Dilema

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ż Por qué una ética profesional en nuestros tiempos? , - Por Elmy Rosario Galarce UPR Humacao Introducción Algunos estudiosos de la conducta humana encuentran pequeñas diferencias en el uso de las palabras ética y moral. Esto se debe a que ambas prácticamente tienen el mismo significado y se relacionan entre sí. A saber, la palabra ética proviene del griego “ethos” (carácter, temperamento, hábito, modo de ser) y la palabra moral se deriva del latín , “mos moris” (costumbre, hábito). Ambas palabras (ethos y mos) se ubican en el terreno de la ética y hacen hincapié en un modo de conducta que es adquirido por medio del hábito y no por disposición natural. Por su definición etimológica, la ética es una teoría de hábitos y costumbres. Comprende, ante todo, “las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y, naturalmente también la moral.” (Aranguren). El concepto ética en este escrito se analizará desde el punto de vista de Fagothey (1991) que establece que ésta “es el conocimiento de lo que está bien y de lo que está mal en la conducta humana” (2). A diario se enjuicia moralmente un acto y se afirma que es o no es ético, o sea bueno o malo, si este acto está a favor o en contra de la naturaleza y dignidad del ser humano. Según Escobar (1992) “la ética nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral y los problemas que estudia son aquellos que se suscitan todos los días en la vida cotidiana, en la labor escolar o en la actividad profesional” (1). Necesidad de la Ética

Transcript of Dilema

żPor qué una ética profesional en nuestros tiempos? , -Por Elmy Rosario Galarce UPR Humacao

IntroducciónAlgunos estudiosos de la conducta humana encuentran pequeñas diferencias en eluso de las palabras ética y moral. Esto se debe a que ambas prácticamente tienen elmismo significado y se relacionan entre sí. A saber, la palabra ética proviene delgriego “ethos” (carácter, temperamento, hábito, modo de ser) y la

palabra moral

se deriva del latín , “mos moris” (costumbre, hábito). Ambas palabras

( ethos y

mos) se ubican en el terreno de la ética y hacen hincapié en un modo

de conductaque es adquirido por medio del hábito y no por disposición natural. Por su definiciónetimológica, la ética es una teoría de hábitos y costumbres. Comprende, ante todo,“las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y,naturalmente también la moral.” (Aranguren).

El concepto ética en este escrito se analizará desde el punto de vista de Fagothey(1991) que establece que ésta “es el conocimiento de lo que está bien y de lo queestá mal en la conducta humana” (2). A diario se enjuicia moralmente un acto y seafirma que es o no es ético, o sea bueno o malo, si este acto está a favor o en contrade la naturaleza y dignidad del ser humano.Según Escobar (1992) “la ética nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral ylos problemas que estudia son aquellos que se suscitan todos los días en la vidacotidiana, en la labor escolar o en la actividad profesional” (1).

Necesidad de la Ética

Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtadque le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. Villarini (1994)describe que “la ética de una profesión es un conjunto de normas, en términos delos cuales definimos como buenas o malas una práctica y relaciones profesionales. Elbien se refiere aquí a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro deuna cierta finalidad: la prestación de un servicio” (53). Señala, además, que hay trestipos de condiciones o imperativos éticos profesionales: (1)

competencia - exige

que la persona tenga los conocimientos, destrezas y actitudes para prestar unservicio (2) - servicio al cliente la actividad profesional sólo es buena en

elsentido moral si se pone al servicio del cliente (3) solidaridad - las

relaciones derespeto y colaboración que se establecen entre sus miembros.Para lograr en los empleados una conciencia ética profesional bien desarrollada esque se establecen los cánones o códigos de ética. En éstos se concentran los valoresorganizacionales, base en que todo trabajador deberá orientar su comportamiento, yse establecen normas o directrices para hacer cumplir los deberes de su profesión.En virtud de la finalidad propia de su profesión, el trabajador debe cumplir con unosdeberes, pero también es merecedor o acreedor de unos derechos. Es importantesaber distinguir hasta dónde él debe cumplir con un deber y a la misma vez sabercuáles son sus derechos. En la medida que él cumpla con un deber, no debepreocuparse por los conflictos que pueda encarar al exigir sus derechos. Loimportante es ser modelo de lo que es ser profesional y moralmente ético. Porejemplo, un deber del profesional es tener solidaridad o compañerismo en la ayuda

