DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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El Partido Revolucionario Institucional en la Ciudad de México se dio la tarea de documentar el potencial festivo de la gran capital del país registrando más de 59 carnavales en 9 de las 16 delegaciones políticas publicando el libro DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México. Orgullosamente somos la ciudad más carnavalera del mundo, carnavales que generan fortaleza en las identidades locales, que dejan herencias donde el arte popular se manifiesta en todo su esplendor. Los carnavales son la fusión de los rituales prehispánicos que fueron unidos con las prácticas de occidente tras la conquista. A pesar de estar en función de un calendario religioso, los carnavales actualmente son celebraciones cívicas que tienen un pasado histórico, un presente y un gran futuro. Existen más de 400 comparsas que junto a cientos familias asisten cada año a festejar. Los carnavales permiten recordar al Distrito Federal, que el hacer comunidad es una parte importante para convivir sin exclusiones. Por eso el PRI propone que los carnavales sean elevados como Patrimonio Cultural de la Ciudad de México, que sean reconocidos como promotores de la fiesta popular y como generadora de desarrollo económico y turístico como fiesta. Iztapalap, Tlahuac, Milpa Alta, Iztacalco, Azcapotzalco, Peñón de los Baños, Gustavo A. Madero, Xochimilco y Cuajimalpa son las entidades que se esfuerzan por llevar a cabo los carnavales en la Ciudad de México.

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FESTIVODF

CARNAVALES DE LA CIUDAD DE MÉXICO

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CHARRO DE CARNAVALSANTA CRUZ MEYEHUALCO, DELEGACIÓN IZTAPALAPA, 2013.

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“México son las manos hábiles de sus artesanos, la fuerza de sus trabajadores, México es la fusión de culturas y de tradiciones; es variedad de aromas y sabores; es el colorido de su ferias y fiestas populares; es la grandeza de sus pirámides y la modernidad de sus ciudades…”

Enrique Peña Nieto

CHINELODELEGACIÓN MILPA ALTA, 2013.

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COMPARSA DE CARNAVALPEÑÓN DE LOS BAÑOS, DELEGACIÓN VENUSTIANO CARRANZA, 2013.

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CHARRO CARNAVALEROTLALTENCO, DELEGACIÓN TLÁHUAC, 2013.

MÁSCARA DE CHINELOSAN PEDRO CUAJIMALPA, 2013.

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PRÓLOGO

La gran ciudad de México es por vocación un inmenso mosaico cultural de espacios comunitarios, héroes calle-jeros, celebraciones íntimas, mujeres luchonas, pueblos, colonias y barrios fiesteros, tronido de cuetes, ferias y, por supuesto, carnavales.

Así, irrumpiendo la rutina de los días, pintando de colorido las calles de siempre y acompasando el an-dar con danzas y músicas atemporales, mujeres, hom-bres, abuelas y abuelos, niñas y niños inundan paseos y arterias viales para anunciar a todos que la fiesta ha llegado. No cualquier festividad, sino la de carnaval, la que todo lo invierte, la que reconstituye, la que prece-de en muchas ocasiones al primer Miércoles de Ceniza, pero en muchas otras se extiende sobre un calendario cubierto de nuevas jornadas.

La memoria popular sobre esta fiesta hunde sus raíces en los tiempos en los que el presidente Juárez lu-chaba por combatir a los traidores de la patria. Anclados en aquella época, los recuerdos de los primeros carna-vales articulan una mitología que lo mismo retrocede a los tiempos del arribo de los aztecas al Altiplano Central que a escenas de la vida campesina porfirista y surgen como respuesta a los intentos de modernización de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Sin embar-go, pese a sus diferencias cada una de estas versiones del origen recupera el sueño igualitario de la inversión de roles, que tiene como fin alterar el orden habitual del mundo, para terminar la fiesta con un acto restaurador donde se castiga a los transgresores de los preceptos morales.

Luego de escuchar los distintos testimonios de la defeña comunidad carnavalera quedan también de manifiesto los nexos familiares que unen a los morado-res del Distrito Federal con quienes habitaron y habitan los estados de Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Hidalgo y el circundante Estado de México, entre otros. Vínculos que por cierto fueron construidos sobre rutas comerciales y mercados regionales donde la Tierra Caliente, Costa Chica y Costa Grande, el Valle Poblano o la costa vera-cruzana siguen vivos en el imaginario colectivo.

Las máscaras, los trajes, las danzas, las músicas y la infaltable cocina tradicional que acompaña a los carnavales tienen historia de largo aliento, como podrá constatar el lector, evoca añejas relaciones de amistad y trabajo entre pueblos que hoy parecen distantes. Re-corridos que hoy parecen largos, hace apenas medio siglo no lo eran, pues dichas poblaciones se encontra-ban vinculadas aún por los restos de la intrincada red de canales y complejos lagunares que desde tiempos

prehispánicos dieron al Valle de México una identidad acuática. De allí que en muchas de estas celebraciones, los estribillos que cantan las cuadrillas recuerden con alegría la pesca lagunar, la caza de patos y el cultivo en las chinampas.

Los personajes distintivos de los carnavales constituyen todo un arsenal de inventiva y creatividad resultando uno de los mayores atractivos de estas fes-tividades: huehuenches, arrieros, charros, caporales, chinelos, muñecas, licenciados, apaches, disfrazados, saltimbanquis o morras se dan cita en representaciones dancísticas que apelan a fusilamientos, ahorcamientos, juicios o incluso a coronaciones de reinas para reiniciar la rutina. Y en este tránsito del caos al orden las músicas de todo tipo son el acompañamiento ideal para dar rien-da suelta a las pasiones.

Resulta complicado sintetizar en poco espacio la diversidad carnavalera que hoy vive esta ciudad capital. Lo que sí se puede hacer es insistir en la vigorosa orga-nización comunitaria que hace posible la realización de cada una de las celebraciones de carnestolendas. Igual-mente, debe insistirse en la conciencia que expresan los carnavaleros al respecto de que su fiesta constituye un patrimonio cultural, herencia de sus padres y abuelos que ellos a su vez deben salvaguardar para el usufructo de las futuras generaciones. De allí que los carnavales sean un mirador privilegiado para valorar las sólidas re-des de colaboración y compromiso comunitario que los mantienen como una fiesta viva que mira al futuro.

Los testimonios recuperados, las historias y las anécdotas que aquí se cuentan deberán comprender-se como acontecimientos que como bien lo dice Eduar-do Galeano “(…) sucedieron, casi sucedieron o nunca sucedieron, pero lo bueno que tienen es que suceden cada vez que se cuentan.” Así, la fuerza y valor de esta provocadora instantánea carnavalesca que hoy ofrece-mos a través de este libro reside en que son el producto de las vivencias y pasión con que esta ciudad ha mantie-ne viva su tradición.

Vaya pues este libro como un reconocimiento a los miles y miles de personajes anónimos que año con año se preparan con fervor para salir a las calles a dan-zar, engalanados con vistosos trajes y máscaras, sólo para recordarle a la gente que de las tentaciones de la carne, nadie, - oiga usted bien -nadie se salva.

¡Que lo disfruten!

Agustín DanySecretario de Cultura PRI DF

HUEHUENCHE CON MÁSCARA DE MADERACARNAVAL “FAMILIA SÁNCHEZ”, DELEGACIÓN GUSTAVO A. MADERO, 2013.

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ÍNDICE

Carnavales de Iztacalco

Carnaval de Venustiano Carranza Peñón de los Baños

Carnavales de Gustavo A. Madero

Carnaval de Cuajimalpa San Pedro Cuajimalpa

Carnaval de Xochimilco

Carnaval de Azcapotzalco Santiago Ahuizotla

Carnavales de Tláhuac

Carnavales de Iztapalapa

Carnavales de Milpa Alta AnexosCarnavales y prácticas musicalesLos que beben pulque, los huehuenches Glosario

Bibliografía

Directorio

Agradecimientos

19 |

39 |

55 |

81 |

99 |

119 |

141 |

167 |

213 |

243 |

258 |

259 |

260 |

262 |

CUAJIMALPA

AZCAPOTZALCO

GUSTAVO A. MADERO

VENUSTIANO CARRANZA

IZTACALCO

IZTAPALAPA

XOCHIMILCO

TLÁHUAC

MILPA ALTA

CUAJIMALPA

AZCAPOTZALCO

GUSTAVO A. MADERO

VENUSTIANO CARRANZA

IZTACALCO

IZTAPALAPA

XOCHIMILCO

TLÁHUAC

MILPA ALTA

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CARNAVALES DE LA CIUDAD DE MÉXICO

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En Iztacalco los carnavales se celebran “por todo lo

alto”. En 2014 se cumplirán cien años de realizarse inin-

terrumpidamente, acompañados del ya tradicional “Bai-

le de los licenciados”. Para los habitantes de esta dele-

gación, dicha festividad constituye uno de los eventos

más importantes del año, ya que continúa con una tradi-

ción que entre los meses de febrero, marzo y abril, hace

posible que, todos los vecinos bailen por las calles ata-

viados de vistosos disfraces y máscaras sorprendentes

que evocan sucesos históricos de añejos tiempos que

vuelven a ocurrir año tras año.

Según testimonios de los vecinos, el carnaval dio

inicio en 1914 en los barrios de Santiago y La Asunción,

dos de los siete barrios que actualmente celebran la fies-

ta. Antes de esa fecha, ya se celebraba el carnaval en el

pueblo de Santa Anita, aunque cuentan que allí eran “los

charros” quienes llevaban la voz cantante. Cuando a

principios de siglo la fiesta se extendió a otros barrios de

la delegación, la lucha entre los conservadores y libera-

les del siglo XIX cobró nueva vida y “los licenciados”,

con danza, mofa y sátira, representan la victoria del go-

bierno juarista sobre los invasores franceses. Aparece

IZTACALCOLOS CARNAVALES DE

así toda una constelación de personajes históricos en-

treverados con otros de nueva creación donde Maximi-

liano de Habsburgo, la emperatriz Carlota –identificada

a veces con el personaje de “la Loca” y “la Llorona”- y

los liberales juaristas se entremezclan con arlequines,

monstruos, superhéroes y pachucos.

Si bien años atrás esta representación histórica

culminaba con el fusilamiento del emperador austriaco,

a últimas fechas el príncipe extranjero muere en la hor-

ca, mientras su desconsolada esposa recorre las calles

llorando su muerte. Mediante esta sátira, el pueblo pa-

rece haber encontrado una forma de ajustar cuentas con

los aristócratas que hace siglo y medio no les permitían

asistir a los bailes de castillo.

Como en toda representación, la indumentaria

es fundamental y los carnavaleros de Iztacalco, en el

intento de lucir el atuendo más vistoso, ponen en prác-

tica toda la creatividad posible combinando levitas, tra-

jes, mascadas, sombreros de copa, plumas, lentejuelas,

chaquiras y guantes para no sólo parecer, sino ser ellos

mismos la historia viviente.

PORTADA: NIÑO CARNAVALERO CON TRAJE DE LA DANZA DE LICENCIADOS.

LA DANZA DE LICENCIADOS ES UNA BURLA A LOS LICENCIADOS QUE LE HICIERON EL JUICIO A JUÁREZ. GUADALUPE OLIVARES (AMA DE CASA Y ORGANIZADORA DEL CARNAVAL).

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La lucha entre los conservadores y liberales del siglo XIX cobró nueva vida en los carnavales de Iztacalco. Los “licenciados” con danza, mofa y sátira representan la victoria del gobierno juarista sobre los invasores franceses.

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La máscara que acompaña el disfraz es la cara

de Maximiliano, tal cual se le encuentra en los retratos de

la segunda mitad del siglo XIX: tupida barba pelirroja,

ojos azules y un lunar en el pómulo izquierdo. Las care-

tas utilizadas provienen de Santa María Aztahuacán, Chi-

malhuacán y, en menor medida, de Texcoco y, depen-

diendo de su complejidad y elaboración, pueden llegar

a costar varios miles de pesos. Sin embargo, para los

miembros de las cuadrillas ni el dinero ni el tiempo in-

vertido son obstáculo, la intención es ser “el licenciado”

más original. Isaías Monzalvo Aguilar, organizador de la

comparsa de Santiago y heredero de la tradición de sus

padres y abuelos comenta: “Los trajes son comunes, lo

que hace cada danzante es personalizarlo con borda-

dos, lentejuelas y plumas. A este traje no le puede faltar

un bombín, lápiz y un cuaderno”.

Aunque cada barrio diseña su propio carnaval,

es labor de los organizadores distribuir el día en que

saldrán las cuadrillas por las calles. Los organizadores

se encargan no sólo del pago y alimentación de los mú-

sicos, sino también de convidar a todos los asistentes,

siendo infaltables en estas comilonas el pipián y los no-

pales. Pero esto no lo hacen solos, toda una organización

colectiva se despliega durante el año para hacer posible

la fiesta, donde destaca la participación de las mujeres,

en su carácter de promotoras de la tradición, además

de proporcionar apoyo económico, moral y logístico. Un

buen ejemplo lo constituye Guadalupe Olivares, quien

con su activa participación, ha inculcado a sus dos hijos

el gusto por el carnaval y la defensa de las tradiciones.

Pedro Vázquez Díaz –a quien su padre y abuelo

le confiaron la responsabilidad de mantener y promo-

ver la festividad iniciada por su bisabuelo, Petronilo Váz-

quez, en 1914– nos dice sin vacilar: “Al primer barrio

que le toca es el de la Asunción, después sigue el barrio

de Santa Cruz, luego el barrio de Los Reyes; el barrio de

Santiago; el barrio de San Sebastián Zapotla, el pueblo

de Santa Anita, el barrio de San Miguel, el barrio de san

Francisco, para después hacer un gran cierre con todos

los barrios”.Con relación a esto, Isaías Monzalvo nos in-

forma que el barrio de San Pedro se sumará al carnaval

en 2014.

“Es el de la Viga [carnaval] uno de los más bellos que imaginarse pueden, y aún podría mejorarse; pero así como está […] sería difícil […] encontrar en cualquier otra parte un espectáculo tan placentero o más inconfundible.”

La vida en México. Madame Calderón de la Barca, Carta XII del 16 de Marzo de 1840.

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Las máscaras utilizadas provienen de Santa María Aztahuacán, Chimalhuacán y, en menor medida, de Texcoco y, dependiendo de su complejidad y elaboración, pueden llegar a costar varios miles de pesos. Sin embargo, para los miembros de las cuadrillas ni el dinero ni el tiempo invertido son obstáculo, la intención es ser “el licenciado” más original.

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33 32 ISAÍAS MONZALVO, ORGANIZADOR Y CARNAVALERO DE LA DANZA DE LICENCIADOS. “NEGRO” EN LA DANZA DE LICENCIADOS.

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La música que acompaña al carnaval es fiel refle-

jo de la capacidad renovadora de las tradiciones. Hace

medio siglo, los pasodobles, el fox trot (“paso del zorro”

o “trote del zorro” que nació en Estados Unidos con las

primeras orquestas de jazz) y el danzón eran los géne-

ros que acompañaban la danza. Hoy en día, la cumbia, la

música tropical y la banda sinaloense suenan con el dan-

zar en las calles; las actuales bandas han dejado atrás

a la antigua orquesta del carnaval compuesta por dos

trompetas, dos saxofones, trombón de vara y timbal.

La creciente participación social y una mejor or-

ganización entre los barrios han fortalecido los carnava-

les de Iztacalco, a tal grado que desde hace cinco años

se organiza un cierre en el que participan los siete ba-

rrios y el pueblo de Santa Anita. Según cuentan, en la

edición de este año, 2013, más de trece mil personas

celebraron el carnaval por las principales calles de la

delegación. Los retos son grandes pues los gastos de lo-

gística, alimentación y música sobrepasan el bolsillo de

los organizadores y vecinos, nos describe Alicia Téllez

Sánchez promotora cultural y social de la Delegación.

Todavía hoy se recuerdan con nostalgia los tiem-

pos en que el carnaval concluía con el baile de corona-

ción de la reina. Entonces, dicen los vecinos del lugar,

se llegó a escuchar a Mike Laure, Acerina, Los Xochimil-

cas, y la mismísima reina de la salsa, Celia Cruz. Ante la

falta de apoyos institucionales y los elevados gastos que

implica mantener vigente el carnaval, los bailes de coro-

nación hoy son sólo recuerdo.

Los pujantes carnavales de estos rumbos están

a la espera de ser revalorados pues, como bien nos re-

cuerda Guadalupe Olivares, los habitantes de Iztacalco

saben muy bien que tienen historia y “el carnaval es

toda una historia viviente”.

PEDRO VÁZQUEZ DÍAZ, ORGANIZADOR HISTÓRICO DEL CARNAVAL.

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CARNAVALES DE IZTACALCO

CARNAVAL TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

San Pedro Inicia 2014 Tres sábados antes de Miércoles de Ceniza (MC en adelante)

La Asunción 10, 11, 12, 13 de marzo A par�r del domingo antes de MC y hasta el propio MC

Santa Cruz 16 y 17 de marzo Fin de semana posterior a MC

Los Reyes

San�ago

Zapotla

Pueblo de Santa Anita

San Miguel

San Francisco

Cierre de Carnaval

23 y 24 de marzo Segundo fin de semana posterior a MC

Segundo fin de semana posterior a SS

Tercer fin de semana posterior a MC

Cuarto fin de semana posterior a MC

Quinto fin de semana posterior a MC

Sexto fin de semana posterior

Fin de semana posterior a SS

a MC

30 y 31 de marzo

6 y 7 de abril

13 y 14 de abril

20 y 21 de abril

4 y 5 de mayo

11 y 12 de mayo

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa Nota: Cada barrio organiza su propia comparsa, sin embargo, durante el cierre de carnaval se unen todas, incluyendo la del pueblo de Santa Anita. Fuente: Isaías Monzalvo / Carnavalero

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Al igual que otros sitios de la capital, el Peñón de los

Baños es un ejemplo de cómo las políticas “moderni-

zadoras” hicieron desaparecer, casi de un plumazo, a

la antigua Ciudad de México. Reducida y reinventada

a mediados del siglo pasado, tras la construcción del

aeropuerto Benito Juárez, esta antigua zona de tierras

cultivables debió entrar a los carriles del frenesí urbano

y forjarse una nueva historia. La nueva vida debió or-

ganizarse alejada del lago de Texcoco, del intercambio

comercial que se realizaba en los grandes canales que

lo unían con Tláhuac o Santa Anita y de la vida silvestre

y campirana donde la pesca, la agricultura y la caza de

patos animaban los días.

Su nombre, Peñón de los Baños, lo adquirió gra-

cias a la fama de las aguas sulfurosas y curativas que

emanaban de sus cerros. Del periodo colonial, distintos

testimonios documentales dan cuenta de su renombre y

hay quienes afirman que los aztecas usaban sus aguas

con fines medicinales.

Al hurgar en los recuerdos de sus actuales habi-

tantes, el viaje por el pasado alcanza a los abuelos de los

abuelos, para situarse en una brumosa época porfiria-

na donde los fundadores hicieron su vida en torno a las

haciendas. De ahí surgen los Cedillo, Caballero, Nava,

Hernández, Villanueva, Gutiérrez, Alpide, Samaniego o

Arista, por mencionar algunos. Todos ellos recordados

PEÑÓN DE LOS BAÑOSCARNAVAL DEL

por su liderazgo moral, pues lo mismo dirimían las di-

ferencias entre vecinos que instaban la continuidad de

las tradiciones más representativas de los peñoneros: la

recreación de la Batalla del 5 de mayo y las fiestas de

carnaval, nos cuenta don Agustin Jiménez Cedillo, cro-

nista del Peñón.

GLADIADORES DE LA COMPARSA DE “LOS INFAMES” DEL BARRIO DE LOS REYES, FAMILIA CABALLERO.COMPARSA DE LA 194.

COMPARSA DE “LOS VENADOS DE TRASVAL”.

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| VENUSTIANO CARRANZA |

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Se calcula que el carnaval se celebraba desde

finales del siglo XIX, aunque queda claro que las cosas

han cambiado. De los vestigios intactos encontramos la

sana competencia existente entre los barrios del Peñón,

La Asunción, El Carmen y Los Reyes por no repetir trajes

y lucir lo más original posible durante los días de fiesta.

La añeja competencia implica también los esfuerzos por

preparar las comparsas con antelación, recurriendo a

donaciones, colectas y todo tipo de estrategias de asis-

tencia mutua que asegure una relucida fiesta.

En lo que respecta a la música, durante los tres

días previos al Miércoles de Ceniza, las antiguas ban-

das van entremezclándose con los actuales gustos de los

asistentes y pasodobles, polcas y quebradita. Sonidos

que continúan marcando el movimiento de cuadrillas y

comparsas. Sin duda, el estribillo que nunca podrá dejar

de oírse en estos días es aquel que afirma: “voy de paso

chapinguito, voy contento y a pescar, qué bonito peñon-

cito, que le gusta el carnaval”.

Cuentan que antiguamente el traje de charro

era lo típico en días de carnaval y que poco a poco se

fueron incorporando máscaras, capas, sombreros y dis-

fraces de arlequín. Cabe destacar que las imágenes de

este año muestran una variedad de trajes, vestimentas y

disfraces que podríamos calificar como surrealistas: lu-

chadores, botargas, saltimbanquis, hombres barbados,

animales zoomorfos, soldados a la usanza europea, ro-

bots, zombis, ensombrillados de todos colores y esco-

peteros, provenientes del recuerdo de la mítica Batalla

del 5 de mayo que también se han sumado para redon-

dear la lista. No olvidemos que esta diversidad carna-

valesca no es otra cosa que una recreación del “mundo

patas pa´arriba” con todo y el consabido intercambio de

género nos narra la antropóloga Ema Jiménez, originaria

y descendiente de familias carnavaleras.

ESCOPETEROS VENECIANOS DEL BARRIO DE LOS REYES.

