Desde el Génesis hasta el apocalipsis

234
Génesis Autor: La Biblia Es el libro del Comienzo de todos los comienzos: del comienzo del mundo, del hombre y de las familias de donde surgió el pueblo de Israel. Pero el enfoque que da a estos comienzos no es cientifico, sino religioso y espiritual. Tiene dos partes fácilmente identificables: *La primera trata del mundo que Dios hizo, perfecto, lleno de simetría y belleza, obra propia de un gran arquitecto y admirable artista; y del hombre que creó, sexuado y con el poder de dar vida: poema del Génesis (Gn 1,1-2,4). *Siguen unos relatos cortos, a modo de narraciones simbólicas que no se preocupan de la historia, sino que presentan un catálogo de pecados y rebeldías que, a su juicio, son o pueden ser el origen de la desgracia de los individuos y de los pueblos, en el pasado y en el presente (Gn 2,4-11,32). GÉNESIS es una palabra griega, que significa "origen". El primer libro de la Biblia lleva ese nombre, porque trata de los orígenes del universo, del hombre y del Pueblo de Dios. El libro del Génesis se divide en dos grandes partes. La primera es denominada habitualmente "Historia primitiva", porque presenta un amplio panorama de la historia humana, desde la creación del mundo hasta Abraham (caps. 1-11). La segunda narra los orígenes más remotos del pueblo de Israel: es la historia de Abraham, Isaac y Jacob, los grandes antepasados de las tribus

description

Descripción del significado de los nombres de la biblia y breve descripción de lo que se relata

Transcript of Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Page 1: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

GénesisAutor: La Biblia

Es el libro del Comienzo de todos los comienzos: del comienzo del mundo, del hombre y de las familias de donde surgió el pueblo de Israel. Pero el enfoque que da a estos comienzos no es cientifico, sino religioso y espiritual. Tiene dos partes fácilmente identificables: *La primera trata del mundo que Dios hizo, perfecto, lleno de simetría y belleza, obra propia de un gran arquitecto y admirable artista; y del hombre que creó, sexuado y con el poder de dar vida: poema del Génesis (Gn 1,1-2,4). *Siguen unos relatos cortos, a modo de narraciones simbólicas que no se preocupan de la historia, sino que presentan un catálogo de pecados y rebeldías que, a su juicio, son o pueden ser el origen de la desgracia de los individuos y de los pueblos, en el pasado y en el presente (Gn 2,4-11,32).

GÉNESIS es una palabra griega, que significa "origen". El primer libro de la Biblia lleva ese nombre, porque trata de los orígenes del universo, del hombre y del Pueblo de Dios.

El libro del Génesis se divide en dos grandes partes. La primera es denominada habitualmente "Historia primitiva", porque presenta un amplio panorama de la historia humana, desde la creación del mundo hasta Abraham (caps. 1-11).

La segunda narra los orígenes más remotos del pueblo de Israel: es la historia de Abraham, Isaac y Jacob, los grandes antepasados de las tribus hebreas. Al final de esta segunda parte, adquiere particular relieve la figura de José, uno de los hijos de Jacob, ya que gracias a él su padre y sus hermanos pudieron establecerse en Egipto. La historia de los Patriarcas se cierra con el anuncio del retorno de los israelitas a la Tierra prometida, cuyo cumplimiento comienza a relatarse en el libro del Éxodo.

Estas dos partes presentan notables diferencias en cuanto a la forma literaria y al contenido, pero están íntimamente relacionadas. El Génesis se remonta primero a los orígenes

Page 2: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

del mundo y de la humanidad. Luego, mediante una serie de genealogías cada vez más restringidas, establece una sucesión ininterrumpida entre Adán, el padre de la humanidad pecadora, y Abraham, el padre del Pueblo elegido. Este vínculo genealógico pone bien de relieve que la elección de Abraham no fue un simple hecho al margen de la historia humana. La elección divina no era un privilegio reservado para siempre a una sola persona o a una sola nación. Si Dios manifestó su predilección por Abraham y por la descendencia nacida de él, fue para realizar un designio de salvación que abarca a todos los pueblos de la tierra.

En la redacción final del libro del Génesis, se emplearon elementos de las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última fuente tiene una importancia especial en el conjunto de la obra, debido a que constituye la base literaria en la que se insertaron las otras tradiciones.

Los primeros capítulos del Génesis ofrecen una dificultad muy particular para el hombre de hoy.

En ellos se afirma, por ejemplo, que Dios creó el universo en el transcurso de una semana, que modeló al hombre con barro y que de una de sus costillas formó a la mujer. ¿Cómo conciliar estas afirmaciones con la visión del universo que nos da la ciencia? La dificultad se aclara si tenemos en cuenta que el libro del Génesis no pretende explicar "científicamente" el origen del universo ni la aparición del hombre sobre la tierra. Con las expresiones literarias y los símbolos propios de la época en que fueron escritos, esos textos bíblicos nos invitan a reconocer a Dios como el único Creador y Señor de todas las cosas. Este reconocimiento nos hace ver el mundo, no como el resultado de una ciega fatalidad, sino como el ámbito creado por Dios para realizar en él su Alianza de amor con los hombres. La consumación de esa Alianza serán el "cielo nuevo" y la "tierra nueva" (Is. 65. 17; Apoc. 21. 1) inaugurados por la Resurrección de Cristo, que es el principio de una nueva creación.

LOS ORÍGENES DEL UNIVERSO Y DE LA HUMANIDAD

Page 3: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La fe de Israel en el Dios creador encontró su máxima expresión literaria en el gran poema de la creación, que ahora figura al comienzo de la Biblia. Una verdad se perfila a lo largo de todo este relato: el universo, con todas las maravillas y misterios que encierra, ha sido creado por el único Dios y es la manifestación de su sabiduría, de su amor y su poder. Por eso, cada una de las cosas creadas es "buena" y el conjunto de ellas es "muy bueno". En ese universo, al hombre le corresponde un lugar de privilegio, ya que Dios lo creó "a su imagen" y lo llamó a completar la obra de la creación.

Pero el relato del origen del universo sirve de prólogo a lo que constituye el principal centro de interés de los once primeros capítulos del Génesis, a saber, el drama de la condición humana en el mundo. Los diversos personajes que se van sucediendo –Adán y Eva, Caín y sus descendientes, los pueblos que intentan edificar la torre de Babel– representan arquetípicamente a la humanidad entera que pretende ocupar el puesto de Dios, constituyéndose así en norma última de su propia conducta. Esta pretensión, en lugar de convertir al hombre en dueño de su destino, hizo entrar en el mundo el sufrimiento y la muerte, rompió los lazos fraternales entre los hombres y provocó la dispersión de los pueblos. En el marco de esta historia, Dios va a realizar su designio de salvación.

Para describir este drama, los autores inspirados no recurrieron a formulaciones abstractas. Lo hicieron por medio de una serie de relatos convenientemente ordenados, de hondo contenido simbólico, que llevan la impronta del tiempo y de la cultura en que fueron escritos. Por eso, al leer estos textos, es imprescindible distinguir entre la verdad revelada por Dios, que mantiene su valor y actualidad permanentes, y su expresión literaria concreta, que refleja el fondo cultural común a todos los pueblos del Antiguo Oriente.

ÉxodoAutor: Biblia

Page 4: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Éxodo significa en griego salida y su tema es la hazaña divina que salvó a los oprimidos a los que convertiría en su pueblo. Aunque la escapada de Egipto aparezca en otros libros del Antiguo Testamento, éste lo tiene como argumento exclusivo. Israel tuvo objetivos religiosos al componer este relato: proclamar el poder del Señor que se revela como libertador, encontrar su origen como pueblo entre tantos otros, fijar su identidad y destino como testigo de ese mismo Dios salvador del mundo, así como hallar la razón de sus leyes y ritos.

Los relatos del ÉXODO se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí. Allí se desarrollaron los

acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la salida de Egipto, el paso del Mar Rojo y la Alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel, y se convirtió en el fundamento mismo de su fe. Por eso, el libro del Éxodo ocupa un lugar prominente entre todos los libros de la Biblia, y ha sido llamado con razón el "Evangelio" del Antiguo Testamento.

El Éxodo puede dividirse en dos partes principales. La primera relata la gesta del Señor, que oyó el clamor de los israelitas esclavizados en Egipto y los hizo pasar de la esclavitud a la libertad en medio de grandes portentos. El punto culminante de esta primera parte es el canto triunfal de Moisés que celebra la liberación de Israel y la victoria del Señor sobre los enemigos de su Pueblo (15. 1-21). El relato de esta acción divina es la que da su nombre a todo el libro, ya que "éxodo" significa "salida".

La segunda parte describe el encuentro del Señor con Israel en el monte Sinaí. Después de haber manifestado su amor y su poder, Dios establece su Alianza con los israelitas y promulga su Ley por medio de Moisés. En virtud de esta Alianza, Israel pasa a ser la "propiedad exclusiva" del Señor y a constituir una nación santa, es decir, totalmente

Page 5: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

consagrada a él (19. 6).

Las narraciones del Éxodo son la epopeya nacional de Israel. En la formación de la misma, desempeñaron un papel decisivo las fiestas y celebraciones cultuales. La liturgia pascual, sobre todo, rememoraba y actualizaba aquellos grandes acontecimientos del pasado, para que todas las generaciones de israelitas pudieran revivir la salida de Egipto y renovar el compromiso asumido por el Pueblo de Dios en el Sinaí.

Por eso, el libro del Éxodo no es una "historia" en el sentido moderno de la palabra: es un testimonio nacido de la fe, el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es obra de los hombres, sino una creación de Dios.

En la redacción definitiva del Libro se emplearon elementos provenientes de la tradición "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal", además de otros textos de origen diverso.

Los grandes temas del Éxodo están presentes en toda la Biblia. A ellos se refieren los Profetas para anunciar un nuevo Éxodo (Is. 43. 18-21) y una nueva Alianza (Jer. 31. 31-34) más admirables que los primeros. Y el Nuevo Testamento presenta al antiguo Éxodo como una prefiguración de la obra redentora de Cristo, la verdadera "Pascua" (1 Cor. 5. 7), que selló con su sangre "una Alianza más excelente" (Heb. 8. 6).

El Éxodo es el prototipo de todos los actos salvíficos de Dios, en especial, del Bautismo (1 Cor. 10. 1-4).

LA MISIÓN DE MOISÉSSe calcula que después de la muerte de José, los hebreos permanecieron en Egipto unos trescientos años. Su rápido crecimiento provocó la reacción del Faraón y su propósito de exterminarlos. Por eso los persiguió y los maltrató. En medio de la opresión, los descendientes de Abraham clamaron al Señor, y el Señor se acordó de su Promesa y suscitó un Libertador. Es Moisés, que va a ocupar un lugar preponderante en el resto del Pentateuco.

Page 6: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Moisés asume y cumple su misión, no sin grandes dificultades. "Él prefirió compartir los sufrimientos del Pueblo de Dios, antes que gozar los placeres efímeros del pecado, y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible" (Heb. 11. 25, 27). De ahí que se enfrentó con el Faraón para exigirle la liberación de su Pueblo. En esa lucha, el Faraón personifica los intereses mezquinos que se oponen a la libertad de los hijos de Dios. Moisés, por su parte, es el arquetipo de los que luchan por conseguir esa libertad. El dramatismo con que está presentada semejante lucha, sobre todo en el relato de las plagas, pone bien en evidencia el triunfo final de Dios.

LevíticoAutor: La Biblia

Su nombre le viene del hecho de contener normas para el culto en general y especiales para los levitas; éstos constituían un estamento de segundo orden al servicio de los sacerdotes. Es la parte más importante del llamado escrito sacerdotal

Los judíos de habla griega llamaron LEVÍTICO al tercer libro del Pentateuco. Este nombre da una idea bastante adecuada de su contenido, porque el mismo consta casi exclusivamente de las prescripciones rituales que debían poner en práctica los sacerdotes de la tribu de Leví.

La primera parte del Levítico está dedicada al ritual de los sacrificios (caps. 1-7). Luego vienen el ceremonial para la investidura de los sacerdotes (caps. 8-10), y la ley sobre lo puro y lo impuro (caps. 11-15), que concluye con el ritual para el gran Día de la Expiación (cap. 16). Los caps. 17-26 contienen la así llamada "Ley de Santidad", que se cierra con una serie de bendiciones y maldiciones. A modo de Apéndice, el cap. 27 determina las condiciones para el rescate de las personas, los animales y los bienes consagrados al Señor.

El Levítico pertenece en su totalidad a la tradición

Page 7: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

"sacerdotal". De allí su estilo minucioso y preciso, sobrecargado de términos técnicos y de repeticiones. Esta es una característica de todas las legislaciones cultuales, que se extienden hasta los más mínimos detalles para asegurar la eficacia de los ritos.

Aunque el Libro recibió su forma definitiva en la comunidad postexílica, algunos de los elementos que lo integran tienen un origen muy antiguo. Las prohibiciones alimenticias (cap. 11) y las reglas relativas a la pureza (caps. 13-15) conservan vestigios de una edad primitiva, cargada de tabúes y concepciones mágicas. El ceremonial del gran Día de la Expiación (cap. 16) yuxtapone a un rito arcaico un concepto muy elevado del pecado.

Como en el resto del Pentateuco, las leyes están encuadradas en un marco narrativo. Pero en el Levítico ese marco es muy simple, y se reduce casi siempre a una fórmula convencional, que hace depender todo el culto israelita de una orden dada por Dios a Moisés en el Sinaí. Así se pone de relieve la relación del culto con la Alianza.

La lectura del Levítico deja casi inevitablemente la impresión de que su contenido pertenece a una cultura lejana y extraña al hombre moderno. Esto es verdad, pero visto en su contexto histórico, el Libro atestigua un sentido muy profundo de la trascendencia divina y de la preocupación por formar un Pueblo santo, consagrado al culto del verdadero Dios en medio de las naciones paganas.

La antigua Ley no era más que "la sombra de los bienes futuros" (Heb. 10. 1), y el único Sacrificio de Cristo hizo caducar todo el ceremonial del antiguo Templo. Pero las exigencias de santidad y de pureza en el servicio de Dios siguen siendo siempre válidas, y la referencia al Levítico es indispensable para entender muchos pasajes del Nuevo Testamento, que nos hablan de Cristo y de su Sacrificio redentor.EL RITUAL DE LOS SACRIFICIOS

Para Israel –como para toda religión– el acto de culto por excelencia, la expresión más natural y espontánea del

Page 8: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

reconocimiento debido a la absoluta soberanía de Dios, es el "sacrificio". Al ofrecer un sacrificio, el hombre se despoja de algo valioso, de un alimento necesario para su vida, y lo consagra al Señor sobre el fuego del altar. El humo que sube de la ofrenda es como un lazo de unión entre el cielo y la tierra.

El sacrificio puede ofrecerse en acción de gracias, o para implorar del Señor algún beneficio. También hay sacrificios de expiación por el pecado, donde la sangre cumple una función purificadora. Otras veces, sólo una parte de la víctima se quema sobre el altar; la otra porción es compartida en un banquete sagrado, estableciéndose así un vínculo de comunión con la divinidad, de quien proceden la fuerza y la vida.

El ritual israelita despoja a los sacrificios de todo elemento mágico y hace resaltar el aspecto personal. Pero estos ritos, como toda acción litúrgica, están expuestos a convertirse en prácticas puramente exteriores, desprovistos de espíritu. Israel incurrió muchas veces en este pecado, y los profetas tuvieron que alzar su voz para recordar que Dios detesta el humo de los sacrificios, cuando faltan la justicia y la fidelidad a sus mandamientos (Is. 1. 10-20; Os. 6.6; Am. 5. 21-25; Sal. 50. 7-15). Por eso, el Sacrificio por excelencia es el de Cristo, que aceptó "por obediencia la muerte y muerte de cruz" (Flp. 2. 8).

NúmerosAutor: La Biblia

Números es la continuación del libro del Éxodo y cuenta las dificultades con que tuvieron que enfrentarse los israelitas desde el Sinaí hasta las llanuras del Moab. El obstáculo más importante fue la falta de confianza en Dios

El título NÚMEROS refleja bastante imperfectamente el contenido del cuarto libro del Pentateuco, pero destaca, al menos, una de sus características: la preocupación por las precisiones numéricas. Esta preocupación se

Page 9: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

manifiesta, entre otras cosas, en los dos censos registrados en el Libro (caps. 1-4; 26), en la reglamentación sobre los sacrificios (caps. 28-29), y en las instrucciones para el reparto del botín (cap. 31) y para la división del territorio alrededor de las ciudades levíticas (35. 1-8).

Los judíos de lengua hebrea llamaban a este libro "EN EL DESIERTO", porque estas son las palabras más importantes del versículo inicial. Dicho titulo evoca otro de sus temas característicos: la marcha de los israelitas a través del desierto, desde el Sinaí hasta las fronteras de la Tierra prometida.

El libro de los Números da la impresión de ser un conjunto de elementos heterogéneos, sin ninguna conexión lógica. A pesar de todo, es posible establecer un cierto orden, si se tiene en cuenta el marco geográfico de los acontecimientos relatados.

1.º La partida desde el Sinaí se prepara con un censo del pueblo y con las ofrendas presentadas con motivo de la dedicación del Santuario (1. 1 – 10. 10).

2.º Después de celebrar la segunda Pascua, los israelitas salen del Sinaí y llegan a Cades, donde realizan un intento desafortunado de entrar en Canaán por el sur (10. 11 - 21. 35).

3.º Tras una larga permanencia en Cades, vuelven a ponerse en camino y llegan a las estepas de Moab, frente a Jericó (caps. 22-36).

En torno a estos relatos, se mezclan numerosas disposiciones legales y litúrgicas, que completan la legislación del Sinaí o preparan el establecimiento de Israel en Canaán.

En el libro de los Números vuelven a aparecer las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última es la que dio una forma acabada a toda la obra y le imprimió su espíritu peculiar.

Page 10: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Es inútil buscar en esta compilación de antiguas tradiciones, un relato exacto y ordenado de los hechos. La tradición sobre el itinerario del desierto es fragmentaria y se limita a unos pocos episodios. Además, la historia es vista desde una perspectiva religiosa. Su intención es mostrar la solícita providencia de Dios en favor de su Pueblo, a pesar de las murmuraciones y rebeldías del mismo.

Durante su marcha por el desierto, Israel vivió sus primeras experiencias como Pueblo de Dios. Allí la masa heterogénea de fugitivos que habían salido de Egipto bajo la guía de Moisés (Éx. 12. 38) comenzó a tomar conciencia de su destino común. Al llegar la plenitud de los tiempos, también el nacimiento del nuevo Pueblo de Dios estuvo vinculado con el desierto. Allí predicó y bautizó Juan el Bautista, para preparar "el camino del Señor" (Mt. 3. 3). Y allí Jesús "fue llevado por el Espíritu" (Mt. 4. 1) para prepararse a cumplir su misión de "iniciador y consumador de nuestra fe" (Heb. 12. 2).

 ORGANIZACIÓN DE LOS ISRAELITAS EN EL SINAÍ ANTES DE SU PARTIDA

Israel ya se dispone a abandonar el Sinaí, la Montaña santa de su encuentro con Dios. Pero antes de ponerse en camino, se realiza el censo de las tribus, y Moisés complementa la legislación con algunas disposiciones relativas al Santuario, al culto y a los levitas. Así el libro de los Números retoma la trama narrativa que había quedado en suspenso al final del libro del Éxodo.

El Pueblo de Dios aparece aquí como un ejército bien organizado, reunido alrededor de sus jefes y sus estandartes. Pero, sobre todo, es la Asamblea del Señor, una comunidad litúrgica agrupada en círculos concéntricos alrededor del Santuario. El Señor está presente en medio de ella y manifiesta su presencia a través de la "nube". La marcha de Israel por el desierto tiene todas las características de una solemne procesión: la "nube" da la orden de partida y el Arca de la Alianza, el trono visible del Señor, avanza al frente de la caravana.

Page 11: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Esta presentación nos da una visión muy idealizada del número y la organización de los israelitas en el tiempo del desierto. En realidad, el grupo que salió de Egipto bajo la guía de Moisés, estaba lejos de formar una corporación tan numerosa y compacta como a veces se piensa. Pero esta presentación idealizada, que la tradición sacerdotal propone como norma y modelo a Israel, encierra un profundo sentido: el Pueblo de Dios es y debe ser siempre una comunidad en marcha, sin morada permanente; su organización y el camino que debe recorrer no los fija él mismo, sino el Dios que lo liberó de la servidumbre y lo consagró a su servicio. Esto vale igualmente para la Iglesia, el Pueblo de la Nueva Alianza.

DeuteronomioAutor: La BibliaÚltimo libro de los atribuidos a Moisés y cierre del Pentateuco. Su nombre significa en griego segunda ley, y alude sólo a su parte legislativa. Tiene la forma de una serie de discursos, puestos en boca del gran legislador y proclamados antes de entrar en la Tierra prometida. Aunque lo parezca, no es la continuación del libro d elos Números. Los temas que trata, el vocabulario y el estilo lo convierten en la introducción de la llamada Historia nacional, compuesta por los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes, llamados por esta razón, Historia deutoronomista.

DEUTERONOMIO es una palabra de origen griego, que significa "segunda ley". Tal designación expresa sólo en parte el contenido del quinto libro del Pentateuco, ya que este, más que un código de leyes en sentido estricto, es una larga y vibrante exhortación destinada a "recordar" a Israel el

sentido y las exigencias de la Alianza. De allí que las prescripciones concretas estén siempre acompañadas de advertencias y reproches, de promesas y amenazas.

El Deuteronomio está estructurado como una serie de

Page 12: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

discursos dirigidos por Moisés a los israelitas antes de su entrada en Canaán. Esta forma literaria se explica por las circunstancias que dieron origen a la composición del Libro.

Desde tiempos muy antiguos, los sacerdotes levíticos prolongaron la actividad de Moisés, proclamando solemnemente en las celebraciones litúrgicas la Alianza del Señor con su Pueblo elegido. En estas celebraciones, ellos no se limitaban a repetir una Ley fijada para siempre, sino que la completaban y actualizaban, a fin de responder a nuevas situaciones y necesidades. Así las leyes contenidas en los códigos tradicionales de Israel se vieron enriquecidas con elementos originales de importancia, que luego quedaron consignados en la legislación deuteronómica. Entre estos aportes merecen especial atención la ley sobre la unidad del Santuario, los criterios para discernir a los auténticos profetas y las severas prescripciones contra la idolatría. Todo esto estaba destinado a contrarrestar el pernicioso influjo que la religión de Baal y los cultos cananeos ejercían sobre la fe de Israel.

La composición del Deuteronomio atravesó por diversas etapas. Su redacción primitiva puede situarse en el siglo VIII a.C., en los ambientes levíticos del reino del Norte. Después de la destrucción de Samaría, estos grupos se refugiaron en Judá y el Libro quedó depositado en los archivos del Templo de Jerusalén. En el año 622 a.C., el rey Josías mandó reparar el Templo, y allí se encontró un "libro de la Alianza" (2 Rey. 23.2), que fue leído en presencia del rey y dio un nuevo impulso a la reforma religiosa iniciada por él. Este "libro de la Alianza" era sin duda el Deuteronomio, aunque en una forma más breve que la actual. A partir de ese momento, la legislación deuteronómica se convirtió en objeto de asidua meditación y proporcionó un criterio de primer orden para interpretar toda la historia de Israel. Posteriormente, la obra original fue completada y enriquecida con nuevos aportes, hasta que pasó a formar parte del Pentateuco.

Entre todos los escritos del Antiguo Testamento, el Deuteronomio se destaca por su estilo peculiar. Su lenguaje

Page 13: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

es solemne, pero al mismo tiempo directo, cálido y preocupado por suscitar una incondicional fidelidad al Señor. Es un estilo que quiere hablar sobre todo al corazón. La repetición incansable de ciertas palabras y giros confiere a toda la obra una notable fuerza persuasiva.

El paso frecuente del "tú" al "ustedes" es otra característica del estilo deuteronómico. Esta alternancia es un procedimiento oratorio para interpelar a los oyentes: el "tú" apunta menos a los individuos en particular que a la conciencia de la comunidad, en la que cada uno debe verse representado y medir su propia responsabilidad.

El Deuteronomio traza para Israel un programa de vida, inspirado en la predicación de los Profetas, en los escritos sapienciales y en las tradiciones históricas del Pentateuco, desde los tiempos patriarcales hasta la entrada en la Tierra prometida. El Dios que aquí se manifiesta no es una divinidad fría y distante, sino el Dios misericordioso que está cerca de su Pueblo y le revela su Ley, porque lo ama y espera ser amado con la misma intensidad. De esa manera, el Deuteronomio marca un jalón decisivo en el camino hacia la revelación definitiva de Dios en el Nuevo Testamento, donde el Apóstol san Juan afirma: "Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él" (1 Jn. 4. 16).

PRIMER DISCURSO DE MOISÉS

El Deuteronomio se presenta como el testamento espiritual de Moisés. Poco antes de su muerte, él reúne por última vez al pueblo y pronuncia sus palabras de despedida. En su primer discurso, Moisés evoca la experiencia común vivida en el desierto. Esta experiencia está llena de enseñanzas. En los acontecimientos de su propia historia, Israel debe ver el signo más elocuente del amor del Señor, que lo eligió gratuitamente. Y también debe reconocer el poder de su Dios, que lo liberó de todos los peligros. Así, antes de proclamar la voluntad divina expresada en la Ley, el legislador expone los hechos que fundamentan la autoridad del Señor y su derecho a reclamar una absoluta fidelidad.

Page 14: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

En esta evocación histórica, se destaca la suerte corrida por la primera generación de israelitas en el desierto. Por su pecado de incredulidad, ellos fueron condenados a morir sin entrar en la Tierra prometida. También este hecho debe servir de advertencia. El amor del Señor es exigente. La fidelidad a él abre el camino de la felicidad; la infidelidad separa al Pueblo de su Dios, única fuente de vida, y lo lleva necesariamente a la ruina.

JosuéAutor: La Biblia

Cuando murió Moisés, su ayudante Josué se hizo cargo de la jefatura de las tribus de Israel provenientes de Egipto, a las que guió en la entrada e instalación en la tierra de Canaán, la Tierra prometida por Yahvé a los antepasados. La conquista, rápida y total, culminó con el reparto de la tierra entre las tribus.

La palabra del Señor llegó a Natán en estos términos:

"Ve a decirle a mi servidor David:

Así habla el Señor:

Yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes,

a uno que saldrá de tus entrañas,

y afianzaré su realeza.

Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí,

y tu trono será estable para siempre".

2 Sam. 7. 4-5, 12, 16

Page 15: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

 

 

¡Les aseguro que muchos profetas y reyes

quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron,

oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!

Lc. 10. 24

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:

"Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía;

antes de que salieras del seno, yo te había consagrado,

te había constituido profeta para las naciones".

El Señor extendió su mano,

tocó mi boca y me dijo:

"Yo pongo mis palabras en tu boca.

Yo te establezco en este día

sobre las naciones y sobre los reinos,

para arrancar y derribar,

para perder y demoler,

para edificar y plantar".

Jer. 1. 4-5, 9-10

 

 

Page 16: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Moisés dijo:

"El Señor Dios suscitará para ustedes,

de entre sus hermanos,

un profeta semejante a mí,

y ustedes obedecerán a todo lo que él les diga.

El que no escuche a ese profeta será excluido del pueblo".

Y todos los profetas que han hablado a partir de Samuel,

anunciaron también estos días.

Ustedes son los herederos de los profetas

y de la Alianza que Dios hizo con sus antepasados.

Hech. 3. 22-25

La historia profética

LA HISTORIA PROFÉTICA

Después de la "Ley", la Biblia hebrea contiene dos conjuntos de escritos, agrupados bajo el título de LOS PROFETAS. La primera parte es de carácter narrativo e incluye los libros de JOSUÉ, JUECES, SAMUEL y REYES. La segunda está compuesta por los libros de ISAÍAS, JEREMÍAS, EZEQUIEL y los DOCE PROFETAS llamados "menores". Para distinguir estos dos grupos de escritos "proféticos", la tradición judía, ya a partir del siglo II a. C., dio al primero el nombre de "Profetas anteriores", y al segundo, el de "Profetas posteriores".

Tal vez pueda parecer extraño que varios Libros de contenido "histórico" -como los de Josué, Jueces, Samuel y Reyes- hayan sido incluidos entre los escritos "proféticos".

Page 17: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Pero esta vinculación de "historia" y "profecía" se manifiesta llena de sentido, si tenemos en cuenta la imagen que la Biblia nos da del profetismo y la manera como los antiguos israelitas narraban la historia.

Cuando se emplea la palabra "profeta", se suele pensar en alguien dotado de una clarividencia tal que lo capacita para predecir hechos futuros o lejanos. Sin embargo, esta idea corresponde muy imperfectamente a lo que fueron en realidad los Profetas de Israel. Ellos se presentaron como portavoces del Señor. Vivieron intensamente los problemas de su tiempo y hablaron a sus contemporáneos por el mandato y la autoridad que habían recibido de Dios. Con la mirada puesta en el momento presente, discernían la presencia y la acción del Señor en la vida de Israel y del mundo. Para confirmar el carácter divino de su misión, anunciaban eventualmente el futuro, pero lo hacían siempre con la intención de iluminar una situación determinada y de provocar un cambio de actitud en los destinatarios de su mensaje. La lucidez para descubrir la voz de Dios, que habla a través de los acontecimientos, es la característica de la interpretación profética de la historia.

Esta visión que los Profetas tenían de la historia no sólo se encuentra en sus propios escritos, sino que también se trasluce en los libros de la Biblia comúnmente llamados "históricos". El rasgo distintivo de la historia bíblica no es tanto la presentación material de los hechos, cuanto el descubrimiento del significado que ellos encierran. A lo largo de los Libros históricos –como de toda la Biblia– se perfila con claridad y de manera constante el designio salvífico de Dios, que ama, guía y juzga a su Pueblo. Ese designio está jalonado de promesas y cumplimientos parciales, que orientan todo el curso de la historia humana hacia su consumación definitiva en el Reino de Dios.

Además, los Libros históricos atestiguan la extensión y vitalidad del movimiento profético en Israel. Estos textos presentan a los Profetas en acción, plenamente solidarios con las luchas de su Pueblo, y a la vez, siempre dispuestos a reprocharles sus injusticias y su idolatría. En ellos se conserva el recuerdo de grandes figuras proféticas, como

Page 18: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

las de Samuel, Natán, Elías y Eliseo. Pero también se menciona a otros Profetas, muchos de ellos anónimos, como aquellos que en tiempos de Ajab y Jezabel prefirieron morir antes que renegar de su fe en el Señor (1 Rey. 18. 4; 19. 14).

Ciertas formas de profetismo aparecen también fuera de Israel. Tanto en la Mesopotamia como en Canaán y en Egipto, había hombres y mujeres que hablaban en nombre de la divinidad, y muchas veces su lenguaje era similar al de los Profetas del Pueblo de Dios. La misma Biblia atestigua la existencia de "profetas de Baal", con sus diversas manifestaciones extáticas (1 Rey. 18. 19-29). Pero mientras que en los otros pueblos el profetismo fue un fenómeno más bien marginal y episódico, en Israel marcó profundamente toda la vida religiosa, las instituciones políticas y las estructuras sociales. Los orígenes del profetismo bíblico se remontan a la época de la instalación de los israelitas en Canaán. Sus primeras manifestaciones aparecen vinculadas al culto de algunos santuarios, como los de Betel, Ramá y Guilgal. Allí había "agrupaciones de Profetas", cuya característica principal era el éxtasis provocado de diversas maneras, especialmente por la música y las danzas frenéticas (1 Sam. 10. 5-6; 19. 18-24). Sus demostraciones de entusiasmo religioso revestían con frecuencia formas extravagantes. Pero estas agrupaciones proféticas, si bien fueron decayendo progresivamente, ejercieron al principio una influencia positiva en Israel. Con su vida austera, con su celo fanático por el Señor y su repudio total de la cultura y la religión cananeas, contribuyeron a mantener intacta la fe del Pueblo de Dios, esa fe heredada de Moisés, a quien la tradición bíblica considera el primero y el más grande de los Profetas (Deut. 18. 18; 34. 10).

Por otra parte, en los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes, se encuentran muchas páginas que presentan una gran afinidad con las ideas y el estilo del Deuteronomio. Esta afinidad espiritual y literaria permite afirmar que la colección de los "Profetas anteriores", en su redacción definitiva, es la obra de una escuela de escribas "deuteronomistas", que meditan sobre el pasado de Israel

Page 19: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

con el fin de extraer una enseñanza para el presente. La actividad de esta escuela comenzó en los últimos años de la monarquía y continuó durante el exilio. Precisamente cuando Israel estaba disperso en el exilio, se hacía necesario recordarle que la raíz de todos sus males era la infidelidad a la Alianza, y que el único camino de salvación consistía en convertirse al Dios vivo y verdadero.

Josué

El libro de JOSUÉ describe la conquista de la Tierra prometida como el resultado de la acción conjunta de todo Israel. Las campañas se suceden una tras otra, en medio de los mayores prodigios. Josué –el único jefe de todas las tribus– anima al pueblo y lo conduce a la victoria. El paso de los israelitas provoca el terror de sus enemigos, y los cananeos son consagrados al exterminio total (caps. 1-12).

Una vez conquistado el territorio, Josué procede a distribuirlo entre los israelitas. Los caps. 14-19 señalan los límites asignados a cada tribu. A modo de complemento, el cap. 20 enumera las ciudades de refugio, y el cap. 21 da una lista de las ciudades levíticas.

El final del Libro relata el regreso de las tribus de la Transjordania, presenta el testamento espiritual de Josué, y conserva una vieja tradición sobre la asamblea de Siquém y sobre la alianza sagrada concluida entre las tribus (caps. 22-24).

Una primera lectura de este Libro deja la impresión de que los israelitas, bajo la conducción de Josué, conquistaron el territorio cananeo de una manera rápida y total. Sin embargo, un análisis más cuidadoso del texto muestra que la conquista quedó incompleta (13. 1-6), que algunos grupos actuaron por cuenta propia (14. 6-13) y que hubo algunos retrocesos (19. 47). Además, la alianza con los gabaonitas (9. 3-27) indica que no todos los cananeos fueron exterminados. Estas reservas se acentúan si se tienen en cuenta otros textos bíblicos, en particular el comienzo del libro de los Jueces. De la comparación resulta que la "conquista" fue un proceso lento y difícil, en el que

Page 20: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

cada tribu luchó por su propio territorio y fue a menudo derrotada. Sólo en tiempos de David los israelitas se apoderaron definitivamente del país de Canaán.

Parece evidente, entonces, que el libro de Josué presenta un cuadro idealizado y simplificado de una realidad histórica mucho más compleja. Este hecho es explicable porque la historia quiere convertirse en soporte de una enseñanza. Su intención es mostrar a Dios actuando en la historia, para entregar a su Pueblo la Tierra que había prometido a los Patriarcas. Al mismo tiempo, los relatos expresan la interpretación que Israel daba de su propia existencia: su entrada en Canaán no había sido una obra de los hombres, sino de Dios (23. 9-10).

 

 LA OCUPACIÓN DE LA TIERRA PROMETIDA

Después del memorable Éxodo de Egipto y de la Alianza del Sinaí, la ocupación de Canaán es el acontecimiento más decisivo en la historia de Israel. Josué se pone al frente del Pueblo y lleva adelante la obra iniciada por Moisés. Así las tribus que habían salido de Egipto conquistan algunas posiciones estratégicas en las montañas centrales de Palestina y realizan exitosas incursiones hacia el sur y el norte del país. Estos hechos se sitúan entre el 1250 y el 1230 a. C.

El paso del Jordán es la réplica del paso del Mar Rojo (4. 23-24). Este marcó la frontera entre la servidumbre y el camino hacia la libertad. Aquel traza el límite entre la dura marcha por el desierto y la posesión de la "herencia" prometida por el Señor a los Patriarcas. La trascendencia simbólica de este acontecimiento es evocada de manera grandiosa en el relato que describe la travesía del Jordán: allí el verdadero protagonista no es el Pueblo ni Josué, sino el Arca de la Alianza, signo visible de la presencia del Señor, que conduce a Israel hacia su destino.

Los éxitos iniciales de Josué no podían destruir por

Page 21: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

completo a un enemigo más poderoso, que se hacía fuerte al amparo de ciudades amuralladas. Sus campañas abrieron a los israelitas las puertas de Canaán, pero al término de su vida todavía quedaban muchos territorios sin ocupar (13. 1). Esto nos recuerda que la Tierra es un don recibido del Señor y también algo que siempre es preciso conquistar. Entre el presente y el futuro hay una tensión nunca superada, que recorre toda la existencia del Pueblo de Dios.

JuecesAutor: La Biblia

La mayor parte de las páginas de El libro de los Jueces es muy similar a los cantares de gesta castellanos, composiciones populares en que se referían hechos de personajes históricos o legendarios. Hay que evitar, pues, leer estas narraciones como si fuesen crónicas históricas precisas, que reflejan lo que pasó en aquella época con toda exactitud. Son leyendas populares sobre los héroes antiguos del pueblo y otros relatos legendarios sobre acontecimientos tribales que se han conservado, primero de forma oral, y después, a lo largo de los siglos, se han ido uniendo y poniendo por escrito fragmentariamente. El redactor final del libro ha aprovechado esos materiales antiguos, los ha elaborado con sus propias ideas y los ha arreglado para que sirvan a unos objetivos muy concretos, los de la historia deuteronomista que ya conocemos (cf. La Introducción a los Libros Históricos), a cuyos círculos pertenecía nuestro autor o autores. El esquema general del libro, compuesto en varias etapas como el resto de la Historia Deuteronomista, es el siguiente: *Últimos episodios de la conquista y muerte de Josué (Jue 1,1-2,10). *Historia de los jueces y salvadores (Jue 2,11-16,31). *Episodios tribales antes de la monarquía que demuestran la necesidad de la existencia de ésta y le preparan el camino

(Jue 17-21).

Page 22: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El libro de los JUECES nos presenta a Israel en una de las etapas más críticas de su historia. Es el tiempo que transcurre entre la penetración de las tribus hebreas en Canaán y la instauración de la monarquía, es decir, entre los años 1200 y 1020 a. C. El pueblo se encuentra amenazado por todas partes. Algunos grupos cananeos, sólidamente atrincherados en sus plazas fuertes, continúan oponiendo una tenaz resistencia. Otros invasores –especialmente los filisteos, mucho mejor organizados y armados que Israel– luchan por adueñarse de los mismos territorios. Las tribus israelitas se encuentran aisladas unas de otras, sin un gobierno central que pueda asegurar una firme cohesión interna. Y la única base de la unidad nacional –la fe en el Señor, el Dios de Israel– corre el peligro de dejarse contaminar por los seductores cultos cananeos.

En este clima de inseguridad y anarquía, se ve surgir a los héroes llamados "Jueces". Este título tiene un sentido más amplio que el habitual entre nosotros. Los Jueces de Israel son "caudillos", que se constituyen en defensores de la "justicia" para hacer valer el derecho conculcado. Bajo la presión de un grave peligro, se ponen al frente de una o varias tribus y liberan a sus hermanos de la opresión a que estos han sido sometidos. Su autoridad no es estable, sino transitoria y excepcional. Una vez concluida la acción militar, vuelven a su vida ordinaria, aunque el prestigio adquirido con sus hazañas les asegura a veces una cierta preeminencia sobre las tribus liberadas.

Por su origen, su carácter y su condición social, estos caudillos y libertadores difieren considerablemente unos de otros. Pero tienen un rasgo común: todos actúan bajo el impulso del "espíritu". El espíritu del Señor se manifiesta siempre como una fuerza divina, que irrumpe súbitamente, se posesiona de ellos y los mueve a realizar proezas que están por encima de sus capacidades naturales. De allí que a los protagonistas de estas gestas guerreras se los pueda llamar con razón líderes "carismáticos".

Los héroes del libro de los Jueces viven en una época de costumbres rudas e incluso bárbaras. La traición de Ejud, el

Page 23: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

asesinato de Sísara, la masacre de Abimélec, el sacrificio de la hija de Jefté y las aventuras amorosas de Sansón reflejan una moral que no es la del Evangelio. Pero estos viejos relatos no están exentos de grandeza. En ellos se vislumbra la pujanza de un pueblo que lucha por sobrevivir y mantener su identidad en medio de circunstancias adversas. Y se descubre, sobre todo, la acción del Señor, que guía y defiende a Israel, a pesar de sus miserias y claudicaciones.

