DESPUÉS · 2018. 6. 14. · Zaragoza e inyectaron autoestima a todos los zaragozanos. H El meandro...

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DIEZ AÑOS DESPUÉS JUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018 El 14 de junio del 2008 se inauguró la Exposición Internacional ‘Agua y Desarrollo Sostenible’, que supuso una gran transformación para la ciudad La crisis –Lehman Brothers quebró un día después del cierre de la Expo– frenó la reconversión del recinto. Una década después se atisba un futuro prometedor © El Periódico de Aragón. Todos los derechos reservados. Esta publicación es para uso exclusivamente personal y se prohíbe su reproducción, distribución, transformación y uso para press-clipping.

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    JUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    El 14 de junio del 2008

    se inauguró la Exposición

    Internacional

    ‘Agua y Desarrollo Sostenible’,

    que supuso una gran

    transformación para la ciudad

    La crisis –Lehman Brothers

    quebró un día después del

    cierre de la Expo– frenó la

    reconversión del recinto.

    Una década después se atisba

    un futuro prometedor

    © El Periódico de Aragón. Todos los derechos reservados.Esta publicación es para uso exclusivamente personal y se prohíbe su reproducción, distribución, transformación y uso para press-clipping.

  • 2 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • Muchos zaragoza-nos rememorarán hoy con ilusión y mucha emoción los 93 días que llenaron de orgu-llo a la gran ma-

    yoría de ciudadanos de la capital. Con la gala de los 10 años de la Expo que tendrá lugar en el Palacio de Congresos de Za-ragoza y podrá seguirse esta noche por Aragón TV se recordará todo un proyec-to de modernidad que tuvo a la capital aragonesa como protagonista única en el año 2008. Y es que la Expo fue el revulsi-vo que necesitaba Zaragoza para salir del escondite en el que estaba metida en el conjunto del país.

    93 inyecciones de autoestima

    Nicolás Espada Director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

    La visión de personas como los alcal-des José Atarés y Juan Alberto Belloch o de la vicepresidenta del Gobierno cen-tral María Teresa Fernández de la Vega, auténticos artífices de la nueva Zaragoza que surgió hace 10 años, fue clave. Llega-ron inversiones estatales como nunca ha-bía ocurrido en la ciudad y la Expo fue la antesala de lo que hoy es el cambio climá-tico en una demostración de visión de los impulsores de la muestra. La realidad ha llevado hoy a situar este tema en el cen-tro de la agenda política. Fue, además, un claro ejemplo de rentabilidad política y económica, pero también de consenso político y social, sin el que no habría sido posible sacar adelante un proyecto que a todos gustó.

    Hubo inconvenientes, pero todos pos-teriores. Por ejemplo nos olvidamos del legado del agua, una pérdida intelectual importante del aprovechamiento del agua. Y el proyecto del día después no se supo adaptar a las nuevas circunstancias procedentes de la crisis económica que comenzó justo cuando cerró las puertas la Expo. Tampoco se pensó en dotar de vi-viendas al recinto, algo que hubiera sido muy positivo para una zona que se vacía por las tardes y los días festivos. Lofts pa-ra profesionales hubieran sido muy atrac-tivos, aunque aún se está a tiempo.

    Pero en cualquier caso, hoy se rememo-ran 93 días de emociones que cambiaron Zaragoza e inyectaron autoestima a todos los zaragozanos. H

    El meandro sale a flote a otro ritmo

    La visión de los responsables de la organización

    La caja azul, el símbolo más latente que vivo

    Epicentro cultural del mundo

    Verano azul intenso

    «Ninguna ciudad en España podría haber hecho aquella Expo»

    Juan Alberto Belloch

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    Marta ColomerRicardo Martín Tezanos

    Firmas

    «El recinto podría estarlleno en dos legislaturas»

    Francisco de la Fuente

    Diez años no es nada para un cronista

    Domingo Buesa

    «Zaragoza y Aragón son hoy más internacionales gracias a la Expo»

    Manuel Teruel

    Recuerdos de unmar de sensaciones

    La mascota chica que no se pudo llamar Ica

    ‘Royals’ en Ranillas

    «Nosotros solo servimos depuente entre Dylan y la ciudad»

    Juan Aguirre y Eva Amaral

    SUMARIO

    3EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • AVENIDA DEL 2008

    La arteria principal en la Expo hoy busca su público

    La avenida del 2008 es una de las transformaciones más llamativas que se pueden apreciar hoy tras una década. Durante la muestra internacional, miles de visitantes llenaban esta arteria principal en el recinto,

    ÁNGEL DE CASTRO

    4 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    2008

    el recinto de ranillas

    z aragoza guarda en su memoria el 14 de junio del 2008 como una fecha especial, para la historia. Las 125 hectáreas

    de huerta del meandro de Rani-llas se habían transformado en una zona verde de la extensión del Retiro madrileño y, sobre to-do, un recinto para la Expo del Agua y desarrollo sostenible. Un le-ma con el que convertirse en re-ferente a nivel mundial con vo-cación de permanecer, su legado intelectual, y una inyección de autoestima en la ciudadanía so-bre su potencial para ser protago-nista. Era más fácil con los 1.000 millones de inversión para cons-truir la muestra internacional, de los que el 25% se sabía que no se recuperaría después, 3.000 si se suman las infraestructuras re-cibidas en toda la ciudad. Lo más complicado era gestionarlo y se hizo con nota, con un desfase de solo el 2% y reconocido por el Tri-bunal de Cuentas como ejemplo para futuras citas similares.

    Lo más destacado de la Expo de Zaragoza, lo que siempre se de-fendió como principal aval para ganar a Trieste (Italia) y Tesalóni-ca (Grecia) ante el Bureau Inter-national des Expositions (BIE) en París para ser la sede escogida en el 2008, fue la prometida recon-

    El meandro sale a flotea otro ritmoLa muestra internacional abrió sus puertas hace una década previendo que se reconvertiría en el nuevo centro administrativo y económico de Zaragoza que en el año 2018 podría estar a pleno rendimiento, pero hoy la ocupación es del 75%

    TEXTO: daVid lÓPeZ

    versión del recinto. En su caso, se garantizaba la construcción, so-bre los edificios que albergarían a 107 países durante 93 días, de un parque empresarial de pri-mer nivel con unos 150.000 me-tros cuadrados de superficie, que también incluiría ocio, restaura-ción y usos lúdicos.

    Hace una década, se auguraba que en diez años estaría comple-tamente ocupado y a pleno rendi-miento. La realidad se ha demos-trado bien distinta. El meandro sigue, diez años después, pelean-do por salir a flote. Con un motor principal, la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, que trasladó a Rani-llas casi todas las sedes judiciales de la capital aragonesa. Fue en el 2013, dejando un vacío enorme en su anterior emplazamiento de la plaza del Pilar. El corazón de la ciudad perdía parte de su vida cotidiana para rescatar una nave en claro riesgo de naufragio.

    La DGA a las riendasLa reutilización del recinto de Ra-nillas hoy se describe con la ocu-pación del 75% del espacio dispo-nible, según los datos facilitados por la sociedad Expo Zaragoza Empresarial, la que gestiona y comercializa esa reconversión para la DGA, que es la única Ad-ministración superviviente de la extinta Expoagua, la que organi-zó la muestra internacional. En

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    RONDA DEL RABAL

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    DEL AGUA

    Puente del Tercer Milenio

    Hotel Híberus

    Palacio de Congresos

    An�teatro

    Edi�cios Ronda

    Acuario

    Edi�cio Actur (Comunidades Autónomas)

    Embarcadero

    Pabellón Puente

    Torre del Agua

    Edi�cio de la telecabina

    Edi�co Ríos, los “cacachuetes”

    Pabellón de Aragón

    Pabellón de España

    Inspiraciones Acuáticas

    Plazas temáticas

    El Iceberg

    Módulos de restauración y aseos

    Las seis plazas que ocupaban el frente fluvial, desde el anfiteatro hasta el pabellón de España, se desmantelaron. Se llamaban, de izquierda a derecha: Agua Extrema, El Faro, Sed, Oikos: Agua y Energía, Agua Compartida y Ciudades del Agua. La única que “sobrevive” es Sed, cuya estructura se instaló en Valladolid.

    El Parque Empresarial Dinamiza abrió sus puertas en enero de 2011. En la actualidad hay instaladas un total de 43 empresas.

    En junio de 2013 los los nuevos Juzgados de Zaragoza, junto con la zona de servicios se trasladaron de la plaza del Pilar al edifico Actur.

    Los cuatro iconos arquitectónicos de la muestra permanecen en desuso. Solo dos de ellos se han abierto puntual y parcialmente para permitir el acceso de los ciudadanos.

    Del Pabellón Puente solo se abre la pasarela que une el Actur con La Almozara; y la Torre del Agua para visitas guiadas de grupos reducidos.

    “AGUA Y DESARROLLO SOSTENIBLE” FUE EL LEMA DE LA EXPOSICIÓN CELEBRADA EN ZARAGOZA DURANTE 93 DÍAS

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    CONSTRUCCIONES EFÍMERAS

    CONSTRUCCIONES EN USO EDIFICACIONES CERRADAS632MILLONES DE EUROS COSTÓ LA

    EXPO, QUE AL FINAL ACUMULÓ

    UN DÉFICIT DE 8 MILLONES

    PORQUE HUBO MENOS

    VISITANTES DE LOS

    PREVISTOS.

    5,65MILLONES DE ACCESOS FUE EL

    RESULTADO FINAL DE LA

    MUESTRA. INICIALMENTE SE

    PREVEÍAN 6,5 MILLONES DE

    ACCESOS.

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  • especialmente a las doce de la mañana, cuando se exhibía El Despertar de la Serpiente por parte del Circo del Sol. Bajo la pérgola diseñada por Isidro Ferrer, en las pasarelas que unían los pabellones y que se demolieron

    después, o junto a los pequeños edificios en el frente fluvial, que hoy lucen en desuso salvo el que se ha rescatado para la Ciudad de la Justicia. Ahora es una avenida poco transitada que busca nuevo público.

    ÁNGEL DE CASTROÁNGEL DE CASTRO

    5EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    2018

    el 2008, la presencia del Estado, con el 70% del capital, era un apoyo decisivo. El Ejecutivo au-tonómico y el Ayuntamiento de Zaragoza, se repartían a partes iguales el 30% restante (un 15% cada una). Pero el Gobierno cen-tral decidió compensar con sus activos en Ranillas una pequeña parte de su deuda histórica con la comunidad, y se salió del pro-yecto.

