Diccionario teológico B-C
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7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
1/22
Basileia
ya
cercana
la basiLcia
(Mc
1,
15
y
paralelos
e.p.)
y,
con
ella,
la
-+sal-
vacin
de los
hombres. Esta
salva-
cin,
sin
embargo, no consiste esen-
cialmente
en
el
cumplimiento
de
las
speranzas
puramente
materiales,
por
ms
que
la
baslea
sea
la
esencia de
toda
alegra
humana
(basilea
banquete,
banquete
de
boda),
del
mismo
modo
que
Jess
techaza la
concepcin
poltico-terrena
de
la ba-
slea
(Mt
8,
ll:'
21,
43).
Dicha
basi-
lea est
presente
como un
grano
de
mostaza, como una semilla disemi-
nada
o
como
el
bote
de
una
planta
(parbolas
del
crecimiento).
Por
otra
parte,
se
recalca
q.ue
la
basileia
es
una
magnitud del luturo
(el
rbol
originado
por
la semilla
de
mostaza,
la
cosecha
de
la sementera);
por
ella
ha
de
pedir
el
cristiano
y por
ella
pi-
de
la
Iglesia
en el
padrenuestro
(Mr 6,
10).
De esa busilci,t
se
dice
expresa-
mente
que
slo
se
puede
entrar
en
ella o se ha de heredar,
que
Dios
la
instaura
o la
regala
(Lc
12,
32;
22,
29);
de
suerte
que
el
hombrc
no la
puede
erigir,
en contra de lo
que
ut-
pica
y
errneamente
se
habia
venido
creyendo en las
diversas pocas
den-
tro y
fuera
de
las ideologas
cristia-
nas.
Cundo
vendr
dicha
botsileia
(-+da
del Seor,
-->parusia)
y quin
ser admitido a ella, slo
lo
sabe
el
Padre
(Mc
13,
32
y
paralelos
e.p.).
Por lo tanto,
no
es
posible
identificar
a
la
bosileia
con
la
.-tlglesia;
por
ms
que
sta exhorta
a
poner
los fun-
damentos
de
la busilcia.,
-->metanoia
y
-rle,
prepara
el
terreno
para
la
->imitacin
de
Cristo como condi-
cin
de
la
participacin
en la
asi
leia,
dirige
con
autoridad
(-+potes-
tad) a los
que
esperan
en
la bctslea,
puesto que
a
Pedro se le
prometie-
ron las llaves
de
la
basilea
(Mt
16,
l9);
y, por
ms
que
la
Iglesia
cele-
bre
la
-)eucaista
como anticipa-
cin
misteriosa
del
banquete
de
la
61
basileia,
Pablo distingue
entre una
bosileia
de
Cristo,
que
no
es
sino
la
Iglesia
(Col
l,
13 e.p.),
y
una
basi-
lia de
Dios en el sentido
de
la
pre-
dicacin
de
Jess.
-+Reino
de Dios.
Bautismo. El
bautismo
es el
_>sa-
cramento
primero y
fundamental
(Dz
86 430
857
ss
e.p.),
y
que,
por
tanto,
debe
entenderse
en
correspondencia
estricta con
el
concepto
catlico
mis-
mo de
Iglesia. Es
el
sacramento
de
la regeneracin
(Ioh
3, 5; cf. Ez
36,
25
s;
Dz
lOZ
109a
ruA
695 s 933
e.p.)
purificadora
y
santificadora
en el Es-
pritu
y
en la
gracia
de
Jesucristo
por
medio de
la
incorporacin
juri-
dico-sacral
a
la
-+[glesia,
en
la
cual
la vida humano-divina
de
Cristo
ins-
tauradora
de
la
salvacin, como
co-
mienzo nuevo
y
a
la
vez autntica-
mente originario
de la
humanidad
cada
en
Adn,
ha encontrado
su
pre-
sencia
incorruptible
y
sacramental-
corprea en
el
mundo.
Esta entrada
en la
corporeidad
sacrarnental
de
1a
salvacin
por
la
inclusin en
el
cuer-
po
de
Cristo
(-+Cristo
[cuerpo
de]),
sellado
y
santificado
por
su
Espritu
(Dz
197
696
79O
895
933
2229),
qlue
es la
lglesia,
queda
indisolublemente
sellada
(2
Cor
l,2l
s;
Eph 4,
30)
por
el
->
carcter
bautisrnal
(Dz
4ll 695
852
960),
en virtud
del cual no
pue-
de repetirse
el bautismo
(Dz
46 53
88 97 435 852
86"1
869 895
996 s).
Entendiendo
las cosas
as, la in-
corporacin
a
la
Iglesia
es
tambin
el
primer
efecto fundamental
del
bautismo
(Dz
324
570a 696 864
870
e.p.;
CIC
can. B7;
cf.
->Iglesia
[per-
tenencia
a
1a]),
pero
es
a
la vez,
en
el supuesto de una
->disposicin
suficiente.
el medio
para
conseguir
Ia
plenitud
de la
gracia
bautismal:
la
justificadora
renovacin del hombre
viejo
(Eph
4, 22; Col 1, 10 e.p.; Dz
895) en
la
divinizacin interna
y
en
la
asimilacin
a la
muerte
y
resu-
rreccin
de
Cristo
(Rom
6). Reno-
vacn
obrada
en
virtud
del Espri-
tu de
Cristo,
presente
en
la
Iglesia
y
por
la
Iglesia,
del
perdn
de
todos
los
pecados
ah obrado
(Dz
86
l09a
130 287 324 424
464 482
696
792
895)
y
de la remisin
de las
penas
ete-nas
y
temporales
del
pecado
(-+pecado
[penas
del]; Eph
5,
26;
Dz
464
696 792
807
904).
Puesto que
slo
el
bautismo
proporciona
el
se-
gundo
nacimiento
a la nueva vida
en
Cristo, de
suyo
no
se
puede
ad-
quirir
esta
vida
sin
el bautismo
(Ioh
3,
5; Mc 16,
16).
Pero
como sea
que
esa vida
la
da
el bautismo
como sa-
crarnento
de la
participacin
(dis-
pensada
por
vez
primera por
ese
bautismo
precisamente)
en
la
comu-
nidad
de
Cristo
(l
Cor 12,
13)
y,
a
travs
de ella,
en
la
gracia
implicada
en
la tangibilidad
histrica de
esa
comunidad,
por
ello
su necesidad en
orden
a la
salvacin
(-+salvacin
[necesidad
en orden
a
la])
queda
es-
trecharnente
vinculada
a la necesidad
general,
en orden
a
la salvacin, de
Ia
Iglesia
misma.
De
aqu
se sigue
que
se da tam-
bin una
gradacin
en
la
participa-
cin
real en la sacramentalidad
sal-
vifica
del
bautismo,
analgicamente
a
1a
graduacin
de
la
pertenencia
a
1a Iglesia:
en los
llamados
bautismo
de sangre
y
bautismo
de deseo.
El
bautismo
de sangre
(-+martirio)
jus-
tifica
al
hombre,
como
participacin
real
en
Ia funcin
de
la
Iglesia
como
testificadora
de
la
presencia
de
la
salvacin
obrada en la muerte
de
Cristo. El bautismo de deseo
puede
concetrirse
de dos
maneras:
cofno
postulacin
explcita
del
sacramento
del lmutismo,
vinculada
a
la
Jcon-
tricin
perfecta,
o
slo
como
postu-
lacin implcilz.
(-->votum).
En cual-
quiera
de
las
dos
hiptesis,
el
bautis-
mo
de deseo
justifica
en
virtud
de
que,
en esa
postulacin,
el hombre
acepta
y
afirma libremente,
en
fe
y
amor, la
naturaleza humana suya
trl
Rirl.\'org.
3
Iluul
isro
quo
le
ha sido
dada, en
cuant()
quc
esa naturaleza,
por
razn
del
ntistc-
rio
de la encarnacin,
tiene
unlt
ordenacin
objetiva
hacia
Cisto
mis-
mo
y,
consiguientemente,
como
con-
figuracin
con
la
naturaleza
humana
santa de
Cristo.
posee
ya
una
signi-
ficacin
cuasi-sacramental.
Contra
el
->donasmo
y
contra
los
defensores
de
la
repeticin del
-+bautismo
de los
herejes,
la IgIe-
sia ensea
que,
de
por
si, todo
hom-
bre
(Dz
46
s
53 55 s 88
94
6% 712)
puede
administrar
vlidamente
el
bautismo sacramental.
Ciertamente,
el bautismo
solemne slo
pueden
efecfuarlo
deteminados
ministros
de
la
Iglesia.
