Degregori - Surgimiento de SL

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A yacucho 1969 - 1979 EL SURGIMIENTO DE SENDERO LUMINOSO del movimicnto porIa gratuidad de Ia ensefianza al inicio de Ia lucha armada Instituto de Estudios Pcruanos Lima, 1990

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A yacucho 1969 - 1979

EL SURGIMIENTO DE SENDERO LUMINOSO

del movimicnto porIa gratuidad de Ia ensefianza al inicio de Ia lucha armada

Instituto de Estudios Pcruanos Lima, 1990

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• &•ric: Idcologfa y Po!itica/7

© IEP ediciones Horacia Urteaga 694 Lima 11 Telfs. 323070-244856 Impreso en el Peru

1ra. edici6n, enero 1990 2000 ejemplares 2da. edici6n, diciembre 1990 2000 ejemplares

Foto caratula: Cortesfa de Ia revista Sf

Edicion y disefio: Gonzalo Nieto Degregori

CONTENIOO

lnln>ducd!'ln

l'lrnc·r.l l'.u1t•

H rnn·n.uln rc•gional

c i\1'11111.<>1 l,,, .. ,,,,hlur,,arcaica

n ··scenario 1.1 historia 1.1 "suma pobreza ... "

·1. 1~1 opresion "semifeudal"

1 A I'ITU LO II I ,, univPrsidad, factor dccisivo

I. La ed ucacion en el Peru 7. La cducacionenAyacucho .1. El quiebre: Ia universidad

Sc·~·.unda Parte 1%9, Ia lucha porIa gratuidad clc·J., l'nsenanza

c A I'ITULO III I ,, 1>.11alla legal

I . La protesta de los padres de familia ' La respuesta del gobicrno

( i\I'ITULOIV 1-:1 movimiento de Ayacucho y Huanta

I. Huelga estudiantil en Huanta 2. Huclga estalla en Ayacucho 1. La gran explosion

CA!'ITULOV "LQuicnseacuerdadeAyacucho?"

1. La region mas opaca 2. Las instituciones regionalistas 3. "Enemigos indeseables del pueblo" 4. Leviatan sanguinaria

11

21

23 23 26 31 33

37 37 39 41

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63 63 65 68

81 81 83 84 89

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II

T ercera Parte Los actores sociales

CAPITULO VI Del campo y Ia ciudad

1. Wallpa sua vs. mataobispos 2. Campovs.ciudad 3. lquichanos vs. Morochucos

CAPITULO VII Los campesinos

1. La lucha porIa tierra 2. El conflicto con los poderes locales 3. El movimiento campesino en Huanta 4. El papel de los asesores legales 5. Nuevos tiempos

CAPITULO VIII

El movimiento urbana-popular en Huam!lnga 1. Los barrios tradicionalcs 2. La Federaci6n de Barrios 3. El Frente de Dcfensa del Pueblo 4. La coyuntura de junio de 1969

CAPITULO IX

Un "mayo" andino en junio: los estudiantes 1. El "Gonzalez Vigil" 2. La nuevageneraci6n: Huanta 3. Las "alumnas conscientes" 4. La nueva generaci6n: Huamanga 5. Las "compaiieras indefensas"

CAPITULO X

La participaci6n femenina

CAPITULO XI El actor ausente: los senores

1. La oposici6n soterrada 2. Elclero

CAPITULO XII Los sectores medias

93

95 % 98

101

103 103 107 109 114 117

119 119 122 124 125

129 129 132 139 143 146

149

155 155 157

161

• "·" 1.• I' .ulo• I 1 ,11 ... .lo·lo·jo~ IIJ.lllda: . 1• 1 .ld I'. •;,. 11dno Lummoso

1 1\1'1111111\lll 11 ,,,.,, , . ., ,1otor politico . .

1 1 , ,., 111 icios de Ia 1zqmerda .oy,u uchana . ., lt•ptidadores" vs: "oportums~s

1 ·' ,., 1,·lVcnes h uantmos y cl PC 1 1 lucha intema en BR Y cl ~~~~ >vimiento estudiantil en Huamanga

I .'\1'111 II.UXIV 1 .1 •. o.I/OIH'S dcS.L. .

I 1J b.1lance inmed1ato: . Ha ndcra Roja y Allpanc~zkrayku I ·' >s send eros que se bifurcan

, AI'IIIJI.OXV , 970

. 1 .1 1111 111 ~.i 1'm en Ia decada de 1 ·

1 ..

. 1.. samiento Gonza o .Jo·l 11\.lol~rno a pen

1 Yenan andino

I 1\ Vl'ntura intclcctua en un Fl rcgresoa lasma~as ..

1 "Somos e1 prolctanado tl Fundamentalismo . ', I .a influencia del clima regiOnal

I I'll ( X ;o 1 ,1 "I lo·.lo >ria Oficial"

/\NLXt>S

/\pl-ndice 1 1\ pl-ndice 2 1\ pl-ndice 3 I'IJ><.··ndice4 1\r ... ··ndiceS CrMico 1 Mapa 1 Mapa2 Cuadros Estadisticos

IIIBLIOCRAFIA

167

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169 170 174

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181 182 187

189 190 193 199 206 211

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lNTRODUCCION

V engan todos a ver, vamosaver.

En la plazuela de Huanta, amarillito [lor de retama, amarillito amarillando,

[lor de retama.

Donde la sangre del pueblo jay!, se derrama,

ah{ mismito florece, amarillito [lor de retama.

Ricardo Dolorier ("Flor de Retama")

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t '"''"''"'XII, madrugada del21 de junio de 1969

I 11 \'1'/ dt• cnrumbar directamente al aeropuerto la camioneta celular 'I'''' · .. tit· de Ia PIP da la vuelta ala manzana y se estaciona frente al rr, tid dt• Turistas. Junto a los policias de civil desciende un hombre I•" l.t vt.t jovcn, grueso, de anteojos, chompa y temo gris. Catedratico.

"l .. t prisi6n es un accidente de trabajo", la idea zumba obsesionan­"' • 111110 una mantra en su cerebro. AI bajar siente cl frio de junio mor­.t •• ·••dole el rostro. Contra cl cielo cristalino, cl Rasuwillka cubierto d•· •••t·vc los observa desde lejos, insignificantes. "Dentro de tres no­' '""• los campesinos prenderan fogatas en las cumbres: para ahuyen­'·" ,, los cspfritus, conjurar cl frio, retener al sol. Noche de San Juan, · '''I'• ·r~ t icioncs. Aunque cl fuego es un simbolo magnifico".

l . .1s bolitas de mantequilla se derriten sobre el pan que le quema J,,., tn.1nos. El delicioso pan de cada dia huamanguino, acabado de sa­lit dt·l homo. Con un cafe de porquerfa. De lata. "Solo un accidente de It . .t , .. jo. Pero en cl peor momento. Mocosos provocadores, instrumentos , 1··1 ( ;r,m Liquidador".

Rumiando su bolo mental, responde con frases breves o monosfla­r., ,., a los tiras que quisieran ser amables. "l,Accidente? jDesastrc! l··n•poral por cierto. La fracci6n extracra las ensefianzas. Convertira r., d!'rrota parcial, en victoria".

[13]

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Un cuarto de hora mas tarde Ia cornitiva regresa a Ia carnioneta que enrumba, ahora sf, al aero puerto en construccion.

"Lo hicieron tomar desayuno en el Hotel de Turistas. Con toda cla­ridad yo me acuerdo. Fue al unico que le dieron desayuno. AI rcsto de frente nomas se lo llevaron. Yo fui al aeropucrto pues, a verlo. Nolo empujaban, no lo maltrataban. Se daban cuenta quien era, era Guz­man" (Victor).

Lima, dos dfas despues

"(Expreso, 23) El encargado de Ia rectorfa de Ia Universidad San Crist6b<Jl de Huamanga, Ing. Jacobo Alcabes Abdala y dos catedra­ticos ... fueron capturados y trafdos a Lima por Ia polida para escla­recer su participaci6n en los sucesos que enfrentaron a los estudiantes yla policfa en Ayacucho yHuanta ... El Rector interino ... lleg6 en compafHa de su hijo Carlos. Las otras personas detenidas son Raul Vivanco Santa Cruz y Jose Castaneda, catedraticos de esa Universidad y Ia senora Augusta La Torre de Guzman. AI S£'r entrevistada esta ultima manifesto: 'He sido dete­nida injustamente'. Hasta el momenta el numero de detenidos por los sucesos de Aya­cucho y Huanta asciende a 37. De ellos 8 son catedraticos de Ia Uni­versidad de Huamanga y 4 abogados. Ellos son: Alberto Gutierrez Romero, Mario Cavalcanti Gamboa (asesor legal de Ia Federaci6n Departament.1l de Campesinos de Ayacucho), Jaime Rivera Palo­mino, Rene C1s.mova Silva, Abimacl Guzman Reynoso ... "

El catedratico cerro el diario y lo dejo caer sobre ei camastro. Nadie en Ia celda advirtio Ia mas !eve crispacion en su rostro, pero su vision estaba totalmente nublada por Ia rabia. "jAccidente de traba­jo! jlnutil! jCasi ridiculo!"

"Cay6 mansamente, parece que a Ia salida de una reunion par­tidaria" (VIctor).

... ... ... ... ...

En Ia ~~drugada d~l sabado 21 de junio de 1969, una redada policial se abatlo sobre Ia cmdad de Ayacucho. Entre los 35 detenidos figu­raron desde un adolescente al que lo confundieron con su hermano, has-

ltll!illllltt ltJil 15

,,. 1111 l',l'{,grafo ajeno a cualquier actividad polftica, quien en media "'I •IJI"III'o noctumo sufrio un ataque de asma. Pero tambit~n cayeron I'' I '·""·'I··~; irnportantes: los dirigentes mas destacados del Frente de I•· '' 11'.,1 dl'l Pueblo y varios catedraticos de Ia Universidad de Hua­"'''"1'.·1, •·ntre ellos Abimael Guzman Reynoso, dirigente maximo del 'I'" I'"' ''" mcses despues se convertiria en el Partido Comunista del I'• 111, llluwido como "Sendero Luminoso" (PCP-SL).lJ>orque sufrio en­'""' I ·, IIIlO de sus dos unicos "accidentes de trabajo" el hoy llamado 1 '" ·o~do ·nil' Gonzalo"? En busca de Ia respuesta, veamos los diarios

·I· lo o', oll.l'; siguientes.

·1 '~~''· mil campesinos toman Huanta", anunciaban las primeras 1 "'"'·'·· dl'l 23 de junio de 1969. El domingo 22, Ia turba, "ebria" segun • I• '" ••• dl'spachos (El Pueblo, Arequipa 23.6.69), habria atacado los I''" .,,,.., policialcs, apoderandose de Ia ciudad. "Los comuneros eran ""'' 111.1'·•• incontenible", titulaba Expreso (24.6.69), y afiadfa: "extre­lllt.L•·· h.lbrian desencadenado violencia". Un dfa antes, el sabado 'I 1111 l•·vo~ntamiento urbano popular de similares proporcione~ habia

1 '" ,, l111 1do cuatro muertos e innumerables heridos en Ayacucho.

I'·"·' 1.1 opinion publica nacional, Ia noticia cayo como trueno en • '' '" ·.n .. no. El pais vivia Ia euforia de los primeros meses del gobier­"" olo- 1.1~; Fuerzas Armadas que encabezaba el General Juan Velasco, ,,,. 1.1 "·'cionalizacion del petroleo•y Ia amenaza de represalias nor­If"''".''' .111as a travcs de Ia enrnienda Hickenlooper. Mas aun, una I• 1· •I•· l~dorma Agraria que se anunciaba radical y decisiva estaba , " 'hJ••·ro~s de promulgarse.lQUE~ significaba entonces Ia furia campe­~'"'' y J'opular desatada en ese ignorado departamento de Ia sierra "'" I l'lllr.ll? No tardo en difundirse Ia interpretacion mas facil: se ,,,,~,,~o,, de una asonada azuzada por terratenientes y extrernistas I''"'' h.Hw abortar Ia Reforma Agraria.

l·n realidad, los levantamientos de ese fin de sernana en Ayacu­' 1, .. y lluanta eran Ia culrninacion de varias semanas de rnovilizacio­"' ., ··n l.1s cuales los estudiantes secundarios de esas ciudades nuclea­'' '" n•.•sivamcnte tras suyo a los campesinos en Huanta y a los po­I·L•· l1111's urbanos en Ayacucho. Su objctivo: Ia rcstitucion plena de Ia r.l.llllldo~d de Ia cnscfianza, rccortada por un Decreta Supremo (D.S.

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006) promulgado meses antes. Alrededor de esa bandera, una nueva · generaci6n de adolescentes se convirti6 en Ia punta de Ianza de un le­vantamiento mas masivo e intenso que cualquier lucha porIa tierra en esa region abrumadoramente campesina.

Desde su promulgacion, cl dccreto provoc6 cl rechazo de las Aso­ciaciones de Padres de Familia. Sin embargo, a pcsar de que en todo el pais las capas empobrecidas se veian afectadas por Ia medida, el descontento nose tradujo en movilizaciones masivas ... excepto en Aya­cucho y Huanta.,ror que s61o allf?

El presente volumen intenta dar respuesta a esta y otras interro­gantes. El movimiento porIa gratuidad de Ia ensefianza en Ayacucho y Huanta constituy6 el detonante que revelo un con junto de tendencias regionales profundas, cuyo estudio ayuda a comprender Ia crisis por Ia que atraviesa actualmente Ayacucho, y tambien el pais. Por otro lado, el analisis de esa coyuntura contribuye a explicar el surgimien­to del PCP-SL y su potencialidad de crccimiento entre ciertos sectores juveniles. Porque si bien no dirigi6 cabalmente el conjunto del movi­miento, el nucleo politico que pocos meses despues constituirfa el PCP­SL era por entonces Ia fuerza politica de izquierda mas importante de Ia region, con f~erte influencia en el notable Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho.

Comprender el surgimiento de SL requerirfa analizar dinamica­mente el conjunto de los elementos que lo definen, ubicandolos en e1 contexto peruano de Ia segunda mitad de siglo. AI respecto en un traba­jo anterior (Degregori 1985) afirmamos que Sendero Luminoso surgio basicamente como producto del encuentro que tuvo Iugar en Ayacucho, especialmente en la Universidad de Huamanga, entre una elite inte­lectual provinciana mestiza y una juventud universitaria tambien provinciana y mestiza. Afiadamos que el PCP-SL es una organizaci6n politica que asume como idcologfa una version "pura y dura", cre­cientemente fundamentalista, del marxismo-leninismo-maoismo.

Nuestro estudio centra su atencion en algunos de esos factorcs que dcfincn a SL: el escenario regional en cl cual nace; los actores socialcs que alii se desenvuelven, tanto los intelcctualcs y los j6venes univcr-

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. . olumna vertebral, como las pobla-•il,.,,,,. 'I"'' Volll ·' nmslltmr. su c . I b . I Otros ...... , .. 1111•.111.1'1 y nrrales, que scran su potencJa .~sedsolcfJa._meno

· t t s para 1a comprenswn e eno ~~, ,, 1,, 11 ., .. 11 11 w 11 te unporane . p . 1

la ., '" J, •I ·"' , , .. ,,·'I •o~n a los marcos de nuestro trabaJO. or eje~p o,

;,, 11 ,, "' "' do·l nwxismo-leninismo y especffi~~ment~ ~~I::~~::~:~ h ', •" I,,,,, II'" ukoi(Jgica de SL, o 1a evoluoon de a q 1 '1f

l:llilS son tocados de manera suscinta en a u Jma •i·I·IJ'~III,III,I.. d ]' re1 I·" I• "'I lll•rtt. 1\dvertimos, ademas, que no pret~n en:os extp.lcaDos

I SL rtir de lo sucedido vcmte anos a ras. ·•· I ... ,J ·", 11111.11' l l'. a pa . . 1 SL d 1990 del '" loor.l· . .J,,., .wtos de voluntad pohtJca, separan a ~ -., .. '. 'I, II•·· ,. o·lll.ls siguientes paginas. Una pnmera se produ!o e~_J9~9

I 1 . iento de SL como orgamzacwn m-1.,,1loll'l.rqttL·diougaranaom f d ... de ,J, ,, ""•··nit·. ( Hra tuvo Iugar entre 1976 y 197~, y ue su ~CISJOn 1

T b'cn cl contcxto nacwnal ha sufndo trans-'"" " .•. ·' 1.1 ~~IIL'rra. am I . 1 b' refor-'""""' 111111"• ludament~lcs: aqu~llas produdc.Jda; p~r ~9~g yl~:~oque se '"' ·L• lllllll.lr I'll los pnmcros anos de la eca a e "' rl' .Ill .J,·I.I nisis generalizada en la dccada de 1980.

I'•••• "'' lTL'l'mos que hay una especificidad regional ~n su apari-. . 1.'. lll>ro trata sobre las condiciones que hacen posJble que SL

:.:::

11

, ',,·11, (• •11 ;\ yacucho), as{ (con esas caracte~isticas) y entonces (~n 1

1 ,. 1 , l960 y 1970). SL no hubiera pod1do nacer en cualqmer l,,,,,,,,,,,.,lc ·1 b atrasoy I , I•· lr sierra aunque alii hubiera sirru ar po reza, "I ·" ' . . ' odemos considerar a Ayacucho co-

"1'" '"''" ,·.rmonal. Pero tampoco p f . o practica-, . . . h bria dado Iugar a un cnomen "'" till "'d·;on exotlco, que a . . I . . de SL a

. D i no se exphcana a expansiOn "" •II•· .qo·no al pms. e ser as' . afios ldl .... I •.lilt'S del territorio nacional. Conslder~mos que. p~;o ~:~~ntra­"1 I, "'" .. lndemaneramasintensaenAyacuc ounconJU :·II•• ~~•Ill"·, desgarramientos y desbalances comunes ~ budena parte de ~a

. . . El movimiento de 1969 es una clanna a que anunoa "" 11 .r 1 '' ru.1na. , SL de su expan-1 I .I. l·ld de aparici6n de un fenomeno como , y ,, I,, •'.I II ll •

•do•11.1 •olros lugares.

·\I ,,,w,en del intercs que despierta la presencia "pr~t~sende­, ' n • · d · a regwn poco I .. ''" l'l presente trabajo, este estudm, a emas, un

I' , ·' I se ex laya en un tipo de movimiento social y de actores :.::: ·:.:·~,~.'., ·' ypolftic;s que no han recibido suficiente atencio~ por parte

I y . s socJ'al"s La investigaci6n revalora, adcmas, el papel do· .I'• \'ll'I1Cia '- '

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Carlos Ivan Dcgregori

de Ia educaci6n como canal de movilidad social en los Andes pe­ruanas, pero tambien como instrumento de transformaci6n, o motivo de frustraci6n, potencialmene explosivo.

Ellibro consta de cuatro partes. En Ia primera presentamos el mar­co regional en el cual se desarrollaron los acontecimientos, destacan­do el papel decisivo cumplido por Ia Universidad de Huamanga. En Ia segunda relatamos los hechos desde Ia promulgaci6n del DS 006 hasta su derogatoria tres dias despues del levantamiento popular ayacuchano. En Ia tercera parte delineamos el perfil de los actores sociales que tomaron parte en el movimiento. AI presentar cada actor hemos considerado necesario esbozar brevemente su evoluci6n durante el presente siglo, pues a pesar de los muchos y buenos estudios rea­lizados en el propio Ayacucho, Ia historia regional sigue siendo muy poco conocida. En Ia ultima parte tratamos sobre Sendero Luminoso; nos explayamos en su participaci6n en el movimiento y, a partir de las tendencias alii reveladas, esbozamos su evoluci6n durante la deca­da de 1970, hasta el momento en que deeide iniciar la lucha armada.

En tanto a lo largo de las tres primeras partes aparecen refe­rencias a SLy a otros grupos comunistas, proporcionaremos en esta in­troducci6n algunas referencias minimas para facilitar Ia lectura. En los afios 60 funcionaba en Ayacucho una base del Partido Comunista Peruano (PCP); el Comite Regional "Jose Carlos Mariategui", enca­bezado desde 1963 por Abimael Guzman. En 1964 el PCP se dividi6 en una facci6n pro-sovietica y otra pro-china. El regional de Ayacucho se aline6 con esta ultima conocida como PCP-Bandera Roja (BR). Pero el alineamiento no fue incondicional, porque casi desde un principia Guzman habia conformado con sus mas decididos seguidorcs una deno­minada "fracci6n roja", que comenz6 a actuar cohesionadamente den­tro de Bandera Roja (vease: PCP 1988a:IV). Ese es el nucleo que, entre fines de 1969 y febrero de 1970 se escindira de BR para dar nacimiento al PCP-SL. En la coyuntura de la lucha por la gratuidad de la ense­fianza, Ia "fracci6n roja" tenia presencia importante, pero no dominan­te, en Ia Universidad de Huamanga; hegemonizaba el Frente Estu­diantil Revolucionario y Ia Federad6n de Estudiantcs de esa uni­versidad; habia impulsado en 1964 Ia creaci6n de Ia Federaci6n de Barrios y en 1966 Ia del Frente de Defensa el Pueblo de Ayacucho.

1111 roJ uccion 19

I. di·J·I·mos, Ia fuerza de izquierda mas importante en la ·r,J, como rq;it'm.

* * * * *

Fste trabajo le debe mucho al Dr. Aracelio Ca~til~o, ya fallecido, de cuya tesis doctoral, El movimiento populnr de J~mo ~e 1969 (Huanta ,1 Ayacucho, Peru), extrajimos multitud de eVIden~as_. Agradezco, .ts1m1smo, a quienes habiendo participado en el mov1rmento d~ 1969 .tceptaron relatarme sus experiencias, especialmente al Dr. Mano C~­valcanti Gamboa, quien jug6 un papel muy destacado en la orgam­zaci6n del campesinado huantino y cuyo apresanuento_Ja ~a~rugada del 21 de junio fue el detonante para el estallid? del d1a SI~mente en II uanta. Por la violencia imperante en el pais y los metodos_ de Sendero Luminoso, aun cuando las referencias que hacemos en el hbro a dicho partido son de dominio publico, prefiero ~anten~r en el ano­nimato al resto de entrevistados, lo cual acreoenta m1 deuda de gratitud con ellos. En el Apendice 1 (Sabre las fuentes) aparec~n sus rasgos sociales basicos y los nombres supuestos con los cuales f1guran cncllibro.

Agradezco, asimismo, a Luisa Montoya_d~ la Univer~idad de_ San Marcos, quien revis6 con prolijidad los d1anos de ~a epoca. _Fmal­mente, a los amigos que leyeron el texto ~an~scnto r reahzaron muchas y valiosas sugerencias: Alberto A~nanzen, C~Iha Blondet, Carlos Contreras, Julio Cotler, Modesto Galvez; a Francisco y~rdera por su paciente asesoria en los aspectos de~ograficos '! estadistt~os; ~ Tila Castaneda, Juan Granda, Denise Pozzi-Escot y Jaime Urrutt~, rm reconocimiento por Ia hospitalidad en Ayacucho y las conv~rsaoon~s sobre el tema; a Aida Nagata y Gonzalo Nieto por el trabaJO d~ edl­ci6n, a Bertha Degregori por la correcci6n de estilo y a t~os qmenes en c1 Instituto de Estudios Peruanas me alentaron a terrmnar este tra­bajo, por su amistoso apoyo.

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... ~· .. - ~ -. - -·- -·-

PRIMERA PARTE

El escenario regional

"Huamanga no lleg6 a ser zona agricola o ganadera importante. Mi­lenarios cataclismos dejaron su faz resquebrajada cubierta de sedien­tas, de esh~rilcs tobas, y cuando el esfuerzo humano pudo mudar en mieses Ia infecundidad, guerras de indios o espaf\oles, repartimien­tos de tierras o mitas mineras completaron Ia obra de los volcanes.

Los indios y mestizos, 'habitadores pobres y necesitados' que se ascntaron en esa tierra de buen temple, a mitad del camino entre Cuz­co, capital del Imperio Inca, y Lima, capital del Peru colonial, com­prendieron, entonces, que solo podrfan sobrevivir merced a las manos de sus artesanos y a los pies de sus arrieros.

No era diffcil que asf fuese. Tenfan tanto Ia herencia cenimica nativa como las de Guadiz, Andujar o Salvatierra de los Barros, Ia herencia textil inca o poqra con tanta intensidad como las de Cuenca o Alcara~, Ia habilidad metalurgica del Imperio tan fresca y fina como Ia recogida de los fenicios por Astorga ...

Los artistas y artesanos convertirfan Ia plata de Potosi en el mi­lagro de Ia filigrana, los vellones del Altiplano en lienzos poblados de pajaros y de flores, Ia piedra de Pomabamba o el yeso de las co­linas circundantes en retablos de pastores y efigies de santos, hace­dores de milagros. Convertirfan Ia arcilla en toritos o 'catedrales', Ia madera de los bosques remotos en arpas o violines, en guitarras o charangos, las pieles en parches o cordobanes, vfsceras en corda je ...

Los arrieros, mezcla de musicos y narradores, de pkaros y comerciantes, vencerfan las distancias, las montafias, las tormentas, las azules lejanfas y, sobrios como dromedarios, convertidos en per-

[21)

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sonajes de anecdotas y cuentos, marcharfan por el mundo sembrando 0 cosechando en todos los caminos formas y colores, versos y sonidos ...

La l!niver~idad de Huamanga, como las artes, nacio tambien para c?nJ;trar Ia suma pobreza de Ia tierra'. Asf lo dice el Obis Dn .. C!1stobal de Castilla y Zamora en Acta firmada de su Jpo3 de Julio de 1677". mano e

Efrafn Morote Best 1. El escenario

CAPITULO I

La estructura arcaica

El rio Pampas nace en la laguna de Choclococha, paqarina o Iugar de donde emergieron los ancestros rniticos de las etnias que poblaron Aya­cucho. A partir de alii, inicia un largo recorrido en forma de media luna hasta encontrarse con el rio Apurimac. Si se sigue el curso del Apurimac hasta su confluencia con el rio Mantaro, se advierte que Mantaro, Pampas y Apurimac encierran un amplio territorio que des­de muy temprano adquirio importancia en los Andes (vease: mapa 1).

Alli tuvieron su asicnto tanto la cultura Huarpa como el Imperio Wari; postcriormente la Confederacion Chanka; luego el centro admi­nistrativo Inca mas importante entre Cusco y Bombon: Vilcashuaman. Durante la Colonia, tuvieron alii su sede el Obispado y la In­tendencia de Huamanga, fundandose en dicha ciudad en 1677 la se­gunda universidad del virreinato: San Cristobal.

Ese territorio constituye el nucleo historico de la region de Aya­cucho. A su alrededor se ubica una periferia donde antes habitaron las etnias Angaraes, Chocorbos, Rucanas, Soras y Chankas, entre otras, y que hoy constituyen las provincias de Acobamba, Angaraes, Castrovirreyna, Lucanas, Parinacochas, Paucar del Sarasara, Sucre, Chincheros y Andahuaylas (vease: mapa 2).

Los limites de la region, tal como la definimos, no coinciden con los del departamento de Ayacuchol, ni con los de la nueva region

1 Con una superficie de 44,181 km2 repartidos en 11 provincias y 103 dis­tritos, el departamento de Ayacucho ocupa un 3.44% del territorio nacional. Segun el Censo Nacional de 1981 tenfa 503,392 habitantes que representaban el 3% de Ia poblacion total del pafs. (INE, 1983a). Para las provincias de A yacucho vease el mapa 2.

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Carlos Ivan Dcgregori

Libcrtadorcs-Wari, conformada por lea, Ayacucho, Huancavelica (cxccpto Tayacaja) y dos provincias de Apurimac: Chinchcros y An­d~h~ar,~as. Coinciden, en todo caso, con lo que Argucdas (1958) deno­mmo area cultural Pokra-Chanka", cuyo ambito es similar a! de Ia frustra~a "~eg~6n Wa~i'', propucsta a lo largo de la decada de 1980 por las mstitucwnes mas representativas de Ayacucho en sucesivos Fo­ros denominados "Ayacucho Siglo XXI"2.

La ~egi6n de Ayacucho ha sido descrita por cronistas y viajeros como ·:her_ra muy doblada" y de "caminos fragosos" (Urrutia 1985). Su terntono abrupto abarca desde punas y nevados como cl Sarasara (Parinacochas, 5,435 m.s.n.m.), el Qarwarasu (Lucanas, 5,100 m.s. n.m.) Y cl Rasuwillka (Huanta, 5,000 m.s.n.m.) hasta Ia selva alta el vane del rio Apurimac.

~esde Huancavelica hasta Parinacochas, Ia puna constituye una fr~nJa continua, ensanchandose conforme se avanza hacia el sur. En c1 nucl~o. central encerrado entre el Pampas, el Apurimac y c1 Mantaro, se di~tlnguen de norte a sur trcs cuencas: el valle de Huanta; el valle de Nmaba~ba, Toroba~ba o San Miguel, en Ia provincia de La Mar; Y ~~. que.~Ivera Palomi_no (1974:17) denomina Ia "cuenca de Ayacu­cho . Refiramonos a! pnmcro y Ia ultima que constituyen el esccnario donde se desarrolla nuestra historia.

Por el vane de Huanta corre el rio Cachi, que a mitad de su reco­rrido recibe de las alturas de Angaraes las aguas del Urubamba lla­mandose a partir de alii Huarpa hasta su confluencia con el Ma~taro (mapa 1). Hacia el este, una ancha murana montafiosa separa al va­lle de Huanta de la yunga o selva alta. Desde las alturas de esa ca­d~na donde se encuentra el Rasuwillka, principal divinidad

0 wama­

m mayor d~ un amplio tcrritorio, bajan numerosos _riachuclos, que se cargan en epoca de lluvias y permiten mantener en el valle algunas

. , 2

Excede los lfmites del presente trabajo una discusi6n amplia sobre la re­giOn ~e Ayacucho. Vea~ al respecto, entre otros: Arguedas 1958; Rivera Palommo 1971, 1~74; Galvez 1977; Degregori, Urrutia y Balutansky 1979; Jur~?~.1983; Urrutia ~985, cap. I; Degregori 1985; 1986a cap. VI. Sobre la "sub­region _de Huant_a, vease: Vergara 1983. Sobre la problematica regional en ge­neral, vcase espeCialmente: Gonzales de Olarte 1982.

'"'' '>ducci6n 25

lll"rr,ls irrigadas Ia mayor parte del afio. (Rivera Palomi~o. 1971; t lr ru tia 1985). Ademas del maiz y los frutales (palto, chmmoya, ltrnrrna), el vane permite el cultivo de algod6n y la recolecci6n de luna y cochinilla, mientras que las partes altas hacia el este son It ·rrcnos de tuberculos (Vergara 1983).

La denominada "cuenca de Ayacucho" es mucho menos definida. A IIi se asienta la capital regional, Ayacucho, Hamada con frecuen­na Huamanga3, ubicada dentro de lo que podriamos figurarnos como trn triangulo con su vertice en Huamanguilla y los ~ngulos de base ~n Vinchos por el oeste y Acocro por c1 este (Urrutia 1985:27). El no Cachi encuadra la cuenca por ellado de Vinchos, y el rio Yucaes por l'l de Acocro (mapa 1.) Las variaciones de topografia y clima son notorias dentro de ese triangulo donde Rivera (op.cit.: 17-18) encuen­tra cerros apretujados de orientaci6n ca6tica, llanuras "de piedemon­tc" con capa arable muy delgada, valles encajonados en "V", que po­ncn serios limites a Ia actividad agropecuaria.

Dos certeros apuntes de Antonio Raimondi dibujan de mancra m~y prccisa los paisajcs e idiosincracias contrastantcs de los dos pnn­cipalcs centros urbanos de Ia region y sus campifias circundantcs. De Huanta, dice Raimondi:

" ... es un pueblo bastantc grande, rodeado de una alegre y fertil campifia en medio de un ancho valle. El pueblo presenta una hermosa vista cuando empieza la bajada. Las casas cstan dispuestas e~ calles regulares; tienen sus parcdes blanqucadas, los techos son de _te1as y la mayor parte de elias tienen el arco de la puerta hecho de piedra. La plaza es bastante grande y un poco inclina~a; la iglesia tie_ne dos to­rres cuyas bases son de piedra y la parte supenor de cal y ladnllos ... Los habitantes de Huanta se ocupan en el cultivo de las chacras y en hacer tejidos. En general son de canicter revoltoso; y muchas v?ces ~~ han sublevado contra las autoridades locales o contra el gobierno . (en: Morote 1974:278) .

3 San Juan de la Frontera de Huamanga fue el nombre colonial de Ia ciu­dad. A partir del siglo pasado, A yacucho es el n~m~re oficial del _d~parta­mento y de su ciudad capital. Huamanga es Ia provmc1a donde esta ultima se ubica (vease: mapa 2), pcro con frecuencia se sigue llamando con ese nombre a Ia ciudad, a veces incluso a todo el nudeo hist~rico de Ia region.

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Carlos Ivan Degregori

Y de Ayacucho:

"Lo que hace ver que A yacucho ha sido un Iugar favorecido por los esfafioles, es ~gran numero.~e conventos, monasterios e iglesias que extsten en Ia cmdad ... Tambten se puede saber que ha sido una ciu­dad arist6crata, por el hecho de que casi todas las casas tienen co­che~~s destinadas a las calesas en uso en Ia Colonia como en Lima y TruJillo, y de las cuales actualmente en Ayacucho, no quedan sino al­gunos raros restos ... Los establecimientos principales de ocupaci6n de Ia gente obrera ... son de platerfa y sastrerfa ... Tienen tambien inclinaci6n a Ia escultu­ra ... e~ Ia piedra que lleva el nombre de Huamanga, que no es otra cosa smo un alabastro como el de Toscana en Italia. Los terrenos de los alrededores de Ayacucho son muy esteriles; pero como cada Iugar tiene sus producciones, Ayacucho posee tambien Ia suya, que consiste en una enorme cantidad de tunas que crecen porto­das partes, hasta en los techos de las casas". (en: Morote 197 4:280-1).

2. La historia

Ayacucho aparece como una region compleja y secularmente convul­sionada. Lorenzo Huertas (1981:134-5) nos habla de por lo menos tres grandes desplazarnientos etnicos. El primero ocurrido entre los siglos XI y XII, luego de la caida del Imperio Wari, agudizado posiblcmen­te por profundos cambios climaticos. El segundo producido en el S. XV como secuela de las guerras entre los Incas y la Confederacion Chan­ka, que ll~vo al casi despoblarniento del nucleo central de la region y su. post:n~r ocupacion por rnitimaes (mitmaq). El tercer desplaza­rmento .etmco tuvo Iugar en el S.XVI y fue de caracter intra-regional, pro~uCido por las reducciones de Toledo, que agruparon a las antiguas etmas en nuevos poblados. A estos tres desplazamientos mencionados P?~ _Huertas,. ha~ria que a~adir las mitas coloniales y la antigua tra­dtcton de ameraJC, expandtda en la region a partir de la Colonia. Por ultimo, las rnigraciones masivas de las ultimas decadas que colocan a Ayacucho entre los mayores expulsores de poblacion a nivel nacional.

A lo largo de la historia Ayacucho aparece, por otra parte, como ~udo de conflicto.s y enfrentamientos belicos. Desde la expansion Wa­n hasta el encamtzado enfrentamiento entre los orejones cusquefios y la Confederacion Chanka; desde las guerras de la Conquista (Hua-

I I, .. ,, l'rtario regional 27

111.111ga se funda como San Juan de la Frontera para servir de barrera , ""tr,1 las huestes rebeldes de Manco II) y las guerras entre los , 'IIHiuistadores (la decisiva batalla de Chupas tiene Iugar a pocos ki­'' >~ndros de Ia actual Huamanga), hasta la guerra de Ia Indepen­' lt-ncia; desde Ia Campana de la Brefia y los innumerables levanta­•••i•·ntos campesinos durante la Republica, hasta la situacion actual; t\ y.JCucho aparece como una region interrnitentemente sacudida por 1.1 violcncia.

l'cro en este suscinto panorama historico queremos referimos prin­' q>.llmente a otro aspecto que nos parece decisivo: la configuracion y 1, ., iL·nte desarticulacion del "area cultural Pokra-Chanka", tal como l1wr,1 bautizada por Argucdas.

En el caso de Ayacucho, Ia Conquista, si bien surnio a las poblacio­IH's andinas en nuevas formas de servidumbreyopresion, no altero ma­v<>nncnte los limites regionales prehispanicos. De esta manera, a lo l.il)',o de la colonia se fue conformando alii la llamada "area cultural /', '" m~Chanka", cuyas caracteris ticas centrales serian:

"a. Ia misma forma dialectal del quechua, el llamado 'qucchua aya­cuchano'; b. una notable unidad folkl6rica musical -aunque de entrafia asaz variada por acentos provinciales; c. una arquitectura popular de proccdencia hispanica, pcro muy aclimatada, cuya caracterfstica mas sobresaliente es cl amplio corredor, cuyo techo aparece sostenido por columnas de madera de base de piedra, de disefio y formas muy caracterfsticas; d. una serie de manfiestaciones de arte popular: el danzante de tijeras (danzaq), las andas adomadas de cenefas y aparatos muy barrocos de cera, los 'San Marcos', llamados actualmente retablos, etc." (Arguedas 1958:143).

Esa unidad cultural fue posible de labrarse en un espacio que ha­bia ido adquiriendo tambicn una cierta articulacion econornica y poli­tica. Combinando Ia mineria de Huancavelica4 con los obrajes, la agri-

4 Desde Ia decada de 1570 y a lo largo de toda Ia Colonia, el mercurio o .1/ogue fue cl principal insumo para Ia producci6n de plata. Las minas de lnL'rcurio de Huancavelica se convirtieron en el complemento indispensable de I.IS de Potosi y otros yacimientos argentfferos (V ease: Contreras 1981).

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28 Carlos Ivan Dcgregori

cultura servil y el arrieraje, una capa social asento su dominio sobre Ia region, que vivio entonces su epoca de oro, expresada en Ia construe­cion de templos, monasterios y casonas. La decadencia de Ia mineria huancavelicana desde fines del S.XVIII afecto duramente a Hua­manga pero no altero sustancialmente los limites regionales ni Ia es­tructura social. Urrutia et al. presentan un panorama vigente hasta Ia primera rnitad del presente siglo:

"Las provincias nortcfias eran territorios casi exclusivos de hacien­das, si bien ese nombre involucraba dcsde los grandes latifundios de la quebrada de San Miguel o de las punas, hasta los pcqucfios fundos de los valles adyacentes a la ciudad de Ayacucho. En ese mar de haciendas navegaban algunas de las comunidades mas grandes de Ia region, convertidas con Ia Republica en capitales de distrito y fuen­tes de mano de obra ... y de conflictos para Ia gran propiedad: Vin­chos, Socos, Quinua, Huamanguilla. AI sur, desde las alturas de Pampa Cangallo hasta el Sarasara, prcdominaban las comunidades con rccursos altoandinos y de zona quechua, no atosigadas por las ha­ciendas, si bien algunas existfan en todas las zonas" (1988: 430).

Comerciantes mayoristas, arrieros y viajeros continuaron, asirnis­mo, peinando Ia region y comunicando el centro con Ia periferia, ten­diendo una tupida red de intercambios y ferias, entre las que destaca­ban la de Cocharcas y el llamado circuito de Semana Santa (vease: Urrutia 1982). Las relaciones con Ia costa se daban hasta mediados del siglo pasado en lineas generales y en cierta medida en pie de igualdad. Y si " .. .Ia naturaleza y composicion de su clase dominante marcan la peculiaridad de una region" (Galvez 1977:58), podemos decir que la capa de terratenientes y comerciantes asentada en los principales centros urbanos: Ayacucho, Huanta, Andahuaylas, Cora­Cora, SanJuan de Lucanas (luego Puquio), Iogro tejer tambien su red de relaciones, consolidando su dorninio en Ia region.

Pero el desarrollo del capitalismo y Ia pcnetracion imperialista desde fines del S.XIX y mas claramente en el presente siglo, afectan Ayacucho de manera negativa. La region no posee ningun recurso que resulte de especial interes para el capital extranjero o nacional; tam­poco surge alii algun polo economico con el suficiente dinamismo como para "engancharse" a los sectores de punta de la economia nacional. Asi, a partir del S.XX, tres son los fenomenos que marcan cl devenir

n csccnario regional 29

n-gional: estancarniento y ~m~obrccirnie~to ~;1 centro; des~em~~a­rniento y perdida de Ia penfena; profundizacwn de Ia subordmac10n ,, otros polos regionales.

A. El estancamiento del centro y la crisis del sistema latifundis­t.l en Huamanga han sido estudiados por Galvez y Cano (1974)~. E~los •;t'i1alan como en la primera rnitad del siglo cl desarrollo capitahsta "en otras regiones", Cerro de Pasco por ejemplo, perjudic~ a ~uaman­)',•' donde la penetracion de manufacturas del centro o hanna Importa­da de Lima, profundizan una crisis signada p~r ci cola~so de Ia ma­mrfactura, Ia reversion de los flujos comeroales y, fmalmente, la decadencia de Ia agricultura, especialmente del trigo, principal culti­vo comercial de Huamanga (Galvez y Cano 1974:170). En 1936, un romerciante ayacuchano, entrevistado en Lima, se queja amargamen­ll' de que en comparacion con quince ~nos ante~, ~yacucho "~sta hoy deshabitado y en absoluta decadenoa comercial. porque:. hay ca­wncia de ... ocupacion para los elementos proletanos, que h~~en 9ue rnigrar a la costa en busca de trabajo, ~ientras que las .fam1has ncas vienen a vi vir a Lima de sus rentas" (en Galvez y Cano op. at.: 126).

Viajeros de Ia epoca, asi como intclec~u~les ayacucha~os, com­parten estas aprcciaciones. Basta leer las pagmas ~e Ia re~~sta Hua­manga en Ia decada de 1930 para constatarlo. Y estan tamb1en las es­t.ldisticas, que indican Ia magnitud de Ia crisis. Entre 1876 y 1940, de 1.1s once ciudades serranas capitales de departamento, Ayacucho fue 1.1 de crecirniento mas Iento. Y entre 1940 y 1961 tan solo aventajo a l'asco (vease: cuadro 1).

La incapacidad de los terratenientes para superar la crisis signo .1sf su decadencia como clase dominante regional. Fueron remplaza­dos lentamente por una debil y poco articulada capa de comerciant~s intermediarios y de burocratas, estos ultimos especial~ente a partir del gobierno militar (1968-1980). La pobre~a y ex~lotac10n de las ma­yorias continuaron, pero este remplazo traJO consig?_ alg~ que revela­ria su importancia en la decada de 1980: cl deb1htarruento de los rnecanismos de intermcdiacion social y politica en Ia region.

5 Ellos estudian Ia provincia de Huamanga, pero sus conclusiones pueden haccrsc extensivas en buena mcdida a todo el norte del departamento.

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30 Carlos Ivan Dcgrcgori

B. El desmembramiento regional y la perdida de las provincias de Andahuaylas, Lucanas y Parinacochas (aunque las dos ultimas si­gan perteneciendo formalmente a] departamento), se remonta a fines del siglo pasado. A partir de 1870 comienzan a asentarse en el sur del departamento los nuevos terratenientes-comerciantes, criollos y euro­peos, cuya llegada describio tan bien Arguedas en Yawar Fiesta y cu­yo papel como instrumento para la conformacion de un eje regional que articulaba capitalismo y no-capitalismo, estudio despucs Montoya (1980). Aunque ya en 1870 Andahuaylas se desgajo para pasar a for­mar parte del nuevo departamento de Apurfmac, en toda una primera etapa pareda que se trataba tan solo de variaciones en el peso espe­cifico de los diferentes subcentros de la region. El fortalecimiento rcla­tivo de Puquio, por ejemplo, a partir del comercio ganadero. Pero a partir de la construccion de la carretera Nasca-Puquio a fines de los afios 20, se comprobo que se trataba de un fenomeno mas profundo: el desmembramiento de la antigua region. Conforme avanza el siglo, Lu­canas y Parinacochas estrechan crecientemente lazos con Nasca, lea y Chala, debilitandose sus vfnculos con la parte norte del departamen­to hacia don de hasta hoy no existen carreteras.

Por el norte, ]a construccion del Ferrocarril Central y luego la ca­rretera Huancayo-Mejorada-Ayacucho, constituyeron e1 otro brazo de la tenaza de desarrollo capitalista dependiente, que profundizo el subdesarrollo ayacuchano. Porque al no haber en la region ningun polo economico dinamico, las vias de comunicacion sirvieron "no de puerta de entrada sino de puerta de salida" (Miro Quesada, en Morote 1974: 403).

C. La subordinaci6n de Ayacucho a otros polos regionales se acen­tuo tambien en el presente siglo. Mientras el sur quedaba subordinado economicamente a lea-Nasca-Chala, las provincias nortefias se orien­taban hacia Huancayo, pujante polo regional favorecido por su cerca­nia a Lima, su potencial economico propio y medios de comunicacion desarrollados. Pero a raiz del embalse del Mantaro, que destruyo Ia carretera Huancayo-Mejorada-Ayacucho, y la apertura de Ia carre­tera Pisco-Ayacucho o Via de los Libertadores (ambos sucesos tuvie­ron lugar en 1974), los flujos de intercambio se reorientaron con fuerza hacia Pisco, lea y Lima. Esta reorientacion perjudico la parte serrana

1 1 , ·~,cenario regional 31

d transitaban los productos hacia Huancayo; y dl' Huanta, por don e . . C llo y Victor Fajardo que, al no l.unbicn a otras dos pro~~ncltas, 't a~?~ales que vinculen de norte a sur n.istir vfas de comumcacwn o~g~~ :nas encajonadas en una especie 1'1 departamento, quedaron to a tran como veremos, entre las de tierra de nadie. Por algo se ~ncuen ' 'I iez provincias mas pobres del pats.

. . , I a y Lima perjudica al En general, la. ac~ual subo:~a~~o~ aac~cho·. Como sefiala Joel

conjunto de provmCias norte d na~iento resulta en directo lurado (1983:19-25), el nu~vo or e d ni.edro del norte de Aya-

f. · d Lt"ma Metropohtana Y en es 'f" .. bene ICIO e f "un aislamiento catastro 1co . cucho y de Huancavelica: que s~- re~el Man taro y quebrantarse el AI perder. vit~lidad Ia mtcr~:~~~~~uanta-La Mar-Huamanga-Canga­cje longttudmal Huanch da encaJ·onado No le resta sino , F · do Ayacuc o que · . llo-Vtctor aJar '. 1 V' d los Libertadores y compehr en cncamin~r sus flUJOS por a Ita ure chico (Cafiete, Chincha, Pisco), desventaJa con los valles de s I rovisionamiento de Lima Me­mejor dotados _Y ubicados p~r:l ~e~~o Apurfmac, que corre p~r el tropolitana. Ast, el valle trop.c . d Huanta y La Mar se convierte flanco nororiental de _las provmc~a~ . e 0 nucleo agricola dinamico del en las ultimas tres decadas edn e dumc f' cacao manf cube, achiote,

A h exporta or e ca e, ' ' norte de yacuc o, p a diferencia de la selva central, frutales y crccientemente cocad. ero ~ do lej'os de Ia capital de la el Apurfmac se encuentra emasta Republica, lo cual pone lfmites a su desarrollo.

b " 3. La "suma po reza ...

- ue Ia obreza y el atraso general del No es de extranar, e~tonc~~ ~n sido ~efialados como una de las ~au-Ayacucho ~onte~poraneo Y d 1 egion. Basta ver algunas ctfras sas de Ia vwlencta que hoy sacu ~ ~ r

6 oficiales para confirmar estas apreCiaCiones .

. d 1 s cifras ayacuchanas se encuen-6 Una revision bastante exhaustidva lei a . Degregori 1985. Salvo que se

. 1986a· un resumen e c as en. tra en· Degregon ' , tamos son tornados de estos tcx­indiq~e lo contrario, los d~tos qNue ~qUI f~~s~~tadfstica ONE 1983a, by c) y del tos y sus fucntes son: InstJtuto aciOna Banco Central de Reserva (BCR 1982).

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Carlos Ivan Degregori

En 1981 cl PBI per capita d A , vee~ no Apurimac: ambos no lie e ab~acucho solo era superior al de su nacronal. y mientras que ese - g I n_ a Ia tercera parte del promedio magro 24.6% del PBI indust ~~o e pms en su conjunto ostentaba un ya centaje era apenas 11 201 Cna y ~anufacturero, en Ayacucho cl por-

• 10 • oncom1tantem t A ostentaban las mas ba ·as tasa . en e yacucho y A purimac Ia PEA asalariada asc~ndia a ;1~;,sala~ados de todo el pais. En 1972 mac, ~ontra un promedio nacio~alod:n44 yacucho y a 13.2% en Apuri­asalanados descendi6 al 15 9~ A .3%. En 1981 cl porcentaje de Apurimac 04.4%), ambos ~~·o: ~n yacuc~o, que superaba apenas a se: Verdera 1983·22) Po )It" d pr_omedro nacional de 42.7% (vca-

b · · r u Imo m1entras I · t~ a un abultado 44% del PBI d: ar a agncultura represen-

CIO exhibia Ia exigua cifra del 1 6~ /amental ayacuchano, el comer­nos revela el raquitico desarroll . o re~te al 14.1% nacional, lo cual

o mercanhl de Ia region.

Esta pobreza se traduce en Ia crdid d poblaci6n ayacuchana que c f P, a e peso demografico. La 1961, baj6 a! 3.4% en l972 or~gUia d 4.1% del total nacional en micnto poblacional de A yah o en 1981. Es que Ia tasa de creci-

. yacuc o se ubica b t promedw nacional, supcrando sola as ant: por debajo del Huancavelica. Ello porque esos tres ~~nte a sus vecmos Apurimac y tre los mayores expulsores net d bart~;nentos se encuentran en­sualidad, dos canciones qu.-. soos e po laoon en cl pais?. No por ca-A "' n cas1 como himn ·d . .

yacucho, aluden al abandon I os que I entrfican a "A1i6s pueblo de Ayacucho" o ·~a a ausencia_ de pueblo natal: que has venido a tierras extrafias . . .[ yacuchano, huerfano pajarillo" (a

7 En el perfodo 1967-1972 exhibfa una tasa media anual ~:tre ~os e~pulsores de poblaci6n Ayacucho da mas alta del pais des w2s de ~rgra_cron neta de -14 por mil, Ia segun­~-1-~.4), Ancash (-11.9) y caTamarca (-1J~n~ac I (-16._5). Segufan Huancavelica

aJo a! tercer Iugar con (-8 6) s d. . n e. penodo 1976-1981 Ayacucho por Apurfmac (-9.4). Seg~f~n uf[ra o pol~ CaJamarca (-11.6) y nuevamente 1987:12). uancave rca (-8.3) y Ancash (-6.4). (INE

Por otro !ado, segun cl Censo de 198 gunda colonia de migrantes en Lim 11Jos ayacuchanos constitufan Ia se los 183,495 ancashinos. Sin em bar ~ c~n ,847 personas, solo superados o; tes cada departamento (Ancash=E18 2~~e toma en cuenta cl total de habit~n­AyLa~ucho es el departamento que exhibf~ vr ~yaclucho=503,392), rcsulta que en rma. e mas a to porcentaje de residentes

.... , .......................... ...

I 1···.,, ·na rio regional 33

De esta forma, Apurimac y Ayacucho ocupan los dos primeros l"wstos en e1 "Mapa de la Pobreza del Peru" elaborado por el Banco 1 ··r1tral de Reserva (con datos de 1972). La mineria salva a Huanca­vdica de ubicarse en el tercer Iugar; ocupa el cuarto. Y entre las diez 1•rovincias mas pobres del pais figuran tres de Apurimac, una de lluancavelica y dos ayacuchanas: Cangallo en el segundo Iugar y Vic-1m Fajardo en el septimo, precisamente las provincias donde se inici6 1.1 acci6n armada de Scndero Luminoso en 1980.

·l. La opresi6n "semifeudal"

l.as cifras prueban de manera contundente que, dentro del desarrollo dcsigual y centralista que tiene Iugar en e1 Peru, Ayacucho y sus veci­nos, Huancavelica y Apurlmac, resultan ser cl ambito mas depri­mido. No unicamente pobre. Para explicar la situaci6n ayacuchana es necesario tener en cuenta, ademas de la pobreza, la explotaci6n terra­teniente, la opresi6n servil y la discriminaci6n ctnica. En efecto, los indicadores -bajo PBI industrial, escasa PEA asalariada, comcrcio cxiguo, etc.- nos hablan de una estructura arcaica, donde hasta los afios 50 pcrsistfa Ia cstratificaci6n estamental en senores y siervos, mistis e indios. La crisis del sistema latifundista rcforzaba ese arcafs­mo: los intentos de modernizaci6n en e1 campo eran pocos y general­mente fracasados, los terratenientes en decadencia que no llegaban a salir de la region, se aferraban a Ia explotaci6n servil de sus indios co­mo unica forma de conservar ciertos ingresos y, sobre todo, la ilusi6n de seguir formando parte de un estamento superior de gente tal vez po­brepero "dccente".

El destacado arque6logo Luis Guillermo Lumbreras recuerda c6mo era considerado cl indio en e1 Ayacucho de su infancia, alia por los

a nos 40 y 50.

"Todo el trabajo duro y sucio era de el [indio} y correspondia a su naturaleza. Ser indio significaba poder ser pisoteado, estropeado, significaba poder hacer cualquier cosa, incluso dormir a los pies de las personas, cuidar de elias, morir de frio; el indio no debia tcncr hambre, el cstaba habituado al hambre y, consecuentemente, si no tenia que comer un dia o dos, no importaba porque su naturalcza era asi. Era algo mcnos que una persona; no era persona. Ni siquiera

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.....-1

34 Carlos Ivan Dcgrcgori

sabia hablar castellano... y cstaba muy mal que alguicn tratase de aprender quechua porque eso iba a malograr su castcllano. Ademas, el indio era sucio, era lo pcor, incluso en Ia comida. Como iba a tomar leche, por cjcmplo. No le vayan a dar lee he porque se enfcrma.

EI indio era como un nino; entonces habia que enseftarle y azotarle publicamente para que vicran que no podia hacer cualquier cosa ... Ademas, no tenia propicdad porque el indio nunca tuvo propiedad; era por naturaleza un ladron, un potencial ascsino ... " (Lumbreras 1985:56-7).

Recuerda tambien las monstruosas relaciones entre senores mistis y siervos indios:

"Cuando fbamos a Ia hacienda en las vacaciones, Ia abucla ha­cendada hacfa matar una vaquillona, un cerdo. Recucrdo a Ia vaqui­llona colgada de las cuatro patas, asandose, y nosotros a! !ado de las brasas. 'Nosotros' eramos los nietos de Ia abucla y los hijos de Ia abuela. Entonces alii en cfrculo los tfos con abundante vi no y ccrveza, y para los nifios gascosas y bcbidas que se preparaban con frutas. Comiamos lo que qucriamos del ccrdo y de Ia vaca. Por cjcmplo, yo queria un rifton y esc rifton iba a las brasas y me lo comia. Y alrededor nuestro, a una distancia de mas o menos veinte metros, una multitud de nifios, mujcrcs, hombres y ancianos indios. Muchos, quinientos tal vez, nose cuantos, rodeandonos y viendonos comer. En algun momento, generosamente, alguno de los tios, probablemcntecon sensibilidad social o de aqucllos que tcnian muchos hijos en esc otro cfrculo, de pronto agarraba un pcdazo que de rcpcnte ya se habia can­sado de comer y sc lo pasaba a alguno de csos indios ... Y lo rccogfan y se Io comian gustosamcnte. Yo recuerdo eso con mucha tristeza. Y luego scgufa Ia fiesta durante dos o trcs dfas. Grandes banquetes ... Y los indios siempre aparte, totalmentc. En la casa-hacienda bai­laban todas las gentes que seriamos unas treinta personas, los tfos y los sobrinos alrededor de Ia abuela y algunos invitados de las haciendas vecinas ... Y despues venfan los quesos, los chicharrones, el chocolate y en el patio a ellos les daban -recuerdo que compraban unos toneles de aguardiente- les invitaban ese aguardiente y los campesinos tenian que estar agradecidfsimos por esa 'reciprocidad andina'. A cada uno le daban su trago y, desde luego, papas san­cochadas que comian en abundancia y algun pedazo de queso. Came no. Eso no era para ellos ... Luego tcrminaba aquello y quienes lim­piaban todo eran los indios, que ademas buscaban las sobras". (ibid.).

I i

Flcsccnario regional 35

I resi6n sefiorial para deducir de Pcro no bastan Ia po?reza r a op asola Ia re ion. Entre los alii mecanicamentel Ia vwlenCia que _ho( mar en cue!tal resulta fun­otros multiples factores que es necesanot o I ves de Ia historia regio­

ctos y momen os c a damental hurgar en aspe . Ia estructura arcaica sa-. amente conmocwnan ,

nail aquellos que precis t ociales y I o politicos que actuan candola de su marasmo; y ~n ~c ore~s I mbio En Ayacuchol donde como catalizadores o canahza. ore~, e c: casi ia unica esperanza de hasta mediados de siglo Ia rmgracwn er . uno de los factores de-

. · , · rable y opres1va escapar de una Situacwn mise . , I I 'It" as decadas fue Ia I . , d Ia regwn en as u Im

cisivos para Ia cvo _LI_Cion e t d ella Ia reapertura de Ia uni-lucha por Ia educacwn Y~ como par e e I

versidad.

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1. La educaci6n en el Peni

CAPITULO II

La universidad, factor decisivo

Hace veinte aftos, Julio Cotler (1969:167) constat6 que de 499 campe­sinos entrevistados en seis comunidades y una hacienda del Cusco, el 52% estaba todavia de acuerdo con Ia afirmaci6n de que "los indios han nacido para servir y obedecer al misti". Pero ya para entonces, cse fatalismo se barria en retirada: el 76% de esos mismos campesinos consideraba que si los indios tuvieran Ia misma educaci6n que los mes­tizos estarian en igualdad de condiciones para desempenar cualquier ocupaci6n, y el 91% declaraba que "por medio de Ia educaci6n un hom­bre pucde llegar a ser lo que quiere" (Cotler ibid.:173).

Esa confianza prckticamente uminime y, diriamos, ilimitada en Ia escuela, tiene que ver con Ia expansion del mercado y el Estado ha­cia las zonas rurales andinas, y lo que en otro trabajo he denominado "el transito del mito de inkl1rri al 'mito' del progreso" (Degregori 1986b). Segun Ia hip6tesis alii sustentada, diriamos simplificando que conforme avanza el S.XX un porcentaje creciente de las poblacio­nes andinas deja deomirar hacia el pasado, de esperar el regreso del Inca, y se Ianza mas bien con una vitalidad insospechada a Ia conquis­ta del futuro. Y alii, en un punto neuralgico, se ubica Ia escuela.

Algunas cifras permiten ponderar adecuadamente Ia importancia . i de Ia educaci6n en el Peru. Asi, el porcentaje de estudiantes (matricu-

' lados) de seis a veintitres aftos sobre Ia poblaci6n total de esa edad, aument6 del40.6% en 1960 al73.8% en 1980, con lo cual, entre los pai­ses de America Latina, el Peru paso del decimocuarto Iugar en 1960 al

[37)

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38 Carlos Ivan Dcgrcgori

cuarto en 1980 (CEPAL 1985:130). Este crecimiento resulta todavfa mas espectacular si se tiene en cuenta que en PBI por habitantc cl Peru fluctuaba en esos aflos entre cl undecimo y el decimotcrccr Iugar, y que en otros rubros basicos como esperanza de vida o mortalidad infantil nuestro pais ocupaba el antcpenultimo Iugar en cl continente, supe­rando solo a Bolivia y Haiti (CEPAL 1985:87,88, 119 y 126).

El caso peruano parece excepcional no solo en America Latina. En­tre los mas de sesenta paiscs que la ONU tipifica como de "nivcl mc­dio de desarrollo", se produce durante las ultimas decadas una cvolu­cion bastante reveladora. Mientras que en esc lapso cJ Peru va quc­dando a la zaga en la mayor parte de indicadores econ6micos, cl crcci­miento de su poblacion juvenil (18 a 25 aflos) que cursa estudios sc­cundarios o superiores resulta impresionantc, pues entre 1960 y 1980 pasa del 19% al 76%, mientras que en los otros paiscs se eleva, en promedio, del17% al52%8.

El avance peruano resalta aun mas si se advicrte que luego de una primera etapa en que Estado y sociedad tiran de la carreta cducativa en la misma direccion, la sociedad avanza a contracorriente de la tcn­dencia estatal al reducir su participacion en la educacion, especial­mente a partir de la crisis economica que estalla a mediados de la decada de 19709.

Sin embargo, Huancavelica, Ayacucho y Apurimac aparccen con­sistentemente en los tres ultimos lugares en porcentaje de poblacion al­fabeta. Asi figuran en los censos de 1961, 1972 y 1981. En este ultimo, con el45% de analfabetos mayores de 15 aflos Ayacucho ostentaba las mas altas tasas de analfabetismo urbano y rural en todo el pais, supe­rado unicamente por Apurima~ (52.1 %). Huancavelica (44%) se ubi­caba ligeramente por debajo de Ayacucho y los trcs bastante lcjos del

8 Estas dfras fueron expuestas por Richard Webb en una conferencia ofre­cida en el IEP en abril de 1987.

. 9 Si en .1974 el Estado gastaba en educaci6n el 3.7% del PBI, este porcen­ta)C se redUJO a 21 en 1980. El descenso en el gasto educativo se prolonga hasta hoy, cayendo de 20% del presupuesto en 1975 a menos del10% una dccada mas tarde(CEPAL 1985:138).

El esccnario regional 39

rcsto del pais, pucs sus porcentajes de analfabetismo duplicaban lar­gamente cl promedio nacional, que era 20.95%.

2. La educaci6n en Ayacucho

Pero aun cuando Ayacucho y sus vecinos ocupen los ultimos lugares, no constituyen un bolson exotico, ni un reducto atrasado donde los campe­sinos serian propensos a confundir camaras fotogrcificas con armas de fuego. Refiriendose a la region en cJ pcriodo 1915-1940, Urrutia et al. (1988) mencionan una serie de vias por las cuales los ayacuchanos tratan de supcrar la crisis que entonces los abate:

a. la construccion del ferrocarril Huancayo-Ayacucho, que final-mente se desviaria hacia Huancavelica;

b.la construccion de carreteras; c.la colonizacion de la selva del Rio Apurimac; d. la venta de tierras por parte de los hacendados y la compra

por parte de comerciantes y funcionarios, pero tam bien comuneros y co­lonos;

e. Ia migracion y f.la educaci6n.

Ya desde inicios de siglo y en forma crcciente conforme transcu­rrian los aflos, ademas de capillas, caminos o canales de riego: "las co­munidades construirian locales escolares y solicitaran a las autorida­des -o pagaran ellas mismas- un 'preceptor' " (Urrutia et al. 1988: 454).

No solo las comunidades, incluso los siervos de haciendas tradi­cionales pugnan por la educacion de sus hijos. Mencionemos solo un ejemplo. En Pomacocha (Cangallo), latifundio perteneciente al con­vento de Santa Clara, donde la servidumbre campesina continuaba vi­gente, hacia 1950 " .. .los campesinos fundan una escuela y contratan una maestra. Cada colono aporta con un sol mensual para pagar ala profesora" (Diaz Martinez 1969;157). Eso sucede varios aflos antes de que se conforme la "Union Campesina de Pomacocha", que va a llevar adelante el movimiento campesino mas importante del departa­mento (vease: Apendice 2). En 1960, poco despues de que los colonos re-

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cupcraran. ~as tierras de Ia hacienda, Ia escucla logro el rcconoci­miCnto oftc1al. En 1.964: " .. .la comunidad unida, se movilizo rapida­~ente para ~onstrmr. una cscuela de cinco aulas en una scmana, gra­c!as al tr~baJO gratmto y voluntario de los comuneros" (Diaz Mar­tinez op.czt~ 159). E~ 1965 se instalo alii el Instituto Nacional Agro­~uano N 80 con cmcuenta alumnos y un intcmado que albcrgaba a tremta de ellos, procedentes de otras comunidades (Ortiz 1968:13).

