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  • 8/12/2019 Destino de las imgenes

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    Jacques Rancire, El destino de las imgenes. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2011, 144 pginas.Ornela Soledad Barisone

    Orbis Tertius, 2013, XVII (19), 271-274. ISSN 1851-7811

    http://www.orbistertius.unlp.edu.ar

    Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.Centro de Estudios de Teora y Crtica Literaria

    Esta obra est bajo licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina

    RESEA/REVIEW

    Jacques Rancire,El destino de las imgenes.Buenos Aires, Prometeo Libros, 2011, 144 pginas.

    La coleccin Arte & Esttica de Prometeo Libros dirigida por Maras Bruera yMarcelo Burello, acerca una traduccin del francs de un libro esclarecedor de las

    investigaciones del argelino Jacques Rancire en lo que a las relaciones entre los textos y las

    imgenes respecta.Le Destin des Images(inicialmente publicado porLa Fabrique en 2003) establece una

    continuidad con textos referidos a esttica del autor Mallarm, la Politique de la Sirne(Hachette, 1996), La Chair des mots: Politique de l'criture (Galile, 1998), La Parolemuette: Essai sur les contradictions de la littrature(Hachette, 1998),Le Partage du sensible(La Fabrique, 2000), L'Inconscient esthtique (La Fabrique, 2001), La Fable

    cinmatographique (Le Seuil, 2001). En particular, los argumentos que sostienen los cuatroltimos mencionados, son reubicados en nuevos o iguales (caso Edipo de Corneille en L

    Inconscient)ejemplos que pueblan los captulos.El prlogo de Domin Choi titulado Rancire para una filosofa de la emancipacin

    esttica sintetiza el modo en que el orden de la polica y la interrupcin poltica de ese orden

    se conectan con el arte en particular la cuestin de la imagen como poder de refiguracin

    de una nueva reparticin de lo sensible (nuevas maneras de hacer, ser, decir y formas de

    visibilidad: lo compartido y lo repartido del francs partager), as como los motivos de lainclinacin del argelino en temas de esttica. La confrontacin con el presente, con los

    discursos apocalpticos como sntomas de poca (Lyotard, Hal Foster, Guy Debord, Godard,

    Barthes, Bazin y Benjamin), es la estrategia metodolgica elegida por Rancire para

    manifestar las insuficiencias tericas, la impotencia del pensamiento crtico (duelo), el fracaso

    del proyecto de la modernidad y la propuesta de una triple divisin del arte en tres regmenes

    que apuntan a una periodizacin no homognea, a una temporalidad de coexistencia antes

    que de sucesin.

    Cinco son los apartados que se incluyen. El primero, denominado El destino de las

    imgenes, es producto de una conferencia dictada en el Centre National de la Photographieel 31 de enero de 2001. Al respecto caben los siguientes interrogantes: por qu la cuestin de

    las imgenes en relacin con el arte? Qu nociones de imagen se establecen? Qu significa

    su destino?

    Es posible asociar la nominacin de la seccin con el ttulo elegido por Lyotard (1998)

    referido al destino de las vanguardias; crtica que luego se especifica en relacin con lainclusin del sublime burkeano y kantiano en arte. Rancire se propone analizar la

    vinculacin de determinada idea del destino y de la imagen en los discursos apocalpticos. La

    caracterizacin ternaria de la imagen, frente al sentido doble otorgado por la crtica

    contempornea conlleva operaciones, contenido y tcnica. Rancire insiste en el

    reduccionismo utilizado en la determinacin de la especificidad del arte por sus medios

    tcnicos (Barthes y Bazin apuestan al carcter indicial de la imagen fotogrfica y

    cinematogrfica, mientras que Baudrillard y Debray afirman la imagen como simulacro). Este

    encorsetamiento tcnico olvida que las relaciones entre las imgenes del arte, las formas

    sociales de la imaginera y los procedimientos tericos de la imaginera tienen una historia.

    Apuesta, segn lo indica Choi en el prlogo a un giro visual.

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    A lo largo del texto, el argelino hace hincapi en el carcter triple antes sealado,

    incluso en las categoras en que podran agruparse las imgenes expuestas en museos y

    galeras (desnuda, ostensiva y metamrfica), en una alteridad de las imgenes frente a la

    identidad elogiada por la crtica contempornea (reivindicadora de una archisemejanza) a fin

    de mostrar que la imagen nunca es una realidad sencilla. A partir del ejemplo flmico deRobert Bresson Al azar Baltazar (1966), destaca la importancia de las operaciones del arte(como relaciones entre un todo y las partes que implican funciones-imgenes diferentes,

    diversos sentidos de la palabra imagen) y el pasaje de regmenes de imageneidadpor sobre latcnica.

