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1 PERITAJE HISTÓRICO-GEOGRÁFICO DERECHOS ANCESTRALES Y DINÁMICAS TERRITORIALES, DESPOJOS Y DEFENSAS DEL PUEBLO Q’EQCHI’ COMUNIDAD PLAN GRAN, EL ESTOR, IZABAL Jennifer J. Casolo, Ph.D. 1 1 Socio colegiada, Asociación Americana de Geógrafas. Dra. Jennifer J. Casolo, geógrafa, egresada de la Universidad de California en Berkeley, ha trabajado como investigadora comprometida con pueblos mayas desde el año 2005; y en las zonas tropicales húmedas de agricultura itinerante y palma aceitera en Honduras de 1997-2001. Actualmente es Miembro de la Fuerza de Tarea de Maestrías Globalizadas con el Instituto de Gestión y Desarrollo de la Universidad de Amberes.

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PERITAJE HISTÓRICO-GEOGRÁFICO

DERECHOS ANCESTRALES Y DINÁMICAS TERRITORIALES,

DESPOJOS Y DEFENSAS

DEL PUEBLO Q’EQCHI’

COMUNIDAD PLAN GRAN, EL ESTOR, IZABAL

Jennifer J. Casolo, Ph.D.1

1 Socio colegiada, Asociación Americana de Geógrafas. Dra. Jennifer J. Casolo, geógrafa, egresada de la

Universidad de California en Berkeley, ha trabajado como investigadora comprometida con pueblos mayas desde el año 2005; y en las zonas tropicales húmedas de agricultura itinerante y palma aceitera en Honduras de 1997-2001. Actualmente es Miembro de la Fuerza de Tarea de Maestrías Globalizadas con el Instituto de Gestión y Desarrollo de la Universidad de Amberes.

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Resumen Ejecutivo

Presentación

Como profesional, doctora en geografía humana, egresado de la Universidad de

California en Berkeley con experiencia en los ámbitos de investigación etnográfica, archivos,

ecológico-ambiental, análisis de discurso, dinámicas agrarias y territoriales, género y

pueblos indígenas desde la lente de geografía comparativa, ofrezco este peritaje. Es una

investigación científica-social de las dinámicas territoriales del pueblo maya Q’eqchi’,

específicamente los procesos de cultivo, despojo y defensa relevantes a la situación del

pueblo Q’eqchi’ cuyas tierras de cultivo milpa (itinerante/rotativo) junto con su extensión

de barbecho-a-bosque han incluido históricamente lo que se comprende las 14 caballerías

de Lote P incluyendo las tierras reclamadas por la Comunidad Plan Grande, Municipio de El

Estor, Departamento de Izabal. El peritaje constata las irregularidades e ilegalidades en el

registro y traspaso de dicho terreno de principios de los años mil novecientos, y hace

entendible cómo los oficiales de turno ignoraban o hicieron legalmente invisible la

presencia, la actividad productiva y la reproducción social y cultural del pueblo maya

Q’eqchi que la habitaba. Retoma las leyes internacionales que protegen el derecho de los

Pueblos Indígenas a reclamar su territorialidad, a la vez que recurre a la ciencia tropical de

suelos, bosques, y cultivo frente a las necesidades actuales del país ante el cambio climático

para problematizar la historia de clasificación y de adjudicación de las tierras bajas de la

municipalidad de El Estor como “tierras baldías”.

A la vez, explícita desde un análisis de las dinámicas territoriales y prácticas de

reproducción social, el esfuerzo continuo del pueblo maya Q’eqchi’ de poder ejercer su

derecho ancestral de reproducir su vida – material, política, social y espiritual - dentro los

marcos y normas cambiantes de las distintas épocas político-económicos de la colonia y la

república de lo que hoy se denomina el Estado de Guatemala.

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Argumenta que:

Al pueblo maya Q’eqchi’ le han mantenido la violación de derechos, por las formas,

prácticas y normas institucionales estatales que han facilitado el despojo: de tierra-bosque,

de mano de obra, de poder político, y de prácticas culturales y espirituales a lo largo de la

historia de la Colonia y la República. Los decretos que hacen invisible, o dejan sin valor los

modos de tenencia ancestral, las anomalías en titulación y traspaso de tierra, las presiones

y engaños empleados para lograrlo y la deslegitimación de todo reclamo o acción Q’eqchi’

para defender sus posibilidades de vida constituyen la violación sistemática de los

derechos ancestrales del pueblo maya Q’eqchi’. A la vez, quienes las han dado en

concesión, o han ocupado o usurpado ilegalmente las tierras en disputa, provienen de los

sectores que han gozado históricamente del control de la vida económica, política, militar,

social, cultural y aún religiosa de Guatemala.

Además, el hecho que el estado de Guatemala inscribió parte del territorio del

pueblo maya Q’eqchi “en el registro nacional como si fueran tierras nuevamente

descubiertas constituye un acto de violencia epistémica” 2. En sí la racialización de los

pueblos mayas y el discurso que son grupos minoritarios “atrasados” o “anti-progreso” han

servido y siguen sirviendo para borrarles del imaginario del estado–nación, y en sí para

despojarlos3. De hecho, las conceptualizaciones y categorías que subyacen en las políticas y

leyes de Guatemala en cuanto a la tierra, la mano de obra, los recursos naturales y los

pueblos indígenas, y que han sido empleadas tanto por la colonia (para explotación de los

pueblos indígenas) como por los gobiernos liberales y posteriormente gobiernos

desarrollistas y militares de la República, se han fundamentado en la desvalorización,

invisibilización, desdibujo y hasta criminalización de las prácticas de los pueblos mayas en

general, y de los Q’eqchi’ en una forma especial por su demografía y movilidad expansiva.

2 Megan Ybarra, Green wars. Conservation and decolonization in the Maya forest (Berkeley and Los Ángeles:

University of California Press, 2018). 3 Ibid.

4

Específicamente constata que:

1. Las tierras bajas de las faldas sureñas de la Sierra de Santa Cruz, y las orillas

noroccidentales – oriental del lago de Izabal de lo que hoy forma parte del municipio de

El Estor, Izabal, han sido parte de la geografía transitada y usada continuamente por los

mayas desde antes de la Colonia, con distintos momentos de vivienda y despojo de estas

tierras.

2. Los despojos de tierras racializados del pueblo maya Q’eqchi’, o sea los despojos por

ser pueblo indígena, a lo largo de su historia se han dado en formas variadas y

geográficamente extensa:

a. el despojo mismo de su derecho de decidir sobre sus vidas;4

b. el despojo de su uso extensivo precolonial de las tierras a las reducciones

indígenas;

c. el intento constante pero no total de despojo de su cosmovisión y prácticas

espirituales;

d. el despojo de su mano de obra de la colonia hasta la Revolución de Octubre en

1944. Incluyendo en el trato a ellos mismos, su mano de obra y sus tierras como

propiedad de traspaso con la venta de tierras5. (Unos argumentan que las formas

de endeudamiento, colonato y trabajo migratorio que todavía existen siguen

siendo despojo);

e. el despojo de sus tierras en las Verapaces con las Reformas Liberales y fomento

de la producción de café que les quitó de sus tierras;

f. el despojo de sus tierras bajas en las faldas de la Sierra Santa Cruz hasta la orilla

del Lago Izabal por titulación falsa, ilegal y/o irregular entre 1902 a 1920,

despojos que no se dieron en efecto hasta que alguien decidió explotar las

4 Alejandro M. Flores Aguilar en un nuevo trabajo estudia para entre otras cosas plantear que desde las

políticas de “protección” o “infantilización” de los Pueblos Indígenas, el primer despojo era el despojo del “NO”. “Violencia originaria, aporía, y la expropiación del no.’ Francisco de Vitoria. “Eutopía no. 5 En imprenta. 173-198. 5 Ver Laura Hurtado Paz y Paz, La histórica disputa por las tierras del Valle de Polochic. Estudio sobre la

propiedad agraria (Guatemala: 2014).

5

tierras aprovechándose de los títulos irregulares y manipulando los traspasos

sucesivos, a lo cual suma el caso actual de la Comunidad Plan Grande.

g. el despojo por amenaza en el contexto del conflicto armado interno 1960-1996.

3. Después de la reubicación forzosa en reducciones indígenas de la población maya

precolonial de la zona y casi su aniquilación por condiciones laborales y enfermedades,

los mayas, principalmente maya Q’eqchi’ seguían transitando la zona, huyendo y

escondiéndose allá, y poco a poco regresando allí en formas que parecen más

migraciones.

4. La evidencia arqueológica, de archivo y de fuentes secundarias constata la existencia de

población maya antes de 2000 AC (Preclásico) alrededor del lago, del Preclásico a

Postclásico6 y con un nivel de consistencia de 1526 adelante.

5. La evidencia de uso (suelo, capa forestal, patrones de población y producción) en las

tierras al norte del lago de Izabal demuestra que por el conocimiento ecológico indígena

(tradicional) del pueblo maya Q’eqchi’ ya estaban practicando agricultura de milpa

(itinerante) integral, con procesos de sucesión forestal (barbecho a bosque maduro) y

uso extensivo y sostenible de la tierra en distintas épocas, pero continuamente en esta

zona desde finales del siglo XIX, y que estas prácticas demuestran una memoria histórica

ancestral de producción en tierras bajas.

6. Estas prácticas de reproducción de la vida son sumamente coherentes con la

reproducción ecológica-ambiental y con la producción agro-forestal siempre y cuando

se reconoce el uso móvil y extensivo del territorio como práctica legítima de derechos

ancestrales.

7. La movilidad (contracción-expansión-contracción-expansión) del pueblo maya Q’eqchi’

en relación al territorio entre el Lago de Izabal, la Sierra de Santa Cruz, el Valle de

Polochic y las Verapaces (igual como estas dinámicas al Petén y Belice)7 tiene una

6 Velásquez M., Diego. Historia y cultura de los q’eqchi’ en el Estor, Izabal. Informe Pericial. (Guatemala: IDGT-

URL, 2018). 7 La mayoría de los investigadores enfocan en la parte de expansión Q’eqchi, ve por ejemplo Termer 1957 y Liza Grandia, Enclosed. Conservation, cattle and commerce among the Q’eqchi’ Maya lowlanders (Seattle and London: University of Washington Press, 2012);

6

correlación directa con los procesos históricos de despojo racializado: de tierras, de

mano de obra, de identidad y de prácticas culturales —, tambien una correlación con

las formas en como el pueblo maya Q’eqchi’ ha navegado en estas dinámicas de

expropiación y eliminación.

8. Cuando se midió y adjudicó las tierras que hoy en día forman parte de la cuenca

Murciélago hasta las faldas de la Sierra de Santa Cruz, la ciencia agronómica occidental

sobre suelos y agricultura no estaba suficientemente avanzada para poder reconocer y

comprender el valor de la ciencia maya y tampoco estaba en su interés llegar a ello.

a. La falta de conocimiento sobre la producción itinerante integral en áreas

tropicales hace que esta forma itinerante (rotativo y de sucesión forestal) de uso,

no necesariamente quepa dentro un imaginario de propiedad privada.

b. y el uso maya Q’eqchi’ de distintas micro eco-regiones (eco-nichos) para su

reproducción social (incluyendo usos comerciales) no contaba para, o pasaba

desapercibido por los agrimensores e ingenieros del Registro de Propiedad.

9. Por lo tanto, se clasificaba las tierras de los maya q’eqchi’ como nacionales-baldías,

ignorando su uso integral y la importancia de los tiempos de barbecho más largo 7 años

y adelante y la valiosa contribución de los maya-Q’eqchi’ cuya forma de producción

garantiza la fertilidad de los suelos, la biodiversidad de la región y la vida de los bosques.

10. Esta ignorancia científica sirvió a los discursos y proyectos de modernización e interés

de vincularse a la economía mundial para negar a los mayas Q’eqchi sus derechos

ancestrales.

11. Además, siguiendo patrones bien documentados por otros estudios, la adjudicación de

las tierras en disputa y sus alrededores está saturado en intrigas, irregularidades e

injusticias priorizando el conflicto, conveniencia u oportunismo sobre los procesos

legales. Por un lado, se producen disputas entre facciones de poder e intereses

internacionales, y por otro, la violación de las leyes vigentes en cuanto al proceso para

determinar si las tierras son o no son baldías antes de su adjudicación.

a. los presidentes de turno desde Justo Rufino Barrios hasta Manuel Estrada

Cabrera otorgaron la gran mayoría de las tierras que en un momento fueron

7

unificadas como premios por su lealtad, razón no contemplada en el Código

Agrario y en el Código Fiscal de 1881 para otorgar tierras o denunciarlas como

tierras baldías para su adjudicación. La Finca Murciélago, de 50 caballerías fue

otorgada en el primer momento, al entonces Coronel Juan Martín Barrundia por

el Presidente General Justo Rufino Barrios en 1882.

b. Poco después, el Presidente Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), premia a

varios militares con el otorgamiento de las tierras todavía bajas al norte de

Murciélago. Según los registros del Archivo General de Centroamérica, se lotifica

la zona y se otorgan así: PLAN GRANDE o Lote “P” al General José Víctor Mejía

de León, al sur, el Lote “L” es adjudicado al Coronel Ismael Pacheco Quevedo, al

suroeste, el lote M fue adjudicado a Eulogio Morales, el lote “U”, ubicado al

noreste se le adjudicó a Benjamín Morales, al noroeste el lote “T” se le adjudicó

a Buenaventura Pineda, en el oriente el Lote “Q” al Capitán Castillo, todos estos

colindantes de Lote “P” eran militares, algunos de ellos tendrían actuación activa

hasta el derrocamiento del período liberal en 1944.

c. Fue el “vecino”, Coronel Licenciado Don Enrique Toriello cuya propiedad

colindaba con la Finca Murciélago que recibió órdenes por parte del Presidente

Barillas para que capturara al General Barrundia por traición, acto que se dio sin

las condiciones adecuadas- pero con la autorización de la embajada

estadounidense, para que la captura se de en un vapor estadounidense, donde

resulta asesinado el General Barrundia; ocho años después de la muerte de

Barrundia, la tierra aparece dividida en cuatro partes, con el punto de

Murciélago inscrito al Canadiense fomentador Thomas Jump y por lo que pudo

obtener título de la Finca.

d. El mismo Registro de la Propiedad violaba sus propias leyes en el registro de Lote

L y Lote P en 1912 por no realizar con el tiempo y dedicación necesaria para la

determinación de que las tierras en cuestión fueran baldías. Específicamente no

cumplieron con el Artículo 598 del Código Fiscal de la República de Guatemala

de 1881 que establecía: “En la denuncia [de terrenos baldíos] se expresará la

8

prueba que tenga el interesado para asegurar que los terreno denunciados son

baldíos”

12. A la vez, hay irregularidades y abusos en los traspasos de las tierras de Lote P después

de su adjudicación al General Víctor Mejía en forma definitiva en 1919. Estos incluyen:

a. la sospechosa titulación en 1919, única fecha, en todo el periodo de la

Presidencia de Manuel Estrada Cabrera que no se ven adjudicaciones por

órdenes presidenciales.

b. la falta de un documento claro y transparente del uso y traspaso de las tierras

pos-1919, incluyendo un largo periodo después de la legalización donde no hay

evidencia de uso por los supuestos dueños; pero si por el pueblo maya Q’eqchi’;

c. La aparición de un supuesto dueño cuya única constancia es que sacó una

fotocopia del título de 1919;

d. Las amenazas y persecución por parte de militares quienes defendían a los

supuestos dueños de la tierra;

13. Frente a estas irregularidades y maniobras, con el afán principal de sobrevivir, el pueblo

maya Q’eqchi’ poseedores ancestrales de estas tierras han buscado todo método

aceptable por los gobiernos de turno y las leyes del país para defender sus vidas y sus

derechos, de proteger sus derechos de usar la tierra: legalización (adjudicación) por el

INTA y por negociación con ganaderos, trabajo asalariado, colonato; aceptando a veces

la reducción de sus tierras para garantizar su integridad física. Entre estas estrategias

incluyen:

a. El moverse (huirse, «migrarse») a territorios (zonas de refugio) forma parte de

la memoria-práctica histórica del pueblo maya-Q’eqchi’;

b. La negociación del uso de territorio manteniendo prácticas de tumba y roza en

intercambio por mano de obra;

c. La apelación al Estado para proteger derechos laborales y/o defender/legalizar

tierras; como la regularización realizada por el Instituto Nacional de

Transformación Agraria INTA.

9

d. La organización en asociaciones y movimientos campesinos para acceder y/o

defender la tierra de los pueblos indígenas frente a la negación por parte del

Estado.

14. Sin embargo, sus intentos hasta la fecha para defender sus tierras ancestrales,

incluyendo la intención de la negociación de una parte de las tierras con los

terratenientes quienes les han aparecido, no les han dado los resultados que anhelan:

el derecho de regenerar y trabajar sus tierras desde sus conocimientos. Más bien, han

tenido que trabajar como colonos al final del Siglo XX, han tenido que limpiar las tierras

en formas que no permita sucesión forestal sino convierte el bosque tropical en pasto,

y han tenido que reubicarse a un espacio pequeño y mucho menos fértil que sus tierras,

sin ningún acceso a tierra para cultivar o bosque donde cosechar.

15. Por lo tanto, el caso de despojo y amenaza a la Comunidad Indígena Maya Q’eqchi’ de

Plan Grande suma una serie de actos ilegales que rotundamente ha negado sus

derechos ancestrales a la tierra.

Desarrollo del peritaje

Después de este resumen introductorio, se desarrolla este peritaje en cuatro

secciones:

La primera aborda el marco conceptual y metodología, explicitando el abordaje

geográfico-histórico de este peritaje con énfasis en las relaciones entre sociedad-

naturaleza, global-íntimo, y pueblo indígena-territorio desde i) la producción del territorio,

ii) el colonialismo de asentamiento, iii) la ecología política y iv) los acuerdos y tratados

nacionales e internacionales que los aborda. A la vez da un bosquejo breve de la

metodología utilizada como inseparable de la teoría.

La segunda sección busca dar un vistazo general y escueto de los patrones y las

dinámicas de defensa y despojo que ha vivido el pueblo maya Q’eqchi’. Usa mapas, cuadros

y citaciones de otros peritajes. Analiza las dinámicas locales, nacionales e internacionales

que tienen influencia en la reducción y expansión territorial de los Q’eqchi’ y subraya su

relación con colonialismo por asentamiento, violando sistemáticamente los derechos

10

ancestrales del pueblo maya Q’eqchi’. En cuanto a defensa del territorio, se conceptualizan

las prácticas migratorias del pueblo maya Q’eqchi’ hacía las tierras bajas en relación a su

territorio y conocimiento histórico. Consta el valor de las prácticas móviles productivas de

milpa del pueblo maya Q’eqchi’ y su uso extensivo de la tierra de milpa-barbecho-bosque.