Si esa era Ia situacion en una hacienda "feudal" como Pomaco­cha, podc~~s i~aginar lo que sucedia en otras partes. En realidad, toda Ia r~~~~n s1gue en lincas generales Ia tcndencia nacional, pero con espeCificidades que a veces dan Iugar a resultados pcrversos. Asi Ia tasa. de anal~abetismo disminuye de 85.3% en 1940 al 45% en 1981: es deCir: a un ntmo menor que el nacional (vease: cuadro 2). Pero clio se exphca en parte por I~ e~evada _tasa negativa de migracion neta del departamento. Como md1can multiples estudios: tiendcn a migrar los rna~ educados. De esta forma, porIa "suma pobreza" el csfuerzo ~ducahvo aparece como parte de una "solucion hacia afucra", que de­Ja en el departamento a los menos educados.

. Norman Gall.sefiala otro hecho que tiene Iugar en cl periodo inme­diatamente antenor a! movimicnto por Ia gratuidad de Ia ensefian­z~, Y que refuerza nuestros argumentos. Segun el, entre 1961 y 1966 el nu~ero de al~mnos primarios del departamento de Ayacucho habria crec!do a un ntmo de 13.6% anual comparado con el 5.3% de todo el Peru (Gall 976:44). Hacia 1969, esos alurnnos deberian estar congestio­n~ndo los planteles sccundarios de Ia zona. Sin embargo esc creci­miento nose trasluce significativamente en el censo de 1972 pues en­tre 1?61 y 197~ el analfabetismo en Ayacucho sigue dismio'uyendo a Ia mitad del nt.mo nacional (-30.1 %) vs. -(15.6%). Rccien entre 1972 Y 1981 Ia veloCidad de. redu~cion del analfabetismo en Ayacucho se va a acercar al promed~o nacwn~l .<vease: cuadro 2). ·salvo que las ci­fr~s de ~all ~~eran erroneas Ia umca explicacion posible es, una vez mas Ia migracwn.

. Final~ente otro dato mas rcciente da fe del esfucrzo ayacuchano. S1 en el Mapa de Ia Pobreza" el departamento aparecia, como vi­mos, en segundo Iugar, en el "Mapa de Ia pobreza Educativa" (IPP

Fl cscenario regional 41

J987) aparece quinto: en peores condiciones se encuentran no solo Apu­rimac sino tambien Huancavelica, Cajamarca y Huanuco1D.

3. El quiebre: la universidad

Si en educacion escolar Ayacucho va a Ia zaga, en educacion superior, por el contrario, se despunta, y al hacerlo, produce quiebres insos­pcchados en Ia historia regional. Es que en Ayacucho, o mas pre­cisamente en el que hcmos dcnominado "nuclco historico" conformado por las provincias nortcfias del dcfar.tamento, Ia punta de la~za de Ia modernidad no fuc un ente econom1co, alguna emprcsa agromdus­trial o minera como en otras regiones, sino una institucion que en scn­tido estricto peteneceria a Ia "supercstructura"; Ia Universidad de San Cristobal de Huamanga. Fundada como Real y Pontificia cl 3 de julio de 1677, persistio como Nacional y Pontificia durante Ia Repu­blica, hasta scr clausurada en 1885 como culminaci6n de una larga cri­sis agudizada porIa Guerra del Pacifico. Ya en 1894 un parlamcnta­rio ayacuchano presentaba un proyecto de ley solicitando su reaper­tura (UNSCH 1977:43), pero es hacia mediados del presente siglo que se intensifica ese reclamo, espccialmente entre los sectores medios rcgionalistas. Finalmente, en mayo de 1959, el anhelo se cumple y Ia casa de estudios reabre su puertas como Universidad Nacional de San Cristobal de Huamanga (UNSCH)11.

10 Elaborado con datos del censo de 1981, e! Mapa ... toma en cuenta: tasa de analfabetismo; tasa de escolaridad de Ia poblaci6n menor de 6 afios, de aquclla entre 13 y 18 afios y entre 19 y 34 afios; car~a docente en p~imaria; tasa de repitencia en primaria y secundaria; porcenta1e de locales sm luz, agua dcsague en todos los niveles y modalidades educativos.

11 Es notoria Ia calidad de los intelcctuales ligados a Ia reapertura y a Ia primera _decad~ de Ia u!liversida~. ),orge Ba~~~e era en!onces Ministro de Educacion, Lms E. Valcarcel presidio Ia ComlS!on Orgamzadora, de Ia cual formaban parte, entre otros, Jose Maria Arguedas, el economista Emilio Ro­mero y el.Ing. J~rge Succar. El p~imer rector fu~ Fe~nando Rom~ro (1959-62), marino su1 genens pues era ademas doctor en H1st?na y Geografla con ampha ex~riencia en umversidades nacionales y extranJcras. Durante el rcctorado de Efrain Morote Best (1963-68), antrop6logo y uno de los mas destacados estu­diosos de folklore en el Peru, Ia universidad alcanz6 una suerte de Edad de Oro.

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Carlos Ivan Degrcgori

Desde cl primer momenta, Ia universidad parecio decidida a de­most~ar que no era una mas. Adelantandose una dccada a Io que esti­pulana Ia nuev~ l~y.univ~rsitaria de 1969, en Ia UNSCH se implan­tan d~,sde un pn~CipiO el sistema de crcditos y los cursos semestrales; ta~bien es I~ p~Imera en privilegiar, a partir de 1969, las pruebas de aptitud academica en vez de las de conocimientos en Ia scleccion de sus postulantes. San Cristobal resurge, pues, como "universidad de punta", que ademas quiere ser funcional a su region: forma ingenieros r~rales, I~planta un programa es especializacion en Reforma Agra­na, adqmere f,un?os experimentales de altura y valle, construye una planta de ceramica, desarrolla programas de investigaciones socia­les y, en ~~neral, es vista con admiracion y aprecio por Ia mayoria de Ia poblac10n. Para sus planes consigue, ademas, multiple apoyo ex­temo, especialmente de paises europeos. (UNSCH 1977: Cap.IV; De­gregori 1985).

AI mismo, tiempo, hacia Ia UNSCH confluyen profesores jovenes de todo cl pais. En esa confluencia se distinguen dos vertientes. Una Ia podriamos calificar, tal vez injustamente, como "cosmopolita"; se t~ata en t~do caso_de profesionales que adquiriran pronto renombre na­CIOnal e mcl_uso mternacional. La otra Ia llamaremos "provinciana". Entre los pnm:ros, p~san_ por Huamanga brillantes intclectuales jo­venes como Juho Ramon Ribeyro, Antonio Cisneros, Marco Martos Al­fredo Silva Santisteban, Oswaldo Reynoso, el escultor Victor D~lfin entre ?tros muchos. Junto ~ ;IIos, sin ci b~llo y Ia fama pero con igual entusi~smo, van llegando JOvenes profes10nalcs de diferentes partes del pais, a lo~ cuales se suman los egresados de Ia propia universi­dad .. Pero mientras para los cosmopolitas Ia estadia en Ayacucho constituye ~n~ inmersion mas o menos corta en el "Peru profunda", pa­ra los provmCianos Ayacucho es un proyecto de vida. Entablan mayo­res lazos con Ia poblacion local yen muchos casos establecen familias.

Con Ia reapertura de Ia universidad, en Ia dccada de 1960 el creci­miento de Ia po~lacion_ con educacion universitaria en Ayacucho se acelera hasta casi duphcar el promedio nacional: 501.6% vs. 256.3% (vcase: cuadro 3). Es que el crecimiento de Ia Universidad de Hua­manga es explosivo. ~os 228 matriculados de 1959 se quintuplican pa­ra 1966 (cuadro 4), anode su primera crisis, en Ia cual valdra Ia pena

E1 cscenario regional 43

detenerse. Para entonces, Ia UNSCH habia trascendido largamente los marcos acadcmicos y se habia convertido en foco dinamizador re­gional que podriamos denominar integral: cultural, politico, economi­co. Era, por un lado, centro difusor de ideas progresistas. Pero, ade­mas, era una institucion de gravitacion economica decisiva, al menos en Ia ciudad. Profesores y empleados gastaban alii sus sueldos y sa­larios, relativamente elevados para los estandares regionales; cente­nares y luego miles de jovenes estudiantes copaban albergues y pensiones, exigian avituallamiento, materiales de estudio y, modes­tamente, centros de recreacion. En los anos 60 o incluso 70, cuando Ia universidad entraba en vacaciones, Ia ciudad volvia a su habitual quietud colonial, apenas interrumpida por algun vehfculo que asoma­ba de alia en cuando porIa Plaza de Armas.

Es nccesario recalcar que cl surgimiento de una universidad de per­fil tan modernizante en Ia region mas pobre y con una de las estruc­turas mas arcaicas del pais, produjo un verdadero terremoto social. Su impacto global no fue solo decisivo sino inespcrado, tanto para los grupos dominantes regionales como para cl Estado, aunque cste tarda­rfa mucho mas en advertirlo. Tcngase en cucnta que, de acuerdo aLum­breras (1986:36), Ia lucha porIa reapertura fue "liderada por los sec­tares mas conservadores", que pensaban que en la universidad encon­trarian una tribuna. Segun cl, fucron "los senores hacendados, Ia gen­te con poder economico, la que se las juega por esos anos para reabrir la universidad". Tal vez no fueran estrictamente los mas conserva­dores, pero sf las capas altas y medias regionales, cuyos miembros mas innovadores se identificaban en el mejor de los casos con las nue­vas opciones reformistas que surgian por entonces en el escenario po­litico: Accion Popular o la Democracia Cristiana.

En un primer momenta, estos sectores parecen haber considerado que los universitarios, especialmente los catedraticos, venian a refor­zar el contingente "decente" de la ciudad. Si a fines del S.XIX y prin­cipios del S.XX llegaron comerciantes italianos, arabes, judios, chi­nosy japoneses, que se integra ron mal que bien a los viejos estratos se­noriales, esta vez llegaban los doctores, cargados de prcstigio inte­lectual:

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44 Carlos Ivan Dcgregori

"Entonccs las casonas ayacuchanas arre lab . ,:no?, para cl profesor y I II b d g an un cuartJto, bonito d · e eva an esayuno 1 b esayuno porque era el r ~ N , no e co raban el alumnos: ,:aca vive el prgfe~~;~N? ~- Les gu;ta~a que vinieran los 5. Era Ia senora de Ia casa Ia . I, ~ro el VIene a partir de las

- que tram1taba Ia r 1 · -sentJa que eso le daba prestigio" (Victor). e acJOn ... porque

Pero n1pidamente Ia universidad "r .. , I . . fioriales y los habitos aldeanos d I ~m~IO as VIeJas pnicticas se-que en 1969 era estudiante un· e .: ~Ilia (Cotler 1983:65). Victor, esa ruptura: Ivers! ano en San Cristobal, recuerda

Esque:

"Empieza a ser de p f · gamonal que viene d;e[~~g~o ~er /rofesor universitario. El hijo del petir, pues. Va a! 'Club 9 deag~~ a]bM?yobamba ya no puede corn­y el profesor ticne mas prestigio ~~::;o~e pero el profesor tam bien va

os, porque era lo novedoso".

"Con Ia universidad Ayacucho se dcmoc . , tizarse mas Ia sociedad a acuch r~tJz~ m~s, y a! democra­abrirse. El Club '9 d o· . y b ' ana, las mstJtUCIOnes tienen que

e ICiem re era lo mas · t - · · yo entraba a comer chifa y a tomar" (Victor). ans ocratJco, pero hast a

La coexistencia temporal entr f T . . ticos no podia en esas cond· . ed arm Ias tradioonales y catedra-

. !Clones urar mucho· "d -U~Iversidad se politiza demasiado · espues, cuando Ia rniento], los ven como comunist " y~ no les gusta ya [darles aloja­tura de la universidad Ayacuch~~ .. (VI~to~). Ademas, d~sde la reaper­nientes de la region ajenos al ' .. se VIO ~~undada de JOvenes prove­de los sectores sociales en decadme~ es qmcn' de la localidad ... hijos cialmente" (Cotler, ibid.). encJa, que pugnaban por ascender so-

Pero conforme la universid d d" . nantes, reforzaba sus vinculos c a I se lStancJaba de las clascs domi-tiempo, tambh~n con las capas ~:d~:;e~tores pop~!ares y, durante un en ~rganizacion y movilizacion dura~tes~9~~ol~cwn_se va a plasm~r vers1dad se habia conmoc· d · n ano antes, Ia um-ELN, que desarrollo accion~n=~a~~~ ~anslaguerri~las. ddel MIR y del

provmCia e La Mar. El

I· '"~,cnario regional 45

)',' )bicrno considero que Ia UNSCH era foco de subversion y trato de as­llxiarla economicamente. Ante Ia posibilidad de que Ia universidad 110 rccibiera rentas del gobierno central, el rector convoco a las fuerzas vi vas de Ayacucho para luchar por un presupuesto adecuado y confor­mar un "Frente pro-rentas para Ia UNSCH". A Ia convocatoria res­pondieron desde las asociaciones barriales, los artesanos y las ven­dedoras del mercado, hasta los comerciantes medianos y grandes, los colcgios profesionales e incluso algunos vocales de Ia Corte Superior. I >c esta forma, una conjugacion de circunstancias muy concretas, posibi­lit{) que Ia universidad convirtiera su peso economico e ideologico en fucrza politica. Porque a impulso de los sectores mas politizados, es­pecialmente de Ia "fraccion roja" que dirigfa Abimael Guzman, Ia mayoria de participantes coincidio en que Ia lucha trascendfa los marcos de Ia universidad y el14 de abril de 1966 decidio conformar el "Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho", primero en su gcnero y precursor de los que hacia mediados de la siguiente dccada surgirfan en diferentes puntos del pafs. A los pocos dias de su constitucion, el Frente convoca a una movilizacion que lleva a Ia Plaza de Armas mas de 10 mil personas, cifra extraordinaria para una ciudad que apenas bordeaba los 50 mil habitantes (Ramos y Loli 1979; Degregori 1985). San Cristobal consigue Ia restitucion de sus rentas. La victoria conso­lida Ia naciente organizacion que, entre 1966 y 1969, vive una cpoca de verdadero esplendor.

Durante Ia crisis de 1966 Ia universidad comprueba en Ia practica Ia fuerza que le insufla el apoyo popular y se traza una estrategia de crecimiento acelerado. La meta es tener mil ingresantes cada afio, para lo cual debe lograr autorizacion y rentas del gobierno central. Al­rededor de esa reivindicacion se aglutinan estudiantes, profesores y trabajadores, que en 1968 conquistan su objetivo12. De esta forma, en 1969, precisamente el afio en que tiene Iugar el movimiento porIa gra-

12 Entre 1959 y 1968 las vacantes a Ia UNSCH se habian s6lo duplicado, pasando de 228 a 538. En 1969 ingresan 1,133 postulantes. AI afio siguicnte 1,427y 1,280 en 1971, afio en que sc suprime el denominado Cicio Basico que era un "primer afio de prc-facultad" (UNSCH 1977:83). Desde entonces los postu­lantes ingresan din.'Ctamente a sus respectivos Programas, pero cl numero de vacantcs se mantiene mas o mcnos cstable hasta mto'Cl.iados de Ia decada de 1970.

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46 Carlos Ivan Dcgrcgori

tuidad de la ensefianza, ingresan por primera vez mil postulantes a Ia UNSCH, cuya poblacion vuelve asi a duplicarse en apcnas tres afios (cuadro 4).

La decada de 1960 representa, pues, un quiebre decisivo en Ia his­toria de Ayacucho. Recordemos una vez mas que todo este terremoto social tiene Iugar en medio de la decadencia que vi via Ia region y sus clases dominantes tradicionales. Aprovechando ese cierto vacio de poder, ese momenta decisivo en que la capa sefiorial terrateniente se batia en retirad~, y las nuevas capas burocnlticas y comerciales Iiga­das a I~ exp~~swn del aparato del Estado todavia no habian llegado (lo haran rec1en en los 70, durante el gobierno de Velasco, aunque de alguna manera Ia propia universidad es Ia contradictoria avanzada de esa expansion), en los afios 60 una nueva elite nucleada en Ia univer­si_dad y en el Frente de Defensa irrumpe por esos resquicios y se con­vierte en verdadero contrapoder en Ayacucho, respetado y temido por,el poder local tradicional e incluso por el poder central. Yen el co­razon de esc contrapoder gerrninaba Ia "fraccion roja".

Esa debilidad objetiva de las clases dominantes regionales expli­ca por que en esos afios la defensa del orden tradicional se concentra en Ia e,s~era ideologica, con el clero como punta de Ianza y con ei apoyo politico del APRA, afincada para entonces en el poder judicial, sec­tores medios tradicionales y rezagos terratenientes. Pero el Arzobis­pado y especialmente el clero dominico fracasa en su principal inten­to por contrarrestar Ia influencia de Ia UNSCH. En 1967, en alianza con ei APRA y a traves de Luis Alberto Sanchez, entonces rector de San Marcos y factotum de Ia politica universitaria en el pais, fundan la Universidad Catolica de Ayacucho, posteriormente rebautizada como Universidad Particular de Ayacucho "Victor Andres Belaunde (UP A). En realidad, construyen una caricatura de universidad. Su posi_ble base ~ocial, _los abogados y otros profesionales similares, que hubiCran deb1do ahmentar sus claustros, habian partido. Y los jove­n~s acom?dados, que podrian haber llenado sus aulas, migran a estu­diar a Lima. En caso de quedarse, prefieren a pesar de todo Ia UNSCH, cualitativamente superior. Una decada mas tarde, en 1977, Ia UP A desaparcce absorbida legal mente por San Cristobal.

El cscenario regional 47

A un ritmo de mil nuevos ingresantes por afio,, en ~a decada_ de 1970 c1 crecimiento de San Cristobal se torna todav1a mas explos1vo. La poblacion vuelve a duplicarse para 197~ Y, da otro salto espccta­cular en 1977, cuando se integran a San Cnstobal l~s alumnos de Ia clausurada UPA (cuadro 4). Ese afio, con 7,610 estud1antes Ia UNSCH alcanza su maxima densidad demografica. En apenas 18 afios su, po­blacion ha crecido en un 3,338 por ciento, mientras que en un penod,o muy similar (1960-1977) Ia poblacion universitari,a_ de todo ~~ pats credo "solo" en 654.1% (Lynch 1990) (veasc: grahco 1). As1 Aya­cucho, que ya en el censo de 1961 ocupaba el decimo octavo I_ugar_ent_re los departamentos con mayor poblacion con educacion umversttana, asciende al puesto undecimo en 1981 <I?NEC 1965; l~E 1983). De cons­tituir el 1.60 por ciento de Ia poblacion de la capital departame~tal en 1961 los universitarios pasan a ser el 9.8% en 1972. En 1981 baJan Iigeram~nte al 8.9%. Pero es seguro que e~ ,su pico mas a It~, alrededor de 1977 superaban ei 10% de la poblaoon total de la cmdad (Ma­letta y Bardales 1985). Si tomamos en cuenta solo Ia poblacion mayor de 15 afios los universitarios constituian el 3.1% del total en 1961, el 18% en 1972 y el16% en 1981. En su momento mas alto, 1?77, s~per~r?n posiblemente el 20% de Ia poblacion mayor de 15 anos. S1 adto~­namos a los profesores y empleados de Ia universida~, el porcen_ta)C crece un par de puntos mas13. Y si consideramos, ademas, los estudian­tes secundarios, las cifras se vuclven desmesuradas.

Norman Gall (1976:45) estimaba que los estudiantes secundarios y universitarios representaban la cuarta parte de la poblacion ~otal de la ciudad de Ayacucho en 1972. Mencionaba: ademas, que se~un el censo de Pueblos Jovenes de las principalcs cmdades d:l ,Peru, rea­lizado en 1970, el 38% de la poblacion de Ayacucho, VIVIa en es~s barriadas, con una concentracion significativamente ,mas alta de h~~~­tantes de menos de 25 afios que en el resto del Peru, una proporcwn igualmente alta de h~spanohabla_ntes (80%) y de persona_s de 15 o mas afios con educacion secundana: 30% vs 15.7% en el con1unto de Ia provincia de Huamanga.

13 En 1972 los docentes cran 143 y los trabajadores no-docentes 154. Para 1976 los primcros sumaban 221 y los scgundos 189 (UNSCH 1977:109). Note­ncmos las cifras para 1977.

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48 Carlos Ivan Degregori

Ese era pues el clima que se vivfa en los tiempos del levantarnien­to par la gratuidad de la ensefianza en Ayacucho, donde ser joven y estudiante era ser parte de un fermento que iba a transformar el rostra de la region, y del pafs.

1

\ '

SEGUNDA PARTE

1969, la lucha por la gratuidad de la ensefianza

Par Cinco Esquinas estan los Sinchis entrando estan.

Van a matar estudiantes, huantinos de coraz6n.

Amarillito amarillando, flor de retama.

(Ricardo Dolorier "Flor de Retama)

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CAPITULO III

La batalla legal

El Decreto Supremo 006-69 /EP, promulgado el 4 de marzo de 1969 por el gobierno de las Fuerzas Armadas, eliminaba Ia gratuidad de Ia en­seflanza para aquellos alumnos secundarios de planteles estatales que hubieran desaprobado cualquier curso al tcrmino delano escolar, aun cuando lo hubieran subsanado en los cursos vacacionaleso El decreto perjudicaba visiblemente a los alumnos provenientes de estratos po­pulares, en tanto establccia el pago de S/ 0 100 mensuales (aproxo US$ 2030), cifra bastante elevada, especialmente para los padres de fami­lia de las zonas rurales andinaso Por ejemplo, en 1968 en el pueblo de Socos, capital del distrito del mismo nombre (Huamanga, Ayacucho), el salario era de S/ 0 150 Fuera del pueblo, solo en cuatro de las 28 ha­ciendas existentes en cl distrito se pagaban eventualmente jornales que fluctuaban entre los 5 y 10 soles (Tapia 1968)0 En caso de tener Ia suerte de recibir un salario, un campesino de Socos hubiera tenido que trabajar una semana en el pueblo o entre 10 y 20 dfas en alguna de esas cuatro haciendas, para pagar Ia pension mensual de un solo alumnoo Cierto que muy pocos jornaleros de Socos tendrian hijos estudiando se­cundariao Pero tambien en las ciudades Ia suma era onerosao En Lima, con 100 soles se compraban mas de 10 galones de gasolina o mas de 100 pasajes escolareso La envergadura de Ia medida se calibra mejor cuan­do se observa que en 1968 fueron aplazados en uno o mas cursos 25,314 alumnos secundarios, el 26% del total de matriculados en ese nivel en todo el pafs (Castillo 1972:79)0 La suma que cl Estado hubiera recau­dado en 1969 habrfa sido de S/ 0 112'871,700: aproximadamente 2'625,000 dolares de aquellos anteriores a Ia crisis de petroleo y Ia

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·~-' Carlos Ivan Dcgregori

.1., ,,1"'" "'" .~.- ..... 1 111om'l.la. Pero Iuego de los levantamientos de 11"''""1 v ,\ vo~• 11< ho, d US-006 fue derogado en sus partes esencialcs.

l·n··~.1.1 scgunda parte presentamos una cronologia de Ia Iucha por 1.1 );r .. tuid.td de Ia ensefianza, desde Ia promulgacion del decreto has­t.t su dcrogacion ei 24 de junio de 1969. Se trata de un recuento de los acontecimientos, tal como estos aparecieron en diversos medios de prensa. EI antecedente de este relato, y al mismo tiempo su fuente principal de informacion sobre lo ocurrido en Huanta y Ayacucho, es Ia cronica que con el titulo de "1969. Los sucesos de Huanta y Ayacu­cho", aparecio en el suplemento Nueva Cr6nica y Buen Gobierno de Ia revistaNarrad6n (N2 2, Lima, julio 1971)14.

En el desarrollo de los acontecimientos se distinguen nitidamente dos momentos. De marzo a mayo, Ia lucha Ia encabezan las Asocia­ciones de Padres de Familia de colegios estatales que se organizan en una coordinadora nacionai y Iogran el apoyo de los maestros, organi­zados por entonces en Ia Federacion Nacional de Educadores del Peru (FENEP), y de diversos sectores. Pero salvo una breve toma de local en una Gran Unidad Escolar (CUE) de Lima, y una invasion momenta­nea de Ia Prefectura de Arequipa, Ia protesta no trasciende los lfmi­tes de los comunicados y los memoriales. Esta primera etapa se relata en el presente capitulo. EI movimiento de Ayacucho y Huanta, en el siguiente.

14 Hemos revisado los diarios El Comercio, La Prensa, Expreso y Correo, y el semanario Unidad, entre marzo y junio de 1969. Asimismo El Peruano, Ojo y el diario arequipeii.o El Pueblo, de los dfas 23, 24 y 25 de junio. Para lo sucedido a partir del 12 de junio en Ayacucho y Huanta, nuestra fuente fundamental es el mencionado suplemento Nueva Cr6nica ... del cual re­producimos partes apenas algo abreviadas y modificadas en detalles de re­daccion. En los prolegomenos hemos utilizado, ademas, los trabajos de Ara­celio Castillo (1972), Rafael Alarcon Tipe (1976) y Factor Ramos y Jorge Loli (1979). Para mayor informacion sobre estos textos, vease el Apcndice 1 (Sobre las fuentes). Despues de cada acontecimiento relatado se indica entre parcntesis la fuente. Si es un diario, aparecen nombre, fecha y pagina. Por ejcmplo: (Expreso 1.6.:15). Si es uno de los trabajos mencionados, se incluycn las iniciales del autor y la pagina. Por ejemplo: (AC.:90), (RyL:34), (RA T:15). Cuando se trate del suplemento Nueva Cr6nica... apareceran las letras (NC), sin indicar Ia pagina, en tanto son solo cuatro y carcccn de numeracion.

I t

1969, la lucha porIa gratuidad de Ia enseii.anza 53

PROLEGOMENOS

MARZO

Martes4

• Lima. EI gobiemo de las Fuerzas Armadas promulga el Decreto Supremo 006-69-EP, que en su articulo 1 establece:

"A partir de la iniciacion del aii.o escolar de 1969, l~s alumnos de _l?s planteles oficiales de Educacion Sccundaria Comu1\ de Ed~cac~on Secundaria Tecnica, Mando Intcrmedio y Form~cmn Magtste~al, que pierdan Ia gratuidad de Ia enseii.anza, abonaran Ia suma de Clen soles oro (S/. 100)". (Todos los diarios).

• A su vez, el articulo 4 de la ley de educacion 14693 entonces vi­gente, suspcndia el derecho de gratuidad a aquellos al~mnos_ ~ue ~­vieran uno o mas cursos desaprobados al terminar el ano lech~~' aun cuando los hubieran aprobado en los examenes de subsanacwn de marzo. (AC:82, RyL:76-7).

1. La protesta de los padres de familia

Micrcoles 12 , • Lima. Los padres de familia de los planteles estatales del pa1s expresan su desacuerdo con d cobro de 100 soles mensuales a los alum­nos desaprobados en un curso. Jorge Chavez ;i~edo, presi~ente ~e Ia Asociacion de Padres de Familia de Ia CUE 'Mtguel Grau de Ltma, aparece como su principal vocero. (w Prensa 13.3.:14).

Lunes 17 . • Ayacucho. El ministro de Educacio~_arriba a Ayacucho. ?~tudtan­tes y padres de familia preparan un mttm d~ protesta. ~I mtrustro no llega al centro y se queda en el cuartel Cabttos. Post~normente con­voca a los profesores a una reunion en el Hotel de Tu~sta_s. ~os profe­sores le informan que ei numero de matriculados ha dtsmmu~~o en un 30% por Ia aplicacion del DS 006 y le solicitan su derogac10n. (NC, RyL81).

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54 Carlos Ivan Dcgrcgori

• El Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho inicia gestiones an­te las autoridades de la region, buscando la derogatoria del DS. (NC, RyL81).

Martes 18 • Lima. AI retomar de Ayacucho, donde viajo a clausurar d IV Cur­so de Capacitacion para Maestros Bilingiics, el ministro de Educa­cion, Grl. Arrisueno, declara que su portafolio tratara de resolver los problemas educativos del medio rural ayacuchano. Afirma que su vi­sita le permitio "ponerse en contacto con la realidad educativa de las provincias". (l.n Prensa 19.3.:2).

Miercoles 19 • Lima. Las Asociaciones de Padres de Familia de Plantelcs Estata­les de Lima, Callao y Balnearios cclebran una asamblea general en el colegio Guadalupe. Acuerdan exigir al gobiemo Ia derogatoria del DS 006, Ia mantencion de la gratuidad de la ensenanza "a todos los educandos que hayan subsanado satisfactoriamente sus cursos en el ci­clo vacacional" y convocan a una reunion de la Federacion Nacional de Asociaciones de Padres de Familia de Planteles Estatalcs para el sabado 29. (AC 86, RyL 78-9).

• Arequipa. Casi un centenar de padres de familia invaden el pa­tio de Ia prefectura exigiendo Ia derogatoria del DS 006 (I.n Prensa 20.3.:27).

Scibado29 • Lima. Agotadas las gestiones ante las autoridades supcriorcs, la casi totalidad de asociaciones de padres de familia de la capital se reunen para acordar medidas de pro testa contra !"1 DS 006.

Domingo30 • Lima. Los sindicatos nacionales de maestr6s primarios y secunda­nos elevan un documento al ministro de Educacion exigiendo la dero­gatoria del DS 006 (I.n Prensa 31.3.:6).

• Cusco. Los representantes de concejos, sindicatos, institutos gre­miales y fuerzas vivas del Cusco dirigen un memorial al presidente

1969, la lucha por la gratuidad de la enseftanza 55

de la Republica pidiendo la postergacion por un ano del DS 006 "que recorta la gratuidad de la ensenanza, maxima conquista democratica en favor del pueblo menos favorecido" y provoca un ausentismo consi­derable creando un estado de "zozobra, angustia y frustraci6n de la poblacion" (Expreso 31.3.:2).

ABRIL

Educacion gratuita pero selectiva (Editorial)

No es cierto tanta belleza de la gratuidad de la ensenanza porque los cientos de mill ones que gasta el Estado en ella

salen del bolsillo de nosotros los contribuyentes, en forma de impuestos de toda clase.

Los gastos en el ramo de educacion han gravitado con tanto peso en el presupuesto nacional, que se le senala como un~ de

las mayores causas de la crisis economica que nos s1gue agobiando.

Este hecho deberia deprimir un poco a los autores de estas leyes. No por la gratuidad, que es ma~ifica por s.us ide~les, sino por haberla dado con tan alegre hgereza ... sm ~ed1r el peso de las consecuencias en soles constantes y dolientes ....

(Max Jara, Lil Prensa 2.4.:10)

Viemes4 • Lima. La Asociaci6n de Padres de Familia de Lima, Callao y Bal­nearios pide se aplace el cobro de 100 soles mensuales hasta .1970, pues en realid.ad el DS 006 se esta aplicando en forma retroactlva, a aquellos alumnos que fueron desaprobados antes de su pr~~ulgaci6n. Al pedido se suman las asociaciones de padres. de fam1~1,a de doce planteles de Arequipa (I.n Prensa 5.4.:11). Anunc1an reumon de aso­ciaciones de todo el pals (Expreso 5.4.:2).

Domingo6 . . • Puno. En todas las iglesias de Puno, durante el Evangelio, se p1de la derogatoria del DS 006 pues: "atenta directamente a la econornfa

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d~ padres de familia menos favorecidos .. :· El parroco de San Antonio af1rma que el DS "promueve Ia ignorancia de donde saldnin hasta guerilleros" (La Prensa 7.3.:9).

• Chucuito. Padres de familia piden derogacion del DS 006. En los planteles secundarios de esa provincia el 40% de alumnos no han lle­gado a matricularse (La Prensa 7.4.:9).

~ Lim.a. Dieciocho delegaciones de asociaciones de padres de fami­ha de Lrma y Arequipa solicitan audiencia ante el Ministerio de Edu­cacion (Expreso 7.4.:4). AI dfa siguiente, el numero aumenta a veinti­cinco (Expreso 8.4.:5).

Jueves 10 • Lima. Asociaciones de padres de familia de Lima, Jauja, Arequi­pa,.I_ca y Con~h~cos acuerdan suspender a partir de mayo toda colabo­r~ciOn pecumana con los colegios, para compensar el gasto que debe­ran hacer los padres de alumnos con cursos pendientes (La Prensa 11.4.:4).

Domingo13

• ~ima. Mas de ?~n a~ciaciones de padres de familia del pais consti~yen un C~:>rrute Nac10nal de Defensa de Ia Educacion y elevan memonal ai p~~Idente Velasco pidiendo se derogue el OS 006 (Expre­so 14.:4.) Mamfiestan contar con el apoyo de los sindicatos magiste­riales (Expreso 12.4.:5).

• Huanta. Cabildo Abierto en Huanta acuerda rechazar el DS 006 y luchar por su derogatoria. (AC:255).

2. La respuesta del gobiemo

Lunes 14

• Lim~ El Ministerio ~e ~duc.~cion emite ~ comunicado en el que ac~~ a . un grupo de d1rechvos de las asociaciones de padres de fa­~h~ ?e querer "desconocer el principio de caracter legal, moral y d1dachco que encierra principalmente para los padres de familia el DS 006 ... " y formula un severo llamado "al grupo de padres de fa-

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia ensefianza 57

milia que inexplicablemente esta tratando de sorprender a Ia opinion publica" y los in vita a:

" ... tomar conciencia de su papel educador, asumiendo la res­ponsabilidad moral y material que lcs corresponde, en parte, por el descuido de sus hijos que los ha llevado a perder Ia gra­tuidad de Ia ensenanza".

Informa, ademas, que la educacion gratuita sigue vigente para un 70% de los 635 mil alumnos sccundarios (Expreso 15.4.:9). De ello se deduce que alrededor de 190 mil jovenes seven afcctados portal me­dida.

Martes 15 • Lima. Las asociaciones de padres de familia, rcchazan el co­municado del Ministerio de Educacion. Su vocero, Dr. Chavez Pinedo, aclara que no son "un grupo que trata de sorprender ala opinion publi­ca", sino que representan a mas de ciento veinte asociaciones de tod? c1 pais. "Lo unico que conseguira [cl gobierno] es una juventud resenti­da", afirma. (Expreso 16.4.:6).

Jueves 17 • Lima. El Sindicato Nacional de Profesores de Educacion Prima-ria (SINPEP), rechaza en un comunicado del DS 006, por no tener en cuenta los factores negativos que inciden en el rendimiento del alum­no, tales como:

" ... un sistema educativo anacronico, una clase trabajadora mal remunerada y con hijos desnutridos, un magisterio sin po­sibilidades economicas para superarse, una administracion burocratica e inepta ... (AC: 199-200).

Educacion y gratuidad Editorial

" ... Despues de leer todos los argumentos emitidos contra el DS 006, que en el fondo no pasan de ser sandeces, jdesde luego

que atenta contra los intereses de algunos hogares pobres!,

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58 Carlos Ivan Dcgregori

pero de aquellos en los que, por culpa del alumno y casi siempre por irresponsabilidad de los padres, este noes capaz

de aprovechar Ia oportunidad que Ia sociedad, con el esfuerzo de todos, le da para educarse"

Carlos Eduardo (La Prensa 18.4.:12)

5abado19 • Lima. La asamblea general de presidentes y delegados de Ia Aso­ciacion de Padres de Familia de Planteles Estatales de Lima, Callao y Provincias reitera Ia exigencia de derogar el DS 006 y acucrda "no pagar a partir de Ia fecha ninguna mensualidad". Los padres de fa­milia responden, ademas, al comunicado del Ministerio de Educacion y felicitan "a los sacerdotes, padres de familia y profesores de Puno por su valiente actitud en defensa de Ia gratuidad de Ia ensef'lanza". (AC:201-2).

Domingo20 • Huanta. El Sindicato Provincial de Profesores de Educacion Pri­maria de Huanta rechaza el DS 006 y afirrna que "la situacion de los padres de familia y estudiantes secundarios ha pasado a ser tragica puesto que raro es el alumno que termine el af'lo sin tener siquiera un curso desaprobado". Informa que muchos alumnos han tenido que aban­donar los planteles. (AC:203).

• Ayacucho. El Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho eleva al presidente de Ia Republica un memorial firmado por todas sus bases y por padres de familia en el que solicitan Ia derogatoria del DS. (NC, RyL:80).

Lunes21 • Lima. El Ministerio de Educacion desconoce al Comite Nacional de Defensa de Ia Educaci6n, que pide Ia derogatoria del DS 006. Un vocero informa que el ministro trata solo con las asociaciones de pa­dres de familia de cada colegio. Sobre Ia congelacion de fondos de las asociaciones que estaban destinados a colaborar con el ministerio, ana-

T 1969, la lucha por la gratuidad de la enseii.anza 59

de que los unicos afectados por esa mcdida ser<in sus propios hijos (Expreso 22.4.:9).

Jueves 24 • Huancayo. Se informa que personeros de ciento cincuenta comuni­dades agrupadas en el Frente de Dcfensa y Desarrollo de las Comu­nidades del Centro, viajaran a Lima a entrevistarse con el presidente de Ia Republica para solicitarle Ia derogatoria del DS 006 (Unidad 24.4.:6)

5abado26 • Cusco. Autoridades educativas de ese departamento sef'lalan que el DS 006 ha hecho descender Ia matricula en un 50% aproxima­damente. La provincia mas afectada ha sido Acomayo. Alli cl Cole­gio Nacional "Tomas Tito Konti" practicamente ha quedado desierto (Expreso, 27.4.:2).

Miercoles 30 • Lima. Alumnos y padres de familia toman el local de Ia GUE "Carlos Wiese" de Comas. Horas despues son desalojados por la poli­cia (El Comerdo 1.5.:9).

MAYO

Jueves 1 • Lima. En un mensaje al pais con motivo del Dia del Trabajo la Union Sindical Provincial de Trabajadores del Callao pide Ia restitu­cion de Ia gratuidad de la ensef'lanza en todos sus nivcles (La Prensa 2.5.:8).

Viemes2 • Cusco. Las asoctacwnes de padres de familia de las trece pro­vincias del Cusco piden Ia derogatoria del DS 006 por ser "atentato­rio a las precarias economias de las mayorias" (Expreso 2.5.:4).

Sabado3 • Lima. Convencion de profesores de educacion primaria de Ia pro­vincia de Lima acuerda respaldar a los padres de familia en su lu­cha por la derogatoria del DS 006 (La Prensa 4.5.:4).

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Lunes5 • Lima. El Procurador General de Ia Republica entabla accion pe­nal contra el Dr. Jorge Chavez Pinedo, presidente del Comite Nacio­n~l de Asociaciones de Padres de Familia, por oposicion al cumpli­mtento de Ia ley, desacato y rebeldfa, promover desordenes y falsifi­car documentos. (Correo 6.5.:9; Expreso 6.5.:7).

Martes6 • Lima. Los dirigentes de las asociaciones de padres de familia de­clinan C?t_nentar Ia decision del ministerio de enjuiciar a su presiden­te. Mamftestan que un pronunciamiento de ciento cincuenta asocia­ciones sera dado a conocer mediante comunicado oficial. Por su parte, el ~r. Chavez Pinedo declina hacer comentarios y anuncia que por mohvos de salud delega Ia presidencia al Dr. Samamc, presidentc de Ia Asociacion de Padres de Familia de Ia CUE "Mariano Melgar" (Ex­preso 7.5.:21).

• Ayacucho. La Sociedad de Artcsanos y Obreros 'Nueve de Di­ciembre" de Ayacucho emite un comunicado rechazando ei OS 006 y envfa un memorial al gobiemo (RA T:3).

Viemes9 • . Lima. El ministro de Educacion declara que no puede haber gra­tmdad absoluta de Ia educacion en tanto el Estado no ha resuelto en su totalidad el problema de Ia educacion primaria (La Prensa 10.5.:2).

Domingo18 • Lima. ~eunion de padres de familia de San Martin de Porres pide que se rebaJe a 50 soles mensuales el pago que se exige a los alumnos desaprobados (La Prensa 19.5.:2).

Lunes 19 • Lima. Las asociaciones de padres de familia del pafs reiteran su pedido al gobiemo para que derogue o reglamente el OS 006. Rea­parece el presidente de su Comite Ejecutivo Nacional, Dr. Chavez Pinedo. Afirma que las asociaciones "en ningun momento han ame­nazado a las autoridades" y aiiade: "lo unico que hacemos es defender

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia enscnanza 61

una causa justa". Informa que el planteamiento de los padres de fami­lia de San Martin de Porres para reba jar el pago a S/. 50 se encuentra en estudio (Expreso 20.5.:6).

Finesdemes • Ayacucho. Se agudiza cl ausentismo escolar. Los estudiantes co­mienzan a organizarse tanto en Huanta como en Ayacucho. (NC).

Jueves 29, viemes 30, sabado 31 • Huanta. Grupo de j6venes militantes huantinos se reune en secre­to. Buscan la forma de organizar a los secundarios de esa localidad. (AC:101).

* * * * *

Los padres de familia, como se ve, expresan su oposicion al OS 006 fundamentalmente a travcs de reuniones que emiten pronunciamicn­tos, elevan memoriales y solicitan entrevistas nunca cristalizadas con el ministro de Educacion o el presidente de Ia Republica. AI estre­llarse contra la indiferencia de las autoridades, el movimiento co­mienza a dar vueltas sobre si mismo y parece flaquear. De exigir Ia derogatoria del decreto, sc retrocede a plantear que no tenga caracter retroactivo o que el pago se rebaje de 100 a 50 soles. Solo en un departa­mento de la sierra sur-central se avanza de las dcclaracioncs a los he­chos ...

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JUNIO

Domingol

CAPITULO IV

El movimiento de A yacucho y Huanta

• Huanta. Se constituye el Frente Unico de Estudiantes de Huanta (FUEH). (NC).

Martes3 • Huanta. Un grupo de alumnos de Ia vespcrtina de Ia CUE "Gon­zalez Vigil" son expulsados del local por el director del colegio: no han podido pagar las mensualidades que exige el DS 006 (NC).

1. Huelga estudiantil en Huanta

Micrcoles4 • Huanta. Los estudiantes y expulsados ingresan al local de Ia CUE Vigil para protestar. El director ordena el cierre de las puertas y los estudiantes quedan dentro. Ayudados por los de Ia secci6n diuma lo­gran salir y realizan el primer mitin estudiantil relampago. La policia los enfrenta. Son las siete de Ia nochc. Mas tarde, en asam­blca general, alumnos de diuma y vcspcrtina del Vigil acucrdan de­clararse en huelga. (NC).

Jueves 5 • Huanta. En el transcurso de la manana los estudiantcs realizan mitincs relampago. Se adhicrcn a Ia huelga los estudiantes del

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Instituto Industrial de Varones y del Instituto Industrial de Mujeres. El colegio religioso "Maria Auxiliadora" no se pliega a la huelga. Sin embargo, un grupo de alumnas colabora clandestinamente con cl movimiento.

• A las diez de la manana, d presidente de la Federaci6n de Aso­ciaciones de Padres de Familia de la provincia se declara a favor de la huelga. Poco despues, organizaciones campesinas y de padres de familia expresan tambien su solidaridad con la lucha estudiantil. Se conforma el frente Unico de Estudiantes y Campesinos de Huanta (FUECH).

• En horas de la tarde, cl mismo presidente de los padres de fami­lia cambia de actitud y, en coordinaci6n con el director de la GUE "Gonzalez Vigil", reline de urgencia una asamblea minoritaria de pa­dres de familia que se pronuncia contra Ia huclga. (NC).

Viemes6 • Huanta. Prosiguen la huclga y los mitines. Por gesti6n espon­tanea de unos doscientos cincuenta padres, se realiza en d municipio una reunion de la Federaci6n Provincial de Asociaciones de Padres de Familia. La asamblea acuerda desconocer a su presidente y declarar­lo traidor, desconocer a la junta directiva, proseguir la huelga y realizar un mitin de protesta el dia 10. Se conforma el Comite Unico de Lucha por la gratuidad de la ensenanza.

• Los estudiantes huantinos se movilizan por Ayacucho y se comu­nican con Huancayo, Huancavelica, Cusco y Cangallo. Dos estudian­tes son detenidos en Acobamba (Huancavelica). Luego son puestos en libertad. (NC).

DomingoS • Quillabamba. Dos mil familias agrupadas en el Sindicato de Campesinos de Maranura anuncian que emprenderan una marcha de sacrificio hacia el Cusco, en repudio al OS 006. Esperan lograr el apoyo de otros 50 sindicatos del valle de La Convenci6n (La Prensa 9.6.:12).

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia cnscnanza 65

Lunes9 . , . , • Huanta. Llega cl supervisor de la Tercera Regwn de EducaCion con scde en Huancayo, de la cual depende Ayacucho.

• En Cinco Esquinas se produce un enfrentamiento .en~re estudian­tes y la policia. Por primera vez esta usa bombas lacnmogenas y ca­chiporras. El local del "Maria Auxiliadora" se encuentra resguardado por policias. (NC).

Martes 10 • Huanta. De diez de la manana a tres de la tarde ticne Iugar un gran mitin popular. Participan aproximadamente 4 mil personas. Proceden de los diferentes distritos y pagos de Huanta. Llegan dele­gaciones de colcgios de Ayacucho y de la universidad. Rcf~erzos policialcs tambien arriban a Ia ciud~d. Los oradores -cstud1antes, padres de familia, dirigentes campesmos, representantes del. Frente de Dcfensa del Pueblo de Ayacucho- repudian cl OS 006 y ex1gen su derogatoria. (NC).

Miercolcs 11 • Huanta. El subprcfecto y cl supervisor de Educaci6n reu~en a !os padres de familia y a los directores de colcgios. El supervisor p1de que la huelga se suspenda y se realicen,"~ctividad~s:· en las que u~~s padres ayuden a los mas pobres. Con ammo conCihador, los parhci­pantes acuerdan suspender la hu~lg~ hasta fines de junio, a la espera de Ia derogatoria del OS, pues estan mformados que los padres de fa­milia a nivel nacional vienen realizando gestioncs al respecto.

• Horas despues, los estudiantes desconocen el acuerdo ~e un sector de sus pa<;ires de suspender Ia hue.lga. En asamblea reahzada en el parque del Hospital, dcciden prosegmr Ia lucha. (NC).

2. Huelga estalla en Ayacucho

Juevcs 12 . . • Ayacucho. Los estudiantes secundarios conshtuyen el Frente Urn­co de Estudiantes Sccundarios de Ayacucho (FUESA). Los alumnos de Ia GUE "Mariscal Caceres", que no pudieron matricularse apro-

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ximadamente en un 50% por efectos del OS 006, encabezan el movi­miento. Son respaldados por los alumnos del Colegio de Aplicaci6n "Guaman Pomade Ayala" de Ia universidad. Se movilizan porIa ciu­dad pidiendo Ia adhesion de los estudiantes de los demas planteles. (NC).

Viemes 13 • Ayacucho. El FUESA se declara en huelga indefinida. A me­diodia, estudiantes varones y mujeres marchan hacia Ia GUE "Nues­tra Senora de las Mercedes", dirigida por religiosas. Piden Ia adhe­sion de las alumnas. AI regresar, a Ia altura del puente Apurimac, son reprimidos por la guardia civil con cachiporras, bombas lacrim6ge­nas y armas de fuego. Los estudiantes se dispersan por grupos. Un sector se refugia en el cerro Acuchimay, desde donde se dcfiende con piedras. Otros son perseguidos por la ciudad. Mariano Maccerhua, estudiante, cae herido de gravedad. El pueblo indignado se congrega ante el local del Frente de Defensa y marcha hacia la Plaza de Ar­mas donde realiza un mitin exigiendo Ia destitucion del prcfecto y sanciones para los jcfes policiales; da media hora para que se deje en libertad a los detenidos. Se cumple el plazo. La policia se niega a libcrarlos. Son las seis la tarde. La multitud marcha hasta Ia coman­dancia policial a exigir la libertad solicitada. La policia ataca. Una bomba alcanza al estudiante Victor Prado y le vuela una mano. El pueblo resiste y hay un momento en que se apodera de Ia Plaza deAr­mas e intenta incendiar Ia prcfectura. Se lucha hasta pasada Ia me­dianoche. (NC).

• Huanta. Los estudiantes que venfan exigicndo Ia participaci6n de las alumnas del colegio "Marfa Auxiliadora" son provocados desde las ventanas del local del plantcl. Un grupo de estudiantcs intcnta qucmar las puertas del colegio. Se produccn incidentes con Ia polida.

• El Supervisor convoca a otra reunion con los padres de familia. No llegan a ningun acuerdo.

• Huanta, Ayacucho. El- FUEH y el FUESA se afilian al Frente de Defensa del Pueblo.

1969, la lucha por la gratuidad de la ensci'ianza 67

• Se observa que algunos policias del Iugar, que han salido a las calles a reprimir a los manifestantes, ahora eluden hacerlo. (NC).

Sabado 14 y domingo 15 • Ayacucho. EI Frente de Defensa se declara en asamblea per­manente y convoca a un mitin para el dia 17.

• Llegan a la ciudad fuerzas de represi6n especializadas. La poli­cia rodea el local del Frente de Defensa y aposta una ametralladora que a punta hacia la puerta. (NC).

• Huanta. Una comisi6n viaja a Lima, 1a integran Ia monja direc­tora del "Maria Auxiliadora", cl destittftdo ex-president~ de la ~e­deraci6n de Padres de Familia y un conocido abogado apnsta. Se dlCe que ha ido a informar sobre los movimientos en Huanta. (NC).

Lunes 16 Conspiracion

Editorial

Intereses contrarios a los de Ia patria, segun ha denunciado el Ministro de Educaci6n ... estan conspirando contra el

proceso revolucionario en marcha ..

La sinicstra maniobra de quienes tratan de utilizar para fines protervos a campcsinos y cstudiantes, obe~ece a

consignas impartidas por grupos politicos harto conoctdos .. .

Por fortuna "nada ni nadie" podra dctener este proceso .. . La revoluci6n es irreversible. La ciudadania consciente es

unanime en su respaldo al Gobicmo Revolucionario. La Fuerza Armada esta s6lidamente unida, como lo estuvo

siempre y lo estara en el porvenir. Y todas estas verdades ostensibles nos obligan a dar por descon~~do el fraca~o d~ la

oscura conspiracwn de la antlpatria.

(Expreso 16.6.:10)

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pa

68 Carlos Ivan Dcgrcgori

Martes 17

• Ayacucho. Empieza a Ia cinco de Ia tarde el gran mitin convocado por el Frente de Defensa. Asisten mas de 10 mil personas: estudiantcs, trabajadores, maestros, delegaciones fraternas de Huanta, Ia Mar y Cangallo. Llegan comunicados de adhesion de diferentes puntos del pais. La policia se halla apostada en Ia prefectura, en Ia munici­palidad y en una escuela fiscal. Se sabe tambicn que d clero ha per~tido el apostamiento de ametralladoras de tripode y refuerzos pohc1ales en las torres de las iglesias Santo Domingo, San Francisco de Paula .y de Ia catedral. El mitin acuerda proseguir Ia Iucha por Ia derogatona del OS 006 y extender Ia accion al resto de Ayacucho y Abancay. (NC).

Miercoles 18, jueves 19

• Ayacucho. Llega el subdirector de la III Region de Educacion. Dispone Ia reiniciacion de las clases y amenaza rccesar a los colcgios en huelga. Pero la paralizacion y las marchas continuan.

• Se suman a la accion estudiantes de Cangallo, Vilcashuaman, Tambo, Huancapi, Huancasancos, Chincheros. Hay frecuentes enfren­tamientos con la policfa, tanto en Huanta como en Ayacucho. (NC).

Viemes20

• Ayacucho. Algunos alumnos de colegios religiosos intentan que­brar la huelga. El FUESA realiza manifestaciones para persuadir a sus compafieros a continuar Ia lucha. En los alrededores del mercado de abastos Ia polida reprime a un grupo de estudiantes de uno y otro sexo. Los estudiantcs se refugian en el mercado. La policia bloquea sus puertas y arroja bombas lacrimogenas al interior. Se produce el pani­co entre estudiantes, trabajadores del mercado, amas de casa, ancia­nos y nifios. La accion vuelve a desatar la indignacion popular. Esta­llan refriegas callejeras que se propagan por la ciudad, barrios y Ia­deras, y se prolongan hasta avanzadas horas de Ia noche. (NC).

3. La gran explosion

Madrugada del sabado 21 • Huanta. Son apresados tres dirigentes del movimiento, entre

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia cnseii.anza 69

ellos el asesor legal de Ia Asociacion de Campesinos de la provincia de Huanta, Dr. Mario Cavalcanti Gamboa. (NC).

• Ayacucho. A partir de las 2 a.m. se produce una redada: Ia policia detiene a treintaicinco personas entre dirigentes del Frente de Defensa del Pueblo, profesores universitarios y estudiantes. AI ama­necer, por avion, Began sinchis de Lima. Algunos dirigentes del Fren­te de Defensa, que han logrado eludir la redada, logran alertar al pueblo a traves de una emisora de la localidad. Son detenidos alli mismo. El pueblo bloquea la carretera hacia el aeropuerto en un inten­to de rescatar a los detenidos, pero estos fuertemente custodiados, son conducidos hasta el avion militar que los trasladara a Lima. (NC).

Sabado21 • Ayacucho. Son las siete de la manana y el pueblo aparece ma­sivamente en las calles. Las fuerzas policiales despliegan sus efec­tivos y emplazan armas y hombres en los lugares considerados es­tratcgicos de la ciudad. Desde el distrito de San Juan Bautista y el barrio de la Magdalena se moviliza la protesta, engrosada desde las alturas de los barrios de La Libertad, Calvario, Belen. Se paraliza el mercado. Las fuerzas policiales hacen uso de sus armas. El pueblo res­ponde con piedras, palos, bombas caseras. Se lucha en el centro de la ciudad. La protesta se extiende hasta adquirir las caracteristicas de una rebelion popular. Hacia las diez de la manana se lucha en toda laciudad.

• En Carmen Alto un carnicero, armado de un cuchillo, se enfrenta a un policia que porta una metralleta y lo desarma. El carnicero vacila y opta por no hacerle dano. Un grupo de personas se lleva el arma, pero descubren que no tiene balas y Ia abandonan.

• Desde el Puente Nuevo, un nino arroja piedras con una honda a los polidas. Una descarga de fusil le quita Ia vida. Otro nino, herrnano del caido, corre a lo largo del puente hacia el cadaver, pero es aba­tido por otra descarga de fusil.

• En el barrio de la Magdalena una nina ha caido alcanzada por las balas. Un grupo de personas envuelve el cuerpo en una sabana

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y marcha hacia el local de Ia prefectura. Desde el edificio son rccibi­dos con rafagas de metralla.

• Se organizan comites de lucha en los barrios y grupos moviles de autodefensa, orientados desde la clandestinidad por el frente de De­fensa. La acci6n se prolonga hasta el anochecer. Oficialmente solo son cuatro los muertos: Eulogio Yaranga, estudiante universitario; Sil­vestre Anaya, albanil; Felix Ramos Huaman y Americo Ore, ninos estudiantes. Los heridos de gravedad son trasladados a dos hospita­les de Lima controlados por Ia polida. El pueblo asegura que son mu­chos los desaparecidos, todos ellos de extracci6n popular.

• Aparece una organizacion extrana, la CIPUL, que hasta entonces no habia dado muestras de existir ni habia participado en el movi­miento. Esta integrada por profesionales. Su primer acto es descono­cer al Frente de Defensa y solicitar tregua a Ia polida. Sus integran­tes piden que los muertos sean velados en el local de la municipali­dad, pero los muertos son velados en el local del Frente de Dcfensa del Pueblo.

• Esa noche, la polida decreta el toque de queda en Ia ciudad. (NC).

• Huanta. En horas de la manana, los campesinos se enteran del apresamiento de sus dirigentes y del Dr. Cavalcanti, su asesor legal. Reclaman su libertad ante el subprcfecto, que promete gestionarla. Poco despues los campesinos se enteran de que los dirigentes han sido trasladados a Lima. AI darse cuenta del engano toman de rehen al subprefecto y lo llevan a las alturas.

• Por la tarde, los campesinos realizan un mitin en Ia Plaza de Armas. Un rumor se esparce entre los manifestantes: se lucha en las calles de Ayacucho, hay muertos y heridos entre Ia poblacion. Se convoca a un nuevo mitin para el dia siguiente y se toman medidas de emergencia para impedir Ia llegada de refuerzos policiales. Campe­sinos y estudiantes causan averias en los puentes de AyahHarcuna y Tablachaca, ubicados en Ia carretera Huanta-Ayacucho. Despues se sabria que el domingo 22 los choferes de servicio se negaron a conducir el destacamento de sinchis hacia Huanta. (NC).

1969, la lucha por la gratuidad de la cnscfianza 71

Domingo22 • Huanta. Desde las primeras horas de Ia manana se congregan en los alrededores de Ia ciudad campesinos que han llegado desde sus pagos, ubicados en los bajios, cerros y punas. Hacia las 10 a.m. la mul­titud sobrepasa los 10 mil. Un buen sector se reline en Ia Alameda con los estudiantes. Deciden marchar a Ia Plaza de Armas para realizar el mitin acordado el dia anterior. Se forman las columnas en primera linea marchan los chutos, campesinos de las punas, portando bande­ras; lcs siguen las mujeres y estudiantes, detras Ia gruesa masa de campesinos.

• Son las diez y media de la manana y las filas avanzan por el jiron Gervasio Santillana. A la altura del correo se produce cl primer choque. La polida arroja bombas lacrimogenas y dispara perdigones. Las filas, en un primer momento retroceden; pero de inmediato sere­hacen. Las mujeres, que trenzadas por los brazos forman compactas co­lumnas, deciden ponerse en primera linea. De entre elias se adelanta una anciana campesina para parlamentar con Ia polida. Invocando Ia paz y Ia cordura empieza a avanzar por en medio de Ia calle. Es un momento de tension y silencio. Con los brazos en alto la campesina avanza, pero una rafaga de mctralla Ia derriba. Entonces los campe­sinos lanzan piedras con sus hondas. La muchedumbre quicre ahora recoger el cadaver y se traba en una confusa y violenta lucha con Ia pol ida que, apoyada por los disparos, se apodera del cadaver.

• Son' las once de la manana y hay muchos muertos y heridos. Desde ese momcnto los campcsinos deciden armarse y tomar el puesto policial. Se dirigen a las calles aledanas y en las tiendas se proveen de machetes, cuchillos, punzones, botellas; y en los grifos, de gasolina para fabricar armas caseras. El pueblo huantino se solidariza con Ia lucha de los campesinos, abre las puertas de sus casas, arrojan agua sobre las bombas humeantes. Pero un comerciante cierra la puerta de su tienda y arroja monedas a los campesinos; estos derriban la puerta y se Bevan todo lo que pudiera convertirse en arma de combate. Entre tanto, en el jiron Ayacucho un fuerte sector de manifestantes, en su mayoria estudiantes, asalta el local de Ia polida de investigaciones (PIP). El local comienza a arder y en la calle se forman hogueras con los archivos y documentos. Los campesinos, en los alrededores de Ger-

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vasio Santillana, armadas con sus improvisadas bombas y blandicn­do machetes se disponcn a asaltar el pucsto. Dcsdc las casas vccinas arrojan sus bombas y piedras. Dias dcspucs se rccordaria que en esc momenta, entre la una y dos de la tarde, la batalla llcgo a su climax. A esa hora el tablctco de las amctralladoras se oia intcrmitcntcmcn­te en este sector de la ciudad. Dcspucs de las dos, frente al cmpuje de los campesinos que habian logrado penctrar a la parte posterior del puesto, la policia comienza a rctroccdcr hacia la Plaza de Armas. Los campesinos se apoderan del local que cncuentran totalmcnte aban­donado y sin armas. Poco despucs, el pucsto comienza a arder.

• Entre las tres y las cuatro dcsciende el tirotco. Los campcsinos ticnen ahora un nuevo objetivo: llcgar a la Plaza de Armas y buscar la lucha cuerpo a cuerpo. El dcscenso de Ia mctralla y la fusilcria lcs haec pensar que las municiones policiales cmpiczan a agotarse. Lle­gan a las bocacallcs de la plaza y pugnan por penctrar, pcro nuevas dctonaciones les impiden el acceso. La policia se ha atrinchcrado en lugares cstratcgicos del pcrimetro de la plaza: en la torre de la catc­dral, en la municipalidad, en los muros de cementa del centro de la plaza, en dos cdificios de propicdad particular y en los altos de una farmacia ubicada en una csquina. El pueblo distinguc emboscados a varios micmbros de la PIP como francotiradorcs. Pcsc a los disparos algunos cstudiantcs logran ingrcsar, avanzan un trccho, pcro trcs caen mucrtos: Sicha, Zapata, Irene Santillana. El pueblo identifica a los autorcs. El tiroteo prosigue. Cacn mas mucrtos y hcridos, principal­mente campesinos. La multitud enardccida irrumpe finalmcnte en la plaza. Se comcntaria en la ciudad, postcriormente, que era como si Ia muchcdumbre quisiera incitar a la policia a quemar mas municioncs y no lcs importara morir. La policia, cntonccs, comienza a prcparar la retirada. AI pareccr, qqicre alcanzar c1 jiron Ayacucho para llegar al convcnto de los Rcdcntoristas que se halla a cuatro cuadras de la plaza.

• Han pasado las cuatro de la tarde. Entonces llega la noticia que los sinchis, aproximadamente en numero de doscientos, a pie, por las chacras, estan penetrando en Huanta. Algunos manifestantes huyen, pero otros se organizan y deciden resistir. La entrada de los sinchis se produce por la avenida San Martin; vienen disparando ciegamente,

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia cnscftanza 73

los caidos son muchos. Los campcsinos se aprcsuran a rccoger a sus mucrtos y hcridos; poco despucs, el fuego de las mctrallas se lo impide. La multitud comienza a retroceder y a las seis de la tarde los sinchis, ducii.os ya de la plaza, avanzan por otras calles, persi­guiendo y dcrribando a campesinos y estudiantes. Poco despucs, dcsde los parlantcs de Ia municipalidad dcclaran a la ciudad en estado de sitio. Prohibcn el tninsito por las calles, el fusilamiento espera a quienes contravengan las ordenes. Sc diria despucs, oficialmente, que los muertos fueron catorcc. El hccho es que, a las sietc de la nochc, la policia, a oscuras, recoge a los muertos y heridos valicndose de pon­chos y de improvisadas camillas. En una csquina el carro basurero re­cibe los cadaveres. (NC).

• Ayacucho. Las autoridadcs dcclaran dia de duclo. Las emisoras transmitcn musica sacra, pero continuan las dctenciones.

• Dcsde la clandestinidad, a traves de algunos dirigentcs que no han sido aprcsados, el Frcnte de Dcfensa del Pueblo declara el paro general en la ciudad, que durante 72 horas suspcnde totalmente sus actividadcs. (NC).

4. Desenlace

Lunes23 • Ayacucho. El general del Carpio, jcfe de la Segunda Region Militar del Ejcrcito llega a Ayacucho. (Ojo 24.6.:3).

• Se realiza el entierro de los caidos. Los cadaveres han sido ve­lados en el local del Frente de Dcfcnsa del Pueblo. En el atrio de Ia catedral algunos sacerdotes pronuncian oraciones. La poblacion, espe­cialmente de extraccion popular, acompaii.a a los muertos. La polida uniforrnada no aparece. (NC).

• Huanta. La polida impide las honras funebres y solo permite asistir a dos o tres familiares. Los entierros se producen en dias sucesivos y en uno solo de los sepelios, el de una estudiante, aparece un sacerdote.

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74 Carlos Ivan Degregori

• El Concejo Municipal declara duelo provincial los dias Junes y martes. Desde el domingo 22, se mantienen acantonados en la muni­cipalidad de Huanta unos doscientos sinchis. Desde ahi incursionan al campo efectuando detenciones. Los presos son conducidos en helic6p­teros. (NC).

• El subprefecto de Huanta, Octavio Cabrera Rocha, mantenido co­mo rehCn por los campesinos, es dejado libre por sus captores, descalzo pero ileso. (Varios diarios de Lima).

