Democracia Deliberativa e Internet

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    I. Introduccin

    Hoy da predomina la opinin de que la democracia es probablemente lamejor forma de organizacin social, porque les garantiza de la mejor ma-nera los derechos y libertades a los miembros de una comunidad social.Examinado tericamente, el sistema democrtico respeta la voz y la opi-nin de todos los individuos miembros de una comunidad, que son res-

    ponsables por el diseo de las instituciones democrticas que gobernarnsu estado. Los individuos son los que deciden si se los gobernar de tal ocual manera. A esa decisin comnmente se llega mediante una votacinhonesta, en la que cada cual puede ir a las urnas y votar por la opcin queconsidera que responder mejor a la sociedad en que vive.

    Sin embargo, cuando se plantea la pregunta cmo exactamente se hade entender ese proceso de votacin?, se llega a varias dudas interesantes.Qu representa exactamente el resultado de la votacin cuando la mayo-ra de los individuos se decide por una opcin? Deben adoptar esa op-cin tambin los que votaron contra ella, o los que fueron indiferentes aella? Sobre la base de qu pueden ser forzados a adherirse a la opcinrecin elegida? Tienen derecho a oponerse a ella porque votaron contra

    La democracia deliberativa e Internet:puede

    la democracia deliberativa en lnea

    sustituir a la democracia clsica?*

    Zeljko Mancic

    Denken Pense Thought Mysl..., Criterios, La Habana,n 46, 15 septiembre 2013

    * Deliberativna demokratija i internet: da li onlajn deliberativna demokratija mozeda zameni klasicnu demokratiju?, Filozofija i drutvo, XXIII (2), 2012.

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    ella? Adems de esas preguntas, se puede plantear tambin la siguiente:es correcto, en general, ese modo de votar, y si lo es, por qu?

    Cuando los tericos tratan de responder a esas preguntas y otras se-mejantes, comnmente se deciden por uno de los dos ms conocidos mo-delos o abordajes de la democracia: el modelo agregativo o el deliberativo.

    Primero tratar de bosquejar brevemente las diferencias fundamenta-les entre los modelos agregativo y deliberativo de democracia. Despusexplicar por qu algunos autores consideran que el modelo deliberativoes bastante ms conveniente para la toma de decisiones polticas que elagregativo. Prestar una atencin especial a la posibilidad de una demo-cracia deliberativa a travs de Internet que muchos en este momento con-sideran probablemente el mejor modelo posible de toma de decisiones.

    Por ltimo, sealar algunos problemas de ese modelo que en gran medi-da lo ponen en tela de juicio.

    II. Las concepciones agregativa y deliberativa de la democracia

    El modelo agregativode la democracia afirma que la toma de decisionesse reduce a la recoleccin de los votos, despus de lo cual se ordenan lasopciones con arreglo al nmero de votos obtenidos, y se proclama vence-dora a la opcin con el mejor resultado. Aunque a primera vista resultaatractivo, a este modelo se le pueden objetar muchas cosas ante todo,que est sujeto a diversos tipos de manipulaciones.1Uno de los ms cono-cidos de tales problemas es, desde luego, la as llamada paradoja deCondorcet. Condorcet demostr varias serias deficiencias de la democra-cia agregativa. En primer lugar, cuando tenemos la situacin de una so-ciedad con pocos integrantes que tiene que escoger entre tres opciones,muy fcilmente puede ocurrir que su eleccin sea tal que al final obtenga-mos un ordenamiento cclico de las preferencias. Por ejemplo, trato dellegar a un acuerdo con dos amigos mos acerca de qu partido miraremosesta noche: ftbol, tenis o baloncesto. Como no podemos ponernos deacuerdo, decidimos votar, y ello de modo que cada uno de nosotros tresordenar las opciones segn sus preferencias, de las ms deseables a lasmenos deseables. As, mi lista de preferencias, digamos, ser: tenis, ft-

    bol, baloncesto; la lista de mi amigo Pedro: ftbol, baloncesto, tenis; y la1 V. un buen examen de tales manipulaciones en Pavlicic 2010: 255286.

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    lista de mi otro amigo Ivn: baloncesto, ftbol, tenis. Enseguida uno sepercata de que tal mtodo de votacin no puede ayudar, porque ningunaopcin logr la mayora. Esa situacin es la paradoja de Condorcet(Pavlicic 2010: 278279).

    Uno de los modos de evitar esa situacin y de decidir la vencedorasera que se modificara un tanto nuestra votacin, y que ahora votramosde modo que comparramos las opciones por parejas: primero contrapon-dremos el tenis y el ftbol, y el que gane se contrapone al baloncesto. Sinembargo, tambin aqu es bastante fcil percatarse de la posibilidad deabusos: si se plantean as las cosas, el baloncesto tiene una ventaja injus-tificada, porque tendr mayores oportunidades de vencer. Se puede obje-tar que nuestra decisin de decidir primero entre el tenis y el ftbol es

    completamente arbitraria, porque pudimos incluir el baloncesto en vezde, digamos, el ftbol.2

    Supongamos ahora que finalmente nos pusimos de acuerdo en mirarel tenis. Nuestras listas de preferencias fueron las siguientes: yo vot as:tenis, ftbol, baloncesto; Pedro: tenis, baloncesto, ftbol; Ivn: balonces-to, tenis, ftbol. Puesto que el tenis ocup dos veces el primer lugar ennuestras listas de preferencias, nos decidimos por el tenis. Entretanto,Pedro se acord de que ese da se juega tambin la final del campeonatoeuropeo de polo acutico, de modo que ahora tenemos que votar de nue-vo. Es posible que ocurra que esta vez nuestra votacin de nuevo termineo con la paradoja de Condorcet o que venza alguna otra opcin, digamos:el baloncesto. Alguien podra objetar que nuestro mtodo de tomar deci-siones est sujeto a las influencias de la introduccin de nuevas alternati-vas. Eso podra ser particularmente peligroso si se introducen en la vota-cin alternativas sin importancia, o alternativas que no son importantespara el problema en torno al cual votamos, pero que podran perturbarnuestra eleccin final. En mi ejemplo, podra ocurrir que mi amigo Pedrose acordara de que esta noche es la entrega del Oscar que nuestra estacintelevisiva transmitir directamente. Nuestras lista de preferencias cam-biar, y al final tal vez escogeremos mirar no el tenis (como escogimosoriginalmente), sino el baloncesto, que no fue nuestra eleccin original.

    Adems de stos, existen todava muchos otros problemas de la tomagrupal de decisiones que se trasladan tambin al proceso de toma demo-

    crtica de decisiones. Aunque las sociedades democrticas contempor-2 Sobre ese modo de abusar de la votacin, vase Stupar 2008: 1415.