 

INTRODUCCIONES

Dos Introducciones sirven de prólogo a la historia de los Jueces propiamente dicha. La primera, de carácter histórico, describe sumariamente la instalación de las tribus israelitas en Canaán. La ocupación es lenta, las tribus actúan casi siempre separadamente y los triunfos se alternan con las derrotas. Esta presentación de los hechos completa y matiza la "epopeya" relatada en el libro de Josué, donde la penetración de todo Israel en la Tierra prometida aparece como una conquista rápida, unificada y total.

La segunda Introducción –inspirada en la enseñanza del Deuteronomio– expone una visión de conjunto sobre la época de los Jueces, desde una perspectiva religiosa. Dicha visión es presentada mediante un esquema cíclico, que se desarrolla en cuatro tiempos: Israel cae en la idolatría y el Señor lo entrega en manos de sus enemigos; la opresión lleva al arrepentimiento y el Señor responde al clamor de su Pueblo, suscitando un "salvador". Una vez completado el ciclo, el proceso vuelve a repetirse con la misma regularidad (6. 1-6; 10. 6-16).

A pesar de su esquematismo, esta sucesión de infidelidad y castigo, de súplica y liberación, pone bien de relieve la crisis que sacudió a Israel al entrar en contacto con los pueblos cananeos. Muchos israelitas, sin renunciar por completo a la fe en el Dios de sus padres, comenzaron a rendir culto a los dioses del país. Este sincretismo religioso

Page 24: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

ponía en peligro la unidad nacional y hacía a Israel más vulnerable a los ataques de sus enemigos.

RutAutor: La Biblia

De autor desconocido, la obra se mueve dentro de los parámetros tradicionalistas,a la vez que innovadores. Respecto a la fecha de composición, las costumbres reflejadas en el libro retratan una sociedad anterior a la monarquía. Sin embargo, fue redactado mucho más tarde. El autor debe explicar alguna de las costumbres, señal de una diferencia notable en el tiempo, y los temas teológicos que trata son propios de los últimos profetas: *El universalismo. *El concepto de retribución. *El valor del sufrimiento. *La solidaridad con los desvalidos.

Este relato encantador recoge en forma novelada una antigua tradición referente a una extranjera del tiempo de los Jueces, que llegó a ser la bisabuela de David. Nada sabemos de su autor y seguramente fue escrito después del exilio en Babilonia, entre el 520 y el 450 a. C.

RUT es una mujer moabita, viuda de un hombre judío, que por seguir incondicionalmente a su suegra (1. 16) se traslada a Israel y abraza la fe de su esposo difunto. Allí se encuentra con Booz, y este la toma por esposa en cumplimiento de la ley del "levirato" (Lev. 25. 25; Deut. 25. 5-10). De esa manera, Rut entró en la comunidad de Israel y de ella surgió el linaje de David.

Este breve relato contiene un admirable ejemplo de piedad filial, a la vez que de obediencia a la Ley y de solidaridad familiar. En él encontramos también ese espíritu de simplicidad y de confianza que es característico de los "pobres del Señor". Pero el libro de Rut, a la par que el de

Page 25: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Jonás, es sobre todo un testimonio en favor de la corriente universalista que comenzaba a abrirse paso en aquella época. Dicha corriente trataba de contrarrestar la actitud rigorista con que Esdras y Nehemías, lo mismo que el profeta Malaquías, insistían en asegurar la fe tradicional, mediante la estricta separación de las otras naciones y la absoluta prohibición de los matrimonios mixtos (Mal. 2. 11-12; Esd. 9. 1-2; Neh. 13. 23-27).

Rut, perteneciente a un pueblo extranjero y enemigo del Pueblo elegido (Deut. 23. 4-7), se convierte en el prototipo del "prosélito" que abandona los cultos paganos para adorar al Dios de Israel y llega a ser un modelo de todas las virtudes. Por ella, la judía Noemí recibe la bendición de una descendencia. Así Rut mereció figurar en el Evangelio entre las cuatro mujeres del Antiguo Testamento mencionadas en la genealogía de Jesús (Mt. 1. 5). Y es en el Nuevo Testamento donde el universalismo latente en este Libro iba a manifestarse con todas sus consecuencias.

Libro Primero De SamuelAutor: La Biblia

Los dos libros de Samuel son en realidad un solo libro que s eha dividido en dos partes. Éstos continuán la narración histórica donde la dejó el libro de los Jueces, dado que el tono, el estilo y el tipo de relatos son muy similares. De hecho, Samuel y sus hijos son presentados como los últimos jueces de Israel. El capítulo 12 de 1Sm sirve ya de transición a otro tipo de textos y materiales. Comienza la historia de la monarquía primero con Saúl y después con davis, figura que ocupará lo que queda del primer libro y de todo el segundo. La distribución de los dos libros es la siguiente: *Samuel (1Sm 1-8): -Nacimiento y vocación (1Sm 1-3). -Tradiciones sobre el arca (1Sm 4-6). -Samuel, juez (1Sm 7-8). *Samuel y Saúl (1Sm 9-15): -Nace la monarquía (1Sm 9-12). -Saúl, rey (1Sm 13-15). *Saúl y David (1Sm 16-2Sm 1). *David (2Sm 2-8): -Historia de la Llegada de David al trono (2Sm 2,1-5,5). -David, rey (2Sm 5,6-8,18). *Historia de la sucesión de David (2Sm 9-20; 1Re 1-2). *Apéndices (2Sm 21-24).

Page 26: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Los libros de SAMUEL formaban originariamente una sola obra, que luego fue dividida en dos partes, debido a la considerable extensión de la misma. Esta obra

abarca un amplio e importante período de la historia de Israel. Es el que transcurre entre el fin de la época de los Jueces y los últimos años del reinado de David, o sea, entre el 1050 y el 970 a. C. Israel vive en este tiempo una difícil etapa de transición, que determina el paso del régimen tribal a la instauración de un estado monárquico.

Los hechos que aquí se relatan están centrados en torno a tres figuras protagónicas: Samuel, el profeta austero; Saúl, el primer rey de Israel, y David, el elegido del Señor. Aunque de muy diversa manera, los tres tuvieron una parte muy activa en la agitada vida de su Pueblo y ejercieron sobre ella una influencia decisiva.

Samuel fue el guía espiritual de la nación en los días oscuros de la opresión filistea. Firmemente arraigado en las tradiciones religiosas de Israel, luchó más que ningún otro por mantener viva la fe en el Señor, estimulando al mismo tiempo el fervor patriótico de los israelitas y la voluntad de resistir a la dominación extranjera. Una vez instaurada la realeza, le prestó su apoyo, pero nunca dejó de afirmar que por encima de la autoridad del rey está la Palabra del Señor, manifestada por medio de sus Profetas.

Saúl fue, ante todo, un rey guerrero. El relato bíblico ha conservado ciertos episodios que nos hacen entrever, al mismo tiempo, la importancia histórica de Saúl y la tragedia de su reinado. Hacia el año 1030 a. C., él comienza la guerra de liberación y los filisteos tienen que replegarse a sus fronteras. Pero la violación de las leyes de la guerra santa (1 Sam. 13. 8-14; 15) le atrae la reprobación de Samuel. Con inflexible severidad, el profeta proclama la caída del rey, y este comienza a perder prestigio. Saúl se

Page 27: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

vuelve receloso y colérico. La primera víctima de sus celos es David, contra quien desata una encarnizada persecución. Así se desgastan las fuerzas de la monarquía naciente, precisamente cuando el peligro filisteo se hacía cada vez más amenazador. Por último, hacia el 1010 a. C., el desastre de Gelboé marca el trágico fin de este héroe contradictorio y desdichado.

David restauró las ruinas del reino en franco proceso de desintegración. La más significativa de sus hazañas fue ganarse la adhesión de todas las tribus de Israel. Los filisteos fueron rechazados definitivamente y las plazas fuertes cananeas quedaron sometidas al dominio israelita, lográndose así la unidad territorial. Después de la conquista de Jerusalén, el reino davídico tuvo su capital política y religiosa, y las victorias de David sobre los pueblos vecinos aseguraron su hegemonía sobre la Transjordania y sobre los arameos de Siria meridional. Sin embargo, la unidad interna de Israel no llegó a consolidarse realmente. La revuelta de Absalón –apoyada por las tribus del Norte– puso en peligro la estabilidad del reino apenas constituido. A pesar de todo, al término de su larga y azarosa vida, David dejó a su hijo Salomón un reino lleno de gloria y de grandeza.

Basta una somera lectura de los libros de Samuel para descubrir en ellos la presencia de elementos heterogéneos. Fuera de la "Crónica de la sucesión al trono de David" (2 Sam. 9-20), que se caracteriza por su notable unidad, el resto de la obra fue compuesto a partir de tradiciones y documentos de índole bastante diversa. De allí las frecuentes repeticiones y las divergencias en la presentación de los mismos hechos, particularmente en los relatos sobre los orígenes de la monarquía. En la redacción final de la obra se percibe la influencia del Deuteronomio, aunque en menor medida que en los libros de Josué, de los Jueces y de los Reyes.

Los libros de Samuel relatan una historia que llega a su etapa de madurez con la formación del reino de David. En el centro de la narración, el oráculo de Natán (2 Sam. 7. 1-17) asegura la continuidad de la dinastía davídica en el trono de Israel. Así la historia de David adquiere un

Page 28: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

significado profético y mesiánico. El recuerdo de esta historia fue perfilando en Israel la figura ideal de un descendiente de David, de un "nuevo" David, el Ungido del Señor, el Mesías. Y "cuando se cumplió el tiempo establecido" (Gál. 4. 4), "de la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús" (Hech. 13. 23).

Libro Segundo De SamuelAutor: La Biblia

Los dos libros de Samuel son en realidad un solo libro que s eha dividido en dos partes. Éstos continuán la narración histórica donde la

dejó el libro de los Jueces, dado que el tono, el estilo y el tipo de relatos son muy similares. De hecho, Samuel y sus hijos son presentados como los últimos jueces de Israel.

El capítulo 12 de 1Sm sirve ya de transición a otro tipo de textos y materiales. Comienza la historia de la monarquía primero con Saúl y después con davis, figura que ocupará lo que queda del primer libro y de todo el segundo. La distribución de los dos libros es la siguiente:*Samuel (1Sm 1-8):-Nacimiento y vocación (1Sm 1-3).-Tradiciones sobre el arca (1Sm 4-6).-Samuel, juez (1Sm 7-8).*Samuel y Saúl (1Sm 9-15):-Nace la monarquía (1Sm 9-12).-Saúl, rey (1Sm 13-15).*Saúl y David (1Sm 16-2Sm 1).*David (2Sm 2-8):-Historia de la Llegada de David al trono (2Sm 2,1-5,5).-David, rey (2Sm 5,6-8,18).*Historia de la sucesión de David (2Sm 9-20; 1Re 1-2).*Apéndices (2Sm 21-24).

Es una obra importante, porque se ocupa de un momento crucial en la historia de ISrael, el del nacimiento de la

Page 29: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

nación y el del nacimiento de la monarquía, que fueron simultáneos. Por primera vez todos los grupos trabales se unen en una sola entidad política y religiosa bajo el Rey David, el rey modelo, el rey ideal, iniciador de una dinastía secular que gobernará en Jerusalén hasta el siglo VI a.C. La ciudad y el reino fueron conquistados y destruidos por los babilonios en el año 587 a.C.

Esta obra (1-2 Sm) forma parte del cuerpo de narraciones que constituyen la Historia Deuteronomista (cf. la Introducción a los Libros Históricos). Aunque en estos dos libros se note menos, la teología deuteronomista de la Alianza colorea todas sus páginas, en las uqe, como sucedía en los libros de Josué y Jueces, se han recogido materiales antiguos, algunos de ellos provenientes quizá de una época muy cercana a los hechos descritos. Esto hace que la obra, redactada definitivamente mucho después de esos hechos, posea en líneas generales una gran verosimilitud histórica a la hora de reconstruir los inicios de la realeza y de la nación de Israel.

Desde el punto de vista teológico, David, la figura central, es considerado el prototipo de gobernante fiel a la Voluntad de Dios. Dios lo acompaña en todas sus empresas, lo hace reinar en Jerusalén, ciudad de David y de Yahvé, ciudad santa porque el rey trasladó a ella el Arca de la Alianza, símbolo antiguo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, y le promete una dinastía permanente y estable por boca de Natán (2 Sm 7). Con arreglo a la figura de David así idealizada serán juzgados en los libros siguientes todos los demás reyes de Israel empezando por Salomón, su hijo y sucesor.

El binomio indivisible David-Jerusalén (Sión), con sus características esenciales de elección por Dios, carácter sagrado y permanencia eterna, constituirá desde ahora un elemento fundamental de la teología del Antiguo Testamento que atraviesa el resto de los libros históricos, los profetas y muchos salmos, y va a desembocar en el Nuevo Testamento con las ideas del Mesías, el hijo de David, el Reino de Dios, la ciudad santa, etc.

Page 30: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Libro Primero de Los ReyesAutor: La Biblia

Los Libros de los Reyes continúan la narración donde la dejó el segundo libro de Samuel y son las últimas obras de ese conjunto narrativo que es la Historia Deuteronomista. Todo lo que dijimos sobre ella en la introducción a los libros históricos en cuanto a composición, fechas, autores, etc., es plenamente aplicable a 1-2Re. El esquema de estos dos libros es el siguiente: *Final de la historia de la sucesión de David, cuya primera parte se encuentra en 2Sm 9-20 (1Re 1-2). *Historia de Salomón (1Re 3-11). *Desde la muerte de Salomón y la división del reino hasta el fin del Reino del Norte (1Re 12- 2Re 17). *El Reino de Judá hasta su fin con la caída de Jerusalén y el destierro en Babilonia (2Re 18-25).

Los libros de Samuel presentaban la institución y el afianzamiento de la monarquía, como un proceso ascendente y

lleno de promesas para Israel.

Los libros de los REYES –que al principio formaban una sola obra, dividida luego en dos partes– continúan esa historia, pero trazan una parábola descendente. Aquí el relato comienza con el reinado de Salomón, que fue la etapa más brillante de todo el período monárquico, y llega hasta el momento en que el Pueblo de Dios vivió su experiencia más dramática y desconcertante: la caída de Jerusalén, el fin de la dinastía davídica y la deportación a Babilonia.

Este trágico desenlace se fue gestando gradualmente. A la muerte de Salomón, el reino de Judá se mantiene fiel a los reyes del linaje davídico y al Templo de Jerusalén. Pero las tribus del Norte, profundamente desilusionadas por el trato recibido en la época salomónica, se separan de Judá y constituyen un estado independiente, designado en adelante con el nombre de "Israel". Durante un par de

Page 31: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

siglos, los dos reinos separados logran conservar su autonomía política, debido al eclipse momentáneo de los grandes imperios del Antiguo Oriente. Pero la situación cambia radicalmente cuando Asiria comienza a desarrollar sus campañas expansionistas. En el año 721 a. C., Samaría cae en poder de los asirios, y así desaparece el reino de Israel. El reino de Judá sobrevive a la catástrofe, pero sólo por un tiempo. En el 587, las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia –convertido en el nuevo árbitro de la situación, después de la derrota de Asiria– invaden Jerusalén, arrasan el Templo y se llevan cautiva a una buena parte de la población de Judá.

Los libros de los Reyes recibieron su redacción definitiva cuando todavía estaba muy vivo el recuerdo de este último acontecimiento. En la composición de la obra, se emplearon diversas fuentes, entre las que se destacan los informes provenientes de los archivos reales. Pero, en el relato de los hechos, lo que más interesa no es la historia en sí misma, sino la enseñanza que se debe extraer de ella, como medio para superar la crisis. Por eso, desde las primeras páginas comienza a vislumbrarse la pregunta que está implícita a lo largo de toda la narración: ¿Por qué el Señor ha rechazado a su Pueblo, dispersándolo entre las naciones paganas? ¿Hay un remedio para la catástrofe o el veredicto de condenación es irrevocable?

Para responder a este doloroso interrogante, el autor de estos Libros sigue paso a paso la historia de Israel en tiempos de la monarquía, y confronta la conducta de los reyes con las enseñanzas del Deuteronomio. Según la doctrina deuteronómica, el Señor eligió gratuitamente a Israel y lo comprometió a vivir en conformidad con su Ley. De esta manera, dejó abierto ante él un doble camino: el de la fidelidad, que conduce a la vida, y el de la desobediencia, que acaba en la muerte. Pero todos los reyes de Israel y casi todos los de Judá, en lugar de guiar al Pueblo del Señor por el camino de la fidelidad, lo encaminaron hacia su propia ruina, tolerando y aun fomentando el culto de Baal y de las otras divinidades cananeas. El fracaso de la monarquía, después de sus promisorios comienzos en tiempos de David, muestra que la raíz de todo mal está en

Page 32: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

apartarse del verdadero Dios.

Pero esta evocación del pasado, con su balance francamente pesimista, encierra también una lección para el presente. A pesar de las infidelidades de los reyes, el Señor nunca dejó de hacerse presente en la vida de su Pueblo a través de los Profetas. Por medio de ellos, Dios hizo oír constantemente su Palabra a fin de llamar a la conversión. Y esa Palabra seguía vigente para el "Resto" de Judá que se purificaba en el exilio. Si las derrotas nacionales habían sido la consecuencia del pecado, la conversión al Señor traería de nuevo la salvación. Las promesas divinas no podían caer en el vacío y el Reino de Dios se iba a realizar más allá de todos los fracasos terrenos.

PRIMER LIBRO DE LOS REYES

SALOMÓN, SUCESOR DE DAVID

Los dos capítulos siguientes continúan la "Crónica de la sucesión al trono de David", que había quedado interrumpida al final del segundo libro de Samuel (20. 26). El narrador conoce a fondo las rivalidades e intrigas de la corte, y relata los acontecimientos con precisión y objetividad. Adonías, el hijo mayor de David, después de la muerte de Amnón y Absalón, se apresura a hacer valer sus pretensiones al trono. Pero los partidarios de Salomón, oponiendo la astucia a la fuerza, logran que el anciano rey haga ungir al hijo de Betsabé, su esposa predilecta.

Libro Segundo de Los ReyesAutor: La Biblia

Los Libros de los Reyes continúan la narración donde la dejó el segundo libro de Samuel y son las últimas obras de ese conjunto narrativo que es la Historia Deuteronomista.

Todo lo que dijimos sobre ella en la introducción a los libros

Page 33: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

históricos en cuanto a composición, fechas, autores, etc., es plenamente aplicable a 1-2Re.

El esquema de estos dos libros es el siguiente:*Final de la historia de la sucesión de David, cuya primera parte se encuentra en 2Sm 9-20 (1Re 1-2).*Historia de Salomón (1Re 3-11).*Desde la muerte de Salomón y la división del reino hasta el fin del Reino del Norte (1Re 12- 2Re 17).*El Reino de Judá hasta su fin con la caída de Jerusalén y el destierro en Babilonia (2Re 18-25).

Intercalados en la historia de los reinados se encuentran algunos ciclos de leyendas proféticas, por ejemplo, los de Elías (1Re 17-2Re 1) y Eliseo (2Re 2-13).En la obra se aplica a todos los reyes el mismo esquema cronológico y teológico:A, hijo de B, subió al trono de Israel/Judá el año X del reinado de C de Judá/Israel.Reinó tantos años en Samaría/Jerusalén.Hizo lo que el Señor aprueba/reprueba...Para más datos sobre A y sus empresas véanse los Anales del Reino de Israel/Judá.A murió y lo enterraron... Su hijo D le sucedió en el trono.

El juicio teológico-hizo lo que el Señor aprueba/reprueba-responde claramente a la teología deuteronomista de la Alianza, presente en éstos como en los libros anteriores: la fidelidad al Señor condiciona el buen gobierno de los reyes y, por consiguiente, la prosperidad del pueblo.

En estos libros podemos reconocer materiales antiguos y otros más o menos recientes, algunos casi contemporáneos de los hechos, recgidos de los anales de los reinos, es decir, de documentos oficiales de los archivos de palacio, como se dice explícitamente. Pero a pesar de esta mayor cercanía a la historia y, por lo tanto, mayor valor histórico- muchos de los datos reflejados en 1-2Re se ven avalados por documentos extrabíblicos-, la intención principal de los autores no es dejar constancia objetiva de los hechos históricos, sino aprovecharlos para subrayar la teología que de ellos se desprende cuando se leen con los ojos de la fe:

Page 34: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

la historia es el ámbito de la relación y el diálogo con Dios. Esa interpretación religiosa es la que se pone de manifiesto en los discursos, reflexiones y profecías que jalonan la narración.

Libro Primero de las CrónicasAutor: La Biblia

En esta primera parte de su obra el Cronista comienza la narración con Adán, y cubre todas las etapas históricas desde los orígenes hasta Saúl con una serie de tablas genealógicas (1Cr 1-10) sacadas fundamentalmente del Pentateuco y de los libros de Josué y de Rut. Nada dice de los sucesos del Éxodo ni de la conquista y casi nada de Saúl, pues le interesa más la historia posterior.

Después de la caída de Jerusalén, en el 587 a. C., una buena parte de la población de Judá fue deportada a Babilonia, hasta que Ciro el Persa autorizó el regreso de los desterrados

a su país de origen. Así comenzó para Israel una nueva etapa, y los repatriados tuvieron que emprender la ardua tarea de reconstruir la comunidad nacional y religiosa. Esta grave crisis constituyó un verdadero desafío para la comunidad judía. El profeta Natán había prometido a David una dinastía eterna. Pero ¿qué valor podía tener esa promesa, si ya la monarquía no era mas que un recuerdo del pasado? Otros profetas habían anunciado a Israel un futuro glorioso. ¿Cómo dar crédito a esos anuncios en las miserables condiciones presentes?

El peso de estos interrogantes exigía una reinterpretación de toda la historia de Israel. De esta necesidad surgieron los libros de las CRÓNICAS, que en realidad son una sola obra y forman una unidad con los libros de Esdras y Nehemías. Su autor fue un levita de Jerusalén, que escribió

Page 35: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

hacia el 300 a. C. Esta nueva síntesis histórica abarca desde Adán hasta el retorno a Jerusalén del "Resto" de Judá. Pero únicamente dos etapas de la historia bíblica son tratadas con cierta detención: el reinado de David y su dinastía y la restauración de la comunidad judía. Los cincuenta años del destierro son pasados por alto, y sólo unas cuantas listas genealógicas cubren los siglos que van desde los comienzos de la humanidad hasta David.

Según el Cronista, Dios confió a la dinastía davídica el trono de Jerusalén, que es "el trono de la realeza del Señor sobre Israel" (1 Crón. 28. 5). Durante los reinados de David y Salomón, el Reino de Dios tuvo su más perfecta realización. Pero los sucesores de estos dos primeros reyes no estuvieron a la altura de la misión que el Señor les había encomendado. Sólo tres de ellos -Josafat, Ezequías y Josías- siguieron los caminos de David. Los demás, a pesar de las apremiantes advertencias de los Profetas, se apartaron de esta línea de conducta, precipitando así a Israel en la ruina. La destrucción de Jerusalén y del Templo, la desaparición de la dinastía davídica y la deportación a Babilonia fueron el justo castigo de esas infidelidades, ya que para el Cronista no hay pecado sin castigo. Pero cuando todo parecía perdido, el Señor suscitó a un rey pagano, para liberar a los deportados y asegurar la continuidad del designio divino sobre Israel.

En la composición de su obra, el autor utilizó numerosas fuentes, bíblicas y extrabíblicas. Las genealogías de 1 Crón. 1-9 se inspiran en las tradiciones del Pentateuco. A partir del cap. 10, él reproduce narraciones enteras de los libros de Samuel y de los Reyes. Pero también emplea otros documentos que no tienen paralelos en la Biblia y a los que remite explícitamente. Aunque de ordinario cita sus fuentes textualmente, muchas veces las amplía, las abrevia o modifica, hasta el punto de que algunas narraciones adquieren un nuevo sentido. Todos estos retoques redaccionales están destinados a subrayar los temas por los que siente especial predilección: el Reino davídico, la Ciudad santa de Jerusalén, y el Templo con su "clero" y su culto.

Page 36: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El Cronista buscó en la historia y en los escritos sagrados de su Pueblo todo lo que podía servir de enseñanza para sus contemporáneos. En él se resume el esfuerzo de una comunidad que vive replegada sobre sí misma, ansiosa por descubrir en su propio pasado las raíces de su identidad y la cohesión necesaria para afrontar las presiones de un ambiente hostil. De esta manera, los libros de las Crónicas contribuyeron a mantener viva la esperanza del Pueblo que debía preparar la venida del Mesías.

PRIMER LIBRO DE LAS CRÓNICAS

LISTAS GENEALÓGICAS:DESDE ADÁN Y HASTA DAVID

El primer libro de las Crónicas comienza con una larga serie de listas genealógicas, que sirven de introducción a la historia de David. Una intención bien precisa guió al Cronista en la recopilación y el ordenamiento de estas listas. Él quiere mostrar que la organización del culto y la construcción del Templo de Jerusalén son la realización de un designio divino, que asciende hasta los orígenes mismos de la humanidad. Según él, toda la historia humana converge hacia estos dos acontecimientos, porque el Templo y el culto han sido instituidos por el Señor para ejercer su reinado sobre la tierra.

De allí la importancia asignada en estas listas a las tribus de Judá, de Leví y de Benjamín. A la primera pertenecían David, el organizador del culto divino, y su hijo Salomón, el constructor del Templo de Jerusalén. Leví era la tribu sacerdotal, la encargada de celebrar el culto establecido por David. Y en el territorio de Benjamín estaba emplazada la ciudad santa de Jerusalén, donde fue erigido el Templo del Señor.

Libro Segundo de las CrónicasAutor: La Biblia

El segundo libro tratará de Salomón y de los demás reyes de Judá- el Reino del Norte es ignorado completamente- hasta la destrucción de Jerusalén y la marcha al destierro

Page 37: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Segundo Libro de las Crónicas

EL REINADO DE SALOMÓN

Salomón, lo mismo que David, aparece en los libros de las Crónicas con rasgos fuertemente idealizados. No se menciona nada que pueda empañar su gloria: ni la eliminación de sus rivales al comienzo de su reinado, ni el lujo y la fastuosidad de su corte, ni su despotismo, ni la actitud tolerante frente a los cultos paganos de sus esposas. El primer acto de Salomón como rey es la visita al santuario de Gabaón, donde recibe el don de la sabiduría -el don real por excelencia- que es el fundamento de su grandeza.

Según el Cronista, Salomón fue elegido para construir el Templo de Jerusalén, conforme a las minuciosas instrucciones recibidas de su padre David. (1 Crón. 28. 10). Con la Dedicación del Templo, queda completado el conjunto de las instituciones destinadas a realizar el reinado de Dios en Israel: la Ley, la dinastía davídica y el único Santuario elegido por el Señor como lugar de culto legítimo. Reunida alrededor del Templo y bajo la guía de sus sacerdotes y levitas, la comunidad de Israel debe consagrarse al culto del verdadero Dios y a la observancia de la Ley. Así podrá esperar confiadamente que se cumplan las promesas divinas hechas a David.

EsdrasAutor: La Biblia

Los libros de Esdras y Nehemías siguen el relato donde lo dejó el segundo libro de las Crónicas (2Cr 36,22-23; Esd 1,1-3) es decir, continúan la obra del Cronista (cf. La Historia Cronística) y abarcan, como periódo histórico, los años que van desde el edicto de Ciro, la vuelta del destierro (538 a.C.), pasando por la reconstrucción del Templo, hasta

Page 38: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

la obra del escriba Esdras y el gobernador Nehemías durante el siglo siguiente.

En el año 539 a. C., Ciro el Grande, rey de los persas, entra triunfalmente en Babilonia. Sus victorias anteriores le habían asegurado el dominio sobre las mesetas de Irán y sobre el Asia Menor. Luego afirma su soberanía sobre el Imperio babilónico, y las fronteras de su territorio se extienden hasta Egipto. Así queda constituido el Imperio persa, el más vasto y poderoso de los conocidos hasta entonces.

Con el advenimiento de Ciro, se produce un cambio importante en las condiciones políticas del Antiguo Oriente. El nuevo monarca se distingue por su actitud más humanitaria en favor de los pueblos sometidos. No practica deportaciones masivas, respeta las leyes y costumbres locales, y propicia el retorno a sus respectivos países de las poblaciones desterradas por los reyes de Asiria y Babilonia.

Favorecidos por la política tolerante de los persas, varios grupos de judíos exiliados en Babilonia se ponen en camino para regresar a la Tierra de sus antepasados. La marcha a través del desierto es dura y peligrosa. La meta de tan larga peregrinación es un país en ruinas, que no alcanza a cubrir cuarenta kilómetros de sur a norte. A estas penurias materiales se añade la hostilidad de las poblaciones vecinas, que miran con recelo a los recién llegados y les oponen una enconada resistencia. Pero, a pesar de todos los obstáculos, la obra de la restauración nacional y religiosa se lleva adelante. En algo más de un siglo de persistentes esfuerzos, la comunidad judía de Jerusalén reconstruye su Templo, levanta los muros derruidos de la Ciudad santa y se aferra a la práctica de la Ley, como medio para no perder su identidad dentro del Imperio al que está sometida.

Page 39: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Los libros de ESDRAS y NEHEMÍAS son nuestra principal fuente de información acerca de este importante y difícil período de la historia bíblica. Ambos formaban originariamente una sola obra con los libros de las Crónicas y fueron compuestos en la misma época. Para elaborar esta segunda parte de su relato, el Cronista utiliza y cita textualmente diversos documentos contemporáneos de los hechos: listas de repatriados, genealogías, edictos reales, correspondencia administrativa de la corte persa y, sobre todo, "memorias" personales de Esdras y Nehemías, los dos grandes protagonistas de la restauración judía. En la disposición de materiales tan diversos, el autor no siempre se atiene a la sucesión cronológica de los hechos. Por eso estos Libros, si bien nos ofrecen una información de primera mano, presentan serias dificultades cuando se trata de reconstruir el desarrollo exacto de los acontecimientos. Así, por ejemplo, es muy verosímil que la misión de Nehemías haya precedido en varios años a la de Esdras. Sin embargo, el Cronista ha invertido el orden de los relatos, para dar prioridad a la reforma religiosa, realizada por el sacerdote Esdras, sobre la actividad del laico Nehemías, de carácter más bien político.

Pero estas dificultades no afectan al contenido religioso de los Libros. A un pueblo que ha perdido su independencia política y está propenso a caer en el desaliento, el Cronista le recuerda que el "Resto" de Judá liberado del exilio sigue siendo el depositario de la elección divina. La deportación a Babilonia mostró que las amenazas de los Profetas se habían cumplido al pie de la letra. ¿No será este el momento de escuchar la voz del Señor, de tomar en serio las exigencias morales y sociales de la Ley, que las reformas de Esdras y Nehemías han vuelto a poner en vigor? Si el pueblo se convierte al Señor y le rinde el culto debido, Dios no se dejará ganar en fidelidad y dará pleno cumplimiento a sus promesas de salvación.

EL LIBRO DE ESDRAS

EL RETORNO DE LOS DEPORTADOS Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

Page 40: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

En el verano del 538 a. C., Ciro promulga un edicto autorizando a los judíos exiliados en Babilonia a regresar a su patria. En seguida se organiza una primera caravana, a la que se van sumando otras, que llevan a Jerusalén parte de los desterrados. Allí el pueblo, purificado por la prueba del exilio y animado por una ardiente esperanza mesiánica, restaura el altar de los sacrificios y pone los cimientos del nuevo Templo.

Pero la comunidad judía, si bien goza de una cierta autonomía interna, depende de la provincia persa de Samaría, que no ve con buenos ojos la llegada de los repatriados. Esta animosidad de las poblaciones vecinas agrava las penurias del pequeño grupo que debe rehacerlo todo desde el comienzo, y las obras de restauración del Templo quedan pronto interrumpidas.

Varios años más tarde, en el 520, los profetas Ageo y Zacarías despiertan al pueblo de su inercia, y las obras se reinician con renovado entusiasmo. Después de cinco años de trabajo, en el 515, el edificio queda terminado, y el pueblo celebra solemnemente la Dedicación del Templo y la fiesta de la Pascua.

NehemíasAutor: La Biblia

Los libros de Esdras y Nehemías siguen el relato donde lo dejó el segundo libro de las Crónicas (2Cr 36,22-23; Esd 1,1-3) es decir, continúan la obra del Cronista (cf. La Historia Cronística) y abarcan, como periódo histórico, los años que van desde el edicto de Ciro, la vuelta del destierro (538 a.C.), pasando por la reconstrucción del Templo, hasta la obra del escriba Esdras y el gobernador Nehemías durante el siglo siguiente.

Nehemías

Page 41: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

LA PRIMERA MISIÓN DE NEHEMÍAS

Hacia mediados del siglo V a. C., la rivalidad entre judíos y samaritanos alcanza un alto grado de tensión. La comunidad judía trata de reconstruir los muros de Jerusalén, pero sus vecinos denuncian ese intento como una maniobra subversiva (Esd. 4. 6-23). En estas difíciles circunstancias interviene Nehemías, un exiliado judío que llegó a ocupar un cargo de responsabilidad en la corte del rey de Persia.

En el año 445, Nehemías obtiene de Artajerjes I poderes especiales y algunas franquicias para ir a Jerusalén y reconstruir los muros de la ciudad en ruinas. Su indomable tenacídad le permitió triunfar allí donde otros habían fracasado. Una vez restauradas las murallas, Nehemías toma las precauciones necesarias para asegurar la custodia de la ciudad. Pero a los peligros exteriores se suman los conflictos internos. Hay mucha pobreza, escasean los alimentos y los prestamistas se aprovechan de la situación. Nehemías actúa con decisión para restablecer la justicia social, y él mismo da un ejemplo de generosidad.

TobíasAutor: La Biblia

En una novela didáctica que cuenta la historia de Tobit, el sabio según los cánones judíos. Un deportado, modelo de obediencia de la Ley, un dechado de virtud que, sin embargo, se ha quedado ciego. En el otro extremo está Sara, una doncella virtuosa, a la que se le mueren cuantos la desposan. La pregunta que surge es: ¿Es que acaso a Dios no le importan nada las cosas que les pasan a los hombres buenos?. El autor quiere contestar y hace que el Señor intervenga en la vida de los personajes. Es también un testimonio sobre el matrimonio y el amor.

Page 42: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El libro de TOBÍAS fue escrito hacia el año 200 a. C. y sólo se ha conservado en varias versiones griegas y latinas, bastante diversas unas de otras. Como los libros de Ester y de Judit, pertenece al género de los relatos "edificantes" o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter moral y religioso.

Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí, deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea (2 Rey. 15. 29). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"- que sólo al final se pone de manifiesto (12. 11). Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas.

En el libro de Tobías, el ejecutor de este designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana". Mientras que en los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia divina. Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades de los hombres (12. 12-15).

Junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad del matrimonio, el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de

Page 43: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.

JuditAutor: La Biblia

Se trata de una narración alegórica escrita originalmente en hebreo. Su mundo es imaginario con nombres y situaciones que admiten más de un sentido. Betulia es Betel-casa de Dios, la ciudad donde resiste una comunidad, Judea-Judit. La alegoría justifica las inexactitudes históricas y geográficas.

Otra vez nos encontramos ante un relato didáctico, con un marco histórico completamente imaginario,

del que sólo se conservan las versiones griega y latina. Probablemente, fue escrito en el siglo II a. C., para mantener el ánimo de la pequeña comunidad judía que luchaba tenazmente por conservar su independencia frente al avance helenista.

Este Libro refleja cierta influencia de la literatura "apocalíptica", tan en boga en esa época, según la cual las luchas del tiempo presente no son sino la manifestación del combate librado continuamente entre las fuerzas del bien y del mal. Nabucodonosor y Holofernes simbolizan a los eternos enemigos de Dios. Judit –que significa "la Judía"– personifica el alma de su nación. Fiel a Dios y a su pueblo, ella expone la vida para salvar a sus compatriotas.

A la prepotencia y la fuerza de un jefe militar, el Libro opone la debilidad de una mujer, sin más armas que su fe en Dios y en el poder de la oración. Los recursos que ella emplea no son del todo ejemplares, pero más que dar una lección moral lo que pretende el autor es poner de relieve

Page 44: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

que la aparente "debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres" (1 Cor. 1. 25). La astucia decidida de Judit triunfa sobre el opresor del Pueblo elegido, como en otra ocasión pudo más la honda de David que la insolencia y la espada de Goliat.

La liturgia cristiana ha visto en el triunfo de Judit algo así como la contrapartida de la victoria de la serpiente sobre la mujer, al comienzo del género humano (Gn. 3. 15). Por eso aquella valiente mujer se convirtió en figura de María, la nueva Eva, por quien recibimos al vencedor del espíritu del mal. Y el Canto de la Virgen María, como el de Judit, celebra el triunfo de los débiles sobre los poderosos de este mundo (Lc. 1. 46-55).

EsterAutor: La Biblia

Cuenta la historia de una muchacha judía que llegó a ser reina de Persia y, en un momento en que sus hermanos estuvieron a punto de ser aniquilados, los salvó jugándose la vida. El compañero es Mardoqueo, su primo y tutor, deportado a Babilonia con el rey Jeconías o Joaquín. Empleado real, descubre una conspiración contra el rey. El antihéroe y antagonista de ambos es Amán, el visir del rey, que quiere acabar con los judíos por despecho. Gracias a la intervención de la heroína los judíos se salvan, Amán es colgado en la horca que había preparado para Mardoqueo y el rey permite a los judíos eliminar a quienes querían acabar con ellos. El libro es una ficción literaria, quizá compuesto para justificar una especie de carnaval judío, la fiesta de Purim-Suertes, a la que hace referencia 2 Mac 15,36. Se fecha a finales del siglo II a.C. El original es hebreo, pero fue completado por un traductor griego; estos añadidos-en cursiva con la numeración de la Vulgata- le dan un tinte de espiritualidad del que adolecía el original, aunque alteran su orden.

Page 45: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El libro de ESTER, lo mismo que el de Judit, cuenta cómo el Pueblo judío fue liberado de sus enemigos gracias a la intervención de una mujer. Este relato es anterior a la guerra de los Macabeos, ya que en ese tiempo los judíos de Palestina celebraban el "día llamado de Mardoqueo" (2 Mac. 15. 36), lo cual supone que conocían la historia de Ester y posiblemente el Libro mismo. Es probable que la obra haya sido escrita a fines de la época persa o a comienzos del período griego, es decir, entre los siglos IV y III a. C.

Este Libro ilustra de manera ejemplar una idea contenida en los escritos sapienciales: "El que cava una fosa cae en ella" (Ecl. 10. 8). Toda la narración, en efecto, va presentando una serie de personajes contrapuestos y de situaciones que terminan por revertirse. La orgullosa reina Vasti es humillada y sustituida por Ester, la humilde joven judía. Arnán, el primer ministro omnipotente y pagado de sí mismo, es ajusticiado en el patíbulo que había preparado para vengarse de Mardoqueo. Por fin, los judíos dan muerte a todos sus enemigos en el día fijado para su propio exterminio. Detrás de todos estos "cambios de papeles", está el Señor, cuyo nombre no es mencionado ni una sola vez en el texto hebreo, pero que va guiando los acontecimientos para dar la victoria a su Pueblo.

El arte con que están narrados los hechos muestra que el autor no se propuso escribir la crónica detallada de un hecho histórico preciso. Su intención fue más bien presentar en forma novelada una triste experiencia vivida repetidas veces por el Pueblo elegido: la del odio y las persecuciones provocadas por lo que hoy en día se llama "antisemitismo". Esto explica, al menos en parte, el increíble encarnizamiento con que los judíos se desquitaron de la amenaza que había pesado sobre ellos. Lo cierto es que el libro de Ester se opone a la corriente universalista, que había encontrado una de sus más bellas expresiones en los libros de Rut y de Jonás.

El recuerdo de la gran liberación evocada en este relato fue relacionado más tarde con la fiesta de los "Purím" o de las "Suertes". Así dicha fiesta, de origen pagano y meramente

Page 46: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

profana, entró en el calendario de las fiestas nacionales del Judaísmo, convirtiéndose en la celebración del triunfo del Señor sobre los enemigos de su Pueblo. La versión griega de este Libro es bastante más extensa y tiene un tono mucho más religioso que el texto hebreo original, donde apenas se insinúa una posible intervención del Señor (4. 14). Las partes propias de la traducción griega se encuentran entre los Libros "deuterocanónicos".