• Ayacucho y Huanta. A partir del Junes 23 y durante varias se­manas, aviones de guerra y helic6pteros de campana sobrevuelan am­bas ciudades y campos aledanos. Las dos ciudades permanecen a os­curas y sitiadas. (NC).

• Lima. La Cruz Roja anuncia que, en coordinaci6n con la FAP, ha organizado un puente aereo para enviar medicinas, plasma y suero para los heridos. Los mas graves son evacuados a la capital. (Varios diarios de Lima).

El gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas emite un co­municado oficial sobre los sucesos. El titular de El Peruano rcflcja el animo gubernamental:

Los campesinos fueron incitados ala violencia con el engano de que les iban a arrebatar sus tierras y sus casas

Comunicado Oficial

En rclaci6n a los luctuosos sucesos producidos en el departamento de Ayacucho, el Gobierno Revolucionario hace conocer ala ciudada­nfa lo siguiente:

1. Ante Ia inminencia de ... la nueva ley de Reforrna Agraria ... oscuros intereses reaccionarios utilizando grupos politicos

de reconocida actuaci6n subversiva unos, y al servicio de sectores privilegiados otros, tratan por todos los medios de

impedir la ejecuci6n de estas reforrnas o retardarlas, mediante actos de violencia ...

1969, la lucha por la gratuidad de la cnscftanza 75

2. Elementos extremistas, expertos y con antecentes en agitar a las masas yen el empleo de metodos terroristas, asi como

agitadores universitarios procedentes de Huancayo y Lima tomando como pretexto una huelga estudiantil, desataron

desde comienzos de mes una ola de actos de vandalismo en Huanta y Ayacucho azuzando a escolares y campesinos a

cometer desmanes. Ante estos hechos las autoridades politicas y policiales

actuaron con mucho tino evitando el derramamiento de sangre y tratando por todos los medios de apaciguar los ani mos.

3. Pese a esta actitud, el sabado 21, masas dirigidas por agitadores bloquearon las carreteras de acccso a Ayacucho y

trataron de inccndiar los locales de la Prcfcctura y el Municipio, causando danos en los establecimientos

comerciales, paralizando las actividadcs de la ciudad y atacando y rod cando ellocal de la Co mandan cia de la

Guardia Civil, utilizando gasolina y prcndiendole fuego ... por lo que las fuerzas del ordcn se vieron obligadas a hacer uso

de armas. Como consecuencia de estos choques resultaron 4 mucrtos y 10 hcridos de ambas partes, algunos de ellos con

hcridas producidas por proyectiles de calibre no usado por la GC. Simultaneamente esc mismo dia, en Huanta masas

campesinas se aduenaron de la poblaci6n capturando al subprefecto Octavio Cabrera Rocha.

4. El dia domingo 22la ciudad de Huanta fue invadida por miles de campesinos enganados prcmeditadamente en el

senti do de que sus tierras les iban a ser arrcbatadas y quienes despues de volar con dinamita los puentes de Tablachaca y

Ayahuarcuna y retirar la plataforma del puente de Paraccay, incendiaron los locales de las dependencias de la

GC y de la PIP, cortaron las comunicacioncs telegraficas y se apoderaron de la planta de luz electrica, causando graves

danos en los establecimientos comercialcs y atacaron a las fuerzas policiales con bombas molotov, arrnas de fuego y

dinamita, viendose estas obligadas en ultima instancia a emplear sus armas para defender sus vidas. En esto

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76 Carlos Ivan Dcgregori

lamentables y tragicos succsos han muerto 14 personas y hay 56 hcridas, entre las cuales hay miembros de la GC. El ordcn

se ha rcstablecido con la llegada de rcfuerzos policiales ...

5. El Gobicmo Rcvolucionario firmcmente decidido a cumplir sus objetivos de llcvar a cabo profundas y sustancialcs

transformaciones en las cstructuras socioeconomicas del pafs, reitcra que los instigadores y rcsponsablcs de estos actos de

violencia scran somctidos a la justicia military que la ley sera aplicada con el maximo de rigor; que continuara el

proccso rcvolucionario de transformacion del pafs y que promulgara la Ley de Reforma Agraria pcsc a cualquicr

interes rcaccionario. Den uncia las maniobras que los grupos de podcr economico nacionalcs y cxtranjcros y los politicos a su

servicio viencn rcalizando en un inutil in ten to de dctcncr la revolucion, e invoca a los obrcros, campesinos y estudiantes universitarios yen general a todos aqucllos que a! margen de

sus ideas politicas dcsecn Ia transformacion pacifica del Peru, a fin de que respaldcn Ia obra revolucionaria del gobicmo y mantcngan la fe en sus postulados que, como es de dominio

publico, se cstan cumplicndo con toda encrgfa y decision.

Lima 23 de junio de 1969 (El Peruano y todos los diarios)

• Los gremios empresarialcs emitcn, a su vcz, un sorpresivo co­municado:

Las institucioncs reprcsentativas de la produccion y el comercio

Comunicado

Estan sincera y lealmcnte empcfiadas, en servicio del Peru, en colaborar con el Gobiemo en el exito de una sana

transformacion social y economica. Tiencn por ello que clevar , su voz de protesta por la incitacion que elementos dcmagogicos

subversivos viencn hacienda al desorden y la violcncia con los resultados tragicos de sucesos como los de Ayacucho y

1969, Ia Jucha porIa gratuidad de Ia enscf\anza 77

Huanta; rcclaman una vez mas la union de los peruanas, y ofrecen su respaldo al Gobiemo Rcvolucionario de las Fuer~as

Armadas en el mantcnimicnto del orden y de Ia paz soctal.

Lima, 23 de junio de 1969

Sociedad Nacional de Pcsqucria Sociedad Nacional de Mineria y Petro leo Sociedad Nacional de Indus trias Sociedad Nacional del Transporte Camara Pcruana de la Construccion Asociacion de Bancos del Peru Asociacion de Camaras de Comcrcio del Peru Camara de Comcrcio de Lima

• El Partido Comunista Pcruano, de orientacion prosovietica, sicn­ta tambien su posicion en un pronunciamicnto titulado: "La CIA en Ayacucho". Alii sefiala que:

"Los sangrientos succsos de Ayacucho, no son sino un cap~tulo del vasto plan conspirativo pucsto en marcha por Ia_ ohgar­qufa y el imperialismo .. .irritados por el scsg.o que v1ene to­mando el conflicto sobre Ia IPC, las 200 millas y las rela­ciones economicas, lo mismo que por el establccimiento del control de precios y Ia posibilidad de que sus interes~s scan afectadas por las Rcformas Agraria y Pcsquera anunoadas ... (Emitido el23.6, publicado en: Unidad 26.6.:6).

• Por su parte, Prospera Nufi~z, director d~l .diario Paladi~ de Ayacucho y uno de los pocos opos1tores del movtmtento, denunoa en lacapital:

" ... un complot subvcrsivo dirigido por los pekine~es Maximo Cardenas [presidente del Frente de Defensa], Abtmacl Guz­man Reynoso, [sefiala otros micmbros] infiltrados en los cen­tros educativos e instituciones locales para impulsar desma­nes que ticnen a Ia poblacion de Ayacucho en completa zo­zobra" (El Comerdo 24.6.:4).

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78 Carlos Ivan Dcgrcgori

• El secretario general de Ia Universidad de Huamanga, Ing. Jaime Alva, llega a Lima y deja oir su solitaria voz discordante. Declara que los sucesos de Ayacucho se generaron por los alcances del OS 006 que limita Ia gratuidad de Ia ensefianza. Niega que los disturbios hayan sido organizados por Ia universidad (que se hallaba de vaca­ciones). De sus declaraciones se desprende que Ia Rcforma Agraria nada tendria que ver con dichos acontecimientos (La Prensa 24.6.:6).

• Dos dfas despues lleganin a Lima el vicerrector Ing. Alcabez Ab­dala, el catednitico Jose Castaneda, Ia Sra. Augusta La Torre de Guz­man (esposa del catedratico detenido) y el profesor Raul Vivanco, a dar una version similar de los sucesos e interceder por los miembros de Ia comunidad universitaria detenidos (El Comercio y Expreso 26.6).

Martes 24 • Huancayo. Los alumnos de Ia CUE "Santa Isabel" y del Colegio Nacional "Jose Galvez Eguzquiza" deciden declararse en huclga a partir del dfa siguiente, en apoyo a los estudiantes de Ayacucho y Huanta. (La Prensa 25.6.:25). La medida no llegara a cfectivizarse porqucen ...

• Lima. EL GOBIERNO DE LAS FUERZAS ARMADAS DEROGA EL OS 006 EN SUS PARTES ESENCIALES.

• Esc mismo dfa se promulga el DL 17716 de Rcforma Agraria .

Miercolcs 25 • Lima. El presidente de las Asociaciones de Padres de Familia, Dr. Jorge Chavez Pinedo, califica Ia derogatoria del OS 006 como un triunfo de los padres de familia y de los estudiantcs. "La Junta Mi­litar de Gobiemo ha comprendido nuestra situacion", dcclara (Expre­so 26.4.:4).

jlmpidamos otro ayacuchazo! Editorial

La ciudadanfa y el pueblo todo, han vis to con sumo dolor Ia forma y modo como Ia reacci6n mas oscura y

antiperuana, unida con elementos del APRA, Ia CIA y las

1969, la lucha por la gratuidad de la cnscfianza 79

direccioncs aventureras de grupos denominados "chinos", han promovido en Huanta y Ayacucho el21 y 22 del presente

una asonada sangrienta ...

Pero los autorcs de los sangrientos sucesos estaban muy lejos dellugar de los hechos y muy posiblemente en Ia embajada

yanqui, en Ia Sociedad Nacional Agraria, en ei alto comando terrorista del APRAy en Ia direccion de los desclasados

grupos "chinos" que pululan todavfa plegandose ciega y desesperadamente a cualquier aventura que lcs pueda dar "notoriedad" ... El gobiemo esta en Ia obligacion moral de

recoger Ia ensenanza de A yacucho y pensar que asf como Ia derecha y el imperialismo han tratado de sabotear Ia

Reforma Agraria antes de nacer, mas dura y sangrienta trataran de impedir su aplicacion.

... La oficina de la CIA en Ia embajada norteamericana -que el saba do y domingo tuviera una inusi tad a acti vi dad- no se

queda atras, Ia tactica sera elaborada allf. Por eso, es necesario prevenir el iranazo ... y no seria extra no que

elaboraran tambien planes como en Indonesia para derrocar al gobiemo.

(Unidad 26.6.:3)

Viemes27 • Tarma. La policfa captura ocho dirigentcs _estudiantilcs, dos de ellos de Ia Universidad de Huamanga, que pegaban propaganda alentando a los alumnos para que se declaren en huelga protestando por los hechos de sangre de Ayacucho y Huanta (La Prensa 28.6.:30).

JULIO

Jueves • Ayacucho. El clero regular y secular de Ayacucho ofrec~ u~ ban­quete al Arzobispo Monsenor Otoniel Alccdo por s~. onomastico. AI banquete asiste como invitado de honor el Jcfe M1htar de Ia Plaza (NC).

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1f CAPITULOV

a lQuien se acuerda de A yacucho?

1. La region mas opaca

Resulta pasmoso el desconocimiento sobre lo que sucedia en Ayacucho, Iugar que pareda no formar parte de la realidad nacional o, mas bien, existir en una suerte de dimension incomprensible. Invirtiendo el titulo de la novcla de Carlos Fuentes, diriamos que no se trataba de la region mas transparcnte, sino de lamas opaca.

Podria sospecharse que al prcsentar el movimiento como una ma­niobra contra la Rcforma Agraria en vias de promulgarse, el gobiemo tcrgiversaba adrcde los hcchos con fines politicos. Pero al menos algu­nos militarcs ubicados en puestos claves parecen haber creido sincera­mente sus propias vcrsiones. En todo caso, mostraban una ignorancia profunda de lo que sucedia en Ayacucho, y de sus causas15. Mas aun, esa tipificacion del movimiento alcanzo un consenso que trascendio los drculos gubcmamentales. El pronunciamiento critico de las "insti­tuciones representativas de la produccion y el comercio", lease bur­guesia, fue unanime. Pero tambicn el semanario Unidad, unica revis­ta de izquierda que se editaba por entonces con regularidad, asocio el movimiento "con los planes de la CIA y del APRA para boicotear la Reforma Agraria". La actitud de Unidad podria ser entendida. por scr el organo oficial del Partido Comunista Peruano (PCP), de orienta­cion prosovietica, que entonces ofreda su "apoyo critico" al gobiemo

15Julio Cotler, conversaci6n personal.

[81)

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82 Carlos Ivan Degregori

military sostenia, al mismo tiempo, una enconada disputa con el otro P~~ (Bandera Roja), de orientaci6n pro-china que, como dijimos, te­ma tmportante presencia en Ayacucho. Pero mas alia de sus odios y sus amores, Ia lectura de Unidad revela que las prioridades del PCP prosovietico se hallaban muy lejos de coincidir con algunas de las in­quietudes principales que germinaban entre Ia juventud tal vez no s6lo ayacuchana16. '

La incomprensi6n, convertida en cierta indiferencia, abarc6 inclu­so a las organizaciones populares y sociales en generaJ17. De esa in­diferencia se queja, casi de pasada, un documento rcdactado en el pe­nal de "El Sexto" pocos dias despues de las masacres por Maximo Cardenas, presidente del Frente de Defensa. En el afirma que:

"La~ organizaciones sindicales nacionales, estudiantiles, etc., to­~a~la no se ha~ ~ronunciado ni han fijado su posicion frente a los ult1mos acontec1m1entos ni han tornado Ia defensa de los presos. Pero creemos que este vacfo pronto se llenara". (Castillo 1972: An. 49).

16 Asf, en Ia plataforma de un Frente Antiimperialista de Juventudes que elabora el_ :CP-U cuando y~ se h~bfa pro~ul_gado el DS 006 "Ia ~ratuidad de Ia e<;~ucac10n en todos sus mveles apareCla solo como noveno y ultimo punto (Unidad 3.4.6_9:3~. Y en el comunicad? que emite ese partido luego de las masacres de JUmo, e! re~orte a Ia gra~md~d ~e Ia ensef\.anza aparece menciona­do _apenas. de m?<l? md,!rec~o, como ... s1rv1endo .. .los prop6sitos de Ia oligar­qm~._y el1mpenahsmo . N1 Ia gratuidad ni punto alguno referente a Ia edu­caClon _aparecen taml?oco en Ia amplia plataforma con Ia que remata dicho comumcado,_ Ia cual mcluye desde Ia explotacion estatal del cobre y Ia Re­forma Agrana, hasta el aumento de sueldos y Ia amnistfa general (Unidad 26.6.69:6).

17 Podrfa decirse que la forma virulenta en Ia cual el PCP-BR se opuso a Ia Reforma Agraria, f~vorecio esa indiferencia. Segun el corresponsal de E~so (24.6.:4), por eJCmplo, en Huanta la policfa habria tenido que lim­plar las paredes de las calles: " ... donde elementos desconocidos habfan pegado carteles en los que decfa que la nueva ley de Reforma Agraria no llegru:fa a esa region". Pero varios protagonistas de los sucesos de Huanta cuest10nan esa version. Por lo. demas, es cier~o que Bandera Roja se opuso fron­talmente a la.Reforma Agrana, pero despues del movimiento. Porque si bien 1~ prensa nac10nal advertfa sobre la inminencia de la nueva ley, su promulga­Clon parece haber to!l1ado por sorpres~ a lo~ principales dirigentes ayacu­chanos del PCP-BR -:mcluyendo al r:<;>P.lO Ab1mael Guzman- que se habrfan enterado de la med1da por los penod1cos, cuando ya estaban en prision.

1 1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia ensef\.anza 83

2. Las instituciones regionalistas

En esas circunstancias, las primeras en reaccionar fueron las organiza­ciones de residentes ayacuchanos en Lima. Apenas cuatro dias des­pues de Ia masacre, un boletin del Centro Universitario de Huaman­ga18 pregunta en su titular: ";.Quien se acuerda de Ayacucho?", y res­ponde con el anticentralismo a flor de pie!:

"Siempre marginados, pero cuando un MacGregor y su catoliquita de pituquitos sufren carifi.itos de los Velasquitos ... ahi sf hay entre­vistas, ahf se pliegan hasta el mismo estudiantado limei'lito; pero en Huanta y Huamanga, donde sf hierve y huele a humillaci6n y oprobio, a vejamen y atropello, a violacion y suicidio de hibs, pa­dres y autoridades mismas, nadie da ojos ni ofdos a luchadores que labran mente y cuerpo de sol a soJ"19.

El dia 27 de junio, "una asamblea general de instituciones regio­nalistas ... representadas en esta capital" constituye el Comite de De­fcnsa de Ayacucho20. No sabcmos que "instituciones regionalistas" lo integraban, pero el 8 de julio las mismas u otras han formado un "Co­mite pro defensa de los pres0s y perseguidos politicos de Ayacucho" (Castillo 1972: An.42). Ante Ia dcbilidad de Ia sociedad civil y de un tejido nacional solido, emergen pues en primer plano las lealtades

18 En un volante de fecha posterior se define a diho centro como Ia: " .... entidad que agrupa a todos los hijos de Ia provincia de Huamanga, del departamento de A yacucho, que cursan sus estudios superiores en Ia capital de Ia Republica (Lima) ... para trabajar con honestidad y sinceridad por la superacion del pueblo de Ayacucho". En: El Centro Universitario de Hua­manga (CUH). Informa. Volante, mimeo, Ayacucho 1.8.1%9.

19 La cita hace referenda a sucesos ocurridos pocos dfas despues de las masacres de Ayacucho y Huanta. En sei'lal de protesta, estudiantes de Ia Pon­tificia Universidad Catolica del Peru (PUC), en su mayorfa de extraccion so­cial media y alta ("pitucos" en el habla coloquial limei'la), realizaron mar­chas y mftines que fueron reprimidos por las fuerzas policiales. En un determi­nado momento, una tanqueta derribo1a puerta de Ia sede central de la univer­sidad: en una casona colonial en el centro de Lima. El padre Felipe Mac Gre­gor, entonces rector de la PUC, expres6 su protesta porIa violenta represion.

20 Comite de Defensa de Ayacucho ala Opinion Publica, volante, mimeo, Lima, julio de 1969.

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etnico-regionales, con las cuales empalrnan facilmente las tendencias "prochinas", cuya influencia se advierte en Ia redaccion de varios de los comunicados de las instituciones regionalistas.

La desconfianza entre Ayacucho y el "Peru oficial", por llarnarlo del modo clasico, es mutua y se expresa en Ia falta de credibilidad del Estado en esa region. En Huamanga, por ejemplo, Ia cifra oficial de vfctirnas fue cuatro muertos.Cuatro fueron los cuerpos encontrados y los entierros que tuvieron Iugar dos dias despues. Sin embargo, siem­pre se hablo de "muchos mas", de cadaveres recogidos en secreto por los propios deudos o por las fuerzas represivas. Han pasado los aii.os se han sucedido los gobiemos, si hubiera habido alguna otra vfctirna lo mas probable es que a estas alturas se supiera. Creemos, por tanto, que son altisimas las probabilidades de que cuatro hayan sido real­mente los muertos. Sin embargo, se da por zanjado que fueron mas con el siguiente, contundente argumento:

"En cuanto al saldo de los muertos, oficialmente se declara la exis­tencia de solo cuatro; pero testigos presenciales y familiares ase­guran que son muchas mas ... y ellos es obvio, ya que el argumento es harto conocido a nivel de todo el mundo en cuestiones de esta naturaleza" (Ramos y Loli 1979:92, subrayados nuestros).

Lo cual es tambien bastante cierto, si no en todo el mundo, al me­nos por estas latitudes. Como en Ia fabula de Pedro y ellobo, son tan­tas las veces que Pedro-Estado ha mentido, que las pocas que eventual­mente dice Ia verdad, nadie le cree. A partir de esa brecha de credi­bilidad y de Ia intensidad de Ia experiencia vi vida, nace el mito:

"[Cuando llegaron los sinchis] todos corrimos a refugiarnos. La gente cafa a mi costado. Dice que los cadaveres los tiraban del puente colgante, Viruviru, sobre el Cachi. Dicen lno?, es un mito" (Od6n).

3. ''Enemigos indeseables del pueblo"

El problema, sin embargo, trasciende largamente Ia simple falta de credibilidad. Existe en Ayacucho una larga tradicion de enfrenta­miento campesino y popular contra el Estado y los podcres locales. Pero al resquebrajarse Ia estructura de poder tradicional en Ia region,

1969, la lucha por la gratuidad de la ensei\anza 85

se quebraron tambien los mecanismos de intermediacion polftica y so­cial que amortiguaban los conflictos. Recordemos al comerciante hua­manguino que ya en los aii.os 30 se quejaba de "las familias ricas que se iban a vivir a Lima de sus rentas" (cap. II). En Ayacucho quedaron los eslabones medianos y pequeii.os de Ia vieja cadena de dominacion, em­pobrecidos y ya sin mayor articulacion ni legitimidad. A ellos se injertaron algunos nuevos comerciantes, pero sin Ia fuerza suficiente para lograr una hegemonia cabal.

Documentos incluidos por Aracelio Castillo en su tesis doctoral, permiten pensar que hacia fines de Ia decada de 1960 se estaba abrien­do una nueva fase en Ia lucha contra los poderes locales en Ia region, pues varios pueblos medianos aparecen convulsionados por protestas y movilizaciones. Los mismos documentos delinean un perfil bastante lamentable de esos podcres locales. Por ejemplo, un memorial fecha­do en julio de ese aii.o y dirigido al ministro del Interior por Ia Aso­ciacion de Campesinos de Huanta, ofrece Ia siguiente descripcion del grupo de podcr de Ia provincia:

"Un grupo minusculo de 'abogados' y 'profesores' y otras gentes que ni siquicra son del Iugar, estan empenados en hundir mas a los cam-pcsinos... . . , . . .. Dichas gentes en estrecha vmculae1on con las autondades pohe1ales y polfticas son: NN1, NN2, NN3, el profesor NN4, el empleado NNS, la ex-profesora NN6, los negocia_ntes NN7 y NN8,. estos dos ultimos elementos conocidos como abus1vos por las atracac10nes a los campesinos, el pagar la suma que les viene en gana por nuestros productos: barbasco, cafe, cacao, tara, cochinilla, de los cuales son acaparadorcs unicos ... " (Castillo 1972: An. 48).

A Ia lista se agregan algunos otros nombres de "gamonales", entre ellos el del dircttor del colegio Gonzalez Vigil " ... a quien su cultura no le ha servido mas que para mejorar sus metodos de explotacion" y Ia congregacion de religiosas 'Maria Auxiliadora', " ... propietarias de los fundos extensos de Culluchaca y Yanasraccay". AI margen de los adjetivos y Ia intencion denigratoria del comunicado, las ocupa­ciones de los atacados nos proporcionan un "perfil de clase" apro­ximado de los poderes locales. Adviertase que, salvo las monjas del "Maria Auxiliadora", no aparecen mencionados terratenientes.

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Cuanto mas pequefio el pueblo, mas insignificantes los grupos de poder. Asi, en un comunicado del pueblo de Canaria (Victor Fajardo) fechado en octubre de 1969, en el cual se hace referenda a sangrientos sucesos acaeddos alii el mes anterior, se responsabiliza de los mismos a:

" ... personajes de negra trayectoria, asquerosos de la peor calafia, que prepotentemente ultrajaban a los modestos comuneros, como son el tristemente celebre NN9, secretario-tesorero vitalicio del colegio, el malversador de fondos NNlO, el 'alcalde' NNll y sus hijas. NN12 (bUfalo, c6mplice del 'alcalde'), NN13 (picantera antihi­gienica) ... quienes son enemigos acerrimos de su propia familia y del pueblo de Canaria en general" (Castillo 1972: An. 54).

Frente a los poderes locales, Ia actitud de Ia pobladon, al mcnos en Ia coyuntura de 1969, tiende a ser Ia expulsion, que aparece men­donada con una frecuenda impresionante. Asi el 13 de julio de ese af\.o, en el pueblo de Huancapi (Victor Fajardo):

" ... lleg6 el momento ... para afrontar a esos elementos tipificados como 'explotadores', 'inmorales', 'enemigos indeseables del pueblo' . . . como lo son: el ex-juez instructor don NN14, el parroco NN15. y XX (tinterillo cizanador). Estos tres elementos foraneos, por sus conocidas actividades contrarias a los intereses del pueblo, han sido expulsados de Ia ciudad de Huancapi por decision unanime de Ia comunidad" (Castillo 1972: An. 53).

Uno de los expulsados, el "tinterillo dzafiador", va a ser prota­gonista de dertos hechos de sangre acaecidos dos meses despues en Canaria, cuando el alcalde de ese pueblo:" ... hizo arquear ellibro de caja con el expulsado de Huancapi, el tinterillo XX ... expulsado por el viril pueblo de Huancapi el dia 13 de julio del presente af\.o". (Castillo 1972: An.54). •

Un af\.o antes, los campesinos de Pomacocha (Cangallo), se ha­bian opuesto con exito a Ia instalacion de un puesto policial en su comu­nidad, destruyendo el local en construcdon y forzando a retirarse al destacamento enviado al Iugar, expulsado finalmente el 8 de julio de 1968 (Castillo 1972: An.13).

, 1969, la lucha por la gratuidad de la ensefianza 87

Es notoria Ia frecuenda con que el adjetivo foraneo aparece como causal de repudio. No s6lo en los pueblos medianos. Tambien en el mitin del 13 de junio, primera gran concentradon de masas que se realiza en Huamanga durante el movimiento por Ia gratuidad, el prcsidente del Frente de Defensa del Pueblo, profesor Maximo Gir­denas, lee una plataforma en Ia que tres de seis puntos tiene que ver con expulsiones:

1. Libertad de los detenidos 2. Sandon y expulsion de Ia dudad del comandante Nufiez y del

Mayor Garcia. 3. Responsabilizar(los) porIa vida de Mariano Maccerhua, [es­

tudiante herido]. 4. Expulsion de Ia dudad del Sr. Manuel Prospero Nufiez, direc-

tor del periodico "Paladin". · 5. Derogatoria del DS 006 . 6. Retiro y salida inmediata de 1a dudad, del prefecto del de­

partamento de Ayacucho. (Alarcon Tipe 1976:11, subrayados nuestros).

Los rcductos del viejo poder aparecen asediados tanto por los cam­pesinos y los habitantes de los pueblos y dudades de Ia region, como por una nueva elite en formadon, en Ia que abogados y maestros jue­gan un papel importante. Esa elite, progresista y regionalista, tiene en Ia universidad reabierta un punto de referenda y de apoyo. Su nu­clco mas cohesionado esta constituido por Ia "fracdon roja" que diri­gia Abimael Guzman, pero de ninguna manera se agota en el. Perso­najes independientes o miembros de otros grupos politicos juegan en esos af\.os un papel destacado.

Pero quisieramos llamar Ia atencion sobre una diferencia entre las capas populares y el nucleo mas politizado de esa elite. Es derto que el Estado aparece casi como un poder colonial extranjero, porque a diferencia de lo que comenzaba a suceder en algunas otras regiones del pais, en Ayacucho toma por lo general partido por los viejos poderes locales. Pero en las capas populares el rechazo al Estado no parece ser absoluto. Documentos y acdones de las organizaciones populares en esos af\.os muestran gran insistencia en presentarse ante el Estado

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como interlocutores altemativos a los poderes locales. Si antes busca­ron un "pacto colonial" con la Corona espanola o el Estado republi­cano, para contrarrestar a esos podcres locales, podria dccirse que esta vez buscan un nuevo "pacto modemo", en cuyo vertice se esboza una demanda de ciudadania. En otras palabras, si bien rcchazan la cara represiva y "colonial" del Estado, no parecen rechazar con igual intensidad al "Estado benefactor''21. De otra forma no se explica el impetu por la educacion escolar, ni las migraciones a la capital, ni su comportamiento en la propia coyuntura de 1969, donde tambien hubo Iugar para la negociacion. A los hechos ya expuestos en el capitulo IV, que pueden ser leidos desde esta optica22, afiadamos un ultimo ejemplo a manera de epflogo. En el ya citado memorial que la Aso­ciacion de Campesinos de Huanta dirige en julio de 1969 al ministro del Interior, se pide:

"Que se de fin inmediato a Ia persecusi6n que se agudiza poniendo como fugitivos a todos los estudiantes y campesinos. Solicitamos garantfas, que se ponga fin a! allanamiento de las casas, a! abuso de las autoridades con el pretexto de movi!izaci6n, a las torturas (se castiga a! campesinado hasta hacerlos vomitar sangre), a Ia viola­cion de nifias campesinas por parte de los investigadores y Ia policia que se aprovechan de las circunstancias emborrachandose y armando grandes escandalos ... desfogando su ira acumulada contra el campe­sino de esta forma, para Ia que no tenemos todavfa calificativo; para quienes pedimos que se le someta a Ia justicia abril~ndose su correspondiente instructiva a estos jefes policiales y de Ia PIP que son los que consumaron Ia masacre y los responsables de ella. Pe­dimos la indemnizaci6n de nuestros deudos y heridos ... " (Castillo 1972:An.48).

Mientras la represion asume ribetes de "castigo ejemplarizador", la flexibilidad se advierte mas por el lado popular. Los campcsinos

21 Habria que preguntarse en que medida el tono tan virulento de los co­municados de Canaria y Huancap1 expresa solo el humor de los redactores

- (l,tal vez asesores militantes o simpatizantes del PCP?) o el de la mayorfa de la poblaci6n. Dilucidarlo escapa a los marcos de nuestro trabajo.

22 Tanto e! Frente de Defensa como la Sociedad de Artesanos y Obreros "9 de Diciembre" envfan memoriales al presidente y en plena huelga los padres de familia huantinos dialogan con los representantes del Ministerio de Educaci6n (cap.IV).

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia ensef\anza 89

exigen garantfas y reclaman derechos. Buscan la negociacion. Pero pa­ra el Estado los campesinos eran entonces (y en buena medida siguen siendolo) legalmente inexistentes. Fernando Eguren seii.ala que en 1964 el Ministerio de Trabajo tenia registrados tan solo cinco gremios serranos sobre un total de 255 organizaciones campesinas reconocidas. En esos terminos, como bien dice Eguren (1988:128): " ... toda reivindi­cacion tenia que darse como una confrontacion".

4. Leviatan sanguinario

Por su parte, el sector mas politizado y organizado de la nueva elite, es decir, aquel que se nucleaba en la "fraccion roja" del PCP-BR, re­coge en un principio ambos sentimicntos: tanto el rcchazo a los que hcmos llamado aspectos coloniales del Estado, como Ia voluntad de convertirse en interlocutor altemativo. Por ejemplo, dcsde el comien­zo mismo del movimiento, el Frente de Defensa en el que influyen realiza gestiones ante autoridades y respeta mcticulosamente las instancias legales. Pero la ideologizaci6n maoista con su enfasis en la "guerra popular" para la destruccion del Estado, los lleva a poten­ciar el rcchazo que con el ticmpo se convierte para ellos en rotundo y absoluto. Algunos indicios de esa absolutizacion se advierten ya en esosafios.

La cronica de Narraci6n, por ejemplo, que recoge el estado de ani­mo de la "fraccion roja", relata como pocos dias antes del levanta­miento popular una comision viaja a Lima: "a informar sobre los mo­vimientos de Huanta" con documentos que: "revelan nombres de din­gentes populares y estudiantiles que participaban en Ia lucha" (cap. IV). Es evidente que en tanto el movimiento se desarrollaba abierta­mente, con huelgas, marchas e incluso negociaciones publicas con re­presentantes del Estado, no era necesario que una comisi6n tuviera que viajar a Lima para "revelar nombres de dirigentes". Pero la cita re­vela una actitud que enfatiza la necesidad de protegerse de "dela­tores" capaces de descubrirlos frente al poder centraJ23.

23 lEn que medida el accionar actual de SL, su cerrado clandestinismo sus amenazas y "ajusticiamientos" de autoridades y representantes estatales no encuentran una de sus rafces en esa actitud yen ese clima?

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Esa necesidad de cerrazon estaria justificada frente a un Estado no s6lo lejano y extemo, sino especialmente feroz. Asi, en el lenguaje especialmente rudo de la elite radical que poco despues iba a confor­mar el PCP-SL, Rafael Alarcon Tipe (1976:17-8) reserva sus peores adjetivos para los cuerpos especializados en la represion de la protes­ta civil: " ... sanguinarios a sueldo y sin espiritu de compasion ... pe­rros policias, que hicieron su matanza a siniestra y diestra y sorpren­dio al pueblo desarmado ... "

Pero tanto para la vanguardia mas politizada como para las or­ganizaciones populares en las cuales esta influye, la muerte por lo gen~ral llega de fuera, espedficamente de Lima, sede del poder cen­tral, rodeada de un aura de maldad y horror: "Los perros policias de la pasta verde (sic), amaestrados en los cuarteles de Lima", afirma Alarcon Tipe (1~76:2) en otro momento de su perorata contra los sin­chis. Y la Federacion de Barrios de Ayacucho, en un comunicado del 10 de julio de 1969 exigiendo la libertad de los detenidos por los suce­sos del mes anterior, asegura que: "todos los presos se encuentran ahora presas de las peores torturas en Ia siniestras carceles de Lima" (Castillo 1972:An.43).

Dedamos que en ciertos aspectos Ayacucho pareciera ubicarse en un plano aparte, que existiera practicamente sin intersectarse con el resto del pais. Pero cuando lo hace, como en junio de 1969, nose pro­duce un mero encuentro sino una violenta colision. Es sintomatico que tanto el movimiento por la gratuidad de la ensefianza en 1969 como el estallido de la guerra senderista en 1980, hayan tornado al pais por sorpresa en tanto se produjeron a contracorriente de la tendencia nacio­nal, practicamente en oposicion frontal a ella. En junio de 1969 el go­bierno de las Fuerzas Armadas se aproximaba a Ia cuspide de su popu­laridad y despertaba crecientes expectativas. En 1980 se regresaba a un regimen democratico con las mas altas tasas de participacion electoral del siglo. En ambas ocasiones Ayacucho fue un baldaw de agua fria. lAnunciando el futuro que pugnaba por nacer o el pasado que se resistia a morir? Ambas cosas. La evolucion capitalista del pais es particularmente desgarradora, pasado y futuro se entremez­clan, avances y retrocesos se suceden. Y esos desgarramientos se exa­cerban en Ayacucho, que pareciera destinado a pronosticar, a inicios

1969, Ia lucha porIa gratuidad de Ia ensefl.anza 91

de cada ciclo politico expansivo, lo que pudiera ser el futuro si la expansion se bloquea y el pais retrocede, que es lo que ha sucedido en ambas ocasiones.

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TERCERA PARTE

Los actores sociales

Yo no quiero ser el hombre que se ahogue en su llanto

de rodillas hecho llagas que se postre al tirano

Ranulfo Fuentes (Elhombre)

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CAPITULO VI

Del campo y la ciudad

En la decada de 1960, Ayacucho parece un extrafto crisol donde se funde lo mas arcaico y lo mas nuevo. A la combiflil.cion de lucha por educacion y progreso en una zona donde aun sobrevivian relaciones serviles, se aftade en 1969 la vinculacion del campesinado, clasico actor social de una region como esa, con nuevos acto res que reci{m van a dejar sentir el impacto de su presencia a nivel nacional una decada despues; las poblaciones urbano-populares, las mujeres y los jovenes. En otros contextos, los dos primeros tenian larga presencia en la esce­na regional. No asi los adolescentes secundarios, muchos de ellos ru­rales o semiurbanos, que van a ser la punta de lanza de la lucha por la gratuidad de la enseftanza. Pero en la cronica de los sucesos (cap.IV), se advierte rapidamente que la participacion campesina en el mo­vimiento distingue a Huanta, mientras que la urbano-popular carac­teriza a Huamanga. Antes de explayamos en el comportamiento de cada actor social, digamos entonces algunas palabras sobre el perfil social de ambas provincias, solo las necesarias para entender mejor esa tajante diferencia.

[95)

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1. Wallpa sua24 vs. mataobispos

Vecinas y rivales, Huanta y Huarnanga son las dos provincias mas importantes del norte o "nucleo historico" de Ia region, y sus capitales son los centros urbanos mas poblados del departamento. Am­bas ciudades fueron fundadas por los espafioles en el S.XVI, pero mien­tras Ayacucho guarda memoria de su abolengo desde el momento mis­mo de su nacimiento como San Joan de la Frontera de Guamanga, Huan­ta no recuerda la fecha exacta de su fundacion, pues el Cabildo fue incendiado por los campesinos iquichanos sublevados en 1827, perdien­dose los archivos (Quispe 1983).

Ambas ciudades fueron hasta hace poco los principales centros de residencia de los terratenientes de Ia region. Pero Ayacucho cuenta, ademas, con las 33 iglesias, los tantos monasterios y casonas como testimonios de su dieciochesco esplendor. Hasta mediados de este siglo, Huanta era todavia, en h~rminos estrictos, una villa; Ayacucho una ciudad con el cuadruple de habitantes que su vecina (vease: cuadro 5). Mas Huanta compensa su menor prosapia con el mayor verdor de su campifia, que le vale el sobrenombre de "Esmeralda de los Andes" ... y con su tradicion de revoltosa. El 3 de noviembre de 1882 fue muerto en su Plaza de Armas el obispo de Huamanga, que intentaba mediar en un conflicto. Desde entonces Haman en Huamanga a los huantinos "mataobispos". Fermin, huantino que estudiaba en San Cristobal durante los sucesos del 69, se refiere con orgullo a ambas caracteristicas. Dice sobre el paisaje:

"Cuando nos menospreciaban, huantinos que por aca, que por alia, no lo sentiamos. Notabamos mas bien los contrastes de rccursos i_no?. En Huanta jamas nos falta el agua, las frutas estan en las inmedia­ciones ... y nuestras casas promedio tienen jardines. En Ayacucho estabamos casi en ambientes tugurizados, alquilando cuartitos, comiendo en pensiones, y no habia d6nde ir a pasear. Los hua­manguinos como viviran, dcciamos i_no?

24 Wallpa sua, sobrcnombre de los huamanguinos, significa litcralmcnte "ladr6n de gallinas". Pero alude tambicn, como puede sospecharse, a aisuien enamorador. Tambien evoca al zorro, wallpa sua por excelencia. Pero, OJO, en las fabulas andinas el zorro tiende a ser el perdedor.

Los acto res socialcs 97

Y sobre Ia Semana Santa Huarnanguina, cuando esa era todavia Ia ocasion en que el poder regional exhibia todas sus galas, Fermin recuerda que cuando era secundario:

"Nosotros ibamos a A yacucho en Semana Santa a pasearnos en caravana y nos sorprendia ese boato, me parecia fuera de epoca i_no?, porque nuestros profesores [del Vigil) nos hablab?n pues ?e la Rcvoluci6n Francesa y esas cosas... Entonces vemamos aca por ejemplo y veiamos que pasaban los nuevos v~cales de Ia_ Cort.~, con esos fracs, con esos tongos especiales ... y nos matabamos de nsa ....

Cabe aclarar que, a su vez, los huarnanguinos se reian tambien de sus vecinos nortefios, llamando a cualquier desproposito "hua"~ti­nada". Pero calmadas las risas, podemos imaginar que, salvando las distancias, a nivel regional, la ciudad de Ayacucho vivio la mis~ situacion ambigua que el virreinato del Peru en el contexto sudamen­cane: la concentracion de senores y ch~rigos le otorgaba poder, pero bloqueaba sus posibilidades de renovacion.

Por un cumulo de circunstancias, Huanta logro escapar en parte al asfixiante peso sefiorial. Para comenzar, si bien las dos provincias fo~­maban parte de ese "mar de haciendas" del que nos hablaba Urrutia (cap.I), los bajios del valle de Huanta fueron considerados desde la Colonia "tierras de realengo". Ademas, por un Iento proceso de des­membramiento de las haciendas originales, el resto del valle se con­virtio tempranamente en zona don de predominaban los pequefios y me­dia nos propietarios, mientras que en las la_deras mas altas s~ asenta­ban las comunidades y las haciendas mas grandes, (U_rrutia 1~81). Desde fines del siglo pasado, en el valle se desarrollo c1erta agncul­tura comercial: vid, cafia para fabricar aguardiente y chancaca. Por ultimo, los agricultores de Huanta entraron mas temprano en contacto con la selva del Apurimac, mas cercana. Todo eso produjo ya desde principios de siglo fracturas en la clase terrateni~nte,_ entr~ ~ectores mas innovadores y otros mas tradicionales. A mvel ldeologiCO, por otro lado, se advierte de la segunda mitad del siglo pasado un dim~ anticlerical entre ciertos sectores y, desde principios del presente Sl­glo, el surgirniento de nucleos intelectuales progresistas que van a crear tradicion en la provincia (vease: Coronel 1983, 1984; Vergara 1983).

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Ello no quiere decir que en Ayacucho no haya habido intentos "mo­demizadores" 0 nucleos intelectuales importantes en el presente si­glo. Uno de los muchos vados en Ia historia regionales precisamente la historia de sus grupos intelectuales. En el caso especifico de Ayacu­cho, poco se ha dicho sobre aquellos intelectuales ligados en los afios 30 a la revista Huamanga, ni sobre los que en los afios 40-50 encabeza­ron la lucha por la reapertura de la universidad25. Pero tambien es cierto que hasta mediados de siglo seguia siendo bastion de la ideolo­gia conservadora en la region, rodeada de latifundios en descompo­sicion, sin ningun nucleo agricola sinificativamente dinamico en sus al­rededores. Fue con Ia reapertura de la universidad, que Ia ciudad de Ayacucho se dinamizo y se vio reforzada con contingcntcs intclcctua­les llegados de todo el pais.

2. Campo vs. ciudad

Su feraz campifia le resulto a Huanta un arma de doble filo. En Ayacucho existia desde tiempos coloniales un ambiguo colchon social urbano compuesto por artesanos, arrieros y pequefios comerciantes. Huanta, por el contrario, aparecia mas desguarnecida, rodeada de un mar campesino y sin murallas sociales urbanas como las de Ayacucho, en cuyos alrededores, ademas, no existian nucleos campesinos impor­tantes, y menos tan singulares como los iquichanos26.

En provincias de superficie semejante y con un volumen de pobla­ci6n rural mas o menos similar, los habitantes de la ciudad de Ayacu-

25 En Ia introduccion al libro Huamanga, una larga historia (Morote Best compilador, 1974:15-30) se mencionan una serie de trabajos sobre Ia region, realizados por ayacuchanos. En el Libro Jubilar en homenaje al Tricentenario de Ia Universidad (UNSCH 1977; cap. IV) se hace mendon a los muchos intelectuales ayacuchanos que impulsaron Ia reapertura.

26 En las alturas que separan el valle de Huanta del distrito de Tambo (La Mar), al este, y de Ia selva del Apurimac; a! noreste (vease: mapa 1) se ubican un con junto de comunidades que comparten aun hoy una identidad etni­ca; los iquichanos. Ellos ocupan al parecer ese territorio dEsde antes de Ia de­rrota de 1a Confederacion Chanka a manos de los incas (S.XV), sin haber sido interferidos por las incrustraciones de mitimaes que alteraron profundamente el mapa etnico regional luego de Ia victoria cusquei'\a. Famosos por su belico-

T Los adores sociales 99

cho constituian el 28.6% de Ia poblacion total de Ia provincia de Huamanga en 1961, mientras que Ia poblacion de Ia ciudad de Huanta no llegaba al 10% del total provincial (cuadro 5). Estas cifras refle­jan los distintos pesos relativos de ciudad y campo en ambas provin­cias y ayudan a explicar el por que de Ia presencia campesina en Huanta y urbano-popular en Huamanga en 1969.

En Huanta la contradiccion campesinado-poderes locales se super­pone asi, en buena medida, con aquella otra que enfrenta al campo con Ia ciudad. De alguna manera, Ia ciudad aparece mucho mas inmedia­ta y descamadamente como el simbolo del poder gamonal. Para corro­borarlo estaria el comportamiento historico del campesinado hu~ti­no, especialmente el iquichano, que asolo intermitentemente la capi­tal de Ia provincia durante el S.XIX. A partir de esas experiencias, se ha ido conformando en la ciudad una memoria historica que mag­nifica el peligro de los campesinos de altura, que parecerian capaces de ejercer una violencia feroz e indiscriminada27. Aun en la epoca del movimiento por la gratuidad de Ia ensefianza, los habitantes de Ia ciudad tcndian a tratar a los campesinos como:

" ... indio, chuto, llaqta allqo, chararuna. . . y no pocas veces, en una aparente legitimacion de su humillante situacion [en el campesino] les hace reverencia con el trato de papay" (Castillo 1972:115).

Eso explicaria la escasa participaci6n en Huanta de los sectores urbanos en las movilizaciones de junio, a diferencia de lo sucedido en

sidad y su tendencia a replegarse sobre sf mismos, los iquichanos fueron Ia punta de Ianza de las asonadas contra Ia ciudad de Huanta, por lo c~m~n en alianza con terratenientes enfrentados al poder central. En 1983 los Jqmcha­nos concitaron la atencion nacional por Ia masacre de ocho periodistas en Uchuraccay, una de sus comunidades integrantes, en un confuso incidente que tuvo Iugar en medio de los enfrentamientos entre Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas, sobre cuya responsabilidad en Ia masacre a punta~ muchos indicios. Hoy, varias comunidades iquichanas, entre elias Ia proJ?1a Uchu­raccay, practicamente han desaparecido, arrasadas porIa "guerra sucia .

27 Incluso un autor radical y favorable al campesinado como Castillo (op.cit.:114), comparte esta version. Refiriendose a Ia actuaci6n de los iqui­chanos en el S.XlX, eJ. afirma que: "para ellos ... no hubo diferenciacion entre

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J:Iuamanga .. Para decirlo en palabras de Abelardo, dirigente campc­smo entreVIstado por Castillo (1972:An.56): "solo unos pocos veian c?n cari.~o el movimiento; pero los mas con desprecio, asi decian: estos smverguenzas, borregos, chacras, seccos, estupidos, tal por cual. .. "

Por su parte, el comportamiento campesino durante el movimicn­to de 1969 no encaja en absoluto en los prejuicios urbanos. Por ejemplo, el subprefecto tornado de rehen no sufre dafi.os fisicos. Y el dia del es­tallido, Ia violencia campesina se dirige solo contra los simbolos de Ia represion estatal y, a lo mas: "contra comerciantes ... marcados co­mo las sanguijuelas de los campesinos, o apedrean las casas de ciertas autoridades o funcionarios estatales". (Castillo 1972:116).

Ha~ que tener en c_uenta, adcmas, que ese dia culmina un importan­te camb10 que se vema gestando en Ia provincia desde ticmpo atras. Ese doming~ ~2 de ju~io los campesinos de las alturas, los chutos iqui­cha~os,. tradtctonales mvasores de Huanta en el siglo anterior, son mi­nona y juegan un papcl secundario. Como signo de los nucvos tiempos, los que toman Ia ciudad son principalmente los campesinos del valle, los pequefi.os propietarios mas orientados al mercado, que eran los que tenian hijos en secundaria.

pobr~ ,Y r_i~os ... Se arras6 con todo: se victim6 gentes, sc rob6, se incendi6, etc., sm dJstmciOn de edades y sin distinci6n de clases". Esta vision ha sido matizada fuertemente por Patrick Husson (1986:153-168) que ofrece. pruebas de una rcalidad distinta. Asf por cjemplo, entre el 12 y el 29 de !'?VIembre _de 1827. los iquichanos ocuparon Huanta. Una parte de Ia ~oblac.~on se hab1a refug~ado, en Ayacuc,ho a.ntcs de Ia .cafda de Ia ciudad.

ero, parece que Ia mayona se qucdo... sm haber s1do particularmente molestada o atemorizada por la presencia iquichana". El 27 de sctiembre de !896, Huanta ~s nuevamente ocupada por los campesinos c[ue se limitan a!: saqueo sel~chvo de algunas. ~asas y edificios publicos". Por e1 contrario, en

ambas ocas10nes, es Ia reacCion estatal Ia que tiene caractcr indiscriminado. En 1827: " .. .los pue?Ios de lquich.a, Carhuaran y Huallas fueron incendiados, el ganado fue confiscado, las muJercs y los nifios de los insurrectos llcvados presos a Huanta". En 1828, Ia contraofensiva estatal: "tom6 Ia forma de una campafia de extermi~io contra los iqui~hanos". E~ 1~%: "muchos campcsinos fu.eron matado~, segun el famoso metodo del qumtado', que consistfa en almear la poblac10n de un pueblo, fusilando una de cada cinco personas".

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Los actorcs sociales 101

4. Iquichanos vs. Morochucos

No es ese el unico cambio que el movimiento sella en las correlaciones de fuerzas regionales. Que Huanta y Huamanga se hayan visto in­volucradas en un mismo combate es tambien una importante novedad. Porque en Ia region, el eje Huanta-La Mar estuvo tradicionalmente enfrentado al eje Huamanga-Cangallo. Cada vez que los iquichanos tomaron Huanta y amagaron Huamanga, los huamanguinos recurrie­ron a los morochucos de Cangallo para Ia defensa de Ia capital depar­tamental. Eran tiempos en que los campesinos aparecian con frecuen­cia subordinados en alianzas con diversas fracciones dominantes. Durante Ia rebclion de 1826-28, por ejemplo, los iquichanos se aliaron con algunos espafi.oles realistas derrotados en Ayacucho. Setenta ai'ios mas tarde, durante Ia rebclion contra el impuesto a Ia sal, coinci­dieron con Miguel Elias Laz6n, caudillo cacerista y el terrateniente tradicional mas importante de Ia zona. Patrick Husson (1986: 167) ha explicado bien las razones campcsinas. En ambas ocasiones se alinean con los sectores mas conservadores porque evaluan politicamente que los "discursos liberales, proclamaciones de reformas, proyectos de transformacion de Ia sociedad", pregonados por los nuevos sectores, podian tcrminar profundizando su explotacion y su pobreza.

A diferencia de lo que sostuvo Ia version oficial de los sucesos de 1969, que parecia inspirada en Ia vieja imagen del campesinado huan­tino manipulado por facciones terratenientes, esa vez Ia dinamica fue totalmente diferente. La misma defensa de los intereses campesinos pasaba en 1969 por una alianza con sectores de pequei'ia burguesia ra­dicalizada. Castillo (op.cit.: 117-18) saluda el cambio: " ... como casi nunca, estas provincias, olvidando el amargo recuerdo de sus viejas Iuchas tribales, del enfrentamiento a que las llevo el caciquismo ... se van a dar un abrazo solidario ... ".

Veamos, ahora si en mayor detalle, como se comportan los dife­rentes actores sociales en las provincias que sedan ese abrazo.

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1. La lucha por Ia tierra

CAPITULO VII

Los campesinos

Desde los sangrientos levantamientos de 1923 en Ia provincia de La Mar, nose habia producido en Ayacucho un movimiento campesino que amenazara alguna capital provincial. En los af\.os mas intensos de lucha campesina a nivel nacional (1956-1964), el departamento no aparece entre las principales zonas de confrontacion. En una cronolo­gia del movimiento campesino de esos af\.os, Virginia Guzman y Virgi­nia Vargas (1981) registran 837 hechos. Ayacucho solo aparece men­cionado en 35 oportunidades: 4.2% del total. Las cifras estan, por cier­to, subestimadas. Pero tambiE~n es verdad que por esos af\.os Ia movili­zacion rural en Ayacucho parece haber sido de menor envergadura que en otras regiones como Cusco, Ia sierra central (Junin y Pasco), las haciendas azucareras de costa norte (La Libertad y Lambayeque) o los propios valles del departamento de Lima, que aparecen con mayor frecuencia en Ia cronologia de Guzman y Vargas. Por nuestra parte, he­mos preparado una cronologia -tampoco exhaustiva- de movirnientos campesinos en Ayacucho entre 1948 y 1969 (vease: Apendice 2). He­mos agrupado los 49 acontecimientos alii registrados de Ia forma en que aparecen en el cuadro 6.

El movirniento de Pomacocha (Cangallo), antiguo latifundio per­teneciente a las monjas del convento de Santa Clara, destaca en pri­mer plano como Ia mas importante lucha por Ia tierra en Ia region. Vale Ia pena resei'\.arlo brevemente, porque ademas condensa un con jun­to de rasgos que caracterizan al movimiento campesino regional, y por ser Pornacocha un bastion politico de PCP Bandera Roja hasta los af\.os 70.

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En las 6,200 has. de Ia hacienda habitaban alrededor de 6 mil personas agrupadas en 1162 familias sujetas a las formas mas abyec­tas de servidumbre (Diaz Martinez 1969:154-6). A partir de 1942, los campesinos comenzaron a elevar memoriales al Ministerio de Trabajo y Asuntos Indigenas. En 1946 el diputado por Cangallo, Romulo Pa­checo, presento un proyecto de ley pidiendo la expropiacion de la ha­cienda, mientras que en la comunidad se formaba una "Sociedad Pro­tectora de Auxilios Mutuos", que envio nuevos memoriales al presiden­te solicitando tambien la expropiacion (Ortiz 1968:58).Durante la dic­tadura de Odria el movimiento entro en receso. Resurgio en 1956, cuan­do Ia expropiacion vuelve a plantearse en el Parlamento, pero sin lie­gar a concretarse. Segun sefi.ala un documento de los propios campe­sinos de Pornacocha:

"Estos continuos movimientos sin direcci6n iban madurando hasta que los hijos residentes en la capitalllegan a vincularse con la glorio­sa organizaci6n y central maxima de los trabajadores del campo, la Confederaci6n Campesina del Peru" (Castillo 1972: An.14).

En efecto, en 1959 se funda en Lima el "Centro Union Progresista de Pomacocha". Los residentes en la capital entran en contacto con la CCP, que envia una delegacion a Pomacocha y el 31 de enero de 1960 forman la "Union Campesina de Pornacocha"28. Los campesinos dejan de pagar arriendos y de prestar servicios gratuitos. Finalmente, el 12 de octubre de 1961 recuperan sus tierras que defenderan, por vias legales y por medio de la autodefensa, a lo largo de toda la decada. En 1964 y otra vez en 1968, expulsan destacamentos de la Guardia Ci­vil, impidiendo la segunda vez Ia construccion de un puesto policial (Castillo ibid; Ortiz 1968:70). Durante los afi.os 70 Pornacocha apa­rece como una suerte de "zona liberada", replegada sobre si misma, casi inaccesible pant los foraneos. Esa tendencia coexistia, sin embar­go, con Ia instalacion de nuevos centros educativos (vease: cap. II) y con Ia presencia del PCP-BR en la zona.

28 En la CCP, fundada en 1948, tenia fuerte influencia el PCP. Cuando este se divide en 1964, el trabajo campesino queda en manos del sector prochino: PeP-Bandera Roja.

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En el resto de hechos registrados en nuestra cronologia, sobresalen dos tendencias contradictorias. Por un lado, sorprende el alto porcen­taje de menciones que corresponden a enfrentamientos entre campesi­nos: 14.3%. A nivel nacional, tal vez una de las novedades mas signifi­cativas en esos afi.os fuera que, conforme se intensificaba la lucha con­tra terratenientes y poderes locales, disminuian los enfrentamientos entre campesinos. Pero tal no parece haber sido el caso en Ayacucho pues en el periodo 1826-1900, del total de juicios que involucraban a comunidades, los enfrentamientos intercomunales constituian el 13.5% (Urrutia et al. 1988:431), proporcion incluso menor que Ia que encontramos en el periodo 1956-64.

Notorio, por otro lado, es el alto numero de menciones a eventos promovidos por la Confederacion Campesina del Peru (CCP), lo cual revela un intenso trabajo de organizacion. Otra vez, Pomacocha apa­rece como el punto inicial y pivote para la organizacion campesina en la region (Apendice 2). Pero las federaciones que se crean por esos afi.os dan la impresion de haber sido forjadas casi a pulso por los mili­tantes del PCP. No parecieran tener Ia vitalidad desbordante de otras fundadas por la misma cpoca en diferentes partes del pais. Sal­vo en Pomacocha, luego de sus eventos constitutivos las federaciones no promueven ni estan presentes en acciones importantes. Resulta muy revelador, al respecto, que en los viajes que realiza por Ayacucho en­tre 1965 y 1968, plasrnados en su libro Ayacucho, hambre y esperanza, Antonio Diaz Martinez no mencione este tipo de organizaciones29. Si hubiera recorrido el Cusco, por ejemplo, no hubiera podido dejar de hacerlo.

Este perfil relativamente bajo de la lucha campesina por la tie­rra tiene que ver con la evolucion del sistema terrateniente en Aya­cucho, cuyo analisis en profundidad trasciende los marcos de este es­tudio. A lo anotado en el capitulo I, afi.adiremos solamente que ya desde las primeras decadas del presente siglo se advierten procesos como el abandono, Ia fragmentacion y I o venta de haciendas, o partes de elias. En varios casos, esto se produce luego de fracasados intentos

29 Salvo el caso de una pcqucfia federaci6n nacida en Tambo (La Mar), al calor de la lucha contra el pago de predios rusticos (Dfaz Martinez 1%9 :230).

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de modemizaci6~30- En una p~mera etapa, los compradores son princi­palme~te comercta~tes y func10narios. Pero a partir de 1940, colonos y comumdades conuenzan a adquirir tambien tierras de haciendas con el car:ital obtenido a tr~~e~ de Ia venta de ganado. Y si al principio accedtan a terrenos p.enfencos, luego adquieren incluso fundos ente­ros31.

Asi, comuneros y colonos no tienen que recurrir a Ia "lucha direc­t~" co~ d~masiada frecuencia, en tanto Ia recuperaci6n de tierras se d10 pnnc1palmente a traves de "una lenta y sostenida invasi6n.,.com­pra de lo~ territorios de haciendas tradicionales" (Urrutia et al. 1~88:463; _vease. !ambien: Tapia 1968). El foco guerrillero que el Ejer­Cito de L1beracwn N~cio~al encendi6 brevemente en Ia provincia de La M~r en 1965 con_tnbuyo a esa tendencia, en tanto luego del asesina­to alb del terratemente Carrillo a manos de Ia guerrilla se aceler6 el abandono de tierras por parte de los hacendados. En e~e contexto ~~~ monjas del ~onve_nto de Santa Clara constituyen casi una exce~ Cion. Po~emos 1magmarlas: ultramontanas, propietarias ausentistas con sus herras en rnanos de mayordomos que les enviaban rentas, aje­nas a ~as leye~ del mercado y a los signos de los tiempos y, tal vez por eso_mismo, dtspuestas a presentar una resistencia tan tcrca a los cam­pesmos de Pornacocha.

30 En~re los varios fracasos, Urrutia et al. (1988:463-4) mencionan el caso de la ~aCienda Cangari, en Huanta. Diaz Martinez (1969-71) hace referenda ala hacienda Allpachaka (Huamanga), antes de su compra por la UNSCH.

31 Por lo general, las compras son realizadas colectivamente por grupos d~ colonos, pero el usufructo posterior es individual. Los ex-feudatarios se con­vterten. en pequei\os propietarios independientes, en ocasiones agrupados en comumda?es. Pero: a veces, campesinos se convierten en pequei\os hacen­dados.- Dtaz Martmez menciona el caso de una parte de la hacienda Orcastt~s (Huamanga), comparada por: "un campesino mestizo aculturado, c?mercJa~t~ l~ga~ei\o, casi analfa~to, h?Y alc~lde del pueblo", que tiene s1ete famthas md1genas a su servtcto baJo el regimen de "colonato-servil". (196~:43);_ Y el d~ l_a hacienda Asangaro (Huanta). donde "el actual prop1etano es u_n md1gena muy trabajador que ha ascendido dentro de la act~a.l escala soc1~l. .. ya que constituye un pequei\o hacendado" que tiene tres famthas que trabaJan con el en calidad de aparceros (op cit.:198-9).

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La poca intensidad de Ia lucha por Ia tierra no significaba, de nin­guna manera, que Ia explotaci6n y Ia opresi6n hubieran desaparecido del campo ayacuchano, ni que el movimiento de junio de 1969 fuera un trueno en cielo sereno. Podriamos hablar de una suerte de "conflicto de baja intensidad", sordo pero constante, que atravesaba el campo ayacuchano. Incluso Ia compra-venta de haciendas se realizaba en un clima cargado de contradicciones, con frecuencia luego de prolongadas disputas locales, que podian rebasar con facilidad los marcos legales y desembocar en actos violencia tambien muy Iocalizados32. Como sus­cintamente anotan Urrutia et al. (1988:462): "si bien cada movimien­to es aislado de los otros y no existe un movimicnto masivo simulta­neo, Ia lucha adquiere un nivel nunca antes existente en Ia region". La tendencia se acenrua, segun ellos, a inicios de Ia decada de 1960.

Mas al sur, en las actuales provincias de Cangallo, Victor Fajar­do y Huancasancos, en las cuencas del Pampas y el Ccaracha (veanse: mapas 1 y 2), si bien los campesinos no invaden muchas haciendas, rccuperan cofradias: pastizales y ganados consagrados a alg{Jn santo y entregados de esta forma a Ia iglesia. Asi, a inicios de Ia decada de 1960 Ia comunidad de Huancasancos recuper6 inmensos pastizales con 5 mil ovinos y 200 vacunos pcrtenecientes a Ia cofradia de Ia Virgen de Ia 0, patrona del pueblo. Hasta entonces, el Obispado de Aya­cucho recibia el 50% de todos los beneficios que producia Ia cofradia (Gonzalez, 1982). Poco despues, Ia comunidad de Chuschi (Cangallo), recuper6 tambien pastos y ganados de cofradias (Isbell, 1985, 1988).

2. El conflicto con los poderes locales

Otro tipo de enfrentamientos cobra tambien en esos anos nuevos brios. Son los que en nuestra cronologia aparecen como movimientos "contra

32 En la provincia de Huamanga tenemos ejemplos de estos micro­conflictos, entre otros muchos lugares, en Rancas (Urrutia et al. 1988:462), en Yanayacu, distrito de Socos (Camborda 1981, cap. III). Pero es Diaz Martinez (1969) quiert ofrece mas ejemplos: en Pacaicasa (p.44), en Huascaura (p.63), en Totorilla (p.76), en Ccaccamarca, distrito de Ocros (p.169), en el mismo distri­to el caso de la comunidad de Concepcion contra la hacienda Ayrabamba (p.172). Tambien da ejemplos de la provincia de Huanta: en Chupis (p.201), en la Vega, distrito de Huamanguilla (p.208).

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decisiones del gobierno nacional o gobiernos locales". Este tipo de con­frontacion tiene larga tradicion en Ia region, tanto en el campo como en Ia ciudad, y ha quedado grabado de diferentcs formas en Ia conciencia regional. En Chuschi, por ejemplo, durante las celebracio­nes anuales del Yarqa Aspiy (limpiacequia):

"Danzantes representaban un acontecimiento veridico durante el cual un cura y un guardia civil dispararon contra Ia multitud en el mercado durante una fiesta-borrachera de cumpleafios del cura. Los campesinos atacaron la casa parroquial y capturaron al cura y a miembros de Ia Guardia Civil, que fueron obligados a caminar ata­dos y descalzos 120 kms. hasta la capital departamental y entre­gados al Prefecto. El cura y el capitan fueron inmortalizados como personajes infames pero c6micos en una parodia que se habfa con­vertido en parte integral del rito anual de fertilidad que daba inicio al afio agricola". (lsbell1988:6-7).

En los dos movimientos campesinos mas importantes del siglo pa­sado, los iquichanos de Huanta se levantaron precisamente contra decisiones el Estado peruano. La primera vez, entre 1827 y 1838, con­tra su decision primigenia: Ia de constituirse en Estado independiente (los iquichanos se alinearon con el bando realista despues de Ia bata­lla de Ayacucho). La segunda, en 1896, contra nuevos impuestos a Ia sal. Incluso el movimiento mas importante de Ia primera mitad del presente siglo, el de los campesinos de La Mar en 1923, estuvo segun Urrutia et al. (1988:453) dirigido: "contra el poder local, los impues­tos y, secundariamente Ia gran propiedad". Por cierto Ia Jelacion en­tre Estado, poderes locales y terratenientes era por entonces tan estre­cha que resulta diffcil diferenciar los tres "blancos", Por ejemplo, cuando estalla el mencionado movimiento de La Mar los terrate­nientes Aftaftos monopolizaban el poder politico en Ia provincia; uno de ellos era, ademas, diputado de Ia Republica. Sin embargo, siem­pre es posible distinguir que demanda ocupa el primer plano.

