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DIACONIA BIBLICA

Escrito por Moiss Colop

INDICE

PAGINA INTRODUCCIN Leccin I LA DIACONA BBLICA 1

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Leccin II LA DIACONIA ECLESIAL

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Leccin III LA ESPIRITUALIDAD DE LA DIACONA

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Leccin IV LA DIACONA Y EL REINO DE DIOS

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Leccin V LA JUSTIFICACIN POR LA FE Y LA DIACONA

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Leccin VI LA SOLIDARIDAD DE LA DIACONA Leccin VII LA DIACONIA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA REFORMA

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INTRODUCCION

Para su desarrollo como un ministerio pleno de la iglesia, la diacona bblica encuentra actualmente algunos obstculos. Al inicio de la historia de la iglesia, se desarroll como parte integral de la vida eclesistica, pero poco a poco fue degenerando hasta que en muchas iglesias locales y denominacionales se considera como algo fuera de ella. Para algunos otros, la diacona no es tan importante como la espiritualidad, la fe y la gracia, y dejan la responsabilidad del servicio cristiano en un segundo plano. Como resultado de la falsa doctrina fundamentalista, se aduce que es un trabajo material. Por estas razones arriba apuntadas, el CESSMAQ me pidi escribir este material de introduccin a algunos temas que tienen que ver con la diacona bblica. A la vez, con este mismo material, pretendo tambin aportar para la biblioteca del Programa de Liderazgo del CRWRC de Centro Amrica, elementos para un curso reenseable. Es un material de introduccin a los temas y, por tanto, stos se pueden desarrollar ms amplia y profundamente. La diacona bblica es una tarea que se ampla marcadamente cada vez que se profundiza. Con esta introduccin, tratamos de demostrar que slo es diacona el trabajo que se hace desde una mstica bblica, de lo contrario deja de ser diacona. La diacona eclesial es el trabajo de servicio cristiano que hacen las iglesias, como testimonio y fruto de su fe en quien han credo y asegurado su esperanza. La espiritualidad de la diacona nos introduce a entender que el servicio cristiano tambin es espiritual, porque slo llenos del Espritu Santo nuestros ojos se abren a la realidad y nuestros odos se destapan para or el clamor de los necesitados. La diacona y el reino de Dios nos guan a descubrir que la diacona es parte del reino de Dios, que ya est establecido en el mundo, pero cuya plenitud se ver hasta la personificacin de Jesucristo en su segunda venida. Los cristianos son elementos y recursos llamados a buscar con el servicio cristiano el reino de Dios y su Justicia. La justificacin por la fe y la diacona, aparentemente irreconciliables, se complementan y se hacen una sola expresin de la vocacin, a la luz de las Sagradas Escrituras.

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BREVE RESEA ILUSTRADA DEL SERVICIO DIACONALTiempo de Cristo

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0Epoca de decadencia eclesial Tiempo de la Reforma, 1.500 Lutero-Calvino) 1.600 - 1.900 Tiempo de los apstoles

Dispersin de la iglesia

Principio de la Iglesia Evanglica en Guatemala (1.900-1.925) Iglesia Presbiteriana Actual (1989)

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La solidaridad de la diacona es la expresin de una pastoral prctica, motivada por el accionar de Dios desde la creacin de la humanidad hasta nuestros das. Es un tema que se enriquece con la experiencia de los que trabajan con los sufrientes. La diacona es un ministerio completo (holstico) que tanto la iglesia, como tambin todo autntico cristiano deben desarrollar. No solo son diconos los que son ordenados al cargo, sino todos los cristianos que mantienen buenas relaciones con el Seor, el Dicono por excelencia. Muchas personas piensan que lo ms importante y decisivo es el servicio al altar y no es as. Somos llamados al servicio a los hombres a partir del altar. En el frente de un templo evanglico, se encuentra el siguiente rtulo: ENTRAMOS PARA ADORAR Y SALIMOS PARA SERVIR.

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LA DIACONIA BIBLICADiacona viene del griego que traducido al espaol significa servicio y se constituye en servicio cristiano o Diacona Bblica cuando la aplicacin de este servicio se hace por amor a Jesucristo y como comprensin de nuestra labor cristiana segn la Biblia. Para entender lo que es diacona, es fundamental que interpretemos exactamente lo que la Biblia dice al respecto. En el Nuevo Testamento encontramos 34 veces esta palabra y se refiere a varios aspectos, entre los que destacan los siguientes: Se llama diacona al servicio que presta una persona en alguna casa, a quien en nuestro medio se le llamara sirviente. Se le llama diacona tambin al trabajo que hacen los meseros al llevar la comida a la mesa, y estos aspectos los encontramos en San Lucas 10:40 y Hechos 6:1. Ms adelante y con el correr de los tiempos, se denomin diacona al servicio genrico, 1era. Corintios 16:15, Apocalipsis 2:19. Se habla ms del concepto de diacona en Hechos 11:29, 12:25, 2da. Corintios 8:1-9, y aqu se refiere a las obras de caridad; se recogen colectas u ofrendas entre los cristianos para una ayuda benfica. El trabajo o la ayuda se hace motivado por la gracia de Jesucristo para con nosotros; el amor de Jesucristo inspira la accin diaconal.

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Otro aspecto que puede tomarse en cuenta como diacona es cuando decimos que vamos al Servicio y nos servimos el mensaje de la Palabra; o cuando, con nuestro testimonio, servimos a otros para motivacin y ejemplo de los dems.

Efesios 4:12 se refiere a la tarea de servicio que se hace en la comunidad. De aqu en adelante el servicio o diacona se practica hacia los dems sin ver a quien, lo importante es ser prjimo del que sufre y que necesita ser servido. En la diacona se constituye en brazo o mano de Dios, al servicio de la comunidad sin acepcin de personas. Si hacemos un poco de historia, encontramos la eleccin de los primeros diconos en Hechos 6:1 al 15, en donde los discpulos decididamente tomaron el acuerdo de ordenar diconos al ministerio, para que sirvieran a las viudas y a los hurfanos. Servir las mesas en este pasaje, es el aporte de la iglesia primitiva hacia las viudas de aquella poca. En nuestro tiempo, casi todas las iglesias tienen el ministerio del diaconado, pero ste no se entiende como ministerio de servir a los dems, sino como la responsabilidad en ciertas actividades dentro de la iglesia local.

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MAYORDOMIA: La mayordoma enteramente cristiana debe abarcar: Los bienes, el dinero, el cuerpo y la vida misma del que sirve, y no debe Ser solamente de una persona, sino bblicamente debe ser de todo el cuerpo De Cristo.

