consiguiente que noes posible tampoco referirlas a nuestro servicio a no ser que sal-gamos al encuentro de las causas por los efectos y hagamos usode varias experiencias particulares En consecuencia hube derepasar en mi espiacuteritu todos los objetos que se habiacutean presentadoya a mis sentidos y no vacilo en afirmar que nada vi en ellos queno pueda explicarse con bastante comodidad por medio de losprincipios hallados por miacute Pero debo asimismo confesar que estan amplia y tan vasta la potencia de la naturaleza y son tan sim-ples y tan generales esos principios que no observo casi ninguacutenefecto particular sin en seguida conocer que puede derivarse deellos en varias diferentes maneras y mi mayor dificultad es por locomuacuten encontrar por cuaacutel de esas maneras depende de aquellosprincipios y no seacute otro remedio a esa dificultad que el buscaralgunas experiencias que sean tales que no se produzca del mis-mo modo el efecto si la explicacioacuten que hay que dar es esta o sies aquella otra Ademaacutes a tal punto he llegado ya que veo bas-tante bien a mi parecer el rodeo que hay que tomar para hacer lamayor parte de las experiencias que pueden servir para esosefectos pero tambieacuten veo que son tantas y tales que ni mis ma-nos ni mis rentas aunque tuviese mil veces maacutes de lo que tengobastariacutean a todas de suerte que seguacuten tenga en adelante comodi-

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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Page 54: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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dad para hacer maacutes o menos asiacute tambieacuten adelantareacute maacutes o menosen el conocimiento de la naturaleza todo lo cual pensaba dar aconocer en el tratado que habiacutea escrito mostrando tan clara-mente la utilidad que el puacuteblico puede obtener que obligase acuantos desean en general el bien de los hombres es decir acuantos son virtuosos efectivamente y no por apariencia falsa ymera opinioacuten a comunicarme las experiencias que ellos hubieranhecho y a ayudarme en la investigacioacuten de las que aun me quedanpor hacer

Pero de entonces acaacute haacutenseme ocurrido otras razones queme han hecho cambiar de opinioacuten y pensar que debiacutea en verdadseguir escribiendo cuantas cosas juzgara de alguna importanciaconforme fuera descubriendo su verdad poniendo en ello elmismo cuidado que si las tuviera que imprimir no soacutelo porque asiacutedisponiacutea de mayor espacio para examinarlas bien pues sin dudamira uno con maacutes atencioacuten lo que piensa que otros han de exa-minar que lo que hace para siacute solo (y muchas cosas que me hanparecido verdaderas cuando he comenzado a concebirlas he co-nocido luego que son falsas cuando he ido a estamparlas en elpapel) sino tambieacuten para no perder ocasioacuten de servir al puacuteblicosi soy en efecto capaz de ello y porque si mis escritos valen algopuedan usarlos como crean maacutes conveniente los que los poseandespueacutes de mi muerte pero penseacute que no debiacutea en manera algunaconsentir que fueran publicados mientras yo viviera para que nilas oposiciones y controversias que acaso suscitaran ni aun lareputacioacuten fuere cual fuere que me pudieran proporcionar medieran ocasioacuten de perder el tiempo que me propongo emplear eninstruirme Pues si bien es cierto que todo hombre estaacute obligado aprocurar el bien de los demaacutes en cuanto puede y que propia-mente no vale nada quien a nadie sirve sin embargo tambieacuten escierto que nuestros cuidados han de sobrepasar el tiempo pre-sente y que es bueno prescindir de ciertas cosas que quizaacute fuerande alguacuten provecho para los que ahora viven cuando es para hacerotras que han de ser maacutes uacutetiles aun a nuestros nietos Y en efec-to es bueno que se sepa que lo poco que hasta aquiacute he aprendido