AI tratar los conflictos campesinado-Estado, regresamos en rea­lidad al tema que desarrollamos en el capitulo V. Si alii nuestros ejemplos se focalizaron en los centros urbanos, digamos ahora algo so­bre las zonas rurales. A nivel nacional, conforme el Estado se moderni­za y toma distancia de los terratenientes serranos tradicionales, se abre una brecha por Ia cual irrumpe a mediados de siglo Ia lucha cam-

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pesina por Ia tierra. En Ayacucho, en tanto .~1 sist~ma t:n:ateniente comienza a colapsar aun antes de Ia evolucwn mas deCJdidamente modernizante del Estado, Ia brecha resulta paradojicamente menor, o de otra naturaleza. Porque no hay en Ia region un interlocutor cam­pesino fuerte como en Pasco o en Cusco, por ejemplo. ~I Estado nose di­socia entonces claramente, al menos no hasta los anos 70, de los ga­monalillos superstites que continuaban habitando entre las rui~as del viejo sistema, aferrados a Ia unica fuente de riqueza que sab1a.n ex­plotar: Ia poblacion campesina indfgena. Conf~r~e ~u monopo~~o so­bre Ia tierra se resquebraja, recurren a Ia otra vieJa y1a de exacCJon de excedentes, tan antigua como Ia Conquista y aun mas: los arbitrios, las contribuciones, los tributos, los impuestos, que siempre expresaron el predominio del Estado sobre la region y, dentro de ella, de los pode­res locales sobre las clases populares y de Ia ciudad sobre el campo. Mas al haberse debilitado su monopolio sobre la tierra, los poderes locales exhiben su fragilidad ante el avance de las organizaciones populares. Su unico sustento es un Estado lejano para el cual c?nsti­tufan a esas alturas una de las ultimas prioridades. Ello exphca el exito de los movimientos en pueblos medianos, que vimos en el capi­tulo anterior. Y explica tambien Ia magnitud, y el exito, del movi­miento contra el pago de predios rusticos que sacudio Huanta en 1967 (Apendice 2). Ello explica, finalmente, que tanto o mas que con~a los terratenientes, el movimiento campesino y popular ,en la region se dirija contra los representantes del Estado en los diferentes escalones de los poderes locales, que son los que confrontan a las masas urbanas y rurales. Cabe preguntarse, entonces, en que medida para el campe­sinado huantino, el pago de 100 soles mensuales por el derecho a Ia enseftanza era visto como un tributo, similar al impuesto a la sal o a los predios rusticos, castigo a una inversion tan.to o mas preciada qu.e la que hada en la agricultura. Para entender, sm embargo, la magm­tud de su reaccion, es necesario observar que pasaba en esos aftos en Huanta.

3. El movimiento campesino en Huanta

Huanta, 1965. Por las calles de Ia ciudad avanzan los restos mortales de Luis Farach. Alrededor del feretro se

agolpan los vecinos, toda Ia gente importante de Ia ciudad.

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A prudente distancia, con las cabezas descubiertas, marchan los indios de sus haciendas. Huanta da su adios postrero al

ultimo de los grandes hacendados de Ia provincia. "Fue pomposo", recuerda Odon. AI caer Ia tarde Farach descansa

en paz, pero el cadaver insepulto del sistema terrateniente que habia entrado en agonia veinte o treinta afios antes, seguiria siendo una presencia opresiva en Ia provincia.

Pocos afios antes, Farach habia logrado que un cabildo abierto aprobara Ia construccion de un canal de regadio que transcurrirfa solo ·por Ia parte baja del valle, donde se ubicaban sus propiedades, y no por Ia parte alta. Los campesinos de las alturas afiadieron una cuenta mas a su rosario de resentimientos. Pero las nuevas cuitas ya no se ru­miaban en silencio. Otros vientos soplaban en Ia provincia. En 1961 se constituyo en Huanta una Federacion Provincial de Campesinos. Poco despues de su constitucion, Ia nueva organizacion convoco a una mani­festacion:

" ... gigantesca ... una manifestaci6n nunca vista en Huanta, de al­rededor de 3 a 4 mil campesinos de Ia parte alta, que no luchaban invadiendo haciendas, sino contra formas especfficas de dominaci6n terratenicnte ... especialmente el famoso unischay [pago de primi­cias]" (Fermin).

Pero Ia Federacion, en cuya formacion influyo Ia CCP, tuvo una presencia muy episodica, salvo en un par de haciendas de Ia parte al­ta. "Se conformaba con realizar convenciones cada cierto tiempo, pu­blicar algunos folletos ... "(Fermin).

A. Contra los predios msticos

Sin embargo, pocos afios despues, en 1967, sobre Ia base de una antigua asociacion de regantes, se funda una Asociacion de Pequefios Propie­tarios del Valle de Huanta, que se extiende con mucho mas fuerza por los veinticuatro pagos del valle, entre el sector campesino mas nume­roso, economicamente mas dinamico y relativamente mas organizado: " ... desde los afios 20, 30, en cada campana electoral, en cada confron­tacion .. "(Fermin).

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El detonante para su formacion fue Ia lucha contra un nuevo im­puesto a los predios rusticos, establecido un afio antes por el alcalde aprista de Ia provincia, que afectaba a todas las pequefias propieda­des del valle:

"La gente queria que se le exonere por sus pequefios terrenos, pero no conocia legalmente el asunto. Teniendo en cuenta que el concejo es aut6nomo, el problema debia haberse solucionado aca .:.no? Pero los campesinos por su ignorancia habian enviado una comisi6n a Lima, pensando que ahi el Presidente de la Republica, los ministros, iban a obligar a! concejo a resolver. Yen Lima contactaron conmigo, casi de casualidad. Alguien habria pasado Ia voz de que yo era estudiante y podia ayudar ... Asi comenzaron mis relaciones con los dirigentes campesinos".

Quien habla es el Dr. Mario Cavalcanti Gamboa, que va a jugar un papel clave en Ia organizacion del campesinado de Ia provincia. Los campesinos y su flamante asesor redactan memoriales, contactan parlamentarios ayacuchanos de diferentes tiendas polfticas y llegan a entrevistarse incluso con el presidente Bclaunde: "yo fui el vocero de ellos, estaba en cl ultimo a no de Dcrccho" (Cavalcanti).

Como en tantas ocasiones, las promesas presidenciales quedaron en nada. Cuando, entusiasmado por Ia experiencia, Cavalcanti deci­de visitar Huanta durante sus siguientes vacaciones tverano de 1967), encuentra que el problerr-.a continua:

"Entonccs organizamos. Enero, febrcro, marzo ... comence a visitar pago por pago casi todas las naches. Por el propio intercs que tenian los campesinos en solucionar sus problemas, formaban su junta directiva, bajaban con su libro de aetas y todo. Un trabajo permanente. Ahi empece a conoccr dirigcntes de diferentes sectores, que poco a poco han congcniado conmigo, tcniendo en cuenta tal vez que yo tam bien soy hijo de campesinos ... " (Cavalcanti).

Cuando se creen con suficiente fuerza, el joven estudiante y sus nuevos amigos se animan a realizar reuniones masivas -"80, 100, 150 delegados"- hasta conformar Ia Asociacion de Pequefios Propietarios del Valle, "sin participacion polftica de nadie." Su enfatica afir­macion no es cuestionada. Fermin reconoce que Cavalcanti: "aparece vigoroso y dirige ... casi diria yo espontaneamente ... no tenia expe-

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riencia como dirigente estudiantil, ni nada por el estilo". Los rnilitan­tes de los partidos lo miraron siempre un poco de arriba a abajo: "pen­saban que era yo un caudillo que me estaba perfilando con fines elec­torales". Cavalcanti responde con igual desprecio:

" .. .los dirigentes de izquierda, de ahora, estaban mirando del balc6n, todos. Nadie querfa meterse porque pensaba que esa era cues­ti6n de los campesinos y estaban acostumbrados a mandar a los campesinos y que los campesinos nose hagan sentir".

Ciertamente exagerada, su actitud exprl'sa sin embargo senti­mientos comunes a muchos personajes que ocupan posiciones similares en diferentes partes del pais. Lo cierto es que la flamante asociaci6n plantea directamente al concejo Ia supresi6n del pago de los predios rusticos:

· "Pero el Tte. Alcalde, NN, que era el hombre fuerte realmente, de repente con buena intenci6n quiso captar fondos para cl concejo, pero este era un terco, despreci6 a los campesinos 'no? Estaba acostum­brado a mandar y que todo el mundo lo obedezca, no quiso aceptar arreglos" (Cavalcanti).

La asociaci6n organiz6 entonces cl primer paro campcsino de Ia provincia. La vispera de Ia feria dorninical los campesinos formaron piquetes y bloquearon las entradas a Ia ciudad, que durante dos dias qued6 desabastecida: "fue un exito rotundo". Por fin, el subprefccto y el alcalde "tomaron las cosas seriamente" y llamaron a dialogar a Ia nueva oganizaci6n. Pero sus ofertas no convencieron a los campesinos, que entonces convocaron a un rnitin que super6 a su anteccdente de 1961. El rnitin inclin6 finalmente Ia balanza a favor de Ia asociaci6n. El impuesto fue anulado. "Ya habian terminado las vacacioncs, ya era marzo y tuve que regrcsar a tcrminar rnis estudios ... " (Cavalcan­ti).

Y esa es Ia historia del estudiante de Derecho, que en sus vacacio­nes organiz6 una asociaci6n campesina en su pueblo natal y Ia condujo victoriosa en su primera lucha. Por entonces, en el Peru, esa historia, no era excepcional.

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B. PorIa gratuidad de Ia ensefi.anza

El triunfo legitirniz6 a Ia asociaci6n. Dos afios despues, sus rniembros serian los actores principales del movirniento contra el DS-006. En 1969 los campesinos huantinos estaban organizados y movilizados, y se sentian victoriosos. Pero permanecen en pie varias preguntas cen­trales: por que y quienes de entre ellos participan en el movimiento porIa gratuidad.

i. Por que. En Ia respuesta a esta pregunta todos coinciden. "Los campesinos salieron a favor ... porque ... son mayormente los padres de los estudiantes", afirma Abelardo, el dirigente campesino (Castillo 1972:An.56). Od6n, desde el punto de vista de los estudiantes, lo corro­bora:

"En el Vigil, citadinos netos eramos uno, dos, tres, conmigo cuatro, aunque yo tengo rakes en el campo. El res to eran campesinos. ~os q.ue venfan de pagos cercanos se regresaban en Ia tarde, los de mas !eJOS vivian en cuartos, en casas de parientes o padrinos. Las alumnas del Industrial Femenino, por cjcmplo, eran netas del campo. El unico colegio citadino era el Maria Auxiliadora".

ii. Quienes. El propio Od6n menciona una serie de razones que explican por que Ia gama de participantes es tan amplia e intensa:

"Los campesinos ricos participan porque aspiran a que sus hijos va­yan a Ia universidad. Los mas pobres a que aunque sea acaben primaria. Pero, ademas, porque apresayon a su as~sor, el pr. Cav~l­canti: peleaban por su libertad. Ademas, era dommgo, dta de fena. Habfa muchos campesinos en Ia ciudad". (Od6n)

La feria dorninical explica Ia presencia de tantos campesinos en Huanta el dia del estallido, y explica asimismo Ia participaci6n de los campesinos de Ia parte alta, que no tenian tantos hijos estudiando en Ia ciudad pero se suman a Ia protesta:

" ... porque tenian muchos resentimientos pendientes. Contra Ia policfa, por ejemplo, que siempre se ponfa del lado de los te.rra­tenientes. Contra la ciudad. Estaban rescntidos porque en un Cabtldo

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Abierto el terrateniente Farach hizo aprobar a Ia prepo que un canal de regadfo se hiciera s6lo por Ia parte baja y no por Ia parte alta" (Od6n).

4. El papel de los asesores legales

Por otro lado, todas las fuentes, orales y escritas, coinciden en des­tacar el papel que en Ia forja de esa alianza campesino-estudiantil cumple Cavalcanti, que para entonces ya se habia graduado de abo­gado. Su papel resulta decisivo, pues, como vimos en Ia cr6nica de los sucesos, su detenci6n Ia madrugada del 21 de junio fue Ia chispa que reaviv6 definitivamente un movimiento que, en Huanta, habia comen­zado a flaquear-33. La respuesta campesina al apresamiento de su ase­sor, revela Ia relaci6n que este habia logrado establecer con el campe­sinado de Ia provincia. Como explica Abelardo:

"Aca vino despues [de estudiar en Ia universidad) y como ya sabfa de !eyes, entonces es el que tom6 la palabra y nos encabez6 en cuanto a! rechazo de los predios rusticos yen eso es lo que le hemos nombrado como asesor y como que habl6 en favor de Ia gente pobre, el cam­pesinado estaba gozoso y alegre. Claro que tenfamos que invitar!o por alli, por alia, y estuvimos juntos con e! y siempre, nunca vamos a estar alejados de una persona que esta a favor de uno. El otro debe tambien saber corresponder y ... s6lo con Ia muerte, nada mas, ya nos dejaremos; pero mientras vivamos no nos dejamos, siempre tenemos que estar unidos". (Castillo 1972:An.56).

La posibilidad de nuevas formas de caudillismo o caciquismo es­tan alii a flor de piel. "Los campesinos le decian papanchik [nuestro padre]", recuerda Od6n. Pero queremos referimos aqui a otro aspecto, que tiene que ver con el clima que vi via el pais en ese entonces.

33 Ramos y l..oli (1979:82) reconocen tarnbien al papel de' Cavalcanti en e! movimiento del 69 y ello es importante en tanto representan e! punto de vista de Ia "fracci6n roja" de Huarnanga:

"El FUEH, organismo estudiantil, pide Ia ayuda del carnpesinado a traves de su asesor legal, Mario Cavalcanti. Como resultado de es­ta gesti6n -y esto es importante- se adhiere el carnpesinado de Huanta a Ia lucha emprendida por los secundarios".

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Cabe recordar que, a nivel nacional, es la edad de oro de los aseso­res legales. Son abogados provincianos que se vinculan al movimiento campesino o urbano-popular y ganan ascendiente, carino y prestigio entre la poblaci6n: Genaro Ledesma en Pasco, Saturnino Paredes en Ancash, Jose Sotomayor en Cusco, los Ciceres en Juliaca, Velez Liza­rraga en Junin, incluso personajes como Alfonso Barrantes y Laura Caller, que ejerdan en Lima, caen parcialmente en csta categoria. Ca­si cada provincia debe tener los suyos. En la misma Huanta, Caval­canti noes el primero pues pocos anos antes, cuando se forma la efime­ra Federaci6n Provincial: "Saturnino [Paredes, de Ia CCP] se apoya en un dirigente local.Soto, famoso 'Chuto' Soto, un tintcrillo pcro muy vinculado y con mucho asccndente en la parte alta" (Fermin).

El auge de los asesores exprcsa el surgimiento de una nueva gene­radon de pcquena burguesia intelectual provinciana mestiza, que en muchos casos comparte un senti mien to de in justa marginaci6n por par­te de los poderes locales. Esta nueva generaci6n tiene su antecedente en los intelectuales indigenistas de las dccadas previas, pero tam­bien expresa la rclaci6n ambigua de los campesinos con el Estado, hecha de confrontaci6n y negociaci6n. Los abogados sirven para la ne­gociaci6n, para defenderlos luego de Ia confrontaci6n, o prepararlos para que ella se produzca con el menor cos to posible. Con ellos, ya no tienen que esperar hasta que Ia escuela les "abra los ojos" a sus hijos.

Reconociendo la generosidad que tuvo al contamos su version de los acontecimientos, mencionaremos algunos hitos importantes en la historia personal de Cavalcanti, pues ella arroja luces sobre una capa social cuyo papel en los cambios que se produjeron en el Peru en deca­das recientes no ha sido aun adecuadamente ponderado:

''Yo soy del afio 41. Mis padres son hijos de campesinos muy pobres, de Rosario, cerca de Maynay. Mi padre no hered6 ni un metro cua­drado de sus padres, o sea de mis abuelos. Mas bien mis abuelos tu­vieron siete hijos varones, no pudiendo atender su educaci6n los man­claron a trabajar a Ia selva. Entonces mi padre y mis tios fueron de los primeros colonizadores de Ia selva. Alii, como mi padre era muy em­prendedor, comenz6 a acu'?ular cierta riqueza y compr6 un~ finquita~ que hasta ahora existe aht en Huanta, una pequefia proptedad. Mt familia tambien estaba pues interesada en esa cuesti6n de los pre­dios rusticos".

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Cavalcanti estudio hasta 4to. de media en el colegio "Gonzalez Vigil" de Huanta, pcro: "en vista que era un destacado alumno, mi pa­dre se entusiasmo tanto que me mando a Lima. Yo terrnine rni secunda­ria en el Alfonso Ugarte". Matizando algo Ia version de Fermin, Ca­valcanti afirma haber sido militante del FER en San Marcos: "yo particularmente era de izquierda en Lima, fui dirigente delegado de Derecho, inclusive lo conoci aquella fecha a Barrantes, aunque el fue de afios antes". Pero es cierto que no tenia experiencia de militancia en ningun partido porque: "todos se peleaban ... hasta por fondos ... y a rni no me gustaba eso".

El abogado recuerda sus motivaciones y sus interrogantes politi­cas durante esas vacaciones de 1967, cuando se dedica a organizar fe­brilmente al campesinado:

"Yo vela que el asunto podia llevarse un poco mas alla. Y que era el momento oportuno para organizar a los campesinos. No sabfa exac­tamente para que, con que fin politico, lo que yo pensaba era que los campesinos eran un potencial humano que podia aprovccharse para organizarlos, y luego dirigirlos, orientarlos, para que tomcn con­ciencia, haccrlos vcr su realidad, para que se sacudan de su cstado actual y, bueno, tomen otros rumbos".

El asesor se percibe como guia y el campesino acepta con frecuen­cia esa percepcion: tcma clave de Ia politica peruana contemporanca. Cuando Cavalcanti regrcsa a Lima, victorioso, las expcriencias del verano persisten en su memoria, inquietandolo. Sus dilemas son comu­nes a muchos jovenes provincianos que por entonces estudian en las diferentes universidades del pais y se ubican al filo de Ia navaja en­tre tres futuros posibles: el desligamiento definitivo del Iugar de ori­gen, el regreso para encontrar un sitio en los grupos de poder tradicio­nal ... o para oponerse a ellos:

"Y, bueno, apresure mis estudios, tcrmine, presente mi tesis y en enero del 68 ya estaba saliendo de abogado. Entonccs, yo me pre­guntaba, muchacho de 26 aii.os: lvoy a Huanta a trabajar o me quedo en Lima? Ya vivfa hasta esa fecha nueve aii.os alia, me habfa am­bientado ... Desde el punto de vista personal, quedarme significaba de repente ganar posiciones, tener dinero. Pero habfa una cosa sen­timental, el haber participado en esos mftines, todo eso, que me vin-

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culaba con los campesinos. Entonces decidf voi:-er ... Llegue, bueno~ to­da Ia gente me recibi6, yo tenia una popul_andad e~orme, era fmes del 68 tal vez. Me colegie aca y comence a trabaJar. Entonces Ia avalancha de campesinos ... "

EI trabajo del nuevo asesor se orienta en do~ direcci?nes. Por un la­do, los campesinos organizados cornienzan a mte~~mr .. en las escue­las a traves de las asociaciones de padres de famtha: comenzamos a ~ontrolar inclusive a los maestros faltones, asi". Por otro, Caval­canti trata de: "orientar a los campesinos con fines d~ Reforma ~gra­ria ya". Ese era un tema que le intcresaba desde su pnmc;a estadta en Huanta34, pero aquella vez co~pro?O _que Ia gran mayona de _los 9ue tenian el problema de los pred10s rusticos eran -~uenos proptetanos, "poco 0 nada Ies intcresaba Ia Reforma Agr~na . Por eso ~msca am­pliar su ambito de accion hacia los feudatanos de_las -~aCiend~s del valle y de Ia parte alta. En el trayecto, Ia orgamza~10n t~as_c!ende sus linderos iniciales en el valle y se convierte en AsoCiacwn de Campesinos de Ia Provincia de Huanta" y con ese nombre es que par­ticipa en el movirniento de 1969.

Las inquietudes de Cavalcanti revelan el prestigio 9ue por ent~n­ces gozaban Ia lucha por Ia tierra y Ia Rcforma Agrana. Es que: ya habian comenzado las luchas de La Convencion, las guerrillas del 63, del 65. Conocia de Iejos, esa fecha, las hazafias de Hugo Blanco, todo eso, pero no tenia una idea clara".

Ese es el clima en el cual van a desarrollarse estas nuevas capas intelectuales provincianas que, ademas de abogados, incluyen tam­bien a maestros y artistas.•A pesar de su papel ?.estaca~o, no han me­recido atencion suficiente de historiadores o Cientiftcos soctales.

5. Nuevos tiempos

La vinculacion entre campcsinado y sectores _urbanos tien~ larga tradicion en Huanta, pero como vimos en el capttulo VI, adqmere en

34 Su posicion a favor de Ia Reforma Agraria I~ ~uesta un pleito familiar ues ara entonces su padre habfa ll~ado a adqwnr un pequeii.o fun?o de

~ltu~ ~ temfa ser e~propiado: "me corto Ia subvenci6n y tuve que trabaJar un ai\o como ayudante de escribano".

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Ia coyuntura d~ 1969 un signo distinto. Los campesinos sienten ue Ia d~~ensa de sus mtereses no pasa esta vez por el repliegue en Ia ~mo-vthdad y por ta t I · I · ' n o, e ms arruento o Ia alianza con los sectores mas con~~rvadores de las clases dominantes; pasa ahora por Ia transfor­mac~on de aspect?s centrales de su situacion y, por tanto, por una ma­yor mdepen~encta frente a las clases dominantes y 10 Ia alianza con secto~?s ra~~cales como los que de facto personifican Cavalcanti y tambten los JOVenes estudiantes .

. , La movilizacion campesina alcanza entonces su maxima expre­swn ~n Ia lucha por Ia educacion y contra los poderes locales y el Esta­do. St Ia poca .o nula rentabilidad de los Ia tifundios y su temprano aband?no e.~phcan el bajo perfil de Ia lucha por Ia tierra en Ia zona ~sa mtsma suma ~breza de Ia tierra" explicaria Ia intensidad de 1~ uch~ por Ia gratmdad de Ia enseii.anza, en tanto Ia educacion a a­

recena entonces como el canal casi unico de ascenso social. Ya no s~lo para las clases altas, como cuando en el S XVII se funda 1 u · "d d d 5 C · , . · ra a mver-SI a e an n~t?bal, smo esta vez tambien para el campesinado. y con Ia promulgacwn del DS 006, ese canal aparecia directamcnte ame­nazado por el Estado.

CAPITULO VIII

El movimiento urbana­popular en Huamanga

En Ayacucho Ia participacion campesina en el movimiento de 1969 no fue significativa, limitandose a la presencia de delegaciones rurales en alguno de los principales rnitines (Ramos y Loli 1979:88). Son las antiguas capas de artesanos, pequeii.os comerciantes, arrieros, ganaderos, las que juegan el papd central junto a los estudiantes. Es que si en Huanta las luchas "antifiscales" fueron fundamentalmente rurales, en Ayacucho lo fueron urbanas.

1. Los barrios tradicionales

En el Apendice 3 presentamos una cronologia de movimientos urbanos en Ayacucho. AI margen de los conflictos entre caudillos terratenien­tes, que sacudieron intermitentemente Ia ciudad de Huanta en el S. XIX, y de la insurreccion aprista de 1934 en Huamanga, los movi­mientos urbanos mas importantes en la region fueron los de 1892, 1917 y 1922 en Ayacucho. El primero contra la introduccion de la moneda fe­ble, Hamada "boliviana", durante la crisis posterior a Ia guerra con Chile. El segundo contra la introduccion del papel moneda y el terce­ro contra la imposicion de nuevos arbitrios municipales. Los tres reve­lan, por un lado, la enorme desconfianza popular frente al Estado y, por otro, los abismos intemos que fracturaban la propia ciudad y pare­dan mantener a sus habitantes con los nervios siempre a flor de pie I.

Veamos los dos ultimos movimientos, que se desarrollaron de acuerdo a una misma secuencia tras Ia cual se advierte un patron dura-

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dero: 1) nueva medida estatal o municipal; 2) rechazo, desconfianza o incomprension popular frente a Ia medida; 3) protesta pacifica del pueblo; 4) reaccion violenta del Estado y I o los vecinos notables; 5) generalizacion del movirniento; 6) represion.

Del segundo movimiento da cuenta Ia revista La Abeja (Castillo 1972:An.4). Aquf Ia secuencia:

1. Nueva medida. EI 24 de setiembre de 1917 se pusieron en circu-lacion "chequecitos" de 50 cts. ·

2. Rechazo popular. Los nuevos chequecitos no tuvieron aceptacion entre las vivanderas:

"por no saber leer, por el temor de ser engai\adas con cualquier otro P?pel en forma de cheques, porno tener como guardar en sus bolsas el dmcro, y por ser desechados esos cheques entre los indiecitos de las punas, con quienes las vivanderas hacen sus transaccioncs comcrcia­les ... "

3. Protesta padfica. Las vivanderas, alarmadas: "resolvieron una­nimente hacer uso del derecho de huelga reglamentado por nuestras leyes".

4. Reacci6n violenta del Estado. A las 11 a.m., para obligarlas a regresar al mercado, el subprefecto: "intirnido con rigor y violencia las pocas mujeres que se encontraban en Ia plazuela de Carmen Alto, las que se negaron airadamente a obedecer sus ordenes". Como conse­cuencia, "en un momento de ofuscacion", las vendedoras resultaron: " ... abaleadas, como si Ia falta de hurnillacion y sometimiento incon­dicionales de los ciudadanos a las autoridades fueran castigados arbi­trariamente con Ia pena de muerte ... ".

5. Generalizaci6n. Indignados, los pobladores de los barrios de San Juan Bautista, Carmen Alto, Huascahura y Conchopata: "en numero de 8 mil bajaron a Ia ciudad, llenaron las calles, el local de Ia Pre­fectura y pidieron garantfas para sus vidas en medio de protestas por los asesinatos perpetrados ... ".

Los acto res sociales 121

6. Represi6n. Se hacen presentes en esos momentos gendarmes y po­licias armados: "circunstancias que aprovecharon los comerciantes y personas exaltadas, nerviosas, para pedir, desde lo lejos, que se aba­lease a esa gente para reprimir un posible desborde". En este caso no llega mas sangre al rio por: "Ia prudencia, screnidad, cultura dvica, tino gubemativo y respeto a los derechos ciudadanos, del Sr. Prefecto, que se presento oportunamente a caballo ... acompai'iado tan solo de un ordenanza".

Segun La Abeja, su aparicion produjo mejores resultados: "que los paseos aparatoi>OS de Ia guardia urbana y de las fuerzas de policfa y gendarmeria armadas, que dicho sea de paso ya nada tuvieron que hacer ... ".

En efecto, el prefecto les "peroro con frases suaves y conmove­doras" y logro evitar un nuevo enfrentarniento sangriento. El dfa 26 fue el sepelio de las tres vfctimas: " .. .imponente, sentimental y acompai'iado por una oleada de mas de 4 mil ciudadanos compungidos y pesarosos que llenaban las calles de Ia ciudad". La huelga de vivan­deras se prolongo hasta el dfa 28. Hasta entonces, "los de Ia guardia urbana continuaban tambien paseando Ia poblacion muy gallardos, carabina al hombro, junto con las fuerzas de policia y gendarmeria".

Cinco ai'ios despues, Ia publicacion de un bando municipal aumen­tando ciertos arbitrios y creando otros, es la chispa que enciende nue­vamente 'Ia ciudad. SegtJ.n el peri6dico La Hormiga, las alzas afecta­ban mayormente a los vecinos del casco urbano. Los barrios solo tenfan que pagar sisa y peaje. Sin embargo, corriola voz:

" ... de que se pagaria porIa crianza de conejos, gallinas, perros, de que se establecia Ia obligaci6n de dar parte a Ia autoridad politica departamental cuando las esposas se encuentren en estado intere­sante, de que los c6nyuges abonarian por cada hija que tengan ... " (Castillo op .cit.:An.S).

Una vez mas, los habitantes de los barrios convergen en masa sobre el centro de la ciudad. Y una vez mas, Ia represion de la movi­lizacion es desmedida y sangrienta, causando seis muertos y ventidos heridos. El periodico se refiere a Ia "indignacion general" provocada

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por Ia masacre, pero le encuentra atenuantes en un hecho que revela los aspectos coloniales de Ia ciudad: el miedo de los vecinos35. Asi, dice el relato de Lil Honniga:

"La circunstancia de haber estado inermes las masas hace pensar en que solo Ia ligereza y Ia falta de ecuanimidad por parte de las fuer­zas del orden han sido las que determinaron aquellos muertos y heridos, que hemos lamcntado. Tal vcz se haya tenido como razon para ello Ia amenazas de las masas, que ascendian a mas .de 6 mil almas, de introducirse en Ia poblaci6n y cometer actos sangnentos en las personas de las autoridadcs y principalmente el Alcalde y algunos concejales". (ibid).

Una vez mas, durante los dias siguientcs "la gendarmcria, poli­cia y guardia urbana ... resguardaban la ciudad". Finalmcnte, un tcle­grama del propio jefe de Estado ordenola suspension de los arbitrios.

Resaltan en ambos movimientos: la absoluta desconfianza de los habitantes de los barrios en el gobierno nacional o local, que los lleva a percibir de manera desmedida y fantasiosa ciertas acciones de di­chos gobiernos; la irrupcion de las masas en el centro real y simb6lico del poder: el casco urbano-colonial y la Plaza de Armas; el miedo de los vecinos: "nerviosos", "excitados", pidiendo represion; y la existen­cia de una "guardia urbana", cucrpo de autodcfcnsa formado por los notables que patrullan a caballo la ciudad, "aparatosos", "gallar­dos", junto a policias y gendarmes.

2. La Federaci6n de Barrios

Cuatro decadas mas tarde, en 1969, Ia historia parece repetirse. Sin embargo, varios elementos claves se han modificado, y han surgido otros nuevos.

Por un lado, desde mediados de siglo comienzan a sentirse en Ia ciudad los primeros efectos del crecimiento urbano. Entre 1940 y 1961 la tasa de crecimiento demografico de Ayacucho (1.2% anual) fue Ia

35 Flores Galindo (1983) ha hccho hincapie en el papel del micdo como componcnte de Ia vida cotidiana en Ia Lima colonial del S.XV11l.

Los actores sociales 123

mas baja de las once capitalcs departamentales scrranas, a excepcion de Cerro de Pasco. Pero entre 1961 y 1972, con el4.5% de crecimiento anual, Ayacucho paso a ocupar el sexto Iugar entre las capitales se­rranas (vcase: cuadro 1).

Junto a los viejos barrios coloniales, comenzaron a surgir los nue­vos barrios de migrantes en las "laderas" que rodean el centro histori­co de Ia ciudad. Asi, en 1960, se produjo Ia primera invasion de tierras urbanas en los terrenos de Arco Pampa, hoy barrio "Las Maravillas". Fue por iniciativa de dicho barrio que en 1964 surgio Ia definitiva Federacion de Barrios de Ayacucho (FBA). Resulta que poco despucs de Ia ocupacion de Arco Pampa, los duefios vendieron los terrenos in­vadidos al Fondo Nacional de Desarrollo Economico, que a su vez los adjudico a la flamante Universidad de San Cristobal que, de esta forma, se vio enfrentada a un sector de los nuevos pobladorcs urbanos. Sintoma de los tiempos, los dirigentes de Maravillas: "solicitan el apoyo de los intclectuales progrcsistas de la UNSCH", lease "frac­cion roja". Son ellos los que: "[dan] una orientacion en el sentido de que la unica garantia era aglutinar a todos los barrios ... (Ramos y Loli 1979:42).

Es asi que los pobladores de Las Maravillas convocan a una reu­nion de los barrios de Ayacucho. Dclcgados de media docena de ba­rrios se reunen el 20 de setiembrc de 1964 y eligcn una comision orga­nizadora de la federacion, presidida por Maximo Cardenas Sulca, maestro, delcgado del barrio de Soquiaccato. Se inicia asi el asccnso de un lider que jugara un papel de primera importancia en el movi­miento urbano popular ayacuchano hasta inicios de la dccada de 1980. Si Cavalcanti en Huanta fue estrictamente independiente, Car­denas fue organico ala "fraccion roja" de Ayacucho y posteriomente a Scndero Luminoso hasta mediados de Ia dccada de 1970, en que se distancio de esa organizacion. Aparte de los representantes izquier­distas, que logran encabezarla, en la comision organizadora tienen tambien presencia apristas y acciopopulistas.

Trcs meses despues, entre el 19 y 22 de diciembrc, Ia Federacion de Barrios celebra su primer congreso, con asistencia de diez bases, aproximadamente la mitad de los barrios existentes por entonces en

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I<~ ciudad (Ramos y Loli op.cit.: 45). Tras la soluci6n pacifica del con­fltcto con Ia UNSCH sobre los terrenos del barrio Las Maravillas, Ia bandera central de la FBA sera la lucha contra el impuesto predial que pagaban desde la Colonia los poseedores de pequefios terrenos en las "laderas".

3. El Frente de Defensa del Pueblo

En 1966 se present6 una coyuntura favorable para que Ia Federaci6n de ~arrios se convirtiera en el eje aglutinador del conjunto de sectores soctales de Ayacucho. Por un lado, Ia FBA se encontraba movilizada en defensa de ~os po_bladores de otro nuevo asentamiento, Leon pampa (Ramos y Loh ?P-at.: 53). _Por otro lado, problemas en el hospital Central de Ia cmdad conCitaban Ia atenci6n publica, espccialmente de ~os s~tores medios, que ~xigfan la renuncia del director (Ramos y Loh op.czt.: 56). Pero el catahzador del proceso de centralizaci6n fue el posible recorte de las rentas de Ia universidad, que podia desem­bocar en su receso. Movilizados en defensa de la UNSCH el 14 de abril de 1966 representantes de treintaicinco bases constit~yeton el ~rente de Defensa del Pue?lo ~FDP A). En un primer momento, parti­ctparon en el FDPA orgamzacwnes como la Federaci6n Provincial de Campesinos, los gremios de artesanos, sindicatos de maestros estu­~iantes, empleados, los vendedores del mercado, los pequefios ~omer­Ciantes, . pero tambien los colegios profesionales y la Camara de Comercw, entre otros. La elecci6n de Maximo Cardenas, cabeza de la Fed~raci6n de ~~~os, como presidente del FDPA, indica Ia impor­tancta y Ia legthmtdad que habfa alcanzado el nuevo movimiento barrial en Ia ciudad.

Cinco dfas despues de su constituci6n el FDPA encabeza un mitin gig ante. en defensa de la universidad (cap.II), en el que participan delegac10nes de pueblos como Cangallo, San Miguel, Ongoy, Anda­h~ar,las, entre otros (Ramos y Loli op.cit.: 64). Poco despues, una co­rmston del flarnante frente viaja a Lima y logra Ia restituci6n de las rentas universitarias y el cambio del director del hospitai36. El

36 Esas eran sus dos reivindicaciones basicas a ella se sumaban una nueva ley de barrios, Ia eliminaci6n del impuesto a los "laderistas", Ia soluci6n al problema del agua y el alumbrado electrico, que eran gravfsimos, y otros pun­tos menores.

Los acto res sociales 125

triunfo legitima a Ia nueva organizaci6n. Unos meses mas tarde, los dfas 28 y 29 de enero de 1967, su columna vertebral, Ia Federaci6n de Barrios, celebra su II congreso.

Es en esas condiciones que Ia lucha por la gratuidad de Ia ense­fianza encuentra al movimiento urbano-popular en Ayacucho.

4. La coyuntura de junio de 1969

El movimiento iniciado en Huanta el 4 de junio, tard6 en prender en Ayacucho. Recien el 13 se declar6 allf Ia huelga estudiantil. Ese mis­mo dfa Ia policfa reprime duramente una movilizaci6n de secun­darios y hiere de gravedad al estudiante Maccerhua. Entonces Ia situaci6n cambia: "Ia Fcderaci6n de Barrios en masa va a Ia Plaza de Armas ... practicamente se llen6 Ia plaza ... " (Wilber). Esa noche la· policia rcprime otra marcha y le vuela Ia mano a otro estudiante. La respuesta es fulminante:

" ... empiezan los estudiantes del Instituto de Educaci6n Fisica, nu­cleos pequef\os, a lanzar molotovs al municipio, a Ia prefectura, y las gentes espont<ineamente tiran llantas, tiran ropa a las calles, los chi­quillos empiezan a tirar con hondas a los sinchis que llegaron. Se generaliza Ia reacci6n ... " (Wilber).

,como es que en un santiamen Ia federaci6n llena Ia plaza y elmo­vimicnto se generaliza? Wilber nos da una respuesta:

"La Federaci6n de Barrios estaba fuerte. El Frente de Defensa era realmente una asamblea popular .. .los asistentes tenfan Ia imagen de estar ante un poder, que podia hacer cosas lno? Un dfa se acordaba de ir a decirle al alcalde esto, decir al prefecto aquello, y se sabfa que lo iban a hacer. Pedir una atenci6n a algun barrio, al director del hospital, priorizar alguna cosa, y lo tenfan que hacer. Habfa un nivel de confianza en Ia federaci6n.

Y quizas era el mejor momento del Frente de Defensa, en base precisamente a Ia fuerza de Ia Federaci6n de Barrios, de Ia FUSCH [Federaci6n Universitaria] y de algunos otros gremios como el de mercados, carniceros, panaderos, tambien fuertes. [Ellos] habfan logrado ser interlocutores respetados en el ambiente de A yacucho y se sienten agredidos ante Ia represi6n a muchachos que quizas van a

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pedir una cosa formalmente tan simple como Ia gratuidad de Ia ensei\anza y lo matan al chico lno? Era casi como borrar de un plu­mazo todo lo que se habia hecho en Ia decada del60 en Ayacucho". (Wilber).

La fortaleza de sus organizaciones produjo un cambio muy signifi­cativo en Ia actitud de los sectores populares de Ayacucho:

"Carmen Alto, San Juan Bautista, La Libertad, Capillapata, Conchopata, toda esa gente ve Ia posibilidad de hacer sentir su presencia en el casco urbano, en el centro donde fue marginado. Via universidad, via partido. Era adquirir prestancia lno? Yo crco que hay bastante de esto en el empeno con que trabajan esos militantes intermedios. No tanto Ia dirigencia ... sino esos militantes inter­medias. AI margen de asumir concientemente un programa o un nivcl de analisis de su realidad regional, nacional, en reemplazo de cso, hay un nivel emotivo muy fuerte: esa posibilidad de presencia en el escenario regional" (Wilber).

Esta situaci6n hace posible que, con s6lo tres dias de prcparaci6n, el Frcnte de Defensa sea capaz de llevar mas de 10 mil personas a Ia Plaza de Armas Ia tarde del martes 17 de junio. Y que el dia 20, cuan­do se generalizan los enfrentamientos entre estudiantes y policias, el pueblo salga en apoyo de los j6venes para luego, en la madrugada del 21, cuando se enteran que Ia mayoria de Ia dirigencia del Frente de Defensa acaba de caer presa, se coloquen a Ia vanguardia de Ia resis­tencia, con los carniceros como punta de Ianza:

"Sabedores de Ia detenci6n y conducci6n de sus dirigentes a Ia ciudad de Lima, el pueblo y los estudiantes reaccionan y protestan, espe­cialmente el heroico, viril y pujante pueblo del populoso distrito de San Juan Bautista, donde el gremio de camiceros a las 6 a.m. del dia 21 no quisieron llevar Ia came al mercado de abastos y lo voltearon el carro carnicero del Concejo Provincial de Huamanga, lucgo lo in­cendiaron". (Alarcon Tipe 1976:16).

Poco despues llegan los sinchis a San Juan Bautista yen apenas dos horas Ia lucha se generaliza en toda Ia ciudad.

Pero regresemos a una expresi6n a Ia que Wilber recurre en su analisis de los sectores populares: adquirir prestancia. Wilber uti­liza un tennino sefiorial para expresar un cambio que nos parece cia-

Los acto res sociales 127

ve. La organizaci6n les pennite tratar de igual a igual a los se­nores (por lo demas en decadencia), con Ia misma "prestancia" o "gallardia" de Ia vieja guardia urbana. La organizaci6n les otorga un nuevo sentimiento colectivo, de dignidad muy grande. Son un nuevo poder. Por otro lado, el Frente de Defensa acrua, como se advierte, en un cierto vado de poder regional que haec que el enfrentamiento con el poder central se produzca mas inmediatamente. Esta vez no habra autoridad que los perore con frases suaves y conmovedoras, ni guardia urbana que los amedrente. La dirigencia del Frente tendra que ser apresada. Tendran que venir sinchis de Lima a ocupar Ia ciudad y "restablecer el orden" con un saldo de mucrtos, hcridos y nuevos abismos de desconfianza.

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CAPITULO IX

Un "mayo" andino en junio: los estudiantcs

Entre abril y junio de 1969 una generacion de adolescentcs ayacucha­nos protagonizo una experiencia que le resulto definitoria. Una suertc de rito de pasaje, que no solo los transformo sino que revelo y ahondo los profundos cambios que sufria la region. Todo comenzo el 4 de junio end Colegio Nacional "Gonzalez Vigil" de Huanta.

1. El "Gonzalez Vigil"

Cada ciudad tiene su colegio-insignia: el "Cienciano" en el Cusco, el "Independencia" en Arequipa, hasta hace algunas decadas e1 "Gua­dalupe" en Lima o el "San Ramon" en Ayacucho. Sin duda el Vigil es el colegio-insignia de la ciudad de Huanta. Fue fundado tardiamcntc en 1933, pues a principios de siglo en los pueblos de la sierra e1 Estado privilegiaba la ensefianza primaria y de orientacion agropecuaria, por considerarlos "pueblos indigenas" (Coronel 1983:229). Huanta, sin embargo, era un anti guo nucleo urbano mestizo, que desde 1910 pugna­ba por un colegio secundario. El "heroe cultural" artifice de su crea­cion fue un abogado liberal, Manuel Jesus Urbina, varias veces diputa­do por la provincia, educado en Cusco yen Arequipa, donde fue disci­pula del famoso caudillo liberal mistiano Francisco Mostajo.

lComo es que un liberal accede ala diputacion de la muy terra­teniente y conservadora Huanta y logra no solo crear el colcgio sino bautizarlo con el nombre del mas insigne y radical de los liberales del S.XIX, don Francisco de Paula Gonzalez Vigil? Jose Coronel (1983:221-

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.12; 1984) nos ofrece una explicacion muy sugerente. Hacia fines del S.XIX, los enfrentamientos entre caudillos huantinos, que alcanzaron su punto mas alto con las luchas entre caceristas y pierolistas en 1890 y el movimiento de los campesinos iquichanos contra el impuesto a Ia sal en 1896, dejaron exhausta a Ia clase dominante de Ia provincia. La fuerza "pacificadora" enviada por Pierola a restablecer el orden en Ia region en 1896 desato una violentisima represion contra los cam­pesinos de Huanta y La Mar y, ademas, lo que Husson (1986:163) llama "una verdadera dragonada" contra las familias huantinas re­putadas como caceristas, que eran tambien las mas opulentas de Ia provincia en esa epoca. El escenario politico local comenzo entonces a languidecer por un periodo que se prolongo debido a Ia creciente frac­tura entre los terratenientes huantinos mas tradicionales y otros que empezaron a modernizarse relativamente, orientandose hacia culti­vos industriales como Ia vid y Ia cafi.a de azucar. Esto fue aprove­chado por Ia elite huamanguina rival para imponer repetidas veces sus representantes a Ia diputacion por Huanta37.

Asi, a pincipios del presente siglo, Ia debilidad polftica de los terratenientes locales y Ia opresion huamanguina, abrieron resquicios por los cuales irrumpio un grupo de jovenes profesionales, ex-estudian­tes y artesanos, que constituyeron el grupo "Vanguardistas" y asumie­ron un papel importante en el escenario politico huantino y regional. Contaban para ello con un clima nacional favorable a una mayor pre­sencia de las clases medias urbanas, especialmente durante el oncenio del presidente Leguia (1919-1930). Pero ya antes, en 1913, el joven abo­gada Urbina, representante de esos nuevos sectores, se habia presenta­do como candidato a diputado. Con ellema "Huanta para los huanti­nos", tal vez entonces original, Iogro el apoyo casi unanime de los vo­tantes de Ia provincia, en oposicion al candidato clerical huamangui­no apoyado por los padres Redentoristas de Huanta (Coronel 1983: 223).

El diputado Urbina logro que el Parlamento apruebe y que el Ejecutivo promulgue Ia ley de creacion del nuevo colegio en enero de

• .37 En aquel tiempo los diputados eran elegidos en circunscripciones pro-VmCiales.

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1919. Sin embargo, tuvo que pasar mas de una decada antes de que el plantd funcionara, no solo por Ia oposicion de los terratenientes mas tradicionales de Huanta, que bloqueaban Ia consecusion de fondos, si­no por todo tipo de vicisitudes polfticas de las cuales solo nos interesa mencionar Ia ultima y mas significativa. Sucedio que el 7 de junio de 1930 el gobierno de Leguia promulgo una Resolucion Suprema que creaba Ia Escuela Rural Indigena de Soccosccocha en las afueras de Huanta, asignandole los fondos que Ia ley de 1919 destinaba al Gonzalez Vigil. La reaccion de los huantinos fue inmediata. Dos dias despues:

" .. .las masas populares encabezadas por el subprefecto ... y el al­calde municipal. . .invadieron los terrenos de Soccosccocha cone! pro­p6sito de pcdir cucntas al director y clausurar de hccho Ia escucla rural" (Alfaro 1983:30).

Una semana mas tarde, aparecieron en las calles de Ia ciudad carteles anunciando que:

"Hoy el publico dara e! ultimo aviso de despcdida a cuantos se aferran en sostcner la subsistencia de Ia Escue!a Rural Indigena con pcrjuicio de Ia juvcntud, que esta animada de una fe ardiente de pcrfccci6n" (Alfaro, ibid.).

EI 17 de junio Ia poblacion se congregaba masivamente en Ia Pla­za de Armas e iniciaba un sostenido movimiento que culminaria re­cien tres afi.os despues, en marzo de 1933, con Ia promulgacion de una nueva Resolucion Suprema que autorizaba el inmediato funciona­miento del Vigil, tomando " .. .los muebles y utiles de Ia Escuela Ru­ral Indigena, que al no satisfacer los fines de su creacion quedaba su­primida" (Alfaro op.dt.: 31). El 21 de abril de ese afi.o, en un local provisional, se iniciaban por fin las clases.

La inauguracion del colegio significo asi Ia culminacion de un do­ble conflicto. Por un lado, una prolongada confrontaci~n entre los sec­tares medios urbanos -que logran por primera vez encabezar en cierta medida al conjunto de Ia ciudad- y el Estado. Por otro, a partir de Ia creacion de Ia Escuda Rural Indigena en 1930, una confrontacion entre ciudad y campo, entre Ia "fe ardiente de perfeccion" de los jovenes

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mestizos urbanos y las posibilidadcs educativas de los indfgcnas ru­ralcs. Confrontacion mas bien implfcita en tanto los indfgenas no pare­cen haberse movilizado masivamente en defensa de su escuela. La educacion, al menos la agropecuaria, no estaba todavfa entre sus prio­ridades.

Mucha agua corrio pues bajo los puentes entre Ia fundacion del co­Iegio y el movimiento de 1969. Entre ambas fechas dcstaca un acon­tecimiento: Ia huelga que estallo en el Vigil en 1945. En octubre de ese aiio los alumnos toman el plantel y organizan ollas comunes. Pocos dfas despues, desde uno de los balcones del local ocupado asoma una bandera roja con una espada blanca al centro (Castillo 1972: An.13). Varios aspectos de este movimiento prefiguran lo que sucederia en 1969. Por un lado, el conflicto se extiende a Huamanga donde se de­claran en huelga solidaria los alumnos del "Mariscal Caceres", nuevo plantel secundario de alumnado mas popular, que entraba a dispu­tarle Ia categorfa de insignia al viejo colegio "San Ramon", tradi­cional semillero de Ia elite huamanguina. Por otro lado, por primera vez se produce una accion reivindicativa conjunta, aunque todavfa mi­nima, entre habitantes de provincias tradicionalmente rivales. Fi­nalmente, si bien el de 1945 fue un movimiento estrictamente urbano, no incluyo ni siquiera implfcitamente un enfrentamiento ciudad-cam­po como en 1933. Los campesinos parecian encontrarse dedicados por entonces a la creacion de escuelas primarias en pagos y comunidades. Alii se estarfan educando, seguramcnte, los padres de familia de aquellos jovenes que serian los protagonistas centrales del movimien­to de 1969.

2. La nueva generaci6n: Huanta

Es esa nueva generacion rural que accede a mayores nivelcs de esco­Iaridad, la que produce una vcrdadera explosion educativa en Ia pro­vincia. Entre 1956 y 1970, el numero de estudiantes secundarios en Huanta se cuadruplica. En 1956 habfa solo 317 alumnos en dos plante­les: los varones en el "Gonzalez Vigil" y las mujeres en cl "Maria Auxiliadora". En 1970 eran 1,350 secundarios, que contaban, ademas, con cuatro nuevas instituciones de nivel superior a Ia primaria: un co­legio secundario nocturno, un colegio industrial, ambos mixtos, y una

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en 1963 (Gall 1976:46). En tanto todos los escuela Normal fundada a ital rovincial, los alumnos secun-planteles se encontraban en Ia c p p bles de la mitad del aumento darios alli concentrados fueron rcspon:a 1961 y 1972 (Gall· ibid.). de poblacion de la ciudad de Huanta en e ,

. . '1 cuantitativo. Por esos aiios la enseiianza EI crec. Imtento, no eral so~ 1 "Qut'nto aiio del Vigil era casi preu-1 V. ·1 1 anzo un a to mve .

en e •g• a c . . , solo dos no ingresaron ... porque note­niversitario, de mi promoc•.~::e fene palabras de reconocimiento nfan rec~rsos", recuerda Wt r q~o~e~es contaban con el apoyo de los para vanos de sus pr~fesores. ~os ~u eriores en Lima, agrupados en el ex-alumnos que seg~tan estudws . ~'mandaban obsequios para pre­Circulo Univ~rsitano Huantabof~:~ de viaje a Lima, colecciones de li­miar a los meJores alu~nos ... iversitarios: "organizaban eventos bros" (Wilber). En ocaswnes, los u~ Municipal condelegados[secun­enHuanta,recuerdounoenelConceJO d'scuti6 sobre la creacion del darios] de Puquio y Coracora, en qu,e se I departamento de Los Andes38" (Fermm).

, ·uvenil con alto nivel edu-Se fue conforn:'ando ast ~na ~u~v~ ~~~~ hijos de campesinos co-

cativo e ideas radtcalcs. Alh con ma ed' s hasta algunos hijos de la · ., es de capas m Ia ,

mo Cavalcanti o )Oven t b nuevas ideas Esas nuevas vicja clase terrateniente, 9u~, ado~ ':n:~dos pcdagogi~os tradiciona­ideas entraro~ en contradtcct~ne~~ole io. Porque es de mencionar que les, que todavta eran fu~rt~s, e . 1 J nzalez Vigil, comenz6 en rea­la nueva oleada de agitacwn en e o Jidad en 1968. Es que:

. 1 E NN era un aprista acerrimo ... "La autoridad era muy vertlca . I se s· te hada parar alii debajo , . f'sicos a los a umno ' d 1 sometla a castlgos. 1

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de rodillas cargan o a-de la campana una ho~a, no t; dmu:~~~miento ... aquel que llegaba drillos. Eran unos cast1gos as1 e , (Od, ) tarde ya era pues flajelado con un fucte. . . on .

El trato, "casi feudal segun on, p " , Od, rovoco una respuesta de los es-tudiantes:

p inacochas cada vez mas articuladas 38 En las provincias de Lucanas y . ~r h dec~das la idea de conformar a la costa y menos a Huamanga, surgiO a~~o pero encendio pasiones, en es­otro departamento, Los Andes, que no prosp pedal en cfrculos ilustrados.

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"Hay un movimiento para elegir una Junta Escolar ... Compiten dos listas, una identificada como prochina y otra promosco... Gana Ia que tenfa cierta simpatfa con el grupo de los chinos ... Pero una cosa bien interesante: es la primera vez que se hace una elecci6n libre y secreta, casi se imita a las clecciones nacionales, con su tinta inde­leble, todo ... Esto se les ocurre mas a los propios estudiantes ... sf, a los militantes del partido [PCP Bandera Roja]" (Od6n).

Estamos presenciando los inicios mismos de un proceso de radica­lizacion politica. Hay alumnos que pertenecen ya al PCP Bandera Roja pero que, al mismo tiempo, promueven una eleccion libre y secre­ta a imitacion de las nacionales. No se advierte todavia Ia contra­posicion absoluta entre "democracia formal" y "democracia directa", que se impondni despucs. La espontancidad era todavia un ingredien­te importante: "era mas una simpatia a lo rojo, no quizas tanto a Ia doctrina, no ... Por ejemplo, pintar carpetas de color rojo era una provo­cacion a Ia autoridad" (Odon). Pero al menos para algunos, Ia adhe­sion no era exclusivamente sentimental. Por esos mismos anos:

" ... el sindicato de maestros organizaba charlas bastante concu­rridas, sobre todo por j6venes. Una vez lleg6 el propio Abimael Guz­man a dar una charla sobre el caracter semifeudal y semicolonial del pafs. Lo vf, bien joven, de esa epoca deben ser las fotos que ponen en los carteles". (Od6n).

Los alumnos mas politizados, que por lo general eran tambien los mas urbanos, difundian a su vez lo aprendido entre los mas rurales: "mira, hablabamos de los contenidos de Politzer por ejemplo: sobre materia, sobre idea, clases sociales, alguna conclusioncs de Ia V Con­ferenda Nacional [del PCP Bandera Roja]". Odon reconoce que se expresaban "en foma muy mecanica" y anade: "repetiamos las catego­rias sin conocerlas bien, tipificabamos al gol;>icrno de facista pero no sabiamos bien que era eso ... " EI se refiere a un grupo de militantes ju­veniles del PCP-BR, alrededor de quince, que van a constituir el nu­cleo mas dinamico del movimiento en Huanta:

"Ahf estan universitarios [huantinos] que vienen y empiezan a en­cuadrar a algunos, pues, en la politica partidaria. Entonces les dan tareas: sector campo, volanteos sobre problemas que hay en la ciu­dad, eso fundamentalmente. Pero no s6lo [son] de San Cristobal, yo

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veo que hay gente alii, creo es de la Cantuta39, _huantinos claro. Pero parece que hay una concordancia entre los que VIenen de Huamanga Y los de La Cantuta, incluso partidaria, parece que no se ha encontrado de casualidad" (Od6n).

Son ellos los que el12 de junio impulsan Ia constitucion del Frente Unico de Estudiantes de Huanta (FUEH). Cuando Ia huelga ~stalla, son ellos los que se ponen a Ia cabeza y, especialmente los _pn_meros dias, marcan el paso del movimiento. Asf, cuando el 11 de JUmo una reunion de padres de familia aprueba suspender temporalmente Ia huelga, los estudiantes desconocen el acuerdo _y, sobrepasa~do por lo menos a un sector de sus propios padres, deCiden prosegmr la lucha (vease: cap. IV).

Si algo va a caracterizar a ese nucleo es su ostensible soledad o, si se qui ere enunciarlo de otra forma, su alto grado de inde:J?Cnde~cia. ~o­mo ya mecionamos, en Huanta existia_ desde tiem_po atras una tzqmer­da vinculada al PCP con presencia mas o menos tmportante en las co­yunturas electorales. Pero entre ellos ~~as nuevas generaci.~nes se pro­duce una ruptura significativa. Los dmgentes del 69 son J~venes, con apenas cierta vinculacion: " ... con un par de artesanos ... arm~tades que sirven en algun momento. Gente militante del PCP en los ano 30, que apoya en alguna que otra cosa, papeles, coordin~cion" ~F~in}. Es que a nivel nacional en Ia division del PCP entre prochmos y pro­sovieticos", los prim'eros se quedaron con la mayorfa de Ia juventud. Como seve, Io mismo parece haber sucedido en Huanta.

Tampoco los maestros parecen haber ejercido en ese e~tonces una influencia politica decisiva sobre sus alumnos. c:uando_ Odon recuerda los afanes para elegir Ia junta escolar en 1968, preCisa que.

"Hay profesores que aceptan, que miran que esta bien lo qu~ h~ces. Pero metidos, no. A pesar que algunos son egresados de San Cnstobal. Incluso conversamos con algunos tratando ~e ~dir ap~yo. · .pero su apoyo era muy mesurado, muy cuidadoso, as1 a dtstanCia .

39 Se refiere a Ia Normal Superior, que adquiri6_ }ue.?o ~tegorfa ~i­versitaria y es hoy Ia Universidad Nacional _de Educac10n Ennque Guz~an Valle". La ciudad universitaria se halla ubtcada en La Cantuta (Chostca), nombre por el cual se le conoce comunmente.

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En Ia mayoria de casos, parcciera que el compromiso polftico de los maestros se limitaba, por ejemplo, a Ia organizacion de conferen­cias. La radicalizacion polftica del magisterio en Ia region parcccrfa haberse masificado recien en Ia decada de 1970. Mientras tanto, adelantados a su tiempo, los secundarios huantinos soportan Ia sole­dad de los precursores.lQue factores Ia agudizan?

En primer Iugar, Ia reapertura de Ia universidad produjo una bre­cha generacional muy abrupta en Ia region, especialmente en los sec­tores populares. Pero Ayacucho era sede de Ia universidad y del CR "Jose Carlos Mariategui" del PCP, donde desde 1962 militaba Abi­mael Guzman. La juventud podia encontrar aUf nuevos rcfcrentcs po­Hticos, que tendfan a cerrar Ia brecha gcneracional. En Huanta, por ei contrario, Ia ruptura se produce sin atenuantes. Pero solo a nivel ideo­Iogico y politico, no a nivel social. Porque es en Huanta donde se ad­vierte con mayor nitidez Ia gcstacion de un bloque estudiantes-padres de familia, diferente al bloque estudiantes-catedraticos que motori­za, por ejempo, el FER de San Cristobal. Por cierto que en Ia conforma­cion de aquel bloque intervinieron otros factores que ya mencionamos: Ia fortaleza del movimiento campesino; ei apresamiento de su asesor legal. Pero es conmovedor escuchar los relatos de estudiantes de enton­ces, preocupados por movilizar a campesinos que para ellos no son una "clase revolucionaria" en abstracto, sino paricntes y con frccucncia pa­dres.

Si bien los jovenes se encontraban solos, no eran totalmene inex­pertos. "Cantuteros" y "cristobalinos" experimcntan en su pueblo na­tal, como en un Iaboratorio, Io aprendido en sus respectivas universi­dades de sus maestros-dirigentes polfticos. Y Iogran un sorprendente grado de organizacion. Primero, a partir de 1968, en los coleg~os:

"Usabamos a los brigadiercs de cada seccion como punto de contacto con el salon ... cntonces habfa casi un control vertical y a la vez hori­zonal en el trato ... era un control quiza formidable, ideal de un parti­do ... " (Odon).

Lucgo durante el propio movimiento del 69: i

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"Organizamos gcnte que nos ayude para dirigir el movimiento. Incluso como hacerlos marchar, ir controlando de los costados para que nadie provoque. Habfa una disciplina pero excelente, nunca he visto un movimiento asf. Era una obediencia a la directiva que se les daba. Habfa una division del trabajo. Quienes iban a hablar en tal esquina, tal hora o tal manana, a veces hacfamos m_ft_ines relam­pagos. Todo el grupo [de militantes) era el que plamflcaba. Cada noche nos reunfamos, evaluabamos como avanzabamos". (Odon).

Los j6venes militantcs adquieren, ademas, cierta experiencia en el trabajo campcsino. Asi, en Ia primera demostracion de fuerzas del movimiento, el mitin del 10 de junio, los muchachos echan mano a todos sus recursos:

"Convocamos el mitin en alianza con los campesinos .. Como son bastantes estudiantes, vuclan como palomas y se utiliza a los mu­chachos de acuerdo a su Iugar de origen. Allf ellos a las gentes les co­noccn y les convocan para el mitin ... Y tambit~n se contactan con los gobernadores en cada pago. A cada pago se invita ... tambicn se utiliza a campcsinos que tiencn prestigio". (Odon).

Los estudiantes buscan pucs romper su aislamiento en Ia locali­dad, y Io Iogran. Pero sigucn aislados en Ia region:

"Lo mas diffcil fueron los primeros dfas porque estabamos solos. Ha­cfamos movilizacioncs todos los dfas esperando que en Ayacucho prendiera. Esos diez dfas nos desesperabamos, franc_amente. Nos mi~ rabamos las caras y nos dabamos cuenta que estabamos solos. S1 segufamos solos advertfamos que fbamos a morir pronto, o desapare­cer como movimiento. NN nos decfa: Uds. son localistas y van a fracasar" (Odon).

Los muchachos no eran Iocalistas. Por el contrario, trataban de proyectarse no solo hacia Ia capital del departamento, sino hacia toda Ia region:

"Mandabamos algunos compaii.eros a Ayacucho para que conversen, otros a los pueblos de Huancavelica, hasta Huancayo. Se iban con su

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propia plata, casi como unas vacaciones. Volvian a los cinco diez dias, diciendo que se habian formado asociaciones pero nada m~s no prendia el movimiento". (Odon)40. '

Hasta que por fin, nueve dias despues de iniciada Ia huelga en Huant~: " ... de! Mariscal caceres algunos se le escaparon a [Abimael] Guzman, reahzaron su asamblea con los del 'Guaman Poma' ·y pre~dio!" (Odon) Las razones por las cuales Odon cree que los secu~­dan~s ~yacuchano~ tuvieron que escaparsele a Guzman para que el ~oVImiento prend1era en Huamanga, tienen que ver con las Iuchas I~temas que ~m esos aii.os atravesaba el PCP Bandera Roja y que ana­hz~r~mos mas _adelante. Bastenos decir por ahora que los jovenes achvistas huantmos no eran del agrado de Ia direccion regional con sedeen Ayacucho.

. Un elemento insospechado contribuyo a encender los animos de Ia JUVentud huam~n_guin~. Si bien los enviados de Huanta no Iograron el apoyo del Com1te Regional, encontraron un aliado inesperado en un modesto pero ubicuo elemento de Ia modemidad:

"Pediamo~ .c~si a ,gr~t~s el ~P?YO de Huam~nga, y quiza llega como una bendicion ~s1 diVma, dma, ~ara el movimiento y para nosotros. Iue9a un papel1mportante Ia rad1o. Hay un noticiero a mediodia que I~dm~~~amente te pone en contacto Ia situacion de Huamanga con Ia s1tuac!?n de Huanta. 0 sea al dia esperabamos pues habia una conex10n estrecha" (Odon). '

Lo que Odon no sabia era como las noticias de lo que sucedia en Huanta llegaban a Huamanga. Es tiempo que lo sepa: "yo aquella fe­cha colaboraba como corresponsal de radio 'La Voz'. Entonces todo lo qu~ los ~uelguistas hacian, yo despachaba para alia, permanente". Qmen as I se expresa es Mario Cavalcanti.

. Hay que tener en cuenta, ademas, que Ia universidad estaba de va­caciOnes, lo cual otorgaba una cierta mayor autonornia a los estudian-

. ~ Ramos Y Loli reconocen tambil~n el activismo regional de los huantinos Aue. · · .para desarrollar sus luchas, se movilizan hacia otros Jugares como y~cucho, Huancavelica, Cangallo y Ocobamba. . . "(op.cit. 83). Su ~pinion

es Importante pues se ubicaban entonces en una posicion discrepante con el grupo de Huanta.