En una visita reciente a una iglesia presbiteriana de Chiapas, conversamos con el cuerpo de diconos sobre la tarea diaconal, y fue impresionante notar el pobre entendimiento sobre este ministerio. Ellos definieron el ministerio diaconal con la siguiente lista de responsabilidades: Abrir el templo Encender la luz, lmpara o candil Vigilar el orden en el culto Llamar la atencin a los nios, cuando molestan Tocar el silbato o la campana para que los miembros se acerquen a la hora del culto Arreglar o asear el templo Adornar el templo Cuidar la casa pastoral Cuidar el solar del templo (limpiar el sitio) Cuidar al pastor (cuando se queda solo en el templo, debe ser acompaado por un dicono para cuidarlo) Lidiar con los borrachos que entran al templo

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Cuando es tiempo de oracin, cuidar que todos oren Vigilar que nadie duerma durante el culto Servir la comida cuando hay fiesta en la iglesia Recoger la ofrenda Orar por la ofrenda Invitar al pblico en la puerta para que entre Ayudar a lavar las charolas (azafates) y copitas de la Santa Cena Comprar la uva y el pan para la Santa Cena Junta la ofrenda especial para los enfermos

Prcticamente, este es el tipo de trabajo diaconal que se da en la mayora de las iglesias, siendo la ltima actividad de la lista apuntada la nica vlida en el trabajo diaconal bblico. Lo dems es puro servicio brindado a algunos privilegiados dentro de la iglesia. Y es aqu donde el Seor golpea fuertemente nuestra conciencia, al decir que El hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos Marcos 10:45

TRABAJO QUE DEBE HACER EL GRUPO DE ESTUDIO 1. Haga una lista de las actividades de servicio cristiano o diacona que su iglesia realiza actualmente. 2. Describa por escrito cmo debe realizarse el ministerio diaconal para que sea bblico y cristiano. 3 Apunte tres aspectos urgentes que su iglesia debe atender sin esperar ms en su comunidad.

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LA DIACONIA ECLESIALServicio Cristiano de la IglesiaPara empezar debemos entender en primer lugar sobre qu es iglesia. Iglesia es la cantidad de gente llamada y escogida por Jesucristo, para ser la seal del Reino de Dios en esta tierra e instrumento de Dios para proclamar las Buenas Nuevas del Seor.

Si se hiciera un sondeo o un trabajo de investigacin sobre lo que piensa la gente de la Iglesia local en alguna comunidad, quedaramos asustados de ver la impresin negativa que tiene la gente de las iglesias y esto se debe a que la iglesia se encuentra en apostasa, claudicando al mandato del Seor de Id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo; ensendoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo. Mateo 28: 1920 La iglesia se hace entonces iglesia verdadera de Jesucristo al cumplir su misin de servir cristianamente en el mundo. La iglesia es la agencia estratgica por medio de la cual Dios cumple su propsito eterno, segn Efesios 2:13-15. Es, pues, tarea de la iglesia el dar testimonio del poder de Jesucristo y el amor de Dios revelado en su Hijo. El testimonio que aqu mencionamos no es simplemente de abrir la boca y decir que Jess es nuestro Salvador, nuestro Creador, que Dios es amor; sino, al contrario, es demostrar con hechos visibles que Dios es amor, convirtindose la iglesia en manos y brazos de Jesucristo haciendo milagros y prodigios en la humanidad.

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Decamos anteriormente que la iglesia ha sido llamada por Jesucristo para dar testimonio, y este llamamiento o invitacin no se ha hecho para que los invitados queden sin hacer absolutamente nada, sino que en el momento de entablar relacin con Jesucristo y aceptar el compromiso de ser cristianos, automticamente todo cristiano integrante de la iglesia universal debe entender su ministerio de servir de una manera cristiana, tanto dentro de su iglesia, como tambin fuera de ella. Es decir, que todo cristiano debe velar por las necesidades de quienes padecen dentro de la iglesia y tambin en la comunidad, donde est establecida la iglesia local. El apstol Pedro nos habla de este servicio obligatorio cuando aceptamos el compromiso de seguir al Seor, 1era. Pedro 4:6-11.

Es importante todo lo que Jess ense cuando andaba con los doce escogidos, a quienes ense y motiv sobre lo que debe ser el servicio cristiano. Pero como humanos quienes todava no tenan el Espritu Santo, los doce apstoles en muchas ocasiones pensaban que haban sido elegidos por Jess para ser servidos y no para servir. Esta conducta luego fue reprochada y corregida inmediatamente por nuestro Seor, segn Marcos 10:31-45, Mateo 20:20-28, Lucas 22:23-30, Marcos 9:33-37, Juan 13:15-17, Mateo 18:1-4, Juan 3:16-21.

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Si la iglesia considera que tiene la verdad en parte (la Verdad absoluta la conoce solo Dios), pues entonces la verdad que posee la debe hacer manifiesta ante el mundo que an no conoce al Seor. Pero si la iglesia en vez de ser luz y sal se convierte en algo escondido y reservado, sta supuesta iglesia est condenada a fracasar, porque la luz se hizo para dar luz y se tiene para alumbrar en donde hay obscuridad, y la sal se hizo para sazonar la comida. Un mundo sin iglesia (Sal y Luz) sera un mundo en obscuridad y un convivir desabrido, porque hara falta el sabor agradable de la vida, que es el amor de Dios manifestado a travs de la iglesia.

Es enorme y nica la misin de la iglesia del Seor. Vale aqu decir que una iglesia no se mide por la cantidad de su membresa, ni por el ruido que hace en su templo, sino por el impacto de servicio que causa y da en la comunidad.

ACTIVIDADES DE REFLEXION 1. Represente por medio de un dibujo en una hoja de papel la idea que usted tiene de su iglesia y su misin. Luego comparta su dibujo y su idea con los dems. 2. Apunte tres estrategias de trabajo que su iglesia puede realizar en la comunidad como seal del Reino de Dios e instrumento de Dios en el mundo. 3. Haga una lista de actividades que realiza la iglesia cuando es luz y sal en la comunidad, y otra lista de las actividades que la iglesia y otra lista de las actividades que la iglesia realiza cuando deja de ser sal y luz.

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LA ESPIRITUALIDAD DE LA DIACONIA

Cuando el cristiano o la iglesia realizan actividades de servicio cristiano, deben tener total claridad de la naturaleza de esas actividades, porque la diacona no es filantropa. Es decir, no se trata de actividades que slo se hacen por sentimientos humanitarios (como, por ejemplo, el trabajo de los Bomberos Voluntarios, la Cruz Roja, etc.).

La diacona es el fruto del compromiso que el cristiano tiene con Jess y es muestra de la presencia del Espritu Santo en su ser. Es un mandato de Jesucristo a actuar en su nombre, y por tal razn el Seor sabe si somos o no somos diconos de su Reino, por medio de los frutos que presentamos (Juan 15:1-11). En relacin con la espiritualidad de la diacona, veremos por lo menos tres ejemplos bblicos: 1. Al iniciar Jess, nuestro Seor, su ministerio, toma el libro del Profeta Isaas y dice: El Espritu del Seor est sobre m, por cuanto me ha ungido para... Aqu el Seor utiliza algunas palabras claves que son El Espritu del Seor est sobre m, y luego dice: Me ha ungido para. Esto quiere decir que slo bajo la guianza y sombra del Espritu Santo y ungidos por El mismo, podemos ser elegidos para ver el sufrimiento de los necesitados, tal como prosigue el texto: Para dar buenas nuevas a los pobres, Lucas 14:18-19. 2. En Lucas 1, encontramos que el ngel le dice a Mara, la madre de Jess: El Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra; por lo que tambin el Santo Ser que nacer, ser llamado Hijo de Dios. Inmediatamente Mara dice: He aqu la sierva del Seor, hgase conmigo conforme a tu palabra.

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Mara pronuncia un canto lleno de toda belleza lrica y compuesto con las dimensiones profundas del sentido diaconal, segn Lucas 1:46-55. Si Mara no hubiera querido aceptar la presencia permanente del Espritu Santo, no habra podido decir: Y exalt a los humildes, a los hambrientos colm de bienes. Es, pues, la inspiracin del Espritu Santo lo que hace que las personas sientan y vean el compromiso diaconal.

