Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

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Diagnóstico socioambiental orientado al estudio de las parasitosis intestinales y zoonosis Una experiencia de investigación participativa en un contexto de alta vulnerabilidad social en Ciudad Barros Blancos. Canelones, Uruguay.

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This publication (in Spanish) describes a participatory investigation of intestinal parasites carried out in Barros Blancos, a poor suburb outside Montevideo, Uruguay, in a context of social vulnerability, lack of sanitation and high rates of parasitosis in children. This is a free publication, not for sale.

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Diagnóstico socioambiental orientado al estudio de las parasitosis intestinales y zoonosisUna experiencia de investigación participativa en un contexto de alta vulnerabilidad social en Ciudad Barros Blancos. Canelones, Uruguay.

Este libro presenta los resultados de una experiencia de investigación participativa desarrollada en Ciudad Barros Blancos (Canelones) por CEUTA, la UdelaR y la IM en 2011-2012.

Tomando como territorio de estudio al ámbito geográfico de los hogares de los niños de la Escuela Nº 187 “Capitán Juan Antonio Artigas” de Villa Universitaria, se realizó un diagnóstico socioambiental participativo orientado al estudio de las enteroparasitosis y zoonosis y sus rutas de transmisión medioambientales.

Los análisis coproparasitológicos mostraron que el 67% de los niños tienen parásitos intestinales, 10% tienen geohelmintos que representan mayor riesgo para la salud y el 34% están poliparasitados. La alta prevalencia de esas infecciones de transmisión fecal oral se explica en parte por las deficientes condiciones de saneamiento. Las principales fuentes de contaminación fecal son los efluentes de pozos negros que circulan en las cunetas y la disposición directa de la materia fecal humana alrededor de viviendas sin baño. La investigación mostró cómo la contaminación se extiende a zonas inundables, a las cañadas y cuerpos de agua donde se bañan los niños, a canchas de juegos y caminos, todos frecuentados por la población local.

Luego de finalizar la investigación se socializaron los resultados con la población local con fines educativos y preventivos. Al tomar conciencia de esta situación vecinos enfatizaron la gravedad del problema, la urgencia de emprender acciones y de no banalizar los resultados.

En vista de que la extensión de la red de saneamiento a Barros Blancos no se prevé a corto o mediano plazo, es necesario tomar acciones inmediatas, en particular enmendar la carencia de saneamiento mejorado de la franja más pobre de la población, especialmente de las familias sin baño, mejorar el servicio de barométrica destinado a las familias de bajos recursos, así como la eficiencia de los pozos negros y de la red de drenaje de las aguas pluviales.

Esta experiencia también resalta la importancia de la educación sanitaria y ambiental: la conciencia y comprensión de la relación entre salud, saneamiento y un medio ambiente limpio, promociona comportamientos responsables que contribuyen a reducir la prevalencia parasitaria así como proteger el medio ambiente.

La problemática de las parasitosis intestinales, en particular de las geohelmintiasis, no es exclusiva de Barros Blancos, sino que constituye un problema de salud pública en Uruguay que esperamos este libro ayudará a conocer y prevenir.

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Diagnóstico socioambiental orientado al estudio de las parasitosis intestinales y zoonosisUna experiencia de investigación participativa en un contexto de alta vulnerabilidad social en Ciudad Barros Blancos. Canelones, Uruguay.

Este libro presenta los resultados de una experiencia de investigación participativa desarrollada en Ciudad Barros Blancos (Canelones) por CEUTA, la UdelaR y la IM en 2011-2012.

Tomando como territorio de estudio al ámbito geográfico de los hogares de los niños de la Escuela Nº 187 “Capitán Juan Antonio Artigas” de Villa Universitaria, se realizó un diagnóstico socioambiental participativo orientado al estudio de las enteroparasitosis y zoonosis y sus rutas de transmisión medioambientales.

Los análisis coproparasitológicos mostraron que el 67% de los niños tienen parásitos intestinales, 10% tienen geohelmintos que representan mayor riesgo para la salud y el 34% están poliparasitados. La alta prevalencia de esas infecciones de transmisión fecal oral se explica en parte por las deficientes condiciones de saneamiento. Las principales fuentes de contaminación fecal son los efluentes de pozos negros que circulan en las cunetas y la disposición directa de la materia fecal humana alrededor de viviendas sin baño. La investigación mostró cómo la contaminación se extiende a zonas inundables, a las cañadas y cuerpos de agua donde se bañan los niños, a canchas de juegos y caminos, todos frecuentados por la población local.

Luego de finalizar la investigación se socializaron los resultados con la población local con fines educativos y preventivos. Al tomar conciencia de esta situación vecinos enfatizaron la gravedad del problema, la urgencia de emprender acciones y de no banalizar los resultados.

En vista de que la extensión de la red de saneamiento a Barros Blancos no se prevé a corto o mediano plazo, es necesario tomar acciones inmediatas, en particular enmendar la carencia de saneamiento mejorado de la franja más pobre de la población, especialmente de las familias sin baño, mejorar el servicio de barométrica destinado a las familias de bajos recursos, así como la eficiencia de los pozos negros y de la red de drenaje de las aguas pluviales.

Esta experiencia también resalta la importancia de la educación sanitaria y ambiental: la conciencia y comprensión de la relación entre salud, saneamiento y un medio ambiente limpio, promociona comportamientos responsables que contribuyen a reducir la prevalencia parasitaria así como proteger el medio ambiente.

La problemática de las parasitosis intestinales, en particular de las geohelmintiasis, no es exclusiva de Barros Blancos, sino que constituye un problema de salud pública en Uruguay que esperamos este libro ayudará a conocer y prevenir.

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DIAGNÓSTICO SOCIOAMBIENTAL ORIENTADO AL ESTUDIO DE LAS PARASITOSIS INTESTINALES Y

ZOONOSIS

Una experiencia de investigación participativa en un contexto de alta vulnerabilidad social en Ciudad Barros Blancos.

Canelones, Uruguay.

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CEUTA (Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas)

Programa de Saneamiento Nicolas Marinof, Igmarrey Pacheco, Claudia Toro.

UdelaR (Universidad de la República)

» Facultad de MedicinaDepartamento de Parasitología y Micología, Instituto de HigieneAna María Acuña, María José Cabrera, Ana Combol, Nora Fernández, Cecilia Tort, Lucía Villalba. Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria, Centro Cívico Salvador AllendeSimón Centurión, Julio Braida, María Cristina Desiderio, Valentina Oggero.

» Facultad de VeterinariaDepartamento de ParasitologíaMaría Soledad Valledor, Laura Décia, Sofia Borgno, Alejandro Varesi.

» Facultad de CienciasLaboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del Territorio (LDSGAT)Ismael Diaz, Marcel Achkar, Mauricio Ceroni.Laboratorio de VirologíaMabel Berois, Alvaro Alberti, Luciana Gillman.

IM (Intendencia de Montevideo)

Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental (ECCA)Marinela Pereira, Bruno D’Alessandro, María Echezarreta.

Diseño: Rosana Greciet ([email protected])

Fotos de tapa: CEUTA

ISBN 978-9974-7844-9-9Depósito legal 361.412/2013

Se terminó de imprimir en Artes Gráficas S.A. en el mes de marzo de 2013.

Esta publicación se enmarca dentro del proyecto “Diagnóstico socioambiental participativo en 3 microcuencas del Área Metropolitana, Ciudad Barros Blancos (Canelones), en un contexto de alta vulnerabilidad social.” financiado por la Agen-cia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en el marco de su segunda convocatoria de Proyectos de Alto Impacto Social.

Esta publicación no tiene fines de lucro, siendo la misma realizada con fines educativos y de investigación, orientada a la prevención y control de las parasitosis intestinales y zoonosis. Está permitida la reproducción parcial o total citando la fuente.

La referencia de este libro es: CEUTA, UdelaR, IM. (2013). Diagnóstico socioambiental orientado al estudio de las parasitosis intestinales y zoonosis: una experiencia de investigación participativa en un contexto de alta vulnerabilidad social en Ciudad Barros Blancos, Canelo-nes, Uruguay. CEUTA, Montevideo.

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Esta experiencia no hubiera sido posible sin el apo-yo de diversas instituciones y personas de Barros Blancos a quienes queremos agradecer:

Al personal, maestros y alumnos de la Escuela Nº 187, en particular a María del Carmen Díaz Quinteros, maestra directora actual y Graciela Harriet, su ante-cesora, a Valeria Marichal, maestra secretaria, Ale-jandra Umpiérrez, maestra comunitaria, Marisa Ber-mont y Diego Decuadro, maestros de 4º año, Flavia Arzaguet y Gloria Gómez, madres de alumnos, que nos apoyaron activamente en todas las etapas del proyecto desde su concepción inicial en 2010.

A Melva Cor, directora del Liceo Nº 2 de Barros Blancos, a los alumnos del quinto y sexto biológico, sus profesores Gonzalo Curuchaga y Marta Presno, que tuvieron una destacada participación tanto en el diagnóstico y socialización como en los trabajos de recolección y análisis de heces de caninos.

Al personal de los centros CAIF “Los Peques” y “Aprendiéndonos”, en particular a Virginia Bentan-cor, Claudia Bonilla, Melissa Cabrera, Verónica Cas-tro, Alicia Charquero, Jorge Chavez, Andrea Menda-ro, Beatriz Nuñez, Adriana Parodi, Laeticia Rivero, Ana Rodriguez, Natalia Souza y a los familiares de niños por su apoyo y participación en los talleres de diagnóstico y de socialización.

A Natalia Rodríguez, Luis Guirín, Mauricio Chie-sa, Romina Aquino y los participantes del programa “Uruguay Trabaja” del MIDES que facilitaron y parti-ciparon en talleres de diagnóstico y socialización.

A Napoleón Da Roza, alcalde del Municipio de Ba-rros Blancos que apoyó la investigación desde el ini-cio y nos brindó el espacio necesario para la realiza-ción de talleres en el Centro Cívico Salvador Allende (La Loma).

A los vecinos de Bella Vista y Paso Escobar que par-ticiparon en todas las etapas del proyecto; un agra-decimiento especial a Edison Nova y Miguel Silva que colaboraron con la organización de talleres y la reali-zación de un video sobre la investigación.

Finalmente quisiéramos agradecer a:Adriana Méndez del Departamento de Medicina

Preventiva y Social por su apoyo en el análisis esta-dístico de los datos de antropometría,

Marinné González, Leonardo Falcao, Cristina Ovie-do y Claudia Pérez del Departamento de Parasitolo-gía y Micología por sus contribuciones para los es-tudios parasitológicos realizados a los niños, tierras, lodos y aguas,

Lucía Petraccia y Paola Cabral que apoyaron en los análisis coproparasitarios de carnívoros,

La unidad docente asistencial Canelones al Este por su invaluable aporte de docentes, médicos residen-tes de Medicina Familiar y Comunitaria y estudiantes,

Julio Vignolo, Profesor Director del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria,

La unidad 050 de ASSE y sus directores Waldemar Reyes y Andrea Rivero que proporcionaron los fár-macos para el tratamiento de todos los niños que lo requerían,

Alejandra García de la policlínica Entre Todos por la ayuda en la obtención de datos antropométricos,

Rosario Ruétalo de la Unidad de Extensión de Facul-tad de Medicina, Laura González y Santiago Hernan-dez, Tutores de Trabajo de Campo del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria y los estudiantes de primer año de Facultad de Medicina, año 2011 (Grupo 21), Yamila Berta, Carolina Vescia, Clementi-na Rodríguez, Raul Riveros, Bruno Tomassini, Lucas Mendieta, Alejandra Mansilla, Carla Escotto, Maximi-liano Chico, Emilia Perrone, Martin Verges, Ana Luisa Sosa, Valentina Ramos, Eugenia Monge quienes a través del trabajo de campo del ciclo introductorio de la Unidad Docente Asistencial Canelones al Este cola-boraron con la investigación y con la recolección de datos de campo.

Agradecimientos

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Término Descripción

ANIICAIFCEUTACFCPDINAMAEAEIIMIMCINEMIDESMOOMSOSEPHAST

SIGUdelaRUFC

Agencia Nacional de Investigación e InnovaciónCentros de Atención Integral a la Infancia y la FamiliaCentro Uruguayo de Tecnologías ApropiadasColiforme FecalExamen CoproparasitarioDirección Nacional de Medio AmbienteEspátula AdhesivaEnterococos IntestinalesIntendencia de MontevideoÍndice de Masa CorporalInstituto Nacional de EstadísticaMinisterio de Desarrollo SocialMateria OrgánicaOrganización Mundial de la SaludObras Sanitarias del EstadoParticipatory Hygiene And Sanitation Transformation (Transformación Participativa para la Higiene y Saneamiento)Sistema de Información GeográficaUniversidad de la RepúblicaUnidad Formadora de Colonias

Acrónimos

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Indice

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Capítulo 1 – Diagnóstico socioambiental participativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Capítulo 2 – Diagnóstico de enteroparásitos en niños escolares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Capítulo 3 – Estudio de la repercusión de las parasitosis en los escolares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Capítulo 4 – Diagnóstico de parásitos potencialmente zoonóticos en carnívoros . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Capítulo 5 – Estudio parasitológico de tierras y lodos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Capítulo 6 – Estudio microbiológico de las aguas de lugares de recreación y baños . . . . . . . . . . . . . . . 38

Capítulo 7 – Socialización de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

Anexo A – Mapas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

Anexo B – Fotos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

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Introducción

Las parasitosis intestinales, en particular las

geohelmintiasis, constituyen un problema de salud

pública en Uruguay, siendo endémicas en vastas por-

ciones del territorio (Calegari et al, 2001). La falta de

acceso a un saneamiento adecuado, los hábitos de

higiene deficientes, las carencias nutricionales, la

vivienda precaria o insalubre y el hacinamiento son

los factores que más influyen sobre la prevalencia

de estas enfermedades. Eso hace que las parasitosis

constituyan un problema en gran parte del cinturón

de pobreza de Montevideo siendo un indicador de las

deficientes condiciones de vida de la población.

Las parasitosis intestinales son causadas por proto-

zoarios o helmintos, que se transmiten por vía fecal oral, generalmente por contacto de persona a per-sona, o por la ingestión de agua, alimentos o tierra contaminados por materias fecales.

Sin embargo por más que se conocen los ciclos

biológicos de esos parásitos, aun no se habían in-

vestigado en nuestro país las rutas de transmisión

medioambiental de los parásitos en una zona endé-

mica. Eso se logró en la presente investigación me-

diante la realización de un diagnóstico participativo

que permitió identificar los focos de contaminación

fecal y los hábitos de riesgo de la población que pro-

pician el contacto con agua, tierra u objetos contami-

nados. Conocer estas rutas de contaminación facilita

la identificación de las medidas de prevención (barre-

ras) más idóneas para interrumpir los ciclos de trans-

misión de los parásitos contribuyendo a su control o

erradicación.

El problema de las parasitosis intestinales se ge-

nera a partir de la interacción de múltiples factores

socioambientales que determinan ambientes favora-

bles a su desarrollo y a la perpetuación de sus ciclos

biológicos. En consecuencia se planteó el abordaje

interdisciplinario de esta investigación con el obje-

tivo de comprender esta problemática de una forma

holística de manera de posibilitar un abanico de es-

trategias para la lucha y prevención.

Este proyecto se gestó desde un trabajo ya iniciado

en Barros Blancos y reúne a un grupo de institucio-

nes con una trayectoria en el territorio de estudio y

contextos similares, que vienen realizando un trabajo

con la población local en temas de salud, educación,

saneamiento alternativo, investigaciones y diagnós-

ticos. Se inscribe dentro de otras iniciativas de la

Universidad, tal como el Programa Integral Metro-

politano (PIM), que apuntan a reducir la brecha con

sectores carenciados de la población.

Esta experiencia se enmarca dentro del proyecto

“Diagnóstico socioambiental participativo en 3 mi-

crocuencas del Área Metropolitana, Ciudad Barros

Blancos (Canelones), en un contexto de alta vulnera-

bilidad social.” financiado por la Agencia Nacional de

Investigación e Innovación (ANII) en el marco de su

segunda convocatoria de Proyectos de Alto Impacto

Social.

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CAPÍTULO 1

Diagnóstico socioambiental participativo

1.1 Introducción

Barros Blancos es una localidad del departamento de Canelones, ubicada dentro del Área Metropolitana de Montevideo y que se extiende a lo largo de la ruta 8 desde el km 22 hasta el 29. Su población asciende a 31.650 habitantes según datos censales del INE (2012). Barros Blancos tiene una población joven, con alta natalidad y bajo nivel de desarrollo, que presenta un alto índice de pobreza (54%) e indigencia (21%), índices muy superiores a los de Uruguay (Braida et al, 2011).

Desde mediados del siglo XX, Barros Blancos ha conocido un crecimiento rápido, por un lado debido a la pauperización de parte de la población de Mon-tevideo que se realojó en asentamientos de la peri-feria y por otro lado por la instalación de migrantes provenientes del interior del país, que se acercaron a Montevideo en busca de trabajo.

Este crecimiento rápido fue acompañado en algu-nas partes de una urbanización espontánea, infor-mal, con autoconstrucción de las casas y aparición en unos casos de asentamientos irregulares. Resultó un espacio fragmentado, semiurbano y semirrural, coexistiendo antiguas quintas con cooperativas de pequeñas viviendas, villas y asentamientos precarios, siendo una característica común de gran parte de Ba-rros Blancos la falta de red de saneamiento. El área urbana con servicios más consolidados se ubica en el eje de la ruta 8 alrededor del km 26.

El área de estudio abarca la parte sureste de Barros Blancos y corresponde al ámbito geográfico de los hogares de los alumnos de la Escuela Nº 187, inclu-yendo sus áreas recreativas y de tránsito (Mapa A1 en Anexo A). Los principales centros poblados de la zona son Villa Carmen, Villa Universitaria, Paso Es-cobar, Bella Vista Chico y Bella Vista de Carrasco. El

relieve es relativamente plano con ondulaciones sua-ves y pequeñas cañadas de caudal irregular que ge-neralmente circulan en valles anchos, mal definidos y de drenaje deficiente con presencia de numerosos humedales naturales.

El diagnóstico socioambiental participativo, reali-zado en abril-agosto 2011, tuvo como principal ob-jetivo determinar las condiciones de saneamiento básico en el territorio de estudio, estudiar la conta-minación fecal ambiental y las prácticas de riesgo de la población en higiene y saneamiento, de manera de poder identificar las posibles rutas de contaminación fecal oral medioambientales.

1.2 Metodología

Se adaptó la metodología participativa PHAST (OMS, 1996) cuyo principio de base es que si no hay conciencia y comprensión de la relación entre salud, saneamiento e higiene, no habrá cambios perdura-bles en el comportamiento de la gente. Este enfoque aborda la capacitación y educación como proceso horizontal y recíproco de formación en el que el faci-litador y los participantes se asocian para aprender el uno del otro y resolver sus problemas.

El instrumento PHAST adaptado fue “Rutas y Ba-rreras” cuyo objetivo es que los participantes descu-bran por sí mismos las rutas de contaminación fecal oral en su territorio, determinando las prácticas de riesgo asociadas y las intervenciones (barreras) que permiten bloquearlas.

El instrumento consiste en una serie de láminas mostrando diferentes etapas sucesivas de rutas de contaminación fecal oral, por ejemplo un pozo ne-

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gro rebosando en una cuneta, niños jugando a la pelota aguas abajo de esta cuneta, la pelota se cae en la cuneta, un niño recogiendo la pelota, el mismo niño comiendo una manzana. Los participantes tra-bajan en grupos reconstruyendo en un papelógrafo secuencias de eventos que conducen a personas a in-gerir materia fecal inconscientemente con riesgo de enfermarse (Foto B1 en Anexo B). Si los participantes logran diagnosticar una nueva ruta, puede ser nece-sario dibujar nuevas láminas complementando las existentes.

Al concluir el ejercicio, los participantes colocan en el papelógrafo las láminas de barreras que represen-tan acciones (tecnológicas o de conducta) que pue-den bloquear las rutas de transmisión fecal oral que descubrieron (Fig. 1.1).

Luego cada grupo elabora un mapa socioambiental de su territorio que indica donde ocurren las etapas críticas de las rutas de contaminación. Se mapean los principales focos de contaminación, zonas inunda-bles y lugares frecuentados por niños y adultos. Pos-teriormente se realiza con cada grupo una recorrida para reconocer en el terreno los problemas identifi-cados en el taller (Foto B2 en Anexo B) y completar así los mapas socioambientales. Cada grupo socializa su trabajo en una sesión plenaria.

Se realizó este diagnóstico participativo con niños de la Escuela N° 187 y sus adultos referentes; con alumnos del Liceo N° 2 de Barros Blancos; con veci-nos de Bella Vista Chico y Paso Escobar; con el grupo local del programa “Uruguay Trabaja” del MIDES y

con los adultos referentes de niños atendidos por los CAIF “Aprendiéndonos” y “Los Peques”. Así los parti-cipantes contribuyeron al diagnóstico socioambien-tal al identificar los lugares y circunstancias en los cuales se dan las rutas de contaminación fecal oral. En los últimos talleres se realizaron grupos focales sobre determinadas rutas cuya comprensión faltaba profundizar.

Además de suministrar información esencial para el diagnóstico y prevención, este proceso benefició a los participantes como espacio de capacitación en educación sanitaria y ambiental. Esta información se completó con observaciones de campo realizadas por el equipo de CEUTA y entrevistas a referentes locales.

1.3 Resultados

1.3.1 Abastecimiento de agua

La red de OSE se extiende a todo el territorio de estudio. Paso Escobar fue el último sector en ser in-corporado en el año 2010, eso a pesar de su situación irregular respecto a la tenencia de los terrenos que dificulta que sean beneficiados con obras del Estado. Antiguamente muchas casas usaban un pozo para su abastecimiento de agua pero la extensión de la red de OSE y la contaminación de las aguas subterrá-neas por los pozos negros provocaron su abandono progresivo. Asimismo los antiguos tanques elevados que se ven en los puntos altos del territorio ya no son utilizados.