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 55: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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no es casi nada en comparacioacuten de lo que ignoro y no desconfiacuteode poder aprender que a los que van descubriendo poco a pocola verdad en las ciencias les acontece casi lo mismo que a los queempiezan a enriquecerse que les cuesta menos trabajo siendo yaalgo ricos hacer grandes adquisiciones que antes cuando eranpobres recoger pequentildeas ganancias Tambieacuten pueden comparar-se con los jefes de ejeacutercito que crecen en fuerzas conforme gananbatallas y necesitan maacutes atencioacuten y esfuerzo para mantenersedespueacutes de una derrota que para tomar ciudades y conquistarprovincias despueacutes de una victoria que verdaderamente es comodar batallas el tratar de vencer todas las dificultades y errores quenos impiden llegar al conocimiento de la verdad y es como perderuna el admitir opiniones falsas acerca de alguna materia un tantogeneral e importante y hace falta despueacutes mucha maacutes destrezapara volver a ponerse en el mismo estado en que se estaba quepara hacer grandes progresos cuando se poseen ya principiosbien asegurados En lo que a miacute respecta si he logrado hallaralgunas verdades en las ciencias (y confiacuteo que lo que va en estevolumen demostraraacute que algunas he encontrado) puedo decirque no son sino consecuencias y dependencias de cinco o seisprincipales dificultades que he resuelto y que considero comootras tantas batallas en donde he tenido la fortuna de mi lado yhasta me atrevereacute a decir que pienso que no necesito ganar sinootras dos o tres como esas para llegar al teacutermino de mis propoacute-sitos y que no es tanta mi edad que no pueda seguacuten el cursoordinario de la naturaleza disponer auacuten del tiempo necesario paraese efecto Pero por eso mismo tanto maacutes obligado me creo aahorrar el tiempo que me queda cuantas mayores esperanzastengo de poderlo emplear bien y sobrevendriacutean sin duda mu-chas ocasiones de perderlo si publicase los fundamentos de mifiacutesica pues aun cuando son tan evidentes todos que basta enten-derlos para creerlos y no hay uno solo del que no pueda dar de-mostraciones sin embargo como es imposible que concuerdencon todas las varias opiniones de los demaacutes hombres preveo quesuscitariacutean oposiciones que me distraeriacutean no poco de mi labor

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 56: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Puede objetarse a esto diciendo que esas oposiciones seriacuteanuacutetiles no soacutelo porque me dariacutean a conocer mis propias faltassino tambieacuten porque de haber en miacute algo bueno los demaacuteshombres adquiririacutean por ese medio una mejor inteligencia de misopiniones y como muchos ven maacutes que uno solo si comenzarendesde luego a hacer uso de mis principios me ayudariacutean tambieacutencon sus invenciones Pero aun cuando me conozco como muyexpuesto a errar hasta el punto de no fiarme casi nunca de losprimeros pensamientos que se me ocurren sin embargo la expe-riencia que tengo de las objeciones que pueden hacerme me quitala esperanza de obtener de ellas alguacuten provecho pues ya muchasveces he podido examinar los juicios ajenos tanto los pronuncia-dos por quienes he considerado como amigos miacuteos como losemitidos por otros a quienes yo pensaba ser indiferente y hastalos de algunos cuya malignidad y envidia sabiacutea yo que habiacutean deprocurar descubrir lo que el afecto de mis amigos no hubieraconseguido ver pero rara vez ha sucedido que me hayan objetadoalgo enteramente imprevisto por miacute a no ser alguna cosa muyalejada de mi asunto de suerte que casi nunca he encontrado uncensor de mis opiniones que no me pareciese o menos severo omenos equitativo que yo mismo Y tampoco he notado nuncaque las disputas que suelen practicarse en las escuelas sirvan paradescubrir una verdad antes ignorada pues esforzaacutendose cada cualpor vencer a su adversario maacutes se ejercita en abonar la verosimi-litud que en pesar las razones de una y otra parte y los que hansido durante largo tiempo buenos abogados no por eso son lue-go mejores jueces

