Descartes (Russell)

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COMENTARIO DE TEXTO DESCARTES POR RUSSELL

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COMENTARIO DE TEXTO

DESCARTES POR RUSSELL

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LA DUDA METODICA Y EL COGITO

Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho, el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos. Pero la duda con respecto a su propia existencia no era posible, pues si él no existiera, ningún demonio podría engañarlo. Si dudaba, debía existir; si tenía cualquier experiencia, debía existir. Así, su propia existencia era una certeza para él. “Yo pienso, luego yo soy”, dijo (Cogito, ergo sum); y sobre la base de esta certeza se puso a trabajar para construir de nuevo el mundo del conocimiento que su duda había dejado en ruinas. Al inventar el método de la duda, y al mostrar que las cosas subjetivas son las más ciertas, Descartes realizó un gran servicio a la filosofía, un servicio que lo hace aún útil a todos los estudiosos de ella. Es preciso proceder con cautela al usar la argumentación de Descartes. “Yo pienso, luego yo soy” dice bastante más de lo que es estrictamente cierto. Pudiera parecer que estamos absolutamente seguros de ser hoy la misma persona que fuimos ayer, y esto sin duda es verdadero en cierto sentido. Pero el Yo real es tan difícil de alcanzar como la mesa real*, y no parece tener esa certeza absoluta y convincente que pertenece a las experiencias particulares. Cuando miro la mesa y veo un cierto color marrón, lo que es completamente cierto de inmediato no es “Yo estoy viendo un color marrón”, sino más bien, “Un color marrón está siendo visto”. Esto, ciertamente, implica algo (o alguien) que ve el color marrón; pero no implica de por sí esa persona más o menos permanente a la que llamamos “yo”. Hasta donde alcanza la certeza inmediata, pudiera ser que el algo que ve el color marrón fuese completamente momentáneo, y que no fuese lo mismo que el algo que tiene alguna experiencia diferente en el momento siguiente.

* Russell pone la mesa real como ejemplo de uno de los objetos del mundo exterior sometidos a duda.

Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía.

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Cuestiones para el comentario:

1. Explique el significado de las expresiones “clara y distintamente” y “certeza inmediata”. (2 puntos)2. Desarrolle el contenido del texto recogiendo los argumentos por los que Descartes llega a la conclusión de la existencia del Yo (como ser pensante) y la crítica de Russell a la extracción de la conclusión a partir de dichos argumentos. (3 puntos)3. Amplía la referencia que se hace en el texto de la duda metódica sistemática exponiendo las características del método de la duda, la valoración que Descartes hace del conocimiento sensible y el proceso que siguió para llegar a la certeza de la existencia del cogito. (3 puntos)4. Haga un esquema, mapa conceptual o cuadro sinóptico en el que quede reflejada la estructura conceptual y argumentativa del texto. (2 puntos)

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LA DUDA METODICA Y EL COGITO

Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho, el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos.

Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía.

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LA DUDA METODICA Y EL COGITO

Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho, el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos. Pero la duda con respecto a su propia existencia no era posible, pues si él no existiera, ningún demonio podría engañarlo. Si dudaba, debía existir; si tenía cualquier experiencia, debía existir. Así, su propia existencia era una certeza para él. “Yo pienso, luego yo soy”, dijo (Cogito, ergo sum); y sobre la base de esta certeza se puso a trabajar para construir de nuevo el mundo del conocimiento que su duda había dejado en ruinas. Al inventar el método de la duda, y al mostrar que las cosas subjetivas son las más ciertas, Descartes realizó un gran servicio a la filosofía, un servicio que lo hace aún útil a todos los estudiosos de ella.

Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía.

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LA DUDA METODICA Y EL COGITO

Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho, el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos. Pero la duda con respecto a su propia existencia no era posible, pues si él no existiera, ningún demonio podría engañarlo. Si dudaba, debía existir; si tenía cualquier experiencia, debía existir. Así, su propia existencia era una certeza para él. “Yo pienso, luego yo soy”, dijo (Cogito, ergo sum); y sobre la base de esta certeza se puso a trabajar para construir de nuevo el mundo del conocimiento que su duda había dejado en ruinas. Al inventar el método de la duda, y al mostrar que las cosas subjetivas son las más ciertas, Descartes realizó un gran servicio a la filosofía, un servicio que lo hace aún útil a todos los estudiosos de ella. Es preciso proceder con cautela al usar la argumentación de Descartes. “Yo pienso, luego yo soy” dice bastante más de lo que es estrictamente cierto. Pudiera parecer que estamos absolutamente seguros de ser hoy la misma persona que fuimos ayer, y esto sin duda es verdadero en cierto sentido. Pero el Yo real es tan difícil de alcanzar como la mesa real*, y no parece tener esa certeza absoluta y convincente que pertenece a las experiencias particulares. Cuando miro la mesa y veo un cierto color marrón, lo que es completamente cierto de inmediato no es “Yo estoy viendo un color marrón”, sino más bien, “Un color marrón está siendo visto”. Esto, ciertamente, implica algo (o alguien) que ve el color marrón; pero no implica de por sí esa persona más o menos permanente a la que llamamos “yo”. Hasta donde alcanza la certeza inmediata, pudiera ser que el algo que ve el color marrón fuese completamente momentáneo, y que no fuese lo mismo que el algo que tiene alguna experiencia diferente en el momento siguiente.