Fig. 1.1 – Herramienta “Rutas y Barreras".

(Dibujos: Martín Lacuesta).

Las barreras pueden ser tecnológicas o de conducta

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Existen familias entre las más pobres que aun tie-nen que gestionar su conexión a la OSE y mientras tanto se abastecen donde un vecino (que general-mente es un familiar). En Paso Escobar se reportaron varios hogares que instalaron una conexión artesanal a la red de OSE de un vecino.

También existen algunas casas aisladas sin acceso a la red. En un taller se ha reportado que hay perso-nas que lavan sus utensilios de casa (platos, ollas) en cañadas.

Se producen ocasionalmente cortes de agua o pro-

blemas de baja presión en la red. En las zonas pobla-das donde las aguas subterráneas son contaminadas y pueden existir fugas en las redes, si la presión de agua en la cañería llegara a ser inferior a la presión externa, podría ingresar agua contaminada en la red con riesgos para la salud. Por eso, luego de un corte, una vez restablecido el servicio, OSE recomienda de-jar abiertas las canillas unos minutos antes de consu-mir el agua nuevamente.

1.3.2 Disposición de las excretas y de las aguas servidas

Tal como ocurre en gran parte de la periferia de Montevideo y del interior del país, el territorio estu-diado carece de red de saneamiento. Cada vivienda o centro comunitario debe solucionar en forma propia e in situ el problema de disposición de sus excretas y aguas servidas.

Pozos negros

La mayoría de las viviendas utilizan un sistema constituido por un inodoro conectado mediante ca-ños a un pozo negro de dimensión variable donde la materia fecal sedimenta y se descompone parcial-mente por la acción de bacterias anaerobias. El pozo negro se construye habitualmente en el predio entre la casa y la calle para facilitar su acceso por la baro-métrica. La técnica de construcción actualmente más frecuente consiste en excavar un pozo y entubarlo con aros de hormigón prefabricado que pueden ser lisos o filtrantes.

En el territorio de estudio, a pesar de que la mayo-ría de los pozos negros son filtrantes, muchos suelen funcionar como una cámara séptica, con el efluente parcialmente decantado que rebosa por un caño ro-bador en la cuneta de la vía pública. Eso se debe a que los lodos tienden a impermeabilizar las paredes y el fondo del pozo. También se puede explicar por la baja permeabilidad de los suelos arcillosos de la zona y, en unos sectores, por la alta densidad de viviendas cuyas aguas servidas pueden contribuir a saturar los suelos. Existen pozos antiguamente utilizados para el abas-tecimiento de agua que han sido transformados en pozo negro a medida que OSE extendió su red a todo el territorio. No se han observado pozos negros o cá-maras sépticas cuya disposición final de los efluentes fuera un pozo filtrante (robador) u otro sistema de infiltración.

Es frecuente observar que, para recurrir con me-nos frecuencia a la barométrica, el pozo negro sólo recibe las aguas negras del inodoro. Las aguas grises provenientes de la cocina y/o lavamanos, lavarropas y ducha van directo a la cuneta eventualmente luego de transitar por una grasera.

La alta difusión del sistema con pozo negro se debe a su simplicidad, bajo costo, facilidad de cons-trucción y aceptación cultural. Sin embargo se trata de un sistema de pretratamiento de aguas servidas poco eficiente: en una cámara séptica, la remoción de la materia orgánica (MO), medida como DBO1 , es del orden de 30% (GIZ, 2011).

La remoción de patógenos en una cámara séptica también es limitada. WHO (2006 b) da un porcentaje de remoción de huevos de helmintos inferior a 0.5 log (aproximadamente 70%). La misma fuente (WHO, 2006 b) menciona que para evaluar la eficiencia de remoción de huevos de helmintos en una cámara séptica se puede virtualmente utilizar el porcentaje de remoción de los sólidos en suspensión que es va-riable, del orden de 60% según Mara (2006). Por su parte Laws (2000) da valores de remoción de sólidos en suspensión en cámaras sépticas de 40 a 75%. En

1 DBO Demanda Biológica de Oxigeno, es la cantidad de oxígeno requerida para la descomposición bacteriana de la materia orgánica presente en el agua.

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casos óptimos, un tanque séptico es capaz de remo-ver el 80% de sólidos en suspensión (Majumber et al, 1969, citado por Stenström et al, 2011, p.44). La misma fuente señala una remoción de 80 a 90% de huevos de Ascaris.

La remoción de los demás tipos de patógenos es del mismo orden. WHO (2006 a) da para un trata-miento primario por sedimentación, de 0 a 1 unidad log de reducción o inactivación (o sea de 0 a 90% de reducción) para bacterias, protozoarios o virus.

La eficiencia de los pozos negros del territorio de estudio probablemente debe ser más baja por la ha-bitual ausencia de tees o cortinas en sus dispositivos de entrada y salida, y porque no se suelen vaciar a tiempo los lodos acumulados. Por los bajos niveles de ingresos económicos y/o las dificultades de ac-ceso vial a ciertas viviendas, muchas familias no re-curren de modo regular a la barométrica haciendo que cuando el pozo negro está lleno de lodo, termina funcionando como un simple ducto desaguando en la cuneta (Foto B3 en Anexo B). Hay testimonios de vecinas que dicen “ver la materia fecal pasar por las canaletas”.

El costo del servicio de barométrica es de 600 pe-sos cuando la distancia de acceso al pozo no excede 6 metros más 300 pesos por cada tramo adicional de 3 metros, incrementándose el costo en caso de acce-so difícil. El servicio público gratuito de barométrica ofrecido por la Intendencia de Canelones sólo dispo-ne de 4 barométricas para una población departa-mental de alrededor de 500.000 habitantes, lo cual resulta insuficiente para cubrir la demanda.

También hay una pequeña proporción de viviendas que no tienen pozo negro y que eliminan directamen-te sus aguas servidas por un caño que desagua gene-ralmente en una cuneta o cañada (por ejemplo en las sendas 2 y 3 del sector bajo de Paso Escobar).

Cunetas

Toda la red vial de Barros Blancos tiene una red paralela de cunetas que drenan las aguas pluviales y parte de las aguas servidas, desembocando en las

cañadas naturales del territorio. Estas cunetas son el escenario de procesos naturales de depuración físi-cos, químicos y biológicos de los contaminantes pre-sentes en las aguas servidas (Fotos B4-B6 en Anexo B).

La depuración por lagunaje ocurre en las zonas con poco declive donde se estancan parcialmente las aguas. Este proceso es bastante activo en gran parte de la zona por la topografía relativamente plana.

En casi todo el territorio las cunetas no son reves-tidas lo que facilita la infiltración del agua o, depen-diendo de la ubicación del nivel freático, su drenaje.

Es frecuente observar cunetas que han sido parcial-mente rellenadas con pedregullo o lastre arrastrado por la escorrentía desde la vía pública. Este material es permeable y filtra las aguas servidas contribuyen-do a su depuración. Hay que tener presente que la filtración y sedimentación son procesos eficientes no sólo para depurar el agua de la MO sino también para retener los patógenos y en particular los huevos de helmintos (por su relativo gran tamaño). Como con-secuencia, este material filtrante si bien contribuye a depurar las aguas servidas, al mismo tiempo puede volverse un foco de contaminación.

La abundancia de nutrientes en el agua y los lodos de las cunetas así como la humedad favorecen el de-sarrollo de una abundante vegetación - dentro y alre-dedor de las cunetas - que aumenta la sedimentación y contribuye a la depuración del agua. También es frecuente observar algas, las mismas que favorecen los procesos aeróbicos de depuración (lagunaje).

La acumulación de lodos y sedimentos termina tapando las cunetas, provocando problemas de eva-cuación de agua y anegamiento durante los periodos de lluvia. Estos problemas se agravan por la costum-bre de echar basura en las cunetas que en los casos más graves llegan a formar “tapones” (Foto B7 en Anexo B) incluso en el curso de las cañadas. Los des-bordes se deben también a estrechamientos locales, típicamente ductos bajo las vías de acceso a las vi-viendas que a veces son subdimensionadas o que se colmatan fácilmente.

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En Barros Blancos existen aproximadamente 1200 km de cunetas (unos 200 km en el territorio de estu-dio). La Intendencia de Canelones asegura el mante-nimiento de las calles donde transitan los transportes públicos (por ejemplo la calle Ventura) realizando la limpieza de las cunetas con retroexcavadora. Sin em-bargo por falta de recursos, no opera en la mayoría de las calles y generalmente son los moradores que realizan el trabajo de mantenimiento de las cunetas en forma manual (con pico y pala) entrando así en contacto con lodos potencialmente peligrosos. Habi-tualmente estos lodos son depositados al lado de la cuneta lo que puede contribuir a la diseminación de los patógenos.

Estos procesos naturales de depuración se produ-cen en toda la zona, observándose frecuentemente una mejora aparente (en turbidez, olor y actividad biológica) del agua que transita en las cunetas y que finalmente se infiltra o desemboca en las cañadas donde se suma al caudal natural de las mismas.

Es notable que en los periodos secos, el caudal de agua que desemboca directamente de la red de cune-tas a las cañadas se reduce y en unos casos desapa-rece sugiriendo que en verano predominan la circula-ción subterránea y la evapotranspiración.

El agua transita rápidamente por las cunetas hasta llegar a las cañadas (tiempo de residencia del orden de un día, mayor donde el agua se infiltra). Es por lo tanto probable que, debido al relativo largo tiempo de sobrevivencia de los patógenos en el medio am-biente (Tabla 1.1), las aguas de las cunetas y cañadas queden potencialmente peligrosas por más que se haya depurado gran parte de la MO. Asimismo el lar-go tiempo de sobrevivencia de los huevos de helmin-tos en el suelo y en el agua vuelven potencialmente peligrosos tanto el lodo de las cunetas como sus alre-dedores y los suelos de las zonas inundables.

Estas observaciones han sido realizadas en perio-dos sin lluvias significativas. Cuando se produce un episodio de lluvias abundantes, cambia la dinámica y se observan fenómenos de escorrentía superficial, aumento de caudales en cunetas y cañadas y anega-miento en zonas bajas.

Los lodos y residuos en o alrededor de las cunetas y pozos negros pueden movilizarse con las aguas de escorrentía superficial y eventualmente volver a de-positarse en zonas anegadas o en las mismas cunetas y cañadas cuando disminuye la crecida, contribuyen-do así a una posible diseminación de los patógenos que contengan.

OrganismosTiempo de supervivencia (días)

Agua dulce y aguas servidas Cultivos Suelos

VirusEnterovirusa

<120, normalmente <50

<60, normalmente <15

<100, normalmente <20

BacteriasColiformes termotolerantesSalmonella spp.Shigella spp.V. cholerae

<60, normalmente <30<60, normalmente <30<30, normalmente <10

ND

<30, normalmente <15 <30, normalmente <15<10, normalmente <5<5, normalmente <2

<70, normalmente <20 <70, normalmente <20

ND<20, normalmente <10

ProtozoariosQuistes de E. histolytica Ooquistes de Cryptosporidium

<30, normalmente <15<180, normalmente <70

<10, normalmente <2<3, normalmente <2

<20, normalmente <10<150, normalmente <75

HelmintosHuevos de AscarisHuevos de Taenia

AñosMuchos meses

<60, normalmente <30<60, normalmente <30

AñosMuchos meses

ND, no hay datosFuentes: Feachem et al (1983); Strauss (1985); Robertson, Campbell & Smith (1992); Jenkins et al (2002); Warnes & Keevil (2003).aPoliovirus, echovirus y coxsackievirus.Tabla traducida de: WHO (2006) WHO Guidelines for the safe use of wastewater, excreta and greywater, Volume 2: Wastewater use in agriculture, pp27. World Health Organisation, Geneva, Switzerland, http://whqlibdoc.who.int/publications/2006/9241546832_eng.pdf

Tabla 1.1 – Tiempo de supervivencia de varios microorganismos en diferentes ambientes a 20-30ºC.

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Saneamiento mejorado y no mejorado

El Programa Conjunto OMS/UNICEF de Monito-reo del Abastecimiento de Agua y del Saneamiento (PCM, 2012) define una instalación de saneamiento mejorado como “aquella que impide de forma higié-nica el contacto de las personas con excrementos humanos”. El acceso de las personas a saneamiento mejorado constituye un indicador de referencia del desarrollo humano, además de ser un derecho huma-no fundamental, esencial para la salud y la dignidad de las familias y las comunidades.

El PCM desarrolló en 2008 una escalera de sanea-miento que clasifica y ordena las prácticas de sanea-miento, facilitando el análisis y comparaciones entre países. Así, aplicando este concepto al territorio de estudio, en el extremo superior de la escalera se ubica el pozo negro filtrante, a condición que no desborde y que se vacíen periódicamente los lodos; luego vie-ne el pozo negro con robador cuyos lodos también se deben extraer con regularidad y que sin embargo no puede considerarse sensu stricto como saneamiento mejorado (ya que el efluente desagua en una cuneta abierta) pero que constituye una mejor instalación que los pozos negros llenos de lodos o abiertos o sin tapa hermética o colapsados, o los inodoros sin po-zos negros que descargan directamente las excretas en una cañada o una cuneta. En el extremo inferior de la escalera tenemos prácticas de saneamiento no mejorado aun más riesgosas como el uso de un balde y la defecación al aire libre.

Saneamiento no mejorado y defecación al aire libre

Existe un pequeño porcentaje de la población que no dispone de un inodoro con pozo negro y que re-curre a diversas prácticas para eliminar sus excretas. Generalmente son familias muy pobres o indigentes que ocupan una vivienda precaria (en general de blo-ques y a veces de costanero y chapas, con piso de ba-rro) muchas veces en condiciones de hacinamiento (toda la familia comparte una sola habitación).

También hay familias recién instaladas, general-mente parejas jóvenes de condición modesta que construyen su casa etapa por etapa, empezando por una sola habitación y luego acreciéndola con baño, pozo negro, cocina, etc. todo el proceso pudiendo demorar años por la falta de recursos económicos.

En otros casos se trata de familias sin recursos cuyo pozo negro ha colapsado o está lleno y sin opción para vaciarlo o ha quedado inutilizable por ejemplo cuando se tranca o colapsa la cañería entre el inodoro y el pozo.

Estas familias generalmente utilizan un balde para hacer sus necesidades, vaciando diariamente su con-tenido en la cercanía de la casa, en general en el lími-te de su predio lo que puede provocar conflictos con sus vecinos.

Cuando es posible, el lugar escogido corresponde a la cercanía de una cañada, bañado, cuneta (pero no en la vía pública) para que la lluvia “limpie” periódica-mente las heces. A veces escogen un lugar discreto, aislado y/o de vegetación tupida. En otros casos vier-ten el contenido del balde en un pozo negro u otra excavación.

Unos hacen directamente sus necesidades en una bolsa de plástico que se elimina con la basura. Aun-que poco frecuente también existe la práctica de lan-zar la bolsa de plástico al aire lo más lejos posible de la casa en un terreno desocupado convertido en ba-sural. Esta práctica no es excepcional y refleja la actitud según la cual las heces “hay que tirarlas lo más lejos po-sible de la casa” sin preocuparse de las consecuencias.

Varios participantes de los talleres manifestaron que encontraron al parecer heces humanas en los ba-surales, aunque es mucho más frecuente encontrar pañales desechables. Otros vecinos señalaron que ciertos basurales sirven de noche de campo de defe-cación al aire libre para personas sin baño. Los pro-blemas de contaminación se agravan debido a que la basura atrae a roedores, perros y otros animales.

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Estas formas de hacer sus necesidades representan un alto riesgo para las personas que las practican así como para los que viven o transitan en la cercanía de los focos de contaminación.

Varios estudios epidemiológicos mostraron el ele-vado riesgo de enfermedades asociado a la defeca-ción al aire libre en comparación con el uso de dis-positivos de contención de las excretas (Stenström et al, 2011).

Existen muchas rutas de exposición posibles. De manera general la ausencia de un interfaz (el inodoro) que separe higiénicamente las excretas del contacto humano aumenta considerablemente los riesgos de contacto directo con las heces.

En el caso de utilizar un balde, existe riesgo de de-rrame de su contenido o de contacto directo con la materia fecal durante su manipulación o cuando se vierten las excretas al lugar de disposición. La perso-na que realiza esta última tarea corre riesgo de trans-portar tierra contaminada en la suela de sus zapatos hasta el piso de su vivienda. Al lavar el balde (o des-pués de hacerlo) puede ocurrir contacto con el agua residual.

Los lugares de disposición de materias fecales pue-den servir de focos de reproducción de moscas que pueden transportar material infectante en sus patas hasta las viviendas (Stenström et al, 2011).

Los riesgos de exposición son siempre mayores en las áreas densamente pobladas, siendo los niños los más vulnerables por tener una mayor frecuencia de contacto con el suelo que los adultos. Los riesgos son mayores en épocas de lluvias o de tiempo húmedo.

Esta situación sin baño se vive con bastante ver-güenza (ya que también es un reflejo de la margina-ción social) y es difícil abordar este tema en los talle-res a diferencia, por ejemplo, de la contaminación del medio ambiente por los efluentes de los pozos negros.

Es difícil evaluar la proporción de hogares que por la falta de recursos se ven obligados a adoptar una de esas prácticas asimilables a la defecación al aire libre.

Es posible que esta proporción aumente o disminuya de acuerdo a la coyuntura económica, determinante en cuanto a los recursos de los más pobres y el sal-do migratorio local que es alto (existe una “identidad transitoria del morador de Barros Blancos” como afir-ma un profesor del Liceo Nº 2). Sin embargo la per-cepción de los grupos en los talleres es que en los úl-timos años ha aumentado la cantidad de hogares sin baño en Barros Blancos2 .

Se debe tomar en cuenta que las condiciones de vida precaria, el hacinamiento, la pobreza, la alimen-tación deficiente y la falta de educación aumentan los riesgos de enfermedades parasitarias en esta franja de población. Un factor agravante es que mu-chas veces las familias pobres no tienen otra alterna-tiva que instalarse en terrenos bajos, inundables, que han quedado desocupados por este motivo (Foto B8 en Anexo B).

Movilización de la materia fecal por el agua de escorrentía

Se observó que en periodos de fuertes lluvias, la es-correntía superficial puede movilizar y transportar sustancias como heces humanas o de mascotas. El microrrelieve es un factor determinante para el desa-rrollo de zonas de erosión, transporte y acumulación.

Una cancha, un patio o un camino generalmente presenta partes altas que son relativamente más se-cas que las bajas que se inundan en tiempo de lluvia y donde se acumulan sedimentos de textura fina, pro-piciando la conservación de la humedad, el desarrollo de vegetación, de sombra y por ende configurando un medio de vida más favorable a ciertos patógenos como los huevos de geohelmintos.

Uno de los sectores más críticos es Paso Escobar por su topografía irregular y el hecho que las sendas y caminos de este asentamiento irregular son de tierra y por lo tanto vulnerable a la erosión. Varios vecinos

2 Desde el 2011 el Plan Juntos (“Plan Nacional de In-tegración Socio-Habitacional Juntos”) está apoyando familias de Barros Blancos en situación de indigencia. Asimismo 10 familias sin baño del territorio de estudio recibieron apoyo de CEUTA para instalar un baño seco ecológico.

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de Paso Escobar resaltaron en los talleres que la lluvia “limpia la mugre” en las partes altas y que ésta se re-concentra en la partes bajas que son las más críticas de un punto de vista sanitario según afirman.

Esta diferenciación es tan importante que la or-ganización del asentamiento (llamada “Villa Paso Escobar”) está sectorizada en los de “arriba” y los de ”abajo”, donde los de abajo son los moradores de las sendas 1 a 4 que presentan condiciones sanitarias más desfavorables que las sendas 5 a 8 (planta alta) según nos contó una vecina de Paso Escobar. Las sen-das 3 y 4 se inundan con regularidad y el agua per-manece estancada muchos días posteriores a la lluvia generando dificultades de tránsito, malos olores y un ámbito insalubre.

De manera general la situación sanitaria parece más crítica en las zonas de asentamientos (Paso Es-cobar y Bella Vista) por la mayor densidad de pobla-ción y el mayor grado de pobreza que es aparente por la precariedad de las viviendas. Sin embargo tal como se verá en adelante, los estudios parasitológi-cos de tierras y lodos efectuados en la segunda etapa de investigación no mostraron diferencias significati-vas entre los sectores altos y bajos de Paso Escobar ni tampoco entre los diferentes centros poblados del territorio de estudio.

1.3.3 Disposición de los desechos domésticos

Existe un servicio de recolección de basura, bastan-te eficiente según los vecinos, que opera 3 veces a la semana (se trata de una empresa privada contratada por la Intendencia de Canelones) no obstante lo cual existen muchos basurales en toda la zona.

Según cuentan las autoridades y muchos pobla-dores, el problema de los basurales se debe al poco civismo (o educación) de una franja de la población pero también a la falta de acceso al servicio de ciertos sectores de los asentamientos (principalmente Paso Escobar) que hace que muchos moradores tengan que recorrer largas distancias para echar su basura en un contenedor y encuentran más fácil hacerlo en terrenos desocupados.

En el territorio hay pocos basureros públicos, sien-do la mayoría improvisados como, por ejemplo, el antiguo bebedero transformado en basurero en Bella Vista Chico o las heladeras de Paso Escobar. La Inten-dencia recién instaló contenedores de basura en las principales esquinas de Paso Escobar. Sin embargo muchos vecinos critican la utilidad de estos contene-dores que muchas veces terminan incendiados, van-dalizados o se vuelven focos de contaminación. En todo caso sería necesario acompañar la instalación de contenedores con una campaña de promoción y educación ambiental.

