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DESARROLLO TEMPORAL Y SECTORIAL DEL COOPERATIVISMO EN MÉXICO El desarrollo no sólo se refiere al crecimiento que muestran los indicadores económicos, ex- plica el economista Amartya Sen. 1 Menciona que este concepto se relaciona con el incre- mento de las capacidades de los individuos para satisfacer sus necesidades y ejercer sus libertades. Elegimos esta idea de desarrollo para aplicarlo al modelo cooperativo, ya que éste no sólo alude a la eficiencia de los pro- cesos productivos y las relaciones del mer- cado, por el contrario, se refiere a un asunto complejo, en el cual los individuos se enfren- tan a posibilidades reales para aprovechar las oportunidades y satisfacer sus aspiraciones y deseos. Es decir, se intenta construir espacios sociales para que las personas elijan, a partir de sus preferencias y situaciones particulares, el tipo de vida que, como diría Sen, “tengan razones para valorar”. Precisamente, los principios y valores del cooperativismo al que nos referimos en el capítulo 2 apuntan al desarrollo de las capa- cidades de los individuos y su entorno, y los di- versos ejemplos presentados lo confirman. Por 1 A. Sen, Desarrollo como libertad, Madrid, Plantea, 2000. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Eco- nomía. otra parte, el movimiento cooperativo actual es el resultado de ese desarrollo. El inicio del cooperativismo en México está lleno de inten- tos fallidos; no obstante, esos inicios truncos o incompletos fueron lo que desató la búsqueda de otras formas de economía social, de crear legislación y, especialmente, desarrollar ideas de cooperación y encontrar oportunidades para decidir en libertad. El inicio y desarrollo de las cooperativas y su reconocimiento como asociaciones a lo largo del tiempo se vincula con las circunstancias externas que conforma- ron el ambiente ideológico y material. Esto se ha materializado en la legislación que regula la constitución y formación de la cooperativa, así como en las instituciones que la consolidan, lo que se explica a lo largo de diversas etapas que desarrollaremos en este capítulo. PRIMERAS EXPERIENCIAS Jorge Alberto Martínez Ramírez y Juan José Rojas Herrera califican como intentos precoo- perativos, en la etapa de gestión y desarrollo germinal, a diferentes experiencias que son referidas en el artículo de Clemente Ruíz Du- rán, de este libro. En el artículo 238, capítulo VII, del Código de Comercio de 1890 se es- 103 Actualmente la legislación mexicana regula la constitución y formación de las cooperativas. El Consorcio Chiclero es una empresa social integradora de cobertura regional, cuenta con 46 cooperativas y sociedades de producción chiclera de los estados de Campeche y Quintana Roo. © Consorcio Chiclero. Enfrente: Empacadores de productos agrícolas. © CPC. El desarrollo se relaciona con el incremento de las capacidades de los individuos para satisfacer sus necesidades y ejercer sus libertades

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Desarrollo temporal y sectorial Del cooperativismo en méxico

El desarrollo no sólo se refiere al crecimiento que muestran los indicadores económicos, ex-plica el economista Amartya Sen.1 Menciona que este concepto se relaciona con el incre-mento de las capacidades de los individuos para satisfacer sus necesidades y ejercer sus libertades. Elegimos esta idea de desarrollo para aplicarlo al modelo cooperativo, ya que éste no sólo alude a la eficiencia de los pro-cesos productivos y las relaciones del mer-cado, por el contrario, se refiere a un asunto complejo, en el cual los individuos se enfren-tan a posibilidades reales para aprovechar las oportunidades y satisfacer sus aspiraciones y deseos. Es decir, se intenta construir espacios sociales para que las personas elijan, a partir de sus preferencias y situaciones particulares, el tipo de vida que, como diría Sen, “tengan razones para valorar”.

Precisamente, los principios y valores del cooperativismo al que nos referimos en el capítulo 2 apuntan al desarrollo de las capa-cidades de los individuos y su entorno, y los di-versos ejemplos presentados lo confirman. Por

1 A. Sen, Desarrollo como libertad, Madrid, Plantea, 2000. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Eco-nomía.

otra parte, el movimiento cooperativo actual es el resultado de ese desarrollo. El inicio del cooperativismo en México está lleno de inten-tos fallidos; no obstante, esos inicios truncos o incompletos fueron lo que desató la búsqueda de otras formas de economía social, de crear legislación y, especialmente, desarrollar ideas de cooperación y encontrar oportunidades para decidir en libertad. El inicio y desarrollo de las cooperativas y su reconocimiento como asociaciones a lo largo del tiempo se vincula con las circunstancias externas que conforma-ron el ambiente ideológico y material. Esto se ha materializado en la legislación que regula la constitución y formación de la cooperativa, así como en las instituciones que la consolidan, lo que se explica a lo largo de diversas etapas que desarrollaremos en este capítulo.

Primeras exPeriencias

Jorge Alberto Martínez Ramírez y Juan José Rojas Herrera califican como intentos precoo-perativos, en la etapa de gestión y desarrollo germinal, a diferentes experiencias que son referidas en el artículo de Clemente Ruíz Du-rán, de este libro. En el artículo 238, capítulo VII, del Código de Comercio de 1890 se es-

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Actualmente la legislación mexicana regula la constitución y formación de las cooperativas. El Consorcio Chiclero es una empresa social integradora de cobertura regional, cuenta con 46 cooperativas y sociedades de producción chiclera de los estados de Campeche y Quintana Roo. © Consorcio Chiclero.

Enfrente: Empacadores de productos agrícolas. © cPc.

El desarrollo se relaciona con el incremento de las capacidades de los individuos para satisfacer sus necesidades y ejercer sus libertades

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partamento técnico para evaluar 2 millones de hectáreas.3 Es importante precisar que la ley de Crédito Agrícola de 1925 sólo consi-deraba que las cooperativas eran una forma de asociación para las sociedades locales de crédito, en caso de que fueran más de diez en una región y, su agrupación en uniones (sociedades cooperativas de responsabilidad limitada), era opcional. En 1925, impulsado por el Gremio Unido de Alijadores del puerto de tampico, se constituyó la Confederación de Sociedades Cooperativas Socialistas de la República y en 1927, la Confederación Na-cional Cooperativa. también en 1925, José Manuel Puig Casauranc, secretario de Edu-cación Pública, introdujo el ideario coopera-tivista en las escuelas primarias públicas e implantó el ahorro escolar.

Así, la Caja Nacional Escolar de Ahorro y Préstamo de México formó parte del progra-ma educativo de la seP. Esta institución re-presentó algo así como una escuela práctica para la enseñanza del ahorro y la coopera-ción entre la población escolar. tampoco se tienen datos estadísticos sobre las coopera-tivas en esa época. la situación cambió en 1928, cuando se promulgó la ley que creó el Departamento de Estadística Nacional.

3 Dirección General de Comunicación Social, Secreta-ría de la Reforma Agraria, 19 de agosto de 2011.

etaPa de imPulso y desarrollo de las cooPerativas: 1929-1940

El primer Congreso de Sociedades Coopera-tivas de la República Mexicana se realizó en el puerto de tampico a instancias del Gremio Unido de Alijadores; asistieron 500 delega-dos de diferentes cooperativas del país y en la inauguración estuvo el presidente de la Re-pública Mexicana, Emilio Portes Gil. los prin-cipales acuerdos del congreso fueron: crear un Departamento de Fomento Cooperativo y un Consejo técnico de Cooperativas para darle forma al movimiento cooperativo nacio-nal, reformar la ley General de Cooperativas de 1927, o bien, derogarla y crear otra según las necesidades reales de las cooperativas, y crear un banco cooperativo refaccionario para impulsar económicamente a las coope-rativas existentes y crear nuevas. Excepto el banco, las otras demandas se cumplieron. Se conformó, dentro de la Secretaría de Econo-mía Nacional, el Departamento de Fomento Cooperativo y, en el seno de la Secretaría de Educación Pública, la Dirección Nacional de Cooperativismo.

Durante el mandato presidencial de Emilio Portes Gil, en 1929, el secretario de Educa-

el reparto de tierras, se logró la incipiente con-solidación del movimiento obrero, se impulsó el cooperativismo escolar y se formó el Partido Cooperativista Nacional.

En 1927, se aprobó la primer ley General de Sociedades Cooperativas. Su objetivo fue propiciar un ambiente legal parecido a la doc-trina cooperativa, por lo que se acordaron las reglas para que esta asociación no tuviera fi-nalidad de lucro. Por su parte, se acordó que las cooperativas de consumo se regularían por el Código de Comercio, mientras que la Comi-sión Nacional Bancaria fungiría como vigilante oficial.

las cooperativas tenían que ser recono-cidas por la Secretaría de Agricultura o de Industria, Comercio y trabajo y se debían inscribir en el registro público de sociedades cooperativas que dependía del Registro Públi-co de Comercio.

En 1925 se publicó la ley de Pesca; en 1926, la ley Forestal, la ley del Banco de Crédito Agrícola y la ley de Crédito Agrícola (ley Manuel Gómez Morín) y fueron el refe-rente para que se fomentara y financiara a las cooperativas en algunas ramas productivas, el ejido o las uniones de ejidos como cen-tros productivos con base en la tenencia de la tierra.

Fue vital la publicación de la ley del Banco de Crédito Agrícola y la ley de Crédito Agríco-la de 1925, pues a partir de esas leyes se creó el Banco Nacional de Crédito Agrícola, S.A. en 1926. De acuerdo con Carlos Dávalos, en el artículo El Derecho Bancario (Una perspectiva Histórica), fue el primer banco de orientación social que existió en la República.2 Según Ma-nuel Gómez Morín, creador del banco, la le-gislación pretendió que las sociedades locales (de crédito) fueran una escuela de solidaridad y un laboratorio de educación ciudadana.

Algunos de los logros del banco fueron la creación de 157 sociedades locales en 1926 y 415 en 1927. Se eliminaron los beneficios concedidos a los acaparadores, y se formaron 81 sociedades locales para la pignoración de arroz en Morelos. también se organizó un de-

2 Carlos Dávalos M., Centenario del Código de Comer-cio. El Derecho Bancario (Una Perspectiva Histórica), México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1991.