mutua para lograr los objetivos propios de su empresa y, por consiguiente, tener elderecho de rehusar una tarea que sea de carácter inmoral, no ético, sin ser víctimade represalia, aun cuando esto también sea para lograr un objetivo de la empresa.Al actuar de esa manera demuestra su asertividad en la toma de decisiones éticas,mientras cumple con sus deberes y hace valer sus derechos. Además, demostrará suhonestidad, que es el primer paso de toda conducta ética, ya que si no se eshonesto, no se puede ser ético. Cuando se deja la honestidad fuera de la ética, sefalta al código de ética, lo cual induce al profesional a exhibir conducta inmoral yantiética.

Hay tres factores generales que influyen en el individuo al tomar decisiones éticas oantiéticas (Ferrell, 87-96), los cuales son:

1. Valores individuales - La actitud, experiencias y conocimientos del

individuo yde la cultura en que se encuentra le ayudará a determinar qué es lo correcto oincorrecto de una acción.2. Comportamiento y valores de otros - Las influencias buenas o malas de

personas importantes en la vida del individuo, tales como los padres, amigos,compañeros, maestros, supervisores, líderes políticos y religiosos le dirigirán sucomportamiento al tomar una decisión.3. Código oficial de ética - Este código dirige el comportamiento ético del

empleado, mientras que sin él podría tomar decisiones antiéticas. Un aumento en las regulaciones rígidas en el trabajo a través de los códigos de ética ayudará a disminuir los problemas éticos, pero de seguro no se podrá eliminarlos totalmente. Esto es así, debido a las características propias de la ética que establecen que ésta varía de persona a persona, lo que es bueno para uno puede ser malo para otro; está basada en nuestras ideas sociales de lo que es correcto o incorrecto; varía de cultura a cultura, lo cual no se puede evaluar

un país con las normas de otro; y está determinada parcialmente por el individuo y por elcontexto cultural en donde ocurre. No obstante, el profesional debe reconocer quenecesita de la ética para ser sensible a los interrogantes morales, conocer cómodefinir conflictos de valores, analizar disyuntivas y tomar decisiones en la soluciónde problemas.

Problemas éticosEn las relaciones cotidianas de unos individuos con otros surgen constantementeproblemas cuya solución no sólo afecta a la persona que los crea, sino también aotra u otras personas que sufrirán las consecuencias. Da testimonio de estoCartagena (1983) cuando señala que “las profesiones mismas están continuamenteconfrontando este asunto al constatarse los amargos hechos de médicos queexplotan a sus pacientes, abogados que se dedican a actividades criminales,ingenieros y científicos que trabajan sin tomar en consideración la seguridad públicani el ambiente y hasta negociantes que explotan al público indiscriminadamente. Sia esto añadimos la corrupción gubernamental, los robos, el vandalismo, losasesinatos y la violencia actual, entonces el tema ético toca el centro mismo denuestra supervivencia como sociedad.” También Badillo (1990), sostiene que “elarquetipo del profesional, cuando se enmarca en la pura técnica, oculta, porprincipio, un ataque furtivo a la ética” (9). Esto crea situaciones que se complicanen problemas que desmoralizan la imagen personal y profesional del individuo.

Algunos de estos problemas éticos son los siguientes:

1. - Abuso de poder utilizar el puesto para “pisotear” a unos o para

favorecer a otros.

2. Conflicto de intereses - emitir normas en su ámbito de trabajo que

redundarán en su propio beneficio, como lo es el participar en el proceso de reclutamiento cuando uno de los candidatos es miembro de su propia familia.3. Nepotismo - reclutar muchos miembros de una misma familia en una

institución.4. Soborno - aceptar dádivas, obsequios o regalías a cambio de dar

un trato especial o favor a alguien como retribución por actos inherentes a sus funciones.5. Lealtad excesiva - mentir para encubrir la conducta impropia del

supervisor o hacer todo lo que éste le diga, aun en contra de sus principios morales.6. Falta de dedicación y compromiso - perder el tiempo, hacerse “de la

vista larga” y no dar el máximo de su esfuerzo en el trabajo.7. Abuso de confianza - tomar materiales de la institución para su uso

personal o hacer uso indebido de los recursos disponibles en la misma.8. Encubrimiento - callar para no denunciar a un traidor, movido por su

amistad o por temor.9. Egoísmo - buscar el bienestar propio en detrimento del beneficio de

los demás.10. Incompetencia - El conocido Principio de Peter (1977) estipula que en

