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    FRONTERANORTE,VOL.23,NM.45,ENERO-JuNIO2011,PP.97-130

    La actual lucha del gobierno mexicano contra la

    delincuencia en la frontera con Estados Unidos

    The Current Mexican Governments Fight Against Crime

    in the U.S.-Mexican Border

    Vicente Snche MunguaProfesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte

    Direccin electrnica: [email protected]

    resumenEn este artclo se analiza el entorno de insegridad y violencia asociadas con el narcotrco enla frontera de Mxico con Estados unidos y las acciones emprendidas por el gobierno federalpara desarticlar a las organizaciones criminales e pelean el control del mercado y el acceso alos crces fronterizos para la introdccin de drogas a Estados unidos, partiendo de la hiptesis

    de e la violencia e insegridad han estado presentes desde mcho antes en la frontera, pero lasagencias responsables del control fronterizo y la segridad son parte del problema al asociarsecon las bandas criminales, mientras e stas han fortalecido s presencia echando races entresectores de la sociedad fronteriza.

    Palabrasclave: 1. Frontera, 2. gobierno, 3. narcotrco, 4. segridad, 5. corrpcin.

    abstractThe aim of this paper is to analyze the environment of insecrity and violence associated withdrg trafcking on the u.S.-Mexican border, and the actions taken by the federal government todismantle criminal organizations that ght to control the market and access to border crossingpoints for the introdction of drgs into the united States. The assmption is that violence

    and insecrity have existed on the border for a long time , bt that the agencies responsible forborder control and secrity are now part of the problem becase of their association withcri-minal gangs, which in trn have strengthened their presence by taking root among sections ofborder society.

    Keywords: 1. Border, 2. government, 3. drg trafcking, 4. safe, 5. corrption.

    Fecha de recepcin: 8 de octbre de 2009Fecha de aceptacin: 1 de diciembre de 2009

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    98 FRONTERA NORTE, VOL. 23, NM. 45, ENERO-JuNIO DE 2011

    INTRODUCCIN

    A estas altras no hay dda de qe la violencia asociada con el narcotrco se ha

    incrementado en Mxico y de modo particlar en la frontera con Estados unidos.Para enfrentar los reclamos de la sociedad e por lstros ha atestigado y sfridoesa violencia sin acciones efectivas de parte del gobierno en distintos espaciosregionales del pas,1 el presidente Felipe Caldern declar la gerra al narcotrcoapenas entr en fnciones, recrriendo de manera abierta al despliege de tropasa lo largo y ancho del territorio mexicano.2

    Como se menciona frecentemente por analistas y voceros del gobierno esprobable qe, dada la inltracin de la delincencia en las policas de todo el pas,el gobierno federal no haya tenido ms alternativa e recrrir al despliege del

    ejrcito para enfrentar la ferza de los crteles de la droga. Hay e tener presentee el tema de la insegridad en Mxico ha venido cobrando relevancia pblicadesde la dcada de 1980 cando la incidencia delictiva se empez a manifestarcon mayor ferza, mientras qe los delitos asociados con el narcotrco adqirie-ron mayor visibilidad, lo e a s vez condjo al involcramiento de las ferzas ar-madas en las operaciones de combate a los delitos ligados con el trco de drogas,debido a la debilidad estrctral qe signica la corrpcin de las corporacionespoliciacas, las cales han sido penetradas por la delincencia organizada a la ebrindan proteccin, indicativo de la vlnerabilidad del Estado mexicano en s

    capacidad de ejercer el control territorial.3uno de los espacios territoriales mayormente afectados por la actividad desple-

    gada por las organizaciones delictivas ha sido la frontera con Estados unidos, parti-clarmente las cidades de mayor importancia poblacional y econmica, donde loshomicidios, secestros y desapariciones han escalado, afectando de diversas formas

    1Edgardo Bscaglia, especialista en narcotrco y profesor del Institto Tecnolgico Atnomo deMxico (itam ), estima e entre 50 y 60 por ciento de los gobiernos mnicipales del pas han sido

    captrados o fedalizados por el narcotrco y ejercen algn tipo de control sobre las estrctras delos gobiernos locales (Castillo, 2008).2Drante las operaciones contra el narcotrco llevadas a cabo por el gobierno federal, la Secretara dela Defensa Nacional (Sedena) particip con promedio mensal de 45 723 elementos militares, CaldernHinojosa (2007:26).3Tanto en Tijana como en Cidad Jrez, en Monterrey o en mnicipios de Michoacn, de Tabasco yde otros estados, las policas mnicipales han debido ser intervenidas por el ejrcito con el objetivo deproceder a s depracin, e igalmente se han presentado casos de colsin de policas ministeriales delos estados qe han sido consignados por s apoyo al narcotrco.

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    a la sociedad.4 Por otro lado, la lcha del gobierno mexicano contra el narcotrcodifcilmente se pede entender si no se toma en centa la relacin de vecindad conEstados unidos, y en ese sentido, la percepcin y la opinin del gobierno de ese

    pas es fndamental para entender las formas y la intensidad e adiere esa lcha,mostrando as el peso especco qe tiene el pas vecino en estos asntos.

    En consecencia, las deniciones de poltica y las acciones del gobierno mexi-cano en el combate al narcotrco adqieren n cierto grado de mediacin porla percepcin y las seales emitidas por el gobierno estadonidense, sobre todocando el teatro de las acciones tiene lgar en la frontera entre los dos pases.Como en el verano de 2005 en qe tanto la embajada de Estados unidos en Mxi-co como el Departamento de Estado llamaron la atencin del gobierno mexicanorespecto de la violencia en la frontera, llegando a cerrar temporalmente el cons-lado de Estados unidos en Nevo Laredo como na medida extrema e casmolestias en el gobierno mexicano.5

    A nales de 2008 y primeros das de 2009 distintos actores de la lite poltica es-tadonidense dieron seales de alerta sobre los riesgos e representa para Estadosunidos el poder e han logrado alcanzar las organizaciones criminales en Mxico,ligando ese poder a la vlnerabilidad del Estado mexicano y la corrpcin imperantede ss agencias de segridad, llevando inclso a n debate en torno de las capacida-des institcionales del Estado mexicano para ejercer control sobre s territorio y srelacin con la posibilidad de estar ante la inminencia de n Estado fallido.6

    Sin embargo, los sealamientos ms pntales sobre las amenazas para la seg-ridad de Estados unidos, a partir del narcotrco,7 se reeren a la presencia de or-ganizaciones criminales e controlan este tipo de actividades en la frontera comn

    4Los secestros de peeos y medianos empresarios de na clase media tpica de la frontera, ladesaparicin por el mtodo de levantones y los homicidios e expresan na violencia extrema comoel descartizamiento, la disolcin de restos hmanos en cido y otras tantas formas de exteriorizar laviolencia, han calado profndo en la sociedad fronteriza e de diversas formas ha demandado accinecaz del gobierno (Scherer, 2009b).5Esta sitacin es intolerable, dijo el embajador Garza, por lo e el conslado se cerrar hasta e el

    gobierno de Mxico tome control de la sitacin. Esta cidad e se ha convertido en na cidad sinleyes y completamente fera de control [] El gobierno de Vicente Fox encontr irritantes las palabrasdel embajador americano y a travs de n vocero dijo e la sitacin es n problema bilateral e debeser reselto por ambos gobiernos (Davis, 2009).6George Friedman (2008) fe el primero en tocar el tema como n riesgo por tipo y nivel de violencia qeestaba afectando a Mxico, lego de los asesinatos de altos mandos de la Polica Federal Preventiva (pFp).7A principios de 2009, Barry Mc Caffrey indic qe los crteles mexicanos de la droga tienen presenciaen 295 cidades de Estados unidos, en na referencia clara al poder qe han alcanzado y los riesgos qesignican para ese pas (Hernndez, 2009).

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    y son capaces de penetrar a los organismos de segridad del Estado mexicano oasesinar a ss altos mandos, debilitando las capacidades institcionales para hacerlesfrente. Hay e mencionar e las cidades mexicanas localizadas a lo largo de la

    frontera con Estados unidos han vivido desde hace varios lstros en medio dela violencia desatada por las distintas organizaciones criminales e reglarmentemantienen na lcha despiadada por el control territorial para la distribcin dedrogas y el control de acceso a los crces fronterizos para s introdccin a Estadosunidos. Matamoros, Tijana, Cidad Jrez, Nevo Laredo, Nogales y Reynosa, sehan convertido en centros de operacin de importantes y poderosas organizacionesdelictivas y han hecho de esas cidades territorios de dispta, cya violencia se ha

    visto incrementada tambin a partir de la presin e ejercen las ferzas de seg-ridad del Estado e bscan desarticlar a ese tipo de organizaciones y redcir losriesgos de insegridad e representan para la poblacin, pero tambin para enviarseales de control frente a los frecentes sealamientos en Estados unidos.

    El objetivo de este artclo es analizar el entorno de insegridad y violenciaasociadas con el narcotrco en la frontera de Mxico con Estados unidos y lasacciones emprendidas por el gobierno federal para desarticlar a las organizacio-nes criminales e pelean el control del mercado y el acceso a los crces fronte-rizos para la introdccin de drogas a Estados unidos, partiendo de la hiptesisde e la violencia e insegridad han estado presentes desde mcho antes en lafrontera, pero las agencias responsables del control fronterizo y la segridad sonparte del problema al asociarse con las bandas criminales, mientras e stas hanfortalecido s presencia echando races entre sectores de la sociedad fronteriza.

