Despojando La Justificación de Su Gloria

4
Despojando la Justificación de su Gloria “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” -2 Corintios 5:21 ¿Alguna vez has escuchado que al justificarnos, Dios nos trata como si nunca hubiéramos pecado? Pues es cierto en algún sentido, pero no es toda la verdad. De hecho, si eso es lo único que entendemos acerca de como Dios nos trata al justificarnos, quitamos del pleno significado de la doctrina bíblica de la justificación y la depojamos de su gloria. Bíblicamente, la justificación consiste de dos aspectos. Un aspecto es negativo y consiste del perdón, es decir, de borrar toda injusticia de nuestra cuenta. Otro aspecto es positivo y consiste de atribuir justicia positiva a nuestra cuenta. Podemos decirlo así: Nosotros teníamos una deuda de pecado para con Dios que era tan enorme que nunca podíamos pagarla. Pero Cristo pagó la deuda con Su sangre, y la borró totalmente de nuestra historia. Este es el primer aspecto de la justificación y nos pone en lo neutral, ya libres de estar bajo la condenación que merecíamos por nuestro pecado. Pero además de eso, Dios también atribuye a nuestra cuenta todas las riquezas de la justicia perfecta de Cristo de tal manera que legalmente nos hace ricos en justicia, con una justicia verdaderamente positiva y maravillosa. Es esta justicia perfecta a que Pablo se refiere en 2 Corinitios 5:21, que llama “la justicia de Dios”. Bíblicamente, la justificación consiste de dos aspectos. Un aspecto es negativo y consiste del perdón, es decir, de borrar toda injusticia de nuestra cuenta. Otro aspecto es positivo y consiste de atribuir justicia positiva a nuestra cuenta. En virtud de la obra de Cristo y nuestra fe en Él, Dios nos acepta no sólo como si nunca hubiéramos pecado, sino también como si fuéramos Su Hijo perfecto con la misma justicia de Dios. No sólo nos perdona sino también nos ve con gusto y agrado y nos adopta como hijos suyos, teniendo complacencia en nosotros así como tiene en Cristo. Es este segundo aspecto de la justificación que magnifica la gloria de esta doctrina como ningún otro. El Apóstol Pablo alude a esto en 2 Corintios 5:21. “Él que no conoció pecado” es el Señor Jesucristo. Y dice que Dios el Padre “lo hizo pecado por nosotros”. Ahora, no está diciendo que literalmente fue hecho pecado en Su naturaleza. Su naturaleza y constitución moral no se transformó