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tes secundarios, en otras circunstancias subordinados a Ia mayor expe­riencia e iniciativa de los universitarios. Por otro Iado, no sabemos en que medida como parte del proselitismo huantino o de manera espon­tanea, el movirniento prendio en otra provincia, Cangallo, aunque de manera solo temporal. En efecto:

"Un caso especial es el del colegio "General Cordova" de Vilcas Hua­man. Desde el dia 11 de junio, los estudiantes se declaran en huelga indefinida pidicndo Ia dcrogatoria del OS 006, o sea, antes que en Huamanga. Sin embargo, frcnte a las amenazas de Ia policia local, faltando unos dias para el 21 de junio, dentro del pliego de reclamos enviado a Ia Jefatura Zonal dan un giro, pidiendo como cuestion cen­tral Ia destitucion de algunos profesores incapaces" (Ramos y Loli 1979: 86-7).

De esta forma, Ia nueva generacion reconfigura el mapa regional de las luchas sociales, quebrando, como dijimos, la oposicion entre los ejes Huanta-La Mar vs. Huamanga-Cangallo.

Otro cambio que se advierte es que, conforme el movirniento po­pular acentua el caracter independiente de su movilizacion, el mapa social de la region se recompone yen sus puntas mas urbanas adquiere un cierto perfil "clasista". En el movimiento de 1969 esto se advierte, por ejemplo, en las diferencias entre planteles Iaicos y religiosos, donde se educaban la clase media y los reducidos nucleos dominantes de la region. En Huanta nose une en un principio ala huelga el cole­gio "Maria Auxiliadora". En Ayacucho nolo hacen el "San Juan Bos­co", el "Maria Auxiliadora", las Mercedarias y las Dominicas, aun­que estas ultimas muestran cierta simpatia y Ilegan a apoyar moral y econornicamente al movirniento.

3. Las "alumnas conscientes"

Los j6venes activistas huantinos, exclusivamente varones, no solo tra­tan de romper su aislamiento tendiendo puentes hacia el campesi­nado y hacia sus pares huamanguinos. Lo primero que tienen que rom­per es su enclaustramiento masculino. Allf estan, en el "Instituto In­dustrial Femenino N2 49" y en el colegio particular religioso "Maria Auxiliadora", las estudiantes mujeres sin las cuales la huelga nunca

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sc'ia total. La pa'ticipaci6n de las j6voncs llega a scr significativa y en Ia forma en que se suman a Ia huelga, aflora el lado mas adoles­cente y fresco del movimiento. Da Ia impresion de ser literalmente una iniciacion. Las de origen mas campesino entran decididas. Las ur­banas de sccto<cs mcdios ent<an timida, pa'cialmente y con un cicrto candor. Hay, pues, una diferencia notoria:

"Las chicas del Industrial sf participaban de igual a igual... Esas muchachas son cien por ciento de extraccion campesina ... Pusimos a una a la cabeza del FUEH. Ella no sabfa los tejes y manejes que habfa por abajo, no se, tal vez le gustarfa figurar. Pero era valiente y hablaba en los mftines." (Odon).

La incorporacion de las alumnas del Marfa Auxiliadora, por el contrario, adquiere ribetcs de novela costumbrista. Desde un princi­pia los vamnes trntan de convencedas de que se plicguen a Ia huclga, pero las monjas-carccleras, las influencias familiarcs y su propia for­macion se lo impedfan. La presion de los jovenes induyc movilizacio­nes hacia el local del colegio religioso. Segun Ia cronica de Narra­ci6n, en Ia madrugada del dfa 13, posiblcmente exasperados pot la re­sistencia pm!ongada de las monjas y Ia indecisiOn de las cducandas, "un grupo de estudiantes intenta qucma, las puertas del colegio". Los recuerdos de Odon son alga diferentes:

"No hubo vejacion. Lo unico que hicimos fue una cosa: asaltamos el local del Marfa Auxiladora ... pero es que la represion contribuyo. Sucede que empezaron a lanzarnos bombas lacrimogenas y como esa calle es tan estrecha, entonces mucha gente entro al colegio. Claro, los estudiantes entran para sacarlas pues ... pero las chicas que lo cuidaban las monjas nolo dejaban salir. Total que tienen que salirse las muchachas a la fuerza por las bombas lacrimogcnas. Ya ahf se aprovechan la mala fc de esa gcnte para hacemos aparecer como gente asf antisocial, vandalos."

Ese incidente genera una nueva dinamica: los jovenes pasan de Ia compulsion a Ia seduccion, que en sus momentos mas intensos recuerda en algoa las viejas historias de Romeo y Julieta ... o Ia Dama y el Va­gabundo. En cfccto, en mcdio del crescendo CS!udiantil, poco despu<'s de los incidcntcs del 13, cin:ulan en Huanta octavillas finnadas po' Ia Promoci6n 1969 del Colcgio "Mada Auxiliadorn" en las cualcs exprcsan su "encendida protesta" contra los estudiantes que siguen

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. " Las alumnas piden "n ... ,,..,., I bl h rmanas a tern "'nstrucciones de elementos ex~.remiist_taspo. que niegan halx•r rol,tl•"

para las res pet~ :s e d. til (Castillo 1972: An 27). rado con el movtrmento estu tan

. . volante en el cual St' hur I FUEH es fulmmante. un I. La respuesta de " "Pensamos que en este momento Y•' ( ( Ia

n de Ia "encendida pro testa.· I go Ianzar su dardo mas VI' ben estar carbomza as, ' . d " diccn para ue

nenoso: _ afirman no ha-ll s companeras. · · " ... en el colmo de Ia mcntira, ~~u~e~ensa de Ia verdad, nosotros los

ber colaborado con nosotros. 'b'do ayuda ccon6mica y un~ bandera miembros del FUEH hemos rcct I afieras estan incumphcndo ~(~~ de scda de parte ~c. ell~~· Es~a~~~;;y falsos testimonios ni mcntir. aquel m~~dato dtvmo. no e (Castillo zbid.). .

hallaban divididas. SOlo una rmno­En realidad, las alumnas se reli iosas asediadas r~ciben ~poyo

ria participaba. El mart~s ~~~ ldas ex-!Iumnas del Colcgw Mana Au-E d, Ia asoCiacwn e . externo. se ta, . do en el cual protestan por. xiliadorn emile un comumca . de los

I olcgio y en agravJO " los actos vandalicos contra c l~ente vivcn horas de zozobra s~criikadas hennanos, qu~en-:;:~~~a minUscuta tu,bamutta q~~ en 1: or el irrcsponsable procc er ado a! extremo mau I o

P drugada del viernes 13 ha lie~ ue dfas antes lo apedrearon ;;;:tcndedn~ndia> elmlegio, lue~~a:aqlos religiosas ... c~n los q~e sin rcspeto alguno ~ m~~n~;o~e~da de gratitud". (Castillo op.at .. Huanta tiene una msa a

An. 26). Huan-.. fantasma que atormenta a

Las ex alumnas alud~n a u_n VIe~~ campesina. Asf, advierten con­ta a lo largo de su histona: Ia mvaswn tra aquellos que: .

d de los campesmos, tra-" aprovcchando Ia smcer~ d I campo con los de a cm ' . . dad y honra ez I . dad ta~· de enfrcntar a los habJtante~- ~lode tiempos superado~.Y que propiciando el bochorn_oso csp_cc C:ec un pueblo incivilizado. . . (Cas­confieren a Huanta Ia fisonomJa tillo ibid.). . ..

d s de familia a que despreCien ... El documcnto invoca los pa :e con perverso sadismo, quieren ·nas de qmenes, las insinuaciones mezqm

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llevar a Ia juventud al climax de su destruccion," y termina expre­sando:

" ... nuestro mas profundo desagravio a todas y cada una de las re­verendas hermanas del colegio en Ia persona de su muy digna di­r~tora Sor Rosa Julia Rivas Gonzalez del Valle, dandoles Ia segu­ndad de que los atropellos de que han sido vfctimas, no representan d~ modo alguno Ia expresi6n consciente y el sentir de este pueblo hidalgo de Huanta que las tiene en Ia cuspide de sus devociones". (Castillo ibid.).

"Esa organizacion de las ex-alumnas no era otra cosa que un grupo de beatas:·, ~ememor~ O~o~. En todo caso, las beatas avivan el fuego de Ia poleffilca. AI d1a s1gmente el FUEH aclara en terminos bastan­te duros el comunicado de las ex-alumnas (Castillo op.cit.: An. 28). Pe­ro su respuesta no es lo mas importante pues ese mismo dia aparece otro comunicado firmado esta vez por "las alumnas conscientes de Ia Promocion 1969 del Maria Auxiliadora", que se dirigen a Ia opinion publica para preguntarle a sus compafieras, que se niegan a apoyar el movimiento "por principia":

".·.:?que principi~s son aquellos?, ;,n~ podemos por amor a nuestros pro)tmos compartJr con el pueblo su JUSta protesta, quien se niega a pagar losS/. 100 mensuales que afectan su pobre economfa?" (Cas­tillo op.cit.:An. 29).

Luego, Ia confesion definitiva:

"Nosotras no podemos negar en ningun momento el hecho de haber colaborado con los estudiantes huelguistas moral y econ6micamente; prueba de ello es Ia donaci6n de cierta suma de dinero y Ia confecci6n de una bandera de seda, Ia misma que fue obsequiada a los estu­diantes para su gran mitin". (Castillo ibid.).

"Si, nos dieron una banderola", confirma Odon. Un sector de elias colaboraba con el movimiento, "pero clandestinamente", afiade:

"Era como un romance secreto que tenfan con nosotros ... como un am or oculto asf... Posiblemente algunas hayan sido amigas o militantes del partido, no se. Eran chicas que no tenfan nada que pedir, Io harlan por solidaridad ... ".

Los actores sociales 143

AI dia siguiente el pronunciamiento fue saludado con al~rozo por el FUEH, que acordo: " .... apoyar y respalda~: tanto matenal y moralmente a las alumnas conCientes de Ia Promocwn 1969 ... [y asegu­rarles] que nuestro FUEH esta dispuesto a recibirlas en su seno ... " (Castillo op.cit.:An.30).

Dos dias despues se desataba Ia tragedia. Mas alia del aire de travesura adolescente y del color local, de pleito de pueblo chico, el intercambio de comunicados muestra como Ia educacion corroe en Huanta las relaciones tradicionales entre clases, generos y genera­ciones. Los j6venes de sectores populares toman Ia iniciativa y reve­lan cuan obsoletos estaban.Ios viejos parametros de estratificacion: Ia ideologia terrateniente y el tipo de religion que Ia sustentaba.

"En realidad no se por que se fueron las monjitas a! ai'i.o si~uien.te, diciendo que las habfan vejado. Nunca atacamos a las .. monJ~S, solo presionamos para que las alumnas se plegaran a Ia huelga . (Odon)

4. La nueva genera cion: Huamanga

Mientras tanto, en Huamanga los huantinos tenian el apoyo de algo mas que un noticiero radial. Algunos de ellos habian logrado cargos directivos en Ia poderosa federacion de estudiantes universitarios (FUSCH), incluyendo Ia presidencia. Desde esa estrategica ubicacion trabajan por romper el aislamiento de sus paisanos en huelga:

Volanteabamos a nombre de Ia FUSCH ... cosas descriptivas de lo que sucedia en Huanta ... colegi? por coleg_i~ en las _noc~es ... Vi~ Ia FUSCH, que tenia recursos, temamos movtltdad, mtmeografo, dme­ro, ;,no?'' (Wilber).

Pero al margen del activismo huantino, Ia combatividad c~ecia entre los secundarios huamanguinos, apenas sofrenados por Ia achtud mas bien moderada del Frente de Defensa, orientado por el Comite Regional del PCP, que tenia sus razones para tratar de morigerar Ia Iucha, demorarla o, en todo caso, esperar que el movimiento se articu­le a nivel nacional (vease cap. XIII). Sin embargo, el espiritu beli­gerante de los estudiantes pareda sobrepasar Ia. simp!~ indig~~cion por el recorte de Ia gratuidad de Ia ensefianza. D1era Ia 1mpreswn de

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i.,

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una energia generacional contenida, que necesitaba desfogarse. Por­que tambien Ayacucho expcrimentaba una expansion vertiginosa del estudiantado secundario. En 1940 solo existian dos colegios nacionales en Ia ciudad; en Ia epoca de las revueltas contra el DS 006 ya habia trece, mas otros cinco centros donde se impartia educacion de nivel superior a Ia primaria (Gall1976:45).

A esa expansion se sumaba Ia presencia de Ia universidad, que influia en Ia educacion secundaria no solo creando un nuevo clima in­telectual y politico sino, ademas, directamente a travcs de los Plan­teles de Aplicacion "Guaman Pomade Ayala", donde hacian sus prac­ticas los estudiantes de Ia Facultad de Educacion de Ia UNSCH. y· muy cercanamente, a traves, por ejemplo, de Ia academia pre-univer­sitaria que dirigia Ia FUSCH, influida por el FER. Alii morian los intentos de los restos de Ia elite tradicional para formar intelec­tualmente a las nuevas generaciones huamanguinas:

"El cura Secco [dominico] intento nuclear a los muchachos demo­cristianos y adoctrinarlos. Como habfa Ia academia de preparacion del FER, entonces aparecio otra academia que funcionaba en cl cole­gio Don Bosco. Ahf han querido competir, pero los hicimos papilla. Porque ademas, cuando entraban a Ia universidad pasaban por el Cicio Basico, y esa era una trituradora [political pues ... "

Nuevos vientos soplaban entre los adolescentes huamanguinos. La "fraccion roja" lo advierte y destaca cuadros para el trabajo entre los secundarios. Ellos son los que impulsan Ia formacion del Frente Unico de Estudiantes Secundarios de Ayacucho (FUESA). Por eso, cuando Odon afirma que los jovenes huamanguinos "se le escapan" a Guzman, su apreciacion es exagerada. Lo que si es cierto es que Ia "fraccion" no priorizaba en esos momentos Ia lucha por Ia gratuidad, y que posiblemente por eso mismo no logra prever Ia dinamica que se desata cuando, finalmente, el 13 de junio los estudiantes del "Maris­cal Caceres" y del "Guaman Poma" se reunen en el estadio "Leoncio Prado", constituyen el FUESA y declaran una huelga que prende como reguero de polvora. La medida adquiere tanto o mas vitalidad que en Huanta. Lo reconoce el propio Wilber, huantino: "Si, participan los barrios, pero quienes salen a Ia confrontacion mas directamente son los muchachos, increiblemente escolares con un nivel de audacia asi extraordinario. Desde esa fecha me sorprendieron".

I

Los actores sociales 145

Es que Ia juventud huamanguina compar~ia muchos_ rasgos con sus vecinos de Huanta, pero tenia varias ventaJas: era mas numero~ Y tenia el ejemplo de los universitarios en su propia casa. n:~de el pnn­cipio, Ia represion en Ayacucho fue mas violcnta. Y tambte~ I? fu~ Ia respuesta estudiantil. Asi, el primer dia de huel~a~ Ia .~ohcta htere de gravedad a un estudiante, precipitando Ia par~1c1pac~on del Fren­te de Defensa en el conflicto. Desde entonces, a dtferenna de H_ua.nta donde luego del gran mitin del 10 los estudiantes quedan ~rachca­mente solos hasta el dia en que entran en escena los cami?~smos, en Ayacucho van a contar con el apoyo sostenido de. I~ poblaoon urbana en una Iucha particularmente virulcnta. Tran~nbtmos e~ relato que hace Rafael Alarcon Tipe de los sucesos del vternes 20, vt~pcra de Ia masacre. El amplfa la cronica que ofrccimos e~ ~1 capttulo :v ~ revela Ia intcnsidad, Ia furia dirfamos, del movtmtento estudtanhl en Ayacucho:

"A partir de Ia 1:30 p.m., cuando regresaban de su marcha por San Juan Bautista, los estudiantes entran en una franca luc~a cuerpo a cuerpo con Ia policfa [que] ... empczaba a per?er y vwndo .a sus heridos emprenden Ia retirada disparando a! ~Ire. Los estud1antes segufan persiguiendolos, pero por Ia retaguard1a ... aparece un con­tingente de alrededor de 60 policfas, que [los) sorprende. Pero ellos se dividen en dos y repclen el ataque hasta hacer retroceder ... a Ia P?­licfa hasta Ia comisarfa, donde son cercados por todos los !ados sm tener escapatoria.

La policfa impotente de contrarrestar. Ia ofensiva de l~s. estudia~tes no pudieron resistir, debido a! agotam1e~to de sus mumc10nes, y sim­plemente se defendfan con hondas y piedras desde los te~ho~ de Ia comisarfa. Mientras tanto en Ia calle, Ia puerta de Ia comtsana Y el carnian de Ia GC eran incendiados por los estudiantes. AI ver to?o e~­to los policfas en un esfuerzo supremo, salen y apagan con exti~gm­dores y costal~s humedos Ia puerta y el c~n;ion. ~n este sofocam1ento del fuego caen varios heridos de I.a poiiCia, :mentra.s que l~s. estu­diantes toman las principales artenas de Ia ciUdad sm permltu que carro alguno transitara las calles.

Ese dfa fue un total dominio de Ia ciudad por parte de los estud~an­tes y el pueblo hasta las 10 de Ia ~oc~~' hora donde ya los estudia~­tes se encontraban agotados, sem~asflXlados por tantas bomba~ l.a~n­mogenas y con muchos heridos. Se retiraron enton~es a sus dor~uCihos, y quedaron perqueii.os destacamentos en las esqumas para ev1tar que

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la policia salga a la calle. Pero la policia se organiza nuevamente y salen de tres locales. A vanzan a fuego de metralletas y bombas lacrimogenas y toman la ciudad casi sin resistencia. Los estudiantes se retiran lanzando piedras y bombas molotov, y desaparecen en la oscuridad de la noche. Asi la policia toma la ciudad". (Alarcon Tipe 1976: 14-15).

Es muy posible que haya sido Ia violencia de esos enfrentamien­tos lo que decidiera a las autoridades a una ofensiva total, precipi­tando Ia redada que pocas horas despues termin6 con el apresamiento de Ia dirigencia en pleno del Frente de Defensa del Pueblo y provoc6 el estallido popular en Ia ciudad.

Tambien en Huamanga los j6venes son pues el detonante, los que estan en Ia primera linea del enfrentamiento y los que ponen Ia san­gre: tres de los cuatro muertos del dfa 21 son estudiantes. Justo es decir que empalman con un pueblo organizado, que sale en su defensa demo­do practicamente unanime.

5. Las "compaii.eras indefensas"

El FUESA naci6 tambien como organizaci6n mayoritariamente mas­culina, si bien contaba en sus filas con algunas alumnas del colegio "Guaman Poma". Pero encontr6 menos resistencia en su afan de incor­porar a las j6venes al movimiento. El propio dfa de su constituci6n, una vez realizada su asamblea general en el estadio, los alurnnos de­clarados en huelga recorren la ciudad. Su objetivo final; el colegio de las Mercedarias. En el camino, pasan por ellocal del Instituto Indus­trial Femenino N2 43.

". . .donde el secretario general y algunos dirigentes del FUESA piden a la directora que sus alumnas deben acatar la huelga ... La directora se neg6 arguyendo de que no tenia ninguna autorizaci6n, ni orden de la autoridades educacionales para suspender las labores ... Los estudiantes presionaron y amenazaron [con) responsabilizar de todo lo que ocurriera en ese momento a la directora, que ante ese he­cho ... se vio obligada a suspender las clases y soltar a sus alumnas, [que) marcharon juntamente con los estudiantes en huelga ... "(Alar­ron Tipe op.cit.:S).

Los acto res sociales 147

El grado de coercion es signi_ficativo. Los manifestan~es. Began asi al colegio de las monjas Mercedanas, donde la escena se rep1te.

"Una delegacion ... entra donde la madre S~perio~ a conversar so­bre la huclga, quien comprendi6 y .. _.ordeno la salida de sus alum­nas Luego la madre Directora dono la suma de 200 soles oro para los ·ga.stos de comunicados o volantes; y manifesto q~e estaba de acuerdo con la lucha de los secundarios" (Alarcon Tipe op.ot.: 6)

La multitud a esas alturas mixta, continua su marcha por la c~u­dad pero subit~mente es agredida por la policia que: " ... sin med1ar pal;bra alguna ... abre fuego con bom~as lacrim6genas,Y varaZ?s d~n­de se encontraban los ninos y estud1antes en general (Alarcon T1pe ibid.). Pero la policia seve obligada a retroceder:

" ante Ia furia de los estudiantcs que atacan por todos los flancos ... ~~a defenderse y defender a sus compafieras, indef~sas, ~ue . se

~sfixiaban con los gases de las bombas lacrimogenas (Alarcon T1pe op.cit.:7, subrayado nuestro).

Es impresionante la transformaci6n de las j6ven_es, por cierto no necesariamente positiva: protegidas por sus companeros varone_s e~ 1969 comandantes guerrilleras o integrantes de "comandos de amqu~­lami~nto" veinte anos despues. En el intermedio, mucha agua ha_ cor~­do bajo los puentes. Por una parte esta la experienc_ia ~~ la umversl­dad en los anos 70; por otra, la voluntad de SL pa~a l~Cldlr en elias de deterrninada manera. y asf nos encontramos con el s1gmente actor.

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CAPITULO X

La participaci6n femenina

El grado y las formas de participaci6n femenina en los movimientos sociales cstan todavia en gran medida por estudiarse. En Ayacucho, una lectura muy incompleta y preliminar de los tres movimientos mas importantes de la primera mitad de siglo, tanto urbanos como rurales, muestra que la mujer jug6 un papel destacado, a veces clave, especial­mente como detonador de las movilizaciones. Recordemos como el movimiento urbano de 1917 contra la introducci6n del papel moneda, se inici6 a partir de una huelga de las vivanderas del mercado, que se negaron a aceptar los "chequecitos" de 50 cts. (cap. VIII). Cinco afios mas tarde, el incremento de los arbitrios municipales desencaden6 otra vez la protesta. Como vimos, seis mil pobladores de los barrios circundantes marcharon hacia el centro hist6rico de la ciudad. El re­dactor de La Hormiga hace el siguiente comentario:

"Pero falt6 a esas masas una direcci6n inteligente. ,Que clase de manifestaci6n pretendieron realizar? ... ,Deseaban protestar sobre los arbitrios. . .? Bien, pero nuU.ogr6 ese intento justo y feliz la intervenci6n femenina, desorientada, provocativa y neraiosa. Debi6 haber sido cuesti6n de hombres, mientras que las mujeres hubiesen quedado en casa, ultimando el almerzo, Un 'meeting' masculino, pre­via autorizaci6n de la Prefectura ... no hubiera degenerado -estamos seguros- en ningun acto vandalico, sino que al contrario habria teni­do lugar dentro del mas perfecto orden, y se hubiese evitado, de esta manera, los sangrientos sucesos que han enlutado y dejado en la mise­ria varios hogares de la gente del pueblo" (Castillo 1972: An. 5, subrayados nuestros).

[149)

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150 Carlos Ivan Degregori

. Pero si las mujeres se quedaban en Ia cocina como su eria La Hor-mzga, tal vez los hombres se hubieran quedado tamb· , g I II el nego · 1 · 1en en e ta er

CIO o a cantma y no hubiera habido ningun "meeting" El t ' ~::ent~ de 1917 en Ia propia Huamanga, 0 episodios como el ~ot~n ;~ f muJeres de Aba~~~y, que Arguedas relata en Los Rfos Profundos re-uerzan esta supostcion. Las mujeres urban I ' ~~:n ~n pe

00rfil ~Jnico y ocupacional muy se~~fn~ea~~~:~a::r~z~~~

rgu as , son cholas· pequefias c · · artesanas. En todo caso · ·

1 . omerCiantes, VIVanderas,

. , d ' SI para e cromsta de La Hormiga Ia inte cwn , e las mujeres result6 "desorientada rovocativa ~e~-podnamos pensar, mas bien que en deterrrtinpad . y nervwsa ' It , . . ' as Circunstancias elias resu an mas mtranstgentes y radicales que los varones.

afio:i~t~:~~%:~ el movimiento ~ampesino mas importante de esos

in~f~enas, pa~ecen eh:~:;3~~:pr;;~~e~:~~~e~s:~ ;:;J~~~~~~!~s ~~~ cromca aparecida en El Tiempo de Lima asf lo hace cons tar: .

"EI dfa 24 del mes proximo p d r . l los distritos de Anco y Ch a.sa 0

. JUmo se sublevaron las indias de inhurnana d ., d I unguz, qurenes rnaltrataron de 'orrna cruel e

' eJan o os mortalmente h ·d 1 1 1'

de Anco ... y al jcfe de Ia rccaudaci6n e~ <~' :n a cal~e del distrito yado nuestro). ··· as 1 0 ap.czt.:An.6, subra-

De ser correctas las informaciones de El T I . . de La Marse h b , · · · d tempo, e mov1rruento

a na micta o, pues, con un estallido femenino.

, Durante Ia sublevaci6n aprista de 1935 qu . r mas netamente urbanos . . .. ' . ; Imp 1ca a sectores ce haber sido relevante· y mestizos, Ia parhCII:aCion femenina no pare-til de 1945 en el Vigil d~ ~~~ e; .~~ segundo dia de Ia huelga estudian­n.inas, quienes ingresaron all~c~·l . ~ .se suma_ron las ~studia~tes feme­cmas al aire libre dentro del propio ~ol:tga~o~o(Cvivt:lrles e ~~provisaron co-as 1 oop.ctl.:An.13).

Ya en Ia decada de 1960 las m · . activa en los organismos de a~tod f UJerdes pcampesmas tomaron parte

e ensa e omacocha. En 1966, el Co-

41Los Rfos Profundos es una nov I I , gued~s. Episo?ios como el que relata ~na~~~e:o a mas autobiografica de Ar­ocurndo en difcrentes ocasiones en Ia . p. VII de esa obra, parccen haber de Ayacucho en 1917 y 1922Jo probarfa~~erra sur. A su vez, los acontccimientos

Los actorcs sociales 151

mite de Damas de esa comunidad logr6 ingresar por grupos at local del Congreso Nacional en Lima, donde presion6 con cxito por Ia tiber­tad de campesinos pomacochanos presos (Castillo op.dt.:An.14). En la ciudad, las vendedoras del mercado constituyeron desde un princi­pio una de las bases mas s61idas del Frente de Defensa. En 1969, ya hemos visto el ingreso de las escolares at movimiento, mas fluido en Ayacucho que en Huanta. A su vez, las madres de familia, campesi­nas en Huanta y urbanas en Ayacucho, participaron de manera deci­dida y masiva en ambos lugarcs. Aracelio Castillo incluye una serie de vifietas cpicas sobre esa participaci6n, entre otras:

" .. .Ia valiente actitud de las trabajadoras del mercado de Hua­~~nga .. que hasta osaron desarmar a Ia policia en dcfensa de sus hiJas ... " .. .Ia osadfa de Ia anciana que, con su honda, hizo entrar en re­pliegue en pleno fuego a Ia policfa, cuando aun estaban humeantes las balas asesinas de un nino y de un padre de familia en San Juan Bautista ... " " .. .Ia heroicidad de Ia tambien anciana Lozano Ia primera victima en H uanta, que con gesto ad usto increp6 a los policfas su cond ucta ... " " ... el arrojo hasta Ia muerte de Ia alumna Irene Saavedra ... " " .. .Ia valiente actitud de las senoras que arrcbataron de las manos de Ia. policf~ a los dirigentes campesinos Bendezu [en Huanta] ... " (Castillo ap.at.:147).

Mas alta del valor, queremos destacar dos aspectos. Por un lado, en algunos casos las mujcres llcgan a ocupar ciertas posiciones de lide­razgo. Es que en las movilizaciones o gcstas colcctivas, especialmente en sus momentos iniciales o decisivos, se abren espacios para nuevos protagonistas, Ia estructura se vuelve mas porosa y pueden surgir lidercs casi de Ia noche a Ia manana. Asi, en Ayacucho: "Yo dirfa que lideres eran todo el pueblo. Yo diria que como lideres han estado las mujercs, porque elias salian por su cuenta a luchar". (Castillo op. cit.:An.57). Quien asi se expresa es Bernardino, el dirigentc barrial huamanguino entrevistado por Castillo. Pero es en Huanta donde sur­ge una lideresa con nombre propio. Segun Catillo (op.cit:147) cs "Ia sra. Aurora Alvarado ... campesina audaz, dinamica agitadora de ma­sas de incisiva oratoria". Abelardo, dirigcnte campesino, la recuerda como:" ... una de las valientes,la que tom6 entusiasmo en los reclamos de los derechos que tenia e1 campesinado" (Castillo op. dt.:An.56).

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Carlos Ivan Degregori

Por otro lado un h h ch ' ec o aca 'd o, parece haber sido , CCI o el viernes 20 de . . to de un enfrentanu· el es1ab6n clave que n~>nn't', JUniO en Ayacu-

1 en to pura r~ I Io ese d' 1 , pu ar generalizad E mente estudiantil . I.a e transi-colares y sus mad a. An e_se acontecimiento pa~:. ~na movdizacion po-

res. qui el relato de Bernadino: ICipan muchachas es-

"Bien, el dia 20 yo estaba Sticede que unas chica h _en el mercado central A , estudiantes de las Mer~edabJan ido con pintura en la ndres Vivanco. oculta. Las chicas se d. . ~s, que estaban recibiend ~ano donde las estaban rompiendo 1 h JrJJgJeron a decides que o c ases en forma

a ue ga. . . eso estaba mal, que ~ policia, sabedora d . chJcas, pero otras e todo esto, habia ido hija de una car . entraron al mercado a y c~aparon a varias tambien las cha~cera ~ la otra hija d: un~os chJcas, una de ellas pasos ~e la carnic:r~;.· Eo estaba nada menos ~~;:ende 'molidos', estas nH'Ias, todas las ntonces, al ver que dos . ? tres o cuatro policias y les dl·J· madres corrieron y los t pohCJas chapaban a t eron· ·por - omaron a ron: porque estaban h' . que las llevan a las n.- ,Presos a estos

do las niiias, en que h acJ~~do dcsorden. Que d mas. Ellos contes­sotros somos pobresc ua dJJeron. Estan redaman~orden estan hacien­tras, dijeron las mujc:.C no podemos pagar. El gobie o sus _derechos, no-

s, pese a su ignorancia rno esta contra noso-Antes de esto tod , . . cuchillos y se enfre~~~~o se levantaron como cinco . van a nuestras hijas! Bien a los P_Olicfas diciendoles·~UJeres _con sus pero una mujer led.. n, es ahJ que hasta 1 : rpor que las lle­son del gobierno. E:ito a otra: entregales sus ar:a;ua~ron sus armas, escape se fueron nces se las entregaron y 1 ;e)or, porque esas

. os os policias casi de Luego las mujeres se h despues de un rato a~ r~gresado a su traba 'o C escapar ya toda 1 , recJbJmos bombazos J . uando de repente por las ventana~ 1~~ c_uat~o puertas del me~a~uando bcorrimos pare: yendoles a esas . VJan. as bombas lacrimo o esta an cerradas y e~taban casi des~';}~r~s mdefensas y los chi~:.~as al mercado, ca­dJa 20 mas o m an ose. Es ahi que comenz } fs 1 que estaban alli cit.:An.57). enos a las diez de la o_ a ~cha. Eso fue el

manana. (Castillo op. La indign ·-aciOn provocad

rece haber contrib . d . . a por esa brutal dad. Como el m. UI o decisivamente a genera/enganza po1icia1, pa­

Ismo Alarcon Tipe 0976·15) IZar la 1ucha en 1a ciu-. reconoce f , ese ue: " ... el

Los acto res sociales 153

primer dia en que todo el pueblo toma parte en Ia lucha, tambien las mujeres alcanzando piedras, prendiendo fogatas y auxiliando a los heridos y asfixiados". Si Ia que Bernardino acaba de relatar fuera Ia secuencia correcta de los hechos, una vez mas tendriamos a las muje­res actuando como detonantes de un estallido popular de envergadu­ra.

La participaci6n femenina es tal, que suscita una de las primeras reflexiones en las ciencias sociales peruanas sobre el papel de la mu­jer en los movimientos populares. En efecto, Aracelio Castillo les de­dica un subcapftulo de su tesis: 5.3. "Participaci6n de Ia mujer". AUf, entre alabanzas ("hijas de Ia herofna ayacuchana Marfa Parado de Bellido", "jintrepidas!, jpertinaces!, jSolidarias hasta el sacrifi­cio!") y citas de Lenin y Stalin, se reconoce a Ia mujer "como categoria independiente, como fracci6n de clase, como grupo social con caracte­rfsticas definidas", que tendrfa Ia posibilidad de " ... adquirir autode­terminaci6n hasta ciertas fronteras, alcanzar el estatuto de verda­dera categoria ontol6gica" y perfilarse" ... como componente aparte dentro del complejo engranaje de las luchas populares". (Castillo 1972: 145). El autor trata, ademas, de explicar las causas de esa singu­laridad femenina y esa combatividad "a veces mas alia de Ia de los hombres":

"Una existencia brutal, sintiE~ndola cotidianamente como miseria econ6mica, mas alia de Ia que puede sentir el hombre, en la medida en que en nuestra sociedad es la mujer Ia que esta mas cerca de la administraci6n familiar, de Ia de lograr en general, lo que le posi­bilita una percepci6n inmediata de Ia inadecuaci6n entre necesidad y recurso, generando en su psiquis una tension, un estado de animo ex­plosivo a su menor detonador ... el materialismo hist6rico denomina a dicha vivencia colectiva como la conciencia social oprimida. A ese elemento ... confluye otro, cual es, el de que la campesina o Ia mujer semi-proletarizada de Ia ciudad, participa activamente en las du­ras tareas de trabajo, sensibilizandose de que es a los pobres a los que les toea cargar con el mas pesado trabajo social para sostener y sustentar el sistema." (Castillo op.cit.:148-9).

En la percepci6n femenina de Ia realidad, Castillo destaca en pri­mer plano lo que hoy se conoce como "espacio privado". S6lo en segun­do termino menciona Ia condici6n de trabajadoras (campesinas, semi-

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J;>roletari?s). Se trata de una posicion bastante avanzada para Ia ~p~ca, aun cuando el auto~, pr~sionero de un esquema partido centrico, .'mite esa toma de conc~enc~a femenina al calificarla de "f<ktica ... ~.m~gen borrosa de s~ mtsena ... instintiva", solo elaborable r el nucleo-fuerza o. partido de Ia clase obrera", unico que puede ~~ms­fo~ar a las ~UJeres ~n "factor ineludible para el triunfo de Ia revo­lucwn, como diJera Lerun" (CastiiJo op.cit.:149-50).

, . Castillo reconoce Ia importancia de Ia mujer en su tesis. No es el ~m~o. Paralela~e.nte, otro protagonista del movimiento Ia esta reco­"focte~?o ~ ~s1miiando a su manera a su practica politica. Es Ia p~;~~n ro1a , que poco despues de los sucesos de junio conformaria el

ender~ Lurrunoso". Ya a inicios de Ia decada de 1970 los encon­tramos estudtando, intensivamente el tema a nivel teorico y confor-

pmando poco despues el denominado "Movimiento Femenino Popular" ero esa es otra historia. ·

CAPITULO XI

El actor ausente: los senores

Durante las jomadas de junio, los jovenes huclguistas avanzan sin cncontrar mayor resistencia social. Como si estuvieran solos en eJ cam­po de batalla, conformado su propio ejercito al cual ningun otro actor social sale a enfrentar. En efecto, muy pocos en Huanta o Ayacucho se declaran en contra del movimiento. Ello dcmucstra, por un lado, e1 grado de legitimidad alcanzado por el dcrecho a Ia educacion se­cundaria universal y gratuita, instaurado en eJ pals en 1953. Porque ya no se trata de reclamar instruccion para hijos de notables o mes­tizos urbanos, como en Ia Huanta de los afios 1920-30, sino educacion gratuita para una mayoria urbano-popular y, por lo menos en Huan­ta, tambien campesina.

1. La oposici6n soterrada

La ausencia de oposici6n revela, por otro lado, lo pronunciado del eclipse sefiorial. Asi, al describir Ia disposici6n de fuerzas sociales durante el movimiento, Aracelio Castillo (1972:110) trata de encajar Ia realidad en Ia ortodoxia e imagina un "frente reaccionario" encabe­zado por los latifundistas. Pero noes capaz de presentar un solo indi­cio de participacion tcrrateniente, y en Ia pagina siguiente debe reco­nocer que Ia clase dominante: "no pudo constituir un grupo que resuelta­mente sirviera de contenci6n del conflicto ... estaban de rcplicgue, un poco anonadados por lo que pudicra ocurrir y ccli psados de su sucrte".

Tampoco hay organizacion polftica que ose oponerse, entre otras causas porque e1 movimicnto se produce a mcnos de un afio del golpe

(155]

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156 Carlos Ivan Degregori

militar que afecta a los dos partidos mas importantes en Ia rcg10n: Accion Popular, gobemante, y APRA, probable ganador de las elec­ciones que hubieran debido realizarse en 1969. El general no tiene quien lo apoye.

Pero si bien no existe oposicion explfcita, podemos advertir Ia incomodidad de los sectores conservadores ante un movimiento dema­siado joven, plebeyo, campesino (en Huanta) y radical. Esa desazon se expresa principalmente en intentos por morigerar, diluir o des­montar el movimiento. Pero es una lucha defensiva, que no puede de­cir su nombre. En algunos casos, cierta oposicion se da dentro del pro­pio movimiento:

''YangaJi42, que estudiaba conmigo y era aprista desde esa epoca sf participaba. Pero siempre queriendonos meter miedo: no hagamos esto, lo otro, que nos van a reprimir. Una vez quisimos sacar en una marcha una pancarta de Mariategui, con esa foto que esta en los 7 Ensayos. Y el dijo: entonces sacamos una de Haya. Nosotros dijimos no! Finalmente salimos sin ninguna pancarta". (Od6n).

En Huanta, si bien apristas individuales participan de cierto hu­mor opositor, "a nivel del APRA no hubo declaracion nunca, ni a fa­vor ni en contra" (Fermin). En Ayacucho es Prospero Nunez, director del periodico Paladin, quien va a verbalizar su oposicion, por lo que el Frente de Defensa del Pueblo exige su expulsion de la ciudad duran­te el mitin del dia 17. Pero Nunez era mas bien populista. La oposi­cion al movimiento no se expresa entonces dentro de marcos estricta­mente partidarios; ella abarca algo tal vez mas amplio pero mas eb~reo, los sectores "tradicionales": "Nunez de Paladin seria el poli­tico tradicional del sector medio ayacuchano, que se enfrenta a la iz­quierda de Ia universidad. Era dechoque". (Victor).

El tipo de oposicion al movimiento, debil y vacilante, se revela quizas de manera mas cabal en Ia actitud del presidente de las Aso­ciaciones de Padres de Familia de Huanta, "conocido aprista" segun Narracwn. La manana siguiente de iniciada Ia huelga le expresa su

42 Elegido alcalde provincial de Huanta en las elecciones de 1986, asesinado por Sendero Luminoso en 1987.

Los acto res sociales 157

apoyo, pero esa misma tarde reune una asamblea y se pronuncia en con­tra ... solo para ser desconocido al dia siguiente por otra asamblea mas numerosa que lo declara traidor (vease: cap.IV). Desplazados de una de su pocas ubicaciones destacadas, los opositores actuan tras bam­balinas. En los comunicados de las alumnas y luego de las ex-alumnas del Maria Auxiliadora, por ejemplo:

"La pluma que rcdactaba era del abogado NN1, que siempre est~~o en contra ... Tambicn esta Ia esposa de NN2, y su cui'i.ada. Esa fam1ha es Ia que mangonea el comunicado ... Ahora, los aprista.s. como militantcs no se juntan ... lo que hacen es una defcn~ fam1har. _La esposa de NN3, por ejemplo, era profesora o ya creo d1rectora ... s1, y su hermana tam bien era profesora". (Od6n).

Cabe precisar que el APRA era para entonces el partido ligado a los sectores mas tradicionales y reaccionarios de la region, mientras que Accion Popular sustentaba posiciones reformistas mas avanzadas, especialmente en Huamanga. Del APRA, por el contrario, " ... se dice que fueron incluso delatores, que se juntaron con otros apristas o ex­apristas para hacer una lista de nombres y denunciar". Esta version, que Odon ha conservado en Ia memoria por veinte anos, parece ha­berse difundido extensamente por Ia ciudad, tal vez sobredimensio­nada por el antiaprismo tan extendido entonces. Narrad6n, que por lo demas ve "soplones" por doquier, tambien Ia recoge (cap.N). Pero mas que dilucidar donde termina el antiaprismo y donde comienza la verdad, nos interesa destacar que la oposicion al movimiento es ma­yormente soterrada y, en todo caso, mas familiar o social, que parti­daria. Esto deja a los huelguistas enfrentados directamente a los apa­ratos tanto administrativos como represivos del Estado.

2. El clero

Y como en un manual, o en un laboratorio, ellado represivo y colonial del Estado encuentra su casi unico aliado en la religion tradicional: "en contra estaban las beatas. En Huanta hay un sector fuerte de beatas que van a misa todos los dias, son muy reaccionarias. Esos secto­res estaban en contra". Antes de pensar en "latifundistas" o en "apris­tas", cuando se le pregunta quienes se oponian al movimiento Odon piensa en "las beatas ".

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Esta va a ser una constante en el A h -principios de los 70. Ante el t r;c~c ode los anos 60 e incluso dicionales y el vacfo ideol6g~e roces~, . e os sectores dominantes tra­la lucha por las causas conse co J' po Ihco, es el clero el que va a dar yor que en otras partes del r:t ':ts, en grado a nuestro parecer ma­davia los enfrentamientos p s. guno~ en Ayacucho recuerdan to­la radio del arzobispado y'\uedse trod~cia~ durante los afios 60 entre perrniso definitivo de funci~n e ~ umversidad, que nunca consiguio las acciones armadas de 1965 ya lmiento ~ acab6 clausurada luego de

· as proceswnes ... :

"Semana Santa era el momento de Ia esquina de Ia univcrsidad ,su venga.nza. Todo era pecado. En los que quieren atacar la tradi~~~a~ ~~ mi~rtfono y hablaban ... de de los que atentan contra Ia fc de ~ns Iana e pue.blo de Ayacucho, ~e. La ~glesia buscaba idcntifi~ar os que h!ln vemdo a aprovcchar­n~genmdad y la bondad del puebl~~em~nsaJe ~on Ayacucho, con Ia raneos que aprovechandose d h b'yaclul c o ... y atacaba a los fo­(Vfctor). e eso a Ian egado a Ia univcrsidad"

Esa presencia eclesial en primer 1 1 , con la fundacion en 1967 del f P .. ano. a ca.nzo su cota mas alta cucho" (vease cap. II). a e Imera Umversidad Catolica de Aya-

Se trata de un clero · · solo por razones ideologic~ay?ntana~ente reaccionario, "feudal'', no cretos. Contando los fundo~ s~no ].or mtereses eco~omicos muy con­del Pampas el Cc e !Versos monastenos y las cofradias la iglesia era~in du~~a~~~tique ~r\alecian la economia del obispado, cucho. AI resefiar el conflictom%e ;o os grandes terrate~ientes en Aya­cho que revela el grado d ma~ocha~ ~o mencwnamos un he-cuchana con el sistema te~a~~:~:~~~~:~::n~ de ~a igles.ia aya-tomar cuerpo la protesta ca . · uan o com1enza a nombra como administrador ~~SI~a,. el dmonasterio de Santa Clara tension bajo pero por mu oco eti:m acien a a u~ doct~r sacerdote. La el nuevo administrador ~. P~ )ues, segun Ortiz (1968:72), con dinero, al punto que los c~ncr:i~ento a r~nta .en trabajo, especies y . ; parcelas. Ademas el doctor·~ os no teman tie~po de sembrar sus das" (Orti 'b'd) 'c · abu~ba de las muJeres solteras y viu-

z t t · • uando la presion cam · · rio cede al obispado de A h pesma arreoa, el monaste-las que habitaban cien ~acuc o un sec.t~r de las mejores tierras, en taban de desviar la to ~~~ncuenta .farmhas. Tal vez las monjas tra-iglesia pudiera desar~i:lc:~l o co~fl~ban en que la autoridad de la

movirmento. Pero en vez de apaciguar

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los animos, la cesion los enardeci6. Los campesinos se refi-stieron a la maniobra. Entonces, en las Fiestas Patrias de 1960, el pnpio obispo envio 15 seminaristas, a ordenes de un sacerdote, para qu"! ~Jmaran posesion pacifica de las tierras cedidas. Portando picos y lamtJaS, los novicios comenzaron a trabajar las tierras. Los comuneros les dieron una hora para desalojarlas. Cura y seminaristas, desafiantes, hide­ron caso omiso del ultimatum. Vencido el plazo, fueron rodeados por las mujeres de la comunidad: picos y lampas volaron por los aires (vcase: Ortiz 1968:63-4; Diaz Martinez 1969:158). Dos meses despues, los campesinos ocupaban todas las tierras de la hacienda y expul-saban al repudiado administrador.

Este contexto ayuda a explicar el papcl de la religion y de la iglesia en el movimiento de 1969. En Huanta, la oposicion ala huelga termina expresando sus argumentos en buena medida en tcrminos re­ligiosos, a traves de la defensa de las monjas del Maria Auxiliadora. En Ayacucho, el pcriodico Paladin cuenta con apoyo explicito de sec­tores de la iglesia, especialmente dominicos. Ademas, seglin Narra­ci6n durante el mitin del 17 de junio el clero habria perrnitido que se coloquen ametralladoras y refuerzos policiales en las torres de varias iglesias (Wilber, sin embargo, declara que ese hecho no le consta).

Por cierto, no todo el clero de la region adopta esas posiciones. Cuando los estudiantes del Vigil realizan sus elecciones estudiantiles y luchan contra la disciplina feudal en 1968, Odon recuerda un cura que: "nos ve con buenos ojos ... nos dice: esta bien carajo, tienen que andar con cierto cuidado". En Ayacucho, las Mercedarias muestran una actitud mas flexible ante las presiones de los estudiantes huel­guistas. Luego de la masacre, los padres de familia piden al obis­pado, y logran, que las campanas de las 33 iglesias de Huamanga repiquen durante el entierro de las victimas (El Pueblo, Arequipa 23.6.:1) En esa ocasi6n el obispo oficia en la catedral una misa de requiem ante "una impresionante multitud que se volco a la Plaza de Armas" (Ojo 24.6.:3)43. Pero poco dias despues de la masacre y cuando la ciudad se encontraba todavia ocupada por los sinchis y sobrevola­da por aviones y helicopteros, el jefe militar asiste como invitado de honor al banquete de cumpleanos del arzobispo (cap.IV).

43 Sesll!t Narracion la participaci6n de la iglesia en el entierro fue menor: " ... en el atrio de la Catedral afgunos sacerdotes pronunciaron oraciones ... "

(cap. IV).

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CAPITULO XII

Los sectores medias

En los momentos culminantcs del enfrentamiento, cuando segU.n los esquemas chisicos se alcanzaria el punto maximo de polarizaci6n y desapareceria el centro, precisamente entonces afloraron por primera vez de manera organizada sectores intermedios cuya actuaci6n en to­do caso habia sido hasta entonces bloqueda o sobrepasada por los polos del enfrentamiento. Se trata de los profcsionales libcrales agru­pados en la filial ayacuchana de la Confcderaci6n Intersectorial de Profesionalcs Universitarios Libcrales (CIPUL), que el dia mismo de la masacre logran pactar una tregua con el coronel jcfe militar de la plaza (cap.IV). Tanto Castillo como Narrad6n los ven como advene­dizos y sus recelos son en cierta mcdida legitimos. Porque podria pen­sarse que quienes se sentian oprimidos por el radicalismo plebcyo del FDP A, aprovechan de su dcscabczamiento en vispcras de la masacrc para tratar de convertirse en intcrlocutorcs a nombre del pueblo aya­cuchano. Pero nose trata de.opositores frontales del movimiento:

" .. .la CIPUL, yo me acuerdo perfectamente de eso ... Ahf no habfa tanto problemas de aprismo o belaundismo. Era que todo el mundo estaba asustado. L6gicamente. Porque las bolas eran grandes, una matanza terrible. Y habfa pues insurrecci6n... Entonces sale la CIPUL. No canalizan su negociaci6n via Frente de Defensa tal vez porque ya estaban presos [los dirigentes]. En todo caso, no eran de izquierda pero no eran tampoco de la correlaci6n de AP, PPC. Mas que de derecha, eran gente 'decente', que bien dificil que no creyeran en su palabra de negociaci6n ... Hasta podia haber gente de izquier­da, progresistas, pero eran pues el boticario, el ingeniero, la clase media ayacuchana que decia: hay que parar esto. Me acucrdo del propio Efrain Morote [ex rector de la UNSCH] diciendo: hay que hacer algo, hagamos algo para impedir esto". (Victor).

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Si rctrocedcmos en Ia historia regional, resulta que no es Ia pri­mcra vcz que en los momentos mas intensos de enfrentamiento social surgen fuerzas que buscan evitar o detener Ia violencia. Durante el m~ vimiento de La Mar en 1923, cuando:

" .. .l~s ~ndios ~n numcro de 3 mil se dirigicron a Ia capital de Ia pro':J~Cia ... s~h~;on a su encuentro las senoras de San Miguel con crucJfiJOS y pidJCndoles no fucscn a hacer nada contra los habitan­tes". (Castillo 1972:An.6).

Anos ~as ta;,~e, durante Ia sublevaci6n aprista de 1934, "un grupo de comerc1antes mtercede para que los guardias se rindan ante los subleva~os y eviten: "el sacrificio de sus pocos hombres y mayor de­rramamiento de sangre". Esos mismos "comerciantes extranjeros" (Ishikawa, Copello, Chiarella) garantizan Ia seguridad del prefec­to y demas autoridades presas (Castillo op.cit.:An.11).

La diferencia es que en este caso ya no son pcrsonajes "margina­les" (senoras) o "externos" (extranjeros), sino un sector social, las nue­vas capas medias, que nunca tuvieron una clara oportunidad de ten tar I~ ~egemonia en Ayacucho. Ello porque en Ia dccada de 1960, que de­biO ver su despegue, fueron nipidamente rebasadas por los sectores populares y Ia izquierda, que contaron con un factor de peso desme­surado, que inclin6 definitivamente Ia balanza a su favor: Ia univer­sidad.

Estos sectores medios se identificaron en buena medida con Acci6n Popular (AP), que gan6 las elecciones municipales de 1963 y 1966 en Ayacucho y que se ubicaba por entonces bastante hacia Ia izquierda del espcctro politico. Asi, cuando el Primer Ministro conservador Pe­dro Beltran visita Ayacucho en 1961, se organiza un mitin de repudio en el cual, junto a los j6venes del FER: "estan los dirigentes de AP" (Ramos y Loli 1976:34). Y luego del golpe de estado de julio de 1962: "NN, que era de Acci6n Popular, nos decia: 'el Arquitecto [Belaunde] s~ esta levantando en Arequipa, tomen ustedes Ia radio'. Porque ha­bia entre el PC yAP un cierto entendimiento ... "(Victor). Como otros f~ristas, Victor era militante de Ia juventud del PCP, que en esos hempos no estaba todavia dividida. El dirigente populista los abor­da porque, efectivamente, entre el PCP yAP habia una cierta cerca-

Los actorcs socialcs 163

nia que se iba a plasmar poco dcspues en d apoyo del PCP a Ia ~lian­za de Acci6n Popular con Ia Democracia Cristiana en las ~lec~~ones generales 1963. Luego en 1964, durante d congreso de conshtucw~ de Ia Federaci6n de Barrios: "mientras el APRA presenta una achtud 'desesperada' para controlar Ia Federaci6n, Ac:i~~ Popular, ~o lo h · 1 " Eso pcrmite: "el triunfo de Ia posiciOn democrahca y ace Igua ... . .

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su control y hegemon fa en Ia direcci6n" (Ramos y Loh 1976:4 ·

EI distanciamiento entre AP y Ia izquierda ayacuchana va a iniciarse a raiz de Ia formaci6n del Frente de Defensa del Pueb~o. <??­mo Io reconocen francamente Ramos y Loli (op.cit.:55), Ia constituoon del FOP A: "como en el caso de Ia Federaci6n de Barrios, surge por iniciativa de personas demoliberales, pcro sin mayor ex~ to, pore~ con­trario, son desplazados". Sucede que hacia 1966 se hab.Ian agudizado los problemas en el nuevo Hospital General, de Ia o_udad. Un be­laundista, Pr6spcro Nunez, director de Paladzn y presidente de una tradicional insti tuci6n ayacuchana, Ia "Sociedad de Obreros . Y Arte­sanos 9 de Diciembre", decide convocar d~sde ese car~o al conJunto de instituciones de Ayacucho para reorgamzar d hosp1ta~ ,Y confo~ar tal vez un Co mite de Defensa de Ayacucho .. La Federa~~on de Barnas decide responder a Ia convocatoria y en ag1tada reumon le voltea Ia correlaci6n al director de Paladin. Desde e~tonccs, e~ _ell~ 1~ ~ue orienta Ia constituci6n del frente (y no de un simple comite). P~act~~a­mente se habla boicoteado e1 plan de Ia reacci6n para 1? conshtucwn y control del organismo", concluyen Ramos y Loh (op.at.:57). Los de­legados de Ia FBA contaban a su favor con un nue~o p~~blema que ~on~ citaba una atcnci6n mas amplia que Ia reorgamzacwn del hospital. el de las rentas de Ia universidad.

Alii se gesta posiblemente Ia animadversion de Pr6spero Nun~z al Frente de Defensa, que lo lleva a convertirse en "delator" y ~an.a durante el movimiento de 1969. Pero Nunez no estaba ~ntre los pnno­pales Jideres populistas ayacuchanos. En toda u~a. pn~era etapa, el FDPA sigui6 contando, como dijimos, con Ia parhopacwn de fuerzas "demoliberales" y sectores medias, cercanos a AP. De acuerdo a Ra-

44Cuando cstos autorcs hablan de Ia "posicion dcmocratica" se rcficrcn invariablemcnte a Ia "fracci6n roja".

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mos y Loli (op.dt.:61), Ia composicion inicial: "fue disgregandose por Ia falta de una lucha que favorezca a las cuatro clases que componen e~ pueblo ... ". Este hecho, "grave pero explicable" segun ellos, se debe­na a que: "Ia plataforma del Frente ... se circunscribia solo a algunos secto~es de l~s rna~~, y se soslayaba a otros". Pero esa no parece ha­ber s1do razon suftctente porque Ia plataforma tenia un indiscutible pun to consensual: Ia defensa de Ia universidad.

En realidad, Ia ruptura parece haberse ahondado definitiva­mente cuando en 1967 el FPDA decidio auspiciar una lista en las elec­ciones municipales: el Movimiento Popular Ayacuchano. No estan ~laros los prop6sitos del frente, y de Ia "fraccion roja" que influia en el, ~ara presentarse. a las elecciones. Pero, de facto, Io que hacen es parhdanzar el gremiO, poniendo en peligro su caracter de frente uni­co. En efecto, Ia nueva lista debia recolectar firmas para inscribirse y, de esa forma, entro en conflicto con AP, porque de los partidos legal­mente re~onocidos, ~r~n los populistas los mas propensos a firmar por los candtdatos ausp1c1ados por el frente. Finalmente, el Movimiento Popular Ayacuchano obtuvo una regular votacion que Ie permitio ele­gir do~ concejale:, pero oc~po el tercer Iugar detras de AP y el APRA, es dectr, no llego a traduor cabalmente su influencia social en adhe­sion politica. Lo que es mas grave, al romper el caracter de frente uni­co amplio del FOP A, acelero el alejamiento de sec to res medios in­dependientes o vinculados a Accion Popular. Ramos y Loli Io en;ien­den exactamente al reves y celebran el estrechamiento del Frente:

"~stas elec~i~~es trajer~n cor,no consecuenda Ia polarizaci6n o, mejor d1cho, el In!CIO del aislamiento de las posiciones demoliberales porque Ia campai\a implicaba lucha y deslinde ... " '

"Lo positivo de Ia participaci6n fue que sirvi6 de tribuna de desen­mascaramiento, movilizaci6n y politizaci6n de sectores populares. P~r otra parte, (y e~to ~s incontrovertible) comienza el resquebraja­~ruento ~e las orgamzac10nes controladas por los demoliberales y su mfluenc1a en el seno del Frente. Este deterioro se manifiesta, funda­mentalmente, en el autoaislamiento gradual y, mas tarde, en el reti­ro ~el seno de Ia Federaci6n de Barrios, de las mencionadas organi­zaciones controladas porIa reacci6n".(op.cit.:68-70).

Los actores sociales 165

Las repercusiones de ese alejamiento se iban a no.tar recien en Ia ~i­guiente decada porque, en estos tiempos, el frente vtve sus horas mas gloriosas.

Por eso en 1969los sectores medios aparecen por fuera de un Frente de Defensa mucho mas estrictamente popular. Pero, cuando deciden actuar, lo hacen tambien por fuera de cualquier marco partidario, es­cudados en otro organismo gremial. La vigencia de Ia CIPUL, sin em­bargo, fue efimera. Luego de pactar Ia tregua, pidio que los muertos fueran velados en la municipalidad, pero de todos modos se velaron en el local del Frente de Defensa. Incluso con su dirigencia en prision el FDPA conservaba su legitimidad al tope. Poco despues, segun el en­viado especial de Expreso (24.6.:3): "La CIPUL... ceso en sus funciones al no poder controlar las actividades de los dirigente~ ~el F~~nte de Defensa del Pueblo, mas radicales, que encabezan el rnoV!rmento .

Reconociendo el contenido centrista, algunos dirian "oportunis­ta" de Ia actuacion de la CIPUL, no deja de ser necesario resaltar un ra;go de la cultura politica de quienes han analizado es.te m?;i~ien­to; para ellos la polarizacion en blanco y negro es la sttuaoon Ideal y, por tanto, cualquier posicion intermedia resulta incomoda y cual­quier negociacion negativa, o sirve en el mejor de los casos para, ~ue las masas aprendan sobre su inutilidad. Esto resulta muy mhdo cuando Ramos y Loli incluyen a AP, por entonces reformista, como parte de "la reaccion". La misma actitud se advierte en Ia evaluacion que hace Sendero Luminoso del movimiento ( vease: cap .XIV). Seme­jante vision la com parte as~mis~o Aracel.io. Ca~tillo, para ~1, cual incluso la presencia de funcwnanos del mm1steno de Educaoon en los dias previos tt la masacre resultaba condenable, pues trataban de cumplir " ... el papel de 'conciliador', 'negociador', cuando en verdad su rol era el de 'bombero' para apagar Ia 'chispa' que ya amenazaba a extenderse a la 'pradera'." (Castillo op.cit.:110) La aparicion d~ la CIPUL es para el parte de: " .. .Ia accion alienante de Ia otras vertien­tes ideologicas ... amamantadas en la clase dominante", que aparecen "para complicar Ia cosa", produciendo '1os mas complicados enma­rai'iamientos ideologicos" (Castillo op.cit.:152, 155).

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Recicn en 1976, esos mismos sectores medios, reforzados por el crecimiento del Estado en la zona durante el gobiemo militar, enca­bezaran la lucha por convertir a Ayacucho en cabeza de region, den­tro de un proceso de regionalizaci6n que nunca lleg6 a hacerse reali­dad. Entonces desplazaron, por primera y unica vez a un Frente de De­fensa por esos tiempo ya en franca decadencia.

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CUARTA PARTE

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El que de lejos manda: P.C. del P. Sendero Luminoso

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CAPITULO XIII

Un nuevo actor politico

1. Los inicios de la izquierda ayacuchana

Desde por lo menos 1936 existia en Huanta un comite local del Par­tido Comunista Peruano45, formado sobre la base del grupo de libera­les radicales que en las primeras decadas del siglo encabezara don Manuel Urbina (Coronel1983:234). Durante largo tiempo, esa izquier­da primigenia, que tenia presencia mas o menos importante en lases­casas coyunturas electorales, fue proporcionalmente mas numcrosa en Huanta que en Huamanga. Su mayor dcmostraci6n de fuerzas tuvo Iu­gar durante la apcrtura democratica de 1945, cuando apoy6 como can­didato a diputado por la provincia al Dr. Oswaldo N. Regal, primer director del "Gonzalez Vigil" (1933-37) (Ruiz 1983:58). Por esos afios, Huanta se convirti6 en la sede del Comite Regional ayacuchano del PCP (Castillo 1972:41).

La reapertura de Ia universidad en 1959 trastoc6 los pesos relati­vos dentro de la izquierda regional, en detrimentd de Huanta. El pre­dominio de Huamanga se consolida cuando en 1963 Abimael Guzman llega a esa base y constituye la "fracci6n roja" dentro del PCP, tensio­nado desde principos de esa decada por las repercusiones de la pole­mica chino-sovietica. En enero de 1964, luego de su IV Conferencia

45 Fundado el7 de octubre de 1928 como Partido Socialista por Jose Car­los Mariategui, pocos dias antes de su fallecimiento en 1930 el partido asumi6 el nombre de Comunista, reflejando asi su subordinaci6n a la linea de la III Internacional, de la cual Mariategui habia discrepado significativamente (vease, entre otros, Flores Galindo 1979). Desde entonces y basta principios de la decada de 1980, las vicisitudes del movimiento comunista internacional repercutieron fucrtemente en el PCP y sus retofios.

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Nacional, el PCP se escinde en una faccion prosovietica y otra pro­china o maoista, que desde entonces van a ser distinguidas por los nom­br.cs de sus respectivos periodicos: Unidad y Bandera Raja. En este ultimo grupo se qucda poco mas de Ia mitad de Ia militancia y practicamente todo el trabajo campesino. Peru es uno de los pocos pai­ses de America Latina donde succde algo semejante.

Noes nuestro proposito hacer una historia detallada del PC aya­cuchano. Bastenos seflalar que el Comite Regional (CR) "Jose Carlos Mariategui" se alfnea con Bandera Roja, que en noviembre de 1965 ce­lebra su V Conferencia Nacional, hito importante en Ia configuracion del maoismo en el Peru46. Poco despues, Guzman sale de Ia base de Ayacucho. Posiblemente es entonces que viaja a Ia Republica Popular China47. No podia dejar de sentirse satisfecho. Bajo su direccion, el CR habia logrado hegemonia en el Frente Estudiantil Revolucionario (FER)· y en Ia Federacion Universitaria (FUSCH), habia impulsado Ia creacion de Ia Federacion de Barrios y del Frente de Dcfensa del Pueblo. Pero cuando regresa en 1968, encuentra su rei no en tanto desor­den como Ulises cuando retorno a Ithaca: Bandera Roja estaba apunto de estallar.

2. ''Liquidadores" vs. "oportunistas"

El secretario general del PCP-BR era el abogado Satumino Paredes, asesor legal de organizaciones campesinas, que habia jugado un papel importante en Ia fundacion de Ia CCP en 1947. Por su trayectoria,

46 Es allf que se caracteriza a! pais como semifeudal y semicolonial, en tcrminos muy similares a los que habia usado Mao Zedong para tipificar a China en la dccada de 1930 (vcase: Mao 1939). Yes allf donde se deslinda con !a tesis del transito padfico a! socialismo, que por entonces enarbolaban el Partido Comunista de Ia Union Sovictica y sus aliados, incluyendo a! PCP Unidad. BR, por el contrario, reafirma !a necesidad de Ia violencia revo­lucionaria para !a toma del poder, !a cual, en paises semifeudales y semico­loniales asumiria la forma de "guerra popular prolongada del campo a Ia ciu­dad". Si bien no resulto elegido secretario general, diversos testimonios coin­ciden en afirmar que fue Abimael Guzman quien sistematizo el discurso apro­bado en Ia V Conferencia.

47 Sobre Ia creacion de !a "fraccion roja" vcase: PCP (1988a:V). Sobre su viaje a China, Guzman se explaya en: Guzman (1988:46).