    Control fronterio, violencia e inseguridad

    Interpretaciones recientes sobre la insegridad y la violencia contemporneas enAmrica Latina sgieren e se trata de temas asociados con los procesos de glo-balizacin y la forma en e los pases de la regin se han incorporado a la din-

    mica de la economa internacional. Desde esta perspectiva, Altvater y Mahnkopf(2008) sealan qe la insegridad de la era de la globalizacin est sstentada porla preeminencia de la informalidad de la economa, la privatizacin del monopoliode la violencia, la laxitd de las reglaciones, la corrpcin de las institciones dejsticia y el desvanecimiento del Estado social. En este sentido, la violencia y lainsegridad e le acompaan es parte de n fenmeno mcho ms complejo eatraviesa fronteras, adaptndose a las distintas sitaciones de orden poltico, social

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    y econmico. En forma my parecida, Salama (2008) sgiere qe la violencia qeafecta a Amrica Latina en tiempos ms recientes es posible entenderla atendiendoal hecho de e la crisis de la dcada de 1980 y la presin neoliberal de la dcada

    de 1990 debilit al Estado, el cal redjo s participacin en infraestrctra, saldy escelas, lo qe llev a na edcacin insciente y procesos incontrolados derbanizacin. La atencin priorizada del mercado habra condcido a na menorcapacidad de control de la nacin y del territorio, el cal se habra tornado poroso.

    Por s parte, Briseo-Len (2002) ha sealado qe la violencia, sobre todola de tipo rbano en Amrica Latina, est vinclada a los procesos de empobre-cimiento e han experimentado los pases de esta parte del mndo a partir delos aos ochenta del siglo pasado y e se expresa en condiciones de exclsinedcativa y laboral de na parte importante de la poblacin, haciendo ms evi-dentes algnos de los rasgos ms signicativos de este sbcontinente, los calesestn dados por la existencia de grandes sectores de la poblacin, e a veces esmayora, en condiciones de pobreza, informalidad y exclsin, con alto contenidode etnicidad e acenta tales condiciones, lo e en gran medida presenta a lapobreza con n rostro de violencia (Krijt, 2008), no obstante qe na y otra notengan na relacin casal directa. Se trata de na creciente violencia rbana eha llevado al Estado a enfrentarla con el so de la violencia, sobre todo cando setrata de delitos de narcotrco, en la qe la ilegalidad con qe actan las atorida-des tambin es frecente, en lo e pareciera como na especie de recperacinde patrones del pasado atoritario (Tedesco, 2009).

    En canto a los factores de insegridad y violencia en la frontera Mxico-Estados unidos y de manera particlar en algnas cidades fronterizas, tanto lostrabajos acadmicos sobre el tema como otro tipo de literatra ambientada enesos espacios y los reportes de prensa, sgieren la presencia endmica de organi-zaciones dedicadas al ilcito, asociadas con agentes gbernamentales de los tres ni-

    veles de gobierno, en na relacin de complicidad y proteccin. Ciertamente no setrata slo de narcotrco, sino de na relacin mcho ms amplia qe comprendeotras expresiones de lo ilcito desarrolladas a partir de la colsin de policas y fn-cionarios de los tres niveles de gobierno con la delincencia,8 en la e el arraigo

    8Molina Riz (2000:271) atribye la extensin de ese tipo de relaciones en la frontera a la toleranciaexistente hacia las prcticas corrptas e generan las ambigedades de los sistemas legales y la lejana delos sistemas de control y vigilancia en n mercado de bienes y servicios de ritmo vertiginoso en el calparticlares y atoridades no son menos e socios y progresan a la par, pero ese tipo de trato cotidianosera el sstento de na moral social qe ha sido aprovechada por el narcotrco para establecerse.

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    logrado por dichas organizaciones en estas cidades se podra explicar a partir deltipo de nexos qe el narcotrco ha tejido en la sociedad fronteriza.9

    Tampoco se trata slo de ociales de polica y brcratas mexicanos man-

    tengan ese tipo de relaciones con la delincencia. El verdadero trasfondo de todala violencia criminal asociada con el narcotrco en la frontera es la demanda dedrogas en Estados unidos,10 s crecimiento en las cidades fronterizas11 y, porspesto, del trco a travs de la frontera, el cal sera ms difcil si no hbieracolaboracin de las agencias de segridad y adanas de ese pas; se trata, por tanto,de n problema con na ferte complejidad y la intervencin de mchos actores,sean las organizaciones criminales, gobiernos de pases distintos con na plyadede agencias y cerpos de segridad con distintas atribciones y objetivos en rela-cin con el trco de drogas en s carcter de actividad ilcita.

    Es notable e desde e se estableci la frontera, el tipo de la delincen-cia e mayor preocpacin ha representado para el gobierno mexicano ha sidoaella e pede ser motivo de algn problema con el gobierno de Estados uni-dos, ane tambin se pede observar e se ha tratado casi siempre de n tema

    vinclado con las deniciones de poltica de ese pas y las repercsiones de sspolticas en el espacio fronterizo, lo cal podra explicar parcialmente el carcterreactivo de las polticas de segridad del gobierno mexicano en la frontera.

    En este sentido, el tema de la segridad fronteriza permite atisbar con mayorclaridad el hecho de qe las relaciones entre los dos pases vecinos se han de-nido desde siempre a partir de la asimetra e las caracteriza y no tanto por elconicto o la cooperacin qe slo las describe (Orcinoli, 2003). Es decir, la re-lacin asimtrica determina el papel de cada pas en el espacio fronterizo y dene

    9un caso elocente es el de Jess Labra, qien manejaba las nanzas del crtel de los hermanos ArellanoFlix. l fe aprehendido por miembros del ejrcito en las gradas de n campo deportivo candoacompaaba a ss nietos a n jego de ftbol de na liga infantil local; a ese tipo de jegos acdenreglarmente los familiares de los nios en s apoyo y es n espacio de convivencia.10El consmo de drogas sige siendo alto en Estados unidos, no obstante e se ha registrado natendencia a la baja del consmo en algnos grpos de edad. Informacin sobre esas tendencias, vase

    National Institte on Drg Abse (2008).11La presencia del narcotrco ha ido dejando na hella qe ha qedado registrada en la EncestaNacional de Adicciones levantada por el Institto Nacional de Sald Pblica (insp ), en la cal BajaCalifornia y especialmente Tijana ha reportado, desde 1998, consmo de drogas mayor e en el restodel pas. La encesta de 2008 conrm qe tanto el nivel de exposicin como el consmo de drogasilegales es mayor en este estado e el registrado para el pas y e las mjeres tienen a n nivel deexposicin e representa el doble del e se registra las mjeres a nivel nacional, en tanto e para loshombres es 1.3 veces mayor e el registrado para los hombres a escala nacional, siendo la marigana, lacocana y las metanfetaminas las drogas e mayor consmo registran (insp, 2009).

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    los giros de las polticas en cada momento. La asimetra jega a favor de Estadosunidos y, en consecencia, las acciones del gobierno de Mxico para enfrentarlos desafos de la delincencia y la insegridad e s presencia acarrea al espa-

    cio fronterizo se relacionan de manera estrecha con las percepciones de riesgoy amenazas para la segridad de Estados unidos exteriorizadas por el gobiernode este pas y en el caso particlar las deniciones sobre el consmo y el trcode drogas, pero tambin el riesgo percibido a partir del poder de violencia erepresentan las organizaciones delictivas mexicanas para la poblacin en Estadosunidos.

    Lo antes dicho se expresa abiertamente en la forma en e las polticas dereglacin y control del gobierno estadonidense determinan los papeles e des-empea el espacio fronterizo mexicano, inclida s expresin econmica ilcita,por el hecho de e la pesta en marcha de las reglaciones y controles abreespacios de oportnidad de negocios en los hecos e deja el desfase entre losmarcos reglatorios de n pas y otro, jsto en los pntos en e ambos pasesregistran mayor interaccin y contacto, es decir, en las cidades ms dinmicas.Son esos hecos entre reglaciones desfasadas los e vienen a representar loscampos de oportnidad para mercados negros y relaciones viciadas de la delin-cencia con las brocracias responsables de vigilar y penalizar las violaciones a lasleyes y reglamentos por los particlares. El desfase en las reglaciones entre losdos pases propicia la oportnidad del mercado negro, pero la propensin de labrocracia a la corrpcin lo rentabiliza en la medida e existe la posibilidad deesa relacin corrpta.

    La conversin de las cidades fronterizas en espacios para los negocios liga-dos con el jego, el consmo de alcohol y la prostitcin a partir de la segndadcada del siglo pasado cal profndamente en los estereotipos de la fronteramexicana, proyectados en la imagen srdida del alcohol, las prostittas y el jego,12recreados por distintos medios, inclida la literatra regional y el cine e abnda-ron en referencias a ese carcter. Sin embargo, el orecimiento de ese tipo de ne-gocios scedi en medio de densas redes de intereses e involcraron a agenciasdel gobierno en ss tres niveles, sin e hasta ahora hayan sido desmanteladas,13

    12La proliferacin de centros para la diversin en estas cidades marc el carcter estereotipado decidades como Tijana, con el qe hasta el presente se les asocia, cfr. Flix (2003).13Por ejemplo, las redes de tracantes de indocmentados para crzar ilegalmente la frontera haciaEstados unidos, las cales se han mantenido y fortalecido al grado de llegar a ejectar acciones demayor alcance como el asesinato de n ocial del Grpo Beta por miembros de na red de polleros(tracantes de indocmentados), vase Fernndez (2001:283-285).

