DEIA261112 : General : 35 : 35 Mundua · Deia Astelehena, 2012ko azaroaren 26Astelehena, 2012ko...

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Deia Astelehena, 2012ko azaroaren 26 MUNDUA 35 Deia Astelehena, 2012ko azaroaren 26a MUNDUA 35 Wangchen está muy preocupado con el alto número de autoinmolaciones en su país, pero cree que la independencia es posible. FOTO: THEWORLDMARCH.ORG “Te detienen por una foto del Lama” CRISTINA M. SACRISTÁN MADRID S OLO en noviembre se han autoinmolado 15 jóvenes tibetanos. Ya van 78 en un año. “¿Cuántas horas tenéis para que os explique la situación del Tíbet?”, pregunta a su numerosa audiencia Thupten Wangchen, direc- tor de la Casa del Tíbet en Barcelo- na, envuelto en su túnica oro y gra- nate. Wangchen ha sido invitado por los reporteros de Gea Photowords a una charla-proyección en el National Geographic Store de la Gran Vía madrileña para mostrar la realidad de este pueblo sometido desde hace seis décadas por China, “sufriendo mucho” las imposiciones del vasto país vecino, señala este monje tibe- tano cercano al Dalai Lama. Y, como Thupten quiere expresar muchas cosas en poco tiempo, ace- lera el ritmo de su discurso y emplea infinitivos para ir saltando de una idea a otra. Serio, aunque en algu- nos momentos empleando la ironía y una amplia risa: “Nos están con- tando mucho cuento chino”, bromea entre dato y dato estremecedores. Wangchen describe un Tíbet simi- lar al que nos imaginamos: amante del Medio Ambiente, acostumbrado a las alturas –lo que hace sufrir a los chinos al acceder a él–, muy espiri- tual y con base en “su Santidad el Dalai Lama”... pero, ojo, rico en oro, cobre y uranio en sus montañas. “Yo también me quedé sin madre, con 10 años. El régimen maoísta mató a mucha gente al invadirnos, y somos un pueblo sin preparación para las armas”, cuenta el líder espiritual hoy exiliado. El Dalai Lama, recuer- da, escapó asimismo, al igual que 80.000 tibetanos, a la India. “Fue una invasión llena de sangre y matan- zas”, insiste, y retrata cómo en su país, en estos días, se incita a la juventud “a beber y a fumar, para que cojan el hábito y que consu- man”. Entretanto, denuncia, “la ONU está callando, olvidando los Derechos Humanos. Desde los 60”. REVOLUCIÓN PACÍFICA Precisamente Thupten suele acompañar al Dalai Lama a algunos encuentros con líde- res políticos internacionales, como en el caso de su visita al Vaticano, en que ambos charlaron con el Papa Benedicto XVI. Este fin de semana ha estado en Bruselas, incidiendo en “Tú eres chino, yo tibetano y esto es Barcelona. Tienes que dejarme entrar”, cuenta que le increpó. En su inseparable túnica, el logotipo del Tíbet. “Hasta el oso panda nos han robado. Por ello, en una campaña aparece el oso diciendo Soy tibeta- no”, cuenta con cierta sorna. El sucesor del Dalai Lama, Lob- sang Sangay, nacido en la India y con un título de posgrado en Harvard, no se ha andado con medias tintas estos meses: Cree que la situación del Tíbet “va de mal en peor. Hay continuas protestas y mucha tensión después de que en marzo de 2011 se hayan inmolado tantas personas y otras diez hayan sobrevivido al intento, pero quedan con graves secuelas. A eso se suman las ocho personas que han muerto este año por disparos del Ejército chino”. Para él, lo trágico es que los que se inmolan o lo han intentado “res- ponden a actos individuales, y es la generación que ha crecido con la ocupación china la que lo hace”. “No hay libertad de prensa. Te lle- van a la cárcel por tener una foto del Dalai Lama en el móvil, y pueden tor- turarte. Hay cámaras por las calles. Y la forma de morir autoinmolán- dose es muy trágica, muy traumáti- ca. Queremos transmitir a estos jóve- nes que no se consigue nada así”, apunta Wangchen. El fotógrafo Ángel López-Soto ha coincidido con él varias veces, pero dice que sobre todo en las colonias, pues en el Tíbet todo son restricciones, incluso para los turistas que no son chinos. Refugiados en Europa a miles, los tibetanos cuentan con dos repre- sentantes en el Parlamento Euro- peo, y a su Gobierno en el exilio. “La mujer del presidente chino practica el budismo tibetano”, señala mos- trando la curiosidad del dato. Y es que “nunca perderemos la esperan- za de la independencia, pero siem- pre sin violencia, con paz”. Así se lo transmitió en su visita a Gasteiz en 2008 al lehendakari Iba- rretxe: “Es increíble que China y España tengan tanto miedo a pue- blos como Tíbet y Euskadi”. Iba- rretxe reconoció que el Tíbet ofrece varias lecciones, y una de ellas es defender los proyectos y las ideas políticas sin ejercer la violencia. Este perfil casa bien con el amor por la naturaleza de los tibetanos . “Nos gustaría hacer un Parque en el Tíbet en el futuro, pero no sólo para tibetanos”, cuenta Wangchen. Mien- tras tanto, los chinos expolian esa zona por su “riqueza de uranio y oro, destruyendo la naturaleza”. Y vier- ten allí basuras nucleares. “Rezamos para tener un entorno de paz y en comunión con los animales”, afirma antes de comenzar un rezo, un pro- fundo mantra lleno de “oooms” que cala entre las personas que han inte- rrumpido un rato sus ajetreos por el asfalto de la ciudad para escucharle. Los tibetanos se están manifestando a miles para denunciar la opresión china las movilizaciones de sus compa- triotas, que se vienen produciendo a miles y que seguirán dándose has- ta el 10 de diciembre, Día de los Dere- chos Humanos. Se trata de manifes- taciones pacíficas, pues “Mahatma Gandhi consiguió por fin la inde- pendencia de la India con su resis- tencia pacífica y nosotros la logra- remos, también”, piensa el director de la Casa del Tíbet. Ayer, Wangchen confirmaba a DEIA que ya han reunido más de 300.000 firmas, que entregarán a mediodía del día 10 en la sede de la ONU en Ginebra. Estos días se halla de reuniones con otros tibetanos, “para revisar acciones y soluciones”. Wangchen no se resistió a volver a su país, y sufrió cárcel por llevar una foto en la que estaba con el Dalai Lama. Las fuerzas fácticas chinas lo interrogaron durante largas horas, y lo encarcelaron “hasta que toma- ran una decisión. Al indicarles que me apoyaban banqueros y diplomá- ticos, me dijeron que entonces no me matarían”. A pesar de su beatitud, Wangchen narra con rabia un encuentro en el Consulado de China barcelonés, en el que el guarda no le permitía entrar por ser tibetano. Uno de los 78 inmolados. FOTO: AFP Thupten Wangchen ha recorrido medio mundo para ir recabando las 300.000 firmas que darán a la ONU el 10-D