    Lo hizo justo a tiempo, antes de una de las mayores crisis econó-micas que se recuerdan y que, en este caso, dejaba a la intemperie un complejo de usos terciarios en el que dieron marcha atrás muchas de las empresas que al inicio confiaron en el proyecto pos-Expo. Miles de metros cua-drados quedaron a disposición de un mercado en horas bajas y solo para la venta. El alquiler, que nunca se había contempla-do, se recuperó años más tarde como aliciente para fomentar la ocupación en lo que se denominó Dinamiza, el parque empresarial. Y el resultado es el actual: una ocupación del 75%, con 106.447 metros cuadrados, en los que se han instalado 43 empresas, 26 privadas y 18 públicas. Eso lleva a que 3.200 trabajadores acudan a diario a ese recinto que un día acogía a miles de visitantes para la Expo. Y donde antes ha-bía países, comunidades

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    Puente del Tercer Milenio

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    Edi�cios Ronda

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    Edi�cio Actur (Comunidades Autónomas)

    Embarcadero

    Pabellón Puente

    Torre del Agua

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    Edi�co Ríos, los “cacachuetes”

    Pabellón de Aragón

    Pabellón de España

    Inspiraciones Acuáticas

    Plazas temáticas

    El Iceberg

    Módulos de restauración y aseos

    Las seis plazas que ocupaban el frente fluvial, desde el anfiteatro hasta el pabellón de España, se desmantelaron. Se llamaban, de izquierda a derecha: Agua Extrema, El Faro, Sed, Oikos: Agua y Energía, Agua Compartida y Ciudades del Agua. La única que “sobrevive” es Sed, cuya estructura se instaló en Valladolid.

    El Parque Empresarial Dinamiza abrió sus puertas en enero de 2011. En la actualidad hay instaladas un total de 43 empresas.

    En junio de 2013 los los nuevos Juzgados de Zaragoza, junto con la zona de servicios se trasladaron de la plaza del Pilar al edifico Actur.

    Los cuatro iconos arquitectónicos de la muestra permanecen en desuso. Solo dos de ellos se han abierto puntual y parcialmente para permitir el acceso de los ciudadanos.

    Del Pabellón Puente solo se abre la pasarela que une el Actur con La Almozara; y la Torre del Agua para visitas guiadas de grupos reducidos.

    “AGUA Y DESARROLLO SOSTENIBLE” FUE EL LEMA DE LA EXPOSICIÓN CELEBRADA EN ZARAGOZA DURANTE 93 DÍAS

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    CONSTRUCCIONES EFÍMERAS

    CONSTRUCCIONES EN USO EDIFICACIONES CERRADAS632MILLONES DE EUROS COSTÓ LA

    EXPO, QUE AL FINAL ACUMULÓ

    UN DÉFICIT DE 8 MILLONES

    PORQUE HUBO MENOS

    VISITANTES DE LOS

    PREVISTOS.

    5,65MILLONES DE ACCESOS FUE EL

    RESULTADO FINAL DE LA

    MUESTRA. INICIALMENTE SE

    PREVEÍAN 6,5 MILLONES DE

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  • 6 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    autónomas, oenegés o grandes firmas patrocina-

    doras hoy aparecen la Ciudad de la Justicia (en el edificio que durante la Expo se llamó Actur), empresas como Vueling, Grupo Jorge, KMPG, Océano Atlántico, LRA; o sedes administrativas del propio Gobierno de Aragón. La principal, la consejería de Edu-cación, instalada en lo que fue el pabellón de México. O el nuevo centro territorial de Radiotelevi-sión Española en Aragón (RTVE). Las empresas públicas de la DGA llegaron en cascada para aumen-tar ese porcentaje.

    Pero al menos avanza. En el último año se han firmado ocho nuevas operaciones, cuatro de nuevos clientes y otras tantas pa-ra ampliar las instalaciones de al-gunos que ya operan desde allí. QDQ, Ideconsa, Cognit y Astigri han sido los últimos. Y el arren-damiento tira del carro de Dina-miza. En este 2018 se han adjudi-cado así 3.300 metros cuadrados y ya van 12.000 en los últimos tres ejercicios.

    Los iconos no lucenOtro de los motivos por los que no despegó el recinto se encuen-tra en sus edificios más emble-máticos. Considerados iconos de la arquitectura moderna como el Pabellón Puente de Zaha Hadid, cuya gestión se firmó por 25 años en favor de Ibercaja y en diez ha sido incapaz de reabrirlo como el museo que prometió a la ciudad. Ahora solo se puede disfrutar la pasarela peatonal entre La Almo-zara y el Actur y no todo el año. La crisis castigó con dureza y los costes de funcionamiento y con-servación son una losa muy pe-sada. Tampoco la CAI consiguió reabrir la Torre del Agua, y acabó renunciando a su gestión.

    El pabellón de España fue el único que se quedó el Gobierno central y tampoco ha renacido desde que la Expo cerró sus puer-tas. El Instituto de Investigación sobre el Cambio Climático anun-ciado por la entonces vicepresi-denta María Teresa Fernández de la Vega, duerme hoy en un cajón. No tiene fecha de reapertura ni proyecto que le dé vida. Algo que también le pasa al que fuera pa-bellón de Aragón, diseñado por Olano y Mendo. Múltiples proyec-tos se interesaron por su espacio, incluida la consejería de Educa-ción, y ninguno prosperó.

    Solo el acuario fluvial siguió abierto al día siguiente de ter-minar la Expo. Un superviviente en Ranillas que ha capeado diez años con solvencia para perma-necer a disposición de los visitan-tes. También lo hizo el Palacio de Congresos, de Nieto y Sobejano, otro de los referentes del recinto de Ranillas. Pero se esperaba que todos estuvieran hoy dando vida a este nuevo centro de Zaragoza que se ha quedado en periferia pero al menos sigue a flote. H

    EL RECINTO DE RANILLAS

    TORRE DEL AGUA

    El deseo para museos de medio mundo sigue vacío

    El Museo de Historia Natural de Nueva York pretendió la Torre del Agua para exponer sus obras. El edificio de Enrique de Teresa tiene más de 80 metros de altura y es capaz de iluminarse. Pero su potencial está en desuso. Se cedió a la CAI, que acabó renunciando, y solo sirve para acoger visitas guiadas.

    ÁNGEL DE CASTROEL PERIÓDICO

    PABELLÓN PUENTE

    La joya de Zaha Hadid está varada en mitad del Ebro

    La arquitecta iraquí Zaha Hadid dibujó para Zaragoza el Pabellón Puente, una de las obras más emblemáticas de la Expo y, de largo, la más costosa, más de 80 millones de euros. Fue la entrada a la muestra desde La Almozara y al acabar se cedió su gestión a Ibercaja, que nunca logró reabrirlo como museo.

    ÁNGEL DE CASTROEL PERIÓDICO

    2008 2018

    ACUARIO FLUVIAL

    El superviviente que añora las largas filas de la Expo

    El acuario fluvial es un referente en Europa, por la colección de especies y ejemplares que contiene. Pero hoy recibe cada año 96.000 visitas, casi las mismas que acogía en un día durante la Expo. Las largas filas rodeaban el edificio al inicio. Y fue el único que siguió abierto al día siguiente de acabar.

    ÁNGEL DE CASTROEL PERIÓDICO

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  • 7EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • –¿Qué fue lo más difícil en el últi-mo minuto antes de la Expo?–Que se inundó el Ebro e impo-sibilitó la inauguración. Se tu-vo que hacer un plan b sobre la marcha. Ese fue el momento de más nervios. Otro fue la elección en París, año y medio de pelea y espectacularmente complicado porque teníamos enfrente a Ber-lusconi. Pero fructificó el traba-jo que sobre todo hizo Jerónimo (Blasco) y el Rey (Juan Carlos), que consiguió votos delante de mí de todos los países de Oriente Medio. También nos ayudó mu-cho una denostada Leire Pajín, que era secretaria de Estado de Cooperación Internacional, para conquistar a los de habla inglesa de Centroamérica.

    –Zaragoza contaba con un con-senso político y un apoyo institu-cional que pocas veces se ve.–En realidad las tres (con Trieste y Tesalónica) lo tenían pero no-sotros contábamos con la ventaja de sumar el consenso social: más de 200 oenegés, los medios de comunicación, el tejido empre-sarial, los sindicatos, la Iglesia... Y sobre todo los voluntarios, que fueron un poco los olvidados y en el proceso de selección consiguie-

    tra parte del accionariado y fue un acierto. Un día después de cerrar la Expo quebró Lehman Brothers, y la situación era muy complicada. Era más razonable que la pos-Expo la gestionara el Gobierno autonómico, que tiene más recursos y más capacidad fi-nanciera. Nos quedamos lo que podíamos gestionar, que son las riberas y el Parque del Agua. Pero edificios, no necesitábamos.

    –Y los iconos...La Torre del Agua y el Pabellón Puente les correspondió a las ca-jas, que se comprometieron. Pero vino la crisis. La CAI se fue al tras-te e Ibercaja entiendo que priori-zara en temas sociales. Era lógico y difícilmente rebatible. Pero eso ya se ha acabado, está a otro ni-vel y puede permitirse el lujo de volver a apostar a lo grande. –¿Qué sensación mantiene de aquel día de abrir las puertas?–Una mezcla de pasión, ya que todo lo que hicimos solo se po-día conseguir con esa gasolina, y temor de que algo pudiera salir mal durante esos tres meses. Pe-ro salió bien, fundamentalmente por el trabajo de los voluntarios. Por eso quise dedicarles la pasa-

    rela de Manterola al Voluntaria-do. Fueron el factor decisivo.

    –¿Y la que tiene ahora?–Me parece maravilloso como es-tá el Parque del Agua y el empre-sarial, y absolutamente incómo-do ver los edificios icónicos.

    –¿Renunció a algo por lograrla?–Tuve que aceptar cosas con las que no estaba de acuerdo. Por ejemplo, quería que hubiera viviendas en el meandro. Y si-go pensando que algún alcalde tendrá que afrontar en el futuro esa situación, porque si no ten-dremos que por el día funciona muy bien pero por la noche no hay nada, un par de bares. Era un error, pero imposible de no cometer, porque si lo hubiera hecho se habría quebrado la uni-dad política. O el azud, que tenía que haber sido más alto para ser realmente un Sena doce meses al año, no solo cinco. Eran errores necesarios porque si se quiere ha-cer algo de entidad debe hacerse desde la unidad.

    –¿Se arrepiente de algún gasto?–En absoluto. Fue un negocio in-menso para Zaragoza. Los iconos quizá produjeron mucho gasto,

    pero el Pabellón Puente quizá es la obra arquitectónica más importante en los últimos cien años. Sería como decir que la To-rre Eiffel no sirve para nada. Lo más original de la Expo es que es la única en la que no ha habido procesos penales contra nadie. Y era un milagro, porque eran 2.000 millones en obras, cientos de contratas... Que no saliera nin-gún delincuente común supone que has observado el proceso con detalle y que has tenido suerte.