“toda jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia.” Complementa, además, que “para todo puesto de trabajo que existe en el mundo, hay alguien, en algún lugar, que no puede desempeñarlo. Dado un período de tiempo suficiente y suficientes ascensos, llegará finalmente a ese puesto de trabajo y permanecerá en él, desempeñándolo chapuceramente, frustrando a sus compañeros y erosionando la eficiencia de la organización” (Peter, 28).Problemas de esta magnitud requieren la acción enérgica y concertada delprofesional para desarrollar una nueva ética. “Corresponde al momento actualcompensar el poder del profesional moderno, en cuanto técnico, con una más finapercepción de sus regulaciones morales” (Badillo, 9). Como es sabido, en todas lasprofesiones surgen estos tipos de problemas. Es a través de cursos, cuya finalidad

sea la formación ética profesional, que se logra desarrollar “en el futuro profesionalel conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para que cuando actúe lohaga a nombre de los intereses de la comunidad profesional de la que es parte, dela comunidad que le une a sus clientes y del pueblo o humanidad de la que esmiembro” (Villarini, 56).

ConclusionesPara evitar en gran medida los problemas de índole ético-moral que surgen en elejercicio de una profesión o de un oficio, se deben poner en práctica principios éticosque establezcan los parámetros y reglas que describan el comportamiento que unapersona puede o no exhibir en determinado momento. No es difícil poner estosprincipios en práctica, pero el omitirlos redundará en perjuicio propio y en el de laspersonas con quienes se interviene o se interactúa. “Una decisión en la que estáenvuelto el comportamiento ético de una persona, siempre va a estar enmarcadaen uno de los principios y valores aquí señalados” (Conética, 4 -

adaptados).1. Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y

dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.2. Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la

hipocresía y la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios.3. Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus

obligaciones y no justificar unincumplimiento o rehuir una responsabilidad.4. Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo,

especialmente en la adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.5. Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás.

Mantener su mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado.

6. - Dedicación Estar dispuesto a entregarse sin condición al

cumplimiento del deber para con los demás con atención, cortesía y servicio.7. - Respeto Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el

derecho a la libredeterminación.8. Responsabilidad ciudadana - Respetar, obedecer las leyes y tener

conciencia social.9. Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado

para ejercer su labor con responsabilidad y eficacia.10. Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir

responsabilidades y al defender la verdad ante todo.11. Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo

de conducta moral y ética irreprochable.La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo quese quiere lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos desarrollar almáximo el juicio práctico y profesional para activar el pensamiento ético, reconocerqué es lo correcto de lo incorrecto y contar con el compromiso personal paramantener el honor y el deber.

Hostos recomienda en su Tratado de Moral que “hay que poner de nuestra parte uncontinuo esfuerzo y una continua disposición de no salirnos del orden quecontemplamos y acatamos. Ese esfuerzo y esa disposición, que es lo que constituyeel deber, se derivan inmediatamente del hecho mismo de estar relacionado elhombre a sí mismo, a los otros y a la Naturaleza” (Pedreira, 184-185). Hostos,además, especifica que las relaciones particulares que ligan al individuo con lasociedad son las de necesidad, gratitud, utilidad, derecho y deber. De estas sederivan los deberes sociales de trabajo, obediencia, cooperación, unión,abnegación, conciliación y derecho. Expone que todos los deberes quedan