* Russell pone la mesa real como ejemplo de uno de los objetos del mundo exterior sometidos a duda.

Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía.

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Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho –el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos.

Descartes introduce el método de la duda, que consiste en dudar de todo aquello que no se vea de forma clara y distinta que es verdadero, hasta llegar a una razón segura: la propia existencia. El método se lleva al límite con la hipótesis del genio maligno que engaña permanentemente presentando a mis sentidos cosas irreales.

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Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho –el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos.

Descartes introduce el método de la duda, que consiste en dudar de todo aquello que no se vea de forma clara y distinta que es verdadero, hasta llegar a una razón segura: la propia existencia. El método se lleva al límite con la hipótesis del genio maligno que engaña permanentemente presentando a mis sentidos cosas irreales.

Pero la duda con respecto a su propia existencia no era posible, pues si él no existiera, ningún demonio podría engañarlo. Si dudaba, debía existir; si tenía cualquier experiencia, debía existir. Así, su propia existencia era una certeza para él. “Yo pienso, luego yo soy”, dijo (Cogito, ergo sum); y sobre la base e esta certeza se puso a trabajar para construir de nuevo el mundo del conocimiento que su duda había dejado en ruinas. Al inventar el método de la duda, y al mostrar que las cosas subjetivas son las más ciertas, Descartes realizó un gran servicio a la filosofía, un servicio que lo hace aún útil a todos los estudiosos de ella.

Si yo no existiera, ningún genio maligno podría engañarme, por lo que no se puede dudar de la propia existencia, pues ésta es la única certeza: “Yo pienso, luego yo soy” (Cogito, ergo sum), y sobre esta única certeza Descartes construye el mundo del que había dudado hasta entonces, mostrando que las cosas subjetivas son ciertas.

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Descartes (1596-1650), el fundador de la filosofía moderna, inventó un método que aún puede usarse con provecho –el método de la duda sistemática. Decidió que no creería nada que no viese clara y distintamente que es verdadero. Cuanto pudiera poner en duda, lo dudaría hasta que viese una razón para no dudarlo. Aplicando este método llegó gradualmente de que la única existencia de la que podía estar completamente seguro era la suya propia. Imaginó un demonio engañoso que presentara a sus sentidos cosas irreales en una perpetua fantasmagoría; podría ser muy improbable que tal demonio existiera, pero con todo era posible, y por tanto era posible la duda con respecto a las cosas percibidas por los sentidos.

Descartes introduce el método de la duda, que consiste en dudar de todo aquello que no se vea de forma clara y distinta que es verdadero, hasta llegar a una razón segura: la propia existencia. El método se lleva al límite con la hipótesis del genio maligno que engaña permanentemente presentando a mis sentidos cosas irreales.

Pero la duda con respecto a su propia existencia no era posible, pues si él no existiera, ningún demonio podría engañarlo. Si dudaba, debía existir; si tenía cualquier experiencia, debía existir. Así, su propia existencia era una certeza para él. “Yo pienso, luego yo soy”, dijo (Cogito, ergo sum); y sobre la base e esta certeza se puso a trabajar para construir de nuevo el mundo del conocimiento que su duda había dejado en ruinas. Al inventar el método de la duda, y al mostrar que las cosas subjetivas son las más ciertas, Descartes realizó un gran servicio a la filosofía, un servicio que lo hace aún útil a todos los estudiosos de ella.

Si yo no existiera, ningún genio maligno podría engañarme, por lo que no se puede dudar de la propia existencia, pues ésta es la única certeza: “Yo pienso, luego yo soy” (Cogito, ergo sum), y sobre esta única certeza Descartes construye el mundo del que había dudado hasta entonces, mostrando que las cosas subjetivas son ciertas.

