DESPUES DE COMULGAR Todos: ¡PARABOLA DEL SEMBRADOR! · Santuario Nuestra Señora de Belén...

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Ofertorio. Ps.16,5,6-7.- Asegurad mis pasos en vuestras sendas, para que no resbalen mis pies; inclinad vuestros oídos y escuchad mis palabras. Ostentad vuestra magnífica piedad, oh Señor, que salváis a los que esperan en Vos”. Secreta. - El sacrificio, Señor, que os ofrecemos, nos vivifique siempre y nos defienda. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén PREFACIO DE TRINIDAD “Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a sus constancia”. (Lc. 8,15) Comunión. Ps. 42, 4. - “Me llegaré al altar de Dios, que llena de alegría mi juventud”. ORACIÓN POSCOMUNIÓN S: Te rogamos suplicantes, Dios omnipotente, nos concedas que los alimentados con tus sacramentos te sirvan dignamente con santas costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén SOLEMNE MISA CRISMAL Lugar: Catedral del Santísimo Sacramento - Pereira - Risaralda. Fecha: 28 de Marzo - 2020 Hora: 10.00 am - Los Esperamos Iglesia Católica Anglicana Diócesis de la Nueva Granada Obispo Diocesano: Excmo. Germán Orrego H. Santuario Nuestra Señora de Belén Rvdo. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC Manizales Caldas, Colombia. [email protected] www.iglesiacatolicaanglicana.co ORACIÓN DE ACCESO HUMILDE Nosotros, no nos atrevemos a venir a ésta tu Mesa, Señor Misericordioso, confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos ni aún de recoger las migajas debajo de tu Mesa. Mas tú eres el mismo Señor, siempre miseri- cordioso por naturaleza: concédenos, por tanto, Señor, por tu clemencia, que de tal modo comamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y bebamos su Sangre, que nuestros cuerpos peca- dores sean limpios por su Cuerpo, y nuestras almas lavadas por su precio- sísima Sangre; y que siempre viva- mos en ÉL, y ÉL en nosotros. Amén DESPUES DE COMULGAR Todos: Lo que hemos recibido, Oh Señor, con la boca, acojámoslo con alma pura; y este don temporal se convierta para nosotros en remedio sempiterno. Tu Cuerpo Señor, que he comido, y tu sangre que he bebi- do, se adhieran a mis entrañas; y haz que ni mancha de pecado quede ya en mi, después de haber sido alimen- tado con un tan santo y tan puro Sa- cramento: Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén Domingo de sexagésima, o segunda domínica antes de la cuaresma. / 16 de Febrero - 2020 “A USTEDES SE LES HA CONCEDIDO CONOCER LOS MISTERIOS DEL REINO DE DIOS” En la Refle- xión sobre la Lectura del Evangelio de hoy, se observa que “el tiempo presente es tiempo de sembrar, y el crecimiento de la semilla es asegurado por el Señor”. “La semilla es el símbolo de la Vida de cada uno de los fieles, por eso “todo Cristiano, sabe muy bien que debe hacer todo aque- llo que puede, pero que el resultado final depende de Dios”. Esta conciencia de la propia pequeñez “lo sustenta en las dificultades de cada día, especialmen- te en las situaciones difíciles”. (Obispo de Roma Benedicto XVI) Hay hombres que han oído hablar del Señor, pero su fe es superficial. Viven metidos en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Son los cristianos que han adaptado sus costumbres a las del mundo. Piensan que así están bien y que al final to- do se solucionará. Pero sus malas acciones le duelen profundamente al Corazón de Jesús. Sin embargo, un número considerable de perso- nas es consciente de que realmente Dios les ama y tiene un plan de salvación para cada uno. Son los que, a pesar de sus limitaciones y caídas, se levantan y siguen por el camino que Cristo les ha marcado. ¡PARABOLA DEL SEMBRADOR! MONICIÓN INICIAL Para algunos, Cristo no representa nada en su vida. O porque no han recibido todavía su mensaje, o porque no les interesa. Dan verdadera lástima, porque viven sin saber a lo que están llamados. Pasan los años como si todo terminase aquí, sin más esperanza. Para que muchos den el paso a la novedad en Cristo, participemos con alegría, y escuchemos la Palabra de Dios. abonemos nuestra

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  • Secreta. El sacrificio que te ofrecemos,

    Señor, nos vivifique siempre y nos

    fortalezca. Por Nuestro Señor

    Jesucristo, Tu Hijo, que Contigo y el

    Espíritu Santo, vive y reina por los

    siglos de los siglos. Amén.