De manera general los basurales corresponden a terrenos desocupados dentro o en la periferia de zo-nas densamente pobladas. A veces esos terrenos es-tán desocupados por ser inundables lo que agrava su condición de foco de contaminación. El peligro radica en que constituyen zonas transitables en los periodos secos y que a veces sirven de espacios de juegos para los niños. También se observó que las cunetas al bor-de de terrenos desocupados tienden a transformarse en basurales porque nadie las cuida.

1.3.4 Rutas de contaminación fecal oral en el te-rritorio de estudio

Las rutas pueden ser de persona a persona o de medio ambiente a persona. Las primeras están rela-cionadas con malos hábitos de higiene personal, ali-mentaria o doméstica. Parásitos como los oxiuros se transmiten esencialmente por esta vía.

En este proyecto no se investigaron en profundidad los hábitos de higiene de las personas, sin embargo se observó que muchos niños y adultos conocen las buenas prácticas de higiene (por ejemplo lavarse las manos antes de comer o preparar la comida) pero es usual observar que no las aplican.

Asimismo se observó el caso de la misma Escuela Nº 187 donde, por no disponer de lavamanos adap-tados, los niños en el mejor de los casos se limpiaban las manos con alcohol gel antes de comer (y no con agua y jabón) lo que no resulta una medida de pre-vención satisfactoria contra los parásitos. Este as-

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pecto se corrigió al instalarse lavamanos durante la transformación en escuela de tiempo completo y al realizarse talleres de educación sanitaria en la etapa de socialización de los resultados.

Las rutas de contaminación fecal oral del medio ambiente a persona son más complejas que las de persona a persona, ya que tienen 2 componentes fundamentales:

» Las rutas de las excretas en el medio ambiente que fueron descritas en detalle en el apartado sobre disposición de las excretas y de las aguas servidas.

» Las prácticas de riesgo de la población (determi-nadas en los talleres participativos y descritas a continuación) que hacen que una persona sana pueda entrar en contacto con tierra, lodo o agua contaminados con heces de una persona enferma, haciendo que se pueda contagiar si luego manipula y come alimentos sin lavarse las manos; o si en el caso de un niño, introduce directamente sus dedos sucios o algún objeto contaminado en la boca, o al tragarse accidentalmente agua contaminada.

Estas rutas son potencialmente importantes por las deficientes condiciones de higiene y saneamiento y el largo tiempo de sobrevivencia de los patógenos en el agua, lodo y tierra.

Huertas familiares

En la zona hay pocas huertas familiares y general-mente se riegan con agua de OSE o de lluvia (aljibe). Eso vuelve poco probable que sea una ruta de trans-misión importante. Sin embargo al no conocer la pro-cedencia de los productos vendidos localmente, reco-mendamos tomar precauciones en la preparación de los alimentos (lavado de ensaladas, verduras y frutas si posible con una solución desinfectante (o de deter-gente) diluida y enjuagando luego con agua limpia).

Cunetas

Los niños entran en contacto con agua o lodo po-tencialmente contaminados, jugando (e incluso ba-

ñándose) en las cunetas o sus proximidades. Otras circunstancias son cuando niños (o adultos) cosechan plantas de las cunetas como forraje para sus animales de corral como conejos. Esta práctica es frecuente en periodos secos en verano y concierne más particular-mente las familias de pocos recursos. Una participan-te de un taller también mencionó a su niña que entra en las cunetas para sacar flores; otro decía que cose-chaba con frecuencia tomates que habían crecido de manera espontánea en cunetas.

También existen riesgos cuando un vecino realiza tareas de limpieza de una cuneta. Se observó que los lodos extraídos de la cuneta generalmente se echan en sus alrededores pudiendo así contribuir a disemi-nar los patógenos que contengan. Hay niños curiosos que suelen asistir a las tareas de limpieza entrando en contacto con los lodos. Se sospecha también que en algunos casos los lodos extraídos puedan ser uti-lizados como abono o acondicionador de suelos en huertas o jardines.

Hay personas que recuperan el pedregullo que ha sedimentado en las cunetas para utilizarlo como ma-terial de construcción, práctica que también conlleva riesgos.

Lugares de baños

Otra ruta de contaminación fecal oral corresponde a cañadas, canteras o tajamares donde se bañan niños y adultos y que pueden ser contaminados por los efluen-tes de pozos negros que circulan en las cunetas que luego desembocan en los cursos de agua.

Se observan cómo cunetas provenientes de los centros poblados de Bella Vista y Paso Escobar confluyen en el tajamar Caputo ubicado a poca distancia y frecuentado por la población local como zona de baños y de recreo. Otros lugares de baños como la cantera de los Militares se encuentran en zonas menos pobladas y parecen me-nos expuestos a la contaminación por aguas servidas.

La percepción de los participantes de los talleres es que todos los lugares frecuentados para baños son contaminados. Todos señalan al tajamar Capu-

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to como uno de los más críticos pero también men-cionan a las canteras porque “es agua muerta”. Esta observación tiene validez en el sentido que la auto-contaminación por los propios bañadores (por ejem-plo niños pequeños que podrían defecar en el agua) conlleva ciertos riesgos por el pequeño volumen de agua y su carácter estancado.

Las aguas de las cañadas son claras, se observan algas y peces nadando (los niños e incluso adultos practican la pesca todo el año); esta apariencia “lim-pia” del agua puede ser engañosa para un bañista o cualquier utilizador que podría no ser conciente de su posible contenido en patógenos.

Otra ruta de contaminación similar ocurre después de los episodios de fuertes lluvias en verano cuando niños pequeños se bañan en áreas inundadas o ba-ñados próximos a sus viviendas. Las madres explican que a los niños pequeños “les encanta bañarse en charcos profundos” y que lo hacen con mucho entu-siasmo en la medida que son demasiados pequeños para seguir a sus hermanos mayores en las cañadas que se encuentran a mayor distancia de sus hogares.

Este último punto podría explicar también por qué hay niños que se bañan en las cunetas. Una vecina explicó que los niños tienen poca conciencia de los riesgos asociados con el agua contaminada hasta cumplir los 8 ó 9 años de edad y que muchos padres en los asentamientos no pueden controlar sus idas y venidas. La misma persona menciona haber visto a niños bañándose en una cuneta en la intersección de los caminos Paso Escobar y Ventura, lugar que con-centra las aguas servidas de varias manzanas de Bella Vista y Paso Escobar.

Por la falta de aseo en sus hogares o simplemen-te para refrescarse en verano, muchos niños al salir de la escuela y antes de volver a su casa, se bañan en una cañada, cantera o tajamar. A veces vuelven a casa “negros de lodo”. El hecho de remover lodos o sedimentos del fondo y ponerlos en suspensión en el agua podría constituir un riesgo adicional.

Unas personas mencionan que para refrescarse en días de mucho calor los niños suelen meterse bajo el

rocío de los aspersores de los campos regados. En el caso citado, el agua era bombeada del pozo de la La-drillera en Villa Universitaria.

Lamentablemente la contaminación del agua no es el único peligro al que están expuestos los niños al bañarse. Niños y adultos mencionaron que en el fon-do de ciertos cuerpos de agua hay chatarras o vidrios rotos que pueden provocar cortes. En las canteras hay pozos profundos y rocas cortantes a poca profun-didad que también originaron accidentes graves. Los vecinos narraron el caso de 2 niños que se ahogaron en un pozo ubicado en una zona pantanosa cerca de Villa Universitaria.

Espacios de juegos

Otras rutas de contaminación están relacionadas con los lugares de juegos de los niños cuando coin-ciden con focos de contaminación como las canchas que se inundan y/o que sirven de basurales (Foto B9 en Anexo B). De manera general a los niños les gusta jugar en terrenos desocupados y en una zona densa-mente poblada los terrenos inundables son general-mente los que quedan desocupados, razón por la cual sirven además de basurales. Por otro lado el hecho que los niños crecen en un ambiente insalubre parece volverles indiferentes a la basura y a la suciedad.

Entorno doméstico

Finalmente se debe mencionar a los niños de baja edad que juegan y gatean alrededor de sus hogares y constituyen un grupo particularmente vulnerable por su falta total de conciencia de higiene. Los niños “pican tierra” (geofagia) y ponen en la boca cualquier objeto a su alcance. Esta situación es crítica cuando hay cunetas alrededor de la casa, cuando el hogar o una vivienda vecina carece de baño, cuando hay un pozo negro cuyo contenido rebosa periódicamente y cuando la vivienda se encuentra cerca o dentro de una zona inundable.

Page 21: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

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2.1 Objetivo

Determinar la presencia de enteroparasitosis en los niños que asisten a la Escuela Nº 187.

2.2 Metodología

Se realizaron actividades con los maestros de la es-cuela y directora para intercambiar ideas en torno a la temática de las parasitosis intestinales y la manera como se pensaba ejecutar el proyecto y las distintas actividades previstas.

Se realizaron reuniones con los padres de los niños para informarles acerca de los procedimientos que se realizarían en el marco del proyecto.

Se redactó el Consentimiento Informado que fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Medicina. Se trata de un texto que oficia de informa-ción escrita para los padres al final del cual tiene una tirilla para cortar y ser entregada junto con las mues-tras para estudio, en la que se solicita la autorización y firma de un responsable del niño en caso de aceptar su participación en el proyecto.

Se propuso la realización del diagnóstico entero-parasitológico a la totalidad de la población infantil que asiste a la Escuela Nº 187. Con este objetivo se entregaron los frascos para Examen Coproparasita-rio (CP) y Espátula Adhesiva (EA) para diagnóstico de oxiurosis, a cada uno de los niños, rotulados con el nombre y apellido de cada niño así como la clase a la cual pertenecían. Los frascos con las muestras para estudio se entregaban en bolsitas blancas para ma-yor discreción.

Se recogieron las muestras al tercer día, según ca-lendario que figuraba en la escuela, y se trasladaron

CAPÍTULO 2

Diagnóstico de enteroparásitos en niños escolares

al Instituto de Higiene (Departamento de Parasitolo-gía y Micología) para su procesamiento.

A cada muestra de materias fecales se le realizó Examen Coproparasitario (Salvatella & Eirale, 1996) con técnica de concentración por sedimentación con formol éter (Ritchie), técnica de enriquecimiento por flotación con sulfato de zinc (Faust) y frotis colorea-dos con Ziehl Neelsen modificado (Kinyoun) para búsqueda de coccidios intestinales. En caso de heces diarreicas se realizó también examen microscópico directo.

Las EA fueron observadas microscópicamente con 2 aumentos (x10 y x20) de acuerdo al procedimiento habitual.

A todas las muestras procesadas se le realizó el control de calidad correspondiente según protocolo del laboratorio.

Los resultados fueron entregados por escrito en forma personal a cada uno de los adultos responsa-bles de los niños, citados en la propia escuela. Allí se les entregaba además la medicación correspondien-te para cada caso. En las situaciones en las cuales no pudieron concurrir los adultos en los días acordados, los resultados de los estudios de sus hijos así como los tratamientos fueron entregados en los domicilios de los niños por el equipo de Medicina Familiar y Co-munitaria que trabaja en las policlínicas locales.

2.3 Resultados

De los 370 niños enlistados se recogieron las mues-tras completas (CP + EA) de 175 escolares (47 %). Se realizaron 185 CP y 190 EA para diagnóstico de oxiu-

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de definir una estrategia de desparasitación, educa-ción y saneamiento ambiental (Calegari et al, 2005 a). Es más elevado que el porcentaje hallado en rele-vamiento de escolares en Casabó y Cerro Oeste (31 a 36%) (Calegari et al, 2005 b).

Se procesaron 375 muestras que corresponden a 185 CP y 190 EA.

Los parásitos hallados fueron en orden decrecien-te:

» Blastocystis hominis en 63 niños de la escuela y 2 niños familiares

» Enterobius vermicularis en 44 niños» Endolimax nana en 38 niños» Giardia lamblia en 28 niños» Entamoeba coli en 26 niños» Trichuris trichiura en 11 niños» Ascaris lumbricoides en 7 niños» Hymenolepis nana en 5 niños» Entamoeba histolytica-dispar en 5 niños y 1 adulto» Cryptosporidium spp. en 3 niños» Iodamoeba bütschlii en 1 niño

Se observó mayor presencia, en calidad y canti-dad, de parásitos protozoarios (B.hominis, E.nana, G.lamblia, E.coli, E.histolytica-dispar, Cryptosporidium spp., I.bütschlii) que de helmintos (E.vermicularis, T.trichiura, A.lumbricoides, H.nana).

Los parásitos intestinales se clasifican desde el punto de vista taxonómico en dos grandes grupos: los protozoarios (Tabla 2.2) y los helmintos o gusanos (Tabla 2.3).

rosis. Se obtuvieron 182 Consentimientos Informa-dos firmados afirmativamente por los adultos res-ponsables de los niños

Este nivel de respuesta a la propuesta de realiza-ción de estudios en escolares es el habitual cuando depende de la entrega voluntaria de las muestras de CP y EA a nivel de todas las clases de la escuela. Ge-neralmente los niños mayores son más reticentes a entregar estos estudios en la escuela. Se puede ob-servar que la muestra menor correspondió a los esco-lares de 6º año.

Se diagnosticaron parásitos en 118 niños de los 175 escolares estudiados en forma completa (67 %), resultando proporcionalmente más parasitados los niños de primero a tercero (Tabla 2.1). Es probable que el más bajo porcentaje de parasitismo intes-tinal en los niños de inicial de 4 y 5 años se deba a que en Guarderías o Centros de Educación Inicial se acostumbra realizar diagnóstico coprológico como requisito de ingreso en la mayoría de los jardines, con los tratamientos correspondientes en los casos posi-tivos.

El porcentaje de parasitismo global (incluye todos las especies parasitarias encontradas) hallado de 67% puede considerarse elevado. Es comparable al halla-do al inicio en guarderías comunitarias para preesco-lares (65%), previo a la realización de programas de control de enteroparasitosis (Acuña et al, 1999). Al cabo de 10 años de tareas de educación, diagnósti-co y tratamiento esta cifra había descendido a 24% (Zanetta et al, 2003). Es comparable también a la prevalencia hallada en un asentamiento (64%) antes

No parasitados

Parasitados % parasitados

Inicial 4 y 5PrimeroSegundoTerceroCuartoQuintoSexto

1368

106

104

2322201714157

64 %78 %71 %74 %70 %60 %63 %

Total 57 118 67%

Tabla 2.1 - Enteroparasitosis según año escolar. Barros Blancos, 2011. (N = 175)

N %

G.lambliaE.histolytica-disparCryptosporidium spp.B.hominisE.coliE.nanaI.bütschlii

2853

6328381

16 %2,9 %1,7 %36 %16 %21 %0,6 %

Tabla 2.2 - Parasitismo por protozoarios en escolares. Barros Blancos, 2011. (N = 175)

Page 23: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

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Los porcentajes elevados de protozoarios, tanto patógenos verdaderos como de patogenicidad discu-tida, y los resultados del diagnóstico ambiental que evidenció diversas rutas de contaminación fecal oral sugieren que la contaminación fecal ambiental es im-portante.

El porcentaje de oxiurosis detectado en la muestra orienta a condiciones de higiene personal y familiar que pueden ser mejoradas a través de acciones edu-cativas.

De los 175 niños estudiados con CP y EA, 57 (32,6 %) resultaron negativos, 57 (32,6 %) estaban parasitados con una sola especie parasitaria y 61 (34,8 %) tenían más de una especie de parásito, que se distribuye de la siguiente manera: 27 niños con 2 parásitos, 20 ni-ños con 3, 12 niños con 4 y 2 niños que asociaban en su intestino 5 especies parasitarias diferentes (Tabla 2.5). Un tercio de los niños con más de un parásito es un porcentaje importante, lo que sugiere que están expuestos en forma permanente a un ambiente con altos niveles de contaminación fecal, vía mediante la cual pueden adquirir diversas especies parasitarias. La distribución en el territorio de los casos de niños positivos (Mapa A2 en Anexo A) no muestra tenden-cias particulares, lo que sugiere un medio ambiente con contaminación fecal generalizada tal como rele-vado en el diagnóstico socioambiental.

N %

A.lumbricoidesT.trichiuraH.nanaE.vermicularis

7115

44

4,0 %6,3 %2,9 %25 %

Tabla 2.3 - Parasitismo por helmintos en escolares. Barros Blancos, 2011. (N = 175)

Desde el punto de vista epidemiológico los parási-tos intestinales pueden agruparse en tres categorías de desigual importancia (Tabla 2.4).

» Por un lado los geohelmintos: término que es-trictamente incluye A.lumbricoides, T.trichiura y S.stercoralis (agente que no fue hallado en la pre-sente investigación), o helmintos transmitidos por el suelo, término un poco más amplio en el cual se puede incluir también a H.nana, donde el vehí-culo principal para la diseminación generalmente es la tierra contaminada con materias fecales hu-manas.

» Por otra parte los protozoarios donde el mecanis-mo de transmisión es fecal oral, directamente de persona a persona o indirectamente a través de agua o alimentos contaminados. Dentro de los protozoarios distinguimos los de patogenicidad discutida, mal llamados comensales, en el cual po-demos incluír a B.hominis, E.coli, E.nana, I.bütschlii. El otro grupo de protozoarios patógenos está cons-tituído por G.lamblia y Entamoeba histolytica así como Cryptosporidium spp., coccidio oportunista que puede ser agente de zoonosis.

» Y en el grupo restante se encuentra E.vermicularis, helminto de elevada contagiosidad de persona a persona, de mayor prevalencia en grupos que conviven estrechamente en condiciones de hacina-miento.

Los porcentajes de geohelmintiasis hallados se ubi-can en un rango intermedio entre situaciones com-pletamente controladas en áreas urbanas y situa-ciones fuera de control en asentamientos precarios donde se defeca en las inmediaciones de las vivien-das o bien se riegan los alimentos con aguas servidas.

Helm.transm. suelo

Vía fecal oral

Transm.directa

Inicial 4 y 5PrimeroSegundoTerceroCuartoQuintoSexto

3613401

191615138

146

86

148431

Total 18 (10%) 91 (52%) 44 (25%)

Tabla 2.4 - Distribución de niños parasitados por año escolar agrupados según mecanismo de trans-misión. Barros Blancos, 2011. (N = 175)

Page 24: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

22

I 4 I 5 1º A 1º B 2º A 2º B 3º A 3º B 4º A 4º B 5º A 5º B 6º A 6º B Total

TOT

ESTU

NEG

MON

POLI

28

20

9

6

5

30

16

4

5

7

27

17

3

6

8

29

11

3

3

5

24

16

5

2

9

23

12

3

6

3

27

16

7

6

3

30

11

3

3

5

25

13

5

5

3

19

7

1

2

4

32

17

5

7

5

29

8

5

1

2

25

7

2

4

1

22

4

2

1

1

370

175

57

57

61

Tabla 2.5 - Distribución por clase de niños estudiados, con resultados negativos, monoparasitados o poliparasitados. Barros Blancos, 2011. (N = 175)

Page 25: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

23

CAPÍTULO 3

Estudio de la repercusión de las parasitosis en los escolares

3.1 Objetivo

Valorar el rendimiento escolar según repetición de años, y realizar mediciones antropométricas en los niños de la Escuela Nº 187 que participaron en los es-tudios enteroparasitológicos.

3.2 Metodología

Se ingresaron todos los datos en una planilla Excel donde constaba nombre y apellido del niño/a y códi-go adjudicado para asegurar la confidencialidad de los datos.

Las siguientes variables fueron consignadas: sexo, edad en años, clase a la que pertenecía, entrega del Consentimiento Informado, dirección declarada, presencia de mascotas en el domicilio, rendimiento escolar, presencia o ausencia de sintomatología re-gistrada mediante encuesta, registro del peso en kg y de la talla en cm, cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC), ausencia o presencia de parásitos y registro de los mismos.

Como ya se explicó, si bien se entregaron materiales para realizar los exámenes a la totalidad de los escolares, no fue posible obtener resultados en todos debido al no cumplimiento en la entrega de las muestras para realizar los estudios parasitológicos correspondientes. Este problema significó la pérdida de aproximadamente la mitad de los datos. Sólo obtuvimos muestras para CP y EA en 175 niños

(47%). De modo que estos son los niños que serán considerados para el análisis de datos, quedando afuera los niños que fueron encuestados, pesados y medidos pero que no llevaron muestras.

3.3 Resultados

Del total de 175 escolares, la distribución por sexos muestra que 99 (56,5%) son varones y 76 (43,5%) ni-ñas.

La distribución por edad de los escolares encuesta-dos se observa en la Fig. 3.1. Faltan datos en 8 niños.

En cuanto a la distribución por clase la mayor can-tidad de niños están en el nivel inicial o preescolar de 4 y 5 años, contando con 36 muestras en total (Fig. 3.2). El número de muestras se mantiene un poco por debajo en los años siguientes, pero es notable el descenso en 6º año, donde sólo contamos con 11 muestras.

También observamos que hubo una ligera diferen-cia en cuanto a la entrega de los estudios según los turnos escolares (Tabla 3.1). Entregaron mayor nú-mero de muestras los niños que asistían a clase en el turno matutino con respecto a los que lo hacían en el turno vespertino, fundamentalmente en las clases mayores (4º, 5º y 6º años).

Page 26: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

24

Fig. 3.1 – Distribución por edad de los escolares encuestados. Barros Blancos, 2011 (N=167).

Fig. 3.2 – Distribución por clase de los escolares encuestados. Barros Blancos, 2011 (N=175).

Page 27: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

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Tabla 3.1 - Total de estudios realizados a los niños según turno escolar. Barros Blancos, 2011 (N=175).