En cuanto a la utilidad que sacaran los demaacutes de la comunica-cioacuten de mis pensamientos tampoco podriacutea ser muy grande yaque aun no los he desenvuelto hasta tal punto que no sea precisoantildeadirles mucho antes de ponerlos en praacutectica Y creo que sinvanidad puedo decir que si alguien hay capaz de desarrollarlos hede ser yo mejor que otro cualquiera y no porque no pueda haberen el mundo otros ingenios mejores que el miacuteo sin comparacioacutensino porque el que aprende de otro una cosa no es posible que la

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 57: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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conciba y la haga suya tan plenamente como el que la inventa Ytan cierto es ello en esta materia que habiendo yo explicado mu-chas veces algunas opiniones miacuteas a personas de muy buen inge-nio pareciacutean entenderlas muy distintamente mientras yo hablabay sin embargo cuando luego las han repetido he notado que casisiempre las han alterado de tal suerte que ya no podiacutea yo recono-cerlas por miacuteas Aprovecho esta ocasioacuten para rogar a nuestrosdescendientes que no crean nunca que proceden de miacute las cosasque les digan otros si no es que yo mismo las haya divulgado yno me asombro en modo alguno de esas extravagancias que seatribuyen a los antiguos filoacutesofos cuyos escritos no poseemos nijuzgo por ellas que hayan sido sus pensamientos tan desatinadospuesto que aquellos hombres fueron los mejores ingenios de sutiempo soacutelo pienso que sus opiniones han sido mal referidasAsimismo vemos que casi nunca ha ocurrido que uno de los quesiguieron las doctrinas de esos grandes ingenios haya superado almaestro y tengo por seguro que los que con mayor ahiacutenco siguenhoy a Aristoacuteteles se estimariacutean dichosos de poseer tanto conoci-miento de la naturaleza como tuvo eacutel aunque hubieran de some-terse a la condicioacuten de no adquirir nunca maacutes amplio saber Soncomo la yedra que no puede subir maacutes alto que los aacuterboles enque se enreda y muchas veces desciende despueacutes de haber llega-do hasta la copa pues me parece que tambieacuten los que siguen unadoctrina ajena descienden es decir se tornan en cierto modomenos sabios que si se abstuvieran de estudiar los tales no con-tentos con saber todo lo que su autor explica inteligiblementequieren ademaacutes encontrar en eacutel la solucioacuten de varias dificultadesde las cuales no habla y en las cuales acaso no pensoacute nunca Sinembargo es comodiacutesima esa manera de filosofar para quienesposeen ingenios muy medianos pues la oscuridad de las distin-ciones y principios de que usan les permite hablar de todo contanta audacia como si lo supieran y mantener todo cuanto dicencontra los maacutes haacutebiles y los maacutes sutiles sin que haya medio deconvencerles en lo cual pareacutecenme semejar a un ciego que parapelear sin desventaja contra uno que ve le hubiera llevado a algu-