3. Relacionado a los apstoles con los pasajes que hemos mencionado anteriormente (como, por ejemplo, Lucas 22:23-30), observamos que, an enfrentados con la realidad del sufrimiento del Seor, ellos todava peleaban por posiciones y nadie quera ser el segundo, ni mucho menos el servidor. El apstol Pedro peleaba el liderazgo por su edad, Juan por su juventud dinmica, Santiago por ser familiar de Jess, y todos los dems con argumentos vlidos, pero no cristianos. Haba divisin y disputa dentro del apostolado y este problema slo se acaba despus de la resurreccin del Seor y cuando se realiza la llenura del Espritu Santo en cada uno de ellos. El toque del Espritu Santo trae la comprensin de la grandeza de su ministerio como servidores. Slo despus de ser tocados por el Espritu Santo, aceptan el trabajo diaconal, manifestado en el Captulo 6 de los Hechos. El trabajo diaconal es, pues, espiritual, porque si no lo fuera, no sera tampoco cristiano. Slo aquel que verdaderamente est saturado por el Espritu es capaz de entregarse sin reservas a servir a los dems, amndolos mucho ms que a su propio ser, como lo manifiesta la nueva ley: "Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente y a tu prjimo como a ti mismo.

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El autntico cristiano, predestinado por Dios y sellado por el Espritu Santo desde el momento de su conversin, es constituido en servidor, con inspiracin y motivacin de parte de Dios. Y en ningn momento puede renunciar o pedir permiso para abandonar por un momento al Espritu Santo y constituirse en un ser sin Dios. Es una falsa doctrina pensar que se puede renunciar al Espritu Santo cuando estamos en la calle o cuando estamos en el trabajo. En ningn momento se puede decir: Espritu Santo, esprame aqu hasta que termine de ayudar a tal fulano, puesto que es Dios quien inspira y conmueve en el momento de ayudar y servir, y por tal razn el trabajo que hago, lo hago porque tambin es espiritual. La espiritualidad de la diacona hace que el trabajo no se sienta aburridor ni pesado. El servir se constituye en una profunda motivacin, porque es tambin un fruto del Espritu Santo. LA DIACONIA ES FUERZA DEL ESPIRITU SANTO.

TRABAJO DE REFLEXION 1. Haga una lista de los daos que trae la falsa doctrina del divorcio entre lo material y lo espiritual. 2. Busque otros ejemplos de la Biblia, donde se demuestra que los propsitos del servicio se logran con la presencia del Espritu Santo. 3. Inicie un estudio sobre el Espritu Santo, sus dones y la espiritualidad.

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LA DIACONIA Y EL REINO DE DIOS

Qu es el Reino de Dios? Muchos cristianos se distraen en muchas doctrinas, y ponen muy poca atencin al Reino de Dios. Algunos otros rehuyen el tema, o simplemente nunca quieren tocarlo ni estudiarlo, y como consecuencia nuestra iglesia ignora realmente lo que es el Reino de Dios. Cuando yo era pequeo, tenamos en la casa un cuadro bblico que deca: Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os sern aadidas, San Mateo 6:33. Luego recuerdo perfectamente cuando los pastores de los aos cincuentas trataban de explicar lo que quiere decir este versculo. Uno de los pastores deca que el Reino de Dios se encuentra asistiendo a la iglesia, ofrendando sistemticamente, orando y ayunando constantemente. Nosotros en aquel entonces, juntamente con otros nios, hacamos todo eso, pero nunca vimos ni sentimos una experiencia del Reino de Dios. Qu es, entonces, el Reino de Dios? Jess nuestro Seor, al iniciar su ministerio, dijo: Arrepentos, porque el Reino de los cielos se ha acercado, Mateo 3:2, y luego proclam: Pero si yo por el Espritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Mateo 12:26. Ante la pregunta de los fariseos sobre cundo habra de venir el Reino de Dios, Jess les respondi y dijo: El Reino de Dios no vendr con advertencia, ni dirn: Helo aqu, helo all; porque he aqu el Reino de Dios est entre vosotros, Lucas 17:20-21. Despus de ver estos textos, tenemos claro que el Reino de Dios y sus seales se empezaron a dar desde la presencia del Hijo de Dios en el mundo, y manifiestas son las acciones del Reino de Dios cuando el Seor Jess sana a los enfermos, da vista a los ciegos, perdona y sana a los paralticos, restituye la salud de los leprosos, pregona la libertad de los cautivos y busca la justicia. El Reino de Dios empez a construirse visiblemente desde que Jess puso los fundamentos. Desde la proclamacin y realizacin de las buenas nuevas de salvacin se inicia la primera etapa del Reino, y en ninguna manera ser sino hasta cuando l venga para su segunda venida. Con la segunda venida del Seor se dar la realizacin del gobierno pleno de Dios en su Reino, pero no ser el inicio, sino la culminacin de la segunda etapa. Desde el momento en que la persona acepta ser discpulo de Jess se hace proclamador de las buenas nuevas, y ya forma parte del Reino de Dios. Si as no fuera, reinara en nuestro corazn el odio, la amargura, la tristeza, el egosmo y la falta de amor.

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Para entender mucho mejor lo del Reino de Dios, veamos un ejemplo mucho ms claro y especfico: Si pensamos en construir una casa, primero juntamos dinero y hacemos planos de la construccin, y luego contratamos a los trabajadores para iniciar la construccin formalmente: se ponen las piezas y columnas desde el inicio y luego las paredes. Pero esto no quiere decir que ya tenemos casa, sino simplemente que se ha iniciado la construccin de una casa para ser habitada posteriormente. Y as es el caso del Reino de Dios. El fundamento del Reino de Dios es Jesucristo, los constructores del Reino, motivados por el amor que es Dios mismo, somos nosotros los cristianos. Hemos sido constituidos trabajadores y constructores de este Reino. En otras palabras, si no somos constructores o trabajadores del Reino de Dios, no habr conversos a Jess ni iglesia del Seor en esta tierra, ni mucho menos presencia de la justicia. De tal manera que el reino se acerc a nosotros desde que Jess vino a la tierra, y nosotros somos enviados a buscarlo y forjarlo. Cuando venga Jess por segunda vez a establecer plenamente su reino, entonces l ser el Rey y nosotros parte eterna de su Reino. El Reino de Dios hay que buscarlo como cuando se busca a Dios o se anhela a Dios, porque l inclina sus odos ante esta bsqueda. l existe y nos insta a buscar su reino. El no nos manda a buscar cosas irreales o imposibles de encontrar, porque no es un Dios mentiroso ni desconocedor de nuestras fuerzas; sabe que si buscamos el reino de Dios lo encontramos definitivamente. Cuando el Seor dice: Buscad primeramente el Reino de Dios, no est pidindonos asistir rutinariamente a la iglesia y orar sin razn. l nos insta a que nos levantemos y busquemos ese Reino, y eso consiste en encontrar lo que Jess encontr al iniciar su ministerio: cojos, ciegos, afligidos, cautivos, amargados, endemoniados, etc., a quienes se les dieron y proclamaron las Buenas Nuevas, y a quienes Jess desat de toda atadura o, en otras palabras, hizo libres de sus problemas y aflicciones. Esto es parte de buscar el Reino de Dios. Hay una aadidura a la expresin Buscad primeramente el Reino de Dios: la JUSTICIA. Qu es esta justicia del Reino de Dios? Todo ser humano debe ser honesto y cabal, como consecuencia de su bsqueda de la justicia. La Justicia del Reino de Dios es proclamar justicia a los que sufren injusticia; hacer presencia de Dios en ellos por medio de los cristianos individualmente y por la iglesia como totalidad. Pongamos un ejemplo para esclarecer mejor este asunto: Si en una comunidad no hubiera agua potable y cada ao muriera por desnutricin o por deshidratacin el 25 por ciento de los nios que nacen, lgicamente lo que hara falta sera la purificacin del agua.