    El destino de las imgenes seala un entrelazamiento lgico y paradojal entre las

    operaciones del arte, los modos de circulacin de la imaginera y el discurso crtico que

    devuelve su verdad oculta a las operaciones de uno y las formas de otra. Uno de los duelos

    explcitos es el de la semiologa como pensamiento crtico de las imgenes, por lo que, el

    punto de ataque es sobre todo el carcter indicial de la imagen y la dominancia del medio

    tcnico en el discurso del Barthes deLa cmara lcida(1989). La afirmacin del fin de las

    imgenes no se debe la revolucin digital. Es concebido como un proyecto histrico que estdetrs de nosotros, iniciado entre 1880 y 1920 con la afirmacin del arte liberado de las

    imgenes (no simplemente de la antigua figuracin sino de la nueva tensin entre la

    presencia desnuda y la escritura de la historia sobre las cosas [], de la tensin entre las

    operaciones del arte y las formas sociales de la semejanza y del reconocimiento) en forma de

    pureza o de supresin.

    La frase, la imagen, la historia (II), fue dictado en el mismo centro que el apartado

    anterior durante octubre de 2002. Consisti en una presentacin de la Exposicin Sanscommune mesure (Sin medida comn) organizada por Rgis Durand. La misma, estuvodedicada a las relaciones de las imgenes y las palabras. Rancire reflexiona en esta instancia

    sobre la doble potencia de la imagen: como singularidad inconmensurable y como operacin

    de puesta en comunidad; se pregunta por el significado exacto del ttulo de la exposicin. El

    conflicto de medidas y comunidades es aclarado a partir de un fragmento de Histoire(s) duCinemade Godard, cuyo montaje presupone un conocimiento del rgimen esttico del arte;

    practica el collagede heterogeneidades en los vaivenes de los montajes. Resulta interesante eldilogo con la tradicin aristotlica de la unidad de accin, la disyuncin entre las artes del

    Laocconte de Lessing y la frmula horaciana Ut Pictura Poesis en tanto desplaza losindicadores temporales asociados a la modernidad para instalar una perspectiva en la que se

    combinan o separan operaciones del arte de distintos dispositivos y que permitira explicar

    desde otro lugar la convergencia disciplinar de gneros como la poesa visual o la poesa

    concreta.

    La ausencia de medida comn es el ncleo comn de la teorizacin modernista delrgimen esttico de las artes, la que piensa la ruptura con el rgimen representativo en

    trminos de la autonoma del arte y de la separacin entre las artes. Seala Rancire tres

    versiones de lo inconmensurable: la racionalista optimista de Habermas, la dramtica y

    dialctica de Adorno y la pattica del ltimo Lyotard y, finalmente, concluye que la prdida de

    la medida comn entre los medios de las artes significa que toda medida comn es, en

    adelante, una produccin singular y que esta produccin slo es posible a costa de enfrentar,

    en su radicalidad, la sin-medida de la mezcla. El desplazamiento se produce, entonces, desde

    las analogas de las formas (parangones entre las artes) a la mezcla de las materialidades

    (conceptual, antes que real). Esa gran yuxtaposicin ser luego explicada en trminos de gran

    parataxis, la ley del profundo hoy que seala que la potencia del arte est dada por lo

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    comn de la desmesura o del caos, una medida contradictoria entre la esquizofrenia y el

    consenso.

    En este contexto, la medida del arte esttico es para Rancire la frase-imagen como la

    unin de dos funciones a definir estticamente; por la forma en la que deshacen la relacin

    representativa del texto con la imagen. La revisin de la parataxis en trminos de ampliacinde la categora de montaje permitira entender de qu manera y en sentido conceptual,

    segn aclara lo heterogneo conforma medida comn (montaje dialctico y simblico). El

    caso de Godard resulta paradjico en dicha explicacin.

    El tercer apartado La pintura en el texto, resultado de una conferencia en la

    Akademie der Bildenden Knste de Viena (marzo de 1999), retoma algunos elementos deLos enunciados de la ruptura (Ruptures. De la discontinuit dans la vie, ENSBA/Muse duLouvre, 2002). Considero que podra ser ledo en el marco de los estudios visuales

    promovidos por Mitchell (1986) para observar sus puntos de contacto. El objetivo de este

    captulo es reflexionar sobre la configuracin del terreno del arte invirtiendo el diagnstico

    sobre la abundancia de palabras en la pintura y observar la articulacin entre las palabras y las

    formas visuales que define un rgimen de arte.En relacin con diversas tautologas que definen el hecho pictrico, como el caso de la

    auto-demostracin de la materia y superficie bidimensional basada en la nocin de mdium,

    Rancire vuelve al concepto de mmesis como rgimen (operando un desplazamiento en su

    significacin extendida de semejanza) y de los estudios que focalizan en la tcnica. Me

    interesa, en particular, ya que permite pensar que las relaciones entre palabras e imgenes

    (palabras y formas para el argelino) seala una liberacin que no implica separacin entre

    ellas, sino otro modo de vinculacin.