En la subsección final enfoca en forma geográfica más específicamente en las cincuenta

caballerías inscritos como Finca Murciélago en 1902, y al noroccidente de ellas las tierras

inscritas como Lote P y Lote L. Demuestra con evidencia científica y de archivo el hecho que

las tierras al norte del lago de Izabal estaban bajo el manejo maya Q’eqchi’ y Poq’omchi’ de

agroecosistemas de cultivo itinerante indígena cuando fueron adjudicados. Se respalda en

las investigaciones científicas hechas de 1954 a 1980, vinculado con lo que se conoce como

el Proyecto Izabal8 basado en Finca Murciélago. Concluye con un análisis de por qué se

designó como baldío al terreno que ya llevaba décadas y siglos de producción. Un contraste

de las prácticas Q’eqchi´ con los diseños modernizantes de construcción de nación y de la

economía de agroexportación que impulsan los gobiernos de turno y su vínculo especial con

el poder militar. Hace visible que, al defender su reproducción cultural y social, sus prácticas

también defienden el bienestar ecológico de la república.

La tercera sección hace hincapié en las intrigas, irregularidades, ilegalidades, y abuso

de poder que conlleva a la negación sistemática de los derechos ancestrales del pueblo

maya q’eqchi’ y específicamente de la Comunidad Indígena Maya Q’eqchi’ de Plan Grande.

Se evidencia las estrategias de gestión y resistencia a las cuales el pueblo maya Q’eqchi’ han

recorrido frente a estas lógicas de despojo y eliminación con un enfoque especial en las

tierras de Finca el Murciélago y su relación con Lote “P”. En conclusión subraya que las

tierras en cuestión formaban parte de las prácticas de reproducción social del pueblo maya

Q’eqchi’ al tiempo de la adjudicación; y definitivamente los Maya Q’eqchi’ fueron los

primeros en hacer las tierras productivas 1893 al 1960.

8 En Crist, Raymond. “Human geography and neighboring disciplines.” En Sherif, Muzafer, and Carolyn W.

Sherif. Interdisciplinary relationships in the social sciences. London and New York: Routledge (2017) [Original

1969], consta el valor de las prácticas móviles productivas milperas del pueblo Maya Q’eqchi’.

11

1 Abordaje histórico-geográfico: marco conceptual y

metodología

Para poder trazar las dinámicas territoriales del Pueblo Maya Q’eqchi’ en relación al

uso y derecho del pueblo a sus tierras ancestrales, los procesos históricos que las han

borrado del imaginario nacional, y las tensiones continuas entre las fuerzas occidentales de

despojo y las prácticas indígenas de defensa, se presta conceptualmente de la geografía

humana crítica vinculado a la ecología política y los conocimientos otros. La geografía

humana crítica estudia la producción del espacio, de lugares y de territorios, tomando en

cuenta relaciones de poder y dinámicas económicas, políticas, sociales, culturales y

ecológicos a múltiples escalas. En el siglo XXI, los geógrafos ya han trascendido la

descripción de los espacios y sus fronteras. Más bien, ahora los geógrafos preguntan:

a. ¿cómo se construía tal límite?

b. ¿en relación a cuáles relaciones de poder, disputas y acuerdos se han ido dando y

cambiando? y

c. ¿por qué importa analíticamente y políticamente?

El geógrafo tampoco puede entender la producción del espacio sin tomar en cuenta la

relación dinámica entre la sociedad y la naturaleza, y sin comprender la pluralidad de las

formas de entenderla. Partiendo teóricamente de las ideas que de Henri Lefebvre y Doreen

Massey que la relación espacio/lugar es dinámica, cambiante y entrelazado en forma

constructiva con los procesos históricos, la geografía humana argumenta que tanto las

subjetividades y los procesos simbólicos como los procesos concretos de movilidad,

asentamiento, desarrollo industrial y transformación agraria producen el espacio9. En este

sentido, la geografía es también la ciencia social que abarca la relación dinámica,

entrelazada, y disputada entre la naturaleza y la sociedad10. Reconoce e indaga cómo los

9 Henri Lefebvre, The Production of Space (London: Blackwell Press, 1990) y Doreen Massey, Space, Place

and Gender, (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1994). 10 Andrea Nightingale, “Nature-society”, The SAGE handbook of human geography, editado por Roger Lee, Noel Castree, Rob Kitchin, Victoria Lawson, Anssi Paasi, Chris Philo, Sarah Radcliffe, Susan M. Roberts, Charles W.J. Withers (Sage Publications, Ltd. 2014): 120-147.

12

espacios y sus significados siempre son contestados, reconfigurados, y abiertos a cambio

continuo11.

Desde la geografía humana crítica este peritaje utiliza tres conceptos claves y

entrelazados para poder entender las dinámicas históricas y geográficas Maya Q’eqchi’ y su

derecho histórico y ancestral a las tierras conocidas hoy en día como comunidad Plan

Grande, Municipio del Estor, Departamento de Izabal. Estos son la producción de territorio,

el colonialismo por asentamiento, y la ecología política dando atención especial a la

relación entre el acceso a la tierra y agua con la reproducción social y cultural, y el

conocimiento ecológico indígena enfocado en la cultivación itinerante o rotativo y el

continuo . Juntos demuestran que a pesar de los procesos diseñados a desdibujar y eliminar

el conocimiento y la presencia del Pueblo Maya Q’eqchi’ de las orillas nor-occidentales del

Lago de Izabal, su presencia allí, en sus distintas momentos y expresiones, evidencia su

memoria y el ejercicio de sus derechos ancestrales para reproducir sus vidas. Se concluye

esta sección con los acuerdos y tratados que el Estado de Guatemala ha suscrito que

subrayan el derecho de los pueblos indígenas en Guatemala al acceso a su territorio.

1.1 La producción de territorio: Territorio y territorialización

Aunque el pensamiento común y corriente, comprende el territorio como “una

sección delimitada de espacio donde los estados-naciones ejercen su soberanía”12, el

geógrafo británico Stuart Elden, afirma que no se puede dar una definición singular a los

términos territorio y territorialidad, sino hay que pensarlos desde “sus distintos contextos

históricos y geográficos”, reconociendo que son conceptos profundamente relacionados al

espacio como concepto material y social13.

Siguiendo Elden, trabajo reciente de la geografía humana plantea que igual como se puede

pensar en al menos tres distintas nociones de espacio: el espacio físico, el espacio

11 Doreen Massey, Space, place and gender, (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1994). 12 Elena dell’Agnese, “The Political challenge of relational territory” en David Featherstone y Joe Painter, ed.,

Spatial politics: Essays for Doreen Massey (John Wiley & Sons Ltd, 2013): 115. 13 Stuart Elden, “Land, terrain, territory”, Progress in human geography, no. 34 (2010) 799–817; 799.

13

geométrico, y el espacio relacional, se puede entender el territorio como una porción de

cada uno: una porción del espacio físico, una porción del espacio medible y abstracto, y una

porción del espacio relacional14. Además, cada una de las tres nociones son producidos en

el tiempo-espacio, y se traslapan.

Con los procesos modernizantes, los estados-naciones han ido creando e

implementando nuevas formas de abstraer la tierra, medirla, fijar ciertas fronteras y crear

una lógica desconectado de la humana o no-humana, al acceso y uso de la tierra15. Una de

las tareas de la geografía es de “desnaturalizar” estos procesos, de indagar cómo se dieron

y de analizar su legitimidad ante las normas ético-políticas y legales. Reconoce que el

territorio no es simplemente espacio geográfico y recursos físicos, sino espacio y recursos

sobre los cuales algún grupo social depende y ejercita alguna forma de control o autoridad.

Implícita es la idea de identificación social con el espacio geográfico y la construcción social

de territorio, lo cual a su vez involucra el desarrollo concreto de autoridad política,

relaciones económicas, simbolismos culturales y modos de comunicación.

Mientras este peritaje toma en serio el territorio físico y el territorio medido y

abstracto, busca revelar cómo el territorio conocido como la Comunidad de Plan Grande,

municipio de El Estor y sus alrededores son un producto de relaciones, una complejidad de

redes, vínculos, intercambios y conexiones, de lo más global a lo más chiquito, con una

multiplicidad de significativos, bajo proceso constante de construcción y por lo tanto

“abierto a la política”16; y profundamente influenciado por los sectores de la sociedad que

controlaron las armas, el dinero, y las leyes.

14 Elena Dell’Agnese, “The Political challenge”, 118. Henri Lefebvre plantea una teoría relacional del espacio más denso, pero no necesario desglosarlo para este peritaje. 15 James C. Scott, Seeing like a State. How Certain Schemes to Improve the Human Condition Have Failed (New

Haven: Yale University Press, 1998). 16 Doreen Massey, «Concepts of space and power in theory and in practice» Doc Anàl Geogr, no. 55 (2009):

15-26.

14

Las disputas sobre territorio tanto en muchos de los espacios anglos como en

Guatemala, especialmente las tierras bajas mayas de Guatemala, están vinculados al

proceso material y discursivo que se conoce como el colonialismo por asentamiento.

1.2 Colonialismo por asentamiento

Analizar la época colonial y sus efectos no es nada nuevo, y muchos peritajes buscan

llevar a la luz y escudriñar datos históricos del registro del periodo colonial que nos ayuda

comprender el presente. Pero el concepto de colonialismo por asentamiento, cuya

trayectoria más larga está en referencia a los procesos en los países colonizados por los

anglos17, ya ha logrado pertenencia en el análisis de dinámicas geográficas e históricas en

América Latina18.El concepto es importante para comprender las dinámicas territoriales del

pueblo Maya Q’eqchi’ vinculado a la Comunidad Plan Grande porque:

1. Rompe el binario de comprender despojo como despojo de tierra o despojo de

fuerza laboral, para comprender cómo se dan en relación, y en forma racializada.

2. Enfatiza que el colonialismo no se refiere a un proceso que se dio en un momento

histórico y se terminó, sino es un proceso continuo.

3. Las amenazas y acusaciones bajo los cuales se han perseguido y tratado como

criminales a los habitantes de la Comunidad Plan Grande y otras comunidades Maya

Q’eqchi’ del Estor siguen dándose desde sus dos lógicas: i) la lógica de eliminación

-- remover físicamente a los pueblos originarios, por asesinato o despojode las

tierras que usan para reproducir sus vidas; y ii) la lógica de desdibujo – borrar la

identidad, la presencia y/o derechos de los pueblos originarios en ciertos territorios

para eliminar cualquier reclamo legítimo a ellos. Esta segunda se da en relación a la

lógica del concepto de progreso19

17 Según el investigador nativo norteamericano, Patrick Wolfe, el colonialismo por asentamiento comprende

la conquista de un territorio y después su poblamiento con los que salieron victoriosos, ver también Christopher A. Loperena, “Settler violence? Race and emergent frontiers of progress in Honduras” American Quarterly 69, no.4 (2017): 801-807; 801. 18 Shannon Speed, “Structures of settler capitalism in Abya Yala”, American Quarterly 69 no. 4, (2017): 783-

790; Loperena, “Settler violence?; Ybarra, Green Wars. 19 Loperena, “Settler violence,” 802-804.

15

En sí el colonialismo de asentamiento tiene la pretensión de arrancar o borrar a los

pueblos originarios de su territorio, como un fundamento para despojarlos de sus derechos

territoriales indígenas hoy en día20. Cómo explica la geógrafa Megan Ybarra:

Más aún, esta clasificación reconoce la territorialidad de algunos pueblos

indígenas como civilizada, visible, válida para ser legalizada – y de otros

como bárbaras, por no ser visto, que no existe y mucho menos que sea

reconocida por el estado colonizador (Craib, 2004; Saldaña-Portillo, 2015;

Ybarra, 2017). Esta es una herramienta colonizadora de reconocer a un

pueblo entero como indígena, mientras niega su territorialidad21.

Además, los procesos de liberalismo racializado, aún cuando reconoce identidades

indígenas, subsume el sujeto colectivo “en las lógicas de derechos y necesidades

individuales” y niega reconocer que estas identidades indígenas están articuladas por medio

de una relación a la tierra y el bosque22, donde hay que pedir permiso del Tzuultaq’a

encargado/señor/dueño de la tierra, de la montaña/ del bosque para poder sembrar, cortar,

cosechar, pasar por ella o ello, lo que algunos llamaron el espíritu de la montaña y valle23.

Un mecanismo clave del colonialismo por asentamiento en Guatemala es el

concepto de propiedad privada sobre la tierra que fue implementado desde las Reformas

Liberales de 1871. Por esta razón, en sus múltiples estudios sobre el Valle de Polochic, la

antropóloga Laura Hurtado Paz y Paz insista en que es necesario “desnaturalizar y de

construir” este concepto, haciendo entender “[l]a propiedad agraria como una construcción

histórica versus la propiedad como un principio absoluto e inamovible.24” Fundamental

para este peritaje, es que esta construcción histórica no es neutra. Más bien es un “proceso

desde sectores sociales en el poder para consagrar supuestos derechos y privilegios, en

detrimento de otras colectividades de usuarios y tenedores de derechos colectivos

20 Megan Ybarra, “Petén, Guatemala, desde la colonización interna hacia migración transnacional: ¿Nuevos

paradigmas para el siglo XXI?” Ciencias Sociales y Humanidades 5, 2018: 55–66; 59. 21 Ibid, 59. 22 Wade A. Kit Laura Hurtado Paz y Paz, La disputa histórica, 18; Ybarra, Green Wars, 15. 23 Ibid. 24 Laura Hurtado Paz y Paz, “La histórica disputa de las tierras del Valle del PolochicEstudio sobre la propiedad

agraria”, Presentación en taller de Dinámicas del Estor, 20 enero, 2019.

16

ancestrales.25” En otras palabras, el colonialismo por asentamiento, con sus lógicas de

desdibujo y eliminación de los pueblos indígenas subyace los procesos ilegítimos de

adjudicación y traspaso que violan los derechos ancestrales de los pueblos indígenas a su

territorialidad.

1.3 Ecología política: Analizando la reproducción social y cultural de los

pueblos indígenas en los trópicos

Si el colonialismo por asentamiento nos ayuda a ver el racismo detrás de la

reconfiguración de los territorios y su relación a los mecanismos concretos de despojo; la

ecología política26 nos da herramientas para comprender lo que se entiende como

“conflictos sobre la naturaleza”. Se los entiende como conflictos culturales y simbólicos

(de conocimientos y representaciones) tan bién como conflictos materiales (de acceso y

control de la tierra y agua)27. Tiene sus raíces en el trabajo y conocimientos de los estudios

de desastres y riesgos, estudios agrarios y la ecología cultural, , oy más que una solo lente

teórica, presta de muchas lentes para comprender cómo los procesos de la economía

política condicionan las posibilidades de reproducción social de los y las seres cuyas vidas

dependen de la naturaleza (humanos y no-humanos) de la naturaleza misma. En su primera

iteración la ecología política era muy humanista y masculinizada y enfocada más que todo

en pobreza, productores pobres y degradación de suelos, buscando ir más allá que los

análisis del actor racional que culpa al agricultor tanto por su situación de pobreza como

por las amenazas a los ecosistemas. Llegó a generar análisis de las formas materiales y

representativas desde los cual surgen y resuelvan dinámicas (luchas, tensiones) sobre

acceso a y control sobre la naturaleza. Hoy en día , las nuevas fronteras de la ecología

política toman en cuenta las diferencias en ontologías y epistemologías de distintos géneros

25Ibid. 26 Paul Robbins, Political ecology: a crltical introductions to geography, second edition, Wiley-Blackwell, West

Sussex,(2012) 27 Judith Carney y Michael Watts, "Manufacturing Dissent: Work, Gender and the Politics of Meaning in a Peasant Society," Africa, 60, no. 2 (1991): 207-239; Donald Moore. "Contesting terrain in Zimbabwe's eastern highlands: Political ecology, ethnography and peasant resources." Economic Geography 69: (1993): 380-401.

17

y etnias. Más recientemente, la ecología política ha abordado cuestiones de poder y

diferencia28. y ha tomado en cuenta otras epistemologías y ontologías como es el

conocimiento indígena29..

Además la ecología política nos da el paraguas analítico para comprender las

amenazas a la reproducción social del pueblo Maya Q’eqchi’. Analiza las relaciones

estructurales y subjetivas de tierra, trabajo y movilidad (económicas, ecológicas, y políticas)

que obliga al pequeño productor o productora a sobre-trabajar en muy poca tierra aunque

sepa que está degradando sus suelos. A la vez, nos ayuda dimensionar las prácticas

cotidianas y coyunturales que los Maya Q’eqchi’ hacen para defender sus vidas y sus

derechos. Re-valoriza la relación entre la reproducción social de la familia, la comunidad, y

la cultura con la reproducción de la naturaleza y los conocimientos y prácticas ecológicos

desde lo cual producen, cazan, y cosechan comida y otros productos. Rebota el discurso

dominante que desprecia y hasta criminaliza al pequeño productor como destructor de la

naturaleza, anti-moderno, anti-progreso30.

Desde los corrientes de la ecología política feministas y decoloniales se aborda los

estudios de las prácticas agricultura itinerante integral y el conocimiento ecológico

tradicional como entrelazados en el uso y defensa de los derechos ancestrales a las tierras

y bosques, y la defensa de la reproducción de sus vidas y sus prácticas culturales y

espirituales.

Hay muchas definiciones relacionadas, pero distintas, de la cultivación itinerante.

Uno de los primeros en analizar su valor era el Dr. Harold Conklin quien dice que hay una

variedad de sistemas y prácticas dependiendo de acceso a tierra y bosque, población,

28 Peet, Richard y Michael Watts, editors. Liberation ecologies: environment, development, social movements, edición 2nda (London: Routledge, 2004); Paul Robbins, Political ecology: A critical introduction. (Oxford: Blackwell, 2004). 29 Enrique Leff, “La ecología política en América Latina: un campo en construcción”, Sociedade e Estado 18,

núm. 1–2 (2003): 17–40; Arturo Escobar, «Territorios de diferencia: la ontología política de los ‘derechos al territorio’». Cuadernos de antropología social, no. 41(2015): 25-38. consultado 14 de mayo de 2017. 30 Ybarra, Green Wars; Joel Wainwright, Decolonizing development Colonial power and the Maya. Malden,

MA: Blackwell, 2008

18

conocimientos, ecosistema, disponibilidad de semillas, necesidades etc...31 Sin embargo, la

mayoría enfocan en i) que se rota el lugar de cultivación no la siembra; ii) que se usa técnicas

de quema y roza para reponer nutrientes al suelo; y iii) que se combina cultivos en el mismo

lugar. Sin embargo, las carácteristicas más importante son la relación entre el tiempo

cultivado 1 a 3 años y el tiempo barbecho, hasta 20 años, pero puede ser tan corto como 6

a 832.