Ministros
ordinarios
son
el
obispo
y
el sacerdote;
el extraor-
dinario,
el
dicono.
El
rito
del
bau-
tismo
recoge
el smbolo
religioso
originario
de
la
ablucin
cltico-
religiosa.
De
ella
tenemos
ejemplos
en
el bautismo
de Juan, en
el de los
proslitos
judos,
en
el culto
gnstico
de los
misterios, en
el
mandesmo,
etctera.
Sin
embargo,
la
idea
espe-
cfica de la regeneracin
sobrenatural
vinculada
a
nuestro
rito
bautismal
no
puede
deducirse
histricamente
de
cultos
bautismales
precristianos,
aunque
sea
cierto
que,
dentro del
mbito
bblico,
puede
concebirse
el
bautismo
cristiano
como
consuma-
cin
eminente
del bautisrno
de
Juan
(cf
. Ez
36,25), entendido
este ltimo
como
testimonio
de
la fe
en
el
Mesas
venidero.
El
bautismo
cristiano
v-
lido acontece
por
ablucin
(que
pue-
de
suceder
como infusin,
inmersin
o aspersin)
con
agua
natural,
expli-
cando
a
la
vez
de
palabra
Ia
accin
bautismal
()
e
invocando
a la
Santsima Trinidarl
().
Y
todo
esto
con la
-)intencin de
hacer
lo mismcr
que
quiere
hacer la
Iglesia
en
la
administracin
del bautismo.
El
bau-
tismo
puede
recibirlo
todo
el
clLrc
1
64
6lr
-
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Bautismo
no
est bautizado, inciuso
el nio
que
no
ha
llegado
al
uso de
razn
(aunque
para
el
bautismo de
un
nio
de
padres
acatlicos o apstatas
han
de
cumplirse
determinadas
condicio-
nes,
puesto
que
el nio
ha de
ser
incorporado
a la
Iglesia).
Cf.
'->bau-
tismo
de los
nios.
Bautismo
de
deseo es
un
concepto
teolgico,
que
tiene su origen
en el
problema
siguiente.
Supongamos
un
hombre
que
no
pefienece
en sentido
pleno
a la
-)Iglesia
dispensadora
de los
sacramentos, ni
a
su
mbito
perceptible y
oflcial; un hombre
que
adems
no cree explcitamente
en
->Jesucristo
ni
ha
recibido
el
sacra-
mento
del
-)bautismo:
es
posible
que
este
hombre encuentre
la
-)sal-
vacin? Por una
parte,
habria
que
responder
afirmativamente
a
esta
pre-
gunta, dada
la
voluntad
salvfica
uni-
versal de Dios
(->salvfica
[voluntad
de Diosl
y
teniendo en cuenta
que
el
evangelio
hoy como
ayer
no
llega
a todos,
ni
a todos de Ia
misma
ma-
nera.
Por
otra
parte,
la
respuesta
no
puede
atentar
contra
Ia doctrina
de
la
necesidad,
en orden
a la
sal-
vacin
(->salvacin
[necesidad
en
or-
den
a
Ia]),
de
la ->pertenencia
a la
Iglesia
(cf.
tambin
-)cxtra
ecclesam
nulla
solus).
La
Iglesia,
desde la
edad
media,
ensea
que
la
necesidad de
la
recep-
cin del
sacramento
(del
bautismo)
puede
ser reemplazada
por
el
->ua-
tum sdcramenfi, o deseo de
recibir
el
sacramento.
Analgicamente, tambin
la necesidad de
la
pe.rtenencia
a la
Iglesia
puede
quedar
sustituida
por
el
votum
ecclesae, o deseo
de
perte-
necer
a
la verdadera Iglesia de Je-
ss
(Dz
3818
413 796 847 898 1032
ll;
CIC
can.73l
1). En 1'949,
el
Santo
Oficio declaaba
que,
si
se
dan
fe
y
caridad, este deseo
no
nece-
sita ser explcito,
bastando
el deseo
implcito
(NRs
398g). La funcin
61
de Ia
Iglesia en
la historia
de
la
salvacin
no sufre ningn
menoscabo
a
causa
de esta doctrina,
ya que
in-
cluso
la
gracia
libremente dada
por
Dios
fuera
de
la Iglesia
y
de
los
sacramentos
es
gracia
del
-+sacra-
mento
originario,
Jesucristo,
es decir,
viene dada
en
El
y por
El;
y
es
tambin gracia de
la
Iglesia,
pues
la
Iglesia
es
signo
de
Ia
presencia
en
el
mundo
de Ia
gracia
escatolgica-
mente
victoriosa.
El contenido
de
este concepto
de
bautismo
de deseo
se hace
realidad
en el
que
vive
con-
forme
a
su
-+ionciencia,
puesto
que
cumple
la voluntad
de
Dios. Con
respecto
al modo en
que
tal
hombre
puede
cumplir las condiciones de fe
y
amor
requeridas,
cf.
'-+Jesucristo.
En
la
historia de
la salvacin
hay
que
entender
el bautismo de deseo a
manera
de
-+punto
de
partida,
que
impulsa hacia
la
consumacin
en
la
plena
pertenencia
a
Ia
Iglesia
y
en
la
recepcin
del
bautisrno,
pero
que,
como es
propio
de todo
autntico
comienzo,
si
se da
un
imredimento
concreto
en orden
a este
desenvolvi-
miento
pleno,
implica
en
s mismo
el
todo,
o
sea
la
salvacin. Con
res-
pecto
al
problema
especial
que,
en
este sentido,
representan
los nios
que
mueren sin bautismo, cf.
->limbo.
Bautisno
de
los herejes.
Esta ex-
presin
no se
refiere al
-)bautismo
administrado
por
una
persona
no
catlica, sino que
es
un trmino
tc..
nico de
la
histoia
de
la Iglesia
con
el
que
se designa
el siguiente
pro-
blema teolgico,
planteado
en el s.
ur.'
si los
convertidos
procedentes
de
una
comunidad
hertica han de ser
bautizados al convertirse, caso de
que
antes
hubieran sido
bautizados
por
un hereje; o
si
basta
la
prctica
de
la
readmisin
acostumbrada
con
los
catlicos
apostatas,
es
decir,
la
penitencia
eclesistica
(-.>penitencia
[sacramento
de
la]). La
Iglesia
afri-
cana,
incluyendo a
telogos
tan
im-
portantes
como Tertuliano
y
el obis-
po
Cipriano de Cartago,
defenda
y practicaba
un
segundo
bautismo,
tal
como tambin
lo
hacan
muchas
Iglesias orientales.
Las
Iglesias
roma-
na
y
alejandrina
renunciaron
a
1;
de tal
manera
que
en
el
ao 256 se
lleg a
una escisin entre ambos
par-
tidos
(controversia
de
los
rebautizan-
tes)
que,
aunque
no fue
eliminada
de
un
modo ocial,
qued paulatina-
mente
borrada. Diversos
sinodos se
ocuparon do
este
problema,
deci-
diendo
que
habran
de
ser rebautiza-
dos
los
que
hubieran recibido
el
primer
bautismo
con una
frmula
que
no contuviera
la confesin de
la
Santisima
Trinidad
(Dz
53
55
56).
sta ha
seguido
siendo
hasta
hoy
la actitud de
la
Iglesia
catlica
(Dz
430
860).
Con
ello se
expresa, en
un
caso paradigmtico,
que
la
fe
verdadera
en
un
Dios
trino es
tam-
bin
posible
en
la
-+herejia,
y
el
bautismo
queda
vlidamente
admi-
nistrado
si en
su
frmula se testifica
objetivamente
esa Ie;
como
tambin
se
pone
en claro
que
la
validez del
bautismo,
como
Ia
de
otros
sacra-
mentos,
no depende
de
Ia
del
que
lo
administra
o
1o recibe
(cf.
adems
-+sacramento,
-)opus
operatum).
Baufismo
de los
nios,
Segn la
doctrina
explcita
de
Ia
Iglesia,
el
-+bautismo es
eI
sacramento
de
la
incorporacin
del hombre
a
la
Igle-
sia. De
acuerdo
con
las
palabras
de
la Escritura,
esta
incorporacin
en
el
bautismo supone
la
profesin
de
la fe
de
la
Iglesia.
De
aqu se deriva
un
problema,
puesto
de nuevo
sobre
el
tapete
en la
teologa
protestante
desde
el fin
de
Ia
guerra,
a causa
de
la
decidida
posicin
negativa
de
K.