MOSQUETEROS DE LA COMPARSA DE LOS “VENADOS DE TRASVAL”.

COMPARSA DE “LOS VENADOS DE TRASVAL” DISFRAZADOS DE TEMPLARIOS.

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COMPARSA DE LOS INFAMES DE LA FAMILIA CABALLERO DEL BARRIO DE LOS REYES, ATAVIADOS CON TRAJE DE GLADIADORES.

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| VENUSTIANO CARRANZA |

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Al presenciar el espectáculo de este año y la

impresionante participación popular, resulta impensa-

ble que la tradición carnavalera se encuentre en riesgo.

Fiel al espíritu original de esta festividad, el derroche

de energía, la energía del baile, la oportunidad de rom-

per con la rutina, el ánimo de entregarse a la bebida y

al goce de los sentidos le augura un largo futuro. Esto,

pese a los intentos de algún funcionario agobiado por

los excesos, recuerda que la calle siempre ha sido un

espacio del pueblo.

Don Agustin Cedillo nos dice que todo lo ante-

rior quizá pueda achacársele a cualquier carnaval de

pueblo, sin embargo, lo que es único del Peñón de los

Baños, la Colombia Chiquita, como la llaman muchos, es

que ahí nació el movimiento sonidero. Justamente esa

vocación sonidera y fiestera de los habitantes del Peñón

de los Baños hace que sus carnavales sean –en la opi-

nión de sus protagonistas– los más “chingones”. Y es

por eso por lo que desde aquellas primeras “discos mó-

viles” o “sonidos” que amenizaban las fiestas callejeras

haciendo sonar el repertorio de cumbias, salsa, valle-

nato y música afroantillana, se sigan peleando el honor

de tocar aunque sea una vez en su vida en el Peñón, La

Colombia chiquita de los carnavales monumentales.

¡Así o más mejor, preguntó el peñonero!

EN ESTA CELEBRACIÓN SE OBSERVAN, EN EL DISEÑO DE LAS MÁSCARAS DE CERA, HÍBRIDOS DE CARNAVAL VENECIANO Y DISFRACES DE MOSQUETEROS.

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| VENUSTIANO CARRANZA |

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| VENUSTIANO CARRANZA |

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El artesano mascarero de el Peñón, Jonathan

García Hernández, nos describe:

Cuadrilla del Barrio de El Carmen

Según las narraciones populares, el personaje del ahorcado solía ser un señor que robaba vacas, hasta que un día decidió robarse a su novia; ahora la dinámica carnavalesca es que el “ahorcado” y la “novia” andan corriendo por el barrio, seguidos por el “padrecito”, todo ello el domingo después de Miércoles de Ceniza.

En este barrio las comparsas se hacen acom-pañar por una orquesta, originaria del Peñón de los Ba-ños, cuyos principales instrumentos son el bandolón, las trompetas, el trombón y los tambores, dirigida por el Sr. Lino Cedillo.

Cuadrilla del Barrio de la Asunción

Las cuadrillas, es decir, el conjunto de compar-sas de los Barrios de la Asunción y de El Carmen, bailan en compañía de la banda de viento San Juan de Aragón, estos barrios tienen canciones especiales, algunas de ellas son: Los Dados, La panzona, Ernermundo, El Pe-ñoncito, Los Chenchas, Chicos Malos, El Chapinguita. El Miércoles de Ceniza se ejecuta al ahorcado en el carna-val después de los bailes de pareja tradicionales.

Cuadrilla del Barrio de Los Reyes

La banda San Juan de Aragón, cuyos líderes son los señores Silverio Fuentes y su hermano el Güero Fuentes, es de tal magnitud que cada año se divide para tocar en este barrio y en el de La Asunción. En Los Reyes los bailes que encienden el carnaval se realizan en pare-jas, el ahorcado es ejecutado el Miércoles de Ceniza.

VENECIANOS DEL BARRIO DE LOS REYES.

ESQUIMAL DE LA COMPARSA DE “LOS KISS DE ZAPATA”.

VIKINGO Y VENECIANOS DE LA COMPARSA DE “LOS VENADOS DE TRASVAL”.

ÁRABES DE LA COMPARSA DE “LOS HIELEROS”.

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| VENUSTIANO CARRANZA |

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VENECIANOS Y REYES DE LA COMPARSA DE “LOS VIKINGOS” Y, AL FONDO, LA BANDA DE SAN JUAN DE ARAGÓN.

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CARNAVAL DE EL PEÑÓN DE LOS BAÑOS

Barrio de El Carmen

Los Dados

10, 11, 12, 13 y 17 de febrero

10, 11, 12, 13 y 17 de febrero

10, 11, 12, 13 y 17 de febrero

Inicia un domingo antes de MC Los Uvas

Los Chenchas Intocables Chicos malos Ángeles de la colonia Campeones Camorras Sinaloa Familia GarcíaLos animalitos (niños ves�dos de botargas)

Barrio de La Asunción

Los Burros Inicia un domingo antes de MC

Inicia un domingo antes de MC

Los CalaverasLos TraviesosLos Dragones Los Concaguas

Barrio de Los Reyes

Los Kiss de Zapata Los Hileros Los 7 Vientos Los Petroleros Los VenadosLos Kibukis Los Casi Guapos

MC: Miércoles de Ceniza Nota: El conjunto de comparsas perteneciente a un mismo barrio es llamado Cuadrilla, por ejemplo, Cuadrilla de Barrio de El Carmen

Fuente: Jonathan García Hdez. /Artesano.

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

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| GUSTAVO A. MADERO |

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En el intento por explicar el origen de los carnavales de

esta delegación, surgen en el imaginario de sus pobla-

dores las reivindicaciones de la antigua nobleza indíge-

na tlaxcalteca y el cúmulo de tradiciones heredadas de

padres a hijos a través de los tiempos. En dichas prác-

ticas, encontramos la remembranza de acontecimientos

históricos como la Batalla de Puebla (1862) y la evoca-

ción de bailes y danzas aristocráticos de las cortes eu-

ropeas.

Un primer acercamiento a la composición de

esta festividad lo brinda el profesor Carlos Ortega, quien

dice: “Se presume que la festividad la trajeron familias

de músicos que venían de Tlaxcala y que se asentaron

en donde ahora se sitúa el panteón Guadalupe-Hidalgo,

en la colonia Martín Carrera (detrás de la basílica de

Guadalupe)”.

Otra versión que reafirma esta influencia es la de

Saúl Sánchez López, integrante de la organización Fami-

lia Sánchez y descendiente de añejos migrantes tlaxcal-

tecas, que a la fecha conserva las actas de nacimiento

de sus abuelos como prueba irrefutable del nexo con

su ancestral raíz ubicada en San Damián Tlacocalpan. El

señor Saúl nos cuenta: “El carnaval viene de Tlaxcala,

GUSTAVO A. MADEROLOS CARNAVALES DE

PORTADA: FOTO HISTÓRICA DEL CARNAVAL MARTÍN CARRERA, FAMILIA SÁNCHEZ, 1946.HUEHUENCHES DE CARNAVAL.

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| GUSTAVO A. MADERO |

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anteriormente en San Juan de Aragón, el baile se realiza-

ba vestidos de toreros, disfrazaban una carretilla de toro

y la toreaban asemejando la fiesta taurina y la música

que los acompañaba era únicamente de violines; poste-

riormente, comenzaron a usar el traje de huehuenche,

pero en Martín Carrera siempre ha sido el huehuenche.”

Con respecto a los personajes, existen dos figu-

ras fundamentales que le dan vida a la fiesta: “las mo-

rras” y “los huehuenches”, ambos protagonizan todos

los recorridos. Hacia el final del carnaval, se lleva a cabo

“la horca”, donde participan distintos actores como “el

padre”, “el fiscal”, “el demandante”, “la esposa”, “la

querida”, “el verdugo”, etcétera. Dicha representación

es una suerte de juicio a los transgresores de las normas

sociales. Con este acto se pone fin al caos ritual, restau-

rando simbólicamente el orden preestablecido.

El señor David Sánchez López nos cuenta: “Esta

tradición proviene de tiempos coloniales, cuando a los

indios se les ahorcaba o se les degollaba si cometían al-

gún delito. El ahorcado, es la representación de la histo-

ria del castigo de un indio de aquellos tiempos que robó

veinte guajolotes”.

La máscara constituye la esencia del carnavale-

ro, es el elemento que permite cubrir y disipar las dife-

rencias entre los participantes. Sin importar la profesión,

el oficio, la fama o la fortuna, una vez puesta la careta

todos pueden cambiar de identidad. Como explicara

Octavio Paz en el Laberinto de la soledad: “[…] viejo o

adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licen-

ciado, el mexicano se me aparece como un ser que se

encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la

sonrisa”.

Hechas con manta, cera y cerdas de caballo,

cada máscara solía contener las etiquetas de las familias

visitantes que las elaboraban. Actualmente la delegación

Gustavo A. Madero cuenta con sus propios mascareros.

Uno de ellos es Ángel Gutiérrez, conocido en el barrio

como el Famosísimo Faria.

FOTO DE ARCHIVO HISTÓRICO HUEHUENCHES Y MORRAS DEL CARNAVAL, MARTÍN CARRERA, FAMILIA SÁNCHEZ, 1950.

Page 33: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| GUSTAVO A. MADERO |

61 60

FAMILIAS EN EL CARNAVAL.

Esta tradición proviene de tiempos coloniales, cuando a los indios se les ahorcaba si cometían algún delito. El ahorcado, es la representación de la historia del castigo de un indio de aquellos tiempos que robó veinte guajolotes. David Sánchez López

“EL AHORCADO”. “LA VIUDA”.

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| GUSTAVO A. MADERO |

63 62

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| GUSTAVO A. MADERO |

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COMPARSAS DE CARNAVALES DE SANTA ISABEL TOLA, ZACATENCO Y PADROTES

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| GUSTAVO A. MADERO |

67 66

Page 37: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| GUSTAVO A. MADERO |

69 68

Ángel Gutiérrez nos

cuenta que cuando era pe-

queño su máscara se rom-

pió y, al no haber en su lo-

calidad quién las supiera

reparar, decidió arreglarla

él mismo. Así, en compañía

de su hermano, viajó has-

ta Santa María Aztahuacan,

uno de los pueblos origi-

narios de Iztapalapa donde

se había perfeccionado la técnica artesanal. Desde en-

tonces, el Faria decidió convertirse en mascarero con

la firme intención de preservar y enriquecer el oficio.

Ángel Gutiérrez nos relata: “Mi pasión de artesano es

alimentada por los recuerdos. Cuando me voy a poner

una máscara y miro detrás de ella tengo un sentimiento

de alegría y tristeza. Son los recuerdos de la infancia que

pasan rápido frente a mis ojos como un enorme estímulo

para extender la tradición en las siguientes generacio-

nes”.

Sobre la historia de las máscaras, algunos miem-

bros de la organización Familia Sánchez mencionan que

las primeras, hechas con madera de cedro, provienen

de Tlaxcala. Con respecto a las de cera y manta, nos

comentaron que se confeccionan en Santa María Azta-

huacán. También se utilizan máscaras rematadas con

pedrería, originales de San-

ta Isabel Tola. Estas últimas

constituyen una peculiari-

dad, ya que sólo se utilizan

en la delegación Gustavo A.

Madero.

El Faria relata que

los carnavales son realiza-

dos por diversas organiza-

ciones que se encuentran

en San Juan de Aragón, Santa Isabel Tola, San Pedro

Zacatenco y la colonia Martín Carrera.

Los bailes característicos son los “de cuadrillas”,

cuyas reminiscencias remontan al barroco europeo.

Pero la cultura popular se ha construido en un vaivén en-

tre América y Europa. Desde finales del siglo XVI hasta

la fecha, tonadas y géneros como los minués, contradan-

zas, valses o gallops fueron incorporándose al conjunto

de festividades populares en las distintas regiones del

país hasta constituir parte viva de los carnavales. De allí

que en muchas zonas –como la Huasteca– los vinuetes

sean los minués de antaño, mientras que las contradan-

zas y zarabandas las podemos ver en las coreografías

de los carnavales musicalizadas con piezas de moda

como “El Gallinazo” o “El Pollito Pío”.

CARNAVAL DE PRIMAVERA EN LA COLONIA MARTÍN CARRERA.ÁNGEL GUTIÉRREZ, EL FAMOSÍSIMO FARIA.

Page 38: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| GUSTAVO A. MADERO |

71 70

Los bailes característicos son los “de cuadrillas”, cuyas reminiscencias remontan al barroco europeo. Pero la cultura popular se ha construido en un vaivén entre América y Europa. Desde finales del siglo XVI hasta la fecha, tonadas y géneros como los minués, contradanzas, valses o gallops fueron incorporándose al conjunto de festividades populares en las distintas regiones del país hasta constituir parte viva de los carnavales.

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| GUSTAVO A. MADERO |

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Otro baile que llama la atención es el de “La mu-

ñequita”, danza que en los días de la fiesta se realiza en

torno a una muñeca envuelta en un rebozo, a la que al-

gunos atribuyen poderes curativos. Para algunos habi-

tantes de Martín Carrera, “la muñequita” representa a

la hija de un poderoso hacendado europeo quien –tras

arribar al puerto de Veracruz luego de una larga trave-

sía– logró reunirse con su padre que vivía en la Ciudad

de México. Otra hipótesis es que este personaje reme-

mora a una doncella raptada por tlaxcaltecas. Cabe de-

cir que las interpretaciones asociadas a este baile quizás

no sean suficientes para entender la importancia de este

baile en los carnavales de la Gustavo A. Madero. Lo cier-

to es que los versos dedicados a “la muñequita”aluden

reiteradamente a Tlaxcala y a sus antiguos pobladores.

Carlos José Ortega, organizador del carnaval, re-

mata la conversación con el siguiente relato: “La pasión

por el carnaval ha acompañado toda la vida a los vecinos

de esta delegación y asiste a los carnavaleros hasta el

último momento. Como ocurrió con Genaro Gutiérrez,

quien se despidió de la vida y del carnaval vestido de

huehuenche, sus amigos disfrazados y con música nos

fuimos con él hasta el panteón”.

Abran puertas y ventanas,salgan todos a mirar,a esta niña tlaxcalteca,que ha venido aquí a bailar…

Llegaron los tlaxcaltecascon vivas y con valor,que nos ha dado licencia nuestro juez y regidor…

De Tlaxcala hemos venido,de Tlaxcala para acá,a bailar carnestolendas,como las que usan allá…

Algunos se adelantaron,de esta bella tradición,seguro que están presentes,porque eran de corazón

Con versos recordaremos,a todos los que se fueron,y así les agradecemos,todo lo que divirtieron…

HUEHUENCHE CON MÁSCARA DE MADERA, QUE ORIGINALMENTE LLEGARON DE TLAXCALA.HUEHUENCHES ATRÁS DE LA BASÍLICA DE GUADALUPE, EN LA COLONIA MARTÍN CARRERA.

MÁSCARAS ELABORADAS POR JOSÉ JUAN BARRÓN MORALES

Page 40: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| GUSTAVO A. MADERO |

75

Las máscara constituye la esencia del carnavalero, el elemento que permite cubrir y disipar las diferencias entre participantes. Sin importar la profesión, el oficio, la fama o la fortuna, una vez puesta la careta todos pueden cambiar de identidad.

FOTO DE ARCHIVO HISTÓRICO QUE REPRESENTA LO QUE SE HA VUELTO UNA COSTUMBRE DE DECORAR CON MURALES LAS PAREDES DE LAS CALLES DONDE SE REALIZA EL CARNAVAL

Page 41: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

77 76 LOS PRENDEDORES SON UNA CARACTERÍSTICA SINGULAR DE LOS TRAJES EN LOS CARNAVALES DE GUSTAVO A. MADERO.

LAS MUJERES SON PARTE FUNDAMENTAL DE LOS CARNAVALES, COMO PERSONAJES Y COMO ORGANIZADORAS.

Page 42: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| GUSTAVO A. MADERO |

79 78

En GAM tenemos una gran rivalidad y competencia en los carnavales, pero eso nos hace sacar el mejor cada año. Al final del día, todos somos una gran familia, y lo que queremos es continuar la tradición. Ángel Gutiérrez

Page 43: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

80

CARNAVALES DE GUSTAVO A. MADERO

Carnaval Mar�n Carrera

Organización Familia Sánchez.

9, 10, 11 y 12 de febrero

9, 10, 11 y 12 de febrero

9, 10, 11 y 12 de febrero

9, 10, 11 y 12 de febrero

9, 10, 11 y 12 de febrero

Sábado antes del MC

Carnaval de la Villa Organización Los Pachis, Familia Cárdenas

Carnaval del barrio de la Mar�n Carrera

Organización Los Padrotes, Familia Acuña

Carnaval infan�l de la Villa

Organización 12 de Joaquín Herrera, por el Lobo, Pepe Panteonero y El Tigre

16 y 17 de febrero

16 y 17 de febrero

Carnaval de Santa Isabel Tola

Organización El Chano 16, 17, 18 y 19 de febrero

Sábado después del MC

Carnaval Infan�l de Santa Isabel Tola

Organización El Maestrín

Sábado y domingo después de MC

Sábado y domingo después del MC

Carnaval de San Pedro Zacatenco

Organización Raymundo, Familia Herrera Serna

Carnaval Pueblo de San Juan de Aragón

Organización Luis Morales Pineda y Miguel Ángel González Gudiño

Cuatro días antes del MC

Cuatro días antes del MC

Cuatro días antes del MC

Cuatro días antes del MC

Carnaval de Mar�n Carrera

Organización Los Chales, Familia Zaldívar

23, 24, 25 y 26 de febrero

Quince días después del MC

Carnavales de México, Tradición y Cultura: Carnaval de primavera

El Famosísimo Faria y la Organización Anaya y 47 de Rayón

16, 17, 18 y 19 de marzo

Sábado, domingo, lunes y martes antes o después del 21 de marzo, depende el año

MC: Miércoles de Ceniza

Nota: Este año el carnaval de la Familia Sánchez se realizó a des�empo por instrucciones de las autoridades de la delegación, durante los días 2, 3, 4 y 5 de febrero. Fuente: Ángel Gu�érrez / Carnavalero

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Page 44: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

81

CU

AJI

MA

LPA

Page 45: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| CUAJIMALPA |

83 82

Los preparativos del carnaval comienzan el 2 de febre-

ro con el festejo de la Virgen de la Candelaria. Resuena

en el recuerdo la peregrinación guadalupana que desde

hace 80 años parte de la diócesis de Toluca, atravesando

Cuajimalpa hasta culminar en el Tepeyac. Así, los mora-

dores de Cuajimalpa esperan ansiosos el amanecer del

sábado previo al Miércoles de Ceniza, para cargar –en-

tre todos y acompañados de música– “la portada” hecha

a base de flores y granos que enmarcará la iglesia de

San Pedro Apóstol.

Llegada la tarde, las cuadrillas de danzantes se

dirigen al panteón central para retirar la cruz mayor y

trasladarla con algarabía a la casa donde será velada. En

todos los sitios por donde las cuadrillas circulan, la co-

mida, la bebida, la música y la palabra son “dones” que

se comparten con gusto. “No importa que el amanecer

se encuentre próximo, el éxtasis parece no tener fin. Son

días de carnaval”, nos cuenta Víctor Carrillo, promotor

social.

Los bailes que acompañan esta festividad inclu-

yen las ya conocidas danzas de chinelos, apaches, hue-

CUAJIMALPACARNAVALES DE SAN PEDRO

huenches, concheros y arrieros. Esta representación

hunde sus raíces en los circuitos comerciales que du-

rante décadas unieron a Cuajimalpa con otras regiones

como Tierra Caliente, Costa Chica y Costa Grande (Oa-

xaca y Guerrero). Según los testimonios recogidos, la

Danza de Arrieros y la de huehuenches son las danzas

más antiguas practicadas en la delegación, siendo las de

chinelos una tradición relativamente reciente, pero que

va en aumento.

Don Vicente Sánchez Delgadillo, de 74 años de

edad y con 50 años participando en la danza, nos cuenta

que fue durante la segunda mitad del siglo XIX que die-

ron inicio las primeras danzas en Capulhuac y Ocoyoa-

cac, Estado de México. Los protagonistas de este baile

reviven la vida de las haciendas representando perso-

najes como “el patrón”, “el cargador mayor”, “el surti-

dor de cargas”, “los atajadores”, “los corredores”, “los

arrieros “y “el animal de carga”.

Las danzas de arrieros son acompañadas por

distintas músicas, como los mariachis, llamados “alco-

holeros”, rezos, alientos y, la mayor de las veces, por

PORTADA: MÁSCARA DE CHINELO.TRAJE DE LA DANZA DE ARRIEROS.

Page 46: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| CUAJIMALPA |

85 84

DANZA DE ARRIEROS Y SU SINCRETISMO CON LOS RITUALES INDÍGENAS.

Al conversar con los distintos personajes que participan de la fiesta, emerge una memoria generacional que nos recuerda que el oficio de arriero formaba parte de la cotidianidad de estos pueblos en los tiempos pasados. De allí que los carnavaleros recreen las distintas etapas que conformaban la “ruta larga”, que alcanzaba el puerto de Acapulco y, ocasionalmente, “la ruta corta” a Chalma u otros pueblos del estado de Morelos.

Page 47: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| CUAJIMALPA |

87 86

un conjunto de cuerdas, es decir, violín, guitarra y bajo.

Si bien las costumbres carnavaleras de los pueblos tie-

nen sus diferencias, como anota don Vicente: “La danza

de arrieros es la más popular, la que atrae a más gente,

y qué mejor para mí, me siento muy contento porque

están participando jóvenes y podemos enseñarles nues-

tras costumbres”.