En 1927, se aprobó la primer Ley General de Sociedades Cooperativas

tablecieron 22 disposiciones para regular a la cooperativa, que vagamente se definió como: “aquella que por su propia naturaleza se com-pone de socios cuyo número y capital son va-riables”. Esa definición no especifica el objeto de las sociedades cooperativas, tampoco re-conoce diferencias con las demás sociedades mercantiles. No existen registros que señalen la participación de las cooperativas en los di-ferentes sectores en ese tiempo, sin embargo, hay documentos que muestran la presencia de cooperativas de todo tipo: productivas del sec-tor industrial y agropecuario, de servicios, con-sumo y ahorro. El Gremio Unido de Alijadores, asesorado por Jesús Flores Magón en 1911, se convirtió en cooperativa en 1922.

la etaPa de institucionalización de Proyectos sociales de la revolución mexicana

Se puede argumentar acerca de la posición ambigua ante los movimientos sociales duran-te los periodos presidenciales de Venustiano Carranza, Álvaro obregón y Plutarco Elías Calles. Es decir, se combatió a los zapatistas, pero se realizaron reformas que favorecieron

El Gremio Unido de Alijadores se convirtió en cooperativa en 1922. Alijadores descargando una embarcación en el puerto de tampico, tamaulipas. © 221584. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

Durante el periodo presidencial de Adolfo de la Huerta se realizaron acciones que favorecieron el cooperativismo, 1920. © loc.

los trabajadores agrícolas que conformaban la cooperativa de Fomento General de San Quintín eran 53, algunos vivían en Santa Paula y los Ángeles, California, otros en tijuana y en Ensenada. © 292062. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

El primer Congreso de Sociedades

Cooperativas de la República Mexicana se realizó en el puerto de

Tampico a instancias de la cooperativa Gremio

Unido de Alijadores

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cio referentes a las sociedades cooperativas, publicó un reglamento, se intercalaron los pos-tulados de la doctrina cooperativa considera-dos por el Congreso Cooperativo Internacional de Viena en agosto de 1930, que permitió la constitución de cooperativas con todo tipo de personas, no sólo con trabajadores, pero con un mínimo de diez integrantes. los menores de edad de ambos sexos y 16 años cumplidos podían ingresar a sociedades cooperativas, se aceptó el ingreso de extranjeros. Se estableció que las cooperativas fueran de responsabili-dad limitada; ya no se mencionaron acciones, sino certificados de aportación y se exigió constituir fondos de reserva, previsión social y especiales, el primero no se podía repartir.

las cooperativas se clasificaron en cuatro: consumidores, productores, mixtas y de inter-vención oficial. Se facilitó su constitución por medio de un acta con requisitos legales, auto-rizada por la Secretaría de Economía Nacional e inscrita en el Registro Público de Comercio. también se mencionó por primera vez, en el artículo 42, a las cooperativas escolares, de cuya regulación se encargó la Secretaría de Educación Pública. No se constituyó el ban-co cooperativo. No obstante, el 18 de febrero de 1935, el general lázaro Cárdenas del Río expidió un decreto para crear un sistema de crédito popular y, en poco tiempo, se formaron 33 uniones de crédito popular con un capital de 391 835 pesos y en los primeros seis me-ses operaban 334 cooperativas con un capital total de 583 434 pesos. El Banco Nacional de Crédito Ejidal se creó en 1936 debido a la publicación de la ley de Crédito Agrícola del 2 de diciembre de 1935. Su finalidad fue otorgar préstamos a ejidatarios y pequeños propietarios. A pesar de ser una institución fi-nanciada con recursos del erario público, se instituyó como una sociedad civil, y así pudo elaborar su legislación interna libremente. El consejo de administración se formó por nueve miembros: como presidente fungía el Secreta-rio de Agricultura, los demás puestos eran diri-gidos por el jefe del Departamento de Asuntos Agrarios, un representante del Banco de Mé-xico y la Confederación Campesina.4

4 Consultado en: www.fira.gob.mx:8081/200casos/Historia/notahistoria.asp?IdNota=173.

ción Pública, Ezequiel Padilla, a cargo del De-partamento de Enseñanza técnica, Industrial y Comercial, elaboró el documento Bases Constitutivas para las Sociedades Cooperati-vas Escolares. En el primer capítulo explica la constitución de esas organizaciones, sus obje-tivos y duración:

con el objeto de secundar los propósitos de la seP, referentes a impulsar la enseñanza del cooperativismo y con sujeción a lo dispuesto en la ley General de Sociedades Cooperativas, se constituye en cada escuela una sociedad cooperativa, con el propósito de que los alum-nos, a la vez que adquieran los conocimientos industriales, aprendan también y practiquen los mercantiles y económicos, de tal manera que una vez terminada su instrucción, estén capa-citados para entrar de lleno a la vida real de la industria con su lucha de competencia.

Así, en 1932, la Caja Nacional Escolar de Aho-rro y Préstamo de México, cambió de nombre y limitó sus funciones al ahorro y dejó a un lado los préstamos que se hacían a las incipientes sociedades cooperativas.

En 1933, la Confederación Nacional Coo-perativa logró que se promulgara la ley Gene-ral de Sociedades Cooperativas que corrigió muchos de los defectos de la ley de 1927. De-rogó las disposiciones del Código de Comer-

la creación de este banco significó un reacomodo en el otorgamiento del crédito agrario con base en las características de los destinatarios del financiamiento. El Banco Nacional de Crédito Agrícola, S.A. (Bangríco-la) atendía a los propietarios individuales y a los que no eran favorecidos por tierras ejida-les, a la nueva institución crediticia, a todos los ejidatarios que solicitaban un préstamo de forma individual o a los miembros de una cooperativa.

En 1937, el Banjidal recibió 51 millones de pesos para apoyar el desarrollo agrícola en todo el país y, al año siguiente, la cantidad au-mentó a más de 126 millones de pesos. Entre 1935 y 1942, a este banco se le otorgó 90 por ciento del presupuesto nacional destinado al crédito rural. Durante la década de 1940, cuatro mil 568 ejidos fueron favorecidos con algún tipo de crédito.

El 31 de diciembre de 1936, el presidente lázaro Cárdenas firmó el decreto de ley que creó el Banco Nacional obrero de Fomento Industrial. En el artículo tercero se estableció su objetivo:

En 1932, la Caja Nacional Escolar de Ahorro y Préstamo de México cambió de nombre y limitó sus funciones al ahorro

El Banjidal recibió 51 millones de pesos para apoyar el desarrollo agrícola en todo el país en 1937 y, al año siguiente, la cantidad aumentó a más de 126 millones de pesos. Funcionarios del Banco Nacional de Crédito Ejidal revisando las estadísticas de cosechas. © 218589. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

Arriba: las cooperativas escolares son sociedades organizadas voluntariamente por estudiantes con la asesoría de sus profesores y la asistencia técnica del Departamento de Cooperativas. Escolares © 208110. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

El cooperativismo se difundió en diversas ramas de la producción industrial, agrícola y de servicios. Aquí la inauguración de un autobús de la Cooperativa tres Estrellas de oro, ca. 1930. © agn.

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I. Efectuar operaciones de crédito con las so-ciedades cooperativas constituidas confor-me a la ley;

II. Efectuar operaciones de crédito con las Uniones de Crédito Popular;

III. Actuar como fiduciaria respecto de bienes y derechos que pertenezcan al Gobierno Fe-deral, a los Estados y territorios, a las socie-dades y uniones antes mencionadas, a los particulares, y principalmente:a) organizando, interviniendo y administran-

do empresas industriales de administra-ción obrera, cuando así se lo encargue el Ejecutivo Federal;

b) organizando y administrando empresas para la industrialización de los productos ejidales, cuando sea necesario para el mejor desarrollo de la economía nacional.

Durante ese periodo tampoco se tienen es-tadísticas integradas por sector de las socie-dades cooperativas, no obstante, es posible inferir el tamaño a partir de la celebración, en 1935, del Segundo Congreso de Sociedades Cooperativas de la República en la Ciudad de México, con más de 800 delegados. De ahí surgió la liga Nacional de Sociedades Coope-rativas y su función principal fue defender los intereses generales del movimiento.

El cooperativismo se difundió en diversas ramas de la producción industrial, agrícola y de servicios. Igualmente se consolidó en el ren-glón del consumo, lo que provocó la creación de infinidad de reglamentos y marcos normati-vos para su ejecución y práctica.

El cardenismo

Para lázaro Cárdenas, el cooperativismo for-mó parte de una estrategia política de masas. lo promovió e impulsó con el control del Es-tado, a pesar de los enemigos del modelo de desarrollo económico fomentado por su go-bierno. Por esto, durante su sexenio, autorizó el registro de cerca de mil cooperativas a las que se incorporaron 131 739 socios, cifra que representó 0.7 por ciento de la población del país en 1940.

En 1938, Cárdenas informó que mediante Banjidal se organizaron 288 sociedades de crédito con 30 963 socios en la región de la comarca lagunera. En yucatán se crearon 333 sociedades con 46 112 socios; en el Valle del yaqui, 13 sociedades con 1 995 socios; en Mexicali, 65 sociedades con 3 902 socios.

y, como consecuencia de la alianza entre el cooperativismo y el Estado, se publicó la ley General de Sociedades Cooperativas en 1938. No obstante su marcado corte clasista, impuso una estructura centralista y unitaria de representación gremial y de poder cupular y legitimó la intervención estatal en la vida inter-na de las cooperativas, por lo que el movimien-to cooperativo se subordinó a los intereses del Estado.

los aspectos que se destacan de esta ley son los siguientes:

• No permitía la participación de todas las personas en las sociedades coo-perativas, pues únicamente se cons-tituían por trabajadores, por lo que se concibieron como instrumentos de lucha de clases;

• Se decía que eran organizaciones sin finalidad de lucro, no obstante, según algunos autores, no era posible, ya que por su propia actividad se gene-raba lucro o provecho, y lo que real-mente las diferenciaba de las demás empresas mercantiles era la forma en que se distribuían las ganancias;

• No se permitió el ingreso a menores de edad;

• Se estableció el régimen de respon-sabilidad limitada y suplementada;

• Se prohibió a los extranjeros ocupar puestos de dirección o administración

y se limitó su ingreso en las coopera-tivas de productores;

• No se autorizó que las cooperativas se afiliaran a las Cámaras de Comer-cio o Asociaciones de Productores;

• Se sujetó a las cooperativas escolares a un reglamento especial y se creó el Registro Cooperativo Nacional;

• Se suprimieron las cooperativas mix-tas, se reglamentó a las cooperativas de intervención oficial y a las de parti-cipación estatal;

• Se fijaron montos para el fondo de re-serva y para el de previsión social y el destino de los mismos;

• Se facultó a los sindicatos de trabaja-dores para constituir cooperativas de consumo;

• Se indicaron los libros sociales que las cooperativas debían de manejar;

• Se introdujo en las cooperativas de productores una comisión de control técnico para organizar y dirigir la pro-ducción;

• Excepcionalmente y, en los casos señalados por la ley, se autorizó a la cooperativa utilizar los servicios de asalariados;

• Se otorgó una amplia intervención de la Secretaría de Economía Nacional en 53 preceptos de la ley y el Re-glamento.

• Finalmente, había una marcada pre-ferencia por el desarrollo de las coo-perativas de producción y se obligó la afiliación en Federaciones y Confede-raciones.