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 58: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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na profunda y oscuriacutesima cueva y puedo decir que esos tales tie-nen intereacutes en que yo no publique los principios de mi filosofiacuteapues siendo como son muy sencillos y evidentes publicarlosseriacutea como abrir ventanas y dar luz a esa cueva adonde han ido apelear Mas tampoco los ingenios mejores han de tener ocasioacutende desear conocerlos pues si lo que quieren es saber hablar detodo y cobrar fama de doctos lo conseguiraacuten maacutes faacutecilmentecontentaacutendose con lo verosiacutemil que sin gran trabajo puede ha-llarse en todos los asuntos que buscando la verdad que no sedescubre sino poco a poco en algunas materias y que cuando esllegada la ocasioacuten de hablar de otros temas nos obliga a confesarfrancamente que los ignoramos Pero si estiman que una verdadpequentildea es preferible a la vanidad de parecer saberlo todo comosin duda es efectivamente preferible y si lo que quieren es prose-guir un intento semejante al miacuteo no necesitan para ello que yo lesdiga maacutes de lo que en este discurso llevo dicho pues si son capa-ces de continuar mi obra tanto maacutes lo seraacuten de encontrar por siacutemismos todo cuanto pienso yo que he encontrado sin contar conque habiendo yo seguido siempre mis investigaciones ordenada-mente es seguro que lo que me queda por descubrir es de suyomaacutes difiacutecil y oculto que lo que he podido anteriormente encontrary por tanto mucho menos gusto hallariacutean en saberlo por miacute queen indagarlo solos y ademaacutes la costumbre que adquiriraacuten bus-cando primero cosas faacuteciles y pasando poco a poco a otras maacutesdifiacuteciles les serviraacute mucho mejor que todas mis instrucciones Yomismo estoy persuadido de que si en mi mocedad me hubiesenensentildeado todas las verdades cuyas demostraciones he buscadoluego y no me hubiese costado trabajo alguno el aprenderlas qui-zaacute no supiera hoy ninguna otra cosa o por lo menos nunca hu-biera adquirido la costumbre y facilidad que creo tener deencontrar otras nuevas conforme me aplico a buscarlas Y ensuma si hay en el mundo una labor que no pueda nadie rematartan bien como el que la empezoacute es ciertamente la que me ocupa

Verdad es que en lo que se refiere a las experiencias que pue-den servir para ese trabajo no basta un hombre solo a hacerlas

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

ESTE LIBRO FUE AUTORIZADO POR ELALEPHCOM PARA EL USO EXCLUSIVO DE MARTIN SABELLA (MARTINSABELLAHOTMAILCOM)

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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todas pero tampoco ese hombre podraacute emplear con utilidad aje-nas manos como no sean las de artesanos u otras gentes a quie-nes pueda pagar pues la esperanza de una buena paga que eseficaciacutesimo medio haraacute que esos operarios cumplan exactamentesus prescripciones Los que voluntariamente por curiosidad odeseo de aprender se ofrecieran a ayudarle ademaacutes de que sue-len por lo comuacuten ser maacutes prontos en prometer que en cumplir yno hacen sino bellas proposiciones nunca realizadas querriacuteaninfaliblemente recibir en cambio algunas explicaciones de ciertasdificultades o por lo menos obtener halagos y conversacionesinuacutetiles las cuales por corto que fuera el tiempo empleado enellas representariacutean al fin y al cabo una positiva peacuterdida Y encuanto a las experiencias que hayan hecho ya los demaacutes auncuando se las quisieren comunicar ndashcosa que no haraacuten nuncaquienes les dan el nombre de secretosndash son las maacutes de entre ellascompuestas de tantas circunstancias o ingredientes superfluosque le costariacutea no pequentildeo trabajo descifrar lo que haya en ellasde verdadero y ademaacutes las hallariacutea casi todas tan mal explicadase incluso tan falsas debido a que sus autores han procurado queparezcan conformes con sus principios que de haber algunas quepudieran servir no valdriacutean desde luego el tiempo que tendriacutea quegastar en seleccionarlas De suerte que si en el mundo hubiese unhombre de quien se supiera con seguridad que es capaz de en-contrar las mayores cosas y las maacutes uacutetiles para el puacuteblico y poreste motivo los demaacutes hombres se esforzasen por todas las ma-neras en ayudarle a realizar sus designios no veo que pudiesenhacer por eacutel nada maacutes sino contribuir a sufragar los gastos de lasexperiencias que fueren precisas y por lo demaacutes impedir quevinieran importunos a estorbar sus ocios laboriosos Mas sincontar con que no soy yo tan presumido que vaya a prometercosas extraordinarias ni tan repleto de vanidosos pensamientosque vaya a figurarme que el puacuteblico ha de interesarse mucho pormis propoacutesitos no tengo tampoco tan rebajada el alma comopara aceptar de nadie un favor que pudiera creerse que no hemerecido