Barth
contra el
bautismo
de los
nios,
y
abordado
por
la teologa
catlica:
si
pueden
ser
bautizados
69
Bautisnro
dc
los
nil-s
nios
que
todava
no estn capaci-
tados
para
la
profesin
de
esa fe.
Ya en 1521 el magisterio
eclesistico
defini
en
el
concilio
de Trento con-
tra
los mal llamados
(que
rechazaban
el
bautismo de
los
nios
y
exigan
un
bautismo
de
adultos
con una
conversin
previa)
que los
nios
bautizados
son
ver-
daderamente creyentee
y
que para
ser vlido el bautismo
no necesita
ser
ratificado al llegar
al
uso
de
razn
(Dz
868-870).
Dicha doctrina
se
apoya en Ia
prctica,
testificada
como
apostlica
ya
en
la
Escritura,
de bautizar
una
-
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3/22
Bayanismo
ctrya
educacin cristiana
nc se fiene
garanta
alguna.
Bayanisrno,
nombre
que
recibe
1a
doctrina del telogo
M.
Bayo
(1513-
1589),
pocedente
de
la
escuela agus-
tiniana,
segfrn el
cual Dios no
poda
negar al hombre
los
dones
del
->es-
tado
original;
en
vitud
del
pecado
original, este
orden
queda
radical-
mente
trastornado:
el
hombre cado,
sin
gracia, peca
necesariamente
en
lodo
lo
que
hace,
incluso
cuando
aspira a
la virtud
por
s misma. Por
lo
tanto,
slo tiene
libertad
para
ele-
gir
entre valores indiferentes;
hasta
la
-+concupiscencia
involuntaria
es
pecado.
Al
justificado
se
le
condona
el castigo
merecido
por
ello.
En 1567
fueron
condenadas
79
proposiciones
de los escritos
de
Bayo
(Dz
1001-
1080),
para poner fin
a
la
discusin
iniciada,
sin
decidir
si
algunas
de
ellas se
pueden
entender crtodoxa-
mente,
Dcatitud
designa la
totalidad de
la
consumacin
definitiva
del
hombre
entero,
engraciado, en el
orden so-
brenatural.
Es
decir,
-+visin
de
Dios,
-+resurreccin
de
la
carne,
definitiva
-->basilea
de
Dios
(-+cie-
lo) en
la
->comunin
de los santos
consumada
(-+escatologa).
En
lti-
mo
trmino,
se
piensa
esto
mismo
en
las
bienaventuranzas
del
-+ser-
mrin de
la
montaa,
si
bien
en
l
todava
no
aparece
claro
el
conte-
nido exacto de
,
tle
ser
aceptado
por
el
Dios
que
salva.
Belleza
es, segn
Toms
de Aquino,
el resplandor
de la
-)forma;
una
propiedad
esencial del
-iser,
in-
mediata
y
necesaria,
perfectiva
de
todas las
dems.
Propiedad
que
fc-
ticamente es
inseparable de la
-+con-
templacin,
en
la
que
el hombre
descansa
complacido,
ms
all
de
su
deseo;
pero
qlle
es tambin inse-
'11
parable
de la
-+esperanza,
puesto
que
Io
bello
(tal
vez con
frecuencia
inconscientemente) se ama
por
nece-
sidad en su relacin
con lo infinito,
que
est
presente
en
todo lo bello,
iomo causa ejemplar
y promesa.
Todo ente
es
bello en
sentido
origi-
naio.
La
belleza
crece
en
razn
directa de
la
vida.
En
lo anorgnico
aparece
ms
o
rnenos
como
simetria,
rroporcin,
ar-
monia o en
cuanto funcional; en lo
orgnico,
como vitalidad
y
ritmo;
en su
grado
supremo es
propia
del
ser absolutamente bello,
Dios.
Si la
teologa
actual,
fuera
de
algunas
excepciones,
como H.U. v. Baltha-
sar,
no
presta ya
atencin
alguna
a
la
belleza,
en contraste
con su tra-
dicin
(desde
Plotino, San Agustin,
Pseudo-Dionisio,
San
Buenaventura),
con todo,
lo
bello
est todava
de
alguna manera
presente
en
la
litur-
gia
y
en
el
arte
sacto.
Algunos
pun-
tos de
partida
para
una teologa
de
la
belleza se encuentran
sobre todo
q
l
)mistica
nupcial
(Cantar
de
los
cantares.
en
el
AT),
y,
desde
ah. tambin
en
la
eclesiologia.
Los
->pratumbultt
f
ldei
podrian
tambin
revelacin
como totalidad.
Ciertamente,
no
puede
darse
una ac-
titud cristiana
meramente
esttica
(Kierkegaard),
puesto
que
lo bello
puro
slo reside
en
Ia
->salvacin
futura; mas,
para
el
creyente, la
bel\eza
es
por
Io
menos
Ia
esencia
secreta del
mundo,
en
cuyo
corazn
(Mt
12, 40) no est el
siervo de Dios
sin
forma ni
belleza
(Is
53,
2),
sino
la
-)doxa
divina
en
rirtud
del
su-
frimiento del siervo de Dios.
Bendicin. En cuanto
que
todo lo
bueno existe
por
la
palabra
creadora
de
Dios
(-+creacin, Jconservacin
del mundo), el cristiano
reconoce
to-
do
lo
bueno
que
encuentra
en
su
camino como
,
concre-
tumcntc
dcl Dios
que
bendice
(Gen
I,
22.
28). EI deseo
impetrativo
de
csa bendicin
de
Dios,
manifestado
cn
la
oracin
del
hombre
o
de la
Iglesia, se llama
tambin bendicin
(con
frecuencia
sc
realiza
en una
determinada
forma litrgica:
-+sa-
cramentales).
Ya
el AT
conoce tales
lendiciones
pronunciadas
por
los
pa-
triarcas,
padres
de
familia, reyes,
sacerdotes
en
el
culto, etc.
Tambin
cl
NT
las
conoce;
as
Cristo,
los
apstoles,
etc.,
bendicen
no
raras
r.eces.
Pueden
pronunciarse
tambin
cou ocasin de
tomar a su
servicio
runa
cosa
por parte
del
propietario
(-)consagracin
de
cosas)
o
en
Ia
tl'ansmisin de
un
cargo.
Biblica
(crilica).
Se
llama
crtica
iiblica
a
la investigacin cientfica
de
la
Biblia
con ayuda de los mto-
dos
histrico-criticos,
y
valindose
de
las ciencias
profanas,
sobre todo,
de
la
historia,
arqueologia
y
filologa..
Si es
inaceptable la
citica liberal
de
Ia Biblia,
que
estudia
sta a
base
de
un
a
priori
histrico
y
losfico
del todo inadecuado,
en cambio
hay
que
considerar
como necesaria
una
crtica
bblica
que
est
objetivamen-
te
justificada.
Semejante
crtica
pue-
de contribuir
no poco
a
la aclara-
cin
de
problemas
hasta ahora
no
lesueltos.
Como crtica textual, ha
hecho
notables
progresos
en
Io
que
:rtae
a la
reconstr.rccin
del
texto
trrmitivo.
Como crtca
literaria
in-
vestiga
la
poca,
el autor,
caracters-
ticas
literarias
y
objetivo teolgico
dc
cada
uno de
los libros biblicos
(cl'. -+gneros
litcrarios).
Itrabiendo
t'omenzado
la
critica
bblica
en
su
I'orma
liberal
y
racionalista
(s.
xvtt-
rrx).
la
actitud
del magisterio cat-
lico
frente
a
ella
lue ms bien de
roscrva-,
y
la
de
los
telogos
adversa.
I)cnr,
a
partir
de la encclica
de
I'o xrt
(1943),
la
Iglesia nrisma
quie-
rc
y
exige
(Dz
1192ss
2302
2329)
l1)
Bihlica
(lcokgirr)
una
cliiica bihlica
olr.jctir.itmcnt,'
itr\-
tificada,
que no
se
enlrentc
llcutral-
mentc, de manera
pseudocicntifica.
al
factwn
teolgico
que
represcntx
la
-+Sagada
Escritura
como
tota-
lidad.
Biblica
(teotogla).
Como
ciencia
rc-
lativamente autnoma,
Ia
teologa
bblica representa
una necesidad
en
la tcologa
catlica
contempornea;
no
slo desde
el
punto
de
vista
de
una distribucin
cientca
de
la
teo-
loga.
sino
tambin
por
la
importan-
ci de
la cosa
en s,
por
la
posicin
peculiar
e
irrepetible
de
la
-rSagra-
da Escritura.