Se ha estudiado la agricultura itinerante integral en relación a productividad de

corto y largo plazo, regeneración de suelos, y sostenibilidad frente los cambios

demográficos. John Ewel, Profesor Emérito, quien también formaba parte de un grupo de

investigadores interdisciplinarias en la cuenca de Murciélago y alrededores, enfatizó que:

La importancia y los aspectos históricos de la agricultura rotativa(todavía

practicada ampliamente...son bien documentado. El periodo de barbecho es

clave por dos razones: (1) para suprimir plagas (mala hierba, insectos,

nematodos, gusanos eloteros, etc…), y (2) restauración de la fertilidad del

suelo. No se abandonan las parcelas porque rinden menos, sino en

anticipación de una disminución en producción – conocimiento transmitido

por las generaciones anteriores (NUESTRO ÉNFASIS) Si el periodo de

barbecho es demasiado corto, ni el 1, ni el 2 ocurre33.

Más allá que la sostenibilidad posible en la agricultura itinerante o rotativa integral

es lo que está más atrás de la idea que la agricultura o cultivación itinerante es parte de los

que se llama el continuo “guacal/milpa-barbecho-bosque” donde el éxito de uno en

términos de la reproducción social y cultural y la misma producción de excedentes depende

de i) un uso extensivo y variado del ecosistema agroforestal y ii) “conocimiento

transmitido por generaciones” o lo que se conoce como conocimiento ecológico

tradicional. Este último también implica que las prácticas de cultivación están entrelazados

con las prácticas espirituales y cosmovisión de las personas.

Los estudios de Víctor Toledo y Narciso Barrera-Bassols sobre la memoria biocultural

y la ecología de las sabidurías tradicionales demuestra “el aprovechamiento de la

31 Harold Conklin 1957 32 Pelzer 1967 c.d Christanty, 227 33 John J. Ewel, “Litter and fall decomposition in a tropical forest succession in Eastern Guatemala”, The Journal

of Ecology, 64, no. 1 (1976): 293-308

19

biodiversidad local y regional por parte de las poblaciones humanas”34. Muestran como la

reproducción social y cultural de muchos pueblos indígenas depende de su conocimiento

dinámico (complejo, histórico, adaptivo), explicando35:

En este ámbito se reconocen los conocimientos que los productores rurales

tiene sobre las diferentes dinámicas de la naturaleza, tales como ciclos

lunares, movimientos de materiales sobre la superficie (por ejemplo, la

erosión de suelos), niveles de mantos freáticos, eventos climáticos,

movimientos de aguas subterráneas, ciclos de vida de las especies, períodos

de floración o nidificación, etc., todos los cuales adquieren una enorme

importancia en la ejecución de los procesos productivos. De entre estos

destaca, por supuesto, el conocimiento sobre el proceso de la sucesión

ecológica, que es el fenómeno a través del cual, los ecólogos designan la

paulatina recuperación o regeneración de los ecosistemas (generalmente

identificados en el espacio en función de la vegetación) ante cambios

catastróficos naturales (sucesión primaria) o de origen antrópico (sucesión

secundaria).

Este evento, adquiere su más obvia expresión paisajística así como su mayor

importancia productiva en las zonas forestales (tropicales y templadas), ya

que en esas regiones la estrategia indígena gira alrededor de la comprensión

y el manejo de los diferentes estadios que adquiere la vegetación (selvas y

bosques), tras ser reemplazada por una agricultura itinerante.

Para mejor poder concebir estas prácticas reproductivas y visión alternativa del

mundo, ya que no cabe ni en el imaginario destructivo actual de roza y quema ni en nuestra

idea de monocultivo y agricultura comercial, miramos la figura que Toledo y Barrera-Bassols

usan para visualizar la biodiversidad y extensión de uso y conocimientos de los Maya

Yucatecas. Las nomenclaturas en maya yucateca y que traducen en castellano en al menos

seis componentes que conforman la estrategia de su uso de múltiples recursos naturales en

forma extensiva: i) la milpa donde se cultiva el maíz y otras especies, además de otros

sistemas agrícolas, ii) el huerto familiar, iii) las selvas secundarias, las selvas maduras, iv) las

selvas manejadas, y v) los cuerpos de agua.

34 Victor M. Toledo y Narciso Barrera-Bassols. La memoria biocultural. La importancia ecológica de las

sabidurías tradicionales, (Junta de Andalucía: Icaria Editorial, 2008), 152. 35 Ibid, 97-98.

20

El “problema” con estos componentes que se ve en figura 1 del Uso múltiples de los

recursos por los maya yucatecos, es que no son visibles al ojo occidental ahora, y mucho

menos cuando a los Estados les interesaba nombrar todo bosque o selva secundaria o

manejada “terrenos baldíos”.

Figura 1 Uso múltiple de los recursos por los mayas yucatecos de México (Toledo y Barrera--Bassols 2008, 152)

Según Toledo y Barrera36:

La existencia de tales sistemas nomenclaturales indica que el productor

conceptualiza unidades ecogeográficas bajo un criterio espacio-temporal,

ya que es capaz no solo de nombrar estas unidades, sino de ubicarlas como

las fracciones de una secuencia histórica de su escenario productivo, a partir

de las cuales obtienen diferentes productos. Lo anterior cuestiona la tesis

de que, bajo la agricultura tradicional, las «áreas en descanso» son

espacios improductivos, una falsa idea que proliferó durante varias

36 Toledo y Barrera-Bassols, Memoria biocultural, 98.

21

décadas, especialmente entre los analistas de la agricultura tropical de

roza, tumba y quema (Toledo, 1996) (nuestro énfasis) Por el contrario, los

diferentes estadios sucesionales que surgen tras el uso agrícola y la

consiguiente regeneración o restauración forestal, abastecen de

innumerables productos a las familias indígenas, además de ser reservas de

leña y áreas para la cacería.

Muchos de los que reconocen el sistema milpa o sea la agricultura itinerante,

ignoran, aunque sea crucial para la reproducción social de los Maya, que es “un elemental

pivotal en una estrategia de multi-uso de recursos naturales que es altamente complejo37”.

Por lo tanto, como desglosamos en las secciones dos y tres y 33 y 4, los agrimensores e

ingenieros que midieron tierras junto con los testigos que comprobaron que eran tierras

baldías, no tuvieron los conocimientos científicos para percibir cuando lo que parecía como

un bosque era parte de las tierras extensivas de los pueblos indígenas, quienes las las usaron

en formas más colectivas, sucesivas, sostenibles y vinculados con su misma espiritualidad.

Mucho menos pudieron entender que estas prácticas pudieran haber sido compatibles con

la idea moderna de progreso vinculado al mercado global38.

Desde la ecología política tambié se ve cómo las prioridades del sistema moderno

de economía mundial a veces borran el sistema tradicional, pero también se da que en

efecto los finqueros o hacendados sacan “un subsidio de mano de obra del sistema

tradicional de la agricultura que en otros momentos es fuertemente criticado y suprimido

por el establecimiento39. Toma en cuenta los procesos económicos a múltiples escalas que

influyen en el cómo y cuándo las poblaciones de productores pueden reproducir sus vidas

o no. Los grandes movimientos y decisiones económicas han influido sustancialmente en

cómo y cuándo el pueblo Maya Q’eqchi’ se traslada a las tierras bajas del Valle de Polochic

37 Narciso Barrera-Bassols y Victor Toledo, “Ethnoecology of the Yucatec Maya: Symbolism, knowledge and

management of natural resources”, Journal of Latin American Geography, 4, no. 1 (2005), 22. 38 Según Henley, es por esta 39 Esta es una observación de Michael R. Dove, sobre goma en Indonesia, pero se ve el mismo patrón en Estor

siempre y cuando este tipo de producción y explotación no sea reemplazado por actividades más explotadores. Ver “Rubber saves and destroys the community” en Michael R. Dove, Percy E. Sajise, Amity A. Doolittle, ed. Beyond the sacred forest: Complicating conservation in Southeast Asia (Durham and London: Duke University Press, 2011), 104)

22

y al área noroccidental del lago y determina si tienen suficiente tiempo y tierra para usar su

conocimiento tradicional. Reconoce que los procesos continuos de despojo de mano de

obra y despojo de tierra ha condenado a mucho de los Maya Q’eqchi’ a practicar la

agricultura itinerante parcial: limpiando tierra ajena sin tener accesos a bosques o sólo

como paso para que después sean expulsados para ganadería o monocultura.40.

1.4 Leyes nacionales e internacionales que reconocen los derechos

territoriales de los pueblos indígenas 1.4.1 El Convenio Organización Internacional de Trabajo sobre Pueblos Indígenas y

Tribales 169 Se puede unir esta perspectiva de la producción del territorio con las leyes nacionales y

tratados internacionales, lo más claro de estos sigue siendo el Convenio de la Organización

Internacional de Trabajo 169. Como explica la geógrafo y experta en el pueblo Maya

Q’eqchi’ de Guatemala, Dra. Megan Ybarra:

El Convenio 169 utiliza (el término) territorio para señalar un área geográfica en la

cual los pueblos culturalmente diferenciados reproducen su forma de vida. En otras

palabras, ser indígena significa una condición cultural que requiere una base

territorial para su sostenibilidad (Anderson, 2009, p. 151). O sea, OIT 169 no requiere

que un pueblo indígena tenga un territorio reconocido para ser indígena, sino un

pueblo indígena tiene derechos de reclamar a su territorialidad [énfasis hecha por

perita]. Como se ha visto en casos que han llegado a veredictos por la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, una identidad reconocida como pueblo

indígena junto con experiencias históricas de despojo racializado basta para invocar

el convenio de la OIT referido (Gordon, Gurdián, & Hale, 2003; Grandia, 2009a; Teul,

2007). Esto significa que no es necesario demostrar una historia fijada por más de

tres generaciones, mucho menos una genealogía desde antes de la colonización

española. Además, los usos reconocidos de la tierra incluyen prácticas espirituales,

agricultura periódica, pesca y caza. Estas últimas son prácticas extensivas a la tierra

que permiten la superposición de los derechos sobre la tierra (no privatización de la

tierra)41.

40 Fikret Berkes, Sacred Ecology, 2nd edición, (London: Routledge, [1999] 2008), 246. 41 Ybarra, “Petén, Guatemala”, 59.

23

1.4.2 Los Acuerdos de Paz

Es necesario también poner las formas de despojo que han continuado después de la firma

de los Acuerdos de Paz, usando mecanismos de “terror privado y colusión pública” en

contravención con el Artículo 37 del Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y la Situación

Agraria. Como enfatiza Gustavo Palma Murga42

Vale la pena destacar el perfil con el que en este documento se define la

acción y presencia del Estado: "Como orientador del desarrollo nacional,

como legislador, como fuente de inversión pública y prestatario de servicios,

como promotor de la concertación social y de la resolución de conflictos...".

Desde esta orientación, su artículo 37 requiere que el gobierno nacional lleve a cabo

una “reforma legal” y una “resolución oportuna de los conflictos de tierra”, lo cual

no se debe traducir a evicciones a los sectores como los Pueblos Indígenas y

campesinos pobres que han sido los más vulnerados por las estructuras agrarias

históricas del país. Más bien, invita una re-examinación de cómo proteger la

autonomía local.

En este sentido, Palma Murga destaca que:

En el Acuerdo sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (firmado el 31 de

marzo de 1995) se incluye un apartado referido a los "Derechos relativos a

la tierra de los pueblos indígenas". Se trata del reconocimiento de la

existencia de la propiedad comunal e individual de la tierra por parte de los

pueblos indígenas. Se plantea la necesidad de regular su tenencia mediante

una serie de mecanismos legales. Igualmente, se menciona la posibilidad de

la restitución de tierras a las comunidades que .....han sido históricamente

las víctimas de despojo de tierras...", Por otro lado, el Acuerdo para el

Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento

Armado (firmado el 17 de junio de 1994) también se hace referencia a la

cuestión de la tierra, tanto a partir del abandono obligado de ella por la

guerra, como por las carencias que origina la estructura de tenencia vigente

en el país43.

42 Gustavo Palma Murga, “El Acuerdo Socioeconómico y Situación Agraria y la Problemática de la tierra en

Guatemala,” en Guatemala (1983-1997): ¿Hacia dónde va la transición? (Guatemala: FLACSO, 1998), 81, n.p. 14. 72-86. 43 Ibid, 82, n.p. 15.

24

1.4.3. Constitución Política de la República de Guatemala:

El contenido de la parte dogmática de la Constitución Política de la República de Guatemala,

cuenta con artículos específicos con relación a la tenencia y derechos de los pueblos

indígenas sobre sus territorios; tal y como lo establecen los artículos 66 y 67:

“Artículo 66.- Protección a grupos étnicos. Guatemala está formada por diversos

grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El

Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones,

formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres,

idiomas y dialectos.

Artículo 67.- Protección a las tierras y las cooperativas agrícolas indígenas. Las tierras

de las cooperativas, comunidades indígenas o cualesquiera otras formas de tenencia

comunal o colectiva de propiedad agraria, así como el patrimonio familiar y vivienda

popular, gozarán de protección especial del Estado, asistencia crediticia y técnica

preferencial, que garanticen su posesión y desarrollo, a fin de asegurar a todos los

habitantes una mejor calidad de vida. Las comunidades indígenas y otras que tengan

tierras que históricamente les pertenecen y que tradicionalmente han administrado

en forma especial, mantendrán ese sistema”44.

Del contenido de estos artículos puede comprenderse un reconocimiento explícito por

parte del Estado de Guatemala, de las formas de tenencia, posesión de forma comunal o

colectiva de la tierra, que hacen las comunidades indígenas; y para el caso específico la

forma de administración que realizan los pueblos y comunidad maya Q’eqchi’.

1.5 Metodología, métodos y herramientas

Una visión relacional de la producción de territorio en sí requiere una metodología de

múltiples escalas. No se puede entender la ilegalidad de la inscripción y traspasos sucesivos

de las tierras reclamadas por la Comunidad Indígena Maya Q’eqchi’ Plan Grande sin

entender las dinámicas históricas entre el espacio local, la región, las Verapaces, el país y el

sistema mundial dominante. En este sentido la metodología requiere muchas fuentes

distintas desde las cuales podemos tejer un análisis específico.

44 Constitución Polìtica de la República de Guatemala, 1986.

25

Para poder trazar las dinámicas territoriales de los Maya Q’eqchi’ en relación a las

lógicas de exclusión, eliminación y desdibujo que subyacen las políticas de la Colonia y la

República hemos acudido a varias metodologías, métodos y herramientas. La metodología

en sí, siempre es inseparable de la teoría. Es importante subrayar que la metodología presta

de múltiples métodos y herramientas para poder establecer RELACIONES espaciales e

históricas que no siempre se perciben. Investigamos y constatamos los derechos ancestrales

Q’eqchi’ a las tierras al sur de la Sierra de Santa Cruz y noroeste al lago de Izabal

estableciendo un patrón histórico-espacial de uso y de conocimiento por parte de los Maya

Q’eqchi’ por un lado, y un patrón histórico-espacial de desuso, mal uso, irregularidad e

ilegalidad por parte de los supuestos terratenientes y el estado por el otro.

Investigamos los actores involucrado en el proceso hasta donde el récord histórico

permitía y combinamos esta investigación con un análisis coyuntural de las dinámicas

locales, nacionales y regionales al tiempo de los traspasos. De este modo podíamos no solo

nombrar las anomalías en el registro y traspaso sucesivo de las tierras, sino vincularlo con

otras anomalías e ilegalidades del tiempo. Esta metodología requiere varios pasos

metodológicos no sucesivos sino iterativos, navegando donde la sospecha nos lleva y

regresando y releyendo fuentes cuando nos surgen nuevas pistas o dudas que requieren tal

revisión.

Primero, revisamos los peritajes y dictámenes ya existentes en relación al territorio

Q’eqchi’ y los derechos ancestrales, especialmente el Peritaje histórico registral del

Licenciado Juan Carlos Peláez, referente al Caso: “VIOLENCIA SEXUAL EN EL CASO SEPUR-

ZARCO EN EL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO GUATEMALTECO” y la de Sierra

Santa Cruz Expediente 01192-2015-00152 de la Sala Quinta resolución a de la Corte de

apelaciones del ramo civil y mercantil. En la resolución, la Corte cita directamente los

puntos claves del peritaje presentado en dicho caso. Así estas fuentes mismas representan

investigaciones profundas y ya con reconocimiento se basan en muchas fuentes

secundarias. Estos casos sientan los precedentes sobre los cuales se empieza a tejer la

presencia del Pueblo Maya Q’eqchi’ en las tierras reivindicadas por la Comunidad Plan

Grande y su uso desde tiempos ancestrales de ellas. Estos casos también nos introdujeron

26

a los Códigos, Decretos, Acuerdos y Tratados Internacionales que gobernaron la inscripción

y traspaso de tierras y los derechos de los pueblos indígenas. Por ejemplo, como se ve arriba

en la sección 2.4, ante el Corte Interamericano de Derechos Humanos, los Q’eqchi’ tienen

el derecho como pueblo de reclamar su territorialidad sin tener que probar “una historia

fijada por más de tres generaciones”. Aún con la credibilidad de estas fuentes, regresamos

a las fuentes originales en toda instancia posible para minar por otras pistas y/o constatar

la interpretación de la fuente.

Segundo, hicimos una relectura de fuentes secundarias antropológicas, históricas,

ecológicas, geográficas, y políticas para escudriñar cómo, cuándo y bajo qué condiciones

materiales y discursivas se iba reconfigurando el territorio Maya Q’eqchi’ en tal forma que

esta reconfiguración constata una violación sistemática de los derechos ancestrales del

pueblo. De importancia particular son los estudios de Laura Hurtado Paz y Paz, Liza Grandia,

y Megan Ybarra por sus visiones amplias de las dinámicas de los Q’eqchi’ en relación a los

procesos de la colonización español y continua en el desarrollo del capitalismo, y por la

revisión de pares que han tenidos sus trabajos como testimonio de su rigor académico. Cada

una de estas autoras, nos abrieron a otras fuentes que consultamos cuando se considerara

necesaria profundizar en los argumentos o evidencias citadas ofrecidas.

Por un lado, buscamos constatar específicamente la experiencia del desarrollo

militarizado y despojo que se dio en medio de la guerra civil, recurriendo a fuentes como

son los informes de la Comisión de Esclarecimiento Histórico y por otro buscamos establecer

la línea de tiempo de la presencia y las prácticas del Pueblo Q’eqchi’ en el territorio y

demostrar la sostenibilidad de las prácticas productivas y reproductivas de los Maya

Q’eqchi’, dato importante frente el cambio climático que nos afronta hoy en día.

