INSERCION DISCURSO

SESION 21.8.14 Una educación pública de calidad es un punto de encuentro entre diversos sectores políticos e ideológicos; todos coincidimos en ese objetivo. No hay necesidad de plantear falsas antinomias en todo caso discutamos los instrumentos Lamentablemente quienes se oponen a este proyecto encaran el debate planteando una antinomia entre lo público y lo privado. Quienes creemos que la creación de esta unidad de evaluación es una herramienta útil para mejorar la calidad de la educación, tanto de gestión pública como de gestión privada, somos los “privatistas”, mientras que quienes se oponen serían los defensores de la educación pública de calidad. Nada más alejado de la realidad. Desde ya que desde el PRO no tenemos nada en contra del sector privado pero definitivamente en ciertos temas como puede ser la educación hemos venido a recuperar lo público. En efecto, la privatización de ciertos bienes públicos se da cuando existe un estado ausente o ineficiente en su gestión. La baja calidad de la educación pública, los reiterados paros muchas veces injustificados han hecho que mucha gente, incluso sectores humildes, se vuelquen hacia la educación privada aún a costa de realizar importantes esfuerzos económicos. A quienes han mencionado la supuesta idea de dejar librada al mercado a la educación les recomiendo leer la riqueza de las naciones de Adam Smith, obra en la cual planteaba la necesidad de que se financiara la educación de las clases populares inglesas con recursos del estado. También hay que señalar que se debe evaluar a la educación privada. Muchos sospechan que lo público es sinónimo de baja calidad y lo privado sinónimo de buena calidad. No es así y con frecuencia por distintos hechos y evaluaciones tenemos conocimiento de que hay escuelas públicas muy buenas y escuelas privadas por el contrario muy malas. Esta unidad que estamos creando hoy permitir también dar una herramienta a aquellos padres que envían a sus hijos a escuelas privadas para que cuenten con información sobre la calidad de la educación que están recibiendo. Se ha criticado que se trata de la creación de un ente descentralizado. Esta unidad que se propone adopta esa forma precisamente para que no pase lo que nos señalaba algún diputado: que se presione a los directivos para falsear las estadísticas. Dotarla de autonomía funcional, desacoplar la duración del mandato de su director ejecutivo, del de jefe de gobierno y darle capacidad de autoadministrarse no hacen otra cosa que garantizar el acabado cumplimiento de las finalidades que se le imponen en estar sujeto a posibles presiones de la política. Los requisitos de idoneidad exigidos son una garantía también para el

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mejor logro de sus fines. Y esto tampoco significa que el ministerio o el estado se desentiendan de la evaluación de la calidad educativa. Simplemente, se trata de acudir a una herramienta frecuentemente utilizada en la organización administrativa como es la creación de un ente descentralizado. Sin ir más lejos, el gobierno nacional ha creado diversas y variadas entidades descentralizadas que cumplen con cometidos estatales como la administración nacional de aviación civil, la autoridad federal de servicios de comunicación audiovisual, la junta de investigación de accidentes aéreos, la ONCCA (luego disuelta), por citar solo algunos y en ningún caso se puede plantear que ello significó desentenderse de un cometido estatal. Son entes públicos estatales cuyos directivos forman parte de los cuerpos de la administración y que solo tienen la particularidad de no pertenecer a la administración central sino a la administración descentralizada. Contar con estadísticas y mediciones fiables es indispensable para una política pública. No hay que ignorar los datos de la realidad. Porque para algunos si no se miden los precios parece que no hay inflación, ni pobreza ni indigencia. Si no hay índices de criminalidad no hay delitos, sino sensación de inseguridad, pero después vienen los resultados de las evaluaciones y resulta que la educación argentina termina ocupando los últimos puestos. Entonces en lugar de preocuparnos por las causas de los magros resultados decimos que no se miden valores como la solidaridad, cómo si la solidaridad se contrapusiera a la excelencia en matemáticas o lengua !. Medir, contar con información no es para estigmatizar a nadie porque con ese criterio tampoco podríamos evaluar dentro de las escuelas a los alumnos para ver si pueden pasar o no de grados, si han adquirido o no los conocimientos, si han sorteado o no un examen. A algunos les molesta que se hable de calidad, hasta parece que despreciaran el concepto porque la calidad es reconocer el mérito y el esfuerzo y ellos solo están habituados a igualar hacia abajo y no a promover la superación y el avance igualando hacia arriba. Por otra parte, no solo se valora alumnos sino todo el sistema educativo en su conjunto, a los docentes y a las propias autoridades del área. Los resultados de las evaluaciones y su evolución en el tiempo nos dirán si estamos invirtiendo adecuadamente, si estamos adoptando medidas idóneas para mejorar la calidad de nuestra educación y lograr una verdadera igualdad de oportunidades para todos los argentinos. Si realmente, como dicen algunos, nosotros quisiéramos enviar a las escuelas privadas a quienes hoy asisten a la escuela pública yo pregunto ¿para qué incorporamos el inglés? No era mejor que quienes querían estudiar inglés lo siguieran pagando en institutos privados? Si ese fuera nuestro objetivo? Y para qué dotar de una computadora a cada alumno. No era mejor que el que pudiera se la procurara en algún negocio? No señor presidente. El problema es que en los deseos imaginarios de cierto “progresismo” lo que debía suceder era que la gestión del PRO relegara a la educación pública en beneficio de la escuela

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privada. Pero la realidad se impone con los hechos a sus prejuicios. Educación pública gratuita y de calidad es un compromiso de esta gestión que día a día lo demuestra con los hechos. La creación de esta unidad de evaluación de la calidad y equidad educativa es un paso más en ese sentido.