Es preciso proceder con cautela al usar la argumentación de Descartes. “Yo pienso, luego yo soy” dice bastante más de lo que es estrictamente cierto. Pudiera parecer que estamos absolutamente seguros de ser hoy la misma persona que fuimos ayer, y esto sin duda es verdadero en cierto sentido. Pero el Yo real es tan difícil de alcanzar como la mesa real*, y no parece tener esa certeza absoluta y convincente que pertenece a las experiencias particulares. Cuando miro la mesa y veo un cierto color marrón, lo que es completamente cierto de inmediato no es “Yo estoy viendo un color marrón”, sino más bien, “Un color marrón está siendo visto”. Esto, ciertamente, implica algo (o alguien) que ve el color marrón; pero no implica de por sí esa persona más o menos permanente a la que llamamos “yo”. Hasta donde alcanza la certeza inmediata, pudiera ser que el algo que ve el color marrón fuese completamente momentáneo, y que no fuese lo mismo que el algo que tiene alguna experiencia diferente en el momento siguiente.

Russell cree que esta argumentación dice más de lo estrictamente cierto: que existe un yo real permanente del que tenemos certeza absoluta al margen de las experiencias particulares, cuando lo único cierto (certeza inmediata) es que existe algo completamente momentáneo que puede no ser lo mismo que tiene la siguiente experiencia.

Page 10: Descartes (Russell)

¿Es el cogito una certeza inmediata?DUDA METODICA

RAZON INDUDABLE

Encontrar una

CLARA DISTINTA

Dudar de lo que no es verdadero

Que engaña a mis sentidos concosas irreales y fantasmagóricas

DEMONIO ENGAÑOSO

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¿Es el cogito una certeza inmediata?DUDA METODICA

RAZON INDUDABLE

Encontrar una

CLARA DISTINTA

Mi propia existencia

YO PIENSO, LUEGO YO SOY

Certeza absoluta

PRINCIPIO DE SUBJETIVIDAD

Dudar de lo que no es verdadero

Que engaña a mis sentidos concosas irreales y fantasmagóricas

DEMONIO ENGAÑOSO

Si yo no existiera,ningún demonio podría engañarme

CERTEZA INMEDIATA

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¿Es el cogito una certeza inmediata?DUDA METODICA

RAZON INDUDABLE

Encontrar una

CLARA DISTINTA

Mi propia existencia

YO PIENSO, LUEGO YO SOY

Certeza absoluta

PRINCIPIO DE SUBJETIVIDAD

Existe un ser

al margen de las

PERMANENTE

Dudar de lo que no es verdadero

Que engaña a mis sentidos concosas irreales y fantasmagóricas

DEMONIO ENGAÑOSO

Si yo no existiera,ningún demonio podría engañarme

La certeza inmediata supone un ser

MOMENTANEO

CRITICA DE RUSSELL

que no puede existiral margen de lasEXPERIENCIAS PARTICULATES

CERTEZA INMEDIATA

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1. Explique el significado de las expresiones “clara y distintamente” y “certeza inmediata”. (2 puntos)

•“clara y distintamente”: Descartes sólo considera verdaderas aquellas ideas (representaciones en la mente humana de lo que se da fuera de ella) que poseen las notas de claridad y distinción y que por ello mismo son evidentes por sí mismas. La ideas que poseen estas características las llama Descartes naturalezas simples. Llama claro al conocimiento que se halla presente y manifiesto a un espíritu atento y que se impone simplemente por su presencia en la mente; llama distinto al conocimiento que es tan preciso y diferente de todos los demás que no puede confundirse con ningún otro. Sólo las ideas que poseen estas características y que son fruto de una intuición intelectual serán admitidas como evidentes, y por lo tanto ciertas. A partir de ellas se podrá progresar deductivamente hasta alcanzar nuevas verdades (no evidentes) a través de una cadena de razones, esto es, de pasos sucesivos que, estos sí, serán pasos evidentes.

• “certeza inmediata”: Descartes se refiere aquí a la operación intelectual de la intuición, que define como la luz natural que permite que la razón capte inmediatamente ideas simples sin que halla posibilidad de duda o error. El resultado de esta operación será siempre una idea evidente por sí misma (clara y distinta) que aparece por una simple inspección de la mente, en su propias palabras, lo que quiere decir que se da de forma inmediata a la conciencia, sin necesidad de que medie ninguna otra cosa, esto es, sin necesidad de la experiencia. Estas ideas deben ser innatas (puesto que no se apoyan en los datos de los sentidos y se presentan de forma directa a la mente). Proporcionan por tanto una certeza absoluta que excluye la posibilidad de toda duda, una certeza o conocimiento que es a priori (independiente de cualquier experiencia) y por tanto necesario, que no puede ser más que como es y no podría ser de otra manera.