Al llegar el domingo, las calles se ven inundadas

por cuadrillas de arrieros, que marcan el tiempo de la

vida al ritmo de sones como “Entrada de corral”, “Des-

cargar a la consentida”, “Dejar al atajador”, “Desapa-

rejar”, “Ir a dar agua”, “Limpia de atajo”, “Registro de

cocina”, “Desayuno y comida” y “Limpia de hato”.

Al conversar con los distintos personajes que

participan de la fiesta, emerge una memoria generacio-

nal que nos recuerda que el oficio de arriero formaba

parte de la cotidianidad de estos pueblos en los tiempos

pasados. De allí que los carnavaleros recreen las distin-

tas etapas que conformaban la “ruta larga”, que alcan-

zaba al puerto de Acapulco y, ocasionalmente, la “ruta

corta” a Chalma u otros pueblos del actual estado de

Morelos.

El domingo temprano los chinelos alistan sus

trajes blancos con vivos azules, negros o multicolores,

que rematan con el prominente mentón de una máscara.

Aunque en el pueblo constituye una tradición reciente,

los danzantes de Cuajimalpa se asumen herederos de

las tradiciones de chinelos que existen en el estado de

Morelos desde el siglo XIX.

PERSONAJES DE LA DANZA DE ARRIEROS, REPRESENTANDO LA VIDA DE LAS HACIENDAS: “EL PATRÓN”, “EL CARGADOR MAYOR”, “EL SURTIDOR DE CARGAS”, “LOS ATAJADORES”, “LOS CORREDORES”, “LOS ARRIEROS”.

DON VICENTE SÁNCHEZ DELGADILLO, MAESTRO DE LA DANZA DE ARRIEROS.

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| CUAJIMALPA |

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| CUAJIMALPA |

91 90

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| CUAJIMALPA |

93 92

Una carta recibida en 1872 del entonces presi-

dente municipal de Tlayacapan, Antonio Ortíz y Arvizu,

nos da pista sobre la antigüedad de la danza, al ubicar

a este poblado como la posible cuna. Si bien existen di-

ferencias en los trajes debido a su procedencia, hoy en

día los pasos son los mismos para todas las comparsas.

En Cuajimalpa ocurre algo más, pues algunas compar-

sas exageran los pasos para hacer el “brinco del chine-

lo” y hacer aún más vistoso y disparatado el baile.

Es posible que la palabra “chinelo” provenga

del náhuatl tzineloa que quiere decir “meneo de cade-

ra”. Sin embargo, para Benjamín de Jesús Rodríguez,

miembro de la comparsa de chinelos de San Pedro

Cuajimalpa, dicho término es en sí misma una burla a

los poderosos y religiosos que no permitían a los po-

bres participar en las festividades. Entre los pioneros

de las comparsas de esta delegación se encuentran los

señores Cecilio Ortíz Montesinos y el señor Tobías Ló-

pez García, quienes con profundo entusiasmo continúan

dando vida al carnaval.

La animosa participación de habitantes de los

pueblos de San Pablo Chimalpa, La Candelaria, Zatla-

patl, Contadero, San Lorenzo Acopilco, San Mateo Tlal-

tenango, Santa Cruz Atizapán y, por supuesto, de San

Pedro Cuajimalpa permite augurar un largo futuro a

esta celebración, cuenta Tomas Martínez, “patrón” en la

danza de arrieros.

A la distancia, “el tronar de los cuetes” recuerda

que un año más es uno menos. Y que otro sábado de

carnaval ha llegado.

CUADRILLA DE CHINELOS

Page 51: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| CUAJIMALPA |

95 94 Los chinelos de San Pedro Cuajimalpa exageran sus pasos para hacer el brinco más vistoso y disparatado.

Page 52: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| CUAJIMALPA |

97 96

ESPUELA DE BOTA, DANZA DE ARRIEROS.

TOMAS MARTÍNEZ, PERSONAJE DE PATRÓN EN LA DANZA DE ARRIEROS.

Page 53: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

98

Page 54: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

99

XO

CH

IMIL

CO

Page 55: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| XOCHIMILCO |

101 100

Ante nuestros ojos, la Ciudad de México emerge como

un perpetuo desfiladero de asfalto, con avenidas, ejes

viales y segundos pisos que pretenden borrar el recuer-

do de aquél valle de México

que alguna vez estuvo he-

cho de agua. Sin embargo,

la antigua vocación acuá-

tica de este asentamiento

por fortuna aún subsiste en

Xochimilco, declarado Pa-

trimonio Cultural de la Hu-

manidad por la UNESCO en

1987. En ese lugar donde se

alternan caminos de agua y

tierra se despliega una car-

tografía fiestera que no deja

pasar un día sin que el tro-

nido de cohetes y la música

anuncien a propios y extra-

ños que se está “de mante-

les largos”.

Distribuida en catorce pueblos y diecisiete ba-

rrios, la delegación de Xochimilco hace gala de su voca-

ción festiva, sostenida en una arraigada identidad y or-

ganización comunitaria. Más o menos cercanas al culto

religioso, Xochimilco ejemplifica la renovación de tradi-

XOCHIMILCOCARNAVAL DE

ciones que encuentran siempre la forma de imprimir el

sello de lo nuevo y contemporáneo a la herencia de los

abuelos.

En la memoria po-

pular, las fiestas constituyen

un recorrido por el tiempo

y la historia. La celebración

de La Flor más Bella del Eji-

do remite para muchos a

una fiesta iniciada en la épo-

ca prehispánica, realizada

en honor a la diosa Xochi-

quetzalli. Por otro lado, la

distintiva fiesta del Niñopa

–que en el candelario litúr-

gico católico está destina-

do a la Virgen de la Can-

delaria– se relaciona con

la época colonial. Mientras

que las conmemoraciones a

personajes fundantes de la

vida cívica y artística, como

el poeta Fernando Celada o Quirino Mendoza y Cortés

–a quien se atribuye la composición del “Cielito lindo”–

complementan el calendario festivo. No debe olvidarse

que el célebre encuentro de los generales Emiliano Za-

pata y Pancho Villa también ocurrió en este lugar.

PORTADA: MÁSCARA DE CHINELO XOCHIMILCO MANUFACTURA SUS TRAJES Y MASCARAS DE CHINELOS, TENIENDO COMO PARTE DE SU IDENTIDAD ELEMENTOS PREHISPÁNICOS…

Page 56: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| XOCHIMILCO |

103 102

En ese lugar donde se alternan caminos de agua y tierra se despliega una cartografía fiestera que no deja pasar un día sin que el tronido de cohetes y la música anuncien a propios y extraños que se está “de manteles largos”.

Page 57: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| XOCHIMILCO |

105 104

La estructura comunitaria –fundada en torno a las mayordomías y la organización barrial– garantiza y refuerza la vida social y cultural de Xochimilco

Page 58: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| XOCHIMILCO |

107 106

Otra festividad que no puede dejar de men-

cionarse es la fiesta patronal del barrio de Xaltocan o

El Xaltocan –palabra náhuatl que significa: “donde se

siembra en arena”– celebrada dos domingos previos al

Miércoles de Ceniza, dedica a la Virgen de los Dolo-

res. En esta fiesta tradicional que antecede y se conecta

naturalmente con el carnaval, al son de las bandas de

viento, de pasito duranguense, grupero y de chirimías

con teponaztles se mezcla el emotivo paseo que acom-

paña la procesión de la Inmaculada. Así, pueden verse

chinelos, huehuenches, animales humanizados, santia-

guitos y personas de todas las edades y géneros, que

con máscaras y estrafalarios atuendos, o sin ellos, riegan

por las calles su energía vital para honrar un nuevo ciclo

de vida.

Don Sebastián Flores Farfán, cronista de la de-

legación Xochimilco, comenta: “Los carnavales de Xo-

chimilco son fiestas recientes, esta celebración tiene

un arraigo de apenas cuarenta años en la zona. Solía

ser una festividad pequeña hasta que, a inicios de los

ochentas, el ingeniero Mariano Velasco incitado por su

célebre sobrino, Raúl Velasco, conductor del programa

Siempre en Domingo, avivaron el carnaval”.

Según el testimonio, el jefe delegacional de

aquellos años, entusiasmado con la propuesta se dio a

la tarea de implementar acciones que fortalecieran al

carnaval local, exhortó a las autoridades de las escuelas

de educación básica a participar activamente en la cele-

bración. Se instó a los vecinos a participar en la transfor-

mación de los vehículos empleados en las actividades

cotidianas, desde aquellos que se usaban para el traba-

jo familiar hasta los camiones recolectores de basura,

en vistosos y alegres carros alegóricos que dieran real-

ce al desfile carnavalero.

Distribuida en catorce pueblos y diecisiete barrios, la delegación de Xochimilco hace gala de su vocación festiva, sostenida en una arraigada identidad y organización comunitaria.

Page 59: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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| XOCHIMILCO |

111 110

Don Sebastián Flores Farfán, cronista de la delegación Xochimilco, comenta: “Los carnavales de Xochimilco son fiestas recientes, esta celebración tiene un arraigo de apenas cuarenta años en la zona. Solía ser una festividad pequeña hasta que a inicios de los ochentas, el ingeniero Mariano Velasco incitado por su célebre sobrino, Raúl Velasco, conductor del programa Siempre en Domingo avivaron el carnaval”.

Page 61: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| XOCHIMILCO |

113 112

Dicha iniciativa fue tan exitosa que locatarios de

los mercados y embarcaderos de la zona se unieron

para hacer la fiesta en grande y fortalecer la tradición.

El carnaval fue creciendo exponencialmente al punto de

atraer a público y comparsas de diversos puntos de la

República Mexicana –incluyendo aquellas que una vez

terminado el carnaval venían desde el entrañable Puer-

to de Veracruz– para incentivar la desbordante alegría

que encontraba en la explanada delegacional su epicen-

tro.

Con el transcurrir de los años, el carnaval en Xo-

chimilco perdió fuerza, hasta el punto que llegó a des-

aparecer por algunos años. Sin embargo, en 2008, la

inquietud ciudadana recuperó los adormecidos bríos y

restableció la fiesta. Las escuelas de todos los niveles

y casas de cultura locales fueron convocadas a formar

sus propias cuadrillas. También invitaron a participar a

comparsas de otros lugares, como los charros de Santa

María Aztahuacán, los chinelos de Morelos, los huehuen-

ches xochimilcas, entre otros. Con este nuevo impulso,

los danzantes entre máscaras, tarolas, trompetas, trom-

bones, tamboras y pistas musicales previamente graba-

das, volvieron a inundar las multicolores calles y aveni-

das de Xochimilco.

Cada año se suman nuevas comparsas que de

a poco han ido incorporando a su tradicional montaje

a personajes de la política y el mundo del espectáculo.

Pero a diferencia de otras delegaciones, donde el carna-

val es fiesta principal, en Xochimilco comparte el prota-

gonismo con un extenso número de festividades que a lo

largo del año provocan que las comparsas de los distin-

tos rumbos se esfuercen por ser reconocidas como las

mejores.

La estructura comunitaria –fundada en torno a las

mayordomías y la organización barrial– garantiza y re-

fuerza la vida social y cultural de este territorio. Cada

vez que un mayordomo toma la responsabilidad de cui-

dar al Niñopa, lo acompaña una nueva comparsa, has-

ta que, al siguiente 2 de febrero, deba entregar al Niño

Dios a la comparsa que hará la sustitución.

Don Sebastián Flores Farfán, cronista, comenta:

“Si bien algunas danzas casi han desaparecido, como la

danza de “Los Santiaguitos” –que es una representación

de la batalla de moros y cristianos, donde los personajes

llevan capas rojas– el entusiasmo de los lugareños es tan

grande que cada año surge al menos una nueva com-

parsa. Hay reconocidas alrededor de veinticinco com-

parsas en la zona, que renuevan constantemente nuestra

tradición y el sentir xochimilca”.

A caballo entre la modernidad y la tradición, Xo-

chimilco es una muestra inmejorable de cómo los pue-

blos pueden mirar al futuro sin olvidar su historia. Y para

muestra un botón, entre chinampas y asfalto el gusto

prehispánico por la comida continua vigente, por lo que

el convite ofrecido a los asistentes al festejo comunitario

es fundamental. Cada año los pescadores van recorrien-

do las orillas del lago de Xochimilco confiados en reco-

lectar las presas necesarias para el banquete que tendrá

lugar al día siguiente. La organización de la comilona es

compleja. Las familias locales cocinan mole con pollo y

arroz para los pescadores, que entre sus redes traerán:

peces, acociles, charales, michpetos, ajolotes o almejas

con los que se prepararán los “tlapiques” (tamalitos asa-

dos, hechos en hoja de maíz a base de pescado, tomate

verde, cebolla, venas de chile y epazote). También se

prepara el “michmole” (tomate verde o rojo molido con

chile y sazonado con cebolla y epazote, servido sobre

pescados, ajolotes, ranas, almejas o menudencias de

pollo) que acompañado con agua de chía será compar-

tido como los dones más preciados de la vida. Así pues,

esta mezcla de sabores, olores, ropajes, máscaras, tam-

bores y música de viento anuncia en forma inequívoca el

comienzo de un carnaval más. Con el transcurrir de los años, el carnaval en Xochimilco perdió fuerza, hasta el punto que llegó a desaparecer por algunos años. Sin embargo, en 2008, la inquietud ciudadana recuperó los adormecidos bríos y restableció la fiesta.

Page 62: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

115 114

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| XOCHIMILCO |

117 116

A caballo entre la modernidad y la tradición, Xochimilco es una muestra inmejorable de cómo los pueblos pueden mirar al futuro sin olvidar su historia.

Page 64: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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Así pues, esta mezcla de sabores, olores, ropajes, máscaras, tambores y música de viento anuncia en forma inequívoca el comienzo de un carnaval más.

Page 65: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

119

AZ

CA

POT

ZA

LC

O

Page 66: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| AZCAPOTZALCO |

121 120

En pleno siglo XXI el carnaval en Azcapotzalco persiste

como una forma de enraizar la identidad local, median-

te la rememoración de añejas prácticas culturales que

poca a poco han ido incorporando en el sentir y en la

cotidianidad de las nuevas generaciones.

De acuerdo con el arqueólogo José Antonio

Urdapilleta Pérez, cronista de la delegación, esta zona

otomí se regía por el calendario solar prehispánico para

realizar sus rituales agrarios. Por lo que sus actuales ha-

bitantes han intentado mantener la misma calendariza-

ción en sus festividades

A cuatro años de organizar el carnaval, las for-

mas y texturas de esta joven festividad continúan defi-

niéndose. Esta inquietud carnavalesca fue introducida

por los profesores de la Casa de Cultura Morelos.

El cambio de mayordomía de la Virgen de los

Remedios se convirtió naturalmente en la fecha emble-

mática del carnaval, ya que se efectúa –desde hace más

de 150 años– el domingo previo al Miércoles de Ceni-

za. Así, en 2010, en el primer año de carnaval en Santia-

go Ahuizotla, no hubo temática. Sobre ello nos comentó

Miguel Ángel García, profesor de la Casa de Cultura:

“Salimos a las calles con máscaras de mariposas, aves o

cualquier otro animal que nosotros mismos hicimos con

materiales reciclados. Fuimos más de cincuenta y lo im-

portante fue expresar la alegría de nuestro pueblo y dar

inicio a una tradición”.

AZCAPOTZALCOCARNAVAL DE SANTIAGO AHUIZOTLA

Este 2013 incluso llegaron comparsas de la dele-

gación Gustavo A. Madero por lo que huehuenches, chi-

nelos y bandas de viento coincidieron en Azcapotzalco

llevar a cabo la fiesta. Este año marchó un ahuizote (del

náhuatl, “perro de agua”) –figura que en adelante será

representativa de Santiago Ahuizotla– acompañando a

las comparsas.

PORTADA: TORITO DE PÓLVORA.TALLER DE DANZA REGIONAL DE LA CASA DE CULTURA MORELOS.

PERSONAJE LA VOZ DEL TIEMPO QUE CUENTA EL PASADO, PRESENTE Y FUTURO DEL CARNAVAL.

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| AZCAPOTZALCO |

123 122 DANZA CHÚL DE LA HUASTECA VERACRUZANA

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PREPARATIVOS DE SANTIAGO EL MAYOR.

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TRADICIONAL “PALO ENCEBADO”.

El palo encebado es una herencia que ha sobrevivido desde tiempos prehispánicos. Uno de sus antecedentes clarificadores es la fiesta tepaneca de Azcapotzalco que se hacía en honor a Otontecutli. Ésta consistía en colocar, en la copa de un árbol de ocote, las insignias de un guerrero y una figura hecha de semilla de amaranto y miel, para que los participantes lucharan por alcanzarlas. El ganador obtenía las insignias y los desafortunados recibían un trozo de la figurilla dulce. José Antonio Urdapilleta, cronista de Azcapotzalco

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| AZCAPOTZALCO |

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DANZA DEL MAÍZ CENTÉOTL.

En el esfuerzo de buscar identidad, el 29 de julio de 2013 se repitió el carnaval. En la fiesta no faltaron las danzas dedica-das a Diosa del maíz y al señor Santiago y tampoco personajes como el “tlachiquero”, encargado de extraer el aguamiel de la planta de maguey.

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Jorge Pineda Cervantes –fotógrafo y cineasta in-

dependiente y actual director y asesor pedagógico de

la Casa de la Cultura y decisivo impulsor de la fiesta–

nos comenta “El carnaval, al ser nuevo, debe involucrar

poco a poco a la gente en el saber de su historia para

que participe. El objetivo es personalizar el carnaval se-

gún los gustos del pueblo y trabajar para que tenga su

propia música original”.

En el esfuerzo de buscar identidad, el 29 de julio

de 2013 se repitió el carnaval. En la fiesta no faltaron las

danzas dedicadas a diosa del Maíz y al Señor Santiago y

tampoco personajes como el “tlachiquero”, encargado

de extraer el aguamiel de la planta de maguey. Sobre el

tema de las bebidas tradicionales, nos comenta el cro-

nista que, hacia 1974, había más pulquerías que escue-

las; actualmente solo existe una en toda la delegación de

Azcapotzalco.

La música que da vida a la celebración está a

cargo de Ricardo Manuel Alonso Pilón, músico compro-

metido con el rescate y difusión de la lengua náhuatl y

la música prehispánica y quien, en la actualidad, desa-

rrolla un proyecto para recopilar ritmos propios de la

comunidad.

Los estudiosos de la cultura suelen considerar

las tradiciones de los pueblos y barrios como materia

prima para desarrollar sus principales temas de inves-

tigación. El carnaval que recién inicia en Azcapotzalco,

implica al científico social un nuevo reto: atestiguar el

nacimiento de una nueva tradición carnavalera que bus-

ca en el pasado el sostén del futuro. Y serán los habitan-

tes de esta delegación quienes le den a este carnaval

historias para contar y recordar.

REPRESENTACIÓN DE SANTIAGO EL MAYOR DIOSA DEL MAÍZ CHICOMECÓATL. CUETERO

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| AZCAPOTZALCO |

137 136

DIABLITA INTENTANDO “ECHAR A PERDER” LA COSECHA DEL MAÍZ.

SANTIAGO EL MAYOR, ESCULTURA REALIZADA POR LA CASA DE CULTURA EN PAPEL MACHÉ.

MÁSCARA DEL DIOS DEL MAÍZ CENTÉOTL.

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141

TL

ÁH

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C

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| TLÁHUAC |

143 142

Se sabe por algunas fotografías que el primer carnaval

después de la Revolución, desfiló en 1920 en San Fran-

cisco Tlaltenco. Los pioneros de esta festividad fueron

Agapito Mancilla, Dionisio Chávez y Gregorio Ruiz,

quienes no se imaginaban que la fiesta se extendería por

más de cinco generaciones.

Sin embargo, la tradición oral plantea que el car-

naval pudo haber existido antes de la Revolución Mexi-

cana y que con dicha revuelta se dispersó, pues muchos

tlahuaquenses emigraron para refugiarse en otros pue-

blos, por ejemplo, en Tlaxcala. Durante su refugio, estas

personas aprendieron nuevos estilos de música y baile

que llevaron consigo de vuelta a Tláhuac. Cuando el mo-

vimiento armado terminó reintegraron el carnaval, pero

ahora enriquecido con más formas musicales y dancísti-

cas, que le dieron una nueva identidad. En algunos luga-

res como San Pedro Tláhuac, se asegura incluso que el

carnaval perduró durante la Revolución, ya que se inte-

graron algunas canciones revolucionarias al repertorio

de la fiesta carnavalesca, aunque de igual forma las mi-

graciones terminaron por nutrir los desfiles.

Una situación que ayudó al resurgimiento del

carnaval fue la unión de los ciudadanos. Las familias que

TLÁHUACLOS CARNAVALES DE

habían emigrado a causa de los enfrentamientos béli-

cos, encontraron estragos en los paisajes en los que al-

guna vez se pasearon Maximiliano de Habsburgo y su

esposa Carlota, lo cual despertó un profundo y ejemplar

sentimiento de solidaridad y fraternidad entre los pobla-

dores. Nos platica Jaime Leyte Mancilla que “ante el es-

cenario que dejó la Revolución, los vecinos decidieron

unirse formando sociedades como la de Tlaltenco, que

sirvió como plataforma para crear la Sociedad Mutua-

lista y Recreativa Benito Juárez, a través de la cual los

vecinos rehabilitaron casas y campos”.

Lo cierto es que cuando la región comenzó a re-

ponerse social y económicamente, el carnaval se fortale-

ció como una herencia cultural que además contribuyó a

la unión social: “Para finales de la década de los veinte,

la estabilidad había sido recuperada y en la misma de-

marcación en la que Zapata montó uno de sus cuarteles

de guerra, los vecinos se enfocaban ahora un poco más

a la fiesta del carnaval, puesto que les concedía espar-

cimiento y diversión fortaleciendo sus lazos comunita-

rios”, nos dice Alfredo Rioja Castañeda, heredero de la

tradición carnavalera reiniciada por sus abuelos.