    PREFACIO DE TRINIDAD

    CANON DE SAN HIPÓLITO (S. III)

    DOXOLOGÍA

    Rito de Comunión Teniendo en cuenta la orden del Señor y

    aleccionados por el divino Maestro, nos

    atrevemos a exclamar:

    Padre nuestro que estás en los cielos,

    santificado sea tu Nombre, venga a

    nosotros tu reino, hágase tu voluntad,

    en la tierra como en el cielo. El pan

    nuestro de cada día dánosle hoy; y

    perdónanos nuestras deudas, así como

    nosotros perdonamos a nuestros

    deudores y no nos dejes caer en la

    tentación. Mas líbranos del mal porque tuyo es el reino el poder y la gloria

    ahora y por siempre.

    S: Amen

    Versículo de comunión: (Ps. 42, 4) - “Me acercaré al altar de Dios, que llena

    de alegría mi juventud”.

    Ofertorio. Ps.16,5,6-7.- “Asegurad mis pasos en vuestras

    sendas, para que no resbalen mis pies; inclinad vuestros oídos y escuchad mis

    palabras. Ostentad vuestra magnífica piedad, oh Señor, que salváis a los que

    esperan en Vos”.

    Secreta. - El sacrificio, Señor, que os

    ofrecemos, nos vivifique siempre y nos

    defienda. Por nuestro Señor Jesucristo.

    Amén PREFACIO DE TRINIDAD

    “Lo que cayó en tierra fértil son los que

    escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a

    sus constancia”.

    (Lc. 8,15)

    Iglesia Católica Anglicana

    Diócesis Misionera de Nueva Granada

    Obispo Diocesano: Excmo. Germán Orrego H.

    Misión San Agustín

    Comunión. Ps. 42, 4. - “Me llegaré al altar de Dios, que llena de alegría

    mi juventud”.

    ORACIÓN POSCOMUNIÓN

    S: Te rogamos suplicantes, Dios

    omnipotente, nos concedas que los

    alimentados con tus sacramentos te

    sirvan dignamente con santas

    costumbres. Por Jesucristo, nuestro

    Señor. Amén

    SOLEMNE MISA CRISMAL

    Lugar: Catedral del Santísimo

    Sacramento - Pereira - Risaralda.

    Fecha: 28 de Marzo - 2020

    Hora: 10.00 am - Los Esperamos

    Iglesia Católica Anglicana

    Diócesis de la Nueva Granada

    Obispo Diocesano: Excmo. Germán Orrego H.

    Santuario Nuestra Señora de Belén

    Rvdo. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC

    Manizales Caldas, Colombia.

    [email protected]

    www.iglesiacatolicaanglicana.co

    ORACIÓN DE ACCESO HUMILDE

    Nosotros, no nos atrevemos a venir a

    ésta tu Mesa, Señor Misericordioso,

    confiados en nuestra rectitud, sino en

    tus muchas y grandes misericordias.

    No somos dignos ni aún de recoger

    las migajas debajo de tu Mesa. Mas tú

    eres el mismo Señor, siempre miseri-

    cordioso por naturaleza: concédenos,

    por tanto, Señor, por tu clemencia,

    que de tal modo comamos la Carne de

    tu amado Hijo Jesucristo y bebamos

    su Sangre, que nuestros cuerpos peca-

    dores sean limpios por su Cuerpo, y

    nuestras almas lavadas por su precio-sísima Sangre; y que siempre viva-

    mos en ÉL, y ÉL en nosotros. Amén

    DESPUES DE COMULGAR

    Todos: Lo que hemos recibido, Oh Señor, con la boca, acojámoslo con

    alma pura; y este don temporal se

    convierta para nosotros en remedio

    sempiterno. Tu Cuerpo Señor, que

    he comido, y tu sangre que he bebi-

    do, se adhieran a mis entrañas; y haz

    que ni mancha de pecado quede ya

    en mi, después de haber sido alimen-

    tado con un tan santo y tan puro Sa-

    cramento: Tu que vives y reinas por

    los siglos de los siglos. Amén

    Domingo de sexagésima, o segunda domínica

    antes de la cuaresma. / 16 de Febrero - 2020

    “A USTEDES SE LES HA CONCEDIDO CONOCER

    LOS MISTERIOS DEL REINO DE DIOS”