Es
verdad
que
1a
*>dog-
mtica
catlica debe tambin
ocupar-
se de
proposiciones
de fe
obligatorias
que
no se
identiflcan
inmediatamenie
y sin
ms con
las
afirrnaciones
de
Ia Escriturr:
est,
en efecto, regulada
por
el
--+magisterio,
una
de
sus
fuentes
y
normas
es
la
-+tradicin,
y existe
una
verdadera evolucin
de los
dogmas
(-)dogmas
[evolu-
cin
de
los]).
Mas,
con todo eso.
la Escritura no
es
una
fuente
del
conocimiento dogmtico
sencillamen-
te
equiparable
a
las dems.
Estrictarnente,
en
cuanto
exgesis
teolgica,
y
no en
cuanto
exge-
sis
histririca
o
filolgica,
tambin
la
teologa bblica,.
lo
mismo
que
el
resto
de
la dogmtica,
tiene
que
considerar
a
la
Escritura
en
la Igle-
sia bajo
la
norma
(
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
4/22
Biblica
(teologia)
Iglesia.
Dicha
concretez
se
da en
la
Escritura
y
slo en
ella,
puesto
que
la
tradcitin, en
su
estado
pura-
mente objetivo, independientemente
de
la
funcin diacrtica
del
magiste-
rio,
no ofrece ninguna
garanta
de
pureza
en lo tocante
a
sus
ingre-
dientes
puramente
humanos.
Pues la
distincin entre tradicin
humana
y
divina
por
un
recurso a
la tradicin,
es
un
acto
propio
del
magisterio
mismo
que
recurre,
y
as
supone
ya
la diferencia entre
la
norma
mate-
rial
y
lo normado. En
esta
medida,
a
pesar
de
la
persistencia
de una
tra-
dicin divino-apostlica, la Escri-
tura
es fuente
y
norma
cualificadas
y
singulares de
ia
declaracin actual
de
la fc
por
parte
de
la
Iglesia;
y,
por
1o
tanto, tambin
de
la
dogm-
tica,
que
viene
normada
por
aqulla
a
la
vez
que
la
prepara
trabajando
a
su
servicio
(Dz
1942).
De aqu
que,
si
toda
Ia
dogmtica
escucha,
en
y
con la Iglesia
jerr-
quica,
la
palabra
de Dios
revelada
en la Escritura, cosa
que
tambin
tiene
que
hacer
la Iglesia
oficial
para
hablar
acertadamente,
entonces
ocu-
rre un hecho
que
de otra manera
no acontecera. Asi,
y
slo
as" es
la dogmtica algo
dirigido
y
no diri-
gente,
oyente
y
no
dictaminante,
co-
mo ocurre
con sus
dems
funciones
de carcter
histrico>>
y
. El
punto
de
partida
puro
del
kerigma de
la
fe,
que
sigue
presente
en
la
Escritura, sigue
siendo todava
1o siempre
nrs
grande y
amplio, lo
que posibilita
y
domina
una
y
otra
vez el
progreso.
Y esto a
pesar
de
ser
-+punto
de
partida.
En
la vuelta
a
1"
no
en una
compilacin
de
pa-
sajes
demostrativos, consiste
Ia
teo-
loga
bblica.
Bien
(lo
bueno,
la
bondad)
es en
primer
trmino
una
propiedad
tras-
cendenlal del
ente
en
general y
de-
signa
lo
que
conviene
a la
forma
de
un ente,
orientada a
un fin
(y
de-
bido
a esa conveniencia es
apeteci-
do).
Dentro de ese concepto de bien
entra en
primer
lugar el
ente en si:
en
cuanto
que
apeteciendo
se
pone
en su realizacin o actualidad esen-
cial,
es
nticamente
bueno
para
si
(bonum
sb). En
ese
concepto entra
tambin ulteriormente
todo
lo
que
ayuda a dicha
realizacin
esencial
(bonum
alter).
S un
ente
viene
dado
a
si mismo en orden
a
la autorreali-
zacin
libre
(+libertad)
en
el
hori-
zonte
del
-)ser
absoluto,
la bondad
ntica de
dicho
ente es lo
ontolgi
camente bueno,
es decir,
un
bien
moral objetivo
(bonum
honestum),
y
en
cuanto
que
ene
dado
en el
horizonte
del
ser absoluto, es
un
absoluto:
puesto
que, y
en
cuanto
que,
un
ente
(bien)
entra
dentro de
la
finalidad
necesariamen-
te implantada
con
la
esencia del
hom-
bre;
puesto
que el
hombre
en auto-
posesin
consciente
y
libre
se encuen-
tra
ante
Dios
,
es
decir,
no
como
medio
referido a
otro,
por
todo
ello,
corresponde a
to-
do
ente
una validez
absoluta,
un
tener
que, que
no
anula la
libertad,
sino
que
la
presupone y
la llama
a
una
decisin determinada en cuanto
al
contenido.
Por
tanto, valor moral
objetivo
es
primariamente
la
-.>per-
sona
espiritual
(Dios y
hornbre); se-
cundariamente,
todo
lo
dems,
en
cuanto
que
de alguna manera
puede
ser
til
al valor
moral
objetivo
pri-
mario, en orden a
la
aflrmacin recta
de
su
autodaticidad, objetividad, o
tambin en
orden
a
su
actualizacin
o reconocimiento. El
->acto
espi-
ritual
libre,
que
se refiere
a
tal bon-
dad moral
objetiva
asistindola
en
reconocimiento
y
realizacin,
es sub-
jetivamente
bueno
(bonum
morale),
C
Calcedonia,
ciudad
del Asia
Me-
nor,
en la
que
tuvo
lugar
el cuarto
concilio
ecumnico,
desde
el 8
de
octubre
hasta
el
1.o
de noviembre
del
ao
451,
siendo
PaPa
Len
I.
En
l se formul
el
dogma
cristo-
lgico
(-)Jesucristo)
siguiente:
Je-
sucristo,
-+Logos
de
Dios
hecho
hombre,
es una
personu
g
dss
-+na'
turalezas
que
se
dan
en
esa
Persona
de
manera
inconfusa,
inmutable,
in-
divisa e inseparable
(Dz
148).
Esta
doctrina se
defini
en contra
del
-+nestorianismo (dos
personas
en
Cristo;
cf.
->feso)
y
en
contra
de
la
teora de
Eutiques
(las
dos
natu-
ralezas
se
confundian
en Cristo
for-
mando
una sola:
estricto
-Jmonofl-
sismo).
Len,
cuyos
Iegados
Presi
dieron
el concilio,
lo
ratific
Por
entero, a
excepcin
del
canon
28,
en
el
que
se
reconocia
la igualdad
de
prerrogativas entre
Roma
y
Cons-
tantinopla,
aunque
ocupando
sta
el
segundo
puesto
(Y
dejando
de lado
a
Antioquia
y
Aleiandra).
Catrificaciones
(censuras
teolgicas)
son
juicios
fomulados
por
los telo-
8os
o
en
ciertas
circunstancias
por
el magislerio,
accrca
de
proposiciones
doctrinales
(verdaderas
o
falsas),
para
eslabtrecer
grado
de
seguridad
con
que
se
puede
reconocer
su concor-
dancia
o
contradiccin
con
1a doctrina
de
la revelacin
divina.
Esas califi-
caciones se expresan
en frmulas
concisas
ya
acuadas.
Sin
embargo,
no existe
un
sistema
obligatorio
de
calificaciones,
No
siempre
ni
en to-
das
partes
se entienden
de
la
misma
manera.
Segn
que
la
ProPosicin
77
por
calificar
haya
de
designarse
como
verdadera o
como falsa,
se
dan cali'
ficaciones
positivas o negativas;
estas
ltimas
reciben
El
nombre
de
censu-
ras.
Aqu
citaremos
slo las
ms
importantes.
Una
proposicin
es
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
5/22
Clificaciones
(ccnsuras
teolgicas)
tclogos,
la
negaci(rn de
una
verdad
de
fe
o,
por
lo
menos,
una amenaza
indirecta
a
semejante verdad;
as
suelen ser conclusiones
teolgicas
de
diversos
gneros.
Se
le opone:
pro-
posicin
teolgicamente
falsa
o
teme-
rIria, error teolgico.
Otras
calificaciones
de
menor im-
portancia
se
entienden
por
s mismas.
Doctrina
comn entre los
telogos,
opinin
probable,
opinin
,
opinin
tolerada, opinin
que
hiere
Ia
sensibilidad
religiosa, opinin in-
sidiosa,
provocadora
de
escndalo,
etctera.
EI
sentido
ltimo
de
estas
caiificaciones
es tanto
la
proteccin
de
la
fe
como
el
evitar la confusin
entre
la
verdadera
revelacin
divina
y
las opiniones
teolgicas.