CHARRO DE LA SOCIEDAD BENITO JUÁREZ. CARNAVAL DE SAN FRANCISCO TLALTENCO

CARNAVAL DE SAN PEDRO TLÁHUAC

Los carnavales en Tláhuac han contribuido a la vasta historia de esta delegación, han aportado a su reestructuración social y han permeado la identidad de sus habitantes. Lo que es realmente sorprendente es la fuerza de su presente, en una ciudad impersonal y hasta lejana, que sean miles las familias que intervienen en esta tradición, miles los que dejan el corazón en el baile y la música, miles los que con su alegría garantizan el futuro de esta festividad que seguro será prominente.

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COMPARSA DE CAPORALES DEL CARNAVAL DE SAN PEDRO TLÁHUAC

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147 146 CARNAVAL DE ZAPOTITLÁN CARNAVAL DE SAN PEDRO TLÁHUAC

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CARNAVAL DE ZAPOTITLÁN.

CARNAVAL DE SANTA CATARINA YECAHUÍZOTL.

En ese entonces en algunos carnavales de Tláhuac caminaban grupos de gente disfrazados de caníbales, cargando cazue-las enormes. Estos grupos de pronto se detenían y colocaban el trasto encima de un puñado de zacate húmedo al que le prendían fuego con el objetivo de que por no estar seco solo esparciera humo figurando una fogata, hecho esto, metían un caníbal dentro de la cazuela y otros caníbales danzaban alrededor

Esperanza Mancilla Castañeda, cronista de Tláhuac

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| TLÁHUAC |

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Menciona la profesora Esperanza Mancilla Cas-

tañeda, cronista de Tláhuac que por esta misma época el

carnaval era diverso: “Al principio, en algunos pueblos,

la gente se disfrazaba con ropa vieja o con algún mote

extraordinario, por ejemplo, pieles de animales que ha-

bitaban en el cerro como tejones, coyotes, armadillos

o cualquier otra cosita que sirviera para un disfraz que

fuera visto con alegría en el carnaval”.

Hacia los años treinta se veían en los carnavales

de Tláhuac, personajes como “la pareja de novios”, “los

ositos”, “el diablo” y, por supuesto, los tradicionales cha-

rros, caporales y damas. Además se encontraban otros

personajes muy curiosos como los hombres vestidos

de mujer, que a manera de parodia, cargaban un bebé

en el rebozo mientras caminaban con enaguas y huipi-

les. “En ese entonces en algunos carnavales de Tláhuac

caminaban grupos de gente disfrazados de caníbales

cargando cazuelas enormes. Estos grupos de pronto se

detenían y colocaban el trasto encima de un puñado de

zacate húmedo al que le prendían fuego con el objetivo

de que por no estar seco solo esparciera humo figuran-

do una fogata, hecho esto, metían un caníbal dentro de la

cazuela y otros caníbales danzaban alrededor”, cuenta

la profesora Esperanza.

Hacia la mitad del siglo XX el carnaval había evo-

lucionado, las comparsas en diferentes pueblos habían

cobrado tanta fuerza que ya se disputaban el reconoci-

miento por el charro más original, el traje de dama más

llamativo, el carro alegórico más vistoso, la reina más

ataviada, y el mejor grupo de música.

Es natural que las manifestaciones culturales

cambien con el tiempo, por eso en Tláhuac el carnaval

ha visto transformaciones en su música y en sus vesti-

mentas pero también en su sistema organizativo. Un

ejemplo de estos cambios es la forma de participar de

las mujeres, nos explica Beatriz Mancilla, profesora de

educación primaria y una de las primeras mujeres en

participar en el recorrido del carnaval: “La participación

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femenina en el principio era limitada, las mujeres sólo

acompañaban a los hombres que eran los que le daban

vida al carnaval. Las primeras en bailar cuadrillas lo hi-

cieron hasta el año 1940 y acompañar a los hombres en

el recorrido se logró en el año 1955, al menos así fue en

Tlaltenco”.

Actualmente el carnaval sigue siendo motivo y

causa de cohesión entre la población, Eloy Palma, ve-

cino de esta demarcación, señala que: “El carnaval ha

tomado distintos caminos en Tláhuac, pero siempre es

una festividad que genera en esta delegación participa-

ción ciudadana, como una de sus principales caracterís-

ticas”.

Marcos Zaldívar Espejel hace una radiografía

de los carnavales en esta demarcación al señalar que:

“En el caso de Santa Catarina Yecahuízotl los charros y

caporales van apegados al tema del trabajo y la fiesta.

San Pedro Tláhuac tiene un misticismo único y además

son los únicos que tiene al Judas. Por otro lado, Tlalten-

co tiene al carnaval en un tenor de distracción y alegría

pero también de tradición, pues aquí siempre han baila-

do los charros y las damas sin cambiar su atuendo por

el orgullo de conservar sus costumbres y qué decir de

Zapotitlán con la belleza de sus carros alegóricos ador-

nados con flores naturales y sus comparsas orgullosas y

apasionadas que bailan hasta el último aliento”.

Es evidente que los carnavales en Tláhuac han

contribuido a la vasta historia de esta delegación, que

han aportado a su reestructuración social y que han per-

meado la identidad de sus habitantes. Lo que es real-

mente sorprendente es la fuerza de su presente, que

en una ciudad impersonal y hasta lejana, sean miles las

familias que intervienen en esta tradición, miles los que

dejan el corazón en el baile y la música, miles los que

con su alegría garantizan el futuro de esta festividad que

seguro será prominente.

CARNAVAL DE SANTA CATARINA YECAHUÍZOTL.

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| TLÁHUAC |

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Si una revuelta armada no logró acallar la alegría

del carnaval, mucho menos la indiferencia de los ajenos

o la frialdad de las autoridades locales lograrán borrar

las sonrisas de la dama, o el bullicio de la trompeta, no

detendrán el fuete del caporal ni trastabillará el charro

cuando baile, todo lo contrario, cada vez la dama sonrei-

rá más alegre y el charro bailará mas fuerte, porque hoy

la llama de los carnavales de Tláhuac está encendida.

Es una hoguera, casi un incendio en el corazón de los

Tlahuaquenses. Hoy los carnavales ¡están más vivos que

nunca!

Carnaval de San Francisco Tlaltenco

Amanece en Tlaltenco, los parques rodeados de

pirules y el paisaje pintoresco aguardan el momento del

baile y el alboroto, el “día de los feos” está por comen-

zar. En el segundo domingo de cuaresma, es decir dos

domingos después del Miércoles de Ceniza, cuando el

sol comienza a alcanzar el cenit las comparsas toman las

calles y, al ritmo de la banda de viento, niños, jóvenes,

hombres y mujeres bailan y brincan con sus atavíos ins-

pirados en personajes del cine, políticos u otro icono del

imaginario popular. Personajes de la película Avatar, ex

presidentes, músicos, guerreros águila, tlatoanis o acto-

res de telenovela se mezclan entre los personajes tra-

dicionales del carnaval de “los feos” como “la muerte”,

“el diablo” y “el gorila”.

En punto del medio día del tercer domingo de

cuaresma se reúnen los participantes del carnaval para

dar inicio al Baile de charros y damas. Cada comparsa

tiene su propia ruta y por ella desfilan los carros alegó-

ricos que trasladan a las reinas hasta la plazuela donde

se bailan cuadrillas y se hace la coronación y baile que

cerrará la celebración.

Los charros y las damas del carnaval de Tlalten-

co bailan las corridas acompañados de una banda de

viento que interpreta canciones como “Las Lolas”, “Los

Pecados de Lola”, “Los de Levita”, “Los Lanceros”, entre

otros. Las mujeres ataviadas con vestidos de coctel y los

hombres con el tradicional traje de charro: guantes, bo-

tas blancas o color hueso, sombrero bordado, máscara

de cera, fuete y, por supuesto, una pistola amarrada al

cinturón. Sobre las pistolas comenta Edgar Hernández:

“Aunque ya sólo es una réplica que ya no dispara en el

recorrido”.

El carnaval de Tlaltenco surgió en 1920, impul-

sado por la Sociedad Benito Juárez, pero hacia 1947 na-

ció una comparsa que también contribuyó al desarrollo

de la tradición carnavalesca el Club Juvenil. “En 1947,

dicha comparsa se presentó con su reina en el carro

alegórico acompañado de “Que rico mambo” de Pé-

rez Prado”, nos cuenta la señora María Rosa de la Rosa,

quien conserva el legado carnavalesco de los fundado-

res del Club Juvenil. Los grupos siguieron surgiendo:

Los Chupamaros, Los Guadalupanos, Las Guadalupa-

nas, Zacatenco, Barrio Fuerte, La Selene, grupos infan-

tiles y más que durante mucho tiempo crearon ingenio-

sas comparsas que hasta hoy surcan las calles de sus

pueblos. “No me imagino el carnaval sin otras compar-

sas, le dan vida y alegría y nos genera mucha emoción

el poder competir y compartir en el carnaval, nuestra

herencia cultural”, agrega el señor Camilo Reyes Man-

cilla, quien es también descendiente de los iniciadores

del carnaval y enérgico promotor cultural de Tláhuac.

Cada año la alegría del pueblo finaliza con la

convivencia anhelada por locales y visitantes. Música,

baile, gastronomía, sonrisas y recuerdos cierran cada

año el carnaval.

Carnaval de Santiago Zapotitlán

En Santiago Zapotitlán el carnaval tiene sus orí-

genes en la danza de azcachichintles, un baile que por

el pasar del tiempo y los cambios sociales ya ha desa-

parecido. Se tiene conocimiento de que el carnaval co-

menzó en esta zona en los últimos años de la década de

LA “DAMA” Y EL “CHARRO” DE LA SOCIEDAD BENITO JUÁREZ. CARNAVAL DE SAN FRANCISCO TLALTENCO

Hacia la mitad del siglo XX el carnaval había evolucionado, las comparsas en diferentes pueblos habían cobrado tanta fuerza que ya se disputaban el reconocimiento por el charro más original, el traje de dama más llamativo, el carro alegórico más vistoso, la reina más ataviada, y el mejor grupo de música.

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| TLÁHUAC |

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los veinte y los primeros de los treinta, donde se veía

bailotear a los primeros huehues con sus máscaras de

cera, que representaban un rostro europeo y que más

tarde cambiarían para ser de cartón con alusión a ani-

males como chivos, toros o perros y personajes como el

diablo y las brujas.

Al igual que en Tlaltenco la participación de la

mujer aquí era limitada, la lucha de las mujeres por par-

ticipar en el carnaval comenzó en la década de los cua-

renta originando un movimiento en la delegación a favor

de la participación femenina. Es curioso mencionar que

se conquistó este objetivo en la década siguiente, la de

los cincuenta, en la cual también se le otorgó el voto a la

mujer a nivel nacional (1953). Es menester mencionarlo

porque se puede interpretar la lucha de las zapotitlecas

como parte de una lucha mayor en el país.

En la actualidad, el carnaval empieza el tercer

domingo de cuaresma con la participación de la com-

parsa de La Polilla, un grupo de adultos mayores (hom-

bres y mujeres) que, a pesar de sus años, bailan con

toda la energía de un joven con el afán de conservar su

tradición carnavalera. Nos cuenta el José Carlos Valdés

Noguerón, quien es nativo de Zapotitlán, que este día La

Polilla inunda las calles con disfraces en lo que la gente

conoce como la primera “loqueada”.

El domingo siguiente la misma comparsa sale

con sus disfraces tradicionales de charros, hombres y

mujeres en pareja bailan para divertirse por las calles

para celebrar sus raíces. El quinto domingo de cuares-

ma, descansan y el sexto sale toda la “loqueada” y, final-

mente, el domingo siguiente es el cierre de carnaval.

Las comparsas del Club Santiago de charros,

del Club Raíces los Caporales, Club Unión Zapotitlán y

Club Halcones, así como los Carvernícolas y otros, to-

man las calles transformándolas en una fiesta de color,

banda de viento, charros y caporales. Alegres formas

multicolores hechas de flores naturales adornan el carro

alegórico en el que viaja la reina con sus princesas hacia

la coronación en la explanada frente a la iglesia, donde

antes de la ceremonia se bailan cuadrillas durante varias

horas. El carnaval finaliza con los convivios organizados

con motivo de la coronación de la reina y princesas. Esta

celebración ha perdurado por más de tres generacio-

nes. “Es para mí una gran alegría ver las tradiciones de

mi pueblo”, comenta José Carlos mientras de fondo se

escuchan las campanas de la iglesia entonando “La Biki-

na”, dándole a la noche un toque de añoranza y buenos

recuerdos.

Carnaval de Santa Catarina Yecahuízotl

Desde hace más de ocho décadas, en Santa Ca-

tarina se ven desfilar charros, caporales a lo ancho de

sus calles y avenidas. Acompañados de música de vien-

to, estos personajes surcan los paseos del pueblo con el

único interés de divertir a los espectadores y de mante-

ner una tradición que los hace sentirse orgullosos de su

procedencia.

El Domingo de Ramos, saltan a las calles decenas

de personas disfrazadas de cualquier personaje. El bai-

le conocido como “la locada” pone a bailar a cientos de

espectadores que acuden a mirar y valorar el ingenio de

quienes se animan a bailar, algunos contagiados por la

alegría bailan aunque no porten ningún atuendo extraor-

dinario de carnaval.

El Sábado de Gloria, ocho días después de “la

locada”, salen a las calles los primeros charros y capora-

les a danzar en parejas con las charras y las mujeres que

portan su vestimenta estilo escaramuza de charrería. El

carnaval llega a su culmen el Domingo de Resurrección

cuando todas las comparsas desfilan por los paseos: la

comparsa de la Sección Primera, la Sección Segunda, la

Asociación de Charros y las comparsas infantiles.

Representación de los disfrazados en el cierre del carnaval: “la muerte”. “La hechicera Tlahuica de los mil amores”-personaje caracterizado por don José Cecilio Calzada Cadena- influyó en el carnaval durante la década de los 90. Dicho personaje inclusofue nombrado en varias notas periodísticas Finalmente, el judas de cartón y de carrizo destinado a la quema.

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| TLÁHUAC |

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CARNAVAL DE SAN PEDRO TLÁHUAC

Marcos Zaldívar Espejel hace una radiografía de los carnavales en esta demarcación al señalar que: “En el caso de Santa Catarina Yecahuízotl los charros y caporales van apegados al tema del trabajo y la fiesta. San Pedro Tláhuac tiene un misticismo único y además son los únicos que tiene al “Judas”. Por otro lado, Tlaltenco tiene al carnaval en un tenor de distracción y alegría pero también de tradición, pues aquí siempre han bailado los charros y las damas sin cambiar su atuendo por el orgullo de conservar sus costumbres y qué decir de Zapotitlán con la belleza de sus carros alegóricos adornados con flores naturales y sus comparsas orgullosas y apasionadas que bailan hasta el último aliento”.

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Cada comparsa se reune por la mañana para sa-

lir en los carros alegóricos, con su reina y así iniciar el

primer recorrido. Al medio día hacen un descanso para

tomar los alimentos en la casa de la reina de la compar-

sa correspondiente. Al atardecer, charros, caporales

y disfrazados vuelven a tomar las calles con su alegría

carnavalesca para llegar así al momento de la corona-

ción. “Todas las comparsas tienen a su reina, incluso las

infantiles tienen su reinita, además de las princesas que

llevan a sus padrinos para que también las coronen. Es

tradición que las comparsas de las secciones Primera

y Segunda coronen en la plaza frente a la iglesia por el

espacio que hay allí, nosotros los de la Asociación de

Charros coronamos en el salón ejidal y las comparsas

infantiles pues depende de lo que decidan los organiza-

dores, algunas veces coronan en la plaza y otras eligen

lugares distintos”, cuenta Mauricio Infante Cañas, presi-

dente de la Asociación de Charros de Santa Catarina.

Luego de la coronación, las comparsas realizan

un baile para que la gente del pueblo y los visitantes

convivan. Una locura de fiesta, donde quiera que se tran-

site el día de carnaval se hallará jolgorio y alegría.

Carnaval de San Pedro Tláhuac

Judas es el nombre que recibe una artesanía he-

cha de papel y carrizo para el desfile de carnaval. En

San Pedro desde hace muchos años se acostumbra ha-

cer estas figuras gigantes y multicolores para burlarse

de personajes de la política o de la sociedad, estas fi-

guras nacieron como tradición en las pulquerías aun-

que ahora se queman en la explanada durante el cierre

del carnaval. “Aquí al que se porte mal le hacemos su

judas. Hace tiempo hubo un padrecito que se opuso al

carnaval y pues hasta a él le hicimos su judas también y

lo quemamos”, explica Ezequiel Calzada Martínez, con

una sonrisa dibujada al recordar la alegría del carnaval.

Este carnaval cuenta con más de ochenta años de tradi-

ción, en un principio sólo se veía gente disfrazada, con

el tiempo se unieron caporales y charros. “Se bailaban

canciones revolucionarias de paso doble como la “Mar-

cha de Zacatecas”, “El Zopilote mojado”, “La Raspa”,

“Rascapetates”, “Las Pelonas “y actualmente ya se tocan

más ritmos con banda de viento”, cuenta José Cecilio

Calzada Cadena, uno de los carnavaleros más antiguos

de San Pedro.

“El traje tradicional masculino se compone de

sombrero de trigo, moño doble sencillo, camisa pachu-

queña, pantalón de caporal azul, gris o plateado, botín

charro, fuete, espuelas y cinto”, narra Emmanuel Calza-

da Martínez. Las mujeres siempre han tenido participa-

ción en el carnaval, no sólo en su papel de reina, pues

durante décadas han sido parte de la danza. Su traje está

diseñado con apego al del hombre. Maribel Córdova

señala que la vestimenta que usa la mujer en la compar-

sa de caporales es una blusa blanca de manga larga con

moño, chaleco y falda que hacen juego.

Aquí el carnaval comienza el Domingo de Ra-

mos, cuando salen los disfrazados. Posteriormente el

Domingo de Resurrección todas las comparsas salen a

las calles a bailar, excepto los charros que salen ocho

días después.

Desde el medio día los desfiles toman las calles,

las reinas viajan en sus carros alegóricos o sus calan-

drias y se coronan en la explanada de la delegación.

Este ritual finaliza con una fiesta donde la familia de la

reina ofrece comida a los participantes.

El carnaval llega a su fin, pero la alegría sigue y

no tardará demasiado para que se repita esa sensación

que nos narra Don José Cecilio: “Al oír la música se sien-

te un golpe fuerte en el pecho: ¡se siente que se sale el

toro del corral! Así empezamos a bailar… es un orgullo

ser de aquí”.

Actualmente el carnaval sigue siendo motivo y causa de cohesión entre la población, Eloy Palma, vecino de esta demarcación, señala que: “El carnaval ha tomado distintos caminos en Tláhuac, pero siempre es una festividad que genera en esta delegación participa-ción ciudadana, como una de sus principales características”.

COMPARSA Y REINA DEL CLUB JUVENIL TLALTENCO

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CARNAVALES DE TLÁHUAC CARNAVALES DE TLÁHUAC

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Pueblo de San Francisco Tlaltenco

Sociedad Benito Juárez 2,3 y 4 de marzo

Club Juvenil San Francisco Tlaltenco

2,3 y 4 de marzo Tercer domingo de cuaresma

Tercer domingo de cuaresma

Barrio Fuerte 16 y 17 de febrero Domingo después de MC

Santa Catarina 29,30,31 de marzo y 8 de abril

VS, SG, DRe y domingo siguiente

Grupo Guadalupanos 23 de febrero, 9,10 y 11 de marzo

Segundo y cuarto sábado de cuaresma

Comparsa independiente Chupamaros

10 de marzo Cuarto domingo de cuaresma

Comparsa Zacatenco 8 de marzo Cuarto viernes de cuaresma

Comparsa La Guadalupana 10 y 11 de marzo Cuarto domingo de cuaresma y lunes siguiente

Comparsa Cultural Selene 10 de marzo Cuarto domingo de cuaresma

Comparsa Ampliación Selene 17 de marzo Quinto domingo de cuaresma

Asociación Mazatepec 23 de marzo Sábado antes de SS

Amigos de Mazatepec 24 de marzo DRa Club infan�l El Popo y sus Cariñosos

14 y 15 de abril Segundo domingo después de SS y lunes siguiente

Pueblo de San Pedro Tláhuac

Comparsa Tradicional de Caporales

24 de marzo DRa

Comparsa de Caporales 31 de marzo DReComparsa de Caporales Alegres

31 de marzo DRe

Comparsa de caporales Santa Cecilia

31 de marzo

31 de marzo

DRe

Club de Caporales DReComparsa de Caporales San Pedro Tláhuac

31 de marzo y 6 de abril DRe y sábado después de SS

MC: Miércoles de Ceniza VS: Viernes Santo SG: Sábado de Gloria

DRe: Domingo de Resurrección DRa: Domingo de RamosSS: Semana Santa

Nota: El segundo domingo de cuaresma todas las comparsas de Tlaltenco salen a bailar disfrazados Fuente: Marcos Zaldívar Espejel/ Promotor social y cultural y carnavalero. Eloy Palma/ Promotor social

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Pueblo de Santa Catarina Yecahuízotl

Asociación de Charros 31 de marzo

31 de marzo 31 de marzo

31 de marzo

31 de marzo

31 de marzo

31 de marzo

31 de marzo

DRe

DRe DRe

DRe

DRe

DRe

DRe

DRe

Comparsa Nueva Generación de Caporales

29 y 31 de marzo VS y DRe

Originales Caporales 30 y 31 de marzo SG y DReComparsa Monarca Los Peques, comparsa infan�l de caporales Cuadrilla Juventud Salazar Segunda Sección de Carnaval Nueva Sociedad de Charros san Miguel Primera sección de Charros Carnaval infan�l 8 de abril Segundo lunes

después de SS

Pueblo de Zapo�tlán

Club San�ago Chávez 16 de marzo disfrazados 23 y 24 de marzo charros

Quinto sábado de cuaresma

Club Oro A. y amigos Raíces de los Caporalitos

5,6 y 7 de abril Viernes a domingo después de SS

Tradicional carnaval de Comparsa Cavernícolas

21 de abril Cuarto domingo después de SS

Carnaval de comparsa Charros Unión Zapo�tlán

14, 20, 21, 27 de abril Segundo domingo después de SS, tercer sábado y domingo después de SS y cuarto domingo después de SS

MC: Miércoles de Ceniza VS: Viernes Santo SG: Sábado de Gloria

DRe: Domingo de Resurrección DRa: Domingo de RamosSS: Semana Santa

Nota: El segundo domingo de cuaresma todas las comparsas de Tlaltenco salen a bailar disfrazados Fuente: Marcos Zaldívar Espejel/ Promotor social y cultural y carnavalero. Eloy Palma / Promotor social

Page 90: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

166

CARNAVAL DE SANTA CATARINA YECAHUÍZOTL

Si una revuelta armada no logró acallar la alegría del carnaval, mucho menos la indiferencia de los ajenos o la frialdad de las autoridades locales lograrán borrar las sonrisas de la “dama”, o el bullicio de la trompeta. No detendrán el fuete del caporal ni trastabillará el charro cuando baile, todo lo contrario, cada vez la “dama” sonreirá más alegre y el “charro” bailará más fuerte porque hoy la llama de los carnavales de Tláhuac está encendida, es una hoguera, casi un incendio en el corazón de los Tlahuaquenses. Hoy los carnavales ¡están más vivos que nunca!