P.C. del P. Sendcro Luminoso 171

era previsible que fuera colocado a Ia cabcza de Ia fraccion maofsta, que otorgaba al campesinado un papel crucial en Ia revolucion. Pero de Ia ruptura con los prosovieticos, Paredes, una figura carente en absoluto de lustre, resulto rapidamente rebasado por el crecimiento aluvional del maoismo, especialmente entre Ia juventud universita­ria del pais. Fue precisamente el Buro de Ia Juventud Comunista de BR, ei que inicio Ia lucha intema contra Paredes. Un sector de los jovenes, que conformarian poco despues el P.C. del P. Patria Roja, le pidieron a Guzman que los encabezara, pero ¢1 no acepto. Tal vez eran demasiado heterodoxos para su gusto. Tal vez excesivamente indepen­dientes, un nucleo demasiado denso y homogeneo como para ser con­trolado facilmente: podia terminar convertido en una figura deco­rativa carente de poder. Tal vez sentia que el apoyo juvenil no era unanime, pues tambien se levantaban voces en su contra: jcomo un profesor universitario podia ser el responsable de Ia Comision Nacio­nal Militar del Partido!48. Scgun algunos, Ia negativa obcdecio a otros calculos: Guzman concluyo que, dada su mayor capacidad ideo­Iogica y politica, quedandose con Paredes podfa terminar absor­biendolo. Miguel Gutierrez, por su parte, presenta otra version de esos mismos acontecimientos, que parcda rccoger cl punto de vista de Guzman:

"Parte de !a Juventud Comunista ... le plantea a Abimael Guzman que comande un golpe interno contra Saturnino Paredes o bien formar otro partido. Guzman los escucha y los encuentra influidos por Ia teorfa del "foquismo" y las ideas de Regis Debray, pero sobre todo percibe sus imposturas, mas las dcformaciones del radicalismo verbal de Ia pequefia burguesia. No, todavia no es tiempo de enfren­tar ideologica y polfticamente a Saturnino Paredes y a su clan de mercenarios ... primero, entonces, habia que hacer un deslinde ra­dical con Ia juventud que venia actuando polfticamente en forma independiente" .(1988:258-9).

48 La ubicacion de Abimael Guzman a la cabeza del "trabajo especial" del partido es mencionada en PCP (1988a:V). La fraccion tenia ademas in­fluencia en Ia comision de Agitacion y Propaganda, lo que le permitia acceso a! periodico oficial, Bandera Raja. La version senderista de estos sucesos aparece muy suscintamente en PCP (ibid.).

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Sin embargo, una vez que Patria Roja (PR) se escinde de BR en 1968 y Satumino y Abimael quedan solos en primer plano para Ia confrontacion final, Paredes tira el tablero. Conciente de su fortaleza inmediata pero tambien de su debilidad en ellargo plazo, sa be que no puede dar Ia lucha respetando Ia legalidad partidaria y comienza a "cerrarle el partido" a Guzman quien, por el contrario, sabedor de su debilidad en el corto plazo y de su fuerza potencial, trata de evitar Ia ruptura, respetando Ia institucionalidad de BR y reconociendo a Paredes como secretario general. Pero pagado ya el costo de Ia es­cision de Patria Roja, a Paredes le resultaba imposible aceptar ser devorado lentamente por Guzman. Por eso opta por una tactica rup­turista, "liquidadora" segun sus oponentes a los que Satumino acusa por su parte de "oportunistas" y "ocultistas".

Es indudable que Ia ausencia de Guzman en los inicios del enfren­tamiento facilito el exito de Paredes, quien logro imponer su tcktica con relativa rapidez de modo que, salvo Ayacucho, el costo inmedia­to de Ia nueva division consumada entre fines de 1969 y febrero de 1970, no le resulto muy alto. Pero para alcanzar su pfrrica victoria, tuvo que desencadenar una verdadera "guerra sucia". Asf, violando flagrantemente las tradiciones de los partidos clandestinos, los parti­darios de Paredes revelaron el "nombre de guerra" de Guzman. Mi­guel Gutierrez se refiere asf a ese episodio:

"Ante Ia carencia de ideas y Ia orfandad ideologica-polftica de Paredes y sus hombres deciden estos dar un golpe de mano saqueando toda Ia infraestructura con que contaba el partido, mientras pintan las paredes de Ia ciudad de Huamanga seil.alando Ia militancia partidaria (con sus respectivos seudonimos) de Guzman y otros que conformaban Ia izquierda del PCP, acci6n que constituyo una inca­lificable delacion"49. (ibid)

49 El viejo seudonimo de Abimael Guzman no solo aparece en los muros de Ayacucho sino en un documento oficial de los paredistas, cuando estos de­ciden:

"Expulsar de las filas del partido a los representantes de la linea oportunista liquidacionista de "izquierda", Alvaro y Sergio y sus se­cuaces ... apellidados respectivamente Abimael Guzman y NN por TRAICION A LA LINEA PROLETARIA y desercion de las filas del partido" (en: Rojas 1988:348).

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La batalla final de esa guerra tuvo Iugar en pleno tfmitorio de Ia 'fraccion roja", durante el congreso de Ia Federacion ~Xpartamental de Comunidades y Campesinos de Ayacucho (FEDCCA),.,que se cele­bro en Ayacucho en diciembre de 1969. AUf, atrincherada,en su unica base, Ia Federacion Provincial de Campesinos de Huamaaga, Ia frac­cion da Ia lucha contra los paredistas, pero resulta derrotada aun cuando contaba con el apoyo del Frente de Defensa. El congreso acuer­da: "se declare como Zona de Reforma Agraria al Departamento de Ayacucho, especialmente a las provincias de Huamanga, Cangallo, La Mar y Huanta" (Ramos y Loli 1979:100-1). jCapitulacion!, excla­man los partidarios de Guzman, pero la FEDCCA queda en manos de Paredes, al cual, en verdad, no le sirvio de mucho.

Sellada su derrota en BR, Guzman se vuelca a construir una nueva alternativa maofsta: Sendero LuminosoSO. Asf lo hace constar Miguel Gutierrez.

"Despues de Ia expulsion de Paredes, y luego de dos encarcelamien­tos, Abimael Guzman, con el Partido muy mermado y sin recursos, empezaria el arduo trabajo desde las bases mismas en pro de Ia Re­constitucion del Partido" (1988:260).

El costo que tuvo que pagar fue verse reducido, durante buena par­te de la decada de 1970, a ser cabeza de una fuerza politica regional, con presencia importante solo en Ayacucho y con apenas algunos nu­cleos mfnimos en Lima y otros pocos lugares. La dimension de su derro­ta hacia 1970 realza los avances que inicia SL una decada despues.

El movimiento por Ia gratuidad de la ensefianza tuvo Iugar en los momentos culminantes del enfrentamiento entre Guzman y Paredes.

50 Si bien es a partir de entonces que se ira conformando el perfil definiti­vo del partido que hoy conocemos como PCP Sendero Luminoso, es necesario precisar que todas las organizaciones que toman el nombre de PCP reivindican ser el partido fundado por Mariategui en 1928. En mayor o menor medida, todas tienen parte de raz6n. SL reivindica tambien ese origen y esa historia. Ai\adamos que este partido no llega a ser conocido por el nombre de su peri6di­co oficial, que para mayor confusion se denomina tambien Bandera Roja, sino por ellema de la fracci6n del Frente Estudiantil Revolucionario ("Por el sen­dero luminoso de Mariategui"), sobre la cual tenian influencia.

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Ubicarlo en ese contexto permite atar muchos cabos hasta este mo­mento sueltos en nuestro relato. Explica, por ejemplo, la soledad ini­cial de los j6venes huantinos y el retraso de sus pares huamanguinos en plegarse a la lucha.

3. Los j6venes huantinos y el PCP

En los ultimos aflos de la dccada de 1960 y hacia principios de lade 1970 se constituy6 en San Cristobal un nucleo de estudiantes huantinos muy destacado acadcmica y politicamente. Varios de ellos fueron militantes o estuvieron cercanos al PCP-BR y durante la lucha inter­na que nos ocupa, si bien nose alinearon definitivamente con Paredes, estuvieron en contra de la direcci6n regional con sede en Ayacucho. lEn que medida esa oposici6n expresaba antiguas rivalidades entre las dos provincias? De primera intenci6n, esa posibilidad es negada por Fermin, qui en define asi las bases de su discrepancia:

"Nos choca un poco el verticalismo, y luego Ia plcitesfa a Guzman. No compartimos ese criterio, exigimos un nivel de participaci6n mayor en el debate de documentos programaticos y en plena lucha interna pedimos que baje gente del 'Tupac', que venga gente de 'Es­trella', para informarnos del real nivcl del debateS I.

Segun el mismo Fermin en la base de esa actitud estarian un cierto nivel de trabajo campesino, un cierto nivel te6rico de algunos de los j6venes, lo que les da "una cierta confianza, un poco mayor que la de nuestros compafleros de Huamanga, que aparedan con una unica expe­riencia previa: la del Comite Regional". Todo esto es cierto. Sin em­bargo, Wilber admite que los dirigentes maximos del Comitc Regio­nal: "nos ironizan, nos dicen: Uds. son marxistas, leninistas maois­tas ... pero huantinos. Como diciendo que no habian puntos te6ricos

51 En realidad, hacia 1969 Bandera Roja estalla. Entre ella y Sendero Luminoso quedan grupos menorcs: el Comite Regional "Tupac Amaru" en el Cusco, Ia Union de Cfrculos Marxistas-Leninistas, mas conocida como Comite Regional "Estrella Roja" en Lima y, como veremos, el propio nuclco huantino. Durante Ia decada de 1970 ellos pugnan por reconstruir el partido maofsta, o al menos, por hegemonizar el espacio "antifascista" que todos ellos ocupaban (asi denominado porque caracterizaban al gobierno militar como fascista).

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programaticos para una separaci6n". Mas luego Wilber aflade: "pero discrepabamos de un tipo de practica, que es tambicn una fonna de vida partidaria. AI finalla practica define tambien a las personas".

Lo cierto es que, en ausencia de Guzman, los universitarios huan­tinos encontraron apoyo para reforzar sus pretensiones de independen­cia en un catedratico:

"Aracelio Castillo era militante de Bandera Roja. Llega a Ayacu­cho cuando Guzman no esta [1966). Se suponia que el era el ide6logo, el que lo venia a rcemplazar. Pero las diferencias eran notorias. Aracelio era mas apagado. Pero era mas humano en ciertas cosas. Guzman era mas profcsor de las alturas. En cainbio Aracelio se meti6 a ser un profesor mas comun.

El se alinca con los huantinos, que aparte del entorno de Guzman eran el unico sector mas o menos intclectual que habia dentro del mundo de BR. .. Aracclio tenfa una gran cantidad de libros, gran cantidad. Era cl intclcctual de BR, era piurano ... "(Victor).

En 1968, a travcs del FER y venciendo ciertas reticencias de la di­recci6n regional, los huantinos acceden a la presidencia de la FUSCH en la persona de su mas destacado representante: Jose Coronel. La presencia en la FUSCH los cohesiona como nucleo, les permite expan­dir su influencia entre los estudiantes secundarios de su ciudad natal y los lleva a cometer un pecado mortal al quebrantar uno de los man­damientos capitales del marxismo-leninismo. En efecto, los huanti­nos habian formado: "un nivd de organizaci6n que intent6 ser parti­dario pero no fue reconocido por Guzman y su grupo". (Fermin). lPor que? AI principia Fermin insiste en la "actitud mas cuestionadora, mas dinamica, mas aut6noma ... " de los huantinos y en el autorita­rismo de Ia direcci6n region.1l. Mas luego debe reconocer que el nucleo huantino" "se autoconstitt1yo en comite local, en contradicci6n a todos los procedimientos ... y hu·go inform6, porque si lo constituian ellos, lo constituian a su gusto".

Todo el que sepa que <·n los partidos marxistas-leninistas el mili­tante se somete al organi~mo, los organismos inferiores a los superio­res y todo el partido al wmite central, comprendera la magnitud de la transgresi6n, s6lo exrlicable en el contexto de aguda lucha intema

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que resquebraja las estructuras organicas de BR. Segu' n Ferrru'n . d d . I , ,esa m .epen enaa ~s. resulto beneficiosa: "Por ese mismo hecho de verse obhgados ~ ~~c1d1r cosa~·:·, el nucleo. llego a tener una capacidad ma­yor de anahs1s, de deoswn, que s1 hubiera sido simplemente una correa de transmision como querian ellos".

Pe~o, como veremos, esa misma independencia termino siendo en el med1ano plazo Ia debilidad del grupo huantino, que adopto el nom­bre de Corrute Local "Lenin".

4. La lucha intema en BR y el movimiento estudiantil en Huamanga

La agu~a lucha interna en BR explica tambien Ia demora de los se­cundanos hu.a~nguinos en plegarse al movimiento. En efecto, Ia h.~elga. e.~tudianhl no constitufa Ia primera priori dad para Ia "frac­cwn ~OJa , pues Paredes habfa desatado una ofensiva nacional contra ella. ~I retorno d; Alvaro52 a Ia base de Huamanga genero recelo en Satummo. El sabta que le tenfan pleitesfa allf" (Fermin) A Guzman: . su vez

"~staba desesperado con el intento de liquidarlo que tenfa Satur­nmo, cuando recien hacfa menos de un ano que habfa regrcsado a Aya­cu~ho. Estaba ~~ otra. dinamica, peleando con gente que lo apoyaba ~c~ en el Com1~.e Regional de Lima, buscando neutralizar al Comite Tupac Amaru del Cusco, al de Arequipa, Cajamarca. Lo de [la h~elga en] Huanta era en la escala quinta, sexta de su intcres lno? N1 lo pcnsaba. En todo caso una lucha reivindicativa mas ... no es­taba en su programa ... no le pone fuerza ... ninguna fuerza" (Fermfn).

.Por eso ~~ Ayacucho los movimientos iniciales fueron muy re­~u~tdos. Recten cuando Ia polida ataca Ia manifestacion del 13 de JUnto, las bases barriales se movilizan y se dirigen en masa a Ia Plaza de Armas:

". : ·Y lo llevan en vilo a Ia dirigencia del Frente de Defensa. Aun ah1, Ia orden de Alvaro era detener eso. Maximo C:irdenas senal6

52 Se refiere a! antiguo seud6nimo del hoy "Presidente Gonzalo" (vease· 00~~. .

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que se debfa cumplir las etapas del tramite del memorial a la prefec­tura y al ministerio. Y cuando planteamos lo contrario, se nos acus6 de provocadores. Se nos impidi6 hablar en esa reunion con el pre­fecto. Recien ahi estaba el celo de ellos por controlar el megafono, por controlar la marcha ... Querfan apropiarse de todo lno?, dar las 6rdenes de quien no hablaba, quien si hablaba. Sin embargo no pu­dieron, en Ia manifestaci6n misma sacamos megafonos paralelos ... " (Wilber).

Y asf, ese dfa presenciamos Ia hoy insolita figura de SL jugando el papel de ala moderada y legalista, tal como se desprende de Ia propia version de Ramos y Loli (1979:85-6), identificados con Ia lfnea que imprimia Ia direccion del co mite regional:

"En Ia propia movilizaci6n [del 13] hay gentes que cometen actos vandalicos como apedrear las casas comerciales, el Hotel de Turistas. Esto no era, ni mucho menos, una forma correcta de lucha ... y con mayor razon si esta se encontraba en sus inicios, puesto que apuntaban a haccrla 'abortar'. El fondo de este fcnomeno lo podemos encontrar en la lucha interna que estaba desarrollandose en el scno del PCP, recrudecida y mani­fcstada en las luchas populares: una posicion planteaba madurar las condiciones y gcneralizar la lucha a nivel regional y nacional para lo que, por cierto, existian ya condiciones optimas; mientras que la otra posicion cambiaba las orientaciones aceptadas en la asamblea del Frente de Defcnsa, tratando de dirigirlo en bencficio de su propia facci6n, llevando a las masas al enfrentamiento con las fuer­zas policiales, lo que conducfa nccesariamente a propiciar una re­presion reaccionaria, que materialmente, 'descabezaria' a! movi­miento ... "53,

Aun despues del gigantcsco mitin del dia 17 y los graves inciden­tes en el mercado central yen toda Ia ciudad de Ayacucho el viemes 20, Ia direccion regional, ensimismada en sus problemas intemos, pa­rece haber seguido subestimando Ia magnitud y Ia potencialidad del movimiento y, por tanto, el pcligro de una represion general. De otra forma no se entiende que, Ia rnadrugada siguiente, cayeran detenidos: " ... saliendo precisamente de una reunion partidaria" (Victor).

53 Segun Wilber, los apedreamientos no fueron instigados por los oposito­res a la aireccion regional del PCP. Se produjeron porque Ia gente: "esponta­neamente comenzo a reaccionar contra Ia agrcsividad de los sinchis, cosa ine­dita en A yacucho: apalear alguna senorita, a! gun estudiante".

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Desde el otro lado de Ia trinchera de lucha intema, Aracelio Cas­tillo vive su hora de triunfo. Tres afios mas tarde, nos ofrece su version escrita sobre las:" ... dos corrientes venidas de un mismo puquial [que] se disputaron Ia direcciondel movimiento. "Segun el, hay algo que no admite replica: " .. .Ia patemidad de Ia iniciativa le correspondio al grupo de Huanta" (Castillo 1972:152-3). Desde el flanco izquierdo, descarga sus mas pesadas baterias contra el grupo de Ayacucho54 y concluye con un conjunto de criticas que reproducimos porque apuntan contra una caracteristica que, con avances y retrocesos, fue acentuan­dose en SL durante los afios 70, hasta perfilar Ia organizacion que hoy conocemos. Nos referimos al "ocultismo":

"El pueblo ... censuro ... a los 'economicistas' que prefieren el 'ocultis­mo y secretismo' sin arriesgar Ia politizacion de las masas y su mo­vilizacion; reprocho, asimismo, a los que rehuyen el trabajo legal, el trabajo de masas ... con el argumento de Ia 'clandestinizacion', no de la 'fuerza-nucleo' [partido] que esto es logico, sino de los organismos populares de caracter reivindicativo."(Castillo op.cit.:156-7)55.

La redada del 21 de junio prob6 que, en efecto, a Ia "fraccion roja" el movimiento le estallo en las manos como un petardo, que no lo ha­bia planificado ni logro dirigirlo cabalmente. Sin embargo, aunque re­moloneando, participo en cl y sus miembros terminaron sufriendo pri-

54 Ellos, "contra lo que ensefiaba Lenin", habrian demostrado: " .. .falta de audacia ... ausencia de iniciativa". Ello no obstante que: " ... el pueblo re­ventaba en calera por los atropellos policiales ... revcrtfa en un odio indes­criptible". Esa falta de reflejos los habrfa llevado a: "no preveer las mf­nimas precauciones de seguridad de ciertos diripentes", lo cual quedo eviden­ciado con: "la ingenua captura de muchos de ellos'. (Castillo op.cit.:154).

55 En el Nll 44 de la revista Mtirgenes, Gustavo Benavides (1988:21-54) es­cribe un articulo titulado "Poder polftico y religion en el Peru". En dicho ar­ticulo se cita un texto de David P. Werlich (1984:78-82, 90), quien comete el gravfsimo error decreer que:" ... en 1970 Abimael Guzman fue expulsado del grupo Bandera Roja, acusado de 'ocultismo', es decir, de usar costumbres loca­Tes y tradiciones mesianicas para lograr apoyo entre los campesinos" (Bena­vides op.cit.:51). En su busqueda de "componentes milenaristas" en Sendero Luminoso, Benavides cita como corrccto el dato absolutamente erronco de Wer­lich. Ambos no toman en cventa que, en la tradicion marxista-leninista, al ter­mino "ocultismo" se refiere a la negativa o incapacidad del partido para rea­lizar trabajo abierto o legal. Ese era el sentido de las criticas que se le hacfan por entonces al grupo de Guzman.

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sion o enfrentandose en las calles contra las fuerzas represivas. Cabe entonces preguntarse si, a pesar de lo que afirman sus adversarios, SL extrajo ensefianzas del movimiento; si asi fue cuales fueron; y si los sucesos de junio alteraron Ia correlacion politica de fuerzas dentro de la izquierda en la region. A responder estas preguntas dedicaremos los siguientes capitulos.

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CAPITULO XIV

Las razones de SL

l,Extrajo Sendero Luminoso ensei\anzas del movimiento de 1969? Wilber nolo cree:

"lAlvaro asimila esa lecci6n? Dudo, dudo. 51, se impresion6, asisti6 a algunas de las manifestaciones, pero quien observaba era su esposa [Augusta de Guzman], cada sesi6n, cada asamblea. Alvaro fue a una que otra sesi6n del Frente de Defensa, pero ya era desde ese momento su afici6n, su actitud, la clandestinidad y la clandestinizaci6n de las organizaciones populares, lo que nos parecla absurdo".

Castillo, por su parte, se queja de Ia forma oportunista como SL se aduefia del movimiento: " ... cuan agiles y trepadores al carril popu­lar se comportaron"(1972:153). Cita como ejemplo de esta apropia­cion postfactum dos publicaciones: Allpanchikrayku NV. 2 y Bandera RojaN2 42.

Tal vez por subjetivismo o por Ia propia opacidad de una situa­ciOh sumamente compleja, las apreciaciones de ambos resultan insufi­cientes. Por un lado, SL si realiza un balance inmediato de Ia expe­riencia de 1969, que aparece en las revistas mencionadas por Cas­tillo. Por otro lado, en el mediano plazo se advierte una asimilacion en Ia practica y en el imaginario senderista, de ciertos rasgos qel movimiento. Entre ambos momentos se advierte una tension, porque el creciente endurecimiento ideologico de SL en los 70 devoro ciertos atis­bos de flexibilidad que aparecian en el balance inicial, de modo que el producto final fue una digestion vanguardista de Ia experiencia de 1969.

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1. El balance inmediato: Bandera Roja y Allpanchikrayku

Cuatro meses despues de los sucesos de junio aparecia el N2 42 de Bandera Roja con un balance oficial de los acontecimientos. En diciem­bre se publicaba en Ayacucho el N2 2 de Allpanchikrayku, 6rgano de Ia Federaci6n Provincial de Campesinos de Huamanga, unico reducto senderista en el movimiento campesino, que incluia tambien un balan­ce, oficioso, del movimiento de junio. Analizaremos a continuaci6n los articulos pertinentes en ambas revistas56, los cuales aparecen ademas transcritos integramente en los Apendices 4 y 5.

Ambos articulos son bastante exhaustivos57. En Bandera Raja (42:10) encontramos incluso un esbozo de autocritica que en tercera per­sona, de Ia manera mas tangencial y criptica, daria cierta raz6n a Castillo y a Wilber:

"La reaccion hizo una caceria de brujas, metiendo entre rejas a muchos hijos del pueblo un dfa antes de Ia masacre. Sin embargo, hasta ahora les sigue juicio culpandolos de los sucesos. Bien explican ellos: 'si de algo tenemos que criticarnos, es de no haber participado comodeberiamosen las luchas populares'" [subrayado nuestro).

56 Vease: "!Abajo la represion! jViva la revolucion!" (Bandera Roja 42:9-10) y "Ayacucho: un afto de gran actividad popular" (Allpanchikrayku 2:19-21).

S7 Sobre ciertos aspectos del contexto partidario en el cual fueron redacta­dos, s61o tenemos indicios. Tengase en cuenta que la situacion dentro del PCP BR no estaba del todo definida. Asi BR-42 sale a cargo de Ia Comision de Agitacion y Propaganda, hegemonizada por la "fraccion roja".Pero Ia revista sigue apareciendo como "Organo del Comite Central del PCP" y reconociendo la jefatura de Paredes. No sabemos si en Ia evaluacion hay por tanto mati((~S o concesiones, aun cuando sea solo en el tono, debido a esa coexistencia con Pa­redes. Allpanchikrayku, en cambio, es el 'Vocero de Ia Federacion Provincial de Campesinos de Huamanga", aparece en Ayacucho yen su portada ostenta, si bien todavia en pequeftos caracteres y en el angulo inferior izquierdo, el hoy famoso lema: "Por el sendero luminoso de Jose Carlos Mariategui. Ade­mas, mientras BR aparece en octubre, Allpanchikrayku lo hace en diciem­bre, cuando Ia lucha intema estaba mas definida. De hecho, el articulo de esta ultima revista parece una version mas amplia y trabajada del anterior.

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AI margen de autocriticas, el movimiento les comprueba Ia soli­dez de ciertos pilares del maoismo, por ejemplo, que: " .. .las contra­dicciones son mas agudas en el interior que en Ia capital, en el campo que en Ia ciudad. Y, en el campo, mas en unas regiones que en otras". (BR 42:9). La importancia de j6venes y mujeres no aparece de manera explicita, pero se reconoce en el relato que ofrecen del levantamiento del 21 y 22 de junio, transformado en saga casi exclusiva de ninos y mujeres combatientes: Ia anciana que se niega a ser evacuada del mer­cado, el nino de 9 anos que: " ... no se sinti6 cansado, nile dio hambre ni ganas de dormir" (BR 42:10). Estos recuerdos a manera de vinetas, que por Io demas eran moneda comun y constante en el "imaginario" huamanguino de los anos 70 (todos tenian una historia convertida en mito que contar), fueron sistematizados con calidad periodistica y literaria en Ia revista Narraci6n, que tanto hemos citado. Otros as­pectos, finalmente, no son advertidos. Por ejemplo, las implicancias de la reivindicaci6n educativa. Se nota un aprovechamiento instru­mental del acceso de sectores populares provincianos y campesinos a la educaci6n, pero este proceso es concebido como un simple "desarro­llo" de Ia semifeudalidad (BR 42:-9). Mas hay cuatro conclusiones de SL que tienen mucho que ver con su evoluci6n futura. Veamoslas.

A. La forma superior de lucha

Permitasenos comenzar con una referenda a Ia forma. La historia de acuerdo a SL se desarrolla perpetuamente en los tonos mas intensos y estridentes, sin matices, pausas ni inflexiones. El Estado ejerce siem­pre el maximo de maldad, violencia y terror. Como contraparte, el pueblo expresa un odio siempre infinito o "indescriptible". Con lo cual, atrapada en un extremo de Ia infinita gama de posibilidades, la historia deja paraj6dicamente de scr un transcurrir, el movimiento cesa, reemplazado en todo caso por un baile de mascaras, pues cuando algo aparece como positivo en cl bando contrario, se trata solo de una careta que el partido debe arrancar: Ia danza inm6vil.

Si asi se entiendc la historia, es 16gico que Ia politica sea com­prendida unicamente como confrontaci6n que la lecci6n central mencio­nada tanto en BR como en Allpanchikrayku sea: "no olvidar jamas Ia lucha de clases", y que cualquier intento de negociaci6n sea visto como sin6nimo de "engano".

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Si Ia lucha de clases es el eje, Ia lucha armada es su "forma su­perior". SL parece haber puesto especial atencion a los aspectos mi­litares del movimiento del 69. En su evaluacion, aparece sincera­mente sorprendido porIa iniciativa popular en ese terreno: " ... el pue­blo ha enfrentado a las hordas uniformadas con pasmosa audacia", y por su capacidad de organizacion: " ... ha vuelto a poner a Ia orden del dia la tactica de las barricadas y ha desarrollado los grupos de combate pequenos, compactos y operativos ... " (Allpanchikrayku 2:19). A partir de alii procede a trazar una suerte de filiacion his­torica de la violencia, que se remontarfa sin solucion de continuidad hasta sus orfgenes biologicos en el reino animal: hasta las garras de los animales, pasando por los palos del hombre primitivo, las hondas y huaracas de nuestros antepasados, para llegar a los cocteles Molotov del S.XX (Allpanchikrayku 2:21 ).

Pero si algo prefigura el perfil actual de SL es la voluntad de des­dramatizar la violencia y Ia muerte: "en toda lucha hay sacrificios y la muerte es cosa corriente" (ibid.); el ensalzamiento de sus aspectos positivos: el bano de sangre purifica, Ia muerte tiempla, enscna y, por tanto, protege contra cl engano. Por ultimo, Ia sangre derramada en esos dfas serfa s6lo: "palida muestra de lo que vendra ... " (ibid.). Palabras ominosas.

Cabe mencionar, sin embargo, que dentro de esc esfuerzo por bana­lizar Ia muerte, subsiste un islote no asolado por cl desborde tanatico. En efecto, si bien "la prision es un accidente de trabajo":

" ... el pueblo no olvida a sus hijos sepultados en las mazmorras de Ia reacci6n, ni estos reniegan Ia causa por Ia que han cafdo. Por eso el pueblo todo lucha para arrancar de Ia prisi6n a los que caen en de­fensa de los dcrechos del pueblo. Y ellos saben que no estan solos y que no son olvidados". (ibid.).

La fuerte solidaridad intema es un rasgo comun a toda institucion polftica conspirativa, vease sino Ia historia del APRA en su perfodo llamado auroral (1930-1956). Este rasgo pareciera haberse ido intcn­sificando en SL conforme perfilaba su opcion militar. Planteamos una hipotesis: su soledad y su sectarismo se acrecentarfan en forma direc­ta y proporcional a Ia cohesion y solidaridad intema. Y viceversa.

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B. El sembrador y Ia semilla o elogio de lll va~guardia

Ante las masas, el partido aparece como portador de la ciencia del marxismo, cumpliendo con su " ... deber de sembrar gennenes de reno­vaci6n y difundir ideas clasistas" (Allpanchikrayku 2:19, subraya­do en cl original). Puede suceder que durante largo tiempo las rnasas no lleguen: " ... a comprender Ia necesidad de luchar contra esta explo­tacion y opresion o contra tal o cual arbitraria medida". Pareceria que " .. .la labor de crftica y preparaci6n" no tuviera sentido. Pero no es asf. En algun momento las contradicciones se exacerban y la lucha economica de las masas empalma con el discurso de Ia vanguardia. Por eso Ia agitacion debe hacerse: " ... con tenacidad, de modo inmuta­ble ... e incluso en las condiciones mas diffciles" (ibid.).

El elogio de Ia vanguardia va paralelo a Ia eliminaci6n de toda referenda a otras fuerzas polfticas o a otras tendencias dentro del partido. Solo existcn ellos y las masas, como el alfarero y el barro, un barro que persistentemente trabajado, subitamente cobra vida. Son dioses. Pero en esos anos, dioses menores que todavfa pueden fallar o, mas precisamente, estar ausentes. Pero induso asf, siguen guiando desde lejos a los mortalcs. En efccto, reconoccn que tal vez no estu­vieron suficientcmente prescntcs en la lucha por la gratuidad. Por ello, al movimiento: " ... pudo haberle faltado Ia consolidaci6n ne­ccsaria". Pero en tanto la vanguardia habfa venido desarrollando su labor:" ... las jomadas de junio no encontraron impreparado al pueblo ayacuchano" (ibid.).

C. De Ia economia a Ia politica

En 1969, sin embargo, el vanguardismo senderista no estaba todavfa depurado y el partido no parecfa todavia tan urgido de taponar her­meticamente todos los poros de Ia sociedad. Asi, tanto Allpanchik­rayku como Bandera Roja se cinen al rnarxismo-leninismo clasico, se­gun el cual la lucha de clases avanza de Ia lucha economica a Ia lu­cha polftica y a la lucha armada. Mas aun, dan Ia impresi6n que el pueblo podria recorrer ese trayccto, aun sin necesidad de Ia vanguar­dia. Asf, en BR (42:9) se dice que el movimiento de 1969: " ... es un gran ejcmplo de como Ia lucha economica es elevada por el pueblo al nivel

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de lucha polftica y lucha armada". (subrayado nuestro). Esta afir­rnacion resulta incluso menos vanguardista que el clasico Que hacer de Lenin (1902), segun el cual es el partido el que lleva desde fuera la conciencia polftica al movimiento. Y no parece un simple desliz pues Allpanchikrayku se explaya todavia mas sobre el pun to:

"SOlo la lucha econ6mica por el mejoramiento inmediato de su situa­ci6n puede convertir a las masas en un ejercito de luchadores polf­ticos ... al salir a las calles, al formar torrentes humanos que recla­maban sanci6n contra los vejamenes a los estudiantes, el pueblo con­virti6 su reivindicaci6n econ6mica en una gigantesca rcivindicaci6n polftica, en una defensa ardorosa de sus derechos de asociarse, reu­nirse, expresar su pensamicnto sin traba ni cortapisa alguna ... " (Allpanchikrayku 2:20).

Este texto deja resquicios para una interpretacion segun la cual el pueblo podria acceder a la polftica sin presencia directa del partido. Mas sorprendente aun, la dimension polftica incluiria la lucha por los derechos democraticos, a tal punto que una de las ensefianzas cen­trales del movimiento seria que: "todo acto de arbitraricdad y vio­lencia gubemamental es un motivo legitimo para celebrar manifes­taciones". (ibid.)58.

D. Servir a Ia espontaneidad

Vinculada a Ia anterior se encuentra otra conclusion que aparece repe­tidas veces subrayada en el balance: la valoracion positiva de Ia espontaneidad de las masas. Segl1n Allpanchikrayku Ia vanguar­dia debe estar al servicio de esa espontaneidad. Cicrto que unica­mente: "cuando existen condiciones objetivas para el combate directo de las rnasas" (ibid.). Pero el tono se encuentra, otra vez, lejos de las posiciones actuales de SL en las que cualquier espontaneidad desa-

58 En los 70, la dimension politica va desapareciendo del accionar sen­derista, caracterizado entonces por una combinaci6n de lucha econ6mica y dis­curso militar. En los ai\os 80, cuando este discurso se hace realidad, tambien la lucha econ6mica desaparece: es la hora de las armas. Cuando economia y rolitica resurgen, especialmente a partir de 1986, lo hacen exclusivamente 'al servicio de la tarea principal, que es la guerra", subsumidas por la lucha militar o, mas precisamente, militarizadas.

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parece o, en todo caso, es engullida por el partido y ~r la guer:~: _s6lo vale dentro de los marcos determinados por el partido (flexibthdad tactica) yen las acciones militares.

En resumen, si bien en la sistematizacion inmcdiata de SL se ad­vierte uh sobredimensionamiento de Ia confrontacion y Ia violencia, este se encuentra en parte compensado por un cnfasis en el papel de Ia espontaneidad que, visto desde hoy, resulta sorprendente.

2. Los senderos que se bifurcan

Es justo precisar que la mayoria de la izquierda marxist~ ~O~J?artia por entonces concepciones semejantes, incluyendo Ia glonflcac10n de la muerte. La lucha armada como "forma superior" o el partido como vanguardia que lleva Ia conciencia a las masas desde f~era de~ ~o­vimiento, son tesis que forman parte del arsenal marxtsta-lemm~t~ clasico· Ia "tactica de las barricadas" alude directamente a los anah­sis de Marx sobre la revolucion de 1848 y de Lenin sobre la insurreccion rusa de 1905 (vcase: Lenin 1902, 1906).

Cabe preguntarse entonces si es que habian ya, elem~ntos que ~ife­renciaban a SL del resto de Ia izquierda. lEn que medtda, por eJem­plo, la mirada senderista era ya una mirada "militarista", que veia principalmente los aspectos guerreros de la l~cha del 6_9 o, pore~ con­trario es el movimiento el que les revela Ia tmportanCia de Ia dimen­sion ~ilitar? Debe haber algo de ambos. Por un lado, es efectivamen­te sorprendente la forma y la intensidad de la lucha callejera. en Huanta y Ayacucho. Por otro, hay que tcner en ~u~nta qu: ~L se ubi~a­ba en el epicentro de una polemica sobre el trans1to pac1ftco al ~cta­lismo, reafirmando hasta su absolutizacion la necesidad de Ia viOlen­cia revolucionaria59. Es necesario recordar, asimismo, que Abirnael

59 La polemica se desarrollaba en varios frentes, por9.ue en~re quienes asumian la necesidad de la violencia, existian a su vez dtferenCias. Por un lado estaban las tesis que en lineas muy generales podem~s d~nominar ~­quistas, producto de una determinada lcctura de la expenenc1a revolucto­naria cubana (Debray 1967). Estas se hallaban en retroceso lucgo de las derrotas del MIRy del ELN en 1965 y de Ia muerte de Erncsto "Che" Gueva~a en Bo1ivia en 1967. Por otro lado estaban quienes sustentataban la estrategta

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Guzman habia sido responsable militar de BR y que en Ia Iucha in­tema su fraccion era tildada de "ocultista"; que no era el unico diri­gente de SL, que habian viajado a China, de donde regres6 con una suerte de sentido de mision historica, dispuesto a "reconstituir el partido en funcion de Ia guerra"; y que desde esos anos, el nucleo mas cercano a Guzman Ieia el pais, geogrcifica y socialmente, en tcrminos militares.

Por esos anos, las especificidades de SL que potencialmente po­dian distinguirlo del resto de Ia izquierda serian entonces:

1. La tradicion partidaria en Ia cual se inscribia ese nucleo y su ubicacion dentro del espectro de Ia izquierda, especialmente en Ia po­Iemica sobre el "transito padfico" al socialismo.

2. EI perfil social y Ia voluntad politica de su nucleo dirigente, en especial de su Iider maximo.

3. La region en Ia que actuan, donde se concentran un con junto de contradicciones expresadas en movimientos como el de 1969 y otros fenomenos que hemos descrito a Io largo del libro.

Pero, insistimos, eran solo diferencias potenciales. Esa tension ri­quisima entre Ia ensenanzas del movimiento real, por un Iado, y los dogmas de Ia vanguardia, por otro, se resolvera recicn a Io largo de Iosanos70.

de Ia guerra popular prolongada. Las diferencias se expresaban en pnkticas concretas pues los segundos ponian el enfasis central en Ia construcci6n del partido para Ia conducci6n de Ia guerra.

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CAPITULO XV

Una incursion en Ia decada de 1970: del maoismo al "pensamiento Gonzalo"6o

Entre Ia evaluacion senderist~ de los sucesos de 1969, balanceandose entre vanguardia y masas, y su definicion final militarista, transcu­rrio una decada en Ia cual se produjeron dos rupturas decisivas en Ia cvolucion de SL. La primcra es Ia que dio Iugar a su nacimiento como organizacion independiente; la segunda, su decision de iniciar Ia lu­cha armada. Ambas se producen dentro de un contexto nacional sig­nado por dos tendencias centralcs: Ia modcrnizacion a~toritari~ .que a traves de sus reformas impulsaba en esos anos cl gobtemo mthtar; y la democratizacion social motorizada contradictoriamente por esas mismas reformas y, sobre todo, por el vasto proceso de organizacion y movilizacion popular que alcanzo en esos afios sus picos mas altos.

Sigamos Ia evolucion de SL a partir de la lucha intcma que le dio nacimiento. Como vimos en el capitulo XII, entre 1967 y 1969 el PCP maoista estallo en varios fragmentos. Los mayores: Patria Roja y Ban­dera Roja. En los 70, PR desarrollo un "sindicalismo rojo" que alcanzo

60 "Gonzalo" es el nuevo "nombre de guerra" de Abimael Guzman. Seg~n Sendero Luminoso existirfan tres grandes etapas en el desarrollo del marxts­mo, cada una encarnada en un ?irig~nte o, "espada": Mar~, Leni!l .Y Ma<_> .. SL considera que Abimael Guzman, 'el mas grande marxzsta-lenznzsta vzvzen­te", seria Ia "cuarta espada del marxismo" y sus tesis, sintetiza?as com? ."pen­samiento Gonzalo", constituirian un desarrollo del marxtsmo-lemmsmo­maoismo, que en eerspectiva apuntarfa a convertirse en Ia cuarta etapa del marxismo (Sobre el 'pensamiento Gonzalo" vease :PCP 1988e:VIII-IX).

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su mejor momento en Ia segunda mitad de esa decada61. BR se pasm6 en un campesinismo bastante elemental. Por su parte, duramente gol­peada por Ia represi6n gubemamental y por las pr<kticas Iiquida­doras de Paredes, Ia "fracci6n roja" se convirti6 en PCP Sendero Lu­minoso y se repleg6 a Ia universidad donde logr6 restafi.ar sus heridas y desarrollar su ventaja comparativa como nucleo politico/intelec­tual.

1. Aventura intelectual en un Yenan andino

La perdida de sus bases sociales y su reducci6n a nucleo regional, fa­cilitaron Ia concentraci6n de SL en el terreno ideol6gico y el desarro­llo de las tendencias intelectualistas de su direcci6n, que se dedic6 a Ia sistematizaci6n de un discurso global y coherente, dentro de Ia mas estricta ortodoxia marxista-leninista. Para ello contaron, precisamen­te desde 1969 y hasta 1973, con un predominio indiscutido en Ia UNSCH, en cuyo Consejo Ejecutivo, sin llegar a ser mayoria, influyen por esos aii.os decisivamente. Abimael Guzman se desempcfi.a por en­tonces como Director Universitario de Personal, a cargo de todos los docentes y empleados. Otro destacado miembro de SL, Antonio Diaz Martinez, ocupa el puesto de Director de Bienestar Estudiantil, res­ponsable del comedor y Ia vivienda universitaria, scrvicios claves para Ia relaci6n con el alumnado provinciano mas pobre, que llegaba a Ayacucho con escasisimos recursos a tentar una de las limitadas va­cantes en el comedor y I o en Ia vivienda.

Entre 1971 y 1972, los cuadros de SL conforman, con Guzman a Ia ca­beza, el Centro de Trabajo Intelectual Mariategui (CTIM) y se sumer­gen en el estudio exhaustivo pero exegetico de las obras de Jose Carlos Mariategui (vease: Degregori 1985:31-2) yen Ia consolidaci6n de su· perfil ideol6gico. La justificaci6n te6rica de ese viraje se advierte ya en el N11 42 de Bandera Roja, donde una y otra vcz se insiste en que Ia unificaci6n ideol6gica es ''base de toda unificaci6n"; sin ella "no pue-

61 En la d(kada de 1970 Patria Roja logr6 hegemonfa en el Sindicato Uni­co de Trabajadores de la Educaci6n en el Peru (SUTEP) y en la Federaci6n. de Estudiantes del Peru (FEP). A partir de 1980, forma parte del frente Izqmer­da Onida (IU).

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de h:aber ning\ln otro tipo de unificaci6n" (BR 42:10). Su justificacion politica Ra encuentran en Ia tesis que elaboran por entonces de "dcfcn­sa de {a univ'Cnidad"'. La consigna no dejaba de tcncr elementos de ra­z6n: Ia UNSCH scguia s~mtr.:> mmy importantc para Ia vida econ6mi­ca de Ayacucho; el gobicmo inftcrvenia por cntonces una universidad tras otra y era nccesario prcscrvar Ia autonomia universitaria. En SL esos considerandos se vcian acentuados por el iluminismo. Segun su analisis, los sectores populares estaban confundidos por el "fascismo" del regimen ante el cual, ademas, toda Ia izquierda claudicaba de una u otra mancra y, con ella, el movimiento univcrsitario. La UNSCH, y dentro de ella SL, aparccia entonces como el ultimo bas­tion de resistencia antifascista en el Peru. Si ello era asi, entonccs lcs resultaba admisiblc conccntrarse en Ia universidad (mientras cl resto de Ia izquierda trataba de "ir a las masas") e incluso aceptar que sus principales lideres fueran aplicadores de Ia "ley universitaria fas­cista" desde sus cargos de direcci6n. No es arbitrario afirmar, sin em­bargo, que su raz6n de fondo era Ia necesidad de proteger al partido, que atravesaba su momento de mayor dcbilidad, y a su "cabeza", concentrada en una "aventura del pensamiento" que en algo se aseme­jaba a Ia de esos monjes medievales refugiados en monasterios, tra­tando de salvar cl saber de occidente (Ia ortodoxia marxista-leni­nista) o de encontrar Ia piedra filosofal (Ia linea polftica), mientras a su alrededor todo colapsaba arrasado por los barbaros (cl gobicrno "fascista")62.

Con Ia mezcla de iluminismo y pragmatismo que lo va a caracteri­zar hasta Ia actualidad, SL trata de convertir el monasterio universi­tario en fortaleza "antifascista", en una suerte de pequeii.o Yenan inte­lectual que debia scr prescrvado a toda costa. Como parte de esa es-

62 Un plantcamiento que esboza Miguel Gutierrez, corroboraria de alguna forma nuestra vision de SL. Segun Gutierrez:

"Abimael Guzman serfa un caso unico entre los intelectuales revolu­cionarios que accede al marxismo no por razones eticas, como busque­da existencial o como terapia cat<irtica para conjurar cicrtas obsesio­nes, sino por la vfa racional, dcspues de librar abmsadora contienda en su espfritu entre cl idcalismo y el materialismo" (op.cit.:256-7).

Y ya desde antes: "la adolcsccncia y la juventud de Abimael Guzman fue una secreta, tenaz, indoblegable y ardorosa aventum del pensamiento" (ibid.).

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trategia y paralelamente a su proceso de ideologizacion en el CTIM, Sendero Luminoso intensifico en esos afios su proselitismo entre loses­tudiantes de Ia UNSCH. Contaba para ello con condiciones favora­bles:

a. Utilizando su hegemonfa en la universidad, concentro a sus pro­fesores en los cursos del Cicio Basico, cuyo currfculo adapto a sus ne­cesidades. Pronto el curso de Materialismo Historico reemplazo a Ia Introduccion a las Ciencias Sociales, Dialectica de Ia Naturaleza a las Ciencias Biologicas, el Materialismo Dialectico copo las clases de Filosoffa e incluso las de Ffsica (materia y movimiento). Rapida­mente, cursos semejantes se introdujeron en las diferentes carreras, es­pecialmente en Ciencias Sociales y Educacion.

b. Su audiencia crece, pues precisamente a patir de 1969 se am­plfa el numero de vacantes y comienzan a ingresar a Ia UNSCH mil estudiantes cada afio (vease: cap.II).

c. Entre los ingresantes de esos afios se encuentran los protagonis­tas del movimiento por Ia gratuidad de Ia ensefianza. De entre ellos, ros huantinos, que tendfan a mostrar una mayor independencia frente a SL, eran solo Ia quinta parte del numeroso contingente huamanguino (vease: cuadro 7). Ante estos ultimos, amparado en su participacion en el movimiento y en su hegemonfa en el Frente de Defensa, SL apa­rece como el depositario de Ia experiencia de 1969. Despues de todo, para los j6venes huamanguinos Ia cafda en prision de los dirigentes de SL no aparecfa tanto, o en todo caso no solo, como sinonimo de im­prevision, sino de consecuencia. Si Ia represion cayo sobre ellos, eso era prueba de que estaban a Ia cabeza del movimiento, combatiendo.

d. Mas alia de aspectos coyunturales, el discurso de SL encontraba eco en un sector significativo del estudiantado cristobalino. Nos refe­rimos a aquellos procedentes de Ia denominada "zona de influencia" de la universidad (Ayacucho, Apurfmac, Huancavelica), entre quie­nes SL tuvo siempre su principal bastion. En 1968, ellos constitufan el 64.1% del total de matriculados en Ia UNSCH, para 1973 eran toda­vfa el58.7% del totai63.

63 En 1968, el 54.4% de estudiantes provenian de Ayacucho, 5.1% de Huan­cavelica y 4.6% de Apurirnac. En 1973, 44.4% de Ayacucho, 8.8% de Huan­cavelica y 55% de Apurimac.

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En otros trabajos (Degregori 1985, 1989) nos hemos referido al per­fil sociocultural de este contingente juvenil, ubicado en una suerte de tierra de nadie entre dos mundos: el andino tradicional de sus padres, cuyos mitos, ritos y costumbres ya no comparten plenamente; y el occi­dental 0, mas precisamente, urbano-criollo, que los discrimina por pro­vincianos, serranos, quechuahablantes. A esos estudiantes, necesita­dos de una nueva identidad y de seguridad intdectual, SL les ofrece Ia sistematizacion que desarrrolla en d CTIM: una explicacion cohe­rente del mundo ffsico (materia y movimiento), biologico y social; de Ia historia de Ia filosoffa (lucha entre idealismo y materialismo), asf como de Ia historia universal (ascenso unilineal desde Ia comuni­dad primitiva al esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo, para culminar en el comunismo) y del Peru (lucha entre el camino burocratico y el camino democratico). Ya entonces dicha interpreta­cion aparecfa bastante dcbil y atrasada intclectualmente ... pero en esas circunstancias concretas resulto politicamente eficaz64. Esa efi­cacia tiene que ver tambien con que SL no s61o ofrece una explicacion intclectual sino una organizaci6n que acoge a esos jovenes y les otorga identidad.

Asf, luego de casi dos af\os de estudio intensivo, SL da a luz una de sus pocas publicaciones de esos af\os: un "Esquema para el estudio del pensamiento de Jose Carlos Mariategui", que incluye todos los te­mas posiblcs, desde "Mariategui y c1 problema de Ia literatura" has­ta "Mariategui y cl problema militar". Luego, sobre Ia base del con­tingente de profesores y estudiantes nucleados alrededor de sus tesis, SL inicia Ia reconquista de sus bases sociales.

2. El regreso a las masas

En 1972 el Comitc Central del PCP-SL aprueba el "Plan Estrategico del CR de Ayacucho" (PCP 1988a:V) y sus militantes, homogenizados ideologicamente, mas duef\os de Ia verdad que nunca, emprenden el retorno al movimicnto social. Pero encuentran que su topograffa ha

64 Si se rcvisa El Diario dcsde que ese peri6dico se convierte en vocero ofi­cioso del scnderismo en 1987, seve que SL continua sustentando muchas de las posiciones elaboradas en csos anos por cl CTIM, a vcces incluso palabra por palabra.

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variado sustantivamente. Alli habitan y disputan ahora no s6lo los viejos fragmentos de BR, sino nuevos actores politicos como el Movi­miento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Vanguardia Revolu­cionaria (VR), que establecen cabeceras de playa especialmente entre los nuevos contingentes sociales que llegan ala universidad y ala re­gion65. Mas aun, por esa cambiante geografia social, avanza enarbo­lando nuevas banderas, el odiado Estado.

Estos cambios tienen que ver con las reformas que impulsa el go­bierno militar. Se instalan por entonces en Ayacucho oficinas de dife­rentes ministerios y filiales de multiples agendas gubernamentalcs, posteriormente centralizadas en el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilizacion Social (SINAMOS). La presencia estatal trajo consigo el crecimiento de los empleados y obreros del sector servicios, tanto ayacuchanos como foraneos. Tras las huellas de la expansion estatal llego el capital financiero: las sucursales de la banca privada y esta­tal se multiplican en Ayacucho. En el campo, despuntan zonas rclati­vamente mas dinamicas: alrededor de la ciudad se acrccienta lenta­mente la produccion de panllevar, papa mejorada y cebada cerve­cera. Yen la ceja de selva del rio Apurimac (provincias de La Mary Huanta) se acelera el avance de la colonizacion y con ella se expan­den los cultivos comerciales: cafe, cacao, coca, cube, achiote, frutas. En 1974 se abre la via Ayacucho-Pisco o de Los Libertadorcs. Ese mismo afio, con motivo del sesquicentenario de la Batalla de Ayacu­cho, la ciudad recibe un impulso significativo a su desarrollo urbano. Poco despues llcga la television66.

65 El MIR nace en 1959 como desprendimiento radical del APRA. En 1965 lleva adelante una corta lucha guerrillera, derrotada a principios de 1966. Poco antes, en 1965, nace VR donde convergen m1cleos radicales salidos del PCP Unidad, de Accion Popular y del trotskismo. El MIRy VR son los troncos centrales de la Hamada "nueva izquierda", que en los ai\os 70 sufrieron suce­sivas divisiones. Hacia 1977, inflmdas por el auge del movimiento social y Ia apertura democnitica, las diferentes fracciones del MIR y VR (entre elias el nuevo Partido Comunista Revolucionario /PCR) convergen en la Unidad De­mocratico Popular (UDP). En 1980, Ia UDP confluye con los PCP-Unidad y Patria Roja, asi como grupos menores y nucleos cristianos e indcpcndicntcs, para conformar Ia alianza Izquicrda Unida (IU).

66 Para una mas amplia informacion sobre los cambios en Ayacucho duran­te la dtkada de 1970 vease: Degregori et al.1973;Jurado 1983; Dcgrcgori 1985.

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Si bien en el capitulo II pusimos enfasis en los aspectos negativos del desarrollo capitalista en Ayacucho en las ultimas decadas, no ca­be duda que por esos afios la region adquiere un mayor dinamismo, cspecialmente la ciudad capital y la selva del rio Apurimac. La pun­ta de Ianza del embate modernizador del Estado va ser la Reforma Agraria, a pesar de que en Ia zona no se deja sentir con suficiente fuer­za (y por eso Ia punta de Ianza se convierte en talon de Aquiles). AI plantear una nueva relacion Estado-campesinado la Reforma Agra­ria amcnazaba trastocar radicalmente las concepciones y planes de SL. Por eso tal vez su rcchazo absoluto a dicha medida, mas como con­juro que como analisis politico, pues de haber tenido exito esa reforma hubiera transfigurado aun mas a su potencial base social campesina tal como ellos la imaginaban y la querian: semifeudal, servil paupe­rrima. Desde entonces, el hoy "presidente Gonzalo" entrtt en una carre­ra contra el tiempo para detener la evoluci6n de un Estado que antes permitia "a las difercntes faccioncs de las clascs dominantes ... la li­bcrtad y la potestad de disputarse la organizaci6n de las masas a tra­ves de sus partidos politicos ... ", mientras que ahora (afios 70): "ha plantcado Ia nccesidad de organizar a las masas en forma de corpora­cioncs" (Ramos y Loli 1979:114).

La nueva modalidad corporativa le report6 reditos iniciales al Es­tado, que los propios Ramos y Loli reconocen al historiar el movimien­to popular en Ia ciudad. Alli SINAMOS: "utiliza diversos mecanis­mos demagogicos para confundir y 'ganarse' a las masas, cuestion que cs lograda en buena parte de los barrios" (Ramos y Loli op.cit.: 117).

La ofensiva estatal alcanz6 su punto mas alto entre ~973 y 1974, teniendo como eje Ia cclcbraci6n del sesquicentenario de la Batalla de Ayacucho, en diciembre de 1974:

"Para ello programa un conjunto de obras de infraestructura (insta­lacion de telefonos, television, pavimentacion del aeropuerto y de Ia carretera a Quinua, instalacion de nueva red electrica en Ia ciu­dad y barrios, etc.), que en ultima instancia no han servido mas que para Ia mayor introduccion y asentamiento de empresas de cap1tal burocratico (Entclperu, Enradperu, Aeroperu, Electroperu, Pescape­ru, Enturperu, Corpac, etc.) en nuestra ciudad." (Ramos y U>li ibid.)67.

67 Esta cita permite en tender mcjor Ia logica de SL cuando en los 80 destru­yc infraestructura, tecnologfa, ganado mejorado. Su aspecto principal no es

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La estrategia corporativa del Estado rcqueria u~a. respuest~ de envergadura. Sin el!'bargo, cuando ~L re?re:a al mov1m1ento soc1a~ !o hace con un acentuadisimo sesgo umvers1tano, que reconocen tamb1en Ramos y Loli. Asi, en enero de 1973 se celebra una asamblea general que tiene como objetivo reconstituir el Frente de Defensa. Los reprcsen­tantes de SL logran que alii se elija un Comite Ejecutiv? favorable~ sus posiciones. Pero ese organismo: "~stab~ formad? ~as1_en su totah­dad por personas vinculadas a la uruvers1dad, dcfio_enoa que ~o se observ6" (Ramos y Loli op.cit.:104-5). Mas aun, sus pnmeras gestwnes tienen que ver con el problema presupuestal de San Cristobal, con l_o cual queda de manifiesto que: " ... el FDPA soslayaba los problemas ba­sicos del pueblo, para defender los intereses de los intelectuales de la UNSCH" (Ramos y Loli ibid.)

En efecto a inicios de los 70 el FER, la FUSCH y el sindicato de docentes (SuTE-UNSCH) se convierten en bases importantisimas de un Frente de Defensa utilizado para obtener mayorias en debates uni­versitarios e incluso para la tacha y separaci6n de profesores. Si en los afios 60 la universidad sirvi6 al Frente de Defensa, en los 70 es este el que sirve a aquclla. Mas precisamente, S~ utiliza cl FDPA para potenciar su politica universitaria y no a~ reves. De est~ forma, si bien mantiene cierta presencia en los barnos, cl frente p1erde cl consenso y la capacidad de movilizaci6n de antafio.

Aun en la lucha universitaria, SL sufre reveses. Siete meses des­pues de Ia asamblea de reconstituci6n del FDPA, en julio de 1973, ~ier­de Ia direcci6n del movimiento estudiantil. Es que dentro de la umver­sidad se habian producido tambien una serie de cambios. La amplia­ci6n de vacantes hizo necesario el crccimiento de Ia plana doccnte, a la que se incorporan profesores fon1neos. Hacia 1970 llcga a la UNS CH otra oleada de docentes, ubicados a mitad de camino entre los an­tiguos "provincianos" y "cosmopolitas", que introduccn una cierta he-

tanto un rechazo "andino" a la modemidad o una suerte de ludismo, sino un re­chazo al capitalismo burocratico que desarrollaria el Estado: un rcchazo al Estado. Ello no anula que, tanto en s~ ~irecci6n co~o espccialmen_te entre l~s bases se expresan efectivamente sentimtentos de od1o, compo~t~micntos anti­modemos, ludistas, o tradiciones andinas. Pero estos no son suhCJentes para de­finiraSL.

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terogeneidad ideol6gica en la universidad. Crecen, asimismo, los con­tingentes de alumnos que no provienen de la "zona de influencia": huancas, chinchanos e incluso limenos, que acrecientan la heteroge­neidad social y cultural del alumnado. En el cuadro 8 se advierte c6mo a partir de la scgunda mitad de la decada de 1960 y espe­cialmente durante los afios 70, la UNSCH se "abre". El porcentaje de ayacuchanos desciende de 58.3% en 1965 a 44.4% en 1973 y 42.7% en 1976. Si bien aumentan en esos afios los alumnos procedentes de Apurimac y Huancavelica, asi como de otras provincias de Ayacucho aparte de Huamanga (cuadro 7), crece aun mas el porcentaje de alumnos provenientes primero de Junin, y posteriormente de Lima e lea. Hacia 1976, los huancas se convierten en el contingente mas numeroso despues de los ayacuchanos, con 861 estudiantes que repre­sentan el15.9% de Ia poblacion estudiantil total de Ia UNSCH.

En la mayoria de casos, SL no fue capaz de responder a las aspira­ciones politicas e ideologicas de esos nuevos sectores. Ellos no habian participado de la epopeya del 69, no sentfan tan suyo el Frente de De­fensa, mas aun cuando este reaparece sectarizado y "universitario"; y solo sentfan Ia opresion scnderista en la UNSCH. Las contradicciones o Ia simple abstencion frente a SL nose hicicron esperar.

Por otro lado, dentro de SL se produce una tension muy grande en­tre practica legalista y discurso rnaximalista, pues SL, tipificando al regimen como fascista, tenia a sus principales dirigentes como aplica­dores de Ia ley universitaria "fascista". Esta incongruencia da pie para que por el flanco izquierdo surja una oposicion a SL, encabezada por el MIRy en menor medida VR y BR68. En realidad, los dos pri­meros eran por entonces nucleos politicos pequefios y de presencia reciente en Ayacucho, pero acruan como catalizadores de un proceso mas profq__ndo que se venia gestando en la UNSCH a partir de su di­versificaci6n social. En menos de un afio, entre 1972 y 1973, la oposi­cion se torna masiva, porque tanto a nivel de estudiantes como de pro­fesores Ia division entre SL y anti-SL aparece como un enfrenta­miento, en cierta medida, entre ayacuchanos y foraneos.

68 Ellos sei\alaban que la universidad era parte del aparato estatal y que lo que correspondfa no era la defensa de la universidad, sino del movimiento estudiantil o, en todo caso, del movimicnto universitario.

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A mediados de 1973, una amplia y laxa coalicion exige elecciones para renovar la FUSCH69. SL intuye su posible derrota y decide reali­zar las elecciones en su baluarte: la residencia universitaria. El 17 de julio la alianza antisendero toma la residencia luego de una gigantes­ca batalla campal (vease: Degregori 1985:33). Ese es el inicio de una serie de derrotas de SL en su reducto cristobalino, que prosiguen con su desplazamiento del sindicato de docentes70 y culminan con la perdida de su hegemonia en el consejo ejecutivo en marzo de 1974.

No esta demas precisar, sin embargo, que en toda esa decada nun­ca llegaron a perder su predominio en el programa de Educacion. Y, fuera de la universidad, en la {mica organizacion de masas en la que conservaron hegemonia durante toda la decada, el sindicato de maes­tros: SUTE-Huamanga. Podriamos dccir que, al complejizarse la com­posicion social de la UNSCH, en esta etapa es el SUTE el que rnanten­dria las caracteristicas del viejo sector que denominamos "provincia­no" de los aii.os 60. Esto puede comprobarse en los cuadros 8 y 9. A par­tir de la explosion demografica que se inicia en 1968, el porcentaje de alumnos ayacuchanos en la UNSCH disminuye sostenidamente. Pero mientras la universidad en su conjunto se abre, e! porcentaje de ayacu­chanos que estudian Educacion se mantiene e incluso aumenta ligera-

69 En esa coalicion convergen no s6lo el M!R, Vanguardia Revolucionaria y Bandera Roja, sino tambh~n Ia Democracia Cristiana y vastos sectores in­dependientes.

70 En julio de 1973 el FDPA exigio Ia expulsion de los dirigentes estu­diantiles comprometidos en Ia toma de !a residencia universitaria. S61o ocho profesores del SUTE-UNSC:H votaron contra esa moci6n. Pero para 1974 la oposici6n a SL habfa crecido a tal punto que el SUTE-UNSC:H se dividi6 y los senderistas quedaron en minorfa. La ruptura se produjo en plena prepara­ci6n del primer congreso nacional de docentes universitarios, que se celebr6 en Ayacucho y dio origen ala FENDUP (Federaci6n Nacional de Docentes Uni­versitarios del Peru). Ese evento constituy6 Ia ultima participaci6n publica de Abimael Guzman en papel protagonico, pues SL se habfa jugado a fondo por una presencia destacada en la FEND UP, que no logr6. Los documentos ofi­ciales de SL ignoran por completo esa derrota y al resefiar ese perfodo, afir­man escueta y triunfalistamcnte:

" ... en el FER se desarrollo mas Ia tesis de Ia Defensa de Ia Universi­dad contra Ia corporativizaci6n: en el Frente Rcvolucionario Estu­diantil Secundario (FRES) se impuls6 Ia lucha de los secundarios por Ia educaci6n popular ... ademas, se participo en el Sindicato Unico

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te: de 60.9% en 1968 a 63% en 1973 y a 61.1% en 1976 (cuadro 8). Entre los ayacuchanos, los que se orientan en mayor proporcion a Ia carrera magisterial son aquellos que provienen de Cangallo y Victor Fajardo, las provincias mas pobres, donde SL iniciara sus acciones armadas (cuadro 9). Congelado, pues, en sus concepciones,. SL pierde la UNSCH, mas heterogenea, pero mantiene el SUTE y su semillero, el prograrna de Educacion.

3. "Somos el proletariado"

Pero antes que culmine su derrota en San Cristobal, algo tal vez de­finitorio sucedio en el PCP. En el III Pleno de su comite central, cele­brado en 1973, SL decide salir de su enclaustramiento universitario. Para ello, acuerda constituir "organismos generados", definidos como: "los movimientos propios como organizaciones generadas por el prole­tariado en los diferentes frentes de trabajo" (PCP 1988b:VII, subraya­do nuestro). Es entonces cuando a nuestro en tender comienza a resolver­se definitivamente la tension entre vanguardia y masas, entre control partidario y servicio a la espontaneidad. A partir de la creacion de organismos propios, nunca mas nada debera escaparseles de las rna­nos.