De acuerdo con Arturo Anguiano, en el libro El Estado y la política obrera del cardenismo, a pesar del interés del gobierno cardenista por fomentar y controlar las cooperativas, no resultó una acción muy afortunada entre los obreros. las razones son variadas. la Con-federación de trabajadores de México (ctm) asumió una posición contradictoria y cam-biante. En un principio, estimuló la creación de cooperativas; después, ante su fracaso, se opuso. Hizo concesiones en algunos conflic-tos de huelga en los cuales los obreros exi-gían que las empresas pasaran a su control bajo la figura cooperativa, con el apoyo del Banco Nacional obrero de Fomento Industrial, con lo que se impidió la pérdida de empleos y el incremento de desocupados. En cuanto a las cooperativas de consumo, cuyo objeto era

Durante el sexenio cardenista se autorizó el registro de cerca de mil cooperativas en las que se incorporaron 131 739 socios

Las cooperativas se clasificaron en

cuatro: consumidores, productores, mixtas y de intervención oficial

A pesar del interés del gobierno cardenista por fomentar y controlar las cooperativas, no resultó ser una acción muy afortunada entre los obreros. Sociedad Cooperativa de Consumo obreros Federados sucursal núm. 4. © 292074. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

Para lázaro Cárdenas, el cooperativismo fue parte de una estrategia política de masas. lo promovió e impulsó con el control del Estado. Aquí se muestra una manifestación de apoyo al presidente Cárdenas de la cooperativa de producción Alianza de Agentes de Publicaciones, ca. 1938. © agn.

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etaPa de desactivación institucional y surgimiento Parcial del cooPerativismo autogestivo, 1938-1993

El poscardenismo

la política de fomento al sector social agrope-cuario cambió en los años sucesivos, incluso el Banco Nacional de Crédito favoreció el de-sarrollo de empresas privadas, por lo que era más importante promover la ganancia sobre cualquier intento de beneficio social. Es decir, se privilegió al capital sobre los intereses del trabajador. Durante el cardenismo se afian-zó el Estado posrevolucionario que garantizó y fomentó el desarrollo del sistema. Creó las condiciones para la apertura de una acele-rada expansión capitalista a la sombra de un sistema político que resolvió el trato con los obreros y campesinos y sentó las bases para el desarrollo de la industrialización del país, el cual se impulsó durante el periodo del presi-dente Manuel Ávila Camacho (1940-1946), y ante las circunstancias de la época, se con-sideró la columna vertebral de las conquistas revolucionarias. Sin desarrollo económico no había justicia social. y es por eso que el sector público debía llevar sus horizontes hacia esa dirección.

la justificación fue el desarrollo global del país y no había forma de cuestionar el rumbo que tomaba el régimen de la Revolución. En tan sólo diez años, de 1935 a 1945, el núme-ro de industrias aumentó de 7 mil 619 a cerca de 30 mil y del cuarto lugar pasó al segundo en importancia para formar capital, rebasó a la agricultura y a las actividades minero-metalúr-gicas, superada únicamente por el comercio. Durante ese tiempo, el sector público asumió una posición central al promover la economía utilizando diversidad de instrumentos: política impositiva y comercial favorable, trato prefe-rencial a las industrias nuevas y necesarias, adjudicación selectiva de créditos, especial-mente a los sectores manufactureros, implan-tación de sistemas arancelarios, aplicación de políticas salariales diferenciadas según las ra-mas de actividad. Se calcula que en la década de los cuarenta el crecimiento de la economía mexicana fue de 4.5 por ciento. Sin embargo, se elevó la deuda pública. Se considera que el

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motor del proceso de industrialización llamado sustitución de importaciones fue el aumento de la producción mercantil a expensas de la población agrícola, como consecuencia, se dio la migración del campo a las ciudades.

El cooperativismo pasó por una etapa difí-cil. El gobierno disminuyó su apoyo, redujo el apoyo técnico, se clausuraron varias empresas que eran controladas por los obreros; entre éstas, la administración obrera de ferrocarri-les nacionales, que pasó a ser manejada por el Estado. No obstante, el presidente Ávila Camacho, con fines de control político, intentó corporativizar a las cooperativas en la Confe-deración Nacional Cooperativa.

Es importante subrayar la diferencia entre la política de lázaro Cárdenas y Ávila Cama-cho acerca del cooperativismo. Durante la década de los treinta, se promovió el coopera-tivismo para que los trabajadores explotaran el potencial productivo del trabajo en grupo con la finalidad de elevar la productividad y evitar el desempleo. las cooperativas estaban bajo la tutela del gobierno, aún así el proyecto fun-cionó y se le llamó administración obrera, es decir, se consideró como una política de desa-rrollo económico popular. No obstante, duran-te la década de los cuarenta, el cooperativismo dejó de ser una prioridad nacional, pasó a se-gundo plano y su actividad decayó de manera drástica, únicamente se tomó en cuenta para corporativizarlo con fines políticos. los cam-pesinos, quienes fueron favorecidos durante el cardenismo, notaron, también, mermada su situación durante esa década. El rendimiento del ejido, la unidad fundamental de producción agrícola cooperativa, disminuyó, debido en parte a la falta de apoyo del Estado, que se trasladó a la pequeña propiedad; aunque en el discurso oficial, el ejido siempre permaneció en el primer lugar.

Al final de esa década, el capital promedio invertido en la propiedad privada era de mil 164 pesos, lo cual mostraba una marcada di-ferencia con lo aportado al ejido hasta 1940: 735 pesos constantes. la aportación de la producción ejidal en la agricultura nacional en 1940 era de 50 por ciento; al finalizar esos años había bajado a 37 por ciento.

El Banco Nacional obrero de Fomento In-dustrial, utilizado por el gobierno cardenista en la política obrera, especialmente en lo que

contribuir a mejorar el rendimiento del salario de los trabajadores al proporcionar mercan-cías a bajos precios, debido a sus escasos recursos, no pudieron cumplir su misión. Por su parte, las cooperativas de producción tam-bién fracasaron. la falta de dinero también las afectó: los trabajadores no solamente no me-joraron sus ingresos, sino que disminuyeron.

En casi todas las sociedades cooperati-vas los obreros obtuvieron menos salarios que en las empresas capitalistas, y, en varias ocasiones, debían esperar varias semanas para recibir su pago. Además, casi en ningu-na cooperativa los obreros disfrutaban de los derechos laborales correspondientes al pago del séptimo día, vacaciones, o alguno de los beneficios alcanzados por los sindicatos. Va-rias veces los patrones entregaron fábricas a los obreros para que organizaran cooperativas, pero ellos eran los intermediarios encargados de proporcionar la materia prima del proceso productivo y, además, recibían los artículos ela-borados como pago de la materia prima. De esta forma, los obreros seguían dependiendo de sus antiguos patrones tanto técnica, como comercialmente.

Uno de los principales problemas de las cooperativas de obreros es que no recibían derechos laborales o prestaciones que sí habían sido alcanzadas por los sindicatos. Mitin de la liga Sociedad Cooperativas dependientes de la frog, Arena México, 1937. © agn.

Durante la década de los treinta, se promovió el cooperativismo para que los trabajadores explotaran los beneficios productivos del trabajo en grupo, elevar la productividad y así evitar el desempleo. liga Nacional de Cooperativas de Vestuario y Equipo, ca. 1954. © agn.

Arriba: las cooperativas de consumo fracasaron durante ese periodo debido a que tenían escasos recursos. Se muestra la Sociedad Cooperativa de Consumo en la calle Sur 8. © 292073. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

Durante la década de los cuarenta, el cooperativismo dejó de ser una prioridad nacional

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tación de la fuerza de trabajo fue un elemento indispensable para el desarrollo del sistema capitalista y, por lo tanto, la concentración de capital. la política agraria fue favorable a la concentración simulada de la pequeña pro-piedad, razón por la que se reformó el artículo 27 constitucional, aunque, oficialmente se dijo que fue para proteger a los pequeños propie-tarios. tan sólo en el primer año de gobierno se expidieron mil noventa y seis acuerdos de inafectabilidad que ampararon ciento ochenta y tres mil hectáreas.

Puede afirmarse que el desarrollo nacional durante esa época fue dinámico y acelerado, pero también lleno de desigualdades y, ade-más, fue contradictorio. Se apoyó en un régi-men institucional consolidado que controlaba políticamente a la sociedad y proporcionó cre-cimiento económico debido a que impulsó, sin titubeos, a la industria.

la ventaja de las cooperativas pesqueras fue que la ley de Pesca de 1948, hasta 1992, les reservó la explotación exclusiva de algunas especies de alto valor como: el camarón, la langosta, el abulón y, además, recibieron algún apoyo por parte del gobierno.

Desarrollo autogestivo de las Cajas Populares

En 1951 surgió el Movimiento Nacional de Cajas Populares gracias al impulso del Secre-tariado Social Mexicano de la Iglesia Católi-ca, como consecuencia del activismo del cura Pedro Velázquez Hernández. Ramón Imperial y Fidel Ramírez definen este movimiento como la tercera generación de cajas en México. Co-menzaron en las tres entidades financieras constituidas en colonias populares en la ciu-dad de México. En 1964 y sin legislación, las cajas populares formaron una confederación nacional que se convirtió en un movimiento in-dependiente, vigoroso y autónomo que promo-vió la constitución de cooperativas de ahorro y préstamo apoyado en la doctrina y estatutos cooperativistas del movimiento antigonish de Nueva Escocia, Canadá.

De acuerdo con datos de la Dirección Ge-neral de Fomento Cooperativo de la Secretaría del trabajo y Previsión Social, de 1938 a 1976, se registraron seis mil 610 cooperativas en el país: cuatro mil 298 eran de producción y te-

nían 227 mil 675 socios y dos mil 312 coope-rativas de consumo con 290 mil 921 socios.

Datos de las cooperativas de 1966 presen-tadas por el profesor Florencio Eguía Villaseñor en una conferencia realizada en Chapingo, México:

Actividad1966

Cooperativas Socios

Agropecuarias 855 63 320

Cajas Populares 575 48 000

Consumo 1 346 120 000

Escolares y juveniles 3 239 501 200

Industriales 275 80 680

Pesca

Servicios 280 25 800

transporte

6 570 839 000

Es importante destacar que la tabla inclu-ye las cooperativas escolares y juveniles con el mayor número de cooperativas y socios. Sin embargo, no cuenta con datos sobre las cooperativas pesqueras, que definitivamente representaban un número considerable. las Cajas Populares formadas con principios y va-lores del cooperativismo no tenían en esa épo-ca la figura jurídica de sociedad cooperativa, por lo que no figuran en las primeras estadísti-

concierne a las cooperativas, se convirtió en el Banco Nacional de Fomento Cooperativo. Así, se apoyó a las uniones de crédito, pero tam-bién se favoreció a las pequeñas y medianas industrias sin importar si eran o no organiza-ciones cooperativas obreras.

el abandono de las cooPerativas (1947-1970)

la tendencia del Estado durante el régimen gubernamental de Ávila Camacho hasta el gobierno de Díaz ordaz consistió en defen-der y sostener la gran propiedad agrícola en detrimento del sector minifundista. En este sentido, el ejido, en su expresión colectiva, e individual o parcelado, casi desapareció. Du-rante la década de los cincuenta, la agricultura fue un sector dinámico. En 1940 todavía 47.6 por ciento de la producción se destinaba al au-toconsumo, no obstante, en 1950 se redujo a 17.9 por ciento. Esta situación surgió debido al incremento de los apoyos a la agricultura co-mercial; se crearon grandes obras de infraes-tructura y aumentaron los asalariados sin tierra. En la segunda mitad del siglo xix, el Banjidal dejó de ocupar un lugar preponderante en los proyectos agrarios de la federación; en 1952, sólo se le destinó 0.5 por ciento del gasto pú-blico. la industrialización afectó a los obreros y campesinos, quienes no podían competir a la par del crecimiento económico nacional, por lo que los niveles de vida disminuyeron. la explo-

los niveles de vida disminuyeron debido a la industrialización que afectó los trabajos de obreros y campesinos. la foto ilustra una manifestación de mujeres que demandan trabajo. © 5762. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

Arriba. El presidente Adolfo lópez Mateos devela la placa de la inauguración del Banco Nacional de Fomento Cooperativo que apoyó a las Uniones de Crédito. © 275447. Conaculta-inah-Sinafo-fn. México.