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Pero esto tambin tiene que ver con la justicia. Si estos 25 nios mueren por negligencia o por falta de responsabilidad de la iglesia y de la comunidad, habiendo Dios hecho a seres humanos dotados de inteligencia, de sabidura y creatividad para que vivan en solidaridad, armona y felicidad, qu sera en este caso buscar la voluntad de Dios? Cmo se manifestara un Dios de vida, que es un Dios de Amor que busca la justicia por medio de sus hijos? La diacona que nosotros hacemos, o sea el servicio cristiano de la iglesia, es parte del Reino de Dios, puesto que con ella buscamos que la gente sea ms imagen y semejanza de Dios.

TRABAJO DE REFLEXION 1. Explique con sus propias palabras lo que quiere decir: Buscad primeramente el Reino de Dios. (Las palabras de Jess no se referan a una realidad inalcanzable o imaginaria) 2. Haga una lista de hechos que hizo Jess, que son seales del establecimiento del Reino de Dios. 3. Haga otra pequea lista de lo que puede hacer su iglesia ahora, como seal del Reino de Dios.

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JUSTIFICACION POR LA FE Y BUENAS OBRAS

Desde que se escribi el Nuevo Testamento, se levant una enorme polmica entre lo que escribi el Apstol Pablo sobre la justificacin por la fe y las buenas obras resaltadas tan claramente por el apstol Santiago, en el Captulo 2 de su carta. Hacemos este pequeo estudio sobre la justificacin por la fe y la diacona, porque queremos ser fieles a la Palabra de Dios, como herederos de la gracia, para transmitirla integralmente, y porque nuestros precursores calvinistas nos ensearon que la justificacin por la fe se debe entender de una manera integral. En primer lugar, vemos la aparente friccin o contradiccin entre los apstoles. El Apstol Pablo indica en las Sagradas Escrituras, especficamente en Glatas 3, en los versculos 10, 11 y 12: Porque todos los que dependen de las obras de la ley estn bajo maldicin, pues escrito est: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivir; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivir por ellas, mientras el Apstol Santiago dice claramente en el captulo 2, versculos 14-17: Hermanos mos, de qu aprovechar si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? Podra la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana estn desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada da, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, de qu aprovecha? As tambin la fe, si no tiene obras, es muerta en s misma.

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Decamos que cuando se tuvo a la mano estos escritos, desde los tiempos apostlicos, se desat una gran polmica, que lamentablemente persiste hasta nuestros das. Veamos tres aspectos importantes: 1. Cuando el Apstol Santiago escribe sobre este aspecto de la fe que tiene que demostrarse con obras, habla muy fuertemente, porque la gente que haba odo la doctrina del Apstol Pablo se haba quedado teorizando la justificacin por la fe. Para muchos, era cuestin simplemente de creer y ya se era justificado por la fe. Por esto mismo el Apstol Santiago menciona que hasta los demonios creen y que realmente se haba distorsionado lo que Pablo quiso decir. La justificacin por la fe, para unos, implicaba tener una fe sin compromisos con el prjimo, sin obras; y es aqu donde el Apstol Santiago recalca claramente: Ya veis que el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente, versculo 24. Algunas otras personas tenan esta frase de la justificacin por la fe como un eslogan. Era simplemente un dicho, y no importaba lo que hacan. Les pareca que bastaba con decir: Somos justificados por la fe, y esta justificacin les daba derecho para hacer lo que queran. Se quedaban cruzados de brazos y no hacan nada por su prjimo. He aqu, entonces, la reaccin del Apstol Santiago. Una reaccin adecuada, oportuna y cristiana. Por lgica, si aceptamos las Sagradas Escrituras como inspiracin de Dios, no puede haber ninguna contradiccin entre estos dos apstoles. Dios no se contradice, y su Palabra no contiene ninguna contradiccin. Lo que escribi el Apstol Pablo, bajo la inspiracin del Espritu Santo, y lo que escribi el Apstol Santiago, tambin bajo la inspiracin del Espritu Santo, en ninguna manera se contradicen. Todo lo contrario, se complementan, se enriquecen y nos hacen pensar de una manera integral sobre todo lo que el hombre cristiano debe saber, en relacin con su fe prctica. 2. Lo que escribe el Apstol Pablo en relacin con las obras de la ley, precisamente se refiere a las obras de la ley y nunca alude a las buenas obras. En los primeros versculos del Captulo 3 de Glatas, dice de la siguiente manera: Esto solo quiero saber de vosotros: Recibisteis el Espritu por las obras de la ley, o por el or con fe? Tan necios sois? Habiendo comenzado por el Espritu, ahora vais a acabar por la carne? Tantas cosas habis padecido en vano? Si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espritu, y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por el or con fe? As Abraham crey a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, stos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios haba de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti sern benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

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Porque todos los que dependen de las obras de la ley estn bajo maldicin, pues escrito est: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivir; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivir por ellas. Cristo nos redimi (porque escrito est: Maldito todo aquel que es colgado en un madero). Aqu, desde los versculos 2 y 3, encontramos tres veces que el Apstol Pablo menciona obras de la ley, adems de otras palabras en este pasaje que se refieren directamente a las obras de la ley. En nuestros das, mucha gente cree que es suficiente la fe terica y tratan de encontrar un sinnimo para las obras de la ley: las buenas obras o las obras de la fe.

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A.C.

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D.C.

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Aos

Las leyes sobre los sacrificios que menciona Levtico, Captulo 17; a la ley acerca de la sangre, a partir del versculo 10 del mismo captulo; a las leyes de Moiss sobre otras inmoralidades, en el Captulo 18; a varias leyes y ordenanzas en el Captulo 19; a las regulaciones sobre actos de inmoralidad, en el Captulo 20; a las leyes para el sacerdocio, en el Captulo 21; a las reglas sobre las clases de animales que sirven para los sacrificios, en el mismo Captulo 22; a las leyes

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De las fiestas religiosas, en el 23; etc. Un sin fin de leyes que fueron utilizadas para hacer que la gente se condujera por un camino adecuado en aquel entonces. Los fariseos y los religiosos en los tiempos de Jess y los Apstoles trataban de ser fieles a estos decretos de la ley, y aqu surga, entonces, la controversia: Muchos cristianos ya haban aceptado la Palabra de Dios, y todava seguan practicando las obras de la Ley. Y por esta razn el Apstol Pablo les exhortaba dicindoles: Hermanos, qu estn haciendo ustedes que dicen haber aceptado al Seor por gracia, por medio de la fe, pero vienen rigindose por las obras de la ley del Antiguo Testamento? En otras palabras, seguan pensando en sacrificios, en leyes y muchas otras cosas del Antiguo Testamento. As, pues, la justificacin por la fe no es una teora, sino tiene dimensiones prcticas. La justificacin por la fe descarta absolutamente las obras de la ley, pero no descarta en lo absoluto las buenas obras o las obras de la fe.

