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Qué gran bendición es poder contar con la posibilidad de encontrarnos una semana más para meditar juntos en la bendita Palabra de Dios a través de nuestros Grupos Naturales de Crecimiento (G.N.C.). Anhelamos de todo corazón que puedas aprovechar al máximo este tiempo de compañerismo con la familia de Dios, la Iglesia. También deseamos que esta Navidad sea una oportunidad para compartir el incomparable mensaje de salvación con quienes nos rodean. Jesucristo, Emanuel (Dios con nosotros, Mt. 1.23), vino a este mundo para que todo aquel que cree en Él sea salvo del tremendo castigo que merecemos por nuestro pecado (Juan 3.16; Fil 2.5-11). Esta semana continuaremos con el relato de la vida de Jacob y su familia, tal como lo presenta Génesis 34.1-31. Aquí veremos con claridad los resultados lamentables de relajarse en la obediencia a la Palabra de Dios, tanto en lo personal como en lo familiar y social. Como siempre, aconsejamos orar primero pidiendo la guía de Dios para entender el pasaje; luego, sugerimos leerlo varias veces prestando atención, mientras se toma nota de los detalles y se hacen preguntas para ayudar en el análisis del texto bíblico.

Al final de Gn. 33 vemos a Jacob levantando un altar, declarando que adoraba al Dios que le había hecho portador de la promesa dada a Abraham e Isaac. Además, Dios le había dado un nombre nuevo: «Israel», señalando su posición especial en el plan de Dios para salvación de la humanidad. Sin embargo, en Gn. 34 no vemos que Jacob haga honor a su nuevo nombre, ni tampoco que sea de bendición para sus vecinos.

Según Gn. 33.18-20, ¿dónde estaba Jacob y su familia? ¿Estaba allí de paso o se había asentado en aquel lugar? Responde conforme lo indica el pasaje bíblico.

Lee Gn. 28.15-22, 31.3,13. Según se puede inferir de estos pasajes, ¿dónde debería haberse asentado Jacob y su familia al regresar a Canaán? ¿Cómo actuó Jacob en esta situación? ¿Obedeció el mandato de Dios? Comenta brevemente.

Se estima que Dina, hija de Lea, habría tenido entre trece y quince años en ese tiempo1. ¿Dónde estaba Dina al comienzo de este relato? Según se aclara en Gn. 34.1b, ¿qué intenciones tenía ella? ¿Estaba su padre o alguno de sus hermanos cuidando a Dina mientras visitaba la ciudad de Siquem? ¿Qué nos dice esto del cuidado que Jacob mostró por su hija? Comenta brevemente.

¿Qué tragedia le sucedió a Dina? ¿Quién aparece en escena? ¿Qué hace con Dina? Esta situación, ¿qué mostró respecto a la moralidad de aquella ciudad?

¿Cómo reaccionó Jacob al enterarse de lo sucedido? Teniendo en cuenta el contexto de todo el capítulo, ¿cómo interpretarías la actitud de Jacob? ¿Cómo reaccionaron los hermanos de Dina?

Según Gn. 34.3-12, ¿qué sucedió con Siquem, hijo de Hamor, príncipe de la ciudad? ¿Mostró algún tipo de arrepentimiento? ¿Qué propusieron Hamor y Siquem a Jacob y sus hijos? Detalla la propuesta teniendo en cuenta todo lo que se describe en este capítulo.

¿Quiénes respondieron a Hamor y Siquem? ¿Qué condición pusieron? ¿Qué estaban haciendo ellos con los de Siquem? ¿Qué «señal» del pacto con Dios estaban usando? (Ver Gn. 17.9-14.) Los hijos de Jacob ¿tenían una motivación correcta para pedir esto a los habitantes de Siquem? Comenta brevemente.

Describe las acciones de Simeón, Leví y el resto de los hijos de Jacob conforme se relata en Gn. 34.25-29. Ellos ¿obraron conforme a la gravedad de la ofensa?

1 «Dina probablemente tenía entre trece y quince años en ese tiempo, y había alcanzado la perfecta madurez; porque a menudo es ese el caso en

el Oriente a la edad de doce, y algunas veces antes.» (Carl Friedrich Keil y Franz Delitzsch, Comentario al Texto Hebreo del Antiguo Testamento (Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE, 2008), 212.)

Guía de Estudio en Grupos Serie: Génesis, el origen de todas las cosas. Sermón 27-12-20 - Génesis 34.1-31

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Observación del Texto

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Según Gn. 34.30-31, ¿qué le preocupaba a Jacob? ¿Qué le respondieron sus hijos? Estas palabras y acciones, ¿qué ponen de manifiesto en cuanto a las prioridades que Jacob tenía hasta ese momento? Comenta brevemente.