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167

IZT

APA

LA

PA

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| IZTAPALAPA |

169 168

“No hay delegación más carnavalera en el Distrito Fede-

ral y su zona metropolitana que Iztapalapa. Aquí los car-

navales son fiesta principal en

los pueblos originarios, en los

barrios, en las colonias. Aquí

nos organizamos todo el año

para que la fiesta sea la mejor.

Es una fiesta cívica, ciudadana

donde cada año se suman más

y más comparsas, nuestros

carnavales tienen historia, ha-

cen cultura, nos dan identidad,

pero también dejan derrama

económica”, afirma Israel Be-

tanzos, promotor social de la

Delegación.

La historia oral ha sido

la fuente principal para enar-

bolar el posible antecedente de los carnavales. Los pro-

tagonistas de esta fiesta cuentan lo que sus padres, y

abuelos transmitieron en sus lugares de convivencia o

en el propio carnaval.

En el carnaval no sólo las historias se transmiten,

también sus oficios; lo que las manos de los carnavale-

ros realizan: máscaras, trajes de charros y disfrazados,

carros alegóricos y tocados de sombrero. Si algo dis-

IZTAPALAPALOS CARNAVALES DE

tingue a los carnavales de Iztapalapa, es que sus ma-

nufacturas son locales y son una referencia para los de-

más. Cada año, carnavaleros de

Iztacalco, Gustavo A. Madero,

Tláhuac, Milpa Alta, Venustiano

Carranza llegan a los pueblos y

barrios de Iztapalapa en busca

de máscaras, trajes de charros

e incluso carros alegóricos.

Al ubicarse en la encru-

cijada entre Puebla y Veracruz,

Iztapalapa sufrió un cambio de

lo agrícola a lo urbano. “Los ires

y venires comerciales, las mi-

graciones hacia la Ciudad de

México fueron configurando lo

que hoy es Iztapalapa: una de-

legación urbana con tradiciones

prehispánicas y coloniales, retroalimentadas con lo con-

temporáneo” precisa Alfonso Olvera Contreras, promo-

tor cultural de la delegación.

La organización de la fiesta permite afianzar lazos

familiares de compadrazgo, amistad y, al mismo tiempo,

fomenta oficios artesanales. Los procesos migratorios

recientes en Iztapalapa no han debilitado al carnaval, lo

han fortalecido. Los que llegan enriquecen su cultura y

BORDADO CARACTERÍSTICO DE LOS TRAJES DE CHARRO DE IZTAPALAPA, HECHO CON HILO CANUTILLO DE ORO.

CARRO ALEGÓRICO DE SANTA MARÍA AZTAHUACÁN.

ALFONSO OLVERA CONTRERAS, PROMOTOR SOCIAL Y CULTURAL.

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| IZTAPALAPA |

171 170

la forma de expresar la fiesta, en algunos casos, la per-

feccionan, como los músicos que llegan de Oaxaca y se

suman a las bandas musicales, característica también de

esta delegación, la generación de músicos festivos, que

son el alma de infinidad de fiestas en el D.F. y su zona

metropolitana

La fiesta en Iztapalapa es vital no sólo para la

propia delegación si no también es patrimonio de la

Ciudad de México. Esta singular tradición ciudadana, el

carnaval, que crece exponencialmente cada año, mues-

tra largo aliento y reafirma que la fiesta está más viva

que nunca.

Carnaval de Santa Cruz Meyehualco

Existen diversas teorías derivadas de la historia

oral sobre el surgimiento del carnaval en Santa Cruz

Meyehualco, una de ellas es la que cuenta Cristóbal

Contreras Contreras, miembro de la comparsa de cha-

rros Águilas Reales. “Una señora de allá de Los Reyes

trabajaba en el Castillo de Chapultepec como sirvienta

de Maximiliano y pues ella al ver los bailes de la nobleza

y el emperador se aprendió las cuadrillas y se las vino

a enseñar a los de la Magdalena. De allí aprendimos los

pueblos de por aquí a bailar y ahora eso es lo que hace-

mos en el carnaval, bailar para burlarnos de la nobleza”.

Fidencio López Contreras, quien es coordinador de

las comparsas del pueblo de Santa Cruz Meyehualco,

agrega que se estima que el carnaval inició en la época

de Maximiliano, alrededor de 1864, y aunque dejó de

realizarse durante la Revolución Mexicana, prevaleció

y se retomó hace cerca de ochenta años. Esto se puede

corroborar con las declaraciones de Alberto Martínez,

miembro de la comparsa Sociedad de Charros del Pue-

blo, quien asegura que la inició su abuelo Eulalio Alda-

na, en compañía de otros vecinos, hace más de setenta

años.

En la actualidad, las comparsas de charros desfi-

lan por las principales avenidas del pueblo, con sus tra-

jes bordados en hilo canutillo de oro y sus sombreros

que anteriormente eran de pelo de liebre o de conejo

se han sustituido con el tiempo. Las mujeres se suman

haciendo pareja con los charros, ellas portan trajes de

”charras” o “adelitas”, dependiendo del día que des-

filen y la comparsas a la que pertenezcan. Precedida

por una camioneta que transporta a la orquesta, algunas

comparsas de charros bailan con banda de viento. Cada

comparsa “se alinea detrás de la reina saliente que va

caminando y bailando, la reina entrante viaja en el ca-

rro alegórico y pues los demás caminamos y bailamos

al ritmo de las virginias, las cuadrillas y los pasodobles”,

precisa Alberto Martínez.

Por su parte, Ubaldo González Arteaga, miem-

bro de la comparsa de disfraces del barrio de Huexotit-

lán, señala que el baile de disfrazados en esta zona tiene

más de setenta años. Además, explica que el número

de disfrazados llega a mil, tan sólo en su comparsa hay

cerca de cuatrocientos afiliados que año con año divier-

ten a más de cincuenta mil espectadores que se dan cita

en Santa Cruz Meyehualco. “Nos disfrazamos de lo que

acordemos, este año [2013] nos vestimos de hambur-

guesas, hot dogs, papas y algunos otros de personajes

de películas como Iron Man, algunos más de políticos

famosos y pues de lo que se imagine usted”.

Cada año el carnaval cimbra la tierra, la baila-

da hace vibrar no sólo el suelo sino los corazones de

los participantes y los espectadores. El carnaval vive.

Fidencio López finaliza la conversación con la siguiente

declaración: “Somos una convivencia de pueblos que

nos preparamos todo el año, no sólo Santa Cruz sino los

que vienen de otros lados. Aquí todos somos el carna-

val. Queremos que se enteren que existimos, que somos

reales, de carne y hueso, que aquí estamos y que no nos

vamos”.

REINAS DE LAS COMPARSAS DEL CARNAVAL.

Page 94: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

173 172 REINA DEL CARNAVAL.

Carnaval de Santa María Aztahuacán

Santa María Aztahuacán, uno de los pueblos ori-

ginarios de Iztapalapa, se ha convertido en referente de

los carnavales de la Ciudad de México. No hay lugar del

D.F. donde se baile el carnaval y no conozcan o mencio-

nen este pueblo. Sus máscaras de cera han sido la inspi-

ración de muchos artesanos en otras delegaciones, sus

charros los precursores del traje bordado. Un lugar que

mantiene tradiciones precolombinas, que demuestran la

evolución histórica de las tradiciones en un legado inma-

terial, una riqueza cultural intangible que se puede tocar

con las manos.

Aquí el carnaval ha existido desde tiempos remo-

tos. En la época prehispánica existía una festividad que

duraba cerca de siete días en los cuales los pobladores

se agasajaban por la llegada de la primavera, por lo cual

se relaciona al carnaval en la actualidad. En estos días se

celebraba también “la cuelga” que consistía en clavar

en el suelo una vigueta enorme en cuya punta se coloca-

ba una cuerda corrediza que dos danzantes, uno vesti-

do de mujer representado a la primavera y otro vestido

de hombre encarnando el invierno, tomaban por cada

extremo para competir de tal modo que quien lograra

suspender al otro en el aire representaba el tiempo que

dominaría el resto del año. “Esta tradición prehispánica

aún se celebra entre algunos pobladores e incluso hasta

hace unos años. El lunes de cuelga era todavía un día de

referencia para el carnaval pues era el día de los carros

alegóricos”, dice Jesús González Zamora.

Por otro lado, la fiesta que pudo haber influido

este carnaval es el llamado “Día de campo” una celebra-

ción que se realiza desde tiempos prehispánicos. Anti-

guamente, la gente caminaba hacia la sierra de Santa

Catarina donde visitaban una imagen de Xochiquetzal,

señala Joel Chirino Castillo en su libro Aztahuacán ¡Don-

de ya no volarán las garzas!:“Un lunes del mes de octu-

bre, los agustinos, con azoro, vieron pasar un grupo de

naturales en solemne peregrinación hacia el cráter del

cerro de San Pablo. Se maravillaron por la brillantez y el

colorido de las túnicas de los principales y los adornos

florales y ofrendas destinadas a la diosa Xochiquetzal,

defensora de la fertilidad en los campos”. Actualmente

esta festividad se lleva a cabo en un predio llamado Los

Teatinos, en la Colonia Citlali, comenta Alfonso Olvera

Contreras, presidente de las Comparsas Carnavaleras

de Aztahuacán A.C.

Con el paso de los años, las costumbres prehis-

pánicas han ido mutando debido al sincretismo sufrido

con la cultura europea. Sobre el carnaval en la actuali-

dad, apunta Alfonso Olvera: “Se han congregado más de

cuarenta comparsas de charros y disfrazados, son miles

los que toman las calles, basta ver la sonrisa de los cha-

rros cuando hablan de su tradición o el baile de las chi-

chinas para sentir que llevan el carnaval en la sangre.”

En el principio la misma cantidad de comparsas, según

nos comenta Roberto Alejaldre, quien ha participado

por más de setenta años en el carnaval: “Sólo había dos

comparsas, los del pueblo y los del barrio”. Aunque por

su parte, Juan Medina Corona, señala que se crearon dos

comparsas de charros y las chichinas: “Eran los charros

del barrio, los del pueblo y la chichina”.

Sobre las chichinas agrega Juan José Ávila Me-

dina: “Surgieron a la par de los charros, la diferencia es

que aquellos ridiculizaban a los hombres y nosotros [las

chichinas] a las mujeres pudientes, a Carlota por ejem-

plo. Sin embargo, se ridiculiza además a otros persona-

jes como la policía, los políticos u otros del estilo”.

La alegría del carnaval permea a sus habitantes

y da un sentido de identidad inigualable desde hace mu-

cho tiempo. Afirmación que se observa en el gesto or-

gulloso de Pablo Chirino Castillo cuando indica: “Hemos

tenido casi siglo y medio de carnaval donde la fiesta pre-

valece aunque ahora ya es ciudadana la fiesta que solía

estar vinculada a la religión”.

Page 95: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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175 174 CHARROS DE SANTA CRUZ MEYEHUALCO.

Page 96: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

177 176

Para comprender la emoción de los aztahua-

quenses por su festividad, basta vivir un día de carnaval.

El primer domingo de cuaresma se reúnen todos los ca-

rros alegóricos por la mañana en la calle Jalisco, se pre-

paran las bandas de viento y los charros y las charras,

acompañados de los disfrazados, comienzan el recorri-

do que inunda de alegría el pueblo. Llegan caminando,

bailando y alborotando lo ancho de las calles hasta la

Plaza Benito Juárez, también conocida como la del Re-

loj, para luego seguir surcando las calles con su euforia.

“Hacia el atardecer la reina de cada comparsa se apro-

xima a su coronación en la Plaza de Santa Cecilia o la del

Reloj, o en algún otro lugar acordado por la directiva de

la comparsa”, apunta Elizabeth Téllez Medina, defenso-

ra de la participación femenina en el carnaval.

Santa María fue el paso obligado en el cual Zapa-

ta obtuvo muchos adeptos a sus huestes. La Revolución

tuvo tal trascendencia para los aztahuaquenses que du-

rante la época posrevolucioaria, el carnaval concentra-

ba no sólo a los charros, sino también a danzantes ves-

tidos con pantalón y camisa blanca de manta y rifle al

hombro, muy al estilo de las tropas zapatistas. Algunos

habitantes señalan que la bala que se detonaba en Santa

María Aztahuacán, muy característica de este lugar, era

una conmemoración de los zapatistas al finalizar la Re-

volución.

Así como el vestuario ha tenido distintas facetas,

la música ha experimentado sus evoluciones. Por la ca-

pacidad sonora que alcanzaron las bandas, comenzaron

a sustituir a las tradicionales orquestas que amenizaban

el carnaval y todo tipo de fiestas. Cada vez se requería

un sonido más potente.

Este carnaval ha sufrido los embates de quienes

están en contra de él. Aquellos que no distinguen su im-

portancia lo quieren ver apagado por juicios de valor

relacionados a la detonación de armas de fuego que,

aunque no se han provocado incidentes, las autoridades

insisten en atribuirle algunos contratiempos a la fiesta.

Sin embargo, no por ello el carnaval pierde vida, se

adapta, cambia, ahora los charros ya no salen con pisto-

la, ya no detonan, la tradición sigue viva porque los habi-

tantes así lo quieren y disfrutan. Es necesaria esa pasión

que los distingue, para que uno de los carnavales más

tradicionales del Distrito Federal y su zona conurbada

pueda seguir saliendo cada año. No importa quién se

pare enfrente, el carnaval sigue, la comparsa avanza.

Carros alegóricos

Los carros alegóricos son una tradición cuyas

raíces datan de los años cincuenta. Antes de su apari-

ción, las reinas caminaban con sus pajecitos. Acompa-

ñadas de las comparsas, hendían las calles con sus ma-

jestuosas capas hechas con pelo de conejo en diseños

muy al estilo de la nobleza europea. La vestimenta se

conservó cuando llegaron los carros, en el principio és-

tos llevaban un águila y un apache al frente, nos comen-

ta la señora Olivia Medina Corona, hija de uno de los

precursores. “Mi papá nos dijo: A ver hijos, ayúdenme

¿Dónde habrá guajolotes? Busquen y tráiganse unas plu-

mas. Así nosotros elaboramos el águila. Mi papá, don

Albino Cedillo; don Ángel Alonso; don José y don Pedro

Alonso; don Mauro Acevedo, esos hacíamos los carros.

Yo estaba niña”. En la actualidad una importante gama

de formas y colores nutren los carros. Santa María se ha

convertido en un lugar que incluso elabora carros para

otras delegaciones, nos cuentan Humberto Medina Co-

rona y Juana Corona Chirinos, quienes son innovadores

de esa tradición.

La banda

El toque vivo y sostenido de la tambora, los trom-

bones y las tarolas; la vibración en los labios del músico

para generar un río de sonido con las tubas; las trompe-

tas, los clarinetes y las charchetas, son una disolución de

sonoridad y resonancia que le da vida a las comparsas.

Las bandas de viento se posicionan como elemento cla-

BORDADO CON HILO DE ORO REPRESENTANDO UNA PAREJA A CABALLO.

Page 97: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

179 178

Page 98: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

181 180

ve para desarrollar armónicamente el carnaval en San-

ta María Aztahuacán, esto desde que llegó la primera

banda que tocó para esta celebración, Tepetlixpa, nos

dice Roberto Alejaldre. Comenta el joven Darío Aceve-

do que él pertenece a la Banda Abrileña, una de las ban-

das actuales surgidas por la pasión de la fiesta y el inte-

rés por recrear los sonidos que venían de otras partes

del país para amenizar los desfiles: “Tocamos jóvenes,

de diecisiete a veinticinco años,

ritmos como: cumbia carnavale-

ra, son y paso doble. Surgimos

de una comparsa que se llama

2 de abril, de allí nuestro nom-

bre”. Actualmente existen cerca

de quince bandas en Santa María

que trabajan no sólo aquí, sino

en otras regiones del D.F. y el

país, las cuales son enumeradas

por Pedro Marines Anaya como

sigue: Abrileña, Reina María, Es-

partanos, Orgullo de mi Pueblo,

Tierra de Garzas, La Jugosita, La

Nueva Ola, Flor de Cerezo, Las

Cruces y San Andrés. Estas son

bandas originarias que enrique-

cen la alegría de la mascarada,

además de las que llegaron de

Oaxaca, señala Luis Alonso: La

Reluciente, La Tremenda y Tierra

México.

Escultor

Juan Manuel Valadéz es artista plástico egresa-

do de la ENAP. Él, como ciudadano originario de Santa

María Aztahuacán, es un apasionado del arte popular de

este pueblo. Esa pasión es la que lo ha llevado a con-

tribuir a la difusión, por medio de sus propias obras, a

enriquecer la cultura popular, proliferando su arte como

un mecanismo que se suma a los existentes para garan-

tizar la presencia de las tradiciones. Con complejos tro-

feos que consisten en una escultura de charro en minia-

tura, pinturas y fabricación y reparación de máscaras de

cera el artista, comparte su cultura. Es necesario señalar

que parte de las máscaras que realiza Juan Manuel es-

tán hechas tomando la cara del charro como molde, es

decir, que quienes lo desean acuden con él para que les

haga una máscara con su cara.

Bordado del traje

En tiempos precolombi-

nos, los pobladores de Santa Ma-

ría Aztahuacán eran famosos en el

valle de México por sus múltiples

cualidades como bordadores

de pluma. Aunque actualmente

el bordado no ha perdido su es-

plendor, se hace con materiales

distintos pues “la tradición pre-

hispánica quedó sólo en la histo-

ria”, comenta Ana Bertha Chirino

Acevedo. Actualmente se bordan

trajes de charro carnavalero, se

trae el hilo canutillo de oro fran-

cés con el cual se realiza el artísti-

co tejido. Son las manos artesanas

de mujeres como Ana Bertha y su

hermana Yadira, oriundas de este

mismo lugar, las que tejen con

cuidado y paciencia a lo largo de

seis meses las figuras que brin-

dan un espectáculo de brillo y

complejidad en cada traje. Esta tradición fue iniciada por

Don Simón Espinoza y legada al pueblo que, por medio

de los hijos de Simón y otros artesanos y artesanas, lo

ha reproducido sumando ya un gran número de familias

involucradas en esta actividad artística.

Máscaras de cera

El fuego y el hierro se unen para dominar a la cera, la

tela y la cerda de caballo con las que se hacen las más-

caras. Un trabajo centenario y artesanal que por más de

ESCULTURA DE CHARRO Y MÁSCARA, ELABORADA POR JUAN MANUEL VALADÉZ.JUAN MANUEL VALADÉZ, ARTISTA PLÁSTICO.

Page 99: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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183 182

ANASTACIO MEDINA, MASCARERO TRADICIONAL DE SANTA MARÍA AZTAHUACÁN.MÁSCARA DE CERA TRADICIONAL DE SANTA MARÍA AZTAHUACÁN

Page 100: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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185 184

seis generaciones se ha heredado en Santa María Azta-

huacán, constituyendo ya un legado cultural sumamente

poderoso y representativo de este lugar. De piocha o de

candado, la barba de cada máscara puede ser negra,

castaña, rubia, azorrillada o del color que la prefiera el

charro. Esta se coloca sobre una base que asemeja el

perfil de un hombre europeo. Cada año, cerca de cien

máscaras, son elaboradas en la casa de la familia Me-

dina Alonso, donde don Anastasio con la ayuda de su

esposa mantienen una tradición creada por Cándido

Castillo hace más de un siglo.

Carnaval de San Andrés Tomatlán

Unos días antes de la Semana Santa, el pueblo de

San Andrés Tomatlán festeja su carnaval. Meses antes,

las comparsas de charros como El Fuerte de San An-

drés o Los Charros Unidos de San Andrés, preparan las

coreografías que presentan durante los desfiles. Sea de

día o de noche, el “charro” se prepara con la “adelita”.

Ataviados con un traje bordado en telas rojas, negras o

de múltiples colores; sombreros de toquilla que hacen

juego, los charros toman las calles. Las adelitas los to-

man del brazo y bailan juntos los ritmos de la banda de

viento que ameniza con sones que van desde “El brinco

de chinelo” hasta canciones contemporáneas adaptadas

para el carnaval.