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    neas tienen mucho ms integrantes y son mucho ms complejas que elejemplo que hemos puesto, no es difcil modificar los ejemplos mencio-nados, ante todo el segundo ejemplo, de modo que de nuevo se llegue aidnticos problemas al proclamar la opcin vencedora. Dicho de manerasimple:si examinamos el proceso de la toma democrtica de decisionesslo a travs de los nmeros, mediante la simple adicin de los votos poruna opcin dada, es bastante fcil mostrar numerosas situaciones contra-dictorias o contraintuitivas. Se llega a eso tal vez porque las preferenciasy decisiones que toman los individuos son mucho ms complejas de loque se podra expresar con nmeros o listas por rango. El problema fun-damental del modelo agregativo de democracia est en que probablemen-te no es posible inventar un nico modelo matemtico de adicin de los

    votos de modo que se eviten todas las paradojas (matemticas) y se ex-presen del mejor modo posible las preferencias de todos los votantes. Porms esfuerzos que se hagan, siempre es posible introducir sin mucha difi-cultad, digamos, una nueva opcin de votacin, conducir a un desvo devotos y perturbar as las preferencias reales de los votantes.

    Otro problema capital con el modelo agregativo de democracia con-siste en que es un procedimiento bastante rgido: a los votantes se lespresentan de antemano varias opciones de las que tienen que escoger unao ms. Pero es correcto eso? Son siempre importantes todas las opcio-nes que se presentan o se omiten algunas intencionalmente o por error?Se formulan a veces las opciones de manera vaga o ambigua, de modoque el votante escoja una de ellas que, digamos, l considera errneamen-te que expresa una actitud negativa hacia la poltica nacional sobre elinicio de una guerra contra algn estado? Es ms, es correcto que nues-tra actitud de votante, que es una compleja combinacin de nuestras dife-rentes preferencias y experiencias de la vida, se pueda examinar como unnmero? Para responder a tal pregunta y otras semejantes, muchos teri-cos tomaron otro camino, abandonando el modelo agregativo de demo-cracia y volvindose hacia el as llamado modelo deliberativo.

    El modelo deliberativo es hoy extraordinariamente popular y estpresentado ampliamente en la literatura, por lo cual no es posible descri-birlo en detalle. Por eso aqu trataremos de exponerlo en sus rasgos msgenerales.

    Ante todo, como el nombre mismo lo dice, la democracia deliberativaincluye un proceso de deliberacin, esto es, un proceso de consideracinracional de determinados problemas sobre los que se decide. Dicho de

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    manera simple:del participante en la deliberacin se espera que presenteracionalmente algn problema; despus, que se discuta sobre el mismoutilizando argumentos racionales, y, por ltimo, que se llegue a algunaconclusin pensada colectivamente. Este modelo de democracia tiene va-rias grandes ventajas con respecto al modelo agregativo, la ms impor-tante de las cuales es el propio procedimiento por el que se llega a ladecisin. El proceso puede ser presentado brevemente de la manera si-guiente:

    En primer lugar, son los votantes quienes formulan sobre qu se vota,y no alguna tercera persona.3Son ellos los que exponen el problema, y noalguien de afuera. Por lo tanto, el primer paso en la toma deliberativa dedecisiones es la formulacin del problema, ms exactamente, la formula-

    cin del tema sobre el que hay que decidir. A diferencia del modeloagregativo de democracia, aqu no existe una lista de opciones dada deantemano que hay que considerar, sino que esas opciones tienen que for-mularlas en el primer paso los propios participantes. stos se renen enun mismo lugar y comienza la discusin.

    Despus que se ha formulado el problema, en el siguiente paso seaducen las posibles soluciones del problema. Naturalmente, tambin estavez los participantes proponen alternativas. De nuevo se efecta una dis-cusin racional en la que cada participante tiene derecho a aducir susrazones a favor o en contra de una o ms alternativas, y su opinin debentomarla en cuenta y considerarla todos los dems. Se espera que al princi-pio se formule un gran nmero de alternativas, muchas de ellas de maneraimprecisa o ambigua. Se supone que mediante el proceso de discusinracional se clarificarn esos problemas, porque, por definicin, todas lasalternativas no importantes sern descartadas, y las que no estn bienformuladas sern consideradas y expresadas con ms precisin.

    Cuando se ha consumado ese estado, de los participantes se esperaque se vuelvan hacia el proceso de la toma de una decisin final. A dife-rencia de la democracia agregativa, la deliberativa no supone la adicinagregativa de votos (por lo menos no necesariamente). En vez de eso,supone que todos los votantes los participantes en el debate llegarna la as llamadaposesin de un solo pico*de las preferencias, esto es, que

    3

    Ms tarde resultar que muchos filsofos ponen en tela de juicio esa afirmacin.* N. del T. En el original:jednovrnost, traduccin serbia del trmino ingls sin-gle-peakedness, cualidad o condicin de poseer un solo pico.

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    la eleccin final de los votantes representar la eleccin de un votantemedio o ideal. Aunque hasta hoy se han publicado muchos estudios emp-ricos y tericos sobre la posesin de un solo pico de las preferencias,sigue sin precisar qu exactamente debe significar eso. Lo que se puededecir es que la posesin de un solo pico representa el punto moderado dela combinacin de las preferencias en torno al cual existe un mayor omenor acuerdo sustantivo.4Como aducen Fishkin et al.:

    La combinacin de las preferencias posee un solo pico para losindividuos si existe un orden de alternativas de izquierda a dere-cha de modo que cada individuo tenga (1) la alternativa ms pre-ferida y (2) preferencias decrecientes hacia otras alternativas que

    se alejan de ella [de la alternativa ms preferida] (List; Luskin;Fish-kin; McLean 2006: 24).

    Significa eso que, despus de que se efecta el proceso de delibera-cin que he bosquejado a grandes rasgos, se puede llegar a un corte de lacombinacin de las preferencias y a una que cada miembro de la discu-sin por separado prefiere en grado sumo? Probablemente no. Como con-sideran Fishkin et al., de la deliberacin esperamos que aumente la aproxi-macinde la posesin de un solo pico (List; Luskin; Fishkin; McLean2006: 2). En otras palabras, es mucho ms realista considerar que antes sepuede alcanzar una posesin de un solo pico moderada o aproximada delas preferencias que una absoluta. La razn est en que no es racionalesperar que todas las personas, despus de que se termine la discusindeliberativa, lleguen a la misma opinin. Por ms argumentos racionalesconvincentes que se hayan aducido a favor de una alternativa, sigue sien-do posible que no todos estn de acuerdo con ella plenamente.

    Cul es el principal mrito de la teora de la posesin de un solo picode las preferencias? Segn la mayora de los autores que se ocupan de esatemtica, ella elimina exitosamente la ciclicidad de las preferencias y losdems problemas mayores del modelo agregativo de democracia que he-mos mencionado en el primer captulo. Ahora tenemos una discusin so-bre las alternativas mediante la cual los participantes refinan sus prefe-rencias, de modo que al final, cuando se tomen en consideracin las prefe-

    4 Para una descripcin detallada y bosquejo de la tesis de la posesin de un solopico de las preferencias y del votante ideal o medio, vase List; Luskin; Fishkin;McLean 2006: 15-17.