Camino,
Al
hombre,
>
por
su misma
constitucin,
se
Ie
impone
y
se
le
exige una
evo-
lucin religiosa
orientada en
un
de-
terminado
sentido;
por
tanto,
pueden
expresarse con la
imagen del
camino
(cf.
Act
9,
2)
la
posibilidad y
la
tarea
de
esa
evolucin
que,
susten-
tada
por
la
-+gracia
de Dios, lleva
al
cristiano hacia
su consumacin
definitiva
en
la
-)visin
de
Dios
(->cielo,
->beatitud).
Necesidad,
evo-
lucin,
finalidad
del
modo de
vida,
de la
conducta,
quedan
as expresa-
das
en
la metfora
del camino. En
cuanto
que
toda
forma de vida
puede
concebirse como
,
como
conducta
vital,
puede hablarse
de
dos ,
el
bueno
y
el
malo,
el
estrecho
y
el ancho
(Mt
7,
13).
En cuanto
que
para
los
cristianos,
en
su
scguimiento de
Cristo
(-+imi-
tacin de Cristo),
Crislo
mismo
es
el
fundamento,
la
fuerza
y
Ia meta
de su vida,
es
El el camino
por
anto-
nomasia
(Ioh
14,
6).
Canon
(de
origen semita
:
caa,
medida,
patrn).
Como
tmino
tc-
nico
teolgico,
designa la
recopila-
i']
cin
en
Ia
Sagrada
Escritura
de
los
li-
bros
a
los
que
corresponde
la
--;ins-
piracin y
que
son norma de
la
Ie.
l. Dal'os
pctsiivos.
Esta recopila-
cin
tuvo lugar
por
etapas.
La
-+ley
(:
Torah,
Pentateuco) aparece
ya
en
la
promulgacin
de
Esdras
(proba-
blemento del
ao
398
a.C.) como
nor-
ma
de
la fe para
Israel. Los libros
profticos
alcanzan
este
rango
en
el
siglo
rr a.C. El canon
actual
del AT,
incluidas las
,
tan
altamente
apreciadas
incluso
en el
NT, aparece
ya
con
seguridad en
un
snodo
judo
tenido
en
Jabne
el ao
100
d.C., aunque
no
se
puede
probar
Ia inclusin, en
sentido
estricto, de
algunos
libos
en
el
canon
judt'r
(Tob,
Iudith,
Mac.
Sap,
Ecci, tsar
y
las
partes
griegas
de Esther
y
Dan),
aunque s
es seguro
que
eran muy
considerados.
A
partir
de
Sixto de
Siena
(t
1569)
reciben
estos
libros
el
poco
afortunado
nombre
de .
La validez
normativa
se deduce,
de
manera meramente
his-
trica,
de
las
citas
de
dichos
libros.
De
este modo
se
justifican
los
cornien-
zos
del
canon
neotestamentario
por
las
citas
que
se
encuentran
en los
primeros
padres
de la
Iglesia
y
auto-
res eclesisticos
de
la
primera
mitad
del s. ll. El
primer
catIogo
oriodoxo
del
NT es el
llamado
canon dc Mu-
ratori, en
el
que
ialtan,
sin
embargo,
cinco epstolas
apostlicas
del
canon
actual.
Tal
catlogo
es
de
proceclen-
cia
italiana
y
data
de
la
segunda
mitad
del s. rr.
Con
respecto
a
[a
per-
tenencia
de
algunos libros
particu-
lares al canon
neotestamentrio.
se
estuvo
fluctuando durante
nrucho
tiempo;
en
el occidente,
hasta los
aos 380/390
d.C.;
en
oriente.
hasta
el s. vtt,
por
lo
menos en 1o
tocante
a1 Apoc.
El primer
canon
completo
del NT lo
ofrece
Atanasio
de
Ale-
jandra,
el
ao
367
d.C.
De
n:lnera
anloga
al
AT.
se
distinguen
tem-
bin
en
el NT
libros
muy
aprea-
dos,
pero
cuya
canonicidad
ha sido
discutida,
llamados
(Hebr,
lac,
2
Petr,2
Ioh,
3
Ioh,
luda
y
Apoc).
La
necesidad
de
que
el magisterio
definiera
el
canon
se
origin
con
las
dudas
que
los
refor-
madores
protestantes
y
tambin
algu-
ros
catlicos (Erasmo
de
Rotterdam)
expresaron
sobre
la
canocidad
de
algunos
libros
de la
Biblia,
o sobre
su
carcter
autoritativo.
Esto
lo llev
a cabo
el
concilio
de
Trento
(1546),
al
exigir
el mismo
respeto
Para
los
45
libros
veterotestamentarios
y
los
27
del
NT,
en
virtud
de
que
Dios
es
el autor
de todos
ellos
(Dz
783
ss;
cf. Dz
1809).
II.
Teologa.
Todas
las acciones
salvcas de
Dios
nos son
conocidas
por
la
revelacin
divina,
autntica-
mente
proclamada
e
interpretada
por
el
magisterio eclesistico;
tambin
co-
nocemos
as
el
que
Dios
sea
el
autor
de la
-+Sagrada
Escritura
Por
me-
dio de
la
-+inspiracin.
Que
los libros
de la
Escritura
estn
insPirados
Y,
por
tanto,
son
cannicos,
1o
sabemos
inmediatamente
por
las
declaraciones
del
magisterio,
que
da
Ie
de
Ia reve-
lacin
divina
como
fuente
originaria
de
este saber.
En
este sentido,
la
lglesia
se
ha
atibuido
siempre
el
de-
recho
de
definir
el
canon,
en
cuanto
que
seal
algunos
-+apcrifos como
tales
y
emiti
juicios
aclaratorios
acer-
ca del
canon.
La
distincin
entre
iibros
deuterocannicos
y
protoca-
nnicos
(estos
riltimos
indiscutidos)
es, de
hecho,
primariarnente
una
cuestin
de
la
certeza
de
la Iglesia
sobre
Ia inspiracin
de
Ios
respecti-
vos escritos
Y
no
desemPea
PaPel
alguno
en
las
decisiones
dei
magiste-
io acerca
de
Ia extensin
del canon.
Lo
mismo
puede
decirse
de
la
cues-
tin acerca
de
la
canonicidad
de cier-
tos
breves textos
existentes
en el cor-
pus
transmitido
de
la Escritura.
El
8l
(lllotr
problema dogmtico
(y
tle
histolia
rle
I
doema)
en
torno
al
canon
cu(lsl\(c
".r-.ua,
cmo
ha de
entendersc
llt
revelacin
acerca
del carcter
ins-
oirado
v
de
la canonicidad,
Y
cmtr
ila de
entenderse
tambin
el conoci-
miento
de
esa
revelacin
(apostlica)
por
parte
de
la
lglesia,
Para
que
este
oble
hecho
aparezca
como
his-
tricament
verosmil
y
sobre
todo
compatible
con
la
formacin
lenta
y
fluctuante
del
canon.
Pues,
Por
una
parte,
Ia
rvelacin-
tuvo
que
quedar
cerrada
con
la
primeta
generaclon'
,
de
tal
manera
que la Iglesia
puede 1le-
gar
a
una
mayor
claridad
con
respec-
io
u
,ru
revelacin,
Pero
no
recibir
una
nueva; Y,
Por
otra,
la Iglesia
ha
fluctuado
en
muchas
cuestiones
de
la
constitucin
del
canon
durante
larso
tiempo,
hasta
llegar
a
su
fija-
ciOi-r
definitiva.
Este
hecho
dif
cil-
nrcnte
podra
explicarse
sin
una nue-
va
rev-elacin,
si
la
revelacin
ori-
ginaria al
respecto
en la
poca
apos-
tlica
(que
forzosamente
tuvo
qne
existir)
hubiera
consistido
en
propo-
siciones
particulares
y
explcitas
so-
bre cada
ttno
de
los libros
en
cues-
tin.
Por
10
tanto,
el
Problema
con-
siste
en
ver
si
se
puede
pensar
en
una
revelacin
originaria
tal
que,
Por
una
parte,
hubiera
tenido
lugar en
el
tiempo
apostlico
Y, Por
otra,
fuera
do
tal manera
imPlcita,
que
su
ex-
nlicacin
necesitara
tiempo
y
acon-
teciera entre
fluctrracioncs
(+dogmas
evolucin
dc los]). Si
de
antemano
.. ,on"
en
la esencia
de
la Escritura
el
iue
haya
sido
esencialmente
que-
rida
nor
Dios
como
momcnto
de
la
constitucin
que
El
dio a
Ia
lglesia
nrimitiva
como
norma
del
futuro'
Y
as
la insniracin
de
la
Escriturl
oued
originarian'lente
revelada
en
ll
velacin
dcl
hecho
ms
amPlio
dc
que
la
Iglcsia
primitiva
es
norlna{ivit'
"r,
.."
iruo
quedara exPlcitrmcnlc
revelado
quello
de dondc
la
lglcsirr
80
82
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
6/22
Canon
podria
ir
conociendo
poco
a
poco
los lmites del canon de
la
Escritura
sin una
nueva
revelacin.