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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Todas estas consideraciones juntas fueron causa de que noquise hace tres antildeos divulgar el tratado que teniacutea entre manos yaun resolviacute no publicar durante mi vida ninguacuten otro de iacutendole tangeneral que por eacutel pudieran entenderse los fundamentos de mifiacutesica Pero de entonces acaacute han venido otras dos razones a obli-garme a poner en este libro algunos ensayos particulares y a daralguna cuenta al puacuteblico de mis acciones y de mis designios y esla primera que de no hacerlo algunos que han sabido que tuve laintencioacuten de imprimir ciertos escritos podriacutean acaso figurarse quelos motivos por los cuales me he abstenido son de iacutendole quemenoscaba mi persona pues aun cuando no siento un excesivoamor por la gloria y hasta me atrevo a decir que la odio encuanto que la juzgo contraria a la quietud que es lo que maacutesaprecio sin embargo tampoco he hecho nunca nada por ocultarmis actos como si fueran criacutemenes ni he tomado muchas pre-cauciones para permanecer desconocido no soacutelo porque creyerade ese modo dantildearme a miacute mismo sino tambieacuten porque ello ha-briacutea provocado en miacute cierta especie de inquietud que hubieravenido a perturbar la perfecta tranquilidad de espiacuteritu que buscoy asiacute habiendo siempre permanecido indiferente entre el cuidadode ser conocido y el de no serlo no he podido impedir cierta es-pecie de reputacioacuten que he adquirido por lo cual he pensado quedebiacutea hacer por mi parte lo que pudiera para evitar al menos queesa fama sea mala La segunda razoacuten que me ha obligado a escri-bir esto es que veo cada diacutea coacutemo se retrasa maacutes y maacutes el propoacute-sito que he concebido de instruirme a causa de una infinidad deexperiencias que me son precisas y que no puedo hacer sin ayudaajena y aunque no me precio de valer tanto como para esperarque el puacuteblico tome mucha parte en mis intereses sin embargotampoco quiero faltar a lo que me debo a miacute mismo dando oca-sioacuten a que los que me sobrevivan puedan alguacuten diacutea hacerme elcargo de que hubiera podido dejar acabadas muchas mejores co-sas si no hubiese prescindido demasiado de darles a entendercoacutemo y en queacute podiacutean ellos contribuir a mis designios

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

Iacutendice

Discurso del Meacutetodo 7Primera parte 9Segunda parte 17Tercera parte 27Cuarta parte 35Quinta parte 43Sexta parte 57Iacutendice 71

Page 61: Discurso del Método...Discurso del Método ... RENÉ DESCARTES 10 de las formas o naturalezas de los individuos de una misma espe-cie. Pero, sin temor, puedo decir, que creo que fue

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Y he pensado que era faacutecil elegir algunas materias que sinprovocar grandes controversias ni obligarme a declarar mis prin-cipios maacutes detenidamente de lo que deseo no dejaran de mostrarcon bastante claridad lo que soy o no soy capaz de hacer en lasciencias En lo cual no puedo decir si he tenido buen eacutexito puesno quiero salir al encuentro de los juicios de nadie hablando yomismo de mis escritos pero me agradariacutea mucho que fuesenexaminados y para dar maacutes amplia ocasioacuten de hacerlo ruego aquienes tengan objeciones que formular que se tomen la molestiade enviarlas a mi librero quien me las transmitiraacute y procurareacute darrespuesta que pueda publicarse con las objeciones de este modolos lectores viendo juntas unas y otras juzgaraacuten maacutes coacutemoda-mente acerca de la verdad pues prometo que mis respuestas noseraacuten largas y me limitareacute a confesar mis faltas francamente si lasconozco y si no puedo apercibirlas direacute sencillamente lo que creanecesario para la defensa de mis escritos sin antildeadir la explicacioacutende ninguacuten asunto nuevo a fin de no involucrar indefinidamenteuno en otro