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Deia Astelehena, 2012ko azaroaren 26 MUNDUA 35Deia Astelehena, 2012ko azaroaren 26a MUNDUA 35

Wangchen está muy preocupado con el alto número de autoinmolaciones en su país, pero cree que la independencia es posible. FOTO: THEWORLDMARCH.ORG

“Te detienen por una foto del Lama”CRISTINA M. SACRISTÁN

MADRID

S OLO en noviembre se hanautoinmolado 15 jóvenestibetanos. Ya van 78 en unaño. “¿Cuántas horas tenéis

para que os explique la situación delTíbet?”, pregunta a su numerosaaudiencia Thupten Wangchen, direc-tor de la Casa del Tíbet en Barcelo-na, envuelto en su túnica oro y gra-nate. Wangchen ha sido invitado porlos reporteros de Gea Photowords auna charla-proyección en el NationalGeographic Store de la Gran Víamadrileña para mostrar la realidadde este pueblo sometido desde haceseis décadas por China, “sufriendomucho” las imposiciones del vastopaís vecino, señala este monje tibe-tano cercano al Dalai Lama.

Y, como Thupten quiere expresarmuchas cosas en poco tiempo, ace-lera el ritmo de su discurso y empleainfinitivos para ir saltando de unaidea a otra. Serio, aunque en algu-nos momentos empleando la ironíay una amplia risa: “Nos están con-tando mucho cuento chino”, bromeaentre dato y dato estremecedores.

Wangchen describe un Tíbet simi-

lar al que nos imaginamos: amantedel Medio Ambiente, acostumbradoa las alturas –lo que hace sufrir a loschinos al acceder a él–, muy espiri-tual y con base en “su Santidad elDalai Lama”... pero, ojo, rico en oro,cobre y uranio en sus montañas. “Yotambién me quedé sin madre, con 10años. El régimen maoísta mató amucha gente al invadirnos, y somosun pueblo sin preparación para lasarmas”, cuenta el líder espiritualhoy exiliado. El Dalai Lama, recuer-da, escapó asimismo, al igual que80.000 tibetanos, a la India. “Fue unainvasión llena de sangre y matan-zas”, insiste, y retrata cómo en supaís, en estos días, se incita a lajuventud “a beber y a fumar, paraque cojan el hábito y que consu-man”. Entretanto, denuncia, “laONU está callando, olvidando losDerechos Humanos. Desde los 60”.