Lo
que
(y
no
porque)
Ia
Iglesia reconoce,
entre
los
escritos de aquella poca,
como
objetivacin
de la
Iglesia
pri-
mitiva
(y
de su
pasado
veterotesta-
mentario),
queda,
por
lo
tanto,
reco-
nocido tambin como momeflto
cons-
titutivo
de
la
Iglesia
primitiva y,
por
consiguiente,
tambin
como
inspirado
y
cannico.
Car cter,
enc'ter sacramental
(grie-
go
kharakter:
distintivo)
designa
ese
orden
(la
validez
permanente
de
estos sacramentos,
que
es
indepen-
diente
de la
actitud
subjetiva
del
individuo) (d.f.:
Dz
852). La doc-
trina del
carcter sacramental
tiene
su
fundamento
bblico
en
el
(-)spftragis)
de Dios,
con
el
que
estan
sealados
los
elegidos
(Apoc
7,
}.8).
San Agustn
fue
el
primero
que
la
elabor
en
conexin con el
hecho
de
que
los
sacramentos
citados
quedaran
reconocidos
como irrepe-
tibles. En su indelebilidad, ese
carc-
ter sacramental antecede a
la deci-
sin humana
y
a
la historia
salvifica
personal
del
individuo; la
vocacin
siempre
interna,
invisible,
gratuita,
propia
de la
persona
particular,
re-
mite
ms
bien,
mediante la
llamada
salvflca
de
Dios, a
la
publicidad
his-
trica
de
la Iglesia
y
de
su
culto. Por
lo
tanto,
el
culto de
la Iglesia
es
la
patentizacin
sible de la
vo-
luntad
amorosa
e
incansablc
de Dios
y
de
su aceptacin
por
parte
de
la
Iglesia como totalidad
(-+sacramen-
to);
y
esto
porque
el
culto de
la
lglesia
es
la
actualizacin
de
la vo-
cacin
permanente
del
bautizado,
con-
Iirmado,
ordenado. El
carcter
sacra-
mental
es
distinto
de
la
-+gracia
misma,
aunque
remite
al
cristiano
83
a
la
posesin
necesaria de
Ia
gra-
cia
y
se
la
ofrece.
Cardiognosis
(giego :
conoci-
miento
del corazn) es
un
concepto
de
la metafsica
del conocimiento
escolstica
y
tambin de
la mstica.
Designa
un
don especial, con cuya
ayuda puede conocerse
el
estado mo-
ral
y
religioso
de
un
hombre,, es
decir,
su
relacin con Dios,
produ-
cido
o
causado en una
decisin
li-
bre.
Segn
ia teologia
catlica,
ese
conocimiento no
puede
adquirirse.
Por
naturaleza
es
propio
de
Dios,
tal como
lo testifica
la
Escritura,
y
en los
individuos es un
'-)caxisma
que
en
el
caso concreto no es
fcil
deslindar de
los
fenmenos
parapsi-
colgicos.
Caridad,
amor. Con esta
palabra
entiende
el
cristianismo, sobre
todo
el
catolicismo,
la
total
y
libre
reali-
zacin esencial del hombre, del
hom-
bre entero, tal como
de
hecho
ha
sido
pensado
y
llamado
por
Dios,
en
virtud de la cual
este hombre
es
integrado
en Dios
y puesto
en
su
gracia (justificacin) y
en la sal-
vacin; rcallrzacin
que
se
presenta
como
aceptacin
de
la
-)autocomu-
nicacin
libre
y
exhaustiva de Dios,
en
la fuerza
de
esa misma
autoco-
municacin,
Puesto
que
esta reali-
zacin esencial
acontece
en
direccin
a ese Dios
que
se
entrega libremente
a s mismo
y
puesto que
tiene
carc-
ter de dilogo
y
de
respuesta,
Dios
mismo
es concebido como
la
caridad,
el
amor
(1
Ioh
4, 8).
En cuanto
que
Ia
esencia
del hom-
bre
es
autotrascendencia
(personal)
hacia
lo
superior
(como
persona),
esta
realizacin
esencial
es caridad, amor
desinteresado
de benevolencia
(en
contraposicin
al
amor de
concupis-
cencia,
amor
de
un
bien
que
sirve
de
momento
o
de medio
para
afirmarse
a s
mismo
[justificadamente]).
En
cuanto
que
esta
caridad
que
se
da
a s misma
a
Dios
ha sdo libre-
mente creada
por
Dios
al crearla
con
el hombre; en
cuanto
qlre
su
capacidad
de
llegar
a
la
intimidad
ms
entraable con
Dios,
como
amor
de hijo
y
de
amigo
en contraste
con
el amor servil,
se hace
posible
slo
por
la
autodonacin
previa
de
Dios al
hombre;
en cuanto
que
para
poder
corresponder verdaderamente,
de rnanera
.
a esa autodo-
nacin
(para
ser
virtudes,
apunta a hacer visible
y
creble la
Iglesia como
y
as'
es
un
complemento
del ministerio eclesistico en
su fun-
cin
propia.
Las formas
de manifes.
tacin
del
carisma
pueden preverse
a
partir
de su
esencia
histrico-
salvfica
y
eclesiolgica.
Asi, en
el
tiempo
apostlico
se manifest,
so-
bre todo,
como sbiduria,
ciencia,
potencia
para
hacer milagros, discer-
nimiento
de espritus,
gobierno
de
la
comunidad, don
de lenguas
(cf.
prin-
cipalmente 1
Cor 12-14).
Siendo,
pues,
imprevisibles sus formas,
el
ca-
risma debe ser descubierto
y
aceptado
una
y
otra
vez,
siempre de
nucv.l
(Dz
2288). Teniendo
en
cuenta
quc
precisamente
la
novedad
dc
una firr-
ma
(p.ej.,
el
movimiento
dc la po-
84
86
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
7/22
Carisma
breza
en la edad
media)
no
puede
hacerse
valer
como argumento
con-
tra Ia eclesialidad
dcl
carisma
o
contra
su
procedencia
del Espritu.
Por el
contrario,
ha
de
reconocerse
esa novedad
(aunque
debe
probarse
cuidadosamente)
como
nuevo impnl-
so del
Espritu de
Dios,
que quie-
re
confrontar
a
la
Iglesia
militante
con
su
presente
histriio
siempre
nue-
vo,
y
vincularla
a
ste
con
mayor
intensidad,
es
decir,
de un
modo
ms
diferenciado.
Carfago.
El xvr
sinodo
de
Cartago,
4tr8, antes errneantente llamado mi-
Ievitano,
formul nueve
cnones
con-
1ra el
-)pelagianismo
(Dz
101-109).
La doctrina
teolgica
de esos cnones
fue aprobada
p.or
el
papa
Zsimo.
Hoy
da se duda si tal aprobacin
fue una verdadera
->definicin
(cues-
tin
importante en la actualidad,
debido
a la
discusin acerca
del
-+limbo).
Castidd designa en
la teologia
ac-
tual
la
conducta ordenada
frente
a
1o
sexual.
Ms
particularmeDte,
cas-
tidad
en el
matrimonio
es
la configu-
racin de lo sexual,
que
1o
integra
en
el
sentido
y
la
dignidad del
hombre
total
y
de su
relacin
perso-
nal-espiritual
con
el otro
cnyuge.
Fuera
del
matrimonio,
castidad
sig-
nifica la renuncia
consciente
a
toda
actuatrizacin libre de la
fuerza
ge-
nerativa. Frente
a
un
latente
->ma-
niquesmo
y
a
un
-gdualismo
hostil
al cuerpo,
que
no
es
raro
en
Ia
igle-
sia,
Ia
teologa escolstica,
con
To-
nrs
de Aquino,
califica
de
bueno
nor
naturaleza
el placer
sexual,
y
considera
una
virtud su
actualizacin
ordenada en el
matrimonio.
Con
res-
Irecto
a
la
teologa de Ia castidad
corno
forma
de
vida.
cf.
-+virginidad.