En Gn. 34 vemos las tristes consecuencias de tomar decisiones en base a conveniencias personales, descuidando los mandamientos dados por Dios. Si bien Jacob había levantado un altar en Siquem declarando que adoraba a Dios, no lo vemos ejerciendo una influencia positiva en aquellas regiones ni tampoco en el seno de su familia.

Como hemos visto anteriormente, muchas veces tomamos decisiones sobre el lugar para vivir, el trabajo y las relaciones sociales, considerándolas «oportunidades» que no podemos dejar pasar, pero que pueden traer dolorosas consecuencias personales y familiares.

Considera los siguientes ejemplos bíblicos: Abraham en Egipto y en Gerar (Gn. 12.10-20, 20.1-18); Lot en Sodoma (Gn. 19); Isaac en Gerar (Gn. 26.6-16); Jacob en Siquem (Gn. 33.18-34.31), Sansón en Filistea (Jueces 14 y 16); Pedro en el patio del sumo sacerdote (Lc. 22.54-62). ¿En qué basas tus decisiones en materia laboral, habitacional y social? ¿Cuánto le costó a Jacob su «escala» en Siquem? ¿Está Dios mostrándote que debes abandonar lugares o situaciones que pueden dañar a tus seres amados y tu comunión con Dios? ¿Qué debes hacer al respecto? Lee también 1° S. 15.22-23.

Dina, una jovencita, fue atraída por las «luces» de la ciudad de Siquem. Su imprudencia, y la falta de dirección y cuidado de sus padres, la condujeron a una situación que tuvo un triste desenlace.

Aquí vemos la importancia de educar a los hijos en el temor y la disciplina de Dios, para proveerles una guía y un marco de protección que les permita conducirse en este mundo con sabiduría. Lee nuevamente Gn. 18.17-19; Dt. 6.4-9; Pr. 13.24, 16.6, 22.6, 15, 23.13, 28.15, 29.15, 17; Sal. 78.1, 6; Ec. 12.1; Ef. 6.14. ¿Qué consejos y advertencias nos da Dios respecto a nuestros hijos? Tanto padres como hijos, ¿de qué manera práctica podemos ponerlos por obra?

Tristemente, Jacob no fue un testigo fiel del Dios que adoraba. Sus hijos, siguiendo su mal ejemplo, utilizaron el engaño para ejecutar una venganza sangrienta. Además, utilizaron de manera profana la señal del pacto con Dios, la circuncisión. La preocupación de Jacob no era primordialmente honrar a Dios y obedecer atentamente su Palabra, sino procurar su propio bienestar y seguridad en aquella tierra.

Los hijos de Dios hemos sido llamados a ser testigos fieles del Señor en este mundo caído y a exaltar su Nombre viviendo vidas piadosas. Lee los siguientes pasajes: Mt. 5.14-16, Jn. 8.12, 17.6, 11, 14-15, 18, 26. ¿Cómo se describe la relación del cristiano con el mundo que le rodea? ¿Qué desafíos presenta esto para tu vida? Comenta brevemente.

Prestemos atención a la propuesta que los habitantes de Siquem hicieron a Jacob y a sus hijos. En términos actuales, esta podría haber sido considerada «una oportunidad para la evangelización» de los cananeos. Pero la verdadera intención de ellos era absorber al pueblo de Dios, el portador de la simiente santa. Este fue un nuevo ataque de Satanás para obstaculizar el plan redentor de Dios (ver Gn. 34.23). En la Biblia se encuentran muchas advertencias respecto a no dejarnos engañar con los ofrecimientos aparentemente convenientes de Satanás y el mundo. Lee Gn. 3.4-5 (ver 2° Co. 11.3); Jr. 23.26; Mt. 6.24, 7.15; Mr. 4.19; Jn. 8.44; 2° Co. 2.10-11, 6:14; Ef. 5:11; 1° Ti. 6.6-10; 2° Ti. 4.9-10; Stg. 4.4; 1° Jn. 2.15-16. En estos pasajes, ¿qué advertencias recibimos? ¿Qué principios encontramos? ¿Estás teniendo en cuenta estas advertencias y poniendo en práctica diariamente estos principios bíblicos? Comenta brevemente.

«Satanás ofrece muy buenos salarios, pero paga con dinero falsificado.»

Reflexión y Aplicación