Al destacar la violenta oposición entre judíos y paganos, este Libro nos lleva a comprender mejor el alcance de la obra reconciliadora de Cristo. "Él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba... Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz" (Ef. 2. 14-15).

Primer libro de los MacabeosAutor: La Biblia

Los dos libros de los Macabeos son en parte paralelos. Se ocupan del mismo período histórico, aunque de forma independiente y cada uno con su estilo y sus fuentes propias. El primer libro comienza con la ascensión al trono del rey seléucida Antíoco IV Epífanes (175 a.C.), y después de describir brevemente su brutal política antijudía, narra la rebelión de Matatías, padre de los hermanos Macabeos, y la heroica gesta religiosa y nacionalista de éstos, que

culminará con la independencia de los judíos

Los libros de los MACABEOS son dos escritos independientes, que relatan las luchas del Pueblo judío contra la dinastía de los Seléucidas, en defensa de su autonomía política y su libertad

religiosa. El título de los mismos proviene del sobrenombre "Macabeo", aplicado primero a Judas -el principal protagonista de aquella lucha- y extendido luego a sus hermanos e incluso a sus partidarios. Según algunos, este sobrenombre deriva de una palabra hebrea que significa "martillo", y aludiría a los tremendos golpes que Judas asestaba a sus enemigos; otros piensan, en cambio, que

Page 47: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

signifca "designado por Dios".

Para comprender los hechos relatados en estos Libros, es necesario tener en cuenta el contexto histórico que dio origen a la rebelión de los Macabeos. En el siglo IV a. C., el Próximo Oriente experimenta una enorme transformación política y cultural. Alejandro Magno, el joven rey de Macedonia, se asegura el dominio sobre toda Grecia y luego se lanza a la conquista del Imperio persa. Cuando una muerte prematura lo sorprende en Babilonia, en el 323 a. C., él deja tras de sí el más vasto Imperio conocido hasta entonces. Con sus conquistas comienza la época llamada "helenística", cuya principal característica es la difusión de la cultura y la lengua griegas en toda la cuenca del Mediterráneo.

Pero el Imperio de Alejandro no tarda en desmembrarse. Dos de sus generales se reparten el Próximo Oriente: Tolomeo, hijo de Lagos, se adueña de Egipto y funda la dinastía de los "Lágidas"; Seleuco se convierte en el soberano de Siria e inicia la dinastía de los "Seléucidas". A raíz de esta división, Palestina se encuentra una vez más entre dos fuegos. Durante un siglo predominan los Lágidas en Egipto, que se muestran respetuosos de las costumbres nacionales. Pero en el 199 a. C., Antíoco III de Siria derrota al ejército egipcio y Palestina cae en poder de los Seléucidas. A partir de este momento, la dominación comenzará a desbordar el ámbito político, para extenderse al terreno cultural y religioso.

La opresión del Pueblo judío entra en su etapa más crítica con el advenimiento de Antíoco IV, que se hace llamar Epífanes, es decir, "manifestación divina" (175-164 a. C.). Este rey no se contenta con profanar y saquear el Templo de Jerusalén, sino que también hace edificar en la Ciudad santa una fortaleza, donde instala un destacamento de guardia permanente. Luego promueve un vasto proceso de helenización de las costumbres y prácticas religiosas locales. Así queda proscrita la Ley de Moisés y se la suplanta por la legislación del Estado. Esta política de Antíoco encuentra colaboradores entre los judíos de las clases pudientes, incluso entre los sacerdotes. Muchos, en

Page 48: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

cambio, prefieren afrontar la persecución y la muerte antes que renegar de su fe, con la esperanza puesta en el Dios de Israel. Otro grupo, finalmente, se inspira en el recuerdo de los antiguos héroes nacionales y elige el camino de la resistencia armada. A este grupo pertenecen el sacerdote Matatías y sus hijos, y ellos emprenden la guerra de liberación narrada en estos Libros.

PRIMER LIBRO DE LOS MACABEOS

Este Libro, compuesto hacia el año 100 a. C., refiere los acontecimientos que van desde la ascensión al trono de Antíoco IV Epífanes, en el año 175 a. C., hasta la muerte de Simón, el último sobreviviente de los hermanos Macabeos, en el 134 a. C. El autor es desconocido, pero sin duda se trata de un judío de Jerusalén, muy buen conocedor de Palestina, que escribió su obra con el fin de exaltar a los héroes de la lucha por la independencia. Los Macabeos son presentados como los nuevos "Jueces" de Israel, suscitados por Dios para liberar a su Pueblo y restaurar la teocracia.

La precisión y vivacidad de ciertos relatos parecen indicar que el autor recogió el testimonio directo de algunos combatientes. Pero él también tuvo acceso a los archivos del Templo de Jerusalén, donde se conservaban los anales de los sumos sacerdotes y otros textos oficiales citados en el libro. Además de estas fuentes, utilizó un documento de la corte seléucida, que le permitió reconstruir la cronología de los hechos. Sobre esta base compuso un relato de gran valor histórico, empleando los recursos literarios propios de la época helenística. Por eso, a menudo exagera las cifras de los enemigos, para exaltar las hazañas de los judíos. También pone en boca de los héroes elocuentes discursos, que destacan la enseñanza fundamental extraída de las victorias de los Macabeos: la fe en el Señor y la fidelidad a la Ley son una fuerza más poderosa que un gran ejército.

Con el decurso del tiempo, la lucha religiosa de los Macabeos fue cediendo a las intrigas políticas y a las ambiciones de poder. Llevado por el entusiasmo del triunfo y de la independencia reconquistada, el autor pasa por alto

Page 49: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

este aspecto y aun corre el riesgo de identificar el designio de Dios con las guerras de una nación. Eso no impide que nos presente una historia profundamente humana, donde campean la intransigencia de la fe y la pasión por la libertad.

LA PROSCRIPCIÓN DEL JUDAÍSMO Y EL COMIENZO DE LA GUERRA SANTA (167-166 a. C.)

Un rápido bosquejo histórico describe la situación político-religiosa que desencadenó la rebelión de los Macabeos. En una época en que todas las religiones paganas tendían a fundirse en un vago sincretismo, Antíoco IV Epífanes decide eliminar los particularismos dentro de su reino. Con este fin, promueve una especie de "revolución cultural", destinada a imponer las costumbres y prácticas religiosas del Helenismo.

En abierta oposición contra esta política totalitaria, los sectores más intransigentes del Pueblo judío reafirman la originalidad de su fe monoteísta y rechazan toda forma de compromiso con el paganismo. Muchos pagan con la vida su fidelidad a la Ley, pero el sacerdote Matatías convoca a la guerra santa y se refugia en las montañas, con sus cinco hijos y un grupo de judíos fieles. Así encabeza un levantamiento popular, que luego será continuado por sus hijos. El "testamento" de Matatías (2. 49-64) define claramente el sentido de esta resistencia armada.

Segundo libro de Los MacabeosAutor: La BibliaEl libro de Job es una obra maestra de la literatura universal. La aventura humana y religiosa que presenta sigue siendo actual veintitantos siglos después de ser escrita, y vale lo mismo para hombres de ditintas razas, culturas e incluso religiones. Estamos acostumbrados a oír hablar de la paciencia del santo Job, y de que el problema que se trata en su libro es del sufrimiento, particularmente el sufrimiento de los inocentes. Pero basta con hojear sus páginas para darnos cuenta de uqe Job, el hombre inocente al que le caen encima toda suerte de calamidades y desgracias, sólo es paciente hasta el capitulo segundo, porque a partit del tercero explota irrefrenable en quejas, maldiciones y protestas, y no se calla hasta el capítulo 31.

Page 50: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Segundo Libro de los Macabeos

El segundo libro de los MACABEOS no es la continuación del primero, sino en parte paralelo a él, ya que se refiere a los mismos acontecimientos del período comprendido entre el 175 y el 160 a. C., tomados de un poco más atrás y relatados en un estilo diferente. Como lo señala su autor (2. 23), él se limitó a resumir una obra mucho más extensa, redactada en cinco volúmenes por Jasón de Cirene, un ferviente judío de sólida formación helenista. Todo parece indicar que este resumen se llevó a cabo en Alejandría, poco después del 124 a. C.

Este Libro pertenece a un género literario muy difundido en aquella época, denominado "historia dramática" o "patética", en el cual la narración de los hechos históricos se convierte en un medio para conmover, entusiasmar o edificar al lector. Eso explica el empleo de ciertos recursos "efectistas", destinados a suscitar la adhesión o la repulsa, como son el lenguaje declamatorio y ampuloso, los epítetos hirientes, el tono mordaz con que se trata a los adversarios y la acentuada predilección por los elementos maravillosos.

A lo largo de toda su obra, que es una especie de "panegírico religioso", el autor trata de inculcar el amor y la devoción hacia el Templo de Jerusalén, centro de la vida del Pueblo judío. Esta idea ya está presente en las "Cartas" que figuran al comienzo del Libro e imprime su sello al plan que ha guiado la composición del mismo. De hecho, la historia relatada en él se desarrolla en cinco actos centrados alrededor del Templo, y al final del Libro se deja clara constancia de que para Judas y sus hombres "lo primero y principal era el Templo consagrado" (15. 18).

La forma explícita con que este Libro afirma la resurrección de los muertos y la claridad con que destaca el valor de la oración por los difuntos y de la intercesión de los mártires,

Page 51: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

le han merecido una especial acogida por parte de la Iglesia.

JobAutor: La Biblia

Por su excepcional valor poético y humano, el libro de JOB ocupa un lugar destacado, no sólo dentro de la Biblia, sino también entre las obras

maestras de la literatura universal. Su autor estaba perfectamente familiarizado con la tradición sapiencial de Israel y del Antiguo Oriente. Conocía a fondo los oráculos de los grandes profetas –especialmente las "Confesiones" de Jeremías y algunos escritos de Ezequiel– y había orado con los Salmos que se cantaban en el Templo de Jerusalén. Los viajes acrecentaron su experiencia, y es probable que haya vivido algún tiempo en Egipto. Sobre todo, él sintió en carne propia el eterno problema del mal, que se plantea en toda su agudeza cuando el justo padece, mientras el impío goza de prosperidad.

Esta obra fue escrita a comienzos del siglo V a. C., y para componerla, el autor tomó como base un antiguo relato del folclore palestino, que narraba los terribles padecimientos de un hombre justo, cuya fidelidad a Dios en medio de la prueba le mereció una extraordinaria recompensa. Esta leyenda popular constituye el prólogo y el epílogo del Libro. Al situar a su personaje en un país lejano, fuera de las fronteras de Israel (1. 1), el autor sugiere que el drama de Job afecta a todos los hombres por igual.

No se puede comprender el libro de Job sin tener en cuenta la enseñanza tradicional de los "sabios" israelitas acerca de la retribución divina.

Según esa enseñanza, las buenas y las malas acciones de los hombres recibían necesariamente en este mundo el premio o el castigo merecidos. Esta era una consecuencia

Page 52: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

lógica de la fe en la justicia de Dios, cuando aún no se tenía noción de una retribución más allá de la muerte. Sin embargo, llegó el momento en que esta doctrina comenzó a hacerse insostenible, ya que bastaba abrir los ojos a la realidad para ver que la justicia y la felicidad no van siempre juntas en la vida presente. Y si no todos los sufrimientos son consecuencia del pecado, ¿cómo se explican?

Pero el autor no se contenta con poner en tela de juicio la doctrina tradicional de la retribución. Al reflexionar sobre las tribulaciones de Job –un justo que padece sin motivo aparente– él critica la sabiduría de los antiguos "sabios" y la reduce a sus justos límites. Aquella sabiduría aspiraba a comprenderlo todo: el bien y el mal, la felicidad y la desgracia, la vida y la muerte. Esta aspiración era sin duda legítima, pero tendía a perder de vista la soberanía, la libertad y el insondable misterio de Dios. En el reproche que hace el Señor a los amigos de Job (42. 7), se rechaza implícitamente toda sabiduría que se erige en norma absoluta y pretende encerrar a Dios en las categorías de la justicia humana.

El personaje central de este Libro llegó a descubrir el rostro del verdadero Dios a través del sufrimiento. Para ello tuvo que renunciar a su propia sabiduría y a su pretensión de considerarse justo. No es otro el camino que debe recorrer el cristiano, pero este lo hace iluminado por el mensaje de la cruz, que da un sentido totalmente nuevo al misterio del dolor humano. "Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col. 1. 24). "Los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros" (Rom. 8. 18).

PRÓLOGO NARRATIVO

El prólogo en prosa quiere destacar la justicia de Job y la causa de sus padecimientos. Estos no son consecuencia del pecado, sino una prueba permitida por Dios, para mostrar que su servidor lo ama desinteresadamente y no por los bienes que recibe de él. Pero tanto Job como sus amigos

Page 53: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

ignoran el motivo de esta prueba, porque no han asistido al diálogo del Señor con "el Adversario", esa especie de acusador público en la corte celestial, que se resiste a creer en la virtud desinteresada. Así queda abierto el debate que se va a desarrollar en el resto del Libro.

Los SalmosAutor: La Biblia

Los números de los Salmos entre paréntesis corresponden a la Vulgata) La gente joven reúne a veces en un cuaderno o en una carpeta, para tenerlas siempre a mano, aquellas canciones que le gustan: modernas, populares, religiosas, de campamento, etc. Lo más normal es que estén reunidas sin orden ni concierto, es decir, mezcladas las canciones modernas con las antiguas, las de distintos temas y estilos, las de distintos autores-con el nombre de los autores y cantantes o sin él-. Pues algo así es el libro de los Salmos: un cantoral con ciento cincuenta cantos de tipo religioso, de muy diversas épocas y autores, que se fueron agrupando con el correr del tiempo. Los salmos son la oración de Israel, la experiencia religiosa de un pueblo cuajada, a lo largo de los siglos, en estas oraciones apasionadas o serenas, llenas de confianza en su Señor o de impaciencia porque su ayuda parece retrasarse. A Dios le hablan de tú a tú, con una increíble libertad, incluso con descaro. En la oración los israelitas gritan de entusiasmo y gimen de dolor, se recrean en las acciones de Dios y, a veces, le exigen una respuesta o intentan provocar su ira y su venganza.

Vengan, hijos, escuchen:voy a enseñarles el temor del Señor.¿Quién es el hombre que ama la vida

y desea gozar de días felices?Guarda tu lengua del mal,

y tus labios de palabras mentirosas.Apártate del mal y practica el bien,

busca la paz y sigue tras ella.Sal. 34. 12-15

Page 54: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Nosotros encontramos el consueloen los Libros santos

que están en nuestras manos.1 Mac. 12. 9

Todo escriba convertido en discípulodel Reino de los Cielos

se parece a un dueño de casaque saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo.

Mt. 13. 52

LOS DEMÁS ESCRITOSDespués de la LEY y los PROFETAS, la Biblia hebrea presenta una tercera colección de Libros, que no forman un conjunto homogéneo. Por eso no han recibido un título característico, sino que se los llamó simplemente LOS DEMÁS ESCRITOS. Entre ellos ocupa un lugar de preeminencia el libro de los Salmos. De allí que el Nuevo Testamento, siguiendo una costumbre judía, designe a estas tres partes de la Biblia como "la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos" (Lc. 24. 44).

Además de estos "Escritos", hay otros Libros que los judíos de Palestina no incluyeron en el canon de las Escrituras, pero que fueron admitidos por los judíos residentes en Alejandría de Egipto. Estos Libros, redactados originariamente en griego o traducidos a esa lengua, fueron incorporados a la versión llamada de los "Setenta", que era la Biblia usada por las comunidades judías dispersas en el mundo grecorromano y por los cristianos de habla griega. Como en los primeros siglos del Cristianismo se suscitaron ciertas dudas sobre el carácter inspirado de estos Libros, se los llamó "deuterocanónicos", es decir, incluidos en el canon de los Libros Sagrados en un "segundo" momento. Actualmente, los cristianos que siguen la reforma protestante, lo mismo que el Judaísmo, sólo admiten el canon fijado por los rabinos de Palestina hacia el año 90 d. C. La Iglesia Católica, en cambio, también reconoce como inspirados los Libros "deuterocanónicos".

El grupo más representativo de estos Escritos es el de los

Page 55: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Libros llamados "sapienciales", a saber, Job, Proverbios, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabiduría, aunque el género sapiencial también se encuentra en varios Salmos y en otros Libros de carácter didáctico, como los de Tobías y Baruc. Este género se remonta a los orígenes de Israel, pero se desarrolló especialmente después del exilio, cuando se extinguió el profetismo y los "maestros de sabiduría" se convirtieron en los guías espirituales del Pueblo judío.

Los escritos sapienciales

La literatura sapiencial no es exclusiva de Israel, sino que constituye un fenómeno ampliamente difundido en todo el Antiguo Oriente. La misma Biblia menciona a "los sabios de las naciones" (Jer. 10. 7) y alude en particular a la sabiduría de Asiria (Is. 10. 13), de Babilonia (Is. 47. 10; Jer. 50. 35) y de Fenicia (Ez. 28. 3-5). Especialmente célebres eran los sabios de Arabia y de Edóm, y Job lo mismo que sus tres amigos son presentados como habitantes de aquellas regiones (Jb. 1. 1; 2. 11). No menos renombrada era la sabiduría de Egipto, de donde procede un conjunto notable de escritos sapienciales, cuyos orígenes se remontan al 2800 a. C.

El rasgo más característico de la "sabiduría" oriental es su carácter eminentemente práctico. El sabio observa y escucha, está atento a la compleja trama de la vida y a las reacciones de los hombres. Él sabe que en la infinita variedad de los acontecimientos es posible descubrir un "orden" que es preciso conocer para actuar con éxito en la vida. La sabiduría es el arte de gobernarse a sí mismo, la capacidad de distinguir lo útil y ventajoso de lo nocivo y perjudicial. Las fuentes de ese conocimiento práctico son la inteligencia, la experiencia y la reflexión.

De este fondo cultural común a muchos pueblos del Antiguo Oriente se benefició también Israel. El movimiento sapiencial tomó un gran impulso en tiempos de Salomón, cuando el afianzamiento de la institución monárquica exigía la adecuada formación de las clases dirigentes del reino y la organización del personal administrativo. De allí que la tradición bíblica considere a aquel célebre rey como el

Page 56: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

prototipo del "sabio" (1 Rey. 5. 10) y le atribuya prácticamente todos los escritos sapienciales del Antiguo Testamento.

Pero Israel no recibió pasivamente aquella herencia cultural, sino que le imprimió su sello propio. La sabiduría que brota de la experiencia se convirtió gradualmente en una sabiduría religiosa, fundada en el "temor del Señor" y orientada hacia él. Así, el "humanismo" de la sabiduría oriental adquirió un contenido nuevo, que se acentúa sobre todo en los escritos más recientes, como son el prólogo al libro de los Proverbios, el Eclesiástico y la Sabiduría. Al destacar el origen divino de la Sabiduría, los "sabios" de Israel descubrieron nuevos horizontes, que los llevaron a poner de relieve la misteriosa trascendencia de esa Sabiduría y la incapacidad del hombre para penetrar en ella (Jb. 28).

Más aún, varios poemas contenidos en estos Libros "personifican" a la Sabiduría divina, presentándola como alguien que toma la palabra para exponer sus prerrogativas y su inagotable riqueza (Prov. 8. 22-31). Ella se identifica a sí misma con la Palabra creadora de Dios (Ecli. 24. 3) y con la Ley revelada a Israel (Ecli. 24. 23; Bar. 3. 9 – 4. 4). Esta personificación poética de la Sabiduría preparaba la revelación del misterio de Cristo, Palabra de Dios hecha carne (Jn. 1. 14) y Sabiduría de Dios manifestada plenamente a los hombres (1 Cor. 1. 24).

SALMOSLa formación del Salterio

La palabra "Salmo" proviene de un verbo griego que significa "tocar un instrumento de cuerdas", y se utilizó originariamente para designar los cantos acompañados por ese instrumento. Este último se llamaba "Salterio", pero más tarde el nombre perdió su significación original y comenzó a ser empleado como sinónimo de LIBRO DE LOS SALMOS.

El Antiguo Testamento contiene numerosos textos poéticos

Page 57: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

con características similares a las de los Salmos. El célebre Canto de Moisés (Ex. 15. 1-18), el himno de victoria entonado por Débora y Barac (Jc. 5), la elegía de David por la muerte de Saúl y Jonatán (2 Sam. 1. 17-27) y la lamentación de Jonás (Jon. 2. 3-10), son algunos de los muchos ejemplos que se podrían citar. Pero el tesoro de la lírica cultual y religiosa de Israel se encuentra fundamentalmente en el Salterio.

Una tradición judía –que luego tuvo amplia difusión en la Iglesia– atribuye a David la mayor parte de los Salmos. Esta atribución se funda en el testimonio de los Libros históricos del Antiguo Testamento, que aluden repetidamente al genio musical y poético de David (1 Sam. 16. 16-19, 23; 2 Sam. 1. 17-27; 23. 1). Sin embargo, las múltiples situaciones individuales y nacionales reflejadas en los Salmos, su variedad de estilos y géneros literarios, como asimismo su íntima vinculación con la vida litúrgica de Israel, impiden afirmar que el Salterio sea la obra de un solo autor o el producto de una sola época. Por otra parte, dicha tradición comenzó a formarse mucho después del exilio babilónico, es decir, en un momento en que era frecuente entre los judíos poner bajo el nombre de una gran personalidad todos los escritos pertenecientes a un mismo género. Así, por ejemplo, toda la legislación contenida en el Pentateuco se atribuyó a Moisés, mientras que Salomón fue considerado el autor de toda la literatura sapiencial.

En realidad, el Salterio es el Libro de oración que los israelitas fueron componiendo a lo largo de varios siglos para dialogar con su Dios. A través de ciento cincuenta poemas religiosos, ese Pueblo fue expresando sus experiencias y las aspiraciones más profundas de su alma: sus luchas y sus esperanzas, sus triunfos y sus fracasos, su adoración y su acción de gracias, sus rebeldías y sus arrepentimientos y, sobre todo, la súplica ardiente que brota de la enfermedad, la pobreza, el destierro, la injusticia y de todas las demás miserias del hombre.

Al comienzo de la mayoría de los Salmos se encuentran inscripciones o "títulos", con indicaciones de carácter musical, poético, litúrgico o histórico, cuyo significado es

Page 58: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

muchas veces oscuro. Estos títulos no provienen de los autores de cada Salmo, sino que fueron agregados por los cantores del Templo de Jerusalén, a medida que los diversos poemas eran agrupados en colecciones.

Los géneros literarios de los Salmos

En el texto hebreo del Antiguo Testamento, los Salmos son designados con una expresión que significa "Cantos de Alabanza". Esta designación se adapta muy bien a un grupo de Salmos, pero resulta menos adecuada cuando se la aplica a todo el conjunto, ya que el Salterio incluye –además de los "Himnos" o "Cantos de Alabanza"– otros tipos de oración, en especial, las "Súplicas" y los "Cantos de Acción de gracias".

Los "Himnos" expresan la actitud de adoración del creyente frente a la grandeza y la bondad de Dios. En este grupo se distinguen, por su tema especial, los "Cantos de Sión" y los "Himnos a la realeza del Señor". Las "Súplicas" responden a la necesidad de apelar confiadamente a la misericordia divina en los momentos de necesidad, y se pueden distinguir dos tipos diversos: las súplicas "colectivas" y las "individuales". Los "Cantos de Acción de gracias" son una expresión de reconocimiento por la ayuda recibida del Señor, y también ellos se dividen en "colectivos" e "individuales". La característica distintiva de estos Salmos es el relato de los sufrimientos padecidos por el salmista y la solemne proclamación de los beneficios alcanzados.

A estos tres géneros se añaden otros grupos de salmos que presentan características especiales, sea de forma o de contenido. A ellos pertenecen, por ejemplo, los Salmos "sapienciales" y los "reales". Estos últimos cobraron una especial importancia cuando fue depuesto el último de los reyes davídicos. "Releídos" en sentido mesiánico, se descubrió en ellos un anuncio profético del día en que el Señor devolvería su antiguo esplendor a la dinastía davídica y establecería un Reino más perfecto aún que el de David. Dentro de dicha perspectiva mesiánica, el Nuevo Testamento aplicó esto Salmos a Jesucristo, el Mesías, "nacido de la estirpe de David según la carne" (Rom. 1. 3).

Page 59: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Además, existen otras formas de Salmos, llamadas "mixtas" o "irregulares" porque en ellas se mezclan diversos géneros.

Los Salmos imprecatoriosUna dificultad particular es la que presentan las "imprecaciones" del Salterio, con sus violentos deseos de venganza y sus expresiones de odio contra los "enemigos". Para situar esas imprecaciones en su contexto adecuado, conviene tener en cuenta, aunque sea muy someramente, quiénes son los "enemigos" a los que se alude en los Salmos.

Unas veces, las imprecaciones están dirigidas contra los "enemigos" de Israel, es decir, contra los responsables de graves desgracias nacionales, incluso –como en los casos de Asiria y de Babilonia– de la destrucción de los Reinos de Israel y de Judá (2 Rey. 17. 5-6; 25. 8-21). El orgullo nacional y la convicción de que los enemigos de Israel eran los enemigos de Dios, hacen más explicables algunas expresiones, como las de los salmos 79. 12; 137. 7-9. Por otra parte, estas imprecaciones reproducen fórmulas más o menos estereotipadas, propias del lenguaje guerrero de la época.

Otras veces, los "enemigos" son todos aquellos que tenían al salmista por un pecador y veían en sus sufrimientos un castigo de Dios, debido a la perspectiva de retribución puramente terrena propia del Antiguo Testamento. Para esa mentalidad, todo sufrimiento era una consecuencia del pecado, y los que lo padecían estaban "abandonados de Dios". Consciente de su inocencia, el salmista apela al Señor para que "confunda" a sus enemigos. Sólo así se manifestaría la justicia de Dios y la inocencia de los justos, y no se podría dudar de la protección que el Señor concede a sus amigos. Finalmente, en otras ocasiones, los "enemigos" son los que persiguen y oprimen a los pobres y a los débiles. En esos casos, las imprecaciones –incluso las más violentas– revelan un ansia incontenible de justicia y un legítimo anhelo de liberación que nunca pierden actualidad.

Page 60: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El uso cristiano del SalterioLos primeros cristianos hicieron del Salterio su "Libro de oración" por excelencia, si bien lo "releyeron" con un nuevo espíritu, a la luz del Misterio Pascual. Este hecho resulta particularmente significativo, si se tiene en cuenta que todos los otros elementos cultuales de la ANTIGUA ALIANZA –el Templo, el sacerdocio y los sacrificios– quedaron abolidos por Cristo, el verdadero Templo, el Sumo Sacerdote y la única Víctima agradable a Dios.

Al conservar el uso de los Salmos, los primeros cristianos no hicieron más que seguir el ejemplo de Cristo. Los Salmos, en efecto, animaron su constante diálogo con el Padre. Un salmo expresa el sentido de su misión, en el momento de venir a este mundo (Sal. 40. 8-9, citado en Heb. 10. 9). En sus peregrinaciones a Jerusalén, antes de iniciar su ministerio público, Jesús cantó los Salmos graduales (Lc. 2. 41-42). En la última Cena, entonó los Salmos que recitaban los judíos al celebrar la Cena pascual (Mt. 26. 30). Y en la Cruz, él recurrió una vez más al Salterio para expresar su dolor y su abandono confiado en las manos del Padre (Mt. 27. 46; Lc. 23. 46; Jn. 19. 28).

Salmo 1El Salterio comienza con esta "Bienaventuranza", que es como el prólogo de todo el Libro. La exclamación inicial –"¡Feliz el hombre...!"–; se explicita a lo largo del Salmo mediante la contraposición de dos imágenes poéticas: el árbol desbordante de vitalidad simboliza la felicidad de los justos; la paja arrastrada por el viento representa la ruina final de los impíos. Así se expresa uno de los temas centrales del Salterio y de toda la Biblia: la conducta de cada hombre está sometida al Juicio de Dios, y el mundo está gobernado por la justicia divina.

Salmo 2Este Salmo "real" perteneció originariamente al ritual de la entronización de los reyes davídicos. Con gran fuerza poética y en progresión dramática, el salmista presenta cuatro escenas sucesivas: a) la inútil rebelión de los reyes vasallos (vs. 1-3); b) la reacción del Señor frente a los rebeldes (vs. 4-6); c) la declaración del nuevo rey, el

Page 61: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

"Ungido" del Señor (vs. 7-9); d) el llamado a la reconciliación, con una amenaza a los rebeldes (vs. 10-12).

En el transcurso del tiempo, este Salmo se fue enriqueciendo con motivos mesiánicos, y los primeros cristianos lo "releyeron" como un anuncio de la entronización celestial de Cristo en el momento de su Resurrección y como una proclamación profética de su filiación divina (v. 7).

Salmo 3Rodeado de enemigos que tratan de quitarle la confianza en Dios (v. 3), el salmista se pone totalmente bajo la protección divina. Su confianza se funda en el recuerdo de la ayuda que recibió del Señor en circunstancias similares (vs. 4-5, 8). La "multitud innumerable" mencionada en el v. 7 (literalmente, "un ejército de diez mil"), podría indicar que este Salmo fue inicialmente la súplica de un rey o de un jefe militar, y que sólo más tarde comenzó a ser recitado por el común de los fieles.

La tradición cristiana, apoyándose en el v. 6, ha utilizado este Salmo como oración de la mañana.

Salmo 4La experiencia personal de los favores recibidos (v. 2b) ha suscitado en el salmista una inalterable confianza en Dios, que hace "maravillas" por sus amigos (v. 4). Esta actitud confiada -única fuente de paz y alegría verdaderas (vs. 8-9)- le permite apelar a la ayuda divina en la dificultad presente, y dirigir una severa exhortación a los que dudan de Dios y se apartan de él en el momento de la adversidad (vs. 3-7).

La Iglesia, fundándose en el v. 9, utiliza este Salmo como oración de la noche.

Salmo 5A la hora en que se ofrece el sacrificio matutino (Éx. 29. 38-40), un fiel israelita expone su caso al Señor (v. 4), apelando a la justicia de Dios (v. 9). El hecho de encontrarse en el Santuario (v. 8) es para él una prueba de

Page 62: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

su inocencia, porque ningún impío podría gozar de ese privilegio (vs. 5-6). Para hacer más apremiante su oración, el salmista menciona a sus enemigos, que lo acusan calumniosamente (vs. 9-11). El Salmo concluye con una expresión de confianza en el Señor, que bendice a los justos y los protege como un escudo (vs. 12-13).

El v. 4 ha dado pie a que se usara este Salmo como oración de la mañana.

Salmo 6

Agobiado por sus sufrimientos, un enfermo pide al Señor que lo perdone y le devuelva la salud (vs. 2-3), exponiendo los males que lo afligen (vs 4, 7-8) y los motivos que tiene para implorar la ayuda divina (vs. 5-6).

Las expresiones e imágenes empleadas en este Salmo se vuelven a encontrar en un grupo de Salmos denominados "Oraciones de los enfermos", (Sal. 38; 41; 88; 102. 2-12). Estas oraciones podían ser utilizadas en cualquier caso de enfermedad. Los enfermos las recitaban personalmente en el Templo, y si estaban impedidos, lo hacían por medio de un representante. A cada uno le correspondía poner su acento particular en la recitación de la súplica.

La tradición cristiana ha hecho de este Salmo uno de los siete llamados "penitenciales" (Sal. 32; 38; 51; 102; 130; 143).

Salmo 7

Mediante una declaración que equivale a un juramento (vs. 4-6), una persona acusada y perseguida se confiesa inocente delante del Señor y le ruega que lo libre de sus perseguidores (vs. 9-10).

El motivo de la acusación está descrito con bastante vaguedad, y ningún detalle permite identificar con exactitud a los perseguidores. Estos hechos parecen indicar que el Salmo fue compuesto originariamente para el rito a que se hace alusión en 1 Rey. 8. 31-32: cuando un inocente

Page 63: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

era amenazado de muerte y perseguido, podía refugiarse en el Templo y someter su caso a la justicia de Dios. Con este fin, recitaba la fórmula contenida en este Salmo o alguna otra similar (Sal. 17; 26). Al declarar su inocencia, no afirmaba estar libre de todo pecado, sino solamente del crimen que se le imputaba.

Salmo 8

La alabanza contenida en este célebre himno expresa la intuición poético-religiosa del salmista, que contempla con ojos asombrados la obra de Dios en la creación. Su pensamiento se concentra en el hombre, realidad casi insignificante en comparación con la majestad del cielo, y objeto, al mismo tiempo, de una inexplicable solicitud por parte del Creador (v. 5). Ningún otro de los seres creados recibió una dignidad semejante a la de él (v. 6), y todas las cosas están sometidas a su dominio (vs. 7-9). Estas mismas ideas se vuelven a encontrar en el relato "sacerdotal" de la creación (Gn. 1. 26-28), que es, sin duda, posterior a este Salmo.

Salmo 11 (10)Ante una grave amenaza de muerte, cuando la prudencia humana haría razonable la huida, el salmista responde a sus amigos con una expresión de absoluta confianza en Dios. Al lirismo de los versos iniciales (vs. 1-3) se añade una reflexión de tono sapiencial (vs. 4-7). En ella se afirma que los acontecimientos humanos están regidos por la Providencia de Dios, y que a pesar del momentáneo triunfo de los malvados, al final, triunfará la justicia.

Salmo 12 (11)Este Salmo es una súplica, en la que el autor, con una visión pesimista del mundo, pide al Señor que intervenga para poner fin a los males que lo afligen. El Señor responde a esta petición con un oráculo, que contiene una promesa de salvación para los oprimidos (v. 6). Como es habitual en los Salmos de súplica, los versículos finales (8-9) son una expresión de confianza en el Señor.

Salmo 13 (12)

Page 64: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Los dramáticos "¿hasta cuándo?" de los versículos iniciales (2-3) confieren a esta súplica una intensidad particular. La reiteración de la pregunta expresa elocuentemente la impaciencia del salmista, al sentirse abandonado de Dios; pero, al mismo tiempo, es un signo de la íntima familiaridad con que implora la protección divina.

El Salmo no es muy explícito en describir la aflicción que da motivo a la súplica. Sin embargo, el v. 4 parece indicar que se trata de una enfermedad grave, que pone al paciente en peligro de muerte. Como en el Salmo anterior, la súplica concluye con una expresión de confianza, que dará lugar a la alegría y a la acción de gracias, cuando el Señor responda favorablemente (v. 6).

Salmo 14 (13)La primera parte de este Salmo describe con un tono marcadamente pesimista, semejante al del Salmo 12, los pecados que corrompen a la sociedad. El principal de todos esos pecados es la negación de Dios, que el salmista condena como la mayor insensatez (vs. 1-3). La segunda parte contiene una invectiva contra los opresores de los pobres, porque no quieren caer en la cuenta del castigo que el Señor les tiene reservado (vs. 4-6). El versículo final fue añadido para el uso litúrgico del Salmo, y expresa el deseo de que el Señor envíe tiempos mejores a su Pueblo.

Este mismo Salmo, con algunas variantes (vs. 5-6), se vuelve a encontrar en el segundo libro del Salterio (Sal. 53).

Salmo 15 (14)En este breve y hermoso Salmo se establecen las condiciones necesarias para ser "huésped" del Señor, es decir, para entrar en el Santuario y participar del culto divino (v. 1). Entre las condiciones exigidas, no se menciona ningún rito exterior, sino que todas tienen un carácter exclusivamente moral. Esto pone en evidencia que el verdadero culto es inseparable de la justicia y del amor hacia el prójimo (vs. 2-5).

Page 65: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Salmo 16 (15)La confianza y el gozo profundo que brotan de la intimidad con Dios, son los sentimientos predominantes en este Salmo. Los vs. 5-6 permiten suponer que su autor es un levita – es decir, una persona consagrada al culto de Dios en el Templo de Jerusalén– que se encuentra en un grave peligro y acude al Señor, fuente de vida (v. 11), para que lo libre de la muerte (v. 10).

El Nuevo Testamento asigna a este Salmo un sentido mesiánico, citándolo como un anuncio anticipado de la Resurrección de Cristo (vs. 8-11).

Salmo 17 (16)La situación en que se recitaba este Salmo es idéntica a la que se describe a propósito del Salmo 7: un inocente –acusado y perseguido injustamente– expone su caso al Señor en demanda de justicia. La súplica se alterna con las declaraciones de inocencia (vs. 3-5) y con una descripción de la maldad de sus perseguidores (vs. 10-12). En el versículo final, el salmista manifiesta su certeza de que alcanzará el favor divino.

Salmo 18 (17)En este Salmo, el rey expresa su reconocimiento al Señor por la victoria alcanzada. El estilo es altamente poético y las ideas se van expresando con un amplio despliegue de imágenes. Al comienzo, se acumulan epítetos que presentan al Señor como un refugio inexpugnable para sus fieles (vs. 2-3). La amenaza del enemigo se describe como una irrupción de las fuerzas del caos y de la muerte (vs. 5-6). La intervención del Señor está descrita como una teofanía, en la que participan y se conmueven todas las fuerzas de la naturaleza (vs. 8-16).

Con algunas variantes, este mismo poema se vuelve a encontrar en 2 Sam. 22. 2-51.

Salmo 19 (18)En este Salmo se encuentran yuxtapuestos dos poemas de estilo y contenido diversos. El primero es un himno de intensa vibración lírica, que celebra la gloria del Creador

Page 66: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

manifestada en la armonía y grandiosidad del firmamento (vs. 2-7). El segundo -que proviene de una época mucho más reciente- es un poema didáctico, en el que se describen las excelencias de la Ley divina.

A pesar de estas diferencias, la yuxtaposición de los dos poemas no es totalmente artificial, ya que así se establece un paralelismo entre las dos manifestaciones de la gloria de Dios: una en la Creación y en las perfecciones del universo, y otra en la Revelación concedida a su Pueblo, fuente de felicidad y de vida para los que la aman y aceptan sus exigencias.

Salmo 20 (19)Ante la inminencia del combate, la comunidad congregada en el Templo (v. 3) implora la protección divina y la victoria del rey (vs. 2-6). Como era habitual en esas circunstancias (1 Sam. 7. 7-10), un sacrificio acompañaba a la súplica (v. 4). La segunda parte del Salmo (vs. 7-9) es un oráculo pronunciado en nombre del Señor, que anuncia la victoria a su Ungido.

Salmo 21 (20)Este canto litúrgico de acción de gracias está estrechamente vinculado con el Salmo anterior: la súplica del pueblo antes de la batalla ha sido escuchada, y el Señor ha concedido al rey una resonante victoria. El Salmo consta de tres partes. La primera (vs. 2-8) es una expresión de alegre reconocimiento por las bendiciones concedidas al rey, en particular, por el triunfo alcanzado. En la segunda (vs. 9-13), un sacerdote o un profeta interviene para anunciar la victoria total sobre los enemigos del Señor y del rey. Por último (v. 14), la comunidad pide al Señor, en una breve súplica, que despliegue su poder para cumplir la promesa expresada anteriormente.

Salmo 22 (21)Este Salmo supera a todos los de su género por la intensidad de la súplica y por la impresionante descripción de los sufrimientos que aquejan al salmista. En él se encuentra expresado el desamparo de un hombre justo, que ha tocado el límite del sufrimiento físico y moral, sobre

Page 67: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

todo, el de sentirse abandonado por Dios (v. 2). Sin embargo, incluso en medio de los mayores sufrimientos, el salmista suplica con una inquebrantable confianza en Dios (vs. 10-11) y está seguro de la liberación final. Por eso, su oración concluye con un canto de alabanza y de acción de gracias, en el que todos los fieles son invitados a celebrar al Señor, que no niega su ayuda a los pobres (vs. 23-27).

Este Salmo ocupa un lugar excepcional en la piedad cristiana, porque Jesús, en el momento de la crucifixión, lo utilizó para expresar los tormentos de su agonía.