Para tal fin recurrimos también a las publicaciones y se entablaba correspondencia

con académicos quienes desde las ciencias naturales y la arqueología realizaron

investigaciones en los alrededores de la finca Plan Grande entre los años 1960 y 1980,

cuando por la situación del conflicto interno armado era muy difícil llevar a cabo

investigación desde las ciencias sociales en el nororiente del país. También estas fuentes

27

complementan las entrevistas que realizamos a la población actual (ver abajo), reafirmando

la presencia o no de finqueros y las tensiones y violencia que se vivía en relación a la tierra

especialmente con el incremento de la presencia militar. Toda fuente secundaria y

correspondencia hecho en inglés está traducida al español por el perito, si no afirme lo

contrario.

Tercero estudiamos los archivos de adjudicación y traspaso de las tierras, buscando

determinar i) si los agrimensores y oficiales del estado cumplieron con los requisitos del

tiempo (cosa que no se hizo); ii) la relación entre declaración de tierras baldías con el uso

indígena de las tierras; y iii) la dudosa legalidad de los primeros traslados extra-familiar. El

trabajo en archivos también permitió constatar la presencia histórica de población indígena

en las tierras de Plan Grande, aunque no abordó a los mecanismos de las dictaduras de

turno para legalizar su presencia en su territorio de conocimiento ancestral.

Cuarto, contamos con el trabajo de campo de un equipo de investigación que

entrevistaron a los comunitarios afectados, y unos no afectados, para ir re-tejiendo las

acciones del sujeto colectivo Q’eqchi’ frentes estas ilegalidades.

2 Dinámicas de despojo y defensa de la vida de los Maya de las

tierras bajas:

Las dinámicas geográficas-históricas de los pueblos Maya Q’eqchi’ y Maya Poq’omchi’

están conformados por las tensiones y disputas entre las formas legalizadas por el Estado y

tergiversados por las elites y militares para usurpar sus tierras, extraer su mano de obra y

debilitar su identidad y autoridad política, por un lado y los esfuerzos legítimos de los

pueblos para garantizar su reproducción social y cultural, incluyendo su forma histórica de

movilidad, por el otro. Para situar el caso de la Comunidad Plan Grande de Estor en el

marco de lo que ha sido las dinámicas de movilidad, expansión, absorción, defensa y

despojo del pueblo Maya Q’eqchi’ en esta sección presentamos dos cuadros históricos y

dos mapas arqueológicos. Mientras los primeros plantean en forma sintética i) la presencia

constante de los pueblos mayas en las tierras del lago de Izabal y ii) la periodización

28

desarrollado por la antropóloga Laura Hurtado Paz y Paz en conversación con la antropóloga

Liza Grandia sobre los grandes despojos que han enfrentando el Pueblo Maya Q’eqchi’ en

su largo caminar. Se agrega al principio un despojo general de los Pueblos Indígenas

propuesta por el antropólogo Alejandro M. Flores Aguilar que pone en relieve la tensión

constante entre legitimidad y legalidad que viven los pueblos Mayas en Guatemala, y las

dimensiones de violencia que la acompaña.

2.1 Vista general de la presencia contínua de los Mayas en las orillas del

lago hacia las faldas de la Sierra

En esta parte introductoria, se utiliza cuadros , mapas, y citaciones creados, además de

citaciones directas del Peritaje histórico-registral: Caso violencia sexual en el Caso de Sepur

Zarco en el marco del conflicto armado hecho por el Licenciado Juan Carlos Peláez. Nuestro

propósito es presentar en forma escueta tres aseveraciones: i) que las tierras bajas del Lago

de Izabal hacia las faldas de la Sierra de Santa Cruz, son tierras indígenas ancestrales

cuidados, transitados, y habitados por los pueblos Mayas; ii) que aunque la presencia Maya

en estas tierras ha contraído y expandido en relación a despojo, reubicaciones, huidas y

migraciones, los Pueblos Mayas y especialmente el Pueblo Maya Q’eqchi’ sigue en relación

tierra-bosque con estas tierras como parte de su derecho ancestral , y iii) la contracción y

expansión del Pueblo Maya Q’eqchi’ se dan en relación a múltiples fuerzas modernizantes

y reflejan sus múltiples formas de defender su capacidad de reproducirse como pueblo.

Cómo explica el Licenciado Juan Carlos Peláez, el Pueblo Q’eqchi era una de las

poblaciones que poblaron el área del Lago de Izabal y el Valle de Polochic:

Con la finalidad de fundamentar la observación anterior, vamos a citar el ensayo

publicado por Juan Pedro Laporte y el cual se titula “La Población del Norte de Alta

Verapaz, Sur de Petén e Izabal” el cual sostiene “…se trata de analizar los

movimientos poblacionales efectuados durante los siglos XVI y XVII en el norte de

Alta Verapaz, el Sur de Petén y en Izabal. Esta es una amplia y diversa área

geográfica que comprende tierras llanas, montañas, cerros calizos y aislados, zonas

costeras y lacustres y ricos valles aluviales que conforman un hábitat intermedio

29

entre las Tierras Altas y Bajas. En el conjunto sobresalen abundantes vías fluviales

que inciden en el patrón de asentamiento humano y en las posibilidades de

interrelación comercial…Desde el comienzo de la evangelización dominica se

menciona la existencia de siete lenguas en la región, pero solo dos eran las usadas

por la mayoría, el Chol y el Kekchí (q’eqchi’) (-véase la Relación de la Provincia y Tierra

de la Verapaz, años 1544 a 1574, de los Frailes: Gallego, Viana y Cadena, en su capítulo

segundo-), en las cuales se impartía la doctrina cristiana…

El grupo central de la comarca Kekchí está situado en el altiplano de Cobán y

Carchá…Antiguamente, otro grupo de kekchí habitó un ecosistema de tierra baja

(kekchí-chol). Hacia el este ocupó la Sierra de Santa Cruz y la ribera norte de la

cuenca del Río Polochic…en el siglo XVI llegó al Río Cancuén…A finales del siglo XIX

se había mezclado con hablantes de mopán en comunidades del sur de Belice…La

etnia kekchí llega hasta el Mar Caribe, convive con grupos no mesoamericanos e

integra una poderosa minoría en comunidades como en Livingston y Punta Gorda

…El kekchí en su expansión de los últimos tres siglos, absorvió grupos aislados de

pokomchí, chol, lacandón y mopán, y sus hablantes adquirieron costumbres,

creencias y peculiaridades de pronunciación y gramática, pero conformaban en

conjunto un grupo homogéneo…es clara la importancia que deben haber tenido las

poblaciones kekchíes en relación con el comercio, por su posición favorable entre

tierra alta y tierra baja.

Para tener más datos sobre las primeras noticias del contacto de los

españoles con el área de la Cuenca del Lago de Izabal se puede

documentarse en las noticias dadas por Hernán Cortés (en “Quinta Carta

Relación para el Emperador Carlos V el 3 de septiembre de 1526”. Ed. Porrúa,

México, 2010, págs. 316-324) y las que nos traslada Bernal Díaz del Castillo (en

la “Verdadera y notable relación del descubrimiento y conquista de la Nueva España

y Guatemala”. Capítulo CLXXX, Tomo II. Tipografía Nacional. Guatemala, 2009,

Págs. 259-262); o las que nos transmite en su Crónica Indígena Fernando Alva

Ixtlilxóchitl (en “Décima-tercera Relación, de la Venida de los Españoles y Principio

de la Ley Evangélica”. Ed. Porrúa, México, 2096, págs. 850-852).

30

En apoyo a las aseveración de Peláez, y como se consta en el peritaje de Diego

Vásquez Monterrosa, los investigadores arqueológicos han documentado que ya desde el

período preclásico (del 2000 AC al 250 DC) sitios ceremoniales de la población Maya

alrededor del lago de Izabal y en las proximidades del Río Dulce en el período posclásico

(del 900 hasta 1524).

El cuadro 1 y las Figuras 2 y 3 dan distintas lentes pero resaltan el mismo punto.

Aunque, las orillas del lago de Izabal no fue tan poblado como las grandes ciudades Mayas

de Petén, o al lado de los Ríos Motagua (Quirigua) o Copán (Copán) desde hace más que

2000 años poblaciones Mayas cultivaron y vivián de las orillas del lago hacías las faldas de

la Sierra (Ver Figura 3).

Cuadro 1 Sitios arqueológicos en el Departamento de Izabal según periodo45

45 Construido por Mario López Barrientos, “Las comunidades Q’eqchi’ y las áreas protegidas en Livingston,

Izabal.. Insumos para un análisis de correlación de fuerzas”, Equipo de Estudios Agrarios –AVANCSO, documento interno, 2009, 12. Fuente Historia General de Guatemala, Tomo 1: Época precolombina (Guatemala: 19 )140-141, 160-161 y 190-181.

31

Figura 2 Sitios arqueológicos alrededor del Lago de Izabal

Fuente: Ruud van Akkeren Historia y cosmovisión de la franja del Polochic (Guatemala: E.D.E. Consulting & Solidaridad , 2008): 9.

32

Figura 3 Mapa de tipos de asentamiento arqueológico en la zona del lago Izabal46

Fuente: Barbara Voorhies. “Settlement patterns in two regions of the Southern Maya Lowlands,” American Antiguity 37, no. 1, (1972): 115 – 126.

Cuadro 2 crea una línea de tiempo de constancia de los pueblos mayas principalmente

q’eqchi’ en la zona del Lago de Izabal

46 Traducción del Clave del mapa: Cave sites = sitios de cuevas; House ruins = ruinas de casas; Stone

Alignments = alineación de piedras; Mounds = Montículos; Surface Sites = sitios de superficie; Minor Ceremonial Centers = Centros ceremoniales menores; Major Ceremonial Centers = Centros ceremoniales mayores; Roads = Calles; Swamps = Pantano.

33

Cuadro 2 Presencia Contìnua

Fechas de

presencia Autor Presencia que constata Interpretación

Preclásico a Clásico tarío

Barbara Voorhies47

Preclásico a Clásico tardío

Estudio del Proyecto Izabal

Vilma Fialko c.d María Sara Santa Cruz Fortin de García48

“…es factible que los habitantes prehispánicos de la

Cuenca del Lago y del Valle del Polochic hayan sido de

afiliación Chol con influencia Kekchí para el período del

Clásico Tardío o incluso Preclásico; que

específicamente serían los llamados Kekchíes de tierras

bajas por Laporte”

Clásico Tardío

Durante tardío clásico se ve un gran aumento de

población por el lago. “Son modestos áreas pre-

hispanos bautizados con los nombre el San Felipe, El

Bongo, Santa Rosa, Pataxte, y Sepila por los

arqueólogos (maya choles principalmente).

1525-26 Hernán Cortés

en su quinta

carta al Rey

Carlos.

Los pueblos indígenas de la región cultivaron en las

tierras alrededor y cerca de las orillas del Lago de

Izabal. Hay una abundancia de indígenas tanto

alrededor del Lago como en las faldas de las montañas

y por todo el corrido de los Ríos Polochic y Dulce.

Nota también que hablan distintos idiomas. Toma

(roba) provisiones de una aldea grande en las faldas

de Sierra Santa Cruz.

Hay un uso extensivo de

las tierras y bosques por

parte de los pueblos

indígenas, y que no hay un

solo pueblo allí. Tiene una

capacidad grande de

producción, cosecha, caza

de una variedad de

productos

Medios del siglo 16

Rebecca Orozco49

“España consolidó su posición en Guatemala,

mediante la fundación de varios puertos o

asentamientos alrededor del lago de Izabal, como

Bodegas Altas (parte integrante del territorio

Significa que desde allí

podían capturar a los

pueblos originarios,

usando su mano de obra o

47 Barbara Voorhies, Settlement patterns in two regions of the Southern Maya Lowlands,” American Antiguity

37, no. 1, (1972): 115 – 126. 48 Vilma Fialko, El Pataxte, Izabal, Guatemala: una aproximación a su contexto social-cultural. Tesis de

Licenciatura en Arqueología, Escuela de Historia, Guatemala: Universidad de San Carlos,1982): 17; c.d. Maria Sara Santa Cruz Fortin de García, Arquitectura Doméstica en sitios arqueológicos de la Cuenca del Lago de Izabal y sus interrelaciones Socioeconómicas. Guatemala, tesis USAC, 1983, p. 18 c.d. J.C. Peláez, Peritaje histórico-definitivo; 13. 49 Rebecca Orozco, “El Proyecto Arqueológico Izabal: hallazgos históricos en el Lago de Izabal 1990-1991”. En

V Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1991, editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady ( Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología, 1992): 304-307, c.d. Peláez, Peritaje histórico definitivo.

34

conocido con el nombre de San José de las Bodegas),

Bodegas Bajas y Nueva Sevilla en las bocas del Río

Polochic así mismo en la vertiente de dicho río entre

otros)

trasladándose a

reducciones

1866 Julio Castellano

Cambranes50

El Corregidor de Chiquimula informó que un cura Don

José Güell había explorado y trazado un camino que

de Río Hondo, Zacapa, a través de la Sierra de las

Minas comunicaba con Pueblo Viejo, Telemán y

Panzós, y que en la ladera de la Sierra de las Minas se

encontraban diseminados como 5 o 6 mil indios

oriundos de San Pedro Carchá

1884 Helen

Sanborn51

La norteamericana Helen Sanborn (1857-1937),

describe el viaje que entablaba con su padre quien era

importador de café y especies. Describe el pueblo de

Estor (a mitad del Lago) teniendo unos 600 indígenas,

y describe poblaciones indígenas en todo su recorrido

de Livingston, por el lago subiendo por el río Polochic

hasta Panzós.

1885 AGCA… Productores mayas sembrando maíz y …dentro de las

50 caballerías

1880s -

1900

AGCA-B Exp.

78, Leg. 28765

Frecuentes emigraciones de grupos “oriundos de Alta

Verapaz al Departamento de Izabal”

“´los indígenas de Senahu emigran al Departamento

de Izabal y Livingston´” y que encontrándose en esta

localidad sitios abandonados sin que pertenezcan a

propiedades particulares obtenidos con título legal

así..

Significa

50 Don José Guell al Corregidor de Chiquimula, citado por Julio Castellano Cambranes, Café y campesinos en

Guatemala, 1853-1897, (Guatemala:Editorial Universitaria, 1985): 482-486, c.d. Peláez, Peritaje histórico definitivo. 51 Helen J. Sanborn, A winter in Central America and Mexico. A travel journal by Helen J. Sanborn, 1886. (Guatemala: Museo Popol Vuh, Universidad Francisco Marroquín, 1996): 31, c.d. y traducida por Hurtado Paz y Paz, La histórica disputa, 14.

35

Cuadro 3 Despojos desde los procesos de contratación y expansión de los q’eqchies en la

zona del lago de Izabal

Periodo Despojo Características Citación

Siglo

XVI

Los Pueblos de

Indios

“la expropiación del ‘no’”;

el discurso colonial no era que se quitara la

propiedad de los naturales, sino que son como

los niños y por lo tanto para su protección

contra la violencia ilegítima “el indio bárbaro y

hereje.…es despojado de la posibilidad del ‘no’;

del no al despojo de tierras, del no a la

reducción de indios, del no al tributo, del no a

la evangelización.

Alejandro M. Flores

Aguilar52

Siglo

XVI

Los Pueblos de

Indios (2)

Indígenas q’eqchi’es, poq’omchi’s, y manche’

choles fueron concentrados en Pueblos de

Indios

Obligados a abandonar su forma de producir y

de reproducirse: cultivación, caza,

espiritualidad, gobernanza

Esto despojo permitió a la Corona Español

dotar a los conquistadores con tierra para

extracción de trabajo y para pagar impuestos a

la Corona.

Laura Hurtado Paz y Pay

Liza Grandia53

Siglos

XVII -

XIX

Repartimientos

s,

Mandamientos

Sistema de trabajo obligatoriamijnicia con

cédula royal en 1601 y regulado por operacion

en 1603

McCreery, 199:,94.

Simpson ;repartimiento

System 1938:,129-49,

Martínez Palaéz,

1969:466-74

1823 Primeras concesiones e intento de crear

baldíos para la propiedad privada

1871 Denuncia de

baldíos y

concesión a

Mecanismo institucionalizado con la Reforma

Liberal de 1871.

Laura Hurtado Paz y

Paz54

52 Alejandro M. Flores Aguilar, “Violencia originaria, aporía y la expropiación del ´no.’ Francisco de Vitoria”

Eutopía no. 5 (En prenta): 173-198. 53 Laura Hurtado Paz y Paz y Liza Grandia. “Multi-ethnic communal and collective forms of tenure in Post-War

Guatemala: Lessons from the Petén”. Paper prepared for presentation at the Annual World Bank Conference on Land and Poverty. The World Bank - Washington DC, April 8-11, 2013. 54 Laura Hurtado Paz y Paz. La histórica disputa de las tierras del Valle del Polochic Estudio sobre la

propiedad agraria (Guatemala: Serviprensa, 2014);10,25

36

empresas

extranjeras (2)

“Denuncia de terrenos baldíos” para

comprarlos en subasta pública al Estado, o

Acceder a tierras nacionales a través de

“concesión” –mecanismo utilizado por

empresas extranjeras—, ignorando en el acto

la presencia de población indígena originaria y

desconociendo derechos anteriores de

posesión de dicha población

1871-

1944

Despojo de

mano de obra y

libertad:

cambios

sucesivos de

Leyes que

“capturaron” la

mano de obra

indígena.

Mandamientos

David McCreery55

1890-

1955

Violación de

figura del Ejido

para hacer de

esta tierra

propiedad

privadas

A partir de la figura de Ejido se extiende un

título supletorios a favor de un “grupo de

vecinos” (personas individuales) y finalmente

es adquirida por un terratenientes

Laura Hurtado Paz y

Paz56

1927 Concesiones de

tierras

nacionales a

empresas

extranjeros de

uso temporal

pasaron a

manos privadas

Las concesiones a la empresa de ferrocarril

pasaron a testaferro, el señor Ricahrd N.

Aylwrd para luego ser adquiridas por el

representante de la empresa bananera

Polochic Banana Company y luego a

particulares

Laura Hurtado Paz y

Paz57

1949-78 Uso de poder y

cargos en

instituciones

públicas para

devolver las

tierras

expropiadas de

1944-1949 a sus

Totalidad de tierras adjudicadas a campesinos

indígenas devueltas a sus antiguos dueños.

Creación de sociedades anónimas para tomar

control tierras bajo el usufructo control del

ferrocarril.

Laura Hurtado Paz y

Paz58

55 David McCreery, Rural Guatemala 56 Hurtado Paz y Paz. La histórica disputa,75. 57 Ibid., 51. 58 Ibid.,54.

37

antiguos

dueños.