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    debido a e alcanzan niveles de decisin e van ms all del espacio territorialde la frontera, en el marco de la estrctra del Estado mexicano, pero tambinpore las condiciones estrctrales e han dado origen a este tipo de activida-

    des ilegales permanecen sin cambios mayores.En ese sentido, la fortaleza del narcotrco y de otras actividades delictivas en

    la frontera norte de Mxico se pede explicar por las demandas originadas en ellado estadonidense y la participacin directa de agentes del gobierno mexicanoen el control de ese tipo de negocios, tanto en el plano local como de las bro-cracias del gobierno federal. Al respecto, se ha sgerido la existencia de diversosgrados de involcramiento de los agentes polticos mexicanos en la relacin conlas actividades delictivas fronterizas a partir de la poca posrevolcionaria del siglopasado (Astorga, 2005). Al respecto se ha destacado el papel qe ejerci el gober-nador de Baja California Esteban Cant en la venta de permisos a los empresa-rios estadonidenses para abrir establecimientos para el jego, la prostitcin y la

    venta de licor, as como los fmaderos de opio entre los chinos (Astorga, 2003).En el mismo sentido se ha mencionado e el gobernador del territorio de BajaCalifornia entre 1923 y 1929, Abelardo L. Rodrgez, acml parte de s fort-na a partir de la relacin establecida con los deos de ese tipo de negocios enel estado, llegando inclso a convertirse en socio de algnos de esos giros (Riz,2008:40-46). Tambin se ha referido qe el gobernador de Chihaha, generalRodrigo qevedo, era n personaje de la poltica implicado en el control del robode atomviles y el trco de drogas en contbernio con el jefe de polica de Ci-dad Jrez (Astorga, 2003) y segramente este tipo de sitaciones se repetan endistintos estados y mnicipios de la frontera y otros lgares del pas.

    En otras palabras, se trata de los acerdos y reglas del jego con los e operabael rgimen poltico posrevolcionario en s relacin con la delincencia organiza-da. La evolcin posterior hacia el rgimen poltico prista mantvo en gran medidaalgnos de los elementos de control de la anterior etapa, ane las condicionescambiaron a partir de e el gobierno de Estados unidos empez a presionar so-bre el gobierno mexicano para qe ejerciera control en el jo de drogas hacia sespacio territorial, cya demanda haba crecido en proporciones alarmantes.

    Las distintas interpretaciones e se han propesto en torno del tipo de rela-cin entre los gobiernos emanados del Partido Revolcionario Institcional (pri)y la delincencia organizada sgieren la existencia de algn tipo de acerdo eresltaba en cierta tolerancia del gobierno y benecios mtos en trminos delos recrsos obtenidos. Por ejemplo, Bailey y Godson (2000:53-83) han sgerido

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    diversas hiptesis sobre la insegridad en la frontera y el nivel de participacin deagentes del gobierno de Mxico en la red de negocios ilcitos, en la e la dife-rencia entre cada na de las seis hiptesis e propone se da a partir del nivel de

    control ejercido por el poder poltico central sobre los grpos dedicados a ejercerdirectamente las actividades delictivas. En el trabajo mencionado se establecendiferencias analticas para cada na de las hiptesis propestas, pero en las seispropestas se asocia el poder poltico del gobierno de Mxico con la actividaddelictiva.14 En palabras de otro ator:

    Las atoridades polticas ofrecieron inmnidad a los elementos criminales y obtvie-ron a cambio dinero para desarrollo, inversin y fondos de campaa para el partido,as como para el enriecimiento personal. De los criminales se esperaba e pagaran

    y obedecieran a las atoridades y cando se convertan en n riesgo o cando ya noprodcan se les encarcelaba o aniqilaba (Pimentel, 2000:54).

    En na perspectiva distinta, se sgiere e la iniciativa para mantener la red deproteccin a los negocios prohibidos en la frontera tambin podra haber partidode los propios agentes dedicados a ese tipo de actividades, como parece ser el casode Jan N. Gerra, prototipo de n jefe de la delincencia srgido en otra pocaen e la economa del pas mantena cerrada s frontera a los prodctos extran-jeros. Ese tipo de control de la frontera haca rentable el contrabando de mercan-

    cas inexistentes en el mercado nacional o con precios arriba de los introdcidosilegalmente. Fernndez (2001:203-207) sgiere qe la prctica de esas actividadesreeran de contactos y proteccin de polticos en el poder y eso habra llevado a

    Jan N. Gerra a establecer na red de proteccin al ms alto nivel y con agentespolticos regionales, lo cal lo habra convertido en n cacie con control terri-torial para efectos de ese tipo de actividades, pero cyo poder habra entrado endeclive na vez e el pas abri ss fronteras y las actividades ilcitas en ese nevoescenario feron dominadas por el narcotrco, lo cal llev al recambio de esepoder de control ejercido por Gerra en Matamoros, frontera de Tamalipas.

    Para Serrano (2007), la prohibicin de las drogas llev a n modelo regladorsostenido por la presin externa y la centralizacin de la atoridad del Estado e,an con limitaciones fncionaba, pero la evolcin posterior de la evolcin del

    14Para Bailey y Goodson (2000 ) la corrpcin de los agentes fronterizos de Mxico es n elementosistmico, en tanto e son sitaciones de tipo castico los casos de corrpcin de los agentes fronterizosde Estados unidos.

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    mercado y la erosin de las normas e lo reglaban condjo a la privatizacin deese mercado, el repliege de las agencias del Estado y el srgimiento de gardiasde proteccin privadas, con la consecente violencia e caracteriza actalmente

    al narcotrco. Para otros atores, la prdida de ecacia del gobierno en el com-bate a la delincencia es prodcto de la prdida en la mediacin e antes habaentre el rgimen poltico y la delincencia, sobre todo la e controla el narcotr-co. Se trata de na consecencia de los cambios qe ha experimentado el propiorgimen poltico, en el e el desvanecimiento del poder presidencial ha llevado ala palatina descentralizacin del poder poltico a los estados (Astorga, 2007), local implica e tambin las organizaciones delictivas han ganado atonoma en elcontrol e antes haba sobre ellas, al mismo tiempo e se presentaron condicio-nes para diversicar ss opciones de interloccin con el poder poltico y obtenerla proteccin de distintos agentes del Estado, sobre todo en lo qe se reere a loscerpos de segridad.

    Es as como en el caso de Mxico, los dos procesos, el de descentralizacin delpoder poltico con desvanecimiento del presidencialismo y el de la creciente infor-malidad de la economa, la corrpcin y laxitd de las reglaciones, se convirtie-ron en factores propicios para el fortalecimiento de las organizaciones criminales,

    volviendo al crimen altamente rentable y con baja probabilidad de ser penalizado,15dado el colapso del sistema de jsticia y la corrpcin de los cerpos de segridad,e inclso con la probabilidad de e agentes polticos de distintas regiones del pasparticipen activamente en alianzas con las organizaciones criminales.

    En las cidades de la frontera donde el narcotrco ha cobrado mayor visibi-lidad y presencia, las organizaciones han contado siempre con la colaboracin delos distintos cerpos de segridad,16 inclidas las institciones responsables de laprocracin de jsticia a cyos agentes e inclso a titlares de las procradrasse les relaciona con cierta frecencia, a veces con algnos indicios de evidencia deese tipo de relaciones.17

    15Se estima qe slo se penaliza a dos por ciento de los delitos cometidos en el pas (Zepeda, 2007).16Al respecto, es interesante la hiptesis de otro ator qe plantea para el caso especco de la policamnicipal de Tijana, e entre sta y las organizaciones de la delincencia organizada han encontradona forma de cooperacin en vez de conicto, a partir de na relacin corrpta (collusive corruption) de lapolica con la delincencia qe ha llevado a n estats de eqilibrio entre ambas (Sabet, 2008:3).17Como ejemplo est el caso del procrador de Jsticia de Baja California en el gobierno de EgenioElordy, a ien se ha mencionado en diversos medios impresos como probable implicado con elnarcotrco, con base en n video en el qe agentes cercanos a l declararon cierta relacin con el crtelde Sinaloa. La ltima alsin a ese video la hace Hctor de Malen (2009).

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    El narcotrco como presencia activa del qehacer cotidiano en los espaciosfronterizos ha afectado de manera considerable a las institciones de segridad y deprocracin de jsticia. S descrdito es casi absolto, con el agregado del cinismo

    tanto en los espacios institcionales como en la sociedad, sin e los cambios eha experimentado el pas en trminos de la alternancia en el gobierno y el cambiode rgimen se vean reejados en na mejora del fncionamiento institcional.

    LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRFICOy LA CORRUPCIN EN EL GOBIERNO

    Como se ha visto, la poltica de segridad en el pas y de manera particlar en lafrontera con Estados unidos se ha focalizado en alto grado sobre el narcotrcopore se considera e es la principal fente de violencia y la mayor amenazapara la segridad nacional, pero sobre todo pore hay na renovada preocpa-cin del gobierno de Estados unidos sobre los impactos de la violencia fronterizasobre s territorio y tambin le preocpa la debilidad institcional de Mxico paraenfrentar la narcoviolencia. Ha habido mchas declaraciones pblicas de agentesresponsables de Estados unidos e indican el grado de preocpacin, anetambin son formas de presionar al gobierno mexicano para e mejore ss capa-cidades y redzca los riesgos.

    La novedad es e el gobierno de Estados unidos ha mostrado abiertamentela disponibilidad de asmir n papel ms activo y mantener na relacin de coo-peracin en materia de segridad, tema en el cal el gobierno mexicano ha insis-tido, pero tambin de manera ambiga, toda vez e an hay limitaciones parael trabajo conjnto debido a principios ideolgicos de la lite poltica mexicanay s desconanza hacia Estados unidos. No obstante, los dos pases han venidotrabajando al amparo de la Iniciativa Mrida,18 e entr en vigor slo hace tresaos y han concretado algnos rbros de cooperacin e inclye ese programa,sobre todo en eipamiento, transferencia de tecnologa y apoyo para la reformadel sistema de jsticia.

    Ane los desacerdos entre los gobiernos de los dos pases en torno delnarcotrco han estado presentes por lo menos desde los aos de la presidencia

    18El principal objetivo de la Iniciativa Mrida es frenar el jo de drogas hacia Estados unidos a partir dela relacin de cooperacin de ese pas con los pases de trnsito en Centroamrica, Mxico y el Caribe,Brea of International Narcotics and Law Enforcement Affairs (2009).

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    de Nixon en Estados unidos, el ciclo de desencentros y presin mayor parainir de manera determinante en la poltica del gobierno mexicano contra elnarcotrco se podra pensar a partir de 1985, ao en el cal los especialistas y

    expertos del tema sgieren qe el narcotrco se convirti en n factor central enla denicin ocial de los riesgos para la segridad y por tanto para el diseo delas polticas de segridad pblica en Mxico. En ese ao, Enrie Camarena, de laagencia antidrogas estadonidense (Dea, por s nombre en ingls), destacado enMxico, fe secestrado, tortrado y asesinado por n grpo de narcotracantesmexicanos en la cidad de Gadalajara, lo cal provoc na ferte protesta delgobierno de Estados unidos y el despliege de la llamada Operacin Intercepcinen la frontera, consistente en revisiones exhastivas a las personas, atomviles ycamiones de carga e crzaban la frontera hacia ese pas, con los consecentestrastornos y enojo de la poblacin de las cidades fronterizas de Mxico.19 Se hamencionado qe el objetivo de los ociales de adanas de Estados unidos erapresionar al gobierno mexicano para e psiera mayor inters en la investigacindel caso (De la Madrid, 2004:393-404).

    El ex presidente Migel de la Madrid (1982-1988) ha sealado qe la estrategiade la Dea fe atacar a los pases prodctores como responsables de los problemasdel narcotrco, ante la incapacidad de hacerlo internamente en el territorio deEstados unidos, y ha dicho (2004:394):

    Este cambio de estrategia hace e la atencin se centre sobre nestros problemasde corrpcin e inecacia y no sobre los syos. Lo grave de este enfoqe es qe stenemos cola e nos pisen. En Mxico existe corrpcin en la polica y las smasmillonarias del narcotrco han creado complicidad o tolerancia de algnas atorida-des [] hemos orientado nestro combate a la qema del prodcto o a s decomiso,pero no hemos desarrollado na poltica de combate contra la cabeza del narcotrco

    El reconocimiento explcito del ex presidente de Mxico acerca de la corrp-cin de las policas del pas reslta my importante, ya e se ha sido segramen-

    te no de los factores centrales en la explicacin de los fracasos de scesivos go-

    19El caso ha sido ampliamente docmentado tanto en Mxico como en Estados unidos; sin embargo,lo ms importante es el hecho de e a partir de ese sceso la Dea, el Fbi y otras agencias, tanto comojeces y la misma Sprema Corte de Estados unidos iniciaron na serie de acciones nilaterales yextraterritoriales para presntamente aplicar la jsticia, llevando al secestro de mexicanos y a la comprade testigos para enjiciar a ienes ellos han spesto participaron en el secestro, tortra y asesinato delagente de la Dea, bscando implicar a ex fncionarios del gobierno mexicano como atores intelectales.

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    biernos en la lcha contra el crimen y en particlar contra el narcotrco. Pero loes al mismo tiempo pore tambin asme e la lcha no ha tenido por objetivoa los actores centrales de la delincencia (por lo menos con los gobiernos del pri),

    lo cal explica tambin el orecimiento del poder de las organizaciones crimina-les dedicadas al narcotrco, no slo en la frontera, sino en diversas regiones delpas. En todo caso, la lcha habra sido orientada, en gran medida, a mantener elcontrol de las actividades del narcotrco mediante la destrccin de plantos, laintercepcin de cargamentos y la captra de tracantes con fnciones operativase no afectaron de manera sstantiva a las organizaciones criminales.

    Anqe la lcha contra el narcotrco haba adqirido cada vez ms el perle le imprima la poltica de Estados unidos frente a ese tipo de actividad delicti-

    va y el gobierno de Mxico haba asmido la lcha con cierto comedimiento anteevidencias de la corrpcin en ss estrctras policiacas, tambin haba actadocon sentido de oportnidad y objetivos de poltica frente a Estados unidos. El go-bierno de Salinas de Gortari (1988-1994), por ejemplo, captr en 1989 a Migel

    ngel Flix Gallardo y lego a Joan Gzmn Loera (el Chapo), a Francis-co Arellano Flix, a Migel ngel Caro qintero y a Hmberto Garca brego,pertenecientes a las principales organizaciones del narcotrco en Mxico, encar-celando adems a 102 000 personas por delitos contra la sald (narcotrco) ydecomisos importantes de vehclos y armas (Salinas de Gortari, 2000:349-350),na demostracin necesaria frente a la expectativa de la rma del Tratado de LibreComercio de America del Norte (tlcan) sintindose en la obligacin de generarna opinin favorable en el Congreso y en la sociedad estadonidenses, los calesde otra forma hbieran presionado para qe no se rmara, o se rmara atendien-do condicionamientos especcos en la materia de combate al narcotrco.

    Igalmente, se podra sponer qe en virtd de la rma deltlcan y las proba-bles reacciones de congresistas de Estados unidos el gobierno de Salinas de Gor-tari decidi emprender la lcha contra el narcotrco slo con recrsos propios,rennciando a calier ayda adicional del gobierno de Estados unidos para talefecto, bscando de esa forma no depender de ael pas en esa poltica y mexi-canizar la lcha contra las drogas (Salinas de Gortari, 2000:356).

    Drante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), la participacin de lasferzas armadas en la lcha contra el narcotrco se increment, al tiempo qe sereformaba la Constitucinpara dar legitimidad y legalidad a na mayor participacinal ejrcito contra la delincencia organizada (Arzt, 2002). Personal con formacinmilitar tom posicin de diversas reas de mando en la Procradra General de

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    la Repblica (pGr). En ese perodo, la lcha contra el narcotrco por parte delgobierno mexicano tambin tvo n ferte descalabro, na vez qe en 1997 sedescbri e el general Jess Gtirrez Rebollo, comisionado del Institto Na-

    cional para el Combate a las Drogas, organismo responsable de condcir la lchacontra el narcotrco, era n fncionario militar qe se haba pesto al serviciode no de los crteles de la droga en Mxico. Pero ms delicado an era e G-tirrez Rebollo se haba renido con s similar en Estados unidos para compartirinformacin estratgica para la lcha contra el narcotrco. Esos hechos no sloalimentaban la natral desconanza del gobierno de aqel pas respecto del go-bierno de Mxico y de ss servicios de segridad, sino qe signicaban grandescostos polticos para el gobierno mexicano e exhiba s grado de vlnerabilidady el nivel de penetracin del narcotrco en las estrctras de segridad del Es-tado mexicano, ane se ha dicho e todo fe parte de na maniobra operadapara deshacerse de no de los principales agentes protectores del narcotrco enel pas (Fernndez, 1999:63-7), o como na venganza por indagar en el entornofamiliar del presidente(Scherer, 2009a:171-185).