La expresin de la fe no es Cerrar los ojos y ver hacia Arriba, al contrario, es abrir Los ojos y ver alrededor y Actuar a favor del prjimo.

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3. El Apstol Pablo trabaj y practic las buenas obras. l dice en Glatas 5:2-6: He aqu, yo Pablo os digo que si os circundis, de nada os aprovechar Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que est obligado a guardar toda ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificis; de la gracia habis cado. Pues nosotros por el Espritu aguardamos por la fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jess ni la circuncisin vale algo, ni la incircuncisin, sino la fe que obra por el amor. En 1era. Tesalonicenses 1:3 dice: Acordndonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe,... Un hermano dice lo siguiente: La fe es difcil slo en su simplicidad absoluta. La fe no consiste en cerrar convulsivamente los puos y los dientes ni en fruncir las cejas y gritar en una especie de esperanza desesperada: Voy a creer; s creo; no, eso no es fe. Fe es esa actitud complaciente, tranquila, libre de temor, del nio que reposa en el seno de su madre, no piensa en el temor, el esfuerzo o la incertidumbre... Si el cristiano tiene fe absoluta en Dios, su esperanza es una esperanza viva. Entonces empieza a trabajar instantneamente por el bien de los dems, y ya no mira su propio yo; porque con las obras de la ley slo se trata de ser el mejor y de sobresalir. Bajo la gracia, uno se constituye en siervo, por la fe que obra con amor. Recordemos tambin que el mismo apstol Pablo, tanto en la carta a los Corintios, como tambin a los Glatas y Romanos, les pide recoger una ofrenda como obra de su fe, para ayudar en emergencias a los que haban sufrido. El Apstol tambin recalc tantsimas veces cuidar a los hurfanos y a las viudas, y estas obras son obras de fe; son obras de amor. Si no estamos convencidos con esto, hay una porcin ms del Apstol sobre el amor: 1era. Corintios 13. Entonces, tanto el Apstol Pablo, como el Apstol Santiago se entienden y se comprenden perfectamente bien en esto: No hay solamente fe, ni hay solamente obras; tienen que ser OBRAS de FE, obras de AMOR. Si teorizamos la justificacin por la fe, caemos en el pietismo y el espiritualismo, y nos vamos al otro extremo al pensar slo en las obras sin fe. Llegaramos a competir con las obras de los sindicalistas, cooperativistas o de alguna institucin filantrpica.

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La autntica y verdadera JUSTIFICACION POR LA FE produce inmediatamente BUENAS OBRAS; produce AMOR; produce SOLIDARIDAD.

PREGUNTAS DE REFLEXION 1. Explique con sus propias palabras la diferencia entre las obras de la ley que menciona el Apstol Pablo en Glatas y las buenas obras que menciona el Apstol Santiago. 2. Explique si puede haber fe sin obras.

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LA SOLIDARIDAD DE LA DIACONIA

Este es un tema apasionante, precioso, lindo; pero a la vez cruel y amargo. Cuando hablamos de solidaridad, no slo estamos pensando en la comprensin y la compaa que otras personas nos brindan en algn momento difcil, sino tambin, y muy fuertemente, en la solidaridad que nosotros damos a otras personas, y especficamente a aquellas que sufren diariamente. Y no hablamos slo de sentir el dolor de estas personas, sino de la verdadera accin que cambia sus padecimientos en bienestar. Para comprender el tema, lo dividiremos en cuatro partes: 1. La solidaridad de DIOS con su pueblo escogido, a lo largo de la historia: En su santa providencia, Dios saba lo que pasaba con su pueblo, el pueblo de Israel. En aquel entonces, segn narra el Antiguo Testamento, Jehov de los ejrcitos dice: He escuchado tus ruegos, he visto tus lgrimas y he odo tu clamor. Es decir, estaba al tanto de lo que el pueblo de Israel sufra mientras estaba cautivo en Egipto, bajo el mando de hombres que le imponan cada vez mayores tareas agotadoras. Eran esclavos y, por supuesto, no tenan ninguna libertad para hacer lo que queran. Eran sirvientes de Egipto. Las mujeres eran explotadas y obligadas a hacer tareas viles y difciles. Los nios no tenan niez, bajo la tensin de sobrevivir al cuidado y bajo la responsabilidad de los hermanitos mayores. Hace poco, un hermano me deca: Hermano, yo quisiera comprarme una bicicleta, porque jams mont bicicleta. No tuve niez, y a los nueve aos empece a trabajar. Y esto me hizo pensar en lo que padeca el pueblo de Israel. En realidad, los ciudadanos israelitas del Antiguo Testamento no tuvieron niez, mientras estuvieron cautivos en Egipto. Pero Dios, viendo todo lo que sufran, sinti el dolor del pueblo en su corazn, y sali en rescate de ellos. Busc la salida definitiva al problema que sufra su pueblo. La solidaridad de Jehov empieza al ver y or a su pueblo. Los saca con mano poderosa de la esclavitud, los conduce y acompaa pacientemente por 40 aos y los liberta totalmente, dndoles tierra, patria y felicidad. Jehov no slo llor con ellos, sino que actu a favor del pueblo. Un claro ejemplo de la solidaridad de Dios, en el Antiguo Testamento.

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2. La solidaridad de Jesucristo con la humanidad: Jess, el Hijo de Dios, baja a la tierra y toma cuerpo de hombre. Baja a la tierra a nacer en medio de un pueblo y se hace hombre por amor. Parece increble, pero es verdad; el Dios nuestro entiende la dimensin del dolor de un pueblo y de una persona.

Nuestro Seor Jess nace en una familia humilde y sencilla; en una familia donde tambin se padeca de hambre y dolor. Nace, se hace hombre con los hombres, crece en gracia y sabidura, y entonces entrega las Buenas Nuevas. Se entrega hasta la muerte, en la culminacin de su solidaridad. Tomando en cuenta el ejemplo de Jess, solidaridad significa sufrir con el otro, llorar con el otro, padecer con el otro, cambiar la situacin del otro con mi aporte. Es compadecerse, es compartir. Quiere decir que si uno tiene una chamarra, hay que partirla en dos, para que el otro pueda tener un pedazo; esto es solidaridad. Es lo que Jess hace al nacer de la familia ms pobre de la humanidad, para rescatar a la familia del mundo y, entonces, no queda ningn pretexto para sentirse marginado de la gracia y solidaridad de Jess.

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La solidaridad de Dios a travs de su Hijo, nuestro Seor, en esta primera etapa de la presencia de Jess durante los 33 aos de vida entre los hombres, fue una muestra de que de l sale la felicidad de todos los que lo aceptan. Solidariamente, l sana, cura y consuela a los suyos. 3. Un ejemplo especfico de la solidaridad de Jess: Jess llora. Las Sagradas escrituras nos narran que cuando Jess llega frente a la tumba de lzaro su amigo, cuando ve llorar a Mara y cuando contempla el rostro triste de Marta, l tambin se puso llorar. Llor sin fingimiento; con lgrimas reales que enrojecieron e hincharon sus ojos. Le tembl la boca... y su llanto fue el llanto del Hijo de Dios. Qu quiere decir este llorar de Jess, frente a la tumba de su amigo Lzaro? La gente deca: Vean llora, tanto lo quiere; pero no se trataba slo de un tanto lo quiere. Ah estaba quien llora porque sufre con los que sufren, llora con los que lloran y padece con los que padecen! Esta es la solidaridad de Jess/ cuando iba entrando a Jerusaln, tambin se pone a llorar y dice: Jerusaln, Jerusaln, cuntas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisisteis. Mateo 23:37; y llora por la ingratitud de la gente. Llora por la incomprensin del pueblo y llora por la crueldad e indiferencia. Ellos no se dan cuenta de que a su alrededor hay gente que padece, y de que a su lado hay tantos hurfanos y viudas. Pero tambin llora por nuestra crueldad; porque nosotros no lloramos. Llora porque son tantos los que sufren y los que no sufren no se dan ni cuenta de ese sufrimiento. Esta es la solidaridad! Llora con lo que sufren; pero tambin llora por los que no lloran, porque no saben llorar. Ellos tambin tendrn que llorar, tal como lo dice la Palabra de Dios.