El Banco Nacional de Fomento Cooperativo apoyó las uniones de crédito, pero también favoreció a las

pequeñas y medianas industrias sin importar si eran o no organizaciones cooperativas obreras

la Caja Popular yanga, en Veracruz, la fundó en 1964 el sacerdote Carlos Agustín García García y un grupo de 45 personas de la acción católica de la iglesia de San lorenzo Mártir de yanga, Veracruz. Se muestra la toma de protesta del Primer Consejo. © cy.

De 1938 a 1976, se registraron seis mil 610 cooperativas en el país

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como una fórmula, es decir, fue la piedra an-gular de la política gubernamental relacionada con el campo. Sin embargo, no fue suficiente.

la crisis del campo en el gobierno poscar-denista era inminente, el decrecimiento en la producción del campo decayó considerable-mente. A fines de la década de los sesenta, se contaba con doscientos ejidos colectivos en México, la mayoría ubicados en el norte de la República Mexicana; en la Comarca lagunera se concentraba cerca de 40 por ciento. Por lo tanto, el gobierno tenía qué cambiar, adoptar otra política.

El gobierno de luis Echeverría Álvarez su-girió colectivizar las empresas ejidales y propi-ciar economías de escala y aglomeración para detonar “polos de desarrollo” con insumos ba-ratos. Al final de ese periodo gubernamental, existían 8 mil ciento treinta ejidos en proceso de colectivización, aunque, solamente 884 se encontraban en consolidación. también se lo-gró conformar 205 uniones ejidales. El antro-pólogo mexicano Arturo Warman vacila ante lo sucedido con la colectivización de este pe-riodo y señala que en diversas ocasiones sólo ocurrió en el papel, al documentar y declarar-se en actas el trabajo de los productores que ya se hacía colectivamente. la banca estatal habilitó, pero también sometió a las empre-sas ejidales, pues los jefes de producción de cada ejido sólo controlaban las aportaciones en trabajo conforme a los planes elaborados por cada empresa.

Durante el siguiente periodo gubernamen-tal, el del presidente José lópez Portillo, se intentó delimitar el carácter populista de la administración del gobierno de luis Echeve-rría, por lo que las acciones para fomentar el cooperativismo fueron insuficientes.

etaPa de abandono: 1989-1994

Durante el gobierno de Miguel de la Madrid se intentó desmantelar el sector social al eliminar la Dirección General de Fomento Cooperativo de la Secretaría del trabajo y al liquidar el Ban-co Nacional de Fomento Cooperativo. Muchas cooperativas se quedaron sin financiamiento y posibilidad de desarrollo, además, se retiraron los programas gubernamentales para apoyar a las cooperativas. En 1988 se registraron ocho

mil 17 cooperativas con un total de 349 mil 47 socios. A principios de los años ochenta, el cambio en la política gubernamental al pa-sar del intervencionismo estatal, al adelgaza-miento abrupto del Estado y la liberalización de la economía, provocó una serie de cambios en la sociedad mexicana y el cooperativismo no fue inmune. En el caso de las cooperati-vas pesqueras, al publicarse la ley de Pesca en junio de 1992, se cancelaron los derechos que tenían sobre las especies exclusivas de alto valor y, en su lugar, se emitieron permisos y concesiones de pesca marítima a agentes privados y sociales con una duración mínima de 5 años y máxima de 20 y, para acuicultura de hasta por 50 años. Como resultado, ese sector se transformó y se privatizó la flota pesquera. En el caso de las cajas populares, es decir, las cooperativas de ahorro y préstamo sin legis-lación, siempre estuvieron amenazadas por la intervención de las autoridades hacendarias. y, a pesar de representar una alternativa que había demostrado su viabilidad para cientos de miles de pequeños ahorradores, quienes estaban excluidos de las instituciones banca-rias, en 1991, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari promovió la reforma de la ley Ge-neral de Sociedades y Actividades Auxiliares de Crédito para crear la figura de Sociedad de Ahorro y Préstamo (saP), y la reconoció como institución con vocación social. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda únicamente auto-rizó 20 sociedades, a pesar de que recibió cerca de 200 solicitudes, como consecuen-cia, la irregularidad persistió en la mayoría de las cajas populares. En ese sentido, el 3 de agosto de 1994 se derogó la ley cooperativa cardenista de 1938, que se había considerado intocable debido a que expresaba el tipo de relación del Estado y sociedad civil y se publi-có la ley General de Sociedades Cooperati-vas. Esta ley liberó al movimiento cooperativo de la tutela del Estado y lo puso a competir sin ningún tipo de salvaguardas en el mercado abierto. Pero también hizo posible la existencia legal de las sociedades de ahorro y préstamo y les dio grandes facilidades para su constitu-ción y registro.

Datos disponibles en el Padrón Nacional de Cooperativas de la Dirección General de Fo-mento Cooperativo de la Secretaría de trabajo y Previsión Social en 1993.

cas aunque, como se verá más adelante, son la base más vigorosa del cooperativismo actual, tanto en número de socios como en activos.

etaPa de imPulso PoPulista de echeverría y lóPez Portillo (1971-1988)

El sector agrícola fue el sector más desprote-gido que resintió el peso del desarrollo indus-trial. la crisis inminente del campo hizo que el gobierno rectificara su política y, después de 30 años, de nuevo, el gobierno decidió apoyar a la colectividad. la razón fue el fracaso de la reforma agraria, por lo que fue necesario dar una alternativa a la creciente inconformidad de los campesinos, había que solucionar este descontento. Durante varios sexenios guber-namentales, el reparto agrario se consideró

En 1991, se promovió la reforma de la Ley General de Sociedades y Actividades Auxiliares de Crédito para crear la figura de Sociedad de Ahorro y Préstamo

Concentración de Sociedades Cooperativas por entidad federativa, 1993

Clave EstadosCooperativas de producción

Cooperativas de consumo

Subtotal Porcentaje

9 Distrito Federal 323 841 1 164 11.46

26 Sonora 547 117 664 6.54

25 Sinaloa 598 34 632 6.22

30 Veracruz 443 132 575 5.66

28 tamaulipas 340 218 558 5.49

19 Nuevo león 169 297 466 4.59

5 Coahuila 203 249 452 4.45

7 Chiapas 291 113 404 3.98

16 Michoacán 304 90 394 3.88

27 tabasco 306 70 376 3.70

20 oaxaca 289 53 342 3.37

3 Baja California 267 62 329 3.24

14 Jalisco 217 102 319 3.14

24 San luis Potosí 106 201 307 3.02

21 Puebla 218 71 289 2.85

15 México 195 93 288 2.84

11 Guanajuato 190 91 281 2.77

32 Zacatecas 187 63 250 2.46

12 Guerrero 185 57 242 2.38

8 Chihuahua 188 50 238 2.34

10 Durango 177 34 211 2.08

13 Hidalgo 160 41 201 1.98

4 Campeche 162 12 174 1.71

18 Nayarit 163 6 169 1.66

2 Baja California Sur 141 15 156 1.54

23 Quintana Roo 137 8 145 1.43

31 yucatán 88 48 136 1.34

17 Morelos 92 20 112 1.10

29 tlaxcala 79 20 99 0.97

22 Querétaro 73 15 88 0.87

6 Colima 68 2 70 0.69

1 Aguascalientes 20 6 26 0.26

6 926 3 231 10 157 100.00

Fuente: Padrón Nacional de Cooperativas. Dirección General de Fomento Cooperativo de la stPs, 1999.

El presidente de México, José lópez Portillo, escucha las palabras de Fernando Rafful Miguel, jefe del departamento de pesca en la inauguración de la IV Asamblea Nacional de la Sección de Cooperativos Pesqueras de la República Mexicana. © Pf.

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Datos de las actividades cooperativas de 1994 proporcionados por el profesor Floren-cio Eguía Villaseñor:

Actividad1994

Cooperativas Socios

Agropecuarias 2 778 109 970

Cajas Populares 234 526 653

Consumo 3 337 194 836

Industriales 1 603 59 203

Pesca 1 629 88 484

Servicios 412 11 221

transporte 778 27 735

10 771 1 018 102

etaPa 1995 a la fecha

En el artículo “Globalización, competitividad y ocupación en las empresas del sector social”, Clara Escamilla Santana de la Universidad Au-tónoma de Querétaro y Enrique l. Kato Vidal de la Universidad Autónoma Metropolitana, se mencionan los datos para las siguientes grá-ficas que muestran el peso del sector coope-rativo en 1999. Se utilizó la encuesta nacional de empleo y el censo económico.

Personal ocupado por sector, 1999

Personal ocuPado Por sectores Público-Privado y social

0.9%

52.9%

29.6%

11.4%

69.5%

35.7%

0

Primario

total de personal ocupado Personal ocupado en cooperativas

Secundario terciario

10

20

30

40

50

60

70

Porcentaje de cooperativas por entidades federativas, 1993

Personal ocuPado Por sectores Público-Privado y social en el nivel estatal

Porcentaje de personal ocupado en cooperativas por entidades federativas, 1999

Personal ocupado en sociedades cooperativas

14

12

10

8

6

4

2

0Sinaloa VeracruzC hiapas Sonora Guerrero Distrito

Federaltamaulipas tabasco oaxaca Durango Nayarit Baja

CaliforniaMichoacán Baja

CaliforniaSur

Campeche

13.7

11.2

7.56.7

6.2

5.1 5.1 5.1 5.0

3.6 3.5

2.5 2.5 2.5 2.3

En el sector de agricultura, cría y explota-ción de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza, identificado con el código 11 en el Sistema de Clasificación Industrial de Amé-rica del Norte México (scian, 2007), se mues-tra información desagregada de cooperativas hasta el Censo Agrícola, Ganadero y Forestal, 2007. Se contabilizan 76 mil 486 unidades de producción, 3 mil 59 son sociedades coope-rativas, esto es, 4 por ciento del total. En los censos ejidales previos no se identificaba de manera independiente a las sociedades coo-perativas como forma de organización. Ade-más, únicamente correspondía a las unidades económicas de propiedad social, lo cual deja fuera una cantidad similar a la censada de otros tipos de propiedad. En el mapa se señala a las cooperativas por municipio, como las re-fiere el censo de 2007.