    En el mismo perodo de gobierno fe creada la Polica Federal Preventiva(pFp) nicando las distintas policas sectoriales dependientes del gobierno fede-ral, la cal fe adscrita a la Secretara de Gobernacin. El propsito era fortalecerla disasin preventiva de delitos federales, como primer paso para desmilitarizarel combate al trco de drogas y la delincencia organizada, as como cidar delas instalaciones federales. En el gobierno de Vicente Fox fe creada la Secretarade Segridad Pblica y la pFp fe adscrita a esa dependencia. Igalmente, dranteese mismo sexenio la Polica Jdicial Federal, dependiente de la pGr, fe transfor-mada en la Agencia Federal de Investigaciones (aFi), en lo e se present comon modelo de polica investigadora basada en las experiencias del Fbi y la Scotland

    Yard. Sin embargo, en el gobierno de Felipe Caldern, tanto laaFi como la pFphan desaparecido para dar paso a la Polica Federal, ante las evidencias de e ladelincencia organizada y el narcotrco haban penetrado hasta los niveles msaltos de la estrctra de mando de esos cerpos de segridad

    Lo cierto es qe anqe desde 1984 el gobierno deni por primera vez alnarcotrco como amenaza para la segridad nacional (De la Madrid, 1984:62-76)y lego se incly formalmente bajo ese concepto en el Plan Nacional de Desarrollo1989-1994, la estrctra institcional del gobierno mexicano para combatirlo noha logrado consolidarse debido a la persistencia de la arraigada corrpcin al inte-rior de los cerpos de segridad mexicanos. Desde la desaparicin de la DireccinFederal de Segridad en el gobierno de Migel de la Madrid, el rea dedicada a la

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    lcha contra el narcotrco ha experimentado cambios, reestrctraciones, ajs-tes y depraciones en cada administracin federal, debido a fallas provenientes dela calidad tica del personal adscrito, pero probablemente tambin como resltado

    de los jegos de poder e caracterizan la dinmica de las relaciones de las agen-cias gbernamentales especializadas qe giran en torno del narcotrco y la seg-ridad pblica.20 El Institto Nacional para el Combate a las Drogas fe sstitidopor la Fiscala Especializada de Atencin a Delitos contra la Sald lego del es-cndalo qe signic el caso Gtirrez Rebollo. Pero slo nos aos desps esascala se transform en la Sbprocradra para la Investigacin en DelincenciaOrganizada (sieDo), desps de descbrir, en 2003, qe los agentes destacados en

    Tijana estaban extorsionando a dos narcotracantes a qienes haban decomisa-do droga y armas, adems de almacenar en ss instalaciones vehclos con reportede robo(Corts, 2003).

    En trminos de resltados, la estrategia segida en la lcha contra el narcotr-co en Mxico drante varias administraciones gbernamentales, inclida la ac-tal, se ha orientado a la erradicacin de cltivos de enervantes, la intercepcin decargamentos y la captra de miembros de los crteles del narcotrco, bscandodaar las estrctras de esas organizaciones.21 Consecentemente, las victorias mscantadas por el gobierno se reeren a la captra de lderes de los crteles de ladroga, la desarticlacin de algnas organizaciones y bandas, decomisos de droga,armas y dinero. Los crticos de la estrategia e ha segido la actal administracinfederal se reeren al protagonismo qe se ha dado al ejrcito y los riesgos de s

    20uno de los argmentos e se han manejado en torno de la crisis del sistema de segridad del pas sereere a la fragmentacin y desmantelamiento de qe feron objeto los servicios de segridad dranteel gobierno de Carlos Salinas de Gortari, na medida probablemente encaminada a golpear a lo e lmenciona como la Nomenclatra para referirse a los polticos del antigo rgimen e tenan en lasreas de segridad del Estado no de ss mayores instrmentos de control. Adems, no hay e olvidarqe tanto los speragentes de la poca de Salinas en la lcha contra el narcotrco terminaron de aliadosde ss antigos enemigos y de informantes de la Dea en Estados unidos, como fe el caso de Gonzlez

    Calderoni. De la misma manera, altos mandos de segridad como el coronel Jorge Carrillo Olea, e seconvirti en gobernador del estado de Morelos, termin siendo acsado de proteger a narcotracantesy secestradores, o el de Jorge Tello Pen, sbsecretario del rea responsable de la gestin del sistemapenitenciario, cando se fg el Chapo Gzmn del penal de Pente Grande, en Jalisco.21Por ejemplo, el gobierno de Salinas de Gortari captr a Joan Gzmn Loera, el Chapo, elpresidente Zedillo lo hizo con Jan Garca brego, cabeza del llamado Crtel del Golfo, con sede enMatamoros, Tamalipas, y el gobierno de Fox a Benjamn Arellano Flix, ane en este ltimo perodogbernamental se fg de na crcel de alta segridad el Chapo Gzmn, en na mestra de los nivelese alcanza la corrpcin al interior del Estado.

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    za, pero tambin de intimidacin,25 bscando condiciones para segir operandocomo lo haban hecho antes, pes la presencia militar y policiaca inhibe la ope-racin de las organizaciones delictivas e han visto debilitada la proteccin e

    antes reciban, ya e no de los mayores impactos resentidos por los crteles delnarcotrco ha sido el desmantelamiento de las redes de proteccin qe partande los cerpos de polica locales, los cales han sido intervenidos por el ejrcito,logrando la consignacin y procesamiento de agentes de las policas en algnasde estas cidades, afectando la operacin de los crteles. En algnos casos, lasacciones combinadas de captra de lderes de organizaciones y desmantelamientode las redes de proteccin han llevado a la fragmentacin y la conformacin denevas alianzas entre distintas organizaciones, ane siempre con secelas de

    violencia entre antigos socios. Hay indicios de e la violencia e ha venidoafectando en los aos recientes a Baja California, a Tamalipas y a Chihaha, estrelacionada con el dao qe les ha iningido el gobierno.26

    En varios casos, el ejrcito ha tenido e asmir el control de las policas loca-les, mientras se llevan a cabo los controles de conanza y se depran las corpora-ciones. En otros, los mandos policiacos han sido asmidos por militares en retiro ocon licencia, ante la desconanza de las atoridades locales dadas las evidencias dela inltracin y el control qe haban alcanzado las organizaciones delictivas sobrela polica, inclidos mandos medios.27 El caso extremo ha sido el de Cidad Jrez,donde el recrdecimiento de la violencia incly a la polica como blanco de losataes del crimen organizado para obligar a la renncia de n jefe militar al frentede la corporacin local, poniendo en riesgo la colaboracin con la delincencia, loe llev al ejrcito a asmir las fnciones de la polica mnicipal en la cidad.

    25En las principales cidades de la frontera como en otras de regiones distintas, las organizacionesdelictivas han venido ejectando a jefes de las policas y a los mismos agentes qe ahora identican comoenemigos, tambin es probable e en algnos casos sean policas los ejectores de ss propios jefes ycompaeros de corporacin, trasladando as la lcha al interior de los cerpos de segridad.26La captra de importantes lderes de las estrctras organizacionales del narcotrco, s encarcelamiento

    en centros de alta segridad y en mchos casos s extradicin a Estados unidos, han sido sin ddagolpes e han alterado los balances de ferza entre esas organizaciones y el control sobre territorios ymercados e se disptan de forma violenta, vase Caldern Hinojosa (2008).27Tanto en Cidad Jrez como en Tijana y en la cidad de Chihaha, las policas mnicipales hanedado al mando de cadros militares. En Tijana, desde el proceso electoral, el actal presidentemnicipal mantvo como propesta de gobierno llevar a n militar a la direccin de la corporacin y yaen el cargo as ha sido, inclyendo tambin a militares en las jefatras de sector en sstitcin de policasde carrera. Hasta ahora los resltados en trminos de segridad no son evidentes, ane ha sido partede n proceso de depracin de las policas locales.

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    La tendencia a la militarizacin de las policas e instancias de procracin dejsticia se ha mantenido desde el perodo gbernamental de Ernesto Zedillo ene los militares ocparon posiciones en las delegaciones de la pGry en las reas

    vincladas a la lcha contra el narcotrco. El ex presidente Vicente Fox sigi elmismo patrn (Arzt, 2002) y con aprobacin del Senado nombr como procra-dor general a Rafael Macedo de la Concha. Este tipo de incorporaciones de mili-tares en tareas de segridad pblica y procracin bscaban limpiar de corrpcinesas reas, pero la pGrse mantvo y se ha mantenido como na institcin pocoecaz para enfrentar los retos qe plantea el combate al crimen organizado,28 ade-ms de las limitaciones e le implica s falta de atonoma poltica. Esa mismatendencia de incorporar personal militar a los cerpos de polica se ha acentadoen los ltimos aos en los tres niveles de gobierno, al grado de e en los estadosy los principales mnicipios del pas se ha recltado a militares de gradacin paradirigir los cerpos de segridad, ante la penetracin alcanzada por el narcotrcoen las estrctras policiacas locales29 y las promesas de los gobernantes a los elec-tores de traer personal militar a dirigir esas reas ante los cestionamientos desdealgnos sectores de la sociedad por la deshonestidad de las policas.