1968-

2005

Titulación

suplementaria

de fincas

matrices para

especular con

las tierras

Una vez titulada supletoriamente, el nuevo

propietario pone en marcha los mecanismos

“legales” para especular con la tierra (civiles y

militares)

Laura Hurtado Paz y

Paz59

1980s Despojo

espiritual:

En Cobán, el ejército presentó la base militar

como Casa del Soldado Tzuultaq’a,

(espíritu/dueño) de la montaña

Richard Wilson60

2.2 De tierras mayas a tierras baldíos, “mejoría” y la creación de la

propiedad privada

Después del triunfo de Justo Rufino Barrios, la reforma liberal impulsaría una nueva

era de despojos realizados por medio de los sucesivos dictadores liberales que se instalarían

a gobernar en un período que va desde 1871 hasta 1944. Con una combinación de

legislación y maniobra al margen de la legislación repartían gran parte de las tierras

considerados por los pueblos indígenas como parte de su territorio indígena, a los pueblos

milicianos y militares, serían recompensados adjudicándoseles tierras, un botín nada

despreciable para los allegados de61. Entre estas las políticas impulsadas fueron i) la

repartición de tierras “aptas para el café”; ii) las concesiones a militares y otros aliados a

tierras bajas para comprar o recompensar su lealtad; y concesiones a extranjeros de Europa

y los Estados Unidos para diseños “civilizatorios de desarrollo”, blanquéamiento, y lucro

59 Ibid.,61. 60 Richard Wilson ‘‘Machine guns and mountain spirits. The cultural effects of state repression among the

Q’eqchi’ of Guatemala.’’ Critique of Anthropology, no. 11 (1991): 33–61; 51) 61 Laura Hurtado Paz y Paz, Dinámicas agrarias y reproducción campesina en la globalización el caso de Alta

Verapaz, 1970-2007. (Guatemala, Guatemala: F & G Editores, 2008): 64

38

personal. En esta subsección tocamos uno de los argumentos claves del peritaje: la creación

burocrática y la ficción legal de “tierras baldías” o “terrenos baldíos” como mecanismo de

lograr estas políticas.

Primero, los supuestos detrás de las determinación de tierras nacionales baldío no

han sido uniformes en Guatemala desde la Independencia. Más bien han ido cambiando

con las intenciones e intereses de los gobiernos de turno, los militares, y los sectores elite.

Hacemos un rastreo en términos de los cambios en su uso, y los códigos y leyes que

gobernaban la determinación y adjudicación de las baldías. Después miramos con una

lente más fina las leyes que gobernaban las tierras baldías entre 1882 (cuando José Padilla

denunció la Finca Murciélago para el General Don Juan Martín Barrundia y 1920 cuando se

inscribió el Lote “P” en nombre del General José Víctor Mejía de León .

2.2.1 Definiendo “tierras baldías”: la construcción de un mecanismo de despojo

Con relación a los baldíos o sea a las tierras supuestamente no poseídas ni tituladas

por nadie y cuyo origen eran las tierras realengas coloniales, se emitió varios decretos desde

la época del régimen conservador con el objeto de privatizarlos; esta situación se acentuó

en el marco de los procesos de reforma liberal. Cuadro 4 ofrece unas de las lógicas

cambiantes que dieron forma al significado de tierra baldía. Lo que demuestra es que es un

término contestado y sumamente racializado. Pasa de desvalorizar las formas productivas

de los pueblos indígenas a convertir y naturalizar a ellos mismos, los y las que vivían en,

cuidaban y cultivaban los llamados baldíos, como colonos, parte intrínseca de la propiedad

privada adjudicada.

Cuadro 4La ficción legal de tierra baldía

AÑO ¿QUÉ SIGNIFICA TIERRA BALDÍA? CONTEXTO FUENTE

1825 El primer significado de la tierra baldía era atraso y bloqueo a la creación de riqueza. “En 1825, se ordenó que los terrenos baldíos fueran reducidos a propiedad particular, bajo el argumento de que la agricultura era la fuente primera de la riqueza pública y el reducido número de propietarios la causa fundamental

La necesidad ideológica del liberalismo para consagrar el motor de desarrollo en la propiedad privada.

Gustavo Palma Murga

39

del atraso. En 1877, el Decreto 170 ordenó redimir del censo enfitéutico todas las propiedades que estuviesen afectas al mismo –es decir, se suprimió el acceso a la tierra en usufructo a los pobladores de los municipios—, haciendo evidente el interés estatal por regular el acceso a la propiedad de la tierra. Pocos años más tarde se precisó el concepto de “tierras baldías”, ampliándolo y dejando fuera de consideración la ocupación histórica de comunidades en su interior. Se establecieron precios de la tierra según sus calidades y usos y se establecieron máximos de extensión de tierras a ser otorgadas por el Estado en subasta pública a particulares. Lo anterior excluyó en el acto a aquellos que no dispusieran de capital suficiente para participar en dichos procesos. Finalmente, el 1894 se emitió la primera Ley Agraria, reiterando y afinando las disposiciones anteriores”

et, al 62 45-57

1867 Las élites republicanas creyeron que los sistemas de

organización comunitaria Q’eqchi´y su agricultura itineraria

fueron marcadores y señales de inferioridad. En 1867, el

gobernador de las Verapaces describió estas costumbres

como evidencia de “una falta de moralidad”.

Justificación de la necesidad ideológica de liberalismo

McCreery

1994: 167.63

1881 Se establece un libro completo que reúne las disposiciones

para acceder a la propiedad y titular baldíos

Establecimiento de ficción legal-burocrática.

Código Fiscal

el 17 de junio

de 1881;

1895 Sigue la lista de las tierras comunales afectadas ese año de 1895. De tal manera que la disposición final del Decreto 483 que asentaba que “Toda venta de tierras baldías lleva consigo tácitamente sobreentendidas las condiciones siguientes: Que la venta se hará siempre sin perjuicio de tercero” –entre otras–, resultaba totalmente irrelevante y fue permanentemente incumplida.

Otra evidencia de concepto racista en que la expropiación no podía dañar “el tercero”, la persona indígenas

Hurtado, 2014:20

1897 No es la ausencia de población, pues, la que justifica la ocupación de las tierras, sino el interés de establecer en ellas plantaciones de café y disponer del trabajo forzado de los indígenas. Hay un reconocimiento explícito de la presencia indígena; es más, el poblamiento de dichas tierras será un aliciente más para ocuparlas, por la disponibilidad de mano de obra que representa. Tomemos a manera de ilustración la elocuente anotación del

60. AGCA. “Título librado a favor del General Don Manuel Aguilar de un lote de terreno baldío denominado ‘Guaxac’, sitio en jurisdicción de Tucurú,

Hurtado, 2014:1764

62 Gustavo Palma Murga et al. Procesos agrarios desde el siglo XVI a los Acuerdos de Paz. Guatemala, FLACSO/

MINUGUA/ CONTIERRA, 2002. 63 McCreery, David. Rural Guatemala,1760-1940. Stanford: Stanford University Press, 1994, 167. 64 Hurtado Paz y Paz, La histórica disputa, 17.

40

ingeniero medidor que en 1897 realizó la medida legal del “baldío” denominado “Guaxac” en el municipio de Tucurú: “Como queda ya indicado, ‘Guaxac’ está a una legua próximamente de Tucurú al lado septentrional, y por consiguiente inmediato al río Polochic y a la carretera de Panzós que corre a la par. Todo el terreno es fértil y muy a propósito para el cultivo del café, abunda mucho el agua, es bastante sano y el clima agradable. Hacen falta caminos en el interior del terreno, pero será fácil su hechura por haber allí suficientes brazos”.60.

Departamento de Alta Verapaz”, 1897.

1890-1900

El geógrafo David Sapper en la última década del siglo XIX,

asienta la siguiente definición de las tierras baldías:

“…terrenos baldíos, poblados por familias indígenas, que

llevan una existencia primitiva, libre e independiente poco

influenciadas por la civilización moderna.

David E. Sapper citado en: Kit, Wade A. Costumbre, Conflict and Consensus: Kekchi-finquero. Discourse in the Alta Verapaz, Guatemala, 1880-1930. Tesis Tulane University, 1998. Página 46.

Hurtado, 2014:17

Al final, el término baldío sirvió históricamente y sigue vigente hoy para no solo desdibujar

los derechos territoriales ancestrales del Pueblo Maya Q’eqchi’, sino también funcionaba

para que los elites pudieran adjudicar no solo tierras y bosques sino la mano de obra de los

pueblos que las sostenían. La creación de la propiedad privada bajo las lógicas de

eliminación y desdibujo requiere la figura de baldío.

2.2.2 Legalizando el desdibujo

Una vez que la presencia, el cuidado y el cultivo de los Q`eqchi’ sobre su territorio fue

convertido en el vacío inmoral de tierras baldías, se levantó toda una arquitectura jurídico

para justificar el despojo. El código fiscal de 1881 estableció todos los procedimientos para

acceder a las tierras baldías.

“En el caso de que se desee adquirir un título baldío que aún no estuviera

medido, lo denunciará el interesado antes de la autoridad política

41

departamental, especificando en el escrito de denuncia la situación,

condiciones y extensión aproximada de a la tierra. Esta denuncia se

tramitará conforme a los preceptos vigentes del Código Fiscal, y dará

derecho a adquirirlo por el precio que corresponda, según las bases fijadas

a el Artículo 5, si que pueda corresponder.” Artículo 8 del Código fiscal de

1881. 65

Diez años después el límite máximo para adjudicar fue fijado en 30 caballerías. Tres años

después el Decreto 483 o Ley Agraria estableció en su Art.4 :

El máximum de la superficie que puede adjudicarse a una sola persona, será

de quince caballerías, no debiendo tramitarse solicitud alguna por mayor

extensión, aún cuando fuere presentada por dos o más personas; quedando

reformado en estos términos, el acuerdo del 11 de diciembre de 1891.

Considerando […] Que asimismo es indispensable evitar que una sola

persona adquiera, bajo cualquier pretexto, extensas superficies que no

pueda cultivar ni hacer producir de manera alguna; y que, para conseguirlo,

no basta fijar el máximum de caballerías que puedan adquirirse, pues se

burla esa disposición, valiéndose de diferentes medios, como ya se ha

observado en la práctica, presentándose como denunciantes el padre, los

hijos y demás familiares, pretendiendo para cada uno el máximum fijado, y

siendo en realidad una sola persona la que desea ser propietaria66.

2.3 Hacia las tierras bajas: Defendiendo su reproducción social y cultural

frente las dinámicas de despojo

Para comprender las dinámicas histórico-geográficas desde las cuales la Comunidad

Plan Grande se ha luchado para que se reconozca sus derechos a su territorio ancestral

comprendido por las tierras de Lote “P”, buscamos situarlo entre las prácticas amplias de

defensa que ha empleado el Pueblo Maya Q’eqchi’ para defender su capacidad de

reproducirse como Maya Q’eqchi’ ante las dinámicas continúas de despojo que se ve en

el cuadro 4 arriba. Está subsección presenta dos procesos-prácticas entrelazados que

son a la vez acciones de defensa de la reproducción social Maya Q’eqchi’ y una expresión

profunda y tensionada de su forma extensiva ancestral de relacionar con territorio y su

65 Hurtado, La Histórica disputa , 2014:73. 66Decreto 483. Diario Oficial El Guatemalteco, Tomo XXV =, Número 24, 13 febrero 1890 c.d. Hurtado Paz y

Paz, La histórica disputa,2014: 73.

42

tierra. Al final las historias, memorias y prácticas cotidianas del Pueblo Maya Q’eqchi’ en

las tierras bajas y laderas de Izabal nos invita a

2.3.1 Repensando la migración espontánea

En Guatemala (como en muchas partes del mundo) hay una dinámica entre el

desarrollo del colonialismo y el capitalismo histórico, los grandes proyectos de desarrollo

(carreteras, presas hidroeléctricas, agro-industria), los conflictos que surgen en relación a

ellos y la migración de las poblaciones rurales e indígenas67. Es necesario deconstruir la

migración en relación a las tierras de Izabal y el Valle de Polochic. Primero son parte del

territorio de contracción-expansión del Pueblo Maya Q’eqchi’. Segundo el incremento

fuerte de migración de lo Maya Q’eqchi’ hacía las tierras bajas de sus ancestros tiene una

correlación con la intensificación de los procesos de convertir ejidos en propiedad privado

y productores en colonos de fincas y brazos temporales en las tierras altas.

Así la mayoría de Mayo Q’eqchi’ que deciden migrarse, lo hacen como última opción,

sin embargo, hay una tendencia de estigmatizar o criminalizar a los indígenas y campesinos-

pobres que migran como personas que fracasaron en sus lugares de origen y por eso

invaden terrenos y destruyen el medio ambiente68.

El hecho es que la los Q’eqchi’ han migrado en un momento u otro para i) escapar

condiciones de abuso y muerte y/o ii) poder mantener y defender su forma de vida como

Pueblo Maya Q’eqchi´, liberándose de relaciones casi esclavas de servidumbre y trabajo

forzoso migratorio. Como explica Laura Hurtado Paz y Paz:

Durante la época colonial las tierras bajas del Valle del Polochic, Izabal y

Belice, se convirtieron en un área de refugio para los q’eqchi’ frente a la

inclemente explotación en las haciendas en otras zonas de Las Verapaces y

67 Grandia, Enclosed. 68 Ybarra, Petén.

43

frente al cobro de tributo y las diversas cargas impuestas en las

“reducciones” o “pueblos de indios”.69

Lic. Juan Carlos Peláez en el Peritaje histórico definitivo del Caso violencia sexual en

el Caso de Sepur Zarco en el marco del conflicto armado elabora más este punto:

Si bien es cierto, la migración registrada del Pueblo Maya Q’eqchi’, dentro

de la historiografía oficial del grupo hegemónico, comienza a datarse en los

inicios del período republicano -1830 aprox.-, cuando se promueve las

siembras de hule, banano, chicle, corte de madera en los territorios bajos de

Izabal, Petén y Belice; y sobre todo debido a las siembras del café en

territorio tradicionalmente Q’eqchi’, factores que propiciaron a los

miembros de dicho Pueblo a movilizarse a lo que consideraban ellos

territorios libres de las cargas de servidumbre a que se encontraban

sometidos por las leyes esclavistas favorecedoras de la clase hegemónica

emergente del Estado recién estrenado70.

Fuera de los proyectos de colonización planeados por el estado o iglesia Católica que

un momento histórico fueron vistos con legitimidad, la mayoría de migraciones de los

Q’eqchi’ y Poq’omchi’ a Petén, Izabal y Belice desde la época colonial al presente son vistos

como espontáneos. Tal clasificación invisibiliza las razones por irse, la memoria histórica de

las tierras ancestrales y experiencia migratoria temporal que informa el cálculo que hacen

para decidir a dónde ir.

En contraste el Licenciado Peláez consta que los Q’eqchi’ migrantes están

regresando a las tierras donde sus ancestros fueron capturados , asesinados o extraídos

matados durante la Conquista y en el proceso de crear las reducciones.

Hoy en día, la etnohistoria nos ha venido a proveer de datos totalmente

nuevos y que desmienten los datos oficiales, mejor dicho ayudan a ubicar la

afirmación hecha anteriormente, los miembros del Pueblo Maya Q’eqchi’

migraron a lo que tradicionalmente se había considerado parte del territorio

de dicho Pueblo Originario, sea con una presencia plena y arraigada, o

mediante enclaves de índole comercial y artesanal, así como miembros de

la Liga Q’eqchi’, Ch’ol y Poqomchi’ en su lucha contra la Liga K’iche’ y su

69 Hurtado Paz y Paz, La histórica disputa. 70 Juan Carlos Pelaez, Peritaje histórico definitivo. Caso violencia sexual en el Caso de Sepur Zarco en el marco del conflicto armado. Fiscalía de Sección de Derechos Humanos. Unidad de casos especiales del conflicto armado interno. Carpeta Judicial 01076-2012-00021 MP001/2011/118096, (Guatemala, 2011): 7-8

44

expansión a mediados del siglo XV de nuestra era, previo a la invasión

española71.

Así en su mayoría, estos movimientos no fueron espontáneos sino bien calculados

con tiempo y asumiendo riesgos. Iban primero a las tierras-bosques que quedan en su

memorias actuales o la memoria histórica sino también a las tierras-bosques que ya han

pasado durante sus migraciones temporales desde el siglo XVI y adelante para poder pagar

el tributo, otro requerimiento de mano de obra en el tiempo colonial.

La presión fiscal valorizó económicamente a la Verapaz, transformándola en

reserva de mano de obra migrante en las plantaciones y obligándola a

integrarse a la economía de mercado. La necesidad de cumplir con el

tributo género ya desde el inicio del periodo colonial una tradición de

migración agrícola hacia las fincas en Zentzonatl, Soconusco, Chiquimula

y Zapotitlán entre los kekchies (...)72.

O han ido hacía zonas de refugio73, lugares en la memoria histórica donde

ellos o sus ancestros se fueron a esconder frente la explotación servil-esclavista que

les tocaba. De nuevo, la investigación de Juan Carlos Peláez, lo explica

...el hecho de la fundación de las diversas comunidades surge de una

relación existente anteriormente entre la comunidad-territorio; quiere decir

que los miembros del Pueblo Maya Q’eqchi’ mantenían una relación

pananímica (fundamentado en la cosmovisión existencial) con el territorio

que posteriormente tomaron como asiento de sus comunidades y fuente

vital de donde emanaba la relación hombre-mujer con la madre tierra74.

A la vez, es crucial entender que cuando el Pueblo Maya Q’eqchi’ buscan nuevas

tierras y montañas en que reproducir sus vidas, ha sido y es su única forma de defenderse

ante leyes y políticas que buscaron eliminarlos o esclavizarlos. Cómo escribió Pedroni75

Las políticas del Estado liberal, desde 1871 y hasta 1944, afectaron el

principal medio de producción y de propiedad ancestral de la etnia kekchí:

sus tierras. Estas fueron declaradas ilegales y algunos títulos de propiedad

fueron derogados en 1880 (King, 1974:30). En ese mismo año se registró la

71 Peláez, Peritaje histórico-registral, 7-8. 72 Jean Piel, “Sajcabaja. Muerte y resurrección de un pueblo de Guatemala. 1500-1970”. Centre d tudes

Mexicaines et centroamericaines y SISG, México. 1989 :59, c.d. Jaime Alberto Chicas Zea, Flujos migratorios q’eqchi’es hacia El Estor, Izabal, durante el Siglo XX. Tesis, USAC, Guatemala: USAC, 2008. 73 Aguirre Beltrán, refugio, Pedroni 1991 74 Extranjeros en su propia tierra, 2012, p. 13 75 Pedroni 1991: 15 c.d. López Barrientos p. 21

45

primera migración de origen kekchí hacia Belice (Thompson, 1930:24). La

migración kekchí fue hacia zonas consideradas ‘de refugio’: desde el oeste

hacia las tierras bajas del noreste. (…) No todos los desplazamientos

kekchíes permitieron construir zonas ‘de refugio’: en el primer cuarto de

siglo familias kekchíes fueron reubicadas por la United Fruit Company hacia

las plantaciones fruteras de Izabal y otros departamentos del oriente y el sur

del país. De cualquier manera, las condiciones socioeconómicas de estos

movimientos estimularon más tarde el éxodo y expansión kekchí –en

especial hacia Belice (Termer, 1957:41).”