Salmo 23 (22)Un sentimiento de profunda confianza en Dios -expresado en un lenguaje de incomparable belleza poética- es la característica de este Salmo. En la primera parte (vs. 1-4), el salmista se vale de la imagen del "pastor" para describir su experiencia de la protección divina. En la segunda (vs. 5-6), los elementos simbólicos parecen entrecruzarse con la referencia a una situación concreta: el salmista, perseguido por sus enemigos (v. 5) se pone al amparo del Señor en el Templo (v. 6), y allí el Señor le brinda su hospitalidad, haciéndolo partícipe de su mesa (v. 5).

El Nuevo Testamento retoma la imagen del "pastor" para aplicarla a Cristo, el "Buen Pastor" que da la vida por sus ovejas (Jn. 10). La tradición de la Iglesia ha visto en este Salmo una figura de los Sacramentos de la Iniciación cristiana.

Salmo 24 (23)Este Salmo consta de tres partes, aparentemente inconexas. La primera es un breve himno al Creador (vs. 1-2). La segunda, de tono sapiencial, enumera las condiciones morales que debe reunir el que se acerca al recinto sagrado (vs. 3-6). En la parte final (vs. 7-10), resuena un diálogo de dos coros frente a las puertas del Santuario.

La vinculación de estas tres partes aparece de inmediato, si se tiene en cuenta la acción litúrgica que servía de marco al Salmo. La comunidad cultual, reunida procesionalmente a la entrada del Templo, se disponía a ingresar en él con el

Page 68: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Arca de la Alianza, trono del "Rey de la gloria". En ese momento, se dirigía a los fieles una instrucción, que venía inmediatamente después del himno inicial. El vibrante diálogo de los dos coros confería particular solemnidad a la acción litúrgica.

Salmo 26 (25)Víctima de una acusación injusta el salmista busca un refugio en el Santuario y allí apela al Juicio de Dios (v. 1). Una declaración de "inocencia" (vs. 4-6) acompaña a la súplica, que concluye con la promesa de agradecer públicamente al Señor el beneficio recibido (v. 12). Por su contenido y por la circunstancia en que era pronunciado originariamente, este Salmo es muy similar al Salmo 7.

Salmo 27 (26)Este Salmo consta de dos partes íntimamente relacionadas. En la primera (vs. 1-6), el salmista manifiesta con imágenes muy expresivas su inalterable confianza en el Señor (v. 3) y su anhelo de vivir en constante comunión con él (v. 4). La segunda (vs. 7-14) es una súplica en medio de la persecución, donde vuelve a ponerse de manifiesto ese mismo sentimiento de ilimitada confianza (v. 10).

Salmo 28 (27)

Ante la amenaza de un peligro mortal, el salmista suplica al Señor que responda favorablemente a sus ruegos, librándolo de la muerte (vs. 1-3). No es fácil determinar con exactitud la índole del peligro a que se hace alusión en el Salmo, y podría pensarse tanto en una acusación injusta como en una enfermedad grave. Los vs. 6-7 son un canto de acción de gracias, que el salmista entona anticipadamente, porque está seguro de recibir la ayuda divina. La súplica final por el rey y por todo el Pueblo (vs. 8-9), probablemente fue añadida más tarde, para el uso litúrgico del Salmo.

Salmo 29 (28)Este vibrante himno de alabanza celebra la majestad y el poder de Dios, que se manifiestan en el fragor de la tormenta. La "voz del Señor" es el trueno, que sacude con

Page 69: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

su ímpetu todas las fuerzas de la naturaleza (vs. 3-9). A la voz del Señor en esta teofanía cósmica, responde la alabanza litúrgica de toda la creación, expresada en una sola palabra "¡Gloria!" (v. 9).

Probablemente, este Salmo es la adaptación de un antiguo himno cananeo en honor de Baal, el dios de las tormentas.

Salmo 30 (29)

Este Salmo es un canto de acción de gracias después de una enfermedad grave (vs. 2-5, 13). El salmista reconoce que el Señor lo puso en peligro de muerte por un pecado de presunción (v. 7); pero luego, en respuesta a su plegaria (vs. 9-11), le dio una prueba evidente de su misericordia (v. 6), haciendo que su dolor se convirtiera en alegría (v. 12).

Salmo 31 (30)En este Salmo se combinan una súplica confiada (vs. 2-l9) y un canto de acción de gracias (vs. 20-25). En primer lugar, un hombre acusado y perseguido injustamente se pone en las manos de Dios (v. 6) y le ruega que lo salve. Luego el mismo salmista expresa su reconocimiento al Señor, por haber experimentado la protección divina y verse libre de peligro.

Salmo 32 (31)Este poema lírico-didáctico expresa la felicidad de un pecador que ha obtenido el perdón divino, contraponiéndola a las aflicciones que provienen del pecado (vs. 1-5). El tono personal con que el salmista narra su propia experiencia (vs. 3-5), se alterna con el estilo sapiencial de las "bienaventuranzas" iniciales (vs 1-2) y de la exhortación final (vs. 8-11). Esto hace que el Salmo sea, al mismo tiempo, una expresión de agradecimiento al Señor por la gracia del perdón, y una lección de sabiduría para toda la comunidad.

Este es uno de los Salmos llamados "penitenciales" (Sal. 6; 38; 51; 102; 130; 143).

Salmo 33 (32)

Page 70: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Este himno es una invitación a celebrar la omnipotencia de la Palabra de Dios, puesta de manifiesto en la creación del mundo (vs. 1-9), y a reconocer el designio divino que dirige todos los acontecimientos, en especial el destino del Pueblo elegido (vs. 10-12). La frustración de los planes de las naciones (v. 10) no es más que el reverso de esa solicitud universal de Dios, siempre dispuesto a eliminar los obstáculos que se oponen a los designios de su Providencia. Pero Dios no está presente únicamente en los grandes acontecimientos de la historia, sino que penetra en el corazón de cada hombre y vela sobre los detalles más pequeños de la vida cotidiana (vs. 13-15, 18-19).

Salmo 35 (34)Ante la acusación de falsos testigos (v. 11), un hombre inocente expone su causa al Señor y le pide que acuda en su defensa (vs. 1-3). El salmista se siente defraudado por la ingratitud de sus adversarios, que lo persiguen sin motivo (v. 7) y le devuelven mal por bien (vs. 12-16). Su oración incluye la promesa de dar gracias a Dios públicamente por los beneficios recibidos (vs. 18, 28).

Salmo 36 (35)En este Salmo se contrapone vívidamente la maldad del impío a la bondad de Dios. Los versículos iniciales (2-5) presentan al impío como inspirado por una fuerza interior -el Pecado- que lo induce a la rebelión contra Dios y a la práctica del mal. La segunda parte (vs. 6-l0)describe en estilo hímnico la Providencia universal de Dios, el dador de toda vida, que colma de felicidad a sus fieles. El Salmo concluye con una súplica (vs. 11-12), en la que el salmista pide la protección divina para sí y para todos los fieles, y anuncia la destrucción de los malvados (v. 13).

Salmo 38 (37)Este Salmo es la súplica de un enfermo (vs. 3-4) que padece, además, de una penosa enfermedad (vs. 6-11), el abandono de sus amigos y la persecución de sus enemigos (vs. l2-13). El salmista tiene una viva conciencia de su pecado (v. 5), pero no ha perdido la esperanza (v. 16), y aguarda pacientemente que el Señor no lo abandone y le devuelva la salud (vs. 22-23).

Page 71: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Este es uno de los Salmos llamados "Oraciones de los enfermos" (Sal. 6; 41; 88; 102. 2-12). La tradición cristiana lo ha incluido en el grupo de los Salmos "penitenciales" (Sal. 6; 32; 51; 102; 130; 143).

Salmo 39 (38)Este Salmo es como el estallido de una indignación largamente reprimida (vs. 3-4). El diálogo del salmista con el Señor tiene un tono de amarga protesta, motivada por la intensidad del sufrimiento (v. 11) y por la reflexión sobre la caducidad de la vida (vs. 5-7). Sin embargo, la confianza en Dios (v. 8) y el reconocimiento de los propios pecados (vs. 9, 12) hacen que predomine, en definitiva, la actitud de humilde sometimiento a los designios del Señor (v. 10).

Salmo 40 (39)En este Salmo se encuentran reunidos dos poemas de estilo y contenido diversos. El primero (vs. 2-11) es un canto de acción de gracias por la liberación de un peligro grave. El segundo (vs. 14-18) es una súplica para pedir la ayuda divina en un momento de desgracia, y se vuelve a encontrar en el Salmo 70, en forma independiente. Los vs. 12-13 sirven de lazo de unión entre estas dos partes, que originariamente estaban separadas.

Salmo 41 (40)La nota característica de este Salmo es el "preludio" sapiencial que antecede a la acción de gracias por la salud obtenida (vs. 2-4). El salmista recuerda su penosa enfermedad y la súplica que dirigió al Señor en medio de su dolor. Al describir sus padecimientos, más que el dolor físico, acentúa el dolor moral que causan la ingratitud, la maledicencia y la hipocresía (vs. 5-11). El Señor accedió a su súplica, y en esto él reconoce el amor que le ha manifestado (vs. 12-13).

Este es uno de los Salmos llamados "Oraciones de los enfermos" (Sal. 6; 38; 88; 102. 2-12).

Salmo 42 (41)La unidad temática, el estilo y la repetición del mismo

Page 72: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

estribillo a intervalos regulares (42. 6, 12; 43. 5) indican que los Salmos 42 y 43 forman un mismo poema. En él se armonizan admirablemente la hondura del sentimiento religioso y la eficacia de la expresión lírica. El v. 7 indica que el autor del Salmo -probablemente un levita- se encuentra lejos de la Tierra santa, en las cercanías del monte Hermón, y suspira por volver a gozar de la presencia divina en el Santuario de Sión. A pesar de sentirse olvidado de Dios (42. 10), el salmista no ha perdido la esperanza, y confía en que el Señor volverá a guiar sus pasos hasta su santa Montaña (43. 3).

Salmo 43 (42)

Salmo 44 (43)En un momento de grave crisis nacional -consecuencia de una derrota- Israel se dirige al Señor para implorar su ayuda. El recuerdo de las antiguas victorias (vs. 2-9), y su contraposición con la calamidad presente (vs. 10-17), confiere mayor dramatismo a la súplica. La alternancia entre el singular y el plural (vs. 5-6, 7-8) indica que el salmista, en alguna medida, encarna el destino de toda la nación. Esta es una de las características propias del rey, y por eso se puede pensar que es él quien pronuncia la súplica, como representante de todo el pueblo.

Las audaces afirmaciones de los vs. 18-22 proporcionan un valioso indicio para fijar la fecha de composición del Salmo: el Señor permitió la derrota de su Pueblo en un momento en que este se mantenía fiel a la Alianza. El momento histórico que mejor responde a esta circunstancia es el largo reinado de Ezequías (2 Rey. 18 - 20), época de reforma religiosa y de tenaz oposición a la idolatría.

Salmo 45 (44)Este bellísimo canto nupcial fue compuesto en ocasión del matrimonio de un rey israelita con una princesa extranjera. En la primera parte del Salmo (vs. 2-10), el poeta se dirige al rey para exaltar sus virtudes y exhortarlo a luchar por la justicia, en defensa de su pueblo. La segunda parte (vs. 11-

Page 73: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

17) está dedicada a la esposa: luego de invitarla delicadamente a que sepa ganarse el corazón del rey, el salmista describe su belleza y el esplendor de su cortejo.

El versículo final (18) tiene un sentido mesiánico y, sin duda, fue agregado más tarde, cuando se "releyó" todo el Salmo como una descripción profética del Mesías. Así lo utilizan el Nuevo Testamento (Heb. 1. 8-9) y la tradición cristiana.

Salmo 46 (45)Este canto triunfal contiene una admirable profesión de confianza en el Señor, que está presente en medio de su Pueblo (vs. 4, 8, 12), como una fortaleza inexpugnable (v. 2). El lugar privilegiado de esa presencia divina es la "Ciudad de Dios" (v. 5) -Jerusalén, con su Templo de Sión-que el mismo Señor eligió como Morada (Sal. 132. 13). Desde allí él manifiesta su poder, para asegurar la prosperidad y la paz de su Pueblo (vs. 5, 10), y para librarlo de todos los peligros (vs. 3-4, 6).

Este Salmo -junto con los Salmos 48; 76; 87- pertenece a un grupo de poemas cultuales, que celebran los privilegios de la Ciudad de Dios, y por eso se denominan "Cantos de Sión".

Salmo 47 (46)El tema de este himno es la realeza universal del Señor (vs. 3, 7-9) puesta de manifiesto victoriosamente cuando él entregó en herencia a su Pueblo la Tierra prometida (vs. 4-5). En la vibrante aclamación del v. 6, se percibe el eco de una liturgia de entronización del Arca de la Alianza en el Santuario de Sión. Cuando se fue perdiendo el recuerdo de esta fiesta, el Salmo se aplicó al triunfo final de Dios y a la implantación definitiva de su Reino.

En el Salterio, hay otros poemas litúrgicos que tienen una afinidad temática con este Salmo, y por eso son llamados "Himnos a la realeza del Señor" (Sal. 93; 96 - 99).

Salmo 48 (47)Este vibrante poema -lo mismo que el Salmo 46- es una

Page 74: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

expresión de fe y de confianza en el Señor, cuya presencia en el Templo de Sión hacía de Jerusalén la "Ciudad de Dios" (v. 9) y era una garantía de seguridad para Israel (v. 4). Los vs. 5-8 parecen ser, más que la descripción de un hecho histórico determinado (2 Rey. l9. 35), la representación poética de todos los peligros que podían amenazar a la Ciudad santa, y que ella debía desafiar confiadamente, porque el Señor era su baluarte inexpugnable. Los versículos finales (l3-l5) son un canto procesional, dirigido a los peregrinos que iban a Jerusalén con motivo de las grandes festividades (Éx. 23. l4-l7).

Este Salmo -junto con los Salmos 46; 76; 87- pertenece al grupo de los llamados "Cantos de Sión".

Salmo 49 (48)Este Salmo "didáctico" alude repetidamente al "temor" que experimentan los pobres, cuando comparan su propia miseria con la felicidad de los poderosos (vs. 6-7, 17). Dicho temor está motivado por la aparente contradicción entre ese estado de cosas y la justicia de Dios en el gobierno del mundo (Sal. 37; 73). Para responder a esa inquietud, el salmista recuerda que nadie podrá asegurarse la inmortalidad por medio de sus riquezas (vs. 8-10): todos los hombres son iguales ante la muerte (v. 11) y los ricos no llevarán sus bienes a la tumba (v. 18). Además, los justos se verán libres de todo grave peligro (v. 16), mientras que un desastre final espera a los malvados (vs. 12-15). El Salmo no contiene ninguna referencia clara a la vida eterna: sólo esta proporcionará más tarde la clave para resolver adecuadamente el "enigma" planteado en el v. 5.

Salmo 50 (49)La parte central de este Salmo está constituida por la acusación que Dios dirige a su Pueblo, para reprocharle su infidelidad a la Alianza. El reproche está precedido por la descripción de la teofanía cultual, en la que el Señor se manifiesta como acusador y como Juez (vs. 1-6). El motivo de la acusación es la infidelidad de Israel a las exigencias morales de la Alianza (vs. 16-20), no compensada por la observancia de prácticas cultuales puramente exteriores (vs. 8-15). La advertencia final (vs 21-23) es una amenaza

Page 75: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

para los que se obstinan en el mal camino, y una promesa de salvación para los fieles.

Salmo 51 (50)Este Salmo -designado tradicionalmente con el nombre de Miserere- es la súplica penitencial por excelencia. El salmista es consciente de su profunda miseria (v. 7) y experimenta la necesidad de una total transformación interior, para no dejarse arrastrar por su tendencia al pecado (v. 4). Por eso, además de reconocer sus faltas y de implorar el perdón divino, suplica al Señor que lo renueve íntegramente, "creando" en su interior "un corazón puro" (v. 12).

El tono de la súplica es marcadamente personal, y en el contenido del Salmo se percibe la influencia de los grandes profetas, en especial de Jeremías (24. 7) y Ezequiel (36. 25-27). En él se encuentra, además, el germen de la doctrina paulina acerca del "hombre nuevo" (Col. 3. 10; Ef. 4. 24).

Este es uno de los Salmos llamados "penitenciales" (Sal. 6; 32; 38; 102; 130; 143).

Salmo 52 (51)El comienzo de este Salmo es una vigorosa acusación contra los que promueven la injusticia, valiéndose del poder que les confiere su puesto relevante en la sociedad (vs. 3-6). En la denuncia se percibe un acento profético, y la culminación de la misma es el anuncio del castigo que el Señor tiene reservado a los que obran de esa manera (v. 7). El justo, en cambio, puede vivir confiadamente bajo la protección de Dios (v. 10).

Salmo 53 (52)Con algunas leves modificaciones (v. 6), este Salmo es una repetición del Salmo 14, y en él se describen los pecados que corrompen a la sociedad (vs. I -4) y se lanza una invectiva contra los opresores de los pobres (vs. 5-6).

Salmo 54 (53)Esta breve oración es una súplica para pedir la protección divina en medio de la opresión (v. 5). La petición está

Page 76: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

acompañada de una profesión de fe y de confianza en el Señor, que es el "sostén" y el defensor de sus fieles (v. 6). El salmista concluye con la promesa de ofrecer un sacrificio de acción de gracias y de testimoniar públicamente la bondad del Señor (v. 8).

Salmo 55 (54)En esta lamentación, un hombre calumniado y perseguido manifiesta su dolor, más que por el odio de sus adversarios, por la traición de un amigo (vs. 13-15). Los vs. 7-9 contienen una exclamación bellamente poética, en la que el salmista expresa su deseo de encontrar un refugio en la soledad, para verse libre de los males que lo afligen. En la parte final del Salmo, predominan los sentimientos de confianza en Dios (vs. 17-19, 23).

Salmo 56 (55)Un hombre perseguido implacablemente (v. 9) apela al poder de Dios para que lo libre de sus adversarios. No obstante la gravedad del peligro (vs. 2-3, 6-7), el salmista no pierde la fe en el Señor (v. 5) y espera confiadamente el momento de su liberación (vs. 10-12). En la seguridad de ser escuchado por Dios, promete darle gracias públicamente por el beneficio recibido (vs. 13-14).

Salmo 57 (56)El estribillo de los vs. 6 y 12 sirve de conclusión a la dos partes que componen este Salmo. La primera (vs. 2-5) es la súplica de un hombre perseguido, que se refugia en el Señor para verse libre del peligro. La segunda (vs. 7-11) es un canto de acción de gracias: una vez pasada la adversidad, el salmista quiere anticiparse a la aurora (v. 9), para alabar el amor y la fidelidad del Señor (v. 11). La parte final de este Salmo (vs. 8-12) se vuelve a encontrar, casi sin ninguna variante, en el Salmo 108. 2-6.

Salmo 58 (57)Este poema es un severo reproche contra los jueces inicuos, que con sus decisiones arbitrarias fomentan la violencia y la injusticia en la sociedad. Después de una invectiva llena de sarcasmo (vs. 2-3), el Salmo describe la inconducta de los jueces y su obstinación en el mal (vs. 4-

Page 77: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

6), y lanza contra ellos enérgicas imprecaciones (vs. 7-10). Por último, anuncia la alegría que experimentarán los justos cuando se manifieste la justicia de Dios (vs. 11-12).

Salmo 59 (58)Este Salmo es la súplica de un hombre perseguido y acusado injustamente. Seguro de su inocencia (v. 5), el salmista pide que sus enemigos sean exterminados (v. 12), para que se ponga de manifiesto el justo gobierno de Dios sobre el mundo (v. 14). El odio y la crueldad de los perseguidores (vs. 7-8, 15-16) explican de alguna manera la violencia de ciertos sentimientos expresados en el Salmo.

Salmo 60 (59)En esta lamentación, aparecen reflejados los diversos momentos de una acción litúrgica, celebrada con motivo de una grave derrota nacional. En la primera parte (vs. 3-7), la comunidad se queja ante el Señor por la dura prueba a que se vio sometida. Luego viene un oráculo del Señor (vs. 8-10), que promete a su Pueblo la total recuperación de sus antiguos dominios. Este oráculo divino se caracteriza por sus audaces antropomorfismos y por su estilo épico. La parte final del Salmo es una reiteración de la lamentación y de la súplica (vs 11- 13), y una profesión de confianza en el poder de Dios (v. 14). Los vs. 7-14 se vuelven a encontrar en el Salmo 108. 7-14.

Salmo 61 (60)Un hombre desterrado -probablemente un levita- suspira por volver a gozar de la presencia divina, viviendo constantemente junto al Santuario de Dios (v.5). En los vs. 7-8 se inserta una oración por el rey, cuya vinculación con el resto del Salmo no aparece con claridad.

Salmo 62 (61)La característica dominante de este Salmo es la absoluta confianza en el Señor, a pesar de la hostilidad y la persecución. El salmista se siente plenamente seguro bajo la protección de Dios (vs. 2-3, 6-8). Por eso interpela decididamente a sus adversarios (vs. 4-5), se reconforta a sí mismo (vs. 6-7) y exhorta a todos los fieles a que compartan sus mismos sentimientos (v. 9). La reflexión

Page 78: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

sapiencial de los vs. 10-11 y el oráculo divino de los vs. 12-13, le sirven para confirmar su enseñanza.

Salmo 63 (62)Un profundo anhelo de Dios -bellamente expresado con la imagen de la tierra sedienta (v. 2)- es el sentimiento que domina todo este Salmo. Su autor podría ser un levita desterrado, que recuerda el tiempo en que vivía junto al Santuario, gozando de la intimidad con el Señor. En el silencio de la noche rememora aquellas horas felices, y ese recuerdo le sirve de consuelo (vs. 7-9). El versículo final indica que el salmista identifica su propia suerte con la de todo su Pueblo, representado en la persona del rey.

Salmo 64 (63)Esta súplica se caracteriza por las expresivas imágenes con que el salmista describe las insidias de sus adversarios (vs. 2-7), y la intervención victoriosa del Señor en defensa de la justicia (vs. 8-9). En la parte final del Salmo, se presenta el castigo de los malvados como un saludable llamado a la reflexión (v. 10), y como un motivo de alegría y seguridad para los que viven rectamente (v. 11).

Salmo 65 (64)En este canto de acción de gracias, la comunidad expresa su ferviente alabanza y reconocimiento al Señor por todos los beneficios recibidos, de sus manos. La primera parte (vs. 2-5) insiste en la bondad de Dios, que escucha desde su Templo las oraciones de los fieles (v. 3) y se muestra siempre dispuesto a perdonarlos (v. 4). La segunda (vs. 6-9) evoca el poder creador del Señor y sus obras admirables en la naturaleza y en la historia, con acentos marcadamente universalistas (v. 6). La parte final del Salmo (vs. 10-14) es de un delicado lirismo, y celebra al Señor como fuente de vida e inagotable fecundidad.

Salmo 66 (65)La primera parte de este Salmo consta de un himno coral (vs. 1-7) y de un canto comunitario de acción de gracias (vs. 8-12), cuyo tema central son las maravillas que realizó el Señor en el Mar Rojo y en el río Jordán (v. 6). La segunda parte (vs. 13-20) difiere sensiblemente de la anterior: ya no

Page 79: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

habla la comunidad, sino un individuo, que se presenta delante del Señor en el Templo, para ofrecer un sacrificio de acción de gracias y dar testimonio de los favores recibidos.

Salmo 67 (66)En esta hermosa oración -compuesta para celebrar la recolección de las cosechas (Éx. 23. 16)- la comunidad agradece al Señor los frutos de la tierra (v. 7). Además, le suplica que renueve constantemente sus bendiciones, a fin de que todos los pueblos reconozcan en el Dios de Israel al único Dios (vs. 2-3). Esta perspectiva universalista se destaca particularmente en el estribillo, que se repite en los vs. 4 y 6.

Salmo 68 (67)Este canto de victoria rememora la gesta que realizó el Señor, cuando condujo triunfalmente a su Pueblo desde el Sinaí hasta el monte Sión (vs. 8-9, 18-19). En torno de esta idea central, se agrupan varios temas afines, expresados en un lenguaje acentuadamente poético y cargado de alusiones mitológicas. Las estrofas se suceden sin conexión aparente; pero esto se debe, en parte, a que el texto del Salmo corresponde a las diversas etapas de una liturgia procesional.

Salmo 69 (68)Esta angustiosa lamentación tiene muchos rasgos comunes con el Salmo 22, en especial, la dramática descripción de la enfermedad y los sufrimientos que dan motivo a la súplica (vs. 2-5). Entre estos últimos, el salmista menciona particularmente el desprecio de que es objeto por su fidelidad a la causa de Dios y su amor hacia el Templo (vs. 8-13). Así hace presente al Señor que su enfermedad pone en juego el honor divino, porque si él muere, todos los fieles quedarán expuestos a la burla de sus enemigos (v. 7).

Los vs. 36-37 indican que el Salmo fue compuesto poco tiempo después del exilio babilónico.

Salmo 70 (69)En este Salmo se repite, con muy pocas variantes, la

Page 80: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

súplica del Salmo 40. 14-18.

Salmo 71 (70)Un anciano gravemente enfermo acude al Señor para que no lo abandone en los penosos días de su vejez (vs. 9, 18). En lugar de describir minuciosamente los dolores que lo afligen, el salmista reitera sus expresiones de fidelidad y confianza en Dios (vs. 3, 5-8, 19), y su promesa de proclamar los beneficios recibidos, para ejemplo de los más jóvenes (v. 18).

Salmo 72 (71)Esta súplica en favor del rey (v. 1) fue compuesta probablemente para el día de su entronización. En ella se describe, con imágenes muy expresivas, la función vital del rey en el seno de la comunidad: la nación no podía gozar de bienestar y prosperidad, si el rey no aseguraba el orden social mediante un gobierno justo. Su "justicia" debía beneficiar, sobre todo, a los miembros más indigentes de la comunidad (vs. 2, 4, 7, 12-14).

Posteriormente el Salmo recibió una interpretación mesiánica, y se "releyó" como una descripción profética del Rey Mesías.

Salmo 73 (72)El tema central de este Salmo es el doloroso enigma que plantea a los justos la comparación entre sus propios sufrimientos (vs. 13-14) y la felicidad de que gozan los impíos (vs. 4-12). El mismo tema -característico de los escritos sapienciales- es tratado también en los Salmos 37; 49. Pero aquí el autor del Salmo no se expresa con la serena objetividad de los sabios. sino que da un testimonio de su experiencia personal: exasperado por lo que consideraba una injusticia de parte de Dios (vs. 21-22), estuvo a punto de extraviarse (v. 2), hasta que una visita al Santuario (v. 17) le hizo experimentar con extraordinaria intensidad la cercanía de Dios, y así comprendió lo que significa estar alejado de él (v. 27). El final del Salmo es de un contenido casi místico: el salmista manifiesta que su único anhelo es vivir en intimidad con Dios.

Page 81: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Salmo 74 (73)Ante el Templo devastado y profanado por los enemigos de Israel, la comunidad suplica al Señor que se acuerde de su Alianza (v.20) y se apresure a reparar las afrentas de su Pueblo (v. 21). Para hacer más apremiante la súplica, se evocan las proezas que realizó el Señor, cuando rescató a Israel de la esclavitud y lo convirtió en su herencia (v. 2). En medio de la súplica, se intercala un himno al Dios creador (vs. 12-17), que tiene por finalidad contraponer el poder manifestado en el momento de la creación y su desconcertante silencio presente.

Salmo 75 (74)El Juicio de Dios (v. 8), que asegurará definitivamente el triunfo de la justicia (v. 11), es el tema central de este Salmo. Luego de una exclamación de carácter litúrgico (v. 2), se escucha un oráculo del Señor, quien se manifestará como Juez supremo cuando él mismo lo decida (vs. 3-4). A este anuncio sigue una última advertencia dirigida a los impíos, para que cambien de actitud (vs. 5-9). El Salmo concluye con un tono hímnico, porque la victoria de la justicia divina será un motivo de alegría para los justos.

Salmo 76 (75)Este poema -como los demás "Cantos de Sión" (Sal 46; 48; 87)- expresa el amor y la admiración de los israelitas por su Ciudad santa. Al elegir a Jerusalén como Morada (v. 3), el Señor la convirtió en escenario de sus victorias (vs. 4-7). Estos resonantes triunfos confirman el renombre del Señor como guerrero invencible (vs. 2, 8) y son, a la vez, la manifestación de su justicia en favor de los humildes (vs. 9-11).

Salmo 77 (76)En un momento de extrema aflicción para Israel, el salmista se interroga angustiosamente sobre la desconcertante actitud del Señor, que parece haber rechazado para siempre a su Pueblo (vs. 8-11). A pesar de sus esfuerzos (vs. 3- 7), no alcanza a comprender los misteriosos caminos de Dios, y sus preguntas quedan sin respuesta. Pero el recuerdo de las antiguas maravillas del Señor -evocadas

Page 82: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

hímnicamente en la parte final del Salmo (vs. 12-21)- permite mirar hacia el futuro con una cierta esperanza.

Por las circunstancias a que se hace alusión, es probable que el Salmo haya sido compuesto durante el exilio babilónico.

Salmo 78 (77)Esta larga meditación de estilo sapiencial evoca la historia de Israel, desde el Éxodo hasta la institución de la monarquía davídica. El relato histórico sirve de soporte a una enseñanza para el presente: en el recuerdo de su propio pasado, Israel debe encontrar un motivo de gratitud y fidelidad al Dios de la Alianza (vs. 6-7). Esta preocupación didáctica se manifiesta, sobre todo, en la presentación de la historia como una permanente contraposición entre la misericordia del Señor y las rebeldías de su Pueblo.

Salmo 79 (78)El motivo de esta súplica nacional es la deplorable situación en que se encuentra Israel: los paganos han devastado y profanado la herencia del Señor (v. 1); muchos fieles han caído bajo la espada, sus cadáveres han sido abandonados a las aves de rapiña y los pueblos vecinos celebran esa derrota (vs. 2-4). El salmista reconoce que la tragedia nacional es el justo castigo de reiteradas infidelidades (v. 8); pero hace presente al Señor que esa derrota compromete la gloria de su Nombre (v. 9), ya que Israel es su Pueblo y su "rebaño" (v. 13). Si no escucha el llanto de los cautivos, los paganos pensarán que es inútil servir al Señor (v. 10).

Salmo 80 (79)Este Salmo es una súplica que toda la nación dirige al "Pastor de Israel" (v. 2), en un momento de grave calamidad. El lirismo que caracteriza a todo el poema aparece con particular relieve en los vs. 9-12, donde Israel es presentado como una "vid" que el Señor sacó de Egipto y plantó cuidadosamente en la Tierra prometida. El recuerdo de aquella solicitud hace más angustiosa la situación presente (vs. 5-7, 13-14) y confiere mayor intensidad a la súplica de toda la comunidad, expresada

Page 83: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

particularmente en el estribillo de los vs. 4, 8 y 20.

Salmo 81 (80)La primera parte de este Salmo (vs. 2-6) es un preludio hímnico, que invita a celebrar jubilosamente una de las grandes fiestas anuales. La segunda (vs. 7-17) contiene un oráculo que el Señor dirige a Israel, en un tono de reproche y de promesa. En èl, le recuerda sus beneficios y sus exigencias (vs. 9-11), lo amonesta por su obstinación (vs. 12-13) y le promete toda clase de bendiciones si escucha su Palabra (vs. 14-17).

Salmo 82 (81)Este poema ilustra uno de los aspectos de la prolongada lucha que Israel mantuvo contra la idolatría y contra las concepciones del paganismo circundante. En algunas ocasiones, los Profetas -para dar una mayor fuerza persuasiva a sus palabras- interpelaban a los dioses paganos y les reprochaban su incapacidad para hacer alguna cosa, sea buena o mala (Is. 41. 21-29). Mediante un procedimiento literario similar, este Salmo presenta al Señor alzándose como Juez en medio de los dioses, para condenarlos a la impotencia total, después de haberlos acusado de fomentar la injusticia entre los hombres.

Posteriormente, este Salmo se interpretó como un apóstrofe contra los jueces y gobernantes injustos.

Salmo 83 (82)Israel pide al Señor que repita sus hazañas del pasado (vs. 10-13) y manifieste su dominio sobre toda la tierra (v. 19), derrotando a los enemigos de su Pueblo (vs. 14-18). La coalición mencionada en los vs. 3-6 no se refiere a un hecho histórico determinado, sino que representa simbólicamente la constante oposición de los paganos contra Israel. Esta afirmación se funda en el carácter artificial de la lista que enumera a las naciones coaligadas (vs. 7-9): en ella aparecen reunidos diez de los enemigos tradicionales de Israel, pertenecientes a épocas diversas.

Salmo 84 (83)Al llegar a Jerusalén, un peregrino entona esta alabanza al

Page 84: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Templo de Sión, Morada del Señor y lugar donde se manifiesta su presencia. Con profundo lirismo, evoca su ansia de Dios que lo trajo hasta el Santuario (v. 3), las etapas recorridas por los peregrinos (vs. 7-8) y la felicidad de encontrarse en la Casa del Señor (vs. 5, 11).

Salmo 85 (84)En esta oración se refleja la situación espiritual de los que ya han pasado la prueba del exilio en Babilonia. La repatriación de los cautivos "ha cambiado la suerte" de Israel (v. 2) y es una prueba del amor del Señor hacia su Pueblo. Pero los vaticinios proféticos (Is. 60. 2) no se han cumplido plenamente, y la reconstrucción nacional se realiza en medio de las más duras penalidades. Por eso la comunidad suplica al Señor que manifieste su misericordia y le conceda la salvación (v. 8), es decir, que lleve a su pleno cumplimiento la obra comenzada. La última parte del Salmo (vs. 9-14) es un oráculo profético, que contiene la respuesta divina a la súplica del Pueblo y anuncia la definitiva restauración de Israel, en una era de justicia y prosperidad.

Salmo 86 (85)Este Salmo es la oración de un "pobre" (v. 1), que se abandona a la misericordia y al poder de Dios en medio de un grave peligro (vs. 7-14). Para fundamentar su petición, el salmista no describe dramáticamente la intensidad de sus sufrimientos -como suele suceder en las súplicas del Salterio (Sal 22; 41; 69; 88)- sino que apela con esperanzada insistencia a la bondad infinita de Dios (vs. 5, 13, 15-17).

Salmo 87 (86)Es probable que este "Canto de Sión" (Sal. 46; 48; 76) haya sido interpretado de distintas maneras en épocas diversas. En su forma original, parece estar dirigido a los peregrinos que llegaban a Sión (vs. 1-2) de todas las regiones de la diáspora judía, para anunciarles que también ellos debían sentirse como nacidos en Jerusalén. Más tarde, por influencia de algunos oráculos proféticos (Is. 2. 2-4; Zac. 8. 20-23), el Salmo fue "releído" con una perspectiva mesiánica y universalista: Jerusalén estaba llamada a ser el

Page 85: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

centro espiritual de todas las naciones, y hasta los más encarnizados enemigos del Pueblo elegido -Egipto, Babilonia, Tiro, Filistea y Etiopía (v. 4)- tendrían que reconocer al Dios de Israel y considerarse ciudadanos de la Ciudad santa (v. 6).

Salmo 88 (87)Esta lamentación -sin duda, la más triste de todo el Salterio- refleja admirablemente las ideas del Antiguo Testamento sobre la enfermedad, la muerte y el más allá. Entre la enfermedad y la muerte hay sólo una diferencia de grado, porque en ambos casos están obrando los mismos poderes hostiles a la vida (vs. 16-18). Al verse privado de todos los motivos de felicidad y, en especial, de la comunión con los demás (vs. 9, 19), el enfermo se siente sumergido en el "reino de la muerte" (v. 12), cuyas características describen los vs. 6-8. En esta penosa situación, y sin manifestar ningún sentimiento de esperanza, el salmista pide al Señor que le devuelva la vida porque los muertos no pueden alabar a Dios (vs. 11 -13).

La fe en la resurrección y en la vida futura ilumina con una nueva perspectiva el misterio del dolor, tan elocuentemente expresado en este Salmo, que pertenece a los llamados "Oraciones de los enfermos" (Sal. 6; 38; 41; 102. 2-12).

Salmo 89 (88)La evocación de las promesas hechas por el Señor a David - que constituye la parte central de este magnífico poema- sirve de base a la súplica por el rey, en un momento de grave humillación para la dinastía davídica. Con esta visión global del Salmo, es fácil percibir la conexión entre sus diversas partes. El breve preludio (v. 2) -seguido de una alusión a la alianza davídica (vs. 3-5) y de un himno al Creador (vs. 6-19)- introduce un oráculo divino (vs. 20-38), que anuncia los privilegios de David y su dinastía-. La situación que describen los versículos siguientes (39-46) es el reverso de esas antiguas promesas, y por eso el rey suplica al Señor que vuelva a manifestarle su amor y su fidelidad (vs. 47-52).

Salmo 90 (89)

Page 86: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La súplica contenida en este Salmo está motivada por largos años de penosos sufrimientos. En ella, la comunidad de Israel ruega al Señor que le conceda una alegría comparable a las tribulaciones vividas hasta el presente (vs. 13-15).El Salmo no apunta específicamente a una situación particular -hambre, sequía o guerra- sino que parece referirse, de manera general, a las penalidades cotidianas, tanto de los individuos como de la nación. Por eso, la súplica va precedida de una profunda meditación sobre la precariedad y la miseria de la vida humana, contrapuesta a la eternidad y soberanía de Dios (vs. 2-10). La conclusión del salmista es que la verdadera sabiduría consiste en reconocer la brevedad de la vida (v. 12). El verso inicial confiere a todo el Salmo un tono de esperanzada confianza.

Salmo 91 (90)Una sola idea se repite a lo largo de todo este Salmo: los que se refugian en el Señor pueden afrontar confiadamente cualquier dificultad, porque cuentan con la constante y eficaz protección divina. Muchas expresiones tienen evidentemente un carácter hiperbólico, por ejemplo la del v. 13, y sólo pretenden destacar la excepcional providencia con que el Señor cuida de sus fieles. En la parte final del Salmo (vs. 14-16), un oráculo divino confirma la enseñanza del salmista.

Salmo 92 (91)En este canto de acción de gracias, el salmista descubre en su caso personal (vs. 5, 11-12) una manifestación de los designios providenciales de Dios (v. 6). La suerte reservada a los impíos (vs. 8-10) y a los justos (vs. 13-16) revela la profundidad y la justicia de esos designios, que el "insensato" es incapaz de comprender (v. 7). Sin plantear expresamente el problema -como sucede en los Salmos 37; 49; 73- este Salmo da una respuesta a los interrogantes que suscita el aparente triunfo del mal.

Salmo 93 (92)El tema central de este himno se vuelve a encontrar en un grupo de salmos cultuales, denominados habitualmente "Himnos a la realeza del Señor" (Sal. 47; 96 - 99). Todos

Page 87: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

estos poemas proclaman al Señor como Rey universal, destacando los diversos motivos en que se funda su realeza. En este caso, la soberanía del Señor aparece fundada en el acto de la creación y afianzamiento del mundo, que los vs. 3-4 describen -con evidentes reminiscencias mitológicas- como una victoria divina sobre las fuerzas del caos. El versículo final alude a la Revelación concedida a Israel, porque la obra creadora de Dios es inseparable de sus manifestaciones salvíficas en la historia.

Salmo 94 (93)El salmista comienza con una angustiosa invocación al Señor, para que se manifieste como Juez de la tierra y castigue a los opresores de su Pueblo (vs 1-7). La segunda parte del Salmo tiene un tono sapiencial, y es un severo reproche a los que ponen en duda el triunfo final de la justicia (vs. 8-15). Por último, el salmista se reconforta a sí mismo, fundado en su propia experiencia de la intervención salvadora de Dios (vs. 16-19) y en la seguridad de que el Señor no puede estar de parte de la injusticia (vs. 20-23).

Salmo 95 (94) Las dos partes que componen este Salmo corresponden a otros tantos momentos de una solemne acción litúrgica. La primera (vs. 1-7) es un canto procesional dirigido a la comunidad

ProverbiosAutor: La Biblia

Refranes que dicen las viejas tras el fuego. Éste era el nombre que recibía la recopilación de refranes castellanos que publicó en 1499 el Marqués de Santillana, don Íñigo López de Mendoza. Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. Éste es el nombre que recibe este libro de la Biblia dedicado a los proverbios israelitas y que, como aquél, es una gran colección de refranes, máximas, adagios, etc.