Turno matutino Número de niños Turno vespertino Número de niños

InicialPrimeroSegundoTerceroCuartoQuintoSexto

2017161613177

InicialPrimeroSegundoTerceroCuartoQuintoSexto

16111211784

Total 106 Total 69

En cuanto al análisis del rendimiento escolar faltan datos en 44 niños. Los datos que faltan corresponden a los 36 niños de Inicial 4 y 5 donde no podía evaluarse esta variable y en 8 niños de otras clases en los que no se pudo obtener esta información. Para la evaluación objetiva del rendimiento se consideró la repetición escolar. De los 131 niños en los que se registró este dato, se observó que 79 niños (60,3%) no tienen re-traso, 28 (21,4%) tienen retraso de un año (lo que se denomina retraso escolar) y 24 (18,3%) tienen retraso de 2 años (lo que se denomina fracaso escolar) (Fig. 3.3). Es decir que casi el 40% de los niños que asisten a esta escuela y se realizaron estudios parasitológi-cos han repetido por lo menos un año escolar.

Fig. 3.3 – Rendimiento escolar en los niños estudiados. Barros Blancos, 2011 (N=131).

Con respecto al rezago escolar en la franja de po-blación de 6 a 17 años en situación de pobreza, el 41,3% de la población declara haber repetido al me-nos un año en primaria, por lo cual es una situación comparable a la hallada en el centro escolar en el cual trabajamos (Katzman & Rodríguez, 2006). El prome-dio de repetición en el Uruguay urbano para pobla-ción no pobre es de 15,5%.

Para realizar una valoración del estado nutricional de los niños se realizaron mediciones antropométri-cas que incluyeron peso y talla, y se establecieron indicadores en relación con la edad: TALLA/EDAD e IMC/EDAD. La interpretación de resultados se realizó a través de los puntajes Z o “Z scores”, ya que permi-ten comparaciones con relación a una población de referencia de la misma edad y sexo.

A nivel poblacional se acostumbra realizar Censos de Talla para evaluar el estado nutricional de grupos poblacionales. El retraso de talla en niños de primer año escolar es un indicador de las condiciones nutri-cionales y sanitarias materno infantiles durante la etapa de gestación y crecimiento posterior. La me-dida de la talla permite medir el efecto prolongado de diversos agentes que influyen desfavorablemente sobre el crecimiento normal. La talla también se ana-liza a partir de la medida del puntaje Z o “Z score”. Éste se define como la diferencia entre la talla de un individuo y la media de la talla de una población de referencia de la misma edad y sexo, dividido entre el desvío standard de la población de referencia.

Page 28: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

26

Para el análisis del Z score de la Talla, tenemos da-tos de 131 escolares. De ellos 117 niños (89%) tienen talla dentro de límites normales (incluyendo niños altos), y 14 (11%) tienen talla baja, por debajo de 2 desvíos estándar (DE), lo que se considera producto de una desnutrición crónica (Fig. 3.4). Estas cifras son más elevadas que las propuestas por la OMS, según las cuales este porcentaje debería estar en 2,3%. En el año 2000 se efectuó una evaluación del estado nu-tricional de escolares de escuelas carenciadas (Illa, 2000) donde encontraron cifras de 8% de niños con desnutrición crónica, porcentaje que es aún menor de lo hallado en nuestra investigación.

Con respecto a la talla para la edad, el 77,6% de los niños de primer año que asiste a las escuelas públicas del país presenta una talla normal, en comparación con los estándares recomendados por la OMS, mien-tras que en el 22,5% se observa algún tipo de retraso: 17,9% muestran retraso moderado y 4,6% retraso grave (Amarante et al, 2007).

Del análisis del estado nutricional con el score Z del IMC (Fig. 3.5) (teniendo en cuenta que se perdieron datos de 44 niños, unos por no contar con la edad, otros por haber faltado en los días de jornadas de antropometría) vemos que de los 131 escolares con-siderados, 102 niños (78%) tienen un peso dentro de

parámetros normales, 7 (5,3%) tienen un peso por de-bajo de lo normal (6 de ellos siendo de muy bajo peso (desnutrición), es decir entre -2 y -3 desvíos estándar, y uno sólo de bajo peso extremo (desnutrición seve-ra), con menos de -3 DE; y 22 (17%) por encima del peso normal, de ellos 16 en riesgo de sobrepeso (en-tre +1 y +2 DE), 4 en rango de sobrepeso (entre +2 y +3 DE) y 2 con obesidad (más de +3 DE).

De manera que 22% de los niños se encuentran fue-ra de los parámetros establecidos como peso normal según el IMC.

Las limitaciones del uso del score Z del IMC es que establece una relación de peso con altura (IMC= peso/ cuadrado de la talla) que indica el estado nutricional actual. Por lo tanto un niño con bajo peso y baja talla puede dar una relación de IMC normal, tratándose de un niño con desnutrición crónica, ya que la repercu-sión en la talla (talla/edad menor a -2 DE) nos habla de una desnutrición crónica.

Un niño con un bajo peso recuperado puede dar la falsa idea de que se trata de un niño con sobrepeso, ya que lo primero que se normaliza es el peso, no así la talla, es decir que el estudio del estado nutricional requeriría un análisis más profundo, ya que una medi-da aislada como vimos puede generar confusión.

Fig. 3.4 – Z-score de la Talla de escolares estudia-dos. Barros Blancos, 2011 (N=131).

Normopeso (102)78%

Bajo peso (7)

5,3 %

Peso alto (22)17%

Fig. 3.5 – Z-score del IMC de escolares estudiados. Barros Blancos, 2011 (N=131).

Page 29: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

27

Los índices aquí presentados son resultados de una medición aislada, siendo de mayor utilidad para es-tablecer el estado nutricional, la velocidad de creci-miento: para ello se requieren varias medidas en el tiempo, lo cual no fue posible en esta investigación.

El peso es además el resultado de la sumatoria de varios factores, en donde interviene la genética, el peso al nacer, el aporte nutricional (donde la lactan-cia materna también incide, fundamentalmente en los niños más pequeños), patologías crónicas como por ejemplo la enfermedad celíaca, o la intercurren-cia reiterada de patologías agudas como las respira-torias y las diarreas agudas infecciosas, el nivel socio económico cultural de la familia, entre otros.

En suma:

En la muestra de niños estudiada en esta escuela se detectan algunos porcentajes que resultan preocupantes, aunque no podamos establecer con certeza una clara vinculación entre las variables analizadas.

Se estudió solo la población que respondió afirmativamente a la solicitud de realización de los estudios parasitológicos intestinales, por lo tanto se trata de una muestra de con-veniencia y no podemos suponer que se trate de un muestreo representativo de los niños que asisten a la citada escuela.

Se debe tener en cuenta además, que el análisis de las muestras de materias fecales también representa sólo una fotografía de un momento puntual, ya que no se realizaron estudios coproparasitológicos seria-dos en esta investigación. Por lo tanto se desconoce si los niños que tienen valores de bajo peso que ahora muestran resultados negativos pudieron estar para-sitados en el pasado, y habiendo mediado tratamien-to, sus resultados parasitológicos sean ahora norma-les; o bien si pudiera tratarse de períodos negativos de eliminación de quistes o huevos.

En esta investigación se hallaron:

» 67% de niños parasitados, 10% con geohelmintos

» 40% de niños con retraso escolar

» 22% de niños con alteraciones del estado nutricional:

› 17% por encima del peso normal

› 5% por debajo del peso normal

» 11% de niños con baja talla.

Page 30: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

28

4.1 Objetivo

» Determinar la presencia de parásitos zoonóticos en los caninos de los hogares de los alumnos de la Escuela N° 187.

» Conocer las zonas más afectadas por las parasitosis caninas en el área estudiada, estableciendo relaciones geográficas.

4.2 Metodología

El trabajo de campo, se realizó en el área donde se encuentran ubicados los hogares de los escolares que concurren a la Escuela N° 187 de Barros Blancos.

Las familias invitadas fueron un total de 219, de las cuales 45 (20,5%) de ellas no tienen a su cargo cani-nos domésticos o no aceptaron la participación en el proyecto y por lo tanto impidieron la recolección de muestras. Además se procesaron algunas muestras obtenidas de mascotas de familias que voluntaria-mente decidieron participar cuando se les informó y dio a conocer el proyecto.

Las visitas a las diferentes zonas para la recolec-ción de las muestras de materia fecal de caninos fueron realizadas desde el mes de Abril hasta el mes de Diciembre de 2011. En el mes de Enero de 2012, se recogieron muestras de materia fecal también de aquellos hogares en los cuales no se había podido o que por mal georreferenciamiento o indicación de ubicación de los niños no se había logrado.

En cada vivienda visitada se recolectaron materias fecales de caninos dispersas en el predio o dentro de la casa, las mismas se recolectaron con guantes de látex, en frascos para análisis de tapa rosca y boca ancha, con el agregado de Formol al 10%, conservan-

te de la muestra sin deformar los elementos diagnós-ticos, además reduce el posible potencial zoonótico que la muestra hubiera podido presentar. Se relevó a su vez, información anamnésica, sanitaria y patológi-ca de los animales de compañía.

Las muestras de materia fecal de los caninos fue-ron procesadas en el laboratorio del Departamento de Parasitología de Facultad de Veterinaria, allí las muestras de materia fecal fueron esterilizadas por calor previa apertura del frasco tapa rosca. Se utilizó para el diagnóstico de huevos de helmintos, cocci-dios y cestodos la técnica de Willis; técnica cualitativa de flotación y enriquecimiento.

No se efectuó el recuento de huevos, sino que los resultados se consignaron solamente como “presen-cia” o “ausencia” de huevos; tampoco fue un objetivo identificar si se trataban de huevos de distintas espe-cies de los géneros diagnosticados, ya que la obser-vación se efectuó con un microscopio óptico simple. Si en cualquiera de las muestras de materias se en-contraban huevos el lugar de procedencia se conside-ró “contaminado” o positivo.

4.3 Resultados

Las heces de los perros analizados fueron 127, de estas muestras fueron positivas 100 que representa-ron el 78,7% del total, siendo todas positivas a para-sitosis con riesgo zoonótico, como se indica en la Fig. 4.1. La fauna parasitaria diagnosticada demostró la presencia de diversos géneros parasitarios (Fig. 4.2), los que se distribuyeron de la siguiente manera:

CAPÍTULO 4

Diagnóstico de parásitos potencialmente zoonóticos en carnívoros

Page 31: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

29

» Presentaron A. caninum 40,1% (51/127), Toxocara spp. 6,3% (8/127) y Trichuris vulpis 15,8% (20/127).

» Del total de las muestras, el 15,8% (20/127) presentaron A. caninum y Toxocara spp. parasitando al mismo tiempo.

» El 0,8% (1/127) se diagnosticó como poliparasi-tado con huevos de Taeniidae spp., A. caninum y Toxocara spp.

» El 21,2% (27/127) fueron negativas.» Además en el diagnóstico se evidenciaron

otros géneros parasitarios como Isospora spp., Capillaria sp., y Strongyloides spp.

Los resultados obtenidos de animales con diag-nóstico positivo a endoparasitosis y aquellos con presencia de géneros potencialmente zoonóticos, se encontraron dentro de los porcentajes esperados. Al compararlos con los diversos resultados obtenidos en diferentes investigaciones nacionales como se indica a continuación, se pudo observar que nuestros ha-llazgos coincidieron.

En carnívoros domésticos de Montevideo Correa et al (1996) describieron como géneros parasitarios diagnosticados, a Toxocara spp. (48,3%), A. caninum (30,0%), T. vulpis (17,3%). Valledor, (2002) identificó y cuantificó en 80 caninos de un refugio como géneros parasitarios a Ancylostoma spp. (70%), Toxocara spp. (2,5%), Trichuris spp. (43,7%) y Cabrera et al (2007), en carnívoros rurales a nivel nacional describió que los taxones diagnosticados fueron Taeniidae spp. (1,4%), Toxocara canis (3,1%), Ancylostoma caninum (2,9%), Trichuris vulpis (5,7%), principalmente. Además se afirmó que la totalidad de los departamentos tuvieron animales positivos a endoparásitos, con más altas prevalencias Montevideo (31,6%), Salto (30,0%) y Treinta y Tres (26,2%). Mientras que Décia et al (2009), indicaron en el estudio de los registros de análisis coprológicos, que los animales de compañía positivos a parasitosis gastrointestinal fueron el 32,2% y los géneros parasitarios diagnosticados como potencialmente zoonóticos fueron A. caninum, 28,3%; Giardias, 2,7%; T. canis, 22,9%; D. caninum, 7,1%; Lagochilascaris minor, 0,3%; T. vulpis, 18,9%, con una tasa de positivos potencialmente zoonóticos de 57,9% del total de animales parasitados.

Debido a la gran contaminación fecal canina am-biental de la zona y dentro de los predios estudiados (Mapa A3 en Anexo A), además de los altos porcen-tajes de muestras obtenidos con resultados positivos de A. caninum y Toxocara spp. se advirtió gran riesgo de enfermedades zoonóticas presentes y potencia-les.

Los caninos del área de Barros Blancos, accedie-ron a la ingestión de achuras crudas, producto de posibles faenas clandestinas o en casas de algunos vecinos: esto se evidenció con el hallazgo de huevos de Taeniidae spp. en la materia fecal de un canino en Paso Escobar. Pero como los huevos de estos géne-ros son indiferenciables, se solicitó la acción de la Co-misión de Zoonosis, debido a que este animal podía estar parasitado con Echinococcus granulosus, agente etiológico del Quiste Hidático, una de las ZOONOSIS más importantes y objeto de Programa Nacional de erradicación.

Fig. 4.1 – Distribución de muestras de heces de caninos para parasitosis. Barros Blancos 2011- 2012. (N = 127)

Page 32: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

30

Fig. 4.2 - Distribución de géneros parasitarios en caninos. Barros Blancos 2011- 2012.

4.4 Conclusiones

Los resultados del análisis de materias fe-cales de los animales muestran que el am-biente donde éstos habitan, no se presentó como una condicionante en su estado sani-tario, con respecto a las endoparasitosis.

Los resultados diagnosticados como negati-vos, pueden deberse a otras variables como lo es la condición fisiológica animal que le puede generar resistencia natural frente a los distintos géneros parasitarios.

Page 33: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

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CAPÍTULO 5

Estudio parasitológico de tierras y lodos

5.1 Objetivo

Determinar la presencia de agentes de enteropa-rasitosis en tierras y lodos provenientes de los focos de contaminación fecal identificados en el diagnós-tico socioambiental, con la finalidad de comprender mejor las rutas de transmisión fecal oral asociadas y dar recomendaciones a la población sobre medidas de prevención y control.

5.2 Antecedentes

Estudios realizados en muestras de suelos han detectado parásitos capaces de infectar humanos (Alonso et al, 2001). Se ha demostrado que, huevos de Toxocara canis pueden infectar a un hospede-ro susceptible después de estar en el suelo un largo tiempo en condiciones extremas de temperatura y humedad (Córdoba et al, 2002), hasta 2 años (Cabre-ra, 2011, comunicación personal).

En relevamientos sobre la contaminación del sue-lo de espacios públicos de Montevideo con huevos de helmintos Pérez et al, en 1991 indican que de 204 muestras de suelo de 23 barrios de Montevideo, 28,9% fueron positivas. Los huevos hallados corres-pondieron en un 58,1% a Toxocara canis, 48,4% a An-cylostoma caninum, 19,3% a Trichuris vulpis y 6,5% a Toxascaris leonina; la densidad de huevos encontrada fue de 1 a 6 huevos cada 5 g de suelo, según la especie considerada.

Durán et al (1993) señalan haber encontrado hue-vos de Toxocara spp. en el peridomicilio de 3 de 14 pacientes humanos con toxocariasis.

Casas (1999) realizó la evaluación de la contaminación ambiental por la deposición de los canes en lugares públicos en distintos lugares de la ciudad de Montevideo, muchos de ellos donde tienen acceso fluido los preescolares. Las muestras de materia fecal se obtuvieron de 5 lugares de la ciudad y fueron un total de 827, de las cuales solamente se presentaron positivas a la presencia de huevos de géneros gastrointestinales el 4 %. Los resultados obtenidos fueron para los géneros Trichuris spp. 26%, Toxocara spp. 32% y para Ancylostoma spp. 42%.

Hernández et al (2003), realizando un relevamiento de suelos de 70 plazas de la ciudad de Montevideo, demostraron una prevalencia de 53% de huevos de Toxocara spp., concluyendo que la prevalencia de suelos contaminados con este tipo de helmintos aumenta en zonas con necesidades básicas insatisfechas.

En un estudio realizado en la década de los 90 bus-cando la contaminación por huevos de helmintos en muestras de barros de estaciones de depuración de aguas de OSE se hallaron 14 de 30 muestras conta-minadas, por lo que se aconsejó limitar el uso de es-tos lodos en la agricultura. Sin embargo se aconsejó realizar un muestreo mayor para que resultara más significativo (Dellepere et al, 1996). Diez años más tarde investigando sobre la posible aplicación de lo-dos frescos o compostados a los suelos para obtener mejores rendimientos en cultivos de lechuga y maíz, se obtuvieron bajísimos niveles de huevos de helmin-tos en las muestras estudiadas (Docampo et al, 2007; Gilsanz et al, 2012).

Page 34: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

32

5.3 Materiales y métodos

5.3.1 Selección de los lugares de recolección de muestras

Se tomaron, procesaron y analizaron un total de 187 muestras: 103 muestras de tierras en el entorno doméstico de los hogares de los niños de la Escuela Nº 187 y 84 muestras de tierras y lodos en espacios públicos: cunetas, canchas de juegos, basurales, ca-minos y zonas de tránsito de sectores densamente poblados. La toma de tierras de hogares fue respon-sabilidad de la Facultad Veterinaria mientras que la toma de muestras de espacios públicos fue respon-sabilidad de CEUTA.

Tierras de hogares

La toma de muestras, se realizó en base al listado de niños de la Escuela Nº 187 y ubicación georreferen-ciada de sus hogares mediante el SIG. A partir de ese mapa inicial se ubicaron a los diferentes domicilios, corroborando los nombres de los niños habitantes, la presencia o no de mascotas, estado ambiental del te-rreno (higiene, aguas servidas presentes, vertederos de los diferentes lavados de la casa, habitación, som-bra, humedad del terreno), todos datos que permi-tieran hacer una correcta recolección de muestras de acuerdo con la ecología y biología parasitaria de los diferentes géneros diagnosticados en las mascotas.

Se visitaron una totalidad de 84 domicilios, donde habitan 171 niños de la Escuela Nº 187. Se nos negó el acceso en 15 domicilios. Se tomaron 103 muestras de tierras en los predios de los 69 hogares restantes (Foto B10 en Anexo B). De cada predio se tomaron hasta 3 muestras de distintos sitios. Los lugares de extracción fueron preferentemente a) Lugar de jue-go de niños y mascotas; b)”Boca” de robador; c) Sitio donde defecan las mascotas y d) Lugar de elimina-ción de excretas (si se identificaba).

Tierras de espacios públicos

Se tomaron muestras en zonas inundables sus-ceptibles de ser focos de contaminación fecal y que simultáneamente son frecuentados por la población local: canchas de juegos, caminos y zonas de tránsito de sectores densamente poblados. En todos los casos se tuvo en cuenta el microrrelieve de estos lugares, tomando las muestras en hondonadas que concen-tran el agua de escorrentía superficial y que conser-van la humedad (Foto B11 en Anexo B) y, cuando era posible, en lugares sombreados (en general por efec-to de la vegetación).

También se tomaron muestras de tierras de basu-rales, de humedales y de orillas de cunetas, que son lugares menos frecuentados por la población pero también susceptibles de ser focos de contaminación. Cabe mencionar que la basura fue omnipresente en muchos de los lugares muestreados aunque en can-tidades variables, generalmente menores a los basu-rales considerados como tales (Foto B12 en Anexo B).

En lo posible, se tomaron muestras de estos di-ferentes ámbitos en todos los centros poblados del territorio de estudio (Paso Escobar, Bella Vista Chi-co, Bella Vista de Carrasco, Villa Universitaria, Villa Carmen y el sector de camino República). En total se tomaron 52 muestras de tierras de espacios públicos.

Los lugares de muestreo fueron marcados en los mapas del territorio y luego su ubicación fue transfe-rida al SIG. Las muestras fueron tomadas en 9 fechas distintas entre octubre y diciembre del 2011.

Lodos de cunetas y cañadas

Se tomaron 32 muestras de lodos en cunetas y ca-ñadas del territorio de estudio. Se tomaron muestras de las principales cunetas y cañadas en las zonas den-samente pobladas del territorio de estudio, cuidan-do que el área de alimentación de las cunetas fuera relativamente amplia. En unos casos se tomaron muestras de cunetas en la proximidad inmediata de hogares de niños con geohelmintiasis y, cuando era posible, aguas debajo de las mismas. También se to-

Page 35: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

33

maron unas muestras de lodos de cañadas y cuerpos de agua ubicados aguas debajo de centros poblados.

Al igual que para las muestras de tierras de lugares públicos se tomaron muestras en cada centro pobla-do del territorio de estudio. Se marcaron los lugares de muestreo en los mapas del territorio y luego su ubicación fue transferida al SIG. Las muestras fueron tomadas en 8 fechas distintas entre noviembre y di-ciembre del 2011.

5.3.2 Metodología

Se recogieron muestras de tierras en bolsas de nylon, luego de delimitación de la zona a muestrear de aproximadamente 20 por 20 cm. Se realizó limpie-za de la capa superficial para sacar hierbas, piedritas, pasto, basura y objetos que se encontraran sobre el área delimitada. Se movilizó la primera capa de tierra más superficial y más suelta y se realizó la extracción de una muestra de aproximadamente 10 por 10 por 3 cm de profundidad y se vertió a la bolsa plástica con pala jardinera. En algunos casos se realizó tamizado previo (cuando la tierra estaba completamente seca). Se identificó la muestra según código y protocolo del laboratorio. Las bolsas fueron cerradas con un nudo sin aire y refrigeradas (en el caso de las tierras de ho-gares), disminuyendo la posibilidad de que los hue-vos estuvieran en contacto con el oxígeno y tempera-tura, impidiendo de esta manera la posibilidad de que algunos géneros completaran el desarrollo larvario a L1, dificultando el diagnóstico.