El Lic. Juan Carlos Peláez explica que mientras la memoria histórica les lleve a las

tierras bajas del Valle de Polochic e Izabal, su práctica histórica de defenderse, les hizo

pensar que estarían salvos y desapercibidos en estas tierras.

Surge en el vocabulario de las comunidades campesinas e indígenas el

término “finca” como un sinónimo de expropiación de sus propias tierras

comunales, de explotación servil-esclavista y de la relación de identificación

de los intereses y poderes del Estado con el finquero. Desde el surgimiento

por los años de 1830 de la promoción del cultivo del café y el surgimiento de

la clase agroindustrial-terrateniente, los miembros q’eqchi’ de las tierras

altas de la Verapaz del norte iniciaron un éxodo masivo hacia lo que siempre

fue considerado el territorio de dicho Pueblo de ascendencia Maya. Fueron

ubicándose en la cuenca sur del Valle del Polochic y del Lago de Izabal,

teniendo las altas mesetas de la Sierra de las Minas un escudo natural que

los protegiera de cualquier intento de expulsión, expropiación de sus tierras

y explotación de su fuerza laboral a favor del apetito voraz del finquero.

Como se constató, los procesos de modernización, transformación agraria, y

explotación de mano de obra indígena Q’eqchi’ en el altiplano a partir de la Reforma Liberal

hacían cada día más difícil las posibilidades de reproducir sus vidas biológicos y culturales

en el altiplano, obligándose a juntarse con otros Maya Q’eqchi’ que ya estaban practicando

su agricultura itinerante con sucesión forestal en la zona del lago de Izabal.

Este nos lleva a la conclusión que dentro de su dinámica de contratación-expansión,

el Pueblo Maya Q’eqchi’ ha tenido un conocimiento extenso de las tierras desde las faldas

de la Sierra Santa Cruz y al Lago Izabal, y lo ha utilizado y sigue utilizándolo para defender

su capacidad de reproducir sus vidas: cómo siembran, cómo trabajan, cómo relacionan con

46

la naturaleza, cómo renuevan su cultura76. Cómo explica Fikret Berkes, hay que entender

los sistemas de conocimiento tradicional de los pueblos autóctonos como sistemas

adaptativos que evoluciona con el tiempo, especialmente cuando el acceso a los recursos

cambien77. En la próxima subsección se revaloriza la agricultura itinerante de los Maya

Q’eqchi’ como parte de su defensa

2.3.2 Conocimientos ecológicos indígenas (tradicionales) como

indicador de derechos ancestrales y reproducción social: continuidad

histórica en las tierras nororientales del lago de Izabal

Hoy en día unos científicos están reconociendo que la agricultura migratoria o

itinerante es un paradigma antiguo construido alrededor de la eliminación temporal de

árboles pero no del bosque78 que tenga un poder fuerte “en el manejo de sistemas

ecoforestales”79, e instituciones tan diversas como el Banco Interamericano de Desarrollo y

las Universidades indígenas e interculturales de las Américas están investigando las

posibilidades del Conocimiento Tradicional Ecológica (CTE) que informa la agricyktura

itinerante y sucesión forestal. Sin embargo el peso del

El término baldía tenía el poder de determinar quién en la última instancia

desdibujó, como “una forma inferior de cultivo80”, tradiciones del cultivo de bosque hoy en

día consideradas a ser las óptimas en términos de desarrollo sostenible. En las próximas

sección evidencias de un uso extensivo continuo de las tierras al menos desde los mediados

del Siglo 19, un uso que fue fácil borrar de los archivos en parte por la falta de conocimiento

científico y el creciente discurso modernizante (Sección 3), y en parte porque no era en el

76 Entrevistas 77 Fikret Berkes, Sacred Ecology, 2nd edición, (London: Routledge, [1999] 2008), 246. 78 Jefferson Fox, Dao Minh Truong, A. Terry Rambo, Nghiem Phuong Tuyen, Le Trong Cuc, Stephen Leisz; Shifting Cultivation: A New Old Paradigm for Managing Tropical Forests, BioScience, Volume 50, Issue 6, 1 June 2000, Pages 521–528, 527. 79 Ibid. 80 Megan Ybarra, “Slashed and burned: The debate over privatization of Q’eqchi’ lands in northern

Guatemala,” Society & Natural Resources 24, (2011b): 1027–1041.

47

interés individual de los despojadores ver el ejercicio de derechos ancestrales del Pueblo

Maya Q’eqchi’ como legítimo.

La evidencia de uso (suelo, capa forestal, patrones de población y producción) en las

tierras al norte del lago de Izabal demuestra que los Maya Q’eqchi’ tienen siglos de estar

utilizando y adaptando su conocimiento ecológico indígena (tradicional) del pueblo basado

en una visión-conocimiento extensivo de la agricultura milpera (itinerante) integral, con

procesos de sucesión forestal (barbecho a bosque maduro) y uso extensivo y sostenible

desde la colonia, aunque con ajustes con las reducciones. Si comparamos los detalles que

aprendemos de los científicos del Proyecto Izabal en los años 1960 con las descripciones

que hacen los agrimensores en su recorrido por Murciélago en 1883, se ve no sólo la

presencia continua de los Q’eqchi’ sino la estabilidad de su cultivo y de su convivir con el

bosque.

El Proyecto Izabal fue un proceso de investigación interdisciplinar y patrocinada por

el Centro para la Agricultura Tropical de la Universidad de la Florida en Gainesville que tuvo

su base en la Finca Murciélago81. Su propósito fue poner en conversación estudios de

distintas disciplinas que abordaron dinámicas en todo la orilla del lago, parte del Río

Polochic y la Sierra Santa Cruz, para indagar los límites y posibilidades, pasado y presente,

ambientales y sociales del bosque húmedo tropical de la región. 82

Aunque las fechas de comienzo y fin no son claros, entre 1960 y los finales de los

1970, investigadores posgrado y profesores -- arqueólogos, botánico, biólogos, científicos

de suelos, antropológicos, geógrafos, nutricionistas y médicos entre otros -- pasaron por la

zona. Aunque dentro del discurso modernista del día, fueron muy cautivos en su

celebración del sistema de cultivo y manejo extensivo Q’eqchi’; sus investigaciones

muestran i) que se han estado practicando la agricultura itinerante integral al menos desde

81 Hugo Popenoe pide a Christopher Hempstead, cuya madre era Maria Luisa Hempstead Dieseldorff de los

Diesseldorf de Alta Verapaz que compre la Finca el Murciélago . Entre 1964 y 1980 …Agricultura Tropical de la Universidad de Florida 82 Raymond Crist analiza el Proyecto Izabal en detalle en , “Human geography and neighboring disciplines, ” en Sherif, Muzafer, and Carolyn W. Sherif. Interdisciplinary relationships in the social sciences, 249-269. London and New York: Routledge, 2017 [Original 1969

48

los año 20’s , si tomamos en cuenta que los primeros estudios al principios de los 1960 ii)

se habla de todos los bosques son secundarios (o sea ya manipulados por seres humanos)

y iii) los períodos de barbecho que según unos de los investigadores podrían durar 8 a 15 -

20 años.

Aunque ninguno de los investigadores llega a conclusiones como las de Toledo y

Barbera-Bassols, de poder contemplar la complejidad de las prácticas y conocimientos

Maya.-Q’eqchi’, varios admiran su capacidad de cambiar a barbecho en anticipación de un

cambio en fertilidad antes de que pasa83. Otros reconocen que la falta de certeza jurídica

de las tierras puede ser un problema.

El uso extensivo de la tierra y el contínuo milpa-barbecho-bosque era lo que garantizaba i)

una diversidad de producción y la seguridad alimentaria y de maderas no solo para los

productores sino para abastecer a los pueblos y ii) la sostenibilidad a mediano y largo plazo.

Requería una ceguera ideológica enorme por parte del Estado para poder decir que no hay

nada fuera de tierras baldías.

3 Finca Murciélago, Plan Grande y la usurpación paulatina de las

tierras bajas del pueblo Maya Q’eqchi’ al norte del lago Izabal.

Los presidentes de torno desde Justo Rufino Barrios hasta Manuel Estrada Cabrera,

dieron la gran mayoría de las tierras que en un momento fueron unificadas como premios

por su lealtad, razón no contemplado en el Código agrario para otorgar tierras. La Finca

Murciélago, de 50 caballerías fue otorgado en el primer momento al entonces Coronel Juan

Martín Barrundia por el Presidente General Justo Rufino Barrios en 187’’, Seis lotes al norte

de Murciélago (L, M, Q, U, T y Plan Grande) son premiados a

83 Ewel, John J., “Litter and fall decomposition in a tropical forest succession in Eastern Guatemala.” The Journal of Ecology. 64, No. 1 (1976): 293-308.

49

Por un lado como el Licenciado Juan Carlos Pelaez observa en su peritaje Sepur Zarco,

hay una práctica común entre funcionarios allegados a los primeros gobiernos liberales: i)

Un grupo de personas iniciaba la denuncia de una cantidad grande de baldíos para su

adjudicación, ii) se practicaba las diligencias de medición y iii) se suspendía el trámite de las

mismas por cualquier motivo84. Lo que se pone en negrilla es énfasis nuestro para llamar

atención al patrón.

Aquí observaremos una práctica común entre funcionarios allegados a los

primeros gobiernos liberales. Un grupo de personas iniciaba la denuncia

de una cantidad grande de baldíos para su adjudicación, en el presente

caso fueron 27 personas, se practicaba las diligencias de medición y se

suspendía el trámite de las mismas por cualquier motivo. En el presente caso

resultaron medidos 27 lotes con un promedio de extensión de 30 caballerías

cada uno. Lo común era que se desaparecía el expediente y quedaba

únicamente el plano con la libreta de campo correspondiente, se

solicitaban las certificaciones respectivas ante la Sección de Tierras de la

Escribanía de Gobierno y luego al no aparecer dicho expediente y que

solamente el ingeniero medidor guardaba su trabajo, inmediatamente cada

uno de los interesados reiniciaban el trámite de la denuncia ya en forma

individual.

Esta situación la vemos sintomática porque varias medidas y

adjudicaciones de baldíos en el área se llevaron a cabo de la misma

manera y en su gran mayoría por personas allegadas de una u otra forma

al gobierno de turno.

Una explicación podría ser la siguiente, en el presente caso de estudio vemos

que los 27 interesados iniciaron el trámite de denuncia de baldío buscando

que se le adjudicara la propiedad sobre la tierra solicitada durante el año de

1890; pues bien, durante dicha fecha cada una de las personas interesadas

podían denunciar una extensión mayor de treinta caballerías de

conformidad a lo establecido para el efecto en el Código Fiscal antes

mencionado; el once de diciembre de 1891 se emitió un Acuerdo

Gubernativo en el cual establece en su artículo 1º que solamente se

tramitarán expedientes de concesión de tierras siempre que las extensiones

no sobrepasen las 30 caballerías; surge en la mente del lector del presente

peritaje, si la ley permitía regularizar más de 30 caballerías ¿por qué los

interesados uniformemente pidieron 30 o menos caballerías de extensión

84 Peláez, Peritaje histórico-registral, Sepur Zarco

50

a su nombre? Si eran entendidos que operaba de pleno derecho el principio

de irretroactividad de la ley. Esto se agrava, cuando vemos que el 9 de

febrero 1894 entró en vigencia el Decreto Número 483 que contenía la

primera Ley Agraria en Guatemala, en cuyo artículo 4º limita a 15

caballerías la extensión de terreno que se puede adjudicar.

Como una solución al problema o problemas que nos hemos planteado en

el presente capítulo lanzamos el siguiente supuesto: de los lotes que se

adjudicaron y se registraron dentro del presente expediente en forma

individual, se prosiguió y culminó el trámite posteriormente a la emisión de

la Ley Agraria de 1894, donde sólo se podía titular 15 caballerías. La única

documentación existente previa a esa fecha era la supuesta medición y

libreta de campo del experto medidor. Lo cual no proporciona la certeza ni

la seguridad jurídica de haberse cumplido a cabalidad el principio de

legalidad y se hayan cometido posibles fraudes de ley que invalidarían o

anularían plenamente las adjudicaciones administrativas y las inscripciones

realizadas de los respectivos lotes del complejo analizado en esta

oportunidad.

Es desde este óptica que tenemos que comprender el caso tanto de General Juan

Martín Barrundia en 1882, cómo de General José Víctor Mejía en 1911, resueltas con

adjudicaciones sospechosas en 1902 (a Thomas Jump) y en 1919 respectivamente.

Comenzamos con la adjudicación de 50 caballerías de la Finca Murciélago por la forma

en que i) hace explícito que los Maya Q’eqchi ya estaban en las tierras en 1883, pero sus

prácticas de cultivación fueron deslegitimados dentro del mismo expediente; ii) presenta

un ejemplo del patrón ya identificado por el Licenciado Juan Carlos Peláez de denuncias

como maniobras y iii) para hace conexiones entre traiciones políticas y adjudicación de

terrenos. Deduce que las tierras al Norte de Murciélago forman parte de la intriga inicial.

El caso de Murciélago es también importante porque el expediente dice que los terrenos al

norte de la finca “son montañas baldíos”.

La segunda sección trata directamente a la adjudicación de Lote P denunciado en el

8 de marzo, 1909, medida el 9 de septiembre y adjudicado el de 1919. Hace constatar que

el Presidente dictador, Manuel Estrada Cabrera profundizaba la práctica de sus

51

predecessores de usar las tierras supuestamente baldías para comprar la lealtad de ejército.

Hace ver que a diferencia del expediente de la Finca de Murciélago, en Lote P (y Lote L) ni

se intentó comprobar que eran baldías. Estrada Cabrera entregó tierras, gratuitamente, en

el Departamento de Alta Verapaz y en otras regiones, para recompensar a aquellos oficiales

que le habían apoyado en sus objetivos políticos. Los registros de la época abundan en

referencias a estas adquisiciones de tierra por militares. De conformidad con los límites

legales de 15 caballerías por persona, en concesiones o compras de tierras públicas, un

general apuntó a toda su familia hasta totalizar casi 81 caballerías en el Departamento de

Quezaltenango. Sin embargo, la habilidad de los nuevos terratenientes para el cultivo

productivo fue más que dudosa, pudiéndose afirmar que estas generosas gratificaciones del

Presidente a sus partidarios afectaron adversamente al sector de subsistencia, no sólo

porque desplazaron a los agricultores sino porque las tierras repartidas fueron utilizadas en

forma poco intensiva. Terminamos cuestionando la legaldad de todas las adjudicaciones y

sosteniendo que al final los elites y militares.

Aunque el caso actual es de Lote “P”, se entiende que para el imaginario y práctica

del Pueblo Maya Q’eqchi’ las tierras entre montaña y lago forman el mosaico de micro

ecológias que permiten la reproducción social, y por lo tanto forman parte del mismo

procesos de despojo y defensa. Dado que el expediente de Murciélago dice que colinda al

Norte con “montañas baldías85”, y que Lote M, Lote P están al norte de Murciélago

3.1 El caso de la Finca Murciélago: intrigas e irregularidades que

entrelazan

El caso de la Finca Murciélago nos permita un panorama más amplia para poder

entender los anomalías y violencia epistémica que veremos en el terreno propio de La

Comunidad Plan Grande. Por un lado El Expediente correspondiente a Tomás Jump, Finca

Murciélagos o la Esperanza del Archivo General de Centro América, Sección de Tierras,

Paquete número 6, Expediente Número 1, Folio F1, Municipio de Livingston, departamento

de Izabal, evidencia un Estado que favorece a los inversionistas extranjeros sobre los

85 AGCA Sección de Tierras de Izabal, Paq. 6, Exp. 1,

52

ciudadanos indígenas de la nación que viven y producen en las tierras de la finca,

desvalorizando su contribución y desdibujando su existencia. Y por otro lado, los actores

involucrados en la adjudicación de las tierras de Murciélago desde el General Juan Martín

Barrundía, entonces Ministro de Guerra, quien fue premiado la tierra por el Presidente

Justo Rufino Barrios hasta su vecino de tierras colindante el Coronel Licenciado Enrique

Toriello que parece involucrado en la muerte de su vecino. Para que sean los inversionistas

extranjeras que beneficien al final del terreno, fue necesario desdibujar los derechos

ancestrales de los Maya Q’eqchi’ y deshacerse del General Barrundia. Lo primero era una

política casi explícita del Estado, lo segundo una conveniencia sospechosa.

3.1.2 Desdibujo por titulación

El código fiscal de 1881, vigente hasta 1920 permitiría la adjudicación de tierras “baldías”

tanto para militares como milicianos, así lograron por ejemplo apropiarse milicianos de

“Chinique” de 356 caballerías de tierra en territorio q’eqchi’ ubicado en Copones, al sur de

lo que ahora es el municipio de Ixcán, así lo hicieron milicianos de Momostenango a quienes

se les adjudicaron tierras, propiedad de los Ixiles.

Por lo tanto el mismo Justo Rufino Barrios, se adjudicó 100 caballerías de tierra a

orillas del lago de Izabal, por el Estor a él mismo y a su Ministro de Guerra, el General Juan

Martín Barrundia.

A pesar de la forma Liberal de medir y dividir las tierras en Lotes, el conocimiento y

práctica extensiva de cultivación milpa-barbecho-bosque del Pueblo Maya Q’eqchi’

implicaba una cierta movilidad entre las tierras de la Cuenca Murciélago hasta las faldas de

la Sierra de Santa Cruz y prácticas colectivas además de individuales de limpieza, siembra,

cosecha, trasplante basado en conocimientos tradicionales. Sin embargo la incapacidad

científica y falta de voluntad política aseguraba que tierras fueron declaradas baldías sin

cumplir todas las estipulaciones.

Como ya vimos arriba, el código fiscal de 1881 claramente establecía que no podrían

adjudicarse tierras que estuvieran pobladas, pero muchas de las mediciones realizadas por

los agrimensores en ese tiempo mencionan en sus anotaciones sobre las siembras de los

53

“indios”, pero como explicamos en la última sección la calidad de sujeto de derecho no

estaba reconocida para el sistema estatal. Más bien, se les veía como un plusvalía, parte de

la propiedad adjudicado, como mozos-colonos. En el caso de Murciélago el expediente está

lleno de esta contradicción, donde toda la evidencia de un sistema de cultivación itinerante

y sucesión forestal del Pueblo Maya Q’eqchi’ pasa desapercibido por el agrimensor, el

Ingeniero Juan Carranza.