Page 88: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

El libro de los PROVERBIOS reúne varias colecciones de refranes, comparaciones, máximas, enigmas y alegorías, puestas en su mayoría bajo la autoridad de "Salomón, hijo de David, rey de Israel" (1. 1). Tal atribución se debe a que la tradición israelita consideraba a aquel célebre rey como el "sabio" por excelencia. Según el primer libro de los Reyes, él "pronunció tres mil maximas" (1 Rey. 5. 12) y su sabiduría "superaba la de todos los Orientales y toda la sabiduría de Egipto" ( 1 Rey. 5. 10).

Dentro de esta amplia gama de géneros literarios, la expresión más frecuente y característica es el aforismo o dicho breve y agudo, que encierra una verdad útil para la vida. En algunos pasajes del libro de los Proverbios -como en otros Libros sapienciales del Antiguo Testamento- se perciben notables influencias de la antigua sabiduría egipcia y oriental, e incluso se encuentran en él varias sentencias de dos sabios extranjeros (30. 1-14; 31. 1-9). Esto pone de manifiesto el aprecio que tenia Israel por aquella sabiduría ancestral y su capacidad para asimilarla creativamente, haciéndola compatible con las exigencias de su propia fe.

La visión teológica expresada en el Libro es relativamente sencilla. El Señor es el Creador del mundo y todo lo ha hecho con sabiduría. Las huellas de esa sabiduría divina han quedado grabadas en cada una de sus obras. Por lo tanto, aquel que ponga todo su empeño en abrir los ojos a la realidad que lo rodea, encontrará el camino que lo lleva a la vida y lo libra de la muerte. Lo importante es buscar el orden establecido por Dios en el mundo y vivir en conformidad con él. Pero la adquisición de la sabiduría presupone ciertas condiciones morales.

Una actitud específicamente sapiencial es prestar atención a las advertencias y exhortaciones de los sabios, que son los portadores de una experiencia acumulada a través de los siglos.

El ideal de estos sabios es descubrir y enseñar el arte de vivir bien. Lo que más les preocupa es guiar al individuo

Page 89: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

hacia la felicidad y el éxito en esta vida. Ningún aspecto de la actividad humana es indigno de su atención. De ahí que las personas de toda condición social encuentren en los Proverbios consejos adecuados a su edad o profesión: reyes, jueces y comerciantes, hombres y mujeres, pobres y ricos, jóvenes y ancianos.

Con frecuencia se alude a las relaciones entre padres e hijos, entre marido y mujer, entre patrones y servidores. Su reflexión se extiende al ámbito religioso, moral, político y social, con el fin de encontrar para cada circunstancia una norma práctica fundada en la sabiduría.

El lector cristiano puede quedar sorprendido por el carácter aparentemente "profano" de la mayor parte de los consejos dados en el libro de los Proverbios, especialmente en las dos colecciones salomónicas (10. 1 - 22. 16; 25 - 29).

Pero esta impresión pierde mucho de su fuerza si se tiene en cuenta la totalidad del Libro. Este se abre y se cierra con una alusión al "temor del Señor" ( I . 7; 31. 30), entendido como una actitud a la vez filial y reverencial con respecto a Dios, que no sólo es el Creador del mundo sino también el Dios de la Promesa y de la Alianza. El "temor de Dios", es el principio y la coronación de la sabiduría por la que debe regirse toda la conducta humana.

Otro aspecto desconcertante es el énfasis puesto en el propio interés y en el éxito personal como motivaciones del comportamiento moral. Estas motivaciones, lo mismo que la idea de una retribución meramente terrena de las acciones humanas, han quedado superadas por el Evangelio. Pero hay otras riquezas de los Proverbios que mantienen plena vigencia. El amor a la sabiduría, la preocupación por encontrarla y llevarla a la práctica en circunstancias concretas de la vida, la fe en la justicia de Dios y en el gobierno divino del mundo son valores permanentes, asumidos por el Cristianismo. De hecho, el Nuevo Testamento contiene numerosas citas del libro de los Proverbios: entre ellas, merece destacarse la que se refiere a la actitud paternal con que Dios corrige a sus hijos (Heb. l2. 5-6).

Page 90: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

EclesiastésAutor: La Biblia

Un pasota, han dicho que era este Qohélet, que es el nombre hebreo que se traduce normalmente por Eclesiastés. También lo han calificado de cínico, de escéptico, de pesimista, ¡hasta de agnóstico! La verdad es que se trata de un libro-y de un autor- extraño. Parece un diario, o un cuaderno de reflexiones, escrito a vuela pluma, con pensamientos desordenados, amontonados, como si surgieran a borbotones de la mente del autor y éste tuviera prisa por dejarlas sobre el papel. El libro tiene mucho de autobiográfico, está escrito en primera persona y se refiere siempre a experiencias personales, de las que el autor ha extraído unas consecuencias que quiere exponer a los demás.

El autor de este Libro es un "Sabio" de mediados del siglo III a. C. que pone sus reflexiones en boca del ECLESIASTÉS, palabra griega que significa "predicador" o "presidente" de una asamblea religiosa. De ahí el titulo de la obra, cuyo nombre hebreo

-COHÉLET-parece significar más o menos lo mismo. El hecho de identificar a este "predicador" con el rey Salomón es un artificio literario común a todos los escritos sapienciales.

El tono dominante del Eclesiastés es más bien sombrío y pesimista. En él se van exponiendo las reflexiones y las actitudes de un hombre a partir de su experiencia personal. Esa experiencia le ha hecho descubrir la caducidad de la vida y la aparente inutilidad de todas las cosas, llevándolo a una amarga convicción, repetida incansablemente a lo largo del Libro: "¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol?"(1. 2-3).

Page 91: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Este Sabio comprueba que nada de lo que tradicionalmente era considerado una retribución por el cumplimiento de la Ley puede satisfacer plenamente al corazón humano. El amor, los placeres, las riquezas y la gloria no dejan más que vacío y desencanto. La misma sabiduría está acompañada de aflicción. Para colmo de males, muchas veces los necios oprimen a los sabios.

Más aún, "¡el sabio muere igual que el necio!" y "todo cae en el olvido" (2. 16). La ausencia de la esperanza en una retribución después de la muerte explica esta manera de pensar (9. 4-6). Lo único que vale la pena es gozar moderadamente de las alegrías y de los pocos bienes que Dios pone a nuestro alcance (5. 17-19; 9. 7-10; 11. 7-10).

¿Cómo se puede compaginar el pesimismo del Eclesiastés, por momentos rayano en el escepticismo, con la fe y la esperanza de un israelita que se siente heredero de las promesas hechas por Dios a su Pueblo? Por lo pronto, no se debe olvidar que este Libro no es "toda" la Biblia, sino "una" de sus partes. Escrito en el estilo de los "maestros de sabiduría", abundan en él los aforismos, las paradojas e, incluso, las afirmaciones aparentemente contradictorias que intentan expresar las diversas caras de una misma realidad.

Por otra parte, al escepticismo existencial del autor del Eclesiastés no corresponde un escepticismo religioso. Al contrario, este pensador desilusionado guarda la serenidad del creyente y reconoce que todo ha sido dispuesto por la sabia Providencia divina (3. 10-11). Para él, las cosas buenas son un don de Dios (2. 24-26), y el hombre tendrá que dar cuenta al Creador de su conducta sobre la tierra (12. 14).

La enseñanza moral de este "predicador" concuerda muy bien con la de todo el Antiguo Testamento: "Teme al Señor y observa sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre" ( 12. 13).

De todas maneras, al llamar la atención sobre la relatividad

Page 92: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

de cuanto hay "bajo el sol", este Sabio nos lleva a la búsqueda del único "Absoluto". "El Eclesiastés habla de Dios, se ha dicho con razón, como la sed del agua". Y el Nuevo Testamento, al revelarnos la resurrección de los muertos, viene a colmar la sensación de vacío que deja la lectura de este Libro: "La creación quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza" (Rom. 8. 20).

Cantar de los CantaresAutor: La Biblia

Qué tiene que ver Dios, o su Palabra, con los piropos, las zalamerías, los cantos y los versos que se dedican los enamorados? Parece que nada en absoluto. Y, sin embargo, hay en la Biblia un librito que está compuesto precisamente de requiebros, cantos y poemas de amor iguales o parecidos a los de la poesía amorosa popular de todos los tiempos y de todas las culturas: el Cantar de los Cantares. El propio título agrava el problema, porque califica al libro como uno de los mejores, so no el mejor, de toda la literatura bíblica. El título en cuestión es un superlativo, como amor de los amores, rey de reyes o señor de los señores. Debería traducirse por El mejor de todos los cantares. Quizá para que el tema-amor entre hombre y mujer con todas sus implicaciones-no desentonara como Palabra de Dios los judíos y los cristianos tras ellos, prefirieron interpretar el Cantar alegóricamente: en realidad de trataría del amor entre Dios (el amado) y su pueblo (la amada). Y es verdad que los profetas utilizan la alegoría del amor entre hombre y mujer, o la del matrimonio, para referirse a las relaciones de Dios con su comunidad (cf. Os 2; Is 54; Ez 16). Algunos han traducido cristianamente este tipo de interpretación: el novio y la novia serían Cristo y su Iglesia, o Cristo y el alma del cristiano. Y también es verdad que el Nuevo Testamento habla de las bodas del Cordero (Cristo) con su Esposa, la Iglesia (Ap 21).

CANTAR DE LOS CANTARES es un

Page 93: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

superlativo que significa "el más hermoso de los Cantos", "el Canto por excelencia". A primera vista, es el Libro menos "bíblico" por su contenido y por su forma. Su autor es desconocido y, probablemente, fue compuesto en la primera mitad del siglo IV a. C. En él se describe y ensalza el amor apasionado de una pareja, que trata por todos los medios de llegar a la unión definitiva. Los encantos y el mutuo atractivo de los dos amantes, lo mismo que el gozo y el sufrimiento que acompañan necesariamente su amor, son expresados en el estilo propio de la poesía amatoria de la época, a través de imágenes llenas de colorido y de fuerza. "¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas! ¡Qué hermoso eres, amado mío, eres realmente encantador!"( 1. 15-16). "¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado, que apacienta su rebaño entre los lirios!" (2. 16; 6. 3).

Entre las diversas partes del Libro no existe mayor continuidad lógica y sus personajes son imprecisos. Tampoco se explican las situaciones por las que atraviesa la pareja ni se establece ninguna ilación entre ellas. De vez en cuando, el diálogo amoroso es interrumpido por un coro que actúa a la manera de relator e impulsa a los amantes en su ardiente búsqueda.

¿Qué significa dentro de los Libros sagrados este Libro, que apenas una vez y de paso nombra a Dios? (8. 6). ¿Qué mensaje nos transmite la "Palabra de Dios" contenida en él? Son muchas y muy variadas las interpretaciones que se han dado del mismo, tanto en el Judaísmo como en el Cristianismo. Para algunos, el Cantar es un poema alegórico, que celebra el amor de Dios hacia su Pueblo a la manera de un amor conyugal, retomando la hermosa imagen utilizada por Oseas, Jeremías y Ezequiel. Para otros, este Libro no es más que un conjunto de poemas, compuestos con ocasión de una fiesta nupcial y destinados a cantar el amor de una pareja.

Ambas interpretaciones, lo mismo que otras mas o menos semejantes, no son necesariamente opuestas ni excluyentes. ¿Acaso el amor entre el varón y la mujer no ha

Page 94: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

sido establecido y bendecido por Dios al comienzo de la creación? "Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne" (Gn. 2. 24). Es na- tural, entonces, que la Biblia se haya valido de una canción de amor aparentemente "profana" para exaltar la dignidad del amor conyugal y proclamar sus excelencias. Y es natural que, de esa manera, el Cantar de los Cantares haya querido también celebrar veladamente la gran Alianza de amor entre Dios e Israel, que llena todas las páginas del Antiguo Testamento.

La tradición cristiana ha visto en este Libro una figura del amor de Cristo hacia la Iglesia, que es su Esposa (Ef. 5. 25). A su vez, la liturgia ha aplicado varias imágenes de este poema a la unión entre la Virgen María y el Espíritu, y los grandes místicos las han referido a la unión íntima de cada creyente con Dios.

SabiduríaAutor: La Biblia

Nos hallamos ante un libro sobre el arte de gobernar, un libro de teología política, es decir, de reflexión sobre la política desde la fe, una obra que tiene como idea central la justicia en el gobierno. No deja de ser un texto de sabiduría, de tema sapiencial, pero que parte del convencimiento de que no existe sabiduría fuera de la justicia. El autor finge ser el rey Salomón y escribe su obra para exhortar a los paganos-los que regís la tierra (Sab 1,1), reyes gobernantes del c°be hasta sus confines… (Sab 6,1)- a buscar y practicar esa sabiduría-justicia, porque con ella conseguirán todos los bienes imaginables, incluso la inmortalidad (Sab 1,15; 8,17). La inmortalidad es, según este autor, el primero y el único que lo afirma en todo el Antiguo Testamento, el verdadero destino del hombre: Dios nos hizo la muerte, ni goza destruyendo a los vivientes… Dios creó al hombre para la inmortalidad (Sab 1,13;2,23). Porque Dios es Señor, amigo de la vida, una de las más hermosas cosas que se dicen de Dios en toda la Biblia (Sab 11,26).

Page 95: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La SABIDURÍA es el Libro más reciente del Antiguo Testamento. Fue escrito en griego, muy probablemente entre los años 50 y 30 a. C., por un judío de Alejandría, la gran ciudad egipcia convertida en el primer centro cultural del mundo mediterráneo. El autor, sobre todo cuando habla en primera persona (caps. 7 - 9), se presenta como si fuera

Salomón. Este artificio literario le sirve para mostrar que su enseñanza, a pesar de estar presentada de manera nueva y original, coincide con la auténtica tradición sapiencial de Israel, representada por el más célebre de sus "sabios" .

La obra está dirigida en primer lugar a la numerosa y floreciente comunidad judía radicada en aquella ciudad. Lejos de su patria y en estrecho contacto con una cultura brillante y ecléctica, ella corría el riesgo de dejarse seducir por los atractivos del paganismo. Consciente de esto, el autor se propone demostrar a sus compatriotas que no tienen nada que envidiar a los paganos y, por lo tanto, sería una insensatez despreciar los bienes que la Sabiduría divina les había dispensado tan generosamente. Al mismo tiempo, les recuerda el incomparable privilegio del Pueblo elegido por Dios para comunicar a los demás pueblos "la luz incorruptible de la Ley" (18. 4).

Sin embargo, también los paganos son indirectamente destinatarios del mensaje contenido en este Libro. El autor se dirige a ellos para hacerles ver que Israel no es un pueblo "bárbaro", ni un "enemigo del genero humano", como se lo consideraba con frecuencia. Su Dios es el Señor misericordioso, que ama a todas sus criaturas (11. 24-25) y las gobierna "con gran indulgencia" (12. 18). Ese Dios creó el mundo con Sabiduría y se manifiesta a todos los hombres

Page 96: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

a través de sus obras. Sin embargo, los paganos no supieron reconocer en las cosas creadas al Artífice y Soberano del universo. Para dar más valor a esta requisitoria contra el paganismo, el autor usa el lenguaje de sus propios pensadores, con intención no sólo polémica sino también misionera.

El libro de la Sabiduría es una obra de síntesis. Su autor meditó profundamente los escritos del Antiguo Testamento -especialmente el Génesis, el Éxodo, Isaías, los Proverbios y el Eclesiástico- que sin duda había leído en la versión griega de los "Setenta", compuesta precisamente en Alejandría a partir del siglo III a. C. Pero luego repensó y desarrolló esos temas bíblicos con la ayuda de expresiones y conceptos tomados de la filosofía griega. En este "diálogo de dos culturas" -después del enfrentamiento violento de otras épocas- el Judaísmo supo enriquecerse con los elementos asimilables del Helenismo, sin perder su propia identidad. Así abrió el camino que más tarde habrían de seguir los primeros cristianos en la evangelización del mundo pagano.

Aunque el Nuevo Testamento no contiene ninguna cita explícita de este escrito sapiencial, es indudable que san Juan y san Pablo se inspiraron en él, sobre todo al hablar de Cristo como Palabra, Sabiduría, Imagen y Resplandor de la gloria de Dios (Jn. 1. 1; 1 Cor. 1. 24, 30; Col. 1. 15; Heb. 1. 3; 1 Jn. 1. 1).

LA SABIDURÍA Y EL DESTINO HUMANO

"¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días felices?" (Sal. 34. 13). Esta pregunta que tanto había inquietado a los antiguos "sabios" de Israel, se vuelve a plantear en los primeros capítulos del Libro. La respuesta tiene ahora otra dimensión. El destino último de cada hombre se decide en la vida presente, pero su retribución definitiva se obtiene más allá de la muerte. Los justos pueden mantenerse firmes y confiados frente al sufrimiento y afrontar serenamente la violencia de que son objeto por parte de los impíos, porque la esperanza que han puesto en Dios está "colmada de inmortalidad" (3. 4).

Page 97: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La fe en la resurrección de Jesucristo, "el primero que resucitó de entre los muertos" (Col 1. 18), llevará a su plenitud el objeto de esta esperanza.

"Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la Palabra de la Escritura: La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?" (1 Cor. 15. 54 - 55).

EclesiásticoAutor: La Biblia

Jesús ben Sirac es un judío de pura cepa, estudioso de la Sagrada Escritura, sabio de profesión, viajero y palestinense tradicionalista. Se opone a las nuevas modas griegas del tiempo, a veces es duro y enérgico, pero tiene buen humor y talante agradable. Éste es el autor de este libro, el compendio de sabiduría israelita más completo que existe. Lo escribió en Palestina hacia el año 180 a.C., cuando en el país, tras la conquista de Alejandro Magno (333 a.C), soplaban ya fuertemente los vientos del helenismo, aunque todavía sin la agresividad que tendría algunos años más tarde, bajo el seléucida Antíoco IV Epífanes (175-164 a.C). Y lo escribió porque, como dice su nieto en el prólogo, después de dedicarse intensamente a leer la Ley, los Profetas y los restantes libros paternos, y de adquirir un buen dominio de ellos, se decidió a componer por su cuenta algo en la línea de la sabiduría e instrucción, par que los deseosos de aprender, familiarizándose también con ello, pudieran adelantar en una vida según la Ley

A este Libro "deuterocanónico" -el más extenso de los escritos sapienciales- se lo designa habitualmente de dos maneras distintas. El nombre de ECLESIÁSTICO, que significa "libro de la asamblea", se hizo tradicional en la

Page 98: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

iglesia latina, quizá por la frecuencia con que se lo utilizaba en los primeros siglos para la formación moral de los catecúmenos y de los fieles. La mayoría de los manuscritos griegos, en cambio, lo titulan "Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá"- en hebreo, Ben Sirá -y de allí deriva el nombre de SIRÁCIDA, que también se le suele dar.

Mientras que la mayoría de los escritos sapienciales son atribuidos a Salomón, el Eclesiástico es el único que lleva la firma de su autor. Este era un judío de Jerusalén, culto y de buena posición, que se dedicó desde su juventud al conocimiento de las Escrituras y a la búsqueda de la Sabiduría, sobre todo por medio de la oración (51. 13). Como fino observador, aprovechó sus frecuentes viajes para completar su formación (34. 11). Convertido en "maestro de sabiduría", orgulloso de su raza y de su historia nacional, dirigió en Jerusalén una escuela (51. 23), destinada a iniciar a los jóvenes en la adquisición de la Sabiduría. Por último, hacia el 180 a. C., recogió por escrito el fruto de sus reflexiones y de su larga experiencia.

La obra de Ben Sirá es un llamado de atención frente a la influencia de la cultura griega, que no cesaba de expandirse en el Próximo Oriente desde las conquistas de Alejandro Magno. Él comprendió que ese nuevo movimiento de ideas no tardaría en entrar en conflicto con la fe de Israel. Para contrarrestar el peligro, puso todo su empeño en preservar el patrimonio religioso y cultural del Judaísmo en esa época de transición. A diferencia de los antiguos "maestros de sabiduría", que consideraban al hombre nada más que en su condición de tal, al Sirácida le preocupaba antes que nada la formación del hombre "judío". Según él, la Sabiduría se ofrece a todos, pero puso su Morada en Israel y, en última instancia, se identifica con la Ley de Moisés. De allí la necesidad de meditar constantemente "el libro de la Alianza del Dios Altísimo" (24. 23), para adquirir la verdadera Sabiduría y vivir en conformidad con la voluntad divina.

El Eclesiástico fue escrito originariamente en hebreo, pero el texto original cayó pronto en el olvido. La obra se conservó gracias a la traducción griega realizada por un

Page 99: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

nieto del autor, emigrado a Egipto en el 132. A fines del siglo pasado y en las últimas décadas del actual se encontraron varios manuscritos hebreos, que abarcan unas dos terceras partes del Libro. La traducción que damos a continuación es la del texto griego, ya que es este el que fue recibido y transmitido por la tradición cristiana.

El Sirácida es el último testigo inspirado de la corriente sapiencial dentro de Palestina. El ideal de vida propuesto por él tiene las limitaciones propias de su época, pero también encierra valores permanentes, que fueron asumidos por el Nuevo Testamento, especialmente en la Carta de Santiago. Por su profunda religiosidad, unida a un sano sentido común, por su fidelidad a la Ley y su afán de encontrar en todo un reflejo de la sabiduría de Dios, el autor de este Libro anticipa el retrato que hará Jesús del "escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos": él "se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo" (Mt. 13. 52).

PRÓLOGO DEL TRADUCTORLa versión griega del Eclesiástico está precedida de un Prólogo, que generalmente no se considera inspirado, donde el traductor explica los motivos que lo impulsaron a llevar a cabo esta difícil tarea. Entre otras informaciones de interés, en este Prólogo encontramos la primera alusión a la división tripartita de la Biblia hebrea: LA LEY, LOS PROFETAS y LOS DEMÁS ESCRITOS.

1 Muchas e importantes enseñanzas nos han sido transmitidas por la Ley, los Profetas y los otros Escritores que los han seguido, por los cuales se debe elogiar a Israel a causa de su instrucción y su sabiduría. Pero es un deber para los que leen esos Libros, no sólo adquirir ciencia personalmente, 5 sino también poder ser útiles a los de afuera, con la palabra y los escritos. Por eso, mi abuelo Jesús, después de haberse aplicado intensamente a la lectura de la Ley, de los Profetas 10 y de los otros Libros de los antepasados, en los que adquirió una gran competencia, se decidió también él a escribir algo sobre temas de instrucción y sabiduría, de manera que los hombres deseosos de aprender, aplicándose a estas disciplinas,

Page 100: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

hicieran mayores progresos en la manera de vivir conforme a la Ley.

15 Por lo tanto, ustedes están invitados a leer esto con benévola atención, y amostrarse indulgentes allí donde pudiera parecer que, 20 a pesar de nuestros denodados esfuerzos de interpretación, no hemos logrado acertar en alguna expresión. Porque lo que está expresado en hebreo no conserva su misma fuerza cuando se lo traduce a otra lengua. Y esto no sucede sólo aquí, sino que la misma Ley, los Profetas 25 y los demás Libros presentan diferencias notables cuando se los lee en el original.

Ahora bien, en el año 38 del rey Evergetes, cuando yo vine a Egipto y me quedé allí, descubrí un ejemplar de esta valiosa instrucción, 30 y juzgué extremadamente necesario aportar mi dedicación y esfuerzo a traducir ese Libro. He consagrado muchos desvelos y ciencia, durante este período, hasta llevar a buen término y publicar este Libro, para aquellos que, en el extranjero, están deseosos de aprender, 35 a fin de ajustar sus constubres a una vida conforma e la Ley.

COLECCIÓN DE SENTENCIASLa primera parte del Eclesiástico incluye varios elogios de la Sabiduría, personificada como una madre que alimenta a sus hijos (15. 2) y como una Palabra salida "de la boca del Altísimo" (24. 3). Ella penetra todo el universo, pero "echó raíces en un Pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su herencia" (24. 12), y es concedida abundantemente a los que lo aman (1. 10). El "principio" y la "corona" de la Sabiduría es el "temor del Señor", actitud que implica el respeto filial a la infinita grandeza de Dios y la obediencia a su voluntad expresada en la Ley (1. 11-20). Aunque la Sabiduría "viene del Señor" (1.1) y es un don divino, para alcanzarla se requiere un largo esfuerzo personal. Ella no se deja conquistar fácilmente y al principio prueba a sus hijos. Pero si estos superan las primeras dificultades y son dóciles a sus enseñanzas, termina por revelarles sus secretos y alegrarlos con sus bienes (4. 17-18).

Page 101: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

A partir de estas ideas, el Sirácida agrupa una cantidad de sentencias y exhortaciones sobre las materias más diversas, sin ningún plan sistemático y con no pocas repeticiones. Entre las normas de sabiduría práctica que deben regir la conducta, se destacan la prudencia en las relaciones con los demás, la discreción en el hablar, la humildad y el desapego de las riquezas, el dominio de sí mismo, la firmeza en la educación de los hijos, la manera de cultivar la amistad y de comportarse con los necios, la cautela en el trato con las mujeres, el cuidado de la salud y la práctica del culto agradable a Dios. Por último, Ben Sirá hace algunas reflexiones sobre las miserias de la vida (40. 1-11) y la condición mortal de los hombres (41. 1-4), sin vislumbrar todavía la posibilidad de una justa retribución más allá de la muerte.

IsaíasAutor: La Biblia

El libro de Isaías está compuesto por varias obras de distintos autores y épocas diversas. Aunque haya todavía quien siga defendiendo que todo el libro pertenece a un único autor, la crítica lo divide en tres: *La primera obra se remonta al siglo VIII a.C. y su autor fue Isaías, que dio nombre a todo el libro y tuvo una gran influencia en los demás autores. (Is 1-39). *La segunda recoge las obras de un profeta y poeta que predicó durante el destierro de Babilonia: años 587-538 a.C. (Is 40-55). *La tercera gran colección, de autor también anónimo, se escribió después del retorno de los judíos; después del año 538 a.C. (Is 56-66). *A estas tres grandes partes hemos de añadir dos escatologías (Is 24-26 y 34-35). Isaías era natural de Jerusalén, perteneció a una familia acomodada que se relacionaba con el rey y frecuentaba los círculos palaciegos. Estuvo casado y tuvo al menos dos hijos, a los que dio nombres simbólicos. Es uno de los mayores poetas de la lengua hebrea. Por propia confesión sabemos que predicó desde el año de la muerte del rey Ocias hasta la expedición de Senaquerib contra Jerusalén (739-701 a.C.): sus discípulos recopilaron sus oráculos en diversas colecciones.

Page 102: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Las colecciones proféticasMe pondré en mi puesto de guardia

y me apostaré sobre el muro;vigilaré para ver qué me dice el Señor

y qué responde a mi reproche.El Señor me respondió y dijo:

Escribe la visión,grábala sobre unas tablas

para que se pueda leer de corrido.Porque la visión aguarda el momento fijado,

ansía llegar a término y no fallará;si parece que se demora, espérala,

porque vendrá seguramente, y no tardará.Hab. 2. 1-3.

 Nosotros hemos visto confirmada la palabra de los Profetas,

y ustedes hacen bien en prestar atención a ella,como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro

hasta que despunte el díay aparezca el lucero de la mañana en sus corazones.

2 Ped. 1. 19

LAS COLECCIONES PROFÉTICAS

Hacia el 750 a. C., se abre una nueva etapa y comienza la edad de oro en la historia del profetismo bíblico. Hasta ese momento, se habían conservado numerosas tradiciones sobre la vida y la actividad de los Profetas. Esas tradiciones –muchas de las cuales fueron luego incorporadas a los libros de Samuel y de los Reyes– atestiguan la extraordinaria vitalidad del movimiento profético en Israel, pero sólo ocasionalmente y como de paso hacen referencia al mensaje de estos enviados del Señor. A partir del siglo VIII, en cambio, el interés se centra más bien en la "palabra" misma de los Profetas, y así comienzan a formarse las "colecciones" que conservan su predicación

Page 103: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

fijada por escrito.

La forma más frecuente de transmisión del mensaje profético es el "oráculo" o declaración solemne hecha en nombre del Señor. Pero también se encuentran otros géneros literarios, a saber, la parábola, la alegoría, la exhortación, e incluso el monólogo, como en el caso de las "Confesiones" de Jeremías. Por lo general, los Profetas recurren al lenguaje poético. Su poesía vibrante, construida rítmicamente, está cargada de expresiones simbólicas, a fin de impresionar la imaginación de los oyentes y hacer que las palabras queden bien grabadas en la memoria.

Los oráculos proféticos comienzan casi siempre con esta frase: "Así habla el Señor". En dicha fórmula está resumida la esencia misma del profetismo bíblico. El profeta se presenta como el mensajero y el portavoz del Señor. En su boca está la Palabra de Dios (Jer. 1. 9; Ez. 31. 1). Él tiene la firme convicción de que ha recibido un mensaje del Señor y que debe comunicarlo necesariamente (Jer. 20. 9; Am. 3. 8). Esto implica que el profeta no dispone a su antojo del mensaje divino. Depende total y enteramente de Dios, que no sólo habla cuando quiere, sino que a veces parece guardar silencio y mantiene a su enviado en una actitud de espera (Jer. 42. 4-7).

Pero los Profetas no sólo hablan con "palabras". Cuando el lenguaje resulta insuficiente y poco eficaz, suelen valerse de acciones simbólicas, muchas veces desconcertantes, pero llenas de significado. Lo que pretenden con esos gestos es provocar extrañeza y llamar la atención, con el fin de sacudir la inercia de sus contemporáneos y llevarlos a la conversión. En algunas ocasiones, como en la experiencia matrimonial de Oseas, es la vida misma del profeta la que se convierte en símbolo viviente del mensaje que él anuncia.

Los Profetas eran hombres de acción. Si bien algunas veces recibieron del Señor la orden de poner por escrito una visión determinada (Is. 8. 1; 30. 8; Hab. 2. 2) o una serie de

Page 104: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

oráculos (Jer. 36. 2), sin embargo, ninguno de ellos pensó en escribir un libro. Fueron sus discípulos los que recogieron el mensaje profético, lo fijaron por escrito y formaron las colecciones incorporadas posteriormente al canon de los Libros sagrados. Esta formación progresiva de los Libros proféticos explica el "desorden" y la falta de continuidad que se advierte con frecuencia en la recopilación de los diversos oráculos.

Los Profetas aparecen siempre que Dios quiere comunicar su Palabra. Cada uno de ellos tiene su personalidad propia y su mensaje característico. Amós y Miqueas reivindican la justicia social. Isaías insiste en la importancia de la fe. Oseas proclama el inagotable amor del Señor hacia su Pueblo. Sofonías anuncia la salvación como un bien reservado a los humildes y a los pobres. Jeremías descubre y valoriza la religión del corazón. Ezequiel pone de relieve la responsabilidad personal en la relación del hombre con Dios. Pero más allá de estas diferencias, el mensaje fundamental de los Profetas es siempre el mismo: todos ellos denuncian la idolatría, la corrupción moral, el formalismo y la hipocresía; desenmascaran las falsas seguridades, defienden apasionadamente al débil y al oprimido, y por encima de todo, reclaman la fidelidad a la Alianza.

Con frecuencia, los Profetas predicen tremendos castigos, pero a la vez infunden con su palabra una inquebrantable esperanza. Al interpretar los acontecimientos a la luz de Dios, que se manifiesta por medio de los "signos de los tiempos", ellos abarcan con su mirada el pasado, el presente y el futuro. Esto les hace comprender que la meta final de la historia humana no puede ser otra que la plena manifestación del designio salvador de Dios. Pero los oráculos proféticos no son, como se piensa con demasiada frecuencia, una predicción detallada y casi fotográfica de los acontecimientos futuros. Son más bien una promesa, expresada por lo general en forma simbólica, lo suficientemente concreta como para suscitar la esperanza de Israel y lo bastante flexible como para dejar siempre abierto el desarrollo de la historia futura a la imprevisible acción de Dios. De esta manera, los Profetas prepararon la

Page 105: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

instauración del Reino mesiánico y anunciaron de una u otra forma el advenimiento de Cristo.

ISAÍASEl libro de ISAÍAS es el más extenso de los escritos proféticos. En él se encuentran reunidos los oráculos que pronunció aquel gran profeta del siglo VIII a. C., y algunos relatos referentes a su actividad. Pero también contiene muchos otros escritos provenientes de épocas posteriores. A lo largo de varios siglos, los discípulos y continuadores del profeta trabajaron en la redacción de esta obra densa y compleja, que lleva el nombre de Isaías. En líneas generales, la obra consta de tres grandes partes, que corresponden a tres etapas distintas de la historia de Israel.

La primera sección (caps. 1-39) proviene en su mayor parte del mismo profeta Isaías, aunque también contiene algunos fragmentos de origen diverso, en especial, el llamado "Apocalipsis de Isaías" (caps. 24-27) y el epílogo sobre la actividad del profeta en tiempos del rey Ezequías (caps. 36-39).

La segunda sección (caps. 40-55) tiene un trasfondo histórico muy distinto. Cuando el Pueblo judío estaba desterrado en Babilonia, un profeta anónimo dirigió un mensaje de esperanza a los exiliados, anunciándoles su próxima liberación. Los oráculos de este profeta fueron luego incorporados al libro de Isaías, y a su autor se lo designa habitualmente con el nombre de "Déutero Isaías" o "Segundo Isaías".

La tercera sección (caps. 56-66) reúne una colección de oráculos pronunciados por varios profetas de la escuela de Isaías, cuando el "Resto" de Israel ya había regresado del exilio y trataba de instalarse nuevamente en la Tierra de sus antepasados.

A pesar de su enorme complejidad literaria, el libro de Isaías es mucho más que una simple recopilación de oráculos provenientes de épocas y autores diversos. Hay en él ciertos temas que se repiten con insistencia: la santidad de Dios, la necesidad de la fe, el "Resto" de Israel, la

Page 106: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

esperanza mesiánica, la gloria futura de Jerusalén. El hecho de que escritos tan variados hayan sido puestos bajo el nombre de Isaías atestigua la gran influencia ejercida por este profeta y la importancia de su obra. Dicha influencia se extiende incluso hasta el Nuevo Testamento. Ningún otro libro del Antiguo Testamento es tan citado como este, para mostrar que Jesús es el Mesías prometido y esperado.

Primera Parte del Libro de IsaíasIsaías era originario de Jerusalén y pertenecía a una familia de elevada posición social. Por su maestría en el uso del lenguaje poético y por su sensibilidad para los asuntos políticos y dinásticos, se puede pensar que recibió una educación esmerada, en estrecho contacto con las escuelas de escribas y "sabios" donde se formaban los funcionarios de la corte real. Comenzó su actividad profética cuando aún era relativamente joven, y continuó ejerciéndola, con períodos intermitentes, durante no menos de cuarenta años.

Hacia el año 740 a. C., una grandiosa visión en el Templo cambió por completo el curso de su vida. En ese momento se le manifestó con toda su fuerza estremecedora la "santidad" del Dios viviente. Anonadado por esta visión, Isaías tomó conciencia de su propia indignidad y comprendió hasta qué punto sus compatriotas se habían alejado del Señor. Esta experiencia es la "clave" para entender toda su misión profética.

El mensaje de Isaías está íntimamente ligado con los acontecimientos de su época. Asiria había reafirmado su poderío y trataba de formar un vasto imperio, extendiendo su dominación hasta la costa oriental del Mediterráneo. Este intento chocaba contra las ambiciones de Egipto, que no quería perder su influencia sobre Siria y Palestina. Al verse entre dos fuegos, el reino de Judá trató de conjurar el peligro mediante una política fluctuante, inclinándose alternativamente hacia uno y otro lado.

Con una tenacidad inquebrantable, Isaías se opuso a todas estas maniobras políticas. Para él, la única actitud debida ante el Dios santo que habita en Sión, es la renuncia a toda

Page 107: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

seguridad fundada en la astucia política o en la fuerza de las armas. Sólo la fe en el Señor –una fe que por momentos puede parecer absurda– puede salvar a Judá. Nada de lo que acontece en el mundo escapa a la soberanía de Dios, que dirige el destino de los pueblos conforme a un "plan" oculto, muchas veces desconcertante, pero siempre más sabio que la sagacidad de los hombres. Aún en los momentos de mayor peligro, Isaías promete a Jerusalén la liberación, con tal de que ponga toda su confianza en el Señor.

Isaías es el gran "clásico" de la poesía bíblica. Su expresión es clara, sobria y vigorosa. Pero él es, sobre todo, el más grande de los profetas mesiánicos. Su fe está profundamente arraigada en la tradición davídica. La dinastía de David ha sido establecida para siempre en Jerusalén, que no sólo es el centro de Judá y de Israel, sino el punto hacia el que convergerán todas las naciones de la tierra (2. 1-6). El Mesías anunciado por Isaías es un descendiente de David, que hará reinar la justicia y la paz sobre la tierra (7. 10-17; 9. 1-6; 11. 1-9). Sin embargo, antes de interpretar estos textos en la plenitud del sentido que les confiere el Nuevo Testamento, es preciso comprenderlos en el sentido más modesto que tuvieron en su origen, cuando Israel sólo podía vislumbrar oscuramente el imprevisible cumplimiento de estos oráculos mesiánicos en la persona y en la obra de Jesús.

 

ORÁCULOS SOBRE JUDÁ Y JERUSALÉN

En los primeros años de su actividad profética, la principal preocupación de Isaías es la situación moral, social y religiosa de Judá y de Jerusalén. En medio de la indiferencia generalizada –consecuencia de la prosperidad momentánea que vive el país– el profeta lucha por disipar la ceguera de sus habitantes. El Señor había plantado a su Pueblo como una "viña" y lo había cuidado con solicitud paternal. Pero esa viña no produjo los frutos que él esperaba, sino las uvas amargas de la rebeldía y la injusticia (5. 1-7). Judá se ha

Page 108: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

convertido en una "nación pecadora", en un "pueblo cargado de iniquidad" (1. 4). Sus hombres se consideran sabios e inteligentes (5. 21), pero son incapaces de reconocer "la obra de las manos del Señor" (5. 12). Son arrogantes y orgullosos, pero "se postran ante la obra de sus manos" (2. 8). Los poderosos sólo piensan en acrecentar sus riquezas, conculcando el derecho de los pobres (5. 8).

Sin embargo, el Señor es "el Santo de Israel" y no puede soportar la injusticia y la soberbia. Por eso, ya se percibe a lo lejos la amenaza del ejército asirio, que será un instrumento en las manos de Dios para el juicio purificador (5. 26-30). Mientras tanto, la sentencia divina queda en suspenso. Frente al inminente Juicio de Dios, sólo hay una posibilidad de salvación: cambiar de vida, practicar la justicia y hacer el bien (1. 16-17).

.

JeremíasAutor: La Biblia

Jeremías nació en Anatot, cerca de Jerusalén, en el seño de una familia sacerdotal. Comenzó su ministerio en el año 13 del rey Josías (627-626 a.C.) y conoció a sus sucesores en el trono hasta la caída del Reino de Judá (587 a.C.). Tuvo a su lado a Baruc, el amigo que le hizo de secretario, un escriba respetado de la corte. Su predicación se enmarca en cuatro periodos, cada uno con mensaje propio

Entre las grandes figuras del Antiguo Testamento, ninguna tiene una

personalidad tan atrayente y conmovedora como JEREMÍAS. Los demás profetas nos han dejado un mensaje, sin decirnos nada, o muy poco, acerca de sí mismos. Él, en cambio, nos abre su alma en varios poemas de una

Page 109: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

sinceridad estremecedora, que nos hacen penetrar en el drama de su existencia.

Jeremías era miembro de una familia sacerdotal de Anatot, un pequeño pueblo de la tribu de Benjamín, situado a unos pocos kilómetros al norte de Jerusalén (1. 1). Nació poco más de un siglo después de Isaías, y todavía era muy joven cuando el Señor lo llamó a ejercer el ministerio profético (1. 6). En los primeros años de su actividad profética, sus esfuerzos están dirigidos a "desarraigar" el pecado en todas sus formas. Bajo la influencia de Oseas, su gran predecesor en el reino del Norte, Jeremías insiste en que la Alianza es una relación de amor entre el Señor e Israel. Si el pueblo no mantiene su compromiso de fidelidad, el Señor lo rechazará como a una esposa adúltera. Pero sus invectivas violentas y sus anuncios sombríos se pierden en el vacío. Entonces Jeremías se rinde ante la evidencia. El pueblo entero está irremediablemente pervertido (13. 23). El pecado de Judá está grabado con un buril de diamante en las tablas de su corazón (17. 1). Un profeta puede traer a los hombres una palabra nueva, pero no puede darles un corazón nuevo (7. 25-28).

