Noviembre de 2015

Queridas Pequeñas Almas cercanas y lejanas,

¡Dichosos ustedes…! Noviembre, es el mes de las bienaventuranzas. Pero es

también el mes de las advertencias: ¡desdichados ustedes que…!

Empezamos festejando a los que gozan de una felicidad eterna. Seguimos

con los que partieron y todavía no han llegado al término del viaje hacia la

Felicidad. Terminaremos contemplando la única fuente de la perfecta

Alegría, Cristo vencedor, Rey del Universo.

Es, en definitiva, el mes de la Esperanza. Pero la Esperanza no es una

morfina destinada a aletargarnos en medio de las dificultades del trayecto

terrestre. Es una virtud de combate. Desear la felicidad para sí mismo y para

los demás, significa no dejar de obrar para que se realice el proyecto de

Dios sobre todos los hombres.

El combate de David contra un gigante, Goliath (Texto 1). La Esperanza no

es una coraza. Es la confianza en la presencia de Dios que habita en

nosotros, siempre y cuando este huésped interior, sea acogido con una

cordial hospitalidad! David sabía que lo habitaba una fuerza divina. Con

Jesús, jamás estamos solos. Vamos a releer unas líneas del Papa Francisco,

dirigidas a los jóvenes, a pocas semanas de su elección (Texto 2).

Esta confianza en Dios supone un abandono de los apoyos terrestres, que

sin embargo nos parecían indispensables. Esto se entiende claramente en el

Mensaje del Amor Misericordioso: “Sí, el renunciamiento a sus

comodidades, la superación de su yo, el desprendimiento de lo creado”

(Texto 3).

¡Qué el mes de los santos nos haga crecer e santidad! Es nuestra mejor

manera de serle útiles a los difuntos por quien oramos: nos acercamos a

ellos, acercándonos a Dios. ¡No hay camino más directo!

Padre Marcel + ‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒‒-

La Légion des Petites Ames

Supplément à LPA Infos n° 11 – novembre 2015

Edit. resp. : P. Marcel Blanchet

Centre, rue de Chèvremont, 99 – 4051 Chaudfontaine – Belgique

Yo voy en el Nombre del Señor

(1 S 17,41-45)

El filisteo se fue avanzando, y precedido de su escudero, se acercó a

David. Volvió los ojos el filisteo, y viendo a David, lo despreció, porque

era un muchacho joven; era de pelo rojizo y apuesto. Dijo el filisteo a

David: “¿Acaso soy un perro para que vengas contra mí con un palo?”

Y maldijo a David el filisteo invocando a sus dioses. Le dijo a David:

“¡Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del

campo!” David le respondió: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y

jabalina, mas yo voy contra ti en el Nombre del Señor de los ejércitos,

Dios de los escuadrones de Israel a los que has desafiado.”

No seáis nunca hombres y mujeres tristes

Papa Francisco

“La primera palabra que quisiera deciros: ¡alegría! No seáis nunca

hombres y mujeres tristes: ¡un cristiano jamás puede serlo! ¡Nunca os

dejéis vencer por el desánimo! Nuestra alegría no es algo que nace de

tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una Persona: Jesús, que

está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca estamos solos,

incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida

tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay

tantos! Y en este momento viene el enemigo, viene el diablo, tantas

veces disfrazado de ángel, e insidiosamente nos dice su palabra. No le

escuchéis. ¡Sigamos a Jesús! Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús,

pero sobre todo sabemos que Él nos acompaña y nos carga sobre sus

hombros: en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de

llevar en este mundo nuestro. ¡Y, por favor! no os dejéis robar la

esperanza! ¡No dejéis robar la esperanza! Esa que nos da Jesús.”

XXVIII Jornada Mundial de la Juventud - Domingo 24 de marzo de 2013

Sin amor, no hay irradiación

Palabras de Jesús a Margarita

¿Qué pide el Amor, dime: qué pide el Amor? ¿El renunciamiento y el

sacrificio? Sí, el renunciamiento a sus comodidades, la superación de su

yo, el desprendimiento de lo creado.

No os asustéis por lo que os pide el Amor. Según el grado de vuestro

amor, dadle lo que podáis darle, y no guardéis para vosotros lo que os

enseño en particular. El Amor debe irradiar intensamente. Sin amor no

hay irradiación y sin irradiación, no puede haber amor.

Sed pacientes y misericordiosos los unos para con los otros. No pidáis

más de lo que Yo quiero daros. Que la más exquisita caridad rija todas

vuestras acciones, por mínimas que sean. Acoged a los que lloran con

cariño, curad las llagas de esta pobre humanidad. No permanezcáis

insensibles frente al sufrimiento. Soy Yo quien llama y quien implora

en el que sufre.

¡Es tan sencillo abandonarse entre mis Brazos! ¡Los santos han

practicado este abandono con tanta abnegación! ¿Queréis, con mi gracia

y por mi amor, intentar imitarles?

Es la vía regia, la puerta pequeña que hay que franquear para entrar

en el Reino de los Cielos. Hoy, mi Voz se hace más apremiante en

vuestro corazón. Sed pequeñuelos para acogerla y poner en práctica sus

enseñanzas.

El temor refrena el amor e impide que difunda toda su claridad. Sed

hijos de luz, hablad en Mi Nombre. No tengáis miedo, Yo estoy y

permanezco con vosotros.

24 de marzo de 1974

Misterios gloriosos

Serie B Primer misterio: La Resurrección del Señor

J Hay un día, hay una noche, y hay una resurrección. Cuando el Amor es

magnificado, se vuelve como un haz de destellos que, al volver a caer, da

vida a múltiples almas pequeñas. (11.03.81)

Segundo misterio: La Ascensión del Señor

J Hijitos míos, no encontraréis vuestra felicidad en las alegrías de este

mundo, sino únicamente en buscarme. Por eso, tended con todas vuestras

fuerzas hacia aquello que es vuestra razón de ser. Allí solamente está la

felicidad, esta felicidad que yo quiero para vosotros con tanta insistencia.

(14.10.68)

Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo

J ¡Oh hijitos míos! No contristéis al Espíritu que habla en vosotros, por

vuestra indiferencia. Al contrario, estad amorosa y santamente unidos a Él.

Levantad, pues, vuestros corazones hacia el Cielo, vuestra patria. Subid más

alto en mi amor. Olvidad vuestras riñas, vuestras miserias. Todo pasa, hijos

míos, y la eternidad os espera. Venid a Mí, pues os amo. (16.06.66)

Cuarto misterio: La Asunción de la Santísima Virgen

M ¡María, maestra de amor! ¡Oh Madre mía! ¿Quién podría no amarte? Tú

eres la Vía directa al Cielo, la dulce Luz que alumbra nuestro camino

sembrado de escollos. (29.09.66)

Quinto misterio: La Coronación de María Santísima en el Cielo

J Pequeños míos, ayudad a vuestro Dios. No dejéis pasar la gracia. ¡Me

conformo con tan poca cosa! Una simple llamadita… Pongo tanta atención

en espiar vuestros menores movimientos. Comprended cuán inefablemente

es celebrada en el Cielo la conquista de un alma. (15.11.66)