Los días de carnaval recorren las calles “las

locas y furiosas” que con sus vestimentas al estilo del

huehuenche -con máscara de cera y traje- bailan las co-

reografías ensayadas previamente, acompañadas de los

tradicionales hombres vestidos de mujer.

Pero también desfilan los disfrazados que pa-

rodian militares, vikingos, charros, payasitos y mimos,

hasta personajes como Darth Vader que hacen alusión a

un caos que genera alegría y diversión.

Hacia el final de los días de carnaval, los fuegos

artificiales no se hacen esperar. De hecho, algunos de

CHICHINA DE RANCHO.

Page 101: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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187 186

CHICHINAS DE RANCHO. REGISTROS DEL CARNAVAL, ARRIBA SE OBSERVA EL CARNAVAL DE 1935 EN SANTA MARÍA AZTAHUACÁN.

Page 102: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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189 188

CHARROS DE SAN LORENZO TEZONCO. BANDA DE VIENTO AMENIZANDO EL CARNAVAL.

los toritos destinados a la quema desfilan durante el re-

corrido. Una ceremonia de luz y color invade la noche

ante la mirada brillante de los charros, las adelitas, hue-

huenches y disfrazados que se despiden, alegres pero

emocionados, de la fiesta.

Carnaval de San Andrés Tetepilco

En San Andrés Tetepilco el carnaval comenzó

hace más de sesenta años. Los vecinos se reunieron

para acordar la festividad tal como se acostumbra toda-

vía. En estas reuniones de organización, los habitantes

de Tetepilco dan una aportación para la realización del

agasajo de carnaval, apoyan con lo que está a su alcan-

ce: algunos con efectivo, otros con alimentos bebidas o

cualquier forma en especie que pueda contribuir, nos

describe Mariano Cordero, carnavalero.

Por las principales avenidas del pueblo se pa-

sean dos comparsas, Los Nativos y Los Innovadores. Los

Nativos son una comparsa de huehuenches que porta

traje negro, zapatos negros, sombrero, guantes y más-

cara de cera además del paraguas en la mano. Ellos

surcan las calles unos días antes de Semana Santa. Por

otro lado, la comparsa de Los Innovadores representa

una fusión de diversas realidades, hay desde personajes

de caricaturas como el Gallo Claudio hasta políticos y

actores, incluso mofas de otros personajes de carnaval.

Algunos participantes se visten de huehuenche o de cha-

rro de carnaval y bailan al ritmo de la banda de viento,

que desde hace algunos años ha sido la Banda Abrileña,

originaria de Santa María Aztahuacán. Los disfrazados

salen después Semana Santa.

Cada comparsa es acompañada de un carro ale-

górico que traslada a la reina, quien es coronada en do-

mingo. Dicho carro es adornado por las mismas por los

vecinos participantes de la fiesta.

Page 103: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

191 190

La tradición en San Andrés perdura, muta y se

adapta a la realidad que la influye, el carnaval está pre-

sente y es una fiesta ciudadana que prevalece. El princi-

pal deseo de sus habitantes es que se siga festejando y

que las futuras generaciones cuenten con esta verbena.

Este espectáculo carnavalesco es necesario para el for-

talecimiento del tejido social y la creación de comuni-

dad.

Carnaval de Santiago Acahualtepec

Algunos pobladores indican que el carnaval en

el pueblo de Santiago se retomó a principios de la dé-

cada de los sesenta, luego de diversas interrupciones.

Incluso se sabe por tradición oral que la festividad se

lleva a cabo desde el siglo XIX aunque al igual que en

los pueblos y barrios cercanos, se suspendió durante la

Revolución Mexicana.

Lo cierto es que desde hace más de cinco dé-

cadas, los charros y los disfrazados se dan cita cuatro

semanas después del Miércoles de Ceniza. Numerosas

comparsas de charros como Los Gallo de Oro, Los Ca-

porales, Los Auténticos, Los troqueros, Los Alazanes, Las

Divas y algunas comparsas como la Organización de

Santiago Acahualtepec, Los inquietos de Santiago o La

Destructora, hienden las calles del pueblo acompañados

de bandas de viento, que contagian su alegría vigorizan-

do cada carnaval.

Las reinas se pasean por la calles en los carros

alegóricos que hacen alusión a diversas culturas como la

civilización egipcia o la griega e incluso llegan a exhibir

motivos medievales como dragones y castillos.

La vestimenta de los charros es muy típica de los

pueblos de Iztapalapa, con bordado y elementos carac-

terísticos del carnaval. Las mujeres participan en estas

comparsas vestidas de charras aunque anteriormente lo

hacían vestidas de china poblana. Los disfrazados remi-

ten a personajes de la vida pública o de cualquier ámbi-

to capaz de generar sátira digna del carnaval.

Page 104: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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193 192 BANDA ABRILEÑA, DON ROBERTO ALEJALDRE, ENTREVISTA A LAS CHICHINAS DE RANCHO, CHRISTIAN ISLAS. FAMILIA CARNAVALERA DE SAN SEBASTIÁN TECOLOXTITLÁN.

Page 105: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

195 194

Aquí el jolgorio tiene sus raíces bien cimentadas,

profundizando en la cultura de un pueblo que es consi-

derado originario por su gente y su historia.

Carnaval de San Sebastián Tecoloxtitlán

Eran los tiempos de la expropiación petrolera

cuando surgieron las primeras comparsas de disfra-

zados en este pueblo. “Nos vestíamos de rumberos y

bailábamos ritmos de banda, yo incluso más tarde for-

mé una sonora que se le conocía como La Hechicera de

Oriente, se llamaba Sonora Yemaya”, recuerda Ernesto

Hernández Flores mientras sostiene una fotografía en

blanco y negro donde se ven a sus hermanos disfraza-

dos.

El carnaval se celebra la tercera semana de cua-

resma los viernes, sábado, domingo y lunes. Durante los

recorridos, aquí como en otros pueblos de esta dele-

gación, se observan carros alegóricos, algunos propios

del pueblo y otros rentados de los pueblos vecinos, in-

dica Gustavo León Figueroa, quien es dirigente de Los

Leones de San Sebastián y coordinador de las compar-

sas de charros.

Los disfraces de este carnaval son de peluche

o de cualquier tela que modele distintos personajes.

“Anteriormente los trajes eran de indito con máscara de

cartón”, Indica Ernesto Flores Islas quien también cuen-

ta que los recorridos del carnaval pasan por las princi-

pales avenidas y que además tienen puntos específicos

para bailar.

Cristian Islas es tercera generación de charros.

Su abuelo participó setenta y cinco años en el carnaval;

su papá lleva cuarenta y un años y él, veintiuno como

carnavalero. Nos cuenta que las máscaras de barba cor-

ta la usan los charros que bailan con banda; las de bar-

ba larga los que bailan con orquesta pero “todos nos

cubrimos la cara con un pañuelo para que la careta de

| IZTAPALAPA |

cera no nos queme”. Otra mención interesante sobre el

uso de las máscaras en San Sebastián, es que “muchos

charros aquí ya no usan máscara, pero mi familia y yo

todavía la usamos, soy joven pero entiendo que es nues-

tra tradición y tenemos que conservarla”. Con jóvenes

como Cristian el carnaval de San Sebastián tiene asegu-

rada una generación más de vida.

El carnaval de Santa Martha Acatitla

El carnaval en Santa Martha Acatitla es uno de los

más grandes y antiguos de Iztapalapa, sus raíces, según

algunos relatos de la historia oral, se remontan a la épo-

ca prehispánica. Algunos pobladores lo relacionan con

el peregrinar indígena anterior a la conquista. Esto se

debe a que los habitantes originales de Acatitla tenían

rutas comerciales que servían como canales de trans-

porte de pescado y otros productos.

En la actualidad, existen hipótesis populares

que mencionan que las tradiciones indígenas se com-

plementaron con algunas formas de vida europea. En el

afán por burlarse de las clases altas, los habitantes reto-

maron y deformaron algunas costumbres propias de la

nobleza con el fin de mofarse de ellos, pues la brecha de

igualdad entre las personas era muy pronunciada. De

ser cierto esto, la mofa carnavalesca surgiría como una

válvula para desahogar la tensión social de finales del

siglo XIX.

De manera general, el origen del carnaval cono-

ce muchas teorías, algunas de ellas religiosas como la

que menciona Ruben Croda en el libro Veracruz, Fiesta

Viva: “El carnaval rememora la invitación que algún día

hiciera el diablo a Jesucristo para participar en su jue-

go”. Sin embargo en Santa Martha, el carnaval ha de-

jado de lado la connotación religiosa y ha pasado a ser

una fiesta ciudadana como en el resto de la ciudad. Los

residentes salen a las calles por el mero placer de la di-

versión.

COMPARSA RAÍCES AZTAHUACÁN.

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197 196

CHARROS Y DISFRAZADOS DE SANTA CRUZ MEYEHUALCO.

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199 198

Del viernes al lunes antes del Miércoles de Ceni-

za, desfilan cuadrillas de bailadores vestidos de charros

con máscara de cera e indumentaria común a la de otros

pueblos de Iztapalapa. Asimismo marchan los disfra-

zados acompañados por música de banda u orquesta.

Aquí también hay coronación de reina con la presencia

de carros alegóricos, que recorren las calles mientras

se entonan canciones como “Los pecados de Lola”, “Los

lanceros” y “La madre cordero”.

Con antelación, los artesanos, originarios de este

pueblo o de otros lugares, confeccionan los trajes y las

máscaras que se usarán en las comparsas. También se

diseñan arreglos basados en la realidad o mitología,

mismas que adornarán los carros alegóricos.

La vida en esta zona se paraliza en temporada

de carnaval. La población se une en comunión con la

fiesta para generar diversión y componer ese sentido

de pertenencia y orgullo tan arraigado en los originarios

de estas tierras, mismos que sienten la profunda huella

histórica que ha dejado el carnaval en la vida de Santa

Martha Acatitla.

A pesar de la infraestructura urbana, esta tradi-

ción no se debilita. Los habitantes la enriquecen cada

año, nuevas expresiones culturales llegan para nutrir el

carnaval que es tan fuerte que se adapta y sobrevive,

contrario a lo que muchos pensarían.

El carnaval finaliza con un gran baile que organi-

za el pueblo, fortaleciendo la tradición y los lazos socia-

les entre los vecinos.

El carnaval de Los Reyes Culhuacán

El domingo antes del Miércoles de Ceniza llega

a las calles de Culhuacán una tradición característica de

este pueblo: durante el recorrido por las casas que pi-

dieron bailada suena la marimba a ritmo de son, cum-

bias y danzón. “Para el cierre llegan a la Plazuela de los

Reyes y allí hacen la representación del reparto de la he-

rencia”, precisa Rubén Silva, cuya familia ha participado

por más de tres generaciones en esta fiesta.

Palegande y Malegande son interpretadas como

padre o madre grande y es un recorrido que precede

todos los años al carnaval: “Cuando los ves bailar es

porque ya no tarda en llegar el carnaval, con su alegría

y sus colores”, comenta Martín Eugenio.

El día del carnaval cinco comparsas de charros

salen a bailar: “Aquí danzan con los característicos trajes

de charro que estilizó Maximiliano allá por 1860, pero

modificados porque aquí ya van más bordados para ha-

cer burla”, nos comenta Agustín Rojas Vargas, cronista

de Iztapalapa.

Lo que se cuenta a través de la oralidad es que

el carnaval tiene más de setenta años, nos platica Don

Armando Olivares cuya familia ya posee seis genera-

ciones participando. Por su parte,Juan Ramón Mosco

Morales cuenta que su padre y abuelo participaban de

esta festividad y que antiguamente se hacían concur-

sos entre los pueblos carnavaleros: “Muchas orquestas

y grupos musicales se dieron cita en Culhuacán, algunos

eran jurados en el concurso de comparsas como la Ace-

rina”.

Las comparsas aquí también usan máscaras de

cera, Don Juan Ramón muestra algunas caretas que tie-

nen más de sesenta años e incluso una que conserva

como tesoro.

Culhuacán, el pueblo que festeja a los Reyes

Magos cada seis de enero, cierra su carnaval con las

comparsas en las plazuelas principales. Como cada año,

la fiesta sigue y el charro y los creativos disfrazados se

divierten, bailotean y despiden su fiesta. Sin embargo,

la gente seguirá preparándose, participando en otras

fiestas. Cualquier excusa es buena para conservar las

tradiciones y, sobre todo, para mantener la unión de los

habitantes de Culhuacán.

NIÑOS DE LAS CHICHINAS.

Page 108: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

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201 200

El carnaval de San Lorenzo Tezonco

Este pueblo se compone de cuatro barrios: San

Lorenzo, San Antonio, San Salvador y Guadalupe. Ade-

más del carnaval, San Lorenzo tiene otras festividades

relacionadas con costumbres religiosas. Una de las más

sobresalientes es la de Nuestro Señor de la Salud que

surge, según las narraciones de los habitantes del pue-

blo, de un evento milagroso ocurrido en 1850: Cuando

una fuerte epidemia azotaba el pueblo y Jesucristo se

apareció para indicar que la cura estaba en “el poci-

to”, mismo que cuando llegaron los habitantes contenía

aguas cristalinas que al beberla sanaba a los afectados.

Aún hoy es visitado por los feligreses.

San Lorenzo, como parte de la delegación Izta-

palapa, es uno de los pueblos en la periferia que res-

paldan la hipótesis popular del desplazamiento del car-

naval. Algunas personas cuentan que el desplazamiento

a las orillas tuvo su origen a partir de la censura man-

datada por el Virrey Juan de Acuña en 1731, quien pro-

hibió el uso de máscaras para festividades populares y

cualquier situación carnavalesca que afectara la moral

cristiana.

El carnaval de San Lorenzo Tezonco se distingue

por la alegría particular de su gente. Parte de esta alga-

rabía tiene que ver con las coreografías y bailes adap-

tados a la música de la banda de viento que acompaña

las comparsas de charros. Aquí se ven desfilar mujeres

e incluso hombres con trajes de mujer que dan alegría y

colorido a la festividad.

Cabe mencionar que por las calles de San Lo-

renzo Tezonco desfilan doce comparsas de charros y

dos de disfraces. Éstas están agrupadas en dos asocia-

ciones: Los Charros de las Comparsas Autónomas y Las

Comparsas Unidas. Nos comenta Alfonso Olvera.

Hoy más que nunca es importante que los capita-

linos puedan conocer la riqueza de sus tradiciones para

comprender la trascendencia de las mismas y su impor-

tancia. San Lorenzo Tezonco es la muestra de que la cul-

tura no enfrenta una crisis a causa de la globalización,

sino que se hace más fuerte. La verdadera crisis está en

el poco conocimiento que se tiene de este patrimonio

cultural.

El carnaval de los ocho barrios

Iztapalapa cuenta con ocho barrios inflamados

de identidad, es una delegación que goza de pluralidad

cultural. Dentro de esta demarcación existe un muy fa-

moso carnaval que conjunta a los barrios en una fiesta

de color, sonido y baile.

Los barrios que participan del carnaval son: Santa

Bárbara, San Miguel, San Ignacio, San Pablo, San José,

San Lucas, La Asunción y San Pedro. Además se unen las

colonias Leyes de Reforma, Leyes de Reforma Tercera

Sección y Chinampac de Juárez.

El carnaval es una festividad muy arraigada que

busca fortalecer los lazos comunitarios a partir de la tra-

dición prevalecida por los habitantes. Cerca de veinte

comparsas se dan cita para festejar a lo grande en el

cierre de carnaval.

Cada comparsa desfila por sus barrios, pero al fina-

lizar todas las comparsas participantes un único cierre.

Cada comparsa se presenta con sus disfraces y al ritmo

de la banda bailan con su reina en la Macroplaza de Izta-

palapa.

Disfraces de todo tipo -incluso charros, catrines con

bombín, personajes de la vida pública, personajes del

imaginario colectivo, la llorona, hombres lobo, el Capi-

tán América- y una cantidad nutrida de personajes se

hacen presentes cada año en el carnaval de los barrios.

PROMOCIONALES DE LOS CARNAVALES Y SUS BAILES CON LOS GRUPOS VISITANTES.

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203 202

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205 204

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Pueblo de Santa María Aztahuacán

Charros

Asoc. Charros Bicentenario

10, 11, 15 16,17 y 18de febrero

Domingo y lunes antes de MC y viernes, sábado, domingo y lunes, después de MC

Asoc. Charros Sta. María Aztahuacán Asoc. Charros Nuevos Sta. María Aztahuacán Asoc. Charras del Pueblo Asoc. Charras Auten�cas Asoc. Charros Retama Del Barrio Del Pueblito Grupo Aztahuacán Grupo Especial Aztahuacán Autén�cos del Pueblo Los Originales Raíces Aztahuacán

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

CARNAVALES DE IZTAPALAPA

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207 206

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Pueblo de Santa MaríaAztahuacán

Disfraces

Aferrados

Domingo y lunes antes de MC y viernes, sábado, domingo y lunes, después de MC

Asoc. Disfraces Chamizal Buenavista Buchones Cananitos Chichinas de RanchoChichinas los nuevos de Rancho Disfraces del PuebloDos de Abril Herederos Hidalgo Jalisco Los Alegres de Aztahuacán Los Compas de Aztahuacán Los Cuadrados Los Pelados Organización la Aguilita Organización Virgen María Primavera San Miguel San Pedro Santa CeciliaSanta María Aztahuacán Zacapa Monte Albán La Nueva de San PedroLos Quintos

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa

Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

10, 11, 15 16,17 y 18de febrero

CARNAVALES DE IZTAPALAPACARNAVALES DE IZTAPALAPA

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Pueblo de Santa Martha Aca�tla

Charros

Los faisanes

9, 10 y 11 de febrero

Viernes, sábado, domingo y lunes antes de MC

Los alacranes Los Chicanos de Lujo Los Autén�cos Chicanos Los Quetzales Madero Legendarios Los Chupones Los Pobres Gavilanes Del Pueblo De Santa Martha Del Pueblito

Disfraces El PueblitoDe IxtlahuacaOriginales del Pueblo Del Pueblo Los Caballeros

Pueblo de Los Reyes Culhuacan

Charros

Comparsa de Charros de Los Reyes Culhuacan

11, 18 y 25 de marzo

Domingo y lunes antes de SS, además vuelven a salir el lunes de SS.

Fuerte de San AndrésUnidos San Andrés Los Sierristas de San Simón Culhuacan Los Pequeños de San Antonio Culhuacan

Disfraces Cuadrilla de Disfraces de los Reyes Culhuacan De Locas y FuriosasMC: Miércoles de Ceniza

SS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

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209 208

CARNAVALES DE IZTAPALAPACARNAVALES DE IZTAPALAPA

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Santa Cruz Meyehualco

Charros Comparsa Águilas Reales

22,23,24 y 25 de febrero

Dos semanas después de MC: sábado, domingo, lunes

Autén�cos VillanosComparsa de Charros Jaguares Sociedad de Charros del Pueblo Asociación de Charros Tres de Mayo Comparsa Charros AztecaCharros Jerarcas Charros Los Caudillos de Texcalco

Disfraces Del Barrio de Texcalco Costaludos UniónLa CuadraComparsa MayorLos Caudillos de TexcalcoNueva Organización de Disfraces Texcalco

San�ago Acahualtepec

Charros Los Ttroqueros

8, 9 y 10 de marzo

Cuatro semanas después de MC: sábado, domingo y lunes.

Moctezuma Del PuebloDel RanchoLos CaporalesLos Autén�cosLos Gallos de OroLos CompasLos CamperoLos JefesLos ViejanosLos Alazanes25 de JulioLas Divas

Disfraces Organización de San�ago Acahualtepec Inquietos de San�agoLa Destructora

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

San Lorenzo Tezonco

Comparsas Autónomas

Charros Los Chuchos

13, 20 y 27 de abril

Tres úl�mos domingos de abril

Los Dorados Los Autén�cos La CuadraLos Calavera Las Catrinas

Disfraces

Ke Locos

Comparsas Unidas

Charros

Club Venaditos

13 14 de abril

Segunda Semana después de SS

IndependenciaAztecasCardenalesLos PlateadosHerederos Originales

Disfraces

Nos ven y sufren

San Andrés Tetepilco

Huehuenches Na�vos 16 y 17 de abril

Dos semanas antes de SS: sábado y domingo

Disfraces Innovadores 6 y 7 de abril

Sábado y domingo después de SS

San Andrés Tomatlán

Locas y Furiosas

11, 18 y 25 de marzo

Cuarto y quinto lunes de cuaresma y lunes de Semana Santa

fuerte de San Andrés

Charros Unido San Andrés

MC: Miércoles de CenizaSS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

Page 113: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| IZTAPALAPA |

211 210

CARNAVALES DE IZTAPALAPACARNAVALES DE IZTAPALAPA

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

San Sebas�án Tecolox�tlan

Charros La mera mera Asoc. de Charros

2, 3 y 4 de Marzo

Tercera semana después de MC: sábado, domingo y lunes

Asoc. de Charros del PueblitoAsoc. de Charros Leones de San Sebas�án PatriarcasCardenalesAsoc. de Charros los Dorados de Tecolox�tlan Asoc. de Charros Los Reales Asoc. de Charros dinas�aAsoc. de Charros La Autén�caAsoc. de Charros del Barrio Asoc. de Charros Los Tecolotes Asoc. Los Temazcales Asoc. de Charros Imperio CharroAsoc. de Charros Calaveras Doradas Asoc. de Charros Originales Las ÁguilasCentenarios FaraonesLas ÚnicasLas Exclusivas

Disfraces San Sebas�ánCabezas Huecas Del Barrio Los Moreno Asoc. de Disfraces AlacranesAsoc. de Disfraces del Pueblo

MC: Miércoles de CenizaSS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL Col. Leyes de Reforma, tercera sección Comparsa La Tradicional 24 de febrero,

3 y 4 de marzo Segundo domingo después del MC

Col. Leyes de Reforma Comparsa 24 de Marzo 3, 10 y 11 de marzo

Tercer domingo después del MC

Col. Chinanpac de Juárez Los Frente 11 de marzo Cuarto lunes después

del MC

Barrio de Santa Bárbara

Comparsa los Reyes

17 y 18 de febrero

Primer domingo después del MC

Comparsa Cerrada de la Cruz 10 y 11 de marzo

Cuarto domingo después del MC

Barrio de San Miguel

Comparsa Hidalgo 4 de marzo Tercer lunes después

del MC

Comparsa Noche Buena 10,11 y 17 de marzo

Cuarto domingo después del

Barrio de San Ignacio

Comparsa Rinconada 17 y 18 de febrero y 17 de marzo

Primer domingo después de MC

Comparsa Pachicalco 24 y 25 de febrero, 17 de marzo

Segundo domingo después del MC

Comparsa San Ignacio esq. Segundo Callejón 3 y 4 marzo

Tercer domingo después del MC

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras / Promotor social y cultural

Page 114: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

212

CARNAVALES DE IZTAPALAPA

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

Barrio de San Pablo

Comparsa Belisario Domínguez

24 y 25 de febrero

Segundo domingo después del MC

Comparsa San Pablo 10 y 11 de

marzo Cuarto domingo después del MC

Comparsa de Cuauhtémoc y Mariano Escobedo

3, 4 de marzo Tercer domingo después del MC

Barrio de San José

Comparsa San José 10, 11 y 17 de marzo

Cuarto y quinto domingo después del MCComparsa Callejón Victoria

Barrio San Lucas

Comparsa Los Reyes 17 y 18 de febrero

Primer domingo después del MC

Barrio La Asunción

Comparsa Rinconada Aztecas 17 y 18 de febrero y 17 de marzo.