    En la Refle-

    xión sobre la

    Lectura del

    Evangelio de

    hoy, se observa

    que “el tiempo

    presente es

    tiempo de sembrar, y el crecimiento de la semilla es

    asegurado por el Señor”. “La semilla es el símbolo

    de la Vida de cada uno de los fieles, por eso “todo

    Cristiano, sabe muy bien que debe hacer todo aque-

    llo que puede, pero que el resultado final depende de

    Dios”. Esta conciencia de la propia pequeñez “lo

    sustenta en las dificultades de cada día, especialmen-

    te en las situaciones difíciles”. (Obispo de Roma

    Benedicto XVI) Hay hombres que han oído hablar

    del Señor, pero su fe es superficial. Viven metidos

    en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Son los

    cristianos que han adaptado sus costumbres a las del

    mundo. Piensan que así están bien y que al final to-

    do se solucionará. Pero sus malas acciones le duelen

    profundamente al Corazón de Jesús.

    Sin embargo, un número considerable de perso-

    nas es consciente de que realmente Dios les ama y

    tiene un plan de salvación para cada uno. Son los

    que, a pesar de sus limitaciones y caídas, se levantan

    y siguen por el camino que Cristo les ha marcado.

    ¡PARABOLA

    DEL SEMBRADOR!

    MONICIÓN

    INICIAL

    Para algunos,

    Cristo no

    representa nada en

    su vida. O porque

    no han recibido todavía su mensaje,

    o porque no les interesa.

    Dan verdadera lástima, porque

    viven sin saber a lo

    que están llamados.

    Pasan los años

    como si todo

    terminase aquí, sin

    más esperanza.

    Para que muchos

    den el paso a la

    novedad en Cristo,

    participemos con

    alegría, y

    escuchemos la

    Palabra de Dios.

    abonemos nuestra

  • HIMNO / SALUDO / COLECTA

    CONFESIÓN

    † En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

    SALMO 42

    S: Júzgame Oh Dios, y defiende mi causa contra la gente malvada: del hombre perverso y engañoso, líbrame. R. Pues Tú, ¡Oh Dios!, eres mi fortaleza: ¿por qué me rechazas, y por qué ando triste y oprimido por mí enemigo? S: Envía tu luz y tu verdad: ellas me guiarán y conducirán a tu monte santo, y a tus moradas. R. Y me acercaré al altar de Dios: al Dios que alegra mi juventud. S: Te alabaré el son de la cítara; ¡oh Dios, Dios mío! ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me perturbas? R. Espera en Dios, que aún le alabaré, Salvador de mi vida y mi Dios. S: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén. S. Me acercaré al altar de Dios. R. Al Dios que alegra mi juventud. S. Nuestro auxilio † está en el nombre del Señor. R. Que hizo el cielo y la tierra.

    CONFESIÓN

    Yo, pecador me confieso a Dios

    todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado San Miguel

    Arcángel, al bienaventurado San Juan

    Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro

    y San Pablo, a todos los Santos y a Ti,

    Padre; que pequé gravemente con el

    pensamiento, palabra, y obra, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por

    tanto, ruego a la bienaventurada siempre

    Virgen María, al bienaventurado San Miguel

    arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro

    y San Pablo, a todos los Santos, y a vos,

    Padre, que roguéis por mí a Dios nuestro

    Señor. Amén.

    ABSOLUCIÓN

    S: Oh Dios Vuélvete a nosotros y nos darás

    vida.

    R. Y tu pueblo se alegrará en Ti. S: Muéstranos, Señor, tu misericordia.

    R. Y danos tu Salvación.

    S: Escucha, Señor, mi oración.

    R. Y llegue a Ti mi clamor. S: El Señor esté con vosotros

    R: Y con tú espíritu

    INTROITO (Ps. 43, 23-26) “Por tu causa nos dan muerte sin cesar y nos tratan como a ovejas que van

    al matadero. ¡Despierta, Señor! ¿Por qué

    duermes? ¡Levántate, no nos rechaces para

    siempre! ¿Por qué ocultas tu rostro y te olvidas de nuestra desgracia y opresión?

    Estamos hundidos en el polvo, nuestro cuerpo

    está pegado a la tierra”. (Ps. Ibid., 2) “Oh

    Dios, nuestros padres nos contaron, y por eso llegó a nuestros oídos, la obra que hiciste

    antiguamente”. Gloria al Padre..