sometidos a uno en general: “el deber de los deberes, que consiste en el exactocumplimiento de todos los demás”, y cuando haya conflictos entre ellos, hay que“cumplir primero el más inmediato, el más extenso, el más concreto” (Pedreira, 188).Al fin de cuentas, el ser humano es respon-sable de actuar inte-ligente y librementey es el único que puede responder por la bondad o malicia de sus actos ante supropia conciencia, ante el prójimo y ante Dios, su Creador.BibliografíaAranguren, José Luis. Ética. Madrid, Revista de Occidente. 1958.Badillo, Pedro E. “Una visión humanística de la crisis en la educación”. Ábaco.Revista de Educación y Cultura. Santurce, P. R.: Promociones Plenamar. Núm. 2.1990.Cartagena, R. Puerto Rico Enfermo. Río Piedras, P. R.: EditorialCultural. 1983.ELA de PR. Oficina de Etica Gubernamental. “Valores y PrincipiosEticos de los Servidores Públicos”. Conética. Boletín Informativo. 1991.Escobar, Gustavo. Etica. México: McGraw-Hill Co. 3ra ed. 1992.Fagothey, Austin. Ética, Teoría y Aplicación. McGraw-Hill Co.5ta. ed. 1991.Ferrell, O.C. y Larry G. Gresham. “A Contingency Framework for UnderstandingEthical Decision Making in Marketing”. Journal of Marketing, Summer 1985, 87-96.Pedreira, Antonio S. Hostos, Ciudadano de América. Editorial Edil, Inc. 1976.Peter, Laurence y Raymond Hull. El Principio de Peter. Plaza yJanes. S. A., Editores. España. 1977, 28.Rosario Galarce, Elmy. “Desarrollo de Valores Éticos: Responsabilidad del Profesorde Educación Comercial”. Revista APEC (Asociación de Profesores de EducaciónComercial). Volumen 18. 1994.Villarini, Angel R. “La Enseñanza Moral en el Currículo Universitario”. La EducaciónMoral en la Escuela: Fundamentos y Estrategias para su Desarrollo. P. R.Colección Praxis. 1994.

Un dilema éticoFuente: Blanchard, K. Peale, I. Grijalbo, 1988Un dilema ético

Estaba en casa, sentado en mi sillón preferido, pero mi mente no descansaba.Eran las cuatro de la tarde. Por tercera noche consecutiva, me había despertadode madrugada, turbado y confuso por un problema laboral que me provocaba unaangustia creciente.

El hecho de ser el jefe de división de una importante empresa de alta tecnologíaen un sector tan competitivo puede tener sus momentos difíciles. Las ventasandaban flojas desde hacía casi seis meses y mi jefe inmediato me acosabaconstantemente en demanda de mejores resultados. Llevaba un mes buscando aun experto vendedor que añadir a mi equipo y había entrevistado hacía tres díasa un candidato con muchas posibilidades.En cuanto le vi entrar con paso seguro en mi despacho, comprendí que aquelhombre era la persona que necesitaba. A medida que proseguía la entrevista, miinterés se acrecentó y pensé que tendría mucha suerte si pudiera contratarlo. Suhistorial de ventas era extraordinario y conocía nuestra industria de cabo a rabo.Por si fuera poco acababa de dejar, tras seis años de éxitos ininterrumpidos, unpuesto de responsabilidad en la empresa que era nuestra principal competidora.Durante la entrevista me di cuenta de que aquel vendedor estaba muy por encimade todos los candidatos que había entrevistado hasta aquel momento. Ya casihabía decidido contratarle -a reserva de hacer una o dos llamadas telefónicaspara comprobar sus referencias-, cuando el hombre sonrió, tomó su cartera dedocumentos y extrajo un pequeño sobre cuadrado del que sacó un disco decomputadora, mostrándomelo como si fuera una joya de valor incalculable.-¿Adivina usted lo que contiene este disco? -me preguntó.Sacudí la cabeza.Sin dejar de sonreír, y hablando con gran suficiencia, el candidato al puesto devendedor me explicó que el disco contenía una enorme cantidad de informaciónconfidencial sobre nuestro principal competidor y antiguo patrón suyo, incluyendolos perfiles de todos los clientes y los costos de un importante contrato de

defensa por el cual competía también nuestra empresa. Al cerrar la entrevista, elcandidato me prometió que, en caso de que le contratara, me facilitaría el disco yotros muchos datos de interés.Cuando abandoné mi despacho, tuve dos reacciones inmediatas ante ese hecho.La primera fue de cólera. ¿Cómo podría hacer aquel hombre semejante cosa?Sabía que su proposición no estaba bien, y por eso aquel individuo no era laclase de persona que yo necesitaba en mi equipo. Mi segunda reacción no fuetan rápida ni tan emocional, sino que afloró poco a poco a la superficie y me hizocomprender que no podía rechazar el ofrecimiento sin pensarlo más. Cuando máspensaba en ello, más me daba cuenta de que aquel hombre nos ofrecía a mí y anuestra empresa prácticamente una mina de oro. En caso de que lo contratara,no sólo conseguiría el gigantesco contrato de defensa sino también otras muchascuentas importantes que yo intentaba captar desde hacía tres años. Lo tenía todoal alcance de la mano y comprendí que se trataba de una oportunidad de esasque sólo se presentan una vez en la vida. Y no podía dejarla escapar.Uno de mis hijos ya estaba en la universidad, otros dos no tardarían en seguir suejemplo, por lo que mi mujer y yo pasábamos ciertos apuros económicos. Sin unascenso, la situación no tendría más remedio que empeorar. Aquella era la mejorocasión para un ascenso porque el vicepresidente ejecutivo para ventas ymercadotecnia estaba a punto de jubilarse y mi jefe pasaría a otro cargo demayor responsabilidad. Su sustitución era el tema de los más intensos rumoresque jamás hubieran circulado en nuestra empresa desde mi incorporación a ella.Dado el escaso volumen de ventas de mi división, penseé que yo no tendría la