Primer domingo después del MC

y quinto domingo de cuaresma

Barrio San Miguel

Hidalgo Entre 24 de Febrero y el 17 de marzo

A par�r del segundo domingo de cuaresma.

Noche Buena

Barrio San Pedro Callejón 57 Entre 24 de febrero y el 17 de marzo

A par�r del segundo domingo de cuaresma.

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa Fuente: Alfonso Olvera Contreras/ Promotor social y cultural

Page 115: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

213

MIL

PA A

LTA

Page 116: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

215 214

La historia de don Librado Jiménez, oriundo de San Fran-

cisco Tecoxpa Milpa Alta, es un claro ejemplo de por

qué los carnavales, fiesta principal en los doce pueblos

originarios que componen esta delegación, constituyen

una manifestación cultural que debiera ser reconocida

como patrimonio cultural inmaterial de los capitalinos.

Los carnavales de antes eran muy bonitos y culturales. Todo aquel que se disfrazaba tenía derecho de estar en el grupo de bailadores y la demás gente participaba ob-servando. Antiguamente, en el carnaval intervenían des-de niños y jóvenes hasta los mayores, todos disfrazados con atuendos naturales. Como antes se vestía la comuni-dad, con chincuete de lana, faja y camisa de labor;las ca-misas eran bordadas muy bonitas y, precisamente esas fechas eran para salir a lucirlas. Un día todo eso acabó y, en su pueblo, los carnavales dejaron de realizarse. Años

más tarde, don Librado, asumiendo la importancia del

relevo generacional- tomó la iniciativa, junto con algunos

vecinos y amigos,de reactivar la fiesta y así continuar

con la tradición familiar de organizar el carnaval, como

años atrás lo hiciera su padre, abuelo y bisabuelo.

Miles de habitantes de los pueblos originarios de

Milpa Alta se preparan hasta con seis meses de anticipa-

ción para organizar las representaciones del carnaval en

MILPA ALTALOS CARNAVALES DE

San Antonio Tecómitl, San Francisco Tecoxpa, San Pedro

Atocpan, San Lorenzo Tlacoyucan, San Salvador Cuau-

htenco, Santa Ana Tlacotenco, San Pablo Oztotepec, San

Agustín Cuauhtenco, Villa Milpa Alta, San Jerónimo Mia-

catlán y San Juan Tepenáhuac, nos describe Oscar Pon-

ciano Espinoza Ortiz promotor cultural y social de Milpa

Alta.

Los huehuenches, el tradicional baile de los chi-

nelos y los vistosos carros alegóricos caracterizan a los

carnavales. Habitantes de todos los barrios llevan com-

parsas y sus respectivas bandas de música de viento

para danzar al compás de alegres melodías por las prin-

cipales calles de esta delegación. Todo ello coronado

por el atractivo gastronómico de la tradición prehispáni-

ca representativa de la zona.

Milpa Alta se sitúa en las colinas de la sierra Ajus-

co-Chichinauhtzin, que separa al estado de Morelos de

la capital mexicana. Esta comarca es una importante re-

serva ambiental en el centro del país. Constituido por

doce pueblos originarios, el actual territorio milpaneco

-que durante la conquista cambió de llamarse Malaca-

chtépec-Momoxco a La Asunción de Milpa Alta- ha esta-

do bajo la jurisdicción de Xochimilco, Tlalpan, Estado de DANZANTE DE VILLA MILPA ALTA ATAVIADO CON EL TRAJE DE CHINELO.

MAESTRO ADÁN CALDIÑO PAZ, CRONISTA DE MILPA ALTA.Los doce pueblos de Milta Alta tienen como fiesta principal y ciudadana la del carnaval.

Page 117: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

217 216

DISFRAZADOS DE SAN FRANCISCO TECOXPAN

Miles de habitantes de los pueblos originarios de Milpa Alta se preparan hasta con seis meses de anticipación para organizar las representaciones del carnaval en San Antonio Tecómitl, San Francisco Tecoxpa, San Pedro Atocpan, San Lorenzo Tlacoyucan, San Salvador Cuauhtenco, Santa Ana Tlacotenco, San Pablo Oztotepec, San Agustín Cuauhtenco, Villa Milpa Alta, San Jerónimo Miacatlán y San Juan Tepenáhuac.

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| MILPA ALTA |

219 218 CUADRILLA DE CHINELOS DEL CARNAVAL DE SANTA ANA TLACOTENCO

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| MILPA ALTA |

221 220

México y Distrito Federal. Dentro de esta región se lo-

caliza: San Antonio Tecómitl, declarado por la UNESCO

Patrimonio Cultural de la Humanidad como la “zona chi-

nampera del valle de México”. Es imprescindible men-

cionar que Milpa Alta es la comunidad de hablantes nati-

vos de náhuatl más importante del Valle de México.

En la década de los setenta -ya como una de las dieciséis

delegaciones de la federación- se introdujo masivamen-

te el cultivo del nopal y, posteriormente, se impulsó el

del amaranto y la elaboración de mole, hoy uno de los

pilares de la economía de la zona. Los doce pueblos ori-

ginarios de la comunidad de Milpa Alta celebran más de

setecientas fiestas, entre las que se destacan: la Semana

Santa, la Fiesta de la Asunción de María, la Feria Nacional

del Mole, el Festival de los Globos de Papel de china, la

Feria del Nopal, la Feria del Amaranto, la Feria de la Nie-

ve, la Feria del Maíz, la celebración del Día de Muertos

y los carnavales.

Sería imposible resumir la riqueza y diversidad

festiva y carnavalera de Milpa Alta. Las imágenes de este

volumen hablarán por sí mismas e invitarán al lector a

visitar esta delegación y experimentar en carne propia

el mosaico de manifestaciones culturales, sociales y gas-

tronómicas que se dan cita en estas fiestas. Los carnava-

les constituyen, como bien lo muestra el relato de don

Librado, una herencia inmaterial que los milpenses asu-

Los doce pueblos originarios de la comunidad de Milpa Alta celebran más de setecientas fiestas, entre las que se destacan: la Semana Santa, la Fiesta de la Asunción de María, la Feria Nacional del Mole, el Festival de los Globos de Papel de China, la Feria del Nopal, la Feria del Amaranto, la Feria de la Nieve, la Feria del Maíz, la celebración del Día de Muertos y los carnavales.

Page 120: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

223 222

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| MILPA ALTA |

225 224

men con responsabilidad, cariño y alegría.

San Lorenzo Tlacoyucan

Como cada quinto sábado después del Miérco-

les de Ceniza, desde hace ya veinte años, el 16 de mar-

zo dio inicio en San Lorenzo el esperado carnaval. A las

tres comparsas locales, la de La Santa Cruz, los carga-

dores de El Señor de Chalma y Los Veteranos, se suman

las de chinelos y las de huehuenches milpaltenses (los

hombres visten pantalón y camisa de manta; las muje-

res, chincuete y huipil, ambos con máscaras de coyote,

tejón o lobo, y una marabunta disfrazada de personajes

del espectáculo y la política). También asisten compar-

sas del estado de Morelos, cada una acompañada con

banda de viento para aportar sonoridad al bailongo y

disfrutar de los mixiotes de conejo, carnero, pollo, res

con arroz y nopales en escabeche, que hallan buena

compañía en el pulque que los anfitriones invitan.

San Jerónimo Miacatlán

Una vez llegado el viernes posterior al Sábado

de Gloria, la comparsa de Miacatlán y la de chinelos,

proveniente del estado de Morelos, llevan a término la

cita previamente pactada. Este año, las calles del pue-

blo vieron desfilar, el 5 de abril, a más de doscientas

personas que, con disfraces y mascaradas, anunciaban

al mundo que era tiempo de regenerar la vida. Y como

ya es costumbre, el sábado 6, entre danzas y cantos, se

coronó a la reina del carnaval. Costumbre que ha preva-

lecido por casi dos décadas, donde se corona y celebra

a aquella mujer cuya belleza radica en los años vividos.

San Antonio Tecómitl

Los días de carnavalen San Antonio Tecómitl ini-

cian el quinto viernes después del Miércoles de Ceni-

za. Más de mil personas -entre las que destacan las tres

comparsas del pueblo, la de San Antonio, los Nahuales

y la del Faro Milpa Alta- bailan durante tres días por las

principales calles del lugar, con socarronerías, sátiras y

burlas que encuentran destinatario en los enemigos del

Los carnavales constituyen una herencia inmaterial que los milpenses asumen con responsabilidad, cariño y alegría.

Page 122: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

227 226

pueblo.

San Bartolomé Xicomulco

En este pueblo el carnaval se celebra dos sema-

nas antes o dos después de Semana Santa. La calenda-

rización la determina el comité organizador en turno.

Desde hace diez años, en la fiesta de San Bartolomé,

participa la comparsa local de Xicomulco y la de San

Felipe Neri, proveniente de la delegación Tlalpan, ade-

más de otras que se van sumando para participar en el

concurso de disfraces que caracteriza a este carnaval.

San Pedro Atocpan

En San Pedro Atocpan, el sábado, el domingo y

el lunes, después del Domingo de Resurrección, se lle-

va a cabo un vistoso carnaval en el que los barrios de

Ocotitla, Panchimalco, Nuchtla y Tula participan con una

comparsa del mismo nombre. Además de las compar-

sas que representan a estos cuatro barrios que confor-

man al pueblo, intervienen comparsas de chinelos, hue-

huenches y público en general disfrazado de lo que la

imaginación impone. La fiesta cada año toma las calles

de de Teuctli, Barrera, Madero, Cuauhtémoc y Morelos

hasta llegar al centro y de esa manera se disfruta cada

instante hasta que la aurora anuncia el comienzo de un

nuevo ciclo.

Santa Ana Tlacotenco

En Santa Ana Tlacotenco conviven cinco barrios:

San José, San Miguel, San Marcos, La Lupita Tepelenco

y La Lupita Xolco. Cada uno cuenta con una comparsa

que, acompañada con música de viento y tambora, en-

marca el carnaval realizado el fin de semana siguiente

a la Semana Santa. Así, entre el 5 y el 7 de abril, entre

huehuenches, chinelos, lugareños y visitantes se da co-

mienzo a la danza acompasada por el grito del chinelo.

PAYASO DEL CARNAVAL DE SAN FRANCISCO TECOXPA.

CARNAVAL DE SAN PEDRO ATOCPAN .

Page 123: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

229 228

San Juan Tepenahuac

Este poblado no cuenta con comparsa propia,

por lo que invita a las tradicionales comparsas de los

pueblos y estados vecinos a celebrar la fiesta. Siete días

después del Sábado de Gloria, se corona a la reina y a

la princesa, quienes viajan en un carro alegórico hasta la

plaza principal, dando fin al ciclo carnavalero.

San Francisco Tecoxpa

Cada viernes anterior al Domingo de Ramos, las

principales calles de San Francisco Tecoxpa se inun-

dan con la alegre danza de las comparsas. La localidad

cuenta con dos comparsas de chinelos: la del pueblo y

La Lupita. Sin embargo, existen otras dos que reciente-

mente se han incorporado al festejo con el buen pretex-

to de recuperar las antiguas representaciones huehuen-

ches. Las comparsas llevan su propio carro alegórico

en el que viaja la reina nombrada por la comparsa del

pueblo y diversas princesas que, entre música de viento

y danzas, serán coronadas el Domingo de Ramos en el

centro del pueblo.

IMÁGENES DEL CARNAVAL DE SAN PABLO OZTOTEPEC.

Page 124: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

231 230

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| MILPA ALTA |

233 232

Page 126: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| MILPA ALTA |

235 234

Don Librado Jiménez, heredero de la tradición

carnavalera comenta: La fiesta en este pueblo estuvo a punto de perderse. Si bien antes de la revolución ya ha-bía carnaval, con la revuelta se perdió la costumbre. Y fue alrededor de los años sesentas que los jóvenes nos organizamos para restablecer la fiesta. Y pese a las in-termitencias propias de tal encomienda, hemos podido continuar celebrando el carnaval hasta en día de hoy. Don Librado hace hincapié en la necesidad de que los

jóvenes sepan cómo eran las fiestas tiempo atrás, que

estén enterados de que la tradición de los chinelos es

morelense y que la música que se tocaba en la zona era

de cuerdas. Asimismo resalta que para restablecer la

tradición es necesario recuperar el uso de la vestimenta

localde “chincuete” de lana (falda), pilón (faja) y camisa

de labor bordada.

Adrián Hernández, otro organizador del carna-

val, habla de la importancia de rescatar las viejas tradi-

ciones, y para ello ha creado una organización denomi-

nada Los Tequimiches, dedicada a la preservación de

viejas costumbres y tradiciones. En este pueblo, la mez-

cla de gente joven, como Adrián, y de gente experie-

mentada, como don Librado, muestra que la fiesta une a

las generaciones en el compromiso por mantener unida

a la comunidad.

San Salvador Cuauhtenco

La Nueva Higuerita es una banda de viento ori-

ginaria de este poblado, que cada año se da cita en el

estado de Morelos para animar las danzas de las dos

comparsas locales. Estas son: Vecinos Unidos y Las úni-

cas (Comparsa de Mujeres) que, en compañía de agru-

paciones invitadas, recorre las calles el Domingo de Re-

surrección acompañadas del “huapizote” y el “chinelo”,

enormes botargas cargadas por varios hombres.

La fiesta cierra con broche de oro el martes, fe-

cha en que se realiza un gran baile popular en las in-

mediaciones de la plaza principal y se lleva a cabo la

premiación a los mejores disfraces y carros.

Villa Milpa Alta

La alegría se desborda por las calles con el inicio

de las carnestolendas el Domingo de Resurrección. Aquí

participan siete comparsas locales: Santa Martha, San

Mateo, La Concepción, Santa Cruz, La Luz, Los Ánge-

les y San Agustín, que lucen diferentes trajes de chinelo,

huehuenche con “chincuete” y “quezquemitl” y otras

personificaciones. Propios y extraños participan durante

cinco días disfrutando de la alegría de todas y cada una

de las bandas de música de viento que hacen gala de

ritmos y armonía que cumplen la función de hacer que

“el cuerpo baile solito”.

San Pablo Oztotepec

Para la fiesta carnavalera cada uno de los tres ba-

rrios La Unión, La Central y Oztotepec aporta una com-

parsa. Luis Puebla Carbajal, Juan Carlos Gómez Domín-

guez y Saúl Bárcena Maldonado, “notables” del pueblo,

nos habla de la evolución del carnaval: “En sus inicios

era la representación del Baile de la Muñeca, hasta que

en los años sesentas representantes de los tres barrios

organizaron viajes al estado de Morelos para aprender

sobre el baile, la música y el traje de chinelo”. Según

este testimonio, así fue como se estableció en la zona la

manifestación contemporánea de las carnestolendas.

Por su parte, don Sotero Bárcena Flores, explica

que antes de los años sesenta la fiesta del carnaval es-

taba a punto de desaparecer. Pero fue a partir de que

Catarino Lozada ofreció, a “modo de manda”, el baile

de chinelo que dicho traje se incorporó a la fiesta y con

ello hubo un renacimiento del carnaval. Después de eso,

Manuel Vázquez introdujo a la celebración una compar-

sa de chinelos y así nació esta tradición en esta zona.

Luego de tres días de fiesta, se lleva a cabo la

coronación de “las tres reinas”. Esta ceremonia de dis-

tingue de otras porque en ella se corona a la reina de

otros barrios, nunca a la propia. Esto se repite cada año

para asegurar la equidad de los barrios.CARNAVAL DE SAN SALVADOR CUAUHTENCO.

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| MILPA ALTA |

237

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| MILPA ALTA |

239 238

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241 240

CARNAVALES DE MILPA ALTA CARNAVALES DE MILPA ALTA

San Antonio Tecómitl

San Antonio15,16 y 17 de marzo

Quinto viernes después del MC

Los NahualesFaro Milpa (Reciente)

San Pedro Atocpan

Oco�tla

6, 7 y 8 de abrilSábado, domingo y lunes después de SS

Panchimalco NuchtlaTula

San Bartolomé Xicomulco

Xicomulco 23 y 24 de marzo

Una a dos semanas antes o después de SS, lo decide el comité.

San Felipe Neri

San Lorenzo Tlacoyucan

Santa Cruz

16,17 y 18 de marzo

Quinto sábado después del MC

Los Cargadores del Señor de Chalma Los Veteranos

Santa Ana Tlacotenco

Barrio de San José

5, 6 y 7 de Abril Viernes después de SG

Barrio de San Miguel Barrio de San Marcos La Lupita TepelencoLa Lupita Xolco

San Juan Tepenahuac

Comparsas invitadas de Morelos y otras regiones del D.F. 13 y 14 de Abril

Dos sábados después de SG. Se celebra en sábado y domingo

San Jerónimo Miacatlan

Comparsa Miacatlan

5 y 6 de Abril Viernes y sábado después de SS

Comparsa invitada de Morelos

San Francisco Tecoxpan

Tecoxpan 22,23 y 24 de marzo Viernes, Sábado y DRa

La Lupita

MC: Miércoles de Ceniza SS: Semana Santa SG: Sábado de Gloria

DRe: Domingo de Resurrección DRa: Domingo de Ramos

Fuente: Karla Valeria Gómez Blancas/ Promotora Social y Cultural de Milpa Alta

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

San Pablo Oztotepec

Comparsa la unión Club monkees Club tortugas Organización san miguel Club vampiros Club

30 de marzo al 1 de abril SG y DRe

Grupos de comparsa central

Club warriors Club arlequines Club tuzosClub cocosClub squalosClub alebrijes

Grupos de comparsa oztotepec

Club traviesos club conejos Club chacales Club Falcons

Otras organizaciones independientes

TotonquisEl nuevo escuadrón

Villa Milpa Alta

Santa Martha

31 de marzo al 4 de abril DRe

DRe

San Mateo La Concepción Santa CruzLa LuzLos ÁngelesSan Agus�n (Esta es la de pueblo de San Agus�n)

San Salvador Cuauhtenco

Vecinos Unidos 31 de marzo al 7 de abrilLas únicas (Comparsa de

Mujeres) MC: Miércoles de CenizaSS: Semana SantaSG: Sábado de Gloria

DRe: Domingo de ResurrecciónDRa: Domingo de Ramos

Fuente: Karla Valeria Gómez Blancas/ Promotora Social y Cultural de Milpa Alta

CARNAVAL COMPARSA TEMPORAL (2013) ATEMPORAL

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242

CARRO ALEGÓRICO DEL CARNAVAL DE SAN PABLO OZTOTEPEC.

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243

AN

EX

OS

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| ANEXOS |

245 244

¿Por qué la música? –pregunta alguien con cierta

incredulidad.“Porque sin música no hay fiesta” - respon-

de una enjundiosa voz en me-

dio de la algarabía. ¿Y por qué

la fiesta? - insiste el preguntón.

Porque sin fiesta no hay vida –

sentencia la mismavoz, mien-

tras se pierde entre el gentío

que baila al compás de un pa-

sodoble, convirtiendo la calle

en un salón de baile jamás ima-

ginado.

Suenan por avenidas,

ejes viales y plazas bandas

de viento, conjuntos de cuer-

das, alientos, silbatos, semillas

acompasadas, tañidos o aren-

gas y el incesante tronar de

cohetes que estremecen al cielo. Difícilmente puede

creerse tal diversidad de músicas, de colores y tempe-

raturas, a no ser que se vean “con los merititos oídos”.

Pero ocurre que esta maravillosa ciudad desde siempre

ha sido espacio de migrantes; y junto con los cientos y

cientos de personas que llegan a la capirucha en busca

de una mejor oportunidad arriban también sus tradicio-

nes, músicas, vestimentas y carnavales.

Así, anualmente se recrea por los distintos rumbos de

la ciudad una añeja pasión que reafirma el indisoluble

vínculo entre la música y la fiesta, haciendo de los car-

ANEXOSnavales una celebración que convierte al cuerpo enmas-

carado, pintado, disimulado, alterado en todo un arte-

facto sonoro… un resonador de

la vida.