De hecho, su primera anotación antes de empezar a medir es que uno de los testigos

declara que le consta que es un

terreno baldío, perteneciente a la Nación, apto para la extracción de manera

de construcción y el cultivo de hule, zarzaparrilla y otros. Se encuentra a

inmediaciones del lago, por lo que la madera y productos se pueden extraer

en barco por el puerto lacustre.

Sin embargo, ya habían suficiente Maya Q’eqchi’ para que formar una pequeña

aldea o asentamiento indígena o ranchería, conocido como Murciélagos o La Esperanza.”

que el Ing. Carranza menciona en junio de 1883 cuando empieza las mediciones del terreno

denunciado:

…al principio de esta estación se pasó frente á la ranchería de Murciélagos

ó la Esperanza, atravesando en la anterior un riachuelo y más tarde se

suspendió86.

Ni el agrimensor Juan Carranza, ni el Estado Liberal y ni el “testigo” se dan cuenta de

la razón que Carranza puede cumplir con la ley e incluir en la denuncia para qué

pueda servir el supuesto terreno baldío. Es precisamente porque los Q’eqchi’ de la

ranchería ya han desarrollado todo un sistema agroecológico sucesivo de multi uso

que incluya siembras según microclima, combinación de siembras, y uso y cuido de

árboles . agro-ecológico de multi-uso desarrollado por los Q’eqchi’ es simplemente

prueba de la utilidad de la tierras.

…el terreno es generalmente p… [plano] siendo solamente algo accidentado

al […] y teniendo un pequeño pantano en la esquina Sureste, se presta al

cultivo de caña de azúcar, que se produce en muy buena calidad, hule,

zarzaparrilla, cacao y se hallan en él con abundancia, hay una parte

86 AGCA Sección de Tierras, Paq.6, Exp, 1, Folio 27

54

desmontada donde los vecinos de Murciélagos hacen sus cementeras,

cultivando el maíz, frijol y plátano87.

A la vez, el Ing. Carranza, confirme que hay 5, dice que no hice citación alguna

de colindantes, pues no lo hay siendo baldíos todas los terrenos que colindan por

Este y Norte; 23 julio 1983. refiriéndose a las tierras que serán lotificadas dentro de

15 años incluyendo la comunidad Plan Grande.

Fue el mismo “vecino” Coronel Licenciado Don Enrique Toriello88 cuya propiedad

colindaba al Este con la Finca Murciélago que siguiendo el patrón señalado por Peláez,

“solicita que se realice la medición del baldío y propone al Ingeniero medidor Juan

Carranza.” En respuesta “el Jefe Político del Departamento de Yzabal (sic) nombra al Ing.

Juan Carranza como medidor y el Ing. Carranza acepta la comisión el 23 de noviembre

1882”, acordando empezar en abril de 1883. Pero antes de comenzar, Carranza repita el

estilo y “indica que tiene que medir todo el conjunto de terrenos del litoral, pues los

terrenos de Toriello y Justo Rufino Barrios no están delimitados.”

El mismo J. Rufino Barrios, se adjudicó 100 caballerías de tierra a orillas del lago de

Izabal, por el Estor y el General Martín Barrundia, uno de los principales lugartenientes de

Barrios, inició las gestiones para adjudicarse 50 caballerías, que más adelante sería la finca

“el murciélago”, al general Barrundia le interesaba lo que denominaban “ranchería el

murciélago”, que se infiere, era una comunidad indígena q’eqchi’, poco importaba para los

funcionarios que los territorios estuvieran poblados por “indios”, de hecho suponemos que

lo consideraban como plusvalía ya que estaría beneficiada con mano de obra que después

serían convertidos en “mozos colonos”.

87 Ibid, Folio 27 88 Secretaria de Relaciones Exteriores, Memoria que la Secretaría de Relaciones Exteriores presenta a la

Asamblea Legislativa, de 1886. (Guatemala: Imprenta de Arenales, 1887), 10. El 1 de febrero 1886, el mismo Coronel Licenciado Don Enrique Toriello, cónsul de Nueva York por el gobierno de bajo el Gobierno de Lisandro Barillas, a quién Barrundia.

55

3.1.2 Una muerte conveniente: adjudicación con privilegios y traición

Si bien ya vimos el patrón de adjudicación señalado por el Licenciado Peláez que se

ve como un juego entre políticos para evitar los límites de adjudicación, es importante

también de reconocer que mientras el Pueblo Maya Q’eqchi’ está absorbido como posible

propiedad en la implementación del término baldío, los políticos y miltares entran en juegos

no muy claros, pero que cuestionaron la legítimidad de todo el proceso.

Acordamos que fue el Coronel Licenciado Don Enrique Toriello i) supuesta fue

apremiado las tierras que colindaba a los de General Barrundia y ii) comenzó el proceso de

denuncia y sugirió al Ingeniero Carranza como medidor. Mientras este proceso empieza

en 1882, ya en 1886, el mismo Coronel Toriello será nombrado por el entonces Presidente

Manuel Lisandro Barillas Bercián como Cónsul de Guatemala a Nueva York (el mismo año

que el General Barrundia perderá sus derechos a sus 50 caballerías--estando en asilo y

aliado con Salvadoreños para retomarla Presidencia). Finalmente en 1890, en la Puerta de

San José a órdenes del mismo Presidente Barillas sube el “vapor” estadounidense

“Acapulco” con tres policías para capturar al General Barrundia por “traición”---y “segun

informan” Barrundia resiste, saca su pistola y muere baleado89.

Proponemos que La muerte del General Juan Martín Barrundia y su conexión con el

Coronel Licenciado Don Enrique Toriello es en sí sospechoso, y más aún, cuando de hace las

conexiones entre el proceso de adjudicación de las tierras, los posibles intereses personales

de Toriello, y el patrón establecido de colusión política para adjudicar tierras. Sin entrar en

todos los detalles que leen como una novela, miramos las conexiones sospechosas:

a. El General Barrundia se hizo alianza con El Salvador contra el Presidente

Barillas después de la muerte de J.R. Barrios en 1883 ---se fue a Mexico

acusando a Manuel Barrias de haberle robado la presidencia.

89 Secretaría de Relaciones Exteriores. “Report of the secretary of foreign relations of the republic of

Guatemala to the national legislative assembly concerning the capture and death of General J. Martín Barrundia” (en inglés). Guatemala: El Modelo, 1891, 19 c.d. Recuperado en https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Mart%C3%ADn_Barrundia.

56

b. Toriello claramente tiene una relación amigable con poderosos en los

estados Unidos (Nueva York)

c. Cuando Barrundia supuestamente “no puede pagar en 1896 y tiene que

abandonar el proceso de adjudicación, los nuevos posibles dueños son todos

norteamericanos, incluyendo a F.G Bunting quien pide descuentos y

privilegios y Stanley a Stanley McNider que es encargdo del sistema telegrafía

en elvalle Polochic y al final termina en 1902 en las manos de Thomas Jump,

quien tenía una larga historia de fomento agrícola en el país.

Hoy en día , cualquier proceso de adjudicación conta tantas intrigas e irregularidades

conectados con personas extranjeras y nacionales poderosas tendría estar bajo una Lupa

para estable Dos historias supuestamente no conectados se entrelazan en una forma

sospechosa que da pauta a cuestionar la legalidad.

Mientras los derechos ancestrales de los Maya Q’eqchi’ que supieron cómo cuidar

y trabajar el bosque húmedo tropical se violaran, se apremiaba a militares y extranjeros por

razones

a. Coronel Enrique Toriello cuya propiedad colindaba con la Finca Murciélago fue

él que recibió órdenes por parte del Presente Barillas para que capturara al

General Barrundia por traición, acto cumplido antes de que el General pudiera

obtener título a la Finca

b. Mientras el capitán Pitts del vapor Norteamericano “Acapulco” argumentó que

no existían las condiciones ship, que apoyaron la captura y asesinato de

Barrundia, y Norteamericanos que al final lograron dividir Finca Murciélagos en

cuatro propiedades.

57

3.2 Dinámicas específicas del Caso Plan Grande: militares y

Tiempo específico de Estrada Cabrera:

“El contexto en que Manuel Estrada Cabrera construyó un amplio andamiaje

de inteligencia en todo el territorio nacional, está caracterizado por una

severa crisis económica que fue producida por la sobreproducción de café y

el alza de sus precios en el mercado internacional. Los efectos económicos,

sociales y políticos fueron desastrosos. Las fincas cafetaleras nacionales

pasaron a manos de inversionistas, particularmente alemanes; las arcas del

tesoro se vieron disminuidas como consecuencia de la disminución de las

exportaciones del principal producto de exportación; igualmente se produjo

la quiebra de entidades bancarias; el trabajo forzado de las poblaciones

indígenas en las fincas cafetaleras continuó mediante el denominado

enganche de mozos a través de anticipos de dinero y su incorporación a

batallones con disciplina militar para construir carreteras y fortificaciones,

entre otras obras. Muchos otros prefirieron refugiarse en las selvas,

barrancos o vivir en la semiclandestinidad. Este fue un escenario que

produjo contradicciones sociales con consecuencias también políticas90

3.2.1 Baldías como bonos: Tierras por lealtad militar en tiempos de Manuel

José Estrada Cabrera

Lo que pasó

Como ya se ha subrayado, en el marco de la reforma liberal, a principios del siglo XX

se vino una nueva ola de despojos de propiedad histórica de pueblos indígenas, por parte

de militares, entre las cuales se incluye la adjudicación realizada a favor del General José

Víctor Mejía de León, militar, piloto aviador, y geógrafo guatemalteco.

En 1906 Manuel Estrada Cabrera, Presidente de la República de ese entonces,

condecoró al General Mejía, por “Méritos en Campaña”, tres años después en febrero de

1909, el mismo presidente estaría dando instrucciones al Jefe de sección de tierras para que

90 Juan Francisco Pérez García, La Inteligencia de Estado abre y cierra el siglo XX en Guatemala: Análisis de las

formas y el sistema de inteligencia durante los regímenes de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) y Militar Contrainsurgente (1960-1996), Tesis de licenciatura en historia. (Guatemala: USAC, 2007), 7. http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/14/14_0376.pdf

58

se le adjudicaran 15 caballerías de tierra en el lugar denominado PLAN GRANDE,

departamento de Izabal, el precio sería de veinte centavos por hectárea, aproximadamente

135 pesos le costaría nuestra finca.

El proceso de adjudicación empezó en mayo de 1909, en ese entonces varios

militares fueron compensados por Estrada Cabrera, y él ordenó que el Ingeniero Juan B.

Padilla realizará los trabajos de lotificación, constituyéndose a favor de Mejía el lote “P”,

denominado como PLAN GRANDE.

Según los registros del Archivo General de Centroamérica, las colindancias de “PLAN

GRANDE”, serían al norte con lote “L”, éste adjudicado al Coronel Ismael Pacheco Quevedo,

al suroeste con lote M que fue adjudicado a Eulogio Morales, el lote “U” al noreste se le

adjudicó a Benjamín Morales, al noroeste con lote “T” se le adjudicó a Buenaventura Pineda,

en el oriente con Lote “Q” con el Capitán Castillo, todos estos colindantes eran militares,

algunos de ellos tendrían actuación activa hasta el derrocamiento del período liberal en

1944.

Padilla desarrolló un proceso de lotificación para todos los militares, bajo la

instrucción del jefe de sección de tierras. El polígono arrojó un área de 634 hectáreas y 32

áreas, equivalente a 14 caballerías, cantidad permitida por la ley en esta entonces. El 13 de

agosto de 1919 se libró el título a favor de Mejía de León, para su inscripción en el Registro

de la Propiedad de la zona central, que generó la finca 95, folio 165, del libro 1 de Izabal,

operación realizada el 12 de enero de 1920

Su legitimidad

Aunque en el primer momento se puede identificar los pasos de denuncia de

baldíos y

1. Llama la atención que los testigos que acompañaron al agrimensor /ingeniero

(Venancia Rodríguez y Daniel Hernández) fueron ambos vecinos de la “Capital” , lo

cual de hecho viola el espíritu y la ley que busca testigos que conocen el terreno

denunciado precisamente porque él agrimensor no lo conoce.

59

2. Igual como en el caso la Finca Murciélago casi, se hace varias denuncias de Lotes

para militares a la vez, y al menos “L” utiliza los mismos testigos de la “Capital”

3. Mencionan que “el terreno es plano, en su mayo rparte, cubierto de frondosos

bosques que contienen una variadas y finas maderas maderas de con´óntrucci; con

especialidades en abundancia. Caoba, María Cort éz y San Juan”. Y dice que “sería

bueno para crianza de ganados, cultivo de banano en grande escala, piñas , caña de

azucar, cacao , arrozm, maíz, hue , algodon y toda clas e de productos tropicales91”.

Sin embargo se lee como una lista formulaica que no tiene nada que ver con una

investigación de campo.

4. Igual la aservación que las tierras son baldíos

3.2.2 Las lógicas de eliminación y el tracto sucesivo ilegítimo de Lote “P”

Aunque no hay ninguna evidencia que el General José Víctor Mejía de León tomó

posesión de estas tierras; ningún poblador tiene recuerdos de que un anciano les había

dicho que el General visitaba la propiedad, y los Maya Q’eqchi’ que reproducien sus vidas

allí no tenían ningún conocimiento de límites o lotificaciones y siguieron sus formas de

siempre de sembrar, cosechar y cuidar las tierras y bosques. Llegaron nuevas familias, pero

su forma extensiva de usar la tierra brindaba para todos con suficiente plusvalor para

vender al mercado92.

3.3 Las lógicas de eliminación y el tracto sucesivo ilegítimo de Lote “P”

El proceso de hacer invisible (desdibujar) y desconocer a los múltiples usos que el

Pueblo Maya Q’eqchi’ tenían con el sistema agroforestal de Finca Murciélago subiendo las

91 AGCA,, Sección de Tierra, Paquete No, 25, Expediente No, 15, Folio F2. 92 tengo que ver si es Snedaker o Voorhies

60

faldas de la Sierra Santa Cruz, no terminó con la adjudicación de las tierras. Más bien, nadie

informó a la población de tales adjudicaciones, y las tierras ya habían pasado años, con solo

las mejoras integrales que las hicieron los Q’eqchi’; situación que no cambiaría ni en

Murciélago ni en Lote P hasta los años 60 y 70, respectivamente. Sin embargo, en este

mismo tiempo, se ve un tracto sucesivo ilegítimo

En marzo de 1945, el General José Víctor Mejía murió , dejando como heredera a

su esposa Clara Amelia Arriola. Otros tres años pasan, y es hasta el 12 de abril de 1948, por

declaración del Juzgado Segundo de Primera Instancia de Guatemala, que se constituyó la

segunda inscripción sobre la finca 95, ya citada.

Arriola se murió intestada, y sus herederos Víctor Manuel y María Guadalupe Mejía

Arriola, simultáneamente realizaron las diligencias ab-intestato siendo declarados por el

Juzgado de Primera Instancia el 6 de abril de 1948, la cual quedó inscrita como tercera

inscripción el 7 de junio de 1948.

Los herederos ab-intestato, hipotecaron la propiedad, y posteriormente se la

vendieron por 1200.00 a Carlos Eduardo Lascoutx Campo, pero este sería demandado en

la vía ejecutiva por Carlos Fach. En 1952, logra aparentemente solventar su deuda y vende

la propiedad a José Rubén Morales Arana, los herederos de Mejía no tendrían ningún

interés sobre la tierra, porque nunca la posesionaron, como dice uno de los entrevistados

“no tuvieron ningún vínculo con el lugar, no dejaron sus ombligos en los árboles para

sentirse parte de ella”.

Mas adelante José Rubén Morales Arano, resultaría demandado por parte del

Instituto Nacional de Transformación Agraria, quien solicita al Juzgado de Instancia

embargar el bien, por adeudar al fisco. Se libra aparentemente de la deuda y la finca sería

objeto de nueva compraventa en 1970 a favor de Abraham Guillermo Lozano del Pinal;

después de estos movimientos sería hasta en 1983, que una entidad denominada “La Loba

Sociedad Anónima” quien resultaría ser dueña del lugar.

61

El cuadro 5s da un resúmen de los traspasos ilegítimos antes de que miramos con

un poco más detalle las dinámicas específicas durante el conflicto armado interno 1960-

1996. Lo que es importante de subrayar es que aunque estos son los traspasos en papel, la

tierra ancestral donde los Maya Q’eqchi’ reproducen sus vidas pasa de tierras olvidados por

los supuestos dueños “legales”, a terrenos desgastados y explotados, por medio de

procesos de engaño, amenaza, soborno y presión.

Año Traspaso La consiga por

Relación con dinámicas Maya Q’eqchi’

¿Qué pasó?

1948 1948: Víctor Manuel y

María Guadalupe Mejía

Arriola (herencia)

herencia No cambió sus vidas, no sabían que se había adjudicado, continúan su uso extensivo de las tierras

Se vendió

1951 Carlos Eduardo Lascantx Campo

compra No cambió sus vidas, no sabían que se había adjudicado, continúan su uso extensivo de las tierras.

Vendió las tierras sin hacer ningún cambio

1953 José Rubén Morales Arana

compra No cambió sus vidas, no sabían que se había adjudicado, continúan su uso extensivo de las tierras.

Vendió las tierras sin ningún cambio.

1970 Abraham Guillermo Lozano del Pinal

compra Puede ser que Rafael Penagos trabajaba para él o simplemente se dejó pasar como dueño. Es en este tiempo que

Parece que in tentó socio en una sociedad anónima para poder desarrollar la madera.

1983 Loba S.A. (aportación de Lozano del Pinal)

Comunidad sigue pensando que Rafael es el “dueno”.

entrará en deuda y pasará

1987 Corporación Financiera

Nacional – CORFINA

lo consiga por deuda

Rafael Penagos se muere por 1985, comunidad no sabe CORFINA

Osmundo Rodríguez compra la hipoteca del Banco

62

1991 Hermán Osmundo

Rodríguez Milla y Edgar

René Rodríguez

Solórzano

compra junto con 15 caballerías de Lote L.