Si alguna de las cosas de que hablo al principio de la Dioacuteptricay de los Meteoros producen extrantildeeza porque las llamo suposi-ciones y no parezco dispuesto a probarlas teacutengase la paciencia deleerlo todo atentamente y confiacuteo en que se hallaraacute satisfaccioacutenpues me parece que las razones se enlazan unas con otras de talsuerte que como las uacuteltimas estaacuten demostradas por las primerasque son sus causas estas primeras a su vez lo estaacuten por las uacutelti-mas que son sus efectos Y no se imagine que en esto cometo lafalta que los loacutegicos llaman ciacuterculo pues como la experienciamuestra que son muy ciertos la mayor parte de esos efectos lascausas de donde los deduzco sirven maacutes que para probarlos paraexplicarlos y en cambio esas causas quedan probadas por estosefectos Y si las he llamado suposiciones es para que se sepa quepienso poder deducirlas de las primeras verdades que he explica-do en este discurso pero he querido expresamente no hacerlopara impedir que ciertos ingenios que con solo oiacuter dos o trespalabras se imaginan que saben en un diacutea lo que otro ha estado

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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veinte antildeos pensando y que son tanto maacutes propensos a errar eincapaces de averiguar la verdad cuanto maacutes penetrantes y aacutegilesno aprovechen la ocasioacuten para edificar alguna extravagante filoso-fiacutea sobre los que creyeren ser mis principios y luego se me atri-buya a miacute la culpa que por lo que toca a las opinionesenteramente miacuteas no las excuso por nuevas pues si se conside-ran bien las razones que las abonan estoy seguro de que parece-raacuten tan sencillas y tan conformes con el sentido comuacuten que seraacutentenidas por menos extraordinarias y extrantildeas que cualesquieraotras que puedan sustentarse acerca de los mismos asuntos y nome precio tampoco de ser el primer inventor de ninguna de ellassino solamente de no haberlas admitido ni porque las dijeranotros ni porque no las dijeran sino soacutelo porque la razoacuten me con-vencioacute de su verdad

Si los artesanos no pueden en buen tiempo ejecutar el inventoque explico en la Dioacuteptrica no creo que pueda decirse por esoque es malo pues como se requiere mucha destreza y costumbrepara hacer y encajar las maacutequinas que he descrito sin que les falteninguna circunstancia tan extrantildeo seriacutea que diesen con ello a laprimera vez como si alguien consiguiese aprender en un diacutea atocar el lauacuted de modo excelente con solo haber estudiado unbuen papel pautado Y si escribo en franceacutes que es la lengua demi paiacutes en lugar de hacerlo en latiacuten que es el idioma empleadopor mis preceptores es porque espero que los que hagan uso desu pura razoacuten natural juzgaraacuten mejor mis opiniones que los quesoacutelo creen en los libros antiguos y en cuanto a los que unen elbuen sentido con el estudio uacutenicos que deseo sean mis jueces noseraacuten seguramente tan parciales en favor del latiacuten que se nieguena oiacuter mis razones por ir explicadas en lengua vulgar

Por lo demaacutes no quiero hablar aquiacute particularmente de losprogresos que espero realizar maacutes adelante en las ciencias nicomprometerme con el puacuteblico prometieacutendole cosas que no esteacuteseguro de cumplir pero direacute tan soacutelo que he resuelto emplear eltiempo que me queda de vida en procurar adquirir alguacuten conoci-miento de la naturaleza que sea tal que se puedan derivar para la

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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medicina reglas maacutes seguras que las hasta hoy usadas y que miinclinacioacuten me aparta con tanta fuerza de cualesquiera otros de-signios sobre todo de los que no pueden servir a unos sin dantildeara otros que si algunas circunstancias me constrintildeesen a entrar enellos creo que no seriacutea capaz de llevarlos a buen teacutermino Estadeclaracioacuten que aquiacute hago bien seacute que no ha de servir a hacermeconsiderable en el mundo mas no tengo ninguna gana de serlo ysiempre me considerareacute maacutes obligado con los que me hagan lamerced de ayudarme a gozar de mis ocios sin tropiezo que conlos que me ofrezcan los maacutes honrosos empleos del mundo

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