Jeremías vio confirmada esta dolorosa experiencia en los años que precedieron a la caída de Jerusalén. Desde el 605 a. C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, impone su hegemonía en Palestina. Frente a este hecho, los grupos dirigentes de Judá no saben a qué atenerse. La gran mayoría es partidaria de la resistencia armada, con el apoyo de Egipto, aun a riesgo de perderlo todo. Una pequeña minoría, por el contrario, propicia el sometimiento a Babilonia, con la esperanza de poder sobrevivir y de mantener una cierta autonomía bajo la tutela del poderoso Imperio babilónico. Muy a pesar suyo, Jeremías se ve comprometido en estos debates. Su posición no ofrece lugar a dudas: es preciso reconocer la supremacía de Nabucodonosor, no por razones políticas, sino porque el Señor lo ha elegido como instrumento para castigar los pecados de Judá (27. 1-22). Una vez que haya cumplido esta misión, también él tendrá que dar cuenta al Señor, que rige el destino de los pueblos y realiza sus designios a través de ellos (27. 6-7). Sin embargo, las palabras de

Page 110: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Jeremías no encontraron ningún eco entre los partidarios de la rebelión, y en el 587 sobrevino la catástrofe final, tantas veces anunciada por el profeta: Jerusalén fue arrasada por las tropas de Nabucodonosor y una buena parte de la población de Judá tuvo que emprender el camino del destierro.

Tal como ha llegado hasta nosotros, el libro de Jeremías es uno de los más desordenados del Antiguo Testamento. Este desorden atestigua que el Libro atravesó por un largo proceso de formación antes de llegar a su composición definitiva. En el origen de la colección actual están los oráculos dictados por el mismo Jeremías (36. 32). A este núcleo original se añadieron más tarde otros materiales, muchos de ellos reelaborados por sus discípulos, y una especie de "biografía" del profeta, atribuida generalmente a su amigo y colaborador Baruc. Finalmente, al comienzo del exilio, un redactor anónimo reunió todos esos elementos en un solo volumen.

A lo largo de su actividad profética, Jeremías no conoció más que el fracaso. Pero la influencia que él no logró ejercer durante su vida, se acrecentó después de su muerte. Sus escritos, releídos y meditados asiduamente, permitieron al pueblo desterrado en Babilonia superar la tremenda crisis del exilio. Al encontrar en los oráculos de Jeremías el relato anticipado del asedio y de la caída de Jerusalén, los exiliados comprendieron que ese era un signo de la justicia del Señor y no una victoria de los dioses de Babilonia sobre el Dios de Israel. En el momento en que se veían privados de las instituciones religiosas y políticas que constituían los soportes materiales de la fe, Jeremías continuaba enseñándoles, más con su vida que con sus palabras, que lo esencial de la religión no es el culto exterior sino la unión personal con Dios y la fidelidad a sus mandamientos. Y mientras padecían el aparente silencio del Señor en una tierra extranjera, la promesa de una "Nueva Alianza" (31. 31-34) los alentaba a seguir esperando en él.

Así el aparente "fracaso" de Jeremías –como el de Jesucristo en la Cruz– fue el camino elegido por Dios para hacer surgir

Page 111: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

la vida de la muerte. No en vano la tradición cristiana ha visto en Jeremías la imagen más acabada del "Servidor sufriente" (Is. 52. 13 – 53. 12).

LamentacionesAutor: La Biblia

Este Libro consta de cinco poemas que evocan la ruina de Jerusalén, acaecida en el 587 a. C., y están escritos en el estilo de las elegías fúnebres de esa época.

Este Libro consta de cinco poemas que evocan la ruina de Jerusalén, acaecida en el 587 a. C., y están escritos en el estilo de

las elegías fúnebres de esa época. Aunque se inspiran en las ideas y las expresiones de Jeremías y suelen llevar su nombre, las LAMENTACIONESAl dolor provocado por la destrucción de la Ciudad santa y a las quejas desgarradoras frente a la triste situación en que se encontraban sus habitantes, sigue una profunda reflexión, madurada a la luz de esa misma desgracia. "Jerusalén ha pecado gravemente y se ha convertido en algo inmundo" (1. 8). "Examinemos a fondo nuestra conducta y volvamos al Señor" (3. 40). Este humilde reconocimiento de las propias culpas, tantas veces denunciadas por los profetas anteriores al exilio, está acompañado de una ardiente súplica por la restauración de Israel, que se apoya a su vez en las predicciones mesiánicas de los profetas y es muy semejante a la de los Salmos 44; 80; 89.

Las Lamentaciones son utilizadas por la liturgia judía en cada aniversario de la destrucción de Jerusalén, y es muy natural que el Cristianismo las haya incorporado a la liturgia de la Semana Santa, para evocar la Muerte de Jesús.

PRIMERA LAMENTACIÓN

Jerusalén, "!a Ciudad del gran Rey" (Sal. 48. 3), está en

Page 112: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

ruinas y se parece a una reina convertida en esclava. Abandonada por sus antiguos amantes, desolada y privada de su primitivo esplendor, profanada y despreciada, ella reclama la piedad de los hombres: " ¡Todos ustedes, los que pasan por el camino, fíjense bien y miren si hay un dolor comparable al mío! " (1. 12). Desde el fondo de su amargura, la Ciudad infiel reconoce su culpa y pide humildemente a Dios que le haga justicia contra sus enemigos.

BarucAutor: La Biblia

Este es el texto del libro que Baruc, hijo de Neriyías, hijo de Maaseías, hijo de Sedecías, hijo de Asadías, hijo de Jilquías, escribió en Babilonia, el año quinto, el día siete del mes, en el tiempo en que los caldeos habían tomado e incendiado Jerusalén.

Este breve opúsculo atribuido a BARUC -el discípulo y hombre de confianza del profeta Jeremías (Jer. 32. 13-14; 36. 1-20; 43. 6-7; 45)- consta de varios fragmentos

heterogéneos, pertenecientes a autores y géneros literarios diversos. Dichos fragmentos, originariamente independientes, fueron reunidos en un pequeño volumen hacia mediados del siglo II a. C., en alguna comunidad judía de la Dispersión.

A pesar de sus notables diferencias, los textos reunidos en el libro de Baruc presentan un rasgo común: todos se refieren explícitamente al exilio babilónico, considerado como una imagen simbólica de la situación en que se encontraban muchos judíos dispersos en un ambiente generalmente hostil. Lejos de su patria, ellos llegaron a comprender que el retorno de los deportados a Sión, después del exilio en Babilonia, no podía ser la gloriosa

Page 113: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

restauración que el Señor había prometido a Israel (Is. 40 - 66), sino la prefiguración y la garantía de la misma. Mientras llegaba ese día tan esperado, el libro de Baruc les recordaba que la conversión a Dios y la búsqueda de la verdadera Sabiduría, identificada con la Ley de Moisés (4. 1), debían preparar el camino a la intervención definitiva del Señor en favor de su Pueblo.

EzequielAutor: La Biblia

Ezequiel, hijo de una familia sacerdotal de Jerusalén, fue deportado el año 597 a.C., cuando era muy joven. Probablemente nunca ejerció su sacerdocio. Vivió en una aldea llamada Tel-Abib, no lejos de Babilonia. Su vocación se manifestó en el año 593 a.C. y sus últimas apariciones son del 571 a.C. hombre culto, estuvo al corriente de cuanto sucedía en su mundo. Creativo y visual, su fantasía es desbordante. Su lenguaje está repleto de metáforas, símbolos, parábolas y alegorías. Recurre a la mímica, acciones simbólicas y posturas extrañas para impactar a un auditorio desesperado. Su vida condiciona las partes y los mensajes que tiene su obra.

En el 597 a. C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, realizó una campaña contra Jerusalén. El rey Joaquín se rindió después de soportar un breve asedio y tuvo que pagar un pesado tributo. Como consecuencia de esta primera invasión, el reino davídico no quedó destruido, pero sí considerablemente diezmado. En efecto,

con el fin de reafirmar su soberanía sobre Judá, Nabucodonosor destituyó a Joaquín y lo llevó cautivo a Babilonia con varios miles de deportados, entronizando en su lugar a Sedecías (17. 12-14; 2 Rey. 24. 8-17). Entre las víctimas de aquella primera deportación se encontraba un sacerdote de Jerusalén, llamado EZEQUIEL, nombre que

Page 114: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

significa "Dios es fuerte", o bien, "Que Dios fortalezca". El lugar de su destierro fue una colonia de exiliados instalada en Tel Aviv, población situada junto al río Quebar, en las cercanías de Babilonia. Allí vivía acompañado de su esposa, cuando tuvo la deslumbrante visión que lo convirtió en profeta del Señor. A partir de ese momento, ejerció su actividad profética a lo largo de más de veinte años, entre el 593 y el 571 a. C.

La pertenencia de Ezequiel a la clase sacerdotal dejó una huella profunda en su mensaje. Así lo manifiestan su interés por las instituciones cultuales, su preocupación por separar lo sagrado de lo profano (45. 1-6; 48. 9-14), su horror por las impurezas legales (4. 14; 44. 6-8) y su competencia para resolver casos de moral y derecho, función esta específica de los sacerdotes (20. 1). Pero su máxima preocupación es el Templo, ya sea el Templo presente, contaminado por toda suerte de ritos idólatras (8. 1-18), ya sea el Santuario de la nueva Jerusalén, donde la Gloria del Señor habitará para siempre (43. 1-9) y cuyo diseño él describe minuciosamente (caps. 40-48). El pensamiento y el estilo de Ezequiel están hondamente arraigados en la tradición sacerdotal, así como los de su contemporáneo Jeremías reflejan cierta influencia de la corriente "deuteronomista".

Sin embargo, Ezequiel fue ante todo un profeta. El Señor lo estableció como "un presagio para el pueblo de Israel" (12. 6; 24. 24), y él puso en evidencia ante los exiliados en Babilonia que había "un profeta en medio de ellos" (2. 5; 33. 33). Su función fue semejante a la del "centinela", encargado de dar el grito de alerta ante la inminencia del peligro y, al mismo tiempo, responsable de aquellos que se perdían por no haber sido alertados oportunamente (3. 16-21).

A través de sus escritos, Ezequiel se manifiesta como una personalidad sumamente desconcertante. El lector queda desorientado ante sus sorprendentes acciones simbólicas (4. 1-3; 5. 1-4; 12. 1-20), ante sus posturas extravagantes (4. 4-8) y sus transportes extáticos (11. 1-13; 37. 1-14; 40. 1-4). Estos mismos elementos ya habían aparecido en otros

Page 115: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

profetas anteriores a él. Pero mientras que Oseas, Isaías o Jeremías se valen de ellos con cierta discreción, Ezequiel parece complacerse en emplearlos hasta resultar chocante. Por ese modo de proceder, se lo ha tachado de "excéntrico" e incluso se ha pensado que padecía de ciertas perturbaciones síquicas. Lo cierto es que poseía un genio excepcionalmente sensible e imaginativo, a la vez que complejo y paradójico. Era un "visionario" en el mejor sentido del término. Pero eso no le impedía expresarse a veces con la fría precisión de un jurista y la sutileza de un casuista o bien detenerse minuciosamente en la seca enumeración de detalles arquitectónicos.

El libro de Ezequiel aparece a primera vista como un conjunto sólidamente estructurado. Después de la introducción dedicada a relatar la vocación del profeta (1. 4-3. 21), siguen cuatro partes que tratan temas bien definidos. Dentro de este plan lógico, es fácil descubrir algunas repeticiones, interrupciones bruscas y ampliaciones, debidas en gran parte al trabajo redaccional de los discípulos del profeta, que dieron al Libro su forma definitiva.

Los grandes temas de Ezequiel han encontrado un profundo eco en el Nuevo Testamento, sobre todo en el Evangelio según san Juan. La Morada definitiva de Dios entre los hombres, anunciada por Ezequiel (37. 27), es Jesucristo (Jn. 1. 14). Él es también el Buen Pastor que congrega a su Pueblo (34. 11-16; Jn. 10. 11-16), lo hace renacer por el agua y el Espíritu (36. 25-27; Jn. 3. 5) y le da la Vida (37. 1-14; Jn. 11. 25-26). Las visiones de Ezequiel son asimismo el punto de partida de casi todas las imágenes con que el Apocalipsis describe la Nueva Jerusalén, cuyo Templo "es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero" (Apoc. 21. 22).

DanielAutor: La BibliaEl libro tiene dos partes diferenciadas y un apéndice: *La primera, compuesta de relatos, cuenta la vida de Daniel y sus compañeros en la corte de Babilonia. Daniel es un joven judío desterrado de Babilonia, intérprete de sueños, que alcanza, tras algunos reveses, un alto puesto en la corte (Dn 1-6). Su figura y talante le asemejan a José en Egipto

Page 116: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

(Gn 37-55). *La segunda se compone de cuatro visiones y su interpretación (Dn 7-12). *El apéndice contiene tres relatos (Dn 13-14

El libro que lleva el nombre de DANIEL fue escrito hacia el 165 a. C., cuando el rey Antíoco IV Epífanes pretendió helenizar por la fuerza al Pueblo judío, obligándolo a abandonar la Ley de Moisés y

a practicar el culto pagano difundido en todo el Imperio seléucida. Su autor vivió en tiempos de la insurrección de los Macabeos. Pero, a diferencia de estos, él no apela a la resistencia armada contra el opresor extranjero, sino que espera y anuncia una intervención extraordinaria del Señor, que es capaz de salvar a su Pueblo incluso de la muerte.

Con toda propiedad, este Libro puede ser llamado el "Apocalipsis" del Antiguo Testamento. Como el que figura al final del Nuevo Testamento, también el Apocalipsis de Daniel contiene una interpretación religiosa de la historia universal y un mensaje de esperanza para el Pueblo de Dios perseguido a causa de su fe. Además, ambos Libros tienen la misma forma de expresión literaria -el estilo "apocalíptico", muy difundido en el Judaísmo a partir del siglo ll a. C.- cuyo rasgo más notorio es la profusión de imágenes sorprendentes, de alegorías casi siempre enigmáticas y de visiones simbólicas.

La obra se divide en dos partes bastante diversas. La primera (caps. 1 - 6), de carácter narrativo, relata seis episodios de la vida de Daniel y de sus compañeros en el exilio. La segunda (caps. 7 - 12) es la parte estrictamente "apocalíptica", que tiene sus antecedentes en los escritos proféticos, sobre todo, en las visiones de Ezequiel y Zacarías. A esta obra original, escrita en hebreo y arameo, se le agregaron posteriormente algunos fragmentos en griego, que figuran entre los Libros "deuterocanónicos".

A pesar del cambio de situaciones históricas, el libro de Daniel no ha perdido nada de su actualidad, porque las fuerzas hostiles al Reino de Dios resurgen constantemente

Page 117: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

bajo nuevas formas. Frente al orgullo, al odio, a la opresión y la injusticia, su mensaje continúa alentando la fe y la esperanza de "los que son perseguidos por practicar la justicia" y "trabajan por la paz" (Mt. 5. 9-10). Hasta que llegue "la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías" (Apoc. 12. 10).

OseasAutor: La Biblia

Oseas predicó en el Reino del Norte poco después de Amós, entre 757-722 a.C. es un profeta original en los contenidos y en las formas en que los expresa. Su desgraciada experiencia matrimonial le hizo descubrir que el amor es el eje de la historia de las relaciones entre Dios y su pueblo. El profeta considera la Alianza un contrato matrimonial y hace del pecado un adulterio, un delito contra el amor. Si su cariño superaba las infidelidades de su mujer, ¿hasta dónde podía llegar el amor divino? Su libro ha llegado un tanto desordenado. Lo componen tres partes esenciales: *Su matrimonio ocupa la primera con un relato biográfico (Os 1,2-9). *La segunda parte contiene acusaciones contra el pueblo y sus dirigentes. *La tercera parte está formada por denuncias y amenazas pero hay una cierta esperanza.

Aunque su Libro ocupa el primer lugar en la colección de los doce Profetas llamados

"menores", OSEAS comenzó a ejercer la actividad profética unos años después que Amós. Como este último, y a diferencia de Isaías, su gran contemporáneo de Jerusalén, Oseas predicó en el reino del Norte, a quien él llama "Israel", "Jacob" y más frecuentemente "Efraím". Su época fue un período de abierta decadencia. Después del largo y próspero reinado de Jeroboám II (787-747), el país se hundió en la anarquía. En quince años, cuatro reyes murieron asesinados. La realeza, dominada por las intrigas de los jefes militares, se debatía en medio de crisis

Page 118: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

constantes, provocadas por la incontenible expansión de Asiria, que conquistaba territorios, sometía a los pueblos, les imponía pesados tributos y les exigía una sumisión incondicional. En el libro de Oseas hay numerosas alusiones a este período turbulento, pero ningún indicio seguro nos permite saber si el profeta llegó a ver la caída de Samaría en el 722-721 a. C.

Todo el mensaje de Oseas tiene como tema principal el amor del Señor despreciado por su Pueblo. Su dramática experiencia conyugal le hizo penetrar en los secretos del corazón de Dios, que ama a Israel como un padre a su hijo y un esposo a su esposa. Él es el primero entre los profetas que describe la relación entre el Señor e Israel en términos de unión matrimonial. El Dios de Oseas es un Dios apasionado, que se expresa con el lenguaje del amor: él manifiesta su ternura, sus celos, su ardiente deseo de ser correspondido y su violenta indignación al verse traicionado. Pero esa ternura no es un signo de debilidad. Es la fuerza de Dios, capaz de transformar al hombre y de hacer desaparecer en él hasta el recuerdo del pecado. Por eso su última palabra no es de rechazo y de condenación, sino que anuncia en términos de "alianza" una maravillosa restauración, que tendrá dimensiones cósmicas (2. 20-22).

El texto hebreo de este Libro no está muy bien conservado y muchos pasajes del mismo resultan poco inteligibles. De ahí que la traducción sea con frecuencia conjetural. Como casi todos los libros proféticos, también el de Oseas fue escrito en parte por el mismo profeta y en parte por sus discípulos. Además, numerosos pasajes parecen ser más bien un resumen que una reproducción exacta de su predicación oral. Las frases breves y la expresión extremadamente concisa, que dan tanta fuerza y belleza al estilo de este profeta, lo hacen a veces oscuro y difícil.

El mensaje de Oseas ha dejado huellas profundas en el Antiguo Testamento. A partir de él, el simbolismo conyugal se hizo clásico en los escritos proféticos. El Nuevo Testamento, por su parte, cita pasajes de Oseas o se inspira en ellos no menos de quince veces. De una manera especial, san Pablo y el Apocalipsis aplican a la unión de

Page 119: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Cristo con la Iglesia el símbolo del matrimonio de Dios con su Pueblo (2 Cor. 11. 2; Ef. 5. 25-33; Apoc. 19. 7; 21. 2; 22. 17). Y san Juan llevará a su plenitud la revelación inaugurada por Oseas, al afirmar que "Dios es Amor" (1 Jn. 4. 8).

JoelAutor: La Biblia

A mediados del siglo IV a.C., en época persa, un profeta poeta, Joel ben Petuel, compuso un nuevo retrato del Señor, Guerrero vencedor, que viene a la tierra a imponer su reinado. Lo enmarcó en una liturgia de aviso, arrepentimiento y consuelo. El libro está escrito en un hebreo clásico, riquísimo e incisivo, con dos mensajes relacionados entre sí: *La llegada del día del Señor. *El empobrecimiento como condición imprescindible del hombre para salvarse. Éste tiene dos partes bien diferenciadas: * La primera parte-la plaga de langosta (Jl 1-2)- *La segunda parte-el día del Señor (Jl 3-4

El texto bíblico no proporciona ninguna información sobre la persona y la vida de JOEL, cuyo nombre significa "El Señor es Dios". Tampoco ofrece datos precisos para

determinar la fecha en que el profeta consignó por escrito su mensaje, si bien todo parece indicar que fue después del exilio, hacia el 400 a. C., cuando el Templo ya había sido restaurado. El libro de Joel ocupa un puesto relevante en la literatura hebrea por el vuelo poético de su lenguaje y el vigor de sus imágenes.

La predicación de Joel tiene un trasfondo marcadamente litúrgico. Él manifiesta un especial conocimiento del culto y le atribuye una gran importancia, lo mismo que Ageo y Zacarías. A raíz de esto, se suele afirmar con razón que Joel era un profeta dedicado al servicio del Templo y que sus oráculos –al menos en parte– son una profecía "cultual", es decir, un mensaje profético proclamado en el marco de una

Page 120: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

asamblea litúrgica. Sin embargo, no hay nada en el Libro que pueda ser tachado de ritualismo. En él no se encuentran prescripciones minuciosas relativas al culto, tan frecuentes en Ezequiel, y ni siquiera reproches por los abusos cometidos en la celebración de los ritos, como los que deplora Malaquías. Lo que más preocupa a Joel es la conversión interior: "Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios" (2. 13). Por eso su predicación ha encontrado un eco profundo en la liturgia penitencial de la Iglesia.

 

LA PLAGA DE LAS LANGOSTAS: LITURGIA PENITENCIAL

Una terrible invasión de langostas ha devastado todo el país y lo ha privado hasta de los elementos indispensables para los sacrificios rituales. Esta plaga, fatal para un pueblo de agricultores, es descrita poéticamente como el avance de un ejército poderoso y ordenado, que se lanza al asalto de una fortaleza y no deja tras de sí más que desolación y miseria. Para conjurar la catástrofe, el profeta invita a los sacerdotes a proclamar un solemne ayuno expiatorio y exhorta al pueblo a convertirse de corazón al Señor. Pero la invasión de langostas es para Joel mucho más que un hecho fortuito: en los estragos causados por esa plaga devastadora, él ve la señal y el preanuncio del "Día del Señor" (1. 15), el gran Día final en que Dios intervendrá como Juez de las naciones (4. 12) y Salvador de su Pueblo (4. 20).

JoelAutor: La Biblia

El texto bíblico no proporciona ninguna información sobre la persona y la vida de JOEL, cuyo nombre significa "El Señor es Dios". Tampoco ofrece datos precisos para

Page 121: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

determinar la fecha en que el profeta consignó por escrito su mensaje, si bien todo parece indicar que fue después del exilio, hacia el 400 a. C., cuando el Templo ya había sido restaurado. El libro de Joel ocupa un puesto relevante en la literatura hebrea por el vuelo poético de su lenguaje y el vigor de sus imágenes.

La predicación de Joel tiene un trasfondo marcadamente litúrgico. Él manifiesta un especial conocimiento del culto y le atribuye una gran importancia, lo mismo que Ageo y Zacarías. A raíz de esto, se suele afirmar con razón que Joel era un profeta dedicado al servicio del Templo y que sus oráculos –al menos en parte– son una profecía "cultual", es decir, un mensaje profético proclamado en el marco de una asamblea litúrgica. Sin embargo, no hay nada en el Libro que pueda ser tachado de ritualismo. En él no se encuentran prescripciones minuciosas relativas al culto, tan frecuentes en Ezequiel, y ni siquiera reproches por los abusos cometidos en la celebración de los ritos, como los que deplora Malaquías. Lo que más preocupa a Joel es la conversión interior: "Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios" (2. 13). Por eso su predicación ha encontrado un eco profundo en la liturgia penitencial de la Iglesia.

 

LA PLAGA DE LAS LANGOSTAS: LITURGIA PENITENCIAL

Una terrible invasión de langostas ha devastado todo el país y lo ha privado hasta de los elementos indispensables para los sacrificios rituales. Esta plaga, fatal para un pueblo de agricultores, es descrita poéticamente como el avance de un ejército poderoso y ordenado, que se lanza al asalto de una fortaleza y no deja tras de sí más que desolación y miseria. Para conjurar la catástrofe, el profeta invita a los sacerdotes a proclamar un solemne ayuno expiatorio y exhorta al pueblo a convertirse de corazón al Señor. Pero la invasión de langostas es para Joel mucho más que un hecho fortuito: en los estragos causados por esa plaga devastadora, él ve la señal y el preanuncio del "Día del

Page 122: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Señor" (1. 15), el gran Día final en que Dios intervendrá como Juez de las naciones (4. 12) y Salvador de su Pueblo (4. 20).

AmósAutor: La Biblia

Amós, era el profeta de la solidaridad y la justicia, era natural de Tecua, un pueblo a veinte kilómetros al sur de Jerusalén. Su profesión fue la de tratante de ganado. Pero también fue un hombre culto, conocedor del mundo en que se movía y de la historia de los pueblos vecinos. Su estilo literario es conciso pero muy rico en metáforas, muchas de ellas pertenecientes al campo de la agricultura. Su formación campesina le presta su lenguaje para proclamar la soberanía del Señor sobre la naturaleza (Am 4,6-11; 8,8-9; 9,2-4.5-6) y en las doxologías-alabanzas a Dios (Am 4,13; 5,8-9; 9,5-6).

Con AMÓS empieza la "edad de oro" del profetismo bíblico. Antes que él, muchos otros

profetas habían intervenido activamente en la vida política y religiosa de Israel. Pero ninguno de ellos había escrito nada, y la tradición sólo había conservado el recuerdo de sus acciones y ocasionalmente algunas de sus palabras. A partir de Amós, en cambio, lo que importa en primer lugar es la "palabra" del profeta, y ese mensaje –recogido y recopilado por sus discípulos– ha llegado hasta nosotros en forma escrita. Así se inicia la era de los llamados "profetas escritores".

Amós era un campesino de Técoa, pequeña población situada a unos veinte kilómetros al sur de Jerusalén (1. 1; 7. 14). Pero la dura vida del campo no le impidió adquirir una cultura poco común en su tiempo. Él conoce los hechos más relevantes de la historia de su pueblo y está perfectamente al tanto de todo lo que ocurre en el reino de Israel. Posee

Page 123: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

una vasta información sobre los acontecimientos de su época y presiente el avance de Asiria hacia el oeste. Lo que más impresiona en el estilo de Amós es la sobriedad. Pocas palabras le bastan para lanzar un oráculo incisivo, violento y lleno de imágenes sugestivas. Tampoco faltan en su lenguaje las sutilezas del estilo sapiencial (3. 3-8; 6. 12) y ciertos toques de punzante ironía (4. 4-5).

A pesar de ser nativo de Judá, Amós proclamó su mensaje en el reino del Norte, hacia el 750 a. C. En esa época, Samaría vivía su gran momento de euforia bajo el reinado de Jeroboám II (787-747). Los enemigos de siempre –Asiria, Egipto y Arám– se habían eclipsado transitoriamente, y el rey aprovechó la coyuntura para recuperar los antiguos territorios de Israel (2 Rey. 14. 25). La paz exterior favorecía la actividad económica y el acrecentamiento de las riquezas. Un ansia desenfrenada de lujo se había apoderado de las clases más pudientes, que se construían suntuosas mansiones y vivían en la opulencia. Pero esta prosperidad económica beneficiaba únicamente a un sector privilegiado. Mientras unos pocos se enriquecían, la gran masa del pueblo estaba más oprimida que nunca.

Dentro de este marco social, resuena la palabra de Amós, el profeta de la "justicia". Toda su predicación es una violenta denuncia de la manera cómo el reino de Israel interpretaba su condición de Pueblo "elegido". Para Israel, la elección divina era un privilegio y una garantía absoluta de seguridad, cualquiera fuera su comportamiento moral, social y religioso. Para Amós, en cambio, esa elección era una gracia que implicaba la responsabilidad de revelar a los pueblos el rostro del verdadero Dios, por medio de una convivencia fraternal, basada en el derecho y la justicia. Al ver el sufrimiento y la opresión de los débiles, el lujo y la indiferencia de los ricos, él se convirtió en el testigo insobornable de la Justicia del Señor, "que resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes" (Sant. 4. 6).

El amor a los pobres y la primacía de la justicia sobre el culto encontraron amplio eco en el resto de la Biblia, sobre todo, en el mensaje evangélico (Mt. 5. 3, 23-24; Lc. 4. 18; 6. 20; Sant. 2. 5-7).

Page 124: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

AbdíasAutor: La Biblia

Es el más corto de los libros proféticos (veintiún versículos). No conocemos más que el nombre o el pseudónimo del profeta: Abdías significa siervo de Yahvé. Se trata de un solo oráculo contra Edom, que se amplía a todos los pueblos, convocados para el día del Señor. Los versículos del 19 al 21 son de un redactor posterior.

El libro de ABDÍAS es el más corto del Antiguo Testamento. Fue escrito en la época del exilio y su autor nos es completamente desconocido. De los veintiún versículos que componen esta obra,

casi la mitad (1-9) son paralelos a un texto de Jeremías (49. 7-22), si bien siguiendo un orden diferente.

El núcleo central de este escrito es un oráculo contra el país de Edóm. Siempre habían sido difíciles las relaciones de Israel con ese país, que la Biblia hace descender de Esaú, el hijo de Isaac suplantado por Jacob, su hermano menor. La tensión llegó a su punto máximo cuando los edomitas aprovecharon la ruina de Jerusalén en el 587 a. C. para invadir la Judea meridional. Esto explica la violenta reacción de Abdías, compartida por otros textos bíblicos que también se hacen eco de la indignación de los israelitas frente a la traición de sus hermanos de raza (Jer. 49. 7-22; Ez. 25. 12-14; 35; 36. 1-5; Lam. 4. 21-22; Sal. 137. 7).

El profeta clama por la justicia de Dios y anuncia la revancha de Israel contra Edóm. Este será destruido y, a la vez, varios territorios vecinos de ese país serán anexados al territorio de Judá. Así llegará el "Día del Señor" para todos los pueblos.

JonásAutor: La Biblia

Page 125: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Una leyenda profética preciosa con un tema original: el héroe que se negó a serlo. El autor aprovecha el nombre de un profeta antiguo (2Re 14,25) para redactar un relato con moraleja espiritual. Como leyenda, tiende a lo maravilloso, incluso a lo inverosímil: la ballena, la conversión de Nínive, el ricino y el gusano. Al estilo de Rut, el libro de Jonás es un canto al universalismo: todo están llamados a la salvación y Dios los convertiría en hijos suyos si se portan bien con los demás. A la vez es una denuncia clara del particularismo judío. El libro tiene tres partes.

En 2 Rey. 14. 25 se menciona a un profeta llamado Jonás, pero no es él quien escribió

el Libro que lleva su nombre. El libro de JONÁS fue compuesto después del exilio, sin duda en el siglo V a. C., no para relatar un hecho histórico, sino para comunicar una enseñanza bajo la forma de una parábola.

El protagonista de esta "ficción didáctica" se niega a proclamar la Palabra de Dios a un pueblo pagano y tradicionalmente enemigo de Israel. Toda la narración es un alegato contra el estrecho nacionalismo del Pueblo elegido, que pretende "monopolizar" la misericordia divina en nombre de los privilegios recibidos del Señor. La principal lección que se desprende de este Libro, tan pintoresco como lleno de humor e ironía, aparece claramente en la pregunta que le sirve de conclusión: si Jonás se preocupa por un árbol quemado por el sol, ¿cómo Dios no se va a preocupar por todo un pueblo que se convierte de sus pecados y no le va a conceder su perdón? El amor del Señor no conoce fronteras. Si él manifestó su predilección por Israel, fue para constituirlo "luz de las naciones" (Is. 49. 6).

Este Libro ocupa un lugar destacado en los Evangelios, no sólo por las repetidas alusiones al "signo de Jonás" (Mt. 12. 39-40; 16. 4; Lc. 11. 29-30), sino también por la oposición que establece Jesús entre la fe de los ninivitas y la

Page 126: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

incredulidad de sus contemporáneos (Mt. 12. 41; Lc. 11. 32). Además, por su insistencia en la universalidad de la misericordia divina, el relato de Jonás es como un anticipo de las parábolas relatadas en el célebre capítulo 15 del Evangelio según san Lucas.

MiqueasAutor: La Biblia

Su nombre en hebreo significa ¿Quién como Yahvé? Era natural de Moréset Gat, al sudoeste de Jerusalén. Contemporáneo de Isaías, conoció y sufrió la desaparición de Samaría (722 a.C.) y los intentos asirios de acabar a su patria, el Reino del Sur. Le oscurece la grandeza de Isaías, muchas de cutas preocupaciones religiosas comparte. Su preocupación por al situación social de su gente es tanta que algunos autores lo han considerado un agricultor arruinado, de los tantos que la guerra convirtió en jornaleros. Su estilo es vigoroso y le saca mucho rendimiento a las imágenes que utiliza. Su libro, obra de un recopilador, está dividido en tres secciones.

Contemporáneo en parte de Oseas, y sobre todo de Isaías, a diferencia de este, MIQUEAS era un campesino de origen humilde. Comenzó su ministerio profético

alrededor del 740 a. C. y era un representante típico de lo que la Biblia llama "el pueblo del país", la parte más sana y menos expuesta a la contaminación extranjera. Aunque su recuerdo quedó bastante eclipsado por el de Isaías, sabemos por un texto de Jeremías (26. 18-19) que su predicación tuvo gran influencia en Jerusalén y contribuyó en buena medida a la reforma religiosa del rey Ezequías (2 Rey. 18. 1-6).

Por un lado, Miqueas predijo la ruina de la ya agonizante Samaría, ocurrida en el año 722 a. C., y por otro, anunció

Page 127: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

que Judá correría idéntica suerte. En sus oráculos se advierte claramente una de las constantes del profetismo, que es la alternancia entre las amenazas de castigo y las promesas de restauración. De manera especial, este profeta denuncia las injusticias de que eran víctimas, por parte de los ricos y los poderosos, los campesinos refugiados en Jerusalén a causa de la guerra con los asirios. Su mensaje en favor de la justicia social tiene muchos puntos de contacto con el de Amós.

El libro de Miqueas es una recopilación o antología de sus oráculos, realizada por sus discípulos. Pero también se han insertado en él algunos fragmentos pertenecientes a la época del exilio. Entre dichos oráculos merece destacarse el que señala a Belén como el lugar del nacimiento del futuro Mesías (5. 1-5). Este oráculo fue recogido por el Nuevo Testamento para probar que Cristo debía nacer en Belén (Mt. 2. 6; Jn. 7. 42).

NahúmAutor: La Biblia

Poco sabemos de él. Era de Elías, pero tampoco se conoce este pueblo. Por los datos que aporta su libro de le suele fechar entre la toma de Tebas, saqueada por Asurbanípal (668-627 a.C.) y la destrucción de Nínive (612 a.C.), tema de su obra. Canta con alegría la desaparición del imperio asirio, la aparición de Babilonia y parece anunciar el nacimiento del reino de los medos-persas

La vida de NAHÚM nos es completamente desconocida, como también la ubicación de

Elcós, su ciudad de origen. Con una fuerza lírica que no tiene parangón en la Biblia, este profeta describe y celebra la caída de Nínive, capital del Imperio asirio, ocurrida en el 612 a. C. Durante mucho tiempo, Asiria había sido sinónimo de crueldad y de terror entre los países del cercano Oriente. Es natural, entonces, que todos los pueblos se alegraran por su caída, y es como el portavoz de esa alegría

Page 128: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

desbordante.

Pero su canto de júbilo encierra, a la vez, un himno de alabanza a Dios, el Señor de la historia, que desbarata todas las pretensiones humanas y libera a su Pueblo. Los ejércitos que derrotaron a Nínive, el prototipo del imperialismo opresor y el enemigo tradicional de Israel, eran el instrumento del juicio de Dios, que tarde o temprano castiga a los culpables.

El triunfo definitivo del Señor sobre todas las fuerzas del mal, prefigurado en la ruina de Nínive, y el gozo de los elegidos en la Jerusalén celestial, encontraron su expresión cristiana más elocuente en el libro del Apocalipsis.

HabacucAutor: La Biblia

Habacuc es otro gran desconocido, como Nahum. Su mensaje se enmarca entre la decadencia asiria y el resurgir de Babilonia (hacia el año 600 a.C.). En esa época se sucedían las potencias opresoras, mientras las personas eran tratadas como reses destinadas al matadero. El profeta está angustiado porque no ve a Dios en los acontecimientos ni sabe en qué consiste su justicia. El libro tiene dos partes muy claras: *En la primera (Hab 1-2) se suceden preguntas angustiosas y respuestas divinas (Hab 1,2-2,6), y termina con un canto o copla con cinco ayes de una actualidad rabiosa (Hab 2,7-20). *La segunda es un poema independiente que glorifica al Señor, guerrero salvador; y tal vez sea anterior a Habacuc

Nada de cierto sabemos sobre el autor de este Libro, como tampoco sobre la fecha de su

composición ni sobre los opresores a que se refiere. Parecería que se trata de un levita o de un profeta vinculado al Templo de Jerusalén, y probablemente su oráculo esté dirigido contra los caldeos (1. 6), que en el 587 a. C. destruyeron el reino de Judá. En tal caso, el libro de

Page 129: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

HABACUC habría sido compuesto alrededor del año 600.

Habacuc no se une al coro de profetas que reprochan al pueblo sus pecados y lo amenazan con el castigo. Lo mismo que Job, él se plantea el problema del mal. Ambos discuten con Dios, pero mientras el primero protesta por el triunfo de los malos sobre los buenos, el autor de este oráculo se queja por el triunfo de las naciones paganas sobre el Pueblo de Dios. Por más que Israel sea culpable y merezca el castigo, ¿no son peores los otros pueblos? ¿Cómo puede Dios convertirlos en el instrumento de su castigo?

La respuesta del Señor es un llamado a la paciencia. También las naciones paganas recibirán su merecido. Dios hará justicia a su tiempo. Mientras tanto, el justo "vivirá por su fidelidad" (2. 4). Fundado en la traducción griega de este texto, san Pablo lo refiere a la fe que justifica al hombre, librándolo del pecado y dándole la vida de Dios (Rom. 1. 17; Gál. 3. 11). El mismo texto vuelve a encontrarse en la Carta a los Hebreos, dentro de una exhortación a perseverar en la fe (Heb. 10. 37-38).

SofoníasAutor: La Biblia

Sofonías- que en hebreo significa Yahvé protege o Yahvé oculta- era bisnieto del rey Exequias, según el recopilador de su obra (Sof 1,1) y predicó en tiempos de Josías (640-609 a. C.), tal vez antes de la reforma de este rey (622 a. C.), ya que sus denuncias y la invitación que hace a la conversión no aluden para nada a ella. Su libro está bien ordenado. El tema central es el día del Señor, un acontecimiento que va a servir de marco para el juicio que Dios va a realizar. Se acerca una gran catástrofe, el día de la cólera-dies irae. Han fallado reyes, profetas, sacerdotes y poderosos, pero el proyecto divino no puede fracasar. De ahí que el profeta perciba un portillo de esperanza en un resto de Israel pobre y humilde.

Page 130: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

SOFONÍAS fue el primero que hizo oír una voz profética en Judá, después del largo silencio que

se había producido durante dos generaciones, una vez que Isaías y Miqueas pronunciaron sus últimos oráculos. El título del Libro sitúa la actividad de este profeta en tiempos del rey Josías (640-609 a. C.) y su predicación tuvo lugar casi seguramente hacia el 630, es decir, un tiempo antes de que aquel rey iniciara su célebre reforma religiosa (2 Rey. 22-23).

Ya hacía casi un siglo que Asiria había aniquilado al reino de Israel. También el reino de Judá había sido sometido al vasallaje de aquel poderoso Imperio. Esta dominación política trajo consigo la influencia de los cultos asirios sobre la población del reino del Sur. Frente a la corrupción generalizada y a las prácticas idolátricas, Sofonías aparece como un profeta "justiciero", que anuncia el "Día del Señor" como un día de ira y de venganza. Pero él no se contenta con reprobar las manifestaciones exteriores del pecado, sino que denuncia sus causas más profundas: el orgullo, la rebeldía y la falta de confianza en Dios.