En 2009, el Inegi inició la integración del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (denue), disponible al público a partir de 2010, actualizándose anualmente. En 2012 se mostraron 4 millones 374 mil 600 unidades económicas, de las cuales se pueden identificar 6 mil 912 registros de so-ciedades cooperativas. Sin embargo, muestran duplicidades, omisiones y errores de clasifica-

12%

10%

8%

6%

4%

2%

0%

11%

7%6%

6%5%

5% 4%4% 4%4%3%3% 3%3%3%3%3%2%2% 2%2%2%2%2%2%1%1% 1%1%1%1%

0%

Dis

trito

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Que

réta

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Col

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Agu

asca

lient

es

Porcentaje de personal ocupado en cooperativas dentro de los sectores, 1999

99.2%

0.8%

Personal ocupado en el sector público y privado

Personal ocupado en sociedades cooperativas

las sociedades agropecuarias y forestales se constituyen para efectuar o facilitar todas o algunas de las actividades u operaciones concernientes a la producción, transformación, conservación, elaboración, comercialización y aprovechamiento de productos provenientes de la actividad forestal o agropecuaria. trabajador agrícola. © cjs.

En 2009, el Inegi inició la integración del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, disponible al público a partir de 2010 y actualizado anualmente. En la foto se muestra la labor de un investigador agrícola. © anec.

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La evolución del cooperativismo en México ha sido bastante marcada a lo largo de la historia; no obstante, es un tema que ha carecido de de-sarrollo en análisis e investigación, razón por la cual no han existido las herramientas o el trabajo suficiente para obtener una visión amplia o un panorama lo suficientemente claro para explicar su situación pasada y presente. En ese sentido, el presente artículo da un marco histórico y analí-tico basado en opiniones, trabajos y datos rela-cionados con las cooperativas mexicanas, siendo importante recalcar esta falta de recursos para contar con el análisis más preciso y elaborado.

El movimiento cooperativo en México cuen-ta con profundas raíces históricas que se remon-tan a la época precolonial, en donde las culturas indígenas fomentaban el espíritu cooperativo, especialmente en la cultura náhuatl. Posterior-mente, con la llegada española, el primer ves-tigio de cooperativismo radica en los pueblos hospitales fundados por el obispo Vasco de Qui-roga, en Michoacán, en el siglo xvi.

El siguiente registro se localiza en 1839 cuan-do, con el fin de beneficiar a la sociedad, se fun-dó la Caja de Ahorros en Orizaba, Veracruz, que fungía también como casa de empeño. Sin em-bargo, el cooperativismo en México se conoció de manera más amplia por un libro escrito en París y publicado en Barcelona el 28 de mayo de 1864, Historia de las Asociaciones Obreras en Europa, del español Fernando Garrido, inspira-do en Robert Owen, fundador del movimiento cooperativo.1

La primera cooperativa de producción en México la fundó el 4 de noviembre de 1872 un grupo de tejedores de rebozos llamado Coopera-tiva Unión Progreso y en concreto lo que trata-ban de hacer era eliminar los intermediarios en las ventas. El primer taller cooperativo de con-sumo fue el del Círculo Obrero de México, que se fundó el 16 de septiembre de 1873 (por Som-brereros y Sastres de Tlalpan). Más adelante, en 1876, los obreros ferroviarios de la estación Buenavista del Distrito Federal constituyeron una Sociedad Cooperativa de Consumo. Poste-riormente, en 1882, se fundó la primera Coope-rativa de Crédito en Veracruz.2

Es así como nacieron las primeras coopera-tivas en México, las cuales obtuvieron recono-cimiento legal en 1889, cuando en el Código

* Coordinador del Posgrado de Economía de la unam. Profesor de la Facultad de Economía. Investigador sni Nivel III unam.

1 Ricardo Tapia Vega, Antecedentes Cooperativos en México. Marco Teó-rico, México, Confederación Nacional de Cooperativas de Activida-des Diversas de la República Mexicana, C.N.C.S.C. de R.L., 2001.

2 Op. cit.

de Comercio se les reconoció como “unidades económicas, con características de organización y funcionamiento diferentes a las de la empresa privada”.3

Al iniciarse el siglo xx, las actividades coopera-tivas en México eran escasas, y poco significativas. Durante la Revolución se constituyó el Centro Mutuo Cooperativo de México, cuyos integran-tes eran decididos partidarios de don Francisco I. Madero. Por esa razón, al triunfar la Revolución Mexicana, el movimiento cooperativo obtuvo su anhelada oportunidad de avance y expansión. Durante la época posrevolucionaria, de 1911 a 1926, el cooperativismo empezó a crecer a pesar de no existir un marco jurídico propio.4

En la Constitución de 1917, en el artículo 123, en la fracción XXX, se considera el coo-perativismo de utilidad social. En el artículo 28 se ven las sociedades cooperativas como de interés general y no monopólicas. El reconoci-miento del constituyente de considerar el mo-vimiento cooperativo en el texto constitucional no se tradujo inmediatamente en legislación. En 1922 el episcopado mexicano fundó el Secreta-rio Social Mexicano jesuita, en el cual participó Pedro Velázquez, quien posteriormente impul-saría el movimiento cajista en México. En ese periodo se integró el Partido Cooperativista Na-cional (pcn), conformado por obreros textiles, tranviarios, choferes, ferroviarios, profesores y estudiantes. En 1920, el pcn, con el triunfo del general Obregón, obtuvo sesenta diputados en el Congreso y cinco gobernadores en los esta-dos.5 Los principios que promovían era “la ob-tención de un nuevo ajuste de las condiciones de la sociedad, la formación de una vigorosa nacio-nalidad, la práctica de las nuevas instituciones democráticas, y la realización de un programa concreto y práctico en bien del partido”.6 El presidente Plutarco Elías Calles –considerado el pionero del cooperativismo mexicano– promul-gó en 1927 la Primera Ley General de Sociedades Cooperativas, con lo que se creó el marco jurídi-co para esa actividad.7

Esa nueva legislación alentó a que el 1 de oc-tubre de 1929 se realizara el Primer Congreso Cooperativista Nacional en Tampico, con 500 delegados de distintas cooperativas de la nación,

3 Ibid.4 Página de Internet de la Confederación Nacional Cooperativa de

Actividades Diversas de la República Mexicana C.N.C; S.C. de R.L; www.confe-coope.com.mx

5 Rosendo Rojas Coria, Tratado de Cooperativismo Mexicano, Méxi-co, Fondo de Cultura Económica, 1951, pp. 296-308.

6 Rojas Coria, op. cit.7 Tapia Vega, op. cit.

y en el cual se creó el Departamento Autónomo de Fomento Cooperativo y el Consejo Técnico de Cooperativas.8

Al amparo de ese movimiento, en 1931, la empresa cementera Cruz Azul, que era una so-ciedad mercantil extranjera –con los auspicios del inglés Henry Gibbon– se conviertió en so-ciedad cooperativa mexicana con 192 socios fundadores, convirtiéndose en un icono para el cooperativismo mexicano.

En 1932, se fundó en la ciudad de México la cooperativa de producción Excélsior con dos-cientos cincuenta socios, considerado en ese mo-mento el periódico más importante del país.

En 1933, el presidente Abelardo L. Rodrí-guez promulgó la Segunda Ley Cooperativa, con la intención de mejorar el sentido social de la primera Ley.

El presidente Lázaro Cárdenas, considerado el gran promotor del cooperativismo mexicano, pro-mulgó en 1938 la Tercera Ley General de Sociedades Cooperativas,9 que originó un enorme desarrollo social y económico del nuevo cooperativismo mexicano. Congruente con la idea de fomentar el cooperativismo, se estableció, en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Dirección General de Fomento Cooperativo. Al finalizar su adminis-tración, en 1940, se encontraban registradas 344 cooperativas de producción y 331 de consumo.10 En 1942, se realizó la Asamblea General Consti-tuyente de la Confederación Nacional Coopera-tiva de la República Mexicana CCL (Conacoop), donde participaron 36 de las 44 federaciones que fueron invitadas. Esa Confederación Nacional se mantendría vigente hasta 1994.11

En materia financiera, en 1949 –con auspi-cios del Secretariado Social Mexicano–, el sacer-dote Pedro Velázquez Hernández revivió la idea de promover las cajas de ahorro como un meca-nismo de autoayuda para los pobres, y envió a varios sacerdotes a estudiar las caisses populaires en Canadá, así como las uniones de crédito en Estados Unidos. Como resultado de esos esfuer-zos, se estableció en el Distrito Federal la pri-mera caja de ahorro o caja popular en 1951,12

8 Miguel Tomás Bautista Ramírez, El cooperativismo contemporáneo, Planeación y Elaboración de Proyectos de Inversión, México, Ed. Cá-mara de Diputados, 2004.

9 Tapia Vega, op. cit.10 Inegi, Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos 1942,

pp. 1263, cuadro 769, Sociedades Mercantiles constituidas según su giro. Segunda Parte.

11 Juan José Rojas Herrera, Las cooperativas en México, educación, capacitación e información, México, Ed. Molino de Letras, 2003, pp. 66-67.

12 Graciela Gómez Lara, “De cajas populares a cooperativas de aho-rro y préstamo. Algunas evidencias”, Revista de Estudios Agrarios, núm. 45, 2010, pp. 121.

y más tarde, ese mismo año, se celebró la pri-mera Asamblea Constitutiva de la Caja Popular, creándose dos cajas populares adicionales.13

En 1953, se fundó en Michoacán la Socie-dad Cooperativa de Venta en común Cupanda, a la que se sumó posteriormente la Cooperati-va de Ahorro y Préstamo el 11 de abril, al abrigo de Cupanda, dando lugar a la Unión de Coo-perativas Tacámbaro (a la que posteriormente se sumó la Sociedad Micasa, creada en 1974 y actualmente se encuentra en gestación una coo-perativa ecológica Tzipiku dedicada al reciclado de materiales).14

En 1954, se fundó el Consejo Central de Cajas Populares y, en 1964, se constituyó en la ciudad de México la Confederación Mexicana de Cajas Populares que durante 30 años aglutinaría a todo el movimiento cajista. Ese hecho marcó una nueva etapa en la historia de las cajas populares, pues promovió la unificación de las federaciones de Yucatán, Jalisco, el Distrito Federal, el Esta-do de México, Zacatecas, Coahuila y Querétaro. Para ese año, el movimiento cajista estaba inte-grado por aproximadamente 500 cajas con poco más de 30 mil asociados y ahorros cercanos a 12 millones de pesos. En 1991 se reformó la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxilia-res de Crédito, dando origen a las Sociedades de Ahorro y Préstamo (sap), figura jurídica que reco-noció el fin no lucrativo y objeto social de las cajas populares, por lo cual varias de ellas optaron por registrarse con esa figura asociativa y así obtener el reconocimiento legal. En agosto de 1994, la Ley General de Sociedades Cooperativas, a diferencia de la de 1938, reconoció a la sociedad cooperativa de ahorro y préstamo como una modalidad de la de consumo, contando al efecto con sus propios mecanismos de constitución, organización y au-torregulación. De esa manera, la mayoría de las cajas que estaba en proceso de autorización como sociedades de ahorro y préstamo adoptaron la fi-gura de sociedad cooperativa.15

Un caso paradigmático en la historia coo-perativa es el de los trabajadores de Pascual. La empresa Pascual, S.A. fue fundada a finales de la década de 1930 y principios de la de 1940 por Rafael Víctor Jiménez Zamudio. Los primeros productos que lanzó al mercado fueron paletas, después agua embotellada en garrafón y, por últi-mo, los refrescos Pascual. En la crisis económica de 1982, el Gobierno de la República decretó un aumento obligatorio a los salarios de 10, 20 o 30 por ciento, de acuerdo con el monto de las remu-neraciones de los trabajadores del país. El dueño

13 Catherine Mansell Carstens, “Las cajas populares en México: otra alternativa de financiamiento”, en Las finanzas populares en Méxi-co: el redescubrimiento de un sistema financiero olvidado, México, cemla, 1995.