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    rencias de todos los votantes, se puede formar un continuum de las pre-ferencias (Miller 1992: 63) en el que una de ellas se destacar ms. Elmodelo agregativo no conoce ningn continuum de preferencias, porquees posible ordenar las opciones de varias maneras. Entretanto, la pose-sin de un solo pico es una propiedad binaria: la combinacin de prefe-rencias posee un solo pico o no (List; Luskin; Fishkin; McLean 2006: 2).

    Para que todo ese proceso de toma deliberativa de decisiones tengasentido, es indispensable cumplir una serie de condiciones esenciales.

    1)Igualdad de todos los participantes en la deliberacin. Ante todo,es necesario que los ciudadanos que participan en la deliberacindeban tratarse unos a otros como personas racionales e iguales.

    Por esto se sobrentiende que cada cual respeta la opinin de to-dos los dems participantes, sin ningn tipo de discriminacin.Adems, se espera que cada cual sea sincero cuando expone susargumentos, y que no mire a su propio inters, sino al inters detodos los participantes y de la sociedad a la que pertenece. Si nose satisfacen esas condiciones, si uno de los participantes tienerazones para dudar sobre si otros lo discriminarn o engaarn,entonces no hay motivos para que sea sincero con los dems, y sellegar entonces a una situacin en la que cada cual es lobo paracada uno de los otros. Naturalmente, en ese caso la idea de demo-cracia deliberativa se derrumba.

    A esa exigencia tal vez se le puede objetar que es irreal. Es muydifcil esperar de la mayora de la gente que olvide sus interesespersonales y consideren slo el inters comn de su comunidad ysus conciudadanos. Adems, para que todos los ciudadanos secreyeran unos a otros, es necesario que alguno sea el primero enempezar a creer incondicionalmente a los dems, ms exacta-mente, a dar el ejemplo a los restantes participantes.

    Creo que a eso se puede responder fcilmente. Como consideraDavid Miller (Miller 1992: 65), cada situacin sobre la que sedecide en el modo de la democracia deliberativa es nica. Cadasituacin tendr su gravedad y sus condiciones y circunstanciasespecficas que garantizarn que los participantes se respeten yse crean mutuamente. Por ejemplo, creo que no est justificadocreer que el mismo conjunto de circunstancias forzar a las per-

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    sonas a creer unas a las otras en la situacin en que deciden si hayque colocar un polica acostado frente a la escuela primaria, en lasituacin en que deciden si hay que ingresar en la Unin Europeay en la situacin en que deciden si hay que comenzar una guerracontra otro estado. Cuando se discute sobre el polica acostado,se espera que en esa discusin participarn slo aquellos a quie-nes eso les concierne en la mayor medida o de manera directa,por ejemplo, los padres de los nios que frecuentan esa escuela.Si a ese grupo de discusin se une tambin Jovan, que vive enotra ciudad, entonces se puede esperar que l no participe seria-mente en la discusin, porque el problema dado no lo conciernedirectamente a l, y por eso se puede esperar que se dae la con-

    fianza mutua de los que discuten.

    Sin embargo, Jovan se volver serio en la discusin cuando seplantee la cuestin de si hay que entrar en la Unin Europea. Esadecisin concierne a todos los ciudadanos, independientementede la ciudad en que vivan, de modo que de nuevo tenemos unconjunto coherente cerrado de personas que discuten sobre cues-tiones que les conciernen directamente. Naturalmente, de nuevoes posible imaginar a una tercera persona Pavle a quien nole interesa el ingreso en la Unin Europea porque, digamos, novive en su estado de origen sino en el extranjero. De l no sepuede esperar que participe en la discusin sobre la entrada en la

    Unin Europea, y probablemente muchos autores diran inclusoque no es necesario que participe, porque tal vez mirar exclusiva-mente a su propio inters y no al inters de la comunidad (digamos,despus del ingreso en la Unin Europa no tendra que pagar msla visa de trabajo). Nuevamente se preserva la confianza mutua.

    Sin embargo, Pavle ser incluido en el proceso de deliberacincuando se decida si su estado comienza la guerra contra otro esta-do. Aunque vive en el extranjero, esa temtica le concierne, por-que, en caso de que se llegue a la guerra, ser reclutado y enviadoal combate.

    En una palabra, si el grupo de participantes de la deliberacin es

    definido con precisin, de modo que incluya slo aquellas perso-nas a los que concierne directamente el problema sobre el que

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    hay que decidir, considero que con relativa facilidad se puedeasegurar la condicin de que los ciudadanos respeten unos lasopiniones de otros y de que observen el inters de la comunidad yno solamente el inters personal.

    2)Adems, ladeliberacin debe ser pblica.Se debe garantizar elderecho de que cada cual pueda participar en ella, donde expon-dr pblicamente su opinin de modo que puedan orla todos losdems y dirigirle eventuales objeciones. Si la deliberacin fuerasecreta o limitada slo a unas cuantas personas, entonces no sepodra llegar a la posesin de un solo pico de las preferencias,porque no se toman en cuenta las preferencias de los dems ciu-

    dadanos.3)Como ya he mencionado, el punto de vista de la democracia

    deliberativa sugiere que los procedimientos y los problemas losformulen los ciudadanos que participan en la deliberacin, y nouna tercera parte. Puesto que sobre un problema dado deben dis-cutir slo aquellos a quienes concierne ese problema, como heexplicado hace poco, no es posible que el tema de la discusin selos imponga a los ciudadanos alguien de afuera, sino que debenformularlo exclusivamente ellos mismos.

    A este punto se le puede dirigir la objecin de que en la prcticaes bastante dudoso. Aunque parece que eso es tericamente co-

    rrecto, se plantea la cuestin de si en la prctica eso ocurre de lamanera descrita. Es realista esperar que los ciudadanos mismosvean algn problema y entonces organicen la discusin? Si setrata de algunos problemas menores, como la colocacin del po-lica acostado, entonces la respuesta probablemente es positiva.Sin embargo, si hablamos de cuestiones ms complejas, se tienela impresin de que siempre existir alguna tercera persona queformularel problema central en torno al cual es preciso tomaruna decisin. A ttulo de ejemplo, si est en cuestin la decisinsobre el ingreso en la Unin Europea, cmo es que llegan losciudadanos a la situacin de decidir sobre esa cuestin? Ha des-cubierto alguno de ellos que sobre eso hay que decidir? O tal

    vez ese problema lo ha expuesto el presidente del estado, elpremier o algn otro representante? Eso, a primera vista, puede

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    parecer carente de peligros, pero se plantea la siguiente interro-gante: si esa observacin es correcta, en qu se diferencia en-tonces la democracia deliberativa de la agregativa? Recordemosque en el modelo agregativo de toma de decisiones tenemos unconjunto de opciones por las que votamos, y que nos ha impuestoalguien de afuera. Aunque en la democracia deliberativa los ciu-dadanos pueden decidir que la cuestin que se les plantea carecede importancia, y por eso no hay necesidad de discutir sobre ella,o tal vez se pronuncien negativamente sobre ella despus de ladiscusin y la rechacen, queda la impresin de que siempre habralguien de afuera que influir en el problema sobre el que se dis-cute. Reitero, eso no significa que esa persona, llammosla mo-

    derador, pueda influir en gran medida en el proceso mismo dedeliberacin; sin embargo, no podemos sustraernos a la impre-sin de que el moderador influir en adelante, lo que, por defini-cin de la democracia deliberativa, no debera ocurrir.