Pronto van a conformarse el Movimiento Clasista Barrial (MCB), el Movimiento Femenino Popular (MFP), el Movimento de Obreros y Trabajadores Clasistas (MOTC), el Movimiento de Campesinos Po­brcs (MCP), entre otros. En Ayacucho, la creacion de organismos gene­rados se tradujo en la practica en una aguda pugna que llevo creciente­mente al paralelismo y a la division de las organizaciones sociales. Para entender por que, veamos las tres caractcristicas centrales de los organismos generados: "1) adheridos a Mariategui, 2) organizaciones de masas y 3) ceii.idos al centralismo democratico" (PCP 1988b:VII).

de Trabajadores de Ia Educaci6n Peruana en el que por los afios 70 se sent6 su linea especffica clasista. Tambh~n se conform6 la Federaci6n Nacional de Docentes de la Universidad Peruana. Y todo este tra­bajo entr6 a una amplia movilizaci6n ideol6gico-politica para ini­ciar la guerra popular" (PCP 1988b:VII).

Posteriormente, mientras el sector docente influenciado por SL no Jogr6 pasar de 30 miembros, el SUTE mayoritario creci6 en pocos afios hasta agrupar a mas de 150 profesores.

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La primera y Ia tercera significan que los organismos generados si­guen las directivas del partido, cuya hegemonia reconocen explici­tamente. Pero Ia segunda caracteristica no implica que los organismos agrupen necesariamente a una gran cantidad de personas (masas) ni a Ia mayoria de un gremio, sino que sus miembros no son por lo general militantes del partido. SL los denomina "masas" en oposici6n a los "cuadros" partidarios, pero en realidad, los organismos generados le sirven para amp liar su periferia de cuadros mas alia de los limi tes partiqarios.

De esta forma, a diferencia de Ia decada de 1960, cuando SL parti­cip6 en Ia creaci6n de importantes oganizaciones sociales, en el Ayacu­cho de mediados de Ia decada de 1970 constituye nucleos por loge­neral pequefios pero ideol6gicamente mas duros yorganicamente de­pendientes del partido, dentro de aquellas organizaciones sociales que le es cada vez mas dificil dirigir democraticamente. Cuando los "organismos generados" no podian conquistar Ia hegemonia en elias, las dividian y creaban otras paralelas.

No es de extrafiar que pronto el Frente de Ocfensa reconstituido, que nunca lleg6 a recobrar Ia fuerza de los afios 60, comience a escapar al control senderista. Ramos y Loli se quejan de que, practicamente desde un principia, un sector de Ia dirigencia, encabezado por su presi­dente, Maximo Cardenas71: "empieza a abandonar Ia orientaci6n po­litica de Ia clase obrera... a imponer sus criterios personales como reflejo de sus afanes caudillescos" y que, ademas, impone una linea "economicista y extremadamente pacifista" al movimiento (op.cit.: 121). Lo que sucede en realidad es que con cl surgimiento de los orga­nismos generados, comienza a desarrollarse una doble dinamica, cada vez mas divergente, entre un movimiento social que se complejiza y

71 Cuando el Frente resurge, regresa tambh~n a escena Maximo Cardenas, su dirigente historico, quien vuelve a ser elegido su presidente. Pero, mas li­gado a una dimimica de bases, a! poco tiempo Cardenas comienza a desarro­llar contradicciones con el vanguardismo de SL. Se acercara entonces a din­gentes de Bandera Roja, activos en ciertos barrios, especialmente Carmen Al­to; y hacia fines de la decada permitira que Ia UDP active en el frente. Pero siempre mantendra su autonomia de antiguo caudillo.

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. rt"do que se eudurece y simplifica. Veamos esas divei-stfica, y un pa 1

dos dinamicas.

a. La dindmica partidaria

. t. gente ampliado de . d 1975 SL busca consohdar su con m . A partir e , olitizaci6n intensa de los orgamsmos gene­cuadros y se ~mba rca en Ia p ulares (PCP 1988b: VII). Paralelamen­rados a traves de escuel~· ~op . t ue culmina con la ruptura del te, desarrolla un embate Ivtstoms a !t Pueblo En efecto ya en 1975 ya muy debili~ado Frent·~·det O~~~~ovimiento .Clasista Barrial. Para aparece el prnl)er rna~-~ Ies '~ 8vo aniversario de la masacre de 1969, junio de 1977, en ocasiOn de "B del Frente de Oefensa del Pue­aparecen vol~nt~s firmado~lor ~~~tegui ... " (subrayado nuestro).

blo y orgam~~;~~ :C~~:; t~do~ sus organismos generados alrededor En mayo de 1 d 1 SUTEP cuya base provincial controlaba, y de Ia larga hue ga e '. . , .. del FOP A que en junio se con-"Comi tc de Reconst1 tucwn ,

1 construye u~ . , 1 r de Unificaci6n" para apoyar Ia hue ga vierte en Comite Popu a d" h itc los dias 2 y 3 de diciem­magisterial. Sobre Ia ?ase de Ic o com , minoritarios, impulsan un bre de 1978, los orgams~os ?.en~~d::~:eu~e Oefensa del Pueblo, que Congreso de Ia Reconstituo?~ . _e • . . R mos Loli op.cit.:127-en realidad consagra su divisiOn (Vease. a y 139).

b. La dintimica social

us fuerzas en el viejo Frente de Ocfensa, Pero mientras SL concentra s h omienza a desarrollarse crecien-el movimiento popular ayaluc a~~~ ~ontrol de SL. Una scrie de orga­temente por fuera del FOP fl ... Y . ue Iogre predominio en elias; nizaciones surgen por sus ancos, s.m q tradicionalmcnte tenia en por el contrario, pierdc Ia presenCia que algunos sectores.

·, A ·a Oepartamental de Asi en 1974 se crea Ia FederaciOn gran . , N . a! , b de Ia flamante ConfederaciOn aciOn

Ayacucho (FAOA), .a~~en nace dependientc del Estado yes en un Agraria (CNA), 9~c SI I 1 f po cierta presencia en sectores principio burocratica, Iogra con e tern campcsinos y sc sacudc de Ia tutela estatal.

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En 1975, SL propicia la formacion de una tercera CCP, distinta a las dos facciones existentes por entonces72. Para ello convoca a un con­greso cuya sede se ubicaba, sintomaticamente, en la ciudad y no en el campo, mas precisamente en los planteles de aplicacion "Guaman Po­ma" de la UNSCH. La reunion fracaso pues no asistio ninguna base campesina de importancia del pais. Desde entonces, SL desaparece de la organizacion gremial del campesinado.

En 1976 una importante lucha porque Ayacucho sea cabeza de re­gion dentro de los planes -finalmente nunca ejecutados- del gobiemo militar, es encabezada por los nuevos sectores medios ayacuchanos, sin presencia de Sendero ni del Frente de Defensa.

A partir de 1976 comienzan a surgir, asimismo, nuevas fcderacio­nes campesinas que se afilian a la CCP. La mas importante de todas resulta la Federacion de Campesinos del Valle del Rio Apurimac (FECVRA), que en su mejor momento llega a agrupar mas de 100 sindi­catos de colonos.

En 1980 se crea finalmente la Federacion Departamental de Tra­bajadores de Ayacucho (FEDETA), base de la Confederacion General de Trabajadores del Peru (CGTP), sobre la base de sindicatos, espe­cialmente estatales y de servicios, que reflejan nitidamente cl nuevo caracter de la capital ayacuchana.

7l El PCP Bandera Roja, que habia quedado como fuerza hegem6nica en Ia CCP (cap.XII), fue incapaz de canalizar las inquietudes y demandas de un campesinado que se movilizaba masivamente en el contexto de Ia Reforma Agraria. Durante el IV Congreso de esa organizaci6n, celebrado en Ia comu­nidad de Eccash (Ancash) en 1974, una mayoria de delegados se retir6 debido a Ia instransigencia de BR. Meses despues celebraron un congreso de reorgani­zaci6n mucho mas representativo. Junto a esa CCP reorganizada, que creci6 significativamente yen Ia cual adquiri6 preponderancia VR, agoniz6 durante varios ai'l.os Ia que dirigfa BR. Antes que la reorganizaci6n de Ia CCP mayo­ritaria se cpnsolidara, SL intent6 terciar entre ambas, sin fortuna.

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Las mas vitales de estas organizaciones resultaron prccisamente Ia FECVRA y la FEDETA, ubicadas en los polos relativamente mas modemos de I a region73. i. Que habia pasado, mientras tanto, con SL?

Como vimos, en diciembre de 1978 SL habia creado una organiza­cion paralela al FDP A. Pero, sorpresivamente, no potencio su mini­frente sino que lo dejo entrar en una suerte de receso. Un episodio si­milar habia tenido Iugar en la UNSCH dos afios antes. En efecto, luego del gran enfrentamiento estudiantil de 1973, la federacion uni­versitaria habia quedado acefala. En 1976 se convoco a elecciones para reflotarla. Un conflicto en los planteles de Aplicacion "Guaman Poma de Ayala" (vease: Degregori 1985) habia fortalecido al FER, que se enfrento esta vez a una nueva coalicion de los grupos que des­pucs formarian la Unidad Democratico Popular (MIR, VR y PCR). En una confrontacion masiva pero pacifica, el FER-SL se impuso estre­chamente74. Pero para 1977 la FUSCH habia quedado nuevamente acefala y su local en semiabandono.

Es que entre 1977 y 1978 SL celebra una serie de rcuniones en las cuales decide iniciar ya Ia lucha armada. Luego del VII Pleno del co­mite central de abril de 1977 y del "Plan Nacional de Construccion" establecido en junio de esc afio: "deccnas de cuadros son enviados al

73 En marzo y noviembre de 1982, Ia FEDETA reemplaz6 al Frente de Dcfcnsa como eje aglutinador de sectores como Ia Camara de Comcrcio y colc­gios profcsionales, en dos paros generales que tuvieron caractcr total y logra­ron el lcvantamiento del estado de cmcrgcncia en Ia region, ya para entonccs asolada por Ia violencia senderista y Ia represi6n gubernamcntal. Para­lelamente, en el rio Apurfmac, Ia FECVRA incursionaba en Ia comercializa­ci6n de achiote y cube, en compctencia con los grandcs comerciantes, y se aprestaba a comercializar el cacao (vease: Dcgrcgori 1983). A fines de 1982, Ia entrada de las FF.AA. en Ia zona alter6 radicalmente Ia situaci6n. Duran­te 1983, practicamente acribilladas entre dos fuegos, ambas organizacioncs se desactivaron.

74 A diferencia de 1973, esta vez BR no integr6 el frente antisendero en el cuallos miembros de Ia futura UDP se presentaban con mas iniciativa y un per­fil politico mas nftido que trcs ai\os antes. BR prcsent6 su propia lista, cuyos pocos votos fueron sin embargo suficientes para posibilitar el triunfo del FER-SL.

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campo en funcion de las necesidades estrah~gicas de Ia guerra popu­lar ... " (PCP 1988a:V). En un trabajo anterior (Degregori 1985:45) nos pregunt<ibamos: "les entonces que se inicia Ia preparacion de las accio­nes de 1980?". La respuesta afirmativa Ia ha dado ya el propio Sendero Luminoso.

Es necesario recalcar el papel decisivo de Ia juventud universi­taria en esa evolucion. Por un !ado, las elecciones estudiantiles de 1976 constituyen un episodio importante pues Ia victoria de SL prueba que este logro hacer el puente con Ia nueva generacion ayacuchana. Porque en esas elecciones, los miembros de Ia generacion del69, aque­lla que participo directamente o que vivio el clima inmediatamente posterior al movimiento por Ia gratuidad, estaban ya por terminar sus estudios y varios de ellos ocupaban Ia direccion del FER-SL. Poco despucs, salieron de Ia universidad. Es precisamente por esa cpoca que SL comienza a enviar esporas especializadas en el trabajo juvenil y militar en direccion a otras universidades del pais y se extiende a traves del magisterio hacia los departamentos vecinos. Inicia, asi­mismo, las escuelas populares en los barrios, que seran Ia plataforma para Ia division del FDP A.

Por otro !ado, el vinculo entre SL y los "organismos generados" lo constituyeron los scctores de Ia generacion de 1969 que para entonces militaban en el partido, en su juventud o en los organismos generados propiamente dichos. Por Ia guerra y el hermetismo senderista, es im­posible cuantificar el numero de jovenes protagonistas de las luchas de 1969 que en esos aflos sc desempeflan como activistas en los barrios y, conforme terminan sus estudios, en el magisterio. Desde esa ubica­cion se convierten asimismo en el nexo con una nueva generacion de se­cundarios de toda Ia region.

Los futuros udepistas aparedan todavfa demasiado foraneos. Sin embargo, cuatro afios despues, en 1980 y ya como parte de IU, ganan las elecciones mu­nicipales en Ia zona urbana de Huamanga pero pierden el concejo provincial por el voto rural, que se inclina a favor de Accion Popular. IU gana, sin em­bargo, Ia alcaldfa provincial de Huanta y una serie de distritos, entre ellos Chuschi, donde SL inicio su lucha armada, y San Francisco, capital del rio Apurimac, donde APse impuso s6lo gracias a! fraude (vease: Degregori 1983).

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En los aflos 60, ci FDP A y Ia UNSCH fueron los dos pilares que otorgaron identidad a los militantes de Ia "fraccion roja". En l.os 70, Ia hegemonia de SL en ambos se desmorona, pero ellazo. con Ia JUVen­tud ayacuchana persiste. El FER, el FUESA, y a partir de ell~s el SUTE se convierten en sus nuevos pilares. Si a parte de su presenCia en el SUTE-Huamanga, las elecciones estudiantilcs de 1976 fueron el uni­co triunfo en una organizacion de masas que SL obtuvo en esos aflos en su bastion ayacuchano, es legitimo plantear como hipotesis que cl PCP-SL inicia sus acciones armadas con un contingente con forma do ba­sicamente por estudiantes o ex-estudiantes, y maestros como elemen­tos de apoyo.

En Los hondos y mort ales desencuentros (Degregori 1985) afirma­bamos que en cada derrota de masas, SL lograba cohesiona~ un grupo de cuadros y que conforme iba reduciendo su sistema de ahanzas.Y su ambito de accion, perdia en convocatoria de masas pero al mtsmo tiempo ganaba en endurecimiento ideologico y cohesion organica, has­ta convertirse: "en una especie de estrella enana, esas donde Ia mate­ria se apelmaza casi sin espacios interatomicos, alcanzando asi un gran peso, desproporcionado para su tam.aflo" (Degre~.ori 19~5:48). De Io expuesto en el presente capttulo se advterte que los orgamsmos ge­nerados" son un mecanismo clave para explicar esa aparente para­doja. Inspirados inicialmente en las tesis de Lenin so~re lo~ ~indicatos como "correas de transmision", y de Mao sobre Ia articulacwn del tra­bajo abierto y el sccreto (PCP 1988b:VII), los "organismos generados" Je permiten a SL resistir las derrotas sociales y subsistir y desarro­llarsc a nivel de cuadros, ya que no a nivel de amp lias masas.

A traves de los organismos generados SL llega a asimilar ciertas vivencias regionales, pero es como si el partido no sistematizara sino expropiara a las masas sus exi;Criencias, pro~e~a.n;Jolas ~. su m~nera. A riesgo de ser reiterativo, repttamos Ia defmtcton de orga~tsmos generados", subrayando otras palabras: "los m?vimientos propws co­mo organizaciones gcneradas por el proletanado en los dtferentes frentes ... " (subra~do nuestro). Por cierto que no son las grandcs ma­sas proletarias las que constituyen esos organismos si~o S~, posi­blemente el partido con menor trabajo obrero entre los de tzq~uerda de los 70. La sustitucion es, pues, total. Ellos son el proletanado. Los

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trabajadores resultan asi expropiados de su ser y, por tanto, de su capacidad de iniciativa, convirtiendose en espectadores pasivos del accionar de Ia vanguardia. En parte, eso explica por que en casi diez anos de guerra SL no ha vuelto a ser protagonista de un movimiento con una participacion tan masiva, entusiasta y voluntaria como el de Ayacucho y Huanta en 1969. Esa vez particip6 en un movimiento de masas, hoy dirige una guerra de "cuadros".

Es, pues, entre 1976 y 1979, que SL alcanza Ia velocidad de des­pegue o Ia masa critica para Ia fusion que produce el estallido. Desde otra perspectiva podriamos decir que en esos anos SL corta radical­mente amarras, cruza el borde en el cual se habia venido moviendo y penetra en el ignoto territorio de los alucinados. Su evolucion ha cul­minado. La ideologia se concreta en organizacion, el partido se con­vierte en "maquina de guerra". En los 80, los organismos generados, transformados de correas de transmision en correas de sujecion y con­trol, van a convertirse en los "mil ojos y mil oidos" del partido, es decir, su rasgo mas descarnadamente terrorista de "poder emboscado" (vease: Bobbio 1986:82), y alii donde SL es fuerte va a scr Ia base del "nuevo Estado en formacion", desplazando o absorbicndo totalmente a las organizaciones sociales. La evolucion ha concluido, uno de los pi­lares del "pensamiento Gonzalo" ha terminado de madurar.

4. Fundamentalismo

Pero congelemos Ia imagen en ese VIII Pleno del comite central en el que SL decide ir a Ia guerra y repitamos Ia pregunta que hicimos para 1969: i,que es aquello que lo separa entonces del resto de Ia izquierda? Su evolucion en los anos 70, durante lo que ellos denominan "culmina­cion de Ia reconstitucion" (PCP 1988a:IV), podemos resumirla en: cohe­sion ideologica mas organismos generados. Todavia habitaban, por tanto, en un extremo del territorio izquierdista. Despues de todo, los diferentes grupos de izquierda buscaban la mayor cohesion y pureza ideologica; Ia mayoria se consideraba, si no el proletariado, al menos su autcntico representante politico; y en los gremios conformaban "frentes clasistas", que sirvieran como "correas de transmision" entre el partido y las masas.

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Pero entonces, de forma casi simultanea, se producen evoluciones contrapuestas. SL decide comenzar Ia guerra, Ia mayoria de Ia iz­quierda entrar a Ia lucha politica: eso es lo que los va a diferenciar cualitativamente. Porque para SL no se trata solamente de privile­giar distintas "formas de lucha", su decision no es solo producto de una evaluacion estrategica y tactica, ni es unicamente cuestion de voluntad politica o consecuencia con sus postulados; supone ademas, y en Iugar muy importante, una mutacion ideologica. Expliquemonos.

SL inicia su aventura en un momento crucial de Ia historia nacio­nal y de Ia historia del movimiento comuf).ista internacional. En una situacion de neta desventaja en ambos frentes.

A nivel nacional se viven los momentos mas altos de moviliza­cion social. Son los anos de los grandes paros nacionales de 1977 y 1978. SL no tiene ninguna presencia en ellos. Mas aun, en tanto son impulsados principalmente por el PCP Unidad, Ia UDP y otros grupos de izquierda, SL considera los paros "revisionistas", al servicio del "socialimperialismo sovietico". Son los a nos en. que, ademas, en buena parte por influencia de esas mismas movilizaciones, se produce una apertura democratica que le pcrmite a Ia izquierda convertirse por primera vez en una fuerza politica de masas75.

En el movimiento comunista intemacional Mao Zedong acaba de fallecer en 1976; el Grupo de Shanghai, encabezado por su viuda, ha sido derrotado; Ia Revolucion Cultural, que alimento ei imaginario de buena parte de Ia izquierda peruana, ha llegado a su fin.

Pero mientras que el grucso de Ia izquierda acepta, aun cuando a veces parcial y tardiamente, que "las masas" tienen capacidad de iniciativa politica y que a nivel intemacional no existe "partido guia", SL niega esas nuevas realidades y propon~ otro esce~ario: nie­ga el papel protagonico de las masas (el partido lo dectde todo); niega el predominio de Ia politica (Ia violencia es Ia esencia de Ia revolucion; Ia guerra es Ia tarea principal). Como sus csquemas pare-

75 Entre 1978 y 1989 Ia votaci6n nacional de Ia izquierda ha fluctuado entre el14 y el30% (vease: Tuesta 1987).

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cen no resistir el movimiento, a Ia manera de Josue intenta detener el sol, es decir, cl tiempo: cl Peru seguia siendo scmifeudal y cl cambio de regimen no significaba nada porque Ia Asamblea Constituyente (1978-9) que precedio el repliegue del gobierno militar, era solo "Ia cuarta reestructuracion del estado terrateniente burocnitico corporati­vo" y Bclaunde, triunfador en las primeras elecciones presidencialcs celebradas despues de 17 afios en 1980, representaba el "continuismo fascista". Ante Ia imposibilidad de detener o de tapar el sol con un dedo, SL opta por convertirse en sol: muerto Mao Zedong y derrotados los 4 de Shanghai, se convierten ellos en el faro de Ia revolucion mun­dial y convierten a su lider en Ia "cuarta espada del marxismo", des­pucs de Marx, Lenin y Mao ( vcase: PCP 1988d).

Su escenario alternativo es, pues, una suerte de pesadilla desme­surada. Para construirlo requieren no solo un acto de voluntad politica suprema y enorme capacidad organizativa, sino un endurecimiento ideologico inCdito en Ia historia politica peruana y posiblemente tambien en Ia del movimiento comunista internacional: tienen que volverse un fundamentalismo.

Scgun Kurtz, el fundamentalista es "un verdadero creyente", es decir:

" ... alguien que profesa la fe en un credo, doctrina, norma, c6digo o ideologfa que acepta sin reservas ni cuestionamientos. Su compro­miso con dicha fees firme, inflexible e inmutable. Sus principios son considerados como absolutos, incambiables y eternos. El sistema de creencia del fundamentalista, al menos en teorfa, si no en la prac­tica sirve como gufa para todos los aspectos de la vida y fomenta ci desarrollo de una personalidad autoritaria" (Kurtz 1989:3).

El concepto "fundamentalismo" se ha usado por Io general en referenda a fenomenos religiosos. Pero el mismo Kurtz scfiala que es posible que los Jaicos exprescn actitudes fundamentalistas:

" ... en la defensa de sus prlncipios ideol6gicos mas queridos, lo que es especialmente cierto en el caso de aquellos que en nombre de la cons­trucci6n de una utopia se muestran partidarios de suprimir todo di­sentimiento". (ibid.)

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En el caso de Scndero Luminoso, Cotler advirtio este rasgo bas­tante temprano, pues ya en 1983 afirmaba que:

"la ideologfa polftica [de SL], como siempre acontece en estas si­tuaciones pre-industriales, se transform6 en un sistema religioso, con sus profetas y sacerdotes, que indican las pautas y las formas para reestructurar total y absolutamente la existencia de los hombres y las sociedades" (Cotler op.cit.:66).

Los propios documentos del PCP-SL revelan esa evolucion hacia el fundamentalismo pues en la dccada de 1980, dicho partido ofrece a sus miembros una fortisima identidad de esencia pnicticamente reli­giosa. Veamos sino una cita decisiva de uno de los docun'lentos rr:cis im­portantes de SL, donde se define al comunismo como:

"La socicdad de la 'gran armonfa', la radical y definiti.va nueva sociedad hacia la cual 15 mil millones de afios de matena en mo­vimiento, de esta parte que conocemos de la materia eterna, se en­rumba nccesaria e inconteniblemcnte ... "(PCP 1986:20).

Una de las caracteristicas centrales del fundamentalismo sende­rista es su cnfasis en Ia violencia, porque Ia maximizacion de Ia vio­lcncia es uno de los mecanismos centrales para contrarrestar de mane­ra tan frontal tendencias muy profundas a nivel nacional e internacio­na)76. Y pueden hacerlo precisamente porque a esas alturas se encuen­tran fundamentalmente fuera del movimiento sodal, desconectados de las clases que partidpan en la producd6n, de su vida concreta y sus

76 La justificaci6n te6rica de esa conducta Ia encuentra SL en una interpre­tacion extravagante de la situaci6n internacional. Scgun ellos, estarfamos "en la ofensiva estrategica de la revoluci6n mundial". Los pr6ximos 50 a 100 afios estarfan destinados a ser una epoca signada por la violencia, "apun­tando a una guerra mundial". P~r t?,nto,. es indispensable. ?'ilitari;Zar. lo~ partidos comunistas para, ademas, conJurar la restaurac10n cap1tahsta (que scgun ellos ha tcmdo Iugar en Ia URSS y China) y para ?'archar <1: una so­ciedad militarizada: "perspcctiva estrategica para garant1zar la d1ctadura del proletariado". Esa sociedad militarizada se construirfa sipuiendo el mo­dclo de aquella que fl?reci6 en la ~ase a~~ijaponesa de Yenan, 'don?~ de la bo­ca de los fusilcs nacia todo: Partido, EJcrcJto, Estado, nueva pohtJca, nueva economfa nueva cultura ... " (PCP 1988d:II-III). Segun SL, la militarizaci6n de los p;rtidos comunistas y la "universalidad de Ia guerra popular" son aspectos mcdulares del "pcnsamiento Gonzalo" y aportes centrales a la teo­ria marxista.

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reivindicaciones pragmaticas. Mientras en los 60 SL desarrollo con elias un lazo programatico y reivindicativo, a traves del FDPA por ejemplo, los lazos que anuda crecientemente con los jovenes en los 70 y 80 son intelectuales y organicos.

De alguna rnanera, el "pensarniento Gonzalo" es pues, en efecto, una de las posibles evolucioncs del marxismo-leninismo y del maois­mo: su endurecirniento ideologico absoluto y su conversion en funda­mentalismo. Y si en Ia epoca del stalinismo y del "estancamiento" brezhneviano se acufio el termino "socialismo real", bien podriamos decir que su proyecto es el de un "socialismo hiperrealista", absoluta­mente a contracorriente de Ia evolucion actual del pensamiento socia­lista mundial.

Queda por estudiarse como SL asf transfigurado se encuentra en los 80 con Ia crisis de Ia deuda extema, con el boom del narcotrafico y, sobre todo, con Ia defeccion sin atenuantes del rcsto de actores polfti­cos, y hace avanzar a sangre y fuego su propuesta77.

Quedan tambien otras preguntas que sf quisieramos responder aquf. <.Por que un mkleo politico de jovenes e intelectuales surgido en una region de Ia sierra peruana sufre esa cvolucion? Vuelve a surgir entonces nuestra pregunta inicial: <.en que medida influyo en Ia for­macion del perfil senderista el haber quedado reducido a nucleo polf­tico/intelectual regional, germinando en el humus de una region de

77 En otro trabajo (Degregori 1985) nos referimos a las condiciones que favorecieron el avance senderista. Decfamos alii que el capitalismo en el Pe­ru desarrollo una modalidad monorolica de acumulaci6n sin saldar cuentas con el atraso agrario, yarasitando e campo y profundizando las desigualda­des re~ionales.ne ah1 que haya desgarrado aun mas Ia naci6n en formaci6n, sin forJar un Estado nacional que se exprese bajo formas democraticas. SL surgirfa precisamente como producto de esos desfases que se producen entre Ia capital y las provincias, entre Ia ciudad y el campo, entre andinos y crio­llos; y representarfa Ia reacci6n defensiva y autoritaria de una estrecha fran­ja ubicada en el polo mas golpeado y desarticulado por este desarrollo espe­cifico: provincia-campo-Andes. La irrupci6n de SL en el centro del escenario nacional se produce cuando el vasto movimiento social democratico de los afl.os 60-70 no cuaja a nivel politico en una propuesta viable de nueva sociedad y nuevo Estado, yen las organizaciones que pudieran hacer factible dicha pro­puesta. En esa brecha abierta al no producirse una sfntesis superior que inte-

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senores arruinados y siervos en rebelion, abandonada por el de~rro­llo capitalista, propensa a cerrarse sobre si misma pero al m1smo tiempo vinculada al pais y deseando dolorosamente e~ progr~so? Con­sideramos que, en su maduracion, S~. recoge .tcndenoas arcm~as de Ia sociedad regional y de Ia vida pohtica nac10nal. .Y en med.10 de Ia crisis generalizada de los afios 80, acaba con~:rtido en achva van­guardia de Ia rearcaizacion de Ia sociedad y Ia pohtica.

5. La influencia del clima regional

Para llegar a ser el poderoso "agujero negro" en el cual se convierte en los 80, SL atraviesa un conjunto de procesos:

1. cohesion intema; 2. cerrazon sobre si mismo y diferenciacion tajante, tanto de

otros actores politicos como de las amp lias masas; , . 3. lucha por ubicarse solo y absolutamente en el verhce de una

nueva piramide social.

En cada uno de esos procesos juega un ~apcl muy_ importante e1 clima regional. Nos referimos al contexto social y pohhco d~ una .~e­gion atrasada, sefiorial, "semifeudal". Expondremos a contmuac10n algunos planteamientos inicialcs sobre cada uno de esos pasos.

a. Cohesion

Uno de los componentes fundamentalcs de Ia argamasa que une a sus

re otencie Ia democracia social y Ia democracia polftica, ~ .potcncia Ia ~ccln pde SL. Los desgarramientos del paf~ sient~~ Ia base objctlv~ para su existcncia· Ia inexistcncia de una alternatlva pohtica P?pular ~a~Ia 1~80 le ofrcce el ;esquicio por el cual irrumr.ir con fuerza; Ia cns.Is econ~m1ca, a pro­fundizarse, le da ei aliento y la pos1bilidad de r~.prodl:lc1r u~.a ~1erta base sf­cia! entre una franja juvenil crecientcmente margma?a , fu~al~ente,. a hipcrcrisis que ,se desata. a par~ir ~e 1988 y su sccue~a de mscgunda mas1va entre Ia poblacion potenCia Ia cficaCia del terror scndensta. d

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SL constituirfa a;f una suerte de "cont;aescena", ~I revcs de Ia trama e. esa­rrollo de endiente del Peru; exprcsana a los no-mt~gr_ad~s Y no-orgamzados . ( , . ep 1984 1989) Pero hasta cl momento m s1qmcra entre esas fran-vease. Favre , · . ' .. · d " · jas Jogra un apoyo mayoritario, pues amphos sc~to:c~ no-mtcgra os s1guc~ buscando integrarseo, en todocaso, no pareccn comCidircon un PI?Yecto tan au toritario y una estrategia tan violenta como lo~ ~e SL. El tratam1en~o .a fondo de estas afirmaciones escapa, sin embargo, a los hmitcs del prcscnte tra aJO.

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integrantcs y garantiza Ia altisima cohesion intema de SL es Ia idco­logia. El grado de hipertrofia ideologica que alcanzan su direccion y su columna central de cuadros solo es concebible por su condicion de nu­clco politico/intelectuaJ78, que germina en una region donde el elemen­to modemizador no fue un agente cconomico (mina, industria, cultivo comercial), sino fundamentalmente ideologico: una universidad. Re­cordemos que Ia PEA asalariada en Ayacucho es Ia mas baja del pais junto con Ia de Apurimac (cap. I). Exagerando por cierto, podriamos decir que en Ayacucho cl proceso se invierte y noes el cambio eco­n6mico el que conduce a transformacioncs sociales y culturales, sino que primero llega Ia idea. Sin un correlato material contundente, las posibilidades de un "dcsborde idco16gico" entre esos intelcctuales que abrazan Ia idea marxista-leninista mas que Ia lucha obrera, son muy gran des.

Pero conforme nos alcjamos del vcrtice intclcctual y nos acerca­mos a los rangos medios y bajos de Ia jerarqufa sendcrista, Ia impor­tancia de Ia ideologfa disminuye aunque de ninguna manera desapa­rcce. Existe, sin embargo, otro componcnte de Ia argamasa que cohe­siona tanto a Ia direccion como a las bases scnderistas, mas sutil pcro tanto o mas importante que Ia ideologia: es lo que podriamos dcfinir como una espccie de "solidaridad ctnico-regional". En efecto, si se lcen los documentos del PCP-SL podria pensarse que cl Peru es una so­cicdad tan homogenca como Ia japoncsa o las cscandinavas: ni una so­la lfnea alude en ellos a problemas ctnicos o raciales. Y, sin embargo, los cuadros senderistas exhiben un perfil ctnico-regional muy dcfini­do79: son, abrumadoramente, provincianos serranos mestizos, prove-

78 Scrfa interesante, a! respecto, estudiar ciertas similitudes entre cl APRA auroral y Scndero Luminoso. Por ejemplo, tanto el APRA como SL se nuclean alrededor del liderazgo indiscutido de un maestro, cuya figura los cohesiona y cuyas elaboraciones tc6ricas son propuestas como Jo mas avanza­do del pensamiendo mundial de su cpoca. Recuerdese que c1 APRA sc platea­ba como Ia "superaci6n dialectica del marxismo".

79 En este caso entendemos "region" en primera instancia como sin6nimo de Ayacucho pero, conforme pasa el tiempo y SL se expande, Ia entendemos en un sentido mas amplio como "sierra" o Andes, especialmente del centro y sur, que comparten muchas similitudes hist6ricas y socioculturales. Ello no niega que puedan haber criollos, costefios o limefios en SL, epecialmente algunos pro­venientes originariamente de otras organizaciones de izquierda. Pero el gruc­so del contingente responde a nuestro entender a ese perfil.

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nicntcs de los rangos mcdios o mcdios bajos de las cscalas sociales lo­cales, o son los hijos de cllos nacidos en Lima (vcase: Chavez de Paz 1989).

Esa solidaridad no se menciona pero funciona y tiene que ver con lo que, estirando el concepto, podriamos denominar "incongruencia de status" en cl plano etnico. Luis Lumbreras relata como sufri6 en carne pro pia esa incongruencia en un pais racista y centralista:

"Es aquf en Lima donde ya percibf otro tipo de rclacioncs Ctnicas. Bueno, yo era serrano, ayacuchano, aquf yo era cholo. Pase de mi condici6n de familia de hacendados alia, a Ia de cholo en Lima. Una figura especial que, desde luego, mi familia jamas aceptaba pero que a mf me parecfa obvia". (Lumbreras 1986:56).

En el caso de los intclectuales senderistas, no se trata neccsaria­mente de hijos de hacendados, pero sf de estratos mistis, de. gente "dccente", y ademtis intelectuales, que a pcsar de su origen social y calificaci6n acadCmica, sienten el desprecio de Ia elite criolla lime­fia que los margina por provincianos, serranos, cholos. Planteamos como hipotesis que ese sentimiento de marginaci6n Ctnico-regional a pesar de su rclativamente alta calificacion educativa y polftica, po­dria motivar tambicn a los j6venes senderistas.

SL prefiere rcfugiarse en un reduccionismo clasista que ignora Ia dimension Ctnica y tiende a desechar casi cualquier revaloraci6n cultural andina como "folklore" o manipulaci6n burgucsa. Desde que lograra hegemonia en "El Diario'', se encuentran alii multitud de ar­ticulos oficiosos sobrc c1 tema. Paradigmatico resulta un editorial firma do s61o con iniciales, en el que se alude a Jose Maria Arguedas:

" ... el internacionalismo debe luchar contra cl nacionalismo magico­quejumbroso, cuyos troncos folklorizados los hemos tenido y los te­nemos en el nacionalismo chauvinista, cuyo promotor era nada menos que aquel escritor quien se regocijaba a! dcclararse 'apolftico puro' pero que en plena cpoca de Ia 2da. Guerra Mundial se ufanaba de su bigotito hitleriano. Su nombre: Jose Marfa Arguedas, aplicado dis­cfpulo y animador en cl Peru de Ia antropologfa norteamericana. El contenido de los argumentos arguedianos nos da a entender que, el 'indio' (sic) cs cl unico ser dispuesto a tqdas las virtudes, pcro in­capaz de falta alguna; y que, por Jo tanto, deberfamos aislarlo y cui-

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darlo para evitar su contaminaci6n. He aqui Ia indofilia zorra, inequivoca ... " Q.C.F., El Diario: 9.6.88:12 subrayado en el original).

A pcsar de su negaci6n virulcnta, el elemento etnico juega sin embargo un papel en la cohesion intcrna sendcrista. Pero como sc dedu­ce de la cita anterior, no se trata de un movimiento indigena, menos aun indigenista. En todo caso, se trata de la respuesta de un sector mi­noritario de Ia franja andino-mcstiza, la cual, precisamcnte segun Ar­guedas (1968:7), sufria en tiempos coloniales: "el menosprecio del crio­llo y del indio" y cuyas heridas y dcsgarramientos eran mayores y resultaban, al menos en cl plano artistico musical al cual aludc aqui Arguedas: "mas necesitados de expresiones violentas" que los indios. Podriamos sospechar que esc desgarramiento sigue sicndo demasiado terrible como para scr verbalizado politicamente. Tal vez por eso SL guarda silencio oficial sobre d problema etnico, o lo nicga a nivel oficioso, a pesar de que es uno de los elementos que lo cohesiona, sc­parandolo tanto de criollos como de indigenas80.

b. Cerraz6n

Una vez cohcsionado (y desde antes, para mejor cohesionarse), cl par­tido tendio a cerrarse cada vez mas sobre si mismo, reflejando de esa forma las propensiones "endogamicas" de Ia region. En diferentcs oca­siones se ha aludido a la alta frecuencia de matrimonios dentro del nucleo inicial de SL, que llego a estar asi vinculado tambicn por lazos de parentesco. Durante la decada de 1980, algunos de los mecanismos fundamentales para expandir su militancia han sido tambien el pa­rentesco y el paisanaje, que se encuentran por lo general estrechamen­te entrelazados. Cohesion y cerrazon se refuerzan de esta forma mu­tuamente, acentuando la diferenciacion dentro/fuera, nosotros /otros81.

80 La extracci6n misti o simplemente mestiza de los cuadros de SL, su percepci6n de ser diferentes y, al mismo tiempo, Ia nccesidad que sienten de aliarse con o imponerse sobre el campesinado indigena, contribuyen tal vez a explicar Ia facilidad con que SL ejerce violencia contra e1 estrato indfgena.

81Tambicn aquf habria que ver las similitudes con ci APRA inicial, su expansion "familiar", su canicter de "secta" y su slogan: "SOlo el APRA salva­ra al Peru". Aunque Ia propcnsi6n endogamica y excluyente parece atravesar en mayor omen or medida todo el cspectro politico pcruano. Dcsde Pat ria Roja en Ia izquierda hasta Acci6n Popular o aun el nov1simo movimiento Libertad en Ia derecha, los lazos familiares que cohesionan las cupulas son notorios.

P.C. del P. Scndero Luminoso 215

Como parte del proccs.., d.e cerraz6n, SL desarrollo lo que podria dcnominarse una ''parano~l funcional". Para aclarar este terrnino rcgresemos a los sucesos de 1969 y detengamonos en algunos episodios:

a. Huanta, 10dejunio

"De dicz de Ia manana a tres de Ia tarde, gran mitin popular ... Entre los manifestantes el pueblo descubre a miembros de la Polida de Investigaciones, grabando y tomando fotograflas".

b. Huanta, 13 de junio

"En Ia madrugada un grupo de estudiantes intenta quemar las puer­tas del colegio [Marfa Auxiliadora)... Las autoridades del colegio taman fotograflas de los estudiantes que participan en los m(tines y en lasacciones".

c. Huanta, 14, 15, 16 de junio

"Empieza ... el mitin convocado por el Frente de Defensa ... Los parti­cipantes del mitin logran identificar a miembros de la Polida de Investigaciones pero se mantienen serenos .. . "

d. Ayacucho, 17 de junio

"Empieza... el mitin convocado por el Frente de Defensa... Los participantes del mitin logran identificar a miembros de la Polida de Investigaciones pero se mantienen serenos... (Narraci6n 2 s/n, subrayados nuestros).

Por cierto.que debe haber habido espionaje policial durante la huelga estudiantil. Pero sorprende el fuerte enfasis del relato en dis­tinguir todo lo hostil al movimiento. No sabemos en que medida esa hipersensibilidad era exclusiva de la vanguardia o un sentimiento ge­neralizado. Fermin afirrna:

"Sf, habia seguimiento policial... porque cuando interrogaron a NN en prisi6n, uno de ellos sabia de charlas que habia dado en los barrios, con fechas y todo. Pero creo que habia una dosis de sobrevaloraci6n de parte de SL, siempre esa tendencia a sentir una presencia omnimoda del Estado".

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216 Carlos Ivan Dcgregori

, La crispacion scnderista tenia, sin embargo, asideros realcs en e1 car~cte~ fuertemen_te excluyente de Ia vida polftica del pals82. Pcro hac1a fmes de Ia decada 1970, ante el proceso de modemizacion esta­tal y ~cia!, y ante el gran auge de masas en medio del cual se produce el rephel?ue ~el gobierno milit~r y Ia reapertura democnitica, el grue­so de Ia tzqmerda opta por abnrse y construir en todo caso nuevas lf­neas de defensa en Ia sociedad y en Ia opinion publica. No discutire­mos aqul sus motivaciones, ni su eficacia. Lo que nos in teresa es e1 con­traste con SL que, precisamente entonces, absolutiza su cerrazon y ~pt~ por consoli~ar. un poderoslsimo exoesqueleto que Io constrine, h.rmtando su crcctmtento, pero lo protege de un mundo exterior que stenten cada vez mas hostil, tanto a nivel nacional como internacio­nal. En realidad no les importa ser pequeii.os. Guzman Io afirma en su entrevista (1988:14):

" .... el partido [es) una organizaci6n sc!ccta, una sclccci6n de los meJOres, de los probados, de los que tienen madera como decfa Stalin ... i_Cuantos bolcheviques habian cuando triunf6 Ia revoluci6n de Octubre?: 80 mil en un pais de 150 millones de habitantcs."83.

Privilegian, asl una consistencia idcologica cada vez mas densa: el "pensamiento Gonzalo"; y un escudo organico inquebrantable: e1 parti.do como "maquina de guerra". La "paranoia" resulta entonces funcwnal a su proyecto. Pero para entender Ia decision de Sendero no basta, dedamos, remitirnos a las tradiciones del movimiento comunis­ta int~rnacio~al o a~ contexto nacional. Hay que tener en cuenta, ademas, el chma regiOnal esbozado en el capitulo V. De esta forma, Ia "paranoia funcional" se veria reforzada por una composicion ctni-

82 Las redadas contra Ia izquierda ocurrian intcrmitcntcmcnte. La ultima de alcance_ ~adona! habfa llevado a millares de izquicrdistas a Ia colonia pen~! selvahca del s:pa en 1962. DesenvolviE~ndose en un tal contcxto, Ia IZqmerda era necesanamente conspirativa, y se alimentaba de las tradicio­nes d: otras izqui~rda~, enfrentadas contra Estados tanto o mas excluycntes. P~r, e)Cmplo, Ia h1~tona de Ia Okrana (policfa zarista) infiltrada en c1 co­mite central el parhdo bolchevique, circulaba intensamente por esos afios en Ia izquierda.

83 La. defi.nici6n de SL se inscribe dentro de Ia vieja polemica que atra­vesaba Ia IZqmerda de los afios 70, sobre si construir un "partido de cuadros" 0 un "partido de masas" ..

P.C. del P. Scndcro Luminoso 217

co-regional basada en relaciones de parentesco y paisanaje y scria tambicn, en buena medida, una reverberacion en el plano polftico de Ia desconfianza y Ia tendencia a expulsar a los foraneos que consta­tan en c1 movirniento social de Ia region. Finalmente, hay hcchos mas inmediatos, que son como una suerte de "trauma de nacimiento" de SL: Ia delacion de Satumino Paredes; Ia redada el 21 de junio de 1969.

c. Imposicion

La otra tendencia regional que desarroiiamos en el capitulo II fue Ia busqueda del progreso, que en las condiciones alli existentes es tam­bien una busqueda de justicia. El progreso les ha sido escamoteado por una clase dominante regional incpta apoyada por un Estado ajeno y complice, monopolizado por capas criollas que los discriminan. SL se plantea destruir esas clascs y esc Estado y construir otro nuevo y, por cierto, una nueva sociedad.

La nueva sociedad que plantca SL es, sin embargo, estrictamente jer<1rquica y ordenada, como jcrarquico y ordenado era el mundo scii.o­rial dondc cada uno ocupaba su Iugar, sabla cual era "su sitio" y sa­bla, por tanto, respctar y/o mandar84. Surgida entre las ruinas de una sociedad scii.orial en decadencia, Ia nueva elite emcrgente no nccesita abolir las jerarqulas porque abraza una ideologla absolutamente ra­dical pero al rnismo tiempo extremadamente autoritaria. Tradicio­nes scnorialcs y marxismo-lcninismo-maolsmo refuerzan mutuamente sus aspectos autoritarios. De esta forma, si Ia "dominacion total" (Portocarrero 1984) o el "triangulo sin base" (Cotler 1968) definen Ia relacion tradicional o "scrnifeudal" entre mistis e indios, entonces, por su practica, SL constituye una nueva forma de scr misti (a contra­corriente de Ia tendcncia principal en el pals, que apuntaba mas bien al resquebrajamiento del poder de los mistis). EIIo porque un rasgo fundamental de su accionar es cl desconocimiento de Ia organizacion

84 La necesidad de scr respetados e imponer respeto cs uno de los rasgos basicos de SL. Dicho partido reflejarfa Ia imagen invcrtida como en un espejo, de scctorcs socialcs sccularmente marginados, que no han recibido mfnimo respcto como ciudadanos y a veces ni como scres humanos: no s6lo indfgcnas y campesinos sino tambicn provincianos, mestizos, j6vencs, mujcres.

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218 Carlos Ivan Degregori

popular y su reemplazo por los organismos generados y por el partido,. que "lo decide todo" como antes lo decidian todo los senores y los poderes locales85. Una frase del propio Abimael Guzman ilustra como en la relacion partido-masas que pretende establccer SL, se recrean sobre nuevas bases las vicjas relaciones misti-indio:

" ... a las masas hay que ensefiarles con hechos contundentes para con ello~. remacharles I~ ideas ... las masas en el pals nccesitan Ia di­r~cton de ':In Pa.rtldo Co~unista, espcramos, con mas teorfa y prac­tlca revolu.Cionana, con mas accio~es armadas, con mas guerra popu­lar, con mas poder, llegar al corazon mismo de Ia clase y del pueblo y realm~nte ga~arlo. lPara que? Para scrvirlo, eso es lo que qucre­mos ... (Guzman 1988:36, subrayados nuestros).

El lenguaje es de una violcncia impresionante contra las masas que en el mismo parrafo se dice amar y servir. Se trata, pues, de una relacion ambigua, muy similar a la que Arguedas planteara en su no­vela .Todas las Sangres. SL constituiria asi una sintesis de los dos pcr­sonaJeS centrales de dicha obra: Don Fermin Aragon de Peralta, que representaba la modernizacion, y su hermano Don Bruno, que encar­naba el amor autoritario, tortuoso, violento, del superior por cl infe­:ior, del maestro por cl al;tmno bueno pero torpe al cual hay que ensc­narle que la letra entra con sangre (vease: Degregori 1989).

Por eso en el proyecto de SL la piramide social no necesita volver­se mas flexible ni porosa. Simplificando, se advierten en ella cuatro niveles que de ~bajo hacia arriba scrian: las masas, los organismos ge­nerados, el partido y, por sobre todos ellos, cl presidente Gonzalo. No es cas.ual entonces que SL persiga la militarizacion del partido y de la sooedad, porque la organizacion militar es esencialmente jerarqui­ca.

85 Una reflexion mas amplia sobre SL como una nueva forma de ser misti se encuentra en Degregori 1989. Aquf queremos solo precisar que Ia rclacion en.tre Ia columna central de SL Y. ~os vh~jo.s mistis es solo una analogfa. M1entras Ia base del poder de los vieJOS mzstls era el monopolio sobre Ia tie­r~ ':flo el poder economico, SL considera que le corresponde ubicarse en el vertlce de una nueva pinimide social por razones idcologicas y polfticas, P.orq';le posee la clave para el progreso ininterrumpido: la (mica y verdadera CienCia, ~1 marxismo-leninismo-maofsmo, desarrollado por el "pensamiento Gonzalo'.

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f sc es el perfil con cl cua~ cl Partido Comunista del Peru-Sendero Luminoso, inicia su lucha armada en 1980. En su proyecto yen su accio­nar, cl marxismo-leninismo-maoismo, partidocentrico y cientificis­ta, empalma con la busqueda de "progreso" pero tambien, y sobre to­do, con los aspectos mas autoritarios, cerrados, cxcluyentes y premo­demos de la cultura politica pcruana86, aspectos que sc exacerban en el Ayacucho de los afios 60 y 70 pcro que no son exclusivos de dicha region sino que impregnan en mayor o menor medida buena parte el pais y sientan las bases para la expansion del PCP-SL mas alia de su ambito geografico y social original.

86 Lo succdido en Europa Oriental durante 1989 refuerza nuestra con­clusion. Pero SL se inscribe tambien en cierta medida en una tradicion latinoa­mericana: la de las grandes dictaduras positivistas, cientificistas, liberates, que se pusieron como meta alcanzar el progreso por la vfa autoritaria. Capi­talista en ese caso, "socialista" en el de SL.

I

'I I'

II

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EPILOGO La "Historia Oficial"

Por seguir cl rastro de Scndcro Luminoso a traves de Ia dccada de 1970, perdimos de vista a los otros actores politicos, que jugaron papcl dcstacado en el movimicnto de 1969.,Que fue de ellos?, lOue succdi6 con Bandera Roja, triunfadora de Ia guerra interna contra SL?, iCon el Comite Local "Lenin", que puso en marcha cl movimiento?, lY con Aracelio Castillo, su primer analista? Segun cl, los sucesos de junio de 1969 sirvicron: " ... para remover -a base de Ia bofctada que dio cl movimicnto popular- cl cuadro politico de Ia zona ... principalmente en Ia misma izquierda local". (Castillo 1972:156). Pero, como vimos, pronto SL iniciaria su contraofensiva, que se sinti6 primero en Ia UN­SCH y de Ia cual Castillo fue prccisamente una de las primcras vic­tirnas.

A. El fin de Aracelio. Pocos mescs despues del movimicnto de 1969 a Castillo le toea ser evaluado para su ratificaci6n como doccnte en Ia UNSCH. Entonces:

"Viene Guzman y lo liquida hermano, que barbaro. Lo liquida en una ratificaci6n en el Consejo Universitario. El llegaba evaluado con nota B de su Facultad. Tal vez era excesivo, pcro en todo caso, tam­poco mereda D [desaprobado). Pero Guzman le sac6 Ia mierda. Hizo cambiar Ia votaci6n del Consejo Universitario, porque en Ia primcra votaci6n habfa aprobado. Comenzaron a decir las notas B,B,B. Ha­bfa una E, pero aprob6. Entonces dijeron: bueno, vamos a pasar a otro punto. 'No, no, no', dijo Guzman. El estaba con un libro abicrto de­lante, pero no estaba leyendo pues. Sei'lal6 que el era el que habfa puesto E, porque por aquf y por alla ... no dio muchos argumcntos aca-

[221)

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222 Carlos Ivan Dcgrcgori

demicos. Pero poco a poco empezo a generar cierto animo ... y pidio reconsidcracion, que haya un cuarto intcrmedio, que se vuclva a votar. Se produjo el cuarto intermcdio y lo liquido. Hablo con los alumnos, lno ves que habfa tcrcio estudiantil? Tal vez no habfa te­nido tiempo de conversar con ellos antes. Entonccs le ponen E,E, E,E,E,E. Para que baje el promedio, pues. NN fue el (mico que se clio cuenta y le puso A, porque ya era una guerra a muerte. Pcro salio desaprobado"87.

"Nosotros le hicimos un desagravio", recuerda Wilber.

B. Los j6venes huantinos, por su parte, qucdaron en el limbo, atrin­cherados en el cornite local "Lenin". A lo largo de la decada de 1970 mantuvieron lazos con otros nucleos que habian quedado sueltos luego del estallido de BR: los comites ''Tupac Amaru" del Cusco, "Estrella Roja" de Lima. Por entonces llegaron a conformar la Federacion Pro­vincial de Campesinos de Huanta y tuvieron presencia en el FER "An­tifascista", donde coexistian con BR.

A fines de esa decada, todos csos grupos tocaron sus limites. "Es­trella Roja", que domino durante largos aftos Ia Fedcracion Universi­taria de San Marcos, se autodisolvio en 1979: "concluyen que Ia univer­sidad noes un centro importante, que hay que trabajar en cl movimien­to obrero ... pequeftos nucleos se van a las minas y ahi se dispersan" (Fermin). El CR "Tupac Amaru", que durante bucn tiempo mantuvo Ia direccion de Ia importante Federacion Departamental de Campesi­nos el Cusco, colapso a principos de los 80 ante el embate ideologico de las acciones armadas de SL en su rnilitancia. En cuanto a los huan­tinos, catalizadores de acontecimientos que los rebasaron, no lograron articularse en una altemativa nacional. Hacia fines de los aftos 70, el CL "Lenin" languideda. Tiempo despues opto por autodisolverse: "fuimos rebasados por los acontecirnicntos", rcconoce Wilber.

C. En Bandera Raja, finalmente, se aglutina un conjunto de ase­sores legales provincianos, incapaces de dcsarrollar una "aventura del pensamiento" semejante a la de sus pares de SL, o de encauzar la organizacion campesina a traves de la CCP, como hicieron los par-

87Tcstimonio de un asistente a dicha reunion.

~ I P.C. del P. Sendero Luminoso 223

tidos de UDP, en especial Vanguardia Revolucionaria. Se qucda~ mas bien, como una suerte de mutacion marxista-leninista de los anti­guos nucleos indigenistas, desarrollando posici~ne~ e~tremadamente campesinistas y basistas. En su lucha contra Guzman, Insisten en que:

" ... el problema principal en esta ~tapa rcsi~~ en quien se integre a las masas principalmente campesmas, part!Cipe y conduzca su~ lu­chas (cducacion, organizacion, movilizacion), _tcniendo como gUia el cumplimiento de Ia tarca principal". (Bandera Ro]a 42:20-1).

Ataque nada velado al grupo de Ayacucho, ligado "unicamente a las masas pequefto-burguesas" (Bandera Raja ~2:27) ~ a su linea, :·~eo­rica, abstracta, esquematica, que no daba razon de mnguna movihza­cion de masas campesinas. . ." (Bandera Raja 42:29). Sendero Lu­rninoso, por su parte, los acusa de "diluir Ia direccion del partido en las masas, pregonar legalismo y decir todo a traves de Ia Confede­racion Campesina del Peru, CCP" (PCP 1988b:VII). En buena parte SL tenia razon. Peor aun, por su extremo scctarismo y Ia incapacidad de adaptarse a Ia nueva realidad del agr~ y del movi~iento ~ampesino durante la Rcforma Agraria, BR perdio Ia hegemoma en d1cha orga­nizacion entre 1973 y 1974 (cap. XV). Se niegan a aceptar Ia derrota y qucdan solitarios en una CCP paralela cada mas fantasmal.

Hacia 1978, alineado para entonces con el Partido del Trabaj~ de Albania, Paredes produce uno de los virajes mas bruscos y sorpreSIVOS de Ia izquierda al converger en el Frente Obr~ro C~mpesino Estu~ian­til y Popular (FOCEP) con el Partido Revoluc10nano de los TrabaJado­res (PRT) de orientacion trotskista y liderado por Hugo Blanco. Los votos preferenciales alcanzados por cste (alrededor del 10% de la vo­tacion nacional) en las elecciones de ese afto para la Asamblea Cons­tituyente, arrastran a once miembros del FOCEP a integrar dicha Asamblea, entre ellos cinco militantes de Bandera Roja, incluyendo a Paredes. Luego de pasar sin pena ni gloria por el recinto parlamen­tario, en la actual dccada Bandera Roja entra en una suerte de coma profundo que a cstas alturas parece irreversible.

y asi, de los grupos de izquierda que participaron en el movi­miento del 69, SL queda como unico sobreviviente. Poco a poco, en el imaginario ayacuchano, va identificandose con el movimiento por Ia

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gratuidad de la ensefianza. En el primer aniversario, al parecer duda­ban en salir a las calles a conmemorar:

" ... dccfan que era provocar a Ia represi6n, que en las condiciones del fascismo no era posible una manifestaci6n publica. Pero nosotros vfa Ia FUSCH impulsamos Ia conmemoraci6n, salimos a las calles y tuvieron que plegarse, tfmidamente" (Fermfn). '' '

Pero luego van hacienda suyo en exclusividad cl movimiento, am­parados en su participaci6n real en el, yen su presencia en cl Frente de Dcfensa. Con los afios se superan los temores y la conmemoraci6n del aniversario de Ia masacre alcanza hacia 1971-1973 sus episodios mas masivos. Finalmente, en los 80, cuando SL reaparece con fuerza co­mo actor militar, copa los espacios donde se habfan refugiado sus an­tiguos competidores: Huanta, Pomacocha. Y asf llegamos ala version monolftica y sin fisuras, pulida y rcfulgente como un diamante, a la "Historia Oficial":

"En la Reconstituci6n [1963-1980]. El Presidente Gonzalo establcce la linea de masas del Partido y las formas

organicas, esto es un pcrfodo de mas de 15 afios de dura lucha de dos lfneas concretando saltos parcialcs. Asf, en la primera

polftica estrategica de la Rcconstituci6n desenvuelve los inicios del trabajo de rnasas del Partido, todos los

militantes en Ayacucho hacian trabajo campcsino y con los obreros de construcci6n civil, por ejemplo, tambicn con los

intclectuales y masas pobres de los barrios; apoy6 las invasiones de tierras; realiz6 eventos campesinos,

siendo de trascendencia la I Convenci6n Regional de Campesinos de Ayacucho donde se establcci6 el programa agrario; dirigi6las hist6ricas luchas del20, 21 y 22 de junio

de 1969 de Ayacucho y Huanta, movilizando a las masas de estudiantes sccundarios y padres de familia contra el Decreta 006 de Velasco consiguiendo su derogaci6n ... "

(PCP 1988b:VI-VII).

ANEXOS

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APENDICE 1

Sabre las fuentes

No ha sido nuestro proposito realizar un estudio exhaustivo del mo­vimiento por la gratuidad de la ensenanza en Ayacucho y Huanta, ni sobre el desarrollo de Sendero Luminoso en la dccada de 1970, sino ar­ticular un primer nivcl de evidencias que arrojen luces sobre las espe­cificidades de esa region, sobre la coyuntura nacional y regional en la cual surge SL, y sobre su posterior evolucion. Nuestras fuentes, por tan­to, no pretenden ser complctas. Creemos, sin embargo, que han sido su­ficientes como para lograr nuestro objetivo.

1. Aracelio Castillo

Entre 1966 y 1969, el sociologo piurano Aracelio Castillo se desem­peno como profcsor de la Universidad Nacional de San Cristobal de Huamanga (UNSCH) y vivio por tanto muy de cerca los sucesos de junio de 1969. Castillo era militante del PCP "Bandera Roja", pero discrepaba de la Hnea predominante en el Comitc Regional "Jose Car­los Mariategui" de Ayacucho, que encabczaba Abimael Guzman. Sin embargo, tampoco sc alineo con la otra tendencia que pugnaba por la hegemonia en dicho partido, la encabezada por el secretario general Saturnino Paredes. Estuvo mas bien cercano a los nucleos que quedaron en una ubicacion intermedia en dicha lucha interna, entre ellos los jo­venes que conformaron por entonces el Comitc Local "Lenin" en Huan­ta. Anos mas tarde, Aracelio Castillo clabor6 un estudio sobre El mo­vimiento popular de junio de 1969 (Huanta y Huamanga, Ayacucho) que prcsento en 1972 como tesis doctoral en el Programa Acadcmico de Ciencia Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Castillo fallecio subitamente en diciembre de 1978, durante un semi-

12271

l

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228 Carlos Ivan Dcgregori

nario sobre problematica agraria que sc cclebraba prccisamente en Ia ciudad de Ayacucho.

Nuestro trabajo encontr6 su fuente mas valiosa en esa tesis. Si bien ella esta escrita en un Ienguaje sumamente hcrmetico y sofocada por una suerte de corse ideol6gico de acero, conticne importantes y no­vedosas reflexiones. Ademas, en sus 117 paginas finales, a espacio simple, incluye 57 anexos con documentos sobre movimientos urbanos y campesinos desde la rebelion iquichana de 1827 hasta luchas antite­rratenientes fechadas en agosto de 1971, en plena Reforma Agraria. Treintaisiete anexos documentan especificamente cl movimiento por Ia gratuidad de la enscfianza: comunicados, pronunciamientos, infor­maciones periodisticas y dos largas entrevistas grabadas a un dirigen­te campesino de Huanta y a un dirigente barrial de Huamanga, iden­tificados solo como "informantes Xl y X2". Tornados en su conjunto los anexos, mas los datos que aparecen en Ia tesis constituyen un reposito­rio invalorable sobre el movimiento popular en Ayacucho, especial­mente sobre el dejunio de 1969.

2. Narraci6n

Hemos utilizado, profusamente, la brillante cr6nica sobre ws sucesos de Huanta y Ayacucho, aparccida en c1 suplcmento "Nueva Cronica y Buen Gobiemo" de Ia revista Narraci6n (N2 2, Lima, julio 1971). Como director del suplemento figura Miguel Gutierrez, quien fuera profesor de literatura en la UNSCH entre 1968 y 1970 y vivio tam­bien de cerca el estallido popular de 1969.

3. Otros trabajos

Ademas de Ia tesis de Castillo y Ia cronica de Narraci6n, hemos re­visado otros dos trabajos sobre el movimiento del 69. Uno es el de Fac­tor Ramos y Jorge Loli, Historia del movimiento popular en Huaman­ga, presentado en 1979 como tesis para optar cl titulo de Antrop6logo ante el Departamento de Ciencias Hist6rico Socialcs de Ia UNSCH y que incluye un capitulo sobre los sucesos de 1969 (pp.75-98). Otro es un trabajo de 20 paginas, El movimiento de Ayacucho y Huanta por la gratuidad de la ensefianza, presentado por Rafael Alarcon Tipe en un

Anexos 229

Scminario de Investigaciones del Departamento de Ciencias Hist6-rico Sociales de la UNSCH en 1976.

Ademas de esos trabajos, hemos logrado acceso a otros volantes y comunicados aparecidos en esa coyuntura, que no figuran en los anexos de Castillo. Ellos aparecen en la Bibliografia.

Finalmente, hemos revisado los diarios limefios que informaron sobre los sucesos, especialmente El Comercio, La Prensa, Expr~o, Co­rrea; y la revista Unidad, 6rgano del Comite Central del Partido Co­munista Peruano de orientacion prosovietica.

Para c1 contexto historico regional nos han sido utiles muchos tra­bajos realizados por profesionales de la UNSCJ:I, e~pecialm~nte los de Jaime Urrutia, asi como tambien_ los de An~omo J?Iaz Martmez, Jo­se Coronel, Modesto Galvez y Luoa Cano, Ja~me Rivera, entre otros. Para c1 contexto educacional resulta util cl libro de Norman Gal~, .Ln reforma educativa peruana, que dedic~ ~n capitulo a la problematica de la educacion en Ayacucho y al movimiento de 1969.

4. Entrevistas

Completamos nuestra base de datos con cinco largas entrevistas. Una al Dr. Mario Cavalcanti Gamboa, por entonces asesor legal de la Aso­ciacion de Regantes de Huanta quien, como dijimos, jug6 un papel pro­tag6nico en ci movimiento en Huanta. De los cuatro restantes entre­vistados uno era en esos afios estudiante secundario en Huanta. Otros tres era~ universitarios en San Cristobal, dos de ellos huantinos. To­dos•tuvieron participaci6n activa en el movimiento. Sus testimonios aparecen en ellibro con nombres supuestos:

•Odon: huantino, estudiante secundario, dirigente intermedio del movimiento en Huanta.

•Wilber: huantino, universitario de San Cristob~l, militante d<:l Frente Estudiantil Revolucionario (FER), parte del nucleo de huanti­nos que por entonces tenia pres.~ncia en la ~~era~ion t;,niv~rsitaria (FUSCH) y se oponfa a la direccwn del Comtte Regional Jose Carlos Mariategui", que lideraba Abimael Guzman.

I

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230 Carlos Ivan Dcgrcgori

• Fermfn: huantino, tambicn universitario de San Cristobal, de caracterfsticas similares a Wilber.

• Vfctor: universitario de San Cristobal, cercano por entonces a Ia lfnea del Comite Regional "Jose Carlos Mari<itegui", pero solo como miembro del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), no del parti­do.

Tambicn hemos utilizado en ellibro los dos testimonios que Ara­celio Castillo incluyera en su tesis. Para uniformizar Ia presentacion, en vez de Xl y X2les hemos puesto nombres, supuestos por cierto:

• Bernardino: dirigente barrial de Huamanga. • Abelardo: dirigente campesino de Huanta.