menor oportunidad de ser elegido. Pero eso fue antes de mi entrevista con elvendedor de la otra empresa. Sería el mejor momento para conseguir un nuevocontrato de importancia.Comprendí que me encontraba atrapado entre dos reacciones de cólera e interés,y decidí comentarle la situación a uno de nuestros gerentes más antiguos de laempresa, que había sido mi mentor desde mi incorporación a la compañía, hacíadoce años. Tras referirle toda la historia, me sorprendió la brevedad y acierto desu respuesta.-Contrata a este hombre antes de que otros lo hagan -me dijo-. Sé que es unriesgo, perro en este medio todos tratan de conseguir información fidedigna sobrela competencia, utilizando cualquier método a su alcance. Vamos a perder unángulo competitivo si no te decides cuando aún es tiempo.Comprendí que el empleo de la expresión "ángulo competitivo" era una limitaciónde nuestro jefe, quien insistía siempre en palabras de aquel tenor.Al salir de su despacho, el gerente me dió una palmada en el hombro, me guiñóel ojo y me dijo que estaba seguro de que haría lo más conveniente.Mientras me dirigía a mi despacho tropecé con mi principal colaboradora, unainteligente y decidida diplomada en administración de empresas.-Te veo preocupado -me dijo-, ¿Ocurre algo?Le pedí que me acompañara a mi despacho y, una vez allí, le expliqué toda lahistoria. Su respuesta fue exactamente la contraria de la de mi mentor.-Oye -me dijo, mirándome directamente a los ojos-, yo te aconsejo que lo piensesbien. No sólo está mal la conducta de este hombre sino que, además, túrespaldarías su proceder si lo contrataras. Por si fuera poco, nunca sabrías enqué momento podría robarnos a nosotros y venderle los datos al mejor postor-asentí en silencio porque yo también lo había pensado-. Además -añadió-, si

alguna vez se divulgara que le contrataste sabiendo que había robadoinformación confidencial, el asunto podría estallar y ser un descrédito paranuestra empresa.Cuando mi colaboradora se fue, me quedé sentado en mi despacho, pensandoque mis dos amigos, lejos de ayudarme, me habían complicado la decisión. Nosabía qué hacer, si contratarle o decirle: "Muchas gracias, pero no". Tambiénpodía contratarle con la condición de que se reservara la información robada."Pero, ¿podría fiarme de él cuando empezara a trabajar aquí? -me pregunté-.Quizá convendría que le rechazara y llamara a su antiguo jefe".Aquella noche, las preguntas me impidieron dormir y me obligaron a practicar unadifícil gimnasia mental. Sabía en mi fuero interno que el comportamiento de aquelhombre no era correcto y también que a veces hace falta mucho valor paradefender lo que es justo. Pero, al mismo tiempo, no quería pecar de ingenuo.Puesto que otros lo hacían -los competidores se hubieran lanzado como fierasante la oportunidad de conseguir de un solo tiro un vendedor de talento y unainformación confidencial fidedigna, tal vez debería contratarle.No sabía a cuál otra persona pedir consejo. Mi jefe se encontraba en la sedecentral de Chicago y todo lo que salía de su boca o de sus comunicaciones porcorreo tenía que ver con el incremento de las ventas. El vicepresidente de nuestradivisión iba a retirarse y ya no se ocupaba demasiado de los asuntos de laempresa. El presidente era casi un desconocido para mí; raras veces le veía y nosabía nada sobre sus puntos de vista acerca de la ética empresarial.Comprendí que necesitaba pedir consejo a alguien que no estuviera directamenterelacionado con el caso. Tres noches seguidas de insomnio ya eran más que