    El segundo problema que se liga a se reza: es realista esperarque la discusin deliberativa se desenvuelva como debe sin lamoderacin como tal? En otras palabras, es posible que una dis-cusin sea constructiva, y que no haya nadie de afuera que laencamine? Tal vez es posible, pero slo para pequeos grupos,digamos, cuando decidimos con nuestros amigos qu deporte mi-raremos. Pero, la democracia deliberativa se refiere en lo funda-

    mental a grupos sociales mayores que tienen que tomar algunadecisin compleja. Si de nuevo volvemos a la decisin sobre elingreso en la Unin Europea, es probable que un gran nmero depersonas exponga un gran nmero de argumentos a favor y encontra, y entonces se tenga la impresin de que debe existir algnmoderador que tome en cuenta todas esas propuestas y cuide deque la discusin no se desve en una direccin no correspondien-te. Sin embargo, entonces debemos preguntarnos: quin es l?Es ese moderador alguno de los participantes de la deliberacinque es elegido temporalmente para ese puesto? O es tal vez al-gn especialista experto cuya profesin es ser moderador? Pue-de l participar en la discusin, o es su nica tarea estar a un lado

    y vigilar a los dems? Tiene l que ser alguien que no tenganingn vnculo con el grupo de la discusin, que como observa-

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    dor desapasionado encaminara la discusin en la direccin obje-tiva?

    Mi impresin es que es indispensable cierto tipo de moderacin,por lo menos cuando se trata de un gran grupo de discusin, yentonces tal vez lo mejor es adoptar un sistema en el que losmoderadores provengan del grupo que discute, y ello de modoque se releven alternamente despus de un determinado perodoms corto. Si el moderador fuera alguien de afuera como cuan-do, digamos, decidiramos sobre el ingreso en la Unin Europea,y el moderador fuera algn ciudadano alemn, entonces losparticipantes pueden comenzar a violar gradualmente la primera

    condicin aducida la confianza mutua y el mirar al inters co-mn, porque puede ocurrir que alguno de los participantes co-mience a exponer argumentos a favor del ingreso en la UninEuropea no porque piense sinceramente que eso debe ocurrir, sinoporque ms tarde sacar provecho del moderador un ciudada-no alemn si un da se llega al ingreso en la Unin.

    4)En favor de esa opinin est encaminada tambin la tesis de JoshuaCohen de que las partes son formal y sustantivamente iguales.El poder existente (poltico o econmico) de los individuos nodictar sus oportunidades de contribuir a la deliberacin (Cohen2009: 74). Si es posible realizar eso, entonces tal vez es necesarioque no exista ningn moderador de afuera, sino que, si es necesa-

    ria la moderacin, ste puede ser alguien del grupo de discusin.

    5)La libertad de opinin y de expresin. sta es tal vez tambin unade las condiciones clave para la posibilidad del funcionamientode la democracia deliberativa. Cada uno de los participantes debesentirse libre de expresar cualquier posicin sin temor de que poreso sufrir consecuencia alguna de algn modo. Si fuera el casode que, digamos, la discusin deliberativa fuera vigilada por unrgimen autoritario, los participantes probablemente no seranlibres de exponer sus opiniones. En ese caso se llegara a unadiscusin insincera que contradira la naturaleza de la democra-cia deliberativa.

    Hasta ahora hemos considerado algunas definiciones positivasgenerales de la democracia deliberativa. Hemos sealado sus ven-

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    tajas fundamentales con respecto al modelo agregativo. Se ha mos-trado que es bastante ms exitosa porque los individuos puedenparticipar activamente en la formulacin de los problemas sobrelos que se tomarn decisiones, y no slo votan sobre aquello queotro les ofrece como alternativas. Asimismo, se mostr que elmodelo deliberativo no sufre de ninguna de las situaciones para-djicas a las que se llega cuando se suman los votos como en elcaso del modelo agregativo. Sin embargo, la democraciadeliberativa tiene varias serias insuficiencias, sobre las que ha-blaremos ahora.

    III. Los problemas fundamentales de la democracia deliberativa

    Lo primero que salta a la vista cuando hablamos del proceso de tomadeliberativa de decisiones como lo hemos descrito, es: cmo lo llevare-mos a cabo? Cmo podemos reunir tantas personas que decidan sobreproblemas en un mismo sitio? En primer lugar, la toma de una decisinsobre un solo problema puede durar infinitamente a causa del nmero departicipantes y del nmero de sus alternativas, porque hay que discutirsobre cada una de ellas. Naturalmente, est de ms decir que problemaspara discutir existen potencialmente muchos, y entonces podra concluir-se que, si adoptamos el modelo de la democracia deliberativa, tenemosque pasarnos la vida entera en las plazas o en los ayuntamientos, discu-tiendo sobre los problemas actuales.

    El problema, por lo tanto, est en lo siguiente: si nos decidimos por lademocracia deliberativa no mediada, esto es, directa, entonces es probable-mente imposible responder a la observacin de que tal cosa es simplementeimposible. Naturalmente, si discutimos sobre la colocacin del polica acos-tado, entonces ese modelo es posible, porque en esa discusin por supuestono participar mucha gente. Pero qu pasa con una toma de decisin comoel ingreso en la Unin Europea? Si tomamos como ejemplo nuestro estado,no sera serio afirmar que todos los ciudadanos mayores de edad de Serbiatienen que reunirse en un mismo lugar y discutir sobre el problema.

    La nica salida es que introduzcamos en el juego a los representan-

    tes. Sin embargo, la gran interrogante es si son compatibles la democraciadeliberativa y la representativa. La esencia de la democracia deliberativaest en que todos participan y llegan colectivamente a alguna decisin, y

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    no que eso lo hace alguien en lugar de ellos. Naturalmente, es posible quelos ciudadanos lleguen a cierta decisin mediante la deliberacin, des-pus la comuniquen a su representante (por ejemplo, al presidente delpas), que ms tarde tomar la posicin de las personas que representa.Sin embargo, fcilmente puede ocurrir que el representante llegue a unasituacin imprevista en la que deber tomar alguna decisin bajo su pro-pia responsabilidad en nombre de aquellos que representa. Aunque esadecisin puede estar en el mejor inters de aquellos que representa, talsituacin viola los principios de la democracia deliberativa, que sugierenque cada decisin debe ser alcanzada colectivamente, y no ser tomada poralgn cuerpo independiente.

    Por lo tanto, se debe abandonar el guin con el representante. Pero

    tampoco podemos basarnos en el guin de la democracia deliberativadirecta, al menos no en todos los casos, porque tal cosa es imposible.Qu hemos de hacer entonces? Hay que tratar por eso a la democraciadeliberativa como un bello ideal terico que no tiene nada que ver con larealidad? Antes de responder a esa pregunta, es preciso considerar unaposibilidad ms: la democracia deliberativa a travs de Internet, o sea, lademocracia deliberativa en lnea.