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Cuando vemos a un pobre andar por la calle, cuando vemos a una madre llorar por su hijo, cuando vemos a un nio desnutrido, cuando vemos a un beb al borde de la muerte, cuando vemos a alguien que no tiene techo, que no tiene casa; debemos entender que con esas personas se identifica y solidariza Jess. Y si nosotros nos solidarizamos con ellos que padecen, seguramente nos estamos solidarizando tambin con Jess. Seguramente que ayudaramos a Jess si apareciera en persona, vindolo llorar o en pobreza, pero l mismo nos dice: Por cuanto lo hicisteis a estos mis pequeos hermanos, a m me lo hicisteis, Mateo 25:40 Muchas personas slo comen una vez al da, el 25 por ciento de nios que nacen muere por desnutricin o por enfermedades comunes, y hay familias donde la comida es tortilla y tamal racionados. Hay personas que buscan comida en los basureros en las salidas de las ciudades. Hay gente que se tiene que conformar con comerse la cscara de las frutas tiradas en el suelo... y Jess contina diciendo: Y no me disteis de comer.

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Qu clase de agua toma la gente en las reas rurales y marginales? La mayora bebe el agua de ro en donde tambin se baan. Abunda la muerte por parsitos en los bebs. ...Y Jess contina diciendo: Tuve sed, y no me disteis de beber. La gente muere ya no por desnutricin, sino porque el agua misma mata a la gente. No es agua potable, producto de toda una verdadera despreocupacin por las condiciones sanitarias; pero de esto Jess tambin va a pedir cuentas a las iglesias. Adems de las necesidades del comer y beber, el Seor nos dice: Fui forastero, y no me recibisteis. En otras palabras, cuando peda posada no me la dieron. Cunta gente quiere ahora pedir posada; donde vivir. Hay familias que viven en cuevas o en ranchos de papel y zacate, que no brindan ningn abrigo ni proteccin frente al fro o las lluvias. Debieran ser motivo de vergenza para los cristianos que ignoran esta realidad.

Solidaridad es sentir el fro del que se entumece cuando llueve. Solidaridad es ir a dormir con ellos. Cunta gente anda por la calle vestida de harapos. Cunta gente no tiene un segundo pantaln o vestido y, por tanto, para cambiarse tiene que esconderse mientras lava sus nicos guiapos. Qu triste y qu cruel tragedia en el corazn de nuestros pases con tantos recursos naturales! Y la pobreza se desarrolla hasta lmites que ya no es posible describir. ...Y Jess contina diciendo: Estuve desnudo, y no me vestisteis.

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Casi en cada calle de Guatemala se ve gente vestida con lo que en algn momento fueron pantalones o vestidos. Nios con piecesitos que parecen llantas, o profundamente rajados por tanto caminar y sufrir. Y esto no es la voluntad de Dios! Si Jess viniera personalmente, nos pedira a gritos que nos solidarizramos con ellos... y posiblemente sacara de nuevo su ltigo y nos azotara, por no hacer su voluntad. Nos sacara de los templos no por vender o por establecer mercado, sino por no abrir los ojos, y por no ser solidarios. Ms adelante, Jess dice: Enfermo, y en la crcel, y no me visitasteis. Cuntos enfermos hay en los hospitales, y cuntas veces visitamos un hospital o una crcel. Mucha gente dice que las crceles estn repletas de ladrones, de gente mala, de matones, de asesinos; es cierto, pero esa gente tambin es semejanza de Dios. Jess llora al ver la crueldad e indiferencia de su pueblo, y sufre cuando la iglesia no se solidariza. Y nosotros, los evanglicos, predicamos que Jess llora con los que lloran, pero nunca decimos que Jess llora por nosotros cuando no abrimos nuestro corazn al que sufre. Cuando no hacemos que nuestra iglesia sea potencial del evangelio en nuestras comunidades. Cuando no hacemos de la iglesia Sal y Luz. Cuando nos encerramos y cuando nos automarginamos. 4. La solidaridad conlleva riegos: Vamos a tomar un caso concreto: el caso de Pedro el Apstol. La Biblia dice que cuando Jess empezaba a sufrir en manos de los judos, Pedro estaba con l por ah, vindolo de lejos. Cuando Jess era azotado, Pedro tambin senta en su alma que se le estaba azotando. Tanto fro sinti, que se puso alrededor del fuego. Muchos de nosotros hemos explicado y criticado la actitud de Pedro como una falta de fe y ausencia de valor, pero generalmente no decimos mayor cosa acerca de los otros diez apstoles. Dnde estaban ellos? Es decir, Pedro se solidariz con Jess y arriesg su vida por seguir a su maestro. Si fall, fue una falla humana, al negarlo en un momento dado, cuando era testigo de los sufrimientos del Seor.

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Lo que aqu estamos recalcando es que Pedro arriesg su vida, su libertad, su seguridad, su prestigio, su familia, todo. No slo recibi la crtica de sus dems compaeros en aquel entonces, sino hasta la fecha se le critica y se le ridiculiza. Pero esta crtica tambin se les puede hacer a quienes se solidarizan con los hermanitos de Jess, con los que sufren. Con aquellos que padecen hambre, que no tienen vivienda o que deambulan semidesnudos.

Los autnticos siervos de Dios son criticados, y lo peor es que las crticas vienen de aquellas personas que dicen ser seguidores de Jess, pero se mantienen calientes en su casa. Se mantienen sin ver el sufrimiento del pueblo de Dios, y sin entender lo que dice San Mateo 25. Regularmente, de aqu viene la crtica, pero hay de estos! Malditos, no los conozco, ser la expresin del Rey de Reyes, en el Gran Juicio.

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En nuestra iglesia, los que se mantienen seguros y los que creen conocer la Palabra, en la prctica desconocen el sufrimiento, la amargura y la tristeza de las personas que necesitan las buenas Nuevas del evangelio. La solidaridad se hace porque Jess es solidario y porque como cristianos somos diconos. La solidaridad se hace porque estamos convencidos de un trabajo de Diacona Bblico y Cristiano.

TRABAJO DE REFLEXION

1. 2.

Escriba en sus propias palabras, lo que entiende usted de solidaridad. Escriba dos pasajes bblicos que sirvan como ejemplos de solidaridad.

3. Ore a Dios y piense en algn plan de solidaridad en su comunidad.

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LA DIACONIA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA REFORMALas iglesias reformadas calvinistas entienden la misin de la iglesia de manera integral, es decir, se le da importancia al trabajo y compromiso de la formacin bblico teolgica, la evangelizacin, la proclamacin de La Palabra, la adoracin y el servicio cristiano como componentes insustituibles. No hay prioridad en las reas mencionadas, pues todas son tarea suprema de la Iglesia. Por este motivo es que los elementos y las bases que haremos mencin son indispensables en la doctrina reformada, especficamente para la sustentacin del servicio cristiano.