suficientes. Aún no había decidido si contratar o no aquel vendedor. "Menudadisyuntiva", pensé, sonriendo por primera vez en varios días.La necesidad de consejoRecordé a una antigua compañera mía de la universidad. Ambos habíamos sidodirigentes estudiantiles y nos habíamos mantenido en contacto a lo largo de losaños. El año anterior, la empresa donde ella trabajaba se había visto envuelta enun tremendo escándalo a causa de unos ejecutivos que falsificaron las tarjetas deasistencia, para los empleados, cobrándole al Gobierno cantidades de más. Apartir de entonces, se nombró un nuevo presidente, el cual decidió crear la figuradel ombudsman (el defensor del pueblo) ético para que resolviera los asuntos deesta naturaleza, estableció un nuevo Código Etico y unas Pautas de Conducta,hizo imprimir en las tarjetas de asistencia la advertencia explícita de que loscobros de más eran un delito y puso en marcha un programa obligatorio deadiestramiento ético para el personal a todos los niveles de la organización. Enesta reestructuración de la empresa, mi amiga recibió el encargo de trabajardurante dos años en el nuevo programa de adiestramiento ético. El nombramientono me sorprendió, porque su honradez y su sentido del juego limpio eran más queevidentes.El chequeo éticoPor suerte, mi amiga accedió a reunirse conmigo aquella noche. Escuchó mirelato y, al terminar, le pregunté:-Si alguien de tu empresa te plantea este dilema, ¿qué le aconsejarías?-Le haría un chequeo ético -me contestó, subrayando estas palabras.-¿Un chequeo ético?-Sí. el chequeo ético ayuda a las empresas a resolver sus dilemas, mostrándoles

la forma de examinar el problema a distintos niveles. Contiene tres preguntas,cada una de las cuales sirven para aclarar un aspecto distinto de la decisión. Elchequeo ético permite eliminar las zonas grises de las situaciones éticas."Parece ser -añadió- que las tensiones que afligen a muchas personas se debena que tomaron deliberadamente decisiones poco éticas, de cuya inmoralidad eranbásicamente conscientes. Eso fue lo que ocurrió en nuestra empresa. Muchosafirman hoy en día que existe una vasta zona de sombras entre lo que está bien ylo que está mal, y utilizan dicha zona como excusa para no preocuparse por lamoralidad de su conducta. Nosotros cuestionamos esta lógica porque nos hemosdado cuenta de que se pueden eliminar muchas sombras de los dilemas éticos,siempre y cuando uno se tome la molestia de analizar la situación. Es muy fácilseguir adelante sin pensar en nada y justificar después el propio comportamientouna vez consumados los hechos. Sin embargo, la verdad de la cuestión es esta:No existe ninguna manera buena de hacer una cosa mala¿Es legal?Mi amiga añadió, tras una pausa:-Creemos que la mayoría de la gente sabe distinguir entre lo que está bien y loque está mal, pero el chequeo ético ayuda a aclarar las cuestiones en caso deque no sepan responder a las tres preguntas cuando se enfrentan a un problemaético.Saqué mi cuaderno de notas.-La primera pregunta es muy sencilla: ¿Es legal?La anoté y, al levantar la mirada, observé que mi amiga me contemplaba conexpresión inquisitiva.-Bueno, pues -me dijo-, ¿es o no es legal?-No tengo la menor dificultad en responder a esta pregunta -contestó-. Mi

respuesta tiene que ser un rotundo "no" porque este vendedor ha robado unainformación perteneciente a terceros.-Nuestra empresa -dijo mi amiga, asintiendo- considera que cuando se responde"no" a esta primera pregunta, ya no hay por qué tener en cuenta las otras dos. Noobstante -añadió- yo no siempre estoy de acuerdo y por eso lo digo siempre a lagente que responda a las preguntas antes de tomar una decisión definitiva.-Cuando dices "legal", ¿te refieres solamente al Código Civil o Penal?-No -contestó mi amiga-. Tomamos también en consideración la política de laempresa que, en nuestro caso, incluye ahora el nuevo código ético y las pautasde conducta.-¿Y eso qué es?-Una norma según la cual cada uno de nuestros empleados es responsable tantode la honradez como de las consecuencias de su conducta. Todos y cada uno delos empleados deben atenerse a la pauta más elevada de honradez, integridad yjusticia en cualquier actividad relacionada con la empresa y muy especialmenteen su trato con los clientes, la competencia, los proveedores, el público y otrosempleados."Pero, dentro de un marco más amplio -añadió- nuestra empresa espera ahoraque ningún empleado desarrolle, en el ámbito de la compañía o en transaccionesen nombre de ésta, ninguna actividad que sea (o parezca) impropia, ilegal oinmoral, o qué pueda perjudicar o poner en apuros a la empresa o a sus clientes.Sorprendido ante su capacidad de exponer con tal precisión la política ética de suempresa, le dije:-No le vendría nada mal esta política a nuestra empresa.-Se trata de un claro mensaje desde arriba sobre la clase de compañía que