    Pero tambin se han presentado sitaciones graves de cooptacin del narco-trco a las ferzas armadas. El caso ms sobresaliente ha sido el pase de cerposde lite del ejrcito federal al llamado Crtel del Golfo e controla el narcotr-co en la frontera del estado de Tamalipas. una vez captrado y extraditado eljefe del crtel, Jan Garca brego, a Estados unidos, la organizacin pas a sercontrolada por Osiel Crdenas, ien logr cooptar e incorporar a n grpo demilitares de lite entrenados en Estados unidos para el combate al narcotrco.30El grpo atodenominado los Zetas, por lo menos la estrctra original, conta-ba con el entrenamiento y el conocimiento de las tcticas de combate del ejrcito,

    28El entramado institcional del ministerio pblico y la procracin de jsticia fe diseado en ncontexto de baja incidencia delictiva y centralizacin excesiva del poder, mientras e la realidad actal eslo contrario, n poder descentralizado y na incidencia delictiva alta. Al mismo tiempo, se ha mantenido

    na posicin ambiga de los gobiernos de la alternancia poltica e han transformado el aparato desegridad sin hacer los cambios en las atribciones del rea de procracin de la cal dependa la PolicaJdicial Federal, lego Agencia Federal de Investigacin.29Es el caso de mnicipios fronterizos como Tijana, Playas de Rosarito, Cidad Jrez y otros ms,donde las policas mnicipales han qedado al mando de ociales del ejrcito, ya sea en retiro o conlicencia, pero con la aprobacin del ejrcito.30En n ejercicio comparativo de las formas en e desarrollan ss actividades las organizaciones delnarcotrco de Sinaloa y las dems, Astorga (2007) seala qe el Crtel del Golfo introdjo el militarismocomo caracterstica sobresaliente en s lcha contra el Estado.

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    pero adems se ha caracterizado por el nivel de violencia con e acta contrass enemigos. Se trata de n aspecto relevante por el hecho de e la actividad delos Zetas al servicio del crimen organizado introdce la paramilitarizacin de

    las acciones de la mayor parte de las organizaciones entre s y contra los cerposde segridad del Estado, lo qe ha llevado tambin a n creciente jo de armaslargas propias de ejrcitos reglares.

    Por otra parte, el hecho de e ese tipo de organizaciones delictivas se hayamantenido a pesar de los golpes e les ha propinado el gobierno, el descabezamien-to de ss liderazgos y de ss estrctras operativas, es indicativo de la densidad deintereses e han logrado conectar a travs de ss redes y es donde cobra peso larelacin de proteccin e mantienen con las agencias de segridad, tanto en Mxicocomo en Estados unidos. Desde lego, son importantes ss capacidades logsticasy s penetracin en el tejido de la sociedad, pero sin dda el factor determinante des continidad es la proteccin cmplice e otorgan reas de segridad del Estado.

    En algnas cidades fronterizas la violencia e insegridad e se vena re-gistrando desde aos previos motiv la presencia de operativos de patrllaje yretenes con la participacin de militares y contingentes de la Polica Federal Pre-

    ventiva. Ane los objetivos de ese tipo de acciones eran meramente disasivosy se proponan llevar tranilidad a la poblacin ante ejas reiteradas por lasolas de violencia e insegridad e las acompaaba, terminaban por nafragar enel malestar cidadano por los inconvenientes de los ltros para la circlacin deltrnsito vehiclar. Sin embargo, ha sido el despliege de las ferzas armadas y losoperativos e pntalmente han llevado a cabo lo e ha permitido los mayoresgolpes en contra de las organizaciones de narcotracantes en la frontera. Hansido operaciones encabezadas por el ejrcito las e han desarticlado a la orga-nizacin de los Arellano Flix en Baja California,31 llevndola a na sitacin degerra interna por el liderazgo, na vez apresados varios de los miembros del clanfamiliar e la comandaba.32

    31Esta organizacin ha sido prototpica por el nivel de penetracin alcanzado en las estrctrasinstitcionales del gobierno (procradras, policas locales) y entre algnos sectores de la sociedad, alhaber incorporado a s estrctra operativa a n sector de jvenes pertenecientes a la clase media alta deTijana, conocidos como los narcojniors, ienes en s mayora estn presos o han cado mertos amanos de ss enemigos de otras organizaciones criminales.32Dos de los hermanos se encentran presos, otro fe merto en Mazatln y no ms acaba de serliberado en Estados unidos, pero tambin los principales lgartenientes y personal operativo a sservicio han sido captrados. una de las mejores historias sobre esa organizacin criminal est contenidaen el libro El Crtel, de Jess Blancornelas (2002).

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    LA INSEGURIDAD FRONTERIzA ES EL NARCOTRFICO y ALGO MS

    Como se ha mencionado antes, la violencia e emana de las actividades e des-

    pliegan las organizaciones delictivas en la frontera con Estados unidos, ya sea enTijana, Cidad Jrez, Nevo Laredo o Reynosa, no es reciente, ane s inten-sidad ha sido mayor en la medida e los controles de la frontera por el gobiernoestadonidense se han fortalecido y el gobierno mexicano ha endrecido s po-sicin frente a ese tipo de delincencia, complicado el control de acceso a rtas,pntos de crce fronterizo y mercados. La misma sitacin de bloeo de accesosa la frontera ha llevado a esas organizaciones a diversicar el tipo de delitos qecometen, entre los cales el secestro y la extorsin de hombres de negocios ymiembros de la clase media alta de las cidades fronterizas se ha llegado a conver-

    tir en na actividad alternativa al narcotrco,33 ante los golpes e el gobierno lesha proporcionado, ane tambin se han extendido los levantones como naprctica comn a travs de la cal desaparecen a ss enemigos.34

    Por otro lado, desde e el gobierno de Estados unidos pso a las actividadesdel trco de drogas en la categora de amenazas a la segridad nacional, la pre-sin para el gobierno mexicano se ha tornado cada vez ms ferte a efecto de elogre mayor efectividad en evitar e la droga llege a territorio de ael pas. Laposicin geogrca de Mxico se considera n recrso estratgico de los grposdelictivos dedicados a esas actividades y se ha sido n factor de vlnerabilidad

    del pas e se ha hecho ms evidente con la presencia, en cada cidad fronteriza,de na organizacin e ejerce control territorial y centa con la proteccin dealgna de las policas mexicanas. Es cierto e el territorio mexicano haba sidoconsiderado ocialmente como n espacio de prodccin y trnsito de drogas. Sinembargo, esa nocin tambin se ha modicado debido a qe el mercado internode consmo de drogas ha crecido, trayendo consigo nevas sitaciones de inse-gridad a partir de la dispta del mercado interno y el crecimiento en el nmero

    33Como resltado del clima de insegridad en las cidades fronterizas, na parte de la clase media yempresarios peeos y medios han emprendido el camino de la emigracin, sobre todo a Estadosunidos, ane tambin a otros estados, bscando protegerse de las amenazas de secestro, ane lasmismas bandas han trasladado parte de la actividad del secestro y asesinato a las cidades del sr deEstados unidos, como sera el caso de Phoenix, Arizona, y en menor medida a San Diego, California.34 Se trata de lo e tcnicamente se conoce como privacin ilegal de la libertad, poplarizados en ellengaje coloial como levantones, acciones siempre encaminadas a la desaparicin de enemigos y enmchos casos con prcticas de tortra e interrogatorios para obtener informacin, ane tambin se hahablado de comandos negros organizados por policas al servicio de la delincencia.

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    de delitos atribidos a la poblacin adicta y al narcomendeo. Las cidades msgrandes de la frontera como Cidad Jrez y Tijana se encentran entre las ems incidencia de adicciones (insp, 2009). Eso tambin se ha tradcido en agrava-

    miento de problemas de violencia intrafamiliar y na alta incidencia de robos conviolencia, rias y lesiones.

    En general, la incidencia delictiva en los estados fronterizos ha tendido a sermayor e la nacional; no obstante, se trata de n fenmeno e tiende a ser msrbano y de la frontera con variaciones de estado a estado. En este sentido, la in-formacin ocial sobre incidencia de delitos federales en las entidades fronterizas(cadro 1) mestra e Baja California y Sonora han mantenido en el perodo2001 y 2008 entre tres y cinco veces ms eventos de ese tipo por 100 mil habi -tantes e el promedio nacional, mientras e Chihaha y Tamalipas reportanndices my parecidos a los nacionales; Coahila y Nevo Len registran n ndicepor debajo del nacional, ane este ltimo estado mestra na tendencia de cre-cimiento e le llev a dplicarse en los ltimos aos.

    cuaDro 1. Incidencia delictiva del fuero federal en las entidades de la frontera norte:

    ndice delictivo (2001-2008)*

    Nacional Baja California Chihuahua Coahuila Nuevo Len Sonora Tamaulipas

    2001 72.78 351.02 90.24 56.03 45.68 225.46 80.282002 71.63 322 105.79 49.34 40.61 245.06 100.382003 77.95 272.05 126.1 53.35 46.64 231.51 84.72004 77.4 259.97 78.14 50.34 47.63 249.42 60.92005 84.1 251.34 87.75 40.46 69.65 264.89 62.742006 101.96 321.53 85.66 54.89 91.82 295.44 62.262007 129.77 454.1 108.39 62.27 100.34 293.41 98.522008 129.57 508.71 117.8 53.65 84.84 268.45 114.49

    *Nmero de delitos por cada 100 mil habitantes.Fuente: pGr(2009).