Transcript of Despojando La Justificación de Su Gloria

Despojando la Justificacin de su Gloria

Al que no conoci pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos justicia de Dios en l. -2 Corintios 5:21Alguna vez has escuchado que al justificarnos, Dios nos trata como si nunca hubiramos pecado? Pues es cierto en algn sentido, pero no es toda la verdad. De hecho, si eso es lo nico que entendemos acerca de como Dios nos trata al justificarnos, quitamos del pleno significado de la doctrina bblica de la justificacin y la depojamos de su gloria.Bblicamente, la justificacin consiste de dos aspectos. Un aspecto es negativo y consiste del perdn, es decir, de borrar toda injusticia de nuestra cuenta. Otro aspecto es positivo y consiste de atribuir justicia positiva a nuestra cuenta.Podemos decirlo as: Nosotros tenamos una deuda de pecado para con Dios que era tan enorme que nunca podamos pagarla. Pero Cristo pag la deuda con Su sangre, y la borr totalmente de nuestra historia. Este es el primer aspecto de la justificacin y nos pone en lo neutral, ya libres de estar bajo la condenacin que merecamos por nuestro pecado. Pero adems de eso, Dios tambin atribuye a nuestra cuenta todas las riquezas de la justicia perfecta de Cristo de tal manera que legalmente nos hace ricos en justicia, con una justicia verdaderamente positiva y maravillosa. Es esta justicia perfecta a que Pablo se refiere en 2 Corinitios 5:21, que llama la justicia de Dios.Bblicamente, la justificacin consiste de dos aspectos. Un aspecto es negativo y consiste del perdn, es decir, de borrar toda injusticia de nuestra cuenta. Otro aspecto es positivo y consiste de atribuir justicia positiva a nuestra cuenta.En virtud de la obra de Cristo y nuestra fe en l, Dios nos acepta no slo como si nunca hubiramos pecado, sino tambincomo si furamos Su Hijo perfecto con la misma justicia de Dios. No slo nos perdona sino tambin nos ve con gusto y agrado y nos adopta como hijos suyos, teniendo complacencia en nosotros as como tiene en Cristo. Es este segundo aspecto de la justificacin que magnifica la gloria de esta doctrina como ningn otro.El Apstol Pablo alude a esto en2 Corintios 5:21. l que no conoci pecado es el Seor Jesucristo. Y dice que Dios el Padre lo hizo pecado por nosotros. Ahora, no est diciendo que literalmente fue hecho pecado en Su naturaleza. Su naturaleza y constitucin moral no se transform literalmente a fin de consistir de algn tipo de sustancia pecaminosa.Esto es obvio por varias razones:1. En primer lugar, el texto dice claramente que l no conoci pecado. La palabra conocer habla de experimentarlo personalmente y habla de que Cristo nunca pec ni fue hecho pecador. Siempre era santo y justo, incluso cuando estaba en la cruz. Ni en la cruz podemos decir que era pecador, porque an all era justo (Luc. 23:41;2 Ped. 1:19).2. Segundo, si Cristo fuera hecho pecado literalmente por una infusin de pecaminosidad e inmundicia en Su naturaleza y constitucin moral, l no podra ser el sacrificio sustitutivo sin mancha que el Santo Dios requera y Su sacrificio no hubiera sido aceptado por el Padre.3. Tercero, el Seor Jesucristo, siendo de la misma esencia de deidad con el Padre (Jn. 10:30;Col. 2:9), jams podra contaminarse con la inmundicia del pecado, pues la deidad no puede contaminarse con inmundicia porque es tres veces Santo (Isa. 6:3).4. En cuarto lugar, existe un paralelismo evidente en el mismo texto que hace hincapi no en ninguna infusin sino en unaimputacin. El paralelo es uno de constraste y ensea que as como Cristo es hecho pecado, nosotros somos hechos justicia de Dios. Ahora, es evidente por la Escritura, por nuestra experiencia, y por el sentido comn que no somos hechos perfectamente justos en nuestra experiencia o en nuestra constitucin moral cuando el Seor nos salva. Dios no nos infunde con Su justicia en la justificacin para cambiar nuestra naturaleza a fin de hacernos justos, sino ms bien nos imputa con Su justicia legalmente a fin de contarnos como justos y considerarnos justos delante de los ojos de Su santa Ley. As que,2 Corintios 5:21est hablando de tratarnos como justos legalmente por la imputacin de la justicia de Cristo a nuestra cuenta, y de la misma manera, por el evidente paralelismo que existe, est hablando de tratarlo a Cristo como si fuera pecador (aunque no lo era) no por ninguna infusin de inmundicia en Su constitucin moral sino por la imputacin legal de la culpabilidad de nuestro pecado a Su cuenta.A la luz de todo esto, es evidente que el Apstol tena la imputacin en mente cuando escribi2 Corintios 5:21. Nuestro pecado fue imputado a Cristo, y Dios lo trat a l como si fuera el pecado mismo, y lo aplast bajo Su ira mientras el Hijo llev sobre s la maldicin de la Ley (Gal. 3:13).La primera imputacin es la de nuestro pecado a Cristo, y la segunda es la de la justicia de Cristo a nosotros.Dios tom la culpabilidad legal de nuestro pecado que era causa de condenacin y la puso sobre Cristo, y castig a Su Hijo en nuestro lugar como nuestro Sustituto divino, a fin de aplacar Su ira. Esta es la primera imputacin de que habla en2 Corintios 5:21: la imputacin de nuestro pecado a Cristo. La segunda imputacin de este versculo es la de la justicia perfecta de Cristo. l, siendo Dios encarnado mismo, tiene toda la justicia de Dios en virtud de Su justicia intrnseca y Su vida de obediencia perfecta como Mediador. Entonces Dios toma esta justicia de Su Hijo y la imputa a nuestra cuenta, a fin de aceptarnos como si furamos perfecta y positivamente justos. La primera imputacin aqu es la de nuestro pecado a Cristo, y la segunda es la de la justicia de Cristo a nosotros.La primera imputacin resulta en nuestra liberacin de la culpabilidad del pecado (Rom. 8:1), y la segunda imputacin resulta en el recibir una perfecta justicia positiva a fin de ser los objetos del todo el santo agrado y placer de Dios (Isa. 62:5). Eso quiere decir que ahora, en virtud de la vida de obediencia perfecta y la muerte de Cristo, todos los que creen en l son hechos recipientes de un estado legal delante de Dios y una posicin de favor ante Sus ojos que va ms all de lo que Adn tena en el estado de inocencia. Antes de la cada, Adn tena la ausencia de culpabilidad, pero no tena una justicia positiva y perfecta, porque no haba llevado a cabo una vida plena de obediencia positiva y perfecta a todos los mandatos de Dios.Pero Cristo lo hizo! l, siendo Hombre, vivi una vida plena y rindi una obediencia positiva a todos los mandatos de Su Padre, y como el Mediador, gan una gloriosa justicia positiva que ahora nos es dada en virtud de haber confiando en l para salvacin.As que, el favor que Dios derrama sobre nosotros va mucho ms all de lo que Adn conoca en el estado de inocencia! Es el favor que derrama sobre Su mismo Hijo Jesucristo! Dios se complace en nosotros con gran gozo porque Dios se complace en S mismo, y nosotros somos hechos la justicia de Dios en Cristo forensemente![pullquote position=right]En la justificacin, Dios nos acepta no slo como si nunca hubiramos pecado, sino como si furamos Su Hijo, la justicia perfecta de Dios. [/pullquote]Gloria a Dios! No slo quita de nosotros las ropas contaminadas de lo vil, sino tambin nos viste con vestiduras esplndidas de gran gloria! Y derrama tanto favor y bendicin sobre nosotros que es motivo de gran gozo y regocijo por toda la eternidad! Por eso el profeta dijo, En gran manera me gozar en Jehov, mi alma se alegrar en mi Dios; porque me visti con vestiduras de salvacin, me rode de manto de justicia, como a novio me atavi, y como a novia adornada con sus joyas. (Isa. 61:10)Entonces, el primer aspecto de la justificacin es el perdn de nuestros pecados por la imputacin de los mismos a Cristo. El Seor los quita y los borra para siempre. El segundo aspecto es la recepcin de una justicia perfecta (la justicia de Dios) por la imputacin de Su justicia a nosotros. Es este segundo aspecto que resulta en nuestra adopcin como hijos a la familia de Dios, y en una herencia eterna y gloriosa de riquezas de gloria de las cuales ni podemos imaginar. Por eso, si decimos que en la justificacin, Dios nos trata como si nunca hubiramos pecado, y eso es lo nico que decimos y lo nico que entendemos, entonces despojamos la doctrina bblica de su gloria.