A todo esto, Sofonías opone una actitud espiritual caracterizada sobre todo por la pobreza y la humildad del corazón. Es el profeta de los "pobres del Señor". A ellos se anunciaría siglos más tarde la Buena Noticia de la Salvación (Mt. 11.5) y ellos serían los "herederos del Reino que Dios ha prometido a los que lo aman" (Sant. 2. 5). AgeoAutor: La Biblia

Un profeta al que se pueden seguir los pocos pasos que dio. Ageo comenzó a predicar el 29 de agosto del 520 a.C. y desapareció de escena el 18 de diciembre del mismo año. El Templo seguía en ruinas cuando llegaron de Babilonia un tal Zorobabel, descendiente de la casa real, y Josué-quizá

Page 131: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

perteneciente a la familia de Sadoc-, fue designado Sumo Sacerdote. Veinticuatro días después comenzaron las obras de reconstrucción del Templo con la retirada de escombros y el 18 de diciembre, el último día que habló Ageo, se celebró la finalización de los cimientos. En esos pocos meses este profeta pronunció sus oráculos. El libro e suna recopilación posterior. Los temas de su predicación son obvios: *El Templo. *La estructuración de la nación. *La espera de la era definitiva o escatológica.

Con AGEO comienza el último período profético, el de la época posterior al exilio en Babilonia. Durante este

período, el gran tema de los Profetas fue la restauración de Judá, así como el anuncio del castigo divino había sido el tema predominante de los Profetas anteriores al exilio y la consolación de los deportados el de los que ejercieron su actividad profética durante el destierro. Es probable que Ageo, cuyo nombre se menciona junto con el de Zacarías en Esd. 5. 1; 6. 14, perteneciera al grupo de los profetas "cultuales", es decir, vinculados al servicio litúrgico. Su ministerio comenzó unos quince años después de la colocación de los cimientos del Templo y sin duda no duró mucho tiempo. Todos sus oráculos llevan la fecha correspondiente, y estas fechas van desde agosto a diciembre del 520 a. C.

El libro de Ageo, lo mismo que el de Malaquías, nos ofrece valiosas informaciones sobre la penuria material y espiritual de la comunidad judía a la vuelta del exilio. Pero su mensaje está centrado en la reconstrucción de la Casa del Señor, que había quedado interrumpida. "Hay que construir para el Señor una Morada digna de su Nombre y todo cambiará", es la consigna que el profeta repite una y otra vez. La "gloria" del segundo Templo será mayor que la del primero, no por el esplendor material del edificio, sino porque hacia él acudirán todos los pueblos con sus riquezas (2. 6-9). Así, Ageo aparece como el continuador de Ezequiel,

Page 132: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

que veía en el Templo restaurado la fuente de todas las bendiciones mesiánicas. La predicación de Ageo, apoyada por la de Zacarías, impulsó a proseguir con renovado entusiasmo la obra de la reconstrucción, que culminó cinco años más tarde con la fiesta de la Dedicación (Esd. 6. 13-18).

Los oráculos de Ageo concluyen con una promesa hecha a Zorobabel, el alto comisionado del gobierno persa para la provincia de Judá (2. 20-23). Esta promesa, de claro contenido mesiánico, pone bien en evidencia las esperanzas que había suscitado entre sus compatriotas la presencia de aquel descendiente de David, gran promotor de la restauración civil de la comunidad judía, junto con el sacerdote Josué, el animador de la restauración religiosa.

. ZacaríasAutor: La Biblia

El libro contiene las obras de dos profetas. El primero (Zac 1-8) coincide con Ageo en el tiempo y en los temas. Comienza su predicación en octubre / noviembre del 520 a.C. y aparece por última vez en diciembre del 518 a.C. Sus preocupaciones son la reconstrucción del Templo, a la que está ligada la llegada de la era definitiva que traerá consigo la instauración del Reino de Dios, que parece que se retrasaba. Este autor, sin embargo, avisó de que no se trata solamente de edificar un templo físico, sino que es necesario volver al Señor, convertirse. Recupera diversos aspectos de la profecía anterior: la importancia de obedecer al Señor y el sentido de la justicia y la misericordia. El segundo (Zac 9-14) es difícil de precisar en el tiempo, aunque los estudiosos se inclinan a enmarcarlo a finales del siglo IV a.C. Hablaremos de su obra a partir del capítulo nueve. La disposición de este libro primero es fácil de seguir. Tras una introducción (Zac 1,1-6), siguen ocho visiones escalonadas en una especie de diario redactado en primera persona (Zac 1,7-6,15). Viene luego una respuesta profética (Zac 7) y una colección de diez promesas, que comienzan de la misma forma (Zac 8). El autor forja un lenguaje nuevo, singular y fantástico. El mensaje divino se oculta de tal manera que el profeta

Page 133: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

necesita de alguien que se lo explique, el ángel intérprete, procedimiento característico de los Apocalipsis.

Este libro consta de dos partes bastante diversas. La primera (caps. 1-8) es la obra del profeta ZACARÍAS, que ejerció su

actividad en Jerusalén desde noviembre del 520 a. C. –un mes antes que la concluyera Ageo– hasta diciembre del 518. La segunda es más de un siglo posterior y proviene de uno o varios autores, designados habitualmente con el nombre de Segundo o Déutero Zacarías.

Bajo este aspecto, el libro de Zacarías se asemeja al de Isaías, que se divide en tres partes, de autores y épocas diferentes, agrupadas bajo el nombre del gran profeta del siglo VIII.

Primera Parte del Librode ZacaríasZacarías era de familia sacerdotal y pertenecía probablemente al grupo de profetas dedicados al servicio del Santuario. Esto explica la importancia que atribuye al Templo, al sacerdocio y a todas las cuestiones relacionadas con el culto. Su obra es "muy oscura", como ya lo señalaba san Jerónimo. En ella se entremezclan fragmentos de una autobiografía, visiones simbólicas que preludian los "apocalipsis" posteriores y una serie de oráculos mesiánicos.

Zacarías insiste en la necesidad de reconstruir el Templo (1. 16; 4. 9; 6. 15). Pero, más allá de esta finalidad inmediata, desarrolla el mesianismo esbozado por Ageo en torno a la persona de Zorobabel y va marcando las etapas que llevarán a la instauración de la era mesiánica. El Señor va a entrar en acción (1. 7-15). Las naciones enemigas serán derrotadas (2. 1-4) y Jerusalén será reconstruida en una zona sin fronteras, porque el mismo Señor será su

Page 134: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

muralla (2. 5-9). Josué y Zorobabel –representantes de los poderes religioso y civil– ejercerán en perfecta armonía el gobierno de la comunidad (3. 1 – 4. 14). El país será purificado de toda maldad (5. 1-11) y Babilonia, "el país del Norte", recibirá su castigo (6. 1-8). Una acción simbólica presenta a Zorobabel como rey davídico (6. 9-15) y una cuestión sobre el ayuno ofrece al profeta la ocasión de hacer un llamado a la conversión, mediante la práctica de la justicia, de la fidelidad y la misericordia (7. 8-14). Por último, el profeta amplía su perspectiva en sentido universalista, siguiendo la línea del Segundo Isaías.

Zacarías hace revivir el antiguo mesianismo real, vinculado a la descendencia de David. Pero su estrecha relación con los medios sacerdotales le hace asociar al príncipe davídico un jefe religioso, el Sumo Sacerdote Josué. Esta doble corriente –real y sacerdotal– del mesianismo del Antiguo Testamento encontrará su plena realización en Jesucristo, "nacido de la estirpe de David según la carne" (Rom. 1. 3) y constituido a la vez "Sumo Sacerdote de los bienes futuros" (Heb. 9. 11).

MalaquíasAutor: La Biblia

El autor se esconde tras el nombre de maleaki, que significa mi mensajero. Éste debió de vivir entre el 515 a.C., año de la dedicación del Templo, y antes de la reforma de Esdras, 479 a.C. LA redacción definitiva es posterior. Sus palabras suponen la existencia de un sacerdocio y un culto organizado aunque todavía carecen de gobernador propio. La situación que refleja es de desaliento, porque las promesas no acaban de realizarse. Denuncia la falta de una fe confiada, pues es general la apatía religiosa y el culto que se da en el Templo está viciado. Son asimismo frecuentes los matrimonios mixtos. El profeta parte de un culto recuperado en un Templo recién reconstruido. Sin embargo, los asiduos adoptan la misma actitud anterior al destierro: se cumplen los ritos, pero falta el espíritu de solidaridad y hermandad.

Page 135: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Los oráculos que cierran la colección de los escritos proféticos son la obra de un profeta cuyo verdadero nombre nos es desconocido. El nombre MALAQUÍAS –que en hebreo significa "mi mensajero"– fue tomado seguramente de 3. 1 y puesto como título en

el encabezamiento del Libro. Aunque estos oráculos no traen ninguna indicación cronológica, la actividad de Malaquías suele situarse poco antes del 445 a. C., fecha en que Nehemías llegó a Jerusalén para llevar a cabo la reforma política y religiosa de la comunidad judía. Este escrito proporciona datos muy valiosos sobre las condiciones de vida del Judaísmo a mediados del siglo V a. C., corroborando y completando la información que nos dan los libros de Esdras y Nehemías.

Cuando Malaquías desarrolló su actividad profética, el Templo ya estaba reconstruido, pero el culto divino y la conducta de los sacerdotes dejaba mucho que desear (2. 1-9).

A estos abusos en la práctica del culto se sumaban otros de carácter moral y social. Los ricos oprimían a los pobres (3. 5; Neh. 5. 1-5), muchos repudiaban a la esposa de su juventud para casarse con mujeres extranjeras (2. 14) y otros consideraban que era inútil servir al Señor, ya que a los malos les va mejor que a los buenos (2. 17; 3. 13-14). Todos estos pecados son condenados por Malaquías. Frente a la indiferencia y al escepticismo generalizados, él reafirma decididamente el amor de Dios hacia su Pueblo (1. 2-5). Con la misma energía condena los abusos cometidos en el Templo (1. 13-14), reprueba los matrimonios con mujeres paganas (2. 11) y exhorta a la fidelidad matrimonial (2. 15-16), que encuentra su prototipo en la fidelidad del Señor hacia Israel.

Page 136: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Por último, el profeta anuncia el "Día del Señor", que purificará a los sacerdotes, destruirá toda injusticia y dará el triunfo a los justos. Esta restauración del orden moral (3. 5) y del orden cultual (3. 4) culminará en el sacrificio perfecto ofrecido al Señor por todas las naciones (1. 11), que preludia el sacrificio incruento de la Nueva Alianza. En el más célebre de sus oráculos proféticos, Malaquías describe la llegada del Señor, preparada por un misterioso mensajero (3. 1), a quien el Evangelio indentifica con Juan el Bautista, el Precursor de Jesús (Mt. 11. 10).

Evangelio según San Mateo

Este escrito abre la serie del Nuevo Testamento y antecede a los otros tres evangelios que forman parte de ella. Como indica si título, fue atribuido desde antiguo al apóstol Mato. Sin embargo, no existe unanimidad entre los críticos actuales acerca de su autor, ni tampoco sobre su fecha y lugar de composición. La opinión mayoritaria es que trata de una obra escrita por un autor anónimo perteneciente a la segunda generación cristiana y que se compuso, alrededor del año 80 d.C., en la región de Siria, posiblemente en Antioquia. Sin embargo, algunos estudiosos se inclinan por una datación más temprana.Autor: La Biblia

El Evangelio que lleva el nombre de MATEO –un recaudador de impuestos que abandonó su trabajo para seguir a Jesús (9. 9)– fue escrito hacia el 80d.C. y está dirigido principalmente a los cristianos de origen judío.

Dado el carácter de los destinatarios, Mateo cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos para mostrar que el designio de Dios anunciado por los Profetas alcanza su pleno cumplimiento en la persona y

Page 137: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

la obra de Jesús. Él es el "Hijo de David", el "Enviado" para salvar a su Pueblo, el "Hijo del hombre" que habrá de manifestarse como Juez universal, el "Rey de Israel" y el "Hijo de Dios" por excelencia. Mateo también aplica a Jesús en forma explícita los oráculos de Isaías sobre el "Servidor sufriente", que carga sobre sí nuestras debilidades y dolencias. Y al darle el título de "Señor", reservado sólo a Dios en el Antiguo Testamento, afirma implícitamente su condición divina.

Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de Jesús y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio y están encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de estos discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo Moisés", que lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el "Maestro", que enseña "como quien tiene autoridad" (7. 29) la "justicia" de ese Reino inaugurado y proclamado por él.

El Evangelio de Mateo ha sido llamado con razón "el Evangelio de la Iglesia", por el papel preponderante que ocupa en él la vida y la organización de la comunidad congregada en nombre de Jesús. Esta comunidad es el nuevo Pueblo de Dios, el lugar donde el Señor resucitado manifiesta su presencia y la irradia a todos los hombres. Por eso ella está llamada a vivir en el amor fraterno y el servicio mutuo, como condiciones indispensables para hacer visible el verdadero rostro de Jesucristo.

 EL EVANGELIO DE LA INFANCIA DE JESÚSYa en el Evangelio de la infancia, Mateo nos anticipa quién es Jesús de Nazaret. Su "genealogía" se ha ido gestando a lo largo de toda la historia de Israel, que en él llega a su plenitud. Como "hijo de David", él es el Mesías anunciado por los Profetas y esperado por el Pueblo judío. Como "hijo de Abraham", es fuente de bendición para todos los hombres. Pero él es mucho más todavía: es "Dios con nosotros" (1. 23). María lo concibió en su seno por obra del Espíritu Santo, y José, al darle el nombre de "Jesús" (1. 25),

Page 138: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

asumió sobre él la función paterna y lo incorporó legalmente a su linaje davídico.

Todos los relatos de la infancia tienen un estilo literario propio del Antiguo Testamento, en el que abundan las apariciones, los sueños y las repetidas intervenciones del "Ángel del Señor". De esa manera, se quiere destacar la trascendencia de los acontecimientos narrados. Por eso, mucho más importante que el aspecto anecdótico es el sentido religioso de aquellos relatos. Así, por ejemplo, la adoración de los "magos", que representan a los pueblos paganos, significa que la Salvación no está reservada exclusivamente al Pueblo elegido, sino que es para todas las naciones. Asimismo, por su huida a Egipto y su vuelta a la Tierra prometida, Jesús aparece como otro Moisés, que se pone al frente de su Pueblo y lo conduce al Reino de Dios.

Evangelio según San Marcos

El segundo en la lista del Nuevo Testamento es el Evangelio según Marcos, considerado por los críticos como el más antiguo de los evangelios. Su autor sería, por tanto, el creador del género literario llamado evangelio, puesto que fue el primero que presentó la persona y obra de Jesús como el Evangelio o Buena Noticia de Dios a la humanidad (Mc 1,1; 1,14-15). No existen dudas sobre el autor de esta obra. La escribió un cristiano, llamado Marcos, que no tenía el rango de apóstol. La Tradición eclesiástica lo identificó muy pronto con el Marcos que aparece en el libro de los Hechos (cf. Hch 12,12.25; 15,5.13; 15,37.39), en alguna de las cartas atribuidas a Pablo (Col 4,10; 2 Tim 4,11; Flm 24) y en la primera de Pedro (1Pe 5,13). Esa misma Tradición, desde el siglo II d.C., vinculó a Marcos con el apóstol pedro, presentando al evangelista como su intérprete y colaborador en la Iglesia de roma. Con esta aval, se consiguió vencer la resistencia que algunas comunidades cristianas opusieron, al principio, para la aceptación de este escrito

Page 139: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Autor: La Biblia

Este Evangelio fue compuesto por un discípulo o, más exactamente, un "intérprete" del Apóstol Pedro, cuyo nombre completo era JUAN MARCOS. Es el más antiguo, el primero que fue puesto por escrito, cerca del año 70 de nuestra

era, y es también el más breve.

Como está dirigido a cristianos provenientes del paganismo, que no conocían las costumbres judías, Marcos se las explica y, asimismo, traduce las expresiones arameas que utiliza en varias ocasiones. Su estilo es vivo y popular, y está lleno de espontaneidad, aunque su lenguaje es pobre y rudimentario.

El Evangelio de Marcos contiene pocos discursos, y se interesa más por las acciones que por las palabras de Jesús. En cambio, los relatos se desarrollan con abundancia de detalles, y en ellos Jesús aparece con las reacciones propias de un ser humano. Marcos destaca especialmente la humanidad de Jesús y, a partir de ella, nos lleva progresivamente a descubrir en él al Hijo de Dios. Porque detrás de su Persona se esconde un gran "secreto", el secreto "mesiánico", que sólo se revela en su Muerte y su Resurrección.

Únicamente en la cruz está la respuesta a la gran pregunta latente a lo largo de todo este Evangelio: "¿Quién es Jesús de Nazaret?". Ciertamente, no es el Mesías glorioso que esperaban sus contemporáneos, sino el Mesías crucificado. La cruz era el camino obligado para llegar a la Resurrección. Todos estamos llamados a seguirlo por este camino, para poder comprender cada vez más

Page 140: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

profundamente "la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios" (1. 1), que Marcos nos transmite con tanta frescura y sencillez, como un eco fiel del primer anuncio del Evangelio.

PREPARACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚSMarcos, lo mismo que Juan, no hace ninguna referencia a la infancia de Jesús, como lo hacen Mateo y Lucas. Su Evangelio comienza abruptamente con la predicación de Juan el Bautista. Este bautiza con agua y atrae a la multitud, pero anuncia la llegada del que es "más poderoso" (1. 7): sólo él bautizará "con el Espíritu Santo" (1. 8).

Desde el primer momento, Marcos nos dice claramente quién es Jesús. Ya en la escena de su bautismo pone bien de relieve la manifestación del Padre que lo declara su "Hijo muy querido" (1. 11). La brevedad con que Marcos narra la tentación del Señor en el desierto, nos ayuda a penetrar en el aspecto esencial del hecho: la lucha y la victoria de Cristo contra el espíritu del mal, que es uno de los temas centrales de este Evangelio.

Evangelio según San Lucas

El tercer lugar en la lista del Nuevo testamento lo ocupa el Evangelio según Lucas, que originalmente forma una unidad con el libro de los Hechos de los Apóstoles, del que con el tiempo acabó separándose. Desde mediados del siglo II, la Tradición eclesiástica atribuyó unánimemente este Evangelio a Lucas, un converso del paganismo que acompañó a pablo en sus viajes misioneros y que, según éste, era médico (cf. Col 4,14). La composición de este escrito suele datarse en torno al año 80 d.C., pero podría ser anterior, según unos, se escribió en alguna región de Grecia (Acaya o Beocia); según otros, en Cesarea marítima, Alejandría o Roma. En todo caso, es seguro que se trata de una obra escrita fuera de Palestina y destinada a cristianos que procedían del paganismo. Lucas concibe la Historia de la Salvación en tres etapas sucesivas: *La del Antiguo Testamento. *La del tiempo de Jesús. *La del

Page 141: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

tiempo de la Iglesia.

Autor: La Biblia

El EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS fue redactado por este compañero de viaje del Apóstol san Pablo, unos cincuenta años después de la muerte de Jesús, y originariamente formaba un todo con el libro de los Hechos de los Apóstoles. Lucas no era de origen judío, y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del mundo pagano. En el Prólogo de su Evangelio hace referencia al proceso de predicación, de transmisión

oral y de redacción que precedió a la composición definitiva de los Evangelios.

Uno de los aspectos de la Buena Noticia que más quiso destacar san Lucas es el carácter universal de la Salvación. Jesucristo, en efecto, es el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos los hombres se salven por medio de él. Para él no hay privilegios de raza, de nacionalidad, de cultura o de clase social. Mejor dicho, hay privilegios. Pero Dios los reserva para los pobres, para los que aparentemente no valen nada. Ellos son los destinatarios predilectos de la Buena Noticia, los herederos por excelencia del Reino de Dios.

Asimismo, este Evangelio se llama con razón el "Evangelio de la misericordia". Lucas nos presenta constantemente a Jesús como aquel que "vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (19. 10). Dios es para él, sobre todo, el Padre misericordioso que sale al encuentro de sus hijos extraviados y se llena de alegría al volver a encontrarlos.

Pero el "Evangelio de la misericordia" es también un

Page 142: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Evangelio exigente. Su autor insiste en el llamado a la conversión, es decir, al cambio de vida, como condición indispensable para alcanzar la Salvación. El fruto de esa conversión es el gozo que experimentan los que creen en la Buena Noticia y se dejan salvar por ella. Por eso, san Lucas pone tan de relieve la acción del Espíritu Santo, que es la fuente de la verdadera alegría.

Evangelio según San Juan

El último de los Evangelios del Nuevo Testamento es el de Juan. Comparado con los otros tres, resulta sorprendente. Son tantas, y en todos los aspectos, las divergencias con ellos, que se impone la conclusión de que Juan sigue un plan teológico y un orden cronológico muy distinto al de los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). La cuestión central en la exposición de Juan es el misterio de la persona de Jesús: *Él es el Logos, la Palabra de Dios hecha carne (Jn 1,14), el Hombre-Dios que ha venido del Padre y a Él reforma (Jn 3,13;13,1;16,18). *En Jesús queda realizado el proyecto de Dios-Creador sobre el ser humano (Jn 19,30). *En Él se hace patente el amor leal, sin límite y sin regateos, de Dios por la humanidad (Jn 1,14; 15,9-17).

Autor: La Biblia

El cuarto Evangelio difiere considerablemente de los tres anteriores, tanto por su forma literaria cuanto por su contenido. La tradición cristiana lo atribuye al Apóstol JUAN, a quien identifica con "el discípulo al que Jesús amaba" (13. 23; 19. 26; 20. 2; 21. 7, 20), y hay varios indicios en el mismo Evangelio que corroboran

esta atribución. De todas maneras, la redacción final del

Page 143: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Libro es el resultado de una larga elaboración en la que también intervinieron los discípulos del Apóstol. La obra fue concluida hacia el año 100, y tenía como destinatarios inmediatos a las comunidades cristianas de Asia Menor.

El Evangelio de Juan gira en torno a un tema fundamental: Jesús es el Enviado de Dios, su Palabra por excelencia, que vino a este mundo para hacernos conocer al Padre. Él no habla por sí mismo, sino que "da testimonio" de la Verdad que escuchó del Padre (3. 11-13, 31-34), y toda su vida es una revelación de la "gloria" que recibió de su mismo Padre antes de la creación del mundo (17. 1-5).

Con más insistencia que los otros evangelistas, Juan acentúa la oposición entre Jesús –la "Luz", el "Camino", la "Verdad" y la "Vida"– y los que se niegan a creer en él, designados habitualmente con el nombre genérico de "los judíos". Jesús no vino a "juzgar" al mundo, sino a salvarlo. Pero, por el simple hecho de manifestarse a los hombres, él los pone ante una alternativa: la de permanecer en sus propias "tinieblas" o creer en la "luz". El que no cree en Jesús "ya" está condenado, mientras que el que cree en él "ya" ha pasado de la muerte a la Vida y tiene Vida eterna.

A diferencia de los Evangelios sinópticos, que mencionan una sola "subida" de Jesús a Jerusalén, este Evangelio habla de tres Pascuas celebradas en la Ciudad santa. Más aún, casi toda la actividad pública del Señor, se desarrolla dentro del marco litúrgico de alguna festividad judía. En lugar de las parábolas del Reino utilizadas a manera de comparaciones, tan características de los otros Evangelios, Juan se vale de breves y expresivas alegorías, como por ejemplo, la de la vid y los sarmientos y la del buen Pastor. También emplea diversos "símbolos" para referirse a la persona de Jesús y a los bienes que él brinda a los hombres: en especial, el "agua" y el "pan" le sirven para hacer una verdadera "catequesis sacramental" sobre el Bautismo y la Eucaristía.

El autor de este Evangelio vuelve constantemente sobre los mismos temas, desarrollándolos y profundizándolos una y otra vez. En cada uno de esos temas está contenido todo el

Page 144: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

misterio de Cristo. Pero más que los "hechos" de su vida, lo que le interesa y quiere poner de relieve es el "significado" que ellos encierran y que sólo la fe puede descubrir. Desde esa perspectiva, Juan interpreta las obras y amplía los discursos de Jesús, como fruto de una larga y profunda contemplación. Su objetivo fundamental es conducirnos a la Vida eterna, que consiste en conocer al "único Dios verdadero" y a su "Enviado, Jesucristo" (17. 3). Con razón se ha llamado al Evangelio de Juan el "Evangelio espiritual".

PRÓLOGOMientras que el Evangelio de Marcos se inicia con el bautismo del Señor y los de Mateo y Lucas se remontan a su infancia, Juan va más lejos todavía y comienza hablando de su origen divino. En su Prólogo tan característico, presenta a Jesús como la "Palabra" de Dios personificada, que existía desde siempre junto al Padre y "era Dios" (1. 1-2). Esa Palabra trasciende infinitamente el mundo y la historia, pero a la vez es una Palabra "creadora": "Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra", y en ella está la Vida que ilumina a los hombres (1. 3-4).

Y para revelarles el rostro invisible de Dios y hacerlos participar de su filiación divina, la Palabra eterna e increada "se hizo carne" y vino a convivir con los hombres "como Hijo único" del Padre (1. 14). Es el Misterio de la Encarnación: Dios tiene ahora un rostro humano. Al advertirnos que las tinieblas del mundo no recibieron a la Palabra (1. 5, 11), Juan anticipa el tema del eterno conflicto entre la luz y las tinieblas, tan destacado en su Evangelio. Más que una introducción, este admirable Prólogo –como la obertura de una ópera– es un resumen de todos los temas contenidos en el resto del Libro.

Hechos de Los Apóstoles

Tras los cuatro Evangelios, el siguiente escrito del Nuevo testamento es el libro de los Hechos de los Apóstoles. Como ya se ha indicado, esta obra forma una unidad con el Evangelio de Lucas, del que constituye la segunda parte. Así lo prueba: *La dedicatoria de ambos escritos a un tal Teófilo (cf. Lc 1,1-4; Hch 1,1-2). *La alusión al principio de

Page 145: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Hechos (Hch 1,1) al primer libro (el Evangelio). *Las semejanzas de estilo y vocabulario que se dan entre ambos. *Los numerosos paralelismos existentes entre uno y otroAutor: La Biblia

En el Prólogo al libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, su autor remite expresamente a un "primer Libro" escrito por él mismo, donde se narra lo que hizo y enseñó Jesús desde el comienzo hasta el momento de su Ascensión al cielo (1. 1-2). El Libro a que alude es el tercer Evangelio, y el autor es el evangelista

san Lucas, que concibió y compuso estos dos Libros como partes integrantes de una única obra. Sólo hacia el año 150, cuando los cristianos reunieron los cuatro Evangelios en un mismo volumen, estas dos partes quedaron separadas.

Los "hechos" relatados en el Libro muestran cómo los Apóstoles dieron cumplimiento al programa que el Señor resucitado les fijó antes de su partida: "Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra" (1. 8). En el Evangelio de Lucas, el ministerio terreno de Jesús comienza en Nazaret (Lc. 4. 16-21) y culmina en Jerusalén con la Pascua del Señor (Lc. 9. 51). Y es precisamente de Jerusalén, de donde el mismo Lucas hace partir la acción evangelizadora de la Iglesia narrada en el libro de los Hechos.

Para escribir este Libro, Lucas empleó una abundante documentación: las tradiciones de la Iglesia de Jerusalén y de la comunidad de Antioquía, el testimonio personal de Pablo y, en particular, un "diario de viaje" que narraba la actividad misionera del Apóstol, donde el empleo del "nosotros" indica que su autor era un testigo presencial de los acontecimientos. Esto hace que el libro de los Hechos de

Page 146: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

los Apóstoles sea una fuente de información imprescindible para conocer los primeros tiempos de la Iglesia.

Sin embargo, Lucas no es un simple cronista que pretende escribir la historia completa de los orígenes cristianos, o presentar la penetración del Cristianismo en el mundo pagano como un fenómeno puramente histórico. Su finalidad es poner de manifiesto la acción del Espíritu, que va edificando la Iglesia por medio de la predicación de los Apóstoles y hace fructificar la Palabra de Dios en lugares cada vez más lejanos.

Epístola a los Romanos

Es la carta más importante de todo el Nuevo Testamento y, consiguientemente, de Pablo. es la más pensada, y en ella el apóstol intenta plasmar su evangelio, aquel que salva a todo el que lo acoge en la fe. lo hace desde Corinto (58 d.C.), antes de llevar la colecta de los pobres a Jerusalén y para preparar su visita a Occidente, a España concretamente (Rom 15,24.28). pero no quiere perder la oportunidad de visitar primero la comunidad que se ha convertido en la más importante del mundo de entonces , Roma, de la que pretende su apoyo. Muchas cosas que se exponen en nuestra carta estaban insinuadas nerviosamente en la de los Gálatas, pero en Romanos quiere dejar bien asentada la fuerza de su predicación: Jesucristo y la salvación de todos los hombres.

Autor: La Biblia

Fue por medio de una revelacióncomo se me dio a conocer este misterio,tal

como acabo de exponérselo en pocas palabras.Al leerlas, se darán cuentade la comprensión que tengo del misterio de

Cristo,que no fue manifestado a las generaciones pasadas,pero que ahora ha sido revelado por medio del

Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.

Page 147: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Ef. 3. 3-5

 

La paciencia del Señor es para nuestra salvación,como les ha escrito nuestro hermano Pablo,conforme a la sabiduría

que le ha sido dada,y lo repite en todas las cartas donde trata este tema.En ellas hay pasajes difíciles de

entenderque algunas personas ignorantes e inestablesinterpretan torcidamente,–como, por otra parte,

lo hacen con el resto de la Escritura–para su propia perdición.

2 Ped. 3. 15-16

CARTAS PAULINAS

Las Cartas de Pablo difieren unas de otras por su extensión y su contenido, pero todas tienen una capacidad común: la de ser escritos circunstanciales. Fueron enviadas para suplir una acción directa, que la ausencia del Apóstol hacía imposible, y están dirigidas a una comunidad o a una persona determinada. Sólamente dos de ellas –las Cartas a los Romanos y a los Efesios– intentan presentar de manera más sistemática una síntesis doctrinal. Si bien son verdaderas cartas, pocas veces tienen un caracter íntimo y familiar, porque generalmente tratan asuntos de interés común y se dirigen a toda la comunidad o a personas constituidas en autoridad. La breve nota que Pablo envía a su amigo Filemón presenta características algo diversas y constituye una excepción a esa regla general.

Estas Cartas no contienen toda la enseñanza de Pablo. Detrás de ellas, está su palabra viviente: el "kerygma", o sea, el primer anuncio del Evangelio destinado a suscitar la fe en Cristo, y la siguiente catequesis oral del Apóstol (1 Cor. 11. 23; 15. 1-11; 2 Tes. 2. 5). Esto hace particularmente difícil la interpretación de algunos pasajes de sus Cartas, porque en ellas se alude muchas veces a hechos desconocidos para nosotros.

Page 148: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Las Cartas paulinas tienen el valor de un testimonio inmediato sobre la vida, las dificultades y el crecimiento de las comunidades cristianas en el mundo pagano. En ellas se encuentra vívidamente reflejada la excepcional personalidad de Pablo: su fe ardiente, su rica sensibilidad, su temperamento apasionado y combativo, su voluntad siempre tensa, aunque sujeta a desalientos pasajeros y, especialmente, su condición de Apóstol, con toda la fuerza que el lenguaje cristiano ha conferido a esta palabra. Ellas atestiguan también la progresión de su pensamiento, que no alcanzó de inmediato su forma definitiva, sino que se fue desarrollando gradualmente bajo el impulso del Espíritu.

A pesar del carácter ocasional de sus escritos, Pablo arroja en cada página una nueva luz sobre el misterio de Cristo y de la Iglesia. De este modo, él creó las fórmulas clásicas de la fe cristiana, asegurando con ello la definitiva autonomía de la Iglesia con respecto al Judaísmo.

CARTA A LOS ROMANOS

Pablo escribió la CARTA A LOS ROMANOS en un momento decisivo de su carrera apostólica. Ya había concluido su tercer viaje misionero, y se disponía a llevar a Jerusalén la colecta en favor de los pobres, que tan laboriosamente había recogido en Macedonia y Acaya (15. 25-26). Consideraba que su misión en Oriente ya estaba terminada (15. 19-20), y tenía proyectado emprender una nueva etapa en su obra de evangelización: su propósito era llevar la Buena Noticia a Occidente, desde Roma hasta España (1. 13-15; 15. 28), donde se le abría un campo de actividad todavía virgen.

Para preparar su visita a los cristianos de Roma, el Apóstol les envió una Carta, donde les exponía más detalladamente los mismos temas que ya había tratado en su Carta a los Gálatas. Pero aquí el tono es diferente. El ardor de la polémica se ha suavizado, y Pablo ha podido completar y matizar su pensamiento y sus expresiones. En una admirable síntesis doctrinal, describe la universalidad del pecado y la obra redentora de Cristo; la función de la Ley

Page 149: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

de Moisés en el designio salvífico de Dios y la justificación por la fe en Jesucristo; la libertad cristiana, el Bautismo y la nueva Vida en el Espíritu. Además, en esta Carta hay un tema desarrollado con particular amplitud: el de la situación del Pueblo judío en la nueva disposición divina, fundada sobre la fe en Cristo y no sobre las obras de la Ley.

La riqueza y la profundidad de su doctrina y la variedad de los temas tratados, han conferido a esta Carta una excepcional importancia dentro del Cristianismo.

Primera Epístola a los Corintios

La 1Cor refleja, por tanto, el medio ambiente de aquella ciudad que se vanagloriaba de su libertad, y cuya comunidad había fundado en colaboración con un matrimonio venido de Roma, Priscila y Aquila (Hch 18,1-3). Pablo trabajó allí durante año y medio, y dejó su impronta personal. Sin embargo, poco después de su marcha, aparecieron problemas, algunos muy graves. Lo primero que se constata actualmente es la división que existe dentro de los diferentes grupos y partidos, que se atienen a los líderes que han pasado por allí: Pablo, Apolo, Pedro... El apóstol quiere cortar de raíz esa división recurriendo a la identidad de la comunidad: la sabiduría de la cruz (1Cor 1,10-4,21). También corrige algún caso de inmoralidad, como el de quien se ha casado con la mujer de su padre, su madrastra en realidad (1Cor 5); o la preocupación que le causa el que los cristianos se permitan recurrir a los tribunales paganos sin ser capaces de perdonarse entre ellos (1Cor 6).

Autor: La BibliaSi pasamos a la 2Cor, nos encontramos también con un proceso complicado, pues la lectura unificada de esta carta no es fácil a primera vista, especialmente porque 2Cor 10-13 rompe mucho la armonía que podríamos imaginar en los otros capítulos. ¿Qué ha sucedido, de nuevo, en Corinto? Parece que unos misioneros han llegado a la comunidad y han puesto en entredicho la misión e incluso el apostolado de Pablo. A diferencia de la 1Cor, esta carta se caracteriza por las relaciones personales entre Pablo y su comunidad.

Page 150: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Timoteo, que viene de visitar la comunidad, le informa, y Pablo escribe una primera apología (2Cor 2,14-7,4).

Corinto, capital de la provincia romana de Acaya, era la ciudad más grande de Grecia. Su

condición de puerto cosmopolita y su prosperidad económica la habían convertido en un lugar proverbial por la inmoralidad de sus costumbres.

Durante su segundo viaje misionero, Pablo permaneció allí más de un año y medio, y logró establecer una comunidad entusiasta y fervorosa (Hech. 18. 1-18). Pero fue precisamente en Corinto donde alcanzó su punto más crítico la confrontación del Cristianismo naciente con el pensamiento y las costumbres paganas, y apenas Pablo se alejó comenzaron a surgir graves conflictos.

La llegada de Apolo (Hech. 18. 24) y de otros predicadores cristianos que se presentaban como emisarios de Pedro, dividió profundamente a la comunidad, provocando la formación de bandos rivales (1. 11-13). Muchos cristianos no se habían despojado suficientemente de las costumbres paganas, y caían en el libertinaje moral (5. 1). Las asambleas litúrgicas estaban perturbadas por una escandalosa división entre ricos y pobres (11. 18-22), o por formas de exaltación teñidas de paganismo (14. 1-5). Algunos confundían el Evangelio con una sabiduría puramente humana (1. 22) y otros negaban la resurrección de los muertos (15. 12).

Advertido de estos abusos, Pablo envió la PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS para restablecer el orden y responder a las consultas que se le habían hecho. Con su mirada penetrante, él va exponiendo grandes temas doctrinales a propósito de varios asuntos de orden práctico, algunos de ellos aparentemente insignificantes. Ningún otro escrito del Nuevo Testamento nos muestra de una manera tan

Page 151: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

concreta la vida de una comunidad y su situación ante el paganismo

Epístola a los Gálatas

Ésta es la carta más apasionante de Pablo. La carta a los Gálatas es ardiente, pues Pablo quiere llevar hasta sus últimas consecuencias el Evangelio que ha liberado a los gálatas pero que ahora están a punto de cambiarlo por la esclavitud de la Ley. ¿Quiénes son los gálatas? Son los habitantes de una región de la península asiática-hoy Turquía, en el centro, en la actual Ankara- de origen celta-europeo, que llegaron allá en el siglo III a.C. Pablo visitó esta región dos veces (Hch 16,6; 18,23; 19,1).

Autor: La Biblia

Los gálatas evangelizados por Pablo durante su segundo viaje misionero, hacia

el año 50, eran descendientes de los celtas o galos, un pueblo extremadamente belicoso que en el siglo III a. C. se había instalado en la meseta central de Asia Menor. La estadía de Pablo en Galacia se prolongó por algunos meses, debido a una enfermedad que lo obligó a permanecer allí hasta su curación (4. l3-l5). Fuera de esto, no conocemos otros detalles sobre la actividad del Apóstol en esa región y sobre las Iglesias allí fundadas.

Las circunstancias que motivaron la intervención de Pablo están suficientemente expresadas en la Carta. Las comunidades de Galacia habían sido perturbadas por algunos predicadores cristianos venidos de Jerusalén. Estos, erróneamente, se consideraban respaldados por Santiago, "el hermano del Señor" (1. 19), que era una de las "columnas de la Iglesia" junto con Pedro y Juan (2. 9). Según ellos, los fieles convertidos del paganismo debían

Page 152: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

someterse a la Ley de Moisés y a la práctica de la circuncisión, para llegar a ser verdaderos hijos de Abraham y herederos de las promesas divinas. Al mismo tiempo, trataban de desacreditar la persona y la autoridad apostólica de Pablo, mostrándolo en desacuerdo con los demás Apóstoles. La crisis provocada por estos "judaizantes" en Galacia es una de las expresiones típicas de la dificultad que tuvo la Iglesia para desvincularse cada vez más del Judaísmo y adquirir su fisonomía propia.

La CARTA A LOS GÁLATAS, escrita probablemente en el año 56, es uno de los más espontáneos y vehementes escritos de Pablo. Su tema central es la libertad del cristiano, llamado a recibir la salvación como un don de Dios que se alcanza por la fe en Jesucristo, y no por el sometimiento a las exigencias de la Ley. Para comprenderla debidamente, es conveniente leerla a la luz de la Carta a los Romanos, que fue escrita un tiempo después y vuelve sobre los mismos temas de una manera más completa y sistemática.

Epístola a los Efesios

En realidad, no se sabe si la carta a los Efesios fue dirigida a la Iglesia de Éfeso, ya que en los manuscritos más antiguos no se decía nada de ello, sino que fe añadida después. Es otra de las cartas que pretende convertir la presencia de Pablo en una realidad permanente por parte de los que no podían olvidarlo. Él fue el líder carismático que estuvo casi tres años en Éfeso (Hch 20, 31), en uno de los momentos más significativos del apóstol. Ésta puede ser la razón para que se considere que esta carta iba dirigida a los efesios. Su actividad en Éfeso, su prisión, es algo fuera de lo común. Allí quedaron los discípulos paulinos más leales. Es verdad que Pablo no fundó la comunidad directamente (cf. Hch 18,19-20; 19,8-10); Apolo le había precedido e incluso el matrimonio de Priscila y Aquila. Pero hay que decir que, sin Éfeso, sin su comunidad o comunidades en las que Pablo trabajó hasta el agotamiento, no entenderíamos el futuro del cristianismo paulino. La carta se compone claramente de dos partes: *La primera nos presenta el misterio de Dios en Cristo, revelado en la Iglesia (Ef 1-3). *La segunda es práctica, parenética, es decir, una exhortación a los

Page 153: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

bautizados y la propuesta de cómo debe de ser la vida de los cristianos en la Iglesia (Ef 4-6).