    –Se recibieron casi 3.000 millones de inversión en obras que quizá hoy no serían tan necesarias...

    ron llenar la plaza de toros en un acto que hicimos con el jurado. Cuando vieron aquello pensaron que ya no tenían que ver nada más. Ni Trieste ni Tesalónica lo-graban eso. Además, era la única candidatura que tenía ya el sue-lo comprado. Esa fue la contribu-ción positiva de Ibercaja. La nega-tiva, que no ha hecho nada con el Pabellón Puente, aunque eso se va a arreglar pronto.

    –Con su reapertura como museo de la movilidad sostenible.–Su proyecto es de tal entidad que para Zaragoza será como volver a la Expo. Y con un tema que es central desde la óptica de la propia muestra, que es el de la movilidad. Si eso sale, porque están detrás las mejores empre-sas del mercado y Lambán se ha comprometido a financiarlo sin complejos e Ibercaja a gestionar-lo, arrastrará a otros iconos de la Expo. Lambán me tiene casi co-mo asesor único en la Expo, dos visitas personales y llamadas, al-go que nunca había tenido.

    –Zaragoza nunca ha apostado por hacerse con un edificio pro-pio en ese recinto. ¿Es un error?–Al revés, vendimos toda nues-

    Alcalde de Zaragoza (2003-2015)

    «Ninguna ciudad en España podría haber hecho aquella Expo»

    Juan Alberto

    Fue uno de los artífices de la muestra del 2008 y hoy, desde su despacho de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza, analiza todas las claves del evento que logró alcanzar el consenso para transformar la ciudad

    POR nicolás espada y daVid lópeZ

    Juan Alberto Belloch, en su despacho de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, ayer.

    Belloch

    8 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • niega a invertir. Aterrizó una cri-sis y tuvo consecuencias en todas las direcciones. Y ninguna buena. Pero el ayuntamiento ahora no puede refugiarse en obras meno-res, en alcorques o tuberías, así no puedes ilusionar a nadie.

    –¿Sería capaz este ayuntamiento de hacer una Expo hoy?–Me parece que la premisa fun-damental, que es la unidad de las fuerzas políticas, no existe. Y sin ella, no vale la pena ni intentar-lo, porque no ganas.

    –Ahora es juez pero, ¿cómo llevó eso de ser juzgado tras la Expo?–Sería una maravilla ser juzgado, el problema era ser ejecutado to-das las mañanas (se ríe). En la Audiencia somos más civilizados que en la política. Me dieron bas-tante, pero menos que en la épo-ca de ministro de Justicia e Inte-rior. Mis colaboradores entonces me hicieron un libro verde en el que estaban catalogados de la A a la Z todos los insultos que había recibido. Se podría haber hecho una segunda edición con la Expo (se ríe). Me cogió ya muy curtido. Esto te coge de joven y sin haber tenido experiencia previa y no se aguanta. De hecho, algunas per-sonas que tenía conmigo se fue-ron por no aguantar esa presión. Para mí lo más sencillo era no hacer nada, modelo Rudi, y no te equivocas ni tienes dificultades. Ahora, si te empeñas en hacer co-sas por tu ciudad y de la magni-tud de una Expo, son inevitables las críticas.

    –Al menos usted gestionó tam-bién la deuda que dejó la Expo.–Nunca he estado de acuerdo con el planteamiento de la deuda. El que no tiene deuda es que es un incompetente. Un consejero que me planteara que le sobra el di-nero es que no ha hecho bien su trabajo. Es un instrumento que tienen todas las organizaciones privadas y públicas para poder afrontar proyectos. Y el porcen-taje con respecto al presupuesto era muy inferior a lo que debe cualquier ciudadano por la hipo-teca de su piso.

    –¿La Expo fue el mayor hito de su mandato en doce años? Compa-rable o no al tranvía...–Sin ninguna duda, pero para mi el tranvía fue una consecuencia de la Expo. Si no cierras el tercer y cuarto cinturón, no hay tranvía posible, no sería operativo.

    –¿Qué recuerdo se queda de aquellos 93 días del 2008?–Con el de la cara de mis hijas, entonces pequeñas, en la inaugu-ración del puente del Tercer Mile-nio, en el tablero, lleno de sillas y todo iluminado. Mi hija me dijo: «Esto es Nueva York». Era impre-sionante. No parecía Zaragoza.

    –¿Qué lección sacó de la Expo?–La principal, que es posible ilu-sionar a la gente con proyectos que valgan la pena y que no hay que tener miedo. Y segundo, que el espíritu ciudadano en Zarago-za es muy crítico pero, a la hora de la verdad, de una solidaridad y una capacidad de entrega que he visto en pocas ciudades. Nin-guna en España podía haber he-cho lo que hicimos.

    –El alcalde actual tampoco ha re-cogido todo su legado...–Eso me dicen. Prefiero no ente-rarme. Ahora solo me interesan los temas nacionales, porque además es donde no estorbo. Un exalcalde quejándose porque no le tratan bien o porque modifi-can sus proyectos es una tortura. Seré un ex de no fastidiar a los demás. Creo que no he dicho na-da negativo de él. A favor, tampo-co, pero bueno...

    –¿Le ha llamado alguna vez?–Para el cuadro exclusivamente, que se cuelga esta semana en el Salón de Recepciones. H

    «Fue la única Expo donde no ha habido procesos penales. Que no te saliera ningún delincuente fue un milagro»

    JAIME GALINDO

    –Era la única oportunidad de lo-grar todas las infraestructuras y equipamientos que Zaragoza ve-nía reclamando desde siempre. Era una ocasión única. Todas las que se hicieron son útiles ya o tienen su potencial intacto. To-dos los distritos recibieron obras, el plan de acompañamiento era una auténtica locura y transfor-maron la ciudad. Recibió la ma-yor inversión pública de toda la historia de la ciudad y abrió la puerta al tranvía, que es otro de mis proyectos favoritos.

    –La verdad es que se echa de menos ver dinero para Zaragoza en los Presupuestos del Estado.–No hay ni un duro. Pedro Solbes (ministro de Hacienda), hizo lo posible por racanearnos dinero y mandó a su secretario de Estado y su subsecretaria a la comisión ejecutiva de Expoagua que se re-unía todas las semanas. Menos mal que María Teresa Fernández de la Vega (vicepresidenta enton-ces) mandó a su jefe de gabinete, Fernando Escribano, que parecía de Zaragoza y compensaba. Sol-bes decía que iba a proponer una ley de artículo único que dijera que se prohíben las exposiciones internacionales (se ríe).

    –De la Vega no consiguió el Insti-tuto del Cambio Climático.–No le dejaron y ahí se quedó, también por la crisis. También el ayuntamiento vio que lo priorita-rio no eran las grandes inversio-nes sino la atención directa a los vecinos. Pero ahora ese ciclo ya ha pasado, y los gobernantes no tendrán perdón si no continúan lo que fue la Expo.

    –¿Seguiría apostando por este ti-po de eventos?–Sin duda. Si no es con proyectos así no consigues financiación ex-traordinaria. Cambiamos la ima-gen del Ebro y es lo que los ciuda-danos luego más valoran.

    –¿Y es de lo que hoy se siente más orgulloso?–Para mí lo que más es haber conseguido coordinar el esfuerzo que todos hicimos. Ahí sí que me tocó ese papel y fue agotador.

    –Quizá se esperaba mayor impul-so después. ¿Ha fallado algo?–Lo de siempre, que las adminis-traciones y el capital privado se

    9EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • Todo el talento individual al servicio de una idea colectivaNumerosos nombres propios de diferentes sectores formaron parte del proyecto que dio

    vida a la Expo, un hito en sus carreras y algo

    irrepetible tenerlos juntos en el mismo objetivo

    El paso del tiempo permite ver hoy, diez años des-pués de la Expo, el volumen de expertos que lo-gró congregar la

    muestra internacional en torno a una idea colectiva: convertir a Zaragoza en epicentro del debate sobre el agua y ser un imán de co-nocimiento y de transformación urbana. Se logró, principalmen-te, poniendo en el tablero las fi-chas del Estado, que no solo puso el 70% del capital de Expoagua, también expertos que consiguie-ron la materialización en tiempo récord de un objetivo común. Pa-ra que la DGA y el ayuntamiento siguieran sus pasos y echaran el resto en una colaboración a tres que nunca más se repitió en una década en la que entró la crisis.

    Los nombres propios del Go-bierno central estaban en la Co-

    misión Ejecutiva, la que tomaba decisiones. Tres protagonistas que hoy tienen nuevos retos pro-fesionales. Como la recién nom-brada subsecretaria de Estado de Transición Ecológica del Go-bierno de Pedro Sánchez, Juana Lázaro, antes en la Embajada de España en París y que en el 2008 era subsecretaria de Estado de Economía. Junto a ella, el zara-gozano Carlos Ocaña, entonces secretario de Estado de Hacienda y hoy director general de Funcas. O Fernando Escribano, quien era jefe de gabinete de la vicepresi-denta María Teresa Fernández de la Vega (otro puntal clave), que volvió a la magistratura.

    Tampoco le fue mal al comi-sario de la Expo, Emilio Fernán-dez-Castaño y Díaz-Caneja. Tenía una misión diplomática con los más de cien países participantes, y hoy es embajador de España en Lituania. Junto a él estuvo en el

    2008 Eduardo López Busquets, quien desde el 2015 pasó a ser embajador en Irán.

    En tiempo récordTambién en la Comisión Ejecu-tiva de Expoagua estaba Alberto Larraz, hoy retirado de la políti-ca y entonces responsable de las finanzas autonómicas, y Eduardo Bandrés. O Ignacio Salvo, clave en la parte jurídica. Y del ayun-tamiento, el actual consejero de Hacienda del Gobierno aragonés, Fernando Gimeno.