    La participacin de los estados fronterizos en el conjnto de delitos federalesregistrados histricamente ha sido alta, oscilando entre 25 y 30 por ciento en elperodo 2001-2008 (cadro 2) y con n ritmo de crecimiento menor al qe ha se-gido el pas, lo e se tradce en na tendencia a na participacin menor en elagregado nacional. De esta forma, la participacin de los estados fronterizos en elregistro de delitos del fero federal pas de 31 por ciento en 2001 a 25 por ciento

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    en 2008, pero al mismo tiempo se observa n crecimiento importante en los esta-dos de Baja California, Sonora y Nevo Len. Sin embargo, no est claro e sepeda atribir a la estrategia iniciada en 2006 esa ralentizacin de delitos federales

    en la frontera, pore se trata de na tendencia e ya haba comenzado antes.

    cuaDro 2. Delitos del fuero federal registrados en las entidades de la frontera norte,2001-2008 (nmeros absolutos)

    Baja Nuevo Estados

    Nacional California Chihuahua Coahuila Len Sonora Tamaulipas fronterizos

    2001 74 113 9 209 2 878 1 350 1 817 5 252 2 352 22 8582002 73 803 8 712 3 440 1 206 1 643 5 808 3 001 23 810

    2003 81 230 7 582 4 178 1 322 1 918 5 579 2 582 23 1712004 81 539 7 455 2 636 1 264 1 990 6 108 1 892 21 3452005 89 530 7 409 3 012 1 029 2 955 6 588 1 985 22 9782006 109 629 9 735 2 990 1 413 3 954 7 459 2 005 27 5562007 137 289 13 593 3 606 1 616 4 352 7 229 3 070 33 4662008 136 091 15 665 3 958 1 396 3 727 6 668 3 628 35 042

    Fuente: pGr(2009).

    Por otro lado, entre los delitos federales registrados, los correspondientes a

    delitos contra la sald (narcotrco) representan algo ms de 50 por ciento en elpas, mientras e en estados fronterizos como Baja California y Nevo Len sondel orden de 70 y 60 por ciento respectivamente. En otros estados fronterizos elporcentaje de delitos de este tipo en el conjnto de delitos federales es ms cerca-no al promedio nacional e inclso ms bajo, como en Coahila, y en menor medi-da de Tamalipas y Chihaha, ane es my probable e sean los mnicipiosfronterizos los e registran mayor participacin al interior de esos estados. Loanterior se ve reejado tambin en los registros de ese tipo de delitos en trminosabsoltos (cadro 3), observndose adems e los estados fronterizos registran

    en ese perodo (2001-2008) na baja en la proporcin de delitos contra la sald enel pas, pasando de 43 por ciento a 28 por ciento, lo cal probablemente es partedel impacto del mayor control e el gobierno estadonidense ha impesto en lafrontera y podra explicar el efecto de n mayor ritmo de crecimiento de ese tipode delitos a nivel nacional, ya qe en la frontera creci 2.2 veces en el perodo,mientras e en el pas lo haca 3.5 veces, lo e estara indicando e el impactode las restricciones en la frontera se ha manifestado en n crecimiento del mer-

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    cado interno de drogas, con las consecencias e ello implica en trminos deviolencia e insegridad.

    En ese sentido, desde hace ms de na dcada los estados de la frontera norte

    de Mxico, y sobre todo las cidades como Tijana, Mexicali, Jrez o NevoLaredo, han venido registrando na incidencia delictiva e las coloca entre las demayor insegridad en el pas, jnto con la cidad de Mxico. Al mismo tiempo,se presentan sitaciones como la de Cidad Jrez, conocida globalmente por serla cidad de las mjeres jvenes asesinadas y desaparecidas, sin na investigacincreble e satisfaga las demandas sociales de jsticia para ese caso. En esas ci-dades hay na presencia importante de las organizaciones dedicadas al trco dedrogas y en ellas se han repetido operativos temporales de todas las ferzas desegridad del Estado, ane con mayor presencia y protagonismo del ejrcito yla armada.

    cuaDro 3. Delitos contra la salud registrados en las entidades de la frontera norte,2001-2008 (nmero absolutos)

    Baja Nuevo Estados

    Nacional California Chihuahua Coahuila Len Sonora Tamaulipas fronterizos

    2001 23 232 3 845 1 363 482 896 2 788 570 9 9342002 23 588 3 937 1 671 477 526 3 440 645 10 6862003 28 645 2 866 2 027 464 829 3 249 601 10 0362004 28 715 2 527 1 228 398 796 3 856 440 9 2452005 38 903 3 090 1 300 354 1 706 4 486 523 11 4592006 58 066 5 968 1 324 637 2 953 5 239 499 16 6202007 81 491 9 795 1 960 780 3 234 4 909 1 195 21 8732008 73 222 11 019 1 585 510 2 696 3 788 1 503 21 101

    Fuente: pGr(2009).

    Los operativos del ejrcito haban sido criticados con anterioridad por ss es-

    casos o nlos resltados, pero ahora han sido reconocidos y bien recibidos por lacomnidad en las distintas cidades de la frontera, sobre todo pore en los ope-rativos recientes han demostrado mayor efectividad en la detencin de personase trabajan para la delincencia organizada. Pero al mismo tiempo se ha criticadoe los operativos de las ferzas armadas no han frenado la actacin de los de-lincentes, tanto del crimen organizado como de la delincencia comn, e inclsose ha mencionado e cierta calma en la incidencia de hechos violentos podra ser

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    resltado de arreglos entre organizaciones delictivas rivales, y es e, en efecto, sehan registrado secestros y homicidios atribidos a la delincencia organizada eigalmente se ha asesinado a policas de las diversas corporaciones policiacas an

    con la presencia de los soldados en las calles fronterizas, lo cal podra ser indi-cativo del lmite para la presencia militar y la necesidad de mayor participacin delas policas para enfrentar al crimen organizado, adems de otro tipo de accionespreventivas para mejorar las condiciones de segridad en la frontera.

    Algnos medios han dado segimiento a las ejecciones atribidas al narco-trco en todo el pas; de acerdo con esa informacin (cadro 4), los estadosfronterizos participan con n tercio de las ejecciones registradas, con n ligerocrecimiento en esa participacin al pasar de 28 por ciento en 2006 y 2007 a 33 porciento en 2008, con n aporte importante de Chihaha, Sonora y Baja California,qe garda relacin con los registros ociales sobre los estados fronterizos conmayor incidencia delictiva relacionada con el trco de drogas.

    cuaDro 4. Registro de ejecuciones atribuidas al narcotrco en estados fronterizos

    Estado 2006 2007 2008

    Baja California 163 154 185Chihaha 130 147 853Coahila 17 29 46

    Nevo Len 50 107 47Sonora 61 125 358 Tamalipas 181 88 Estados fronterizos 602 650 1 750Repblica 2 120 2 275 5 207

    Fuente: Reforma(2009).

    Lo anterior podra ser n indicio de e la presencia del ejrcito en las callespara disadir a la delincencia organizada es importante pero no sciente. La

    coordinacin entre corporaciones policiacas y ferzas armadas no logra pasar deldiscrso, sobre todo por la desconanza de las ltimas a las primeras, pes a pesarde las depraciones e se han dado en las corporaciones de segridad locales,an son frecentes las noticias de agentes involcrados con la delincencia o in-corporados como activos de las organizaciones delictivas. Pero tambin hay lasejas de las policas locales e han sido desarmadas y pestas a merced de lasbalas de los narcotracantes, sin axilio oportno de las ferzas federales, ya sea

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    el ejrcito o la polica federal. Tambin es notoria an la falta de informacin deinteligencia e contribya a ganar efectividad de la presencia de los militares enlas calles de las cidades.

    El hecho es e el crimen organizado es motivo de los operativos militares y dela mayor preocpacin de los gobiernos en el diseo de las polticas de segridadpblica. Sin embargo, la focalizacin en la delincencia organizada por el impactoe tiene el tipo de delitos e cometen y el temor e provocan entre importantessectores de la poblacin han hecho e se pierda de vista la delincencia comne registra el mayor nmero de delitos e se cometen entre la poblacin.

    El recrdecimiento de la violencia en algnas cidades ha llevado al gobier-no federal a reforzar la presencia militar, mientras e es notoria en todas estascidades la asencia de los visitantes extranjeros e animaban algnos giros deservicios en la frontera, contribyendo a dinamizar la economa regional y a dar

    vida a los espacios pblicos. Es obvio e el temor tambin ha hecho presa deellos, ane abndan los testimonios e sealan las policas mnicipales en fre-centes prcticas de extorsin a los tristas estadonidenses.35

    Los gobiernos de los estados han optado por recrrir al axilio de las fer-zas federales, debido a e se han sentido rebasados por la violencia desatada enss dominios, pero tambin pore no confan en ss policas, y es e stas seencentran atrapadas en la deslealtad, corrpcin e inecacia, sin qe haya hastaahora en los niveles estatal y mnicipal mayores visos de na poltica e impliena reforma profnda de esas corporaciones y mcho menos na orientacin dis-tinta de las estrategias de segridad, e implie na atntica visin de carcterpreventivo, integral y con mayor participacin de la comnidad.36

    Por otro lado, anqe el narcotrco se ha convertido ocialmente en el prin-cipal enemigo para la segridad del Estado y de la sociedad, lo cierto es e enlas cidades fronterizas ha echado races n abanico ms amplio de organiza-ciones delictivas con nexos internacionales, como es el caso de las organizacio-nes de polleros dedicadas a la introdccin de inmigrantes de forma ilegal aEstados unidos, las cales tambin tienen na larga historia de existencia en las

    35En Tijana es n tema comn entre taxistas y comerciantes de las reas centrales de la cidad a las eacdan reglarmente los tristas estadonidenses en s visita a Mxico.36Para los gobernantes locales la comnidad se redce a los grpos de empresarios organizados y concapacidad de presin, a los cales les otorgan proteccin directa con la asignacin de escoltas, pero esetipo de prestaciones no estn disponibles para otros cidadanos e inclso para medianos y peeosempresarios e han sido el blanco favorito para el secestro por parte de la delincencia organizada enBaja California.