queremos ser -me explicó mi amiga-. Pero, antes de alabarnos, recuerda queesta nueva política forma parte de una respuesta a una conducta inmoral queantes estaba muy generalizada en nuestra compañía.¿Es equilibrado?-Bueno, no cabe duda de que es un buen comienzo para cambiar las cosas -dije-.Eso significa que una empresa debe tener una clara política escrita si quierefomentar el comportamiento ético entre sus empleados. ¿Cuál es la segundapregunta del chequeo ético?-¿Es equilibrado?- contestó mi amiga-. Queremos establecer con ello si ladecisión será justa o si favorecerá a una parte en detrimento de otra a corto olargo plazo.-¿Quieres decir -respondí, anotando la segunda pregunta- que por fuerza tieneque haber un gran vencedor o un gran perdedor? Eso me hace pensar en laepidemia de ofertas hostiles que tanto se prodigan últimamente y en las que losgrandes accionistas y los agentes financieros obtienen beneficios astronómicos,mientras que muchos empleados llevan amenudo las de perder.-Es un buen ejemplo-dijo mi amiga-. Nosotros consideramos que las decisionesdesequilibradas en las que se gana o se pierde terminan invariablemente ensituaciones en las que siempre se acaba perdiendo. En otras palabras, si unempleado de nuestra compañía toma una decisión que le beneficia a él o anuestra empresa a expensas de un tercero (sea éste otro empleado, unproveedor, un cliente o incluso la competencia), ese hecho repercutirá, más tarde,negativamente en dicho empleado o en la empresa. No siempre se puede ganarde una forma equilibrada en todas las situaciones, pero nosotros queremos evitarlos grandes desequilibrios en nuestras relaciones y transacciones.

-Si decido contratar a este vendedor -dije, pensando en mi propio caso-, y utilizosu información confidencial, obtendré un gran beneficio para nuestra corporacióny causaré una gran pérdida a la competencia.-Exactamente -dijo mi amiga-. Y cuando se averigüe lo ocurrido, la empresacompetidora buscará el medio de resarcirse. Se preguntará qué altos ejecutivospueden contratar o qué información puede conseguir sobre su compañía con elfin de perjudicarles.-Nuestras relaciones con ellos podrían ser en tal caso mucho peores que las demera competencia en el mercado -apunté yo.-Y mientras ustedes están enzarzados en su disputa, puede surgir otrocompetidor que supere a los dos. O, peor todavía, ambos podrían causar ungrave descrédito al medio industrial al que pertenecen. Al analizar el tema de laética, los directivos de nuestra compañía han comprendido que la lealtad de laempresa debe extenderse a todo el sector industrial. El hecho de ser el númerouno en un determinado sector industrial irregular no reporta la menor satisfacción.Cuando los clientes empiezan a desconfiar de una empresa, todo el sectorindustrial se resiente de ello.-Ojalá pudiera estar seguro de que nuestro competidor no contrataría a uno denuestros empleados en circunstancias similares -dije-. Sin embargo, cuando mepregunto si es justo que contrate a este vendedor, junto con su informaciónconfidencial, la respuesta es rotundamente "¡No!" Aunque ya tengo dosrespuestas negativas, ¿cuál es la última pregunta de este chequeo ético?¿Cómo me sentiré?-La última es de importancia fundamental -dijo mi amiga-. Todas las personas quese enfrentan a una decisión ética deberían preguntarse lo siguiente: ¿Cómo me