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2. Desarrolle el contenido del texto recogiendo los argumentos por los que Descartes llega a la conclusión de la existencia del Yo (como ser pensante) y la crítica de Russell a la extracción de la conclusión a partir de dichos argumentos. (3 puntos)

•Parece claro que los tres párrafos del texto pueden considerarse las tres partes principales que cabe distinguir en el texto. Si hemos planteado bien el esquema en él tendremos la mejor guía para desarrollar lo que se pide en esta cuestión. Conviene utilizar una expresión diferente a la que utiliza el autor en el texto aunque también estará bien citar alguna de sus frases para aportar comentarios más detallados de aspectos que son significativos

•Los tres párrafos del texto ya han sido resumidos al analizar el texto con lo que un primer esbozo de la redacción de esta cuestión ya lo tenemos si unimos lo que se planteaba en ese análisis. A continuación se expone ese análisis del contenido del texto.

•En el primer párrafo del texto Descartes introduce el método de la duda, que consiste en dudar de todo aquello que no se vea de forma clara y distinta, hasta llegar a una razón indudable y segura: la propia existencia. El método se lleva al límite con la hipótesis del genio maligno que me engaña permanentemente presentando a mis sentidos cosas irreales. En el segundo párrafo del texto Descartes afirma que si yo no existiera, ningún genio maligno podría engañarme, por lo que no se puede dudar de la propia existencia, pues ésta es la única certeza: “Yo pienso, luego yo soy” (Cogito, ergo sum), y sobre esta única certeza Descartes construye el mundo del que había dudado hasta entonces, mostrando que las cosas subjetivas son ciertas. Lo que aquí sugiere Descartes es que la razón (el sujeto) ofrece una mayor certeza que la experiencia (la realidad objetiva). Finalmente en el último párrafo, Russell supone que esta argumentación cartesiana dice más de lo estrictamente cierto: Descartes afirma que existe un yo real permanente del que tenemos certeza absoluta al margen de las experiencias particulares, cuando lo único cierto (la única certeza inmediata en un sentido estricto) es que existe algo (un ser) completamente momentáneo que puede no ser lo mismo que tiene la siguiente experiencia, y la siguiente, y la siguiente... con lo que es imposible definir el yo como algo “real” al margen de cualquier experiencia, igual que no existe una mesa “real” al margen de la que puedo percibir a través de los sentidos.

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3. Amplía la referencia que se hace en el texto de la duda metódica sistemática exponiendo las características del método de la duda, la valoración que Descartes hace del conocimiento sensible y el proceso que siguió para llegar a la certeza de la existencia del cogito. (3 puntos)

•Esta es la cuestión que nos permite desbordar el contenido literal del texto que se comenta para relacionarlo con otras cuestiones de la filosofía cartesiana. Concretamente se nos pide que expongamos la teoría epistemológica cartesiana que hacen referencia a la duda metódica y al proceso deductivo a partir de una primera evidencia indubitable que contenga las notas de claridad y distinción. Se tratará de explicar los motivos que me llevan a desconfiar de los sentidos y que inician la duda metódica, teorética y universal, para luego avanzar en la distinción entre intuición y deducción, siendo la primera la causante de la evidencia primera y fundamental que llamamos cogito (sustancia pensante) a partir de la cual deducir todo lo demás (Dios, mundo).

PLANTEAMIENTO DE LA DUDA METODICA

CONSTATACION DEL COGITO, ERGO SUM COMO PRIMERA EVIDENCIA

DEMOSTRACION (A PRIORI) DE LA EXISTENCIA DE DIOS

GARANTIA DE LA VERACIDAD DE LAS IDEAS CLARAS Y DISTINTAS

CERTEZA DE QUE LA ESENCIA DEL ALMA ES EL PENSAMIENTO Y LA ESENCIA DEL CUERPO ES LA EXTESION

CERTEZA DE LA EXISTENCIA DE LAS COSAS MATERIALES

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4. Haga un esquema, mapa conceptual o cuadro sinóptico en el que quede reflejada la estructura conceptual y argumentativa del texto. (2 puntos)

¿Es el cogito una certeza inmediata?DUDA METODICA

RAZON INDUDABLE

Encontrar una

CLARA DISTINTA

Mi propia existencia

YO PIENSO, LUEGO YO SOYCerteza absoluta

PRINCIPIO DE SUBJETIVIDAD

Existe un ser

al margen de las

PERMANENTE

Dudar de lo que no es verdadero

Que engaña a mis sentidos concosas irreales y fantasmagóricas

DEMONIO ENGAÑOSO

Si yo no existiera,ningún demonio podría engañarme

La certeza inmediata supone un ser

MOMENTANEO

CRITICA DE RUSSELL

que no puede existiral margen de lasEXPERIENCIAS PARTICULATES

CERTEZA INMEDIATA