Descendimiento van der weyden

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¿Quién lo encargó?

• La Cofradía de Ballesteros de Lovaina lo encargó, allá por 1436, para su capilla en la Iglesia de Nuestra Señora de Extramuros de Lovaina. Un cuadro que hoy podemos contemplar en el Museo del Prado gracias a que María de Hungría lo adquirió en el siglo XVI y luego pasó a ser propiedad de su sobrino Felipe II, que era un entusiasta admirador de la obra, tanto que previamente había encargado a Michel Coxcie, pintor y copista real, que le hiciera una copia para colgar en El Escorial.

En las esquinas de El Descendimiento, colgando de cada una de las tracerías de los extremos, aparece una pequeña ballesta pendiendo de una argolla, en

homenaje y recuerdo a la cofradía de ballesteros.

El mensaje bíblico: la redención a través de la pasión

• En cuanto a las fuentes en las que nos podemos basar para describir este acontecimiento tendríamos que remitirnos a los cuatro evangelios, ya que nos hablan de este pasaje, (Mat.27:57-58; Mar.15:42-46; Luc.23:50-54; Jua.19:38-40). En ellos se nos describe con detalle el tema representado en esta pieza y el cual en el arte se ha representado hasta la saciedad.

Otras fuentes

• Otras fuentes que nos hablan sobre este acontecimiento son: el evangelio apócrifo de Nicodemo y una carta de Poncio Pilato dirigida al César señalándole los acontecimientos ocurridos en Jerusalén. También tenemos la Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine (1230-1298) con una serie de colección de vidas de santos de la cual nos interesa la de San Longino y la de María Magdalena.

NUNCA ANTES EL DOLOR HABÍA SIDO PINTADO DE FORMA TAN HERMOSA.Raramente se puede ver una manifestación del dolor, de un dolor que va más allá de

lo físico, de un dolor del alma que brota del interior en silencio y se expresa en forma de lágrimas, como en el rostro de cada uno de los personajes de este cuadro

El cuadro tiene mucho de escultura. Estudió escultura con su padre, esta influencia no se separará nunca de él. El joven Van del Weyden, que en 1400 vivió la peste negra en Tournai trabajó bien entonces la escultura funeraria.

• La evocación del estilo escultórico consigue volumen y modelado en los cuerpos, que se aprecia de manera sobresaliente en el cuello de la mujer que se encuentra en el extremo derecho de la composición.

• El fondo dorado, además de una ostentación de riqueza, impide que la mirada del espectador profundice en otra cosa que no sea la escena, desarrollada por este marco en un espacio mágico e irreal, sin referencias humanas. En los iconos Bizantinos el fondo dorado es signo de eternidad con lo que aquí evocaría la santidad de los personajes

Composición• El éxito de Van der Weyden consiste en plantear una serie de

recursos pictóricos que amplían el espacio en el que se mueven los personajes, de tal forma que, cuando contemplamos el cuadro no percibimos que a los personajes les falta espacio o que están excesivamente apretados.

• El suelo, que es naturalista, le da un aire más pictórico a la escena. Pero, además, si observamos con cuidado, nos damos cuenta que se prolonga hacia el fondo más allá de lo que lo hacen las líneas perspectivas de la hornacina, empujando así el fondo de la pintura hacia atrás y dejando sitio para que quepan todos los personajes.

• Los personajes se sobreponen creando su propio espacio. Así, nos encontramos con cuatro planos: el joven que ayuda a descender, el cuerpo de Cristo, Nicodemo, Cristo y la Virgen.

• La disposición de brazos y piernas de los personajes está organizada para generar espacio, el que necesitan para moverse.

La escalera, trazada en perspectiva, nos da una línea de fondo más allá que el joven que está subido a ella.

• Hay dos parejas de figuras que se representan paralelamente: María Magdalena y Juan en los extremos englobando el grupo en una especie de paréntesis, y la Virgen María y su hijo Jesucristo en el centro.

Cristo Ballesta• Dos cuerpos principales atraviesan

el cuadro: el cuerpo de Cristo recién descendido de la cruz y el de la Virgen que acaba de desmayarse. Estos dos cuerpos que caen en ritmo de eco, uno debajo del otro, tienen ambos la forma de una ballesta en recuerdo de los donantes. Los brazos de Cristo y los de la Virgen en semicírculo, sujetos por distintos personajes, forman el arco y la prolongación de sus cuerpos, la parte recta de la ballesta.

Maria• “El gran maestro de Tournai centra la composición

en la Compassio Mariae, la pasión que experimenta la Virgen ante el sufrimiento y la muerte de su Hijo. Es la Compasion de la Virgen, o com-pasión, el sufrimiento de la madre compartido con su hijo.