    KYRIE

    COLECTA: Señor Dios, que conoces que no podemos confiar en nada de lo que hacemos; otorga misericordiosamente, que seamos por tu poder librados de toda adversidad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén

    LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA

    DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS

    CORINTIOS ( II Cor. 11, 19-33; 12, 1-9)

    “¡Con qué gusto soportan a los necios,

    ustedes que se tienen por tan sensatos!

    ¡Toleran que los esclavicen, que los exploten, que les roben, que los traten con prepotencia,

    que los abofeteen! Dicen que hemos sido

    demasiado débiles: lo admito para mi

    vergüenza. Pero de lo mismo que otros se

    jactan –y ahora hablo como un necio–

    también yo me puedo jactar. ¿Ellos son hebreos? Yo también lo soy. ¿Son israelitas?

    Yo también. ¿Son descendientes de

    Abraham? Yo también. ¿Son ministros de

    Cristo? Vuelvo a hablar como un necio: yo lo soy más que ellos. Mucho más por los

    trabajos, mucho más por las veces que estuve

    prisionero, muchísimo más por los golpes que

    recibí. Con frecuencia estuve al borde de la muerte, cinco veces fui azotado por los judíos

    con los treinta y nueve golpes, tres veces fui

    flagelado, una vez fui apedreado, tres veces

    naufragué, y pasé un día y una noche en medio del mar. En mis innumerables viajes,

    pasé peligros en los ríos, peligros de

    asaltantes, peligros de parte de mis

    compatriotas, peligros de parte de los extranjeros, peligros en la ciudad, peligros en

    lugares despoblados, peligros en el mar,

    peligros de parte de los falsos hermanos,

    cansancio y hastío, muchas noches en vela, hambre y sed, frecuentes ayunos, frío y

    desnudez. Y dejando de lado otras cosas, está

    mi preocupación cotidiana: el cuidado de

    todas las Iglesias. ¿Quién es débil, sin que yo me sienta débil? ¿Quién está a punto de caer,

    sin que yo me sienta como sobre ascuas? Si

    hay que gloriarse de algo, yo me gloriaré de

    mi debilidad. Dios, el Padre del Señor Jesús –bendito sea eternamente– sabe que no

    miento. Palabra de Dios. Te alabamos,

    Señor.

    GRADUAL

    Lector: (Ps. 82, 19 y 14) “Para que

    reconozcan que sólo tú llevas el nombre

    de «Señor», el Altísimo sobre toda la

    tierra”.

    Tracto. Ps. 59, 4 y 6.- “Señor, has

    sacudido la tierra, y la has hendido: sana

    sus quiebras, que se ha estremecido. Que

    puedan huir de los arcos, y se salven tus

    escogidos”.

    LECTURA DEL SANTO EVANGELIO

    SEGÚN SAN LUCAS (Lc. 8, 4 -15)

    “Como se reunía una gran multitud y acudía a

    Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo,

    valiéndose de una parábola: «El

    sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al

    borde del camino, donde fue pisoteada y se

    la comieron los pájaros del cielo. 6 Otra

    parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre

    las espinas, y estas, brotando al mismo

    tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en

    tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno». Y una vez que dijo esto,

    exclamó: «¡El que tenga oídos para oír, que

    oiga!». Sus discípulos le preguntaron qué

    significaba esta parábola, y Jesús les dijo: «A ustedes se les ha concedido conocer los

    misterios del Reino de Dios; a los demás,

    en cambio, se les habla en parábolas, para

    que miren sin ver y oigan sin comprender. La parábola quiere decir esto: La semilla es

    la Palabra de Dios. Los que están al borde

    del camino son los que escuchan, pero

    luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean

    y se salven. Los que están sobre las piedras

    son los que reciben la Palabra con alegría,

    apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la

    tentación se vuelven atrás. Lo que cayó

    entre espinas son los que escuchan, pero

    con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar

    poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que

    cayó en tierra fértil son los que escuchan la

    Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a sus

    constancia”. Palabra de Dios. R/ta. Gloria a ti , Señor .

    CREDO/ OFERTORIO

    Sacerdote: Oren, hermanos, para que este

    sacrificio mío y de todos ustedes, sea

    agradable a Dios, Padre Todopoderoso.

    Comunidad: El Señor reciba de tus

    manos este Sacrificio, para alabanza y

    gloria de su nombre, para nuestro bien y

    el de toda su Santa Iglesia. Amén.