REVOLUCIÓN PACÍFICA PrecisamenteThupten suele acompañar al DalaiLama a algunos encuentros con líde-res políticos internacionales, comoen el caso de su visita al Vaticano, enque ambos charlaron con el PapaBenedicto XVI. Este fin de semanaha estado en Bruselas, incidiendo en

“Tú eres chino, yo tibetano y esto esBarcelona. Tienes que dejarmeentrar”, cuenta que le increpó. Ensu inseparable túnica, el logotipo delTíbet. “Hasta el oso panda nos hanrobado. Por ello, en una campañaaparece el oso diciendo Soy tibeta-no”, cuenta con cierta sorna.

El sucesor del Dalai Lama, Lob-sang Sangay, nacido en la India y conun título de posgrado en Harvard,no se ha andado con medias tintasestos meses: Cree que la situacióndel Tíbet “va de mal en peor. Haycontinuas protestas y mucha tensióndespués de que en marzo de 2011 sehayan inmolado tantas personas yotras diez hayan sobrevivido alintento, pero quedan con gravessecuelas. A eso se suman las ochopersonas que han muerto este añopor disparos del Ejército chino”.Para él, lo trágico es que los que seinmolan o lo han intentado “res-ponden a actos individuales, y es lageneración que ha crecido con laocupación china la que lo hace”.

“No hay libertad de prensa. Te lle-van a la cárcel por tener una foto delDalai Lama en el móvil, y pueden tor-turarte. Hay cámaras por las calles.Y la forma de morir autoinmolán-dose es muy trágica, muy traumáti-ca. Queremos transmitir a estos jóve-nes que no se consigue nada así”,apunta Wangchen. El fotógrafoÁngel López-Soto ha coincidido conél varias veces, pero dice que sobretodo en las colonias, pues en el Tíbettodo son restricciones, incluso paralos turistas que no son chinos.

Refugiados en Europa a miles, lostibetanos cuentan con dos repre-sentantes en el Parlamento Euro-peo, y a su Gobierno en el exilio. “Lamujer del presidente chino practicael budismo tibetano”, señala mos-trando la curiosidad del dato. Y esque “nunca perderemos la esperan-za de la independencia, pero siem-pre sin violencia, con paz”.

Así se lo transmitió en su visita aGasteiz en 2008 al lehendakari Iba-rretxe: “Es increíble que China yEspaña tengan tanto miedo a pue-blos como Tíbet y Euskadi”. Iba-rretxe reconoció que el Tíbet ofrecevarias lecciones, y una de ellas esdefender los proyectos y las ideaspolíticas sin ejercer la violencia.

Este perfil casa bien con el amorpor la naturaleza de los tibetanos .“Nos gustaría hacer un Parque en elTíbet en el futuro, pero no sólo paratibetanos”, cuenta Wangchen. Mien-tras tanto, los chinos expolian esazona por su “riqueza de uranio y oro,destruyendo la naturaleza”. Y vier-ten allí basuras nucleares. “Rezamospara tener un entorno de paz y encomunión con los animales”, afirmaantes de comenzar un rezo, un pro-fundo mantra lleno de “oooms” quecala entre las personas que han inte-rrumpido un rato sus ajetreos por elasfalto de la ciudad para escucharle.

Los tibetanos se están manifestando a miles para denunciar la opresión chinalas movilizaciones de sus compa-triotas, que se vienen produciendoa miles y que seguirán dándose has-ta el 10 de diciembre, Día de los Dere-chos Humanos. Se trata de manifes-taciones pacíficas, pues “MahatmaGandhi consiguió por fin la inde-pendencia de la India con su resis-tencia pacífica y nosotros la logra-remos, también”, piensa el directorde la Casa del Tíbet.

Ayer, Wangchen confirmaba aDEIA que ya han reunido más de300.000 firmas, que entregarán amediodía del día 10 en la sede de laONU en Ginebra. Estos días se hallade reuniones con otros tibetanos,“para revisar acciones y soluciones”.

Wangchen no se resistió a volver asu país, y sufrió cárcel por llevar unafoto en la que estaba con el DalaiLama. Las fuerzas fácticas chinas lointerrogaron durante largas horas,y lo encarcelaron “hasta que toma-ran una decisión. Al indicarles queme apoyaban banqueros y diplomá-ticos, me dijeron que entonces no mematarían”. A pesar de su beatitud,Wangchen narra con rabia unencuentro en el Consulado de Chinabarcelonés, en el que el guarda no lepermitía entrar por ser tibetano.

Uno de los 78 inmolados. FOTO: AFP

Thupten Wangchen harecorrido medio mundopara ir recabando las300.000 firmas quedarán a la ONU el 10-D