• El término médico para “desmayo” es síncope. En el síncope no sólo hay pérdida de conocimiento, sino que se pierde también el tono muscular y el color en la cara. Y sus causas -entre otras- pueden ser el estrés emocional, el miedo y el dolor intenso… Van der Weyden retrató magistralmente un síncope en esta imagen de la Virgen.

• Se habla del ‘espasmo de la Virgen’. Escena que proviene de las Actas de Pilato 10,1; apócrifo del siglo II

• Para sus tono azul Van der Weyden utilizaba únicamente el lapislázuli más puro, proveniente de un mineral encontrado en Afganistán. Esto nos habla también de lo caro del cuadro

María Magdalena• María Magdalena con un

cinturón que simboliza la virginidad y la pureza, en el que hay una inscripción: Ihesus María. Justo debajo de su rostro lloroso quedan los pies de Cristo, que posiblemente el pintor haya tenido presente que fue ella la que le ungió y secó los pies, en un acto de amor y arrepentimiento.

• Magdalena adopta una posición muy inestable, reflejo de su estado de ánimo sufriente, con las manos cruzadas a la altura del pecho y los ojos clavados en los pies de Jesús, aquellos que ella misma había ungido con anterioridad. De forma atípica, su tarro de ungüentos es sujetado por un personaje maduro, calvo y barbado, que asoma en un segundo plano y que no ha sido identificado. Se plantea la posibilidad de que represente a alguien relacionado con la cofradía que encargó la obra o con la iglesia a la que iba destinada, concediéndole el honor de ser testigo de tan dramático acontecimiento.

• María Magdalena aparece vestida con saya grisácea de mangas rojas, pañuelo a la cabeza y falda violeta, (ceñida por dicho cinturón comentado anteriormente), color que simboliza el amor y la verdad, o bien la pasión, el sufrimiento o la penitencia.

La mano de la Virgen se apoya casi sin vida, vuelta hacia arriba y gris, en el suelo junto a la calavera de Adán. Aquí encontramos pequeñas plantas, un hueso, piedras y una calavera. Presentar un pequeño matorral vivo junto a la calavera podría aludir a la vida después de la muerte, tal como sostienen las creencias cristianas. Según la tradición iconográfica cristiana, esos restos pertenecen a Adán, el primer hombre sobre la Tierra. Si por Adán caemos en el pecado con Cristo nos redimimos de él, ya que Cristo al sacrificarse a sí mismo en la cruz introdujo la posibilidad de redención del hombre, es decir, de su liberación del pecado original. Los escritos medievales se propusieron establecer vínculos históricos suponiendo que Adán fue enterrado en el lugar donde se produjo la crucifixión, de ahí su representación. Configura el mensaje de la obra: la redención de los hombres después del pecado original de Adán y Eva a través de la muerte y resurrección de Cristo.

SaloméA la izquierda de la Virgen, aparecen tres figuras: María Salomé, mujer joven, vestida de verde, que sujeta a la Virgen. Van der Weyden la interpreta con un rostro de parecido casi exacto al de la Virgen, posiblemente su hermana, que queda justo debajo de ella. María Salomé cubre su cabeza y parte de su cuerpo con un terciopelo espeso, verde oliva. Su túnica queda ceñida bajo el pecho con un cordón. Con el codo derecho se sujeta la túnica permitiendo que veamos su forro de piel, que hace juego con el cuello y los puños, y su traje interior del mismo tono pero con los brillos y dibujos del terciopelo gofrado.

María de Cleofas

• María de Cleofás con una especie de hábito gris y turbante blanco, símbolo del duelo y humildad.

San Juan• A su izquierda, San Juan. Aparece,

como en casi toda la iconografía cristiana, como un hombre joven y descalzo. Su pie derecho, pisa la túnica de la Virgen a la que sujeta por su brazo izquierdo. La cara del apóstol está enrojecida por el llanto. Sus ojos, rodeados de arrugas y apretados por las lágrimas que los desbordan, son el reflejo del dolor y de la tristeza. El pigmento para el color carmesí de la túnica de San Juan se hacía con uno de los tintes más caros: el quermes extraído de las cochinillas.

Reflexión personal• El Stabat de la Virgen al pie de la cruz en pie en la Iglesia se

ha tenido siempre como símbolo de comunión y fortaleza interior. Pero en este cuadro Van der Weyden nos expresa algo mucho mas profundo es la comunión en la pasión de Jesús hasta hacerse uno con El. SE funde en su entrega de amor hasta “morir” con El.

• María Magdalena aparece ya renovada, el amor de Jesús le ha devuelto su virginidad, la ha hecho pura como indica su cinto.

• Este cuadro lleno de riqueza y expresividad nos introduce dentro de él y nos hace participes del momento vivido.