    IV. Internet como medio de la democracia deliberativa

    Hoy se considera de manera generalizada que Internet es el mejor mediode comunicacin y vinculacin de la gente a lo largo y ancho del planeta.Con poco conocimiento tcnico previo, Internet es accesible a la mayorade las personas, independientemente de donde viven, cunto ganan, cules el color de su piel, cul es su sexo, y as sucesivamente. Es general laimpresin de que en Internet se puede realizar la total igualdad de dere-chos entre los seres humanos que quizs no se pueda realizar tan fcil-mente en la realidad. Precisamente por eso algunos autores sugieren queInternet es tal vez el mejor medio para realizar la democracia deliberativay sus procesos de toma de decisiones.

    La Internet de hoy ofrece variados modos de vinculacin de las per-sonas. Existen los as llamados foros, creados segn el modelo de los

    antiguos foros romanos, adonde las personas pueden llegar, registrarse ydespus discutir sobre diversos problemas. Puesto que los foros estn ensu mayora dedicados especficamente a un tema, la mayora de las veces

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    la gente escoge participar en foros cuyo tema le es de inters o utilidad.Lo mismo vale para las variadas listas de correo, grupos, etc.

    Al lado de tales sitios, existen tambin pginas oficiales de ciudades,instituciones estatales, corporaciones privadas, e incluso de los propiosestados. No raras veces ocurre que la administracin municipal de unaciudad tenga su pgina en Internet. En esos lugares la administracin puedeinformar a los ciudadanos sobre los ms recientes sucesos en la ciudad,sobre los problemas del momento, etc. Puesto que bastante gente tieneacceso a Internet y los indispensables conocimientos tcnicos mnimospara utilizar computadoras e Internet, se lleg a la idea de que los ciuda-danos pudieran dejar algn comentario, observacin o crtica suyos liga-dos a alguna decisin de la administracin municipal que fuera publicada

    en las pginas de Internet. Si todo el asunto est mejor organizado, laadministracin municipal puede asimismo abrir una discusin en torno alo que hay que hacer sobre algn problema que se present en la ciudad,y despus los ciudadanos pueden, entre s o conjuntamente con emplea-dos estatales, discutir sobre eventuales soluciones.

    De que eso no fuera slo una premisa terica se preocuparon, en pri-mer lugar, algunos de los estados de los Estados Unidos de Amrica, queson los primeros que emprendieron esa iniciativa. Mencionaremos slouna de tales tentativas. El estado de Virginia fund un sitio web en el quesus ciudadanos pueden discutir sobre problemas actuales de ese estado.Los empleados estatales se esfuerzan por animar a los ciudadanos a parti-cipar cada vez ms en la comunicacin mutua, y por ahora, a juzgar portodo, esa iniciativa de Virginia da resultados positivos.5

    Otro conocido ejemplo es el portal web de Minnesota, que funcionasegn el principio del foro: las discusiones son agrupadas en varios temasdiferentes, de modo que cada participante pueda escoger el tema que msle concierne.6

    De esa manera se resuelve sin dificultad alguna el problema funda-mental de la democracia deliberativa: a travs de Internet puede partici-par en el proceso de deliberacin un enorme nmero de personas. Preci-samente eso se puede considerar como el argumento principal a favor dela posibilidad de la democracia deliberativa en Internet: la amplia accesi-bilidad sin limitaciones fsicas.

    5 Para ms ejemplos de tales sitios web, vase Dahlberg 2001: 157177.6 http://forums.e-democracy.org/.

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    Aunque a primera vista eso puede parecer completamente aceptable,y tal vez hasta la solucin definitiva del problema de la democraciadeliberativa, hay que ser muy precavido, por dos razones. En primer lu-gar, algunos de los problemas que he alegado antes, y que atormentan a lademocracia deliberativa corriente, se presentan tambin en este caso. Ensegundo lugar, la democracia deliberativa a travs de Internet abre tam-bin algunos problemas nuevos, propios de ella, que es bastante difcilresolver.

    Antes de exponer esos problemas, es preciso considerar algunos delos argumentos a favor de la tesis de que la democracia deliberativa enInternet es posible.

    V. Argumentos a favor

    Una de las principales condiciones de la existencia de la democraciadeliberativa es que sus participantes estn cada vez mejor informadosacerca de los problemas sobre los cuales hay que tomar una decisin.Tomando en cuenta la naturaleza de Internet, esa condicin no slo sepuede cumplir fcilmente, sino que tambin es posible realizarla muchoms rpido y mucho mejor que en la forma corriente de informar. A lapersona comnmente no le hace falta mucho tiempo para enterarse detodo lo que hace falta acerca del problema sobre el que dentro de poco sediscutir (Gimmler 2001: 2139).

    Basndose en ese supuesto, Davy Janssen y Raphal Kies han lleva-do a cabo una investigacin emprica que, segn se afirma, ha mostradoel exitoso potencial de la democracia deliberativa a travs de Internet. Suinvestigacin muestra que hasta ahora la prctica de los rganos estatalesde utilizar Internet para discutir problemas con los ciudadanos, ha dadofruto: muchos ciudadanos estn muy interesados en participar. El nicoproblema, como alegan, est en que no respondieron al llamado muchaspersonas oficiales del estado. Sin embargo, aunque eso es una mala noti-cia, no afecta el proyecto de la as llamada democracia electrnica (e-democracia), porque ambos autores esperan que con regulaciones legaleseficaces en el futuro se pueda obligar a participar a las personas oficia-les del estado (Janssen; Kies 2005: 317335).

    He aqu los ms importantes argumentos a favor:

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    1)Reciprocidad. Los participantes, en la mayora de los casos, estninteresados en escuchar atentamente lo que otros dirn, y despusexaminar sus actitudes. Puesto que la comunicacin se desarrolla atravs de Internet, los participantes no son forzados a responder yexponer su opinin inmediatamente, sino que pueden en un inter-valo meditar qu dirn, buscar informaciones adicionales enInternet, y as sucesivamente (Westholm 2002: 240247). Esa par-ticularidad comnmente no existe fuera de la realidad virtual, por-que, digamos, en la Sala de la Asamblea en que se desarrolla unadiscusin deliberativa, los participantes no pueden conseguir in-formaciones adicionales tan fcilmente, ni es factible en la prcti-ca que reflexionen por largo tiempo antes de decir algo nuevo. La

    ventaja de Internet es particularmente clara cuando tomamos enconsideracin que se puede responder a un problema incluso des-pus de varios das, lo que no es factible en el mundo real.7

    2)Igualdad de participacin y discusin. Las tecnologas de com-putacin actuales posibilitan que el usuario de Internet perma-nezca annimo, de modo que uno nunca puede saber nada sobrela persona con la que se comunica, a menos que sta revele algovoluntariamente. De ese modo, las personas pobres pueden dis-cutir con personas muy ricas, y en general no saber con quienesconversan. Eso es muy importante, porque as se elimina cual-quier eventual influencia en la discusin que el orador pudiera

    tener sobre la base de su origen, su estatus en materia de propie-dades o algo semejante. La democracia deliberativa a travs deInternet puede, sin mayores problemas, asegurar esa condicin,mientras que la deliberacin en el mundo real no es capaz de talcosa. Por lo tanto, una ventaja ms con respecto a la deliberacinen el mundo real (Westholm 2002: 240247).