    El talento individual era indis-pensable en cada área. Imposible recopilar todos los nombres pro-pios de la Expo. En la construc-ción, la dirección de Eduardo Ruiz de Temiño estuvo comple-mentada por su jefe de Obras Es-peciales, Miguel Zueco –hoy en la empresa Hermanos Caudevilla–, o los de la urbanización y edifi-cación, Miguel Ángel Soria y Al-

    10 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    ROQUE GISTAU

    «La pos-Expo debería haber incluido usos residenciales»

    FUE PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD EXPOAGUA. A SUS 75 AÑOS, YA JUBILADO, SIGUE EN EL

    CONSEJO ASESOR DEL MINISTERIO DE FOMENTO Y COLABORA EN PROYECTOS SOLIDARIOS

    LA VISIÓN DE LOS RESPONSABLES DE LA ORGANIZACIÓN

    Pocos de los res-ponsables de la sociedad pública Expoagua han hablando tan cla-ro siempre como la persona que la

    presidió, el aragonés Roque Gis-tau, natural de Bielsa con una di-latada trayectoria en el mundo de la ingeniería y, en ella, dentro del sector hidráulico. Diez años después de que la muestra inter-nacional de Zaragoza abriera sus puertas al público, sus ideas dis-tan muy poco de lo que ya ma-nifestó en su día, como que «el puente de Zaha Hadid es lo único que sobra. Hoy no lo haría». En la actualidad, también reconoce

    Las firmas del logroConseguir en tres años la construcción de un recinto como la Expo, con desafíos de la arquitectura y la ingeniería en su interior , requería de expertos que consiguieron el objetivo a tiempo de su estreno y dejar un espacio reutilizable para un futuro que hoy queda lejos de sus trayectorias profesionales. TEXTO: D. LÓPEZ

    sus fallos, como que el recinto empresarial y lúdico de Ranillas estaría a pleno rendimiento en diez años, aunque también apos-tilla que «la operación de la pos-Expo debería haber incluido usos residenciales en la parte de los juzgados, para haber logrado un mix de viviendas y oficinas que hoy le habrían dado más vida a la zona, que es un desierto fuera del horario de apertura».

    Aunque él hoy destaca los lo-gros: «La Expo fue algo muy posi-tivo para Zaragoza, porque logró una transformación física muy potente y porque el río se ha con-vertido en un elemento central, como lo es en todas las grandes ciudades europeas que lo tienen»,

    explica. La «incorporación del Ac-tur» al entramado urbano de la capital aragonesa, o la «creación de un parque empresarial mag-nífico en esa zona» también se suma al listado de logros, pero sobre todo algo más relevante: «Que los aragoneses, que somos muy cenizos, recuperásemos la autoestima y nos diéramos cuen-ta de que somos capaces de orga-nizar algo así», defiende.

    ¿Repetir? Sí, pero...«Sin duda, sí que repetiría una Expo», asegura, «pero con alguna variante». La de los pisos, la del Pabellón Puente y otras, «como el azud, que ya dije que le faltaban dos metros de lámina estable y al final no se hizo porque decían que se inundarían los garajes», recuerda. Por contra, realza la gestión del dinero público: «To-do lo que se hizo se sabía para qué serviría al día siguiente de la Expo. Se invirtieron mil millones y los costes no recuperados solo fueron de 250, y con una desvia-ción de solo el 2%», expone. Un «ejemplo a seguir en la gestión

    Roque Gistau ha visitado esta semana Zaragoza para asistir hoy a la gala de conmemoración del décimo aniversario de la Expo del 2008.

    CHUS MARCHADOR

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  • fonso Pérez, respectivamente. En las finanzas, importantísima la labor en Contratación de Anabel Beltrán, hoy secretaria del Conse-jo de Transparencia de Aragón.

    A estos se suman otros como Luis Frauca, responsable de Par-ticipantes; el arquitecto Pablo de la Cal, en Proyectos; Javier Carni-cer, encargado de relaciones ins-titucionales; Juan Vizcaíno, en la seguridad; José Luis Martínez, en Recursos Humanos; Salva-dor Pons y Francisco Pellicer, en Operaciones y Contenidos; Paco Ortega, en Espectáculos... Otros destacan hoy y participaron de forma anónima. Como el actual responsable de las finanzas del Ayuntamiento de Zaragoza, Fer-nando Rivarés, entonces respon-sable de comunicación en El Fa-ro, o la directora general de Jus-ticia e Interior de la DGA, María Ángeles Júlvez, que estuvo en el Voluntariado, entre otros. H

    de este tipo de eventos», como de-cía el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas, uno de los pocos documentos que se guar-dó para sí mismo. «Sabíamos que hacíamos edificios que luego se tendrían que tirar y otros que se reutilizarían y para qué», añade.

    En su memoria guarda tam-bién aquellas «decisiones duras e importantes» que tuvo que to-mar en solitario, «como que se construyera en prefabricado», lo que hizo ganar mucho tiem-po en la ejecución, o «llamar a la empresa que había quedado en segundo lugar en el concurso público para hacer el espectáculo de la inauguración cuando una riada pocos días antes de abrir la Expo se llevó por delante par-te de la estructura de Iceberg». «Creo que me protegió la Virgen del Pilar», comenta Gistau, quien destaca como su mayor orgullo «al equipo que tuve alrededor y a contagiarles de la ilusión de lle-var a cabo el proyecto». Así, los resultados salen más fácil.

    También recuerda como decep-ción personal «no haber podido convencer a las autoridades de que la Caja Azul –el legado inte-lectual surgido de la Tribuna del Agua, por la que pasaron más de 3.000 expertos en agua y desarro-llo sostenible– se perpetuara en una fundación a la que se suma-rían firmas y organizaciones lle-gadas de todo el mundo». «No fui capaz de transmitir lo suficien-te», lamenta. Quería un «centro de conocimiento» único.

    Roque Gistau reconoce tam-bién que era «un incrédulo del Voluntariado» que al final le dejó «impresionado» y es hoy una de sus sorpresas del 2008. Pocas co-sas lo hacían entonces, ni siquie-ra lo ajustado de los plazos. H

    11EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    JERÓNIMO BLASCO JÁUREGUI

    «La Expo fue casi un milagro. Es difícil lograr ese consenso, casi nunca ocurre»

    DIRECTOR GENERAL DE OPERACIONES Y CONTENIDOS

    EN LA ExPO, fuE CONCEJAL DE ZARAGOZA Y, DESDE EL

    2015, ES LETRADO EN EL PARLAmENTO EuROPEO

    Una de las piezas clave en el organigrama de Expoagua fue el director general de Operaciones y Contenidos, Jerónimo Blas-co. Una década después. asegura sentirse «orgulloso» de todo lo que se consiguió: «Fue casi un milagro». Asegura que para Zaragoza supuso la «oportunidad» de con-seguir una «operación urbanística en toda la ciudad sin que le costara mucho dinero al ayuntamiento» y para recibir una inver-sión que «no solo no se ha producido en los años posteriores a la muestra, sino que di-fícilmente habría llegado si hubiera caído en plena crisis económica».

    Pero el milagro más relevante, en opi-nión de Blasco, es «conseguir el consenso político, empresarial y social alcanzado con

    la Expo», algo que «es casi imposible que se dé, casi nunca ocurre», y Zaragoza lo consi-guió. «Logró así jugar en primera división», añade. «Sin duda repetiría la Expo. Fue un salto magnífico y, pese a la crisis, se consi-guieron cosas que la ciudad habría tardado muchas décadas en lograr», asegura.

    Por otra parte, él sigue siendo crítico con el parón de los iconos de la Expo: «Daba la impresión que les dejábamos incumplir sus compromisos», afirma en referencia a Iber-caja y la CAI. De la pos-Expo, asegura que el parque empresarial «ha encajado bien» en la ciudad y solo lamenta que faltara el uso residencial en el recinto, aunque fue clave para alcanzar ese consenso. «Y en el futuro se podría reconsiderar», concluye. H

    JOSÉ LUIS MURILLO COLLAdO

    «Hay pocas cosas en la Expo que se podían hacer mejor»

    DIRECTOR GENERAL DE RECuRSOS Y mEDIOS EN ExPOAGuA. DIRIGIÓ LA CORPORACIÓN

    EmPRESARIAL DE LA DGA (2009). DESDE 2013 TRABAJA EN CHILE EN LA fIRmA ESVAL

    José Luis Murillo fue la apuesta de Roque Gistau para gestionar las finanzas de Expoagua. Más de mil millones de inversión y niveles de contratación pública de récord. Y siguió en la pos-Ex-po estando al frente de la Cor-poración Pública Empresarial de la DGA. Hoy asegura que «hay pocas cosas en la Expo que se podían hacer mejor», aun-que lamenta la «terrible suerte de sufrir una de las peores cri-sis económicas, tan prolongada y que afectó duramente al sec-tor inmobiliario», el que más le interesaba a la reconversión del recinto.

    A su juicio, el proyecto «estu-vo muy bien concebido». «Esta-ba adaptado a las necesidades de organizar un evento y pen-sando en el día después», expli-ca. Recuerda que se llegó a dise-

    ñar «un proyecto de viviendas tipo loft en los cacahuetes junto a oficinas pequeñas», que le ha-bría dado mucha vida al recin-to hoy, pero «las autoridades temían que se viera como un pelotazo» y no salió. El riesgo de que se viera como una espe-culación era alto, y era «muy sensible» entre la ciudadanía.

    Él impulsó el alquiler que es-tá llenando el parque empresa-rial y que en el 2009 no se con-templaba, y ayudó a cambiar la tendencia. «Había que priorizar el uso ante la caída de las ven-tas», añade. Ve con alivio que no fructificara la oferta comer-cial, por la competencia que hoy tendría, y lamenta que los iconos de la Expo no se abrie-ran a ofertas internacionales recibidas. No querían la propie-dad, «pero tendrían uso». H

    SERVICIOESPECIAL

    Eduardo Ruiz de Temiño , a la izquierda, junto a José Luis Murillo, en la sede de Esval en Valparaíso (Chile), donde trabajan juntos ahora.

    Eduardo Ruiz de Temiño era la cabeza visible de Construc-ción en la Expo, en la que más de 300 personas trabajaron en la organización. Hoy realza el mérito de lograrlo ya que «los tiempos eran muy cortos» y ese fue, en su opinión, el princi-pal problema. Faltó «pensar a largo plazo, compatibilizar el evento y el uso posterior y ha-cer estudios de tendencias», en la pos-Expo en la que el uso co-mercial «afortunadamente no se hizo porque Puerto Venecia se lo habría comido».

    La crisis lo complicó todo y «los políticos apostaron deci-didamente por la Expo y luego se olvidaron un poco» de la fa-se posterior. Incluidos los ico-nos, «patrimonio público que deberían poner en valor». Su-giere una «tormenta de ideas»

    EdUARdO RUIZ dE TEMIÑO

    «Los políticos apostaron por la Expo y luego se olvidaron»

    fuE EL DIRECTOR GENERAL DE CONSTRuCCIÓN DE LA ExPO Y SIGuIÓ LOS PRImEROS

    AÑOS DE LA POS-ExPO. HOY TRABAJA DE GERENTE DE INGENIERÍA EN ESVAL, EN CHILE

    y apostar por la «colaboración público-privada» para que los zaragozanos «puedan estar or-gullosos de sus edificios».