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I.

Las bases doctrinales de la Diacona segn la Fe Reformada: 1.- El principio bsico del calvinismo es tan lacnico y profundo a la vez. Es Dios el centro de toda doctrina, actividad, propsito, ministerio, misin y todo lo que existe y nos rodea. Es la soberana de Dios la que mantiene viva tanto a la humanidad como todo lo que existe. Regularmente todo lo positivo que nos sucede o pasa lo consideramos como bendicin de Dios, pero cuando nos suceden cosas tristes o negativas pensamos que est fuera del control de Dios y categricamente no es as. Dios tiene control de todas las cosas negativas que nos suceden, tiene control de la pobreza que nos rodea, tiene control de la opresin que existe en este mundo de pecado. No quiero decir con esto que es voluntad de Dios que haya pobreza y opresores, no es as; pero Dios tiene control y sabe por qu suceden estas cosas y no somos nadie para interrogarle a l y sentarlo en el banquillo de los acusados. Como Dios tiene control de la situacin, es tambin su voluntad que los hijos de l administren responsablemente lo que ha depositado en nuestras manos. Es responsabilidad nuestra, que en el mundo se adore y se glorifique a Dios porque de l y por l y para l son todas las cosas, a l sea la gloria para siempre (Romanos 11:36). Pero la pobreza, la opresin y la injusticia no son voluntad de Dios porque no glorifican a Dios sino que al contrario desfiguran la imagen y semejanza de Dios y si nosotros hemos adquirido el rostro divino de Dios, conciencia debemos de tener para trabajar en la consecucin de la justicia, del amor, la fraternidad y el servicio al prjimo, dndonos el supremo ejemplo en su hijo Jesucristo que vino, a servir y a redimir a la humanidad. Es pues tarea nuestra buscar la justicia y no tarea de los ngeles. (Mateo 6:33). 2.- La Confesin de Fe de Westminster. Este documento es la expresin doctrinal ms conocido en el mbito presbiteriano y reformado. Precisamente en su captulo XVIII expresa el sentimiento y compromiso calvinista sobre las buenas obras o diacona. En los primeros prrafos encontramos lo siguiente: Las nicas obras buenas son aquellas que Dios ha ordenado en su Santa Palabra y no las que, sin autoridad alguna, han inventado los seres humanos llevados de un celo ciego bajo el pretexto de alguna buena intencin. Estas buenas obras son hechas en obediencia a los mandamientos de Dios y son fruto y evidencia de una fe viva y verdadera. Con sus obras buenas los creyentes manifiestan su gratitud, refuerzan su seguridad, edifican a sus hermanos y hermanas, prestigian el testimonio del evangelio, callan a los adversarios, y glorifican a Dios. Los creyentes son obra de Dios, creados en Jesucristo para buenas obras, para que, al fructificar en santidad, obtengan al final la vida eterna. ...Las palabras profticas de Miquas 6:18, son tan claras que no merecen suposiciones, sino ponerlas por obra. Bajo la ley se hacan holocaustos no porque estos holocaustos fueran suficientes para hacer cubrir los pecados de las personas, sino porque eran smbolo o una seal que el Hijo de Dios, se dara en holocausto para la remisin de pecados. Dios no peda tamao de holocaustos, sino ms bien hacer cumplir la voluntad de Dios. Las buenas obras que Dios pide, en Su Palabra, son AMOR, MISERICORDIA Y hacer JUSTICIA. La misericordia que Dios pide de sus hijos, no es algo que El no lo

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Experimente, sino al contrario, Dios es un Dios misericordioso, Exodo 22:26; 34:6 que don o regal a su Hijo por misericordia a nosotros. Romanos 9:18, Lucas 1:54, Romanos 9:23, 11:32, Dios es llamado el Padre de las Misericordias 2. Corintios 1:3, Lucas 6:36 y como tal, ordena a sus hijos y no a entenados a hacer tambin la misericordia, Mateo 9:13, 12:7, Marcos 12:31, Proverbios 3:3. El que de corazn, alma y cuerpo ha aceptado ser hijo de Dios, est en la obligacin de actuar como su padre, de lo contrario no sera hijo o un hijo mal agradecido y desobediente. Jess como Hacedor de la voluntad de Nuestro Padre, es llamado como el Misericordioso por Excelencia, Marcos 1:41, 6:34, 10:45-51; Mateo 15:22-38; Filipenses 2:27; Hebreos 2:17. Cuando los fariseos le reclamaban por trabajar en el da de descanso y que con ello quebrantaba la ley, lo hizo siempre por actitudes de misericordia y que bien lo expresa al reprocharles a los hipcritas su falsa religiosidad Qu hombre habr de vosotros, que tenga una oveja, y si sta cayere en un hoyo en da de reposos, no le eche la mano y la levante? Pues, cunto ms vale una persona que una oveja? Por consiguiente, es lcito hacer el bien en los das de reposo. Encontramos tambin otro ejemplo clsico y muy usado en sermones, pero muy poco practicado por quienes lo predican; nos referimos al caso del buen samaritano que no siendo lder religioso, ni letrado, no adinerado o porque le sobrara tiempo, us misericordia con el desconocido, el abandonado, el herido y golpeado. Quines son los abandonados, los heridos y golpeados de nuestros das? Acaso ya no existen? La orden de Jess nuestro Seor es Ve (del verbo ir, no del verbo ver) y haz t lo mismo Lucas 10:37. Mucha gente cristiana con sincera actitud, piden a sus lderes explicaciones de las cosas del futuro. La garanta de un buen futuro no es cuestin de suerte, ni algo fuera del control nuestro, como se pretende falsamente escudarse en la predestinacin de los creyentes. Todo depende de nuestra relacin con Dios, en el sentido ms amplio de esta expresin. Si nuestra relacin con Dios es autntica, las buenas obras con nuestro prjimo llegan a ser parte o fruto de nuestra relacin con Dios. En el da del Juicio, Dios ser misericordioso con los misericordiosos, Mateo 5:7; Santiago 2:13; Mateo 23:23; Mateo 25:31-40; Apocalipsis 22:12; Proverbios 14:21; Proverbios 21:21. Es pues el misericordioso el bienvenido y el esperado de Dios en el da del juicio, para otorgarle la vida eterna. Algunos querrn saber exactamente qu es hacer misericordia o ser misericordioso en nuestros das, pues no es cosa de otro mundo, sino sentir en carne propia el dolor ajeno y actuar a favor de quien sufre, para que pueda encontrar solucin a su sufrimiento. Vista esta necesidad, nos preguntamos en dnde podemos encontrar una inspiracin teolgica al respecto. Seguramente en nuestros hogares, iglesias y seminarios. Dios en su Divina Providencia, requiere de los padres de familia una verdadera y autntica Educacin Cristiana en servicio a Dios y al prjimo, Deuteronomio 6:8-18; pero cmo poder or y recibir orientacin sino es a travs realmente del plpito, por medio de los proclamadores de la Palabra, formados en los seminarios. Es pues imprescindible la Teologa del Servicio o Diacona, como parte del que hacer teolgico del seminarista, Romanos 10:14.

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II.