14 Rogelio Rico, “Las cooperativas de Tacámbaro un éxito”, en La voz de Michoacán, 2012.

15 dof, 13 de agosto de 2009, Exposición de motivos.

de Pascual argumentó que no podía financiar ese aumento, por lo cual los trabajadores iniciaron una huelga. Después de tres años, el gobierno le dio la razón al movimiento obrero, por lo que el dueño se declaró en bancarrota y cerró Pascual. Se procedió entonces a rematar los activos de la em-presa, y fueron los mismos trabajadores quienes los compraron, fundando la Sociedad Cooperati-va Trabajadores de Pascual S.C.L.

En 1994, el presidente Carlos Salinas de Gortari promulgó la Cuarta Ley General de Sociedades Cooperativas. Esa nueva legislación alentó a que se fomente la promoción regional de cooperativas. En 1999, se inició un proceso de capacitación en el Distrito Federal para for-mar formadores de empresas cooperativas; tres años más tarde, en 2002, arrancó un plan piloto para la generación de empleo e ingreso a través de la organización de cooperativas en la ciudad de México. En 2004, comenzó el Programa de Capacitación para la organización de empresas cooperativas en el Distrito Federal y en 2005 se promulgó la Ley de Fomento Cooperativo de la Ciudad de México.

En 2001, el presidente Vicente Fox realizó una modificación a la Ley General de Socieda-des Cooperativas, en la cual se estableció que las cooperativas de ahorro y préstamo se regirían por la Ley de Ahorro y Crédito Popular (lacp) y no por la de Sociedades Cooperativas. Dicha reforma en el marco normativo tuvo como ob-jetivo proteger los depósitos de los ahorradores para promover a través de ello, el desarrollo del sector. La nueva Ley proporcionó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (cnbv) faculta-des de autorización, supervisión, regulación y sanción sobre las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (Socap).

En uso de sus atribuciones, el 18 de diciem-bre de 2006 por decreto en el Diario Oficial de la Federación, la cnbv estableció la conforma-ción de un solo instrumento compilatorio para todas las Socap, con los preceptos de la Ley de Ahorro y Crédito Popular. El decreto generó un mecanismo que buscaba evitar la duplicidad or-ganizacional, con la cooperación de la cnbv y representantes de los organismos de integración del sector.

Esa reforma y su marco regulatorio alentaron que un mayor número de personas de ingresos medios y bajos consideraran esa opción como un mecanismo seguro para mantener sus re-cursos. Con el fin de fortalecer dicha opción de ahorro y financiamiento, en 2009 se publicó la Ley para regular las actividades de la Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo,16 buscando darle un carácter más específico al marco nor-mativo del sector popular, complementando las regulaciones establecidas en la Ley de Ahorro y Crédito Popular. En esa ley, el cambio sustantivo se presentó en la incorporación de las socieda-des de ahorro y préstamo en el total de coopera-tivas de ahorro y préstamo, ya que en la Ley de 2001 estaban consideradas en dos esquemas de funcionamiento diferentes.

El cooperativismo financiero ha permitido consolidar un sistema popular que agrupa a casi seis millones de clientes, cuenta con mil 966 su-cursales, y sus activos alcanzan los 75 mil 702 millones de pesos, equivalentes a 0.5 por ciento del pib. En esa perspectiva, el reordenamiento legal ha brindado solidez a ese sistema prote-giendo el ahorro popular y abriendo espacios para el financiamiento no tradicional, facilitan-do el acceso financiero a la población de ingre-sos medios y bajos (Cuadro 1). De acuerdo con cifras del Fondo de Supervisión Auxiliar de So-ciedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Protección a sus Ahorradores (Focoop), exis-ten 571 Socap con registro, de las cuales sólo 69 están autorizadas, 39 se encuentran en proceso de evaluación, 194 permanecen con prórroga en el periodo de autorización y 28 permanecen sin evaluación; las cooperativas autorizadas ad-ministran 69 por ciento de los activos totales del sector y representan a 64 por ciento de los socios.17

En el sector productivo se ha logrado con-solidar de igual forma un complejo sistema de desarrollo cooperativo, entre 1940 y 2012. En ese ámbito, el crecimiento de las cooperati-

16 dof, 13 de agosto de 2009, Ley Federal para regular las activida-des de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo.

17 Focoop (2012), página web.

El cooperativismo en México: la construcción de una alternativa social al desarrolloClemente Ruiz Durán*

Cuadro 1Consolidación de un sistema financiero popular

Número de clientes

Número de sucursales

Activo total (miles de pesos)

Sociedades Financieras Populares (Sofipo 40) 2 404 423 789 17 933 355

Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (Socap 69) 3 528 189 1 177 57 769 541

Sistema Financiero popular 5 932 612 1 966 75 702 896Fuente: cnbv Boletín Estadístico de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo. Marzo 2012; Boletín Estadístico de

Sociedades Financieras Populares Marzo 2012.

Page 10: DESARROLLO TEMPORAL Y SECTORIAL DEL ...

vas ha sido permanente, en 1940 existían 344 de producción y 331 de consumo; en 2012 el total ascendió a 6 mil 306, en diferentes secto-res, especialmente en el de servicios, comercio y agricultura (Gráfico 1). La actual legislación ha promovido una reorganización del sector en la perspectiva de alentar su crecimiento como una alternativa social al desarrollo.

A la diversidad sectorial se suma una am-plia distribución territorial con prevalencia de tres entidades federativas: Distrito Federal, Mi-choacán y Veracruz, que cuentan con más de 500 cooperativas, seguidas de Sonora, Sinaloa, Yucatán, Hidalgo, Guanajuato, Campeche, Pue-bla, Chiapas y Oaxaca, que cuentan entre 100 a 499 cooperativas (Mapa 1).

Esta expansión se ha acompañado de una adaptación normativa permanente. La más re-ciente modificación ha sido propuesta y apro-bada por la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social de la Cámara de Diputados. A continuación se enuncian las principales dis-posiciones que el proyecto de decreto en estudio propone, mismas que fueron tomadas de la ex-periencia y la comunicación que se tuvo con los miembros del sector y los especialistas en el tema durante el proceso de consulta y elaboración de la iniciativa:

• El proyecto de decreto independiza com-pletamente de la legislación mercantil a las sociedades cooperativas para situarlas dentro

del derecho social, reconociendo a esta for-ma de organización social como integrante del sector de la economía social y solidaria.

• Se reconceptualiza el acto cooperativo, para diferenciarlo del acto civil o mercantil, inte-grando en este los actos celebrados entre las cooperativas y terceros.

• Se prohíbe el uso de la denominación “so-ciedad cooperativa” para cualquier tipo de sociedad ajena al sector que simule consti-tuirse o funcionar como tal, con el propósito de evadir el cumplimiento de obligaciones laborales o fiscales.

• Como parte del rescate de las sociedades cooperativas de la legislación mercantil, se aplicará en lo no establecido por esta Ley, de manera supletoria: la legislación mercantil o que rijan materias específicas, siempre que no se oponga a la naturaleza de las socieda-des cooperativas, y la legislación civil federal.

• Se crean las sociedades cooperativas integra-doras, las cuales se asociarán a sociedades cooperativas u otros organismos del sector social de la economía, con la finalidad de poder configurar un objeto social integral de consumo, producción y financiamiento.

• Las Socap podrán integrar como socias a otras de primer grado, con el fin de permi-tir al propio sector autofinanciarse, logrando de esta manera una total integración social y económica que permita el desarrollo integral del sector social de la economía.

• Además de los fondos sociales ya existentes, que las cooperativas están obligadas a formar, se establece la creación de un nuevo fondo de desarrollo comunitario, el cual tendrá por objeto cumplir con los compromisos para el desarrollo social y ecológico de la comunidad donde opere la sociedad cooperativa.

• Cuando en razón de su propia actividad y crecimiento, las cooperativas tengan necesi-dad de contar con trabajadores asalariados con cualquier tipo de contrato, una vez que dichos trabajadores cumplan tres años de trabajo, adquirirán automáticamente la cali-dad de socios, salvo que dichos trabajadores libremente decidan lo contrario, dándoles la oportunidad de participar como socios y gozar de los beneficios de la sociedad coope-rativa de que se trate.

• Se consigna por primera vez la obligación para la sociedad cooperativa de afiliar a sus socios trabajadores y a sus trabajadores asala-riados a los servicios de vivienda (Infonavit) y a los servicios de seguridad social (imss) en aquellos casos en los que las sociedades coo-perativas no tengan establecidos los fondos de previsión social para cubrirlas íntegra-mente a sus socios.

• En caso de que la sociedad cooperativa cuen-te con fondos de previsión social, ésta podrá

utilizarlos para ofrecer tales prestaciones a sus trabajadores asalariados y a sus socios que aporten su trabajo personal, siempre y cuan-do se hayan celebrado los convenios respecti-vos (subrogación) con el Instituto Mexicano del Seguro Social o con el Fondo Nacional de Vivienda de los Trabajadores.

• De igual manera, es preciso señalar que se abre el abanico de fedatarios públicos y au-toridades, para la constitución de las socieda-des cooperativas, levantamiento de actas de asamblea, entre otros, entendiendo a estos, a los notarios públicos, corredores públicos y todas aquellas autoridades que enmarca lo establecido por el artículo 15 del presente decreto.

• La Secretaría de Economía crea el Registro Nacional Cooperativo, el cual tendrá por ob-jeto: integrar un padrón de todo el sistema cooperativo que opera en el territorio nacio-nal; proporcionar información estadística del sistema cooperativo; facilitar la supervisión del sistema cooperativo, y proveer informa-ción para el diseño de programas de fomento y desarrollo de la actividad cooperativa.

• A fin de erradicar las figuras de outsourcing cooperativo y con el propósito de que em-presas simuladas no evadan el cumplimien-to de sus obligaciones laborales o fiscales, se establecen los criterios mínimos que las sociedades cooperativas de prestación de servicios personales, técnicos y profesiona-les deberán cumplir para poder continuar operando.

• Las sociedades cooperativas de prestación de servicios personales, técnicos y profesionales, que son aquellas que cuya actividad se define como la de prestación del trabajo personal de sus socios a un tercero, deberán cumplir con todas las obligaciones fiscales, laborales y sociales a las que tienen derecho sus socios, y que en el supuesto de incumplimiento el beneficiario de la prestación del servicio se hará solidaria, subsidiaria e ilimitadamen-te responsable del cumplimiento de dichas obligaciones.

• Las sociedades cooperativas de ahorro y prés-tamo mantendrán la definición y regulación vigente, sin diferenciarlas de las demás, para ello se generalizaron varias disposiciones co-munes en materia de su constitución y orga-nización.