    3)Inmunizacin contra el autoritarismo. Aunque muchas discusio-nes deliberativas en lnea no las inician sino el estado y sus em-pleados, eso no significa que todas las discusiones deban efec-tuarse en sus sitios web. Si un estado posee poder autoritario, y lalibertad de discusin no es ilimitada, las personas fcilmente pue-

    7 Por el sintagma mundo real entiendo nuestro mundo fuera de la realidad virtual,como son las salas de asambleas para debates, etc.

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    den organizarse y discutir en sitios web sobre los que su estadono tiene ningn poder. Eso es tambin un punto muy esencial,porque muestra que la toma deliberativa de decisiones es posibleen cualquier colectividad, mientras que eso no vale para el mun-do real incluso hoy da existen bastantes estados autoritariosque como mnimo se inmiscuiran en el proceso deliberativo einfluiran considerablemente en l (Buchstein 1997: 248263).

    4)Neutralidad. Lo que distingue a la democracia deliberativa enInternet es la completa neutralidad en relacin con estados, cor-poraciones (privadas), organizaciones no gubernamentales, etc.Una discusin en Internet puede promoverla literalmente cual-

    quier persona, y ello de manera completamente independiente delos mencionados actores. Aunque sea exacto que la discusin quecomience algn empleado estatal contar ms despus de ladeliberacin, a menudo ocurre que los ciudadanos mismos plan-teen alguna cuestin, discutan sobre ella, y al final la administra-cin estatal se vea forzada a respetar la decisin de ellos.8

    Sobre la base de esas razones, algunos autores (Buchstein 1997: 248263) concluyen que Internet puede conducir a la abolicin de la democra-cia representativa y devolvernos a la democracia directa que se desenvol-vera precisamente de la manera descrita. Sin embargo, son muchos mslos autores que son muy escpticos hacia tal conclusin. En su opinin,Internet no puede sustituir la democracia representativa, lo que no signi-fica que no puede por lo menos ayudarla. Por ejemplo, antes de salir avotar, podemos, das o semanas antes, discutir unos con otros sobre nues-tras preferencias y despus llegar a tal o cual posesin de un solo pico delas preferencias. Podemos registrar Internet y llegaremos a nuevas infor-maciones que mejorarn y refinarn nuestras preferencias. En todo caso,en este momento sera muy pretencioso e injustificado afirmar que se hadescubierto un modelo de democracia que funciona mejor que nuestroactual modelo de democracia representativa.

    8 Uno de los ejemplos es el antes mencionado sitio web de Minnesota (http://forums.e-democracy.org/, acceso el 7 de diciembre de 2011), en el que en variasocasiones ocurri que alguno de los ciudadanos promoviera por su propia inicia-

    tiva una discusin sobre problemas que las personas oficiales del Estado tal vezno notaran. La discusin comnmente da fruto, y las autoridades estatales notienen otra opcin que ejecutar lo que los ciudadanos han decidido.

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    Ahora citar objeciones fundamentales contra la posibilidad de lademocracia deliberativa en lnea (Westholm 2002: 240247; Edwards2008: 233248).

    VI. Argumentos en contra

    En los ltimos tiempos aparecen cada vez ms autores que no slo recha-zan la posibilidad de la democracia deliberativa en lnea, sino que la de-claran un puro absurdo. Esa ltima actitud es, dira yo, probablementeexagerada. Como pronto veremos, hay fundamentos para ser escpticos,pero tambin hay buenos fundamentos para tomar en consideracin seria-mente la posibilidad de una democracia deliberativa en lnea.

    1)Uno de los primeros argumentos contra la democracia deliberativaen lnea es el argumento de la estratificacin. ste parte de lapremisa de que no todas las personas son igualmente conocedo-ras de la tecnologa y de que por eso se producir una estratifica-cin en la que aquellos que son tecnolgicamente msalfabetizados se separarn de los menos alfabetizados. En tal si-tuacin no es posible una discusin deliberativa, ni por eso mis-mo una democracia deliberativa, porque bajo tales circunstan-cias en la deliberacin participarn slo aquellos que son tcni-camente ms capaces (Buchstein 1997: 248263).

    Ese argumento es exagerado. En primer lugar, para participar en

    la toma deliberativa de decisiones a travs de Internet, basta unmnimo conocimiento tcnico, como es necesario para conectar-se a Internet y escribir y enviar mensajes. Difcilmente se puedeafirmar que ese proceso es tan complicado como esa crtica su-giere. En segundo lugar, no es difcil imaginar que los estadostomen determinadas medidas y ayuden a aquellos que no estnen condiciones de cumplir esa condicin por cualquier motivo.

    2)Comercializacin. Las grandes corporaciones influirn cada vezms en el modo de funcionamiento de Internet, por lo cual, aunqueimplcitamente, el desarrollo de la democracia deliberativa a tra-vs de Internet se mover en la direccin que esas corporaciones

    escojan. Teniendo en cuenta que la democracia deliberativa presu-pone un espacio pblico en el que no existan tales influencias, ellano es posible por esas razones (Buchstein 1997: 248263).

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    Aunque no est muy claro qu se afirma exactamente con esaobjecin, se tiene la impresin de que tiene cierto peso. Las cor-poraciones no pueden influir directamente en el proceso de deli-beracin, pero pueden influir en cundo y bajo qu condicionesse desenvolver la deliberacin. Por ejemplo, si tomamos los re-cientes sucesos con motivo de la promulgacin de la ley ACTA*(ACTA, Internet), es posible imaginar que a travs de esas leyeslas corporaciones se inmiscuyen directamente en el debate en l-nea. Puesto que los ciudadanos sern conscientes de la presenciade las mismas, pueden sentir cierto malestar si discuten sobrecuestiones sensibles, digamos, cmo resolver el problema de lapiratera en un estado. Entonces los ciudadanos cuidarn lo que

    dicen en vez de exponer de veras sus opiniones. Si eso es cierto,la democracia deliberativa se derrumba, porque, como se ha di-cho muchas veces hasta ahora, su premisa fundamental es la dis-cusin sin trabas en la que influyen en primer trmino sus partici-pantes.