Las muestras de lodos se recogieron en frascos de boca ancha de aproximadamente 1 litro de capaci-dad, realizando tamizado previo para eliminar piedri-tas, raíces, basura y objetos que se encontraran en el lodo extraído (Foto B13 en Anexo B). Se extrajo una muestra de lodo proveniente de la capa superficial de la cuneta hasta aproximadamente 10 cm de pro-fundidad. Se identificaron las muestras según código con lugar y fecha de la extracción.

Las muestras de tierras de hogares fueron proce-sadas y analizadas en el laboratorio de Parasitología Veterinaria de Facultad de Veterinaria mientras que

las muestras de tierras y lodos de lugares públicos lo fueron en el Instituto de Higiene (Departamento de Parasitología y Micología).

A cada muestra de tierras se le realizó Examen Pa-rasitológico Directo microscópico en primera instan-cia. A continuación fueron procesadas con técnicas de concentración por flotación, utilizando diferentes soluciones sobresaturadas que permiten obtener di-ferentes densidades: con sulfato de zinc (Faust et al, 1938), con sulfato de magnesio (Quinn et al, 1980) y con cloruro de sodio (Willis, 1921). Luego fueron ob-servadas al microscopio óptico con objetivos x10, x40 y x100.

Se aplicaron diferentes técnicas de flotación ba-sadas en la concentración partiendo de las opinio-nes de autores como Osimani et al, (1969); Melvin et al (1971) y Navone et al, (2005). Es necesario se-ñalar que se procesa solamente una fracción de las muestras obtenidas por lo que estos análisis recaban únicamente información cualitativa de los distintos agentes parasitarios presentes.

A todas las muestras procesadas se le realizó el control de calidad correspondiente según protocolo del laboratorio; en particular a todas las soluciones utilizadas se las genera, mantiene y mide la densidad según protocolo.

A cada muestra de lodos se le realizó Examen Para-sitológico con las mismas técnicas de concentración por flotación que las aplicadas a muestras de tierras.

5.3.3 Resultados y discusión

Se analizaron un total de 183 muestras de tierras y lodos resultando 53 de ellas (29%) positivas.

a) De las 103 muestras de domicilios y peridomicilios se encontraron agentes parasitarios en 19 de ellas (19%). Se diagnosticaron 2 géneros de nematodos: Toxocara canis en 12 muestras y Ancylostoma spp. en 7 muestras (Fig. 5.1).

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34

b) De las 52 muestras de tierras de espacios públicos, se encontraron agentes parasitarios en 13 de ellas (25%). Se diagnosticaron 4 géneros de nematodos: Toxocara spp. en 9 muestras, Trichuris

spp. en 6, Ascaris spp. en 2 y en una muestra Ancylostoma spp. (Fig. 5.2). De las 13 muestras de tierras positivas, 9 tuvieron un único género parasitario, en 3 muestras hubo 2 géneros y una muestra mostró 3 géneros de parásitos diferentes.

c) De las 32 muestras de lodos estudiadas en el laboratorio se encontraron agentes parasitarios en 21 de ellas, lo cual significa el 66%. Se diagnosticaron 5 géneros de helmintos: 4 de nematodes: Toxocara spp. en 13 muestras, Trichuris spp. en 9, Ascaris spp. en 5 y Ancylostoma spp. en 3, y uno de cestodes: Hymenolepis diminuta que se observó en 2 muestras (Fig. 5.3). De las 21 muestras de lodos positivos, 12 tuvieron un solo género de parásitos, 7 mostraron 2 géneros, y en 2 muestras se observaron 3 géneros diferentes de parásitos.

Los parásitos hallados del género Toxocara spp. co-rresponden a parásitos zoonóticos pues tienen como huéspedes habituales a perros y gatos, pudiendo parasitar a los seres humanos en forma accidental, constituyendo los cuadros conocidos como Síndro-me de Larva Migrans Visceral o toxocariasis sistémica o toxocariasis ocular.

Fig. 5.1 Parásitos hallados en tierras de hogares. Barros Blancos 2011. (N = 103)

Fig. 5.2 Parásitos hallados en tierras públicas. Barros Blancos 2011. (N = 52)

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Los parásitos del género Trichuris spp. pueden tener origen tanto humano como animal pues los huevos son prácticamente indiferenciables entre las distintas especies: Trichuris trichiura (geohelminto humano), Trichuris vulpis (de los perros) o Trichuris suis (de los cerdos). En todos los casos los helmintos del género Trichuris provocan cuadros digestivos de intensidad variable y anemia, en general la gravedad de la sintomatología está vinculada con la carga pa-rasitaria.

Los huevos de Ascaris spp. diagnosticados pueden corresponder a la especie Ascaris lumbricoides (pa-rásito intestinal humano, Foto B14 en Anexo B) o a Ascaris suum (parásito intestinal de los cerdos). En el caso de la ascaridiasis el parasitismo ocurre a nivel in-testinal por los gusanos adultos y a nivel visceral (hí-gado y pulmón) por las etapas larvarias migratorias durante el ciclo normal de este geohelminto.

Los huevos del género Ancylostoma spp. (que pueden corresponder a Ancylostoma caninum o An-cylostoma brasiliensis) son parásitos habituales de los perros y gatos. En la especie humana se observa An-cylostoma duodenale (cuyos huevos son semejantes a los de los parásitos de animales) pero no existen ca-sos humanos de esta infección en nuestro país.

Hymenolepis diminuta es un parásito propio de los roedores, pero que también puede parasitar al ser humano, ocasionando sintomatología referente al aparato digestivo (diarrea y dolor abdominal).

Las fotos B15 a B19 (en Anexo B) muestran los hue-vos de los diferentes géneros de parásitos encontra-dos durante esta investigación.

Los porcentajes de muestras positivas para los gé-neros Toxocara spp. (12%) y Ancylostoma spp. (7%) distan de los encontrados por Pérez et al, en 1991 que indican un 58,1% a Toxocara canis y 48,4% a Ancylos-toma spp. Casas (1999), demostró que los géneros presentes fueron Toxocara spp. 32% y para Ancylos-toma spp. 42%, mientras que Hernández et al en el 2003, demostraron una prevalencia de 53% de hue-vos de Toxocara spp. en plazas de la ciudad de Mon-tevideo.

Entre posibles explicaciones estaría el hábito de muchas familias de limpiar y eliminar las heces de sus perros cuando defecan en el predio de la casa; el he-cho que muchos perros no defecan en la proximidad de la casa; o que las condiciones secas y poco som-breadas de muchos predios no favorecen la sobrevi-vencia de los huevos de geohelmintos.

Fig. 5.3 Parásitos hallados en lodos. Barros Blancos 2011. (N = 32)

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En el caso de las tierras de lugares públicos, una explicación de estos bajos porcentajes podría ser que los perros defecan generalmente en lugares abiertos, expuestos al sol, por lo tanto poco propicios a la so-brevivencia de los huevos.

Se observa que las muestras que tuvieron mayor representatividad de elementos parasitarios corres-pondieron a los lodos. Esto puede estar vinculado con la mayor humedad que presentan en relación con las tierras, lo cual favorece la sobrevida de los huevos de parásitos con integridad suficiente para permitir su diagnóstico por examen microscópico.

Asimismo las muestras de tierras en el entorno do-méstico con resultados positivos coinciden con do-micilios donde existen zonas de humedad (cunetas, robadores o abundante sombra).

Existen otros factores a ser considerados como por ejemplo los diferentes microclimas que pueden influir en la sobrevida de los huevos de nematodos en el medio ambiente. La temperatura y la influencia de los rayos solares en la desecación de la tierra pueden llevar a que los huevos se deterioren más rápidamen-te durante los meses de primavera y verano. Por otra parte las estaciones más húmedas y los rasgos del microrrelieve que concentran el agua de lluvia van a favorecer las condiciones ambientales para que estos huevos se desarrollen y permanezcan infectantes. Considerando que en la presente investigación las muestras de tierras se tomaron en primavera y princi-pio de verano, es posible que las concentraciones de elementos parasitarios sean sensiblemente menores que en invierno.

El tipo de suelo también puede ser un factor que influye en la sobrevida de los huevos: los terrenos arenosos y con escasa cantidad de nutrientes no son favorables.

Todos estos factores contribuyen a aumentar la va-riabilidad espacio-temporal de la distribución de los huevos de geohelmintos dificultando esta investiga-ción.

Existe una buena correspondencia entre los gé-neros de geohelmintos diagnosticados durante los estudios parasitológicos de la primera etapa del proyecto (Tabla 5.1) y los encontrados mediante los análisis de tierras y lodos (Tabla 5.2). Sin embargo no se ha encontrado a H. nana en los análisis de tierras y lodos, lo cual podría estar vinculado con la mayor fragilidad de estos huevos. Otra diferencia notable consiste en la sobrerrepresentación de Toxocara spp. (c.) en las tierras y lodos, posiblemente por su mayor resistencia a los agentes externos.

Sin embargo el SIG mostró que no existe correla-ción entre la distribución espacial de los casos posi-tivos de niños o caninos y la distribución de tierras y lodos positivos. En ambos casos los mapas no reve-laron la existencia de focos concentrados de parasi-tosis.

De manera general la distribución en el territorio de los casos positivos de cada género de parásitos no muestra tendencias particulares, lo que parece con-firmar la realidad de un medio ambiente con conta-minación fecal generalizada (en las zonas pobladas) tal como revelado en el diagnóstico socioambiental. Los mapas A4 y A5 (en Anexo A) muestran la distribu-ción espacial de los casos positivos de tierras y lodos, respectivamente.

Los resultados de los análisis de tierras de lugares públicos, clasificados por lugares de muestreo (Ta-bla 5.2), muestran la presencia de parásitos en todos esos ámbitos, los mismos que habían sido identifica-dos como focos de contaminación fecal durante la etapa de diagnóstico. Eso constituye un buen índice que apoya la existencia de las rutas de contaminación fecal oral identificadas en la etapa de diagnóstico, aunque en todo caso resultaría difícil establecer su importancia relativa en los ciclos de transmisión de las parasitosis. La ausencia de geohelmintos poten-cialmente humanos (Ascaris spp. y Trichuris spp.) en los resultados de análisis de tierras peridomiciliares (Tabla 5.2) no puede interpretarse como una indica-ción de la ausencia de focos de concentración de hue-vos de estos parásitos en esos lugares.

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el agua de escorrentía podrían provocar la moviliza-ción y dispersión de los huevos. Una fracción de éstos podrían eventualmente sedimentar en las cunetas o zonas inundables cercanas, constituyendo así focos extendidos pero de más bajas concentraciones.

Una posible consecuencia de lo anterior sería el riesgo de adquirir una elevada carga parasitaria31al contaminarse con tierra de estos focos con una alta concentración de huevos. Por otro lado, el contacto con la tierra de lugares públicos inundables constitui-ría una ruta de transmisión menos importante por la menor concentración de huevos. Esta hipótesis re-queriría de más investigaciones para ser comprobada.

3 En el territorio de estudio, son frecuentes los testimonios de madres que vieron a su hijo “vomitando una bola de gusanos”, signo que evidencia una alta carga parasitaria.

N %

NIÑOS DE LA ESCUELA Nº 187 (N = 175)

Trichuris trichiuraAscaris lumbricoidesHymenolepis nana

1175

6,3%4,0%2,9%

CANINOS DE LOS HOGARES DE NIÑOS DE LA ESCUELA Nº 187 (N = 127)

Ancylostoma caninum Toxocara spp.Trichuris vulpis

722920

57%23%16%

Una primera razón es que muchas de las familias con niños parasitados con geohelmintiasis no tienen saneamiento mejorado y por sentimiento de culpa o vergüenza, no se atreven a mostrar a las personas que toman muestras en qué lugar disponen sus ex-cretas (cuando usan un balde) o la ubicación del pozo negro que suele estar en malas condiciones (rebosan-do, con paredes colapsadas y/o tapa de chapas).

En estos casos de saneamiento deficiente, es pro-bable la existencia de focos peridomiciliarios muy localizados con una alta concentración de huevos en los lugares de disposición de excretas. Durante los episodios de fuertes precipitaciones, la lluvia y

Tabla 5.1 - Parasitismo por geohelmintos. Barros Blancos 2011 – 2012.

Lugares de muestreo N% de muestras positivas

Total Toxo Trich Asca Ancy H. dim

Tierras de zona peridomiciliar 103 18% 12% 0% 0% 6,8% 0%

Tierras de lugares públicos

Hondonada en caminoCuneta secaAcumulación de lodo seco de cunetaOrilla de cuneta o cañadaZona de humedalHondonada en cancha de juegosBasural

49

1149

14542

27%

27%25%11%21%40%50%50%

18%

27%0%0%

21%0%

50%50%

12%

0%25%11%

7,1%40%25%

0%

4,1%

0%0%0%

7,1%0%0%

50%

2,0%

0%0%0%0%

20%0%0%

0%

0%0%0%0%0%0%0%

Lodos de cunetas y cañadas 32 66% 41% 28% 16% 9,4% 6,3%

TOTAL TIERRAS Y LODOS 184 29% 18% 8,2% 3,8% 2,2% 1,1%

Tabla 5.2 - Resultados estudios parasitológicos de tierras y lodos por lugar de muestreo. Barros Blancos 2011 – 2012. (Toxo = Toxocara spp.; Trich = Trichuris spp.; Asca = Ascaris spp.; Ancy = Ancylostoma spp.; H.dim = Hymenolepis diminuta)

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CAPÍTULO 6

Estudio microbiológico de las aguas de lugares de recreación y baños

6.1 Introducción

La contaminación fecal de las aguas recreacionales constituye un problema de salud pública pudiendo provocar en los bañistas enfermedades gastrointesti-nales y, menos frecuentemente, infecciones respira-torias febriles, infecciones del oído y otras enferme-dades (WHO, 2003; Pond, 2005). Una persona que se baña 10 minutos realizando 3 inmersiones de cabeza se traga de forma involuntaria 100 a 200 ml de agua (WHO, 2003). Los niños forman un grupo particular-mente vulnerable porque juegan en el agua por pe-riodos prolongados y son más susceptibles de tragar agua tanto de manera accidental como voluntaria (WHO, 2003).

El diagnóstico participativo realizado en la primera etapa de investigación permitió identificar las caña-das, tajamares y pozos frecuentados para recreación o baños por la población local especialmente por los niños en verano. Esos cuerpos de agua pueden ser contaminados por efluentes de pozos negros que cir-culan en las cunetas viales que a su vez desembocan en la red hidrográfica local. Otra fuente de contami-nación pueden ser los excrementos de animales y materias fecales humanas que se acumulan alrede-dor de viviendas carentes de baño y que son suscep-tibles de ser acarreados por la escorrentía superficial en episodios de lluvias intensas.

Se investigaron estas rutas de contaminación con el objetivo de comprender mejor los factores que de-terminan la contaminación fecal del agua y evaluar los riesgos para la salud que representa el uso recrea-tivo de esas aguas.

El enfoque metodológico, adaptado de WHO (2003), combina el estudio de ciertas características geográficas del territorio de investigación con el aná-lisis microbiológico de las aguas recreativas:

» El estudio de las fuentes de contaminación fecal que pueden afectar a cada sitio de baños. Éstas se determinaron a partir de mapas de densidad de población elaborados para cada microcuen-ca41 del territorio de investigación (Mapas A6-A9 en Anexo A). Esta información se combinó a una inspección sanitaria para determinar las posibles fuentes de contaminación fecal de origen ani-mal (ganado, crianzas familiares) y los puntos donde se vierten aguas servidas (provenientes de cunetas) en los cuerpos de agua.

» La identificación de zonas donde transitan las aguas servidas, depurándose: humedales natu-rales, cañadas, pozos, tajamares y la misma red de cunetas viales tal como se describió en el ca-pitulo 1.

» El análisis microbiológico de las aguas permitió determinar su grado de contaminación fecal y la eventual presencia de microorganismos patóge-nos.

4 Por microcuenca nos referimos a una cuenca hidrográfica de pequeña extensión (menos de 10 km2) que es la porción de territorio drenada por un río y sus afluentes (o cualquier sistema de drenaje natural) y que está delimitada por la línea de cumbres, también llamada línea divisoria de aguas, que es una línea imaginaria que une los puntos de mayor elevación del terreno y que separa a 2 ó más cuencas vecinas.

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» El análisis de los datos pluviométricos, de la topo-grafía y observaciones hidrológicas, permitieron determinar episodios de escorrentía superficial susceptible de aumentar la contaminación fe-cal en los cuerpos de agua vulnerables así como periodos de estiaje que pudieron resultar en un aumento de la concentración de la contamina-ción fecal.

6.2 Materiales Y Métodos

6.2.1 Descripción de los cuerpos de agua muestreados

Se estudiaron los 8 principales lugares de baños identificados en la etapa de diagnóstico, así como 3 cunetas y 2 cañadas cercanas. A continuación se des-criben esos lugares ordenados según las 4 principales microcuencas a las que pertenecen.

Microcuenca del tajamar “El Coronel”

a) El tajamar “El Coronel” (muestra 1) pertenece a una quinta abandonada que fue ocupada en último lugar por un coronel en retiro. Se ubica al extremo sur de la zona de estudio. El tajamar tiene una su-perficie de aproximadamente 0,6 ha y es ocasional-mente utilizado para bañarse por los habitantes de Bella Vista de Carrasco. La microcuenca asociada es grande pero poco poblada con excepción de una estrecha franja al norte (Mapa A6 en Anexo A). Las muestras fueron tomadas en la parte oeste del ta-jamar que es alimentada por una cañada que drena el sector sur de la microcuenca.

b) La cuneta en avenida José María García (muestra 2), ubicada cerca de la esquina camino Ventura en Bella Vista de Carrasco, es una de las más grandes del sector. Colecta las aguas servidas de gran parte de la avenida José María García. Se tomó la mues-tra a unos metros del punto donde se vierte en la cañada emisora del tajamar “El Coronel”.

Microcuenca del tajamar Caputo

El tajamar Caputo (muestras 3 a 5), con una super-ficie aproximada de 1,8 ha, constituye el cuerpo de agua de mayor extensión en el territorio de estudio. Por su belleza y proximidad, ha sido muy frecuentado como lugar de recreo (baños y pesca deportiva) por los moradores de Paso Escobar y Bella Vista. Está ubicado en una propiedad privada cuyo guardián nos informó que el acceso al tajamar había sido prohibido últimamente; sin embargo los niños siguen frecuen-tándolo ocasionalmente (hay varias entradas en el cerco y las rondas de guardia son irregulares).

La microcuenca asociada al tajamar es de relativa-mente pequeña dimensión pero tiene alta densidad poblacional, integrando a una gran parte del asenta-miento de Paso Escobar y de Bella Vista (Mapa A7 en Anexo A).

Dada la gran extensión y particularidades del taja-mar Caputo, se determinaron 3 puntos de muestreo: los 2 primeros cerca de la confluencia con las cañadas provenientes de Paso Escobar y de Bella Vista (mues-tras 3 y 5) y el tercero a unos metros del caño de salida de agua (muestra 4).

Además, con el propósito de entender mejor la re-lación entre la contaminación fecal del tajamar y la de las 2 cañadas que lo alimentan, se tomaron mues-tras de éstas (que identificamos como cañadas A y B) en sus respectivas intersecciones con el camino Paso Escobar (muestras 6 y 7). Recordemos que una vecina nos informó haber observado a niños bañándose en una de las cunetas que desemboca en la cañada B.

Microcuenca de la cañada C

La cañada C nace en Bella Vista, cruza Villa Univer-sitaria y luego Villa Carmen. Es bastante frecuentada por los niños que suelen bañarse cerca de los puentes pero también en los pozos diseminados a lo largo de su curso.

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a) En el Puente de la calle Tala (muestra 8), la caña-da es demasiado poco profunda para que los niños puedan bañarse. Sin embargo los vecinos de Bella Vista nos indicaron que cuando llueve el nivel sue-le subir un poco y los niños pequeños aprovechan para meterse en el agua. La microcuenca asociada es pequeña pero densamente poblada e incluye la parte de Bella Vista Chico que está extendiéndose (Mapa A8 en Anexo A). Varias cunetas provenien-tes de Bella Vista Chico se vierten en la cañada a la altura del puente y aguas arriba, contaminando al lugar de baños.

b) El pozo de la Ladrillera (muestra 11) es un conjun-to de 3 pequeños pozos pocos profundos, de forma alargada y de superficie total aproximada de 0,05 ha que parecen haber servido de pozo de extrac-ción de arcilla para una ladrillera cercana y que ahora sirven como reservorio para riego. Los pozos suelen secarse en los veranos secos. La importan-cia de estos pozos reside en que se encuentran en el camino entre la Escuela Nº 187 y Bella Vista Chico de manera que los niños suelen bañarse ahí los días calurosos al regresar de la escuela. La microcuenca asociada es de pequeño tamaño y no incluye a nin-guna vivienda; constituye una subdivisión de la mi-crocuenca de la cañada C. Se tomaron las muestras en el último de los 3 pozos, ubicado aguas abajo de los 2 primeros.

c) En el Puente de la calle 19 de Junio (muestra 12), el agua es demasiado poco profunda para que los niños se puedan bañar. Ellos lo hacen en pozos ubicados aguas arriba del puente, los cuales son de difícil acceso, por lo que se muestreó el agua en el mismo puente. Cabe recordar la peligrosidad de esos pozos de naturaleza pantanosa en los cuales se ahogaron por lo menos 2 niños según informa-ron moradores locales. Éstos conocen la peligrosi-dad del lugar y nos contaron que son niños de fami-lias recién llegadas que por inconciencia del peligro suelen frecuentarlo.

d) El pozo de los Bomberos (muestra 10) ha sido ex-cavado en el curso de la cañada C y es donde los bomberos se abastecían antiguamente de agua. Tiene una superficie de aproximadamente 0,07 ha

y es frecuentado ocasionalmente por niños de Villa Universitaria. La microcuenca asociada a la caña-da, cuando atraviesa al pozo, integra a buena parte de Villa Universitaria y Bella Vista Chico así como a un sector poblado colindante del camino Ventura.

e) Los niños suelen bañarse en el tramo de la caña-da C ubicado aguas arriba del puente del camino República (muestra 14) ya que ahí la cañada está empozada y tiene cierta profundidad. Es un lugar bastante frecuentado porque el barrio (Villa Car-men) es muy poblado y no hay otro lugar parecido cercano, además se encuentra al lado de un par-que de juegos infantil. La microcuenca asociada es grande, con varios sectores densamente poblados. Por suerte las 3 principales cunetas que se vierten en la cañada a la altura del camino República lo ha-cen aguas abajo del lugar donde se bañan los niños, sin contaminarlo. Sin embargo hay otras cunetas que se vierten en la cañada aguas arriba del puente.

f) Las cunetas en la calle Maldonado y en la calle Ca-bildo (muestras 13 y 15) son cunetas secundarias, ambas ubicadas en Villa Carmen, que se vierten en las cunetas principales del camino República cerca del puente sobre la cañada C.