• Se definen de manera enunciativa, más no limitativa, una amplia tipología de socieda-des cooperativas, reconocidas conforme a su actividad económica, entre las que destacan las siguientes sociedades cooperativas:

Comercializadoras, cuyo objeto es adqui-rir, distribuir y ofrecer bienes y/o servicios para el consumo o uso de sus socios y de terceros.

De prestación de servicios personales, técni-cos y profesionales, cuyo objeto es colocar a sus socios en puestos de trabajo, mediante la prestación de sus servicios a cualquier persona física o moral que los requiera; a través de contratos de sociedad de presta-ción de servicios profesionales o de obras a precio alzado.Agropecuarias y forestales, con el objeto de efectuar o facilitar todas o algunas de las actividades u operaciones concernientes a la producción, transformación, conser-vación, elaboración, comercialización y aprovechamiento de productos provenien-tes de la actividad forestal o agropecuaria en sus diversas formas: agrícola o ganadera.De transporte, que se constituyen con el objeto de prestar los servicios de transpor-te público, de carga o turísticos; por me-dios aéreos, terrestres o acuáticos.De pesca y acuacultura, que se constituyen con el objeto de objeto efectuar o facilitar todas o algunas de las actividades u opera-ciones concernientes a la crianza, captura, transformación, conservación, elaboración, comercialización y aprovechamiento de productos provenientes de los cuerpos y corrientes de agua.De energía, que se constituyen con el ob-jeto de generar energía eléctrica; explorar y/o explotar yacimientos de carbón mi-neral; producir, comercializar, distribuir, transportar y/o almacenar bioenergéticos; ejecutar obras y/o prestar servicios a Petró-leos Mexicanos; y distribuir, expender y/o suministrar gasolinas mediante estaciones de servicio, a través de la obtención de concesiones y/o autorizaciones. De vivienda, que se constituyen con el ob-jeto de construir, adquirir, arrendar, me-jorar, mantener, administrar, fraccionar o vender terrenos o viviendas en propiedad colectiva o individual, o de producir, ob-tener o distribuir todo tipo de materiales para la construcción. Culturales, que se constituyen con el objeto de producir, promover, distribuir, comer-cializar o divulgar actividades culturales, tecnologías, cinematográficas o cualquier otra actividad, producto de la creatividad del ser humano.Turísticas, que se constituyen con el objeto de promover, organizar, conducir o prestar servicios turísticos y ecoturísticos.De educación, que se constituyen con el objeto de prestar servicios educativos.Escolares, que pueden ser de dos tipos: a) las que se constituyen con el objeto de resolver las necesidades educativas y cul-turales de los alumnos, así como el me-joramiento de las escuelas en las cuales se

organizan y de la comunidad en que éstas funcionan; y b) las que se organizan para realizar operaciones de captación de aho-rro de los alumnos, fomentando esta im-portante práctica, siempre que su objeto social sea preponderantemente escolar y secundariamente económico. De salud, que se constituyen con el objeto de desarrollar su actividad en cualquiera de los servicios de salud, ya sea en la atención médica, la salud pública o la asistencia so-cial. De seguros, que se constituyen con el objeto de ejercer la actividad aseguradora a través de la figura de: sociedades mutualis-tas de seguros y fondos de aseguramiento agropecuario y rural.

En esta perspectiva se observa que el modelo de desarrollo cooperativo se ha ampliado a tra-vés del tiempo a ritmos diferentes, pero en for-ma constante, por lo que se puede argumentar que México ha construido una perspectiva social para la producción, la distribución y el financia-miento, dejando abierta la posibilidad de formas de organización no tradicional para el desarrollo nacional.

Bibliografía

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Fuente: elaboración propia con datos del Inegi. (2012) Anuarios Estadísticos de cada entidad federativa.

Mapa 1. México: distribución territorial de las cooperativas

Fuente: elaboración propia con datos del Inegi. (2012) Anuarios Estadísticos de cada entidad de la Federación.

Chihuahua

Coahuila

Nuevo león

tamaulipasDurango

Jalisco

MichoacánColima

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San luis Potosí

VeracruzPuebla

tlaxcala

oaxaca

Guerrero

Chiapas

yucatán

Campeche

tabasco

Quintana Roo

Más de 500 cooperativas

Entre 100 y 199 cooperativas

Entre 1 y 99 cooperativasSin información

Simbología

1,971

1,397

1,125

789

509

249 20034 23 9

Otr

os se

rvic

ios

Com

erci

o al

may

oreo

Agric

ultu

ra

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Serv

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licos

Con

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ción

Min

ería

Ener

gía

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122 123

DESARRollo tEMPoRAl y SECtoRIAl DEl CooPERAtIVISMo EN MéxICoUNA MIRADA Al CooPERAtIVISMo y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA El DESARRollo

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

Tamaulipas

Durango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en el nivel municipal

Simbología

cooPerativas en el sector agrícola, ganadero y forestal, 2007

Fuente: Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007, Inegi, Cuadro 118.

ción en la actividad productiva. Consideramos que existe un subregistro de sociedades coo-perativas y errores en su clasificación, por lo que sólo se debe tomar en cuenta como un referente en construcción.

En la actividad pesquera contamos con datos de 2003 que muestran la importan-cia de las sociedades cooperativas de pro-ducción pesquera sobre otras formas de organización. Esto, explica la Confederación Nacional Cooperativa Pesquera, se debe a un largo proceso que proviene de la década de los veinte y fue favorecido por las políti-cas gubernamentales establecidas en leyes e instituciones. En ese año, las sociedades cooperativas constituían 57 por ciento de las organizaciones de pescadores, con 3 mil 205

unidades. Sin embargo, en un documento de trabajo de Financiera Rural se mencionó que las sociedades anónimas eran más rentables que las cooperativas, aunque éstas ocupaban el segundo lugar.

En 2010, el Registro Nacional de Pesca y Acuacultura fue de 3 mil 327 cooperativas en todo el país, con una membresía de 166 mil 816 socios. Por su actividad reportó 2 mil 545 de ribera, 76.5 por ciento del total, 279 de altamar (8.4 por ciento), 368 acuícolas (11.1 por ciento), 52 de servicios turísticos (1.6 por ciento), 63 de pesca deportiva (1.9 por ciento) y 20 industriales (0.6 por ciento).

la distribución de éstas se detalla en las dos tablas siguientes, lo más reciente del sec-tor cooperativo pesquero.

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

Tamaulipas

Durango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en México

Simbología

MaPa de cooPerativas en todos los sectores del scian, referidas en el denue 2012Total de Cooperativas en la República Mexicana

Fuente: Directorio Estadístico de Unidades Económicas, Inegi, julio de 2012.

Enfrente: la actividad pesquera es una de las sociedades de producción más importante del país; en Ensenada se captura la mayor parte de los productos pesqueros del país. © Agencia efe.

Daniela Hernández muestra uno de los ejemplares de pulpo cosechados en uno de los estanques de una cooperativa de yucatán. © Agencia efe.

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124 125

DESARRollo tEMPoRAl y SECtoRIAl DEl CooPERAtIVISMo EN MéxICoUNA MIRADA Al CooPERAtIVISMo y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA El DESARRollo

Sociedades cooperativas de producción pesquera registradas por tipo de actividad, Según litoral y entidad federativa, 2010

(número de cooperativas)

litoral y entidad total alta mar ribera acuícolasservicios turísticos

Pesca dePortiva

industriales

total 3 327 279 2 545 368 52 63 20

litoral del Pacífico 2 175 176 1 647 262 33 47 10

Baja California 44 14 22 1 4 2 1

Baja California Sur 283 12 246 5 8 10 2

Sonora 333 35 267 28 1 4 –

Sinaloa 554 49 340 152 3 5 5

Nayarit 107 29 61 6 1 9 1

Jalisco 111 6 90 10 – 5 –

Colima 44 4 33 2 1 4 –

Michoacán 71 2 64 4 – 1 –

Guerrero 370 3 340 22 1 4 –

oaxaca 152 14 89 33 13 2 1

Chiapas 106 8 95 1 1 1 –

litoral del golfo y caribe 1 026 103 858 42 11 8 4

tamaulipas 77 23 46 4 1 1 2

Veracruz 292 11 275 4 1 1 –

tabasco 324 9 294 19 1 1 –

Campeche 221 29 174 141 1 1 2

yucatán 66 24 40 1 – – –

Quintana Roo 46 6 29 – 7 4 –

entidades sin litoral 126 – 40 64 8 8 6

Coahuila 12 – 4 – 1 1 6

Chihuahua 2 – – – 1 1 –

Durango 22 – – 22 – – –

Guanajuato 19 – 9 10 – – –

Hidalgo 31 – 13 18 – – –

México 4 – – 1 1 2 –

Nuevo león 4 – – – 1 3 –

Puebla 6 – – 6 – – –

Querétaro 18 – 13 2 3 – –

San luis Potosí 3 – – 1 1 1 –

tlaxcala 5 – 1 4 – – –

Zacatecas – – – – – – –

Fuente: Sagarpa, Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, Dirección General de Planeación, Programación y Evaluación, Registro Nacional de Pesca y Acuacultura. Cuadro 5.33.

Organizaciones sociales pesqueras registradas y su membresía, según litoral y entidad federativa, 2010/*

litoral y entidadnúmero de organizaciones número de miembros

total cooPerativas ofos total cooPerativas ofos

total 5 604 3 327 2 277 265 384 166 816 98 568

litoral del Pacífico 3 310 2 175 1 135 174 381 126 683 47 698

Baja California 161 44 117 5656 1 540 4 116

Baja California Sur 341 283 58 10 550 9 622 928

Sonora 480 333 147 14 060 9 990 4 070

Sinaloa 664 554 110 25 081 22 991 2 090

Nayarit 217 107 110 18 150 11 770 6 380

Jalisco 359 111 248 10 385 3 441 6 944

Colima 75 44 31 5 225 660 4 565

Michoacán 209 71 138 9 117 2 769 6 348

Guerrero 397 370 27 45 007 44 770 237

oaxaca 240 152 88 13 760 9 272 4 488

Chiapas 167 106 61 17 391 9 858 7 533

litoral del golfo y caribe 1 430 1 026 404 70 464 36 149 34 315

tamaulipas 124 77 47 4 778 3 465 1 313

Veracruz 360 292 68 33 840 7 592 26 248

tabasco 477 234 153 18 910 14 580 4 330

Campeche 316 221 95 7014 5 304 1 710

yucatán 99 66 33 2 944 2 310 634

Quintana Roo 54 46 8 2 978 2 898 80

entidades sin litoral 864 126 738 20 539 3 984 16 555

Aguascalientes 25 – 25 345 – 345

Coahuila 50 12 38 563 156 407

Chihuahua 7 2 5 169 36 133

Durango 49 22 27 562 176 386

Guanajuato 58 19 39 1 838 589 1 249

Hidalgo 151 31 120 4 542 1 488 3 054

México 170 4 166 4 093 128 3 965

Morelos 93 – 93 1 480 – 1 480

Nuevo león 9 4 5 94 32 62

Puebla 12 6 6 1 235 270 965

Querétaro 35 18 17 1 032 964 78

San luis Potosí 52 3 49 1 611 15 1 596

tlaxcala 98 5 93 2 205 140 2 065

Zacatecas 55 – 55 771 – 771

Fuente: Sagarpa, Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, Dirección General de Planeación, Programación y Evaluación, /* Cifras estimadas. Cuadro 535.