    Con la perspectiva que da el paso del tiempo, cuando se le plantea qué descartaría hoy, afirma que «las plazas temáti-cas», no tanto porque no exis-tieran sino porque se hicieran con «menor intensidad». «Cos-taron mucho dinero y sabía-mos que luego habría que qui-tarlas porque se ubicaban en zona inundable», apunta.

    Una década después, se que-da con «la ilusión con la que trabajábamos doce horas dia-rias, el espíritu de compañeris-mo y de sacar todo adelante». Hoy, cuando visita Zaragoza y el recinto, admite sentir «nos-talgia» del trasiego que hubo y que ya no es tal. H

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  • Reflexionar sobre el Vo-luntariado de la Expo con la mirada puesta 10 años hacia atrás, sinceramente, ¡da vér-tigo! y no solo por los resultados sino sobre

    todo por los inicios. En el año 2006 en Zaragoza el voluntariado no estaba con-siderado con el respeto y la valoración que requiere, cada mañana recibíamos el mazazo de una propaganda que, uti-lizando el anagrama de una conocida marca comercial, decía: «Yo no soy ton-to, no soy voluntario», y pasaban por delante de nuestra oficina en la calle Ponzano personas que iban y venían sin atreverse a entrar hasta que una profe-sional salía a preguntarles «¿quieren ser voluntarios/as en la Expo?», la respuesta era sorprendente, «sí, sí, por eso he veni-do, pero que no se entere nadie....».

    Las personas que se inscribían para ser voluntarias tenían una duda recu-rrente, ¿vamos a sustituir a profesiona-les, que «nos van a mandar» hacer...?, y la situación no era más esperanzadora

    Voluntariado Expo: ilusión, solidaridad

    y gestión profesional

    TRIBUNA

    MartaColomer

    Pedagoga y Psicóloga. Fue laJefa de Área de Participación y Voluntariado de la Expo.

    en el seno de la Sociedad Expoagua, re-cuerdo a nuestro querido presidente, D. Roque Gistau -gran defensor del volunta-riado con posterioridad- saludándome y diciendo: «Esto del voluntariado, ya me contarás... para gasto».

    Era evidente que nos quedaba mucho trabajo por hacer y muchas mentalida-des que cambiar, era el momento de tomar decisiones urgentes y rápidas: 1) Voluntariado universal, sin selección previa salvo las legales, y sin limitacio-nes por edad, procedencia, grado de dis-capacidad, conocimientos y experiencia profesional,.... 2) Formación como eje vertebrador, ante la heterogeneidad del voluntariado. 3) Cada voluntario/a iba a elegir qué quería hacer, decisión que obligaba a coordinarse con todas los de-partamento de Expo para establecer una carta de servicios que posibilitara la elec-ción del puesto y a crear un programa informático que permitiera la gestión individualizada.

    Conseguir que los medios de comuni-cación, la ciudadanía y la propia Socie-dad Expoagua cambiara la nomenclatu-ra y que la pasarela de Manterola pasara a llamarse Pasarela del Voluntariado fue un momento de inflexión para el cam-bio de mentalidades, riadas y riadas de voluntariado con sus uniformes azules «invadieron» la Pasarela en una autén-tica prueba de carga y de reivindicación silenciosa.

    Atención individual, actos motivacio-nales (como la Gala Va por tí en el Audi-torio), formación general, especializada -según la temática elegida por el volun-tario/a- y específica para el puesto a ocu-par, y acciones voluntarias planificadas con todos los departamentos en el recin-to Expo y en la ciudad fueron la médula del Plan de Voluntariado Expo.

    Imposible resumir en un artículo las vivencias profesionales porque pasan a segundo término cuando hablamos de voluntariado, cuya organización -15.000 voluntarios/as- va más allá de los pará-metros técnicos de gestión y entramos en el mundo de los sentimientos, de los ideales, pasando a primer plano la escu-cha y el respeto a los deseos individua-les. Nos queda la gran satisfacción de que muchos de estos deseos individuales se vieron cumplidos porque fueron los propios voluntarios/as los que quisieron seguir colaborando por y para «su queri-da ciudad» y se creó el Cuerpo Municipal de Voluntariado por Zaragoza, ahora nos queda expresar un deseo particular y es-perar que las instituciones aragonesas estén a la altura para valorar, impulsar y continuar con un Plan de Voluntariado público pionero en España, y sobre todo, para no defraudar a cientos de personas que quieren a su tierra y entregan lo más preciado, su tiempo. H

    Hoy se cumplen 10 años del primer día de la Exposición In-ternacional de Za-ragoza 2008. Solo quedaba ver si todo aquello por lo que

    se había apostado en el año 2000 se con-vertía en realidad. Un pequeño grupo de entusiastas, recogiendo ideas anteriores, entre los que me encontraba y liderado por Ángel Val, iba a demostrar a algu-nos incrédulos que cuando la sociedad aragonesa se lo propone, nada frena sus objetivos. El de Zaragoza estaba claro, celebrar la Expo de 2008.

    Atrás queda la formación de los ci-mientos adecuados, los grupos de traba-jo y una sociedad que moldeaba la idea de conseguir, cien años más tarde, un evento internacional que situara a la ca-pital de Ebro en primera línea. Ese era el camino: contagiar esas ansias de hacer las cosas bien para conseguir el respaldo de todos. Sí, todos.

    Con un buen tema: «Agua y desarrollo sostenible de las ciudades», con la socie-

    Expo Zaragoza 2008:

    esfuerzo de todos

    RicardoMartín Tezanos

    Jefe de Prensa de la Expo. Ahora, en Comunicación de la Delegación del Gobierno

    dad civil, con todas las formaciones polí-ticas empujando en la misma dirección, con una ciudad entregada llegando a su-perar la aceptación del proyecto en más del 92% de la ciudadanía y con una re-presentación diplomática ejemplar en el mundo, no se podía fallar.

    Protagonistas cercanos de primer ni-vel, Atarés, Val, Blasco, Belloch, Gistau han llevado a Zaragoza hasta la transfor-mación que hoy evidenciamos.

    Desde la perspectiva que nos ofrece los diez años transcurridos de la inau-guración majestuosa de Expoagua Za-ragoza 2008, podemos afirmar que el objetivo se ha cumplido porque las co-sas se han hecho correctamente. Con asesoramiento jurídico de primer nivel, contratación y equipo técnico y de cons-trucción intachables.

    Con profesionales del marketing, pro-tocolo, programadores culturales y ex-pertos en seguridad de todo tipo, ade-más del voluntariado, que trabajaron antes, durante y después de la Exposi-ción de forma ejemplar.

    No debo pasar por alto el agradeci-miento sin medida hacia todos los com-ponentes del equipo de comunicación en la fase previa, durante la celebración de la Expo y los meses posteriores. No es fácil repetir cifras como las más de 32.000 veces que Zaragoza y Expo apa-recieron en los medios de comunicación entre los años 2000 y 2005. La satisfac-ción de poder colocar a Zaragoza y Ara-gón en el plano internacional durante los cuatro años restantes y el excepcio-nal trabajo de las Unidades de Produc-ción Propia, Servicio a Periodistas y Apoyo Técnico que el departamento de Comunicación ofreció a 9.535 periodis-tas acreditados en 2008. Son cifras que hablan por sí solas.

    Aún no sabíamos que se avecinaban años difíciles, muy difíciles. Nadie podía imaginar que la misma fecha de clau-sura de Expoagua Zaragoza 2008 fuera el comienzo de la quiebra de Lehman Brothers que dio paso a la mayor crisis económica conocida en España. Ese mis-mo día empezaba un nuevo reto: que la pos-Expo fuera una realidad.

    Hoy podemos decir que Zaragoza no vive del recuerdo de una Exposición in-ternacional sino de una evidencia que se llama Expo Zaragoza Empresarial que ha recogido el testigo de aquellos mara-villosos 93 días de fiesta del «Agua en la Tierra» y de 8 años anteriores de ilusión, entrega y trabajo.

    Hoy podemos pasear por un parque magnífico, por unos edificios singula-res, por un frente fluvial vivo y un re-cinto empresarial ocupado en un 74% donde trabajan más de 3.300 personas en 110.000 m2. En definitiva, un enorme «Esfuerzo de Todos». H

    12 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • 13EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

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  • 14 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    El futuro del re-cinto Expo se presenta más es-peranzador que los primeros diez años de vida des-pués del evento.

    En su momento, las previsiones apuntaban a que en el plazo de 10 años estaría a pleno rendi-miento. Esa década ya ha pasado y el resultado es el que es, eso sí, con una crisis económica de en-vergadura. Ahora, quienes diri-

    gen los designios del complejo, reconvertido en parque empresa-rial y en la Ciudad de la Justicia, auguran que «se podría llenar en solo dos legislaturas».

    Son palabras del director ge-rente de Expo Zaragoza Empresa-rial, Francisco de la Fuente, que ofrece una versión bien distinta del escenario vivido hasta la fe-cha. O sufrido. Su punto de vista es el de los 12.000 metros cuadra-dos que lleva adjudicados en la presente legislatura y el de que

    «hay reserva de espacio para solo año y medio o dos años». El ritmo de comercialización ha cambiado sustancialmente, explica, porque se ha producido «una explosión de interés que nos obliga a ir pen-sando en ampliar la superficie disponible». Para ello, el consejo de administración le ha dado ya luz verde para iniciar la contra-tación de nuevas obras, las que servirán para reconvertir más de 16.000 metros cuadrados de ofici-nas en los cacahuetes ubicados en

    POR DAVID LÓPEZ

    “El recinto podría estar lleno en dos legislaturas”

    Francisco de la Fuente

    La sociedad Expo Zaragoza Empresarial prevé darle un nuevo impulso con la reconversión de 16.000 metros cuadrados más de

    oficinas y darle por fin vida al Pabellón Puente y la Torre del Agua

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  • el lado más próximo al Palacio de Congresos, frente a la Conseje-ría de Educación y Cultura de la DGA. Son los denominados Ebro 4 y 5 en el mapa del 2008. «Se van a sacar a licitación las obras este mismo año», asegura, en cuanto la DGA dé el visto bueno a una inversión que hasta hace poco se veía más a largo plazo.

    Sector de la formación¿Qué ha cambiado? En su opi-nión, «la Expo antes estaba fuera del mercado». Se han acomodado los precios, se ha apostado por la política del alquiler que ha lle-nado buena parte de los 12.000 metros adjudicados en tres años, y que solo en este ejercicio ya su-ma 3.000. Eso y que las empresas ya instaladas «empiezan a pen-sar en su futuro» y contratan con reserva de espacio para posibles ampliaciones. «Han visto que las calidades y el entorno es muy dis-tinto al de otros parques empre-sariales», argumenta.