Microcuenca de la cañada D

a) A diferencia del otro puente del camino República (sobre la cañada C), en el puente sobre la cañada D (muestra 16), los niños se bañan en un tramo de agua empozada ubicado aguas abajo del puente. Las cunetas que drenan las aguas servidas de los sectores poblados de ambas márgenes de la ca-ñada, se vierten en ésta aguas arriba del área de baños, afectando directamente la calidad del agua. La microcuenca asociada a la cañada es grande y poco poblada excepto en su tramo final cerca del camino República (Mapa A9 en Anexo A). Muchos niños se bañan en este lugar por estar cercano a sus hogares.

b) La cantera de los Militares (muestra 9) es una antigua cantera ahora inundada que se ubica al lado de un cuartel militar, a unos 200 m al este de

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la Escuela Nº 187 en Villa Universitaria. Tiene una superficie de aproximadamente 0,7 ha, siendo el lugar de baños más frecuentado de la zona, inclu-so en invierno, acudiendo niños y adultos, también para practicar la pesca deportiva. La microcuenca asociada es de pequeño tamaño, no incluye a nin-guna vivienda (los efluentes de la Escuela Nº 187 y del cuartel no afectan directamente a la cantera) y constituye una subdivisión de la microcuenca de la cañada D.

6.2.2 Categorización de los cuerpos de agua

Para estimar el grado aproximado de contamina-ción fecal de las muestras de agua (lo que facilitó la realización de los análisis bacteriológicos), se elabo-ró una categorización a priori de los cuerpos de agua estudiados, en base a los mapas de densidad de po-blación y observaciones de campo para identificar eventuales aportes de agua de cunetas provenien-tes de áreas pobladas. Se generaron 3 categorías de cuerpos de agua (Tabla 6.1) y cada sitio de muestreo fue clasificado en una de estas categorías de acuerdo a sus características (Mapa A10 en Anexo A).

6.2.3 Análisis microbiológicos

Los 2 grupos de bacterias utilizados en Uruguay como indicadores de contaminación fecal del agua son los enterococos intestinales (EI) y los coliformes fecales (CF) también llamados coliformes termotole-rantes. Esos microorganismos son huéspedes perma-nentes del intestino humano y son extremadamente abundantes en las heces y en las aguas servidas (Ta-

bla 6.2). Pueden sobrevivir hasta 60 días en el agua a temperatura ambiente (Tabla 1.1 p.13) y en condicio-nes normales no se reproducen fuera del cuerpo hu-mano o de los animales huéspedes. Todo eso explica su uso como indicadores de contaminación fecal.

Por su parte los microorganismos patógenos de transmisión fecal oral tales como los virus entéricos contaminan el agua de manera inconstante a través de las heces de individuos infectados y normalmente están presentes en el agua en cantidades mucho menores (Tabla 6.2) lo que dificulta su detección. Si bien no existe actualmente en el país una normativa aplicada a la detección viral, estos estudios son im-portantes para analizar la presencia de virus entéri-cos en ecosistemas acuáticos con el fin de obtener datos que reflejen y complementen la epidemiología de estos virus en las poblaciones locales.

En las aguas superficiales se encuentran variados organismos que viven relacionados entre sí consti-tuyendo un ecosistema, que no son necesariamente nocivos para la salud.

Sin embargo también pueden allí convivir agentes reconocidamente patógenos, que pueden ser fuente de brotes o epidemias a partir de contaminación por vía hídrica. Dentro de los protozoarios se encuen-tran amebas como Entamoeba histolytica, flagelados como Giardia lamblia, ciliados como Balantidium coli y coccidios como Cryptosporidium spp. Dentro de los helmintos se describen fundamentalmente los geohelmintos como Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura, cuyas formas evolutivas pueden sobrevivir en la tierra, en el suelo húmedo y, aunque menos fre-cuentemente, en el agua.

Categoria Descripción Nivel esperado de contaminación

3 Cuerpo de agua sin aportes significativos de aguas servidas Bajo

2 Cuerpo de agua con aportes significativos de aguas servidas Medio

1 Cuneta o cañada donde predominan los aportes de aguas servidas Alto

Tabla 6.1 – Categorización a priori de los cuerpos de agua estudiados.

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Microorganismo patógeno/indicador Enfermedad/rol Número/100ml

BacteriasCampylobacter spp. Esporas de Clostridium perfringens Escherichia coli

Estreptococos fecales/enterococos intestinales Salmonella spp.Shigella spp.

GastroenteritisMicroorganismo indicador Microorganismo indicador (excepto cepas específicas)Microorganismo indicador Gastroenteritis Disentería bacilar

104–105

6 x 104 - 8 x 104

106–107

4.7 x 103 - 4 x 105

0,2–80000,1–1000

VirusPoliovirus

RotavirusAdenovirus

Norwalk virusHepatitis A

Microorganismo indicador (cepas de vacuna), poliomelitisDiarrea, vómitoEnfermedades respiratorias, gastroenteritisDiarrea, vómito Hepatitis

180-500.000

400–85.000no enumerados b

no enumerados bno enumerados b

Protozoarios cOoquistes de Cryptosporidium parvum Entamoeba histolyticaQuistes de Giardia lamblia

Diarrea Disentería amebiana Diarrea

0,1–390,412,5–20.000

Huevos de Helmintos c Ascaris spp.Ancylostoma spp. y Necator spp.Trichuris spp.

cAscariasis AnemiaDiarrea

c0,5–110,6–191–4

Tabla 6.2 – Ejemplos de concentración de microorganismos patógenos e indicadores en aguas servidasa.

a Höller (1988); Long & Ashbolt (1994); Yates & Gerba (1998); Bonadonna et al. 2002.b Muchos importantes patógenos de aguas servidas aun deben ser adecuadamente enumerados, por ejemplo adenovirus, Norovirus, virus de hepatitis A.c Los números de parásitos varían mucho debido a los distintos niveles de enfermedad endémica en diferentes regiones.

Fuente: Traducido de WHO (2003). Guidelines for safe recreational water environments, Volume 1 : Coastal and fresh waters (pp 54). WHO, Geneva, Switzerland, http://www.who.int/water_sanitation_health/bathing/srwg1.pdf

Para la transmisión de estas enteroparasitosis se requiere una fuente de infección que determine con-taminación ambiental, pero también es importante considerar la gran dispersión de quistes, ooquistes o huevos en el ambiente y también las condiciones ambientales que sean favorables para su superviven-cia. Las paredes exteriores de los quistes y huevos los hacen resistentes a las condiciones medioambienta-les, y también resistentes al cloro, lo que dificulta las posibilidades de control.

Muchas de estas infecciones parasitarias intestina-les son zoonosis, es decir enfermedades comunes a los animales y al ser humano, lo que hace difícil ase-gurar el origen biológico de la contaminación de las

aguas superficiales con estos agentes. De modo que los huevos de helmintos y quistes de protozoarios se encuentran dispersos en el ambiente, requiriendo métodos de concentración que aún no han sido bien estandarizados, para determinar su presencia con mayor sensibilidad.

Normativa para uso de aguas recreativas

En el Decreto 253/79 (con las modificaciones de los Decretos 232/88, 698/89 y 195/91 incluidas), se aprueban las normas para prevenir la contamina-ción ambiental mediante el control de las aguas en el Uruguay. En el mismo, se clasifican los cuerpos de

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agua del país según su uso preponderante en 4 cla-ses, perteneciendo a la clase 2b las “aguas destina-das a recreación por contacto directo con el cuerpo humano”.

La calidad del agua de recreación ha quedado de-finida principalmente por el estándar bacteriológico: concentración de coliformes termotolerantes (CF). En la mencionada clase 2b, el valor estándar (enten-dido como la condición que debe cumplir un cuerpo de agua con respecto al parámetro microbiológico de CF), “no deberá exceder el límite de 1000 UFC/100 ml en ninguna de 5 muestras, debiendo la media geométrica de las mismas estar por debajo de 500 UFC/100 ml”.

Posteriormente, el 25/02/2005, fue aprobada una resolución ministerial (s/n) mediante la cual todos los cursos de agua se clasifican como una única clase (equivalente a la clase 3 del decreto original) corres-pondiente a “aguas destinadas a la preservación de los peces en general y de otros integrantes de la flora y fauna hídrica, o también aguas destinadas al riego

de cultivos cuyo producto no se consume en forma natural o en aquellos casos que siendo consumidos en forma natural se apliquen sistemas de riego que no provocan el mojado del producto”.

Para esta clase 3, ya el decreto original establecía que el valor estándar de CF “no deberá exceder el lí-mite de 2000 UFC/100 ml en ninguna de al menos 5 muestras, debiendo la media geométrica de las mis-mas estar por debajo de 1000 UFC/ 100 ml”, siendo entonces ésta, la normativa vigente para agua de recreación (Tabla 6.3). Se interpreta que para la apli-cación del estándar, las muestras deben ser conse-cutivas y en un mínimo de 5. En caso de no disponer de estos datos se considera el valor límite de 2000 UFC/100 ml como criterio de inhabilitación para ba-ños.

Métodos de análisis

Las muestras fueron analizadas por el Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental (ECCA)

ESTADO

Estándar Valor Guía Valor Guía Estándar Valor Guía

Valor Guía

RIESGO ASOCIADOCF

(UFC/100 ml)

Enterococos(UFC/100 ml)

E. coli(UFC/100 ml)

Ciano-bacterias

Clorofila a(µg/l)

Ciano-bacterias(Nº células /ml)

Excelente < 250 < 100 <200 < 10 < 5000

No se evidencia ningún riesgo aparente para la salud humana

Muy Buena 250 - 500 100 - 150 200 - 400 10 - 20 5000 - 50.000

Bajo riesgo para la salud humana

Satisfactoria 500 - 1000 150 - 200 400 - 800 20 - 50 50.000 - 500.000

Moderado riesgo para la salud humana

No Apta > 1000 > 200 > 800

Presencia de espuma ciano-bacteriana

> 50 > 500.000

Alcance: Todo tipo de agua

Agua salobre (Salinidad > 0,5 ‰)

Agua dulce (Salinidad < 0,5 ‰)

Todo tipo de agua

Todo tipo de agua

Todo tipo de agua

Tabla 6.3 - Estándares y valores guía de calidad microbiológica de aguas para baños.

Fuente: recuperado el 16 de enero 2012 del sitio web de la DINAMA: http://www.dinama.gub.uy/index.php?option=com_content&task=view&id=113&Itemid=196

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44

de la IM (análisis bacteriológicos), por el Laboratorio de Virología de la Facultad de Ciencias (análisis vi-rológicos) y por el Laboratorio de Enteroparasitosis del Departamento de Parasitología y Micología de la Facultad de Medicina, Instituto de Higiene (análisis parasitológicos).

Análisis bacteriológicosEl recuento de CF y de EI, como biomarcadores de

contaminación fecal en las muestras de agua estudia-das, se realizó mediante la técnica de filtración por membrana. Una vez filtrados diferentes volúmenes y/o diluciones de las muestras, de acuerdo al grado de contaminación fecal esperado, las membranas fueron cultivadas en los siguientes medios de cultivo: MFC para el recuento de CF; y Enterococcus Indoxil-D-Glucoside Agar (mEI) para el recuento de EI (según Greenberg et al, 1998 y EPA, 2002 respectivamente).

Análisis virológicosLa detección de virus en muestras ambientales es

un proceso complejo debido a la dificultad de iden-tificar concentraciones normalmente bajas de virus dispersos en grandes volúmenes de agua. El proce-dimiento implica una serie de etapas, tales como: clarificación, concentración, remoción de inhibido-res y detección específica del virus mediante técni-cas moleculares, más precisamente por la PCR. Esta técnica por su practicidad y rapidez se ha convertido en la técnica más habitual a la hora de la detección viral, cuyo blanco es el genoma del virus en cuestión. La detección del genoma viral a partir de una mues-tra ambiental (sobre todo si es un virus con genoma ARN), nos permite inferir que este genoma se encon-traba al interior de una partícula viral, protegido del medio externo, aunque no se puede afirmar que di-cha partícula viral posea capacidad infecciosa.

A partir de 40 ml de las muestras de agua se realizó un proceso de concentración basado en el protoco-lo descrito por Bofill-Mas et al (2000), que consta de pasos de ultracentrifugación sucesivos. La extracción del ARN viral se realizó con el kit comercial “QIAmp Viral RNA Mini Kit®”, conforme las recomendaciones del fabricante. La etapa de detección propiamente dicha se realizó mediante técnicas de biología mo-lecular, más precisamente una retrotranscripción

seguido de una PCR a tiempo final a fin de detectar los siguientes virus entéricos: Norovirus, Rotavirus y Picobirnavirus. La necesidad de realizar una retro-transcripción empleando cebadores hexaméricos randómicos, nace de que estos 3 virus poseen geno-ma ARN y es necesario realizar una copia del mismo a ADN que va a servir como molde para la PCR. Para la detección de Picobirnavirus la PCR se basó en el pro-tocolo descripto por Rossen et al (2000) utilizando las 2 parejas de cebadores descriptas de manera que en una reacción podemos detectar ambos genogrupos. Para Rotavirus se utilizó la estrategia descrita por Logan et al (2006) en la cual se detecta el gen de la proteína VP6. Finalmente, la detección de Norovirus se basó en el protocolo de Boxman et al (2006) el cual permite detectar los 2 genogrupos asociados a infec-ciones en humanos.

Análisis parasitológicosA cada muestra de agua (de volumen 100 ml) se le

realizó Examen Parasitológico para diagnóstico de protozoarios patógenos humanos y huevos de hel-mintos en aguas. Se utilizó técnica de concentración por sedimentación-centrifugación, con observación microscópica con Suero Fisiológico y Lugol del sedi-mento obtenido, y realización de frotis coloreados con técnica de Ziehl Neelsen modificado para diag-nóstico de coccidios intestinales (Bonifacino, 1987). El diagnóstico cualitativo se realizó teniendo en cuenta las formas, tamaño y características tintoriales de los elementos visualizados microscópicamente.

Fechas de muestreo

Se tomaron muestras en 4 fechas lo suficiente es-paciadas como para medir la posible influencia sobre la calidad de agua de factores estacionales como va-riaciones del caudal base de las cañadas, cambio de temperatura y desarrollo de la vegetación.

Se asumió desde el principio que el factor temporal más importante iba a ser la pluviometría. Por ese mo-tivo se decidió realizar una toma de muestras en las 24 horas posteriores a un evento de precipitaciones que produjera escorrentía superficial (lo que se corro-boró mediante observaciones de campo). El propósi-

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45

to era determinar si lluvias que producen escorrentía superficial generan mayores niveles de contamina-ción fecal en los cuerpos de agua.

Las demás fechas fueron en distintos momentos de primavera y verano con antecedentes de precipi-taciones variables. La Fig. 6.1 muestra el acumulado de precipitación para la estación Carrasco ubicada a unos 6 km al suroeste del territorio de estudio.

6.3 Resultados y discusión

6.3.1 Coliformes fecales

La Tabla 6.4 presenta los resultados de concentra-ción de CF para las diferentes fechas y sitios de mues-treo. En esta tabla y las siguientes se indica la cate-goría de cada sitio de muestreo tal como definido en 6.2.2.

Análisis estadístico

En la Tabla 6.5 se muestra la estadística descripti-

Fig. 6.1 – Distribución de las precipitaciones vs. fechas de muestreo.

va para la variable CF (UFC/100ml). Los parámetros mostrados para los valores son: mínimo y máximo (min y max respectivamente), la media, la mediana (percentil 50), el desvío estándar (desvío std) y la can-tidad de datos por cada sitio (N).

Podemos ver que la variable CF presenta un am-plio rango de valores, con mínimo en 5 y máximo en 610.000 UFC/100 ml. Debido a esto, se utilizó la trans-formación de logaritmo (en base 10) para los valores de recuento, que facilita la posterior visualización de los datos y los análisis estadísticos.

En los siguientes gráficos de Box (Fig. 6.2 y 6.3) se puede ver la distribución de los datos de log CF se-gún las 3 categorías definidas anteriormente. El pri-mer gráfico agrupa todos los datos mientras que en el segundo los datos están clasificados por fecha de muestreo. La línea punteada indica el valor estándar correspondiente a 2000 UFC/100 ml.

La caja agrisada representa la distribución del 50% de los datos, mientras que la línea que divide la caja representa la mediana (o percentil 50). Además se re-

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Nº Descripción Cat. 18/10/2011 10/11/2011 20/12/2011 07/02/2012

1 Tajamar “el Coronel” 3 90 28 <10

2 Cuneta av. JM García 1 4800 1500 10.180

3 Tajamar Caputo confl. A 2 60 33.000 250 2.200

4 Tajamar Caputo salida 2 20 1500 63 800

5 Tajamar Caputo confl. B 2 190 2800 96 41.000

6 Cañada A 1 5400 8000 9640

7 Cañada B 1 1300 22.000 10.900

8 Cañada C av. Tala 2 2900 4200 780

9 Cantera de los Militares 3 80 120 10 250

10 Pozo de los Bomberos 2 620 16.000 580 6500

11 Pozo de la Ladrillera 3 <10 180 230

12 Cañada C av. 19 de Junio 2 130 1400 68

13 Cuneta cno. Maldonado 1 9000 610.000 520.000

14 Cañada C cno. República 2 60 3000 10.800 31.000

15 Cuneta cno. Cabildo 1 1000 36.000 4000

16 Cañada D cno. República 2 870 2400 580 40.000

Tabla 6.4 - Resultados del análisis de la concentración de CF en muestras de agua (UFC/100ml).

Tabla 6.5 - Estadística descriptiva variable CF (UFC/100ml).

Nº Descripción Cat. min max media mediana Desv std N

1 Tajamar “el Coronel” 3 5 90 41 28 44 3

2 Cuneta av. JM García 1 1500 10.180 5493 4800 4381 3

3 Tajamar Caputo confl. A 2 60 33.000 8877 1225 16.111 4

4 Tajamar Caputo salida 2 20 1500 596 431 701 4

5 Tajamar Caputo confl. B 2 96 41.000 11.021 1495 20.025 4

6 Cañada A 1 5400 9640 7680 8000 2138 3

7 Cañada B 1 1300 22.000 11.400 10.900 10.359 3

8 Cañada C av. Tala 2 780 4200 2627 2900 1726 3

9 Cantera de los Militares 3 10 250 115 100 101 4

10 Pozo de los Bomberos 2 580 16.000 5925 3560 7270 4

11 Pozo de la Ladrillera 3 5 230 138 180 118 3

12 Cañada C av. 19 de Junio 2 68 1400 533 130 752 3

13 Cuneta cno. Maldonado 1 9000 610.000 379.667 520.000 324.145 3

14 Cañada C cno. República 2 60 31.000 11.215 6900 13.947 4

15 Cuneta cno. Cabildo 1 1000 36.000 13.667 4000 19.399 3

16 Cañada D cno. República 2 580 40.000 10.962 1635 19.375 4

5 610.000 26.520 1400 106.453 55

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presentan los valores máximo y mínimo de la distri-bución mediante la línea vertical, y los valores extre-mos (o outliers), como un punto fuera de ese rango.

En cada fecha se ve el mismo comportamiento en-tre categorías que en el primer gráfico que considera todos los datos. Debe tenerse en cuenta que en la fe-cha 7/02/12 no están todos los sitios representados, por lo que la distribución de sus datos no puede com-pararse con los demás muestreos.

Sin tomar en cuenta el cuarto muestreo, se realizó un test no paramétrico de Kruskal-Wallis (equivalen-te no paramétrico del ANOVA de un factor), fijando un alfa igual a 0,05. El test informa como resultado un parámetro denominado p, que se puede interpre-tar como la probabilidad de que el resultado del test sea falso. El alfa es límite de confianza fijado para el test, y se evalúa si el parámetro p cumple ese límite. Cuando el valor de p obtenido en el análisis es menor que el alfa fijado, entonces se considera que existen diferencias significativas entre las distintas catego-rías analizadas. Se obtuvo que los datos de las tres categorías eran significativamente diferentes (p = 0.0001).

Luego, el test de Wilcoxon confirmó que todas las categorías son significativamente diferentes entre sí:

Para las categorías 1 y 2 el valor p = 0.0027Para las categorías 2 y 3 el valor p = 0.0006 Para las categorías 1 y 3 le valor p = 0.0000

Discusión de los resultados por categoría

a) De manera previsible los valores más bajos de con-centración de CF fueron observados en los cuerpos de agua de la categoría 3 (cuya microcuenca pre-senta una baja densidad de población, sin aportes significativos de aguas servidas provenientes de cunetas): tajamar “El Coronel”, cantera de los Militares y pozo de la Ladrillera. No se registran diferencias notables en los valores de CF entre si-tios o entre las 3 fechas de muestreo. Según los estándares de la DINAMA (Tabla 6.3) estos lugares presentarían una calidad microbiológica o estado

“excelente” para baños (CF < 250 UFC/100 ml). Sin embargo se debe tomar en cuenta que no se han medido otras variables como por ejemplo la con-centración de cianobacterias.

b) La categoría 2 comprende cuerpos de agua y ca-ñadas que reciben aportes significativos (pero no predominantes) de aguas servidas provenientes de cunetas de áreas densamente pobladas. En contraste con la categoría anterior, se observa una gran variabilidad de los valores de concentración de CF de una fecha a otra (Fig 6.3).