Autor: La Biblia

Esta Carta no contiene ninguna noticia o exhortación personal, ni parece responder a problemas o peligros concretos, como el

resto de las Cartas de Pablo. En los saludos finales no se nombra a nadie en particular, y muchos manuscritos antiguos omiten el nombre de los destinatarios. Tales indicios hacen suponer fundadamente que esta Carta es una especie de "encíclica" enviada por Pablo a las Iglesias de la provincia romana de Asia, y que sólo más tarde, a comienzos del siglo II, se señaló a la Iglesia de Éfeso como destinataria de la misma.

En ella el Apóstol retoma, con mayor amplitud y en forma más ordenada, los temas esenciales de la Carta a los Colosenses. Pero a pesar de las numerosas semejanzas, el pensamiento evoluciona de una Carta a otra, de tal manera que las mismas expresiones adquieren, según el caso, matices diversos. No es improbable que un discípulo de Pablo haya intervenido en la redacción de esta Carta. Así se explicarían ciertas particularidades de su estilo y de su composición.

La CARTA A LOS EFESIOS es una contemplación del plan de Dios realizado en Jesucristo y en la Iglesia, con la consiguiente exhortación a llevarlo a la práctica en todos los actos de la vida. Pablo pone de relieve la función "cósmica" de Cristo, su dominio sobre las potestades angélicas y su soberanía sobre todo el universo (1. 20-21). La Iglesia es presentada como instrumento de Cristo en su obra salvífica que se extiende a toda la creación: ella es el Cuerpo y la plenitud de Cristo (1. 22-23), donde judíos y paganos se reúnen para formar un solo Pueblo de Dios (2. 14-18); y es también el Templo, que tiene como "piedra

Page 154: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

angular" al mismo Jesucristo, y que se va edificando por la acción del Espíritu Santo (2. 19-22).

Epístola a los Filipenses

Al comenzar a leer Filipenses, se nota una cierta serenidad que solamente se rompe en el capítulo 3. Por eso mismo no deberíamos precipitarnos en la valoración de estar carta, que requiere también una estrategia de lectura. Pablo visitó Filipos y fundó la primera comunidad en suelo europeo en el año 49 d.C. Esta antigua ciudad, erigida por el padre de Alejandro Magno, en Macedonia, será la primera etapa de los misioneros cristianos (Hch 16,4-40). El apóstol profesó a esta comunidad una estima y un cariño que se explican como correspondencia por la generosidad de los filipenses.

Autor: La Biblia

En el transcurso de su segundo viaje misionero, hacia el año 50, Pablo fundó en Filipos una comunidad cristiana, que siempre se mantuvo unida al Apóstol por un lazo de íntima amistad (Hech. 16. 11-40). La ayuda económica que Pablo, contrariamente a su costumbre, recibió de ella en varias ocasiones, es una prueba de la confianza que el Apóstol tenía en la sinceridad de sus sentimientos (4. 14-16).

Cuando los filipenses se enteraron de que Pablo estaba prisionero –probablemente en Éfeso– se apresuraron a enviarle un nuevo subsidio por medio de un discípulo llamado Epafrodito (4. 18). A su regreso, este llevó consigo una Carta, donde Pablo agradece a sus amigos la ayuda recibida, aprovecha para comunicarles algunas noticias personales, y los exhorta a practicar las virtudes cristianas a ejemplo de Cristo. Además, los previene contra cualquier clase de desunión y les pide que se mantengan firmes en la fe, a pesar de la hostilidad de sus enemigos.

El tono de la CARTA A LOS FILIPENSES es particularmente íntimo y familiar. En ella merece destacarse el himno de 2. 6-11, que es un texto inestimable para conocer el

Page 155: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

pensamiento de Pablo acerca de la persona y de la obra redentora de Jesús.

Epístola a los Colosenses

Es una carta de cautividad, se habla de la prisión (Col 1,24; 4,3.18) y la Tradición la sitúa en Roma, en los años 60-61. sin embargo, hoy se ve en ella un escrito pospaulino, de un discípulo. Algunos hablan de una escuela heredera del pensamiento de Pablo y de su preocupación por las iglesias, especialmente en Asia Menor. Lo más probable es que Pablo no hubiera estado en Colosas. Pero, desde luego, se pretende asegurar la permanente presencia del apóstol de los gentiles, a pesar de su ausencia física, incluso porque ya hubiera muertoAutor: La Biblia

Colosas era una ciudad de Asia Menor, situada a unos doscientos kilómetros al este de Éfeso. Pablo no la evangelizó personalmente, sino que confió esa misión a Epafras, uno de sus discípulos, que era natural de allí (1. 7; 4. 12).

Cuando este colaborador fue a visitarlo, mientras el Apóstol se encontraba prisionero en Roma, le hizo saber el grave peligro que amenazaba a aquella comunidad. Bajo pretexto de "filosofía", algunos trataban de difundir una doctrina que asignaba a Cristo un lugar subordinado en la jerarquía de los seres espirituales que rigen el universo, los así llamados "elementos del mundo" (2. 8), cuyo culto recomendaban. Además, querían imponer el rito de la circuncisión, como también algunas prácticas ascéticas y determinadas prescripciones sobre fiestas y alimentos, que supuestamente debían completar la salvación comenzada por Jesús.

Para combatir estos errores, Pablo escribió su CARTA A LOS COLOSENSES, entre los años 61 y 63. En ella destaca

Page 156: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

claramente la supremacía absoluta de Cristo sobre todas las cosas y, en particular, sobre las jerarquías angélicas. Nadie puede compararse con él, que es "la esperanza de la gloria" (1. 27), y todos los poderes, sin excepción, le están sometidos. Esta Carta tiene muchos puntos de contacto con la que un tiempo después el Apóstol dirigió a los Efesios.

Epístola a los Colosenses

Es una carta de cautividad, se habla de la prisión (Col 1,24; 4,3.18) y la Tradición la sitúa en Roma, en los años 60-61. sin embargo, hoy se ve en ella un escrito pospaulino, de un discípulo. Algunos hablan de una escuela heredera del pensamiento de Pablo y de su preocupación por las iglesias, especialmente en Asia Menor. Lo más probable es que Pablo no hubiera estado en Colosas. Pero, desde luego, se pretende asegurar la permanente presencia del apóstol de los gentiles, a pesar de su ausencia física, incluso porque ya hubiera muerto.

Autor: La Biblia

Colosas era una ciudad de Asia Menor, situada a unos doscientos kilómetros al este de Éfeso. Pablo no la evangelizó personalmente, sino que confió esa misión a Epafras, uno de sus discípulos, que era natural de allí (1. 7; 4. 12).

Cuando este colaborador fue a visitarlo, mientras el Apóstol se encontraba prisionero en Roma, le hizo saber el grave peligro que amenazaba a aquella comunidad. Bajo pretexto de "filosofía", algunos trataban de difundir una doctrina que asignaba a Cristo un lugar subordinado en la jerarquía de los seres espirituales que rigen el universo, los así llamados "elementos del mundo" (2. 8), cuyo culto recomendaban. Además, querían imponer el rito de la circuncisión, como también algunas prácticas ascéticas y determinadas

Page 157: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

prescripciones sobre fiestas y alimentos, que supuestamente debían completar la salvación comenzada por Jesús.

Para combatir estos errores, Pablo escribió su CARTA A LOS COLOSENSES, entre los años 61 y 63. En ella destaca claramente la supremacía absoluta de Cristo sobre todas las cosas y, en particular, sobre las jerarquías angélicas. Nadie puede compararse con él, que es "la esperanza de la gloria" (1. 27), y todos los poderes, sin excepción, le están sometidos. Esta Carta tiene muchos puntos de contacto con la que un tiempo después el Apóstol dirigió a los Efesios.

Primera epístola a los Tesalonicenses

Su salida precipitada, ante las dificultades que tuvo en el momento de consolidar la fe de la comunidad (Hch 17,1-10), no le dejaron tranquilo, y desde Atenas envió a su colaborador Timoteo para que pudiera completar la evangelización. De vuelta, Timoteo informa a Pablo de cómo van las cosas y , ya desde Corinto, donde se habían establecido los misioneros, escribe lo que será el primer texto oficial del Nuevo Testamento. Antes de que los Evangelios tomaran cuerpo, esta carta (1Tes) será la primera manifestación de la misión y del proyecto que el cristianismo deberá llevar a cabo en el mundo de entonces.

Autor: La Biblia

Tesalónica, la capital de la provincia romana de Macedonia, era un puerto importante del mar Egeo. Pablo llegó a esa ciudad en el año 50, durante su segundo viaje misionero. Allí fundó una comunidad cristiana, compuesta en su mayor parte de paganos convertidos a la fe. Pero su

permanencia en Tesalónica fue muy breve, ya que debido a la oposición de los judíos debió abandonar la ciudad

Page 158: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

precipitadamente (Hech. 17. 1-15). A su salida, la comunidad quedó sola en medio de la persecución y con una insuficiente formación religiosa.

Preocupado por la suerte de los cristianos, Pablo les envió a Timoteo, desde Atenas (3. 1-5). A su regreso, este trajo al Apóstol noticias muy alentadoras: la comunidad se había mantenido firme en la fe y recordaba a Pablo con afecto. Sin embargo, algunos esperaban con impaciencia la Venida del Señor y se negaban a trabajar, resultando una carga para sus hermanos. Otros estaban preocupados, porque suponían erróneamente que los cristianos que ya habían muerto no iban a estar presentes cuando viniera el Señor.

Para responder a estas inquietudes, Pablo escribió poco después de su llegada a Corinto, a comienzos del año 51, su PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES: la lectura de esta Carta, como también la de la segunda a los Tesalonicenses, supone una cierta familiaridad con el estilo "apocalíptico", cargado de imágenes y símbolos, que los Profetas y los Escritores judíos solían emplear para anunciar la llegada del "Día del Señor" (5. 2).

Segunda epístola a los Tesalonicenses

La 2Tes es otro tipo de carta, menos entrañable, más formal y oficial. Por eso, en los últimos años ha crecido la opinión de que no se trata de un escrito de Pablo, sino de alguno de sus discípulos que pretende responder a algún grupo de corte apocalíptico. Intenta, por tanto, exponer el verdadero pensamiento paulino sobre el tema cuando el apóstol ya había desaparecido. La segunda venida del Señor, la Parusía, seguía siendo un reto para el cristianismo y para el mundo, pero algunos no lo veían así. No debemos olvidar que el cristianismo no podía abrirse camino fácilmente en medio del paganismo, que adoraba y consideraba divinos a los emperadores, ya que éstos imponían su presencia como dioses. El cristianismo, sin embargo, creía en otro tipo de Dios y en otro tipo de presencia

Autor: La Biblia

Page 159: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La primera Carta a los cristianos de Tesalónica fue muy bien recibida, pero no produjo todos los frutos deseados. La preocupación por el retorno de Cristo se hacía más intensa, y algunos anunciaban, en nombre del Espíritu, la inminencia del acontecimiento. En apoyo de estas

afirmaciones, se citaba la autoridad de Pablo.

Para contener la agitación, el Apóstol intervino otra vez. El tema central de la SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES es nuevamente la Venida del Señor al fin de los tiempos, pero aquí la atención se dirige, más que al hecho mismo, a los signos que deben precederla.

Primera epístola a TimoteoAutor: La Biblia

La 1Tim, con sus seis capítulos, recomienda frecuentemente la sana doctrina; da criterios para la elección de obispos, invita a la modestia y señala pautas de comportamiento para las viudas jóvenes que pretenden un papel más efectivo en la comunidad cristiana

Las Cartas dirigidas a Timoteo y a Tito forman un grupo homogéneo dentro de la colección de los escritos paulinos. Sus destinatarios eran dos íntimos colaboradores de Pablo, que necesitaban directivas concretas sobre la organización y el gobierno de las comunidades que él les había confiado, por lo cual reciben el título de "Cartas

Page 160: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

pastorales". Además, las tres están redactadas en un mismo tenor, combaten los mismos errores y reflejan una etapa más evolucionada en la organización interna de las comunidades cristianas. Pero, por su vocabulario y su estilo, estas Cartas difieren notablemente de las otras atribuidas al Apóstol. Esto hace presumir que no fue él mismo quien les dio su forma literaria, sino que fueron redactadas por alguno de sus discípulos.

La PRIMERA CARTA A TIMOTEO –a quien Pablo llama afectuosamente "hermano nuestro y colaborador de Dios en el anuncio de la Buena Noticia de Cristo" (1 Tes. 3. 2)– contiene una serie de recomendaciones prácticas sobre la necesidad de conservar y transmitir con fidelidad la tradición apostólica (6. 20), sobre los criterios que deben regir la elección de los ministros de la comunidad (3. 1-13) y acerca de las obligaciones de Timoteo con respecto a las diversas categorías de fieles: ancianos y jóvenes (5. 1-2), viudas (5. 3-16), presbíteros (5. 17-22) y esclavos (6. 1-2). En particular, Pablo inculca a su discípulo la necesidad de combatir a los que enseñan "doctrinas extrañas" (1. 3), y lo exhorta a practicar la piedad y el desinterés pastoral, para mantenerse "sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (6. 14).

Segunda epístola a TimoteoAutor: La Biblia

La 2Tim, con sus cuatro capítulos, también es manifiestamente desordenada, introduce algunos datos de la cautividad paulina e insiste más que ninguna en el tema de los falsos doctores y de la doctrina verdadera, además de presentar a Pablo próximo al final de su vida.

La SEGUNDA CARTA A TIMOTEO ha sido llamada el "testamento espiritual" de Pablo. El Apóstol la envió desde Roma, donde se encontraba prisionero por segunda vez, poco antes de su martirio. En ella dirige a Timoteo, "su hijo muy

Page 161: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

querido" (1. 2), algunas exhortaciones de carácter general (2. 11-21; 3. 1-9) y vuelve a insistir sobre la necesidad de conservar intacta la verdadera doctrina (4. 1-5). Pero el tono de esta Carta es más íntimo y confidencial, con recuerdos del pasado y noticias personales (1. 5-6; 3. 10-11, 14-15). De manera conmovedora, Pablo se despide de su discípulo, mientras aguarda el momento en que va a "ser derramado como una libación" y espera confiadamente la corona que el "justo Juez" le tiene preparada (4. 6-8).

Epístola a Tito

La carta de Tito, con tres capítulos, ofrece una serie de pautas para la organización de la comunidad de la isla de Creta, denuncia a los falsos doctores y exige una vida santa ante la salvación final.

Autor: La Biblia

En la CARTA A TITO predominan una vez más los temas pastorales. Después de evangelizar la isla de Creta, Pablo encomendó a este discípulo, que era de origen pagano (Gál. 2. 1-4), la tarea de

organizar las comunidades cristianas, estableciendo en cada ciudad un "colegio" de presbíteros (1. 5). Más tarde, le envió esta Carta dándole instrucciones acerca del gobierno de la Iglesia y de la elección de sus ministros (1. 5-9), así como también sobre la manera de exhortar a las diversas categorías de sus miembros (2. 1-10). Al mismo tiempo, le

Page 162: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

recuerda la responsabilidad que tiene de comunicar fielmente la enseñanza recibida (2. 1).

Epístola a FilemónAutor: La Biblia

No parece una carta, sino un texto autógrafo de recomendación e intercesión ante un hermano (Filemón) por un esclavo fugitivo (Onésimo), quien ha encontrado la libertad en el cristianismo. Pablo está prisionero, en Éfeso sin duda, y de ello hace un timbre de gloria (Flm 1.9.10.13.23) para que su intercesión sea mucho más intensa y convincente. El apóstol se convierte en garante del esclavo Onésimo y le pide a Filemón que tenga a bien pagar con ella una deuda: la misma conversión al cristianismo que él, Filemón, recibió como gracia. De es amanera todo tendrá más sentido, máxime si es en su casa donde se reúne la comunidad cristiana de Colosas

Filemón era un rico ciudadano de Colosas, que Pablo convirtió a la fe cristiana durante su permanencia en Éfeso. Onésimo, uno de

sus esclavos, huyó de su casa y, para escapar a las severas sanciones que amenazaban a los esclavos fugitivos, buscó refugio en Roma. Allí se encontró con Pablo, ya anciano (v. 9), que estaba prisionero en la capital del Imperio. Después de bautizarlo, este lo devolvió a su dueño con una breve Carta de recomendación, que es un modelo de sencillez y delicadeza.

En ella, Pablo no pronuncia una condena explícita contra la esclavitud, ni exige directamente a Filemón que deje en libertad a su esclavo. Pero añade una condición que hace mucho más exigente su demanda: Onésimo debe ser tratado, no como esclavo, sino como "un hermano querido" (v. 16). De este modo, el Apóstol destaca la ley del amor fraternal como principio básico del comportamiento cristiano, que no establece ninguna diferencia entre "esclavo" y "hombre libre" (Gál. 3. 28

Page 163: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Epístola a los Hebreos

Con razón se ha dicho que es la carta más enigmática del Nuevo Testamento: no se sabe quién es su autor, ni sus destinatarios. La referencia a los de Italia, de Heb 13,24 no aclara mucho. Tampoco sabemos si es un sermón o una exhortación doctrinal. El título a los Hebreos procede del siglo II d.C. Por el contrario, asombra la familiaridad, que su autor mantiene con el Antiguo Testamento, con los términos propios de la religión judía: la Alianza, el Sacerdocio, el Tempo. Algunos autores piensan que, cuando se escribió esta carta, todavía no estaba destruido el Templo de Jerusalén (70 d.C.), porque de otro modo no se hubiera hablado de la forma en que se hace; pero otros se inclinan por lo contrario: la carta podría dirigirse a los convertidos del judaísmo que todavía sienten la nostalgia de su religión, del Templo y de sus sacrificios.

Autor: La Biblia

A pesar de su conclusión en estilo epistolar, este largo escrito presenta el aspecto de una homilía o sermón litúrgico. Sus destinatarios tenían necesidad de unas "palabras de exhortación" (13. 22), porque su fe estaba en peligro. Después del primer entusiasmo de la conversión, se habían dejado arrastrar por la fatiga y el desaliento. Algunos desertaban de las

asambleas cultuales, y su formación cristiana dejaba mucho que desear. Por otra parte, las pruebas y persecuciones habían provocado el desconcierto.

Para exhortar a los cristianos a seguir el camino que conduce de este mundo perecedero al mundo celestial, el autor presenta a Jesucristo como el Sumo Sacerdote que con su muerte selló la Nueva Alianza entre Dios y los

Page 164: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

hombres, y que ahora ejerce en el cielo una mediación eterna. A la vez, describe el itinerario del nuevo Pueblo de Dios en marcha hacia la Tierra prometida, bajo la guía del mismo Jesucristo. La comparación con los personajes e instituciones del Antiguo Testamento destaca la suprema grandeza de Cristo y la superioridad de la Nueva Alianza con respecto a la Antigua.

En esta CARTA A LOS HEBREOS no hay nada que no esté de acuerdo con el pensamiento de Pablo, pero el estilo, el vocabulario y la manera de interpretar el Antiguo Testamento reflejan una personalidad que no es la del Apóstol. Al respecto, son muy acertadas las palabras de Orígenes, escritor cristiano del siglo II: "Los pensamientos son de Pablo, pero las frases y la redacción son de otra persona... Únicamente Dios sabe quién escribió esta Carta". Lo que sí puede establecerse con certeza es que el autor es un judío helenista, muy buen conocedor de la traducción griega del Antiguo Testamento, cuyos destinatarios son cristianos provenientes del Judaísmo. En cuanto al lugar y fecha de composición, es muy probable que la misma haya sido escrita en Roma (13. 24), entre los años 70 y 80.

Epístola de Santiago

En los últimos años se ha descubierto que la Carta de Santiago es el escrito más comprometido y revolucionario del cristianismo: por su postura a favor de la justicia, contra los ricos, contra la mentira..., y todo ello redactado al estilo de los grandes profetas Amós e Isaías. Conocemos un Santiago (cinco personajes llevan este nombre en el Nuevo Testamento), pariente de Jesús, al que se ha querido hacer responsable de este escrito, aunque esta hipótesis no parece factible. Fue el que se hizo con las riendas de la Iglesia de Jerusalén y murió en el año 62, antes de la revolución judía que acabaría con la destrucción de la Ciudad Santa y su Templo. Por otra parte, es manifiesto que Santiago era un judeocristiano que no aceptó la línea más abierta de Esteban y de Pablo en el momento de plantearse la apertura del cristianismo a los paganos (cf Hch 15;21).

Page 165: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Autor: La Biblia

Lo que existía desde el principio,lo que hemos oído,

lo que hemos visto con nuestros ojos,lo que hemos contemplado

y lo que hemos tocado con nuestras manos

acerca de la Palabra de Vida,es lo que les anunciamos.

Lo que hemos visto y oído,se lo anunciamos también a ustedes,

para que vivan en comunión con nosotros.Y nuestra comunión es con el Padre

y con su Hijo Jesucristo.1 Jn. 1. 1, 3

 

Ustedes son una raza elegida,un sacerdocio real, una nación santa,

un pueblo adquirido para anunciarlas maravillas de aquel que los llamó

de las tinieblas a su admirable luz.1 Ped. 2. 9

CARTAS "CATÓLICAS"

Además de las Cartas paulinas, el Nuevo Testamento contiene otras siete Cartas, que llevan los nombres de Santiago, Pedro, Juan y Judas, el hermano de Santiago. La mayor parte de ellas no están dirigidas a comunidades concretas o a personas particulares, sino que tienen una destinación más universal y tratan cuestiones generales. En realidad, no son "cartas" propiamente dichas, sino

Page 166: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

"homilías" presentadas en estilo epistolar. Por este motivo, después del siglo IV, fueron agrupadas bajo el título de CARTAS "CATÓLICAS", es decir, "universales".

Estas Cartas fueron escritas cuando ya el Cristianismo primitivo había entrado en una nueva etapa. Las comunidades cristianas se habían extendido por casi todas las provincias del Imperio Romano, y habían comenzado a experimentar la presión y las reacciones adversas del ambiente pagano. Aunque no estuvieron sometidas a una constante persecución, ellas vivían dolorosamente conscientes de su precaria situación en una sociedad hostil. A estas dificultades provenientes del exterior, se sumaban otras de carácter interno. La Venida gloriosa del Señor se hacía esperar, y esta demora planteaba dudas e interrogantes, que ponían en crisis la fe y debilitaban la práctica de la vida cristiana. Semejante situación creaba un clima favorable a la infiltración de falsos profetas y maestros, que alteraban con su enseñanza la verdad del Evangelio.

En estas nuevas circunstancias, la Iglesia comprendió la necesidad de consolidar su vida comunitaria, manteniéndose fiel a las enseñanzas de Jesús transmitidas por los Apóstoles. Dicha preocupación aparece en los escritos del Nuevo Testamento provenientes de esa época. Todos ellos insisten en mantener intacta la verdadera fe, advierten contra los falsos maestros y exhortan a conservar la esperanza en medio de las pruebas y persecuciones. Tales características comunes confieren una cierta unidad a las "Cartas católicas", que por su forma y contenido no constituyen un grupo demasiado homogéneo.

CARTA DE SANTIAGO A pesar de su presentación en forma epistolar, la CARTA DE SANTIAGO es una especie de "homilía", que contiene una serie de exhortaciones morales. Su estilo sentencioso se asemeja al de los escritos sapienciales del Antiguo Testamento. Los temas expuestos se van sucediendo de manera bastante libre, a veces por una semejanza verbal o por una antítesis. Estas exhortaciones, destinadas a servir

Page 167: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

de guía para la vida cristiana, están dirigidas a "las doce tribus de la Dispersión" (1. 1), es decir, a las comunidades judeocristianas diseminadas fuera de Palestina, que constituían el "nuevo Israel". El autor de esta Carta es identificado comúnmente con Santiago, "el hermano del Señor" (Gál. 1. 19) mencionado en Mt. 13. 55; Mc. 6. 3, que presidía la comunidad de Jerusalén y ocupó un lugar relevante en la "asamblea" de los Apóstoles (Hech. 12. 17; 15. 13-21).

Santiago insiste, sobre todo, en la necesidad de probar la autenticidad de la fe por medio de las "obras", haciendo fructificar "la Palabra sembrada" en el corazón de los creyentes (1. 21). A primera vista, parece contradecir las enseñanzas de Pablo sobre la justificación por la fe. Pero la diferencia entre ambos es más aparente que real. En efecto, siempre que Pablo habla de la fe, se refiere a "la fe que obra por medio del amor" (Gál. 5. 6), como una respuesta a la Palabra de Dios que compromete y transforma la vida del creyente. En este sentido, coincide perfectamente con Santiago. En último término, para ambos, la fe que justifica no es la fe "estéril" (2. 20), sino la que "va acompañada de las obras" (2. 17) y se manifiesta en ellas: "De la misma manera que un cuerpo sin alma está muerto, así está muerta la fe sin las obras" (2. 26). Por otra parte, cuando Pablo habla de las "obras" se refiere a las observancias de la Ley de Moisés, que los "judaizantes" consideraban necesarias para salvarse (Hech. 15. 1), mientras que Santiago piensa en los cristianos que hacen una profesión meramente verbal y exterior de su fe (1. 22).

Y para el autor de esta Carta, como para Pablo (Rom. 13. 8-10; Gál. 5. 14), "la Ley por excelencia" consiste en el amor al prójimo (2. 8). Por eso, con una vehemencia que recuerda a los grandes profetas de Israel, Santiago denuncia abiertamente las desigualdades y las injusticias sociales (5. 1-6). Su juicio no es menos severo cuando censura a las asambleas cristianas en las que se concede un lugar de privilegio a los ricos y se relega a los pobres. A fin de combatir estas discriminaciones, él se hace eco de la enseñanza de Jesús. "¿Acaso Dios no ha elegido a los

Page 168: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

pobres de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del Reino?" (2. 5).

Primera epístola de PedroAutor: La Biblia

La 1Pe es una carta, sin embargo, que muestra una fuerza inusitada. Exhorta a los bautizados a dar razón de su esperanza y a mantenerse firmes en la fe. Es eso lo que, sin duda, pretende el autor: exhortar a las comunidades que se nombran del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Son muchos los elementos bautismales que aparecen en la carta, lo que ha dado pie a pensar que en su elaboración pudo partirse de una especie de homilía bautismal para interpelar a los bautizados, con objeto de no desesperar ante las dificultades. Las pruebas y los sufrimientos que deben soportar los cristianos en el mundo son una constante que recuerda el autor.

La PRIMERA CARTA DE SAN PEDRO es una exhortación a un grupo de Iglesias situadas en

cinco provincias romanas de Asia Menor. Allí, como en otras regiones del Imperio, comenzaba a vislumbrarse un horizonte sombrío para las incipientes comunidades cristianas. Los creyentes no cuestionaban las estructuras sociales o políticas de su tiempo (2. 13-14), pero habían introducido un estilo de vida nuevo, que los hacía vivir como "extranjeros" en su propio ambiente (1. 1; 2. 11). Esta forma de vida diferente no tardó en hacerse sospechosa, y la reacción de la sociedad pagana tampoco se hizo esperar. El simple hecho de ser cristiano se convirtió en un delito, "sancionado" con la calumnia, el desprecio y la hostilidad más o menos abierta (4. 14-16).

En tales circunstancias, el Apóstol Pedro escribió esta Carta desde Roma (5. 13), quizá poco antes de la persecución de Nerón (64 d. C.). Lo hizo con el fin de alentar a los cristianos

Page 169: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

a profundizar cada vez más su compromiso bautismal (3. 21), abandonando definitivamente las malas costumbres (4. 3) y desmintiendo con el testimonio de su conducta las calumnias de los paganos. De allí que la preocupación central de la Carta sea el comportamiento cristiano, no sólo dentro de la comunidad eclesial, sino también en relación con el mundo (2. 12; 3. 15-16; 4. 4).

Las repetidas alusiones al Bautismo (1. 3, 22-23; 2. 2; 3. 21) hacen pensar que Pedro, al escribir su exhortación, se inspiró en la catequesis y en la liturgia bautismal de la Iglesia primitiva. Además, su enseñanza presenta muchos puntos de contacto con la doctrina de Pablo. Este hecho es perfectamente explicable, ya que Silvano o Silas, el antiguo compañero del Apóstol de los paganos (Hech. 15. 22; 18. 5), debió prestarle una amplia colaboración en la redacción de esta Carta (5. 12).

Segunda epístola de PedroAutor: La BibliaLa 2Pe es mucho más misteriosa y difícil, tanto por su estilo como su contenido. De hecho tuvo dificultades en la Tradición, no solamente para ser considerada como escrito de Pedro, sino incluso para entrar en el canon. Sus relaciones con la carta de Judas son indiscutibles. Sus tres capítulos ponen de manifiesto la necesidad de consolidar la vocación cristiana (2Pe 1,1-11), para lo que se recurre a la enseñanza de Cristo y de los profetas (2Pe 1,12-21). La parte central es la polémica de los falsos maestros (2Pe 2). El momento final se refiere al recuerdo de la Parusía o vuelta del Señor y la necesidad de llevar, pues, una vida santa (2Pe 3,1-18).

Esta SEGUNDA CARTA DE SAN PEDRO fue escrita bastante tiempo después de la primera,

probablemente por un discípulo del Apóstol y al estilo de un "testamento" espiritual atribuido al mismo. Sus destinatarios están indicados de una manera muy vaga (1.

Page 170: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

1).

El autor comienza por recordar el sentido de la vocación cristiana. Como partícipe de "la naturaleza divina" (1. 4), el discípulo de Cristo está llamado a vivir santamente, en conformidad con la palabra apostólica y profética. En esa palabra inspirada por el Espíritu Santo se funda, en efecto, la predicación cristiana (1. 16, 19-21).

A continuación, lanza una dura invectiva contra los falsos maestros espirituales que corrompen la fe y las costumbres de la comunidad, y los amenaza con los castigos que recayeron sobre los ángeles rebeldes y sobre los grandes pecadores del Antiguo Testamento (2. 1-22). Toda esta parte reproduce casi textualmente la Carta de Judas y, al igual que esta, se inspira en las tradiciones "apocalípticas" tan difundidas en el Judaísmo de esa época.

Finalmente, el autor previene contra el escepticismo de algunos frente al retraso de la Venida del Señor. Ese supuesto retraso sólo se debe a su "paciencia" misericordiosa, que quiere dar a todos el tiempo necesario para convertirse (3. 9). Su Venida es cierta, aunque no se pueda precisar el momento. Nada tiene que hacernos dudar de ella. Al contrario, debemos "acelerarla" con nuestra vida santa, mientras aguardamos "un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia" (3. 11-13).

Primera epístola de JuanAutor: La BibliaLa 1Jn es la más importante y decisiva de estas cartas. Su mundo simbólico, sus ideas y su lenguaje reflejan muchos momentos del Evangelio. En ella aparece claramente la decisión de mantener unida a la comunidad frente al mundo y a los herejes que la amenazan de diversas formas y maneras. No es una carta fácil, aunque eso no quiere decir que se permita en ella la ambigüedad. Pretende dejar bien claro qué es ser cristiano en el mundo, en ese mundo concreto en el que se escribe: quizá en Éfeso. Su responsable es alguien de la escuela joánica. El discípulo amado, se refiera o no a Juan, es todo un símbolo de identificación de esta comunidad a la que hay que pertenecer con determinación.

Page 171: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

La PRIMERA CARTA DE SAN JUAN está dirigida a varias comunidades de Asia Menor, donde a fines del siglo I este Apóstol gozaba de una gran autoridad. Por el tono polémico de ciertos pasajes de la Carta, se puede concluir que dichas comunidades atravesaban por una grave crisis. Algunos «falsos profetas» (4. 1) comprometían con su enseñanza la

pureza de la fe (2. 22), y su comportamiento moral no era menos reprobable. Pretendiendo estar libres de pecado (1. 8) no se preocupaban de observar los mandamientos, en particular, el del amor al prójimo (2. 4, 9).

Para combatir estos errores, Juan muestra quiénes son los que poseen realmente la filiación divina y están en comunión con Dios. Con este fin, propone una serie de signos que manifiestan visiblemente la presencia de la Vida divina en los verdaderos creyentes. Entre esos signos, en el orden doctrinal, se destaca el reconocimiento de Jesús como el Mesías «manifestado en la carne» (4. 2) y en el orden moral, sobresale la práctica del amor fraterno, el cual es objeto en esta Carta de un desarrollo particularmente amplio. Para Juan, el auténtico creyente es «el que ama a su hermano»: sólo él «permanece en la luz» (2. 10), «ha nacido de Dios y conoce a Dios» (4. 7). El que no ama, en cambio, está radicalmente incapacitado para conocer a Dios, «porque Dios es amor» (4. 8).

PRÓLOGO

 

Page 172: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Lo mismo que en el Prólogo de su Evangelio, Juan comienza su primera Carta presentando a Jesús como la «Palabra de Vida» (1. 1), que existía desde el principio en Dios y se hizo visible a los hombres. Cristo es, en efecto, la máxima y definitiva expresión de Dios. Él posee la plenitud de la Vida divina y nos hace partícipes de ella, para que entremos en comunión con él y con su Padre (1. 3). Como en el cuarto Evangelio (Jn. 19. 35; 21. 24), también aquí Juan insiste en su condición de testigo ocular del Señor (1. 2).

Segunda epístola de JuanAutor: La Biblia

La 2Jn se atribuye al anciano, personaje desconocido, pero que tuvo su autoridad dentro del cristianismo joánico. Aquí las advertencias contra los heréticos son mucho más explícitas y manifiestas. Es una carta que muestra la misma tragedia de la comunidad de 1Jn, pero algo posterior.

La SEGUNDA CARTA DE SAN JUAN está dirigida a una comunidad cristiana de Asia Menor. La fe de esa comunidad se ve amenazada por la presencia de falsos maestros, que se

aventuran "más allá de la doctrina de Cristo" (v. 9) y "no confiesan a Jesucristo manifestado en la carne" (v. 7), es decir, niegan el misterio de la Encarnación. Juan quiere alertar a los creyentes contra esas enseñanzas. Por eso les recuerda que ellos poseen el conocimiento de la verdad, y que deben vivir en la verdad, amándose los unos a los otros, según el mandamiento recibido del Padre y transmitido por la Iglesia desde el comienzo (vs. 4-6).

Tercera epístola de JuanAutor: La Biblia

La 3Jn, también del anciano, se dirige a un misionero de la comunidad, Gayo, para recomendar a Demetrio. Pero un tal Diotrefes, jefe de una gran iglesia, se opone a los joánicos.

Page 173: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

También tiene que ver mucho con la 1Jn y especialmente con la 2Jn. ¿Qué sucederá? Pues que poco a poco los joánicos serán integrados dentro de esa gran Iglesia, lo mismo que su doctrina y su teología

La TERCERA CARTA DE SAN JUAN tiene un carácter completamente personal. Está dirigida a Gayo, un discípulo fiel de la comunidad, con el fin de recomendarle que brinde su

hospitalidad a los predicadores itinerantes enviados por el Apóstol para anunciar el Evangelio entre los paganos (v. 7). Esos misioneros habían sido rechazados por Diótrefes, el jefe de la comunidad, a quien Juan censura en la Carta por su espíritu autoritario.

Epístola a JudasAutor: La Biblia

En el Nuevo Testamento, este escrito atribuido a Judas (pretendidamente el hermano de Santiago, pariente de Jesús por tanto), con sus veinticinco versículos solamente, aparece en último lugar de las cartas católicas, antes del Apocalipsis de Juan. Ello es sintomático. Pero hay que reconocer que está muy relacionada con la 2Pe, aunque se piensa que es esta última la que depende de Judas.

La CARTA DE SAN JUDAS es uno de los escritos más extraños del Nuevo Testamento, porque se opone a ciertos errores que actualmente no resultan del todo claro. En ella se previene a los fieles

contra los falsos doctores que corrompían la fe en Jesucristo y pervertían las costumbres cristianas, y se los exhorta a mantener intacta la enseñanza recibida de los Apóstoles.

Page 174: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

Esa exhortación se apoya principalmente en ejemplos tomados del Antiguo Testamento (vs. 5-16). Este hecho, y la mención de algunas tradiciones contenidas en los escritos apócrifos del Judaísmo, que el autor supone conocidas de sus lectores, hacen pensar que los destinatarios de la Carta eran en buena parte judíos convertidos al Cristianismo. Sin embargo, había también entre ellos algunos convertidos del paganismo que, por su mismo origen, estaban más expuestos al libertinaje moral propiciado por los falsos doctores. La dureza de las amenazas se explica por la gravedad del peligro y por el estilo literario de este escrito, en el que sin duda se inspira la segunda Carta de Pedro.

En cuanto al lugar y fecha de composición de esta Carta, es verosímil que la misma haya sido escrita en Palestina o en Siria, entre los años 70 y 80, cuando ya habían desaparecido los representantes de la primera generación cristiana (v. 17). Sin embargo, su autor la atribuye a "Judas", identificado como "hermano de Santiago" (v. 1), el pariente de Jesús, que presidía la comunidad de Jerusalén (Gál. 1. 19).

El ApocalipsisAutor: La Biblia

El último libro de la Biblia es apocalíptica, es decir, imaginativo, simbólico, misterioso, a pesar de que su nombre signifique revelación. El nombre viene del griego apokaliptein, cuyo sentido principal es retirar el velo, desvelar. Sin embargo, para todos nosotros, la lectura de este libro está cargada de muchos velos y misterios. Su lenguaje, su mundo, sus formas, están presentes, a partir del siglo II a.C., en la literatura judía (cf. Dn 7-12), e incluso en los libros proféticos de Ezequiel, Joel, Zacarías y en el mismo Isaías (Is 24-27). Ello denota que la literatura apocalíptica es una variante de un cierto tipo de literatura profética, con unas claves de la historia y del mundo muy distintas a la de los profetas, comprometidos con este mundo y con el cambio de las cosas que ya han de comenzar aquí en la tierra. Esa literatura apocalíptica se produce en momentos de crisis, de persecución, como una

Page 175: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

especia de clave para los hombres religiosos que tienen que vivir y esperar tiempos mejores... y si éstos no llegan, habrá que pensar en un mundo nuevo, en una historia nueva, más allá de este mundo.

Y vi que venía sobre las nubes del cielocomo un Hijo de hombre;él avanzó hacia el Ancianoy

lo hicieron acercar hasta él.Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino,y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas.Su dominio es un dominio eterno que no pasará,y su reino no

será destruido.Dn. 7. 13-14

 

 

Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva,porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron,y el mar ya

no existe más.Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén,que descendía del cielo y venía de Dios,embellecida como una

noviapreparada para recibir a su esposo.Y el que estaba sentado en el trono dijo:"Yo hago nuevas todas las cosas".

Apoc. 21. 1-2, 5

APOCALIPSIS

El último de los escritos del Nuevo Testamento es un mensaje profético, destinado a reavivar la fe y la esperanza de los cristianos perseguidos. Lleva el título de APOCALIPSIS, palabra griega que significa "Revelación", y contiene una "Revelación de Jesucristo" comunicada "a su servidor Juan" por medio de un "Ángel" (1. 1-3).

El Libro está redactado en el estilo llamado "apocalíptico",

Page 176: Desde el Génesis hasta el apocalipsis

muy utilizado en el mundo judío de esa época, y presenta evidentes analogías con el de otros escritos bíblicos y extrabíblicos. Dicho estilo tiene su origen en los oráculos proféticos que anunciaban el Reino mesiánico y la manifestación del Día del Señor, y encuentra su expresión más característica en el libro de Daniel.

La historia de las interpretaciones del Apocalipsis es muy variada y hasta contradictoria. El hecho es explicable, dadas las grandes dificultades que encierra esta obra. Para no caer en interpretaciones fantasiosas y arbitrarias, es necesario tener en cuenta que las visiones, en especial los números y los colores, son de carácter más bien simbólico que descriptivo.

Pero, a pesar de sus muchas oscuridades, el sentido profundo del Apocalipsis es sumamente claro: este célebre Libro anuncia el triunfo de Dios sobre todos los poderes que se oponen a su designio salvífico, y recuerda las promesas indefectibles hechas a la Iglesia. Cristo es el Señor de la historia, y más allá del tiempo, se realiza plenamente el Reino de Dios. Por eso, puede considerarse al Apocalipsis como el Libro por excelencia de la esperanza cristiana. Esa esperanza está latente en el ferviente anhelo de la Venida del Señor, que pone punto final al Apocalipsis y a todo el Nuevo Testamento: "¡Ven, Señor Jesús!" (22. 20).