    3)Panoptificacin. Existe un temor adicional en relacin con el pun-to anterior. El desarrollo de Internet ha logrado hasta ahora abrirnuevas esferas de la vida que exigen nuevas instituciones, nuevasagencias gubernamentales y no gubernamentales, etc. El argumen-to de la panoptificacin afirma que eso aumentar an ms en laera de la e-democracia, porque los gobiernos tratarn de imponer

    su voluntad y control tambin en las discusiones que se efectanen Internet (Buchstein 1997: 248263). Creo que ese miedo estjustificado a causa de la ley hace poco mencionada. Antes de esaley era posible registrar un sitio web en cualquier estado, y despussin trabas distribuir informaciones (a condicin de que fueran le-gales), llevar a cabo cualquier tipo de discusiones, y as sucesiva-

    * N. del E. Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA): acuerdo que se est ne-gociando entre un grupo de pases y cuyo fin es endurecer la proteccin a losderechos de propiedad intelectual en Internet y combatir la llamada piratera. Elacuerdo es promovido, entre otras, por organizaciones como la Motion PictureAssociation of America (MPAA) y la Recording Industry Association of America(RIAA), las cuales consideran que es ilegal incluso compartir archivos sin fines

    de lucro. Sus detractores sealan que este acuerdo infringe derechos bsicos delibre expresin y privacidad. En julio de 2012 el Parlamento Europeo rechaz elACTA y en diciembre lo hizo, de forma definitiva, la Comisin Europea.

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    mente. Sin embargo, si esa ley prospera, la mencionada libertadser puesta en tela de juicio, porque el ACTA les garantiza a dife-rentes agencias gubernamentales el derecho de vigilar e influir di-rectamente en la poltica de cualquier sitio web. Naturalmente, noes necesario abundar en la explicacin de cun daino es eso segnla idea de la democracia deliberativa. Una vez ms, si uno es cons-ciente de que alguien observa desde afuera, uno tendr que teneren cuenta sobre qu habla, y eso le impedir exponer su opininsobre el problema dado.

    4)Desrealizacin. Es de todos conocido que la comunicacin y elintercambio de informacin a travs de las computadoras e Internet

    conduce a la creacin de una esfera separada de la realidad, la asllamada realidad virtual. Algunos filsofos consideran que ellatrae consigo nuevos deseos y necesidades de los hombres. Ahorase plantea la cuestin: sobre qu discutiremos y decidiremos atravs de Internet: sobre los problemas del mundo real, o sobrelos problemas del mundo virtual, o sobre los problemas de am-bos? Este argumento contra la democracia deliberativa a travs deInternet parece afirmar que las personas se separarn de la realidady discutirn sobre problemas irreales (Buchstein 1997: 248263).

    Creo que ese argumento es, como mnimo, exagerado. Ante todo,no est claro por qu las personas se separaran hasta ese puntodel mundo real y viviran por completo slo en el mundo virtual.

    En segundo lugar, aun si esa tesis fuera cierta, no se ve por qulas cuestiones y problemas de la realidad virtual careceran deimportancia para la toma deliberativa de decisiones. Por qu notendra sentido o no habra necesidad de discutir sobre las men-cionadas leyes que conciernen a la propia realidad virtual? Lademocracia deliberativa presupone que los ciudadanos discutansobre los problemas que los afligen y que despus de la discusintomen una decisin, y nunca esa discusin se limita al mundoreal; esto es, no se ve por qu se excluiran problemas que con-ciernen a la realidad virtual.

    5)Selectividad de las discusiones e informaciones. Existe un argu-

    mento ms contra la democracia deliberativa en lnea que consi-dera que los participantes en la discusin y en la toma de decisio-nes prestan atencin solamente a aquellos problemas que les in-

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    teresan, y no tambin a todos los problemas posibles que puedenaparecer (Dahlen 2002, Internet).

    Parece que ese argumento incurre en dos errores. En primer lu-gar, eso es una afirmacin emprica, y hasta ahora se ha presenta-do poca demostracin emprica de tal opinin. En segundo lugar,aun si fuera cierto, creo que eso es un argumento a favor de lademocracia deliberativa a travs de Internet, y no un contraargu-mento. Como yo mismo he alegado cuando he discutido sobrelos problemas de la democracia deliberativa corriente, los ciuda-danos siempre prestarn atencin cuando se discute sobre lascuestiones que les conciernen. Por el contrario, es probable que

    no sern sinceros o no estarn interesados si alguien los obliga aestar presentes en la toma de decisiones sobre un problema queno les concierne. Por lo tanto, una de las condiciones fundamen-tales de la democracia deliberativa sera la voluntariedad. Interneten ningn caso viola esa condicin, sino slo puede agilizarla.Adems, sera irrealista y probablemente contraproducente espe-rar que cada persona pueda discutir sobre cada problema y po-seer todo tipo de informacin. Por consiguiente, considero queeste argumento no logra persuadirnos de descartar la democraciadeliberativa en lnea.

    6)La influencia de los medios masivos en la formacin de la opi-nin pblica (Gimmler 2001: 26). Eso es un problema verdadera-mente grande. A travs de los medios los actores estatales y otrosgrupos de intereses pueden influir en una enorme medida en lareflexin de las personas y su toma deliberativa de decisiones.Por ahora no se ve cmo se puede esquivar ese problema, peroconsidero que no puede ser alegado como contraargumento (cla-ve) de la democracia deliberativa en Internet, porque ese mismoproblema est vigente tambin fuera de Internet. Es de conoci-miento general que los medios masivos se utilizan en gran medi-da para formar la opinin pblica antes de cualquier votacin.Puesto que este problema se manifiesta con igual intensidad tan-to en el mundo real como en Internet, no se ve por qu en este

    sentido la democracia deliberativa en lnea estara en una posi-cin menos envidiable que ese otro tipo de democraciadeliberativa.

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    Ahora quisiera considerar brevemente si la democracia deliberativaen Internet puede resolver los problemas con que se enfrenta la democra-cia deliberativa corriente, sobre los que se habl en el captulo II.

    VII. La democracia deliberativa en lnea yla democracia deliberativa fuera de Internet

    Todo el que ha participado alguna vez en cualquier discusin en Internetha podido notar que comnmente existe alguien que es moderador, admi-nistrador, propietario de la lista de correos, etc. A menudo tambin esaspersonas son incluidas en la discusin de modo que en general no se dife-rencian de los dems participantes, pero eso, desdichadamente, no siem-

    pre es as.Anteriomente hemos recordado que la democracia deliberativa tiene

    dificultades para responder a la pregunta sobre el estatus del moderador dela discusin. Esa pregunta aparece tambin en la democracia deliberativaen lnea, y ello en una forma an ms compleja. Fuera de la esfera de Internet,en la sala de la asamblea o algn otro espacio en que se efecte una discu-sin deliberativa, es posible que alguno de los moderadores sea uno de losparticipantes en la discusin. Aunque eso se puede decir tambin sobre laesfera de Internet, aunque es cierto que el moderador puede ser uno de losparticipantes, sigue quedando el supermoderador o administrador que espropietario del sitio web en que se desenvuelve la discusin, o que pro-movi la discusin, y as sucesivamente. En Internet siempre existir al-guien que est por encima de todos los dems. De nuevo se plantea lacuestin del estatus del mismo: tambin l puede participar en la discu-sin? Puede influir y en qu medida en el curso mismo de la discusin?