    Ver la basílica del Pilar desde la oficina, el río Ebro, un parque de más de cien hectáreas... «Son ven-tajas adicionales, muy competiti-vas, que hace que las empresas en crecimiento y otras nuevas estén pensando en el recinto», explica De la Fuente. Esa «flexibilidad» que ofrece Dinamiza se mezcla con la actual apuesta «por el sec-tor de la formación», que va a es-tar muy presente en ese futuro

    Francisco de la Fuente, director gerente de Expo Zaragoza Empresarial, esta semana en el recinto de Ranillas, con el parque empresarial al fondo.

    CHUS MARCHADOR

    en el que trabaja Expo Zaragoza Empresarial. Algunas firmas ya están dentro y se plantean expan-dirse y otras están en proceso de negociación para aterrizar.

    Mientras, la sociedad trabaja con la previsión de que uno de los cacahuetes quede en reserva, «por si la Ciudad de la Justicia necesita más espacio para sedes judiciales». Será justo el que se encuentra al lado del que ya está en uso, bautizado como Vidal de Canellas, donde se alojan los tri-bunales civiles.

    Así, solo faltará uno al que do-tarle de actividad, uno de los que en su día se pensó para alojar to-da la oferta de ocio, restauración y usos comerciales que hoy, diez años después, se ve con cierto alivio que no fructificara. De la Fuente coincide con que «Zara-goza está suficientemente dota-da de centros comerciales». No es baladí el impacto que habría te-nido proyectos como el de Puer-to Venecia o del futuro outlet de Pikolín en la antigua factoría de la carretera de Logroño.

    Su apuesta, una década des-pués, va más enfocada a «aumen-tar la cartera de servicios que se ofrece» en Ranillas. A las empre-sas que son clientes de Expo Zara-goza Empresarial y a la ciudada-nía en general que da vida a este espacio aunque sea, sobre todo, en horario de oficina. Aún así, son más de 3.200 trabajadores

    «Ha habido una explosión de interés de las empresas. La Expo antes estaba fuera del mercado pero ahora muchas empiezan a pensar en su futuro aquí»

    «Hay ideas para todos los edificios emblemáticos salvo para el pabellón de España, y algunos solo depende de la DGA»

    los que ya mueve a diario el re-cinto. Y las futuras incorporacio-nes en las que se está trabajando promete ampliar el espectro de uso. Porque va a ser novedoso un «parque empresarial y docente» como el que se está pensando.

    Los iconosTampoco se olvida De la Fuente de los llamados iconos arquitec-tónicos de la Expo, que llevan diez años varados en el abandono o en la utilización esporádica, pe-ro eso también cambiará. El res-ponsable de Expo Zaragoza Em-presarial asegura que «hay ideas para todos los edificios emblemá-ticos, salvo para el del pabellón de España». Y, para el caso, lo que es más positivo, «que algunas de ellas están en manos del Gobier-no de Aragón». No depender de otras instituciones como el Go-bierno central, en el caso de este pabellón español en el 2008, o de entidades privadas como Iberca-ja, en el Pabellón Puente de Zaha Hadid, allana el camino.

    Así, apunta a una próxima apertura de la Torre del Agua y del Pabellón de Aragón. Para que ejerzan de verdadero motor de la pos-Expo, que «no va tan mal», con el 75% de ocupación, más de 106.000 metros. «En Sevilla nos dicen que de qué nos quejamos», apostilla, ya que el recinto de la exposición universal sigue a me-dio gas 26 años después. H

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  • 16 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    El verano del año 2008 constituyó para muchas personas y en especial para los zaragozanos un tiempo especial, de esos que se guardan en la memoria como al-go digno de no olvidar y de compartir con las generaciones venideras. Se ce-lebraba la Exposición Internacional de

    Zaragoza y, sobre todo, se celebraba Zaragoza en todo su esplendor. La vieja ciudad que había asombrado a cro-nistas y viajeros del pasado, se disponía a volver a con-quistar las miradas y los corazones de miles de personas que se acercarían a ella para celebrar la gran fiesta del agua, a orillas de ese Ebro que ha sido un referente para la península Ibérica y para esa devoción a la Virgen del Pilar que nació y se mantiene a orillas de ese río que, como dice la jota, guarda respetuoso silencio al pasar por el Pilar.

    Desde el 14 de junio al 14 de septiembre se extendió una exposición que convocó a unos 102 países y que fue arropada por las representaciones de todas las autono-mías que configuran el Reino de España. Las 25 hectáreas del famoso meandro de Ranillas –conseguidas gracias a Ibercaja– dejaron de ser un paisaje de borrajas, horta-lizas y árboles frutales, para convertirse en una puerta del mundo a solo un kilómetro de la basílica del Pilar. El milagro se había obrado y una vez más las tierras de Zaragoza volvían a ser referente internacional, aunque si antaño lo fueron por la belleza de sus calles o por el heroísmo de sus gentes, en este momento lo conquista-ban por su compromiso con el futuro y con ese bien tan excepcional para la vida como es el agua, acompañados desde la cercanía y el compromiso por el presidente del Gobierno de Aragón Marcelino Iglesias y por el alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch. La concesión de la 136 Asamblea General del Bureau Internacional des Exposi-tions (BIE), celebrada en París el día 16 de diciembre del año 2004, llegó tras una intensa actividad diplomática no exenta de anécdotas curiosas como la protagonizada por el rey don Juan Carlos I que dejó helado al presiden-te del BIE cuando le explicó que él no podía apoyar al 90% la candidatura zaragozana, por lo que tras el terri-ble silencio de todos y el asombro del presidente chino del Bureau aclaró: «¡La apoyo al 100%!».

    Un año después, el monarca inauguraba el viernes 13 de junio la Expo con más de cinco mil invitados y la clausuraba en la fría noche del domingo 14 de septiem-bre presenciando ese castillo de fuegos artificiales que diseñó Christophe Berthonneau (el famoso pirotécnico que organizó la inauguración del puente del Milenio londinense), construidos en los talleres de Pirotecnia Zaragozana y acompañados por la interpretación de Los paisajes del río, una partitura escrita para esta ocasión por Philip Glass, el famoso compositor estadounidense de música minimalista. Por cierto, recuerdo que hacía tanto frío aquella noche que se entregaron prendas de abrigo para los invitados que se agradecieron mucho, no como en la inauguración nocturna del magnífico Puen-te del Tercer Milenio de Juan José Arenas donde algún cerebro sentó a todos en sillas en medio del puente y casi mata al personal con el cierzo que arrastraban las aguas del río aquella noche.

    Desde el 14 de junio, la Sociedad Expo Zaragoza 2008 –integrada por el Estado español, el Gobierno aragonés y el Ayuntamiento zaragozano y liderada por un inge-niero oscense que se llama Roque Gistau– asumió un itinerario de noventa y tres días que fueron un sin vivir, un permanente disfrutar de grandes personalidades del mundo y un continuo gozar de espectáculos que aporta-ron los colores, los olores y los sabores del mundo. Todo ello con el objetivo de llamar la atención sobre la urgen-te necesidad de que el ser humano se encuentre con el paisaje natural en el que vive y aprenda a quererlo, pro-tegerlo y disfrutarlo. De fondo ese «agua para la paz» que proclamó el expresidente ruso Gorbachov en un día en el que tampoco quiso faltar la tormenta de verano que caracteriza el estío de esta tierra del valle. Fue intenso aquel día 9 de septiembre porque coincidió con que 16 iglesias zaragozanas bandearon sus campanas en honor de la Expo, con que 200 músicos con los tambores de la Cofradía de la Dolorosa estrenaron la obra Salduie, con una monumental tormenta que pasó por agua los even-

    Diez años no es nada para un cronista

    tos y con un rayo que entró en el campanario de la Seo porque quizás no había habido un mosén Bruno Fierro que se dispusiera a exconjurar la tormenta.

    Los que sí exconjuraron los problemas del día a día fueron los 15.000 voluntarios que constituyeron el me-jor capital humano de la exposición, que por cierto era innovadora porque definía el nuevo modelo de exposi-ción temática. Ellos trabajaron una semana por persona y llenaron el recinto de ese color azul del agua y de Flu-vi, la mascota de la celebración que era una gota de agua y recibía el nombre de un acrónimo de flumen vitae, que en latín hace referencia al «río de la vida». Todos ellos con esos pantalones piratas que llevaban desde los de quince años hasta el decano Guillermo Herrera con sus 104 años de edad, mientras atendían a los cinco millo-nes y medio de visitantes.

    Edificios para el recuerdoCuando concluyó la Expo 2008 preparé con mi equipo de cronista toda la documentación que reunía para la posteridad los diarios, informes, publicaciones, activi-dades y repercusiones mediáticas de todo ese tiempo de celebración, dejándola en el archivo de la ciudad para memoria del evento y conocimiento de los estudiosos del futuro. Y en ese proceso me di cuenta que la Expo había aportado a la ciudad un conjunto de escenarios únicos que pervivirían en el futuro llenos de vida, al mis-mo tiempo que certificaba que la ciudadanía había ido construyendo un itinerario personal, en ocasiones arbi-trario y divertido, que aportaba esa viveza y ese ingenio de las gentes de la tierra del bilbilitano Marcial. Buen ejemplo fue ese Manual del Visitante novato que aconseja-ba «maripís para la Torre el Agua, para los calurosos el hielo del Pabellón de España y para los yayos los bancos a la sombra».

    Los grandes edificios de la exposición se incorporaron a un acertado diseño de plazas temáticas y de pabello-nes, aquellos cerca del río y estos más alejados, en los que todos reconocieron la existencia de importantes iconos. Por ejemplo en la Torre del Agua que estaba de-dicada a mostrar los sentidos del agua y que fue una aportación arquitectónica del arquitecto Enrique de Te-resa que alcanza los 76 metros de altura y cuyo interior ocupa una gran escultura que representa una gota de agua. Y una rampa que iba ascendiendo alrededor de esa escultura del catalán Pere Grife hasta llegar al últi-mo piso desde el que se podía ver algo de la ciudad de Zaragoza y en el que se abría el «Bar la Nube» que según más de una sofocada señora debería haberse llamado «bar San Pedro porque aquí llegas muerta».

    La que ha muerto es la singular arquitecta del famo-so Pabellón Puente, la británico-iraquí Zaha Hadid, que cuando visitó las obras pidió una alfombra el día que vino porque había llovido y sin ella no bajaba del coche. El gladiolo de 270 metros de longitud, recordando las es-camas del tiburón y tendido sobre el río es una pieza de gran plasticidad cimentada a 74 metros, record de pro-fundidad por pilotaje en España. Menos raros que ella eran los bautizos de su puente por los visitantes, desde

    RecueRdos desenfadados y emotivos de un veRano inolvidable

    DOMINGOBuesa Conde Cronista de la Ciudad de Zaragoza, Expo 2008

    Buesa en el Pabellón de Aragón durante la Expo 2008.