    Rancire destaca un cambio de lugar y de funcin del texto crtico en correlacin con

    el cuadro o el pintor, lo desfigura(modifica lo que es visible en su superficie). El sentido delfin del arte hegeliano es interpretado como una convergencia entre el pasado y el futuro para

    determinar el presente del arte. El arte est vivo siempre que est fuera de s mismo,

    configurando escenas de desfiguracin. Una lectura de la modernidad basada en la pureza

    desalienta porque busca la autonoma en la superficie de la pintura.

    La superficie del design (IV) fue publicado inicialmente bajo el ttulo Lasambivalencias del diseo grfico (coles regionales des Beaux- Artsde Valence, 2002). Allel filsofo ensaya la respuesta a la pregunta sobre el modo en que la prctica y la idea del

    designredefinen el lugar de las actividades del arte en el conjunto de prcticas que configuranel mundo sensible dividido. Analiza comparativamente dos casos: el del poeta francs

    Stphane Mallarm con su poemario Una tirada de dados jams abolir el azar(1987) y elde Peter Behrens, arquitecto, ingeniero y diseador alemn que en 1997 se ocupa de disear

    productos, publicidades y edificios de la compaa elctrica AEG (Allgemeine ElektrizittsGesellschaft). En primer lugar, tienen en comn la palabra y la idea de tipo (formassimplificadas y funcionales en Behrens y el trazado de un dibujo forma analgica tpica,

    poesa grfica en Mallarm). En segundo lugar, el contraste se da con el consumo esttico

    de las semejanzas y las bellezas: se sustituye el decoro de los objetos o de las historias con

    estos tipos, porque las formas del poema, como las del objeto, son tambin formas de la

    vida; es decir, los tipos trazan la figura de una cierta comunidad sensible. Pivoteando por

    Loe Fuller,Arts & Craftsy la Bauhaus, Rancire retorna recursivamente al paradigma de lasuperficie plana como historia ideal de la modernidad de la autonoma moderna del arte:

    la renuncia de la pintura a la tercera dimensin y la constitucin del plano bidimensional

    como su espacio, la explicacin de su concepcin de mmesis (no como semejanza sino como

    codificacin y distribucin de ella).

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    La superficie del diseo, se justifica en simultneo con el caso de las imitaciones

    autnomas y heternomas de la pintura y la poesa. El argelino concluye, entonces, un plano

    de igualdad de lo que ingresa al arte, una superficie de conversin e intercambio y una

    superficie de equivalencia entre escritura simblica de las formas, arte puro y arte utilitario.

    El ltimo apartado se titula afirmativamente Si existe lo irrepresentable. Haba sidoeditado en un nmero dirigido por Jean-Luc Nancy con el ttulo El arte y la memoria de los

    campos (Genre humain, N 36, Otoo-Invierno, 2001). El desgaste y el uso inflacionista delconcepto de lo irrepresentable y sus asociados, son lo que inquieta a Rancire en esta

    instancia. La pregunta que organiza la indagacin se formula en los siguientes trminos: bajo

    qu condiciones se pueden declarar irrepresentables ciertos acontecimientos? Bajo qu

    condiciones se le puede dar a este irrepresentable una figura conceptual especfica? Para ello,

    reanuda su explicacin de la representacin como rgimen de pensamiento del arte. Una

    imposibilidad relativa a una impotencia del arte (de hacer presente el carcter esencial de la

    cosa, una forma de representacin sensible acorde a la idea [sublime hegeliano]) y una

    imposibilidad por los medios del arte (exceso de presencia material, estatus de irrealidad).

    Se trata de explicar el lugar de lo testimonial (como testigo de lo indeterminado paraLyotard) al proponer ejemplos de representaciones del exterminio en los campos nazis y una

    lectura distante de la esttica de lo sublime lyotardiana (lo propio del arte sublime es inscribir

    la huella de este impresentable). Al respecto, despliega diferentes significaciones en las que

    retoma como conceptos centrales la representacin y la antirrepresentacin. En cuanto a la

    representacin de lo inhumano (La especie humanade Robert Antelme y Shoahde ClaudeLanzmann, como ejemplos) concluye que no hay irrepresentable como propiedad del

    acontecimiento y que se produce en la propuesta apocalptica del ltimo Lyotard una

    hiprbole especulativa de lo irrepresentable porque la misma hiprbole destruye la lgica de

    ste. Existe lo irrepresentable en funcin de las condiciones a las cuales un sujeto de

    representacin debe someterse para entrar en un rgimen determinado del arte, en un rgimen

    especfico de relaciones entre mostracin y significacin.El destino de las imgeneses una investigacin en curso que Rancire despliega. Es

    una compilacin cuidadosamente seleccionada que, pese a operar recursivamente, permite

    entender las categoras referidas al anlisis de las artes y esbozadas en publicaciones

    anteriores del autor.

    Ornela Soledad Barisone