    A esa pregunta y otras semejantes ha tratado de responder ArthurEdwards, quien ha llevado a cabo varias investigaciones empricas. En suopinin, hoy da existe la necesidad del moderador como un medio me-diador democrtico entre los ciudadanos y el gobierno, al lado de aque-llos que ya existen. Los regmenes democrticos no pueden funcionar sinesos mediadores. (Edwards 2002: 34; las cursivas son mas). Si eso esexacto, entonces la idea de democracia deliberativa es puesta en cuestin,porque es bastante difcil insertar mediadores en la deliberacin: es ex-

    traordinariamente complicado precisar cul exactamente sera su funcin.Edwards considera que esos intermediarios-moderadores pueden te-ner las siguientes funciones y obligaciones (Edwards 2002: 7):

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    1) Definen los objetivos de la discusin.2) Procuran el apoyo de las organizaciones polticas y de otra ndole

    que estarn de acuerdo ms tarde en tomar en consideracin lasconclusiones de la discusin deliberativa, y en ejecutarlas delmejor modo posible.

    3) Controlan los lmites de la discusin, esto es, cuidan de que losparticipantes se atengan al tema de la discusin.

    4) Aseguran que se realicen los resultados de la discusin y la tomade decisiones.

    5) Controlan la calidad misma de la discusin: muestran una nueva

    lnea de argumentacin en el debate, resumen la discusin hastael presente, etc.

    6) Tienen derecho a excluir a cualquier participante, o a dictarle laprohibicin de discutir por un determinado perodo.

    Todos esos puntos son muy problemticos. Sobre la base de qutiene una persona el derecho de desempear esas funciones? Ser ellaespecialmente instruida para tomar en cuenta esos puntos?, y si la res-puesta a esa pregunta es afirmativa, quin la instruir para ello?

    Edwards, adems, demuestra que esas cuestiones provocan grandesinfortunios. Sin embargo, eso no significa que haya que abandonar elproyecto entero; por el contrario, su estado, el gobierno holands, trata de

    promover ese tipo de democracia deliberativa. A juzgar por su investiga-cin, Holanda reconoce ese tipo de discusin, respeta las decisiones a lasque llegan los ciudadanos, y, lo ms importante, el gobierno, con un do-cumento oficial que ha emitido, en el proceso de deliberacin se compro-mete a no inmiscuirse en el proceso de deliberacin.9Una de las cosasclave a las que se compromete el estado es que el moderador siempre seralguna persona independiente, a la que los participantes mismos escojan,y no un funcionario estatal.Edwards, sin embargo, sigue siendo escpticoen torno al proyecto en su conjunto, y considera que la cuestin es slocundo el estado se inmiscuir de algn modo (implcito).

    Mi opinin, sin embargo, es que con ese acto pueden evitarse todoslos puntos problemticos mencionados. Si el estado garantiza que no se

    9 Guide for Electronic Citizen Consultation, ed. por el Ministerio holands de asun-tos interiores, (Edwards 2002: 320).

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    inmiscuir en el proceso de deliberacin, entonces los participantes mis-mos pueden hacer todo lo que hace el moderador segn los seis puntosque Edwards menciona. Los ciudadanos participantes pueden formularellos mismos el tema de la discusin, cuidar de que sta se mantengadentro de los lmites del tema que consideran, sealarse unos a otros losnuevos argumentos que han aparecido en el intervalo, etc. Naturalmente,todo eso es posible slo bajo la condicin de que el estado o algn otroactor inadecuado permanezca al margen y no influya en la discusin deningn modo.

    Creo que, no obstante, tenemos que estar de acuerdo de algn modocon la actitud escptica de Edwards. Si de nuevo nos acordamos de la leyACTA, no podemos sustraernos a la impresin de que los estados tarde o

    temprano darn todo de s para inmiscuirse en las discusiones en lnea.No es necesario explicar detalladamente que eso est en gran medida ensu inters, porque, al fin y al cabo, los ciudadanos discuten sobre cuestio-nes que conciernen al mismo estado y a su poltica. Teniendo en cuentaque a menudo ocurre que en la creacin de esa poltica influyen grandescorporaciones, organizaciones no gubernamentales y cuerpos polticos ono polticos semejantes, podemos esperar con toda seguridad que se es-forzarn por aumentar su influencia sobre las personas que participan enla democracia deliberativa. Aunque la discusin a travs de Internet tienedeterminada ventaja con respecto a la discusin cara a cara, no podemossustraernos a la impresin de que esa ventaja no es grande: diversas perso-nas, organizaciones e instituciones pueden seguir influyendo en la forma-cin de la opinin pblica. En este momento Internet no puede ser aisladade la influencia de las instituciones y normas sociales, y eso es, segn algu-nos autores,10una de las condiciones previas fundamentales de la democra-cia deliberativa.

    VIII. Conclusin

    Hemos visto que el modelo agregativo de la democracia puede caer muyfcilmente en diversas situaciones sin salida paradjicas. Tambin hemosvisto de qu modo la democracia deliberativa logra evitar esos proble-mas. Sin embargo, ella trae consigo algunas nuevas dudas, propias de

    ella, que no es fcil resolver. Ante todo, de qu modo la democracia10 Vase,digamos, Cohen 2009.

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    deliberativa puede practicarse y no ser representativa? Tomando en con-sideracin el gran nmero de participantes potenciales en la tomadeliberativa de decisiones, se plantea una pregunta simple: cmo orga-nizar una reunin as? Muchos han pensado que eso podra efectuarse atravs de Internet sin mayores problemas. Los mismos autores han afir-mado que Internet hasta elimina los nuevos problemas que trae consigo lademocracia deliberativa. Sin embargo, queda abierta la cuestin de si esoes cierto. Hemos visto que es bastante difcil resolver el problema delmoderador, mediador o representante. Su estatus durante y despus de ladiscusin es bastante difcil de determinar.

    En todo caso, de ningn modo hay que rechazar los mritos de lademocracia deliberativa en lnea. La verdad es que ella no posee ninguna

    ventaja esencial con respecto al procedimiento democrtico corriente, peropor eso puede contribuir a l (Westholm 2002: 246). Como he dicho,podemos discutir en lnea sobre los candidatos presidenciales y sus pol-ticas antes de salir a votar. Podemos informarnos a travs de Internet so-bre las ventajas y defectos del ingreso en la Unin Europea antes de saliral referndum. Adems, las discusiones en lnea que promovamos en si-tios oficiales de la administracin local o estatal pueden forzar a las per-sonas oficiales del Estado a reflexionar bien antes de decidir algo. Aun-que tal vez no podamos determinar o dirigir la poltica estatal, podemos almenos influir en ella hasta cierto punto.

    Instituto de Filosofa de la Universidad de Belgrado

    Traduccin del serbio:Desiderio Navarro

    Sobre el texto original: zeljko Mancic

    Sobre la traduccin: Desiderio Navarro.

    Sobre la edicin en espaol: Centro Terico-Cultural Criterios.

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