sentiré?-Me sorprende que eso sea una pregunta. Yo pensaba que, con la cuestión sobresi el comportamiento era legal, quedaba resuelta la bondad de una decisión,independientemente de lo que uno sintiera al respecto.-Por eso elegimos estas tres interrogantes. La pregunta sobre la legalidad teobliga a examinar las condiciones existentes; la pregunta sobre el equilibrio activael sentido de la justicia y la racionalidad; y esta última pregunta se centra en lasemociones y en el propio código moral.-Me estás diciendo con eso que, cuando uno hace algo que choca contra supropio sentido innato de lo que está bien, no tiene más remedio que sentirse malal respecto -señalé.-Sí -contestó ella-. Los actos inmorales destruyen la propia estimación. Laspreguntas como "¿Qué sentiría si lo que me propongo hacer se publicara en losperiódicos?" o "¿Me gustaría que se enterara mi familia?", pueden aplicarsetambién a este caso. A propósito de las cosas que pueden aumentar o disminuirnuestro sentido de la propia estimación, el legendario entrenador de baloncestode la Universidad de California en Los angeles John Wooden solía decir:No hay almohada más blanda que una conciencia tranquila-Lo entiendo perfectamente -dije-. Desde que tuve que enfrentarme con estadecisión ética, no he podido conciliar el sueño.-Esta inquietud significa probablemente que tu conciencia lucha contra tu instintode supervivencia. Pretendes alcanzar los objetivos de tu carrera y hacer al mismotiempo lo que es justo. Mira -añadió mi amiga-, yo creo que tu conciencia te decíadesde un principio que el comportamiento del vendedor no estaba bien. Estehombre había robado y, si tú le contrataras, sería como si justificaras su conducta

inmoral, ¿no te parece?-¡Por supuesto!-Te remordía constantemente la conciencia y no podías dormir porque pretendíashacer algo que estaba mal con tal de mejorar tu carrera a corto plazo, ¿no es así?-Ni más ni menos -convine-. Por eso no me sentía a gusto. Este chequeo ético estremendamente útil, porque ayuda de verdad a tomar decisiones justas -hice unapausa para tomar unas notas y añadí-: Vamos a ver si he anotado bien las trespreguntas.

: Resumen

Las preguntas del chequeo ético

· 1. ¿Es legal? ¿Transgrediré las leyes civiles o la política de la empresa?· 2. ¿Es equilibrado? ¿Es justo para todos los interesados tanto a corto comoa largo plazo? ¿Favorecerá las relaciones benéficas entre todas las partesimplicadas?· 3. ¿Cómo me sentiré? ¿Me sentiré orgulloso? ¿Me gustaría que mi decisiónse publicase en los periódicos? ¿Me gustaría que mi familia se enterase?

Mientras revisaba mis notas, mi amiga comentó:-Los responsables del programa de adiestramiento ético han descubierto que eluso constante de las preguntas del chequeo ético favorece una pauta deconducta "correcta" que acaba convirtiéndose en hábito."Muchos ejecutivos necesitan simplemente un poco de consejo y apoyo paratomar decisiones correctas -señaló mi amiga-. Ahora que ya has resuelto lacuestión, podrías ser un ejemplo para los demás. En nuestra empresa tratamosde que nuestros ejecutivos comprendan que tienen la obligación de hacer lo que

es correcto no sólo por el bien de la compañía sino también por el de laspersonas que están a sus órdenes y que ven en ellos un ejemplo que se puedeseguir. Tú podrías ejercer una influencia significativa entre las personas que terodean.-¿O sea que tú crees que, para sacar lo mejor que las personas llevan dentro, esnecesario que los de arriba les den el ejemplo? -pregunté.-Sin duda alguna -contestó mi amiga-. Nunca me cansaré de subrayar laimportancia de dar ejemplo. Hay muchos padres que desvían la mirada cuandoven que sus hijos hacen algo incorrecto. Estoy segura de que muchos ejecutivoshacen lo mismo con sus subordinados. El pretexto habitual suele ser: "Todo elmundo lo hace o lo permite. ¿Por qué iba yo a tomar una postura contraria?"-Eso se parece bastante a algunos de los consejos que me han dado conrespecto a la contratación de este vendedor tan poco escrupuloso -dije.Y, sin embargo, cuando evitas afrontar una cuestión ética - siguió diciendo miamiga-, dices esencialmente que eso está bien. , , Y al actuar así das un mal

.ejemplo