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  • «el puente la mora» hasta el «puente zanja jardín», y más intenso el sufrimiento de la señora de Ejea que declaró en una entrevista que le gustaba mucho lo que había hecho la «arbañila» pero le parecía que habría problemas cuando pasaran los coches.

    A la originalidad de estas arquitecturas se unía la vis-tosidad de los peces -de 300 especies distintas- que na-vegaban por las cincuenta peceras del Acuario que se construyó por el ayuntamiento para dotar a la ciudad del más grande acuario de Europa en aguas dulces. Este lugar, al que el periodista Roberto Miranda de EL PERIÓ-DICO DE ARAGÓN llamara la pecera de Noé acabó con-vertido en un espacio para sudar y cansarte visitándolo, hasta el extremo de salir y meter los pies en ese estan-que que se acabó conociendo como el bidé del Acuario del que decía un turista que era más grande que los de los mejores hoteles. Claro está que el verano pegó fuerte y recuerden que los más jocosos preguntaban aquello de «¿Sabes cuál es el moreno de moda este verano?», y mu-chos respondían con rotundidad: «El moreno Ranillas: cara, brazos y pantorrillas».

    El Acuario, convertido en el argot popular en «El Anti-cuario de los peces» era de paso obligado camino del Pabe-llón de España, que la Sociedad Estatal para Exposicio-nes Internacionales (SEEI) encargó al arquitecto navarro Francisco Mangado, vencedor del concurso convocado al efecto para construir un edificio presupuestado en 18 millones de euros. Albergaba cinco salas expositivas, mucho más orientadas a las visitas escolares que a la demanda de una exposición internacional, en las que se hablaba de los «Hijos del Agua», «El agua en la tierra», «España y el agua», «Comprender para sobrevivir: el cli-ma» y «Zaragoza-Kioto». Todo ello junto a talleres, tien-das y un restaurante gestionado por el famoso cocinero de Cintruénigo, de Casa Maher, que lidera la llamada cocina evolutiva, técnico científica o como quieran uste-des recordar sí pudieron degustarla. Sus pilares de barro cocido fueron escenario de muchas corridas de la gen-te buscando las máquinas expendedoras para sacar los fast pass que acabaron conocidos como los «baypás» o los «pis pas», precisamente porque sacados esos papelitos las puertas estaban abiertas. Lo triste es que hoy este edifi-cio necesita un bypass -o baipás- si queremos que perviva, tras el insultante abandono institucional.

    Este conjunto de iconos arquitectónicos se cerraban con el Pabellón de Aragón, curioso edificio diseñado por el despacho de los prestigiosos arquitectos Daniel Olano y Alberto Mendo, que ofrecía una superficie de dos mil quinientos metros cuadrados y una altura de veinticin-co metros, dentro de la cual se albergó la gran sala en la que se proyectaba –en ocho pantallas, en las paredes y en el suelo- el audiovisual de Carlos Saura con música de Roque Baños. El edificio se tuneaba por la noche cuando se sacaban unos hinchables muy kitsch que recuerdan las frutas aragonesas: peras, manzanas, uvas o melocotones. Una nota de color y de luces que no pasaba desapercibi-da y que recibió el nombre de «la ficesta nocturna», porque esas frutas hinchables iluminadas ponían ambiente en un bar que ocupaba la azotea y desde el que se podía contemplar un bonito paisaje de la Expo a vuelo de pája-ro. El argot popular lo bautizó como «la cesta aragonesa» y no faltó quien lo leyó como «una castaña y gorda».

    Al otro extremo del recinto estaba una gran plaza que daba acceso al Pabellón Puente, a la Torre del Agua y al Palacio de Congresos que ofrecía más de veinte mil metros cuadrados para organizar protocolarias ceremo-nias, así como un Auditorio de más de mil cuatrocientas butacas que habían diseñado los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, para poder disfrutar de es-pectáculos como la coreografía de la bailarina china Jin Xing sobre la cantata Carmina Burana, con ayuda de la Orquesta Enigma y el Coro Amici Musicae, o la magní-fica obra sobre Goya que en agosto del 2008 construyó y estrenó el gran artista Miguel Ángel Berna desde una estética brillante y muy moderna, o la clausura con la actuación ideada por el artista inglés Meter Greenaway, inspirándose en la historia bíblica del Libro del Génesis basándose en la unión del mito del Arca y el mito del diluvio.

    La propia Plaza del Auditorio constituyó un magnífico espacio de referencia con esa escultura Alma del Ebro que

    hizo Jaume Plensa con sus vacíos, con sus once metros de altura y con los huecos que nos enseña la lectura del ser humano a través de las letras blancas que la configu-ran, soldadas unas a otras. Todo un gran conjunto que al cerrar la exposición recibió el nombre de Plaza de Lucas Miret Rodríguez, en homenaje a la persona, un joven de 19 años, que inspiró la idea de esta Expo a su padre –el arquitecto Carlos Miret– cuando partió hacia la eternidad y dejó a su familia sumida en el dolor. El ar-quitecto Miret la creó en homenaje a su hijo y, con una generosidad que hay que agradecerle a él y a su extraor-dinaria mujer, vendió/regaló todos los derechos de la marca Zaragoza Expo2008 a la ciudad por un euro sim-bólico. Como cronista oficial propuse al pleno del ayun-tamiento este reconocimiento y se aprobó en Consejo de Gobierno el 5 de diciembre del 2008, con el apoyo firme del alcalde Juan Alberto Belloch, para acabar con el in-justo y patético silencio que habían mantenido sobre este asunto algunos gestores de la Expo. Se había hecho justicia y se había enseñado a algunos personajillos que la verdad siempre acaba saliendo a flote para colocarlos en esa gran pradera que decían los indios es el olvido. Por el contrario, hoy está Lucas en su plaza y todos nosotros le agradecemos que su muerte fuera el principio de la vida de esta gran realidad.

    jín, escoltada por una ministra que acabó sentada en el suelo del despacho del alcalde Belloch porque no podía estar a la misma altura que la hija del rey, por cierto divorciada de un americano.

    En el Edificio Viento la oferta era intensa desde el viaje al fondo de la Tierra con Alemania, a bautizar un alce como Lorenzo en Suecia con la complicidad de una niña de siete años llamada Sandra Pérez, pasando por el pabe-llón de la Santa Sede que ofrecía los cuadros bajitos por aquello de hacer genuflexión ante el arte, con un bri-llante y gran montaje del comisario Wifredo Rincón. Y en el Edificio Lluvia pues a bucear por China –que montó un sencillito desfile nocturno con un dragón muy baila-rín pero de poco glamour–, Rusia, Austria o Polonia en cuya fachada había poca gente y permanentes nubes de mosquitos que acudían a la humedad y reclamo de las ramas de endrino con que la decoraron, como recuerdo de las antiguas torres que servían para extraer la sal co-mún de la salmuera...

    Al sur de este paseo se situaban volviendo hacia el pa-bellón de Aragón los espacios del Pabellón de las Mon-tañas o el del Pabellón de las Estepas y Praderas que acogía la famosa Tribuna del Agua, así como el Pabellón de los Bosques templados y Selvas tropicales con una plaza recordando las cataratas de Iguazú, el Pabellón de las islas y costas, espacio en el que el personal se ani-maba con explosivos combinados caribeños, y el de los Oasis y Desiertos con Egipto o Jordania que recreaba los restos de la capilla que recordaba el bautismo de Cristo en el Jordán. Una vez aquí, ya estábamos de vuelta a la zona del Acuario y a un gran espacio con unas escaleras por el que marchó alguna que otra silla al galope cuan-do el grupo se relajaba mojando los pies en la piscina del Acuario, caso de aquella señora que bajaba horrorizada a saltos en una incontrolada silla mientras sus hijas gri-taban: «Mamá, bájate que tú no eres paralítica», hacien-do pública confesión de algo habitual: el uso fraudulen-to que algunos hicieron de las sillas para poder facilitar la entrada a toda la familia de modo directo a cualquier sitio, sentando a uno de los abuelos en una de ellas, sin faltar quienes para dar más veracidad al engaño colo-caban una mantica de cuadros en las piernas al pobre anciano que veía las cosas pero las veía estoicamente en una sauna con ruedas.

    Los balcones para mirarY cuando se nos acababa la Avenida pues era momento de acercarnos al río Ebro, en cuyas orillas se situaban los Balcones de las Culturas, de las Artes Escénicas y de los Niños, que también tuvieron cabida en la Expo (aunque los pequeños protestaban porque Fluvi, la mascota, es-taba vaga y no se dejaba ver mucho) y que disfrutaron de actuaciones como la de los Titiriteros de Binéfar. En esta zona abierta al río hubo de todo: flamenco, teatro, cabaret, e incluso la famosa atracción del Hombre Ver-tiente propuesto por el creador argentino, Pichón Bal-dinu, y convertido en un reclamo de la Expo2008 por gentes que incluso lo rebautizaban como «El Hombre Vi-cente» o «el mojadete» porque algunos –sin hacer caso a las azafatas– decidían sentarse en mejores sitios que los que habían comprado y que estaban vacíos porque sobre ellos caían enseguida unos cuantos litros de agua, que además convertían a los desobedientes en el chiste de la sala. Un vecino muy aireado escribió en su blog «tres años de obras, ruido y polvo… Ahora tres meses de ruido, música y petardos hasta las tantas de la mañana».

    Desde este anfiteatro se descubría el gran Bulevar, con pérgolas y aspersores para refrescar el ambiente según los más animados en diez grados, siguiendo el mensaje de sus constructores los arquitectos Ricardo Marco, Juan Gayarre, Enric Batlle y Joan Roig. Y refrescados era el mo-mento de disfrutar de las Plazas Temáticas en las que podías ver muchas cosas, entre la que estaba un iglú gi-gantesco de sal bautizado con el nombre de «Sed», El Faro que el personal gustó en bautizar como «el botijo», o el Pa-bellón del Agua Extrema, recreando maremotos entre las paredes según proyecto liderado por Javier Martín y del que decía la guía popular: «para salir chipiado.. el agua extrema y para charrar del agua… la tribuna», mientras las gentes quedaban con sus amigos en la puerta de la fresquera del «Pabellón de la Indiferencia Extrema».