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    cidades mexicanas de la frontera y con las cales las policas tambin han tenidona participacin importante. Igalmente se seala con frecencia a las redes econtrolan la trata de mjeres, de menores y la prostitcin infantil ampliamente

    docmentadas por el Fondo de las Naciones unidas para la Infancia (unicef), laComisin Nacional de Derechos Hmanos (cnDh) y algnas organizaciones nogbernamentales (Martnez, 2008).

    LOS CAMBIOS EN LA RELACIN DE COOPERACIN DE ESTADOSUNIDOS CON MXICO CONTRA LA DELINCUENCIA

    Hay e considerar e la militarizacin de la lcha contra la delincencia y s

    denicin en el marco de la segridad nacional hace tono con la presin qe elgobierno de Estados unidos ha ejercido desde hace tiempo sobre el mexicanopara qe las ferzas armadas se involcren ms en el combate al narcotrco, esoexplica en algna medida los oportnos reconocimientos del gobierno de Estadosunidos al trabajo e est haciendo el ejrcito y cyos resltados en intercepcinde cargamentos y aprehensin de narcotracantes son presentados como hechossin precedentes en la historia de las relaciones entre los dos pases. Todava laIniciativa Mrida como eje articlador de la cooperacin bilateral en materia desegridad est marcada por la rgencia de Estados unidos de tender n cerco e

    mantenga alejado el trco de drogas de s territorio, para lo cal el propsito esestablecer na frontera virtal de segridad desde Centroamrica y el Caribe.

    Ciertamente, hay por primera vez el reconocimiento de e las armas esan los narcotracantes vienen principalmente de Estados unidos y qe el go-bierno de ese pas tiene la obligacin de hacer algo para evitar qe yan haciala delincencia, ejerciendo ms control sobre el mercado de armas, pero tambinest el hecho de e hay preocpacin por el poder de los crteles mexicanos y screciente presencia en las cidades de Estados unidos con el mercado de drogasms grande del mndo y sa es na razn importante para la cooperacin bilateral

    en este tema.Recin asmi la presidencia Barak Obama, los responsables de segridad de

    Estados unidos mostraron preocpacin por el nivel de violencia e han pro-vocado los crteles de la droga, sobre todo en la frontera y los han consideradocomo na amenaza por el poder y control e ejercen sobre el mercado de drogasde ese pas (Crz, 2009). Algnos sealamientos dieron inicio a n debate sobrela capacidad del Estado mexicano para ejercer la gobernabilidad de s territorio,

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    pregntndose tan cercano estaba a lo e se ha denominado n Estadofallido, lo e provoc reacciones nacionalistas entre la clase poltica mexicana.Sin embargo, es n hecho e los encargados de la segridad hicieron pblica s

    preocpacin; de esta forma, el almirante Michael Mllen, jefe del Estado Ma-yor Conjnto del Pentgono, seal: Estoy extremadamente preocpado por esafrontera (con Mxico) y la gerra contra las drogas [] Si no ve el nmero desecestros y asesinatos e han ocrrido a lo largo de los ltimos aos y el rpidoincremento en eso, esto tiene toda nestra atencin (Daz, 2009a) considerandocomo altamente preocpante la sitacin en Mxico y armando qe igalmen-te el jefe del Comando de las Ferzas Conjntas, James N. Mattis, y el jefe delComando Norte, Victor E. Renart, comparten esa visin sobre Mxico y estndispestos a cooperar en la lcha contra el narcotrco.

    En el mismo sentido se expres el director de Inteligencia Nacional, Den-nis C. Blair, qien dijo: A Washington le preocpa qe los narcotracantes hanmostrado s deseo y capacidad de golpear a fncionarios mexicanos y militares,considerando adems qe la inencia y creciente violencia de los crteles de ladroga dicltan al gobierno federal la habilidad para gobernar zonas de s territo-rio (AFP y AP/Reforma, 2009).

    Por s parte, el general Barry McCaffrey, ex comisionado antidrogas de Es-tados unidos, expso en na conferencia en Heritage Fondation: El recienteincremento en los niveles de violencia y los actos brtales y sorprendentes co-metidos por los crteles de la droga han provocado na emergencia nacional enMxico, por lo e rgi al gobierno de Estados unidos a prestar ayda a Mxi-co (Daz, 2009b).

    A s vez, el secretario de la Defensa, Robert Gates, declar en entrevista a lacadena NBC qe na de las razones por las qe el narcotrco ha empeorado la si-tacin en la frontera entre los dos pases es e los anteriores presidentes del pas(Mxico) no enfrentaron el problema de manera directa como lo viene haciendoel presidente Caldern (Reforma/Redaccin, 2009).

    La serie anterior de declaraciones de altos responsables de la segridad enEstados unidos conrma la rgencia de la cooperacin en materia de segri-dad fronteriza, abre n captlo indito de acercamientos entre los dos pasesen torno de n tema e ahora preocpa a los dos gobiernos y segramente lle-

    var al gobierno mexicano a tomar medidas ms pntales orientadas a ejercercontrol efectivo sobre el espacio fronterizo, a las e haba sido my renente.

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    CONCLUSIN

    La frontera de Mxico con Estados unidos histricamente ha padecido los em-

    bates de la insegridad y la violencia, pero parte de la vlnerabilidad mostradaa ese respecto se relaciona con el papel e han asmido tambin de maneracrnica las atoridades responsables de la gestin del espacio fronterizo, en local la corrpcin ha sido n factor e ha jgado en favor de los grpos dedica-dos a actividades desarrolladas en la ilicitd y bajo la proteccin de esos mismosagentes gbernamentales, sobre todo los relacionados con la segridad pblica. Alargo plazo ha sido el narcotrco el qe se ha instalado como factor principal de

    violencia e insegridad, amparado en la proteccin de atoridades y la amenazapermanente a la sociedad, ane comparte ese espacio con otro tipo de organi-

    zaciones delictivas transnacionales.Si atendemos a la informacin ocial, los estados fronterizos registran na

    incidencia delictiva mayor e el promedio nacional y contribyen de manera im-portante al agregado de delitos asociados con el narcotrco, por lo qe las prin-cipales cidades de la frontera padecen recrrentemente la violencia desatada enla lcha por el control y rtas de paso al principal mercado en Estados unidos. Elinvolcramiento de las ferzas federales, inclido el ejrcito y la armada en estalcha, ya se haba dado desde antes, empjado el gobierno por la rgencia de res-ponder a las presiones desde Estados unidos, pero esta vez tambin a partir de

    n diagnstico doblemente riesgoso e se expresa en la necesidad de restablecerel control territorial en los espacios copados por el crimen organizado, as comola imposibilidad de enfrentar dicha tarea con cerpos de polica controlados por ladelincencia.

    Ane las intervenciones militares han sido fndamentales para golpear alas organizaciones de narcotracantes, hasta ahora no han sido tan contndentescomo para extingirlas y bajar la percepcin de insegridad en la poblacin fron-teriza. Al mismo tiempo qe los registros ociales sealan qe probablementela accin combinada del control fronterizo ejercido desde Estados unidos y la

    presencia de las ferzas armadas de Mxico casan mayor violencia entre distin-tas organizaciones criminales en la regin, lo cal no indica e necesariamentelos delitos violentos se hayan disparado en todas partes de la frontera, sino e losdelitos de alto impacto con mayor so de la violencia, como las tortras, decapi-taciones, desmembramiento de cerpos y desintegracin de los mismos, as comolos secestros y las desapariciones, son recrrentes y han logrado impactar ferte-mente en la poblacin. La informacin disponible seala tambin e la actividad

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    del crimen organizado en otras regiones del pas ha crecido en mayor proporcine en la frontera, lo e se tradce en e esta regin registre na baja en laparticipacin relativa en los eventos delictivos en el pas en los ltimos aos. Sin

    embargo, tambin empieza a haber evidencias de e la focalizacin de la estrate-gia de segridad en las actividades relacionadas con el narcotrco est dejando enel olvido la actividad de la delincencia comn, en la e los delitos patrimonialesestn creciendo de manera considerable y aellos e conllevan mayor violencia.

    Finalmente, el inters e ha pesto el gobierno del presidente Obama en eltema de la violencia e se vive en la frontera mexicana y los riesgos para la seg-ridad de Estados unidos ha llevado por primera vez a n pnto de cooperacinabierta para frenar el jo de armas y ejercer mejores controles en la frontera.Por primera vez el gobierno de Mxico est bscando ejercer algn control delos jos de personas hacia s espacio territorial, lo qe en conjnto podra tenerresltados alentadores para la poblacin de la frontera, ane sige pendiente eltema del control interno sobre las policas y s depracin constante, sobre lo calhay na crtica y presin recrrente del gobierno estadonidense e pede teneralgn impacto positivo en el ftro cercano, pero donde la exigencia reiere den compromiso serio y permanente de los gobiernos de los estados fronterizos,tanto en lo qe toca a las policas locales como en lo qe se reere a los programaspreventivos y acciones de desarrollo comnitario.

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