Discurso de Cristina Canales
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Transcript of Discurso de Cristina Canales
¿Por qué las mujeres somos los verdaderos agentes de cambio? Porque tenemos la sensibilidad de darnos cuenta cuando las cosas no están bien, y la capacidad de análisis para querer mejorarlas.
Desde niña he tenido el sentido de empatía muy desarrollado: el ponerme en los zapatos de los demás y el sentir en carne propia las necesidades del otro, me ha motivado a siempre buscar la forma de ayudar.
Esta sensibilidad hacia el otro me ha impulsado a involucrarme en asociaciones de beneficencia, en actividades ciudadanas, trabajo voluntario y recaudación de fondos, con la intención de mejorar las condiciones de los que más necesitan, y lograr una comunidad más armónica.
Recuerdo vívidamente las cenas de Navidad en casa de mi abuelita y terminar siempre en la cocina ayudando a quienes se habían quedado a trabajar esa noche, para que acabaran rápido con sus labores y se pudieran ir con sus familias.
Por estar siempre en busca de dónde ayudar y qué cambiar, constantemente me buscan para participar en diferentes asociaciones.
Ya en un plano profesional y para definir el momento exacto en que esto comenzó, me remonto a lo sucedido en el Casino Royale. Todo mundo teníamos miedo: en cada cena, comida o reunión el tema era el miedo y las formas de cuidarnos y protegernos.
Fue entonces que me reuní con algunas amigas y decidimos poner en acción una teoría personal de que
si no podíamos cambiar algo por lo menos seríamos capaces de quitarnos el miedo.
Y creamos Concordia, un movimiento por la paz en donde organizábamos sesiones de yoga y meditación en parques como una forma de crear comunidades unidas y en armonía. Logramos hacer hasta una marcha por la paz .
No conforme con esto y con un afán de ir más allá y voltear realmente a ver a nuestros semejantes y sus necesidades, comenzamos por lo más cercano y empezamos a preguntarle a la gente que trabajaba en nuestras casas que cómo se sentía.
Vimos que, al igual que todos nosotros, se sentían amenazados y que en lugar de poderse resguardar y quejarse en una reunión, tenían que salir a trabajar, salir de lugares en donde la violencia era cosa cotidiana y que en donde muchas veces se veían obligados a dejar a sus hijos solos.
Vimos que su miedo estaba impregnado de impotencia y decidimos enfocar nuestros esfuerzos en ayudarlas.
Conscientes de que no éramos capaces de erradicar la inseguridad nos abocamos a tratar de cambiar algo de su entorno y por ende la percepción de estas personas. Escogimos una zona emproblemada que tuviera un parque en malas condiciones y que estuviera al servicio de pandilleros.
Nos pusimos como meta transformarlo en 4 meses, lo cual logramos gracias a la ayuda de familiares y amigos que se acercaron ofreciendo su apoyo.
En su mayoría eran mujeres, lo que nos dejó como lección la gran necesidad que existe de ayuda pero también la cantidad de mujeres dispuestas a ayudar.
Fue un momento importante para mi ya que fui testigo del potencial inmenso que tenemos las mujeres y de nuestra capacidad transformadora.
Y así nació Foro Kiik.
Mis socias y yo decidimos crear una plataforma que fuera capaz de proporcionar las herramientas a las mujeres para su desarrollo personal y crecimiento como seres humanos. Un espacio para el aprendizaje, reflexión, conexión y acción donde buscamos construir una comunidad fuerte de mujeres activas y conscientes del rol fundamental que tenemos en la transformación de nuestro entorno.
El colaborar y ayudar a otros es un acto transformador: te da mucha luz.
Es sumamente enriquecedor ver cómo pequeñas acciones contribuyen a lo que luego puede ser un gran cambio.
En mi caso el hacer trabajo comunitario y ayudar a los demás me ha traído grandes satisfacciones personales: ha aumentado mi autoestima, mi confianza, me hizo recuperar mi fe en la humanidad y me ayuda a sentirme satisfecha con mi vida.
Hacer el bien a los demás me llena de autosatisfacción y alegría, además de darme un sentido de pertenencia e identidad. Ha sido un antídoto maravilloso contra cualquier adversidad que se presente en mi vida y ha
contribuído a mantener mi salud física y mental, pues me brinda un perspectiva positiva acerca del mundo que me rodea.
Me ha hecho conocer gente maravillosa, y vivir y ver historias que han cambiado mi vida.
Pues las invito a unirse a alguna causa.
Les propongo:
-‐ Comenzar preguntándose qué aptitudes tienen y de qué forma podrían usarlas para ayudar a otros.
- Determinar cuánto tiempo pueden emplear para esta labor. Es fundamental tener claros tus límites para poder ofrecer ayuda.
-‐ Tomar en cuenta sus preferencias: tal vez prefieren trabajar con niños, en pro de la ecología, o quizás con adultos mayores. Es importante que disfruten lo que vayan a hacer. Y que les apasione la causa que van a perseguir
-‐ Diríganse a centros comunitarios, escuelas, museos, hogares para la tercera edad e incluso iglesias que puedan tener algún programa de ayuda social en el que pueden participar.
Que no se nos olvide que la mujer es un factor de cambio, cada cosa que hacemos y decimos tiene alto efecto en nuestras familias y un impacto en la comunidad.
Las dejo con una reflexión que me regaló ayer una muy buena amiga y que resume el cómo una pequeña acción puede tener una gran consecuencia:
EL MURMULLO DEL TAO Si Yo cambio, lo notará mi Familia y en ella habrá cambios.
Si cambia mi Familia, lo notará mi Comunidad y en ella habrá cambios.
Si mi Comunidad cambia, lo notará mi País y en él habrá cambios.
Si cambia el País, lo notará el Mundo y en él habrá cambios.
Si cambia el Mundo, lo notará el Universo y entonces,
Todo el Universo escuchará el murmullo de mi cambio.
Felicidades al Consejo Cívico por este espacio y por querer involucrar a las mujeres.
Es cuestión de buscar dónde y comprometerse. Anímense y hagan la prueba. Hay mucho que hacer por nosotras por Nuevo León, por México.