El menú de opciones re-

sulta diverso: polcas, sones,

corridos, cumbias, pasodobles,

marchas, o pasito duraguense

son el pretexto perfecto para

que el cuerpo se suelte, hable

sin tapujos; se ponga flojito y

coopere. Y esa misma variedad

se observa en las agrupaciones

de danzantes, chinelos, huehen-

ches, licenciados, santiaguitos

o charros, que lo mismo bailan

al compás de agrupaciones de

cuerdas, mariachis, chirimías y

teponaztles, bandas, Sonidero hasta la mismísima Sono-

ra CompacDisc.

Todos estos ritmos apuntan a dejar atrás la ru-

tina, alegrar eso días y compartir en familia. Y por esa

generosa y lúdica función social es que los músicos son

tan apreciados por la gente. Aunque bien vale la pena

recordar que en el sentir popular, musiquear no sólo es

tocar, tambiénbailar, danzar,cantar hasta mirar.

Conforme avanzan los días de carnaval, “la mú-

sica” cumple con su tarea propiciatoria, extática, ritual,

CARNAVALES Y PRÁCTICAS MUSICALES

SANTA ANA TLACOTENCO.

SAN PABLO OZTOTEPEC.

Portada: con una trayectoria de más de veinte años como mascarero josé juan barrón morales innovó la tradición agregando pedrería a las caretas.

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| ANEXOS |

247 246

construyendo a través de mantras aparentemente cir-

culares, una ruta que si nada falla hará que el tiempo se

detenga y empiece a andar sobre sus pasos. De allí la

catarsis, la transformación, que el carnaval con su des-

pliegue de sensualidad busque fugaz la inversión del

mundo. Máscaras, disfraces, ropas estrafalarias, maqui-

llajes exóticos son la necesaria compañía de quienes

bailan protegidos por el anonimato o justificados por su

apariencia animalesca todo lo pueden hacer.

Los repertorios que se escuchan en cada uno de

los rumbos de la ciudad responden a su historia e identi-

dad. Es por ello que los carnavales que cuentan con más

de siglo y medio de realizarse ininterrumpidamente re-

cuperen minués y contradanzas, mientras que los más

recientes suenan música de apenas un lustro de existen-

cia y otros más se encuentren en proceso de construir

una música original que los diferencie del resto. Los Pe-

ñoneros de la Colombia chiquita recuerdan en coplas

sus jornadas a Chapinguito y su gusto por pescar; los

de la Gustavo A. Madero sus vínculos con Tlaxcala; los

de Cuajimalpa, sus relaciones con Chalmita y la Tierra

Caliente; mientras que los de Xochimilco muestran sus

múltiples lazos con la tierra donde se diera el reclamo

por Tierra y Libertad.

No faltará quien piense que tradiciones como

el carnaval se encuentran en franca retirada de nuestro

país y, aún más, de la ciudad capital. Pero, nada más

alejado de la realidad. El extraordinario registro visual

que nos comparte este volumen; y la pasión carnavalera

que año con año crece con ímpetu, permite augurarle

larga vida. Y cada que un carnaval ocurra, la música y

el baile reavivarán la pasión fiestera, haciendo olvidar

los problemas, el tedio, la tensión y el correr impetuoso

de las jornadas habituales. Sólo es cosa de relajarse y

dejarse tocar por el llamado de esa música poderosa

que anuncia el arribo de la fiesta más importante de la

capital.

¡Apresten trajes, máscaras y sombreros! Que llegó el

carnaval.

Page 134: DF Festivo Carnavales de la Ciudad de México

| ANEXOS |

249 248

Aunque el baile de chinelos hoy parece eclipsar a otras

representaciones dancísticas de Milpa Alta, don Adán

Caldiño - cronista del lugar -, cumple con su encomien-

da y nos recuerda que no siempre ha sido así. Y al hur-

gar en sus recuerdos alude a la danza del huehuenchón,

tradición que él ubica como el antecedente de los mo-

dernos carnavales. Baile donde el pulque, hoy casi ex-

tinto en la zona, animaba a los danzantes a contagiarse

de la alegría de la fiesta; por ser alimento y medicina,

bebida obsequiada por los dioses.

Según nos refiere, los carnavales de la delega-

ción de Milpa Alta son una mezcla de las tradiciones y

costumbres de los pueblos locales con las de Morelos.

Apenas separados por la Cordillera del Chichinautzin,

los habitantes de uno y otro lado del cerro, mantienen

una intensa relación comercial, cultural y familiar que

los ha llevado a reconocerse como íntimos y cercanos; y

quizá por esa permanente migración es que los chinelos

morelenses se han establecido fuertemente en los terri-

torios de Xochimilco y Milpa Alta, dejando en un lugar

secundario a la tradición local de los huehuenches.

Al explicar el gusto que existe en su pueblo por

el carnaval, el investigador no duda en recuperar la tra-

dición prehispánica que remite a la petición de lluvias

del dios Tláloc. Así, dividido en ciclos de secas y lluvias,

el carnaval se ubicaría en el periodo de escasez, duran-

te el cual los indígenas pedían a los señores de la natura-

LOS QUE BEBEN EL PULQUE: LOS HUEHUENCHES

CHINELO MILPA ALTA.HUEHUES MARTÍN CARRERA, DELEGACIÓN GUSTAVO A. MADERO.

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| ANEXOS |

251 250

leza que el agua regara abundantemente la tierra. Y así

– concluye-, nació la danza de los huehuenches… para

convocar a la lluvia.

A mediados del siglo pasado el baile de los Hue-

huenches era el que caracterizaba a los carnavales de

Milpa Alta. Los hombres se vestían de mujer, exageran-

do en ocasiones la condición femenina, representando

el estado de gravidez o utilizando enormes zapatillas

para producir la risa y mofa de la gente, mientras canta-

ban versos como los siguientes:

Estas coplas se intercalaban entre los distintos

sones que se iban tocando, al recorrer las calles para

pedir casa por casa la cooperación de los vecinos a

cambio de representar dicha escenificación. Era tal la

abundancia de lo que juntaban las cuadrillas que entre

la viejada iban cargadores encargados de transportar lo

recabado. Y entre las funciones de estos tamemes esta-

ba transportar el pulque que se procuraba a los danzan-

tes para aguantar tanta alegría en el cuerpo.

Pero hoy - anota el cronista – los gobiernos han

ido acabando con el pulque, en favor de las cervece-

ras. “Ya no hay pulque y ya no hay magueyes, a pesar

de que los magueyes protegían la tierra de la erosión”.

El pulque o neutle ha sido consumido en esta zona des-

de tiempos prehispánicos. Los aztecas lo llamaban Iztac

Octli y su consumo se encontraba muy reglamentado

entre la población, permitiéndose su ingesta sólo a per-

sonas mayores de cincuenta y dos años, considerados

viejos en la tradición mesoamericana (por haber cum-

plido el ciclo de la cuenta temporal larga, cuando el ca-

lendario lunar y el solar vuelven a coincidir); De allí que

no es de extrañar la asociación entre esta bebida ritual

y la danza de los huehuenches, también conocida como

“danza de los viejos”.

señora temazcalera présteme su temazcal para bañar a mi niña no se me vaya a enfermar.

Te lo tenté, te lo tenté, tenía pelitos y me espanté, te lo tenté, te lo tenté,y era tu peine y te lo dejé.

CHINELOS DELEGACIÓN XOCHIMILCO.

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| ANEXOS |

253 252

TLALTENCO, DELEGACIÓN TLÁHUAC.

Junto con la parcial retirada de las danzas de huehuen-

ches de las festividades de Milpa Alta, la debacle en la

producción pulquera dio paso al excesivo consumo de

bebidas alcohólicas embotelladas, cuya industria ame-

naza con apoderarse y controlar las fiestas populares de

todo México. El neutle no ha logrado recuperarse del

embate sufrido de parte de las autoridades que a co-

mienzos del siglo XX emprendieron una severa campa-

ña de desprestigio para disminuir su consumo. En la ac-

tualidad, el ámbito rural constituye el refugio del pulque

y aunque en Milpa Alta o Xochimilco se lucha por man-

tenerlo como una bebida popular, falta mucho por hacer

para alcanzar los niveles de consumo y veneración que

aún existe en los llanos de Apan y altiplano hidalguense,

región que además de disputarse el origen de la cha-

rrería ha sido cuna de ilustres fundadores de tradiciones

populares.

El pulque se obtiene de la fermentación de la sa-

via del maguey. El proceso para la preparación de esta

bebida inicia con el corte de las hojas centrales del aga-

ve para interrumpir el crecimiento de su brote central;

cuando el agave ha madurado después de un periodo

de entre siete a quince años, se perfora una cavidad en

su corazón raspándola para que brote el líquido conoci-

do como aguamiel. La persona encargada de esta acti-

vidad o tlachiquero lo colecta dos veces al día, durante

alrededor de seis meses antes de que se seque el aga-

ve. El aguamiel recolectado se deposita en barriles de

pino o en cubas de acero inoxidable llamados tinacales,

donde se fermenta con la bacteria Zymomonas mobilis

durante uno o dos días. Así se obtiene un líquido blanco

de aspecto lechoso que contiene un cinco por ciento de

alcohol. Esta bebida debe consumirse inmediatamente,

ya que al seguirse fermentando se convierte en cultivo

ideal para otras bacterias. Se acostumbra beberlo com-

binado con la pulpa de diferentes frutas y endulzado, a

lo que se llama curado; o natural, popularmente conoci-

do como cara blanca.

Doña María Esther Mérida, esposa de don Adán

Caldiño, nos comenta: “(…) cuando las mujeres tenían

poca leche para alimentar a sus criaturas, la costum-

bre era nutrirlas con un litro de pulque al día para que

amamantaran mejor a sus hijos. Y al poco rato los niñitos

hasta se atragantaban de tanta leche”. Quien nos da el

mejor argumento para que la danza de los huehuenches

y la querencia al pulque no se pierdan en Milpa Alta al

decir:

“Si el niño está enfermo denle pulque, si desnutrido

aguamiel. Si el viejo tiene sed denle el agua de los dio-

ses para alimentarlo y decirle: te necesitamos, no quere-

mos que te mueras”.

El cultivo y explotación de los distintos agaves

del territorio nacional, de los que se obtienen bebidas

como pulque, mezcal, tequila y tesgüino (cerveza de

maíz) atestiguan los profundos conocimientos técnicos

y destrezas ancestrales de los mexicanos en el uso de

estas y otras plantas, que lejos de caer en desuso poco

a poco se han ido posicionando en el gusto y mercado

global.

Y hoy en los carnavales de Milpa Alta se sigue escuchan-

do el verso que dice así:

A todos los concurrentes, aunque no sean tomadores:

Hoy mi pueblo está de fiesta

Y se viste de colores,

Porque aquí se tomará

¡Pulque de muchos sabores!

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| ANEXOS |

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257

FESTIVODF

CARNAVALES DE LA CIUDAD DE MÉXICO

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259 258

Bibliografía

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Vasconcelos, José. La raza cósmica. México: Editorial Porrúa. 2010.

Veracruz, Fiesta Viva (vol. l y ll). México: 2010.

Glosario

Acocil: Camarón de agua dulce.

Aguamiel: Jugo del maguey que fermentado produce pulque.

Arriero: Persona que trajina bestias de carga.

Atajador: Persona que hurta ganado. También es utilizado para referirse a la persona que guía un grupo.

Atajo: Senda o lugar por donde se abrevia un camino.

Bombín: Sombrero de copa baja, rígida en forma semiesférica.

Caporal: Hombre que tiene ganado a su cargo.

Charcheta: Instrumento de viento hecho de metal.

Chía: Semilla de salvia que, remojada en agua, suele utilizarse como refresco en México.

Chinampa: Terreno de corta extensión donde se cultivan f lores y verduras. Antiguamente estos huertos eran f lotantes.

Chincuete: Falda de lana bordada adornada con chaquiras usada en algunas zonas del Altiplano Central.

Chirimía: Instrumento musical de viento, hecho de madera, a modo de clarinete. Se compone de siete decímetros de largo, diez agujeros y boquilla con lengüeta de caña.

Comparsa: Grupo de personas que, vestidas de la misma manera, participan en carnaval o en otras fiestas.

Enagua: Prenda exterior femenina que cuelga desde la cintura. Tipo de falda.

Enarbolar: Levantar en alto estandarte, bandera o cosa seme-jante, o algo con lo que se amenaza a otra persona.

Estado de gravidez: Cargado, lleno, abundante.

Fiscal: Ministro que promovía la observancia de las leyes que tratan de delitos y penas.

Gallops: Danza húngara que prevalece incluso en otros países.

Hato: Sitio donde los pastores comen y duermen durante el pastoreo.

Canutillo: Hilo de oro o plata rizado en canutos.Tubo de longi-tud y grosor no muy grande.

Huipil: Blusa adornada propia de los pueblos indígenas.

Lancero: Hombre que usa o lleva lanza, como los vaqueros y toreros.

Levita: Vestidura masculina de etiqueta, más larga y amplia que el frac, y cuyos faldones llegan a cruzarse por delante.

Minué: Baile francés para dos personas que ejecutan diversas figuras y mudanzas. Estuvo de moda en el siglo XVlll.

Mofa: Burla y escarnio que se hace de alguien o de algo con palabras, acciones o expresiones corporales.

Niñopa: Escultura de madera con la imagen del Niño Jesús que se venera en Xochimilco.

Pasodoble: Baile que se ejecuta al compás de esta música.

Pirul: Árbol de América Meridional, de la familia de las Ana-cardiáceas, con tronco recto, corteza resquebrajada y ramas colgantes; hojas compuestas de hojuelas lanceoladas siempre verdes, f lores pequeñas, blanquecinas, en panojas axilares, y fruto en bayas redondas de corteza rojiza y olor de pimienta.

Polca: Danza de origen polaco de movimiento rápido y en compás de dos por cuatro.

Quezquémitl: Prenda característica de la indumentaria indígena de México que cubre el torso de la mujer.

Reminiscencia: Acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó.

Saltimbanqui: Persona que realiza saltos y ejercicios acrobáti-cos, generalmente al aire libre.

Sátira: Texto o representación cuyo objeto es censurar o poner en ridículo a alguien o algo.

Socarronería: Astucia o disimulo acompañados de burla encubierta.

Sulfuroso: Que participa de las propiedades del azufre.

Tameme: Cargador de origen indígena que acompañaba a los viajeros.

Tlachiquero: Persona que extrae el jugo del maguey.

Túnica: Vestidura exterior amplia y larga.

Zacate: Hierba, pasto, forraje utilizado para fregar.

Zarabanda: Danza lenta, solemne, de ritmo ternario que, desde mediados del siglo XVII, forma parte de las sonatas.

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261 260

COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL

Dr. César Camacho QuirozPresidente del Partido Revolucionario Institucional

Lic. Ivonne Aracelly Ortega PachecoSecretaria General del Partido Revolucionario Institucional

COMITÉ DIRECTIVO PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL EN EL DISTRITO FEDERAL Lic. Cuauhtémoc Gutiérrez de la TorrePresidente

Lic. Laura Elena Arellano GilmoreSecretaria General

SENADORES DEL DISTRITO FEDERAL

Sen. Joel Ayala AlmeidaSen. Arely Gómez González BlancoSen. Raúl Cervantes Andrade

DIPUTADOS FEDERALES DEL DISTRITO FEDERAL

Dip. Carlos Aceves del OlmoDip. Paloma Villaseñor VargasDip. Gerardo Felipe Muñoz Kappamas

DIPUTADOS LOCALES DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

Dip. Armando Tonatiuh González CaseCoordinador del Grupo Parlamentario

Dip. Jaime Alberto Ochoa AmorosSecretario de Desarrollo Metropolitano del PRI Distrito Federal

Dip. Fernando Mercado GuaidaPresidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI Distrito Federal / Presidente de la Comisión de Cultura ALDF

Directorio DF Festivo

Agustin Dany Editor General / Secretario de Cultura PRI DF

Cristóbal Günter Trejo RodríguezConcepto Editorial / Fotografía

Alberto Hernández GalvánJessica Milagros Macías ParraDiseño Editorial

Luis Ángel Jácome García Coordinador de Información y Redacción

Grupo Brainware S.A. de C.V.Haciendo comunidad S.C.Redacción

Alfonso Olvera ContrerasCoordinador de enlace con Carnavaleros

Pablo Ernesto Prado Fierro Coordinador de Logística

Iván Cochegrús RiveraCoordinador de gestión

Gonzalo Salinas David Carrera Magda Valle Silva Documentación y medios audiovisuales

Anette Fradera SánchezAsesora editorial

Blanca Evelin Rodríguez TorresCorrección de Estilo

Dip. Rubén Erik Alejandro Jiménez HernándezDip. María Alejandra Barrios RichardDip. Marco Antonio García AyalaDip. María de los Ángeles Moreno UriegasDip. Fernando Espino ArévaloDip. Karla Valeria Gómez Blancas

Lic. Manuel Andrade DíazDelegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en el Distrito Federal

SECTORES DEL PRI DF Lic.Gilberto Sánchez Osorio Sector Popular (CNOP) Dip.Carlos Humberto Aceves Y Del Olmo Sector Obrero (CTM) Jesús García Luna Sector Campesino (CNC) Ing.Israel Betanzos Cortés Movimiento Territorial DF Jany Robles Ortíz Frente Juvenil Revolucionario (FJR) Distrito Federal Lic.René Muñóz Vázquez Fundación Colosio DF Lic.Edgar Mereles Ortíz ICADEP DF Lic.Roberto Zamorano Pineda Asociación Nacional Unidad Revolucionaria (ANUR)

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263 262

Jesús Arturo García CastañedaVíctor Lugo ChavarríaOnésima Beatriz Mancilla Mancilla

Xochimilco

Sebastián Flores FarfánAzcapotzalco

José Antonio Urdapilleta PérezMiguel Ángel GarcíaJorge Pineda CervantesFermín Rodríguez MartínezJosé Humberto Sánchez MerinoErick Aldrete SánchezAída Elena Beltrán Sánchez

Milpa Alta

Karla Valeria Gómez BlancasAdán Caldiño PazMaría Esther MéridaLibrado JiménezAdrián HernándezLuis Puebla CarbajalJuan Carlos Gómez DominguezSaúl Bárcena MaldonadoSotero Bárcena FloresMagdiel GonzálezLuis Armando Bolaños ArrietaGraciela Ávila ElizaldeJosefina León ElizaldeLilia Robles TaboadaArmando Díaz ArellanoSilvia Elizalde ViguerasFortino Vigueras JiménezCarlos SaldañaAdrián HernándezManuel VázquezCarlos Dimas AlmazánMartha Patricia Carrasquedo ColínPriscila Coria Carrasquedo

Cuajimalpa Víctor Carrillo ColínTomás Martínez LópezVicente Sánchez DelgadilloBenjamín de Jesús RodríguezCecilio Ortiz MontesinosTobías López García

Iztapalapa

Hugo Espinoza Vázquez Gustavo León Figueroa Ernesto Flores Islas Cristian Islas Valdez Ernesto Hernández Flores

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos de forma muy especial a la Asociación de Cronista del Df y Zonas Conurbadas AC.

Presidente Mtro. Agustín Rojas Vargas

Secretario Mtro. Alfredo Yescas Flores

A los cronistas de Milpa Alta Mtro. Adán Caldiño Paz y Mtra. María Esther Mérida

A la cronista de Tláhuac Mtra. Esperanza Mancilla Castañeda

Al cronista de Xochimilco Mtro. Sebastián Flores Farfán

Al cronista de Iztapalapa Agustín Rojas Vargas

Agradecemos al Lic. Fidel Herrera Beltránpor su impulso y asesoría para esta publica-ción

Agradecemos al Ing. Marcos Theurel Coteroy Lic. Jorge Carvallo Delfín por su impulso y asesoría para esta publicación

Agradecemos a la maestra Terry Fernández, impulsora de la cinematografía nacional

Venustiano Carranza

Agustín Jiménez CedilloEma JiménezJonathan García Hernández

Gustavo A. Madero

Ángel Gutiérrez el famosísimo FariaCarlos José Ortega FloresIsrael Sánchez PadillaSaúl Sánchez LópezDavid Sánchez LópezJosé Juan Barrón Morales Esael Sánchez PadillaFamilia Carbajal

Tláhuac

Marcos Zaldívar EspejelJaime Leyte MancillaAlfredo Rioja CastañedaCamilo Reyes MancillaEdgar Hernández LeyteEsperanza Mancilla CastañedaMaría Rosa de la RosaArmando Gutiérrez MartínezClaudia Escalona

Roberto Alejaldre TorresMariano Cordero OrtízAna Bertha Chirino AcevedoYadira Chirino AcevedoAnastasio Medina Alonso Juan Manuel ValadézDarío Acevedo RomoPedro Marines AnayaLuis Alonso Olivia Medina Corona Humberto Medina Corona Juana Corona ChirinoJuan Medina Corona Elizabeth Reyes MedinaLic. Pablo Chirino CastilloJuan José Ávila MedinaJoel Chirino CastilloJesús González ZamoraJuan Ramón Mosco MoralesLuis Sánchez MoralesArmando Olivares De La RosaArmando Olivares MoscoGenaro González Rosas Carlos Salinas MoralesCristóbal Contreras ContrerasFidencio López ContrerasAlberto MartínezUbaldo González ArteagaRubén SilvaMartín Eugenio

Iztacalco

Alicia Téllez Sánchez Isaías Monzalvo AguilarGuadalupe OlivaresPedro Vázquez DíazJuan Carlos Miranda Rosales

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264

Los Carnavales hacen comunidad...

En una ciudad tan impersonal por su crecimiento, es necesario tener tradiciones que nos permitan reunirnos en las calles, vernos, conocernos...

La función social que cumplen las fiestas permite afianzar nuestros valores, hace que hasta el más lejano se sienta en comunidad...

Agustín Dany / Secretario de Cultura PRI DF