Casustica,
Teora.
a menudo
cien-
tficarnente estructurada,
de
Ia
apli-
87
qt
cacin
de
los
principios
generales
ai
caso
particular;
en
teologa
moral,
al
caso
de
conciencia
concreto.
-less
se
propuso
ya
el
adoctrinamiento
dcl
individuo:
cmo
puede
y
debe acon-
tecer su decisin
personal
atenden-
do
a
las circunstancias
concretas,
a
sus
disposiciones,
a su manera
de
ser
particular
y
al
quehacer
que indivi-
dualmente
le
propone
la
-+tica
exis-
tercial.
La
casuistica
se
manilista
ya,
desde san
Fablo, como
pate
cons-
titutiva
irenunciable
de
la etica
y
de
la
pastoral.
Por
otra
parte,
ir
mo-
ral
catlica no
estuvo
ni
esil
libre
de
una
supervaloracin
de
la
ca-
sustica ni
de su
exageracin.
La
casustica lleva
entonces a
los escr-
pulos,
al
vaciamiento
de
decisiones
que
deberan ser
verdaderament
pcr-
sonales
r,
finalmente, al
predominio
de
un
pensarniento
legalista acristia-
no,
si
se
la considera
como irnico
paLrn de
lo
que
debe
hacer
u:.
cris-
1.iano.
Catecismo
(griego
kateklten
:
cn-
sear
oralmente). I-Ioy
dia
recibe este
nombre
el libro
con
el
que
s; em-
prende
la
enseanza elementaX
de
la
doctrina cristiana.
Desde
ei :c
"
\'tlt
queda
separado
de
la
.
Un catecismo
puede
trieger
a
ser
un
documento
importante
del
magisterio ordinario,
si
y
en
ci-ranto
que
est
autorizado
por
un
'rhispo
con-ro
compendio de
la
predicaciiin
de
la
fe. Con
todo, una
verdaci
nrr
se convierte
en
infalible
u
oblig;Lto-
ria
por
el mero
hecho
de
quedar
afrr-
mada
en
el catecismo,
pues
ningn
catecismo se
compuso
con el
fir-r
de
proponer
solamente verdades inia-li-
bles
y
obligatorias;
por el
con .aric,
suele
presentar
indistintamcnte
rin
distinguirlos entre s
-)dogmas,
r'cr-
dades
de
-tdocfrina
catlica.
r.erda-
des
tecrlgicamente
ciertas.
et..,
se-
grn
aspectos histricamente
rndi-
cionados.
Catolicidad.
Es
sta
una
propiedad
esencial
y
caracteristica
de la
finica
r,erdadera
Iglesia de
Cristo.
a)
En
prirner lugar, signiflca
que
la
-tlgle-
sia
esl abierta,
y
tiene
que
seguir
cstndolt-. a todos
los hombres
sin
lmile
alguno
espacial
o temPoral
hasta
el final
de la historia, de
tal
manera
que pueda
decirse
obligato-
ria
para
todos.
Las razones
que
fun-
dan
ea
apertura
son
la
voluntad
sal-
vca
universal de Dios
(-+salvifica
[volund
de Dios]),
la redencin
de
todos ios hombres,
fundamentalmen-
te
obrada
en
Jesucristo,
y
la
accin
del Espiritu Santo.
La Iglesia
tiene
que
estx
abierta
de tal
manera,
que
conflrme
el
pluralismo
intahistrico,
querido
por
Dios, de
los diversos
circulos
privados
y
pblicos
existen-
tes
en
las
diferentes
pocas,
de
suer-
le
que
su
mensaje
y
formas eclesis-
ticas'de vida
no
puedan circunscri-
.hirse
a
un
mbito
determinado
de
cultura.
a
:orLa
raza determinada,
etc',
con
exclusin
de
los
restantes. b)
Ca'
tolicidad
signiflca,
adems,
que
la
Iglesia
de
Jess
est en
posesin
de
la
plenitud
de la
->revelacin
de
Dios
en
Cristo.
El
orncepto de catolicidad
o
uni-
versalidad
queda ya
esbozado
en los
escritos
del AT
y
del
judasmo
tar-
do- en los
que
se habla
explicita-
mente de la
voluntad
salvflca
de
Dios
respecto
a
todos
los
pueblos.
Esta se
impone
ya
en
la
vocacin
de
Pablo como apstol
de los
gentiles
(fundamentalmente:
Eph
2,
ll-3,
ll).
La
catolicidad
es
algo
ya profesado
en los
smbolos
cristianos
de la
fe
(fines
del s. rt:
Dz
1).
En el tiempo
de
los
santos
padres,
1o mismo
que
hoy dia.
la
catolicidad
designa
ms
bien
el
aspecto
cualitativo
interno.
En el
tiempo floreciente
de la apolo-
gtica,
indicaba ms
bien
la
univer-
salidad externa
y
fctica
de la Igle-
sia.
Ignacio
de
Antioqua,
en su eps-
tola a
los
cristianos
de Esmirna
8, 2,
89
Caustlirlrl
es el
que
por primera
vez
predica
de
la Iglesia
el
adjetivo
ser,
en
la autorrealizacin
del
es-
piritu
humano.
Si
el
ser
no
quedara
de
antemano avistado
y
asentido
en
el
pensamiento.
que
necesariamente
acontece en
su
horizonte;
y
si
el ser
no
sustentara el
pensamiento,
enton-
ces
la
aplicacin teolgica
del
prin-
cipio de
causalidad
a Ia relacin en-
l
t
90
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
8/22
Causalidad
tre
Dios
y
el
mundo
nunca llevara
a
un
concepto
verdadero
de Dios.
Cf.
->Dios
(prueba
de
la existen-
cia
de).
Certw,a.
Seguridad
(ausencia
de
duda)
del conocimiento,
que
se
per-
cibe
como
fundada,
y
que
reside
en
el
sujeto
que
conoce. Se
dide
en
a) evidencia
inmediata,
si
un
objeto
se muestra
inmediatamente
o
si
un
contenido
conceptual se
presenta
in-
mediatamente como
obvio;
b)
cer-
teza obligante,
si
quedan
inmediata-
mente
excluidas
toda
-+duda
y
toda
inseguridad
fundada; c)
certeza
es-
tricta, aunque libre,
o
certeza
moral
propia,
si
el sujeto ve
que
est
mo-
ralmente
justificado
desterrar
una
duda
que
todava
le
puede
quedar
en
el terreno
psicolgico,
o bien
pres-
cindir
de
ella en su actuacin.
Cielo.
Esta palabra
puede
tener
en
teologa dos significados distintos
que
hay
que
distinguir.
1)
Como expresin
grfica,
desig-
na
tanto
en
AT
como
en el
NT
lo
que
est sobre
la
tierra, de
acuerdo
con la
antigua manera
de
concebir
el
universo dividido
en escalones,
el
ms
alto
de los
cuales
es
considera-
do,
de
un
modo tambin muy
pls-
tico,
como
el
lugar donde
habita
Dios. Ya el AT
(Col
3,
l),
all est su
pa-
tri
(Phil
3, 20; Hebr 13, 14).
El
cielo
es
tambin una
perfrasis
del
nombre do Dios. De
aqu
quo
91
-)situacin
originaria
fundamental
de
Cristo
como
el
en-
tregado
y
sometido
totalmente
a
Dios,
no implique
necesariamente
una cien-
cia
acuada
o acuable
a
su arbitrio
en conocimientos particulares.
A
pe-
sar
o, mejor,
dentro
de
ese en-
contrarse
fundamental
nico
en
su
gnero,
Jcss poda
adquirir
expe-
riencias lo
mismo
que
nosotros;
po-
da
tener
un
desarrollo
intelectual
(Lc
2,
52);
con
respecto
a
la
forma
de una ciencia
objetiva
y
conceptual
y, por
tanto,
comunicable
pa.ra
si y
para
los dems,
poda
ignorar
algo;
podia
caminar
hacia un
futuro
des-
conocido.
Si
bien es verdad que
con
este
encontrarse
onto-lgico irrepro-
ducble estaba
ya
anticipada
desde
siempre en
el fondo
de
su
realidad
su
misin
y
todo
Io
que
tena
que
saber
para
el
cumplimiento
de ella.
Ciencia
meilia.
El
,->molinismo
(-+gracia
[sistemas
de la])
llama
ciencia
media
al conocimiento, que
hay que
adscribir
a
la omnisapien-
cia
de Dios,
acerca
de
las
acciones
condicionadamente
futuras
de la
criatura con
antelacin
lgica a lu
dc-
e4
\ -.
92
ll
L
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
9/22
Ciencia
media
cisin
de
Dios
de
hacer
realidad
determinada
situacin.