En un documento de trabajo de Financiera Rural se mencionó que las sociedades anónimas eran más rentables que las cooperativas, aunque éstas ocupaban el segundo lugar

En esta actividad, la Confederación Nacio-nal Cooperativa Pesquera, S.C. de R.l. (Co-nacoop), constituida el 18 de septiembre de 1995, es la responsable de coordinar a las federaciones del sector de acuerdo con la ley correspondiente. En 2011, la Conacoop estaba integrada por 32 federaciones regionales en los 17 estados con litoral. Estas federaciones

asocian a 2 mil 685 cooperativas, conforma-das por 180 mil pescadores, que representan 52 por ciento de la población económicamente activa de ese sector. los datos disponibles del sector de ahorro y préstamo se encuentran en el último boletín del Fideicomiso del Fondo de Supervisión Auxiliar de Sociedades Coopera-tivas de Ahorro y Préstamos y de Protección

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126 127

DESARRollo tEMPoRAl y SECtoRIAl DEl CooPERAtIVISMo EN MéxICoUNA MIRADA Al CooPERAtIVISMo y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA El DESARRollo

a sus Ahorradores (Focoop). los registros del 30 de junio de 2012 muestran 551 so-ciedades cooperativas de ahorro y préstamo (Socap) con 5 millones 917 mil 665 socios con activos que alcanzan casi los 84 mil mi-llones de pesos. la información disponible del resto de los sectores no está desagregada, sin embargo se cuenta con los datos del denue.

Al comparar este mapa con el que se obtu-vo del censo agrícola, ganadero y forestal de 2007, se identifica, claramente, el gran subre-gistro que existe en el denue del Inegi.

Si se revisan las listas o padrones de orga-nizaciones sociales que han sido beneficiadas por los subsidios de los programas federales de Sagarpa, Sedesol, cdi, se, en los últimos años, principalmente en el sector agropecua-

rio, se infiere el crecimiento de las sociedades cooperativas como figura asociativa, dato que no figura en los registros del denue ni en el Censo Agrícola 2007. Por lo que los niveles del subregistro son aún mayores. Es posible que este incremento de cooperativas que pi-den apoyos gubernamentales se deba a las facilidades que existen para conformarse ju-rídicamente, no necesitan notario, no pagan derechos para seleccionar nombre en la Se-cretaría de Relaciones Exteriores, tampoco es necesario formar una organización vinculada a determinados valores y principios o promover algún tipo de movimiento cooperativo.

El mismo fenómeno de subregistro se ob-serva en el caso de la minería, electricidad, agua, construcción e industrias manufactu-

reras. En el caso de la minería, en el censo económico de 2009, el Inegi reportó que se censaron 2 mil 916 unidades económicas en la actividad minera no petrolera, únicamente 279 estaban organizados como ejidos y so-ciedades cooperativas, sin que hubiera alguna distinción entre éstas.

Estas unidades económicas fueron respon-sables de 7.1 por ciento del empleo en este sector, realizaron extracciones realizando ac-tividades de extracción de piedras de cante-ra, arena, grava, tezontle, yeso, piedra caliza, mármol, sal, caolín y sílice. En los registros del denue se contabilizan 25 sociedades coope-rativas en el sector minero.

En el denue, existen registros de 6 mil 912 sociedades cooperativas; mil 504 regis-

sector de agricultura, ganadería, aProvechaMiento forestal, Pesca y caza (11 del scian)

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

TamaulipasDurango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en el sector 11

Simbología

Fuente: Directorio Estadístico de Unidades Económicas, Inegi, julio de 2012.

sectores de Minería, electricidad, agua, construcción e industria Manufacturera

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

TamaulipasDurango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en los sectores21, 22, 23, 31 y 33

Simbología

Fuente: Directorio Estadístico de Unidades Económicas, Inegi, julio de 2012.

tros corresponden a los sectores que el scian clasifica como: 43 comercio al por mayor; 46 comercio al por menor y 48-49 transportes. En cuanto a correos y almacenamiento, con-sideramos que no se encuentran incluidos en ninguno de los reportados en los registros o censos mencionados.

En los sectores 51 al 93 encontramos que el denue reporta 4 mil 779 registros de so-ciedades cooperativas y corresponden a: 51 información en medios masivos; 52 servicios financieros y de seguros; 53 servicios inmobi-liarios y de alquiler de bienes muebles e intan-gibles; 54 servicios profesionales, científicos y técnicos; 55 dirección de corporativos y em-presas; 56 servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remedia-

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DESARRollo tEMPoRAl y SECtoRIAl DEl CooPERAtIVISMo EN MéxICoUNA MIRADA Al CooPERAtIVISMo y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA El DESARRollo

sectores coMercio al Por Mayor, coMercio al Por Menor y transPortes, correos y alMacenaMiento

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

Tamaulipas

Durango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en los sectores43, 46, 48 y 49

Simbología

Fuente: Directorio Estadístico de Unidades Económicas, Inegi, julio de 2012.

ción; 61 servicios educativos; 62 servicios de salud y asistencia social; 71 servicios de espar-cimiento, culturales y recreativos, y otros ser-vicios recreativos; 72 servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebi-das; 81 otros servicios excepto actividades del gobierno y 93 actividades del gobierno y de organismos internacionales y extraterritoriales. Del mapa que se presenta arriba, se excluyen los correspondientes al 93, porque evidente-mente los registros son erróneos, también se eliminaron los no clasificados.

la información disponible no es adecuada para realizar un análisis detallado de cada sec-tor, los sistemas de registro aún son insuficien-tes, en este aspecto es posible que mejore a partir de la aplicación de la ley de Economía Social y Solidaria. las cooperativas escolares

con 3 mil 747 unidades registradas tienen más presencia en el denue; aunque se clasifican en diferentes sectores, se identifican clara-mente. No existen datos que constaten que han cumplido con el objetivo de formación cooperativa con el que se crearon, y, lo que es más grave, muchas son utilizadas para cobrar cuotas para reparar inmuebles oficiales y otros servicios poco claros. Según la información de los diferentes censos y con los datos disponi-bles del denue, construimos el siguiente cua-dro para tener una aproximación del número de cooperativas que existen en la actualidad. Desafortunadamente, los datos sobre el nú-mero de socios no se encuentran disponibles para poder hacer una aproximación, excepto las que están registradas en los censos o re-gistros, por lo que este dato es parcial.

Las cooperativas escolares con 3 mil 747 unidades registradas tienen más presencia en el denue

El censo económico del Inegi de 2009 reportó que se censaron 2 mil 916 unidades económicas en la actividad minera. ésta es la Cooperativa Minera 2 Estrellas en tlalpujahua, Michoacán, ca. 1938. © mm2e.

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DESARRollo tEMPoRAl y SECtoRIAl DEl CooPERAtIVISMo EN MéxICoUNA MIRADA Al CooPERAtIVISMo y SU PARtICIPACIóN EN REDES PARA El DESARRollo

sectores de servicios

Chihuahua

Coahuila

Nuevo León

Tamaulipas

Durango

Jalisco

Michoacán

QuerétaroHidalgo

Morelos

Estado de México

Guanajuato

Aguascalientes

Golfo de México

Océano Pacífico

Estados Unidos de América

América Central

Nayarit

Sinaloa

SonoraBaja California

Baja California Sur

Zacatecas

San Luis Potosí

Veracruz

Puebla

Oaxaca

Guerrero

Chiapas

Yucatán

CampecheTabasco

Quintana Roo

Cooperativas en los sectores 51, 52, 53, 54,55, 56, 61, 62, 71, 72 y 81

Simbología

Fuente: Directorio Estadístico de Unidades Económicas, Inegi, julio de 2012.

Es importante mencionar que en las coo-perativas de ahorro y préstamo se encuen-tran la mayor cantidad de socios: 5 millones 917 665 correspondiente a casi 10 por ciento de la población económicamente activa (Pea) integrantes de 551 sociedades cooperativas de ahorro y préstamo (Socap). los números de estas últimas se explican cuando un aho-rrador se incorpora a la sociedad y su actividad financiera, así como la presión reglamentaria induce al crecimiento continuo de miembros que incorporan recursos generados fuera de la cooperativa. Por el contrario, una cooperati-va de producción está limitada por el tamaño del mercado de su especialidad y, a que es la fuente de casi todos los ingresos de cada so-cio. Por ejemplo, el recurso pesquero se redu-ce, en el mejor de los casos se sostiene y la producción acuícola como la pesca de altura es cada vez más intensiva en capital y menos en trabajadores. Esto es una explicación gene-ral. Sin embargo, esta situación es diferente en otros países, donde las cooperativas de ahorro y préstamo y demás sectores, en casi todos los casos, cuentan con un banco cooperativo que opera los negocios del sector, así como los ahorros y créditos personales de todos los socios. Es importante destacar que el desarro-llo del cooperativismo de ahorro y crédito ha contado con un componente de autogestión y,

El desarrollo del cooperativismo de ahorro y crédito ha contado con un componente de autogestión y, a pesar o a propósito de la confrontación con las instituciones gubernamentales y sus leyes, ha creado un marco regulatorio y un mercado que da seguridad a los ahorradores y beneficia al resto de la sociedad

Estimación de cooperativas a 2012Actividad Número de

CooperativasNúmero

de socios

Agropecuaria y Forestal 3 059 nd

Pesqueras y Acuícolas 3 327 166 816

Mineras 25 nd

Ahorro y Préstamo

Autorizadas 69 3 789 069

Nivel básico 218 146 100

Con prórroga 174 1 503 979

En evaluación 51 338 116

Sin evaluar 39 140 401

Comercio al por mayor, al por menor, transporte y almacenamiento

1 504 nd

Servicios (todos, sin servicios financieros) 3 964 nd

12 430 6 084 481

Agropecuaria y Forestal Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007; Pesqueras y Acuícolas, Registro Nacional de Pesca y Acuacultura 2010; Mineras, Censos Económicos 2009; Ahorro y Préstamo, Focoop, 5 de julio de 2012; Comercio y Servicios, denue. la cifra de socios en estimada en todos los casos excepto Ahorro y Préstamo.

a pesar o a propósito de la confrontación con las instituciones gubernamentales y sus leyes, ha creado un marco regulatorio y un mercado que da seguridad a los ahorradores y beneficia al resto de la sociedad. Por su parte, los demás sectores han sido más dependientes del go-bierno y, por lo tanto, se han supeditado a sus requerimientos.

Acreimex es una cooperativa de ahorro y crédito que brinda servicios financieros de calidad con sentido humano. Sucursal en oaxaca de la Cooperativa Acreimex. © Acreimex.

las cooperativas de ahorro y préstamo son las que cuentan con mayor cantidad de socios. éste es un anuncio publicitario de la cooperativa financiera Agustín de Iturbide, El Grullo, Jalisco. © cai.