Reubican a los pobladores Maya Q’eqchi’ a orillas del Río Sumach, quitándoles el uso de las tierras fértiles donde estaban. Les obliga a trabajar como mozos- colonos (8 q. el jornal);

Unos se oponen al trabajo, intentan negocial

1996 Inversiones Cobra S.A. compra

2015 desmembramientos

2016 Unificación en Finca No. 10, Folio 10,

Libro 61E, Izabal

3.4 Despojo y defensa en tiempos de guerra: Límites

En esta sub-sección, explicamos cómo cuando se converge con el contexto contra-

insurgente de militarización que se vivía en Izabal de 1960 a 1996, la adjudicación y

traspasos sucesivos ilegítimos, dejan a los población Q’eqchi’ vulnerables a engaños que

lleva a la misma degradación de su territorio. Además limita las posibilidades de defenderse

del despojo ante el temor de ser acusados de ser guerrilla. En este sentido, el hecho que

hoy día las tierras de Lote “P” parecen más como potreros que de bosque tropical tiene

que ver con los mecanismos racializados de despojo utilizados durante el conflicto

armado interno. Mientras en otras zonas, se combinó el temor y despojo con proyectos de

conservación de los recursos naturales. El bosque secundaria de Lote “P” fue blanco de la

destrucción voraz, por manos de los Q’eqchi’, pero bajo amenazas, mentiras, y el ambiente

de temor construído con los primeros masacres.

Aunque fueron otorgados las tierras a militares en 1919, fue hasta los 1960s y 70s s

que la primacía de la Fuerza Armada de Guatemala sobre cualquier otro sector social en la

zona del Lago de Izabal, que permitía vez tras vez la potestad de militares sobre las tierras

en cuestión sin mayor resistencia, pero con un terror acumulado.

Según lo que cuenta los Maya-Q’eqchi’ de la Comunidad Plan Grande:

63

En ese tiempo, 15 hombres fueron sacados por el ejército de Plan Grande y

fueron llevados al Murciélago. Ellos fueron golpeados e interrogados de la

razón del por qué vivían en esas tierras, qué si eran parte de la guerrilla y

luego les exigieron alimentación para el pelotón del ejército. Nuestros

padres por salvar sus vidas entregaron el poco de maíz y fríjol que tenían,

también los cerdos y pollos.

Según los testimonios de los Maya Q’eqchi’ de Plan Grande, sus padres les contaron

que aproximadamente en 1965, empezaron a llegar militares a las tierras y montañas de la

Sierra Santa Cruz, y pasaban por las tierras de Plan Grande. Los militares se acercaban a las

familias de la comunidad para amenazarlos y a la vez ordenarles que se ubicaran en un

mismo lugar, ya que las viviendas se encontraban dispersas y podían ser guerrilleros. Vale

reconocer que no tenían viviendas en el mismo lugar precisamente por su forma itinerante

de cultivar las tierras donde cada familia tenía espacio sucesivo de milpa-barbecho-bosque

y pudiera migrar de un lugar a otro93.

Dr. John Ewel, (ahora Profesor Emeritus de la Universidad de Florida en Gainesville

y parte del Proyecto Izabal), quién hizo su trabajo de campo sobre la agricultura itinerante

y la descomposición de basura en la Finca Murciélago (de las orillas hasta 100 msm) entre

1966 y 1967 no sólo documenta que la población que practicaba la agricultura itinerante

integral era Maya Q’eq’chi’ , sino confirma que:

Toda interacción con las patrullas militares que pasaban de vez en cuando

por Murciélagos fueron negativos. Los habitantes locales (Q’eqchi’) les

temían tan bien como yo mismo. A mi nunca me molestaron, pero parecían

antipáticos y potencialmente peligrosos. Me contaron que quitaron comida

de la gente, pero no sabía de otros abusos. Claro, la gente local siempre

sabían cuando venían de antemano, así supongo que tomaron las debidas

acciones: probablemente escondiendo comida, escondiendo a los varones

jóvenes quienes podrían ser reclutados forzosamente, etc.

93 Cómo explica Megan Ybarra en su tesis doctoral sobre defensa Maya Q’eqchi’ y despojo por conservación

en el Petén en el nuevo Milenio, en cuanto a los Maya Q’eqchi’ en Petén: “[l]a mayoría de las familias practican la agricultura itinerante... viven en aldeas dispersas; en entrevistas, los ancianos me dijeron que vivían 30 a 60 minutos a pié de su vecino más cercano, prefiriendo vivir en la tierra que trabajan y cuidan”.,Ybarra 2011 TESIS.24

64

Un chofer de tractor de la India Oriental quien trabajó en Murciélagos fue

asesinado (por balazos) en la finca, pero no habían patrullas militares ceca

a la finca cuando pasó. Se dieron cuenta que tenía enemigos no locales.

Nunca había ninguna evidencia que fuera asesinado por un habitante local,

y los residentes Q’eqchi’ tenían miedo después del asesinato94.

Así que cuando a finales de los años 1960, principios de los 1970, llegó el maderero

Rafael Penagos, diciendo que era el dueño, había temor de oponerse. Los entrevistados

dicen que sus padres les contaron que se interesó en árboles que habrían sido cuidados y

protegidos por la forma de sucesión forestal, conocimiento ecológico, y agricultura

itinerante empleado por las familias Q’eqchi’. Interesados en las tierras fértiles, se fingió

en inscribir Lote P en su nombre. Sin embargo, según el tracto sucesivo de la finca 95, folio

165 del libro 1 de Izabal, nunca tuvo a su nombre dicha finca. En efecto como de se lee en

el documento del Archivo General de Centro América, Sección de Tierras, Paquete 25,

Expediente 15, Folio 13 Correspondente a General Don J. Víctor Mejía “Sumache” 1919, que

el 9 de febrero 1970 se presentó al Señor Jefe se la Sección de Tierras,

Rafael Penagos, mayor de edad, Guatemalteco y vecino de esta Capital,

Atentamente solicito a usted que con las formalidades de ley se me extienda

fotocopia certificado de todo el expediente que obra en el Archivo de esa

Sección de Tierras y que está marcado con el número 15 paquete número 25

del Departamento de Izabal, propiedad del General Don J. Mejía.

Recibió la certificación solicitado el mismo día y con esta fotocopia se

presentó a los Q’eqchi’ de Plan Grande proclamándose como dueños. Así Rafael

Penagos (presunto propietario) les dijo a las familias de la comunidad que no había

ningún problema en que continuaren trabajando la tierra, solamente que cada

familia debía pagar Q 15.00 por manzana de tierra en cultivo, el dinero lo recibía

Gustavo Ponce, los pagos que hizo la comunidad durante 2 años fueron de Q

5,400.00.

94 Correspondencia con el Profesor John Ewel por correo electrónico, 9 de diciembre, 2018, traducción autora.

65

En 1975, acechaban e intimidaban a la comunidad, los militares del ejército creían

que se habían organizados con la guerrilla, sin embargo, nunca encontraron nada, y

mantuvieron siempre la vigilancia de los vecinos.

En 1981, el ejército intensificó su presencia en la comunidad de forma violenta. Las

veces que llegaron a la comunidad disparaban en ambos lados, es más, estuvieron en la

comunidad y luego se fueron a la montaña para un control permanente, con ellos se

llevaron a dos representantes nuestros, a Juan Yat y Mateo Che. Ellos fueron asesinados y

enterrados por el ejército a la orilla del río Benque, el comandante de la patrulla era Miguel

García. Ya por esto

El señor Osmundo ofreció título a quienes demandaron la restitución de 7.5

caballerías de nuestra tierra a cambio de 4 manzanas. La mayoría de la comunidad bajo el

contexto de guerra, con el poder que tendría el Chino Rodríguez, aceptaron las 4 manzanas

que significaba un lote de 20 por 40 metros para cada una de nuestras familias. Aunque no

se materializó, en 1991 tuvieron que pagar Q.100.00 cada presunto beneficiario, a un

ingeniero por la medición de las dos tareas de lote que les tocaría.

Por la renta de la manzana de tierra, además de pagar Q 15.00, tenían la obligación

que sembrar una manzana de zacate, debajo de la milpa, lo que significaba que cada año

tenían que botar montaña para sembrar...en este sentido fueron obligados a abandonar si

sistema agroecológico de producción-barbecho y bosque, y convertirse en agricultores

itinerantes parciales, sin tierra o tiempo para regenerar los suelos. De esta forma el

finquero ya no pagó por la siembra de zacate y la finca se quedó como potrero.

En 1996, Osmundo Rodríguez vendió las tierras al terrateniente Miguel Ángel

Arriaza. Este llegó a la comunidad a decirnos que la tierra le pertenecía y que ya no

tendríamos tierra para cultivar. Les ofreció Q18.00 y Q20.00 diarios por jornal y un proyecto

de agua para la comunidad con un monto de Q50,000.00, pero nunca cumplió con el

ofrecimiento.

66

Como no tenían donde sembrar empezaron a trabajar en el Lote L o bien nos íbamos

a rentar tierra en la comunidad Río Pita con costo de Q 200.00 por manzana. Para el año

2000 una parte de la comunidad migró hacia otros lugares en busca de trabajo y en su

mayoría fueron a cuadrillas en el Petén, para lograr sostenerse.

En 1988, apareció un señor llamado Osmundo Rodríguez, un hombre que

comercializaba madera y era contratista maderero, le informó a la comunidad que la tierra

estaba hipotecada en un Banco, probablemente el Crédito Hipotecario Nacional CHN y que

el monto de la deuda era de Q.65,000.00 a nombre de Rafael Penagos, ya había muerto

años atrás, (aproximadamente en el año 1985).

En 1989, Osmundo Rodríguez, afirmó que él habría pagado dicho crédito y pasado

a su nombre la tierra de 15 caballerías de la Finca Plan Grande.

En 1992, Osmundo Rodríguez (señalado como comisionado militar) pagó al

ingeniero Joaquín Juárez, para hacer las mediciones, e incluyó la finca Lote L con una

extensión de 15 caballerías para hacer un total de 30 caballerías de tierra. También nos

obligó movernos, ya que nos encontrábamos ubicados en un área fértil y apta para sembrar

zacate y nos reubicó forzosamente a orillas del RíoRio Sumach.

Osmundo tendría mucho poder, por ser hermano de Edgar René Rodríguez, más

conocido como “El Chino Rodríguez”, quien en ese entonces era el comisionado militar, es

un personaje que aún tiene mucha presencia en el ámbito municipal.

Osmundo Rodríguez ya como dueño, prácticamente nos obligó a ser sus mozos

colonos, bajo amenaza y para no perder nuestra relación con la tierra algunos trabajaron

para él, por un pago de Q8.00 diarios. La comunidad, siempre se opuso y en una forma

desesperada incluso se intentó negociar 7.5 caballerías de tierra para nuestras viviendas y

cultivos. Pedro Col Coc nuestro representante luchó por obtener 7.5 caballerías, pero el

67

hermano de Osmundo, el Chino Rodríguez se opuso a nuestra petición comunitaria y Pedro

Col sería amenazado de muerte. Ante esto la comunidad se dividió, de una parte, los que

aceptaron trabajar para Osmundo por Q 8.00 diarios y los otros seguían creyendo en el

trabajo colectivo de su comunidad.

Lo que se ve es por un lado el abandono y/o destrucción de la relación milpa-

barbecho-bosque, con las relaciones de cosecha, colección de semilla, transplante y caza

que también implica , que había mantenido al Pueblo Maya Q’eqchi’ hace por siglos y por

el otro aprovechamientos y amenazas en un contexto creciente de violencia estatal, que

limitaba la capacidad de los Q’eqchi’ a defender sus tierras con su cultivación itinerante

integral y su agroforestería

Según la geografía humana, la propiedad en sí es una relación social que se

constituya y se cambia en relación a procesos y prácticas en el tiempo y el espacio. Estos

procesos y prácticas pueden ser materiales, pero también pueden ser simbólicos. A pesar

de la idea Liberal de la ciudadanía universal a lo que adscribe las distintas constituciones del

país, Por otro lado, quién tiene la capacidad de fuerza y de Ley de poder defender su

derecho a la propiedad en forma colectiva o individual, depende mucho de las estructuras

sociales y dinámicas políticas, incluyendo acceso a lo que se llama “la violencia legítima del

estado.”

Los múltiples caras de defensa ante los derechos ancestrales a “Lote ‘P’”

Si se ha podido constatar irregularidades e ilegalidades en la adjudicación y traspaso

de los títulos de 1919 al presente, por qué solo hasta los últimos 15 años, se ve que el pueblo

Maya Q’eqchi’ se encuentra reclamando el uso y derecho a las tierras de Lote P? Es

necesario poder reconocer tres estrategias de sobrevivencia que el Pueblo Q’eqchi’ había

aprendido desde la colonia: traslado-huir, negociar, y callarse95. Durante la guerra, la falta

95 En su reciente artículo sobre el trato de migrantes en los Estados Unidos, Megan Ybarra explica que esta misma defensa de callarse explica ciertas prácticas de los migrantes Q’eqchi’ cuando son detenidos, Megan Ybarra

68

de contestación se explica en relación a la violencia dirigida hacia los pueblos indígenas, una

decisión calculada de no arriesgar sus vidas bajo una situación de extrema ocupación y

represión militar96

Alrededor de 1965, los militares empezaron a pasar por las tierras de Plan Grande

en su camino hacia el Cerro de Santa Cruz. Como no les importaba la forma de cultivación

itinerante integral de la población, les acercaban con amenazas, ordenándoles que se

ubicaron en un mismo lugar. Para ellos, la dispersión de las viviendas significaba que podían

ser guerrilleros. Por temor a lo que los militares podrían hacer, acataron a sus órdenes. Sin

embargo, siguen sus prácticas rotativas de cultivación y sucesión forestal, así en 1970,

cuando aparece el madero, Rafael Penagos, se interesó en los bosques comunales y tierras

fértiles. Según el tracto sucesivo de la finca 95, folio 165 del libro 1 de Izabal:

Aunque queda registrado que obtuvo la fotocopia del expediente, no hay nada en el tracto

sucesivo que indica que logró inscribir las tierras. Sin embargo, aprovechando de la situación

del conflicto armado interno y el temor que vivía la población por las violaciones cometidas

por los militares: nadie se le opuso cuando llegó presentándose como dueños de las tierras

inscritos en nombre del General José Víctor Mejía.

Es bajo estas condiciones de amenaza, que con nada más que una fotocopia del título del

General Mejía y el traspaso a sus hijos; aparece en 1970.

La primacía de la Fuerza Armada de Guatemala sobre cualquier otro sector social en la zona

de lago de Izabal, permitía vez tras vez la potestad de militares sobre las tierras en cuestión

sin mayor resistencia, pero con un terror acumulado. Desde la geografía humana es

necesario tomar en cuenta la convergencia de intereses y actores en la producción y

reconfiguración de territorios. De las lógicas de desdibujo y eliminación subyace la negación

96 Hurtado Paz y Paz, Las tierras históricas; Ybarra, Green Wars; ve las mismas dinámicas en el territorio

Ch’orti’, Jennifer Casolo,

69

de las prácticas territoriales del Pueblo Q’eqchi’ cuya dinámica territorial transversa Alta

Verapaz, el Valle de Polochic y el Departamento de Izabal.

4 Conclusión: de desdibujo a criminalización; de defensa de

territorio a regeneración ecológico, económico, y cultural

El cometido central de este peritaje ha sido desde un análisis riguroso ofrecer al

sistema jurídico una visión integral de las dinámicas histórico-geográficas del Pueblo Maya

Q’eqchi’ que demuestra no solo lo que el Estado de Guatemala debe a Pueblo Q’eqchi’, sino

lo que el Pueblo ofrece al Estado-nación.

Las lógicas de desdibujo y eliminación borraron del ojo del Estado (Liberal, moderna,

militar, y contrainsurgente) las relaciones de los Q’eqchi’ con la tierra, bosques y cultivos es

el fundamento y el motor de la criminalización del indígena. Es decir, desdibujar esas

relaciones pretende borrar la identidad, la presencia y/o derechos de los pueblos

originarios, su producción histórico de territorio y su derecho de gozar de ello para eliminar

cualquier reclamo legítimo a esos territorios y luego criminalizar su defensa de su propio

territorio.

Sin rectificar el dibujo mismo, las acciones de defensa de lo Maya Q’eqchi’ de la

Comunidad Plan Grande no pueden prosperar ante los discursos dominantes del conflicto

agrario y los discursos de contestación de derechos colectivos indígenas seguirán como

problemas sin solución y propuestas de resolución en jaque.

El peritaje subraya cómo el desdibujo con su eliminación “jurídica” del pueblo Maya

Q’eqchi’ va mano y mano con el proceso de titulación anómala de las élites criollos,

militares y ladinos. Restaurar el dibujo es la base para una nueva oportunidad de encontrar

terreno legal y legítimo para que tanto el Pueblo Maya Q’eqchi’ de la Comunidad Plan

70

Grande como el mismo estado-nación que violaba sus derechos ancestrales puede

garantizar su reproducción social sana y ofrecer la sostenibilidad ambiental, basada en

relaciones productivas integrales, que el Estado-nación urgentemente necesita.

Hay desafíos múltiples:

1. Reconocer el derecho de los Maya Q’eqchi’ a defenderse contra políticas y prácticas

que le esclava, le expulsa, le despoja, le borra como sujeto de la nación, y le condena

a “la muerte lenta” lo que María Cacho le llama “la muerte social”97, que siempre

también es “la muerte prematura”98 no puede ser un crimen.

2. Reemplazar políticas en los bosques/zonas tropicales que atentan contra la

biodiversidad y ponen en riesgo no solo la reproducción social del Pueblo, sino al

futuro climático de las tierras y pueblos de la nación y la región con las tradiciones

agroforestales del Pueblo Maya Q’eqchi’ y Poq’omchi’ (Milpa-barbecho-bosque

maduro).

3. Valorizar los avances científicos para no seguir subordinado la justicia a la mitología.

Avances científicos que toman en cuenta i) la inseparabilidad del conocimiento y

práctica y ii) los conocimientos-prácticos históricos otros, no occidentales. Según

Toledo y Barrera-Bassols, la misma investigación científica sobre el conocimiento

tradicional ecológica fue influenciada por los discursos y supuestos de ciencia

occidental, y así hasta hace muy poco han ido sosteniendo una diferencia entre

sistemas de conocimiento (de plantas y animales o de sistemas) y las prácticas en el

ecosistema. Así “es difícil alcanzar una comprensión coherente y completa de estos

sistemas cognitivos, separándolos de las actividades y los comportamiento diarios,

concretos y prácticos , de los productores tradicionales99”

97 Cacho, Lisa Marie. Social death: Racialized rightlessness and the criminalization of the unprotected. New

York: New York University Press, 2012. 98 Ruth Wilson Gilmore, “Fatal couplings of power and difference,” The Professional Geographer 54, no. 1,

2002: 15- 24 99 Toledo y Barrera -Bassols, Memoria biocultural, 42.

71

Aunque tales decisiones pueden afectar directamente unos actores, es lo justo y lo

sostenible. Mientras el Estado sigue adscridiendo al colonialismo por asentamiento, seguirá

sujetando a los Q’eqchi’ a individualización, criminalización y la incapacidad de reproducie

sus vidas físicas y culturales, ellos buscan la descolonización material y relaciones de

reparación y regeneración con la tierra y con otros pueblos.100

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100 Ybarra Green Wars , 7

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