Es
decir,
el
conocimiento
de
lo
que har
o
hara
Iibremente
alguien
si
se
le
pusiera
en esa
situacin
determinada
(posi-
cin
que, en
ltimo trmino,
Proce-
deria
de
Dios)' En
ese
Proceso,
el
molinismo
supone
que
Dios
Podra
conocer
ese
futuro
iondicionado
en
si
mismo
Y
no
en su
ProPia
decisin
(->predeterminacin)
de
producirlo,
v
nicamente
asi
conocerlo
sin
des-
iruccin
de
la
libertad
de
la
criatu-
ra.
Esta
ciencia
recibe
el calificativo
de
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
10/22
CIero
de servicio
que
se
realiza conforme
al
grado
de
participacin
de
cada
clrigo
en
la
-+potestad
de
la
Igle-
sia,
precisamente
en
el
gobierno de
la
Iglesia
y
no del mundo.
En la
Iglesia
latina,
tiene adems
una fun-
cin ministerial
y
de testimonio
de-
bido a
la obiigacin
constante
al
celibato
y
a
la obediencia
cannica.
Si
se tuvieran
en
cuenta
estas
tres
cosas, desapaeceran
el
clericalismo
y
el
anticlericalismo.
Coaccin
es una
situacin
interna
o
externa
de
un
hombre
que
hace
imposible a
ste
una decisin
libre
o
su
ejecucin
fsica.
Estas coaccio-
nes,
incluso internas,
se
dan
en
rea-
lidad.
El hombre,
como
libertad
creada
finita,
no es capaz
de
hacer
cualquier
cosa
en
cualquier
situa-
cin.
Donde
se
d
tal
coaccin
son
imposibles
la resronsabilidad,
el
m-
rito
y la
culpa
(Dz
1050
s
1094: d.f.).
Sin embargo,
no es
lcito exagerar
este
estado de
cosas en
el
sentido
de
un
->determinismo
como base
para
la
ncgacin
universal
de
la
-.>liber-
tad
de eleccin.
Puesto
que la
coac-
cin no es
necesatiamente
coaccin
patolgica,
Ia delimitacin
de fron-
teras
exacta
y
absolutamente
cierta
entre coaccin
interna
y
libertad,
en
el
caso concreto,
rcsulta
imposible
para
la
reflexin
hurnana.
El
hom-
Lre
i:uede
tencr
la falsa
ilusin
de
que
es
compleiamente libre
en el acto
concreto
y puede
tambin
ocultar
unr
vcrdadera tribertad tras
una
coac-
cin
pretendida
(-+salvacin
[certe-
za dc
lr
propia]).
Cognoscibilidad
dc Dios. Confor-
me
al testimonio
de
la
Escritura
(Sap
13, 1-9;
Rom 1,
18-21)
y
de la tradi-
cin, la
Iglesia
(sobre
todo
en
el con-
cilio
Vaticano
I) declara
(d.f.:
Dz
1805
1785
2305
2317)
que
Ia
-
7/24/2019 Diccionario teolgico B-C
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Conrurin de
los
san{os
habria
que
tenerlo en
cuenta
tam-
bin
hoy da
en
primer
plano;
Ios
santos)) son,
por
de
pronto,
los
que
peenecen
al
pueblo
santo de Dios,
que
son
uno
en el Espiritu
Santo,
en
la
gracia
de
la
justificacin
y
en
la
caridad,
en
la realizacin
de
los sa-
cramentos. Correspondientemente
in-
terceden
y
trabajan
unos
por
otros.
Conruniirn
de
los
santos
designa
tam-
bin
ulteriormente
la unin con
los
que
ya
murieron
y
con los
ngeles
(--)purgatorio,
-+indulgencia,
-)san-
tos
[veneracin
de
los]).
Concelebracin
es
Ia celebracin
de
la
Jeucarista,
realizada
por
va-
rios
sacerdotes
(obispos)
en comn.
Por
ese
medio
la
unidad de
la
Iglesia
(de
la
jerarquia)
se
muestra
en la
celebracin
de
la
suprema
unidad
de
la
Iglesia.
Esta iomunidad en
la
ofrenda
no hay
que
pensarla
como
simultaneidad
de
muchos sairificios
de
la
misa
(->misa
[sacrif,cio
de
la]),
sino como
ofrecimiento de
un sa-
crificio cuyo sujeto
litrirgico es
el
colegio
en cuanto
tal.
Como
ocurre
tambin
en
otros
sacramentos,
p.ej.,
consagracin
episcopal,
uncin
de los
enfermos
en Oriente. Slo se
da con-
celebracin
en
sentido eslricto
cuando
se
pronuncian
en comn las
palabras
de
la
consagracin.
A
este
propsito
se
plantea
el
problema
de
si una ce-
lebracin
iomn
de
la
misa
por par-
te
de
varios sacerdotes
en
formas
litrgicas
que
hagan
destacar
la
unidad
del
presbiterado
(aunque
a
veces
no
fuera
concelebracin
en
sentido
estricto), en determinadas
cir-
cunstancias
(monasterios,
ejercicios),
est ms
de acuerdo con
la
esen-
cia
del
sacrificio
que
las
celebracio-
nes individuales
de varios sacerdotes
en formas
que
podran
perjudicar
al
sentido
y
dignidad
del
sacrificio
de
Ia misa, sino
que
esto sea
com-
pensado
por
un
mayor fruto
del
sa-
crificio de la misa.
l0-i
Conciencia. Se llama
conciencia
al momento
del
conocimiento viven-
cial
de la
libertad
del
hombre
en el
que
ste
se
percata
de
su
responsa-
bilidad. En
la Escritura se
utiliza el
concepto correspondiente
de
)cora-
zn, en
el
que queda
escrita
la
vo-
Iuntad
de
Dios
(Rom
2,
l5);
corazrr
que
puede
ser
de
piedra (Ez
11,
19)
o
estar
dividido (Iac
1, 8), que
ha
de
ser
circuncidado
(Act
7,
51); en l
briila
la
luz
de la
verdad
divina
(2
Cor
4,6).
El
que procede
por
con-
viccin
interna, es
decir, aceptando
sumisamente la realidad
dada
de
an-
temano a
la
libertad
y
que
a
la vez
queda
implantada
en
contradiccin
con
dicha
libertad,
se
tiene
un
cora-
zn
puro y
ver a
Dios
(Mt
5, 8.
28;
cf. Mt 12, 34 s).
El
concepto
de
con-
ciencia, en
el
sentido de synedess,)
y
se
in-
troduce incluso en los escritos apos-
tlicos
neotestamentarios.
Pablo,
es-
pecialmente,
lo convierte
en
concep-
to
cristiano
(Rom
2,
14 e.p.) acer-
cndolo,
por
tanto,
al de
-
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(lrcurs
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--
Confunacin en
gracin
Confirmacin
eu
gracia
es
un
tr-
mino
tcnico
de
la
teologa
escols-
tica
de
la
gracia
y
significa
que
un
hombre
recibe como don
especial,
inmcrecido
e
inmerecible, no slo
el
esttr de hecho libe de
pecado,
sino
tambin la imposibilidad
de
pecar.
Don
que puede
recibir
a
manera de
incapacidad de
la
voluntad para
pe-
car,
permaneciendo
libre,
tal
corno
ensean Toms
y
Buenaventura,
o
a
manera
de
una interceptacin del
pe-
cado, basada
en
un
decreto externo
de
Dios
que
impide
el
pecado
mis-
mo,
persistiendo
la capacidad
para
pecar,
tal como
explica
Surez. Se-
gn
los
telogos
citados,
poseyeron
esta confirmacin
en
gracia
Mara,
Jos, Juan
el
Bautista,
los
apstoles
y
otras
personas,
en virtud
de
su
fun-
cin
especial
a1 servicio del
plan
sal-
vifico
divino.
Consagracin,
en
sentido
cltico,
significa el acto
por
el
que
un objeto
queda
excluido
del uso
profano,
o
la dedicacin de una
persona
a un
servicio especial de Dios
en
el mbi-
to
del
culto.
En el
cristianismo cat-
lico, la
consagracin de
una cosa se
identifica
con
una oracin
interceso-
ria
por
el
usufructuario
de la cosa
y
no
proporciona
a
Ia cosa fuerza m-
gica
alguna. La consagracin
de
una
persona
se
identifica
la
mayor
parte
de las
veces
(fuera
de la
consagra-
cin de
abades,
vrgenes, etc.) con la
ordenacin
(+orden)
en
orden
a
un
cargo clerical
(->sacerdocio,
->obis-
po,
-+dicono).
Con