El modo de hacer Diacona:

La manera de hacer diacona o servicio cristiano las manifiesta brevemente el telogo reformado escocs Juan Mackay: La filantropa, por ejemplo, tiende a reducirse a un simple rito, que ocupa momentos dados de la vida, o a una especie de pasatiempo con que se distrae el ocio. Es bueno donar grandes cantidades de dinero a causas filantrpicas, pero de modo impersonal, cuidando que el donativo no comprometa al donante. Fuera de las horas y los modos reglamentados de ayudar al prjimo, muchos no reconocen obligaciones humanas. Si el sacerdote y el levita, en pleno ejercicio de sus funciones, hubieran encontrado a un hombre herido dentro del sagrado recinto del templo, cunto se hubieran preocupado de l! Pero como lo hallaron en un camino solitario, donde ningn ojo podra ser testigo de su caridad o de su falta de ella, y cuando ya no ejercan funciones religiosas, no sintieron ninguna obligacin respecto a su infeliz compatriota. Cun a menudo se reduce la caridad de un rito, a un simple derivado de un credo, en vez de ser la expresin constante de una vida! No hay condicin ms triste que la del hombre cuya consagracin a Dios, o lo que considera ser el servicio divino, adormece su sensibilidad moral frente a las agonas del prjimo. Pero, es triste confesarlo, abundan los hombres que se enorgullecen de la ortodoxia de su credo y la pureza inmaculada de sus prcticas religiosas y que, a la vez, lejos de escuchar con emocin los gemidos de los que sufren los efectos de nuestro sistema social, pasan su vida muy satisfechos dentro del orden vigente. Cierto aristocratismo intelectual es otra causa de aquella parlisis. No faltan hombres consagrados al culto de las ideas cuyas simpatas humanas son, no obstante, estrechsimas. Se entusiasman por lo noble, por todo lo bello, por las infinitas posibilidades de la naturaleza humana, a la que idealizan; y al mismo tiempo se muestran espritus burgueses y mezquinos frente a la necesidad apremiante de hombres que no pertenecen a su crculo selecto o por cuya condicin e ideas no sientan ninguna simpata. Slo estimulan su esfuerzo a la gente decente, las personas interesantes e inteligentes y no la chusma. Ese snobismo de cultura se da a veces en hombres que no se habra credo capaces de abrigarlo. Pocos escritores del siglo pasado han emitido conceptos tan elevados sobre la vida y sus ideales como Emerson; pero este gran pensador escribi en uno de sus ensayos estas palabras que han de chocar a muchos de sus admiradores: No me hablis, dice, como un buen seor me habl hoy, de mi obligacin de colocar a todos los pobres en buenos puestos Son ellos mis pobres? Te digo, necio filntropo, que doy de muy mala gana un peso, un real, un centavo a los hombres que no me pertenecen ni a quienes pertenezco yo. Hay una clase de personas a quienes, por afinidad espiritual, me siento comprado y vendido: por ella ir a la crcel, si fuera necesario; pero estas obras miscelneas y populares de caridad... qu tipo ms perfecto del heleno balconizado, que hasta desdea mirar desde su tallado balcn aristocrtico el lvido semblante de la muchedumbre que pulula por el arroyo; porque no son sus pobres! Tan cierto es que la cultura puede tambin insensibilizar el corazn. El inters exclusivo por hallar en la vida cosas interesantes podr producir en un hombre la parlisis del sentimiento de que padeca aquel otro heleno, Renn, que no quera que el mundo se reformara, porque un mundo reformado resultara menos interesante Cmo podremos traducir a la vida actual la nobleza del samaritano? Este, al encontrarse frente al dolor humano, no se detuvo y dijo: este no es mi herido, antes se dispuso enseguida a hacerse prjimo del infeliz, sin reparar

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En las molestias que su caridad le ocasionara. Quien pretenda hoy ser digno sucesor del buen Samaritano ha de poseer el mismo espritu que ste. Bastar que tropiece en el curso de la vida cotidiana con un ser humano que, segn todos los indicios, est abandonado y en situacin dolorosa, para que le preste toda la ayuda que le quepa ofrecer. Hay que reconocer obligaciones especialsimas para con el infeliz o los infelices cuya situacin penosa no se puede desconocer sin cerrar los ojos. El primer campo de accin para la caridad ser la propia vecindad de uno. Pero, con cunta frecuencia nos pasan completamente desapercibidas las necesidades de las personas que viven alrededor nuestro, as como las de aquellas otras con quienes alternamos en la trillada senda de la labor cotidiana! Cun cierto es que no pocos hombres gozan fama de filntropos cierran los ojos a las escenas que se les presentan a lo largo de la senda comn, pasando por el lado opuesto del camino en busca de situaciones donde su intervencin tenga caracteres ms heroicos y sea ms aplaudida! Pero la verdadera caridad no se contentar con aliviar los sufrimientos de aquellos con que se tropiece de modo casual por los andurriales de la vida; se interesar por la situacin de todos los desgraciados de la comunidad de que se forma parte. Ningn hombre, por gran corazn que tenga, podr interesarse de modo personal en todos los problemas sociales de una comunidad moderna; pero todo hombre de corazn cristiano se interesar por la solucin de estos problemas hasta donde alcancen su tiempo y sus recursos. En ningn caso dir estos no son mis pobres, no tengo por qu preocuparme de este problema. III. Conclusiones de este captulo:

1. El trabajo y el compromiso de las buenas obras o diacona, solo Dios las puede calificar de buenas y aceptables. En otras palabras, aunque haya toda una buena intencin en hacer un trabajo noble, pero si no es por inspiracin y motivacin de la redencin es imposible que este trabajo sea agradable a Dios. Las buenas obras o diacona son nicamente frutos de la fe autntica. 2. No puede haber prioridad en la proclamacin de la Palabra y dejando en un segundo plano la diacona, cuando es demanda de Dios que se le adore pero que un segundo plano la diacona, cuando es demanda de Dios que se le adore pero que a la vez se ame al prjimo. La manera de amar al prjimo es hacer diacona prctica. 3. Por la filosofa antigua griega, es que ahora muchos cristianos separan la prctica de su fe en espiritual y material. Pero para una prctica teolgica reformada no hay tal separacin pues lo material es espiritual y lo espiritual es material. En otras palabras, el trabajo autntico de diacona siempre debe ser por inspiracin y realizacin espiritual. 4. El compromiso de la diacona no es simplemente juntar y donar dinero, sino es solidarizarse en el sufrimiento a quienes se pretende servir. El dinero no significa absolutamente nada sino se da con amor y entrega total. Esta entrega total debe ser con respeto a los pobres, mirando en ellos la semejanza y la imagen de Dios. Sin los pobres no habra destinatario de la diacona y entonces no habra privilegio de servir.

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5. La diacona no se puede hacer desde el balcn. No se hace la diacona desde las oficinas. Las oficinas solo tienen sentido cuando el fruto del trabajo de la oficina dignifica en forma prctica a quienes servimos. Es decir cuando los pobres de los ms pobres les sirve un informe elaborado desde la oficina, para encontrar la va adecuada de subsistencia digna. 6. La diacona autntica no fomenta el paternalismo, sino al contrario, motiva y concientiza a quien se le sirve para que abra los ojos y sienta las fuerzas necesarias para liberarse de su situacin de opresin. La fuerza de la liberacin en una situacin de opresin, es la fuerza del Espritu de Dios. 7. Los comprometidos con la diacona, deben distinguir con claridad y sin ninguna duda la diferencia que hay entre las buenas obras que son fruto de la fe, con relacin a las obras de la ley.

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