Las muestras tomadas el 18/10/2012 (durante un periodo seco) presentan valores de concentración de CF generalmente bajos. En cambio muchos de los valores más elevados de concentración de CF fueron observados el 10/11/2011, en las 24 horas posteriores a un episodio lluvioso que generó es-correntía superficial.

Las observaciones de campo realizadas el día del muestreo mostraron pocas variaciones de caudal en las cañadas e incluso una baja del nivel en unos cuerpos de agua (en comparación con las observa-ciones del 18/10/2012). Sin embargo se observaron indicios de que horas antes del muestreo, se pro-dujo escorrentía superficial en cárcavas52que esta-ban secas al momento del muestreo. Es entonces probable que en las horas que precedieron la toma de muestra, hubo un pico de contaminación tran-sitorio asociado al agua de escorrentía superficial provocado por la lluvia del 9/11/2011. Este pico de contaminación provocó un fuerte aumento de la concentración de CF en algunos cuerpos de agua. Los resultados muestran que al momento de rea-lizar el muestreo, ese pico de contaminación ya era muy atenuado en las cañadas. Los valores muy elevados de concentración de CF asociados a este pico de contaminación se deben probablemente a que las lluvias del 9 de noviembre fueron precedi-das por un periodo sin lluvias de un mes, durante el cual materias fecales pudieron haberse acumulado alrededor de las viviendas o en las mismas cunetas.

5 Cauce natural de pequeña dimensión que suele hacer el agua de escorrentía superficial al erosionar un terreno blando cuando falta una cobertura vegetal suficiente.

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48

Fig. 6.2 - Distribución de valores de log CF por categoría.

Fig. 6.3 - Gráfico de Box mostrando la distribución de los valores de log CF, agrupados por fecha de mues-treo y por categoría.

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El muestreo del 20/12/2012 presenta valores de concentración de CF generalmente bajos, bastan-te similares al muestreo del 18/10/2011. El mues-treo se realizó 2 días después de finalizar un episo-dio de lluvias prolongado (acumulado de 101 mm en una semana) observándose un aumento de nivel de varios cuerpos de agua. Es probable que de haber ocurrido un pico de contaminación fecal, éste se hubiera producido al inicio del periodo llu-vioso y que al momento de tomar la muestra los niveles de contaminación del agua ya habían vuel-to a valores bajos.

Finalmente el muestreo (parcial) del 7/2/2012 pre-senta valores de concentración de CF generalmen-te elevados cuya explicación podría residir en una combinación de factores:

» El déficit de precipitaciones de la primavera 2011 y verano 2011/2012 que combinado a las tem-peraturas elevadas del verano generó un estiaje pronunciado de las cañadas. La baja de los cau-dales por la fuerte evaporación y agotamiento de las reservas de aguas subterráneas pudo ha-ber resultado en una mayor concentración de la contaminación fecal en las muestras analizadas.

» La posibilidad de rebrote de CF en las aguas gri-ses por la presencia de MO fácilmente degra-dable (WHO, 2006b), rebrote que podría haber sido favorecido por las temperaturas elevadas.

» Si bien el último episodio de lluvia se produjo 4 días antes de la fecha del muestreo, este evento fue aislado y precedido de un largo periodo seco con pocas precipitaciones registradas desde el 24/12/2011. La consecuencia podría haber sido un pico de contaminación fecal particularmente fuerte aun perceptible en el tajamar Caputo y en el pozo de los Bomberos.

En resumen los lugares de la categoría 2 presen-tan valores de concentración de CF variables que en varias fechas superaron ampliamente los 2000 UFC/100 ml. Si bien las muestras 4 (Salida del ta-jamar Caputo) y 12 (Cañada C en avenida 19 de Junio) presentaron en todas las fechas de mues-treo valores inferiores a los 2000 UFC/100 ml, no se puede recomendarlos para baños o recreación

por otros riesgos que presentan. Por lo tanto todos los lugares de la categoría 2 deben ser desaconse-jados para baños.

c) Con toda lógica, las más altas concentraciones de CF fueron observados en las cunetas y cañadas de la categoría 3 (donde predominan los aportes de aguas servidas provenientes de áreas densamen-te pobladas). Los valores de concentración de CF superan ampliamente los 2000 UFC/100 ml, por lo que esos lugares deben ser proscritos para baños o uso recreacional.

Las diferencias de concentración de CF observa-das entre lugares o entre fechas de muestreo pue-den explicarse por varios factores:

» El tipo de efluente que circula en las cunetas: efluente de pozo negro o aguas grises menos contaminadas. Recordemos que en Barros Blan-cos la separación de aguas negras y aguas grises es una práctica común.

» Ciertas cunetas reciben efluentes o lixiviados de purín provenientes de crianzas familiares.

» Los procesos de depuración natural del agua en las cunetas y la dilución con fuentes de agua me-nos contaminada disminuyen la concentración de CF.

Discusión de los resultados por microcuenca

a) El tajamar Caputo presenta valores de concen-tración de CF muy variables, desde 20 UFC/100 ml (muestra 4 del 18/10/2011) hasta 41.000 UFC/100 ml (muestra 5 del 18/10/2011). Eso se explica por su gran capacidad autodepuradora y por el hecho de estar ubicado en una microcuenca densamente poblada.

Se aprecia bien la capacidad autodepuradora del tajamar al comparar los valores de los 3 puntos de muestreo del tajamar: el lugar cerca del caño de salida (muestra 4 – media geométrica 197 UFC/100 ml) presenta valores siempre más bajos que los sectores donde desembocan las cañadas que ali-mentan al tajamar (muestra 3 – media geométrica

Page 52: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

50

1022 UFC/100 ml; muestra 5 – media geométrica 1203 UFC/100 ml).

A su vez estas 2 cañadas presentan valores de con-centración de CF más elevados (muestra 6 – media geométrica 7468 UFC/100 ml; muestra 7 – media geométrica 6781 UFC/100 ml) aunque con varia-ciones menores a las observadas en el tajamar. Lo último sugiere que el pico de contaminación aso-ciado a una lluvia que produce escorrentía superfi-cial transita rápidamente en las cunetas y cañadas pero se acumula en el tajamar por un periodo más largo hasta diluirse y depurarse. Este fenómeno está ilustrado por la diferencia de concentración de las muestras 3 y 6 el 10/11/2011.

b) La cañada C fue muestreada en 4 puntos de su recorrido (ya que atraviesa el pozo de los bombe-ros). Los valores de concentración de CF más bajos fueron observados en el puente de la avenida 19 de Junio en Villa Universitaria (muestra 12 - media geométrica 231 UFC/100 ml). Se debe tomar en cuenta que las muestras fueron tomadas aguas arriba de la confluencia con la cuneta principal de la avenida 19 de Junio. Esos valores bajos se deben comparar con los del puente de la avenida Tala en Bella Vista Chico (muestra 8 - media geométrica 2118 UFC/100 ml) ubicado unos 450 m aguas arri-ba. La mejora de la calidad de agua se debe a la au-todepuración en el curso pantanoso de la cañada y posiblemente a la dilución con eventuales aportes de agua no contaminada.

Si bien las medias geométricas de valores de con-centración de CF son bastante similares para los otros 2 puntos de muestreo (muestras 10 y 14 con valores respectivos de 2473 y 2786 UFC/100 ml), las variaciones observadas son muy diferentes de un lugar a otro.

El valor de contaminación más elevado en el pozo de los Bomberos (muestra 10) fue observado el 10/11/2011 (16.000 UFC/100 ml) y puede interpre-tarse como la acumulación del pico de contami-nación asociado a la crecida del día anterior (fenó-meno similar al observado en el tajamar Caputo la misma fecha).

En el puente del camino República (muestra 14) los valores de contaminación fecal van aumentando progresivamente desde un mínimo de 60 UFC/100 ml el 18/10/2011 hasta culminar el 7/2/2012 con una concentración de 31.000 UFC/100 ml.

c) La cañada D presenta valores de concentración de CF bastante altos (muestra 16 – media geométrica 2638 UFC/100 ml) a pesar que la microcuenca aso-ciada es grande y poco poblada. El factor deter-minante es la presencia, en la cercanía del punto de muestreo, de un núcleo de población de donde provienen 3 cunetas de aguas servidas que desem-bocan en la cañada a poca distancia aguas arriba del puente.

d) Existe un contraste de pendientes entre la parte norte del territorio que es relativamente plana (sector camino República) y la microcuenca del tajamar Caputo que es más ondulada (sector Paso Escobar y Bella Vista de Carrasco ver Mapa A11 en Anexo A). En las zonas planas, mal drenadas, don-de el nivel freático está cerca de la superficie, un episodio prolongado de fuertes precipitaciones puede saturar los suelos favoreciendo el desborde de los pozos negros filtrantes. En cambio los sec-tores de morfología ondulada, por sus mayores pendientes, favorecen la escorrentía superficial en detrimento de la infiltración, reduciendo los riesgos de desborde de los pozos negros salvo en las partes bajas, inundables. El fuerte aumento de concentración de CF en la muestra 14 (20/12/2011) podría explicarse por el desborde de pozos negros en la zona baja mientras que en la misma fecha las muestras provenientes de la microcuenca Caputo presentan valores de CF relativamente bajas.

6.3.2 Enterococos intestinales

Los enterococos intestinales (EI) constituyen el otro grupo de bacterias indicadores de contamina-ción fecal que han sido detectadas en gran número en las muestras analizadas (Tabla 6.6 y Tabla 6.7). Para los datos de EI se repitieron los análisis estadís-ticos realizados con los datos de CF obteniendo re-sultados similares (se obtuvo que las 3 categorías son significativamente diferentes entre sí).

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Nº Descripción Cat. 18/10/2011 10/11/2011 20/12/2011 07/02/2012

1 Tajamar "el Coronel" 3 120 88 177

2 Cuneta av. JM García 1 5000 900 17.730

3 Tajamar Caputo confl. A 2 50 750 70 240

4 Tajamar Caputo salida 2 <10 830 3 340

5 Tajamar Caputo confl. B 2 30 2300 11 2100

6 Cañada A 1 4300 10.400 3500

7 Cañada B 1 9.900 102.000 56.000

8 Cañada C av. Tala 2 4.600 8.900 1.340

9 Cantera de los Militares 3 50 210 7 110

10 Pozo de los Bomberos 2 390 2.600 260 5900

11 Pozo de la Ladrillera 3 30 80 152

12 Cañada C av. 19 de Junio 2 100 2.000 84

13 Cuneta cno. Maldonado 1 4900 1140.000 1220.000

14 Cañada C cno. República 2 170 5100 3100 10.550

15 Cuneta cno. Cabildo 1 2700 95.000 9640

16 Cañada D cno. República 2 340 2300 350 2100

Nº Descripción Cat. min max media mediana Dsv std N

1 Tajamar "el Coronel" 3 88 177 128 120 45 3

2 Cuneta av. JM García 1 900 17.730 7877 5000 8776 3

3 Tajamar Caputo confl. A 2 50 750 277 155 326 4

4 Tajamar Caputo salida 2 3 830 294 172 391 4

5 Tajamar Caputo confl. B 2 11 2300 1110 1065 1261 4

6 Cañada A 1 3500 10.400 6067 4300 3774 3

7 Cañada B 1 9900 102.000 55.967 56.000 46.050 3

8 Cañada C av. Tala 2 1340 8900 4947 4600 3792 3

9 Cantera de los Militares 3 7 210 94 80 88 4

10 Pozo de los Bomberos 2 260 5900 2287 1495 2637 4

11 Pozo de la Ladrillera 3 30 152 87 80 61 3

12 Cañada C av. 19 de Junio 2 84 2000 728 100 1102 3

13 Cuneta cno. Maldonado 1 4900 1220.000 788.300 1140.000 679.622 3

14 Cañada C cno. República 2 170 10.550 4730 4100 4376 4

15 Cuneta cno. Cabildo 1 2700 95.000 35.780 9640 51.403 3

16 Cañada D cno. República 2 340 2300 1272 1225 1074 4

3 1220.000 498.165 900 222.573 55

Tabla 6.6 - Resultados del análisis de la concentración de EI en muestras de agua (UFC/100ml).

Tabla 6.7 - Estadística descriptiva variable EI.

Page 54: Diagnóstico socioambiental parasitosis intestinales

52

Relación coliformes fecales/enterococos intestinales63(CF/EI)

La relación CF/EI puede explicarse en parte por el ori-gen humano o animal de la contaminación fecal. Cuan-do el cociente CF/EI es mayor a 4 ésta sería de origen humano; cuando la relación es menor a 0,7 la contami-nación sería de origen animal y en el intervalo entre 4 y 0,7 sería de origen mixto (Geldreich & Kenner, 1969).

Si consideramos la totalidad de los resultados se presenta una relación CF/EI menor a 0,7 en 18 mues-tras (de un total de 55) y una relación mayor a 4 en 8 muestras (Tabla 6.8). En base a este criterio pre-dominaría la contaminación de origen animal en la mayoría de los lugares muestreados lo que no es de sorprender dado el carácter rural de gran parte del territorio de estudio (presencia de ganado; crianzas familiares de aves de corral, conejos, porcinos, etc.) y la abundancia de fauna salvaje (aves, roedores) en los cuerpos de agua.

6 En la práctica los términos estreptococos fecales, en-terococos, enterococos intestinales y grupo Enterococus pueden considerarse como refiriéndose a la misma bacteria (WHO, 2005. p.55). En este apartado se ha utilizado el término enterococos in-testinales (EI) incluso cuando la cita referida mencionó otro térmi-no.

En el apartado anterior se demostró que el alto va-lor de concentración de CF observado el 10/11/2011 (Tabla 6.4) en el tajamar Caputo (muestra 3) y en el pozo de los bomberos (muestra 10) se deben a la acumulación de un pico de contaminación fecal aso-ciado al agua de escorrentía superficial generado por un episodio de fuertes precipitaciones. El cociente CF/EI muy alto para estas 2 muestras (Tabla 6.8) su-giere que este pico de contaminación fecal es princi-palmente de origen humano lo que se puede atribuir a los factores siguientes:

» Muchas familias sin baño utilizan un balde para hacer sus necesidades, vaciando diariamente su contenido en la cercanía de la casa, generalmen-te en un lugar bajo o en una cuneta (pero no en la vía pública) para que cuando llueve el agua de escorrentía elimine las heces. Es un lugar dis-creto, escondido, generalmente de vegetación tupida. La sombra y la humedad favorecen la sobrevivencia de las bacterias.

Tabla 6.8 - Cociente CF/EI y probable origen de la contaminación (ver leyenda abajo).

Nº Descripción Cat. 18/10/2011 10/11/2011 20/12/2011 07/02/2012

1 Tajamar "el Coronel" 3 0,75 0,32 0,03

2 Cuneta av. JM García 1 0,96 1,67 0,57

3 Tajamar Caputo confl. A 2 1,20 44,00 3,57 9,17

4 Tajamar Caputo salida 2 4,00 1,81 21,00 2,35

5 Tajamar Caputo confl. B 2 6,33 1,22 8,73 19,52

6 Cañada A 1 1,26 0,77 2,75

7 Cañada B 1 0,13 0,22 0,19

8 Cañada C av. Tala 2 0,63 0,47 0,58

9 Cantera de los Militares 3 1,60 0,57 1,43 2,27

10 Pozo de los Bomberos 2 1,59 6,15 2,23 1,10

11 Pozo de la Ladrillera 3 0,17 2,25 1,51

12 Cañada C av. 19 de Junio 2 1,30 0,70 0,81

13 Cuneta cno. Maldonado 1 1,84 0,54 0,43

14 Cañada C cno. República 2 0,35 0,59 3,48 2,94

15 Cuneta cno. Cabildo 1 0,37 0,38 0,4116 Cañada D cno. República 2 2,56 1,04 1,66 19,05

REL CF/EI Origen de la contaminación

> 4 Humano

0,7 - 4 Mixto

< 0,7 Animal

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53

» Los lodos y materias fecales acumulados en o alrededor de las cunetas y pozos negros rebo-sando pueden movilizarse con las aguas de es-correntía superficial producida por una fuerte lluvia.

» Los pozos negros llenos, en mal estado o mal construidos, pueden rebosar al producirse una lluvia fuerte.

» En cambio los excrementos de animales esta-rían menos propensos a contaminar el agua durante un episodio de lluvias intensas porque los animales generalmente no depositan sus excrementos en lugares sombreados y/o húme-dos, permitiendo que el sol (y la deshidratación) maten rápidamente las bacterias y eventuales agentes patógenos, evitando así la acumulación de materias fecales contaminantes durante los periodos secos.

Así los valores CF/EI más elevados observados para

el tajamar Caputo podrían explicarse por la alta den-sidad de población en su microcuenca y por los ma-yores aportes de aguas de escorrentía superficial de-bido a la topografía accidentada de su microcuenca (Mapa A11 en Anexo A).

Las consideraciones precedentes también explica-rían por qué en los periodos secos los cuerpos de agua, entonces alimentados por el flujo base sin aportes de escorrentía superficial, presentan valores de cociente CF/EI más bajos. La fauna salvaje que abunda en los cuerpos de agua y los lixiviados de crianzas familiares pueden constituir una fuente de contaminación fecal directa que contribuye a disminuir aun más los valo-res del cociente CF/EI.

Por lo expuesto, es paradojal que la muestra 7 (ca-ñada B) tiene una relación CF/EI vecina de 0,2 en las 3 muestras analizadas, lo que constituye la serie de valores más bajas de la Tabla 6.8. La paradoja reside en que la cañada B alimenta al tajamar Caputo que al contrario presenta la serie de valores CF/EI más altas de todas las muestras.

Una explicación podría ser que las cunetas que convergen en este lugar y la propia cañada B están transformadas en basurales lo que podría atraer a roedores y otros animales cuyos excrementos conta-minarían el agua. El efecto estaría localizado porque en las 3 fechas de muestreo, el caudal de la cañada B era muy bajo observando agua casi estancada en la cañada. Cuando ocurre una crecida es probable que la relación CF/EI aumente hasta valores cercanos o superiores a los observados en el tajamar Caputo.

En ciertos casos un aumento del cociente CF/EI po-dría ser interpretado como un incremento del aporte de los efluentes de pozos negros en las áreas de to-pografía plana o en el fondo de los valles (muestreo del 20/12/2011).

Si bien este análisis relativo a las variaciones del cociente CF/EI tiende a corroborar la realidad de los fenómenos identificados en la discusión de los resul-tados de análisis de CF, los pocos datos disponibles y la aparente complejidad de los factores que determi-nan la contaminación bacteriana de las aguas dificul-tan sacar conclusiones definitivas.

Resulta importante diferenciar la contaminación fecal animal de la humana porque esta última supone más riesgos para la salud humana. Sin embargo los riesgos asociados a la contaminación fecal de origen animal tampoco deben ser subestimados (zoonosis).

Por otro lado el uso de la relación CF/EI ha sido cuestionado debido a factores como diferencias en el tiempo de sobrevivencia en el medio ambiente de cada grupo de bacterias, variabilidad del tiempo de so-brevivencia entre especies de estreptococos y méto-dos de conteo de los estreptococos (Sinton et al, 1993; Marín, 2003, citados por Rivera et al, 2010, p.142).

En ausencia de elementos adicionales nos pareció más conveniente utilizar los resultados de CF como criterio de determinación de la aptitud para baños de los cuerpos de agua investigados.

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54

6.3.3 Virus

La Tabla 6.9 muestra los resultados obtenidos a partir de las muestras ambientales de los 4 muestreos realiza-dos.

Asumiendo que un resultado positivo se debe a la detección de al menos un genoma viral y conside-rando el proceso de concentración viral y diluciones realizadas en las diferentes etapas del proceso, po-demos estimar que un resultado positivo refleja al menos la presencia de 480 “partículas virales” cada 100 ml.

Los resultados obtenidos fueron sorprendentes por el número de resultados positivos obtenidos a partir de estas muestras ambientales, con una prevalencia similar a la encontrada por el laboratorio de Virología a partir de aguas residuales.

Es importante destacar que los métodos molecu-lares implementados para la detección de Rotavirus y Picobirnavirus comprenden también a muestras

de origen animal. Es así, que los resultados positivos obtenidos pueden reflejar también la presencia de contaminación fecal proveniente de cerdos o bovinos presentes en esta área semirrural.

La detección de Picobirnavirus en 3 muestras de

diciembre, corresponde al genogrupo que también circula en cerdos, lo cual puede ser explicado por la presencia de un criadero familiar de cerdos en los alrededores del Tajamar Caputo. Una forma de con-firmar esta hipótesis sería mediante la secuenciación de los fragmentos genómicos obtenidos en la PCR.

La presencia de estos patógenos virales depende del estado sanitario de la población ya que a dife-rencia de los indicadores bacterianos (CF y EI) cuya concentración depende de la contaminación fecal de las aguas, tiene que haber individuos o animales in-fectados en la microcuenca que alimenta al sitio de muestreo para que haya presencia de estos virus.