    RecueRdos desenfadados y emotivos de un veRano inolvidable

    Una calle para pasearDesde la actual plaza de Lucas Miret hasta el pabellón aragonés, en cuyo palenque escénico actuaron tantos grandes artistas de la tierra, se extendía una larga ave-nida que fue el corazón de la fiesta, la Avenida 2008 que acogió espectáculos como el desfile diario de la cabalga-ta El despertar de la serpiente, un montaje del Cirque du Soleil que escenificaban una peculiar forma de invocar las nubes y en la que también se pudo ver un auténtico congreso de cabezudos que reunió a más de cien parti-cipantes, ochenta gigantes, treinta y tantos estandartes y los típicos dragones aragoneses que, a los sones de la Banda de Épila, tuvieron que luchar contra el cierzo por aquello de mantenerse en pie. Eran seiscientos metros de calle principal para ver cosas y para encontrarte con conocidos, incluso para entrar a los pabellones inter-nacionales de 48 países participantes que se abrían en unos modernos edificios que, por su forma, acabaron bautizados como los cacahuetes.

    El primero era el Edificio Sol que albergaba, entre otros, espacios muy atractivos como el de Marruecos, espectáculos visuales como el video del Japón que co-menzaba en el Museo de Zaragoza o el de Kuwait donde la gente –con gafas de cuatro dimensiones- se horroriza-ba cuando un camello intentaba chuparles las gafas. Y hablando del edificio Sol recuerdo que allí estaba el pa-bellón de Tailandia, país que celebró su día el 19 de agos-to con la princesa Ubolratana Mahidol a la que siempre acompañaba una persona portando su bolso en un co-

    el gladiolo de 270 metros

    de longitud, recordando

    las escamas del tiburón y

    tendido sobre el río es una

    pieza de gran plasticidad

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  • 18 EXPO 2008 . DIEZ AÑOS DESPUÉSJUEVES, 14 DE JUNIO DEL 2018

    Duchados por el paseo y por la noche, era tiempo de contemplar desde aquí a los famosos pingüinos

    que protagonizaban el espectáculo apocalíptico noctur-no en el que decía el blog del Manual del Visitante Novato que «las estrellonas de este cabaret no son ni el señor desnudo, ni el bebé del final,... los grandes protagonis-tas son los pingüinos que huyen del Iceberg cuando es-te empieza a resquebrajarse… y no dejan de llamar la atención del público, que se pregunta: ¿Donde van los pingüinos del Iceberg?».

    El mirador de Zaragoza La Expo tenía varias puertas como era lógico, pero la que cumplía el papel de principal era la llamada Puerta del Ebro que se abría viniendo desde la ciudad por la ribera y desde la que se contemplaban las torres del Pilar después de admirar las bonitas ranas fundidas que hacía el escultor Miguel Ángel Arrudi y que robaban noche si y noche también. Este era el espacio en que estaba el hinchable de la mascota Fluvi (diseñada por Sergi López Jordana, de Terrasa) y el de las fuentes interactivas que no hace falta que les diga para que se empleaban cuando sepan que el personal las conocía como «las duchetas». Unos a ducharse y otros a llegar el primero para entrar y lograr que el programa de Pilar Estopiñá te entrevistara por ser el madrugador en Amanece en la Expo y recibieras de premio unas gafas de sol a las que se les sacaba buen partido.

    Y una vez dentro, ante el visitante se levantaba el Edifi-cio de los Ríos, que tenía un Mirador de Zaragoza y en el que se albergaba el acogedor Pabellón de Zaragoza que sirvió maravillosamente de espacio para representar a la ciudad, enseñar a sus mejores voces –por ejemplo Corita Viamonte, Medalla de la Ciudad– o mostrar unas tapas singulares. Por cierto, en un bar muy bien regentado por la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, abierto bajo el espacio expositivo pictórico y con un conjunto de más de 150 variedades de tapas entre las que destacaba el Canutillo de gulas y bambas, que eran unas gambas arroce-ras y no una de zapatillas como se empeñó una señora, las Flores del Canal Imperial de langostino o el Fajito del Ebro que es una tapa de calabacín y no un torero.

    En este edificio que iba hasta el Pabellón de Aragón se presentaban, junto a la ciudad y a la Diputación Provin-cial de Zaragoza, las diecisiete comunidades autónomas de España que alternaban espacio con el Pabellón de Co-rreos que te convertía en torero gracias a un matasellos, el Pabellón de Ibercaja que ofrecía un bonito documen-tal del Ebro o el de la desaparecida CAI que exponía algu-nos tapices del cabildo, junto al pabellón de la empresa Grundfos que la gente utilizaba para citarse al caer la tarde –y poder acceder desde ese sitio a las sabrosas ta-pas de los restaurantes de las autonomías– en la puerta del que rebautizaron como Pabellón GlendFord. Esta fue una zona muy activa y en la que se conseguían desde unas gafas de sol valencianas a pesar el agua dulce que tenía tu cuerpo en el Pabellón de Extremadura, pasando por un miedo considerable viendo la extraordinaria co-lección de arte africano del zaragozano Alejandro Bescós que exponía el Pabellón Telefónica de las Artes. Y debajo de todo este sugerente mundo: el bar de las comunida-des donde podías comer de todo y ver de todo, incluso

    doña Letizia pasando por el Restaurante de Castilla y León le dijo a su marido el Rey de España: «Mira Felipe, los capones que pusimos en nuestra boda».

    Recapitulando un verano únicoLa Expo 2008 se configuró con todas estas propuestas co-mo un mundo dispuesto a complacer a todos y en todos los momentos del día y de la noche en que permanecía abierta, pues dentro de ella se podían cumplir las jorna-das incluso degustando la alta cocina del Restaurante de Extremadura que cobró mucha fama o aplicando las recomendaciones de ese citado manual que aconsejaba «para los rácanos, llevarse el bocata de casa. Para los mo-rrudos las chocolatinas de Bélgica y para bajar las lorzas andar, subir y bajar». Se podía comprar de todo, desde joyas en hermosos mostradores hasta lo que ofrecían los hindúes sentados en sus sillas de plástico blanco, y se po-día gastar lo que quisieras pues sepan que la Duquesa de Alba se gastó casi seis mil euros en el Pabellón de Nepal, donde seguro que le hicieron la ola.

    Y además de ver y de comer, de sudar y de ponerte chipiado de agua, se podía oír a gente excepcional como los que pasaron por el Foro del Agua y construyeron la famosa Carta del Agua que presentó Federico Mayor Zara-

    goza en la ceremonia de clausura, reconociendo que el acceso al agua potable es un derecho universal y defen-diendo que es necesario crear una Agencia Mundial del Agua. Hubo quien adelgazó de tanto correr para ponerse en la fila de coger las entradas, de eso mismo que alguno criticó porque llegaron a durar cuatro horas que para Sergio Molina «era el tiempo de llegar a Málaga en AVE desde Zaragoza… En cuatro horas, un lector medio, ni rápido ni lento, se lee la mitad de una novela de Galdós. De las gordas. En cuatro horas, un asalariado medio lle-ga al ecuador de su jornada laboral». Razón que algunos alegaron para proclamar que «Lo que más me ha gus-tado es que todavía no he ido. Lo segundo, que sigo sin ganas de ir».

    La tierra de Marcial emergía todos los días y se alimen-taba de ese caudal de ilusión y de ganas de asombrar-se que vivían las gentes que la recorrían. La Exposición internacional de Zaragoza 2008 era la suma de más de cinco millones de vivencias humanas, de percepciones singulares, de miradas y voces. Por todos los puntos cardinales vinieron gentes que admiraron por el Este la pasarela de Manterola, conocida como el pincho; por el Sur, las telesillas; por el Oeste, el aparcamiento que estaba tan lejos que se bautizó como «aparcamiento casa-Cristo»; y por el Norte, el parque Luis Buñuel que fue la última aportación de la Expo y la construcción de una visión del meandro del Ebro como un bosque plateado y convertido en un jardín de 125 hectáreas que combi-nan amplias zonas verdes, servicios y actividades para todos los ciudadanos, como voluntad del diseño de un equipo multidisciplinar, encabezado por los arquitectos Iñaki Alday y Margarita Jover o el paisajista Christine Dalnoky.

    Al final habían sido 93 días de vivir los minutos con plenitud, de sentirnos parte de un proyecto de ciudad, de una apuesta por el futuro que mejoró las comunica-ciones y las riberas. Todo ello, en una puesta en práctica auditada permanentemente por el Ministerio de Hacien-da y la Inspección del Estado. Se logró y se logró hacerlo bien, sumando esfuerzos desde el principio con el apoyo de todos los grupos políticos del ayuntamiento a unos presupuestos que lo hicieron posible, aunque el apoyar los presupuestos que abrían la ciudad a un evento inter-nacional no gustara a alguna política caduca, antigua y sectaria. Una vez más se demostró en estas orillas del milenario río Ebro, eje de la historia de Aragón, que la historia pone a cada cual en su sitio.

    Y por eso, podemos decir que diez años después la ma-yoría de los zaragozanos y aragoneses seguimos sintien-do que el trabajo mereció la pena porque siempre me-rece la pena aquello que marginando el beneficio de los que lo hacen busca el bienestar de las sociedades y la feli-cidad de los individuos que las forman. Y ya saben que lo importante fue aprender el último punto de Los manda-mientos de la Expo 2008 que recomendaba esta gran idea: «Admitirás tu ignorancia, lo pequeño e insignificante que eres y lo grande, diverso y diferente que es nuestro planeta». Esto después de recomendar en el quinto «No matarás el tiempo en interminables colas» o en el octavo «No tirarás nada al suelo». La vida se apropiaba de esta llamada a la vida y de esta convocatoria a amar el agua como fuente de vida, de progreso y de felicidad. H

    RecueRdos desenfadados y emotivos de un veRano inolvidable

    al final habían sido 93 días

    de vivir los minutos con

    plenitud, de sentirnos parte

    de un proyecto de ciudad, de

    una apuesta por el futuro que

    mejoró las comunicaciones

    y las riberas

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  • «Zaragoza y Aragón son hoy más internacionales gracias a la Expo»

    Manuel Teruel

    El presidente de la Cámara de Comercio y de la Feria de Zaragoza, Manuel Teruel, recuerda que la Expo 2008 supuso un «salto cualitativo» para la capital aragonesa

    y sirvió para ponerla en el mapa junto a grandes ciudades de todo el mundo

    Te n d r e m o s una ciudad q u e h a b r á dado un sal-to cualitativo impresionan-te. La celebra-

    ción de la Expo nos deja como una de las ciudades europeas más avanzadas del siglo XXI», declaró el presidente de la Cá-mara de Comercio y de la Feria de Zaragoza, Manuel Teruel, a este diario unos meses an-tes de la Exposición Universa