AI citar, tanto los testimonios como los "otros trabajos" escritos, he transcrito fielmente los originales, aun cuando tengan fallas gra­maticales. Lo mismo vale para los documentos de SL.

5. Documentos de Sendero Luminoso

Salvo Victor, que fue por un tiempo perifcrico, no hemos Iogrado en­trevistar a miembros de Ia entonces fracci6n roja que dirigfa Abimael Guzman y daria origen poco despucs a Scndero Luminoso. La ausencia de entrevistas se cubre, s6lo en parte por cierto, a travcs de diferentes medios:

•Con Ia cronica de los sucesos que aparece en el suplemento deNa­rraci6n, que si bien no expresa un punto de vista partidario, si recoge un "clima", una sistematizacion e incluso algunos tics scnderistas (el enfasis en el descubrimiento de espfas y delatores, por ejemplo). Esto no disminuye Ia riqueza del texto, ni Ia veracidad de los datos que recoge, ni lo que Gramsci habria llamado una cierta vocacion hegem6-nica, algo absolutamente extraflo hoy en SL.

•Con los trabajos de Rafael Alarcon Tipe y de Ramos y Loli. En 1969 ellos eran estudiantes universitarios, identificados con el sector del FER que poco despues adoptarfa ellema "Por ei sendero Iuminoso de Mariategui". Es necesario seflalar que Factor Ramos, trabajador

Anexos 231

del hospital General de Ayacucho, fue desaparecido en 1984, segl1n todo indica por obra de las Fuerzas Armadas. En 1988, Rafael Alar­con Tipe fue salvajamente asesinado en su domicilio por el comando ultraderechista que se autodenomina "Rodrigo Franco". Como expre­sion de los tiempos sangrientos que vivimos, esos crfmenes continuan hasta hoy impunes.

•Con los volantes y documentos de organizaciones en las cuales SL tenfa gran influencia, como por ejemplo el Frente de Defensa del Pue­blo de Ayacucho.

•Con el amllisis de los dos documentos en los cuales Sendero Lumi­noso haec el balance del movimiento. Esos documentos, que reprodu­cimos integramente en los Apcndices 4 y 5, son articulos aparecidos en Ia revista Bandera Raja N11 42, octubre de 1969, pp.9-10 y Allpanchi­krayku N11 2, Ayacucho, 20.12.1969, pp.l9-21.

6. Recuerdos personales

Fui profcsor en Ia Universidad Nacional de San Cristobal de Hua­manga entre 1970-1973 y entre 1975-1979. Cuando llegue a Ayacucho estaba fresco el recuerdo de los sucesos de junio de 1969. A lo largo de Ia dccada fui testigo cercano, pero no neutral, de Ia evolucion de SL. Cuando el libro relata episodios de esos anos, a veces no aparccen re­ferencias bibliograficas. Se trata entonccs de hechos que presencie personalmente. Tal vez cediendo al fetichismo de Ia palabra escrita, en esos casos me he remitido casi siempre a otro trabajo mio, Sendero Luminoso: los hondos y mortales desencuentros" (IEP, 1985), basado centralmente en mis expcriencias personales de esos aflos.

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APENDICE 2

Cronologia de los movimientos campesinos en Ayacucho: 1948-1969

Presentaci6n

La presente cronologfa no pretende ser exhaustiva; ha sido claborada a partir de una nacional elaborada por Virginia Guzman y Virginia Vargas (El campesinado en Ia historia. Cronologia de los movimien­tos campesinos, 1956-1964; Ideas cd., Lima, 1981); y otra ayacuchana claborada por Aracelio Castillo, que aparcce como apendice de su te­sis doctoral. A estas dos fuentes basicas hemos incorporado algunos hechos que recogimos en nuestras entrevistas y que no constaban en nin­guna de nuestras dos fuentes basi cas.

La cronologfa de Guzman y Vargas abarca los anos de auge del movimiento campesino a nivcl nacional (1956-64), mientras que lade Castillo se remonta hasta 1827 y llega hasta 1969. La nuestra se limi­ta al periodo 1948-1969, pues es en 1948 cuando en algunas haciendas de la provincia de Cangallo - Ccaccamarca, Pomacocha - comienza a gestarsc el unico movimiento campesino de importancia que tuvo Iu­gar en cl departamento durante el perfodo de auge nacional campesi­no. Mas alia de junio de 1969, inclufmos otros dos movimientos noes­trictamente rurales, acaecidos en la scgunda mitad de ese mismo afio en pueblos medianos de Victor Fajardo: Huancapi, capital de esa pro­vincia, y Canaria.

Los acontecimientos que registramos estan numeradosen orden cro­nol6gico. Para cada hecho aparece en primer Iugar la fuente en numc­ros romanos:

(I) Cronologfa de Guzman y Vargas. (II) Cronologfa de Castillo. (III) Nuestras entrcvistas.

[233]

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234 Carlos Ivan Dcgrcgori

. ~ _continuaci6n Ia fecha, luego el Iugar y final mente una breve des­cnpcwn de l~s acontecimientos, que por lo general es transcripci6n apenas abrev1ada de nuestras dos fuentes basicas. Algunos comenta­n?s de Aracelio Castillo aparecen entre comilladas. La falta de a)­gun da to Ia hacemos cons tar con signos de interrogaci6n.

Cronologia

1948.

1. on,? Hacienda Ccaccamarca, Cangallo. -Los campesinos se movilizan y organizan al sindicato de colonos

de Ccaccamarca. -Un afio an~es los gamonales hermanos Cardenas habfan asesina­

do a tres campcsmos. -EI flamante s~ndicato dcclara una huelga que dura una no. -Desd~ este a~o y con este objetivo Ia organizaci6n sindical de cla-

dra ,tendenCia clas1sta va a dejar sentir los principios del proletaria­o.

1954.

2.(11) l? Hacienda Ccaccamarca, Cangallo. -Los campesinos expulsan a los hacendados Cardenas. Sin pagar­

les un centavo toman posesi6n de Ia tierra. -"Para Ia historia agraria del Peru, este hecho ocurrido en Cca­

cca~arca Y poco desp~cs en Pomacocha, por Ia forma como rescataron s~s herras lo_s campesmos y por los principios que orientaron sus ac­ciones, podnase decir que son los dos antecedentes importantes en­cuadrados en Ia pcrspcctiva de una verdadera Reforma Agraria".

1956.

3. (I) 11.1 0. Fundo Pomacocha, Cangallo. -Cinco mil yanaconas se oponen a Ia parcelaci6n del fundo, pro-

Anexos 235

picdad de las monjas de Santa Clara. Con el pretexto de Ia parcc­laci6n, los yanaconas son expulsados.

-La venta de las parcelas significa el desalojo de muchos colonos sin rccursos para adquirirlas. Por otro lado, residentes de Vilcashua­man aspiran a adquirir las parcelas.

1957.

4. (I) 7.2. Huarcaya y Tomanga, Victor Fajardo. -Enfrentarniento entre ambas comunidades por tierras. Comuneros

de Tomanga incendian pastos de comunidad de Huarcaya. -Polida interviene y detiene campesinos.

5. (1}9.2. Comunidades de Anohoga, Chuncacanchi, Huayllay Chico y

Grande, Angaraes.(*) -Comunidades pugnan por distribuci6n de aguas de regadfo.

6.(1) Febrero Pomacocha, Cangallo. -Monjas de Santa Clara despojan de herramientas y parcelas a

campcsinos porno pago de deudas. Bajos salarios.

7. (I) Febrero Huancarucma y Pampacusi. -Comunidades de Pampacusi y Huancarucma disputan tierras.

8. (I) 20.10 Hacienda Rio Blanco. -Comunidad [lcual?] invade tierras alegando derechos de propie-.

dad. -Intervenci6n de Ia polida. Diccisietc detenidos.

(*) Angaraes es en rca!idad provincia de Huancave!ica, limitrofc con Ayacucho. No hemos comprobado si sc trata de un enfrentamicnto ocurrido en­tre comunidades ubicadas en !ados opucstos de csa frontera.

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236 Carlos Ivan Dcgregori

1958

9. (1)6.1. Comunidad~ de Pampa Cangallo e Incaraccay, Cangallo. -Enfrentarmento entre los comuneros de Pampa Cangallo con los

de !ncaraccay por Ia posesion de un riachuelo formado por el Pariaca y Ptchacpuquio. Conflicto anti guo.

. -Movilizacion y choques violentos entre campesinos. Juicio ante Tnbunales Ordinarios de Justicia.

10. (I) 6.1. Victor Fajardo.

. ~ampesinos de Victor Fajardo denuncian que por la sequia cam­btan herras y apcros por granos. Piden ayuda al Estado.

11. (I) 9.8 Totoima,l?

. -Comunidad denuncia que gamonal~s apristas se apropian de berra comunal. Denuncian ante Ministerio de Trabajo.

-Ministerio de Trabajo otorga reconocimiento de propiedad a co­munidad.

1959.

12. (I) 12.1. Huaycahuacho, Puquio. -Disputa de tierras entre los comuneros indigenas de Huayca­

huacho y el indigena Mariano Garabay. Comuneros asaltan casa de Garabay, lo que motiva la interven­

cion de Ia policia.

1960.

13. (I) 31.1. Pomacocha, Cangallo. -Se funda la Asociacion de Colonos de Pomacocha, con asesoria

de Ia CCP. Posteriormente se forma, en base a Ia asociacion la Union Campesina de Pomacocha. '

Anexos 237

14. (I) 1.2. Tambillo Chico, Huamanga. -40 familias campesinas protcstan ante amenaza de terratenien­

tes de arrojarlos de las tierras que trabajan haec 15 a nos.

15. (I) Agosto. Pomacocha, Cangallo -Campesinos denuncian explotacion de monjas del convento de

Santa Clara y del obispo de Ayacucho, Alcides Mendoza. -Monjas exigen trabajo gratuito bajo amenaza de expulsion. Divi­

den al campesino regalando pequeflas parcelas. Preparan desalojo de­nunciando que campesinos quieren dar muerte a sacerdote.

-Union Campesina de Pomacocha, Manuel Llamojha, presidente de comitc pro-Fcderacion de Cangallo.

16. (I) 9.10. Quispillacta, Cangallo. -Campesinos en asamblea denuncian abuso de autoridades de

Chuschi.

1961.

17. (Ill) l? Huanta. -Se forma Ia Federacion Provincial de Campcsinos de Huanta. -Manifestacion gigantesca organizada porIa Federaci6n. De 3 a

4 mil campesinos de las partes altas de Ia provincia protestan contra condiciones serviles.

18. (I) 30.1 Pomacocha, Cangallo. -Se forma la Union de Campesinos de Pomacocha con bases en

Pomacocha, Chanen, Chito y parte del distrito de Vilcas. La UCP acuerda Ia siguiente plataforma: supresi6n de trabajos gratuitos, de trabajos masivos en la hacienda Caraorco (propiedad del convento) y supresi6n de transporte gratuito de productos del hacendado.

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238

19. (II) Octubre. Pomacocha, Cangallo

Carlos Ivan Dcgrcgori

-Mayordomos del monasterio de Santa Clara en Pomacocha S?n arrojados del fundo. Los campesinos de Pomacocha, Chanen y Ch1to toman posesion de las tierras que trabajan.

1962.

20. (I) Marzo. -Comunicado de Ia CCP condena actitud de las autoridades de

Cangallo, que impiden Ia realizacion de Ia convencion can:'pesina. Exige Ia libertad de sicte dirigentes detenidos de Ia comumdad de Chito, afiliada a Ia Union Campcsina de Pomacocha.

21. (I) Marzo. Pomacocha, Cangallo. -Campesinos reruperan tierras de propiedad del convento Santa

Clara y el obispado. Dirigentcs campcsinos son detcnidos. -Union Campcsina de Pomacocha. Presidcnte Teobaldo Zana­

bria, miembro del f'LN.

22. (I) Abril. Pomacocha, Cangdllo. -Se prepara Ia primera reunion de campesinos de Cangallo, ~r~.a­

nizada porIa Uni,in de Campesinos afiliada a CCP. Exigen abohcwn de sistema scmiesclavista y reforma agraria.

23. (I) Abril. Chichucanch<l, Ca ngallo. -Comunidad de Chichucancha designa delegado a Ia convenci6n

campcsina de C:aJ1gallo al comunero Raul Araujo Sulca.

24. (I) Abnl. Pomacocha, Cmgallo. -1 Reuni( n d( Cumpesinos de Cangallo. A pesar de obstaculos in­

terpucstos ptlT Ia J ·rdectura se realizo el evento.

Anexos

25. (I) Octubre. Hacienda Ayrabamba, Cangallo. -lDenuncian brutal agresi6n del Iatifundista Parodi, duei'io de Ia

hacienda Ayrabamba, contra Manuel Llamojha, sccretario general de Ia CCP, en circunstancias en que organizaba cl sindicato de dicha hacienda.

26. (I) Noviembre. Haciendas Ccaccamarca y Paccomarca, Cangallo. -Campesinos de Ccaccamarca denuncian estafa de abogado apris­

ta y agresi6n de hacendados. Abogado aprista intenta venderlcs tierras de hacendados que no tienen titulos de propicdad y los obliga a pagar deudas acumuladas. Los hacendados contra tan matoncs. Ante este hecho los campesinos se organizan.

27. (I) 4.12. l? --Campcsinos atacan a FF.AA. en enfrentamiento. -Detuvieron a un grupo de campcsinos.

1963.

28 (I) 10.1 Concepcion, Cangallo. . -Comunidad recupera tierras usurpadas por Ia haCienda Ay-

rabamba de Ia familia Parodi. Hacienda usurpo 1,650 has. en los si­tios de Ccehuipata.

-Se abre instruccion penal contra los campesinos.

29. (II) Enero. Hacienda Chapi, Chungui, La Mar. -El gamonal Miguel Carrillo se ensafla contra los campcsinos. ~~

campesino Julian Huaman fue estrangulado por el hacendado Carn­llo.

-L1s mujeres de Oroncoy apresan y amarran a Miguel Carrillo y lo conducen donde cl juez de paz de Chungui.

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240

30 (II)(.? Chungui, La Mar.

Carlos Ivan Dcgrcgori

-La policfa arremete contra los campesinos, pero es desarmada por los comuneros. Estos realizan una resistencia colectiva y organiza­da. La comunidad estuvo casi militarizada por los mismos campe­sinos.

31. (I) Mayo. Pomacocha, Cangallo -Campesinos exigen pago de salarios, derecho a descanso, scguro,

educacion. Presentan pliego de reclamos ante Dircccion de Asuntos Indlgenas.

32. (I) Julio. Huamanguilla, Huanta. -Comunidad denuncia abusos de gainonales: tierras apropiadas

iHcitamente, alteran los linderos. Prohiben inscripcion de campesi­nos en partidos politicos. Cuando muere un jefe de familia ci gamonal quita a sus deudos las herramientas, cultivos y enscres. Trabajo gra­tuito en Ia hacienda a cambio de tierra. Violencia Hsica contra cam­pesinos. Apropiacion de ganado. Han acusado de robo a doce comu­neros.

33. (I) Setiembre. Huamanguilla, Huanta. -Comuneros luchan por recuperar tierras. In ten to de invasion.

34. (I) 2.10. Tambillo, Huamanga. -Comuneros invaden hacienda Tambillo.

35. (I) 6.10 ;,? -Comuneros invaden tierras de la Beneficencia. -Enfrentamiento violento con administrador del fundo. Ochenta

comuneros.

Anexos

36 (I). Noviembre. Cangallo.

241

-CCP informa en comunicado que se prepara congreso extraor­dinario de Ia CCP para el 15, 16 y 17 de noviembre en Cangallo, Ayacucho. Ya se han realizado congresos de bases en Cangallo, Aya­cucho, Junln.

37.(1) 15-17.11 (.Ayacucho, Cangallo? -Se realizo III Congreso Nacional Extraordinario de Ia CCP.

Asistieron 200 delegados de Cusco, Puno, Jauja, Huancayo, Ayacucho, Apurimac, Ancash, Lambayeque, Piura, Pasco y Arequipa.

1964

38. (I) Febrero. Concepcion, Chaucamora, Hacienda Ayrabamba, Cangallo. -Comunidad den uncia que hacienda A yrabamba qui ere apoderar-

se de 1650 has. en la zona Las Calderas. Hacendado inventa invasion y altera linderos de comunidad.

39. (I) Febrero. Ccaccamarca, Cangallo. -Campesinos denuncian brutal ataque de Ia GC en coordinacion

con hacendados. Con pretextos apresan a campesinos para impedir el cultivo de tierras. Incendian sus chozas. Policfa detiene a un dirigen­te de Ia Union Campesina y a quince campesinos.

40. (I) 23.6. Cangallo -Lucha entre comunidades [(.cuales?] por demarcacion de Hmites

de tierras. Siete heridos.

41. (I) Setiembre. Huamanga. -1 Congreso Provincial Campesino con participacion de mas de

104 delegados en representacion de mas de 30 organizaciones.

li

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-242

42. (I y II) 7.11. Pomacocha, Cangallo.

Carlos Ivan Dcgrcgori

-Campcsinos denuncian ingreso de rangers a Pomacocha con el fin de reprimir al campcsinado.

-Rangers se ven obligados a retirarse despucs de 8 dfas por pre­sion de Ia masa campesina. [Despucs de 3 dias segun Aracclio Cas­tillo].

1965.

43. (II) Sctiembre. Hacienda Chapi, La Mar. -Guerrillas del ELN "ajustician a los odiados gamonales herma­

nos Carrillo".

44. (II) Diciembre. Tincoy y Chungui, La Mar. -Ejcrcito aplasta a Ia guerrilla. El campesinado es reprimido.

Bajas (conocidas): 14 campesinos.

1966.

45. (II) Mayo. Pomacocha, Cangallo. -Los policias toman otra vez Pomacocha y se instalan en Ia Es­

cuela Primaria de Mujeres. -La campcsina Maria Cerda muere a consecuencia de torturas.

1967.

46. (II y III) Mayo-Junio. Huanta. -Las autoridades imponen impuestos a los predios rusticos. Se

conforma Ia Asociacion de Pequei\os Propietarios del Valle de Huan­ta, sobre Ia base de Ia antigua Asociacion de Regantes del Valle. Grandes movilizaciones en rebcldia contra los impucstos.

-La prcfectura revoca Ia orden de pago de impuestos. -Anteccdente inmcdiato del movimiento de 1969.

Ancxos

1968.

47. (II) Julio. Pomacocha, Cangallo.

243

-La represion policial se vuelve intolerable para los campcsinos. La policia es arrojada de Pomacocha: "mediante acciones masivas y estratcgicas".

48 (II) i_?

Quinua, Huamanga. -Las autoridades locales persisten tercamente en imponer los im-

puestos a los predios rusticos. -Mas de 3 mil campesinos se movilizan a Ia ciudad de Huamanga

para protestar.

1969.

49 (II y III) Junio. Huanta y Huamanga. -Movimiento por Ia gratuidad de Ia ensefianza. Tema del pre­

sente trabajo.

50 (II) Julio. Huancapi, Victor Fajardo. -El pueblo de Huancapi se subleva contra el Juez Miguel Correa

Valdivia, ci tinterillo Edilberto Huamanf Alca y el cura Francisco Cardenas Alfaro y los expulsan en burro con bombos, cohetes y putu­tos. El despliegue de masas es inmenso.

51. (II) 10,11,12 Setiembre. Canaria, Victor Fajardo. -El pueblo de Canaria se insurrecciona contra algunas autorida­

des y maestros de Ia localidad y en una asamblea popular acuerda Ia expulsion de las personas mencionadas.

-En choque con Ia policia mueren tres pobladores y quedan mu-chos heridos.

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APENDICE 3

Cronologia de los movimientos urbanos en A yacucho: 1892 -1¢9

Presentaci6n

Al igual que la de movimientos campesinos, tampoco esta cronologia pretende ser exhaustiva. Ha sido elaborada a partir de una que Ara­celio Castillo presenta como apendice de su tesis doctoral, y de los tra­bajos de Factor Ramos y Jorge Loli: "Historia del movimiento popular en Huamanga", (tesis de Bachiller en Antropologia, UNSCH 1979) y de Jaime Urrutia: "Las comunidades de la region de Huamanga, 1824-1968".

Comenzamos con el movimiento de 1892 porque es el primero del que tengamos noticia, en el cual los sectores . populares parecen actuar de manera indcpendiente y de acuerdo a un patron que embrionaria­mente prefigura lo ocurrido en 1969. Antes, en especial en Huanta, los sectores popularcs urbanos y ruralcs aparecian como masa de mania­bra de luchas entre caudillos locales, que con frecuencia se afiliaban a bandos nacionalcs como forma de defender mejor sus interescs. Las mas celebres en Huanta fueron las luchas entre Feliciano Urbina y Mi­guel Elias Laz6n en los afios inmcdiatamcnte posteriores a la Guerra del Pacifico, que aparccen en cicrta mcdida como la expresi6n local de las luchas entre pierolistas y caccristas.

No terrninamos con el movimiento de junio de 1969 sino que nos extendemos a otros dos sucesos que tuvieron Iugar en la segunda mitad de ese rnismo afio en pueblos medianos de Victor Fajardo: Huancapi, capital de esa provincia y Canaria. En ambos pueblos, e incluso en Huanta, las diferencias entre rural y urbano tienden a difuminarse (lo mismo sucede en el movimiento de Cangallo en 1922, vease hecho 3), Son sernirurales, o semiurbanos. Pero junto a los sucesos de junio en

[245]

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246 Carlos Ivan Dcgrcgori

Ayacucho y Huanta, estos dos ultimos acontccimientos parccerian apuntar al resurgimiento de un tipo de movimiento urbano y rural contra podercs locales abusivos y I o ci Estado.

Los acontecimientos que registramos estan numeradosen orden cro­no16gico. Para cada hccho aparecc en primer Iugar Ia fuentc en nume­ros romanos:

(I) Cronologia de Aracclio Castillo. (II) Tesis de Ramos y Loli. (III) Articulo de Jaime Urrutia.

A_ c~~tinuaci6n Ia fec~a,_ luego el Iugar y finalmente una breve descnpoon de los acontec1m1entos. La falta de algun dato Ia hacemos cons tar con signos de interrogaci6n.

1892

1. (III) l? Huamanga.

Cronologia

-Sectores populares se amotinan contra Ia introducci6n de Ia lla­mada moneda feble o ''boliviana". Es el momento mas intenso de una protesta que abarca tambicn sectores rurales que participaban del mercado.

1917

2. (I) Setiembre. Huamanga.

, -Insurre~ci6n popular contra Ia circulaci6n de nuevos cheques. Mas de 8 mll pobladores de los barrios perifcricos invaden el centro de Ia ciudad. Tres muertos y varios heridos en Ia represi6n de Ia pro­testa.

Ancxos

1922.

3 (I) l? Cangallo.

247

-Sublevaci6n de varios pueblos de Ia provincia contra los "alcaba­leros". Varios alcabaleros son cjecutados por campesinos. Movimiento rural y urbano. Las "montoneras" cstuvieron lideradas por Juan Nie­to, a quien los campcsinos llama ban "Mariscal Nieto".

4. (I) Diciembre. Huamanga. -El gobicrno municipal imponc nucvos arbitrios municipales (pca­

jc, sisa, etc.). El pueblo rechaza las imposiciones. Mas de 6 mil pobla­dores de los barrios ocupan el centro de Ia ciudad. Scis muertos y 22 heridos en Ia represi6n de Ia pro testa.

1934.

5. (I) Junio. Huamanga. -Rebeli6n aprista comandada por el cabo Jose Horna. La rebeli6n

incluye tambicn Huancavelica. Pronto es debclada por las fuerzas del gobierno central.

1945.

6. (I) l? Huanta. -En pleno proceso electoral chocan apristas y comunistas. Ellider

aprista Manuel Seoane es impedido de hablar en Ia ciudad. Huanta se convierte por esos aflos en baluarte del grupo "comunista", dispu­tandole Ia hegemonia a los apristas.

7. (I) Octubre. Huanta. -El director del Colcgio Nacional "Gonzalez Vigil" es repudiado

por los estudiantes, que se declaran en huelga y toman el local. Los sectores femeninos se pliegan e improvisan cocinas al aire libre en el

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248 Carlos Ivan Degregori

local tornado. A los pocos dias, una bandera roja con una espada blan­ca al centro asoma por uno de los balcones del local. El movimiento se extiende a Huamanga, donde el Colegio Nacional "Mariscal Gice­res" se declara en huelga de solidaridad. Antecedente importante del movimiento de 1969.

1964.

8. (II) Diciembre. Huamanga. -Se constituye Ia Federacion de Barrios de Ayacucho, cuyo pri­

mer congreso se celebra entre el 19 y el 22 de diciembre. La organi­zacion se forja en Ia lucha contra el impuesto predial que pagaban los habitantes de las zonas llamadas "laderas", que bordean el casco ur­bano de Ia ciudad.

1966.

9. (II) Abril. Huamanga. -EI dia 14, en el paraninfo de Ia Universidad de San Cristobal,

treintaicinco bases constituyen el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, en lucha contra el recorte de rentas del gobiemo central a Ia universidad y Ia moralizacion en el nuevo Hospital General de Ia ciudad. Cinco dias despues, mas de 10 mil personas se manifiestan en Ia Plaza de Armas en lo que constituye el bautiw de fuego del frente, que envia comisiones a Lima y Iogra Ia ampliacion del presupuesto universitario y el cambio del director del hospital.

1967.

10. (II) Enero. Huamanga. -Los dias 28 y 29 se celebra el II Congreso de Ia Federacion de

Barrios. Continua Ia lucha de los "laderistas" contra el pago del im­puesto predial y ahora por Ia instalacion de servicios en los barrios. La federacion decide participar en las elecciones municipales de ese

Anexos 249

ai'io, impulsando una Iista denominada Movimiento Popular Ayacu­chano, que logra hacer elegir dos concejales.

11. (I) Febrero. Huamanga. -Expulsan de los barrios a los voluntarios del "Cuerpo de Paz".

Los estudiantes universitarios son activos en estas acciones.

1969.

12. (I) Febrero. Huamanga. -Nuevas movilizaciones del Frente de Defensa contra nueva ame­

naza de recorte de rentas a Ia universidad.

13. (I y II) Junio. Huamanga y Huanta. -Movimiento por Ia gratuidad de Ia ensei'ianza. Tema del presen­

te trabajo.

14. (I) Julio. Huancapi, Victor Fajardo. -El pueblo se subleva contra el Juez, el cura y un tinterillo y los

expulsan de Ia ciudad en burro con bombos, cohetes y pututos. Gran des­pliegue de masas.

15. (I) 10, 11 y 12 de Setiembre. Canaria, Victor Fajardo. -El pueblo se insurrecciona contra algunas autoridades y maestros

de Ia localidad y en una asamblea popular acuerda Ia expulsion de las personas mencionadas. El pueblo choca violentamente con Ia poli­cia. Tres muertos y muchos heridos cuando Ia policia reprime el movi­miento.

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APENDICE4

jAbajo la represi6n! ·jViva la revoluci6n!

Pasado el primer efccto desorientador de Ia propaganda reacciona­ria, el pueblo peruano, analizando seriamente Ia situaci6n actual, sc ha lanzado resueltamente a Ia lucha por el desenmascaramiento y re­chazo de Ia dictadura fascista que lo oprime y reprime.

La dictadura fascista quiso engai'i.ar a las masas con poses "antiim­perialistas" y "nacionalistas". Ya Mariategui, analizando el fen6me­no fascista, habfa desenmascarado Ia tactica del imperialismo, que tenia que difundir el nacionalismo en oposicicin a la lucha de clases. El Partido, desenmascarando este intento, ensei'i.6 al pueblo que lo que habia era un "nacionalismo" proimperialista y un "antiimperialis­tno" projuntista.

La dictadura militar ha desatado una feroz represi6n contra cl pueblo. Ha empleado en Paramonga, por primera vez en cl Peru, heli­c6pteros para arrojar bombas lacrim6genas contra las manifestaciones populares. Ha empleado en Lima, por primera vez en el Peru, varas clcctricas y sustancias quemantes y causticas para reprimir al estu­diantado; ha empleado, por primera vez en el Peru, lanzallamas pa­ra perseguir a los estudiantes primarios y sccundarios de Ayacucho. Y, en forma mas abyecta aun que anteriores dictaduras, ha intcnsi­ficado el terror blanco con el fin de amedrentar al pueblo y obligarlo a renunciar a Ia mas minima protesta. La dictadura sigue fielmente Ia linea que expuso Velasco a las pocas scmanas del golpe: "esta revo­luci6n es pacifica, pero si se oponen habra miles de muertos".

El pueblo no se ha amedrentado ni con lo discursos tencbrosos ni con el terror blanco. Ha respondido a la violencia reaccionaria con Ia violencia revolucionaria. Y ha elcvado a nuevas alturas Ia lucha po­pular.

[251]

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252 Carlos Ivan Degregori

El pueblo ha salido a las calles a defender sus derechos politicos de asociacion, reunion y prensa. Ha salido a luchar contra la explota­cion economica y la opresion politica. Y ha convertido sus reivindica­ciones economicas en formidables luchas politicas.

El rechazo al decreto 006 que anulaba Ia gratuidad de Ia ensefian­za es un gran ejemplo de como Ia lucha economica es elevada por el pueblo al nivel de lucha politica y lucha armada. El rechazo al de­creto 006 era una reivindicacion de carckter nacional, pero ha esta­llado y resuelto no en la capital ni en la costa, sino en provincias, en el interior, en la sierra, sitio donde predominan mayormente las ma­sas campesinas. Esto de por si esta indicando que las contradicciones son mas agudas en el interior que en la capital, en el campo que en la ciudad. Y, en el campo, mas en unas regiones que en otras.

Para triunfar, el pueblo necesita armas, un programa y una doctri­na. Esto es lo que nos ensefia Mariategui. Siendo fundamentalla doc­trina, el pueblo ha triunfado en esta accion porque se guia cada vez mas por el principio de lucha de clases. El saldo de victimas ha sido tragico y doloroso, pero el pueblo ha puesto muy en alto la consigna: 'No olvidar jamas la lucha de clases".

En estas acciones, el pueblo ha adquirido una gran experiencia sobre la forma superior de lucha. El mar:xismo-leninismo-pensamien­to Mao Tsetung nos ensefia que Ia guerra es Ia forma superior de lucha y que es Ia continuacion de la politica por otros medios. El pueblo ha aprendido ahora mas que nunca que la politica compulsiva no es sino el preludio de la violencia represiva. El pueblo, mas que lamentarse de sus muertos, se lamenta de [lno ?] haber empufiado las armas a tiem­po. Tiene bien en cuenta esta leccion.

Aun asi, el pueblo ha enfrentado a las hordas uniformadas con pasmosa audacia, increible energia y extraordinaria disciplina. Con estas cualidades, el pueblo ha vuelto a poner a la orden del dia la tac­tica de las barricadas y ha desarrollado los grupos de combate peque­fios, compactos y operativos.

r Anexos 253

Las fuerzas represivas, desde el primer momento trataron de ga­nar Ia iniciativa con demostraciones de fuerza y acciones punitivas. Su objetivo era par&lizar por el terror al pueblo. Diciendolo con len­guaje popular: "el tiro les sali6 por Ia culata", pues antes que ame­drentarse, al ver Ia crueldad con que actuaban las fuerzas represivas, el pueblo ha expresado su odio infinito, ha convertido su dolor en fuer­za y hasta con sus solas manos ha hecho frente a Ia armas del opre­sor.

Ya dentro del pueblo circulan muchas anecdotas acerca de esas epicas jomadas. Cuando l;t policia cerro el mercado de Ayacucho y arrojo dentro decenas de bombas lacrimogenas, los trabajadores y las amas de casa arremetieron contra la puerta con hachas y picos,· las abrieron e hicieron retroceder despavoridos a los cancerberos de Ia reaccion. Una anciana, a quien por su edad trataban de evacuarla pri­mero dellugar de Ia refriega, protesto indignada diciendo: ''Yo tam­bien se defender mis derechos".

Habiendo sido perseguido un grupo de estudiantes hasta un barrio de Ia ciudad, el pueblo inmediatamente comenzo a defenderlo, ya sea cobijandolos en sus casas y cerrandolas ante que llegue Ia policia, ya abiertamente echando agua caliente de los balcones a los gendarmes, cogiendo las granadas que arrojaban y devolviendolas luego al campo de Ia reaccion o "apagando" las que caian echandoles agua encima.

Hubo quicnes se armaron con hondas formando agucrridos grupos de "francotiradores" que hicieron retroceder despavoridos a mas de una pareja de guardias de asalto poderosamente arrnados.

Se cuenta que un hombre que se dedicaba ala caza en la selva, que estaba en Ia ciudad cuando se desarrollaba la lucha contra el decreto 006. No pudiendo resistir mas que los policias tiraran a matar sobre masas indefensas, saco su carabina y poniendose dellado del pueblo, comenzo a repeler el ataque.

Relatando su participacion en las jomadas, un nifio de 9 afios co­mentaba asombrado que en esos momentos, no obstante haber sido tan ardua su labor, no se sintio cansado, ni le dio hambre ni ganas de dor­mir.

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-254 Carlos Ivan Dcgrcgori

· Ninos y ancianos, hombres y mujcrcs, formando grupos flcxibles, han hostigado y pcrscguido a Ia polida ya por una csquina, ya por otra, rctirandosc por una cane para aparcccr inmediatamcntc por otra. Muchos han dado sus vidas en dcfcnsa de los intcrcscs del pue­blo. La rcacci6n ha tratado de recogcr sus cadavcrcs para enterrarlos en Ia fosa comun y no dar lucgo el numcro cxacto de muertos en las jomadas. Si bien ha Iogrado hacer dcsaparcccr bucn numcro, de todas maneras el pueblo ha Iogrado rcscatar a muchos, forzando las pucrtas de Ia morgue y dcsafiando Ia vigilancia y Ia amcnaza policial. El pueblo, en multitudinario mitin, sc ha unido en el dolor comun, ha acompanado los rcstos al ccmentcrio y, rccmplazando las bajas, ha vuclto a Ia lucha con infinitamente mayor odio contra Ia dictadura.

Huanta y Ayacucho han soportado el peso de Ia lucha. Y Ia rcac­ci6n, ante Ia hcroica rcsistcncia y ante cl tcmor de Ia expansion de Ia lucha a otros lugarcs cl pais, ha tcnido que dcclararsc en dcrrota rcs­tituyendo (aunquc no en su intcgridad), cl dcrccho a Ia gratuidad de Ia enscnanza. Pcro ha qucrido dar cobcrtura a su retirada, descono­cicndo cl objctivo de Ia lucha, hacicndola apareccr como oposici6n "de Ia oligarqufa" a su nueva Icy de cstafa agraria. Nunca Ia rcac­ci6n rcconoccra Ia vcrdad. Nunca rcconoccra que Ia dcrogatoria del de­creta 006 sc debe a Ia lucha abncgada y hcroica del pueblo. Sicmpre tratara de prcscntarsc como "abandcrada" de los dcrcchos del pueblo y como su bcncfactora. De alii que Ia junta militar, disfrazandose de cordcro, trate de culpar de Ia masacrc a Ia "oligarqufa". El rcvisionis­mo, Ia burgucsfa infiltrada en el campo rcvolucionario, unicndosc al coro se dcsganita culpando de los mucrtos a "los avcnturcros chinos"; y al castrismo -jcuando no!- hasta publica en el 6rgano oficial de su partido "comunista", el texto integra del comunicado en ci que Ia junta militar sc exculpa de Ia masacre.

La rcacci6n hizo una caccria de brujas, mctiendo entre rcjas a mu­chos hijos del pueblo, un dia antes de Ia masacre. Sin embargo, hasta ahora lcs sigue juicio culpandolos de los succsos. Bien cxplican enos: "Side algo tcnemos que criticamos, es de no habcr participado como dcbcrfamos en las luchas populares".

Ancxos 255

La reacci6n prctende haccr crccr que las luchas d~l pueblo contra cl dccrcto 006 han estado dirigidas contra su ley agrana, que promul­g6 dias dcspucs. Con csto quicre haccr propaganda a s~ cstafa a_wa­ria y cscondcr su caracter rcaccionario. Pcro Ia burgucs1a burocrallca coludida con Ia fcudalidad, no puede en absoluto haccr una rcforma agraria que liquide a los gamonales como clase do~~nante (con ella comparte cl Podcr ccon6mica, politica, cultural y m1htarme~t~). Esta imposibilidad de resolver Ia cucsti6n agraria es cl punto dcb1l de Ia rcacci6n fascista. Y, por cndc, su propaganda pucde scr dcsbaratada prccisamcnte en este campo. Pucde haccr ~t~as "rcformas" (p~ra ~cfor­zar y modcmizar su aparato estatal, su regimen, etc.) pcro Jamas lo­grara su objctivo de consumar su cstafa agraria.

Sicndo cste ci cslab6n dcbil de Ia rcacci6n, a cl dcbcmos afcrrar­nos para dcscnmascararla complctamcn_te. Por mas, que Ia .implan­taci6n del fascismo sea un golpc prcvcntivo, y cl Peru haya s1do con­vcrtido en un campo experimental del impcrialismo, nada ni nadie podra impcdir que c1 pueblo sc oriente hacia Ia guerra popular.

De: Bandera Roja Organo del Comitc Central del PCP

Ano VII, N2 42, octubre de 1969 pp. 9-10

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APENDICE 5

A yacucho: un afio de gran actividad popular

La lucha de todo pueblo se realiza por etapas. En un comienzo, las ma­sas ponen el acento de su actividad en el aspecto reivindicativo cco­n6mico. Ya en su apogeo, elcvan la comprensi6n de sus acciones y po­nen el acento en aspecto reivindicativo politico. Asi es como ha ocu­rrido con el pueblo ayacuchano en este afl.o de gran actividad.

El pueblo ayacuchano ha dado un gran salto adelante. Luchando por sus reivindicaciones mas apremiosas, ha ganado las callcs y, con­vertido en una gran muralla humana, ha enfrcntado a sus cncmigos respondiendo medida por medida y arrancando concesioncs en cl fra­gor de la lucha. Si bien es cierto que su cxpericncia la ha pagado con sangre, noes mcnos cicrto que sus accioncs constituyen un claro ejemplo y un aleccionador estimulo para todo el pueblo pcruano.

Este ejemplo y cste estimulo radican, principalmentc, en que el pueblo ayacuchano ha hecho flamear muy en alto la bandera de los trabajadores, la ideologia del proletariado.

Para que el pueblo se eleve al nivel de sus tareas politicas es ne­cesaria una energica, abnegada y casi sicmpre an6nima labor de criti­ca y preparad6n. En ella juegan un rol importante los elementos de avanzada, los activistas que dia a dia, semana a semana cumplcn con abnegaci6n sin par con el deber de sembrar germenes de renovaci6n y difundir ideas clasistas. Precisamente el pueblo ayacuchano ha podi­do cumplir tan gloriosas jomadas porque, en cl decurso de su csponta­nea actividad, ha ido promovicndo a sus mcjores hijos. Aunque pudo habcrle faltado la consolidaci6n necesaria, las jomadas de junio no han cncontrado impreparado al pueblo ayacuchano.

[257]

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258 Carlos Ivan Dcgregori

lQue es lo que ha aprendido y, a su vez, ensenado el pueblo aya­cuchano? En este ano en que comenzo sus actividades con reel amos eco­nomicos (agua, alumbrado, gratuidad de Ia ensenanza y otros), que continuoluego con exigencias netamente politicas (derechos de asocia­cion, reunion y expresion), y que mantiene actualmente al mismo ni­vel (exigiendo se ponga termino a las consecuencias de Ia masacre de junio, exigiendo se respete el derecho a Ia vida, se libere a los presos), el pueblo ha adquirido una rica experiencia que puede sintetizarse en los siguientes puntos principales:

1.- El pueblo no puede olvidar jamas Ia lucha de clases.- Mas que en ningun otro cualquiera, en este ano el pueblo ayacuchano ha tenido muy presente su gran tradicion de lucha. Ccaccamarca, Concepcion, Po­macocha, Iquicha y otros lugares de grandes acciones comunales son poderosos faros que alumbran el diffcil camino del pueblo ayacu­chano. Si el pueblo no hubiera luchado, no habria conseguido anos atras que no se cierre Ia universidad. Si no hubiera luchado, no ha­bria conseguido Ia liberacion del pago de predios para los barrios y laderas. Si no hubiera luchado, no habria expulsado a los gamonales de Ccaccamarca, Pomacocha y otros sitios. En fin, si no hubiera lucha­do no habria logrado Ia restitucion de Ia gratuidad de Ia ensenanza. La derogatoria del Decreto 006 (aunque no en su totalidad), constitu­ye un grandioso triunfo de Ia actividad combativa del pueblo ayacu­chano. Los enemigos del pueblo, los enemigos de Ia educacion popular han tenido que dar marcha atras ante el empujc de las masas.

2.- La labor de agitacion politica jamas se pierde en vano.- Mu­chas veces sucede que Ia masas sufren y sufren Ia explotacion y opre­sion, o la arbitrariedad de las autoridades, pero sin embargo no llegan a comprender la necesidad de luchar contra esta explotacion y opresi6n o contra tal o cual arbitraria medida. Ante esta situacion pareceria que la labor de critica y promocion no tiene ningun objeto ni logra resultado alguno. Pero no es asi. Cuando las rnasas estallan y se lanzan ala accion es porque han reaccionado ante la conjunci6n de dos factores: la explotacion, opresion, o arbitrariedad se han hecho mas duras e insoportables, y a ello la agitacion ha agregado Ia conciencia de esta situacion. Esto es lo que ha ocurrido en junio, por ejemplo. Las organizaciones populares llamaron desde un comienzo a luchar contra

Ancxos 259

el decreto 006 (el Frente de Defensa del Pueblo, principalmente), pcro fue en junio, cuando las autoridades comenzaron a lanzar a los alum­nos por negarse al pago de las pensiones, que el pueblo todo reacciono y, como un solo hombre, se Ianzo a Ia Jucha resuelta y decidida hasta lograr Ia derogatoria (aunque parcial) del nefasto decreto 006. Por eso la labor de agitacion debe hacerse "con tenacidad, de modo inmu­table, con firmeza e, incluso, en las condiciones mas diffciles".

3.- La verdadera educaci6n de las masas no puede ir nunca scpara­da de Ia lucha politica independiente.- Cuando las masas sc Janza­ron a Ia lucha en las jornadas de junio, no faltaron obsequiosos "sal­vadores", que propusieron sus 'buenos oficios" para "resolver la situa­ci6n". Esto ocurre sicmpre. El pueblo tiene que hacer frente sistema­tica y regularmente a la doble tactica del enemigo: la violcncia re­presiva y el engano politico. Si no mantiene una lucha polftica me­dicta por medida, no t:>odra enfrentarse a esta doble tactica del enemi­go de clase ni menos podra educarse en el fragor de la lucha. AI re­chazar a estos salvadores de ultimo momento, cl pueblo qued6 prepa­rado polfticamente para rechazar tambicn el ataque blindado de Ia reacci6n. Si los hubiera aceptado, de seguro hasta ahora tendria que estar luchando contra cl decreto 006. Por cso, "s6lo Ia lucha educa a las clascs explotadas, solo la lucha les descubre Ia magnitud de su fuerza, amplia sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteli­gencia y forja su voluntad".

4.- Solo Ia lucha economica por el mejoramiento inmediato de su situacion puede convertir a las masas en un ejcrcito de luchadores po­liticos.- La movilizacion del pueblo por la restitucion de la gratui­dad de la ensenanza tuvo marcado sentido economico. Pero al salir a las calles, al formar torrentes humanos que reclamaban sancion contra los vejamenes a los estudiantes, el pueblo convirtio su reivindicacion economica en una gigantesca reivindicacion politica, en una defensa ardorosa de sus dercchos de asociarse, reunirse, expresar su pensa­miento sin trabas ni cortapisa alguna. En esta gigantesca moviliza­cion las capas culturalmente atrasadas se han unido a las capas mas concientes, los mcnos explotados a los mas explotados y oprimidos. Esto nos indica que, por un lado, debemos movilizar a las masas lu­chando por sus reivindicaciones inmediatas, cconomicas y para elias

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concretas; y, por otro lado, debemos esforzamos siempre por ligar Ia lucha econ6mica con Ia politica, por clevar Ia primera al nivel de Ia segunda. La lucha politica de junio ha demostrado Ia vitalidad y conciencia del pueblo, asi como tambien Ia podredumbre y Ia crueldad ~~los representantes de las clases dominantes. Y esto es una gran lee­CIOn para el pueblo y una severa advertencia para Ia reacci6n.

5.- Todo acto de arbitrariedad y violencia gubernamental es motivo legftimo para celebrar manifestaciones.- No espere otra cosa Ia reacci6n conculcando las leyes que las mismas clases dominantes han promulgado, a su tiempo cada gobierno pretende "regular" el de­recho. ~e reu~i6n y, mas ~e una vez, hasta negarlo al pueblo. En junio ocurno lo m1smo. Despues de Ia masacre, pretendieron ocultar los ca­daveres y hasta quisieron negarse a entregarlos a sus deudos. Pero el p~eblo, como u~ solo .~ombre, los rescat6, los ve16 publicamente y, en gtgantesca mamfestacwn de duelo, expres6 en el entierro su dolor por los caidos, su comprensi6n por los deudos y su odio contra los masa­cradores. Asi ha sido y asi sera siempre, porque en cada manifesta­ci6n_ el. t~abajdor siente que no esta solo en su lucha diaria, que si solo es debll JUntos forman una poderosa fuerza unidos por intereses comu­nes que expresar, o reivindicaciones que defender.

6.- Cuando existen condiciones objetivas para el embate directo de las masas, seroir a la espontaneidad es Ia tarea suprema de Ia or­ganizaci6n.- Mas de uno puede suponer que las masas deben estar "per­fectamente organizadas" para lanzarse a Ia lucha. Si las masas no elevan su conciencia "en frio", menos pueden organizarse "en frio". Esto ~ria ?lvid~r. completamente Ia importancia de Ia agitaci6n que se reahza sistemahcamente y, por otro lado, que cuando existen condi­ciones obj~tivas, Ia masas hacen prodigios de organizaci6n. En junio, ante el veJamen contra los estudiantes, las masas sintieron mas es­trechamente Ia importancia de sus organizaciones ya formadas. El Frente de Defensa del Pueblo y otras organizaciones populares se vie­ron requeridas por el pueblo que les pedia orientaci6n ayuda y di­recci6n. En estas circunstancias, las organizaciones han servido a Ia es­pontaneidad. Pero no en el sentido de no hacer nad(l antes para que luego se improvise todo, sino en el sentido de saber utilizar Ia vita­lidad y Ia infinita capacidad creadora de las masas. Por otro lado,

Anexos 261

ante las organizaciones reprcsentativas ya existentes han surgido otras de acuerdo a las nuevas formas de lucha que adopt6 el pueblo en las jomadas de junio. Por ejemplo, para repeler la agresi6n y enfren­tar a la masacre, el pueblo form6, demostrando audacia e iniciativa, grupos operativos que dieron combate al enemigo de clase. Esto ha si­do un gran aporte del pueblo ayacuchano en las jomadas de junio. Asi como los comuneros de Ccaccamarca, Concepcion, Pomacocha, llegaron a formar sus cuerpos de autodefensa para defenderse de los gamona­les, esta vez el pueblo lleg6 a formar grupos que, usando cualquier ins­trumento como arma de combate, enfrent6 a Ia barbaric reaccionaria. Las garras son un instrumento instintivo de defensa; pues unas em­plearon las trabajadoras del mercado para repeler a Ia guardia de asalto. Los palos son los instrumentos clasicos de ataque del hombre primitivo; pues palos emplearon los j6venes para luchar contra los cancerberos de las clases dominantes. Hondas y huaracas son los ins­trumentos que nos han legado nuestros antepasados; pues hondas y huaracas ha empleado cl pueblo para hacer correr a sus enemigos. Trapos empapados en querosene, botellas de gasolina inflamada, son instrumentos que emplea el pueblo que se alza, contra la opresi6n. Pues eso mismo ha empleado el pueblo peruano al pasar a Ia forma superior de lucha, al enfrentamiento armado contra las hordas uni­formadas. Estos grupos, dispuestos a Ia lucha frontal y hasta las ul­timas consecuencias, son las nuevas formas de organizaci6n que han inspirado confianza en el pueblo, le han ayudado a organizarse y le han ayudado a luchar. Y han surgido y han actuado precisamente porque se ha servido a Ia espontaneidad.

7.- En toda lucha hay sacrificios y Ia muerte es cosa corriente.­Esta vez el saldo de Ia lucha ha sido dolorosamente tragico y eleva­do. Por un lado, esto es claro indice del ardor con que el pueblo se ha lanzado a Ia lucha en defensa de sus reivindicaciones. Pero, por otro lado, nos indica claramente que es lo que significa el actual regimen cuartelero. lQue calificativo merece quien Ianza a sus hordas contra multitudes desarmadas? Esta masacre ha servido para que se derrum­be toda una bien planificada campana, que pretendfa enganar al pue­blo robandole sus consignas y se esmeraba en presentar a quienes no han cambiado sino para empeorar como furibundos "Revolucionarios antiimperialistas y nacionalistas". E1 pueblo ayacuchano ha pagado

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con sangre esta experiencia; pero, por lo mismo que con ella no puede ser engafiado en forma alguna, se ha convertido en un gran bastion de las esperanzas de todo el pueblo peruano. Prueba de ello esta en sus ultimas acciones, al desenmascarar y destruir la farsa de "congreso campesino" que obsecuentes lacayos pretendieron montar ultimamen­te en Ayacucho. El bafio de sangre que enluta a Ayacucho es palida muestra de lo que vendra cuando el pueblo se lance hacia sus objetivos fundamentales. Pero de este bafio ha salida purificado; por lo mismo, esta mas templado y mejor preparado para emprender nuevas y mas grandes acciones.

8.- La prisi6n es un accidente de trabajo.- Esta es una gran lecci6n que el pueblo e?Ctrae apoyado en la ideologfa del proletariado. Los enemigos del pueblo no se contentan con explotarlo y oprimirlo. Para evitar que se lancen a la lucha, emplean la tactica de "encierro, des­tierra, entierro". Y si ven el Poder escaparseles de las manos, em­plean Ia tactica de "saquearlo todo, quemarlo todo, matar a todos". En el Peru no es cosa nueva saber de humildes chozas incendiadas, de cosechas de los campesinos saqueadas y hasta de los propios campesi­nos pasados impunemente por las armas. Pero cuando el pueblo esta armada con la ideologfa de vanguardia, nada de estas atrocidades es capaz de detenerlo en su lucha. Por ella los que caen en prisi6n, con­sideran esta situaci6n como un simple accidente de trabajo. Asf el pueblo no olvida a sus hijos sepultados en las mazmorras de la reac­ci6n, ni estos reniegan Ia causa por la que han cafdo. Por eso el pueblo todo lucha para arrancar de la prisi6n a los que caen en defensa de los derechos del pueblo. Y ellos saben que no estan solos y que no son ol­vidados.

--oOo--

Este afio, pues, ha sido un afio de gran actividad popular, donde se ha adquirida experiencias que trascicnden al pueblo ayacuchano y se proyectan a todo el pueblo peruano. Las jomadas de Ayacucho han sentado las premisas para desenmascarar todas las patrafias de los enemigos del pueblo. Para desenmascarar, por ejemplo, a nivel nacio­nal Ia farsa de reforma agraria y arrancar la careta de "amigo del pueblo" que qui ere usar mas de un reaccionario. En resumen, no obstan­te Ia masacre de junio, el pueblo esta mejor preparado para Ia lucha.

Anexos

De: Allpanchikrayku Vocero de la Federaci6n Provincial de Campesinos de Huamanga

Afio I N2 2; Ayacucho, 20 de diciembre de 1969; pp.19-21.

263

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Ancxos

Gratico 1

Creclmlento de Ia poblacl6n unlversltarla en Ia UNSCH y a nlvel naclonal: 1960- 1980.

60 62 64 66 68 70 61 63 65 67 69 71

0 UNSCH

NACiONAL

72 74 76 78 80 73 75 77 79

265

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MAPA No 1. VALLES DE AYACUCHO MAPA No 2. MAPA POLITICO DE AYACUCHO

A. LIUaae A.LI.Aaa8

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268 Carlos Ivan Dcgrcgori Anexos 269

CUADRO 1 0 0 C\1,..._0 ..c.

..c. uiC"lui 0 C\1 0 ::J r-..: ::J ,..._C\I"<t 0

Creclmlento de Ia poblacl6n en las capltales de departamentos de Ia 0 C\1..- .,... Ill

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Cifras absolutas 0 Ol Ol.,... ·u cri ·u Ol ,..._ Ill <? Ill al·,..: z z Aiios 1876 1940 1961 1972 1981

Ciudades 0 0 "<t<D..- ..c.

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OOl Ol (ij OC'?C\1 Ol Ill

Cajamarca 7,215 14,290 22,705 38,477 60,280 •c.- .,... c: co cu, c: ...:or--: 0 C"l Cusco 8,522 40,657 49,971 63,924 189,172 0 01'-C\1 Ti L()Q ·u <DO Ill "? Huancavelica 2,820 7,497 11,039 15,640 20,889 .-"<t Ill t-:C\i z CDOI z

Huancayo 4,053 26,729 46,173 66,924 165,132 "C ... Ui' .

Huanuco 5,263 11,966 24,664 41,607 52,628 cuo ..9! (ij 0 -..c. 0 ..c. Huaraz 4,873 11,054 20,345 29,635 45,116 CDu ]_• ..c. ..-<!)C\1 ::J 0 <!)

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Cajamarca 1.07 2.23 4.91 5.11 3.57 w ·u Oli'-L() "? Q)'-1()0 Ill -o

Cusco 2.47 1.86 0.58 12.81 3.82 Ill M.N' z ~a. z 0<1>

Huancavelica 1.54 1.86 3.22 3.27 2.53 ·~g

Huancayo 2.99 2.64 3.43 10.56 4.54 z§ <I) a.

Huanuco 1.29 3.50 4.88 2.64 3.68 :9 :9 oc Huaraz 1.29 2.95 3.48 4.78 3.49 ~ --=

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Fuente: Maletta y Bardales, 1985. "Peru, las provincias en cifras". 0 c: c: c: a.. <X: <X: <X:

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270

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Ancxos

CUADRO 4

Creclmlento de Ia poblacl6n unlversitarla en Ia UNSCH y a nivel nacional: 1959 - 1980.

A flo

1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975* 1976 1977 1978 1979* 1980

UNSCH

228 302 344 431 557 747 975

1,041 1,078 1,451 2,241 2,946 3,319 3,414 3,944 4,467

5,413 7,610 7,209

6,095

Indica

75.5 100.0 113.9 142.7 184.4 247.3 322.8 344.7 356.9 480.5 742.0 975.5

1,099.0 1 '130.5 1,306.0 1,479.1

1,792.4 2,519.9 2,387.1

2,018.2

Nacional

30,247 35,018 40,749 46,113 54,372 64,676 73,960 83,494 93,997 97,637

109,230 118,212 132,188 143,447 161,314 181,180 196,249 197,838 209,870 228,025 241,816

271

Indica

100.0 115.8 134.7 152.4 179.8 213.8 244.5 276.0 310.8 322.8 361.1 390.8 437.0 474.2 533.3 599.0 648.8 654.1 693.8 753.9 799.5

Fuentes: UNSCH: Direcci6n Universitaria de Planificaci6n Nacional; Lynch 1990.

• Los anos lectivos de 1975 y 1979 fueron suprimidos en Ia UNSCH debido al tiempo perdido en huelgas y otras paralizaciones acumuladas a lo largo de varios aflos .

Page 136: Degregori - Surgimiento de SL

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CUADRO 5

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Ayacucho: Poblaci6n en las capitales provinciales de Huamanga y Huanta y porcentaje sobre Ia poblaci6n total de esas provincias: 1976 - 1981

1876 1940 1961 1972 1981

Capital % sobre Capital % sobre Capital % sobre Capital% sobre Capital % sobre provin- total provin- total provin- total provin- total provin- total

cia I prov. cia I prov. cia I prov. cial prov. cia I prov.

Huamanga 9,500 29.9 16,642 25.2 21,465 28.6 34,706 35.7 68,535 53.5

Huanta 3,575 3.3 4,439 8.7 5,728 9.8 8,814 13.1 11,213 14.7

Total Ayacucho* 19,575 13.8 33,623 9.4 44,717 10.9 61,737 13.5 98,008 19.6'

:t Poblaci6n de todas las capitales y el porcentaje que ella representa sobre Ia poblaci6n del departamento. Fuente: Maletta y Bardales, 1985. "Peru, las provincias en cifras".

Page 137: Degregori - Surgimiento de SL

274 Carlos Ivan Dcgregori

CUADRO 7

UNSCH: poblaci6n estudiantll ayacuchana segun provincia de nacimiento 1968 • 1981

1968 1973 1976 1981 num. % num. % num. % num. %

TOTAL AYACUCHO · 789 100 1754 100 2309 100 3035 100

Huamanga 524 66.4 926 52.8 1219 45.9 2200 72.5

Huanta 84 10.7 195 11.1 199 8.5 275 9.1

Cangallo 58 7.4 165 9.4 257 16.8 203 6.7

Victor Fajardo 43 5.4 134 7.6 208 13.0 144 4.7

La Mar 57 7.2 130 7.4 150 6.3 82 2.7

Lucan as 16 2.0 142 8.1 209 7.9 96 3.2

Parinacochas 7 0.9 62 3.5 67 1.6 35 1.1

Fuente: UNSCH. Direcci6n Univ~rs~aria de Planificaci6n.

Anexos 275

CUADRO 8

UNSCH y Programa de Educaci6n: proporci6n de estudiantes ayacuchanos. 1965 • 1981

UNSCH Programa de Educaci6n

Total Ayacuchanos Total Ayacuchanos num % num o;o num % sobre num % sobre (1) (2) (3) total (5) total

UNSCH Educac. (4=311) (6=5/3)

1965 975 100 568 58.3 261 26.8 181 69.4

1968 1451 100 789 54.4 486 33.5 296 60.9

1973 3949 100 1754 44.4 505 12.8 318 63.0

1976 5413 100 2309 42.7 517 9.6 316 61.1

1981 6097 100 3035 49.8 702 11.5 418 59.5

Fuente: UN::>CH. Direcci6n Universitaria de Planificaci6n.

Page 138: Degregori - Surgimiento de SL

CUADRO 9

EDUCACION (UNSCH): Estudiantes ayacuchanos segun provincia de nacimiento. 1968 - 1981

1968 1973 1976 1981 num. % num. % num. % num. %

TOTAL AYACUCHO 296 100 318 100 316 100 418 100 Huamanga 193 65.2 145 45.6 145 45.9 246 58.8 Huanta 42 14.2 42 13.2 27 8.5 31 7.4 Cangallo 23 7.8 45 14.1 53 16.8 53 12.7 Victor Fajardo 11 3.7 33 10.4 41 13.0 46 11.0 La Mar 21 7.1 20 6.3 20 6.3 17 4.1 Lucanas 6 2.0 21 6.6 25 7.9 19 4.6 Parinacochas 12 3.8 5 1.6 6 1.4

Fuente: UNSCH. Direcci6n Universitaria de Planificaci6n.

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286 Carlos Ivan Degregori

II. Revistas, peri6dicos, boletines, volantes

Allpanchikrayku ... ai'io I, N. 2, Ayacucho, 20 de diciembre de 1969. - "Ayacucho: un afio de gran actividad popular", pp. 19-21.

Bandera Roja ... afio VII, N. 42, octubre de 1969. - ";Abajo Ia represi6n! ;Viva Ia revoluci6n!", pp. 9-10.

Centro Universitario Huamanga (CUH). - "Informa", mimeo, Ayacucho, 1.8.1969. - "Protesta del pueblo de Ayacucho hecho came epla juventud del Centro Universitario Huarnanga", Boletin N. 1, mimeo, Ayacucho, 25.6.1969; 5.

Comite de Defensa de Ayacucho. -"A Ia opinion publica", volante, mimeo, Lima, julio de 1969.

Correa, 22-30 de junio de 1969.

El Comerdo, rnarzo-junio de 1969.

El Peruano, 22-30 de junio de 1969.

El Pueblo, 22-25 de junio de 1969.

Expreso, rnarzo-junio de 1969.

La Prensa, marzo-junio de 1969.

Narraci6n N. 2, Lima, julio 1971, Suplemento 'Nueva Cr6nica y Buen Gobierno'.

Ojo, 22-25 de junio de 1969.

Unidad, marzo-junio de 1969.

Bibliograffa 287

III. Anexos de Ia tesis de Aracelio Castillo

Anexo 4. "Sangrientos succsos de Carmen Alto", en: La Abeja, 11.10.1917, Ayacucho; pp. 169-171.

Anexo 5. "El ultimo movi~icnto popular", en: La Hormiga, 17.12.1922, Ayacucho; pp. 172-174.

Anexo 6. "Espantosos crimcncs en Ia provincia de La Mar", en: El Tiempo N. 4179, Lima 8.7.1923.; pp. 174-176.

Ancxo 11. "Ecos. del fracasado movimiento revolucionario del 26 de noviembre, organizado por los apristas en esta ciudad", en: La Abeja N. 371, Ayacucho 28.1.1935; pp. 185-6.

Anexo 13. "Huelga estudiantil en el Colegio Nacional 'Gonzalez Vigil' de Huanta", en: Fraternidad N. 32, Ayacucho 15.10.1945; pp. 188-9.

Anexo 14. El pueblo de Pomacocha alii Congreso Nacional de la Confederaci6n Campesina del Peru, Lima, octubre de 1970, pp. 189-192.

Anexo 23. jContra el Decreta Ley 006!, Comunicado del Frente de Defensa del Pueblo, Ayacucho, 12.6.1969; pp. 205-6.

Anexo 26. Al pueblo de Huanta. La asociaci6n de ex-alumnas del Colegio Nacional 'Marfa Auxiliadora'; Comunicado, Huanta 17.6.1969; pp. 209-11.

Anexo 27. Comunicado del Frente Unicode Estudiantes (FUEH), Huanta 12.6.1969; pp. 211-2.

Anexo 28. FUEH Aclara, Comunicado, Huanta 16.6.1969; p. 213.

Anexo 29. Promoci6n 1969 del Colegio Nacional 'Marfa Auxiliadora', Co­municado, Huanta 18.6.1969; pp. 214-5.

Anexo 30. FUEH. Al pueblo en general; Comunicado, Huanta 19.6.1969; pp. 233-5.

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Anexo 42. Libertad para los presos politicos de Ayacucho, Comi te pro defensa de los presos y perseguidos politicos de Ayacucho, Lima 8.7.1969; pp. 233-5.

Anexo 43. Comunicado, Federaci6n de Barrios de Ayacucho, Ayacucho, 10.7.1969; pp. 235-7.

Anexo 48. Memorial de la Asociaci6n de Campesinos de Huanta, Huanta, julio de 1969; pp. 244-5.

Anexo49. "Ayacucho: Informacion fidcdigna", Documento firmado por Maximo Cardenas Sulca, presidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, en: Comite de Defensa de los Derechos Humanos, N. 13, Lima, agosto de 1969.

Anexo 53. Centro Union Social Huancapi, Boletin Informativo N. 1, Lima, 12.8.1969; pp. 256-258.

Anexo 54. Comunicado del pueblo de Canaria, Canaria, octubre de 1969; pp. 258-69.

Anexo 56. Entreuista grabada a un dirigente campesino de Huanta. pp. 262-72.

Anexo 57. Entreuista grabada a un dirigt'nle barrial de Huamanga. pp, 273-80.

El texto de este libro se presenta en caracteres palatino

de 10 puntos, condos puntos de interlinea. Las notas de pie de pagina en 9 puntos con un pun to

de intcrlinea. Los titulos de las seed ones en cartier. La caja mide 25 x 40 picas. El papel usado es Bond 80 gr. para

interiores, la caratula ha sido trabajada en cartulina Folcote calibre 12.

El montaje fue realizado por Heman Prada Se termin6 de imprimir en los

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