Este último punto podría explicar por qué se han detectado más muestras positivas para virus entéri-

18/10/2011 10/11/2011 20/12/2011 07/02/2012

Nº Descripción Cat. PBV RV NV PBV RV NV PBV RV NV PBV RV NV

1 Tajamar "el Coronel" 3 + + + +

2 Cuneta av. JM García 1 + + +

3* Tajamar Caputo confl. A 2 + + + + + + + 4* Tajamar Caputo salida 2 + + 5* Tajamar Caputo confl. B 2 + + 6 Cañada A 1 + 7 Cañada B 1 + + + +

8 Cañada C av. Tala 2 +

9* Cantera de los Militares 3 + +

10* Pozo de los Bomberos 2 + +

11 Pozo de la Ladrillera 3 + 12 Cañada C av. 19 de Junio 2 + + +

13 Cuneta cno. Maldonado 1 + + 14* Cañada C cno. República 2 + + +

15 Cuneta cno. Cabildo 1 + +

16* Cañada D cno. República 2 + +

Tabla 6.9 – Resultados de los análisis virológicos muestras de agua (PBV = Picobirnavirus; RV = Rotavirus; NV = Norovirus).

* Muestras que también fueron procesadas en el cuarto muestreo

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55

cos en cuerpos de agua con un área de alimentación extendida que en cunetas con un área reducida (y por lo tanto menos “biodiversidad”) a pesar de los mucho mayores niveles de contaminación fecal observados en las cunetas.

No se ha encontrado una correlación entre las de-tecciones virales y los resultados bacteriológicos ob-tenidos. Esto mismo ya fue evidenciado por otros au-tores en estudios de contaminación microbiológica de diferentes tipos de aguas, afirmando que no existe una correlación exacta entre los niveles de contami-nación bacteriana (coliformes totales y fecales) y viral (Pusch et al, 2005).

Como se observa en la Tabla 6.9, el número de de-tecciones positivas en los dos últimos muestreos fue menor, esto puede estar asociado a un factor esta-

cional vinculado a la temperatura más que al nivel de pluviometría. Las elevadas temperaturas de los me-ses estivales pueden impactar en la viabilidad de las partículas virales presentes en los cuerpos de agua, lo cual se refleja en los resultados obtenidos.

6.3.4 Parásitos

De las 55 muestras analizadas sólo 2 dieron positi-vo para Cryptosporidium spp. (muestra 1 Tajamar "el Coronel" y muestra 5 Tajamar Caputo Confluencia B, ambas relevadas el 20/12/2011). El escaso número de muestras positivas debe interpretarse con prudencia. Tal como se observa en la Tabla 6.2, la concentración de quistes, ooquistes o huevos de parásitos es relati-vamente baja en las aguas servidas lo que dificulta su detección.

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56

6.4 Conclusiones

Los valores de concentración de CF y EI, indi-cadores de contaminación fecal del agua, pre-sentan una gran variabilidad espacial y tempo-ral que puede atribuirse a diferentes factores:

» Los mapas de densidad de población permi-tieron identificar el origen y la importancia relativa de las principales fuentes de conta-minación fecal en la microcuenca asociada a cada punto de muestreo. De existir uno o va-rios núcleos poblacionales en la microcuenca, los factores más importantes son su proximi-dad al punto de muestreo (se mitiga el efecto contaminante de los núcleos más alejados por depuración natural en el curso de agua) y la contaminación directa del cuerpo de agua por cunetas de aguas servidas.

» El muestreo del 10/11/2011 mostró un pico elevado de contaminación fecal de origen humano asociado a un evento de precipi-taciones que generó escorrentía superfi-cial y que ocurrió después de un periodo seco prolongado. Este pico si bien transitó rápidamente en las cunetas y cañadas, se acumuló en cuerpos de agua estancada (pozo de los Bomberos y tajamar Capu-to). No se observó un pico equivalente al final de un periodo de lluvias prolongadas (muestreo del 20/12/2011). Por más que no sea frecuente la ocurrencia de similares picos de contaminación, tienen una gran importancia en las rutas de contaminación fecal investigadas, debido al volumen ele-vado de agua afectada por valores altos de concentración de CF, por el probable ori-gen humano de la contaminación y final-mente porque explican cómo la contami-nación fecal llega a las zonas inundables.

» Un factor relacionado al anterior son los aportes variables de efluentes y desborda-mientos de pozos negros, que dependen en parte de la altura del nivel freático, a su vez función de las características de drena-je del suelo y de las precipitaciones.

» La capacidad autodepuradora variable de los tajamares, pozos, cañadas, áreas de humedales, cunetas y acuíferos.

» La disminución del caudal base de las ca-ñadas en periodo de estiaje que reduce el efecto de dilución con aumento de la con-centración de CF y EI.

» Existen otros factores mal determinados como las temperaturas elevadas que po-drían favorecer el rebrote de CF y/o EI en aguas grises. En este caso los altos valores de CF y/o EI no significarían necesariamen-te un mayor nivel de contaminación fecal o un mayor riesgo de presencia de patóge-nos.

Este gran número de factores dificulta la pre-dicción del grado de contaminación de los cuer-pos de agua de la categoría 2 por lo que resultó más seguro desaconsejar su uso para baños. Se recomendó particularmente evitarlos en perio-dos críticos como después de una lluvia fuerte o en periodo de estiaje. En todo caso se muestra que la metodología desarrollada puede ser útil como herramienta de gestión ambiental para zonas de recreo acuático.

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7.1 Conclusiones sobre la investigación

El alto porcentaje de parasitismo global en los niños (67%); la relativamente alta proporción de ni-ños poliparasitados (35%); los resultados de análisis de tierras, lodos y agua; y la dispersión de los casos positivos en todo el territorio de estudio, muestran globalmente que los niños están expuestos a un am-biente con altos niveles de contaminación fecal.

Las familias sin baño que están dispersas en todo el territorio, configuran un grupo altamente vulnera-ble a las parasitosis. La ausencia de una interfaz (el inodoro) que separe higiénicamente las excretas del contacto humano aumenta considerablemente los riesgos de contacto directo con las heces y de conta-gio de enfermedades de transmisión fecal oral.

De manera general las familias sin acceso a sanea-miento mejorado están en situación de mayor riesgo por la probable existencia de focos peridomiciliarios muy localizados con una alta concentración de hue-vos de geohelmintos en la tierra asociada a los luga-res de disposición de excretas o de desbordamiento de los pozos negros.

Los lugares públicos más contaminados frecuen-tados por la población (donde corren mayor riesgo de enfermarse) son las cunetas, las zonas inundables cercanas y los lugares de baños cuya microcuenca tiene una alta densidad de población.

Resulta difícil establecer la importancia relativa de estas diferentes rutas de contaminación en los ciclos de transmisión de las parasitosis y enfermedades dia-rreicas. Considerando la elevada contaminación fecal de ciertos lugares de baños (muy por encima de los estándares de la DINAMA) así como la presencia de huevos de geohelmintos en las cunetas y zonas inun-

CAPÍTULO 7

Socialización de los resultados

dables cercanas, es probable que estas rutas tengan una importancia significativa aunque menor que las de ciclos cortos que se producen a nivel peridomici-liario. Por lo tanto todas estas rutas de transmisión deben ser tomadas en cuenta para la prevención de las parasitosis intestinales.

7.2 Implicaciones para la prevención y control de las parasitosis

En vista de que la extensión de la red de sanea-miento a Barros Blancos no se prevé a corto o me-diano plazo, es necesario tomar acciones inmediatas, en particular enmendar la carencia de saneamiento mejorado de la franja más pobre de la población. Se debe reconocer plenamente a nivel institucional la existencia del problema de las familias carentes de baño - que además atenta contra la dignidad hu-mana - y sus graves consecuencias. La provisión de saneamiento mejorado a estas familias debe ser una prioridad de los programas de apoyo social.

Se debe mejorar la eficiencia de los pozos negros así como el servicio de barométrica destinado a las familias de bajos recursos, ahora insuficiente para cu-brir la demanda. Se deben promocionar e incentivar sistemas de saneamiento alternativo como baños se-cos (saneamiento ecológico).

Hay que mejorar el drenaje de las aguas pluviales, re-duciendo así los riesgos de inundación y diseminación de las materias fecales durante los episodios de fuertes precipitaciones. Las familias que viven en zonas inunda-bles, de no poder ser realojadas, deberían recibir apoyo para mejorar el drenaje de su predio domiciliario. Se de-ben controlar y eliminar los basurales, en particular en las cunetas, lugares de tránsito y zonas inundables.

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58

Estas acciones deben emprenderse con diferentes niveles de responsabilidades: domiciliaria, barrial, municipal e institucional. Permitirían disminuir – no eliminar – la contaminación fecal ambiental hasta niveles más aceptables contribuyendo a reducir la prevalencia parasitaria así como proteger el medio ambiente.

Las medidas curativas son esenciales en todo pro-grama de control de parasitosis. Se deben mejorar los procedimientos de diagnóstico y tratamiento de las personas con parásitos intestinales.

El diagnóstico participativo mostró que la pobla-ción – niños y adultos – es capaz de comprender la naturaleza de los diferentes géneros de parásitos presentes en su territorio, sus efectos sobre la salud y las maneras de prevenirlos o eliminarlos. La po-blación también tiene la capacidad de comprender e identificar las rutas de contaminación de los pará-sitos y las barreras para interrumpirlas. Eso muestra que la educación sanitaria y ambiental puede y debe ser utilizada para la prevención de las parasitosis, no sólo en las escuelas y liceos sino también en los cen-tros CAIF y mediante talleres de capacitación para adultos o campañas educativas.

7.3 Primeros talleres de difusión de los resultados de la investigación en Barros Blancos

En una primera etapa se realizaron talleres con funcionarios de las instituciones locales, maestros y profesores, así como con responsables de organiza-ciones vecinales para dar a conocer los resultados de la investigación y analizar juntos posibles estrategias para socializarlos luego con la población local.

Varios referentes explicaron la falta de interés de muchos padres por los controles de parásitos de sus niños. En general no creen que sus hijos puedan tener parásitos, piensan que es un problema específico de las familias más indigentes y que sus hijos no están amenazados cuando viven en un hogar protegido. Es por lo tanto importante haber demostrado que exis-ten rutas de transmisión medioambientales que pue-

den afectar a todo el vecindario y que no se limitan sólo a la escala familiar. Por eso recomendaron plan-tear el problema de las parasitosis como de todos (de toda la comunidad, de todo el barrio) y no de sólo al-gunas familias. Se debe evitar estigmatizar a los más necesitados. Resaltaron que hay que ser cautelosos en la formulación de los mensajes de prevención por-que la gente se “persigue” y mensajes demasiado directos le pueden provocar “vergüenza”, pudiendo tomar una actitud de apatía o rechazo. Aconsejaron mostrar cómo se puede proteger el medio ambiente desde el barrio, la familia, desde cada persona.

También recomendaron ser cautelosos con la difu-sión de los resultados. Se discutió el hecho de haber encontrado huevos de geohelmintos en la plaza de camino República que se beneficia de una buena ges-tión comunitaria. Es importante enfatizar la impor-tancia de la limpieza y medidas de prevención, pero teniendo cuidado que la gente siga frecuentando la plaza y no la abandone por miedo a contagiarse! Por eso es preferible presentar conceptos generales, re-sultados globales de la investigación pero no presen-tar los resultados de los análisis de tierra en detalles, ya que podrían ser mal interpretados.

Todas estas recomendaciones fueron tomadas en cuenta en el diseño de la estrategia de socialización y difusión de los resultados de la investigación. Los referentes también sugirieron temas e instrumentos de difusión, hasta elaboraron un video sobre la inves-tigación para difusión al público en general.

Varios referentes manifestaron que la investiga-ción sobre los lugares de baños constituye un buen argumento para apoyar un proyecto (existente) de creación de un espacio deportivo que incluya una pis-cina pública.

7.4 Socialización de los resultados con la población de Barros Blancos

Luego de terminar los talleres con los referentes locales, se diseñó un programa de actividades de so-cialización de los resultados y educación sanitaria y ambiental con los siguientes objetivos:

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» Dar a conocer el desarrollo y los resultados de la investigación.

» Educar y concientizar a la población en la proble-mática de las enteroparasitosis y zoonosis, las rutas de transmisión fecal oral identificadas y las barreras para interrumpirlas.

» Lograr que la población conozca y evite los lugares potencialmente contaminados por aguas servidas y excretas, en particular los lugares de baños.

» Resaltar la naturaleza crítica de las cunetas como zonas contaminadas donde transitan las aguas servidas. La población debería, en la medida de lo posible, evitar realizar actividades en cunetas pero sin embargo mantenerlas en buen estado de manera que cumplan con su función de evacuar las aguas pluviales sin provocar desbordes y ane-gamientos que contribuyen a la extensión de los focos de contaminación fecal y parasitaria.

Se elaboró un juego de 4 hojas impresas sobre esos temas para su difusión en los talleres para niños y adultos y a través de las instituciones mediadoras y mesas vecinales (Fig. 7.1 y 7.2). Para la realización de los talleres se contó además con otras herramientas como presentaciones powerpoint, pósters, láminas y videos.

Para los adultos se realizó un circuito de un solo taller de presentación de resultados y sensibilización en diferentes ámbitos institucionales (Escuela Nº 187, Liceo Nº 2, centros CAIF, MIDES) o comunitarios (mesas vecinales). Muchos pobladores se preocupa-ron con esta situación, enfatizando la gravedad del problema, la urgencia de emprender acciones y de no banalizar los resultados. Al finalizar los talleres, algu-nos vecinos expresaron que lo importante es generar una conciencia de la situación develada por la inves-tigación (de las parasitosis, sus consecuencias, las rutas de contaminación y las medidas preventivas). Manifestaron que si hubiera esta conciencia entre to-dos los vecinos las cosas cambiarían para bien.

En la Escuela Nº 187 se realizó un módulo de 4 talle-res para el alumnado desde 3º hasta 6º año, aplican-do una metodología participativa con herramientas lúdicas, teatro y artes plásticas. Se logró que los niños aprendieran cuales son los parásitos existentes en

Barros Blancos y entendieran cómo afectan su salud; se les enseñó el lavado de manos como medida de prevención fundamental; aprendieron a identificar y evitar los lugares contaminados en su comunidad y se logró generar una conciencia de cuidado y con-servación del medio ambiente. Los niños y las niñas también tomaron conciencia que ellos son los cuida-dores de su cuerpo, que frente a cualquier síntoma es de su responsabilidad avisar a sus padres o familiares a cargo o a sus maestros.

Paralelamente se lanzó una campaña de comu-nicación a nivel regional y nacional con el principal objetivo de sensibilizar al público, a la Sociedad Civil y al Estado sobre la problemática de las parasitosis intestinales, que muchos aun perciben como ajeno a la realidad uruguaya. Existe una falta de visibilidad similar en relación al problema de las familias caren-tes de baño, problema estrechamente relacionado con las geohelmintiasis. El hecho de no tener baño se percibe como una situación vergonzosa y tanto los que sufren de esta situación como sus vecinos, los referentes o autoridades tienden a encubrir o negar esta realidad; constituye un tabú cultural que difi-culta la identificación del problema y la búsqueda de soluciones.

También se logró integrar contenidos e instrumen-tos de la investigación en los programas educativos locales. Así en la Escuela Nº 187, en Ciencias Natu-rales (desde inicial de 4 años hasta 6º año) en los si-guientes temas: «El niño y su cuerpo», «El ambiente y la salud», «Las características, ubicación y función de los aparatos y/o sistemas vinculados a la nutrición humana», «Las acciones de salud, el control pediá-trico», «La importancia del agua, en el ser humano», «Las relaciones entre el crecimiento, desarrollo, nu-trición y cuidado del cuerpo». Asimismo en el Cuader-no Viajero de año lectivo inicial y experiencias opor-tunas del centro CAIF “Aprendiéndonos” y en los 5º y 6º Biológico del Liceo Nº 2.

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Fig. 7.1 – Hojas impresas (anverso/reverso) elaboradas para la socialización de los resultados y educación sanitaria: prevención de parasitosis humanas (arriba) y de zoonosis (abajo).

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Fig. 7.2 – Hojas impresas (anverso/reverso) elaboradas para la socialización de los resultados y educación sanitaria: mantenimiento de las cunetas (arriba) e informaciones sobre lugares de baño (abajo).

61

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62

7.5 Evaluación general de la experiencia

La principal dificultad fue la generalmente baja participación de la población local en las actividades del proyecto. Los referentes locales cuentan que en la zona es muy difícil movilizar a los vecinos por te-mas comunitarios. Eso se debe al contexto socioeco-nómico precario y la escasa cohesión social. Para lograr una participación suficiente en los talleres fue fundamental enmarcarlos dentro de las actividades de las instituciones mediadoras locales. Por otra par-te sólo el 47% de los 370 niños enlistados participaron voluntariamente en los estudios parasitológicos, eso a pesar de todas las facilidades ofrecidas y de las acti-vidades de promoción realizadas.

Otra dificultad se relaciona con las imprecisiones en las direcciones y mudanzas frecuentes que com-plicaron localizar los hogares de los niños de la Escue-la Nº 187. Eso pasó a pesar que al inicio del proyecto se había tomado la precaución de levantar, desde la escuela, fichas de información familiar con un mapa localizando el domicilio de la familia. La ausencia de señalética en la mayoría de calles y casas, sumado a la propia falta de costumbre de la gente a referirse a sus domicilios con coordenadas exactas, incide en que existan otras formas de ubicarse en el territo-rio, no numeradas, lo cual dificulta su ubicación. La mayoría de los hogares fueron localizados durante el trabajo de campo al preguntar a los vecinos. Este ejemplo ilustra bien las dificultades de trabajar en un contexto de alta precariedad.

El aspecto más positivo de esta experiencia es que la investigación logró aterrizar en las instituciones mediadoras y población local. Sus resultados se tra-dujeron en conceptos claros para el público y en con-clusiones y recomendaciones concretas para la pre-vención y control de las parasitosis. Eso fue posible por una parte gracias al enfoque multidisciplinario que permitió investigar todos los factores (médicos, sociales y ambientales) asociados a la problemática de las parasitosis, facilitando su abordaje y compren-sión por la población, y por otra parte debido al carác-ter participativo de la investigación que permitió aso-ciar a la población y referentes locales en todas sus etapas incluyendo la socialización de los resultados. De manera evidente, también se debe a la pertinen-cia del tema de investigación para el desarrollo social de Barros Blancos.

La apropiación local de esta experiencia permitirá seguir adelante con la promoción de los resultados y aumentar su impacto en la población local, contri-buyendo a la sustentabilidad del proyecto. La fuerte presencia institucional en la zona y las mesas de coor-dinación local como el SOCAT o los nodos interinsti-tucionales son otros factores favorables.

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Anexo A - Mapas

Mapa A1 – Ubicación del territorio de estudio.

MONTEVIDEO

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Mapa A2 – Presencia (rojo) o ausencia (verde) de parásitos en niños por vivienda.Mapa A2 – Presencia (rojo) o ausencia (verde) de parásitos en niños por vivienda.

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Mapa A3 – Presencia (rojo) o ausencia (verde) de parásitos zoonóticos en caninos por vivienda.

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Mapa A4 – Presencia (rojo) o ausencia (verde) de parásitos en muestras de tierras de hogares y espacios públicos.

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Mapa A5 – Presencia (rojo) o ausencia (verde) de parásitos en muestras de lodos.

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Mapa A6 – Densidad de población en la microcuenca del tajamar “El Coronel” (muestras 1 y 2). Fuente: INE. (2004). Censo de Población 2004. Fase I. Montevideo.

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Mapa A7 – Densidad de población en la microcuenca del tajamar Caputo (muestras 3-7). Fuente: INE. (2004). Censo de Población 2004. Fase I. Montevideo

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Mapa A8 – Densidad de población en la microcuenca de la cañada C (Muestras 8, 10-15). Fuente: INE. (2004). Censo de Población 2004. Fase I. Montevideo.

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Mapa A9 – Densidad de población en la microcuenca de la cañada D (Muestras 9 y 16). Fuente: INE. (2004). Censo de Población 2004. Fase I. Montevideo.

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Mapa A10 – Categorización de los 16 lugares de muestreo de agua.

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Mapa A11 – Relieve del territorio de estudio mostrando la diferencia de pendientes entre el sector camino República y la microcuenca Caputo. Fuente: NASA ASTER. 2006. Advanced Spaceborne

Thermal Emission and Reflection Radiometer. http://asterweb.jpl.nasa.gov/.

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Anexo B - Fotos

Foto B1 - Taller “Rutas y Barreras” en el Centro Cívico Salvador Allende.

Foto B2 - Recorrida del territorio de Villa Universitaria con alumnos de la Escuela Nº 187.

Foto B3 Pozo negro lleno con robador desaguando en cuneta (Bella Vista de Carrasco).

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Foto B7 Cuneta obs-truida con basura (Los Aromos).

Foto B8 Vivienda preca-ria construida en zona inundable (Bella Vista Chico).

Fotos B4, B5 y B6 – Procesos de depuración en cunetas. De izquierda a derecha: filtración en pedregullo (lastre) acumulado en la cuneta; sedimentación en zonas planas; lagunaje en tramos donde estanca el agua. Aunque la filtración y sedimentación contribuyen a depurar el agua de las cunetas también acentúan su carácter de foco de contaminación.

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Foto B9 - Niños jugando fútbol en medio de un basural (Villa Carmen - camino República).

Foto B10 – Predio domiciliar (Paso Escobar).

FOTO B11 – Hondonada en camino (Paso Escobar).

Foto B13 – Toma de muestra de lodo de una cuneta (Villa Universitaria).

Foto B12 – Basural (Paso Escobar).

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Foto B14 – Ascaris lumbricoides.

Foto B15 – Huevo de Toxocara spp.

Foto B17 – Huevo de Ancylostoma spp.

Foto B18 – Huevo de Trichuris spp.

Foto B19 – Huevo de Hymenolepis diminuta.

Foto B16 – Huevo de Ascaris spp.

Foto B20 – Cañada C en el puente del Camino República.

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Foto B21 – Cantera de los Militares.

Foto B22 – Pozo de la Ladrillera.

Foto B23 – Cañada D en el puente del Camino República.

Fuente fotografías:

B1-B13, B20-B23: CEUTA.

B14-B19: Departamento de Parasitología y Micología de la Facul-tad de Medicina (Instituto de Higiene).